Boletin Infofamilia 2014 2

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Junio 2014 Año 5, N° 2 MASCULINIDADES en América Latina FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

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  • Junio 2014Ao 5, N 2

    MASCULINIDADESen Amrica Latina

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

  • Las familias constituyen los espacios en los que, de manera

    principal, se construyen las identidades de varones y muje-

    res; es decir, cada quien aprende lo que significa ser varn y

    ser mujer. Estas identidades son generalmente concebidas

    como opuestas en el marco de relaciones jerarquizadas en

    las que los varones son enseados a que su espacio es el de

    la autoridad y su concrecin se expresa en la funcin de pro-

    veedor nico y el ejercicio de la violencia cuando sienten

    cuestionada dicha posicin.

    Este modelo hegemnico ha regido las relaciones sociales,

    econmicas y polticas en la mayora de pases del mundo,

    promoviendo relaciones desiguales en dichos mbitos y

    generando graves brechas de acceso a las oportunidades de

    desarrollo y bienestar a la poblacin femenina.

    Los cambios protagonizados por las mujeres respecto del

    reconocimiento de sus derechos a la igualdad y a una vida

    libre de violencia, entre otros, as como su cada vez ms cre-

    ciente participacin en el mercado laboral y en otros espa-

    cios de la sociedad contrastan permanentemente con el

    modelo hegemnico de varn.

    Por ello, desde hace varias dcadas mujeres y varones han

    cuestionado estos modelos de masculinidad, en particular

    porque cuestionan el reconocimiento a sus derechos, les

    resta la posibilidad de expresar sus sentimientos sin temor a

    ser cuestionados, a crear vnculos afectivos con su entorno,

    a tener relaciones democrticas, a participar activamente

    en la formacin, cuidado y proteccin de sus hijos e hijas

    cuando son padres, a desarrollar relaciones armoniosas y de

    respeto mutuo con sus parejas.

    Asimismo, este modelo contradice la igualdad de todas las

    personas como seres de igual valor y merecedores de todas

    las condiciones necesarias para acceder a las oportunidades

    que requieran para lograr desarrollarse en las esferas socia-

    les, econmicas, polticas, etc.

    Junto con una cada vez mayor conciencia de los derechos de

    las mujeres a la igualdad, se han producido tambin estu-

    dios sobre las formas de desarrollar identidades masculinas

    diferentes al modelo hegemnico denominados estudios

    sobre masculinidad.

    Conscientes de la necesidad de promover relaciones iguali-

    tarias en las familias, que a su vez coadyuven a que varones y

    mujeres tengan una vida digna, el Ministerio de la Mujer y

    Poblaciones Vulnerables como ente rector de las polticas de

    fortalecimiento de las familias, pone a su disposicin la

    segunda edicin del ao 2014 del boletn INFOFAMILIAS.

    En el boletn se presentan las reflexiones crticas de dos espe-

    cialistas quienes, cada uno desde su propia perspectiva, ana-

    lizan la construccin de la masculinidad en nuestra sociedad

    y proponen nuevos modelos de masculinidad: la construc-

    cin de una sociedad ms igualitaria y democrtica.

    TERESA HERNNDEZ CAJO

    DIRECTORA GENERAL DE LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD

    3

    MINISTRA DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES

    Mara del Carmen Omonte Durand

    VICEMINISTRO DE POBLACIONES VULNERABLES

    Julio Rojas Julca

    DIRECTORA GENERAL DE LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD

    Teresa Hernndez Cajo

    DIRECTORA DE FORTALECIMIENTO DE LAS FAMILIAS

    Sara Meja Gonzles

    EQUIPO TCNICO

    Gianina Rupire Aazco

    Elizabeth Maldonado Peceros

    Aldo Herrera Larrea

    Hecho el depsito legal en la Biblioteca Nacional del Per

    N 2012 - 05518

    Pg. 3

    PRESENTACIN

    Pg. 6 - 12

    DOMINACIN MASCULINA Y VIOLENCIA

    HACIA LA MUJER EN EL MBITO FAMILIAR:

    Una reflexin terica desde la experiencia de

    tratamiento con hombres

    Por Alexis Valenzuela Mayorga

    Pg. 13 - 17

    LA CONSTRUCCIN DE LA MASCULINIDAD Y

    EL ENTORNO FAMILIAR

    Por Miguel ngel Ramos Padilla

    Pg. 4 - 5

    APUNTES PARA VARONES INTERESADOS EN

    PROMOVER LA IGUALDAD DE GNERO

    Por Christian Guzmn Mazuelos

    Pg. 18 - 20

    ESTADSTICAS

    Pg. 21

    ACTIVIDADES MIMP

    Pg. 22 - 23

    ACTIVIDADES DGFC

    Pg. 24 - 27

    INAUGURACIN DE LACTARIOS

    Presentacin

    3

    AO 5, N 2 - JUNIO DEL 2014

    INFOFAMILIAS: Un espacio para la reflexin

    Boletn elaborado por la Direccin de Fortalecimiento de las Familias

    de la Direccin General de la Familia y la Comunidad, del Ministerio

    de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

    Junio 2014Ao 5, N 2

    MASCULINIDADESen Amrica Latina

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

  • CHRISTIAN GUZMN MAZUELOS

    Coordinador del Programa de Hombres que Renuncian a su

    Violencia

    Apuntes para varones interesados en promover la igualdad de gneroRecientemente podemos ver cmo se hace ms y ms

    comn que los varones se involucren en marchas y manifes-

    taciones (incluso liderndolas) contra la violencia hacia las

    mujeres. Adems, cada vez hay ms varones dispuestos a

    cuestionar los modelos tradicionales de hombra que se

    vinculan tan fuertemente con el ejercicio de la violencia

    (aprendimos desde pequeos que la violencia es un atributo

    que puede definirnos como varones). Estos varones estn

    dispuestos a cambiar y promover un mundo ms justo para

    las mujeres. Sin embargo, muchas veces no contamos con

    referentes sociales y no sabemos muy bien qu hacer desde

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

    7564

    nuestro lado cuando ya nos hemos dado cuenta de estas

    situaciones. Ac presentamos una lista, breve y no definiti-

    va, de algunas acciones concretas que como varones pode-

    mos implementar para promover un mundo ms justo.

    1. Renuncia al ejercicio de violencia con tu pareja y las muje-

    res de tu entorno cercano. Si te has dado cuenta o te han

    hecho saber que ejerces violencia, busca ayuda especiali-

    zada. La decisin ms valiente para un varn es saber

    pedir ayuda. Si realmente lo deseas o conoces alguien

    que quiera parar con la violencia y cambiar, debes saber

    que s es posible.

    2. Deja de esperar servicios de tu pareja. Ella no est contigo

    para satisfacerte sino para crecer junto a ti. Esperar servi-

    cios de su parte es en el fondo mirarla como inferior a ti.

    Tienes que aprender a mirarla como una persona con sus

    propios derechos, expectativas, deseos e ideas.

    3. No ejercer violencia no es suficiente para lograr la igual-

    dad de gnero. Es necesario que te involucres en cuestio-

    nar la violencia de otros varones, actuando cuando veas o

    escuches a otro varn siendo violento.

    4. Otra de las formas generalizadas de violencia son el acoso

    sexual callejero y los comentarios homofbicos. Comporta-

    mientos tan negativos y degradantes no se deben tolerar.

    5. Busca otros varones que, como t, estn involucrados en la

    promocin de la igualdad de gnero. Contar con otros varo-

    nes para compartir nuestras experiencias al cuestionar el

    machismo es fundamental. No contar con redes nos puede

    terminar trasmitiendo una sensacin de aislamiento.

    6. Asume tu parte de responsabilidad en el cuidado cotidia-

    no de la casa y los/las hijos/as. Esto es muy bueno para

    tus hijos/as porque les permite crecer cerca a una figura

    paterna positiva y cariosa, lo que apoya en el desarrollo

    de su autoconfianza y seguridad. Tambin es bueno para

    tu pareja porque le permite contar con ms tiempo para

    su desarrollo personal o simplemente descansar. Y tam-

    bin es bueno para ti como varn porque te permite cre-

    cer como persona al establecer relaciones verdadera-

    mente cercanas con tus hijos/as. Que los varones asuma-

    mos nuestra responsabilidad en el cuidado es bueno para

    todas y todos.

    7. Es importante que asumamos nuestra responsabilidad en

    el control de la fecundidad y en la anticoncepcin. Si el

    sexo es de dos, tambin la anticoncepcin es nuestra res-

    ponsabilidad.

    8. Si como varn tienes una posicin de poder o jerarqua

    en tu trabajo, organizacin o comunidad, aprovchala

    para difundir la necesidad de respetar los derechos de las

    mujeres.

    9. No apoyes el sexismo en los medios de comunicacin. No

    consumas revistas, programas o productos que muestren

    a las mujeres de un modo degradante o violento.

    10. La violencia nunca puede ser "justificada". Frente al "yo

    le grito/pego/insulto a mi pareja porque ella... ", se debe

    precisar que la nica persona responsable por la violen-

    cia es quien la ejerce.

    11. Apoya en tu comunidad los esfuerzos de las organizacio-

    nes de mujeres y feministas por lograr el acceso real de

    las mujeres a sus derechos.

    Involcrate, no para ser un buen hombre o buscando feli-

    citaciones por parte de las mujeres, sino porque es algo que

    todos los varones deberamos hacer como parte de nuestra

    responsabilidad en la bsqueda de la igualdad.

  • Cualquier teora de la

    masculinidad debe explicar el

    fenmeno del cambio social,

    entendiendo el gnero como un

    producto de la historia y

    tambin como un productor de

    la misma.

    Hablar de Familia es pensar una organizacin que ha sufrido

    grandes transformaciones en la historia de la Humanidad,

    algunos investigadores establecen su origen en el clan y el

    sedentarismo que dara nacimiento a la propiedad privada,

    donde los varones se apropian de la tierra y a la vez se adue-

    an de las mujeres para poder tener la mano de obra nece-

    saria para poder trabajar la tierra (Engels, 2000). Es aqu

    donde nacen familias aclanadas con 3 o hasta 4 generacio-

    nes, donde la transmisin de la cultura y el cuidado de los

    nios se encuentra en las mujeres y la produccin de bienes

    y alimentos en los varones. Posteriormente con la revolu-

    cin industrial nace la familia nuclear, la que se ha consolida-

    do hasta el siglo XX, entrando en transformaciones en las lti-

    mas dcadas, dando nacimiento a nuevas formas de familia,

    como la monoparental, la reconstituida y otras.

    Pero a pesar de las transformaciones de la estructura fami-

    liar y de las formas de produccin, el Patriarcado ha sido una

    construccin cultural que permanece en el tiempo, diferen-

    ciando los roles de varones y mujeres, dando a los primeros

    el mbito pblico y productivo y a las segundas el mbito de

    lo privado y reproductivo, con fundamentos divinos y lega-

    les (1993). Es as como el patriarcado establece las caracte-

    rsticas aceptadas para el comportamiento de los varones

    representndose en la masculinidad hegemnica.

    La masculinidad hegemnica puede definirse como la con-

    figuracin de la prctica de gnero que incorpora la res-

    puesta aceptada, en un momento especifico, al problema

    de la legitimidad del patriarcado, lo que garantiza la posi-

    cin dominante de los varones y la subordinacin de las

    mujeres (Connel, 2003).

    La hegemona slo se establecer si existe cierta correspon-

    dencia entre el ideal cultural y el poder institucional, colecti-

    vo e individual. Su principal caracterstica es el xito a su

    reclamo de autoridad, ms que la violencia directa. En con-

    secuencia la hegemona es una relacin histrica mvil; su

    flujo y reflujo son elementos claves de la descripcin de mas-

    culinidad. (Connel, 2003, p 118).

    Dentro de ese marco se establecen relaciones de domina-

    cin y subordinacin especificas, que se estructuran de

    acuerdo al gnero. En el caso de las sociedades europeas y

    americanas contemporneas es la dominacin de los varo-

    nes heterosexuales y la subordinacin de las mujeres y varo-

    nes homosexuales. (Connel, 2003).

    Las definiciones normativas de la masculinidad se enfrentan

    al problema de que no muchos varones se ajustan a los

    estndares esperados, la cantidad de varones que practican

    rigurosamente el patrn hegemnico en su totalidad es

    pequea; sin embargo la mayora de ellos, se benefician de

    la hegemona, obteniendo ventajas sobre las mujeres y varo-

    nes homosexuales.

    Las relaciones de complicidad con el proyecto hegemnico

    permitirn que otras formas de construccin de masculinidad,

    aprovechen los dividendos del patriarcado, sin las tensiones o

    riesgos que conlleva el estar en la vanguardia del mismo.

    ALEXIS VALENZUELA MAYORGA

    Docente de la

    Universidad Central de Chile . Presidente de la Fundacin

    Hombres Libres y Familia, trabaja en reeducacin de

    hombres que renuncian a la violencia.

    Universidad Tecnolgica Metropolitana y la

    Dominacin masculina y violencia hacia la mujer en el mbito familiar:Una reflexin terica desde la experiencia

    de tratamiento con hombres

    7766

  • 6. Emocionalmente controlados: No demuestran sus emo-

    ciones, ello es un signo de debilidad.

    7. Heterosexuales: Le gustan las mujeres, las desean,

    deben conquistarlas para poseerlas y penetrarlas. Su ani-

    malidad es ms fuerte y su deseo puede ser superior a su

    voluntad. El varn se empareja con una mujer, es padre y

    tiene una familia.

    8. Son los proveedores en la familia: Debe proveer siendo

    responsable de quienes estn a su cargo.

    9. Su mbito de accin es la calle: El varn es de la calle, del

    trabajo; ese es su lugar, le aburre la casa; la mujer es de la

    casa, no hace lo que es de responsabilidad de la mujer.

    Todo esto en oposicin a las mujeres, los varones homose-

    xuales y aquellos varones femeneizados (Olavarria, 2000).

    A su vez segn estudios en Latinoamrica la masculinidad se

    construye de 2 dimensiones (Fuller, 2003):

    1. La natural: la virilidad. Se refiere a los rganos sexuales y

    a la fuerza fsica, a partir de lo cual cada varn debe con-

    trolar sus emociones, demostrar fuerza fsica y ser

    sexualmente activo.

    2. La social: la hombra es un estatus que se debe alcanzar

    para obtener el titulo de varn y se refiere a tener familia

    y trabajo.

    Tanto la masculinidad hegemnica, como las expresiones

    marginales, no designan tipos de carcter fijos, sino configu-

    raciones de la prctica, generadas en situaciones particula-

    res y en una estructura de relaciones mutables. Cualquier

    teora de la masculinidad debe explicar el fenmeno del cam-

    bio social, entendiendo el gnero como un producto de la

    historia y tambin como un productor de la misma.

    La violencia como manifestacin de la masculinidad hege-

    mnica es tambin parte de un sistema de dominacin. La

    proporcin de violencia contempornea seala una tenden-

    cia hacia la crisis en el orden de gnero moderno, siendo una

    de las dificultades de la sociedad actual en la adaptacin del

    individuo a su integracin social (Muoz, 2006).

    Todo esto permite comprender que la masculinidad es una

    construccin cultural que se reproduce socialmente y que

    por tanto no se puede definir fuera del contexto socioeco-

    nmico, cultural e histrico en que estn insertos los varo-

    nes. El modelo de gnero impone mandatos que sealan -a

    mujeres y varones- lo que se espera de ellos y ellas, siendo el

    patrn con el que se comparan y son comparados los varo-

    nes. De esta manera, podemos observar una masculinidad

    hegemnica o dominante y otras subordinadas, subyuga-

    das, marginadas o alternativas, pero siempre definidas

    desde la hegemona (FLACSO, 2002).

    Segn la masculinidad dominante o hegemnica, los varo-

    nes se caracterizan por tener que responder a los siguientes

    mandatos culturales (Olavarria y Valds, 1998):

    1. Activos: El varn es un ser activo, es la ley en su casa, su

    mujer e hijos le deben obediencia, es jefe de hogar, res-

    ponsable de su familia.

    2. Autnomos: Son libres y autnomos, que tratan en

    igualdad con otros varones.

    3. Fuertes: Sin temor, sin expresar sus emociones, sin llorar

    a excepcin que esto reafirme su hombra.

    4. Potentes: con fuerza fsica, protectores de los suyos.

    5. Racionales: Toman las decisiones a travs de un anlisis

    racional.

    La mujer y lo femenino se

    considera lo abyecto, el limite

    de la masculinidad. El varn

    que pasa el lmite se expone a

    ser estereotipado como no

    perteneciente al mundo de los

    varones. Estas tensiones en la

    generacin de las

    caractersticas propias de la

    masculinidad y por cumplir

    con el modelo hegemnico,

    someten a una vivencia de

    incomodidad, dolor y

    frustracin a los varones

    (Fuller, 2004).

    98

  • cas entre varones y mujeres, pero la igualdad en derecho y

    valor.

    Para generar un cambio en la situacin de violencia en la fami-

    lia es necesario reconocer el origen de la misma en la identi-

    dad masculino hegemnica, para as poder establecer pro-

    gramas psicosociales o socioeducativos que acten desde el

    tratamiento o la prevencin primaria.

    Programas que vayan dirigidos especficamente a los varo-

    nes como sujeto de intervencin, reconociendo en ellos un

    sujeto de derecho que tambin posee gnero, cuyos actos

    tendrn consecuencias positivas o negativas en las personas

    que lo rodean y su medio ambiente ms cercano.

    Un aporte significativo en la materia lo entrega el Doctor en

    Salud Pblica de la Universidad de Harvard, Don Sabo, con el

    concepto de Sinergia de Gnero, que reconoce que las

    vidas entre hombres y mujeres son fundamentalmente reci-

    procas y han de ser comprendidas en trminos relaciona-

    les (Sabo, 2000, p. 8). Cuando el patrn de relaciones

    mutuas estimula procesos o resultados finales de salud posi-

    tivos para ambos sexos, estamos frente a una sinergia posi-

    tiva, ejemplo de ello es la participacin del padre en el parto

    y en los cuidados de los nios, donde la triada: padre, madre

    e hijo o hija se ven favorecidos (Sabo, 2000).

    De esta manera, si las polticas pblicas intervienen en la

    modificacin identitaria de los varones en general y de

    varones violentos en particular, se afectara positivamente

    la salud e integridad fsica de mujeres, nios, nias y adul-

    tos mayores; las principales victimas de la violencia intra-

    familiar.

    Ejemplo de ellos son las iniciativas municipales de progra-

    mas de prevencin de violencia masculina en Chile como:

    Repara de Antofagasta y Pronovif en Cerro Navia. Y las inicia-

    tivas de la sociedad civil como la Fundacin Hombres Libres

    y Familia, con 5 aos de trayectoria en la intervencin con

    varones imputados por la ley de violencia intrafamiliar y

    varones que voluntariamente acceden a eliminar su propia

    violencia.

    A nivel de gobierno central de Chile, solo existe una inicia-

    tiva piloto para tratamiento de varones que ejercen vio-

    lencia: el Programa de hombres por una vida sin violencia

    implementado por el SERNAM (SERNAM; 2012) durante la

    administracin del Presidente Sebastin Piera, con una

    cobertura que no alcanzan a cubrir el 1% de los imputados

    por violencia intrafamiliar del pas (ms de 140.000

    denuncias por ao).

    El mandato cultural de tener trabajo ser tan fuerte en los

    varones, que en la bsqueda de su cumplimiento arriesga-

    ran la propia salud e integridad fsica. Asimismo, la prdida

    del trabajo ser vivenciado como el mayor riesgo para su

    salud y el de su familia (Valenzuela, 2008).

    El trabajo es representado desde la provisin familiar como

    una labor excluyente y distintiva de las mujeres, quienes pue-

    den elegir trabajar o no sin afectar su propia identidad (Va-

    lenzuela, 2008).

    La mujer y lo femenino se considera lo abyecto, el limite de

    la masculinidad. El varn que pasa el lmite se expone a ser

    estereotipado como no perteneciente al mundo de los varo-

    nes. Estas tensiones en la generacin de las caractersticas

    propias de la masculinidad y por cumplir con el modelo hege-

    mnico, someten a una vivencia de incomodidad, dolor y

    frustracin a los varones (Fuller, 2004). Que los llevaran a tra-

    tar de generar nuevas formas de dominacin, ms sutiles y

    simblicas o evidentemente agresivas.

    En este contexto, es posible comprender el fenmeno de la

    Violencia Intrafamiliar como un sometimiento y control del

    varn sobre la mujer, desde lo que la cultura y la historia le

    permiten ejercer. Debemos recordar que en Chile hasta el

    ao 1994, era absolutamente legal golpear a la cnyuge ma-

    nun militarum, segn estableca la norma del Cdigo Civil

    de 1855 que regulaba el Matrimonio (Biblioteca del Congre-

    so Nacional de Chile, 2012).

    De esta manera la Masculinidad Hegemnica construida por

    una serie de sustentaciones formales e informales, tales

    como: costumbres, leyes, tradiciones, cultura, ideologas, reli-

    giones y la propia experiencia intergeneracional de varones y

    mujeres, a mantenido la violencia contra la mujer y los hijos,

    como una forma de resolucin de conflictos o sometimiento

    al interior de las familias, a pesar de los avances legislativos.

    De hecho, el ao 2011, de las 155.113 denuncias de violen-

    cia intrafamiliar, realizadas en Carabineros de Chile, 123.820

    corresponde a mujeres agredidas, mantenindose la ten-

    dencia histrica de 80% de victimas de sexo femenino, que

    tienen como ofensor a su pareja masculina, ya sea cnyuge

    o conviviente (Ministerio del Interior y Seguridad Publica de

    Chile , 2012).

    Esta realidad no cambiara en Chile mientras no cambie el

    varn mismo, y no hablamos de la falacia de construir un

    nuevo tipo de varn, sino que estamos proponiendo -

    basado en la experiencia de la Fundacin Hombres Libres

    y Familia- un cambio de la identidad masculina, de una

    identidad masculino hegemnica a una gnero equitativa

    (Valenzuela 2012), que reconozca las diferencias biolgi-

    1110

  • La construccin de la masculinidad y el entorno familiar

    MIGUEL NGEL RAMOS PADILLA

    Director General contra la Violencia de Gnero

    del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

    En Amrica Latina, y concretamente en el Per, hay una

    forma hegemnica de ser varn que prevalece como norma

    social, muy incorporada en la subjetividad de varones y

    mujeres, y que tiene por objetivo regular las relaciones

    entre los gneros. As, existe un modelo social de ser varn y

    la sociedad espera que todos los varones nos acerquemos al

    mismo, obteniendo el reconocimiento social quienes lo

    logran y la desvalorizacin, la humillacin y el ridculo quie-

    nes se alejan de ese patrn.

    En Per no existe ni un programa del gobierno para atender

    a varones, solo iniciativas locales o grupos de autoayuda.

    Actualmente se ha creado la Direccin de Violencia de Gene-

    ro en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,

    que est estudiando la implementacin de una propuesta

    para enfrentar la violencia intrafamiliar de manera integral.

    Por lo tanto es imprescindible el aumento de oferta para tra-

    tamiento de varones que renuncian a la violencia. Por parte

    de los Gobiernos Latinoamericanos se debe subvencionar

    las iniciativas exitosas de la sociedad civil, pero tambin se

    necesita generar polticas coherente de prevencin de la vio-

    lencia de gnero, no slo orientado a la victima sino incorpo-

    rando a los varones y su formacin de identidad, para la

    deconstruccin de la masculinidad hegemnica en las dis-

    tintas etapas del ciclo vital.

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    de Chile, 2006.

    Olavarria, Jos y Valds, Teresa. Articulo: Ser Hombre en Santiago de Chile: A

    pesar de todo, un mismo modelo. Masculinidades y Equidad de Genero en

    Amrica Latina. FLACSO- Chile 1998.

    713612

  • Durante la adolescencia, la sexualidad, en el contexto de la

    masculinidad hegemnica se convierte en el medio funda-

    mental para mostrar hombra. Aprendemos a utilizarla

    como un instrumento de control, de poder sobre las muje-

    res, y no como una manera de interaccin sensorial y pla-

    centera de los cuerpos. El poder se sexualiza. As, la sexuali-

    dad masculina se convierte en obligatoria, competitiva

    entre hombres, violenta e irresponsable.

    Un varn adulto, para ser reconocido socialmente como un

    hombre pleno, no solo tiene que demostrar su hombra,

    es decir su heterosexualidad, unindose a una mujer y

    teniendo hijos/as, sino probando su capacidad de proveer

    econmicamente a su familia. Esta funcin, durante muchos

    aos, se convirti en uno de los pilares del mayor poder de

    los varones y del reconocimiento indiscutible de su autori-

    dad por parte de su pareja e hijos/as. Sin embargo, en las lti-

    mas dcadas los cambios en la estructura econmica obliga-

    ron a las mujeres a salir masivamente al mercado laboral,

    cuerpos, hacindonos, con esto, incapaces de percibir los

    sentimientos de las otras personas y las necesidades de sus

    cuerpos.

    En contraposicin, se incentiva en las nias la famosa intui-

    cin y sensibilidad femenina, porque socialmente tendrn

    el rol de cuidado, de la crianza, de satisfacer las necesidades

    de otros cuerpos, del esposo, de los hijos/as. Para llegar a

    eso necesitan primero ser sensibles consigo mismas, eso les

    da la potencialidad para ser sensibles con las necesidades de

    otros cuerpos y con los sentimientos de otras personas. Por

    eso a las mujeres no se les reprime la expresin de los senti-

    mientos y, ms bien, se les incentiva, educndolas de esta

    manera para ser sensibles con las otras personas. Mientras

    tanto, los varones vamos perdiendo la capacidad, incluso, de

    cuidarnos a nosotros mismos. La manera en que se constru-

    ye la masculinidad hegemnica es un terrible obstculo para

    que los varones construyamos una paternidad cercana con

    nuestros hijos e hijas y nos aleja de las tareas del cuidado.

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

    Segn el modelo de la masculinidad hegemnica, los varo-

    nes somos por naturaleza: activos, fuertes, potentes, racio-

    nales, poco emocionales, proveedores en nuestras familias,

    con autoridad reconocida en el hogar y nuestras actividades

    se desarrollan principalmente en el mbito pblico. Las

    mujeres, en oposicin, supuestamente son pasivas, dbiles,

    sensibles, dependientes, subordinadas a la autoridad mas-

    culina y su mbito natural es el domstico. Los varones,

    desde muy pequeos, tenemos que demostrar permanen-

    temente que no tenemos rasgo alguno que nos asemeje a

    las mujeres y, por eso, nuestra principal preocupacin es

    rechazar toda caracterstica que nos feminice y el terror es

    ser desenmascarados como falsos hombres que, ante los

    dems, no llenamos los requisitos del verdadero hombre .

    La hombra tiene que ser probada, pues es una cualidad

    siempre en peligro de perderse.

    Sin embargo, diversos estudios cualitativos han comproba-

    do que existe una gran brecha entre las masculinidades rea-

    les y los mandatos sociales. Los varones tenemos caracters-

    ticas diversas, podemos ser dbiles o fuertes, poco emocio-

    nales o sensibles, pasivos o activos, exitosos como provee-

    dores econmicos o menos exitosos. Son pocos los que

    viven de manera autnoma y se aceptan como son, mien-

    tras la gran mayora que no alcanza la valla impuesta vive su

    ser masculino con mucha angustia y malestar e intenta emu-

    lar el modelo hegemnico, pretendiendo cerrar la brecha

    con el ejercicio de violencia, principalmente contra las muje-

    res, contra otros hombres ms dbiles y contra nosotros mis-

    mos, pues muchas veces anteponemos a nuestros propios

    gustos y deseos la demostracin de hombra ante los dems

    y ante nosotros mismos.

    En cada etapa del ciclo de vida, los varones tenemos que

    pasar una serie de pruebas para ser reconocidos como tales:

    durante la niez se trata de reprimir las emociones, tales

    como el dolor, el miedo, la ternura, el afecto, porque supues-

    1

    2

    tamente denotan vulnerabilidad o debilidad y, por lo tanto,

    son femeninas y se contraponen con el ejercicio de la autori-

    dad y de la dominacin. Los nios desde muy pequeos,

    aprenden que si las expresan sern humillados y ridiculiza-

    dos al ser comparados con una mujercita, con menor valor

    social, o con alguien, como un homosexual, que supuesta-

    mente tiene rasgos femeninos. Entonces, a fuerza de repri-

    mir estos sentimientos, poco a poco ya no identificamos mie-

    do, dolor, y los confundimos con la ira, cuya expresin es

    aceptada en los nios porque es un instrumento usado para

    someter. As, esta llamada insensibilidad natural masculi-

    na no es tal sino que es construida mediante un largo pro-

    ceso de socializacin, donde el mbito familiar tiene un rol

    fundamental, ocasionando que la mayora de los hombres

    construyamos una especie de coraza que impide vernos

    hacia adentro y percibir las necesidades de nuestros propios

    3

    1. Al respecto ver: KIMMEL, Michael. 1997. Homofobia, Temor, Vergenza y Silencio en la

    Identidad Masculina. En: Masculinidad/es. Poder y crisis. Valds, Teresa y Olavarra, Jos

    (eds.). Isis Internacional y FLACSO Chile. Ediciones de las Mujeres N 24. Santiago de Chile,

    Pags. 49 61.

    2. Al respecto de la triada de la violencia masculina ver: KAUFMAN, Michael. 1989. Hom-

    bres. Placer, poder y cambio. CIPAF, Santo Domingo

    3. Al respecto ver: CASTAEDA, Marina. 2002. El Machismo Invisible. Editorial Grijalbo.

    Mxico D.F.

    La manera en que se construye la

    masculinidad hegemnica es un

    terrible obstculo para que los

    varones construyamos una

    paternidad cercana con nuestros

    hijos e hijas y nos aleja de las

    tareas del cuidado.

    715614

  • do exista la voluntad poltica que impulse el cambio de men-

    talidad de profesoras y profesores y de los contenidos curri-

    culares con un enfoque no sexista, que influya en la cons-

    truccin de relaciones democrticas entre varones y muje-

    res, libres de violencia. Tambin, por lo menos con los

    padres y madres de estudiantes de los primeros grados, la

    escuela tiene grandes posibilidades de influir en las relacio-

    nes familiares en esa perspectiva.

    An existe poca comprensin de la importancia de la pre-

    vencin para la erradicacin de la violencia cuando se asig-

    nan presupuestos para esta temtica, fundamentalmente

    porque es difcil de mostrar con evidencias su impacto anual

    en el descenso de la prevalencia de la violencia familiar. Sin

    embargo, es el camino ms seguro, aunque su impacto sea a

    mediano y largo plazo.

    Por ltimo, se hace imprescindible tomar en cuenta a los

    varones, no solamente desde una mirada punitiva, sino

    como sujetos de las polticas encaminadas a la prevencin

    de la violencia y a la construccin de familias democrticas y

    saludables, considerndonos no solo como parte del proble-

    ma sino tambin como parte de la solucin.

    4. Al respecto ver: RAMOS, Miguel. Salud mental y violencia estructural en varones de secto-

    res urbanos pobres En: Cceres, Cueto, Ramos, Vallenas (Coordinadores). La salud como

    derecho ciudadano. Perspectivas y propuestas desde Amrica Latina. Universidad Peruana

    Cayetano Heredia. Lima, 2003. Pags. 309 318.

    5. Al respecto ver: GARCIA, Brgida y DE OLIVEIRA, Orlandina. 1994. Trabajo Femenino y Vida

    Familiar en Mxico. El Colegio de Mxico. Mxico D.F.

    6. Al respecto ver: FULLER, Norma, 2001. Masculinidades. Cambios y permanencias, Fondo

    Ed. Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima.

    7. Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2009 2015. Objetivo Estratgico N 3.

    FOTO: RED PERUANA DE MASCULINIDADES

    pues muchos varones perdieron sus puestos estables con-

    virtindose en trabajadores temporales o desocupados.

    Este proceso produjo que los varones dejramos de ser los

    nicos proveedores o los principales proveedores y en el

    peor de los casos que perdiramos esa funcin, sintindo-

    nos muchos de nosotros socialmente desvalorizados y

    sumindonos en sentimientos de inferioridad y en cuadros

    depresivos. Como consecuencia, los varones percibamos

    que perdamos autoridad frente a las mujeres y, como com-

    probaron estudios en varios pases de Amrica Latina, se

    increment la violencia contra las mujeres como una forma

    de contrarrestar la prdida de poder.

    La funcin masculina de proveedor del hogar est muy rela-

    cionada con la funcin de autoridad y con su capacidad de

    controlar y ejercer poder en el mbito familiar. En este con-

    texto es explicable que muchos varones, cuyas parejas se

    separaron, entre las razones por el ejercicio de la violencia

    contra ellas, se negaran a continuar sufragando la manuten-

    cin de hijas/os, en tanto perdieron el control y el poder

    sobre su ex familia, principalmente sobre su ex pareja, y el

    reconocimiento de su autoridad.

    En un estudio sobre masculinidades y paternidades en las

    clases medias peruanas, se pudo comprobar que el modelo

    de padre y pareja en el mbito familiar estaba cambiando.

    Los varones jvenes ayudan ms a sus parejas aunque no

    asumen aun responsabilidades equitativas en las activida-

    des domsticas, atienden ms a sus hijos/as y les muestran

    ms cario. No obstante, se comprob que lo que permane-

    ca inclume era el tema del poder. Los varones seguan con-

    siderando que ellos tenan ms autoridad en casa y que la

    ltima palabra en las decisiones trascendentales para la mar-

    cha de la familia la deban tomar ellos.

    Justamente, la causa principal para que la violencia contra la

    mujer en el entorno familiar no descienda significativamen-

    4

    5

    6

    te en todos los sectores sociales, luego de ms de una dca-

    da de polticas que buscan enfrentar la violencia familiar y

    sexual, es la permanencia de la creencia, sumamente enrai-

    zada que los varones somos la autoridad en el mbito fami-

    liar y la materna es una autoridad subordinada. En ese con-

    texto, cualquier accin u omisin por parte de las mujeres,

    en las cuales los varones interpretemos que atentan contra

    el reconocimiento de nuestra autoridad, crea las condicio-

    nes para el ejercicio de la violencia como medio para recu-

    perar el control y el poder que estamos perdiendo y que

    constituira la esencia de nuestra masculinidad.

    Por eso mismo, a pesar que la mayora de los varones est

    informado que violentar a una mujer es condenable, que

    tiene consecuencias graves en la salud fsica y mental, no

    solo de sus parejas, sino tambin de sus hijos/as, y que es la

    causa de la desintegracin familiar, resulta ms poderosa la

    necesidad de afirmar la masculinidad.

    Para erradicar la violencia contra las mujeres en el entorno

    familiar se requiere principalmente cambiar los patrones cul-

    turales que estn en la base de los significados de ser varn y

    de ser mujer, que desvalorizan lo femenino y que legitiman

    desigualdades en el ejercicio de los derechos y responsabili-

    dades entre varones y mujeres. El mbito familiar, por ser el

    primer lugar de socializacin de nios y nias, se convierte

    en el entorno clave para romper el crculo vicioso de la

    reproduccin y afianzamiento de esas creencias que condu-

    cen a la propia destruccin de las familias.

    El espacio escolar es el segundo lugar en importancia donde

    se reafirman estas normas sociales y culturales. No obstan-

    te, teniendo en cuenta que las instituciones educativas ten-

    drn un pblico cautivo de nios/as y adolescentes durante

    10 u 11 aos, tienen una gran potencialidad para convertirse

    en espacios de transformacin cultural, y as lo seala el Plan

    Nacional contra la Violencia hacia la Mujer, siempre y cuan-7

    717616

  • 12

    Los datos estadsticos presentados a continuacin preten-

    den mostrar las formas cmo los varones se involucran con

    su familia, en actividades como el cuidado de sus integran-

    tes o actividades domstica propias del hogar.

    En relacin a ello, la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo

    (ENUT) 2010, seala que a medida que aumenta la edad del

    varn, mayor sern las actividades domsticas que asumir.

    As, los varones jvenes (entre los 20 y 29 aos) le dedican

    en promedio 13 horas con 40 minutos a la semana, mientras

    Estadsticas

    que para los varones adultos mayores, el promedio es cerca

    de 20 horas a la semana.

    Sin embargo, respecto a las actividades especficas de cui-

    dado de bebes, nias, nios y adolescentes sucede lo con-

    trario: a mayor edad del varn, menor sern las actividades

    de cuidado hacia este grupo etario. As, los jvenes entre 20

    y 29 aos la asumen en un promedio de 6 horas y 8 minutos,

    mientras que los de 60 a ms aos, en 4 horas y 25 minutos,

    tal como se seala en el siguiente cuadro.

    18 19

    8. Brechas de Gnero en el Uso del Tiempo. MIMDES. 2011

    Por otro lado, hay quienes postulan la idea que por dedicar-

    se a trabajar el varn tiene menos tiempo para asumir las

    actividades domsticas y de cuidado (en contraposicin

    con el varn que no trabaja). Sin embargo, la ENUT identifi-

    c que los varones, independientemente de su situacin

    laboral, se involucran poco en estas actividades, lo que el

    documento Brechas de Gnero denomina como la per-

    sistencia de los estereotipos de gnero en la distribucin de

    trabajo.

    8

    Asimismo, se identifica que la posicin econmica tambin

    influye en un mayor o menor involucramiento de los varo-

    nes en los contextos familiares. As por ejemplo, en el quintil

    ms bajo de ingresos (Quintil 1), los varones dedican mayor

    tiempo al cuidado de los miembros del hogar (4,8 horas)

    debido -suponemos- al dficit de servicios pblicos de cui-

    dado o las limitaciones para acceder a ellos.

    Pero si se tratara del cuidado de bebes, nias, nios y ado-

    lescentes, el tiempo dedicado por los varones del Quintil 1

    es el menor (5,4 horas) en comparacin con los otros quinti-

    les, originado -tal vez- por la percepcin masculina de no sen-

    tirse con las capacidades para ejercerlo.

    GRFICO N 1

    PER: Horas semanales promedio dedicadas por hombres a las actividades domsticas no remuneradas y

    cuidado de bebes, nias, nios y adolescentes, segn grupo de edad, 2010

    Elaboracin: DIFF-DGFCFuente: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010.

    00:00

    06:00

    12:00

    18:00

    24:00

    13:40

    17:1116:45

    18:03

    19:59

    06:08 06:08

    05:1604:25

    06:19

    Actividades domsticas no remuneradas Cuidado de bebs, nias/os y adolescentes

    30 a 39

    40 a 49

    50 a 59

    60 a ms

    20 a 29

    Fuente: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010.

    Elaboracin: DIFF-DGFC

    GRFICO N 3

    PER: Horas semanales promedio dedicadas por

    hombres al cuidado, segn quintil de riqueza, 2010

    5,4

    4,8

    5,6

    3,7

    5,7

    2,9

    6,0

    3,9

    5,9

    3,3

    Cuidado de bebs,

    nias/os y adolescentes

    Cuidado de miembros del hogar

    que presentan algn sntoma,

    malestar o enfermedad

    Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5

    GRFICO N 2

    PER: Horas semanales promedio dedicadas

    por hombres a las actividades domsticas no

    remuneradas y de cuidado, segn condicin

    de ocupacin, 2010

    Fuente: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010.

    Elaboracin: DIFF-DGFC

    00:00

    06:00

    12:00

    18:00

    24:00

    16:16

    04:0104:38

    17:27

    06:13 06:18

    Cuidado de bebs,

    nias/os y

    adolescentes

    Cuidado de miembros

    del hogar que

    presentan algn

    sntoma, malestar

    o enfermedad

    Actividades

    domsticas

    no remuneradas

    Ocupado

    Desocupado

  • 1220

    Finalmente, la Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar

    (ENDES) 2013 muestra resultados preocupantes sobre los

    hogares con integrantes menores de 15 aos (hogares con

    nias, nios y adolescentes): el 21,4% vive con su madre

    pero no con su padre, a pesar que su progenitor est vivo.

    En el rea urbana, el porcentaje es de 24,6% y la tendencia

    es creciente en los hogares situados en rea rural, lo que

    permite concluir que cada vez ms nias, nios y adoles-

    centes viven sin los cuidados parentales del padre biolgi-

    co. A lo cual se le suma la inasistencia familiar, tal como lo

    reporta el Poder Judicial: a mayo de 2014, un total de 2

    154 personas no cumplen con pagar tres o ms cuotas de

    la pensin de alimentos hacia sus hijas e hijos (mayora de

    casos), padres, madres o personas con discapacidad, esta-

    blecidas por mandato judicial.

    Activ

    ida

    de

    s M

    IMP

    SERENATA POR EL DA INTERNACIONAL DE LA MUJER

    Ms de tres mil personar se congregaron en el Anfiteatro del Par-

    que de la Exposicin para reconocer el aporte de las mujeres al

    desarrollo del pas, as como resaltar su participacin poltica en la

    construccin de un Estado inclusivo y con desarrollo humano.

    El evento, denominado Serenata a las Mujeres, fue presidido

    por la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP),

    Mara del Carmen Omonte Durand, quien exhort a la mujer

    peruana a luchar por su libertad econmica, de manera que no

    est presa ni ceda ante el maltrato de su pareja por causa de su

    dependencia. La pobreza es ms dura cuando una mujer la sufre,

    por lo que las mujeres debemos salir adelante en base al esfuerzo

    y coraje que demuestran da a da al llevar las riendas de sus hoga-

    res, manifest.

    07 - 09 ABR. 2014

    21

    07 MAR. 2014

    PRIMER FORO INTERNACIONAL DE MUJERES LDERES DE

    AMRICA DEL SUR Y PASES RABES (ASPA)

    El evento congreg durante tres das a ms de 500 lideresas,

    representantes de 22 pases de la Liga rabe y 12 de UNASUR.

    Durante su participacin, la Ministra de la Mujer sostuvo la necesi-

    dad de que las y los ciudadanos intervengan ms en los asuntos

    pblicos, sin distincin de gnero, que propicie a su vez un cambio

    cultural radical en los actores sociales. "Debemos tener un mundo

    ms tolerante e inclusivo", indic.

    El evento culmin con la Declaracin de Pachacamac, donde los

    pases participantes reafirmaron su compromiso personal por los

    derechos de las mujeres, as como su avance, promocin y el apor-

    te desde sus espacios de incidencia para el mximo desarrollo per-

    sonal e inclusin social, poltica y econmica de la mujer.

    GRFICO N 4

    PER: Nias, nios y adolescentes menores de 15 aos, que viven con la madre y no con el padre,

    a pesar que tienen a su padre vivo, 2011-2013

    Fuente: Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar ENDES INEI

    Elaboracin: Direccin de Fortalecimiento de las Familias DGFC.

    2012

    2013

    2011

    0

    5

    10

    15

    20

    25

    30

    19,1 19,1

    21,4

    22,922,1

    24,6

    12,413,7

    14,7

    Nacional Urbano Rural

  • 15 22

    Acti

    vid

    ad

    es D

    GFC

    MINISTRA DE LA MUJER VISITA LACTARIOS

    DE EMPRESAS PRIVADAS

    Como parte de las acciones por reconocer,

    promover y proteger la lactancia materna, la

    ministra Carmen Omonte visit los lactarios

    de Hipermercado Tottus y Sodimac, ubicados

    en el Centro Comercial Open Plaza Canta-

    Callao. El espacio laboral debe brindar con-

    diciones y servicios adecuados para que las

    madres trabajadoras con hijos/as menores de

    dos aos, puedan continuar alimentndo-

    los/las con leche materna, manifest.

    Asimismo, inform sobre la publicacin del

    proyecto normativo con la propuesta de ade-

    cuacin del D.S. N009-2006-MIMDES a la Ley

    N29896, la misma que identifica los criterios

    mnimos de bioseguridad y privacidad para la

    implementacin de lactarios en las institucio-

    nes pblicas y privadas.

    LANZAMIENTO DE LA CAMPAA BUEN

    TRATO A LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES

    La campaa busca sensibilizar e informar a la

    poblacin sobre la violencia que sufren las

    personas adultas mayores, para que tanto la

    sociedad como sus instituciones asuman el

    compromiso en la prctica del buen trato,

    sobre la base del respeto y proteccin a los

    derechos humanos, dignidad, autonoma, cui-

    dado y no discriminacin de dicha poblacin.

    El lanzamiento estuvo a cargo del viceminis-

    tro de Poblaciones Vulnerables, Julio Rojas

    Julca, quien manifest que los adultos

    mayores son el testimonio de la historia de

    nuestros pueblos, la experiencia, el trabajo y

    el sacrificio. El Estado tiene la responsabili-

    dad de garantizar sus derechos, as como su

    participacin poltica, social y econmica en

    el pas.

    EVENTO CONCILIANDO LA VIDA FAMILIAR

    CON LAS ACTIVIDADES LABORALES

    En el evento participaron cerca de 100 repre-

    sentantes de las reas de Recursos Humanos

    de instituciones pblicas y privadas, con el

    objetivo de presentar la normativa nacional

    que enmarca la temtica de conciliacin

    entre la vida familiar y laboral.

    Durante la inauguracin, la Directora General

    Teresa Hernndez Cajo precis que el ingreso

    de la mujer al mbito laboral se produjo sin la

    exoneracin de sus labores domsticas y las

    del cuidado de su entorno familiar. Por ello el

    MIMP promueve las responsabilidades fami-

    liares compartidas, donde los padres tengan

    presencia de calidad en la vida de sus hijos e

    hijas, lo cual les permitir un mejor desarrollo

    en reas como la salud fsica y mental, y por

    ende en beneficio de la sociedad, manifest.

    CHARLA INFORMATIVA EN MATERIA DE

    VOLUNTARIADO

    El evento tuvo como objetivo brindar concep-

    tos, orientaciones y lineamientos bsicos

    sobre el papel de las y los voluntarios en el

    desarrollo y construccin de sociedades ms

    justas y sostenibles, enfocadas en el bienestar

    social; as como los aspectos fundamentales

    para iniciar un programa de voluntariado.

    La charla se realiz en el auditorio Mara

    Jess Alvarado del Ministerio de la Mujer y

    Poblaciones Vulnerables y cont con la parti-

    cipacin de cerca de 40 representantes de ins-

    tituciones pblicas, entre los que se encuen-

    tran los distintos Programas y Direcciones

    MIMP, y las/los representantes de los minis-

    terios de Cultura, Educacin, Salud, Trabajo,

    Ambiente y de Comercio Exterior y Turismo.

    11 MAR. 2014 31 MAR. 2014

    22 ABR. 201430 MAR. 2014

    23

    Actividades

    realizadas por la

    Direccin de

    Fortalecimiento

    de las Familias

    (DIFF)

    Actividades

    realizadas por la

    Direccin de

    Personas Adultas

    Mayores (DIPAM)

    Actividades

    realizadas por la

    Direccin de

    Beneficencias

    Pblicas y

    Voluntariado

    (DBPV)

    CONVERSATORIO FORTALECIENDO A LAS

    FAMILIAS A TRAVS DEL VOLUNTARIADO

    JUVENIL

    El evento se realiz en el marco del Da Global

    del Servicio Voluntario Juvenil y se sum a las

    recomendaciones de las Naciones Unidas

    para hacer del vigsimo aniversario del Ao

    Internacional de la Familia una oportunidad

    para revisar las acciones orientadas hacia la

    familia y su fortalecimiento.

    Adems de la ministra de la Mujer, Mara del

    Carmen Omonte Durand, y el viceministro de

    Poblaciones Vulnerables, Julio Rojas Julca, par-

    ticiparon en calidad de panelistas las y los

    representantes de los ministerios de Salud,

    Educacin y del Ambiente. Fue un total de

    300 personas, entre voluntarios/as, represen-

    tantes y autoridades de organizaciones de

    voluntariado, quienes asistieron al evento.

    PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE

    CENTROS INTEGRALES DE ATENCIN AL

    ADULTO MAYOR

    El Encuentro reuni a los responsables de la

    temtica de las personas adultas mayores de

    los gobiernos locales y regionales del pas,

    con el objetivo de promover la creacin e

    implementacin de los Centros Integrales de

    Atencin al Adulto Mayor (CIAM) en sus res-

    pectivas jurisdicciones; as como, dar a cono-

    cer las polticas y la normatividad existente a

    favor de este grupo poblacional.

    El evento fue presidido por el viceministro de

    Poblaciones Vulnerables, Julio Rojas Julca, y

    cont con la participacin de las y los repre-

    sentantes de 25 Gobiernos Regionales, 28

    Gobiernos Locales Provinciales y 33 Gobier-

    nos Locales Distritales a nivel nacional.

    PRESENTACIN PBLICA DEL INFORME

    ANUAL DE LACTARIOS 2013

    Documento reporta los principales avances y

    desafos para la promocin y fortalecimiento

    de los lactarios y la lactancia materna desde el

    mbito laboral, en el marco de las polticas de

    conciliacin entre la vida familiar y las activi-

    dades laborales. Entre sus principales resulta-

    dos se tiene que hasta fines del ao 2013, se

    reportaron 500 lactarios a nivel nacional, 279

    en instituciones pblicas y 221 en empresas

    privadas, cifra que representa un incremento

    de casi el 100% en comparacin al ao 2012.

    La presentacin estuvo presidida por la vice-

    ministra de la Mujer, Marcela Huaita Alegre,

    quien destac que los lactarios implementa-

    dos benefician a 4295 mujeres trabajadoras

    con hijos/as en periodo de lactancia y 1920 en

    periodo de gestacin.

    VII CONVENCIN NACIONAL DE FAMILIAS

    Cerca de 300 representantes de ministerios,

    gobiernos regionales y locales, organizacio-

    nes no gubernamentales, agencias de coope-

    racin internacional, empresas y organizacio-

    nes sociales, se reunieron con el objetivo de

    reflexionar sobre los procesos sociales, eco-

    nmicos y demogrficos que afectan a las

    familias y debatir las polticas pblicas orien-

    tadas a su fortalecimiento.

    A cargo de destacados expositores nacionales

    e internacionales, los temas desarrollados

    fueron Realidades, interrogantes, perspecti-

    vas e impacto de las polticas pblicas de las

    familias en el Per; El hombre en la familia:

    tendencias, factores e impacto para las polti-

    cas pblicas; Conciliacin trabajo y familia:

    corresponsabilidad y sostenibilidad y Po-

    breza multidimensional y familias.

    25 ABR. 2014 14 - 15 MAY. 2014

    15 - 16 MAY. 201429 ABR. 2014

  • 13

    2

    1, 2 y 3 - AUTORIDAD NACIONAL DEL AGUA, organismo especiali-

    zado adscrito al Ministerio de Agricultura, inaugur el 3 de marzo

    su lactario en la sede del distrito de San Isidro.

    4, 5 y 6 - BASF PER, empresa del sector qumico, implement el

    servicio de lactario para beneficio de sus 28 trabajadoras en edad

    frtil, de la sede del Cercado de Lima. El servicio fue inaugurado el

    30 de marzo.

    Trabajar y dar de lactar

    Ses posible

    4

    5

    6

  • 7 8

    9 10

    MAESTRO PER inaugur 10 lactarios en su cadena de tiendas a nivel de

    Lima Metropolitana, establecidos en los distritos de: Independencia (7) /

    Chorrillos (8) / Ate Vitarte (9) / Surquillo (10) / Puente Piedra (11) / Los Oli-

    vos (12) y Cercado de Lima (13). Los lactarios benefician a un total de 243

    trabajadoras en edad frtil.

    14 y 15 - SODIMAC PER report la implementacin del lactario nmero

    17 de su cadena de tiendas a nivel nacional. El nuevo servicio se ubica en la

    ciudad de Sullana, departamento de Piura, y beneficia a sus 48 trabajado-

    ras en edad frtil.

    12 13

    14

    15

    11

  • Jr. Caman 616 - Lima

    Telfono: 626-1600 - anexos 5001 / 5029

    www.mimp.gob.pe

    Direccin de Fortalecimiento de las Familias

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