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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

I.S.S.N. 2250-4176 (Versión on line)

I.S.S.N. 0326 9574 (Versión impresa)

BREVES CONTRIBUCIONES

DEL I.E.G.

Nº 23

Universidad Nacional de Tucumán

Facultad de Filosofía y Letras

2012

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PUBLICACIÓN CON REFERATO EXTERNO

Periodicidad de la Revista Breves Constribuciones: Edición anual del Instituto deEstudios Geográficos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT

Revisión de Abstract: Prof. Paola Soledad Soria

Revisión de Resúmenes en portugués-español: Lic. Luiz Cristiano Naclerio Torres

Diseño de Cubierta: Lic Cecilia Carlino

INDIZADORES Y DIRECTORIOS:La Revista Breves Contribuciones ha sido evaluada por el CAICYT (Centro Argentino deInformación Científica y Tecnológica) como nivel 1 y, desde el año 2012, integra el catálogoLATINDEX, el sistema regional de información en línea para revistas científicas de AméricaLatina, el Caribe, España y Portugal.

Desde el año 2012 se solicitó y aprobó el ingreso al portal de difusión de la produccióncientífica hispánica DIALNET (Difusión de Alertas en la Red).

DISTRIBUCIÓN Y CANJE:La Revista Breves Contribuciones del IEG se vende en Librería Humanitas de la Facultad

de Filosofía y Letras (Av. Benjamín Aráoz 800, San Miguel de Tucumán). Además, se puedesolicitar su compra o canje contactando via mail o telefónica al Comité Editorial del Instituto

de Estudios GeográficosAv. Benjamía Aráoz 800 (4000). San Miguel de Tucumán

TEL. (0381) 410-7348 - FAX (0381) [email protected] o [email protected]

ISSN 0326-9574ISSN 2250-4176 (on line)

N°23

Los artículos y las opiniones vertidas en los trabajos publicados son responsabilidad desus autores y no representan necesariamente la opinión de la Dirección y el Comité Editorial.Se permite su reproducción citando la fuente.

Hecho el depósito que proviene la ley 11.723Impreso en San Miguel de Tucumán

Argentina

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS

Decana de la Facultad de Filosofía y Letras

Dra. JUDITH CASALI de BABOT

Director del Instituto de Estudios Geográficos “Dr. Guillermo Rohmeder”

Lic. ALEJANDRO LLANES NAVARRO

Directora de la Revista

Dra. ANA ISABEL RIVAS(IEG-Facultad de Filosofía y Letras-UNT)

Director Fundador

Prof. ENRIQUE JOSÉ WÜRSCHMIDT(Profesor Emérito de la UNT)

Comité EditorialProf. SILVIA LORENA CATTANIA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)

Prof. ANA TERESA CUSA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)Prof. PAOLA VANESA HERRERA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)

Bibliotecaria MARCELA ORELLANA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)

ColaboradoresEUGENIA GARCÍA POSSE (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)

ROXANA KASIAÑUK (IEG-Universidad Nacional de Tucumán)

Comité Académico

Dr. ENRIQUE D. BRUNIARD (UniversidadNacional del Nordeste)

Dr. ALFREDO BOLSI (CONICET-Universidad Nacional de Tucumán)

Lic. ANALIA CONTE (Universidad Nacionalde La Plata-CONICET)

Dr. WILFRIED ENDLICHER (Universidadde Berlín-Alemania)

Dr. GREGORY KNAPP (University of Texasat AustIn-EE.UU)

Dr. ERNESTO J. MAEDER (IIGHI-CONICET)

Dra. NORMA MEICHTRY (UniversidadNacional del Nordeste)

Dr. JUAN JOSÉ NATERA RIVAS(Universidad de Málaga-España)

Prof. JOSEFINA OSTUNI (UniversidadNacional de Cuyo)

Dr. CARLOS REBORATTI (Universidad deBuenos Aires)

Dra. CONCEPCIÓN SANZ HERRAIZ(Universidad Autónoma de Madrid)

Dra. SUSANA M. SASSONE (PRIGEO-CONICET)

Dr. ROBERTO BUSTOS CARA(Universidad Nacional del Sur)

Dra. ANA ALVAREZ MANZINI (UniversidadNacional de Cuyo)

Mg. OLGA LILIANA SULCA (UniversidadNacional de Tucumán)

Dr. ROBERTO BERTONCELLO(Universidad de Buenos Aires)

Dr. CLECIO AZEVEDO (UniversidadFederal de Santa Catalina-Brasil)

Dr. LUIS CRUZ LIMA (Universidad Estadualdo Ceará-Brasil)

Dr. RAÚL MIKKAN (Universidad de Cuyo)Dra. ADRIANA BERNARDES DA SILVA

(Universidad Estadual do Campinas-Brasil)Dr. AUGUSTO PÉREZ ALBERTI

(Universidad Nacional de Compostela-

España)

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INDICE

Presentación .......................................................................................................... 7

Artículos

Notas sobre la presencia y localización de concentraciones de

hogares pobres en las capitales del Noroeste argentino ...................................... 9

Ana Ester Batista Zamora

Estructura urbana y estructura de precios del suelo. Análisis de las

transformaciones del espacio urbano en la zona noroeste de la ciudad de

Córdoba-Argentina .............................................................................................. 31

Carolina Cisterna, Virginia Monayar, Carla Pedrazzani

Desigualdades socioterritoriales de género en ámbitos metropolitanos:

el caso del aglomerado de Tucumán ................................................................... 54

Natalia Paola Czytajlo

El deterioro laboral de Catamarca y Tucumán (1980-2002) ................................ 86

Ariel Osatinsky

Comunicaciones

El abordaje del estudio del riesgo natural desde la disciplina geográfica ......... 113

Santiago Llanes Campi

Segregación socio-residencial en ciudades intermedias.

El caso de Bahía Blanca-Argentina ................................................................... 129

María Belén Prieto

Reseñas

La tierra es nuestra, tuya y de aquel. Las disputas por el territorio en

América Latina (Norma Giarracca y Miguel Teubal [Comps.]) ........................ 157

Augusto Sebastián Gutiérrez

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Experiencias y resignificación de las identidades en el campo argentino

(Juan Manuel Cerdá y Talía Violeta Gutiérrez [Comps.]) ................................... 165

Paola Marcela Salvatore

Convocatoria ......................................................................................................... 169

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Presentación

Estimados lectores,

Una vez más volvemos a compartir con ustedes un nuevo número de la

Revista Breves Contribuciones del Instituto de Estudios Geográficos «Dr. Guillermo

Rohmeder» de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de

Tucumán.

En esta edición se brinda al público académico un conjunto de trabajos rela-

cionados con temas poblacionales y urbanos, con la participación de investigado-

res de diferentes universidades del país. Completan el espectro temáticos temas

como el estudio del mercado de trabajo en el ámbito de regional norteño y un

estado de la cuestión referido a los estudios del riesgo natural desde la perspecti-

va geográfica. Asimismo, en la sección Reseñas contamos con dos comentarios

bibliográficos de libros referidos a los estudios rurales.

Por otra parte, cabe destacar que luego de mucho esfuerzo y trabajo respon-

sable del Comité Editorial se ha logrado, a partir de esta edición, disponer nueva-

mente de la versión digital, con acceso mediante la mediante la página web de la

Facultad de Filosofía y Letras. Esta nueva propuesta permite extender la visibili-

dad de los aportes ofrecidos en cada una de las secciones de la revista.

Finalmente, merece una especial mención y agradecimiento al trabajo res-

ponsable desarrollado por el Cuerpo de Árbitros, quienes nos acompañaron en

esta tarea manteniendo permanente contacto con el Comité Editorial y realizando

evaluaciones rigurosas. Todo este aporte nos permite avanzar en una producción

con calidad científica.

DRA. ANA ISABEL RIVAS

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NOTAS SOBRE LA PRESENCIA YLOCALIZACIÓN DE CONCENTRACIONES DEHOGARES POBRES EN LAS CAPITALES DEL

NOROESTE ARGENTINO

ANA ESTER BATISTA ZAMORA - [email protected]

Universidad de Málaga, España

Recibido 17/10/12, aprobado 3/12/12

Res

um

en

La concentración espacial de los pobres en el espacio urba-

no se resuelve como un elemento con gran peso en la apari-

ción de situaciones de segregación, especialmente cuando

se combina con una homogeneización social del espacio, con

los menos pudientes como protagonistas. De cualquier forma,

por muy marcada que sea la homogeneidad social de un área,

creada por exclusión, la segregación podría tener pocos

efectos negativos siempre que se trate de barrios de pequeño

tamaño. Pero cuando el barrio pobre está rodeado de otros

barrios pobres y homogéneos, entonces aparecen efectos ne-

gativos que no estarían presentes de no darse esta aglomera-

ción de pobreza.

En este contexto, a partir de la distribución espacial de los

hogares pobres trataremos de identificar la existencia de áreas

de concentración de este tipo de hogares, para ello empleare-

mos una clasificación de radios censales basada en su peso

porcentual calculado sobre el total de hogares censados en

el barrio. Y, una vez comprobada la existencia, y la localización,

de estas concentraciones, nos interesaremos por la aleatorie-

dad de la distribución intraurbana de los hogares estructural-

mente pobres, y por la existencia de agrupamientos estadísti-

camente significativos en el tejido urbano de nuestras capita-

Ä

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les, comparando los resultados así obtenidos con los provenientes de la aplicación

de la clasificación anterior.

Palabras clave: Pobreza urbana; IPMH; segregación residencial; autocorrelación

espacial; noroeste argentino.

Spatial concentration of poor people in the urban tissue, especially if combined

with an increase of the social homogenisation of the urban space, is a key fact

related with segregation issues. Being said that, segregation would have little

negative effects if the neighbourhoods are small, but if a poor neighbourhood is

surrounded by other ones, negative effects are likely to occur.

In this context, starting from the spatial distribution of poor households we will

try to identify the concentration areas of this kind of households, using to achieve

this goal a classification of census tracts, based on their porcentual weight calculated

over the total number of households contained in the census tract. Once done that,

we will explore the statistical randomness of the intraurban distribution of structurally

poor households, and we will pay attention to the clusters with statistical significance

that can be found in the urban tissue of the capitals of the Argentinean Northwest,

comparing these results with those achieved using the classification we have used

before.

Keywords: Urban poverty; IPMH; residential segregation; spatial autocorrelation;

Argentinean Northwest.

Ab

stra

ct

®®®

Introducción

Es un hecho reconocido que la concentración de los pobres en el espacio

urbano se resuelve como un elemento muy importante de segregación, pudiendo

incluso llegarse a situaciones de estigmatización. Un porcentaje elevado o muy

elevado de hogares pertenecientes a un mismo tipo da lugar a una homogeneiza-

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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ción social del espacio, característica que suele tener efectos negativos, especial-

mente cuando los implicados son los menos pudientes; en este sentido, debe

tenerse en cuenta que en nuestras ciudades es frecuente que los grupos pobres

sean excluidos de ciertos barrios y áreas de la ciudad y empujados a aglomerarse

en las peores áreas por los mercados de tierras, las políticas de vivienda social e,

incluso, por las erradicaciones forzosas. Es así que la localización espacial de

estos grupos tiende a consistir en una dispersión relativa en diferentes áreas de la

periferia urbana, más que en una concentración en la zona interna –tal y como

ocurre con los grupos de altos ingresos–.

De cualquier forma, por muy marcada que sea la homogeneidad social de un

área, creada por exclusión, la segregación podría tener pocos efectos negativos

siempre que se trate de barrios de pequeño tamaño. Pero cuando el barrio pobre

está rodeado de otros barrios pobres y homogéneos, entonces aparecen efectos

negativos que no estarían presentes de no darse esta aglomeración de pobreza.

Entre estas consecuencias, la imagen que los habitantes de los otros barrios se

forman de estas aglomeraciones contribuye al surgimiento de estigmas territoria-

les. Es más, se ha indicado que con la aglomeración de zonas censales pobres

aumenta la incidencia de determinados problemas sociales, como el bajo rendi-

miento escolar, el desempleo, o el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni traba-

jan (Sabatini, 2003).

En relación con ello, tal y como señala Katzman (2001:181) la concentración

de personas con graves privaciones materiales y escasas esperanzas de obtener

mejoras significativas vía empleo trae aparejada la aparición de sentimientos de

privación relativa. En estos vecindarios, aquellos hogares que cuentan con recur-

sos para abandonarlos lo hacen, quedando una población residual progresiva-

mente más carenciada. Además, sus posibilidades de mejora se ven progresiva-

mente mermadas: la interacción con los vecinos queda cada vez más limitada a

personas con habilidades, hábitos y modos de vida que no promueven resultados

exitosos; las redes vecinales no son eficaces a la hora de obtener un empleo, etc.

En este sentido, se ha indicado la existencia de desigualdades sociales cre-

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cientes y de tendencias de fragmentación a nivel de las ciudades, en virtud de las

cuales ciertos sectores con altos niveles de vida se modernizan e incorporan pau-

tas de consumo globales, por un lado, mientras que, por otro, crecientemente

aparecen estratos amplios de población con necesidades básicas insatisfechas y

posibilidades de movilidad socioeconómica muy escasas (Veiga, 2009). Así, las

distancias entre clases sociales aumentan y los encuentros entre sectores socia-

les distantes son cada vez menos frecuentes.

Nos hemos referido antes del peligro de estigmatización de los habitantes de

áreas pobres, y en este sentido es importante indicar que en la formación de la

imagen de estos barrios y, por extensión, de la población que los habita, el aspec-

to externo se resuelve como crucial. Hablamos de reputación, entendida como el

significado y la estima que los residentes y otros actores atribuyen a un barrio, una

reputación que también se refiere a la imagen relativamente estable que tiene un

barrio entre los habitantes de la ciudad y a su lugar en la jerarquía de barrios de la

misma. La literatura parece indicar que una mala reputación del barrio puede te-

ner efectos negativos sobre las oportunidades sociales de sus residentes; así, se

ha demostrado que tiene efectos negativos sobre las oportunidades de trabajo y

la autoestima, e incluso se ha señalado que los residentes en un barrio de mala

reputación pueden ajustar su comportamiento –dentro y fuera del barrio– de acuerdo

a lo que podría esperarse en función del lugar donde viven (cfr. Permentier, Van

Ham y Bolt, 2008).

La reputación del barrio no existe de forma natural, es algo socialmente cons-

truido, que se basa, entre otros elementos, en experiencias –que pueden ser, o

no, personales–, información proveniente de los medios de comunicación, y en

factores físicos (limpieza y mantenimiento de la zona, tipo de edificaciones y su

estado), y funcionales (localización y accesibilidad, presencia de servicios) fácil-

mente observables a simple vista, a los que se unen factores sociales (composi-

ción étnica, niveles de ingreso). De todos ellos, son los dos primeros grupos de

factores los más importantes, tanto para residentes como para no residentes, a la

hora de la conformación de la reputación de un barrio; factores físicos y funciona-

les que no estarían influyendo directamente en la reputación del barrio, sino que

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influirían a través de su interpretación socio-cultural; el espacio construido, y sus

condiciones, serían un reflejo del estilo de vida de sus habitantes, dando a los no

residentes pistas sobre las características sociales del barrio.

En este contexto deben insertarse los objetivos de la presente investigación.

A partir del análisis de la distribución espacial de los hogares con pobreza estruc-

tural en los aglomerados capital, según la información correspondiente al Censo

Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001, trataremos de identificar la

existencia de áreas de concentración de este tipo de hogares, entendiendo por

tales conjuntos de radios censales contiguos en los que el porcentaje de hogares

pobres es significativo; para ello emplearemos una clasificación de radios censales

basada en el peso porcentual que este tipo de hogares representa sobre el total

de hogares censados en el barrio. Y, una vez comprobada la existencia, y la loca-

lización, de estas concentraciones, nos interesaremos por la aleatoriedad de la

distribución intraurbana de los hogares estructuralmente pobres, y por la existen-

cia de agrupamientos –clusteres– estadísticamente significativos en el tejido ur-

bano de nuestras capitales, comparando los resultados así obtenidos con los pro-

venientes de la aplicación de la clasificación anterior.

La identificación de los hogares estructuralmente pobres

A la hora de definir qué hogares están afectados por un tipo de pobreza que

pueda ser aprehendida por el observador casual (contribuyendo de esta forma a

la conformación de una reputación negativa del barrio), y que quede conveniente-

mente cuantificada en el Censo, la metodología del Índice de Privación Material

de los Hogares (IPMH) se resuelve como muy apropiada, superior a otras que

basan la identificación de los hogares pobres únicamente en función de su renta

–que no necesariamente tiene un efecto visual sobre las condiciones materiales

de la vivienda–, u otras, como la metodología del NBI, que presenta importantes

problemas de mensurabilidad.

El IPMH se resuelve como una metodología alternativa al método de las Ne-

cesidades Básicas Insatisfechas (NBI) a la hora de identificar y agregar hogares

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afectados por diferentes tipos de pobreza. Es así que, basado en información

censal, el método permite diferenciar entre la presencia derivada de insuficiencias

de recursos corrientes –un tipo de pobreza ligada a las fluctuaciones del ciclo

económico–, y aquella otra derivada de carencias patrimoniales, de carácter más

estructural. A partir de aquí, se establece una tipología de hogares que constitu-

yen las categorías del IPMH, que mostramos en la tabla 1.

Tabla 1. Construcción del IPMH.

Fuente: Gómez, Mario y Olmos (2003:5).

Para aproximarse al patrimonio de los hogares se elabora un indicador de

las condiciones habitacionales del hogar (en lo relativo a las características de los

materiales constructivos y la infraestructura sanitaria de la vivienda), dado que,

como indican las autoras, la vivienda es un bien cuyo disfrute depende por lo

general de una acumulación sostenida en el tiempo, permitiendo inferir a partir de

ella la situación patrimonial del hogar. Una vivienda presentará condiciones

habitacionales insuficientes cuando sus materiales constructivos o sus instalacio-

nes sanitarias se encuentren por debajo de la norma. Por su parte, la dimensión

recursos corrientes, con los que se satisface el consumo privado de los hogares,

se capta a través de un indicador de la capacidad económica del hogar; construi-

do a partir de la relación entre años de educación formal de los perceptores de

ingresos y la cantidad de miembros del hogar, se resuelve como una aproxima-

Suf

icie

nte PRIVACIÓN DE RECURSOS

CORRIENTES SIN PRIVACIÓN

Pat

rimon

io

Insu

ficie

nte

PRIVACIÓN CONVERGENTE

(insuficiencia patrimonial y de

recursos corrientes)

PRIVACIÓN SOLO

PATRIMONIAL

Insuficiente Suficiente

RECURSOS CORRIENTES

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ción a la insuficiencia de ingresos. Además, los grupos de hogares clasificados a

partir del IPMH presentan características similares independientemente de su lo-

calización geográfica (Gómez et al., 2004), lo que es de gran importancia cuando

estamos trabajando con áreas de estudio pertenecientes a 5 provincias diferen-

tes.

De los tres tipos de pobreza de los que el índice da cuenta, nosotros emplea-

remos la información correspondiente a la pobreza patrimonial y a la convergente,

desde el momento en que, como hemos indicado, son reflejo de condiciones es-

tructurales de pobreza: la primera, por condiciones insuficientes en las caracterís-

ticas básicas de la vivienda, la segunda, además por insuficiencia de ingresos

corrientes. Estamos considerando, por tanto, tan sólo a aquellos hogares que no

son capaces de acceder a las condiciones materiales de existencia típicas del

contexto argentino actual –marcadas por características visibles de sus vivien-

das–, situación que está agravada, en el caso de los hogares con privación con-

vergente, por las consecuencias de un shock económico adverso que deteriora,

aún más, las condiciones de vida de sus integrantes. Situaciones de elevada acu-

mulación relativa en determinadas áreas de la ciudad de estos hogares estructu-

ralmente pobres ponen las bases para la aparición potencial de procesos muy

marcados de segregación, con las consecuencias negativas a las que hicimos

referencia en la introducción, de ahí el interés que creemos que tiene, primero, la

efectiva constatación de la existencia de estas concentraciones y, segundo, su

localización espacial en las tramas urbanas de nuestras capitales.

Los hogares con privación según IPMH en las capitales del NOA y sudistribución espacial

En la tabla 2 mostramos el número de hogares afectados por algún tipo de

privación en los cinco aglomerados capital de nuestra región.

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Tabla 2. Número de hogares según tipo de privación en los aglomerados capital del NOA.

Fuente: Censo 2001. Elaboración propia.

En ella puede observarse cómo en todos ellos, con la única excepción del

Gran San Salvador de Jujuy, son mayoritarios los hogares sin privación alguna, y

que este porcentaje de hogares fuera de la pobreza es mayor en San Fernando

del Valle de Catamarca, con amplia diferencia sobre el resto. En cualquier caso,

esta lectura, en principio positiva, es fuertemente matizada cuando se considera

el hecho de que ni siquiera en éste último aglomerado se alcanzan los dos tercios

de hogares no afectados por pobreza de tipo alguno, o que en el Gran San Miguel

de Tucumán existe una virtual paridad entre hogares con algún tipo de privación y

aquellos otros exenta de ellas. Por otro lado, en las cinco capitales provinciales es

mayor –o considerablemente mayor– la presencia de pobreza estructural con res-

pecto a la coyuntural, tal y como se desprende de la lectura de los porcentajes

correspondientes a la privación patrimonial y convergente en comparación a los

correspondientes a la privación de recursos. En otras palabras, los aglomerados

capital de la región presentan unos valores muy elevados de pobreza estructural,

que oscilan entre el 26,99% de Santiago del Estero/La Banda y el 37,5% del Gran

San Salvador de Jujuy, Catamarca una vez más erigiéndose como la excepción.

No obstante, y siendo deficiente la situación general, dados los objetivos de

Privación de

recursos

Privación

patrimonial

Privación

Convergente

Sin

privación

Total

hogares

G.S.V. de

Catamarca

6.643

(16,51%)

3.911

(9,72%)

3.517

(8,74%)

26.155

(65,03%)

40.226

(100%)

G.S.S. de

Jujuy

8.457

(12,85%)

13.453

(20,44%)

11.226

(17,06%)

32.680

(49,65%)

65.816

(100%)

Gran Salta 15.365

(14,07%)

18.802

(17,22%)

17.432

(15,96%)

57.618

(52,75%)

109.217

(100%)

Santiago del

E./L.B.

12.940

(17,34%)

8.169

(10,95%)

11.971

(16,04%)

41.531

(55,67%)

74.611

(100%)

G.S.M. de

Tucumán

25.993

(14,59%)

28.554

(16,03%)

34.096

(19,14%)

89.508

(50,24%)

178.151

(100%)

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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nuestra aportación es necesario prestar atención a la distribución en el tejido ur-

bano de este volumen de hogares estructuralmente pobres; para facilitar la lectu-

ra comparativa entre los aglomerados, y entre las diferentes unidades censales

en las que se subdividen cada uno de ellos, hemos trabajado no con los números

absolutos, sino con los porcentajes que suponen sobre el total de hogares de

cada uno de los radios censales. Ofrecemos dicha información en las figuras 1 y

2, y en ellas se aprecia que, si bien es cierto que en la práctica totalidad de los

radios censales hay hogares afectados por uno u otro tipo de pobreza (son muy

escasos los valores 0%), también lo es el que el grueso de los radios en los que

éstos son mayoría se tienen localizaciones periféricas, a cierta distancia de los

correspondientes centros urbanos. Por otro lado, los radios en los que los hoga-

res pobres son mayoritarios son contiguos en su mayor parte, formando áreas

espacialmente continuas en las periferias urbanas, con ocasionales intrusiones

hacia el interior de los individuos urbanos, intrusiones en todos los casos relacio-

nadas con la existencia de determinados elementos –vías de ferrocarril, existen-

cia de canales de desagüe, etc.– que las hacen menos atractivas o, en los casos

extremos no aptas– para las actividades residenciales. De cualquier forma, es

preciso indicar que la presencia de barrios con mayoría de hogares estructuralmente

pobres, y la extensión espacial de los continuos espaciales que conforman es

variable entre las cinco capitales. Es así que en el Gran San Fernando del Valle de

Catamarca son comparativamente escasos, especialmente cuando consideramos

la privación convergente, lo que es compatible con los reducidos niveles de pobre-

za que este aglomerado presenta (cfr. cuadro 1). En contraste, en el resto de

capitales la presencia de este tipo de radios es muy importante, como extensas

las áreas que conforman, ya sea que consideremos uno u otro tipo de privación.

En este momento debemos recordar que lo que estamos representando es

el porcentaje que suponen sobre el total de hogares existentes en el radio censal

los hogares con privación patrimonial (figura 1) o con privación convergente (figu-

ra 2); si comparamos ambas figuras, puede observarse con claridad cómo las

áreas en las que este tipo de hogar son mayoritarios (por encima del 50%) pre-

sentan una gran coincidencia espacial, lo que no hace sino reforzar la presencia

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de hogares estructuralmente pobres en las periferias urbanas, incrementando así

los niveles de homogeneidad social en ellos.

Figura 1. Porcentaje de hogares afectados por privación patrimonial en los aglomeradoscapital del Noroeste Argentino.

Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. Elaboración propia.

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Figura 2. Porcentaje de hogares afectados por privación convergente en los aglomera-dos capital del Noroeste Argentino.

Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. Elaboración propia.

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Identificación y localización espacial de concentraciones de hogarespobres.

A la vista de las dos figuras anteriores, pareciera clara la existencia de áreas,

de agrupaciones de radios censales contiguos, que podríamos calificar como “ho-

mogéneas” en virtud del porcentaje que suponen los hogares afectados por po-

breza estructural. A la hora de delimitarlas con mayor precisión, hemos empleado

la clasificación de barrios propuesta por Johnston, Poulsen y Forrest (2003) que,

aunque fue desarrollada para trabajar con minorías étnicas, puede ser también

empleada para trabajar con cualquier tipo de minoría. Dicha clasificación divide la

población de la ciudad entre una sociedad receptora, que es la más poderosa, la

que tiene más influencia en la estructuración de los mercados de trabajo y vivien-

da, etc., y los grupos minoritarios, menos poderosos. Si bien es cierto que el tra-

bajo de estos autores se realizó con el objetivo de estudiar los niveles de diferen-

ciación residencial entre grupos diferenciados por su origen, creemos que es

extrapolable a nuestro contexto, donde el segmento minoritario de la población

estará conformado por los hogares afectados por pobreza estructural, entendido

por tales los afectados por pobreza patrimonial o convergente.

La clasificación que realizan los autores está basada en valores de concen-

tración absolutos, por lo que su resultado no está en función del tamaño relativo

de los grupos involucrados. Esta particularidad hace su empleo muy conveniente

cuando lo que se quiere es realizar estudios comparativos en el tiempo o en el

espacio, como es nuestro caso. De los 6 tipos de barrios que establecen, hemos

empleado tan sólo los que contemplan la presencia porcentualmente mayoritaria

del grupo de hogares pobres, modificando la denominación original, que queda de

la siguiente manera:

Radios con mixtura social: son aquellos en los que, pese a ser mayoritarios

los hogares con pobreza estructural, coexiste una minoría significativa de

hogares no pobres, que oscila entre el 30 y el 50% del total de hogares.

Radios pobres: son aquellos en los que al menos el 70% de los hogares

presentan privación material o convergente.

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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Radios de pobreza extrema: son aquellos barrios en los que el porcentaje de

hogares con privación convergente es al menos el doble que el correspon-

diente al de los hogares afectados por privación material, suponiendo entre

ambos más de la mitad de los hogares totales.

Un cuarto tipo de radio con presencia mayoritaria de población pobre son los

ghettos, caracterizados no sólo por cumplir las condiciones de los barrios de po-

breza extrema, sino también por concentrar en su interior al menos un tercio del

grupo minoritario. A efectos prácticos no hay ninguno en las capitales del NOA,

por lo que no ha sido considerado en nuestro estudio.

La localización espacial de estos tres tipos de radio se ofrece en la figura 3.

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Figura 3. Tipos de radio según la presencia de hogares con privación patrimonial oconvergente en los aglomerados capital del Noroeste Argentino

Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. Elaboración propia. Losradios conforman efectivamente áreas continuas, localizadas de forma mayoritaria en laperiferia de los aglomerados, con excepciones: La Bombilla en Tucumán, y cauce delGrande en Jujuy.

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

No hay una gradación del tipo de barrio, esto es, no se aprecia con claridad

en ninguno de los aglomerados una estructuración concéntrica de los tipos de

radio en función del grado de pobreza: lo habitual es la vecindad entre radios

pobres y radios en los que los hogares sin pobreza estructural son mayoría. Sin

embargo, los radios con pobreza extrema sí tienden a estar rodeados de barrios

pobres o, al menos, de barrios con mixtura social, lo que estaría indicando la

presencia de áreas en fuerte riesgo de exclusión; buenos ejemplos pueden obser-

varse en Salta, Santiago o Tucumán.

Tal y como venimos indicando, San Fernando del Valle de Catamarca es el

aglomerado con menor incidencia de la pobreza estructural (cfr. tabla 2), lo que

explica la virtual ausencia de barrios pobres o de pobreza extrema, en marcado

contraste con el resto de los aglomerados.

Reflejo de la mala situación existente en las cuatro capitales restantes es el

hecho de que los radios con mixtura social son escasos en comparación con los

pobres o extremadamente pobres, lo que está indicando la posible existencia de

una fractura acentuada entre áreas de la ciudad con elevada incidencia de la

pobreza estructural, y otras en las que ésta es minoritaria, con una presencia

escasa de situaciones intermedias. Una cuestión que puede abrir el debate acer-

ca de la existencia de fragmentación urbana en nuestras ciudades.

Por último, podemos preguntarnos si los agrupamientos de barrios que han

surgido de nuestra clasificación de radios censales tienen significación estadísti-

ca, esto es, si la distribución de los valores que subyace en ellos es, o no aleatoria.

Para tratar de dilucidar esta cuestión acudiremos al empleo de la autocorrelación

espacial, en sus vertientes global y local.

Definida la autocorrelación espacial como el fenómeno por el cual la similitud

locacional se une con la similitud de valores, la primera (autocorrelación global)

tiene por objeto dar cuenta de la existencia de tendencias o estructuras generales

en la distribución de una variable en el espacio geográfico completo, mientras que

la segunda (autocorrelación local) viene definida por una concentración, en algún

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lugar de ese espacio geográfico completo, de valores especialmente altos o bajos

de una variable en comparación con su valor medio. Es cierto que la observación

de la distribución espacial de una variable puede darnos una idea, intuitiva, de la

existencia, o no, de patrones espaciales de comportamiento, pero está muy influi-

da no sólo por la propia subjetividad del investigador, sino también por otros ele-

mentos, como la elección de la unidad de medida o de los intervalos empleados.

El empleo de la autocorrelación espacial, por tanto, se resuelve como un instru-

mento muy útil para nuestros fines, puesto que nos indica no sólo la presencia de

clusters de hogares estructuralmente pobres en el espacio urbano, sino que nos

informa sobre la aleatoriedad o no aleatoriedad de la distribución espacial.

La autocorrelación puede ser positiva cuando los valores altos o bajos tien-

den a agruparse en el espacio, o negativa, cuando los valores se localizan rodea-

dos de valores disímiles. Partiendo de la base de que la presencia de

autocorrelación espacial implica que el valor que toma una variable en una unidad

espacial –en nuestro caso, un radio–, no viene explicado sólo por condicionantes

internos, sino también por el valor de esa misma variable en radios vecinos (More-

no y Vayá, 2000, p.21), ésta puede aparecer en gran cantidad de fenómenos

socioeconómicos y desarrollo humano, en los que su presencia en una unidad

espacial es causa de su extensión a unidades espaciales vecinas, favoreciendo la

concentración del fenómeno en la zona. En este sentido, es de gran importancia

para nuestros intereses es el hecho de que la dependencia espacial viene deter-

minada por una noción de espacio relativo, de localización relativa, que realza el

efecto de la distancia (Chasco, 2003); un espacio relativo cuya consideración va

más allá del sentido euclídeo estricto, para tener en cuenta la distancia interpersonal,

las redes sociales, etc., por lo que la dependencia espacial se resuelve como un

fenómeno con amplio campo de aplicación en las ciencias sociales.

De todos los contrastes de autocorrelación espacial de los que disponemos,

hemos seleccionado el empleo para la vertiente global del análisis la I de Moran,

que nos aporta el esquema general de dependencia existente en una variable

espacial en un único indicador. Por su parte, para el estudio de la vertiente local de

la autocorrelación emplearemos los indicadores LISA (Indicadores Locales de

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Asociación Espacial), que detectan la existencia de agrupamientos de valores de

la variable en el espacio general, zonas de dependencia espacial dentro de un

espacio general dado.

Trabajar con los clusters que resultan de la aplicación de técnicas de

autocorrelación espacial local tiene indudables ventajas sobre el empleo de radios

censales individuales, y también sobre agrupaciones de radios realizadas por el

propio investigador. Sobre los primeros, porque son unidades espaciales adminis-

trativas, no equiparables a barrios, creadas con meros fines administrativos y que

no siempre son coincidentes con la realidad social de la ciudad. Sobre los segun-

dos, porque la construcción de agrupaciones de radios por parte del investigador

conlleva una fuerte carga subjetiva, tanto en lo relativo a la elección de la forma en

la que se medirá el volumen –números absolutos, porcentajes, etc.–, como por la

propia elección de los umbrales que adscribirán, o no, a un radio determinado al

grupo en los que la presencia de este tipo de hogar es significativa. Además, los

clusteres tienen la ventaja de que aportan grupos de radios espacialmente conexos,

por lo que la idea de área, de zona con importantes niveles de pobreza, se acen-

túa para el observador.

El valor de la I de Moran aplicada a la suma de hogares con pobreza patrimo-

nial y hogares con pobreza convergente indican que su distribución espacial no es

aleatoria en ninguno de los cinco aglomerados capital (cfr. tabla 3). Es más, con-

siderados individualmente ambos tipos de hogares, sus distribuciones tampoco

son aleatorias, resultando ser sus valores, en todos los casos, superiores a los

correspondientes a los hogares sin privación o afectados por privación de recur-

sos.

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Tabla 3. Valores de la I de Moran según tipo de privación*.

* Todos los valores significativos al 0,05%Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2001. Elaboración propia.

Parte de la explicación de estas diferencias en los valores descansa en el

hecho de que, como venimos indicando, la privación por recursos viene dada

como resultado de un shock económico, que puede variar considerablemente en

el corto plazo, y que implica que por un periodo de tiempo se deterioran las condi-

ciones de vida de los integrantes del hogar (Gómez et al., 2004: 5). Dado que el

umbral viene a coincidir con el valor de línea de pobreza (LP) correspondiente a la

onda de octubre de la Encuesta Permanente de Hogares, en el contexto de crisis

y pauperización por el que el país atravesó a comienzos de este siglo, un impor-

tante volumen de hogares que se encontraban en el límite superior de la LP caye-

ron por debajo de ésta, pasando a engrosar la nómina de hogares con privación

de recursos, hogares cuya localización en el tejido urbano es muy variable. De ahí

los comparativamente bajos valores de la I de Moran correspondientes a la priva-

ción de recursos corrientes.

Por otro lado, los comparativamente elevados valores del índice cuando se

aplica a la privación patrimonial y, especialmente, a la convergente, son indicati-

vos de que estos hogares no están sólo afectados por el carácter estructural de

esta privación por su largo recorrido temporal en comparación con la anterior, y

por unas escasas posibilidades de elección residencial de estos hogares, sino

que, además, su distribución espacial tiende a la concentración en el espacio

Recursos Patrimonial Convergente Patrimonial más

convergente Sin Privación

Catamarca 0,2580 0,3912 0,4606 0,4409 0,3458

Jujuy 0,3742 0,3515 0,4597 0,4180 0,3847

Salta 0,4310 0,5802 0,6441 0,6275 0,5484

Santiago 0,2675 0,3362 0,4060 0,4035 0,3750

Tucumán 0,2422 0,4518 0,4611 0,4739 0,4220

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

urbano, con los consabidos peligros de aparición de áreas socialmente homogé-

neas constituidas por hogares pobres.

En lo tocante a la dimensión local de la autocorrelación espacial, en la figura

4 mostramos los agrupamientos correspondientes a los hogares con privación

patrimonial o convergente. En todos los aglomerados pueden observarse

agrupamientos alto-alto estadísticamente significativos, indicativos de la presen-

cia de radios con elevada presencia de hogares estructuralmente pobres rodea-

dos de barrios en los que este tipo de hogar también está muy presente. Una vez

más, el número y la extensión son muy variables –pocos y reducidos en el Gran

San Fernando del Valle de Catamarca, numerosos y extensos en el Gran San

Miguel de Tucumán o el Gran Salta–, al tiempo que la práctica totalidad de estos

agrupamientos vienen caracterizados por el carácter periférico de su localización

en el tejido urbano.

A la vista de lo anterior, este tipo de agrupamiento comparte estas caracterís-

ticas básicas con las correspondientes a los radios pobres o con pobreza extrema

que anteriormente definimos, pero, además, la localización concreta en el espacio

urbano es prácticamente coincidente, tal y como se deduce de la comparación de

las figuras 3 y 4. Esta coincidencia, insistimos, muy marcada, muestra que, más

allá de la subjetividad en la conformación de los intervalos que diferencian unos

de otros los tipos de radios en nuestra adaptación de la clasificación de Johnston,

efectivamente hay concentraciones no aleatorias de radios contiguos pobres en la

totalidad de las capitales de nuestras provincias, concentraciones que resultan

ser de gran extensión en alguno de los aglomerados (como la presente en el

extremo sudoccidental del Gran San Miguel de Tucumán, el área de Alto Comede-

ro en el Gran San Salvador de Jujuy, o el tejido urbano localizado al sur del arroyo

Arenales, en el extremo sudoccidental de la capital salteña).

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Figura 4. Agrupamientos correspondientes a los hogares con privación patrimonial oconvergente en los aglomerados capital del Noroeste Argentino.

Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. Elaboración propia.

A. E. Batista Zamora I Notas sobre la presencia y localización de... - pp. 9-30

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Conclusiones

El objetivo de las páginas anteriores era comprobar la existencia de concen-

traciones de radios en los que la presencia de hogares estructuralmente pobres

fuera significativa o muy significativa, e indagar acerca de su localización en el

entramado urbano de los aglomerados capital de las provincias del NOA. A través

de la cartografía de los resultados de la aplicación de una clasificación de los

radios en función del peso de los hogares estructuralmente pobres, hemos confir-

mado la existencia no sólo de radios “pobres” o “con pobreza extrema”, sino tam-

bién de amplias concentraciones de los mismos, localizadas de manera mayorita-

ria en las periferias urbanas. Además, a través del empleo de la autocorrelación

espacial local, hemos comprobado no sólo que efectivamente existen concentra-

ciones estadísticamente significativas de hogares estructuralmente pobres, sino

que, además, coinciden con gran exactitud con las delimitadas a partir de la apli-

cación de la clasificación, reforzando así los resultados obtenidos a través de ella.

Dado que la adscripción de un radio a la categoría de “pobre” o “con pobreza

extrema” trae aparejada la existencia de una amplia mayoría de hogares estructu-

ralmente pobres, unido a la importante extensión espacial de un número significa-

tivo de concentraciones de dichos tipos de radio, las bases están puestas para la

aparición –o consolidación– de procesos de estigmatización de la población resi-

dente en ellos; y también para el agravamiento de problemas derivados de la

homogeneización social de un espacio caracterizado por la presencia mayoritaria

de hogares que no alcanzan los estándares mínimos en las características de sus

viviendas y que, en el caso de los que sufren privación convergente, no disponen

de ingresos que les permitan situarse por encima de la línea de pobreza.

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ESTRUCTURA URBANA Y ESTRUCTURA DE PRECIOS DELSUELO. ANÁLISIS DE LAS TRANSFORMACIONES DEL

ESPACIO URBANO EN LA ZONA NOROESTE DE LACIUDAD DE CÓRDOBA-ARGENTINA

CAROLINA CISTERNA - [email protected]

VIRIGINIA MONAYAR - [email protected]

CARLA PEDRAZZANI - [email protected]

Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP-UNC)Instituto de Investigación en Vivienda y Hábitat (INVIHAB-FAUD-UNC)

Recibido 10/09/12 Aprobado 17/10/12

Res

um

en

Las transformaciones urbanas tienen su correlato en la estructura de precios

del suelo y éste es determinante de las posibilidades de localización de cada

sector social. Ello genera una apropiación diferenciada de la ciudad según lógicas

de producción que inciden en la formación de dichos precios, situadas en un

contexto económico donde el mercado se convierte en el elemento central del

proceso de generación y distribución de la riqueza urbana

Este estudio de caso, sobre la zona Noroeste de la ciudad de Córdoba,

Argentina, se propone identificar las lógicas de producción espacial que operaron

en el área, su indecencia en la dinámica de precios de los terrenos y su impacto

en la localización de la población sobre el territorio. Se realizó un registro temporal

de precios de terrenos en venta en la zona propuesta y su relación con las

transformaciones ocurridas en ella, particularmente aquellas relacionadas con

las acciones de política urbana en el período 2003-2011. El abordaje propuesto

busca dar cuenta de la importancia de la toma de decisiones sobre el espacio

urbano y de su impacto en las características socioespaciales que el mismo

adquiere.

Palabras clave: Espacio urbano, estructura urbana, economía urbana, acceso

al suelo, desigualdades socioespaciales

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C. Cisterna, V. Monayar, C. Pedrazzani I Estructura urbana y estructura de precios... - pp. 31-53

Urban transformations are related in the price structure of the land and this

determines the possibilities of location of each social group. This creates a

differentiated appropriation of the city according to production logics that influence

the construction of these prices, situated in an economic context where the market

becomes the core of the process of generation and distribution of urban wealth.

This case study, on the northwest of the city of Cordoba, Argentina, aims to

identify the spatial production logics operating in the area, its effect on the land

prices dynamics and its impact on the location of the population over the territory.

A temporary record on the sale prices of the land and its relation to the changes

occurring on it was made in the proposed area. The focus was set to those related

to urban policy actions between 2003 and 2011. The proposed approach seeks to

explain the importance of decision taking on urban space and its impact on socio-

spatial characteristics it acquires.

Keywords: Urban space, Urban structure, Urban economy, Land access, socio-

spatial unevenness

Ab

stra

ct

®®®

Introducción

El crecimiento de la ciudad de Córdoba, al igual que en otras ciudades, es

resultado del desarrollo de diversas lógicas de producción y reproducción del es-

pacio urbano. En las últimas décadas, las transformaciones de este espacio dan

cuenta de la intensificación de un proceso desigual y contradictorio en el cual se

pone de manifiesto un correlato entre estructura social (con desigual distribución

del ingreso) y territorio. A la par de la consolidación de áreas de centralidad1 y

1 Estas áreas son denominadas por otros autores como áreas “brillantes” (con mayor centralidad)y “opacas” (en detrimento) y hacen referencia a una nueva forma de pensar los espacios urbanos.Si bien ambos tipos de áreas se encuentran vinculados a intervenciones urbanas públicas yprivadas, las primeras son rentables y las segundas no lo son. Esta mirada provocó un cambioen el proceso de urbanización donde el “urbanismo reglamentario” pasó a tomar un criterio“estratégico” (Mignaqui y Elguezabal,1997 Citada por Cristofani, 2009).

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

atracción para inversiones estratégicas (tanto de sectores públicos como priva-

dos) en nuevos mercados urbanos de amplia rentabilidad dentro de la ciudad, se

evidencian áreas en detrimento con graves problemas referidos tanto a la provi-

sión de servicios, equipamientos e infraestructura como a una baja o mala calidad

ambiental.

El análisis de las transformaciones espaciales de la zona noroeste de la ciu-

dad de Córdoba, pone de manifiesto la existencia y consolidación de un proceso

de desigualdad socioespacial en el cual las condiciones territoriales de vida son

muy disímiles. El caso de estudio que se aborda, se corresponde con un área pe-

riférica de la ciudad –respecto de la avenida de circunvalación– que en las últimas

dos décadas se ha transformado conforme a dos procesos: por un lado, la adqui-

sición de una fuerte centralidad y atracción para la inversión del capital; y por el

otro, una profundización de las desigualdades socioespaciales con aquellos ba-

rrios del área habitados por población de sectores económicos medios-bajos a

bajos.

En este trabajo se considera como premisa que el suelo es un bien mercan-

til, por lo que las transformaciones urbanas asociadas a los terrenos van a ser

determinantes de los precios que éstos adquieren y por consiguiente condicionan

las posibilidades de acceso y localización de la población de los diferentes secto-

res de la sociedad en el espacio urbano. Desde esta perspectiva, se plantea como

componente central, la relación entre la estructura de precios del suelo con la

estructura urbana, para dar cuenta de las transformaciones socioespaciales y de

las posibilidades reales de acceso al suelo urbano. Se realiza un análisis de la

trayectoria temporal2 del precio del suelo en la zona de estudio, los factores que

inciden en el éste y su relación con las transformaciones urbanas. A partir de ello,

se reconoce cómo la estructura de precios impacta también en la conformación

del espacio urbano.

La metodología de trabajo se basó en fuentes secundarias (clasificados del

2 Tomamos como referencia para el estudio del precio del suelo, el período 2003-2001.

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diario La voz del interior3), bajo un muestreo de tipo aleatorio en el que se tomaron

precios de terrenos en venta. El marco temporal se definió por ser el período en el

cual se pudo verificar un repunte de la empresa de la construcción en la ciudad de

Córdoba posterior a la crisis de los años 2000-20024.

Se considera que el presente estudio aporta a la comprensión de las relacio-

nes y procesos territoriales existentes en las lógicas de producción y reproducción

del espacio urbano, a partir del análisis de las particularidades del área, de los

procesos urbanos desiguales que impactan en la estructura urbana y de las posi-

bilidades reales de acceso a la ciudad por parte de la población de los distintos

sectores económicos.

Funcionalidad urbana en la ciudad de Córdoba

El espacio urbano es un producto social, político e ideológico resultado del

trabajo cotidiano de la sociedad; es un espacio definido, redefinido, moldeado y

remoldeado por los diferentes agentes sociales que lo disputan y apropian mate-

rial y simbólicamente en cada momento histórico (Lefebvre, 1969). Al ser el medio

donde se absorben, capitalizan y valorizan los excedentes de producción, la pro-

ducción de espacio urbano tiene una importancia sustancial para la reproducción

ampliada del capital (Harvey, 1985).

El economista urbano Pedro Abramo (2009), desde una perspectiva regulacio-

nista, sugiere que la teoría de la renta del suelo y del mercado inmobiliario son los

mecanismos institucionalizados de regulación urbana en las fases fordistas y posfor-

distas del capitalismo que aseguran la reproducción social del modo de acumula-

ción capitalista. De acuerdo a ello, se podrían caracterizar trayectorias urbanas

diferentes en el interior de un mismo régimen de acumulación dado a la definición

de funcionalidades urbanas específicas que articulan lo económico y espacial

3 Diario de circulación masiva de la ciudad de Córdoba.4 Según datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba

podemos verificar el incremento de los permisos de edificación en los últimos 20 años, perocon un importante incremento en los últimos años. Así mientras que entre 1994 y 2001 sedieron permisos para 5 millones de m2, entre 2002 y 2009 este número ascendió a 8 millones.

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(Abramo, 2009)5.

La crisis económica Argentina del 2000, marcó un quiebre político, económi-

co y social respecto a la etapa neoliberal iniciada a fines de los 70’, abriéndose

una nueva etapa de acumulación del capital, donde la construcción adquiere

centralidad en la absorción de excedentes productivos. Ante la devaluación de la

moneda y gran endeudamiento externo, en el 2003 el nuevo gobierno nacional de

Néstor Kirchner, instala a la política habitacional como un dispositivo para la recu-

peración del desarrollo económico. La inversión en obras públicas, infraestructuras

urbanas y vivienda son consideradas motor de empleo y contención social. Las

empresas constructoras pasan a conformarse en el sujeto central del desarrollo

(Rodríguez M., 2010:4-5).

En la ciudad de Córdoba, los excedentes de capital que se ven producidos

en el marco del patrón productivo extractivista-rentista (agro-minero)6 toman pro-

tagonismo como uno de los principales fondos económico de los desarrolladores

para sus inversiones en el espacio urbano; dando como resultado una aguda in-

tensificación de la mercantilización del suelo. En el marco de este proceso, comien-

zan a tener un rol más activo agentes como: desarrolladores inmobiliarios,

inversionistas, empresas constructoras, asesores profesionales y de marketing,

que despliegan diversas estrategias basados en una lógica de incremento de ga-

nancias y rentabilidad. En este sentido, se produce una intensificación de la de-

manda/utilización suelo y la preferencia por determinadas localización en relación

a su rentabilidad. Sin embargo, la producción y reproducción de la ciudad no está

deliberada a la lógica de acción y producción del agente hegemónico en un deter-

5 Para Abramo (2009) a lo largo de la historia la relación entre desarrollo capitalista y urbanizaciónha configurado diferentes regímenes urbanos en los que se definen períodos particulares de lahistoricidad urbana. También refiere al concepto de “funcionalidad urbana” para indicar la maneraen que una estructura espacial urbana se asocia a la relación social de producción capitalista.

6 Al hablar de complejo extractivo-rentista, Féliz y López (2010) hacen referencia a que “...esas

ramas se basan fundamentalmente en la extracción de recursos no renovables de manera

directa (minería) o indirecta (agricultura y ganadería intensiva). En ambos casos, circunstancias

geográficas e históricas hacen que en Argentina esa producción y sus manufacturas primarias

(mayoritariamente commodities) generen rentas extraordinarias” (Féliz y Lopez, 2010:2).

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minado momento, sino que existe una articulación de distintos tipos de agentes

que poseen lógicas diferentes de acuerdo a sus procesos productivos, intereses,

posiciones y posibilidades de acción. En términos generales, María Carla Rodríguez

(2007), Pedro Abramo (2004), entre otros, plantean la existencia de tres lógicas:

la de la ganancia, la de la necesidad y la de lo público. En la primera, la ciudad

pasa a ser el objeto y soporte de negocios, donde el mercado intenta capitalizar

las rentas diferenciales que las áreas de atracción de la ciudad ofrecen y se refuerza

la brecha y desigualdad socioespacial con aquellas áreas en detrimento que se-

rán espacios apropiados por los sectores sociales más oprimidos por el poder

hegemónico. La segunda lógica, se la asociada a estos últimos sectores y es

impulsada por aquellos grupos y sectores sociales que no logran procurar sus

condiciones de reproducción social en el ámbito de la dinámica mercantil y deben

recurrir a otras estrategias de acceso. Por último, la tercera lógica, está referida a

la acción del Estado a partir de las cuales se define la forma, la localización y el

objetivo público que facilitará el acceso y usufructo del suelo urbano y proveerá el

sustento para el despliegue de las otras lógicas. En relación a ello, el Estado, en

un rol empresarial y con un objetivo político y económico inmediato, busca ejecu-

tar y diseñar especulativamente ciertos lugares de la ciudad a expensas del dete-

rioro de las condiciones en otros sectores (Harvey, 2008).

En este marco, el mercado de suelo se convierte en el elemento central del

proceso de generación y distribución de la riqueza urbana (Abramo, 2009) y en

uno de los determinantes del acceso al suelo urbano y de las posibilidades de

localización para los diferentes sectores de la sociedad. Las acciones que cada

uno de los agentes produzcan en el espacio impactarán, de este modo, en la

estructura urbana, en la de precios y viceversa. Comprender, entonces, un régi-

men urbano (Abramo, 2009) requiere dar cuenta de las transformaciones ocurri-

das en la estructura urbana, de la trayectoria temporal de los precios del suelo y

de los agentes que producen y reproducen el espacio urbano.

El estudio de la trayectoria temporal del precio del suelo posibilita el análisis

de la relación intrínseca entre estructura de precios y estructura urbana, relación

que será clave en la formación de algunos rasgos socioespaciales específicos de

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las ciudades latinoamericanas –suburbanizacion de las elites, segregación socioes-

pacial o heterogeneidad en la producción del espacio (Jaramillo, 1999a)7, ya que

es un mecanismo que segrega usos y población en el espacio mediante la priva-

ción de beneficios sociales y la socialización de costos privados.

El suelo como un bien de tipo irreproducible, posee características únicas.

Como mercancía, su valor esta determinado esencialmente en función de la utili-

dad que posea para una determinada actividad y es su localización la que le otor-

ga a cada terreno el carácter único. De este modo, el suelo se convierte en una

mercancía de localización dado que esta última es tanto o más importante que las

características físicas y particulares de un terreno (Morales Schechinger, 2005).

Esta peculiaridad incide directamente en la formación de precios del suelo e impacta

significativamente en la distribución de la población en el espacio/territorio y en el

funcionamiento de la ciudad, al ejercer influencia en los usos del suelo (Baer,

2011). Esta particularidad posee un rol central en el funcionamiento del mercado

de suelo, ya que la demanda de un terreno no puede ser satisfecha con ningún

otra, puesto que es único. De este modo, van a existir áreas que presenten venta-

jas comparativas en relación a otras, dado por las características urbanas de do-

tación de servicios, equipamientos e infraestructuras, la cercanía de centros de

abastecimiento o empleo, las posibilidades de edificación, entre otros factores; lo

cual afectará directa en el precio del suelo. Asimismo, juega un papel fundamental

en la distribución de las cargas y beneficios, que surgen de la producción de la

ciudad, entre los distintos sectores sociales.

En relación al suelo rural, el valor de la tierra, estará dado por las caracterís-

ticas de capacidad de producción (tierra más o menos fértil o apta), condición

natural inherente al suelo, pero en condiciones urbanas, esas características es-

tarán dadas por externalidades, que tienen que ver como se dijo, con la imposibi-

7 Según Samuel Jaramillo (1999a) las formas de operación del mercado del suelo urbano en lasciudades latinoamericanas responden a los patrones generales encontrados en ciudadescapitalistas, pero con rasgos peculiares que derivan de las especificidades del particular procesode acumulación que se da en estos territorios.

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lidad de reproducir su ubicación. Esta particularidad juega un rol central en el

funcionamiento del mercado de suelo ya que la demanda de un terreno no puede

ser satisfecha con ningún otra, puesto que es único. Así las áreas que presenten

ventajas comparativas a otras, ya sea por las características urbanas de dotación

de servicios e infraestructuras, la cercanía de centros de abastecimiento o em-

pleo, las posibilidades de edificación, etc. tendrán un mayor precio.

En relación a ello, Samuel Jaramillo (1999a:s/p) plantea que ciertos lugares

y terrenos de la ciudad se valorizan y desvalorizan de acuerdo a movimientos

estructurales particulares; es decir, “movimientos bruscos que sufren determina-

dos terrenos por efectos de la transformación de la estructura urbana”, como pue-

den ser cambios de: uso y ocupación del suelo, densidades, entre otros. Serán

éstas variaciones de rentas las que los agentes capitalistas intentarán captar, ge-

nerando un clima de especulación urbana en la ciudad.

En el marco de este proceso, en el cual comienzan a tener un rol más activo

agentes como: desarrolladores inmobiliarios, inversionistas, empresas construc-

toras, asesores profesionales y de marketing, que despliegan diversas estrate-

gias basados en una lógica de incremento de ganancias y rentabilidad. En la ciu-

dad de Córdoba, ciertas áreas se van a convertir en polos de atracción para los

nuevos emprendimientos de desarrollo urbano e inversionistas; como ser: el área

central, pericentral, Costanera del Río Suquía y la zona noroeste de la ciudad

(particularmente sobre las principales vías de acceso y conexión). En estas áreas

se evidencian mayores densidades fundiarias, nuevas inversiones públicas en

materia de infraestructura y equipamientos y un aumento de la demanda de una

gran variedad de productos inmobiliarios por parte de familias con altos ingresos y

empresas que fortalecerán las grandes inversiones.

Será también a partir del 2000 y de acuerdo al desarrollo de estos procesos,

que el Estado (como regulador de las relaciones sociales y económicas) va a

reconfigurar su rol en el espacio urbano8. La administración pública, a la hora de

8 A partir del 2003, especialmente en Córdoba se aplicarán políticas habitacionales de cortenetamente segregacionista para los sectores populares de la sociedad, que se espacializarán

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conformar este espacio y en el marco de la valorización del capital al llevar a cabo

políticas de competitividad urbana, va tener una marcada impronta a favor de los

sectores de mayor poder adquisitivo y de esta forma uno de sus efectos será la

profundización de las desigualdades socioespaciales entre los territorios de la

ciudad.

Estructura Urbana y transformaciones del espacio urbano en la zonanoroeste de la ciudad de Córdoba

En cuanto a la zona noroeste de la ciudad, su conformación urbana a lo largo

del tiempo respondió a distintos procesos. A fines del siglo XIX, era un lugar aleja-

do de la mancha urbana y de veraneo para la población de sectores económicos

medios-altos y altos proveniente de la ciudad y de otras localidades. En esta épo-

ca existía una incipiente urbanización caracterizada por grandes lotes respon-

diendo al tipo de uso y ocupación. El uso residencial de veraneo, la cercanía y

conectividad con localidades de las sierras chicas, entre otros aspectos; impactó

de forma directa en la creación de vías de comunicación que con el pasar de los

años se convirtieron en corredores de desarrollo urbano.

En la actualidad esta zona se presenta como un espacio heterogéneo en lo

que respecta a los usos del suelo, específicamente en lo residencial y socioeco-

nómico; mixtura que se verifica también en las características urbanas. Se com-

pone de una serie de barrios formales e informales, sobre los cuales se ha produ-

cido en los últimos veinte años, un crecimiento urbano que refleja el accionar de

distintos agentes con lógicas diferenciadas y no siempre compatibles.

Los barrios Cerro de Las Rosas, Argüello, Granja de Funes, Quintas de

Argüello, Villa Belgrano y Villa Rivera Indarte (que llamaremos barrios del grupo 1)

presentan características poblacionales predominantes de sectores económicos

medios, medios-altos y altos; mantienen un crecimiento guiado por la especula-

ción e inversión privadas (bancos, colegios, malls comerciales, restaurantes, equi-

en la periferia urbana mediante nuevos territorios de relegación, como son las ciudades-barrios(Cisterna, 2011).

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pamientos de salud, emprendimientos residenciales) y el impacto de obras esta-

tales (viales y de servicios, entre otras). De acuerdo a ello, el área con mayor

desarrollo es la de los corredores viales (Av. Rafael Nuñez, Av. Donato Álvarez,

Av. Ricardo Rojas, Av. Martinoli) que vinculan a Córdoba con localidades como La

Calera y Villa Allende pertenecientes al área metropolitana9. En esta área y en las

zonas aledañas, se reconoce una variada oferta urbanística e inmobiliaria que

comprende distintas tipologías: lotes y/o viviendas en barrios privados del tipo

countries (construidos en su mayoría en los 90’ y desde comienzo del 2000), ph

en horizontal, condominios cerrados y casonas que conforman, en la última déca-

da, una nueva oferta inmobiliaria de mayor densidad, la cual se verifica con mayor

intensidad en aquellos barrios que presentan un fraccionamiento de suelo de gran-

des lotes (tal es el caso de Barrio Arguello o Villa Belgrano); junto a la construcción

y establecimiento de campus universitarios, clubes y un incremento del uso co-

mercial recreativo.

Lo anteriormente mencionado, se puede visualizar mediante una repetida

situación de sustitución de tipologías edilicias, de una a múltiples unidades

habitacionales en un mismo predio, produciendo una modificación de las caracte-

rísticas urbanas del sector que responde a un incremento de la densidad poblacional

(Imagen 1).

9 Las localidades a las que hacemos mención, actualmente, se caracterizan como “ciudadesdormitorio” ya que gran parte de su población trabaja y se abastece en la ciudad de Córdobacapital.

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Figura 1: Transformaciones urbanas en el sector. Densificación fundiaria

Fuente: Google Earth 2003-2011

En los últimos años, en el área mencionada han existido diversas inversio-

nes públicas en materia de obras de infraestructura vial con el fin de canalizar y

descongestionar el tránsito; ejemplos de éstas son la construcción del Nudo Vial

14 sobre el cruce de la Av. Rafael Nuñez, Recta Martinoli y La Cordillera y el cierre

de la Av. de Circunvalación. Esta última obra estaba pendiente de realización des-

de su inicio (1969), por lo que se considera un importante factor de especulación

para los capitales en el área. Sin embargo, la configuración de la estructura urba-

na de la zona no es homogénea ni equitativa.

A la par de esta área de gran desarrollo, se encuentran un área con grandes

carencias conformada por los barrios: Los Boulevares, Argüello Norte, Cerro Nor-

te y Villa Cornú (que llamaremos barrios del grupo 2); en éstos se presenta una

trama variada de situaciones en las que se superponen usos del suelo: residen-

cial, industrial y agrícola. Aquí el Estado, ha sido un agente que se ha mantenido

con un rol activo como productor de inmuebles de uso privado a través de la

ejecución de diversos planes de vivienda: desde barrios IPV10 para población de

10 Barrios producidos por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), como por ejemplo “IPV deArgüello”.

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sectores económicos medios, medios-bajos y bajos hasta la relocalización de vi-

llas11 en los denominados “Barrios-Ciudad”12. A modo de ejemplo podemos men-

cionar al barrio-ciudad “Sol Naciente”13 (2008) y el barrio “Boulevares Anexo”14

(2008). En algunos casos se verifica que la población alojada en estos nuevos

núcleos urbanos, provienen del sector correspondiente al conjunto de barrios Villa

Belgrano, Cerro de las Rosas, Arguello, entre otros15. Asimismo, se observa en la

zona situaciones de informalidad urbana a través de diferentes tipologías16, pre-

11 Refiere a un tipo de asentamiento cuya morfología no sigue la trama urbana. Es consideradauna forma informal de acceso al suelo urbano. En la ciudad de Córdoba, aparece como elmedio tradicional y con más presencia en el espacio urbano.

12 Se ha relocalizado a población de asentamiento de villa localizados en diversos sectores delárea de estudio y de otros sectores de la ciudad en los Barrios-Ciudad “Sol Naciente” y “LosBoulevares Anexo” localizados en el área de estudio. Estos nuevos conjuntos habitacionalesson producto del programa “Mi Casa, Mi Vida” que consistió en la erradicación de la mayoría delos asentamientos precarios y villas de la ciudad (principalmente céntricos) y la consecuenterelocalización de sus habitantes a las construidas y llamadas ciudades-barrios (ubicados en laperiferia urbana). Las ciudades-barrios son grandes complejos habitacionales que aparecenen el espacio urbano como verdaderos territorios marcados por tipologías y estéticascaracterísticas y una falta de integración y vinculación a la trama urbana.

13 En el barrio-ciudad “Sol Naciente” se relocalizaron familias de Canal de las Cascadas, CostaCanal San Francisco, Costa Canal Villa Rivera Indarte, Villa Tersuave, Boulevares los Cortaderos,Villa Manuela y El Infiernillo I y II, y fue localizado colindante a barrio Autódromo y cuenta coninfraestructura pública de red de agua potable, de energía eléctrica de media y baja tensióncon subestación transformadora, alumbrado público, red vial pavimentada, cordón cuneta yarbolado público

14 Boulevares Anexo es un barrio de viviendas sociales creado el 28 de noviembre de 2008 por elGobierno de la Provincia de Córdoba y destinado a familias provenientes de los asentamientosLas Chunchulas, Km.8 y El Calefón; localizadas ambas en el Barrio Los Boulevares.

15 Se ha verificado la existencia de villas que se encontraban localizadas en sectores de losbarrios Villa Belgrano y Villa Rivera Indarte y aledaños (donde se actualmente se localizandiversos barrios cerrados y country), pero que fueron relocalizadas por el programa “Mi casa,

Mi vida”. Las mismas se alojaban en inmediaciones de los barrios cerrados y ocupando áreasde borde de río, en otra época degradadas y obsoletas, aunque actualmente codiciadas porsus ventajas paisajísticas.

16 Se considera informal aquellos casos que no inician y por tanto no dan continuidad al procesosnormado para la aprobación de un loteo urbano. En el Año 2010, la Municipalidad de Córdobay el Observatorio urbano Córdoba de la UNC, establecieron una serie de categorías irregularesa saber: villas, asentamientos, loteos de producción estatal, loteos iniciados por organizaciones

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senta casos de larga data como lo son los casos de las villas Hermana Sierra,

Atalaya, 28 de noviembre, con mas de 25 años de presencia en el sector, otras

como villa 9 de julio que desde hace 15 años se encuentran en el mismo (que

llamaremos barrios del grupo 3) (Mapa1).

En estudios anteriores (Fernández y Tecco, 2009; Tecco, 2008; Pedrazzani,

2011) se pudo verificar que los barrios “Los Boulevares”, “Argüello Norte”, “Cerro

Norte” y “Villa Cornú” presentan grandes deficiencias en cuanto a la infraestructu-

ra, equipamientos y servicios: los centros de salud y educativos son insuficientes

para la densidad poblacional y cuentan con recursos económicos y humanos mí-

nimos. Las obras de infraestructura la mayoría no está completa, (calles de tierra

y en mal estado, alumbrado incompleto, recolección de basura parcial y proble-

mas en el transporte público de pasajeros).

De acuerdo a lo que hemos venido desarrollando, podemos observar que

además de los otros agentes, el Estado con su accionar posee injerencia en la es-

tructura urbana y en lo precios del suelo. En este sentido, si nos enfocamos en las

normas vigentes17 sobre uso y ocupación del suelo, muestra para el área noroeste

de la ciudad un patrón mayormente homogéneo. Asimismo, se advierte una mar-

cada diferencia entre el área donde se encuentra el grupo de barrios 1 y la de los

barrios del grupo 2 y 3. La primera área, posibilita una menor ocupación del suelo

(FOS), que indica la orientación de una imagen urbana y paisajística de amplios

lotes; mientras que la segunda, da cuenta de una clara mixtura de usos residencia

y rural-industrial que determina un impacto negativo hacia la actividad residencial,

por colindancia conflictiva de usos. Estas situaciones promovidas por la normati-

va urbana, van a ser un factor de gran impacto en la conformación de los precios

del suelo y en la demanda residencial y/o de otras actividades más o menos ren-

tables.

Hasta aquí, las transformaciones ocurridas en el área noroeste de la ciudad

comunitarias, loteos de producción estatal, loteos iniciados por entidades intermedias, loteosiniciados por organizaciones comunitarias y completados por el estado y mixtas.

17 Para el caso de Córdoba, la normativa está a cargo del gobierno local municipal

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han dado cuenta de una serie de ventajas comparativas que terminan producien-

do una estructura urbana caracterizada por la existencia y convivencia de dos

polos: un área de atracción y un área con una amplia desigualdad socioespacial

respecto a la primera. Ahora ¿qué repercusión trae aparejado ello en el precio del

suelo?

Mapa 1: Grupos de barrios de referencia, según características territoriales.

Fuente: Elaboración propia, sobre base cartográfica 2007 de la Dirección de CatastroMunicipalidad de Córdoba. Software Arcview 9.3 y Windows XP. Observatorio UrbanoCórdoba, UNC, 2012.

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Precio del suelo urbano en la zona noroeste de la ciudad

Las características sociales y de la estructura urbana descriptas anterior-

mente, se ven reflejadas en la evolución de precios del suelo. En este sentido, la

trayectoria temporal va a manifestar la relación entre la estructura urbana (deter-

minante de los precios) y la social (en cuanto a posibilidades de acceso y proximi-

dad a determinados espacios urbanos). Es además el suelo como mercancía, el

que demostrará en la variación de precios (al margen de la acción de su propieta-

rio y de sus propiedades físicas y/o morfológicas) la lógica de acción de los dife-

rentes agentes públicos o privados sobre el espacio urbano.

Con respecto a la zona de estudio, la trayectoria temporal en el periodo 2003-

2011 arroja los siguientes datos:

Tabla 1: Registro de precios del suelo por barrio y su relación con el salario mínimo(2003 y 2011)

Fuente: Sección Clasificados / Terrenos en venta, del diario La voz del interior. RegistroSábados y Domingos, primera quincena de Abril, Mayo y Junio de 2003 y primera quincenaAbril 2011.

BARRIO 2003 2011�

Promedio de valor m2 en dólares

Salario Mínimo Vital y Móvil en dólares

Promedio de valor m2 en dólares

Salario Mínimo Vital y Móvil en dólares

VILLA CORNU 1,89 87,10 31,33 438,09 VILLA RIVERA

INDARTE 9,30 87,10 77,80 438,09

CERRO NORTE 13,24 87,10 70,95 438,09 QUINTAS DE ARGUELLO

21,28 87,10 97,56 438,09

VILLA BELGRANO 32,22 87,10 264,22 438,09 CERRO DE LAS

ROSAS 63,95 87,10 283,07 438,09

GRANJA DE FUNES 37,30 87,10 180,62 438,09 ARGUELLO 19,64 87,10 91,40 438,09

LOS BOULEVARES 10,94 87,10 57,80 438,09 ARGUELLO NORTE 10,29 87,10 49,22 438,09

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Figura 2: variación del precio de terreno por barrio y por año (2003-2011)

Fuente: Elaboración propia en base a tabla 1 y 2

De acuerdo a lo relevado, podemos observar que la variación de los precios

del suelo del año 2003 al 2011, en todos los barrios analizados fue de entre el

442% al 836%18 (Tabla 2). El 146% de este incremento es explicado por la actua-

lización de la moneda (valores del dólar al año 2003 y valores al 2011)19; el resto,

podemos atribuirlo a las transformaciones urbanas descriptas anteriormente.

18 A excepción de Villa Cornú que tuvo un incremento de más de 1600% del valor del 2003, peroque no puede ser tomado como un referente por la escasez de datos encontrados.

19 Cabe destacar, como dato a tener en cuenta, a la hora de un análisis comparativo con el niveladquisitivo; que el salario mínimo vital y móvil para el año 2003 era de 250 pesos (87,11dólares) en el período julio/agosto; y para el año 2011 era de 1840 pesos (438,10 dólares) en elperíodo enero/septiembre.

C. Cisterna, V. Monayar, C. Pedrazzani I Estructura urbana y estructura de precios... - pp. 31-53

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Tabla 2: Evolución de precios del suelo por barrio (2003 y 2011)

Fuente: Sección Clasificados / Terrenos en venta, del diario La voz del interior. RegistroSábados y Domingos, primera quincena de Abril, Mayo y Junio de 2003 y primera quincenaAbril 2011.

Metodológicamente y para poder mantener una comparación histórica, se

establecieron intervalos cualitativos de precios; a saber: muy bajo, bajo, medio,

alto y muy alto, elaborados y utilizados en otras investigaciones (Marengo, C.,

2004). Sobre estos se analizaron las modificaciones de los barrios seleccionados.

Si bien todos los barrios incrementaron el precio de su suelo, algunos lo hicieron

en mayor medida que otros lo que significó una variación en el intervalo de precio

que ocupaba en el año 2003. De ello se desprende, que dos de los barrios anali-

zados modificaron su posición en el zona: Argüello Norte verificó un descenso de

20 En el precio final que observamos del precio de los terrenos se dedujo sin considerar elincremento del dólar a fin de aislar aquellos factores relacionados con los procesos netamenteeconómicos.

21 Si bien el barrio Villa Cornú fue incorporado por pertenecer al sector de estudio, no se considerareferente por no haber obtenido una cantidad de datos suficientes que permitan un correctoanálisis de su evolución.

Nombre Aumento precio terreno –dólares–

% de aumento de precio terreno

% aumento precio del Dólar

% Aumento final precio terreno�

VILLA CORNU� 29,44 1657,67 146,3 1511,37 VILLA RIVERA INDARTE

68,5 836,56 146,3 690,26

CERRO NORTE 57,71 535,88 146,3 389,58 QUINTAS DE ARGUELLO 76,28 458,46 146,3 312,16

VILLA BELGRANO 232 820,05 146,3 673,75 CERRO DE LAS ROSAS 219,12 442,64 146,3 296,34

GRANJA DE FUNES 143,32 484,24 146,3 337,94

ARGUELLO 71,76 465,38 146,3 319,08 LOS BOULEVARES 46,86 528,34 146,3 382,04 ARGUELLO NORTE

38,93 478,33 146,3 332,03�

20

21

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intervalo (aunque no de precios) de bajo a muy bajo y Villa Belgrano con un incre-

mento de intervalo de alto a muy alto (Mapa 2 y 3).

A la hora de identificar los factores que incidieron en la estructura de precios

analizada, podemos decir que la modificación de la misma estuvo a la par de las

transformaciones territoriales ocurridas y a las estrategias y lógicas de actuación

desplegadas por los distintos agentes. Mientras que en el barrio Villa Belgrano, el

crecimiento urbano y el aumento del precio del suelo se facilitó por las posibilida-

des de incrementar la densidad fundiaria, por las riquezas paisajísticas del área y

por las inversiones realizadas; en el barrio Argüello Norte se produce una compe-

tencia de usos del suelo en el espacio: por la localización de barrios-ciudades, el

crecimiento de asentamientos informales y la colindancia con loteos y vacíos con

un uso del suelo rural/industrial.

De este modo, se puede observar que los procesos de urbanización de los

barrios Cerro de Las Rosas, Villa Belgrano, Argüello, Villa Rivera Indarte, Granja

de Funes y Quintas de Argüello fueron disímiles al de los barrios Los Boulevares,

Villa Cornú, Cerro Norte y Argüello Norte. A lo largo del tiempo, los primeros se

fueron convirtiendo en un polo de atracción para inversiones en el suelo urbano ya

sea en materia residencial, comercial o de servicios. En cambio, los segundos se

fueron transformando en un espacio fragmentado y segregado, con condiciones

deficitarias de servicios, equipamientos, accesibilidad, calidad urbana ambiental,

entre otros aspectos.

Las transformaciones espaciales que se fueron plasmando a lo largo del

tiempo, tanto en la estructura urbana como en la funcionalidad de la zona, incidie-

ron de forma directa en la estructura del precio del suelo urbano y ello acentuó y

profundizó las desigualdades socioespaciales existentes.

C. Cisterna, V. Monayar, C. Pedrazzani I Estructura urbana y estructura de precios... - pp. 31-53

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Mapa 2: Estructura de precios del suelo, zona NO de la ciudad de Córdoba periodo2003

Fuente: Elaboración propia. Datos relevados (2003) sobre la base cartográfica de la

Dirección de Catastro Municipalidad de Córdoba 2007. Software ArcView 9.3 - windows XP.

Observatorio Urbano Córdoba, UNC.

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Mapa 3: Estructura de precios del suelo, zona NO de la ciudad de Córdoba periodo2011

Fuente: Elaboración propia. Datos relevados (2011) sobre la base cartográfica de la

Dirección de Catastro Municipalidad de Córdoba 2007. Software ArcView 9.3 - windows XP.

Observatorio Urbano Córdoba, UNC.

Conclusiones

El análisis de las transformaciones urbanas desde una perspectiva que rela-

cionó la trayectoria temporal del precio del suelo urbano (2003-2011) y los facto-

res que inciden en éste, nos permitió establecer algunos de los procesos que se

desarrollan en la producción y reproducción del suelo urbano para el caso de la

zona noroeste de la ciudad de Córdoba. En este sentido, las particularidades del

área, las desigualdades socioespaciales y las posibilidades reales de acceso a la

ciudad por parte de la población de los distintos sectores económicos dieron cuenta

de las características de la estructura urbana.

C. Cisterna, V. Monayar, C. Pedrazzani I Estructura urbana y estructura de precios... - pp. 31-53

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Al analizar los mecanismos sociales de articulación entre lo económico y lo

urbano, se puso de manifiesto el avance de una lógica de mercantilización de la

ciudad. El suelo urbano, como bien irreproducible e indispensable para el desarro-

llo de la vida urbana es disputado por los distintos agentes en pos de sus intere-

ses. El peso relativo que ejerce la lógica de la ganancia sobre el espacio urbano,

limita el acceso a la ciudad por parte de grandes sectores sociales.

En la ciudad de Córdoba, bajo un predominio de las reglas del mercado en

las acciones de gestión y manejo de las ciudades se profundizan las desigualda-

des socioespaciales entre áreas de interés donde el Estado desarrolla grandes

obras y emprendimientos a beneficio de inversionistas privados y a expensas de

una carga hacia las áreas en detrimento. De acuerdo a estas relaciones, la ciudad

se vuelve una mercancía en la que los sectores de menor poder adquisitivo que-

dan fuera del sistema formal, ven restringidas sus posibilidades de acceso y de-

ben hacerlo en la muchos casos a través de procesos no formales.

En la ciudad de Córdoba no existe una política de suelo con una fuerte im-

pronta regulatoria de uso y ocupación, sino que por el contrario el Estado ha teni-

do –por acción u omisión– un rol con gran incidencia en los cambios de la estruc-

tura de precios del área. Por un lado, con los impactos de las inversiones en obras

de infraestructura, servicios y equipamientos; y por el otro, como un actor produc-

tor de inmuebles privados –viviendas sociales– en determinadas zonas de la ciu-

dad en las cuales se han llevado a cabo políticas habitacionales aisladas –como

son las relocalizaciones de villas y asentamientos informales en loteos periféricos

muchas veces con uso del suelo rural originariamente–; impactando ello de forma

directa en los costos del suelo urbano al producir un alza de los precios del suelo

de la ciudad en general y de cada zona en particular.

El caso de estudio analizado pone en evidencia que con el avance de la

lógica mercantil se profundiza una política de corte segregacionista en el espacio

urbano y que el Estado pasa a convertirse en un mero intermediario de estas

acciones.

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DESIGUALDADES SOCIOTERRITORIALES DE GÉNERO ENAMBITOS METROPOLITANOS: EL CASO DEL

AGLOMERADO DE TUCUMAN

NATALIA PAOLA CZYTAJLO - [email protected]

CONICET - FAU - UNT

Recibido 09/09/12 Aprobado 17/10/12

Res

um

en

Los objetivos de este trabajo se orientan a reflexionar en torno a las desigualdades

de género, las condiciones de pobreza y las respuestas en política habitacional en

función de los desafíos de las agendas internacionales.

Se propone aportar a una mayor comprensión de los procesos sociales y territoria-

les que incrementan y profundizan la fragmentación y la exclusión en espacios metro-

politanos, así como sobre herramientas para las políticas. Para ello se profundiza

en 1) instrumentos que posibiliten el análisis de información cuali-cuantitativa y 2) la

utilidad de los sistemas de información geográfica a los efectos del análisis de las

desigualdades de género en el ámbito metropolitano de Tucumán (Argentina). Se

trabaja con a) Información censal y cartográfica disponible (INDEC); b) Indicadores

y datos documentos e informes (CEPAL, CLADEM, ONU-Hábitat, GEO Ciudades).

Palabras clave: agendas, equidad, hábitat, indicadores, vulnerabilidad

The objectives of this work are oriented to reflect on gender inequalities, poverty

and responses in housing policies according to the challenges of international agenda.

It is to contribute to understanding the processes that increase and deepen social

fragmentation and exclusion in metropolitan areas as housing policy tools

The study explores: 1) tools for analyzing qualitative and quantitative information;

and 2) the utility of geographic information Systems –GIS– to analyze the effects of

gender inequality in the metropolitan area of Tucuman (Argentina).

It is working with: a) information mapping and population censuses (INDEC); (b)

indicators and data, documents and reports (ECLAC, CLADEM, UN-Habitat, GEO Cities).

Keywords: agendas, gender equality, habitat, indicators, vulnerability

Ab

stra

ctN. P. Czytajlo I Desigualdades socioterritoriales de género... - pp. 54-85

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Introducción

El incremento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión son procesos

complejos que ocurren principalmente en las ciudades. Si bien no son fenómenos

nuevos, adquieren nuevas dimensiones.

Partimos del consenso respecto a que las tradicionales conceptualizaciones

sobre la pobreza (carencia material, capacidades) y las respuestas de políticas

que resultan de estos enfoques, son insuficientes para abordar las problemáticas

sociales actuales.

La omisión de la dimensión de poder en el estudio de la pobreza, deja sin

explicar y sin problematizar un conjunto de desigualdades que operan en las ins-

tituciones, que usualmente ponen en desventaja a las mujeres (CEPAL, 2004).

En tanto el carácter de la pobreza es complejo, relacional y multidimensional,

se sostiene que la interpretación de su naturaleza depende de factores culturales

adscritos como los relativos al género, raza y etnia, así como del contexto econó-

mico, social e histórico (Arriagada, 2005).

Diferentes trabajos dan cuenta de que, a inicios del siglo, no sólo se incrementa

la pobreza urbana, sino que se genera un proceso de acumulación de desventa-

jas económicas y sociales que se concentran principalmente en determinados

colectivos sociales. La desigualdad, la fragmentación y la segregación se agudizan,

y se expresan no sólo en indicadores socioeconómicos, sino en el acceso real de

la población a las ofertas urbanas1.

1 Sólo citaremos algunos trabajos, algunos de los cuales han sido analizados en Czytajlo (2010)donde se analiza la situación de Tucumán y el aglomerado. Para el ámbito latinoamericano elInforme Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe (PNUD, 2010) presentaindicadores que dan cuenta de la desigualdad en distintas dimensiones. Por lo general se analizanlos asociados a trabajo, salud, educación. El Informe latinoamericano sobre pobreza y desigualdaddel 2011, insiste en que la desagregación en unidades menores, evidencia mayores diferenciasy situaciones más desfavorables. Giacometti (2005) da cuenta para Argentina específicamentede lo que muestra el análisis desagregado por sexo sobre cada una de ellas.

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Asumimos que existen también formas de limitación de la vida urbana que

se refieren a persistentes asimetrías de poder, tales como las desigualdades de

género (Falú, Segovia, 2007).

Estas cuestiones han sido incorporadas en las agendas y compromisos in-

ternacionales durante las últimas cuatro décadas.

Los principios y objetivos de la Declaración de Río se plantean en términos

de erradicación de pobreza2 y mejora de la calidad de vida. Documentos de Río+203,

reconocen además la necesidad de “lograr el desarrollo sostenible promoviendo

un crecimiento sostenido, inclusivo y equitativo, creando mayores oportunidades

para todos, reduciendo las desigualdades, mejorando los niveles de vida básicos,

fomentando el desarrollo social equitativo y la inclusión”.

Por otra parte, desde la segunda parte de los años noventa, las cuestiones

de género han tomado un lugar casi ineludible en las agendas de desarrollo así

como también en políticas, programas y proyectos. En la Agenda Hábitat apare-

cen asociadas a la relación entre el desarrollo sostenible y las tendencias y facto-

res demográficos (Capítulo 5, Programa 21). Por otra parte, desde el 2000, los

siete Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) han sido un punto de convergen-

cia para las aspiraciones de los gobiernos y pueblos del mundo4. Y, si bien se han

conseguido avances, aún existen desafíos en torno a un abordaje más amplio de

las desigualdades. La Declaración de Río+20 reafirma los compromisos en torno

a los ODM.

El ODM 1 plantea erradicar la pobreza extrema y el hambre. Aunque las

2 Declaración de Río sobre medioambiente y desarrollo. Informe de la Conferencia de las NacionesUnidas sobre el Medio Humano, Estocolmo, 5 a 16 de junio de 1972 (publicación de las NacionesUnidos, No. de venta: S.73.II.A.14 y corrección), cap. 1.

3 Ver: "El futuro que queremos”. Disponible en la web: http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/LTD/N12/436/91/PDF/N1243691.pdf?OpenElement.

4 Ocho en Argentina (1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre, 2. Alcanzar la educaciónbásica universal, 3. Promover el trabajo decente, 4. Promover la igualdad de género, 5. Reducirla mortalidad infantil, 6. Mejorar la salud materna, 7. Combatir enfermedades como SIDA,Chagas, 8. Asegurar un medioambiente sostenible).

N. P. Czytajlo I Desigualdades socioterritoriales de género... - pp. 54-85

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

agendas asumen que el crecimiento económico por sí mismo no se traduce nece-

sariamente en la reducción de la pobreza y la reducción de la pobreza no reduce

automáticamente la desigualdad. Por otra parte, la igualdad de género y el empode-

ramiento de la mujer fueron presentados como el ODM 3. La Declaración del Mile-

nio destaca el rol de la igualdad como vía efectiva para lograr un desarrollo sus-

tentable.

Encontrar soluciones para el hacinamiento en viviendas urbanas insalubres

forma parte de las aspiraciones del ODM 7, que se orienta a mejorar las condicio-

nes de vida de por lo menos 100 millones de habitantes de los barrios marginales

para 2016. Junto con los esfuerzos por suministrar agua potable y saneamiento

moderno a los barrios marginales, los gobiernos se están concentrando en las

iniciativas económicas para mejorar el estándar de vida de los residentes urbanos

más pobres (PNUD, 2010).

Entre los desafíos más recientes en materia de agendas internacionales en

torno a las ciudades, cabe señalar los documentos relativos al World Urban Forum

65 The Urban Future, que sitúan la discusión en torno al mundo urbano y a cuatro

grandes áreas temáticas. Entre estas últimas, la segunda, “Equity and the Prosperity

of Cities”, se refiere específicamente a: 1) “ciudad equitativa” en relación a la

reducción de la pobreza y las desigualdades; 2) “ciudad inclusiva” respecto a la

protección de los derechos de todos los residentes y particularmente los más

vulnerables, tendiente a la equidad de género y a la atención de los derechos de

las minorías; 3) “ciudad próspera”, como una ciudad caracterizada por la diversi-

dad cultural y el respeto por las diferencias y estilos de vida (incluyendo etnia,

religión, género, etc.).

Estos temas aún no están, lo suficientemente considerados en la práctica

urbano habitacional6.

5 World Urban Forum. The urban future. Concept paper and outlines of the dialogues. HSP/WUF/6/2.

6 Sobre este tema, la tesis doctoral (Czytajlo, 2010) dedica un capítulo a analizar el estadoactual del marco institucional (organizacional y normativo) respecto de la incorporación de lacuestión de género en la política social y habitacional.

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Los programas de intervención territorial tienden a abordar el aspecto patri-

monial, es decir, el referido a las dificultades de acceder al suelo urbano, a la

vivienda, a la infraestructura y los servicios básicos de los grupos definidos como

“pobres”.

Los nuevos escenarios sociales y la creciente complejidad de la cuestión so-

cial interpelan las formas típicas de intervención de las políticas sociales. Proble-

máticas sociales complejas, como expresiones de la tensión entre necesidades y

derechos sociales, hacen necesario reflexionar sobre los alcances de los compro-

misos nacionales, provinciales y locales en torno a las agendas acordadas en el

ámbito global, así como sobre los instrumentos y herramientas de seguimiento

que respondan a las particularidades de estos ámbitos y a la complejidad actual.

Este trabajo se enmarca en la investigación de la tesis doctoral y en posterio-

res avances en la línea de investigación7. Profundiza en la definición de indicadores

y su espacialización a los efectos del análisis de las desigualdades de género8 en

el ámbito metropolitano de Tucumán (Argentina). Busca presentar algunas evi-

dencias y reflexiones en torno a los aportes de la articulación de las categorías:

género, pobreza y espacio en relación a las respuestas en política habitacional y

los desafíos de las agendas internacionales.

Indicadores: realidades y desafíos en torno a las agendas

Documentos y estudios señalan que la perspectiva de género contribuye al

7 Línea financiada por el CONICET, referida a la profundización sobre herramientas y elementospara el análisis y evaluación de políticas habitacionales y urbanas en el área metropolitana deSan Miguel de Tucumán que contemplen la articulación entre género, espacio y pobreza.

8 Asumimos el género como categoría fundamental y perspectiva teórico-metodológica.Consideramos que ello implica revisar los paradigmas conceptuales y metodológicos y lascategorías de análisis tradicionales. Entendemos el género como “construcción social, histórica,cultural y simbólica, y como “forma primaria de las relaciones significantes de poder”. Retomamoslas definiciones de Scott (1998), Lagarde (1996); como una construcción de poderes, subrayala construcción social de la feminidad y la masculinidad, de las relaciones y los roles asignadosa mujeres y varones de acuerdo a los modelos de comportamiento sexual impuestos por lasociedad y la forma en que ella ha estructurado sus esquemas de poder.

N. P. Czytajlo I Desigualdades socioterritoriales de género... - pp. 54-85

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

diseño de políticas ya que permite orientar las medidas a las situaciones de po-

breza más graves y a los más vulnerables. Sin embargo, esto supone, la mayoría

de las veces, la utilización de indicadores que solamente realizan un recuento de

varones y mujeres que viven en pobreza independientemente de otros factores

como su pertenencia a hogares y no contribuye a medir lo que se intenta medir

(CEPAL, 2004).

En ese sentido existen en el ámbito latinoamericano, algunas aproximacio-

nes a la pobreza desde una perspectiva multidimensional que incluye la perspec-

tiva de género, pero sus conclusiones no pueden proyectarse a todo el territorio

nacional, si tenemos en cuenta los desequilibrios y particularidades territoriales.

En el ámbito nacional, en la década de los ochenta para el análisis de las

consecuencias de las políticas públicas de ajuste estructural comienza una verda-

dera preocupación por la construcción de instrumentos de medición de género.

Es a finales de esa década y principios de los noventa, que estos temas cobran

importancia9.

En la provincia de Tucumán la adhesión a los ODM, y específicamente el

ODM3 ha implicado en los últimos cinco años el seguimiento de algunos indicadores

referidos a las diferencias de género10.

Algunos antecedentes respecto a los indicadores para medir las metas del

Milenio (Giacometti, 2005) muestran la relevancia de la incorporación de la catego-

ría analítica de género en relación a cada uno de los otros objetivos, como medio

para alcanzar las metas, llamando particularmente la atención sobre el déficit de

9 El inicio de los indicadores sensibles al género, se produce en las áreas del desarrollo, siendoimpulsores de la creación, los organismos internacionales y agencias de cooperacióninternacional: Banco Mundial, CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe),Agencia de EEUU (USAID), Alemana (GTZ) y Canadiense de Cooperación o el PNUD. Dentrode los indicadores que permitirían analizar las condiciones socioeconómicas desde un enfoquede género, el PNUD propone el Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) en relación alÍndice de Desarrollo Humano (IDH). El PNUD –Programa de las Naciones Unidas para elDesarrollo–, presenta el Índice de Desarrollo relativo al Género –IDG–.

10 Ver: Informe ODM Tucumán 2006.

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información estadística disponible y los desafíos para un seguimiento adecuado

de su cumplimiento, utilizando indicadores adicionales que muestran la heterogenei-

dad regional y otras desigualdades que afectan a varones y mujeres a nivel nacio-

nal.

Los indicadores de seguimiento respecto de las metas de hábitat y sostenibi-

lidad (ODM 7) se refieren, en cambio, a: abastecimiento de agua potable, servi-

cios de saneamiento mejorados, población urbana que vive en barrios de tugurios11.

Figura 1. ODM 7. Metas e indicadores

Fuente: PNUD, 2010.

11 La proporción real de personas que viven en barrios de tugurios se mide mediante una variablesustitutiva representada por la población urbana que vive en hogares con al menos una de lascuatro características siguientes: a) falta de acceso a un mejor abastecimiento de agua; b)falta de acceso a un mejor saneamiento; c) hacinamiento (3 ó más personas por habitación); yd) viviendas construidas con material de corta duración.

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En esa línea, los programas y diagnósticos sociohabitacionales12 se plan-

tean como finalidad la reducción de la pobreza desde enfoques tradicionales. Los

indicadores de base más utilizados son Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)

y Línea de Pobreza (LP) y en menor medida el Índice de Privación Material de los

Hogares (IPMH). También se refieren a la infraestructura social básica (acceso al

agua, desagües y calidad de vivienda).

Conforme a lo señalado por agendas y autores respecto a las nuevas y com-

plejas formas de pobreza y desigualdad, constatamos que si bien se incorporan

nuevos debates y dimensiones de medición, esto no tiene aún una adecuada co-

rrelación con la práctica de las políticas. El análisis de los datos sobre los que se

trabaja en los informes sociohabitacionales en distintos niveles, así como los refe-

ridos a programas de intervención en la provincia de Tucumán13, evidencia que no

indagan en las diferencias hacia el interior de los hogares y no otorgan importan-

cia analítica a la desagregación por sexo.

Por otra parte, informes específicos sobre el seguimiento del ODM3, impli-

can análisis de las disparidades de género. Sin embargo sólo dan cuenta de las

diferencias en dimensiones tradicionales como educación, trabajo y participación

política, sin cruzar esta categoría en el análisis de otras variables (LED, 2009).

Indicadores para el aglomerado de Tucumán

En Tucumán el proceso de urbanización en el transcurso de los últimos cin-

cuenta años ha conformado un conglomerado del que participan San Miguel de

Tucumán, cinco municipios y una docena de jurisdicciones menores. El mismo,

12 Se analizaron diferentes informes y estudios oficiales realizados sobre la situación habitacionaly los indicadores de género en los distintos niveles territoriales: Informe sobre ODM (Giaccometti,2005), ODM Tucumán (Gobierno de Tucumán, 2006) y Lineamientos Estratégicos para elDesarrollo LED (Gobierno de Tucumán, 2009) y los informes de la situación habitacional delpaís (IAIVA, 2007) y (Schuster, 2007) y para la provincia (IAIVA, 2007).

13 Nos referimos específicamente a la experiencia de seguimiento de los programas sociohabita-cionales implementados en la provincia: PROMEBA, PROMEVI, durante la investigación de latesis. Período 2004-2009.

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de 800.000 habitantes (aprox. 60% de la población provincial) ocupa un área infe-

rior al 5% del territorio (PNUMA, 2007).

Nos centramos en la utilización de indicadores ambientales urbanos, con la

estructura metodológica de GEO Ciudades y la matriz PEIR (presión, estado, im-

pacto, respuesta) (PNUMA, 2008)14, cuyo antecedente ineludible lo constituye el

Estudio GEO San Miguel de Tucumán (PNUMA, 2007), e incorporamos la catego-

ría analítica de género.

Encontramos tres componentes principales en los procesos de urbaniza-

ción: dinámicas demográfica, económica y de ocupación territorial. Estos compo-

nentes son las fuerzas que impulsan el desarrollo urbano: la población, las activi-

dades económicas y la base territorial sobre la cual se desarrollan las actividades

urbanas. Estos factores se incluyen en la matriz por medio de diversos indicadores

seleccionados para permitir la evaluación del estado del medio ambiente local.

El trabajo recupera avances anteriores (Czytajlo, 2010, 2011) sobre el análi-

sis de la articulación entre género, espacio y pobreza en relación a la situación

socio-habitacional, las respuestas en materia de política y las formas de gestión

de la primera década del siglo XXI. Propone un análisis relacional entre variables

generalmente contempladas asociadas a la calidad de la vivienda y aquellas rela-

cionadas a las condiciones de los hogares y la jefatura femenina como indicadores

de las restricciones a los recursos y las responsabilidades en el hogar15.

Mediante la incorporación de conceptos y categorías de diferentes discipli-

nas y ciencias sociales hemos puesto atención a cuestiones y dimensiones no

tradicionalmente abordadas, más allá de la dimensión física. Dimensiones que

14 Los informes GEO Ciudades están desarrollados con base en la metodología GEO Ciudades,la cual esta enfocada en las tensiones ambientales inherentes a las dinámicas del desarrollourbano.

15 Cabe señalar que la selección de las variables se ha realizado en el marco de la investigaciónde la tesis, al cabo de realizar otras aproximaciones cualitativas y específicamente etnográficasrespecto a las características sociales y habitacionales en el marco de la implementación deprogramas sociohabitacionales en barrios específicos del aglomerado tucumano en el períodoestudiado.

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consideramos útiles para abordar los procesos de implementación de las políticas

como parte de procesos sociales más amplios y donde se manifiestan relaciones

de poder.

Figura 2. Esquema indicadores propuestos.

Fuente: Elaboración propia. Czytajlo (2011)

Las fuentes utilizadas han sido las siguientes: a) información censal disponi-

ble (INDEC, REDATAM Censo 2001); b) indicadores y datos de documentos e

informes (CEPAL, CLADEM, ONU-Hábitat, GEO Ciudades). A partir de ello, gene-

ramos los tabulados no existentes para las áreas de análisis y utilizamos SIG para

la expresión espacial y consultas.

La metodología GEO Ciudades señala que la evaluación sobre cómo la ur-

banización incide sobre el medio ambiente supone conocer los factores que pre-

sionan los recursos naturales y los ecosistemas locales, dando origen a un deter-

minado estado del medio ambiente – con impactos sobre la calidad de vida, la vul-

nerabilidad física y social, las desigualdades en las ciudades; que implican res-

puestas específicas del gobierno y sociedad local (PNUMA, 2008).

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Las fuerzas motrices son referidas como fuerzas indirectas o subyacentes.

Están relacionadas con procesos fundamentales de la sociedad que promueven

actividades que tienen un impacto indirecto sobre el medio ambiente. Fuerzas

clave incluyen: demografía; conductas de consumo y producción; innovación cien-

tífica y tecnológica; demanda económica; mercado y comercio; patrones de distri-

bución; marcos institucionales y socio-políticos; y sistemas de valores.

Las presiones se refieren a las fuerzas económicas y sociales subyacentes

tales como el crecimiento de la población, el consumo o la pobreza. Desde el

punto de vista político, la presión constituye el punto de partida para enfrentar los

problemas ambientales.

Respecto a las dinámicas demográficas, en el aglomerado se reconocen

tres áreas en relación a la tasa de crecimiento de población entre el año 1991 y

2001.

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Figura 3.

Fuente: Elab. Propia en base a datos Jarma, N. para GEOSMT e INDEC, 2001.

El mapa anterior, que contiene la producción en materia de política

habitacional, permite observar cómo en el área de crecimiento significativo, pre-

domina el uso residencial de reciente incorporación, impulsado por la promoción

pública de vivienda y por el proceso de generación de suelo urbano de grupos

marginales (PNUMA, 2007). En el sector de crecimiento moderado coexisten di-

versas estrategias de producción de ciudad, formal e informal. Podemos observar

que la intervención estatal en estos sectores, se ha dirigido en los últimos años a

la consolidación y regularización.

Otro indicador de presión implica analizar la superficie de los asentamientos

irregulares, cuya condición de irregularidad no sólo está asociada a la tenencia de

Figura 3. INDICADOR TASA CRECIMIENTO DE POBLACIÓN

Tipo Presión Dimensión Demográfica Tema/subtema Crecimiento

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

El crecimiento significativo corresponde

al área exterior. En los municipios

aledaños las tasas de crecimiento medio

anual son superiores al 30 por mil, en la

capital el área sureste con valores

mayores al 50 por mil.

En un sector intermedio el crecimiento

es moderado.

El sector central muestra tendencias de

decrecimiento poblacional.

Fuente: Elab. Propia en base a datos Jarma, N. para GEOSMT e INDEC, 2001.

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suelo, sino a problemáticas urbanas, ambientales, sociales.

Figura 4.

Fuente: Elab. Propia en base a planimetría CAD (IPVyDU, 2004) y datos INDEC, 2001.

Las respuestas corresponden a las acciones que atenúan o evitan impactos

ambientales negativos, corrigen el daño causado al medio ambiente, conservan

los recursos naturales o contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población

local. Si nos preguntamos qué se está haciendo en materia de políticas

habitacionales, cabe señalar que las mismas se constituyen a la vez en nuevas

presiones.

A principios de la década, luego de la crisis del año 2001, en un contexto de

condiciones restrictivas respecto a la situación socioeconómica, además de los

programas de vivienda llave en mano, se inicia una cierta diversificación de los

Figura 4. INDICADOR SUPERFICIE DE ASENTAMIENTOS IRREGULARES

Tipo Presión Dimensión Urbanización Tema/subt

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (2004)

Se reconocen diferentes grupos según

superficie.

Se ubican en su mayoría en los sectores de

crecimiento significativo.

Sin embargo también se observan en el

sector de crecimiento moderado, más hacia

el interior de la ciudad.

Sup. 950 ha.

Fuente: Elab. Propia en base a planimetría CAD (IPVyDU, 2004) y datos INDEC, 2001.

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lineamientos hacia los grupos de menores ingresos16. Se incorporan programas

con criterios de focalización social y territorial (Programa Mejoramiento de Barrios

–PRO.ME.BA–) que proponen transformar el hábitat popular a partir de lineamientos

tales como regularización dominial y seguridad jurídica y la provisión de infraes-

tructura social básica de servicios.

En otros trabajos (Casares, Czytajlo, 2011) se ha analizado en términos de

superficie lo que implican las intervenciones frente a estas situaciones. Los últi-

mos, han constituido el 5% de las superficies intervenidas, con un incremento al

13% si tenemos en cuenta las obras en ejecución en el año 2010. Este tipo de

intervenciones en la ciudad existente, de mejoramiento de barrios sumado a los

programas de mejoramiento de viviendas al año 2010, implicaban la mitad de la

superficie de los asentamientos al año 2004. En cambio, la intervención de vivien-

da nueva iguala dicha superficie.

El análisis de la dinámica social implica mirar las desigualdades. Para las

evaluaciones GEO Ciudades las desigualdades van más allá de las diferencias de

ingreso y se refieren al acceso a los servicios para una mayor calidad de vida.

16 Esta diversificación de programas se orienta a consolidar la evolución habitacional y generarpuestos de trabajo (Plan Federal de Construcción de Viviendas- PFCV) destinados a gruposvulnerables, de bajos ingresos y sin formas de acceso al crédito; buscan contribuir a la resolucióndel déficit habitacional (Programa Mejoramientos de Viviendas- PROMEVI) y al desarrollo ymejoramiento de las condiciones del hábitat, vivienda e infraestructura básica (ProgramasEmergencia y Solidaridad).

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Figura 5.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.* Nota: El mapeo de esta variable se hizo con datos sólo para el municipio capitalino.

El estado se refiere a la condición del medio ambiente como resultado de la

presión. Nos centramos en el estado del medio ambiente construido. En él conflu-

yen temas relacionados al estado del paisaje urbano y sus construcciones, cali-

dad de vivienda, infraestructura y servicios. Retomamos aquí los indicadores utili-

zados por las agendas internacionales, así como para el seguimiento de políticas

y programas en relación a los objetivos de pobreza y sustentabilidad.

Figura 5. INDICADOR PORCENTAJE DE POBLACIÓN CON NBI

Tipo Presión Dimensión Social Tema/subt pobreza

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

El sector de crecimiento significativo

presenta mayores porcentajes de NBI.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

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Figura 6.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

En este sentido, los análisis sociohabitacionales evidencian una tendencia

favorable en relación a las condiciones de vivienda y servicios en el período 1991-

2001 en cuanto a los tipos y el déficit de viviendas (crecimiento de las recupera-

bles respecto a las no recuperables)17.

El presente trabajo sostiene la necesidad del cruce con otras variables para

dar cuenta de las diferencias entre los sectores en relación al estudio y las res-

puestas sociohabitacionales.

Indagamos sobre la jefatura de hogar femenina como un indicador válido en

relación a los hogares, unidades analizadas en la situación socio-habitacional. Se

ha demostrado que la primera permite caracterizar mejor la pobreza de hombres

y mujeres y verificar la existencia de mayores niveles de vulnerabilidad de las mu-

17 Ver Informe IAIVA San Miguel de Tucumán.

Figura 6. INDICADOR PORCENTAJES DE HOGAR CON CALMAT IV

Tipo Estado Dimensión M construido Tema/subtema Vivienda

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

Los mayores porcentajes coinciden con los

sectores de ubicación de los asentamientos.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

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jeres a la pobreza18. En los casos de hogares monoparentales, es decir sin cónyu-

ge, la capacidad de generar ingresos queda limitada a la mujer, situación que se

torna compleja cuando ésta, no dispone de la capacitación necesaria para inser-

tarse en el ámbito productivo en condiciones que le permitan alcanzar un nivel

salarial adecuado.

Proponemos el análisis de la jefatura de hogar femenina como un indicador

de aproximación a los cambios socioculturales que, en la línea planteada por di-

versos estudios a nivel latinoamericano y nacional, manifiesta una tendencia de

aumento19.

En el análisis realizado sobre sus condiciones laborales y educacionales se

evidencia que continúan las brechas de género respecto a la educación y los

ingresos (Czytajlo, 2010). En ciertos sectores, las mujeres no sólo no aumentaron

su participación laboral, sino que se multiplicaron las estrategias que las sitúan

como población “no empleable”. Aunque presentan mayor permanencia en el

mercado también mayor tendencia a la inactividad.

Mostramos también que si bien los mayores porcentajes de jefatura de ho-

gar se encuentran en el centro de la ciudad capital, se evidencian valores que

superan la media nacional y provincial en los sectores de mayor crecimiento de-

mográfico intercensal hacia la periferia; que coinciden a su vez, con situaciones

adversas de estado del medio ambiente (NBI, CALMAT).

18 En algunos casos se define “mujeres jefas de hogar” como la condición que define a las mujeresresponsables de hogares donde no existe el cónyuge, esposo, compañero u otro miembrovarón adulto. En las estadísticas de población argentinas, la jefatura de hogar se define por ladesignación voluntaria de sus integrantes al momento del relevamiento censal. En consecuencia,no existe un criterio homogéneo que se utilice para elegir al jefe; en algunos casos es lapersona de más edad, en otros es el principal perceptor de ingreso, etc. Según el INDEC, jefe/a de hogar: persona reconocida como tal por los demás miembros del hogar.

19 En el país en 1991 la jefatura femenina abarcaba el 22,4% de los hogares. En 2001 del total dehogares, el 27,7% estaba presidido por mujeres. En la provincia el porcentaje era del 26%.También que la jefatura de hogar femenina está generalmente “encubierta” ya que es reconocidacuando no hay cónyuge.

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Figura 7.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

El impacto es el efecto producido por el estado del medio ambiente en as-

pectos como la calidad de vida y salud humana, el mismo medio ambiente, el

ambiente construido y la economía urbana local. El impacto en el medio ambiente

construido (asentamientos humanos), está referido a las condiciones generales

de vida y su funcionalidad en la ciudad y al paisaje urbano, la degradación de los

asentamientos humanos.

Aquí traemos a consideración el concepto de vulnerabilidad, como el que

contribuye a mostrar ciertos procesos que conducen a la pobreza. Supone el au-

20 Según los datos analizados en la provincia (Czytajlo, 2010), si bien un 60% de los hogaresjefaturados por mujeres corresponden a hogares incompletos, es llamativa si se observa lapresencia femenina (80%) de los hogares incompletos.

Figura 7. INDICADOR PORCENTAJES DE JEFATURA DE HOGAR FEMENINA

Tipo Presión Dimensión Social/Demográfica Tema/subt Equidad

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

Los mayores porcentajes de jefatura de

hogar se encuentran en el centro de la

ciudad capital (entre el 37% y el 44%);

valores entre 15% y 25% se registran en los

sectores de mayor crecimiento demográfico

significativo y valores que superan la media

nacional y provincial en el sector de

crecimiento moderado (entre el 25% a 35%).

En el sector de crecimiento moderado del

aglomerado, coinciden mayores porcentajes

de hogares incompletos1 y altos índices de

dependencia –población menor a 14 años–

con altos porcentajes de jefatura femenina.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

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mento de la fragilidad de las personas o las familias respecto de ella. Uno de los

aspectos positivos de este concepto es que abarca tanto recursos materiales como

no materiales, como la inserción en las redes sociales (Clert, 1998 cit. en CEPAL,

2004, p. 11).

Adherimos a él como concepto útil a los efectos de prestar atención a las

desventajas y riesgos de ciertos grupos. Pretendemos mostrar para el ámbito del

aglomerado tucumano, que ambos se incrementan en el caso de las mujeres de

grupos sociales con menor poder social, en cuanto al acceso a la propiedad y

condiciones de la vivienda, mercado laboral e ingresos (acceso a los recursos) en

tanto persisten mayores responsabilidades en el hogar –cuidado y tareas cotidia-

nas– que condicionan su acceso a la ciudad21.

Las condiciones hacia el interior de los hogares tales como los cambios fa-

miliares, los roles asignados a varones y a mujeres, también inciden en las des-

igualdades. Por ello, analizar la distribución de los hogares según sexo del jefe y

la presencia de menores adquiere significado para mirar la relación género/pobre-

za. Las tareas del hogar y vinculadas al cuidado siguen atendidas predominante-

mente por las mujeres e inciden como restricciones en el mercado laboral22. Sos-

tenemos que estas cuestiones se relacionan, a su vez, con el acceso a los servi-

cios y la vivienda.

El análisis de barrios del aglomerado tucumano evidencia el agravamiento

de las situaciones de privación material junto a un proceso de acumulación de

21 Falú (2006, p.12) distingue desde lo conceptual: las causas y naturaleza de la vulnerabilidad.Cita a Moser (1996) “La vulnerabilidad significa no una mera carencia o necesidad. Es estar sindefensas, inseguro, expuesto a riesgos, al shock y la presión. El concepto de vulnerabilidadlogra captar algunos de los aspectos multidimensionales, dinámicos y estructurales de lapobreza. La vulnerabilidad aclara mejor los proceso de cambio”.

22 La mujer hogar es responsable del cuidado, atención, afecto, alimentación, estudio de sushijos e hijas, así como de otras funciones que atañen al espacio doméstico: aseo, preparaciónde alimentos, cuidado de menores y enfermos, entre otros (UN-HABITAT- ROLAC, 2005). Otravez cabe destacar que en el marco de la investigación mayor y de la tesis doctoral, se realizótrabajo etnográfico y análisis de información cualitativa que permitió constatar por diversosmecanismos, estas cuestiones para el ámbito temporal y espacial abordado.

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desventajas económicas y sociales asociadas a asimetrías de poder como las de

género. Este hecho junto a la mayoritaria presencia femenina en los hogares

monoparentales, diferentes de la familia tipo, al menos ponen en cuestión las

categorías y estrategias utilizadas en los programas habitacionales orientadas a

los hogares y grupos familiares.

La distribución del índice de dependencia potencial para el aglomerado

(PNUMA, 2007), permite señalar que la localización de los mayores porcentajes

de población por grupos de edades, coincide con los sectores de mayores priva-

ciones. Podemos también inferir con ello, las mayores obligaciones de las jefas de

hogar, asociadas al trabajo reproductivo.

Figura 8.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

Respecto a la distribución de los tipos de hogar, en la periferia son mayores

los porcentajes de hogares nucleares completos con hijos. Sin embargo existen

Figura 8. INDICADOR PORCENTAJES DE NIÑOS DE 0 A 14 AÑOS

Tipo Presión Dimensión Social/Demográfica Tema/subt Equidad

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (2001)

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porcentajes hasta un 10 % de hogares incompletos. Los unifamiliares entre un

20% y un 30%; en el centro y alrededores con valores del 20% (Czytajlo, 2010).

Para puntualizar el estudio de los impactos, a partir del análisis realizado

respecto a las condiciones de la jefatura de hogar, y mediante la utilización de las

herramientas de los SIG (Czytajlo, 2011), superponemos las capas correspon-

dientes a indicadores de estado de vivienda, carencia de infraestructura y NBI con

jefatura de hogar femenina sin ocupación, familias incompletas y altos porcenta-

jes de dependientes de 0 a 14; hacia la definición de áreas con diferentes condi-

ciones de vulnerabilidad. Así, definimos Áreas de Vulnerabilidad Tipo A, asocia-

das al sector de crecimiento moderado. Estas se corresponden con la ubicación

de asentamientos ubicados más al interior de la planta urbana y requiere de res-

puestas a problemáticas estructurales.

Figura 9.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

Figura 9. INDICADOR ÁREAS DE VULNERABILIDAD URBANA (TIPO A)

Tipo Impacto Dimensión Calidad de vida Tema/subtema Desigualdad

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

Definimos las áreas que cum plan las

siguientes condiciones: 1. Porcentaje

de jefatura femenina m ayores a la

media nacional 26%; 2. Porcentaje de

menores (de 0 a 14 años) m ayores al

20%; 3. Porcentaje de NBI m ayores a

10%, Porcentajes de hogares

incompletos mayores al 10%.

Superficie: 3.250 ha.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

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Las Áreas de Vulnerabilidad Tipo B se asocian al sector de crecimiento sig-

nificativo en la última década del siglo XX hacia el suroeste de la planta urbana y

se corresponde con la ubicación de asentamientos irregulares más recientes, de

mayor superficie y mayor carencia material.

Figura 10.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

Aportes de los SIG

A partir de los análisis anteriores, y a los efectos de profundizar en las utilida-

des de los sistemas de información geográfica para mostrar estas cuestiones, en

trabajos posteriores (Czytajlo, 2011) se ensayaron otros procedimientos. Estos

tuvieron como propósito analizar las relaciones entre variables sociohabitacionales

y de género y ajustar las áreas con diferentes características en atención a la rela-

ción que se establece entre las mismas que sirvan de base a la toma de decisio-

Figura 10. INDICADOR ÁREAS DE VULNERABILIDAD URBANA (TIPO B)

Tipo Impacto Dimensión Calidad de vida Tema/subtema Desigualdad

Ámbito/ Año Aglomerado Tucumán (1991-2001)

Definimos las áreas que cumplan

las siguientes condiciones: 1.

Porcentaje de jefatura femenina

menores a la media nacional 15 a

25%; 2. Porcentaje de menores (de

0 a 14 años) mayores al 30%; 3.

Porcentaje de CALMAT_IV mayores

a 5%, Porcentajes de hogares

incompletos cercanos al 10%.

Superficie: 2.800 ha.

Fuente: Elab. Propia en base a datos y planimetría INDEC, 2001.

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nes de las políticas habitacionales.

Dada la fase exploratoria, se decidió continuar con el nivel de fracciones

censales.

Se construyó una matriz de datos originales (MDO) y una matriz de datos índice

donde se seleccionan y relativizan respecto a una variable base que define caracte-

rísticas globales de la unidad espacial (total de personas/hogares/viviendas).

Para la agrupación de las variables, se definieron tres dimensiones: a) socio-

demográfica; b) sociohabitacional; c) urbana.

a) La dimensión socio-demográfica permite dar cuenta de algunos cambios y ca-

racterísticas diferenciales hacia el interior de los hogares (unidades de análisis

y gestión de las respuestas sociohabitacionales) en relación a los procesos de

exclusión y segregación espacial y social. En esta dimensión se han incluido

aquellas variables de presión y de impacto analizadas anteriormente y referi-

das a la caracterización de los hogares que incorporan y permiten lecturas so-

bre las diferencias de género y en particular sobre la vulnerabilidad femenina23.

b) La dimensión socio-habitacional pone de manifiesto las situaciones de caren-

cia y vulnerabilidad material en términos de calidad de vivienda y pobreza24.

23 Variables por fracción: - Porcentaje de jefatura de hogar femenina (Sexo - Relación de parentesco1 - total de hogares) - Porcentaje de hogares incompletos (Tipo de hogar - total de hogares) --Índice de dependencia potencial. (Se calcula como el cociente entre el número de personas enedades potencialmente pasivas -menores de 15 años y mayores de 64 años- por cada 100personas en edades potencialmente activas -15 a 64 años- Variable:.Edad en grandes grupos- total de personas). - Porcentaje de jefes de hogar que asistió a nivel primario (Situacióneducacional - Relación de parentesco 1 - total de hogares). - Porcentaje de jefes de hogar quesolo busca trabajo (Condición ocupacional - Relación de parentesco 1 - total de hogares).

24 Variables por fracción: Para un mejor resultado debería considerarse por separado el NBI enrelación a los componentes vivienda e instalaciones sanitarias y el referido a escolaridad ycapacidad de subsistencia, así como se ha consignado el hacinamiento. - Porcentaje de hogarescon NBI (Al menos un indicador de NBI - total de hogares). - Porcentaje de hogares con privaciónmaterial convergente (Índice de privación material de los hogares - total de hogares) - Porcentajede hogares con Hacinamiento (Se considera como en otros trabajos, hacinamiento más de 2por cuarto - total de hogares). - Porcentaje de hogares con tenencia de vivienda y terreno. (Tipode tenencia - total de hogares). - Porcentaje de casilla (Tipo de vivienda - total de viviendas)

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Esta incluye los indicadores asociados al estado del medio construido y a la

situación sociohabitacional.

c) Respecto a la dimensión urbana (espacial) en esta etapa consideramos las va-

riables censales asociadas a la infraestructura y servicios, que hacen también

al medio construido pero más allá de la escala de vivienda25.

Ello nos permitió obtener una colección de mapas perfectamente compara-

bles26.

25 Variables por fracción: - Porcentaje de existencia de transporte público (total de viviendas). -Porcentaje de existencia de alumbrado público (total de viviendas). - Porcentaje de existenciade calle pavimentada (total de viviendas).

En una próxima etapa, se prevé que esta dimensión incluya indicadores vinculados a respuestasinstitucionales y coberturas de equipamientos (que incluyan además de los equipamientos tra-dicionales, aquellos vinculados a los nuevos equipamientos requeridos por la actual organizaciónfamiliar, que permitan identificar las oportunidades de mejora habitacional, de progreso y salidaa la pobreza.

26 A partir de la base REDATAM (Censo 2001 - INDEC) se efectúan listados por área, estableciendofiltros, para un área definida que contiene las fracciones correspondientes a la definición delGSMT (sin el municipio de Tafí Viejo). Se trabaja en Microsoft Excel para calcular los porcentajesen relación al total de personas, hogares o viviendas por fracción. Se pasa a extensión dbf parael desarrollo de operaciones estadísticas (mediante la utilización del programa SPSS Versión11 para Windows)2 y posterior trabajo en entorno SIG. Para la posterior comparación de lasvariables, se lleva las variables a una misma unidad de medida. Calculamos el Puntaje z yconstruimos la matriz de datos "z" (MDZ). Definimos intervalos de clase adaptando el criterioestablecido en Buzzai (2003) a partir del mapeo previo de variables en GVSIG Se determinan6 intervalos de 0,5s [<-1; (-1, -0.5); (-0.5, 0); (0, 0.5); (0.5, 1); (>1)]. Cabe señalar que se siguenlas condiciones del método aunque en algunas variables, específicamente las pertenecientesa la dimensión 3, los máximos valores representan siempre las mejores situaciones, parapoder efectuar mapas perfectamente comparables entre sí y dado que las mayores variacionesse dan hacia los extremos.

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Figura 11. Mapas de variables según dimensión

Nota: La escala de colores se adoptó en función a: mayores valores (colores más oscuros)y menores valores (colores más claros). Ello no coincide necesariamente con las mejores opeores situaciones.Fuente: Elaboración propia.

Figura 11. Mapas de variables según dimensión

DIMENSION 1

Jefatura de hogar femenina Hogares incompletos Índice Dependencia Potencial

DIMENSION 2

Propiedad: Inquilinos IPMH convergente NBI

DIMENSION 3 *

Existencia de calle pavimentada Existencia transporte público Existencia alumbrado público

Nota: La escala de colores se adoptó en función a: mayores valores (colores más oscuros) y menores

N. P. Czytajlo I Desigualdades socioterritoriales de género... - pp. 54-85

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Como sistema clasificatorio y base para la interpretación de iniciales relacio-

nes multivariadas, trabajamos con el Valor Índice Medio (VIM) (Buzzai, 2002:159).

Este procedimiento se basa en la obtención de un valor para cada unidad espacial

que se presenta como una síntesis del comportamiento de las n variables medi-

das en ella. Seleccionamos para el cálculo del VIM 1, cuatro variables teniendo en

cuenta condiciones que impone el método, sus máximos valores indican situacio-

nes desfavorables. Seleccionamos luego un segundo VIM, donde los máximos

valores indican situaciones más favorables.

Figura 12.

Nota: Como en la figura anterior, la representación de color se refiere a los valores:(mayores: oscuros y menores: claros) sin que ello represente mejores o peores situaciones.Fuente: Elaboración propia.

Estos dos mapas sociales muestran que fracciones periféricas (SMT 26, 28

y 22, 11 y 4; y las correspondientes a los municipios de La Banda, Alderetes y Tafí

Viejo) llegan al máximo valor posible respecto a las condiciones desfavorables

referidas a la dimensión 2. El segundo nos muestra que las fracciones centrales

Figura 12. Mapas VIM

VIM 1 VIM 2

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(SMT 12 a 21) llegan al máximo valor posible respecto a condiciones de la dimen-

sión 3, pero también algunas respecto a variables como la jefatura de hogar feme-

nina (Dimensión 1) o la condición de tenencia de inquilinato (Dimensión 2).

En un segundo momento, en el estudio se aplica el método del análisis linkage

(Buzzai, 2002; Buzzai, Baxendale, 2000). El objetivo de la aplicación fue ahondar

en las relaciones entre variables a partir de la matriz de correlaciones.

Teniendo en cuenta análisis previos, aunque este procedimiento no permite

dar cuenta de una alta correlación entre indicadores de carencia y jefatura de

hogar femenina27, evidencia ciertas condiciones de vulnerabilidad de este grupo

en relación a: hogares incompletos, condición educativa básica (nivel primario).

El análisis de clusters es frecuentemente utilizado como método exploratorio

de datos con la finalidad de obtener mayor conocimiento sobre la estructura de las

observaciones y/o variables en estudio. Contando con el SIG como herramienta

básica sobre la cual se desarrollan las diferentes etapas de la investigación, y, en

forma complementaria, un software estadístico, con una serie de capacidades

adicionales; en una segunda instancia de trabajo con variables e indicadores, se

utilizó esta metodología con la finalidad de obtener grupos homogéneos de unida-

des espaciales en base a la totalidad de variables medidas28.

27 Podemos señalar que existe correlación positiva baja entre variables de la dimensión 1, talcomo el porcentaje de jefatura femenina y los hogares incompletos. También entre lascondiciones de jefatura de hogar, asistencia a la primaria y que sólo trabajan. Respecto a ladimensión 2, los mayores valores de correlación existen entre variables de carencia NBI, IPMHconvergente. También entre éstas y el índice de dependencia potencial. (Czytajlo, 2011).

28 Implementamos para ello técnicas de clasificación, exploratorias como la clasificación porconglomerados jerárquicos (SPSS).

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Figura 13. Conglomerados socio-habitacionales y Tipos de producción residencial

Fuente: Elaboración propia para Czytajlo, 2011 y Casares, Czytajlo (2011).

El conglomerado 1, presenta las situaciones de mayor carencia sociohabita-

cional, asociada tanto a las condiciones de vivienda como infraestructura. Coinci-

den también los porcentajes medios de jefatura de hogar femenina y altos porcen-

tajes de situaciones desfavorables condiciones educativas y de trabajo. Presenta

uno de los mayores porcentajes del índice de dependencia potencial. Denomina-

mos a éste “aglomerado de vulnerabilidad tipo 1”29.

29 Según la clasificación de Lan, Linares (2006) para Tandil, este “conglomerado de la exclusión”muestra los mayores niveles de riesgo social en lo respectivo a: las condiciones materiales dela vivienda; la precaria situación de ambiente doméstico; la dificultad de acceso a infraestructurabásica (pero también servicios educativos, deportivos y recreativos; la falta de participación enactividades comunitarias y/o institucionales, condiciones críticas de salud y, carencia deinfraestructura y servicios urbanos básicos.

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Como “aglomerado de vulnerabilidad tipo 2” podríamos definir a los conglo-

merados obtenidos 2, 3, 5 y 6; que ponen de manifiesto diferentes situaciones que

podrían resultar más desfavorables que otras. Lan, Linares se refieren a este

conglomerado como “de vulnerabilidad” y entienden que la situación en la cual las

personas y hogares se encuentran expuestos al empobrecimiento, debido a la

incapacidad de respuesta y adaptación a cambios coyunturales. Agregamos, ex-

puestos también a mayores condiciones de riesgo en relación a las condiciones

de la jefatura de hogar femenina y los tipos de hogar.

El conglomerado 4 por sus características en cuanto a las variables

sociohabitacionales podría asociarse a un “aglomerado de integración

socioterritorial” en tanto está conformado por hogares y personas con menores

dificultades de acceder a los medios que facilitan la participación en los intercam-

bios productivos (tierra, trabajo, capital, capacitación, servicios), y también partici-

pan activamente en las redes sociales y actividades comunitarias e institucionales,

ejercen más plenamente derechos de ciudadanía básicos y disponen de los

equipamientos de uso colectivo imprescindible para el normal funcionamiento de

la estructura social. Sin embargo, a partir del análisis lo definimos como “aglome-

rado de vulnerabilidad tipo 3” dado que esta área manifiesta los porcentajes más

altos de jefatura de hogar femenina (de edades entre 15 y 19 junto a las mayores

de 60) y por otra parte mayores valores de tenencia por inquilinato, cuestión re-

suelta por el mercado, pero no con intervención del Estado.

Reflexiones y conclusiones

Teniendo en cuenta los análisis sobre los indicadores de impacto y respuesta

mostrados con anterioridad y los posteriores análisis con SIG, podemos señalar

que las diferentes modalidades de programas en materia de política habitacional,

tanto las de vivienda nueva como las de consolidación, implican nuevos

interrogantes y desafíos.

Las políticas de intervención sobre los asentamientos adquieren una mayor

relevancia en relación al proceso de configuración del aglomerado de Tucumán,

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la evolución urbana y el crecimiento demográfico de los últimos años y las limita-

ciones de las formas tradicionales de expansión del suelo urbanizable. Pero las

políticas de vivienda nueva también requieren replanteamientos, dado que conti-

núa basada en un modelo tradicional de familia tipo y jefatura de hogar masculina

proveedora.

La consideración de la equidad y la desigualdad requiere el análisis de as-

pectos que en la práctica aún no son incorporados.

De este análisis surge necesario el abordaje de problemáticas emergentes

tales como las referidas a la vulnerabilidad de la jefatura femenina en relación a

las condiciones sociohabitacionales según sectores. Observamos que los proce-

dimientos marcan diferencias notables en el sector central, en la periferia del

municipio capitalino y en los municipios aledaños. También resalta la situación del

sector oeste del aglomerado.

Si bien los compromisos y las respuestas de atención a la pobreza urbana no

pueden dejar de lado la creación de infraestructura básica y de equipamientos

comunitarios tradicionales –salud y educación– así como la producción o mejora-

miento de vivienda, continúa el reto de trabajar en el diseño y la aplicación de

respuestas que tiendan a garantizar al conjunto de la ciudadanía el pleno ejercicio

de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Estas deben res-

ponder también al hecho que mujeres y varones tienen necesidades distintas ya

que juegan diferentes roles, y tienen un acceso y control diferenciado sobre los

recursos y la toma de decisiones en la sociedad (Jirón, 2006).

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EL DETERIORO LABORAL DE CATAMARCA Y TUCUMÁN(1980-2002)*

ARIEL OSATINSKY - [email protected]

Instituto Superior de Estudios Sociales (CONICET/UNT)

Instituto de Estudios Geográficos de la Facultad de Filosofía y Letras (UNT)

Recibido 15/09/12 Aprobado 15/10//12

Res

um

en

A comienzos del siglo XXI los problemas de empleo afectaban a un porcentaje

elevado de la población económicamente activa (PEA) de Catamarca y de Tucumán.

Tanto la desocupación, la subocupación como el empleo informal habían tenido un

pronunciado incremento en las décadas de 1980 y 1990 en ambas provincias. Sin

embargo, en Tucumán el deterioro laboral fue mayor.

Aquellos fueron años en los que las transformaciones económicas tuvieron carac-

terísticas marcadamente regresivas. Estos cambios económicos no se produjeron

en los mismos momentos, ni de forma similar, ni con la misma intensidad en Cata-

marca y Tucumán.

En ese sentido, el objetivo del artículo es analizar la evolución y características

de los problemas de empleo que afectaron a las PEA de ambas provincias entre

1980 y el 2002, vinculando éstos con las transformaciones económicas mencionadas.

A través del análisis de indicadores laborales y económicos de relevancia, se

pudo constatar que el mayor deterioro laboral que afectó a la población tucumana

estuvo vinculado a las transformaciones productivas más negativas que atravesó

su economía. Por su parte Catamarca, que atravesó dificultades económicas de

menor gravedad, tenía una mayor presencia del Estado, que actuaba como

atenuante ante los crecientes problemas de empleo del período.

Palabras claves: problemas de empleo, transformaciones productivas, Catamarca,

Tucumán.

A. Osatinsky I El deterioro laboral de Catamarca y Tucumán (1980-2002) - pp. 86-112

* Agradezco los comentarios de los evaluadores anónimos de la Revista Breves Contribucionesdel Instituto de Estudios Geográficos.

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By the beginnings of the XXI century, problems in the job market affected a

high percentage of the Economically Active Population –EAP– in Catamarca and

Tucuman. During the 1980 and 1990 decades, all unemployment, underemploy-

ment and informal employment had seen a deep increase in both provinces.

However, the deterioration in the job market was worse in Tucuman.

During those years, markedly regressive economic transformations took place.

These economic changes did not take place at the same exact moments, or in

similar way, or with the same intensity in Catamarca and Tucuman.

The purpose of this article is to analyze the evolution and characteristics of the

employment problems that affected both provinces' EAP between 1980 and 2002,

linking them to the aforementioned economic transformations.

By analyzing relevant job-market and economic indicators, we were able to

assess that the largest deterioration in the job market in Tucuman was linked to

the most negative productive transformations suffered by its economy. In

Catamarca, which suffered less severe economic difficulties, there was a more

important presence of the State, which acted as a mitigating factor in front of the

growing employment problems.

Keywords: employment problems, productive transformations, Catamarca,

Tucuman.

Ab

stra

ct

®®®

Introducción

Los problemas de empleo se expandieron y agravaron en las últimas déca-

das del siglo XX en la Argentina como consecuencia de las transformaciones

económicas de aquellos años, las que tuvieron características marcadamente

regresivas. A su vez, dicho deterioro laboral fue una de las principales causas que

explican el importante porcentaje de población que se encontraba afectada por la

pobreza en el país a fines de los años 90.

Por entonces, en el Noroeste Argentino (NOA), existía un contraste notorio

entre Catamarca y Tucumán: esta última, “…a pesar de poseer la economía más

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desarrollada (de la región), no escapaba a la situación general de niveles de po-

breza muy elevados; mientras que la segunda, con una estructura productiva más

reducida y tradicional, mostraba el menor porcentaje de pobres de todo el norte

del país (en el año 2001)” (Osatinsky, 2009: 188).

En estas provincias, la desocupación, la subocupación como el empleo infor-

mal tuvieron un pronunciado incremento en las décadas de 1980 y 1990. A su vez,

en sus economías, diversas actividades productivas fueron afectadas por los pe-

ríodos de estancamiento y recesión de los años 80, y por la apertura económica,

la desregulación y liberalización de los mercados de los ‘90.

Teniendo presente que en el vínculo entre la actividad económica y la pobre-

za, la situación de la población con problemas de empleo merece especial aten-

ción, el objetivo de este trabajo es analizar la evolución y características que tuvie-

ron las dificultades laborales mencionadas en Catamarca y Tucumán entre 1980 y

2002, examinando en particular el vínculo que hubo entre éstas y las transforma-

ciones económicas señaladas.

Las provincias de Catamarca y Tucumán tienen diferencias importantes. Mien-

tras que la primera posee una superficie de 102.602 km² y su población llegaba

sólo a 333.661 habitantes en 2001, Tucumán, con 1.336.664 habitantes en aquel

año, posee una superficie de 22.524 km², siendo la provincia con mayor densidad

de la región. Asimismo, el hecho de que Tucumán tuviera desde la segunda mitad

del siglo XIX un importante desarrollo de las formas de producción capitalistas,

con el desarrollo de la actividad azucarera, y que Catamarca conservara una es-

tructura más tradicional y reducida en su economía, implicó la conformación de

mercados de trabajo con características diferentes.

Transformaciones económicas y problemas de empleo: conceptos ymediciones

Si bien habitualmente se hace referencia a que la población activa con proble-

mas de empleo abarca al conjunto de personas que se encuentran desocupadas

A. Osatinsky I El deterioro laboral de Catamarca y Tucumán (1980-2002) - pp. 86-112

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y subocupadas1, el empleo informal es otra de las dificultades laborales que adqui-

rieron notoriedad a fines del siglo XX. Éste agrupa al conjunto de trabajadores que

no se encuentran registrados y que componen el denominado empleo “en negro”.

Una persona sin ocupación no participa del proceso de creación de bienes y

servicios y por lo tanto, queda marginada de la distribución de riqueza que surge

en el proceso de producción. A su vez, aquellos que se encuentran ocupados,

pueden sufrir condiciones precarias de empleo o bien, pueden no poseer una

ocupación plena. En ese sentido, los que conforman la población con problemas

de empleo, al tener mayores limitaciones para alcanzar algún ingreso, sufren se-

veras restricciones en su consumo (Lindenboim, 2005).

Por su parte, la actividad económica genera los bienes y servicios que posee

una determinada sociedad, y es a la vez la fuente generadora de los ingresos con

los que ella cuenta. Por ello, “…la forma de distribuir y el destino dado a la riqueza

generada no conforman un acto posterior a la producción: son una parte intrínse-

ca de la actividad económica. Por lo tanto, es ésta una parte central de la explica-

ción de […] la ocupación y la desocupación” (Lindenboim, 2005: 14).

Los cambios que experimentan las actividades económicas alteran la com-

posición de la estructura productiva, lo que a su vez modifica la distribución de lo

producido, y directa o indirectamente, influye en los procesos causales del dete-

rioro laboral.

En ese sentido, en materia económica, se tuvieron en cuenta indicadores

que reflejan la dinámica que tuvieron en aquellos años la agricultura y la ganade-

ría, la industria manufacturera, y las actividades más relevantes del sector tercia-

rio de ambas economías.2

1 Desocupado es toda persona que, sin tener una ocupación, la está buscando activamente.Asimismo, subocupado es aquel que trabaja menos de 35 horas a la semana por causasinvoluntarias. Los desocupados junto a los ocupados conforman la población económicamenteactiva (PEA). Es decir que ésta última está constituida por aquellas personas que están enedad de trabajar, pueden y quieren hacerlo (Neffa, 2005).

2 Los cambios en la distribución de la tierra, en los cultivos que predominan en cada región, y enla actividad ganadera, y la evolución que tuvieron la cantidad de establecimientos y personal

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En el plano laboral, se consideraron las tasas de desocupación y subocupa-

ción. Complementariamente, se tuvieron en cuenta la tasa de empleo, y ciertas

características de la población ocupada de cada provincia, como ser la distribu-

ción de la población ocupada según categorías ocupacionales y actividades eco-

nómicas, el porcentaje de la población ocupada en el sector público y privado, y la

distribución de los empleados según se les realice o no descuento jubilatorio.3

Conformación de diferentes mercados de trabajo en Catamarca yTucumán

Desde las últimas décadas del siglo XIX, las economías de Tucumán y Cata-

marca se fueron diferenciando. La primera, logró cierto desarrollo como consecuen-

cia de la creciente expansión de la actividad azucarera. Por su parte, Catamarca

quedó marginada de la nueva realidad económica, manteniendo durante varias

décadas una estructura productiva reducida y tradicional, sin experimentar gran-

des alteraciones en cuanto a las características y formas en las que se desenvol-

vían las distintas producciones (Osatinsky, 2011).

A mediados del siglo XX Tucumán tenía una composición del PBI en la que

las actividades agropecuarias y manufactureras tenían un peso destacado. Por el

contrario, en la estructura productiva de Catamarca, que no contaba con activida-

des primarias o industriales de relevancia, sobresalían la construcción (obras pú-

blicas) y los servicios gubernamentales (Osatinsky, 2011, sobre la base de Rofman

ocupado en los sectores industrial, comercial y de servicios, son indicadores que describen dequé manera las economías de Catamarca y Tucumán fueron afectadas por las transformacionesestructurales que tuvieron lugar en aquellos años.

3 Los datos acerca de la evolución de diferentes aspectos de la estructura productiva de cadaprovincia fueron tomados del los Censos Nacionales Agropecuarios de los años 1988 y 2002,y de los Censos Económicos Nacionales de los años 1974, 1985 y 1994.En referencia al mercado de trabajo, se trabajó con los datos de la tasa de desocupación y dela tasa de subocupación que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) recopiló para losaglomerados Gran Tucumán-Tafí Viejo y Gran Catamarca entre los años 1980 y 2002. La infor-mación sobre la desocupación y las características de la población ocupada a nivel provincial,pertenece a los Censos Nacionales de Población y Viviendas de los años 1980, 1991 y 2001.

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et al., 1997).

Estas diferentes dinámicas económicas, se tradujeron en desarrollos labora-

les distintos. Tucumán se convirtió en un polo de atracción para un número impor-

tante de habitantes de las provincias vecinas, puesto que la industria azucarera

requería de un número importante y creciente de trabajadores. Por su parte, mien-

tras el mercado de trabajo tucumano se expandía, Catamarca no poseía la canti-

dad suficiente de fuentes de trabajo para retener a su población (Osatinsky, 2011).

Así, durante la primera mitad del siglo XX, la población ocupada de Tucumán

era cuatro veces mayor a la de su vecina provincia, fruto del mayor dinamismo de

su economía, y de la mayor cantidad de habitantes que poseía4. A su vez, en la

distribución de la población ocupada según actividades económicas, el sector pri-

mario, la industria, y el comercio en Tucumán concentraban el 30%, el 31%, y el

11% de los ocupados, mientras que en Catamarca estos valores eran 39%5, 21%,

y 7% respectivamente, siendo un 17% de los ocupados catamarqueños emplea-

dos estatales. El hecho de que casi el 60% de la población ocupada catamarqueña

trabajase en actividades primarias o en servicios del Estado era un síntoma del

escaso desarrollo económico que tenía esa provincia por entonces.

En cuanto al desempleo, a comienzos de la década de 1930 Tucumán tenía

la menor tasa de desocupación entre las provincias argentinas (0,7%), mientras

que esta para el caso de Catamarca era mayor (2,1%).6

Es decir que la mayor expansión económica de Tucumán, con numerosas

actividades vinculadas a la producción azucarera, implicó que su mercado de tra-

4 En 1914 Tucumán y Catamarca tenían 332.933 y 100.769 habitantes, y contaban con unapoblación ocupada de 207.615 y 57.867 personas respectivamente (Datos del Tercer CensoNacional Levantado 1° de junio 1914, Tomo I, 1916).

En 1947 Tucumán y Catamarca poseían 593.371 y 147.213 habitantes, contando éstas con198.156 y 47.998 ocupados respectivamente (Datos del IV Censo General de la Nación, 1952).

5 Este importante porcentaje de población ocupada, estaba vinculado a producciones agrícolasque, en su mayor parte, no lograban traspasar el límite del autoconsumo, siendo explotacionesdomésticas de pequeña escala (véase Denis, 1987 [1920]; Argerich, 2003).

6 Datos del Primer Censo Nacional de Desocupados, 1932, citado por Panettieri, 1997: 139.

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bajo tuviese no sólo menor desocupación y mayores dimensiones que el de Cata-

marca, sino también un desarrollo mayor (y anterior) del empleo ligado al sector

privado, es decir, a actividades con fuertes vínculos con el mercado. Por el contra-

rio, en Catamarca el Estado tuvo una presencia considerable y más importante en

el mercado de trabajo, teniendo ya por entonces el empleo estatal una importante

presencia.

Los años 60 y 70: crisis estructural en Tucumán, incipiente desarrolloen Catamarca

A comienzos de los años 60 Tucumán seguía teniendo un mercado de traba-

jo más dinámico. En efecto, mientras que en dicha provincia la tasa de desocupa-

ción era de 4,1% en 1960, este valor ascendía a 6,6% en el caso de Catamarca.7

Sin embargo, en este período la población tucumana experimentó un pro-

nunciado deterioro laboral, fruto de la crisis que afectó la actividad azucarera en

los años 608, la que provocó un importante retroceso de las actividades agropecua-

rias y de la industria en la estructura productiva de la provincia (véase Osatinsky et

al., 2007), agravando las dificultades laborales.9

Mientras profundas transformaciones regresivas caracterizaban la econo-

mía tucumana, Catamarca comenzaba a tener ciertos desarrollos en algunas de

sus actividades, sobre todo ligadas al sector agropecuario (Osatinsky, 2011). En

la década de 1970 esta provincia tuvo un crecimiento en su PBG superior al de

Tucumán, teniendo una mejor dinámica en los sectores agropecuario, industria y

construcción (Manzanal et al., 1989).

7 Datos del Censo Nacional de Población y Viviendas 1960.8 Debido al elevado grado de dependencia que tenía la economía provincial respecto a la

agroindustria azucarera, su dinámica tenía una fuerte influencia en el mercado de trabajo.9 A partir del año 1967 la desocupación afectó al 10% o más de la PEA de San miguel de

Tucumán (Censo Provincial de Población y Vivienda. 1968: 6, citado por Osatinsky et al., 2007).Cabe destacar que la crisis azucarera de aquellos años relegó de la actividad en la provincia amás de 50.000 trabajadores, cifra que es aún mayor si se tiene en cuenta el declive que seprodujo en otras actividades económicas ligadas de manera directa o indirecta a la producciónazucarera (Osatinsky et al., 2007).

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Como consecuencia de estas diferentes trayectorias, en 1970 era Catamarca

la que tenía una tasa de desocupación menor (3,8%, siendo la misma en Tucumán

de 4,3%).10

Los problemas de empleo crecerían en las últimas décadas del siglo XX en

ambas provincias fruto de las transformaciones económicas regresivas, procesos

que tendrían en las dos jurisdicciones analizadas dinámicas distintas.

El impacto desigual de las transformaciones económicas regresivas

En las últimas décadas del siglo XX, profundas reformas estructurales perju-

dicaron diversas actividades de la economía argentina. Expresión de ello fueron

el acentuado proceso de desindustrialización de aquellos años, la crisis y desapa-

rición de numerosas actividades agropecuarias que destinaban su producción al

mercado interno, la mayor concentración en la distribución de la tierra, y el retro-

ceso de actividades que demandaban tradicionalmente gran cantidad de trabaja-

dores o empleados como es el caso del comercio (Schvarzer, 1998; Rapoport,

2000; Balsa, 2001; Ferrer, 2008).

También hubo actividades que incrementaron su presencia en la estructura

productiva, como ser diversas producciones que tenían como destino el mercado

externo, o aquellas que formaban parte del sector terciario, en particular los servi-

cios (Schvarzer, 1998; Rapoport, 2000; Balsa, 2001; Ferrer, 2008).

Estos cambios económicos afectaron las distintas economías regionales (véa-

se Rofman et al., 1997; Rofman, 1999; 2005), aunque el ritmo al que se realizaron

y el impacto que ocasionaron no fueron similares en todas las provincias, como se

describe a continuación para los casos de Catamarca y Tucumán.

En el sector agropecuario, Tucumán experimentó en el período 1988-2002

una mayor desigualdad en la tenencia de la tierra. Si bien en las dos provincias

hubo reducciones en el número de explotaciones agropecuarias (EAPs)11 y en la

10 Datos del Censo Nacional de Población y Viviendas 1970.11 El análisis de la evolución de las EAPs de ambas provincias hace referencia a aquellas con

límites definidos.

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superficie ocupadas por ellas, éstas tuvieron un mayor alcance en Tucumán12. En

esta última, el retroceso mencionado afectó sobre todo a las pequeñas y media-

nas EAPs mientras que aquellas de mayor tamaño tuvieron una reducción menor.

Por el contrario, en Catamarca las pequeñas y medianas explotaciones tuvieron

un retroceso más atenuado, y fueron las EAPs de mayor dimensión las que más

redujeron la superficie ocupada (Osatinsky, 2009).

En cuanto a los cultivos, en el período 1988-2002 las producciones orienta-

das al mercado externo tuvieron una notable expansión (oleaginosas, cereales,

frutales), siendo ésta mayor en Catamarca. Por su parte, los cultivos orientados al

mercado interno (hortalizas, legumbres, cultivos industriales, forrajeras) tuvieron

un importante retroceso en Tucumán, mientras que en Catamarca experimenta-

ron una mejor dinámica (Osatinsky, 2009).13

Entre las producciones orientadas a la exportación, en ambas provincias

hubo un crecimiento del cultivo de soja, siendo éste muy superior en Catamarca14.

A su vez, el incremento de los cereales en las dos provincias fue consecuencia del

uso del trigo como cultivo de rotación en las tierras con soja (Natera Rivas et al.,

2005).15

Entre los frutales, en Catamarca se produjo una importante expansión del

12 En Tucumán el número de EAPs se redujo un 40% (de 15.964 a 9.555) y la superficie queocupaban un 26% (de 1.544.842 a 1.137.117 hectáreas) entre 1988 y 2002. En el mismoperíodo, para Catamarca esos valores fueron -3% (de 6.900 a 6.694) y -22% (de 2.045.579 a1.588.806 hectáreas) respectivamente (Censos Nacionales Agropecuarios, 1988 y 2002).

13 En estos comportamientos diferentes hay que tener presente que en 1988 Tucumán tenía532.010 hectáreas implantadas con cultivos mientras que dicho valor para Catamarca era muyinferior (53.855 hectáreas). En 2002 Tucumán y Catamarca tenían 643.226 y 180.720 hectáreascultivadas respectivamente. El importante crecimiento que hubo en Catamarca se relacionabacon la reducida cantidad de superficie cultivada que ésta tenia en 1988 (Datos de los CensosNacionales Agropecuarios, 1988 y 2002).

14 La superficie cultivada con soja aumentó en Catamarca 413% entre 1988 y 2002, siendo dichovalor igual a 49% para el caso de Tucumán (Censos Nacionales Agropecuarios, 1988 y 2002).

15 La superficie cultivada con trigo aumentó en Catamarca 3.030% en el período 1988-2002,mientras que en Tucumán dicho aumento fue de 412% (Censos Nacionales Agropecuarios,1988 y 2002).

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olivo16, mientras que en Tucumán hubo un crecimiento de la superficie con limo-

nes17.

En el caso de los cultivos ligados al mercado interno, en Catamarca el nogal

y la vid, dos cultivos tradicionales y de relevancia orientados al mercado interno,

tuvieron un crecimiento en su superficie implantada en los años 9018. Por el con-

trario, el retroceso de los cultivos industriales en Tucumán se explicaba por la

importante reducción que hubo en la superficie con caña de azúcar.19

Por su parte, las forrajeras incrementaron notablemente su ya destacado

peso en la superficie total implantada en Catamarca, cubriendo en 2002 casi el

45% de ésta. Dicho desarrollo estuvo ligado al importante crecimiento que tuvo la

actividad ganadera en aquellos años en la provincia.20

16 A partir de la Ley de Diferimientos Impositivos la superficie con dicho cultivo, que a fines de ladécada de 1980 era menor a 1.000 hectáreas, creció hasta alcanzar las 16.354 hectáreas en2002 (Rofman et al., 2007).

17 Entre 1980 y 2002 la cantidad de hectáreas con limones se expandió de 13.380 a 31.400hectáreas (Datos de la SAGYP de la Nación, citado por Batista, 2002).

18 En la década de 1990 la superficie con nogal creció de 3.437 a 5.000 hectáreas, mientras quela superficie con vid aumentó de 3.527 a 4.060 hectáreas (Datos de la Secretaría de Agricultura,Ganadería, Pesca, y Alimentación de la Nación).

19 De las 250.000 hectáreas con caña que había a comienzos de los ‘90, se pasó a valorescercanos a las 220.000 hectáreas hasta 1998, para luego descender a menos de 190.000hectáreas en los primeros años del siglo XXI (Datos de la Estación Experimental AgroindustrialObispo Columbres, en Diario el Siglo, 5/09/2005, p. 6).La menor cantidad de hectáreas con caña no fue acompañada por una disminución en laproducción de azúcar en aquellos años. Por el contrario, el avance de la mecanización de lacosecha y otras innovaciones tecnológicas, ocasionaron un incremento importante en lastoneladas de azúcar obtenidas por hectárea de caña. Asimismo, la reducción de la superficiecon caña era consecuencia de la desaparición de un porcentaje importante de pequeños ymedianos cañeros, fenómeno producido por el mayor grado de concentración que caracterizóa la actividad azucarera en aquella década (véase Giarraca et al., 2005; Paolasso, 2003).Estos procesos impactaron de forma regresiva en el conjunto de trabajadores vinculados a laproducción azucarera, como se describe en el apartado siguiente.

20 En Catamarca las 10.214 explotaciones ganaderas y las 260.904 cabezas de ganado existentesen 1988, ascendieron a 15.108 EAPs con 593.723 cabezas de ganado en 2002 (CensosNacionales Agropecuarios, 1988 y 2002).

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También la industria evolucionó de un modo distinto en Catamarca y Tucumán

entre 1974 y 1993. Mientras que en esta última provincia el número de estableci-

mientos se redujo 46%, en Catamarca, éstos disminuyeron notablemente entre

1974 y 1985 (-24%), incrementándose con posterioridad, llegando en 1993 a te-

ner un número de unidades 18% menor a la existente a mediados de los ‘70

(Osatinsky, 2009).

Importa mencionar que en Catamarca se desarrolló una política de promo-

ción industrial, impulsada por el Estado Nacional desde los ´70, y por la provincia

desde 198221, que permitió atenuar el impacto negativo que causaron la coyuntu-

ra económica desfavorable de los años 80 y el ajuste estructural de los ‘90. En el

caso de Tucumán, el estancamiento económico de la década de 1980, y la aper-

tura comercial, liberalización y desregulación que tuvieron lugar desde 1990, ocasio-

naron la desaparición de un número importante de pequeños y medianos estable-

cimientos industriales (Osatinsky, 2011).

En los sectores comercio y servicios, al igual que lo que aconteció con las

actividades agropecuarias y con el sector industrial, Catamarca tuvo una mejor

dinámica económica que Tucumán. Mientras que en esta última provincia los es-

tablecimientos comerciales se redujeron casi un 20% entre 1985 y 1993, los mis-

mos en Catamarca tuvieron una caída de sólo 6%. Por su parte, los establecimien-

tos del sector servicios aumentaron un 32% y un 65% en Tucumán y Catamarca

respectivamente en el mismo período (Osatinsky, 2009).

En síntesis, entre fines de la década de 1980 y 2002 los sectores agrícola y

ganadero de Catamarca tuvieron un mejor desenvolvimiento, mientras que Tucu-

mán experimentó una mayor desigualdad en la distribución de la tierra y transfor-

maciones más regresivas en cuanto a la superficie implantada por cultivos. Asi-

mismo, tanto en la industria como en el comercio el retroceso fue más acentuado

en Tucumán, mientras que fue Catamarca la que tuvo una expansión superior en

21 La industria aumentó su participación en la estructura económica provincial a partir de lasleyes nacionales 22.021 y 22.702 de promoción industrial del año 1974 (Acta de ReparaciónHistórica), y de la Ley de promoción Industrial Nº 20.560 de 1982 (Reyes et al., s/f).

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los servicios.

Las diferentes dinámicas económicas descriptas tendrían su correlato en los

problemas de empleo de ambas provincias, los que afectarían en diferentes gra-

dos y distintos ritmos a las poblaciones activas de Tucumán y Catamarca.

Características de las poblaciones ocupadas y sus cambios

Como ya se dijo, el sector privado tenía mayor participación en el mercado

de trabajo tucumano, mientras que en Catamarca un porcentaje importante de la

PEA estaba ocupada en actividades del sector público. Por ello, en el período que

aquí se analiza esta última provincia tuvo un mayor porcentaje de ocupados en los

sectores construcción, y servicios comunales y personales, mientras que Tucumán

mostró un porcentaje más elevado de empleo en el comercio y en los servicios del

sector privado (Osatinsky, 2011). A su vez, esas particularidades laborales expli-

can en gran medida los diferentes impactos que tuvieron las transformaciones

productivas señaladas en ambas poblaciones ocupadas.

El proceso de desindustrialización que se consolidó en aquellos años oca-

sionó un retroceso de gran envergadura en el personal ocupado en la industria

tucumana. En este sector, el número de ocupados se redujo un 52% en el período

1974/1993 (de 42.291 a 20.443)22. Además de diversos pequeños y medianos

establecimientos afectados por las etapas recesivas de los años 80 y las medidas

económicas regresivas de los ´90 (Osatinsky, 2009), cabe mencionar algunos

hechos en particular. Por un lado el cierre y reducción de los talleres ferroviarios

de Tafí Viejo a comienzos de la década de 1980, y la reducción de personal en los

ingenios azucareros entre 1974 y 198523. A ello se sumó una nueva caída en el

22 Datos de los Censos Nacionales Económicos, 1974 y 1994.23 Los talleres empleaban a comienzos de la década de 1980 cerca de 2.500 operarios (Kostzer

et al., 1993: 37). Por su parte los ingenios azucareros, de poseer un promedio de 1080trabajadores por ingenio en 1974, pasaron a tener un promedio de 481 trabajadores por ingenioa mediados de los ‘80 (Kostzer et al., 1993: 47).

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personal ocupado en la industria azucarera en la década de 199024.

A diferencia de Tucumán, Catamarca tuvo entre 1974 y 1993 una notable

expansión del personal ocupado en el sector manufacturero (224%; de 2.052 a

6.659 ocupados)25. Las crisis que afectaron a diversos emprendimientos indus-

triales orientados al mercado interno tuvieron en esta provincia un contrapeso en

el crecimiento del empleo generado a través de concesiones que la promoción

industrial otorgó a varias empresas de mediana envergadura (Osatinsky, 2011).

En Tucumán, también el número de personas que trabajaban en forma perma-

nente en las EAPs26 tuvo un pronunciado descenso entre 1988 y 2002 (de 43.405

a 15.395 personas). Por el contrario, en Catamarca en el mismo período, las per-

sonas que trabajaban en forma permanente en las explotaciones agropecuarias

aumentaron de 4.847 a 11.911.27

Si se considera el personal ocupado en los sectores comercio y servicios,

Catamarca tuvo nuevamente un mejor desenvolvimiento que Tucumán. Entre 1985

y 1993 los ocupados en la actividad comercial catamarqueña se redujeron un

11%, siendo dicha disminución para el caso tucumano de 21%. A su vez en los

servicios, el personal ocupado en Catamarca tuvo una expansión notable de 233%,

mientras que en Tucumán dicho incremento fue de 64% (Osatinsky, 2009).

La distribución de la PEA en las distintas categorías ocupacionales tuvo tam-

bién cambios diferentes en las dos provincias en el período analizado (Gráfico 1).

En 1980 Tucumán tenía un porcentaje mayor de empleados u obreros, mien-

tras que Catamarca poseía un mayor peso del cuentapropismo y de familiares sin

24 Según datos del Centro Azucarero Regional, entre 1988 y 1999 el personal ocupado de maneradirecta en la industria azucarera se redujo en 12.828 personas (un 53%) (Medwid, 2008: 518).

25 Datos de los Censos Nacionales Económicos, 1974 y 1994.26 El grupo de los que trabajan en forma permanente en las EAPs está compuesto por los

productores, los familiares del productor que trabajan, y trabajadores no familiares que sonempleados.

27 Datos de los Censos Nacionales Agropecuarios, 1988 y 2002.

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remuneración en la estructura ocupacional.28

A diferencia de lo que ocurría en 1980, tanto en 1991 como en 2001 era

Catamarca la que poseía un porcentaje de empleados u obreros más elevado que

Tucumán, mientras que la relación se invertía en el caso del cuentapropismo29. En

cuanto a los familiares sin remuneración, seguían siendo más importantes en el

caso catamarqueño.

Gráfico 1. Población ocupada según categorías ocupacionales. Catamarca y Tucumán.1980, 1991, y 2001.

Fuente: Censos Nacionales de Población y Vivienda, 1980 y 1991; Censo Nacional dePoblación, Hogares y Viviendas, 2001.

28 La mayor presencia que tenían en Tucumán actividades agropecuarias o agroindustriales demediana y gran envergadura que habían establecido prácticamente desde los inicios del sigloXX profundos vínculos con el mercado, explica el porcentaje superior de asalariados u obrerosque poseía en 1980. Por su parte en Catamarca, el empleo por cuenta propia y de familiaressin remuneración reflejaba una estructura productiva poco desarrollada y tradicional.

29 Probablemente los mayores problemas económicos que afrontó la población tucumana en1980 expliquen la pérdida de importancia de los obreros o empleados en el total de ocupadosde esta provincia, siendo el cuentapropismo un refugio para un sector de estos que habíaquedado desempleado en su ocupación anterior. En Catamarca, por su parte, la mayor presenciadel sector público en el conjunto de los trabajadores, y el crecimiento del empleo en la industriay los servicios, tal vez expliquen el mayor peso que los obreros o empleados tenían en elconjunto de los ocupados en 1991 y 2001 (Osatinsky, 2011).

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De los cambios y características descriptas, el análisis del peso que tenía el

sector público en la población ocupada adquiere relevancia, puesto que ante los

problemas de empleo generados por las transformaciones económicas regresi-

vas, el Estado actúa en reiteradas oportunidades atenuando el impacto laboral de

las mismas.

El empleo estatal y su peso desigual en Catamarca y Tucumán

Ya se señaló que históricamente, el sector público tuvo una participación

más importante en el mercado de trabajo catamarqueño. El período bajo estudio

no sería la excepción.

En la década de 1980 Tucumán tuvo el doble de empleados estatales que

Catamarca. En 1983 estas provincias tenían 33.609 y 16.887 empleados en el

sector público respectivamente. Para 1990 estos valores ascendían a 44.493 y

23.97130. Sin embargo la población tucumana era cuatro veces mayor que la de

Catamarca31. Por eso, en 1983 Tucumán tenía aproximadamente 35 agentes en

la administración pública cada 1.000 habitantes, mientras que en Catamarca esa

cifra era de 81. En 1991 ambas provincias conservaban aproximadamente los

mismos valores.32

Durante la década de 1990 Tucumán y Catamarca mantuvieron aproximada-

mente la cantidad de empleados públicos que tenían, creciendo levemente en los

años de la última recesión económica del país33, incremento que no alcanzaba a

30 1983: Datos de La Nación 24/10/1987, citado por Manzanal et. al., 1989: 54; 1990: Datos delMinisterio del Interior, Secretaría para la Reforma Económica Provincial, citado por Panaia,2000.

31 En 1980 Tucumán y Catamarca tenían 972.655 y 207.717 habitantes. En el año 1991, estasprovincias tenían una población de 1.142.105 y 264.234 personas respectivamente (CensosNacionales de Población y Viviendas, 1980 y 1991).

32 Para 1991 esos valores fueron de 36 y 85 para Tucumán y Catamarca respectivamente.Para el año 1983 se tuvo en cuenta la población que había en ambas provincias en 1980 segúnel censo de población de aquel año. En el caso de 1991, se consideró el total de población quehabía registrado el censo de Población de ese año.

33 En 1999 el empleo estatal en Tucumán y Catamarca abarcaba a 46.437 y 22.998 empleados

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contrarrestar las crecientes dificultades laborales que generaba en ambas provin-

cias la crisis económica.

Se puede constatar también la mayor presencia que tenía el Estado en el

mercado de trabajo catamarqueño, mediante la observación de la distribución de

los empleados u obreros en los sectores público y privado de la economía. En

efecto, tanto a comienzos de los ́ 90 como en 2001 el empleo público era superior

en Catamarca (Figuras 1 y 2)34. En 1991 esta provincia tenía un porcentaje de

empleados en el sector público superior al de Tucumán por más de 20 puntos. En

2001, esa diferencia todavía era casi de 20 puntos.35

respectivamente. Cuatro años más tarde (2002), dichos valores ascendían a 47.426 y 24.212(Anuario Estadístico 2001-2002 de la Provincia de Catamarca; Anuario Estadístico 2004-2005de la Provincia de Tucumán).

34 Cabe destacar que en 1980 el 31% de los empleados de Tucumán se encontraba ocupado enel sector público, mientras que en Catamarca dicho valor era notablemente mayor (51%) (Datosdel Censo Nacional de Población y Vivienda 1980).

35 Tucumán tenía un 34% y 35% de los empleados u obreros en el sector público en los años1991 y 2001 respectivamente, mientras que en Catamarca dichos valores fueron 56% y 53%respectivamente (Datos de: Censo Nacional de Población y Vivienda 1991; Censo Nacional dePoblación, Hogares y Vivienda 2001).

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Figura 1. Distribución espacial de los empleados del sector público y privado segúndepartamentos en Catamarca y Tucumán. 1991.

Figura 2. Distribución espacial de los empleados del sector público y privado segúndepartamentos en Catamarca y Tucumán. 2001

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De esta manera, en Catamarca, además del menor impacto regresivo de las

transformaciones estructurales de fines de siglo XX, el Estado mantuvo un rol

importante como demandante de empleo y mayor que el de su vecina provincia.

Así, los problemas de empleo que generaron los procesos económicos descriptos

anteriormente, fueron mayores en Tucumán, como se describe en el siguiente

apartado.

El temprano deterioro laboral de Tucumán y los crecientes problemasde empleo de Catamarca

En las dos últimas décadas del siglo XX, lo que caracterizó el mercado de

trabajo argentino fueron los crecientes problemas de empleo. Incrementos de la

desocupación y de la subocupación, del empleo informal y la precariedad laboral,

eran expresión del deterioro de las condiciones de trabajo que tuvo lugar en la

Argentina en aquel período.36

Catamarca y Tucumán no fueron la excepción en ese contexto, siendo sus

poblaciones afectadas de manera severa por las dificultades laborales. Sin em-

bargo, en ambas provincias la expansión de la población con problemas de em-

pleo no se produjo al mismo tiempo ni de igual manera.

El Gráfico 2 muestra el notable crecimiento que tuvo el desempleo en 1980-

2002 en el aglomerado más importante de Tucumán y de Catamarca.

36 La desocupación y subocupación, que en mayo de 1980 afectaban al 2,6% y 4,5% de la PEAdel total de aglomerados del país, veinte años se había expandido hasta alcanzar al 15,4% y14,5% de la población activa respectivamente. Para mayo de 2002, el 21,5% de la PEA de losaglomerados del país se encontraba desocupada, y el 18,6% estaba subocupada (Datos de laEncuesta Permanente de Hogares).

En cuanto al empleo informal, a comienzos de los 90 rondaba el 25,9%. En los inicios de laconvertibilidad subió a 30%. Con la crisis del tequila, en 1995, escaló a 35% (Diario Clarín, 3/08/2003). Este crecimiento no se detuvo con la recuperación del período 1996-1998, llegandoel empleo no registrado a englobar al 44,2% en octubre de 2002" (La Gaceta, 4/08/2003: 3).Para un análisis de estos procesos laborales acontecidos en el país en el último cuarto delsiglo XX, véase Becaria, 2005; y Lindenboim, 2008.

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Gráfico 2. Tasa de desocupación. Gran Catamarca y Gran Tucumán-Tafí Viejo.1980-2002 (mediciones de abril/mayo).

Fuente: INDEC, Encuesta Permanente de Hogares.

En el caso tucumano, la desocupación ya tenía un carácter estructural a

comienzos de la década de 198037, con valores cercanos al 10%, mientras que en

el Gran Catamarca la misma se mantuvo en valores cercanos al 5%. A partir de

1985, dicha tasa superó los dos dígitos en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, situación

que experimentó el aglomerado catamarqueño recién en mayo de 1989.38

En los ‘90 la desocupación creció a un ritmo mayor que en los años ‘80. Sien-

do mayor en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, el desempleo creció de manera más

pronunciada en el Gran Catamarca desde mediados de aquella década39, por lo

37 Cabe recordar que una parte importante de la población tucumana había sido afectada por eldeterioro laboral que ocasionó el cierre de los ingenios de fines de los años 60, el cual persistiódurante la década de 1970.

38 En las 20 mediciones de la desocupación que realizó la EPH en los aglomerados más importantesdel país entre 1980 y 1989 en los meses de abril/mayo y octubre, el Gran Tucumán-Tafí Viejofue el aglomerado con mayor desocupación en 12 oportunidades (Elías, 1991).

39 A partir de 1995 la desocupación tuvo un ritmo de crecimiento mayor en Catamarca. “La pérdidade parte del parque industrial incorporado y la ausencia de nuevas inversiones de significación”(Rofman et al., 1997: 318) provocaron una pérdida de importancia del sector manufacturero en

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que este aglomerado tuvo un porcentaje más elevado que el Gran Tucumán-Tafí

Viejo en los años 2001 y 2002.

En cuanto a la subocupación, durante la década de 1980 se triplicó en am-

bos aglomerados, aunque fue mayor en el Gran Catamarca (Gráfico 3).

En los ´90, la subocupación tuvo un nuevo crecimiento y, a diferencia de la

década anterior, alcanzó valores más cercanos en ambos casos hasta la última

recesión económica, donde hubo un nuevo distanciamiento con mayores niveles

de subempleo en el Gran Tucumán-Tafí Viejo.

Gráfico 3. Tasa de subocupación. Gran Catamarca y Gran Tucumán-Tafí Viejo(1980-2002).

Fuente: INDEC, Encuesta Permanente de Hogares.

Es decir que hubo un incremento notable en el porcentaje de población acti-

va con problemas de empleo. De poseer en 1980 un 10% de la PEA afectada por

el desempleo y la desocupación, tanto el Gran Catamarca como el Gran Tucumán-

Tafí Viejo llegaron a 2002 con más del 40% de la población activa afectada por

dichas dificultades laborales.

la ocupación provincial, sin poder este generar la demanda de mano de obra que había tenidohasta 1994 (Osatinsky, 2011). Asimismo, el empleo público ya no aumentó al ritmo que lohabía hecho en la década de 1980.

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Para conocer la desocupación a nivel provincial, se consideraron los datos

recogidos en los censos de 1991 y 2001.40

En 1991 la desocupación de Tucumán casi duplicaba a la de Catamarca (9%

y 5% respectivamente). En el año 2001 seguía habiendo diferencias notorias en-

tre ambas provincias: mientras que el 22,9% de la población activa de Catamarca

se encontraba desocupada, en Tucumán dicho valor ascendía a 34,6%.41

En cuanto al empleo, Catamarca tuvo un mayor porcentaje de su población

ocupada tanto en 1991 como en 200142. Cabe destacar que a comienzos del perío-

do bajo estudio, en 1980, Tucumán era la que poseía una mayor tasa de empleo43.

40 Cabe aclarar que debido a que estos no se realizaron con un criterio homogéneo, no se puedeefectuar comparaciones entre la información que los mismos brindan. En efecto, en 1991,“…como consecuencia de la decisión de mejorar la cobertura de la población activa (en materiade género respecto de las mujeres, en materia territorial respecto de las actividades rurales yen materia sectorial respecto de nuevas y difundidas tareas asociadas con un proceso demayor división social del trabajo)” (Lindenboim, 2008: 60) se aplicaron nuevas metodologías ycriterios de captura de la información que tuvieron éxito en tales propósitos; pero no fueronacompañados de […] mecanismos que permitan […] mantener la imprescindible comparabilidadcon la serie histórica correspondiente” (Wainerman et al., 1994: 379-396).

En el caso de las mediciones de las características de la población activa en el Censo Nacionalde Población, Hogares y Viviendas de 2001, el inconveniente mayor estuvo en el registro de latasa de desocupación, puesto que se registró como desocupados a algunos ocupados enempleos “poco visibles” (trabajaban hasta 20 horas semanales) y a algunos inactivos (Giusti etal., 2003).Cabe destacar que el Censo del 2001 tuvo, además de los problemas señalados, demasiadasdificultades durante su realización. “En efecto, las tareas de preparación se vieron perturbadaspor la negativa del gremio docente a continuar apoyándolas lo que se extendió hasta elrelevamiento propiamente tal, razón por la cual fue necesario apelar a empleados y funcionariosestatales y otras personas sin entrenamiento alguno” (Lindenboim, 2007: 320).

41 Datos de Censo Nacional de Población y Viviendas 1991; Censo Nacional de Población, Hogaresy Viviendas 2001.

42 En 1991 Tucumán tenía una tasa de empleo igual a 47%, mientras que ésta ascendía a 53%para el caso de Catamarca. En 2001, dichos valores eran 35% y 41% respectivamente (Datosde Censo Nacional de Población y Viviendas, 1991; Censo Nacional de Población, Hogares yViviendas 2001).

43 En efecto, en aquel año el 47,8% de la población tucumana (305.944 personas) tenía empleo,mientras que para Catamarca dicho porcentaje era de 45,8% (61.093 personas) (Datos delCenso Nacional de Población y Vivienda 1980).

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“Tucumán también fue más afectada en los años bajo estudio por el empleo

«en negro». Si tenemos en cuenta «…como indicador de precariedad del puesto

laboral la falta de descuentos –o aportes– jubilatorios» (Golovanevsky, 2007: 3),

Tucumán tenía tanto en 1991 como en el 2001 un porcentaje más elevado de

empleados u obreros trabajando de manera precaria” (Osatinsky, 2009: 211), como

se refleja en la tabla 1.44

Debido a los cambios metodológicos y problemas ya señalados que tuvieron

los censos de 1991 y 2001, los valores de estos años que figuran en la tabla no

son comparables. Sin embargo, lo que importa destacar es que en ambos mo-

mentos el empleo “en negro” tenía un menor alcance en Catamarca.

Tabla 1. Porcentaje de empleados u obreros con aportes o descuentos jubilatorios.Catamarca y Tucumán. 1991 y 2001.

Fuente: Osatinsky, 2009, sobre la base de datos del Censo Nacional de Población yVivienda 1991, y del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2001.

Puede verse entonces, que la PEA de Tucumán fue más afectada por los

problemas de empleo que la de Catamarca en el período, siendo un porcentaje

mayor de la misma afectada por la desocupación, la subocupación y el empleo

informal.

44 Importa señalar, además, que Tucumán tuvo entre 1980 y 1991 un importante crecimiento delos empleados en servicio doméstico y de los trabajadores por cuenta propia, sectores en losque predominan las relaciones laborales informales. Estos aumentaron un 55,4% y un 33,7%respectivamente en dicha década, mientras que en Catamarca los empleados en serviciodoméstico aumentaron un 8,8% y los cuentapropistas tuvieron una caída de 2,8% en el mismoperíodo (Datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 1991).

Total Empleados u obreros

1991 2001

Aporta o le descuentan

Ni aporta ni le descuentan

Aporta o le descuentan

Ni aporta ni le

descuentan

Catamarca 75,40 24,39 71,17 28,83

Tucumán 62,55 37,17 62,26 37,74

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Reflexiones finales

Entre 1980 y 2002 los problemas de empleo crecieron en ambas provincias,

siendo la población tucumana más afectada por éstos. El aglomerado tucumano

tuvo mayores tasas de desocupación y subocupación, mientras que a nivel pro-

vincial, Catamarca mostró un menor porcentaje de la PEA desocupada así como

una mayor tasa de empleo a comienzos de los ́ 90 y en el 2001. A su vez, Tucumán

sufrió más la precariedad laboral, alcanzando el empleo “en negro” mayores nive-

les.

Estas diferencias estuvieron vinculadas al impacto desigual que tuvieron las

transformaciones productivas en los dos mercados de trabajo, y a las particulari-

dades que tenían estos en cada provincia. Tanto la estructura productiva como el

mercado de trabajo de Tucumán, se desarrollaron desde el siglo XIX, en un con-

texto socioeconómico donde las formas de producción propias de una economía

de mercado tenían una presencia importante. En ese sentido, las crisis que carac-

terizaron a la economía capitalista en las últimas décadas del siglo XX, impactaron

de forma más regresiva en esta provincia.

Ya a comienzos de los ‘80, los habitantes del Gran Tucumán-Tafí Viejo se

encontraban afectados por elevados niveles desempleo, como consecuencia de

las transformaciones regresivas que había ocasionado la crisis azucarera de fines

de la década de 1960. En las últimas décadas del siglo XX, la economía de la

provincia, con producciones de envergadura destinadas principalmente al merca-

do interno y con una mayor presencia del sector privado, experimentó nuevamen-

te profundas transformaciones regresivas. Desindustrialización, crisis de activida-

des agrícolas tradicionales, y un importante retroceso en el sector comercial, fue-

ron algunos de los procesos más relevantes que caracterizaron la estructura pro-

ductiva provincial en aquellos años. A su vez, las expansiones de producciones

orientadas al mercado externo (citrus) y de servicios del sector privado, no logra-

ron compensar el deterioro laboral causado por los cambios económicos regresi-

vos.

Por el contrario, Catamarca, que se caracterizaba por tener una economía

A. Osatinsky I El deterioro laboral de Catamarca y Tucumán (1980-2002) - pp. 86-112

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tradicional, con actividades de poca relevancia, tuvo en la década de 1970 cierto

crecimiento de algunas actividades de su estructura productiva. A su vez, la econo-

mía provincial en los años 80 y 90, sin estar exenta de dificultades económicas,

experimentó cierta expansión del sector industrial fruto de la aplicación de un

programa de promoción, mientras que diversas actividades agrícolas, el comercio

y los servicios, tuvieron una evolución más favorable que la de Tucumán. Por su

parte, el empleo estatal actuaba como atenuante de las crecientes dificultades

laborales del sector privado, teniendo un peso significativo –y mayor que en el

caso tucumano– en la estructura ocupacional de la provincia.

En función de las distintas dinámicas económicas que experimentaron am-

bas provincias, se comprende el mayor deterioro laboral que afectó a la población

de Tucumán.

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

EL ABORDAJE DEL ESTUDIO DEL RIESGO

NATURAL DESDE LA DISCIPLINAGEOGRÁFICA

SANTIAGO LLANES CAMPI - [email protected] de Estudio Geográficos- Facultad de Filosofía y Letras -

Universidad Nacional de Tucumán

Recibido 07/09/12 Aprobado 17/10/12

Res

um

en

En las últimas décadas del siglo pasado, el riesgo ha tomado

relevancia debido a la cantidad de eventos producidos por

fenómenos naturales que han impactado a distintos niveles a la

población. En respuesta a estos acontecimientos, se han

suscitado una cantidad importante de trabajos con el objetivo de

analizar estas situaciones que comprometen a la población. De

esta manera, se puede conocer el comportamiento de los

fenómenos que causaron el evento, evaluar sus daños y tratar

de realizar acciones que, a futuro, ayuden a la población a prevenir

situaciones similares.

El riesgo es un tema que la Geografía debe asumir con mayor

interés en su estudio, ya que se manifiesta en el espacio Geográ-

fico. A lo largo de los años, el riesgo fue evolucionando en la

construcción de su análisis hasta llegar a nuestros días donde

se define como el producto entre la amenaza, factor externo, y la

vulnerabilidad, factor interno. El riesgo es la interrelación entre

factores del medio físico y acciones del hombre.

A partir del conocimiento del comportamiento de las amenazas

y las posibilidades que tiene una población de responder a ellas,

es que la ciencia podrá aportar ideas que respondan, de manera

eficiente, a situaciones de riesgo.

Palabras clave: riesgo, amenaza, vulnerabilidad, espacio, even-

tos

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S. Llanes Campi I El abordaje del estudio del riesgo natural... - pp. 113-128

In the last decades of the last century, the risk has gained importance due to

the number of events produced by natural phenomena that have impacted the

population levels. In response to these events, have attracted a significant amount

of work in order to analyze these situations that engage the population. Thus, you

can know the behavior of the phenomena that caused the event, assess damage

and try to perform actions that, in the future, help people to prevent similar situations.

The risk is a topic that geography should take more interest in their study, as

manifested in the geographical space. Over the years, the risk was evolving in the

construction of its analysis to the present day where is defined as the product of

the threat, external factor, and vulnerability, internal factor. Risk is the interrelation-

ship between physical environmental factors and human actions.

From the knowledge of the behavior of the potential threats and has a population

of responding to them, is that science can contribute ideas to respond, effectively,

to risk.

Keywords: risk, threat, vulnerability, space, events

®®®

Introducción

Desde siempre el hombre ha intentado entender, por diversos motivos, el

funcionamiento del espacio en el cual desarrolla su vida: para mejorar la explota-

ción de los recursos existentes, dominarlo, protegerse contra los diferentes em-

bates a los que está expuesto, o simplemente para encontrar la explicación a sus

fenómenos.

La Geografía como ciencia estudia el espacio donde habita el hombre, con-

virtiéndolo así, en su principal objetivo de análisis. Dicha ciencia nos da la posibi-

lidad de realizar una síntesis para comprender los elementos que conforman este

complejo sistema. En las últimas décadas del siglo pasado, el estudio de la

interacción entre el medio y la sociedad, la explicación del funcionamiento de los

Ab

stra

ct

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sistemas naturales y humanos presentes en el espacio, los fenómenos que en él

se manifiestan y las formas de adaptación a cada uno de ellos, han cobrado una

singular importancia en la Geografía.

Esta disciplina tiende, cada vez más, a abarcar temas que la enriquecen y la

siguen complementando. Uno de ellos es el del riesgo natural, desarrollado desde

los comienzos del siglo pasado, intensificándose su estudio en las últimas déca-

das, tanto es así que la década de los ‘90 fue declarada por la O.N.U., Decenio

Internacional para Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN). A partir de

entonces, el riesgo adquirió relevancia mundial, hecho constatado en la cantidad

de trabajos e investigaciones realizados que han servido para implementar

novedosas técnicas y metodologías de análisis, campañas de prevención y

concientización, nuevas obras de infraestructura de pequeña y gran magnitud,

sobre todo en zonas más expuestas a eventos catalogados como Fenómenos

Geodinámicos Peligrosos (F.G.P.).

Los peligros de la naturaleza y sus consecuencias son los que han avivado la

cuestión. Grandes fenómenos como el tsunami en Sumatra, con un saldo aproxi-

mado de 150 mil personas muertas en el año 2004 (Spaling 2007), el terremoto de

Haití en 2010 con 220 mil decesos según cifras oficiales del gobierno haitiano

(IFRC 2010), las sucesivas e intermitentes inundaciones del sudeste asiático, el

terremoto de la ciudad de México en 1985 (CEPAL 1985), el fenómeno del Niño en

el Perú en 1982-1983 (Lama 1984), han dado paso a una nueva forma de ver el

problema.

Es importante destacar que las cifras de pérdidas humanas en muchos ca-

sos han superado los 20 mil por evento. Si tomamos como ejemplo a los terremo-

tos, se estima en 30 mil los muertos en valores promedios por año en todo el

mundo.

En cuanto al dinero invertido en la reconstrucción de los espacios, las cifras

ascienden a miles de millones de dólares. Los daños a veces son irreversibles, y

en el mejor de los casos se necesitarían varios años para recuperar el equilibrio,

tanto social como ambiental-ecológico.

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Anualmente se producen pérdidas por el valor de 40.000 millones de dólares

y alrededor de 250.000 víctimas producto de los F.G.P. Las más impactantes en

términos humanos y materiales son las inundaciones (40%), los ciclones tropica-

les (20%), los terremotos (15%) y las sequías (15%) (Reboratti 1999).

Pero no sólo los fenómenos de gran magnitud provocan grandes

desequilibrios. Un tercio de la mortalidad en desastres sucede en eventos de poca

magnitud. Estos acontecimientos se dan con mayor frecuencia en toda la superfi-

cie terrestre, desnudando a las sociedades en su vulnerabilidad e ineficacia para

responder a las amenazas.

Nuestro país no es ajeno a las amenazas que provienen de la naturaleza y

con el paso de tiempo se han sucedido numerosos eventos que tuvieron graves

consecuencias en distintos sectores del territorio nacional. Se puede mencionar

los dos terremotos ocurridos en el siglo pasado en la provincia de San Juan, 1944

y 1977 (Navarro 2012), las inundaciones en distintos puntos del territorio (Natenzon

1998), y las sequías en la provincia de Buenos Aires (Pérez Ballari 2009). Es

preciso destacar la erupción del volcán Puyehue, del vecino país de Chile, que

desde el 4 de Junio de 2011 entró en erupción y provocó graves daños en muchas

ciudades argentinas producto de las cenizas despedidas.

La provincia de Tucumán es un territorio que padece las graves consecuen-

cias de uno de los F.G.P, las precipitaciones. En el sector del piedemonte tucumano

se generan, en período estival, fuertes precipitaciones que provocan inundacio-

nes en toda el área. Los ríos que corren en sentido oeste-este y que constituyen

una vasta red hídrica, se ven desbordados debido a la incapacidad de transportar

los caudales de agua en el ciclo de lluvias en la provincia.

Las más recientes y recordadas son las sucedidas en los últimos años, 1999,

2001 y 2006. Las evacuaciones, la destrucción de viviendas, la incomunicación

vial, la pérdida de cultivos y el déficit económico registrado son algunas de las

consecuencias de este fenómeno en la provincia.

Como reflejan los ejemplos, hay riesgo natural en todo el espacio geográfico.

Los eventos se suceden a lo largo de la historia y es probable que no cesen. Los

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F.G.P. son variados y de diversas magnitudes y reflejan el alto grado de vulnerabi-

lidad de algunas sociedades. El riesgo natural es una constante en el espacio, es

un tema que reviste importancia en la actualidad y que se debe tener en cuenta

para un completo análisis de la realidad geográfica que nos rodea.

El concepto de riesgo natural en el tiempo

En el ámbito de las Ciencias Sociales, el análisis del riego natural es un tema

que empieza a abordarse en el primer tercio del siglo pasado, principalmente en el

contexto de la escuela Anglosajona. Emerge como producto de investigaciones

relacionadas al ordenamiento del territorio y en un sentido más técnico-práctico

que geográfico. Respondiendo a los principios de la Geografía Clásica, los prime-

ros análisis de los riesgos naturales se centraron en los fenómenos que los provo-

caban, ya fueran de origen geofísico (climáticos, meteorológicos, geomorfológicos,

geológicos, etc.) o biológicos, dando prioridad a la descripción de los mismos.

Para Maskrey (1998) la investigación sobre el riesgo natural se centraba en la

ubicación y distribución espacial de las amenazas, su frecuencia y periodicidad

temporal, y su magnitud e intensidad.

El fenómeno era el que se destacaba, sin involucrar el análisis del espacio

afectado, los desequilibrios provocados y consecuencias sociales próximas e in-

mediatas que generaba el fenómeno luego de producirse. La ausencia de la ges-

tión de riesgos, y de la toma de conciencia de su importancia era notoria. La etapa

de prevención era dejada de lado, aún sabiendo de la existencia del riesgo, y sólo

se actuaba luego de haberse manifestado el fenómeno. De esta manera, no eran

tratados como riesgos sino en estado de desastres, o sea, luego de su ejecución.

La investigación estaba centrada más en las amenazas que en el riesgo mismo.

En la década del ‘70 hay un avance en la construcción del pensamiento

desde el punto de vista de la geografía debido al aporte realizado por otras cien-

cias, como las aplicadas. Este progreso permite reconocer otra perspectiva en el

análisis del riesgo. Entra en escena la vulnerabilidad, que direcciona la atención

del estudio hacia el impacto provocado por el evento y el modo en que afecta al

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espacio en su totalidad y en cuestiones específicas como las redes viales, la mor-

fología urbana, las redes constructivas, entre otras.

Se toma al evento no sólo en su magnitud sino también en las irregularida-

des espaciales y temporales que crea, tanto en el momento del impacto como en

sus posteriores consecuencias. “Es preciso subrayar que el enfoque considera

que las amenazas siguen siendo la causa de los desastres, mientras que el con-

cepto de vulnerabilidad está utilizado solamente para explicar el daño, las pérdi-

das y otros efectos” (Maskrey 1998:7).

Un enfoque a destacar es el que tiene origen en las Ciencias Sociales. Plas-

ma sobre el escenario de análisis la exaltación de la vulnerabilidad, ya que se

circunscribe a su análisis, exponiéndolo como elemento primordial, desestimando

los fenómenos o las causas que generan las amenazas en el espacio.

La investigación está centrada en la percepción social de las amenazas na-

turales y en el modo en que esas percepciones influyen en la población en cuanto

a la toma de decisiones para determinar la peligrosidad, el grado de vulnerabilidad

o el riesgo al que se enfrentan. Es la población, según su percepción espacial, la

que decide qué parte del espacio ocupar y cuánta será su exposición al riesgo al

asentarse sobre zonas inundables, en las inmediaciones de un volcán o en lade-

ras proclives a deslizamientos o derrumbes.

Desde las Ciencias Sociales se hizo considerables aportes al análisis de los

riesgos, y ha generado modelos conceptuales. Así mismo, estos modelos ponen

al descubierto cómo el enfoque fue dejando de lado las amenazas para centrarse

en la vulnerabilidad de las poblaciones.

A raíz de esta inclinación manifiesta hacia el análisis de uno u otro factor, y

en respuesta a esta falencia, se propone un enfoque holístico, el cual pone de

manifiesto la necesidad de no perder de vista la interrelación entre las amenazas

y las vulnerabilidades. El riesgo es el resultado del producto de estos dos factores,

de la interrelación entre ambos. Es un análisis más complejo pero más integral y,

al mismo tiempo, necesario para poder tomar el valor absoluto que presenta el

riesgo para un caso en particular. Este enfoque sistémico e integral es el que le da

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riqueza al conocimiento geográfico y es en donde se generan modelos de situa-

ciones de riesgo en determinadas unidades sociales. Estas tienen en cuenta rela-

ciones dinámicas, considerando a la población como una parte activa en el desa-

rrollo de estrategias de gestión, y no como simples víctimas de las amenazas a

que están sometidas. El riesgo es considerado como el encuentro de procesos

(naturales y/o sociales) con las unidades sociales y sus estrategias de gestión.

Esta concepción tiene una complejidad mayor, y también lleva en cuenta proce-

sos en diferentes escalas, proponiendo medir la complejidad y la heterogeneidad

del riesgo en el tiempo y en el espacio (Maskrey, 1998).

La construcción de la idea de riesgo natural en el marco de la ciencia geográ-

fica se debe situar dentro del enfoque holístico, el cual permite realizar la síntesis

de los elementos físicos y humanos en una visión integradora del riesgo y así

obtener resultados palpables de la realidad espacial. Por lo tanto, el riesgo natural

en la geografía, debe considerar a todos los factores que inciden en su genera-

ción, tanto humana como natural, que modifican el funcionamiento y equilibrio del

espacio geográfico.

Relación entre Geografía y Riesgo

La geografía, al ocuparse del riesgo, lo enfoca como un fenómeno que impacta

y se desarrolla en un espacio geográfico. Es en el espacio, objeto de estudio de

los geógrafos, donde el riesgo natural se hace presente; no como un riesgo ficticio

o hipotético sino como un riesgo real (empírico en muchos casos). Es ahí donde

encontramos nuestro punto de conexión. No podemos separar al riesgo natural

de la ciencia geográfica. El espacio geográfico es una realidad viva y a la vez

dinámica que se convierte, además, en el punto de encuentro con el riesgo. Dicho

espacio es el escenario de cualquier evento que se manifiesta, del cual se cono-

cen sus causas, consecuencias y también es posible hacer un análisis en cuanto

a su relación con los fenómenos naturales extremos y su impacto social, especial-

mente para prevenir y minimizar su impacto.

Siguiendo la idea Barrows (1923 en Calvo, 1984), hace ya seis decenios se

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definió a la Geografía como “ecología humana”, haciendo hincapié en las relacio-

nes existentes entre los medios ambientales naturales, de un lado, y la distribu-

ción y actividades del hombre, de otro. Muchos geógrafos se preocupan por ana-

lizar las relaciones generales entre las poblaciones humanas y el medio. Por su

parte White (1975 en Calvo, 1984) argumenta que está ya fuera de duda que

cualquier examen crítico de las actividades del hombre como especie dominante

en un ecosistema, aparte de atraer lógicamente la atención de investigadores de

otros campos científicos, pone al geógrafo en contacto con cuestiones realmente

fundamentales para la supervivencia de la especie humana y, por supuesto, para

el mantenimiento de su calidad de vida.

Desde un punto de vista geográfico el riesgo natural reviste importancia sin-

gular: se ha postulado a partir del estudio de los riesgos naturales, la necesidad de

mantener “el principio de una geografía global”, a la vez física y humana que sea

capaz de mostrar la complejidad de las interacciones entre el hombre y su medio

(Lacoste 1982 en Calvo, 1984).

No existe el riesgo natural sin tener presente su trascendencia para el hom-

bre y las modificaciones que puede producir en su medio social. Si no hay pobla-

ción, las inundaciones no son riesgos, como tampoco lo fueron los terremotos de

la era Terciaria, ya que se produjeron es un tiempo geológico anterior a la apari-

ción del hombre.

Es así que ante la presencia de diferentes Fenómenos Geodinámicos Peli-

grosos que cambian de modo particular y visible la situación del espacio, ha surgi-

do la necesidad de profundizar en el análisis de los mismos. Además, estos fenó-

menos, que pueden ser de origen geofísico o biológico, han despertado

interrogantes en diferentes ámbitos como el político, económico o científico. La

necesidad de analizarlos es producto de las consecuencias que acarrea el fenó-

meno en estos ámbitos, ya sea para generar políticas de prevención como para

subsanar los daños producidos.

Una característica, compartida por todo tipo de riesgos naturales, es el he-

cho de que sus daños potenciales son crecientes. En referencia a esto Jackson y

S. Llanes Campi I El abordaje del estudio del riesgo natural... - pp. 113-128

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Burton (1980 en Calvo, 1984) indica que el peligro aumenta a medida que crece la

población, que a nivel mundial es cada vez más urbana, más concentrada y más

dependiente de infraestructuras sofisticadas y vulnerables.

El Riesgo Natural

Los riesgos naturales desencadenan hechos que afectan de manera directa

a los agentes humanos, animales y vegetales, que componen el espacio geográ-

fico, creando un desequilibrio en su sistema. El concepto de riesgo natural está

íntimamente ligado a los dos factores fundamentales que lo componen: las ame-

nazas y la vulnerabilidad.

Es necesario analizar ambos factores por separado para poder estudiar con

precisión al riesgo. Siguiendo la idea de Jaime (2000).En primer lugar está la

amenaza, un factor de riesgo externo de un sujeto o sistema, representado por un

peligro latente, asociado a un fenómeno físico de origen natural, tecnológico o

bien provocado por el hombre. Puede darse con poca, mediana o asidua periodi-

cidad. En segundo lugar, la vulnerabilidad. Presenta una diferencia con el concep-

to anterior (amenaza) debido a que es un factor de riesgo interno, de un sujeto o

un sistema que está predispuesto a ser afectado o a sufrir pérdidas. Es un valor

estimado de daño o pérdida como resultado de la ocurrencia de un fenómeno de

severidad dada. (Jaime, 2000).

Resulta prioritario conceptualizar la idea de riesgo. El riesgo es el resultado

del producto entre factores externos e internos, el cual da la pauta de la presencia

de un riesgo real en el espacio.

Entonces, podemos definir al riesgo como:

R (riesgo)= V (vulnerabilidad) x A (amenaza).

La vulnerabilidad es un factor creado para medir y evaluar los riesgos. Sirve,

en parámetros actuales, para el análisis en profundidad de un evento. Es ese

factor interno, propio de cada espacio, ajeno al evento, a su magnitud o periodici-

dad, una variable que pone de manifiesto la capacidad de respuesta de cada

espacio. Es la que desnuda en cierto modo el nivel de desarrollo de un espacio

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geográfico con respecto a los riesgos que corren, ya que, como hemos dicho, no

hay lugar que esté exento de algún tipo de riesgo natural. Dependerá de cada

espacio y de la sociedad que en él habita, que este factor sea efectivo o no. En

cada espacio la vulnerabilidad será un rasgo particular y único, ya que cada cual

tiene sus formas de responder a los riesgos. Algunos de manera más efectiva,

otros medianamente y algunos no tendrán respuestas. No es la misma capacidad

de respuesta la que puede llegar a tener una ciudad del primer mundo, donde hay

un profundo interés por responder con eficacia a las situaciones de riesgo,

específicamente a las de origen geodinámico (terremotos y tsunamis en particu-

lar) que la que puede llegar a tener una población de un país subdesarrollado o en

vías de desarrollo, donde el mayor de los riesgos es la supervivencia. Un ejemplo

claro es el caso del Perú. Dentro de los 16 mil millones de soles del presupuesto

para inversión pública de este año, el gobierno destinó 99 millones de soles a la

prevención y atención de emergencias, es decir menos del 1% para los dos rubros,

cuando debería ser el 10%. (Sigweb 2010).

Hanako (2012) argumenta que “los países de bajos recursos constituyen

más del 70% de las áreas más vulnerables del mundo. Un tercio de los pobres del

mundo viven en zonas de riesgos múltiples. Los impactos en pérdidas económi-

cas y en el PIB son 20 veces mayores en los países en vías de desarrollo que

tienen menos capacidad para proteger a su gente y sus propiedades”.

Un caso antagónico es el de Japón. Luego del tsunami y el sismo de marzo de

2011 (milenio), el gobierno aprobó un presupuesto histórico de 96 billones de yenes

(1,2 billones de dólares), destinado en gran parte, a la reconstrucción de los daños

ocasionados por los fenómenos, principalmente en la zona noroeste del país.

Puede ser que en algunos casos haya el mismo interés para enfrentar las

amenazas presentes, pero los recursos dispuestos, ya sea para la investigación,

mitigación, infraestructura, capacitación, campañas, etc., son realmente menores

para estos países donde los recursos económicos son más bajos y las priorida-

des se asientan sobre otros aspectos como la alimentación, vestimenta, la preca-

riedad de las viviendas, o sea la subsistencia diaria.

S. Llanes Campi I El abordaje del estudio del riesgo natural... - pp. 113-128

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Hanako (2012) indica que: “el informe presentado en el marco de la cumbre

del Grupo de los 20 (G20), el terremoto y tsunami de 2011 en Fukushima, Japón;

el huracán Katrina de 2005 en Estados Unidos; el terremoto del 2008 en Sichuan,

China; el terremoto de 1995 en Kobe, Japón y las inundaciones que sufrieron los

chinos en 2010 son los cinco desastres naturales que mayores pérdidas económi-

cas han provocado”. Esto refleja que sociedades con más desarrollo sufren ma-

yores pérdidas económicas, no por estar desprevenidos o incapacitados para la

eventualidad de algún fenómeno, sino porque tiene más que perder. A mayor in-

fraestructura, mayores los daños lamentados.

En el documento, el Banco Mundial señala que si bien los países han logra-

do disminuir la pérdida de vidas humanas, los impactos económicos van en au-

mento, sobre todo en los países desarrollados.

La capacidad de respuesta tendrá que ver con la conciencia de riesgo que

tenga cada sociedad, y con los conocimientos adquiridos por ella y por las entida-

des calificadas para clasificar la magnitud y los potenciales daños. Hay una rela-

ción casi directa entre el nivel de desarrollo de un espacio y la capacidad de res-

puesta que tienen las sociedades ante las amenazas. Cardona (1998) indica que

los elementos bajo riesgo son el contexto social y material representado por las

personas y por los recursos y servicios que pueden ser afectados por la ocurren-

cia de un evento, es decir, las actividades humanas, los sistemas realizados por el

hombre tales como las edificaciones, líneas vitales o infraestructura, centros de

producción, utilidades, servicios y la gente que los utiliza.

Factor interno del riesgo

La vulnerabilidad se puede clasificar en líneas generales en tres tipos, pero

si se analiza en mayor profundidad pueden emerger subdivisiones específicas. La

tipificación se presenta de la siguiente manera:

- Vulnerabilidad física: se refiere a la ubicación de las poblaciones con respecto

a zonas de riesgo físico, es decir, zonas con grandes probabilidades de verse

afectadas por algún fenómeno causante de desequilibrio poblacional. Por ejem-

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plo la ubicación humana en las faldas de los volcanes, zonas de inundaciones

de ríos, zonas de alto peligro sísmico, áreas con alto riesgo de huracanes, etc.

Cada espacio geográfico está sometido a fenómenos naturales extremos que

potencialmente pueden ser perjudiciales. (Maskrey, 1998)

- Vulnerabilidad estructural: tiene que ver con las inadecuadas construcciones o

sus materiales no aptos para resistir los embates de un fenómeno peligroso.

No sólo se refiere a las construcciones de tipo habitacional, si no también in-

dustriales, viales, etc. Tiene que ver con el tipo de estructuras creadas por el

hombre, su grado de resistencia ante determinada energía liberada por un

fenómeno geodinámico peligroso. (Maskrey, 1998)

- Vulnerabilidad social: “está vinculada al bajo grado de organización y cohesión

interna de comunidades bajo riesgo que impide su capacidad de prevenir, mi-

tigar o responder a situaciones de desastre” (Maskrey 1998:9). Es el grado de

conocimiento que tiene la población sobre el espacio que habita y de los posi-

bles perjuicios que puede recibir de los fenómenos naturales actuantes. Un

claro ejemplo de una población con alta vulnerabilidad social son las socieda-

des que ignoran qué actitud se debe tomar antes, durante y después de un

evento natural extremo.

Factor externo del riesgo

Las amenazas naturales están siempre presentes en el espacio, aunque

sean de diversos orígenes, magnitudes y naturalezas. La ocupación del espacio

tiene múltiples razones y es consecuencia de los beneficios o facilidades que éste

ofrece para el asentamiento de una población, así como también de una necesi-

dad. Estos beneficios pueden ser la proximidad a recursos naturales, buenas tie-

rras para el cultivo, la proximidad a recursos como el agua, algún mineral en ex-

plotación o potencialmente por ser explotado, su buena ubicación geográfica con

respecto a núcleos de servicios, vías de comunicación o comerciales. Hay una

revalorización del uso de suelo, y como consecuencia podemos ver el desenfreno

del crecimiento urbano que ocupa áreas vedadas para el uso, ya sea habitacional,

S. Llanes Campi I El abordaje del estudio del riesgo natural... - pp. 113-128

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

comercial, industrial o para su explotación agrícola ganadera.

Esta ocupación del espacio suele ocurrir muchas veces sin el previo análisis

de riesgos o peligros que presenta. Sólo se ve las potenciales oportunidades de

su explotación, y no se tiene en cuenta que esas oportunidades suelen convertir-

se en amenazas.

En lo referente a los tipos de amenazas Maskrey (1998) distingue a dos:

naturales y socionaturales, y hace su correspondiente descripción:

- Amenazas naturales: asociadas con los procesos geológicos, geomorfológicos,

climáticos, y oceanográficos, como los terremotos, inundaciones, tsunamis,

etc.

- Amenazas socionaturales: asociadas a la modificación de los espacios reali-

zados por la sociedad para el asentamiento de la población y sus actividades,

como la instalación de explotaciones, la conformación de diques, etc. La con-

versión de suelos naturales en tierras urbanas significa la remoción de la co-

bertura vegetal natural y su sustitución con asfalto, cemento u otros materiales

impermeables, la contaminación del suelo, aire y aguas, etc. Esto genera un

cambio, en mayor o menor medida, en la dinámica natural del espacio, provo-

cando desequilibrios y generando nuevas amenazas. Cierto es que tienen una

ventaja con respecto a las naturales ya que en algunos casos se pueden pre-

ver su comportamiento y el impacto que pueden llegar a generar en el espacio.

La presencia de una amenaza en un espacio determinado es un factor su-

mamente importante para tener en cuenta, no sólo para evitar la menor cantidad

de daños posibles, sino para no frenar el avance o progreso de una población. Las

amenazas pueden generar grandes retrocesos en el espacio, rompiendo repenti-

namente el equilibrio pretendido por las sociedades; además, pueden a su vez

generar como consecuencia otras amenazas que agravarían la situación del es-

pacio.

Consideraciones finales

El riesgo natural es un tema que debe asumir la Geografía como propio. En

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él se encuentran elementos, conjuntos, criterios de análisis, procesos y dinámicas

que se pueden situar dentro la de la perspectiva de estudio de la ciencia geográ-

fica, principalmente porque el resultado de los factores que conforman el producto

llamado riesgo, las amenazas y las vulnerabilidades, se plasma en el espacio

geográfico.

El riesgo, al igual que la ciencia geográfica, permite hacer la síntesis del

comportamiento, dinámicas e interrelaciones de los fenómenos naturales con las

de los factores humanos, y así explicar la realidad espacial.

La Geografía, a través del análisis del riesgo natural, tiene la posibilidad de

realizar importantes aportes a la sociedad. Comprender el comportamiento de

una amenaza, reconocer las áreas y aspectos más vulnerables de un espacio en

particular, pronosticar la posibilidad de la presencia de un evento son algunos

aportes que puede realizar la ciencia para facilitar las acciones de prevención y

acción durante y después del evento, y así mejorar la calidad de vida de las socie-

dades.

El aporte de la Geografía no debe quedarse solo en construcción del conoci-

miento. El riesgo le da la oportunidad de intervenir de manera directa en la socie-

dad, aportando al hombre un mayor conocimiento del medio y posibilitando una

convivencia más armónica.

S. Llanes Campi I El abordaje del estudio del riesgo natural... - pp. 113-128

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SEGREGACIÓN SOCIO-RESIDENCIAL EN CIUDADESINTERMEDIAS. EL CASO DE BAHÍA BLANCA - ARGENTINA

MARÍA BELÉN PRIETO - [email protected]

Departamento de Geografía y Turismo - Universidad Nacional del Sur

Recibido 18/09/12 Aprobado 25/11/12

El presente estudio se encuentra enmarcado en los estudios de segregación.

Desde esta perspectiva se procura ofrecer un análisis de los principales cambios

acontecidos a inicios del siglo XXI en términos de segregación socio-espacial

urbana en la ciudad de Bahía Blanca. La fuente de datos utilizada corresponde al

Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda del año 2001. La utilización de

datos censales posibilitará detectar y evidenciar la configuración espacial de la

segregación urbana para la ciudad de Bahía Blanca. El procedimiento aplicado,

mediante la utilización la técnica denominada Análisis de componentes principales,

permitirá identificar y reconocer las principales diferencias socio-espaciales que

puedan existir a partir de la sistematización de variables demográficas, sociales y

económicas. Las dimensiones y sub-dimensiones consideradas en el presente

trabajo contemplan aspectos demográficos, educativas, vivienda, migración,

pobreza y ocupación. Se utilizará el software REDATAM+SP a nivel del micro

datos espaciales complementado con un software estadístico (SPSS). En su

análisis espacial se aplicará un Sistema de Información Geográfica (Arc Gis 9.1).

Palabras clave: segregación socio-residencial, diferenciación urbana, compo-

nentes principales, ciudades intermedias, Bahía Blanca.

Res

um

en

This study is framed in segregation studies and socio-spatial differentiation.

From this perspective seeks to provide an analysis of the main changes in early

twenty-first century in terms of urban socio-spatial segregation in the city of Bahia

Blanca. The data source used is for the National Census of Population, Households

Ab

stra

ct

Ä

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and Housing 2001. The crossing of the census data will enable detection and

demonstrate the spatial configuration of urban segregation for the city of Bahia

Blanca. The procedure applied by using principal component will identify and

recognize the main socio-spatial differences that may exist from the systematization

of census variables. The dimensions and sub -dimensions considered in this

work include demographics, education, housing, migration, poverty and occupation.

Software will be used REDATAM + SP micro-level data supplemented with statistical

software (SPSS). In spatial analysis apply GIS (Arc Gis 9.1) that through

overlapping layers of information to interpret the socio-territorial.

Keywords: socio-residential segregation, urban differentiation, main components,

intermediate cities, Bahia Blanca.

®®®

Introducción

En el espacio urbano fragmentado y segregado, se materializan los diversos

procesos de producción y apropiación del espacio, acciones éstas tanto del orden

público como privado, que van materializando en el territorio la formación de áreas

diferenciadas en cuanto a vivienda, infraestructura y equipamiento comunitario,

que se sintetiza en la calidad del hábitat.

En los últimos años han cobrado importancia los estudios sobre condiciones

de vida, diferenciación socio-espacial, segregación urbana, vulnerabilidad social,

pobreza, brechas sociales, entre otros; en diversas disciplinas y escalas de análi-

sis, especialmente en el ámbito de las ciencias sociales. Desde la perspectiva

geográfica, su tratamiento ha cobrado relevancia por su relación con los procesos

de diferenciación socio-espacial, por lo cual adquieren mayor significación los

aspectos relativos a las materialidades, localización, accesibilidad, distribución y

condiciones del hábitat y la vivienda.

La presente investigación procura ofrecer un análisis de los principales cam-

bios acontecidos a inicios del siglo XXI, en términos de segregación socio-espa-

M. B. Prieto I Segregación socio-residencial en ciudades intermedias... - pp. 129-156

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

cial en la ciudad de Bahía Blanca, centro urbano intermedio localizado en el su-

doeste bonaerense, de 274.838 habitantes según censo 2001.

En las últimas décadas, producto de la incidencia de procesos tanto locales

como nacionales y globales, el territorio se muestra fragmentado, evidenciando

las desigualdades en las condiciones de vida de los habitantes, en el acceso a la

propiedad de la tierra y la vivienda propia, configurando una amplia periferia don-

de coexisten el emplazamiento de asentamientos carenciados y nuevas formas

de urbanización –barrios parque privados– que han tomado protagonismo en los

últimos años en determinados sectores de la ciudad (Prieto y Formiga, 2010).

Se propone analizar las diferencias socio-territoriales, en términos de dife-

renciación socio-residencial, de la población que habita en la localidad de Bahía

Blanca1. Una limitación fue que los datos censales más recientes, 2010, no se

encuentran disponibles a nivel de microdatos. La fuente de datos más reciente

disponible, a nivel de radio censal, es el Censo de 2001. Se realizó el procesamien-

to de la información mediante SIG, para establecer la diferenciación intraurbana.

Segregación urbana

En términos generales, el concepto de segregación refiere a “la existencia

de diferencias o desigualdades dentro de un colectivo y a la separación de los

sujetos en categorías que tienen cierto grado de distinción jerárquica o valorativa”

(Rodríguez Vignoli, J. 2001:13).

Desde un plano sociológico el concepto de segregación alude a la ausencia

de interacción entre grupos sociales. En un sentido geográfico, significa desigual-

dad en la distribución de los grupos sociales en el espacio físico. La presencia de

un tipo de segregación no asegura la existencia de otro (Rodríguez Vignoli, J.

2001:11).

La segregación de carácter residencial se manifiesta en la proximidad y/o

1 Esta ponencia se enmarca en el PGI “Tendencias y desafíos en las ciudades medias. Efectos

dinamizadores. Procesos sociodemográficos y territorialización de las acciones en la ciudad

de Bahía Blanca”, financiado con fondos de la SGCyT de la UNS.

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aglomeración espacial de familias pertenecientes a un mismo grupo social, sea

que éste se defina en términos étnicos, etarios, de preferencias religiosas o socio-

económicos (Sabatini, F.; Cáceres, F. y Cerda, J. 2001:27; Rodríguez Vignoli, J. y

Arraigada, C. 2004:6).

Los estudios de segregación residencial constituyen actualmente un tema

de debate en el marco de las ciencias sociales, ya que se encuentra afectado por

varios factores que, en determinados casos, se refuerzan y en otros se oponen. Al

respecto, Jorge Rodríguez (2006:2-3) indica “(i) la persistente desigualdad en

materia de ingresos ya que suele tener expresiones territoriales; (ii) la historia en

materia de alejamiento y separación física entre ricos y pobres, pues esta deja

huellas simbólicas y materiales que tienen efectos duraderos; (iii) la búsqueda de

plusvalía de los agentes inmobiliarios, que estimula la sobreinversión en las áreas

donde reside la elite pero que también puede favorecer la suburbanización hacia

terrenos fuera del nicho histórico de la elite; (iv) las políticas de vivienda social

basadas en la maximización de la construcción y que usan como mecanismo

principal para ello la construcción en zonas periféricas, donde el suelo es más

barato, y que por ello refuerzan la localización periférica de los pobres”.

Aspectos metodológicos y fuentes

Se aborda un análisis cuantitativo, mediante la utilización del Análisis de com-

ponentes principales, el que permitirá identificar y reconocer las principales dife-

rencias socio-espaciales que puedan existir, a partir de la sistematización de

indicadores socio-demográficos construidos a partir del dato censal, consideran-

do como unidad de análisis la mínima desagregación de información disponible:

el radio censal. Se trabajará exclusivamente con bases de microdatos censales

correspondientes al Censo de Población, Hogares y Vivienda de 2001, procesa-

dos con el Software REDATAM+SP complementado con un software estadístico

(SPSS). Los microdatos censales procesados con REDATAM+SP, a nivel del ra-

dio censal, facilitan la medición de la diferenciación residencial y socioeconómica.

Las dimensiones y sub-dimensiones consideradas, están referidas a aspectos

demográficos, educativos, vivienda, migración, pobreza y categoría ocupacional.

M. B. Prieto I Segregación socio-residencial en ciudades intermedias... - pp. 129-156

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Partiendo de un análisis factorial en la determinación de la diferenciación socio-

espacial, se aplicó la metodología de Análisis de Componentes Principales con la

finalidad de obtener grupos homogéneos, a partir de variables seleccionadas. El

análisis de componentes principales aparece como una importante aplicación en

el marco de estudios sociales, para medir las diferencias espaciales y así poder

delimitar, con mayor precisión, las heterogeneidades plasmadas en el territorio.

Como señala Buzai, uno de los aspectos fundamentales de la Ecología

Factorial consiste en el descubrimiento de los denominados “ejes de diferencia-

ción socio-espacial urbana” (Racine, 1976, citado por Buzai, 2003:49-50), me-

diante la aplicación de diversas metodologías que permiten dar sustento al análi-

sis, como son los procedimientos estadísticos multivariados; entre ellos, cabe

mencionar valor índice medio, análisis Linkage, análisis factorial y análisis cluster,

ampliamente utilizados en las últimas décadas tanto en estudios latinoamerica-

nos como en varias ciudades argentinas.

Para explicar la segregación urbana, el análisis factorial (AF), en este senti-

do, constituye “un procedimiento estadístico que parte de la MCV2 con el objeto de

explicar la estructura de las covariaciones entre las variables (V) mediante la de-

finición de una cierta cantidad de factores (F), siendo F menor que V. El método se

aplica principalmente para descubrir relaciones que lleven a determinar “dimen-

siones latentes” –causas profundas no directamente observables– que actúan

como responsables de las manifestaciones visibles y, a su vez, que permitan in-

terpretarlas” (Buzai, 2003:167).

En palabras de Harman “el principal objetivo del análisis factorial es la clasi-

ficación de un conjunto de variables en función de un (generalmente) pequeño

número de categorías o factores. Esta clasificación se puede completar con el

análisis de las correlaciones entre variables. Una solución satisfactoria proporcio-

nará los factores que ofrecen toda la información esencial del conjunto primitivo

de variables. Así pues, el objetivo principal es obtener una economía científica en

2 Matriz de Correlación de Variables (MCV).

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134

la descripción” (Harman, 1960, citado por Timms, 1976:89-90). Además, el análi-

sis factorial constituye una técnica muy poderosa para descifrar las relaciones

entre los indicadores o variables y las categorías implícitas que representan.

Los indicadores utilizados para establecer las diferencias en términos de se-

gregación urbana abarcan ocho dimensiones: demográfica, educación, salud, vi-

vienda, régimen de tenencia, trabajo, pobreza y migración. El cuadro 1 muestra las

dimensiones consideradas, con los respectivos indicadores y variables utilizadas.

Cuadro N° 1

3 Para el censo 1991, se proceso, dada la menor disponibilidad de variables contenidas en la

base del Software REDATAM+SP, sólo porcentaje de población en hogares con desagüe a red

pública, considerando que los mismos disponen de inodoro con descarga de agua.

Dimensión Sub-dimension Variable

Demográfica

Estructura

• Porcentaje de población de 0-14 años

• Porcentaje de población 15-64 años

• Porcentaje de población de 65 años y más

Educación

Nivel de

Instrucción

• Porcentaje de población analfabeta (no sabe

leer ni escribir)

• Porcentaje de población con nivel de instrucción

primario completo

• Porcentaje de población con nivel de instrucción

secundario completo

• Porcentaje de población con nivel de instrucción

terciario completo

• Porcentaje de población con nivel de instrucción

universitario completo

Salud

Calidad sanitaria

• Porcentaje de población que posee obra social o

cobertura médica asistencial

• Porcentaje de población en hogares con inodoro

con descarga de agua y desagüe a red pública

(servicio sanitario)1

• Porcentaje de población en hogares con

tenencia de agua por cañería dentro de la

vivienda

Ä

3

M. B. Prieto I Segregación socio-residencial en ciudades intermedias... - pp. 129-156

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Fuente: elaboración propia sobre la base de Censo Nacional de Población, Hogares y

Vivienda 1991-2001, INDEC.

A continuación se procedió a la construcción de la base de datos alfanumérica

para, de esta manera, analizar las variables seleccionadas a través de la cons-

trucción de la matriz de datos originales (MDO) de 248 radios censales x 24 varia-

bles, la cual permite obtener medidas relacionadas a cada variable en particular o

la asociación entre ellas. Se realizó un proceso de ajuste, generando una matriz

de datos índice (MDI) y, posteriormente, se procedió a estandarizar las variables

–matriz MDZ– que se utilizaron para realizar el análisis factorial, donde los radios

4 Determinado por lugar de nacimiento.

vivienda

Vivienda

Calidad de la

vivienda

• Porcentaje de población en viviendas tipo A y

Departamentos

• Porcentaje de población en viviendas tipo B

• Porcentaje de población en viviendas tipo

Ranchos y Casillas

• Porcentaje de población en viviendas con

material predominante de los pisos: tierra o

ladrillo suelto

• Porcentaje de población en hogares con

hacinamiento 3 y más personas por cuarto

Régimen de

Tenencia

Tenencia

• Porcentaje de población con régimen de

tenencia: propietario de la vivienda y el terreno

• Porcentaje de población con régimen de

tenencia: propietario de la vivienda

Laboral

Ocupación

• Porcentaje de población con Calificación

Profesional

• Porcentaje de población con Ocupaciones No

Calificadas

Migración

Movilidad

• Porcentaje de población que hace 5 años vivía

en otra provincia que no es Buenos Aires

• Porcentaje de población que nació en otra

provincia (Pcia. de nacimiento)

• Porcentaje de jefe de hogar migrante2 4

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censales ocupan las filas de la matriz y las variables las columnas, según el si-

guiente procedimiento denominado “puntaje Z”:

σ

µ−=��

Donde ���� es cada una de las mediciones realizadas, ��µ es la media de la

variable y es el desvío estándar.

Con este procedimiento se obtiene un conjunto de puntuaciones de las va-

riables en las diferentes unidades espaciales, los radios censales, de media 0 y

desvío estándar 1. Una vez obtenida la matriz de puntajes “Z” de las variables

involucradas en el análisis para 2001, se procede al análisis factorial5. De esta

forma se sintetiza un elevado número de información, aportado por las variables

involucradas, en un número menor de nuevas variables, también denominadas

“macrovariables”; es decir, de componentes principales, que concentran así la

información de una manera sintética. Se complementa el estudio con la distribu-

ción espacial de las características y la diferenciación de las componentes en

Bahía Blanca, con la aplicación de la base de datos en un Sistema de Información

Geográfica (SIG-Arc Gis 9.1), con el objeto de establecer el nivel de segregación

y su materialización en el territorio bahiense.

Las variables seleccionadas

Como se puede observar en el cuadro 1, con el objeto de identificar las dife-

rencias intraurbanas en términos de segregación socio-espacial, se han seleccio-

nado ocho grupos o dimensiones sobre el cual se aplica el análisis de componen-

tes principales.

La primera de ellas corresponde a características demográficas referidas a

5 La información ha sido procesada con el Software SPSS 17, aplicando un método de reducción

factorial: componente principales, este ha sido rotado según el método “normalización varimax

con Kaiser”.

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la estructura de la población. Un segundo grupo de variables se centra en cuestio-

nes referidas a educación. La educación constituye un elemento fundamental para

el desarrollo de todo ser humano. Los conocimientos permiten a los individuos

interactuar, integrarse y asumir diversos roles en la vida social de la persona.

Además de ser el derecho al desarrollo pleno de las personas, la educación incide

decididamente en las oportunidades, en el acceso al mercado laboral y la calidad

de vida de los individuos y las familias. El efecto de la educación en la mejora de

los niveles de ingreso, la salud de las personas y las condiciones en la estructura

familiar ha sido ampliamente desarrollado. Un tercer grupo de variables se vincula

con aspectos de salud de la población. Se incluye en el análisis el indicador de

población con cobertura social (posee obra social o cobertura médica asistencial),

que es representativo de los riesgos a los que los grupos sociales se encuentran

expuestos, tanto en prevención de la salud como en atención de la enfermedad.

La provisión de agua constituye un elemento primordial del que disponen los indi-

viduos para mantener las condiciones de salubridad e higiene en los hogares,

junto con el servicio de red cloacal para la evacuación de sus efluentes.

Un cuarto grupo de variables refiere a las características de la vivienda. La

población que habita en viviendas tipo rancho y casillas y con materiales de los

pisos de tierra o ladrillo suelto constituye el grupo con mayores carencias, que

integra el déficit habitacional, y las condiciones de vida de las personas de meno-

res recursos económicos. Un quinto grupo de variables refiere al régimen de te-

nencia de la población. En su análisis se ha considerado porcentaje de población

propietario de la vivienda y el terreno y porcentaje de población propietario sólo de

la vivienda. Otro grupo de variables refiere a la segmentación socio-espacial, se-

gún su calificación ocupacional, la cual se relaciona con las desigualdades res-

pecto al ingreso económico, en concepto de salarios, y la posibilidad diferenciada

de acceso a la tierra y la vivienda propia. A fin de captar la medición de la diferen-

ciación socio-espacial se utilizará como variable representativa de la estratifica-

ción social la Calificación de las Ocupaciones (INDEC, 2001) en base al Clasifica-

dor Nacional de Ocupaciones (CNO, 2001). En el análisis se emplean dos varia-

bles: calificación profesional y ocupaciones no calificadas (INDEC, 2001:23-24):

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- Calificación profesional: son aquellas en las que se realizan tareas múltiples,

diversas y de secuencia cambiante, que suponen conocimientos teóricos de

orden general y específico acerca de las propiedades y características de los

objetos e instrumentos de trabajo y de las leyes y reglas que rigen los proce-

sos. Estas ocupaciones requieren de conocimientos adquiridos por capacita-

ción formal específica y por experiencia laboral equivalente.

- No calificada: son aquellas en las que se realizan tareas de escasa diversi-

dad, utilizando objetos e instrumentos simples, o en muchos casos el propio

cuerpo del trabajador. Estas ocupaciones no requieren de habilidades o conoci-

mientos previos para su ejercicio, salvo algunas breves instrucciones de inicio.

Un séptimo grupo de variables refiere al lugar de la población. La intención

de incorporar al análisis estas variables, es ver si existe relación o no para el año

2001 en la localidad de Bahía Blanca, de algún componente relacionado con la

procedencia de la población o si ésta queda subsumida en alguna otra macrova-

riable. Un último grupo refiere pobreza estructural. Se ha seleccionado porcentaje

de población en hogares afectados por NBI subsistencia (hogares que tienen cua-

tro o más personas por miembro ocupado, cuyo jefe no haya completado el tercer

grado de escolaridad primario), por ser una variable muy vinculada con la calidad

y bienestar de los individuos, ya que mide la potencial capacidad de los hogares

para la generación de ingresos.

Área de estudio

El espacio objeto de estudio corresponde a la ciudad de Bahía Blanca, ubica-

da en el Partido homónimo. El Partido se encuentra ubicado geográficamente en el

sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, sobre la costa Atlántica (figura N° 1).

Posee una importante relación con el centro y sur de la Región Pampeana, y

el norte patagónico por medio de múltiples conexiones a través de las rutas nacio-

nales 33, 35, 3 Norte, 3 Sur y 22, y provincial 51, así como también ferroviarias.

Las redes de transporte y comunicación conforman el sistema de relaciones que

en forma conjunta con las diversas actividades económicas que caracterizan la

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ciudad, organizan y mantienen la estructura de la configuración territorial.

Figura N° 1. Localización del Partido y ciudad de Bahía Blanca

Fuente: elaboración propia.

La ciudad de Bahía Blanca constituye un centro urbano de tamaño medio6,

que de acuerdo con datos correspondientes al Censo Nacional de Población,

Hogares y Vivienda (INDEC) del año 2001, registra un total de 274.838 habitantes,

concentrando el 96,7 % de la población total del Partido. La población urbana del

Partido se completa con dos pequeñas localidades, General Daniel Cerri y Cabil-

do. No están disponibles aún los datos correspondientes al último censo –año

2010– para la ciudad. Los resultados definitivos, publicados en diciembre de 2011,

corresponden al Partido de Bahía Blanca, que registró 301.531 habitantes. De

6 Bahía Blanca, constituye la ciudad de mayor tamaño de esta subcategoría en la Pcia. de Buenos

Aires, seguidas por San Nicolás de los Arroyos, Tandil, Zárate, Pergamino, Olavarría, Junín,

Necochea-Quequén, Campana, Luján, Punta Alta, Azul, Chivilcoy y Mercedes de acuerdo a los

datos censales de 2001.

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acuerdo a los criterios establecidos por Vapñarsky y Gorojovsky (1990), la locali-

dad de Bahía Blanca es considerada una aglomeración de tamaño intermedio

(ATI). Dentro de esta clasificación, la ciudad corresponde a una ATI media por

estar dentro de la categoría que va de 50.000 a 399.999 habitantes.

Por las diversas y especializadas funciones que allí se desarrollan, se des-

empeña como un importante centro regional. En este sentido, constituye un des-

tacado nodo de comunicaciones y transporte a escala regional y muy particular-

mente, a escala nacional, como así también un importante centro de servicios

especializados para una amplia región (educación, salud, comercio, finanzas,

etc…). El puerto de aguas profundas lo posiciona como uno de los principales

puertos en el comercio internacional.

En las últimas décadas, producto de la incidencia de procesos tanto locales

como nacionales y globales, el territorio se muestra fragmentado, evidenciando

las desigualdades de las condiciones de vida de los habitantes y en el acceso a

una vivienda adecuada y segura. La materialización de estas desigualdades al-

canza su mayor expresión en la amplia periferia, con el contraste entre el hábitat

popular, donde se destacan los asentamientos carenciados y las áreas residen-

ciales de prestigio y nuevas formas de urbanización –barrios parque privados,

countries–, que han alcanzado mayor protagonismo en los últimos años en deter-

minados sectores de la ciudad.

Ejes de diferenciación socio-espacial intraurbana en Bahía Blanca

Partiendo de un total de 24 variables referidas a cuestiones demográficas,

educación, vivienda, salud, régimen de tenencia, condición laboral, pobreza y mi-

gración, a través de un análisis factorial de componentes principales, se han se-

leccionado, para su explicación, los componentes con autovalor mayor a 1 (cua-

dro 2). Los resultados obtenidos indican que para 2001 se identifican 4 compo-

nentes o macro variables. En conjunto, explican un 80,84% de la varianza conte-

nida en las variables de inicio en 2001, lo cual supone, de esta manera, una buena

síntesis de la información analizada.

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SN

0326-9

574 - IS

SN

2250-4

176 (o

n lin

e)

Initial Eigenvalues Extraction Sums of Squared Loadings Rotation Sums of Squared LoadingsComponente Total % de la

varianza explicada

% acumulado

Total % de la varianza explicada

% acumulado

Total % de la varianza explicada

% acumulado

1 12,762 53,175 53,175 12,762 53,175 53,175 6,788 28,285 28,285

2 3,716 15,482 68,657 3,716 15,482 68,657 5,575 23,227 51,512

3 1,552 6,466 75,123 1,552 6,466 75,123 4,562 19,009 70,521

4 1,373 5,723 80,845 1,373 5,723 80,845 2,478 10,324 80,845

Cuadro N° 2. Solución Factorial. Ciudad de Bahía Blanca 2001

Fuente: elaboración propia. Método de extracción: Análisis Componentes Principales, INDEC, Censo 2001.

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La figura siguiente (gráfico 1), muestran el gráfico de derrame (Scree-Plot)

correspondiente a los datos de eigenvalue del cuadro N° 2. En ellos puede verse

el decrecimiento del valor de » desde el factor 1 al factor 24, considerado un

auxiliar de mucha utilidad al momento de seleccionar los factores a partir de los

cambios observados en la pendiente descendente (Buzai, 2003:293).

Gráfico N° 1 Scree Plot Censo 2001

Fuente: elaboración propia. Método de extracción: Análisis Componentes Principales,

INDEC, 2001.

Sin embargo, no todos los componentes, o las nuevas macrovariables, tie-

nen la misma capacidad explicativa. El primer componente contiene algo más del

28,2 por ciento de la varianza y el segundo explica un 23,2 por ciento. Del resto, el

tercero explica aproximadamente algo más del 19 por ciento y el cuarto tan sólo

un 10,3 por ciento de la varianza.

El componente 1 explica un 28,2 por ciento de la varianza total. Un total de

nueve variables aportan significado al mismo y refieren a distintos aspectos de la

población bahiense. Este componente cuenta con valores positivos en las varia-

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bles porcentaje de población en viviendas tipo rancho y/o casillas, porcentaje de

población en viviendas con piso de tierra o ladrillo suelto, porcentaje de población en

viviendas tipo B, porcentaje de población en hogares con hacinamiento 3 y más

personas por cuarto, porcentaje de población con necesidades básicas insatisfe-

chas NBI subsistencia y tenencia propietario sólo de la vivienda. Se observan valo-

res negativos en las variables correspondientes a porcentaje de población en vi-

viendas tipo A y Departamentos, porcentaje de población con tenencia de agua por

cañería dentro de la vivienda y porcentaje de población en el grupo de 15 a 64 años.

Dada las características analizadas, en función de las variables de mayor puntua-

ción en este componente, puede denominarse “precariedad socio-habitacional”.

El segundo componente explica un 23,2 por ciento de la varianza y las

variables que subyacen en la diferenciación socio-residencial de la población

bahiense se encuentran representadas por un total de seis variables que carac-

terizan con propiedad a la segunda componente, de las cuales cuatro puntúan

con signo positivo. En el análisis se destacan con signo positivo dos grupos de

variables; por un lado, las correspondientes a nivel de instrucción recibido: por-

centaje de población con nivel de instrucción universitario completo y porcentaje

de población con nivel de instrucción terciario completo y, por el otro, las referidas

a situación laboral e inserción al mercado de trabajo vinculadas con el nivel de

instrucción recibido: porcentaje de población con calificación profesional. Se agrega

al análisis la variable referida a acceso a obra social o cobertura médica asistencial.

En el conjunto, las variables con signo negativo refieren a porcentaje de población

con nivel de instrucción primario completo y porcentaje de población con ocupa-

ciones no calificadas.

Ello contribuye a plantear que este grupo de variables negativas estarían

indicando un grupo social de población vinculado a menores niveles educativos,

baja solvencia de recursos en los hogares y coincidentemente con acceso a ocu-

paciones no calificadas en el mercado laboral. En síntesis, todo ello nos permite

identificar a esta componente como “alto nivel socio-profesional”.

La identificación del tercer componente de diferenciación socio-residencial

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se encuentra representada por cinco variables con las mayores puntuaciones,

tanto positivas como negativas; éstas representan tan sólo el 19 por ciento de la

varianza total. Por su parte, las puntuaciones negativas se corresponden con las

variables de porcentaje de 65 años y más, porcentaje de población con nivel de

instrucción secundario completo y porcentaje de población con inodoro con des-

carga de agua y desagüe a red pública. Por ello, hemos identificado a esta com-

ponente con el nombre de “población joven con bajo nivel de instrucción”.

Finalmente, con respecto al cuarto componente, que explica un 10,3 por

ciento de la varianza, son tres las variables que obtienen saturaciones elevadas,

dos de ellas positivas y una negativa, fácilmente relacionadas con la condición

migratoria de los individuos. Se corresponden con porcentaje de población que

nació en otra provincia que no es Buenos Aires y porcentaje de población que

vivía hace 5 años en otra provincia que no es Buenos Aires. La puntuación nega-

tiva corresponde a la variable porcentaje de población con régimen de tenencia

propietario de la vivienda y el terreno. En procura de lograr una mayor definición

de este componente, tomamos como referencia otras variables, que a pesar de

presentar menor puntuación en el conjunto, resultan válidas para aportar informa-

ción a la componente. Es el caso de puntuación positiva de porcentaje de pobla-

ción en el grupo 15-64 años y de la carga negativa de la variable correspondiente

a porcentaje de población con nivel de instrucción primario completo. En función

de las variables de mayor puntuación en este componente, se ha denominado

“migración”.

Distribución espacial y diferenciación social de las puntuaciones delos componentes

Los resultados obtenidos a partir de la denominada matriz de calificaciones

factoriales (cuadro N°3), la cual muestra los puntajes, es decir, la intensidad con la

que cada componente se encuentra presente en cada unidad espacial (radio cen-

sal), permite confeccionar 4 cartogramas analíticos de las distribuciones espacia-

les de cada componente y uno síntesis (figuras 2 a 6), que expresan los resulta-

dos del análisis factorial.

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012 - IS

SN

0326-9

574 - IS

SN

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176 (o

n lin

e)

Cuadro N° 3. Matriz de Componentes Rotados. Censo 2001.

Variable Extracción Componente 1

Componente 2

Componente 3

Componente 4

% de Población en Viviendas Tipo A y Departamentos

0,88 -0,84 0,22 -0,35

% de Población en Viviendas Tipo Casillas y Ranchos

0,82 0,83 -0,11 0,21

% de Población con tenencia de agua por cañería dentro de la vivienda

0,80 -0,83 0,14 -0,29

% de Población en Viviendas con piso de tierra o ladrillo suelto

0,73 0,82 0,23

% de Población con régimen de tenencia propietario de la vivienda

0,80 0,76 -0,16 0,15 0,13

% de Población en Viviendas Tipo B

0,88 0,74 -0,29 0,49

% de Población de 15-64 más 0,66 -0,69 0,23 0,19 0,32

% de Población en hogares con hacinamiento 3 y más personas por cuarto

0,90 0,61 -0,47 0,54

% de Población con NBI Subsistencia

0,74 0,61 -0,51 0,32

% de Población con calificación profesional

0,90 -0,13 0,91 -0,20 0,16

% de Población con nivel de instrucción universitario completo

0,90 -0,12 0,89 -0,24 0,20

% de Población con nivel de instrucción primario completo

0,87 0,21 -0,86 -0,30

% de Población con ocupaciones no calificadas

0,71 0,15 -0,77 0,31

% de Población con nivel de instrucción terciario completo

0,86 -0,22 0,77 -0,43 0,19

Ä

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146 % de Población que posee obra social o cobertura médica asistencial

0,94 -0,50 0,61 -0,54 0,13

% de jefe de hogar migrante 0,49 0,33 -0,47 0,39 -0,11

% de Población de 65 años y más 0,93 -0,11 0,29 -0,91

% de Población de 0-14 años 0,89 0,44 -0,37 0,71 -0,23

% de Población con nivel de instrucción secundario completo

0,76 -0,42 0,35 -0,68

% de Población con inodoro con descarga de agua y desagüe a red pública

0,76 -0,56 -0,66 0,12

% de Población analfabeta (no sabe leer ni escribir)

0,86 0,55 -0,38 0,64

% de Población que nació en otra provincia que no es Buenos Aires

0,78 0,21 0,86

% de Población que vivía hace 5 años en otra provincia que no es Bs. As.

0,89 0,43 -0,15 0,82

% de Población con régimen de tenencia propietario de la viv. y terreno

0,86 -0,41 0,29 -0,78

Fuente: elaboración propia. Método de extracción: Análisis Componentes Principales. Método de rotación: normalizaciónVarimax con Kaiser, INDEC, Censo 2001.

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Antes de iniciar el análisis y distribución espacial de cada componente en la

localidad de Bahía Blanca, resulta necesario indicar que se han empleado 5 inter-

valos de clase, ellos son: menor a -1,51 (Muy Bajo), -1,50 a -0,50 (Bajo), -0,49 a

0,50 (Medio), 0,51 a 1,50 (Alto) y Mayor a 1,51 (Muy Alto).

Las mayores puntuaciones en el componente 1 en la ciudad de Bahía Blan-

ca denominada “precariedad socio-habitacional”, se localizan en coincidencia

con aquellos radios censales de la periferia urbana en relación al emplazamiento

de asentamientos informales. Este componente presenta una fuerte correlación

positiva con las variables en viviendas tipo rancho y casillas, con piso de tierra o

ladrillo suelto, hacinamiento de hogares 3 y más personas por cuarto, propietario

sólo de la vivienda y viviendas tipo B. En el conjunto se destacan con puntuacio-

nes muy altas Villa Miramar (noreste) y Stella Maris (este). Hacia el sur un total de

nueve asentamientos carenciados ubicados geográficamente en el sector com-

prendido por el arroyo Napostá y las vías del ferrocarril. A ello se agregan Salade-

ro y el Barrio Juan B. Justo. Esta área sufre con frecuencia el desborde del arroyo

y se suma a ello la baja calidad ambiental del entorno próximo. Hacia el suroeste

se desatacan Villa Nocito y Bajo Rondeau. En efecto, el área noreste, sur y su-

roeste de la ciudad, presenta las mayores puntuaciones en términos de precarie-

dad socio-habitacional, tanto en la calidad de las viviendas como en la tenencia

(figura 2). Las áreas con puntuaciones medias envuelven las anteriores y, en ge-

neral, se corresponden con sectores periféricos cercanos a asentamientos ilega-

les. En el conjunto se destacan con claridad algunos radios censales del micro y

macrocentro de la ciudad y también en proximidad a la Estación Sud. Hacia el

este en proximidad de Villa Aeropuerto, Villa Gloria y Barrios San Miguel. Estos

casos corresponden a viviendas recuperables tipo B. Las puntuaciones muy ba-

jas y bajas coinciden con las mejores situaciones de este componente, barrios de

sectores medio y medio-altos, con adecuadas condiciones habitacionales y provi-

sión de servicios e infraestructura. Se destacan dos barrios parque, de alto poder

adquisitivo y excelentes condiciones del entorno, Palihue y Patagonia, ambos lo-

calizados al noreste de la ciudad. La distribución espacial de las puntuaciones que

obtienen los radios censales en la segunda componente, denominada “alto nivel

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148

socio-profesional” (figura 3), guarda estrecha relación con la localización de los

sectores sociales de mayores ingresos, con alto nivel educativo alcanzado –tercia-

rio y universitario completo–. Los sectores con puntuaciones muy altas, se corres-

ponden con el área central, eje Av. Alem, sector Barrio Villa Floresta y Barrio Parque

Palihue y Parque Patagonia. La distribución de las puntuaciones altas coincide con

el micro y macro centro y, en una situación más periférica, se ubican aquellos radios

censales del sector norte y noreste de la ciudad, en correspondencia con el empla-

zamiento de barrios parque y countries privados. Las condiciones analizadas dismi-

nuyen progresivamente hacia el sur, suroeste y oeste de la ciudad, en correspon-

dencia con menores niveles educativos, ocupaciones no calificadas de la población

y localización de asentamientos informales y carencias. En suma, para el compo-

nente 2, debe destacarse la marcada concentración de radios censales que obtie-

nen puntuaciones muy altas en sectores ocupados por barrios de mayor prestigio,

con adecuadas condiciones paisajísticas en la periferia urbana, así como los secto-

res céntricos que presentan elevados niveles de calidad de vida. El tercer compo-

nente (figura 4), identificado como “población joven con bajo nivel de instruc-

ción”, definido a partir de las variables que mantienen correlación positiva: pobla-

ción de 0-14 años y población analfabeta. Por el contrario,

Fuente: Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Censo Nacional de Población,Hogares y Vivienda, INDEC 2001, procesados con el Software REDATAM+SP.

�Figura 2 Distribución del Componente 1 Ciudad de Bahía Blanca 2001�

�Figura 3 Distribución del Componente 2 Ciudad de Bahía Blanca 2001�

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en el extremo negativo se hallan las variables población adulta mayor, población

con nivel de instrucción secundario completo y población con inodoro con descar-

ga de agua y desagüe a red pública. Esta componente presenta puntuaciones

muy altas y altas en una amplia periferia de la ciudad, en correspondencia con

grupos familiares jóvenes y amplios sectores de hábitat popular. A medida que

nos desplazamos desde el centro a la periferia, aumenta progresivamente la pre-

sencia de población joven (0-14 años). Por último, y atendiendo a la distribución

espacial de las puntuaciones del componente 4, denominado “migración” (figura

5), definido por las variables que manifiestan una correlación positiva dada por

población que nació en otra provincia y población que vivía hace 5 años en otra

provincia que no es Buenos Aires. En el extremo negativo se halla la variable

propietario de la vivienda y el terreno. La distribución espacial muestra que la

cantidad de radios con puntuaciones muy altas y altas es menor en relación a los

compontes anteriores. Se observa una distribución asociada a la presencia de

servicios educativos de nivel terciario y universitario en la ciudad. Las puntuacio-

nes muy altas se asocian con la localización de la Universidad Nacional del Sur y

la Universidad Tecnológica Nacional, en el área central, sobre el eje Alem y Barrio

Universitario. Hacia el este y en situación periférica (Villa Aeropuerto, Villa Elena y

Villa Gloria), se asocia con población migrante de origen internacional, provenien-

te de zonas rurales próximas, con desarrollo de actividad de horticultura, cons-

trucción y hornos de ladrillo, que normalmente demanda mano de obra no califica-

da (Prieto y Formiga, 2008). Las puntuaciones altas se asocian con la distribución

de la categoría anterior en relación a la proximidad de centros educativos. La

excepción corresponde a aquellos radios que coinciden con asentamientos

carenciados (Villa Miramar) y barrios con migrantes del interior del país al este

(Villa Cerrito y Villa Buenos Aires) y en la franja sur-suroeste (Barrio Mapuche y

asentamiento Vista al Mar).

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Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Censo Nacional de Población, Hogares yVivienda, INDEC 2001, procesados con el Software REDATAM+SP.

Por su parte, los radios que obtienen puntuaciones muy bajas en este com-

ponente se corresponden con la existencia de barrios de clase media-alta y alta al

norte y noreste (Palihue y Patagonia) en los cuales no se localizarían prioritaria-

mente los migrantes con estas características. Por otra parte, también se locali-

zan en el área sur, delimitada por el sector comprendido entre las vías férreas y el

curso del Napostá, con presencia de asentamientos precarios con problemas en

el acceso a la tierra y la vivienda propia.

En la figura 5 se muestra la distribución intraurbana según el componente de

mayor carga en ellos, con el objeto de obtener cartografía síntesis, representativa

de la estructura urbana interna para 2001. Esta síntesis, en términos de diferen-

ciación socio-espacial en la ciudad de Bahía Blanca, permite analizar la estructura

urbana interna y sus rasgos principales. Los radios donde predomina el compo-

nente 1, se encuentran directamente relacionados con el emplazamiento de

asentamientos carenciados de escasos recursos económicos, déficit habitacional,

bajos niveles de instrucción y menor disponibilidad de servicios públicos con una

disposición periférica. La disposición relacionada con el componente 2, evidencia

status social elevado, alto nivel educativo y adecuadas calificaciones profesiona-

�Figura 4 Distribución del Componente 3 Ciudad de Bahía Blanca 2001�

�Figura 5 Distribución del Componente4 Ciudad de Bahía Blanca 2001�

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les en el área central y hacia el norte del ejido. A ellos se suma una adecuada

cobertura en infraestructura básica de servicios y adecuadas condiciones de cali-

dad de vida de las personas. Por su parte, el componente 3, relacionado con

población joven con bajo nivel de instrucción, coincide con la periferia al este,

sudeste, sur y nor-noroeste de la ciudad. Por último, se destaca el componente 4,

referido a migración, donde se identifica un grupo de radios censales localizados

en relación con la oferta de estudios universitarios y terciarios en la ciudad, donde

residen jóvenes del ámbito del sudoeste bonaerense y provincial próximo (La

Pampa y Río Negro). Hacia el este se destacan los barrios Grumbeim norte, San

Jorge, Villa Buenos Aires, Don Bosco y Villa Cerrito, que estarían indicando pre-

sencia de inmigrantes de origen chileno y boliviano en la ciudad. Al sur sector

Enrique Julio y Barrio ESEBA y al oeste sector en proximidad a Villa Floresta. Esta

síntesis permite analizar la estructura urbana interna, en términos globales. La

figura N°6 brinda ciertos elementos que estarían en consonancia con las

modelizaciones de ciudades latinoamericanas, como los modelos de Bähr y Mertins

(1982), Mertins (1995) y Janoschka (2002).

Estos modelos proponen una distribución en términos de niveles o estratos

socioeconómicos con carácter concéntrico y con gradiente negativo, desde el centro

de la ciudad hacia la periferia (Buzai, 2003).

La distribución espacial de los componentes de mayor capacidad explicativa

evidencia población de mayor status socio-profesional en el área central y pericentral

de barrios parque y alto poder adquisitivo, con una pauta descendente hacia la

periferia con población de menores recursos económicos, mientras que la locali-

zación de los migrantes está en función directa con ciertas particularidades aso-

ciadas a la oferta educativa y desarrollo de actividades no calificadas.

En este sentido, la ciudad de Bahía Blanca estaría en concordancia con esta

modelización de la estructura intraurbana, con particularidades, evidencia que se

muestra en otras ciudades argentinas como Córdoba, Santa Fé, Tucumán, Luján,

Tandil, Mar del Plata, entre otras.

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Figura N° 6. Radios censales según componente de mayor carga. Bahía Blanca 2001

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Censo Nacional de Población, Hogares yVivienda, INDEC 2001, procesados con el Software REDATAM+SP.

Consideraciones finales

La segregación urbana se manifiesta a través de múltiples dimensiones. Esa

fragmentación del espacio urbano es consecuencia de la polarización de la es-

tructura social.

La aplicación de la técnica de análisis por componentes principales al estu-

dio de la diferenciación socio-residencial urbana ha producido resultados consis-

M. B. Prieto I Segregación socio-residencial en ciudades intermedias... - pp. 129-156

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tentes con investigaciones anteriores realizadas a nivel del radio censal. Puede

mencionarse el índice de calidad de vida para la ciudad de Bahía Blanca (Prieto,

2008) y análisis clusters (Prieto, 2010).

En este sentido, coincidimos con Timms cuando expresa que “cada área de

segregación es el resultado de la actuación de una combinación de fuerzas de

selección. Sin embargo, normalmente existe un atributo de selección que domina

sobre los otros y que se convierte en el factor determinante de la segregación

particular” (1976:153). En este sentido, la metodología aplicada ha resultado en la

identificación de cuatro componentes claramente diferenciados a nivel intraurbano.

El primero vinculado con precariedad habitacional, carencias de servicios públi-

cos y bajo nivel educativo; el segundo relacionado con status social elevado y un

alto nivel educativo, con adecuadas calificación profesional de las ocupaciones;

un tercer componente refiere a dependencia demográfica, caracterizada por po-

breza estructural y, por último, el cuarto componente se relaciona con una atrac-

ción migratoria interna.

En términos generales, se observa claramente que el sector periférico del

sur, sudoeste y oeste de la ciudad, a lo que se agregan algunas otras áreas

periféricas correspondientes a asentamientos carenciados, constituyen el espa-

cio donde se concentran las situaciones de mayor privación en las condiciones de

vida de sus habitantes. Las mejores condiciones de habitabilidad de los hogares

se localizan, preferentemente, en el micro y macro centro, así como en algunos

sectores periféricos que coinciden con el emplazamiento de barrios parques, de

carácter residencial exclusivo.

El análisis de la segregación urbana con datos provenientes del Censo de

Población brinda aportes significativos al estudio de las disparidades socio-territo-

riales en la ciudad. Se plantean limitaciones relacionadas con los cambios que

han ocurrido posteriormente a la realización del levantamiento censal, vinculados

sobre todo con cambios en la fisonomía residencial, como los son las nuevas

formas de urbanización –barrios cerrados– que caracterizan actualmente una buen

aparte del área periférica de la ciudad. Por otra parte, se destacan importantes

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intervenciones realizadas en relación a barrios carenciados y asentamientos ile-

gales en ciertas áreas (relocalización, mejoramientos). No obstante ello, el patrón

de distribución observado a partir de los datos censales se mantiene en los ras-

gos morfológicos actuales (Prieto, 2008, 2010). Se espera poder contar en breve

plazo con los datos del censo de 2010, a nivel de radios censales, para establecer

la situación actualizada e identificar si han ocurrido cambios en este patrón de

distribución.

De todas maneras, la distribución espacial de los componentes que han pre-

sentado la mayor carga explicativa en cada radio censal coincide con los supues-

tos de modelización de varias ciudades latinoamericanas y argentinas que pre-

sentan pautas de distribución similares, esto es, población de mayor status y nivel

educativo en áreas centrales y pericentrales, con una pauta o gradiente descen-

dente hacia la periferia urbana, y población con menores recursos y nivel de ins-

trucción en áreas periféricas. Por su parte la distribución de los migrantes respon-

de en parte a la propia dinámica interna de cada ciudad.

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LA TIERRA ES NUESTRA, TUYA Y DE AQUEL.

LAS DIPUTAS POR EL TERRITORIO EN

AMERICA LATINA

Norma Giarracca y Miguel Teubal (Comps.). Buenos Aires: An-

tropofagia, 2009. 245 pp.

Esta obra constituye una compilación de siete artículos

escritos por un grupo de investigadores de la Universidad de

Buenos Aires, que conforman el Grupo de Estudios de los

Movimientos Sociales Latinoamericanos (GEMSAL) y perte-

necen al área de estudios rurales del Instituto Gino Germani.

El presente trabajo esta destinado a mostrar la lucha por

la tierra y territorios por parte de comunidades campesinas e

indígenas de América Latina, especialmente México, Guate-

mala, Venezuela, Brasil y Argentina, que se ven amenazadas

por las transformaciones que conllevan la aplicación de políti-

cas neoliberales. Acompañan a este libro relatos, entrevistas y

fotografías de las situaciones de los movimientos emergentes

que luchan por sus derechos.

La primera contribución del volumen, “México”, de Nor-

ma Giarracca, Miguel Teubal, Luciana García Guerreiro y Juan

Wahren, comienzan realizando una descripción del territorio,

con la forma de organización social y división de la tierra antes

y durante la llegada de los españoles al continente. Nos resal-

tan que a pesar de la merced otorgada por la Corona Españo-

la a los colonos en América, diversas comunidades indígenas

lograron permanecer unidas a pesar de los conflictos que se

generaron en contra del abuso y del sometimiento por parte de

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los colonos. Hacen mención a las privatizaciones de tierras a finales de siglo XIX

y comienzos del siglo XX, que trajo aparejado arduas luchas campesinas cuya

finalidad proponía la repartición de tierras a los campesinos.

Nos muestran que con la modernización de la agricultura, indígenas y cam-

pesinos van perdiendo sus tierras e ingresan a una situación de pobreza; viéndo-

se obligados, en algunas ocasiones, a migrar para poder subsistir. Esta situación

se acrecienta en la década de los años ’80, cuando el gobierno mexicano modifica

un artículo de la Constitución y permitió que las tierras ejidales sean comercializa-

das.

Los investigadores programaron una serie encuentros con los principales

representantes de los movimientos campesinos de comunidades de Oaxaca,

Chiapas y Atenco, los cuales expresaron en común su lucha por el territorio donde

viven, además ponen de manifiesto los conflictos por la tierra, los recursos, los

conflictos agrarios y políticos, y las problemáticas que surgen entre varias comu-

nidades entre sí; conjuntamente los habitantes se reúnen para formar grupos

involucrados en ofrecer ayuda a sus comunidades, que a través de la investiga-

ción, realizadas por ellos mismos, los llevan a conocer su historia y las largas

disputas por la tierra. Entrevistas

En el artículo elaborado por Norma Giarracca y Miguel Teubal, “Guatemala”,

relatan una reseña histórica de la ocupación del territorio desde la llegada de los

españoles, pasando por distintos procesos que derivaron en conflictos por el con-

trol y el acceso a la tierra hasta nuestros días. Sostienen que al igual que en otras

regiones de América Latina, los estados promulgan la modernización de los sec-

tores, sin embargo los aspectos relacionados con la tierra o la propiedad son los

que se revisten de conflictos por causa de las expropiaciones y la expansión de

los cultivos, que potencian la expulsión de los campesinos e indígenas. Además

sostienen, que desde la llegada del neoliberalismo la economía del país se estan-

ca, generando un empobrecimiento en la población y en la agricultura.

Giarracca y Teubal realizaron sus investigaciones de campo en dos regiones

del país, Chiquimula y San Marcos. En la primera región se muestran marcados

A. S. Gutiérrez I La tierra es nuestra, tuya y de aquel... - pp. 157-164

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contrastes culturales de los pueblos, relacionados con una cultura tradicional y

una moderna. Nos dejan ver que en estos pueblos persisten las peleas, desde

tiempos de la colonización, por las disputas de sus tierras, para poder conservar

su cultura, su identidad, pero esta vez la lucha es con nuevos actores: compañías

mineras a cielo abierto y los proyectos hidroeléctricos, apoyadas con organismos

internacionales y también por el mismo Estado.

Nos brindan una descripción más detallada de las dos regiones, su ubica-

ción geográfica, población y también sus problemáticas a raíz de la nueva

globalización, como es el caso de los dialectos indígenas que se van perdiendo

producto de una estrategia de padres a hijos para evitar de algún modo ser discri-

minados.

En los encuentros que realizaron los autores con los referentes de cada re-

gión, nos relatan sobre las formas de vida de las comunidades con sus diversas

problemáticas, como surgieron los movimientos que luchan por el derecho a la

vida y a la tierra, y las protestas contra la desatención del Estado hacia los lugares

más pobres de los campesinos e indígenas y beneficiando a las clases más pode-

rosas. Por ejemplo el movimiento llamado Plataforma Agraria se caracteriza por el

dialogo, propuestas y planteamientos, además su objetivo es luchar con las polí-

ticas finqueras, neoliberales y militares, sin emplear violencia sino el diálogo, que

ampara el Estado Guatemalteco. Otro ejemplo es la Red de mujeres de Platafor-

ma Agraria Comunidad Nuevo Paraíso, que subsisten con proyectos productivos

que están siendo apoyados por otros países como Canadá y España. Otros de los

relatos brinda la disconformidad que poseen algunas comunidades con los

emprendimientos mineros e hidroeléctricos, por su ubicación y porque estas co-

munidades son desplazadas hacia otros sectores; las crisis alimentarias afecta-

das por los factores externos, como el clima; y por último la formación de organis-

mos internacionales que generaban desconfianza entre los mismos movimientos.

El en capítulo referido a “Venezuela”, Francisco Longa y Juan Wahren, nos

relatan sobre el contexto histórico-político y sobre el campesinado de Venezuela,

además nos mencionan sobre los procesos de explotación de los recursos natu-

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rales, la estructura agraria y la organización y enfrentamientos de movimientos

populares frente al gobierno.

También nos dicen que con la llegada del siglo XX la economía del país

cambio drásticamente con el descubrimiento del petróleo, convirtiéndose en el

principal producto de exportación. En 1960, después de un periodo de conflictos

entre golpes de estados y vueltas de la democracia, se dicta una Ley de Reforma

Agraria cuyo objetivo era la distribución de las tierras en forma equitativa y la

tecnificación del campo. Durante los años sesenta y setenta, los conflictos volvie-

ron a instalarse en territorio venezolano. Hacia finales de la década del ‘80, el

neoliberalismo desembarca en el país de la mano del presidente Carlos Andrés

Pérez aplicando medidas en el sector económico, como por ejemplo las

privatizaciones, las cuales generaron que la población organice protestas que

derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad del país y con un saldo

de miles de manifestantes muertos. En 1999 llega al poder Hugo Chávez, quien

modifica la Constitución para el beneficio de pueblos indígenas, derechos de gé-

nero y ambientales, a pesar de los conflictos que giraron en torno a este gobierno,

fue el único en incluir a los movimientos sociales en las decisiones del Estado.

Longa y Wahren señalan los beneficios que implicó la modificación de la

constitución a favor de la distribución de la tierra; sobre la planificación de proyec-

tos por parte del Estado para la ayuda de los sectores más empobrecidos de

áreas urbanas y rurales. Además sostienen que el Estado Bolivariano se encuen-

tra en un proceso de transición entre un gobierno con un sistema de dominación y

hegemonía y un gobierno con nuevas relaciones sociales basadas en igualdad,

democracia y libertad. Mas adelante, exponen como surgieron ciertos movimien-

tos sociales que poseen relaciones con movimientos de otros países.

Los investigadores durante los encuentros que tuvieron con los referentes

de los grupos campesinos, nos muestran sobre los antecedentes y actores de los

procesos que llevaron a la lucha por los derechos de los campesinos, por la tierra

y por los recursos. Además los entrevistados manifiestan como surgieron los dis-

tintos movimientos populares, su organización, la relación con otros movimientos

A. S. Gutiérrez I La tierra es nuestra, tuya y de aquel... - pp. 157-164

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

de América Latina, el papel importante que cumple la mujer en estas agrupacio-

nes y la percepción que poseen del nuevo Estado gubernamental

En el artículo dedicado a “Brasil”, de Miguel Teubal, el autor realiza una des-

cripción minuciosa de los diferentes regímenes de concesión de la tierra a lo largo

de la historia de Brasil; la Ley de Tierras, que tenía como principal objetivo el

ordenamiento de la tierras; además el autor también hace mención a las denomi-

nadas reformas base que se realizaron para el desarrollo económico y social del

país, pero fue la reforma agraria la de mayor importancia y trascendencia en la

población. A lo largo de todo este proceso se sucedían diversos conflictos, los

nacimientos de movimientos populares, gobiernos militares, etc.

El Movimiento de Trabajadores Sin Tierra fue el centro de atracción del autor

para la realización de las entrevistas. Aquí nos demuestra la importancia de sus

encuentros, ya que se trata de un movimiento que posee una gran influencia en

toda América Latina, por su lucha en contra de las políticas neoliberales que

implementan los agro negocios, atentando sobre los sectores más vulnerables y

humildes de la población, principalmente el campesinado, a su vez en estas entre-

vistas es posible evidenciar que una de las premisas de esta organización, es

alcanzar un ascenso social de los movimientos sociales en conjunto

El capítulo destinado al análisis de “Argentina”, a cargo de Pablo Barbetta,

César Gómez, Gisela Hadad y Daniel Martín, detalla los procesos que implicaron

la incorporación de nuevas tierras para el Estado con la denominada "Conquista

del Desierto" y la expansión de la actividad agropecuaria a finales del siglo XIX.

Hacen referencia a las políticas que implemento el Estado para el poblamiento del

territorio argentino.

Es posible observar el análisis que proponen los autores referidos a los cam-

bios generados en el país a partir de la década del 90, cambios que influyeron al

sector político y agropecuario, dando paso a las nuevas políticas neoliberales,

que a través de los agronegocios, le van ganando terreno a comunidades campe-

sinas e indígenas.

Las entrevistas que se realizaron estuvieron destinadas, como en los casos

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anteriores, a organizaciones o movimientos de distintas regiones de Argentina. En

este apartado es posible identificar la finalidad de las luchas de los distintos movi-

mientos, como el caso de la sojización del país, que van transformando el paisaje

agrario, afectando en gran parte a campesinos e indígenas; a su vez resaltan los

autores, que estos grupos coinciden en la búsqueda del derecho propio tanto para

ellos como también el derecho al manejo de los recursos naturales, buscan tam-

bién el respeto e identidad de sus territorios.

Otro apartado importante es el de Miguel Teubal en el capítulo de “La lucha

por la tierra en América Latina”, porque intenta analizar los orígenes de la lucha

por la tierra en America Latina desde su descubrimiento hasta la actualidad, como

se instauro un sistema de grandes haciendas que fue consolidado y transformado

según los requerimientos del mercado mundial. Por otra parte describe como se

fueron produciendo revoluciones sociales, donde surgieron movimientos agrarios

y luchas campesinas en contra de los regimenes agrarios exigentes y a favor de

las reformas agrarias como por ejemplo la de México en el año 1900, Bolivia

1952, Nicaragua y Cuba, en Argentina y Uruguay esta problemática estuvo ausen-

te. Menciona además que a pesar del avance del Neoliberalismo la lucha por la

tierra sigue vigente y con más fuerzas y mas significación que antes, en este caso

cita a Giarracca para quien la lucha por la tierra tiene diversos significados, hay

quienes se sienten pertenecientes a la tierra, para quienes la tierra forma parte de

sus herramientas de trabajo y para otros la tierra significa un patrimonio familiar.

Describe el auge del neoliberalismo y las medidas aplicadas que incidieron

en el agro latinoamericano en las últimas décadas, por ejemplo, liberalización,

flexibilización, a raíz de estas medidas se intensifico la expulsión masiva del cam-

pesinado hacia zonas urbanas. Según el autor a pesar de los procesos de indus-

trialización y modernización, la “cuestión agraria” la “cuestión campesina” sigue

vigentes con características diferentes como los movimientos ambientalistas y

antiglobalizador y las luchas en contra de la minería a cielo abierto.

Además en este apartado, Miguel Teubal investiga el sentido de la lucha por

la tierra, en la que cita al autor Polanyi quien reflexiona sobre las funciones que la

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tierra posee. También hace referencia a las “reformas liberales del siglo XIX y

comienzo del XX” que surgieron a partir de la luchas campesinas en contra de los

regímenes sustentados en la oligarquía terrateniente excluyente de la poblacio-

nes indígenas y campesinas, en este sentido las constituciones liberales y las

reformas instauradas en todo el continente ejercieron una influencia significativa

sobre la estructura agraria de la región en el siglo XIX donde describe la situación

de Argentina México y Colombia. El autor realiza un análisis de las reformas agra-

rias del siglo XX, sus características, como se originaron, como fueron instauradas,

quienes fueron los que se beneficiaron y los alcances de estas en América Latina.

En otro apartado se refiere a la era del Neoliberalismo, con el cual surge un nuevo

modelo de desarrollo económico, la industrialización por sustitución de importa-

ciones (ISI), donde se fueron aplicando programas de “ajuste estructural” impul-

sado por el FMI y Banco Mundial en Latinoamérica. También hace hincapié en la

aparición de grandes corporaciones transnacionales agroindustriales y las conse-

cuencias del neoliberalismo. Y por ultimo hace mención a las luchas que surgen

en contra de la consolidación del neoliberalismo, analizando las características de

los movimientos que surgieron en toda America Latina, como por ejemplo el Movi-

miento Zapatista en México, el MST de Brasil, etc.

El último artículo escrito por Karina Bidaseca y Norma Giarracca, titulado

“Notas de entrevistas, voces y ensambles”, realizan una exposición de la impor-

tancia en la utilización de las entrevistas, las cuales nos permiten conocer con

más profundidad diversos temas y tener un contacto más directo con las situacio-

nes que viven las poblaciones que constantemente luchan por sus derechos, como

lo fue el eje de este libro.

Esta obra tiene el propósito de hacernos ver que a lo largo de América Latina

existen grupos, organizaciones o comunidades que están fuertemente unidas, en

busca de propósito en común, la devolución o repartición de las tierras que les

fueron arrebatadas, ya sea por la colonización o por la expropiación de empresas,

amparadas por los diferentes gobiernos desde el descubrimiento de América has-

ta la actualidad; en donde las políticas neoliberales ejercen una fuerte presión

sobre la sociedad, sin respetar sus derechos

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A modo de conclusión, los diferentes artículos que se presentan en este

trabajo permiten identificar un gran desarrollo y un gran potencial explicativo ge-

nerado a través de discusiones teóricas y resultados empíricos relacionados con

una cultura ancestral de las comunidades frente a las nuevas políticas modernas.

Lo que se destaca es la importancia que les brinda a los sectores populares a lo

largo de América Latina, poniendo de manifiesto sus problemáticas y sus necesi-

dades, como también sus avances frente a políticas implementadas por los Esta-

dos presionados por los procesos de globalización en lo que respecta al desarro-

llo rural y territorial.

Augusto Sebastián Gutiérrez

A. S. Gutiérrez I La tierra es nuestra, tuya y de aquel... - pp. 157-164

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EXPERIENCIAS Y RESIGNIFICACIÓN DE LAS

IDENTIDADES EN EL CAMPO ARGENTINO

Juan Manuel Cerdá y Talía Violeta Gutiérrez (Comps.). Buenos Aires: CICCUS,

2009. 234 pp.

La obra compilada por Cerdá y Gutiérrez refleja el “complejo mundo rural”

producto del cambio que ha sufrido el sector agropecuario en las últimas déca-

das. Esta compilación es resultado de las investigaciones que se desprenden del

debate “Trabajo, propiedad y Tecnología en el mundo rural Argentino”, organizado

por el programa de I+D “La Argentina rural del siglo XX” durante abril de 2008 en

la Universidad Nacional de Quilmes.

En la misma se conjuga un enfoque multidisciplinar con aportes teóricos y

empíricos provenientes de las Ciencias Sociales y agronómicas que contribuyen

a enriquecer las concepciones tradicionales acerca del escenario rural.

Aunque la región pampeana sea la principal área de estudio, esta publica-

ción introduce una “visión regional e histórica” donde se presentan artículos enfo-

cados hacia problemáticas puntuales como el trabajo infantil en Mendoza, la pro-

ducción tabacalera en el NOA y la producción arandanera en la región Noreste del

país. Sin duda alguna, el entrecruzamiento de los aportes de marcada visión re-

gionalista tiene el propósito de reflejar las notables diferencias de los mundos

pampeano y extrampeano con respecto a la cuestión agraria y el mercado laboral.

Parte de los trabajos se situaron en las transformaciones de la economía

argentina en el actual contexto de la globalización y desde allí la propuesta de

modificar las concepciones clásicas de lo que se entiende por “pequeño produc-

tor”, “campesino” y “agricultor familiar”; paralelamente a la revisión cuantitativa de

los efectivos agrarios, las indagaciones señalaron reconsiderar las posturas de

análisis de la estructura social agraria.

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Esta obra está compuesta por nueve capítulos. Mientras los primeros cuatro

tienen como escenario geográfico la región pampeana, donde se aborda puntual-

mente la situación del pequeño productor frente a las transformaciones

agropecuarias, los cinco capítulos restantes se enmarcan en actividades produc-

tivas diferentes como la horticultura, vitivinicultura, la producción tabacalera y

arandanera.

El primer capítulo titulado “La agricultura familiar en el agro argentino: des-

plazamientos y mutaciones”, analiza los procesos que afectaron a la agricultura

familiar en las últimas décadas. Esta investigación centra su estudio en el sur de

Santa Fe donde la autora basada en su trabajo de campo, plantea la idea de un

“desplazamiento”, donde el pequeño agricultor familiar vio “modificada” su vida

basada en la propiedad y el trabajo familiar debido a las trasformaciones econó-

micas y al avance de las grandes corporaciones.

El segundo capítulo se denomina “Estructura social, mercado de trabajo y

sociabilidad de los pueblos rurales del sur santafecino a comienzos del Siglo XXI.

Una mirada intra regional a la heterogeneidad del «nuevo modelo» agropecuario”.

Desde una perspectiva comparativa analiza el sector agropecuario en tres locali-

dades del área pampeana que históricamente estuvieron vinculadas “al campo”.

Este análisis basado en encuestas y entrevistas a productores agropecuarios pun-

tualiza en las particularidades sociales y productivas de los pueblos. Con el mis-

mo, demuestra que a pesar de sus similitudes agropecuarias, el nuevo agro impri-

mió características únicas en cada localidad.

El tercer capítulo, titulado “Agro, capitalismo y explotaciones familiares. Al-

gunas reflexiones a partir de los casos del Midwest Norteamericano y la Pampa

Argentina”, realiza un recorrido teórico enriquecedor acerca de “las unidades no

capitalistas” comparando el agro pampeano y el agro norteamericano, donde se

denota el surgimiento de nuevos “elementos” que resignificaron a los productores

familiares frente a los grandes capitalistas.

El capítulo, “Tipología de explotaciones agropecuarias. Exploraciones empí-

ricas a partir del caso de las explotaciones familiares pampeanas”, presenta, en

P. M. Salvatore I Experiencias y resignificación de las identidades... - pp. 165-168

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

primer lugar, una reflexión teórica y metodológica sobre las Explotaciones

Agropecuarias. En una segunda instancia, el autor, propone un ejercicio estadísti-

co y lo aplica en el Departamento Rojas (Buenos Aires), demostrando que mu-

chas de las categorías analíticas que usamos usualmente no son lo suficiente-

mente operativas para representar la realidad.

Desde un ámbito productivo diferente, el quinto capítulo “Qué se muestra y

qué se oculta con la construcción de la tipología social hortícola. Aproximaciones

teóricas a la definición de los sujetos sociales”, propone un análisis critico sobre

las concepciones teóricas que se realizan para definir al productor hortícola. To-

mando como referencia dos investigaciones realizadas en el Cinturón Verde

Hortícola, la autora reflexiona sobre la falta de diferenciación que existe a la hora

de denominar al sujeto hortícola, y manifiesta la necesidad de puntualizar en sus

diferencias internas de acumulación, capitalización y uso de mano de obra fami-

liar.

El sexto aporte, ya desde un enfoque más regionalista-temporal, se denomi-

na “La trastienda del placer. Los productores tabacaleros del Norte argentino (1920-

1960)”. Aquí la autora propone el análisis de la situación tabacalera en el periodo

de referencia. Basada en documentación escasa, expone las condiciones en las

que viven y trabajan los tabacaleros, en contraste con la opulencia y prosperidad

que denotaba el sector manufacturero y comercial de la época.

Enfocado en la agricultura mendocina, el séptimo capítulo se titula “El traba-

jo infantil en la agricultura mendocina. Un ejercicio comparativo”. En el mismo,

compara dos épocas relevantes de modernización en la vitivinicultura mendocina,

1900 y 2000. Basado en información estadística y el uso de fotografías, este apor-

te deja ver los datos alarmantes de un proceso al parecer “invisible”: el trabajo

infantil. Esta situación, en palabras del autor, parece justificarse como “un rasgo

cultural” del sector rural que trajo consigo fuertes índices de analfabetización.

El octavo capítulo denominado “Los trabajadores zafrales en los mercados

de trabajo locales. El arándano en el noroeste de Entre Ríos”, analiza la mano de

obra arandanera conjugada con la actividad citrícola. Este trabajo nos aporta acerca

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del perfil sociodemográfico del trabajador arandanero y su movilidad laboral, des-

tacando que estamos frente a una producción todavía inmadura debido a su re-

ciente actividad.

Finalmente, el noveno capítulo se denomina “Participación de los pequeños

productores en el empleo agropecuario. Argentina 2002”, en el mismo los autores

realizan significativos aportes acerca de la participación del pequeño productor en

el agro argentino. A través de este análisis regional, ratifican la multiocupación o

pluriactividad a lo que están expuestos y la marcada heterogeneidad que existe

entre las regiones.

Cada capítulo de esta obra nos invita a la reflexión sobre la compleja reali-

dad del sector agropecuario argentino. La misma nos presenta las resignificaciones

de los efectivos agrarios considerando las transformaciones sociales pero sobre

todo económicas que impartió la globalización.

Estamos frente a una obra que resulta de gran interés y ampliamente reco-

mendable, porque significa una herramienta teórica-empírica para comprender el

nuevo escenario del agro argentino con sus respectivas mutaciones y transforma-

ciones socioeconómicas, las cuales repercuten directamente en el trabajador agrí-

cola. Además, al tratarse de un trabajo de fácil comprensión resulta muy intere-

sante para el público en general y, sobre todo, una herramienta útil para aquellos

responsables de las políticas públicas para el sector.

Paola Marcela Salvatore

[email protected]

P. M. Salvatore I Experiencias y resignificación de las identidades... - pp. 165-168

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REVISTA BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRAFICOS

Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Tucumán

CONVOCATORIA

La REVISTA BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRAFICOS

se publica en español, pero desde el año 2011 el Comité Editorial ha decidido recibir contribuciones

en portugués. Con esta publicación se busca cubrir las necesidades de difusión de la investigación

científica en el área de la ciencia Geográfica. Su cobertura temática cubre una extensa variedad de

estudios tanto desde el ámbito geográfico como de las ciencias sociales.

La edita el Instituto de Estudios Geográficos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-

dad Nacional de Tucumán. A través del Comité Académico se recibe los envíos de artículos origina-

les e inéditos que presenten resultados de investigaciones, ensayos de reflexión analítica, comuni-

caciones, reseñas bibliográficas y resúmenes de tesis doctorales aprobadas con nota máxima y con

una antigüedad no mayor a dos años de cada convocatoria.

Orientaciones para autores

Los artículos y demás documentos propuestos para publicación deben tener una estructura que

contenga, como mínimo, introducción, metodología, resultados, conclusiones y bibliografía (lista de

referencias bibliográficas).

Los mismos serán sometidos primero a la revisión del Comité Editorial del Instituto y luego de su

aceptación se envía para evaluación del Comité Académico especializado en geografía y disciplinas

de las ciencias sociales.

Para conservar el anonimato al someter los artículos a dictaminación, deberá anexarse en una

página aparte la siguiente información del autor(es):

¡ Nombre completo.

¡ Institución, centro o departamento al que se encuentra(n) adscrito(s) laboralmente.

¡ Dirección postal institucional.

¡ Máximo nivel de estudios  alcanzados (disciplina o campo e institución) y estudios en

curso si los hubiera.

¡ Línea de investigación actual.

¡ Referencias bibliográficas completas de las últimas 3 o 4 publicaciones (incluye número

de páginas).Ä

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¡ Cualquier otra actividad o función profesional destacada que corresponda.

¡ Teléfonos o fax.

¡ Dirección de correo electrónico.

Lineamientos Editoriales

Los originales serán dictaminados anónimamente por los integrantes de la cartera de árbitros,

cuyo dictamen será inapelable en todos los casos. Por la naturaleza de la revista, es claro que no se

aceptarán artículos de género periodístico o comentarios generales sobre algún tema.

Las colaboraciones deberán presentarse en su versión final y completa, ya que no se admitirán

cambios una vez iniciado el proceso de dictaminación y producción. Las mismas deben cumplir con

las siguientes normas:

FORMATO DEL TEXTO: Los artículos y demás documentos propuestos para publicación se

deben enviar al Comité en archivo digital, en tamaño carta con todas las márgenes de 2,5 cm. El

texto completo no debe superar las 25 páginas y debe estar escrito a doble espacio y con tipo de

letra Arial de 12 puntos, en Word 2007 o formato RTF.

FORMATO DE ILUSTRACIONES Y CUADROS: Las ilustraciones (mapas, gráficas y fotogra-

fías) se deben enviar incluidas en el texto y en formato cerrado de JPG. La revista publica ilustracio-

nes sólo en blanco - negro con valores de resolución de 600 *dpi* o superiores. No se aceptan

fotografía en colores.

Los cuadros, gráficos, fotografías y mapas se deben numerar consecutivamente, con sus títulos

en la parte superior izquierda y se debe incluir y citar en el texto. Todas las figuras se deben ajustar

en tamaño y escala al formato de la revista (17.5cm. por 24.5 cm.).

RESUMEN: En todos los casos se debe incluir en español y en inglés el título, el resumen

(abstract) y las 5 palabras clave. El resumen tiene una extensión de 200 palabras y deberá contener

los objetivos, la metodología y los principales aportes del documento. Las palabras clave (keywords)

deberán estar en letras itálicas.

SISTEMA DE CITAS Y REFERENCIAS

La REVISTA utiliza el siguiente sistema de citas y referencias:

Ø Las referencias se hacen en el texto, utilizando el apellido del autor (es) y el año de publi-

cación. Ejemplo: (Wong 1998). Las citas de un autor en un mismo año, se ordenan alfabéticamente

adicionando una letra al año de la publicación (Ejemplo: Castells, 1996 a ; Castells, 1996 b).

Ä

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Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 23 - Año 2012 - ISSN 0326-9574 - ISSN 2250-4176 (on line)

Cuando la cita es textual, se incluye el número de página (Ejemplo: .... ¨(Wong 1998:4) o Wong

(1998:4) argumenta que ��.). Para citar un informe o trabajo de una institución, se usa el nombre de

la entidad que produjo o patrocinó el informe. Para otros documentos se incluye la dirección completa.

Ø La lista de referencias bibliográficas se elabora en orden alfabético (A-Z) y deberá estar

estrictamente citada en el texto e indicarse de la siguiente manera:

§ Aguilar, M.A., et al. (Coord.) (2001). La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas

para una metrópoli. México: Miguel Ángel Porrúa Editor, Conaculta y UAM-Iztapalapa. Borda, J.

Zaida Musí (2003). El espacio público: ciudad y ciudadanía. Barcelona: Electa-Diputació Barcelona.

§ Cress, D.y D. Snow (2000). �The Outcomes of homeless Mobilizaction: The influence of

Organization, Disruption, Political Mediation, and framing�. En America journal of sociology, vol. 105,

núm. 4, pp. 1063-1104

§ Tesis: Hallman, B.E. 1991. Population, migration and commuting at the edge of the urban field,

M.A. Thesis, Departament of Geography University of Guelph.

Documentos electrónicos: se sugiere consultar la siguiente dirección como guía para citar

informes o trabajos extraídos de Internet http://www.azc.uam.mx/cyad/posgrado/cuestion/

sistema_chicago.doc

Envíos de trabajos

La recepción de los trabajos se realiza hasta el mes de abril de cada año; los trabajos que se

reciban posteriormente se los considerarán para la edición siguiente. Las contribuciones deben ser

enviadas a la siguiente dirección

Revista Breves Contribuciones del IEG

Comité Editorial del Instituto de Estudios Geográficos �Dr. Guillermo Rohmeder�

Av. Benjamín Aráoz 800

San Miguel de Tucumán - CP 4000

Tucumán - Argentina

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Telefóno 0054-381-4847348

Fax: 0054-381-4310171

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