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    EDITORIAL

    CAMBIOS y CONTINUIDADES ser, a partir de este su primer nmero, el rgano del

    Departamento Historia de esta Facultad , as como, con similar nombre lo fue hasta el pasado ao deuno de los estamentos que pasaron a conformar la nueva institucin, de all la aclaracin de Segunda

    Epoca.

    Vnculo especial e indispensable con colegas, egresados y entidades dedicadas al quehacer de la

    investigacin en sus mltiples y variadas facetas, servir asimismo como puente entre quienes ya

    hemos transitado los caminos historiogrficos y aquellos que sientan el llamado de la vocacin. Una

    vocacin que, hoy ms que nunca, precisa de la orientacin y el estmulo de todos los componentes de

    los claustros universitarios, puesto que casi no existe otro aliciente que no sea el propio.

    En sus pginas, la revista apunta a ofrecer un panorama criterioso, ameno y profundo de las

    investigaciones locales, regionales e internacionales, como podr apreciarse al observar la nmina de

    nuestros asesores, a quienes agradecemos muy especialmente la confianza depositada en nuestra labor.

    Un camino venturoso a pesar de las dificultades, es el que auguramos para la publicacin, cuyo

    nombre fuera elegido por consenso entre el alumnado y los docentes, nunca en el pas las

    circunstancias fueron medianamente favorables para estos emprendimientos, sin embargo, siempre se

    concretaron, revelando firmeza de objetivos, acendrada vocacin y proyectos de futuro. Esta ocasin

    no es diferente en lo esencial de muchas otras que hemos vivido, por ello hemos apostado con fuerza a

    la concrecin de este sueo, que hoy se ha hecho realidad con el trabajo mancomunado de docentes y

    alumnos, como deben hacerse realmente las cosas en las que se cree

    De esperanzas y sueos est compuesto el mundo de la investigacin.

    Prof. Celia Gladis LpezNoviembre 2001

    Agradecemos muy especialmente la colaboracin de la Coordinadora, Prof. Luisa Baggio. y delCentro de Estudiantes.Esta publicacin ha sido concretada con el aporte del rea Extensin Universitaria delDepartamento Historia.

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    LOS HOMENAJES A URQUIZA EN CONCEPCIN DELLOS HOMENAJES A URQUIZA EN CONCEPCIN DELLOS HOMENAJES A URQUIZA EN CONCEPCIN DELLOS HOMENAJES A URQUIZA EN CONCEPCIN DELURUGUAY HACE 50 AOS.URUGUAY HACE 50 AOS.URUGUAY HACE 50 AOS.URUGUAY HACE 50 AOS.

    (GENTILEZA Srta. DORA NEZ(GENTILEZA Srta. DORA NEZ(GENTILEZA Srta. DORA NEZ(GENTILEZA Srta. DORA NEZ))))

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    Del mismo archivo, esquema del dispositivo para el gran desfile en Homenaje a UrquizaDel mismo archivo, esquema del dispositivo para el gran desfile en Homenaje a UrquizaDel mismo archivo, esquema del dispositivo para el gran desfile en Homenaje a UrquizaDel mismo archivo, esquema del dispositivo para el gran desfile en Homenaje a Urquizay que culmin en la Plaza de la Constitucin. Reconstruccin del croquis del original pory que culmin en la Plaza de la Constitucin. Reconstruccin del croquis del original pory que culmin en la Plaza de la Constitucin. Reconstruccin del croquis del original pory que culmin en la Plaza de la Constitucin. Reconstruccin del croquis del original por

    Tcnico Mario Ruben Ramrez.Tcnico Mario Ruben Ramrez.Tcnico Mario Ruben Ramrez.Tcnico Mario Ruben Ramrez.

    ADHESIN AL BICENTENARIO DEL NACIMIENTADHESIN AL BICENTENARIO DEL NACIMIENTADHESIN AL BICENTENARIO DEL NACIMIENTADHESIN AL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL URQUIZA Y ALO DEL GENERAL URQUIZA Y ALO DEL GENERAL URQUIZA Y ALO DEL GENERAL URQUIZA Y AL

    SESQUICENTENARIO DEL HISTORICO PRONUNCIAMIENTO.SESQUICENTENARIO DEL HISTORICO PRONUNCIAMIENTO.SESQUICENTENARIO DEL HISTORICO PRONUNCIAMIENTO.SESQUICENTENARIO DEL HISTORICO PRONUNCIAMIENTO.

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    LA NACIONALIZACION DE LASESCUELAS HEBREAS EN

    ENTRE RIOSINFORME VILCHEZ *

    Prof, Celia Gladis Lpez*

    Introduccin

    os detalles de la nacionalizacin de las escuelashebreas en Entre Ros, con el agregado del lentotrmite que insumi casi tres aos, han sido

    descriptos en ms de una oportunidad, partiendo de unpunto de vista puramente tcnico, o bien administrativo,dejando de lado sus hondas connotaciones polticas ysociales, o enhebrando hiptesis ajenas a la realidad.En este trabajo, hemos preferido dejar hablar a losprotagonistas, y circunscribirnos al mbito donde sedesarroll la accin, porque el mismo tuvo influencia directay perdurable sobre actores y protagonistas.El rico archivo del Inspector Rosendo B. Vilchez es la piezaclave con la que intentamos demostrar el decidido enfoquepoltico de la medida, y tambin arrojar luz y justicia sobrela honradez profesional con que se encararon las rdenesemanadas del Concejo Nacional de Educacin. Insertadoclaramente en lo que dio en llamarse la educacinpatritica y la argentinizacin del inmigrante, el temaexcede este amplio marco y muestra en su desarrollo lasdivergencias y competencias del sistema educativoargentino, sus debilidades, falencias, como as tambin lospuntos clave de un sistema que, aunque vapuleado por lacrtica, produjo logros notables en todo el territorio nacional.

    El ambiente y los protagonistas-El problema de las Escuelas Extranjeras en el pas,fue siempre serio y arduo, la nacionalizacin de las 35escuelas hebreas constituye un hecho trascendental,que viene a llenar una aspiracin poltica, social,

    econmica y moral de nuestra nacionalidad..Los prrafos extractados pertenecen a la nota introductoriadel Informe elevado por el Visitador de EscuelasNacionalesen Entre Ros, D. Rosendo B. Vilchez, en abrilde 1920, luego de haber recorrido palmo a palmo lascolonias Clara- San Antonio- Lucienville, observando loslocales escolares construdos por la J. C. A. y dialogado inextenso con los vecinos.Docente de gran prestigio y profundamente imbudo de sumisin, Vilchez desgrana en esas pginas interesantescomentarios, crticas y sugerencias que demuestranfehacientemente los dos aspectos esenciales con queencar la tarea:

    Su conocimiento de la clara y

    directa orientacin poltica de la medida tomadaSu sana y honesta intencin deaplicarla con rectitud y comprensin

    *Este trabajo forma parte de una investigacin en cursosobre la historia de la educacin entrerriana, orientada porel Dr. Gustavo F. J. Cirigliano, cuyos cuatro primerosaspectos ya han sido publicados, a su vez, tambin es parteintegrante de nuestra investigacin, ya concluda, (treslibros y quince trabajos, todos publicados), sobre lainmigracin juda en la provincia.*Docente de la Facultad de Humanidades- sede

    Concepcin del Uruguay, de la UAdER Miembro deNmero de la Junta de Estudios Histricos de Entre Ros,Miembro asociado de la Asociacin Argentina de HistoriaEconmica y Directora del Instituto de Investigacin IbarraGrasso.

    En 1920 las colonias fundadas por la J.C.A. a fines del sigloXIX: Clara-1891- Lucienville- 1894, mostraban unpanorama alentador, dentro de las lgicas variantes deltrabajo agrcola. La primera, asentada principalmente en eldepartamento Villaguay y en menor escala en eldepartamento Uruguay, tena anexadas las coloniasmenores de Lpez Berro- Palmar Yatay- Santa Isabel- SanJos y San Antonio. La superficie de la colonia madre:80.265 hts. Alcanzaba, sumadas las menores a 153.833hts. Su vecina. Lucienville, bastante ms pequea, situada

    totalmente en el departamento Uruguay, con una superficiede 43.234 hts. Posea, como la anterior, numerososemplazamientos rurales y ncleos urbanos queconformaban los ejes de comunicacin. Los asentamientosrurales, grupos o colonias de Clara eran: Leven- Achiras-Barreros- Rachel- Rosh Pina- Barn Hirsch- Perlisa-Ida- Carmel- Miguel- Los Talas- Kiriat Arba- Sonnenfeld-Eben Harosha- Desparramados- Colin- Espinillo-Balvanera- la Capilla- Feinberg- Belez- Domingo Calvo-Barn Guinzburg y San Vicente- Los pueblos,generalmente con su respectiva estacin ferroviaria,era: Domnguez- Las Moscas- Clara- Cazz) estacin LaClarita) Palmar-San Salvador- Jubileo- GeneralCampos.En Lucienville, cinco asentamientos rurales: Aquerman-

    Novibunco I-II-III-IV, estaban directamente ligados a lospueblos :Basavilbaso- Gilbert- Escria- Lbaros- VillaMantero- Rocamora.Los ndices demogrficos, luego de las amargasexperiencias iniciales, se mantenan relativamenteestables, registrndose picos en los aos 1895-1902 y1908, hasta alcanzar en Clara, para 1912, la cifra de 743colonos, que, multiplicados por cinco o seis, nmeroaproximado de componentes del cada grupo familiar, arrojaun resultado de 4.700 personas. En Lucienville, entre tanto,tenemos aos pico en 1898 y 1912, con 245 colonos, valedecir, aproximadamente 1220 personasEl origen tnico y religioso de estos contingentes erabastante diverso. Junto a veteranos refugiados de

    Constantinopla, llegados en El Pampa, afincados en Claray San Antonio, tambin vivan familias oriundas de jarsn,Besarabia, Tayria, Lituania- distribudas en ambas coloniasmadres. El factor desesperacin lig a todos mientrasfueron ubicndose y adaptando sus costumbres a la nuevatierra, pero una vez superado el primer impacto, surgieronlas diferencias y se iniciaron las discusiones:.. dos judos,tres ideas 1En lneas generales podemos afirmar que el elementoortodoxo y conservador predomin notoriamente enLucienville y tuvo menor presencia en la zona de Clara,colonia sta que aglutin a su alrededor y en especial en lazona centro-sur, a la mayora1 de los inmigrantes deideario socialista o tolstoniano, lo que de hecho convirti a

    esta colonia en epicentro de reformas, fundacionesnotables e intensa vida cultural. Social, y gremial. Losapellidos ms caractersticos fueron: Kipen- Sajaroff-Bendersky- Lifchitz- Neumann- Maislos- Peisajovich-Merelander- Polonsky- Chertcoff-Koval- Wortman-Segal- Givre- Ulfhon- merecer- Saltzman- Sfron enClara, y Hurvitz- Friedlander- Braslavsky- Joselevich-Feldman- Arcushin- Margulis- Marivankin Rabey-Resnisky- Scheveloff- Libedinsky- Abramson- Itterman-Freidemberg- Blejer- en Lucienville -2

    1Celia Gladis Lpez, Panorama General de las ColoniasClara y Lucienville entre 1930 y 1940, XIV Encuentro de

    Geohistoria Regional, IIGHI-CONICET_ Resistencia,1994, Estadstica de elaboracin propia en base a JewishColonization Association- Atlas de sus Dominios yColonias, Pars, 1912.2Ibdem-

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    A simple vista se observa que, salvo el caso del maestroAlter Braslavsky, alma mater de la Asociacin AgrcolaIsraelita, luego Cooperativa Agrcola Lucienville, fundadaen 1900, los apellidos ms prestigiosos para la vida de lascolonias estuvieron en Clara, en especial los de aquellos aquienes por preparacin y capacidad correspondi guiar yeducar a sus paisanos. Lderes gremiales como Hipen-Wortman- Sajaroff, periodistas y cooperativistas de puraestirpe. Dirigentes agrarios de alto vuelo como David M.Merecer o Benito Bendersky, literato de delicada

    sensibilidad en sus ratos de ocio. Familias enteras encuyas filas las mujeres formaban parte activa y lcida delos acontecimientos y actividades, como los Chertcoff,cuyas integrantes femeninas Sonia y Fenia, fueron todo unmodelo de la mujer socialista de aquel entonces. 3Todo este slido grupo conform una poca inolvidablepara esta colonia y contribuy, en gran medida, a lapermanencia durante casi cuatro dcadas de los caracteresde identidad que lucieron con orgullo y trasmitieron condevocin. Al respecto podemos sealar como fenmenosprincipales de la prdida de la identidad en las colonias

    judas a tres acontecimientos que dejaron honda huella enla vida de sus habitantes: a= la nacionalizacin de lasescuelas hebreas- 1920- b) la cerrada negativa de laJ.C.A. a colonizar a los hijos de sus colonos-1938 c)

    los traumticos sucesos acaecidos durante laIntervencin Zavalla- 1944-Estas medidas, apoyadas por otras que lascomplementaron, dieron los golpes ms contundentes a lafrrea y homognea estructura cultural, social , gremial yeducativa, vale decir, fueron un certero impacto alcorazn.4Los emplazamientos judos tuvieron desde un principioservicios de culto en los ranchos lugareos, hasta que seconstruyeron las sinagogas atencin educativa para losms pequeos, en una Escuela Central, llamada as por suubicacin estratgica para permitir el acceso a caballo delos nios de los alrededores, mientras se ibanconstruyendo los restantes edificios, baos comunitarios

    para permitir el ritual, hospitales o dispensarios, fundados,

    3Las clebres hermanas, casadas ambas con los dirigentessocialistas Juan B. Justo y Repetto, fueron activasluchadoras y practicantes plenas de sus idearios. Existeabundante literatura al respecto, ambas salieron muy

    jvenes del mbito rural entrerriano para radicarse en lagran ciudad. Las listas de apellidos se han tomado de losregistros de socios de las cooperativas y bibliotecas deambas colonias, datos precisos de estas instituciones y sueficaz labor comunitaria en nuestras obras Cooperativismoy Cultura- Historia de Villa Domnguez- 1890-1940,

    Paran, Editorial de Entre Ros, 1987, y Origen-Desarrollo y Ocaso de una Colonia Modelo- Grupo SanGregorio- Colonia Clara- 1894-1945, Concepcin delUruguay, Ediciones El Pensador, 1986, un completoanlisis del fenmeno cooperativo y su impacto educativoen El Sistema de Educacin no Formal Implantado por lasCooperativas Agrarias en las Colonias Judas Entrerrianas,Concepcin del Uruguay, IIIGI, 1995.4El segundo punto ha sido estudiado en nuestros trabajoscitados, y para el punto c, nuestro ltimo trabajo LaRevolucin de 1943 en Entre Ros- Un Claro Caso deDiscriminacin y Racismo- Intervencin Zavalla, primeraparte, Concepcin del Uruguay, Revista del Departamento

    Investigacin, Ao III-N 3, 2000. Para el fenmenoidentitario, El Fenmeno de la Prdida de la Identidad enlas Colonias Judas de Entre Ros, V Jornadas Interescuelasy de Departamentos de Historia, Montevideo, UDELAR,1995.

    como las cooperativas, merced al esfuerzo solidario ymancomunado, peridicos, clubes, bibliotecas, siendo elpanorama institucional, en 1912, el siguiente

    CLARA LUCIENVILLESinagogas 14 10Escuelas 30 9Bibliotecas 1 1

    Peridicos 1 (compartido)Hospitales 1 1Dispensarios 1 1Baos Comunitarios 5 4Cementerios 4 1

    Se observa con meridiana claridad , por la cantidad deedificios escolares construdos, la importancia capital quelas familias judas concedan a la educacin de sus nios yla decidida intervencin de la J.C.A. en acceder a susreclamos. Respecto al tema educativo en s mismo: .enocasiones , (Barn Mauricio de Hirsch), manifestabasu disgusto hacia los intelectuales judos, opinandoque muchos de los problemas de los judos provenandel demasiado nfasis puesto en las dotes

    intelectuales . No obstante, no se opuso a la enseanzareligiosa, de hebreo y de la Historia Hebrea a los hijosde los colonos.. 6El problema ms rspido en el rubro enseanza tradicionalse centr en la religin, a la que el fundador de laCompaa estaba dispuesto a dar un rol preponderante,contrariando la opinin de varios de sus funcionarios deconfianza.7La Alianza Israelita Universalle, por intermedio de susfuncionarios o de sus maestros, contratados para enseardurante los primeros aos, debido a su conocimiento delespaol y del ladino, ejerci notoria influencia en lasdecisiones de este tenor:..la mayora de los maestroseran ex docentes de la Alliance, De estos maestros

    se exiga, ms que ensear a los chicos, se esperabaque fueran abnegados administradores de la J. C. A. enlas colonias8En las escuelas infantiles de la J.C.A. los maestrossefarades, con sueldos mucho ms bajos que los

    5Estadstica propia, en base a las obras ya mencionadas.6

    Theodore Norman, Un Brazo Extendido- Historia de laJewish Colonization Association, Londres, 1985, p.34.traduccin de la autora.7Zosha Szaikowski, Los Comienzos de la ColonizacinJuda en la Argentina- El Rol de la AIU, INDICE para elAnlisis de Nuestro Tiempo, Centro de Estudios Sociales,D.A.I.A. Bs. As. Julio de 1990. p.p.94-5.8Ibdem. Interesantes y muy detallados aspectos de esteintenso trajinar docente y los problemas que acarre a laAdministracin y a los propios colonos, pueden consultarseen los trabajos de la Lic. Diana Epstein, (UBA), basados endocumentacin indita de la AIU , consultada en su sedecentral de Pars, el ltimo de los cuales, ampliacin de uno

    anterior, aparece en el N 3, Primera Epoca, de nuestrarevista Asimismo, en los archivos cooperativos de lasprimeras dcadas es posible encontrar numeroso material alrespecto, ya que estas instituciones hicieron escuelainformal y apoyo logstico a todo lo referido a instruccin.

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    Ubicacin de las Colonias Alemanas y Judas en Entre Ros, Archivo de la autora..

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    percibidos por los burcratas de la Compaa, combatidospor los colonos que no apreciaban sus esfuerzos,cumpliendo un programa que distaba en mucho del quehaban impartido en Europa o Sudfrica, y elevandopuntualmente sus Informes y pedidos de material didcticoa los Administradores de turno, realizaron un ingenteesfuerzo que posibilit la insercin progresiva del elementoinmigratorio en las comunidades criollas y su ligazn conlas tradiciones ancestrales que eran parte indisoluble de suidiosincrasia.

    Al momento de producirse estos hechos, la RepblicaArgentina pasaba por un proceso de cambio yacomodamiento social que dur largo tiempo y costvarios dolores de cabeza a la clase dirigente:Losgrupos dirigentes argentinos del siglo XIX posean, adiferencia de los norteamericanos- una cultura quedifera sustancialmente de la que eran portadores lamayora de los inmigrantes, (excepto los espaoles),.Asimilar pues a stos era tarea nada simple, y queobviamente requera gran claridad de ideas al respecto.Por un lado significaba extraer y amalgamareficientemente, en torno a un ideal nacional, aquellosvalores modernizantes que confusamente traan, juntoa muchos valores nada funcionales para unademocracia, la mayora de los grupos inmigratorios.

    Pero por otra parte supona, adems, la modificacinprofunda de la propia cultura, transformndola tambina ella, en una visin del mundo moderno.Este doble proceso convergente sin embargo eraimpracticable pues la clase dirigente no tena, en elfondo, ni para ella misma ni para la inmigracin, ningnproyecto cultural claro y slido. Slo haba elaboradodirectivas generales concebidas en funcin de unideario, en muchos aspectos noble y universal, perocarente de contenidos culturales especficos,concretos. Crea esta clase social, errneamente, bajoel influjo, entre otras cosas, del positivismo entoncesimperante, que el progreso econmico y una educacinorientada sobre todo por smbolos externos y

    definiciones formales, (pero pocos contenidosespecficos), podra conducir a una sociedad estable yprspera y a la postre, en una poca futura indefinida,realmente democrtica..9Sobre la base de estos amplios postulados, que, a la postrenada concretaban, se fue armando, muy de apuro y sinestablecer las notorias diferencias entre ncleos rurales yurbanos, la tarea de asimilar a la masa de extranjeros quede continuo arribaba a nuestras costas urgida por losproblemas y amarguras del desarraigo y contando con lavana seguridad que nuestro marco legal les proporcionaba:

    SISTEMA EDUCATIVO DEL PROYECTO DEL 80-Educacin para dos clases o grupos sociales- Planes

    de Instruccin General y Universitaria- Art.- 67.-Dos principios organizativos del sistema educativo: a)escuela primaria- escuela normal- b) colegio nacional-universidad.-Dos leyes. 1420-(1884) de Educacin Comn- 1597-(1885) Ley Avellaneda para la Universidad--Dos Fines: a) cambiar la composicin social argentinay argentinizar al inmigrante- b) formar los directores dela operacin de intercambio--El Hombre a Formar. El intermediario--El Conductor

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    mnimum de enseanza obligatoria requeridopor el artculo 6 12

    - Este artculo, cuya observancia les fueraduramente cuestionada a los responsables de lasEscuelas Hebreas, era el que condensaba elmnimum de instruccin obligatoria requerido porel estado Argentino: comprende lassiguientes materias :lectura y escritura,aritmtica, (las cuatro primeras reglas de losnmeros enteros y el conocimiento del sistema

    mtrico decimal y la ley nacional fe monedas,pesas y medidas, geografa particular de laRepblica y nociones de geografa universal,idioma nacional, moral y urbanidad, nocionesde higiene, nociones de ciencias matemticas,fsicas y naturales, nociones de dibujo tmsica vocal, gimnstica y conocimiento de laConstitucin Nacional. Para las nias serobligatorio adems, el conocimiento delabores de manos y nociones de economadomstica. Para los varones el conocimientode los ejercicios y evoluciones militares mssencillos, y en las campaas, nociones deagricultura y ganadera..13

    Cuando la J. C. A. edifica las escuelas para atender a lasnecesidades educativas de las familias, pone especialcuidado en cumplir con las pautas edilicias, pero desliga eltema instruccin en los padres de familia y/o en lasinstituciones fundadas, de carcter eminentemente social:cooperativas- sociedades de damas- chevras- bibliotecas-las que debieron ocuparse de diversos problemas:..Fueron maestros en ellas personas con msvoluntad que capacidad para ejercer el sagradoministerio de la enseanzaMi iniciacin escolarcoincidi con la inauguracin del edificio escolar deCarmel, el nico edificio de la Colonia revocado porfuera y por dentro y pintado de blanco, y que alcompararlo con las modestas y rsticas viviendas delos colonos, nos pareca una lujosa mansin. All

    conoc al que fue mi primer maestro, don J.S. hombresevero en extremo, sumamente autoritario e irascible,cuyo rgido sistema disciplinario haca digno pendantcon el desastroso mtodo pedaggico que rega laenseanza. No se toleraban las faltas msinsignificantes, ni se perdonaban las menorestransgresiones a las disposiciones reglamentariasinstitudas por el maestro segn su voluntad yentendimiento.Y no hablemos de la tortura mentalque representaba el aprendizaje de la lectura: durantemeses y meses nos acosaban con la repeticin de losnombres de las treinta letras del alfabeto paraproseguir, en el segundo o tercer ao escolar, con laformacin de las slabas14

    En muchas ocasiones, las familias solicitaban el cambio dealgn maestro por rencillas vecinales, intercediendo losconcejos de las cooperativas a favor de los peticionantes,lo que demuestra fehacientemente que los primerosmaestros, a quienes hemos presentado ya, no contaroncon el debido respaldo institucional local, hecho motivado,

    12Jos Salvador Campobassi, Anlisis de lasdisposiciones de la Ley 1420, H. F. Bravo, compilador, ACien Aos de la Ley 1420, Buenos Aires, CEAL, 1985,p.p.78-54.13Ibdem.14Seidel Zeigner, Recuerdos de la Infancia, (mimeo,

    edicin pstuma) Crdoba, 1975, p.p.18-19. El autor,maestro alberdino de reconocido prestigio y cultura, activoparticipante de la vida toda de la Colonia, constituye unaopinin digna de tener en cuenta, por su idiosincrasia ytrayectoria

    generalmente, por su origen sefarad. Varias situaciones deeste tenor ocurrieron en 1909. ao en que las cooperativasdecidieron intervenir financieramente para paliar el agudodficit escolar. Igualmente, se mostraron preocupados porla evidente fragilidad de la enseanza hebrea, hecho queya haba motivado la preocupacin de los rabinositinerantes como Mr. Halphon de activa labor en beneficiode este rubro tradicional. Se entrecruzaban aqu losintereses convergentes de los padres, que deseabanretener ms tiempo a sus hijos en la escuela con la notoria

    despreocupacin de la Compaa por encauzar estosaspectos, preocupacin y despreocupacin que llenanvarias actas institucionales durante muchos aos. 15Muchos maestros no conocan nuestra historia, nidominaban el castellano, y esto contribuy a que eldescrdito de las escuelas y su sistema de enseanzase profundizaraEn la escuela hebrea tenamos unmaestro extraordinario, nos ensearon con muchadedicacin y amor. Con l aprendimos disch y hebreo,adems estaba dotado de un gran conocimiento de lahistoria juda, que nos enseaba en una clase especial,cuando l nos daba clase de historia, estbamosatentos y no se perciba el menor ruido, era todo taninteresante que con mucha ansiedad esperbamos laleccin siguiente. Era una persona muy noble. Cuando

    se dio cuenta de que aprendamos poco en la escuelacastellana, empez a ensearnos geografa ymatemticas.16Como stos, podramos reflejar innumerables testimonios,la mayora, conformes con el sistema de enseanza,aunque crticos realistas de sus falencias. La jurisdiccinnacional de las escuelas de la J. C.A. no contribua amejorar las cosas, ya que la implementacin de la LEY1420 o Linez y su complementaria la 2337, de apoyofinanciero directo a los Concejos Escolares, de hechogener toda suerte de conflictos jurisdiccionales y decompetencia, que involucraron a los funcionarios de turnoen lgidas disputas y controversias periodsticas deelevado tono, cada uno defendiendo su punto de vista con

    respecto al problema educativo. Como ya sealramos enanteriores trabajos, entendemos que la Nacin, a travs deestas leyes y de prestigiosos educadores en funcionesoficiales, ejerci una competencia desleal, favorecida por loilimitado de los recursos puestos en juego y la impronta deprestigio que ello le daba a la escuela nacional. Sinembargo, cuando el problema a resolver era realmentearduo, dejaba el mismo en manos provinciales, alegandoque la cercana ayudara a resolver el conflicto.17Las Inspecciones escolares se hicieron ms frecuentes, yla creacin de numerosos establecimientos educativosnacionales a partir de 1907, dej al descubierto la enormerivalidad existente entre las jurisdicciones, as como laurgencia por poner en marcha drsticamente el Plan de

    Educacin Patritica , del Presidente del CNE Jos M.15Celia Gladys Lpez, El Sistema de Educacin no FormalImplantado por las Cooperativas Agrarias en las ColoniasJudas Entrerrianas, IIIG, Concepcin del Uruguay, 1995.16Helene Gutkowki, coordinadora, Rescate de la HerenciaCultural- Vidas en las Colonias. Buenos Aires, SHA, 1991,p. 195. Por nuestra parte, en varios trabajos, todos con elttulo genrico de Cambios y Continuidades- InmigrantesAlemanes y Judos en Entre Ros, hemos comparado ambasetnias y su proceso de arraigo, extrayendo interesantesconclusiones, presentados y publicados por IIGHI,CONICET, Resistencia y UNNE, 1997 en adelante.17

    Nuestras obras, ya citadas, y tambin, Historia Integralde Villa Mantero, Concepcin del Uruguay, EdicionesGen, 1993, parecidas conclusiones ha desarrollado la Dra.de Pompert de Valenzuela, en trabajos sobre la realidadeducativa chaquea.

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    Ramos Meja:..organismo, (el CNE), que desde laorganizacin de la educacin en Argentina, en 1884,rega a la Instruccin primaria en la Capital Federal y enlos territorios nacionales, a la vez que ejerca unaenorme influencia sobre los concejos provinciales deeducacin. Adems, esa influencia se ampli en 1905,

    cuando la Ley Linez permiti el establecimiento deescuelas nacionales en las provincias que seadhirieran voluntariamente al rgimen de esa ley.elaluvin inmigratorio que la Argentina recibi desde ladcada de 1880 pronto gener una reaccin

    nacionalista y xenfoba. Mas an, gener ciertaparanoia cultural en sectores de una clase dirigenteque ya no reconoca al pas en que haba nacido, tancambiado estaba por el influjo cosmopolita que los

    alarmaba, a pesar de que la poltica explcita del EstadoArgentino liderado por esos mismos sectores, haba sidopromover la inmigracin.18Un claro ejemplo de lo que afirma C. Escud lo constituyela larga y por momentos muy dura polmica entabladaentre Manuel P. Antequeda, funcionario provincial deprimer nivel, y el Inspector J.J. Nissen, .al servicio delCNE. El primero, conocedor de las dificultades queacarreaba a maestros y gobierno la implementacin deun sistema demasiado rgido, era ferviente partidariode convencer con el ejemplo y la paciencia, sin ejercerpresin sobre las familias, ni herir sentimientos otradiciones ancestrales. El segundo, seguidor de Bavioy Ramos Meja,, opinaba totalmente distinto, sostenaque el inmigrante, por el solo hecho de haber pisado

    suelo argentino, deba someterse, sin discusin, a lasleyes argentinas y las pautas educativas fijadas, nocontemplando, a pesar de que el sistema legal lo hacaningn motivo que alejara a los grupos extranjeros deestos objetivos, de carcter esencialmente nacionalesy por lo mismo de vital importancia para los destinosdel pas. Sus conceptos, publicados en un opsculo,tuvieron amplia difusin, y en ellos puede notarse conmeridiana claridad el favoritismo que exista conrespecto a las escuelas alemanas casi ausentes delestudio hecho in situ, dedicado en exclusiva a denigrarel sistema escolar judo, con las lgicas y traumticasconsecuencias que dicha actitud produjo en lascomunidades19

    La situacin en las escuelas alemanas, entre tanto, nohaba sufrido variantes, favorecidas por la ampliatolerancia con que fueron tratadas en la prctica,continuaron con la asistencia espiritual y docente de suslehrer, y en las parroquias con sus schulmeister, lo queexplica meridianamente la causa del bilingismo tantradicional y cerrado en estas agrupaciones. A la luz deestas aseveraciones, podemos conjeturar las causas de ladesigual implementacin del Plan de Argentinizacin, yaque resulta ms que evidente la presin sistemticaejercida sobre las escuelas judas, y la notoria ausencia demecanismos iguales para las entidades de los alemanesdel Volga. La respuesta institucional a este encono oficial,fue tibia. La compaa colonizadora sugiri a los

    encargados de la enseanza aumentar las horas deinstruccin nacional, y enviar a sus maestros a que secapacitaran en la Escuela Normal para Maestros RuralesAlberdi, en los famosos Cursos Intensivos de Verano.Siempre dciles a las directivas superiores, y con elancestral temor de sufrir represalias, numerosos maestrose inspectores de las colonias asistieron con gran sacrificiofamiliar y pecuniario a estos cursos, acatando la ordenrecibida. Entre los personajes ms conspicuos, modelo de

    18Carlos Escud, Los Obstculos Culturales para elDesarrollo de una Cultura Democrtica en la Argentina,INDICE para el Anlisis de Nuestro Tiempo, Centro de

    Estudios Sociales, D.A.I.A., Bs. As. 1993, p.p.28-29.19Vide Opsculos del Inspector Nissen, notasintercambiadas entre ste y sus superiores, y cartasenviadas a Vilchez, con quien mantena una relacinamistosa que perdur despus de su jubilacin.

    docente y padre de familia, podemos citar a Don IedidioEfron, padre de Paloma, a quien los gauchos de la zona,siguiendo una costumbre muy arraigada en la campaahaban bautizado como D. Jodido.20

    Esta prueba concreta de humildad e integracin a laspautas legales y educativas de los pases receptores porparte de los judos eran bien conocidas en las esferasoficiales, como lo prueban los numerosos detalles de losInformes de turno. Sin embargo, el temor a la influenciaextranjera era tan grande, que no se dejaba pasar ningunaoportunidad de remarcar los ejes del programa educativoen vigencia:.Argentinos y Extranjeros: Ha llegado elmomento en que debemos demostrar que la fibra delpatriotismo se mantiene latente en nuestros corazonesy que el pueblo de Mantero puede parangonarse conlos ms cultos y progresistas de nuestro pas, por suacendrado patriotismo y generosos desprendimiento.Ha llegado el momento de prepararnos paraconmemorar el Centenario de la Jura de la

    Independencia Argentina..La Comisin que tiene a sucargo la organizacin de los festejos para conmemorardignamente tan memorable acontecimiento, solicita elconcurso de todos los argentinos y extranjeros quecomparten con nosotros para poder llevar su cometido.A la vez se hace un honor, invitndolos a concurrir enfraternal unin a presenciar las diversasdemostraciones..21El autor de este vibrante folleto conmemorativo, deprincipalsima actuacin en las numerosas actividadesprogramadas, era el maestro Normal nacional Rosendo B.Vilchez, Director de la Escuela Nacional N 9, de lalocalidad de Villa Mantero, ncleo urbano, como yaobservramos en los grficos, de la Colonia Lucienville y

    ejemplo tpico de las poblaciones de campaa de aquelentonces:.un activo centro urbano con su clsicaestacin ferroviaria, nudo de las comunicaciones yfactor decisivo para la salida de la produccin de lascolonias que la rodeaban por los cuatro costados:inmigrantes alemanes catlicos al norte y protestantesde variados credos al oeste y al sur. Al centro y oeste,judos trados por la empresa colonizadora del Barnde Hirsch, y en la restante fraccin, colonos italianos,vascos, suizo-franceses provenientes de coloniascercanas, atrados por la pujanza de la villa, y laposibilidad cierta de instalar all comercios o establecera hijos y parientes.22El Tercer Censo nacional, practicado en 1914, y levantado

    por el maestro Vilchez en esta localidad, con lacolaboracin de algunos vecinos, arroja los siguientesdatos, interesantes para nuestro tema:

    20Archivo Oral de la autora, Testimonios de la Vida en laColonia, entrevistas puntuales tomadas a dirigentes,educadores, colonos, descendientes de cooperativistas, etc,entre 1983 y 1990, en Basavilbaso, Rosario, Crdiba, SantaFe, Paran, Villa Domnguez, Capital Federal, Concordia,Villa Clara, Villaguay.21Celia Gladis Lpez, Rosendo B. Vilchez- Magisterio enAccin, Informe de Avance presentado en las IV Jornadas

    SARMIENTO Y SU TIEMPO, Museo HistricoSarmiento, Bs. As. Septiembre 1995, y tambin en nuestraobra, citada, HISTORIA INTEGRAL DE VILLAMANTERO, p.p.62-63.22Ibdem.

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    ESCUELA NACIONAL No. 37 ESTACIN CLARA ARCHIVO DE LA AUTORA.

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    VECINOS EMPADRONADOSGaspar Barn (a) Aarn Braslovsky (j)Clemente Wendler (a) Abraham Villanova (j)Manuel Teberobsky (j) Martn Villanova (j)Valentn Erpeb (S) Jernimo E. Molina (a)Antonio Machiavello (i) Juan E. Mardon (ir)

    Moiss Atelman (j) Fiego L. Amezaga (v)Jos S. Zapata (a) Moiss S. Sorokin (j)Samuel Kapln (j) Luis A. Cherot (v)Enrique Zinng (a) Enrique E. Sobral (e)

    Angel T. leal (a) Antonio Rossa (i)Martn Mendiburu(v) Jaime Kohan (j)Jos C. Zabala (a) Manuel Laio (e)

    La heterogeneidad de los empadronados nos exime demayores comentarios, en las instituciones de la villaaparecen integrados en las diversas comisiones formadas yen los concejos de las entidades, tal cual el maestroVilchez informa puntualmente a la Superioridad, obteniendoel reconocimiento unnime de todos los sectores:suproceder ha sido felicitado con justicia por elvecindario de esta villa, felicitacin tanto msimportante pues procede, en su mayor1, de padresde los educandos, miembros de la SociedadOBREROS, en cuya lista figuran tanto catlicos como

    protestante y evangelistas24El radio de influencia de la Escuela Nacional N9 y s uactivo Director, abarcaba las siguientes poblaciones consus respectivos habitantes:

    Colonia Santa Anita 531Primera Seccin 651Estacin Lbaros y Colonia Belga-Americana

    234

    San Juan- Tuyut- Piribebuy 338Santa Elena y la Margarita 138Estacin Basavilbaso 324- 412- 211-

    420Aldea N2 143Aldea N3 302

    Aldea N4 172Genacito al S-O. 222- 177Villa Mantero 237- 385- 199-

    329Villa Mara 277Genacito al S. 94- 139

    La Informacin escolar consigna que, dentro de la villaprincipal, saban leer y escribir 639 personas,: 320 varonesy 319 nias, en la Aldea N4, 59 personas: 32 varon es y27 nias, en Villa mara: 71 personas, 33 varones y 38nias. Aunque los datos del Censo no determinan conclaridad las nacionalidades, ya que en , como en otros, los

    judos son mencionados como rusos, las cifras totales y23Archivo Rosendo Ruiz Garca, nieto de Vilchez, enadelante ARRG, borradores de planillas del Censo, tambinen nuestra obra Historia Integral de.. citada. Este valiosorepositorio particular guarda ricos, inditos y cuantiosostestimonios de la tarea educativa nacional y provincial enms de cuatro dcadas, sirviendo de base fundamental anuestras investigaciones en la temtica. Agradecemos muyespecialmente a D. Rosendo Ruiz Garca, ya fallecido, elhaber facilitado generosamente la consulta y aportado suspropios testimonios para ampliar nuestra tarea, que, coneste aporte, pudo ser abordada originalmente y permitir un

    enfoque mucho ms justo del problema24ARRG, nota del Encargado Escolar, Juan Miguel Ser,fundador de la villa, a la Inspeccin de EscuelasNacionales en Provincias, Diciembre de 1914.25ARRG, Planillas del Tercer Censo, citado.

    parciales del Departamento Uruguay indican la siguienteproporcin:

    TODALA PROVINCIA

    DEPARTAMENTOURUGUAY

    ARGENTINOS 38.317 3520ALEMANES 308 3AUTROHUNGAROS 708 29ESPA OLES 1.634 122FRANCESES 053 17

    INGLESES 107 396ITALIANOS 6.122 15OTOMANOS 327 46RUSOS 2.380 3Suizos 58 35URUGUAYOS 2.912 13OTRAS NAC. 503 58

    Fue en este verdadero mosaico tnico-cultural, con todassus divergencias e implicancias, pero tambin con infinitasposibilidades creativas donde el maestro Rosendo B.Vilchez adquiri experiencia, comprensin y conocimientocabal del mbito y de sus habitantes, pudiendo concretarmerced a sus innatas cualidades la difcil tarea iniciada apartir de 1907, cuando recibe su ttulo de maestro normalnacional en la escuela homnima de la ciudad capital deSan Luis, en cuyo Reglamento Interno observamos pautasmuy claras y precisas para los futurosdocentes:.......3- Formar un horario para emplear ordenadamente sutiempo en la Escuela.4- Ejercitar la actividad ordenada, el cuidado anhe losoy la labor paciente que aseguran el buen xito en elestudio, como en cualquier otra misin de la vida.5- Poner cuidado escrupuloso en sus acciones ypalabras, aprendiendo a ensear con el precepto.6- Cultivar el dominio y posesin de l mismo,gobernndolo bien, para ser capaz de gobernar a losnios.

    7- Consultar libros de la Biblioteca delEstablecimiento, y de cualquier otra que puedaservirse, pero no contentarse jams con las vistas deun autor, sin haber estudiado las de otros autores, a finde considerar cada asunto bajo diversos respectos, nisatisfacerse con ningn resultado inmediato decualquier estudio, sin haber comprendido la conexinentre las ideas adquiridas en los libros y los hechosestudiados por observacin y experiencia propias.8- Formar el propsito de que sus estudios en laescuela normal sean el comienzo de una vidalaboriosa, consagrada a la noble carrera delmagisterio26Tenemos aqu, perfectamente delimitadas, las

    competencias y obligaciones que debera asumir el futuromaestro, entendiendo su misin como un apostolado. Enaquel tiempo de reformas, cambios traumticos yesperanzas cumplidas, el currculum de la escuela mediaargentina estaba en armnica coincidencia con losobjetivos del grupo poltico dominante, y el normalismo, sea

    36TERCER CENSO NACIONAL, levantado el 1 de Juniode 1914, ordenado por la Ley 9100, presidencia del Dr.Roque Sanz Pea,, ejecutado durante la presidencia delDr. Victorino de la Plaza,, Comisin nacional: PresidenteAlberto B. Martnez, Vocales. Francisco Latzina y EmilioLahtte, Tomo III-Poblacin-registro de propietarios

    Rurales, Bs. As. 1916. En cita anterior, e-a-i-j-corresponden a nacionalidades.26ARRG, Artculos pertenecientes al Reglamento Internopertinente a los alumnos , ESCUELA NORMALREGIONAL DE SAN LUIS, San Luis, 1903, p.4.

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    bajo la influencia de Magnasco, pragmtica, la anterior yrelevante de J. V. Gonzlez, con visin futurista, o ladecididamente norteamericana de Nelson , ejerci hondahuella en el campo educacional argentino, formandodocentes dogmticos, estructurados, si se quiere,comparndolos con las pautas educativas actuales, peroperfectamente conscientes de su prestigio yresponsabilidad social, y, en la gran mayora de los casos,encantados de cumplir con una labor tan importante dentrodel marco nacional que los contena. 27

    D. Rosendo B. Vilchez fue un fiel reflejo de este docenteargentino trabajador incansable y profesional de laeducacin, la Superioridad estimaba en mucho sus afanesy anhelos, por lo que, tras cumplir con una impecabletrayectoria que desde muy joven lo llev desde su lejanaSan Luis a las campias plcidas de Entre Ros, fuedesignado en 1917, justo al comenzar a tratarse enprofundidad el tema escuelas extranjeras, Visitador deescuelas Nacionales. El C.N.E. vena analizando desdetiempo atrs la oferta que hiciera la J.C.A. de entregarlesus escuelas en las colonias, con la sola reserva de quetambin se permitiera en ellas la enseanza tradicional, enespecial religiosa, tan cara a los padres de familia, acontraturno. El Gobierno Provincial, en cuyo territorioestaban las escuelas, cuyo mantenimiento no costaba alerario pblico ninguna erogacin, como errneamente seha sostenido en un reciente trabajo, opuso objeciones aesta sugerencia, entorpeciendo y alargando la tramitacin.28 Subyaca, en estas medidas el viejo pleito educativo delque ya hablramos La provincia, adems, haca gala deuna prolongada e impecable trayectoria educativa cuyasraces se remontaban a la etapa ramiriana, por lo que seinsista, a travs de los funcionarios de turno, en conocerde antemano todo cuanto tuviera que ver con las escuelasasentadas en su territorio. Mediante su rgano de difusin,el BOLETIN DE EDUCACION, se promocionaban lasactividades y pautas dispuestas, as como se recordabainsistentemente, con profusa base estadstica, el prestigioeducacional afrentado en el tiempo:.el estado de la

    escuela primaria en nuestra provincia, la cual siempreha sabido destacarse por la pujanza con que lucha paravencer el analfabetismo. El estado educacional de unpueblo es un ndice infalible para apreciar la capacidadde ste en todas las esferas sociales. Si se examinael cuadro que indica la cantidad de escuelas fiscalesque han funcionado desde 1903 hasta la fecha, se veque esos nmeros responden, sensiblemente, a unaprogresin geomtrica cuya razn es aproximadamente1.07 No ocurre lo mismo con la inscripcin de alumnos,

    27Ins Dussel, Currculum, Humanismo y Democracia enla Enseanza Media. (1863-1920)FLACSO-Oficina de

    Publicaciones del CBC, Bs. As, EUDEBA, 1997, ytambin nuestro trabajoLas Maestras Norteamericanas enla Escuela Normal de Concepcin del Uruguay, RevistaPOSTULADOS AMERICANOS, Directora Celia GladisLpez, IIIG, Concepcin del Uruguay, 1993, o el ya citadoEDUCACION Y PROYECTO DE.28Nos referimos al reciente trabajo del Lic. EdgardoHosanna, presentado al IV Congreso Nacional de Historiade Entre Ros, Algunos Problemas Centrales en laDinmica Educativa en el Entre Ros de Comienzos delSiglo XX, el autor, desconocedor de la problemtica de lacolonizacin juda en particular, arriesga opiniones nofundamentadas sobre el sistema escolar judo,

    comparndolo con el de los alemanes del Volga, totalmentediferente en objetivos y prctica. Remitimos al lector anuestros trabajos, citados, y para el caso puntual de losalemanes a Olga Weyne, El Ultimo Puerto, Bs. As.Editorial Tesis, 19

    cuyos datos varan con mucha arbitrariedad. De aqudeducimos simplemente que es ms fcil crearescuelas que conseguir llenarlas de alumnos, y queanalfabetismo no se combatir solamente con crearmuchas escuelas sino que hace falta modificar elambiente, creando la necesidad de instruirseempleando para ello estmulos diversos. Nuestrapoblacin rural no siente an la necesidad de educarsey esto es una triste realidad ante la cual no hay queomitir esfuerzos para desvanecerla.

    NUMERO DE ESCUELAS FISCALES E INSCRIPTOS 1903-1919

    A O NUMERO DEESCUELAS

    INSCRIPTOS

    1903 223 24.6651904 233 27.8751904 254 29.5581906 267 31.5571907 267 30.4831908 303 32.7151909 319 32.4851910 323 32.6551911 329 33.850

    1912 340 33.3561913 350 38.8491914 368 37.5551915 375 39.3951916 400 42.0451917 428 44.6481918 446 44.2701919 488 44.206

    NUMERO DE ESCUELAS

    1917 1918 1919

    Provinciales 428 423 468Nacionales (Linez) 68 73 81Normales 6 8 6Municipales 13 11 12Particulares 142 136 136

    ...............................................................................................

    PERSONAL DOCENTE- ARGENTINOS ESCUELAS

    1917 1918 1919Provinciales 92,81 % 98,50 % 94,00 %Nacionales 98,33 % 98,00 % 97,00 %Municipales 92,68 % 86,11 % 90,00 %

    Particulares 56,73 % 58,15 % 61,60 %

    ...............................................................................................

    29Hemeroteca de la Escuela Normal de Concepcin delUruguay, (en adelante HENCU) Seccin PublicacionesEducativas- Entre Ros- BOLETIN DE EDUCACION,Oscar Reula- Director, Paran, Quinta Epoca, N 4, Primery Segundo Trimestre, Junio 30 de 1920. Estas y muchasotras publicaciones forman parte del material relevado,organizado y clasificado en base a un Proyecto de nuestra

    autora, auspiciado por el MCyE, con el apoyo de equiposvoluntarios de alumnos avanzados, desde 1993 a la fecha,en su etapa de informatizacin, que ha facilitado laconsulta de investigadores y alumnos locales y nacionales,p.p.119 a 124..

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    La abundante estadstica aclara varios puntos lgidos de lacuestin, como lo son la numerosa presencia de lasescuelas nacionales en territorio donde no se escatimabanesfuerzos en la creacin de establecimientos, y la escasacantidad de personal docente argentino en las escuelasparticulares, hecho ste que fue una constante a lo largodel tiempo y motivar las expresas instrucciones dadas alVisitador Vilchez sobre el punto en cuestin cuando letoque organizar las escuelas hebreas. Con miras a revertireste aspecto la provincia garantizaba la entrega del ttulo

    de Maestro normal rural a todos aquellos que, una vezcumplimentados los Cursos Intensivos de la EscuelaAlberdi acreditaran una permanencia de tres aos al frentede grado y tuvieran conceptos elogiosos por parte de losInspectores y Visitadores. Las actas de Inspeccin de lasescuelas nacionales son precisas y claras en cuanto acomo se realizaban tales visitas, revelando ademsintenciones no siempre educativas en los informesrespectivos.30En este marco competitivo y teido por la desconfianza, elVisitador Vilchez recibe las instrucciones del C.N.E. que en1919 le ordena: trasladarse a san Luis, debiendo, asu regreso, recibirse de las Escuelas de la Jewish, quehan pasado a depender del Concejo segn lo tieneordenado el mismo. Los maestros que Vd. Vea para

    nuestras escuelas y que se encuentren conformes entrasladarse a Entre ros, debern de inmediato remitirsus solicitudes de puesto..el expediente N5915-A ,relativo a la cesin por parte de la Jewish ColonizationAssociation, a favor del Concejo general de Educacin,por un trmino de cinco aos, de los edificiosescolares y anexos para la vivienda del Maestro ymobiliario escolar.deber proceder Vd. Deinmediato a recibirse de dichos locales, bajoinventario.informar debidamente respecto de lapersona que debe nombrarse encargado escolar de lamisma, para dejarlo Vd. Como encargado interino, alcuidado del edificio y muebles,.Vd. sabe bien queesta Inspeccin considera que, a dichas escuelas, debe

    llevarse elemento normalista y argentino..31

    Era ms que evidente el decidido impulso a la educacinpatritica que quera darse en estos establecimientos, y laenorme responsabilidad que asumiran quienes sepostularan para los puestos y fueran seleccionados. ElVisitador a cargo, conocedor de los funcioarios locales dela J.C.A., organiz con ellos el acto formal de entrega delos locales, pero previo a ello, demostrando su compromisocon la tarea asumida, realiz numerosas y muy detalladasvisitas a cada una de las escuelas, informandopuntualmente a la Inspeccin provincial sobre loencontrado, aportando sugerencias, y enhebrandoamistosas relaciones con los miembros mas conspicuos delas comunidades afectadas por la medida, lo que figura en

    el expediente de fojas 98 a 153. En dichos Informes se30Celia Gladys Lpez, La Revolucin de 1943 en EntreRos- Un claro caso de discriminacin y racismo-Intervencin Zavalla, Revista del DepartamentoInvestigacin de la Escuela Normal Mariano Moreno-Directora Prof. Celia G. Lpez, Primera Epoca, Ao III-N3, Concepcin del Uruguay, diciembre 2000- Abordamosen esta contribucin una serie de sucesos hondamentedolorosos para la civilidad entrerriana, que ningnhistoriador regional ha tratado en profundidad, sobre labase de archivos particulares e institucionalescomunitarios, pues los repositorios oficiales fueron

    expurgados, damos a conocer detalles inditoa de larealidad provincial de aquellos aos31ARRG, Inspeccin de Escuelas Nacionales enProvincias, Fermn Uzn a Rosendo B. Vilchez, Paran, 17de Enero de 1920.

    muestra firmemente convencido de la importancia yproyeccin de su tarea, entendida como una verdaderamisin de argentinidad:Estas escuelas estn llamadasa desempear un papel importantsimo, ubicadascomo estn en centros habitados netamente porextranjeros.La obra que deben realizar es vasta ycompleja, necesitando para llevarla a cabo maestros deun elevado temple moraladems ser preciso prestarespecial atencin a sus mltiples necesidades,rodearlas de cierto prestigio y dotarlas de material

    escolar suficiente y adecuadoAl maestro incumbe lanobilsima tarea de modelar esta materia tosca,convirtindola en joya inestimable para el progresointelectual de la Repblica.. En sus manos est el hacerde ellas, verdaderos centros de cultura, donde palpitael alma nacional, derramando en los eternos corazonesinfantiles, ideas pursimas de cario, amor y respetohacia nuestra nacin, a sus leyes liberales y a susglorias inmarcesibles, despertar sentimientos deveneracin hacia nuestros smbolos sagrados, deculto hacia nuestros prohombres, que se sacrificaronpara legarnos una patria grande, libre y hermosa a lacual llegan extranjeros de todas lasnacionalidades32Estas opiniones de Vilchez, se asemejan en mucho a losconceptos que, en su momento, vertiera el Inspector J-J-Nissen con respecto a las dificultades que el elementohumano presentara al momento de la transformacinproyectada:.las autoridades escolares de la Nacin yde la Provincia deben ir en ayuda de esos propsitospara precipitar una evolucin que los altos intereses dela Repblica reclaman,.hay que incorporar maestrosargentinos, fundando al mismo tiempo escuelasfiscales que puedan servir de modelo a lainiciativa33Por su parte Vilchez, en las preliminares del informe,desgrana conceptos impregnados de velada hostilidadhacia la comunidad juda:#....El judo, fiel a sustradiciones y exagerado hasta el fanatismo, en el

    cumplimiento de sus preceptos y creencias religiosas,no se mezcla con otras razas, .es la raza que menosasimila nuestras costumbres, modalidades ytradiciones34

    Aunque la lectura de sta y otras opiniones puedenparecer discriminatorias, en realidad solo revelan latendencia manifiesta en los funcionarios nacionales deachacar todos los males educativos a los grupos judos,desentendindose manifiestamente de la objetividad conque deba manejarse la situacin. Las crticas enunciadas,encuadraban perfectamente en la conducta seguida por losalemanes del Volga, a quienes, sin embargo, ni la prensa nilos inspectores molestaron. En los hechos,afortunadamente,, Vilchez se mostr comprensivo y

    conciliador, apelando a su larga permanencia en contactodirecto con las comunidades, lo que le haba granjeado elafecto y respeto de todos 35Las Instrucciones, basadas en sus propias experiencias ylos Informes de Inspeccin, fueron redactadas siguiendo unmarcado enfoque didctico que no se aparta un pice de laorientacin recibida pero le confiere un evidente toquede humanidad. Divididas en seis secciones : I-Poblacin

    32ARRG, Nota preliminar a las Instrucciones para asegurarel buen funcionamiento de las escuelas de la Jewish.33Juan J. Nussen, Las Escuelas Extranjeras en Entre Rosy el Director General de la Enseanza Pblica Don Manuel

    P. Antequera. Transcripcin de Informes de losInspectores Provinciales Zapata- Uzn y otros, BuenosAires, 1909, p.16.34ARRG, preliminares del informe citado.35Celia G. Lpez, Historia Integral de..citada.

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    juda- sus caractersticas , usos, costumbres ymodalidades.II-Divisin de las escuelas Judas en Grupos escolares,para facilitar la tarea docente, uniformar y vigorizar laenseanza cvica, nacional y patritica.III-Ideas generales sobre direccin, organizacinenseanza y administracin escolar.IV-Iniciativas- creacin de Bibliotecas, salas delecturas, fundacin de sociedades cooperadoras de laeducacin.

    V- Edificios. Ideas sobre mejoras y conservacin.VI- Visitas de Inspeccin, Ideas sobre su labor. Comodeben desarrollarla los Visitadores de escuelas.36En punto al tem NI, Vilchez se limita a repetir, c on pocasexcepciones, los Informes anteriores, solicitados por lagestin Bavio, con las crticas que entonces se hicieran a laorganizacin comunitaria, la desprolijiidad observada enviviendas y sus entornos, y la ausencia de institucionesrelevantes . Es en este aspecto donde mayormenteobservamos el rgido acatamiento del Visitador a losmoldes impuestos por la Inspeccin tendientes a lograr eldescrdito social de los judos. Para cuando este Informese escribe, la contribucin de los judos a la cultura y laeconoma provincial , por intermedio de clubes, bibliotecas,salones culturales, grupos de teatro independiente, coros yorquestas, era conocido y reconocido dentro y fuera delEntre Ros. Y por lo que atae a la economa, 1920 es,

    justamente, el ao de mayor florecimiento de las entidadescooperativas agrarias, fundadas a partir de 1900, lo que lasconvierte en pioneras en el pas y objeto de estudio,ejemplo y prestigio que les vale ser reconocidasinternacionalmente en el PRIMER CONGRESOARGENTINO DE LA COOPERACION- 1919 por su eficaz yconstante labor en pro del mejoramiento del agro y de lasituacin social de los agrarios.37 El porqu de estaequivocada interpretacin debemos buscarla, una vez ms,en el desencuentro existente entre los jurisdiccionesrespectivas, que actuaban sin un mnimum de consenso,cada una creyendo estar mejor orientada que la otra. En lo

    institucional propiamente dicho, entendemos que tambinpesaron razones de orden ideolgico, que movieron a losfuncionarios a no destacar en absoluto, al revs de lagestin provincial, los logros de las cooperativas, en sugran mayora dirigidas por socialistas.. En la parte final deeste tem vuelve a insistir sobre el punto principal :Laescuela debe encargarse de forjar en el yunque deltrabajo diario, las nuevas generaciones que nos leganlos judos, hasta convertirlos en ciudadanos argentinosy obreros hbiles al progreso moral y material denuestro pas. El judo es muy amante de la educacin ysus hijos son puntuales y aplicados en la escuela,cualidades stas que conviene aprovechar a fin deargentinizar a los judos inculcndoles sentimientos de

    36Ibdem.37Para este tema, sumamente esclarecedor de los interesesen pugna, ver, entre otros, El Rol de las Instituciones en elDesarrollo Econmico Entrerriano, XVII Jornadas deHistoria Econmica, UNT, Sept.2000, o Ciclo Productivoy Marco Institucional- Bancos Agrcolas y CooperativasAgrarias Entrerrianas entre 1920 y 1940, IV CongresoNacional de Historia de Entre Ros, Concepcin delUruguay, sept. 2001 ambos en INTERNBT, por solo citaralgunos relativos al cooperativismo entrerriano, queestamos estudiando dentro de una investigacin mayor,

    relativa a la Historia Econmica de Entre Ros, abordadaen el punto en que la dejara nuestro recordado Prof. OscarUrquiza Almandoz Todos los trabajos ya citados sobreinmigracin juda y alemana contienen abundanteinformacin que documenta nuestras aseveraciones.

    amor y respeto hacia nuestro pas, sus prohombres ,glorias y tradiciones38En el segundo tem, encontramos al docente prctico ycreativo en toda su capacidad. Despus de aludirbrevemente a sus dos exhaustivas giras de Inspeccinconcretadas en 1917 y 1920, los informes en que se basa yla conveniencia de la medida tomada que los ha hechomeditar, largamente, comienza a desarrollar su estrategiaorganizativa aconsejando que: ..Para facilitar la tareadocente, uniformar y organizar la enseanza patritica,

    empezando por dividir las 40 escuelas en siete grupos,(agregamos las escuelas 11-36-37 y 52) ya quefuncionaban en zona juda y una a crearse enBasavilbaso, en la forma siguiente:Primer Grupo: Basavilbaso: escuelas 52-92-91-93-94-95-96- Este grupo tendr como centro la EscuelaNacional N38 a crearse que empezar a funcionar e lcorriente aoSegundo Grupo: Leven- escuelas 97-102-111-112 y 117,teniendo como centro la escuela 112, por ser la msimportante y mejor ubicada a los fines propuestos.Tercer grupo: Estacin Clara: Escuelas 36-37-99-100-108-109-120- y 124.Tendr como centro la EscuelaNacional 37, por ser la ms importante y la mejorubicada.

    Cuarto grupo: San Salvador: 11-101-106-113 y 122.tendr como centro la Escuela N11-Quinto grupo: Carmel: Escuelas 98-103-104-107- y 114.teniendo como centro la Escuela 103 por ser la msgrande y mejor situada.Sexto grupo: San Antonio: Escuelas 195-110-118 1 119,teniendo como centro la Escuela 118 por ser la msimportante y mejor.Septimo grupo: Santa Isabel: Escuelas 115-116-121 y123, teniendo como centro la escuela 121 por ser lams importante y mejor situada.A estos siete grupos concurrirn 3.500 a 4.000 niosjudos, a los cuales debemos dar una enseanzanacional, patritica, experimental, concreta y de

    utilidad inmediata. vigorizando la enseanza de losramos instrumentales, e infiltrando sanos principios demoral, orden y aseoEsta divisin de las escuelas, que estarn a cargo de80 o 90 maestros, permitir al personal reunirse por lomenos una vez por mes, a fin de cambiar ideas sobre eldesempeo de las tareas docentes, uniformar yvigorizar la enseanza patritica, cambiar ideas sobredireccin, organizacin, disciplina, rgimen interno,sobre interpretacin y aplicacin de los programasvigentes, as como39Todos los Informes anteriores haban hecho, como Vilchez,hincapi en el aspecto disciplinario, al que considerabandifcil de implementar por parte de los maestros normales,

    dadas las enormes diferencias de costumbres, religin,mentalidad, por lo que se les recomendaba especialmentetratar de comprender y contemporizar, en principio, conciertos y arraigados hbitos como el de no quitarse elsombrero en clase, entrar y salir continuamente del aulacuando as lodeseaban, no concurrir a clase el da sbado,hablar el disch entre ellos, observar rgidamente lascelebraciones rituales. Por estas y otras causas similaresmuchos maestros de las escuelas hebreas recibieronobservaciones de los Inspectores, y los Administradores delas Colonias reclamos por las mismas causas, lo quemotiv una catarata de notas y aclaraciones que integrauna interesante masa documental plena de evidencias

    38ARRG, Sugerencias al Item N I del Informe.39Ibdem, reflexiones y orientacin al punto dos delInforme.

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    EJEMPLAR PERTENECIENTE AL MAESTRO VILCHEZ CON SU FIRMA AUTGRAFA.

    PERGAMINO RECORDATORIO RECIBIDO AL MOMENTO DE SU JUBILACIN.

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    cotidianas.40Vilchez tambin indica, en sus Instrucciones,como debern celebrarse de all en adelante, las fiestaspatrias: podrn reunirse las Escuelas en la escuelaCentral, imprimiendo al acto un sello de verdaderatrascendencia41La magnitud y significado de las fiestas patrias arrancapolticamente en 1887, cuando:los esfuerzos pararevitalizar las fiestas desembocaron en la organizacinde grandes celebraciones conmemorativas, laconstruccin de un conjunto de referentes materiales,

    como monumentos y museos, y la elaboracin de lalegitimacin de la identidad nacional basada en laapelacin al pasado patrio. Las escuelas fueron, en unprimer momento, un instrumento de la reactivacin delas fiestas pblicas oficiales, para convertirse luego, atravs de la ritualizacin de las celebraciones escolaresy de la enseanza de la historia, en uno de losprincipales mbitos de la conservacin selectiva de latradicin patria42La rica experiencia acumulada por Vilchez en su escuelade Villa mantero actu en esta oportunidad como elementocatalizador de las Instrucciones. En efecto, ensay enaquella humilde escuelita a la que con trabajo solidario ycapacidad puesta al servicio de su ideal alcanzara grandeslogros, todos los actos, labores y fundaciones propias de suquehacer docente comunitario: celebraciones patriasplenas de emotividad, con la participacin de todo elvecindario, sin distinciones, desfiles escolares con la bandaescolar y el batalloncito patrio, que, segn lo remarcaba eltexto dispositivo de las instruccionescomplementarias:#......No se trataba de una instruccinmilitar para los nios, de una situacin blica, sino dela educacin moral nacional que posibilitaba el espiritupatrio ..fortificar en los nios su cuerpo y su espritu,despertando en la juventud el sentimiento de lanacionalidad y la conciencia dr un deber que la patriaimpone a todos sus hijos..43Bajo estos claros conceptos del deber y el patriotismo esque Vilchez prosigue desgranando concejos en sus

    Instrucciones, dictadas con el apoyo de suexperiencia:#...la Direccin de estas escuelas debeconfiarse a maestros varones, argentinos,experimentados y prcticos, que tengan un claroconcepto de su deber, de carcter bondadoso yconciliador, que sean entusiastas y laboriosos, y quesepan imprimir a la enseanza un verdadero carcternacional44Vuelve a discurrir sobre la escasa disposicin del judo paraasimilarse a nuestras costumbres, concepto con el quediscrepamos por las razones ya apuntadas:.cuyamisin, (la de las escuelas) era muy distinta de las

    40Archivos de las escuelas nacionales transferidas a la J. C.A. Grupo Leven, (particular de la autora) y ARRG.

    41ARRG, Instrucciones.42Lilia Ana Bertoni, Construir la Nacionalidad- Hroes-Estatuas y Fiestas patrias- 1887-1891, Boletn del Institutode Historia Americana y Argentina E. Ravignani-terceraserie, N 5- primer Semestre de 1992, p.78. Gentileza de laautora. Interesantes apreciaciones hacen Luis A. Romero,Luciano de Privitello e Hilda Sbato en su extenso Informelas actitudes argentino-chilenas en la educacin, versincompleta obtenida por gentileza del Prof. Romero, acerca

    de la importancia vital que cobran las muestrasmuseolgicas, ver El Monitor de la Educacin Comn,aos varios coincidentes a la cronologa tratada.43Ibdem, p.89.44ARRG, Instrucciones para

    nuestras, donde se daba preferencia a la enseanzareligiosa, a la historia y al idioma del pueblo hebreo..Sus preocupaciones apuntan a mejorar los emplazamientosedilicios, creando viveros en las Escuelas Centrales paraparquizar a todas las restantes, a fomentar por todos losmedios al alcance la educacin social, que permitiera eldesarrollo intelectual, moral y material de cada localidad,tema ste en que, en su largo accionar de sensatonormalista, poda dictar ctedra:la escuela debe ser elprincipal centro de cultura y progreso de la localidad, la

    accin del maestro no debe circunscribirse tan solo ala escuela, sino que debe extenderse al vecindario,buscando la reeducacin de ste por medio de laeducacin social45En todos y cada uno de los tems tratados, siempre enfatizla necesidad de obrar con sentido humanitario y sabiaprudencia, respetando, en la medida de lo posible- laspautas eran muy rgidas- la idiosincrasia de los grupos aeducar y el sentimiento tradicional de las familias. Lapuesta en prctica de sus Instrucciones, lenta y compleja,forma parte de otro trabajo, y su influencia llega mucho msall de lo que el mismo autor pudo pensar, trascendiendosu propia existencia. En efecto, fallecido en la dcada del40, no alcanz a vislumbrar los profundos cambios que lamisma introducira en la vida de estas comunidades ruralesa las que tanto am y por cuyo progreso, desde la escuela,tanto se preocupara. Los maestros que l nombrara,ninguno hijo de extranjeros, a pesar de que ya los habadiplomados, cumplieron fielmente con el programa tancuidadosamente elaborado, demostrando en los hechosque: El estado educacional de un puebloes un ndice infalible para apreciar la capacidad de steen todas las esferas sociales, (econmica, poltica,artstica, etc), . la escuela primaria es la base del granedificio cultural que construye la nueva raza deAmrica, despojada de atavismos y tradicionesretardatarias. Tras las primeras letras va el peridico yel libro con ellos, la autoeducacin completa el caudalde cultura que cada individuo debe dar a su espritu

    para diferenciarlo, independizarlo y progresar---46

    45Ibdem.46Boletn de Educacin, citado, p. 119.

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    LA TRIANGULACIN EN TERRENOY SU APLICACIN A UN CASO DE

    INVESTIGACIN*

    Por: Liliana VanellaCIFFyH - UNC

    1.l disponerme escribir este reporte, mepreguntaba cmo hacer para dar cuenta de lasreflexiones que me haban suscitado algunascuestiones terico-metodolgicas vinculadas a la

    triangulacin en terreno.1Opt por responder a esta pregunta tratando demantenerme lo ms cerca posible de mis pensamientos, apesar de correr el riesgo de perder la coherencia o laformalidad de una presentacin escrita.Voy a elegir por tanto tratar de hacer explcito primero, lasideas en las que he estado trabajando, para luegopresentar un proyecto de investigacin, ya que en laeleccin del tema, en el modo en que est planteado elproblema y su abordaje metodolgico, se pretende reflejarlas reflexiones aludidas.

    2.Rescato como fundamental el punto de partida deCombessie en su libro La mthode en sociologie,2cuandoretoma y desarrolla la idea de Durkheim de tratar a loshechos sociales como sifueran cosas, lo que no es iguala decir tratar a los hechos sociales como cosas que escomo usualmente se lo lee.As lo defina el autor textualmente: Nosotros no decimos,en efecto, que los hechos sociales son cosas materiales,sino cosas con el mismo derecho que las cosas materiales,aunque de otra manera. 3La diferencia es sutil pero fundamental, ya que Durkheimse ocupa de recuperar el carcter inmaterial de los hechos

    sociales al reconocerlos como representaciones. Es decircomo si fueran inexistentes, o para ser ms precisos,impalpables, invisibles a nuestros cinco sentidos.La advertencia durkheimniana nos recuerda, no slo lanecesidad de considerar a los hechos sociales comoobjetivaciones externas a los sujetos, sino al mismo tiemporeconocer su carcter simblico como produccin humana,como produccin cultural.A la hora de abordar la triangulacin en terreno en lainvestigacin emprica en ciencias sociales, estaadvertencia nos recuerda la necesidad de articular sta conotra, de orden ms abstracto como es laobjetivacin comovigilancia epistemolgica.Si nuestro objeto de estudio es el mundo social concebidoen su doble dimensin: como produccin objetiva y como

    produccin simblica, la triangulacin en terreno no sereduce simplemente a la triangulacin de fuentes o a la

    *VII Jornadas Interescuelas y de Departamentos deHistoria, Neuquen, UNCOMA, 1999.1En diciembre del 98, el Dr. Combessie, profesor invitadode la Universidad de Paris VIII, dict un Curso dePostgrado vinculado a esta temtica, en el marco delPrograma de Antropologa Social del Centro deInvestigaciones de la Facultad de Filosofa y Humanidadesde la UNC.2Jean Claude Combessie.La mthode en sociologie.

    (1996). La Dcouverte. Paris.3Emile Durkheim. Las reglas del mtodo sociolgico.(1987). La Red de Jons. Premia. Puebla. Mxico.(Pg. 11)

    triangulacin de mtodos. Se trata en cambio, deconstruir el objeto de estudio de forma tal que permitareconstruir el fenmeno social pudiendo dar cuenta delmismo desde s; explicarlo ms all su apariencia o decmo se manifiesta, para los actores sociales y para elpropio investigador.A estas cuestiones aluden Bachelard,3 Durkheim4 oBourdieu y Passeron5, entre otros, cuando reflexionanacerca de la objetivacin como doble rupturaepistemolgica, concebida en trminos de proceso de

    construccin de conocimiento, de construccin de cienciasocial; reconstruir el objeto de estudio como produccinobjetiva primero, (en oposicin a una idea al decir deDurkheim), para luego analizar los significados que losagentes le otorgan a partir de las distintas visiones eintereses que cada uno defiende.En el proceso de investigacin y teniendo en claro estesealamiento -mantener como meta la objetivacin para,efectivamente producir un aporte de conocimiento- cobraun sentido diferente la triangulacin como mtodo. Ahoras, la triangulacin a distintos planos y a diferentes niveles.No restringida solamente a la toma del dato, ni tampocodefinida de antemano y de una vez y para siempre, sino enfuncin de la objetivacin en su doble dimensin. Esto es,saber buscar la informacin necesaria para poder construirel dato que nuestro objeto de estudioest demandando. Node manera arbitraria hecho a la medida del investigador, osegn los cnones que fijan las reglas cientficas en elsentido clsico.En la ciencia social, a partir del planteamiento del

    problema, hay que tratar de ser perspicaz en la capacidadde detectar a qu alude el problema, a qu sector de larealidad compete, qu tramas de relacin involucra, yentonces, imaginarse a qu tipo de fuentes recurrir y atravs de qu mtodos e instrumentos recoger lainformacin que sirva para reconstruir nuestro objeto deestudio.Este proceso -el advertirlo primero y lograr ponerlo enprctica despus- ofrece la posibilidad de dar cuenta

    efectiva de la construccin terica y emprica del objeto deestudio como objeto objetivado, liberndose de la sujecindel investigador, como lo sealan tambin los autores antesmencionados.Si bien este debate no es reciente, al formar parte delmundo que pretendemos explicar y comprender, resultadifcil incorporar esta perspectiva de anlisis como algoconstitutivo y sistemtico a nuestra tarea de produccin deconocimientos.Un modo de mantenerse alerta a las trampas que nosotrosmismos construimos y que nos pone la realidad, espromoviendo la discusin y la reflexin. Estos espacios deintercambio sirven para comenzar a poder ponerlepalabras, designarlos, y al mismo tiempo avanzar en

    generar las herramientas adecuadas para la construccinde nuestros datos. Forman parte de las tareasinvolucradas en lo que Bourdieu denomina como objetivarel proceso de objetivacin.Mantener el rigor y la vigilancia, posibilita incorporar unaperspectiva de anlisis en trminos de enfoque terico queluego claramente va orientando el trabajo de investigacin,en la medida que si se lo incorpora desde el punto de

    3Gastn Bachelard. La formacin del espritucientfico. Contribucin a un psicoanlisis delconocimiento objetivo.(1987). Siglo XXI. Mxico.4

    Emile Durkheim. Las reglas del mtodo sociolgico.(1987). La Red de Jons. Premia. Puebla. Mxico.5Pierre Bourdieu y J.C.Passeron. El oficio delsocilogo. (1986). Siglo XXI. Mxico.

    A

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    partida, es ms factible a posteriori hallar o construir lasderivaciones metodolgicas que el enfoque contiene.Ciertos abordajes en sociologa y ciencias de la educacin,se nutren de los aportes de las humanidades, al recuperarsus perspectivas y herramientas de anlisis. La historiacomo disciplina, y con relacin al tema que nos convoca: latriangulacin en terreno, es particularmente frtil alrespecto. Al dar cuenta de fenmenos y procesos de losgrupos humanos (en su relacin con la naturaleza y losotros hombres) en el tiempo y en el espacio, la

    investigacin histrica en la construccin de su objeto deestudio, incorpora como lente una doble dimensin:diacrnica y sincrnica, dimensiones que a su vez semultiplican en una variedad de subdimensiones, niveles yestratos. Las derivaciones metodolgicas que casinaturalmente se desprenden de la visin histrica, seponen de manifiesto en la diversificacin de fuentes, demtodos y de tcnicas, tanto de recoleccin de lainformacin como de anlisis de los datos que utiliza.La incorporacin del enfoque socio-histrico en lainvestigacin educativa, en muchas circunstancias,contribuye a evitar un tratamiento fragmentado de larealidad que interesa en conocer y a no cristalizar elfenmeno o proceso objeto de estudio. Invita tambin aindagar acerca del ambiente que hace posible el fenmenoy nos convoca a interrogarnos acerca de las huellas quele dieron origen, sobre sus marcas de nacimiento, sugnesis y su evolucin en el tiempo; o lo que es lo mismo,a noperder de vista de su dimensin espacio temporal,entanto fenmeno cultural.

    3.En parte estas reflexiones, algunas ms explcitas en sumomento que otras, me sirvieron como alerta a la hora deelaborar mi proyecto de tesis de doctorado. En el planteodel problema, intento dar cuenta de ello.

    Eleg estudiar El exilio europeo en la Universidad Nacionalde Tucumn en las dcadas de 1930 y 1940, con el

    propsito de narrar una historia que an no ha sidocontada. La historia de un grupo de personas, de unainstitucin y de una ciudad en un momento singular, con elobjeto de reconstruir y de este modo, recuperar un proyectogeneracional, un proyecto poltico y un proyectoinstitucional.Ante los actuales discursos de la globalizacin como unfenmeno nuevo, se pretende tambin demostrar, como sedesarroll entre 1930 y 1950, una regin tan distante delpuerto y del mar como Tucumn y cmo construy unacultura fuertemente vinculada con Europa y el mundo queinfluy en esa sociedad, en el resto del pas y en la regin.

    4.

    En las dcadas de los 30s y los 40s, la UniversidadNacional de Tucumn nuclea una comunidad deintelectuales, muchos de ellos exiliados europeos quedejaron huella a travs de sus discpulos, no slo en esacasa de Altos Estudios sino tambin en las universidadeshermanas nacionales y de la regin.El perodo de entreguerras en Europa, constituy unapoca de intensas movilizaciones y convulsiones polticas.El desarrollo del fascismo en Italia con Mussolini (1922-1943), del nazismo de Hitler en Alemania (1933-1943) y ladictadura franquista en Espaa, tras la derrota republicanaen la Guerra Civil, conformaron poderosos regmenestotalitarios, caracterizados internamente por la restriccin alas libertades individuales, y los primeros, como estadosque avanzaron sobre las naciones vecinas con sus

    proyectos expansionistas. Esta embestida encontr unfreno en 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial.Por alguna razn en esa poca, muchos intelectualeseuropeos, perseguidos polticos o que venan huyendo delflagelo de la guerra, se exilian en Amrica. Algunos,

    encuentran en Tucumn un lugar que los recibe y lesofrece un espacio para la docencia y para la produccin ycreacin de conocimientos en el campo de las ciencias, lashumanidades y las artes. Este grupo tuvo una improntalocal y regional, no slo por lo que ellos mismos significaronsino tambin por las ideas y estilos de vida que importarondesde Europa, en tanto centro mundial de produccin dela cultura. Mondolfo, Garca Morente, Luzuriaga,Labrousse, Balmori, Anderson Imbert, Turn, Tedeschi, loshermanos Terracini, son algunos de quienes en parte

    hicieron esta historia.Estos maestros venan con una concepcin del trabajointelectual diferente, nuevo para nosotros. Y encontraronuna Universidad que les permiti concretar un proyecto. Lamultiplicacin de carreras, la creacin de facultades,escuelas e institutos de investigacin en una variedad dedisciplinas, la proliferacin de traducciones y el aliento a laproduccin editorial, el surgimiento de innumerables forosde produccin y de extensin de la cultura, la apertura de laUniversidad al mundo a travs del intercambio deprofesores y artistas como Rubinstein, el Teatro deShakespeare de Londres, la Comedie Franaise, son unamuestra elocuente de una poca dorada de la Universidad.En aquellos aos, la Universidad Nacional de Tucumn, seconstituye en un polo de atraccin intelectual para el pas ypara la regin.Quines fueron aquellos hombres y mujeres quellegaban y cundo comenzaron a arribar? y hasta cundose quedaron? De dnde venan y qu ideas traan? Dela vida, del mundo y del trabajo intelectual? Porqu sefueron a Tucumn?En principio podramos decir que esto no fue casual.Tampoco concertado. Se puede mejor hablar de unaconvergencia de concepciones y circunstancias en esetiempo y lugar singular. En esa Universidad hubo tambinun grupo de personas que tuvo cierta visin como paraalentar esta convocatoria.Quines fueron estas personas que hicieron inicialmentede enlace? Porqu impulsaron este movimiento

    migratorio? Qu relaciones tenan con Europa? Quposiciones ocupaban en la Universidad y qu defendan?Con qu apoyos contaban del medio local y nacional?Qu sectores de la sociedad representaban y cules eransus afinidades polticas?Habra algunos indicios rastreando en la historia de lainstitucin. La Universidad Nacional de Tucumn encuentrasus orgenes a principios del siglo veinte. Nace buscandodiferenciarse de la Universidad Nacional de Buenos Aires yde la Universidad Nacional de Crdoba y de sus tradicionesclericales exclusivamente doctrales y de enseanzasabstractas.6 Su referencia es la Universidad Nacional de laPlata. Juan Tern, su artfice y primer Rector, se imaginauna universidad enclavada en la regin y para el desarrollo

    de la regin. De ah su preocupacin por la creacin decarreras vinculadas con la produccin, las ingenieras, elagro y tambin con la enseaza. La Universidad naceacompaando la expansin provincial y regional de lapoca.Desde fines del siglo XIX, el auge azucarero haca deTucumn una provincia rica y floreciente. Haba unaaristocracia poderosa en lo econmico y tambin eleganteacostumbrada a las reuniones sociales, vinculadadirectamente con el mundo econmico y cultural europeo.Qu relacin mantenan con estos sectores, los gruposfundadores de la Universidad y quienes ms tarde lessucedieron en la gestin? Qu influencias tuvieron estosaires de cultura europea en la cosmovisin de lasociedad de esos aos y de las dcadas posteriores?

    6Tern, Juan B. La Nueva Universidad. Tucumn,s.f.e.

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    Al parecer, a medida que este exilio va llegando y esrecibido por estos grupos locales, comienza a producirsecasi naturalmente, un encuentro e intercambio de ideas yde proyectos que generan -como hacamos mencin- unvasto movimiento de produccin cultural e intelectual en laciudad y en la institucin.Pero, adems de lo que objetivamente signific para laUniversidad, este movimiento gener un polo de atraccinde jvenes tucumanos, de otras provincias y del resto deAmrica, entre ellos, Silvio y Risieri Frondizi, Eugenio

    Pucciarelli, Juan Adolfo Vzquez, y Lino Spilimbergo.Estos jvenes se formaron alrededor de este proyecto. Yasea como parte de esa generacin o como discpulos,heredaron una concepcin de vida, del trabajo intelectual yde su disciplina o campo profesional. Durante su trnsitopor la Universidad Nacional de Tucumn, fueronincorporando ese estilo de vida.Este movimiento fue breve. Dur apenas un poco ms deuna dcada y tal vez sera ms acertado hablar de unacoyuntura o circunstancia. A fines de los aos 40, seproduce un quiebre con el gobierno nacional, el segundogobierno de Pern. La Universidad Nacional de Tucumncomienza a perder los apoyos externos y atraviesa unapoca dura de persecuciones polticas que coincide con larepresin a las Universidades Nacionales durante elperodo peronista en el resto del pas. Docentes yestudiantes, son expulsados de la Universidad y se van aotras universidades nacionales o del exterior.En 1945 cuando termina la Segunda Guerra Mundial,muchos exiliados comienzan a regresar a sus pases deorigen y otros igualmente los seguiran. Tambin hubolocales que imitaron a sus maestros en el camino del exilio.Si bien la censura y la represin del gobierno peronistasignific un duro golpe para las Universidades Nacionales,aquella generacin formada en Tucumn, pudo difundir esaexperiencia por resto de las Universidades donde les tocactuar. No ya como un proyecto colectivo o institucional,pero s de manera personal al transmitir sus conocimientose ideas y mostrar un estilo de vida y profesional marcado

    por aquellos maestros.Magal Andrs, Mara Saleme, Mara Elena Dappe, CelmaAqero, Pila Vela, Csar y Vctor Pelli, entre otros, sonalgunos de aquellos discpulos.Adnde se fueron y qu imagen les queda de aquellosaos? Qu relaciones mantuvieron sus maestros? Quheredan, de esa poca y de ellos? Cmo capitalizan esaexperiencia? y qu enseanzas dejan?Estas son a grandes rasgos algunas de las cuestiones dela historia que me propongo relatar.

    5.Cules son las derivaciones metodolgicas quecomienzan a configurarse para abordar este problema de

    investigacin?La lectura de Alessandro portelli nos ofrece algunasorientaciones:

    Contar una historia es levantarse en armas contra laamenaza del tiempo, resistirse al tiempo odominarlo.7

    El tiempo es un continuo, nos dice Portelli. Si contar unahistoria es arrancarleun acontecimiento al tiempo, significaromper el continuo y volver al tiempo discreto. Esta rupturase produce a dos niveles: en la sucesin lineal y en lasimultaneidad vertical.En un mismo perodo -un da, un ao, una dcada- todo seproduce al mismo tiempo. Sin embargo, en el trabajo deinvestigacin -y de hecho cuando las personas relatan su

    7Portelli, Alessandro. El tiempo de mi vida: lasfunciones del tiempo en la historia oral. En Historiaoral. Aceves Lozano, J. Comp. Instituto Mora-UAM.Mexico. 1993.

    historia, lo hacen- es posible agrupar lgicamente losacontecimientos. Los grupos de acontecimientos similaresse corresponden con otros afines en el plano diacrnico,para formar lneas de continuidad que corren paralelas.Pero al mismo tiempo, grupos de acontecimientosdiferentes ocurren en simultneo; no se puede perder devista que esta lneas -los distintos niveles- nunca estnseparados, sino que se cruzan, se mezclan y se influyenmutuamente.8Si retomamos el planteamiento del problema vemos, por

    ejemplo que:En 1938 en Europa, transcurre la Guerra Civil Espaola yMussolini mantena el poder en Italia. En simultneo secrea en la Universidad Nacional de Tucumn la Facultad deFilosofa y Letras. Rodolfo Mondolfo y Manuel GarcaMorente, exiliados de Italia y Espaa respectivamente,desde 1937 vivan en Tucumn.Tomar esta idea como punto de partida, ilumina el modo deabordar la construccin terica y emprica de nuestroobjeto de estudio. Desde el punto de vista analtico, esposible distinguir dos grandes etapas en el proceso deinvestigacin: la reconstruccin histrica y la narracin. Enla primera se identifican al menos, los siguientes niveles:Las historias de las personas; de los grupos; la historia dela institucin; y la historia local y regional, cada uno de loscuales se abre a su vez, en diversos estratos.Por ltimo y manteniendo esta secuencia lgica, dichosniveles se pueden traducir en las dimensiones de anlisisde nuestro objeto de estudio.La construccin de cada dimensin, en la prcticaimplicara dos tipos de actividades fundamentales: trabajode escritorio y trabajo de campo. Estas actividades a vecesse alternan y otras se superponen en el tiempo.A grandes rasgos, en la reconstruccin histrica se puedenidentificar los siguientes ncleos de tareas que segn laetapa (o sub-etapa) del proyecto, el nfasis en sutratamiento ser ms de carcter analtico-descriptivo o deinterpretacin y sntesis:

    1. Revisin y anlisis de material terico y documental apartir del tratamiento de fuentes escritas.

    2. Trabajo de campo a travs de la realizacin deentrevistas.

    3. Anlisis e interpretacin de la informacin;triangulacin terica y emprica; de fuentes orales ydocumentales.

    8Idem.

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    sobre la tierra, estableciendo su compraventa como unamercadera ms, y de la misma forma todo lo que limitabael libre mercado de trabajo y el de los productos. Lasmejoras tcnicas y el crecimiento agrcola seraconsecuencia del inters maximizador de los diferentesagentes econmicos en la medida que pudiera actuarlibremente la racionalidad en la distribucin de recursos delmercado autorregulado.Las formas que adopt este proceso en los diversos pasesde Europa dependi de la correlacin de las fuerzas que se

    estableci entre los grupos sociales en pugna: La noblezaterrateniente, la burguesa agraria y el campesinado.En Inglaterra la nobleza terrateniente y los propietarios o

    arrendatarios burgueses impulsaron el cercamiento de loscampos y la eliminacin de los derechos comunalescampesinos. La oposicin de stos, que se resistan aldespojo o a la concentracin de sus parcelas y quenecesitaban de los derechos comunales como suplementopara su subsistencia, hizo necesario, adems de laviolencia, recurrir al Estado para establecer los derechos depropiedad plena. El proceso no fue lineal: la libertad detrabajo de los campesinos y su libre movilidad tambindebi ser establecida por el Estado, por la oposicin de unsector de la nobleza terrateniente que se resista arenunciar a sus derechos sobre el trabajo campesino,especialmente en la poca del alza de los precios agrcolasque se extiende hasta el ltimo cuarto del Siglo XIX. EnInglaterra predomin la triade basada en grandespropietarios rentistas, arrendatarios capitalistas y

    jornaleros. El desposeimiento de los campesinos de susmedios de produccin, su proletarizacin, se dio endesarrollo simultneo con el proceso de industrializacin.El Francia en cambio la participacin de los campesinos enel proceso revolucionario determin una estructura agrariadonde la pequea propiedad fue muy importante.En Espaa, a pesar de las diferencias regionales, se puedesostener como Josep Fontana (1973, p.161) que, laliquidacin del Antiguo Rgimen se efectu mediante unaalianza entre la burguesa liberal y la aristocracia

    latifundista, con la propia monarqua como rbitro, sin quehubiese un proceso paralelo de revolucin campesina.Algunas referencias al tardo proceso espaol permitir unamejor compresin de las relaciones que se intentanestablecer.El objetivo de la legislacin liberal era implantar un tipo depropiedad de los factores productivos en que la titularidadde los mismos fuera individual y no colectiva y su uso ydisponibilidad fuera absoluta. El rgimen de la propiedad dela tierra tradicional presentaba caractersticas opuestas alconcepto burgus de propiedad. Una de ellas era lapersistencia del rgimen seorial, bajo el cual viva la mitadde la poblacin espaola al comenzar la RevolucinLiberal. El uso de la tierra estaba sujeto a reglamentaciones

    que contemplaban el inters colectivo de las aldeas.Otro aspecto fundamental era la amortizacin, tierras demanos muertas, que salvo excepciones no poda servendida. Eran las propiedades eclesisticas, las de losmunicipios y las de los mayorazgos (tierras de la noblezaque no podan ser divididas). Alrededor de la mitad delterritorio espaol estaba comprendido por tierrasinmovilizadas por la amortizacin.El mayorazgo y el rgimen seorial fue abolido en eltranscurso de la revolucin liberal espaola. Los derechos

    jurisdiccionales de los seores fueron abolidos conindemnizacin. En cuanto a los derechos sobre la tierra, lalegislacin proveniente de la alianza de la burguesa con lanobleza territorial, y los tribunales que la aplicaron, tendi a

    convertir los dudosos derechos de los seores enpropiedad plena sobre la tierra que posean y sobrealgunas ms, con lo cual la abolicin de los seorosacentu la concentracin de la propiedad preexistente.

    La resolucin de las Cortes de Cdiz que permita elcercamiento de todas las propiedades, iba en contra de losintereses campesinos. Segn las costumbres no slo sepastoreaba en las tierras comunales sino en las tierrasdestinadas anualmente al barbecho. Aunque algunasservidumbres de tierras se mantuvieron, el propietariopoda prohibir la entrada o cercar sus propiedades.El proceso de ventas de las tierras amortizadas comenzantes de la revolucin liberal espaola y continu a lo largodel Siglo XIX. El objetivo era por un lado hacendstico (las

    tierras amortizadas no pagaban impuestos) y por otropoltico: extender la clase de propietarios burgueses queeran la base de apoyo del rgimen liberal. En general seestableca una legislacin especial para el caso de loscensos. El Estado, propietario titular a partir de ladesamortizacin de la tierra y beneficiario del canon, antesde poner la tierra en venta daba la oportunidad alcensatario de redimir el censo y obtener la propiedad plenade la tierra que explotaba.Los objetivos de la desamortizacin se cumplieron en formamayoritaria. Se calcula que la mitad de las tierrasamortizadas pasaron a ser plena propiedad burguesa(Garca Sanz y Garrabou, 1985). Los compradores fueroncampesinos propietarios, nobles terratenientes, empresasespeculadoras y burgueses de la ciudad, quedandoconstituida una burguesa terratenien