Calor de hogar de 2013

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h Supervisor: Aimeé Muñiz / [email protected] o g a r calor de PÁGINA 10-B Viernes 12 de abril de 2013 Una situación que nos impide la felicidad es desear lo que no tene- mos. Tenemos que enseñar al cerebro a enfocarse en lo que sí tene- mos. Reprogramarnos en una actitud mental positiva. Se suele de- cir: “Piensa positivo. Tienes familia, no te falta nada, ¿por qué estás triste?”. No es así de fácil, es necesaria la orientación. Teresa Gómez, psicoterapeuta, apoya en este proceso. A las personas que acuden a su consultorio con actitud negati- va, suele ponerles una tarea: escrita a lápiz, porque es carbón y es natural, una lista con 50 bendiciones del día: amanecer, familia sa- na, tener lo básico... pero a la sexta bendición, las personas se em- piezan a atorar. No notan que tienen una cama con colchón, sábanas y almohadas, cobija, pijama, pantuflas o chanclas, la capacidad de levantarse, ir al baño y tener lo necesario para bañarse, etcétera. To- das estas cosas las hacemos mecánicamente sin apreciar que mu- chos no tienen esto. Se necesitan 21 días para reprogramar el cerebro y crear un há- bito nuevo. Durante ese tiempo se lleva la lista, sin suspender el es- crito, para transformar la mente a positiva y enfocando a las perso- nas en lo que sí hay. “Yo me dedico a tratar de enseñar cómo hacer este cambio. Sucesos vividos desde la niñez y la vida adulta, como (tener) padre golpeador, malos tratos, los hombres son malos, aun con estas experiencias se puede reprogramar una mente positiva”. Teresa nos que hay cuatro puntos a tomar en cuenta: primero, actitud mental positiva (las 50 bendiciones); segundo, autoperca- tación (lista con 20 puntos de rutina diaria haciendo lo correcto, pa- ra no ser espectadores de la vida y sin participar en ella. Ejemplo: percatarme si al manejar soy agresiva y permito pasar a otros.; co- mer rapidísimo sin disfrutar, maltratarse, cuidarse, escuchar a los colegas, vestirte mejor si estás triste. Si cinco días de la semana amanece triste, ¡cuidado!). El tercer punto es la empatía (ponerme en los zapatos del otro: el mundo es un mapa y más hermoso de lo que podemos ver. Hay luz, sonido, audición y tenemos limitantes físicos que impiden ver más de lo que percibimos; el mapa de la vida es distinto para cada quien: cultura, religión, urbana, rural, familia, fisiológicamente. “En con- sulta me dicen: ‘Mi papá es violento’. Para mí, violento es alguien que pega, maltrata, así que pregunto: ‘¿Cómo era tu papá violento?’. Me dice: ‘Todo el día me gritaba”, entonces cambia el mapa de violencia. Si me quedo con mi mapa, no lo podré ayudar. O pueden decir: ‘Es- toy muy triste’; para mí es ponerme seria, para otra persona es cor- tarse las venas literalmente, debo acertar a preguntar no por qué te pones triste, sino ¿cómo es que te pones triste? Es estudiar el mapa de emociones ajenas y ponerme en sus zapatos. El cuarto punto es ser asertivo: “Es la fórmula completa. Es la línea media entre no ser agresivo y no ser pasivo. Alguna vez has dicho que sí cuando tienes que decir no? ¿Alguna vez te han chuleado y has acepta- do el elogio? Porque automáticamente contestamos: ‘lo compré en ba- rata’. Estamos educados a no recibir, sólo a dar. Poner límites”. “Tenemos un proyecto con Óscar Abrego: la Universidad de la Felicidad. Las personas dicen que serán felices cuando tengan deter- minadas cosas, aquí decimos: ‘Cuando eres feliz, obtienes lo que quieres’. Damos cursos a empresas con base en la felicidad y la abun- dancia: económica y mental. La felicidad no es eterna, es de momen- tos y tenemos que advertirlos, si esperamos los muy grandes… no llegarán. Si no estoy tranquilo con mi actitud, no me funcionará na- da. Doy talleres de Felicidad e Inteligencia Emocional y Educación. Imparto módulos en la Universidad Lamar a todos los maestros que imparten diplomados de todas las carreras, y me programan por año. Además, Tácticas de estudio, Manejo de salón de clases, Control de grupos con lenguaje no verbal. Y como soy maestra normalista, tam- bién di clases durante cinco años en el Pierre Faure con Educación Personalizada y con la bendición de estar con el padre Pierre Faure, que vivía y nos instruía. Tengo especialidad en Educación Cognos- citiva en el ITESO, diplomado en Focus, Neurolingüística”. Teresa Gómez Maldonado asegura: “Me siento una mujer muy bendecida”. Para contactarla, puede ingresar a los sitios web www.teregomez.com y www.universidaddelafelicidad.com; o llame al 333-189-30-88. [email protected] Teresa Gómez Maldonado y la ecuación de la felicidad Maya Navarro de Lemus MUJERES QUE DEJAN HUELLA DE ABRIL A JUNIO.EL SABOR DE LA TEMPORADA ¡Las pitayas llegaron ya! Además de sabrosos, estos frutos son ricos en nutrientes y hasta son buenos para el amor Comer pitaya no es cualquier cosa. El chiste es embarrarse la cara, los dedos. Saciar el antojo de una sola mordida. Que la pulpa se desgarre en la lengua, que las semillitas ne- gras truenen en el diente, y que el jugo –el más importante– se escurra entre los labios. Así se come la pitaya: a mano limpia. Al me- nos es lo que se observa cada temporada pri- maveral en Guadalajara, de abril a junio. La pitaya jalisciense llegó otra vez a las ca- lles del Centro tapatío, a los mercados y a la me- sa de los hogares. A cinco, a ocho y a 12 pesos por pieza, depende del tamaño. A 40 pesos el kilo para las más chiquitas y mallugadas. “Us- ted escójala. Pruébela. Si no le gusta, no paga”, se atreven a decir bromistas los pitayeros, pro- cedentes de Techaluta de Montenegro y Ama- cueca –al sur de Jalisco–, en el tradicional ba- rrio de las Nueve Esquinas. Saben que la temporada de pitayas es la sensación y no hay pierde en las ventas, pues es lo más esperado por muchos. “Yo sólo vengo al Centro por las pitayas, desde Zapo- pan, porque las que venden por mi casa no me gustan como las de aquí, uno ya sabe a lo que viene”, dice la señora Antonieta Fermín Gómez, mientras echa a la bolsa dos kilos del exótico fruto: mil gramos de la morada, otro tanto de la rosa. Los alrededores de las Nueve Esquinas se transforman en una meca frutal. Un oasis en medio del asfalto y el concreto, donde el calor amenaza con dar el golpe al primer descuido. Algunos compradores llegan al tú por tú con el vendedor. Ni preguntan el pre- cio, sólo arrebatan la primera pieza de fruta que ven. Clavan el dedo gordo en la cáscara, la pelan a medias y sueltan la mordida. Aque- llo es un gesto místico, un reencuentro con el sabor exótico entre las calles de Colón y Nueva Galicia. Para el mal de amores Carmen Arriaga se persigna. Su pri- mera venta del día son seis pitayas por 30 pesos. “Ojalá tenga buena mano, señorita. Hay que aprovechar que este año las pita- yas están más dulces que otros años. Siem- pre están ricas, pero esta cosecha se ade- lantó y salieron bien bonitas”, dice la vendedora que por más de 10 años se ha instalado en el centro de la ciudad para ven- der hasta más de 50 kilos del fruto al día. Doña Antonieta sigue merodeando a los vendedores. Viendo cómo la gente come pita- ya. “Hay quienes se las comen tan sabroso que a uno se le antoja comérselas así, echarse el bocado de una mordida y seguir con otras tres de jalón, pero también hay que tener cuidado, luego le escaldan la lengua, como la piña”. –¿Y usted por qué come pitaya?– Antonie- ta, de 63 años de edad, dice que porque los be- neficios a la salud son muchos más que otras frutas. “Las pitayas le curan el alma. En serio. Curan los corazones rotos. Le limpian el mal sabor de boca, y así, con el sabor dulce, usted ya está lista para besar a nueva gente; le endul- zan la lengua, el aliento. Si no me cree, cóma- se una rosita y verá como le alegra el día”. Doña Antonieta no se equivoca. Las pita- yas le cambian el rostro a la gente, la sangre y de paso hasta los pulmones. La popularidad de este fruto va más allá de su sabor, una mez- cla entre piña, guanábana y kiwi, pues los ac- tivos nutrientes que tienen son una dosis de bienestar al cuerpo. Está más que demostrado que las pitayas –también conocidas como frutas del dragón– gozan de un surtido efecto saludable. En pri- mera instancia, son un hidratante natural, pues su dulce y suave pulpa disminuyen la sensación de sed. “Es como el chayote, están hechas de pura agua en su carnita”. Uno de los beneficios más aplaudidos que tiene la pitaya, y que recientemente se res- paldó por el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), es que ayuda a controlar los niveles de la glucosa en el torrente sanguíneo, sobre todo para aquellas personas que padecen complicaciones relacionadas a la diabetes, hi- pertensión y deficiencias cardiovasculares. Vitaminas preventivas El alboroto inicia en las Nueve Esquinas a medio día. “De una vez venimos, luego se lle- na de gente y no se disfruta igual. En los mer- cadosvenden,peropuesaquíesunatradición”, dice José Hernández, quien ha llevado por pri- mera vez a su hijo Carlos, de siete años de edad. El pequeño nunca ha probado pitaya. “Que le da asco”, dice su padre con la boca llena de pul- pa blanca. “Ni sabe lo que dice, pero se tiene que enseñar a comer, luego uno tiene la culpa de que coman pura chatarra”. El niño hace una mueca de espanto. Con la punta de la lengua toca la pulpa amarillenta de otra pitaya mientras sus dedos evitan tocar el origen de las espinas arrancadas. Lo baboso de la fruta le escurre por la barbilla. “Muérdele con ganas, así como le muer- des a las papas con chile”, dice su padre al ase- gurar que él mide 1.80 por que desde niño co- mió pitaya. “Nunca me enfermé, mi madre nos daba pitaya para que no nos diera gripa, y pues sí es cierto. Durante tres meses no comíamos otra cosa más que pura pitaya morada”. José tampoco miente. La pitaya contiene altos niveles de vitamina C y una importante dosis de fibra, lo que agiliza el proceso digesti- vo y evita el estreñimiento. “Pues no soy nutrióloga, pero sé que la pi- taya es buena para limpiar el estómago en ayu- nas, como lo hace el nopal. Además, las semi- llitas tienen hierro, de algo tiene que servir”, expresa Carmen (la vendedora), sin saber que éste fortalece al sistema autoinmune, además contiene vitamina B y lleva oxígeno hasta los pulmones, mientras que sus activos de fósforo y calcio limpian el hígado y los riñones. Doña Antonieta Fermín Gómez recuerda la primera vez que comió pitaya y suelta la car- cajada advirtiendo al niño primerizo que no se espante cuando vaya al baño. “Las pitayas son como el betabel, uno se hace adicto a estas co- sas y cuando comes de más, tremendo susto te das en el baño, así que ya sabes, hasta morada se te va a poner el alma”. IRRESISTIBLES. Pese a que no es sencillo degustar una pitaya, en el barrio de las Nueve Esquinas son pocos los que dicen no a estos apetitosos frutos. EL INFORMADOR • E. PACHECO PARA SABER En detalle La pitaya es un fruto cac- táceo. En su periodo de madurez la pulpa es dulce y con pequeñas semillas negras que son comesti- bles, su cáscara es suave y con espinas que, como las tunas, son extraídas por los vendedores. En Jalisco se producen cinco colores distintos, con diferente intensidad de aci- dez: amarilla, blanca, roja, morada y solferina. TOMA NOTA Calidad, sabor y variedad En la zona de las Nueve Esquinas (Colón y Nueva Galicia) además de la pi- taya natural, se venden productos elaborados con la pulpa, como la mermelada, helado, té y hasta dulces artesanales mezclados con leche o chile molido.

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PÁGINA 10-B Viernes 12 de abril de 2013

Una situación que nos impide la felicidad es desear lo que no tene-mos. Tenemos que enseñar al cerebro a enfocarse en lo que sí tene-mos. Reprogramarnos en una actitud mental positiva. Se suele de-cir: “Piensa positivo. Tienes familia, no te falta nada, ¿por qué estástriste?”. No es así de fácil, es necesaria la orientación. Teresa Gómez,psicoterapeuta, apoya en este proceso.

A las personas que acuden a su consultorio con actitud negati-va, suele ponerles una tarea: escrita a lápiz, porque es carbón y esnatural, una lista con 50 bendiciones del día: amanecer, familia sa-na, tener lo básico... pero a la sexta bendición, las personas se em-piezan a atorar. No notan que tienen una cama con colchón, sábanasy almohadas, cobija, pijama, pantuflas o chanclas, la capacidad delevantarse, ir al baño y tener lo necesario para bañarse, etcétera. To-das estas cosas las hacemos mecánicamente sin apreciar que mu-chos no tienen esto.

Se necesitan 21 días para reprogramar el cerebro y crear un há-bito nuevo. Durante ese tiempo se lleva la lista, sin suspender el es-crito, para transformar la mente a positiva y enfocando a las perso-nas en lo que sí hay. “Yo me dedico a tratar de enseñar cómo hacereste cambio. Sucesos vividos desde la niñez y la vida adulta, como(tener) padre golpeador, malos tratos, los hombres son malos, auncon estas experiencias se puede reprogramar una mente positiva”.

Teresa nos que hay cuatro puntos a tomar en cuenta: primero,

actitud mental positiva (las 50 bendiciones); segundo, autoperca-tación (lista con 20 puntos de rutina diaria haciendo lo correcto, pa-ra no ser espectadores de la vida y sin participar en ella. Ejemplo:percatarme si al manejar soy agresiva y permito pasar a otros.; co-mer rapidísimo sin disfrutar, maltratarse, cuidarse, escuchar a loscolegas, vestirte mejor si estás triste. Si cinco días de la semanaamanece triste, ¡cuidado!).

El tercer punto es la empatía (ponerme en los zapatos del otro:el mundo es un mapa y más hermoso de lo que podemos ver. Hay luz,sonido, audición y tenemos limitantes físicos que impiden ver másde lo que percibimos; el mapa de la vida es distinto para cada quien:cultura, religión, urbana, rural, familia, fisiológicamente. “En con-sulta me dicen: ‘Mi papá es violento’. Para mí, violento es alguien quepega, maltrata, así que pregunto: ‘¿Cómo era tu papá violento?’. Medice: ‘Todo el día me gritaba”, entonces cambia el mapa de violencia.Si me quedo con mi mapa, no lo podré ayudar. O pueden decir: ‘Es-toy muy triste’; para mí es ponerme seria, para otra persona es cor-tarse las venas literalmente, debo acertar a preguntar no por qué tepones triste, sino ¿cómo es que te pones triste? Es estudiar el mapade emociones ajenas y ponerme en sus zapatos.

El cuarto punto es ser asertivo: “Es la fórmula completa. Es la líneamedia entre no ser agresivo y no ser pasivo. Alguna vez has dicho que sícuando tienes que decir no? ¿Alguna vez te han chuleado y has acepta-

do el elogio? Porque automáticamente contestamos: ‘lo compré en ba-rata’. Estamos educados a no recibir, sólo a dar. Poner límites”.

“Tenemos un proyecto con Óscar Abrego: la Universidad de laFelicidad. Las personas dicen que serán felices cuando tengan deter-minadas cosas, aquí decimos: ‘Cuando eres feliz, obtienes lo quequieres’. Damos cursos a empresas con base en la felicidad y la abun-dancia: económica y mental. La felicidad no es eterna, es de momen-tos y tenemos que advertirlos, si esperamos los muy grandes… nollegarán. Si no estoy tranquilo con mi actitud, no me funcionará na-da. Doy talleres de Felicidad e Inteligencia Emocional y Educación.Imparto módulos en la Universidad Lamar a todos los maestros queimparten diplomados de todas las carreras, y me programan por año.Además, Tácticas de estudio, Manejo de salón de clases, Control degrupos con lenguaje no verbal. Y como soy maestra normalista, tam-bién di clases durante cinco años en el Pierre Faure con EducaciónPersonalizada y con la bendición de estar con el padre Pierre Faure,que vivía y nos instruía. Tengo especialidad en Educación Cognos-citiva en el ITESO, diplomado en Focus, Neurolingüística”.

Teresa Gómez Maldonado asegura: “Me siento una mujer muybendecida”. Para contactarla, puede ingresar a los sitios webwww.teregomez.com y www.universidaddelafelicidad.com; o llameal 333-189-30-88.

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Teresa Gómez Maldonadoy la ecuación de la felicidad

Maya Navarro de Lemus

MUJERES QUEDEJAN HUELLA

DE ABRIL A JUNIO.EL SABOR DE LA TEMPORADA

¡Las pitayas llegaron ya!Además de sabrosos, estos frutos son ricos en nutrientes y hasta son buenos para el amorComer pitaya no es cualquier cosa. El chistees embarrarse la cara, los dedos. Saciar elantojo de una sola mordida. Que la pulpa sedesgarre en la lengua, que las semillitas ne-gras truenen en el diente, y que el jugo –elmás importante– se escurra entre los labios.Así se come la pitaya: a mano limpia. Al me-nos es lo que se observa cada temporada pri-maveral en Guadalajara, de abril a junio.

Lapitayajalisciensellegóotravezalasca-llesdelCentrotapatío,alosmercadosyalame-sa de los hogares. A cinco, a ocho y a 12 pesospor pieza, depende del tamaño. A 40 pesos elkilo para las más chiquitas y mallugadas. “Us-tedescójala.Pruébela.Sinolegusta,nopaga”,seatrevenadecirbromistas lospitayeros,pro-cedentes de Techaluta de Montenegro y Ama-cueca –al sur de Jalisco–, en el tradicional ba-rrio de las Nueve Esquinas.

Saben que la temporada de pitayas es lasensaciónynohaypierdeenlasventas,pueses lo más esperado por muchos. “Yo sólovengo al Centro por las pitayas, desde Zapo-pan, porque las que venden por mi casa nome gustan como las de aquí, uno ya sabe a loque viene”, dice la señora Antonieta FermínGómez,mientrasechaalabolsadoskilosdelexótico fruto: mil gramos de la morada, otrotanto de la rosa.

Los alrededores de las Nueve Esquinasse transforman en una meca frutal. Un oasisen medio del asfalto y el concreto, donde elcalor amenaza con dar el golpe al primerdescuido. Algunos compradores llegan al túpor tú con el vendedor. Ni preguntan el pre-

cio, sólo arrebatan la primera pieza de frutaque ven. Clavan el dedo gordo en la cáscara,lapelanamediasysueltanlamordida.Aque-llo es un gesto místico, un reencuentro conel sabor exótico entre las calles de Colón yNueva Galicia.

Para el mal de amores

Carmen Arriaga se persigna. Su pri-mera venta del día son seis pitayas por 30pesos. “Ojalá tenga buena mano, señorita.Hay que aprovechar que este año las pita-yas están más dulces que otros años. Siem-pre están ricas, pero esta cosecha se ade-lantó y salieron bien bonitas”, dice lavendedora que por más de 10 años se hainstalado en el centro de la ciudad para ven-der hasta más de 50 kilos del fruto al día.

Doña Antonieta sigue merodeando a losvendedores. Viendo cómo la gente come pita-ya.“Hayquienesselascomentansabrosoquea uno se le antoja comérselas así, echarse elbocadodeunamordidayseguirconotrastresde jalón,pero tambiénhayque tenercuidado,luego le escaldan la lengua, como la piña”.

–¿Yustedporquécomepitaya?–Antonie-ta, de 63 años de edad, dice que porque los be-neficios a la salud son muchos más que otrasfrutas. “Las pitayas le curan el alma. En serio.Curan los corazones rotos. Le limpian el malsabor de boca, y así, con el sabor dulce, ustedyaestá listaparabesaranuevagente; leendul-zan la lengua, el aliento. Si no me cree, cóma-se una rosita y verá como le alegra el día”.

Doña Antonieta no se equivoca. Las pita-yas le cambian el rostro a la gente, la sangre yde paso hasta los pulmones. La popularidadde este fruto va más allá de su sabor, una mez-cla entre piña, guanábana y kiwi, pues los ac-tivos nutrientes que tienen son una dosis debienestar al cuerpo.

Estámásquedemostradoquelaspitayas–también conocidas como frutas del dragón–gozan de un surtido efecto saludable. En pri-mera instancia, son un hidratante natural,pues su dulce y suave pulpa disminuyen lasensación de sed. “Es como el chayote, estánhechas de pura agua en su carnita”.

Uno de los beneficios más aplaudidosquetienelapitaya,yquerecientementeseres-paldó por el Departamento de Biología de laUniversidad Autónoma Metropolitana(UAM), es que ayuda a controlar los nivelesde la glucosa en el torrente sanguíneo, sobretodo para aquellas personas que padecencomplicacionesrelacionadasaladiabetes,hi-pertensión y deficiencias cardiovasculares.

Vitaminas preventivas

Elalboroto iniciaenlasNueveEsquinasamedio día. “De una vez venimos, luego se lle-na de gente y no se disfruta igual. En los mer-cadosvenden,peropuesaquíesunatradición”,diceJoséHernández,quienha llevadoporpri-meravezasuhijoCarlos,desieteañosdeedad.El pequeño nunca ha probado pitaya. “Que ledaasco”,dicesupadreconlabocallenadepul-pa blanca. “Ni sabe lo que dice, pero se tiene

que enseñar a comer, luego uno tiene la culpade que coman pura chatarra”.

El niño hace una mueca de espanto. Conla punta de la lengua toca la pulpa amarillentade otra pitaya mientras sus dedos evitan tocarelorigende lasespinasarrancadas.Lobabosode la fruta le escurre por la barbilla.

“Muérdele con ganas, así como le muer-des a las papas con chile”, dice su padre al ase-gurar que él mide 1.80 por que desde niño co-miópitaya.“Nuncameenfermé,mimadrenosdabapitayaparaquenonosdieragripa,ypuessí es cierto. Durante tres meses no comíamosotra cosa más que pura pitaya morada”.

José tampoco miente. La pitaya contienealtos niveles de vitamina C y una importantedosis de fibra, lo que agiliza el proceso digesti-vo y evita el estreñimiento.

“Puesnosoynutrióloga,peroséque lapi-tayaesbuenaparalimpiarelestómagoenayu-nas, como lo hace el nopal. Además, las semi-llitas tienen hierro, de algo tiene que servir”,expresa Carmen (la vendedora), sin saber queéste fortalece al sistema autoinmune, ademáscontiene vitamina B y lleva oxígeno hasta lospulmones,mientrasquesusactivosde fósforoy calcio limpian el hígado y los riñones.

Doña Antonieta Fermín Gómez recuerdalaprimeravezquecomiópitayaysuelta lacar-cajadaadvirtiendoalniñoprimerizoquenoseespante cuando vaya al baño. “Las pitayas soncomo el betabel, uno se hace adicto a estas co-sasycuandocomesdemás, tremendosusto tedas en el baño, así que ya sabes, hasta moradase te va a poner el alma”.

IRRESISTIBLES. Pese a que no es sencillo degustar una pitaya, en el barrio de las Nueve Esquinas son pocos los que dicen no a estos apetitosos frutos.

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PARA SABEREn detalle

◗ La pitaya es un fruto cac-táceo. En su periodo demadurez la pulpa es dulcey con pequeñas semillasnegras que son comesti-bles, su cáscara es suave ycon espinas que, como lastunas, son extraídas por losvendedores.

◗ En Jalisco se producencinco colores distintos, condiferente intensidad de aci-dez: amarilla, blanca, roja,morada y solferina.

TOMA NOTA

Calidad, sabor yvariedad

En la zona de las NueveEsquinas (Colón y NuevaGalicia) además de la pi-taya natural, se vendenproductos elaboradoscon la pulpa, como lamermelada, helado, té yhasta dulces artesanalesmezclados con leche ochile molido.

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HOGAREL INFORMADORViernes 12 de abril de 2013 PÁGINA 11-B

Reconozco que al tocar temas como el que ahora escribo, corroel riesgo de caer en lo trivial, en lo insustancial, algo que prontose diluirá en la desmemoria. Trato de minimizar esta posibilidadapelando al argumento de que conociendo más a las personascon discapacidad intelectual, aventura profunda y apasionante,se lespuedeincluirconunsentimientodemayorsolidaridad,víasegura para la redención social. Podría contar la verdad a partirde ficciones, opto por hacerlo en primera persona y así referirlespasajes de mi vida con Martita, mi hija con discapacidad intelec-tual, historias que se puedan leer y que por lo que a mí toca, cau-san positivo efecto terapéutico al saberlas compartidas.

Lo primero que se recomienda para la educación de estaspersonasesevitar ladañinasobreprotección,ese terco,abruma-dor y persistente ejercicio que poco o casi nada he podido prac-ticar;haceunosdías,enesosmomentosdemisteriosaexaltaciónque tiene Martita –toma un agresivo medicamento que le provo-ca estas crisis– arrojó mi plato de comida al suelo, mi explicablereacción de enojo me hizo llamarle fuertemente la atención; op-te por no dirigirle la palabra durante un día completo manifes-tándole sólo mi disgusto. Pronto me di cuenta que mimarla y to-do perdonarle se ha convertido en un mecanismo vital de miexistencia, pareció como que el castigo fue auto inflingido, hansido largas horas teniéndola y extrañándola. En ese corto tiem-po,paracongraciarserecurrióamiles formasdedisculparse,ac-titud que reconfirmó su perfecta nobleza de carácter. Martita ysu inevitable candor.

El origen de mi sobreprotección se pierde en el tiempo, qui-zás nace cuando en su cuna y con dos años de edad, sin todavíapodercomerdelbiberón,muchomenosmanifestarcualquierac-tividad física, escuché decir a una amiga de la familia que Marti-taparecíauna“muñequitade trapo”, esaexpresióndichadebue-na fe, y que después de transcurridos 30 años aún taladra mimente,meabrióporprimeravez losojosaunatercaypermanen-te realidad: tomarle el pulso a la vida para tratar de soportar cuo-tas manejables de sufrimiento, reto, creo, propio de todos los se-res humanos aunque por diversas razones.

Talvezdesdeentoncesincubeenmimenteeseinevitablesen-timiento de sobreprotección que ha crecido conforme ratifico lamisteriosanaturalezadeMartita: terrenalmentevisible,celestial-mente invisible. Portadora permanente de su aura sagrada. Co-mosiella jugaraasernadamenosqueenviadadivina,ennuestraconvivencia diaria toma el papel de mártir –en el sentido griegoque significa testigo– y es entonces cuando exorciza mis temoresy mis cuitas. Lecciones criptográficas de la discapacidad.

Transitar lavidadelamanodeunapersonacondiscapacidadintelectualescaminarpermanentementecomoentrelaniebla,conunadesventajamayor:adiferenciadeellos,nosotrosnoatinamoscómo alcanzar el tiempo de hacernos dueños de nuestro tiempo,es entonces cuando arrinconado en mis pobres excusas para so-breprotegerla argumento con sencillez, no con simpleza: confir-mo que la condición de discapacidad de mi hija, hace de mi vidaalgo digno de ser vivido (T. S. Elliot dixit). Amén de los amenes.

El halo de las quimeras

José Luis Cuellar de Dios

APRENDER DE ELLOS

PUBLICACIÓN.SOMOS AMOR

Experienciaspara ser feliz en parejaAtravésdesuexperienciapersonalydealgunas amistades que a lo largo deltiempo fueron dejando huella en sumenteycorazón,laescritoracubanaNi-cole Leonides Ferrán dio forma a su li-bro: Somos amor.

Presentado en 2011 en EstadosUnidos, dicha obra es un compendio dehistoriasdeparejasrealestomadasdelaexperienciapropiadelaautora,atravésde las cuales hace una profunda refle-xión acerca de lo que ella misma definecomoelsentimientouniversalporexce-lencia: el amor.

Nicole asegura que la principaladversidad que detectó es la falta decomunicación entre las parejas, y apartir de ello plantea formas de supe-rar los conflictos causados por ésta.

“Actualmente a las parejas se leshace cada vez más fácil tirar la toalla,deciradiós,eldivorcio,yal final losquepagan las consecuencias son lo hijos”,comparte laautora,quienendíaspasa-dos firmó algunos ejemplares de So-mosamorenla libreríaGonvilldelcen-tro comercial Andares.

Ensulibro,NicoleLeonidesFerrántrata de dar un mensaje de amor, paz yrespeto entre las parejas, a fin de lograrhogares felices y llenos de ese senti-miento universal, porque, asegura: “Esposible, sólo hay que decirles cómo lo-gar ese entendimiento, ese respeto”.

La escritora refiere que su obra nobuscaserunmanual(aunquelodigaeneltítulocomplementariodellibro:“Ma-nual de motivación para una vida felizen pareja”), pues dice que no existe unlibrodondepuedasencontrarcómoserpadre, cómo ser esposo o mamá. Paraella, Somos amor es un libro lleno deexperiencias, donde las parejas pue-

FIRMA. Nicole Leonides Ferrán visitó la ciudad para autografias ejemplares de Somos amor.EL

INFO

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RES

Somos amor. Manual demotivación para una vidafeliz en pareja, de NicoleLeonides Ferrán, está a laventa en las libreríasGonvill, con un precio de159 pesos.

Búscalo

EL DATO

den encontrar una solución a sus pro-blemas,conejemplosehistoriasreales,lo que podría verse como una analogíaentre lo que viven y lo que leen, aunqueadmite que “ningún libro va a cambiarlos sentimientos de las personas; so-mos humanos, tenemos sentimientosnaturales, en normal sentir celos, esnormal enojarse, pero lo importante esencontrar la manera de cómo poner lí-mites, sin necesidad de llegar a la vio-lencia doméstica”.

Con Somos amor, Ferrán ya se hacepresenteenEstadosUnidos,México,Su-damérica y Europa, y afirma que la acep-tación del libro “ha sido de maravilla; loúnico que busco es transmitir un senti-

miento de amor y fe, que las familias nopierdan de vista la unión”.

Unión, respeto,amor,pacienciay fe,es lo que la autora propone a las parejascomo ingredientes esenciales en la con-vivenciadiaria.Enestetenor,NicoleLeo-nidesFerránaclaraqueelmensajenosó-lo está dirigido a las personas que vivenen pareja, pues su intención es impactartambiénenquienesapenaspienanenfor-marunhogar,paraellosesesencialcono-cer las diferentes situaciones que se pue-den presentar en una relación.

Actualmente la autora está escri-biendo una novela a la que llamará Puer-to,cuyopersonajecentralesuninmigran-te en Mazatlán, Sinaloa.

Nicole Leonides Ferrán presenta alternativas para solucionarproblemas de comunicación