7/21/2019 Captulo Eliminado Novela - La Quebrada

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LA QUEBRADA

Desde la cumbre de Kondorsenka se divisan ya las tierras de sembro de Puquio. Kondorsenka es, por el ladode Lucanas, el abra ms alta de la Cordillera de la Costa; por a pasa aora la carretera !a"ca#Puquio. $n lacumbre de Kondorsenka se detienen un rato los via%eros que lle&an de la costa. La quebrada aparece, derepente, cuando se lle&a a esta abra. 'obre Kondorsenka se para la &ente como al borde mismo de laquebrada.

La quebrada empie"a muy le%os, en la puna alta. Desde Kondorsenka s(lo se ve, por ese lado, unestrecamiento de la quebrada; all se cierra el ori"onte. Los cerros del )rente y las monta*as que )ormancadena con el Kondorsenka, por el lado de la costa, se van acercando, y muy arriba, casi se %untan en unaarru&a an&osta, donde parece que empe"ara la &ran quebrada de Lucanas. +acia aba%o, a la dereca, laquebrada se cierra en la con)luencia del ro &rande con el 'an Pedro que ba%a de las punas. ll, muy le%os deKondorsenka, muere el ori"onte; termina en una especie de ca*(n pro)undo que parece cortar las monta*asdel lado de la costa.

Las monta*as que se levantan por el lado de la costa se alinean casi en orden; al amanecer y en elcrep-sculo, sus cumbres dibu%an en el cielo una lnea ondulada, suave, sin quebraduras, sin puntas. Por las)aldas de estas monta*as corren peque*as acequias que nacen en manantiales que brotan cerca de lascumbres; pero el cauce de las acequias no es pro)undo, apenas se distin&uen por la verde ierba que crece ensus orillas. $n los meses de invierno el a&ua de los arroyos no lle&a nunca al ro, se pierde en el rie&o de laspocas cacras de cebada, tri&o y ma" que ay en los )alderos; en tiempo de lluvias s, por las acequias corre

un torrente turbio y bullangueroque lle&a asta el ro &rande como un ilillo oscuro y peque*o. l atardecer,despus que el sol a cado, el )ilo de estas monta*as se ve en el cielo, como un lomo ondulado, parecido a lascumbres de los cerros de arena de la costa.

l otro lado, al )rente, por la re&i(n de la verdadera sierra, la tierra est ra%ada por otras quebradas ondas; yen todas partes se ven los cerros puntia&udos cuyas )aldas bruscas caen sobre pampas y lomadas, o muerenen el ro &rande. Cerros y quebradas en todos lados; y en el ondo de las quebradas, torrentes que se avientan,cantando, de pe*a en pe*a. $sa es la re&i(n de los caseros, de los pueblos, de las cukllas, de los sombros,de la verdadera alegra. ese lado est Puquio.

Pero de Kondorsenk/a no se ve Puquio; el cerro de 'illanayok/ avan"a desde la puna, avan"a como unabarrera asta la orilla del ro &rande y tapa al pueblo. Por encima de 'illanayok/ apenas se divisan al&unascacras en el alto de los cerros que rodean al pueblo.

$ntre montes de retama y sauce serpentea el ro &rande. Por trecos el ro es espumoso, blanco, el a&ua sedespe*a sobre las piedras ne&ras, y desde el alto, parece una cinta anca que se moviera acia aba%o. Pero en

los remansos el a&ua es a"ul, en los remansos el a&ua del ro re)le%a la lu", y parece un espe%o entre las )loresamarillas de los retamales.

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$n los meses de lluvias, cuando la quebrada est cubierta de rboles, de ierba y de sembro verde y %oven;cuando las )lores silvestres de todos colores ti*en la cumbre de los cerros en linos sitios, en otros los )alderos yla orilla de los caminos; en esos das, por la ma*ana, ba%o el cielo limpio, las torca"as, las tuyas, los %il&ueros,los killincos, los kentis se ba*an alegrementeen la )resca lu" de la quebrada, se ba*an en la lu", revoloteanen el aire, y cantan, todos cantan. $l verde de las ierbas, de los rboles, de los mai"ales, de todos lossembros, parece brillar; las )lores silvestres encienden sus colores; y los riacuelos que ba%an desde lascumbres cantansobre las pe*as con su a&ua blanca. l atardecer, en los das que no llueve, la lu" del solilumina el campo; en la quebrada, la lu" del sol toma cuerpo, se ve, se queda sola en el cielo, porque las tuyas,los %il&ueros y las torca"as se van a cantar a los montes; el amarillo de la lu" se tiende sobre los sembros;entonces los comuneros salen a los caminos, para volver a sus casas, y tambin ellos a esa ora cantan, ytocan quena o caran&o en los caminos que cru"an los mai"ales y los montes de tantar y retama, cantan, entreombres y mu%eres; mientras, el amarillo de la lu" crepuscular si&ue rebotando las piedras, y ti*e el ondo, elondo del cielo. . .

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$n los meses de invierno, las lomas altas, las )aldas de los cerros, toman el color del pasto seco; en lasondonadas y en la base de los cerros, los arbustos moribundos se ven como &randes mancas ne&ras. Casitoda la quebrada es oscura o blanqui"ca1 o%as ne&ras de arbustos, o pasto seco, ierba muerta. '(lo en las

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orillas de los riacuelos y del ro &rande se ve el verde ale&re de los sembros, de los al)al)ares, de los molles)rondosos y de los retamales.

La quebrada, al amanecer, se ilumina de lu" dbil; el sol se levanta li&ero, sobre un cielo casi siempredespe%ado y claro. 'opla un viento suave en todas partes, y los animales caminan,alegremente, en el campo. lmedioda, el sol ardiente cae sobre la tierra seca; los rayos de lu" blanca parece que danzanen el cielo. esaora, todo en la quebrada guarda silencio; los rboles casi no tienen sombra; el sol cae recto y entra a todaspartes; los animales se %untan ba%o los retamales, ba%o los molles, en las a&uadas, y esperan que el sol ba%e. $nel cielo a"ul, terso, alto, se redondean las nubes y se ponen ms blancas. Los p%aros caminan sobre la ierba

seca, buscando semillas; las torca"as, las tuyas, los k/entis se ocultan ba%o la sombra de los montes, en losriacuelos; las quebradas llenas de piedras blancas y de arena despiertan sed y hambre; las ierbas se asanyesparcen en el campo un olor fuerte.

Cuando el sol declina, soplan, recin, los vientos en la quebrada; pero, a veces, el viento lle&a como tromba,ace remolino en las pampas resecas, en los caminos, y el polvo se levanta en todas partes y sube al cielo.Pero cuando el sol declina, los campos se re)rescan, salen los animales a buscar pasto; las tuyas, las torca"as,los killincos, todas las aves de la quebrada vuelan con nimo, se reparten en todas direcciones, se trasladan,de cacra a cacra, en busca de &ranos y de presa. esa ora, los comuneros tambin arrecian el trabajo; losmayordomos resondran a los peones; los principales, los due*os, recorren sus tierras, vi&ilando, viendo,calculando. Los rboles se mecen con el viento. Y la quebrada parece como que otra vez amaneciera.

l anochecer, la lu" amarilla del crep-sculo va saltandode cumbre en cumbre y se adentra poco a poco, sepierde, en el )ondo del cielo. Las nubes, oscuras o blancas, se incendian; en el ocaso, como llamaradas lasnubes se ras&an, y el cielo, a esa ora, desde el alto, oprime el cora"(n. 2ientras, la quebrada se apa&a,

comen"ando de las ondonadas, la entrada de la noche en esos das, da miedo y pena.