BOLETÍN

MIM

nº 80

En este Boletín:2. Editorial

3. Misión (Testimonio)

5. Publicaciones destacadas

7. Recursos para niños

11. Información

“Queremos que sea éste uno de los gestos que ha de realizar la Diócesis en el Año de la Misericordia. Seguro que es el obsequio que más agradecerá Mons. A. Floro con motivo de sus bodas de oro”.

(D. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete)

EDITORIAL

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“St. Paul Hall”Queridos diocesanos:

El verano pasado celebrábamos las bodas de oro sacerdotales de nuestro querido hermano Mons. Angel Floro, natural de Ayna (Albacete) y obispo de Gokwe en Zimbabwe. D. Ángel, salvo cortos paréntesis de tiempo, ha dedicado a África sus cincuenta años de ministerio sacerdotal. Fue para mí una experiencia inolvidable poder visitar, con dicho motivo, aquella Diócesis hermana, acompañado de tres sacerdotes albacetenses. A los cuatro nos asombró la vitalidad de aquella Iglesia, la alegría con que aquellos cristianos viven su fe a pesar de su extrema pobreza.

Nos conmovió profundamente visitar algunas de las dieciocho escuelas, con más de un millar de alumnos cada una, que, con la ayuda de Manos Unidas, Mons. Floro ha levantado. Y nos dolió que los escolares, niños y jóvenes, de Gokwe, donde se encuentra la sede episcopal, nos recibieran a pleno sol, sobre una tierra arenosa, sin ningún cobijo. Percibimos entonces lo necesario que les era disponer de un salón de actos, aunque fuera sólo a base de un techo y piso digno.

Queremos que sea éste uno de los gestos que ha de realizar la Diócesis en el Año de la Misericordia. Seguro que es el obsequio que más agradecerá Mons. A. Floro con motivo de sus bodas de oro.

A través de la Delegación Diocesana de Misiones, que canalizará las ayudas, os hacemos llegar a todas las entidades diocesanas la invitación a colaborar, a fin de que sea una acción realmente diocesana. La Diócesis, como tal, también colaborará. El proyecto (St. Paul Hall) supone alrededor de 17.000 euros.

Recibid con el agradecimiento anticipado en nombre de la Iglesia de Gokwe, un afectuoso saludo y bendición.

+Ciriaco Benavente Obispo de Albacete

MISIÓN

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Precioso artículo del P. Juan Cárdenas, que os hacemos llegar también en nuestro Boletín de misiones. Un año intenso para nuestros sacerdotes regresados de la misión, ya que este año , además de las distintas celebraciones acontecidas , algunos de ellos han tenido la oportunidad de realizar una visita a D. Ángel Floro en Zimbawe , lo que sin duda ha supuesto un revivir con gozo e ilusión aquellos años que sin duda marcaron su camino de evangelización. ¡¡¡¡GRACIAS!!!

Este año, se cumplen 40 años, que Albacete comenzó la misión en Safané (Burkina Faso)

El día 2 de Diciembre de 1975 tres sacerdotes de Albacete llegábamos a la misión de Safané, asi comenzaba la “Misión Diocesana de Safané”. D. Ireneo García Alonso, nuestro obispo, así la quería, y así quiso considerarla desde el primer momento a propuesta del delegado de misiones Francisco Gil Oliva.

En una reunión de delegados de Misiones de la Provincia Eclesiástica de Valencia (a la que entonces pertenecía Albacete), la diócesis de Castellón pidió ayuda a otras diócesis para sustituir a los sacerdotes que ya trabajaban en Safané y que no tenían relevo en aquél momento.

Nuestro delegado se ofreció voluntario y se puso en contacto con Pedro Ortuño Amorós y Juan Cárdenas Hernández, que alguna vez habíamos manifestado nuestras preocupaciones misioneras, sin ninguna concreción. Los tres consideramos aquellas circunstancias como una llamada del Señor.

Aunque para muchos compañeros de misión éramos curas “fidei domund”, nosotros nos consideramos siempre diocesanos. La denominación fidei domund tenía su origen en la Encíclica del mismo nombre publicada por el Papa Pío XII. Era la respuesta individual de los sacerdotes s eculares, y por un tiempo determinado, a la tarea primordial de la Iglesia, enviada por el Señor para “hacer discípulos de todos los pueblos”. Era una opción válida que habían seguido muchos sacerdotes. El cambio de mentalidad operado por el Concilio determinó que muchas diócesis iniciaran un compromiso más comunitario adoptando como parte suya, algunas parroquias o demarcaciones misioneras, para servirlas con personal y con medios.

Con este deseo de evangelizar, de servir a los más pobres, y de hacerlo como equipo unido por la fe en Jesús, y dispuestos a intentar vivir fraternalmente con la ayuda del Espíritu Santo, nos pusimos en marcha el día 26 de Noviembre de 1975 desde el aeropuerto de Valencia,acompañados por un buen número de seminaristas menores que llevó César Tomás, nuestro nuevo delegado de misiones, que siempre nos acompañó con su amistad, su simpatía e incansable trabajo.

Doy testimonio de que mis compañeros Paco y Pedro, y más tarde, Manuel de Diego hicieron un trabajo extraordinario, y me ayudaron con su ejemplo y comprensión a colaborar con ellos, sintiéndome feliz, y, algunas veces, útil, sin exagerar.

Dutrante 25 años, -a través de los sacerdotes citados y más tarde con Miguel Giménez Moraga, Julián Mansilla Escudero, que formaron otro equipo con Pedro-, Albacete estuvo a cargo de la misión de Safané, hasta que la diócesis de Dedugú tuvo suficientes sacerdotes para hacerse cargo de la misma . Todos recordamos con cariño al obispo que nos recibió allí , y que falleció en Albacete, Monseñor Ceferino Toé, así como los Padres Blancos, que fundaron la parroquia en 1966 , y a los sacerdotes nativos que iban surgiendo, incluyendo algunos de Safané, como el

TESTIMONIO

MISIÓN

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TESTIMONIO

actual párroco de la misma, el Abbé Noel Baya. El año que viene será el cincuenta aniversario de la Parroquía.

Juan Cárdenas

Recordamos hoy también , junto a las palabras del P. Juan , el día de la celebración Del Domund, donde también el P. Pedro Ortuño, en su magnífico pregón nos decía sobre estos años en la misión de Safané:

“La misión fuera de nuestra

tierra es una urgencia, porque se

trata de compartir nuestra fe con

personas de otras culturas y en los

lugares más pobres, no solo en

recursos materiales, sino también

pobres porque no conocen a

Jesucristo ni lo reco nocen como

salvador.

Si nos sentimos misioneros

de verdad aquí, en nuestras

parroquias, en nuestro ambiente, se

debe notar nuestra apertura, compartiendo también con los países y personas más allá de

nuestras fronteras. Ya vemos que en las zonas de conflicto, allí están los m isioneros y

misioneras; los funcionarios se van, pero los misioneros, casi siempre se quedan al lado

de los que más sufren: Republica Centroafricana, Iraq, Siria, Nigeria, India, Sierra Leona,

son algunos países donde a pesar de los conflictos y guerras, l os misioneros allí están y

se quedan junto a sus gentes como a veces nos cuenta la prensa con noticias

desgarradoras. Nuestra tarea era anunciar a Jesucristo, ofrecer la fe, formar cristianos; pero también hacer

lo que hacía Jesús: tener una mirada de misericordia y tender una mano a los que sufren y aquella era una tierra muy castigada por el hambre, el analfabetismo, el subdesarrollo, y de ahí le necesidad de luchar contra esos males, y eso se hacía construyendo pozos, escuelas, centros de formación, alfabetización de adultos; todo esto era posible gracias a la colaboración de parroquias, colegios e institutos, personas particulares de Albacete y sus pueblos, y de Manos Unidas, gracias a la cual se construyeron muchos pozos y proyectos sanitarios.”

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En Navidad florecen los mejores sentimientos entre todos nosotros, debido al nacimiento del amor en la persona de Jesús en Belén. Los corazones son los que hablan estos días; por ello, queremos compartir con vosotros este pequeño relato navideño. Que nos sirva para vivir intensamente lo que vivimos y celebramos en estas fechas tan entrañables.

RECURSOS

CUENTO DE NAVIDAD: DONDE ESTÁ EL AMOR… AHÍ ESTÁ DIOS

En cierta ciudad vivía un zapatero remendón que se llamaba Martín. Su morada era una pieza minúscula, en un sótano, cuya única ventana miraba a la calle. A través de ella, sólo veía los pies de las personas que pasaban por ahí, pero Martín reconocía a muchos transeúntes al ver sus botas, que él había reparado. Tenía mucho trabajo, pues se esmeraba en hacerlo bien, utilizando buenos materiales y no cobraba en demasía.

Su esposa e hijos habían muerto hacía varios años, y era tan grande su dolor y desesperación, que había reprochado a Dios su tragedia.

Pero cierto día un anciano que había nacido en la misma aldea natal de Martín, y que se había vuelto un peregrino y hombre de Dios, visitó al zapatero, y éste le abrió su corazón:

- Ya no deseo seguir viviendo –le confió-. He perdido toda esperanza.

El anciano le contestó:

- Estás desesperado porque sólo piensas en ti, y en tu propia felicidad. Lee los Evangelios: allí verás cómo quiere Dios que vivas.

Martín compró una Biblia. Al principio, la leía únicamente los domingos y días de guardar, pero una vez que comenzó su lectura sintió tal felicidad en su corazón, y empezó a leerla diariamente.

Y así sucedió que, ya tarde, una noche, al leer el Evangelio de San Lucas,

llegó al pasaje donde el fariseo rico invitó al Señor a su casa. Una pecadora se presentó a Jesús, le limpió y ungió los pies, y luego los enjuagó con sus lágrimas. El Señor le dijo al fariseo:

“¿Ves a esta mujer? Yo entre a su casa, y no había agua con que se lavaran mis pies, más ésta lavado mis pies con sus lágrimas, y los ha enjuagado con sus cabellos. Tú no has ungido con óleo mi cabeza, y ésta ha derramado sobre mis pies sus perfumes”.

Martín reflexionó. Este fariseo debió ser un ignorante, como yo. Si el Señor viniera a mí, ¿me comportaría de esa manera? Luego apoyó la cabeza en los brazos y se quedó dormido. De pronto, escuchó una voz y despertó. No había nadie allí, pero oyó que le decían claramente: “¡Martín!, asómate a la calle mañana, porque vendré a verte”

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RECURSOS

El zapatero remendón se levantó antes del alba, encendió el fuego y

preparó su sopa de col y su avena con leche. A continuación se puso el delantal y se sentó a trabajar frente a la ventana.

Mientras recordaba lo que había sucedido la noche anterior, miraba hacia la calle a la vez que hacía su labor. Cuando pasaba alguien con botas que él

desconocía, miraba hacia arriba para verle la cara. Pasó un portero. Luego, un aguador. Al mismo tiempo, un anciano, que trabajaba para un comerciante vecino, empezó a quitar con pala la nieve acumulada frente a la ventana, Martín lo miró y prosiguió su tarea.

Después de hacer una docena de puntadas, miró de nuevo por la ventana. El anciano había apoyado la pala en la pared, estaba descansado o tratando de entrar en calor. Martín se asomó a la puerta y lo llamó.

- Entra, pasa y caliéntate. Debes de estar helado.

- ¡Qué Dios te bendiga! –le agradeció el anciano.

Entró, se sacudió la nieve y empezó a limpiarse los zapatos. Al hacerlo se tambaleó y estuvo a punto de caer.

- ¡Tranquilo! –le dijo Martín -. Siéntate, tomaremos un poco de té.

Y, llenando dos vasos, el visitante, lo vació en seguida. Se veía a las claras que deseaba más. El anfitrión le volvió a llenar el vaso. Mientras bebían, Martín seguía mirando hacia la calle.

- ¿Esperas a alguien?- preguntó el anciano.

- Anoche - respondió Martín- estaba leyendo cómo Cristo visitó la casa de un fariseo que no lo recibió dignamente, ¿Y si eso me sucediera a mí? ¡Qué no

haría para recibirlo como se merece! Entonces me dominó el sueño, y escuché que alguien me cuchicheaba: “Busca en la calle mañana porque vendré”

Mientras el anciano escuchaba, abundantes lágrimas corrían por las mejillas.

Dijo: Gracias, Martín. Me has reconfortado en cuerpo y alma. Y se despidió, salió, y el zapatero se sentó en su mesa de trabajo a coser una bota. Al observar por la ventana, vio que una mujer de zuecos, pasó, y se detuvo cerca

de la pared. Martín advirtió que iba pobremente vestida y con un niño en brazos. De espaldas al frío cierzo, trataba de proteger a su pequeño con sus delgados andrajos. Martín salió y la invitó a pasar.

Sacó algo de pan y sirvió sopa caliente:

- Come, buena mujer, y entra en calor –le ofreció cordialmente.

Mientras comía, la campesina le contó quién era:

- Soy la esposa de un soldado. Hace ocho meses lo enviaron lejos de aquí y no he sabido nada de él. No he podido encontrar trabajo; tuve que vender cuanto poseía para comprar comida. Ayer empeñé mi último chal.

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RECURSOS

Martín rebuscó en sus estantes y regresó con una vieja capa.

- Toma –le dijo-. Está raída, pero servirá para arropar al pequeño.

Al cogerla, la campesina soltó el llanto y exclamó:

- ¡Qué Dios lo bendiga!

Martín sonrió. Le relató su sueño y acerca de la visita prometida.

- ¿Quién sabe? Todo es posible –comentó la mujer. Luego se puso de pie y envolvió a su hijo con la capa que le abrigaba.

- Toma - añadió Martín, poniendo en su mano dinero para que desempañara el chal.

Por último, la acompañó hasta la puerta.

El zapatero volvió a sentarse y reanudó su tarea. Cada vez que alguna sombra caía sobre la ventana, alzaba los ojos para ver quién era. Al rato avistó a una mujer que vendía manzanas en un cesto. Llevaba sobre la espalda un pesado costal, que intentaba acomodar. Al apoyar el cesto en un poste, un mozalbete, cogió una manzana e intentó huir corriendo. Pero la anciana lo cogió del pelo. El muchacho gritaba, y ella lo insultaba.

Martín corrió a la calle. La vendedora amenazaba con entregar al joven a la policía.

- Déjalo ir, madrecita - le suplicó Martín. - Perdónale, en nombre de Dios.

La mujer lo soltó.

- Ahora, pídele perdón a la abuela- ordenó Martín al muchacho, quien empezó a llorar y a pedir perdón.

Martín tomó una manzana del cesto y se la dio al ladrón.

- Te lo pagaré, yo, madrecita –se apresuró a decir.

- ¡Este pillo merece una buena paliza! –refunfuño la vendedora.

- ¡Ay, abuela! - exclamó Martín.- Si él merece que lo azoten por haber robado una manzana, ¿Qué no merecemos todos por nuestros pecados? Dios nos invita a perdonar o no seremos perdonados. Debemos perdonar, sobre todo, a un irreflexivo jovencito.

- Muy cierto. Pero los jóvenes de hoy se están echando a perder.

Cuando la mujer iba a echarse el costal a la espalda, el joven le ofreció: “Permítame cargarlo yo, abuela. Voy por el mismo camino”.

La vendedora acomodó el costal en la espalda del muchacho, y ambos se alejaron por la calle. Martín regresó a su trabajo. Al cabo de un tiempo, la escasa luz ya no le permitía ver la aguja para ensártala en el cuero. Recogió su

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herramienta, sacudió los recortes de cuerdo de la mesa, y colocó en ella la lámpara. Por último, cogió la Biblia del estante.

Quería abrir el libro en la página que tenía señalada, pero se abrió en otro sitio.

En eso, oyó unas pisadas y volvió la cabeza. Una voz le susurró al oído:

- Martín, ¿no me conoces?

- ¿Quién eres? –musitó el zapatero.

- Soy yo –dijo la voz. Y del rincón oscuro apareció el anciano, y sonrió y, como una nube se desvaneció.

- Soy yo –volvió a decir la voz. Y de las sombras salió la mujer con el niño en brazos.

La madre sonrió, y el niño rió; a poco, ellos también se fueron esfumado.

- Soy yo –dijo la voz una vez más. La anciana y el muchacho de la manzana emergieron de las sombras, sonrieron y se diluyeron en la penumbra.

Martín sintió una gran alegría. Empezó a leer el evangelio donde el libro se había abierto solo. Al principio de la página, decía:

“Porque yo tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era peregrino, y me hospedasteis”.

En la parte inferior de la página, el zapatero leyó:

- Siempre que lo hicisteis con algunos de estos, mis pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis.

Martín comprendió que el Salvador realmente lo había visitado aquel día, y que Él lo había recibido dignamente.

León Tolstoi.

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CALENDARIO

GRUPO MISIONERO JÓVEN¿Tienes inquietudes por saber qué hace la Iglesia en países en vías de desarrollo?¿Te gustaría conocer, hablar, opinar sobre temas que nos afectan directamente a nosotros?¿Quieres disfrutar de una experiencia misionera en verano?....

Pues Tu sitio es verano misión!!!!

Nos juntamos una vez al mes los domingos de 17.00 a 19.00 en la Parroquia del Buen Pastor. Empezaremos el mes de Noviembre, animate y anima a tus amigos. Un reciente estudio revela que el 100% de las persona que ha vivido una experiencia de verano/misión es mas feliz.

Para más información Whatsap Fernando 615811203 y Miguel 687956256

6 DE ENERO: Campaña Catequisa nativo y IEME.

24 DE ENERO: Campaña Infancia Misionera.

14 DE FEBRERO: Campaña Manos Unidas.

18 DE FEBRERO: Conferencia Ad Gentes

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DONATIVOS:

OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS (DOMUND, INFANCIA MISIONERA, VOCACIONES)

CCM: ES31-2105-4860-0934-0001-9391 BANKIA: ES71-2038-7042-8930- 0085-3842

DELEGACIÓN DE MISIONES (IEME, HISPANOAMÉRICA, REVISTA GESTO…)

CCM: ES91-2105-3647-9334-0000-0252

Por favor, debe quedar bien claro el concepto y quien hace el ingreso, gracias.

C/ Salamanca 10, 02001 Albacete.967 214 478 – 967 220 441