Capitalismo, neoliberalismo, fragmentación
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CAPITALISMO COMO ENFERMEDAD Y ARTE CONTEMPORÁNEO COMO SÍNTOMA
DE UNA SOCIEDAD OCCIDENTALIZADA algunas comparaciones + 5 placebos
Gonzalo Pérez Pérez Especialidad: Pensamiento contemporáneo y cultura visual
1. SOCIOLOGÍA
1.1. Contexto
1.1.1. Siglo XX y sus ‚ismos‛
1.1.2. Globalización y violencia
1.1.3. Capitalismo, neoliberalismo y fragmentación
1.1.3. Capitalismo, neoliberalismo, fragmentación
Lo universal se ha globalizado, y los derechos humanos circulan exactamente como
cualquier otro producto global (...) Cuando los valores universales pierden su autoridad y legitimidad, las cosas se
radicalizan.
Jean Baudrillard1
Ignacio Ramonet considera que la primera etapa del capitalismo fue su etapa industrial, y que
en nuestros días, nos encontramos frente a su segunda fase, la financiera. Esta última resulta
mucho más agresiva en tanto es abstracta y egoísta: se resguarda en paraísos fiscales y bolsas
de valores sin una distribución de las riquezas a una escala humana. Ramonet la diferencia de
la primera etapa industrial, en tanto ésta al menos creaba empleos, productos y bienes
accesibles a una gran mayoría. Asimismo, Ramonet considera que el espíritu de los Derechos
Humanos muere el 11 de septiembre del 2001, tras los atentados en Nueva York, y
específicamente con la declaración hecha el 20 de septiembre del mismo año por parte del
presidente de Estados Unidos en ese momento, en la cual se dictaba al mundo cuáles serían
las prioridades e intereses del país más poderoso del mundo tras ser agredido, en una especie
de comunicado oficial de las nuevas reglas del juego, del cual a la vez se proclamaban
implícitamente su único árbitro.
Baudrillard considera que la decadencia de los Derechos Humanos está totalmente ligada a la
historia del capitalismo. Por nuestra parte, hasta cierto punto podemos considerar sinónimos
conceptos tales como globalización, posmodernismo, capitalismo y Derechos Humanos. Esto
nos evidencia que vivimos en una sociedad en permanente simbiosis, con paradigmas
camaleónicos, que muestra la faceta que le conviene según los acontecimientos, y sobretodo,
que responde a los intereses de quienes tienen ‚al toro por las astas‛, que para este caso sería
una el poderío económico y la otra el poderío militar.
1 BAUDRILLARD, ibid.
La realidad del mundo es que la globalización ha creado un mundo más insolidario que nunca: un tercio de la
humanidad vive con menos de 1 dólar al día, una vaca europea recibe cada día 4 dólares de subvención. Vivimos
en un mundo en el que vale más ser una vaca europea que un ser humano. ¡Esto es un escándalo! ¡Un
escándalo!. Este es un mundo escandalosamente desigual y querer cambiarlo no es atacar molinos de viento sino
atacar las desigualdades que están construidas de tal manera que nosotros con el esfuerzo colectivo podemos
modificarlas.
Ignacio Ramonet2
La antigua barrera ideológica que otrora separaba al planeta entre Occidente y Oriente, es
hoy una barrera económica3 y separa al Norte del Sur, reforzada con una multidireccional
confrontación religiosa4.
Estas barreras ahora extrapoladas se encargan de sostener un statu quo donde la única
posibilidad de cambio, a niveles personales, pareciese ser la interacción progresiva con un
‘libre mercado’ y la aspiración a tener cada vez más riquezas. Parece contradictorio, pero la
práctica lo justifica, pues siendo cada vez más parte de un sistema económico déspota (por ej.
endeudándose o adquiriendo control financiero sobre otros) adquieres más libertades5.
Simplemente que mientras más dinero tienes, logras más libertades y menos obligaciones6. Y
de este círculo viciado es prácticamente imposible escapar puesto que el entramado cruza
todas las instancias sociales, mientras es sostenido (y reproducido) por la publicidad y los
medios de masas. La presencia de esta contradicción, confirma que ‘algo’ debe estar mal
organizado, o que ‘alguien’ se está tomando más libertades de las necesarias, queriendo decir
con esto, que se ha encargado únicamente de sus propias ganancias7. Baudrillard describe al
2 RAMONET, Un mundo desigual, documental en <URL 5>.
3 ‚Hoy en día el mundo se ha convertido en una especie de hipermercado global en el que los pueden acceden a consumir en ese
hipermercado global y los que no pueden simplemente son excluidos‛. FARIÑAS, Ibid. 4 ‚Las diferencias en cultura y religión crean diferencias en cuestiones políticas, que van desde las relativas a los derechos humanos a la
inmigración hasta los de las manipulación y el comercio con el entorno‛. HUNTINGTON, ¿Choque de civilizaciones?, p. 30. 5 ‚La revolución neoliberal, que realmente fue importante, es básicamente un ataque a la democracia. Afecta a la economía, eso está claro,
pero su elemento más importante es que afecta a la democracia. Todos los elementos están destinados a reducir la posibilidad de una
participación democrática. De modo que el término ‘liberalización financiera’ significa que las decisiones están en manos de los inversores‛.
CHOMSKY, en HALPERÍN, Conversaciones con Chomsky, p. 42. 6 ‚Prácticamente todo tipo de reivindicación ofrece en primer término, o también, algún incremento de la libertad. No de cualquier libertad,
desde luego. En los países ricos se identifica cada vez más la libertad con la ‘realización personal’ —una libertad gozada o practicada a solas
(o como a solas)‛. SONTAG, La enfermedad y sus metáforas, p. 77. 7 ‚Joseph Stiglitz demuestra cómo el propio FMI, verdadero ‘bombero pirómano’, al imponer una lógica exclusivamente financiera a los
países más pobres, origina los problemas que según su misión debe combatir. En todas partes, cuando la crisis amenaza y la economía real
ciudadano contemporáneo como el ‚esclavo cuya vida ha sido liberada, pero, no obstante,
está limitado por una deuda imposible de pagar‛8.
En una lectura inductiva, y siguiendo las pistas de Ramonet, podemos decir que el sistema
económico que ha patrocinado la influencia de la televisión o a la existencia de un paradigma
social descrito como ‚espectáculo‛, se generó a fines de los años setenta en las escuelas de
economía de Chicago, Estados Unidos, con el nombre de ‚neoliberalismo‛9. Este, al igual que
la globalización, con quien tiene una relación complementaria, posee al menos dos facetas
interactuando entre ellas y cuya preponderancia la tendrá el punto de vista adoptado:
Neoliberalismo Económico Neoliberalismo Ideológico
La evolución hacia la fase ideológica actual del capitalismo (neoliberalismo) se puede
ejemplificar con los apelativos para la sociedad actual que reúne Fredric Jameson10: ‚Sociedad
Postindustrial‛, ‚Sociedad de Consumo‛, ‚Sociedad de los Media‛, ‚Sociedad de la
Información‛, ‚Sociedad Electrónica‛ y ‚Sociedad de las Altas Tecnologías‛. Todos estos
conceptos llevan implícita la característica de estar por encima de la escala humana, a
diferencia, por ejemplo, de los del Renacimiento, Humanismo o Romanticismo, los cuales
hacen protagonista al individuo.
Esta omisión supone la deshumanización mencionada al comienzo. Jameson opina que desde
la ‚alienación del sujeto‛ (período de posguerra) se ha pasado a su ‚fragmentación‛11 puesto
que posee múltiples componentes sociales en un solo individuo. El individuo es ahora a la vez
múltiple pero indivisible, un esquizofrénico social, dotado de diferentes facetas según la
ocasión. Baudrillard complementa al decir: ‚El paso de lo universal a lo global ha dado lugar a
una homogeneización constante, pero también a una fragmentación perpetua‛12. Nos sirve
nuevamente el ejemplo de Frankenstein, en tanto el ente que hemos construido con
diferentes partes ahora ejerce su fuerza e irracionalidad sobre nosotros.
Ahora, si hablamos de ‚ideología‛, debemos relacionarla con el concepto de ‚lenguaje‛, del
cual depende para tomar forma práctica y así aludir a la realidad. Las mutaciones que estos
conceptos han sobrellevado en paralelo, al igual que han fragmentado al individuo, han
provocado formas cada vez más abstractas para la comprensión de la situación social para los
grandes sectores de la población: anestesiados por el espectáculo, no hay sufrimiento alguno.
necesita liquidez, el FMI impone las restricciones que sumen a los pueblos en el desamparo... pero que aseguran el reembolso de sus
créditos‛. PASSET, en VV. AA., ¿Qué es la globalización?, p. 64. 8 BAUDRILLARD, La violencia de lo global, artículo en <URL 4>.
9 Diccionario crítico de ciencias sociales Theoria, UCM, en <URL 6>.
10 JAMESON, op. cit., pp. 13-14.
11 JAMESON, ibid., p. 37.
12 BAUDRILLARD, <URL 4>.
Sabemos que el lenguaje no sirve sólo como un método para comunicar ideas sino además
valores, los cuales en la actualidad están controlados por agentes que han monopolizado los
poderes financiero, cultural, militar y religioso, y que adueñados de toda gramática posible
(entendida como la ‘normalizadora’ de la sociedad), se han encargado de entregar un
sucedáneo de la realidad de la cual nadie parece quejarse. Interpretando a Jameson, Debord y
a Baudrillard, y acercándonos hacia el terreno de la estética, se podría decir que en el
esquizofrénico espectáculo de la sociedad contemporánea -la que permite puestas en escena
y simulacros de experiencia- quien sea el titiritero en un momento se mostrará comprensivo,
atento y respetuoso hasta seducir13 al público, para luego comportarse de forma dominante y
egoísta. ‚El show debe continuar‛, continúa el espectáculo descrito por Debord14, en
constante inconstancia.
Atrapado por la inmediatez del tiempo, el espectáculo debe también improvisar y sobrellevar
cualquier movimiento realizado. Acerca de estas previsibles improvisaciones de la historia,
Baudrillard hablará de simular y disimular15. Como lo define, disimular es esconder algo que
se posee, mientras que simular es aparentar algo que no se posee. Se entiende así que el
simulacro contiene una mentira y por lo tanto alguien que miente. Según esto, podríamos
llegar a decir que la televisión -como símbolo y dispositivo del espectáculo descrito por
Debord16- sería una mentirosa, pues produce un bucle infinito respecto al público,
entregándole una continua sensación de experiencia, en una retroalimentación que más bien
es un robo permanente.
13
v. BAUDRILLARD, De la seducción y DEBRAY, El estado seductor. 14
v. DEBORD, párr. 10, 11, 12, La sociedad del espectáculo, pp. 40-41. 15
v. BAUDRILLARD, Cultura y Simulacro, p. 12. 16
‚El carácter fundamentalmente tautológico del espectáculo se deriva del hecho simple de que sus medios son, al mismo tiempo, su fin. Es
el sol que nunca se pone en el imperio de la pasividad moderna. Recubre toda la superficie del mundo y se apoya indefinidamente en su
propia gloria‛. DEBORD, párr. 13, op. cit., p. 41.