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JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ TRIBUNAL PARA LA PAZ SECCIÓN DE APELACIÓN Auto TP-SA n.º 558 de 2020 Bogotá D.C., 29 de abril de 2020 Número radicado: 2018151018129 Número expediente: 2019340160500114E Solicitante: Yesid PADILLA VAQUERO Referencia: Solicitud de beneficios La Sección de Apelación (SA) del Tribunal para la Paz procede a resolver el recurso de apelación interpuesto por la apoderada del señor Yesid PADILLA VAQUERO contra la resolución SAI-LC-RP-PMA-569-2019, proferida el 13 de junio de 2019 por la Sala de Amnistía o Indulto (SAI), mediante la cual se rechazó por falta de competencia la solicitud de beneficios presentada, la cual será confirmada. SÍNTESIS DEL CASO Habiendo sido condenado y privado de la libertad por homicidio y otros delitos, el señor Yesid PADILLA VAQUERO solicitó los beneficios de ley ante la JEP. La justicia penal ordinaria lo condenó, entre otras razones, al considerar que hizo parte de una banda delincuencial denominada “Los Chilacos”. Si bien el peticionario se encuentra incluido en los listados presentados, la OACP no ha acreditado aún su pertenencia a las FARC-EP. ANTECEDENTES 1

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Expediente: 2019340160500114ESolicitante: Yesid PADILLA VAQUERO

Expediente: 2019340160500114ESolicitante: Yesid PADILLA VAQUERO

JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ

TRIBUNAL PARA LA PAZ

SECCIÓN DE APELACIÓN

Auto TP-SA n.º 558 de 2020

Bogotá D.C., 29 de abril de 2020

Número radicado:2018151018129

Número expediente: 2019340160500114E

Solicitante: Yesid PADILLA VAQUERO

Referencia: Solicitud de beneficios

La Sección de Apelación (SA) del Tribunal para la Paz procede a resolver el recurso de apelación interpuesto por la apoderada del señor Yesid PADILLA VAQUERO contra la resolución SAI-LC-RP-PMA-569-2019, proferida el 13 de junio de 2019 por la Sala de Amnistía o Indulto (SAI), mediante la cual se rechazó por falta de competencia la solicitud de beneficios presentada, la cual será confirmada.

SÍNTESIS DEL CASO

Habiendo sido condenado y privado de la libertad por homicidio y otros delitos, el señor Yesid PADILLA VAQUERO solicitó los beneficios de ley ante la JEP. La justicia penal ordinaria lo condenó, entre otras razones, al considerar que hizo parte de una banda delincuencial denominada “Los Chilacos”. Si bien el peticionario se encuentra incluido en los listados presentados, la OACP no ha acreditado aún su pertenencia a las FARC-EP.

ANTECEDENTES

1. El 13 de julio de 2018, el señor Yesid PADILLA VAQUERO, a través de su apoderada judicial, presentó ante la JEP un escrito mediante el cual solicitó que se le concediera la libertad condicionada y se resolviera de forma definitiva sobre su situación jurídica. Para el efecto, manifestó que se encontraba privado de la libertad, por cuenta de la pena de prisión que le impuso el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cundinamarca, tras encontrarlo responsable de los delitos de homicidio agravado en concurso con fabricación, tráfico o porte de armas o municiones y concierto para delinquir agravado. Asimismo, aportó copia de la declaración rendida por el señor José Benito Cabrera, presunto integrante de las FARC-EP, quien dio fe de su calidad de colaborador de ese grupo armado, y copia de un documento privado que denominó “informe de investigación de campo”, suscrito por el señor John Henry Redondo Montoya (orfeo n.º 20181510181292).

2. El 9 de enero de 2019, la SAI avocó conocimiento de la solicitud de libertad condicionada incoada por el señor PADILLA VAQUERO. Asimismo, requirió al interesado para que informara sobre la totalidad de los procesos que se adelantaban en su contra y a distintas autoridades a fin de que remitieran información relevante para adoptar la decisión de fondo (orfeo n.º 20181510181292, documento 20193140004781).

3. El 20 de marzo de 2019, el interesado allegó ante la JEP un escrito mediante el cual relató los pormenores de su vinculación con las FARC-EP y las circunstancias en las que se produjo el delito por el cual fue condenado (f. 27-31, c. único).

4. Mediante resolución SAI-LC-RC-PMA-569-2019 del 13 de junio de 2019, la SAI resolvió rechazar por falta de competencia la solicitud de beneficios presentada por el interesado, en relación con el expediente n.º 2014-00001. Por una parte, manifestó que, aunque el señor PADILLA VAQUERO fue incluido en los listados presentados por las FARC-EP, todavía no había sido acreditado por la OACP, por lo que no cumplía con el presupuesto personal para acceder a la JEP. De otro lado, adujo que tampoco estaba satisfecho el requisito material, toda vez no se probó que la conducta por la que fue condenado tuviera relación con el conflicto armado no internacional colombiano (CANI) (f. 1-6, c. único):

[…] Se avizora que ningún criterio de valoración tiene cabida en el proceso por el cual resultó condenado el señor Yesid Padilla Vaquero, por cuanto del acontecer fáctico y de las pruebas que sustentaron el fallo condenatorio se desprende que el móvil de las conductas delictivas estuvieron encausadas [a] cometer una serie de homicidios con el fin de apoderarse de unas propiedades de la víctima que hacía parte de la misma organización criminal denominada por parte de la Fiscalía como los “chilacos”, lo que se traduce en delitos perpetrados por fuera del conflicto armado interno.

En lo que respecta a esta situación, la Fiscalía No. 02 adscrita a la Dirección Seccional de Fiscalías de Cundinamarca en su escrito concluyó que el compareciente junto con otros individuos conformó una empresa criminal, siendo Padilla Vaquero el segundo cabecilla dentro de la organización al margen de la ley. Así mismo, se manifestó que alias “Noble” (identificación usada por el compareciente en actividades criminales) fue uno de los autores intelectuales de la muerte de José Enrique de la Hoz, persona con quien tenía una sociedad de negocios al parecer relacionados con el apoderamiento de terrenos e inmuebles abandonados en la ciudad de Bogotá y en el departamento del Meta. Se pudo establecer que después de la muerte de su socio quedó comisionado para vender dichos predios y repartir las ganancias entre la viuda de su socio y lo demás miembros de la organización criminal.

Por consiguiente, a este Despacho no le queda más que concluir que al no haber prueba de que los hechos hayan sucedido en el contexto o por causa del conflicto armado, que el involucrado perteneciera a alguna unidad táctica, escuadra, compañía, frente o bloque, comando conjunto o demás formas en las que estaba estructurada las FARC-EP, o que hubiese actuado como colaborador de la misma, los hechos presentados el día 15 de abril de 2013 no pueden considerarse en relación o con ocasión del conflicto armado interno.

[…]

5. El 4 de julio de 2019, la apoderada del interesado interpuso recurso de reposición y, en subsidio, de apelación en contra de la anterior providencia. En primer término, señaló que, aunque el interesado todavía no había sido acreditado como integrante de las FARC-EP, tal calidad podía ser demostrada por cuenta de la declaración extraproceso que rindió el señor José Benito Cabrera Cuevas –alias Fabián Ramírez-. Asimismo, señaló que tanto el artículo 5 transitorio del Acto Legislativo n.º 01 de 2017 como la Ley 1820 de 2016 quedaron parcialmente derogadas con la expedición de la Ley 1957 de 2017, que en su artículo 63 señala que: “[…] el funcionamiento de la JEP es inescindible y se aplicará de manera simultánea e integral a todos los que participaron directa e indirectamente en el conflicto armado. // Se aplicará a los investigados o condenados por el delito de rebelión u otros relacionados con el conflicto, aunque no pertenezcan a la organización armadas en rebelión” (f. 13-21, c. único).

6. En cuanto al presupuesto material, advirtió que “[…] se desconocieron pruebas en el sentido de que […] la sentencia condenatoria fue por haber ordenado el homicidio de un exmiembro de la Policía Nacional, según orden del comandante Jairo Martínez, porque había robado a la organización y de testimonios como el del comandante Fabián Ramírez”; también aseguró que la JPO nunca indicó que el interesado perteneciera a la banda “Los Chilacos”; adujo que el peticionario aceptó cargos para evitar una pena mayor, motivo por el cual no fue juzgado por las conductas de rebelión y terrorismo, particularmente porque tenía que cuidar su identidad, al ser un activista urbano visible; y cuestionó que no se hubiera indagado más a fondo respecto de los hechos que motivaron su condena. Finalmente, advirtió que si había lugar a rechazar el asunto por falta de competencia de la SAI, lo procedente era que se remitiera la petición a aquella otra dependencia de la JEP a quien le correspondiera decidir sobre el particular.

7. El 12 de febrero de 2020, la SAI decidió no reponer la decisión impugnada, al tiempo que concedió el recurso de apelación incoado. Para el efecto reiteró que, de conformidad con la jurisprudencia de la SA, el presupuesto personal solo puede acreditarse por los medios expresamente definidos por la ley. En esas condiciones, y teniendo en cuenta que “[…] de los recuentos procesales no se obtuvo dicho referencia, indicio o alguna muestra [de] que la Fiscalía hubiese investigado los casos en relación con las FARC-EP o al menos haya referido que los hechos pareciesen estar conectados con la ex organización guerrillera”, era imposible tener por acreditado el citado requisito. Por otra parte, aseguró que el interesado en el recurso presentado no logró probar que la conducta tuviera relación con el conflicto armado, pues, por el contrario, “[…] los hechos que dieron lugar a su condena siguen apuntando de manera diáfana a la comisión de un delito común, sin relación alguna con el accionar de las partes en guerra”. Finalmente, indicó que la Ley 1957 de 2018 sólo derogó el numeral 11 del artículo 5 del Decreto 898 de 2017, de suerte que las normas en las que fundó la providencia que fue impugnada permanecían incólumes (f. 39-43, c. único).

8. El 25 de febrero de 2020, el expediente fue remitido a la Sección de Apelación para que resolviera el recurso incoado y el 2 de marzo siguiente fue repartido a uno de los despachos que la conforman (f. 49, 50, c. único).

HECHOS PROBADOS Y RELEVANTES

9. Para efectos del análisis respectivo, se encuentran acreditadas las siguientes circunstancias fácticas relevantes:

10. En el marco del expediente n.º 2014-00001, el señor Yesid PADILLA VAQUERO fue capturado el 13 de noviembre de 2013 y, en la misma fecha, ante el Juzgado 64 Penal Municipal con Función de Control de Garantías, la Fiscalía General de la Nación le imputo cargos. El 7 de febrero de 2014, la referida autoridad radicó escrito de acusación con allanamiento a cargos en contra del interesado. Una vez celebrada la audiencia de individualización de pena, el 15 de enero de 2016 el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cundinamarca dictó sentencia en la que condenó al señor Yesid PADILLA VAQUERO -y a otras personas-[footnoteRef:1], a la pena de 19 años y 8 meses de prisión, tras encontrarlo responsable de los delitos de homicidio agravado, en concurso heterogéneo con fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las fuerzas armadas o explosivos con circunstancias de agravación y concierto para delinquir agravado (copia de la providencia[footnoteRef:2]; f. 17-41, orfeo n.º 20181510181292, documento 2018151018129200035). Sobre los hechos del caso, refirió lo siguiente: [1: Revisado el Sistema de Gestión ORFEO, no se advierte que los demás condenados por estos hechos, Óscar Alexánder Espitia, Carlos Fernando Ávila Duque, Andrés Albeiro Rozo Roda y Nohra Maritza Hoyos Clavijo hayan comparecido a la JEP o tengan solicitudes pendientes de ser resueltas.] [2: La sentencia de primera instancia fue confirmada, en todas sus partes, por la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca, mediante providencia del 8 de septiembre de 2016 (copia de la providencia; f. 42-76, orfeo n.º 20181510181292, documento 2018151018129200035).]

[…] en el municipio de Chía-Cund., el día 15 de abril de 2013, aproximadamente a las 8:50 A.M., JOSÉ ENRIQUE DE LA HOZ GONZÁLEZ, conducía una camioneta marca Mitsubishi Sportero de placas RCL-374, y sufrió un atentado previamente planificado por cuenta de YESID PADILLA VAQUERO, ÓSCAR ALEXÁNDER ESPITIA y CARLOS FERNANDO ÁVILA DUQUE quienes contactaron a JOSÉ LUIS CALLEJAS ARIZA para que ejecutara el homicidio, lo cual generó tal deceso producido por múltiples disparos con arma de fuego.

Sin embargo, DE LA HOZ GONZÁLEZ alcanzó a reaccionar y mediante la utilización de arma de fuego dio muerte a sus atacantes, quienes respondían a los nombres de ROBERT ANTONIO PUENTES GONZÁLEZ y WEIMAR EDUARDO GARCÍA ROJAS.

Las labores investigativas permitieron establecer que estos últimos fueron contactados por JOSÉ LUIS CALLEJAS ARIZA para tal propósito, pues había recibido, previa promesa remuneratoria, la suma de 14 millones de pesos de parte de sus contratantes YESID PADILLA VAQUERO, ÓSCAR ALEXÁNDER ESPITIA y CARLOS FERNANDO ÁVILA DUQUE, los cuales toman esa decisión con el fin de hacer a un lado a DE LA HOZ GONZÁLEZ quien dirigía una organización criminal, y cuyo lugar asumiría ÓSCAR ALEXÁNDER ESPITIA y CARLOS FERNANDO ÁVILA DUQUE […].

[…]

Los EMO y EF permitieron afirmar por parte de la fiscalía que ambos hechos guardan relación, pues fueron desplegados por una banda denominado Chilacos.

11. En lo que atañe a la responsabilidad del señor PADILLA VAQUERO, advirtió:

[…] las labores investigativas, entre ellas de seguimiento de personas en Bogotá, Cundinamarca (Sopó, Chía y Zipaquirá), Antioquia (Medellín) y Meta (Villavicencio, Acacías y Guamal), permitió verificar los puntos de reunión de las personas que integran la banda delincuencial que denominaron los "Chilacos". Asimismo, el informe de investigador de campo del 5 de noviembre de 2011, relaciona interceptaciones telefónicas de integrantes de la citada organización donde concretaban algunos puntos de las fechorías que cometerían, y se procedió a individualizar a cada uno de ellos dando cuenta de la estructura jerárquica de la organización donde se indica que los mandos de la organización delictiva son ÓSCAR ALEXÁNDER ESPITIA, alias CHIVO, CARLOS FERNANDO ÁVILA DUQUE, alias CHINO o GORDO, YESID PADILLA VAQUERO, alias NOBLE y, JUAN FERNANDO PAMPLONA PÉREZ, alias YEI. Igualmente, los jefes de sicarios y seguridad son JUAN CARLOS BUSTAMANTE RENDÓN, alias FILO y ANDRÉS ALBEIRO alias PINKY; siendo los sicarios y apoyo delictivo NOHRA MARITZA HOYOS, alias MARITZA, ÓSCAR EDUARDO MARTÍNEZ RESTREPO, alias FLACO, JOSÉ LUIS CALLEJAS ARIZA, alias PAISA, además de los dos hombres que fallecieron cuando cometieron el atentado contra DE LA HOZ GONZALEZ, en el municipio de Chía (Cundinamarca).

Así, se logra establecer la existencia de una organización delincuencial dedicada a perpetrar diferentes conductas punibles, previo acuerdo o distribución de tareas específicas, entre ellos, el delito de homicidio.

[…]

Así, se encuentra probado con la información que suministró una fuente no formal el día 23 de abril de 2013, que a alias "El Cos" (JOSÉ ENRIQUE DE LA HOZ GONZÁLEZ), lo "MANDÓ A MATAR UN PERSONAJE MUY CONOCIDO DEL MUNICIPIO DE SOPÓ CUNDINAMARCA APODADO "EL CHIVO" JUNTO CON SUS CÓMPLICES AMIGOS DE ÉL, ALIAS JEY, QUIEN VIVE EN MEDELLIN, A. YESID PADILLA, CARLOS ÁVILA DE SOPÓ Y OTROS, SOSTIENE LA FUENTE QUE ESTAS PERSONAS INTEGRAN UNA ORGANIZACIÓN DEDICADA AL NARCOTRÁFICO, Y QUE LO MANDARON MATAR DEBIDO A QUE ALIAS EL CHIVO QUIERE QUEDAR CON LA LÍNEA QUE TENÍA ALIAS "EL COS" (HOY OCCISO), PUES ÉL MANEJABA JUNTO CON ALIAS JEY Y YESID PADILLA UNAS RUTAS Y AL ESTAR ÉL MUERTO SUBE ALIAS EL CHIVO A REEMPLAZARLO (...) INFORMA QUE ESTA INFORMACION SE PUEDE CORROBORAR HACIÉNDOLE SEGUIMIENTO A ESTAS PERSONAS Y AL CELULAR No. 314-3665862 Y EL PIN 297A17A7 ".

[…]

En ese orden de ideas, está acreditado que los procesados YESID PADILLA VAQUERO, ÓSCAR ALEXÁNDER ESPITIA y, CARLOS FERNANDO ÁVILA DUQUE, fueron coautores de los hechos acaecidos en el municipio de Chía (Cundinamarca), el día 15 de abril de 2013, cuando fue asesinado JOSÉ ENRIQUE DE LA HOZ GONZÁLEZ, pues así se logró demostrar con los elementos materiales probatorios antes citados donde se afirma que los citados procesados fueron quienes procedieron a contactar a JOSÉ LUIS CALLEJAS ARIZA, alias "EL PAISA", persona que por estos mismos hechos celebró preacuerdo con la FGN, para que buscara, a cambio de recibir remuneración económica, la manera de cesar la vida de la víctima conocida de autos; procediendo de esta forma a contratar a dos hombres quienes finalmente fueron los ejecutores materiales del homicidio, y a quienes como se dijo apoyaron logísticamente a los dos sicarios.

12. El 31 de enero de 2018, el Juzgado Trece de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad negó al interesado el beneficio de la libertad condicionada, por cuanto no cumplía con el presupuesto personal exigido, en la medida en que su condición de integrante o colaborador de las FARC-EP no podía acreditarse por ninguna de las vías establecidas para el efecto en el artículo 17 de la Ley 1820 de 2016 (copia de la providencia[footnoteRef:3]; f. 144-150, orfeo n.º 20181510181292, documento 2018151018129200035). [3: La sentencia de primera instancia fue confirmada, en todas sus partes, por la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca, mediante providencia del 8 de septiembre de 2016 (copia de la providencia; f. 42-76, orfeo n.º 20181510181292, documento 2018151018129200035).]

13. El señor Yesid PADILLA VAQUERO fue incluido en los listados, pero aún no ha sido acreditado como integrante de las FARC-EP por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) (oficio OFI19-00023317/IDM112000[footnoteRef:4], f. 6, orfeo n.º 20181510181292, documento 2018151018129200018). [4: “Precisado lo anterior, esta Oficina debe indicar que a la fecha el Alto Comisionado para la Paz, NO ha proferido acto administrativo por medio del cual acredite al señor YESID PADILLA VAQUERO identificado con cédula de ciudadania No. 16186867, como miembro integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –Ejército del Pueblo- (FARC-EP), en virtud de los listados recibidos y aceptados de buena fe y bajo el principio de confianza legítima. // No obstante es importante señalar que el señor YESID PADILLA VAQUERO identificado con cédula de ciudadanía No. 16186867, fue incluido en los listados que presentó el miembro y/o vocero representante de las extintas FARC-EP al Gobierno Nacional, pero su nombre se encuentra en verificación conforme lo dispone el Decreto 1174 de 2016”.]

PROBLEMA JURÍDICO

14. Le corresponde determinar a la Sección de Apelación si hay lugar a rechazar por incompetencia la solicitud de beneficios presentada por el señor Yesid PADILLA VAQUERO. Para ello es necesario establecer si el hecho de que la OACP no haya concluido con el proceso de acreditación previsto para el efecto es un impedimento para que la SA adopte una decisión de fondo sobre el particular. Al dársele respuesta negativa a esta cuestión, deberá determinarse si el peticionario satisface el presupuesto material de competencia exigido para el efecto, lo que implica dilucidar si, como lo señaló en el recurso de alzada el peticionario, el homicidio cometido fue ordenado por integrantes de las FARC-EP.

FUNDAMENTOS

15. La Sección de Apelación del Tribunal para la Paz, como superior funcional de la Sala de Amnistía o Indulto, es competente para resolver la impugnación presentada contra la resolución que esta profirió, que rechazó por falta de competencia la solicitud de beneficios presentada por el interesado. Al respecto, el artículo transitorio 7° del Acto Legislativo 01 de 2017, sobre la conformación de la Jurisdicción Especial para la Paz, determina que “[e]l Tribunal para la Paz es el órgano de cierre y la máxima instancia”. A su turno, el artículo 96 de la Ley 1957 de 2019 señala que “[s]on funciones de la Sección de apelación: // b) Decidir los recursos de apelación que contra las resoluciones de las Salas de la JEP y secciones del Tribunal para la Paz se interpongan”. Finalmente, el artículo 3 del Decreto 277 de 2017 dispone que “[l]as decisiones que se adopten en relación con los beneficios jurídicos concedidos por la Ley 1820 de 2016, podrán ser objeto de los recursos de reposición y apelación ante el superior inmediato […]”.

16. Como asunto previo, cabe advertir que no hay lugar a estarse a lo resuelto[footnoteRef:5] por el Juzgado Trece de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, el 31 de enero de 2018, cuando negó al interesado el beneficio de libertad condicionada, teniendo en cuenta que esa providencia tuvo un alcance distinto del que ahora profiere la SAI. En efecto, en esta oportunidad, la Sala se pronunció sobre la posibilidad de avocar o rechazar conocimiento de la solicitud de que se resolviera de forma definitiva la situación jurídica del señor PADILLA VAQUERO, decisión que, aunque subsume lo relativo al beneficio provisional, es mucho más amplia que la adoptada por el juez ordinario, que solamente se refirió, en el marco de sus competencias, sobre la libertad condicionada del interesado. [5: “Aunque se haya admitido la posibilidad de que quienes presentaron solicitudes de libertad condicionada ante la jurisdicción ordinaria puedan elevarlas nuevamente ante la JEP, ello no significa que, al estudiarlas, deba hacerse tabula rasa de lo allí decidido por aquella. Al contrario, lo indicado sería analizar si lo allí decidido es coherente o no con los criterios jurisprudenciales decantados por esta jurisdicción, o si se allegaron elementos nuevos o se han producido hechos sobrevinientes que justifiquen la realización de un nuevo estudio. Así, apoyada sobre lo ya definido por la jurisdicción ordinaria, en coherencia con los criterios propios de la JEP, la decisión sobre la libertad condicionada debe simplificarse” (se resalta). Tribunal para la Paz, Sección de Apelación, sentencia TP-SA-SENIT n.º 02 de 2019. En el mismo sentido, ver auto TP-SA n.º 363 de 2019. ]

17. En el presente caso, la SAI resolvió rechazar la solicitud de beneficios presentada por el señor PADILLA VAQUERO, tras advertir que era evidente que carecía de competencia, tanto personal como material, para darle trámite. Al respecto, se advierte que en los eventos en los que un asunto -trátese de acceso o beneficios transitorios y definitivos- es de evidente incompetencia de esta Jurisdicción, las Salas de Justicia pueden rechazar su trámite, a través de una decisión de ponente debidamente motivada, excepcional y que puede ser recurrida[footnoteRef:6]. Se trata de una facultad para descartar aquellos asuntos que, de plano, no cumplen con alguno de los factores previstos para activar la competencia de esta Jurisdicción[footnoteRef:7]. [6: Tribunal para la Paz, Sección de Apelación, auto TP-SA n.º 171 de 2019. En el mismo sentido, ver: auto TP-SA-472 del 12 de febrero de 2020.] [7: De forma análoga, cuando ya se ha avocado conocimiento de las solicitudes presentadas por los interesados, las referidas salas de justicia están autorizadas para inadmitirlas por incompetencia, siempre y cuando no se haya producido el cierre procesal del trámite respectivo. Al respecto, véase la siguiente providencia: Tribunal para la Paz, Sección de Apelación, auto TP-SA n.º 224 de 2019.]

18. Ahora, en el recurso de apelación, el interesado aseguró que, en realidad, su condición de integrante de las FARC-EP sí había sido probada por medio de la declaración que rindió el señor José Benito Cabrera Cuevas; y que cumplía el presupuesto material, en tanto se trató de un homicidio de un exintegrante de la Policía Nacional que fue ordenado por el citado grupo alzado en armas. La Sección de Apelación confirmará la decisión del a quo, pero por las razones que se exponen a continuación.

19. Antes de iniciar el estudio respectivo, se advierte que, como práctica judicial recurrente, al momento de pronunciarse sobre la competencia de esta Corporación para resolver sobre la concesión de beneficios transicionales, la SA primero ha estudiado la satisfacción del presupuesto personal, antes de ocuparse en determinar si se cumplen con los demás supuestos de competencia, esto es, en establecer si la conducta guarda relación con el conflicto armado y si fue cometida con anterioridad al 1 de diciembre de 2016.

20. En el caso concreto, respecto del presupuesto personal, la Sección no pasa por alto que el señor PADILLA VAQUERO fue incluido por las FARC-EP en el listado presentado ante la Oficina del Alto Comisionado para la Paz –ver párrafo 13-. Sin embargo, tal autoridad todavía no ha terminado el proceso de verificación respectivo. En circunstancias análogas, la SA ha considerado prudente, antes de decidir, requerir a la OACP para que dentro de un término limitado proceda a culminar con éste trámite e informe a la JEP cuál es su decisión definitiva[footnoteRef:8]. [8: Tribunal para la Paz, Sección de Apelación, auto TP-SA n.º 522 de 2020. Cabe advertir que en esa oportunidad, el a quo no se había pronunciado en la providencia impugnada sobre el presupuesto material de competencia.]

21. Con todo, en este caso no resulta adecuado actuar de la misma manera: teniendo en cuenta el estricto marco de temporalidad previsto para la labor del componente de justicia del SIVJRNR, no es prudente dilatar el trámite para decidir sobre la solicitud presentada, cuando, de todas formas, las circunstancias en las que se produjo el delito por el que fue condenado el interesado no guardan relación con el conflicto armado colombiano, por lo que no está satisfecho el presupuesto material de competencia[footnoteRef:9], como pasa a verse. [9: En el auto TP-SA n.º 304 de 2019, la SA ya había insistido en la importancia de estudiar, en este tipo de casos, el presupuesto material de competencia: “[…] en las circunstancias del caso, esto es, tratándose de una persona pendiente del trámite de verificación por parte de la OACP, la Sala considera pertinente precisar que, en todo caso, tampoco se acredita el factor material”.]

22. Sobre este requisito, cabe advertir que, de conformidad con los criterios orientadores establecidos en el artículo 23 transitorio constitucional introducido por el Acto Legislativo 01 de 2017 y, recientemente, en el artículo 62 de la Ley 1957 de 2019, para constatar su satisfacción es preciso establecer si el conflicto armado no internacional ha sido la causa directa o indirecta de la comisión de la conducta punible –criterio objetivo o de causalidad–, o que haya influido en el “autor, partícipe o encubridor” en cuanto a que lo haya dotado de mayores habilidades para ejecutarla (capacidad), determinado su disposición para cometerla (decisión), facilitado los medios que le sirvieron para consumarla (oportunidad), o incidido en la selección del objetivo que se proponía alcanzar con la comisión del delito (selección) –criterio subjetivo o de correlación no causal–[footnoteRef:10]. [10: Sobre la utilización de estos criterios en el análisis del factor material de competencia pueden consultarse los autos TP-SA n.º 031 y 069 de 2018, y 110, 171, 208 y 252 de 2019.]

23. Atendiendo a estos criterios, advierte la SA que, con independencia de la suerte que corra el proceso de acreditación adelantado por la OACP, las pruebas practicadas en el proceso penal son suficientes para concluir que los delitos por los que fue condenado en esta oportunidad el señor Yesid PADILLA VAQUERO no tienen relación directa o indirecta con el CANI. Y es que nada de lo que contiene el expediente permite concluir que el propósito de la conducta fuera el de servir a los fines de la confrontación ni de obtener una ventaja militar. Tampoco se advierte que tal motivo determinara la selección de la víctima, ni se evidencia que para su comisión se hiciera uso de herramientas o capacidades propias de la guerra.

24. Por el contrario, lo que aparece probado en el plenario es que los hechos delictivos en los que incurrió el interesado fueron consecuencia de una lucha de poder dentro de la banda delincuencial común denominada “Los Chilacos”[footnoteRef:11], que se dedicaba al tráfico de estupefacientes y al apoderamiento de inmuebles y predios abandonados en la ciudad de Bogotá y en el departamento de Meta[footnoteRef:12]. En ese contexto, el señor PADILLA VAQUERO, junto con otras personas de la sociedad criminal, ordenaron la muerte del señor De la Hoz González, mediante la modalidad de sicariato. Como se observa, se trata de hechos completamente ajenos a la competencia material de la JEP. [11: Contrario a lo que advirtió la apoderada del interesado en la alzada, tal circunstancia sí se probó en el proceso ordinario, al punto que el interesado fue condenado por el delito de concierto para delinquir, precisamente por su pertenencia a la citada organización criminal.] [12: Adición del escrito de acusación (Orfeo 20181510181292, documento 2018151018129200036, f. 71-72).]

25. Ahora bien, en la apelación, el interesado advirtió que el homicidio del señor José Enrique De la Hoz González, quien fue integrante de la Policía Nacional, fue ordenado por las FARC-EP, debido a que había robado bienes de esa organización. Asimismo, refirió que esa circunstancia podía acreditarse por cuenta del testimonio del antiguo comandante de ese grupo armado, José Benito Cabrera Cuevas.

26. Al respecto, advierte la SA que tal circunstancia no se encuentra probada en el expediente. Por una parte, el proceso penal ordinario no refiere, de modo alguno, que la comisión de la conducta respondiera a los intereses de las FARC-EP. De otro lado, aunque el interesado aportó con su solicitud distintos documentos que, en su opinión, dan cuenta de la relación material con el conflicto de la conducta por los que fue condenado, en realidad estos no tienen la carga demostrativa que les atribuye el señor PADILLA VAQUERO.

27. Se aportaron dos documentos fechados el 31 de julio de 2018, suscritos por el citado excomandante del Bloque Sur de las FARC-EP, en el que se refiere que el peticionario en algún momento fue colaborador de ese grupo armado –asunto relativo al presupuesto personal que, según se dijo, no es objeto de estudio en este pronunciamiento- (f. 32-34, c. único). Con todo, en el segundo documento declarativo, el autor adicionó una anotación manuscrita en la que señaló lo siguiente: “[m]e permito aclarar que en el caso de YESID PADILLA BAQUERO [sic] si bien es cierto ayuda a la organización hasta el año 2010, no damos fe de los hechos posteriores a esa fecha”.

28. Comoquiera que los hechos por los que fue condenado por el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cundinamarca acaecieron en el año 2013, es evidente que los medios de prueba allegados no solamente son insuficientes para tener por acreditada la hipótesis planteada por el interesado, consistente en que el homicidio fue ordenado por integrantes de las FARC-EP que querían castigar a la víctima por el hurto de bienes suyos, sino que, además, refuerzan la conclusión de la SAI de que la JEP carece de competencia para conocer de su solicitud de beneficios, por el incumplimiento del presupuesto material de competencia[footnoteRef:13]. [13: La SA considera pertinente, en todo caso, advertir a la apoderada del interesado que no es cierto que por cuenta de la expedición de la Ley 1957 de 2017, el cual, en su artículo 63 señala que “[…] el funcionamiento de la JEP es inescindible y se aplicará de manera simultánea e integral a todos los que participaron directa e indirectamente en el conflicto armado”, quedara derogado el presupuesto personal que exigen tanto el artículo 5 transitorio del artículo 1 del Acto Legislativo n.º 01 de 2017 y los artículos 17 y 22 de la Ley 1820 de 2016. Por un lado, es claro que ese entendimiento es consecuencia de una lectura parcial y sesgada de la disposición, en tanto el citado artículo a continuación refiere que “[r]especto de los combatientes de los grupos armados al margen de la ley, la JEP solo se aplicará a quienes hayan sido miembros de las organizaciones que suscriban un acuerdo final de paz con el Gobierno nacional. También se aplicará a las personas que hayan sido acusadas en providencia judicial o condenadas en cualquier jurisdicción por vinculación a dicho grupo, aunque los afectados no reconozcan esa pertenencia”. Del otro, es evidente que por medio de una norma de rango legal no es posible derogar una disposición de rango constitucional, incluso si ese fuera su propósito. En ese sentido, esta Sección reitera que el hecho de que determinadas conductas punibles puedan reputarse prima facie relacionadas con el conflicto armado interno, no significa que serán del conocimiento de la JEP, pues existen otros presupuestos concurrentes requeridos para el efecto, como el personal, que exige que el interesado que consumó las conductas sea de aquellos individuos a los que particularmente concierne la normatividad transicional concebida.]

29. En esas condiciones, lo procedente será confirmar, pero por las razones expuestas, la resolución adoptada por el a quo. Aunque el interesado advirtió que, de encontrarse que se carecía competencia, debía remitirse su solicitud a la otra sala o sección a la que le correspondiera conocer del asunto, advierte la SA que es la JEP en su conjunto quien carece de jurisdicción para darle trámite a su solicitud de beneficios en relación con el proceso penal objeto de estudio, de suerte que no es posible acceder a la petición que formuló.

En mérito de lo expuesto, se

RESUELVE

PRIMERO: CONFIRMAR la resolución SAI-LC-RC-PMA-569-2019 de 13 de junio de 2019, proferida por la Sala de Amnistía o Indulto de la Jurisdicción Especial para la Paz, mediante la cual se rechazó por falta de competencia la solicitud de beneficios presentada por el señor YESID PADILLA VAQUERO, por lo expuesto en la parte motiva de esta providencia.

SEGUNDO: NOTIFICAR esta decisión al interesado, a su apoderada y a la delegada de la Procuraduría General de la Nación ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

TERCERO: En firme esta providencia, REMITIR el expediente al a quo para lo de su cargo.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

(Firmado digitalmente en el original)

DANILO ROJAS BETANCOURTH

Presidente de la Sección de Apelación

RODOLFO ARANGO RIVADENEIRA

Magistrado

EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ

Magistrado

SANDRA GAMBOA RUBIANO

Magistrada

Con salvamento de voto

PATRICIA LINARES PRIETO

Magistrada

JUAN FERNANDO LUNA CASTRO

Secretario Judicial

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