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CAPITULO I
PROBLEMA
1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La adolescencia es una etapa de cambios tanto físicos como emocionales
durante la cual prevalece la práctica de hábitos alimentarios inadecuados
por la adopción de modas alimentarias dictadas por la sociedad, además
el/la adolescente tiene la necesidad de aceptación social a través de la
acción de comer lo que se anuncia en los medios; esto se contrapone con
el aumento de las demandas nutricionales asociadas al rápido crecimiento
físico y mental, característico de esta etapa. Si existe un desequilibrio en
cuanto al consumo y gasto de energía el/la adolescente puede presentar
un deterioro de su estado nutricional, ya sea por déficit o por exceso.
Los hábitos alimentarios adecuados y el ejercicio físico marcan una
diferencia entre una vida sana y el riesgo de sufrir enfermedades en los
años posteriores.
Los hábitos alimentarios en esta etapa generalmente se caracterizan por:
(1) Una alimentación desordenada con tendencia creciente de saltarse
comidas especialmente el desayuno y el almuerzo, concentrando la ingesta
en el horario vespertino. (2) Un elevado consumo de comidas rápidas,
golosinas y bebidas azucaradas de alta densidad calorica y bajo contenido
de nutrientes específicos. (3) Una tendencia frecuente a dietas
hipocalóricas, especialmente en adolescentes, así como el uso de
regímenes vegetarianos o dietas esotéricas muy estrictas y des-
balanceadas que comprometen el potencial de crecimiento o inducen a
carencias nutricionales específicas.
Se debe hacer frente a la alimentación del adolescente seleccionando los
alimentos que garanticen una dieta suficiente y equilibrada y fraccionando
en tres tiempos de comida más refrigerios y estableciendo horarios de
alimentación. Es importante identificar las situaciones que pueden afectar
la salud y nutrición en los adolescentes como: aumento en la actividad
física, conductas alimentarias inadecuadas, enfermedades agudas o
crónicas, etc.
Con el fin de realizar intervenciones oportunas, esta guía pretende facilitar
la atención integral de la salud de adolescentes.
En la adolescencia un grupo de alto riesgo nutricional lo constituyen las
adolescentes embarazadas quienes deben cubrir sus mayores demandas
de Calorías y proteínas para soportar la formación de nuevos tejidos y el
crecimiento fetal, evitando así un posible retardo del crecimiento
intrauterino o dar a luz niños y niñas de bajo peso. En consecuencia la
dieta debe cubrir necesidades de energía, proteína, vitaminas y minerales
durante los períodos de embarazo y lactancia.
En efecto; la adolescencia se caracteriza por ser una etapa de intenso
crecimiento y desarrollo, hasta el punto de que se llega a alcanzar, en un
período relativamente corto de tiempo, el 50% del peso corporal definitivo;
y donde la diferenciación sexual va a desencadenar importantes cambios
en la composición corporal del individuo. Este rápido crecimiento y
desarrollo, que tiene lugar durante la adolescencia ocasiona un aumento
en las demandas de energía y nutrientes, superior al de las restantes
etapas de la vida.
En el Perú; el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI:2007)
considera que los adolescentes son un total de 4,8 millones de los cuales
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dos tercios habitan en áreas urbanas y un tercio en áreas rurales. los
adolescentes constituyen uno de los grupos de población con mayor riesgo
de padecer deficiencias nutricionales, a ello contribuyen en gran medida
tanto los requerimientos nutricionales aumentados, como la adquisición de
unos hábitos alimentarios inadecuados, derivados de la búsqueda de
independencia, el deseo de conseguir un cuerpo estilizado impuesto por la
moda, una insuficiente educación nutricional,etc.
Y según el Hospital Hermilio Valdizan (2008) muestra que en las últimas
décadas, en los adolescentes se ha producido un alarmante incremento de
la incidencia de ciertas enfermedades relacionadas con la nutrición, tales
como bulimia, anorexia, obesidad. Además, aún se siguen produciendo
carencias nutricionales de hierro, calcio, zinc y de determinadas vitaminas.
Por otro lado, Dina Figueroa Guzmán (2007), considera que la importancia
de la alimentación en la salud va más allá de lo biofísico. Es así que el
comportamiento alimenticio constituye un hecho social en el que pueden
influir todas las esferas de actividad de una sociedad. Los hábitos
alimentarios forman parte de la cultura de un pueblo, y en éstos, influyen
factores tan ajenos a los alimentos en sí y a las recomendaciones
nutricionales como el poder adquisitivo donde la canasta básica familiar es
de aproximadamente de s/. 510.000, y la producción es escasa en la
localidad debido al clima que no favorece al desarrollo de algunos productos
etc. Por lo que refleja en el estado nutricional, y que este último se
determinada por el peso y la talla y el índice de masa corporal (IMC)
[ peso(kg) / talla2(m)]; y es considerado como el mejor indicador de estado
nutritivo en adolescentes, por su buena correlación con la masa grasa en
sus percentiles más altos y por ser sensible a los cambios en composición
corporal con la edad de los adolescentes.
En consecuencia; Huancavelica no es ajeno a la realidad de este
problemática según el reporte de la Dirección Regional de Salud (2008);
donde considera que el 58% de los adolescentes, tienen problemas
nutricionales, porque; consumen frecuentemente comidas rápidas papas
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fritas, chocolates y otros alimentos ricos en grasa donde se verán los
resultado según su índice de masa corporal y talla/edad.
Y a nivel de la jurisdicción del Centro de salud de Santa Ana; los
adolescentes; refieren que ellas prefieren consumir chocolates pollo,
frituras, salchipapas o llamadas también comidas insalubres; y por el
contrario, no les gusta consumir menestras, leguminosas, frutas; es decir no
les agrada consumir productos locales. Y otros adolescentes prefieren no
comer mucho, solo toman desayuno o almuerzo, esto para que ellos se
mantengan en cuanto a su estética del cuerpo. Asimismo, el proceso de la
alimentación en los adolescentes está influenciada por las madres , en vista
de que es bastante fuerte en esta etapa, ya que son ellas quienes deciden
los alimentos que compran y preparan para sus hijos de acuerdo a su
capacidad económica, disponibilidad de tiempo y los conocimientos y
preferencias que tenga para la selección de alimentos.
Motivado por la problemática existente se plantea la siguiente interrogante:
1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
¿Qué relación existe entre los hábitos de alimentación y el estado
nutricional en los adolescentes que acuden al Centro de Salud Santa Ana
- Huancavelica, 2009?
1.3. OBJETIVOS:
Los objetivos que se han formulado para el estudio:
13.1. OBJETIVO GENERAL
Determinar la relación que existe entre los hábitos de alimentación
y el estado nutricional en los adolescentes que acuden al Centro de
Salud Santa Ana - Huancavelica.
1.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Describir e identificar los hábitos de alimentación en los
adolescentes que acuden al Centro de Salud Santa Ana.
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Valorar el estado nutricional de los adolescentes que acuden al
Centro de Salud Santa Ana.
Analizar la relación que existe entre los hábitos de alimentación
y el estado nutricional en los adolescentes que acuden al
Centro de Salud Santa Ana.
1.4. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO
La adolescencia considerada como el periodo de la vida de gran
importancia, pues en él se producen cambios físicos, fisiológicos y
psicológicos transcendentales para la vida adulta. Por lo que los hábitos
dietéticos son uno de los componentes de los estilos de vida que ejerce
una mayor influencia sobre la salud, el desarrollo físico y el crecimiento, la
reproducción y el rendimiento físico e intelectual.
Por lo que se pretende estudiar el comportamiento alimentario en un grupo
de individuos y llevar a cabo una futura educación nutricional, el periodo
óptimo es la infancia y la adolescencia, ya que precisamente a estas
edades es cuando se crean los hábitos y las actitudes que constituirán la
base del comportamiento alimentario. La alimentación, al ser un proceso
voluntario y consciente, es susceptible de ser educado.
Una correcta alimentación es la base de una buena salud y esto justifica
que en las sociedades más desarrolladas exista una preocupación
creciente sobre la alimentación en la adolescencia, en la que se adquiere
autonomía de forma progresiva. Sin embargo la mayoría de los
adolescentes no vierten la realidad tal como se está dando sobre los
hábitos alimentarios; y en base a ello se planifique una suficiente
información dietética que les permita llevar a cabo una dieta equilibrada,
estando sus decisiones influenciadas por el tipo de alimentación familiar,
las conductas de otros adolescentes, los mensajes publicitarios sobre
comidas rápidas, y otras variables consumistas, que con frecuencia están
reñidas con pautas alimentarias regladas y armónicas.
El adolescente, especialmente en el sexo femenino, da una extraordinaria
importancia a su imagen corporal. Ellas tienen terror a engordar y ellos
desean un mayor desarrollo muscular. El miedo a engordar se está
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iniciando cada vez a edades más precoces y actualmente no es raro que
exista ya a los ocho o diez años de edad, momento en que se reduce o
altera –inicialmente de forma voluntariala ingesta calórica, precisamente en
un momento de grandes necesidades energéticas que permiten la
aceleración del crecimiento y los cambios en el fenotipo que caracterizan
esta etapa.
Lamentablemente, nuestra sociedad –especialmente los medios de
comunicación social- identifican la delgadez con el éxito, la felicidad y la
relevancia social. Cuando el adolescente no está de acuerdo con su
imagen corporal inicia drásticas alteraciones del patrón de comida,
conduciendo a la anorexia nerviosa –enfermedad crónica que puede
evolucionar a desnutrición extrema- y a la bulimia, caracterizada por
grandes atracones seguidos de vómitos autoinducidos y otros desórdenes
alimentarios. Ambas entidades inducen niveles nutricionales muy inferiores
a los adecuados, provocando con frecuencia retrasos en el desarrollo,
letargia y, muy frecuentemente, depresión.
Los resultado del trabajo de investigación contribuirán a Como primera
medida a tomar frente a este problema sería necesaria la realización de
educación alimentaria-nutricional dirigida a los propios adolescentes y así
promover hábitos alimentarios saludables con el fin de mejorar la calidad
de vida.
Por lo que la educación nutricional constituye una herramienta de
inestimable valor en la promoción de conductas alimentarias saludables
sobre todo en niños y adolescentes.
Es parte de la nutrición aplicada que orienta sus recursos hacia el
aprendizaje, adecuación y aceptación de hábitos beneficiosos para la
salud; persiguiendo como objetivo fundamental la promoción de la salud
del individuo y de la comunidad.
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