Brasilia Historia y Arquitectura

6
254 255 BRASILIA: HISTORIA Y ARQUITECTURA EN LA FOTOGRAFÍA DE JOAQUIM PAIVA EVANDRO SALLES Tal vez el mayor fotógrafo de la arquitectura de Brasilia, desde su construc- ción hasta el día de hoy, sea el franco-brasileño Marcel Gautherot (1910- 1996) que adoptó a Brasil como su patria en 1940. Gautherot trabajó desde su llegada con el creador de la ciudad de Brasilia, el arquitecto y urbanista Lucio Costa, y acompañó, desde sus primeros momentos, la creación de la nueva capital cuando esta comenzó a ser diseñada y trazada en la seca vegetación de la sabana salvaje de la región, conocida como el “cerrado”. De entre los cientos de imágenes producidas por Gautherot a lo largo de los años con la atención puesta en la nueva capital, dos de ellas bastan para presentar de forma contundente y sintética las cuestiones que estruc- turan la utopía constructiva que fue la creación, por parte del pueblo bra- sileño, de la ciudad de Brasilia; la nueva ciudad que se sitúa en el centro del país a 1,200 kilómetros de la antigua capi- tal, Río de Janeiro, en un área que, en la época de su construcción, estaba esca- samente habitada. La construcción de Brasilia buscaba la interiorización del desarrollo del país, la transformación de Brasil de un país arcaico en un país moderno, de un país agrario en uno industrial, de un país profundamente desigual en lo social en un país mínimamente igua- litario. Documentado al menos desde 1789, este antiguo sueño nacional de interiorización de la capital encarnaba MARCEL GAUTHEROT. Vistas de las instalaciones del Congreso Nacional, Brasilia, ca. 1962. Colección Marcel Gautherot/Acervo Instituto Moreira Salles.

description

Arquitectura de Brasilia

Transcript of Brasilia Historia y Arquitectura

  • 254 255

    brasiLia: historia y arquitectura en La fotografa de joaquiM paiva

    evandro saLLes

    Tal vez el mayor fotgrafo de la arquitectura de Brasilia, desde su construccin hasta el da de hoy, sea el francobrasileo Marcel Gautherot (19101996) que adopt a Brasil como su patria en 1940. Gautherot trabaj desde su llegada con el creador de la ciudad de Brasilia, el arquitecto y urbanista Lucio Costa, y acompa, desde sus primeros momentos, la creacin de la nueva capital cuando esta comenz a ser diseada y trazada en la seca vegetacin de la sabana salvaje de la regin, conocida como el cerrado.

    De entre los cientos de imgenes producidas por Gautherot a lo largo de los aos con la atencin puesta en la nueva capital, dos de ellas bastan para presentar de forma contundente y sinttica las cuestiones que estructuran la utopa constructiva que fue la creacin, por parte del pueblo bra

    sileo, de la ciudad de Brasilia; la nueva ciudad que se sita en el centro del pas a 1,200 kilmetros de la antigua capital, Ro de Janeiro, en un rea que, en la poca de su construccin, estaba escasamente habitada.

    La construccin de Brasilia buscaba la interiorizacin del desarrollo del pas, la transformacin de Brasil de un pas arcaico en un pas moderno, de un pas agrario en uno industrial, deun pas profundamente desigual en losocial en un pas mnimamente igualitario. Documentado al menos desde 1789, este antiguo sueo nacional de interiorizacin de la capital encarnaba

    MARCEL GAUTHEROT. Vistas de las instalaciones del Congreso

    Nacional, Brasilia, ca.1962. Coleccin Marcel Gautherot/Acervo

    Instituto Moreira Salles.

  • 256 257

    el deseo de independencia y superacin de su condicin de colonia, de transformacin social profunda, y abrazaba con resolucin lo que sera, en palabras del destacado crtico de arte brasileo Mario Pedrosa, nuestra vocacin modernista: estamos, por la fatalidad misma de nuestra formacin, condenados a lo moderno.

    Marcel Gautherot revela, en esas dos imgenes yuxtapuestas de los aos de construccin de Brasilia, esa fractura estructural de la sociedad brasilea entre el proyecto de una sociedad avanzada, igualitaria y moderna, y la realidad profundamente arcaica y desigual que cultivamos.

    Sin embargo esas fotos revelan tambin la impresionante bsqueda de esa misma sociedad por transformarse en el espacio virgen del interior del pas, a travs de la materializacin de la utopa en torno a una ciudad construida como obra de arte total. Este ideal es sin duda parte medular del legado constructivista al que estaba profundamente ligado el arte brasileo del momento. La imagen area del Palacio de la Alborada, la residencia presidencial, asentado en la inmensidad virgen del cerrado central del pas, nos remite a la utopa arquitectnica de Malvich de un

    constructivismo supremo a instaurar la nueva sociedad comunista en elmundo.

    El crtico Mario Pedrosa, que fue de hecho el primer terico en usar el trmino posmoderno, que apareci en 1966 en el texto Arte ambiental, arte posmoderno, Hlio Oiticica, entenda Brasilia como una obra de arte total, como la Ciudad Nueva, la gran utopa modernista finalmente materializada, instrumento fundamental de transformacin del Brasil. En un texto de 1959, nos dice:

    La obra est ahora en construccin. La

    Ciudad Nueva es un todo que se cons

    truy de arriba a abajo. [...] Es, pues, una

    obra de arte tanto como los grandes pro

    yectos de nuestra civilizacin. [...] Es la primera vez que el problema se

    presenta en una escala tan grande. En s misma la empresa abarca una

    totalidad social, cultural y artstica. Por su propia naturaleza, convoca la

    participacin de todos los elementos que componen la ms alta y universal

    aspiracin artstica y esttica de nuestro tiempo, o la sntesis de las artes,

    de las ms nobles a las ms utilitarias. La hiptesis de Brasilia, los abarca

    en un solo complejo, en una sola comunidad.

    El filsofo y artista Max Bense, en uno de sus textos sobre Brasilia, apunta:

    [...] en este pas se consuma la tentativa de crear un modelo de organi

    zacin de la humanidad cosmopolita, de la ciudad como unidad habita

    cional compleja y colectiva, sobre todo como elemento de la humanidad

    domiciliada y organizada, en el sentido de una arquitectura que piensa

    MARCEL GAUTHEROT. Vista area del Palacio de la Alborada. Brasilia, ca.1962. Coleccin Marcel Gautherot/Acervo Instituto Moreira Salles.

    MARCEL GAUTHEROT.Casa habitacin en

    Sacolandia, uno de los lugares habitados por

    quienes trabajaron en la construccin de

    Brasilia, 19581960. Coleccin Marcel

    Gautherot/Acervo Instituto Moreira Salles.

  • 258 259

    primeramente en trminos de relaciones y estructuras dispuestas en

    grandes planos, en capas espaciales por encima y por debajo. De ah que

    en Brasilia interesen menos las edificaciones aisladas que su conjunto,

    prevaleciendo la relacin topolgica y esttica que ellas establecen entre s.

    Tambin aqu se puede observar cmo la mecnica del mundo tcnico se

    libera cada vez ms de las articulaciones causales de la existencia y de las

    partes del cuerpo, y se vuelve abstracta. Y en ese tipo de monumentalidad,

    en tanto plano y espritu, es que la arquitectura recupera lo que perdi

    de sentimiento y sensibilidad. El estmulo de lo particular se pierde en la

    conciencia de lo general.

    As, desde el comienzo, es este embate entre lo moderno y lo arcaico, esta bsqueda de un proyecto de inters comn opuesto a los intereses particulares y privados, lo que da cuerpo y sentido a la Utopa Brasilia. Lo que est en discusin con Brasilia es un nuevo proyecto de sociedad, para el conjunto de la sociedad, o sea, una sociedad nueva con conciencia poltica y en la que se cultive el bien comn.

    Brasilia fue para el pueblo, en sus inicios, la materializacin de la posibilidad real de transformacin de la realidad a travs de la invencin de una ciudadobra colectiva, de una ciudadarte hecha con el esfuerzo comn de todas las clases sociales. La Ciudad Nueva, de la que habla Mario Pedrosa, sera la configuracin de un nuevo mundo comn a todos, posible para el pas, un espacio colectivo construido a travs del espritu y la accin del arte que guiara, tica y estticamente, a la sociedad en su proceso de cambio y planeamiento de lo nuevo.

    Pero, si como nos dice la escritora Clarice Lispector en Brasilia no hay por dnde entrar, ni hay por dnde salir que parece ser una metfora de esa situacin de suspensin en espacio utpico en el que vive la ciudad la realidad arcaica y conservadora de las clases dominantes brasileas tratara de interrumpir el sueo imposibilitando la entrada del pas en el espacio utpico de Brasilia.

    El sueo de la utopa materializada fue violentamente interrumpido por un golpe militar en 1964, es decir, apenas cuatro aos despus de la inauguracin de la ciudad. La dictadura militar que se instaur en seguida dur ms de dos dcadas, como consecuencia de un largo movimiento contrarrevolucionario que se extendi por toda Amrica Latina.

    Si el sentido de la emblemtica arquitectura moderna de Brasilia surge precisamente a travs de un proceso poltico de transformacin del pas, la interrupcin brusca de ese proceso significara entonces su vaciamiento de sentido, una especie de robo de su alma. La Brasiliaciudadutopa se convierte as en vez de en un instrumento de transformacin de un

    pas en una especie de monumento al sueo imposible, a la fatalidad de un destino inmutable donde lo arcaico y la desigualdad parecen ser caractersticas permanentes e inamovibles de la sociedad brasilea. Si lo moderno fue nuestro destino deseado y previsto, la realidad colonizada de nuestra condicin intransferible sera nuestra marca, nuestro castigo.

    La ciudad nueva, la ciudad sueo, la ciudad comn nuestro idealizado instrumento de cambio es entonces castigada, sometida a todo tipo de violencia, obligada a doblegarse a los intereses mezquinos de los grupos econmicos, de las individualidades egostas, del antiplaneamiento, de la desinvencin de lo nuevo, de la construccin de lo feo. As es la arquitectura brasilea hasta el da de hoy, dramticamente decadente y antimoderna. La audacia fue duramente castigada. A la ciudad se le prohbe entonces el sueo universalista de acoger lo colectivo en tanto principio bsico de sus relaciones internas. Es as como alrededor de la ciudadutopa comienza a nacer la ciudadmonstruo, la ciudad sin identidad cultural, la ciudad desierto, pues habitarla es rido y solitario.

    MARCEL GAUTHEROT. Cine Brasilia,

    Brasilia,196267, Brasilia. Coleccin Marcel Gautherot/

    Acervo Instituto MoreiraSalles.

  • 260 261

    Lasgrandes ciudades brasileas son hoy monstruosos campos de exploracin sin planeamiento del salvaje capital internacional.

    Pero el esqueleto de Brasilia persisti, de alguna forma resisti, incluso como emblema, como smbolo, como recuerdo del sueo de una generacin, o de la suma de sueos de varias generaciones de soadores. Y en ella habita un pueblo: entre esos dos mundos, entre esas dos ciudades que se miran y confrontan, transitan aquellos que, llegados de todas las partes de Brasil para literalmente construir su futuro, pasaron ahora a transitar, de manera cotidiana, entre el esqueleto emblemtico de un futuro imposible y la realidad inevitable de su pasado arcaico. Brasilia se convirti en la capital de todos los brasileos y es habitada por una conjuncin, una convergencia de personas llegadas de todos los rincones del enorme pas.

    Es precisamente en el auge de ese contra flujo poltico de Brasilia, que Joaquim Paiva llega, en 1970, en el momento ms duro de la dictadura, a la nueva capital brasilea como un joven diplomtico. Por razones quiz muy particulares de su vida y ciertamente tambin porque en aquel momento haba en la ciudad un grupo significativo de fotgrafos que formaban casi un movimiento de resistencia en torno al fotoperiodismo, Joaquim Paiva usa a la fotografa como una actividad cada vez ms importante; se convierte en coleccionista de foto y comienza a registrar la ciudad de forma sistemtica.

    Pero su mirada difiere de la mayora de los fotgrafos entonces activos en la ciudad: la mayor parte de ellos oscilaba entre el compromiso poltico del documentalismo y del fotoperiodismo de denuncia y resistencia, y un formalismo casi acadmico alrededor de la arquitectura emblemtica de la ciudad que perda, mientras tanto en esas imgenes de ahora el carcter de reunin y transformacin poltica que posean. No era ya posible fotografiar Brasilia como lo haba hecho Gautherot en 1959, revelando toda la potencia de una obra constructiva revolucionaria. La ciudad ya no se presentaba as para la lente de las cmaras fotogrficas. La ciudad se negaba a su falseamiento. La ciudad ahora era otra. Aprisionada en un cristal sin vida, no posea ms la fuerza y potencia con la que naciera. Y ese distanciamiento de su proyecto y de su pueblo apareca en las nuevas imgenes.

    En lugar de seguir por uno de esos dos caminos tan transitados en la poca, Joaquim busc una tercera posibilidad. l trat de encontrar en los escombros del proyecto de la BrasiliaUtopa lo inslito de lo cotidiano en los movimientos humanos; busc a las personas que ahora habitabanenla ciudad, sus construcciones espontneas que traan consigo herencias y prcticas particulares al interior de la nueva ciudad precozmente envejecida.

    Pero, extraamente, esa forma tan personal y aleatoria de abordar la realidad, esa manera tan poco historizada de lidiar con el espacio urbano

    JOAQUIM PAIVA. Solos,Brasilia, aos70 y 80. Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

    Las imgenes de Joaquim Paiva que se publican en esta edicin, formaron parte de la exposicin Foto instantneas. Recuerdos de Brasilia, presentada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco en el marco del Festival Fotoseptiembre 2011, y luego, por voluntad del fotgrafo, fueron donadas al Archivo del Centro de la Imagen.

    JOAQUIM PAIVA. Cus, Brasilia, aos80.

    Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

  • 262 263

    sobre todo en una ciudad que se configura y manifiesta de una manera tan elocuente y grandiosa como Brasilia, con el pasar del tiempo y a la distancia, transforma el registro cotidiano de la experiencia de vida, aparentemente banal, en un documento histrico de una autenticidad radical. Revela que en nosotros cohabita lo histrico con lo estrictamente personal, lo colectivo con lo individual. Ese es uno de los sorprendentes descubrimientos que hacemos ante las fotos de Joaquim Paiva.

    Al realizar, entonces, el fotgrafo un trayecto indiferenciado de la ciudad, recorre con la misma mirada que busca esencialmente lo afectivo, tanto el palacio como la choza, el espacio grandioso y teatral como lo cotidiano y banal. El pueblo transitaba diaria e infinitamente por estos dos mundos: la ciudad nueva que acoga a sus habitantes para un futuro que jams llegara y el pas que mantena las estructuras arcaicas y coloniales de degradacin y explotacin.

    Fue as como surgieron las fotos de la Ciudad Libre, el actual Ncleo Bandeirante, de indiscutible importancia documental e histrica. Este primer ncleo habitado de Brasilia, que existe desde 1956 y que permaneca intacto aun en los aos setenta, fue fotografiado por Joaquim Paiva en coloridas diapositivas, lo que hace que esa documentacin sea nica y que difiera diametralmente del blanco y negro usado por la mayora de los fotgrafos profesionales de la poca. El significado de esa eleccin se percibe inmediatamente cuando se observa ese conjunto de fotos en el que el color cumple el papel fundamental en la geografa urbana, expresin de la sensibilidad popular tan distinta de aquella que constituy la

    arquitectura modernista de Brasilia. Vale la pena notar el hecho de que los fotgrafos profesionales de la poca, que eran muchos en Brasilia, no se interesaron por la Ciudad Libre como objeto principal de su ejercicio fotogrfico, dada la belleza y caractersticas humanas nicas de esa aglomeracin urbana pionera. Despus de que las fotos de Joaquim Paiva fueron realizadas, la Ciudad Libre vio que sus antiguas edificaciones de madera eran sustituidas por la albailera burda y de extremo mal gusto con que todas las ciudades satlites fueron modeladas, creando, en relacin a Brasilia, el ms perverso e incomprensible contraste en la historia de la arquitectura brasilea entre lo bello y lo grotesco. Si para el entonces fotgrafo diletante ese conjunto de fotos de la Ciudad Libre signific una bsqueda de humanidad y brasilidad en medio de la soledad de Brasilia, hoy ellas se convierten precisamente en un testimonio de esa humanidad, de esa civilidad, de esa cultura cargada por generaciones y generaciones de las personas que construyeron Brasil.

    Ver esas fotos a travs de mltiples perspectivas, donde lo personal y lo colectivo se confunden en una misma instancia, tal vez sea una de

    JOAQUIM PAIVA. Ncleo Bandeirante, Brasilia, 19701972. Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

    JOAQUIM PAIVA. Ncleo Bandeirante, Brasilia, 19701972.

    Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

  • 264 265

    las claves para entender un abordaje tan personal de la ciudad. Desde ese punto de vista, la imagen (fotogrfica) se toma como un sistema que manipula la mirada del otro como un espejo donde el registro fotogrfico funciona como un sistema de relacin y autoconocimiento. De ah que en el conjunto de fotos sobre Brasilia que el fotgrafo presenta como propias, la imagen emblemtica sea la del propio fotgrafo fotografiado por otro, siendo reconocido como parte de aquel escenario y de aquel conjunto humano. Ms all de constituirse en un registro de la ciudad de entonces, la imagen revela la visin de la ciudad sobre el fotgrafo: feliz en la Ciudad Libre, en un escenario primitivo para la fotografa popular o solo delante de la inmensidad vaca de los espacios arquitectnicos.

    De ese sistema de relacin dialctica de la imagen, donde la revelacin del otro tambin revela a aquel que observa y fotografa, surgen las series que constituyen las fotografas de Joaquim Paiva sobre Brasilia: las imgenes impresionantes de las personas del Valle del Amanecer que superponen el Brasil arcaico al tecnolgico; el pueblo divirtindose en Agua Mineral con una alegra lquida, fugaz, inaprensible; la tierra colorada y el horizonte que a todos nos impone la geografa de Brasilia; el cielo inconmensurable que nos remite a nosotros mismos; los personajes tan brasileos, y al mismo tiempo tan extraos, del da de la Torre de TV; las transfiguraciones del carnaval poltico de Brasilia; la central de autobs como centro no solo de Brasilia sino del propio pas, de la civilizacin brasilea; la belleza buclica de las sper plazas modernistas donde los rboles crecieron junto con los nios; o por ltimo, el impacto

    de la arquitectura nueva, la belleza del espacio cotidiano atravesado a pie, losrboles y la arquitectura como un bien civilizatorio.

    Esas fotos, entre ms viejas sean, ms significativas sern.S, son fotos de una ciudad nica, de un momento nico, testimonios

    de una poca; pero tambin son otra cosa. Son imgenes que dan forma auna bsqueda: la bsqueda del otro para que se conozca la imagen propia, el mirar del otro como un espejo.

    En su asomarse sobre la ciudad, la fotografa materializa la magia del espejo. La ciudad se vuelve una especie de soporte especular. Fotos de extrema simplicidad que tal vez buscan solo afectividad, lo humano en medio de un espacio urbano inspido y difcil, encuentran, para nosotros que las vemos tiempo despus, su dimensin histrica: las imgenes de Brasilia hechas por Joaquim Paiva se vuelven el espejo de todo el pas, delas fracturas que trgicamente nos estructuran, espejo para una brasilidad exhaustivamente buscada por todos y encontrada en la belleza sorprendente de las cosas y en las personas prximas, banales, hacia quienes, rara vez, levantamos nuestro mirar desatento.

    JOAQUIM PAIVA. Rodoviria, Brasilia, 19811982. Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

    JOAQUIM PAIVA. Rodoviria,

    Brasilia,19811982. Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.

    pginas 266 y 267:

    JOAQUIM PAIVA. De la serie Fotos de

    Fotos, Brasilia, aos70 y 80.

    Archivo CI/Fondo Fotoseptiembre.