CAPITULO II ANTECEDENTES DE LA NORMATIVA SOBRE...
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CAPITULO II
ANTECEDENTES DE LA NORMATIVA SOBRE MENORES,
PRINCIPIOS Y ESTRUCTURA DEL PROCESO PENAL DE MENORES
En éste capítulo encontramos lo más fundamental de la investigación ya que
contiene los antecedentes de la legislación penal minoril en nuestro país; así como
también los principios que rigen el proceso penal de menores y como esta
estructurado éste proceso; teniéndose como último punto el análisis final de todo el
capítulo para su mayor comprensión de todo lo expuesto en éste.
1- ANTECEDENTES DE LA NORMATIVA SOBRE MENORES
Es importante referirnos muy brevemente a los antecedentes legislativos que
se han dado en nuestro país sobre el tratamiento a los menores desde el punto de
vista penal, constitucional y de la normativa propia de la materia, haciendo una
relación cronológica de los mismos, para tener un marco de referencia histórico sobre
el tema.
1.1 DE NATURALEZA PENAL
nuestros Códigos Penales, por ejemplo, el de 1826 (aplicable a los menores de
ocho a catorce años, Art. 26), el de 1859, el de 1881 y el de 1904, se aplicaban a los
menores, en general, que hubieran cometido hechos punibles, aunque la pena que se
les imponía era bastante atenuada (la tercera parte a la mitad de la pena señalada al
delito respectivo, decía el Código Penal de 1826, Art. 287).
________________________________________ 7 Cfr. Menéndez, Isidro; Código Penal del Estado, decretado el 13 de abril de 1826. Recopilación de Leyes de El Salvador; Imprenta Luna; Guatemala; 1855; Pág. 390.
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El Código Penal de 1974, se aplico a las personas mayores de los dieciséis
años de edad según el Art. 168, ahora bien, el Código Penal vigente desde el año de
1998, se aplica a las personas mayores de dieciocho años de edad según Art. 17.
estando en armonía con la Ley del Menor Infractor, que se aplica a las personas
mayores de doce años de edad y menores de dieciocho años de edad, según el Art. 2
de dicha Ley. Cumpliéndose así con el mandato constitucional en cuanto que la
conducta antisocial de los menores que constituya delito o falta estará sujeta a un
régimen especial, según el Art. 35 Inc. 2° Cn.
1.2 DE NATURALEZA CONSTITUCIONAL
“La delincuencia de menores estará sometida a un régimen jurídico especial”,
disponía el inciso segundo de Art. 153 del Título XIV denominado “Familia y Trabajo”,
en la Constitución de 1945. Con iguales términos se mantiene esa disposición en las
Constituciones de los años 1950 y 19629. Pero con la Constitución de 1983, que nos
rige actualmente, la citada disposición se modifica, cambiando la expresión
“delincuencia de menores”, por la de: “La conducta antisocial de los menores que
constituya delito o falta...” Sin embargo lo importante a destacar es que
constitucionalmente fue a partir de 1945 que aparece la primera referencia a la
regulación del Derecho Penal de Menores y que, no obstante ese imperativo
constitucional, su desarrollo secundario no aparecerá sino hasta veintiún años más
tarde.Por lo que se debe de tener en cuenta de lo anteriormente expuesto
que hay mandatos constitucionales que no cuentan con su desarrollo
secundario cayendo los
________________________________________ 8 En la exposición de motivos se decía lo siguiente: “La comisión en sus primeras sesiones había rebajado dicho límite a los dieciséis años; pero después, en tareas de revisión, se decidió mantener la edad de dieciocho años, por estimar que es más acorde con los criterios modernos de un Derecho Protector de Menores”. Pese a lo anterior, posteriormente la edad fue modificada según reforma que aparece publicada en el D.O. N° 196, Tomo N° 257, de fecha 24 de octubre de 1977. 9 Cfr. Las Constituciones de la República de El Salvador; Unidad Técnica Ejecutora U.T.E.; El Salvador; 1993.
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operadores de justicia en una constante violación de esos mandatos violentándose
así nuestra Ley primaria. Así Couture repite una máxima de la Suprema Corte de los
Estados Unidos de Norte América, que reza: “La Constitución es la que los Jueces
dicen que es”. Y hace el comentario: “Esta máxima contiene el exceso de todas las
teorías voluntaristas del derecho; pero no se le puede negar su profundo contenido de
realidad vital. Y si esto es así, si el derecho es “lo que los Jueces dicen que es”,
¿Cómo podemos desentendernos del Juez como elemento necesario en la creación y
producción de derecho?, ¿Cómo podremos desprender la decisión del Juez de sus
impulsos, de sus ambiciones, de sus pasiones, de sus debilidades como hombre?. El
derecho puede crear un sistema perfecto en cuanto a su justicia; pero si ese sistema
ha de ser aplicado en última instancia por hombres, el derecho valdrá lo que valga
esos hombres”. Por lo tanto la Constitución aún teniendo su desarrollo secundario de
sus imperativos constitucionales no puede pensarse siempre cumplida y es por ello
que los operadores de justicia tienen que estar en una constante auto evaluación de
su actuar profesional en la aplicación de las leyes de nuestro ordenamiento jurídico.
1.3 DE NATURALEZA ESPECIFICA
En cuanto a leyes emitidas en relación a la materia, nuestro país únicamente
ha tenido tres: La Ley de la Jurisdicción Tutelar de Menores, el Código de Menores y
la vigente Ley del Menor Infractor.
1.3.1 LA LEY DE JURISDICCIÓN TUTELAR DE MENORE
A pesar de lo establecido por la Constitución de 1945, no fue sino hasta el 14
de julio de 1996 que se promulgó la “Ley de Jurisdicción Tutelar de Menores”. Esta
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Ley, cuyos fines primordiales eran la corrección y readaptación de los menores, era
aplicable a los jóvenes cuya edad no excediere de dieciséis años y a quienes se les
atribuyera una infracción calificada en la legislación penal como delito o falta, por un
lado y, de otro, también era aplicable a jóvenes cuando la conducta de ellos por ser
proclive al delito, constituyera un peligro social10.
1.3.2 EL CODIGO DE MENORES
La derogatoria de la Ley de Jurisdicción Tutelar de Menores se operó el 8 de
enero de 1974, en ocasión de promulgarse el “Código de Menores11”, el cual se
aplicaba a los menores de los dieciocho años “Conducta Irregular”, y a los menores
de dieciséis años que hubieran cometido un infracción penal.
Tres aspectos aparecen como relevantes en estos cuerpos legales: primero, la
ambigüedad en la aplicación de las medidas (tanto para infractores como para no
infractores) y el uso indiscriminado, en uno u otro caso, del internamiento. Segundo, a
los menores en conflicto con la Ley Penal no se les reconocían algunos derechos que
sí se les otorgan a las personas adultas. Y, tercero, ambas normativas estaban
impregnadas de la doctrina de la “situación irregular”, caracterizada por lo siguiente:
a) considerar al niño y adolescente como objeto de protección; b) utilizar una
terminología estigmatizante (menor de conducta irregular, en estado de peligro, de
riesgo, etc.); c) considerar la infracción como un “síntoma de una enfermedad; d)
desarrollar políticas orientadas a la “institucionalización”; e) fundamentarse en la
“teoría peligrosista” (proclives a la delincuencia).
________________________________________ 10 Cfr. Ley de Jurisdicción Tutelar de Menores 1966, en su Art. 4 decía: “Se considera que la conducta del menor constituye un peligro social, cuando aquel se hallare material o moralmente abandonado, pervertido, o en posibilidad de serlo; o bien cuando se encontrare en estado de riesgo que pueda causar su inadaptación social, por negligencia de sus padres o guardadores, o por sus propias condiciones de vida”. 11 Cfr. Decreto Legislativo N° 516, publicado en el Diario Oficial N° 21, Tomo 242, de fecha 31 de enero de 1974.
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1.3.3 LA LEY DEL MENOR INFRACTOR
A partir del uno de marzo de 199512, con la entrada en vigencia de la “Ley del
Menor Infractor” se comienza una diferente etapa en la justicia de menores, no sólo
por que esta Ley es aplicable únicamente a los niños y adolescentes en conflicto con
la ley penal13, sino por su contenido y filosofía en que se inspira.
En otras palabras, con esta ley, queda totalmente superada la “doctrina de la
situación irregular” que considera a los menores como objeto de protección, que
centralizaba el poder de decisión en la figura del juez, que judicializaba todos los
problemas vinculados a los menores en situación de riesgo, que generaba impunidad
al declarar irrelevante delitos graves cometidos por menores pertenecientes a los
sectores medio y alto de la sociedad que criminalizaba la pobreza, que negaba a los
menores los más elementales derechos y garantías de la persona, inclusive
reconocidos por la Constitución de la República, entre los que tenemos: Derecho de
Audiencia, Derecho a la defensa técnica, Derecho a la vida, Derecho a la libertad, etc.
Art. 11, 12 y 13 Cn. Dicho de otra manera, esta doctrina no significaba otra cosa que
reconocer la judicialización indiscriminada sobre aquellos niños y adolescentes en
situación de dificultad.
El nuevo paso que se adopta es la recepción de “doctrina de la protección
integral”, que considera al niño y al adolescente como sujetos de derechos y
garantías plenas. Se trata en el fondo de una doctrina que pretende hacer efectiva las
garantías que se establecen para
_______________________________________ 12 Cfr. La Ley del Menor Infractor originalmente entraría en vigencia el día uno de octubre de 1994. Pero por Decreto Legislativo N° 135, del 14 de septiembre de ese mismo año, publicado en el Diario Oficial N° 173, Tomo N° 234, del 20 de septiembre de 1994, se estableció que entraría en vigencia hasta el primero de marzo de 1995. 13 Por que los menores que no han infringido la Ley Penal y se vulneren sus derechos deben ser protegidos por el Instituto Salvadoreño de Protección al Menor, creado por D. L. N° 482, de fecha 11 de marzo de 1993, publicado en el D. O. N° 63, Tomo N° 318, de fecha 31 de ese mismo mes y año.
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adultos a los infractores, recogiendo de esta manera los postulados de la Constitución
y de la Convención sobre los Derechos del Niño14, marca en la historia de las
legislaciones de menores un gran giro15.
2- PRINCIPIOS QUE RIGEN EL PROCESO PENAL DE MENORES
La Ley del Menor Infractor, establece que los menores son sujetos de
derechos, como lo son los adultos, gozando ambos de las mismas garantías,
adicionándoles a los menores aquellos derechos que les son otorgados por su
condición de ser menores; ya que por ser menores de edad son personas que están
en pleno desarrollo en todos los aspectos de su vida, por lo tanto es de suma
importancia referirnos brevemente a algunos de los principios que rigen el Proceso
Penal de Menores.
2.1 PRINCIPIO DE LEGALIDAD
El cual significa que nadie podrá ser sancionado por una acción u omisión que
la ley penal no haya establecido previamente como delito o falta, por lo que si no esta
regulado el hecho punible es atípico y en consecuencia no se puede procesar. Este
principio proviene del principio “NULLUM CRIMEN NULLA POENA SINE LEGE”.
Constitución de la República. Art. 15; Convención Americana de los Derechos
Humanos. Art. 9; Convención sobre los Derechos del Niño. Arts. 376 y 40.2; Reglas
Mínimas para la Administración de Justicia.
______________________________________ 14 La “Doctrina de la Protección Integral” se refiere a un conjunto de Instrumentos Jurídicos Internacionales, los cuales son I) La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño; II) Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia Juvenil (Reglas de Beijing); III) Las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices de Riadh); y, IV) Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de Libertad. 15 En conclusión, en relación a los antecedentes de la normativa sobre menores, se establece que la legislación en materia de menores que ha precedido a la Ley del Menor Infractor, se fundamentaban en la “Doctrina de la Situación Irregular”, por lo que la L.M.I., se convierte, en la normativa que garantiza los Derechos y Garantías de los Menores Infractores, la cual esta inspirada en la “Doctrina de la Protección Integral”.
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Art. 2.2 b; Ley del Menor Infractor. Art. 2.
2.2 PRINCIPIO DE CONTROL JURISDICCIONAL DE LA PRIVACIÓN DE
LIBERTAD
Establece éste principio que si no es en flagrancia o por orden judicial, ningún
menor puede ser privado de su libertad, la cual debe ser por el menor tiempo posible.
Constitución de la República. Art. 13; Convención sobre los Derechos del Niño. Art.
37; Ley del Menor Infractor. Arts. 52 y 54.
2.3 PRINCIPIO DE JURISDICCIONALIDAD
Este principio establece que conocerá de dicho proceso un juez natural con
independencia e imparcialidad, por lo que el menor esta sujeto a una jurisdicción
especial. En el entendido que la jurisdicción especial de menores debe estar adscrita
al Órgano Judicial, por lo que dicha jurisdicción esta regida por los principios del juez
natural que son la independencia y la imparcialidad16, ya que en todo Estado de
Derecho17 se da la unidad de la jurisdicción. Por lo que tenemos que la jurisdicción es
una sola; no puede existir jurisdicciones especiales autónomas. Constitución de la
República Art. 35; Convención Americana de los Derechos Humanos. Arts. 8 Inc. 1°,
42 y 43; Convención de las Naciones Unidad. Arts. 37 Lit. “d”, 40 Inc. 2° y 3°.
____________________________________ 16 Con esta garantía del Juez Natural se trata de preservar la independencia del juez, su imparcialidad, y la máxima posibilidad de un juzgamiento real del caso. 17 En éste tipo de Estado lo que se trata de proteger es al “particular” del poder del mismo Estado, por lo que se crean mecanismos para que el particular se defienda de los errores y abusos de la Autoridad Estatal. De esto podemos decir que en nuestro país no se cuenta con un verdadero Estado de Derecho pues todavía el Estado abusa del particular; pero es de reconocer que se esta trabajando para construir un verdadero Estado de Derecho prueba de ello es la modernización de la legislación nacional que se ha dado en la actualidad con las reformas en las diferentes materias.
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2.4 PRINCIPIO DE INVIOLABILIDAD DEL DERECHO DE DEFENSA
Este principio esta relacionado con el principio del contradictorio, estableciendo
que es imprescindible la presencia del defensor en todos los actos procesales, desde
el momento en que al menor se le imputa la comisión de una infracción penal con el
fin de garantizarle el cumplimiento de sus derechos; a ser escuchados, a aportar
pruebas, a apelar las decisiones de los jueces y a solicitar la revisión de las medidas,
a que estén presentes sus padres quienes tienen que ser informados desde el
momento de la detención y durante todo el proceso. De lo expuesto tenemos que el
menor tiene derecho a su defensa técnica desde el inicio de la investigación en la
cual se considera como imputado, rigiendo éste derecho tanto para los menores
presentes como para aquellos que están ausentes. Constitución de la República. Art.
12; Convención Americana de Derechos Humanos. Art. 8 Lits. “c, d, y e”; Convención
de las Naciones Unidas. Arts. 37 Lit. “d” y 40 Inc. 3°; Reglas Mínimas para la
Administración de Justicia. Arts. 7 Inc. 1° y 15 Inc. 1°; Ley del Menor Infractor. Arts. 5
Lits. “h y n”, 31, 48 y 55.
2.5 PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA
Este principio establece que cualquier persona que se le atribuya la comisión
de una infracción penal se presumirá inocente, mientras su culpabilidad no se pruebe
conforme a la ley. El estado de inocencia es contrario a un derecho penal de autor,
porque perdura mientras no se declare la culpabilidad del indiciado. En un estado de
Derecho se cuenta con garantías básicas como esta, consagrada en los instrumentos
Internacionales y en la Constitución de la República.
Si se tiene como fundamento de la pena o la medida a la peligrosidad, se
desconoce el principio de culpabilidad por el hecho y se tiene como consecuencia de
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ello el desconocimiento también del principio de presunción de inocencia. En el caso
que se trate de menores o adultos este estado de inocencia se pierde hasta que se
prueba su culpabilidad. Constitución de la República. Art. 12 Inc. 1°; Convención
Americana de los Derechos Humanos. Art. 8 Inc. 2°; Convención sobre los Derechos
del Niño. Art. 40 Lit. “b III”; Reglas Mínimas para la Administración de Justicia. Arts. 7
Inc. 1° y 13 Inc. 1°; Ley del Menor Infractor. Arts. 2, 5 Lit. “h”.
2.6 PRINCIPIO DEL CONTRADICTORIO
Dentro de los modelos de procesos penales existentes están: el inquisitivo, el
acusativo y el mixto; clasificando al proceso penal de menores en el sistema mixto
con tendencia acusatoria, en el cual tiene que tener definidos los sujetos procesales
que intervienen sus roles que a cada uno le corresponden, para que exista un
adecuado equilibrio entre dichos sujetos; teniendo el menor la oportunidad a ser
escuchado, a aportar pruebas y refutar la argumentación de la contraparte.
Convención Americana de los Derechos Humanos. Art. 8 Inc. 2°; Convención sobre
los derechos del Niño. Art. 40 Inc. 2° Lit. “b”; Reglas Mínimas para la Administración
de Justicia. Arts. 7 Inc 1°, 14 Inc. 2° y 15 Inc. 2°; Ley del Menor Infractor. Arts. 5 Lits. “
g e i”, 83, 84, 85, y 93.
2.7 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD EN EL PROCESO
Este principio se debe de entender como la posibilidad de acceder a las
actuaciones judiciales que realizan los sujetos procesales, teniendo de esta forma un
mecanismo de control la Sociedad con el cual controla al juez en su actuar en su
momento. Este principio se tiene en el Art. 12 Cn., en una forma general en cuanto
que el proceso penal de adultos por regla generales público, aunque
excepcionalmente sabemos que se puede decretar la reserva total o parcial del
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proceso; en cambio en el proceso penal de menores se tiene que es la excepción a la
regla general porque se tiene que siempre este proceso será reservado; aclarando
que no por ello se vulnera el principio general ya que en el Art. 2 Cn., se tiene el
derecho a la intimidad y a la imagen, y en base a esta disposición se decreta la
reserva principalmente en el proceso de menores porque lo que se pretende con ello
es preservar el derecho a la imagen y a la intimidad de estos.
Queriendo con ello alcanzar la protección y respeto al proceso evolutivo de los
menores ya que al existir publicidad se etiqueta al menor ante la sociedad la cual lo
señala, haciéndosele difícil el proceso de reeducación del menor. Constitución de la
República. Arts. 2 y 12; Convención Americana de los Derechos Humanos. Art. 8 Inc.
1° y 2°; Convención de las Naciones Unidas. Art. 40 Inc. 2° b) VII; Reglas Mínimas
para la Administración de Justicia. Arts. 8 Incs. 1° y 2°, 21 Incs. 1° y 2°; Convención
sobre los Derechos del Niño. Art. 8; Ley del Menor Infractor. Arts. 83 y 5 Lit. “b”.
2.8 PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
Este principio establece que se debe aplicar el derecho penal de acto y
rechazar el derecho penal de autor; por lo que en el proceso penal de menores no se
puede fundamentar la responsabilidad del menor en sus características personales o
en su situación económica, sino que del hecho cometido se tiene que derivar su
responsabilidad; lo mismo se aplica en el proceso penal de adultos. Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Arts. 11, 14 y 15; Pacto de San José.
Art. 72; Ley del Menor Infractor. Arts. 5 Lit. “c” y 95.
2.9 PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
Este principio establece que al que actúa sin culpa no se puede sancionar y
que la
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Pena no puede sobrepasar la medida de la culpabilidad. Es decir, que la pena debe
fundarse en la constatación del reproche que puede hacerse por el hecho a su autor.
Por ello se tiene que toda pena supone culpabilidad y que esa pena no puede
sobrepasar la medida de la culpabilidad, por lo tanto no puede ser castigado quién
actúa sin culpa.
Con el concepto de “culpabilidad por el hecho”, único respetuoso de los
Derechos Humanos, se complementa el derecho penal de culpabilidad. Convención
Americana de los Derechos Humanos. Art. 8.2; Convención sobre los Derechos del
Niño. Art. 40.2i; Reglas Mínimas de las Naciones Unidas. Arts. 2.2c y 5.1.
2.10 PRINCIPIO DE IMPUGNACIÓN
Significa este principio que todo acto del juez, será impugnable ya sean
interlocutorias, de impulso o de decisión, es decir, que existe la posibilidad de recurrir
ante un órgano superior. Además, habilitar el habeas corpus u otras acciones
similares contra las resoluciones judiciales que dispongan privación de libertad o su
prolongación.
Quien se considere agraviado o lesionado por una resolución judicial
pudiéndose recurrir ante un órgano superior, tiene este derecho que es otorgado por
la ley. Convención Americana de los Derechos Humanos. Arts. 6 y 8 Inc. 2° Lit. “h”;
Convención de los Derechos del Niño. Art. 37 Lit. “d” Inc. 2.bv; Ley del Menor
Infractor. Arts. 97 y 99.
3- LA ESTRUCTURA DEL PROCESO PENAL DE MENORES
Antes de comenzar el desarrollo de la Estructura del Proceso Penal de
Menores, considero que es de suma importancia hablar antes acerca de los
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diferentes Sistemas Procesales Penales, en una forma breve y sencilla para facilitar a
entender porque y en que sistema ubicamos al Proceso Penal de Menores.
El Proceso Penal a evolucionado históricamente, reconociendo tres tipos de
Sistema, cada uno con sus propias características; así tenemos: I) El Sistema
Acusatorio; II) El Sistema Inquisitivo, y; III) El Sistema Mixto.
I) SISTEMA ACUSATORIO
En este sistema acusatorio18 el interés particular del titular del derecho
subjetivo es preponderante, por ello se busca proteger al mismo con afan19. En la
investigación y la persecución, los particulares son los que tienen el deber de aportar
al órgano respectivo toda clase de elementos, únicamente ellos son los que pueden
denunciar los ilícitos de cuales tengan conocimientos, porque es así solamente que
se puede dar paso a las diversas fases del procedimiento.
En este sistema existe una separación total de los órganos que intervienen en
la relación procesal, a cada uno se le asigna el rol determinado con el propósito de
regular la intervención de los mismos. Dentro del mismo se encuentra la libertad de
acusación, que pueden ejercer todos.
_________________________________ 18 Cfr. Los autores suelen señalar al “Sistema Acusatorio” en su forma más pura, concretamente en el seno de la democracia Griega y en la época de madurez republicana de Roma; pero también se menciona: el Régimen Acusatorio del Derecho Germano Antiguo, el Sistema Acusatorio Ingles y el Fuero Juzgo Ibérico. Serrano, Armando Antonio y otros; Manual de Derecho Procesal Penal; Ed. UCA; El Salvador, mayo de 1998; Pág. 71. 19 El individuo ocupa un primer plano, el legislador piensa, sobre todo, en la dignidad y la libertad del hombre. El Estado tiene como misión la de resolver los conflictos que se dan entre particulares de forma imparcial, teniendo que sin acusación no hay actividad procesal.
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Teniendo en este sistema las siguientes características:
a) Instancia Única: la jurisdicción es ejercida en única instancia por una
asamblea o un jurado popular20.
b) La Acusación: la acusación es la base indispensable del proceso, sino
hay acusación no se puede iniciar proceso, es por ello que el juzgador no puede
actuar de oficio, sino hay acusación no se puede iniciar proceso alguno.
c) La Igualdad de las Partes: el acusador y el acusado se encuentran en
paridad jurídica, con los mismos derechos, el juzgador aparece como un arbitro del
combate o litigio, carece en la intervención de iniciativa propia.
d) Pasividad del Juez: las partes son las únicas que pueden introducir los
elementos de prueba, de modo que el juzgador no investiga la verdad de los hechos
porque caree de poderes autónomos, limitándose al examen de las pruebas y a la
valoración de los elementos a través de la intima convicción.
e) Decisión Fundamentada en Equidad: la decisión del juzgador es
conforme a equidad y no a derecho. La sentencia hace cosa juzgada, y no son
admitidos, o son muy raros, los indultos o gracias.
f) Procedimiento: el procedimiento es oral, público, contradictorio y
continuo.
________________________________________ 20 Cfr. Serrano y otros; Op. Cit,; Págs 74 – 75.; Este autor sostiene que la soberanía reside en el pueblo y es éste el que administra justicia, sentenciando los casos que se someten a su jurisdicción, de lo que se deduce, que no hay poder superior al del pueblo, y por lo tanto, las sentencias o fallos se dictan en instancia única, es decir, que se trataba de decisiones populares inimpugnables.
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II) SISTEMA INQUISITIVO21
Contrario a lo manifestado en el sistema acusatorio, en este sistema inquisitivo
el interés preponderante es el social22, los delitos se persiguen de oficio existiendo
una complejidad de órgano, ya que sus funciones no se encuentran delimitadas; se
limita la libertad de la acusación, en forma escrita se realiza el juicio, secreta y
continua, adoptándose la idea de la prisión preventiva. Rigiendo el sistema de tarifa
legal o prueba tasada.
Teniendo en este sistema las siguientes características:
a) Justicia Delegada: en un régimen político donde se concentra el poder
en un sólo órgano, ya sea el papa o el monarca, este sistema inquisitivo tiene la
característica de una jurisdicción ejercida por representantes de esas autoridades. De
lo cual se supone una doble instancia. Ante el Rey se pueden apelar las decisiones
de los jueces. Abandonándose de esta manera el fundamento democrático.
b) La Acusación: se abandona el principio básico de que no hay proceso
sin acusación; en un comienzo fue excepcionalmente pero después este sistema
inquisitivo resuelve el problema admitiendo la denuncia y la delación anónima como
actos idóneos para iniciar un proceso.
_______________________________________ 21 Cfr. El Sistema Inquisitivo se caracterizo con regímenes absolutistas y totalitarios, contrario al Sistema Acusatorio que coincidía con regímenes democráticos; hallando su origen en el Derecho Canónico. Por lo que ésta nueva etapa procesal penal inquisitiva, tiene su desarrollo y predominio en el Derecho eclesiástico de la Edad Media, en los tiempos de Inocencio III y, especialmente de Bonifacio VIII, codificándose en la célebre Ordenanza Criminal de Luis XIV. Se impone con éste sistema la independencia del juez y se realizo la acusación de oficio o inquisitivo ex oficio. Ibid. Págs. 77 – 78. 22 En éste sistema la personalidad del hombre, su libertad y dignidad no son ya el primer plano, se consolida el temor al pecado y al delito, surgiendo el inquisidor como figura para castigar al pecador o al delincuente que se vuelve un objeto del proceso. Se protege el interés social, contrario a la protección que brindaba el sistema acusatorio que no era a un interés social al que protegía, sino a un interés particular del titular del derecho subjetivo al que se trataba de proteger.
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c) Juez Activo: el juez tiene un poder absoluto de impulsión del proceso y
de la investigación de la verdad, siendo el único director del mismo.
d) Preponderancia de la Instrucción: tiene un enorme predominio la
instrucción preparatoria, ya que en ella se decide la situación del acusado. Teniendo
concluida la instrucción, se realizaba el juicio mediante audiencia que era una mera
formalidad en la que se exponían los resultados de la instrucción y sin mayores
dilaciones se dictaba la sentencia.
e) Indefensión del Acusado: en el sistema inquisitivo se ve al acusado
como objeto del proceso y no como sujeto. Sufriendo un detrimento en cuanto a la
igualdad en que se hallaba frente al acusador en el sistema acusatorio. En este
procedimiento el acusado es sometido a todo tipo de vejámenes.
f) Decisión Fundamentada conforme a Derecho: en este sistema
inquisitivo el juez es conocedor del Derecho, contrario al sistema acusatorio. Así
tenemos que siendo técnico en la materia el juez, su juzgamiento es conforme a
Derecho. Estando por esta circunstancia obligado a valorar legalmente las pruebas23.
g) Procedimiento: el procedimiento es escrito, absolutamente secreto y no
contradictorio.
______________________________________ 23 Porque regía el sistema de tarifa legal o prueba tasada, ya que las pruebas se encuentran mencionadas en el Código con un valor tasado.
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III) SISTEMAS MIXTOS24
Tomando en cuenta que los dos modelos procesales acusatorio e inquisitivo no
han existido en forma pura, lo que implica que exista una mezcla de elementos
acusatorios con elementos inquisitivos. Del fondo prevalentemente acusatorio o
inquisitorio se puede deducir si estamos frente a un sistema mixto clásico o ante un
sistema mixto moderno.
A) Sistema Mixto Clásico.
Quien dio origen a una forma procesal mixta, fue el legislador napoleónico,
como el resultado de combinar las ventajas tanto del sistema acusatorio como del
inquisitivo, con lo que pretendió un equilibrio en beneficio de la sociedad y del
imputado. Según este procedimiento penal mixto el proceso se estructura en dos
fases: La de Instrucción, con gran predominio del método inquisitivo, en cuanto al
secreto, la escritura y la oficiosidad judicial; y el Juicio o Plenario, en donde prevalece
el método acusatorio, en cuanto a la publicidad, la oralidad y el contradictorio.
B) Sistema Mixto Moderno.
Este sistema se origina del sistema procesal penal mixto clásico, mixto típico,
mixto puro o también denominado anglofrancés, gestado durante la Revolución
francesa y plasmado en el Código de Instrucción Criminal de 1808.
______________________________________ 24 Cfr. Serrano, Armando; Op. Cit. Pág. 85.; Este autor establece que la compresión adecuada del fenómeno delictivo, el transito de una acusación privada a una acusación pública, la especial atención que generan los intereses sociales e inclusive, los intereses estatales, han influido en la manera de entender el proceso penal como el resultado de combinar elementos de un sistema con los de otro. De esa manera surgen los Sistemas Procesales Penales denominados Mixtos que son, hoy en día, los que imperan generalmente en los ordenamientos positivos extranjeros.
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En los sistemas mixtos modernos la doctrina y el derecho abren novedosas
categorías, entre las que tenemos a un Ministerio Público imparcial25, con una
concepción diferente del Ministerio Público y de su función. En esta clase de sistema
se dice que el Ministerio Público abandona la idea imperante de parte acusadora, con
la cual actuaba en contra del delincuente, en representación y protección de la
sociedad.
El contenido material del sistema procesal penal mixto moderno tiene tres
reglas que lo rigen: 1) la primera es la naturaleza de los poderes jurídicos del Estado,
es decir, la oficialidad; 2) la segunda es la finalidad inmediata que persigue el
proceso, es decir, la verdad real; 3) y la tercera es la actividad defensiva, es decir, la
inviolabilidad de la defensa.
Teniendo este sistema las siguientes características:
a) La Jurisdicción: es ejercida por un juez técnico durante la instrucción; y
durante el plenario, es ejercida por un tribunal popular o técnico.
b) Acción Penal: es ejercida por un órgano estatal, el Ministerio Público,
aunque en algunos países se acuerda también al damnificado el derecho de acusar, y
éste puede ejercer la acción civil resarcitoria que se basa en el delito.
c) Situación de los Sujetos Procesales: hay distinción en las dos etapas
del proceso: durante la instrucción preparatoria, el juzgador es el director de la
investigación, mientras que el fiscal y las partes sólo pueden proponer pruebas que
aquel practicará si las considera pertinentes y útiles; y durante el juicio, el juzgador
actúa como un árbitro y las
____________________________________ 25 Actualmente se concibe al Ministerio Público con basamento en el principio de objetividad, es decir, se trata de un ente imparcial, sometiendo la notitia criminis a conocimiento de los tribunales y pidiendo que se aplique el Derecho al caso concreto. La meta del Ministerio Público no es perseguir y acusar al presunto culpable, sino que, objetivamente, la Ley sea aplicada.
29
partes gozan de iguales derechos.
d) Valorización de la prueba: rigen los sistemas de íntima o de libre
convicción, según actúen, respectivamente, un tribunal popular o técnico.
e) Procedimiento: en las dos etapas del proceso varía fundamentalmente;
durante la instrucción preparatoria, aquel es escrito, limitadamente público y
limitadamente contradictorio; durante la instrucción definitiva o el juicio propiamente
dicho, el procedimiento es oral, público, contradictorio y continuo. Se juzga en única
instancia y se torna operativo el recurso de casación de la sentencia.
Después de haber expuesto brevemente la evolución de los Sistemas
Procesales Penales, considero ubicar al Proceso Penal de Menores en el Sistema
Mixto Moderno, porque hay más tendencia al Sistema Acusatorio que al Sistema
Inquisitivo, tal como se observará a través del desarrollo de la Estructura del Proceso
Penal de Menores. Por lo que encontramos a conocer las Fases de este proceso.
3.1 FASE DE INVESTIGACIÓN26
Antes de entrar a conocer su fundamento legal, tengo a bien exponer
algunos
_______________________________________ 26 Es de tener en cuenta que el término para realizar las diligencias de investigación no podrá exceder de treinta días; pero la Fiscalía General de la República podrá solicitar la ampliación del plazo anterior el cual no excederá de treinta días, dependiendo de la complejidad del hecho o del número de autores o partícipes. Art. 68 L.M.I. pero se puede dar el caso que el Juez considera necesario ampliar la investigación en un período que no excederá de treinta días. Art. 72 Inc. 3° L.M.I. De lo anterior tenemos que el término para realizar la investigación puede ser: 1°) Normalmente de 30 días; 2°) Que pasen los 30 días normales y que el fiscal pida la ampliación de la investigación la cual no excederá de 30 días, en éste caso sería el término de 60 días; 3°) Que pasen los 30 días normales y que el fiscal no pida la ampliación del término al juez pero que a criterio de éste es necesario ampliar el término de la investigación el cual no excederá de 30 días, siendo el término en este caso de 60 días; y, 4°) que pase el término normal de 30 días y el fiscal pida al juez la ampliación del término el que no excederá de 30 días, haciendo un total de 60 días, además el fiscal decide promover la acción pero el juez considera necesario ampliar la investigación por un término que no exceda los 30 días, teniendo un término en éste caso excepcional de 90 días. En conclusión podemos tener un término de investigación de 30 días normalmente; y de 60, o de 90 días excepcionalmente, según sea el caso a resolver. Arts. 68 y 72 Inc. 3° L.M.I.
30
conceptos que dan diferentes autores a cerca de esta fase, en un Proceso
Penal Mixto Moderno con Tendencia Acusatoria.
Así para Héctor Efraín Fortín27 la fase preparatoria: “es la etapa de
investigación y esta a cargo del Ministerio Público quién la realiza con el auxilio de la
Policía Técnica Judicial, con la intervención del Juez de Letras como garante de
legalidad, y en su ausencia dicho control lo ejerce el Juez de Paz”.
Para Nelson Rauda Rodas28, la fase de instrucción o de investigación
preparatoria, llamada también investigación prelimar, instrucción inicial, investigación
sumaria, investigación preparatoria: “es la fase en la que se reúnen los elementos de
convicción necesarios los que se utilizarán en el juicio, pero previamente a éste,
deben ser sometidos a examen y control. Durante la instrucción se facilita lo que será
presentado en juicio, desechándose lo inútil para aquél, como pruebas impertinente e
inútiles que al ingresar al juicio lo que haría es retardar o desviar la atención sobre lo
que sí es importante, de esa manera se distingue lo útil de lo inútil, circunscribiendo
esencialmente el objeto procesal, determinando la materia sobre que versará la
acusación, la prueba, la discusión, etc.”.
Y para Vicenzo29, la fase de instrucción llamada también de investigación: “es
el conjunto de los actos llevados a cabo por la autoridad judicial o por orden de ella
que se dirigen a averiguar si, por quién y cómo se ha cometido un determinado delito,
y adquirir cualquier otro elemento necesario para la comprobación de la verdad”.
_______________________________________ 27 Cfr. Fortín, Héctor Efraín; El Juez de Paz y el Nuevo Código Procesal Penal; Tegucigalpa, M.D.C. Honduras, C.A.; Pág. 26. 28 Cfr. Raudas Rodas, Nelson y otros; Selección de Ensayos Doctrinarios. Nuevo Código Procesal Penal; Primera Edición, elaborado e impreso por la Unidad de Programas de Apoyo a la Reforma del Sistema de Justicia, U.T.E./U.P.A.R.S.J.; Págs. 525 – 526. 29 Cfr. Manzini, Vicenzo; Tratado de Derecho Procesal Penal; Traducción de Santiago Sentis Melendo y Merino Ayerra Redin; Tomo IV, Buenos Aires; Pág. 73.
31
De estos conceptos expuestos considero que el que más se adecua a nuestro
sistema procesal penal es el último en mención.
3.1.1 INICIACIÓN DEL PROCESO
Hay que tener en consideración que el proceso penal comienza por
enfrentarse a un hecho social o a un conflicto del que sabe muy poco. Sin embargo,
el Estado designa autoridades a las que les encarga la investigación de los delitos ya
sea a los fiscales o a jueces de instrucción los cuales por alguna vía se pueden
enterar acerca de si el hecho puede ser o no un delito, es decir, si el hecho ha
existido o no en realidad, y si ha existido, si puede o no enmarcarse en un tipo penal.
La primera información ingresa a través de determinados canales o vías,
siendo estas la denuncia y de oficio; considerándoseles por eso mismo como los que
dan nacimiento al proceso penal a los cuales se les denomina como “actos iniciales
del proceso o actos iniciales de instrucción”, entre los que establece nuestra Ley del
Menor Infractor en base al Art. 66 las dos formas mediante las cuales pueden dar
inicio la investigación del hecho delictivo: a) de oficio, y b) por denuncia.
a) De Oficio: se tiene que el más común es la prevención policial que es
cuando la policía ha tenido noticia de un supuesto delito que se ha cometido y
comienza las investigaciones preventivas, bajo las órdenes de algunos de los órganos
principales encargados de la persecución penal, que puede ser ya sea la fiscalía o los
jueces de instrucción de acuerdo al modelo procesal que se adopte. Estos entes
estatales de persecución penal se abocan a la búsqueda de información sobre el
hecho punible sin tener necesidad que se les excite externamente (principio de
32
oficiosidad), sino que basta que tenga conocimiento por su propio medio que ha
ocurrido un hecho delictivo de acción penal pública, para dar inicio a la investigación
del mismo.
b) Por Denuncia: es el acto mediante el cual alguna persona que tiene
noticia de un hecho delictivo, lo hace saber a alguno de los órganos estatales
encargado de la persecución penal, entre los que están la policía, la fiscalía o los
jueces. Esta persona por ejemplo puede ser la víctima o un familiar de ella, pues
puede ser que de algún modo se halle involucrado en ese conflicto. Así tenemos en el
Art. 67 L.M.I., que la denuncia puede ser interpuesta ante la Fiscalía General de la
República, y en el Art. 73 Inc. 3° de la L.M.I., se admite como posible la denuncia,
ante el Juez de Menores; siendo éstos dos entes los únicos que la L.M.I., reconoce,
ante los cuales se puede denunciar un hecho delictivo cometido presuntamente por
un menor, pero en base al Art. 41 de la L.M.I., se aplica supletoriamente el Código
Penal y Procesal Penal, por lo que se toma en consideración que también se puede
denunciar ante la Policía Nacional Civil, aunque la Ley del Menor Infractor no lo
establezca pero se aplica supletoriamente el Art. 229 C.Pr.Pn., en cuanto a que la
denuncia se puede interponer ante la Policía.
Habiendo expuesto ya como se inicia el proceso penal de menores, pasare a
hablar acerca de la investigación fiscal, de la intervención judicial y de las
consideraciones sobre las estrategias de investigación.
3.1.2 INVESTIGACIÓN FISCAL
En la investigación fiscal pasare a exponer los tipos de actos que puede
realizar el fiscal de menores en el marco de la investigación, entre los que tenemos:
33
A) Actos Puros de Investigación.
En este tipo de actos lo que se debe tener en cuenta es que no hay que pedir
autorización judicial para realizarlos (al juez de menores), es por ello que se dice que
son actos puros de investigación porque la representación fiscal no tiene que pedir
autorización al juez de menores para realizar éste tipo de actos. Así tenemos por
ejemplo, la entrevista de testigos, la orden de apertura de investigación, orden de
comprobación de la edad del menor, etc. Art. 69 de la L.M.I.
B) Actos Probatorios Anticipados.
En esta primera fase de investigación del proceso penal de menores es
preparatorio porque los elementos que allí se reúnan no valen aún como prueba,
pues existe una garantía básica que consiste en el juicio previo, por lo tanto ninguna
persona puede ser condenada sin un juicio en donde se compruebe su culpabilidad o
inocencia con base en la prueba presentada.
Hay que considera que se dan ocasiones en que no es posible esperar hasta
el juicio para producir la prueba en donde entra a funcionar la excepción a la regla
general que es la prueba anticipada la que se incorpora al juicio por su lectura, la que
tiene las siguientes características: a) es un mecanismo excepcional; b) tiene que ser
realización jurisdiccional; c) tiene que haber existencia de motivos difíciles de superar
o de efectuar para producir la prueba en la vista de la causa; d) anticipos de
condiciones esenciales de juicio; e) control probatorio de sujetos procesales.
Así tenemos los siguientes ejemplos de prueba anticipada que se
justifican por
34
diversas circunstancias:
1- Cuando las pruebas están expuestas a posibles contaminaciones. Ejemplo
de este caso son los testigos, imputados, peritos sometidos a amenazas, violencias u
ofertas, a fin que declaren falsamente o se abstengan de hacerlo.
2- Las pruebas que se exponen a deterioro. Aquí estamos frente a sustancias,
vertidos o desechos que sean perecederos, inflamables, fluidos fisiológicos o
químicos, etc.
3- Pruebas que por su naturaleza son irreproducibles. Estas son la muerte, la
incapacidad física o intelectual del testigo o peritos, una enfermedad terminal.
4- Pruebas que son incompatibles con la concentración del debate. Aquí
tenemos pruebas periciales que por su naturaleza y su forma de realización se puede
dar la suspensión del debate por más de diez días, el reconocimiento en rueda de
menores por ser difíciles de realizarlos en el momento de la vista de la causa.
Para concluir hay que considerar que una vez justificada la realización de la
prueba anticipada, hay ciertas condiciones que se deben respetar para esa
realización, las cuales son:
a) Respeto a los Principios del Juicio Oral: en donde podemos mencionar
al principio de inmediación, contradicción, concentración, etc.
b) Realización Jurisdiccional: donde encontramos plasmado el principio de
reserva jurisdiccional, contemplado en el Art. 79 Inc. 1° de la L.M.I.
35
c) Control de Prueba por los Sujetos Procesales. Encontrando la base
legal en el Art. 79 Inc. 3° de la L.M.I.
La Prueba Anticipada es ordenada por el juez de oficio o a petición de partes,
así lo establece el Art. 79 Inc. 1° L.M.I.
C) Actos que limitan Garantías Constitucionales y que requieren Autorización
Judicial.
Aquí tenemos aquellos actos de investigación que pueden afectar algunas
garantías procesales, derechos o bienes protegidos por la Constitución. Así por
ejemplo cuando es necesario ingresar a una residencia para poder localizar posibles
elementos de prueba, o cuando se debe secuestrar un documento o objeto que es
pertenencia de una tercera persona, o cuando se debe efectuar sobre el imputado o
sobre un testigo alguna investigación mental o corporal. Estos actos de investigación
afectan el ámbito de la intimidad, la propiedad, y la integridad física de las personas.
Como podemos observar la protección de los derechos, garantías o bienes no
es absoluta en algunos casos, sino que pueden ser afectados en un momento
determinado pero se exige que cuando esto suceda se tomen decisiones formales,
encaminadas a provocar sobre ellos la menor afectación. Desde el ámbito procesal
significa que se deberán librar órdenes expresas y formales que permitan realizar
esos actos de investigación. Llamándolas a éstas decisiones, autorizaciones
judiciales, que para el caso que nos ocupa quién autoriza estas decisiones es el Juez
de Menores.
36
D) Actos de Impulso del Trámite o de la Investigación.
Estos actos son aquellos que sólo van impulsando la investigación en sus
fases normales del proceso. Como ejemplos de estos actos tenemos las llamadas
telefónicas a una determinada persona para que colabore y en su caso que se
apersone a sede fiscal para su entrevista, el suscribir citas, el expedir oficios pidiendo
informes, documentación, o puede ser dicho oficio de carácter administrativo.
En este punto es merecedor hacer un breve comentario en cuanto que estos
actos que realizan los fiscales son de carácter administrativos y no actividades
jurídicas, por lo que no deberían realizarlos ellos, sino personal administrativo para
que los fiscales de menores de dediquen a realizar actividades meramente jurídicas
ya que son profesionales de las Ciencias Jurídicas y así brindar un mejor servicio a
quien lo solicite, por que al realizar ambas actividades le resta tiempo para dedicarse
sólo a realizar actividades jurídicas y así resolver más casos. Lo ideal seria que el
Estado contratara el personal adecuado para realizar las actividades meramente
administrativas y dejar que los fiscales se dediquen sólo a realizar actividades
meramente jurídicas.
3.1.3 INTERVENCIÓN JUDICIAL
En la fase de investigación hay intervención judicial, la que podemos conocer
desde diferentes aspectos tales como: El Control de Garantías; Autorización de
Limitaciones a Derechos Constitucionales; Imposición de Medidas; y La Audiencia
Espacial.
37
A) Control de Garantías.
Es el juez de menores el que tiene que ejercer el control acerca de los actos
que realiza el fiscal de menores, ya que el fiscal tiene la responsabilidad de la
investigación30 y el juez de menores, sólo la responsabilidad de vigilar y controlar esa
investigación siendo el custodio de las garantías procesales y constitucionales,
velando porque se respeten los derechos tanto de la víctima o perjudicado y del
imputado, pero sobre todo de este último ya que como se ha expuesto anteriormente
las garantías no son todas absolutas por lo que algunas pueden afectarse en un
momento determinado y es aquí cuando el juez de menores debe hacer que se
respeten los derechos y garantías del menor infractor y si se afectan que sea en lo
mínimo posible.
B) Autorización de Limitaciones a Derechos Constitucionales.
Esto tiene relación con los actos que limitan garantías constitucionales y que
requieren autorización judicial, con la diferencia que son vistos desde la perspectiva
de los actos que realiza el fiscal en el marco de la investigación, en cambio en este
punto lo vamos a desarrollar desde el punto de vista de la intervención que realiza el
juez de menores en el marco de la investigación fiscal, ya que hay actos que realiza
el fiscal de menores que afectan derechos constitucionales pero que es
imprescindible que el juez de menores los autorice, es por ello que se dice que son
limitaciones a Derechos Constitucionales, porque se requiere que se tomen
decisiones formales encaminadas a provocar sobre ellos la menor afectación posible.
Así tenemos por ejemplo la Restricción de Salida del País, la Ratificación del
Secuestro, el Decomiso, la Inviolabilidad de la Morada, etc.
________________________________________ 30 Así lo establece el Art. 193 Ord. 3° Cn. al decir: Corresponde al Fiscal General de la República: Dirigir la investigación del delito con la colaboración de la Policía Nacional Civil en forma que determine la ley.
38
C) Imposición de Medidas.
En este punto es el juez de menores que deberá resolver acerca de la
imposición de la medida, entre las que tenemos:
1°) Orientación y Apoyo Sociofamiliar.
2°) Amonestación.
3°) Imposición de Reglas de Conducta.
4°) Servicio a la Comunidad.
5°) Libertad Asistida.
6°) Internamiento.
Interviniendo de esta manera el juez de menores en este punto en el proceso
penal de menores al interponer o no alguna medida de las que establece el Art. 8
L.M.I., a excepción del internamiento como medida que sólo se interpone en la
tercera fase del proceso penal de menores, es decir, en la vista de la causa cuando
un menor es declarado responsable de la comisión de un hecho delictivo o cuando se
establece su conducta antisocial, y no se aplican obviamente cuando es declarado
inocente.
Es de aclarar que de acuerdo al Art. 2 de la L.M.I., los menores cuyas edades
se encontraren comprendidas entre los dieciséis y dieciocho años de edad, a quienes
39
se les atribuyere o comprobare responsabilidad, como autores o partícipes de una
infracción penal se aplicarán las medidas que establece el Art. 8 de la L.M.I.; en
cambio los menores cuyas edades se encontraren comprendidas entre los doce y
dieciséis años de edad que constituya delito o falta por habérsele comprobado los
hechos constitutivos de la conducta antisocial, el juez resolverá aplicarle al menor ya
sean las medidas establecidas en el Art. 8 de la L.M.I., o las establecidas en el Art. 45
de la L.I.S.P.M., y en cuanto a los menores que no hubieren cumplido los doce años
de edad y presenten una conducta antisocial, están exentos de responsabilidad y por
lo tanto no se les aplica éste régimen jurídico especial, ni el común, sino que en su
caso se deberá dar aviso al Instituto Salvadoreño de Protección al Menor para su
protección integral.
Es de considerar también el caso de la medida provisional que se puede dar
cuando el menor es detenido en flagrancia y se pone a la orden del juez de menores,
éste resuelve inmediatamente sobre su libertad y ordena la aplicación de una medida
en forma provisional todo y cuando fuere procedente y sin perjuicio que la Fiscalía
General de la República continúe con la investigación, lo que se establece en el Art.
75 de la L.M.I.
D) Audiencia Especial.
Cuando entra en vigencia la Ley del Menor Infractor los Jueces de Menores no
realizaban esta audiencia ya que no se encuentra regulada expresamente en la Ley e
interponían las medidas provisionales según su decisión y posteriormente el menor
era llevado al juzgado para hacerle saber las medidas que se les habían interpuesto
por su lectura y sin la presencia de su defensor; es decir, que las partes no estaban
presentes cuando el juez interponía las medidas, violentándose algunos derechos
como el debido proceso, el derecho de defensa, etc., por lo que ante tal situación en
40
la actualidad los jueces de menores para actuar conforme a derecho realizan una
audiencia en la que interponen las medidas provisionales con la presencia de las
partes, revistiendo dicha audiencia las características de una Audiencia Especial por
la que la llamaremos así.
Esta audiencia se da cuando el menor es detenido en flagrancia y fuere puesto
a las órdenes del juez de menores, éste resuelve inmediatamente sobre su libertad.
Si fuere procedente ordenará la aplicación de una medida en forma provisional si
procede, sin perjuicio que la Fiscalía General de la República continúe con la
investigación, así se establece en el Art. 75 en relación con el Art. 53 de la L.M.I.
Como podemos observar puede ser objeto de confusión en cuanto que se
puede pensar que ésta audiencia se da hasta la fase intermedia por la ubicación del
Art. 75 que se encuentra en lo que es el trámite judicial, pero no es así porque dicha
audiencia se da en la fase de investigación lo que se deduce de la lectura
comprensible que se haga del artículo en comento pues se dice sin perjuicio que la
fiscalía continúe investigando en la fase de investigación y no en la fase intermedia
como aparentemente se puede llegar a ubicar.
Dicha audiencia se realiza para decidir sobre la libertad del menor y ordenarse
una medida provisional cuando proceda, y se continúa con la investigación, con esto
se garantiza, el debido proceso, el derecho de defensa técnica y la presunción de
inocencia. Arts. 11 y 12 Cn.
E) Consideraciones sobre la Estrategia de Investigación.
Estas consideraciones se refieren a que, dentro de la investigación el
fiscal puede retomar algunas formas de terminación anticipada del proceso penal de
menores para la mayor eficacia de la persecución penal, entre las que contemplan el
Art. 36, en relación con los Arts. 37, 38, 59, 63 y 70 de la L.M.I., estando el
41
cumplimiento de lo pactado en la conciliación, la remisión, la renuncia de la acción y
la cesación del proceso; algunas de estas estrategias son factibles de desarrollarse
especialmente lo que es la renuncia de la acción. Art. 36, en relación con el Art. 70 de
la L.M.I., esta renuncia de la acción, se enmarca dentro del contexto procesal de un
derecho penal de mínima intervención, conformado entre otros, en el principio de
oportunidad, el que faculta al ente encargado del ejercicio de la acción penal
pronunciarse por la renuncia de la acción, cuando el hecho delictivo tenga establecida
una sanción cuyo mínimo no exceda los tres años de prisión, considerándose para
ello las circunstancias del hecho, las causas de su origen o la reparación de daños
causados.
Teniendo que en base a los Arts. 3 que establece los principios rectores de la
Ley y el Art. 5 que establece los derechos y garantías fundamentales del menor,
ambas disposiciones de la L.M.I., se pueden aplicar criterios de oportunidad
diferentes a los establecidos en la normativa penal de menores, ya que hay que tener
en cuenta que el menor en lo mínimo debe de gozar de “iguales o mejores
condiciones” frente al procedimiento penal de adultos. Art. 5 de la L.M.I. Siendo estas
dos disposiciones las bases legales para aplicar otros y más amplios criterios de
oportunidad establecidos en el Art. 20 del C.Pr.Pn., por ejemplo la justicia premial,
pena natural, etc., y no el Art. 41 de la L.M.I., porque ya hay criterios de oportunidad
expresamente establecidos en esta Ley, estos son los del Art. 36 de la L.M.I., siendo
requisito para aplicar la supletoriedad el que en la L.M.I., no este regulado el instituto
jurídico de que se trata, y en este caso si esta regulado expresamente los criterios de
oportunidad en la L.M.I., por lo que no se cumple con éste requisito y en
consecuencia no procede la aplicación supletoria de otros criterios de oportunidad,
42
pero si se aplican en base al principio de igualdad y al principio de protección integral
del menor establecidos en las Arts. 3 y 5 de la L.M.I.
Ya que el no aplicarlos, significaría en muchos casos, en que un adulto se vea
favorecido por haberse prescindido de la persecución penal y un menor por lo
contrario en las mismas circunstancias se le continúe persiguiendo penalmente por un
hecho en similares circunstancias del adulto, hasta llegar a las últimas
consecuencias, y hasta podría ocurrir en un mismo caso en que se vea involucrado
un adulto y un menor en donde se le aplique el criterio de oportunidad al adulto y al
menor no.
La aplicación de los criterios de oportunidad esta determinada por el Ministerio
Público Fiscal, quién considera si debe prescindir de ejercer su función persecutoria o
no, ya sea:
a) Por la mínima lesividad de bienes jurídicos y por ello de la pena que
corresponde. Art. 20 N° 4 C.Pr.Pn.
b) El alto costo que implique la realización del proceso o lo complicado de
una investigación en comparación con el daño social causado. Art. 20 N° 1 C.Pr.Pn.
c) Por la conveniencia de la Sociedad para hacer justicia en caso mucho
más graves. Art. 20 N° 2 C.Pr.Pn.
d) Porque el infractor ha padecido una pena natural o moral que hace
perder sentido a la sanción penal, entre otros motivos. Art. 20 N° 3 C.Pr.Pn.
F) Alternativa ante la no Promoción de Acción.
El Art. 72 de la L.M.I., plantea que la parte ofendida tiene la posibilidad de
someter a un control judicial la decisión del fiscal de menores de no promover la
acción penal, sea que dicha decisión la haya o no notificado formalmente a la víctima
43
u ofendido o a su representante legal; frente a estas circunstancias, teniendo que el
plazo de investigación a expirado, estos podrán acudir al juez de menores
competente a efecto que requiera las diligencias de investigación al fiscal para
considerar si lo que ha dispuesto es procedente conforme a derecho, si ese fuere el
caso, así deberá declararse y notificarse.
También establece el caso en donde si el juez de menores estimare que no se
ha resuelto correctamente, puede éste “requerir al fiscal para que promueva la
acción” y en caso que no se cumpliere con dicho requerimiento se faculta al juez de
menores para que inicie el trámite judicial y por lo tanto oficiosamente el proceso en
contra del menor que supuestamente haya cometido un hecho punible, e informará
para efectos de las sanciones disciplinarias o penales a que hubiere lugar por
haberse incumplido el requerimiento en comento.
Es de aclarar que si el juez de menores da inicio al trámite judicial de oficio se
estaría violentando el Art. 193 Ord. 4° de la Constitución de la República, porque ésta
disposición establece que corresponde al Fiscal General de la República: “Promover
la acción penal de oficio o a petición de parte”; de lo que se deduce que ésta facultad
es propia de la Fiscalía General de la República por mandato constitucional por lo que
no puede ni debe tomarse dicha facultad el juez de menores, porque este ejercicio no
depende de decisiones externas al ente fiscal. Es por ello que se tiene el término de
“monopolio de la acción penal” siendo este término propio de un sistema penal
acusatorio, es decir, que la promoción de la acción penal es una facultad conferida
exclusivamente al ente fiscal, quién tiene el monopolio sobre su ejercicio, el que debe
de ejercer no por mandato de otros entes, sino por mandato constitucional vinculante
a él directamente.
44
Ya que hay una diferencia entre acción y jurisdicción porque la primera le
compete a la fiscalía y la segunda la compete su ejercicio al juez de menores. Por lo
tanto la garantía constitucional del juicio previo establecida en el Art. 12 Cn., en
relación al ya citado Art. 193 Ord. 4° Cn., tienen primacía con respecto a la Ley
secundaria especial, o sea, la L.M.I., por lo que se puede considerar que las
facultades jurisdiccionales de la norma en comento (Art. 72 L.M.I.), deben respetar las
restricciones que supletoriamente se pueden invocar en base al Art. 17 C.Pr.Pn. Inc.
1°, el cual dice: “se interpretarán restrictivamente todas las disposiciones legales que
limiten el ejercicio de un derecho o facultad conferida a los sujetos procesales”, ya
que el juez imparcial es un derecho del procesado.
Para tener un mayor sustento de lo anteriormente expuesto citare un
precedente jurisprudencial pronunciado por la Cámara de Menores de la Primera
Sección del Centro en el caso 45 – 08 – 3 – A96, emitiéndose resolución a las quince
horas del día veintitrés de mayo de mil novecientos noventa y seis, el cual dice: “la
acción es un poder cuya titularidad es monopolio del Ministerio Público” y continua
diciendo “es que el proceso penal de menores está estructurado sobre la base del
sistema acusatorio, en él campea el principio dispositivo y, por ende, el juez ningún
comando tiene sobre la facultad acusatoria, ninguna injerencia puede arrogarse
acerca de la disposición de la acción, la cual está reserva de suyo al Ministerio
Público”.
3.2 FASE INTERMEDIA Y AUDIENCIA PREPARATORIA
Comenzaré el desarrollo de ésta fase del proceso penal de menores con el
concepto de algunos autores conocedores de la materia:
45
Fortín31 dice: “que ésta fase se tramita ante los jueces de letra, se formaliza el
requerimiento fiscal o acusación y se interponen las excepciones o defensas previas.
La idea es depurar la investigación para que vaya a debate; se analiza la prueba a
efecto de determinar si con esta se puede decretar auto de prisión, declaratoria de
reo o dictar sobreseimiento definitivo o provisional”.
Suárez Barcena32 expone: “la fase intermedia es el momento de valorar el
resultado de la investigación, llevada a cabo en la fase de investigación, de cara a
decidir si se abre o no el juicio oral contra los inculpados”.
Para Vicente Gimeno Sendra33: “la fase intermedia, como su nombre lo indica
es una etapa procedimental situada entre la instrucción y el juicio oral, cuya función
primordial estriba en determinar si concurren o no los presupuestos de la apertura del
Juicio Oral”.
De todos los conceptos anteriormente expuesto, considero que éste último es
el más claro y el que más se adecua a la fase intermedia del proceso penal de
menores. Lo que se observará conforme desarrollemos ésta fase, la que comienza
aunque no este expresamente mencionada desde el trámite judicial34.
_______________________________________ 31 Cfr. Fortín, Héctor; Op. Cit. Pág. 26. 32 Cfr. Suárez Barcena, Emilio de Llera; Derecho Procesal Penal. Manual para Criminólogos y Policías; Citado por Cruz, José Manuel y otros; Selección de Ensayos Doctrinarios. Nuevo Código Procesal Penal; Primera Edición; elaborado e impreso por la Unidad de Programas de Apoyo a la Reforma del Sistema de Justicia, U.T.E./U.P.A.R.S.J. 33 Cfr. Gimeno Sendra, Vicente; Derecho Procesal Penal; Ediciones Tarant Loblanch Libros. Citado por Italmir Orellana, Levis y otros; Selección de Ensayos Doctrinarios. Nuevo Código Procesal Penal; Primera Edición, elaborado e impreso por la Unidad de Programas de Apoyo a la Reforma del Sistema de Justicia, U.T.E./U.P.A.R.S.J. 34 El trámite judicial comienza a partir del Art. 73 L.M.I., siendo el término para éste trámite de 30 días el cual no se podrá exceder y se contaran a partir del día en que se promovió la acción. Art. 74 en relación con el Art. 23 L.M.I.
46
3.2.1 Lo que se hace en el Trámite Judicial.
3.2.1.1 Hay un Control de Forma y de Fondo sobre la Promoción de la Acción
Penal
El Juez de Menores tiene que contar con la información necesaria y mínima
para ejercer un control de forma y de fondo en cuanto al escrito de promoción de
acción penal.
El primer control de forma, se refiere a la consignación de cada una de las
partes que intervienen en el proceso, orden y sencillez en la descripción de los
hechos, y por supuesto coherencia y claridad de la exposición realizada. El segundo
control de fondo, es un control sobre el fundamento esencial de cada una de esas
partes que requiere la promoción de acción penal, entre las que tenemos: los datos
sobre la persona imputada, relación circunstanciada de los hechos, calificación
jurídica del delito, fundamentación de la imputación, ofrecimiento de la prueba; así
tenemos que se podrían identificar mal al imputado, dando posibilidad de absolver o
condenar a una persona equivocada por haber cometido el error de identificar mal al
indiciado; también se puede dar el caso que la descripción del hecho sea incorrecta
por “adicional datos” que no han sido recabados o no se pueden afirmar dentro del
eventual juicio porque no tienen sustento para dar dicha afirmación. Teniendo así que
al hablar de un control de forma nos referimos a la promoción de la acción penal; y al
hablar de un control de fondo nos referimos al contenido de los argumentos de la
promoción de la promoción penal.
3.2.1.2 Decisiones derivadas del Control Judicial.
Dentro de las posibilidades de control que ejerce el juez de menores tenemos:
47
a) El Archivo de Diligencias que sea por cualquier Causa Legal.
Art. 73 Inc. 2° L.M.I.
Aquí se plantea que luego de ejercitarse el control de forma y de fondo sobre el
escrito de promoción de la acción penal, el juez de menores estima conveniente
“archivar” las diligencias de investigación, planteando la ley esta posibilidad conforme
a “cualquier causa legal”, teniendo el juez que fundamentar la resolución que ordene
ese archivo de diligencias de investigación y su necesaria referencia a justificar y citar
esa “causa legal” por ejemplo causas excluyentes de responsabilidad. Art. 27 C.Pn.
Por prescripción. Art. 20 L.M.I. La extinción de la acción penal. Art. 31C.Pr.Pn., que
se refiere a las formas de terminación anticipada del proceso las que producen como
consecuencia la cesación del proceso.
Esa “causa legal” en muchos casos hará procedente una serie de decisiones
que se pueden dar por ejemplo el decretar un sobreseimiento provisional o definitivo,
en relación de alguna de las situaciones de los literales “a y b” del Art. 71 de la L.M.I.,
en relación con los Arts. 308, 309, 310, 312 y 404 Inc. 1° del C.Pr.Pn., que se refieren
al sobreseimiento, aplicables por vía supletoria en base al Art. 41 de la L.M.I., lo que
se debe de tener claro es que “no puede existir un simple archivo de diligencias”, sino
que debe de darse un formal pronunciamiento sobre un motivo legal que sustente el
archivo de diligencias.
Hay que aclarar por otra parte que el archivo de diligencias no es una
resolución formal que haga extinguir la acción penal, excepcionándose el caso en que
se de un sobreseimiento definitivo de lo contrario ésta queda latente hasta su
prescripción; y en el caso qué se de un sobreseimiento provisional hasta que se
cumpla el plazo que se establece en el Art. 310 C.Pr.Pn.
48
b) Ordenar Diligencias Complementarias de Investigación. Art. 78 L.M.I.
Este artículo presenta dos momentos en los que la representación fiscal como
ente facultado para realizar la investigación la puede llevar a cabo, uno antes de dar
inicio al trámite judicial, y el otro en el trámite judicial y así de ésta manera luego de
haber promovido la acción penal puede continuar investigando, recabando datos o
información acerca del hecho ya sea de oficio o a petición de parte.
Es evidente la diferencia entre la investigación previa a la promoción de la
acción penal que se da en la fase de investigación y la realizada posteriormente, así
en su respectivo orden, “diligencias de investigación simplemente” Arts. 22 Inc. 2° y
66 L.M.I., y “diligencias complementarias de investigación” Art. 78 L.M.I., estas
últimas así llamadas en virtud que permiten recabar información importante que es
“coadyuvante” a la ya existente.
c) Informe de Procesos. Art. 77 L.M.I.
La finalidad de solicitar informes a otros juzgados es la de determinar la
posibilidad de acumulación de diligencias y trámites, así como la unificación del
proceso educativo que en forma paralela al procesamiento se este llevando a cabo.
Por la falta de éste informe no se suspende el procedimiento porque no es requisito
para ello; si se llega el momento de dictar el inicio del trámite judicial o la vista de la
causa, y no se han recibido aún dichos informes, se continua normalmente con la
tramitación del procedimiento.
d) Citar a Conciliación. Art. 73 Inc. 2° L.M.I., en relación con el Art. 69 Inc. 3°
L.M.I.
Esta es una forma anticipada de terminar el proceso, el
cumplimiento de la
49
conciliación. Art. 36 L.M.I., en relación con el Art. 59 de la misma Ley; en éste caso el
juez cita en los casos en que proceda la conciliación a las partes necesarias que son
el ofendido o víctima y el menor, así como también las partes formales que son el
defensor y el fiscal, porque el juez resuelve iniciar el trámite judicial, dándose dicho
acto en la fase intermedia del proceso penal de menores, porque pudo ser que no se
haya dado la posibilidad de conciliar en la fase de investigación ante la
representación fiscal por diversas circunstancias, ya que de acuerdo al Art. 69 Inc. 3°
dentro del plazo de investigación “deberá” citar a conciliación el fiscal. Si no se
conciliare continuará la investigación., en el caso que nos ocupa queda abierta ésta
posibilidad para que se realice ante el juez de menores, porque hasta éste momento
no se han impuesto medida alguna definitivamente.
Para terminar con éste punto la conciliación procede ante la Fiscalía General
de la República o ante el Juez de Menores mientras no se haya decretado la
resolución que implique medidas en forma definitiva al menor. Art. 59 Inc. Ultimo
L.M.I. Admiten conciliación todos los delitos o faltas, excepto los que afecten
intereses difusos de la Sociedad. Art. 59 Inc. 1° L.M.I. El arreglo conciliatorio procede
de oficio, o a instancia de parte, a petición del ofendido o víctima, siempre que existan
indicios o evidencias de la autoría o participación del menor, y no concurran causas
excluyentes de responsabilidad; sin que ello implique aceptación de la comisión del
hecho por parte del menor. Art. 73 Inc. 2° L.M.I.
e) Ordenar el Estudio Psicosocial. Art. 73 Inc. 2° L.M.I.
Si el Juez de Menores resuelve iniciar el trámite judicial ordenará el estudio
psicosocial sino se hubiere efectuado en la fase de investigación. Dicho estudio no es
vinculante para el juez ya que éste puede adoptar otra medida distinta a la
50
recomendada por el equipo multidisciplinario35 que realiza el estudio psicosocial en
vista que éste estudio no es el único elemento que va a considerar el juez en la
imposición de la medida, pero en éste caso el juez debe fundamentar su decisión. Art.
32 Inc. 3° L.M.I.
Este estudio deberá realizarse y remitirse, dentro de los quince días siguientes
a la notificación de la resolución que lo ordena. Art. 32 Inc. 2° L.M.I.
Si el menor se encontrare privado de su libertad, el estudio psicosocial se
efectuará por los especialistas del centro donde el menor se encuentre; caso
contrario, dicho estudio lo realizará el equipo de especialistas adscritos al juzgado de
menores. Art. 32 Inc. Ultimo L.M.I.
f) Medida en Forma Provisional. Art. 76 L.M.I.
Cuando se promueve la acción, el juez una vez decide dar inicio al trámite
judicial con fundamento en las diligencias de investigación y previa declaración del
menor, resolverá no sólo para el menor que esta presente si no también para aquel
que esta ausente y que haya de ser localizado, o en todo caso que no se encuentre
con medida; si procede aplicarle una medida en forma provisional. Quedando dicha
medida sin efecto en los casos siguientes:
- Cuando en la “resolución definitiva” se decrete la medida en forma
definitiva. Art. 95 Lit. “a” Ord. 2° y Lit. “b” Ord. 2° L.M.I.
_________________________________________ 35 Este equipo esta conformado por un trabajador social que realiza la primera entrevista con el menor, una visita domiciliaria y el estudio socioeconómico; por un psicólogo que analiza al menor para determinar si tiene problemas psicológicos; y el educador que analiza sus logros y posibilidades educativas. Lo ideal sería que éste equipo recomendará o propusiera un proceso de reinserción más que medidas.
51
- Al cesar el procedimiento. Art. 38 L.M.I.
- En los demás casos previstos en ésta Ley; los cuales los podríamos
enunciar así:
- Cuando se llega a un acuerdo conciliatorio.
- Por haberse llegado a un acuerdo entre el juez y las partes para aplicar
la “remisión” en el caso.
- Por haberse dictado resolución definitiva que declare la absolución del
procesado.
g) Prueba Anticipada. Art. 79 L.M.I.
En los sistemas en donde el juicio es oral se acepta el hecho que el “juicio”
constituye el momento principal donde se determina la inocencia o culpabilidad del
imputado, en nuestro caso la responsabilidad penal o conducta antisocial o la
absolución del menor sometido a un proceso, esto de acuerdo a la prueba ofrecida y
presentada; es en ese momento donde el juez se pronuncia acerca de la imputación
delictiva realizada contra el imputado, conforme a la convicción que en él generen los
elementos probatorios.
Teniéndose como caso excepcional y único de la presentación de prueba en el
juicio a la “la prueba anticipada” que se incorpora a éste por su lectura y tiene las
siguientes características:
52
1°) Excepcional: la prueba no es vertida en el juicio sino antes, siendo éste
el único caso;
2°) Control Jurisdiccional: su realización es posible como un acto procesal
ante el juez de menores, aunque no sea su iniciativa sino a petición de
parte;
3°) Existencia de obstáculo insuperable o difícil para que se produzca la
prueba en el juicio: siendo una característica básica de procedencia de la
prueba anticipada esta;
4°) Anticipo de Condiciones Esenciales del Juicio: las condiciones del juicio
deben producirse a cabalidad; oralidad, siendo el mecanismo de
comunicación que garantiza o supone la inmediación, continuidad,
concentración, control probatorio simultáneo, identidad física del juez;
5°) Sujetos Procesales Bajo un Control Probatorio: se da de manera
simultánea con la presencia de todas las partes y con la misma presencia
del juez, a fin que la prueba introducida sea en su esencia y en su forma,
lícita, pertinente y relevante.
En lo que respecta al tipo de actos dentro de las normativas y doctrina que
justifican la realización de la prueba anticipada y sus condicionamientos, ver lo
referente a la investigación fiscal específicamente los “aspectos probatorios
anticipados” lo cual se ha desarrollado ya en la fase de investigación.
53
h) Auto de Mérito. Art. 80 L.M.I.
En el proceso penal de adultos es auto de apertura a juicio. Art. 332 C.Pr.Pn.,
que es el equivalente al “auto de mérito” en menores el cual consiste en que el juez
considera que existe suficiente mérito para la celebración de la vista de la causa, es
decir, es la decisión jurisdiccional en el proceso de menores, de aceptar el pedido del
fiscal de menores de someter al indiciado al juicio.
Existe una gran importancia a esta decisión doctrinariamente, llamada también
en otras legislaciones “auto de apertura a juicio” teniendo funciones como:
1- Determinar el contenido del juicio, delimitando con precisión su objeto;
2- Identificar al acusado con absoluta precisión;
3- Para el juicio determinar el tribunal competente;
4- Señalar las partes que intervienen en el debate, y;
5- La citación o convocatoria al juicio.
Este “Auto de Mérito para la vista de la causa es apelable en base al Art. 103
Lit. “g” L.M.I., teniéndose que dar espacio a la probable impugnación, pero una vez
agotado el término para impugnar habrá de señalarse día y hora para la “audiencia
preparatoria” citándose a las partes.
54
Aclarando que éste auto de mérito el juez de menores lo dicta sin audiencia
previa a las partes, realizando la audiencia preparatoria posteriormente y con
presencia de las partes.
El Art. 80 Inc. 2° L.M.I., nos da la posibilidad que no haya mérito por lo que en
éste caso se procede conforme a lo dispuesto para la cesación del proceso.
Esta disposición confirma el decir que la promoción de acción y el inicio del
trámite judicial no son obstáculos alguno para que el fiscal continúe la investigación;
lo importante en éste momento es si el trámite judicial ha sido agotado de manera
suficiente, así como también dentro del plazo determinado para el mismo conforme al
Art. 74 L.M.I., valorando también éstas circunstancias el juez de menores, habrá de
dictar si existe o no Mérito para la Vista de la Causa.
i) Audiencia Preparatoria. Art. 81 L.M.I.
Si del Auto de Mérito no se interpusiere recurso alguno, el juez de menores
procede a señalar día y hora para la celebración de la “audiencia preparatoria”.
Consistiendo ésta básicamente en un control o análisis que el juez de menores y las
partes hacen del resultado de la investigación hecha por la Fiscalía General de la
República, así como del requerimiento fiscal o escrito de promoción de acción que ha
presentado la Representación del Ministerio Público en contra del menor inculpado y
su objeto principal es el que se señala en ese artículo en donde las partes se deben
manifestar sobre los siguientes puntos:
a. Que la fiscalía puede ratificar, modificar o retirar los cargos en contra del
inculpado.
b. Que indiquen o señalen las personas cuya presencia se solicitan y el lugar
en que
55
deben ser citadas.
c. Ofrecer las pruebas que se presentarán en la Vista de la Causa.
Cabe recordar que éste y todas las audiencias en éste procedimiento deben
ser orales, porque en éste caso la norma es imperativa y no facultativa para que el
juez la celebre de forma diferente o por escrito, ni aún a petición de parte. De acuerdo
al Art. 24 L.M.I., ya que si no se celebrasen de forma oral, son sancionados bajo pena
de nulidad.
En el inciso final del Art. 81 L.M.I., puede dar lugar a una lesión “letal” al interés
de parte, sea cual fuere, en tanto se celebre esta audiencia sin la presencia de alguna
de ellas. Por lo que lo más recomendable es que se suspenda esta audiencia y se
señale día y hora para su celebración; así como también se señala día y hora para la
celebración de la Vista de la Causa.
Así de esa forma el problema planteado en dicho artículo inciso final, legitima
al juez de menores para evadir cualquier acción maliciosa y dilatoria que pretenda
prolongar la realización de la Vista de la Causa, mecanismo que permite al juez
entonces “no es realizar la audiencia preparatoria” sino evitar que la “inasistencia de
una de las partes sea un obstáculo o impedimento para que se señale día y hora para
la celebración de la Vista de la Causa”. Porque hay que tener en cuenta que el
mandato no se expresa: “celebre aún así la audiencia preparatoria” porque es de
considerar el lesivo daño a la parte que no asiste y cuyo motivo de esa insistencia se
desconoce; sino que dice: “señale aún así día y hora para la celebración de la Vista
de la Causa”, aunque para los efectos del Art. 114 L.M.I., en el caso del fiscal y el
procurador de menores, se haga saber el incumplimiento a sus superiores.
56
Como es de suma importancia la celebración de “audiencia Preparatoria” se
considera recomendable en ésta circunstancia (cuando se suspende dicha
audiencia), que el juez señale para la Vista de la Causa un plazo lo más prolongado
posible, que puede ser hasta de diez días como lo permite la Ley, señalándose el
siguiente día por ejemplo para la celebración de la audiencia preparatoria que se ha
suspendido por frustración por inasistencia de las personas necesarias, según la
esencia del acto procesal mismo. Es procedente tener en cuenta el Art. 17 C.Pr.Pn.,
que establece una norma elemental de interpretación restrictiva que debe de ser
tomada en cuenta. Con esta audiencia preparatoria culmina la segunda fase del
proceso penal de menores, y podemos observar que tanto la fase de investigación y
la fase intermedia finalizan dentro del trámite judicial.
j) Señalamiento para la Vista de la Causa. Art. 81 Inc. 3° L.M.I.
En la misma “Audiencia Preparatoria” el juez de menores tiene que señalar día
y hora para la celebración de la “Vista de la Causa, la cual debe señalarse en un
plazo que no sea inferior a cinco días, ni superior a diez días y en el mismo acto las
partes quedarán notificadas para ese efecto. En la práctica se notifica a las partes de
la celebración de “Vista de la Causa”, lo cual no es necesario hacerlo; porque al
celebrar la audiencia preparatoria quedan notificados sobre día y hora de la
celebración de la “Vista de la Causa”.
3.3 LA FASE DEL JUICIO O VISTA DE LA CAUSA36
En cuanto a la fase del juicio o vista de la causa, pasaré a exponer algunos
conceptos que diferentes autores dan, para adoptar el más acorde a nuestro
proceso penal; entre los
_______________________________________ 36 En la audiencia preparatoria el juez señalará día y hora para la celebración de la vista de la causa, la que se efectuará en un “plazo no inferior de cinco días ni superior a diez”, es decir, dentro del plazo mínimo de 5 días a un máximo de 10 días. Art. 81 Inc. 3° L.M.I. Esta fase la encontramos del Art. 83 al Art. 96 L.M.I.
57
que tenemos:
A Fortín37: aquí en base a la fase preparatoria, y la depuración buscada en la
intermedia se celebra el juicio oral, público y contradictorio, y se dicta sentencia”.
Para Binder38: “esta es la etapa plena y principal del procesal penal, porque es
allí donde se resuelve o redefine, de un modo definitivo, aunque revisable el conflicto
social que subyace y da origen al proceso penal”.
Para Serrano39: “ es la esencia del procedimiento, pues todo lo anterior a él
tiene un carácter preparatorio, ya que es un mecanismo procesal para reproducir el
hecho investigado; el más eficiente para encontrar la verdad objetiva o real, con lo
cual se cumple la finalidad esencial del procedimiento penal. Además, éste
mecanismo anula toda posibilidad de especulación por parte del juez o el jurado, al
momento de tomar una decisión”.
De los tres conceptos expuestos considero que el que más se adecua es el de
Serrano, porque es de esta manera como nuestro Código Procesal Penal lo describe.
Expuestos ya los conceptos pasaré a desarrollar algunos puntos de la Vista de
la Causa que desde mi parecer son de suma importancia, los cuales son:
3.3.1 Aspectos Distintivos de la Vista de la Causa.
3.3.1.1 La Reserva. Art. 25 L.M.I.
________________________________________ 37 Cfr. Fortín, Héctor; Op. Cit. Pág. 26 38 Cfr. Binder Baarzizza, Alberto M; Introducción al Derecho Procesal Penal; Ed. ADDHOC, S.R.L.; Primera Edición. Buenos Aires, Argentina, 1993; Pág. 233. 39 Cfr. Serrano, Armando y otros; Op. Cit. Págs. 650 y 652.
58
Este artículo contiene la garantía de discreción la que da protección y garantiza
el derecho a la intimidad personal del menor, a su honor y a su imagen, siendo éstas
garantías de rango constitucional y contenidas también en la Convención sobre los
Derechos del Niño, constituyendo una excepción al principio de publicidad del
proceso establecido y reconocido en el Art. 12 de la Cn., y que se aplica en el
Derecho Penal de adultos.Así tenemos que en materia de menores de edad,
prevalece el derecho a la intimidad del menor sobre la garantía de la publicidad del
proceso, en base al principio de protección integral de los menores contenido en el
Art. 35 de la Constitución de la República, porque es recomendable la no publicidad
del proceso por las consecuencias estigmatizantes del menor, sus secuelas y para el
respeto de la intimidad del menor. Este principio establece fundamentalmente la
garantía al acceso a las actuaciones judiciales a los sujetos procesales, y tiene
relación con el principio de no estigmatización del procesado, o sea, que en cuanto al
público en general, o a la publicidad del debate, no es recomendable la publicidad
cuando se trate de un menor de edad, por las consecuencias estigmatizantes y
negativas que se puedan acarrear éstos. Por ello nuestra Ley del Menor Infractor
establece una vista de la causa “reservada”, pero no secreta, ejerciendo así un
control sobre la administración de justicia sin violentar otros derechos de los menores
como su imagen e intimidad.En el Art. 5 de la Ley del Menor Infractor se establece
que el menor tiene derecho a tener un proceso “reservado” ante el tribunal de
menores, y en el Art. 25 como ya hice mención se establece que las actuaciones
administrativas y judiciales serán reservadas, y por lo tanto no deberán expedirse
certificaciones, ni constancias de las diligencias practicadas en el procedimiento, con
excepción a las solicitadas por las partes; se prohíbe a los jueces, partes,
funcionarios, empleados y autoridades, dar a la publicidad el contenido de las
59
actuaciones del procedimiento o proporcionar datos que posibiliten la identidad del
menor. También las personas que intervengan durante el procedimiento de menores
deberán guardar reserva y discreción acerca de la investigación y tareas que realicen. En
el Art. 30 L.M.I., se establece que queda prohibido a los organismos administrativos con
funciones policiales, llevar antecedentes sobre los ilícitos atribuidos a los menore40.Se
establece en el Art. 83 L.M.I., que la vista de la causa se realizará en audiencia reservada
y sin jurado; teniéndose las sanciones cuando se infringe la reserva en los siguientes
artículos: Art. 114 L.M.I., que contiene que cuando el funcionario encargado de la
aplicación y cumplimiento de la ley infringiere la prohibición de llevar antecedentes será
sancionado con el equivalente de uno a diez días de salario, sin perjuicio a la
responsabilidad penal o disciplinario a que hubiere lugar; y Art. 115 de la L.M.I., se
establece que el que infrinja lo dispuesto para la garantía de discreción, será sancionado
por el juez con multa equivalente de uno a diez días de salarios. Si la infracción se
cometiere por un medio de comunicación social la sanción será con multa equivalente de
uno a cien días de salario, por cada infracción, según la gravedad del hecho, sin perjuicio
de la responsabilidad penal y disciplinaria a que hubiere lugar.
3.3.1.2. Estudio Psicosocial. Arts. 73 Inc. 2°, 32, 95 L.M.I.
Este estudio es realizado por un equipo multidisciplinario, permitiendo con dicho
estudio que el juez de menores dicte sus fallos sobre bases sólidas, para llegar al tan
ansiado propósito de educar en responsabilidad al menor en conflicto con la Ley Penal,
por lo que se tiene que hay una humanización de la sentencia porque el juez ya no es un
aplicador frío de la ley, sino que cuenta con un elemento más que son las disciplinarias
humanísticas.
_________________________________________ 40 Lo ideal sería llevar antecedentes de menores en un sentido meramente preventivo o para la eficacia de una investigación penal futura; pero en ningún caso se deben llevar antecedentes para hacer publicidad y dar a conocer la identidad del menor o para que los organismos con funciones policiales lleven antecedentes sobre las infracciones atribuidas al menor.
60
Lo anterior porque el juez conoce su entorno social, educativo, familiar, su
personalidad, sus adicciones, sus necesidades; todo esto porque hay un equipo
multidisciplinario que investiga todos esos aspectos; y por lo tanto la sentencia del
juez será encaminada a velar porque de una u otra forma las carencias o excesos a
que ha estado sometido el menor puedan ser satisfechos en algunos casos, claro
está de forma completa y en otros al menos parcialmente.
Pero es de aclarar que no obstante lo antes expuesto dicho estudio no es
“vinculante” para el juez ya que es puede imponer otra medida distinta a la
recomendada por el equipo multidisciplinario en ese estudio realizado por ellos Art. 32
Inc. 3° L.M.I., en vista que éste estudio no éste el único elemento que debe
considerar el juez al momento de imponer la medida, pero si se diera éste caso el
juez debe de fundamentar su decisión. Este estudio a pesar de no ser vinculante en la
fase de juzgamiento del menor, en la fase de ejecución se vuelve indispensable en
atención a la facultad del Juez de Ejecución de Medidas de modificar, sustituir, y
revocar las medidas, el dictamen y las recomendaciones de los especialistas se
vuelve indispensables para poder evaluar los progresos del menor en relación a su
proceso educativo y reinserción social y en atención a ello modificar la medida.
Lo que se pretende en definitiva con el estudio psicosocial es que especialistas
de las áreas de pedagogía, psicología y trabajo social, ayuden a establecer las
circunstancias personales del menor y las posibles causas que influyeron en el menor
para que cometiera la infracción penal, con el fin que el juez de menores pueda
imponer la medida más adecuada. Art. 32 Inc. 1° L.M.I.
Hay que tener en consideración que los profesionales que realizan éste estudio
tienen la calidad de especialistas y no de peritos, y el confundirlos acarrearía un grave
perjuicio al menor porque se utilizaría el estudio para determinar la culpabilidad y no
61
para imponer la medida más adecuada, es decir, que el estudio psicosocial no debe
de utilizarse para la determinación de la culpabilidad41, ya que esta determinación es
exclusiva del juez de menores y esta basado en el principio de la culpabilidad por el
hecho y no por el autor. Art. 95 L.M.I.
3.3.2 Disposiciones que Acarrean Supletoriedad.
El Art. 41 de la L.M.I., prescribe: “en todo lo que no estuviere expresamente
regulado en la presente ley, se aplicarán supletoriamente la Legislación Penal y el
Código Procesal Penal; también se aplicará supletoriamente las leyes referentes a la
Familia y el Código de Procedimientos Civiles”.
En el procedimiento seguido al menor que ha cometido la supuesta infracción
penal para que pueda aplicarse supletoriamente una disposición, en este, el juez
tiene que realizar un juicio de valor para poder fundamentar las razones en que se
baso para aplicar supletoriamente una disposición, siempre y cuando se den los
siguientes requisitos para que proceda la supletoriedad:
a) Que la legislación que se va a aplicar en forma supletoria no se oponga a
la finalidad de la Ley del Menor Infractor, lo que significa que debe de determinarse,
antes de aplicarla, en cuanto a que no obstaculiza el objetivo de la educación en
responsabilidad del menor o que no se opone a ésta, y que además, respeta el
“interés superior del menor”.
b) Que no se haya regulado la o las disposiciones jurídicas a aplicar en la
Ley del
_______________________________________ 41 Hay que tener en cuenta que el estudio psicosocial determina y demuestra aspectos de personalidad y entorno familiar y no puede demostrar el acto concreto que como delito se le pueda estar imputando al menor.
62
Menor Infractor; pero si se han regulado expresamente en la Ley del Menor Infractor,
no debe aplicarse otra legislación en forma supletoria.
c) Que la norma supletoria a aplicar no se oponga a la naturaleza y
características del proceso de menores, ni a la naturaleza y postulados
fundamentales de la Ley del Menor Infractor.
Tratados ya los requisitos para que proceda la supletoriedad pasaré a citar las
disposiciones que acarrean supletoriedad en la vista de la causa.
3.3.2.1 Causales de Suspensión.
Estas causales se pueden aplicar supletoriamente y las encontramos en el Art.
333 del C.Pr.Pn., el que literalmente dice: “la audiencia se realizará sin interrupción,
durante todas las sesiones consecutivas que sean necesarias hasta su terminación;
pero se podrá suspender por un plazo máximo de diez días, computados
continuamente, sólo una vez, en los siguientes casos:
1) Cuando deba resolverse alguna cuestión incidental que por su
naturaleza no pueda decidirse inmediatamente, como cuando se debe dictar
sobreseimiento en los casos del Art. 45 número 2 Pr.Pn., y la audiencia no hayan
concurrido todas las personas que guarden relación con la responsabilidad civil;
2) Cuando sea necesario practicar algún acto fuera del lugar de la
audiencia y no puede cumplirse en el intervalo entre una y otra sesión;
63
3) Cuando no comparezcan testigos, peritos, cuya intervención sea
indispensable a juicio del tribunal, el fiscal o las partes, salvo que pueda continuarse
con la recepción de otras pruebas hasta que el ausente sea conducido por la
seguridad pública;
4) Si algún juez, fiscal o defensor se enferma hasta el punto de no poder
continuar su actuación en el juicio, a menos que los dos últimos puedan ser
reemplazados inmediatamente o el tribunal se haya constituido, desde la iniciación de
la audiencia, con un número superior de jueces que el requerido para su integración,
de manera que los suplentes integren el tribunal y permitan la continuación de la
vista;
5) Cuando se compruebe, con dictamen médico forense, que el imputado
se encuentra en la situación prevista en el inciso anterior. En éste caso, podrá
ordenarse la separación de juicios y continuarse el trámite con los otros imputados;
6) Si alguna revelación o retractación inesperada produce alteraciones
sustanciales en la causa, haciendo indispensable una investigación suplementaria; y,
7) Cuando el fiscal lo requiera para ampliar la acusación, o el imputado o
su defensor lo solicite después de ampliada, siempre que, por las características del
caso, no se pueda continuar inmediatamente.
Los efectos de la suspensión los encontramos en el Art. 334 C.Pr.Pn.
3.3.2.2 Interrogatorio a Testigos Menores de Edad.
Se puede aplicar supletoriamente el Art. 349 del C.Pr.Pn., el cual literalmente
dice así:
64
“el interrogatorio de un menor será conducido por el presidente del tribunal, cuando lo
estime necesario, con base en las preguntas presentadas por las partes. El
presidente, podrá valerse del auxilio de los padres y en su defecto del representante
legal del menor o de un experto en sicología u otra ciencia de la conducta”.
3.3.2.3 Incorporación por Lectura.
Lo encontramos en el Art. 330 del C.Pr.Pn., el que literalmente dice: “sólo
pueden ser incorporados al juicio por su lectura:
1) Los testimonios o pericias que se hayan recibido conforme a las reglas
de los actos definitivos e irreproducibles, sin perjuicio de que las partes o el tribunal
exijan la comparecencia personal del testigo o perito, cuando sea posible;
2) Las declaraciones o dictámenes producidos por comisión o informe,
cuando el acto se haya producido por escrito, conforme lo previsto por éste Código;
3) Las declaraciones de coimputados rebeldes o ya sentenciados, si
aparecen como partícipes del delito que se investiga y otro conexo; y,
4) La denuncia, la prueba documental o de informes, y los actos de
reconocimiento, registro o inspección realizados conforme a la ley.
Todo otro elemento de prueba que se pretenda introducir al juicio por su
lectura, para que tenga validez deberá hacerse previa autorización del tribunal,
65
oyendo a las partes a quienes afecte la incorporación; a excepción de la prueba
anticipada Art. 95 Inc. final de la L.M.I.
3.3.2.4 Incomparecencia.
Este es otro caso en el que se puede aplicar supletoriamente el Art. 350 del
C.Pr.Pn., que lo establece literalmente así: “cuando el perito o testigo oportunamente
citado no haya comparecido, el presidente del tribunal ordenará que sea conducido
por medio de la seguridad pública, y solicitará a quien lo propuso que colabore con la
diligencia”.
En el segundo inciso de la misma disposición se dice: “si de acuerdo con
informes fidedignos de las autoridades competentes, resulta imposible localizar al
testigo o al perito, el juez, mediante resolución fundada, prescindirá de dicha prueba y
continuará con la audiencia”.
3.3.2.5 Causales de Nulidad de la Vista de la Causa o de la Sentencia.
La Nulidad es la sanción procesal por medio de la cual el juez afirma la
invalidez del acto procesal determinando su ineficacia dentro del proceso penal, la
declaración de nulidad corresponde al Órgano Jurisdiccional y debe estar
expresamente determinada en la ley. Encontrando todo lo relativo a las nulidades del
Art. 223 al Art. 228 del C.Pr.Pn.
Las nulidades se clasifican en nulidades absolutas. Art. 224 C.Pr.Pn., y
nulidades relativas. Art. 226 C.Pr.Pn.
Las Nulidades Absolutas: El proceso puede ser nulo en forma absoluta en
todo o en
66
parte. Proceden a petición de parte o de oficio en cualquier estado del proceso; el
efecto es que no puede cubrirse ni con expreso consentimiento de las partes, es
decir, que no pueden ser convalidadas o subsanadas. Art. 225 C.Pr.Pn.
Las Nulidades Relativas: Estas proceden cuando en los actos y diligencias
judiciales no sean realizadas con las formalidades de la ley; puede declararse de
oficio o a petición de parte; la petición debe ser motivada como requisito de
admisibilidad; el efecto es que una vez declarada la nulidad, vuelve nulos todos los
actos consecutivos que dependen o se relacionen estrechamente con el acto nulo, es
decir, que pueden ser subsanadas. Art. 227 C.Pr.Pn.
Los Vicios de la Sentencia los encontramos en el Art. 362 C.Pr.Pn., dichos
defectos habilitan la casación en los casos que establece éste artículo.
3.3.2.6 Notificación de Resolución.
La sentencia será redactada y firmada inmediatamente después de la
deliberación. Seguidamente el tribunal se constituirá nuevamente en la sala de
audiencias, después de ser convocadas verdaderamente todas las partes y el
documento será leído en alta voz por el secretario ante los que comparezcan.
Así tenemos que la sentencia quedará notificada con la lectura integral y las
partes recibirán copia de ella. Art. 96 L.M.I., en relación con el Art. 358 C.Pr.Pn.
La Acta de la Vista Pública: El secretario levanta un acta de la audiencia. Esta
acta se
67
lee inmediatamente después de la sentencia ante los presentes, con lo que se tendrá
por notificada a todos; ella podrá ser modificada después de su lectura, cuando las
partes así lo reclamen y el tribunal lo estime conveniente. Si el tribunal no ordena la
modificación del acta, el reclamo debe hacerse constar.
El tribunal podrá reemplazar la lectura del acta ordenando la entrega de copias
para cada una de las partes presentes en el mismo acto; al pie del acta constará la
forma en que ella fue notificada. Art. 364 C.Pr.Pn., en relación con el Art. 94 L.M.I.
3.4 ANÁLISIS GLOBAL
En nuestro país el tratamiento a los menores ha venido evolucionando desde
el punto de vista penal, constitucional y de la normativa propia de menores.
Así tenemos que en materia penal se les aplicó a los menores los Códigos
Penales de 1826, 1859, 1881, 1904 y el de 1974. En materia constitucional se reguló
algo específico en las constituciones de 1945, 1950, 1962 y la de 1983 que es la que
nos rige en la actualidad. Y en materia de menores propiamente se ha establecido La
Ley de Jurisdicción Tutelar de Menores, El Código de Menores y La Ley del Menor
Infractor, ésta última es la que en la actualidad rige a los menores infractores.
La Ley de Jurisdicción Tutelar de Menorea tenía como fines primordiales la
“corrección y readaptación de los menores”; el Código de Menores que establecía
como sujeto de aplicación a los menores de “conducta irregular” porque estaba
inspirado en la “Doctrina de la Situación Irregular” con la cual se consideraba un
Derecho Penal “especializado” y diferente sustancialmente respecto al Derecho Penal
de adultos. Dicho Código se le aplicaba tanto a menores que cometían hechos
68
punibles, como también a los menores abandonados y en condición de riesgo, éstos
eran recluidos en los mismos centros penitenciarios de los adultos.
Se consideraba a los menores como enfermos que tenían que ser curados y
no reprimidos, se permitía todo, lo que implicaba que no se les respetaban sus
garantías procesales.
Se apartaba al menor de su medio por estar enfermo y por lo general se
internaba para curarlo y reeducarlo, porque si no se hacía era un peligro en potencia
para sí mismo y para la sociedad. Dicho “internamiento” era por tiempo indefinido que
no era más que una “privación de libertad” atentando contra los principios de
legalidad, de imposición de condena y sanción por un hecho punible, por lo que no
gozaban de las garantías procesales.
Los menores eran considerados como incapaces, por lo que dependían de la
protección que les brindaban los adultos y especialmente el Estado, de lo que se
deduce que éstas personal que no cumplían con la mayoría de edad no eran “sujetos
de derechos” sino “objetos de tutela”, suprimiéndoseles la potestad de ejercer
cualquier tipo de derechos u obligaciones que como ser humano pueden adquirir. Así
a los menores de edad no se entendía que debía respetárseles en ningún momento
las garantías constitucionales, ni las de la ley penal común puesto que éstas eran
reservadas para las personal y los menores de edad más que ser considerados como
personas lo eran como objeto de protección social.
Después del Código de Menores, entra en vigencia la Ley del Menor Infractor,
teniéndose un cambio fundamental en cuanto a la protección de los mentores tanto
social como jurídicamente. Dicha Ley esta inspirada en la “Doctrina de la Protección
Integral”, también llamada “Doctrina de las Naciones Unidas para la Protección de los
69
Derechos de la Infancia”, considera al menor como sujeto de derechos y por ende se
le debe de “educar con responsabilidad”.
Esta Ley establece los principios que rigen al Proceso Penal de Menores, ya
que el menor que haya cometido supuestamente un hecho punible se tiene que
someter a un proceso para establecer su culpabilidad o inocencia, porque en la
actualidad se considera al mentor como un “sujeto de derechos” gozando de las
mismas garantías que los adultos, así como de aquellas que les son otorgadas por su
propia condición de menores.
Con esta Ley secundaria se garantiza el debido proceso al menor que haya
cometido la supuesta infracción penal; y quedando excluido de su tratamiento
aquellos que impliquen riesgo social, pues estos están a cargo del Instituto
Salvadoreño de Protección al Menor, en virtud de la Ley de dicha institución.
Se establece la separación de la función requirente que esta a cargo de la
Fiscalía General de la República y la función jurisdiccional que esta a cargo del Juez
de Menores, desconcentrándose el poder que tenía el juez con la normativa anterior
(Código de Menores), ya que concentraba ambas funciones por lo que era juez y
parte característico de un sistema penal inquisitivo; superándose esto con la Ley del
Menor Infractor pues compete a la Fiscalía el “monopolio de la acción” y al juez de
menores el “control jurisdiccional” ya que el proceso penal de menores esta inspirado
en el sistema acusatorio mixto42.
_________________________________________ 42 La Cámara de Menores de la Primera Sección del Centro, ha manifestado en diversas ocasiones en diferentes resoluciones, como en la de los casos siguientes: 53-11-97-A; 68-02-1-97-A; 72-07-2-97-A; entre otros, en lo que en lo principal se ha mencionado: “Es que el proceso penal de menores está estructurado sobre la base del sistema acusatorio mixto; en el campea el principio dispositivo, en cuyo ejercicio son las partes quienes señalan a la Cámara las fronteras de su competencia...”.
70
La Estructura del Proceso Penal de Menores consta de tres fases: la de
investigación, la intermedia y la de la vista de la causa, las cuales ya desarrollamos
anteriormente.
Considero oportuno hacer una breve diferenciación entre el Código de
Menores y la Ley del Menor Infractor para una mayor comprensión de lo expuesto:
A) El Código de menores no tenía el tratamiento especial para “menores
delincuentes” exigido desde la constitución de 1945; en cambio, la Ley del Menor
Infractor constituye el régimen jurídico especial para “menores de conducta
antisocial”, tiene los principios modernos del derecho penal para menores contenidos
en los Tratados Internacionales.
B) El Código de Menores se aplicaba a los menores de dieciocho años de
edad de “conducta irregular, en riesgo, abandonados y a los menores de los dieciséis
años que hubieran cometido una infracción penal”; en cambio, la Ley del Menor
Infractor se aplica sólo a los mayores de doce años de edad y menores de dieciocho
años de edad en conflicto con la Ley Penal. Los menores de doce años no responden
penalmente y son sujetos de protección por parte del Instituto Salvadoreño de
Protección al Menor.
C) El Código de Menores se basa en la “Doctrina de la situación Irregular”
porque:
1°) Considera al menor como objeto de protección social;
2°) No tiene garantías sustantivas, procesales y de ejecución de
medidas;
3°) Considera la infracción penal como un síntoma de una enfermedad,
por lo
71
tanto el menor debe ser apartado de la sociedad e internado para su curación y
readaptación;
4°) Desarrolla disposiciones orientadas a establecer como regla el
internamiento;
En cambio la Ley del Menor Infractor incorpora los principios de la “Doctrina de
la Protección Integral” porque:
1°) Considera al menor como sujeto de derechos y deberes;
2°) Reconoce las mismas garantías sustantivas, procesales y de ejecución de
medidas que las del derecho penal para adultos;
3°) No considera la infracción penal como una enfermedad, ya que no es el
menor, el que esta en situación irregular, es la sociedad que genera desigualdad de
circunstancias y oportunidades, por lo tanto el menor debe ser “educado en
responsabilidad” sin tener que ser aislado de la sociedad;
4°) Se aplican medidas alternativas al internamiento, el cual debe ser
utilizado como medida extrema; siendo: amonestación, orientación sociofamiliar,
imposición de reglas de conducta, servicios a la comunidad y libertad asistida.
En conclusión tenemos que la jurisdicción penal de menores ha evolucionado
en cuanto a su contenido y su forma, en lo referente a como se concebía la normativa
de menores que estaba inspirada en la “Doctrina de la Situación Irregular” y de la
“Doctrina de la Protección Integral”.
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La normativa de menores inspirada en la “Doctrina de la Situación Irregular” la
jurisdicción en cuanto a su “contenido” era de carácter “tutelar” ya que el juez de
menores se consideraba que tenía que proteger al menor que infringiera la Ley Penal
o estuviere en una situación de abandono, de peligro o riesgo como un buen padre de
familia, con amplitud de criterio y libertad judicial para imponer consecuencias
normativas, ya que tenía a su cargo una cuasi función administrativa junto a la función
jurisdiccional, lo que desnaturalizo a ésta última.
La jurisdicción en cuanto a su “forma” tenemos que contemplaba a un proceso
con las siguientes características: era secreto, escrito, no contradictorio, discrecional
y no reglado.
En la actualidad la normativa de menores está inspirada en la “Doctrina de la
Protección Integral” por lo que la “jurisdicción” en cuanto a su “contenido” es ejercicio
de “jurisdicción” porque el juez tiene a su cargo juzgar por virtud de un hecho
constitutivo de infracción penal, conociendo sólo de aquellos casos en que un menor
haya cometido un supuesto hecho punible y no de menores que se encuentran en
otras circunstancias de desfavorecimiento social o familiar, porque de éstos se
encarga el Instituto Salvadoreño de Protección al Menor, quién ejerce la función
administrativa, de protección o tutela.
La jurisdicción en cuanto a su “forma” tenemos que contempla un proceso con
las siguientes características: en oral, contradictorio, reglado y no secreto.
Es notable con ello que lo más trascendente de ésta evolución es el paso de la
“tutela” a la realización de la “justicia penal” sobre la base del principio de
responsabilidad, atribuible ya a los menores de edad.