Bondurant Matt- El Misterio de Los Jeroglificos

7/23/2019 Bondurant Matt- El Misterio de Los Jeroglificos

http://slidepdf.com/reader/full/bondurant-matt-el-misterio-de-los-jeroglificos 1/427

Matt Bondurant

EL MISTERIO DE LOS

JEROGLÍFICOS

Traducción de

Aurora Echevarría



Bondurant, Matt

El misterio de los jeroglíficos - 1" ed. - Buenos Aires : Plaza & anes, !#.

$ %. !'(1) cm. *+(itos

raducido %or: Aurora Ece/arría

0B2 34-)$$-1-)

1. 2arrati/a Estadounidense. 0. Ece/arría, Aurora, trad. 00. ítulo

56671'

Primera edici8n en la Argentina 9ajo este sello: fe9rero de !#

ítulo original: The Third Translation

!4, Matt Bondurant

!), ;andom <ouse Mondadori, .A.

ra/essera de =racia, $#-$3. 7!1 Barcelona

!), Aurora Ece/arría, %or la traducci8n

!#, Editorial udamericana .A.>

<um9erto 0 4'1, Buenos Aires, Argentina

Pu9licado %or Editorial udamericana .A.> 9ajo el sello Plaza & anes

con acuerdo de ;andom <ouse Mondadori

?uedan %roi9idos, dentro de los límites esta9lecidos en la le@ @ 9ajo los a%erci9imientos legalmente

%re/istos, la re%roducci8n total o %arcial de esta o9ra %or cualuier medio o %rocedimiento, @a sea electr8nico

o mecnico, el tratamiento informtico, el aluiler o cualuier forma de cesi8n de la o9ra sin la autorizaci8n

%re/ia @ %or escrito de los titulares del copyright.

0m%reso en la Argentina

0B2 1: 34-)$$-1-)

0B2 1':3#7-34-)$$-1-4

?ueda eco el de%8sito ue %re/iene la le@ 11.#!'.

Cotocom%osici8n: ;e/erte(t, . D.

.sudamericanali9ros.com.ar

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página 2

http://www.sudamericanalibros.com.ar/

http://www.sudamericanalibros.com.ar/



Para la encantadora Angelic Geniuses

del 438 Collicello Street




¿Quién no contempla con reverencia un árbol anciano, que hace un millar de

años contempló a generaciones que pasaron por la tierra y se sentaron a su

sombra?... ¿Quién puede pasear sin emocionarse por las silenciosas calles de

ompeya, que en otro tiempo resonaron con el bullicio del !oro y las cancionesde los marineros?

... "s innegable que todo hombre contempla lo antiguo con cierto interés y

reverencia. ¿# por qué lo hace? orque esos ob$etos antiguos, hermosos o !eos,

completos o !ragmentados, relucientes o cubiertos de suciedad, hablan a todo

el que los mira. %y, las antig&edades hablan. '(mos su lengua$e claramente, no

con el o(do e)terno, sino con un sentido interno, del que nos ha dotado el*reador... ¿# qué tienen que decirnos esos monumentos antiguos?

+us palabras son -iensa en cuan $oven eres al lado de todas esas generaciones

pasadas, de las que hemos sido contemporáneos -/e!le)iona en lo pronto que t0

mismo desaparecerás de entre las criaturas vivas, sin de$ar atrás seme$antes

monumentos de tu e)istencia -1n mundo di!erente te ha precedido en la

tierra21+T%31+ +"#44%/T5,

+ummdry o! /ecent 6iscoveries in 7iblical

*hronology, 1niversal 5istory,

and "gyptian %rcheology




8os sabios más eminentes de "gipto 9...: para designar adecuadamente las cosasno utili;an diseños de letras, que dan lugar a enunciados y proposiciones, y

representan sonidos y palabras< en lugar de ello utili;an diseños de imágenes, y

cada una signi!ica una cosa distinta< y esto es lo que tallan en sus templos. 9...:

%s(, cada signo grabado es, a un tiempo, conocimiento, sabidur(a, una entidad

real capturada en un solo tra;o.

8'T=>', "néadas v. @ ABCD




"l descubrimiento de que, al combinar distintos $erogl(!icos, pod(an crearse

emblemas visuales evocadores, inspiró a esos 0ltimos escribas a e)perimentar

con combinaciones cada ve; más complicadas y abstrusas. "n pocas palabras,esos escribas empe;aron a !ormular una especie de $uego cabal(stico basado,

sin embargo, en imágenes en lugar de letras. "n torno al término representado

por un signo al que se le daba una lectura !onética inicialD se !ormaba un aura

de connotaciones visuales y sentidos secundarios, una especie de cadena de

signi!icados asociados que serv(an para ampliar el alcance semántico original de

los términos. *uanto más real;aban sus e)egetas el te)to sagrado, más !irmeera la convicción de que e)presaban verdades ocultas y secretos perdidos

+auneron EFAG EHIBGD.

%s(, a los 0ltimos sacerdotes de una civili;ación que ca(a en el olvido, los

$erogl(!icos les parecieron un lengua$e per!ecto.

9sobre Jircher y sus intentos de desci!rar $erogl(!icos antes de la piedra de/osetta:

8a con!iguración $erogl(!ica se hab(a convertido en una especie de máquina para

provocar alucinaciones que entonces pod(an interpretarse de cualquier !orma.

1K7"/T' "co, 8a b0squeda de la lengua per!ecta

E




1n amarre

"sta mañana me ha dado por pensar en la !orma de la vida de un hombre, la

con!iguración del cincelado, los pigmentos y las te)turas. *ómo acaba

ensamblándose hasta proyectar una !antas(a en la mente de otro, un brumoso

sendero visto por encima del hombro. 8a imagen de %lan 5enry es más

poderosa que cualquier idea, y a0n hoy sigo viéndolo irrumpir en nuestro piso

esa noche como un rinoceronte recién liberado de su encierro. 8a imagen de

KicL Mheelhouse, en cambio, no es tan clara, se desdibu$a por los bordes,

como un !rágil papiro. +é que los recuerdo as( por el papel que desempeñé en

sus muertes. +ucedió en 8ondres a !inales de octubre de EFFG. Ke quedaba una

semana de contrato con el Kuseo 7ritánico para resolver el enigma

criptográ!ico de la estela de aser. Ki hi$a, a la que hab(a abandonado a los

cuatro años y no ve(a hac(a tres, iba a llegar a 8ondres en cuestión de d(as.

"sa noche %lan 5enry insistió en que saliéramos, diciendo que quer(a

presentarnos a un nuevo amigo suyo. #o estaba deseando pasar una noche

tranquila tumbado en el destartalado so!á con la obra de 2ardiner sobre los

5imnos de la N== dinast(a de +obeL, pero %lan 5enry no era de los que

permiten que las pasivas actividades de la egiptolog(a se interpongan en su

camino. 8levaba una camiseta blanca, un chaleco verde y unas botas que

parec(an salidas de un circo, insólitamente grandes y de un a;ul intenso y

brillante. Ki compañero de habitación, KicL, en cal;oncillos, !re(a salchichas en

nuestro hornillo. "scupió en el !regadero, se atusó su pelo ralo recogido en una

coleta y soltó una pasmosa sarta de insultos árabes hacia %lan y su parentela.




ero se puso unos pantalones. #o trataba de encontrar mi billetera en un

montón de ropa sucia.

KicL Mheelhouse era mi colaborador en el Kuseo 7ritánico, un egiptólogo y

traductor nacido y criado en =nglaterra. +ol(a apuntarse cuando ven(a %lan,que$ándose la mayor parte del tiempo y manoseando sus e)votos. Tanto KicL

como %lan eran unos cr(os de poco más de veinte años. #o ten(a cuarenta y seis

entonces, estaba todav(a en el punto álgido de mi carrera como egiptólogo y

traductor criptográ!ico.

%lan 5enry ten(a que agachar ligeramente la cabe;a debido a la inclinación del

techo de nuestro diminuto piso. "ra un gigante de casi dos metros de estatura,con unas manos como mano$os de plátanos. 8levaba unas ga!as grandes y

cuadradas de montura gruesa y negra, y sol(a re!erirse a s( mismo como

Oerudito y caballeroP. Ke puso una mano en el hombro mientras miraba las

reproducciones ampliadas de la estela de aBser que yo ten(a en la pared.

*ubr(an todo un lado del piso< las otras paredes estaban empapeladas con

copias de glosas sobre la estela y grá!icas hechas por m( de las transliteracioBnes, as( como varias de las tablas de *hampollion.

-%h, s( di$o. 1n material !ascinante. -ero vámonos Kovió sus

gigantescos bra;os hacia KicL, que miraba ceñudo su sartén y susurraba algo

hacia su e)voto, una pequeña ore$a de madera tallada de 6eir elB7ahri. +e lo

llevó a los labios como si se tratara de un pequeño telé!ono secreto. 6i$era lo

que di$ese, no era halag&eño.%ntes de salir del piso, KicL se detuvo a guardar su estilo y sus tablillas de

barro, envolviéndolos con cuidado en papel encerado para mantenerlos

h0medos. "l suelo siempre estaba cubierto de virutas porque KicL tallaba sus




estilos con $uncos importados de "l *airo. +u especialidad y verdadero interés

eran las escrituras hieráticas y demóticas, que son en esencia las !ormas

abreviadas o cursivas de los $erogl(!icos. "ra e)perto en traducciones

complicadas de prácticamente cualquier per(odo, y el doctor Jlein le hab(ahecho venir de *ambridge hac(a dos años para que se en!rentara con la estela

de aser. ero, como otros antes que él, no hab(a llegado a nada. %hora me

tocaba a m(.

>uestras salidas con %lan sol(an empe;ar as(< siempre estaba descubriendo a

alguna !igura !ascinante o importante que ten(amos que conocer. "n una ocasión

el amigo de %lan resultó ser una vie$a leyenda neo;elandesa del rugby, en otra,un cient(!ico nuclear alemán que a!irmaba tener un satélite personal y que

trató de mostrárnoslo desde un supuesto lugar estratégico situado en una

calle$a de Kay!air.

¿8o veis? di$o, señalando hacia la di!usa noche gris amarillenta londinense

"so de all(.

#o ve(a unos cuantos puntos luminosos, pero nada que pareciera moverse. ¿"so? +eñalé vagamente unos cuantos puntos blancos.

->o, no, eso no, eso

>o soy de los que encuentran !ascinantes las conductas e)céntricas, aunque mi

e) mu$er a!irmara lo contrario. ero, a pesar de que parec(a estar siempre

irrumpiendo en nuestro piso para llevarnos a rastras a alguna parte, me

gustaba tener a %lan 5enry como amigo. Todav(a era un cr(o y siempre andabaemocionado por algo.

%lan 5enry viv(a en el mismo pasillo de nuestra vie$a casa adosada estilo

georgiano, a una man;ana de Tottenham *ourt /oad, en 7loomsbury, 8ondres.




"ra un escritor de 6aLota del >orte que estaba traba$ando en un libro sobre

una !allida misión secreta canadiense de lan;ar una nave espacial a la 8una a

!inales de los años cincuenta. +igo sin tener una idea muy clara de por qué

hab(a ido a 8ondres para escribirlo.6is!rutaba pasando lloras y horas en la 7iblioteca 7ritánica reuniendo datos,

leyendo herméticos y polvorientos te)tos sobre religión, misticismo esotérico

y !(sica teórica. %ll( !ue donde lo conoc(.

%l poco rato segu(amos los resonantes pasos de %lan mientras ba$ábamos

dando traspiés los siete tramos de escalera hasta la calle. 2reat /ussell

+treet terminaba, hacia el oeste, en Tottenham *ourt /oad y ')!ord +treet,el cruce más transitado de todo 8ondres. 8as calles estaban abarrotadas a esa

hora de turistas y gente del barrio que hab(a salido de $uerga. "ra la clase de

barrio que, como Times +quare en >ueva #orL, atrae a multitudes que acuden a

ver multitudes. # luego está todo el l(o de i;quierda y derecha. 1n inglés queB

rrá caminar por la i;quierda, por supuesto, pero dado que la mitad de los

peatones son turistas que quieren caminar por la derecha, el resultado es uncaos total de cabeceos y pasos de baile a medida que las multitudes que

avan;an en sentido contrario tratan de esquivarse. %lan 5enry se abrió paso a

la !uer;a a través de los cuerpos apiñados y cru;ó ')!ord +treet pisando

!uerte seguido de KicL y de m(, en dirección al +oho. "mpe;aba a salir la gente

de los teatros, en el 6ominion Theatre de la esquina hac(an 8es miserables y el

en$ambre de turistas era más denso que las moscas del desierto. "ra una noche!r(a con la clase de humedad que, pese al cal;ado impermeable y aislante, logra

calarte los pies y penetrarte los nudillos y los huecos de las articulaciones. "ra

la peculiar clase de !r(o inglés que nunca te abandona, que te despierta en las

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página !



primeras horas de la mañana y hace que te acurruques ba$o una áspera tienda

de cuatro mantas para inspeccionarte a tientas con manos entumecidas los

dedos a;ulados de los pies. 8a clase de !r(o irritante y cortante que puede

llevarte a conquistar y coloni;ar el otro e)tremo del mundo.%lan nos e)plicó por el camino que el tipo que quer(a presentarnos era uno de

sus autores !avoritos, a quien se hab(a topado en un bar.

"l pró)imo +alman /ushdiedi$o. *reedme.

%lan 5enry siempre estaba hablando de alg0n nuevo escritor. Kientras

caminábamos beb(a de una enorme petaca que llevaba a todas horas consigo en

el bolsillo del chaleco. Ke la pasó y beb( un sorbo. 8a ginebra, calentada por sucuerpo, se hundió en mi pecho como arena ardiendo. 8a petaca ten(a grabado un

dibu$o de un vie$o marinero británico $ovial $unto a las palabras O5K+

3aliantP. KicL la olió receloso cuando %lan se la puso deba$o de la nari; y bebió

un trago con una mueca de asco.

')!ord +treet estaba más abarrotada que nunca, ya que se hab(a congregado

un gran semic(rculo dé gente alrededor de la entrada de la tienda de discos3irgin para ver a varios luchadores pro!esionales estadounidenses que al

parecer hab(an entrado a comprar. %lan era un gran admirador de ese deporte

en particular.

"s la arena romana moderna di$o, volviendo su gran cabe;a cuadrada con el

pelo a cepillo, solo que más civili;ada. >os hemos distanciado de la violencia,

la hemos convertido en algo irreal, de dibu$os animados. "l alimento cultural dela plebe. *omo el teatro isabelino.

oes(a de alcantarilla murmuró KicL, de$ando caer la ceni;a de su cigarrillo.

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página



Ke sorprendió el comentario. ensaba que a KicL le tra(a todo sin cuidado, con

la e)cepción de los insecticidas de potencia industrial y sus misteriosas

traducciones y murmullos. ero entonces estaba equivocado en muchas cosas.

>o era tan e)traño encontrar tanta gente en aquella parte del Mest "ndvarios !amosos hac(an compras de ve; en cuando por los alrededores del cruce

de Tottenham *ourt /oad con ')!ord +treet, la puerta al +oho, y a menudo

atra(an a enormes multitudes. >os abrimos paso a través de la masa de gente

que estiraba el cuello y ba$amos por 4rith +treet. *uando llegamos a +oho

+quare, %lan pegó un par de brincos y empe;ó a dar volteretas laterales lenta

y pesadamente por la hierba cubierta de colillas de la pla;a diminuta< su molerodaba como una rueda de carro. 6io al menos seis seguidas, a través de las

sombras de los tristes y as!i)iados árboles rodeados de tela metálica. KicL y

yo trotamos detrás de él para no quedarnos atrás. 8os rincones oscuros de

+oho +quare se llenaban por la noche de pare$as de hombres, con los pantaloB

nes ba$ados hasta los tobillos, que se abra;aban como locos ba$o los atro!iados

olmos a la tenue lu; de las estrellas londinenses. +e asieron las rodillas y loshombros asustados cuando %lan cru;ó rodando la pla;a hasta salir de nuevo a la

calle, donde hi;o su 0ltima voltereta con un grito seguido de una pro!unda

reverencia. %lan ard(a como una antorcha en la oscuridad. "staba e)altado ante

la perspectiva de que conociéramos a su amigo. %l recordarlo ahora, no sabéis

cuánto me gustar(a volver a verlo as(.

*reo que es posible que yo !uera la 0ltima esperan;a, la 0ltima oportunidad del

museo y del doctor Jlein para resolver la estela. #o estaba !eli; en %bu /oash,

en las a!ueras de "l *airo, traba$ando en una e)cavación con un grupo de italiaB




nos que estaban satis!echos conmigo, cuando Jlein me telegra!ió desde

8ondres. "n aquella época me limitaba a ir a donde necesitaban un traductor

especiali;ado en criptogra!(a y paleogra!(a egipcias. +upongo que podr(ais decir

que era poco ambicioso, al menos por lo que se re!iere a prestigio o dinero. Keencontraba en ese momento de la vida en que deber(a haber estado pensando

en un traba$o !i$o, algo que me o!reciera cierta seguridad y una $ubilación. ero

no parec(a que !uera a terminar.

+é que KicL lamentó que la $unta directiva me metiera en su piso de 2reat

/ussell +treet, a tres man;anas del museo. "l barrio londinense de 7loomsbury

es e)traordinariamente caro y escasean los pisos desocupados, de modo que la $unta tuvo que escatimar un poco para solucionarlo. % m( no me importó

demasiado la !alta de espacio porque los incentivos eran grandes acceso

ilimitado al Kuseo 7ritánico a cualquier hora del d(a o de la noche, con la más

e)tensa colección de antig&edades egipcias del mundo, una publicación

garanti;ada y un plus si lograba desci!rar la estela de aser, por no hablar de

la oportunidad de traba$ar por mi cuenta en uno de los 0ltimos enigmascriptográ!icos que quedan del mundo antiguo.

+in embargo, nuestro piso era una ca$a de cerillas. KicL y yo dorm(amos en la

misma habitación, y cuando yo me sentaba y sacaba las piernas de la cama para

levantarme, ro;aba con las rodillas el borde de su colchón. Ten(as que de$ar la

puerta del cuarto de baño abierta para sentarte en el inodoro. "l techo estaba

muy inclinado porque estábamos en un desván, y para llegar a la pequeñaventana del estrecho rectángulo que era nuestra sala de estar, ten(as que

gatear. +e hab(a construido para ingleses diminutos del siglo N3==, no para

americanos enormes y desgarbados como %lan 5enry o para tipos rolli;os como




yo. KicL era lo su!icientemente menudo, con la constitución de una pluma de

$unco o del $erogl(!ico de la serpiente errante que se enrosca alrededor de la

luna. %un as(, a m( no me importaba. >unca me he sentido cómodo entre el lu$o.

%demás, no parábamos en casa ni un momento< prácticamente viv(amos ennuestro laboratorio con la estela.

"l !ragmento que se conserva de la estela de aser mide EEH por @A

cent(metros, una amplia sección del monumento original, losa de piedra cali;a,

de las que a menudo se colocan en las tumbas o templos. Tiene básicamente

!orma de lápida< de hecho, nuestro concepto de lápida proviene de esta !ormaegipcia. % lo largo de la parte superior hay un !riso de deidades pro!undamente

grabado, mientras que el resto de la losa está cubierto de una cuadr(cula de

sesenta y siete cuadrados de ancho y ochenta de alto, en cada uno de los

cuales hay un s(mbolo $erogl(!ico. "stas ci!ras son !ruto de cálculos apro)iB

mados, ya que una gran parte de la sección in!erior está tan deteriorada que

resulta irreconocible, los bordes están rotos e incompletos, y del e)tremoin!erior i;quierdo al superior derecho se e)tiende una larga grieta que divide

la pie;a en dos. *omo en el caso de la piedra de /osetta, solo tenemos unos dos

tercios del te)to.

"n la esquina superior también hay un nombre o !irma que identi!ica al autor

como Oaser, $usto de vo;P. Rusto de vo; es un antiguo ep(teto egipcio que

hace re!erencia al $uicio después de la muerte e indica que la persona ha!allecido. ara los egipcios antiguos, solo en la muerte llega el poder de la

verdad< el poder má)imo era la capacidad para cru;ar de un lado a otro las dos




tierras de la vida y la muerte. *on este t(tulo aser a!irmaba tener

conocimiento de los muertos, una comprensión de la vida a ambos lados.

8a primera l(nea de te)to que hay !uera de la cuadr(cula es un t(tulo o una serie

de instrucciones. 6ice as( O"n cuanto a esta escritura, debe leerse tres veces.>o se ha visto ni o(do nada seme$ante desde los tiempos del dios. +e encuentra

en el templo de Kut, señora de =sheru, para la eternidad, como el sol, para

todos los tiemposP. "sa es la parte !ácil. 8o que nos desconcierta es el Otres

vecesP, ya que en estos momentos solo podemos leer el te)to de dos maneras,

hori;ontal y verticalmente. 8as otras posibilidades obvias, como son la lectura

hacia atrás y en diagonal, se han intentado sin é)ito. KicL llevaba tres mesestratando de componer una glosa del c(rculo e)terior de la estela, pero no hab(a

sacado nada en limpio. 8a mayor parte es un himno a la diosa Kut, una !igura

oscura del panteón egipcio, popular entre los egipcios antiguos pero poco

estudiada en la erudición moderna. %nte todo se hace re!erencia a ella como

una especie de diosa de la luna, y a menudo aparece en lo que los egiptólogos

llaman OcrucigramasP, como la estela de aser, debido a la similitud !(sica conellos, aunque en realidad se parecen mucho más a una sopa de letras.

8o cierto es que yo llevaba varios meses traba$ando en la estela y tampoco

hab(a sacado nada en limpio. Todos los demás traba$os de traducción para el

Kuseo 7ritánico hab(an reca(do en KicL para que yo pudiera concentrarme de

lleno en ese proyecto. KicL hab(a estado traba$ando casi e)clusivamente en las

escrituras cursivas desde que la $unta directiva lo hab(a apartado de la estela."se era el traba$o !ácil< todo lo que pasara del Tercer er(odo =ntermedio era

pan comido para cualquier egiptólogo que se preciara. ero en el museo hab(a

much(simos escritos hieráticos !unerarios y cursivos, y encima del escritorio




del doctor Jlein hab(a montones de documentos y de peticiones de

traducciones de los museos de "l *airo y 7erl(n.

KicL ya ten(a muchos de esos proyectos desparramados sobre la mesa de

traba$o que compart(amos en el laboratorio del Kuseo 7ritánico, y hab(acubierto la mayor parte de ella con sus gu(as y claves de escritura. % m( no me

importaba, ya que ten(a la mayor(a de mis gu(as y tablas clavadas en la pared.

or todas partes hab(a reproducciones ampliadas, con secciones coloreadas que

señalaban la gramática y otros aspectos, además de mis ho$as escritas a mano,

pegadas con cinta adhesiva a ambos lados, en las que enumeraba los posibles

determinativos y otras observaciones. "n nuestro laboratorio, la estelapropiamente dicha estaba !i$ada a una base de hierro e inclinada como una

mesa de dibu$ante, con una cuadr(cula de alambre que yo mismo hab(a montado

sobre su super!icie. *ada s(mbolo enca$aba dentro de su casilla, señalado con

una nota adhesiva numerada que indicaba los cambios de consonantes y los

signos bilaterales. Ke resultaba más !ácil estudiar de ese modo las posibles

pautas. Ke gustaba traba$ar de pie o paseándome, lo que volv(a loco a KicL. "ltraba$aba sentado en uno de sus taburetes altos, encaramándose como un ave

acuática mientras ho$eaba sus papeles tratando de resolver las ligaduras. #o

nunca hab(a dedicado tanto tiempo a una sola pie;a< la mayor(a de ob$etos de

ese tamaño me llevaban un mes como mucho, con unos pocos d(as más para las

traducciones poéticas y las posibles transliteraciones, si me las ped(an.

>uestro laboratorio era más grande que todo nuestro piso y lo ten(amos todo

para nosotros y la estela.

"sa noche de !inales de octubre %lan 5enry nos llevó al 8upo 7ar del +oho, en

el Mest "nd de 8ondres, un local angosto y con!ortable con una placa colgada




en la parte delantera que representaba a /ómulo y /emo mamando de la loba.

"ncontramos al escritor amigo de %lan sentado en un so!á de una de las

habitaciones traseras. 1na chica le rodeaba los hombros con el bra;o. 5ab(a la

t(pica !auna que pululaba por el +oho $oven, con peinados so!isticados yvestida de negro. So era seguramente el 0nico tipo de 8ondres que iba con

americana de pana verde y pantalones de sport. %lan se dirigió pesadamente a

la barra, de modo que yo mismo me encargué de hacer las presentaciones.

+oy Malter /othschild di$e. # este añad(, señalando a KicL, es el

doctor KicL Mheelhouse.

>os estrechamos la mano y, tras intercambiar cortes(as t(picamente inglesas,nos sentamos. %lan regresó con una ronda de ginBtonics dobles y un platito de

roda$as de limón. "l escritor era un anglopaquistan( desaliñado llamado 5ani!, y

su amiga se llamaba "rin, y ten(a la cabe;a redonda de un el!o y el pelo negro

con las puntas violetas y levantadas como una corona. 6elgada como un chico,

con sus pantalones elásticos y un ceñido $ersey negro de manga larga que

!ormaba alrededor de cada seno una especie de molde, ten(a la nari;pronunciada y los labios pintados de granate. #o hab(a visto a muchas chicas

como ella por el centro oeste de 8ondres. "ra, sin duda, una reina del +oho.

Ke beb( de golpe casi toda mi copa. Ke pon(a nervioso en compañ(a de

desconocidos, sobre todo de los amigos de %lan 5enry. >unca estaba claro

cuándo empe;ar(an los gritos y quer(a estar debidamente aturdido. 8a ginebra

sab(a a electricidad e hi;o estallar luces a;ules ante mis o$os, y la cadencia dela m0sica se intensi!icó hasta adoptar un ritmo recon!ortante aunque cada ve;

más rápido. >o me atra(a particularmente el alcohol, pero a veces ayudaba a

contener el proceso de traducción e interpretación que, tras veinte años de




entrenamiento, tiene lugar en mi cabe;a casi a todas horas. % veces puede ser

un problema.

5ani! era un tipo de te; morena con una alborotada melena de ri;os negros

a;abache. "stoy totalmente seguro de que ya estaba como una cuba cuandollegamos all(. #o nunca hab(a o(do hablar de él, pero no sé mucho de escritores,

o al menos de escritores de este milenio. odr(a deciros todo sobre la e)quisita

poes(a del escriba del siglo N== a.*. T$aroy o dé la prosa l(rica de %mena$at,

hi$o de =puy, pero muy poco de alguien posterior a la conquista árabe de CE

d.*. %lan comentó que se supon(a que 5ani! era algo !uera de lo corriente, un

escritor de moda que !ormaba parte de la nueva ola de neoposcolonianismopaquistan( que se e)tend(a por 2ran 7retaña y "stados 1nidos.

5ani! comentó que hab(a conocido a "rin la semana anterior Ode vacacionesP.

"lla nos o!reció cigarrillos en una pitillera de plata y acepté uno. Ke !i$é en que

hab(a tres paquetes nuevos encima de la mesa. Tengo los mismos sentimientos

ambivalentes hacia el tabaco que hacia el alcohol, pero me gustan las !ormas

cambiantes del humo. 5ani! empe;ó a ponti!icar entusiasmado sobre losméritos de las mu$eres británicas !rente a las paquistan(es, con los o$os muy

abiertos y los labios salpicados de gotas de saliva.

8a mu$er británica moderna di$o arrastrando las palabras es la

construcción per!ecta de sensualidad decadente y !ascismo imperialista. >o se

arrepiente de nada ni se las da de altruista. 6écadas de educación selecta han

producido una ra;a singular de tan inepta !ortale;a espiritual, apuntalada0nicamente por el vac(o tecnológico, que utili;an para dominar el mundo en v(as

de desarrollo.




%lan parec(a sorber sus palabras, asintiendo y dando palmadas en la mesa para

subrayar sus argumentos.

+e acuesta con unas rid(culas bragas de seda continuó 5ani! e

inmediatamente se te lan;a sobre la entrepierna, insaciable. -ero insiste enque te quites los calcetines, aunque haga un !r(o de co$ones en el piso

Tonter(as o( murmurar a KicL entre dientes.

¿Qué se puede hacer? gritó 5ani!, barriendo la mesa con el bra;o y

arro$ando al suelo copas y ceniceros.

'bservé a KicL estudiar la tensa curva de las piernas dobladas de "rin. "staba

acurrucada contra 5ani!, con los o$os casi cerrados, mientras él disertaba a unritmo !renético. "rin asent(a y !umaba, y cuando %lan volvió con más copas, se

irguió rápidamente y se bebió de un trago la suya, chupó un rato la roda$a de

limón y volvió a apoyarse contra el hombro de 5ani! con e)presión satis!echa.

arec(a incre(blemente rela$ada. arpadeaba lenta y lánguidamente. "l l(quido

de nuestras copas se agitaba con el ba$o vibrante de la m0sica, algo inquietante

e intrincadamente sincopado.% continuación %lan e)plicó cómo nos ganábamos la vida KicL y yo, aunque no

creo que 5ani! se hiciera una idea muy clara. ero "rin empe;ó a hacerme

preguntas sobre mi traba$o.

>ormalmente me habr(a asustado una mu$er como "rin, tan $oven y guapa. ero

sent(a cómo la ginebra me recorr(a los bra;os y las piernas. 6e modo que me

repantigué en la mullida cavidad de terciopelo de mi asiento y empecé a haBblarle de la estela de aser, y no sé cómo terminé hablando de mi hi$a, Uenobia,

y de su madre, 5elen.




8a madre de Uenobia era una m0sica que conoc( cuando estudiaba en 7erLeley.

5elen llevaba siete años siendo la primera violonchelista de la +in!ónica de +an

4rancisco. %hora da clases particulares y es pro!esora en un internado. >o

puedo decir que nuestro matrimonio, por breve que !uera, o nuestroenamoramiento, !uera accidental o trágico. ero no lo vi venir. "staba

admirando la !orma en que un buen violonchelista es capa; de alargar una nota,

tan di!erente del brusco y conciso timbre de otros instrumentos, como el piaB

no. 5elen tocaba la +uite n0mero E para violonchelo de 7ach para su recital de

graduación, y sentado en la primera !ila del auditorio e)perimenté por primera

y 0ltima ve; los verdaderos indicios de algo seme$ante al amor, o lo más cercade lo que estar(a nunca de él.

"s cierto que deber(a haber sabido qué esperar. Traba$o en un tiempo perdido,

en las eternas ataduras de la historia. 3ivo rodeado de monumentos, registros

del tiempo y testimonios !idedignos. Tres años después de ese recital estaba

en una e)cavación en +iria, desempolvando un papiro en busca de una

inscripción, cuando comprend( que no quer(a regresar. /ecuerdo que esa noche,sentado en el desierto, pensé en mi casa, el pequeño piso en un edi!icio blanco

sin ascensor que ten(amos en >orth 7each, con un pequeño patio com0n en la

parte trasera, bordeado de caminos de ladrillo que se e)tend(an alrededor de

arbustos toscamente recortados con !ormas de animales, donde 5elen

practicaba por las tardes !rente al grupo de ancianas italianas de los edi!icios

vecinos que la aplaud(an y la cubr(an de pétalos de gardenia. "lla tocaba a vecespequeños !ragmentos de 3erdi y las ancianas la acompañaban gor$eando como

golondrinas a la lu; del atardecer. Ke recordé all( de pie, con mi hi$a

agarrándome el dedo dentro de su pequeño puño como si !uera su sostén en

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página 2!



este inundo. "l olor acre, como a tierra, que desprend(a su cuerpo regordete. #

comprend( que yo no deber(a haber estado all(, que deber(a haber habido otra

persona en mi lugar.

+olo hab(a visto a mi hi$a dos veces en los 0ltimos seis años. 5ab(amos

coincidido brevemente en >ueva #orL hac(a unos años, y en EFFE se hab(a

quedado una noche en mi apartamento de rinceton, camino de >eV 5ampshire

para ver a los 2rate!ul 6ead. or aquel entonces Uenobia estudiaba tercero de

literatura inglesa en la 1niversidad de Kount 5olyoLe. 8legó con dos tipos

!lacos y melenudos que ol(an intensamente a incienso y a sudor, y que !umaron

porros toda la noche. 8es o!rec( espaguetis y pan con un *hianti que hab(a

tra(do de =talia. "lla me trató casi como a un desconocido, y supongo que lo

ten(a bien merecido. Ke quedé sentado mientras ellos !umaban y hablaban, y

traté de no mirarla demasiado. 8os dos tipos parec(an pensar que mi traba$o

era interesante, pero Uenobia pon(a los o$os en blanco cada ve; que yo hablaba.

3arias veces se burló abiertamente de m(, riéndose de la vida que llevaba y

mostrándose deliberadamente cruel conmigo. ero yo no di$e nada. Quer(a

hacer lo correcto.

Ke acosté hacia las dos de la madrugada y apenas una hora después me

despertaron los gritos de mi hi$a. "staba en mitad del pasillo en ropa interior

cuando me di cuenta de que el ruido proven(a del ménageBaBtrois que ten(a

lugar en la sala de estar. 3olv( a mi habitación y de pie en la oscuridad me

concentré en los carámbanos de hielo que colgaban !uera de mi ventana. +ent(

el polvo que recog(an mis pies descal;os por el suelo !r(o. "mpe;aba a

comprender la inmovilidad del tiempo y el lento transcurrir de los años. Ke

gustar(a decir que lloré toda la noche, y que a la mañana siguiente le supliqué




que me perdonara y volvimos a nacer. ero no !ue as(. Ke pasé la mayor parte

de la noche contemplando las pálidas estrellas sobre la ciudad desde mi

ventana y componiendo mis propias constelaciones. 5orus, /a, +et, %món,

5elen, incluso mi hi$a. "lla también ten(a un lugar, aunque borroso, en eseorden.

% la mañana siguiente ya se hab(an ido y encontré una nota en la nevera

2racias por la comida y el so!á.

Te echo de menos.

U">'7=%

4ue entonces cuando me eché a llorar.

7eb( un sorbo de mi copa y traté de e)plicar a "rin que la mayor(a de la gente

ve la cultura egipcia como una historia bidimensional que se e)tiende plana, !r(a

y austera, sobre las paredes. *asi todo el mundo cree incluso que los egipcioseran una ra;a de gente alta y delgada que iba impecablemente vestida y

peinada. +olo son representaciones ideales. "n realidad eran tan gordos, vie$os

y medio calvos como yo. 8e di$e que la mayor(a de los museos solo quer(an las

traducciones literales para imprimirlas en pequeños letreros en seis idiomas,

de modo que los visitantes pudieran tener acceso a ellas. >o les interesaban las

pistas que pod(a aportar la interpretación poética, cómo esta pod(a modi!icarnuestra !orma de ver las culturas antiguas. 8a poes(a y el humor de los grandes

escribas como T$aroy, o la prosa irónica, contenida y o!iciosa del escriba de la

N=N dinast(a Qenher$epshe!, cuando la traducción re!le$a sus licencias




literarias, producen te)tos que rivali;an y superan a los griegos y babilónicos.

Traté de e)plicarle que la cultura de la simbolog(a pictográ!ica pod(a verse

como el punto más alto de la historia de la escritura creativa del mundo

civili;ado conocido. 8as palabras y las imágenes son una misma cosa, lasrepresentaciones visuales se !unden con las escritas. 6esde principios del

=mperio >uevo, alrededor de EAAW a.*., cuando empe;aron a cobrar

importancia las escrituras hierática y demótica, que son básicamente la !orma

manual y cotidiana de la escritura $erogl(!ica, toda la historia del lengua$e tal

como la conocemos, hasta el d(a de hoy, gira en torno a los !actores

controladores de la velocidad y la simplicidad. =ncluso en la creación. +e tardód(as en escribir una sola página de $erogl(!icos a todo color al estilo del

=mperio %ntiguo. "l tallado de la piedra llevó vidas enteras. +e grababan los

s(mbolos con delicade;a para indicar la escala, y acto seguido se hac(an más

pro!undos con lentos y cuidadosos golpes. +e per!ilaba el contorno con tinta

negra mediante plumas de $unco y se coloreaban con los más brillantes dorados,

ro$os y verdes imaginables, el pluma$e de las aves de r(o, la mirada del o$oimperturbable, la te)tura carnosa de la mano que señala. "sa !ue su tarea

sagrada. =n!undieron vida a los dioses con cada tra;o.

"rin asent(a y !umaba mientras yo me e)playaba. "n sus o$os hab(a una gran

quietud, el a;ul parec(a moteado y se !und(a en blanco como el cielo del

desierto. Traté de hablarle de la belle;a desconocida de la escritura

pictográ!ica, que no es lo que se ve en un museo. 8a e)periencia de entrar enuna tumba sellada que conserva su color original intacto es como un sueño. +i te

acercas, ves los delicados tra;os del cabello y las plumas en los s(mbolos, los

pliegues de una cuerda enrollada, su te)tura hebra por hebra. #o !ui el primero




en entrar en la tumba de %mosis, de la N3=== dinast(a, en *optos, en EF@. "l

aire segu(a siendo antiguo cuando entré en la primera cámara y, llenándome los

pulmones de él, percib( los aceites y los materiales de embalsamamiento, $unto

con los rastros de !lores y carne podridas. ercib( asimismo los gases n(tricosque al cabo de seis pasos me tumbaron. *uando abr( los o$os y volv( a ponerme

las ga!as de visión nocturna, una horda de demonios ro$os don los o$os dorados

pareció cernerse sobre m( para acto seguido materiali;arse en los distintos

s(mbolos, las oraciones de anhelo, la esperan;a, el más allá. %l verme caer, los

e)cavadores que hab(amos contratado salieron a todo correr porque tem(an las

maldiciones. Ke quedé tumbado de espaldas media hora, mientras los pulmonesme ard(an con el aire de un millar de años. "mpe;aron a bombear o)(geno a la

cámara, y cuando recuperé la sensibilidad en las piernas, ya hab(a resuelto los

principales cartuchos y las transliteraciones estructurales. 5abr(a terminado

el resto si no me hubieran sacado de all( a rastras. 1tili;amos in!rarro$os para

proteger las pinturas, pero al d(a siguiente de abrir la tumba ya se ve(an los

estragos que el aire !resco hab(a causado en ellas. *omo cuando pescas un pe; y al sacarlo del agua empie;a a morir en tus manos, y ves cómo los brillantes

colores de la sangre y la vida se apagan ante tus propios o$os.

%lan me clavó uno de sus dedos del tamaño de un pepino, casi derribándome de

la silla. 5ani! hab(a abierto la pequeña palma gris de su mano hacia m(. Ten(a en

ella doce cápsulas a;ules y blancas de tamaño considerable y me miraba inteBrrogante.

5ice un ademán para declinar, tratando de sonre(r. Todos los demás empe;aron

a tragarse las pastillas con largos sorbos de sus copas. "rin se puso dos en su




lengua rosada y bebió un trago de ginebra. %lan 5enry ten(a al menos media

docena en su mana;a, y KicL e)aminó una cápsula antes de hincarle el diente

como si !uera una pequeña salchicha. 5ani! daba caladas a un cigarrillo con los

o$os cerrados, todav(a despotricando con un lado de la boca. Ke disculpé y !uial lavabo.

"n el lavabo, me detuve delante del espe$o, balanceándome y observando las

l(neas cambiantes de mi cara hasta que casi vomité. +olo hab(a una bombilla de

poca potencia en el techo, y las paredes y los cub(culos estaban pintados de neB

gro. 8legaban ruidos de !orce$eo y roce de ropa de uno de los cub(culos que se

al;aba en los rincones más oscuros. /espiré hondo varias veces. Quer(adespe$arme. Traté de visuali;ar el ancla que me colgaba del tobillo,

su$etándome a la tierra.

*uando me lavé las manos y me arro$é agua a la cara, una manga estrecha salió

de pronto de la oscuridad sosteniendo una pequeña toalla. 6e$é escapar una

breve e)clamación y retroced( de un salto. +entado en un taburete $unto al

lavabo hab(a un hombre consumido, vestido con un chándal negro que apenas sedistingu(a del ambiente tenebroso. >o di$o nada, pero siguió o!reciéndome la

toalla con una mano !irme y mirándome !i$amente con un solo o$o< el otro lo

ten(a tapado con un parche. 8os ruidos de !orce$eo procedentes de los

cub(culos hab(an cesado, y de pronto reinaba un silencio absoluto en el lavabo,

solo interrumpido por la muda vibración de la m0sica y el lento gotear de agua

en alguna parte. Ke disculpé y me sequé la cara con la toalla, de lo que mearrepent( inmediatamente. "staba h0meda y ol(a a carne hervida. 3i en el

espe$o que el hombrecillo me segu(a con la mirada. 6e unos noventa años y

procedente de 'riente ró)imo, con una nari; estrecha y ganchuda, era como




un 5orus despeinado y tuerto años después de que +eth le arrancara su o$o de

halcón, el Ved$at, el o$o de la verdad, el o$o que más tarde llegar(a a ser para

los dioses el temido bra;o de la vengan;a y la destrucción en la tierra. "ra

como si 5orus pusiera punto !inal a la interminable lucha por la superioridad yse resignara a pasar la eternidad en ese h0medo y oscuro lavabo del +oho.

+upongo que muchos egiptólogos y traductores se involucran un poco demasiado

en su traba$o. *ostaba no ver los s(mbolos o los dioses en todo, incluso en

sueños. >o es que crea realmente en los dioses egipcios, pero s( creo en su poB

der sobre los hombres de este mundo, en cómo han in!luido en nosotros y en

nuestra !orma de pensar y actuar durante miles de años. Ki panteón personales una me;colan;a que va de los dioses prebabilónicos a los hititas pasando por

los del per(odo ptolemaico, con alg0n elemento del $uda(smo de mis padres,

aunque nunca !ueron practicantes, ni siquiera religiosos. 1na mir(ada de !ormas

humanoides con rasgos animales, poderes y deberes que se superponen, la

multitud de elementos simbólicos que los acompañan< !iguras, e)votos, gli!os,

todos ellos con canciones de alaban;a, alivio y perdón, devueltos a la vida porlos maestros del arte. "sa es mi religión adorar el arte de los grandes

escribas.

ero en esos momentos el vie$o 5orus me observaba hurgar en mis bolsillos

buscando una propina. >o ten(a ninguna moneda. +e reanudaron los !orce$eos

en el cub(culo, el suave roce de tela sobre piel, y el o$o torvo de 5orus

parpadeó por un instante, apartándose de mi cara.8o siento balbuceé, y sal(.

5ani! estaba en la barra, haciéndome gestos con las manos. Ke acerqué con

paso inseguro. +ent(a que me temblaban las piernas y tuve que dar un rodeo a




través de las mesas ba$as llenas de grupos de gente que !umaba y beb(a. 5ani!

rodeaba con el bra;o a una rubia con un vestido ceñido que segu(a la m0sica con

la cabe;a y beb(a de una copa enorme con una pa$ita.

+e inclinó y gritó a mi o(do-6ale unas cuantas a la putilla # me metió en el bolsillo delantero un puñado

de pastillas. +e llama am añadió, empu$ándola hacia la barra con el bra;o.

8a copa de ella se agitó un poco y se derramó sobre su mano mientras buscaba

la pa$a con su gruesa lengua morada. am, te presento al doctor /otchschild.

Traba$a en el K7E. Ke re!iero al Kuseo 7ritánico, por supuesto.

+onrió, y am soltó la pa$ita el tiempo $usto para de$ar escapar un ruidito quenormalmente habr(a emitido un camello en!ermo, pero que en algunos c(rculos

tal ve; pod(a pasar por risa. #o hab(a o(do la broma muchas veces< los

británicos están obsesionados con lo escatológico. "s !ácil entenderlo después

de varios meses comiendo comida inglesa.

"streché la mano de am mientras 5ani! volv(a apresuradamente hacia la mesa.

>os quedamos all(, am con la pa$ita de su copa en los labios, yo mirando laparte superior de su vestido que levantaba gruesas porciones de carne pálida

hacia las luces negras.

"stoy que reviento di$o ella.

¿"n serio?

>o encuentro a mis amigos, creo que se han ido sin m(. *apullos de mierda.

Kientras la observaba un poco más, advert( que se desbordaba de su vestidopor varias partes.

"stoy que reviento repitió.

K7 son también las siglas inglesas correspondientes a 7oVel Kovement, Oevacuación intestinalP. >. dela T.D




Ke di cuenta de que quer(a decir que estaba muy borracha, no cabreada, pero

eso tampoco era agradable de o(r. +e balanceó un poco y sus pupilas me

parecieron tan dilatadas y desen!ocadas que me pregunté si ve(a algo aparte de

las brillantes y curvadas longitudes de onda de la lu;, colores pálidos ydistorsionados como un ob$etivo de o$o de pe;. >o sab(a que más decir, de

modo que saqué las pastillas que me hab(a dado 5ani! y se las o!rec(.

¿Quieres una?

"lla se inclinó y las escudriñó un rato.

-# una mierda ¿Qué te has pensado? ¿*rees que voy a aceptar lo que me da

un $odido desconocido? -3ete a la mierda3olv( a metérmelas en los bolsillos y por un momento los dos recorrimos el bar

con mirada cansina. 8a m0sica vibraba con violencia.

3amos di$o ella con aire cansado, dámelas gratis.

Ke senté en un taburete y observé a mis amigos sentados a la mesa mientras

am se tragaba las pastillas con largos sorbos de su copa. KicL susurraba algo

hacia un pequeño papel doblado que ten(a en las manos. %lan estaba sentado enuna mesa cercana, en medio de un c(rculo de hombres con !aldas escocesas que

gesticulaban !uriosos. Ten(a en sus mana;as dos velas que desli;aba sobre la

mesa a distintas velocidades, tratando de convencer a los hombres de algo

relacionado con sus velocidades. "llos no parec(an tragárselo. >o era la primera

ve; que lo ve(a. %lan siempre estaba intentado e)plicar alg0n principio de

relatividad especial, algo sobre la velocidad de la lu; y la detención del tiempo.5ani! parec(a dormitar, con una sonrisa serena en los labios. "rin me miraba,

envuelta en la nube de humo de su cigarrillo. Ten(a la cabe;a ligeramente




ladeada como un !elino y sus labios entreabiertos de$aban ver una hilera de

dientes. Ke miró mucho rato de ese modo.

Ke volv( de nuevo hacia am. +udaba dentro de su vestido y se le estaban

!ormando unos semic(rculos oscuros deba$o de los bra;os y de los pechos. 8ecastañeteaban los dientes con tanta !uer;a que los o(a por encima de la m0sica

atronadora. +onrió torciendo la boca y me puso una mano en la entrepierna, y

algo se encendió en m( al sentir la inmediata e incómoda tirante; de la carne

doblada tratando de estirarse. "lla me dio un pequeño apretón y me empalmé al

instante. ")perimenté una e)traña sensación de triun!o. 'bservé cómo me

paseaba la mano por el rega;o, sin querer mirarla a la cara mientras parloteaba.>otaba mi miembro duro como el acero, y, como la gigante vara de 1memLep!,

pensé que en cualquier momento saldr(a de golpe, a;ul y dorado, y le brotar(an

manos y hablar(a. "lla parec(a estar calculando su tamaño. 8uego vislumbré de

nuevo su cara perlada de sudor y los molares amarillos y castañeteantes, y

e)perimenté una rela$ación momentánea, una depresión. %parté la vista de ella

y vi que %lan de$aba a los escoceses para volver a nuestra mesa, donde;arandeó a 5ani! en su silla. "ste estiró soñoliento un bra;o y sostuvo

bruscamente el pecho de "rin en la mano como si se tratara de un pequeño

melón. KicL hab(a de$ado de murmurar maldiciones hacia su e)voto y

observaba cómo la mano de 5ani! e)ploraba el elegante escote de "rin. "lla seB

gu(a mirándome !i$amente, sin reaccionar ante la mano de 5ani!, con los

párpados medio ca(dos y una e)presión serena. Ke disculpé y volv( a la mesa.Ke senté y transcurrieron unos minutos, o tal ve; una hora, de silencio

aturdido, durante el cual todos permanecimos muy quietos, mirando a uno y

otro lado. +i no hab(a en tendido por qué "rin ten(a todos esos paquetes de +ilL




*ut en la mesa cuando llegamos, de pronto lo hice. Todos, incluso yo, echábamos

mano de ellos y encend(amos uno detrás del otro, y los o$os se empe;aron a

agrandársenos y a cambiar de !orma, con las pupilas cada ve; más dilatadas, el

color del iris e)tendiéndose hacia los bordes. 8as !ormas de cada una denuestras e)halaciones se unieron en una !ormación de c0mulos que !lotaba

sobre la mesa. Kientras e)aminaba a mis compañeros empecé a traducir las

siluetas, los tra;os, las !ormas que creaban.

+aqué un bol(gra!o y empecé a garabatear en servilletas de papel. >o creo que

lo hiciera para atraer la atención de "rin. 6e todos modos, !uncionó. "lla rodeó

la mesa, se sentó a mi lado y se apoyó en mi bra;o. +ent( su aliento cálido en micuello cuando se inclinó para mirar. %cercó los labios a mi o(do y me pidió que

se lo tradu$era, que le di$era qué pon(a. "scrib( unos versos de %mena$at, el

poema del hi$o de =puy sobre la ciudad de Tebas O¿Qué dicen a diario en su

cora;ón los que están le$os de Tebas? asan los d(as invocando pesarosos su

presencia, sueñan con su cora;ónP. % "rin pareció gustarle, de modo que

escrib( unas l(neas de la leyenda ptolemaica de una escena de una pared deltemplo de 5orus en "d!u, que alababa al dios de la escritura, Thot, y a los

siete dioses con cabe;a de halcón llamados OdeclaracionesP O"stos poderosos

crearon la escritura en el comien;o a !in de establecer el cielo y la tierra en su

monumento, son los señores del arte de obrar bien, un amarre para los que

via$an por el barro...P.

"rin me desli;ó los bra;os alrededor de la cintura y apoyó su pequeña cabe;acontra mi hombro. Ke quedé inmóvil y esperé a ver la reacción de 5ani! y %lan,

pero no hubo ninguna. >o parec(an prestar atención< solo parloteaban consigo

mismos y gesticulaban hacia la habitación. "lla se acurrucó contra mi bra;o y yo




inhalé el intenso olor a lilas, tabaco y sudor que desprend(a. 5ab(a algo cálido y

tierno en esa sensación que casi hab(a olvidado.

"scribe algo para m( di$o ella.

*og( otro montón de servilletas y escrib( una l(nea de las =nstrucciones de%mena$at O6e$a que tu cora;ón se convierta en un gran dique, $unto al cual la

inundación es poderosaP. "lla cogió la servilleta sonriendo y recorrió con los

dedos el $erogl(!ico correspondiente al cora;ón, una representación literal del

órgano humano. >o le di$e que as( era como los egipcios e)presaban su amor.

4lu(a alrededor de ellos, y solo ten(as que colocar tu cora;ón de modo que

encau;ara parte de las aguas, como abriendo canales y regando campos con lasaguas del >ilo. "n un !riso de la N== dinast(a de una tumba de 6eir elB7ersha

hay una e)presión parecida acerca del amor O8avar el cora;ónP. "so era lo que

hac(as cuando lo perd(as. 8o lavabas en el agua, como la ropa vie$a, y lo colgabas

para que se secara.

"s bonito di$o "rin. recioso.

8os $erogl(!icos tienen cuatro caracter(sticas conocidas. #o añadir(a la

posibilidad de una quinta una interpretación criptográ!ica o poética. ero eso

es algo con lo que la mayor(a de egiptólogos, incluido KicL, no están de acuerdo

o no reconocen siquiera. 8a clase de interpretación de la que estoy hablando

requiere una especie de traducción por capas, ho$as superpuestas de esos

atributos que dan lugar a signi!icados y a verdaderos sonidos hablados. ore$emplo, la palabra Oo(rP, sdm, se representa con el s(mbolo de una ore$a sobre

la !igura de un ave achaparrada del desierto. "l primer signo es en realidad una

ore$a de vaca, y !unciona como un logoBgrama o un determinativo de la palabra




correspondiente a ore$a humana y animal. odr(a utili;arse también para la e)B

presión semánticamente relacionada Oestar sordoP. ero va todav(a más le$os.

"l e)voto de la ore$a de vaca o de la ore$a humana era un s(mbolo importante

en la escritura y la escultura menor de las dinast(as de los =mperios %ntiguo yKedio. % menudo se le da el signi!icado de OescucharP o Ote oigoP, seg0n el

conte)to. "sas grandes ore$as votivas, ya !uera en !orma de pintura o

escultura, eran colocadas alrededor de plegarias escritas a !in de invocar al

dios para que oyera me$or o más claro las oraciones del disc(pulo. "n algunos

monumentos y tumbas hay entre treinta y cien e)votos decorando las paredes

y el techo, a !in de o!recer una especie de mensa$e ampliado.#o ten(a un e)voto de una ore$a de madera tallada procedente de un

yacimiento cercano a 2ebel Ueit, a orillas del mar /o$o. *reo que casi todos los

egiptólogos tienen al menos uno< KicL siempre llevaba los suyos encima. #o teB

n(a el m(o en el bolsillo o sobre el escritorio mientras traba$aba, y lo utili;aba

en los momentos de tranquilidad entrada la noche, cuando los s(mbolos

!ormaban nudos intrincados sobre la ho$a y en mi mente, y la cuadr(cula seagitaba como una sábana al viento. "n esas noches en que en el laboratorio del

sótano era como la cima de una montaña y ten(a el cora;ón lleno de

pensamientos de mi hi$a, y a veces incluso de mi e) mu$er, susurraba hacia sus

delicados pliegues y surcos. >o sab(a qué más hacer. OTe escucho dec(a.

uedo o(rte.P

5asta el Tercer er(odo =ntermedio, alrededor del @WW a.*., los egipcioscreyeron que las palabras en s( eran dioses, que ten(an poder sobre su

e)istencia más allá de este mundo. ronunciar una palabra era hacerla real.

oner palabras por escrito era preservarlas para toda la eternidad. 8os




sacerdotes a menudo vert(an agua sobre ciertos s(mbolos escritos y oraciones,

y a continuación la beb(an o se la echaban sobre el cuerpo. %s( pod(an ingerir o

cubrirse literalmente con la protección de las palabras, los dioses. "n los

amuletos o en los bra;aletes pequeños se colocaban papiros o e)votos con inBvocaciones o male!icios grabados en ellos, y los llevaban a modo de

protectores. *re(an que las palabras ten(an vida y que cualquier alteración o

cambio en una escritura a!ectaba la realidad asociada a ella. >o se trataba de

un simple $uego de traducción.

*ada palabra, cada s(mbolo, es un esp(ritu a la espera de ser puesto en

libertad, no solo en el mundo de su creación sino también en todos los mundosposteriores. *ada d(a veo tanta triste;a, la gente parece tan convencida de que

en el otro mundo estará sola del mismo modo que camina sola en este que a

veces no tengo ganas de levantar la mirada del pergamino.

"stábamos recogiendo nuestras cosas, listos para marcharnos. "rin me su$etó

del bra;o, y cogió su delgada ca;adora y su bu!anda sin soltármelo. >osdirigimos a la puerta arrastrando los pies, ;ig;agueando entre las mesas y

pasando por delante de am, que se agarraba a la barra con la cabe;a entre sus

omóplatos temblorosos.

8lévame a ella me di$o "rin. Quiero ver la estela.

¿Te interesa la histeria antigua del 'riente ró)imo? pregunté.

T0 haces que suene interesante.

"ra una idea pésima. >o las hay peores. #o llevaba encima las llaves y mi chapa,

por supuesto, pero en el Kuseo 7ritánico hab(a puestos de vigilancia que




estaban atendidos las veinticuatro horas del d(a. >o puedes entrar tan

campante a las dos de la madrugada acompañado de una $oven de o$os incoloros,

pechos per!ectos y pelo de punta. ero me encantaba cómo sosten(a las

servilletas entre los dedos, encuadrando los s(mbolos con delicadas hebras depiel y uñas.

¿+abes? di$o. >unca he estado en el Kuseo 7ritánico. -6e verdad Ke da

un poco de verg&en;a con!esarlo, pero no es el tipo de cosas que hago. ¿+abes

a qué me re!iero?

>o lo sab(a. ¿Qué hac(a? "so es lo que deber(a haberme preguntado. "n lugar

de ello deslicé la mano entre las suyas. "lla pareció sorprenderse, perogratamente, y en ese momento sent( el tirón de algo parecido al amor, tan

parecido como era capa; de entenderlo.

% veces deber(as sentarte erguido, con los o$os bien abiertos, y escuchar.

Tomar la ruta que parece clara y ra;onable. ero no lo haces. 5as tomado esa

0ltima copa, te has quedado esa hora de más, esa semana o año de más, ydecides correr otro riesgo en algo que ni siquiera entiendes. # de pronto las

ciudades y los pueblos se están ale$ando en una espiral ba$o tus pies en !r(as y

soñolientas mañanas que pasas !rotándote los o$os ante el mostrador de

!acturación. 8os letreros, los s(mbolos se convierten en vagos recordatorios de

lo que has sido, de las personas que has conocido all(.

5ay algo grandioso en el acto de enve$ecer que obliga a uno a acumular cosasde este mundo a su alrededor, para hacer algo más grande, que llame la

atención. 8os egipcios antiguos no solo !ueron conscientes de ese impulso sino

que lo aceptaron. 8as personas también coleccionan personas, supongo< hay




quienes tienen hi$os por esa ra;ón. 8o ves en su cara, en sus hombros ca(dos

mientras hacen cola !rente a un ca$ero o en !ilas de recepción, y la revelación

los golpea como un ma;o en la nuca, una sensación apabullante, aplastante. 5ay

cosas peores, supongo,. ero reunir a personas y cosas a tu alrededor soloconvierte una mota en algo que es poco más que una mota y bastante más

absurdo. 8os antiguos nunca habr(an imaginado la escala del mundo tal y como

es ahora, y me alegro. 8a 0nica !orma de hacerte un lugar en él, de dar sentido

a la magnitud del tiempo y el espacio, y a la permanencia de la humanidad sobre

la tierra, es a!errarte a lo 0nico que te permite ver con claridad.

Ki esposa 5elen me enviaba cosas los primeros años que siguieron a nuestraseparación. % veces inclu(a una !oto de nuestra hi$a. "s inquietante ver crecer

a tu propia hi$a en !otos desperdigadas. *uando Uenobia ten(a nueve años

recib( una !oto de ella con su uni!orme de !0tbol, y durante los siguientes dos

años, hasta que 5elen me envió otra, pensé en ella eternamente con ese

uni!orme, durmiendo con él, llevándolo a todas horas.

8as dos vinieron a verme a "l *airo un verano, cuando Uenobia ten(a catorceaños. 5elen no renunció !ácilmente a nuestra relación< debo reconocérselo. >o

sé por qué se molestó siquiera, ya que yo nunca contestaba sus cartas. +e mosB

tró muy atenta conmigo años después de que me hubiera marchado, hasta los

0ltimos d(as que pasamos $untos.

Todo empe;ó mientras estábamos en la playa, que a 5elen y Uenobia siempre

les ha encantado. 8as dos ten(an una bonita piel dorada, del color del ladrillococido de las pirámides, y dis!rutaban bañándose en el mar. 6urante tres d(as

!uimos a la playa, a una di!erente cada ve;. 8as playas egipcias son inmensas y

la mayor(a casi totalmente v(rgenes. 6e modo que escog( varios lugares bonitos




que eran limpios y remotos. +in embargo, cada d(a instalábamos nuestras

tumbonas y toallas en la arena sin ver un alma en trescientos metros a la

redonda, y al cabo de veinte minutos sal(a de las dunas un hombre, uno distinto

cada ve;, que se acercaba despacio. Ten(an el aspecto de egipcios corrientesde mediana edad decentemente vestidos. +e deten(an a unos quince pasos, una

distancia respetuosa, se sentaban en la arena y, mirando !urtivamente a mi

mu$er y a mi hi$a, empe;aban a masturbarse con vigor.

"l tercer d(a 5elen insistió en llamar a la polic(a y denunciarlo. 4ue bastante

!ácil porque normalmente nos segu(an cuando emprend(amos el regreso a través

de las dunas hasta el pueblo, siempre manteniéndose a una distancia prudencial.+e lo e)pliqué al agente, un negro enorme con un uni!orme bien planchado, y

señalé al tipo, que segu(a encogido detrás de nosotros en la concurrida calle.

+in decir una palabra, el polic(a hi;o señas a otros dos agentes para que

detuvieran al hombre, y, sacando la porra, se acercó a donde su$etaban al

hombre de rodillas y procedió a partirle la cara con golpes sucesivos. 8a calle

estaba atestada de gente, pero nadie miró ni di$o nada.6e nuevo en el hotel, 5elen abra;ó a Uenobia en el borde de la cama, las dos

llorando, y me llamó cabrón por primera ve;. 6esde que nos hab(amos separado

ella siempre hab(a dicho que con!iaba en m( y que no renunciar(a. Tal ve; era

eso con lo que yo contaba.

O"sto es lo 0nico que no consigo entender di$o ella, meciendo a nuestra hi$a

en sus bra;os. Que pre!ieras esto, que sea esto lo que te mantiene ale$adode nosotras. uedo soportar todo menos esto.P

Ke quedé $unto a la ventana con las manos en los bolsillos. #a estaba oscuro y

empe;aban a cerrar los puestos del mercado. % través de la ventana me




llegaban los 0ltimos gritos de los comerciantes. Uenobia lloró hasta quedar

agotada y se desplomó contra su madre con los o$os cerrados, la cara manchada

de lágrimas e hinchada.

+e iban en avión a la mañana siguiente, y es esta escena, la 0ltima ve; queestuvimos los tres $untos, la que me acompañará el resto de mis d(as.

*uando llegamos a la esquina de ')!ord +treet con Tottenham *ourt /oad, la

multitud segu(a aumentando y arremolinándose alrededor de la tienda de

3irgin. 8a gente se hab(a congregado !rente a la entrada en un semic(rculo

gigante que se desparramaba por ')!ord +treet y la acera de en!rente. 8apolic(a hab(a puesto barreras y en la calle hab(a aparcados varios coches

patrulla. 8a gente se pon(a de puntillas para mirar por encima de las cabe;as,

algunos subidos a hombros de otros, todos estirando el cuello para ver quién o

qué sal(a por la puerta. 4rente a la entrada hab(a dos largas limusinas blancas

aparcadas. KicL hab(a desaparecido. /ecuerdo que la 0ltima ve; que lo vi esa

noche se hab(a quedado re;agado en 4rith +treet, murmurando algo, mirando alas mu$eres que esperaban ba$o las luces ro$as y giratorias de las paradas de

ta)is, arrastrando los pies en el !r(o y !umando !urioso.

"rin me tiraba del codo mientras cru;ábamos de un bordillo a otro dando

patadas a los escombros que cubr(an las calles. Ke agarró el bra;o mientras

nos abr(amos paso entre la gente, siguiendo a %lan y 5ani!. 1n escalo!r(o

recorrió a la multitud y la gente empe;ó a gritar. "staba saliendo alguien por lapuerta de la tienda. 8a gente empe;ó a gritar nombres y a precipitarse hacia la

entrada, empu$ando con las manos a los que ten(an delante, y la multitud se

convirtió en una anémona cambiante y movedi;a de cabe;as y manos. 5ani! y




%lan se detuvieron de pronto y, como obedeciendo a una señal secreta, 5ani!

se subió rápidamente a las anchas espaldas de %lan para mirar. 1nos hombres

e)traordinariamente corpulentos sal(an en !ila de la tienda. 5ani! soltó un

largo y estridente grito entusiasta, algo parecido a la llamada musulmana a laoración.

¿Qué coño está pasando aqu(? preguntó "rin.

Ke miró con sus o$os enormes.

8uchadores di$e. 8uchadores pro!esionales estadounidenses.

"ran !áciles de reconocer, más parecidos a superhéroes de dibu$os animados

que a personas de carne y hueso. %lan 5enry gritó sus nombres $unto con lamultitud a medida que sal(an de la tienda un tipo vestido de verde aceituna

llamado el 4lautista de 5amel(n, seguido del Xngel, el *amarero y un barbudo

enorme que se llamaba 2igantica.

-Ki gente empe;ó a gritar 5ani!. -Ki gente

%lan respondió con un bramido y los dos empe;aron a empu$ar hacia delante,

5ani! colgado como un $ocLey de la espalda de %lan. 8a polic(a ya ten(aproblemas para contener a la multitud, y cuando %lan llegó al cordón policial

!ue como si se reventara un dique y toda la gente se desparramó por el

semic(rculo despe$ado. 8os luchadores miraron horrori;ados cómo %lan, con

5ani! colgado de su espalda, se pon(a a la cabe;a de la multitud ensordecedora.

"rin me agarró y yo me a!erré a una !arola para no verme arrastrado por el

remolino. "ra como si se hubiera abierto un enorme desag&e en el centro de lacalle y toda la gente !uera succionada como restos de un nau!ragio hacia el

!ondo. Ke abracé a la !arola y "rin me rodeó la cintura con los bra;os con

sorprendente !uer;a. Kuy pronto se convirtió en una re!riega con todas las de




la ley, y el aire se llenó de silbatos de la polic(a, ruido de cristales rotos, pies

arrastrándose, cuerpos chocando y gritos de cientos de personas liderados por

el bramido gutural de 5ani!.

8a 0ltima ve; que vi a 5ani!, 2igantica lo levantaba en el aire y lo lan;aba porencima de la multitud mientras él se retorc(a y !orce$eaba como un gato. %lan

se hab(a retirado a un lado y manten(a una conversación acalorada con el

4lautista de 5amel(n. "l *amarero hab(a inmovili;ado a un hombre menudo con

su llave patentada, Ola cocteleraP, y el Xngel saltaba de un coche patrulla a

otro con una mu$er colgada de los hombros como un saco de ropa sucia.

/etroced( una man;ana entera hacia 2reat /ussell con "rin todav(a a!errada ami bra;o. "lla temblaba y ten(a sus enormes o$os un poco desen!ocados, como

si contemplara toda la escena, la multitud, el tumulto, todo a la ve;. ensé que

tal ve; era la clase de visión que yo necesitaba tener para entender la estela.

Quiero ver la estela me susurró al o(do. Quiero ver cómo es, qué haces.

"staba la cuestión de los guardas $urados, las cerraduras y los sistemas de

alarma. ero la hab(a visto recorrer con los dedos los s(mbolos de lasservilletas de papel, y no quer(a que desapareciera el calor que sent(a en el

bra;o. Kiré sus o$os oscuros, anegados en c(rculos iridiscentes de deseo o

algo más. Ke agarraba con una urgencia que yo no hab(a sentido en años.

4ue más !ácil de lo que me pensaba. /odeamos el edi!icio hasta una entrada de

la esquina sudeste, unas pequeñas escaleras que utili;aban el servicio educativo

y los empleados del departamento del 'riente ró)imo %ntiguo del museo.KicL y yo éramos los 0nicos que ten(amos una llave de la puerta e)terior, para

asegurarnos de que pod(amos entrar a cualquier hora. *ru;amos otra puerta

cerrada con llave, pasamos por delante de un mostrador de seguridad y




recorrimos un pasillo hasta otra escalera que conduc(a directamente al primer

sótano, donde KicL y yo ten(amos el laboratorio, y continuamos ba$ando hasta

una de las dos salas principales del subsolano donde se almacenaba el material

del 'riente ró)imo %ntiguo."l personal de seguridad ten(a al menos a doce hombres de guardia las

veinticuatro horas del d(a, la mayor(a en el mostrador de seguridad principal

del sótano del ala norte. #o sab(a que esa noche estar(a +imón, uno de los pocos

guardas $urados que me ten(an simpat(a. 8o llamé por el inter!ono interno y le

di$e que "rin era una estudiante norteamericana de egiptolog(a de rinceton

que se marchaba al d(a siguiente y a0n no hab(a tenido la oportunidad de ver lapiedra de /osetta. +imón se limitó a chasquear la lengua y apretó el botón para

de$arnos pasar. "l sab(a que si pasaba algo, era yo el que me la $ugaba. También

le ped( que desconectara las alarmas de toda la e)posición de la /osetta, as(

como de la galer(a n0mero cuatro del ró)imo 'riente %ntiguo, las salas

superiores de la cincuenta y nueve a la sesenta y cinco, donde estaban las

pie;as !unerarias, y el pasillo del sótano principal para que pudiéramos accederal laboratorio y a la estela. "n el Kuseo 7ritánico no hay cámaras de circuito

cerrado, por motivos que descono;co.

*aminamos ba$o la c0pula del 2ran %trio, donde estaban construyendo la nueva

sala de lectura, y llegamos a la escalera oeste de la galer(a n0mero cuatro,

donde se encontraban la mayor(a de las estatuas egipcias y las antig&edades

grandes.% la tenue lu; del museo las distintas pie;as brillaban doradas y a;ules en sus

vitrinas. >os movimos sin hacer ruido, con solo un ligero cru$ir de suelas,

desli;ándonos a través de las salas como por una cinta transportadora. 8e




enseñé primero la piedra de /osetta, y ella asintió con gravedad ante su

importancia.

*amino de la estela, pasamos por delante de los grandes !rescos de la capilla

de la tumba de >ebamen, un mural sobre el comercio egipcio que muestra ahombres a!eitados conduciendo ganados y aves al mercado ba$o la mirada

vigilante de su señor. Tradu$e unas l(neas a "rin mientras andábamos O-3amos

-Karchaos >o habléis delante de este hombre !avorecido, >ebamen. -8a gente

que habla le produce horror Yl obra la verdad< no !ormulará ninguna que$a.

-asad en silencioP.

*aminamos a través de las vitrinas ba$as de los ob$etos !unerarios y de losrestos momi!icados de hombres, mu$eres y niños, retorcidos dentro de telas

rotas y sonriendo. %l otro lado de una puerta en !orma de arco se ve(an las

hileras de vitrinas selladas e iluminadas por una lu; ro$a en las que se enB

contraban los !rágiles restos de cartas, órdenes y oraciones. 8os rayos láser

del sistema de alarma de las demás salas se mov(an entre las patas de las

mesas y por encima de las vitrinas a distintas alturas, creando un sombreadoque hac(a imposible pasar por encima o alrededor de ellos.

8e mostré el "scaraba$oB*ora;ón de =vy, el escaraba$o pelotero de !eldespato

verde que deb(a colocarse a modo de amuleto en el cora;ón de una momia. "l

escaraba$o verde simboli;aba la regeneración para los antiguos egipcios, quieB

nes cre(an que el escaraba$o pelotero y su costumbre de hacer rodar bolas de

e)crementos por el desierto para poner huevos en ellas eran unarepresentación del sol y la luna rodando por los cielos. "n el más allá, el

escaraba$o se convertir(a en el cora;ón< devolver(a la vida al cuerpo y

continuar(a el ciclo in!inito hasta el otro mundo. "n el escaraba$o hab(a




grabado un hechi;o que echaba lu; sobre la c(nica visión del mundo de los

antiguos egipcios el hechi;o estaba destinado a impedir que el cora;ón

testi!icara contra su dueño en el $uicio !inal.

*uando abr( la puerta de nuestro laboratorio, vi aparecer en la esquina la estelade aser como la boca de una cueva, la grieta que divid(a en dos partes la

piedra, como una vena pálida que ascend(a hacia la negrura. arec(a dar a la

habitación una repentina sensación de pesade;. *omo de costumbre, hac(a

mucho !r(o en ella. >uestro aliento quedaba suspendido !rente a nosotros como

pequeños bancos de niebla. "rin me soltó la mano y se quedó un poco atrás,

como si le asustara. #o encend( el !oco del techo, que proyectó una lu; uniB!orme sobre la piedra.

%qu( la tienes di$e.

¿# cuál dices que es el problema? preguntó "rin.

8e e)pliqué el enigma de las Otres vecesZtres v(asP. 8a mayor(a de egiptólogos

que hab(an estudiado la estela de aser hab(an dado por sentado que las tres

veces sé re!er(an a la práctica ritual de leer himnos y oraciones en vo; alta. "nese caso solo signi!icaba repetirlo tres veces en alto. ero Jlein no quedó

convencido. 5ab(a algo más en esa pie;a, en lo espec(!icamente que señalaban

las instrucciones que no se hab(a hecho nada igual antes, o en la magistral

!orma de crucigrama en que estaban dispuestos los $erogl(!icos, de tal modo

que el himno de la estela pod(a leerse en dos sentidos con idéntico resultado,

una ha;aña aparentemente imposible que nunca se hab(a repetido< todo ellollevó a Jlein a sospechar que se trataba de algo más. "l te)to propiamente

dicho hablaba de iluminar Olas 6os Tierras y el camino intermedioP, la m(tica

OTercera TierraP. "l lugar donde el caos de la vida se vuelve tan regular y




predecible como las inundaciones del >ilo. "so es lo que parec(a anhelar todo

egipcio antiguo. ara aumentar más el misterio, estaba lo que se sab(a de aser

O$usto de vo;P, el autor de la estela, que era casi nada. 8uego estaba también

la cuestión de la diosa Kut, a quien iba dirigido el himno. 6e modo que Jlein,de$ándose llevar por la intuición, nos llamó a KicL y a m(.

%poyé las manos en la cuadr(cula y miré !i$amente la sucesión de s(mbolos. "l

halcón sobre la urna y la tumba, un o$o y dos barras sobre un cuenco, un pavo

real y un an$, la vara y la mano abierta. O"l poder eterno, Kut, iluminará las 6os

Tierras.P Traté de trasladar la cuadr(cula a mi mente y empecé a contar las

consonantes. ero los s(mbolos parec(an horadar a0n más el oscuro granito,haciéndose cada ve; más pequeños e inde!inidos. Ke per!oró como un ha; de

lu; desde el t0nel más vie$o del mundo. Ke di cuenta de que hab(a pasado la

mayor parte de mi vida mirando cosas as(. #, por primera ve;, solo por un

instante, me pareció una supina estupide;.

>o sé cuánto tiempo transcurrió, pero cuando me volv( "rin hab(a desaparecido.'( susurros en el pasillo en dirección a la sala de e)posición, una especie de

canto silencioso. >o parec(an provenir de "rin, desde luego< no parec(an

provenir de nadie. "l pasillo del sótano estaba vac(o. +ent( la humedad deba$o

de los bra;os y en la espalda mientras escudriñaba los oscuros rincones donde

se amontonaban los ob$etos y monumentos !unerarios con otros detritus. +i

estaba escondida all(, entonces hab(a alguien más en el pasillo. +i se met(adistra(da en otras galer(as, podr(an dispararse las alarmas. 3olv( a subir las

escaleras corriendo y entré en la galer(a cuatro, donde caminé entre las hileras

de vitrinas y busqué detrás de las esculturas grandes, la colosal cabe;a de




/amsés ==, la sucesión de estatuas de la diosa leona +e$met< la enorme sala

oscura resonaba con mis $adeos y el ruido de mis pasos.

*uando llegué al !inal de la sala, o( un débil ruido metálico en alguna parte de la

escalera oeste. "l pecho me dio un tumbo y cayó, y por un instante cre( que micora;ón hab(a adoptado la !orma de una pirámide, como ocurre varias horas

después de la muerte cuando los órganos empie;an a consumirse y a encogerse,

y se desploman sobre ellos mismos.

+ub( de dos en dos los escalones de los dos largos tramos de escalera. '( otro

cru$ido en la sala cincuenta y nueve, dedicada a la temprana Kesopotamia, y

entré de nuevo en la sección egipcia y en las principales salas !unerarias, de lasesenta y uno a la sesenta y cinco. "n el suelo, $unto a la primera hilera de

sarcó!agos, vi un montón oscuro. "ran las ropas de ella, amontonadas tal como

hab(an ca(do. Ke agaché y las toqué. +egu(an calientes. 8a llamé con un !uerte

susurro.

"lla estaba de pie ba$o el letrero verde de salida, en el umbral de la siguiente

sala. 8a lu; proyectaba un manto verdoso por detrás de ella y en el aire searremolinaban motas de polvo, como si de ella emanara una !ragancia, un poder.

"l arco de la puerta que ten(a encima de la cabe;a, !ormaba un per!ecto

cartucho real, los s(mbolos de los nombres de los !araones. arec(a llevar un

manto de $ade sobre los hombros, con hilos dorados y a;ules intercalados. +us

delgadas caderas y muñecas, y sus piernas esbeltas, s(mbolos de honor y verB

dad, estaban ligeramente separadas. "n las manos sosten(a un cayado y unlátigo, con los bra;os cru;ados sobre el pecho. 6e pronto alargó las manos

hacia m( volviéndose ligeramente, y vi la larga y delgada curva del pico y los

o$os de ave. 8a máscara de Thot.




+e acercó a m(, avan;ando descal;a y sin hacer ruido por el suelo, con los

bra;os todav(a levantados. #o no pod(a moverme. Ten(a la sensación de que si lo

hac(a, podr(a estropear de alg0n modo las antig&edades que ella llevaba. Ke

puso una mano en el hombro y ladeó la cabe;a para mirarme a los o$os a travésde la máscara de pico largo. >inguna mu$er hab(a llevado nunca esa máscara en

sus cuatro mil años de e)istencia. arec(a enca$arle a la per!ección. Toqué los

hilos antiguos de la tela que le cubr(a los hombros y deslicé las manos sobre sus

pechos, desnudos ba$o el manto. %cerqué los labios a la tosca madera de la

máscara y probé la pintura antigua. Trató torpemente de desabrocharme el

cinturón y apretó su pequeño cuerpo contra el m(o, gimiendo débilmente detrásde la máscara de Thot. +ent( la repentina vastedad del museo, donde los dos

éramos como insectos en;ar;ados en una pelea mientras a nuestro alrededor se

elevaba el resto de la voluminosa estructura, palpitando y resonando en la

oscuridad. 8e su$eté las caderas y hund( la cara en su cuello, caliente y h0medo

de sudor. "lla se de$ó la máscara puesta cuando la tend( sobre el suelo de

piedra a la sombra del enorme sarcó!ago del !araón =nte!.8os antiguos egipcios cre(an que el hombre estaba compuesto de distintos

elementos espirituales que permanec(an en armon(a, en esta vida y en la otra.

"ntre esos elementos estaban la duración de la vida, el destino, el nacimiento,

la sombra y el nombre, y $untos compon(an la personalidad en !orma de La o

alma. 6espués de la muerte, la persona que manten(a la armon(a adecuada se

trans!iguraba en a:, o esp(ritu iluminado. 8os que no lo lograban se convert(anen mut, que signi!ica sencillamente OmuertoP. *uando el La llega al más allá

para asistir al $uicio !inal de$os muertos, %nubis el de cabe;a de chacal está

sentado $unto a la balan;a, y pone en un plato el cora;ón del di!unto y en el




otro la pluma de Kaat. Thot, el escriba de los dioses, permanece de pie cerca,

ancho de hombros, anotando el resultado de la medición y la suerte de los

muertos recientes. 8as notas del escriba sellan el destino de todos los que

pasan por las puertas de la tercera tierra. #o sab(a que "rin estaba ba$o ele!ecto de alguna droga, que acababa de descolgar ob$etos de las paredes y se

los hab(a puesto para divertirse. ero la simbolog(a de los ropa$es egipcios

es comple$a y yo no pod(a negar el hecho de que "rin hab(a logrado reunir la

indumentaria apropiada para asistir al $uicio después de la muerte. *omo en el

más allá, en esta vida todo se reduce inevitablemente al peso del cora;ón los

pesados vol0menes de amor y alegr(a, y la pura densidad del dolor y el pesar.

H

8a inundación es poderosa

ercib( una suave agitación de aire, una respiración débil, el cuerpo caliente deella contra el m(o, sus bra;os alrededor de mi pecho. "stábamos desnudos y el

suelo de mármol estaba !r(o. % través de los párpados ve(a !ormas en

movimiento, colores que !lotaban por encima de mi cabe;a. %br( un o$o desB




pacio. or los tragaluces se entreve(a una !ran$a gris de cielo. 8a lu; del letrero

de salida del !ondo de la sala proyectaba un débil resplandor verde sobre las

paredes. 3i el contorno de unas !iguras grandes que sab(a que eran las sombras

de las estatuas de la sala, los sarcó!agos y los ata0des de las momias. "stabaclareando y las !ormas se de!in(an y se volv(an reconocibles. +obre nosotros se

elevaba una !orma enorme y cuadrada, la estela !uneraria y la Opuerta !alsaP

de tahshepses, una bonita estructura cuya super!icie conservaba una gran

cantidad de pintura ro$a y ocre. 8as puertas !alsas egipcias son pequeñas

entradas talladas que no tienen puerta en realidad y que no conducen a ninguna

parte< están cubiertas de te)tos !unerarios y se colocan en las tumbas. 8osegipcios cre(an que a través de ellas los di!untos entraban de nuevo en el

mundo de los vivos para recoger las o!rendas de comida, los sbabtis y todo lo

que pudieran necesitar para vivir una buena vida en el más allá. %ll( era donde el

esp(ritu alma o La encontraba siempre una puerta abierta entre ambos mundos.

arpadeé en la oscuridad, mirando con detenimiento la puerta !alsa. '( un débil

murmullo de voces y ruido de pasos resonando por las escaleras oeste. *onsultéel relo$ las ocho de la mañana. Ke desperté de golpe.

Tuve verdaderos problemas para hacer entender a "rin la gravedad de la

situación. %0n no me hab(a recuperado de la borrachera y las pasé moradas

para quitarle con cuidado la máscara y la t0nica mientras se a!erraba a m( como

un Loala. "stábamos arrodillados en el suelo en medio de un remolino de

ob$etos egipcios valios(simos. "lla ten(a los o$os muy abiertos.+ea bueno y dé un beso a esta chica, doctor /othschild

di$o.




"l museo abrir(a las puertas dentro de una hora. "n cualquier momento los

cuidadores y el personal de los distintos servicios del museo empe;ar(an a

deambular entre las pie;as e)puestas para asegurarse de que todo estaba

preparado para recibir la avalancha de turistas.6ame eso, por !avor di$e. Tenemos que irnos. *asi se me cayó la máscara

al suelo cuando ella trató de arrebatármela. 8os arte!actos pod(an

desintegrarse en una nube de polvo en cualquier momento.

>o veo por qué tenemos que irnos di$o "rin. Quedémonos aqu(.

>o podemos. 6ebemos salir de aqu( ahora mismo. >o creo que pueda. Ke

agarró el bra;o y miró a su alrededor con hostilidad.or supuesto que puedes di$e.

Traté de ponerle su min0scula blusa pasándosela por su cabe;a resbaladi;a.

"lla hundió la barbilla y obstaculi;ó mis es!uer;os torciendo el cuello.

8a puerta parece estar tan le$os... di$o "rin. #o miré hacia la puerta de la

siguiente sala. Ke pareció cercana incluso.

>o lo está di$e. odemos hacerlo. or !avor.-"s la eternidad gritó ella.

#o sent(a un ligero martilleo en la cabe;a.

8e ayudé a levantarse y traté de conducirla hacia sus pantalones, que estaban

$unto a la entrada de la sala !uneraria. "lla se apoyó contra m( como una niña.

3amos a tomar algo di$o, animándose de pronto.3olvamos al bar.

>o creo que esté abierto. %demás, es demasiado tarde o demasiado prontopara tomar una copa. "lla me miró.

"stamos en 8ondres, doctor /othschild. +iempre hay algo abierto para tomar

una copa.




3(stete, por !avor.

"lla me echó los bra;os al cuello y me besó intensamente. >oté cómo temblaba

y me invadió una pro!unda nostalgia culpable. 5elen me hab(a besado igual,

apretando los labios con !irme;a contra los m(os con una sonrisa, respirandohondo por la nari; y entrecerrando los o$os. ero no !ue esa e)traña nostalgia

lo que hi;o que me sintiera completo y aceptado, a pesar del pavor a que me

descubrieran, y no logré establecer una cone)ión directa entre ese sentimiento

y 5elen. Todo lo ocurrido parec(a segmentos individuales de una cadena de

sucesos reverberantes, una hélice que avan;aba en espiral hacia el espacio,

como el gli!o de %nubis en el más allá< el icono de una $usticia espiritual,reconocible por su !orma de!inida y su ubicación, aunque su signi!icado nunca

estaba claro. 4ue el roce de los dedos temblorosos de "rin, la presión de sus

labios cálidos, la urgencia que transmit(an sus hombros y sus bra;os, lo que hi;o

que esa hélice giratoria se moviera, doblándose hasta tocarme all( mismo,

!ichándome para el !uturo $uicio.

/eun( los ob$etos que se hab(a puesto "rin y empecé a colocarlos en sus

vitrinas, solo después de hacerle prometer que no tocar(a nada más ni se

mover(a de all(. %un as( deambuló por otras salas, riéndose bobamente y

llamándome. 8as altas ventanas de la cámara !uneraria empe;aban a cambiar de

gris a un dorado violáceo a medida que despuntaba el d(a.

Tardé media hora en volver a poner las pie;as en su sitio, y aun as( no estabaseguro. "ra probable que el conservador de la sala se diera cuenta de que los

pliegues de la t0nica estaban colocados de otro modo o que la máscara estaba

un poco más descascarillada, pero ya no se pod(a evitar. Ke puse de rodillas y




amontoné el polvo y las cascaras de pintura que se hab(an desprendido de los

ob$etos, y, lamiéndome la palma de la mano, recog( el montón y lo vacié dentro

de mi bolsillo.

8a !orma más rápida de salir era por delante, por la entrada principal. 7a$amosapresuradamente las escaleras, recorrimos la sala de estatuas egipcias y

cru;amos el vest(bulo donde estaba el guardarropa en dirección al patio

delantero. "l personal del museo ya entraba por las puertas principales y se

separaba para dirigirse a sus distintos destinos. #o su$etaba a "rin por el codo,

con la cabe;a gacha, tratando de comportarme lo más natural posible. 8e hice

salir al patio delantero, donde el aire de la mañana nos llenó los pulmones. 8osmuros de piedra estaban cubiertos de una brillante capa de humedad. Traté de

contener el impulso de echar a correr. "lla no paraba de mirarme y re(rse como

una niña.

1na ve; que cru;amos la ver$a del museo y salimos a la acera, cuando estuvo

claro que no nos segu(a nadie, a!lo$é el paso y empecé a sonre(r. /ecorrimos

2reat /ussell hacia Tottenham *ourt, en dirección al sol opaco que asomabapor encima de los edi!icios de ')!ord +treet< el cielo era como un pergamino

descolorido. "staba e)hausto< me sent(a como si me hubieran apedreado y

apaleado y hubiera dormido en el suelo de una !r(a tumba. "rin no daba

muestras de cansancio, pero el cielo y el aire puro parec(an absorberla hasta el

punto de que se le ve(a bastante tranquila, volviendo la cabe;a de un lado a otro

y apoyándola contra mi hombro mientras apuntaba su diminuta barbilla al cielo y sonre(a, con el maquilla$e corrido como la sierva de un !araón. +uspiraba

mucho y me agarraba el bra;o con !irme;a.




>o sé adonde iba, ni si quer(a que se !uera. % medida que nos acercábamos a

Tottenham *ourt hice cálculos. ¿6ónde estaba KicL? ¿8e importar(a que

invitara a desayunar a "rin? ¿odr(amos pasar tal ve; la mañana $untos?

Kientras re!le)ionaba sobre ello, "rin vio un ta)i negro !rente al alaceTheatre y, soltándome el bra;o con una especie de gesto magnánimo, echó a

correr hacia él. +e movió con una celeridad y agilidad asombrosas para alguien

que llevaba unos tacones como pun;ones para romper hielo.

-"rin grité corriendo tras ella. Ke dol(an las articulaciones, sobre todo las

rodillas. "lla ya hab(a abierto la puerta del ta)i. -"rin grité de nuevo,

avan;ando tambaleante por la acera."lla se volvió hacia m( mientras se sub(a al ta)i.

-/othschild gritó. -8a inundación es poderosa -Terriblemente poderosa

8uego desapareció y me quedé solo en el ahora tranquilo cruce de Tottenham

con ')!ord, prácticamente el mismo lugar donde hab(a empe;ado todo la noche

anterior. asaron unos pocos coches, dis!rutando aparentemente de la relativa

tranquilidad de esa temprana hora de la mañana. 7a$o el toldo del 6ominionTheatre los vendedores de periódicos montaban sus casetas de madera

contrachapada, y empe;aba a haber una continua hilera de personas que

desaparec(an por la boca del metro. #o tiritaba tanto que met( las manos

dentro de las mangas de mi americana de pana.

% pesar de lo sucedido, sent(a cómo me invad(a una gloriosa oleada de

autosatis!acción, un orgullo $uvenil que hab(a olvidado. 3olv(a a hacer uno deesos d(as !r(os londinenses y yo ard(a como una vela en mi propio barómetro

interior. %caricié mi ore$a votiva de madera que llevaba en el bolsillo, palpando

los delicados contornos. 7a$é tambaleándome por 2reat /ussell +treet. +ent(a




el dolor sordo de una resaca inminente, pero hasta eso parec(a producir una

sensación de logro. 'bservando las caras de los demás peatones, tuve la

agradable impresión de haber reali;ado un gran avance. 8as caras impasibles de

los abogados y los banqueros apiñados en la esquina de 5igh 5olborn erancoloradas y amables, la mu$er encorvada del chubasquero cru;ó la calle

prácticamente patinando, y los quioscos parec(an atestados de desconocidos

benévolos que esperaban sus periódicos, cigarrillos y breba$es con paciencia e

ilusión acerca del nuevo d(a. *ada persona parec(a ser una pro!unda muestra de

individualidad, !ecundidad y buena voluntad. 8os placeres de las e)periencias

estéticas e intelectuales siempre hac(an que el mundo de pronto me parecierahabitado por ángeles.

"ra una bonita mañana para desayunar, escuchar los mensa$es del contestador

automático por si mi hi$a me hab(a de$ado alguno y sumergirme de lleno en la

criptogra!(a egipcia para pasar un largo d(a con la estela. 8a vida era agradable.

"staba a medio camino del "ve[s *a!e para tomarme un ca!é y un bollo cuando

ca( en la cuenta de que no sab(a el apellido de "rin, ni su telé!ono, no sab(anada.

6e nada serv(a pasar mucho tiempo mirando algo. %unque se pare;ca mucho, la

estela de aser no es un crucigrama u otra clase de $uego mental< no puedes

limitarte a mirarla hasta descubrir su secreto, como cuando te es!uer;as por

recordar el t(tulo de una canción que has o(do hace una hora. 8a estela era

di!erente< no hab(a ninguna clave< part(amos de cero. 5ay otros enigmas, comolos $erogl(!icos mayas, o la escritura meriótica o 8inear %, que plantean

problemas parecidos. 5emos desci!rado los s(mbolos y tenemos una vaga idea

del al!abeto y la gramática, pero seguimos sin saber traducirlos totalmente.




+in embargo, la estela de aser es 0nica en el sentido de que el te)to grabado

es totalmente desci!rable, o eso creemos. *onstruida alrededor de EEAW a.*.,

!ue encontrada por 7ela;oni en las pro)imidades del 2ran Templo de %món, en

JarnaL, quien la envió en E@FW a =nglaterra al doctor Thomas #oung, el mayore)perto $unto con el !rancés ReanB4rangois *hampollion. *reyendo que pod(a

tratarse de otra piedra de /osetta, 7ela;oni escribió a #oung que con!iaba en

que la pie;a pudiera ayudarle a desci!rar el al!abeto egipcio, un error bastante

irónico teniendo en cuenta que solo debió de complicar a0n más las cosas. >o ha

quedado constancia de la reacción de #oung ante la pie;a ni de si hi;o un

intento serio de traducirla.6e modo que gran parte del signi!icado depende de los conte)tos culturales,

literales y esculturales, y lo que se sabe de los escritores en s(. "s

relativamente !ácil traducir los s(mbolos $erogl(!icos palabra por palabra, pero

este método no resulta adecuado para desentrañar la in!ormación contenida en

el te)to. 6e nuevo, es posible traba$ar durante décadas in!ructuosas en esa

clase de rompecabe;as criptográ!icos y la solución llega en un momentáneoes!uer;o de imaginación. +e dice que en EFGH 6avies tradu$o el ata0d de

Tanetaa de Tebas, una pie;a con la que los egiptólogos llevaban siglos

estancados, en seis minutos después de varias pintas de cerve;a y una bolsa de

patatas !ritas. >o hab(a ning0n motivo por el que yo no pudiera resolver la

estela desde el banco de un parque de /ussell +quare. +i era necesario, pod(a

garabatear unos s(mbolos en e\ suelo o incluso dibu$arla entera. >unca hab(apasado tanto tiempo con una sola pie;a y ten(a grabado en la memoria cada

s(mbolo en su lugar e)acto. *ada ve; que cerraba los o$os ve(a la estela.




*uando volv( a mi edi!icio, vi a %lan 5enry apoyado contra la puerta del portal,

con sus enormes botas colocadas una sobre la otra, su cara al;ada hacia el

débil sol de media mañana, su !rente ancha del color del bronce bruñido. "ra

tan raro ver el sol en 8ondres que cuando el más m(nimo vislumbre de élproyectaba sus colores sobre las paredes y las aceras, todos los londinenses se

deten(an y levantaban la cara hacia el cielo, una pausa momentánea en el caos

remolineante del centro del 8ondres. %lan ten(a los o$os cerrados, como si

dormitara. Ke propon(a de$arlo all( y entrar a hurtadillas cuando habló.

=mag(nate, en este preciso momento billones de neutrinos, part(culas

llamadas subquarLs, están saliendo en tropel del sol y atravesando nuestroscuerpos y la tierra.

7ueno di$e, eso es...

8a lu; continuó %lan, el calor, la sensación del sol. 8os átomos individuales

de nuestros cuerpos están tan le$os de un neutrino como las estrellas de

nuestra gala)ia con respecto de una nave espacial que via$ase entre ellas.

+eg0n la velocidad, por supuesto.or supuesto di$e. "scucha, tengo que...

%lan abrió los o$os de golpe y en dos ;ancadas me hab(a cogido del bra;o y

tiraba de m( hacia la puerta.

Tenemos un problema di$o. 5emos de ir ahora mismo a la comisar(a.

=ntenté abrir torpemente la puerta con la llave, pero %lan me apartó con su

mana;a y me arrebató la llave, la introdu$o en la cerradura y abrió la puerta sindi!icultad.

¿Tienes dinero, /othschild? preguntó. ¿*uánto tienes? 3amos a

necesitarlo.




¿*ómo? ¿or qué?

%lan me hi;o subir las escaleras hasta mi piso a toda velocidad.

5an cogido a 5ani! di$o con un suspiro. 4ue un pequeño despiste por mi

parte. ero apuesto a que esa gol!a escurridi;a tuvo algo que ver.+e paseaba por nuestra abarrotada sala de estar mientras yo buscaba dinero, o

al menos !ing(a buscar, ya que sab(a que no ten(a.

¿Quién? ¿Te re!ieres a "rin?

Yl se detuvo y se volvió hacia m( con los o$os centelleantes.

¿8a has visto? ¿6ónde está?

->o Quiero decir que no lo he hecho desde el incidente... en ')!ord +treet.8os luchadores.

7ueno, pues daré con ella di$o. Ke debe una e)plicación.

/esultó que el !amoso escritor paquistan( de %lan estaba pelado y no pod(a

pagar la !ian;a. %lan me cacheó, hurgó en mis bolsillos, e)aminó mi ore$a votiva

un instante como para comprobar si ten(a alg0n valor, incluso me alborotó mi

escasa muestra de pelo. 8e e)pliqué que no llevaba una libra encima y quetampoco ten(a dinero en casa. 5asta seis d(as después no iba a cobrar mi 0ltimo

talón del Kuseo 7ritánico. 8a resaca empe;aba a hacerse sentir con ardiente

!uria. %lan dan;ó ante m(, !urioso. arec(a mostrarse muy protector hacia ese

tal 5ani!, tal ve; de una !orma peligrosa. ensé en +eth, el temido e

impredecible de!ensor del antiguo "gipto, el peligroso dios que cortó a 'siris

en pequeños tro;os y lo arro$ó al r(o. # en cómo vengar(a 5orus ese acto,trayendo de nuevo el orden a las 6os Tierras.

¿6ónde está KicL? di$o %lan. ¿6ónde está ese capullo? 8leva pasta

encima.




*og( del armario mi gorro plegable de sarga y mi gabardina beis. Kientras

recorr(amos rápidamente 2reat /ussell en dirección al museo, %lan 5enry me

e)plicó los apuros económicos de 5ani!.

Tiene un problema con las mu$eres di$o. Ke re!iero a las $óvenes. *omoesa tal "rin de ayer por la noche.

+e me llenó la cabe;a de una lu; blanca y casi choqué con un bu;ón.

¿*ómo?

"so es lo que voy a averiguar di$o %lan. >o creo que 5ani! esté muy

contento con esa tipa en estos momentos. %noche nos de$ó tirados en cuanto

a!lo$ó el calor. "s sospechoso.5ice un par de eses, luego me desplacé en una trayectoria inclinada hasta

alcan;ar a %lan cuando él se adelantó sin de$ar de hablar. Ki cerebro se

agitaba dentro de mi cráneo como una yema de huevo con cada paso que daba,

arro$ando !uego a mis sienes y a mis o$os.

7ueno, personalmente continuó %lan, creo que 5ani! ya tiene su!icientes

problemas de los que preocuparse. robablemente solo son los restos de esaparanoia musulmana paquistan(. Todos creen que el mundo está contra ellos.

>ecesita solucionar ese problema. *on las mu$eres menudas. %lgunas de esas

chicas no son muy recomendables, ya me entiendes. Yl nunca tiene bastante, ni

de ellas ni de nada. ero el tipo necesita ayuda. >o puedes de$ar que una de las

!iguras literarias más importantes de la 2ran 7retaña moderna se pudra en la

cárcel. +e trata de una situación !undacional. %s( re!utas las poderosas!uer;as de la hegemon(a protocapitalista. -"s el tipo de cosa que salvó a

7orges, la misma manera en que *éline !ue traicionado




Kientras trotaba al lado de %lan 5enry, tratando de seguir el ritmo de sus

pesadas y largas ;ancadas, llegó la hora punta y las calles empe;aron a llenarse

de coches, de peatones y de turistas que caminaban a paso rápido por las

aceras de 2reat /ussell +treet.+i ves a esa gol!a escurridi;a di$o %lan, av(same. 5ani! quiere apretarle

las clavi$as. "stá seguro de que ella sabe algo.

¿T0 crees? pregunté yo. ¿"s responsable de los problemas de 5ani!?

%lan a!lo$ó el paso y por un momento pareció ligeramente pensativo. 8uego giró

hacia m( su ancha cara, pétrea e impasible.

Todas lo son di$o. +iempre. Todas y cada una de ellas.*on energ(a, siguió andando a toda velocidad por la acera. #o con!iaba en que

KicL estuviera en el laboratorio y llevara dinero encima, porque me asustaba un

poco lo que har(a %lan si no.

KicL sol(a dormir hasta el mediod(a, y luego entraba en el laboratorio

maldiciendo y que$ándose del pésimo ca!é que hab(an preparado por la mañana

+ue y *indy, nuestras estudiantes en prácticas. #o sol(a beber mucho ca!écuando era $oven, pero dudaba que pudiera soportar el breba$e que +ue y *indy

preparaban. % ellas no parec(a importarles mucho los deseos de KicL<

enseguida le hab(an catalogado, y con ra;ón, corno un tipo desagradable. Kás

de una ve; las hab(a o(do a las dos murmurar OgilipollasP o algo parecido

después de que él se hubiera burlado de su ca!é y escupido al suelo $unto a sus

escritorios al salir./ecordé a KicL la noche anterior, cómo se hab(a tragado esa pastilla de speed,

su !rente sudada y su mirada desorbitada. odr(a estar resolviendo la estela en




ese preciso momento. %lan también se hab(a tomado media docena por lo menos

de esas pastillas, pero nada parec(a a!ectarlo mucho.

or suerte no permitieron a %lan ba$ar al laboratorio. odr(a haberlo conducido

a una de las pequeñas puertas laterales, pero le hice entrar a propósito por lapuerta principal, a través del patio delantero, donde ya pululaba la multitud de

turistas $aponeses que siempre aparec(a $usto a la hora de abertura. ara

acceder al laboratorio a través de la entrada principal hab(a que ba$ar por la

escalera del sudeste y pasar por delante de un mostrador de seguridad que

estaba atendido a todas horas. /econoc( a *olin y /ashid, dos guardias a los que

hab(a visto en otras ocasiones. Ke alegré, porque los guardias a menudo sequedan desconcertados cuando les enseño mi pase especial con una raya negra

en diagonal y ning0n cargo deba$o de mi nombre, y tienen que llamar al doctor

Jlein para obtener alguna clase de con!irmación. "sa era una de las ra;ones por

las que KicL y yo ten(amos nuestra entrada particular en la esquina de

Kontague lace con 2reat /ussell, que llevaba directamente al pasillo central

del sótano.6e$é a %lan 5enry en el mostrador de seguridad. 3arios de los guardas $urados

ya hab(an !ormado una especie de c(rculo de!ensivo alrededor de %lan,

mirándolo con recelo, con una mano en sus cinturones con compartimientos, palB

pando sus latas de spray de gas pimienta.

*achéalo me di$o %lan, con su !rente de bronce brillante. Te espero aqu(.

#, por !avor, /othschild, abstente de entretenerte con los cachivaches quetienes allá aba$o. "l tiempo es crucial.

+e dio unas palmaditas en su muñeca sin relo$ y se sentó en el borde de la mesa

del control de seguridad, haciéndola gemir e inclinarse bruscamente, para




sorpresa de los guardias *olin y /ashid que estaban sentados en su hora de

descanso leyendo el 6aily Kirror con una ta;a de té recién hecho.

-"h ¿Qué demonios...? *olin se levantó y sacó su porra mientras yo me

escabull(a por el pasillo que conduc(a al sótano.7a$é corriendo el tramo de escaleras hasta el $uego de puertas codi!icadas que

pod(a abrir con mi pase y que conduc(an al largo pasillo central el sótano que se

e)tend(a a lo largo de todo el museo. 6e él sal(an ramales a otras secciones, a

los almacenes, a los laboratorios. "l pasillo abovedado estaba hoscamente

e)cavado en piedra calcárea blanca y ten(a el techo ba$o. 8as partes p0blicas

del museo eran espacios bonitos, delicias arquitectónicas con gloriososmosaicos antiguos incrustados en las escaleras, luminosos tapices colgados de

las paredes, balaustradas hermosamente talladas, cornisas con molduras y

techos pintados dignos de la reale;a. %llá aba$o en el sótano los suelos eran en

cambio de cemento polvoriento y la iluminación consist(a en tubos

!luorescentes< a lo largo de la pared se e)tend(an cañer(as y cables al

descubierto, se !ormaban charcos en sutiles depresiones cuando llov(a ysiempre hac(a !r(o. >o era muy sorprendente encontrar bustos romanos

!ragmentados o antiguos tapices persas apoyados en la pared o unos contra

otros, a la espera de un espacio en los almacenes que a menudo nunca llegaba.

%l !inal del pasillo hab(a otra puerta codi!icada que se abr(a al pasillo donde se

encontraba nuestro laboratorio. 5ab(a otras escaleras que ba$aban a los

subsolanos que hab(a deba$o de nuestro laboratorio, que en su mayor parte seutili;aban para almacenar una variedad de antig&edades, as( como el e)ceso de

material de la antigua 7iblioteca 7ritánica que a0n no hab(an trasladado al

nuevo edi!icio y que se enmohec(a en una oscuridad a0n más total. También




qui;á estaban las salas donde un par de e)traños hombres contratados por el

doctor Jlein traba$aban en silenciosa soledad, con!inados en habitaciones

h0medas y escasamente iluminadas, e)aminando antig&edades dudosas y

ob$etos curiosos. 5ab(a muchas cosas que yo ignoraba< el Kuseo 7ritánico escasi tan e)tenso, laber(ntico y secreto como las antig&edades que alberga.

"n la intersección del pasillo principal, +ue y *indy atend(an diligentemente sus

escritorios y la máquina del ca!é, con $erséis y bu!andas para combatir el

h0medo !r(o del sótano. %l verme, se les iluminó bastante la cara, y empe;aron

a ordenar sus escritorios y a servir ta;as de ca!é.

+ue y *indy eran dos estudiantes de egiptolog(a de ')!ord sumamente serias./ubia la una y morena la otra, las dos ten(an el pelo cortado a lo pa$e, ga!as de

montura de concha y mala dentadura. "n mis años dedicados a la docencia en

"stados 1nidos hab(a descubierto que no era !ácil discernir entre los

estudiantes de comerciali;ación de la moda y los de geolog(a. ero aqu( era

di!erente, tal ve; segu(an !uncionando los estereotipos, como hac(a años en

2ran 7retaña los intelectuales son en su mayor(a poco agraciados y torpes, sinintención ni posibilidad de participar de la e!(mera belle;a que dis!ruta el

resto del mundo.

KicL y yo enca$amos sin duda dentro de esa categor(a. KicL, de greñas negras

y cara de hurón, ten(a una dentadura que parec(a señalar hacia el centro de su

lengua, una estructura cóncava que parec(a más adecuada para partir nueces

que para hablar. 8os dos pertenec(amos a la amplia categor(a de la gente delmontón, de los tipos corrientes. Toda mi vida he comprobado que si me quedo

callado y con la cabe;a gacha, puedo pasar semanas sin que sepan que e)isto.




O"n cuanto al hombre acalorado del templo escribió un antiguo escriba en 8a

instrucción de %menemope , es como un árbol que crece ba$o techo< un

instante duran sus brotes, acabará sus d(as en la leñera< desde all( es

transportado le$os por r(o, las llamas son su sudario. "l verdaderamente silenBcioso se mantiene aparte. "s como un árbol que crece en un $ard(n. 4lorece y

produce doble !ruto. +e al;a ante su señor. +us !rutos son dulces, su sombra

placentera< acabará sus d(as en el $ard(n...P

Tanto +ue como *indy estaban dedicadas en cuerpo y alma a nuestro traba$o

en la estela de aser. +i conclu(amos con é)ito, las dos obtendr(anreconocimiento en las publicaciones que seguir(an, as( como un curr(culo que les

asegurar(a un puesto en casi cualquier museo, !undación o universidad en que

quisieran entrar. 3iv(an $untas en un piso en +hepherd] 7ush, aunque parec(an

estar !rente a la puerta del laboratorio las veinticuatro horas del d(a. "ran

personas resueltas y yo a menudo me preguntaba qué ser(a de ellas.

/ecuerdo lo e)traordinariamente bien que +ue y *indy llevaron el asunto de lasratas en el museo< entre las doce de la noche y las seis de la madrugada ten(as

que pegarte a la pared de los pasillos in!eriores para de$ar pasar el torrente

de ratas que iban y ven(an de sus salidas nocturnas. *omo gran parte del

personal nocturno, +ue y *indy ten(an unas botas altas de goma de recambio

que se pon(an entrada la noche< yo sal(a del laboratorio y las ve(a a las dos

concentradas en escribir in!ormes, teclear comunicados o hacer 6ios sabe qué,con ratas del tamaño de perros pequeños golpeando las patas de sus mesas o

metiéndose en las cañer(as que se e)tend(an a lo largo de la pared. % menudo

pensaba que +ue y *indy se hab(an propuesto estar siempre a nuestra




disposición, con la vana esperan;a de estar presentes cuando desci!ráramos el

código, como si uno de nosotros !uera a salir corriendo del laboratorio gritando

O"ureLaP y las bombillas empe;aran a estallar. %unque lo más probable es que

solo esperaran que les diéramos alguna tarea.-+(, buenos d(as, señor /othschild canturrearon cuando me acerqué.

Tanto +ue como *indy ten(an esa e)traña costumbre británica de empe;ar

cada !rase con un Os(P.

7uenos d(as respond(. ¿"stá el doctor Mheelhouse en el laboratorio?

+us caras se ensombrecieron ligeramente ante la pregunta. *indy trató de

o!recerme una temblorosa ta;a de té.+(, está aqu( aventuró +ue, o al menos eso creemos. +( di$o *indy,

hemos o(do a alguien dentro, y puesto que, bueno, está usted aqu(, suponemos

que debe de ser el doctor Mheelhouse.

+ue agitó un !a$o de papeles ante m(. +(, debe de haber venido a0n más

temprano. ¿Quiere leer nuestro in!orme sobre el avance de la investigación?

5emos condensado y !ormateado todo lo que usted y el doctor Mheelhouse nosdieron la semana pasada.

¿1n in!orme sobre el avance de la investigación? >o ten(a ni idea de qué me

hablaba. *og( la ta;a de ca!é que me hab(an o!recido y, disculpándome al pasar

por su lado, abr( con llave la puerta del laboratorio.

KicL estaba e)aminando minuciosamente la estela, lo que era sorprendente ya

que apenas la hab(a mirado ni mencionado desde que yo hab(a llegado all(. *laroque KicL nunca me dec(a muchas cosas. %l menos no directamente.

KicL ya estudiaba literatura en ')!ord a los catorce años, en las

especialidades de inglés antiguo, griego y lat(n, pero su interés se despla;ó




rápidamente a los te)tos egipcios. "n su tercer año de universidad de$ó

perple$o al departamento de egiptolog(a de ')!ord al presentar varias

traducciones asombrosas de los monumentos !unerarios del !araón +habaLah

de la N3 dinast(a. "ra capa; de traducir cien l(neas de escritura hierática ald(a, incluyendo la transliteración, una glosa y la pronunciación, sin consultar las

claves de 3an Ketre o las transparencias clásicas. *on solo veintitrés años, era

hoy d(a uno de los me$ores traductores puros de escrituras antiguas del mundo

occidental. *reo que era demasiado !ácil para él. Traduc(a los papiros

!unerarios a todo color sin tener en cuenta las implicaciones poéticas ni

admirar siquiera su belle;a pictórica. +us traducciones eran, en mi opinión,demasiado !r(as y literales.

"l doctor Jlein encomendaba los nuevos proyectos a KicL para que yo pudiera

concentrarme enteramente en la estela. Jlein parec(a estar utili;ándolo para

poner al d(a el traba$o atrasado y despe$ar el inventario no traducido. "ra una

buena idea, porque KicL era rápido y en cuestión de d(as se quitaba de encima

remesas de papiro y pie;as !unerarias enteras. También traba$aba en una seriede proyectos privados de Jlein, cosas para sus coleccionistas privados y otras

entidades que acud(an a Jlein para pedirle ayuda.

8a estela de aser estaba montada sobre una base con una serie de soportes

metálicos que la sosten(an en un buen ángulo para e)aminarla, a la altura más o

menos del pecho. 1n !oco montado sobre el suelo la iluminaba, proyectando unn(tido c(rculo de lu; a su alrededor. % menudo pon(amos una mano a cada lado

de la piedra y nos inclinábamos sobre ella como contra el viento mientras la

e)aminábamos. "n esa postura encontré a KicL, con un pequeño !a$o de papeles




arrugados en la boca. 8a habitación apestaba a humo de tabaco y a inglés sin

lavar, y el suelo de cemento estaba cubierto de colillas. Ke !i$é en que le

temblaban las piernas. +i estás sobre alguna pista, l(nea de investigación o

teor(a particular relacionada con la glosa estructural de una pie;a como la esBtela, no quieres que te molesten hasta que la desarrollas hasta el !inal.

Ke quedé $unto a la puerta pensando en ello hasta que +ue se acercó corriendo

por el pasillo gritando algo sobre mi amigo americano que estaba destro;ando

el vest(bulo. *erré la puerta y eché el cerro$o antes de que ella llegara al

umbral. >adie ten(a la llave de ese laboratorio aparte de m(, KicL y Jlein.

KicL, escucha di$e. 8o siento, pero tenemos un problema.KicL se irguió y volvió la cabe;a. Ten(a los o$os muy abiertos y pro!undas

o$eras. *omo yo, segu(a llevando la misma ropa que la noche anterior, y la

camisa ten(a amplios cercos de sudor deba$o de los bra;os. +u pelo deslucido le

enmarcaba la cara y le daba el aspecto de un pa$e degenerado< su olor me

llegaba desde seis metros de distancia. +e quitó los papeles de la boca.

Tengo que conseguir más pastillas de esas di$o. "staba agotado.7a$ó la vista hacia los papeles que ten(a en una mano. 8uego se miró la otra.

"ntre sus dedos delgados y a;ulados hab(a un cigarrillo encendido.

-Roder e)clamó. 5e vuelto a hacerlo, ¿no?

%rro$ó la colilla a mis pies. +olo quedaba un cent(metro de papel blanco y,

puesto que siempre !umaba *amel con !iltro, eso signi!icaba que lo hab(a

!umado al revés, encendiéndolo por el !iltro, algo que sol(a hacer cuando estabapro!undamente concentrado.

%lguien empe;ó a aporrear la puerta y o( las voces combinadas de +ue y *indy

llamándome.




"scucha di$e, ¿tienes dinero? >ecesito que me prestes algo ahora mismo.

arece que 5ani! está en la cárcel y %lan está resuelto a destro;ar este lugar

hasta conseguir dinero para pagar su !ian;a.

KicL tosió con !lema co!, co!, tambaleándose como un gato que vomita, yescupió lastimeramente en un tro;o de papel que luego arrugó y tiró a un

rincón. %sintió despacio y se dirigió al otro e)tremo del laboratorio, donde

hab(a una hilera de archivadores altos que hab(amos llenado de ostraBcones,

estuches para papiros, art(culos period(sticos, periódicos vie$os y gran

cantidad de restos arqueológicos. /evolvió entre un montón de tro;os de

cerámica hasta dar con un pequeño cuerno de buey con una inscripción enescritura hierática. +acó de él un !a$o de billetes y se acercó a m(, conB

tándolos. 8uego me dio todo el !a$o, un montón de billetes de cincuenta libras.

%h( van mil di$o.

+é que KicL segu(a recibiendo préstamos de estudiante, sobre la base de un

estudio ampliado que hab(a concertado con ')!ord. >o estoy seguro de por qué

lo hac(a, ya que ganábamos, al menos en teor(a, lo su!iciente para vivir, y KicLno hab(a pisado un aula hac(a más de cinco años. ero a0n más sorprendente que

el misterioso !a$o de dinero que guardaba en nuestro laboratorio era que esa

!uera la primera ve; que yo le ped(a algo y él, de inmediato y sin poner ob$ecioB

nes, me ayudara. Ke quedé sin habla.

or cierto, t(o di$o, tendr(a que estar muy $odido para dormir en este

lugar.>o hab(a contemplado la posibilidad de que KicL hubiera ido al museo en lugar

de volver al piso< que yo supiera, pod(a haber estado aga;apado en un oscuro

rincón del laboratorio mientras yo de$aba entrar a "rin, y haberme espiado con




sus o$os de roedor, acariciando sus e)votos y dis!rutando de antemano la

oportunidad de descubrirme y humillarme.

*hasqueó sus dedos como agu$as por la habitación.

Todo este $odido lugar está lleno de cuerpos di$o. *ientos de cuerpos yde ob$etos e)tra(dos de sus tumbas.

+oy consciente de ello, KicL.

# todos esos himnos y hechi;os. +e crearon para impedir precisamente que

sucediera esa clase de cosa, que un par de gamberros como nosotros

$ugueteáramos con sus cosas.

+é todo eso, KicL. ¿Qué tratas de decir?Yl se encogió de hombros y encendió otro cigarrillo, y se acercó de nuevo a la

estela con paso airado, de modo que pensé que era me$or que me !uera de all(

mientras pudiera. +ue y *indy segu(an aporreando la puerta del laboratorio,

instándome a subir al vest(bulo, del que me llegaban gritos y silbatos, y la vo;

atronadora de %lan que retumbaba sombr(a a través del techo. 8o que yo quer(a

en realidad era salir a hurtadillas por nuestra entrada privada para volver a mipiso y ducharme.

oco después %lan me hi;o salir a toda prisa por la puerta principal del museo,

encasquetándome de nuevo el gorro en la cabe;a. 7a$amos dando traspiés la

escalinata, cru;amos las ver$as de hierro !or$ado y salimos a la acera,

desperdigando las bandadas de palomas reunidas alrededor de los vendedoresde castañas que ati;aban sus !uegos de carbón $unto a la entrada principal.

¿*uánto has conseguido? %lan me detuvo su$etándome por la americana

mientras con la otra mano me palpaba los bolsillos.




8e di el !a$o de dinero y me apoyé contra una !arola.

¿"l tacaño de Mheelhouse te ha soltado realmente pasta? di$o %lan con

incredulidad. >unca lo hubiera dicho. "se tipo siempre me sorprende, te lo

aseguro. *reo que lo subestimas, /othschild. -Tiene cierto encanto, adm(telo>os abrimos paso entre los turistas por 2reat /ussell +treet en dirección a

Tottenham *ourt mientras %lan se re(a en el !r(o y vigori;ante aire de la

mañana. +e estaba nublando de nuevo< parec(a que iba a llover. #o ve(a grandes

manchas violetas a un palmo de mis o$os, una pequeña constelación de planetas

que daban vueltas alrededor de un sol brumoso.

# te diré algo más, /othschild murmuró %lan, si alguna ve; agarro a eseirlandés pio$oso que no ha parado de pegarme torta;os en la espalda... ¿qué

clase de patanes incompetentes tienen traba$ando en ese condenado museo?

¿8lamas a eso medidas de seguridad aceptables?

"n lugar de ir directamente a Materloo para pagar la !ian;a de 5ani!, %lan me

condu$o a un pub del +oho, un pequeño local llamado el +panish 7ar, $unto a

')!ord +treet. +egu(a moviéndose con tanto br(o y tan deprisa que asum( quese trataba de una parte importante del proceso. +olo eran las die; de la

mañana, pero cuando %lan llamó a la puerta, una mu$er de mediana edad y de

aspecto cansado nos abrió inmediatamente, como si hubiera estado escondida

esperándonos. %lan me llevó a la barra de una habitación estrecha, pintada de

un escarlata intenso con destellos de color de bronce y dorado, abarrotada de

souvenirs irlandeses. Todav(a se ve(a en el techo un mural descolorido yenmohecido de la época victoriana, escenas neoclásicas de querubines y

sera!ines con hilos ro$os intercalados. 8a mu$er se colocó detrás de la barra,

sirvió dos pintas de 2uinness que de$ó ante nosotros y regresó a la cocina. %lan




se llevó el vaso a los labios y se bebió la mitad de dos largos tragos. 8a mu$er

hab(a puesto unas arpas irlandesas en la espuma de la cerve;a al servirla, algo

que no se ve a menudo. #o no ten(a ganas de beber alcohol, de modo que me

limité a observar cómo %lan se rascaba la cabe;a con el dorso de la mano.¿Qué? di$e. ¿Qué estamos haciendo aqu(? ¿Qué pasa con 5ani!?

%lan suspiró y de pronto pareció cansado. Tal ve; empe;aba a disminuir el

e!ecto de lo que hab(a consumido la noche anterior.

"sperará di$o.

Ke encog( de hombros y beb( un sorbo de mi pinta. +ab(a a colilla y a bilis.

"scucha di$o %lan, mirando todav(a al !rente. +iento me;clarte en todoesto. ero debes creerme cuando te digo que es de suma importancia.

3olv( a encogerme de hombros. >o sab(a qué pensar.

%lan 5enry !runció pro!undamente el entrece$o.

+iento murmuró esa 0ltima pelea. >o era... parte del plan original.

¿Qué plan?

5ani! le clavó el pulgar a 2igantica en el o$o di$o %lan. +in querer, porsupuesto. +olo estaba entrando en ambiente. %l parecer esos luchadores tienen

abogados de primera, porque 5ani! ya estaba en el trullo con cargos civiles de

tribunales ingleses, estadounidenses e internacionales antes de que pudiera

colocar su al!ombra de re;o hacia 8a Keca. +i 2igantica se despierta esta

mañana con el iris intacto 5ani! tendrá más posibilidades de salir de esta.

%demás, se organi;ó todo un mot(n, algo de lo que nosotros no !uimosresponsables.

5ab(a much(sima gente comenté.




%lan tocó con sus dedos gruesos como salchichas el costado de su vaso. "n el

dedo cora;ón llevaba un voluminoso anillo de sello con algo tallado.

"l estado normal del orden civil !ue totalmente alterado continuó< los

gamberros tomaron las calles. >osotros nos vimos succionados hacia la estrellaoscura, el campo gravitacional. *omo una especie de $odido agu$ero negro. ¿Qué

te pasó a ti?

8ogré mantenerme al margen de la multitud.

#a di$o %lan, en la c0spide del hori;onte de sucesos. "stuviste muy hábil,

/othschild. 3eamos, toda la pelea duró unos cinco minutos. %sumiendo que la

masa central de ese agu$ero negro !uera de tamaño medio, digamos que unmillón de veces la masa de nuestro sol, seg0n los cálculos de +chVar;child

deber(as estar en estos momentos unos die; años en el !uturo. ¿Qué te

parece? Tal ve; podr(as ayudarme, via$ero del tiempo. 8e di$e a 5ani! que

reunir(a a un equipo de abogados para ponerlo en libertad. Ke pidió que

locali;ara a un tipo que vive en >eV 7loomsbury y que tiene varios t(tulos

legales y contactos en los tribunales de $usticia. 1na especie de haré Lrishna,aunque en este pa(s eso no tiene el mismo baga$e que en "stados 1nidos.

¿+abes ese restaurante Lrishna del +oho, el del bu!et libre vegetariano por

tres libras y media? "s una tapadera. "n la trastienda tienen un bu!ete de

abogados para el servicio e)clusivo de sus hermanos y otros individuos

respetables. 5acen unos curries importantes. "spero que sus abogados sean

igual de contundentes.%lan volvió a !runcir el entrece$o y bebió un sorbo de cerve;a. ude e)aminar

su anillo de sello. "staba decorado con una representación de un escaraba$o

pelotero del desierto tallado en piedra ro$a. >unca lo hab(a visto, y me




pregunté por qué %lan llevaba a modo de amuleto un escaraba$o, el s(mbolo

egipcio de la vida y la regeneración, y por qué era de piedra ro$a en lugar de la

verde tradicional. "l nunca hab(a mostrado mucho interés en tales cosas.

7ueno di$o, pronto lo averiguaremos. *omo di$o ". K. 4orster, O>uestra0ltima e)periencia, como la primera, es una con$etura. >os movemos entre dos

oscuridadesP.

8uego apuró su copa y salió. 6i las gracias a la señora de detrás de la barra, que

!umaba sentada en un taburete, mirándome con !rialdad, y me apresuré a salir.

%lan ya estaba a una man;ana de distancia y avan;aba con tal resolución que

comprend( que mi audiencia hab(a terminado.6i media vuelta y regresé a 2reat /ussell +treet y a mi piso para ver si me

hab(a llamado Uenobia. "l destartalado contestador de KicL me de$ó !rustrado

unos minutos, sin responder a mis toqueteos. #o no ten(a mucha e)periencia con

esa clase de tecnolog(a< los telé!onos y la comunicación electrónica eran cosas

que procuraba evitar. "speraba que Uenobia hubiera de$ado un mensa$e con

instrucciones e)pl(citas de cuándo y dónde quedar.>o hab(a ning0n mensa$e en el contestador. Ke tumbé en la cama con un

montón de glosas y transliteraciones de la estela y repasé la traducción de

+teVart, mis modi!icaciones y mis intentos anteriores de hacer una traducción

global. >i siquiera !ui capa; de separar los signos bilaterales de los triB

laterales. "n lugar de ello, a través de mis o$os semicerrados y vidriosos, vi a

"rin, su !orma de sostener un cigarrillo, el movimiento de sus caderas ba$o lashendyt, la !alda !araónica tradicional, o la !irme;a con que me hab(a agarrado

la mand(bula con sus pequeñas manos cuando me incliné para besar los labios de

madera de la máscara de Thot. *uando me quedé dormido, soñé con veleros de




grandes mástiles que surcaban mares espumosos, con pá$aros, bandadas de

pá$aros de alas grandes que segu(an su estela para luego ale$arse por el océano,

sobrevolando el hori;onte.

% la mañana siguiente repasé unas glosas, tratando de ponerme al d(a con la

estela. Quer(a hacer más traba$o de investigación sobre Kut, revisar de nuevo

ese material. 6esenterré la obra de 5ermán te 3elde sobre Kut y busqué

posibilidades con las que traba$ar, revisando las versiones alemanas y

holandesas as( como las traducciones inglesas, atento a los matices más sutiles.

3elde es en realidad el 0nico e)perto en Kut. % pesar de que la diosa Kut hago;ado de bastante popularidad durante un per(odo considerable de tiempo, no

se han reali;ado muchos estudios sobre ella, si se le compara con diosas

similares como =sis. =sis desempeña todos los papeles buenos en las mitolog(as,

los con$uros y la magia< es una elección mucha más atractiva.

>o se trataba solo de estudiar esa 0nica entidad, esa diosa en particular. 8a

mayor(a de los dioses egipcios estaban interrelacionados, en el sentido de que amenudo el mismo dios o un dios con las mismas caracter(sticas y elementos

simbólicos cambiaba varias veces de nombre, a medida que se e)tend(an su

popularidad, !uer;a regional, y actividades y actitudes generales por todo el

=mperio egipcio. 8a misma Kut no era más que una prolongación de +e$met y

5athor, las cuales eran s(mbolos de la diosa Omadre divinaP capa; también de

grandes arranques de cólera y destrucción. Kut era el principio, la encarnacióntebana de la cólera divina, que causaba estragos en la tierra y entre sus

habitantes cuando los dioses se en!adaban. 5athor, la hi$a de /a, hab(a sido

enviada a destruir a la humanidad para vengarse de su irreverencia. % menudo




se utili;an representaciones bovinas y leoninas para e)presar esta dualidad la

vaca representa el amor plácido, sosegante y maternal, y la leona, su !uria

cuando la provocan. +e$met era muy venerada y temida< en un yacimiento

pró)imo a Tebas hab(a más de quinientas !iguras !emeninas con cabe;a de león,de pie o sentadas, colocadas alrededor del templo !unerario del !araón

%meno!is ===. %l parecer se hab(a propuesto aplacar a la diosa antes de morir,

o tal ve; !ue un intento de protegerse de la peste y la destrucción. % menudo

se describen los años de la peste como Oel año de +e$metP. %simismo, en un

templo tebano de Kut se hab(an encontrado estatuas casi idénticas, lo que no

hi;o sino complicar a0n más cualquier intento de distinguir a las diosas conclaridad. % medida que transcurr(a el tiempo, me sorprend(a continuamente

repasando las !rases que hab(a garabateado para "rin, la e)presión con que ella

las hab(a mirado, la delicade;a con que hab(a sostenido los h0medos tro;os de

papel entre los dedos, la !lotante iridiscencia de sus pupilas a la lu; de las

lámparas negras y de neón del 8upo 7ar. 8a !uer;a con que me hab(a agarrado

el bra;o en medio de la re!riega con los luchadores en ')!ord +treet, y suss0plicas para ver la estela. O8a inundación es poderosaP, me hab(a gritado al

subirse al ta)i, el !ragmento de las =nstrucciones de %mena$at que yo hab(a

escrito en la servilleta. 8a escalo!riante visión de ella vestida con ropa$es

!unerarios y la máscara de Thot, sus pequeños pechos comprimidos ba$o la tela

antigua, la urgencia de sus caderas y de sus manos mientras nos retorc(amos

por el suelo del museo, su respiración ligeramente $adeante ba$o la máscara demadera que me apretaba contra la me$illa mientras yo la embest(a, cómo se

hab(a arqueado y a continuación se hab(a quedado r(gida, con los m0sculos

tensos, reteniéndome dentro de ella.




or deba$o de la puerta del laboratorio apareció una nota, seguramente de +ue

o *indy. %s( era como sol(an comunicarse con nosotros, ya que nunca abr(amos

la puerta. KicL la dio de lado y siguió a!ilando uno de sus estilos para elproyecto personal en el que estaba traba$ando. #o me acerqué tranquilamente

y la recog( del suelo. =ba dirigida a m(. Jlein quer(a verme inmediatamente en el

TrucLles o! ied 7ull #ard.

"l TrucLles era un bar pequeño y elegante situado en la esquina de 7ury lace

con 2reat /ussell +treet, con una e)celente selección de cerve;as caseras y

vinos selectos, por el que Jlein ten(a predilección. También era el lugar dereunión de la sociedad 8ondon Kensa, de la que Jlein era miembro activo. Jlein

se sent(a orgulloso de su condición de socio, y le gustaba convocarnos all( para

celebrar sus reuniones personales con nosotros a !in de recordárnoslo. >adie

dudaba de la brillante; intelectual de Jlein, y yo menos que nadie. Yl hab(a sido

el primero en resolver la estela de +enite! en EFGC, una más entre una

multitud de traducciones con é)ito, y hab(a supervisado y catalogado todas lase)cavaciones del 3alle de las /einas en EF@. "n su actual cargo de

conservador de las antig&edades egipcias del Kuseo 7ritánico era poco más que

un burócrata, pero hab(a sido un egiptólogo activo, uno de los me$ores del

mundo.

Jlein ten(a control absoluto sobre los presupuestos de las nuevas adquisiciones

y e)posiciones, y entre sus tareas estaban el !echar y establecer el conte)tode las pie;as, as( como su traducción e interpretación. ara los demás

conservadores y miembros del personal del museo, nuestra e)istencia era algo

as( como misteriosa, dos individuos desaliñados que sub(an y ba$aban al sótano




con sigilo a horas intempestivas, sin hacer un traba$o real evidente. 8a mayor(a

nos saludaban con un cansino movimiento de cabe;a y sin apenas mirarnos a los

o$os.

+in duda 4eynman y Mitten, los conservadores $e!es de la colección egipcia,hab(an sido in!ormados del proyecto de la estela de aser, pero ninguno de la

otra docena de conservadores y de la multitud de arqueólogos y empleados del

museo sab(a nada de lo que hac(amos. #o hab(a conocido a unas cuantas

personas aqu( y allá, y muchas estaban al corriente de mi anterior traba$o en "l

*airo y de mis publicaciones en rinceton, pero aparte de eso Jlein no les hab(a

dicho nada. *reo que ten(a algo que ver con la predisposición de muchosegiptólogos a desechar la estela tachándola de ardid publicitario. 8uego estaba

la cuestión de las Otres v(asP, 6ebido a los bordes gastados de la pie;a, la

grieta que la divid(a y los !ragmentos que !altaban, era necesario traba$ar a

partir de hipótesis mi especialidad. Jlein cre(a que si lográbamos o!recer una

apro)imación concluyente de las secciones que !altaban, lo que yo ya hab(a

hecho, entonces podr(amos intentar en serio la Otercera v(aP y tal ve; abrir elmundo de la traducción y la criptogra!(a, por no hablar de la psicolog(a y la

!iloso!(a del 'riente ró)imo %ntiguo, de una !orma nueva y global.

"ncontré a Jlein sentado a su mesa habitual, en una esquina de la bodega de

paredes de ladrillo y techo abovedado que recordaba su antiguo uso como

almacén de toneles de vino. 8levaba un tra$e de lino almidonado de coloralmendra, limpio aunque muy gastado, una evidente reliquia de su estancia en el

norte de X!rica en los años sesenta. 'tros cuantos tipos de Kensa, blancos

entrados en años que se parec(an mucho a m(, estaban sentados alrededor de




las pequeñas mesas bebiendo cerve;a y vino de $arras metálicas. Jlein !umaba

un 8ucLy +triLe tras otro, con un (mpetu que siempre he admirado. Ke hi;o

señas para que me acercara y tomara asiento en uno de los incómodos

taburetes que tienen en esta clase de locales. "mpe;ó a servirme una copa devino de una $arra metálica y, cuando la rechacé con un gesto, sacudió la cabe;a

y siguió sirviendo.

Tenemos una crisis, doctor /othschild. 1n verdadero problema.

Jlein se hab(a ido de 7erl(n en EFAC, pero por alguna ra;ón su alemán segu(a

entorpeciendo su inglés. *reo que era debido a que hablaba die; idiomas con

!luide; y no ten(a su!iciente tiempo ni energ(a mental para dedicarse a me$orarsu acento inglés. "n nuestro traba$o, el inglés era mucho menos importante que

el !rancés, el holandés, el árabe y, con la aparición del nuevo Kuseo de 7erl(n

como potencia mundial de antig&edades, el alemán.

+e quedó mirándome como si esperara que di$era algo. #o me limité a

sostenerle la mirada y a encogerme de hombros. 6e pronto lo comprend( %lan

5enry.+iento mucho cómo se comportó ese hombre ayer en el vest(bulo. "n realidad

no le cono;co. "s un vecino..., y lamento mucho lo de las ga!as de /ashid, ya le

he dicho que le compraré unas nuevas.

Jlein hi;o un ademán y suspiró, luego encendió otro cigarrillo.

>o es eso. "s otro asunto. ¿8levó a una amiga? ¿%l museo? ¿ara una pequeña

visita de medianoche?+us o$os, a;ules y torvos, estaban rodeados de patas de gallo de haber mirado

durante tantos años el implacable sol del norte de X!rica. *og( la copa de vino

que Jlein me hab(a servido y traté de bebérmela de golpe. "l primer sorbo me




supo tan horrible que me costó tragarlo, y de$é la copa inmediatamente en la

mesa. Ke ca(an hilillos de vino por la barbilla.

¿Quiere saber cómo me he enterado?

Tragué por !in y una ardiente bola de vino ro$o me ba$ó por el esó!ago hasta elestómago.

¿or el guarda $urado? di$e con vo; ahogada.

Jlein sacudió la cabe;a.

"so vino después. +(, nos lo ha e)plicado todo, pero no es as( como nos hemos

enterado de lo de su amiga.

+e recostó de nuevo y levantó la vista hacia el techo, !umando.8e hemos concedido acceso total, ¿no es cierto? % cualquier hora. "ntra y

sale cuando quiere y nadie le molesta. +i trae a alguien... +e encogió de

hombros y !runció el entrece$o, ¿quién va a enterarse o decir algo? "so no

nos concierne en realidad. +in embargo...

+e echó hacia delante, apagó el cigarrillo y, apoyándose con las manos abiertas

en la mesa, me miró a los o$os....si su amiga coge algo... y lo saca del recinto del museo..., algo muy valioso,

entonces tenemos un problema.

8a cabe;a me daba vueltas. Jlein estaba sentado en un mar de lu; brillante.

/epasé mentalmente la concatenación de acontecimientos. ¿"ra posible que

"rin hubiera robado algo mientras yo volv(a a colocar los ob$etos en su sitio?

6ios m(o. ¿Qué ha sido?6e la sala !uneraria. "l pergamino n0mero IGW.

¿"l pergamino IGW?




¿6e qué demonios hablaba? *onsulté rápidamente mi catálogo mental de

papiros e)traños.

"l pergamino IGW di$o Jlein es lo que hemos empe;ado a llamar la *anción

de %món. 6e JarnaL.-%món de JarnaL

JarnaL era el yacimiento donde se hab(a encontrado la estela de aser.

+iempre me entregaban inmediatamente cualquier ob$eto hallado en ese

yacimiento, por si ten(a alguna relación o aportaba alguna pista sobre la estela

de aser. ¿or qué no hab(a o(do hablar de él antes?

¿Qué clase de pergamino era? balbuceé. ¿or qué nadie me ha hablado deél?

Jlein se !rotó las me$illas con las manos y suspiró pesadamente.

8o adquirimos a un coleccionista privado hace unas semanas. *uando enviamos

a 4eynman a "l *airo. #o... lo estaba estudiando personalmente, verá, solo le

quedan seis d(as de contrato y...

¿#a se está deshaciendo de m(? ¿*ómo dice?Tiene que enseñármelo. +eguro que tiene copias. *ompletas no. 5a sido... un

descuido. >o me lo creo.

ero el tema en cuestión di$o Jlein, encendiendo otro cigarrillo y

apuntándolo hacia mi cara, de lo que tenemos que hablar ahora es de su robo.

# su amiga se lo llevó. 4eynman !ue in!ormado ayer de su desaparición, pero

supuso que lo hab(an llevado de nuevo al almacén para limpiarlo. +e encontrabaen el armario de la sala !uneraria. "staba cerrado con llave y, seg0n los

registros del ordenador, el tempori;ador de cierre automático se activó a la

hora. ero su amiga per!oró la cerradura. 8a destruyó. *omo usted las hi;o




desconectar, no sonó ninguna alarma. #, como sabe, no hay televisión de

circuito cerrad en el museo. 6e modo que tenemos muy poco con lo que

traba$ar.

6ios m(o. >o veo cómo..."sa $oven di$o Jlein, tengo entendido que es muy guapa.

"sbo;ó una sonrisa y se secó su h0meda !rente con la manga. #o sent(a cómo la

humillación se re!le$aba en mi cara.

6octor /othschild di$o Jlein, debo preguntarle algo. ¿Qué cree

e)actamente qué hac(a all( una $oven como esa con usted? ¿>o creerá que ella

ten(a un... interés romántico? +olo tengo curiosidad, ya sabe. Quiero decir queparece bastante obvio, ¿no cree?

>o soy un hombre ingenuo, nunca lo he sido. ero en aquel momento me hab(a

parecido que "rin era algo que el destino hab(a tra(do a mi c(rculo. 8a clase de

cosa que no sab(as que buscabas hasta que la encontrabas. Ke sent( humillado.

+olo por si se trataba de un error continuó Jlein, esta mañana hemos

comprobado los archivos y no se tiene constancia de que se haya retirado lapie;a. =nmediatamente he dispuesto que 4eynman y Mitten, $unto con esas dos

ayudantes suyas, registren todo los cuartos de limpie;a, los almacenes del

sótano. "so sumado a la cerradura per!orada nos de$a una sola posibilidad la

robaron.

¿8a cerradura per!orada? ¿6ónde demonios pudo esconder "rin un taladro?

¿*ómo no me di cuenta de que llevaba una herramienta eléctrica? ¿# cómo sacóde las vitrinas las pie;as que se puso? ¿>o estaban guardadas también con llaB

ve? ¿or qué no lo pregunté entonces?




ensé en lo que me hab(a dicho %lan el d(a anterior cuando !uimos a pagar la

!ian;a de 5ani!, su disculpa cr(ptica. Tendr(a que hablar con él de ello y de

5ani!, una perspectiva que no me atra(a en absoluto. +upongo que siempre

estuvo claro que me daba miedo %lan 5enry. >o en un sentido !(sico, aunquetambién hab(a algo de eso, por supuesto. or alguna ra;ón tem(a su energ(a, su

esp(ritu vital, su brutal !uer;a de voluntad que lo hac(a ir por el mundo dando

tumbos y repartiendo golpes para lograr su reali;ación personal, sin dudas ni

remordimientos. "n este sentido supongo que era el per!ecto escritor.

6i$e a Jlein que lo recuperar(a. ronto. Yl asintió, arro$ando nubes de humo del

color de la bilis hacia las vigas del techo.+erá nuestro secreto di$o. >o es... la clase de in!ormación que queremos

que se !iltre.

¿Quién lo sabe ya? pregunté.

¿Todo el asunto? +olo usted y yo. 8os demás solo saben que ha desaparecido,

que tal ve; !ue robada. or supuesto, la mayor(a de los guardas $urados saben

lo de su acompañante, ya que dudo que +imón !uera capa; de callárselo, ¿no?¿Qué hay de la *anción de %món pregunté. ¿6e qué per(odo era?

¿5ierático literario?

6e la N== dinast(a, EECW a.*. Rerogl(!icos en su !orma completa.

"so la hac(a contemporáneo de la estela de aser. odr(a tratarse incluso de

una pie;a que la complementara.

¿1n te)to !unerario? ¿=nstrucciones? ¿=nvocaciones?%0n no está claro di$o Jlein, pero podr(a ser una clave. "l doctor

Mheelhouse estaba e)aminándola...




-KicL grité. ero él no pod(a... la estela era mi proyecto. 1sted me tra$o

aqu(...

-6ispone de tres d(as bramó Jlein. 8uego de$ará de estar a su alcance. +u

contrato, evidentemente, terminará entonces. Tendrá sus propios problemaslegales y pro!esionales de los que preocuparse. %demás, el doctor Mheelhouse

me aseguró que le comunicar(a sus progresos con la *anción de %món tan

pronto como hiciera alguno. 5able con él.

+ab(a que si no lograba recuperar el papiro de %món, estar(a legalmente en

deuda con el museo por una suma desorbitante. 8as pie;as del Kuseo 7ritánico!orman parte de la colección privada de la reina, y la sanción por robo a la reina

no era algo de lo que pod(as escapar !ácilmente. # menos a0n siendo

estadounidense. También pondr(a !in e!ica;mente con mi carrera< ning0n museo

o archivo volver(a a con!iarme sus colecciones.

Ke detuve unos momentos en la esquina de 2reat /ussell con Kuseum +treet

para mirar los escaparates de los anticuarios que trataban de vender sussupuestamente auténticas antig&edades egipcias, romanas y griegas. "ran

monedas y !ragmentos de cerámica sobre todo, nada realmente valioso, y la

mayor(a no ten(a ni unos cientos de años de antig&edad. 8as posibilidades eran

vagas. >o se sab(a gran cosa de %món en relación con ese per(odo, salvo que su

nombre hab(a sido casi umversalmente suprimido de cualquier representación

durante el reino de %$natón de la N3=== dinast(a, como parte de sus re!ormasreligiosas, en !avor del dios del disco solar %tón. "l !araón, que anteriormente

se hab(a llamado %meno!is, trató de eliminar al dios sol %món, Oel escondidoP,

y de reempla;arlo con himnos y templos dedicados a %tón, la presencia !(sica




del sol o Oel globo solarP. 6e$ó de llamarse %meno!is, O%món está contentoP,

para adoptar el nombre de %$natón, Oal servicio de %tónP, y trasladó el

principal lugar de culto a JarnaL, donde construyó un enorme templo en pleno

desierto. "sta revolución tra$o consigo la pro!anación a menudo violenta y ladestrucción de todas las re!erencias a %món, una medida particularmente

grave para los antiguos egipcios, que cre(an que las palabras inscritas

transportaban el alma de los ob$etos y las personas representadas.

+i dibu$abas en un papiro un cuchillo clavado en una persona o animal, como se

hac(a de ve; en cuando con la serpiente demonio %popis, la entidad en cuestión

corr(a esa suerte en la otra vida durante toda la eternidad. También pod(asescribir el nombre en el O!unestoP color ro$o, e incluso atravesar con una lan;a

el signo determinativo para neutrali;ar la e!icacia de la inscripción. "ra !ácil

vengarse en el antiguo "gipto< si sobreviv(as a tu enemigo, pod(as irrumpir en su

tumba y destruir su destino. 1n buen e$emplo de ello es la tumba de >ian$pepy

de la 3= dinast(a, en +aqqara. "l relieve del dueño de la tumba está destruido

alrededor de la cabe;a, y en un crudo te)to grabado cerca, una inscripción atodas luces posterior, se lee O-Ke encadenaste -2olpeaste a mi padre %hora

quedaré satis!echo, porque ¿qué puedes hacer para escapar de mi poder? -Ki

padre quedará complacidoP.

%s( !ue como el nombre de %món !ue borrado de las estelas, arrancado de las

paredes del templo, incluso destruido de los e)tremos de los obeliscos,

siguiendo las instrucciones de %$natón. "l estilo de las representaciones deeste per(odo cambia radicalmente, y muestra al !araón y a su !amilia bañados

en la cálida lu; de los rayos de %tón el globo solar. Kás interesante !ue el

cambio e!ectuado en las !iguras de la !amilia real, en las que el rey %$natón se




convierte en un persona$e grotesco de !acciones e)ageradas, torso !laco, caB

deras !emeninas y sin genitales.

8a naturale;a andrógina del rey y su !unción art(stica ha sido un tema muy

polémico y popular entre los egiptólogos y los estudiosos a!icionados a losmitos y los ob$etos esotéricos antiguos. Kuchos egiptólogos creen que se trató

de una decisión estética, para mostrar a %$natón como padre y madre de

"gipto. +in embargo, en Tebas se recuperó el cuerpo de un miembro masculino

de la misma !amilia y el esqueleto presenta unas caracter(sticas muy

intrigantes, entre ellos caderas anormalmente anchas y torso !emenino y

esbelto. "l cuerpo momi!icado es un espectáculo muy perturbador, y tengo enBtendido que ver el cuerpo en persona es a0n más curioso.

6e modo que eran tiempos tempestuosos, una e)traña época para escribir una

canción u oración a un dios prohibido. >o era raro que el monarca reinante

reordenara la $erarqu(a de los dioses y prohibiera a algunos en !avor de sus

propias deidades personales. +e dice que el culto a %tón e)istió hasta entrado

el er(odo Tard(o egipcio, mucho después de que /amsés diera marcha atrás alos cambios de %$natón, tal ve; bien entrado el per(odo ptolemaico. KicL di$o

en una ocasión que el culto a %tón hab(a perdurado mucho después de la muerte

del lengua$e copto, alcan;ando el oeste de "uropa para desaparecer en la "dad

Kedia, cuando se vio subBsumido por esa religión monote(sta muy posterior, el

cristianismo. ero ¿por qué querr(a "rin algo as(? 8a *anción de %món era un

ob$eto incre(blemente valioso, pero ella podr(a haberse llevado lo que hubieraquerido esa noche, incluso los ropa$es que se hab(a puesto ten(an mucho más

valor en el mercado negro que un oscuro himno a %món.




Ke vi re!le$ado en el escaparate de la tienda, una sombra que se al;aba sobre

las monedas e)puestas en sus ca$as de terciopelo ro$o, cada una enca$ada en

una ranura como un o$o guiñado. Ten(a la barbilla hundida y entradas en el pelo,

una orla de pela$e ralo marronáceo alrededor de mi cráneo bulboso< y los o$ospequeños y grises detrás de unas ga!as de montura metálica que colgaban

torcidas de mi nari; gruesa. 1n hombre de mediana edad con una americana de

pana andra$osa, pantalones arrugados y ;apatos gastados. Ten(a la cara de una

palide; en!ermi;a y el cuello cubierto de una sombra de barba incipiente. ensé

en "rin. 1na mu$er con una gabardina verde y bolsas de la compra me empu$ó

por detrás y me golpeé la cabe;a ligeramente contra el escaparate. Ke quedéall( unos momentos, mirando las monedas en sus pulcras ca$as. >o ten(an ning0n

valor.

"l sol segu(a brillando, proyectando pálidas sombras sobre las aceras, y cada

ve; que las nubes quedaban suspendidas a la deriva por encima de la ciudad,

abriendo brechas en la bruma y de$ando !iltrar los rayos de lu; pura sobre ei

cemento y el as!alto, la gente se deten(a en las aceras y todas las caras pálidasse inclinaban hacia el sol. 8uego, cuando las nubes se mov(an de nuevo

devolviéndolos a la suave sombra del mediod(a, volv(an a hundir la barbilla y

segu(an andando. "ra como un vals, una escena bien orquestada de cientos de

personas desparramadas por las calles de 7loomsbury, una pausa para levantar

la vista cuando la lu; ca(a sobre ellos como la bene!icencia de /a, para

enseguida seguir andando al descender la oscuridad. "s un misterio que losantiguos celtas y los pueblos de 7retaña no tuvieran una !igura de un dios sol

más central. >o en el sentido de esas religiones de 'riente ró)imo y X!rica,

por supuesto, donde el sol es omnipresente y a!ecta todos los aspectos de la




vida, sino tal ve; una clase de dios astuto y embaucador que atormenta y

martiri;a con los e!(meros vislumbres del calor dador de vida que todos busB

camos.

O8a inundación es poderosaP, me hab(a gritado "rin mientras se sub(a consoltura a ese ta)i negro, asombrosamente ágil para una mu$er que se hab(a

pasado toda la noche tomando an!etaminas como si se trataran de pastillas de

menta, bebiendo al menos media botella de vodLa y !ollando con un vie$o como

yo en el !r(o suelo de mármol del museo a medianoche vestida como una !igura

prominente de la mitolog(a antigua. or no hablar de per!orar, en medio de

todo ello, la cerradura del armario y robar un ob$eto de un valor incalculable.#o hab(a dibu$ado un montón de $erogl(!icos en las servilletas a lo largo de la

noche y traducido muchas cosas a "rin en el museo. ¿or qué hab(a escogido

precisamente esa y por qué me la hab(a gritado al subirse al ta)i? ¿"staba

relacionado con el papiro de la *anción de %món ? "l cielo volvió a detenerse, el

sol salió de entre las nubes y yo saqué mi e)voto, h0medo y caliente después de

haberlo tenido en la mano dentro del bolsillo, lo sostuve a la lu; y me lo llevé alos labios. ero no ten(a nada que decir. "n lugar de ello, me quedé all( parado

como el resto de londinenses y levanté mi muda cara hacia el cielo.

I

Uenobia

%lan 5enry no estaba en casa. +eguramente éramos los dos 0nicos tipos de

8ondres que no ten(amos móvil y, teniendo en cuenta su agenda imprevisible, iba




a ser di!(cil encontrarlo. Ke encaminé a la porter(a de nuestro edi!icio y traté

de convencer al conser$e, "ddie, para que me de$ara entrar en su habitación.

"ddie no quiso cooperar. *omo todos los conser$es de 8ondres, era un tipo

moreno y medio calvo que llevaba camisas o)!ord blancas con chalecos negros ysudaba pro!usamente. +acudió el enorme mano$o de llaves que le colgaba del

cinturón mientras hablaba con su !uerte y entrecortado acento cocLney.

¿*ómo? ¿*ree que voy a de$ar entrar a un maldito desconocido en el piso de

otro hombre? ¿+abe lo que me está pidiendo?

"ddie, sabe que soy amigo suyo. Ke ve por aqu( constantemente.

>i lo sueñe, amigo. # ahora, si me disculpa, se me está en!riando el ca!é.3olvió a entrar en la pequeña habitación que hab(a detrás del mostrador, donde

ten(a su televisor y un hervidor de agua eléctrico. %sum( que retransmit(an un

partido de !0tbol. "n =nglaterra siempre están retransmitiendo alg0n partido.

"s muy importante insist(. %lan me dar(a permiso.

amplinas, amigo. 'lv(delo.

Ke !iguré que deb(a hacer algo drástico. Ke dirig( a mi piso.1nos minutos después, cuando calculé que "ddie estar(a tomando su té con los

pies en alto y viendo el partido en la habitación trasera, !ui a la puerta de %lan

con varios de los cinceles más largos y un martillo de KicL dentro del abrigo.

KicL los utili;aba para las grandes inscripciones, en su mayor(a sobre piedra,

aunque hac(a tiempo que no le ve(a utili;arlos. >o hab(a lo que se dice un gran

mercado para $erogl(!icos personali;ados al gusto del cliente. ero KicLsiempre estaba dispuesto a ganarse unas libras como !uera. *onsideré por un

instante las consecuencias de lo que estaba a punto de hacer, pero en este caso

no estaban muy claras.




"l pasillo estaba vac(o. +olo hab(a otros tres apartamentos en esa planta y

nunca hab(a visto a nadie entrar o salir de ellos. "nca$é el cincel más grande en

el hueco entre el pomo v la puerta, y lo golpeé con el martillo. "l pomo se

desprendió limpiamente y cayó al suelo. 1na buena construcción inBl[lcsa delsiglo )vin. =ntrodu$e el cincel en el agu$ero y le di mus cuantas vueltas. 8a pie;a

metálica del mecanismo cayó dentro del piso de %lan con un ruido seco. %br( la

puerta de un empu$ón.

>unca hab(a estado en realidad en la habitación de %lan< siempre nos hac(a

esperar en el pasillo mientras revolv(a ah( dentro, maldiciendo y arro$ando

cosas al aire. +u apartamento era mucho más pequeño que el m(o y de KicL.*onsist(a en una habitación del tamaño de un armario, con un lavabo y un espe$o

en la esquina. "ra austera y estaba absolutamente impecable. 5ab(a una cama

plegable contra una pared $unto a la ventana, y una vie$a mesa de cartas y una

silla colocadas de cara a la puerta. "ran los 0nicos muebles.

%lan 5enry no ten(a cocina ni cuarto de baño. or esa ra;ón irrump(a a todas

horas en nuestro piso. *asi siempre pedia permiso, de esa !orma especial queten(a de pedir OMheelhouse ->ecesito una galer(a para e)hibir mi don

especial para la escultura intestinalPD, pero a veces ten(a tanta prisa que

cuando cru;aba la puerta ya ten(a los pantalones desabrochados, con la hebilla

del cinturón colgando, y la cara ro$a y sudorosa. +e met(a en nuestro retrete

con gran agilidad, teniendo en cuenta que yo apenas cab(a en él, y sus botas de

payaso asomaban por la puerta hacia el pasillo. "nseguida llegaba su serenata, ya que gritaba y aporreaba a lo largo de sus horribles movimientos intestinales

golpeaba las paredes con los puños, arrancó incluso el toallero de la pared en

una ocasión y desprendió varias baldosas con sus patadas. +al(a media hora




después, desgreñado y agotado, y se desplomaba en nuestro so!á para echar

una cabe;ada mientras su !étido aroma nos obligaba a KicL y a m( a salir al

pasillo.

"ncima de la mesa de cartas estaba el ordenador portátil de %lan 5enry, varioslibros y un montón de papeles. "n una esquina vi la petaca, O5K+ 3aliantP. 8os

libros eran aparentemente de !(sica +uper cuerdas ¿ 1na teor(a de todo?, 8a

estructura de la realidad, "l quarL y el $aguar, "l péndulo de 4oucault, 8a

part(cula de 6ios. 8ogré contener las ganas que ten(a de leer algo del libro que

%lan estaba escribiendo sobre el lan;amiento de una nave espacial canadiense a

la 8una? %l menos unos segundos.

+i la e)plicación de 2reene sobre la Teor(a de Todo es correcta, el

modelo de la supercuerda demostrar(a que, dado que todas las

cuerdas son idénticas, toda la materia está compuesta, en 0ltima

instancia, de la misma sustancia. "sta idea !ue presupuesta por "dgar

%lian oe en el siglo )i) en su brillante tratado !ilosó!ico "ureLa, enel que desarrolló su propia Teor(a de Todo, previendo no solo la teor(a

de la cuerda, sino también la mecánica cuántica y la !usión nuclear. 8a

teor(a de la cuerda actual a!irma que la !orma más básica de toda la

materia está compuesta de cuerdas singulares y vibrantes, cuyas

oscilaciones son directamente proporcionales a su energ(a y a su peso

molecular. "l tamaño medio de esas cuerdas, o longitud de lanL, escasi demasiado pequeño para tenerlo en cuenta< si un átomo básico

tuviera el tamaño de todo el universo conocido, una de esas cuerdas




ser(a del tamaño de un hombre. +on estas cuerdas vibrantes las que

componen el mundo que conocemos.

8os primeros adeptos precopernicanos de la llamada Om0sica de las

es!erasP, esos estudiosos medievales malhumorados que cre(an en elaplastamiento cósmico de los planetas, el eterno cántico de alaban;a a

la creación de 6ios, siempre tuvieron ra;ón, pero pensaban a una

escala equivocada. 8a m0sica de las es!eras no son los tonos emitidos

por los planetas en sus revoluciones orquestadas alrededor de la

Tierra< es una sin!on(a cósmica a nivel subatómico, la orquesta más

pequeña $amás concebida, que canta nuestras alaban;as, que componetodo lo que somos.

"l principal cient(!ico de la misión espacial canadiense, el doctor

Rason *órner, con un doctorado en !(sica por la Kanitoba Tech y un

máster en literatura del siglo N=N por la 1niversidad Rames Kadison,

era un devoto disc(pulo de oe. 4ueron sus teor(as sobre los métodos

de propulsión de la !isión magnética y las trayectorias de losveh(culos basadas en la dinámica inherente al espacio curvo las que

hicieron posible la e)itosa misión espacial tripulada, allanando el

camino a los !(sicos teóricos canadienses y a los via$es espaciales.

Tuve que detenerme al !inal de esa primera ho$a por miedo a desordenar el

montón, ya que las ho$as parec(an colocadas en per!ectos ángulos como laspiedras de una pirámide. 8as paredes del piso de %lan eran blancas y desnudas,

con una pequeña ventana !rente a la puerta que daba al patio de luces que

compart(an nuestros edi!icios y al muro del edi!icio del otro lado. 6eb(a de ser




a0n más barato que el nuestro, pero %lan no parec(a tener un empleo y yo

ignoraba de dónde sacaba los pocos ingresos con que contaba. Ke quedé all( de

pie en su estrecha habitación, el compás de la vida de un hombre, y me sent(

incómodo y avergon;ado."so no iba a dar resultado. "staba perdiendo el tiempo< ten(a que encontrar a

"rin.

*erré la puerta y traté de volver a colocar el pomo roto.

*uando sal( a hurtadillas del edi!icio, "ddy com(a patatas !ritas de un grasiento

cucurucho de papel de periódico y gruñ(a hacia la tele

-%delante -3amos, muchachos

or un breve instante me planteé la posibilidad de pedir ayuda a KicL.

robablemente ya estaba al corriente del robo, dado que hab(a estado

traba$ando en el papiro de %món. Tal ve; podr(a decirme más sobre el culto de

%tón, si quedaba algo de esa antigua religión que se e)tendió por "uropa.

Ke quedé parali;ado una ve; más en la acera. -Todo el mundo se enterar(a%unque Jlein no se lo hubiera dicho a nadie, se enterar(an de que yo hab(a

tenido algo que ver. 4eynman y Mitten, los demás conservadores, +ue y *indy,

todos acabar(an enterándose. ermanec( en la esquina de 2reat /ussell con

Kuseum +treet, subido al bordillo de la acera, ale$ado del torrente de

peatones. %l otro lado de la calle hab(a una hilera de hombres tra$eados que

entraban y sal(an del pub lough, y en cuanto pon(an un pie en la acera seestiraban y entrecerraban sus o$os adormilados. % veces me parec(a que me

hab(a pasado la vida traba$ando para protegerme de situaciones incómodas y

vergon;osas. or lo general se me daba muy bien.




% di!erencia del de %lan, mi piso estaba en su habitual estado de desorden

e)tremo, mi ropa sucia en los respaldos de las sillas de la cocina, y las virutas

de madera de KicL esparcidas sobre la moqueta. KicL deb(a de estar en ellaboratorio.

Ke duché y me cambié de ropa. Ten(amos uno de esos cuartos de baño con una

ducha de pared y un desag&e en el suelo< cerrabas la puerta y se mo$aba todo.

8a instalación del agua era totalmente impredecible, ya que la mayor(a de las

cañer(as eran arreglos que se hab(an hecho en el siglo N=N en la instalación

original, mucho más antigua. *uando abr(as el gri!o del agua caliente, elcalentador empe;aba a sacudirse a un ritmo constante, golpeando la pared de

la ducha como si alguien o algo tratara de atravesarla.

"l termostato de la cale!acción del piso estaba estropeado, de modo que hac(a

mucho calor y ten(amos la ventana abierta. 6espués de todo, pagaba el museo.

KicL siempre quer(a cerrar las ventanas, pero a m( no me atra(a la idea de

cocerme a !uego lento en el !étido aire cerrado de dos adultos viviendo en unespacio escuálido. %un con el m(nimo aire que entraba por la ventana que, por

supuesto, apestaba a basura, humo, sudor, todos los olores de 8ondres, nuestro

piso era como una ca$a de halitosis concentrada, pies muertos, gases

intestinales, guisos nocivos y, cómo no, los insecticidas de KicL. 3iv(amos en un

se)to piso, el ático, y la parte posterior del edi!icio estaba en obras. "l

andamio se e)tend(a hasta más allá de nuestra ventana y en él siempre hab(avarios hombres gritándose con acentos cómicos. Ramás llevaban cascos y ten(an

costumbres aparentemente peligrosas. 8a !rase que más se gritaban era

O-*uidadoP o O-*ógeloP, seguida a menudo de un !uerte impacto de acero o




madera contra hormigón, y una agresiva sarta de tacos intraducibles en

cocLney.

Kientras me pon(a mi muda limpia en el cuarto de baño, vi a un negro delgado y

con largos ri;os rastas acuclillado en el andamio del otro lado de la ventana,dando caladas a lo que parec(a un porro de marihuana. 8levaba un chubasquero

amarillo y unos té$anos de cuyos bolsillos traseros asomaban varias

herramientas. "l humo acre entraba por la ventana abierta.

Ke sonrió mientras me peleaba con mis gruesos calcetines de algodón.

-7uenos d(as, señor

8o saludé con la mano, me puse la camisa y la americana, y volv( a la sala deestar. Runto al telé!ono, que !uncionaba con monedas, parpadeaba el

contestador automático. #o nunca utili;aba el telé!ono, en parte porque el

trasto se tragaba una libra por segundo y acababas metiendo peniques en la

ranura, !renético y observando cómo menguaba tu crédito en lugar de hablar

con alguien. %l menos eso es lo que me ocurr(a a m(. %preté el botón del

contestador automático y o( la débil y crepitante vo; de KicL con elentrecortado acento de ')!ord que era capa; de adoptar cuando quer(a O5a

llamado al domicilio del doctor KicL Mheelhouse, agregado especial de la

colección de %ntig&edades del Kuseo 7ritánico. +i su llamada está relacionada

con traducciones privadas y servicios criptográ!icos, por !avor, llame a mi

servicio tele!ónico de contestador automático al WEGEBHAIB@GC. +i no, de$e

su mensa$e y me pondré en contacto con usted en cuanto me sea posibleP."l cabrón ni siquiera me nombraba.

O¿5ola? "ste mensa$e es para el doctor /othschild. +oy su hi$a Uenobia.

Quer(a decirle que llegaré a 8ondres mañana domingo, H de noviembre. Ke




alo$aré en el *lairbourne, en Kay!air. +i puede decir al doctor /othschild que

méllame mañana por la tarde al WEGEBCHFB@@CW, se lo agradecer(a. 2racias.P

8a destilación electrónica de las vibraciones transmutada en !inos conos de

papel, las ondas sonoras traducidas a réplicas arti!iciales de la vo; humana. >oentiendo cómo a la gente no le parece un proceso aterrador. ara m(, es la

!orma más distante y antinatural de comunicación que e)iste, como una vo;

procedente del !also éter, un amanecer cursi o el movimiento de unos planetas

de $uguete.

8a 0ltima ve; que hab(a hablado con Uenobia me hab(a parecido más brusca y

sarcástica, muy distinta de la vo; !ranca y pro!esional que acababa de o(r en elcontestador. >o estoy seguro de qué esperaba. Tal ve; una cólera sin l(mites.

Ke la merec(a. +upongo que esperaba lo que la gente llama los aspectos

con!lictivos del destino, cuando parece que las alternativas ante las que uno se

en!renta no pueden conciliarse, no hay posibilidad de de!enderse uno mismo,

como cuando %nubis pesa el cora;ón contra los vol0menes de tu vida.

ero a menudo parece que esas decisiones o!recen posibilidades de dos !ormasmuy distintas< suele haber dos caminos que tomar pero ning0n camino

intermedio. +e parece a lo que los antiguos egipcios llamaban Ovivir entre las

6os TierrasP. 8a metá!ora giraba en torno a ellas< y como casi todas las cosas

de la cultura egipcia, todo empie;a en el >ilo.

8a tierra del antiguo "gipto, como ocurre en la mayor(a de las culturas

antiguas, se describ(a en términos de !ertilidad, inundaciones y agua dulcedisponible. 8as !értiles llanuras su$etas a inundaciones y el delta que empie;a

en 2i;a y "l *airo, donde el >ilo se !unde con el Kediterráneo, se llamaban




Jemet, que signi!ica Otierra negraP. "l árido paisa$e del +ahara que rodea el

valle del >ilo se llamaba 6eshret, o Otierra ro$aP.

8os antiguos reinos de "gipto también se divid(an de otras !ormas, la más

importante de las cuales eran sus respectivas elevaciones. 8as regiones del surde "gipto, donde el >ilo recorre las tierras altas sudanesas, recogiendo las

aguas de los manantiales y las corrientes de las vastas cadenas montañosas del

centro de X!rica, se llamaban el %lto "gipto. 8as tierras comprendidas entre

Ken!is y -el delta, que se e)tend(an hasta %le$andr(a por el oeste y hasta Tell

elB4arama por el este, el 7a$o "gipto. 8os reinos de "gipto eran concebidos en

!unción de esas dos áreas bien di!erenciadas los estrechos valles y el terrenomontañoso del %lto "gipto y la !értil medialuna del 7a$o "gipto.

"n este sentido, el antiguo "gipto a menudo se denominaba a s( mismo Olas 6os

TierrasP, una alusión a la di!(cil tarea de uni!icar el %lto y el 7a$o "gipto que

se intentó reiteradamente a lo largo de la historia de "gipto. 8a idea de los dos

reinos separados, o de la división del mundo, nunca abandonó, de hecho, la

mente de los antiguos egipcios. "stuvo presente en todos sus pensamientos,ideas y !iloso!(as. >o cesaron de buscar el modo de unir los dos mundos, de

vivir en la OTercera TierraP, la tercera v(a.

+al( a 2reat /ussell +treet, su$etándome el sombrero con la mano contra el

recio viento que a;otaba la estrecha calle, arrastrando periódicos y escombros

por las aceras y las alcantarillas. >o me gustaba la idea de que KicL estuvieraen tan estrecha compañ(a con la estela mientras yo estaba ocupado, pero ¿qué

pod(a hacer? Kientras echaba a andar hacia el norte por 2oVer +treet, en




dirección a "uston y la 7iblioteca 7ritánica, envuelto en la creciente oscuridad,

empe;ó a llovi;nar.

Ki hi$a Uenobia ten(a una teor(a sobre por qué la hab(a abandonado a ella y a sumadre, mi !amilia. Ke la hab(a e)plicado hac(a tres años, cuando comimos en

>ueva #orL. #o estaba dando una ronda de con!erencias en la 1niversidad de

>ueva #orL y ten(a un !in de semana libre. "lla ten(a veinti0n años y traba$aba

de directora en una revista que parec(a dedicada sobre todo al arte de

vanguardia. 8as 0ltimas veces que nos hab(amos visto hab(amos terminado mal.

6esde esa 0ltima visita a "gipto, en la que 5elen la hab(a abra;ado mientraslloraba sentada en el borde de la cama de esa pequeña y sucia habitación del

barrio occidental de %le$andr(a, parec(a que el esp(ritu de Uenobia pesaba

sobre m(, una sensación desconcertante que pasaba de la tolerancia con!usa a

una posible reconciliación y a la vengan;a directa. "l escriba del antiguo reino,

+ahure, escribió en HIGI a.*. OKi hi$a, nacida ba$o una luna en !orma de

cora;ón y el sol, una ho; ensangrentadaP, haciendo re!erencia a lasmotivaciones aparentemente contradictorias de los hi$os. "n Uenobia siempre

se percib(a la energ(a en tensión de un sabueso tras la pista de una madriguera

de ardillas o, en mi caso, tal ve; un tro;o de pescado grasiento envuelto en

papel de periódico. "lla siempre se al;aba como la sombra de un enorme

obelisco, en mis sueños y en las horas que pasaba despierto.

6esde que se hab(a ido de +an 4rancisco nos hab(amos escrito unas pocascartas, tal ve; dos al año, solo para mantener el contacto. >unca podr(a

e)plicarle que siempre estaba presente en mis pensamientos, que el ideograma

para Ohi$osP, la representación de una !igura sentada llevándose comida a los




labios, era ella, o que en todos los ideogramas del antiguo "gipto, en cada

imagen, siempre la ve(a a ella. "so no signi!ica gran cosa cuando tienes ochos

años y tu padre pasa todo el tiempo en otro hemis!erio, escarbando en el polvo.

"s un problema masculino clásico di$o Uenobia."stábamos sentados a una mesa pequeña en un ca!é del "ast 3illage. #o me

peleaba con un aparatoso !ala!el. Uenobia se limitó a beber grandes ta;as de

ca!é solo y a !umar.

"s el s(ndrome de huida continuó. +iempre se nos ha dicho que el hombre

es mucho más !uerte que la mu$er. Que son los hombres los que buscan pelea y

con!lictos. +in embargo, las mu$eres son mucho más !uertes. *uando se tratade choque de sentimientos, de con!lictos de cora;ón, los hombres salen

huyendo en estampida. "s cierto. +olo tienes que mirar a los hombres que te

rodean. K(ralos a los o$os. 8os o$os de una mu$er son por naturale;a !rancos y

transparentes, emotivos y !rágiles. 8os hombres en cambio viven la vida unos

palmos detrás de sus o$os, escondiéndose detrás de ellos, protegiéndose de

cualquier peligro real. Kiran el mundo como a través de una máscara.6e acuerdo di$e yo. ¿6e qué ten(a miedo yo entonces? #a que pareces

tenerlo tan claro, tal ve; podr(as decirme qué !ue e)actamente lo que me

ahuyentó.

Uenobia apagó su cigarrillo.

Kuy sencillo. #o. % duras penas pod(as mane$ar a una mu$er en tu vida, mamá, y la idea de otra que crec(a a toda velocidad te aco$onó.

7onita !orma de e)presarte di$e. ¿%s( es como has aprendido a hablar en

>ueva #orL?




or 6ios, papá.

"s interesante lo mucho que pareces saber de hombres y de mu$eres, y de

relaciones. ¿5as estado casada?

'lv(dalo.>o. Ke interesa. ¿*ómo has aprendido tanto?

Uenobia ard(a de indignación. Ke escudriñó la cara. 4ue entonces cuando me

asusté. 6iscutimos otra media hora antes de que ella se diera por satis!echa.

¿Te acuerdas de que me hablaste de las listas de e)ecración, papá?

preguntó. ¿8as listas de enemigos que con!eccionaban los egipcios para

maldecirlos en sus rituales? ¿/ecuerdas las que me dibu$aste hace seis años?Uenobia colocó su larga pierna encima de la mesa, volcando mi vaso de agua y

arrugando el mantel por la mitad, y apoyó la planta negra de sus gruesas

sandalias sobre mi plato. 8as delgadas patas de hierro de la mesa cru$ieron y se

balancearon ba$o el peso de su pierna. "n la suela de su ;apato hab(a una

representación burda de un cartucho, o nombre $erogl(!ico, con el

determinativo de un hombre."ra mi nombre, escrito !onéticamente. "ra un cartucho de e)ecración. /ecordé

que hac(a años le hab(a e)plicado que los antiguos egipcios grababan en la suela

de su cal;ado el nombre de sus enemigos para poder pisotearlos al caminar. "lla

lo hab(a escrito cuidadosamente con un rotulador permanente en un tro;o de

plástico que hab(a pegado a la suela de su ;apato.

8o hice por primera ve; a los quince años di$o. %hora es un hábito. Tal ve;una superstición. ¿*ómo crees, papá, que se siente una niña cuando su padre la

de$a tirada, por ninguna otra ra;ón que e)cavar en alguna parte de 'riente

ró)imo o merodear por vie$os museos? ¿"h? ¿' hab(a algo más?




"ncendió otro cigarrillo y le temblaron las manos. 8a suela de su sandalia segu(a

apoyada sobre los restos aplastados de mi !ala!el.

3ete a la mierda di$o. 3ete a la mierda.

"scucha di$e, no !ue...>o, vete a la mierda. >o digas nada. +olo acéptalo. >o huyas. #a no. +olo

tienes que aceptarlo.

"l canadanauta

*onoc(a algunos de los lugares que %lan 5enry !recuentaba las librer(as de

*haring *ross /oad, la +ala de 8ibros /aros de la 7iblioteca 7ritánica,

Rohnson[s *ourt, y, naturalmente, los bares del +oho. 5ab(a demasiadas




librer(as pequeñas de segunda mano en *haring *ross para entrar en todas,

cada una con una diminuta escalera trasera que conduc(a a los recovecos del

sótano donde sol(a encontrarse el material más esotérico y ocultista de la

tienda, que era lo que %lan probablemente consultar(a. >o ten(a ganas dehusmear en ese pequeño rincón de locura, y ya hab(a tenido bastante de bares

por un tiempo, de modo que solo quedaba la biblioteca. "ché a andar por

+outhampton /oad hacia el norte, en dirección a +t. aneras.

+ab(a que a %lan le gustaba instalarse en la +ala de 8ibros /aros de la

7iblioteca 7ritánica, donde se en!rascaba en vie$as ediciones de escolástica

medieval y te)tos cient(!icos. Ten(a un interés particular en el espectroelectromagnético, la !(sica de la lu; y las primeras !ases de los via$es

espaciales. %lan me e)plicó que eso !ormaba parte de su investigación sobre la

secreta misión canadiense de lan;ar una nave a la 8una. +iempre estaba

hablando con entusiasmo de alg0n satélite u otro aspecto de la tecnolog(a lunar

o de la !(sica, quarLs, gluones, algo llamado la Ocontracción de 8orent;P.

>adie más en el mundo parec(a corroborar la convicción de %lan de que hab(aocurrido realmente, que los canadienses hab(an enviado a un hombre a la 8una

antes que nadie. %lan dec(a que la ra;ón por la que se hab(a silenciado era

porque ese astronauta en particular o canadanauta, como supuestamente lo

hab(a llamado la %dministración %eronáutica *anadienseD, nunca hab(a

regresado.

*alcularon mal la trayectoria y la proporción entre combustible y peso, di$o%lan. "l canadanauta, un ca;ador canuL menudo y en$uto llamado Racques, llevó

consigo más peso de la cuenta sin dec(rselo a los ingenieros. *uando tuvieron

problemas con la trayectoria y Racques tuvo que recurrir a los mandos




manuales para dirigir el aterri;a$e de la nave sobre la super!icie lunar, los

cohetes secundarios consumieron el combustible del vuelo de regreso.

8legado a ese punto, a %lan 5enry se le empañaron un poco los o$os. "stábamos

sentados en la barra de un restaurante de curries de "versholt +treet, detrásde "uston +tation. +e aclaró la vo; y levantó la vista hacia el techo manchado.

% veces pienso en ese pobre diablo di$o, de$ando el módulo y escalando un

paisa$e distinto a todo y que sin embargo recordaba e)trañamente a su tierra

natal en el norte de *anadá, vastas e)tensiones de páramo y cadenas montañoB

sas. 8a super!icie de la 8una se parece mucho al norte de +asLatcheVan, al

menos hasta que el sol regresa de nuevo y la super!icie se calienta mil grados.8a tecnolog(a del tra$e espacial tampoco era demasiado adecuada. 7ásicamente

unos cal;oncillos largos per!eccionados. "l pobre diablo debió de ponérselos en

cuando hi;o saltar los cerro$os de la escotilla. ' tal ve; el tra$e resistió y

!uncionó realmente el sistema de o)(geno, un burdo método basado en el

recicla$e del sudor corporal para crear dió)ido de carbono, y Racques empe;ó a

cru;ar la llanura lunar. Racques era un espécimen per!ecto en muchos sentidos."l tipo apenas sab(a hablar inglés, pero lo escogieron por sus e)traordinarias

caracter(sticas !(sicas. 6e metro cincuenta y siete de estatura y cincuenta y

cinco Lilos de peso, ten(a un cuatro por ciento de grasa corporal y una condición

!(sica cardiovascular óptima, y los resultados de sus tests de resistencia a la

gravedad hab(an superado todas las estad(sticas. También era capa; de

resistir elevadas cantidades de radiación sin que se detectara ning0n e!ecto.%l pobre capullo se le e)puso a una radiación de un millón de roentgens y los

rayos N no mostraron nada. "l método de carga 0til implicaba embarcar gran

cantidad de alguna clase de propulsión termal l(quida que corr(a a través de una




serie de imanes superen!riados de alta potencia el principio de propulsión de

proyectiles una sola e)plosión de débiles bosones gauge convertidos en

!isionables por un acelerador de neutrinos de nueve Lilómetros y medio de

diámetro, en lugar del método convencional de combustiones sostenidas. 8ae)plosión del lan;amiento de$ó un brillante cráter de un Lilómetro de ancho. 8o

he visto. 6oce metros de hielo derretido hasta el escudo cambriano. "sa roca

no hab(a visto la lu; del d(a en quinientos millones de años. %hora el cráter

tiene un tono a;ulado y los contadores 2eiger siguen subiendo cuando te

encuentras a cincuenta Lilómetros. >o e)ist(a ninguna protección para esta

clase de radiación, y Racques estaba sentado en esa diminuta cápsula metálicaen ropa interior. 1n espécimen incre(ble. odr(as de$arlo en un glaciar con un

puñado de sal y el tipo sobrevivir(a durante semanas. ero no era lo que se dice

un cient(!ico y no está claro si ten(a alguna idea de lo que estaba haciendo.

"l equipo se enteró de la e)istencia de Racques por unos vecinos< unos años

antes los !uncionarios de la %dministración "spacial *anadiense lo hab(an

obligado a abandonar su tierra natal para construir en ella un comple$o delan;amiento. "l obstinado capullo se negó a marcharse, y los !uncionarios

acabaron derribando su cabaña y llevándose todas sus pertenencias. +eg0n

dicen, Racques se quedó all( de pie, en pleno invierno crudo de +asLatcheVan,

con una camisa ligera, sin nada más que un par de sus perros que hab(an

escapado y se encog(an a sus pies. >i herramientas, ni ropa, ni siquiera comida.

>ada. +e lo hab(an llevado todo, de$ando a un hombre medio desnudo en unallanura helada y desierta. "speraban que se congelara o se rindiera. Kientras

los !uncionarios observaban desde las calientes cabinas de sus quitanieves,

Racques los miró un instante sombr(o, luego se acuclilló en la nieve y de!ecó.

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página !!



/ecogió sus heces y las moldeó en !orma de cuchillo. +e congelaron en unos

segundos y, su$etando a uno de los perros que ten(a a sus pies, le cortó el cuello

con un rápido movimiento y vertió la sangre humeante en un pequeño cuenco de

hielo. Kató al animal, lo desolló, le arrancó la carne y los órganos. *on loshuesos y los tendones limpios construyó un trineo provisional y, utili;ando las

tiras de piel como cuerdas, ató a los dos perros que quedaban y se echó sobre

los hombros el resto de la piel. "mpaquetó la sangre congelada y las tiras de

carne. 8uego, mientras los !uncionaros observaban perple$os, a;u;ó a los

perros y se ale$ó desli;ándose por la tundra helada hacia la blancura. *uando

los cient(!icos se enteraron, supieron que hab(an encontrado al hombre quebuscaban.

"n momentos como ese en que %lan rumiaba sobre la misión canadiense de

lan;ar una nave a la 8una, empecé a comprender un poco por qué traba$aba en

ese proyecto, en ese libro que estaba escribiendo. Quer(a contar la historia de

ese hombre, ese canadiense !rancés que tal ve; nunca hab(a e)istido. %lan

sostiene que tuvo una entrevista tele!ónica con el 0ltimo cient(!icosuperviviente de ese equipo canadiense secreto, un tipo que ahora viv(a en

4lorida. % los demás los hab(an tirado supuestamente a una grieta sin !ondo de

un glaciar, en alguna parte cerca del casquete polar. ero que !uera o no cierto,

no cambiaba nada para m(. Ke parec(a una empresa muy noble, y a menudo

escuchaba esas historias sobre la tripulación canadiense y empe;aba a dar vida

a esos persona$es, y para m( e)ist(an como cualquier otra cosa sobre la que haBb(a le(do u o(do, como las !iguras e historias de mi traba$o.




¿+abes lo que se llevó consigo? preguntó %lan. ¿+abes lo que desequilibró

todo el peso? +u trampa para osos. "l pobre diablo creyó que podr(a ca;ar algo

en ese páramo. 1na trampa para osos de hierro que pesaba tres Lilos.

3olvió a suspirar y $uro que vi cómo se le llenaban los o$os de lágrimas. 8uegodio una palmada en la mesa y, acercando su cara gruesa con esas ga!as

cuadradas y esa nari; embotada a la m(a, di$o

¿+abes qué me gustar(a? Que ese in!eli; caminara por esa e)tensión de

cuarenta y seis grados de latitud y veintiocho de longitud, en alguna parte del

borde oriental del mar de la Tranquilidad, y cayera en esa trampa de oso. -Uas

¿>o desarmar(a eso a las altas es!eras del mundo cient(!ico estadounidense?-=magina la reacción del mundo ante esa noticia -*ambiar(a toda la !orma de

establecer las $erarqu(as internacionales del espacio

'bservé su cara e)presiva. *asi lloraba de e)asperación y asombro.

iénsalo, /othschild continuó. -iensa en las repercusiones 8a lucha por la

verdad es eterna y omnipresente. "so sin duda lo entiendes. "l mayor pecado

es permanecer inconsciente, di$o Rung. >uestros sueños no sAn más que un!ragmento de la realidad, del mundo que habitamos. >o debemos permitir que

nos sobrepasen. ->o luchamos para hacer realidad nuestros sueños, sino para

hacer realidad lo real ¿# sabes por qué? -orque al !inal todos tenemos que

volver a despertar

*ogió el bol de curry con sus manos de nudillos gruesos y se quedó mirando

!i$amente las botellas alineadas en los estantes de detrás de la barra, como sipudieran encerrar algun secreto< tal ve; si miraba con su!iciente intensidad, si

lo deseaba lo su!iciente, los s(mbolos empe;ar(an a reorgani;arse y a crear

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página !2



alg0n orden. % veces creo que %lan y yo nos parec(amos más de lo que quiero

reconocer.

%lan siempre se sentaba a la misma mesa en la +ala de 8ibros /aros, la n0mero

treinta y seis, que era su n0mero !avorito y algo que se tomaba muy en serio,algo relacionado con los rosacrucianos, los masones y los caballeros templarios.

ero cuando la localicé, estaba ocupada por un a!ricano alto que parec(a

estudiar una edición muy antigua de 8a anatom(a de la melancol(a. % su lado

hab(a un carrito con otros seis gruesos vol0menes, su$etos con vie$as correas

con hebillas plateadas. 8a sala estaba casi llena, de modo que deambulé entre

las hileras de mesas con aire despreocupado, buscando el cuerpo voluminoso de%lan.

"l Kuseo 7ritánico está demasiado abarrotado para albergar al mismo tiempo

las pie;as de e)hibición y toda la colección de la Jing[s 8ibrary $unto con

prácticamente cada libro y manuscrito publicado en =nglaterra y la mayor parte

del mundo, de modo que hac(a unos años hab(an empe;ado a trasladar los libros

y los manuscritos a una nueva localidad. +e supon(a que esa medida de$ar(a libremucho espacio para más antig&edades, pero los almacenes del museo no

parec(an haber cambiado de aspecto, segu(an llenos hasta el techo.

+in embargo, la nueva biblioteca ten(a una estructura impresionante< la Jing[s

8ibrary una colección de los libros más raros, entre ellos la *arta Kagna y un

2utenberg original estaba aislada en una torre de cristal a prueba de !uego y

de balas que recorr(a el centro del edi!icio como el hueco de un ascensortitánico. "l resto de las colecciones estaban repartidas en media docena de

salas de lectura de dimensiones más reducidas, clasi!icadas por disciplinas.




"n la +ala de 8ibros /aros caminabas a través de hileras de escritorios ba$os

color caramelo, cada uno numerado y con una lámpara de lectura de pantalla

verde. 8a sala se prolongaba hacia la derecha creando un espacio en !orma de

8, donde estaban los terminales de ordenador para la consulta del catálogo, decolor a;ul y ro$o brillante. % lo largo de la pared del bra;o principal de la sala

se e)tend(a el mostrador de solicitud, un mueble de madera pulida detrás del

cual correteaban los distintos empleados de la biblioteca, una me;colan;a de

tipos hoscos entrados en años con tra$es de tVeed y lana, y de veinteañeros de

pelo teñido y ropa de segunda mano, todos empu$ando carros llenos de

montones de vol0menes raros colocados como la silueta de los edi!icios de unaciud.nl con los bordes dorados.

#o mismo hab(a pasado bastante tiempo en la 7iblioteca 7ritánica durante mis

primeras semanas en 8ondres, sobre todo en la +ala de 8ibros /aros, ho$eando

vie$os te)tos sobre egiptolog(a, entre ellos una primera edición de *ham

pollion, Jitchen, 2ardiner, la primera traducción y te)to Re EFGE de +teVart

de la estela de aser, y varios e$emplares bonitos de los primeros es!uer;os deThomas #oung. "n el instituto de %rqueolog(a de *ordón +quare también hab(a

una modesta biblioteca, pero por lo que se re!er(a a los te)tos egipcios

antiguos originales, la mayor(a se encontraban en el sótano del museo. % los

encargados de la adquisición de libros raros de la biblioteca les habr(a dado un

s(ncope si hubieran visto los valiosos vol0menes que ten(amos en los almacenes,

amontonados encima de vie$os archivadores, desparramados por el suelo sobreestelas o sarcó!agos, o me;clados con ca$as de otros detritus antiguos que

suelen acumularse en los grandes museos. 8a organi;ación de la nueva

biblioteca era tan per!ecta que resultaba algo desconcertante para m(,




acostumbrado a yacimientos y museos atestados, pero otras veces me daba

gusto después de la lobregue; de nuestro laboratorio y los continuos murmullos

y escupita$os de KicL.

*onoc( a %lan 5enry en la nueva 7iblioteca 7ritánica. #o solo llevaba unassemanas en 8ondres cuando un d(a a la hora de cierre salimos los dos a la ve;, y

%lan se !i$ó en que yo también echaba a andar por 2reat /ussell +treet.

*uando sub( detrás de él la escalera de nuestro edi!icio, me plantó cara en el

pasillo y, clavándome un dedo salchicha en el pecho, me preguntó qué quer(a.

1na ve; que le di e)plicaciones y él !isgoneó por mi piso, mirando en los

armarios de la cocina, inspeccionando nuestro dormitorio y cacheando a unKicL ceñudo que acababa de volver de la tienda de la esquina con un doner

Lebab con patatas !ritas, pareció convencerse de nuestra autenticidad. %

partir de entonces volv(amos muchas veces $untos de la biblioteca, y %lan a

menudo me met(a a la !uer;a en el pequeño establecimiento balti de comida

para llevar y nos com(amos un curry o un másala dosa por el camino, o nos

apretu$ábamos alrededor de una mesa de un pub de "uston y ped(amos unapatata asada y varias pintas de cerve;a.

"cho de menos esos tiempos< era agradable recoger mis bártulos después de un

solemne movimiento de cabe;a de %lan, cuyo escritorio estaba cubierto de

manuales impenetrables y biogra!(as ocultistas, y salir con él, los dos normalB

mente los 0ltimos en marcharnos. "ra agradable seguir su mole por la oscuridad

del patio de ladrillo. *ada ve; era una pequeña aventura en la que yo solo era unacompañante. *uando se me agotaron las e)istencias de libros sobre traducción

de la biblioteca, de$é de ir y pasé todo mi tiempo en el laboratorio con la




estela. ero sab(a que él segu(a yendo< si lo esperaba el tiempo su!iciente lo

ver(a aparecer.

8a $oven de detrás del mostrador de recogida de libros me llamó la atención.

/etiraba las !ichas de los libros amontonados en un carro y las colocaba en elcasillero de la pared. "ra su !orma de estirar la cintura para alcan;ar los libros

de arriba, y los rápidos movimientos de sus manos, una especie de energ(a

dinámica. Ten(a el pelo corto con las puntas levantadas y violetas como un lirio

del >ilo.

Ke pareció insólito y al mismo tiempo e)trañamente adecuado. Terminó de

amontonar los libros y se metió por una puerta abierta del !ondo. % través deella vi una especie de cinta transportadora con libros, y otros empleados

pululando alrededor y empu$ando carros llenos de libros y documentos. "lla se

puso a hablar con un hombre entrado en años, e)plicándole algo con las manos.

+us pantalones ceñidos revelaban la sutil elevación de unas nalgas masculinas y

unas piernas musculosas.

>o pod(a ser tan !ácil.8uego desapareció en las entrañas de la biblioteca. Ke acerqué a las hileras de

ordenadores e introdu$e mi código de identi!icación y el n0mero de mi

escritorio. *uando el ordenador me pidió las palabras claves, introdu$e O"gypt,

ast resentP. *liqueé el primer libro de la lista.

Thompson, Roseph /, "gypt, ast and resent. ReVett, 7oston, E@A. rimeraedición.




%preté el botón de solicitud y regresé a mi escritorio. 6esde all( observé la

puerta abierta esperando que volviera a salir "rin, si es que era ella. %l cabo de

die; minutos se encendió la lu; de mi escritorio, y me acerqué al mostrador

para recoger el libro y me puse a la cola. "rin no estaba por ninguna parte.*uando me llegó el turno, otra encargada cogió mi carnet y !ue a recoger mi

libro. "ra una $oven a la que hab(a visto en otras ocasiones, que incluso me

hab(a ayudado a buscar un volumen en particular que no consegu(a locali;ar en

el ordenador. *omo "rin, era delgada e iba vestida con ropa ceñida, pero ten(a

el pelo oscuro recogido en lo alto de la cabe;a de una !orma vagamente

victoriana. 8a $oven victoriana regresó con mi libro, un pequeño tomo gris. 6eun cordel alrededor del cuello le colgaba una chapa de identi!icación.

O">"8'" 'TT"/.P

6isculpe di$e, ¿señorita 'tter?

"lla ya hab(a posado los o$os en el siguiente cliente y volvió a mirarme

sorprendida pero a!able.

5ola, me llamo Malter /othschild. *reo que nos conocemos.Ke miró sin comprender.

Ke ayudó a buscar unos libros hace tiempo. "n !in, quisiera saber si traba$a

aqu( una $oven llamada "rin. 6e pelo corto.

"lla apretó los labios y levantó la vista.

5ummm. 6ebo decirle, señor, que hay más de cien personas traba$ando aqu(,

de modo que es probable que haya, de hecho, varias "rin.Ke re!iero a una que traba$a aqu( mismo, como usted. %cabo de verla hace

unos momentos.

"lla sacudió la cabe;a.




>o puedo decirle nada. ero no llevo mucho tiempo aqu(.

+e inclinó un poco más sobre el mostrador, y el borde se le clavó en la barriga y

!ormó un pequeño pliegue. Ten(a el ma)ilar superior ligeramente superpuesto

sobre el in!erior, y las ce$as pobladas y oscuras. 6etecté un ligero olor a tierraen su aliento, como a ;anahoria.

+i le soy sincera susurró, no sé cómo se llama la gente que está aqu(

conmigo ahora mismo.

>oté cómo se impacientaba la gente de la cola. Ke volv( y clavé la mirada en la

nue; del cuello del a!ricano alto que hab(a visto poco antes sentado ante el

escritorio de %lan. Yl ba$ó la vista hacia m( con una e)presión plácida. "standocomo estábamos en "uropa, donde no e)iste el espacio personal, su nari;

estaba a menos de un palmo de mi !rente, y sus enormes pómulos llenaron todo

mi campo visual. %parté la mirada de su cara, después de recorrerle el cuerpo

de arriba aba$o, y la desvié hacia un espacio indeterminado a su lado. 4ue

entonces cuando advert( el bulto en su americana y lo que parec(a el e)tremo

de la empuñadura de un revólver $unto al pliegue de su solapa. 8evantérápidamente la mirada. Yl cambió de e)presión, como si estuviera a punto de

decir algo, de modo que me volv( rápidamente hacia enelope, le di las gracias y

me precipité hacia la salida tratando de contener mis pasos. % medio camino de

la puerta miré hacia atrás y vi al tipo del revólver mirándome con una sonrisa

divertida en los labios, todav(a en la cola. Traspuse el umbral de la puerta y

crucé el vest(bulo con paso enérgico, y sal( a "uston +treet, donde meencaminé al sur, hacia 2reat /ussell. >adie pareció seguirme.

"ra media tarde y los restaurantes indios que bordean 2ray[s =nn /oad

estaban vac(os, con las mesas cubiertas con manteles blancos. "l olor a curry




sal(a de sus puertas, en las que se apoyaban los camareros, con sus t0nicas

hasta el tobillo de colores apagados, esperando el a$etreo de la noche.

Totalmente a$enos a mi pánico, me sonrieron plácida y agradablemente cuando

pasé por su lado. Ke detuve en un ret % Kanger para recuperar el aliento.¿or qué me asustaba ese hombre? ¿*re(a que iba por m(? Tal ve; solo quer(a

preguntarme la hora.

Ke compré un sandVich de huevo con berros por noventa peniques y me senté

en un taburete $unto a la cristalera, observando el e)tremo norte de la calle.

4ue entonces cuando me di cuenta de que me hab(a llevado sin querer el libro

de Thompson, "gypt, ast and resent. 8o ten(a en el bolsillo de la americana.

A




*riptogra!(a

/egresé a la biblioteca y esperé hasta la hora de cierre por si ve(a salir a "rin,

pero los empleados deb(an de haber utili;ado otra salida, ya que lo 0nico que vi

!ue una continua hilera de estudiosos soñolientos y desaliñados. >o ten(a otra

alternativa que volver al 8upo 7ar del +oho y averiguar si alguien conoc(a a "rin

o a 5ani!, o sab(an dónde pod(an estar.

>o importaba qué noche de la semana !uera< las calles del +oho se llenaban

hasta los topes de ')!ord +treet a 8eicester +quare en cuanto la lu; del sol

se atenuaba hasta ese nivel respetable que precede al manto de la noche, la

llamada a la oración, el bocina;o de desahogo, la canción silenciosa que da la

bienvenida a los inminentes e)cesos de alcohol en el Mest "nd. 8a gente se

apiñaba alrededor de las entradas de los locales de moda, surgiendo como

hongos de las puertas de los pubs, por las aceras y de las esquinas. 3asos de

cerve;a vac(os se alineaban como palomas en los al!éi;ares de las ventanas de

toda la man;ana. Tuve que doblar varias esquinas del centro del +oho, recorrer

*ompton +treet hasta 2reeL +treet y salir de nuevo a Mardour hasta dar con

el 8upo 7ar, con el letrero incon!undible de una puerca y un /ómulo y un /emo

mamando, las ventanas oscuras y el vibrante ritmo que lat(a como un pulso.

arec(a otro local< la iluminación era un poco más intensa y el ambiente rela$ado

con grupos de gente charlando en la barra. "n las mesas ba$as de la habitación

principal hab(a varias pare$as sentadas, mirándose con los o$os entrecerrados.

6i vueltas tratando de encontrar la habitación trasera donde nos hab(amos

sentado con "rin y 5ani!, pero no logré locali;arla. >ada me resultaba !amiliar.

¿"ra posible que hubieran remodelado el local? Ke detuve en la barra,




apro)imadamente en el mismo lugar donde hab(a entrado en contacto con am,

y pregunté al risueño camarero si conoc(a a 5ani!, a "rin o a %lan 5enry. +onrió

y sacudió la cabe;a cordialBmente, como si le hubiera pedido una copa que no

e)ist(a. *uando le pregunté por la distribución del bar, se encogió de hombros.+u mirada e)traviada me dio a entender que no me o(a, que su o(do solo estaba

sintoni;ado para reconocer ciertas !rases por encima del estruendo, como

OginBtonicP, Opinta de cerve;a rubiaP o O¿cuánto es?P. ¿5ab(a escogido %lan

ese lugar a propósito? ¿od(a haber montado 5ani! todo ese tinglado? ensé en

am, la de los molares castañeteantes y los dedos entumecidos. ¿Qué papel

hab(a desempeñado? ¿5ab(a sido un importante elemento de distracción? ¿6equé? 6eber(a haberme !igurado que se trataba de un ardid. ensé en el 8ibro

de los sueños, un manual para interpretar los sueños del escriba de la N=N

dinast(a Qenher$epshe! O+i un hombre se ve a s( mismo en un sueño, ve su

pene erecto mala señal< signi!ica victoria para sus enemigosP.

Ke detuve en la acera y consideré las alternativas que ten(a. 8a 0nica manera

de eludir el catastró!ico !inal al que me dirig(a a toda velocidad era considerarel asunto con calma y de !orma racional. Quer(a ir gritando a 5eathroV y

largarme de 8ondres, de toda "uropa. ero mi hi$a estaba all(, en alguna parte.

# la estela segu(a esperando.

6ecid( en!rentarme a ello como si se tratara de una pie;a criptográ!ica

particularmente complicada.

arec(a plausible que "rin, 5ani! o incluso %lan 5enry estuvieran en algunaparte del +oho, especialmente un sábado por la noche. "l +oho en s( no era

mucho más que ocho man;anas, dispuestas más o menos como una cuadr(cula, de

modo que pod(a abordarlo sistemáticamente, moviéndome por la cuadr(cula

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página



seg0n unas pautas, man;ana por man;ana, comprobando cada local por el que

pasara. Tomar(a cuidadosamente nota de los locales en los que entrara as( como

de las m0ltiples con!iguraciones de gente, grupos étnicos, vestuario,

personalidad y ambiente general. +upuse que los distintos tipos de locales decada ;ona me ayudar(an a delimitar la posición más probable de alguien como

%lan o "rin, permitiéndome usar la cuadr(cula para aumentar mis posibilidades.

"mpe;ar(a por el e)tremo norte y me mover(a hacia el sur a partir de ')!ord

+treet, recorriendo Mardour, 6ean, 4rith y 2reeL +treet hasta +ha!tesbury

y *hinatoVn.

"l primer problema que planteaba esa táctica era que cada local ten(a suspropios requisitos de ingreso que a menudo inclu(an el pago de una entrada. "n

mitad de Mardour +treet vi claramente que se me estaba agotando el dinero y

que iba a tener que hacer rea$ustes en mi estrategia. ara empeorar a0n más

las cosas, me incomodaba entrar en un local y limitarme a deambular buscando

a alguien, de modo que siempre acababa pidiendo una copa. "n los pubs tomaba

una pinta de cerve;a amarga, naturalmente< era la opción más barata y más!ácil, una ganga, supongo, a dos libras veinte peniques. 8as de$aba sin terminar

en la barra. "n los ca!és como Ke;;o o 7ar =talia, para evitar el alcohol, ped(a

algo que llegaba en ta;a.

8a decoración, el ambiente y el mobiliario vanaban de un local a otro de !orma

asombrosa desde muebles metálicos con patas delgadas como arañas hasta

asientos !ormados por grandes bolsas llenas de cuentas de poliestireno, plataB!ormas circulares donde los clientes se amontonaban como ropa blanca sobre

co$ines ba$os, aspirando tabaco con sabor a través de los sinuosos tubos de

unos narguiles largos de cristal, pasando por los locales más espartanos y




elegantemente minimalistas, con mesas de plástico y taburetes !uncionales, un

bar que se parec(a mucho a la cubierta de una nave espacial. "n cada local los

clientes parec(an repantigarse con el mismo aire sereno y aburrido, !umando

burlonamente y e)aminando a quien entrara por la puerta con sus o$os depárpados ca(dos. "n la puerta de cada uno me entraba momentáneamente el

pánico cuando las caras se volv(an hacia m( y los cuerpos se pon(an !irmes ante

mi presencia. % pesar del !r(o, el aire viciado de los bares enseguida me hac(a

romper a sudar dentro de mi americana de pana.

8a otra constante en los locales del +oho era el insistente martilleo de la

ensordecedora m0sica tecno. arece totalmente incongruente que en 8ondresse oiga esa clase de m0sica en los pubs 3ictorianos del siglo N=N, en los

restaurantes indios o incluso en cada vegetariano. +upongo que la clientela ve

en la cadencia de la m0sica un sinónimo de buenos tiempos. "l incesante

golpeteo les incita a igualar los ritmos con el tintineo de vasos, el consumo de

alcohol y el ruido de monedas a medida que piden más copas y empie;a otra

canción, tan agotadora como la anterior, todos intentando no quedarse atrás enlo que podr(a llamarse la obertura del +oho.

"ran pasadas las doce de la noche y solo hab(a recorrido unas pocas man;anas.

Ke quedaban unas cuatro libras en el bolsillo. 8a cuadr(cula se hab(a movido de

sitio y no estaba muy seguro de por dónde hab(a empe;ado. % esas alturas haB

b(a tomado tantas copas que sent(a un martilleo insistente en la parte

posterior del cráneo. Ke agarraba a barandillas y a respaldos de sillas,maldiciendo entre dientes mientras manten(a la cabe;a gacha ba$o el

resplandor de las luces.




"l siguiente local de mi cuadr(cula era un bar pequeño y sórdido situado entre

otros dos mucho más anunciados. "l 2arlic ^. Ketal. Ten(a el aspecto de un

ca!é, con media docena de mesas negras vac(as y la barra al !ondo igual de

vac(a salvo por una chica de aspecto aburrido, vestida con pantalones negrosrasgados y una camiseta negra en la que se le(a O2arlic ^ KetalP con una

calavera ro$a deba$o. "staba inclinada sobre la barra y en la cara deb(a de

llevar media docena de implementos metálicos, puntas, aros, al!ileres, sobresaB

liendo en todos los ángulos. Ten(a el pelo de un rosa sorprendente, casi

levantado pero hacia un lado, como si llevara todo el d(a conduciendo un coche

con la ventanilla abierta. "ra un lugar prometedor para locali;ar a "rin o a %lan5enry.

%l verme parado en el umbral, ella señaló con un movimiento casi imperceptible

de la cabe;a un oscuro tramo de suelo a su derecha, una especie de trampilla

con unas escaleras que ba$aban. Kientras me acercaba a ellas, me llegó un gran

estruendo de gritos, ruidos metálicos y m0sica dominada por guitarras.

% pesar de haber estado casado siete años con una m0sica pro!esional,entiendo muy poco de m0sica. 6e $oven escuchaba los t(picos temas de moda de

los que no puedes escapar, lo que se o(a por la radio y los discos que 5elen

pon(a en el tocadiscos, la mayor(a de m0sica clásica o su colección de rocL and

roll popular. ero no era algo que !uera capa; de abordar de una !orma clara y

consecuente. >unca parec(a abrirse ante m( como lo har(a un manuscrito del

=mperio %ntiguo mientras repasaba las transliteraciones y cada elemento !lu(ade !orma natural de un $erogl(!ico al siguiente. +upongo que 5elen dir(a que ese

era el problema que no pod(a esperar que la m0sica o cualquier otra cosa se

comportara como los te)tos antiguos.




>unca me hab(a parado a pensar en que hab(a vivido la vida, el grueso de ella,

en un mundo amusical. >o ten(a ning0n disco, cinta o disco compacto, y nunca

los hab(a querido. 5elen me dec(a que todos tenemos una banda musical

personal en la cabe;a, que todos vivimos en un mundo lleno de m0sica, aunquesolo sea la nuestra. #o dec(a que no era capa; de escuchar ninguna m0sica me

parec(a que en mi cabe;a reinaba un gran silencio, un largo torrente de quietud

y sosiego, y que me gustaba que !uera as(.

8as escaleras se curvaban en el sentido de las agu$as del relo$, terminando en

una habitación inundada de lu; ro$a intensa y m0sica ensordecedora. Ke

apretu$é en un rincón de la barra y esperé a que se me acostumbraran los o$os."l techo ba$o estaba e)cavado en roca, lo que creaba un e!ecto de cueva. "n

las paredes hab(a huecos con velas sobre charcos de cera endurecida. Toda la

gente iba uni!ormada en una variedad de tonos negros, con destellos metálicos

de aros y al!ileres, y alg0n que otro toque de color en el pelo, las más de las

veces levantado en e)traños ángulos. #o no sab(a que en el +oho en EFFG,

después de tanto tiempo, segu(a habiendo punLs, mohaVLs, underground, cuero,aros metálicos y al!ileres gigantes colgados de la nari;< era como una especie

de halla;go arqueológico menor, una clase de descubrimiento !r(volo.

%tra$e la atención de la camarera, otra $oven vestida como la chica aburrida de

arriba, y me tendió una carta de bebidas. %l parecer lo 0nico que pod(as

consumir en ese bar era chupitos que serv(an en vasos delgados de colores

apagadas, todos con a$o. ed( un Ketal Kartini y traté de dar una vuelta por ellocal. "staba abarrotado de cuerpos, cuero y metal. Ke abr( paso hacia una

puerta ba$a en !orma de arco que parec(a comunicar con otra sala. Todo el

mundo era sumamente educado.




Ke deslicé por deba$o del arco y descubr( que se abr(a a una sola sala de techo

ba$o, una cripta estrecha en !orma de barril con una mesa larga en el centro y

bancos colocados a lo largo de la pared. 8as paredes estaban cubiertas de

gra!!iti escritos con bol(gra!o, rotulador, pintura, esmalte de uñas y barra delabios, palabras, consignas y tacos en por lo menos veinte idiomas. "n el centro

de la mesa hab(a una hilera de velas cuya cera !ormaba charcos multicolores

sobre su super!icie como de cristal. 6eba$o de la mesa parec(a haber algo, una

!orma de alguna clase, un contorno inde!inido ba$o las velas y los montones de

vasitos vac(os.

"ra un cuerpo, un cuerpo humano tendido de espaldas con los bra;os cru;ados<un cuerpo disecado deba$o de un cristal. >o era una mesa sino un ata0d, un

sarcó!ago de madera con la parte superior de ple)iglás. 8a gente sentada alreB

dedor de él no pareció reparar en m( y siguió gritándose por encima del

estruendo de las guitarras y la bater(a, todos !umando alguna clase de

cigarrillo, los tatua$es arqueándose en sus caras y manos como huellas

borrosas. Ke senté en el e)tremo de uno de los bancos y e)aminé el cuerpo conmás detenimiento.

"ra evidente que solo ten(a unos pocos cientos de años, tal ve; del siglo N3==,

a $u;gar por la indumentaria y el estado en que se encontraba. +e hab(a

conservado a la manera occidental tradicional, que consist(a en bombear

distintos disolventes manteniéndolo lleno de l(quido, a di!erencia del sistema

de disecación de los egipcios. "ra un hombre vestido con ropa$es regios, conuna espada larga entre sus manos enguantadas, un casco con protector de

nari;, una cota de malla y unas ;apatillas metálicas terminadas en punta. 1n

coda;o me arrancó de mi contemplación del muerto.




"se es sir Toby 7elch, amigo. ¿Qué? ¿Te gusta?

1n tipo de mirada maliciosa, pelo negro moldeado con gomina en una sin!on(a de

puntas y !uerte acento alemán me sonre(a. 6el labio in!erior le sobresal(a una

gran pie;a metálica que parec(a di!icultarle el habla. 6io unos golpes en laparte superior del ata0d.

-6espierte, despierte, señor Toby -6espierte, necesitamos su ayuda

+e desplomó contra m(, riéndose histérico. 'l(a a bestia de carga que se de$a a

la intemperie ba$o la lluvia.

Ke llamo %ntón di$o tendiéndome la mano. "res americano, ¿verdad?

+(, soy Malter. "ncantado.# este di$o %ntón, dando una palmada en el bra;o al hombre sentado a su

lado es 2unnar.

2unnar se volvió hacia m(, con la cara encendida y los o$os ro$os y llorosos.

+onrió de ore$a a ore$a.

-%h ¿*ómo estás?

Ten(a el pelo totalmente a!eitado con una serie de intrincadas espirales ys(mbolos tatuados por toda su limpia coronilla sobre todo celtas, tal ve; con

alg0n elemento alemán o escandinavo intercalado. 8levaba unos auriculares

conectados a un pequeño cásete colocado en la mesa ata0d. %ntón volvió a

clavarme el codo en las costillas.

¿Qué cuentas? ¿"h? ¿Qué está haciendo aqu(, señor americano ?

"stoy buscando a alguien. 1na mu$er, en realidad. Tal ve;...¿5as venido a 8ondres preguntó %ntón con incredulidad buscando a una

mu$er?

%h, no, pensé que te re!er(as a...




%ntón dio a su amigo una palmada en su bra;o en!undado de cuero y soltó una

perorata en holandés. "ra bastante !ácil entender lo que dec(a< de ra(ces

germánicas, corno el inglés, el holandés moderno se parece mucho al idioma que

se hablaba en el siglo N3=== en =nglaterra. "s nuestro pasado inglésemergiendo tras siglos de cambios mor!ológicos y generali;ación,

per!eccionamiento y abstracción semánticas. Kutaciones vocálicas y pérdida y

aumento de lé)ico. 8a ciencia e)acta de la ling&(stica devuelve rápidamente

todos los idiomas basados en el germánico a la lengua materna.

8os dos hombres rieron con ganas, enseñando los dientes entre accesos de tos.

%ntón me pasó un cigarrillo liado a mano en !orma de cono.Kuy bueno di$o. Kuy bueno. ero no es un buen lugar para eso, ¿eh?

%ntón y 2unnar me miraron con sonrisas e)pectantes, sus pupilas pro!undas y

agrandadas como los lagos revueltos del >ilo. ensé en +eth saliendo de entre

los $uncos de los pantanos, con su morro alargado temblando de e)pectación y

una o!renda en su mano alargada, una !lor de loto, el lirio del >ilo, con la cara

vuelta hacia arriba y abierta al sol, el estambre r(gido, los delicados plieguesde color. 1n olor a barro y a cielo.

6i una calada al cigarrillo. uede que sea un carro;a, o el clásico tipo estudioso,

aburrido y sin mundo, pero he pasado mucho tiempo en el norte de X!rica.

/econo;co el hach(s cuando lo huelo o lo pruebo. +e lo devolv(.

+omos holandeses di$o %ntón. Tocamos aqu(. ¿Te gustar(a o(r a nuestra

banda?*laro di$e.

%ntón me pasó de nuevo el porro y di otra calada por educación. "l hach(s era

!uerte, pero el humo me sentó bien en los pulmones. También me hi;o caer en




la cuenta de que era la primera conversación que manten(a en toda la noche. "n

8ondres, si das la impresión de querer estar solo, como yo siempre hago, lo

estás. 8os londinenses no tienen ning0n inconveniente en ocuparse de sus

asuntos.%ntón cogió los auriculares de 2unnar y me los puso. /eBbobinó un poco la cinta

y apretó el botón de play. Ke sacudió una cascada de guitarra y bater(a, un

muro de sonido. "ra bastante impresionante, al menos por lo que se re!iere al

ruido que eran capaces de producir. 8os dos hombres me observaban la cara

sonriendo e)pectantes, siguiendo con la cabe;a el ritmo de la m0sica que

estaba a un volumen tan alto que estoy seguro de que ellos también la o(an.%sent( y sonre(. "n realidad no ten(a ni idea de qué era o cómo describirla siB

quiera.

3olv(a a !umar hach(s oyendo más canciones por los auriculares, intercaladas de

pausas de silencio relativo, cuando me sorprend( recostado contra la pared y

mirando las paredes y el techo curvados de la ba$a cripta, leyendo las palabras

escritas en multitud de idiomas que cubr(an casi cada palmo de cemento. Ki!rancés era pobre y a0n más lo era mi español, pero me sent(a cómodo con el

alemán, el lat(n, el griego antiguo y moderno, el árabe, el !arsi, el urdu y media

docena de dialectos del norte de X!rica. 8os gra!!iti iban de consignas

anárquicas O-% la mierda el sistemaP, O-Que se mueran los perros

corporativosP, O->o me obligues a darte una patada en el culoP, ON

=gnorantiat ad sapientiumPD a llamamientos más moderados a la acción Oa;en alestinaP, O6estruye tu televisorP, O-8egali;adloP, O5atten ar dorPD,

pasando por otros más suaves OKi cora;ón llora por tiP, O¿/aphael quiere a

Kartine;P, O"stoy perdidoPD o cr(pticos puros O-ollos de gran$aP, O2rasnost




_ /eagan _ %bsenta ` %morP, O1tom 5ammar 7ys 4amP, O6ios está ocupadoPD.

5ab(a varias lenguas antiguas representadas, entre ellas una inscripción en

arameo, un idioma que no se hab(a hablado en mil años, el antiguo idioma de

'riente ró)imo que hablaba Res0s. =ncluso hab(a unas rayaduras en el marcode la puerta que parec(an sospechosamente cunei!ormes, posiblemente acadio,

aunque, si se ten(a en cuenta que solo tres docenas de personas en todo el

mundo era capa; de componer !rases en esa lengua antigua, era poco probable.

Kuchas de las inscripciones consist(an en pictogramas, es decir, e)presaban la

idea mediante una representación art(stica sin necesidad de palabras< nombres

de grupos musicales, s(mbolos de anarqu(aZpa;, logos de marcas comerciales,representaciones reales de gente u ob$etos, entre ellas unos cuantos retratos

crudos y un par de s(mbolos e)traños que no logré relacionar con ning0n

registro simbólico e)istente. %lgunos podr(an haber sido meros s(mbolos

personales, una señal entre amigos, algo que un borracho garabatea en la pared

en un impulso creativo o la !orma particular en que nos sorprendemos

dibu$ando una y otra ve; en los márgenes de nuestro aburrimiento. ero lamayor(a eran susceptibles de interpretarse< la criptogra!(a es precisamente el

estudio de esta clase de inscripciones.

5ay un esp(ritu de $uego en la creación de una inscripción< los antiguos escribas

utili;aban s(mbolos vie$os con valores nuevos, adaptaban o creaban s(mbolos

nuevos, y combinaban otros en !orma de recursos semánticos o poéticos, como

los $uegos de palabras. ', cuando las palabras eran de origen e)tran$ero, comolas semióticas noroccidentales, reestructuraban completamente la ortogra!(a

silábica creando una nueva. +e requer(a un amplio conocimiento de los patrones

de los s(mbolos e)istentes o conocidos, as( como imaginación para construir las




demás posibilidades, verlas colocadas en posibles patrones visuales y,

utili;ando todos los recursos disponibles, todas las herramientas de la historia,

desentrañar el signi!icado.

%ntón volvió a ponerme los auriculares."scucha esto di$o. Te gusta la poes(a, ¿verdad?

1n hombre con !uerte acento irlandés empe;ó a recitar versos vibrantes e

intrincados

>o mires más dentro del vaso amargo

que los demonios, con su sutil astucia,al;an ante nosotros al pasar<

o mira solo un breve instante,

porque all( crece una imagen !unesta,

con las ramas rotas y !as ho$as ennegrecidas,

y las ra(ces medio ocultas ba$o la nieve,

arrastradas por una tormenta que no cesa de gemir.orque todo se vuelve árido

en el oscuro vaso que sostienen los demonios,

el vaso de nuestro cansancio e)terior

!abricado mientras 6ios dorm(a en tiempos pasados.

Traté de no pensar en el poema, oyéndolo sin escuchar. 8o encerré en otrocompartimiento. "staba teniendo lugar una brusca reordenación en mi mente<

ve(a cómo se desarrollaba, la o(a en mi cabe;a, moviéndose como engrana$es

antiguos, colocando las !ormas en su sitio.




"ra evidente que ese bar era !recuentado por un grupo social espec(!ico, una

clase de $uventud hostil con una inclinación por un estilo de m0sica y un código

de vestir determinados, $unto con ciertas tendencias pol(ticas básicas partiB

culares, unas estructuras de personalidad, unos códigos éticos y morales, unaactitud y una psicolog(a social, incluso una pre!erencia por cierta clase de arte,

cierto tipo de simbolog(a que re!le$aba esos valores, y una atracción hacia el

local propiamente dicho, la cripta de techo ba$o y abovedado con un cadáver

pudriéndose, la penumbra, la lu; de las velas, la m0sica metal ensordecedora y

los chupitos con a$o< y todos esos componentes desempeñaban un papel en el

desarrollo de los s(mbolos. or 0ltimo, hab(a otras pistas, como el tipo deescritura, la relativa valent(a o debilidad de los caracteres, la clase de

rotulador o bol(gra!o utili;ado, la posición del s(mbolo, su inclinación, de arriba

aba$o o recta, la ortogra!(a y la puntuación de cualquier te)to ad$unto, y el

te)to y los s(mbolos de alrededor. Teniendo en cuenta todo ello, muchos de

esos garabatos eran respuestas, reacciones o desa!(os Ei los s(mbolos

precedentes, ¿o se agrupaban como s(mbolos, en la !iloso!(a o en la verdaderainterpretación de las representaciones concretas? >o e)iste la e)presión

arbitraria< la ilusión del a;ar es una broma de la naturale;a, el sentido del

humor de los dioses que oculta el marco de nuestros propios deseos !rivolos y

caóticos. *reer lo contrario denota una mala predisposición a en!rentarnos al

código de nuestros ob$etivos.

"mpecé a colocar en mi mente la cuadr(cula para clasi!icar los pictogramas,dividirlos en grupos.

¿*ómo apaciguarla, con un esp(ritu que la noble;a hi;o puro como el !uego,

con una belle;a como un arco tensado..., de una clase que no es natural en




los tiempos que corren... noble, solitaria y austera al má)imo? ¿Qué

habr(a podido hacer ella siendo lo que es?

8a ciudad de su adre..., ella lo protege con su cuerpo... ninguna !orma

escapa a su llama..., ella irradia lu; de sol, la gran lu; del disco solar, quebrilla en su semblante, su belle;a y su poder... "lla es el cora;ón de toda

la gente que se regoci$a cuando asciende a su casa, su templo..., ha

aparecido y ha brillado como una mu$er de oro, invaluable, la madre dioB

sa... y, sin embargo, cuánto dolor, cuánto pesar, y las 6os Tierras lloran

por ella.

*uando volv( a mirar alrededor, %ntón y 2unnar estaban desplomados sobre el

banco, durmiendo, y la cripta vac(a.

>o puedo decir que me sorprendiera< estaba acostumbrado a que el tiempo se

condensara cuando traduc(a te)tos. *uando por !in levantaba la cabe;a, con el

cuello dolorido y los o$os irritados del es!uer;o, y sal(a del ensimismamiento de

la traducción, a menudo descubr(a que el d(a se me hab(a ido de las manos y sehab(a hecho de noche, y tanto mis circunstancias como mi entorno hab(an

cambiado.

ero esta ve; era distinto< el te)to que estaba desci!rando era una versión del

te)to de la estela de aser, una variación de la traducción de +teVart con

algunas adaptaciones que nunca hab(a visto. roced(a de la tercera sección

superior, y cubr(a las paredes y el techo de la cripta.%parté rápidamente la mirada y la posé sobre la !orma abotagada y enca$onada

de sir Toby 7elch en su ata0d de plástico. "n la habitación principal segu(a

sonando la m0sica a todo volumen, pero por los auriculares no o(a nada. Ke inB




8os dos estábamos en el bordillo de la acera, $unto a una hilera de otras

personas, esperando para cru;ar. #o estaba a punto de llevarme a la boca un

tenedor lleno de patatas !ritas.

¿uedes darme unas, patatas? di$o. or !avor.Toma, quédatelas todas di$e, y le entregué el grasiento cucurucho.

"lla lo cogió y, ba$ándose de un salto de la acera, cru;ó la calle ;ig;agueando

entre los coches que se acercaban en sentido contrario, y desapareció por la

esquina de >eV 7loomsbury +treet. "l semá!oro se puso verde y todos

echamos a andar. 8a $oven que estaba a mi lado, una universitaria estaB

dounidense a $u;gar por su aspecto, se echó a llorar en cuanto llegarnos al otrolado.

'h, 6ios di$o. "s horrible, horrible. #, ocultando la cara entre las

manos, se ale$ó hacia su hostal o donde !uera que se alo$aba.

#o torc( en 2reat /ussell +treet, hacia mi piso, sintiendo la distancia que nos

separa a todos de los mundos propios que habitamos. "l Mest "nd tiene ese

e!ecto. "n el centro oeste de 8ondres, cada noche, todo el mundo andaperdido.

C

+eth




4ui directamente a la habitación de %lan. "ncontré el pomo en el suelo del

pasillo, roto en varios tro;os, y la puerta entreabierta. >o parec(a haber

cambiado nada, de modo que decid( que era me$or no moverme de all(. +er(a

!ranco con él y lo aclarar(a todo. Ke senté en su estrecho camastro y vigilé lapuerta con el estómago severamente revuelto.

% medida que avan;aba la noche, me recosté en la cama y empecé a leer el libro

de Thompson que segu(a llevando en el bolsillo. "ra el t(pico relato británico del

siglo )i) sobre "gipto. Thompson era al parecer un caballero anciano y rico que

se hab(a tomado unas prolongadas vacaciones con la intención e)presa de poner

por escrito sus observaciones sobre el esplendor oriental, $unto con dibu$os ygrabados. +u barco atracó en %le$andr(a, y casi todo el primer cap(tulo está

dedicado al puerto y a las e)trañas costumbres de los lugareños, as( como a la

columna de ompeyo y la agu$a de *leopatra, que hoy d(a se encuentran en

ar(s. %l poco rato apoyé la cabe;a en la almohada y cerré los o$os. +aqué mi

ore$a votiva del bolsillo y me la llevé a los labios, pensando todav(a en

%le$andr(a.

% mi e) mu$er 5elen le encantaban los distintos tipos de teter(as que hab(a por

el puerto, donde te sentabas sobre un co$(n en el suelo y compart(as un cuenco

de té !uerte por cinco centavos mientras observabas la actividad de los

muelles. "l 0ltimo verano que !ue a verme pasamos mucho tiempo en el puerto,

5elen con sus vestidos largos de algodón pálido y sus sandalias te$idas. 8levabala cabe;a descubierta y su pelo oscuro brillaba intensamente al implacable sol

a!ricano. %l cabo de unos d(as estaba morena y ten(a unas !inas arrugas

blancas alrededor de los o$os. #o llevaba mi panamá de pa$a y ga!as de sol




%ssam con menta !r(o en privado. or la noche las temperaturas descend(an a

cuarenta grados ba$o cero y 5elen y yo nos envolv(amos en toscas mantas de

algodón. >uestra tienda se tensaba con los vientos del desierto, y la lona se

sacud(a y restallaba con !iere;a. '(amos el ligero tintineo de los arneses de loscamellos, que cambiaban de posición en sueños, y el débil murmullo de los

camelleros, que !umaban alrededor de la hoguera hasta entrada la noche antes

de enrollarse en sus mantas y dormir apiñados alrededor del !uego como vie$os

perros. /ecuerdo el olor de nuestros cuerpos entrela;ados, el sudor que se

en!riaba, el olor a salvia y a madera de sándalo del pelo de 5elen, el vello suave

y aterciopelado de sus antebra;os y sus piernas. 5elen se acurrucaba contra micuello y me besaba tiernamente, y yo le devolv(a los besos en la !rente, y

entonces ella soltaba una risita y volv(amos a empe;ar.

1na noche aparté las mantas mientras 5elen dorm(a pro!undamente, desnuda y

caliente, y sal( de la tienda para orinar. %l principio la oscuridad del desierto

parece vasta y completa, como una cueva subterránea, y te entra un poco de

pánico ante su inmensidad. ero al cabo de unos segundos la tierra y el cielo sevuelven n(tidos y se separan como es debido, una importante observación que a

los antiguos egipcios no les pasó por alto. *erca de mis pies, grandes

escaraba$os peloteros negros arrastraban sus cuerpos segmentados con

torpe;a por las pequeñas ondulaciones que hab(a de$ado el viento en la arena, y

hac(an rodar sus pequeñas cargas redondas de e)cremento de camello hacia

sus guaridas. 5ab(a miles de ellos pululando por la arena, e)tendiéndose sobrela siguiente duna, un movimiento masivo y cambiante a ritmo lento, una imagen

algo inquietante al principio, cuando se revela la magnitud de su n0mero. 5asta




que te das cuenta de que no les interesas. Tienen sus propias cargas en las que

ocuparse.

"n el desierto parece que alcan;as a ver más le$os por la noche. 8evantas la

vista y el cielo empie;a a a!irmarse, despe$ado y sin luna como parecen ser lasnoches en el desierto, y las estrellas salen de detrás de breves borrones y se

convierten en brillantes puntos de lu;, in!inidad de ellos, r(os de lu; blanca, y

los !inos granos de arena !orman con el viento cintas serpenteantes de color

verde y rosa pálido a través del cielo. Ke quedé all( parado tiritando de !r(o,

sintiendo las rá!agas de viento en mis pantorrillas desnudas con una mano en

mis genitales calientes, escribiendo mi nombre en la arena.8uego soñé con %lan 5enry en esa pequeña habitación. *rec(a como una planta,

y la cabe;a le brotaba de las ventanas y la puerta< los bra;os largos y rolli;os

le colgaban sobre 2reat /ussell +treet. +u cabe;a en !orma de tonel empe;aba

a moverse y a cambiar de !orma, del cráneo le sal(an dos largos cuernos, su

cara adquir(a un !orma casi perruna, como la de un oso hormiguero, el aspecto

del animal +eth, antiguo protector de "gipto y dios del caos, su piel se volv(ablanca y peluda, su cuerpo más grande y desmañado, hasta que sus o$os

bulbosos sal(an por los tragaluces del techo, el ladrillo se comprim(a contra su

creciente mole y todo el edi!icio se combaba hacia !uera.

Ke desperté cuando un peso aplastante cayó sobre m( como un saco de comida,

haciendo gemir el camastro y vaciando de golpe todo el aire de mis pulmones.1n codo enorme se me clavó con !uer;a en la ore$a. "ra un cuerpo corpulento.

5umano. 8o supe por el calor inmediato, por la blandura de la carne. 8a




combinación del olor a curries con especias y a chutneys, y la !orma de la mole

me indicó que ese hombre era %lan 5enry.

+e levantó de un salto de la cama como un gato, y aunque yo ten(a la vista

empañada por la !alta de aire, lo vi adoptar una postura de yudo en la oscuridadde la habitación, con el per!il e)trañamente pronunciado, las manos al;adas con

las palmas hacia !uera.

3as a lamentarlo gruñó, y se acercó a m( mientras yo me retorc(a en la

cama.

#o sent(a las costillas aplastadas y solo logré emitir un sonido sibilante a través

de la garganta mientras luchaba por respirar. Ke rodeó el cuello con una ;arpagigante y, levantando la otra por encima de su cabe;a, empe;ó a atestarme

golpes continuos en un lado de la cara.

"l primer puñeta;o me hi;o cerrar los o$os, y el segundo pareció devolverme el

o)(geno.

%lan... "spera... %lan... chillé entre puñeta;os.

G




8a mente de los insectos

*uando volv( en m(, "ddie sosten(a una loncha de beicon crudo sobre mi cara.

+ent(a el lado i;quierdo de la cabe;a palpitante y tirante de la hincha;ón, y

ten(a la ore$a cubierta de sangre seca. "staba acurrucado en posición !etal.

#a está aqu( di$o "ddie. 6e nuevo entre los vivos, ¿eh? 8e dio una buena

pali;a ese cabrón gigante.

8a iluminación era tenue< parec(a ser la lu; del d(a que entraba por la ventana.

Kiré alrededor y vi que la habitación estaba vac(a. "staba tumbado en el suelo

polvoriento de %lan, con "ddie arrodillado a mi lado. "ra por la mañana. Todas

las pertenencias de %lan hab(an desaparecido.

¿%donde se ha ido? pregunté.

>o lo sé. "ddie se encogió de hombros. 5a desli;ado la llave por deba$o

de mi puerta esta mañana. 5ab(a pagado los dos pró)imos meses por

adelantado. ")traño, ¿no?

*og( el beicon de la mano de "ddie y lo miré.

*re(a que se pon(a un bistec crudo en una herida como esta di$e.

"ddie me lo arrebató de las manos.

¿8e pare;co un $odido carnicero?

+alió !urioso y me quedé solo en la pequeña habitación de %lan. Ke levanté y

me e)aminé el resto del cuerpo, pero no parec(a haber otros daños serios.

5urgué en mis bolsillos. +egu(a llevando encima la billetera y las llaves, pero ellibro de Thompson que hab(a robado de la biblioteca hab(a desaparecido. "so

no era todo. %lan 5enry también se hab(a llevado mi ore$a votiva, uno de los

pocos ob$etos que ten(a alg0n valor real para m(.




tenedor. #o segu(a tapándome la boca con las manos y me empe;aron a llorar

los o$os a causa de las !ormaciones de nubes de sustancias qu(micas que

!lotaban en la cocina. KicL empe;ó a meterse tro;os de pastel en su pequeña

boca de hurón.8a *anción de %món continué, de JarnaL. Jlein me ha hablado de ella y me

ha dicho que t0 la hab(as visto.

KicL rascaba el molde del pastel, con la cara inclinada hacia él como un

penitente.

Ke preguntaba si podr(as decirme algo sobre ella, ya que es de la misma

época y del mismo yacimiento que la estela.¿or qué no le echas un vista;o t0 mismo? preguntó KicL.

7ueno, en estos momentos no está... disponible. T0 la has le(do, ¿verdad?

KicL arrugó la !rente. Ten(a la piel casi transl0cida y unas !inas venas a;ules le

recorr(an la !rente.

>o hay nada que decir, amigo. 1n montón de tonter(as sentimentales. >o

tiene ning0n secreto.1nos minutos más tarde KicL tiró el molde al cubo de la basura, cogió sus

insecticidas y se puso a !umigar de nuevo, aplicando largas dosis regulares

sobre el suelo de la cocina. Ke miró mientras lo hac(a. >o pensaba mencionarme

siquiera la *anción de %món y menos a0n compartir sus traducciones. Rusto lo

que necesitaba< no ten(a tiempo para hacer el tonto con él cuando mi carrera

estaba a punto de derrumbarse.¿%lguien te cascó anoche, t(o? Tienes la cara hecha un cristo.

6urante un par de minutos me planteé la posibilidad de agarrar su !laco cuello

y retorcérselo hasta que le salieran los o$os de su cráneo de roedor. #o pesaba




veinte Lilos más que él y le sacaba varios cent(metros. +ab(a que pod(a

golpearlo hasta de$arlo inconsciente, si quer(a. >o soy un hombre violento,

nunca lo he sido, pero la ligera animosidad que normalmente sent(a hacia él

estaba alcan;ando su punto má)imo. Tal ve; solo buscaba descargar mivengan;a contra alguien. +ent( el impulso de hacer peda;os su enclenque cuerpo

y tirarlo al Támesis, del mismo modo que +eth hab(a descuarti;ado a 'siris y

hab(a esparcido sus peda;os por el >ilo. or supuesto, su madre, =sis, recuperó

y unió los tro;os y solo hi;o a 'siris más poderoso al !inal< se convirtió en el 0lB

timo $ue; del más allá. %un as(, yo segu(a queriendo darle una buena pali;a.

¿"stás seguro? pregunté. ¿>ada?KicL sacudió la cabe;a. "staba agachado deba$o del !regadero, vaciando unos

tubos delgados de pasta venenosa a lo largo de los ;ócalos.

¿6e dónde sal(a ese dinero, KicL? di$e. Todo el dinero que le diste a %lan.

réstamos universitarios, t(o. 8os talones llegan cada cuatro meses.

5ace años que no eres estudiante.

"so no importa. Ke matriculo en una asignatura de ve; en cuando. "n teor(aestoy sacándome una licenciatura.

¿6e verdad? ¿"n qué?

%ntiguas civili;aciones, o antropolog(a cultural, no me acuerdo. "nv(o parte

del traba$o que estoy haciendo aqu( y eso parece tenerlos contentos.

¿ *uánto les debes ?

1!, al menos sesenta mil libras.Ke dio miedo preguntarle en qué demonios gastaba todo ese dinero, aparte de

en insecticidas. 3est(a como un trasnochador empedernido, rara ve; se

entreten(a en alguna clase de higiene personal, no ten(a prácticamente nada




aparte de unas pocas mudas y cepillos de dientes mohosos, y parec(a

alimentarse casi e)clusivamente a base de salchichas, pasteles de riñones,

carne enlatada, curries y comida para llevar de la tienda de la esquina, y alguna

que otra incursión a las pro!undidades de las humeantes cocinas asiáticas del+oho.

% continuación se ocupó de las trampas estaciones de cebo para cucarachas, y

cebos para grillos y hormigas, as( como unas cápsulas liberadoras de hormonas

especialmente diseñadas que emanaban una clase de radiación que penetraba la

estructura del %6> de los insectos. +ab(as que eran e!ectivas cuando ve(as

cucarachas arrastrándose moribundas con solo tres patas o una segundacabe;a saliéndole de un lado del abdomen. KicL gateó por la cocina colocando

las distintas trampas a intervalos de treinta cent(metros. 8os cebos nuevos

hicieron palpitar mi cara magullada, de modo que retroced( hasta el pasillo y

grité

¿*uándo tienes previsto saldar esa deuda? ¿>o te preocupa?

>o pienso hacerlo./odó por el suelo de la sala de estar, colocando cebos en la parte in!erior del

so!á y de la mesa de centro.

>o tengo un solo pariente vivo digno de mención, aparte de mi madre, que

tiene casi setenta años. +i muero sin herederos, no hay problema, ¿no?

¿Quieres decir que les de$arás la deuda? ¿Que morirás sin saldarla?

Ke miró con pro!undo asombro.or supuesto.

¿Quién la pagará?

¿% quién cono le importa eso? "staré muerto, ¿no?




KicL gruñó, pero aceptó. +u restaurante pre!erido, al que iba al menos una ve;

a la semana, era un sórdido indonesio en el sur del +oho. #o estaba harto de él<

no de la comida, que era bastante buena, sino de todo el ritual de KicL. +u

plato !avorito era un tipo de pescado que serv(an con espina en una !uente a;uldesportillada, nadando en una salsa marrón espesa llena de pequeños granos de

pimienta con aspecto de huevos de insecto y ho$as desmenu;adas ro$as y

negras. Ten(a la costumbre de pedirlo picante O8o auténtico, ya sabe, no la baB

sura para turistasP, dec(a al camarero inclinado, con su arrugado blusón hasta

las rodillas, que sonre(a con su!icienciaD.

*uando llegaba la comida, los cocineros sal(an de la cocina y se colocaban en unahilera a lo largo de la pared, un grupo variopinto de asiáticos, que cru;aban sus

delgados bra;os tatuados y sin vello sobre sus camisetas blancas sin manga lleB

nas de lamparones y sus pechos hundidos, con un cigarrillo colgado de sus labios

h0medos, y observaban a KicL visiblemente divertidos y e)pectantes.

"speraban a que KicL cortara el pe; y lo considerara con cuidado, de$ando que

la salsa goteara limpiamente sobre el hule manchado de la mesa. KicL sellevaba la carne blanca y tierna a su pequeña boca de hurón, cerraba los o$os y

empe;aba a masticar !urioso, la piel transl0cida de sus me$illas ondulando con

las !inas estr(as de los m0sculos que se e)tend(an como telarañas por su cara y

su cráneo bulboso. Tragaba saliva y abr(a los o$os, siempre mirándome con la

misma e)presión santurrona, como para darme a entender que lamentaba que

no e)perimentara seme$ante placer, que todo eso estaba tan por encima de m( y de mis capacidades que no pod(a menos que sentir sincera compasión por m(.

>unca comprend( del todo su e)presión, ya que yo hab(a pedido e)actamente el

mismo plato y estaba dando cuenta, deprisa y sin ceremonias, del pescado




vasos entre los dedos temblorosos. Yl no me dirig(a la palabra el resto de la

noche, y mientras volv(amos andando a casa por *haring *ross, escup(a en las

alcantarillas y murmuraba hacia su ore$a votiva, como si hubiera sido cosa m(a,

como si yo tuviera la culpa de todo.Kás tarde, en el piso, ten(a que soportar su suplicio intestinal en el cuarto de

baño. 1na noche en particular, después de una de esas comidas, me levanté de

la cama para ir al lavabo. *uando encend( la lu;, encontré a KicL desnudo y

tembloroso, con sus bra;os nervudos en cru; y una mano en cada pared,

suspendido sobre la ta;a del inodoro en posición sentada como un e)traño

gimnasta, con los o$os centelleantes y los labios blancos cubiertos de burbu$asde saliva. /egresé a la habitación y me acurruqué deba$o de las sábanas, las gaB

nas de orinar olvidadas, y me pasé las siguientes horas tratando de no o(r los

amortiguados gemidos de KicL O*ómo arde... -6ios m(o, cómo ardeP.

"sta ve; condu$e a KicL a un local $unto a "ndell +treet, en los tortuosos

meandros de *ovent *arden, un restaurante vegetariano pequeño y original

llamado *ranLy[s, donde puedes tomarte un bol de cebada orgánica caliente concilantro, pieles de ;anahoria y piñones por encima, y acompañarlo de un vaso de

$ugo de remolacha y apio, verde aguado y espeso con una capa de espesos

sedimentos violetas en el !ondo. "n *ovent *arden hab(a una serie de

restaurantes como ese donde te serv(an platos vegetarianos parecidos, y

muchos eran llevados por la poderosa organi;ación inglesa Jrishna que ha hecho

de 8ondres su hogar. Ke di$e que no me ir(a mal ingerir algo orgánico y cab(a laposibilidad de que encontrara all( a %lan 5enry, ya que él !recuentaba esos

locales, deambulando por los pequeños patios interiores y pla;as de *ovent

*arden. % menudo lo ve(a charlar con Lrishnas u otros hombres con t0nica.




se escabullirá hacia su agu$ero como si acabara de apearse de un $odido

autob0s.

B¿#?

+eguro que has o(do hablar de la teor(a de la conciencia colectiva. 1ncolectivo enorme traba$ando en un solo ob$etivo. +in ning0n pensamiento o

aspiración individual. +abemos que las distintas clases de abe$a nacen dentro

de un sistema de castas que designa su !unción particular en la colmena. "stán

genéticamente predispuestas a desempeñar esas !unciones. También sabemos

que las abe$as obreras pueden de alg0n modo comunicar instrucciones

comple$as al resto de la colmena, entre ellas indicaciones que permiten a lasdemás abe$as buscar la !uente de comida.

+e comunican mediante movimiento di$e. 1na pequeña dan;a.

6é$ate de dan;as replicó KicL. >o es lo bastante comple$o. "s como

decir que se puede escribir instrucciones !unerarias del =mperio %ntiguo en

copto.

B¿#?8a metá!ora de la colmena es literal. *ada una es un apéndice de un cuerpo

mayor. ¿+ab(as que a cada abe$a se le designa su posición al nacer? %parte de

la reina, todas son genéticamente idénticas. 6epende de la cantidad de comida,

básicamente agua a;ucarada, que las abe$as obreras dan a cada crisálida. "so

determina su !unción. *uanto más a;0car, más grande y poderosa será su

posición. Todo eso se decide sin pensar. or puro instinto. *ada acción vienedeterminada por una especie de instinto innato.

Tienes un problema serio, KicL. 1na especie de !obia.




% la mierda con eso. "stoy hablando de un impulso m(nimo que via$a por la

!rágil médula espinal desde ese pequeño bulto que sirve de cerebro.

/eacciones. 8u;, temperatura, movimiento, reacción pura ante el mundo

e)terno. "n cierto sentido vuelan a ciegas, como esas polillas o mariposas que aveces chocan contra ti. orque no te reconocen como ser vivo. ->o eres más que

un $odido ob$eto 'tra serie de parámetros de entrada que se !iltran a través

de su sistema nervioso microscópico y que engendran una serie de acciones

predeterminadas. 7ueno, pues la pregunta es...

Ke clavó un dedo en el pecho, haciendo rechinar sus dientes de hurón. Traté

de apartarme todo lo posible de los e!luvios de su hahtosis en el estrechoreservado.

... ¿+e te ocurre algo más aterrador que eso? ¿8a acción sin pensamiento, sin

racionali;ación, sin inteligencia, sin emoción, sin ning0n proceso de ninguna

clase? /egida por un instinto medido por una conciencia colectiva, -una $odida

memoria !(sica >o hay sensación de pérdida, de pesar o de dolor siquiera.

Todo está supeditado a la supervivencia. 1no pensar(a que eso los har(a a lalarga predecibles, pero, al contrario, los convierte en las criaturas vivas más

impredecibles del mundo, al menos en nuestra relación con ellos. ¿or qué?

-orque no hay ra;ón +u conciencia es tan di!erente de la nuestra que podr(an

ser e)traterrestres, ¿total?

"ra la conversación más larga que hab(amos mantenido nunca.

=nmediatamente después de esto KicL decidió que no pod(a consumir OesamierdaP y procedió a encender un puro, a pesar de que en todas partes hab(a

letreros que prohib(an !umar. 1n par de $óvenes larguiruchos y con ri;os

rastas que al parecer traba$aban como guardas $urados para los Lrishnas nos




apremiaron para que subiéramos las escaleras y saliéramos a la calle lluviosa. #o

segu(a masticando mi tabouli de a$o con tomates.

-*apullos Lrishna di$o KicL. -6ios -Karicas de mierda

¿Tienes alguna idea de dónde podr(a encontrar a %lan? pregunté.>oB, t(o.

¿# a 5ani!?

>i puta idea.

%l subir por +t. Kartin en dirección a 7loomsbury pasamos por delante de un

pequeño pub oscuro llamado 4our 7ells. 8as ventanas estaban empañadas de

condensación y grasa.1n par de huevos rebo;ados murmuró KicL, y se metió en el pub,

de$ándome plantado en la acera.

>o sé por qué me molesté siquiera. 3olv( a casa solo ba$o la lluvia, levantando

mi cara magullada para dis!rutar de las gotas !r(as. #, haciendo una mueca de

dolor, maldi$e a KicL y su oscura y retorcida alma.

@

K0sica




"rin me hab(a parecido una veinteañera. ero ¿qué sab(a yo de la edad relativa

de las mu$eres? Ki e)periencia era limitada. hillip nos de$ó para consultar la

lista de los miembros del personal y ver si "rin traba$aba ese d(a. enelope

toqueteó un montón de !ichas de colores.¿or qué la busca? preguntó.

Tiene algo que necesito que me devuelva. "s muy urgente.

¿"stá relacionado con lo que le ha pasado en la cara?

enelope llevaba una blusa holgada de algodón con el cuello pequeño y

puntiagudo, y una abertura por delante, y me sent( impulsado a e)aminar el

pálido triángulo de carne e)puesta. "ra la palide; de una inglesa de nacimiento,sin la menor insinuación de un escote, y me sent( atra(do por ella como una

polilla por la llama. 8levaba el pelo recogido en lo alto de la cabe;a en el mismo

estilo 3ictoriano que el d(a anterior.

>o di$e. *reo que no.

hillip volvió al mostrador y se irguió.

1na $oven llamada "rin ha traba$ado aqu(, en e!ecto di$o. %l menos hastaayer, señor. % partir de ese momento se le borró de la lista.

¿+e !ue o la echaron?

8o siento, señor, pero no puedo darle esa in!ormación.

*on esas palabras hillip retrocedió por de!erencia, aunque se situó en un lugar

desde donde pudiera seguir observando nuestro comportamiento obviamente

e)traño.8o siento, doctor /ochester di$o enelope con un pequeño moh(n.

/othschild. Malter.

Malter.




Ke !iguré que en el departamento de recursos humanos tendr(an un e)pediente

con una !oto de "rin, algo que me permitiera comprobar que la mu$er que hab(a

conocido y con la que hab(a tenido relaciones se)uales en el suelo de la +ala de

"statuas "gipcias se llamaba realmente "rin, con suerte con un apellido.También me ser(a 0til una dirección. % todo el que entraba a traba$ar en las

salas de lectura de la 7iblioteca 7ritánica se le hac(a una !oto y se introduc(an

sus datos en el ordenador, y todos los empleados llevaban una chapa con una

!oto colgada del cuello.

or !avor di$e, no quiero meterte en ning0n l(o. % enelope no parec(a

preocuparle la escena que estábamos montando. 3i por la !orma en que sosten(ala cabe;a que se compadec(a de mi situación.

"ra una chica bastante rara di$o. >o llevaba mucho aqu(. +e tomó una

cerve;a conmigo y otras compañeras hace unas semanas.

¿6i$o por qué traba$aba aqu(? ¿%lguna ra;ón? 1! di$o enelope,

levantando una mano pálida, no me acuerdo.

*ualquier cosa ser(a de utilidad.5ummm. ensaré en ello. "scucha, necesito ponerme a traba$ar.

¿uedo volver a hablar de ello contigo? ¿6espués del traba$o? ¿"stá noche?

5ummm.... Tengo una... planes.

"s muy importante insist(. 1n caso de vida o muerte.

odr(as ser un pirado.

>o, no soy nada de eso. 6e veras.enelope accedió !inalmente a reunirse conmigo cuando terminara el turno en

un par de horas en el 7ricLlayer[s %rms, un pub situado a unas man;anas al

norte, al otro lado de ')!ord +treet. 5ab(a quedado con otro amigo all(, pero




"lla siguió mirando el escenario, moviendo la cabe;a ligeramente al compás de

la percusión. +é que a ella le molestaba que intentara aplicar todo a la

egiptolog(a y a mi traba$o. ero era mi plantilla, lo 0nico que ten(a con que

traba$ar. +ab(a que nunca llegar(a a entender la m0sica como ella lo hac(a, y queesa clase de comparaciones solo eran los intentos que yo hac(a por entender

ese mundo.

8os m0sicos terminaron con un estruendo particularmente caótico de cuerdas y

campanas, y el p0blico empe;ó a levantarse para irse. 5elen !ue la 0nica que

aplaudió y paró al cabo de unos minutos.

7ebió un sorbo de su bebida y me miró.¿+abes? or una ve; podr(as decir que lo has entendido. odr(as darme la

ra;ón y de$arlo correr.

*ogió su bolso y yo la segu(, y salimos $untos a la noche, a las calles calurosas,

vac(as e iluminadas por la luna.

enelope me esperaba en el 7ricLlayer[s %rms, bebiendo una pinta de sidra y!umando un cigarrillo. 8levaba otras ga!as, delgadas y negras, que se e)tend(an

por la parte superior de su cara redonda como un puente gótico. "n el taburete

de al lado hab(a un tipo sentado, con uno de esos $erséis de cuello alto negros a

la moda y té$anos negros. +e ve(a a mil leguas que era sueco.

"ste es Kagnus Kagnusson di$o enelope. Kagnus, te presento al doctor

/othschild. "s el americano loco del que te he hablado. Kagnus, conoces a "rin,¿verdad?

Kagnus sonrió, enseñando una dentadura sueca per!ecta. "ra un hombre muy

menudo para un nombre tan imponente.




Ke miró a la cara y entrecerró sus o$os amarillos.

5a sido un placer conocerle, doctor /othschild.

6i al conductor las señas del restaurante, que resultó estar a solo die;

man;anas de distancia. Traté de ocultar a Uenobia el lado magullado de micara, el enorme verdugón que ahora cubr(a una tercera parte de ella.

ensé que ir(amos andando di$e, pero ya que tienes este coche...

Uenobia se limitó a asentir y siguió mirando por la ventana los vistosos

escaparates de 5arrod[s y los otros grandes almacenes y boutiques de Kay!air

mientras nos dirig(amos al +trand. 5i;o un pequeño ademán, como diciendo O8o

que t0 digasP.8a llevé a mi indio pre!erido de 8ondres, el =ndia *lub, en el hotel +trand

*ontinental. "l restaurante está en el quinto piso y se accede a él por un

sórdido tramo de escaleras. "s un local estrecho y atestado de mesas y sillas

de madera baratas, suelo de baldosas de cuarto de baño, paredes desnudas,

comida a0n más barata y curries que eran lo más parecido a lo que pod(as

encontrar en las calles de la =ndia. +ubimos la destartalada escalera, pasamospor delante del salón de hombres desva(do y lleno de humo del segundo piso,

atestado de indios entrados en años con camisa blanca y pantalones de lino, que

se arrellanaban en los desvenci$ados muebles mirando ceñudos la televisión.

Uenobia estaba totalmente serena, impasible. %br( la puerta sin letrero del

sencillo comedor, sintiéndome orgulloso y un tanto asombrado ante el hecho de

que mis genes hubieran producido seme$ante criatura.ed( varios curries y chutneys para los dos $unto con arro; y un nan. Ke o!rec(

a ba$ar a la tienda de bebidas alcohólicas para comprar un par de cerve;as

*obra, que van muy bien con un curry picante, pero Uenobia declinó educada,




unas estrategias de pensamiento de grupo debilitadoras que acababan

anegadas en un pantano de ambig&edad y $erga académica que imped(a que las

verdaderas ideas hicieran mella en algo que !uera más allá de los modelos

teóricos. "sta revista se propone cambiar todo eso.#o no sab(a que hab(a ido a *olumbia para hacer un máster. +upongo que hab(a

muchas cosas de su vida que ignoraba. +i soy sincero, no ten(a ni idea de qué me

estaba hablando. arece una tarea gigantesca di$e. +e secó la boca con

delicade;a con su servilleta, con la boca llena de curry.

# ambiciosa añad(. +uena muy bien.

8a in!luencia di$o ella de las revistas y la prensa ilustrada en general notiene precedentes entre las mu$eres. Ke miró con intensidad, como esperando

que le rebatiera la idea. #o me encog( de hombros y estudié los senderos de

aceite que el madras de pollo hab(a de$ado en mi plato.

¿Qué tal está tu madre? pregunté. Uenobia de$ó el tenedor y la cuchara

por primera ve; en casi una hora. Kasticó unos momentos mirando su plato anB

tes de tragar ruidosamente."stá bien respondió.

¿Qué pasa? ¿+igue tocando?

+(, s( di$o. Todo va bien.

Uenobia apoyó la barbilla en la mano y se inclinó sobre la mesa, mirando a las

mesas de hombres de negocios a nuestro alrededor, caballeros de pelo canoso y

chaleco que entrechocaban sus vasos de cerve;a en brindis solemnes, con lacara colorada por el alcohol, los curries y los años.

"n realidad no lo sé di$o Uenobia. +igue tocando y dando clases. ero no

siempre se le ve !eli;. ¿*omprendes?




ara comprar los billetes de tren a *ambridge di$e. # !ue hace tres años.

Ke gusta esta americana. Ke pagarán la semana que viene. ¿*uánto tiempo vas

a quedarte? "staré de vuelta mañana por la noche.

"lla se recostó en su silla y me mire con pro!unda triste;a, o considerando algoque parec(a terrible y trágico. >o estoy seguro de lo que quer(a decirme. +acó

su agenda de cuero y arro$ó unos cuantos billetes nuevos sobre la mesa.

8lama al hotel di$o. >o sé cuánto durarán esas reuniones, si toda una

semana o unos d(as. %demás, tengo previsto reunirme con alguien en alg0n

momento para tomarme unas vacaciones cortas, de modo que no sé.

¿Quién? ¿1n hombre? ¿1n novio?"lla !runció el entrece$o.

>o seas rid(culo di$o. ¿+abes lo rid(culo que eres?

¿*ómo dices?

"lla se limitó a mirarme unos momentos. #o ten(a las manos en el aire, los

hombros encogidos. Quer(a que me di$era qué era tan rid(culo. ensé en 8a

instrucción de %ny, un te)to instruccional del =mperio >uevo O*uando de $oven tomes mu$er y te estable;cas en tu hogar, presta atención a tus hi$os,

cr(alos como tu madre te crió a ti. Que ella no tenga ahora motivo de que$a de

ti, no sea que alce las manos a dios y él oiga sus gritosP. %l cabo de un rato

ba$é las manos y me com( los 0ltimos restos de curry de mi plato. "lla suspiró

hondo, inclinó la cabe;a y se cubrió la cara con las manos.

¿Qué pasa?apá, tienes que saberlo di$o a través de las manos. 8evantó la cabe;a y me

miró a los o$os. Kamá ya no está sola. 5ay alguien más ahora.




*ompré una botella de vodLa en la tienda de la esquina y cog( un ta)i, todo con

el generoso préstamo de Uenobia. 8a dirección que me hab(a dado Kagnus

estaba en el norte de Jensington, pasado >otting 5ill 2ate, $unto a 8adbroLe

2rove. "l ta)ista dio varias vueltas a la man;ana hasta dar con el piso, que alparecer estaba encima de una tienda en un estrecho calle$ón de carnicer(as

árabes y tiendas de Lebab. ara acceder al piso de Kagnus tuve que cru;ar una

carnicer(a especiali;ada en carnes de animales sacri!icados seg0n la ley

musulmana y otros productos cárnicos de 'riente ró)imo. "l hombre de

detrás del mostrador ni siquiera me miró cuando entré. "ra alto y de aspecto

severo, y en el cinturón de su!utha llevaba una daga curvada y corta queidenti!iqué como un$ambiya, el arma tradicional de los hombres del pa(s de

#emen. 8a !unda ten(a pro y piedras incrustados. 8a mitad del mostrador

estaba lleno de soberbios peda;os de carne con vetas de grasa que brillaban

como $oyas sobre papel de cera, y la otra mitad, de ramilletes !rescos de qat,

el narcótico de ho$as verdes que los yemen(es tienen la costumbre de mascar.

>o hab(a nadie más en el establecimiento. "l tendero ten(a la me$illa derechaabultada y mascaba las ho$as de qat con un suave movimiento circular.

"n el otro e)tremo de la habitación hab(a una puerta que conduc(a, tras un

breve tramo de escaleras, a otra puerta. '(a ruido de m0sica y voces que

ba$aban como un torrente de agua por los escalones. "ra una melod(a repetitiva

y vibrante, y como hab(a estado vivito y de alg0n modo coleando en los años

setenta, solo tardé unos segundos en reconocer el ritmo y la letra< era %bba.%br( la puerta, sosteniendo la botella de vodLa delante de m( como si !uera un

talismán. 6entro estaba oscuro y hac(a calor, y el humo de cigarrillo se canali;ó

en t0neles hacia el pasillo. Tropecé inmediatamente con un enorme montón de




7eb( un sorbo del l(quido ardiente. enelope me cogió del codo.

7ien, doctor /othschild. ¿or qué estás yendo detrás de esa chica, si se

puede saber? ¿>os lo vas e)plicar o no?

+iegrund me miró e)pectante. +altaba a la vista que no sab(a inglés y noentend(a nada, con las ce$as $untas y la cabe;a ladeada como la de un spaniel.

Kagnus, ¿has visto a "rin? ¿8a mu$er que te di$e que buscaba?

ero Kagnus estaba ocupado soltando un monólogo a +iegrund en sueco,

gritándole al cuello. "n la cocina hab(a un humo insoportable. 7eb( un sorbo de

mi bebida y, al recordar aquella primera noche en el 8upo 7ar, me entró el pániB

co. ¿Qué estaba haciendo all(? or un momento cre( que iba a vomitar.>o creo que esté aqu( di$o enelope.

3oy a echar un vista;o di$e.

Te acompaño.

5icimos una ruta circular a través de la !iesta, moviéndonos entre distintas

habitaciones pequeñas, todas abarrotadas de suecos que !umaban y beb(an con

!uria. "l piso era sorprendentemente grande para 8ondres, aunque en casitodas las habitaciones parec(a haber camas y otros e!ectos personales.

"nseguida quedó claro que "rin no estaba all(. ero, como me gritó enelope al

o(do, eso no quer(a decir que no !uera a aparecer más tarde. 6espués de todo,

eran poco más de las doce.

%l salir de una habitación, Kagnus nos acorraló en un pequeño pasillo con otra

rubia alta cogida del bra;o.1na rubia guapa, ¿no?

#a lo creo.




#o me balanceaba levantándome sobre los talones y las puntas en la acera.

5umnim di$e.

#a sabes, todo el asunto de la pornogra!(a. Oornogra!(a suecaP y Osuecas

rubiasP continuó enelope, entrecomillando las palabras con los dedos.¿% qué crees que se debe? pregunté yo. Ke re!iero a por qué una cultura

que tal ve; se conoce me$or por su !r(o pragmatismo y una antiguo legado de

e)pansión violenta se ha convertido de pronto en sinónimo de pornogra!(a.

")acto.

6eber(amos preguntárselo a Kagnus di$e.

enelope se pasó el qat al otro lado de la boca y habló con cierta di!icultad através del $ugoso me$un$e.

6ebe de ser el recha;o inconsciente a ese rollo sobre las rubias di$o. 8as

rubias son tontas y cachondas, por tanto las suecas, que en su mayor(a son

rubias, deben de ser tontas y cachondas.

Toda una nación de chicas se)ys.

2enial di$o enelope. # cómo ellos lo aceptan.+iempre prácticos di$e. 6ispuestos a sacar partido de los vientos

dominantes.

*omo 8ei! "riLsson.

¿Quieres bailar? pregunté.

8as ra;as escandinavas di$o ella son muy curiosas.

#o también desciendo de ellas.+olo son los hombres, ¿sabes? 8a !antas(a sueca. 1na especie de proyección

subconsciente. ¿#a sabes? como cuando los hombres practican el travestismo.




+iempre se convierten en las chicas que desean la ramera superdotada

se)ualmente, básicamente una puta con ingenio y agude;a.

Te tomo la palabra.

8as mu$eres, en cambio, cuando se dis!ra;an de hombres, a menudo seconvierten en la clase de hombre que odian. 8os desagradables. 8a clase de

camorrista borracho, aborrecible y demás. recisamente los que son horribles

con las mu$eres.

¿Tal ve; a las mu$eres no les gustan... las mu$eres?

"s usted un verdadero genio, pro!esor.

2racias.8uego hay t(os que se ponen un vestido y se convierten en la t(pica niñita que

no dice ni p(o. Ke parece muy tierno. Tal ve; eso es lo que deber(amos hacer

para averiguar qué clase de hombres son. 5acerles ponerse un vestido y

pintarse, y ver en qué se convierten. ¿+abes a qué me re!iero?

areces haber re!le)ionado mucho sobre ello.

"l problema es que, incluso con esa in!ormación, probablemente seguir(amos yendo con los auténticos gilipollas.

Ke sent(a un poco inquieto. "scup( el qat gomoso y goteante al calle$ón.

enelope hi;o lo mismo, y hasta el d(a de hoy nunca he visto a una mu$er

quitarse de la boca algo tan grande, blando y repugnante de una !orma tan

graciosa y natural. Ke pareció encantador. +e bebió el resto de ca!é y me

miró. +us o$os eran como lunas.¿5as dicho algo de bailar?




¿Tienes un papel?

7usqué en mis bolsillos y encontré la tar$eta de Kagnus. "scribió su n0mero de

telé!ono al dorso y me la dio.

8lámame mañana. >o traba$o, as( que estaré en casa. >ecesito consultarlocon la almohada. >o podemos tomar una decisión as( ahora, ¿no?

"n el ta)i, de regreso a mi piso, recosté la cabe;a en el asiento y cerré los o$os

con gratitud. 4rente a mis párpados, un resplandor cálido y ro$i;o se e)tend(a

sobre mi mente, llevando los tra;os de los s(mbolos, las imágenes vagamente

!igurativas del lengua$e. Ten(a la cara entumecida y parec(a colgarme del

cráneo como un saco de comida. *uando abr( los o$os, pasábamos por 7ond+treet y nos adentrábamos en el norte de ')!ord +treet< los muros ba$os de

los edi!icios brillaban con letreros de neón que anunciaban equipos de m0sica,

componentes electrónicos y electrodomésticos, y el ta)i se desli;aba sin

obstáculos por la oscura !ran$a de la calle. Quer(a volver a la o!icina del sótano

del Kuseo 7ritánico y sentarme un rato con la estela. 'lvidar todo lo demás y

sentir solo la !r(a y lisa piedra cali;a mientras desli;aba los dedos por lasincisiones de los s(mbolos y los toscos bordes de la losa. "l peso, la !irme

solide; de la piedra oscura. Traté de concentrarme en esa porción de

consistencia.

ero en lugar de ello pensé en 5elen como la hab(a imaginado a lo largo de los

años. 8a imaginé con su violonchelo, mane$ando el arco con br(o apasionado,

como si masa$eara los hombros de un niño revoltoso, con una sonrisilla burlonaen los labios, los o$os entornados por el es!uer;o, sosteniendo con ternura el

violonchelo ámbar oscuro entre las piernas, un nido encantador entre sus

muslos !emeninos, las rodillas color crema y con hoyitos ligeramente arqueadas,

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página 2!!



Ke desperté a las dos y media de la tarde, con el tiempo $usto para ducharme

e ir a buscar a enelope a la estación de 5olborn a las tres. Ke puse una muda

limpia y me su$eté en bandolera mi estuche de acero ino)idable con cerrado alvac(o para guardar papiros. "ra sumamente ligero, con pilas recargables que

activaban los controles digitales termostáticos. Ten(a preseleccionados varios

medios ambientes, de modo que con solo apretar un botón pod(a modi!icar el

aire contenido en el estuche hasta reproducir la atmós!era seca y rica en

o)(geno de "gipto en el año HWWW a.*., o el aire más h0medo y tibio de 2ran

7retaña en el siglo =. arec(a un enorme termo o una al$aba metálica colgada ala espalda. "ra el regalo que me hab(an hecho mis compañeros de "l *airo

cuando me marché de all( en EF@F. ¿Qué otra cosa llevas cuando te dispones a

recuperar una antig&edad egipcia de un valor incalculable de manos de una

banda de ladrones adictos al speed?

KicL no estaba. +u contestador automático volv(a a estar lleno de mensa$es,

varias peticiones y respuestas sobre sus traba$os complementarios. #oesperaba que eso lo mantuviera ale$ado de la estela. +ab(a que me morir(a de

envidia y de verg&en;a el resto de mi vida si KicL resolv(a la estela a mis esB

paldas. "ra la clase de tipo capa; de hacerlo.

5ab(a reservado billetes a *ambridge desde Jing[s *ross para esa tarde, con el

regreso abierto. 8e di$e a +ue y a *indy que quer(a echar un vista;o a unos

manuscritos del 4it;Villiam Kuseum y consultar al doctor 5ardy unas posiblestransliteraciones de la estela, por si alguien preguntaba por m(. 8o que, por

supuesto, nadie har(a. "l doctor 5ardy era uno de los paleógra!os más

destacados de =nglaterra. 4ormaba parte del baluarte de ingleses ancianos y

Matt Bondurant- el misterio de los jeroglífcos Página 2!2



losas de piedra cali;a, un campo de $erogl(!icos divididos en cuadr(culas que se

prolongaban hacia el hori;onte hasta convertirse en un borrón.

"se era precisamente el problema los bordes deteriorados de la estela

desequilibraban todo. +olo pod(amos hacer hipótesis sobre lo que hab(a all(< loque se le(a en las partes que pod(amos traducir, vertical y hori;ontalmente.

'tra parte del problema era la curiosa naturale;a de los determinativos, los

signos que aparecen a continuación de otros $erogl(!icos y que de!inen la

categor(a del signi!icado. %l no escribirse las vocales, los determinativos son

necesarios para distinguir las palabras con las mismas consonantes.

"l problema que planteaba la estela era que, debido a su naturale;a decrucigrama, los determinativos ten(an que !uncionar de !orma di!erente en las

l(neas verticales que en las hori;ontales. "l mismo signo que en la l(nea

hori;ontal !uncionaba como determinativo, pod(a !uncionar también como

logograma o !onograma en la l(nea vertical. Tratar de distinguir la naturale;a

de ese signo en una tercera dirección era lo !rustrante. Ten(a un alcance

matemático las posibilidades parec(an in!initas. ero, por supuesto, no lo eran.% menudo pensaba en la tercera v(a como una bola de billar sobre la membrana

de la cuadr(cula, creando un hoyo alrededor del cual discurr(an los

determinativos, tomando el camino que o!rec(a menor resistencia y

adentrándose en la curva creada por la metá!ora general como planetas que se

mueven en una órbita. *omo dec(an los matemáticos, solo era cuestión de

situarse dentro del conte)to del problema, comprender las reglas del sistemanumerado y salir por la puerta más ra;onable. +encillo.




+ur. ¿+ab(as que en el siglo )i) se dec(a que en un lago en lo alto de las montaB

ñas de ortugal se encontraban los restos de los barcos perdidos en el mar, a

veces procedentes del otro e)tremo del mundo? *ada pocos meses sal(a

borboteando a la super!icie otro barco hundido. Runcos chinos, buques deguerra, balleneros de >antucLet, canoas peruanas, todo lo habido y por haber.

8os pasa$eros y la tripulación hab(an desaparecido, por supuesto. Tal ve; en sus

via$es a través de los canales de la tierra llegaban a su 3alhalla personal. #o

beber(a aguamiel sentada a la gran mesa y me emborrachar(a en la llanura

el(sea.

"sto no es un deseo acerca de tu !uneral di$e, es una escena sacada dealg0n mito nórdico.

"lla se encogió de hombros.

"stá muy bien añad(, pero si no hay nadie que lo vea, que lo registre...

¿8o ves? >o te cabe en la cabe;a hacer algo que no quede registrado o

recogido de alg0n modo para la posteridad. "so es lo que distingue al artista

del cient(!ico.ero los dos quieren lo mismo, ¿no?

+( y no. 1nos buscan la inmortalidad del cora;ón, una ha;aña que sea cantada

en los grandes himnos alrededor de la hoguera. 8os otros, la preservación

cuanti!icable.

¿+upongo que yo soy el cient(!ico?

"n realidad es menos ego(sta di$o ella. "speras de$ar algo que instruya alas generaciones !uturas. or eso estudias a los muertos, para respetar esa

transmisión de in!ormación y hacer uso de ella.




-%delante, ha;lo siseó enelope.

Roannie salió corriendo de la oscuridad con un enorme narguile de cristal a;ul y

verde del tamaño de un balón de playa, de los que hay en los ca!és marroqu(es.

6e los lados sal(an tres tubos terminados con boquillas de mar!il. #o no quer(aparticipar en eso. "lla lo colocó en un soporte metálico que hab(a sobre la mesa

de centro y se acuclilló !rente a nosotros.

7ien, ¿preparados? preguntó. %qu( va el chocolate.

"mpe;ó a desmenu;ar con unas ti$eras diminutas la piedra marrón que hab(a en

la bolsa de plástico y a colocar los tro;os en el gran recipiente en !orma de

platito que hab(a en la parte superior del narguile.Roannie, me pregunto si sabes dónde está "rin en estos momentos.

5ummm. "lla !runció el entrece$o. ensaba que estaba con vosotros en la

casa de campo.

7ueno, s( di$e. "stuvo. ero hace d(as que no la vemos.

Roannie se encogió de hombros y cogió un encendedor.

>o lo sé di$o. odr(a volver ahora mismo. ero supongo que os estaráesperando en casa de 'ldcastle. Quiero decir que lo normal es que venga ella o

dos de los americanos a recoger el material. % menudo son esos tipos gigantes.

>unca sé quién va a venir, la verdad. % veces es un poco con!uso.

+(, claro.

ero podr(a aparecer ahora mismo, ¿no? preguntó enelope.

+(di$o Roannie. 7ien, ¿estáis preparados?Roannie sostuvo un encendedor sobre el recipiente lleno de tro;os de hach(s,

un pequeño montón de barro seco. enelope ya ten(a un tubo entre los dientes.




parte, y la orilla se elevaba casi un metro por encima del r(o. 1nos pasos

rápidos y un salto, y podr(a caer sobre su espalda y derribarla. odr(a

detenerla. 6e pronto ten(a los nervios y los m0sculos alerta, y apreté el paso,

tomando pro!undas y silenciosas bocanadas de aire. >o ten(a la menor dudasobre mi habilidad para saltar como un leopardo sobre su espalda desprevenida.

Ke sent(a en tensión, preparado, y me sorprend( imaginando el instante del

impacto cuando la derribara. Tumbado sobre ella, con su cuerpo ágil

retorciéndose deba$o de m(, los dos $adeando en el suelo de la batea.

6i otros cuantos pasos rápidos, y me dispon(a a arro$arme sobre la espalda de

"rin cuando de pronto me hice un l(o con las piernas y ca( de bruces en lah0meda hierba. - %y enelope estaba sobre m(, hundiéndome la cara en la

hierba con el codo.

*apullo, ¿qué ibas a hacer? ¿"h? me susurró al o(do.

6e$é de retorcerme. >oté cómo la !r(a y h0meda tierra se me met(a por la

pechera de la camisa. enelope estaba sobre m( como un luchador,

inmovili;ándome las rodillas con las piernas, manteniéndomelas separadas, ysu$etándome las muñecas con las manos. +ent(a su pequeña barriga contra la

parte in!erior de mi espalda. 8a o(a $adear ruidosamente.

Queremos el papiro susurró. "lla no sabe que la estamos siguiendo.

"rin desaparec(a en la oscuridad, sin de$ar de impulsar la batea con la pértiga a

una velocidad vertiginosa.

"lla nos conducirá hasta él. >o te muevas.enelope ten(a ra;ón, por supuesto.

*reo que me has roto la nari; di$e. # puede que una costilla. 'tra ve;.

>o seas mariquita di$o enelope.




unos momentos. Ten(a el pelo castaño largo y recto, recogido hacia atrás con

una cinta dorada. 8uego me condu$o a una pequeña habitación donde estaba la

sección de historia. >o logramos dar con el libro de 6ernier< yo sab(a que era

una posibilidad muy remota, pero me gusta comprar los libros usados, siemprelo hago. 6e hecho, me parec(a asombroso que un historiador optara por leer un

libro nuevo cuando hab(a a su disposición un e$emplar usado, un e$emplar que ya

ten(a alguna clase de historia intr(nseca. % menudo encontrabas subrayados,

e)clamaciones, s(mbolos curiosos, mensa$es cr(pticos y notas en la primera

página y en los márgenes, cosas que desci!rar y utili;ar para construir

imágenes de los lectores anteriores, de sus vidas. 5elen sonrió cuando se lodi$e.

>unca me hab(a parado a pensar en ello di$o. ero supongo que yo siento

lo mismo. Kira esto.

+e inclinó hacia m( y me enseñó la ho$a del libro de Trilling que estaba leyendo.

5ab(a anotaciones a lápi; en los márgenes y !rases subrayadas y rodeadas con

un c(rculo. Kientras me inclinaba hacia ella, su pelo me ro;ó el hombro. 'l(a atierra, a algo subterráneo.

¿+on tuyas esas anotaciones? pregunté.

5elen se tapó la boca y resopló.

+( di$o. >o se lo digas a nadie. "s una costumbre. ero lo hago a lápi;<

siempre puedo borrarlas más tarde.

>o lo hagas di$e. >o deber(as. 6é$alas.8e di las gracias por su ayuda y ella me di$o que no traba$aba all(, que solo

estaba leyendo algo para un traba$o de clase. +us estrechos hombros casi

asomaban por su $ersey, que ten(a el cuello amplio, de$ando ver ese cautivador




hueco u hoyo en la base de la garganta donde se $untan los huesos y empie;a el

cuello, ese lugar que parec(a moverse por impulso propio cuando hablaba o

volv(a la cabe;a, haciéndose más pro!undo o ensanchándose, cambiando de

te)tura y sombreado con el continuo movimiento, temblando como una vela alviento. *onoces ese lugar.

Ke e)plicó que estaba sin blanca, y que el tipo del mostrador, erry, le de$aba

entrar y leer lo que quer(a sin necesitar de comprarlo.

"staba leyendo el libro de Trilling para una de sus clases de humanidades< un

cap(tulo titulado O"l destino del placerP.

Ke ha encantado conocerte, Malter me di$o, de$ando el libro de nuevo enel estante.

"star cerca de ella en ese momento, o(rle hablar conmigo, era como salir a la

llanura del !uturo desde alguna deprimente cueva de oscuridad y descubrir la

belle;a estética en medio de la !r(a lógica de las matemáticas. "ra una

sensación que siempre hab(a buscado.

%hora tengo que volver al estudio di$o, echando a andar por >orman +treethacia la parada de autob0s, para ensayar. +i quieres o(rme tocar, ven al

recital que voy a dar la semana que viene.

"scribió la dirección y la !echa en mi mano con un rotulador.

Ke di$o adiós con un ademán desde la ventana del autob0s, sacudiendo la

cabe;a con una ligera sonrisa. 6etuve un ta)i al otro lado del puente en

dirección a 7erLeley, para regresar a mi piso de *heshire +treet. "n cuantollegué, escrib( la !echa y la dirección del recital de 5elen en la pared del cuarB

to de baño con un rotulador permanente, para verlo cuando me cepillara los

dientes.




Ten(a la piel pálida y los o$os brillantes, y su acento hab(a recuperado el

caracter(stico tono cantar(n de las universidades de ')!ord y *ambridge que

hab(a detectado la noche que hab(amos pasado $untos, y debo con!esar que me

quedé una ve; más estupe!acto ante el hecho aparentemente incre(ble de quehubiera tenido relaciones se)uales con esa mu$er.

Kira di$o ella, tenéis que entender que las cosas están un poco tensas

aqu( esta noche. +iento la escena de la puerta. +e acercó a enelope sin de$ar

de sonre(r. 8a dama que nos ha tra(do al doctor /othschild hasta aqu(. KuB

chas gracias.

6é$ate de $oder murmuró enelope. +abes per!ectamente quién co$ones,soy.

"stábamos a punto de tomar el té di$o "rin. "stoy segura de que no os

vendrá mal una ta;a. ¿*ómo está nuestro amigo Kagnus, por cierto? 5e o(do

decir que lo pasaste muy bien en su !iesta, Malter. +ent( perdérmela.

"stuvo genial di$o enelope. 6eber(as haber ido.

1na idea brillante di$o "rin mientras caminábamos por el pasillo, pedir aalguien de la biblioteca que te ayude. +e volvió hacia m( arqueando una ce$a.

¿1na noche movida? ¿*ómo te hiciste eso?

>os detuvimos ante una puerta. "rin me quitó el gorro y me alisó el pelo. Ke

estiró el cuello de la camisa y me puso bien las solapas. +ent( un hormigueo en

el cuero cabelludo. "lla me sonrió y me ro;ó la cara ligeramente. ensé en sus

dedos recorriendo los gli!os toscamente dibu$ados, las luces rotatorias de unclub nocturno, una servilleta arrugada, un cora;ón latiendo.

¿Qué clase de lunáticos toman un $odido té a las cuatro de la $odida

madrugada? preguntó enelope.




1)

<orizonte final




"rin abrió la puerta y nos hi;o pasar. 6e pie !rente a un escritorio enorme

hab(a un anciano tra$eado, con la camisa por !uera de los pantalones< la ten(a

levantada con una mano, de$ando ver una barriga redonda y sin pelo. *on la otra

mano sosten(a una enorme agu$a hipodérmica que deb(a de tener treintacent(metros de longitud y el grosor de un lápi;, y cuyo e)tremo estaba

enterrado pro!undamente en su ombligo. 8evantó la vista, con la boca apretada

en una mueca desagradable.

6isc0lpenme di$o. >o tardo nada.

'ldcastle procedió acto seguido a ba$ar el émbolo con una mano temblorosa.

Ten(a la cara compuesta y serena. >adie se movió. 'ldcastle cerró los o$os conun pro!undo suspiro.

%h di$o. "nseguida estoy con ustedes. erm(tanme un momento. #a está.

6el ombligo le ba$aba un hilo de sangre, que detuvo con un tro;o de gasa. 8uego

nos dio la espalda y se metió la camisa dentro de los pantalones. 2igantica

estaba a su lado, comiendo con las manos algo que ten(a vagamente el aspecto

de pollo tandoori. 6e pie discretamente en un rincón hab(a otro hombre con unat0nica naran$a pálido y largas sartas de cuentas. enelope nos de$ó sobre la

mullida al!ombra en mitad de la habitación y se sentó en un ornamentado sillón

reclinable estilo romano. 8a habitación ol(a intensamente a incienso y a curry.

"n una esquina del escritorio humeaba un pequeño narguile, una versión en

miniatura del de Roannie.

'ldcastle se acercó al espe$o que hab(a $unto al escritorio para arreglarse lacamisa y la corbata. Ke !i$é en que llevaba unas elegantes botas de tacón alto

que deb(an de añadir die; cent(metros a su estatura. Ten(a las piernas




arqueadas en !orma de interrogante, e inclinaba la cabe;a despacio, con los

hombros estrechos amontonados alrededor de su delgado cuello.

or !avor di$o 'ldcastle, señor, señora, les ruego que me disculpen.

Malter di$o "rin, te presento a sir %rthur 'ldcastle.8levaba un tra$e hecho a medida que se a$ustaba como un guante a su retorcido

tronco, con una corbata color cere;a de nudo corredi;o y una leontina colgada

del bolsillo del chaleco.

7ien di$o, $untando sus dedos huesudos de uñas cuidadas.

Kire di$o enelope, ¿podemos saltarnos esta parte? #a hemos visto esta

pel(cula. 1sted siga haciendo el papel del doctor malo, inyectándose lo quequiera y $ugando con sus estatuas. "sa ;orra ha robado algo y queremos que lo

devuelva.

¿*ómo dice? di$o 'ldcastle.

+anto cielo di$o enelope. +i quiere podemos llamar a la polic(a y

solucionarlo de ese modo.

+acó el móvil y lo sostuvo delante de ella. ensé que tal ve; estabarepresentando su papel en esa aventura con demasiado entusiasmo. "l hombre

de la t0nica de color a;a!rán inclinó con elegancia su cabe;a a!eitada y

murmuró algo a 'ldcastle en un dialecto árabe nubio, algo insólito en un Lrishna

hind0. Ten(a una vo; sosegante y una cara agradable que resultaba !amiliar.

'ldcastle !runció el entrece$o, luego se acerco con paso inseguro a su

escritorio, abrió un ca$ón y sacó mi estuche para papiros. 8o sostuvo en lasmanos como una espada o un palo de billar.

1n bonito instrumento, doctor /othschild di$o. Tal ve; más tarde quiera

echar un vista;o a nuestra cámara hiperbárica del ala este. *reo que le




parecerá interesante. "s el medio ambiente controlado más grande del mundo,

al menos por lo que se re!iere a medios ambientes de cinco mil años de

antig&edad. ero me temo que no podemos desprendernos del documento.

"so no está bien di$o enelope. *reemos que podr(a ser de alguna utilidadpara la investigación que estoy llevando a cabo sobre ciertas cuestiones di$o

'ldcastle. Tenemos el presentimiento de que podr(a ser un escrito valioso.

¿8o ha le(do? pregunté.

'ldcastle sonrió de ore$a a ore$a, de$ando ver unas !auces llenas de teclas de

goma torcidas. +e notaba que en otro tiempo, hac(a muchos años, hab(a sido un

$oven muy atractivo. Querido amigo di$o, para eso está usted aqu(.¿Quiere decir que usted no puede hacerlo? pregunté. 8a !rente de

'ldcastle se ensombreció por un momento. %dvert( que ten(a la cara cada ve;

más colorada y un o$o ligeramente saltón. /odeó el escritorio y se apoyó en los

bordes con sus dedos retorcidos.

/econo;co di$o, haciendo una breve y casi imperceptible inclinación hacia

m( que en este caso voy a requerir sus conocimientos. 5ay ciertas pautas,unos signos bilaterales y trilaterales que no enca$an con la plantilla normal.

Rerogl(!icos !igurativos con algo de ortogra!(a silábica. 8e han recomendado

las má)imas autoridades.

¿Quién me hab(a recomendado?, me pregunté. ¿Jlein? ¿KicL?

6e acuerdo balbuceé. 8o haré.

-or 6ios gritó enelope. ¿# por qué demonios no se ha limitado aped(rselo? ¿>o le parece un tanto rebuscado todo esto?

>o lo planeamos e)actamente as( di$o "rin. 3osotros me habéis seguido

hasta aqu(, ¿recuerdas? (bamos a mandar a alguien a buscarte, Malter, cuando




*og( el estuche y el sobre sin de$ar de mirar a "rin, que me sostuvo la mirada.

Ki hi$a está en 8ondres... di$e. Tendr(a que estar con ella en estos

momentos. Todo este asunto... está dando al traste con mis planes. ¿or qué

querr(as hacer esto? ¿or qué a m(?"rin siguió sonriendo, con su pequeña nari; levantada y vuelta ligeramente

hacia un lado, las ce$as arqueadas de !orma encantadora.

>o, eso es otro asunto. "so es obra tuya, ¿no, Malter?

"ntregué el sobre a enelope, que se limitó a encogerse de hombros en el so!á,

con el móvil todav(a en las manos a modo de protección. 2igantica me cogió del

bra;o y me condu$o a través de una puerta del !ondo que daba a un pequeñotaller.

"l taller estaba dominado por una gran mesa cubierta de más ho$as de papel de

prensa con los mismos garabatos e)traños que hab(a sobre el escritorio de

'ldcastle. "n las paredes también hab(a colgados varios garabatos, algunos en

lo que parec(a escritura copta o cir(lica, otros de tipo cunei!orme. También

hab(a una serie de tablas y grá!icas que parec(an órbitas planetarias, as( comodibu$os esquemáticos más abstractos de cuadr(culas curvadas y es!eras que

describ(an trayectorias en !orma de arco alrededor de ob$etos cónicos. "n la

pi;arra de la pared hab(a ecuaciones matemáticas. Kientras 2igantica

despe$aba la mesa para m(, cog( una de las ho$as de papel de prensa, cubierta

de letra apretada pero en inglés moderno.

"l universo está envuelto en diminutas subdimensiones enrolladas que atraviesan simultáneamente cada punto en el tiempo. "sto puede

concebirse visualmente como un tro;o de cuerda e)tendido de lado

a lado de un cañón< visto de le$os, parece una l(nea que solo e)iste




en una sola dimensión. or supuesto, cuando se ve la cuerda de

cerca, tiene un grosor que consta de más dimensiones. Tal ve;

nuestro mundo actual, tal como lo vemos, es como esa cuerda

e)tendida de lado a lado de un cañón< si pudiéramos acercarnos lo su!iciente para e)aminar el mundo en sus componentes más miB

croscópicos, tal ve; ser(amos capaces de ver esas otras dimenB

siones. =maginaos un insecto que se arrastra por la cuerda< si no es

consciente del grosor, del aspecto cil(ndrico de la cuerda, creerá

que solo puede via$ar a lo largo de ella en una dirección. >osotros

somos ese insecto que via$a en la 0nica dirección que creemos posible.

8a naturale;a del $erogl(!ico re!le$a esta concepción, esta visión del

espacio enrollado, el pasado y el presente e)istiendo

simultáneamente, que está e)pl(cita en la antigua concepción del

$erogl(!ico como un s(mbolo que es al mismo tiempo vida, esp(ritu,

conocimiento, amor, el La, que e)iste en todos los tiempos para todos los tiempos, as( como en la topogra!(a del hiero, que en su

!orma de relieve completo son ob$etos independientes, s(mbolos,

representaciones directas, claves !onéticas, !onemas individuales,

mientras e)isten en las tres dimensiones aparentes que podemos

e)perimentar visualmente. odemos entrar en ese reino como si

saliéramos de la >ecrópolis por una puerta !alsa, el via$e del La,hasta el lugar donde se origina la e)istencia, la tierra de %mónB/a y

el trono espiritual de %tón. "ste es el lugar donde el espacio

curvado se repliega a través de la eternidad hacia nosotros, el lugar




donde el tiempo se detiene y contin0a eternamente el 5ori;onte de

+ucesos.

"scritura automática susurró 2igantica con el lado de la boca. #a sabe,ella entra en trance y empie;a a garabatear esas cosas. Todo un lengua$e

nuevo, sobre planetas y universos. %l vie$o le gusta la escritura automática.

Kiré su 0nico o$o. Kasticaba plácidamente como una vaca. +e encogió de

hombros.

"s ella di$o 2igantica, señalando el escritorio con la cabe;a. Ke guiñó el o$o

con complicidad. Tiene tina cone)ión con el otro lado. ¿+abe lo que quierodecir?

Ke limité a mirarlo.

#a sabe prosiguió 2igantica, %nión, %tón, todo ese tinglado.

#a. ¿Qué tal el o$o?

7ien, gracias. "s muy amable por preguntar, doctor /othschild.

"stoy seguro de que no lo hi;o a propósito di$e. Ke re!iero a 5ani!. >oquer(a meterle el dedo en el o$o. "stá en la cárcel, ¿sabe?

¿Quién?

>o importa.

'h di$o 2igantica, dése prisa. *erró la puerta y me de$ó solo.

6e la pared colgaba un gran estandarte de !ieltro con la imagen de un sol

naciente bordado en hilo dorado. "n la parte in!erior se le(a O"l orden delamanecer doradoP. # un te)to en lat(n que hablaba de gnomos, hadas, el!os y

esp(ritus en los árboles o algo as(. %$usté los mandos de mi estuche para

documentos para suavi;ar el impacto de traer al presente un papiro del siglo




N== a.*. +aqué el papiro enrollado y lo e)tend( sobre la mesa, tratando de

mane$arlo con el mayor quidaBdo posible y estirando las esquinas, y empecé a

ordertar la inscripción superior y las listas de determinativos.

7arco r(o arriba, puño cerrado, grupo de $uncos, mesa de o!renda,

lechu;a, v(bora cornuda, disco solar, o$o abierto...

1#Escara9ajos %eloteros

8a ciudad de %suán está situada en la orilla derecha del >ilo, con su gran

mercado que se e)tiende a lo largo de la avenida *orniche y cru;a los Rardines




4eriales hacia el sur. or las mañanas, mientras mi padre revisaba los in!ormes

sobre los progresos del d(a anterior con los ingenieros rusos antes de desaB

yunar, yo me lavaba rápidamente con la palangana de agua y el paño que 5aLor,

mi cuidador, me llevaba a la cama cada d(a antes de que amaneciera. *uandollegaba la llamada a la oración matinal de los almuecines a través de los

altavoces instalados en lo alto del minarete de la me;quita, y los cocineros y

criados se inclinaban en sus esteras desenrolladas, 5aLor y yo cog(amos unos

panecillos de la cesta y ba$ábamos corriendo la colina, pasando por delante de

las caravanas y los coberti;os pre!abricados, en dirección al r(o. *omiendo los

cru$ientes panecillos ligeramente sa;onados con cardamomo, cru;ábamos elba;aar todav(a oscuro mientras los comerciantes montaban sus puestos,

sacando carros de hortali;as enanas, !rutas curiosas y sacos de grano y

especias. Ke gustaba pasear por el r(o hacia el cementerio de la ciudad vie$a,

lleno de panteones y c0pulas del per(odo !atim(. *orriente aba$o, las enormes

torres metálicas de la obra se e)tend(an a cada lado del r(o, adornadas con

celos(as de andamios e iluminadas con !ocos y miles de bombillas que colgabande la estructura de madera y !ormaban el esqueleto alumbrado de la presa.

% primera hora de la mañana el aire estaba relativamente inmóvil, solo se o(a el

;umbido de los generadores de la presa, y los ruidos del mercado y de los

habitantes de %suán que empe;aban su $ornada. "n menos de una hora, cuando

el sol se elevara sobre los picos de las montañas del este que bordeaban el

gol!o de +ue;, habr(a una hilera de !ellahs, los egipcios dorados, los nubios másoscuros, y de un puñado de rusos y otros e)tran$eros, caminando hacia la obra.

+e pondr(an en marcha los grandes motores, la enorme maquinaria, los gritos y

las conversaciones en m0ltiples idiomas, el golpeteo de los martinetes y la




caco!on(a general de engrana$es rechinando y pistones golpeando. "l ruido se

har(a eco a través del agua y rebotar(a contra los grises y escarpados

acantilados de la isla "le!antina, y toda la región de %suán parecer(a resonar

con la promesa del é)ito y la grande;a del progreso. Todos parecer(an creer enla presa y las repercusiones que tendr(a.

%l este del vie$o cementerio de %suán hay una antigua cantera de granito que

hace más de mil años que no se utili;a. "n los años en que viv( en "gipto de niño,

antes de que el gobierno egipcio se diera cuenta del potencial y la importancia

de sus ob$etos arqueológicos, o antes de que tuvieran la capacidad para

ocuparse de ellos, no era tan raro toparte con una antigua estatua que asomabapor la puerta de una tienda, o con una estela del =mperio %ntiguo incrustada en

la pared de ladrillo de un comercio. 5aLor parec(a tener mucha !acilidad para

encontrarlas. 8a cantera estaba al abrigo de un vie$o granero que segu(a

usándose en aquella época. "staba cercada con una valla desvenci$ada y era

bastante pequeña seg0n los criterios actuales< solo ten(a cincuenta metros de

ancho. "n el otro e)tremo, un grupo de reses escuálidas de color amarillentomasticaban las toscas matas de pa$a del desierto que crec(a entre los salientes

de granito.

"n la pared de la cantera hab(a una antigua escalera e)cavada. % primera hora

de la mañana, antes de que el sol lo llenara todo de lu; y calor, el débil brillo de

las bombillas de la presa iluminaba lo $usto para ver una serie de !ormas granB

des. "ntre los escombros del !ondo de la cantera hab(a grandes bloques degranito, e)tra(dos obviamente hac(a muchos años. "n el centro hab(a una pie;a

particularmente enorme, un rectángulo largo de al menos dos metros y medio

de ancho por veinticinco de largo. 1nas cuantas piedras grandes amontonadas




contra la base permitieron que 5aLor me diera impulso para subirme a la

super!icie de la piedra. "mpecé a caminar a lo largo de ella, y a medida que el

sol avan;aba lentamente sobre las montañas del valle, alcancé a ver una larga

!isura en la piedra, una grieta de die; cent(metros de ancho por ciertas partesque la recorr(a en toda su e)tensión. Ke tumbé boca aba$o para e)plorarla,

introduciendo los dedos en ella y tratando de determinar lo pro!unda que era.

"ra lo su!icientemente pro!unda.

Kucho después averig&é que se trataba de un obelisco inacabado que unos

artesanos nubios hab(an e)tra(do de la cantera hac(a más de dos mil años. 8o

más probable era que hubiera sido concebida para acompañar al obelisco8ateran de JarnaL. ero era mucho más grande que este< el obelisco inacabado

habr(a pesado más de un millón de Lilos, lo que lo convert(a en la estatua más

grande $amás construida. 8a larga grieta que la recorr(a hab(a surgido al !inal

del proceso y la tarea se hab(a abandonado. 5oy d(a en el yacimiento hay

puertas y lavabos para los turistas. #o no sab(a nada de eso ese d(a de EFCH

que me arrastré, con los bra;os y piernas completamente abiertos sobre lapiedra, e introdu$e los dedos en la grieta que hab(a acabado con el obelisco. %l

menos no sab(a los detalles. ero era como si te llegara a través de la roca, en

oleadas, como el calor, la sensación de antig&edad, esa larga !isura como un r(o

a través de piedra. 4ue mi primera e)periencia con un ob$eto egipcio y nunca

olvidaré esa sensación. #o era libre de pasar la mañana a mi anto$o hasta el

silbato que anunciaba la hora de comer. Ki padre me esperaba a esa hora en lagran tienda con vistas al r(o y a la presa donde com(a con los rusos. #o de$aba

que me alborotaban el pelo, esos $óvenes de cara gris que !umaban a lo largo de

toda la comida y sosten(an un cigarrillo en una mano y un tenedor con cusc0s en




la otra. >os sentábamos en c(rculo sobre co$ines planos, y un criado tra(a la

comida en grandes cuencos de madera y de$aba un montón de pan sin levadura

!rito en una mesa ba$a situada en medio. #o me sentaba al lado de mi padre, y a

veces hurgaba en los bolsillos polvorientos de su chaqueta de lona buscando unregali;. /ecuerdo los gruesos nudillos de sus manos llenos de mugre. 'l(a a

cuero engrasado y a cebollas. Ke hac(a levantar para cerrar la cremallera de la

puerta mosquitera cuando alg0n re;agado se olvidaba de hacerlo.

%l !inal persuad( a 5aLor para que buscara un barco de vela, o sandal, que nos

llevara a la mitad del r(o, hasta la isla "le!antina. 6esde la isla se domina el r(o

desde los *ataract 5otels del norte hasta la carretera de %lBKatar. %l oestede la isla "le!antina está la isla Jitchener, y al sur, la isla de %món. *reemos

que la isla "le!antina recibió ese nombre debido a las peculiares rocas blancas

que sobresalen del r(o cerca de la isla, cuya !orma redondeada evocó la !igura

de un ele!ante en el reinado ptolemaico posterior. %nteriormente se hab(a llaB

mado Jom, como el principal dios de la isla, Jhnum. %ll( !ue donde vi por

primera ve; la preocupación arqueológica de los británicos por la isla, hombresvestidos con pantalones caqui bien planchados que cada mañana sub(an a bordo

de la pequeña !lota de veleros para hacer la pequeña traves(a hasta la isla,

cargados de grandes mochilas llenas de herramientas y utensilios para hacer

calcos por !rotación con carboncillo. or la tarde regresaban, los barcos

desbordantes de !ragmentos de piedra y estatuas rotas $unto con montones de

calcos de estelas y otros escritos.8os británicos parec(an estresados y resueltos a rescatar i anta obra como

!uera posible, idea que los soviéticos no compart(an. ero la primera




preocupación de los arqueólogos estaba más arriba, en la primera catarata, el

2ran Templo de %bu +imbel.

"l 2ran Templo de %bu +imbel se hab(a construido en honor del !araón /amsés

==, aunque el templo está o!icialmente consagrado a una tr(ada %mónB/a, tah y /aB5ara$Bte. 8a parte delantera del edi!icio está dominada por cuatro

colosos del !araón, cada uno de veinte metros de alto, y la !achada general

tiene más de treinta y cinco metros de largo y treinta de ancho. 1n antiguo

terremoto deterioró las estatuas y destruyó una de ellas de la cintura para

arriba. "n las partes ba$as del templo, alrededor de las rodillas de las !iguras

sentadas, hay pintadas de mercenarios griegos del siglo 3= a.*. que pasaron por"le!antina. "se lugar relativamente remoto !ue en otro tiempo un santuario al

dios 5orus, y se cree que /amsés lo tuvo presente al construir su templo. 8os

parientes del !araón lo acompañan en !orma de estatuas, y no están tan bien

dotados. 8a parte superior de la !achada está rematada en una hilera de

babuinos, el animal tótem de Thot, el dios de los escribas, la escritura y el

conocimiento.8o más signi!icativo del templo, al menos desde el punto de vista ingeniero y

estructural, es su orientación, ya que dos veces al año, el HH de !ebrero y el HH

de octubre, los rayos del sol de primera hora de la mañana brillan a través de

la entrada hasta alcan;ar la pared del !ondo de la cámara más recóndita. 8os

destellantes rayos amarillos caen directamente en las estatuas de los cuatro

dioses all( sentados %mónB/a, tah, /aB5ara$te y /amsés ==.>o pudo trasladarse todo< no todo escapó a la inundación que causó la presa

sobre el valle. 8os soviéticos parec(an tener sentimientos ambivalentes acerca

de salvar lo más posible de los yacimientos históricos y antig&edades< los




egipcios no tanto. >o hab(a dinero para ello. 8a principal presión para preservar

o trasladar monumentos y arte!actos proced(a de los europeos, los

observadores del Kuseo 7ritánico y el 8ouvre, as( como de un nutrido grupo de

caballeros arqueólogos británicos. ero no eran más que una pandilla dehistoriadores y estudiosos que chillaban en las reuniones sobre la necesidad de

conservar las ra(ces de esa gran civili;ación. >o ten(an recursos, ni dinero, ni

maquinaria, ni !orma alguna de abordar la tarea. +ab(an que las pérdidas ser(an

irreparables si no actuaban rápido, antes de que todo quedara cubierto por

veinticinco metros de agua. 8os ob$etos más !rágiles, como los papiros y los

ostracones, quedar(an inmediatamente destruidos con la llegada de las aguas.8as estructuras más grandes y las lápidas no tardar(an en deteriorarse y

descomponerse cuando las distintas !ormas de vida que habitaban en los r(os

echaran ra(ces y se e)tendieran sobre sus super!icies secas y porosas. "l 2ran

Templo de %bu +imbel era la estructura más grande y uno de los templos

egipcios me$or conservados que se manten(an en pie.

+in embargo, no estaba en el radar de los soviéticos. "stos ten(anpreocupaciones más importantes, como, por e$emplo, el traslado de los noventa

mil nubios que viv(an en el valle. "l lago que crear(a la alta presa de %suán

cuando se terminara, que se llamar(a >asser en honor del anterior presidente

de "gipto, cubrir(a la tierra nubia de ECF billones de metros c0bicos de agua.

ara impedirlo, los arqueólogos tendr(a que obtener el consentimiento de los

soviéticos, y, a0n más importante, los soviéticos necesitar(an utili;ar sumaquinaria pesada para rescatar algo de la inundación. 8os soviéticos o mi

padre.




Ki padre y los soviéticos a menudo se re(an de la calculada diligencia de los

británicos, su apasionamiento en esa tarea aparentemente insigni!icante.

6espués de todo, en cuanto liberaran la presa, la mayor parte de ese material

quedar(a sumergido y olvidado. ¿6e qué serv(a? #o ten(a una idea bastanteapro)imada de lo que pensaba mi padre de %suán y de "gipto en general

básicamente una ciudad !ronteri;a del Tercer Kundo, llena de traiciones

primitivas, comida e)traña, una me;colan;a de culturas, una caco!on(a de

idiomas, artes m(sticos, religiones antiguas, prácticas ne!andas e ideas y

concepciones básicamente desapegadas del mundo. "ra un lugar atrasado

peligroso, un nudo en el árbol del progreso. ero al mismo tiempo no parec(atener reparos en de$arme vagar a mis anchas entre los habitantes de %suán

las austeras viviendas llenas de clérigos musulmanes severos que chasqueaban

con desaprobación, sacudiendo las barbas y dando palmadas< hind0es con

turbantes que beb(an té riéndose a través de sus pocos dientes manchados<

hombres santos de las religiones más antiguas y sin nombre, que sumerg(an las

palmas en pintura ocre y salmodiaban de sol a sol< peregrinos y pro!etasascetas que se reun(an en lugares santos que hab(an desaparecido hac(a tiempo

y solo e)ist(an en la memoria de sus recitados incomprensibles< un calle$a entre

carnicer(as, una esquina polvorienta, un oasis solitario que se visitaba una ve;

cada die; años< su !ervor y su consagración a lo desconocido, a lo olvidado, que

conmemoraba una antigua cone)ión (ntimamente personal con su dios o dioses.

+u entrega solo era equiparable a la naturale;a esotérica de su religión. "so!ue lo que me impresionó de niño, su pasión y dedicación. >unca vi "gipto como

un desierto tercermundista como lo ve(a mi padre.




"n %suán parec(an pulular todos los h(bridos del norte de X!rica, que se

reun(an en los mercados para predicar, re;ar, vender, comprar, mendigar o

robar. =ncluso los soviéticos, !umadores y pagados de s( mismos, repantigados

ba$o los toldos de los ca!és con sus sucias camisas arremangadas, riéndose delos británicos con sus tra$es de lino que arrastraban ca$as llenas de ob$etos

arqueológicos mientras ahuyentaban las $aur(as de perros salva$es y

vagabundos siempre presentes, incluso ellos parec(an !ormar parte de esa

me;cla sobrenatural de humanidad. 6e niño nunca me planteé si estaba a salvo

o seguro en esa ciudad< no pod(a ser peor que subir detrás de tu padre el

andamio de una presa hidroeléctrica de trescientas toneladas en 8ander,Myoming, a sesenta metros sobre el agua, de noche y en medio de una

tormenta, para observar cómo los relámpagos sacud(an sin cesar las retorcidas

entrañas de la presa, haciendo rebotar bolas de !uego hirviendo contra los

cables de electricidad estática que estallaban en el agua con una rugiente !uria

blanca. 6e niño nada me daba miedo. +olo en la mediana edad ha empe;ado a

aterrarme esta vida.5aLor, que era nubio, ten(a una !amilia e)tensa en la región que se inundó. Yl

!ue quien me habló del traslado masivo semiobligado, de los pueblos

abandonados y de los habitantes conducidos en manada a viviendas

pre!abricadas de estilo soviético en las a!ueras de Quban y 7eit elBMali. TamB

bién me enseñó los escaraba$os peloteros y me e)plicó su curiosa conducta y su

lugar en la mitolog(a egipcia. "n el l(mite del desierto oriental, a solo unosLilómetros de %suán, las ondulantes dunas de arena empe;aban a prolongarse

hacia el in!inito. O>ing0n hombre puede cru;ar solo este desierto dec(a

5aLor. >unca.P




+olo tardó unos minutos en locali;ar uno de los insectos solitarios que sub(an

pesadamente una duna que deb(a de parecerles una montaña. 8as más de las

veces, el escaraba$o pelotero estaba ocupado en el traba$o de toda su vida, que

consist(a en !ormar y empu$ar una bola de e)crementos compacta hacia suguarida. ara hacer la bola, recoge el material con las patas y lo aprieta

mientras le da vueltas, dándole una !orma totalmente redonda. "l escaraba$o

siempre empu$a la bola con las patas traseras, caminando hacia atrás con la caB

be;a gacha, guiándose con las delanteras. % menudo aparece otro escaraba$o

para OayudarloP mientras hace rodar su pelota de e)crementos hacia su

agu$ero. 1na ve; all(, el visitante esperará, casi !ingiéndose muerto, hasta queel escaraba$o desaparece en la recién cavada guarida. % continuación trata de

huir con la pelota. +i lo descubren, parecerá OdisculparseP y comportarse

dócilmente de nuevo, hasta la siguiente oportunidad. O+iempre hay un ladrón

esperando para robarte la vidaP, dec(a 5aLor. 6entro de la guarida, el

escaraba$o consume parte de la bola de estiércol y luego hace un OnidoP en

!orma de pera para poner encima sus huevos. *uando la larva de escaraba$oviene al mundo, lo hace envuelta en un capullo de comida, y para cuando sale de

él, está !uerte y preparada para repetir el ciclo. 8a dedicación y la diligencia se

ve(an recompensadas en la otra vida. 8a seria y silenciosa lucha diaria del

escaraba$o coincide con el concepto de los egipcios antiguos del é)ito en esta

vida.

O"n los tiempos de los dioses dec(a 5aLor, el mundo era duro.P*ada d(a re;as para que el d(a siguiente sea como este, para que puedas hacer

rodar tu carga colina arriba hasta tu casa. ara mantener intacto el orden se

requiere una e)traordinaria diligencia, y la me$or manera de lograrlo es a




través de la contemplación silenciosa y el estudio serio, no a través de la pasión

o la protesta emocional. 8a percepción de los antiguos egipcios de este hecho

aparece continuamente en los llamados Te)tos =nstruccionales, una s(ntesis de

cómo vivir rectamente tal como lo registraron los distintos escribas a lo largode los siglos. Todos parten del mismo principio que los verdaderamente

silenciosos heredarán la tierra. 8a =nstrucción de %menemope, un escriba del

=mperio %ntiguo, lo e)presa poéticamente

"l verdaderamente silencioso se mantiene aparte.

"s como un árbol que crece en un $ard(n. 4lorece y produce doble !ruto.

+e al;a ante su señor.

+us !rutos son dulces, su sombra placentera<

acabará sus d(as en el $ard(n...

"l otro camino, el desconocido, el camino del desierto, signi!icar(a muerte,vac(o

"n cuanto al hombre acalorado del templo

es como un árbol que crece ba$o techo<

un instante duran sus brotes,

acabará sus d(as en la leñera< desde all( es transportado le$os por el r(o,

las llamas son su sudario.




"n mi vida de adulto me he atenido a este decreto. +in embargo, no tengo la

sensación de que vaya a acabar mis d(as en el $ard(n, dondequiera que esté.

"l sol via$a a través del reino de la oscuridad a !in de aparecer siempreen el lugar donde se origina la e)istencia. +in embargo, en los tiempos

de oscuridad la mente deambula sobre el desierto vac(o, vagando como

los vientos, buscando la cálida lu; del !uego para verle la cara. % veces

todo es oscuridad y !r(o en el hori;onte, a veces el sol tarda mucho,

una eternidad, a veces no parece llegar nunca. "s como si la trama de

toda vida humana se te$iera silenciosamente en la oscuridad. %qu(, $unto a los rescoldos moribundos del !uego, observo ese lugar donde se

origina la e)istencia, donde el escaraba$o empu$a de nuevo la bola

sobre la arena, los via$es de los dioses que controlan nuestra vida y

nuestros destinos, y, sin embargo, mientras observo diligente, sé en mi

cora;ón que solo estoy esperando ver aparecer tu rostro.

17

Eternidad

*




"staba sentado ante el escritorio, cerrando el estuche para papiros, cuando

"rin abrió la puerta.

¿5as terminado? preguntó. ¿8o has conseguido?

+e quedó all( con los bra;os en $arras y una pierna hacia un lado, llena de $uventud y seguridad en s( misma.

8o sab(a di$o. +e lo di$e.

¿Qué hora es?

8levas dos horas aqu(.

+e acercó a la mesa y me puso las manos en los hombros.

6ios m(o, Malter, tu cara... tiene muy mal aspecto. 6eber(a vértela unmédico.

+(.

+ospechábamos que ser(as bueno continuó "rin, pero yo supe..., después

de esa noche, que hab(a algo más en ti. "s di!(cil e)plicarlo, pero necesitábamos

a alguien que abordara este traba$o de una !orma más... espiritual. 3arios

!actores se combinaron para convertirte en nuestro me$or candidato y nuestra0nica esperan;a. >ecesito que lo entiendas.

¿% quién más considerasteis?

"so ya no importa. # quiero que sepas que me lo pasé muy bien esa noche en

el museo. Todo lo que pasó. 4ue muy tierno.

+i hubiera sabido que lo hac(as en realidad...

¿Qué? me interrumpió ella. ¿Qué habr(as hecho?8a verdad es que no lo sab(a. +igo sin saberlo. ero di$e lo primero que me vino

a la cabe;a.

Ke arrepiento di$e. 4ue un error. '$alá pudiera dar marcha atrás.




"rin sonrió a0n más.

*omo t0 mismo me e)plicaste di$o, no se trata solo de un $uego de

traducción. % veces el r(o no lava el cora;ón. 3olver(as a hacer lo mismo.

/etroced( mentalmente, tratando de atravesar la neblina de los 0ltimos d(ashasta situarme en esa noche, el bar, 5ani!, el mot(n. ¿"so !ue lo que le di$e?

3eamos qué tienes all(di$o "rin, tendiéndome su bonita palma en !orma de

cora;ón.

+ostuve en alto la ho$a de papel de prensa que hab(a utili;ado para anotar las

transliteraciones y una traducción básica del te)to.

Toma di$e. "spero que a la 'rden del %manecer 6orado no le importe quehaya utili;ado uno de tus escritos automáticos, como t0 los llamas.

"rin se rubori;ó de !orma encantadora, como el amanecer rosado.

Malter, ni siquiera sabes qué es la 'rden del %manecer 6orado. #o nunca me

burlé de tu traba$o como egiptólogo. "so es lo que yo hago. Tengo un don,

e)actamente como t0.

¿6e qué estás hablando? di$e. T0 me robaste, robaste al museo. Traté dedecirte algo importante... ¿*rees que solo porque compones esas tonter(as

cuando estás ba$o el e!ecto de las drogas tenemos algo en com0n? >o

compares esto con lo que hago yo.

"lla me miró de soslayo con una sonrisa e)traña.

Tal ve; es algo que ni siquiera t0 puedes desci!rar, ¿eh, doctor /othschild?

+e rió y, cogiéndome el papel de las manos, lo sostuvo a la lu;.+( que hay una di!erencia entre t0 y yo añadió. 8o que yo hago viene de

dentro, es la cone)ión interna, directa y verdadera. >o hay un al!abeto ni una




clave para este lengua$e. 8o trascendente es el 0nico v(nculo verdadero con los

otros mundos, incluido el mundo del pasado.

ero eso no es un lengua$e di$e, señalando los s(mbolos que aparec(an en la

ho$a. Kira, este parece un logoBgrama de la siguiente serie de s(mbolos, unaespecie de prenomen, pero con esta especie de garabato que hay aqu(... >o

puedes garabatear lo que te dé la gana y llamarlo lengua$e. ¿# qué cree que

está haciendo 'ldcastle? Todo ese asunto de %nión y %tón. "stá loco. ¿"stá

tratando de e)ecrar a %nión? ¿6e modi!icar o destruir las descripciones para

condenarlo para toda la eternidad? >o !unciona as(. %$natón !ue un lunático, en

su campaña contra %nión hab(a más megaloman(a que otra cosa."rin ten(a las pupilas dilatadas y se contra(an como las de un insecto a la lu;

tenue.

Tengo que irme di$e. 6ebo volver a 8ondres.

%rthur nos está esperando di$o ella. 8uego podrás irte.

"se vie$o loco se cree %$natón. 8a !orma !emenina de su cuerpo. ¿+e ha

hecho eso a s( mismo? ¿ara eso son las inyecciones? ¿1na especie detratamiento hormonal? Todo el asunto de %nión y %tón, la burda

trans!ormación del polite(smo al monote(smo, ¿qué tiene que ver con él,

contigo? ¿Qué sentido tiene?

¿+abes, Malter? di$o "rin. 8o mismo que contigo.

¿# qué es?

'h, vamos di$o "rin. "s algo más..., que está más allá de la traducción, t0mismo me lo di$iste. %qu( estamos dando el verdadero salto, probando los

verdaderos l(mites de la trans!erencia del tiempo, la !orma en que se mueve la




historia. 8o que t0 sueñas con hacer. ensé que lo entender(as, que querr(as

acompañarnos.

¿# para dar ese salto es imprescindible robar, dis!ra;arte y drogarte?

-/obaste al museo, a m(#o nunca he necesitado esas cosas, Malter di$o, atrayendo su cara a la m(a

, nunca las he necesitado para nada. 3amos, verás qué quiero decir.

*uando volvimos al estudio de 'ldcastle, el Lrishna árabe hab(a desaparecido.

2igantica estaba ocupado royendo los huesos de otro pollo tandoori. enelope

parec(a aburrida, sentada con las piernas cru;adas en el so!á, con la barbillaapoyada en una mano y sosteniendo con la otra una ta;a de té, aparentemente

cansada de nuestra pequeña aventura. 'ldcastle segu(a midiendo la distancia

entre sus pies en el suelo. 8evantó la vista cuando "rin cerró la puerta a

nuestras espaldas. +e le llenaron los o$os de lágrimas y su cara adquirió un tono

ro$o pro!undo, casi morado. 8e o!rec( la ho$a de papel de prensa. "l hi;o un

gesto con los dedos, y 2igantica de$ó el cuenco y se acercó a m(.1n momento di$e, retrocediendo. %ntes tiene que prometerme algo. 6ebo

llevarme el papiro conmigo.

¿ara qué lo quieres? balbuceó 'ldcastle.

8o he traducido y le daré la traducción di$e. ero nosotros nos

quedaremos con el original. -ertenece al Kuseo 7ritánico ->o es m(o

2igantica dio dos pasos más y volvió a rodearme el cuello con las manos. Tratéde ale$ar el documento de él, agitándolo. 2igantica me lo arrebató, luego me dio

un apretón en el cuello que casi me aplastó la nue; e hi;o que se me saltaran las

lágrimas. Ke quitó el estuche para papiros del cuello y se lo pasó por su !ornida




cabe;a, y le entregó la ho$a a 'ldcastle, quien sacó del bolsillo delantero unas

ga!as de lectura y sostuvo la ho$a ba$o la lámpara de su escritorio con una

mano temblorosa. 2igantica me soltó y me dio unas palmaditas en la espalda,

asintiendo tranquili;ador.%l cabo de un momento 'ldcastle carraspeó.

+i lo leo correctamente, doctor /othschild, está usted diciendo que en

realidad... no es una *anción de %món. ' al menos a %món. ¿"s eso cierto?

%sent(.

+ino que es algo totalmente distinto continuó 'ldcastle. +e llevó una mano

a la sien y se la masa$eó suavemente. ¿# qué hay de los, hummm, $erogl(!icos!igurativos que utili;a?

>o hay nada e)traordinario en ellos di$e. 8a cara de 'ldcastle adquir(a un

tono morado. 6e$ó el papel en el escritorio.

"s una noticia desagradable.

-1n momento balbuceó enelope, levantándose rápidamente. ¿Qué tal si

hacemos un trato? Ke cogió de la manga y me atra$o hacia ella. ¿1n trato? repitió el anciano, echando la cabe;a hacia delante. ¿Qué diablos tiene para

negociar, querida?

%lgo que usted quiere respondió enelope. %lgo que nos ha proporcionado

Roannie. "n *ambridge.

2igantica de$ó de comer. 'ldcastle volvió todo su cuerpo hacia él y lo miró, y

2igantica se encogió de hombros sumiso y sonrió.1y di$o con la boca llena de tandoori. 'ldcastle se volvió de nuevo hacia

nosotros. Kiró a enelope. 8os o$os se le sal(an de las órbitas.

"st0pida ;orra entonó sin alterarse.




Ródase di$o enelope. 6enos el documento y le diré dónde está.

'ldcastle se quedó inmóvil mirando a enelope, !or;ando la vista. Todo el

mundo guardo silencio unos momentos. 8uego él se rela$ó, pero sus manos

temblorosas siguieron revoloteando a sus costados.>o importadi$o 'ldcastle, no es una gran pérdida.

+e volvió hacia "rin, que miraba a enelope con un brillo asesino en los o$os.

>os saltaremos la sesión de esta noche, querida di$o 'ldcastle, pero

mañana tendrás que volver a la ciudad para conseguir otro lote. 8os esp(ritus

esperarán.

¿Qué esp(ritus? pregunté yo. ¿+e re!iere a %tón? ¿' tal ve; a %món?'ldcastle sacudió la cara con !uria. 6io otro paso hacia nosotros, luego se

tambaleó, le !allaron las piernas y se doblo como una vie$a silla plegable por

tres partes, rodillas, cintura y hombros, cayendo como un montón en la

al!ombra. "rin soltó un grito, se acercó corriendo a él y le levantó la cabe;a del

suelo. enelope empe;ó a retroceder en dirección a la puerta y yo la segu(.

2igantica levantó su !rente hundida hacia m( y sacudió la cabe;a.>o te vayas di$o "rin, acunando la cabe;a de 'ldcastle en sus bra;os. >o

te vayas, Malter.

'ldcastle hi;o un débil ademán y habló hacia el techo

>o..., no importa di$o. >o puede irse. "sto es la eternidad. "sta

habitación. *ada habitación, cada espacio cerrado, es la eternidad.

3olvió la cabe;a para mirarme. 8as pupilas llenaban sus o$os, volviéndolosnegros y brillantes.

recisamente usted di$o 'ldcastle, doctor /othschild, deber(a saberlo.

6eber(a tenerlo muy claro. >os acercamos más a la puerta.




+e trata de un principio sencillo continuo 'ldcastle, una cuestión de

relatividad. 6e invertir las proposiciones. 6e partir por la mitad los mundos.

6ivida en dos la distancia hasta la puerta. /ecorra la otra mitad. 6ivida en dos

lo que queda. # as( sucesivamente. >unca llegará a ella. 8o que le queda es lacascara envolvente del in!inito. "l mundo del tiempo y el espacio, la ilusión de la

libertad. 8a eternidad está en todas partes. >unca podrá marcharse. "stá con

nosotros en todo momento.

enelope abrió la puerta que hab(a a mis espaldas. "rin me observaba con

sincera triste;a, como implorando ayuda con la mirada. >o la cre(a, ni a ella ni

nada de todo lo que estaba ocurriendo. ero algo me reten(a all(, en esahabitación. "staba parali;ado, a solo unos pasos de la puerta. >o pod(a evitarlo.

"staba dividiendo en dos la distancia, una y otra ve;. 6ivid(a en dos la distancia

hasta el otro lado de la puerta, la distancia hasta 8ondres, hasta mi vida. 8a

distancia se prolongaba como las e)tensas arenas del desierto occidental, como

las interminables b0squedas de los reyes antiguos, el lina$e real que pasó toda

la eternidad tratando de unir los dos reinos, qué anchos y vastos deb(an dehaberles parecido. ¿*ómo pod(a haber tanto espacio, o tanto tiempo, dividiendo

todo? >o me ve(a capa; de lograrlo. ero de pronto se alargó una mano,

pequeña y blanca, me agarró la solapa de mi americana y tiró de m( a través de

la puerta.

13

El wedjat




5ab(a clareado y sal(a el sol cuando enelope y yo cru;amos de nuevo los

$ardines de la mansión de 'ldcastle, a través de la h0meda y brillante neblina

que se a!erraba a los setos y al obelisco torcido. #a hab(amos recorrido la

mitad de los $ardines cuando o(mos el chirrido de una ventana que se abre.

'ldcastle, con la cara hinchada y crispada, se asomaba por una ventana del

segundo piso por encima del gran disco solar de %tón. 1nos hilillos de saliva le

ca(an por la barbilla y colgaban al viento.

-+aluden a KicL Mheelhouse de mi parte gritó con vo; pastosa. -"se

cabrón -Yl será el siguiente -Ke ocuparé de él inmediatamente

6etrás de él aparecieron unas manos que le su$etaron los hombros y la cintura,

y lo apartaron de la ventana mientras él se a!erraba al al!éi;ar con sus

delgadas garras. 6imos media vuelta y seguimos andando.

"n la ladera cubierta de hierba por la que el sendero discurr(a hasta el bosque

y el r(o, un grupo de hombres se mov(a despacio en la niebla. 3arios llevaban

t0nicas largas y pálidas, y un moño Lrishna. "l resto eran hombres corpulentos,

los luchadores pro!esionales estadounidenses. "l *amarero, el 4lautista de

5amel(n y el Xngel, que llevaba un maillot blanco con un par de alas pequeñas de

seda su$etas a su ancha espalda. Todos sosten(an en la mano la misma clase de

palo. % un lado hab(a una mesa redonda con un mantel blanco y un servicio de té

completo, licoreras de plata, ta;as y una montaña de sandViches y bi;cochos.

8os hombres no parecieron reparar en nosotros< parec(an estar e)aminando

detenidamente el suelo.

%l parecer estaban absortos en una partida de croquet. "l *amarero alineaba

una pelota con el pie, listo para lan;arla< los Lrishnas estaban inclinados sobre

sus ma;os con cara de preocupación. enelope siguió andando a través del grupo




en dirección al claro del bosque donde nac(a el sendero que conduc(a al r(o.

Kientras nos abr(amos paso a través de los pequeños aros metálicos clavados

en la h0meda hierba, los luchadores y los Lrishnas levantaron la mirada del

$uego, sin mani!estar verdadera alarma o sorpresa. 8uego el *amarero levantósu ma;o hacia atrás por encima de su cabe;a y golpeó con un gruñido la bola,

que cru;ó dando botes el campo y ba$ó por una corta pendiente hasta una ;an$a

situada a unos cincuenta pasos de distancia. 8os demás apartaron la mirada de

nosotros para observar la trayectoria de la bola. 1no de los Lrishnas levantó

las manos.

Roder di$o, ¿para qué cono has hecho eso? asamos a través de ellos ytomamos el sendero del bosque. 6esaparecieron a nuestras espaldas en la

niebla, y durante todo el trayecto hasta el r(o o(mos sus murmullos seguidos del

impacto de los ma;os con la bola. enelope ba$ó al embarcadero y se subió, a la

batea, y yo le eché sobre los hombros una manta que encontré en la proa. 8uego

me sub( y permanec( agachado tambaleándome, agarrando los lados con las

manos.¿"stás bien? pregunté.

"lla asintió, y yo cog( la pértiga del suelo del bote. 6e$amos que la corriente

nos llevara, despacio y en silencio, r(o aba$o. #o solo utili;aba la pértiga para

apartarnos de las orillas. % enelope le temblaban los hombros.

8o siento, Malter di$o, lo siento mucho.

>o te preocupes di$e, todo se arreglará.




Ke volv(a continuamente para mirar el r(o, que se desplegaba a nuestras

espaldas como una estrecha serpiente en el bosque. Todav(a tem(a que se nos

echaran encima.

*uando al cabo de unos minutos perdimos de vista el embarcadero de lamansión de 'ldcastle, de$é la pértiga y me senté en el suelo del bote.

=ntrodu$e una mano dentro de mi camisa y saqué el papiro de %món que me

hab(a metido por la cinturilla de los pantalones. rácticamente se ca(a a pedaB

;os, con largos rasgones y varios tro;os colgando de hilos. Toda la parte

in!erior estaba mo$ada de sudor, pero la tinta, sellada por tres milenios de

clima árido, segu(a intacta y legible. enelope estaba sentada en la proa,envuelta en la manta, mientras el bote empe;aba a dar vueltas y a desviarse en

la pere;osa corriente. 1na brisa ligera sacud(a los árboles pelados cuyas ramas

se inclinaban sobre nuestras cabe;as, arro$ando gotas de lluvia al r(o. #o

sostuve el papiro en alto.

enelope di$e. Kira. Kira.

"lla de$ó caer la manta y se volvió en su banco. Ten(a los labios a;ulados ygrandes medialunas moradas deba$o de los o$os. +e estaba derrumbando a

marchas !or;adas. #o también me sent(a dolorosa e incre(blemente sobrio. "lla

lad!eó la cabe;a hacia el papiro rasgado y h0medo que yo sosten(a en las manos

y re!le)ionó unos momentos. 8uego apareció una gran sonrisa en sus labios.

Ke has sorprendido, Malter di$o.

7ueno di$e, era lo menos que pod(a hacer. T0 me has salvado allá dentro.>os has salvado.

enelope señaló el papiro con las manos.

¿Todav(a se... lee?




+(. *asi todo.

¿# qué pone?

7ueno di$e. >o estoy muy seguro. >o es la *anción de %món en realidad, o

al menos no directamente. "s... una especie de carta.¿"ntonces le di$iste la verdad a 'ldcastle?

>o e)actamente. +olo parte de la verdad. arece una especie de himno a

%nión, pero encubierto con un recurso ortográ!ico que pretende engañar a

alguien. Tal ve; a los portadores de la carta, que tal ve; eran sacerdotes. 6e

todos modos, es engañosa< parece un himno tradicional o un canto de alaban;a,

pero en realidad es una carta personal. ' qui;á ambas cosas a la ve;. "se es elproblema de esta clase de interpretación. ero eso solo lo hace a0n más

insólito. 5an sobrevivido muy pocas cartas personales, sobre todo debido a la

!ragilidad del papiro. "l noventa y cinco por ciento de las inscripciones sobre

piedra son de contenido religioso, relacionado con ritos !unerarios o de culto. #

estamos bastante seguros de que solo cerca del uno por ciento de la población

sab(a leer y escribir. ero sabemos que se enviaban cartas y que es posible quese conserve alguna. Ysta es bastante e)traordinaria en este sentido. >o sé si

el museo lo sabe siquiera.

8a embarcación se golpeaba contra las orillas lodosas. "l sol ya estaba alto y

empe;aba a evaporar la bruma que cubr(a el r(o, aunque yo segu(a h0medo y

tiritando dentro de mi americana. enelope estaba !rente a m(, con la manta

alrededor de la cintura.¿# qué pone? ¿Qué cuenta?

'bservé su cara mientras le hablaba de un comerciante de %suán, un hombre al

parecer noble y próspero que un buen d(a se encontró a muchos Lilómetros de




su casa. *ómo ese hombre hab(a enviado esa carta a su !amilia de %suán en una

caravana a través del inmenso vac(o del desierto occidental, desde el pequeño

oasis de JurLur donde comerciaba con especies y plata con una tribu nubia en

una solitaria avan;adilla de la peri!eria del imperio, al borde de la nada, de laeternidad. *onté a enelope cómo ese hombre trataba de e)presar, a través de

la estructura aparentemente rebuscada de los $erogl(!icos !ormales, algo que

habr(a proporcionado alegr(a, sorpresa y honor a los suyos, que hab(a dedicado

mucho tiempo y es!uer;o a elaborar un lengua$e tan re!inado, cuya 0nica

analog(a moderna ser(a enviar a tu !amilia una serie de cuadros detallados que

hab(as pintado para decirles lo mucho que los echabas de menos y cuánto losamabas. 8e hablé de cómo describ(a la región del desierto donde trataba de

llevar a cabo su negocio, un negocio que hab(a emprendido inicialBmente para

hacer lo que cre(a más importante. 8e describ( cuánto se hab(a sorprendido al

encontrarse all(, tan le$os de su hogar, y que no sab(a cómo hab(a llegado ni qué

hacer para regresar. 3olver(a a su casa, pero nunca recuperar(a ese tiempo,

nunca recuperar(a ni volver(a a vivir el tiempo que hab(a pasado le$os, y esepensamiento llenaba de triste;a su cora;ón.

"ra más complicado que todo eso, siempre lo es, pero mientras lo dec(a, miré a

enelope y pensé en esa hélice en espiral que se arro$a a s( misma al espacio, la

cadena de sucesos reverberantes, las cosas que conectaban todos los

momentos sentimentales de nuestra vida, las cosas más sencillas, y sent( cómo

la hélice besaba delicadamente la tierra, una ve; más. Ke sorprend( a m( mismocon!iando en que pudiéramos ba$ar, los dos solos y tiritando de !r(o, ese r(o

estrecho, esa corriente lodosa, que pudiéramos recorrerlo hasta el !inaii

"ntonces no te ayudará a resolver la estela, ¿no?




>o lo sé respond(. Quiero decir que trata indirectamente de %món, pero

a0n no sé de qué modo. %lgo relacionado con los determinativos, la categor(a de

signi!icado. "l aspecto !igurativo del s(mbolo de %món, a quien parece dirigida

la carta, es un tanto engañoso. >unca he visto nada parecido. ' nunca he vistonada de este modo. "s di!(cil de e)plicar.

>os miramos mientras la batea avan;aba dando golpes hasta quedar encallada

en una orilla lodosa.

7ueno di$o enelope, tenemos el !a$o de billetes que nos ha dado

'ldcastle. 6ebe de haber die; mil libras.

Quédatelos t0 di$e.>o seas absurdo. Te ha pagado por tu tiempo, no por el m(o. #o solo te

acompañaba.

2uárdalo t0 al menos de momento.

¿*rees que nos seguirán?

>o lo sé. "s posible.

%l cabo de un momento enelope se levantó, estiró su menudo cuerpo al solcomo una gata y cogió la pértiga.

+upongo que será me$or que continuemos di$o. rocura mantenerlo entero

hasta que volvamos.

Ke encorvé, sosteniendo el documento con una mano temblorosa. enelope

apartó la batea de la orilla con la pértiga y empe;ó a impulsarla hacia la

corriente que nos llevaba r(o aba$o mientras el agua borboteaba oscura a mispies.




8legamos a *ambridge a media mañana. >os detuvimos en el puente de +ilver

+treet y atamos la batea a otras, sin hacer caso de las miradas

desconcertadas de los estudiantes que hac(an tratos con unos turistas para

darles un paseo por el *am. "stábamos los dos empapados y salpicados debarro, y yo segu(a sosteniendo el papiro de %nión en mis manos e)tendidas,

como una especie de monstruo de 4ranLenstein desgreñado leyendo el

periódico de la mañana.

"ra martes, de noviembre. 8as calles estaban atestadas de estudiantes y

comerciantes que hac(an preparativos para la !iesta de 2uy 4aVLes del d(a

siguiente, y hab(a animación en los pubs donde hab(an empe;ado a celebrarloantes de tiempo. *ru;amos la ciudad dormidos y a$enos al mundo. Tras unos

minutos de caminar por Jing[s arade, tambaleándonos por !alta de sueño y

entrecerrando los o$os ante la deslumbrante lu; del d(a, decidimos dirigirnos a

la casa del doctor 5ardy en 2rantchester para evitar que nos siguieran hasta

8ondres, aunque seguramente esa decisión era !ruto del cansancio y el

desconcierto, o algo más.enelope esperó balanceándose ligeramente y observando las nubes sobre la

torre grisácea de +t. *atherine[s *ollege mientras yo ba$aba a la cal;ada para

detener un ta)i. >o me cansaba de mirarla< me sent(a atra(do por su cara

tiernamente !runcida, la seriedad que re!le$aba. "ra tan generosa y buena, y

¿para qué? "n el ta)i, enelope cerró inmediatamente los o$os y se apoyó

contra la ventana mientras yo hurgaba en los bolsillos de mis pantalonesbuscando la dirección de 5ardy.

Kientras el ta)i serpenteaba por las ba$as lomas y los prados de la campiña que

rodeaba *ambridge, enelope dormitó tranquilamente, balanceando la cabe;a




contra la ventanilla. #o me mov(a inquieto en el asiento de plástico, aterido de

un !r(o pega$oso dentro de mi ropa mo$ada. "n el espe$o del retrovisor me ve(a

la mitad no magullada de la cara, pero tampoco ten(a buen aspecto.

%van;ábamos por un camino estrecho bordeado de altos setos, y en variasocasiones tuvimos que detenernos y retroceder hasta la entrada escondida de

una casa para de$ar pasar /ange /overs conducidos por pare$as de aspecto

deportivo, con camisas a cuadros y $erséis a rombos. >uestro ta)ista no

parec(a tener ning0n respeto por las curvas cerradas y de poca visibilidad que

!ormaban los setos, y conduc(a a gran velocidad por el camino de gsavilla,

!or;ando el pequeño motor con chirridos y banda;os que despertaron variasveces a enelope. "lla mantuvo la cabe;a apoyada contra la ventanilla, con los

o$os entrecerrados, su bonita cara todav(a salpicada de barro. #o ten(a el

papiro de %nión en el rega;o.

8a !inca de 5ardy estaba enclavada en un espeso entramado de árboles que

hab(a más allá de un soleado claro de grava, con un vie$o /ambler aparcado

$unto a una valla ba$a. #a oscurec(a dando paso a una noche brumosa cuandocru;amos la ver$a y empe;amos a subir el sendero enlosado. 8a casa estaba

situada ba$o un dosel de olmos que se e)tend(a sobre todo el techo de pa$a y el

ancho patio cercado con piedras amontonadas. >adie salió a la puerta cuando

llamamos, pero llegaba m0sica del interior, de modo que rodeamos la casa. 8a

parte trasera daba a un $ard(n amplio bordeado del muro de piedra< más allá de

él hab(a un campo que ascend(a por una colina suave hasta otro bosquecillo. "nlas lindes del bosque hab(a otra casa pequeña hecha de madera, yeso y pa$a. "l

campo se e)tend(a a ambos lados del $ard(n más allá de la valla< sobre las

colinas que se ondulaban en la brumosa e indeterminada le$an(a se ve(a el




manchón borroso de *ambridge. "ncontramos a 5ardy en un $ard(n lleno de

surcos, arrodillado entre una hilera de plantas marchitas. arec(a cavar

alrededor de ellas, aunque era noviembre y no hab(a una sola planta viva en

todo el $ard(n, por no hablar de malas hierbas. 8levaba un vie$o impermeablebeis y un salacot maltrecho que conservaba de los tiempos en que era él quien

rastreaba las grietas de la historia en el norte de X!rica, cuando todav(a no se

hab(a convertido en un vie$o charlatán que arrancaba las malas hierbas del

$ard(n en ruinas de un caserón de las a!ueras de *ambridge, murmurando las

mismas ideas y traducciones, y escribiendo art(culos polvorientos que nadie se

molestaba ya en leer. +upongo que era yo dentro de veinte años. +i ten(asuerte.

5ardy se irguió, se limpió bruscamente las manos en los pantalones y se quitó el

sombrero.

-%h, doctor /othschild -5ola ¿# esta debe de ser su amiga, la señorita

'tter? ¿enelope? -+( -"ncantado -+anto cielo, están hechos un asco

>os estrechó la mano con !irme;a y e!usividad. Ten(a un aspectosombr(amente saludable, con las me$illas encendidas y la piel ro$a de !r(o.

'!reció el bra;o a enelope, quien lo aceptó y se apoyó contra él para

encaminarse a la casa.

"nseguida preparo té di$o 5ardy. arece que nb les vendrá mal tomar

algo. "n !in, ¿lo han pasado bien en *ambridge? ¿5an encontrado lo que

buscaban?8e o!rec( el papiro empapado que sosten(a en las manos e)tendidas.

3eamos di$o 5ardy, ¿qué tenemos aqu(, doctor /othschild? %lgo que

puede ayudarle a desentrañar la estela de aser, seguro. ¿1na pie;a




complementaria? ¿*ómo demonios se han ensuciado tanto? ¿5an tenido alguna

clase de altercado?

*aminamos hasta llegar a la puerta trasera de la casa por un sendero ancho de

losas desperdigadas sobre el e)uberante césped."s evidente que transportar el papiro de ese modo di$o 5ardy no es lo

más adecuado para garanti;ar su integridad. #, santo cielo, ¿qué le ha pasado

en la cara?

enelope echó la cabe;a hacia atrás y se rió hacia el cielo aborregado mientras

5ardy nos hac(a entrar por la puerta trasera de la casa y nos conduc(a a la sala

de estar, donde nos envolvió el agradable olor a leña, canela y tabaco de pipa.5ardy puso otro disco en el !onógra!o, una serenata de cuerda, y entró

a!anosamente en la cocina y nos o!reció bollos con nata y té negro humeante

con leche y a;0car. enelope y yo nos abalan;amos sobre el re!rigerio como

lobos hambrientos mientras 5ardy pon(a la *anción de %món en un porta!olio

de plástico, lo e)tend(a sobre la mesa de la cocina y, parloteando sobre los

determinativos obvios, iba a buscar varios manuales de consulta y empe;aba aseñalar distintos puntos signi!icativos y demás. #o estaba concentrado en aliB

viar el ga;nate con el pan !resco y cru$iente, y el té caliente. enelope parec(a

pensar lo mismo, aunque ella al menos escuchaba educadamente. Yl me hi;o

varias preguntas que yo prácticamente no escuché, limitándome a sacudir la

cabe;a y a servirme más té y otro bollo. enelope untaba crema con un cuchillo

ancho, esculpiendo montañas de tonos claros y oscuros sobre el bollo caliente.5ardy por !in pilló la indirecta y nos de$ó comer. +e acarició la barbilla

mientras observaba cómo mane$aba enelope el cuchillo. 8uego hi;o un gesto

hacia la *anción de %món.




¿+abe, enelope? di$o. "n la época en que se escribió este documento no

se le habr(a permitido usar ese utensilio.

"lla se detuvo con el cuchillo en el aire.

7ueno continuó 5ardy, sus vie$os o$os centelleando del placer de de$arcaer esa valiosa anécdota, verá, en el antiguo "gipto las mu$eres ten(an

prohibido utili;ar cualquier clase de cubierto. +upongo que era demasiado

peligroso.

enelope lo miró !i$amente.

¿6emasiado peligroso para quién? di$o.

-%$a 5ardy se echó a re(r. -7uena pregunta, querida, muy buena preguntaero por si ese dato le hace creer que los antiguos egipcios eran una ra;a

machista, le diré que eran todo lo contrario. -% las mu$eres tampoco se les

permit(a lavar la ropa ->ada de coladas para ellas

*ocodrilos di$e con la boca llena.

%s( es, doctor /othschild balbuceó él. "staba el peligro de los cocodrilos

del >ilo, donde, evidentemente, se hac(a la colada. ero a0n as(, hummm, erauna sociedad bastante igualitaria. 3amos, los primeros registros de...

"ntonces ¿cómo es que las mu$eres no escrib(an? preguntó enelope.

+(, bueno di$o 5ardy atragantándose, eso es cierto, pero...

>o pude evitar re(rme un poco al verlo tartamudear.

+é lo que quiere decir, doctor 5ardy se apresuró a decir enelope, dándole

unas palmadas en la mano. +olo le tomaba el pelo. "stoy segura de que losantiguos egipcios eran tan encantadores y caballerosos como usted.

5ardy se recobró y sonrió satis!echo, y no tardó en ponerse a cotorrear de

nuevo mientras se acercaba a su estanter(a y ho$eaba otro de sus polvorientos




tomos. #o volv( a desconectar, mirando por la ventana trasera que daba al

$ard(n. "l sol se pon(a sobre la pequeña !ran$a de bosque que hab(a en la colina

más allá de la casa. ed( a enelope que marcara el n0mero del hotel de Uenobia

en su móvil y sal( para hacer la llamada. Uenobia no estaba, naturalmente, perole de$é un recado, e)plicando que hab(a tenido algunos problemas y que volver(a

a 8ondres a la mañana siguiente.

*uando entré de nuevo, 5ardy volv(a a tener ante s( la *anción de %món, y

parec(a estar traduciéndola !onéticamente para enelope.

"spero que no le importe di$o rubori;ándose. Ke he !igurado que...

+e lo he pedido yo di$o enelope. Quer(a saber cómo sonaba.Ke sonrió con complicidad, con los o$os centelleantes, antes de volver la vista

hacia el papiro para seguir el dedo de 5ardy mientras él entonaba las

transliteraciones básicas.

#o iba a comentar que en realidad apenas sab(amos cómo sonaba, cómo lo

hab(an pronunciado los antiguos egipcios. +olo ten(amos una ligera sospecha.

8os caprichos de la adaptación y evolución !onéticas y ling&(sticas son di!(cilesde calibrar después de varios cientos de años, y más a0n de cuatro mil, como

señalar(a cualquier ling&ista. ero enelope parec(a estar dis!rutando con la

entonación torpe y e)ageradamente elaborada de 5ardy.

8a m0sica cesó, y 5ardy interrumpió su lectura y se levantó para poner otro

disco. "n el breve silencio que se produ$o, el sonido de los pá$aros nocturnos

aumentó de volumen en el patio cada ve; más oscuro, y la lu; dorada $ugueteósobre la mesa de la cocina, a través del papiro y de los distintos papeles de

5ardy. enelope me miraba de !orma e)traña. *reo que me estaba durmiendo,

tal ve; hasta dormité mientras estaba all( sentado< las cosas se volv(an




borrosas y le$anas. 5ardy puso otro disco, algo ligero y melodioso tocado a

piano.

Quisiera saber di$o qué piensa de ese grupo de $erogl(!icos

particularmente e)traños que se utili;a para O%mónP. "s muy poco habitual.+( di$e. #a me he !i$ado.

7ueno continuó él, tomando aire, si tuviera que o!recer una hipótesis,

dir(a que parece una combinación !igurativa.

+(. ¿#?

7ueno di$o 5ardy, pues parece que está !uncionado con una

representación simbólica básica, al menos al principio, pero luego está esaparte con el sol con rayos, unos tra;os e)traños, y esa colina ba$a, que supongo

que es el hori;onte, el lugar donde se origina la e)istencia, tal ve;.

Ke acerqué a la mesa y e)aminé las ligaduras. "ra cierto, hab(a un interesante

punto central en la representación simbólica del hori;onte. O"l lugar donde se

origina la e)istencia.P "l sol con rayos representado al estilo del !riso de las

instrucciones de la estela de aser. 8a connotación de lo que no se ve en elte)to, esa parte de la criptogra!(a estaba clara. ¿od(a implicar alguna clase de

OlugarP !igurativo donde el signi!icado se hiciera evidente, o donde apareciera

algo? ensé en el hori;onte de sucesos de %lan 5enry, la barrera tiempoB

espacio donde tiene lugar el via$e en el tiempo.

¿"n qué está pensando? pregunté a 5ardy.

%poyó la barbilla en su mano cubierta de manchas de ve$e;. +e le !ormarongruesos pliegues en la !rente.




"stoy pensando en %món en s(respondió. 8a palabra O%mónP. O"l ocultoP

o Oel que no se veP. "so signi!icar(a varias cosas interesantes para el aparente

aspecto, hummm, secular del verdadero himno.

+( di$e. arece una carta personal.")traordinario. 7ien, ¿y por qué utili;a de ese modo %món? ¿ara producir

esa metá!ora de lo oculto? ¿' solo para ocultar el verdadero contenido de la

carta?

"sa es una buena pregunta di$e.

"l vie$o era más saga; de lo que me hab(a pensado.

7ueno di$o 5ardy sonriendo, supongo que esa es su especialidad, doctor/othschild. ara eso le tienen en el 7ritánico, ¿no?

+upongo.

8uego está la paleogra!(a, unos tra;os bastante interesantes. *reo que

podemos determinar varias cosas sobre el autor.

+(di$e. *lase comerciante, en cierto momento educado como escriba,

sumamente inteligente.# salta a la vista que ha tenido acceso a otros... te)tos poéticos !igurativos

di$o 5ardy. 5a le(do a los clásicos, como 8a historia de +inuhé, 8a historia

de la corte del rey Jeops, tal ve; las =nstrucciones de %ny.

"s posible.

1nos tra;os muy delicados. 4($ese aqu(, cómo logra plasmar la musculatura de

la pierna del buey, o el delicado punteado de las plumas del ibis y la lechu;a.%sombroso para un papiro. 1n traba$o sencillamente brillante. 8o que hace que

sean tan insólitos el... contenido y la manera aparente en que se ha construido,

¿no le parece?




+(.

"ntonces ¿tiene alguna relación con la estela de aser? preguntó enelope.

+( respondió 5ardy, esa es la cuestión. "s a todas luces una obra

e)traordinaria en s( misma. "sta clase de comunicado personal, en papiroademás, es muy poco com0n. %hora bien, hay un hombre, el conservador de

papirolog(a del %shmolean de ')!ord, el doctor 'bbinL, que podr(a tener

alguna idea de...

>o di$e. >o se preocupe, gracias.

7ueno, el doctor 'bbinL tiene una base de datos que...

"ntiendo di$e. >o se moleste. >o se ponga en contacto con nadie, por!avor. 6e hecho, le agradecer(a que no di$era a nadie que hemos estado aqu(. %

nadie en absoluto, ¿de acuerdo?

% 5ardy le temblaron sus carnosos carrillos y por un momento recorrió la

habitación con la mirada ensimismado, como si hubiera olvidado dónde estaba.

6e acuerdo respondió.

enelope le sonrió levemente y cogió una de sus manos nudosas entre las suyas.or supuesto di$o 5ardy. +(, por supuesto.

>os quedamos sentados en silencio unos minutos, sintiéndonos incómodos. "l

!uego crepitaba en discordante armon(a con las suaves notas del piano que se

o(a en el tocadiscos. 8e pregunté a 5ardy si ten(a inconveniente en que nos

quedáramos esa noche.

>inguno en absoluto e)clamó. "s más, insisto en que lo hagan. 8os dosparecen agotados. Todav(a es temprano, pero yo también quiero recogerme.

arece que también les convendr(a cambiarse de ropa.

7ueno di$o enelope, no quisiéramos causarle...




-Tonter(as e)clamó 5ardy. 4altar(a más. "l armario de la señora 5ardy

está lleno de ropa limpia y planchada, aunque a usted le irá grande, querida,

puesto que no es tan, digamos, corpulenta como la señora 5ardy. 6e todos moB

dos, perm(tanme que les enseñe lo que tenemos para que puedan escoger. "n lacasa de huéspedes de la colina hay ducha y sábanas limpias en la cama, y todo lo

que puedan necesitar. +iempre tengo la estu!a llena de leña para situaciones

como esta.

¿6e veras? preguntó enelope. ¿ara situaciones como esta? ¿+uele

tener huéspedes que llegan con un d(a de retraso, totalmente sucios y medio

dormidos? 6ebe de llevar una vida interesante, doctor 5ardy.%h, no me que$o.

¿"stá aqu( la señora 5ardy? preguntó enelope. Tal ve; podr(a echarme

una mano.

5ardy revolvió sus papeles y se aclaró la vo; con un esbo;o de sonrisa.

Ke temo que la señora 5ardy ya no está con nosotros. 5i;o un ademán de

recha;o al ver la e)presión compungida de enelope. >o, querida, no importa.4alleció hace unos años, no se preocupe.

Kiró los papeles que ten(a en la mano, sin saber qué decir. or un momento

todos optamos por la e)celente tendencia inglesa de guardar silencio. 8a

m0sica del tocadiscos sonaba débil y melodiosa.

% veces di$o 5ardy por !in, a veces yo mismo me olvido. 5i;o un gesto

hacia el dormitorio. Todav(a guardo sus cosas. >o estoy seguro de por qué, laverdad, pero todo está all(. +(, han pasado ocho años. #o me encontraba

entonces en 2i;a, para asistir a la inauguración de una nueva e)posición de la

2ran irámide de Jeops, ¿la recuerda, doctor /othschild? +(, la 0ltima noche




que pasé all( recib( una llamada. %cabábamos de concluir las 0ltimas ceremonias.

1n acontecimiento maravilloso, se lo aseguro, muy hermoso, con las pirámides

iluminadas con !ocos, un gran encuentro de eruditos de todas partes del

mundo. 8a señora 5ardy tuvo un... ataque, en el $ard(n trasero. "staba cuidandosus peon(as. %ntes de que volviera a casa hab(a muerto. *omo sabe el doctor

/othschild, a no ser que lo plani!iques con antelación es casi imposible salir de

X!rica y volver a "uropa en menos de veinticuatro horas. #o... no deber(a haber

ido. "lla..., los dos ten(amos ya nuestros años y...

>os quedamos sentados en silencio unos minutos, contemplando cómo ca(a la lu;

sobre los árboles y el $ard(n.5ardy respiró hondo y se levantó.

7ien di$o, vamos a ver si encontramos ropa para los dos. 6octor

/othschild, creo que tengo un instrumento adecuado para transportar ese

papiro. %lgo para llevarlo de vuelta al museo al menos.

8amento que no llamáramos ni apareciéramos anoche di$o enelope.

>o tiene importancia di$o 5ardy. 3amos a ver si encontramos ropa parausted, señorita 'tter. 6ebe de estar cansada. 8es enseñaré dónde está todo

en la casa de huéspedes y les encenderé el !uego.

% pesar de los litros de té que me hab(a bebido, sent(a cómo el sueño tiraba

persistentemente de m(, hasta el punto de que pensé que me iba a caer< era la

clase de soñolencia que hace que cualquier lugar, el suelo, el parterre de !lores,

la acera, el cubo de la basura, pare;ca de pronto un lugar de descansoper!ectamente adecuado e incluso deseable.

1n momento di$o enelope, dándome una palmada en el bra;o, me gustar(a

quedarme un rato más hablando con usted, doctor 5ardy. Quisiera saber más




cosas sobre el papel de las mu$eres en el antiguo "gipto. Ke interesan mucho

esas cuestiones.

%h, queridadi$o 5ardy, es muy amable, pero debo reconocer que ten(a

previsto retirarme en breve. 3erá, tengo otra obsesión que es a0n más !uerteque mi interés por las culturas antiguas. +oy un pescador de caña a!icionado, y

tengo pensado ir a cierto arroyo mañana muy temprano para ver si pesco alguna

trucha de !inales de estación. 5oy d(a es mi mayor placer, pasar las primeras

horas de la mañana $unto al r(o que corre por detrás de la propiedad. "s mi

lugar !avorito en el mundo. +oberbio. 6esemboca en el *am, por cierto. 5ace

años, cuando era bastante más caudaloso, iba a menudo a remo al Trinity 5allpara dar mis clases.

"so es !antástico di$o enelope.

#a lo creo. ero ya no, por supuesto. 6esde que me $ubilé he pasado las

mañanas pescando y las tardes en el $ard(n, y por las noches leo la obra de

brillantes eruditos como el doctor /othschild, aqu( presente. -+( 1na vida

bastante interesante. 6e veras, debo retirarme para madrugar, pero gracias. %mi edad tengo que dormir mis horas, -o podr(a no volver a levantarme de la

cama 3amos a ver si encontramos algo de ropa para esta noche. ueden colgar

la mo$ada $unto a la estu!a de leña para que esté seca por la mañana. 3olveré

alrededor de las siete, y con un poco de suerte tendrán una trucha !resca para

acompañar sus huevos con tomate, ¿qué les parece? 6eséenme buena suerte.

7ien, vamos allá.# con esas palabras entramos pesadamente en el dormitorio, donde 5ardy

abrió su modesto armario para que escogiéramos lo que quisiéramos. enelope y

yo nos quedamos all( de pie, mirando el suelo y arrastrando los pies como niños




avergon;ados, mientras 5ardy nos arro$aba ropa. =nsistió en que nos

lleváramos otra muda para regresar a 8ondres. "nv(enmelo cuando puedan

di$o. >o hay ninguna prisa. 8uego salimos a la noche !r(a para dirigirnos a la

casa de huéspedes.8a casa ven(a a ser un estudio amplio, con unas puertaventanas que se abr(an al

patio y un pequeño porche trasero con vistas al bosque. 1na cama doble con un

sencillo bastidor de madera en una esquina, una cómoda, un pequeño escritorio

y la estu!a compon(an todo el mobiliario. "l suelo estaba hecho de tablas de

roble polvorientas< la madera oscura y tosca de unas vigas gruesas cubr(a el

techo, y en las paredes de estuco hab(a colgados unos cuantos grabadosegipcios. 8a estu!a rugió rápidamente al cobrar vida y 5ardy llenó el cesto con

la leña amontonada en el porche trasero. 8a habitación se calentó casi de

inmediato, y la puerta abierta de la estu!a proyectó una lu; parpadeante por el

sencillo alo$amiento.

"spero que, hummm, la cama... sea de su gusto... 8a 0nica otra cama de la casa

está en mi dormitorio, y me temo que también es bastante pequeña di$o5ardy.

>o es ning0n problema di$o enelope riendo. Malter no se moverá de su

lado, se lo prometo.

>o importa di$e. odr(a dormir en cualquier parte en estos momentos.

*uando 5ardy se marchó, enelope se sentó en la cama $unto al montón de ropa.

Ke miró !i$amente, como si esperara que di$era algo.B¿Qué?

Kira di$o, no sé por qué te comportas de este modo. "s un hombre

realmente encantador.




¿6e qué modo? pregunté.

>o le has hecho caso en toda la noche.

7ueno, he tenido unos d(as bastante duros, ya sabes< no me siento lo que se

dice sociable.¿%lguna ve; lo eres?

¿Qué?

+ociable.

or supuesto. ¿Qué quieres decir?

'lv(dalo.

+olo me parece un poco patético. 6ivagando de ese modo... y ese asunto de...-or 6ios, Malter -"s un anciano encantador

T0 no lo entiendes. "s uno de esos tipos que...

->o me vengas con el rollo de la erudición o la egiptolog(a, o lo que sea -"stoy

harta de eso ¿Te das cuenta de lo esnob que eres? -or 6ios

/eunió sus cosas y se encerró en el cuarto de baño. Ke quedé de pie en mitad

de la habitación.>o es eso di$e, hablando en alto con nadie. ero yo tampoco sab(a qué era.

Ke tend( sobre la colcha $unto al borde de la cama y dormité mientras

enelope se duchaba, y cuando desperté, tiritando con mi ropa todav(a h0meda,

hab(a oscurecido del todo. enelope estaba acurrucada ba$o la colcha en su lado

de la cama, le$os de m(, con los puños cerrados de !r(o. #o me levanté

tambaleándome y eché más leña al !uego moribundo. "ntré con el pi$ama de5ardy en el cuarto de baño y me quedé ba$o el chorro de la ducha un tiempo

inde!inido, y solo sal( cuando se acabó el agua caliente.




*uando volv( al dormitorio, el !uego ard(a !uriosamente y la habitación se hab(a

caldeado. enelope estaba tendida boca arriba, con las mantas a un lado.

8levaba uno de los vie$os camisones de la señora 5ardy, una prenda de algodón

con volantes que se anudaba al cuello. 8a lu; de la estu!a le iluminaba el cuello yla barbilla protuberante, y respiraba acompasadamente a través de sus labios

entreabiertos.

5ardy hab(a colgado sobre la cama un gran emblema del Ved$at, el o$o de

5orus, pintado al oleo con tra;os poco !irmes sobre una tabla de madera. "l o$o

de la sabiduria que +eth hab(a robado a 5orus, el de!ensor de "gipto y el seB

ñor de las tierras v(rgenes, el hermano de 'siris. "l o$o era un s(mbolo de laeterna lucha para conservarse (ntegro, para controlar los destinos de "gipto y

de uno mismo. "l mundo era una continua batalla entre las !uer;as del caos, que

eran entendidas como la voluntad y el orgullo del hombre, y la verdad, la

sociedad y la civili;ación, representadas por la hi$a del dios creador. "lla era la

0nica que pod(a traer la estábilidad y el orden. "l Ved$at era el emisario que

hab(a sido enviado a la tierra para vigilar y asegurarse de que nos manten(amosinquebrantables y leales. Ke detuve $unto a la estilla, .sudando ligeramente con

el vie$o pi$ama de !ranela de 5ardy, y observé cómo el o$o de 5orus nos

miraba.

8uego me tumbé sin hacer ruido en la cama sobre la colcha y di la espalda a la

respiración pausada y a la e)presión abierta de enelope. *uando me dorm(,

soñé en 5athor, la hi$a del dios sol /a, la diosa más popular en los templos detodo "gipto, la destructora, la vengadora de los dioses que pagaba a la ra;a

humana con su misma moneda por su irreverencia. +oñé con grandes lagos de

cerve;a, teñida de color sangre. "sa era la 0nica !orma en que pod(as disuadir a




5athor de cometer la matan;a< se embriagar(a y se volver(a encantadora, una

representación de los dos aspectos del carácter !emenino la burla cruel y el

tierno a!ecto. #o estaba en una embarcación cru;ando uno de esos lagos, un

lago de sangre, dirigiéndome hacia una mu$er que esperaba al otro lado. "l cieloestaba negro y ba$o, tan ba$o que me parec(a que si levantaba la mano podr(a

atravesar el te$ido del mundo. "n las manos ten(a un papiro que sab(a que era la

*anción de %man, pero cuando lo levanté a la tenue lu;, los gli!os se

desintegraron y se reordenaron, convirtiéndose en un !ragmento de Kagical

apirus de . 8ondon y 8eiden, una serie de con$uros escritos en demótico

tard(o y copto antiguo. 8a columna A estaba ilustrada un con$uro para Olallegada de un dios /'7%6'P, que pretend(a provocar una visión en un sueño.

O+i pones incienso !rente a la lámpara y la miras, verás al dios cerca de la

lámpara< duerme sobre una estera de $unco sin haber hablado con nadie en la

tierra< y él te dirá la respuesta en un sueño. %qu( "+TX su =>3'*%*=>

4/K18%+ %qu( está la inscripción que deberás grabar en la mecha de la

lámpara 7aLLuLhsiLLuLh.PKe sorprend( repitiendo la invocación, murmurándola mientras mov(a la cabe;a

en la batea O7aLLuLhsiLLuLh, 7aLLuLhsiLLuLh, %lma de la 'scuridad, 5i$o de

la 'scuridad, %lma de la 'scuridad, 5i$o de la 'scuridad...P.

8evanté la mirada, sin de$ar de repetir la invocación, y la mu$er de la orilla

empe;ó a cambiar y a trans!ormarse, y no tardé en estar contemplando una

vaca de o$os grandes con un tendero delgado mamando entre sus patas. "lla meobservaba con o$os inteligentes, a;ules y sagaces, mientras su$etaba el ternero

con !irme;a entre sus piernas traseras. "n el preciso momento en que yo

decid(a seguir avan;ando hasta la orilla, ella cambiaba una ve; más, esta ve;




trans!ormándose en una leona, sentada como una es!inge con un cachorro entre

las patas. +u mirada se volv(a !ero;, malévola, y yo trataba de eludirla, pero

era demasiado tarde. 3i cómo hac(a un movimiento protector hacia su cachorro

y empe;aba a levantarse. Traté de dar la vuelta a la embarcación, pero ten(adi!icultades con la pértiga resbaladi;a y no lograba hacer ning0n avance a

través del l(quido espeso y viscoso. "l lago parec(a prolongarse

interminablemente ante m(< no hab(a delimitación, ni hori;onte, ni ning0n punto

e)tendido que se !undiera con el espacio. '( un rugido a mis espaldas y empecé

a impulsar la barca más deprisa con la pértiga, pero esta se volvió blanda y se

me escurrió de las manos como una serpiente, desapareciendo en el barroensangrentado. "l rugido era casi ensordecedor y sent( un calor tremendo en la

espalda< me tumbé en el suelo de la barca y me cubr( la cabe;a con las manos.

!

Da %esca con caFa%br( un o$o y vi a enelope de pie $unto a la cama, vestida con un anticuado

tra$e pantalón de color beis y un $ersey de lana de la señora 5ardy, con una

ta;a de té en la mano. Ke llamaba. "l sol entraba por las grandes

puertaventanas y ca(a sobre la cama. "l !uego crepitaba en la estu!a y yo

sudaba pro!usamente con el pi$ama de 5ardy.

-6espierta, despierta, Malter dec(a con vo; camarina.Ke incorporé. 5ab(a dormido más de die; horas pero segu(a sintiéndome débil.

También ten(a mucha hambre.

¿6ónde está 5ardy? pregunté. ¿Ke he perdido el desayuno ?




"lla me o!reció la ta;a de té.

>o le he visto di$o. +on casi las nueve. 5e entrado en la casa para

preparar té. +upongo que todav(a está pescando. >o he conseguido dar con el

maldito a;0car. ero he encontrado un poco de miel. ' al menos creo que lo era.Tal ve; hoy es su d(a de suerte.

Ke senté y beb( un sorbo de té caliente. enelope abrió las puertas y entró una

corriente de aire !r(o $unto con el re!rescante olor a lilas y a palisandro.

7ueno di$e, deber(amos pensar en volver a 8ondres.

¿>o crees que debemos hablar antes con él? preguntó enelope. %cabas

de despertarte.¿Qué hay del traba$o? pregunté. Ke re!iero al tuyo. % la biblioteca.

enelope miró a través de las puertas la casa grande y bebió un sorbo de té.

% la mierda di$o. Ke han despedido.

7ueno, pues yo debo volver. Tengo que devolver la *anción de %món a Jlein. #

luego está mi...

6ios, Malter, ¿siempre eres tan olvidadi;o?>o lo soy... ¿% qué te re!ieres?

5ay que ver las cosas que dices a veces... ¿Te escuchas alguna ve;?

+e acercó al escritorio y se sentó en la esquina, estirando las piernas por

deba$o de ella. 8levaba el pelo recogido en un moño, como la primera ve; que la

conoc(. *on la ropa de la señora 5ardy parec(a una versión más vie$a y

anticuada de s( misma.>o pienso irme sin despedirme del doctor 5ardy di$o.

>ecesito volver insist(. >o podemos esperar.

"ntonces v(stete e iremos a buscarlo.




5ac(a una bonita mañana para un d(a de noviembre en =nglaterra. "l aire era

!resco y estaba cargado de roc(o, pero el sol ya calentaba. #o llevaba unos

pantalones chinos vie$os, una camisa de algodón con cuelgo de botones, un

$ersey de lana de ove$a y una vie$a ca;adora de pata de gallo, todo de 5ardy.Kis ;apatos segu(an h0medos y cubiertos de barro, y me dol(an las piernas por

varias partes, pero ten(a la cara mucho me$or. Traté de mantener la me$illa

magullada inclinada hacia el sol mientras nos acercábamos a la breve elevación

que hab(a detrás de la casa de huéspedes y ba$ábamos el sendero que

serpenteaba hasta adentrarse en el umbr(o bosque. +egu( a enelope por el

sendero cubierto de ra(ces e)puestas y de surcos que el agua de la lluvia hab(a!ormado en la tierra.

*ru;amos un pequeño claro y al volver a internarnos en el bosque, o(mos el

ruido de agua que corre.

1nos treinta metros más adelante encontramos el arroyo. *orr(a perpendicularal sendero, que se elevaba sobre él y continuaba en dirección paralela. 8o

atravesaba un sendero más pequeño y estrecho que discurr(a en sentido

contrario. >os detuvimos en la divergencia y observamos cómo el agua clara

corr(a débilmente sobre un lecho de piedras lisas y ovaladas. "l arroyo no ten(a

más de die; metros de ancho y uno de pro!undidad en ciertos tramos, el agua

era de un tono dorado suave y vi muchos peces diminutos en la rápida coBrriente.




#o iré por all( di$o enelope con un gesto. T0 toma el camino menos

transitado. +eñaló con el pulgar el sendero más pequeño. "l vie$o no puede

haber ido muy le$os. >os reuniremos aqu( dentro de quince minutos.

Ki sendero solo era un estrecho tramo de malas hierbas y male;a pisoteadasque casi desaparec(a a trechos. ero discurr(a a solo unos palmos del arroyo

serpenteante y se hac(a más ancho en algunos de los recodos donde el agua

inundaba las orillas, debilitando las ra(ces torcidas de los gruesos árboles y

!ormando pequeñas playas rocosas al otro lado. #o me abr(a paso a través de

los matorrales, !i$ándome en dónde pon(a los pies y tocándome con cuidado la

cara mientras pensaba en Uenobia. "speraba que todav(a estuviera en 8ondres y que quisiera volver a verme. >o sab(a qué quer(a decirle, o qué esperaba

conseguir con ello, pero sab(a que, además de $usti!icar mi ausencia, era

preciso decir algo, aunque no supiera qué. ¿*ómo me hab(a visto involucrado en

ese complot aparentemente comple$o? >i siquiera sab(a si e)ist(a en realidad<

pod(a tratarse solo de un par de e)céntricos con una inclinación por la

criptogra!(a esotérica, los atletas americanos !ornidos y los cultos ascéticos.6e pronto ca( en la cuenta de que esperaba que as( !uera. 8o aterrador era

considerar la posibilidad de que se tratara de algo más.

6e todos modos, ¿qué demonios estaban haciendo "rin y 'ldcastle? "l asunto

de %tón era desconcertante. +abemos que el culto de %tón !ue llevado al poder

por %meno!isZ %$natón de la N3=== dinast(a. 4ue el primer caso real docuB

mentado de monote(smo en el mundo, y sustituyó el culto a %nión hasta queeste !ue restaurado por TutanLatón, quien pasó a llamarse TutanLamón en

honor de %món. 8os /amsés corrigieren esa pasa$era irregularidad en el

sistema a!ian;ando el orden leg(timo de los dioses al poner a %món a la cabe;a.




Kás tarde /amsés === lo !usionar(a con /a, una !orma del sincretismo que

hab(a mencionado 5ardy, para !ormar %mónB/a. ero antes de eso, %món hab(a

sido conocido como el dios de Olo ocultoP, de lo desconocido, el creador de

todas las cosas universales e invisibles, y era posible ver en esa connotación losprimeros gérmenes de la clase de monote(smo que adquirir(a importancia en la

época moderna. "so hac(a que las re!erencias a %món !ueran un tanto

engañosas< siempre estaba la connotación de lo que era OinvisibleP, lo que no

estaba claramente representado. 8os autores antiguos de los $erogl(!icos

!igurativos o de la escritura criptográ!ica podr(an haber sacado un gran

partido a ese simple $uego de palabras.8as cartas personales del antiguo "gipto siempre se escrib(an en las !ormas

más sencillas de escritura, en el esquemático hierático o demótico. 8os

$erogl(!icos, en su !orma completa, normalmente solo eran utili;ados por los

miembros de élite de la sociedad, la !amilia real y el clero, para !ines casi e)B

clusivamente !unerarios. 8o que hac(a la *anción de %món tan singular era que

un comerciante corriente poseyera esa clase de conocimientos. +i hab(aencargado el documento a un escriba de la !amilia real, que era lo más

probable, ¿por qué habr(a querido emplear tanto dinero y tiempo? #a que

escribir una simple carta a su !amilia podr(a haberle costado más de lo que

ganaba en todo un año. ¿# qué esperaba hacer 'ldcastle con ella? ¿' qué

pintaban en todo eso los Lrishnas o la 'rden del %manecer 6orado?

Ke detuve $unto a un árbol cubierto de gruesas trepadoras y observé elmovimiento del agua. 5ab(a algo más. "ra curioso que se hubiera escrito una

carta as( durante la N3=== dinast(a, en pleno reinado de %$natón y las purgas

de todo lo relacionado con %món. 6ebió de suponer un gran riesgo componer tal




himno a %món, aunque !uera !also. "l castigo por alabar, escribir o mencionar

siquiera al dios prohibido ser(a severo. ¿or qué querr(a correr ese riesgo un

comerciante? ¿Quer(a 'ldcastle controlar o destruir las re!erencias a %món

de ese per(odo para promover de alg0n modo los designios de su culto a %tón?3isualicé la cuadr(cula de la estela de aser y empecé a ordenar las posibles

combinaciones. ¿"l determinativo general del papiro de la *anción de %món era

solo un canto al amor evocado? ¿# qué relación ten(a la historia de ese

comerciante y su !amilia con el concepto de Olo ocultoP, o tal ve; el ascenso de

%tón y la persecución de %nión? ¿od(a utili;arse esa interpretación para

intentar encontrar un elemento oculto similar en el canto a la diosa Kut de laestela? "n mi imaginación la losa brillaba mientras superpon(a los posibles

determinativos de la *anción de %món sobre los distintos aspectos de la estela,

tratando de hacer coincidir la ortogra!(a silábica. 6e repente toda la imagen se

tambaleó, y tomé conciencia del presente, el aire cargado de humedad, los

árboles en movimiento y los ruidos del arroyo que borboteaba lamiendo las

rocas.# de pronto la o(, la vo; de enelope gritando mi nombre, resonando por el

bosque y sobre el agua, despla;ándose por el lecho del arroyo como si !uera un

t0nel. Ke quedé inmóvil y escuché. 3olv( a o(rla de nuevo, rodando sobre la

super!icie del agua, un ruido aterrador, el nombre de alguien voci!erado con

desesperación, un grito de socorro, el llamamiento directo a alguna clase de

acción desconocida. "speré a o(r una tercera ve; el vibrante sonido de minombre sobre el agua, y luego di media vuelta y retroced( a todo correr por el

sendero.




enelope estaba acuclillada en una playa rocosa de una pronunciada curva del

arroyo, con la cabe;a inclinada sobre algo. 8legué abriéndome paso con

estrépito a través de la male;a y me de$é caer por la orilla ba$a hasta

aterri;ar torpemente de lado sobre una cadera, sumergiendo una pierna en elagua helada. "lla acunaba la cabe;a de 5ardy en su rega;o. "l anciano ten(a la

cara mortalmente pálida y demacrada, los dedos doblados y morados. 8as

piernas le colgaban en la corriente. Ten(a los o$os cerrados y parec(a tranquilo,

con la caña de pescar y la nasa a su lado. +obre las rocas hab(a dos peces, uno

especialmente largo que parec(a una anguila y una trucha más corta verde

esmeralda.enelope se inclinó hacia la cara de 5ardy y puso los labios sobre los suyos<

acto seguido, a él se le hincharon las me$illas y se le ensanchó el pecho. "lla se

puso rápidamente de rodillas a su lado y empe;ó a palparle el pecho con los

dedos hasta locali;ar el lugar que buscaba, luego colocó el dorso de la mano

sobre él y volvió la cabe;a hacia m(, con la mirada desorbitada y las me$illas

manchadas de lágrimas.-or 6ios, Malter, ve a llamar a una ambulancia

+e volvió de nuevo hacia 5ardy y, apoyándose sobre su cuerpo, empe;ó a

bombearle el pecho con las manos. Yl ten(a los bra;os ligeramente abiertos a

los costados< sus piernas se mec(an en la rápida corriente y las puntas de sus

botas de goma cabeceaban.

-Malter, vuelve a la $odida casa y coge el móvil o el telé!ono, y llama a una $odida ambulancia




Ke levanté tambaleándome y, agarrándome a las ra(ces de 1n vie$o roble,

escalé la orilla y eché a correr por el sendero con una bota empapada,

sacudiendo los bra;os y luchando por respirar.

*uando regresé al r(o, 5ardy estaba sentado y enelope lo sosten(a, alisándoleel pelo ralo de la coronilla y murmurando algo. Kientras me de$aba caer de

nuevo por la orilla, ella se limitó a mirarme. 'bservé la cara de 5ardy

conteniendo la respiración hasta que lo vi parpadear. 8uego me incliné en la

orilla y, agarrándome a una ra(;, vomité sobre las rocas lisas, sintiendo cómo

me temblaba la cara con cada arcada. *uando llegó la ambulancia, parec(a que

5ardy iba a recuperarse. 1n in!arto, di$eron, un ataque al cora;ón. 5ab(ade$ado de respirar unos momentos, pero parec(a que se hab(a reanimado lo

bastante deprisa para evitar lesiones cerebrales u otras secuelas duraderas.

8o hab(amos encontrado $usto a tiempo. Yl tosió y balbuceó mientras lo sub(an

a la ambulancia, y nos miró a enelope y a m( con una e)presión hostil, la

e)presión pro!undamente triste y humillada de los que acaban de regresar al

mundo de los vivos.

+e marcharon y nos quedamos solos en casa de 5ardy, sentados a la mesa de la

cocina. enelope lloraba convulsa, con la cara oculta entre sus manos. #o estaba

sentado a su lado y le !rotaba la espalda y los hombros, sin de$ar de pensar en

que no ten(amos tiempo para eso, que ten(a que volver a 8ondres.

8e has salvado di$e. 5as hecho una gran acción.ero ella se limitó a sacudir la cabe;a y siguió llorando desconsolada.

/evolv( por la o!icina de 5ardy y encontré otro estuche para papiros, uno

clásico, sin mandos electrónicos, pero era me$or que llevarlo en la mano. 5acia




las once estábamos en la estación de *ambridge, esperando el tren a 8ondres.

enelope pareció serenarse, aunque permaneció callada y me dio la sensación de

que me rehu(a la mirada. "ra el d(a de 2uy 4aVLes, el A de noviembre.

"stábamos entrando en 8ondres, y enelope dormitaba a intervalos en su

asiento, con la cabe;a apoyada contra la ventana, cuando vi al a!ricano alto de

la 7iblioteca 7ritánica sentado unos asientos más adelante, al otro lado del

pasillo.

'bservé su per!il mientras le(a una revista. 8levaba un chándal blanco con un

ribete verde en las mangas y las perneras. arec(a un par de tallas menor de laque le correspond(a. 8evantó la vista, se volvió hacia m( y me sonrió. 6e$ó la

revista y señaló con la cabe;a la parte delantera del vagón sin parar de

mirarme, luego se levantó y recorrió el pasillo hasta la puerta que conduc(a al

siguiente vagón. %l llegar a ella, se volvió y me hi;o señas una ve; más con la

cabe;a.

%ntes de que me diera cuenta de lo que estaba haciendo o pensando, recorr( elpasillo y crucé la puerta detrás de él. "l resto de los pasa$eros parec(an

dormidos, con la cabe;a sobre el hombro, la boca abierta como ca$ones. >os

detuvimos en el pequeño espacio entre vagones, los dos agarrándonos a las baB

rras de las paredes mientras la plata!orma circular hac(a girar el suelo ba$o

nuestros pies. Yl ten(a las piernas separadas y me miraba con una e)presión

divertida. "n su chándal se le(a O=psVich *ricLet *lubP.¿Qué? di$e. ¿Qué pasa?

Yl sonrió, enseñando sus largos dientes amarillos. 8levaba algo abultado deba$o

de la manga del chándal.




*reo que tiene algo para m( di$o.

>o supe locali;ar su acento, más bien gutural y entrecortado, tal ve; nigeriano

o al menos del oeste de X!rica. Yl siguió sonriendo.

¿8e env(a 'ldcastle? pregunté.¿'ldcastle? 8o pronunció despacio.

5ablaba con elaborada precisión, alargando las s(labas. /esultaba muy irritante.

>o recordaba haber deseado nunca tanto un en!rentamiento !(sico. 5ac(a doce

años en "l Kinya hab(a recibido una pali;a a manos de un hombrecillo barbudo

que al parecer estaba interesado en mi chaqueta. "ra $oven, aunque entonces

yo también lo era, además de más corpulento. /ecuerdo que me senté en elborde de la cama de mi hotel tratando de repasar lo ocurrido, la oscura

entrada del ca!é, la rápida !uria de sus puños, cómo me hab(a encogido de

miedo en la sucia calle mientras el tipo me atacaba con una cólera repentina e

incesante. 8a pali;a que me hab(a dado %lan el otro d(a en su piso, lo

rápidamente que me hab(a sometido 2igantica. ¿or qué me hab(a quedado all(

tumbado, sin intentar de!enderme? Ke hab(an intimidado desde el principio.Ten(a mal las rodillas y me dol(a la espalda cada mañana cuando me despertaba,

e iba a hacer más de die; años que no hac(a realmente e$ercicio, si lo hab(a

hecho alguna ve;, pero ¿qué sentido ten(a? ¿or qué molestarme cuando norB

malmente todo se reduc(a a unos breves segundos de violencia horrible, un

puñeta;o desesperado, unas manos su$etándote con torpe;a y una buena

patada, el pulgar clavado en el o$o? 6espués de todo, el e$ercicio del miedo escompleto e indoloro, ¿no?

"se tipo me sacaba die; cent(metros y pesaba die; Lilos más que yo, y tal ve;

era die; años más $oven. >o hab(a duda de que ten(a una constitución atlética,




y que en sus movimientos hab(a la !luide; del hombre capa; de reali;ar grandes

destre;as a una velocidad vertiginosa. ero en ese momento pensé ¿Qué cono?

+olo d(game qué quiere di$e.

Yl de$ó de sonre(r y se metió una mano en el bolsillo. #o me agarré a una barra y cerré el otro puño. Yl retrocedió un paso levantando la otra mano.

"spere di$o, y sacó una billetera del bolsillo.

Ke la tendió, como para demostrarme que no se trataba de nada peligroso.

8uego la abrió con la otra mano y me enseñó un carnet plasti!icado. Ten(a un

sello real.

6octor /othschild, me llamo *hristian 'LonLVo. Traba$o para eldepartamento de %dquisición y rotección de las ropiedades de +u Ka$estad.

¿ropiedades de +u Ka$estad? ¿'LonLVo? "ra a todas luces nigeriano. +acó un

pequeño cuaderno y lo abrió. "l tren cru;ó traqueteando una pequeña estación

rural y de$ó atrás el andén vac(o a gran velocidad.

5ay varias cosas de las que es preciso que hablemos, doctor /othschild.

"mpe;ando por un pequeño detalle sábado, cinco de noviembre. +ostuvo elcuaderno a la altura del o$o. "ntró en la 7iblioteca de 8ibros /aros de la 7iB

blioteca 7ritánica y salió ilegalmente con un libro. Roseph . Thompson, "gypt,

ast and resent, de Rohn . ReVett y *ompany. 8a primera edición de E@A.

or un momento se me pasó por la cabe;a golpearlo de todos modos. -6ios m(o,

el libro que me hab(a llevado sin darme cuenta de la biblioteca ¿6ónde estaba?

8a 0ltima ve; que recordaba haberlo visto era en el piso de %lan, la noche queentró y me golpeó mientras yo dorm(a. *uando me desperté el libro hab(a

desaparecido< %lan debió de llevárselo.




"l libro dec(a 'LonLVo está valorado en catorce mil libras, de modo que

comprenderá nuestra preocupación cuando abandonó 8ondres. ¿Tiene consigo

ese volumen en estos momentos?

>o, no..., no lo tengo. 3erá, !ue una equivocación. >o ten(a intención dellevármelo. ensé..., usted me miraba..., y estaba en el escritorio de %lan, y

luego en la cola...

¿%lan? 'LonLVo pasó varias ho$as de su cuaderno. ¿+e re!iere a %lan

5enry de EEF 2reat /ussell +treet? ¿>acido en EFG@, reserva del 7roLen

/iver, 6aLota del +ur, de H,EC metros y EAW Lilos? ¿También conocido como KiB

chael Kannon?+( di$e. Quiero dtécir que no estoy seguro. >unca he o(do el nombre de

Kichael Kannon. ¿*ómo conoce... su nombre?

Kiré atrás hacia nuestro vagón, donde enelope dorm(a con la cabe;a contra la

ventana. 'LonLVo ya no sonre(a.

"l señor %lan 5enry es otro asunto, aunque está relacionado. ¿"s amigo suyo,

doctor /othschild? ¿1n colega?+upongo di$e. %lgo parecido.

¿Tiene in!ormación sobre su actual paradero?

>inguna di$e. >o tengo ni idea.

¿or qué lo buscaba? preguntó 'LonLVo. ¿or qué le sorprendió verme

sentado ante el escritorio que él suele utili;ar?

Kire di$e, ese d(a en la biblioteca usted ten(a un revólver escondidodeba$o de la americana. ¿or qué no me abordó entonces?

8a cara de 'LonLVo permaneció seria y serena.




6octor /othschild di$o, usted no es el hombre más discreto a la hora de

robar libros de la 7iblioteca 7ritánica. 8o hi;o de !orma muy ostentosa, ¿sabe?

5a habido una red de ladrones operando de esa misma manera...

#a le he dicho que no lo hice a propósito./elá$ese, doctor /othschild. 8e creo. 6espués de consultar su curr(culo, es

evidente que un libro como ese tendr(a poco valor para un hombre como usted,

teniendo en cuenta que traba$a en el Kuseo 7ritánico con ob$etos de mucho

más valor.

3olv( a sentir el calor abrasador en la entrepierna, la ardiente serpiente que

me atravesaba el estómago y me sub(a por la garganta. *re(a que Jlein me hab(aasegurado que no iba a ponerse en contacto con la polic(a.

¿*on quién ha hablado en el museo?

'LonLVo sonrió sombr(o.

6eseo causarle las menores molestias posibles di$o. 8e agradecer(a que

usted también cooperara y devolviera el libro inmediatamente. >o creemos que

esté involucrado con la red que he mencionado, pero s( que podr(a habercolaborado con su causa sin proponérselo. "n los 0ltimos meses se han

sustra(do de la 7iblioteca 7ritánica una cantidad sustancial de manuscritos, la

mayor(a relacionados con el antiguo "gipto o cierto tipo de !(sica e)perimental.

5ay que investigar todas las pistas, como es natural. "stoy seguro de que usted

devolverá todo a su debido tiempo, doctor /othschild.

2racias. "stoy... en ello.5abrá una investigación !ormal sobre esas cuestiones, por supuesto.

Tendremos que investigar las a!irmaciones graves que se han !ormulado contra

usted. +in embargo, apreciar(amos su colaboración por lo que se re!iere a su




amigo el señor 5enry. *reemos que él podr(a !ormar parte de una operación

mayor a la que hace tiempo seguimos la pista, relacionada con el mercado negro

de antig&edades. +i él le ha pedido o dicho algo, sobre antig&edades, libros o lo

que sea, nos gustar(a saberlo.8evanté las manos y me encog( de hombros, el gesto internacional para

desentenderse de algo.

8e agradecer(amos mucho su ayuda en este asunto insistió 'LonLVo. %lan

5enry es un hombre peligroso en potencia. 3er(amos su colaboración como una

prórroga, para darle tiempo para recuperar el libro y devolverlo a la biblioteca,

entre otras cosas. # tal ve; borrar todos los rastros del asunto. ¿*uándovolverá a ver al señor 5enry?

"sa era una buena pregunta. >o hab(a logrado locali;ar a %lan en toda la

semana, y estaba bastante seguro de que el interrogatorio del que hablaba

'LonLVo no ser(a de su agrado. ¿or qué hab(a desaparecido de ese modo?

6ebió de darse cuenta de que era a m( a quien golpeaba hasta de$arme sin

sentido esa noche en su piso, antes de largarse con el libro. 6e modo que penséque har(a lo que cre(a correcto...

¿Malter? ¿Qué está pasando aqu(?

5ubo un movimiento y el olor cambió, las motas de aire se arremolinaron y en la

puerta de nuestro vagón apareció enelope, tratando de mantener el equilibrio

con el traqueteo del tren. arec(a totalmente despierta y miró a 'LonLVo

descaradamente. Ke alegré de verla. *on!iaba completamente en ella, aunqueno entend(a por qué volv(a a acudir en mi au)ilio.

ensé en "rin correteando detrás de las estatuas de la galer(a egipcia en la

madrugada y taladrando la cerradura del armario< en su traba$o en la




7iblioteca 7ritánica, OinvestigandoP, como lo hab(a descrito enelope< pensé en

5ani! el escritor< en los Lrishnas< en los documentos y arte!actos que hab(a en

la mansión de 'ldcastle< en las ce$as ligeramente arqueadas de "rin cuando nos

marchamos de all(, meciendo el cráneo con manchas de 'ldcastle en su rega;o< y en %lan 5enry, esperándome en el patio de la 7iblioteca 7ritánica a la hora de

cierre o irrumpiendo en mi piso, %lan 5enry, el 0nico hombre de 8ondres, o del

mundo actual en realidad, a quien cre(a poder llamar amigo. 7uscado por la

polic(a, involucrado en la adquisición y venta ilegal de antig&edades. 6aba la

impresión de que yo estaba ayudando de buen grado a esa gente, o!reciéndoles

mi con!ian;a ciega y !acilitándoles las cosas. "ra tan obvio. or segunda ve; enuna semana me recorrió una oleada de verg&en;a y cólera. ensé en mi hi$a,

esperándome en 8ondres, de pie $unto al oscuro Támesis maldiciéndome de

nuevo. Ten(a que encontrar a %lan.

Kañana di$e a 'LonLVo. 3eré a %lan mañana. Quedamos a menudo en un

pub de ')!ord +treet llamado el +panish 7ar. 5acia el mediod(a.

"l +panish 7ar repitió 'LonLVo. 8o cono;co, s(. ¿%l mediod(a entonces? Ke cogió la mano, que segu(a cerrada en un puño, y me la estrechó con !irme;a

. 7ien, bien. "so está bien, doctor /othschild. vP

Ke puso una tar$eta en la otra mano y se subió la cremallera del chándal,

moviendo los hombros con aire satis!echo, luego inclinó la cabe;a hacia

enelope sonriendo y entró precipitadamente en el vagón.

¿Malter?#o no di$e nada, pero ella debió de darse cuenta de lo que acababa de hacer.

+ent(a la cara pesada e inerte, una densidad como la de la arena mo$ada que se

acumulaba sobre mis hombros, y el morado que me recorr(a la !rente y las




inmediaciones del o$o empe;ó a palpitar despacio al compás del traqueteo del

tren mientras avan;ábamos a toda velocidad hacia 8ondres.

!1

Adi/idad

"n cuanto llegamos a 8ondres llamé al hotel de Uenobia. >o estaba, pero hab(a

de$ado el recado de que volver(a a media tarde, y la recepcionista me di$o que

no ten(a previsto irse del hotel hasta la mañana siguiente. "ran las tres de la

tarde del d(a de 2uy 4aVLes. 6ispon(a de cuarenta y ocho horas para desci!rarla estela.

>o hab(a pensado mucho sobre lo que har(a cuando se me terminara el

contrato. >unca me planteaba en serio ese tema en mitad de un proyecto.




/eservaba mi energ(a mental para el problema inmediato. Ke tra(a bastante sin

cuidado lo que pasar(a luego, tanto si lo resolv(a como si no, eso no era lo

importante para m(. ero esta ve; era distinto< parec(a que pod(a ser el 0ltimo

proyecto, el !inal de todo. ¿Qué har(a entonces?KicL consideraba ese proyecto como una oportunidad para hacer su agosto con

las antig&edades< ve(a la estela como un medio para $ubilarse e irse a vivir a

')!ord, al estilo del t(pico terrateniente inglés, con la garant(a de publicar en

una editorial importante y de reali;ar un manual de papel satinado para las

librer(as del museo, además de hacer una pequeña gira de charlas y una ronda

de con!erencias. ero ya le hab(an prolongado el contrato debido a los traba$ose)tras que hac(a para Jlein< se lo tomar(a con calma y esperar(a a que yo me

marchara.

KicL contaba, naturalmente, con todos sus proyectos complementarios, sus

otras !ormas de ganar dinero, muchas de las cuales se las proporcionaba el

mismo Jlein. #o sab(a que estaba supervisando la restauración de la escalera

egipcia de 5arrod[s, reconstruyendo sus escrituras $erogl(!icas y reordenandolas estatuas !alsas que hab(a all(. "l te)to no hab(a tenido ning0n sentido antes,

solo eran s(mbolos que hab(an puesto all( al a;ar porque parec(an interesantes.

ero hab(an llamado a KicL para hacer que los s(mbolos di$eran realmente algo<

algo que la gente de 5arrod[s pudiera leer, sobre el propietario, por supuesto,

que al parecer era descendiente de egipcios. 6e modo que KicL estaba

componiendo las distintas proclamaciones y !rases honor(!icas, pintando élmismo los s(mbolos. or supuesto, se divert(a él solo< el orden en que deb(an

leerse los s(mbolos, de i;quierda a derecha o de derecha a i;quierda, lo

determinaba la dirección en que estaban colocados los mismos. +i alg0n




e)perto en $erogl(!icos antiguos echaba un vista;o a la piedra de 5arrod[s, se

dar(a cuenta de que el te)to pod(a leerse de distintas maneras, pero la

verdadera traducción pod(a resultar muy di!(cil. KicL hab(a ordenado el te)to

para que pudiera leerse también en columnas. 7ásicamente dec(a O*antaalaban;as de quienes venden comida y ropa a unos precios que har(an caer al

mismo sol, los que pueblan estos pasillos viven a la brillante lu; de la eterna

codicia e ignorancia...P, y cosas por el estilo. >o hab(a muchas posibilidades de

que lo descubrieran< tal ve; unas veinte personas en todo el mundo sab(an

traducir te)tos con ese nivel de comple$idad, y solo una docena de ellas ser(an

capaces de comprender las bromas de KicL en toda su e)tensión. +upongo quese trataba de pura !achada, de todos modos< a la gente le gustaba el aspecto

de los $erogl(!icos, pero les interesaba poco su signi!icado. *omo los gra!!iti,

es una clase de vengan;a, supongo, una pequeña broma perversa hecha a un

p0blico al que no parece importarle, que tiene en poca estima ese arte, una

travesura que nadie conoce. % m( me parec(an insultantes y vulgares esas

distorsiones de algo verdaderamente grandioso y elocuente.8a o!icina del doctor Jlein estaba en la cuarta planta del ala oeste del museo,

una amplia estancia de techo alto, uno de los vie$os salones del siglo N3=5

donde antaño se desempeñaban las antiguas !unciones del edi!icio. +u

escritorio estaba cubierto de papeles, sobres y tubos. 5ab(a una sola silla pleB

gable de plástico !rente a él, y aparte de la butaca de cuero de Jlein, no hab(a

otro mueble en la habitación. 8as paredes estaban cubiertas de ca$as demadera y de cartón, y hab(a material de embala$e desparramado por el suelo,

creando un estrecho camino desde la puerta hasta su escritorio. Jlein estaba

de pie detrás del escritorio con las manos en los bolsillos.




-6octor /othschild di$o. +ab(a que todo se solucionar(a.

*ogió el estuche de 5ardy de mis manos y sacó rápidamente el papiro. 6espe$ó

un pequeño rincón de su escritorio y lo e)tendió sobre él, y utili;ó varios

!ragmentos de cerámica y ostracones para su$etar los bordes. /ecorrió con losdedos la super!icie, murmurando para s( sonidos.

arece que se ha deteriorado un poco desde la 0ltima ve; que lo vi comentó.

5a sido... inevitable di$e.

Ke sonrió, y su cara arrugada se !runció a0n más alrededor de las esquinas de

sus ga!as redondas.

Toda una aventura, ¿éh? %puesto a que s(. Ke encantar(a o(rla. ero todoparece estar en orden.

Jlein introdu$o la *anción de %món en un porta!olios y se recostó en su butaca,

indicándome por señas que me sentara. #o no me mov(. Yl $untó las manos

pulcramente en su rega;o. arec(a totalmente satis!echo consigo mismo.

Ke di$o que no se pondr(a en contacto con las autoridades di$e.

Jlein se sonro$ó un poco, toqueteando unos papeles de su escritorio.7ueno di$o, supongo que le habrá echado un vista;o. Ke gustar(a saber a

qué conclusiones ha llegado. ¿5a tenido alguna clase de accidente, doctor

/othschild?

Ke quedé all( de pie y observé cómo el cielo se arremolinaba a la lu; de la tarde

que entraba por las altas ventanas que daban a /ussell +quare. "staba agotado

y hambriento, y solo quer(a cru;ar una puerta imaginaria y de$ar todo atrás.¿6ónde estaba la puerta para que mi La saliera a buscar alimento?< ¿dónde

estaban mis shabtis ¿6ónde está la puerta !alsa de todos los que seguimos

vivos?




ensaba ba$ar al laboratorio di$e.

"mpecé a encaminarme a la puerta.

#adi$o Jlein, levantándose rápidamente, supongo que no es mala idea,

después de todo. ¿%lguna pista nueva, /othschild? ¿8e ha aportado algo elpapiro de %món?

8o o( caminar con sigilo a mis espaldas, pisoteando papeles y haciendo cru$ir

bolas de poliestireno. 8legué a la puerta y sal( sin mirar atrás.

6os d(as más gritó detrás de m(, será me$or que los aproveche. %v(seme

si...

ero yo segu( cru;ando la antesala de su o!icina en dirección a las anchasescaleras de mármol que conduc(an al3est(Bbulo principal del museo. %l

ba$arlas, me crucé con un hombre que sub(a con movimientos rápidos, !ormando

ondas en la peri!eria, y por un momento pensé que pod(a ser uno de los

conservadores, 4eynman o Mitten, o tal ve; los dos< no me importaba. arec(a

tener una especie de visión de t0nel el resto del mundo era un remolino

telescópico que daba vueltas alrededor del e$e que ten(a ante m(. %dvert( queel vest(bulo estaba lleno de la habitual multitud de turistas, momentáneamente

aturdidos ante el esplendor que los rodeaba. Ke abr( paso entre ellos con la

vista clavada en el suelo, sin querer mirarlos a los o$os. *uando llegué al

corredor de servicio que conduc(a al sótano, ba$é corriendo la escalera, recorr(

el pasillo y, pasando por delante de las !iguras impresionistas de +ue y *indy,

que me miraban !i$amente, entré en el laboratorio."nseguida comprend( que no iba a estar ni un momento a solas con la estela.

KicL estaba encorvado sobre la piedra< llevaba la misma ropa vie$a que hac(a

dos d(as, ten(a el pelo grasiento, iba descal;o y segu(a teniendo un puñado de




papeles en la boca. 'l(a como una $aula en la ;ona para !umadores de un

restaurante indio. %lrededor de sus pies hab(a una !ormación de colillas. >i

siquiera advirtió mi presencia. "staba claro que hab(a pasado los dos 0ltimos

d(as traba$ando en ello."n mi mesa encontré un pequeño montón de avisos, notas de varios

conservadores solicitando algo o pidiendo alg0n conse$o y otros papeles que

normalmente tiraba a la papelera. También hab(a una de esas tar$etas para

in!undir ánimos de 5allmarL que resultó ser de *indy y +ue. Tomé mentalmente

nota de ser más simpático con ellas e involucrarlas de alg0n modo en mi traba$o

lo antes posible. *aramba, deber(a hacerlas entrar y echar un vista;o a laestela. +us aptitudes para traducir eran muy rudimentarias< dudaba que

pudieran distinguir un te)to de !inales del =mperio Kedio de otro de !inales

del >uevo, pero tal ve; su mirada !resca reparar(a en algo que a m( se me hab(a

escapado. Tal ve; deber(a sacar la estela a la calle, llevarla a 2reat /ussell

+treet y animar a los transe0ntes a intentarlo. -"h, vosotros, a ver si adivináis

lo que poneKicL estaba inmóvil. 3i por encima de su hombro que hab(a movido dos de los

rotuladores que yo hab(a colocado sobre la cuadr(cula para señalaD? las

posibilidades de los determinativos. %unque las hab(a memori;ado, me molestó

un poco.

6entro de dos d(as nos separar(amos, seguramente para siempre. #o solo

podr(a ver la estela en los libros o cuando la e)hibieran en el museo dentro deuna vitrina, comiéndomela con los o$os como los demás turistas. >o podr(a

poner las manos en ella, ni palpar los bordes gastados y la super!icie lisa, ni

recorrer con las uñas las ligeras hendiduras de las inscripciones. 8a posible




pro!undidad de su signi!icado envuelto en misterio, la imposibilidad de

desentrañarlo, la !rustración que re;umaba de ella como una niebla, la !orma en

que hab(a logrado !rustrar a los criptógra!os más prominentes del mundo

durante todo ese tiempo. >o me imaginaba cómo ser(a no tener la estela a milado, no tener su cara implacable para mirarla, no poder poner las manos en sus

gastados bordes, no poder su$etarla.

5ice ruido a propósito con mi taburete y los papeles de mi escritorio. KicL ni

se inmutó. Ten(a la espalda de la camisa mo$ada de sudor.

¿KicL? di$e.

>ada.-"h, KicL

"s una norma tácita no interrumpir a otro traductor mientras está absorto

tratando de desci!rar algo. 8a mayor parte del tiempo ten(as vastas l(neas de

te)to en la cabe;a que comparabas con el te)to ante ti, con anotaciones y

listas de posibilidades dispuestas en columnas como diagramas sumamente

ornamentados de oraciones. +i alguien interrump(a el hilo de tus pensamientospod(a evaporarse todo. Ke acerqué y le toqué el hombro. "l estaba ligeramente

doblado por la cintura, con las manos en los lados de la estela para sostenerse.

¿KicL? ¿"stás bien?

+e irguió de golpe y retrocedió unos pasos. Ten(a los o$os !uertemente

cerrados. 2imió y se acercó arrastrando los pies a su mesa de traba$o, todav(a

doblado por la cintura y con los o$os cerrados. +e sentó sobre la mesa conconsiderable es!uer;o, apartando varios montones de papeles, libros, utensilios

de escritura, tablas de arcilla y rollos de papiros, que cayeron con estrépito al

suelo. +e tumbó de espaldas y empe;ó inmediatamente a roncar.




Ke volv( de nuevo hacia la estela y traté de deducir lo que hab(a estado

haciendo KicL. 5ab(a reordenado las notas adhesivas de una !orma curiosa,

algo que yo nunca hab(a visto antes. 8o que estaba haciendo era alterar las

traducciones ya aceptadas de las l(neas verticales del te)to, algo que yo hab(aintentado hacer muchas veces. ero él hab(a llegado a varias conclusiones

interesantes. "staba traba$ando en las l(neas verticales I@BH, y me llamaron

concretamente la atención los enunciados que hab(a elaborado a partir de las

invocaciones iniciales a la diosa Kut. 5ab(amos dado por hecho que la l(nea E

signi!icaba Oel dios sol ilumina para todo el poder de KutP, pero KicL hab(a

$ugado con el ideograma de la l(nea hori;ontal I correspondiente hasta cambiarla !rase por Oel dios sol ilumina para ella los poderes de KutP. ¿"lla? 4unB

cionaba gramaticalmente, pero el conte)to no era el correcto. ¿Quién era ella?

+i e)ist(a ese OellaP, entonces se hab(a tergiversado quién era el destinatario

del himno a Kut< siempre hab(amos supuesto que iba dirigido a un p0blico

general, el de los dioses y quienquiera que lo leyera. ero si el himno iba

dirigido a una persona en particular, las cosas cambiaban./epasé algunas de las posibilidades de las l(neas de alrededor la l(nea vertical

I@, Ogran !uer;a en presencia de Kut la diosa de la lunaP, también pod(a

cambiarse con la l(nea hori;ontal H, O!uer;a 9su: o$o, iluminaP, para que se

leyera Ogran !uer;a en su presencia, tu diosa de la luna, Kut...P.

"so era e)traordinario. *omplicaba el asunto al abrir ante nosotros más

lecturas alternativas aparte de las dos que ya ten(amos. Tendr(a que traducirde nuevo todo el te)to utili;ando las transliteraciones de KicL de las l(neas

verticales y hori;ontales. 8a siguiente cuestión era el !ormato epistolar de la




*anción de %món. Tendr(a que rehacer la cuadr(cula, asignando un

determinativo distinto a toda la pie;a.

Traba$ando con los cambios de KicL pasé a otras l(neas verticales.

3ertical W OYl es iluminado por su belle;a, y eso la complace... el cora;ón purosurca las aguas en un bote estable... no es preciso vela ni pértiga para abrirse

paso... %labado en el cielo y la tierra en la gastada !rente de su padre...P.

# el e!ecto de la hori;ontal E O"lla que es $oven se al;a detrás del sol, sobre

el este, llevando dos coronas... brilla como el oro..., los animales de la tierra

parlotean, los gorilas entonan un canto a su belle;a... la bienamada, que ha sido

e)altada desde antes de los tiempos de los dioses...P."l signi!icante de los monos, Thot, el dios de la escritura. "l te)to se volv(a

mucho más personal, de$aba de ser una serie de himnos o cantos a Kut y %mónB

/a, y parec(a señalar otro destinatario, otra !igura, otra persona. ero ¿quién?

+i no era un dios...

rimero ten(a que ocuparme de KicL, por no hablar del estado del laboratorio.

"staba realmente repugnante, con el denso e intenso olor corporal de unautob0s argelino en pleno agosto, hasta el punto de que ten(a problemas para

concentrarme, sobre todo cuando me mov(a arrastrando los pies con bande$as

de curry y colillas hasta los tobillos. arte de m( esperaba que KicL hubiera

ca(do en un coma del que nunca regresara. =ba a necesitar ayuda para sacarlo

de all(.

*indy y +ue estaban, cómo no, al otro lado de la puerta. "ntraron en ellaboratorio como un gato que se mete en una bolsa de papel. 5icieron una

mueca de asco en cuanto les asaltó el tu!o, y contemplaron con visible horror el

estado en que se encontraba el laboratorio, el suelo lleno de bande$as y




papeles, las paredes cubiertas con mis tablas, la estela elevándose como un

obelisco en medio del caos y la !igura postrada de KicL sobre la mesa. >o

estoy seguro de qué esperaban encontrar, pero parecieron un poco

decepcionadas.+in embargo, reali;aron de buen grado la tarea que les asigné. *indy lidió con el

montón de basura mientras +ue me ayudaba a levantar a KicL. 8e sostuvimos

una ta;a de ca!é caliente $unto a su nacida boca de ardilla para que bebiera.

+upuse que el ca!é de +ue y *indy har(a caminar a un muerto varias man;anas.

"nvolvimos a KicL en una vie$a sábana que cubr(a unas estatuillas del templo de

%món en JarnaL, otro material que esperábamos que estuviera relacionado conla estela. /odeé a KicL con el bra;o y él parpadeó mientras la tó)ica pócima de

+ue y *indy le llegaba al estómago.

Ke imaginé que el e!ecto solo durar(a unos minutos< ten(a que darme prisa si

quer(a llevarlo las cuatro man;anas hasta nuestro piso. "llas parecieron

sorprenderse a0n más cuando les entregué la llave de nuestro laboratorio.

5aced lo que podáis. ' lo que queráis. =ncluso desci!rar la maldita pie;a quehay dentro. +eñalé la estela. 2racias por la ayuda.

+e quedaron mirándome boquiabiertas, pero mientras sacaba a KicL por la

puerta, las o( moverse y acercarse a la estela, atra(das por la imposible

densidad de su oscura masa.

+alimos por la puerta este, KicL murmurando y arrastrando los pies,

apoyándose en m( mientras yo tiraba de él. %gradec( que !uera tan menudo yque no pesara más de cincuenta y cinco Lilos, porque con mi moderada

constitución pod(a obligarle a mover. +upuse que no éramos un espectáculo

insólito en 8ondres< muchos hombres ten(an que ayudar de la misma manera a




alg0n amigo al salir del pub. +in embargo, era antes del mediod(a, y con el

aspecto !antasmal que ten(a KicL envuelto en una sábana manchada, los

transe0ntes de 2reat /ussell +treet se apartaban para de$arnos pasar. 5ab(aB

mos recorrido sin problema la primera man;ana cuando KicL empe;ó ades!allecer. erdió las !uer;as mientras cru;ábamos Kuseum +treet y de

pronto me encontré arrastrándolo, sus pies desnudos retorciéndose sobre el

cemento y la porquer(a de las alcantarillas. >o soy un hombre !uerte y,

naturalmente, no estaba en buena !orma !(sica para llevarlo a cuestas, a pesar

de lo menudo que era. "mpleé el resto de mis !uer;as para arrastrarlo hasta el

otro lado de la calle. 8o recosté contra un bu;ón y me apoyé en él paramantenerlo erguido. Ke debat(a entre pedir ayuda, de$arlo tirado all( o tratar

de cargarlo al hombro, lo que sin duda me habr(a destro;ado, cuando de pronto

hubo un borrón de movimiento por la calle y %lan 5enry se apartó a grandes

;ancadas de la multitud, sonriendo, brillando como la estrella de la mañana de

5orus, el hermano de 'siris, +eth, el de!ensor de "gipto, el temido.




!!

E(ecraci8n

%lan metió a KicL en el diminuto cuarto de baño de nuestro piso, echó un pocode lavava$illas sobre su cuerpo postrado, abrió a tope el gri!o de la ducha y

cerró la puerta. #o preparé té en la cocina y nos sentamos a la pequeña mesa

con un par de ta;ones descascarillados. %lan bebió su té, observándome con

recelo.

Te he estado buscando.

8o sé. Ke lo ha dicho "ddie, el gerente.+ilencio.

¿6ónde te has metido? ¿Qué has estado haciendo? pregunté.




5e estado por ah(. 5e estado hablando con un cient(!ico americano llamado

*órner. 6e 'hio.

%lan 5enry entrela;ó los dedos detrás de su cuello de toro y se recostó en su

silla, haciéndola gemir de un modo que sin duda anunciaba el !in del mueble.%sesoró al equipo de propulsión canadiense continuó %lan, para la misión

del lan;amiento de la nave espacial. 4ue idea de él utili;ar una sola e)plosión en

lugar de una carga sostenida, lo más innovador en !(sica atómica. *órner ten(a

varias ideas interesantes que preve(an la disciplina actual de la teor(a de las

supercuerdas. ara relacionar la relatividad general de "instein y la mecánica

cuántica de >eVton. lanetas y átomos, grandes y pequeños. +e da por sentadoque las dos son correctas, y sin embargo las leyes de cada una hacen imposible

que ambas lo sean. 8a clase de cosa de la que no les gusta hablar mucho a los

!(sicos. "l mayor encubrimiento cient(!ico del siglo. *órner !ue el primero en

dar a conocer la teor(a de las supercuerdas, aunque, por supuesto, no se le

atribuye a él. 4ue el primero en intuir la idea de que las part(culas más

pequeñas que e)isten son esas cuerdas enrolladas que oscilan a distintasvelocidades y con distintos diseños, y que rigen a su ve; el comportamiento de

las part(culas y las leyes de la !(sica.

¿*uerda? ¿"l universo está hecho de pequeños tro;os de cuerda?

+(, cuerdas vibrantes. or supuesto, hay otras muchas variables, como el

grosor, los agu$eros, el espacio *alabiB#au, entre nueve y trece dimensiones. 8a

melod(a que tocan determina si crean hidrógeno o un !rug(voro. 8as alas delcambio se agitan a través de un universo cólico.

"so suena... absurdo.

%lan se encogió de hombros y boste;ó.




+upongo que es cuestión de perspectiva. 8a posición del observador, como

siempre, es la clave del descubrimiento resultante.

¿or qué me golpeaste en la cara de ese modo? pregunté.

%lan se miró las manos y me escudriñó la cara por un instante, como si buscaraalguna marca indeleble que pudiera hacerle recordar una pali;a que en ese

momento se le escapaba.

¿6e qué estás hablando?

¿6ónde está 5ani! ?

¿or qué?

¿Qué sabes de "rin Jalu;a? 8a chica que conocimos hace unas noches en el8upo 7ar. 8a noche que detuvieron a 5ani!.

%lan !runció el entrece$o y cru;ó los bra;os sobre su !ornido pecho.

>ada. >o sé nada de ella.

"s una ladrona. >o me estás diciendo la verdad. 5ani! es un ladrón. 8o sé

todo.

%lan se levantó, tirando las ta;as y derramando té por la mesa.¿6e qué cono estás hablando, /othschild? 5ani! está en el trullo. "n la

cárcel. "s un auténtico prisionero pol(tico. ¿Te has vuelto loco?

8as cosas no estaban yendo como yo esperaba< no quer(a que %lan 5enry se

acalorara y en!adara, porque entonces ser(a imposible entablar con él una

conversación sincera y racional.

Kira di$e, me muero de hambre. 3amos a alguna parte donde pueda comeralgo.

%lan salió detrás de m( echando humo, haciendo cru$ir sus nudillos de una

!orma que no presagiaba nada bueno.




7a$amos por "ndell +treet hasta el restaurante +olé lace 4ish +hop. 8a

clientela del mediod(a ya casi se hab(a marchado y hab(a una pequeña mesa

libre al !ondo. >os sentamos a ella con di!icultad, %lan casi rodeándola con su

mole. "l local estaba de bote en bote, lleno de traba$adores ;ombis del centrode 8ondres, chicas vestidas de e$ecutivas que com(an platos de patatas !ritas

con puré de guisantes, apretu$adas $unto a basureros desdentados, una !amilia

coreana recelosa que com(a sus pescados con nerviosismo, como si pudieran

volver de un salto a la vida, ta)istas de mand(bula cuadrada y patillas anchas,

un par de griegos con ca;adora de cuero que hablaban en griego a vo; en grito

por sus móviles, todos !umando cigarrillos entre bocado y bocado. 8ascristaleras estaban empañadas y las super!icies de las mesas, resbaladi;as de

grasa.

ed( bacalao con patatas !ritas, una ración pequeña. %lan optó por una gran

raya con sobrasada, salchicha untada con mantequilla, patatas !ritas y puré de

guisantes. *omimos en silencio. %lan ten(a el labio superior cubierto de gotas

de sudor del tamaño de un guisante, y yo tiritaba con el sudor que me corr(apor la espalda. >ecesitaba urgentemente ducharme. % menudo da la impresión

de que todo el centro de 8ondres es as( como estar en un restaurante de!ish

and chips abarrotado, bullicioso, maloliente y un poco grasiento, con una capa

h0meda de sudor sucio en la piel, la pega$osa pro)imidad de desconocidos, la

absurda variedad de vida apretu$ada en un solo lugar, donde todos !ingen de un

modo bastante insulso dis!rutar de su comida e ignorar la silla dolorosamentedura, el tu!o del hombre sentado en!rente, la tensión del estómago revuelto,

los adolescentes que chillan obscenidades desde el otro lado de la habitación,

los gritos en cuatro idiomas di!erentes que nadie entiende, todos con la vista




cansada y las rodillas doloridas, los ;apatos h0medos, sabiendo que en su casa

solo les espera una habitación vac(a, si tienen suerte, con una ca;uela o)idada y

un triste colchón, la situación básica de su vida en ese momento. #o ten(a

di!icultades en tragar mi pescado y decid( de$ar de intentarlo.¿Qué !ue del dinero de la !ian;a? pregunté a %lan. "l dinero que te dio

KicL.

%lan 5enry rebañaba el plato con su 0ltima patata, recogiendo los restos de

puré de guisantes y las migas del rebo;ado !rito.

7ueno di$o %lan, 5ani! consiguió que su abogado se lo entregara en la

cárcel y se lo pulió en un paquete de metan!etaminas que otro preso preparabaen su lavabo. También lo trincaron por eso, pero el abogado dice que lo soltarán

esta semana.

¿+ab(as que esa chica, "rin, la que conocimos esa noche, robó algo del museo?

¿1n ob$eto muy valioso?

%lan pareció desconcertado, sosteniendo con delicade;a su salchicha a medio

comer en la mano como la batuta de un director de orquesta.¿Qué hac(a en el museo? ¿*uándo !ue eso?

>o importadi$e. ¿Qué hay de tus cosas? ¿Tu habitación? ¿6ónde estás

viviendo?

+e me complicaron un poco las cosas all( di$o %lan. 7a$ó la mirada y

murmuró hacia la raya destro;ada que ten(a en el plato. Ke vigilaban y no

pod(a !iarme. %lguien entró y registró mi habitación. +ospecho que eranagentes de la *+%. ed( a un colega que se llevara mis cosas de all(.

¿8a *+%?

%dministración *anadiense de +eguridad.




>o hablas en serio.

>os miramos unos minutos. "sa era la clase de gilipolle; que yo estaba

esperando. >o iba a soltar prenda.

>unca he o(do hablar de ella di$e.")acto di$o %lan. %rqueó una ce$a y abrió los o$os con complicidad. >o es

la primera ve; que env(an a sus agentes a registrar mis cosas. *on la *+% no se

$uega. "llos crearon el molde, enseñaron a la >+% y a la *f% todos los trucos.

%hora estoy viviendo en un lugar secreto del +outh 7anL.

+iempre hab(a pensado que a %lan le !altaba un tornillo, pero empe;aba a dudar

seriamente de su ancla$e en la realidad."ntonces ¿qué hac(as por este barrio?

%lan pareció sorprendido.

3amos, he venido a ver qué tal estabas, /othschild. >o te he visto

0ltimamente. # a nuestro pequeño amigo KicL...

¿/ecuerdas a los luchadores de esa noche? ¿"l que se llamaba 2igantica?

También están metidos en esto. 1na especie de complot e)traño, y yo estoyinvolucrado en él. # los Lrishnas. arece tan oportuno que la noche que cono;co

a 5ani! empiece toda esta locura... >o sé qué estoy diciendo. 5ay un tipo que

te busca, llamado 'LonLVo. ¿8o sab(as? 8a primera ve; que lo vi estaba

sentado ante tu escritorio, y luego me siguió hasta *ambridge.

%lan apretó los labios y bebió de su vaso de agua pensativo. or primera ve; vi

pánico en su cara ancha mientras inclinaba el vaso, recorriendo el techo con lamirada.

¿'LonLVo? repitió. Ke suena. 3agamente.




¿or qué lo hiciste? preguntó. ¿Qué interés puedes tener en las

antig&edades egipcias? ¿Qué quieren sacar con ello los Lrishnas? ¿4ue por

'ldcastle? ¿Te está pagando para que lo hagas?

*alma, mi buen doctor di$o %lan. ¿'ldcastle? >unca he o(do hablar de él."n cuanto a las antig&edades egipcias, bueno, sabes que respeto tu traba$o, a

pesar de que me parece terriblemente aburrido. 5áblame otra ve; de ese tipo,

'LonLVo. ¿Kencionó cargos !ormales?

>o, no. Ke vio en la 7iblioteca 7ritánica. "staba sentado ante el escritorio

que t0 siempre ocupas. 8uego lo vi en el tren a *ambridge. >o le di$e nada. Ke

de$é algo en tu piso, un libro< por eso me buscaba. ' al menos me siguió.¿Qué clase de libro?

1nas vie$as memorias de un via$e del siglo )i) por "gipto. "ncuadernadas en

cuero marrón. >ada del otro mundo, me re!iero a que solo le( los primeros dos

cap(tulos. ero la biblioteca parece tomarse estas cosas muy en serio. "s basB

tante valioso.

%lan se encogió de hombros, y los m0sculos de su cuello se enroscaron comoserpientes.

>i idea, /othschild di$o. >o tengo ese libro... "spera, ¿cuándo diablos has

estado t0 en mi habitación?

¿Qué me dices de ese anillo de escaraba$o que tienes en la mano? ¿6e dónde

lo has sacado?

%lan se miró las manos.¿Te re!ieres a esto?




Ke tendió los dedos para que lo e)aminara. %ll( estaba la piedra ro$o mate con

el escaraba$o toscamente tallado. Ke sent( necio al considerar siquiera la

posibilidad que me rondaba.

Ke lo dio 5ani! di$o. ¿Qué le pasa?

+ent( cómo se mov(an las aguas, una oportunidad para cambiar de camino, la

otra tierra. ara tal ve; enmendarlo. ara tal ve; enmendarlo. ara derrotar a

+eth tenias que de$ar que se trans!ormara, que tomara la !orma que quisiera.

# como 5orus cuando +eth se convert(a en un hipopótamo y rug(a con !uria

animal, echando espumara$os al >ilo con sus qui$adas rechinantes, ten(as queconvertirte en el ca;ador y atravesarlo con una lan;a desde la orilla, clavarle el

arpón y arrastrarlo hasta tierra !irme.

Kira, tengo cosas que hacer esta noche. ¿or qué no quedamos mañana? ¿"n

el +panish 7ar?

%lan 5enry entrecerró los o$os.#a resolveremos esto mañana di$e. "n el +panish 7ar, al mediod(a. 3en all(

y aclararemos todo esto.

Ke levanté. or !in me iba a ir de$ando por una ve; a %lan con su boca;a

abierta.

Tengo que irme di$e. 5e de llamar a mi hi$a. 5asta mañana al mediod(a.




!'

El escara9ajo coraz8n

3olv( a recorrer 2reat /ussell y ba$é por *optic +treet hasta el pub lough. "n

el piso de arriba ten(an un comedor, aunque nunca hab(a visto a nadie comer

nada en él. 5ab(a varias mesas colocadas contra la gran ventana de cristales

emplomados que daba a 8ittle /ussell +treet y al /usLin 5otel, en la acera de

en!rente. También hab(a un telé!ono, una anomal(a en 8ondres o en cualquier

parte de "uropa en realidad. #a eran las seis y die;, de modo que llamé al hotel

de Uenobia. 8a recepcionista me comunicó con su habitación.

¿#a has vuelto? di$o Uenobia. ¿Tan pronto?




8a destilación electrónica de su vo; sonaba agradable, aunque un poco tensa,

como si hubiera alguien más en la habitación.

8o siento, Uenobia, de verdad. 8as cosas se complicaron un poco. 3erás, hab(a

un tipo, el doctor 5ardy...'lv(dalo di$o ella. >o me interesa tanto.

ero tuvo un in!arto, en el r(o, y tuvimos que reanimarlo y...

"spera, ¿lo reanimaste t0?

7ueno, lo encontramos tumbado, inconsciente. Kuerto. # entonces...

¿8e devolviste la vida?

"n realidad no. Quiero decir que lo hi;o enelope...¿enelope?

+(, es la mu$er que me acompañó a *ambridge..., !ue conmigo para ayudarme...

'lv(dalo di$o Uenobia. >o tengo tiempo. Tengo que ir corriendo a una

reunión. Kira, si quieres que volvamos a vernos, esta noche hay una recepción

de la prensa escrita internacional en el +outh 7anL %rts *entre. ¿+abes dónde

está? ara celebrar el d(a de 2uy 4aVLes. 3e all( a las nueve y ponte algodecente. 'lv(date de ese vie$o tra$e de pana, por !avor.

6e acuerdo di$e. %ll( estaré. ¿*uánto tiempo vas a quedarte?

'h, supongo que durará un par de horas. 3eremos los !uegos arti!iciales

sobre el puente de Materloo desde el balcón y tomaremos cócteles y demás.

¿or qué, tienes algo más que hacer?

Ke re!iero en 8ondres di$e, ¿cuánto vas a quedarte en 8ondres?Ke esperan en >ueva #orL mañana.

8a vo; de Uenobia se suavi;ó por un momento, la destilación electrónica vaciló,

las ondas sonoras oscilaron a una !recuencia distinta y los amperios se




aletargaron, traicionando un sentimiento. Tuve la sensación de que agarraba el

telé!ono como si me !uera la vida en ello.

8o recuperamos di$e. "l papiro robado. "s una pie;a bastante interesante.

"stoy segura. ¿3an a despedirte?"s posible. ero no importa, mi contrato termina dentro de dos d(as. Tendré

que irme de todos modos.

¿%donde irás?

>o estoy seguro.

*ambié de postura y los vie$os tablones cru$ieron ruidosamente.

Tráete a tu amiga di$o Uenobia. Ke gustar(a conocerla. Ke gustar(aconocer a la clase de mu$er que... te acompañar(a a *ambridge para recuperar

ese... ob$eto robado.

>os quedamos callados un momento. 8a o(a respirar super!icialmente.

ondré a tu amiga en la lista. 5abrá bastante gente. 6icen que está previsto

que apare;ca 4ergie. >o me gustar(a perdérmelo. +i es que sabes quién es, ya

que todav(a está viva.3olvimos a guardar silencio.

Kira di$o, tengo que irme. Te veré a las nueve. 6a tu nombre en el

vest(bulo y me buscarán. Ke gustar(a que !ueras, porque... hay algo que quiero

decirte. 1na noticia. 'tra cosa aparte de que mamá ha vuelto a casarse. >o

quise darte las dos a la ve;.

Te lo agrade;co di$e.>o hay problema di$o Uenobia. ¿# podr(as ir presentable, por !avor? 5a;

todo lo posible. ¿>o podr(as ir corriendo a la tienda o algo as(? ' tal ve; tu

amiga enelope...




Uenobia di$e, quiero decirte algo. Quiero que sepas algo. 5an pasado

muchas cosas 0ltimamente. *reo que no comprendes la clase de presión a la que

estoy...

or !avor susurró ella con aspere;a, no empieces con lo de OnocomprendesP.

2uardamos silencio un momento y yo me limité a respirar, de !orma super!icial

y rápida. 6el bar de aba$o me llegaba el le$ano tintineo de vasos, el murmullo de

saludos y conversaciones, la le$ana sin!on(a de buenos deseos. "l pub inglés es a

todas luces la institución más acogedora y terriblemente solitaria del mundo.

5asta las nueve, ¿de acuerdo? di$o ella. %diós.Ke quedé de pie $unto a la barra vac(a con el telé!ono contra la ore$a y

observé cómo se iba la lu; sobre las oscuras paredes del /usLin 5otel. 8os

cristales emplomados de mi ventana se curvaban ligeramente hacia aba$o,

dando a la !achada del hotel un aspecto la)o, lánguido. "l cielo estaba oscuro y

más allá de los ruidos del bar de aba$o o(a cómo el trá!ico de la tarde se iba

animando. Ke quedé inmóvil, con el telé!ono en la mano. 8os antiguos ten(an unaconcepción del apocalipsis como algo que acechaba en cada esquina. *ada d(a

era una preparación para la posible catástro!e, como las luchas entre 'siris y

la gran serpiente %posis a través de la noche oscura del más allá. +olo la

preparación y la vigilancia hac(an posible la llegada del d(a siguiente. 6e la

=nstrucción de %menemope

>o digas O5oy es como mañanaP. ¿*ómo terminará esto? Que venga

el mañana, hoy se ha desvanecido, el !ondo pro!undo se ha convertido

en orilla. 8os cocodrilos están al descubierto, los hipopótamos




varados, los peces apretu$ados. 8os chacales están saciados, las aves

se están dando un !est(n, las redes de pesca se han vaciado. ero

todos los silenciosos del templo dicen O8a bendición de /a es

grandeP. nete a los silenciosos y hallarás vida, tu ser prosperará soB bre la tierra.

3ientos de catástro!e soplaban sobre mi cabe;a, y yo solo quer(a retirarme a la

escalinata del templo y re!ugiarme entre los silenciosos, en la vasta solemnidad

de la estela.

6ecid( llamar a enelope para preguntarle si quer(a ir a la recepción. +upongoque me preocupaba más saber qué tal estaba. >o contestó el telé!ono, de modo

que le de$é los detalles en el bu;ón de vo; de su móvil. 8e di$e que se reuniera

conmigo en el e)tremo sur del puente de Materloo a las nueve e ir(amos $untos.

%ñad( que esperaba verla, que estaba preocupado por ella, y que con!iaba en

que estuviera durmiendo para recuperarse de nuestro via$e.

"l ruido del bar de aba$o aumentó. "l local se estaba llenando< después de todo,era el d(a de 2uy 4aVLes y los amigos deb(an de estar repostando para la gran

noche. 8as sombras de 8ittle /ussell +treet se prolongaban a medida que

empe;aba a oscurecer. Tendr(a que traba$ar deprisa.

6espe$é la mesa y, sacando un rotulador, empecé a dibu$ar mi cuadr(cula en el

mantel blanco, colocando las coordenadas en el nuevo orden. 8a serpiente

errante enroscada sobre la luna, la cobra al;ada y una tela plegada, el solradiante, un ave acuática en reposo, una espada corta, un pan y una mano

e)tendida, ondas de agua, un ha; de $uncos, el o$o que todo lo ve, la mu$er

sentada ba$o la luna... O!uer;a, su o$o, ilumina... las 6os Tierras y el Kás %llá...




en presencia del dios del sol quien... el dios del sol ilumina... el solBdios ilumina

para ella... "lla ha iluminado las 6os Tierras...P.

O8as 6os Tierras y la Tercera Tierra están dis!rutando de su lu;... *uando ella

sale, nacen todas las plantas y animales buenos... "lla que amanece temprano,que e)iste en in!inidad de !ormas, madre su!riente...P

Ki padre nunca Ovisitó los monumentosP per se< nunca parecieron interesarle

demasiado. 8lamaba Oestructuras de los nativosP a cualquier ob$eto ind(gena

desperdigado en el paisa$e ante las !auces abiertas de sus máquinas. "ntonces

yo cre(a que mi padre ten(a ra;ón en casi todo< al menos, cre(a en subeligerante idea del progreso. "ra evidente para cualquiera que la presa no solo

era deseable sino también necesaria. 8a región del >ilo no pod(a seguir

dependiendo de los ciclos de inundación anuales, no si quer(a convertirse en una

econom(a moderna y próspera que condu$era al norte de X!rica hacia una nueva

era.

8a primera oportunidad de ver el 2ran Templo de %bu +imbel se me presentóen EFCH, después de seis meses viviendo en %suán, cuando los arqueólogos

británicos persuadieron por !in a mi padre para que echara un vista;o al

templo. "l grupo de arqueólogos británicos proven(a de esa encantadora vie$a

escuela de caballeros ricos con un Ointerés desinteresadoP en despla;arse y

aplicar su particular agude;a intelectual a esos lugares y pueblos donde era

evidente que no e)ist(a la adecuada sensibilidad hacia la estética de la civili;aBción. ero hab(a que reconocer que esos tipos traba$aban con vigor pese a los

escasos resultados, tan !irme era su resolución, y en su mente colectiva estaba

convencer a los elementos importantes del equipo de la construcción de la




presa para que conservaran ciertos monumentos egipcios. ara entonces otros

arqueólogos y !uncionarios británicos ya hab(an comprado o se hab(an llevado

sencillamente muchos de los restos arqueológicos de los yacimientos antiguos

conocidos, a menudo con el e)preso consentimiento o bendición del gobiernoegipcio, que parec(a dispuesto a abrir las tumbas de los antiguos !araones a

cualquier hombre blanco con dinero. "sos tipos no parec(an pertenecer a ese

colectivo. *on!ormaban el grupo de estudiosos altruistas de ')!ord y

*ambridge, hombres que se aten(an obstinadamente a unos valores inteB

lectuales a menudo tan primitivos y obtusos que consegu(an gran parte de sus

propósitos gracias al puro desconcierto de sus adversarios en esas cuestiones.Kuchas de sus adquisiciones de ese per(odo se encuentran hoy d(a en el Kuseo

7ritánico. "l gran =mperio británico de la época victoriana !ue construido por

esa clase de hombres, que más tarde !ueron reempla;ados por los progenitores

más rapaces del capitalismo colonial.

8legaron por la mañana en un coche, media docena de tipos amables con tra$e

de tres botones de lino bien planchado, sombrero y mochila polvorienta llena dedocumentos. Ki padre los recibió en su despacho improvisado, una tienda llena

de corrientes de aire sobre una pequeña elevación $usto detrás de las

caravanas, con sus pantalones chinos de siempre y una camisa blanca

arremangada. 5ab(a bande$as con té caliente y !ruta en la mesa portátil, y los

hombres pasaron la mayor parte de la mañana alrededor de ella< de ve; en

cuando uno de los británicos se levantaba para pasearse por la tienda, señalarenérgicamente alg0n boceto de un pequeño libro y e)poner un argumento con

vo; estridente. #o estaba acuclillado en un hoyo polvoriento que 5aLor y yo

hab(amos cavado y cubierto con una tabla larga para protegernos del sol.




"staba situado $usto deba$o de la pequeña elevación de la tienda, en un lugar

escogido estratégicamente para espiar a mi padre mientras trataba con los

rusos, los distintos egipcios y, en esa ocasión, con esos británicos. ' deber(a

decir que !ing(amos que espiábamos< sab(amos que mi padre estaba al corrientede nuestro escondite. *omo ten(a por costumbre cuando manten(a

conversaciones no relacionadas con los progresos de la obra, mi padre habló

muy poco, observando a los hombres atentamente con una ligera sonrisa,

clavando los o$os en cada uno de ellos a medida que se turnaban para hablar.

+acaron ho$as, dibu$os y !otos, desplegaron mapas, tra;aron diagramas,

calcularon ci!ras, y mi padre lo e)aminó todo con minuciosidad, sosteniéndoloentre sus dedos y estudiándolo con atención. 6e ve; en cuando asent(a y se

serv(a más té.

8os arqueólogos se marcharon unas horas después, charlando mientras sal(an

del patio. arec(an optimistas acerca del resultado de la reunión. Ki padre se

quedó en la tienda y llamó a sus dos ayudantes estadounidenses. /evisaron

algunos de los documentos que hab(an de$ado los británicos y hablaron duranteuna hora. Kás tarde mi padre miró hacia donde yo estaba y me indicó por señas

que era la hora de comer, e hi;o a 5aLor salir del hoyo y correr a la cocina. Ke

reun( con mi padre en la tienda comedor, me senté sobre un co$(n y lo observé

mientras com(a, pero no logré leerle el pensamiento.

% la mañana siguiente que hi;o ir a su tienda. %cababa de celebrar una reunión

con los plani!icadores $e!es soviéticos, que se marcharon murmurando y!umando !uriosos. Ke !i$é en que varios de los documentos de los británicos

segu(an esparcidos sobre la mesa de traba$o de mi padre. ero de lo que quer(a

hablar mi padre era del obelisco inacabado. %lguien le hab(a dicho que yo hab(a




ido a e)plorar el barrio antiguo con bastante regularidad. +encillamente quer(a

saber la ra;ón. ¿Qué ten(a de interesante esa vie$a piedra en ruinas para que

volviera d(a tras d(a a verla?

#o solo era un niño, ¿qué pod(a decir? *reo que me limité a encogerme dehombros y solté el t(pico O>o lo séP que los niños han utili;ado toda la vida

para e)plicar sus acciones ilógicas. '$alá tuviera la oportunidad de e)plicárselo

ahora.

"ntonces mi padre me enseñó los planos del 2ran Templo de %bu +imbel que

hab(an de$ado los británicos. Ke di$o que quer(an salvar el templo, que le

hab(an pedido que convenciera a los soviéticos para que trasladaran la enormeestructura. Transplantar todo a otro yacimiento que estuviera por encima del

nivel de las aguas que liberar(a la presa. También pretend(an utili;ar el equipo

de los soviéticos, lo que retrasar(a la construcción de la presa y e)pondr(a la

maquinar(a a más riesgos de desper!ectos o desgaste general. *ontra los

deseos de los soviéticos, que se opon(an a toda la idea, mi padre hab(a accedido

a ir con los británicos al templo y ver con sus propios o$os qué quer(an salvare)actamente. %bu +imbel estaba más allá de la primera catarata, en el

e)tremo sur del ba$o >ubia. +e tardaba varios d(as en llegar all( en barco, un

transbordador a vapor que los rusos utili;aban para las traves(as más largas

por el >ilo. +aldr(amos temprano a la mañana siguiente.

#o estaba emocionado ante la perspectiva. =ba a via$ar con mi padre y a

descubrir algo por primera ve; con él. #o sol(a e)perimentar esas cosas solo.También tendr(a la oportunidad de ver la tierra natal de 5aLor, donde hab(an

vivido sus antepasados durante más de un milenio. "sa noche di vueltas en la

cama durante horas antes de dormirme.




ero nunca !uimos a %bu +imbel. 5aLor me despertó, sosteniendo la palangana

de agua con manos temblorosas, sus o$os llorosos brillantes en la oscuridad.

*uando me senté, vi mis maletas preparadas $unto a la puerta. "n alg0n moB

mento de la noche los ingenieros soviéticos hab(an recibido órdenes de Kosc0de echarnos, de eliminar el elemento occidental de la operación. "l gobierno

egipcio nos hab(a anulado los visados, siguiendo las instrucciones de Kosc0.

+ab(an lo que estaban tramando los británicos y mi padre, y no quer(an tener

que redistribuir los recursos para hacer !rente a via$es arqueológicos< eso

retrasar(a la construcción y ya hab(an rebasado el presupuesto. *uando me

senté en mi camastro esa madrugada, el cielo segu(a negro y lleno de estrellas.5aLor estaba acuclillado a mi lado, y vi que las lágrimas de$aban surcos oscuros

en sus me$illas. Kientras me preparaba, 5aLor empe;ó a decirme cosas, como

que mi padre iba a abandonar al pueblo nubio de$ándolo en manos de los

soviéticos, a los que no parec(a importarles si viv(an o mor(an. #o le di$e que no

pod(amos hacer otra cosa, que mi padre no pod(a hacer nada. 5aLor no lo

aceptó.Ki padre se lo tomó sumamente bien. "staba en su taller, con sus utensilios de

dibu$o ya guardados, riéndose y !umando con los ingenieros rusos, que se

!rotaban continuamente la nuca y sonre(an t(midamente. >o quer(an que mi

padre se marchara< ellos no hab(an tenido nada que ver con eso. También

parecieron avergon;arse de tener que registrar sus cosas para asegurarse de

que no se llevaba ning0n plano, nada que pudiera desvelar los secretos de laobra de los soviéticos. Yl les estrechó la mano uno a uno, y ellos me sonrieron y

me dieron unas palmaditas en la cabe;a. 8uego nos condu$eron al 8and /over

que nos llevar(a a 8u)or, desde donde volar(amos a "l *airo, a ar(s, y




!inalmente a "stados 1nidos. Kientras sal(amos, 5aLor se quedó en la puerta y

tiró el dinero que mi padre le hab(a dado sobre la camioneta, y las monedas

rebotaron contra el parabrisas. >os insultó en un dialecto nubio, algo que no

entend(, pero sospeché que nos maldec(a a m( y a mi padre por marcharnos, porrenunciar. +u !uria y sus o$os centelleantes me helaron las entrañas. 8uego, con

un grito angustiado, echó a correr por la calle polvorienta hacia el r(o.

"l trayecto a 8u)or !ue largo y agotador. *ru;amos las colinas ba$as, el

desierto oriental que se elevaba hacia el cielo, el >ilo que serpenteaba a través

de cañones a nuestra i;quierda. 8a carretera estaba desierta salvo por alg0n

que otro grupo de hombres que caminaban por el polvoriento arcén, a menudocon grandes bultos sobre la cabe;a o la espalda. #o no quer(a irme. "mpe;aba a

dis!rutar con mis e)ploraciones, a sentirme más seguro en mis incursiones. Ke

hab(a a!icionado a merodear por el yacimiento del obelisco inacabado, $ugando

sobre su super!icie !racturada hasta la llamada vespertina a la oración. 8loré

casi todo el trayecto hasta 8u)or, lo más silenciosamente que pude, acurrucado

en el asiento trasero entre nuestras ca$as. Ki padre charlaba en el delanterocon el conductor, riéndose y o!reciéndole cigarrillos mientras dábamos tumbos

por la carretera.

"n cierto momento mi padre metió la mano en los pro!undos bolsillos de su

americana y me enseñó el escaraba$o de !eldespato que le hab(an dado los

rusos como regalo de despedida. 6io vueltas al escaraba$o en sus ásperas

manos y me e)plicó que el escaraba$o desempeñaba un papel destacado en lamitolog(a egipcia como s(mbolo del aspecto e)terno de la naturale;a, debido a

la tendencia del escaraba$o pelotero a hacer rodar bolas de e)crementos hasta

un lugar protegido donde poner sus huevos, del mismo modo que rodaba por el




cielo la bola del sol por el d(a y la de la luna por la noche. >o le di$e que ya

conoc(a esa historia.

8os antiguos di$o a menudo utili;aban esta clase de metá!oras para

e)plicar y describir los !enómenos naturales de su mundo. >osotros lollamamos animismo. uede que nos pare;ca una tonter(a ahora, pero en cierto

modo tiene sentido. Tiene sentido si piensas en imágenes. ¿+abes qué quiero

decir?

8uego me puso el escaraba$o en la mano. "staba !r(o y lo !roté con las yemas

de los dedos, e)plorando las grietas y las !inas l(neas de la piedra. "ra de un

verde ligeramente transl0cido, y se ve(an débiles sombras de !racturas y vetaspor deba$o de la super!icie.

Ke gustar(a saber di$o mi padre, mirando hacia el desierto oriental, por

encima de la male;a y la arena endurecida que yac(an moribundas al sol si

alg0n d(a volveremos a vivir algo as(. Todos nosotros. =ncluso "stados 1nidos.

¿>o ser(a demasiado?

8uego cogió el escaraba$o y se lo guardó en el bolsillo.¿*ómo podemos asegurarnos de que no ocurra? me preguntó.

#o sab(a la respuesta, pero no di$e nada.

Todo esto di$o, los edi!icios desmoronados, las estructuras en ruinas,

todo esto está en ruinas por una ra;ón, ¿sabes?

¿>o se caerá también a peda;os la presa de %suán? pregunté yo.

"l se rió, inclinando su bronceada barbilla hacia el sol que entraba por laventanilla.

+(, supongo que todo acaba haciéndolo. % menos que se mantenga como es

debido. +i se diseña bien y se construye cuidadosamente, es posible levantar




algo que se mantenga en pie mucho tiempo. 8os egipcios lo hicieron me$or que la

mayor(a, aunque el clima $ugaba a su !avor. ero si construyes algo como es

debido, no se sabe cuánto podr(a durar, tal ve; siempre. or supuesto,

OsiempreP no signi!ica lo mismo ahora. %hora el tiempo es di!erente.

>unca volv( a ver el escaraba$o, ni siquiera después de la muerte de mi padre,

que ocurrió durante mi primer año en 7erLeley, unos meses antes de mi boda.

"staba en un yacimiento en el %ma;onas, viviendo entre ind(genas, traba$ando

en el diseño de una nueva serie de h(bridos puenteBpresa hidroeléctrica que

más tarde suministrar(an electricidad a la mayor parte del sur de 7rasil. 1nmontante colocado sobre la pared de tierra blanda del valle cedió y treinta

toneladas de cemento y acero cayeron desde noventa metros de altura, enB

terrando a mi padre y a varios peones en la orilla del r(o. 8o asombroso !ue que

él siguió vivo< los miembros del equipo de rescate lo oyeron hablar y golpear las

vigas de acero. Quedó atrapado en un pequeño hueco !ormado por tubos de

drena$e de acero y hormigón. Tardaron ocho horas en sacarlo y para entoncesel aire se hab(a agotado. 6i$eron que su cuerpo solo estaba ligeramente

magullado.

8o llevaron de vuelta en barco en un ata0d hecho de ca$as de plátanos. *uando

lo abrimos en el aeropuerto, parec(a como si le hubiera salido una gruesa capa

de vello negro, de la cabe;a a los pies, borrando todos sus rasgos. /esultó que

estaba cubierto de miles de gruesas arañas peludas que se hab(an introducidoen el ata0d y que hab(an pasado la larga traves(a dándose un !est(n y

procreando sobre mi padre.




/egresé en avión a nuestra casa de +yracuse con mi pobre madre impávida, tan

drogada de litio o algo más que no era capa; de entender o mani!estar su dolor.

Ke estrechó muda en sus bra;os delgados, dándome palmadas en la espalda

como hab(a hecho cuando era niño. >os quedamos sentados en silencio en elsalón varios d(as y luego regresé a +an 4rancisco. Ki madre murió pocos años

después.

6e "l libro de los muertos, cap(tulo IW7, O"l cora;ón como testigoP

4órmula para que el cora;ón de ?D no declare en contra suya en la

necrópolis. 6irá -'h, cora;ón m(o, que procedes de mi madre, lo más(ntimo de mi ser -Que tu testimonio no me sea adverso, que no te

en!rentes conmigo en el tribunal divino, ni te rebeles contra m( ante el

guardián de la balan;a

/evolv( entre las pertenencias de mi padre, pero casi no ten(a nada. *omo yo, mi

padre via$aba ligero de equipa$e y nunca acumuló gran cosa. 1nos cuantosca$ones llenos de ropa, una ca$a de ;apatos con ob$etos personales, unas cuanB

tas !otos de proyectos inacabados, sus t(tulos. 5ab(a via$ado por todo el mundo

y no se hab(a tra(do nada consigo. "n lugar de ello, de$ó sus enormes

monumentos, vastas estructuras que se mantendr(an en pie durante miles de

años. +upongo que pensaba ¿para qué traer cosas cuando puedes de$ar vastos

monumentos que cambian la cultura y el paisa$e? "sa es e)actamente la clasede cosa que dir(a.

*uando yo era pequeño y estábamos en %suán, solo ten(a una idea vaga idea de

lo que era el animismo, y no estaba seguro de qué implicaba el deseo de mi




padre de recuperar esa !orma de narrar historias, la traducción meta!órica de

la ciencia en algo tal ve; más tangible e interesante, y qui;á incluso más

satis!actorio. Quiero decir que la historia del sol, su e)plicación cient(!ica, una

bola de gases, la Tierra en su lamentable circun!erencia dando vueltasalrededor de una estrella solitaria, un granito en un puñado de arena, tiene su

propia grande;a, supongo.

%hora creo que mi padre se pensaba que pod(a e)presar me$or esa idea

construyendo sus propias metá!oras, sus propios monumentos a la gloria del

hombre. 8as grandes pirámides, todas las grandes estructuras del antiguo

"gipto, son meros $erogl(!icos a una escala mucho mayor, un enorme picBtógra!o, una metá!ora. Ke gusta pensar que apreciar(a lo que estoy haciendo y

cómo ha salido todo, aunque no esté de$ando mi impronta en el paisa$e como

hi;o él. Ke habr(a gustado que conociera a Uenobia, que pudiera verla ahora, lo

que contribu( a crear.

5ac(a unos años que nos hab(amos ido de %suán cuando la presión internacional,

sobre todo de la 1>"+*', obligó a los rusos a salvar el templo de %bu +imbelde todos modos< arrancaron todo de la roca y lo trasladaron a una meseta cerB

cana, !uera del alcance de las aguas, una asombrosa proe;a de ingenier(a.

6ieciséis años más tarde tuve ocasión de visitar el yacimiento y observar cómo

el sol alcan;aba con sus rayos la cámara más recóndita el d(a HH de octubre, y

cómo ca(a sobre los cuatro dioses. 6ebo con!esar que sent( entonces un orgullo

e)traño, por haber desempeñado tal ve; un papel en todo eso. También lamentéque mi padre no pudiera verlo por s( mismo, no pudiera posar sus o$os en los

s(mbolos hermosamente tallados y palpar el liso granito del 7abuino de Thot.




Tal ve; entonces habr(a visto de otro modo cómo nos !ueron las cosas en

"gipto.

"l rescate de %bu +imbel recibió mucha atención de la prensa, y gente de

todas partes del mundo apoyó los es!uer;os de la 1>"+*' y aplaudió cuandoel proyecto terminó. ero muchas otras cosas, muchos restos arqueológicos que

nadie más conoce, en yacimientos en su mayor(a más pequeños, entre ellos

var(as tumbas, as( como un gran peda;o de >ubia, quedaron sepultados ba$o las

aguas a;ules del lago >asser. 8os británicos estudiaron algunos de esos

yacimientos e hicieron cientos de dibu$os, bocetos y calcos para intentar

rescatar todo lo que pudieran. >o se sabe lo que podr(a haber enterrado ba$oesas aguas, lo que en estos momentos se está desintegrando ba$o las !uer;as

erosivas y corrosivas del agua y el cieno. odr(a haber otra piedra de /osetta,

algo que pudiera ayudarnos a comprender el mundo antiguo. +iento haber

estado all( y no haber podido hacer nada al respecto. %hora me parece muy

poco probable, pero todav(a lamento no haber intentado convencer a mi padre,

no haberlo apremiado para que colaborara antes con los británicos y persuaBdiera a los soviéticos. 6eber(a haber sido más escrupuloso.




!$

A9stracciones

*uando levanté la cabe;a de nuevo era ya de noche, las !arolas de *optic

+treet parpadeaban a través de las ventanas ligeramente cubiertas de

escarcha y el ruido de aba$o se hab(a convertido en un estruendo de voces y

m0sica. "l mantel estaba cubierto de mis tra;os, y me palpitaba la cara de

calor. "ran las ocho y media. *og( el mantel, lo doblé y me lo met( en el bolsillo

mientras ba$aba las escaleras. "l pub estaba lleno de gente que celebraba la

!estividad y sal( rápidamente a la calle, también atestada de $uerguistas y de

turistas que daban patadas en el suelo para combatir el !r(o. "l cielo ya estaba

negro y ligeramente tormentoso. Ke pregunté cómo ser(an los !uegos

arti!iciales y las celebraciones tradicionales del d(a de 2uy 4aVLes ba$o un




gélido aguacero. robablemente como todo en =nglaterra empapados y sucios,

pero tenaces, briosos, !irmes y decididos a perseverar.

7a$é Kuseum +treet hasta 5olborn y segu( por +t. Kartin[s 8ane, donde cada

ve; hab(a más gente que se dirig(a al Támesis. "ran las nueve menos die;. 5ab(aperdido tres horas en el pub. % ese paso llegar(a tarde a la cita con enelope

as( como con Uenobia. %l principio traté de buscar los resquicios, de colarme a

través de los huecos que se cerraban como el hielo del Xrtico en cuanto

aparec(an, hasta que la presión !ue demasiado grande y me limité a de$arme

llevar por la corriente, por la ondulada marea de humanidad que cru;aba el

centro de 8ondres hacia el r(o.or lo que vi, en .el 3ictoria "mbanLment ya se hab(an concentrado cientos de

personas a lo largo del Támesis, que se e)tend(a describiendo una curva hacia

7lacL!riars por el norte, y hacia los puentes de 8ambeth y 3au)hall, al sur, toB

das esperando a que empe;aran los !uegos arti!iciales. >o iba a ser !ácil

cru;ar el puente de Materloo hasta el +outh 7anL %rts *entre, y no ten(a ni

idea de cómo iba a locali;ar a enelope en medio de todo ese caos. Keencontraba al pie del puente cuando ca( en la cuenta de que segu(a llevando la

ropa de 5ardy, arrugada y manchada. >o pod(a hacer nada al respecto, de

modo que me sumé a la amplia hilera de gente que se hab(a !ormado en el borde

del r(o y que cru;aba lentamente el puente. 8a polic(a hab(a cerrado la mitad de

la calle del otro lado para de$ar pasar a más peatones, a pesar de que estos

;ig;agueaban por entre los coches que esperaban con el motor en ralent(,atrapados. 8a mayor(a de la gente que cru;aba el r(o llevaba botellas de

champán o las latas grandes de cerve;a de rigor, y algunos iban con sombreros

de papel baratos, tocaban cornetas de plástico y hablaban a vo; en cuello y con




e)pectación. "n el +outh 7anL sonaba m0sica que resonaba a través de las

piedras mo$adas del puente, algo parecido a un rocL and roll, y la gente

avan;aba y se balanceaba al ritmo de la m0sica con sus largos abrigos negros y

sus bu!andas. #o estaba helado, ya que me hab(a de$ado la gabardina en casade 5ardy y hab(a perdido mi gorro en alguna parte del *am. "n el r(o, una

pequeña embarcación tipo remolcador describ(a lánguidos c(rculos sobre las

aceitosas aguas negras entre los puentes de Materloo y 7lacL!riars, con una

especie de lan;allamas amañado que arro$aba grandes llamaradas blancas desde

el puente volante hacia la noche con una regularidad que parec(a sincroni;ada

con la m0sica.5ab(a recorrido una cuarta parte del puente cuando vi a enelope unos

cuarenta metros más adelante, con el pelo recogido en lo alto de la cabe;a,

otra muda de ropa y un abrigo gris con una bu!anda verde enrollada alrededor

del cuello. Ke situé en la peri!eria de la multitud para tratar de abrirme paso.

8os $uerguistas !umaban, charlaban y beb(an de sus botellas y latas, mirando

continuamente el relo$ y recorriendo con la vista el oeste del r(o en busca deindicios de !uegos arti!iciales. 'bservé cómo el pelo de enelope se mov(a

bruscamente en medio de la masa de cabe;as y sombreros. "staba ganando

terreno y, al llegar a la mitad del puente, grité

-enelope

+e detuvo y se volvió con la cara pálida de !r(o, abriendo mucho los o$os

mientras me buscaba entre la multitud. Kagnus, que caminaba a su lado, me viocasi inmediatamente, y me miró sonriendo con su!iciencia con el lado de la

boca. "lla me locali;ó y sonrió, levantando la mano en un saludo a medias. 8uego

di$o algo a Kagnus y él se inclinó para responderle al o(do. =ba vestido con un




elegante tra$e negro y llevaba el pelo engominado con pequeñas p0as en !orma

de corona. /odeaba la cintura de enelope con un bra;o, y la condu$o a un lado

para de$ar pasar a la gente. enelope parec(a al borde de las lágrimas. #o

estaba a solo doce pasos de ellos cuando sent( la rápida agitación de unmovimiento gigantesco a mis espaldas y o( los gritos de protesta de la gente.

O-"h, vete a la mierdaP OTranquilo, t(o.P O¿Qué es estoP O¿Qué pasa ahora?P

Ke volv( y vi a 2igantica con cara pétrea abriéndose paso a coda;os a través de

la multitud en dirección a m(. 8o segu(a el Lrishna entrado en años de la t0nica

color a;a!rán y el moño canoso de la mansión de 'ldcastle, cuyo pálido cráneo

a!eitado brillaba débilmente a la lu; de las !arolas del puente. Ke volv( yempu$é a la gente que ten(a delante, tratando de avan;ar más deprisa< pasé con

brusquedad $unto a una !amilia estadounidense con chubasqueros amarillos a

$uego, y traté de escurrirme por entre un pequeño grupo de $óvenes abogados

con gabardinas, que a!erraban latas de 'ld eculier y cigarrillos con sus

elegantes dedos ro$os del !rio.4ormaban un muro impenetrable de lana y tela a

cuadros. =n!luir la cabe;a para atravesarlo, pero golpeé el codo de un tipo de!acciones angulosas y largas patillas, haciendo tambalear su cerve;a.

-erdón di$e. -or !avor, tengo que pasar

6e la lata de cerve;a salió espuma que le cayó sobre los puños de la camisa y la

muñeca.

-Roder

6io un !uerte coda;o hacia atrás que me alcan;ó $usto por deba$o de la nari;,clavándose en mis dientes delanteros y aplastándome las ga!as contra las

me$illas. +ent( un !uerte dolor en las enc(as que me subió hasta la nari; y los

o$os, y grité !urioso. "l me miró por encima del hombro, y vi sorpresa y




con!usión en su cara cuando se dio cuenta de que me hab(a alcan;ado de pleno.

+e me llenaron los o$os de lágrimas y me llevé las manos a la boca.

-8o siento, amigo di$o. erdona. ¿"stás bien?

Ke dispon(a a rodearlos, mareado y medio ciego por las lágrimas y las ga!asresquebra$adas, tratando de encontrar un punto débil en la presión, cuando

sent( un roce en el bra;o. Ke encog( y, al;ando los hombros, levanté las manos

para protegerme la cara.

-+ocorro grité con la vo; quebrada. -Que alguien me ayude, por 6ios

8a gente a mi alrededor a!lo$ó el paso y guardó silencio. #o me puse de

puntillas y busqué !renético a Kagnus y enelope. +ent(a el sabor caliente ysalado de la sangre en la boca.

6e pronto sent( un tirón hacia atrás cuando 2igantica me dio la vuelta con un

golpe de muñeca. %poyó una rodilla en el suelo para e)aminarme la cara. +egu(a

llevando su parche blanco y su otro globo ocular parec(a colgarle de la cuenca,

inyectado de !ilamentos ro$os. Ke su$etó los hombros con !irme;a,

apretándolos ligeramente.*álmese, doctor /othschild di$o. -*ontrólese

+acó un pañuelo ro$o empapado de su bolsillo trasero. 8os abogados y el resto

de la gente retroced(an, tratando de poner distancia entre ellos y el gigante

que me secaba la cara.

K(rese di$o 2igantica, se ha hecho daño. -"stá sangrando

Ke pasó el pañuelo por la cara. #o me eché hacia atrás todo lo que pude,moviendo la cabe;a como un bo)eador para esquivar sus torpes toques. "l

Lrishna se detuvo a mi lado, escudriñándome. #o escup( sangre sobre mis

propios ;apatos. 8a gente empe;ó a pulular de nuevo, aparentemente




convencida de que no iba a producirse ning0n altercado interesante, o que ya

hab(a habido toda la violencia que pod(a haber y no habr(a más.

6octor /othschild di$o 2igantica, es preciso que vuelva a la casa. Kiré, le

limpiaremos y demás. Tenemos un coche esperando en el +trand."mpe;ó a empu$arme con suavidad por el hombro. #o me aparté de él, tratando

de apoyar los pies con !irme;a en el suelo.

>o puedo di$e. -Tengo que irme -Quédese con su dinero

Yl cambió de mano para agarrarme la barbilla y las me$illas, y acercarme la cara

a la suya.

>o es eso. >ecesitamos que venga con nosotros.>o puedo $adeé. Tengo... una cita. Ki hi$a... está esperándome.

2igantica me su$etó la barbilla con más !uer;a a0n, rodeándome toda la parte

in!erior de la cara con los dedos. =nclinó su cabe;a greñuda brevemente. "l

Lrishna de t0nica color a;a!rán le dio unas palmaditas en el hombro como para

consolarlo.

'ldcastle no va a salir de esta di$o 2igantica. Todo ha terminado. "rinnecesita su ayuda.

Traté de asentir, pero él segu(a su$etándome la cara. 1n lado de mis ga!as

torcidas me colgaba sobre la me$illa, el otro me cubr(a la !rente. "l mundo se

sumió en una me;cla desen!ocada de colores apagados y lu; tenue< el contorno

de las !ormas de los dos hombres que ten(a ante m( segu(a siendo reconocible,

pero el resto del mundo era una masa de ángulos y sombras redondeadas decolor negro en movimiento.

3uelva con nosotros a la casa di$o 2igantica y "rin se lo aclarará todo.

6ice que usted podr(a terminarlo.




"l hombre de la t0nica puso una mano en el bra;o de 2igantica y se miraron. >o

pude ver qué se dec(an ni qué e)presión ten(an. Todo se mov(a, dando vueltas

alrededor de la circun!erencia de nuestro pequeño c(rculo de !uego. +in mis

ga!as, el mundo e)terior adquirió el brillo deslumbrante y desen!ocado dequien se acaba de despertar, tropas de sombras marchando en hileras

uni!ormes, caras borrosas y !ugaces de desconocidos. 8uego el Lrishna empe;ó

a hablarme en árabe.

+e trata de ciertas ceremonias, doctor /othschild. 1sted tiene una

obligación para con este proyecto. 5emos vuelto a encontrarle después de

todos estos años para que pueda pagar su deuda, enmendar los errores. 1stedlo sabe. uede sustituirlo para terminar el ritual.

Ke sorprendió la vo;, precisa y entrecortada, y vagamente !amiliar. ¿>ecesita

mi ayuda? ¿*on qué? ¿"l culto a %tón? ¿8a !emini;ación del cuerpo humano, el

cambio del culto a %món al globo solar de %tón? ¿Trataba 'ldcastle de resuciB

tar de alguna manera esa re!orma religiosa, adquiriendo los te)tos y los

ob$etos adecuados, y remoldeando todo su cuerpo? 8a escritura automática de"rin, la 'rden del %manecer 6orado, todos esos intentos de ponerse en

contacto con el más allá a través de alguna clase de dimensión del espacio y el

tiempo distorsionada eran una especie de !antas(a inventada< era imposible, no

pod(a hacerse. # aunque se pudiera, ¿por qué iba a querer alguien hacerlo?

ensé en ese mundo, el culto a %tón, la reestructuración de los principios de la

teolog(a, el derrumbamiento de las concepciones occidentales, el verdaderomonote(smo salido a la lu;. Todo lo que yo ten(a eran abstracciones

intelectuales. "l quid del asunto era otra cuestión, algo a lo que yo no parec(a

ser capa; de acceder. #o no era la persona adecuada para esa tarea. 8os




antiguos egipcios conoc(an el valor relativo del cerebro y el cora;ón. "n el

proceso de momi!icación, los antiguos egipcios e)tra(an el cerebro por la nari;

mediante un gancho largo. "l cerebro no serv(a de nada en el más allá, solo

importaba el cora;ón.2igantica me quitó la mano de la cara y los dos la alargamos al mismo tiempo

para colocarme bien las ga!as, y solo logramos que se me cayeran al suelo y se

hicieran añicos. Ke agaché y casi choqué con la cabe;a del Lrishna que se hab(a

arrodillado para recogerlas.

Kire dec(a 2igantica, siento lo que pasó.

6e rodillas, levanté la vista hacia la cara del Lrishna, otro borrón con dosagu$eros por o$os, a escasos cent(metros de la m(a. Ten(a la boca delgada, una

l(nea que se curvaba ligeramente hacia la parte in!erior de su cara< la nari;

prominente, como un morro, y las ore$as pequeñas y ba$as. ercib( algo

vagamente simio, como un mono. "l babuino de Thot. Quise correr.

Quiero decir dec(a 2igantica que si hubiera sabido que era usted el que

estaba en ese piso..., ¿qué estaba haciendo en la habitación de ese canadiensegigante, por cierto?

"l Lrishna me dio las ga!as. "n la mano ten(a la imagen borrosa de un

escaraba$o escarlata, ardiendo en el dedo cora;ón.

Ke puse las ga!as para ver me$or el anillo. 8uego hubo un movimiento en la

multitud, y me recorrió una sensación o corriente palpable de miedo.

-Malter -*uidado "ra la vo; de enelope a mis espaldas.5ice lo que la mayor(a de gente har(a en esa situación me volv( para locali;ar la

!uente del grito de advertencia en lugar de tratar de protegerme. % través de

una brecha entre cabe;as estiradas y hombros vi la cara de enelope, con los




o$os muy abiertos y blancos como iBl sol. 3i a Kagnus a su lado, pálido y

murmurándole algo al o(do. 8uego empe;ó a retroceder, tirando de la manga de

enelope, pero ella se soltó y señaló detrás de m(.

"staba oscuro, ¿comprende? dec(a 2igantica.Ke volv( de nuevo hacia 2igantica y el Lrishna, y en el preciso momento en que

todo se volv(a n(tido de golpe, las caras e)pectantes de la gente, la cabe;a

greñuda de 2igantica, y la serena y !amiliar cara de babuino del Lrishna que me

miraba de !orma e)traña, en ese preciso momento !ue cuando vi a %lan 5enry,

saliendo de la multitud a todo correr desde el norte del puente, haciendo

tambalear y caer a todos los que encontraba a su paso, con la cabe;a gacha y laboca abierta en un grito que resonó por las oscuras aguas del Támesis.

2igantica debió de verlo en mi cara, porque cerró rápidamente la mand(bula y

me quitó la mano del hombro. +e volvió rápidamente con sorprendente agilidad

y dobló las rodillas para amortiguar el golpe. #o ca( hacia atrás, y sent( cómo

unas manos me su$etaban mientras ve(a chocar a esos dos gigantes. +e oyó un

chirrido de ;apatos sobre pavimento granuloso, seguido del golpe sordo decuerpos colisionando a gran velocidad. %lan 5enry ba$ó su cabe;a de toro para

clavársela a 2igantica en el esternón mientras le inmovili;aba el torso con los

bra;os, y aprovechó el impulso para levantarlo del suelo. 7ramaba !urioso, con

la cara oculta en el enorme pecho de 2igantica, quien ten(a las !acciones

crispadas a causa de sus propias maldiciones. 2igantica golpeó la nuca de %lan

con sus antebra;os en!undados en lana mientras este mov(a las piernastratando de mantener el equilibrio, lo que los obligó a despla;arse hasta el otro

lado del puente, a subirse a la acera y a pegarse contra el pretil. 2igantica se




clavó la barandilla de cemento en la espalda y gritó de dolor mientras golpeaba

las anchas espaldas de %lan con los puños.

"l resto de la gente retroced(a rápidamente ante esa erupción de violencia,

cayendo y empu$ándose para apartarse de esos dos hombres, y el centro delc(rculo se ampliaba a medida que la multitud se ale$aba de ese alarmante

tornado. 1na cosa era ver el espectáculo ino!ensivo de un hombre menudo de

mediana edad recibiendo una pali;a en la calle, y otra muy distinta verse

arrastrado por el torbellino arremolinador de un castigo titánico.

% %lan parec(an temblarle las piernas y de$ó de gritar. 2igantica apoyó los pies

en el suelo y le desli;ó rápidamente una mano por deba$o del bra;o. *ayendo derodillas, le dio la vuelta con una maniobra sutil hasta colocarse detrás de él, y

la parte superior del cuerpo de %lan quedó colgado boca aba$o por encima del

pretil. 5ubo un par de segundos de su$eción tena;, de dedos desli;ándose

sobre la carne, de débiles gruñidos de desesperación, y los pies de %lan

empe;aron a moverse y a resbalar. 2igantica se apoyó contra él, y le retorció el

bra;o hacia atrás levantándoselo hasta los omóplatos y haciéndolo cru$ir comoun árbol que cae. %lan ten(a la otra mano en el pretil y trataba de apartarse de

él. 8uego sus pies de$aron de tocar el suelo y 2igantica bramó, le levantó a0n

más el bra;o en la espalda y le clavó la cabe;a en la nuca, colocándolo sobre el

pretil. %lan empe;ó a inclinarse, pero en el 0ltimo segundo se retorció, y su

cara apareció detrás de la mole de 2igantica con una e)presión de cólera y

miedo. +e le hab(an ca(do las ga!as y ten(a el pelo levantado en cuernosmientras 2igantica le daba ;arpa;os en la cabe;a. *on la mano libre, %lan le

arañó la cara arrancándole el parche del o$o y le agarró la barba. 8a lu; de las




!arolas iluminaron la cara de 2igantica cuando se volvió, de$ando ver una ra$a

granate y sanguinolenta donde deber(a haber estado el o$o.

2igantica bramó !urioso y movió la cabe;a de un lado para otro, y de pronto

%lan empe;ó a caer, pero ten(a la barba de 2igantica tan !uertementeagarrada que lo arrastró consigo en su ca(da. 8a cara de 2igantica era una

máscara de terror y sorpresa cuando soltó el bra;o de %lan para intentar

agarrarse al borde. 8os dos quedaron suspendidos unos momentos por encima

del pretil, parali;ados en un instante de indecisión, antes de iniciar la ca(da, a

una velocidad que era tan solo un re!le$o de su movimiento a través del tiempo,

mientras todos los demás permanec(amos inmóviles, observando cómo el mundopasaba por nuestro lado.

6e pronto estallaron los primeros !uegos arti!iciales, como un millar de soles

del desierto, !iguras desnudas sobre un papiro blanco. ensé en las luchas de

+eth, la anarqu(a contra el orden, el protector de las tierras malas, los territoB

rios peri!éricos, el de!ensor de los vastos desiertos de "gipto. 3i a %lan 5enry

por primera ve;, ocupando su lugar en el orden completo de las cosas.>o alcancé a o(r el ruido de sus cuerpos al alcan;ar el agua.

8uego el espacio donde hab(an peleado los dos hombres, que se hab(a vaciado

precipitadamente unos segundos atrás, se llenó rápidamente de cuerpos y de

ruido, de los retumbantes estallidos de los !uegos arti!iciales sobre el agua, de

los gritos de la gente que corr(a hacia el lado del puente, que miraba por

encima del pretil y señalaba< y, por 0ltimo, de la polic(a que tocaba sus pitos ygritaba instrucciones. "l Lrishna hab(a desaparecido. %lguien me levantó del

suelo y me ale$ó de all( mientras los !uegos arti!iciales retumbaban en el aire

con estallidos conclusivos que parec(an llenar como agua el vac(o. Kagnus tiraba




de m( apartándome de la gente mientras me conduc(a hacia la orilla sur del

Támesis. #o me tambaleaba detrás de él, sosteniéndome a duras penas en pie.

6e pronto enelope me su$etaba el otro bra;o y ba$ábamos la suave pendiente

del puente, ale$ándonos de la multitud, en dirección al +outh 7anL %rts *enter."n cuanto estuvimos !uera de peligro, me solté y me abr( paso a través del

muro de gente que hab(a a lo largo del pretil del puente para mirar. 8os !uegos

arti!iciales estallaban en re!le$os deslumbrantes sobre el agua aceitosa,

iluminándola a intervalos con sus destellos de color intenso. >o se ve(a nada,

pero de pronto hubo un !ogona;o que sonó como un trueno, y una brillante

descarga blanca iluminó por un instante el r(o, y distingu( una !igura corpulentaque nadaba torpemente hacia la orilla norte. "l pequeño remolcador rodeaba

con cautela al nadador, todav(a lan;ando desde el puente volante llamaradas

que desbarataban el lánguido ocho que describ(a. 8a !igura del agua nadaba a

crol despacio. >o vi a nadie más en el agua, aunque era posible que el otro

contendiente hubiera optado por nadar hasta los pilares del puente o incluso

por deba$o de este."l nadador no tardó en llegar al muro del 3ictoria "mbanLment y alguien de$ó

caer por el lado una escalera de mano plegable. +e congregó un pequeño grupo

de gente $unto a un cordón policial mientras el hombre sub(a pesadamente la

escalera< el agua ca(a de su cuerpo a raudales. #o me sostuve las ga!as con las

manos y me incliné todo lo posible sobre el pretil, entrecerrando los o$os. >o

se ve(a a nadie más en la super!icie ondulada del r(o. "n el preciso momento enque el nadador alcan;aba la barandilla del "mbanLment, antes de que levantara

una pesada pierna por encima de ella, se volvió y e)aminó el agua largos

minutos. % través de una abertura en la !alange de polic(as de gorra a;ul que lo




rodeaban distingu( la barba greñuda y la !rente de 2igantica, que se tapaba el

o$o tuerto con una mano. 6eba$o de m(, el agua negra se levantaba contra los

pilares de piedra del puente, y la espuma blanca se arremolinaba y ca(a de los

puntales, y era arrastrada por la corriente velo; por deba$o del puente deMaterloo el d(a de 2uy 4aVLes, el A de noviembre de EFFG. O%lan, por !avor,

perdóname.P

HA

8a máscara de Thot

enelope y Kagnus me condu$eron hasta el +outh 7anL, donde ba$amos las

escaleras que llevaban al ancho paseo que pasaba por deba$o del puente. 8os

barcos mov(an sus re!lectores sobre el agua, y los agentes de polic(a del puente

trataban de dispersar a la multitud a base de tocar sus silbatos y de gritarhaciendo bocina con las manos, con la primitiva e!iciencia que caracteri;a las

!uer;as del orden p0blico británicas. 8a multitud que pululaba por la ;ona

enseguida pareció dispuesta a renunciar a su interés en el altercado y en el

posible ahogado, y a encaminarse una ve; más a sus distintas !iestas.

Ke senté en el m0rete del paseo, $unto a las largas mesas de los vendedores de

libros. +us mercanc(as estaban cubiertas de láminas de plástico opaco yarrugado, y eran vigiladas por los $óvenes de 'riente ró)imo que deambulaban

con las manos en los bolsillos de sus enormes ca;adoras americanas. enelope

se sentó a mi lado y Kagnus se perdió en la multitud, dirigiéndose al parecer al




pub de la planta ba$a del %rts *entre, $unto al puente. 3olv( a secarme la cara

con la manga y me pasé la lengua por el labio partido. enelope me rodeó con un

bra;o y me atra$o hacia ella, y yo me apoyé en su hombro agradecido.

Ke alegro de que hayas venido di$e. >o sé qué...¿*onoc(as a ese hombre? preguntó ella. "l que ha ca(do por el puente.

"ra... era un amigo m(o di$e. *reo que he cometido una equivocación

terrible.

8os dos nos volvimos y recorrimos con la mirada el r(o, todav(a iluminado

intermitentemente por los !uegos arti!iciales que resonaban como disparos en

el cañón de acero del arma;ón del puente. "l r(o estaba lleno de embarcacionesque describ(an c(rculos ba$o el puente, iluminando el agua con delgados haces

de lu; de linternas sostenidas manualmente.

>o le he visto salircomentó enelope. ¿+abe nadar?

>o lo sé di$e.

*omprobé si ten(a un diente suelto, pero todo parec(a intacto.

¿or qué..., qué quer(an?Quer(an que volviera a la casa di$e, a la mansión de 'ldcastle. Ke

necesitan para terminar el proyecto. *reo que 'ldcastle ha muerto.

Malter di$o enelope, cogiéndome del antebra;o, vete de aqu(, vuelve a

"stados 1nidos o adonde sea. Kira, antes de que se me olvide... 7uscó unos

minutos en su ca;adora y sacó un sobre. Tu dinero. *ógelo.

6eber(as quedártelo t0.>o. +on die; mil $odidas libras. salas para largarte de aqu(. #o he tomado

prestados unos cientos< me han despedido de la biblioteca y deb(a el alquiler.

¿or qué no te lo quedas todo? 4ue culpa m(a que perdieras el traba$o.




"n primer lugar di$o es tu $odido dinero. # en segundo lugar, no quiero

tener nada más que ver contigo o con esto. 8a polic(a tiene a ese $odido tipo y

él probablemente les dirá todo. ¿+abes a qué me re!iero?

%largó una mano y me metió el sobre en el bolsillo interior de la americana de5ardy, ahora manchada con mi sangre.

#o estaba pensando en "rin en el $ard(n en ruinas de 'ldcastle, en medio de la

campiña de las a!ueras de *ambridge, a la sombra del obelisco, con las manos

$untas sobre el pecho, observando el sendero que conduc(a al r(o. 1na pequeña

hilera de hombres con t0nicas color a;a!rán sub(an por la colina como una cola

que desaparec(a. 8os luchadores pro!esionales, apretu$ados en camionetas,ba$aban por un camino de tierra a través del valle y se adentraban en el

bosque. "l cuerpo de 'ldcastle yacer(a en su estudio, postrado sobre su esB

critorio, en un lecho de garabatos escritos por "rin ba$o el e!ecto de las

drogas, poniéndose r(gido, adquiriendo el color amarillento de los vie$os

papiros, de los ostracones. >adie ir(a a buscarlo, ni a él ni a "rin.

5ay ese acto social di$e á enelope, la !iesta de mi hi$a por la que tellamé. "n el %rts *entre, esta noche. "stá aqu( mismo, subiendo esas escaleras.

odr(amos ir un momento...

Malter di$o enelope, no puedo. -"stás loco -+erá me$or que te largues

de aqu(

Kiró hacia la multitud. >oté que se separaba de m(, que las tierras se divid(an.

3olv( a mirar el puente y la orilla de en!rente. >o vi a ning0n polic(a dirigirsehacia esa ;ona< el cordón policial hab(a desaparecido.

>o creo que vengan a buscarme di$e. % lo me$or %lan ha logrado escapar

a nado.




"l doctor 5ardy me ha llamado di$o enelope. Ke ha llamado esta tarde

desde el hospital. >o sé cómo ha conseguido mi n0mero...

1n momento di$e. ¿5ardy te ha llamado? ¿*ómo...?

>o me ha llamado para darme las gracias di$o ella.6e pronto se desplomó sobre mi hombro, llorando. 8e puse una mano en la

cabe;a y vi a Kagnus abrirse paso entre la multitud con varios vasos en las

manos. +ent(a cómo el cemento mo$ado por la lluvia del muro ba$o donde estaba

sentado me calaba los pantalones. enelope aspiró por la nari; y se la limpió con

la mano.

-Ke ha llamado di$o enelope contra mi hombropara decirme que le habr(agustado que lo de$áramos all(, en la orilla del r(o -5a dicho que as( era corno

siempre hab(a querido morir Toda su vida ha querido morir pescando en la

orilla del *am por la mañana, con el sol en la cara. %s( era como siempre hab(a

deseado de$ar este mundo.

'h, no di$e. enelope...

Ke ha dicho que no sintió nada, que !ue bonito. # luego yo lo tra$e de vuelta,a esto, para estar otra ve; solo. 6ios m(o, es tan horrible... 8a vo; de

enelope volvió a ahogarse en sollo;os.

Kagnus ;ig;agueaba entre los grupos de gente, sosteniendo los vasos en alto

con una sonrisa rid(cula en los labios.

Ke ha dicho que me odia por eso di$o enelope. Ke odia por haberlo

reanimado. 'h, Malter, estaba tan resentido, tan en!adado. -Ke ha maldecidopor lo que hice

6etrás de nosotros hubo una lluvia torrencial de ruido y lu; sobre el r(o, la

grandiosa traca !inal. 8a gente que estaba deba$o del puente aplaudió durante




las 0ltimas e)plosiones, los 0ltimos despliegues pirotécnicos. 8uego regresó la

oscuridad y enelope lloró débilmente sobre mi hombro. Onete a los

silenciosos y hallarás vida, tu ser prosperará sobre la tierra.P

Kagnus llegó por !in hasta nosotros, acercándose t(midamente, y nos o!reció acada uno un vaso de un l(quido caliente y marrón, con una caña corta de canela y

una roda$a de limón !lotando en la super!icie, y que ol(a intensamente a nue;

moscada y a alcohol. enelope se sorbió la nari; y se irBguió, y se secó la cara

con la bu!anda mientras Kagnus se volv(a hacia el r(o, !ingiendo mirar algo, y yo

ba$aba la vista hacia mis ;apatos mo$ados y destro;ados, uno de ellos cubierto

de mi sangre todav(a brillante.2rité mentalmente una plegaria al dios que quisiera escucharme, para que me

permitiera ver una ve; más a %lan 5enry caminando sonriente por 2reat

/ussell +treet, o(r su vo; atronadora saludándome y sentir la ancha palma de

su mano sobre mi hombro, y para que todos nos salváramos. Ke estremec( de

verg&en;a por lo que hab(a hecho.

+in !uegos arti!iciales ni ning0n lugar donde !i$ar su atención, la multitudempe;ó a volcar su energ(a en la tarea más importante de la tarde, el consumo

de breba$es alcohólicos. 6e pronto empe;aron a saltar corchos de champán por

el paseo, disparando una retah(la de brindis, gritos de OsaludP, aplausos

desperdigados e himnos de !0tbol cantados con vo; ronca.

MhisLy caliente di$o Kagnus por !in. ara combatir el !r(o, ¿eh?

enelope se secó los o$os y sonrió, y todos entrechocamos los vasos consolemnidad.

enelope se bebió el suyo de un trago, y al darme cuenta de lo helado y mo$ado

que estaba, la imité y beb( un gran sorbo del l(quido tibio, que era, en e!ecto,




VhisLy caliente y poco más, aunque no me percaté hasta que lo tuve en mitad

de la tráquea. +olo a base de doblarme en dos, llevándome un puño a la boca y

aspirando ruidosamente por la nari;, !ui capa; de hacer ba$ar el l(quido

ardiente, lo que resultó en la e)pulsión de una !ina lluvia de VhisLy y sangre porlas !osas nasales, que roció el muro del paseo con un diseño de c(rculos ro$os y

marrones, una e)periencia angustiosa que me hi;o chillar y maldecir, y dar

patadas en los adoquines.

enelope, que trataba a su ve; de tragar, se echó a re(r y resopló

pesadamente, e)pulsando VhisLy por la nari;. Kagnus también se rió, con

grandes y generosas carca$adas, no de las que yo desprecio, las nacidas de laincomodidad a$ena, sino más bien esa risa musical que brota de una prueba o

una vivencia compartida. Kiré a enelope, que ten(a la cara manchada de

lágrimas y se a!lo$aba la bu!anda del cuello e)poniendo su delicado esternón al

aire nocturno, y sonre(. Ke eché hacia atrás en el muro y beb( de nuevo hasta

apurar el vaso, y sent( cómo el l(quido caliente !lu(a por mi cuerpo, y cómo se

me abr(an todos los poros y se iniciaba el proceso de transpiración. % medidaque nuestras risas se apagaban t(midamente, dando paso a ruidos nasales y

resoplidos ahogados, enelope, con la mano en mi hombro y los o$os brillantes,

murmuró

Malter, Malter, ¿qué vamos a hacer?

# en ese momento sent( cómo las olas se divid(an, la marea retroced(a y la

tierra !értil quedaba al descubierto, una tierra oscura y rica e)puesta al sol,lista para ser plantada, para que las aves divinas del r(o pusieran sus huevos en

ella, el comien;o de una nueva estación< las tierras inundadas durante la

crecida quedaban a la vista y las aguas dadoras de vida retroced(an.




Kagnus desapareció y volvió a aparecer al cabo de unos minutos entre la

multitud, sonriendo sombr(o con otra ronda de bebidas, más VhisLies dobles

calientes, y esta ve; brindamos en silencio y con gratitud, y bebimos en la !r(a

noche en medio de la gente que se congregaba. 6e pronto unos desconocidosme daban palmadas e!usivas en la espalda y me pasaban el bra;o por la cintura,

caras británicas pálidas y !rancas con generosas muecas de buena voluntad, y

al poco rato beb(amos una botella de champán caliente, atrapados en un corro

de $óvenes británicos que bailaban y cantaban una especie de himno melódico

que yo nunca hab(a o(do y cuya letra no conoc(a, y, quitándonos los abrigos y las

bu!andas, nos mov(amos, cogidos del bra;o, en un gran c(rculo en el sentido delas agu$as del relo$. "l corro retrocedió tambaleante cuando Kagnus y otro

hombre con un chubasquero amarillo se colocaron en el centro y bailaron una

vigorosa dan;a, dando saltos dignos de los 5absburgo y pegando patadas de h0B

sar, alentados por cientos de personas. "l c(rculo se agrandó y dio vueltas, y

salieron otros al centro, brincando con !uria, sin !orma, mientras enelope, a

mi lado, con la cabe;a echada hacia atrás y los o$os cerrados, cantaba a plenopulmón hacia la estructura en espiral del puente. "n el arma;ón de acero

bruñido se re!le$aban nuestros movimientos con sutiles destellos de color y de

lu; que lo trans!ormaban< el óvalo era como un enorme cartucho estructural, y

los cuerpos en medio de los gli!os signi!icantes, la vaga representación de un

s(mbolo, de un nombre. +eg0n la tradición, los antiguos egipcios escog(an los

nombres de sus hi$os de entre las primeras palabras que pronunciaba la madredespués de dar a lu;. or esa ra;ón, muchos egipcios corrientes ten(an nombres

como O"s m(oP o O"l hermosoP o incluso O*uánto dolorP. 'bservé la !orma

cambiante de nuestro re!le$o ba$o el puente, el nomen, el prenomen, esperando




que se !ormara, que la madre de ese momento hablara. "mpecé a ver cómo se

alineaban los s(mbolos y se hac(a evidente el orden. >o !ue lo que yo esperaba.

"n absoluto.

"n ese instante sent( cómo alguien o algo me tiraba del bra;o por detrás y de$écaer el vaso, que se hi;o añicos contra los adoquines. /etroced( un segundo,

parali;ado, asustado de nuevo, y solté a enelope, que se vio arrastrada hacia

el vórtice del c(rculo. Ke quedé en el per(metro mientras ella daba vueltas,

ale$ándose de m(. "staba muy mareado, después de tanto movimiento circular

quedarme quieto !ue como un shocL, y retroced( tambaleante hacia el murete

del paseo para recuperar el equilibrio. 6e pronto tuve náuseas< ¿ya me hab(aolvidado de que %lan 5enry probablemente se hab(a ahogado? ¿Que hab(a

muerto para salvarme? %l mirar hacia atrás por encima de la multitud, me !i$é

en un balcón alto con gente apoyada en la barandilla, contemplando el tumulto.

"ra el +outh 7anL %rts *enter. Todos iban vestidos de etiqueta y beb(an de

elegantes copas de vino, observando y señalando el torbellino de gente con gran

interés.-8a recepción de Uenobia *onsulté el relo$< iba a llegar con más de dos horas

de retraso. /ecorr( con la vista la hilera de gente apoyada en la barandilla,

tratando de locali;ar a Uenobia. enelope estaba ahora en el otro e)tremo del

corro, bailando y cantando con todos. Kagnus era arro$ado al aire sobre una

manta en el centro del c(rculo y e$ecutaba una serie de maniobras aéreas

bastante alarmantes e impresionantes, sonriendo de ore$a a ore$a mientras seelevaba hacia el cielo y retorciendo su cuerpo menudo en distintas posturas.

Ke abr( paso a través de la multitud hacia el >ational 4ilm Theatre, en la

planta ba$a del +outh 7anL %rts *enter. "n el vest(bulo hab(a una curiosa




combinación de pub y ca!eter(a, ahora atestada de h0medos londinenses que

trataban de entrar en calor, sentados a las mesas de acero brillante y en los

taburetes alineados a lo largo de las amplias cristaleras que miraban el r(o.

"ncontré el ascensor al !ondo y sub( hasta el Queen[s 5all, donde ten(a lugar larecepción de Uenobia.

+olo en el ascensor, me detuve un momento a mirarme en las paredes de

espe$o. Ke tambaleaba un poco, y me apoyé durante lo que me pareció un

trayecto accidentado e interminablemente largo, con la cara un borrón ro$o

violáceo de hematoma, sangre y ga!as torcidas. 8a chaqueta de 5ardy estaba

terriblemente arrugada, y ten(a la pechera de la camisa empapada, con oscuroscercos de sudor y un cru$iente aro de sangre seca alrededor del cuello.

>o ten(a ninguna e)plicación que o!recer. Uenobia ver(a claro que eso solo era

el 0ltimo eslabón de una larga cadena de sucesos parecidos, de apuros

seme$antes en los que me hab(a metido por voluntad propia, por alguna ra;ón

desconocida. >o creer(a que nunca me hab(a ocurrido nada igual, que hasta esa

semana mi vida hab(a transcurrido en la sumamente agradable, plácida yrelativamente predecible contemplación de ob$etos antiguos. Ki e)istencia

hab(a estado regida por el orden, la normalidad< los 0nicos grandes sucesos

eran los mencionados en los pasa$es que trataba de desci!rar. >o, era in0til

tratar de e)plicárselo.

6i mi nombre en el mostrador del vest(bulo y recib( miradas de sorpresa< me

esperaba una chapa con mi nombre O6octor /othschild, Tripod KediaP. +upuseque as( se llamaba la compañ(a de la revista de Uenobia. 1n $oven con esmoquin

hi;o ademán de coger mi chaqueta, luego, tras mirarme la cara, cambió de

parecer y se volvió, de$ándome entrar tal como estaba.




8a celebración estaba tocando a su !in, si no hab(a terminado ya, a $u;gar por

el torrente de personas que sal(a, la mayor(a con esmoquin y tra$e de etiqueta.

"ra gente delgada, elegante y vestida al 0ltimo grito los hombres, estrechos

de cadera, con pantalones largos sin pin;as y americanas entalladas de solapaalta y al menos cuatro botones, y las mu$eres con vestidos holgados de escotes

pronunciados que de$aban ver una piel e)trañamente bronceada, sandalias con

el talón descubierto, pocas $oyas y el pelo liso cayendo en una pulcra cortina o

con las puntas onduladas y alborotado con un descuido deliberado. "ra la otra

cara de 8ondres, los ricos y guapos, muy di!erentes de sus compatriotas

nervudos que paseaban sin abrigo ba$o la lluvia, contando los peniques en supalma callosa para pedirse otra pinta y una salchicha envuelta en ho$aldre.

8a sala de baile estaba casi vac(a. 1nas al!ombras orientales cubr(an los suelos

de madera y del techo colgaban unas lámparas oblongas enormes. Ke detuve a

un lado de la puerta, tratando de orientarme. 5ab(a pequeños corros de gente

desperdigados por la habitación, el débil murmullo de conversaciones

so!isticadas. Ke deslicé a lo largo de la pared hasta una barra que se e)tend(ade un lado a otro de la sala. 6os camareros de aspecto imponente amontonaban

vasos y limpiaban la madera pulida con gran vigor.

6isculpe di$e, inclinándome sobre la barra, pero me preguntaba si...

8o siento, señor me interrumpió el camarero sin mirarme siquiera, el bar

está cerrado.

Ke quedé all( de pie y él levantó la vista hacia m(. Ten(a los pómulos tanmarcados que podr(a abrir una carta con ellos.

>o di$e, no es eso lo que...

-8argo, t(o gruñó él. "l bar está cerrado.




"l otro camarero hab(a de$ado los vasos para acercarse a su compañero.

¿*ómo has conseguido entrar? preguntó, mirándome de arriba aba$o.

>o di$e. +olo quer(a saber...

ara entonces el camarero de pómulos cincelados hab(a rodeado la barra y mesu$etaba del codo.

3amos. -8argo de aqu(

"mpe;ó a empu$arme hacia la salida, retorciéndome el bra;o detrás de mi

espalda.

-1n momento -"spera

Traté de soltarme. "l camarero me mov(a el codo como si !uera un trinquete,levantándome la mano hasta la nuca y doblándome en dos.

6e eso nada di$o, no te pongas nervioso, t(o.

"stábamos en la puerta cuando se elevó un grito en el otro e)tremo de la

habitación. "l camarero se detuvo. 1na mu$er incre(blemente alta se separó de

un grupo de gente y empe;ó a cru;ar la sala a grandes ;ancadas. 8levaba el pelo

peinado hacia atrás, muy tirante, y un vestido como de tubo, largo y holgado,que de$aba al descubierto los m0sculos tensos de sus bra;os. 8levaba ;apatos

de tacón alto y grueso, con unas tiras que se elevaban y enroscaban por sus

pantorrillas. /ecorrió la habitación en lo que parecieron cuatro ;ancadas. Todos

los presentes la observaban, callados e inmóviles. "ra un espectáculo incre(ble,

su paso atlético, su pura !isicalidad, la marcada musculatura de su cuerpo, ágil

y tenso a la ve;, etéreo como el de una bailarina y al mismo tiempo más densoque el sol. arec(a preparada para cru;ar de un salto la habitación o incluso

tumbarse en la al!ombra y echar una cabe;ada. 8a gente se habr(a quedado all(




mirando igual de asombrada si hubiera hecho una de esas dos cosas. #o me reB

la$é en los bra;os del camarero aturdido.

>o se preocupe di$o Uenobia, despidiéndolo con un ademán, va conmigo.

"l camarero rela$ó la su$eción y acto seguido me soltó, y tuve que sostenerme

de pie por m( mismo. 6i unos pasos inseguros, acariciándome el codo

entumecido. Uenobia me cogió del otro bra;o y me condu$o a un rincón

tranquilo. 8os invitados se apartaban rápidamente de su camino, tratando de

!ingir naturalidad, y cuando nos detuvimos, se ale$aron arrastrando los piespara poner una distancia educada entre nosotros y ellos.

2racias por venir di$o Uenobia. Tienes muy buen aspecto. ¿5as venido

solo?

8o siento mucho, Uenobia. 8o he pasado muy mal estos 0ltimos d(as.

¿Te han vuelto a pegar?

>o, en realidad no. ero ha habido un altercado. "n el puente.¿>ecesitas atención médica? ¿8lamo a un médico?

>o, no, no es nada.

¿"stás borracho? 5ueles a alcohol.

"n realidad no.

¿>o sabes decir otra cosa? ¿# qué ha sido de la chica que iba a acompañarte?

>o ha podido venir.¿"stás saliendo con ella? "spera, no respondas. 3en, sentémonos. Uenobia

me condu$o a un banco ba$o que hab(a $unto a la pared. "spera.




*ru;ó de nuevo la habitación hacia la barra. 8os camareros se quedaron

inmóviles cuando ella se inclinó sobre ella, y cogió una servilleta de tela y un

puñado de hielo. 3olvió riéndose entre dientes.

Te diré algo, doctor /othschild, me has sorprendido. "sta clase de l(os.%sombroso. # yo que cre(a que llevaba una vida emocionante siendo la

portadora de noticias radicales.

>ormalmente no es as(. "n absoluto. 5an sido unos d(as e)cepcionales.

"lla puso el hielo en la servilleta doblada y la sostuvo contra mi labio superior.

%y.

>o seas que$ica. Tienes toda la camisa manchada de sangre. ¿Qué has hecho,le has arrancado esa ropa a un mendigo al venir aqu(?

8e cog( la servilleta de la mano y me la llevé a la sien. Ki primera herida, el

verdugón en !orma de X!rica, empe;aba a palpitar al compás de mi labio

palpitante. 8a habitación se vaciaba, la gente nos miraba de reo$o al salir.

Ke la dio un amigo di$e. "n realidad me la prestó para esta ocasión.

+anto cielo. ¿>ecesitas más dinero?+e la habr(a devuelto, pero se murió.

¿*ómo?

"l hombre del que te hablé por telé!ono. +e encuentra bien, se ha

recuperado. ero está muy en!adado.

"stás muy borracho.

"s posible. # luego... me han atacado en el puente al venir aqu(.¿or eso hab(a toda esa polic(a all( !uera?

+(. %unque también buscaban a mi amigo. +e ha ca(do por el puente. Trataba

de protegerme.




+e ha ca(do por el puente de Materloo. ¿8e han encontrado ?

*reo que no. ero tengo dinero y quiero devolverte el préstamo del otro d(a,

espera.

+aqué el sobre manchado de sangre y traté de contar el !a$o de billetes, peromis dedos no cooperaron.

-6ios 2uárdalo. >o quiero dinero.

erdona.

¿6e dónde demonio lo has sacado? ¿% quién se le ocurre llevar encima todo

ese dinero en un sobre? ¿"s tuya esa sangre?

Ke lo dieron por un traba$o.¿1n traba$o? ¿Qué hiciste, tradu$iste algo para unos gángsteres?

5ummm, es posible.

¿ara quién?

1n e)traño anciano inglés. ero creo que ha muerto.

%h, pero ahora vuelve a estar vivo, ¿no?

>o, creo que él sigue muerto. ' eso espero. +e está muBi ic[ndo demasiadagente a mi alrededor, o casi muriendo. >o lo entiendo. +iento haber llegado

tarde. +iento... +iento haberte avergon;ado aqu( delante de tus amigos.

Uenobia suspiró, se rodeó las rodillas con sus largos bra;os y se inclinó hacia

delante, rela$ando la espalda y mirando con e)presión cansina a la gente cada

ve; más escasa.

"stas personas no son mis amigas. +olo son..., lo que sea.8as luces de la sala de baile se apagaron y se encendieron un par de veces, la

señal educada para pedirnos que nos marcháramos. 8a sala estaba vac(a salvo

por los camareros que cubr(an las barras de plástico y otros empleados que




empu$aban carros con vasos y botellas. 8o 0nico que quedaba era el gran

arreglo de !lores sobre una pequeño pedestal redondo en el centro de la

habitación.

¿>os vamos? di$e.>o. Que se $odan..., hemos pagado un pasión por este local. # no estoy

avergon;ada. >o paso verg&en;a. "so es algo que he aprendido de ti.

¿6e m(?

Tal ve;. ero nadie lo sabe.

¿Qué quieres decir? +oy...

'lv(dalo di$o Uenobia. or lo menos has venido. >o es...+e levantó, con la espalda erguida, y se volvió hacia m(. Ten(a la costumbre de

mirar a los o$os. Kuy desconcertante. #o me sosten(a la servilleta con hielo

contra la !rente.

¿/ecuerdas que te di$e que ten(a otra cosa importante que decirte? di$o.

%h, s(, por telé!ono.

8a miré desde deba$o de los pliegues de la tela. +egu(a mirándome con mucha!i$e;a. 8as luces de la sala de baile volvieron a apagarse y encenderse en tres

discretos pulsos de lu;.

>o es lo que se dice el me$or momento. ¿Quieres o(rlo?

%sent(.

"stoy embara;ada.

Ke aparté la servilleta de los o$os. "stábamos solos en la habitación, y al verlaall( sentada con las manos en el rega;o, de pronto recordé a esa otra chica, la

adolescente que hab(a ido a verme a "gipto y que hab(a llorado sentada en el

borde de la cama de esa habitación de hotel, después de haber presenciado una




salva$e pali;a p0blica, mientras el sol del atardecer se colaba por las cortinas

sucias $unto con los ruidos del mercado. %penas una niña, pero incluso entonces

una niña que no se conmov(a !ácilmente. Qué duro deb(a de haber sido para ella.

+in embargo, se hab(a erigido como un titán y ahora ten(a al mundo agarradopor el cuello, sin miedo ni verg&en;a, a pesar de lo que yo les hab(a hecho a su

madre y a ella. ¿*ómo lo hab(a logrado? *omo es lógico, le miré la barriga

buscando alg0n indicio.

+olo estoy de die; semanas di$o, as( que a0n no se me nota.

Ke sonrió y se llevó las manos a la barriga, escondida ba$o el tra$e de tubo. Ke

!i$é en que no se daba cuenta de que lo hac(a. 5elen sol(a hacer lo mismo.¿Te has... casado?

Uenobia echó la cabe;a hacia atrás y sonrió hacia el techo, y en sus pómulos

altos aparecieron unos hoyuelos.

1!, sab(a que me lo preguntar(as. >o, no me he casado. # no tengo previsto

hacerlo en un !uturo inmediato.

"ntonces... ¿quién es... el...?¿"l padre? "stá en >ueva #orL. +e llama +tan!ord. 8o conoc( en *olumbia. "s

asesor de administradores de !ondos, una especie de actuario. También da

clases en los laboratorios de matemáticas de la 1niversidad de >ueva #orL. 8o

tenemos todo planeado, el dinero, la custodia. 5emos hecho todo el papeleo.

>inguno de los dos queremos casarnos, al menos a0n no. Tenemos medios

económicos, y como él traba$a desde casa, se ocupará de todo el aspectodoméstico desde nuestro lo!t de 7rooLlyn 5eights. 8o tenemos todo resuelto.

Ke... alegro di$e. "s una gran noticia.




8a primera imagen que acudió a mi mente !ue un escaraba$o empu$ando su

cargamento por la duna hasta su sencillo hogar. 1na pequeña pelota de

nutrientes en la caliente madriguera de la barriga de mi hi$a, que alg0n d(a

saldr(a al mundo, verde y dorado, y continuar(a el ciclo. 8a cadena de sucesosreverberantes, esa hélice en espiral, se inclinaba suavemente como un olmo

herido, tocando de nuevo la tierra y de$ando un borrón, una mancha oscura, un

rastro humano.

Kira dec(a Uenobia, te escribiré para contarte qué tal va todo. ero no

estoy segura de cuánto..., tal ve; cuando haya crecido un poco podr(as venir averla. Quiero criar a esta niña en un mundo en el que pueda con!iar.

¿*omprendes?

'( una m0sica e)traña que resonaba en la habitación vac(a, el sonido de mi vo;,

ampliado y repetido casi como a través de un telé!ono, como la destilación del

verdadero sonido de uno mismo. +ent( la mano de Uenobia en mi hombro. Kiré

sus bonitas !acciones, su !rente !runcida de preocupación mientras mesosten(a la cara entre las manos. 8uego las luces de la sala se apagaron, y la

oscuridad pareció traer una especie de alivio, y me o( a m( mismo llorar<

sollo;aba en las manos de mi hi$a. Traté de llorar en silencio para no molestar a

nadie, aunque sab(a que no hab(a nadie all( aparte de ella, mi hi$a. /odeándome

los hombros con los bra;os, con la me$illa apoyada en mi cabe;a, mi hi$a me

abra;aba, en la oscuridad.




!)

;emordimiento"ran casi las tres de la madrugada cuando crucé de nuevo el puente de

Materloo para volver a 7loomsbury. "l cielo estaba de un color ca!é di!uminado

por la multitud de luces desperdigadas alrededor de las c0spides de 8ondres.

8a c0pula de +t. aul brillaba débilmente en la noche, rodeada de una celos(a de

andamios, sumisa y triste, sola en su voluminoso esplendor. +obre los edi!icios

recortados contra el cielo colgaban como espantapá$aros torcidos las eternasgr0as, altas estructuras metálicas rematadas en un bra;o inclinado y un cable

largo, con un gancho para levantar cargas hacia las vertiginosas alturas. "l

puente estaba desierto, los cordones policiales hab(an desaparecido. 1nos

pocos coches pasaban a toda velocidad por la cal;ada h0meda en dirección a

alg0n compromiso temprano, los conductores mirando a través de sus

parabrisas como sonámbulos. #o caminaba por la acera, cubierta de modo uniB!orme de los restos aplastados de toda clase de receptáculos, cristales rotos,

periódicos, gorros de !iesta. 6e ve; en cuando me deten(a para mirar por




encima del pretil el agua oscura. Traté de locali;ar el lugar por donde %lan y

2igantica hab(an ca(do, pero no logré orientarme sin la multitud de gente.

"l r(o corr(a velo; $unto a los pilares inclinados del puente de piedra, de$ando

rastros de espuma brillante que se alargaban como largos dedos blancos hastadisiparse en el agua del color del cielo. % lo largo de la orilla norte se al;aban

los oscuros muros del 3ictoria "mbanLment, que se e)tend(an en la oscuridad

hacia >orthumberland y +t. Kartin[s 8ane. 8os muros de piedra y argamasa del

"mbanLment hab(an sido construidos en el siglo N=N para controlar las

inundaciones del Támesis O+trandP es, de hecho, una palabra anglosa$ona que

signi!ica playa, ya que las mareas sol(an llevar las aguas hasta más allá de4leet +treet. #a no. 8as mareas del Támesis ahora eran insigni!icantes< nunca

volver(a a desbordarse. %l ba$ar la marea, el r(o de$aba al descubierto una trisB

te orilla de lodo llena de escombros. *on la marea alta, el agua permanec(a a

tres metros y medio ino!ensivos de la parte superior del muro, el nivel

adecuado para sentarse en él y mirar al otro lado.

'bservé cómo el Támesis se prolongaba, perdiéndose de vista hacia ToVer7ridge y 2reenVich, y desde all( hasta la 7arrera del Támesis en MoolVich, una

serie de diques de acero que se e)tienden sobre el r(o y protegen de las

inundaciones la parte alta de la ciudad. 5asta el mar. Ke pareció ver cómo el

r(o se $untaba con el hori;onte, y cómo los dos se !und(an en uno e invert(an

posiciones, como si el cielo corriera por ese tramo que cru;aba la ciudad, a

través de la tierra, del mismo modo que lo habr(an visto los antiguos egipcios,como si !uera el camino al otro mundo.

"l Mest "nd por !in estaba silencioso. Ke abr( paso entre los oscuros teatros y

ca!és hacia el norte, en dirección a 2reat /ussell. +t. Kartin[s 8añe estaba




vac(o de gente y de coches, pero era un mar de botellas de champán que llenaba

las aceras y las alcantarillas desbordándolas, un cementerio de cristal verde,

un r(o verde esmeralda, y ten(a que mirar por dónde pisaba.

%l llegar a mi edi!icio, encontré a "ddie en el pasillo, pegando un papel en lapuerta de mi piso con cinta adhesiva. *uando me acerqué, se volvió y me puso el

papel en las manos con el ceño !runcido. Ten(a los o$os inyectados en sangre y

apestaba a cerve;a.

Tome, amigo. 8levan todo el d(a tratando de locali;arles a ustedes dos, los

pá$aros del museo. 8lamando a la centralita y demás. +u compañero está en

apuros. 7ueno, tengo que irme. 8a 1"4%, ya sabe.7a$ó pesadamente los seis pisos hasta su puesto de detrás del mostrador y su

televisor, su partido de !0tbol y una '(d eculier.

"n la nota se le(a

6octor /othschild

"l doctor Mheelhouse está gravemente en!ermo y ha sido ingresado enel "uston 5ospital de 5ampstead /oad. 8os médicos dicen que ha

tenido una especie de ataque o derrame cerebral. 5a permanecido

inconsciente la mayor parte del d(a. +u estado es muy grave. "l doctor

Jlein quiere verlo inmediatamente. or !avor, d(ganos lo que debemos

hacer.

+1" # *=>6#

1nos minutos después volv(a a estar en 2reat /ussell +treet. "l "uston

5ospital estaba a seis man;anas de distancia. *aminé con la cabe;a gacha,




sintiendo un dolor pun;ante en la cara y muerto de !r(o con la ropa h0meda,

maldiciendo con cada paso que daba.

8a en!ermera de la recepción asumió que era yo quien necesitaba atención

médica, y me llevó bastante tiempo e)plicarle que solo quer(a ver a un paciente."speré en el vest(bulo por lo demás vac(o mientras ella revolv(a e)pedientes

tratando de averiguar la habitación de KicL.

+egu(a all( cuando o( el débil timbre del ascensor. "n el otro e)tremo del

vest(bulo se abrió la puerta y un anciano con la bata del hospital salió

lentamente, arrastrando un gotero con bolsas de l(quidos intravenosos que

colgaban como !ruta hinchada, y una pequeña mesa metálica con ruedas cuBbierta con una tela blanca, por deba$o de la cual asomaban los e)tremos

a!ilados y plateados de alguna clase de instrumental quir0rgico. #o observe

como hacia su lento recorrido hacia la salida, con sus ;apatillas de papel

desli;ándose sobre las baldosas, y la mesa y el gotero, con sus tubos colgando

de las bolsas transparentes amarilleantes por los l(quidos que conten(an. 8as

puertas automáticas se abrieron y el anciano salió a la noche.8a en!ermera soltó un gritito y cuando me volv(, me sonre(a con orgullo,

agitando el n0mero de habitación de KicL garabateado en un papel.

KicL estaba tendido en la cama de hospital como una agu$a de coser, con los

huesos de los hombros asomando por el ancho cuello de la bata de hospital. 8a

en!ermera del mostrador di$o que llevaba todo el d(a perdiendo y recobrando

el conocimiento, y que sus signos vitales eran débiles pero constantes. 8eestaban administrando varios agentes estabili;adores para impedir otro

derrame cerebral. >o estaban seguros de hasta qué punto se recuperar(a, si lo

hac(a. *ab(a la posibilidad de una lesión cerebral.




KicL ten(a los o$os cerrados, y los labios a;ulados y ligeramente entreabiertos,

y por un momento tuve miedo de que estuviera muerto. ' no tuve

!or;osamente miedo. % decir verdad, e)perimenté cierto alivio al verlo all(

tumbado, hecho polvo, incapacitado. +é que parte de ello se deb(a a la certerade que ya nunca resolver(a la estela de aser. Ke sent( momentáneamente

avergon;ado, pero hab(a algo siniestro dentro de KicL, algo pequeño, duro y

amargo como una man;ana silvestre que colgaba ruidosamente en su

destartalada ca$a torácica. "sa era precisamente la clase de muerte que él

habr(a deseado para m(.

KicL agarraba su ore$a votiva con tanta !uer;a que tenia los nudillos blancos.%un mientras dorm(a, sus dedos recorr(an nerviosos la madera antigua. Ke

pregunté si re;aba en sueños por su salvación. 8o más probable era que

maldi$era a sus innumerables enemigos. 8a lu; del vest(bulo iluminaba su cara

!runcida. *uando levanté la vista, me vi re!le$ado en la ventana del otro lado,

con barba y empapado por la lluvia. 6e pie en el umbral, iluminado por la lu; de

neón del pasillo, parec(a un tipo peligroso. Ten(a el pelo pegado a la cabe;a enmechones sudorosos, las ga!as rotas y torcidas, el abrigo y los pantalones

empapados y llenos de manchas. Ten(a los labios secos y con costras, y el

moratón de la cara me palpitaba con !uer;a en el cráneo. %l cabo de unos

momentos me di cuenta de que KicL ten(a los o$os abiertos y vidriosos, y me

miraba. +e movió un poco entre las sábanas, y se llevó a la boca la mano con la

que sosten(a el e)voto y empe;ó a susurrar algo hacia él, sin de$ar deobservarme. =nstintivamente deseé tener mi e)voto, que hab(a perdido la

noche de la pali;a en la habitación de %lan. "l lado sano de la cara de KicL




estaba totalmente nacido. 8e colgaban los labios y ten(a el párpado del o$o

derecho ca(do. arec(a que le costaba mantener los o$os abiertos.

Tonter(as murmuró KicL, mentiras. *horradas.

¿Qué?8a *anción de %món di$o. 8os gli!os. >o sin la transliteración.

*onstrucciones gramaticales.

5ablaba con un lado de la boca. 8a mitad de su cara hab(a adoptado una

e)presión iracunda. 8a otra mitad sencillamente le colgaba !lácida.

>unca te he dicho mi transliteración di$e. ¿*ómo sabes a qué

conclusiones he llegado?>o importa di$o KicL, sé lo que piensas. "stás equivocado. También sobre

la estela.

"sa era la clase de posa que hab(a esperado de KicL desde el principio. >o

pod(a creer que hubiera esperado hasta ese momento para decirlo.

¿6e veras? di$e. "ntonces ¿por qué no me dices en qué me estoy

equivocando?¿Qué sabemos de la estela? di$o KicL. "s un himno bastante prosaico. %

Kut, una diosa que no tiene importancia en la N== dinast(a ni en el panteón del

per(odo intermedio. Todo son bobadas, y ni lo sabes. *inco mil años de

transmogra!icación. Transmutación. %bsorción. %l !inal todos esos dioses y

diosas, destilados en unas pocas !iguras iconos. 8a estela de aser es una

oración. ero no es la $odida piedra de /osetta.5i;o una mueca de dolor y tensó sus delgados labios sobre los dientes en una

e)traña sonrisa.




>i siquiera hay una verdadera criptogra!(a di$o. 8o de la tercera v(a es

una sande;. Jlein sab(a que t0 optar(as por ello.

>o sabes de qué estás hablando di$e. 8a inscripción superior...

+é lo que dice la $odida inscripción, imbécil.7ueno, pues no estoy de acuerdo contigo, KicL.

% la mierda con todo siseó KicL. '$alá no la hubiera visto nunca.

+e llevó la ore$a votiva a la cara y se acarició la me$illa parali;ada con ella,

murmurando hacia los toscos pliegues de madera. #o quer(a verlo muerto, más

muerto que todo lo que hab(a en el Kuseo 7ritánico.

'ye, KicL, ¿conoces a un hombre llamado 'ldcastle? ¿6e *ambridge? 6i$oque te conoc(a. Te mencionó.

¿Qué di$o? murmuró KicL.

7ueno, es di!(cil decirlo. *reo que di$o que iba a matarte. ¿Te has metido en

un l(o?

KicL se estremeció, sacudió sus hombros huesudos.

Katarme. 8o habéis hecho por él, ¿verdad?#o no tengo la culpa de que estés aqu(.

"l cabrón de %lan 5enry. "se escritor paquistan(. Todos vosotros.

"so no es cierto, KicL. >o hemos hecho nada. *a(ste en!ermo.

8as pastillas di$o KicL. "sas $odidas pastillas. +e supon(a que t0 también

deb(as tomarlas.

>o sé qué quieres decir. ¿8as pastillas que te dio 5ani! ?'ldcastle resolló KicL. =nvocaciones. Kenudo cabrón.

>o !ue %lan di$e. 8o sé. Trató de ayudarme.




6e pronto se le iluminó la cara como a un niño. or un instante me pareció ver

algo dentro, un indicio de algo.

¿+abes di$o KicL, sabes lo que podr(as hacer? ¿%lgo realmente 0til?

8os oscuros lagos de sus o$os se contra$eron y se abrieron, y su piel palideció yacto seguido enro$eció. 8uego se derrumbó, de$ando que se le cerraran los

párpados. "n el hospital reinaba un silencio absoluto, y me sorprend( pregunB

tándome dónde estaba todo el alboroto, las máquinas, las (v en!ermeras, los

médicos, los pacientes, dónde estaba todo el ruido, la labor de la medicina

curando dolencias, arreglando lo roto, ¿desde cuándo sanar a los en!ermos era

una tarea tan silenciosa?8a *anción de %món di$o KicL. +olo es un hombre..., una carta. 5asta

Jlein lo sabe.

*reo que hay algo más repliqué yo.

+ea lo que sea, no va a cambiar nada di$o KicL. >o cambiará nada.

1n murmullo de voces en el pasillo, un destello de lu;, el ruido de una camilla

que rodaba detrás de m( en el pasillo, empu$ada por dos voces susurrantes.KicL se llevó una mano a los o$os.

Kis o$os di$o, me duelen cuando los abro, /othschild. "l dolor... es

terrible..., terrible...

+e cubrió los o$os con una mano y empe;ó a gruñir hacia su ore$a votiva, ya no

palabras de re;o sino algo más que$umbroso y horrible. "n el re!le$o de la

ventana vi pasar la camilla por el pasillo, un solo hombre empu$ando un cuerpocubierto con una sábana, los dos envueltos en sombras, hasta que

desaparecieron en el !ondo del pasillo y volvió a reinar el silencio. Ke acerqué

un poco más a la cama de KicL y observé cómo su estrecho pecho se agitaba




ba$o la sábana. "l de$ó de murmurar y rela$ó las manos, que cayeron a sus cosB

tados. +u cara era como una máscara de cera gris. 8as manos hab(an ca(do

abiertas, y en la delgada palma de una de ellas vi la gastada ore$a votiva,

h0meda de sudor, un tro;o de madera de tres mil años de antig&edad. "l pechosegu(a agitándose. Ke quedé all( y escuché de nuevo, pero no o( nada.

6e$é all( a KicL, tumbado en la oscuridad, y recorr( apresuradamente los

pasillos escasamente iluminados del hospital, con su e)voto en la mano. Yl no se

movió, ni siquiera un poco, cuando se lo cog(, mirándome con un solo o$o entreaB

bierto.

*uando sal( del hospital por !in clareaba, el cielo se estaba despe$ando sobre8ondres y soplaba un viento !r(o y cortante. % la entrada de la sala de

urgencias hab(a una mu$er en una silla de ruedas, parcialmente iluminada por la

lu; de la !arola, agarrando su camisón de !lanela con !irme;a y sacudiendo los

hombros mientras lloraba. "ché a andar con paso enérgico por la calle en

dirección a mi piso. "l cielo de la mañana que se entreve(a a través de los

edi!icios parec(a le$ano. 5und( las manos en los bolsillos y por primera ve; enmucho tiempo deseé estar de vuelta en "stados 1nidos.




!#

=ra/edad

Uenobia acababa de cumplir tres años cuando me marché. /ecuerdo esa noche

claramente. Ke desperté de un sueño. 5ab(a estado ante %nubis, que sosten(a

en la mano mi cora;ón, ensangrentado y goteando. reparaba la balan;a, y

med(a la pluma contra mi cora;ón, mientras la criatura perruna de largos

colmillos esperaba sentado a sus pies, listo para devorar mi cora;ón.

"stábamos en un desierto parecido al desierto oriental de las a!ueras de

%suán, y a lo le$os, en el reino donde se origina la e)istencia, $usto por encima

de la l(nea del hori;onte, brillaba una lu;, un resplandor di!uso como el sol

naciente. ero el sol ya estaba alto en el cielo. *uando volv( a mirar a %nubis, se

hab(a trans!ormado en una !igura mucho más grande, ancha de hombros, que

ten(a un an$ en una mano, y en la otra, e)tendida, mi cora;ón. "ra +eth, el

de!ensor de "gipto. #o daba media vuelta y me ale$aba de él corriendo hacia la

lu; del hori;onte, pero mientras sub(a la primera duna, el cielo se oscurec(a y la

duna se elevaba hacia él como una montaña alt(sima.




"ra una h0meda noche de noviembre en +an 4rancisco, muy parecida a las

londinenses. 8a lluvia repiqueteaba débilmente en los cristales de las ventanas,

lo recuerdo porque !ue el ruido lo me despertó del sueño. 5elen estaba

tumbada de lado, enrollada en las sábanas y las mantas, con la cara parBcialmente iluminada por la pálida lu; de las !arolas que entraba por la ventana.

#o ten(a una mano en su cintura, que se mov(a ligeramente al compás de su

respiración. *uando me desperté, todav(a pod(a oler el olor a sal y a quemado

del desierto occidental, el +ahara, me;clado con el de vainilla y madera de

sándalo, el olor de mi mu$er. +u aliento brotaba de entre sus labios ligeramente

entreabiertos, y ten(a la cara rela$ada, los párpados inmóviles. "n la mesilla denoche estaba su libro abierto, las pulcras l(neas solo emborronadas con un

subrayado a lápi;

Ko;art yace en una !osa com0n, una tumba anónima en alguna parte de

3iena. +u mu$er no logró locali;ar su cuerpo al d(a siguiente de su muerte.

Ke levanté de la cama y recorr( el corto pasillo hasta la habitación de Uenobia.

"staba acurrucada en su cuna, en una postura muy parecida a la de 5elen.

%garraba las mantas con !uer;a, pero ten(a la cara tranquila y serena. "n la

mesilla de noche hab(a un amuleto del =mperio >uevo que ten(a grabados un

cocodrilo y un breve hechi;o para proteger a un niño de las pesadillas y la

en!ermedad O5echi;o para un niño, un polluelo ¿tienes calor en el nido? ¿Teestás quemando en las matas? ¿Tu madre no está contigo? -"státe quieto, niño,

que siempre estás seguro en casa de tu padreP.




8a cog( en bra;os, y sent( su cuerpo caliente mientras se acurrucaba contra mi

cuello y mi pecho con apenas un murmullo. =ncluso entonces era robusta, era

sorprendente lo que pesaba, lo compacta que era su pequeña !orma. 8a llevé a

nuestro dormitorio y me quedé de pie en el borde de la cama viendo dormir ami mu$er. %lgo en su !orma, la redondeada curva de la espalda, las manos

cerradas !rente a la cara, la silueta de su cuerpo deba$o de las sábanas, me

conmovió pro!undamente, y me estremec(, sosteniendo en bra;os a Uenobia, mi

hi$a, acurrucada contra m(, como plomo en mis bra;os.

%costé a Uenobia al lado de 5elen, y la vi buscar con los bra;os e)tendidos el

cuello de su madre y a!errarse a él, apretando la !rente en su pecho. "l cuerpode 5elen se hund(a en la cama !ormando un cráter poco pro!undo en el que

Uenobia rápidamente cayó, la delicada circun!erencia de su cuerpo. #o me

quedé !uera, libre de la atracción. #a no estaba de pie en el suelo de esa casa

de *ali!ornia, ni en ning0n lugar de la tierra, un lugar que pudiera reconocer.

"staba en una vasta e interminable cuadr(cula, y el hori;onte se curvaba hasta

desparecer< sent(a cómo la masa de mi mu$er y de mi hi$a, su gravedad, curvabadelicadamente hacia aba$o la l(nea de espacio. #o estaba en el borde de una

gala)ia que giraba a una velocidad aterradora, donde todo el universo parec(a

estar moviéndose más allá de un punto !i$o, el punto de re!erencia, la medida

del tiempo. "ran ellas dos, 5elen moviendo ligeramente la cabe;a para

acomodar el nuevo cuerpo, con la me$illa apoyada contra el pelo alborotado de

Uenobia. ero hab(a otra atracción, procedente del espacio oscuro sobre elhori;onte.

Kientras contemplaba esas dos !ormas durmientes, sus queridas siluetas que

incluso ahora puedo dibu$ar en el aire con las puntas de los dedos, mientras las




observaba respirar, me busqué el cora;ón en el pecho, y lo que encontré !ue

una roca dura, una pirámide de piedra.

4ui a la cocina para beber un vaso de agua. "l agua estaba helada y ten(a un

sabor metálico. 6e$é el vaso en el !regadero, sin hacer ruido, y miré duranteunos momentos el brillo apagado de los gri!os, agarrándome a la encimera. %l

otro lado de la ventana, las cimas escalonadas de los te$ados de >orth 7each

se prolongaban hacia el sur de +an 4rancisco y el mar. 5ab(a de$ado de llover y

la luna estaba suspendida $usto por encima de una capa de nubes que se mov(an

como una suave corriente. +ent( la lu; !r(a de la luna en las manos, en la cara.

'( corretear algo por el suelo y cuando me volv(, vi cómo un escaraba$o gruesose escabull(a por el cuadrado de lu; que la luna proyectaba sobre el linóleo.

8o cierto es que, incluso entonces, pude ver en las gotas de agua que cubr(an el

cristal de la ventana la imagen en ciernes, la abstracción, el s(mbolo,

delicadamente colocado. O"ste cuerpo es mi 0nica tumba, esta mente la tierra

negra, el 0nico suelo !értil.P




!7

Da Gltima inundaci8n

"l laboratorio estaba en per!ecto estado< +ue y *indy hab(an hecho un traba$o

incre(blemente concien;udo. También hab(an tenido la precaución de no tocar

ninguno de nuestros materiales, independientemente de dónde estuvieran. 6e

modo que la mesa de traba$o de KicL segu(a siendo un caos de notas y

garabatos, plumas de $unco y ostracones. Kis notas, las traducciones de

+teVart y las modi!icaciones que hab(a hecho en mi cuadr(cula estaban

esparcidas en un semic(rculo alrededor de la estela, e)actamente donde yo las

hab(a de$ado caer. "n el museo reinaba un silencio absoluto. Ke quedé sentado

ante la mesa y estudié la estela, tratando de no apartar la mirada de la piedra

negra ni por un momento. Ke quedaban catorce horas por lo menos, mis 0ltimas

horas con la estela. 8a oscuridad me envolv(a como un manto. *omo siempre, me

parec(a que ten(a mucho tiempo por delante. ero en eso también estaba

equivocado. ermanec( sentado en el laboratorio, de$ando que el mundo pasara

por mi lado. ensé en lo que me hab(a dicho %lan 5enry en una ocasión debido a




que todos los lugares estratégicos se vuelven iguales a la lu; de la !(sica,

Otodos los observadores, independientemente de su estado de movimiento,

pueden a!irmar que están, de hecho, parados mientras el resto del mundo se

mueve a su alrededor...P.4ui consciente de estar despierto unos minutos antes de estarlo realmente. +é

que estaba soñando con +e$met, la diosa león. 5ab(a cientos de imágenes de

granito negro de ella en su habitual posición sentada, sosteniendo el látigo y el

an$ contra el pecho, colocadas a lo largo de una ladera a;otaba por el viento,

ba$o un cielo gris aborregado y agitado. #o me ale$aba de ellas< como en la

mayor(a de mis sueños, parec(a a punto de huir, pero ten(a miedo de echarme acorrer, o de volverme, porque sab(a que los ver(a detrás de m(. >ormalmente en

esa clase de sueño me encog(a y me acurrucaba en el suelo, y esperaba que el

acto de despertar me rescatara, lo que siempre parec(a hacer. ero esta ve;

me quedé de pie.

+ab(a que estaba despierto porque percib(a la presencia de Jlein en el

laboratorio, le hab(a o(do claramente utili;ar su llave y sab(a que estabainclinado sobre m(, aunque yo a0n no hab(a abierto los o$os. +ent(a su imagen,

como el esp(ritu de un hombre, el La, la !orma etérea que regresaba del otro

mundo a través de la puerta !alsa para recuperar sus shabtis, los alimentos y

otras pertenencias que le hab(an de$ado en la tumba.

'l(a el ca!é !uerte que ten(a en la mano. %br( los o$os de golpe, solo para ver

cómo se sobresaltaba. 8o consegu(. +oltó una e)clamación y retrocedió de unbrinco con los pies $untos, derramando el ca!é de su ta;ón.

-"h -6espierte, despierte, doctor /othschild




Ke incorporé y lo miré. >unca le hab(a visto muy de cerca. 6is!ruté viéndolo

retorcerse visiblemente ante m(. or e)traño que pare;ca, me sent(a muy

descansado y las heridas de la cara solo me molestaban ligeramente.

¿+(? di$e.Yl se encogió de hombros, derramando más ca!é al suelo.

+olo quer(a ver, hummm, cómo van las cosas. +e le está acabando el tiempo,

como sabe. Ke alegro de verle traba$ando duro hasta el !inal. 8e he tra(do un

ca!é.

Ke o!reció la ta;a. +upe por el olor que era obra de +ue y *indy. Ke pareció

que se merec(an que me lo bebiera. robé un sorbo. Ruro que las luces seintensi!icaron y mis !acultades auditivas me$oraron considerablemente.

¿Qué hora es?

oco más de la una.

>i siquiera recordaba haberme quedado dormido. Ten(a previsto estar

levantado toda la mañana. "ra mi 0ltimo d(a con la estela. 5ab(a perdido todo

ese tiempo.3erá di$o Jlein, yo de usted no dormir(a en el museo, y menos aqu( aba$o,

en los sótanos. Kuchos esp(ritus agitados, cuerpos..., no, no...

Tengo que irme di$e, ba$ándome de un salto de la mesa.

¿Qué tal va el 0ltimo in!orme?

%0n no lo he empe;ado.

ero tendrá algo al menos. ¿%lgo con lo que pueda traba$ar su sustituto?¿Qué sustituto?

Jlein bebió ca!é y se encogió de hombros.




Kala suerte lo de Mheelhouse, ¿no? 1na lástima. Rusto cuando creo que

empe;aba a...

Tengo que irme.

Kientras me tambaleaba hacia la puerta, Jlein se puso en mi camino paraimpedirme salir, todav(a con esa sonrisa tensa en los labios. Ke volv( y le golpeé

a propósito en el hombro. "l se tambaleó hacia atrás y trope;ó con un montón

de shabtis, ostracones y utensilios de escritura de KicL. Tratando de

agarrarse a algo para no caer, rasgó una de las grandes reproducciones de las

tablas de 2ardiner de la pared y acabó sentado en el suelo, la cara l(vida y los

o$os desorbitados.-/othschild bramó. -Todav(a está ba$o contrato

6e pie $unto a él, sent( una emocionante oleada de poder. Quer(a estrangularlo

con mis propias manos o hacer al menos un gesto osado. "staba en la cresta de

la ola de algo monumental, un gran descubrimiento. ero ten(a poco que ver con

Jlein.

+ue y *indy esperaban e)pectantes en su escritorio del pasillo. Ten(an unaspecto tan pulcro y atento que de pronto me sent( !atal por cómo las hab(a

tratado. Ke detuve $unto al escritorio y levanté el ta;ón sobre mi cabe;a.

-"ste ca!é está de co$ones e)clamé.

*og( la ca!etera del hornillo y me serv( otra ta;a. "llas abrieron la boca.

"mpe;aron a levantarse.

-/othschildJlein apareció torpemente en el umbral del laboratorio, agarrado al marco de la

puerta, con la cara de un tono violáceo. 3i cómo las caras de +ue y *indy

empe;aban a doblarse sobre s( mismas mientras se llevaban las manos al cuello.




>o os preocupéis les di$e, no pasa nada. +entaos, todo va bien. 5ablaré

con vosotras más tarde.

"ché a correr por el pasillo hacia nuestra entrada lateral privada derramando

el ca!é sobre mis pantalones, sub( precipitadamente las escaleras y sal( por lapuerta que daba a Kontague +treet, cuyas aceras ya estaban llenas de gente

que pululaba con mapas plegables y maletas, chocando unos con otros mientras

estiraban el cuello para ver los nombres de las calles clavados en los edi!icios

que se elevaban por encima de ellos.

8a puerta de mi piso estaba abierta. "ncontré a "ddie en la cocina, hurgando en

el congelador. *uando entré, se levantó con una de las salchichas envueltas enho$aldre de KicL en su puño peludo.

%h, doctor /othschild. +olo estaba echando un vista;o. Ke ha entrado un

poco de hambre. %rro$ó de nuevo la salchicha al congelador con un golpe

sordo y $untó las manos. ¿"s consciente, doctor /othschild, de que tiene que

de$ar mañana el piso con todas sus pertenencias?

+( respond(, soy consciente de ello. Todav(a no he empe;ado a hacer lasmaletas. #, como sabe, KicL está en el hospital.

+(. obre diablo. 7ueno, tiene que estar !uera hacia las doce y media de

mañana, ¿de acuerdo? "spero a otro tipo.

>o hay problema.

Kuy bien. Tengo que cambiar el agua al canario. ¿8e molesta si uso su cuarto

de baño?

*uando "ddie se marchó, me arro$é agua !r(a a la cara y me atusé el pelo con

las manos. Ke hab(a ba$ado la hincha;ón, pero mi labio partido segu(a siendo un




bulto ro$o rub(. or la ventana de la habitación o(a a los hombres parlotear en

los andamios, discutiendo al parecer sobre la log(stica de una cuestión de la

obra y maldiciendo al imbécil que los hab(a hecho subir all(. /econoc( los

alborotados ri;os del rasta que sol(a despertarme por las mañanas con susgolpes y porra;os. "l agradable olor a marihuana llenó la habitación.

Tele!oneé a enelope y me saltó el contestador automático. 8e de$é un mensa$e

diciendo que quer(a verla antes de irme de la ciudad. +e me ocurrió probar

también en casa de Kagnus, por si estaban $untos. >o estaba, pero me enteré

por él que enelope se encontraba de hecho en su piso. Ke aseguró muy en

serio que no quer(a que la molestaran, que no quer(a ver ni o(r a nadie, pero medio tranquilamente su dirección de 5ighgate e incluso indicaciones para ir en

autob0s o metro.

%l ba$ar por las escaleras me llegó del vest(bulo una de esas conversaciones en

voces deliberadamente apagadas, de las que tienen los hombres en los lugares

p0blicos cuando discuten de un asunto misterioso. "ra "ddie, sin ir más le$os, y

tras detenerme un momento en el 0ltimo tramo de escaleras, reconoc( tambiénla vo; de 'LonLVo. 8o acompañaban otros cuantos hombres. 6e modo que hice

lo que me pareció adecuado volv( a subir a mi habitación, cerré la puerta con

llave y di vueltas alrededor de la cama diciendo mierda, mierda, mierda, en vo;

ba$a, luego me puse la ca;adora e hice un intento algo torpe de saltar de la

ventana al andamio de la obra, sobresaltando a los dos obreros que estaban

sentados deba$o del al!éi;ar.-"h ¿or qué sales por aqu(, t(o?

Ki amigo rasta estaba acuclillado, con sus pantalones holgados y una ca;adora

acolchada, !umando un porro más largo y más grueso que un dedo m(o con un




tipo con barba incipiente y cubierto de polvo que ten(a tatua$es en las manos y

que, de hecho, no pareció sorprenderse en absoluto al verme. #o estaba

agarrado a la ventana de guillotina, con un pie en la tabla astillada e inestable

en la que ambos estaban sentados."scuchad di$e, es, hummm, una emergencia. >ecesito ba$ar.

"l rasta sacudió sus ri;os y me guiñó un o$o mientras daba una calada al porro.

¿# cómo piensas ba$ar, t(o? +olo puedes hacerlo descolgándote. ¿*rees que

estás en condiciones?

+oplaba mucho viento allá arriba, silbando a través de los tubos y las tablas, y

haciendo que toda la estructura se balanceara ligeramente de un lado a otro,como si le diera un buen meneo. #o ten(a una pierna dentro de la ventana para

mantener el equilibrio, lo que !ue una suerte porque el primer tubo que agarré

se me quedó en la mano con un cru$ido.

-"h, t(o "sta ve; se dirig(a a m( Kanos Tatuadas. Ten(a la !rente !runcida

de cólera. +erá me$or que vuelvas a meterte por esa $odida ventana antes de

que toda esta mierda se venga aba$o.-"h, dale una oportunidad, t(o -uede hacerlo

8e di a Kanos Tatuadas el tro;o de tubo que hab(a arrancado del andamio.

5ab(a seis pisos por deba$o de m( y al asomarme un poco para mirar, me invadió

el pánico. "n el bordillo de la acera hab(a aparcado un coche patrulla.

+iento lo del... tubo, amigos.

3olv( a meterme en mi habitación, cerré la ventana y corr( las cortinas.*onsideré mi situación, evaluando las posibilidades a mi alcance. 6i más vueltas

maldiciendo. 8uego empecé a ba$ar las escaleras, y, al llegar al 0ltimo rellano,

tomé impulso y velocidad, y crucé corriendo el vest(bulo, pasando por el lado de




'LonLVo, "ddie y dos agentes de polic(a, que se quedaron boquiabiertos $unto

al mostrador mientras el televisor parpadeaba en la habitación trasera. *rucé

de un salto la puerta y eché a correr por 2reat /ussell +treet, abriéndome

paso entre la habitual masa de turistas que rondaban el museo a media tarde.*uando llegué a la esquina de Tottenham *ourt /oad, miré hacia 2reat /ussell y

vi a 'LonLVo acercarse dando resoplidos por la acera abarrotada, su cabe;a y

sus hombros sobresaliendo por encima de la gente, agitando los bra;os como un

corredor ol(mpico mientras golpeaba con sus largas piernas huesudas el suelo.

"ra imposible correr más que él< mi 0nica esperan;a era parar un ta)i en

Tottenham y desaparecer, pero tampoco hab(a tiempo para eso. "l semá!oropara peatones que hab(a delante del +ainsbury de Tottenham *ourt /oad

estaba cambiando a ámbar, de modo que crucé corriendo la calle por delante de

la oleada de coches, esquivando un par de motocicletas y ciclistas que se hab(an

saltado el ro$o, y eché a correr hacia el norte. 6e la parada de 2oodge +treet

arrancó un autob0s, el GI< ignoraba adonde se dirig(a, pero tras una corrida

logré subirme de un salto a la plata!orma trasera, para estupe!acción delrevisor. Kientras el autob0s tomaba velocidad, miré de nuevo hacia atrás, pero

no vi a 'LonLVo ni a los demás polic(as entre la multitud de la acera. ensé que

me conven(a cambiar de medio de transporte por si me hab(an visto subir al

autob0s, de modo que al cabo de unas man;anas me dispuse a ba$ar de un salto.

or desgracia, no presté mucha atención, y el autob0s segu(a avan;ando a

bastante velocidad cuando salté. %l aterri;ar en el suelo los pies me salierondisparados por deba$o y di varias volteretas !uriosas hasta chocar con un

hombre con un saco de dormir al hombro que com(a una bolsa de patatas !ritas.

Ke gritó cuando le golpeé las piernas como una guadaña. /odé por el suelo




hasta que por !in me detuve, aparentemente ileso. "l vagabundo se incorporó,

sacudiéndose las migas de patatas !ritas de la pechera manchada de su camisa.

8o siento di$e. 8o siento mucho.

Ke met( una mano en el bolsillo y saqué el sobre de dinero. Ke dolióterriblemente la muñeca mientras apartaba unos billetes. Ten(a la manga de la

americana hecha $irones, la americana de 5ardy. 8e tiré varios cientos de

libras a la cara. Yl se quedó mirando cómo revoloteaban los billetes con sus o$os

reumáticos, luego los agarró como una cobra. Ke volv( y eché a correr.

-Rodidos americanos de mierda gritó a mis espaldas.

8legué a la parada de "uston en el preciso momento en que llegaba el autob0sEI, y sub( $unto con un montón de madres $óvenes que se peleaban con sus

cochecitos, llenos al parecer de recién nacidos cubiertos con un plástico

transparente. +ub( las escaleras y me senté al !ondo del piso superior,

estirando el cuello hacia atrás para ver si 'LonLVo me segu(a y respirando

agitadamente. "n el asiento de delante dos albaBneses hablaban en tono

conspirativo dentro de los cuellos de sus ca;adoras de cuero, con una especiede tabaco rapé ba$o el labio superior. "l piso de arriba del autob0s estaba lleno

de preadolescentes con !aldas a;ules y $erséis con el emblema de su colegio

sobre sus pechos estrechos. "staban arrodilladas sobre los asientos y se

gritaban obscenidades sorprendentemente vulgares y casi incomprensibles.

"l autob0s se abrió paso lentamente hacia *amden, tra;ando un ocho por

delante de las islas peatonales y los coches aparcados ilegalmente en el carrildel autob0s, y observé cómo 8ondres se abalan;aba hacia la noche. "n la acera,

un vie$o con un abrigo de tiveed y un bastón salió a toda velocidad de un ca!é

con ayuda de su anciana esposa y vomitó un chorro gris en el bordillo, con




cuidado de no perder el sombrero o mancharse los pantalones. 1na mu$er

musulmana con un pañuelo en la cabe;a tiraba de un trineo improvisado con un

niño enyesado de la cintura para aba$o. "staba tendido boca aba$o a solo unos

cent(metros del suelo, mirando hacia delante, y se met(a en la boca patatas!ritas de un paquete de MalLer[s. arec(a divertirse.

>o es solo la obstinada resistencia de esa gente lo que me asombra, sino su

capacidad para e)istir en medio de una contradicción !lagrante. "l mundo

urbano de 8ondres parece tan completamente absorto en el consumo y la

adquisición de bienes y, sin embargo, el grueso de los londinenses viven con muy

poco. arece !ormar parte de su psique, anhelar lo que no pueden tener, viviren un estado continuo de insatis!acción.6e modo que obtienen sus placeres en

pequeñas dosis una bolsa de patatas !ritas, cuatro canales de televisión de la

77*, una pinta de cerve;a, un diminuto y pedregoso $ard(n en el que traba$an

sin cesar para obtener unas pocas beren$enas marchitas, el cigarrillo !urtivo

de la noche, un plato de pepinillos, los pantalones !avoritos que llevan cuatro

d(as a la semana. "sto también e)iste de alguna !orma en otros pa(ses, entreellos "stados 1nidos, pero no hasta ese e)tremo< los habitantes de la mayor(a

de los pa(ses parecen aceptar con serenidad los l(mites de sus circunstancias

económicas, las condiciones de su e)istencia. >o ocurre lo mismo con los lonB

dinenses. 8o que seguramente e)plica todos los vendedores ambulantes poco

!iables, picapleitos deshonestos, esta!adores, ladron;uelos, intrigantes,

agencias de apuestas y casinos, las omnipresentes máquinas tragaperras y devideopóquer de los pubs, la obsesión por la loter(a, los planes para hacerse rico

rápido, la !anática veneración de !iguras populares del espectáculo, incluso de

la !amilia real. "s un mundo muy triste, lleno de decepción. Tanta gente va por




la vida insatis!echa, soñando con algo me$or, algo tan imposible de alcan;ar que

no pierdes nada con desearlo cuando el hambre te hace escupir !uera del

quiosco de periódicos y maldecir tus cansados pies. "s un imperio

recientemente ca(do, humillado y olvidado, y al mismo tiempo obstinadamenteorgulloso, tal ve; como el !in de la era ptolemaica o el =mperio >uevo Tard(o en

"gipto, la lu; agoni;ante, el !aro del mundo civili;ado arrodillado ante el peso

aplastante de su propia grande;a. # tal ve; esta es la ra;ón por la que amo

8ondres más que ning0n otro lugar en el mundo occidental< es el 0nico lugar

donde me he sentido totalmente parte del cuadro, de la ecuación general,

donde el cora;ón silencioso, el árbol en el $ard(n, parecen tener su momentoba$o el sol.

Ke ba$é en Jentish ToVn y, al recordar el sobre de dinero que ten(a en el

bolsillo, paré un ta)i y me sub( a él resollando y su$etándome la muñeca. 6i al

conductor la dirección de enelope y me recosté en el asiento mientras el ta)i

sub(a obstinadamente por las colinas del norte de 8ondres.

enelope viv(a en un sótano deba$o de una sastrer(a en %rchVay /oad,

5ighgate. "ra la t(pica tienda londinense con un toldo ro$o descolorido en el

que se le(a O+astrer(a KarcosP. % un lado hab(a un hueco con una hilera de

timbres y la puerta por la que se acced(a a los pisos. O. 'tter.P Toqué el

timbre de enelope y esperé. %l cabo de un momento ella se materiali;ó detrás

de m(, dándome un susto. "staba en la sastrer(a y me hab(a visto ba$ar del ta)i.6ios, Malterdi$o. ¿Qué estás haciendo aqu(? ¿Qué pasa ahora?

"staba casi irreconocible< nuestro grado de desaliño hab(a sido tal en los

0ltimos d(as que su ordenada pulcritud me desconcertó. 8levaba una camiseta




de algodón grueso y unos té$anos recién lavados, y ten(a la cara lavada y todo lo

radiante que se lo permit(a su palide; inglesa. +e hab(a recogido el pelo

pulcramente en su moño 3ictoriano. ero en sus o$os hab(a cansancio.

6e la sastrer(a salió una mu$er ba$a y robusta con un delantal, y unas ga!asgruesas colocadas en el e)tremo de la nari;. 6irigió un !ero; torrente de

palabras en griego a enelope.

>o pasa nada di$o enelope, haciendo movimientos tranquili;adores con los

bra;os. >o hay problema. "s amigo m(o.

8a menuda griega me miró un instante y pareció quedar satis!echa.

7ueno, bueno, adiós, adiós, adiós. # entró de nuevo en la tienda."s mi casera di$o enelope.

"l piso de enelope era en realidad una sola habitación, a0n más pequeña que la

que compart(amos KicL y yo, con una nevera mediana colocada en la vie$a

chimenea, un pequeño !regadero y un horno como de $uguete en una esquina, un

cuarto de baño del tamaño de una cabina tele!ónica y un armario portátil. 8a

ventana del !ondo daba al $ard(n trasero, una parcela bastante abandonada conuna barbacoa o)idada $unto a una pared inclinada de ladrillo vie$o. enelope

puso agua a hervir y preparó rápidamente té mientras yo esperaba sentado en

la 0nica silla colocada ante la mesa que hac(a más bien las veces de escritorio.

"staba cubierta de grandes libros con ilustraciones de cuadros del siglo N=N y

varias novelas en r0stica. *ampos de 8ondres, "l álbum negro, 8os hi$os de la

medianoche. 1n montón torcido de láminas ilustradas con anotaciones a lápi; y,deba$o de todo, un ordenador portátil.

6e haber sabido que iba a tener visita, habr(a limpiado di$o, o!reciéndome

una ta;a de té. # no empieces, Malter.




+e acercó y me pegó con suavidad la mano con que pasaba las ho$as de una de

las novelas. +upongo que esperaba leer algunas de las anotaciones de los

márgenes.

*ada ve; que entras en una $odida habitación te pones inmediatamente a leero a desci!rar lo primero que ves. Ke saca de quicio, ¿sabes?

erdona di$e. Te he llamado pero no has contestado.

enelope se apoyó contra el !regadero. or segunda ve; me di cuenta de que no

parec(a alegrarse mucho de verme.

>o te preocupes añad(. >o estaré mucho rato.

¿*ómo has averiguado dónde vivo? 5as vuelto a la biblioteca y se lo haspreguntado a otra chica, ¿no?

Ke lo ha dicho Kagnus. ero me ha dicho que no venga. 5a sido idea m(a, as(

que ya tengo la culpa.

Kagnus murmuró enelope. Qué gilipollas.

*reo que estoy en un apuro. Todav(a.

*oño, qué raro.enelope tiró su té en el !regadero y aclaró la ta;a, y se puso bra;os en $arras.

7ueno, larguémonos de aqu(di$o. 8levo todo el d(a encerrada y necesito

salir. 3amos a dar una vuelta por el parque.

+ubimos en silencio la suave cuesta de 5ighgate 5igh /oad, cru;amos ond

+quare y, pasando por delante del cementerio, nos metimos por Kerton +treet

que ba$aba serpenteante la colina, bordeada de casas ma$estuosas y cercadas, y terminaba en el e)tremo este de 5ampstead 5eath. enelope ten(a las manos

hundidas en los bolsillos de su gabardina y andaba pisando !uerte por el camino




de grava que descend(a hacia una serie de lagos y ascend(a de nuevo sinuoso

por una ladera cubierta de hierba surcada de senderos.

asamos entre el gran estanque de patos y el lago reservado como ;ona de baño

para hombres, donde unos tipos duros ba$aron con cuidado una escalera gélida y chapotearon en el agua verde, e$ecutando bruscos movimientos de crol que

hicieron en!adar a media docena de escuálidos cisnes. "n la orilla hab(a varios

hombres sentados en sillas plegables observando cómo cabeceaban los

!lotadores de sus cañas de pescar sobre la capa de algas, con un cubo blanco a

su lado lleno de trocitos de pescado. "n la valla que rodeaba el lago hab(a unos

carteles bordeados de calaveras con tibias cru;adas, en los que se enumerabanin!ecciones bacteriales, cultivos de hongos y peligros de inhalación. "ra una

bonita tarde londinense, el cielo se estaba despe$ando y el !r(o h0medo daba

paso a !uertes vientos que agitaban las ho$as tiernas.

+eguimos un sendero estrecho de hierba pisoteada que conduc(a a lo alto de

una colina elevada coronada con un roble solitario. %l llegar a él, enelope

torció y se encaminó a un banco de madera. "n el respaldo hab(a tallada unainscripción Oara mi querido marido 5arry, a quien siempre le gustó el 5eath.

EFWFBEFFEP. or la ladera vagaban $aur(as de perros alrededor de los tobillos

de mu$eres solitarias, con !aldas largas y bastón, que paseaban por los

epicentros de mu$eres en c(rculos concéntricos cada ve; más amplios. "l banco

estaba orientado hacia el sur y ve(amos 8ondres envuelto en su velo, los

chapiteles de las iglesias dando paso a torres de acero, y el Támesis, unestrecho surco, una ;an$a, una débil depresión en un campo de piedras. 1nos

insectos voladores libraban una batalla desesperada en el suelo a nuestros pies.




enelope escondió su delicada barbilla dentro del cuello de su gabardina y miró

!i$amente la silueta de la ciudad recortada contra el hori;onte.

#o ten(a esa horrible impresión de que mi mundo se hab(a trastocado de tal

modo que ya no ten(a arreglo. 8a cruda realidad de los ciclos !ormativos, lasestaciones cambiantes, las grandes inundaciones, solo era regulada por la

atención más estricta, por la mirada imperturbable. ero eso no bastaba los

dioses eran in!alibles< solo nosotros somos responsables de nuestro propio

su!rimiento. 5athor, +e$met, Kut, nacidas de la !rente de sus padres,

causar(an estragos en la tierra hasta aplacar su cólera, hasta que sus padres

!ueran capaces de en!rentarse a la enormidad de lo que hab(an hecho, y acuBdieran a ellas con humildad y les o!reciera su cuello desnudo. +olo entonces se

restaurar(a el orden.

>oté que enelope me cog(a la mano mientras segu(a con la mirada los arcos que

describ(an los pá$aros por la !irme bóveda del cielo, compitiendo con absurdas

cometas que revoloteaban $uguetonas en la brisa ligera, cometas en !orma de

aviones, ca$as amontonadas, pentágonos, pirámides, una mano e)tendida. *errélos o$os mientras le sosten(a la mano. 1nos perros solitarios llamaban desde el

cora;ón del bosque. "so ser(a distinto, pensé, ser(a lo otro, la Tercera Tierra.

¿*ómo vas a regresar una ve; que haya retrocedido la crecida si al llegar a tu

pueblo encuentras los almacenes de grano arrasados, la casa derrumbada y a tu

!amilia ahogada? "l roce de otro ser humano es la chispa que provoca la

destrucción, el caos desatado, arro$ado al r(o negro que se arremolina en ell(mite del tiempo.

¿Malter? di$o enelope.




#o no sab(a cuánto tiempo llevábamos all( sentados< el tiempo hab(a vuelto a

comprimirse, una nueva $ugarreta de la concentración. ¿' soñaba despierto?

4uera como !uese, quer(a regresar a ese sueño y permanecer en él, al menos un

poco más de tiempo. enelope parec(a muy triste y muy $oven. "ra demasiado $oven, y demasiado guapa, para estar tan triste.

"n ese momento la quise. Quise su vida más que la m(a. ero luego observé cómo

eso también se me escabull(a.

"lla señaló colina aba$o con un leve movimiento de la barbilla.

'LonLVo, con su regia !igura en!undada en su tra$e oscuro, avan;aba con

di!icultad por la hierba del pie de la colina, todav(a a unos cien pasos dedistancia, !lanqueado por dos pare$as de polic(as que empe;aron a abrirse en

abanico como un par de alas a medida que sub(an la cuesta. 'LonLVo rodeó la

manada de perros de una mu$er con !alda larga y bastón, y se inclinó un

momento para acariciar con a!ecto la cabe;a de un chucho escuálido.

%diós, Malter di$o enelope.

8uego se levantó, se sacudió la gabardina y empe;ó a ba$ar la colina por el otrolado, en dirección a la hilera de árboles que cru;aba el valle cubierto de hierba.

*uando desapareció detrás de la cresta de la colina y dentro del bosque, me

volv(, me levanté del banco e hice señas a 'LonLVo, quien se detuvo y me

devolvió el saludo. *ontemplé la !orma de las cometas contra el !r(o a;ul del

espacio, abriéndose paso a través de las dimensiones circulares con que hab(a

soñado %lan 5enry, las mism(simas dimensiones del tiempo. "l viento suave y!resco alivió el calor que sent(a en mi cara amoratada. +i el te$ido del espacio

está hecho de cuerdas, de diminutas cuerdas vibrantes que !orman

dimensiones enrolladas que brillan con la m0sica de la eternidad, entonces




debemos de cru;ar la eternidad a cada paso. "sta necesidad de regresar, de

seguir el curso de la historia lineal para sacarla enrollando el sedal y de$arla en

el suelo del bote boqueando y dando coleta;os, desesperada ba$o el cuchillo del

presente, aun ahora solo se comprende desde el punto de vista de la posiciónrelativa del observador mientras el mundo pasa por su lado. "n este sentido, la

historia es como la !(sica. ero mi posición ya no era !i$a< me hab(a permitido

quedar atrapado en las corrientes del gran r(o. 8a tercera v(a era una solución

que no pod(a traducirse, al menos a otra persona. 8a llevar(a yo solo, en mi

cora;ón.

"l viento que agita, el pelo de una vie$a encorvada envuelta en chales !uera dela tienda de discos 3irgin de ')!ord +treet contiene la esencia de los

!araones con sus ri;os compactos. ¿or qué no basta? ¿or qué nunca es

su!iciente?

8ancé una 0ltima mirada a las cometas que sobrevolaban 8ondres y empecé a

ba$ar la colina hacia la hilera de gente que avan;aba hacia m(.




E%ílogo.

Hna carta

"l otro d(a recib( una postal de mi hi$a. "stá viviendo en *onnecticut y cada d(a

va a traba$ar a >ueva #orL. %l parecer la niña está bien, ya tiene dos años. %

5elen le van bien las cosas, sigue en +an 4rancisco, !eli;mente casada, imparB

tiendo clases a niños y dando conciertos. Uenobia quer(a decirme que hab(a

llamado a su hi$a Karie. "ra una postal, de modo que eso era todo lo que pon(a.

"n la !oto se ve(a una gran$a de >ueva =nglaterra cubierta de nieve.

"n estos momentos divido mi tiempo entre %suán y 6eir elBKedina. "l nuevo

Kuseo de 7erl(n está desesperado por adquirir material y estoy supervisandovarias e)cavaciones y archivos de colecciones. Jlein me consiguió el traba$o a

través de sus contactos en 7erl(n, a cambio de la promesa de que le entregar(a

mis notas y una nueva traducción de la estela de aser. >o tiene ni idea del




tiempo que tal ve; tenga que esperar. Todav(a no he tenido valor para

dec(rselo. *reo que en realidad solo quer(a que me estuviera callado, que me

!uera bien le$os para no volver a o(r hablar de m(. "so es algo que siempre he

sabido hacer."n la pared del bloque de apartamentos donde vivo en %suán hay una estela

ptolemaica incrustada en una piedra angular. Tiene unas bonitas ligaduras y una

muestra bastante interesante de $erogl(!icos !igurativos. %lgo tiene esta

tierra que hasta en el edi!icio más tosco puedes encontrar inscripciones de

oraciones y de las palabras de los dioses de dos mil años de antig&edad. uedo

recorrer con los dedos las curvas y los ángulos mientras estoy en la calle, conel cuerpo en dos épocas a la ve;.

Ke enteré por Jlein que KicL se hab(a recuperado de su misteriosa

en!ermedad y se hab(a ido a vivir con su madre a +lough. 1nas semanas

después se suicidó en el lavabo de una tienda de Lebabs de la 5igh +treet. +e

cortó las muñecas con un cuchillo, a!errando un puñado de e)votos y shabtis en

el rega;o. +upongo que no quiso hacerlo en la casa de su madre.6espués de la noticia del suicidio de KicL, cog( la ore$a votiva que le hab(a

robado esa noche en el hospital y la arro$é al >ilo. >o sé qué re;aba KicL, qué

susurraba a esos e)votos, pero no creo que !uera muy distinto de lo que yo

pensaba en esas mismas noches solitarias.

*ada mes env(o a la madre de KicL un talón para saldar sus deudas pendientes.

"l gobierno le concedió un plan de pago para liquidarla. También le envié elresto del dinero que me dio 'ldcastle, pero no creo que averig&e nunca quién

soy o por qué lo hago, y yo no tengo valor para dec(rselo.




5ani! salió de la cárcel y escribió una obra de teatro pol(tica polémica y

morda; que en estos momentos se está representando en el Mest "nd, algo

sobre el sistema legal corrupto y las británicas promiscuas que se aprovechan

de los e)tran$eros inocentes. También le( que hab(an deportado a un grupo deluchadores americanos en circunstancias poco claras. %l parecer uno de ellos

llevaba encima un e$emplar de la colección de libros raros de la 7iblioteca

7ritánica cuando entraron en su piso. También detuvieron a un grupo de

Lrishnas relacionados con los luchadores que resultaron no ser hind0es, sino

musulmanes saud(es y egipcios que controlaban una especie de red de ob$etos

arqueológicos robados para !inanciar a grupos e)tremistas. %l parecer, losluchadores actuaban ba$o las órdenes del magnate del petróleo saud( que conB

trolaba sus contratos y el canal de televisión por cable que retransmit(a sus

combates. 8a desesperadas condiciones pol(ticas hab(an llevado a varios de

esos grupos revolucionarios a intentar utili;ar los antiguos poderes de sus

antepasados< supongo que aqu( es donde entra 'ldcastle.

KicL me dio a entender en el hospital que hab(a sido %lan 5enry quien hab(aorquestado todo el asunto, o al menos mi implicación en él, pero sé que no es

verdad. "l hecho es que KicL no pudo resolver la estela y que el intento casi lo

mató. Todo era tan !ácil para él, que cuando trató de concentrarse en la

posible tercera v(a, se vino aba$o. "staba resentido conmigo porque se daba

cuenta de que era yo quien hab(a establecido el marco, con mi complicidad con

%lan 5enry, "rin, 'ldcastle y la tercera v(a. Jlein plantó la semilla de latercera v(a, de eso no me cabe duda, pero ah( termina su responsabilidad. KicL

no !ue capa; de ver la tercera v(a como lo hice yo, y enloqueció en el intento, al

igual que 'ldcastle. *omprend( que yo hab(a penetrado en la imaginación




poética de los antiguos escribas< de hecho, hab(a convertido la tercera v(a en

una realidad !alsa, un te$ido de la verdad donde antes solo hab(a con$eturas y

locura. 5ab(a estado yo solo desde el principio, y por ese !antasma hab(a

de$ado atrás a mi !amilia.>unca le( nada en los periódicos sobre la muerte de 'ldcastle. >unca lograron

encontrar el cuerpo del hombre llamado %lan 5enry, y nunca volv( a o(r hablar

de su libro o de la *+%, aunque tengo que con!esar que no hice muchas indaB

gaciones. or no hablar de una mu$er llamada "rin Jalu;a.

También he recibido hace poco una carta de enelope. 8levamos un tiempocarteándonos. Ke dice que escribo como un británico, que mi vocabulario y mi

sinta)is suenan e)trañamente británicas. #o le digo que aprend( a leer y a

escribir con libros de historia de autores en su mayor(a británicos, y que

supongo que esa es la ra;ón.

enelope me dice que ha estado traba$ando en una novela. 3a a tratar de

nosotros, de lo que nos pasó esa 0ltima semana en 8ondres. 5a de$ado la tesinasobre los pintores y ha conseguido empleo de a;a!ata en el Kuseo 7ritánico, y

ahora traba$a en los actos especiales, sirviendo cócteles y tratando de impedir

que los ricos donantes toquen los ob$etos y cosas por el estilo. 6ice que está

muy bien porque casi siempre son por la noche, tiene un horario !le)ible que le

permite escribir y conoce continuamente a !amosos. "l mes pasado en la sala

de escultura del artenón le pidió a la princesa Kargarita que apagara sucigarrillo.

6urante tres meses el doctor 5ardy envió a enelope cartas horribles, llenas

de odio por lo que hab(a hecho. "lla me e)plicó que eso casi la derrumbó.




3olvieron a hospitali;arlo y llamó a enelope cada d(a de la semana hasta que

!inalmente murió. 6espués del primer mensa$e de 5ardy ella tiró a la basura su

contestador automático, y yo le di$e que me parec(a una buena idea. "lla dice

que piensa mucho en él y que va a mencionarlo en el libro que está escribiendo,lo describirá como un anciano agradable para compensar un poco las cosas, si es

posible.

enelope también ha estado pidiéndome que escriba todo lo que sé o recuerdo,

y que se lo env(e. >o puedo ir a verla ya que tengo prohibido entrar en el /eino

1nido en otros veinte años debido a mi implicación en el robo de la *anción de

%món y el libro de la 7iblioteca 7ritánica. enelope sabe que el telé!ono estádescartado. 8e he dicho que echo mucho de menos 8ondres, la ciudad más

maravillosa del mundo, algo de lo que me doy cuenta ahora que ya no estoy all(.

8e he prometido que le ayudaré a rescatar sus recuerdos< estoy seguro de que

serán mucho más sensibles, vividos y verdaderos que los m(os.

"n su 0ltima carta me dice que ha dado con el plan per!ecto para m(

Kira, si realmente quieres conservar tu cuerpo después de la muerte y

demás, mantenerse !resco para !uturas generaciones, tengo una idea

me$or. 5a;, que le embalsamen mediante el procedimiento moderno,

con todo intacto, que te metan en un depósito lleno de una solución

preservadora y te encierren en una sólida es!era de plomo, de unos

cincuenta cent(metros de grosor para protegerte de la radiación. Quela coloquen en el e)tremo de un cilindro hecho de titanio de alto grado,

otros treinta cent(metros de acero térmico, con control por radio y

sistema de rastreo. Que lo lleven en una barca pesquera al mar de




Rapón y lo tiren a la !osa de las Karianas, en la parte más pro!unda del

océano. 5a; que los miembros de la tripulación lo arro$en por la borda

y lo arrastren hasta el punto más pro!undo. "l !ondo por all( está cuB

bierto de metro y medio de sedimento blando. 8o atravesarás como si!uera mantequilla.

#, lo me$or de todo, no solo tendrás la seguridad de sobrevivir a

cualquier suceso catastró!ico que ocurra en la super!icie, como la

aniquilación nuclear o el derretimiento de los casquetes polares, -sino

que estarás más cerca del centro de la Tierra de lo que ha estado

nadie -*on un poco de suerte, debido a la pro)imidad de la actividads(smica, serás engullido por el viscoso magma del manto terrestre -Tal

ve; hasta el mismo centro de la Tierra ¿>o ser(a incre(ble? # si

alguien te encontrara alg0n d(a, -imagina la clase de sucesos cósmicos

que tendr(an que ocurrir para que te sacaran a la super!icie 5asta

podr(as sobrevivir el tiempo su!iciente para celebrar la 0ltima !iesta,

la implosión del universo, un 7ig 7ang a la inversa, el !inal del tiempo,cuando todo regresa por !in para quedarse.

"s una chica bastante inventiva. 8e envié un pequeño emblema del Ved$at, el

o$o de 5orus, con una medialuna verde de !eldespato incrustada y el borde de

oro. 8e e)pliqué que el o$o de halcón de 5orus es el o$o de la verdad y la

sabidur(a, algo que necesitará si quiere ser cronista de sucesos, una granescriba. =nscrib( un breve himno detrás con una representación criptográ!ica

de la escritura y la verdad, un himno a Thot, el babuino, el primer O$usto de

vo;P, para pedir sabidur(a y gracia. # añad( en escritura hierática una breve




oración a ning0n dios, para que solo escriba la verdad, aunque eso no se lo di$e.

6ice que la tiene en su mesa.

%hora escucho m0sica a cada momento, de todo tipo, todo lo que encuentro.

aso casi todos los d(as en las e)cavaciones o en los archivos de antig&edadesde %suán, y casi todas las noches escuchando m0sica en mi piso. Tengo un

pequeño reproductor de discos compactos estéreo con auriculares, de modo

que puedo ponerla al volumen que quiera. También encontré un vie$o tocadiscos,

y os sorprender(a la cantidad de discos de segunda mano que corren por %suán.

%hora tengo toda clase de discos, discos compactos, cintas, de todos los

estilos, clásica, $a;;, rocL and roll, blues, country, ópera, todo. Ke gustaparticularmente el country y el Vestern, sus letras tan sencillas y

conmovedoras, tan claras y sinceras.

+igue siendo un misterio para m( cómo ocurre, cómo !unciona la m0sica, como si

se moviera algo en tu interior, algo que no puedes ver ni conocer siquiera,

aunque solo sea super!icialmente, como la mayor(a de movimientos sutiles del

universo. 8o siento concretamente cuando escucho las suites para violonchelode 7ach, cuando pienso en 5elen tocando el violonchelo, pero no en una

habitación vac(a, sino en una llena de gente, risas y ruido. # a veces pienso en

enelope, tecleando en un estudio diminuto de 5ighgate, mirando a través de

su ventana un $ard(n lluvioso, con su pálida !rente arrugada por la

concentración. Ke quedo sentado en mi sillón toda la noche, escuchando m0sica.

Tengo que ponerme al d(a."s mediod(a y en el mercado hay mucha animación. 6e pie en el alto parapeto de

%suán, me cubro los o$os con la mano para protegerlos del sol deslumbrante. "l

3alle de los /eyes se e)tiende hacia el norte y el >ilo serpentea hacia el este.




8a enorme construcción de piedra marrón de la alta presa se levanta al sur, con

el gran lago >asser más allá, brillando al sol. "l >ilo se hunde por el este en la

e)tensión semicircular de los acantilados de piedra arenisca que rodean las

grandes tumbas. 6e noche el sol cae como una piedra blanca en la amplia curvadel r(o, e)actamente como el $erogl(!ico correspondiente a esa e)presión. +e

parece asombrosamente al s(mbolo !igurativo de salid, el signo !onémico de la

serpiente que sale de un hoyo. +é que la ortogra!(a !igurativa !ue diseñada

para dar vida una ve; más a metá!oras pictóricas muertas. irámides, tumbas,

templos, todas las vastas estructuras que alteran la tierra son e)presiones del

lengua$e a una escala inmensa< todo el paisa$e es un s(mbolo hermosamenteesculpido, tallado en la roca implacable por innumerables manos. 8o que cuenta

es la escala. Ki padre ten(a ra;ón en eso, pero lo entendió al revés. 5oy d(a su

imagen está gastada e inmóvil, como los débiles tra;os de las plumillas de $unco

sobre papel antiguo, como las marcas del nivel del agua en las cuevas

pro!undamente sumergidas.

Todav(a veo la estela cuando cierro los o$os. %hora la veo en los rincones másrecónditos del museo, los almacenes del sótano, con su cara implacable cubierta

con una lona, las palabras envueltas en la oscuridad. >o importa. Tienes que deB

$ar que siga sola, que suba la colina y se encuentre con el sol. "l lugar donde se

origina la e)istencia. Tenemos que de$ar que la historia contin0e sin nosotros.




2IA 6ED AHI; IB;E

DA <0I;0A 6E DA EEDA 6E PAE;

3i por primera ve; la estela de aser en EFFF mientras deambulaba por los

pasillos del Kuseo 7ritánico. "staba en 8ondres en aquel entonces para dar

clases en la universidad sobre +haLespeare y la literatura moderna, y pasaba

muchas de mis horas libres en el museo, que está en la misma calle donde viv(a,

en 2reat /ussell +treet. Ke deten(a a menudo !rente a la ma$estuosa piedra

de /osetta para estudiarla minuciosamente, y me encantaba de$ar los dedos

suspendidos solo unos cent(metros por encima de los antiguos bloques de

granito maci;o grabados con $erogl(!icos de las galenas egipcias. "sas

inscripciones me atra(an más que las momias o cualquier otra pie;a más e)ótica.




"sa tarde de otoño en particular, el Kuseo 7ritánico celebraba el bicentenario

del descubrimiento de la piedra de /osetta con una e)posición especial

O6esci!rar códigos la piedra de /osetta y su interpretaciónP. "l !ragmento

que se conserva de la estela de aser era una de las muchas pie;as e)puestas,todas con problemas concretos de traducción o desci!ramiento. %l igual que la

estela de aser, la mayor(a no suelen estar a la vista y se guardan en los

almacenes del sótano del museo. Ke parec(a !ascinante que esas inscripciones

llevaran varios miles de años sin resolver, cuando somos capaces de traducir las

lenguas egipcias antiguas en su totalidad. "ntonces entend(a poco de

$erogl(!icos, pero me sent( atra(do por el problema concreto de la estela deaser que esos signos dispuestos en una cuadr(cula pudieran leerse tanto en

sentido vertical como hori;ontal, o!reciendo distintas variaciones sobre el

mismo himno, y que una misteriosa Otercera v(aP, como mencionaban las

instrucciones para su lectura, estuviera a0n por descubrir. arec(a una empresa

absurda, e inmediatamente me pregunté qué clase de persona dedicar(a su vida

a ella. ¿*ómo deb(a de ser inclinarse sobre ese te)to impenetrable y e)traersigni!icado de lo que hab(a permanecido casi tres mil años oculto? *uando, al

!inal de la e)posición, volvieran a guardar la estela de aser, ¿quién estar(a all(,

envuelto en la oscuridad del sótano, esperándola?

Ke compré el libro publicado por el Kuseo 7ritánico que acompañaba la

e)posición *racLing *odes The /osetta +tone and 6ecipherment, de /ichard

arLinson. % partir de ah( empecé a reunir una pequeña biblioteca sobreegiptolog(a, pero ninguno de los libros era tan importante como el de arLinson,

ya que e)pone el !undamental traba$o preliminar de la criptogra!(a en las

escrituras antiguas.




/egresé a 8ondres varias veces, y en HWWH consegu( un empleo en el museo que

me permit(a acceder a sus rincones más recónditos, as( como al personal y a los

conservadores que traba$aban con las pie;as auténticas. 1n d(a de octubre

quedé con un conservador egiptólogo para ver la estela de aser, que volv(a aestar guardada. *ru;amos salas atestadas de estatuas y pie;as de cerámica

amontonadas, una enorme abundancia de antig&edades. Tras unos minutos de

b0squeda encontramos la estela sencillamente apoyada contra la tosca pared

de piedra, con un pequeño rótulo, O%. ". EFP %. ".` %ntig&edades "gipciasD,

que indicaba el código binario. Ki gu(a egiptólogo se limitó a encogerse de

hombros cuando le pregunté sobre la Otercera v(aP mencionada en el te)to.ara entonces yo ya hab(a empe;ado a escribir esta novela y eso era

e)actamente lo que esperaba o(r segu(a siendo un misterio. ¿# si el

descubrimiento de la Otercera v(aP revelaba una nueva interpretacion de los

$erogl(!icos antiguos o incluso de la cultura y el pueblo egipcio? ¿# si la estela

de aser !uera una especie de nueva piedra de /osetta? "sta es la premisa que

decid( que impulsar(a a mi protagonista, el doctor Malter /othschild.8a estela de aser es una pie;a muy deteriorada< como la mayor(a de las

estelas, ten(a inicialmente la !orma clásica de lápida. 8a mayor parte de la

sección superior redondeada se ha perdido, as( como algunos de los bordes y la

cuarta parte in!erior. "l misterio de la estela de aser proviene de la l(nea

hori;ontal superior del te)to, que es un himno egipcio del =mperio Kedio a la

diosa Kut y que da instrucciones sobre cómo leerla O"n cuanto a estaescritura, debe leerse tres veces. >o se ha visto ni o(do nada seme$ante desde

los tiempos del dios. +e encuentra en el templo de Kut, señora de =sheru, para

la eternidad, como el sol, para todos los tiemposP. +e ha sugerido que la




tercera v(a consistir(a en leer los bordes e)teriores, pero la pie;a está

demasiado deteriorada para poner en práctica esa posibilidad. 8a estela puede

leerse en sentido vertical y hori;ontal debido a los $uegos de palabras empleaB

dos por algunos escribas egipcios. 1tili;aban recursos estil(sticos, como laortogra!(a silábica series de combinaciones de consonantes y vocalesD,

ligaduras signos unidos que crean nuevos signi!icadosD y $erogl(!icos

!igurativos que el escriba conceb(a para evocar una nueva interpretación

meta!órica de los s(mbolos. *omo tales elementos crean un e!ecto Oci!radoP, a

menudo caen dentro de la r0brica de criptogra!(a.

Ke imaginé que para resolver esa clase de rompecabe;as era preciso poseer undon especial que iba más allá de los conocimientos que se tiene de los

$erogl(!icos. or esa ra;ón el doctor Malter /othschild cree en otro nivel de

signi!icado, algo que he llamado Ointerpretación poéticaP, que utili;a los

elementos establecidos de la criptogra!(a as( como algo más que solo él y un

puñado de sabios en todo el mundo son capaces de hacer. *onceb( esta nueva

!orma de entender los $erogl(!icos para poder aplicar mis intuiciones sobre lastraducciones y la !orma en que pod(a verlas el doctor /othschild. *on!orme

ahondaba en la egiptolog(a, cada ve; me intrigaba más el concepto de la

Otercera v(aP "l concepto de Ola tercera tierraP aparece repetidamente en los

Bondurant Matt- El Misterio de Los Jeroglificos

Documents

Transcript of Bondurant Matt- El Misterio de Los Jeroglificos