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2 de febrero de 2014 A LOS CUERPOS DE ANCIANOS Asunto: Pastoreo Estimados hermanos: A imitación de Jesús, todos los ancianos debemos cultivar el deseo sincero de apacentar las ove- jas de Jehová (Juan 21:15-17). Tenemos que amar de corazón a nuestros hermanos alimentándolos y pastoreándolos de buena gana (1 Ped. 5:2). El libro de texto Pastoreen contiene sugerencias muy útiles para realizar visitas pastorales en las casas de los publicadores. Nos complace añadir con la presente algunos comentarios que les ayudarán a cumplir su deber de pastores de la congregación. Como sabemos, existen disposiciones específicas para visitar a quienes lleven un año de bauti- zados, para invitar a la Conmemoración a los publicadores inactivos y para realizar visitas anuales a algunas personas expulsadas. Aun así, no debemos ver el pastoreo sencillamente como un programa que exige hacer una “visita de pastoreo” al mes. Si bien es cierto que el libro de texto Pastoreen dice que un superintendente de grupo debe visitar periódicamente a todos los miembros de su grupo, no ha- ce falta que el cuerpo de ancianos lleve un registro de tales visitas, detallando la fecha en que se reali- zó, los nombres de quienes la hicieron y el tema que se trató. Tampoco es necesario que un anciano se encargue en general de asignarlas. Estos programas, aunque bienintencionados, tienden a complicar demasiado las cosas. Todos los ancianos, en particular los superintendentes de grupo, deben procurar mantener co- municación frecuente con los publicadores, si es posible todas las semanas (Prov. 27:23). Mantener una relación constante con los hermanos es indispensable, y se puede lograr visitándolos antes y después de las reuniones de la congregación, participando con ellos en el ministerio y visitándolos o llamándolos por teléfono en otras ocasiones. También incluye contactar con los enfermos, los que faltan a las reuniones y los que son irregulares en el ministerio. Este interés personal nace de la amistad genuina y el cariño fraternal (Rom. 12:10; 1 Tes. 2:7, 8). Como pastores espirituales que somos, nos esforzamos en desarrollar un amor sacrificado por los hermanos, de modo que nuestra preocupación por ellos se evidencie en todo momento. Cuidando de no entrometernos en su vida privada, hacemos cuanto esté a nuestro alcance para ejercer una influencia positiva en las ovejas y fortalecer su fe (Filip. 1:9-11; 1 Tes. 5:11). En vista de lo anterior, cada anciano deberá poner la siguiente nota en el margen de su libro de texto Pastoreen, en el capítulo 2, párrafo 23, y en el capítulo 4, párrafo 6: “Vea la carta a los cuerpos de ancianos del 2 de febrero de 2014 relativa al pastoreo”. Reciban nuestro amor cristiano.

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2 de febrero de 2014

A LOS CUERPOS DE ANCIANOS

Asunto: Pastoreo

Estimados hermanos:

A imitación de Jesús, todos los ancianos debemos cultivar el deseo sincero de apacentar las ove-jas de Jehová (Juan 21:15-17). Tenemos que amar de corazón a nuestros hermanos alimentándolos y pastoreándolos de buena gana (1 Ped. 5:2). El libro de texto Pastoreen contiene sugerencias muy útiles para realizar visitas pastorales en las casas de los publicadores. Nos complace añadir con la presente algunos comentarios que les ayudarán a cumplir su deber de pastores de la congregación.

Como sabemos, existen disposiciones específicas para visitar a quienes lleven un año de bauti-zados, para invitar a la Conmemoración a los publicadores inactivos y para realizar visitas anuales a algunas personas expulsadas. Aun así, no debemos ver el pastoreo sencillamente como un programa que exige hacer una “visita de pastoreo” al mes. Si bien es cierto que el libro de texto Pastoreen dice que un superintendente de grupo debe visitar periódicamente a todos los miembros de su grupo, no ha-ce falta que el cuerpo de ancianos lleve un registro de tales visitas, detallando la fecha en que se reali-zó, los nombres de quienes la hicieron y el tema que se trató. Tampoco es necesario que un anciano se encargue en general de asignarlas. Estos programas, aunque bienintencionados, tienden a complicar demasiado las cosas.

Todos los ancianos, en particular los superintendentes de grupo, deben procurar mantener co-municación frecuente con los publicadores, si es posible todas las semanas (Prov. 27:23). Mantener una relación constante con los hermanos es indispensable, y se puede lograr visitándolos antes y después de las reuniones de la congregación, participando con ellos en el ministerio y visitándolos o llamándolos por teléfono en otras ocasiones. También incluye contactar con los enfermos, los que faltan a las reuniones y los que son irregulares en el ministerio. Este interés personal nace de la amistad genuina y el cariño fraternal (Rom. 12:10; 1 Tes. 2:7, 8).

Como pastores espirituales que somos, nos esforzamos en desarrollar un amor sacrificado por los hermanos, de modo que nuestra preocupación por ellos se evidencie en todo momento. Cuidando de no entrometernos en su vida privada, hacemos cuanto esté a nuestro alcance para ejercer una influencia positiva en las ovejas y fortalecer su fe (Filip. 1:9-11; 1 Tes. 5:11).

En vista de lo anterior, cada anciano deberá poner la siguiente nota en el margen de su libro de texto Pastoreen, en el capítulo 2, párrafo 23, y en el capítulo 4, párrafo 6: “Vea la carta a los cuerpos de ancianos del 2 de febrero de 2014 relativa al pastoreo”.

Reciban nuestro amor cristiano.

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Asunto: Pastoreo 2 de febrero de 2014 Página 2

Sus hermanos,

c. c. superintendentes viajantes P. D. al secretario:

Esta carta debe guardarse en el archivo permanente de cartas sobre procedimientos. Sírvase ac-tualizar también el Índice de cartas para los cuerpos de ancianos (S-22).