Caniguan, Natalia. 2013. Relatos Del Sacrificio en El Budi

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  • natalia caniguan

    Relatos del sacRificio

    en el budi

  • Relatos del sacrificio en el budi

    natalia caniguan

    diseo, diagramacin, portada y fotografas: Gonzalo caniguan

    ISBn: 978-956-351-942-6RPI.: 228.623

    impreso en: Grfica LOM

    Santiago, 2013

  • ndice

    agradecimientos | 7

    Presentacin | 9

    caPtulo i Religiosidad y sacrificio I. Religiosidad y sacrificio | 15 I.I El sacrificio en diversas culturas | 21

    caPtulo ii Ritualidad mapuche y sacrificio

    II. Ritualidad mapuche y sacrificio | 29II.I Treng Treng y Kai Kai y el origen del sacrificio | 32

    caPtulo iii el sacrificio y sus relatos

    III. El sacrificio y sus relatos | 45

    conclusiones | 73

    bibliografa | 81

  • agradecimientos

    Para comenzar este trabajo es necesario agradecer en primer lugar a todos aquellos que durante todo este tiempo han conversado conmigo sobre el tema del sacrificio, quines me dieron sus opiniones al respecto.

    Tambin agradecer a Julio, quien me incit a postular esta idea de inves-tigacin y me acompa durante el proceso de trabajo, compartindome sus experiencias y ayudndome con la recopilacin de relatos, adems de orientarme y apoyarme en momentos de la redaccin de este libro.

    Agradecer tambin a Isabel, quien se dio el tiempo para hacer la revisin del trabajo ya en su etapa final, dndome tiles sugerencias y el nimo necesario para concluir este escrito.

    Finalmente a mi familia que siempre me ha apoyado en todos mis proyectos, a Gonzalo quien dise y diagram la portada, as como tambin me colabor en todo el trabajo grfico que se necesit para llevar a trmino esta obra.

    A todos ellos va dedicado este libro.

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    Relatos del Sacrificio en el Budi

    Presentacin

    Relatos del sacrificio en el Budi busca ser una recopilacin de relatos, concepciones y visiones surgidos en el territorio del Budi, actual comu-na de Saavedra, acerca de los hechos acontecidos en aquel nguillatun celebrado en el cerro La Mesa despus del terremoto y maremoto que asol estas tierras en el ao 1960. El sentido de realizar esta bsqueda de relatos es dar cuenta de las visiones que existen an hoy en da acerca de este hecho ocurrido hace ms de cincuenta aos, as como tambin intentar comprender Por qu se llev a cabo el sacrificio de un menor en el nguillatun celebrado tras el maremoto del ao 1960 en collileufu?

    Los testimonios e informaciones recopilados no solo dan cuenta de una descripcin de los hechos, sino ms bien son interpretaciones de lo vivido altamente cargadas por sus vivencias personales.

    Ante este hecho, cabe sealar que para intentar comprender el por qu o los motivos y causas que llevan a que se produzca un sacrificio humano es necesario situarnos dentro del contexto circunstancial, social, cultu-ral y temporal en que suceden los acontecimientos. As como tambin debemos hacer el ejercicio de despojarnos de nuestras concepciones, creencias y prejuicios asociados al tema, puesto que estas experiencias de vida e ideologas religiosas cargan de ideas preconcebidas este hecho.

    Los relatos recopilados que incluyen historia oral, prensa de la poca y actual, la sentencia del juicio llevado a cabo por este hecho y bibliografa e investigaciones que ya se han realizado sobre esto, si bien refieren todos a un mismo hecho, presentan variaciones que son propias de las historias orales, pues los sujetos acomodan las historias a sus recuerdos, adems de cargarlas con sus impresiones y significados. De igual ma-

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    Natalia Caniguan

    nera, estos relatos son transmitidos a travs del tiempo, lo que tambin incidir en la forma en que se relatar la historia hacia el futuro. Al ser elementos constituyentes de la historia local, muchos de estos relatos los conocimos al alero de una conversacin a veces circunstancial o por otros hechos que nos llevaron a comentar el tema. Por esta razn, no todas las historias y versiones han sido grabadas y escritas de manera sistemtica, no obstante, como veremos ms adelante, en todas ellas ser posible encontrar ciertos elementos que se repiten y configuran el ncleo central de este acontecimiento.

    Este libro no busca tener un relato oficial acerca de lo ocurrido en el cerro La Mesa el ao 60, ms bien busca recopilar narraciones e his-torias surgidas y presentes hasta el da de hoy en el colectivo acerca de este episodio, as como tambin intentar comprender el por qu de la ocurrencia de este hecho o ms bien buscar la forma en que este hecho se inserta en antiguos usos y prcticas olvidadas o relegadas al interior de la memoria colectiva. Debemos intentar situarnos en el momento y en el espacio, de manera de saber que elementos llevaron a que se produjese este sacrificio. Buscamos dar una comprensin mayor de los hechos y no juzgarla a priori, buscamos aportar una visin antropolgica y global de los hechos que los siten en el contexto adecuado.

    Este trabajo tambin se realiz con la intencin de materializar las historias orales que circulan por el territorio, de manera de contar con registros de los hechos que se han vivido en estas tierras, independien-te de nuestras creencias y nociones sobre lo acontecido. Es un hecho constituyente de la historia local y como tal es parte de su poblacin y de este espacio, por lo que es necesario registrarlo para conocer cmo ha sido el devenir y desarrollo de esta localidad y sector.

    no buscamos repetir lo ya sabido, ni enjuiciar desde el presente. Tampoco pretendemos santificar el hecho ni condenarlo, tan solo bus-camos dar cuenta de su ocurrencia, conocer las opiniones surgidas en el momento, su anclaje en ritualidades y significados culturales y percibir cmo se entiende hoy, 53 aos despus, todo lo sucedido.

    Para una mayor comprensin de lo expresado y del propsito que buscamos con este trabajo, se ha estructurado el libro de la siguiente

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    manera. En una primera parte encontraremos una breve introduccin al significado del sacrificio y su sentido desde una perspectiva religiosa o de creencias, para luego dar paso a otras situaciones de sacrificio en culturas amerindias.

    En una segunda parte, trataremos la cosmovisin mapuche asocia-da al tema de la ritualidad, el nguillatun y el sacrificio, para entregar los antecedentes que nos permitan situarnos dentro del contexto que deseamos explorar.

    Ya en un tercer momento nos adentramos a la descripcin y anlisis de los diversos relatos recopilados como ya mencionamos, por medio de conversaciones, entrevistas, otras investigaciones y textos escritos al respecto, de manera de presentar una visin de lo ya existente frente a este tema y las visiones e interpretaciones que ah surgen.

    Finalmente, concluiremos con las posibles lecturas para volver com-prensible este hecho hoy en da y bajo nuestras lgicas de pensamiento, intentaremos dar respuesta al por qu se realiz un sacrificio humano tras el maremoto del ao 1960? Era pregunta guiar toda nuestra investi-gacin y esperamos que tras la lectura de este libro pueda ser resuelta o al menos siente las bases y nos aproxime a la comprensin de este episodio.

  • Religiosidad y sacrificio

    Cerro La Mesa

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    Relatos del Sacrificio en el Budi

    i. Religiosidad y sacrificio

    Toda sociedad o poblacin debe buscar y generar certezas que le permitan y ayuden a comprender, aprehender y no temer a la vida, la naturaleza, sus ciclos y todo aquello que acompaa el acontecer cotidiano. Estas certezas y explicaciones responden a las inquietudes de los hombres y les dan seguridad, se vuelven entendibles hechos que podran no serlo, se alejan los temores a lo desconocido, otorgan un ambiente en el que la sociedad se siente a salvo.

    Estas nociones denominan o encierran sistemas de creencias, cosmo-visiones o religiones que les ayuden a comprender aquellos fenmenos que no pueden ser explicados por la simple lgica o racionalidad, dada la inmediatez del fenmeno. Estas creencias adems, suelen ligarse a la creencia en un ser o ente que acta como protector del grupo, a quien se le debe cierta obediencia y por sobre todo respeto.

    Las religiones, cosmovisiones y mitologas son entendidas desde esta ptica como una forma de proteccin social, las cuales se piensan y vi-ven desde el colectivo y no como una forma de salvacin personal. La religin consista en una serie de actos y observancia cuya correcta ejecucin era necesaria o deseable para asegurar el favor de los dioses y para desviar su ira, y en estas observancias cada miembro de la sociedad tena su parte asignada, sea en virtud de haber nacido dentro de la familia y de la comu-nidad () la religin no exista para la salvacin de las almas sino para la conservacin y el bien de la sociedad () la religin antigua es solamente una parte del orden social general, que abarca tanto a los hombres como a las mujeres (Douglas, 1973: 35-36).

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    Esta vivencia de la creencia y la fe no se vive de manera aislada de los otros aspectos de la vida, sino ms bien se une a ellos y los cruza de manera transversal, siendo parte constituyente de la vida de las personas y las sociedades, ya que gran parte de sus decisiones tanto a nivel indi-vidual como colectivo estarn cruzadas por estas nociones y buscarn cumplir objetivos relacionados con ella. La comunin en una creencia forjar los lazos de comunin del grupo, ser un elemento de unin e identidad, reforzar los lazos sociales y con ello el control interno y la convivencia diaria, organizar y dar sentido a la vida en comn, a la vez que responder las incertidumbres que aquejan a la sociedad.

    Para cumplir estos roles, la creencia religiosa se vale de personas, instituciones y ceremonias que le darn forma concreta a esta fe y la manifestarn, sern espacios validados por la comunidad, validacin que lo dotar del sentido y efectividad que requiere.

    La ocurrencia de dichos ceremoniales al interior de una comunidad se realizarn en un tiempo y espacio determinado y previamente sa-cralizada o con un historial que lo vuelve apto para ello. Junto a este espacio y lugar sacro es necesario un compromiso de la sociedad para la realizacin de este ritual. Este compromiso es necesario en tanto ser la comunidad quien cargue de sentido y eficacia la ceremonia, ya que ser su creencia en lo que est aconteciendo lo que permitir tener y ver los resultados esperados.

    La comunidad participante debe creer fehacientemente en lo que se est realizando, de manera de alcanzar los objetivos deseados. Esta creencia ser la base que dar sustento y sentido, como ya hemos mencionado, generar las certezas necesarias para acabar con los temores que surgen ante situaciones sin clara explicacin. Las creencias, cosmovisiones y filosofas sustentan a los pueblos, los sostienen y les dan claridad y gua para la actividad ya sea cotidiana o ritual. Dicha funcin muchas veces se vuelve tangible en la imagen y figura de un sacerdote, chamn o un especialista designado y formado por la comunidad y elegido por su panten de dioses, naturaleza o seres en los que basan su creencia, esta figura tangible ser la representacin humana de la creencia o cosmo-visin. Ella guiar a la comunidad y dada su investidura, las acciones

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    que ella tome no sern cuestionadas sino que se acatarn en pos de un mejor devenir para todo el grupo.

    El sacrificio de animales y/o personas es una forma de dar respuesta a los requerimientos de las divinidades, al ofrecer a los dioses una ofrenda, ya sea para agradecer o para pedir, dependiendo de las necesidades del grupo. En un acto de sacrificio se propicia una comunicacin y conexin de un mundo terrenal o profano con el mundo de los dioses y lo sagrado. Es un acto social en tanto en l participa una colectividad que est en relacin con sus divinidades; no obstante slo puede realizarse en un tiempo determinado y en un lugar sacralizado y dispuesto para ello, debe ser oficiado por alguien que tenga la capacidad y cualidades para actuar como mediador entre el grupo y el dios o dioses a los que se ofrezca.

    En la comunicacin que se establece en el sacrificio entre estos dos mundos el sagrado y el profano, la vctima u ofrenda ser el vehculo que haga efectiva dicha interrelacin y conexin, es el intermediario que busca saldar la deuda que se genera con la divinidad dado los ruegos que se realizan. Por medio de una ceremonia se pide a el/los dioses o a la naturaleza ciertos favores de acuerdo a las necesidades que se viven; como forma de pago o retribucin, la sociedad debe entregar algo a cambio que posea una equivalencia de acuerdo a lo pedido. En base a esto se escoger a la vctima que ser el medio de pago de la comunidad ritual hacia sus deidades. En palabras de Mauss (2010), El sacrificio constituye un medio que tiene el profano de comunicar con lo sagrado por la mediacin de una vctima (49).

    Los elementos o motivos causantes de un sacrificio varan dependiendo de las creencias de cada pueblo o sociedad que lo ejecuta. Algunas veces responden a requerimientos de pago o deuda con las deidades, otras veces intentan resolver conflictos terrenales, muchas veces tambin son asociados a las guerras y la captura de enemigos. Su realizacin puede responder a diversos motivos dentro de un mismo pueblo, su finalidad es la que carga de sentido su ejecucin.

    As, para el caso de Mesoamrica y la intencin de comprender la realizacin de sacrificio, se postula que la base del sacrificio no es ali-mentar a los dioses, sino es la expiacin pagar la deuda, pero tambin puede

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    tener otros sentidos como la ablucin. Los fines pueden estar expuestos por la bsqueda de a) conciliacin con las deidades o antepasados; b) peticin mgica de los frutos; c) peticin de proteccin; d) forjar acciones de los ele-mentos celestes; e) proteccin de las casas; f ) venganza y castigo y g) ascenso y prestigio social (Taipe, 2005: 2).

    continuando esta idea de los momentos en los que se requiere de sacrificios, se seala que:

    Haba muchas otras ocasiones que requieren de sacrificios humanos: guerras y batallas; desajustes del orden csmico como eclipses, sequas, hambres, inundaciones; la expiacin por ofensas en el culto a los dioses, como robo de objetos sagrados, dejar escapar vctimas, etc.; motivos personales como cuando un padre que escapaba de la muerte ofreca a su hijo en pago; y finalmente, la inmolacin de acompaantes para los difuntos (Graulich, s/a: 21).

    La ocurrencia de un sacrificio supone una serie de hechos y elementos que se conjugan para dar paso a la accin, todo rito sacrificial consiste 1) en la consagracin de la vctima, es decir, su separacin de la esfera de lo profano y su posterior introduccin en lo sagrado: la transformacin de la vctima en el representante de todos por la obra de una consagracin que resulta convincente; 2) la muerte en la vctima ser considerada como un acto de reciprocidad en cuanto a tal liberacin de la comunidad que pasa por medio de la vctima su rescate, el precio correspondiente a lo recibido y que ahora es necesario devolver, 3) la realizacin del banquete sacrificial generaliza el valor realizado por la vctima, (la que) sacrificada en repre-sentacin de cada uno vive despus de su muerte en todos los miembros de la comunidad sacrifical, que son reos de la sangre derramada (Morand en Foerster, 1993: 100).

    Esta definicin nos da cuenta de los pasos a seguir. El primero y ms importante es hacer que la vctima u ofrenda pase a ser de una persona comn a alguien o algo sacralizado, que puede entrar en contacto con lo divino y que a la vez represente al colectivo que lo inmola.

    Por lo general, para la realizacin de los sacrificios, la comunidad o quien oficie la ceremonia debe escoger quin ser la vctima u ofrenda

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    que se ofrecer a lo divino. Esta vctima suele contar con una serie de caractersticas que la vuelven propicia para cumplir dicho rol.

    Existen categoras de posibles vctimas, una de ellas est constituida por aquellos que se encuentran fuera de la comunidad o sociedad, u ocupan un lugar muy bajo en sta, es decir, aquellos que no son aceptados como miembros del colectivo, como nios y discapacitados, entre otros. Por otra parte, estn aquellos que al contrario, son parte integrante de la comunidad y muchas veces poseen o cumplen roles importantes o a considerar dentro de ella. Si en un panorama general del sacrificio humano se contempla el abanico formado por las vctimas, nos encontramos ante una lista heterognea: aparecen los prisioneros de guerra, los esclavos, los nios y los adolescentes solteros, aparecen los individuos tarados, los desechos de la sociedad () seres que no pertenecen o pertenecen muy poco a la sociedad () los nios y adolescentes que todava no han sido iniciados tampoco pertenecen a la comunidad, sus derechos y deberes son casi inexistentes (Girard, 1985: 19).

    Otra forma de entender la eleccin de la vctima puede ser vista desde lo propuesto por Ren Girard, quien ha postulado que la ocurrencia de un mal, desgracia o catstrofe sobre un grupo o localidad, puede ser entendido como un acto de violencia y como tal es necesario acabar con ella, en tanto su presencia representa consecuencias negativas sobre la poblacin (muertes, plagas y enfermedades, entre otras). Una forma de aplacar esta violencia es ejecutando un acto que desve esta situacin hacia un solo ser, hacia una sola vctima y no hacia la sociedad en su conjunto. Esta accin sera una de las razones que llevarn al grupo a buscar un ente que canalice dicha violencia, de manera de convertirlo en una suerte de mal menor.

    Dado que lo que se busca es desviar la violencia y el mal que est acechando a los hombres en su conjunto a uno solo, es necesario que a quien se ofrezca en sacrificio sea capaz de cumplir dicho objetivo y ms importante an, no generar ni reproducir nuevas oleadas de violencia y males. Para esto se debe evitar el surgimiento de cualquier tipo de venganza sobre la vctima y acabar as con la violencia acaeca.

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    La sociedad intenta desviar hacia un vctima relativamente indiferente, una vctima sacrificable, una violencia que amenaza con herir a sus propios miembros, los que ella pretende proteger a cualquier precio (Girard, 1985: 12).

    Tal como seala el autor, es preferible sacrificar a una persona a que la desgracia afecte a todo el grupo y con ello las consecuencias sean mayores. Bajo esta lgica, la ofrenda ser la contenedora de los males y con su muerte o entrega se desvan aquellos hechos que afectan la convivencia y el devenir de la sociedad.

    como hemos observado, el sacrificio se sita dentro de una ceremonia religiosa y ritualizada, por lo tanto slo es entendible y concebible dentro de dicho contexto. Previo a la realizacin del sacrificio tanto quien lo oficia como el lugar en que se practica son espacios ordinarios que no han sido dotados de sacralidad El sacrificio es un acto religioso que no puede cumplirse ms que en un medio religioso y por medio de agentes esencialmente religiosos. Hasta antes de la ceremonia ni el sacrificante, ni el lugar, ni los instrumentos, ni la vctima tienen ese carcter religioso (Mauss & Hubert, 2010: 90).

    Las ceremonias rituales y el sacrificio deben ser oficiados por un miem-bro de la sociedad que ha sido preparado y consagrado para cumplir con dicha funcin, por lo general son curanderos, sacerdotes o miembros pertenecientes a un grupo elegido que ha recibido las cualidades y ha sido investido socialmente para cumplir este rol. Esta investidura es la que a la vez los dota de la autoridad y carga de efectividad a las acciones de ste, en tanto quien oficie la ceremonia ritual y el sacrificio, debe obrar en pos de la sociedad y no de fines u objetivos particulares. El sacerdote est familiarizado con el mundo de los dioses, con el que est en parte comprometido por estar previamente consagrado (op. cit., pg. 95).

    Los lugares en los que se ha de llevar a cabo todo ceremonial y acto sacrificial debe tambin estar concebido o haber sido sacralizado y ritualizado para esto, lo mismo ocurre con quien dirige la ceremonia y con el objeto o ser que se entregue en sacrificio. Por lo general hay elementos de la naturaleza o mticos que dotan a estos sitios de su carc-ter sagrado, son lugares en los que ya ha acontecido algo y es conocido como tal por todo el colectivo. Se vincula la sacralidad de un lugar al

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    poder totmico con se instituy ese lugar por parte de un ancestro descrito por el mito (Bentu, 2003).

    i.i. el sacrificio en diversas culturas

    Los sacrificios tanto de animales como de humanos (siendo las vctimas nios, mujeres o prisioneros de guerra) han estado presentes y constituyen la historia de la mayor parte de las culturas indgenas y no indgenas del mundo y en especial de Amrica Latina. Su realizacin suele estar asociada a un pago u ofrenda a los dioses o seres superiores como hemos visto, buscan mantener los equilibrios y el bienestar de sus dioses, sus funciones y finalidades estarn definidas por los contextos particulares que aquejan a cada pueblo en un momento determinado.

    Los grandes imperios que se erigieron en Amrica Latina como los aztecas en Mxico y los incas en el actual Per tenan como prctica establecida la realizacin de dichos sacrificios en pocas de fiesta o ceremonia ritual, as como en momentos en que fuese necesario por la ocurrencia de fenmenos imprevistos como lo son comnmente los desastres naturales.

    En mesoamrica se pueden distinguir dos grandes categoras de sacrificios humanos: aquellos que se dan en el mbito divino y que conllevan la muerte sacrificial de un dios o de un humano, y aquellos en los que el hombre es quien sacrifica a otros hombres, a peticin y en honor de los dioses (Lpez Lujn & Olivier, 2010: 34-35).

    Ejemplos de estos sacrificios vemos a continuacin:

    Que los Ingas tenan tierras sealadas en todo este reino para sacrificios, llamado usno, que es para sacrificar siempre cpac cocha al sol y a las uacas caray, al caminar apachita, es la ley y sacrificio de los Ingas. De cmo el Inga sacrificaba a su padre el sol con oro y plata, y con nios y nias de diez aos, que no tuviesen seal ni mancha ni lunar y fuesen hermosos; y para ello hacan juntar quinientos nios de todo el reino y sacrificaban en el templo de Coricancha, que todas las paredes altas y bajas estaban guarnecidas de oro

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    Natalia Caniguan

    finsimo, y en lo alto del techo estaban colgados muchos cristales y a los dos lados dos leones apuntando el sol (Guaman Poma de Ayala, 2008 (1993).

    Los incas realizaban ofrendas humanas (capaccocha) por diversos motivos, como cuando el emperador iba a la guerra, cuando se mora o enfermaba, en los festivales ms importantes de junio o diciembre. Las deidades (huacas) reciban parte de las ofrendas de la capaccocha. As, el sacrificio de Juanita, La Momia de Ampato, nia de 12 o 13 aos de edad, fue ofrendada a los dioses montaa (apus) alrededor del ao 1466 en la poca de Inca Yupanqui, a causa de la erupcin del volcn Misti que habra ocurrido entre 1440 y 1450. Los dems cuerpos que se han encontrado en las montaas o apus del Pichu Pichu, Misti, Chactani y otras montaas debieron corresponder a lugares aledaos a las montaas y que servirn de acompaantes de Juanita (Taipe, 2005: 2-3).

    En el caso mexicano:

    Por eso los antiguos mexicanos, concibiendo el maz como un ser personal que recorra el curso entero de la vida entre la siembre y la siega, sacrificaban a nios recin nacidos cuando sembraban el maz, nios mayorcitos cuando brotaba la sementera, y as sucesivamente hasta que estaba completamente maduro y entonces sacrificaban viejos (Frazer, 1994: 437).

    Los antiguos mexicanos conceban al sol como fuente de todas las fuerzas vitales: consecuentemente le llamaban Ipalnemohuani, aquel por quien todos viven. Pero si concede la vida al mundo, tambin necesita recibir vida de ste, y como el corazn es el asiento y smbolo de la vida, ofrecan al sol corazones ensangrentados de hombres y animales para mantenerle vigoroso y habilitarle para correr su camino por el cielo. As, los sacrificios mexicanos al sol fueron ms mgicos que religiosos, estando ideados no tanto para agradarle y complacerle como para renovar fsicamente sus energas de calor, luz y movimiento (Frazer, 1994: 108-109).

    En Ecuador tambin se consigna la ocurrencia de estos hechos:

    Los indios de Guayaquil, en Ecuador, acostumbraban a ofrendar sangre humana y corazones de personas cuando sembraban sus campos. El pueblo de

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    Caar (ahora Cuenca), en el Ecuador, verificaba el sacrificio de un centenar de nios anualmente en la recoleccin () (Frazer, 1994: 492).

    Dentro de la historia bblica catlica, encontramos tambin la existencia de sacrificios, ya sea la idea madre de esta religin que es que Jess dio su vida por los hombres, as como tambin la peticin de Dios a Isaac para que diese en ofrenda a su hijo como muestra de su fe. A pesar de no consumarse este sacrificio, la nocin de ofrecer algo preciado a los dioses se da cuenta tambin en la religin catlica.

    Al respecto, el relato en el libro del Gnesis seala:

    Despus de todo esto quiso probar Dios a Abraham, y llamndole dijo: Abraham. Y ste contest: Heme aqu. Y le dijo Dios: Anda, coge a tu hijo, a tu unignito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah y ofrcemelo all en el holocausto sobre uno de los montes que yo te indicar. Se levant, pues, Abraham de maana, aparej su asno, y tomando consigo dos mozos y a Isaac, su hijo, parti la lea para el holocausto, y se puso en camino para el lugar que le haba dicho Dios. Al tercer da alz Abraham sus ojos, y vio de lejos el lugar. Y dijo a sus dos mozos: quedaos aqu con el asno; yo y el nio iremos hasta all, y despus de haber adorado, volveremos a vosotros. Y tomando Abraham la lea para el holocausto, se la carg a Isaac, su hijo, tom l en su mano el fuego y el cuchillo, y siguieron ambos juntos. Dijo Isaac a Abraham, su padre: padre mo, qu quieres hijo mo?", le contest. Y l dijo aqu llevamos el fuego y la lea, pero la res para el holocausto dnde est? Y abraham le contest: Dios se proveer de res para el holocausto, hijo mo; y siguieron juntos los dos. Llegados al lugar que le dijo Dios, alz all Abraham el altar y dispuso sobre l la lea, at a su hijo y le puso sobre el altar, encima de la lea. Cogi el cuchillo y tendi luego su brazo para degollar a su hijo. Pero le grit desde los cielos el ngel de Yav dicindole: Abraham, Abraham. Y este contest: heme aqu. No extiendas tu brazo sobre el nio le dijo y no le hagas nada, porque ahora he visto que en verdad temes a Dios, pues por m no has perdonado a tu hijo, a tu ungnito. Alz Abraham sus ojos y vio tras s un carnero enredado por los cuernos en la espesura y cogi el carnero y le ofreci en holocausto en vez de su hijo (Biblioteca de autores cristianos, MCMLXII).

    Junto a la universalidad de la realizacin de los sacrificios, un segundo elemento comn y presente en la mayor parte de los pueblos son los relatos y mitos asociados a los diluvios, ya sean estos a causa de lluvias

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    o maremotos. Independiente de la forma en que suceda la inundacin, muchos de ellos tienen relacin con el deseo de muerte de la poblacin y la salvacin de slo un grupo de elegidos.

    Al respecto, el relato ms difundido y conocido es la construccin del Arca de no, en la que se habran salvado las especies necesarias para reconstruir el mundo una vez sucedido un diluvio enviado por Dios y que durara 40 das.

    El diluvio:

    Dijo luego Jehov a No: Entra t y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de m en esta generacin. De todo animal limpio tomars siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. Tambin de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados an siete das, yo har llover sobre la tierra cuarenta das y cuarenta noches; y raer de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. E hizo No conforme a todo lo que le mand Jehov. () Y sucedi que al sptimo da las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. () Y fue el diluvio cuarenta das sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elev sobre la tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que haba debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos ms altos subieron las aguas, despus que fueron cubiertos los montes. Y muri toda carne que se mueve sobre la tierra, as de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tena aliento de espritu de vida en sus narices, todo lo que haba en la tierra, muri. As fue destruido todo ser que viva sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron rados de la tierra, y qued solamente No, y los que con l estaban en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta das (Biblioteca de autores cristianos, MCMLXII).

    Tenemos, por tanto, que los dos elementos fundantes de lo acontecido en la zona del Budi en 1960 son hechos que se repiten y encuentran en la mayor parte de las sociedades y pueblos del mundo, responde a un sistema de creencias generalizado, a un arquetipo, entendido ste como la simbolizacin de experiencias comunes a todas las culturas,

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    una sabidura compartida por la humanidad, de experiencias de tras-cendencia comunitaria e individual. La experiencia y los hechos llevan a reactualizar un arquetipo que en este caso corresponde al sacrificio de ofrenda, la presencia de este arquetipo acta al nivel del inconsciente, se revive un mito por medio de la realizacin del sacrificio de un menor en El cerro La Mesa tras la ocurrencia del maremoto.

    Desde esta ptica no es un elemento del cual debamos sorprender-nos o reprochar, responde ms bien a una concepcin generalizada de creencias que explican y contextualizan estos hechos y como tales slo dan cuenta de un saber adquirido, que se encuentra en el inconsciente del colectivo.

  • Ritualidad mapuche y sacrificio

    Fotografas extradas de un reportaje de Revista Ercilla, 12 de julio de 1960.

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    Relatos del Sacrificio en el Budi

    ii. Ritualidad mapuche y sacrificio

    El pueblo mapuche cuenta con un sistema de religiosidad o creencias propio que ha perdurado a lo largo de su existencia como sociedad, no estando exento de influencias y contactos venidos de otros sistemas reli-giosos, empero, ha mantenido un ncleo que lo configura y da sentido, el cual es posible observar hasta hoy en da.

    Dentro de este sistema de creencias o de cosmovisiones del mundo mapuche, la ritualizacin en la celebracin de ceremonias y rogativas es un elemento constituyente de ste, en tanto es el espacio en el que se propicia la comunicacin con chau ngenechen, figura e imagen de lo que se podra denominar un dios o ser superior. Junto a esta imagen deidificada encontramos, tal como lo seala curivil (1995), la venera-cin y reproduccin de las enseanzas de los antepasados, forjando este conocimiento el centro y eje de las formas de llevar a cabo las ceremonias y ritos en la actualidad.

    Junto a este ser existen tambin lo que algunos han denominado como dueos o protectores de los elementos de la naturaleza, los llamados ngen, vistos como seres o fuerzas que habitan en todo el medio natural y hacia quienes se debe mantener respeto, que se expresa en el mismo respeto y en el cuidado por la naturaleza de manera general.

    Es en la realizacin de ceremonias y rogativas que se reconstruye y vive la comunidad mapuche en su aspecto simblico. En estos momentos se rene fsica y espiritualmente la sociedad, se reafirman los lazos sociales, siendo un hecho que va ms all del instante mismo en que se realiza.

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    Se realiza con el fin de fortalecer las relaciones entre dios y la comunidad mapuche, con lo que se espera que la celebracin realizada, en representacin de toda la comunidad, tenga un valor y funcionalidad con efectos benignos para todos (Araya Anabaln, 1998: 273).

    En la realizacin del nguillatun existe una serie de elementos que lo configura y que lo vuelven tal, los que se relacionan adems con el sentido y el objetivo que persigue esta ceremonia. Generalmente, los nguillatun son realizados con la finalidad de pedir a ngenechen segn se necesite, por ejemplo, se pedir por las cosechas, bonanzas, o tambin se pedir por lluvias en tiempos de sequa o cuando stas escasean. Segn el propsito perseguido se izarn banderas negras o blancas, las primeras cuando se quiera llamar al agua y la lluvia y las segundas cuando se pidan positivas cosechas y que sucedan cosas buenas para la comunidad.

    Los nguillatunes de hoy son ceremonias colectivas de peticin y gracia y se realizan en asociacin a ciclos agrcolas o durante situaciones de crisis (Bacigalupo, 1995: 60).

    Adems de los colores presentes en las banderas enarboladas, se suelen sacrificar aves (gallinas) u ovejas ya sean blancas o negras, acorde a lo que se est pidiendo y con el fin de obtener la gracia de los dioses.

    Generalmente en los nguillatunes usan la bandera azul, la bandera blanca, bueno el azul significa sabidura y el blanco es que venga todo lo mejor y bandera negra lluvia, cuando hay una sequa grande en un lugar entonces hay que pedir con bandera negra que significa aguas lluvias (Maripil, 2012).

    Dentro de este mundo y sistema sacro es de suma importancia la figura de la/el machi, quien ser el/la encargado de curar las enfermedades, as como tambin desarrollar un rol sacerdotal basado en su comunicacin y conexin que posee con el mundo de los dioses y lo sagrado. Es por medio de esta conexin que en instancias tales como el nguillatun, la machi ser la encargada de obtener los beneficios que se requieren para el bien de la comunidad.

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    La machi en su actuar se rige normalmente por medio de los mensajes que recibe a travs de los sueos o pewma en lengua mapudungun. Dichos sueos actan a modo de visiones que se deben interpretar y que guiarn el accionar de la machi en pos de la comunidad. La figura de la machi es por tanto un rol que acta por el colectivo y no en beneficio personal.

    La machi acta as cuando se le busca, ella sanar y tratar a los en-fermos que a ella lleguen, participar de las ceremonias de nguillatun a las que se le invite o que organice, y en casos de catstrofes o situaciones inesperadas puede tomar las acciones que considere mejor para el deve-nir del grupo, acciones tomadas en base a sus pewma y conocimientos.

    La machi interactua con la naturaleza en pos de conseguir el bien para la comunidad especialmente en todos aquellos fenmenos que se vuelven imprevisibles para las personas. La naturaleza es para el mundo mapuche un elemento con el cual se debe convivir en armona y con el cual es necesario mantener ciertos equilibrios, al romperse este equilibrio las manifestaciones de desaprobacin de la naturaleza son concebidas por tanto como sancin al grupo y como tal se vuelve necesario subsanar dicha situacin.

    Un ejemplo de este tipo de castigo son los terremotos, asociados a la prdida del equilibrio en el comportamiento de los hombres, as como en su relacin con la naturaleza, adems del abandono de sus prcticas culturales. Por tanto, es una forma de llamado de atencin a los hombres para que restablezcan el orden perdido. La ocurrencia de terremotos nunca estuvo ajena al conocimiento sobre la tierra de los mapuche, lo que se expresa, tal como lo vio Rodofo Lenz (1912), en el hecho de que dentro de su lengua, el mapudungun, posean un trmino especial para designar estos sucesos: nuyun.

    Dado este carcter de castigo y de necesidad de volver al orden y equilibrio perdido es que se deben llevar a cabo acciones que apacigen a las fuerzas de la naturaleza, de all que se busque entregar ofrendas para calmar y controlar el caos reinante, tal como lo indica Foerster (1995): Los terremotos (nuyun) tan comunes en Chile y los maremotos son expresio-nes reales de conflicto, son provocados por las fuerzas numinosas para poner fin a la maldad humana. De all que la respuesta de los humanos, frente a

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    estos estados lmites, ha sido siempre y en primer lugar efectuar sacrificios (se sustituye a la vctima humana por un animal) y correlativamente reen-contrarse con el ad mapu (las costumbres ancestrales) (138 - 139).

    concepcin similar existe en las creencias de los pueblos indgenas que ocuparon Mxico, quienes conciben la ocurrencia de sacrificio como forma de remediar y expiar culpas cuando sus acciones no son lo que debiesen ser. En su caso, el castigo estara dado por el sol o la luna, en tanto son consideradas las principales deidades y si ellas requeran de algn humano como ofrenda, significaba que la ofensa o castigo era mayor y no era posible de reparar slo por el sacrificio de un animal.

    El sacrificio humano era efectivamente un castigo: si el sol y la luna exigen hombres en lugar de animales, es porque no cumplieron con su deber (Graulich, s/a: 20).

    ii.i. treng treng y Kai Kai y el origen del sacrificio

    El relato de Treng Treng y Kai Kai es un mito fundacional dentro de la historia del pueblo mapuche. Los cronistas llegados desde Espaa lo recogieron tempranamente asocindolo sin duda a los relatos del diluvio universal de la creencia catlica.

    Este relato nos habla de la existencia de dos serpientes, una de ellas asentada en los cerros llamada Treng Treng y una segunda que habita en las aguas llamada Kai Kai. En una ocasin habra existido una disputa entre estas dos fuerzas y Kai Kai habra intentado ahogar a Treng Treng y con ello a todos los hombres. En esta lucha los hombres debieron huir hacia el Treng Treng para librarse de las aguas, el cerro o Treng Treng comenz a crecer para salvar a los hombres.

    El relato de Diego Rosales (1877) a inicios del siglo XVII recopila lo siguiente1:

    1 copiado segn original disponible en www.memoriachilena.cl

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    Relatos del Sacrificio en el BudiNatalia Caniguan

    Y es que tienen mui credo que quandi sali el mar y aneg la tierra antiguamente, sin saber qundo (porque no tienen serie de tiempos ni cmputos de aos) se escaparon algunos Indios en las cimas de unos montes altos que lla-man Tenten, que los tienen por cosa sagrada. Y en todas las Provincias ay algn Tenten y cerro de grande veneracin, por tener credo que en l se salvaron sus antepassados del dilubio general, y estn a la mira, para si vbiere otro dilubio, acogerse a l para escapar de el peligro, perssuadidos a que en l tienen su sagrado para la ocasin, presuncin que pretendieron los descendientes de No quando fabricaron la torre de Babel.

    Aaden a estos: que antes que sucediesse el dilubio o salida de el mar, que ellos imaginan, les avis un hombre, pobre y humilde, y que por serlo, no hizieron caso de l, que siempre la sobervia humana desprecia la humildad y no cree lo que no es conforme a su gusto. En la cumbre de cada uno de estos montes altos llamados Tenten, di-zen que habita una culebra de el mismo nombre, que sin duda es el Demonio, que los habla y que antes que saliesse el mar les dixo lo que ava de succedes, y que se acogiesen al sagrado de aquel monte, que en l se libraran y l los amparara.

    Mas los Indios no lo creyeron, y tra-taron entre s que si acaso sucediesse la inundacin que deza Tenten, unos se convertiran en vallenas, otros en pege espada, otros en lisas, otros en rbalos, otros en atunes y otros en pescados; que el Tenten les faborecera para eso: para que si saliessen derrepente las aguas y no pudiessen llegar a la cumbre de el monte, se quedasen nadando sobre ella, transformados en pezes; que asspi les engala el demonio.

    Fingen tambin que ava otra Culebra en la tierra y en los lu-gares baxos llamada Caicai-Vilu, y otros dizen que en esos mismos cerros, y que esta era enemiga de la otra culebra Tenten y asimismo enemiga de los hombres, y para acabarlos hizo salir el mar, y con su inundacin quiso cubrir y ane-gar el cerro Tenten y a la culebra de su nombre, y ass mismo a los hombres que se acogiessen a su amparo y trepassen a su cumbre. Y compitiendo las dos culebras Tenten y Caicai, esta haza subir el mar, y aquella haza levantar el cerro de la tierra y sobrepuxar al mar tanto quanto se lebantaban sus aguas. Y que lo que succedi a los Indios, quando el mar comenz a salir y inundar la tierra, fue que todos a gran priessa, se acogieron al Tenten, subiendo a porfa a lo alto y llebando cada uno consugo sus hijos

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    en ellas; y que de ay proceden los linages que ay entre ellos, de indios que tienen nombres de pezes, porque muchos linages llevan nombres de vallenas, lobos marinos, lisas y otros pezes. Y aydales a creer que sus antepasados se trasnformaron en pezez, el aver visto en estas costas de el mar de Chile en muchas occasiones Sirenas, que han salido a las playas con rostro y pechos de muger, y algunas con hixos en los brazos.

    Asentadas estas fingidas transfor-maciones y soado Dilubio, queda la difficultad de cmo se conservaron los hombres y los animales; a lo qual dizen: que los animales tubieron ms instinto que los hombres, y que conociendo mexor los tiempos y las mudanzas, y que conociendo la inundacin general, se subieron con presteza al Tenten y se escaparon de las aguas en su cumbre, llegando a ella ms presto que los hombres, que por incrdulos fueron pocos los que se salvaron en la cumbre de el Tenten. Y que de estos murieron los ms abrasados de el sol. Porque como fingen que las dos culebras, Caicai y Tenten, eran enemigas, y que Caicai hizo salir las aguas de el mar para que, sobrepuxando a los montes, anegassen a los hombres y al monte Tenten y a su culebra, que los faboreca, y que Tenten, para mostrar su poder y que ni el mar le

    y mugeres y la comuda que con la prisa y la turbacin podan cargar. Y a unos les alcanzaba el agua a la raz de el monte y a otros al medio, siendo mui pocos los que llegaron a salvarse a la cumbre. Y a los que alcanz el agua les succedi como lo avan trazado, que se convirtieron en Pezes y se conservaron nadando en las aguas, vnos transformados en vallenas, otros en lisas, otros en rbalo, otros en atunes y otros en differentes pezes. Y de estas trans-formaciones, fingieron algunas en peas, diziendo: que porque no los llebassen las corrientes de las aguas, se avian muchos convertido en peas por su voluntad y con ayuda de el Tenten. Y en confirmacin de esto muestran en Chilo una pea que tiene figura de muger con sus hixos a cuestas y otros a los lados, que el autor de la naturaleza la cri de aquella forma, que parece muger con sus hixos. Y tienen mui credo que aquella muger en el Dilubio, no pudiendo llegar a la cumbre de el Tenten, le pidi transformarse en piedra con sus hixos porque no la llebassen las corrientes, y que hasta ahora se qued all convertida en piedra. Y de los que se transforma-ron en Peces, dizen que passada la inudacin o dilubio, salan de el mar a comunicar con las mugeres que iban a pescar o coger marisco, y particularmente acariciaban a las doncellas, engendrando hixos

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    poda inundar ni sobrepuxar con sus aguas, se iba suspendiendo y levantando sobre ellas. Y que en esta competencia la vna culebra, que era el Demonio, diziendo Cai, cai, haza crecer ms y ms las aguas, y de ay tom el nombre de Caicai. Y la otra culebra, que era como cosa divina, que amparaba a los hombres y a los animales en lo alto de su monte, diziendo Ten, ten, haza que el monte se suspen-diesse sobre las aguas, y en esta porfa subi tanto que lleg hasta el sol. Los hombres que estaban en el Tenten se abrassaban con sus ardores, y aunque se cubran con callanas y tiestos, la fuerza de el sol, por estar tan cercanos a l, los quit a muchos la vida y pel a otros, y de ay dizen que proceden los calvos. Y que ltimamente el ambre los apret de suerte que se coman unos a otros. Y solamente attendieron a conservar algunos animales de cada especie para que multiplicassen, y algunas semillas para sembrar.

    En el nmero de los hombres que se conservaron en el Dilubio ay entre los Indios de Chile grande varierdad, que no puede faltar entre tantos desvaros. Porque vnos dizen que se conservaron en el Tenten dos hombres y dos mugeres con sus hixos. Otros, que un hombre solo y vna muger, a quienes llaman:

    Lituche, que quiere dezir en su lengua: Principio de la generacin de los hombres, sean dos, o quatro con sus hijos. A estos les dixo el Tenten que para aplacar su enoxo y el de Caicai, seor del mar, que sacrificassen uno de sus hixos, y descuartizndole en quatro pares, las echassen al mar, para que las comiessen los Reyes de los Pezes y las Sirenas, y se serenasse el mar. Y que haxindolo ass, se fueron disminuyendo las aguas y volviendo a vaxar el mar. Y al passo que las aguas iban vaxando, a esse pasoiba tambin vaxando el monte Tenten, hasta que se assent en su propio lugar. Y diciendo entonzes la cu-lebra Ten, ten, quedaron ella y el monte con ese nombre de Tenten, clebre y de grande religin entre los indios.

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    Este relato sin duda est cruzado por una lectura cristiano catlica de los hechos, en tanto no podemos olvidar que Diego Rosales es un sacerdote que pertenece a la orden Jesuita de la compaa de Jess y que impera en su mirada la lgica de la religin, lo que se demuestra claramente en las comparaciones y semejanzas que detalla en el relato con el diluvio del arca de no.

    En esta recopilacin de Rosales se dara cuenta de la realizacin del sacrificio de un menor como forma de aplacar a Kai Kai y con ello acabar con la desgracia que los abata. La realizacin de este acto constituir, a su vez, el inicio de la celebracin del nguillatun como un acto de rito y comunicacin con las divinidades.

    Eulogio Robles, en su escrito acerca de los nguillatunes, seala como hiptesis y en base a los relatos por l recogidos que la primera de estas ceremonias se habra llevado a cabo en el relato mtico de Treng Treng y Kai Kai:

    Hace mucho tiempo, kuifi, dicen hubo una grande inundacin. Enorme lagarto sali del centro de la tierra i grit cai cai!. La tierra se agriet por muchas partes. Gruesos borbollones brotaron de esas grietas i llenaron de agua los campos. La jente se refuji en una altura llamada tren tren. Con rapidez ascendieron tambin a ella toda clase de seres: leones, venados, pjaros i grandsima cantidad de sabandijas. Cubierta la superficie de los campos, el nivel del agua se elevaba ms i ms. Empero, no poda llegar a la cumbre del tren tren que creca en la altura a medida del ascenso del agua. Suba y suba en tren tren i lleg tan arriba que casi toc el sol. La temperatura se haca insoportable,. Para refrescarse la gente se pona sobre sus cabezas ollas de greda llenas de agua. En la cumbre del Tren Tren espacio reducido, era peligroso moverse con tanta sabandija i tanta culebrera, segn la grfica i testual espresin de uno de nuestros informantes. I las mujeres tuvieron que amarrarse estrechamente las estremidades de sus vestidos para librar las piernas de las ofensas de esos bichos. Oyse el grito Tren tren! I las aguas comenzaron a bajar, como a subir cuando se oy el de Cai cai!

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    Los indios celebraron su primer guillatun Sacrificaron un nio hurfano para obtener la sangre que se emple en la ceremonia. En pos de este sacrificio vino el de gallos i gallinas cuya sangre iban vertiendo en las aguas que se retiraban. En la costa de Arauco hemos odo la relacin de esta fbula modificada en algunos de sus detalles. El agua no provino del seno de la tierra: fue una salida de mar. Precedi a su irrupcin un animal que surjido de l gritaba hupe, hupe. Cuando se retiraron las aguas el animal se fue mar adentro gritando Cai! Cai! Era un monstruo con cuernos sin forma determinada del color de las aguas, i fue visto de costado en medio del oleaje. En la altura del Tren Tren, los refujiados deban soportar silenciosos que culebras i lagartijas se pasearan libremente por su cuello i rostro i si proferan palabras al momento quedaban convertidos en piedra. Al comienzo de la inundacin, se vio a un mapuche navegando en un bote a dos remos en el agua que invada la tierra, i cuando baj, el mismo indio se fue mar adentro perdindose en las aguas. Era el dueo de las aguas (Robles, 1910).

    Martn Gusinde tambin recopil un relato acerca del mito de Treng Treng y Kai Kai:

    Existen dos fuerzas que se hallan en constante e irreconciliable lucha. Llmase la primera Kai Kai y es simbolizada por el agua, debido a que es el rey de este elemento, lo gobierna, lo mueve, lo agita provocando la marea y produciendo grandes tempestades, ejerciendo finalmente una influencia muy poderosa sobre la atmsfera, clima, temperatura, etc. En algunas partes de la provincia del sur, los indgenas se figuran esa fuerza en forma de una gran serpiente, y los indios de la provincia de Cautn la tienen por un cuadrpedo monstruoso o un pjaro de cuerpo muy extico.

    Habita en las ms profundas entraas de la tierra y es ah donde tiene encerrada las enormes masas de agua congelada, es decir, en estado slido. Slo de vez en cuando da libertad a este elemento, y entonces, dejndolo salir de su recinto, produce grandes inundaciones (mangi) en diferentes partes de la superficie de la tierra.

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    Natalia Caniguan

    La otra fuerza es llamada Treng Treng, simbolizada por la tierra seca o slida.

    Esta, por su parte, contrarresta constantemente las influencias malficas de Kai Kai cuando intenta provocar otro diluvio. Gran serpiente que habita en los altos cerros e inaccesibles cordilleras del continente. Manifiesta su poder por la facilidad con que absorbe las enormes masas de agua, toda vez que Kai Kai se prepara para derramarlas en grandes cantidades.

    Tambin en varias ocasiones suelen librarse grandes combates entre aquellos dos elementos monstruosos, principalmente cuando cada uno desea proceder a su capricho. Asi, por ejemplo, el Treng Treng trata a veces de impedir las lluvias a fin de exterminar a Kai Kai; y ste, en cambio, resiste a su enemigo por medio de grandes tempestades, relmpagos y truenos, hasta temblores que asustan a los hombres infundindoles temor y miedo.

    Si Kai Kai intenta sorprender y atacar al Treng Treng entonces lanza un tremendo grito, y slo por esta poderosa vibracin producida por su portentosa voz, se abren las cataratas de los abismos, los volcanes se ponen en erupcin, las montaas se estremecen y el diluvio estalla.

    En este caso, delante de una catstrofe tan fatal, el Treng Treng ha de estar alerta de que su contendor no se adelante gritando, y si alcanza a lanzar el grito antes de Kai Kai, entonces se detienen las aguas y las inundaciones, por ms fuerza que haga el enemigo.

    En aquella poca lejana en que sobrevino el diluvio logr Kai Kai lanzar su grito con mucha anticipacin y as cumplise su deseo malfico de destruir al gnero humano; despus nunca jams logr hacerlo, porque, desde entonces, el buen Treng Treng se ha puesto mucho ms cuidadoso por conservar y defender la especie humana.

    Al principiar el diluvio, cada uno de los dos enemigos empieza sus cnticos sonoros que son como el ruido de una mquina, diciendo al comps del crecimiento de las aguas: Kai Kai, Kai Kai, Kai Kai; y el otro, Tren Treng, Treng Treng, Treng Treng; as siguen cantando todo el tiempo, hasta que estas dos fuerzas enemigas normalizan nuevamente la naturaleza.

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    La manera como Kai Kai destruy la tierra es sta: las aguas no slo venan del cielo en forma de lluvias, al contrario, Kai Kai guardaba almacenadas en las entraas de la tierra () al dejarlas en libertad, salieron en inmensas cantidades, inundndola completamente y reducindola a un grandioso barrial; slo aquellos cerros donde moraba Treng Treng no fueron disueltos, porque su poder mantena la solidez por medio de su canto, y a medida que iban subiendo las aguas, aquellos cerros flotantes crecan continuamente (Gusinde en Mege, 1997: 22-24).

    Estos tres relatos nos dan cuenta de la lucha de estas fuerzas repre-sentadas en la imagen de las serpientes, que buscaban acabar con la humanidad hasta entonces existente, y que a la vez da paso al nacimiento de una nueva generacin de personas y de sociedad. nace aqu la nueva comunidad ritual que tendr su expresin religiosa en la celebracin del nguillatun, que ser un elemento de comunin e identidad.

    Pero Treng Treng y Kai Kai no es el nico relato que nos habla de la existencia de sacrificios humanos al interior de la cultura mapuche. Toms Guevara ya en su trabajo del ao 1908 nos da cuenta de la existencia de un cuento en el que tambin se hace alusin a un cataclismo que aca-bara con la realizacin de un sacrificio, al respecto la narracin seala:

    Cuento de un terremoto.

    De Nahuel Huinca; Maquehua.

    Nahuel Huinca era joven todava en el tiempo del terremoto. Cuatro adivinos llamados Maripil, Puran, Ruquil y Pailla anunciaron un temblor a los caciques. Iba a durar seis das. Dijeron que de una laguna iba a salir un caicai (mito) que se iba a juntar con el llullul (animal con forma de gato). Si se juntaban, se acabara el mundo.

    Entonces los caciques hicieron un nguillatun en Puancho a la orilla de la laguna, de donde saldra el caicai. Mataron muchas borregas negras i a un mapuche llamado Antio lo mataron con lanza i le dijeron que no dejara pasar al caicai. Su cuerpo lo echaron al mar los adivinos.

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    Al cuarto da de temblor sintieron como un remolino de viento afuera de la laguna, de donde haba salido; era el caicai. Le tiraron el lazo i lo atajaron entre todos con lanza i lo hicieron volver a la laguna. No tembl ms (327).

    como podemos leer, este cuento tambin se relaciona con la ocurrencia de un diluvio, es una narracin sin duda influenciada por el mito de Treng Treng y Kai Kai, dndonos cuenta de lo esencial que resulta este mito para el pueblo mapuche.

    En diversas conversaciones con gente mayor de las comunidades, ellas recuerdan que sus padres o abuelos les hablaban de que en algn momento de la historia se habran llevado a cabo sacrificios de menores, existe inclusive una aceptacin y cierta naturalidad en la ocurrencia de dichos hechos como elemento del pasado.

    S, se haba hecho muchos aos, haban sacrificado una guagua, as que era natural, decan que la haban tirado al mar, otros decan que habran sobrevolado la boca del volcn y ah haban mandado el corazn del nio. Tendra que haber algo en ese tiempo porque nosotros todava no estaramos siquiera (Huaracan, 2012).

    Como vio que se estaba saliendo el mar, llev a todos sus nios a la parte ms alta del cerro; su hermano Manuel Segundo le dijo entonces que, en la antigedad, para calmar el mar haba que lanzar a l un niito y esto se lo haba contado su padre ya fallecido () fuera de lo odo a su hermano, tambin haba escuchado a ancianos decir que era una costumbre de sus antepasados hacer sacrificios humanos para evitar grandes calamidades (JUAN JOS PAINECURA PAINEO y otros procesos, 1962).

    Estos relatos de sacrificios de menores se mezclan a su vez con relatos que hablaran de la existencia de un sistema de infanticidio dentro de la poblacin mapuche, para sancionar en cierto modo el nacimiento de hijos de madres solteras y de nios que pudieran significar algn tipo de mal o elemento negativo dentro del grupo.

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    Segn lo que contaba mi bisabuela, contaba mi mam, dicen que un huachito que no tena padre, una guagita recin nacida, deca mi abuelita antigua, deca que los mataban, pero que era por huachito (Marinao, 2012).

    El infanticidio era otro gnero de sacrificio regular. Las mujeres solteras procedan a matar a sus hijos al momento de nacer () Otras veces, para vengarse del hombre que las embaraz, sacrificaban al infante extrayndole los testculos y tostndolos al fuego, a fin de quitarle la virilidad. Tambin eliminaban a los nios que venan al mundo con alguna anomala fsica, pues crean que huaillipen (mito malfico del agua) los haba influenciado y deformado para traer desgracias a la familia. Si naca un par de gemelos, mataban a uno que denominaban huele o demonio que auguraba funestas consecuencias al linaje (Acevedo, 1989).

    no obstante, esta nocin y existencia de sacrificios no est slo asociada a contextos rituales o de celebracin del nguillatun, o como control social por medio del infanticidio, pues se vivieron tambin dentro de la cultura mapuche sacrificios humanos en tiempos de guerra donde las principales vctimas eran los prisioneros de guerra, quienes eran ofrendados en pos de hacer propio el poder blico y guerrero que representaban.

    El acto de matar ritualmente seres humanos entre los araucanos formaba parte del bagaje cultural de las sociedades tribales. Durante el siglo XVI, los prisioneros de la tribu experimentaron una muerte ritual en medio de ceremonias en las que participaban uno o varios linajes (Acevedo, 1989).

    Es conocido el relato que habla que tras la muerte de Pedro de Val-divia los mapuche habran procedido a comer su corazn de manera de obtener su coraje.

    como podemos observar, el sacrificio humano no es ajeno a la cultura mapuche, es un elemento que ha estado siempre presente a pesar de no ser un hecho que se realiza de manera generalizada. En los nguillatunes actuales se ha sustituido la entrega de una vctima humana por ofrendas animales como forma de pago a las deidades, pago que como ya hemos mencionado estar en directa relacin de lo que se est pidiendo, por tanto, la ocurrencia de un cataclismo mayor quizs podra volver a situarnos frente a la realizacin de un nuevo sacrificio humano.

  • el sacrificio y sus relatos

    Cerro La Mesa.

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    Relatos del Sacrificio en el Budi

    iii. el sacrificio y sus relatos

    La historia de Puerto Saavedra se encuentra marcada por el hito que signific la vivencia del terremoto y maremoto del ao 1960. Mucho se sabe acerca de los grandes destrozos que aqu ocurrieron y cmo todo lo acontecido cambi la geografa de la actual localidad y marc la historia de sus habitantes.

    A pesar de lo pblico de esta situacin, poco se sabe acerca del sacrificio de un menor acaecido en el sector de collilleufu, realizado por miembros de las comunidades que habitan la zona del Budi. Segn se consigna en los distintos relatos recopilados, el sacrificio del menor en el cerro La Mesa se produjo el da 5 de junio de 1960, dos semanas despus del terremoto y la salida de mar.

    Aquel da del terremoto comenzaron a sucederse una serie de temblores hasta que vino el de mayor magnitud. Eran cerca de las 15 horas y se recuerda que el mar comenz a recogerse, la mayor parte de la gente corri a subir a los cerros ms cercanos y otros por curiosidad bajaron hacia el mar a recoger los peces que estaban varando por su retroceso.

    Horas ms tarde la salida de mar se llev casas e inund gran parte de sus tierras. Del cerro La Mesa se dice que qued rodeado de agua por todos lados y que la nica forma de subir a l era a caballo.

    Harto pas, las casas se los llev todo, los que estaban a orilla de vega a esos fue los primeros que se llev la casa, ella lo que me deca es as, as que lo encontr como muy fuerte y despus ellos iban a bailar all, ubica el Cerro La Mesa all, fueron a bailar ah, pasaron as con caballos porque haba agua (Cuminao, 2012).

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    Natalia Caniguan

    Tras todo lo que se estaba viviendo, se comenzaron a realizar rogativas en distintos lugares, se saba que de esta forma se poda aplacar la furia del mar y restablecer el orden, haba que volver todo a la normalidad.

    Los nguillatunes se fueron sucediendo uno tras otro, rogativas y sacrificios de aves y animales se llevaban a cabo para poder volver a la normalidad, sin embargo, la tierra segua temblando y continuaba el temor entre la poblacin.

    As, tras dos semanas en que los temblores no cesaban, se reuni gente del sector de collielufu en el cerro La Mesa, lugar considerado Treng Treng, es decir, un lugar sagrado. La cantidad de participantes vara en los recuerdos e historias y seran entre 50 a 100 asistentes, aunque hay tambin quienes aseguran que habra sido slo unos 10 participantes. La ceremonia fue encabezada y dirigida por la machi Mara Juana na-muncura Aen, siendo asistida y acompaada por Juan y Felipe Paian, adems de Juan Jos Painecur, abuelo del menor que ser ofrecido como vctima en el sacrificio.

    Se cuenta que se estaba, en medio de la ceremonia y en un momento de trance de la machi, esta habra revelado que por medio de un pewma el mar le habra pedido que le entregasen un nio en sacrificio para que se calmasen las aguas, por lo que hizo este pedido y sus ayudantes fueron en busca del menor.

    Al ser el abuelo del nio que se sacrificara participante del nguillatun, ste se habra opuesto a que llevasen a su nieto, emper, fue convencido por la machi, quien le seal que esta sera una accin por el bien de toda la comunidad, que sera la salvacin para todos.

    El menor que fue sacrificado y entregado como ofrenda a ngenechen era Jos Painecur, su edad rondaba entre los 6 y 9 aos segn los testi-monios de las personas. Este menor estaba al cuidado de su abuelo Juan Jos Painecur, ya que su madre llamada Rosa Painecur se encontraba trabajando en la ciudad de concepcin como empleada domstica y el padre del menor no lo habra reconocido.

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    Natalia Caniguan Relatos del Sacrificio en el Budi

    Acerca del por qu se habra escogido a este menor se seal, por una parte, que la machi haba tenido un pewma o sueo en el cual ngene-chen le habra comunicado que por medio del sacrificio de un menor se calmaran y retrocederan las aguas y todo volvera a la normalidad; hay otros que sostienen que esta revelacin la habra recibido la machi cuando se encontraba, en el nguillatun y ella estaba en estado de trance.

    De todas maneras, se relata que una vez que la machi hizo la peticin del menor que posea la particularidad de tener que ser hurfano, los asistentes de la machi se dirigieron a la casa de Juan Jos Painecur en busca de su nieto, ya que al no encontrarse su madre en el territorio y no ser reconocido por su padre, era considerado hurfano o kuifal.

    Este ltimo elemento que nos habla de la orfandad del menor, es un tema importante a considerar puesto que su estado podra ser entendido como condicionante de que fuese ofrecido como vctima. Si buscamos comprender por qu se podra escoger a un nio como potencial vctima de un sacrificio, debemos remitirnos a conocer qu caractersticas estn presentes en l en tanto individuo o como grupo.

    En el caso del menor aqu entregado tenemos como primer antecedente el hecho de encontrarse desprotegido, en tanto su madre est ausente por razones de trabajo y su padre no lo reconoci y slo se encuentra al cuidado de su abuelo.

    (Acerca de la vctima) un hurfano, un huacho, cuya madre trabajaba en el empleo domstico y cuyo padre no lo apreciaba como hijo. Separado de Rosa, su madre, haba contrado matrimonio con otra mujer de la cual tena descendencia. El abuelo detestaba a su nieto a cuyo cuidado estaba (Montecinos, 2011: 203).

    Al indagar sobre el qu implica esta desproteccin u orfandad en el mundo mapuche, nos encontramos con antecedentes necesarios a considerar. Dentro del pueblo mapuche y su sistema social, adems de su lengua, encontramos la existencia de cuatro formas de desproteccin de los menores en cuanto a no contar con sus padres o alguno de ellos.Estas formas son kuifal, parawai, imitu y wechen.

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    El primero de ellos, el kuifal trmino que adems se usa para caracterizar a Jos Luis Paian, es aquel menor que no tiene padre ni madre, ni hermanos mayores, lo que implica y significa no contar con respaldo, no cuentas con nadie que te proteja. Una consideracin importante es que la palabra kui significa tero, por tanto ser kuifal alude a no contar con esa matriz que te resguarda. El ser kuifal es estar en el ltimo peldao de la escala social, porque no hay nadie que vele por ti, eso es lo peor que te puede pasar, mejor no ser (caniguan, 2012).

    El segundo tipo corresponde a los imitu, que son aquellos nios recogidos o que han sido entregados a otra familia para que asuman su cuidado, puesto que sus padres o familia directa no cuentan con los recursos y medios para su mantencin. La nueva familia prestar comida, alojamiento y cuidado a este nio que ha sido desamparado.

    Otra caracterizacin es el parawai, que es aquel hijo de madre soltera y cuyo padre es desconocido. Lo que define o determina a este tipo de menor o de grupo social es que su origen es desconocido, se asocia algunas veces su condicin al color de tez, en tanto suelen ser ms blanquitos.

    Finalmente, el wechen es aquel menor o hijo que estando con su padre o madre es a la vez cuidado por el padrastro o madrastra segn corres-ponda el caso. Este menor posee un grupo o ncleo familiar constituido, no obstante, sanguneamente uno de los que est a cargo de su cuidado no est relacionado consanguneamente con l.

    Todas estas formas de desproteccin social se observan dentro de la lgica parental mapuche, en tanto obedecen a condiciones que no estn respaldadas o no cuentan con quien los resguarde y proteja, es decir, que sean sus avales socialmente, situacin que vuelve a estos menores en potenciales ofrendas a ser entregadas en caso de catstrofe como la vivida en el ao 1960.

    Los relatos acerca del sacrificio abundan y varan segn de quin provengan. A continuacin presentaremos algunos de los testimonios recopilados que nos dan cuenta de las diversas formas de ver y entender un mismo acontecimiento.

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    Relato 1.

    En los nguillatunes celebrados por los mapuches del litoral con motivo de los sismos y el maremoto de mayo de 1960, las banderas, los animales y los instrumentos fueron todos de color blanco, y en la reduccin de collileufu, situada junto al mar y a pocos kilmetros al sur de Puerto Saavedra, se lleg hasta al sacrificio humano la ms arcaica de las cos-tumbres rituales de los mapuches cuando vieron que los sacrificios de los animales, aunque con piel blanca , no eran suficientes para terminar con tan extraordinarios acontecimientos (Dowling, 1971: 77).

    Ms adelante, el relato vuelve a ser retomado:

    En aquella ocasin, con motivo de la salida del mar en Collileufu, se sacrific a un nio por mandato de la machi Mara Juana Namuncura y dijimos que tal orden obedeci al imperativo del momento cuando la machi tuvo una revelacin durante un sueo por el cual el pasado se hizo vvido en su mente la machi, como ningn otro miembro de la comunidad, deba conservar intacta la imagen del mito entre los arcanos de su inconsciente, especialmente en su parte final cuando Treng Treng pide a los que an viven que es necesario realizar un esfuerzo supremo sacrificando la vida de un nio para as aplacar los postreros intentos de Kai Kai destinados a destruir hasta el ltimo vstago del pueblo mapuche (op. cit: 133).

    En este relato recopilado por Jorge Dowling en el ao 1971, se hace mencin a elementos que conforman la realizacin del nguillatun. como primer punto, se menciona la utilizacin del color blanco dentro de la ceremonia, ya sea en las banderas, animales y ropas de los asistentes, pues, como vimos anteriormente, el color blanco representa y pide por tiempos de bonanza, que se mejoren las cosas.

    Un segundo elemento del que nos habla este relato, tiene relacin con una cierta explicacin del por qu se habra realizado el sacrificio de este menor y al respecto se seala que el sacrificio ordinario de animales, que ya se haba realizado, no result eficaz, es decir, que la ofrenda hasta entonces ofrecida para aplacar la furia de la naturaleza no resultaba ade-cuado a la magnitud de lo sucedido. As y tal como lo seal la machi a ms grande catstrofe, vctima ms grande cuando la entrevistamos,

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    ella deca no, cuando hay alguna cosa grande, enfermedad grande animal grande, enfermedad mediana, mediano animal; enfermedad chica, animal chico (Aillapan, 2013).

    Un tercer punto mencionado por Dowling tiene que ver con la reve-lacin que habra tenido la machi acerca de la realizacin del sacrificio de un menor, que evocara los sucesos del mito fundacional mapuche de Treng Treng y Kai Kai.

    Relato 2.

    Eso yo no lo vi, si no por el diario, por la gente que hablaba. Dicen que llegaron, mataron a un niito y lo echaron al mar por presas y cuando le iban sacando las presas el niito hablaba y le deca abuelito, no me mates, yo cuido las ovejas, te cuido las ovejas abuelito, pa, que me echan al mar, pa, que me estn haciendo pedazo; y le hablaba, esa fue una machi, una machi lo mat, o sea, lo sacrific para que el mar se amansara, eso fue ac en el Cerro La Mesa, un cerro grande y parejito que parece una mesa. Despus tomaron a esa seora presa, la tuvieron presa harto tiempo, la tuvieron presa y despus la soltaron porque ella declar que era un sacrificio de su creencia mapuche, entonces por ah se fue salvando, qued en nada, la hija vino a reclamar porque la tomaron presa. La mam del niito, que trabajaba en Santiago, ella vino a reclamar que por qu haban hecho eso, pero tuvieron presa a la viejita un poco tiempo, despus la soltaron. Despus estuvo mal si porque iba en una camioneta y cay de la camioneta, muri como no era cosa buena que haba hecho ella, el sacrificio malo por qu no hizo un animal mejor, un animal le podra haber dado al mar, cordero, el nio era de cmo 7 u 8 aos. (Pea, 2005)

    En la localidad de Puerto Saavedra, la ocurrencia del sacrificio se supo una vez que la noticia se masific por medio de la prensa, adems del revuelo policial que se produjo.

    Es comn or en los recuerdos que se tienen sobre las historias que circulan alrededor de este sacrificio. La historia cuenta que el nio habra suplicado a su abuelo que por favor no le hiciesen nada, prometindole incluso que sera ms trabajador si fuese necesario, inclusive se habra

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    creado un l canto, en el que se narrara lo acontecido y los ruegos del menor.

    () lo primero es la cancin famosa esa que yo la otra vez te comentaba de esa cancin, yo no me s la cancin, lo nico que me acuerdo que cada vez que cantaba la cancin a m me daban muchas ganas de llorar y mi mam tambin lloraba con la cancin y casi toda la gente que la canta llora con la cancin porque en un momento de la cancin, yo en castellano lo que me acuerdo es que la cancin dice por qu me van a matar si mal no me he portado, si yo me levanto temprano, salgo a cuidar las ovejas, no me maten por favor y era tremendamente triste y como que en el momento nadie se compadeci del nio, ni la machi, ni el abuelito, nadie, nadie, nadie (caniguan, 2012).

    A pesar de que no fue posible recopilar este canto, s se oy muchas veces sobre los dichos del menor rogando que no se le hiciese nada y l a cambio se comprometa a ser ms trabajador y cuidar las ovejas de su abuelo.

    En este relato tambin se hace mencin a lo acontecido con la machi una vez que se vuelve pblico lo ocurrido. Dada la muerte del menor, los hechos fueron avisados a la polica, que lleg hasta collileufu y tom detenida a la machi Mara Juana namuncura junto a sus ayudantes, incluido el abuelo del menor.

    La machi estuvo detenida por cerca de dos aos y fue enjuiciada por homicidio, sin embargo, fue absuelta de toda culpabilidad.

    La posterior muerte de la machi en el ao 87 es otro elemento que aqu se hace mencin y se carga de un sentido negativo, en tanto habra fallecido en un accidente, lo que a vista de la cultura mapuche es mal visto, porque ella tuvo una muerte que es considerada la muerte ms mala desde el mundo mapuche, o sea, cuando t te mueres en pblico, y ms una machi, morirte en un acciente () desde la lgica mapuche, las muertes por accidente son las peores muertes que t puedes tener, que la vida te puede dar (caniguan, 2012).

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    Esta muerte de modo trgico sera consecuencia de su mal actuar en la realizacin del sacrificio.

    Relato 3.

    Este tercer relato est extrado de la sentencia del juicio llevado a cabo contra los ayudantes de la Machi Mara Juana namuncura en el sacrificio2.

    Nueva Imperial, 2 de octubre de 1962.

    Sentencia por el delito de homicidio perpetrado en la persona de LUIS QUIMEN PAINECURA y se acus en calidad de autos a JUAN JOS PAINECURA PAINEO, nacido y residente en Colilleufu () y a JUAN PAILLAN HUENCHUMAN ().

    El parte policial a partir del cual se elabora este juicio sealaba:

    Parte policial que pone a disposicin del tribunal en calidad de detenidos, a JUAN PAILLAN, JUAN JOS PAINECURA, MARCOS CUMINAO, MARA NAMONCURA Y MARA LUISA NAMONCURA AEN, por la responsabilidad que pueda caberles en los siguientes hechos: segn lo expuesto, el primero de los detenidos el domingo 5 de junio de 1960 ms o menos a las 19 hrs mientras la reduccin de mapuches de Collelufu efectuaba un nguillatun con el objeto de apaciguar las tempestades del mar y evitar los males segn sus creencias, fue al domicilio de JUAN JOS PAINECURA a buscar al menor JOS PAINECURA PAINECURA de 5 aos de edad, que se encontraba a su cuidado mientras su madre ROSA PAINECURA AULAO, trabajaba en Concepcin y lo llev junto con JULIO CUMINAO, hasta el lugar de la ceremonia y all, en el transcurso de esta procedieron a lanzar al menor al mar siendo este arrastrado por las olas y pereciendo ahogado. Se cumpli as con el mandato de MARA JUANA NAMONCURA, machi o jefe de la reunin ().

    2 Se exponen slo partes de la sentencia debido a su extensin.

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    Interrogada MARA JUANA NAMONCURA, manifest ser jefa del nguillatun y como tal haber ordenado sacrificar al menor para apaciguar as las tempestades del mar y liberarse de sus males. Finalmente, MARA LUISA NAMONCURA reconoci haber presenciado y conspirado con el resto de los detenidos la entrega y sacrificio del menor ().

    Comparece JUAN JOS PAINECURA expresando: que el da 22 de mayo, cuando el terremoto de las 4 de la tarde, estaba con su hermano MANUEL SEGUNDO PAINECURA y con JUAN PAIAN; como vio que estaba saliendo el mar, llev a todos sus nios a la parte ms alta del cerro; su hermano MANUEL SEGUNDO le dijo entonces, que en la antigedad, para calmar el mar, haba que lanzar a l un niito y esto se lo haba contado su padre ya fallecido () Agrega que fuera de lo odo a su hermano, tambin haba escuchado a ancianos decir que era una costumbre de sus antepasados hacer sacrificios humanos para evitar grandes calamidades.

    () Contestando la acusacin, la defensa del reo PAINECUR y PAILLAN exponen el cuerpo del delito, o sea el hecho mismo de la muerte del occiso como consecuencia de un acto doloso de terceros, no se encuentra legalmente acreditado, por otra parte, la confesin de los reos en cuanto a haber ocasionado la muerte del nio no rene los requisitos del artculo 481 del Cdigo de Procedimiento Penal, por no estar acreditado el cuerpo del delito, en consecuencia deben de ser absueltos de la acusacin.- Subsidiariamente alega la circunstancia eximente de responsabilidad criminal por haber actuado los reos violentados por una fuerza irresistible o impulsados por un miedo insuperable, dado el cataclismo que deban esperar se produjera durante los das siguientes a aquel en que se produjeron los terremotos de mayo.

    Tras la revisin de una serie de confesiones y testimonios, tanto por parte de involucrados como de la madre del menor, se llega a la siguiente conclusin:

    Que la defensa de los mencionados reos aleg en su contestacin a la acusacin la inconsistencia existente de la responsabilidad criminal contemplada en el n9 del art. 10 del Cdigo Penal, esto es, haber actuado los reos violentados por una fuerza irresistible o impulsados por un miedo insuperable, alegacin que debe ser oda por cuanto aparece en las distintas piezas del proceso que el sacrificio del menor LUIS QUIMEN fue consumado como medio de calmar la furia del mar , segn trminos textuales de los reos y testigos de la causa,

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    mientras se sucedan los acontecimientos del da 22 de mayo y siguientes, que, naturalmente, produjeron en todos los habitantes de la zona afectada una alteracin nerviosa que, en el caso de autos, debi tener, necesariamente, mayor gravedad y proporciones, pues se trata de un sector de la poblacin indgena que dio claras demostraciones de estar an en una etapa de civilizacin que hace imposible responsabilizarlos por la accin cometida. El sacrificio humano realizado como los bailes ejecutados en los cerros por los indgenas mientras temblaba y el mar los cubra, no son sino manifestaciones del estado cultural de esas reducciones, de una de las cuales son miembros los que tratan de apaciguar en esa forma las fuerzas de la naturaleza, en un intento desesperado por salvar sus propias vidas que vean seriamente amenazadas. Los mismos reos confesaron haberse resistido en un principio a lo que sus tradiciones los inducan, pero como segua temblando y el mar avanza una y otra vez hacia sus tierras, consuman el sacrificio impulsados por instintos atvicos que su razn no pudo dominar.

    Que lo expresado precedentemente resulta que se han configurado los elementos necesarios para la concurrencia de la circunstancia eximente de responsabilidad penal () pues los reos fueron incapaces de actuar en forma racional ante el peligro inminente de perder sus vidas amagados por fuerzas naturales que creyeron poder calmar (JUAN JOS PAINECURA PAINEO y otros procesos, 1962).

    Esta sentencia y a su vez el relato dan cuenta de una serie de hechos que cabe consignar y que tienen relacin con la defensa argumentada en pos de aminorar las culpas que se les imputaban. Sobre como se hizo conocido el hecho a la polica hay diversas versiones acerca del cmo se hace pblico, algunos sealan que la madre al llegar das despus del sacrificio a la zona habra avisado a carabineros, otros afirman que un menor concurri a carabineros acusando un robo de animales y en ese momento habra indicado que esto se realiz por las mismas personas que realizaron el sacrificio del cerro La Mesa, razn por la cual los carabineros concurrieron a la zona a ver qu haba acontecido.

    De todas maneras, independiente de la manera en que se haya he-cho pblico el sacrificio del menor, lo que s est claro es que quienes oficiaron la ceremonia fueron detenidos y duramente golpeados por la poblacin que vio de manera negativa lo que haba ocurrido. La gente puede decir muchas cosas porque ellos no vieron, por eso mi mam sufri

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    harto, la acusaron que ella hizo esas cosas pero yo no creo que ella lo hizo porque ella tena espritu. No creo que lo hizo porque nunca me cont eso (cuminao, 2012).

    Una vez encarcelados, fueron visitados por un equipo de antroplogos que buscaron ser parte de su defensa arguyendo y buscando razones culturales que explicasen la ocurrencia de los hechos, de manera de con-textualizar y dar entendimiento a lo que haba sucedido en el cerro La Mesa. Inclusive en algunas de las testificaciones los involucrados sealan que tienen recuerdos de sus padres o personas mayores sealndoles que para calmar las aguas es necesario realizar el sacrificio de un menor.

    Otra de las acciones que se arguyeron en defensa de los imputados fue que nunca se hall el cuerpo del menor, por lo tanto, no haba indicios de que hubiese sido lanzado al mar o descuartizado, como algunos tes-tigos sealaban. Inclusive se llega a mencionar que el menor se habra encontrado buscando chochos restos de lea en el mar y que en ese momento una ola lo habra arrastrado y se habra perdido.

    A fojas 18 comparece MARA JUANA NAMONCURA ratificando su declaracin de fojas 6, agregando que su cuado JUAN JOSE PAINECURA asisti al guillatn y all expres que su nieto LUIS QUIMEN haba sido arrastrado por las olas, pues cuando sucedi el maremoto andaba buscando lea (JUAN JOS PAINECURA PAINEO y otros procesos, 1962).

    Finalmente como aqu se puede observar los imputados tras un tiempo detenidos, tiempo en el que se investig y se llev a cabo el juicio, fueron absueltos por considerar la figura legal de actuar impulsados por un miedo irracional que no les permiti actuar bajo su sano y completo juicio segn se estipula en el cdigo Penal en el artculo 10 n9, que consigna que De las circunstancias que eximen de responsabilidad penal: El que obra violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable.

    En esta sentencia se combinan las razones argidas respecto al actuar bajo el miedo irracional y a un supuesto atraso civilizatorio en trminos evolutivos de la poblacin mapuche, en clara alusin a la actuacin bajo

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    parmetros culturales distintos a los occidentales y reconocidos como chilenos.

    Relato 4.

    Muy antiguo pas un caballo, pas un caballo negro, tremendo caballo relinchando () as yo de repente dije mire, en el mar anda un caballo, anda un caballo galopando y no me creyeron y va mi otro to () y ah estaba el caballo, se baaba, se paraba, corra, como quien anda encima del agua saltando y mi to dijo va a haber salida de mar, la mar se va a salir () Cuando hubo terremoto no hallarn la gente para donde cortar, cerrito por cerrito, cerrito por cerrito y ese donde sacrificaron al nio, ese cerro se salv, qued, tiene otro nombre pero ms conocido como cerro La Mesa, ah mataron al nio, le sacaron la cabecita, el nio peda dicen, pero yo no escuch muy bien, yo me arranqu, deca para qu me van a matar a m si yo te sirvo abuelo, a m no me puede matar, toma a un cordero para sacrificar, lleg el otro y le cort el brazo y como todava saltaba su cabecita al pobrecito lo tiraron al mar, pero yo no voy a mentir, como que la mar se contuvo, se sujet. Tenan que matar a un nio que no tenga pap, es muy antiguo que sea as (Cayun, 2005).

    Este relato comienza mencionando un elemento que hasta entonces no haba sido nombrado y es la seal de un caballo que habra pasado galopando por sobre el mar, hecho que sera interpretado por algunos como presagio de la salida de mar.

    Para la poblacin mapuche que habita los sectores costeros lafkenche o gente del mar, segn se les denomina, esta figura correspondera a la imagen de Mankean, joven mapuche que segn narra el relato mtico se habra convertido en roca tras mofarse del mar. Desde entonces Mankean habita en el mar, y sera una especie de dueo de ste. Dada esta relacin de Mankean con el mar, y su vida en l, al verlo galopando sobre el mar estara avisando que algo ocurrir a la poblacin.

    Ms que caballo galopando, lo que mi mam deca era que es Mankean el que va galopando, porque se supone que Mankean es un hombre que tiene muchos animales y como l est, l se fue con una shumpall, entonces l tiene acceso a otro conocimiento que nosotros no tenemos, entonces como l tiene acceso a otro conocimiento, tiene la posibilidad de avisarnos cosas y cuando

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    sabe Mankean, entonces Mankean, como aqu estamos todos a la orilla de la costa, si t vas caminando por el cerro t lo podas ver a Mankean, y eso pas, eso dicen que pas, yo no s, dicen efectivamente que pas antes del maremoto del 60 que lo vieron galopando a Mankean y tiene un caballo blanco, si es muy cierto, tiene un caballo blanco y que l galopaba por todas las olas, por arriba del mar, no es arriba en la playa, es adentro del mar, entonces l va galopando por as decirlo por sobre las aguas y en el fondo ah lo que se tena que haber hecho era haberle preguntado, pero nadie hizo nada, es que el tema es que los seres humanos perdemos la capacidad de leer seales (Caniguan, 2012).

    continuando con el testimonio, se seala que ese cerro se salv en alusin a que sobre l no subieron las aguas. Segn he odo en el trans-curso de esta investigacin, dicen algunos que el cerro La Mesa habra sido rodeado por completo por las aguas del mar, haciendo posible subir a l a caballo, sin embargo, nunca el agua subi hacia ste, quizs slo sea una forma de complementar la creencia en el Treng Treng y con ello revivir el mito fundacional de este pueblo.

    Otro elemento a destacar que aparece en este relato, son los supuestos dichos del menor en los cuales pedira clemencia y que no se le hiciese nada, prometiendo a cambio a su abuelo ser un nio ms trabajador, ofrecindose a cuidar las ovejas y animales.

    Muchas personas con las que convers hicieron mencin a estas palabras que habra pronunciado el menor al darse cuenta de que sera lanzado al mar, todos dicen conocer de estas palabras a pesar de no ser testigos presenciales de los hechos. Inclusive se hace mencin a que existira un l (canto mapuche) que relatara lo acontecido y en el que se reproduciran los dichos del nio Jos Luis Painecur. La existencia de dicho canto sera sin duda una fuente de masificacin de este relato y con ello de esta versin que da cuenta de las splicas del menor. no obstante, para esta investigacin no fue posible recopilar dicho l.

    Bueno, yo lo del sacrificio crec escuchndolo, lo primero es la cancin famosa, yo no me s la cancin, lo nico que me acuerdo es que cada vez que cantaba la cancin a m me daban muchas ganas de llorar y mi mam tambin lloraba con la cancin y casi toda la gente que la canta llora con la cancin porque en un momento de la cancin, yo en castellano lo que me acuerdo es que la cancin dice por qu me van a matar si mal no me he portado, si

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    yo me levanto temprano, salgo a cuidar las ovejas, no me maten por favor, y era tremendamente triste y como que en el momento nadie se compadeci del nio, ni la machi, ni el abuelito, nadie, nadie, nadie y yo no s la edad pero a m mi mam me contaba que el chiquitito era chico, que tena como 9 aos (Caniguan, 2012).

    Finalmente, un hecho que tambin cuenta con constante reiteracin entre quienes han odo la historia del sacrificio es la idea de que efectiva-mente una vez lanzado el cuerpo del menor al mar ya sea descuartizado o de forma ntegra segn las versiones, ste efectivamente se habra calmado y habra cesado en su salida.

    Relato 5.

    Hace 41 aos y dos meses, Jos, un nio de 5 aos, clamaba a gritos que no lo mataran. Pero no quisieron escucharlo y lo mataron. Y lo lanzaron al mar. Unos dicen que entero. Otros, que fue desmembrado poco a poco. De hecho, su cadver nunca fue hallado.

    Era el obscuro atardecer del 22 de mayo de 1960. Horas antes, Chile se haba puesto luto por el peor maremoto y terremoto que recuerda su historia. La naturaleza haba desatado su furia y la machi orden un sacrificio humano. Tena que ser un nio. Segn sus creencias, y presas del pnico, tal vez pensaron que sa era la nica forma de calmar al ocano que haba hecho desaparecer Puerto Saavedra, Toltn y Queule, y cuyos efectos rebotaron con olas de varios metros en Japn.

    La cultura mapuche no consulta los sacrificios humanos. Para que eso ocurriera, tendra que ser algo muy grande y terrible; algo que escapara a toda racionalidad. Tendran que estar posedos por influencias o fuerzas superiores a su propia voluntad para cometer un acto de barbarie, como dar muerte a un nio para aplacar la furia de los dioses...

    Pudo el maremoto de 1960 originar tanto pnico para alterar el consciente colectivo, encender la chispa de la irracionalidad, matar a una criatura de cinco aos y lanzarla al mar para calmar las aguas? Hasta qu punto la machi Luisa Mara Namuncura trastorn los sentidos del abuelo del nio y de otros parientes hasta obedecerle ciegamente? Puede una machi anular el raciocinio

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