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    dur todo el da . Alternativamente los dos valientes bandos t-maban y perdan las posiciones, hasta que una carga de la re-serva desde el centro de la lnea republicana, dirigida por Bo-lvar en persona, y el refuerzo de Gogorza a la izquierda de l

    campo, decidieron del xito de la contienda, con la retirada deBoves hacia las colinas, al otro lado del Aragua . El parcia l

    triunfo republicano cost cerca de mil hombres a los realis-tas y como la quinta parte a los republicanos ; pero la muertede Campo Elas y Villapol hizo que las prdidas fuesen de un aintensidad incalculable. Por otra parte Boves tambin sali he-rido de la pelea .

    No fue una batalla decisiva. Fue apenas reprimir el avanc edel realista, que contaba con ocupar a Caracas desde entonces .Los campamentos rivales quedaron frente a frente y los com-bates se repetan diariamente, ya iniciando las embestidas lo spatriotas, ya provocando los contrarios, con la fortuna deI lad ode los patriotas .

    Fue una especie de tregua provechosa para ambos . Boves ,herido en una pierna en el rudo batallar del ltimo da de fe-brero, necesitaba para su curacin del reposo de Villa de Cura .

    Le urga igualmente reponer con nuevas unidades de sus inago-tables hormigueros de los llanos las numerossimas bajas sufri-das en el principal combate de San Mateo y en los choques sub-

    siguientes : ms de 1 .200 entre muertos y heridos.

    Boves, sin embargo, retena la ofensiva ; y ya repuesto d esu herida, se traslad sin demora al puesto donde lo esperaba n

    ansiosos sus soldados .

    Mario se hallaba ya cerca con su ejrcito, dispuesto al fi n

    a cooperar en la defensa del patrimonio comn . Era preciso .1 1realista impedir su reunin con Bolvar y era indispensabl e

    tambin apoderarse de la casa alta del ingenio, donde estaba e lparque bajo la custodia del joven granadino capitn Antoni o

    Ricaurte, sin ms guardia que unos 25 soldados .

    Habilsimas las maniobras estratgicas del general realista :hay que atacar la derecha de Bolvar por la espalda ; una co-lumna debe bajar del cerro del Gey por los Cucha-ros par atomarse la casa alta con su parque ; una tempestad sobre los

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    parapetos del centro, donde el insurgente se guarece, y echaren masa el grueso del ejrcito por el frente . Pero en ese ataqu eal centro el bravo caudillo de Fernando VII fue contenido po rel general republicano, no inferior a aqul en coraje, talentomilitar y prestigio ante sus tropas ; y ardiendo San Mateo enel fuego de metralla y fusilera que por ambos lados disputab ael dominio del campo, el pavor y consternacin de los unos, l aalegra y admiracin de los otros, es el signo de la heroicidadcon que un hombre de pundonor sabe interpretar y cumplir s udeber a costa de su vida.

    Al percibir Ricaurte la algaraza caracterstica con que la spartidas de Boves corran irremediablemente a ocupar la cas aalta. indefensible por falta de fuerzas, y apoderarse del parqu eque guarda, hace desfilar su miserable guarnicin hacia el Tra-piche, a corta distancia al sudeste sobre el camino de Caracas,y al llegar el enemigo prende fuego a la plvora produciend oaquello una explosin aterradora . El parque haba desaparecido .los asaltantes, destrudos no pudieron gozarse con un fci ltriunfo ; y Antonio Ricaurte puso en la sangrienta lucha de lda la nota de sublimidad muy pocas veces emulada en la his-toria .

    Impertrrita la gente de Boves, corri luego a las ruino-sas instalaciones de la casa que quedaron en pie, asesinando sinpiedad a gente no combatiente que en ella se guareca .

    La disputa sangrienta en que los patriotas perdan y recu-peraban casas y posiciones continu durante las mortales nuevehoras de la reida accin, hasta que agobiado el enemigo, tuvoque huir a sus posiciones iniciales .

    No era posible la persecucin caracterstica de los mtodo sde Bolvar . Sus tropas eran en extremo exiguas, y podemos de-cir, sin reservas con que reemplazarlas . Y no obstante, todavahemos de asistir a nuevos episodios de esta agotadora lucha ,no explicable desde el punto de vista patriota sino por la ca-lidad de unos oficiales que, identificados con el jefe supremo ,no perdan la fe en el porvenir de la contienda empeada .

    Las acciones victoriosas de San Mateo contra el ms temi-ble adversario de la independencia levantaron un tanto los ni-mos abatidos por otras desgracias .

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    Porque deshecho Ribas en Charallave, el feroz Rosete volvi a renacer con 3 .000 hombres que invadieron los valles del Tuy ,a tiempo que Caracas, exhausta de guerreros que la protegie-ran, se vio en la necesidad de sacar fuerzas de flaqueza . Y asapresuradamente form un ejrcito de 800 hombres que con-taba la florida juventud universitaria, que fue a rendir la vid agenerosa al mando de Arismendi en Ocumare (11 de marzo) .Cien de estos valientes infortunados lograron salir con vida yregresar a Caracas como testigos vivientes de una calamida dque habra sido irremediable y final si la empresa patria n ocontara con la inagotable y prodigiosa actividad deI genera len jefe que destac una columna de 400 hombres en auxilio d ela capital al mando de Mariano Montilla .

    Si la gente perdida por Boves en los combates se reempla-zaba como por encanto al conjuro de las promesas de venganz ay pillaje contra los blancos hacendados y ricos terratenientes ;si su espritu guerrero se alimentaba de licencia e indisciplina ,y si a esto se agregaba lo que el Libertador llam "el roce d elas antiguas cadenas", y lo que Lecuna describe como "mtodode Tamerln" o sea, el horror al ltigo, a la lanza, a la muert edespiadada por parte de los infelices renuentes a seguirlo o quemostrasen la menor vacilacin, el fenmeno de su pujanza y mul-tiplicacin es perfectamente explicable desde un punto de vist apuramente material y humano . No as el de los acendradospatriotas, sin armas ni modo de conseguirlas ms que quitn-dolas al enemigo en combates desiguales ; sin grandes reserva sde sangre a no ser los prisioneros arrebatados al enemigo ; y enla gran generalidad de los casos bajo una disciplina que exclu aactos de vandalismos y procedimientos ajenos a la prctica d ela guerra civilizada, condiciones desfavorables a la satisfaccinde las bajas pasiones de la multitud .

    El motor de estos hombres era la calidad de los oficiales ,la confianza que a stos inspiraba el grande hombre de que de -pendan, que los inflamaba de su mismo espritu de noble sa-crificio, el que saban transmitir aquellos con ardor sincero yfiel .

    Las urgentes llamadas que el Libertador de Occidente ha-ba hecho al Libertador de Oriente tuvieron efecto favorabie

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    despus del tratado firmado por los dos de que se ha dado cuent aen pginas anteriores . Pero no deseando Mario dejar enemi-gos a la espalda, su marcha acompaada de frecuentes encuen-tros con las partidas adversas, fue ms lenta de lo que hubier asido conveniente y eficaz .

    De su aproximacin tuvo noticia Boves frente a San Mateeantes que el Libertador, lo que produjo dos efectos : el uno, qu eel realista levant el campo que tan adverso le haba sido entodos los choques, para ir al encuentro del general Mario ; yel otro, que ignorante Bolvar del nuevo e importante contir :gente patriota, y temeroso adems de una treta del asturian opara aniquilar sus diezmadas y debilitadas unidades, no lo per -sigui con el vigor y extensin que hubiera sido de desearse yque sin duda lo habran aplastado . Tal era la dificultad que parael espionaje patriota opona la opinin volcada en favor del rey .

    El impetuoso Boves y el no menos valeroso jefe orienta lMario, se encontraron y vinieron a las manos en Bocachic a(31 de marzo) . El realista fue duramente escarmentado co nunas 1 .000 bajas, mientras la repblica tuvo que lamenta runas 180 .

    Noticioso el Libertador de la gloriosa jornada, retir 1 .000combatientes que haba establecido en la Quinta Plantacin deTabaco para vigilar al contendiente, y con ellos se lanz a l apersecucin del espaol que marchaba hacia el sur del lago d eValencia . La rota de ste fue completa en Magdalena, cuestade Yuma y Gige. Si hubiese sabido a tiempo la aproximaci nde Mario y la batalla del 31 de marzo, y si el jefe oriental ,en vez de permitir la fuga de un ejrcito vencido y agobiad opor la desmoralizacin engendrada por las numerosas derrota srecientes, hubiera seguido el ejemplo de su hermano de Occi-dente, Boves no hubiera retenido siquiera los 1 .500 guerreros aque redujo Bolvar los 3 .000 hombres que le dej Mario .

    Prodigios dignos de los hroes mitolgicos eran todos es -tos sucesos . De dnde cobraban fuerza y entusiasmo esos hom-bres de la repblica? No miraban acaso al futuro de una con -tienda en que, an momentneamente vencedores, vean sobres el peso predominante de la fuerza material y la opinin hostil

  • GENERAL MARIANO MONTILLA

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    de las masas? Si les faltara el jefe a que obedecan, las armascaeran de sus manos cansadas, el aliento deI espritu abando-nara sus cuerpos fatigados.

    De los llanos de Calabozo, vivero exclusivo y riqusimo d eBoves, a Caracas, natural punto de mira de los realistas, se ex-playaba de norte a sur y de este a oeste un territorio sembrad ode poblaciones de distinta magnitud y categora que les serva nde jalones en la marcha para coronar la meta codiciada . Haciael medioda, la provincia de Guayana, de donde en un moment odado se levantaban como del fondo inviolado de la tierra, la sinnmeras unidades que formaban la "legin infernal" o repo-nan las que en sus frecuentes derrotas y aun en sus victoriasmordan el polvo irreverente . Parecan las llanuras forja vigo-rosa de los recios caballos en que con especialidad confiaba, ycon razn, su ejrcito indomable de centauros . Los ros navega-bles daban puertos marinos, es decir , segura entrada a tod aclase de auxilios que les proporcionaban las colonias espaola sdel Caribe . La retaguardia realista estaba, pues, absolutamentecubierta, y no por entidad inerte y sin vida . El frente y flancos ,al contrario, constituan la tabla de ajedrez en que era precis omover las fichas del combate con bravura y talento, que sobra -ban al caudillo, pues no era menos bravo ni en manera algun alerdo el que por el lado adverso les disputaba a aqullos el avanc ey la final victoria .

    En sus condiciones desventajosas por todo concepto, me-nos por el patriotismo consciente y la abnegacin austera de Ijefe y sus tenientes, era preciso al Libertador improvisar hom-bres y medios. Sus cuantiosas propiedades las haba puesto desd etemprano al servicio de su causa ; sus exhortaciones y ejempl ohaban allegado ya cuanto a los ciudadanos les era posible dar ;sus medidas de guerra haban agotado en los enemigos la capa-cidad de contribuir, mal de su grado, a la causa que odiaban .El mantenimiento de la lucha, sus victorias y los ejrcitos qu ehacan posible unas y otros puede explicarse por la esperanzay la fe en el destino final que, aunque sin duda conscientes elloade los reveses y sinsabores que les aguardaban, todava por largotiempo, no les permitan desmayar en los esfuerzos sobrehuma-nos que necesitaban poner a contribucin .

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    Desde su punto y en la situacin en que se encontrase e lLibertador, l era quien mova todas las piezas de este com-plicado tablero del occidente de la provincia .

    Bolvar no slo atenda a las necesidades de su campamento .Presente estaba en todos los problemas civiles del Estado, y s u

    consejo y accin eran gua en los problemas diversos que a cad apaso surgan en la administracin ; y su pluma dilucidaba losvarios aspectos de la guerra desde el punto de vista de los acon-tecimientos ocurridos en el suelo europeo, que necesariamentese ligaban con el presente y el porvenir de la guerra de inde-pendencia y los estados que ella bregaba por crear .

    Mientras contena a Boves por s o por sus tenientes, l a

    regin ms occidental de la repblica se debata desesperada -

    mente para librarse de la coyunda . Urdaneta, obediente a lasrdenes del Libertador y a su propio valor y pericia, llevab asobre sus hombros el peso de la responsabilidad . Y en verdad ,nadie se hubiera desempeado con ms sagacidad y acierto . Ro-deado estaba de enemigos, pueblos enteros le adversaban, la sfuerzas y guerrillas de Ceballos, Calzada, Millet, Jos de la Veg ay otros se vieron frecuentemente humilladas por las exiguas uni-dades de Urdaneta y sus oficiales Picn, Lara, Palacios, Plaza ,

    Monasterio, Briceo .

    Evacuado Barquisimeto, Urdaneta logr penetrar en el co-razn de San Carlos, peleando diariamente a su paso con la s

    guerrillas que infestaban el territorio . Mas era imposible ante

    la enorme disparidad de fuerzas, que San Carlos, sitiado, se sos-tuviese largo tiempo. Sigui no obstante, sostenindose contralos sitiadores, harto desmoralizados y diezmados ; circunstaD-cia que aprovech para efectuar su salida y retirada, siempreluchando contra las hostiles guerrillas . "El pas se haba pro-nunciado por el rey", dice Lecuna, "hasta el punto de no haberpara los patriotas en el occidente nada seguro fuera del tiro d efusil en sus tropas" .

    Evacuada San Carlos por la pericia de Urdaneta, march ste con sus 300 hombres hacia el nordeste y se encerr en Va-lencia . Sitiado por las fuerzas de Ceballos a las que pronto s ereunieron all las de Coro y Barinas, ya eran 3 .000 hombres que

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    le intimaron rendicin . Pide auxilio al Libertador. Desconcer-tante respuesta! "Usted debe enviar 200 hombres a Puerto Ca-

    bello para que D'Eluyar no sucumba!" ; y luego : "sostenga aValencia hasta el ltimo soldado" . Consejo de oficiales : "El Li-bertador ordena sostener el sitio del enemigo hasta el ltim ohombre. Juramos obedecer hasta que imposibilitados en la l-tima extremidad, imitaremos el ejemplo de Ricaurte en el camp oinmortal de San Mateo". Pero la aproximacin de Mario a SanMateo hizo que el caudillo realista levantase el sitio de ese glo-rioso vivero de herosmo ; y la derrota que el jefe oriental l einfligi en seguida hizo a Ceballos retirarse de Valencia, impi-diendo a Urdaneta y sus compaeros cumplir el sagrado jura -mento .

    Si tan precaria era la situacin patriota en tierra firme, n olo era menos en el mar, donde los corsarios al servicio de Es-paa no cesaban de atacar y vencer con sus naves a las peque -as embarcaciones de que podan disponer los patriotas y apo-derarse de sus tripulantes y de los cargamentos de cacao u otrosgneros de que eran portadores para el trfico con Curazao opara el abastecimiento de pueblos ribereos .

    Pero faltan para completar este perodo de la guerra e nla provincia de Caracas, algunas de las ms famosas batallascampales de 1814 .

    No era la escasez de los patriotas el nico motivo de alarma ,y ms que alarma desesperacin, en que se hallaba la causa .Haba que contar con el estado de la opinin . A la disposicinde los nimos, inclinados a Espaa, se agregaba la inminenci ade grandes refuerzos venidos del otro lado de los mares por l acesacin de la guerra por Napolen ; y aunque el Libertador ylos escritores de la "Gaceta de Caracas" se esforzaban por borrarde la imaginacin popular la impresin justa que la mejor si-tuacin actual de la madre patria engendraba, libre de las pre -ocupaciones de defensa interna que la haban agobiado, la l-gica natural triunfaba contribuyendo a aumentar el pnico d eunos y la soberbia ufana de los ms. Cansados los pueblos detres aos y medio de guerra, muertes, asesinatos, pestes, ham-bre y desolacin, culpaban de tantos horrores a Bolvar y e lgobierno independiente ; el descontento cunda y se abra paso

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    aun en las filas de las tropas, que desertaban por centenares eiban muchas a aumentar el contingente blico del enemigo . Almismo tiempo se dola el Libertador de la desaparicin de lo svestigios de la civilizacin : "Con esta guerra cada vez ms crue lhan desaparecido los tres siglos de cultura, de civilizacin, d eindustria . Parece que todos los males se han desencadenado so-bre nuestros desgraciados pueblos" . Mas no se entrega en bra-zos del pesimismo : "pero su exceso mismo nos indica que van acesar" .

    A estas alturas ocurri el primero de los desastres defini-tivos : la derrota de Mario por Ceballos en el Arao, el 16 d eabril . Las guerrillas, las facciones, los enemigos avergonzado spor tantos reveses causados por el bravo puado de republica -nos, levantan de nuevo la cabeza, se unen y consolidan, y sa-biendo que Boves renov sus alientos, como siempre despusde sus refriegas adversas, que an por esto es mulo de nues-tro general en jefe, se pone en estado de ofensiva y espera lallegada del caudillo republicano .

    Cajigal comanda el ejrcito realista a poca distancia d eValencia . En espera de Boves se mantiene a la defensiva mien -tras el Libertador con movimientos inteligentes lo provoca alcombate . La actitud de ste descubre toda la intencin de suadversario, y redobla sus bellas maniobras . Con algunas de ellasfinge errores o debilidad. En uno de estos movimientos el ene -migo cae sobre los patriotas que lo castigan severamente co nla sola compaa de Jos Francisco Bermdez. "Sobrevino en-tonces, dice Lecuna, un incidente inevitable, y fue que sin fun -das los soldados, mojronse los fusiles por una fuerte lluvia, ypara disimular la imposibilidad de obrar con la infantera e nesas condiciones, los patriotas provocaron duelos singulares desus jinetes afamados con los de ms renombre de los enemigos .All se distinguieron el famoso Francisco Carvajal, denominad oTigre Enearamado, Jugo, Monagas, Sedeo y Arrioja" .

    Al finalizar esta pasajera situacin, sigui el Libertador in -citando a Cajigal para que aceptase la batalla . Este segua rehu-sndola hasta que tuvo noticia de que Boves haba salido de Ca-labozo para unrsele .

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    Quizs Bolvar tuvo conocimiento de la novedad, y natu-ralmente sinti impaciencia por impedirlo . Tuvo tambin quehacer frente a las seales de descontento que por varios moti-vos mostraban las tropas, cuyos conatos de desercin se hab avisto obligado a reprimir y castigar con energa y gran seve-ridad .

    Con ojo avizor continu observando al enemigo, combinandolos movimientos, simulando debilidad, para colocarse en la msventajosa posicin mientras lo estimulaba a la pelea . AcampaCajigal a poca distancia de Valencia ; empuja el Libertador su s5.000 soldados sobre los 6 .000 veteranos del enemigo, y en lallanura de Carabobo se libra la batalla (28 de mayo) . Una vezms triunfa sobre el nmero la pericia del jefe supremo com-binada con la destreza y valor de Leandro Palacios, Jaln, Ma -rio, Ribas, Montilla, Carvajal, Sedeo, Florencio Palacios, Ber-mdez, Valds, Urdaneta, Jugo, Arrioja y Garca de Sena.

    Las prdidas realistas en el campo de batalla y una ac-tiva persecucin produjeron al vencedor gran cantidad de ele-mentos y 1 .100 prisioneros, ganado, caballos y botn .

    Ssifo ha logrado llevar su pesada carga hasta cerca de l acumbre de la montaa : ha de rodar de nuevo hasta los pies dela mole, porque no puede clavarse en las laderas o vertientes .La violenta tempestad caer sobre ella . Es Boves, tantas vece svencedor a quien se adelant Carabobo, cuya derrota le da m snimo para un encuentro vengador .

    Una batalla tan gallarda y provechosamente ganada al ene -migo deba producir un entusiasmo desbordante en la masa pa-triota de la poblacin . No es sta la impresin que dejan lossucesos. Despus de dar sus disposiciones en el campo para ali-viar la situacin de las tropas hambreadas y semidesnudas, ypara anular la accin de las guerrillas realistas que merodeaba nen toda la regin disputada, vuela el dictador a Caracas, e ndonde las pasiones de los dos bandos se enconan de modo in -creble . El mismo alboroto que llamaremos civil est denun-ciando que el xito acabado de alcanzar dista mucho de produ-cir tranquilidad a los unos y decaimiento a los otros . Es qu s ipor una parte aqullos han visto brillar una estrella en el cieloamericano, los dems, por otra, animados por las gacetas es-

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    paolas, han tomado nota de la liberacin de Espaa y su aug epoltico y militar en presencia del total derrumbe del Corso .La hostilidad inglesa a la causa se ha manifestado tambin d emodo objetivo y concreto por el maltrato que comisionados de igobierno independiente reciben de funcionarios britnicos deSaint Thomas . La ciudad de Caracas hierve con el fuego que ali-mentan y se comunican mutuamente los dos partidos hostiles .La ciudadela, refugio de personas y familias contra la eventua-lidad de una incursin realista, y la parte exterior a ella dond ?residen los dems habitantes, mantienen despierta la mutua ren-cilla que se traduce frecuentemente en acometimientos singula-res no slo de hombres, sino tambin de mujeres .

    Vol el dictador, decimos, a Caracas, y dejando la espadauna y otra vez acostumbrada a triunfar en las lides de sangre ,esgrimi sus otras armas igualmente vigorosas : su palabra ysu brillante pluma . Pero su dialctica no tuvo el efecto quebuscaba . El pueblo estaba saturado de pesimismo, guiado poruna lgica ms contundente que la de los razonamientos : lalgica incontrastable de los hechos . El efecto de este desalientofue la irreparable accin que sigui a estos acontecimientos, e nque las fuerzas patriotas y las rebeldes estaban completamenteequilibradas, las posiciones no eran malas, los jefes eran losmismos habituados a batir a los llaneros en encuentros desven-tajosos ; pero el ambiente moral haba envenenado el espril udel soldado con una desmoralizacin mortal que impidi a l acaballera, dirigida por las famosas lanzas de Sedeo, Mona -gas, Arrioja y Carvajal, dar de s cuanto encerraba en poten-cia y haba puesto en evidencia .

    Y fue as que como un huracn, ultimando vidas, talando ,destruyendo y jurando venganza avanzaba el feroz Boves co nsus feroces mesnadas . Al conocer su aproximacin Mario ,desde Villa de Cura sali a su encuentro resuelto a disputarl eel paso, y se situ en el fatdico sitio de La Puerta, donde ya elejrcito patriota haba sufrido el descalabro del 3 de febreroal mando de Campo Elas . Este siti se prestaba para una h-bil defensa de los 3 .000 combatientes patriotas contra igua lnmero de llaneras. Mario desconoca la verdad de la fuerzade su contrincante, y acaso la crea inferior a la suya : tal era

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    el estado de la opinin que los patriotas no podan obtener da -tos de los vecinos ; su servicio de espionaje era absolutamentenulo .

    A las doce del da 15 de junio se empe el duelo . El Li-bertador, al tener noticia de la cercana del enemigo, vol deCaracas a arrostrar el peligro . Lleg poco despus, tarde yapara corregir el error de Mario, sacando de all a los comba -tientes como lo intent .

    La infantera de Boves acometi de frente, su caballer aatac por la derecha, haciendo verdaderos estragos hasta qu erompi la retirada patriota . Las cargas de los llaneros eranirresistibles . Era verdaderamente la que indicaba su nombrede "Legin Infernal" . Ni la caballera patriota ni su infanterafueron capaces de resistir los choques sucesivos de los llaneros, y el desbande fue total, y total la destruccin del ejrcito .Todo, absolutamente todo, cay en poder de Boves. Compaa senteras, dice Lecuna, fueron destrudas a culatazos y lanzazos .All murieron el ministro Muoz Tbar y los jefes de Batall nPedro Sucre, Antonio Mara Freites, Manuel Aldao y Garc ade Sena. Segn la leyenda, Freites al verse perdido se quit l avida con su propia pistola. Al caer la artillera el coronel Jal nqued prisionero. Bolvar con varios edecanes y oficiales, rom-piendo con una escolta valerosa por entre una fila de enemigospudo salvarse y huir . "Bermdez tir una hermosa capa a losllaneros a punto de cercarlo, y mientras se la disputaban sealej del campo" : es sintomtico de la psicologa de esos sol-dados .

    Lstima que los hombres deslustren su herosmo y man-chen sus laureles con crmenes como los que invariablement eacostumbraba Boves en los campos de batalla, y en los pue-blos donde reposaba o por donde marchaba . Boves no sufrien esta ominosa jornada ms que 90 hombres entre muerta sy heridos . Las prdidas de los republicanos pasaron de 10 0hombres desaparecidos y otros tantos muertos, porque todo slos heridos y prisioneros fueron asesinados en el campo de ba-talla. Una excepcin se cuenta : la de aqul benemrito corone lDiego Jaln, de tanta estimacin por Bolvar, que en sus repe-tidos empeos por salvar de la ejecucin a los prisioneros de

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    Caracas y La Guaira lleg a proponer el canje de todas po rel de este oficial nicamente, preso en Puerto Cabello . Habasido canjeado despus por el coronel Miramn. Pues bien, e ljefe realista le hizo la distincin de invitarlo a almorzar con l ;y cuando termin el almuerzo orden en su presencia que loahorcasen, y lo decapitasen despus de muerto para mandar sucabeza a sus amigos de Calabozo .

    En la misma tarde de la derrota, a las 6, emprendi Bo-lvar precipitada fuga . En tres horas y media haba cubiert olos 50 o 51 kilmetros que median entre el campo de batalla yLa Victoria, lo que revela la magnitud de su peligro . All tuvoun breve descanso, si descanso puede ser echar pie a tierra paratomar y comunicar medidas calculadas remediar una cats-trofe sin precedentes en la guerra, y procurar que surgies enimo de los corazones haca ya tiempo desencantados y du-dosos no obstante los fugaces relmpagos de gloria que sola nalumbrar el camino feliz de los ejrcitos de la patria . Podral mismo tener confianza en el resurgimiento? Aunque parezc aimposible, estamos ntimamente convencidos de que entre la lo-breguez de esa noche triste de su espritu, tras el dolor sem-brado en l por la espantosa catstrofe de ese da, l percibala claridad de la lmpara inextinguible, que no le hizo perderun momento su admirable serenidad . Ay, si ese fanal se hu-biese apagado en algn momento! No siempre, como en estosinstantes, poda transmitir su calor, ms ah estaba y slo aguar -daba tiempos ms propicios .

    Por su boca se informaron todos del luctuoso suceso y lamagnitud de la desgracia al mismo tiempo que aconsejaba se-renidad en el infortunio . Y dio rdenes para defender a La Ca-brera ; D'Euyar deba redoblar su vigilancia contra PuertoCabello ; Escalona, comandante de Valencia, esforzar su defensa ;y Urdaneta correr en auxilio de esta ciudad . Confiaba en poderarbitrar los medios para reparar la desgracia .

    Con los compaeros que con l se salvaron, Ribas entreellos, el Libertador lleg a la capital al da siguiente, 16 d ejunio . Fue el primer mensajero de la triste nueva . Vuela l afama por todo el mbito de la capital alborotada . El jbilo yentusiasmo de los ms, realistas declarados o solapados, en con-

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    traposicin con la tristeza y miedo de los otros, conocidos lo smtodos realistas de celebrar sus xitos con el asesinato, elsaqueo, la violacin carnal, y todo gnero de desmanes y atro-cidades, convirti a Caracas en un triste modelo de confusinespiritual y material . Boves y sus tenientes avanzaban acuchi-llando. sin piedad a su paso y convirtiendo los poblados y cami-nos en ros y lagos de sangre . Al comps de los hurras de vic-toria, los ayes de dolor por los que perecieron y por la suert epersonal que esperaba a los moradores y sobrevivientes .

    No eran el Libertador ni los dems jefes de la repblica ,gente para anillarse ante reveses como el que se acababa de sufrir .La ley marcial entr en rigor : era el medio nico de reunir sol-dados en medio del catico desaliento de los adeptos de la in -dependencia . De dnde sacar dinero, si todas las fuentes es-taban agotadas? Quedaban las joyas de la Iglesia, la plata la-brada no indispensable para el culto, cedidas a la repblica e nacto pblico del once de febrero, y de parte de esa plata seech mano para acuar monedas . Se impusieron nuevas contri-buciones forzosas . Y armas? Y bastaban para la defensa dela ciudad contra los enemigos que vivan en ella los, dbiles con-tingentes que podan reunirse, que se necesitaban adems parahacer frente a las partidas y tropas exteriores que se avecina -ban? Apenas unas pocas armas pudieron conseguirse de u nbarco surto en La Guaira ; y el Libertador resolvi tomar unamedida trascendental : enviar a Barbada una comisin presididapor don Pedro Gual, que desde das atrs haba venido a trae rlas felicitaciones y honores del gobernador de Cartagena. Elobjeto era pedir al gobernador ingls de la isla 2 .000 fusiles, 2bateras de campaa y 1.000 infantes que defendiesen la ciudadcontra las incursiones de los hombres de color, que, vencedores ,podan llevar sus desmanes hasta las Antillas . Las tropas ha-ban de devolverse tan pronto como la repblica lo ordenase .La compensacin de estos servicios eran facilidades para el co-mercio britnico . Ningn xito logr la misin.

    Esto aconteca el 17 de junio. Varias familias comenzabana emigrar para las Antillas . Mara Antonia, hermana mayor de lLibertador, partidaria ardiente del rey, no haba perdido po reso su tierno cario . Ella era un ngel bueno para los realistas

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    JOSE DE LA CRUZ }TERRER A

    amenazados, y ejerci su caridad muy notablemente en los acia-gos das de las ejecuciones de Caracas y La Guaira. Ella en suhacienda de caa de Macarao, a 14 kilmetros del centro de la

    capital, y al extremo occidental del valle de Caracas, los escon-da mientras interceda con su hermano, con Ribas, con Aris-mendi, a fin de que les otorgasen pasaportes para el exterior .Pero es de advertirse que, contrario a lo que aconteca en otra sfamilias, jams cometi infidencia contra la causa de su her -mano ni protegi realistas polticos, militares, ni manchado s

    con sangre .

    La casa del Libertador, en la esquina de las Gradillas, es-taba en la misma cuadra que la de Mara Antonia, de Gradilla s

    a Sociedad, y era ella quien le asista y prestaba servicios do-msticos cuando los menesteres de la guerra o las atenciones de l

    gobierno civil le permitan u obligaban a estar en la capital .

    En las amargas coyunturas de la derrota republicana e n

    La Puerta, Mara Antonia, que haba sido un consuelo para tan -

    tos perseguidos, consciente de sus servicios y lealtad al mo-narca, no quera seguir el ejemplo de tantos desgraciados que

    abandonaban familia, bienes y terruo para eludir la furia sal-vaje del vencedor . Pero Bolvar, que conoca por experiencia l a

    ndole traidora de los realistas ; que saba del deleite supremo

    de Boves y sus hordas en la maldad y la sangre ; que sospe-chaba fundadamente que su nombre y parentesco eran sufi-ciente argumento para una salvaje venganza de Boves y su "Le-

    gin Infernal", sin importarle nada con servicios de americanos ;

    y que por otra parte, era un prototipo de cario por su familia

    y amor fraternal para con esa hermana en especial, tan pare-cida a l no slo fsicamente sino en sus dotes de talento, ener-ga varonil y constancia, o si se quiere, terquedad, tom haci a

    ella una drstica resolucin .

    Cuando todo era confusin, trajn y angustia entre los quecon razn teman los desmanes del vencedor, y movimiento shacia La Guaira de los que huan a las Antillas, y preparativo sde los ms para escapar de algn modo de las garras ensangren-tadas y vidas que ya casi sentan sobre s, se presenta el Li-

  • BOLIVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    24 1

    bertador a su hermana, despreocupada y tranquila en sus afa-nes caseros y atenciones campestres, y le ordena enfticamente :

    Tienes que emigrar a Curazao .

    Por qu? contesta asombrada .

    Porque es seguro que te ultrajar la gente de Boves, yno puedo permitirlo .

    Y por qu han de ultrajarme? Qu tengo yo que -ve rcon tus locuras? No le consta a todo el mundo cmo mi co -razn compasivo y mi influencia contigo, Ribas, Arismendi yLeandro han salvado a tantos infelices amenazados por el sol ocrimen de ser leales a su rey ?

    Qu les va con eso a los espaoles! Qu hay sagrad opara ellos? Es gente que no tiene conciencia ni sentimiento no-ble alguno . No tienen otra consigna que extinguir el nombr eamericano. No conoces los antecedentes de ese bandido Boves,chacal humano, nunca saciado de maldades y sangre ?

    No me tocarn .

    Despus de quitarte tus bienes te ultrajarn en tod aforma, y no puedo permitirlo .

    Pues no abandonar mi casa, mi patria y mis bienes .

    Pues te irs, le dijo firmemente el Libertador .

    Pues no me ir, replic ella con igual firmeza y reso-lucin .

    Vers! fue la final amenaza de Simn .

    Y el Libertador se encamin sin vacilar al campamento, es-cogi caballos suficientes para Mara Antonia y su familia, yentregndolos a un oficial con una escolta de 8 soldados le or-dena perentoriamente : Va usted a casa de Mara Antonia, laobliga a montar con su familia, la conduce a La Guaira y la em -barca para Curazao.

    Puntualmente se cumpli la orden . Efectivamente como lovaticin el Libertador, sus bienes fueron secuestrados y ella pasno pocas penurias en Curazao, Saint Thomas y Cuba, desde donde

  • 242

    JOSE DE LA CRUZ }TERRER A

    hizo levantar en Caracas un expediente que acredita con cre-ces su decidido realismo, en declaraciones de personas por eli asalvadas y protegidas, con lo que Fernando VII le otorg una

    pensin anual de 1 .000 pesos que despus aument a 2 .000 . (1 )

    Juana, la otra hermana del jefe supremo, siempre decidid a

    y entusiasta por la causa del Libertador, haba partido sin difi-cultad y por voluntad propia, huyendo de la gran catstrofe .

    Tal era, repetimos, el fermento de Venezuela . Esta descom-posicin que en otras familias y en otros hogares adquira ca-racteres de trgica enemistad sellada a veces con la sangre fra-terna, daba lugar en Caracas a escenas repetidas de contien-das callejeras que aumentaban la confusin y acrecentaban e l

    terror reinante . Con la anterior digresin hemos interrumpido

    el hilo de los acaecimientos, pero el lector encontrar en ella

    del modo ms grfico posible, descrita con ese solo ejemplo l aconfusin y contradicin en que se viva en la poca de la con -

    (1) El expediente a que nos referimos reposa entre los papeles de I

    doctor Vicente Lecuna, y de l extractamos lo siguiente :

    El 28 de febrero de 1816 Juan Delgado Marrero, canario, declara ant e

    el teniente justicia mayor de Macarao, "que conoci de vista, trato y co-municacin a doa Mara Antonia Bolvar, hacendada de este valle, ynunca le vi ni oy cosa alguna contra el rey nuestro seor . Antes sabominaba de las cosas de su hermano, y por consiguiente, favoreci atodos los que pudo, como al declarante, con dinero y empeos con su her -mano, Mendoza y Ribas, y lo mismo ejecutaba su marido don Pablo d eClemente y Francia, y que su emigracin fue de esta ciudad por su her-

    mano, amenazada que si no se iba le quitara las hijas . . ." .

    El 19 de marzo del mismo ao Ignacio Monterrey, tambin canario ,

    declara ante la misma autoridad "que nunca le vi ni oy cosa algun a

    contra el rey nuestro seor, y que estando escondido en casa de dich a

    Mara Antonia, le oy motejar y afear las operaciones de su hermano ,

    y por consiguiente, mereci una buena conducta entre todos los vecinosbuenos, lo mismo su marido don Pablo Clemente y Francia . Que su emi-

    gracin cree que fue de la ciudad por temor y no porque fuese delincuent e

    ni desafecta al rey . . . ." .Igualmente Domingo Bentez, canario como los anteriores y a la fecha

    siguiente a la anterior declaracin, manifiesta que a doa Mara An-

    tena Bolvar jams le oy ninguna expresin en contra de nuestro le-gtimo soberano, antes por el contrario, que abominaba el despotismo ydisparates que se estaban cometiendo contra los europeos, y que todos lo sque ella pudiese los escondera y libertara, como yo fui uno de ellos, que

  • BOLIVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    24 3

    tienda por la independencia, semejante a aquella que exist acuando la sociedad pagana del imperio romano se vena trans -formando paulatinamente en el mundo moderno, cuando seo-res y esclavos, padres e hijos, hermanos y hermanas, generale sy soldados, emperadores y sbditas, constituan unidades con-tradictorias de seres que poco a poco fueron unificando senti-mientos y creencias bajo la enseanza persistente e incansable ,sobrenatural entonces, sobrehumana ahora, de un maestro ycaudillo que no reparaba en contratiempos, demoras y tribula-ciones, pero con la seguridad de llegar a la meta ideal . Ahorael maestro y caudillo era un hombre en el seno de cuyo hogarcoexistan o haban coexistido la dulce Juanica, "gota de miel "y la brava Mara Antonia ; su hermano Juan Vicente, el proto-mrtir, y su to Esteban, su "segundo padre" ; su ta Josefa, susegunda madre, y el to Feliciano .

    Si tal aconteca en la intimidad de esa familia distinguidade donde surgi el fuego sagrado, ya puede imaginarse cmo

    me tuvo en su casa encerrado en un cuarto sesenta y ocho das espe-rando que pasasen los furores y depravadas intenciones del inicuo Aris-mendi, alimentndome, porque absolutamente no me haba quedado nad aque no me haban quitado, y ltimamente despus de pasado el torbellin ode maldades se empe con su hermano Simn y me consigui pasaportepara transportarme a la isla de Curazao . . . "

    Declaraciones de otros testigos corroboran las anteriores . En conse-cuencia, con fecha 5 de marzo de 1819 una real orden le otorg una pen-sin de 1.000 pesos anuales que fue duplicada al ao siguiente, com oconsta de una nota dirigida por el magistrado Canga Argelles desd eMadrid al intendente de ejrcito de la isla de Cuba concebida en los si-guientes trminos : "Constante el rey en aliviar en la parte posible l atriste suerte que experimenta doa Mara Antonia Bolvar por efecto d esu herosmo y conducta patritica ; y enterado de la ltima exposicin dela misma interesada, y de cuanto V. S . ha informado en su favor encarta N 1 .358, de 27 de febrero ltimo, ha tenido a bien mandar que soduplique la asignacin de 1 .000 pesos anuales que le fue concedida porreal orden del 15 de mayo del ao prximo pasado . . . "

    Como puede comprenderse, no fue poco lo que sufri la buena mujeren su obligada odisea por las Antillas, de donde no volvi sino cuandodespus de la segunda de Carabobo, la nacin estuvo pacificada . No en-contramos pues mucha razn en la queja del Libertador ante su sobrino ,ya que l fue el causante de que su madre viviese por tantos aos "entr elos enemigos de su nombre" .

  • 244

    JOSE DE LA CRUZ HERRERA

    sera el temperamento social dentro de gentes de un mismo pue-blo, de una misma regin, de una misma provincia .

    No abandonaron su puesto ni sus nobles esperanzas los es -

    forzados paladines en medio de la derrota. Era un cuadro de,

    oficiales formados en los combates al lado del Libertador, maes-

    tro terico y prctico de patriotismo, constancia, abnegacin

    y fe .

    El convento de San Francisco fue el lugar donde se reuni la junta popular convocada por el dictador para informarse delas opiniones de los habitantes . Como es natural en semejan -tes reuniones, las ideas que se lanzaban eran en muchos de loscasos de lo ms estrambticas .

    Triunf al cabo de algunos das el principio de no cejar, yse tomaron en consecuencia disposiciones que se creyeron ade-cuadas a la defensa de la ciudad .

    Hay que dar muerte a todos los blancos, porque esos so nrealistas! proclam un grupo de fanticos hombres de color, yfue necesario se procediera con ellos con todo el rigor militar :que penetrado el dictador de su responsabilidad, supo ponersea tono con el momento . Otros obcecados sostenan comunida dde bienes . En medio de ese caos la voz del Libertador acallab ala de los elementos demaggicas y su energa lograba contene rel desorden social hasta la medida de lo posible .

    Bolvar renunci al mando con el fin de que se eligiese aotro que salvase a la patria . Se deliber por varios das conse-cutivos. Se busc el candidato . Aqu fue el momento de las aspi-raciones, las intrigas, los denuestos e insultos con que en la spseudodemocracias se entiende ventilar y resolver las cuestio-nes de ms momento . Nadie se entenda, hasta que al fin surgila clamorosa voz de la cordura : Bolvar fue proclamado y con-firmada su dictadura, como el ms apto para proteger a l apatria .

    Cuando Boves lleg a La Victoria con su ejrcito vencedo rresolvi tomar por el camino de Valencia para someter a l aheroica ciudad, y destac a Caracas dos partidas, una de 1 .500hombres al mando del capitn Ramn Gonzlez, que deba en-

  • BOLIVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    24 5

    trar por el camino de La Victoria ; otra conducida por la va deOcumare del Tuy por Machado .

    Los patriotas les disputaban el avance siempre con resul-tados adversos ; pero el encuentro ms importante ocurri con l adivisin de Ramn Gonzlez en La Majada, sitio distante deCaracas tan slo 12 kilmetros. Prisionero el jefe que coman-daba a los denodados patriotas, Manuel Zarrazqueta, fue fusi-lado en el acto . Ocurra esto el 6 de julio . El enemigo estabaliteralmente a las puertas .

    Ya se haba levantado el sitio de Puerto Cabello, y D'Elu-yar, su comandante, haba sido transportado a La Guaira e nlas naves que comandaba el capitn Brion, de tan destacado sservicios en las campaas subsiguientes del Orinoco . Boves ,con la aureola de la victoria que haca ms prontos a su llamad alos pueblos de suyo entusiasmados por su sistema de guerr avengativa de clases, adquira con los antiguos sitiados la liber-tad del puerto y los numerosos elementos de guerra all toma -dos : un aporte de consideracin. Urdaneta no poda con 1 .200hombres emprender operacin racional alguna, y le era for-zoso buscar la vuelta de Nueva Granada entre dificultades ydescalabros. La heroica Valencia en manos de un puado d eoficiales a quienes sobraba el pundonor y la pertinaz resolucin ,tena que caer por razn misma de su agotamiento y falta d eayuda .

    Cuando el 6 de julio se tuvo noticia en la capital de la de-rrota de La Majada, lleg al cenit el desconcierto de la pobla-cin. La confusin fue indescriptible . Los objetos domstico sse vean rodar por las calles como aventadas por un demoni odestructor. El pie tropezaba con los tesoros de este modo aban-donados en la va pblica . Era la ms grfica muestra de la .desesperacin. Ya ni el Libertador ni sus oficiales eran capace sde contener al pblico .

    Si desde das anteriores algunos de los habitantes ode los numerosos refugiados haban hallado el modo de emi-grar embarcndose para las Antillas, ahora el movimiento defuga contra las atrocidades y desmanes de la "Legin Infernal "adquira el carcter de improvisacin tumultuosa de gentes do-

  • 246

    JOSE DE " CRUZ HERRERA

    minadas por un terror incontenible . Podra tenerse una ide aaproximada de la confusin al considerarse que la ciudad con -tena no slo su nmero natural de habitantes, sino una can-tidad inmensamente mayor formada por las sucesivas emigra-ciones de los pueblos que desde la iniciacin de las operacione sde Boves y sus sicarios no encontraban otro recurso contra su ssangrientos mtodos de levas, venganzas, proselitismos y ultra-jes, que abandonar sus casas y haberes al fuego y la codiciade los realistas a cambio de no perecer bajo la sangrienta cu -

    chilla . No haba entonces lugar seguro fuera de los sitios do -minados con ms probabilidades de permanencia por los jefesdel ejrcito patriota, y particularmente Caracas, que de estemodo fue poco a poco atiborrndose de gente forastera, carga

    agobiadora en verdad para una ciudad que sola contribua conla mayor porcin, con casi toda la cuota indispensable para e lsostenimiento de la guerra que ya constitua algo as como e l

    tonel de las Danaides .

    El desastre de La Majada, decimos, no dej ya vacilaci n

    sobre el partido que deba tomarse . Un momento ms y l a

    ciudad estaba en poder del destacamento enviado por Bove e

    desde La Victoria. Pero sigamos los movimientos del monstruo

    hacia Occidente.

    Hemos dicho ya que en La Victoria el jefe realista destac

    sobre Caracas una divisin de 800 hombres al mando de Ram n

    Gonzlez ; y con los 2.200 restantes se dirigi al occidente . Una

    guarnicin patriota de Maracay y la que defenda el sitio de LaCabrera, en el lago de Valencia, fueron pasadas a cuchillo, y e lgeneral realista se present ante los muros de Valencia defen-dida por Escalona con 500 hombres .

    Nada hay comparable al herosmo de esos valientes que n otenan en cuenta sus privaciones y extenuacin de un mes de

    sitio, y rechazaron sin vacilar las intimaciones de rendicin .

    "Moriris todos si no os rends a discrecin" . Pero ellospreferan morir de hambre y sed o bajo las balas enemigas, an-

    tes que degollados por la implacable cuchilla despus de las ex-periencias sdicas de que tenan buen conocimiento . FinalmenteBoves les prometi la vida, con juramento sobre los santos evan-

  • BOLn'AR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    24 7

    gelios en misa que hizo celebrar al pie de los muros de la ciu-dad, a vista de los sitiados . Ante tan solemne promesa pronun-ciada y garantizada en presencia del Dios vivo, no dudaron, n ohabra dudado nadie en el mundo de su sinceridad, y se abriero n

    las puertas de la ciudad .

    "A ellos!" fue la orden de Boves, y los llaneros alancea-ron 300 de los rendidos. La sangrienta danza fnebre continucon las notabilidades de la ciudad . Y es fama que el monstruoinvent un baile al que oblig a asistir a seoras y nias distin-guidas de la localidad, y mientras en la fiesta las haca canta ry bailar ignorantes de la suerte de sus deudos y amigos, lossicarios, por orden de l, daban muerte a sus padres, esposos ,hermanos. As cumpli el solemne juramento hecho bajo lo smuros de la ciudad en el momento de alzar el sacerdote ofi-ciante la hostia sagrada .

    Lo que sigui en Valencia, los modos y maneras de come -ter los asesinatos, la desenfrenada licencia desencadenada con-tra las mujeres, parecera invencin de imaginacin frondosa ymalvola si no estuviese comprobado y documentado por testi-gos presenciales y por magistrados y hombres respetables adic-tos a la Corona. "Si al llegar a esa ciudad, que ser dentro de20 das, encuentro un patriota vivo, usted pagar con su ca-beza", refiere el regente Heredia que haba escrito Boves aJuan Nepomuceno Quero .

  • CAPITULO XVIII

    1814

    EMIGRACION, DISCORDIA, DERROTAS Y DESTIERR O

    RESUMEN :

    La emigracin de Caracas. Trabajos y penalidades de los emi-grados . La abigarrada muchedumbre de fugitivos . Tributocrecidsimo a la muerte. Ataques de las guerrillas a losemigrados . Insuficiencia de soldados para protegerlos . Cui-dados y socorros personales de Bolvar. Vivaqueando de noch eal aire libre . Meditaciones del Libertador. Iban caminode Barcelona . Sus ulteriores propsitos . Identificacin de labiografa de Bolvar con la historia de la Gran Colombia . Aragua . Divergencia de criterio entre Bolv ar y Bermdez . Causas de la terrible derrota . Muerte del Tigre Encaramado . Huye Bolvar a Barcelona. Degello general . Depredacio-nes. Bolvar marcha a Cuman . La plata labrada de lasiglesias . La perfidia deI pirata Bianchi . Bolvar y Mari ose ven forzados a embarcarse para rescatar el tesoro de l aRepblica . Transaccin con Bianchi . Humillacin de Bolvar .Calumnias de sus compaeros y parientes. Inexplicable com-portamiento de Ribas y otros oficiales . Ribas y Piar nombrado sprimero y segundo jefes de Oriente . Bando contra Bolvar yMario . Bolivar caoneado en Pampatar . Vuelven los Li-bertadores a Cariaco . Prisin y evasin de los Libertadores. Siguen rumbo a Nueva Granada . El Manifiesto de Carpano.Semejanza y diferencia de la suerte de Miranda y cIe Bolvar .

    Qu informe muchedumbre se adelanta por el fragoso yardiente camino de la costa venezolana? Son como 20 .000 per-sonas que a la sombra de los 1 .200 soldados que acompaan a lLibertador huyen del horror que adivinan va a invadir la ca-

  • ?JO

    JOSE HE LA CRUZ HERRER A

    pita : Boves y sus crueles sicarios apenas les han dado tregu apara tomar precipitadamente lo que ms a mano han encontrado ,que no alcanzar ciertamente a proteger sus cuerpos muchosdas ni alimentar su sangre muchas horas .

    Bajo lluvia torrencial se pusieron en camino en la maanadel r de julio. Se llaman caminos esas huellas o senderos m so menos anchos abiertos por el rastro de las bestias de cargao por la planta humana sobre el suelo natural con todos sus obs-tculos primitivos. No hay bestias para aligerar su paso . Niasdelicadas cuyo pie jams trill otro suelo que los ricos estrado sde los palacios y casas seoriales, que no conoci otro arduo ejer-cicio que tejer artificiosa danza al comps de la msica podrnahora de sbito aprender a ablandar las duras piedras del ca -mino? Cuerpos figurados por Dios para disear hasta dnd epuede llegar la maravilla del ritmo singular y universal, s evern por 23 largos das, si tanto as, eternidad para el qu esufre de cuerpo y espritu, resiste la frgil vida . Caminando vanpor el camino infernal de Guarenas y Guatire esos seres, ante salegres, vigorosos, optimistas, convertidos hoy en sombras pe-regrinantes . All van las madres con sus hijitos en brazos, qu echupan vidos sus pechos agotados por el terror, o envenenadospor la amarga angustia de sentirse alanceados por los perse-guidores ; all las que perdieron en la guerra al marido solcito ,al retoo querido, al novio esperado, cuyo recuerdo es una nuev aopresin para su alma ; ese que por all se ve arrastrando lo spies que a duras penas sostienen su tronco macilento es un an-ciano que logr eludir, enfermo y herido, la pesquisa del la-nero que despus de quemar su casa lo buscaba afanoso par aeliminarlo . Refugiado en la capital, su respiro fue tan fugaz ymomentneo como un ensueo . Podrn vencer la fatiga y llega ral trmino previsto por el ejrcito? Podrn resistir la fiebrepaldica, sobrevivir al hambre e incomodidades nocturnas ydiurnas, triunfar de las plagas, eludir las mordeduras de las ser-pientes, evitar las garras y dientes de las bestias feroces, sus -traerse a las guerrillas que infestan el camino ?

    La 'enorme caravana va dejando a su paso tributo inmens oa la muerte : que no slo la somete por natural resultado, sin otambin mediante los corsarios que la caonean en los pasos

  • BOLIVAR, FORJADOR DF. LA LIBERTAD

    25 1

    martimos ; partidas que la acechan, que la diezman sin mise-ricordia sin que puedan bastar a defenderlas los pocos soldados

    que forman la escolta deI jefe supremo ; ni los cuidados per-sonales de ste pueden multiplicarse para socorrer a todos.

    Slo los pasos anegados por la laguna Tacarigua contuvie-ron a los pobres emigrados por tres das de marcha con agua ylodo a das rodillas . Principalmente en pasos como se y en l atravesa de dos ros el Libertador y sus oficiales ejercitaban sucaridad, llevando a los que podan de un lado a otro en las anca sde sus caballos .

    Dnde podan vivaquear estos desventurados en su march apor todos tildada de inconsulta, y que lo fuera en verdad si nola hubiese impuesto el deseo de eludir los tormentos de tod ognero, deshonra y humillaciones que venan hacia ellos? Notenan esos cuerpos delicados o frgiles, o ya desde el comienz oenfermos, otro recurso que aumentar su miseria despus de so -portar quizs das de lluvias torrenciales, tendindose de noch een el suelo hmedo y duro, con la intemperie por toldo, y lo sinsectos por compaeros importunos y mortferos .

    Sumergido en la conciencia de su presente fracaso el Li-bertador cabalgaba, cabalgaba lenta y pesadamente para trata rde librar a su pueblo cuanto antes lo permitiera la presente ca-lamidad, del malestar enorme de esos das y de la amenaza d eBoves cuyas fuerzas no tardaran en presentarse para hacerejemplar carnicera de patriotas y de gente que, aunque pac-fica y sin ingerencia en los asuntos guerreros, se haba atrad ola sentencia por el solo hecho de temer y huir : "son americano sy son de cara blanca , hay que exterminarlos". "En muchos ex-pedientes consta que Boves vena matando sin discriminaci nde sexo ni siquiera de opinin a cuantos tenan la cara blanca ,aun cuando se hubieran mantenido neutrales o fueran realistas .Tambin mataban l y sus secuaces a cuantos pardos haba nservido a la repblica" . (Lecuna) .

    En todas sus campaas apenas experiment Bolvar mo-mentos ms angustiosos, peligros ms amenazantes . Nunca an-duvo ms sombro por los caminos de la patria. El que en r-pidos movimientos y disposiciones militares habilsimas tuvo a

  • LSE

    JOSE DE W CRUZ HERRERA

    raya por ao y medio al enemigo y conquist gloriosamente l aciudad nativa y ense a gran parte de sus compatriotas las de-licias de la autonoma y libertad, ahora vencido, fugitivo, aban-donaba el teatro de sus glorias para tentar la trabajosa tare ade rehacer la patria en el Oriente.

    Iba camino de Barcelona, donde la lucha no haba ago-tado por completo los recursos patriotas, donde esperaba en-contrar reserva de hombres y elementos de lucha, donde unabrillante copia de jefes resueltos y experimentados, unidos asus oficiales y compaeros, no menos decididos y valientes, po-dran acaso iniciar o desarrollar una reaccin armada de buenxito ; donde, en fin, su compaero, Mario, el dictador deOriente, era respetado y obedecido .

    Sus preocupaciones no le producan el desaliento de los pu-silnimes. Actuaban a manera de un reactivo corporal . Mien-tras senta disminuidas las fuerzas fsicas se operaba en l mis-teriosamente una rica proliferacin de fuerzas morales. Pen-saba el presente desgraciado, pero iba meditando los medios qu epondra en prctica para redimirlos ; revolva en su mente elosado proyecto de instaurar relaciones diplomticas con el ReinoUnido para tener as una fuerza moral en el campo internacio-nal. Y lo intent cuando al cesar la memorable odisea pudo enlos ltimos das del mes de julio llegar a Barcelona. Y pensabaen la inconstante fortuna que lo haba puesto a la cabeza de s upatria para quebrantar sus cadenas como tambin para ser ins-trumento de que la providencia se vala para colmar la medid ade sus aflicciones . Y quines son nuestros vencedores? Es e lvalor del mismo pueblo americano seducido por el fanatismo yatrado por el Odio de razas, que ha llevado su demencia hastadestrur a sus libertadores y restituir a sus tiranos . Para nuestrahumillacin el cielo ha permitido que sean nuestros hermano slos que triunfen de nosotros . Los oficiales granadinos han cum-plido trabajos gloriosos, los cuerpos de Caracas formados po rlo ms granado de su juventud perecieron como buenos por con-quistar la meta que escalbamos ; yo he puesto a merced de es eideal no slo mi persona y tranquilidad, mas tambin los biene sde fortuna heredados de mis padres, aumentados con el trabajode mi buena madre . Si los sucesos no han correspondido a

  • BOLIVAR, FORJADOR BE LA LIDERTAB

    25 3

    nuestras miras, y desastres sin ejemplo han frustrado empres a

    tan laudable, no ha sido por efecto de ineptitud o cobarda, sino

    a consecuencia de algo superior a todas las fuerzas humanas. La

    destruccin de un gobierno cuyo origen se pierde en la oscurida d

    de los tiempos ; la subversin de principios establecidos ; la mu-

    tacin de costumbres ; el trastorno de la opinin ; el estableci-miento de la libertad en un pas de esclavos, es obra tan impo-sible de ejecutar sbitamente, que est fuera del alcance de tod o

    poder humano ; por manera que nuestra excusa de no haber ob-tenido lo que hemos deseado es inherente a la causa que segui-mos, porque as como la justicia justifica la audacia de haberla

    emprendido, la imposibilidad de su adquisicin se justifica por

    la insuficiencia de los medios.

    No tengo la loca presuncin de conceptuarme inculpable d e

    la catstrofe ; sufro, al contrario, el profundo pesar de creerme

    instrumento nefasto de sus espantosas miserias ; pero soy ino-cente porque mi conciencia no ha participado nunca del erro r

    voluntario o la malicia, aunque por otra parte haya obrado ma l

    y sin acierto. La conviccin 'de un inocente me la persuade m i

    corazn, y este testimonio es para m el ms autntico, bien qu e

    parezca un orgulloso delirio. Mis hechos sern comprobado s

    per doclmientos irrefragables . Entonces se sabr autnticament esi he sido indigno de la confianza que en m se puso o si merezcoel nombre de Libertador. No ser vano, lo juro, este augustottulo que la gratitud me tribut cuando vine a arrancar las ca-denas de mis conciudadanos. Libertador o muerto merecer

    siempre el honor que me han hecho mis conciudadanos .

    Con estos pensamientos contestaba en su intimidad loscargos y calumnias que ya corran en el pas, y se anticipabaa la tempestad de acusaciones que haban de seguir, y de ta lmodo eran ajustados a su situacin del presente y de su cercanofuturo, que constituye en substancia el manifiesto que se vi oobligado a publicar despus en los angustiados das de Car-pano.

    Andando pues, a la cabeza del gento inmenso que prefiri desafiar la muerte de este modo a arrostrarla bajo los sdicostormentos del vencedor en 'la capital, lleg el Libertador a Bar-

    celona el 2 de agosto. Pocos fueron los emigrados que no que-

  • 254

    JOSE DE LA CRUZ HERRER A

    daron en la ruta blanqueando con sus huesos las huellas de su

    dolor .

    Hemos dejado sin muchos detalles las ocurrencias del ex-tremo occidente de Venezuela, donde Urdaneta despus de unadifcil retirada por entre una regin enemiga, acosado de ad-versarios y derrotado en Mucuches, pudo salvar los 800 infante s

    y un escuadrn de carabineros que le quedaban, y refugiarse en

    Nueva Granada .

    Tratndose en esta obra de escribir una biografa deI Li-bertador, es cierto, se ve el escritor forzado a trazar cuadro sque si se tomaran aislados parecera no relacionarse con el tema .

    A poco de buscar causas y consecuencias se cae en el caso de qu e

    son inexplicables sin hallar el hilo que los ligue entre s : Bo-

    lvar ; y a la postre viene a concluirse que su biografa se iden-tifica con la historia heroica de los pases de la Gran Colombia,

    Per y Bolivia. En estas circunstancias, el bigrafo, muy a supesar, se ve compelido a pasar por alto detalles que en justici apertenecen a su empresa .

    Boves despus de La Puerta y Valencia se constituy por

    s mismo en capitn general de Venezuela, desconociendo y es-carneciendo al titular don Juan Manuel de Cajigal ; y no obs-tante, ste lo felicit clidamente por sus triunfos y lo nombrcoronel, pues el monstruo era teniente coronel nombrado po r

    Monteverde. "Yo tambin hago coroneles", fue la despreciativa

    frase de Boves al devolverle el despacho .

    El monstruo no haba querido seguir a Bolvar en su penosamarcha a Oriente, sino que se propuso coparlo en una diversi npor el alto llano, y en consecuencia dio rdenes a su segund oMorales de que con sus llaneros diese caza a los restos de los pa-triotas . Este se dirigi a ellos por la va de Aragua.

    A todo esto Mario, que 'despus de los desastres de Occi-dente se haba estacionado en Cuman, pona empeo en au -mentar las tropas de resistencia . No fueron muchos los hombre sque pudo reunir, que con los llegados con Bolvar sumaban uno s2.200, l efectivo destinado a atacar a Morales a su paso por l a

    villa de Aragua. All se concentraron todos los soldados de l arepblica con Bolvar a la cabeza.

  • BOLId'AR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    25 5

    Las tropas que Bermdez haba despachado de Maturnderrotaron completamente a Pascual Martnez a su paso por San

    Diego de Cabrutica. Concentradas en Aragua, sobre la ribera

    del ro del mismo nombre, era el caso de disputar la fuerza d eMorales, constante de ms de 4 .000 hombres la posesin de eselugar, llave de Barcelona por ese lado . Dnde esperarlos ?Habra sido mejor impedir que vadease el ro o esperarlo en

    el poblado para rechazarlo a su llegada ?

    El Libertador opinaba que los barrancos y otras singulari-dades de los caminos de acceso al pueblo desde los vados, se pres-taban estratgicamente para impedir el paso triunfal del ene -migo y contenerlo y escarmentarlo en su intento. La verdad es

    que analizadas las particularidades de los puntos de entrada e nrelacin con los nicos vados posibles ala sazn, antes de llega r

    el realista a Aragua, las maniobras patriotas se prestaban a .atacar no el grueso del contrario, sino pequeas divisiones qu eera lo nico que poda presentarse ante el patriota, quien notena tampoco necesidad de ofrecer en el combate todo su efec-tivo, con lo que contaba con reservas para auxiliar los punto snecesarios mientras su artillera funcionaba en toda libertad yla caballera enemiga estaba inutilizada . Sinceramente creemo sque el plan aconsejado por Bolvar presentaba hasta donde huma-namente puede juzgarse, todas las garantas de un segur o

    triunfo.

    Bermdez, terco, impetuoso, dominante, optaba por espera ra Morales en el pueblo, y puso por obra su empeo .

    Pero si Bolvar era el jefe de 'la divisin por qu la opini nde Bermdez, a todas luces menos sensata, fue la que vino atriunfar? Bolvar, no menos enrgico que aqul, tena en eso smomentos sobre s la pesada responsabilidad de un desastre mi-litar, que por lo general anula en el hombre los mpetus mejordirigidos. Es una de las ms lamentables consecuencias de losreveses en la guerra . El plan de Bermdez daba al enemigo l aventaja de maniobrar con todo el grueso de sus 4 .000 hombresy aprovechar la ventaja de su caballera .

    Son manifiestas las causas que concurran aqu para qu eno triunfara abiertamente el mejor partido . La rivalidad tem-

  • 256

    JOSE DE W CRUZ HERRERA

    pranamente incubada entre los estados de Oriente y Occident ehubiera tenido una explosin vergonzosa en las crticas circuns-tancias de la patria, con un hombre tan violento y amargado com oBermdez si el Libertador hubiera extremado como en ocasione sdistintas la autoridad para someter a su oficial, de que estabainvestido, para acabar de una vez con la pretensin de su com-paero .

    La situacin del Libertador puso sobre sus hombros un asegunda responsabilidad tan desastrosa como La Puerta, y m san, porque aparte de que esta batalla fue la ms sangrienta d ela guerra, abri el camino a Urica, donde qued rubricada latotal desaparicin de la segunda repblica de Venezuela, servi-dumbre que habra de durar todava alrededor de siete aos .

    La apuntada situacin se acentuaba ms con el hecho d eque Bermdez no perteneca al ejrcito de Bolvar sino a la sfuerzas orientales, y por eso y por su carcter no se considerabaobligado a obedecerle . He aqu de nuevo la dualidad de Vene-zula y rivalidad fatal de sus jefes, cuyos amargos frutos venangustndose sin interrupcin desde haca tiempo .

    Bermdez hizo retirar 'las tropas orientales que custodia -ban uno 'de los cinco vados del ro, el de arriba, y los encerr en el poblado . Todava el Libertador no abandonaba la idea d ehacer entrar en razn a su compaero de armas, y con su carac-terstico vigor defenda con sus fuerzas occidentales el pas oprincipal . Pero con la ventaja que le daba la retirada de aqul ,el enemigo pudo acercarse a ste con todos sus efectivos, por l om1c se vio en la necesidad de retroceder hasta la villa de Aragua .Esta defensiva era lo ms pobre que pudo haberse imaginado .El 17 de agosto era el da de tales acaecimientos . Bolvar quedreducido al papel de dirigir la defensa del pueblo . Mas no podahacerse, estando las fuerzas en calidad de sitiadas en un peque orecinto . Francisco Carvajal, el "Tigre Encaramado", hacaprodigios con sus lanceros ; pero habiendo sucumbido a su teme-rario arrojo, sus soldados retrocedieron . Las municiones s eagotaron y el enemigo qued al medio da dueo de la jornada .Se abri paso Bolvar hacia Cuman con los escasos hombre sque le quedaban ; igual cosa hizo Bermdez, quien tom haciaMaturn .

  • DOLIVAR, FOR .IADOR DE LA LIBERTAD

    25 1

    El nmero de muertos en Aragua pasaba de 3 .000 . Porquelos mtodos realistas se extremaron despus de la victoria d e

    Morales . Los patriotas prisioneros, los civiles del pueblo, lo senfermos, los refugiados, todos fueron pasados a cuchillo sin

    hacer distincin de sexo ni edad . Muchos heridos, mujeres ynios, se refugiaron en el templo creyendo hallar all un seguro ,y 'la sangre de los desdichados convirti el templo en un lago .Fugitivos en los campos eran buscados y sacrificados con saa .Las violaciones, -los incendios, la rapia, no tenan ningn gnerode represin .

    Fue esta desastrosa accin la ltima de este perodo quedirigi l Libertador, en ella palideci completamente su estrella .Su desprestigio lleg casi al lmite .

    No fue la prdida de la batalla en s lo grave de la nuev asituacin que se creaba : anteriormente se haban experimentad otambin derrotas que siempre eran reparables bajo, la direccindeI caudillo y'la ejecucin de sus lugartenientes ; no fue el vigo-roso aliento realista cobrado bajo las alas de la victoria ; tam-poco fue el desaliento momentneo al ver los mares de sangr eque inundaban hasta el altar sagrado donde el Hombre Dios ex -tenda sus cndidos brazos en demanda de piedad, en apelacina la mansedumbre ante salvajes slo atentos a sus apetitos devenganza, rapia y concupiscencia . Lo que verdaderamentemarc con sombros caracteres esta jornada ominosa fue laespantosa relajacin de la disciplina . No haba quien pudiesehacer obedecer a los subalternos . El caos material que sigui a la noticia de la derrota de Aragua se mezcl al desconciertomoral que estaba llamado a dar en breve espectculos nuncavistos antes en la patria .

    Pero uno se pregunta de dnde pueden sacar los hombre sinfinita capacidad para el sufrimiento y la persistencia en un aempresa al travs de las oleadas inmisericordes del dolor .

    No era posible permanecer en Barcelona . Con los 400 hom-bres, nico resto que el Libertador pudo salvar 'de Aragua, ylos emigrados que haban podido llegar de Caracas, por caminospeores an que los recorridos anteriormente, hubo de reanu-darse la emigracin, esta vez hacia Cuman, con las mismas

  • 258

    JOSE UE LA CRUZ HERRERA

    escenas desgarradoras de hambre, enfermedades, cansancio ex-tremo, cuerpos rendidos y seres sacrificados por el cuchillo yla lanza enemiga, que se quedaban para marcar con sus huesos

    descarnados los senderos que trillaron los paladines gloriosos ,

    los hroes annimos, las heronas silenciosas .

    Otro gnero de preocupaciones y trabajos esperan todavaa Bolvar en Venezuela .

    Antes de emprender la emigracin de Caracas, el Liber-tador haba embarcado en la goleta de Luis Esteves los 24 cajo-nes que contenan la plata labrada de las iglesias entregada a lospatriotas en virtud del tratado de febrero celebrado con ellas .Llevaba adems las armas y municiones que pudieron recogerse .Entendan los patriotas que con ese tesoro podan atender enparte a las urgentes necesidades del servicio . La plata y ele-mentos de guerra llegaron oportunamente a su destino, Cuman ,donde se encontraba Mario . A Cuman lleg el Libertado r

    arrastrado por su destino el 25 de agosto como a las 7 de lanoche . Ni aun para tomar un miserable refrigerio tuvo uninstante de reposo .

    En el espantoso desconcierto que reinaba Mario determin poner a bordo los tesoros y las armas salvadas para transpor-tarlas a Giria, puerto avanzado en la costa sobre el Golfo Triste ,para ponerlas a cubierto del enemigo y efectuar rpida movili-zacin al exterior en caso necesario . El comisionado en mala

    hora escogido para ello fue Giuseppe Bianchi, pirata italiano qu econ su escuadra se haba puesto al servicio de los patriotas e nMargarita desde junio de 1813, en busca de rpida fortuna .

    Avisados los dos libertadores de que Bianchi se escapabadel puerto con los bienes que se le haban confiado, resolviero nponer por obra medidas para reducirlo a su deber . Pero Bian-

    chi tomaba sus precauciones . Los Jefes que se haban embar-cado, Manuel Valds, Francisco Asce y Mario, y Montilla, en-viado por Bolvar para someterlo, haban sido desarmados y esta -ban a las rdenes del italiano en calidad de presos ; la tripu-lacin de mercenarios o americanos estaba sumisa a l bajo l apromesa del reparto ; los valores que se le confiaron estaba ntotalmente a merced de su codicia y de su deslealtad .

  • BOLIVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    25 9

    La tribulacin de los dos jefes supremos aumentaba po rmomento ante la perspectiva de perder lo nico que restaba ala repblica, la nica esperanza de un comienzo para restaura rsus fuerzas, y resolvieron embarcarse persuadidos de que s upresencia hara reaccionar al bandido . Todo en vano . En lagoleta "Jove", su nave insignia, discuten los desgraciados liber-tadores con el pirata y por fin pueden llegar a una transacci nharto desventajosa, pero lo mejor que podra lograrse : para lla tercera parte de la plata y dos de las naves nacionales qu eformaban parte de la escuadrilla . Toc tambin a Bianchi elcontenido de una caja consistente en una corona y una custodi ade oro, y varios mazos de perlas, porque en la dificultad de repar-tirlo por terceras partes convinieron en sortearlo y la fortunale favoreci .

    Si es dolorosa la humillacin que esta transaccin significa ,los acontecimientos subsiguientes marcan la sima de la afrentaa que se vio reducido el hombre generoso y bueno que no ten aotro pensamiento que no fuera el triunfo de la causa amadacon pasin y por la cual haba jurado sacrificar su vida ; porqueno se vern ahora las acciones de gente ligada con la gesta he-roica tan slo por el incentivo de la ganancia material, sino qu elas injurias y calumnias espantosas vienen de hombres que co nl han compartido los das de gloria y de l han recibido bene-ficios y adelantamientos y extraordinarios honores ; de hombresunidos con l por los lazos de la sangre y las bellas tradicionesfamiliares . Se trata principalmente del general Jos Flix Ribas .

    Este hombre haba rubricado pginas homricas en l acampaa de 1813 y en las del presente ao . Nadie fue msvaleroso, nadie ms inteligente, nadie ms afortunado en la sbatallas ; nadie recibi ms testimonios, merecidsimos, por otraparte, de honores y alabanzas de su compaero, jefe y sobrinopoltico .

    No tuvo, sin embargo, la misma grandeza que mostr en susempresas anteriores, para soportar el golpe funesto de Aragua ,y desde entonces dio rienda suelta a una increble enemistadcontra su gran amigo . "Cobarde, torpe en los combates, ver-genza de la retirada de Aragua, responsable de la prdida d ela repblica . . ." Que entre la masa general estos sentimientos

  • 260

    JOSF DE LA CRUZ HERRER A

    vivieran y se agrandaran con las horas, es perfectamente expli-cable y humano, porque en el infortunio los hombres y los pue-blos necesitan descargar el veneno segregado por la amargur ade los sucesos, y nada tan expedito como hincar el diente en lo sms cercanos objetivos . Pero la actitud de Ribas y otros ofi-ciales, inexplicable e injusta, sirve para dar la medida de :aespantosa desorganizacin y ausencia total de disciplina en qu ecay el ejrcito o lo que restaba de los brillantes cuerpos orien-tales y occidentales que tantos sacrificios haban soportado ytantos das de gloria haban escrito con sus armas . Luego vere-mos las fatales consecuencias .

    La sedicin reinaba en toda plenitd, y la clera popularse enderezaba contra los dos ilustres libertadores . Al verlosembarcar, la gente fue fcilmente persuadida por Jos Fli xRibas y Manuel Carlos Piar de que haban desertado del ejrcit oy de la patria con el fin de alzarse con los caudales nacionalesy huir al extranjero a gozar de ellos con segura y cmoda tran-quilidad mientras sus compatriotas se arrastraban desesperados,moribundos y fugitivos entre los despojos de los poblados y lasoledad recndita de los montes y selvas, sin esperanza de alivi oa su miseria que no fuera una muerte ms o menos pronta cau-sada por la naturaleza inclemente, la plida necesidad o el cu -chillo homicida .

    Podran sinceramente creerlo hombres de tan relevante sdotes como Manuel Carlos Piar o Jos Flix Ribas, que tan nti-mamente haban venido colaborando o alternando con Marioy Bolvar ?

    No obstante, esos dos hombres se hicieron nombrar jefe sprimero y. segundo de la repblica, y publicaron en Cariaco u nbando de proscripcin de los dos libertadores, fundado precisa-mente en los cargos mencionados .

    Mientras tanto los dos hroes, cumplida a medias y hast adonde las circunstancias lo permitieron, la tarea que se haban ni -puesto para ante el marino italiano , daban con la escuadra l avuelta de la isla de Margarita y recalaban en Pampatar con el fiade proveerse de vveres y hacer aguada para tripulacin de lo sbuques, castigar al pirata por su traicin y quitarle todo lo ro-

  • BOLVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    26 1

    bado, que constitua los nicos haberes de la repblica, con quecontaban comprar armas y municiones para comenzar de nuev ola reconquista .

    Se hallaba Piar a la cabeza del gobierno'de Margarita . Lasbateras deI puerto hacen fuego sobre las goletas "La Colombiana "y "La Culebra" que llevaba la insignia del Libertador, aunque pn rfortuna l se hallaba en otro buque ; pero desde luego los cao-nazos disparados por Piar fueron dirigidos contra l . Dos otres muertos y varios heridos fue el saldo de sangre patriotaque cay esta vez sobre la cabeza del ambicioso y dscolo Piar .

    Recibidos pues, a bala por sus compaeros, no pudieron des -embarcar los dos generales en Pampatar, y la escuadra hubo d ehacer vela hacia Carpano, agotados los tripulantes, agotado slos dos abnegados hroes de hambre y sed ; y cuando en esteestado desembarcaron el 3 de septiembre, son recibidos por e lpueblo amotinado cuyas intenciones homicidas desarm la elo-cuente narracin de Bolvar en que demostr los patriticos m -viles que los indujeron a embarcarse y explic las peripeciassufridas a bordo y cmo por fin pudieron salvar las dos terceraspartes del tesoro y dos de las naves de la repblica .

    El impulsivo Ribas lleg a Carpano y puso presos a Bolvar ,Mario y 'los oficiales que les permanecan leales . Confi aBolvar a la custodia de Pedro Villapol, quien lo libr de l aafrenta de esa prisin ignominiosa dejndole escapar . Pudo asu turno librar a Mario de la suya ; y ausente Ribas en Cariaco,tomaron los dos la vuelta de Cartagena el 8 de septiembre e n"La Culebra", bajo el mando de Felipe Esteves, y el "Arrogant eMaturins", no sin hacer frente a la muchedumbre amotinada yhostil que pretenda oponerse a su paso, el que se abrieron intr-pidamente pistola en mano . Con ellos iban 42 oficiales patrio-tas, inclusos Marcos Echezura y Manuel Mara Espaa, que s epasaron luego a los realistas .

    Con la esperanza de que la plata de 'las iglesias cumplier ael fin a que estaba destinada, el Libertador, una vez destitud oy desconocido, la haba puesto en poder del general Ribas .

    Y se embarcaron a tiempo muy oportuno, porque despu slleg Piar con 200 hombres con la intencin, se dice, de fusilarlos .

  • 262

    JOSE DE LA CRUZ HERRERA

    El historiador de Bolvar y de esta poca no puede omiti rciertos detalles que por una parte ponen de relieve su grandel.ade alma, su temperamento apasionado por un ideal nico, sutalento sorprendente jams ofuscado en medio de toda clase d eexperiencias, que le permita el anlisis sereno y justo de lo sacontecimientos, sus causas y consecuencias, y su "admirableconstancia" en medio de toda adversidad, y por otra, el abism ode humillacin a que lo condujo la diatriba, la calumnia, la cegue-dad de quienes estaban dominados por la ira o los que alimen-taban una inconfesable emulacin .

    En la vspera de embarcarse para Nueva Granada redactel manifiesto que dio a conocer a su partida en medio de la locuradel tumulto popular. (1) Este manifiesto lcido, transparente ,revelador de un admirable equilibrio interior, da a compren-der las ms importantes acusaciones de que sotto vote o mani-fiestamente era objeto por los habitantes y ms que todo, pormuchos de los emigrados de Caracas, Barcelona y Cuman .Envueltos con l en las desgracias nacionales, y acusados losmilitares colombianos que lo acompaaron en su travesa d eNueva Granada a Caracas, necesita hacer resaltar su heroici-dad y lo hace mostrando hasta qu punto llegaron sus sacrifi-cios. Fueron todos vencidos? No hay que culpar sino a lo spropios compatriotas y hermanos enceguecidos y engaados qu elos compelieron a abandonar sus hogares en busca de asiloforneo .

    Se explica el fracaso sufrido, no por ineptitud o cobarda,sino porque el proyecto fue superior a las fuerzas empeadas :que es imposible establecer de sbito la libertad cuando se trat ade la mutacin de costumbres tradicionales en un pas escla-vizado .

    Acaso en este punto pens Bolvar en el argumento de qu ela Amrica "no estaba preparada para la libertad" . Y cmo ha-ba que prepararla si las instituciones educadoras propendan atodo trance a mantenerla en el mismo estado? Un punto inicialhaban sido los consejos del Conde de Aranda a Carlos III, des-odos absolutamente por el ms esclarecido de los monarcas d e

    (1) Vase Apndice N 6 .

  • BOLNAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    26 3

    la decadencia espaola . Cundo habra sido el momento opor-tuno para acometer la obra libertadora? El contesta que "essublime vindicar a la naturaleza" y no hay razn para condena rl esfuerzo hecho, "porque no es asequible lo que se debe hacer ,sino aquello a que el derecho nos autoriza" .

    Poco es lo que el Libertador alega en su descargo persona ;y cuando lo hace es con aquella actitud de modestia que contra-dice las apreciaciones de vanidad y soberbia que le atribuyenciertos escritores de Amrica del Sur y algunos papeles de l apoca . En ese tono acepta su parte de responsabilidad en la ca-lamidad, cuando dice : "Sufro el profundo pesar de creerme e linstrumento infausto de sus espantosas miserias ; pero soy ino-cente porque mi conciencia no ha participado nunca del erro rvoluntario o de la malicia, aunque por otra parte haya obradomal y sin acierto" .

    Apunta Mancini la semejanza de esta situacin con la creadaa Miranda en julio de 1812 . No hay duda de que parece repe-tirse en Bolvar la triste suerte del Precursor, tachado entonce sde traidor, cobarde, incapaz, desconocido y ultrajado con un aprisin por mano de sus compaeros y oficiales subalternossuyos. Pero hay algo en uno y otro episodio que contrasta demodo muy notable : la soberbia del uno, su obstinado herme-tismo para con los acusadores, y la sencillez, la franqueza, co nque Bolvar explica los hechos, acepta la parte que le cabe e nel fracaso, defiende a sus compaeros, explica sus planes futu-ros, y manifiesta su incontrastable propsito de rehacerse, de re -instaurar su lucha por el ideal, y procura levantar los nimos aba -tidos por los reveses. Aqul fue sin duda alguna responsable .9 ela mala interpretacin de su conducta ; ste fue vctima del tu -multo, de la discordia general, de la escisin desgraciada entr elos golpeados por el comn infortunio, de la injusta necesida dde encontrar un responsable, una vctima propiciatoria . Y estadesgracia arrastr con l a Mario, el heroico iniciador de l areconquista de 1812 .

    Muchos de sus acusadores fueron testigos asombrados delos reiterados esfuerzos del Libertador, de la "admirable cons-tancia" con que se reincorporaba despus de los reveses, de su

  • 264

    JOSE. DE. LA CRUZ HERRERA

    conquista, finalmente, de la libertad irrevocable de Venezuelay de la autonoma del continente. Qu mejor contestacin a l adiatriba, qu ms hermoso triunfo ante el tribunal de los pueblos !

    Pero lo ms extraordinario por lo increble es una cartade Ribas a Martn Tovar Ponte, refugiado en Saint Thomas .Bianchi haba robado en la revuelta noche de Cuman el equi-paje de su hermano Juan Nepomuceno Ribas, que hizo embarca rarteramente con tal fin . El hecho fue atestiguado por FelipeFermn Pal y varios otros . Ya en alta mar el torvo pirata s eapoder de l, lo hizo abrir y se apropi su contenido . La bili sde Ribas, que no estaba en Cuman a la sazn, excitada por re-laciones de gente enfurecida contra Bolvar, se revela en dich acarta. Nada ms villano poda producirse, porque las ntima srelaciones de familia que unan a los dos hombres y el conoci-miento que de su noble carcter tena su to poltico eran sufi-cientes para no dar asenso al contenido del documento que e sslo un retrato ms del estado de los nimos. (2 )

    (2) Vase Apndice N 6.

  • CAPITULO XIX

    1814

    EL GOLPE DE GRACI A

    RESUMEN :

    Enseanza de la discordia . Boves y Morales se superan en lacrueldad . El gobernador Juan de la Puente . Morales batid oen Maturn por Bermdez y Sedeo. Boves en Barcelona . Piar batido por Boves en El Salado . El genio dscolo de Piar .

    Aplastado en Cuman. Informe del presbtero Llamozas sobreBoves . Sacrificio de la familia del futuro Gran Mariscal . Derrota patriota en los Magueyes. La batalla de Urica. Muerte de Boves. Derrota de Ribas en Maturn . Ros desangre en Urica y Maturn . La final suerte de Ribas .

    El voto de su viuda, Josefa Mara Palacios . Toma de Soro ,Irapa y Giria. Total cada de Venezuela, excepto la heroica

    Margarita .

    Hay que destacar del Manifiesto de Carpano una frase in -creble en el estado de hundimiento a que haba llegado la estrell a

    de Bolvar : "yo os juro que libertador o muerto, merecer siem-pre el honor que me habis hecho, sin que haya potestad human asobre la tierra que detenga el curso que me he propuesto seguir ,hasta volver seguidamente a libertaros por la senda de occidente ,regada con tanta sangre y adornada de tantos laureles" .

    Quizs los rebeldes, los ofuscados por el revs de la causa ,los infludos por el ambiente adverso, que eran los ms, no pu -

    dieron interpretarla profeca . Pero haba un patricio en NuevaGranada que recogi toda la hondura y verdad que contena, yprest al profeta el estmulo fecundo de su fe : "vuestra patria

    no ha perecido mientras exista vuestra espada . . ."

  • 266

    JOSE DE LA CRUZ HERRERA

    Mientras el jefe supremo se alejaba en "La Culebra", conti-nuaban en Venezuela las ltimas llamaradas del incendio, si in -fructuosas y adversas por el momento, prometedoras de glor apara el porvenir porque siguieron enseando con el prctico ejer-cicio del campamento, y la alternativa de la derrota y el triunfo si -gui retemplando la espada que necesitaba la patria para logra rms tarde la victoria definitiva bajo la conduccin de Bolvar . Nomenos importante fue la enseanza moral : el amargo fruto dela discordia intestina y de la indisciplina, Sin las cuales es mu yprobable que las tropas republicanas hubieran podido inicia rsegunda vez la reconquista del pas . Veremos que estas disen-siones siguieron a los vencidos hasta los das antillanos de nuevaincubacin y continuaron hasta el Orinoco, donde la accin enr -gica del Libertador dio el ms memorable de los correctivos en l acabeza de Piar, haciendo as posible a Boyac, Carabobo, Bom-bon, Pichincha, Junn y Ayacucho .

    En las crueldades parece que Boves y Morales procuraba nsuperarse a s mismos, para extinguir hasta los vestigios de l avida americana . Ya no son slo las matanzas de blancos lo queles interesa : indiscriminadamente ordenan degollar blancos ypardos .

    Un rasgo de humanidad se vio en Cuman cuando el espao lJuan de la Puente se opuso a las rdenes perentorias de sacrificara todos los patriotas, emanadas de Boves y Morales .

    Se da la batalla de Maturn en que Bermdez y Sedeo su-peran a la fortuna con su herosmo y bravura . Morales con3.400 hombres a quienes sonrea la victoria fue pulverizado porun puado de 1 .500 soldados batidos en las acciones recientes oemigrados de Caracas, Barcelona y Cuman. El enemigo sufri ,segn Yaez, la prdida de 2 .200 muertos, 836 prisioneros,150.000 cartuchos, 700 caballos ensillados, 600 bestias ms, 80 0reses, equipajes y archivos (12 de septiembre) .

    Pero el espritu de discordia y emulacin reinante, fruto noel menor de las desgracias anteriores, no permiti aprovechareste suceso capaz por s solo de levantar los espritus abatidos .

    Boves por su parte extrem sus esfuerzos al saber el desas-tre de su teniente. Entra a Barcelona y ordena degello gene-

  • C RAPl MARISCAL ANTONIO?OSE -E Sri CR-:

  • BOUVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD

    E67

    ral . "Para amansar la fiera", dice Lecuna, `9e dieron un baile ,y hallndose en l mand machetear 48 seores distinguidos atiempo que ofreca a sus esposas e hijas ponerlos en libertad .Los mataran a orillas del Never y arrojaron los cadveres a la saguas". Fue una reedicin de lo ocurrido en Valencia .

    Emprendi luego operaciones contra Piar que lo provoc e nel Salado, y aqul aplast a ste con la superioridad de fuerzas .

    El genio dscolo de Piar fue un obstculo al xito de las ope-raciones en estos ltimos das del ao aciago . Su ambicin cho-caba con la de Bermdez, Arismendi, Ribas . Su terquedad l ollev a hacerle frente a Boves en Cuman, descabellada idea queimprobaban los dems jefes, y que abri a Boves las puertas d eesta importante ciudad, donde entr con la saa acostumbrada.Oigamos al capelln de su ejrcito en el informe que rindi a lrey : "Dio Boves orden a la tropa", dice el presbtero Jos Am-brosio de las Llamozas, "para que entrara a la ciudad y matasea cuantos hombres encontrara, como as lo ejecut despus d eestar aqulla reducida, entrando varios a caballo dentro de l aiglesia parroquial buscando a los que en ella se haban refugiado ,para matarlos, como lo realizaron con ms de 500" . Es impor-tante hacer notar, para realzar el gran mrito de la humanida dy mansedumbre del futuro Gran Mariscal de Ayacucho, entoncesjoven de 21 aos, secretario ayudante de Bermdez, que ya hab avisto desaparecer a su hermano Pedro, asesinado en La Puerta ,y que en esta ocasin perdi a su hermana Magdalena, de 14 aos ,quien agoniz ante los espectculos del saqueo de Cuman ; y asu hermano Vicente, ultimado brbaramente en el hospital dond ese hallaba enfermo ; y a su madrastra doa Narcisa Snchez, qu eal or a los asesinos tocar a sus puertas se precipit por un bal-cn y pereci . Ms tarde por orden de Morillo sera sacrificadotambin su hermano Francisco .

    Ribas por su parte, cuando supo la victoria de Bermde zsobre Morales en Maturn, haba comprendido que con sus 40 0hombres no poda hacer cosa mejor que dirigirse a este puebl odonde a consecuencia de ese triunfo se contaba con buena can-tidad de elementos, y era preciso prepararse para contrarrestara Boves, que sintetizaba todo el poder realista . Por esto no es-tuvo presente en Cuman al lado de Piar .

  • 268

    JOSE DE W CRUZ HERRERA

    Y la fortuna iba ya a volcarse definitivamente contra lo smiserables restos de la patria . Pudiera decirse que Dios casti-gaba las rencillas que cada da fermentaban ms, la discordiade los baluartes que quedaban a la repblica .

    Boves tom su primer desquite contra Bermdez, que ha-bindose separado de Ribas pretendi con 1 .200 hombres enfren-trsele en Los Magueyes ; y el segundo, en la triste jornada d eUrica, donde fue tan recio el batallar de Ribas y Bermdez otravez unidos, que el torvo y valiente asesino fue tendido en el camp oatravesado por una lanza . No obstante, el campo qued por lo srealistas. Era el 5 de diciembre . La muerte de Boves equival aa la destruccin de un ejrcito, y sin embargo, el que l coman -daba sigui peleando con entusiasmo y valor como para demos-trar que no era l exclusivamente quien lo mova, que ya no ne-cesitaba conduccin . Los sentimientos realistas sinceros en unos ,y la enseanza de crueldad, rapia y venganza en la separaci ny odio de castas, obraban ya por s solos .

    La sangre corri como un ro en Urica y luego en Maturn .All casi toda la infantera patriota qued tendida en el camp ode batalla . Ac Morales, vencedor y jefe ahora de las horda sllaneras, orden un degello en que perecieron familias enteras .Oigamos al historiador de Bolvar : "Nada es comparable a l aespantosa carnicera que hicieron los soldados de Morales en lo semigrados y refugiados en Maturn . All perecierun familiasenteras de Caracas y del Occidente, desde sus cabezas hasta susesclavos . El eminente patriota Francisco Javier Ustriz y cas i

    toda su familia ; los Ribas, hermanos y primos del general ; Dio-nisio Palacios, primo y hermano poltico de Bolvar, los Esca-lonas ; el generoso y valiente Narciso Blanco, y su numerosa fa .milia, emparentada con los Palacios, murieron ese da . No se hacalculado el nmero de vctimas, pero segn los relatos de los con -temporneos y de los historiadores, se estima en varios miles depersonas. Muchos emigrados se dispersaron por las sabanas y losbosques, salvndose a la larga muy pocos" .

    De