Calaveras Made in Mexico
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CALAVERAS MADE IN MEXICO
La muerte se ha vivido de diferentes formas y una de estas es el arte, que la
ha tomado como un concepto plástico o como un pretexto para renacer en el
quehacer de esta misma, ya que es parte fundamental de la cultura mexicana,
con antecedentes tanto prehispánicos como occidentales que tiene como uno
de sus objetivos el materializar el tiempo, darle forma plástica, cifrada y
sepultarla como algo que vivió y murió, es uno de los criterios más originales y
emotivos de nuestra cultura.
La presencia de la muerte en nuestra cultura es importante y su máxima
expresión es la monumental escultura llamada Coatlicue, la diosa dual, en la
que se reúnen la vida y la muerte, lo que nos lleva a entender que en nuestra
cultura hay que vivir para morir y morir para vivir. El carácter mestizo de la
fiesta o celebración popular de los muertos que reúne ambas culturas, la
cristiana y la pagana. A tal grado que el maestro José Guadalupe Posada
reanimó con incomparable
buen humor el culto a la
muerte, dándole vida a la que
hoy conocemos como “La
Catrina”, para quitarle a la
Coatlicue el lugar que tenía en
el pueblo mexicano y así
convertirse en el icono más importante de las celebraciones de los difuntos.
De tal manera que es importante hacer una reflexión en torno a la evolución de
la Catrina Garbancera de Posada. La cual se identifica hoy a poco más de 100
años de su creación como la
imagen mexicana por excelencia
sobre la muerte. Es un sardónico
legado cultural. Esta referencia,
esta asociada totalmente hoy en
día con la celebración de día de
muertos, desbordando así su
ámbito espacio-temporal que en los últimos años se ha convertido en un
símbolo polisémico a la ves identitario (en la identidad nacional), tradicionalista
y tanatológico. Ya que en estos tiempos de no es raro encontrar esta imagen
utilizada a nivel nacional e internacional para negocios, asociaciones culturales,
artísticas, etc. Así como para su personificación temporal por medio de
disfraces y una permanente presencia a través de los tatuajes,
reconceptualizaciones y reinterpretaciones, sin mencionar el aspecto mercantil
con los diferentes productos comercializados de la imagen garbancera (papel,
barro, etc.).
Sin duda es un elemento simbólico cultural que suscita
interrogaciones sobre su polisemia. Entre ellas si la
huesuda catrina es una imagen primordialmente
urbana, se cuestiona como, y si se introduce e instala
en practicas de las comunidades campesinas actuales,
así como el caso de otra de las tradiciones anglosajona
el Haloween. Esto también lo podemos percibir en el
efecto migratorio cuya importancia significativa en la
evolución y la apropiación de dicha imagen, podemos decir que la Catrina se
fue de bracera, para convertirse en un elemento de identidad nacional para los
mexicanos que radican en el extranjero, claro está junto a la Virgen de
Guadalupe. Sin duda estas dos mujeres dan a la comunidad una unión y un
arraigo a las tradiciones mexicanas.
Catrina de los muertos. Así es
como se llama este singular
personaje que adorna el
misticismo del Día de los
Muertos en México. Entre
muchas otras figuras,
costumbres, vestimentas y
platos típicos de esa
celebración, Catrina llama
particularmente la atención
porque pese a ser un esqueleto no descuida su presentación personal. Por el
contrario, su vestimenta alude a la clase alta del México decimonónico, como
un Memento Mori de que la muerte termina por igualar a ricos y pobres.
La influencia de Catrina
trasciende al folklore mexicano
para instalarse como
inspiración directa e indirecta,
como el juego Grim
Fandango de LucasArts, este
se desarrolla en la Tierra de los Muertos, inspirada en el Mictlán —el
inframundo azteca— y abarca en el tiempo la aventura durante cuatro años de
su protagonista, el esquelético Manny Calavera, a través de la tierra de los
muertos. Cada uno de los cuatro episodios comienza el día de Muertos, y es de
la temática de la celebración de este día en México de donde se ha sacado la
inspiración para el videojuego. De hecho, la mayoría de los personajes del
videojuego son figuras esqueléticas basadas en el trabajo del dibujante
mexicano José Guadalupe Posada.
También podemos encontrar entre otras la
influencia de esta en la cerveza Catrina,
elaborada por la cervecería Hacienda, la
ilustración de la Catrina es una actualización al
estilo grabado y en colores, muy fresca pero
muy mexicana la ilustración.
No en vano, Posada influyó en las artes
plásticas y pictóricas mexicanas, pues Diego rivera y otros pintores,
básicamente muralistas, tomaron como base la función de denuncia, crítica y
representación del día a día en la sociedad pobre, que trabaja, vive injusticias,
pero también se divierte en sus jolgorios y parrandas.
El también periodista, José Guadalupe Posada,
consolida la celebración de día de muertos a través
de escenas costumbristas y el uso de calaveras,
aquellas que se volvieron parte del imaginario colectivo
en esa fecha, luego de representarse con algunas ropas típicas de los
campesinos, los peinados de las mujeres (con moños en las cabezas) y los
bigotes de los hacendados, hasta llegar a su obra cumbre de la festividad “La
Calavera Garbancera”, que más tarde Diego Rivera bautizó como “La Catrina”,
al ponerle vestido en Sueño de domingo en la Alameda .
La Migración y Transformación de un
Fenómeno Cultura, "La Catrina" en
EE.UU. es un símbolo que proporciona
"unidad, distinción y orgullo cultural"
tanto para inmigrantes mexicanos como
para quienes se identifican con la
cultura chicana.
Originalmente Posada creó este
esqueleto, adornado con un sombrero
con plumas, para satirizar las
pretensiones de las mujeres de la clase alta mexicana durante los regímenes
de Porfirio Díaz (1876-1880 y 1884-1911. Con el tiempo, el comentario social
de 'La Catrina', que se originó en los cambios que trajo la modernidad a México
como la corrupción del gobierno, la hipocresía de los ricos o los sufrimientos de
los pobres, se ha perdido entre el público en general, convirtiéndose en la
personificación por excelencia del Día de los Muertos.
Historiadores como Jacques Lafaye han notado que al usar Posada las
calaveras es la primera vez que el pasado azteca emerge en el arte moderno
mexicano, uniendo tradiciones prehispánicas como la del tzompantli, o muros
de cabezas humanas presentes en templos mesoamericanos, y los significados
alegóricos que en Europa solían tener los esqueletos en el medioevo.
En EE.UU., son populares las figuras
inspiradas en la imagen de "La Catrina",
presentes en museos y en tiendas de
artesanías, que muestran que sus usos
se han expandido para incorporar
elementos de las culturas
mexicoamericana y dominante,
"catrinizando" a animales, surfistas o
jóvenes con patinetas en el sur de
California, además de personajes cotidianos. "La muerte es democrática, ya
que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo
calavera", dijo Posada en su momento.
Todo resulta distintivo en esta celebración, hay una gran cantidad de referentes
y significados relativos: sabores, olores, colores, sonidos y todos los
sentimientos que mediante el arte y la artesanía se pueden evocar y
representar. La muerte es universal, y eso provoca el interés mundial sobre
nuestra celebración y manera de abordarla, pero no cabe duda que el
antecedente concreto más directo para la iconografía del Día de Muertos radica
en las obras de Posada y en especial como hemos visto, en la Catrina.
A principios del siglo XX se veia el desarrollo de una sociedad gradualmente
más global y urbana, en la que diversas manifestaciones artísticas se
renovaron en sus propósitos estéticos y puramente pragmáticos, además de
sus técnicas. Como ejemplo tenemos al
Art Noveau, ampliamente relacionado con
el esquema de producción industrial, en
cuanto a producción, distribución y
eventuales motivos de la obra, que
frecuentemente se hallaba al servicio de
la publicidad. Esto inauguraba una nueva
era en el arte, que aunque siempre
servidor eventual de propósitos que no
encajaban en lo meramente estético,
desde esos tiempos podría ser objeto de consumo masivo, gracias a los
medios de información y a la sociedad industrializada. La convulsión política
también contagiaba a ciertos movimientos y artistas de la época, lo que
motivaba formas artísticas que buscaban impacto e identificación popular, más
allá de una expresión estética y académica. El arte se diversificaba y se
comprometía socialmente. En este contexto nos encontramos la obra de José
Guadalupe Posada, un análisis sencillo y accesible de la identidad social.
Posada comenzó como artesano de la imagen, su trabajo en diarios haciendo
caricatura política y posteriormente en litografía comercial lo dotaron de un gran
sentido comunicativo y poder expresivo ante la gente común.
El espíritu del México recién consolidado como un proyecto nacional, con una
identidad netamente mexicana, heredera de sus antepasados precolombinos e
hispánicos, luego de haber rechazado a los franceses militarmente mientras los
aceptaba culturalmente, haber experimentado la Paz Porfiriana con sus
aspectos positivos y negativos, y haber sido trasladada poco a poco de un
ámbito rural a otro urbano; se encuentra en la obra de este genial mexicano,
que más que artista se consideraba a sí mismo como un trabajador, a lo mucho
como un comunicador de su momento.
Los contrastes entre clases, la vida
del pueblo, las ironías y el sentido del
humor típicamente mexicanos, que
se regocijan en la tragicomedia de
sus circunstancias, además de una
identidad gráfica definida, sencilla y
accesible, fueron sellos de su obra, que sin pretenderlo terminó influenciando a
muchos artistas, primero mexicanos como Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros, José Clemente Orozco o Rufino Tamayo, y posteriormente a artistas
de un mundo global. En este sentido, me parece que la obra de Posada
constituye un punto de partida clave en la identificación de lo mexicano, que
termina siendo uno de los identificadores básicos para ello, un auténtico ser
que ha influido en la identidad mexicana. Buena parte de la obra de Posada,
tiene un estilo que terminaría inevitablemente relacionado con la tradición del
Día de Muertos. La Catrina, es la más reconocible de sus obras, es el más
claro ejemplo. Posada mostró a la muerte no en un sentido místico, sino
relacionado al mundo de los vivos, especialmente al entorno político y social
con un gran dejo de ironía y de humor característicamente mexicanos. Nos
muestra que la vida y la muerte son cotidianas y consustanciales al ser
humano, que forman parte esencial de su existencia, a la que ninguna clase
social puede resistir.
Podemos ver un sin número de
ejemplos, muy distintos entre sí, y
con distintos grados de influencia
recibida del arte relativo al Día de
Muertos, y que nos muestran la
cercanía y el impacto que dicho
mundo gráfico tiene hacia otras
culturas. Si bien el modo mexicano de abordar la muerte es único, el mismo
fenómeno de morir resulta universal, de ahí que en una forma u otra, en esta
sociedad globalizada se perciba con fuerza esa influencia de naturaleza
mexicana, sobre todo de la Catrina Garbancera.
La Catrina sigue siendo
un icono que representa
a México en el mundo, se
convirtió en un elemento
simbólico y referente de
nuestra cultura.