CAPÍTULO II MARCO TEORICO REFERENCIAL
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CAPÍTULO II
MARCO TEORICO REFERENCIAL
En este apartado se despliega el marco teórico referencial contentivo de
los antecedentes de la investigación y el aporte de los autores en el
desarrollo de la temática objeto de estudio, con el propósito de hacer más
comprensible la misma y contribuir con la Ciencia Política en el proceso de
paz en Colombia de cara al postconflicto. Para dar inicio a este capítulo se
presentan los estudios previos referidos al tema.
1. Antecedentes de la investigación
En este subpunto se presentan las investigaciones realzadas con
anterioridad sobre esta temática que brindan aportes significativos a este
estudio. Así se tiene a Baracaldo, M (2016), realizó una investigación titulada
Policía para el Estado Social de Derecho en Colombia: de ciudadanos a
policías para aportar a la paz. El objetivo de este artículo fue reflexionar
sobre el rol de la Policía en el Estado de derecho colombiano y las
modificaciones que sufre su hacer misional en el contexto del conflicto
armado que se espera superar con la pronta firma de un acuerdo de paz,
dentro del cual también se debe recuperar la acción civilista de tal institución.
En ese sentido, la Policía Nacional de Colombia (PNC) es un cuerpo
profesionalizado, constitucional y legislativamente definido como civilista,
preventivo y educativo, pero desde la década de 1980 se ha configurado en
un organismo combatiente contra el narcotráfico y la guerrilla, implicándose
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decisivamente en el conflicto armado interno y la delincuencia de oficio, por
decisión gubernamental. Dispone de más de 20 servicios especializados y
asesora a países con situaciones similares de inseguridad, entre ellos El
Vaticano.
Mientras tanto la convivencia y seguridad ciudadana es la mayor
preocupación de la población ante la incontrolable ocurrencia de hurtos en
ausencia de policía y baja respuesta de la justicia; generando índices de
victimización de 17.3% y de percepción de inseguridad del 61.4%. Se
concluyó que se espera que la firma del Acuerdo para la paz y la agenda
para el postconflicto traiga consigo el restablecimiento de la misión
constitucional de la Policía en el Estado Social de Derecho y el país disponga
de otros organismos para atender los delitos de alto impacto y nuevas
violencias.
Entre sus conclusiones destaca que Colombia está viviendo una transición con altos niveles de confusión y resultados negativos contra la paz
interna: los gobernantes no se han tomado el tiempo para pensar y procesar las herencias bélicas que dejó la Guerra Fría para combatir al supuesto enemigo externo y han tomado las mismas estrategias para la lucha interna
contra la criminalidad, que tiene como causas: la ausencia del Estado, la corrupción política-administrativa, la desigualdad social, y el déficit educativo generalizado para entender, vivir y construir una nueva sociedad, tarea en la
que la Policía por sí sola no promete mucho. La PN no debe llenar vacíos sociales con origen en la desigualdad, la falta de equidad y la democracia.
El aporte para este trabajo se encuentra en que no puede perderse de
vista el principio de la gradualidad: no todas las fuerzas deben estar dedicadas al combate del enemigo (que en Colombia ha sido interno), alguna institución debe estar velando por la convivencia, la tranquilidad, la
resolución pacífica de conflictos y el acompañamiento al sistema de justicia cuando se requiera. Y por ello, en la investigación en curso se busca
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demostrar que la mediación es la herramienta idónea para la solución de los
conflictos.
Rejón B (2016) realizó una investigación titulada Procesos de
mediación y empoderamiento pacifista en el barrio Candeal de Salvador de
Bahía (Brasil). En la misma se pretendió mostrar la transformación pacífica
del barrio Candeal (Salvador de Bahía, Brasil), que dejó de ser una favela
para convertirse en una comunidad de referencia mundial.
Esta caracterización se ha llevado a cabo desde la óptica de la paz
imperfecta, considerando, (particularmente) las mediaciones de este proceso,
en el que se analizan elementos fundamentales del discurso sobre el
empoderamiento pacifista. Este documento forma parte de una investigación
mayor, en la que, a través del método etnográfico, y la observación
participante, se pudo interpretar la pacificación de esta favela, que con un
tejido social y liderazgos precisos, ha alcanzado altas dosis de armonía en la
convivencia.
Con estrategias muy eficaces en la resolución de conflictos, se verá que
el asociacionismo y la coordinación de este, favorecen logros sociales que se
traducen en la dignificación de la comunidad, que deja de contemplarse
como un lugar marginal, para ser considerado un barrio de pleno derecho.
Concluyendo que la comunidad Candeal de Salvador de Bahía ha tenido una
transformación pacífica, pasando der ser una favela a un barrio de pleno
derecho.
Además, se trata de un proceso interesante en el que se pueden
distinguir aspectos significativos del discurso teórico de la paz imperfecta,
dentro de un giro epistemológico en el Instituto de la Paz y los Conflictos de
la Universidad de Granada. De ahí que el Barrio Candeal es un modelo de
paz imperfecta porque ha superado la violencia estructural de forma
procesual, poniendo en valor sus fortalezas y sus potencialidades. Se trata
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de un suceso de recuperación del espacio urbano y la dignidad colectiva,
basado en la no-violencia.
Los aportes de este trabajo para la presente investigación se hallan en
que la deconstrucción de la violencia es posible en tanto existen mediaciones
pacifistas para hacer frente a los conflictos latentes. Y aunque no todas las
mediaciones son exitosas, en todos los conflictos, no es menos cierto que se
traducen en conquistas sociales significativas, que permiten hablar de un
barrio pacificado y de referencia internacional, y es lo que se busca acá con
el empleo de la mediación como herramienta útil para la cultura de paz de
cara al postconflicto en Colombia.
Vanegas G (2016), realizó un trabajo final para obtener el título de
Máster denominado Cobertura del conflicto armado y proceso de paz en
Colombia 2012-2015 Análisis de los tres diarios más leídos del país: El
Tiempo, El Espectador y El Colombiano. El mismo tuvo como objetivo
estudiar la cobertura del conflicto armado y el proceso de paz en Colombia
entre el año 2012 —cuando se iniciaron las negociaciones entre el gobierno
y la guerrilla de las FARC— y el año 2015, en la versión digital de los tres
diarios más leídos del país: El Tiempo, El Espectador y El Colombiano.
La investigación se basa en el análisis de contenido, siguiendo los
planteamientos de Galtung (1998) sobre las características del periodismo de
paz y el periodismo de guerra, así como los indicadores definidos por Lee y
Maslog (2005) para determinar el enmarque de 282 artículos en uno de estos
dos enfoques. Los resultados obtenidos reflejan que el periodismo de paz
predomina con un 54,3% sobre el total de las piezas periodísticas.
La principal conclusión que se deriva de este estudio es que la
cobertura periodística del conflicto armado y el proceso de paz en Colombia,
entre los años 2012 y 2015, por parte de los tres diarios comerciales más
leídos del país —El Tiempo, El Espectador y El Colombiano— se enmarca
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más en el periodismo de paz que en el periodismo de guerra con un 54,3%
de las noticias analizadas frente a un 30,1%. De esta manera se confirma la
hipótesis formulada para el desarrollo de la investigación
Entre sus aportes se tiene que en momentos en que el proceso de paz
colombiano se encuentra en su etapa definitiva, se hace todavía más
oportuno y necesario que los profesionales del periodismo continúen
reflexionando sobre su papel en la transformación del conflicto hacia la
reconciliación y la paz, por ello se considera a la mediación como una
herramienta útil para el fortalecimiento de una cultura de paz en el país.
De igual forma, Holguín, D; Durango, E, Cardona K; Cataño, L y Duque,
S (2016), realizaron una investigación titulada Posconflicto: ideas para una
paz en Colombia. El artículo pretende hacer una contextualización sobre el
antes, el hoy y el después del posconflicto en el país, con sus causas y
consecuencias; a su vez, es de gran importancia identificar el papel que
desempeña la víctima y el victimario, como agentes activos en dicho proceso;
y por último, se presentan diferentes propuestas que están encaminadas a
generar paz, tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas del país,
en aras de que cada ciudadano asuma un rol activo en dicho proceso.
Entre sus principales conclusiones conviene decir que la participación
internacional en el proceso de paz, que se efectúa en el país, es de gran
importancia, ya que al aportar nuevos y mejores recursos se crean acuerdos
de mayor impacto, direccionando así el éxito de dicho proceso; por otro lado,
es probable que se logre también la tranquilidad y confianza por parte de los
ciudadanos que no confían en el proceso de paz.
Los aportes se manifiestan en que es importante que se generen ideas
que tengan como meta llegar a la paz, esto desde un enfoque interdisciplinar
que abarque no solo a las instituciones educativas formales, sino también
que se incluya a la comunidad e instituciones no formales como pilar
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fundamental, todo ello desde el aspecto vivencial y experiencial y es allí
donde la mediación demuestra su rol principal en esta tarea.
Ribero, F.A (2016), realizó un trabajo denominado La construcción de
mensajes en la sociedad del conocimiento, y la formación de ciudadanía para
la paz en Colombia. Este artículo busca problematizar las implicaciones del
mensaje utilizado en las distintas plataformas de comunicación, en el marco
de la sociedad del conocimiento. Los elementos que se trabajan señalan la
necesidad de reflexionar sobre la concepción de ciudadanía, dentro de un
contexto de paz, para un mejor acercamiento a la realidad de Colombia. De
este modo, se propone un marco teórico para desarrollar una comunicación
que permita generar procesos de integración social y que, desde la
necesidad de construir escenarios de paz, contribuya a la formación
ciudadana.
Entre sus conclusiones resalta la urgente necesidad de canalizar la
información, de implementar medios innovadores al interior de las
comunidades, con mensajes que permitan la formación de individuos más
comprometidos con el sentido de la humanidad.
En suma, se requiere de un nuevo modelo que propone el desarrollo de
una comunicación permitiendo generar procesos de integración social y que,
desde la necesidad de construir escenarios de paz, los medios definan
lenguajes de respeto e integración política, a través de individuos
conscientes de las nuevas necesidades culturales de Colombia: personas
con un pensamiento crítico que las haga conscientes de la responsabilidad
que implica estar en sociedad.
El aporte para la investigación en curso viene dado porque es claro que
sociedad y comunicación deben tener un desarrollo paralelo: la necesidad de
satisfacer los requerimientos básicos de subsistencia trae aparejada la
necesidad de comunicación, lo que conlleva a la unión de los hombres, y en
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este punto, la mediación entre los ciudadanos y el Estado puede fortalecer
esa cultura de paz que tanta falta le hace a Colombia.
Finalmente. Cabello, P (2013), realizó su tesis doctoral denominada La
Mediación como Política social. Una vía eficaz para el logro de la cultura de
paz. La misma tuvo como objetivo contribuir al fortalecimiento de una cultura
de paz en México, proponiendo implementar estrategias de resolución
pacífica de conflictos como la mediación, considerándola como una política
social que incida en la transformación positiva de los conflictos.
En ese sentido, la herramienta idónea, el diálogo y los valores:
tolerancia, cooperación, participación activa de la sociedad, solidaridad y el
acercamiento de la justicia a la ciudadanía, fueron los elementos
indispensables para solucionar de manera efectiva, pronta, económica y
equitativa los conflictos de la sociedad del siglo XXI. Llegando a la conclusión
que la mediación cumple satisfactoriamente los requisitos para poder ser
contemplada como una política social que incentive la participación activa de
la ciudadanía en la solución de sus conflictos, auxiliando a socavar la crisis
de los sistemas de impartición de justicia.
El aporte de este trabajo para el presente viene dado porque la
propuesta de considerar a la mediación como política pública social
contribuye al fortalecimiento de la cultura de la paz, debido a que crea las
bases para la gestión positiva de los conflictos a través del diálogo, la
empatía, la solidaridad, la no-violencia, la comprensión, la tolerancia y la
equidad; factores que promoverán la participación activa de la sociedad en la
resolución de sus propios conflictos, por tanto estos elementos se convierten
en el punto de partida para llevar a cabo la indagación.
Para finalizar este punto, se puede expresar que es importante revisar
los trabajos realizados con anterioridad sobre el fenómeno en estudio, debido
a que permite conocer quien o quienes han trabajado antes con ese tema, la
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metodología empleada, la población analizada, los hallazgos y conclusiones
relevantes, de tal forma que esos elementos se constituyan en el punto de
partida para la indagación en curso.
1. Bases teóricas
En este subpunto se procede al desarrollo temático de la investigación,
sustentado en la opinión de los autores expertos en el fenómeno analizado,
de suerte tal que se puedan confrontar sus posturas, inferir sus postulados y
fijar posición como investigador. En ese sentido, se desarrolla la teoría
siguiendo el orden establecido en los objetivos específicos y partiendo por
supuesto de la categoría a analizar.
2.1. La mediación como mecanismo alterno de solución al conflicto
Son muchas las definiciones que se han acaecido con respecto a la
mediación, en el devenir de la historia, más que todo durante los últimos años; donde han surgido numerosas perspectivas, sobre todo, por estar dentro de los Modos Alternos de Solución al Conflicto (MASC) y ser un
método de resolución de contiendas, que se ha desarrollado recientemente en la sociedad. En ese sentido, la misma no está conceptualizada del todo, ni todos los mediadores concuerdan plenamente en su definición ni en sus
características.
Teniendo en cuenta lo expuesto y como consecuencia directa de ello, se consiguen distintas tendencias al manejar una sesión mediadora, siendo
las más reconocidas el método Harvard, la mediación transformativa y el método circular-narrativo. Además hay que añadir que la mediación ha sido considerada desde ámbitos disciplinares múltiples: la psicología, la
sociología, la teoría de la comunicación, el derecho y la economía entre otros, y su aplicación es práctica en cada una de estas áreas del
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conocimiento.
Es difícil definir el concepto mediación, por diversos motivos entre otros
porque es manejado en incomparables niveles e incomparables contextos
así pues, las mediaciones pueden ir, desde lo nacional, internacionales hasta
mediaciones familiares; de lo general a lo particular o viceversa, y en
contenidos variados: vecinales, sentimentales, laborales, comerciales,
escolares, sociales entre otros.
Cada caso sometido a procesos de mediación es único, diferente,
especial y particular en cuyo contexto los motivos por los cuales no solo
existe dificultad en generalizar sobre este terreno, sino que no se deben
emitir un concepto único. En ese sentido, afirma Gorjón (2009), es menester
pensar en la cantidad de definiciones que le dan los investigadores y
doctrinantes a la mediación, que esto se asimila al número de definiciones
existente para el derecho.
En este contexto, para Vásquez (2012, p. 32), “el concepto de
mediación ha sufrido un constante cambio en la historia por la misma
dinámica de esta figura”, la cual ha dejado de tener un concepto fijo; sin
embargo se hace necesario establecer unos parámetros claros a favor de las
buenas prácticas profesionales en este campo, precisando las características
y principales principios que la gobiernan como método alterno de solución de
conflictos.
Si no hay claridad en cuanto a su concepto y definición, de la cual
como ya se manifestó no hay unicidad, menos lo hay en su esencia, la cual
es confusa, oscura y se presta para malas interpretaciones y uso
inadecuado. Dado que el uso de la mediación se da en distintas disciplinas,
en ocasiones genera confusión en cuanto a su esencia. Para Camp (2003, p.
24), “no todos pueden llegar a ser mediador desde el origen de sus carreras,
por el hecho de ser psicólogos, pedagogos, o trabajadores sociales,
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abogados no legítima para ser operador como mediador”.
Dentro de este marco, señalan Ríos, Rodriguez, & Guillén (2008), que
Uno de los métodos de solución pacífica de los conflictos es la mediación, la cual se apoya en el diálogo para conseguir su objeto; su resultado es eficaz porque da la oportunidad, que las personas involucradas adquieran la responsabilidad de su actuación y conducta, y sea el actor principal en la solución de su conflicto, y así recuperen el efecto de paz y de tranquilidad que tenían antes del conflicto. (p.165)
El protagonismo de los actores del conflicto se ve reflejado al momento
de la mediación teniendo en cuenta que esta, es un procedimiento a través
del cual los copartícipes con el apoyo de una persona neutral se desprende
del problema o conflicto el cual está en Litis con el objetivo de conseguir
alternativas y pactar un acuerdo que contemple sus obligaciones o
necesidades. Al respecto señala Folger (1992, p. 162), “la mediación como
proceso que hace énfasis en la responsabilidad individual de los
participantes frente a la toma de decisiones que de una u otra manera
afectaran sus vidas”.
La mediación se caracteriza entre otras cosas porque estatuye o forma
una nueva cultura para terminar los conflictos y se ha convertido en
instrumento idóneo para la paz social donde se da una verdadera
participación activa para los actores. En este marco, afirma Garcia (2007)
…La mediación, como instrumento de paz social que conlleva una mayor participación cívica, no sólo debe atender a la finalidad de aliviar la carga de los juzgados, sino que responde, más bien, a un concepto amplio de hacer justicia desde y para sus protagonista (p. 48)
De igual forma Moore (1995, p. 52), plantea un concepto de mediación
que es la intervención en una disputa o negociación, de un tercero aceptable,
imparcial y neutral que carece de un poder autorizado de decisión para
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ayudar a las partes en disputa a alcanzar voluntariamente su propio arreglo
mutuamente aceptable. Esta definición que proporciona Moore, reúne
requisitos como la imparcialidad, la neutralidad y la ausencia de poder por
parte del mediador, que constituye en alguna de las características de la
mediación.
Al observar las definiciones de la mediación, se puede resaltar que en
ellas se encuentra establecido primero que es un proceso, segundo que los actores principales son los individuos en conflicto, tercero que los involucrados en la litis deben ceder su voluntad y tener el ánimo para dirimir
el conflicto, cuarto la intervención de un tercero que es el mediador que debe ser imparcial así como estar capacitado y que este a través del diálogo debe aportar para que las partes tras el convencimiento individual terminen con el
conflicto. La mediación debe estar alejada de intereses sociales, políticos, culturales, más bien debe centrarse en un acto de humanidad que busca la
cordialidad y contribuye a una verdadera paz.
En esta investigación se define mediación como el encuentro entre las partes enfrentadas con presencia de un tercero neutral, el cual mediante el diálogo y orientaciones hace que las partes traten de dar solución a sus
desavenencias y diferencias, tras la disposición de estos por lograr un convenio que beneficie a ambas partes en conflicto.
Colombia es uno de los países que inició trabajo en el campo de los
mecanismos alternos de solución de conflictos (MASC), a mediados de los
años 80 y hoy por hoy es quizás uno de los más avanzados en éste campo.
En el marco de la constitución de 1991 surge la ley Nro. 23, en la cual se
creó una serie de elementos que actúan como alternativos a la justicia, cuyo
objetivo era dar agilidad a los mecanismos judiciales. Se permite la
conciliación en muchos aspectos de la vida y campo judiciales, pero lo más
interesante está referenciado a la mediación por cuanto el poder Ejecutivo
crea centros para que se lleven a cabo y los tiene bajo su tutela.
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En ese sentido, la Corte Constitucional Colombiana (2001, p. 20), ha
manifestado en su larga línea jurisprudencial que “Los mecanismos como la
mediación y la conciliación, más que medios para la descongestión judicial,
son instrumentos para garantizar el acceso efectivo a la justicia y promover la
resolución pacífica de los conflictos”. Y los MASC constituyen para Colombia
instrumentos efectivos para la consecución de la paz.
2.1.1. Implementación de la mediación para contrarrestar la crisis de la justicia en Colombia.
El permanente conflicto social, cultural y político del estado colombiano
ha llevado a que se tenga un sistema de justicia lento, moroso y sin
resultados satisfactorios. A pesar de la modernidad y de la globalización de
las sociedades, la inoperancia del ordenamiento judicial actual es cada vez
más evidente y la crisis social y judicial no se puede ocultar en Colombia. La
solución de los conflictos de manera paquidérmica hace que la paz sea más
lejana, aunado a eso el enfrentamiento del Estado a los grupos armados
contario a él, hace insostenible la negociación pacífica de los conflictos.
Dentro de este marco, las negociaciones que se vienen haciendo para
conseguir una paz negociada, es una esperanza que se diluye muy a pesar
que los diálogos continúan en 2016 en la Habana Cuba. Habida cuenta, el
litigio es la cultura imperante en la sociedad, muy a pesar a que no hay
resolución, ni justicia rápida a través de los Jueces del Estado.
En este orden, la impartición de justicia hoy día no cumple con su razón
de ser, la resolución de los conflictos no satisfacen las necesidades de los
ciudadanos fomentándose la crisis, la conmoción y la sensación de injusticia,
de allí la necesidad de la creación de políticas públicas sociales que tengan
por objetivo, la modernización de los sistemas de administración de justicia y
que recuperen la credibilidad en este aparato estatal. Años atrás este
problema estaba aún más enraizado, y fue por eso que en los años noventa
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y con todo el contexto social del momento comienzan las normas que dan
luces a los Mecanismos Alternos de Solución de Conflicto (MASC).
Siendo las coas así, afirma Gorjón (2015), la crisis de la Justicia se
gesta por la falta de cumplimiento de los principios del ejercicio de la justicia
porque no se da la prontitud, eficacia y equidad por órganos jurisdicciones
quienes son los encargados de aplicar leyes; Jueces, Magistrados y demás
auxiliares de la Justica justifican su inoperancia por el exceso de trabajo.
Para García (2008, p 89), la existencia de un estado social de Derecho
se denota con el acceso a la justicia y esta la llave para el ejercicio de todos
los demás derechos que tiene una persona. De ahí que la monopolización
de la justicia por parte del Estado, la forma tardía de prestarse, la
permanente incapacidad del sistema judicial para resolver el cúmulo de
demandas son entre tantos unos de los elementos que establecen la crisis
de la justicia.
Es importante que países al encontrase en esta situación y para no
contravenir el derecho que tiene toda persona de acceder a la administración
de justicia en los términos del artículo 229 de la Constitución, buscó
remediarla introduciendo al sistema judicial y para la sociedad Mecanismos
Alternos para la solución de Conflicto, en ese sentido, Colombia implementó
los MASC a través de los instrumentos legales siguientes: Decreto 1818 de
1998: Estatuto de los MASC, Ley 23 de 1999: Justicia Comunitaria, Ley 906
de 2004: Procesos restaurativos y Decreto 503 del 2013.
También por medio de la Ley 640 de 2001, por la cual se modifican
normas relativas a la conciliación. La ley 1395 de 2010, por medio de la cual
se adoptan medidas en materia de descongestión judicial. La Ley 1563 del
2012 o Estatuto de Arbitraje Nacional e Internacional.
En efecto, para Vinyamata (2005, p. 83), el Consejo de la Unión
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Europea con el objetivo de mejorar el acceso a la justicia, considera
necesaria la utilización tanto de métodos judiciales como extrajudiciales de
resolución de conflicto. Ahora bien, si bien es cierto en Colombia no hay una
norma que regule taxativamente la mediación, también es cierto que esta se
asimila a la conciliación.
Así mismo lo ha establecido la corte Constitucional Colombiana sobre la
autocomposición y la conciliación como una forma de mediación, la sentencia
C-1195 de 2001 señaló
En la autocomposición las partes pueden abordar la solución del conflicto, ya sea comunicándose e intercambiando propuestas directamente �y en este caso estamos ante una negociación�, o bien con la intervención de un tercero neutral e imparcial que facilita y promueve el diálogo y la negociación entre ellas –y en ese evento nos encontramos ante la mediación, en cualquiera de sus modalidades�. Si bien el término conciliación se emplea en varias legislaciones como sinónimo de mediación. (Demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 640 de 2001, 2001)
En este orden de ideas, según Ortuño (2008, p. 12), la implantación de
la mediación “es un paso importante y de mucha trascendencia en la eficacia
de la justicia y en la pacificación de los conflictos que estropean la vida de los
ciudadanos y que sobrepasan las capacidades propias de los tribunales de
justicia”. Para Mariné (2005), sin lugar a dudas la aplicación de la mediación
encierra un sin número de ventajas, siendo entre ellas sobresaliente la que
combate la crisis del sistema judicial.
La implementación de la mediación en Colombia como política social
debe estar encaminada para tramitar los conflictos que generan las
sociedades, es un medio eficaz, eficiente y adecuado para afrontar la
situación de crisis de la impartición de justicia. Juntos con otros métodos
alternativos de solución de conflictos, la mediación contribuirá a la cultura de
paz y a la resolución pacífica de los conflictos.
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La mediación como método alternativo cuenta con principios o
características específicas que le dan un sello en particular y dentro de los
MASC, este procedimiento es el que tienen mayor acogida por la
participación activa de intervinientes en conflicto, dado que es uno de los
mecanismos que acercan más a la interrelación de las partes, además de
tomar en cuenta su multidisciplinariedad. Debido a que su origen proviene de
diversas áreas sus características son: La voluntariedad, la confidencialidad,
la flexibilidad, la informalidad, la imparcialidad, la equidad, la neutralidad, el
diálogo y el protagonismo de las partes. Las cuales son según Gorjón y
Sáenz (2009)
a) La mediación está establecida como un método alterno: En él no es necesaria la intervención de los órganos jurisdiccionales, y en Colombia se ha convertido en un elemento descongestionante del sistema Judicial. b) La mediación hace parte de los MASC, por lo tanto no es adversaria: Si bien es cierto que hay un conflicto entre las partes, es diferente a una litis, la cual no existe en este Proceso, aquí hay un ganar-ganar, no hay vencidos ni vencedores, las partes colaboran para contar un punto de equilibrio. c) En la mediación está establecida la participación: los acuerdos se logran mediante la participación activa y efectiva de todos los involucrados, incluyendo el, mediador. No puede haber Mediación sin diálogo porque el mismo permite alcanzar los objetivos de este procedimiento. d) Intervienen uno o más mediadores: El tercero neutral es el mediador, es a quien se comisiona para llevar la dirección del proceso y debe tener unas características específicas para acercar a las partes con el objeto que estas consiga el punto medio para la negociación. e) Voluntariedad: esta es quizás una de las principales características de los MASC, de la cual no puede estar exenta la mediación, aquí son las partes las que resuelven que se va a realizar en el proceso (p. 96) Además, Marine (2005, p. 44), afirma que debe agregarse la
confidencialidad: Por ética y responsabilidad los temas y asuntos tratados durante la mediación no podrán ser divulgado, ni publicados por los participante de la misma. También la flexibilidad en la mediación: Es uno de
los elementos importantes a que esta figura le permite adaptarse a las
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necesidades de las partes, de allí, que cada mediación es distinta a otra y
así hay que manejarla. El giro que vaya adquiriendo la mediación dependerá esencialmente de las partes y en gran medida del mediador.
De igual forma, la informalidad: Nada esta reglado, ni regulado. En la
mediación las partes son las que imponen sus propias reglas y formalidades; cada acto de mediación es distinto, igual son sus reglas y formalidades. La mediación es vista como un proceso de guía de pugnas de carácter informal,
Marine (2005, p. 44), indica que la mediación es el más formal de los procedimientos informales, pero a su vez, es el más informal MASC.
En este orden de ideas, otra característica es la imparcialidad: Esta característica es propia para el mediador, el cual no deberá dar o emitir
opiniones apasionadas o inclinarse por algunas de las partes o negociadores. No deberá tomarse el conflicto para sí. También la equidad constituye un principio importante, se refiere a actuar con ecuanimidad, a
tener una la actitud de persona mediadora, sus declaraciones deben ser justas equilibradas sin señas influyentes hacia ninguna de las partes actoras
dentro del procedimiento.
En cuanto a la neutralidad, según Gorjón (2009), se refiere al
comportamiento y a la relación entre el mediador y las partes, el mediador
evadirá inclinarse a favor o encontrar de una de las partes; él no puede tomar
partido, debe ser neutral o fracasará en su labor de auxiliar a las partes a que
encuentren la solución a su problemática y puedan elaborar un convenio que
ponga fin a su mediación.
Es un diálogo permanente entre las partes y el mediador, el objeto de
ella, es que se genere un intercambio de información continuo buscando la
verdad de cada una de las partes, las cuales que irán revelando su sentir. De
igual, se busca provocar la expresión de las necesidades, intereses y
emociones que concluya en la en empatía de las partes.
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Por otro lado, en cuanto al protagonismo de las partes, aquí en la
mediación lo realmente importante son las partes, son ellas, son los actores
principales y los que tienen el papel protagónico. Para Boqué (2005, pág.
55), la negociación gira en torno a ella. Una de las funciones importante
innegables del proceso de mediación es la de promover la autodeterminación
y el protagonismo de las personas en conflicto, para que lleguen a una
solución pacífica.
Es de resaltar que por esa misma autorregulación, responsabilidad y
compromiso personal de los intervinientes en la mediación, lleva a que los
acuerdos suscritos se cumplan, de allí, el éxito de ésta. El cumplimiento del
acuerdo se da no por los compromisos adquiridos, se da ante todo porque
los que suscribieron el compromiso estuvieron y han estado involucrados en
la confección del mismo. Por otro lado, la autocomposición, consiste en la
terminación del conflicto por voluntad de las partes.
2.1.2. Oficio de la mediación en los conflictos armados
Al hablar de cultura de paz, es menester referirse a los mecanismos
alternativos de solución de conflictos, específicamente para esta
investigación se desarrollara el de la mediación como vía en el estado
Colombiano para la construcción de una cultura de paz. Autores como FISA
citado en Cabello Tijerina (2012, p. 34).señalan para el desarrollo de la idea
de paz, esta debe ser entendida como “la transformación creativa de los
conflictos, y sus palabras son clave son, el conocimiento, la imaginación, la
compresión, el diálogo, la solidaridad, la integración, la participación y la
empatía”
De igual forma la mediación se encuentra acorde con lo establecido, en
artículo 9 del decreto de la UNESCO, en el cual se señalan las medidas para
promover una cultura de paz, por medio de la educación. Y es que es
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necesario iniciar desde la academia para que las generaciones futuras
cambien ese ideal de confrontación, por uno de solución pacifica.
Salcedo (2006, p. 29), en su investigación del estudio de derecho
comparado francés y colombiano, establece que “en Colombia, la mediación
no se encuentra ni definida ni regulada por la ley; sin embargo, nada impide
a las partes de un litigio la utilización de dicho mecanismo”. Es que si bien,
es cierto que la legislación no se refiere a la mediación como un MASC, ésta
no es de desconocimiento de los estudiosos de derechos, en tanto la misma
Corte Constitucional Colombiana ha dicho que este mecanismo es parte de
políticas encaminadas a la promoción del acceso a la justicia, textualmente
señalando:
La mediación forma parte de políticas encaminadas a promover el acceso a la justicia y que los resultados observados indican que realmente pueden llegar a cumplir, en mayor o menor grado, dicha finalidad (Corte Constitucional; Sentencia No. C-1195; 2001).
Y es que para la Corte está claro que la actual justicia estatal no
siempre es completamente efectiva, bien sea por dilaciones, por el mismo
acceso a ella u otras circunstancias de la práctica diaria. También la
corporación, creadora de jurisprudencia en el país concluye en la sentencia
C-1195 que, la justica no ha previsto los recursos judiciales idóneos y
suficientes para facilitar la solución pacífica de conflictos. Y deja la puerta
abierta para que tanto las autoridades como, la ciudadanía general de uso a
los MASC, señalando, que:
Los mecanismos alternativos de resolución de conflictos no representan una desconfianza hacia la justicia estatal formal, sino un reconocimiento de que procedimientos menos formales y alternativas de justicia autocompositiva complementan las opciones a las cuales pueden acudir las personas para resolver sus disputas. Por ello, mecanismos como la mediación y la conciliación, más que medios para la descongestión judicial, son instrumentos para garantizar el acceso efectivo a la justicia y
29
promover la resolución pacífica de los conflictos (Corte Constitucional; Sentencia No. C-1195; 2001).
De modo que se podría concluir, que la misma jurisprudencia de forma
indirecta apoya a la mediación al referirse de mecanismos alternativos de
solución de conflictos. Puesto que las diferencias entre los particulares no
necesariamente deben ser resueltas, con acciones bélicas, por la fuerza, y
siendo mucho más moderno, tampoco necesariamente por los jueces. Pues
coherente con el artículo 116 de la constitución garantiza la existencia de
mecanismos alternativos de solución de conflictos, refiriéndose a la
conciliación y el arbitraje, pero de igual forma diciendo que estos pueden ser
ampliados por el legislador.
Lo cierto es que en el Estado el término “mediación” como tal, no ha
sido del todo desarrollo por la legislación, ni investigaciones de tipo
monográficas, convirtiendo esta investigación como novedosa para este
Estado.
2.2. Cultura de paz
La idea de una cultura de paz se elaboró por primera vez en el
Congreso Internacional sobre la Paz en la Mente de los Hombres, que se
celebró en Yamusukro en julio de 1989. El congreso instó a la UNESCO a
contribuir a la construcción de una mejor concepción de la paz, mediante el
desarrollo de una cultura de paz, fundada en los valores universales del
respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia, los
derechos humanos y la igualdad entre mujeres y hombres.
Uno de los principios básicos, en los que se sustenta la cultura de la
paz, es el derecho de las personas a ser diferentes, a tener una existencia
pacífica y segura dentro de sus comunidades. Y uno de sus objetivos
fundamentales es el logro de un mundo en el que la diversidad de culturas
30
sea motivo de enriquecimiento mutuo y cooperación.
La UNESCO, en su programa Cultura de Paz, define a ésta como un
cuerpo creciente de valores, actitudes, comportamientos el respeto de los
derechos y libertades fundamentales, en la comprensión, la tolerancia y la
solidaridad, en la coparticipación y la libre circulación de la información, así
como en la plena participación y fortalecimiento de las mujeres. Cuando se
habla de cultura de paz la atención suele fijarse en el segundo término, la
paz y, sin embargo, no se debe pasar por alto el primer término, la idea de
cultura. Recuerda Mayor (2003), que se trata de
Construir la paz, cultivarla con medidas que permitan su arraigo y fructificación, no sólo mediante la contención de los conflictos y la violencia, sino también merced a iniciativas orientadas a atacar la raíz misma de este mal: la ignorancia, la pobreza, el fanatismo social, religioso o ideológico, el desdén por la legalidad y los derechos del hombre. (p. 17)
Resulta evidente que la paz de la que se habla no es la mera ausencia
de guerra. La paz no es la conservación del actual orden internacional,
radicalmente injusto, con manifestaciones extremas de lo que se ha venido
en llamar violencia institucional o estructural.
En este marco, la paz no la viven millones de personas en el mundo,
independiente de aquella relacionada con los conflictos armados. En
Colombia se debe entrar a procesos de paz que toquen el conflicto político y
social puesto que los mismos implican la mala calidad de vida de miles de
personas en el país. Una de las condiciones de la paz es tener una buena
calidad de vida y en eso se está estancado.
Dando continuación al desarrollo de este acápite se analizara uno de
los fines de los MASC que fundar una cultura de paz, pero ¿qué se entiende
por cultura de paz?
31
Uno de los principales entes que trabaja por el desarrollo de la cultura
de paz es la UNESCO, este órgano de presencia internacional, la ha definido
como:
La cultura de paz supone ante todo un esfuerzo generalizado para modificar mentalidades y actitudes con ánimo de promover la paz. Significa transformar los conflictos, prevenir los conflictos que puedan engendrar violencia y restaurar la paz y la confianza en poblaciones que emergen de la guerra. Pero su propósito trasciende los límites de los conflictos armados para hacerse extensivo también a las escuelas y los lugares de trabajo del mundo entero, los parlamentos y las salas de prensa, las familias y los lugares de recreo. (UNESCO; 2015).
Asimismo, la UNESCO ha señalado que la educación es la punta de
lanza para lograr desarrollar una cultura de paz. Pero para ello es
fundamental desde las escuelas promover el dialogo, e incentivar el uso de
soluciones alternativas de conflictos, mediante formas pacíficas. El principal
avance es lograr el cambio de mentalidad en la sociedad, dejar de lado los
ideales de confrontación.
Asimismo los elementos que configuran la cultura de paz se clasifican
en dos tipos, materiales e inmateriales. El primero de ellos se entiende según
Cabello (2012), como los componentes físicos que han sido creados o
usados por el hombre y comprenden: las herramientas, las construcciones, la
vestimenta, los inventos que usamos a diario como el automóvil, los muebles
es así como lo clasifican los autores. Y como segundo elemento, los
inmateriales son aquellos componentes intangibles con los que cuenta la
sociedad, como son los valores, lo cuales fundad una cultura de paz, en un
determinado Estado.
Dentro de los objetivo de la cultura de paz se encuentran, los cambios
que se deben generar en la sociedad, la inserción de valor, cambio de
mentalidad, creación de tejido social fundado en justicia, equidad e igualdad.
32
De modo, que sea posible convivir juntos, transformar la economías de
guerras por paz; e implementar los MASC. En ese orden se desglosaran,
punto a punto los objetivos de la cultura de paz, según Cabello (2012).
Construcción de un tejido social: pese a que la naturaleza humana esta seguida de una historia violenta, es necesario crear y fortalecer lazos de respeto y tolerancia en la sociedad, lo que los autores llaman aprender a vivir juntos. Cambio de pensamiento: en razón de fortalecer la cultura de paz y de la mano con el tejido social, es necesario modificar el pensamiento en el que se cambie las idea de guerra, la fuerza, por la paz, la razón y el dialogo. Cambio de economías bélicas, por economías fundadas en responsabilidad, la razón y las acciones sociales. Es uno de los principales objetivos que sigue la cultura de paz. Fortalecer el uso de valores, en necesario implementar políticas, y lineamientos que permitan forjar a la sociedad en el respeto, tolerancia, la justicia, la equidad entre otros. Fortalecer los MASC, este es tal vez uno de los principales objetivos de la cultura de paz, en tanto los Estados deben crear leyes, que incentiven al uso de los mecanismos alternativos de solución de conflictos (p. 35).
En ese sentido para Ramírez (2014) en este siglo se está viviendo un
desfase entre la cronología y los hechos sociales, no puede haber paz con
una sociedad viviendo en el siglo XXI si todavía hay servidumbres,
colonialismos y monarquías; o donde los más ricos del mundo tienen tanto
dinero que no podrán gastarlo durante los días que les quedan de vida.
Para el autor (2014), cuando se habla de Cultura de Paz casi siempre
se hace en un plano ideal y no se piensa en la convivencia pacífica, se
queda en el concepto de no agresión. Ésta se aprende a través del diálogo
de los seres humanos que conforman las sociedades. Sin embargo, esto
resulta ser un poco más complejo en la actualidad, puesto que en toda la
historia del mundo se han vivido más días de guerra que de paz, por lo tanto
para enfrentar esta condición social hay que dejar de pensar en la Cultura de
33
Paz ideal y retomar lo básico de la convivencia y del respeto por los
Derechos Humanos.
De ahí que, la importancia de la Cultura de Paz debe radicar en educar
al ser humano desde su esencia, formarlo para ser un agente de paz desde
cada uno de sus actos y aptitudes. La construcción de una comunidad más
justa y equitativa está en las manos de cada una de las personas que
conforman esta sociedad. La Paz no depende sólo de la voluntad de paz sino
de la voluntad de cambio, en particular de aquellos que detentando el poder
son los mayores responsables de los factores que generan violencia.
En ese orden, según la ONU (1999), la cultura de la paz consiste en
una serie de valores, actitudes y comportamientos, que rechazan
la violencia y previenen los conflictos, tratando de atacar sus causas para
solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las
personas y las naciones, teniendo en cuenta un punto muy importante que
son los derechos humanos, pero así mismo respetándolos e incluyéndolos
en esos tratados. En ese sentido, se hace referencia a la valoración que se
hace tomando en consideración aquellos actos que no están de acuerdo con
hechos violentos, sino por el contario prefieren zanjear sus diferencias de
manera diáfana y tranquila.
2.2.1. Postura internacional de la cultura de paz
En los últimos 30 años, el 82 % de los conflictos armados han cesado
por la vía negociada y no por las armas, así lo expresa Fisas (2013). En la
mayoría de estos casos, según el International Crisis Group citado en
Beardsley, Quinn, Biswas y Wilkendfeld (2006), actores terceros de la
comunidad internacional desempeñaron un papel de facilitación o mediación
en los procesos de paz, según lo señalado por Fisas (2013). De hecho, con
la caída del Muro de Berlín y el fin del respaldo por parte de las dos
34
superpotencias a la confrontación bipolar en las guerras civiles en el Tercer
Mundo, se abrió una nueva era pautada por la promoción de la paz en
conflictos internos, más que de la guerra.
Es necesario recalcar que, se ha afirmado y generalizado, de acuerdo
con Wallensteen (2002), una tendencia de involucramiento internacional de
terceros en procesos de negociación en el mundo El rol ha variado entre
formas más ligeras de intervención internacional como los buenos oficios, en
los cuales, Estados terceros, organizaciones, organismos internacionales o
figuras destacadas ejercen un esfuerzo de acercamiento entre los bandos.
Para Correa (2006), se logra promoviendo la iniciación o reanudación
de diálogos entre las partes con vista a un arreglo pacífico del conflicto pero
sin un papel activo en el proceso de negociación en sí mismo, sino mas bien
a modalidades más interventoras, como la mediación, en la cual los terceros
actores pueden ejercer una acción más propositiva, presentando posibles
soluciones y recomendaciones a la mesa de negociación y generando
incentivos, nuevas ideas y opciones para la terminación de un conflicto
En otros casos, afirman Touval y Zartman (1992), se recurre a una
figura intermedia entre los buenos oficios y la mediación, esto es la
facilitación. Se entiende por facilitador a un actor que busca generar las
condiciones ideales para propiciar un diálogo directo y una negociación entre
las partes en conflicto, por vía de acercamientos y de la preparación de
aspectos logísticos y de agenda.
Al respecto, señala Bercovitch (1993), su participación es voluntaria y
su mandato definido por la partes. Sin embargo, la selección del mediador
depende de ciertos factores: su legitimidad política, su posición ideológica y
la afinidad cultural con los actores de la mesa de negociación, como lo
refieren Bercovitch y Schneider (2000). Y como la resolución de un conflicto
35
se da necesariamente en el cuadro de un determinado sistema de valores y
creencias, la posición ideológica y cultural del mediador es fundamental.
Por lo mismo, un mediador que en estos aspectos tenga afinidad con
las partes, es más eficaz y fácilmente aceptado en su acción, dado la
empatía y confianza que suscita. De hecho, para Bercovitch y Schneider,
(2000), funciona como una especie de “red de seguridad” para los actores, o
por lo menos, una parte de los que están en negociación
A su vez, las motivaciones políticas para que actores terceros participen
en procesos de negociación, en cuanto mediadores o facilitadores, son
también diversas y pasan tanto por el idealismo y el realismo político. En
ciertos casos, intentan beneficiarse de los dividendos políticos y económicos
de un acuerdo de paz en el país en áreas como el comercio y la seguridad
regional; en otros, la participación puede ser menos interesada y limitarse a
responder a la convocatoria o invitación de las partes en conflicto; aunque
puede igualmente, ser un medio para incrementar el prestigio, poder o
visibilidad internacional de un país u organización.
Como subrayan Touval y Zartman (1985), la mediación suele ser un
instrumento para que las grandes potencias puedan ejercer influencia
internacional, incrementen su poder político y simbólico y manejen esferas de
influencia. Las funciones que desempeñan facilitadores y mediadores, a
pesar de las diferentes tipologías identificadas en la literatura sobre
resolución de conflictos suelen ser similares. Actúan, como un canal de
comunicación que establece puentes entre los bandos; facilitan el diálogo;
intentan generar confianza entre las partes, buscan procedimientos más
adecuados para las conversaciones, desbloquear situaciones de impase,
identificar áreas de posible entendimiento, y otras alternativas a la violencia.
En este orden, señala Fisas (2013), no les presentan la solución para
terminar el conflicto ni el contenido de los acuerdos, sino que intentan ayudar
36
a dirimir las incompatibilidades para que las partes en conflicto encuentren
por sí solas la vía para la paz. El reto del facilitador o mediador consiste en
influenciar a las partes para que cambien el cálculo y la percepción de los
costos y beneficios de seguir en la confrontación armada, en favor de unos
cambios pacíficos y una solución negociada.
En este orden la Comunidad Internacional en su rol de mediador, afirma
Bercovitch, (1991), tiende a procurar una evolución en el comportamiento, las
opciones y percepciones de las partes en confrontación Para tal, suelen
recurrir a incentivos o amenazas de sanción. Este mecanismo dual
generalmente se describe en la literatura de relaciones internacionales y
resolución de conflictos, a través de las metáforas de la zanahoria y del palo.
Para Beardsley et al. (2006), mientras el primer enfoque se centra en
los posibles beneficios que la parte adquiriría al aceptar un determinado
acuerdo de paz (compensaciones económicas, diplomáticas o jurídicas); el
segundo, en posibles sanciones de no llegar a un acuerdo. Usualmente, los
actores terceros asumen una postura neutral, imparcial y equidistante, que
les permite ganarse el respeto y la credibilidad de los actores en conflicto.
En otros casos, afirman Touval y Zartman (1985), son actores
directamente implicados en el conflicto con intereses en su resolución que
pueden, incluso, ser cercanos a uno de los bandos y utilizar su capital
político para poder influenciar al actor armado en el buen camino. De hecho,
las intervenciones neutrales tienden a tener un nivel de eficiencia inferior a
acercamientos parciales. El involucramiento de un actor tercero en un
proceso de negociación tiene diversas ventajas. Introduce la búsqueda de
factores diferentes a los propios intereses de las partes, enfatizando la
importancia del consenso y de los beneficios mutuos.
De hecho, para Bercovitch (1991), la inclusión de un tercero puede
transformar una relación diádica en una interacción tríadica, cambiando así la
37
dinámica de la negociación. Asimismo, afirma Walters, citado por Pizarro
(2004), mientras en conflictos interestatales las partes en disputa pueden
volver a sus países de origen después de la obtención de un acuerdo, en los
conflictos armados internos hay una necesidad de convivencia entre las
partes que lleva a que la presencia de un tercero sea recomendable, pues
este monitorea el cumplimiento de los acuerdos y les confiere garantías.
Así mismo, facilitadores y mediadores suelen desempeñar un rol
importante en la reducción de tensiones entre las partes y en escenarios de
crisis en los procesos de paz. Por todos estos factores, de acuerdo con
Beardsley et al. (2006), la probabilidad de alcanzar un acuerdo negociado en
un proceso de paz es cinco veces superior cuando hay mediación. Sin
embargo, esta participación de terceros encierra diversas limitaciones, y de
ninguna forma puede considerarse una panacea para la paz. Como sostiene
Bercovitch (1993, p.4), “lo que los mediadores hacen, optan por hacer, o
incluso se les permite hacer, es determinado por el contexto y las
circunstancias de la disputa”.
Como se puede apreciar no se ha dicho la última palabra sobre la
mediación como mecanismo de solución alterna al conflicto de cara a la
cultura de paz en Colombia, pero se han dado grandes pasos desde hace
varios años, a objeto de minimizar el conflicto armado interno en el país, por
lo que se considera lo hasta aquí descrito como una aproximación teórica,
por lo tanto puede seguir profundizándose en el estudio de este para
alcanzar la tan anhelada paz en el país.
Es importante mencionar que para Truvilla (2006)
La Cultura de Paz entendida como el concepto síntesis --suma de derechos humanos, democracia, desarme y desarrollo humano sostenible--, demanda, como respuesta humanizadora de la globalización, importantes esfuerzos de los sistemas educativos hacia la consecución de cuatro contratos sociales mundiales
38
(Grupo de Lisboa, 1995): el contrato de las necesidades básicas destinado a suprimir las desigualdades, el contrato cultural destinado a promover la tolerancia y el diálogo entre culturas, el contrato de la democracia encaminado hacia un sistema de gobierno mundial; y, el contrato de la Tierra para promover un desarrollo humano estable y duradero (p.63)
En ese marco, destaca el autor que la cultura de paz está
interrelacionada con los derechos humanos así como con los conceptos de
democracia, pero sobre todo con el desarme de los violentos, de tal forma
que prime el carácter humano de la persona para alcanzar propósitos, más
aún que se pueda minimizar la brecha de las desigualdades en el país,
fortaleciendo el diálogo y la tolerancia.
2.2.2. Problemas típicos de un proceso de paz
Para comenzar debemos identificar que los procesos de paz no son
fáciles y la gran mayoría plantea grandes problemas y desafíos para los mediadores y especialistas en procesos de paz. En efecto, el proceso de paz tiene como objetivo en responder a una situación de conflicto armado de
carácter nacional e internacional, con el fin de buscar una resolución de agitaciones sociales particulares, de un desorden civil generalizado de
conflicto
Como corolario de lo anterior, los conflictos violentos han tratado de ser
sometidos a procesos de paz en el afán de evitar la consecuencia de los
crímenes de guerra y lesa humanidad, es decir, surge como una forma eficaz
para luchar contra la impunidad y, además de ello, para poder garantizar los
derechos que tienen las personas a la defensa judicial así como también a
recibir una compensación por los daños causados. En razón de lo expuesto,
los procesos de paz emprendidos para el siglo XXI tendrían inexorablemente
que emprender dos tipos de enfoques, por una parte un enfoque holístico de
la situación y, por la otra, un enfoque restaurativo.
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El enfoque holístico implica el estudio de la situación de transición de la
guerra a la paz, desde una visión global; en donde se busca una integración
de todas las partes del conflicto, no solo desde el punto de vista de los
actores del mismo, sino también, de quienes han sido víctimas directas e
indirectas de las acciones de esos actores del conflicto.
Dentro de este orden de ideas, explican Casas & Herrera (2008), el
tratamiento a efectuar sobre este escenario no se debe limitar a un enfoque
jurídico de la situación, sino que debe ampliar el espectro aplicativo a
realidades sociales estructurales e históricas, hasta el punto de abarcar
todas aquellas facetas que pudieron ser afectadas por los tentáculos del
conflicto que se quiere abandonar.
Frente a este requerimiento se podría señalar que en Colombia se han
adelantado varios procesos de paz, y éstos han sido fallidos debido a la
complejidad de los factores que en él intervienen, pero también, a la falta de
un estudio de causas reales, la desconfianza que genera el Estado a través
de sus instituciones y a los intereses de la pequeña comunidad poderosa del
país que hacen de un proceso de paz en Colombia una polarización
mediática, según Casas & Herrera (2008), invisibilizando los múltiples
beneficios de la justicia de transición, dentro de ellos sin lugar a dudas, la
consolidación de la democracia y con ello la real conformación de una
sociedad civilizada.
Ahora bien, atendiendo al enfoque restaurativo, se puede afirmar que el
campo de estudio previo es mayor debido a las implicaciones de esta visión
de reparación con una perspectiva de integralidad, lo anterior implica, la
satisfacción de la víctima y la sociedad sobre las medidas que se adopten
para cumplir con este propósito. Por ello la primera tarea es definir quién es
40
una víctima y dentro del enfoque Colombiano cuales personas se les atañe
tal calificativo.
La Naciones Unidas has señalado que una persona puede ser
considerada victima;
Cuando haya sufrido daños individual o colectivamente, incluidas lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan una violación manifiesta de las normas internacionales de derechos humanos o una violación grave del derecho internacional humanitario...” (Naciones Unidas, 2005)
Pese a lo anterior, en el caso Colombiano la Ley de Justicia y Paz (Ley
975 de 2005) tuvo que resolver la disyuntiva que resultaba el enfrentar dos
valores: la justicia y la paz. Todo, dadas las obligaciones internacionales que
demandaba el Estatuto de Roma, que creó la Corte Penal Internacional, y
que ordena a los Estados aplicar justicia a los responsables de delitos de
lesa humanidad y delitos contra el Derecho Internacional Humanitario.
2. Sistema de categoría de análisis
Definición nominal: Mediación como mecanismo de solución alterna al
conflicto
Definición conceptual: la Corte Constitucional Colombiana (2001, p.
20), ha manifestado en su larga línea jurisprudencial que “Los mecanismos
como la mediación y la conciliación, más que medios para la descongestión
judicial, son instrumentos para garantizar el acceso efectivo a la justicia y
promover la resolución pacífica de los conflictos”. Y los MASC constituyen
para Colombia instrumentos efectivos para la consecución de la paz
Definición nominal: Cultura de paz
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Definición conceptual: según la ONU (1999), la cultura de la
paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos, que
rechazan la violencia y previenen los conflictos, tratando de atacar sus
causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación
entre las personas y las naciones, teniendo en cuenta un punto muy
importante que son los derechos humanos, pero así mismo respetándolos e
incluyéndolos en esos tratados.
Cuadro 1 Matriz de análisis de las categorías
Objetivo Específico Categoría Subcategorías Unidad de análisis
Examinar la implementación de la mediación para contrarrestar la crisis de la justicia en Colombia.
Med
iaci
ón c
omo
mec
anis
mo
alte
rno
de
solu
ción
al c
onfli
cto Mediación para
contrarrestar la crisis de la
justicia
Ortuño (2008), Marine (2005), Gorjón (2015), García (2008),
Vinyamata (2015)
Estudiar el oficio de la mediación en los conflictos armados en Colombia.
Oficio de la mediación
Fisas (2011) ONU (1996) CICR(2003)
Develar la postura internacional sobre la cultura de paz en América y Colombia.
Cul
tura
de
paz Positivación
internacional de la cultura de paz
Tuvilla (2008) Fisas V (1987) Tuvilla (2004)
Revelar los problemas típicos de un proceso de paz en Colombia.
Problemas típicos de un
proceso de paz
Slim (2007) Rettberg (2005)
Fuente: Diseño propio (2015)