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Te suplicamos Señor y Padre nuestro que te dignes glorifi car a tu Sierva Madre María de la Purísima de la Cruz, que durante su vida, siguió con fi delidad el camino de humildad y pobreza de Santa Ángela de la Cruz, sirviendo con generoso sacrifi cio a los más pobres y necesitados y dando en todo momento un admirable ejemplo de sencillez y auténtica devoción a Jesús Sacramentado y a la bienaventurada Virgen María. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

(Con licencia eclesiástica)

Causa de CanonizaciónMADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA

Madre General de las Hermanas de la Cruz durante 22 años

Núm. 29. Octubre - Noviembre - Diciembre - 2008

para obtener la glorifi cación en la tierra de la Sierva de Dios

Madre María de la Purísima

Te suplicamos Señor y Padre nuestro que te dignes glorifi car a tu Sierva Madre María de la Purísima de la Cruz, que durante su vida, siguió con fi delidad el camino de humildad y pobreza de Santa Ángela de la Cruz, sirviendo con generoso sacrifi cio a los más pobres y necesitados y dando en todo momento un admirable ejemplo de sencillez y auténtica devoción a Jesús Sacramentado y a la bienaventurada Virgen María. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

en la tierra de la Sierva de Dios

Oración

Madre María de la Purísima,fi el seguidora de

Santa Angela de la Cruz.

2 Madre María de la Purísima

El día 31 de octubre de 1998, último sábado del mes, a las nueve y media de la mañana, moría con gran fama de santidad Madre María de la Purísima de la Cruz en el Convento de la Casa General de las Hermanas de la Cruz. Desde siempre estuvo empeñada en ser santa, siendo fi el a la observancia de las Reglas de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, y dejando ejemplos vivos del espíritu de su Santa Fundadora Santa Ángela de la Cruz. De manera extraordinaria brilló en ella su amor a Dios y al prójimo. Con su partida al cielo, dejaba en el ambiente el aroma de su vida y virtudes. La comunidad de las Hermanas de la Cruz, que la trataron y vivieron con ella, la veneraban y amaban profundamente, tenían la seguridad de que habían vivido con una santa, ya que en todo momento la habían visto practicar todas

las virtudes con la mayor naturalidad y constancia. Asimismo, los religiosos y religiosas, sacerdotes y seglares, que en vida la habían conocido y tratado, habían

adquirido un elevado concepto de su santidad. De ahí que, tras su muerte, fueron muchos los que se acercaron a rezar delante de su cuerpo, pasando por él rosarios y otros objetos piadosos.

Sepultados sus restos en la cripta del convento, donde Santa Ángela de la Cruz estuvo enterrada durante cincuenta años, muchos fi eles comenzaron a visitar su tumba, llevando

X Aniversario de la muerte de la Sierva de Dios Madre Maríade la Purísima de la Cruz

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fl ores y encomendándose a ella en sus necesidades, para que intercediera por ellos ante Dios. A los pocos días de su muerte empezaron a llegar escritos comunicando gracias y favores recibidos por intercesión de la Sierva de Dios, en las que se recogía la impresión generalizada de que era una santa.

Teniendo presente la fama de santidad que la Sierva de Dios tenía en vida y los numerosos favores atribuidos a su intercesión, no debe sorprender que aquellos que la conocieron pidieran a las Hermanas de la Cruz que iniciaran el Proceso de Canonización. Asimismo, pidieron que sería conveniente preparar un cuarto donde se recogieran algunos objetos personales de la Sierva de Dios, con el fi n de que muchos devotos pudieran verlos. Y, así se hizo. El día 31 de octubre de 2006 se abrió por primera vez el cuarto con dichos objetos personales, siendo muchos los devotos que lo visitaron.

Nuevamente, el día 31 de octubre de este año, décimo aniversario de la muerte de la Sierva de Dios, igual que el año pasado, el cuarto permanecerá abierto desde las ocho y media de la mañana, hasta que pasen todos los devotos que quieran venir a ver algunos de los objetos que la Sierva de Dios utilizó en vida y que un día, cuando la Autoridad competente de la Iglesia lo considere oportuno, serán venerados como reliquias.

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Queridas Hermanas de la Cruz: Esta alegría del Proceso de

Canonización de Madre María de la Purísima no me ha cogido de sorpresa, pues desde el mismo día de su muerte, ya presentía que Madre no quedaría en el anonimato; ¡era imposible!, porque su vida y su peregrinar en la tierra, fue un continuo y vivo testimonio de Santidad.

¡Qué tesoro más preciado y cuánta bondad ha volcado nuestro Señor en esa Compañía a través de Madre María de la Purísima! ¡Qué privilegiadas las almas que han tenido la oportunidad de conocerla, tratarla y quererla! (esta pobre que escribe tuvo este gran regalo).

¡Qué riqueza llevamos dentro, de haber gozado de su humildad y a la vez de esa elegancia en la práctica de las virtudes! Cuánta caridad, cuántos dones, cuánta dulzura en sus palabras y cuánto amor en sus correcciones; cuánto de Dios había en su actuar!

Madre María de la Purísima estaba adornada con una riqueza espiritual impresionante, bien lo saben sus Hijas; yo jamás lograría describir el perfi l perfecto de Madre y me atrevo a decir que nadie podría hacerlo. Tantas obras de caridad de las que soy testigo

Testimonios

y que han quedado en el interior de las almas que las pudieron recibir; yo jamás las olvidaré. También sus gestos de dulzura, de amor, de comprensión quedaron sellados en tantos y tantos corazones como se acercaban a ella. ¡Cuánto bien hizo en el mundo, en su Comunidad, en la Iglesia, su fi el trayectoria hacia Dios ha dejado huellas.

Desde el mismo instante de saber que nos había dejado para partir hacia el Cielo, comencé a encomendarme a ella, y he visto palpable sus innumerables gracias. Ella sabía de mi vida, me había tratado, se volcó en esta pobre, sin duda me quiso bastante en el Corazón de Jesús y su Madre.

María del Carmen

Soy una joven de un pequeño pueblo de Jaén que tuvo la suerte

de conocer un poquito a Madre María de la Purísima, digo suerte porque una persona así no se conoce todos los días.

Tenía un aspecto encantador. Su cara refl ejaba una dulzura y una bondad que la hacían especial, transmitía un “algo” que llenaba de gozo y paz, y es que rebosaba de amor de Dios.

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En varias ocasiones estuve con ella, se le veía una persona tan entera, tan volcada en su Vocación, tan feliz de estar cumpliendo la Voluntad de Cristo al servicio de los pobres y abandonados, tan sencilla, amable y sobre todo esa humildad tan grande que desprendía todo su ser, que la mirabas y se veía claramente, que Dios habitaba dentro de su corazón.

Como persona era especial, pero como Madre, era toda una Madre.

Siempre pendiente de sus hijas, queriéndolas a todas por igual, llenándolas de todo lo que ella poseía dentro del corazón, que para mí Dios era el Dueño y ella hablaba y actuaba a través de Él.

Qué mujer tan especial fue Madre María de la Purísima, siempre sonriendo y dando todo el cariño que poseía a todo el que la trataba.

Antonia Lendínez Hurtado

Soy Wany, estoy casada con Pablo y tenemos nueve hijos, seis en el

mundo y tres en el cielo.

En mi vida, durante toda la niñez y parte de mi juventud, junto a Hermana María de la Purísima, es ahora cuando puedo ver la riqueza que he tenido y la enseñanza tan profunda, puesto que cuando una es niña o joven, al igual que con nuestros padres y todos los educadores, no se aprecian, hasta que llega el sufrimiento o la alegría de la vida adulta. Pero cuando esto llega,

entonces es cuando se reacciona, y se apoya una en lo que ha recibido de las almas grandes que Dios puso en nuestra vida. En mi caso, cada día, con cualquier acontecimiento, no dejo de remitirme a ella, viendo qué es lo que me enseñó, y mucho más, cómo reaccionaría ella a tal cosa.

Una de las cosas que yo he visto en ella, ha sido el amor que ha tenido a Dios sobre todas las cosas. O sea que ha amado a Dios, por encima de los afectos que tenía, por encima del

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dinero, y por encima de su razón. Y este amor a Dios, ha llevado a querer a los demás más que a ella misma. Yo cuando pienso en ella y me pongo a recordar, lo que más guardo en mi corazón es que me quería de verdad, y este amor que viene de Dios, es el que salva al mundo.

Otra de las cosas que a mí me ha impresionado siempre, es la humildad que tenía, todo lo hacía sencillamente, sin grandezas, sin proyectos, sin ganas de triunfar, callada, como quien no hace nada.

También tenía una entrega total a los demás, siempre que la necesitaba la tenía al lado en mis problemas, y sobre todo siempre pendiente de nosotras, yo me acuerdo en las crisis que se tienen en la adolescencia, en tomar la decisión a la vocación que Dios te llama, siempre me ayudó mucho, y me preparó para el matrimonio de una manera especial. Me decía que no me casara para que mi marido y mis hijos (si los tenía) me quisieran, sino que era al revés, yo era la que los debía querer y entregar mi vida por ellos. Así sería siempre feliz, porque la felicidad no estaba en que me quisieran a mí, sino en querer yo a los demás.

Todas estas cosas y muchas más, que con su testimonio me fue enseñando, están dentro de mí y es lo que me ayuda a vivir ahora, para poder vivir cristianamente dentro de la familia, como esposa y madre, con todas las difi cultades y sufrimientos

que ello conlleva. La tarea de educar a los hijos cristianamente, que no es tan fácil en estos tiempos, y en esta sociedad pagana que estamos viviendo, pues hay una corriente tan fuerte de libertad, mal entendida, en la cual cada uno puede hacer lo que quiere, sin tener en cuenta los criterios cristianos, que no puedes menos que seguir en la corriente, o como en nuestro caso, se divide la casa; le dices a una hija, que no le es lícito vivir con un hombre casado, puesto que eso es un adulterio, no le damos el consentimiento, pues claro, se crea la división y se va de casa. Eso trae consigo la persecución de la familia, de los amigos, que no comprenden que a esto se deba llegar por ser cristianos.

Por eso a mí me ayuda lo que decía al principio de la Hermana María de la Purísima, que ella quería a Dios por encima de la familia, hasta el punto de dejarla por Él.

A nosotros, a pesar del sufrimiento que esto nos lleva, estamos seguros que no será en vano, puesto que con este gesto y sufriendo con el Señor en la Cruz, podremos conseguir que se salve, pues Dios algún día escuchará nuestro grito.

También me enseñó a amar a la Iglesia, amar a la Virgen, y sobre todo a amar a los hombres que no conocen al Señor y ver el sufrimiento que ello supone.

Wany Castillo

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Gracias recibidas por intercesión deMadre María de la Purísima de la Cruz

Al detectarle a mi marido un tumor, y siendo necesaria radioterapia, me encomendé a Madre María de la Purísima de la Cruz para

que intercediera por él. Le pedí que la radiación fuera benefi ciosa. Así ha sido, como ha confi rmado la analítica.

Doy gracias a Dios y a nuestra intercesora Madre María de la Purísima, por haberme concedido este favor. Nos seguiremos encomendando a ella.

María Isabel Luque. Málaga. 16 – 10 – 2007.

Estaba realizando los estudios de acceso a la universidad para mayores de 25 años, pero durante el curso tuve muchos problemas

que me entorpecían la concentración, y los exámenes me salieron regular, más bien mal. Me encomendé a Madre María de la Purísima, y gracias a la novena que le hice, he superado la prueba y con nota. Tengo el gusto de comunicarlo para que se sepa y pueda ser publicado en el boletín informativo de la Causa de Canonización de la Sierva de Dios.

Lydia Calatayud. Valencia. 28 – 5 – 2007.

Envío donativo en acción de gracias a Madre María de la Purísima, por haber ayudado a mi hijo en aprobar las asignaturas que le iban

bastante mal. Se lo encomendé a ella y me ha escuchado. Aprovecho también, esta carta, para enviaros un donativo para sufragar los gastos de la revista ya que me gustaría recibirla en mi casa y luego pasarla a la Parroquia para que la lean otras personas.

Inmaculada García Aguilar. Manzanilla (Huelva). 18 – 7 – 2007

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Mi nieta tenía una desviación de columna grave, los médicos decidieron tratarla con un corsé y viendo que no mejoraba

decidieron someterla a una gran operación, la cual ha sido un éxito, y la niña ha quedado perfectamente. Por eso le doy las gracias a Madre María de la Purísima ya que a ella me encomendé con mucha fe y me ha escuchado.

Dolores Salado. Umbrete.

Quiero darle las gracias a Madre María de la Purísima por el favor tan grande que me ha hecho. A mi hijo le quitaron la furgoneta,

cuando me lo dijo, se lo encomendé enseguida a Madre María de la Purísima. La encontró en un sitio muy peligroso, donde las llevan para quemarlas. La encontró sin daño ninguno. Así que doy gracias a Dios y a Madre María de la Purísima.

Ana Verdugo.

Madre María de la Purísima fue mi educadora espiritual en el

Colegio de las Hermanas de la Cruz de Estepa, desde los siete años de edad hasta los dieciséis. Posteriormente seguí en contacto con ella hasta su muerte.

Un día una gran amiga mía enferma de un linfoma muy grave, yo (a la que sus hijos llaman abuela) entristecida por la enfermedad de mi amiga, me acuerdo de Madre y, en unión con mi esposo, me pongo en contacto con ella mediante la

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oración diaria, buscando esa intercesión ante nuestro Señor, que sin duda alguna tendría a través de ella.

Transcurridos dos años, sin haber interrumpido nuestra oración, mi querida amiga se cura totalmente. Ahora seguimos en nuestra actitud orante pero en acción de gracias.

Otro día me entero de que a un joven, hijo de un amigo, le han diagnosticado un cáncer. Se lo encomiendo también a Madre María de la Purísima. Pasados unos meses se confi rma un error de diagnóstico y que el chico se curará. Yo pensé: mucha gente lo ha encomendado por medio de otras advocaciones, ¿cómo podré tener la certeza de que ha sido ella quien consiguió su curación? Entonces me dije a mí misma, acordándome de la cita evangélica, que tendría que oír cantar el gallo para confi rmar mi creencia. Pues bien, el gallo cantó, no en un corral, sino a través de la televisión (los tiempos cambian).

Pilar Cáceres. Estepa.

Conocí a Madre María de la Purísima a través de un sacerdote, en Sevilla. Desde el primer momento me dio confi anza lo que supe

de ella y empecé a rezarle con mucha fe.

Siempre le pedía pequeñas cosas para mí y para mi familia, y me sentí amparada en ella, pero cuando más me ha demostrado su valía fue con lo que le ocurrió a un familiar mío. Enfermó con una meningitis bacteriana fulminante en un sólo día, los médicos que le atendían nos dijeron que sólo tendría doce horas de vida, le pedí por favor a uno de ellos que me dejara entrar en la UCI para ponerle una estampita de Madre María de la Purísima debajo de la almohada; me lo concedieron y a la hora y media después nos notifi caron su mejoría. Hoy está con nosotros haciendo vida normal.

Doy gracias a Madre María de la Purísima por esta gran ayuda a mí y todos los míos. Seguiré rezándole con fe y pediré para que pronto sea Beatifi cada.

E.R.R. Dos Hermanas (Sevilla)

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Mi sobrina, de 20 años de edad, tenía dolores de vientre. El médico le dijo que tenía que hacerle una ecografía y marcadores

tumorales porque estaba todo muy dudoso. Después de hacerle varias pruebas deciden operarla. Cuando entró en quirófano se la encomendé a Madre María de la Purísima y cuando salió el médico para informar a la familia, nos dijo que él era el primer sorprendido al ver que el ovario estaba bien, que sólo había un quiste sin aspecto canceroso, pero que lo analizaría para estar más seguro. Al mes de la operación nos dieron los resultados y gracias a Dios y a Madre María de la Purísima ha dado negativo.

Gracias Madre porque cada vez que necesito tu ayuda, me lo solucionas todo, nunca me has negado nada.

Te prometí publicarlo y mandar un donativo para la causa de tu Beatifi cación y así lo hago.

Una devota de Málaga

Tras dos abortos (uno de ellos de 20 semanas) y ya un poco desilusionada, volví a quedar embarazada. Desde ese momento recé

y me encomendé diariamente a Madre María de la Purísima y a la Virgen Coronada. Siempre les pedía que no me faltase la ilusión, esperanza, confi anza y sobre todo la fe. El 30 de agosto nació Inmaculada, una niña preciosa, sana y con una gran vitalidad.

Inmaculada González.

En el mes de enero del presente año 2008 me diagnosticó el médico un tumor de 7 cm. en el ovario izquierdo, para el cual no había

alternativas terapéuticas oncológicas, y la única opción viable era una histerectomía. Debido a esto me solicitaron realizarme varias pruebas y análisis complementarios que aportaron valores tumorales altos, confi rmando el diagnóstico antes mencionado. Con estos estudios

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también me detectaron cálculos en la vesícula que debían extirparse antes de la operación de ovarios.

El día 7 de marzo, recibí una reliquia de Madre María de la Purísima de la Cruz de parte de las Hermanas de la Cruz que residen en Alderetes. Desde ese momento le recé a diario y llevaba conmigo la reliquia pidiendo intercesión por mi salud. Fui al convento de Alderetes y hablé con una de las Hermanas, ella me dijo que harían oración por mí.

El día 19 de marzo me realizaron la operación de vesícula, y asistieron a la intervención los médicos especialistas ginecológicos, y extrajeron una muestra del tumor para realizar una biopsia. Les sorprendió el hecho de que el tumor había disminuido de tamaño. El post-operatorio fue complicado ya que se me presentó una hemorragia vaginal, lo que aceleró la realización de nuevos estudios médicos.

El día 17 de abril me realicé una nueva ecografía, dando como resultado, para el asombro de los profesionales y para todos mis familiares, que el tumor había desaparecido de mi cuerpo. Actualmente, después de haber vivido esta experiencia angustiante, me encuentro felizmente embarazada.

Amelia Lizarraga. Alderetes. (Tucumán – Argentina).

La Sierva de Dios, Madre María de la Purísima de la Cruz, (María Isabel Salvat Romero) nació en Madrid el 20 de febrero de 1926 en la calle Clau-dio Coello, 25. Fue bautizada en la Parroquia de la Concepción, en calle Goya, de Madrid.

Ingresó en las Hermanas de la Compañía de la Cruz el día 8 de diciembre de 1944. Fue elegida Madre General el 11 de febrero de 1977, cargo que ejerció durante 22 años, hasta su muerte.

El celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas encendió su vida en un amor ardiente a Dios manteniéndolo día a día con su vida de entrega y sacrifi cio a cuantos la necesitaban. “No contar, medir ni pesar”, ante lo que le costase, era una frase muy repetida por la Sierva de Dios. Su alma inmersa en Dios, refl ejaba una paz y humildad que contagiaba a cuantos la trataban, junto a una alegría gozosa y serena que irradiaba a todos.

Siempre abierta a la Gracia, hizo de su vida un servicio a Dios en la per-sona del enfermo, pobre y desvalido, contemplando al Señor en sus her-manos más pobres.

El 31 de octubre de 1998, gozó de la visión de Dios en la felicidad eterna de su Reino.

Al morir tenía 72 años de edad y 54 de vida Religiosa. Sus restos descan-san en la Cripta del Convento de la Casa Madre de Sevilla.

Si recibe algún favor comuníquelo a:

PROCESO DE CANONIZACIÓNDE MADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA

DE LA CRUZ

C/ Santa Ángela de la Cruz, 441003 - Sevilla

DATOS BIOGRÁFICOS DEMADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA DE LA CRUZ