Boletín dominical 27 de marzo de 2016

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La Iglesia Ortodoxa conserva la memoria de SAN GREGORIO PALAMÁS EL SEGUNDO DOMINGO DE LA CUARESMA, enfatizando que la vida virtuosa, la oración sencilla, la humilde postración y la purificación de los sentidos forman la puerta que abrimos para que la Gracia de Dios ilumine nuestra noche racional. Obispo Ignacio Samaán Fue San Gregorio (+1359) quien dio testimonio de que los seres humanos pueden llegar a ser deificados mediante la gracia de Dios en el Espíritu Santo; y que incluso en esta vida, uniéndose a la obra salvífica del Espíritu, mediante la oración y el ayuno, los seres humanos se hacen partícipes de la luz increada de la Divina Gloria. Este Santo Padre, procedente de Asia Menor, se formó durante su niñez en la corte imperial de Constantinopla, donde fue instruido tanto en la sabiduría religiosa como en la secular. Aun siendo joven, dejó la corte imperial y dedico su vida al ascetismo en el Monte Áthos, y en el Skit en Borea. Estuvo algún tiempo en Tesalónica siendo tratado de una enfermedad derivada de su severa forma de vivir. Estuvo presente en Constantinopla en el Concilio que fue convocado en 1341 en contra de Barlaam de Calabria, y en el Concilio de 1347 en contra de Acindino, quien era de la misma mentalidad de Barlaam; Barlaam y Acindino proclamaban que la Gracia de Dios era creada. En ambos concilios, San Gregorio contendió valientemente a favor de los verdaderos dogmas de la Iglesia de Cristo, enseñando en particular que la Gracia no era creada, sino que son energías increadas de Dios las cuales son vertidas a través de la creación: De otra forma sería imposible, si la Gracia fuese creada, para el hombre tener una genuina comunión con el Dios increado. En 1347 fue designado Metropolitano de Tesalónica. Cuidó de su rebaño en forma apostólica cerca de 12 años, y escribió muchos libros y tratados acerca de las más exaltadas doctrinas de nuestra Fe; y habiendo vivido un total de sesenta y tres años, durmió en el Señor en 1359. Sus santas reliquias son conservadas en la Catedral de Tesalónica. Un servicio completo fue escrito para el día de su fiesta por el Patriarca Filoteo en 1368, cuando fue establecido que su fiesta se celebraría este día (el segundo Domingo de Cuaresma). Puesto que la labor sin la fe correcta no sirve para nada; entonces nosotros establecemos que la fe Ortodoxa es el fundamento de todo lo que logramos durante la cuaresma, celebrando el Triunfo de la Ortodoxia el domingo pasado, y al gran defensor de las enseñanzas de los Santos Padres este día. Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América www.ocamexico.org Catedral Ortodoxa La Ascensión del SeñorHoy, Segundo Domingo de la Gran Cuaresma conmemoramos a: SAN GREGORIO PALAMÁS. Monje del Monte Áthos y luego Arzobispo de Tesalónica (Siglo XIV), que se encargó de refutar el filosofismo de Barlaam, un italiano de origen griego cautivado por la filosofía griega. Así se enfrentó la espiritualidad ortodoxa con el racionalismo occidental: • Barlaam exageró en venerar a los filósofos al grado de considerarlos iguales a los apóstoles; identificaba o, más bien, confundía la sabiduría divina con la mundana. Para él, ambas, tienen el mismo objeto, esto es, encontrar la verdad que, mientras a los apóstoles fue otorgada por revelación; decía Barlaam: a nosotros nos ha sido dada por el estudio y la investigación. San Gregorio Palamás rechazó rotundamente esta identificación entre las dos sabidurías apoyándose en las palabras de san Pablo: «Como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina Sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación» (1 ra Corintios 1: 21). Mientras el rango de la filosofía es conocer la creación, el de la fe es el conocimiento de Dios que «se nos ha revelado». Barlaam, dijo que el hombre, es materia (cuerpo) y espíritu, que son elementos independientes pegados frágilmente; un día serán separados de modo definitivo, y antes de que este enlace sea disuelto, es imposible conocer a Dios. En cambio, San Gregorio Palamás enfatizaba que el ser humano es una unión absoluta de cuerpo y alma, y Dios se ha revelado a esta unión. La Esencia de Dios es incomprensible a los hombres, sea en esta vida o en la venidera, aunque sí es alcanzable a nuestro ser, y desde la vida presente, el conocimiento de Dios por la Gracia divina y no Creada; «para que se hicieran partícipes de la naturaleza divina» (1 ra Pedro 1: 4). • Barlaam decía: La iluminación que se llevó a cabo en el monte Tabor (durante la Transfiguración del Salvador) y todas las demás iluminaciones efectuadas en este mundo y perceptibles a nuestros sentidos, son luces creadas o ilusión, mientras que el conocimiento supera los sentidos. San Gregorio Palamás le contestó: La divina Luz es eterna y no creada, y nosotros los hombres, tal como somos en nuestra limitación, hemos sido dignos, por la infinita misericordia de Dios, de participar de esta Luz. • La oración, según Barlaam, es una práctica ajena al cuerpo y pertenece únicamente al alma; así que la óptima oración es efectuada cuando la mente abandona el cuerpo. En cambio, la verdadera visión cristiana (la de San Gregorio Palamás) defiende el cuerpo como morada de la divina Luz: «¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo?» (1 ra Corintios 7:19). Lo que el cristiano busca no es librarse del cuerpo sino de «las obras de la carne» (Gálatas 5:19). Los escritos de San Gregorio Palamás fueron fruto de todo lo que había vivido y experimentado; en cambio, la ideología de Barlaam fue resultado de un estudio racional, cuyo rango seguramente no es lo divino

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Boletín Dominical de la Diócesis de México de la Iglesia Ortodoxa en América, correspondiente al domingo 27 de marzo de 2016.

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…La Iglesia Ortodoxa conserva la memoria de SAN GREGORIO PALAMÁS EL

SEGUNDO DOMINGO DE LA CUARESMA, enfatizando que la vida virtuosa,

la oración sencilla, la humilde postración y la purificación de los sentidos forman

la puerta que abrimos para que la Gracia de Dios ilumine nuestra noche racional.

Obispo Ignacio Samaán

Fue San Gregorio (+1359) quien dio testimonio de que

los seres humanos pueden llegar a ser deificados

mediante la gracia de Dios en el Espíritu Santo; y

que incluso en esta vida, uniéndose a la obra salvífica

del Espíritu, mediante la oración y el ayuno, los seres

humanos se hacen partícipes de la luz increada de la

Divina Gloria.

Este Santo Padre, procedente de Asia Menor, se formó

durante su niñez en la corte imperial de Constantinopla,

donde fue instruido tanto en la sabiduría religiosa como

en la secular. Aun siendo joven, dejó la corte imperial y

dedico su vida al ascetismo en el Monte Áthos, y en el Skit en Borea. Estuvo algún

tiempo en Tesalónica siendo tratado de una enfermedad derivada de su severa

forma de vivir.

Estuvo presente en Constantinopla en el Concilio que fue convocado en 1341 en

contra de Barlaam de Calabria, y en el Concilio de 1347 en contra de Acindino,

quien era de la misma mentalidad de Barlaam; Barlaam y Acindino proclamaban

que la Gracia de Dios era creada. En ambos concilios, San Gregorio contendió

valientemente a favor de los verdaderos dogmas de la Iglesia de Cristo, enseñando

en particular que la Gracia no era creada, sino que son energías increadas de

Dios las cuales son vertidas a través de la creación: De otra forma sería imposible,

si la Gracia fuese creada, para el hombre tener una genuina comunión con el Dios

increado.

En 1347 fue designado Metropolitano de Tesalónica. Cuidó de su rebaño en forma

apostólica cerca de 12 años, y escribió muchos libros y tratados acerca de las más

exaltadas doctrinas de nuestra Fe; y habiendo vivido un total de sesenta y tres años,

durmió en el Señor en 1359. Sus santas reliquias son conservadas en la Catedral de

Tesalónica. Un servicio completo fue escrito para el día de su fiesta por el

Patriarca Filoteo en 1368, cuando fue establecido que su fiesta se celebraría este

día (el segundo Domingo de Cuaresma). Puesto que la labor sin la fe correcta no

sirve para nada; entonces nosotros establecemos que la fe Ortodoxa es el

fundamento de todo lo que logramos durante la cuaresma, celebrando el

Triunfo de la Ortodoxia el domingo pasado, y al gran defensor de las enseñanzas

de los Santos Padres este día.

Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América

www.ocamexico.org

Catedral Ortodoxa

—La Ascensión del Señor—

Hoy, Segundo Domingo de la Gran Cuaresma conmemoramos a:

SAN GREGORIO PALAMÁS. Monje del Monte Áthos y luego Arzobispo de

Tesalónica (Siglo XIV), que se encargó de refutar el filosofismo de Barlaam, un

italiano de origen griego cautivado por la filosofía griega. Así se enfrentó la

espiritualidad ortodoxa con el racionalismo occidental:

• Barlaam exageró en venerar a los filósofos al grado de considerarlos iguales a los

apóstoles; identificaba o, más bien, confundía la sabiduría divina con la mundana. Para

él, ambas, tienen el mismo objeto, esto es, encontrar la verdad que, mientras a los

apóstoles fue otorgada por revelación; decía Barlaam: a nosotros nos ha sido dada por

el estudio y la investigación. San Gregorio Palamás rechazó rotundamente esta

identificación entre las dos sabidurías apoyándose en las palabras de san Pablo:

«Como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina

Sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la

predicación» (1ra Corintios 1: 21). Mientras el rango de la filosofía es conocer la

creación, el de la fe es el conocimiento de Dios que «se nos ha revelado».

• Barlaam, dijo que el hombre, es materia (cuerpo) y espíritu, que son elementos

independientes pegados frágilmente; un día serán separados de modo definitivo, y

antes de que este enlace sea disuelto, es imposible conocer a Dios. En cambio, San

Gregorio Palamás enfatizaba que el ser humano es una unión absoluta de cuerpo y

alma, y Dios se ha revelado a esta unión. La Esencia de Dios es incomprensible a los

hombres, sea en esta vida o en la venidera, aunque sí es alcanzable a nuestro ser, y

desde la vida presente, el conocimiento de Dios por la Gracia divina y no Creada;

«para que se hicieran partícipes de la naturaleza divina» (1ra Pedro 1: 4).

• Barlaam decía: La iluminación que se llevó a cabo en el monte Tabor (durante la

Transfiguración del Salvador) y todas las demás iluminaciones efectuadas en este

mundo y perceptibles a nuestros sentidos, son luces creadas o ilusión, mientras que el

conocimiento supera los sentidos. San Gregorio Palamás le contestó: La divina Luz

es eterna y no creada, y nosotros los hombres, tal como somos en nuestra

limitación, hemos sido dignos, por la infinita misericordia de Dios, de participar

de esta Luz.

• La oración, según Barlaam, es una práctica ajena al cuerpo y pertenece únicamente al

alma; así que la óptima oración es efectuada cuando la mente abandona el cuerpo. En

cambio, la verdadera visión cristiana (la de San Gregorio Palamás) defiende el

cuerpo como morada de la divina Luz: «¿No saben que su cuerpo es templo del

Espíritu Santo?» (1ra Corintios 7:19). Lo que el cristiano busca no es librarse del

cuerpo sino de «las obras de la carne» (Gálatas 5:19).

Los escritos de San Gregorio Palamás fueron fruto de todo lo que había vivido y experimentado; en cambio, la ideología de Barlaam fue resultado de un estudio

racional, cuyo rango seguramente no es lo divino…

Page 2: Boletín dominical 27 de marzo de 2016

TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 2º

Coro: Cuando descendiste a la muerte, Oh Vida Inmortal, / diste muerte al infierno / con la

brillantez de Tu deidad. / Y cuando de las entrañas de la tierra levantaste a los muertos, /

todas las potestades celestiales exclamaron: / Oh Dador de vida, Cristo nuestro Dios, /

gloria a Ti //.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Tropario a San Gregorio Palamás - Tono 2°

Coro: Astro de la Ortodoxia, / firmeza de la Iglesia y su maestro; / hermosura de los

ascetas y su adorno, / el irrefutable campeón de los teólogos, / Gregorio el milagroso, /

orgullo de Tesalónica y predicador de la Gracia / Intercede, sin cesar, / por la salvación de

nuestras almas. //

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Contaquio a San Gregorio Palamás - Tono 2º

Coro: A una sola voz te cantamos, / instrumento Santo, y divino de la sabiduría, / alegre

trompeta de la teología, / juntos te alabamos con himnos, / oh Gregorio, inspirado por

Dios. / Como eres una inteligencia presente, / ante la sabiduría divina, guía nuestras mentes

hacia ella, / para que así todos exclamemos: / Alégrate oh predicador de la Gracia. //

Diácono: Atendamos.

Sacerdote: Paz a todos.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: PROQUIMENO, en el Tono 2º Lector: El Señor es mi fortaleza y mi cantar, y se ha hecho mi salvación.

Coro: El Señor es mi fortaleza y mi cantar, / y se ha hecho mi salvación, mi

salvación //.

Verso: El Señor me ha castigado sobremanera, mas no me ha entregado a la muerte.

Coro: El Señor es mi fortaleza y mi cantar, / y se ha hecho mi salvación, mi

salvación //.

Verso: El Señor es mi fortaleza y mi cantar.

Coro: Y se ha hecho mi salvación, mi salvación //.

Diácono: Sabiduría.

ECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS HEBREOS. (Hebreos 1: 10 - 2: 3)

Diácono: Atendamos.

Tú, ¡Oh Señor! Al principio, pusiste los cimientos de la tierra, y los cielos son

obra de tus manos. Ellos perecerán, mas Tú permaneces; todos como un vestido

envejecerán; como un manto los envolverás y como un vestido, serán cambiados.

Pero Tú eres el mismo y tus años no tendrán fin. Y ¿a qué ángel dijo alguna vez:

Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos al estrado de tus pies? ¿Es

que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de

heredar la salvación? Por lo tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo

que hemos oído, para que no nos perdamos. Pues si la palabra promulgada por

medio de los ángeles, obtuvo tal firmeza que toda transgresión y desobediencia

recibió justa retribución ¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan

gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego

confirmada por quienes la oyeron.

Sacerdote: Paz a ti.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: ALELUYA, en el Tono 2º Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Verso: Que el Señor te escuche en el día de tribulación; que te escude el Nombre del Dios

de Jacob.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Verso: Oh Señor, salva al rey, y escúchanos en el día en que Te clamemos.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Diacono: Sabiduría. Estemos de pie; escuchemos el Santo Evangelio.

Sacerdote: Paz a todos.

Coro: Y a tu espíritu.

ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS. (Marcos 2: 1 – 12)

Coro: Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti.

Sacerdote: Atendamos.

En aquel tiempo, Jesús: Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había

corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la

puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra. Y vinieron a traer a un

paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la

multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura

que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la

fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí

sentados algunos escribas que pensaban entre sí: ¿Por qué habla éste así? Está

blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Pero, al instante,

conociendo Jesús con su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice:

¿Por qué piensan así en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico:

Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y vete?

Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar

los pecados – dice al paralítico –, A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete

a tu casa. Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos,

de modo que todos quedaron maravillados y glorificaban a Dios, diciendo:

Jamás hemos vimos cosa igual.

Coro: Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti.

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