Caracterización de la corrosión por picaduras y evaluación de su ...

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DEPARTAMENTO DE ENERGÍA INDUSTRIAL II TESIS DOCTORAL CARACTERIZACIÓN DE LA CORROSIÓN POR PICADURAS Y EVALUACIÓN DE SU INFLUENCIA EN LA RESISTENCIA A FATIGA DE LA ALEACIÓN DE ALUMINIO 6082-T6 Alejandro Fernández Muñoz A Coruña, Junio de 2013

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DEPARTAMENTO DE ENERGÍA INDUSTRIAL II

TESIS DOCTORAL

CARACTERIZACIÓN DE LA CORROSIÓN POR PICADURAS Y

EVALUACIÓN DE SU INFLUENCIA EN LA RESISTENCIA A

FATIGA DE LA ALEACIÓN DE ALUMINIO 6082-T6

Alejandro Fernández Muñoz

A Coruña, Junio de 2013

UNIVERSIDADE DA CORUÑA

DEPARTAMENTO DE ENERGÍA INDUSTRIAL II

TESIS DOCTORAL

Caracterización de la corrosión por picaduras y evaluación

de su influencia en la resistencia a fatiga de la aleación de

aluminio 6082-T6

Autor:

Alejandro Fernández Muñoz

Licenciado en Máquinas Navales

Directores:

José Luis Mier Buenhombre

Mar Toledano Prados

A mis padres,

AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a todas las personas que de alguna manera estuvieron

en mi vida durante la realización de esta tesis. También quiero agradecer

en gran medida a mi familia y amigos, a mis directores de tesis y

compañeros de departamento. Por último un fuerte agradecimiento a mi

compañera, que me ha soportado y ayudado durante todo el tiempo de

trabajo.

A todos, un fuerte agradecimiento.

Resumo

As aliaxes Al-Si-Mg son utilizadas en moitos campos da enxeñaría, especialmente en

aplicacións navais pola súa resistencia mecánica, excelente soldabilidad e resistencia á

corrosión, con todo no deseño das estruturas é importante ter en conta que ademais de

estar sometidas a ambientes mariños, poden estar a soportar cargas cíclicas. Por tanto, é

moi importante adquirir un maior coñecemento sobre o seu comportamento a fatiga

cando existen na superficie picaduras provocadas por corrosión. O obxectivo principal

deste traballo será caracterizar a influencia do grao de corrosión na resistencia e vida a

fatiga das aliaxes AA6082-T6 precorroidas. O material de estudo é unha aliaxe de aluminio

da serie Al-Si-Mg. Nos últimos anos converteuse no material máis utilizado dentro das

aliaxes de resistencia media, desbancando a outras aliaxes como a aliaxe AA6061. Para

levar a cabo esta investigación dispúxose como material de referencia a aliaxe sen corroer

(R) e como materiais obxecto de estudo a fatiga tres aliaxes do mesma material base con

distinto grado de corrosión por picaduras (C1, C2 e C3).

Resumen

Las aleaciones Al-Si-Mg son utilizadas en muchos campos de la ingeniería, especialmente

en aplicaciones navales por su resistencia mecánica, excelente soldabilidad y resistencia a

la corrosión, sin embargo en el diseño de las estructuras es importante tener en cuenta

que además de estar sometidas a ambientes marinos, pueden estar soportando cargas

cíclicas. Por tanto, es muy importante adquirir un mayor conocimiento sobre su

comportamiento a fatiga cuando existen en la superficie picaduras provocadas por

corrosión. El objetivo principal de este trabajo será caracterizar la influencia del grado de

corrosión en la resistencia y vida a fatiga de las aleaciones AA6082-T6 precorroidas. El

material de estudio es una aleación de aluminio de la serie Al-Si-Mg. En los últimos años se

ha convertido en el material más utilizado dentro de las aleaciones de resistencia media,

desbancando a otras aleaciones como la aleación AA6061. Para llevar a cabo esta

investigación se dispuso como material de referencia la aleación sin corroer (R) y como

materiales objeto de estudio a fatiga tres aleaciones del mismo material base con distinto

grado de corrosión por picaduras (C1, C2 y C3).

Summary

The alloys Al-Si-Mg are used in many fields of engineering, especially in naval applications

for its mechanical strength, excellent weldability and corrosion resistance, however the

design of the structures is important to note that in addition to being subjected to marine

environments, may be supporting cyclic loads. It is therefore very important to acquire

more knowledge about their fatigue behavior when there is pitting corrosion on the

surface. The main objective of this work is to characterize the influence of the degree of

corrosion in resistance and fatigue life of the alloys AA6082-T6 pre-corroded. The study

material is an aluminum alloy Al-Si-Mg. In recent years it has become the most widely used

material in half strength alloys, for instance the AA6082 has replaced the use of the

AA6061 alloy. Uncorroded alloy (R), was available as reference material to carry out this

investigation, and three alloys of the same base material with varying degrees of pitting

(C1, C2 and C3)were used to identify the influence of corrosion on the fatigue properties.

1

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5

1.1. ALEACIONES DE LA SERIE AA6xxx ............................................................................ 7

1.1.1. Importancia de las aleaciones Al-Mg-Si en el sector industrial ....................... 7

1.1.2. Microestructura ............................................................................................. 10

1.1.3. Mecanismos de endurecimiento ................................................................... 12

1.2. CORROSIÓN EN ALEACIONES DE ALUMINIO ......................................................... 15

1.2.1. Pasivación natural del aluminio ..................................................................... 16

1.2.2. Mecanismos de corrosión en aleaciones Al-Mg-Si ........................................ 19

1.2.3. Factor de concentración de tensiones y de intensidad en picaduras ............ 27

1.2.4. Influencia de los precipitados en la corrosión de sistemas AlSiMg ............... 30

1.3. FATIGA BAJO CARGAS DE AMPLITUD CONSTANTE................................................ 33

1.3.1. Aproximaciones al estudio de la fatiga .......................................................... 35

1.3.2. Etapas en el crecimiento de grietas de fatiga ................................................ 46

1.3.3 Evaluación del límite de fatiga por métodos estadísticos............................... 52

1.4. CARACTERÍSTICAS Y PROPIEDADES DE LA ALEACIÓN AA6082 .............................. 56

1.4.1. Tratamientos térmicos .................................................................................. 57

1.4.2. Microestructura ............................................................................................. 59

1.4.3. Soldabilidad y Maquinabilidad ...................................................................... 62

1.4.4. Propiedades físicas y mecánicas .................................................................... 63

2

2. OBJETIVOS .................................................................................................................... 69

2.1. OBJETIVOS ............................................................................................................ 71

2.1.1. Objetivos generales ...................................................................................... 71

2.1.2. Objetivos particulares ................................................................................... 72

3. METODOLOGÍA EXPERIMENTAL ................................................................................... 75

3.1. TÉCNICAS INSTRUMENTALES EMPLEADAS ........................................................... 77

3.1.1. Perfilometría ................................................................................................. 77

3.1.2. Técnicas de microscópica ............................................................................. 80

3.1.3. Análisis químico por difracción de rayos X (XRD) .......................................... 85

3.1.4. Ensayos mecánicos ....................................................................................... 86

3.1.5. Ensayos de corrosión en cámara de niebla salina ......................................... 88

3.2. INSTRUMENTACIÓN Y PROGRAMAS INFORMÁTICOS .......................................... 89

3.2.1. Perfilómetro.................................................................................................. 89

3.2.2. Microscopio confocal .................................................................................... 89

3.2.3. Equipo para SEM y EDS ................................................................................. 90

3.2.4. Difractómetro ............................................................................................... 91

3.2.5. Máquina de tracción y fatiga ........................................................................ 91

3.2.6. Cámara de niebla salina ................................................................................ 92

3.3. PROCEDIMIENTOS OPERATIVOS ........................................................................... 94

3.3.1. Ensayos de corrosión .................................................................................... 94

3.3.2. Medidas de rugosidad con el perfilómetro de contacto ............................... 95

3.3.3. Ensayos con el microscopio confocal ............................................................ 97

3.3.4. Análisis por SEM y EDS .................................................................................. 99

3

3.3.5. Análisis por difracción de rayos X ................................................................ 100

3.3.6. Ensayos mecánicos ...................................................................................... 100

3.3.7. Estudio fractográfico ................................................................................... 105

3.4. DESCRIPCIÓN DE LA MATERIA PRIMA EMPLEADA .............................................. 106

3.4.1. Tipo de material .......................................................................................... 106

3.4.2. Nomenclaturas ............................................................................................ 107

3.4.3. Mecanizado de las probetas ........................................................................ 107

4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN .......................................................................................... 111

4.1. RUGOSIDAD ......................................................................................................... 113

4.1.1. Parámetros de rugosidad para el material sin decapar ............................... 113

4.1.2. Parámetros de rugosidad para el material decapado.................................. 119

4.2. ESTUDIO MICROSCÓPICO DE LA MORFOLOGÍA DE LAS SUPERFICIES ................. 122

4.2.1. Material de referencia (R) ........................................................................... 122

4.2.2 Material corroído.......................................................................................... 127

4.2.3. Comparación de los datos de picaduras y datos de rugosidad .................... 146

4.3 RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS POR XRD .............................................................. 150

4.4. ENSAYOS A TRACCIÓN ......................................................................................... 153

4.4.1. Curva tensión-deformación ......................................................................... 153

4.4.2. Parametrización del comportamiento a tracción ........................................ 155

4.5 ENSAYOS A FATIGA ............................................................................................... 160

4.5.1. Resultados globales de los ensayos de fatiga .............................................. 160

4.5.2. Ajuste de Basquin para las curvas S-N ......................................................... 168

4.5.3. Evaluación del límite de fatiga ..................................................................... 174

4

4.5.4. Comparativa de parámetros de picaduras y rugosidad con la fatiga .......... 177

4.6 FRACTOGRAFÍA .................................................................................................... 184

4.6.1 Material de Referencia (R) ........................................................................... 185

4.6.2 Material corroído 1 mes (C1) ....................................................................... 189

4.6.3 Material corroído 2 meses ........................................................................... 192

4.6.4 Material corroído 3 meses ........................................................................... 195

5. CONCLUSIONES .......................................................................................................... 199

5.1 CORROSIÓN POR PICADURA ................................................................................ 201

5.2 RESPUESTA MECÁNICA ........................................................................................ 203

6. REFERENCIAS .............................................................................................................. 205

5

CAPÍTULO 1

1. INTRODUCCIÓN

6

INTRODUCCIÓN

7

1.1. ALEACIONES DE LA SERIE AA6xxx

Las aleaciones de la serie 6xxx se conocen también con el nombre de aleaciones

Al-Mg-Si. Son aleaciones de aluminio para forja con la principal característica de

que son tratables térmicamente por la presencia del compuesto Mg2Si [1].

1.1.1. Importancia de las aleaciones Al-Mg-Si en el sector industrial

Las aleaciones de aluminio de esta serie se caracterizan por tener una excelente

capacidad de conformado, soldabilidad, mecanizado, resistencia a la corrosión y

resistencia media (no es tan elevada como las aleaciones de las serie 7xxx y

2xxx) [2]. Junto a estas propiedades, su baja densidad y las excelentes

propiedades mecánicas que les confieren los tratamientos térmicos [3], las

convierten en candidatos ideales para reemplazar a materiales más pesados,

como el acero o el titanio en aplicaciones estructurales y en la industria del

transporte [4,5,6].

Por ejemplo, las aleaciones de la serie 6xxx más usadas en USA para la

construcción de aviones y barcos de combate son las aleaciones 6061, y las

aleaciones 6005 y 6063 para ubicaciones sometidas a menor nivel tensional. En

cambio, en Europa y Australia las aleaciones que más se usan en este sector son

las del tipo 6082 [7]. En todos estos casos, lo más frecuente es su uso como

planchas y con formas y secciones extruidas (figura 1) [8]. En la figura 2 se

muestra el esquema de un avión de combate F-35 “Joint Strike Fighter (JSF)”

donde se muestran los componentes realizados en aleaciones de aluminio. En la

figura 3 se muestra la carrocería del nuevo prototipo de coche eléctrico

desarrollado por la empresa Tesla [9].

INTRODUCCIÓN

8

Figura 1. Sistemas estructurales realizados con aleaciones de aluminio de la

serie 6xxx con formas extruidas [8].

Figura 2. Esquema de los componentes ligeros de un JSF (en desarrollo por el

Departamento de Defensa de USA en colaboración con Alcoa) [7].

INTRODUCCIÓN

9

Figura 3. Carrocería del vehículo eléctrico Alpha Tesla (model S), fabricado en

aluminio extruido [4].

Otro de los motivos que está favoreciendo que en los últimos años se

incremente de manera exponencial el uso de las aleaciones de aluminio en los

sectores industriales son las nuevas reglamentaciones y acuerdos

internacionales [10,11], que obligan a determinados sectores a innovar sus

productos para alcanzar las cuotas de emisiones acordadas en pactos

internacionales. Frente a estas nuevas legislaciones, el uso de las aleaciones de

aluminio se ha convertido en una de las alternativas más atractivas y factibles

de implementar [12,13,14]. Por ejemplo, en la industria del automóvil se estima

que una reducción del 10% del peso supone aproximadamente una mejora

entre el 8% y el 10% [15] en la eficiencia energética asociada al consumo de

combustible, con un importante impacto medioambiental al reducir la emisión

de elementos contaminantes a la atmósfera.

Esta creciente demanda que se ha producido en el sector industrial durante la

última década, ha estado asociada a un incremento de los proyectos de

investigación dentro de empresas, centros tecnológicos y universidades, con

objeto de comprender mejor el comportamiento de estas aleaciones con

INTRODUCCIÓN

10

distintos tipos de tratamientos térmicos, y su respuesta en diferentes tipos de

solicitaciones mecánicas, procesos de soldadura,… [16,17,18,19,20].

1.1.2. Microestructura

Los principales elementos aleantes de estas aleaciones de aluminio son el Mg y

Si. El Mg se adiciona para producir la formación de precipitados coherentes

precursores del componente intermetálico Mg2Si. Este compuesto se forma in

situ durante el proceso de solidificación de la aleación, conforme a la reacción

(1.1).

(1.1)

En la figura 4 se muestra el diagrama binario del Al-Mg2Si [21]. De este esquema

se deduce que la máxima solubilidad del compuesto Mg2Si en la matriz de Al es

de 1,85% a la temperatura 595ºC, y la proporción estequiométrica ideal de

ambos elementos (Mg:Si) es de 1.73:1.

Figura 4. Diagrama de equilibrio del sistema binario Al-Mg2Si [21].

22Mg Si Mg Si+ →

INTRODUCCIÓN

11

En función de esta relación estequiométrica, las aleaciones comerciales de la

serie 6xxx pueden ser divididas en tres grupos [22].

• El primer grupo comprende las aleaciones que están equilibradas en Mg y Si,

con valores máximos comprendidos entre un 0.8% y 1.2%. En este grupo

destacan las aleaciones 6063, que con el tratamiento térmico T6 alcanzan

valores de límite elástico entre 215 MPa y 245 MPa para la resistencia a

tracción.

Los otros dos grupos contienen Mg y Si en cantidades superiores al 1.4%, lo que

favorece el aumento de la resistencia después del tratamiento térmico.

• El segundo grupo comprende las aleaciones del tipo 6061 (Al-1Mg-0.6Si) que

son las más utilizadas en USA. En estas aleaciones la composición está

equilibrada, y por lo general suelen contener cantidades de Cu del orden del

0.25% para mejorar la resistencia a la corrosión.

• En el tercer grupo se incluyen las aleaciones que contienen más Si del

necesario para formar el compuesto Mg2Si. Las aleaciones diseñadas con un

exceso de Si dan lugar a una mayor resistencia mecánica sin pérdida de

hechurabilidad y soldabilidad [23] debido a que promueven el refinamiento

del tamaño de las partículas de Mg2Si y además se produce la precipitación

de partículas de Si. Por ejemplo, a una aleación con 0.8% Mg2Si, si se le

añade un 0.2% de Si, se consigue incrementar la resistencia mecánica en

unos 70 MPa. Mayores cantidades de Si no son beneficiosas, porque

provocan la segregación de este elemento en el borde de grano, causando

fragilidad en las estructuras recristalizadas. La adición de magnesio, cromo o

circonio contrarrestan el efecto del silicio previniendo la recristalización

INTRODUCCIÓN

12

durante los tratamientos térmicos. Algunas aleaciones que cumplen estas

características son la 6351 y las más recientemente introducidas 6262, 6009,

6010 y 6082.

Otros de los componentes que aparecen en proporciones inferiores al 1% son:

Cu, Mn, Cr, Fe, Ti y B, aunque la cantidad total de estos elementos no suele

superar el 3%. En el caso de que exista suficiente cantidad de Cu y de Si, el

compuesto Mg2Si puede ser remplazado parcialmente por otros precipitados

cuaternarios de la forma: Al5Cu2Mg8Si6. También es posible encontrar entre las

dendritas del Aluminio otros compuestos de Fe del tipo: α-Al12Fe3Si, α-Al9 Fe2Si2

(también llamado β-Al5FeSi). Sin embargo, las adicciones de Mn y Cr, pueden

sustituir al Fe y estabilizar la formación de α-Al12(FeMn)3Si, o bien α-

Al12(FeCr3)Si [24,25, 26].

1.1.3. Mecanismos de endurecimiento

En las aleaciones de aluminio de la serie 6xxx el mecanismo de endurecimiento

se basa en la precipitación de los constituyentes intermetálicos Mg2Si.

La secuencia de precipitación y morfología en estas aleaciones es complejo,

aunque está bien definido en la literatura [27]. La posibilidad de obtención de

una estructura de precipitación en las aleaciones de aluminio está íntimamente

ligada a la pérdida de solubilidad del aleante al disminuir la temperatura

[28,29], como se muestra en la Figura 4.

Básicamente el tratamiento de endurecimiento por precipitación en las

aleaciones estudiadas consta de dos etapas en el tratamiento térmico:

a) Solubilización de los elementos endurecedores (Si-Mg) mediante un

calentamiento del material durante el tiempo preciso a la temperatura superior

INTRODUCCIÓN

13

a la de solvus para conseguir la disolución total o parcial de la fase secundaria y

la homogeneización química de la fase estable. Después se realiza un

enfriamiento rápido hasta la temperatura ambiente con objeto de mantener en

solución sólida sobresaturada a los elementos de aleación.

b) Descomposición de la solución sólida metaestable para formar la estructura

de precipitado. Esta descomposición puede ser a temperatura ambiente

(envejecimiento natural) o puede ser necesario un calentamiento (a una

temperatura inferior a la de solvus) para favorecer la precipitación

(envejecimiento artificial). La precipitación de segundas fases a partir de una

solución sólida sobresaturada (α) tiene lugar según la secuencia (1.2):

α → GP→ β´´→ β´→ β (1.2)

Donde:

α es la solución sólida sobresaturada.

GP son las zonas de Guinier-Preston de primer orden, que consisten en

clusters de átomos de Mg y Si y vacantes, coherentes con la matriz y

con forma esférica.

β´´ Es la zona de Guinier-Preston de segundo orden. Es una fase

metaestable que aparece en forma de finas agujas orientadas en la

dirección [1 0 0]. Estas zonas no se forman por encima de 220ºC, y son

coherentes con la matriz. La composición es próxima a MgSi.

β´ es una fase parcialmente coherente con la matriz, con forma

cilíndrica. Su composición es próxima a Mg1.7Si.

β es la fase final estable y totalmente incoherente con la matriz Figura

5). Se corresponde al compuesto intermetálico Mg2Si con una

estructura cúbica centrada en caras.

INTRODUCCIÓN

14

Figura 5. Colocación de los precipitados dentro de la matriz en la etapa de

envejecimiento [32].

Debido a la existencia de estos precipitados las aleaciones de Al-Mg-Si se

consideran aleaciones de resistencia media. Después del tratamiento térmico se

incrementa notablemente la dureza y la resistencia a tracción, aunque el

resultado final estará en función de la estructura del precipitado, tamaño y

distribución [30, 31, 32].

a) Átomos en solución b) Precipitado coherente c) Precipitado incoherente

INTRODUCCIÓN

15

1.2. CORROSIÓN EN ALEACIONES DE ALUMINIO

El aluminio tiene más resistencia a la corrosión que muchos otros metales

debido a la protección conferida por una fina capa de oxido de aluminio o

alúmina (Al2O3), de entre 20 y 100Å de espesor, que se crea sobre su superficie

con carácter continuo y homogéneo [33].

Las aleaciones de aluminio son, por lo general, menos resistente a la corrosión

que el metal de alta pureza. Es debido a que las aleaciones metálicas están

constituidas por fases con distinta composición química que la matriz [34]. En

estos casos, pueden aparecer problemas de corrosión galvánica con ataque

selectivo sobre la fase más activa. Los elementos y fases con mayor

electronegatividad (más negativos) son los que serán disueltos (oxidación) por

la solución corrosiva. En la figura 6, se indican los potenciales normales de

reducción de algunos sistemas.

Electrodo Potencial (V)

Au3+ + 3e- �� Au +1.50

Ag+ + e- � � Ag +0.80

Cu2+ + 2e- � � Cu +0.34

2H+ + 2e- � � H2 0.00

Pb2+ +2 e- � � Pb -0.13

Fe2+ + 2e- � � Fe -0.44

Zn2+ + 2e- � � Zn -0.76

Al3+ + 3e- � � Al -1.67

Mg2+ + 2e- � � Mg -2.34

Figura 6. Serie electroquímica de potenciales normales de reducción.

INTRODUCCIÓN

16

Se observa que el potencial normal del aluminio es relativamente bajo, -1.6 V

en comparación con otros elementos. Por tanto, el comportamiento del

aluminio a la corrosión será sensible a pequeñas cantidades de impurezas en el

metal, todas las cuales, a excepción del Mg, tienden a ser catódicas con relación

al Al.

1.2.1. Pasivación natural del aluminio

La capa de óxido natural que se desarrolla en la superficie del aluminio se

genera conforme a la reacción química (1.3):

2 2 3

32 Al

2Al O O+ →

(1.3)

Esta capa de pasivación se compone de 2 subcapas, presentadas en la figura 7.

Figura 7. Representación esquemática de las partes de la capa de pasivación de

alúmina en Al. (También se muestra el efecto del sellado) [33].

• Capa barrera: Es la subcapa interior, que se desarrolla en contacto con el

metal base. Es una capa compacta y amorfa. Actúa como barrera protectora

frente a la corrosión, bloqueando el intercambio de iones.

INTRODUCCIÓN

17

• Capa porosa. Es una subcapa permeable en contacto con el ambiente y por

encima de la capa barrera. Está formada por alúmina hidratada (AlO (OH) ó

Al(OH)3).

Algunas de las características de esta capa de alúmina son las siguientes:

• La concentración de elementos aleantes en la aleación puede influenciar de

manera positiva o negativa sobre la susceptibilidad a la corrosión, porque

estos aleantes tienen capacidad para modificar las propiedades de la capa

de óxido natural (figura 8). Algunos elementos pueden reforzar la resistencia

a la corrosión produciendo una mezcla de óxidos en la superficie con

estructura coherente. Por ejemplo el Mg tiene un efecto positivo en la

respuesta a la corrosión de las series 5000 y 6000. Por el contrario,

elementos como el Cu provocan problemas de corrosión en aleaciones de la

serie 2000 y 7000 [35,36,37].

Figura 8. Alteración de la capa anódica por la presencia de constituyentes (unos

se disuelven formando burbujas y otros permanecen) [33].

• La disolución de la capa protectora de alúmina depende de la magnitud del

pH de la solución corrosiva [38]. El proceso de disolución puede acelerarse

en medios fuertemente ácidos o de alta alcalinidad. Normalmente, esta

INTRODUCCIÓN

18

capa de óxido es estable en medios con pH entre 4.0 y 8.5. Los límites de

este rango varían con la temperatura, con la forma específica de la capa de

óxido y con la presencia de sustancias que puedan formar complejos

solubles o sales insolubles con el aluminio. La condición para la estabilidad

de la capa protectora de Al2O3 está representada por la gráfica de Pourbaix

en la figura 9, donde se representa el potencial frente al pH [39].

Figura 9. Diagrama de Pourbaix para Al [39].

• La capa se repara con rapidez ante cualquier daño por abrasión o golpe. La

peor condición para el aluminio frente a la corrosión es aquella en la que se

está destruyendo la capa pasiva continuamente y minimice la cantidad de

oxígeno para que se regenere.

• La diferente densidad entre la capa de alúmina y el aluminio genera en la

superficie tensiones residuales de compresión, que favorecen los procesos

de mecanizado.

Corrosión ácida

Corrosión alcalina

Pasivación

INTRODUCCIÓN

19

1.2.2. Mecanismos de corrosión en aleaciones Al-Mg-Si

Las aleaciones del sistema Al-Mg-Si (serie 6xxx) se caracterizan por tener una

moderada resistencia mecánica y una excelente resistencia a la corrosión. Estos

motivos hacen de estas aleaciones una buena opción para ser utilizadas en

aplicaciones industriales, y en particular en estructuras marinas [40].

A pesar de las buenas prestaciones en corrosión estas aleaciones son

susceptibles de sufrir corrosión intergranular como resultado de la precipitación

de distintas fases en los bordes de grano después del tratamiento térmico.

Cuando estas fases se disuelven producen cavidades que pueden actuar como

lugares de nucleación de picaduras.

Atendiendo a estos procesos a continuación se presenta una breve descripción

de los mecanismos de corrosión intergranular y corrosión por picaduras, para

pasar a describir cómo se desarrollan estos fenómenos en las aleaciones objeto

de estudio en este trabajo de investigación.

1.2.2.1. Corrosión intergranular

La corrosión intergranular es un tipo de corrosión selectiva que se produce

cuando el ataque se localiza en los bordes de grano del material metálico.

Los bordes de grano son zonas en las que se produce la precipitación y

segregación de segundas fases. Se trata por tanto, de regiones física y

químicamente distintas de la matriz, lo que da lugar a la formación de

microceldas galvánicas.

Cuando el material está expuesto a un medio agresivo se puede producir la

disolución selectiva de los bordes de grano, mientras el grano de la matriz

INTRODUCCIÓN

20

queda sin atacar [41]. Como consecuencia de ello, se pierde la coherencia entre

granos y el material reduce significativamente los valores de sus constantes

mecánicas habituales.

La corrosión intergranular dependerá de la composición de la aleación y de los

procesos termomecánicos que se hayan producido en ella.

• Los precipitados pueden ser zonas electroquímicamente activas, o bien

puede darse el caso contrario, haciendo que las zonas de bordes de grano

sean catódicas. En general, si se trata de una fase precipitada por

transformación en estado sólido a partir de la matriz, el ataque tiene lugar

preferentemente en la proximidad de la interfase, y es más severo si se trata

de interfases coherentes debido a las tensiones internas derivadas de la

distorsión reticular que sufre la fase matriz para adaptarse a la retícula de la

fase precipitada. Por ejemplo, en el caso de las aleaciones Al-Cu-Mg las

partículas intermetálicas del tipo Al3Fe y Al2Cu son catódicas respecto a la

matriz produciendo un acoplamiento galvánico muy severo [42, 43].

• Los tratamientos térmicos de solubilización como el T3 y T4 son menos

sensibles que los procesos térmicos de envejecimiento del tipo T6, debido a

que en este caso es más probable la existencia de intermetálicos en las

proximidades del borde de grano. En este último caso, para evitar mejorar la

respuesta frente a la corrosión, se suele realizar un segundo tratamiento

térmico (tipo T65) para conseguir una redistribución uniforme de las

partículas intermetálicas. Por ejemplo, las aleaciones de la serie 7xxx (Al-Zn-

Mg-Cu) son más resistentes a la corrosión intergranular porque los

precipitados que se forman después de los tratamientos térmicos tienen un

potencial de electrodo similar al de la matriz.

INTRODUCCIÓN

21

1.2.2.2. Corrosión por picaduras

Este tipo de corrosión se da preferentemente en los materiales metálicos

pasivables, como es el caso del aluminio y sus aleaciones [44]. La corrosión se

inicia por la rotura localizada de la película pasiva y se propaga por la acción del

medio corrosivo disolviendo la matriz.

La resistencia a la corrosión por picaduras está determinada por dos factores

[45, 46]:

• La presencia de determinados aniones en el electrolito (fundamentalmente

halogenuros, Cl-, F-,..) en contacto con el metal.

• La energía de picadura, Ep, que representa la estabilidad electroquímica de

la película. Es la energía mínima de una solución particular para que se

produzca corrosión por picadura. Si el material trabaja por debajo de este

potencial, la picadura pierde su actividad y deja de progresar. Para el

aluminio, el potencial de picadura en presencia de cloruros es de -0.4 V. Es

un valor muy bajo y por tanto es un material con alto riesgo de ataque por

picadura en estos medios. Por el contrario metales como el Ti y Ta tienen

potenciales de picadura en presencia de cloruros del orden de 10 y 25 V,

respectivamente, lo que significa que prácticamente son inmunes a este tipo

de corrosión.

Estudio realizados para examinar la influencia de algunos parámetros

atmosféricos sobre la formación y crecimientos de picaduras durante la

corrosión del aluminio, han demostrado que la densidad de picaduras

evoluciona de diferente manera en el tiempo, en función del tipo de elementos

contenidos en el medio donde trabaja el material [47, 48, 49]. En la figura 10 se

INTRODUCCIÓN

22

muestra la evolución de la densidad de picaduras para tres atmósferas distintas:

Una atmósfera marina, que contiene entre otros iones nitrato y cloruro, una

atmósfera industrial, que se corresponde con atmósferas contaminadas con

elevados contenidos de azufre y cloruros y por último una atmósfera rural

donde se evalúa el ataque producido por la acción de las lluvias y la radiación

solar. En el caso de las atmósferas rurales e industriales, en una etapa inicial, la

densidad de picaduras aumenta linealmente con el tiempo de exposición, y al

cabo de un periodo aproximado de 8-10 años, la densidad de picaduras puede

llega a estabilizarse. En cambio en un ambiente marino, donde se produce la

sinergia de iones nitrato y cloruro, la acción es más agresiva obteniendo una

mayor velocidad de crecimiento de picaduras en relación con las atmósferas

industrial y rural.

Figura 10. Progreso de la corrosión media del aluminio en función del tiempo de

exposición en tres tipos de atmósferas [47].

La pérdida de material en la corrosión por picaduras es pequeña debido a lo

reducido de la superficie afectada, pero los inconvenientes que puede causar

INTRODUCCIÓN

23

pueden ser más importantes que en el caso de la corrosión uniforme, porque el

ataque profundiza con mayor rapidez.

La densidad de picaduras dependerá del tipo de aluminio, y puede estimarse en

una media de (104 - 1010) picaduras/cm2. A pesar de este número tan elevado

de picaduras incipientes en la superficie del material, sólo algunas de ellas

crecerán y continuarán propagándose en el metal base, conforme a las

siguientes reacciones químicas:

• Oxidación (reacción anódica): En una primera fase el Al pierde 3 e-, para

convertirse en ión disuelto en el medio acuoso Al3+.

32 2 3Al Al e+ −→ + (1.4)

Los cationes se hidrolizan según la reacción del tipo:

32 33 ( ) 3Al H O Al OH H

+ ++ → + (1.5)

Simultáneamente a estas reacciones anódicas se producirán otras reacciones

catódicas en las que se recogerán los e- liberados.

• Reducción (reacción catódica): En el medio corrosivo serán posibles tres

tipos de reacciones termodinámicas en función del pH del medio.

o Soluciones alcalinas y neutras: Como pueden ser el agua de mar y la

humedad atmosférica. Se producen iones hidróxido.

2( ) 2 ( ) ( )

23 6 6

3g l aq

O H O e OH− −+ + → (1.6)

INTRODUCCIÓN

24

o Soluciones muy ácidas. Soluciones con un alto contenido de iones

hidrógeno (H+), como pueden ser soluciones de nítrico, sulfúrico, etc. En

esos casos se produce Hidrógeno molecular.

( ) 2( )6 6 3aq gH e H

+ −+ →

(1.7)

o Medios ácidos débiles. En este caso los iones de oxígeno e hidrógeno se

combinan para formar agua.

2 24 4 2 0O H e H+ −+ + → (1.8)

Según se ha descrito anteriormente, para el aluminio la corrosión por picadura

se suele producir por iones de halogenuros, de los cuales el cloruro (Cl-) es el

más frecuente. Por ejemplo, en zonas con presencia de iones cloruros la

película pasiva se rompe por efecto de los aniones agresivos, creando canales

de comunicación entre la superficie de la aleación base y el medio agresivo. De

esta forma la región desprovista de capa pasiva se constituye en ánodo de la

pila de corrosión, según el esquema mostrado en la figura 11.

Figura 11. Esquema del proceso de picadura.

INTRODUCCIÓN

25

Como resultado de la hidrólisis de los cationes descrita en la ecuación (2) se

produce la acidificación local en la cavidad por la reducción del pH, lo que sitúa

a esta región fuera de la zona de pasividad del diagrama de Pourbaix (Figura 9),

concretamente en la zona de corrosión ácida, lo que significa que ya no es

posible la regeneración de la capa pasiva.

Una vez iniciada la cavidad, el proceso de corrosión prosigue hacia el interior.

Para balancear el exceso de iones con carga positiva (cationes y protones)

producida por las reacciones (1) y (2), los iones de cloro migran hacia el interior

de la picadura, resultando en la formación de HCl y causando la aceleración de

la propagación de la picadura (en ambiente ácido).

En el caso de las aleaciones, en las que está presente más de una fase con

distinta composición química, la resistencia a la corrosión por picaduras será

diferente en cada una de ellas [50, 51]. De manera que algunas tendrán un

potencial de picadura inferior, serán más débiles y sobre ellas tendrá lugar

antes y con mayor facilidad la nucleación y desarrollo de picaduras. En otros

casos, como las fases que contienen Fe actuarán como cátodos provocando la

disolución de la matriz de Al. Alrededor de estas partículas catódicas se

producirán reacciones de reducción con la consiguiente alcalinización, y como

se ha mencionado anteriormente la capa de óxido no es estable en ambientes

alcalinos, así que se disolverá (picaduras alcalinas).

1.2.2.3. Morfología de las picaduras

El ataque por picaduras se localiza en zonas aisladas de la superficie, afectando

a un porcentaje pequeño de ésta. Su tamaño no suele superar más de 1 o 2

mm2 por cada picadura, y se propaga hacia el interior del metal formando

pequeños túneles que avanzan con bastante rapidez, ya que en las zonas

INTRODUCCIÓN

26

afectadas la velocidad de corrosión suele ser alta. La corrosión por picaduras

puede producir picaduras con la boca abierta (no cubiertas) o cubiertas por una

semipermeable capa de productos de corrosión.

Las picaduras pueden tener distintas morfologías, semiesféricas, con forma de

copa. Otras veces son anchas y abiertas, revelando así la estructura cristalina

del metal, o pueden tener una forma totalmente irregular [52, 53]. En las

figuras 12 y 13 se muestran las formas comunes de picaduras divididas en dos

grupos: picaduras verticales y laterales.

Figura 12. Tipos de picaduras verticales [52].

Figura 13. Tipos de picaduras laterales [52].

INTRODUCCIÓN

27

1.2.3. Factor de concentración de tensiones y de intensidad en picaduras

Este método permite tratar una picadura como una grieta de fatiga (grieta

equivalente), asumiendo que la picadura no seguirá aumentado por el

fenómeno de corrosión [54]. La grieta equivalente tiene la profundidad de la

picadura más profunda b y el diámetro de la picadura de diámetro máximo 2c,

incluyendo la coalescencia de picaduras.

1.2.3.1. Concentración de tensiones basado en la teoría de elasticidad lineal

Sea una grieta elíptica de dos dimensiones de un sólido infinito sometido a

tracción axial, donde el eje mayor 2c y el eje menor 2b, donde la tensión σ es

perpendicular a 2c, conforme queda descrito en la figura 14.

Figura 14. Dimensiones de una grieta elíptica sometida a tensión [55].

INTRODUCCIÓN

28

La superficie elíptica queda descrita por la ecuación:

1

2

2

2

2

=+b

y

c

x

(1.9)

La tensión σyy en el borde agudo de la grieta se puede expresar según la

ecuación de Inglis:

)

21(

b

cyy +=σσ

(1.10)

Donde σ es la tensión remota aplicada de manera perpendicular al eje mayor de

la elipse.

El radio de curvatura en el extremo de la grieta perpendicular al semieje mayor

se puede expresar en función de b y c como:

c

b 2=ρ

(1.11)

Combinando las ecuaciones anteriores se tiene:

)21()0,(ρ

σσc

ycxyy +==±=

(1.12)

De esta manera, se puede definir el factor de concentración de tensiones kt:

1 2yy

t

ck

σ

σ ρ= = +

(1.13)

INTRODUCCIÓN

29

1.2.3.2. Factor de intensidad de tensión para planchas grandes con grietas

elípticas y semi-elípticas

Considerando una plancha que contiene una grieta elíptica. Vamos a suponer

que tiene como eje mayor y menor de la elipse 2c y 2b respectivamente. El

factor de intensidad de tensiones, KI, para la elipse embebida en la plancha

variará a lo largo de la grieta en función del ángulo ø. Cuando las dimensiones

de la plancha son mucho más grandes que b y c se tiene que:

( )4

122 cossin φφ

πσ+

Ψ=

bK I

(1.14)

Donde Ψ es la integral elíptica de segundo orden:

1

222

2

2

0

1 1 sinb

dc

π

ψ ϕ ϕ

= − −

∫ (1.15)

KI es máximo cuando ø= 90º, siendo en este caso particular:

+=

2

2

88

3

c

bππψ

(1.16)

Sin embargo, las picaduras se deben considerar como aproximadamente como

grietas semielípticas [55]. En este caso el factor de intensidad de tensiones

viene dado por:

Q

bI

πσ12.1=Κ

(1.17)

INTRODUCCIÓN

30

Donde, el múltiplo 1.12 es el factor de superficie, σ es la tensión aplicada, Q es

el parámetro de forma de la grieta extraído de Ψ, de manera que Q= Ψ2 en el

límite elástico, σ/ σ0�0, donde σ0 es el límite elástico del material. Si se

sustituye la ecuación (1.16) en (1.17) tenemos que:

2

88

3

12.1

+

c

b

bI

ππ

πσ

(1.18)

Donde KI es el factor de intensidad de tensiones en el modo I de fractura (modo

de tracción), σ en el caso de un ensayo de fatiga es la máxima tensión de

tracción alcanzada durante los ciclos aplicados, b es la profundidad de la

picadura y c es el radio de apertura de la picadura en la superficie.

1.2.4. Influencia de los precipitados en la corrosión de sistemas AlSiMg

A pesar de las buenas prestaciones en corrosión estas aleaciones son

susceptibles de sufrir corrosión intergranular como resultado de la precipitación

de distintas fases en los bordes de grano después del tratamiento térmico. En la

bibliografía [56, 57] se propone que esta tendencia puede ser debido a

concentraciones en exceso de Si en comparación con la relación

estequiométrica Mg/Si en la fase Mg2Si y la consiguiente precipitación de

partículas de Si, o la precipitación de fases asociadas a la adicción de elementos

aleantes como el Cu en pequeñas proporciones, o por la disolución anódica de

la fase intermetálica Mg2Si en los bordes de grano.

Estudios preliminares [58, 59] demuestran que las partículas de tipo Mg2Si

tienden a ser anódicas con respecto a la matriz y actúan como lugares

preferenciales para el inicio de la corrosión. Cuando estas fases se disuelven

INTRODUCCIÓN

31

producen cavidades, que pueden actuar como lugares de nucleación de

picaduras.

En estudios posteriores, Zeng F.L. et al. [60] proponen que en un estadio inicial

del proceso de corrosión los precipitados de Mg2Si son anódicos con respecto a

la matriz de Al, y la disolución anódica tiene lugar preferentemente en la

superficie de estos precipitados. Sin embargo durante el proceso de corrosión,

el Mg es el principal elemento disuelto debido a su mayor potencial

electroquímico, lo que da lugar al enriquecimiento de Si. Esto hace que la fase

Mg2Si se mueva hacia un potencial más positivo. Como resultado la fase

corroída de Mg2Si se convierte en catódica respecto a la matriz de Al,

favoreciendo la disolución anódica y corrosión del Al en la región periférica de

esta fase.

Además, estos autores proponen que los mecanismos de corrosión en las

aleaciones Al-Mg-Si, serán diferentes en función del ratio Mg/Si.

• En las aleaciones con una relación Mg/si mayor que 1.73 solamente la fase

Mg2Si precipita en los bordes de grano y el proceso de corrosión tiene lugar

según el mecanismo descrito en el párrafo anterior. Además, y debido a que

la fase Mg2Si precipita en los bordes de grano de manera discontinua, no

existe un canal de corrosión continuo en el borde de grano. Por este motivo,

la aleación es insensible a la corrosión intergranular. En la figura 15 se

muestra un esquema de este mecanismo de corrosión.

INTRODUCCIÓN

32

Figura 15. Mecanismo de corrosión en Al-Mg-Si con n(Mg)/n(Si)>1.7 [60].

• En aleaciones con una relación molar de Mg/Si menor que 1.73 (como es el

caso de la aleación 6082, objeto de estudio en esta tesis), se produce la

precipitación en los bordes de grano de las partículas de Mg2Si y de Si. En

una primera etapa como el potencial de corrosión de Mg2Si es negativo con

respecto a la matriz de Al y de Si, la corrosión ocurre en la superficie de las

partículas de Mg2Si. Además, debido al carácter catódico de las partículas de

Si, se producirá la disolución anódica y corrosión de la matriz en la periferia

de estas partículas. Esto es, la corrosión se inicia en los bordes de grano, en

las partículas de Mg2Si y también en la matriz que circunda las partículas de

Si, según se muestra en la figura 16. Según continúa el proceso se corrosión,

la fase de Si sigue actuando como zona catódica, y continúa acentuando el

proceso de corrosión de la matriz de Al en el entorno de estas partículas.

Mientras que en la fase Mg2Si, el Si que favorece la disolución del Mg,

transforma el potencial de la fase Mg2Si en catódico con respecto a la

matriz, dando lugar a la corrosión del Al.

INTRODUCCIÓN

33

Figura 16. Mecanismo de corrosión en Al-Mg-Si con n(Mg)/n(Si)<1.73 [60].

Según la descripción realizada por estos autores, se justifica que en las

aleaciones con una relación molar Mg/Si, inferior a 1.73, será más factible la

corrosión intergranular debido a que los precipitados de Si, favorecen la

existencia de un canal de corrosión continuo.

1.3. FATIGA BAJO CARGAS DE AMPLITUD CONSTANTE

El fenómeno de la fatiga, la ASTM (American Society for Testing Materials) la

define del siguiente modo [61]: “La fatiga es el proceso de cambio estructural

permanente, progresivo y localizado que ocurre en un material sujeto a

tensiones y deformaciones variables, en algún punto o puntos y que produce

grietas o la fractura completa tras un número suficiente de fluctuaciones”.

Los espectros reales de esfuerzos que sufre un componente industrial en

funcionamiento son demasiado complejos para ser utilizados directamente

como bases de cálculo. Aunque hoy en día el avance técnico de los equipos de

laboratorio y sistemas de adquisición de datos en ensayos a escala real permite

analizar componentes en condiciones muy similares a las de servicio, en

general, es necesario modelizar dichos espectros para facilitar su tratamiento

INTRODUCCIÓN

34

max min

max min

min

max

2

2

+=

∆ = = −

=

m

a

S SS

S S S S

SR

S

físico y matemático en condiciones de amplitud de carga constante. En la figura

17 se muestra el modelo de ciclo de fatiga más utilizado (tensión alterna) y los

parámetros más relevantes [62].

Figura 17. Ciclo general de tensión alterna de tracción con tensión media Sm.

Los parámetros tensionales más importantes en la configuración del estudio

experimental de la fatiga son: R, Sa, ΔS, Sm. El parámetro R se define como la

relación entre el valor mínimo de la tensión aplicada y el máximo, Sa es la

amplitud de tensión, ΔS es el rango de tensión, definido como el valor máximo

(Smax) menos el valor mínimo (Smin) y Sm es la tensión media. Todas ellas

descritas en las ecuaciones (1.19).

(1.19)

INTRODUCCIÓN

35

1.3.1. Aproximaciones al estudio de la fatiga

El conocimiento del comportamiento del material frente a cargas variables con

el tiempo es una herramienta fundamental para el diseño y desarrollo de

máquinas y estructuras sometidas a fatiga. Siendo necesaria su cuantificación,

en los programas experimentales de laboratorio se utilizan diversos tipos de

ensayos de fatiga sobre probetas. Los tres tipos de metodologías más

extendidos para caracterizar el comportamiento a fatiga de los materiales bajo

cargas de amplitud constante son los siguientes.

1.3.1.1. Curvas S-N. Fatiga de alto número de ciclos (HCF)

Las curvas S-N o curvas de Wöhler, representan el número de ciclos (N) hasta la

fractura final que se pueden aplicar sobre el material a un nivel de amplitud o

rango de tensión (S), por debajo del límite elástico. Dado que las cargas son

relativamente bajas y que la deformación cíclica está confinada en el rango

elástico, la vida a fatiga hasta rotura puede ser bastante elevada. En este

sentido el estudio de las curvas S-N se aplican al estudio de la fatiga a vidas

largas (HCF, High Cicles Fatigue).

Las curvas S-N proporcionan la información de la resistencia a fatiga para cada

duración, es decir, valor máximo de la tensión alternante para cada número de

ciclos, o bien la duración esperada para cada valor de la tensión alternante. En

este diagrama existe un valor de la tensión por debajo del cual la duración es

infinita, es decir, la probeta no rompe por causa del esfuerzo. Este límite es lo

que se conoce como límite de fatiga Se (figura 18). Asociado a esta tensión

límite, existe una duración, un número de ciclos, que una vez alcanzada,

asegura que la probeta no romperá con esa tensión. Esta duración marca el

límite entre la duración limitada y la duración infinita.

INTRODUCCIÓN

36

Figura 18. Comparativa de curvas S-N (escala log) para diferentes tipos de

aleaciones [63].

En el caso de los aceros, el límite de fatiga representa claramente la parte del

diagrama en la cual la tendencia de la curva S-N es una línea horizontal. Este

límite de fatiga se localiza en el entorno de los 106 ciclos [63].

Para las aleaciones no ferrosas, como ocurre con las aleaciones de aluminio, los

ensayos de laboratorio parecen indicar que no existe un límite de fatiga, o una

rama asintótica en la curva S-N. En estos casos se establece por convenio que el

límite de fatiga se alcanza a un número determinado de ciclos en función de la

pieza, material o sector de aplicación. Esta duración que marca teóricamente el

límite entre la duración finita e infinita se denomina Número de Ciclos

Tecnológico, Ng.

La curva de Wöhler puede ser modelizada utilizando la relación paramétrica

conocida como ley de Basquin [64]. El ajuste de Basquin equivale a expresar la

INTRODUCCIÓN

37

resistencia a fatiga como una recta de pendiente b en un diagrama S-N en

escala bi-logarítmica.

( )2

b b

fS S N AN= =

(1.20)

Donde S es la amplitud de la tensión, N el número de ciclos en el que se

produce el fallo de la muestra, A y m son los coeficientes de ajuste

característicos del material y de las condiciones de ensayo, que se determinan

de forma experimental. A representa el coeficiente de resistencia a fatiga, esto

es, la tensión necesaria para producir la rotura del material cuando se aplica un

ciclo de carga (para la mayoría de los metales aproximadamente igual a la

tensión verdadera de fractura, corregida por estricción) y b, es el exponente de

fatiga o exponente de Basquin, que caracteriza la sensibilidad del cambio en el

número de ciclos a rotura, cuando se aplica un determinado nivel de tensión.

Para la mayoría de los metales se encuentra en el rango -0.05 a -0.12.

En el método S-N se contempla la fatiga como un todo y no se distingue inicio y

propagación de grieta. Esto ha conducido a profundizar en la construcción de

modelos teóricos que se adapten mejor a las características físicas del

fenómeno de la fatiga. El primer paso en este sentido ha sido el estudio y

evaluación por separado de las vidas de inicio y de propagación de grieta. La

primera a través del método de la deformación local y la segunda mediante la

mecánica de la fractura.

1.3.1.2. Curvas ε-N. Fatiga de bajo número de ciclos (LCF)

La diferencia entre LCF y HCF se basa en la cantidad relativa de deformación

elástica y plástica presente en el material. Si la deformación elástica es

relativamente pequeña en comparación con la deformación plástica, es más

INTRODUCCIÓN

38

adecuado realizar el análisis en control de deformación, asociado a la

evaluación de las curvas deformación (ε) frente al número de ciclos a rotura (N).

Posiblemente la justificación práctica más común para trabajar en LCF es el

estudio de materiales sometidos a cargas cíclicas en los que existen defectos

superficiales. Estos defectos pueden ser asimilados a entallas o concentradores

de tensiones. Debido a estas entallas, cuando el material es solicitado a un

determinado nivel de carga, aparecen deformaciones plásticas a nivel local en el

entorno de la entalla. El efecto de constricción que produce la existencia de un

volumen grande de material deformado elásticamente alrededor del pequeño

volumen de material en el entorno del vértice del concentrador, puede

provocar que las tensiones y deformaciones en los concentradores se

incrementen en un factor 3 ó 4 respecto a las zonas remotas.

Las condiciones en esa región del concentrador son de deformación impuesta

más que de tensión impuesta, aún cuando las cargas nominales actuantes se

encuentren controladas por tensión. En estos casos, resulta más apropiado

considerar la vida a fatiga del componente bajo condiciones de deformación

controlada [65].

Para determinar las curvas ε-N, lo más preciso es realizar ensayos

experimentales de laboratorio. Otra alternativa es abordar el cálculo mediante

la Ecuación de la Pendiente Universal o de Manson-Hirschberg.

Este ajuste puede ser empleado como una primera aproximación a la curva

deformación-vida a la fatiga para ciclos de carga alternativos (totalmente

reversibles) para probetas sin entalla. La ventaja de esta metodología es que

permite caracterizar la respuesta a fatiga en deformación utilizando los

parámetros del ensayo estático de tracción (resistencia a tracción σu, ductilidad,

INTRODUCCIÓN

39

D, y módulo de elasticidad, E). En función de estos valores, el rango de

deformación se expresa como:

0.12 0.6 0.63.5 uf fN D N

σε − −∆ = +

Ε (1.21)

Donde la ductilidad, D, se expresa en función del % de reducción de área (%RA):

100ln100 %

= −

DRA (1.22)

Los primeros estudios en esta línea fueron realizados en 1965 [66],

correlacionando los resultados de 29 tipos de materiales. En el año 1986 se

realizó una nueva propuesta para los coeficientes de ajuste con 50 tipos de

materiales [67]. En ambos casos los resultados demostraron que ambas

aproximaciones eran igualmente buenas, debido a que en general, se mantiene

la relación inversamente proporcional entre resistencia a tracción y ductilidad.

Según esta aproximación y de manera similar al estudio presentado por

Morrow [68], el rango de deformación total queda dividido en una rama

elástica y otra plástica. La rama elástica sigue un comportamiento similar al

propuesto por Basquin, y el comportamiento plástico se ajusta a la tendencia de

la ecuación de Coffin-Manson [69]. Combinando estas dos ecuaciones se

describe la relación entre la amplitud total de deformación y el número de

ciclos a rotura, según se muestra en la figura 19.

INTRODUCCIÓN

40

Figura 19. Rango de deformación frente a número de ciclos a fatiga [69].

El valor de la vida a fatiga donde las componentes de deformación elástica y

plástica son iguales se denomina Transición de la Vida a Fatiga, NT. Según

Ladgraf y Manson [70, 71] la vida de transición depende de la dureza y puede

ser expresada por la ecuación:

( )

5

/10007

3.436 10

2.555 10=T HB

xN

x

(1.23)

En los aceros, teniendo en cuenta la relación entre la resistencia a tracción y la

dureza Brinell:

( ) 500σ =u psi HB (1.24)

Se obtiene la relación:

( )

53.444

20.13γ

=TN

(1.25)

Esta misma expresión es válida para otro tipo de aleaciones ajustando en el

valor de γ el módulo de elasticidad:

INTRODUCCIÓN

41

33 10σ

γ

=

uxE

(1.26)

Para vidas inferiores a NT la deformación es principalmente plástica, mientras

que para vidas a fatiga mayores, la deformación se produce en el régimen

elástico. Para la mayoría de los materiales su valor es del orden de 102 – 104.

Por este motivo, las curvas S-N, que representan el régimen elástico se grafican

normalmente a partir de 103 ciclos. En la tabla 1 se muestran los datos

tabulados para el valor de NT de algunas aleaciones de aluminio y aceros.

También se incluyen los valores de resistencia a tracción, σu y reducción de área

(%RA).

Tabla 1. Transición de vida a fatiga para distintos materiales.

Material 2N T

(Ciclos)

σσσσu

(MPa)

RA

(%)

AA-2014-T6 658 510 25

AA-2024-T351 314 469 25

AA-6082-T6 105 311 29

AA-7075-T6 368 579 33

SAE 1045 8,222 724 65

SAE 5160 1,624 1,669 42

AISI-310 24,722 641 64

INTRODUCCIÓN

42

La ecuación propuesta por Manson para describir la curva e-N a partir de los

ensayos de tracción y los datos de tensión-deformación verdadera, es la

siguiente:

0.12 0.6 0.63.5σ

ε ε− −∆ = +Εuts

f f fN N

(1.27)

Si se representan sobre un mismo gráfico la superposición de las curvas ε-N

correspondientes a materiales de distintas características, (figura 20), se

observa que los materiales dúctiles presentan, en la zona de vidas cortas, un

mejor comportamiento que los más resistentes, mientras que en la zona de

vidas largas sucede al contrario. Por desgracia ductilidad y resistencia suelen

estar reñidas por lo que el compromiso óptimo entre ambas características,

desde el punto de vista de la fatiga debe evaluarse con cierto detenimiento, en

especial cuando sobre un mismo componente actúan solicitaciones de muy

diversa magnitud.

Figura 20. Ejemplo de curvas correspondientes a materiales dúctiles y

resistentes. Ductilidad y resistencia, aspectos contrapuestos.

INTRODUCCIÓN

43

1.3.1.3. Aproximación de la mecánica de la fractura. Curvas da/dN

La mecánica de la fractura permite abordar el estudio del fallo de materiales

introduciendo como variable la longitud de grieta. En esta aproximación el

material no es perfecto; se asume que pueden existir pequeños defectos, que

actúan como concentradores de tensiones modificando el campo tenso-

deformacional en zonas localizadas del material con respecto a las zonas

alejadas de estos defectos.

Según los desarrollos matemáticos basados en las disciplinas de resistencia de

materiales [72] y mecánica de la fractura [73], se puede demostrar que el

estado de tensión en el extremo de una grieta, en régimen elástico, es función

de un término denominado factor de intensidad de tensión K, que en el caso de

grietas del modo I (modo normal al plano de grieta) está definido por la

ecuación:

σ π=IK Y a (1.28)

Donde σ es la tensión remota aplicada, a es la longitud de la grieta e Y es un

factor adimensional que tiene en cuenta la geometría de la misma.

En el caso de las solicitaciones de fatiga, como los esfuerzos varían entre dos

valores (uno máximo y otro mínimo), el factor de intensidad de tensión variará

entre un valor máximo Kmax y otro mínimo Kmin con un rango de variación

definido por:

max min∆ = −K K K (1.29)

INTRODUCCIÓN

44

Donde ∆K se representa el intervalo de oscilación del factor de intensidad de

tensiones.

En el análisis a fatiga el principal interés del factor de intensidad de tensión

estriba en que la velocidad de propagación de la grieta está determinada por el

valor de dicho parámetro. Es decir, la velocidad de propagación por ciclo da/dN

es, en primera aproximación, una función del intervalo de oscilación del factor

de intensidad de tensiones, según se muestra en la figura 21. En consecuencia si

dos grietas presentan el mismo rango de variación del factor de intensidad de

tensión ∆K, ambas crecen aproximadamente a la misma velocidad,

independientemente de los valores concretos de tensión y longitud de grieta.

Figura 21. Datos de crecimiento de grieta para una aleación de aluminio

sometida a cargas de fatiga [73].

En esta figura se observa que existe un umbral del intervalo de oscilación del

factor de intensidad de tensiones ΔKth, por debajo del cual la grieta no se

propaga. La expresión más sencilla y más usada que relaciona el intervalo de

oscilación del factor de intensidad de tensiones y la velocidad de crecimiento de

INTRODUCCIÓN

45

grieta es la ecuación de Paris-Erdogan, que toma la forma definida en la

siguiente ecuación:

( )= ∆

mdaC K

dN (1.30)

Donde C y m son constantes de los materiales que dependen de factores

ambientales o de tensiones residuales.

La resistencia a la fractura queda determinada por un valor crítico de K, al que

se denomina tenacidad a la fractura, KIC (en modo I) que depende del material,

temperatura, velocidad de deformación, factores ambientales, espesor, etc…

= ICK K (1.31)

El parámetro KIC se utiliza como criterio de diseño a la fractura estática, pero

también representa el valor del factor de intensidad de tensión máximo Kmax en

el último ciclo de una rotura por fatiga.

Valores típicos de C, m y ΔKth se pueden ver en la tabla 2[74].

Tabla 2. Constantes de la curva ( )da dN f K= ∆ .

Material ΔKth

(MNm-3/2

) m

C

(x10-11

)

Acero estructural 2.0 - 5.0 3.8 - 4.2 0.07 - 0.11

Aleación de aluminio 1.0 - 2.0 2.6 - 3.9 3 - 19

INTRODUCCIÓN

46

1.3.2. Etapas en el crecimiento de grietas de fatiga

La fractura de materiales que están sometidos a cargas cíclicas se puede

estudiar como un proceso que se produce en dos etapas (o tres si incluimos la

rotura final) según la descripción realizada por Forsyth [75], cada una de las

cuales se manifiesta de modo distinto sobre la superficie de fractura [76].

En este punto se describen las tres fases, prestando especial atención a la fase

de inicio y a los factores que favorecen la nucleación de microgrietas.

1.3.2.1. Fase de incubación e inicio de microgrietas

El proceso de fallo por fatiga se inicia por la nucleación de una grieta en el

interior o en la superficie del material. Estas microgrietas actuarán como

concentradores de tensiones y serán lugares preferenciales para el desarrollo

de las grietas de fatiga.

Los lugares de inicio de las grietas de fatiga son muy reducidos de tamaño, por

lo general no se extienden más de 2 o 5 granos desde el origen [77]. En esta

etapa las microgrietas avanzan en planos muy alineados con las direcciones de

la tensión cortante máxima (en planos de deslizamiento) y la superficie de

fractura en este nivel refleja una apariencia cristalina. Durante esta etapa los

límites de grano actúan como obstáculos al crecimiento de la grieta por lo que

las estructuras de grano fino presentan mejor comportamiento frente a la fatiga

que las de grano grueso.

Por otra parte, el inicio de una microgrieta o la existencia de un defecto

superficial no están vinculados estrictamente con el fin de la vida a fatiga del

material. En algunos casos las grietas pueden desarrollarse en un estadio inicial

en la vida del componente, y sin embargo, la rotura puede producirse al cabo

INTRODUCCIÓN

47

de un número de ciclos muy elevado. En otros casos las grietas críticas no se

desarrollan hasta alcanzado casi el final de la vida del componente. Y otras

veces, para un nivel tensional determinado, es posible que las grietas aparezcan

pero que no crezcan (non-propagating cracks), siendo necesario un incremento

del nivel de tensión el cual puede reactivar la grieta en el grano vecino,

continuando su crecimiento.

Factores que controlan el inicio de grietas.

El desarrollo de las microgrietas en fatiga está vinculado básicamente a tres

factores. Aunque estos tres aspectos están, por lo general, vinculados entre sí

(por ejemplo las irregularidades superficiales pueden desarrollarse por flujo

plástico) para acometer su estudio es preferible analizarlos por separado:

• Deformación plástica y deslizamiento:

Como resultado del movimiento alternativo, propio del proceso de fatiga, en el

interior del material se generan zonas con deformaciones plásticas por efecto

de los esfuerzos cortantes en los planos cristalinos, mediante un mecanismo

denominado deslizamiento (movimiento de dislocaciones). Este deslizamiento

repetido genera lugares vacantes en la red cristalina que, coincidiendo en un

punto dado y en número suficiente, pueden originar huecos en el interior del

material, y ser focos potenciales de posteriores grietas. Los mecanismos que

gobiernan la manera en que las dislocaciones interactúan para producir nuevas

dislocaciones y defectos cristalinos está ampliamente desarrollado en la

literatura [78,79]. En la figura 22 se muestra un ejemplo de uno de los modelos

propuestos en la interacción de defectos.

INTRODUCCIÓN

48

Figura 22. Movimiento de dislocaciones opuestas en un plano de deslizamiento

para condensarse en un defecto preexistente [78].

Al mismo tiempo, el movimiento de las dislocaciones produce extrusiones e

intrusiones en la superficie del material, constituyendo éstas últimas

microgrietas que más tarde podrán transformarse en grietas macroscópicas,

conforme se muestra en la figura 23, [80].

Figura 23. a) Geometría de las bandas de deslizamiento. b) Imagen en Cu [80].

• Presencia de inclusiones:

Otro de los factores que favorece el inicio de grietas de fatiga es la presencia de

inclusiones no metálicas en la microestructura. Estas partículas pueden tener

tamaños y formas muy diversas y estar distribuidas no uniformemente en la

matriz. Su presencia produce distorsiones en el campo tenso-deformacional de

INTRODUCCIÓN

49

la matriz debido a las diferencias estructurales, y pueden ser consideradas

como concentradores de tensiones locales

partículas frágiles que pueden fracturar a un nivel de tensiones bajo. A estos

factores hay que añadir que la interfase partícula

producirse fácilmente la descohesión entre ambas fases.

Figura 24. Inicio de grieta de fatiga en la superficie de una partícula de segunda

fase en la aleación AA2024-T4, trascurrido un 5% de la vida a fatiga

• Estado de la superficie del material:

Dado que el fenómeno de la fatiga empieza

estado mecánico de la superficie resulta determinante en la posterior vida a

fatiga del componente.

Por este motivo es necesario tener presente la existencia de

aunque tan solo sea cualitativamente, a fin de

que en unas ocasiones pueden aprovecharse intencionadamente para

aumentar la vida a fatiga (como es el caso de las tensiones residuales de

compresión, que se superponen a la tensión media aplicada exteriormente,

la matriz debido a las diferencias estructurales, y pueden ser consideradas

locales (figura 24). Además suelen ser

partículas frágiles que pueden fracturar a un nivel de tensiones bajo. A estos

factores hay que añadir que la interfase partícula-matriz es débil y puede

producirse fácilmente la descohesión entre ambas fases.

. Inicio de grieta de fatiga en la superficie de una partícula de segunda

T4, trascurrido un 5% de la vida a fatiga [81].

Dado que el fenómeno de la fatiga empieza generalmente en la superficie, el

estado mecánico de la superficie resulta determinante en la posterior vida a

necesario tener presente la existencia de dicho estado

unque tan solo sea cualitativamente, a fin de controlar sus efectos. Efectos

pueden aprovecharse intencionadamente para

(como es el caso de las tensiones residuales de

compresión, que se superponen a la tensión media aplicada exteriormente,

INTRODUCCIÓN

50

restando la tensión nominal real que soporta la pieza), mientras que en otras,

son claramente perjudiciales, como es el caso de las picaduras en materiales

precorroídos [82].

Las picaduras en la superficie del material tienen su origen por la presencia de

un medio agresivo en contacto con el material. Tienen gran influencia en su

posterior comportamiento frente a la fatiga, debido a que se pueden producir

cambios significativos en el trazado de las curvas S-N e incluso en la existencia o

no del límite de fatiga que, a veces, disminuye tanto que difícilmente se

consigue que el material en una aplicación determinada pueda trabajar

sometido a un valor de tensión tan bajo que se asegure una vida indefinida en

servicio [83, 84].

1.3.2.2. Fase de propagación estable de la grieta

En este segundo estado la grieta se reorienta hacia las direcciones de menor

exigencia energética, de forma perpendicular a las tensiones de tracción, según

se muestra en la figura 25.

Figura 25. Etapa de crecimiento de grieta [83].

INTRODUCCIÓN

51

El mecanismo de crecimiento se basa en el enromamiento del extremo de la

grieta para reducir la concentración de tensiones y el flujo plástico asociado.

Como resultado se produce el avance de la grieta para equilibrar la tensión

aplicada y la concentración de tensiones en el extremo de la grieta. Desde el

punto de vista de la superficie de fractura este proceso queda reflejado en las

estrías de fatiga, que reflejan el avance de la grieta en cada ciclo, y que en

muchos casos pueden ser observadas mediante microscopía electrónica de

barrido.

El proceso de crecimiento de la grieta con el número de ciclos se aprecia en la

figura 26. Para un mismo nivel de tensión la grieta crece lentamente al principio

y va aumentando su velocidad de crecimiento de modo progresivo hasta llegar

a la rotura. Dicha velocidad es mayor al aumentar el nivel de tensión.

Figura 26. Longitud de grieta frente a número de ciclos.

Estas curvas describen cualitativamente el fenómeno de la propagación de

grieta pero no son útiles para cuantificarlo, en su lugar se recurre a la mecánica

de la fractura, y en particular a las curvas da/dN y la ley de Paris (mostradas en

el apartado anterior).

INTRODUCCIÓN

52

1.3.2.3. Fase de rotura final de la sección remanente

Cuando el tamaño de la grieta es suficientemente grande, el máximo factor de

intensidad de tensiones durante el ciclo se aproxima a KIC (figura 21). Para estos

niveles de ∆K los “poppings” (pequeñas zonas rotas por clivaje) son frecuentes y

la velocidad de crecimiento se acelera aun más por estas contribuciones frágiles

a su propagación. Llega un momento en que se alcanza el valor de KIC y la

propagación se convierte en catastrófica: la pieza rompe por clivaje (frágil) o

coalescencia de microcavidades (dúctil).

Este último estadio de la fatiga, en general, carece de interés. La velocidad de

crecimiento es tan grande que el número de ciclos consumidos en esta fase

apenas cuenta en la vida de la pieza.

1.3.3 Evaluación del límite de fatiga por métodos estadísticos

En muchas aplicaciones industriales el límite de fatiga, Se, es en un criterio de

selección de materiales porque define el margen de seguridad con el que puede

trabajar un componente.

Su determinación experimental implica la realización de una gran cantidad de

ensayos, con elevados costes de ejecución y tiempo. Además, por muy cuidadas

que sean las condiciones de ensayo, los defectos internos o las irregularidades

de mecanizado entre otras causas, provocan que los resultados presenten

siempre cierta dispersión, como se muestra en la figura 27. Por estos motivos

para la determinación práctica del límite de fatiga es preciso el empleo de

herramientas estadísticas.

En la literatura existen publicadas diferentes metodologías estadísticas para

realizar el cálculo del límite de fatiga [85, 86, 87]. En este apartado se analizará

INTRODUCCIÓN

53

el método de la escalera, que es la metodología convencional utilizada en estos

cálculos y el de máxima verosimilitud, que ha sido el método elegido en este

trabajo de investigación [88]. Esta metodología de cálculo estadístico resulta ser

mucho más versátil y además permite hacer ensayos a niveles intermedios de

tensiones, aprovechando toda la información disponible incluso de niveles de

tensión lejanos al límite de fatiga.

Figura 27. Distribución normal del límite de fatiga [88].

1.3.3.1. Método de la escalera (staircase)

El método de la escalera comienza prefijando un valor de tensión So al que se

someterá a la primera probeta, superior al valor aproximado esperado para Se,

a partir de hipótesis basadas en referencias previas. Si la probeta falla antes del

valor de Ng definido por convenio para Se, el siguiente ensayo se realiza a un

nivel de tensión inferior calculado con un escalón determinado. Si esta

sobrevive a ese número de ciclos en el siguiente ensayo se aumenta en un

escalón. Es decir, los ensayos bajan o suben de tensión, según rompan antes de

alcanzar la vida prevista como límite de fatiga o no. Las ecuaciones propuestas

INTRODUCCIÓN

54

en 1985 por Rice [89] para determinar el límite de fatiga en función del número

de fallos nf y del número de supervivientes (“run-outs”, nr) son las siguientes:

0

0

1* ,

2

1* ,

2

= + ∆ − <

= + ∆ − >

ie f r

f

ie f r

r

fS S S i n n

n

rS S S i n n

n

(1.32)

Donde Se es el límite de fatiga, S0 es la tensión al mínimo nivel de tensión

considerado que contenga al menos un fallo (nivel i=0), ΔS es el salto de tensión

entre escalones consecutivos e i indica los diferentes niveles de tensión.

En el mejor de los casos, si los incrementos entre escalones son pequeños, el

resultado será una buena estimación, en caso contrario, se introducirá una

excesiva inexactitud en el valor del límite. Esto es debido a que resulta un

procedimiento de ensayo excesivamente rígido, ya que sólo se puede ensayar

un escalón más alto o bajo que el predeterminado, sin posibilidad de ensayar a

niveles intermedios, ni redefinir el incremento de los escalones.

1.3.3.2 Método de máxima verosimilitud (Likelihood function)

En el método de máxima verosimilitud se adopta la hipótesis de normalidad en

la distribución del límite de fatiga, es decir se supone que para un número de

ciclos de vida dados, la tensión de ensayo de las probetas supervivientes se

distribuye de forma normal [90].

La función de verosimilitud se define como la probabilidad de obtener la

muestra observada, y para una función de distribución normal dada de media ��

y desviación típica ∆, dicha función de verosimilitud se representa mediante la

ecuación:

INTRODUCCIÓN

55

1

[1 ( , , )] [ ( , , )]=

= − ∆ ∆∏nstresses

ri fi

i i

i

V F S x F S x

(1.33)

donde ri representa el número de “run-outs” al nivel de carga i-ésimo, y fi el

número de fallos observados al mismo nivel de carga, F es la probabilidad

acumulada de fallo, correspondiente a una función normalmente distribuida de

media �� y desviación típica ∆:

21 1

( , , ) exp[ ( ) ]22π

−∞

−∆ = ∫ −

∆∆

S x xF S x dx

(1.34)

Para hacer máxima la verosimilitud, se deben calcular los valores de �� y ∆ que

hacen máxima la probabilidad definida en la ecuación (1.33), es decir, la

posición del máximo en la superficie que define la función (1.34). Una manera

de hacerlo consiste en hacer máximo su logaritmo neperiano, en lugar de su

valor absoluto, porque el logaritmo es una función monótona creciente en el

valor de la variable y resulta mucho más sencillo de calcular, disponiendo de las

adecuadas herramientas informáticas.

1

ln [ ln(1 ) ln ]nstresses

i i i i

i

V r F f F=

= − +∑

(1.35)

Donde, por simplicidad, Fi representa F(Si, ��, ∆).

Para calcular el máximo de la ecuación (1.35) hay que obtener las derivadas

parciales con respecto a las incógnitas �� y ∆ e igualarlas a cero. Con este

planteamiento, se obtiene un sistema de dos ecuaciones no lineales con dos

incógnitas, �� y ∆. La resolución del sistema, permite calcular el límite de fatiga y

la desviación asociada.

INTRODUCCIÓN

56

1.4. CARACTERÍSTICAS Y PROPIEDADES DE LA ALEACIÓN AA6082

Son aleaciones de aluminio de la serie 6xxx. Conforme a las especificaciones de

la norma ISO (International Standards Organization) se denominan aleaciones

AlSi1MgMn. Se trata de una aleación relativamente nueva, que en los últimos

años ha reemplazado a la aleación A6061 (AlSiMgCu) en numerosas

aplicaciones, convirtiéndose en una de las aleaciones más importantes de la

serie 6xxx. En la figura 28 se muestra la posición de la aleación 6082 en relación

al resto de las aleaciones de la serie 6xxx en función del contenido de Si y Mg.

Figura 28. Rango de composición en % de Mg y Si para las aleaciones 6xxx [91].

La composición química que se recoge en las normas para la aleación 6082 se

muestra en la tabla 3. El contenido estimado de Mg2Si es de 1.4%. Este valor

está por debajo del límite máximo de solubilidad, que es de 1.85% a 595ºC. Las

fases principales que se esperan encontrar son: α-Al, Mg2Si. Además, en su

composición cabe destacar la elevada cantidad de manganeso. Este elemento

INTRODUCCIÓN

57

es el que controla la estructura de grano de la aleación y permite obtener una

aleación de elevada resistencia.

Tabla 3. Rango de composición química de la aleación AlSi1MgMn (6082).

(Cantidades expresadas en % en peso)

Si Mg Mn Fe Cr Zn Cu Ti Otros Al

Mínimo 0.7 0.6 0.4 -- -- -- -- -- --

Máximo 1.3 1.2 1 0.5 0.25 0.2 0.1 0.1 0.10 Resto

Las aplicaciones más comunes son en los siguientes sectores: En el sector naval

(construcciones navales y plataformas marítimas) [91], obras civiles y militares,

estructuras ligeras de ferrocarril, elementos de suspensión y componentes del

chasis en vehículos, tecnología nuclear, sistemas hidráulicos, equipamiento de

minas, calderería, mástiles y timones para barcos (especialmente agua dulce),

andamios y estructuras para carpas y pabellones, tornillería, remaches,

moldes,…

Cabe destacar el importante incremento, que ha tenido en la última década, el

consumo de este material en forma de láminas de espesor medio y para

extrusiones en el sector naval.

1.4.1. Tratamientos térmicos

Con objeto de conseguir las máximas prestaciones en cuanto a la respuesta

mecánica de las aleaciones de aluminio termoendurecibles, es importante

controlar las variables del procesado termomecánico, que de manera global

INTRODUCCIÓN

58

consisten en un tratamiento térmico de solubilización, temple y maduración.

Los tratamientos más comunes para la aleación AA6082 son los siguientes:

• O: Recocido y recristalizado.

• T4: Consiste en un tratamiento térmico de solubilización a 530 oC, seguido

de un proceso de temple en agua a 40 oC. Finalmente el envejecimiento

natural hasta alcanzar la condición estable (8 días mínimo).

• T6: El tratamiento térmico o de bonificación T6 consta de tres fases [92],

según se muestra en la figura 29.

a) Recocido por disolución. La aleación se calienta a una temperatura en

la que aumenta la cantidad de soluto en la solución sólida. El término

recocido indica que el calentamiento también reblandece la aleación.

En estas aleaciones la solubilización se realiza en el intervalo de 520 oC a

550 ºC, durante un periodo de 4-6 horas. En estas condiciones se

consigue tener una concentración máxima de Si y Mg en la red de Al, sin

llegar al punto de fusión.

b) Templado. Se realiza para formar una solución sobresaturada a

temperatura ambiente. Es la etapa más crítica de la serie de

procedimientos de tratamiento térmico. La velocidad de templado debe

ser mayor que la velocidad de enfriamiento crítico para conservar la

composición a la temperatura de recocido por disolución y para formar

una solución sobresaturada del soluto o fase. El templado se realiza en

agua a 40 oC.

INTRODUCCIÓN

59

c) Precipitación del soluto o fase de forma artificial (bonificado). El

endurecimiento de la aleación se consigue precipitando la fase

sobresaturada mediante un calentamiento del material a una

temperatura moderada superior a la ambiente. De esta forma se

producen fases incoherentes con la matriz que dificultan las

deformaciones plásticas y endurecen la aleación. La maduración

artificial se puede producir calentando entre 175º y 300 ºC durante un

tiempo entre 6 a 8 horas.

Figura 29. Esquema con las etapas de tratamiento térmico T6 [92].

1.4.2. Microestructura

La figura 30 representa la microestructura típica de la aleación comercial

AA6082 en el estado T6, donde se observa los granos alargados alineados en la

dirección del laminado, y la dispersión uniforme de las partículas de segunda

fase del tipo Mg2Si.

INTRODUCCIÓN

60

Figura 30. Imagen de la microestructura del material AA6082-T6 [93].

En los últimos años son numerosos los estudios enfocados a estudiar la

microestructura de estas aleaciones y su evolución según diferentes tipos de

tratamientos [94, 95, 96]. Entre estos estudios destacan las investigaciones

realizadas por Mrówka-Nowotnik G. [97] sobre la aleaciones para moldeo

AA6082. Los resultados publicados indican que en el estado de fundición

pueden aparecer hasta cinco tipos diferentes de compuestos intermetálicos en

los bordes de grano. En las siguientes figuras se muestran las metalografías de

la aleación AA6082 después de los tratamientos térmicos. La figura 31

representa una imagen general del aspecto que se observa con una escala de

100 µm. Los diferentes tipos de estructuras que aparecen corresponden a

partículas o clusters de compuestos intermetálicos.

INTRODUCCIÓN

61

Figura 31. Presencia de precipitados en bordes de grano [97].

En la figura 32 se muestra la presencia de las partículas de Mg2Si con morfología

acicular ramificada. En la figura 33 se observa uno de los cluster cuaternarios

que pueden formarse en la matriz de α-Al, y que en este caso está formado por

Mg2Si, α-Al(FeMn)Si, β-Al5FeSi y el exceso de Si.

Figura 32. Precipitados del tipo Mg2Si en bordes de grano para la aleación

AA6082 recién colada [97].

INTRODUCCIÓN

62

Figura 33. Clusters de precipitados en la aleación AA6082 recién colada [97].

1.4.3. Soldabilidad y Maquinabilidad

La aleación AA6082 tiene una buena soldabilidad pero las propiedades

mecánicas se reducen hasta un 30% en la zona de la soldadura y en la zona

afectada por el calor ZAC. Por este motivo es aconsejable hacer un tratamiento

de envejecimiento tras la soldadura para recuperar las características perdidas.

En la figura 34 se observan los resultados de fatiga rotatoria obtenidos por

Missori S. [98], donde se cuantifica el efecto que la soldadura tiene en la

resistencia a fatiga con respecto a la aleación sin soldar. En el rango de 105-106

ciclos los niveles de tensión de fallo para el material sin soldar varían entre 130-

280 MPa, en cambio para el material soldado disminuye hasta 70-100 MPa.

Mg2Si

INTRODUCCIÓN

63

Figura 34. Comparativa de ensayos de fatiga rotatoria en probetas de aluminio

6082-T6 soldadas y sin soldar [99].

1.4.4. Propiedades físicas y mecánicas

Siendo una aleación de la serie 6000 tiene una resistencia mecánica media, a

diferencia del resto de las aleaciones de esta serie. La aleación AA6082-T6 es la

de mayor resistencia mecánica y por este motivo se le considera una aleación

estructural.

En la tabla 4 se han incluido algunas de las propiedades físicas más relevantes

de esta aleación y en la tabla 5 se presentan los datos encontrados en la

bibliografía asociados a sus propiedades mecánicas [99].

En relación a la respuesta frente a cargas dinámica también se le considera una

aleación de resistencia media a la fatiga. En la figura 35 se compara la

resistencia a fatiga en el rango de LCF de la aleación para forja AlSi1MgMn-T6

frente a las aleaciones de moldeo del tipo AlSi7Mg0.3-T6. La mejor resistencia

se debe a la ausencia de porosidad y una microestructura conformada por una

fina y homogénea red de precipitados [100, 101].

INTRODUCCIÓN

64

Tabla 4. Propiedades físicas de la aleación AA6082-T6 a 25ºC.

Propiedad Valor

Peso específico 2.71 g/cm3

Módulo de elasticidad 70 GPa

Intervalo de fusión (575 -650) ºC

Coeficiente de dilatación lineal 23.1x10-6 K

Resistividad eléctrica 3.9 Ohm.m

Conductividad térmica 172 W/m.K

Potencial de disolución -0.83 V

Tabla 5. Propiedades mecánicas de la aleación AA6082-T6 a 25ºC.

Propiedad Valor

Resistencia a tracción 315 MPa

Límite elástico 280 MPa

Alargamiento 12 %

Exponente de resistencia a fatiga -0.07

Coeficiente de resistencia a fatiga 487 MPa

Resistencia a cizalladura 190 MPa

Dureza Vickers 100 HV

INTRODUCCIÓN

65

Figura 35. Comparativa de la vida a fatiga en el rango de bajo número de ciclos

para la aleación de forja AlSi1MgMn (6082) y la aleación de moldeo AlSi7Mg0.3

[102].

La respuesta dinámica frente a medios agresivos ha sido estudiada por Heuler P.

et al. [102] para aleaciones del tipo Al-Mg-Si. La investigación fue realizada en

fatiga rotatoria a frecuencia de 20 Hz sobre probetas sin entallas. En la figura 36

se muestran las curvas S-N de la aleación de forja 6082-T6 frente a otras

aleaciones para moldeo, en aire y en ambiente agresivo correspondiente a un

medio de 5% NaCl. De estas curvas se deduce la mayor resistencia a fatiga de la

aleación A6082-T6 y al mismo tiempo su mayor sensibilidad al fenómeno de

corrosión-fatiga.

En relación al estudio de la propagación de grietas de fatiga y umbrales de

fatiga, destacan los trabajos de Borrego L.P et al. [103, 104]. Estos autores han

evaluado la influencia del coeficiente R en la velocidad de crecimiento de grieta,

cuando el material está sometido a cargas de amplitud constante. Los

resultados se muestran en la figura 37, donde se grafica la velocidad de

crecimiento de grieta, da/dN, frente al intervalo de oscilación del factor de

INTRODUCCIÓN

66

intensidad de tensione, ∆K. En esta figura se aprecia una importante influencia

de R tanto en la vida a fatiga, como en los valores del umbral de fatiga, ∆Kth.

Para un valor de R de -0.25 el umbral se sitúa en 2.39 MPa, mientras que para

ensayos cíclicos de tracción con un valor de R de 0.4 el umbral se desplaza hasta

1.75 MPa, debido al cierre de grieta. Los resultados que estos autores han

obtenido cuando se compara la velocidad de crecimiento de grieta en las

aleaciones 6082-T6 y 6061-T651 se presenta en la figura 38. Estos datos fueron

obtenidos con muestras de 3 mm de espesor y un ratio de carga de 0.05. Se

observa que la velocidad de crecimiento de grieta es inferior en la aleación

6061-T651 que para la aleación 6082-T6, y por tanto en el primer caso la

resistencia a la propagación de grietas es mayor.

Figura 36. Comparativa de la vida a fatiga en el rango de bajo número de ciclos

para la aleación de forja AlSi1MgMn (6082) [103].

INTRODUCCIÓN

67

Figura 37. Influencia de R en la velocidad de crecimiento de grietas para la

aleación 6082-T6 [104]

Figura 38. Comparativa de la velocidad de crecimiento de grieta para las

aleaciones 6082 y 6061 [104].

68

69

CAPÍTULO 2

2. OBJETIVOS

70

OBJETIVOS

71

2.1. OBJETIVOS

En este apartado se pretende describir el objetivo general que ha motivado el

desarrollo de esta tesis de investigación, así como los objetivos particulares, en

los que se ha buscado generar nuevo conocimiento.

2.1.1. Objetivos generales

El auge del empleo de aleaciones de aluminio en ingeniería, sobre todo a partir

de la segunda mitad del siglo XX, se debe principalmente a su alta resistencia

mecánica específica (relación resistencia/peso) y su buen comportamiento

frente a la corrosión. Dentro de la gama de aleaciones de aluminio endurecibles

por precipitación, las del grupo Al-Mg-Si resultan muy versátiles en un amplio

abanico de industrias por las elevadas prestaciones mecánicas que pueden

alcanzar tras los adecuados tratamientos de envejecimiento. En la última

década han sido muy numerosas las publicaciones orientadas al estudio de la

influencia de los tratamientos térmicos y el contenido del porcentaje en peso

de Si sobre la microestructura de las aleaciones Al-Mg-Si. En estos materiales

con el tratamiento térmico de envejecimiento se consigue una estructura de

precipitado coherente con la matriz que confiere al material las mayores

resistencias a la fatiga.

Ahora bien, se sabe que el comportamiento a la fatiga depende de la

homogeneidad del material y, fundamentalmente, de la uniformidad de la

superficie. Cualquier irregularidad presente puede dar lugar a la iniciación de

grietas haciendo que los valores de resistencia a la fatiga disminuyan de manera

importante, lo que conlleva una drástica disminución de la vida en servicio del

material. Es de prever que las curvas tensión-número de ciclos a rotura (S-N) de

aleaciones de aluminio precorroídas muestren una bajada en los valores de la

OBJETIVOS

72

tensión variable a la que se presenta el fallo después de un determinado

número de ciclos de carga debido a la presencia de las picaduras originadas

durante la corrosión. A parte de las picaduras, otra alteración superficial que

puede afectar a los resultados de fatiga es la presencia de productos de

corrosión distribuidos de manera no uniforme sobre la superficie. Sin embargo,

hay que especificar que aunque la corrosión antes de someter al material a

condiciones de fatiga reduce la tensión variable que las muestras puedan

resistir, la acción simultánea de la corrosión y la fatiga tienen frecuentemente

un efecto marcadamente mayor, por lo que el presente trabajo sólo ofrece una

dimensión parcial del problema que deber ser continuada en estudios

posteriores. Según todo esto, el objetivo fundamental de este trabajo es

caracterizar la influencia del grado de precorrosión en la resistencia a la fatiga

de la aleación Al-Mg-Si 6082.

2.1.2. Objetivos particulares

Como objetivos particulares se plantean los siguientes estudios:

• Caracterización de la rugosidad superficial generada durante la corrosión en

cámara de niebla salina mediante perfilometría de contacto y microscopía

confocal. Se estudiarán las variaciones de diversos parámetros de rugosidad

(Rz, Ra, Rt, etc.,) en función del tiempo de exposición al ambiente salino. En

este caso, con objeto de reproducir la influencia de la rugosidad generada

durante el servicio del material en la resistencia a la fatiga, se evaluarán

tales parámetros sin eliminar los productos de corrosión generados sobre su

superficie.

• En una segunda etapa, se relacionará la rugosidad superficial con los

parámetros de picadura (profundidad de picadura, diámetro superficial de

OBJETIVOS

73

picadura, etc.). En este caso, el estudio se llevará a cabo con la superficie

libre de productos de corrosión. Aunque los valores de rugosidad pueden

deberse a la existencia de numerosos defectos superficiales [105], se puede

considerar que fundamentalmente la corrosión de la superficie y la

generación de picaduras son los principales factores que determinan la

variación de rugosidad en el actual estudio, por lo que se discutirá la

utilización de la rugosimetría como técnica de caracterización del nivel de

corrosión del material estudiado. Se determinarán perfiles en 2D y 3D

generados por microscopía confocal, que permitan determinar con precisión

las morfologías de las picaduras y calcular a partir de ellas sus parámetros

geométricos más importantes (profundidad de picadura, diámetro medio de

picadura en superficie, superficie de la boca de picadura y factor de

concentración de tensiones) con objeto de relacionarlas con la resistencia a

la fatiga de la aleación de aluminio 6082-T6.

• Estudio de la distribución estadística de las picaduras mediante la

microscopia confocal con la utilización de los programas de análisis de

imagen Sensomap y Gwyddion, así como el estudio de la evolución de la

morfología de las picaduras por microscopia confocal y microscopia

electrónica de barrido (SEM).

• Análisis de la evolución de la distribución de los elementos químicos

existentes sobre la superficie del material y de fases presentes antes y

después del proceso de corrosión con objeto de determinar la composición

de los productos de corrosión que se forman durante el proceso.

• Previamente a los ensayos de fatiga, se realizarán ensayos de tracción con el

material sin corroer y corroído con objeto de evaluar las pérdidas de la

resistencia mecánica estática del material y determinar el límite de

OBJETIVOS

74

elasticidad, a partir del cual se referencian los niveles de carga variable que

se utilizarán en los ensayos de fatiga.

• Determinar experimentalmente el comportamiento a fatiga de alto número

de ciclos (HCF) de la aleación corroída y sin corroer. A partir de este estudio

se puede definir un parámetro de diseño para el cálculo del límite de fatiga

relacionado con la corrosión por picaduras con objeto de prever el efecto de

este fenómeno en la pérdida de la resistencia de la aleación. Así mismo se

evaluará estadísticamente por el criterio de máxima verosimilitud la

variabilidad en el límite de fatiga en función del grado de corrosión.

• En las estructuras y componentes que poseen picaduras, éstas actúan como

concentradores de tensión y/o deformación. Estos campos de tensión y de

deformación en la proximidad del concentrador juegan un papel esencial en

la nucleación de fisuras por fatiga y eventualmente en su propagación. Las

cargas cíclicas pueden producir discontinuidades superficiales microscópicas

a partir de escalones producidos por deslizamiento de dislocaciones, los

cuales actuarán como concentradores de la tensión y, por tanto, como

lugares de nucleación de grietas. La etapa de propagación se realiza en dos

etapas. En la primera etapa después de la nucleación la grieta se propaga

muy lentamente y, en una segunda etapa, la velocidad de propagación de la

grieta aumenta de manera considerable y deja de crecer en el eje del

esfuerzo aplicado para comenzar a crecer en dirección perpendicular al

esfuerzo aplicado. Con todo esto, se ha propuesto como último objetivo de

esta tesis un estudio fractográfico de la superficie de fallo para realizar un

análisis cualitativo de las condiciones de generación y propagación de las

grietas originadas. Este estudio se realizará mediante microscopía

electrónica de barrido (SEM).

75

CAPÍTULO 3

3. METODOLOGÍA

EXPERIMENTAL

76

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

77

3.1. TÉCNICAS INSTRUMENTALES EMPLEADAS

3.1.1. Perfilometría

La perfilometría mecánica o de contacto es una técnica de análisis superficial

2D, basada en un estilete. La técnica consiste en la medida del desplazamiento

vertical que se produce en el estilete mientras se realiza un barrido lineal

manteniendo constante la fuerza que éste realiza sobre la superficie de la

muestra. La realización de barridos sucesivos y paralelos permite componer los

resultados para obtener un mapa tridimensional con resolución nanométrica en

el eje vertical. Existen diferentes estiletes para distintas aplicaciones, con radios

que van desde 50nm a 25μm, y de alta relación de aspecto para la

caracterización de zanjas profundas y estrechas.

A continuación se describen los parámetros analizados en la caracterización de

la rugosidad superficial [106]:

• Rugosidad total (Rt): Representa la mayor suma de máxima altura de pico

obtenida Zp y de la mayor profundidad de valle Zv en una unidad básica de

medida, según se muestra en la figura 39. Se expresa en µm.

Figura 39. Esquema de medida para el parámetro de rugosidad Rt.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

78

• Altura de rugosidad (Rz): Suma de la máxima altura de pico Zp y de la máxima

profundidad de valle Zv, comprendida en una longitud de muestreo, como se

indica en la figura 40. Se expresa en µm.

Figura 40. Esquema de medida para el parámetro de rugosidad Rz.

• Rugosidad media (Ra): Es la media aritmética de las rugosidades sobre la

línea central, como se muestra en la figura 41. Se expresa en µm, y su

expresión está indicada en la ecuación (3.1).

0

1( )

ml

a

m

R y x dxl

= ∫

(3.1)

Donde lm es la longitud de medida e y es la altura pico - valle.

Figura 41. Esquema de medida para el parámetro de rugosidad Ra.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

79

• Rugosidad media cuadrática (Rq): Es la media cuadrática de las desviaciones

del perfil de rugosidad desde la línea media a lo largo de la longitud de

evaluación lm. Se expresa en µm, y su valor se calcula según la ecuación

(3.2).

0,5

2

0

1( )

ml

q

m

R y x dxl

= ∫

(3.2)

• Máxima profundidad de valle del perfil (Rv): La mayor de las profundidades

de los valles del perfil, Zv, comprendida en una longitud de muestreo, como

se aprecia en la figura 42. Se expresa en µm.

Figura 42. Esquema de medida para el parámetro de rugosidad Rv.

• Máxima altura de pico de perfil (Rp): La mayor de las alturas de los picos del

perfil, Zp, comprendida en una longitud de muestreo, según la figura 43. Se

expresa en µm.

Figura 43. Esquema de medida para el parámetro de rugosidad Rp.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

80

3.1.2. Técnicas de microscópica

3.1.2.1. Microscopía confocal

La microscopía confocal supone una extensión de la microscopía convencional

con la posibilidad de realizar la caracterización tridimensional de la muestra

observada [107, 108, 109].

Esta técnica fue desarrollada en su origen por las ciencias biológicas, sin

embargo, en los últimos 10 años, la ciencia de los materiales ha mostrado un

gran interés en esta técnica debido a que ofrece una nueva visión de las

superficies reflectantes, en particular para el estudio de la corrosión superficial.

Con esta metodología sin contacto es posible examinar muestras que son de

difícil estudio por otros métodos. La obtención de imágenes tridimensionales es

un gran potencial para la cuantificación e interpretación de la topología

superficial, lo que permite hacer una mejor descripción de la rugosidad del

material. Gracias a su mayor resolución lateral, es posible obtener detalles más

finos de la rugosidad de una superficie. Esta mayor resolución tendrá como

causa el menor diámetro del elemento medidor y como principal resultado un

aumento del valor de la mayoría de los parámetros que se pueden calcular.

La imagen 3D se origina de la compilación de imágenes 2D, en un intervalo de

altura determinado y constante a lo largo del eje óptico del microscopio. La

imagen 3D se reconstruye digitalmente. En la microscopía confocal, la

resolución en la dirección z es muy alta, no así la resolución lateral. La mayoría

de los microscopios confocales sacrifican la resolución en x, y por la velocidad

de escaneo en profundidad.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

81

Los dos modos de funcionamiento más usados son la fluorescencia y la

reflexión. En el campo de la investigación el modo más común es el de la

reflexión, aunque algunas aplicaciones usan la fluorescencia para delimitar

grietas o imperfecciones en materiales.

En la figura 44 se pueden ver los principios de funcionamiento para las dos

técnicas. Son parecidas en todo excepto en el filtro utilizado para seleccionar la

longitud de onda de la luz en foco. En un caso la luz de iluminación se expande a

través de un filtro donde una porción es refractada hacia la probeta por medio

de una lente (modo reflexión) o a través de un espejo dicroico (modo

fluorescencia). Es importante que toda la lente o espejo, quede cubierta por la

luz que se focalizará en una “mancha” de la probeta.

La luz será reflejada por la probeta o bien excitará las moléculas que emitirán

una fluorescencia.

La luz emitida por fluorescencia o reflejada por la probeta se concentrará por

las lentes del objetivo y se focalizará en la apertura o “pin hole”. La luz en foco

pasará por la apertura o “pin hole” y será detectada por un tubo

fotomultiplicador. En el caso del modo fluorescencia, un filtro barrera localizado

después del espejo filtrará cualquier luz refractada dejando pasar solo la

longitud de onda de la luz de fluorescencia. Es por esto que el filtro barrera

debe ser seleccionado para cada tipo de luz de fluorescencia emitida por las

moléculas para así asegurar la máxima sensibilidad.

El “pin hole” es una apertura localizada delante del fotomultiplicador que evita

el paso de luz de las regiones de la muestra que no están en foco. La luz que

proviene de regiones localizadas por encima o por debajo del plano focal no

converge en el “pin hole” y no es detectada por el fotomultiplicador.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

82

Figura 44. Esquema de funcionamiento del microscopio confocal.

3.1.2.2. Ventajas de la microscopía confocal frente a otras técnicas de

caracterización superficial

Tradicionalmente la topografía de la superficie se examina sobre una escala

microscópica observada con SEM. Sin embargo, las imágenes obtenidas del

SEM, incluso siendo este de gran resolución, son sólo semicuantitativas debido

a que representan objetos tridimensionales en dos dimensiones. Esto

normalmente nos lleva a un conocimiento cualitativo de la superficie, que

puede ser suficiente en algunas ocasiones pero no en otras.

Si necesitamos más conocimiento del estado superficial, una opción podría ser

almacenar datos de rugosidades superficiales medidas con un pefilómetro de

aguja o láser. Otra alternativa sería la medida en estéreo de dos microscopios

de tipo SEM con el problema de tener que hacer muchas medidas. El

perfilómetro de contacto suele ser elegido debido a su menor coste en tiempo y

dinero. El problema de este, es que da medidas en una sola dimensión y

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

83

además modifica el estado de la superficie por donde ha pasado, haciendo

imposible la repetición del ensayo.

La técnica de la microscopía confocal ofrece imágenes 3D con una alta

velocidad de captación y sin preparación de muestra, que la hace más

competitiva para el estudio de la morfología superficial y es por esto que se ha

elegido como metodología principal de estudio morfológico en esta tesis.

3.1.2.3. Microscopía electrónica de barrido (SEM). Espectrometría de rayos X de

energía dispersada (EDS)

Ambos estudios utilizan como base la misma técnica que consiste en la emisión

de un haz de electrones sobre la superficie de un sólido.

La técnica consiste en enviar un haz de electrones sobre la muestra y mediante

un detector apropiado registrar el resultado de esta interacción. Estas señales

se pueden usar para obtener información sobre la naturaleza de la muestra

(morfología, composición, estructura cristalina, etc.) [110, 111, 112].

Las imágenes que se obtienen en el SEM corresponden a electrones secundarios

o electrones retrodispersados emitidos tras la interacción con la muestra de un

haz incidente de entre 5 y 30 KeV. La señal de electrones secundarios se forma

en una delgada capa superficial, de 50 a 100 Å. En cuanto a la señal de

electrones retrodispersados, que se debe a choques de tipo elástico y por tanto

con energía del mismo orden que la de los electrones incidentes, depende

fuertemente del número atómico de la muestra. Esto implica que dos partes de

la muestra que tengan distinta composición se revelan con distinta intensidad

aunque no exista ninguna diferencia de topografía entre ellas. Los electrones

retrodispersados salen de la muestra en mayor cantidad en las direcciones

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

84

próximas a la de incidencia, por lo que su detección se hace mejor en las

proximidades del eje de incidencia.

Finalmente, los rayos X que se generan en una muestra sometida a bombardeo

electrónico permiten identificar los elementos presentes y establecer su

concentración (EDS). Cuando un haz electrónico suficientemente acelerado

incide sobre la superficie de un sólido, se produce la ionización de los átomos

presentes, esto es, la pérdida de electrones internos. En este estado un electrón

de una capa más externa salta inmediatamente a la capa deficitaria, y rellena el

hueco producido. Este salto implica una liberación de energía, cuyo valor es

igual a la diferencia entre las energías que tenía cada electrón en su orbital

correspondiente. Esta energía se manifiesta de dos formas: electrones Auger o

rayos X y es única para cada elemento. Cuando se representa la intensidad de

esta radiación electromagnética frente a su energía, se obtiene un espectro de

rayos X constituido por una serie de picos designados como líneas de intensidad

variable, a los que se denomina rayos X característicos. Estos rayos X están

superpuestos a un fondo continuo de menor intensidad (Rayos X continuos). En

algunos casos aparecen además unas líneas satélites asociadas a las líneas

características.

En el EDS el detector recibe el espectro total emitido por todos los elementos

de la muestra a la vez. Para cada fotón de rayos X incidente el detector genera

un impulso eléctrico cuya altura será proporcional a la energía del fotón. Los

distintos impulsos eléctricos generados son separados y almacenados en

función de su valor con ayuda de un analizador de altura de impulsos

multicanal.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

85

3.1.3. Análisis químico por difracción de rayos X (XRD)

Esta técnica basada en rayos X quizás es la más utilizada para la caracterización

de materiales, tanto en laboratorios de investigación como en la industria y

control de calidad [108].

La interacción entre el vector eléctrico de la radiación X y los electrones de la

materia por la que pasa da lugar a una dispersión. Cuando los rayos X son

dispersados por el entorno ordenado de un cristal tienen lugar interferencias

entre los rayos dispersados, debido a que las distancias entre los centros de

dispersión son del mismo orden de magnitud que la longitud de onda de la

radiación. El resultado es la radiación.

El estudio de las direcciones de rayos X sobre la superficie de un cristal fue

desarrollado por W.L. Bragg en 1912. Según este autor, los rayos X son

reflejados por el cristal cuando el ángulo de incidencia satisface la condición:

sin

2

n

d

λθ =

(3.3)

Las muestras utilizadas para esta técnica, deben ser en polvo compuesto de

granos finos de material monocristalino o policristalino, aunque es aplicable a

partículas en suspensiones líquidas o sólidas de películas delgadas, materiales

compactos como aleaciones, materiales cerámicos, etc.

El diagrama de difracción de un material viene determinado por el

ordenamiento de los átomos constituyentes. Actualmente es recogido por un

detector puntual. Idealmente, la muestra debe tener sus dominios cristalinos

orientados al azar, por lo que el difractograma en dos dimensiones que le

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

86

correspondería presentará anillos concéntricos correspondientes a los rayos

difractados asociados a los distintos espaciados en la red cristalina.

El área de aplicación más conocida de esta técnica es la identificación de fases

cristalinas presentes en la muestra sólida o de polvo. La identificación se realiza

comparando el difractograma de la muestra a identificar (posiciones, anchuras

e intensidades de los picos), con los patrones experimentales almacenados en

una base de datos de difracción de polvo, teniendo en cuenta, además, que no

hay dos compuestos que presenten el mismo difractograma.

3.1.4. Ensayos mecánicos

3.1.4.1. Ensayo de tracción

El ensayo de tracción de un material consiste en someter a una probeta

normalizada un esfuerzo axial de tracción creciente hasta que se produce la

rotura de la probeta.

Algunas de los parámetros que se determinan en un ensayo de tracción axial

para caracterizar los materiales [113, 114] son los siguientes: Módulo de

elasticidad E, límite de proporcionalidad σp, límite elástico σo, resistencia a la

tracción σu, y reducción de la sección donde se produce la rotura RA (%).

Las probetas pueden tener sección circular o rectangular y sus extremos son

más anchos, con la finalidad de que se puedan coger de mejor manera por las

mordazas de la máquina y evitar que rompan por esa zona al tener mayor

sección y por lo tanto menor tensión.

El ensayo se realiza a velocidad de desplazamiento constante. Para obtener la

tensión aplicada en un momento del ensayo habrá que dividir la carga P

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

87

aplicada en ese momento, entre la sección inicial de la probeta. La medida del

desplazamiento, ΔL, se realiza sobre el cuello de la probeta con un

extensómetro con base de medida definida por el parámetro Lo.

La curva que se obtiene entre la relación de la tensión y la deformación varía

ampliamente dependiendo del material ensayado. Comportamientos frágiles

darán como resultado gráficas con roturas con deformaciones pequeñas. Los

materiales con comportamiento dúctil, darán como resultado gráficas con

grandes deformaciones antes de la rotura. La tensión última de rotura, σu,

también llamada resistencia a la tracción, es la tensión más alta recogida en el

ensayo de tracción. En los materiales frágiles, esta coincidirá con la tensión de

fractura, σf, y en los materiales dúctiles no se cumplirá que σu > σf.

El límite elástico, σo, es un parámetro muy importante debido a que es la

tensión límite de comportamiento elástico. A partir de esta tensión el material

sufrirá deformaciones permanentes. Esta deformación en un componente

ingenieril implicará la perdida de las dimensiones o formas originales. El

método más empleado para calcular el límite elástico ingenieril consiste en

trazar una recta paralela a la del ensayo realizado pero con un incremento en la

elongación del 0,2%. Así se adopta como límite elástico la tensión a la cual el

material tiene una deformación plástica del 0,2%.

3.1.4.2. Ensayo de fatiga axial

El ensayo de fatiga axial consiste en la repetición periódica de cargas sobre los

extremos de una probeta en el sentido axial de la dimensión principal de la

probeta, tal como se muestra en la figura 45 [115].

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

88

Figura 45. Esquema del ensayo de fatiga axial.

3.1.5. Ensayos de corrosión en cámara de niebla salina

El ensayo en cámara de niebla salina consiste en un ataque corrosivo acelerado

por una niebla salina artificial de composición definida, en las condiciones

precisas de temperatura y presión. Una importante característica de este tipo

de ensayos sobre otros de simulación de condiciones ambientales, es la de su

perfecta reproducibilidad, pudiendo realizar de una forma controlada, cómoda

y práctica los ensayos corrosivos según las normas en vigor. Estos ensayos

suelen utilizarse para evaluar el comportamiento de recubrimientos metálicos,

pinturas y tratamientos y pretratamientos en metales recubiertos.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

89

3.2. INSTRUMENTACIÓN Y PROGRAMAS INFORMÁTICOS

3.2.1. Perfilómetro

Para obtener las rugosidades de las muestras, se empleó un rugosímetro o

perfilómetro, TESA-rugosurf90G, en el Departamento de Ingeniería Industrial II

de la Escuela Politécnica Superior de La Coruña. Lo podemos ver en la figura 46

dotado con una punta de diamante de 10 μm de diámetro ubicada en el

extremo de un brazo que adelanta longitudinalmente a velocidad constante de

0,5 ó 1 mm/s. Está acoplado a un transductor de desplazamiento que

proporciona una señal eléctrica representativa de los desniveles encontrados

en la superficie a explorar.

Figura 46. Perfilómetro de contacto.

3.2.2. Microscopio confocal

Microscopio dual Sensofar PLµ 2300, del Servicio de Apoyo a la Investigación

(SAI) de la universidad de la Coruña (figura 47).

Este equipo funcionando como confocal utiliza objetivos 10x, 20x, 50x y 100x y

como interferómetro con objetivos 10x y 20x. La adquisición de datos se realizó

utilizando los paquetes informáticos Gwyddion y SensoMAP.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

90

Figura 47. Microscopio confocal.

3.2.3. Equipo para SEM y EDS

En ambos casos se usó el microscopio electrónico de barrido modelo JEOL JSM

6400, disponible en los servicios de apoyo a la investigación (SAI) de la

Universidad de la Coruña (figura 48).

Este equipo dispone de un cátodo termoiónico con filamento de tungsteno, y

con detectores de electrones secundarios y de electrones retrodispersados, con

el que es posible realizar además el análisis elemental cualitativo EDS con una

resolución de 133 eV.

Figura 48. Imagen del microscopio electrónico de barrido (SEM).

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

91

3.2.4. Difractómetro

Para el análisis XRD se utilizó un difractómetro de rayos X D5000 SIEMENS,

disponible en los servicios de apoyo a la investigación (SAI) de la Universidad de

La Coruña (figura 49). Para complementar la adquisición y tratamiento de datos

se utilizó el software de identificación Diffractplus V.8.0 y Bruker-AXS.

Figura 49. Imagen del difractómetro de rayos X.

3.2.5. Máquina de tracción y fatiga

Los ensayos de tracción y fatiga se llevaron a cabo en el laboratorio de Ciencia

de Materiales de la E.T.S.I de Caminos de la Universidad de La Coruña (UDC).

El equipo utilizado tanto en tracción como en fatiga es una máquina de ensayos

universales servohidráulica de la marca Instron actualizada con un controlador

de torre “Fast Track” de la serie 8800 (figura 50). El programa empleado para el

diseño de los ensayos es el software “WaveMaker”. La célula de carga de 100kN

utilizada tanto en los ensayos de tracción como en los de fatiga está calibrada

por patrones con trazabilidad en un laboratorio acreditado por la entidad UKAS

del Reino Unido. Como resultado de estas calibraciones se determinó que la

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

92

incertidumbre relativa del sistema de fuerza en todo el intervalo de medida es

del 0.22%.

Figura 50. Máquina de ensayo servohidráulica para ensayos dinámicos.

3.2.6. Cámara de niebla salina

Para el presente trabajo se utilizó una cámara DYCOMETAL SSC 400 construida

en Chapa de Acero Inoxidable AISI 304(18/8), sobre una estructura en Tubo de

Acero Inoxidable AISI 304 (18/8) (figura 51). Los ensayos se llevaron a cabo en

la empresa multinacional General Dynamics (Santa Bárbara).

Figura 51. Cámara de niebla salina.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

93

La cuba interior de ensayos estaba construida de una sola pieza en fibra de

vidrio y resina de poliéster, conformada en molde y totalmente invulnerable a

la atmósfera salina. También poseía resistencias calefactoras inyectadas a la

cuba, que aseguraban una gran uniformidad en la dispersión del calor. La tapa

superior estaba fabricada en metacrilato incoloro de 7 mm de grosor. Su forma

de tejado de doble vertiente con una inclinación de 30º por lado hace que las

gotas de condensación se deslicen de forma natural hacia las paredes

interiores, evitando que caigan sobre las muestras.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

94

3.3. PROCEDIMIENTOS OPERATIVOS

3.3.1. Ensayos de corrosión

Las muestras para los ensayos de fatiga fueron colocadas en la cámara de niebla

salina para su corrosión conforme a la norma ASTM B117 [116]. La solución

salina se preparó con un pH de 6.5 y en el interior de la cámara la temperatura

fue de 35ºC. Las muestras se colocaron individualmente, paralelas unas a otras

en unos soportes plásticos, como se observa en la figura 52.

Figura 52. Ubicación de las probetas en el interior de la cámara de niebla salina

Después de la exposición de las muestras en la cámara de niebla salina, la

superficie de las probetas estaba cubierta con costras de los productos de

corrosión. Para analizar la morfología y el tamaño de las picaduras y determinar

la rugosidad superficial de la superficie subyacente a los productos de

corrosión, estos se eliminaron mediante un decapante comercial compuesto

por hidrocarburos alifáticos, hidrocarburos aromáticos, hidróxido de amonio y

agua seguido de un tratamiento con ultrasonidos en agua destilada.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

95

3.3.2. Medidas de rugosidad con el perfilómetro de contacto

Los aspectos determinantes que se han considerado para la caracterización de

la rugosidad de la superficie han sido:

• Se han seleccionado y referenciado de forma exhaustiva las variables de los

métodos de caracterización utilizados con el objeto de poder comparar

adecuadamente los parámetros calculados para cuantificar la rugosidad.

• El valor de los parámetros calculados es dependiente del valor de la longitud

de corte del filtro corrector de fase seleccionado. Este hecho es

determinante para la correcta discriminación entre la ondulación y la

rugosidad.

• Los parámetros calculados son dependientes de la longitud de muestra

ensayada y, por lo tanto, es imposible una cuantificación de la rugosidad

“real” de la superficie en todos los órdenes de longitud desde cero a infinito.

Como consecuencia, los parámetros de rugosidad obtenidos con diferentes

métodos sólo son comparables dentro del mismo dominio de frecuencia

espacial.

• Se han seleccionado, siempre que ha sido posible, un grupo de parámetros

de caracterización suficientemente representativo.

Para realizar la prueba se utilizó una base perfectamente rectificada para evitar

influencias en las medidas, encima de ésta se ubicaron las probetas a

experimentar. Para la adquisición de los datos se dispuso de un ordenador en

comunicación con el transductor.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

96

Las variables más relevantes que se han tenido en cuenta en la perfilometría de

contacto son las siguientes:

• Zona de muestra ensayada. Este dato es de especial interés cuando se

caracterizan superficies anisotrópicas en las que la dirección de ensayo

puede influir en los valores de rugosidad calculados. Este es el caso de las

planchas de aluminio que se han usado, donde existe una dirección de

mayores propiedades mecánicas, que es la dirección de laminación.

• Distancia entre lecturas. Esta distancia es importante porque en los

rugosímetros de contacto la superficie se ve afectada por la medición.

• Número de lecturas a realizar. En nuestro caso se realizaron cuatro medidas

transversales y otras cuatro longitudinales a la dirección de laminación para

cada probeta. Se hallaron valores medios para así obtener unos resultados

más precisos.

• La precisión del perfil (pixels por unidad de longitud). Tomando en

consideración que la perfilometría de contacto tiene menor resolución que

las técnicas ópticas, se ha elegido la mayor precisión posible de 1 pixel/µm.

También se han considerado otras variables normalizadas, reflejadas en las

normas ISO 11562, ISO 4287 [103]. De estas variables depende que el valor de

los parámetros calculados sea correcto y comparable. Estas variables son:

• Longitud de corte del filtro corrector (cut off). En general, la regla que se

sigue para elegir este valor, es que a valores de rugosidad superiores, mayor

es el valor de cut off que se ha de utilizar.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

97

• Longitud de muestra. La normativa estipula que la longitud de muestra debe

ser igual al valor de cut off. En cada longitud de muestra, se calcula el

parámetro correspondiente y, como valor final del parámetro se calcula la

media aritmética de, al menos, cinco longitudes de muestra, lo cual fija la

longitud total de ensayo. El hecho de fijar la longitud de muestra evita los

problemas derivados de que el valor del parámetro es dependiente de la

longitud de ensayo.

• Longitud total del ensayo. La longitud de exploración, distancia longitudinal

recorrida por el palpador, fue de 4mm.

Una vez realizado el ciclo se obtuvo un perfil de la superficie representando los

desniveles encontrados.

3.3.3. Ensayos con el microscopio confocal

3.3.3.1. Adquisición de imágenes

Debido a la reciente incorporación de la microscopía confocal en la

caracterización tridimensional de superficies metálicas, no existen normativas

unificadas que describan la metodología a seguir en el proceso de

caracterización de las superficies, aunque existen algunos trabajos muy

exhaustivos proponiendo metodologías y cálculo de parámetros que permitan

mediciones comparativas con la perfilometría de contacto.

Se realizaron topografías extendidas del material (zona del cuello de las

probetas) en sus diferentes estados de corrosión, de 12x4 topografías,

decapadas y sin decapar con el objetivo de 10x, para obtener superficies

representativas en la toma de rugosidades. Después de ser identificadas las

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

98

picaduras más profundas en las probetas seleccionadas así como picaduras de

tipo medio y tras el decapado de las probetas, se realizaron topografías

individuales a las picaduras de más interés para el estudio morfológico, con

objetivos de más aumentos como 20x, 50x y 100x.

3.3.3.2. Medida de la rugosidad

Las medidas de rugosidad que se realizaron fueron con el material en cada uno

de los estados de corrosión, decapados y sin decapar.

La metodología empleada fue la de hacer medidas de rugosidad en sentido

longitudinal y transversal a la dirección de laminación, utilizando la norma ISO

4287, con un cut-off de 0.08 mm y una longitud de medida total (Lm) de 4 mm.

Se realizaron tres medidas en cada probeta, una en la parte alta, otra en la

media y otra en la baja, calculando el valor medio para cada parámetro de estas

tres medidas.

3.3.3.2. Caracterización de las picaduras

Con objeto de caracterizar la severidad del defecto, es decir estimar el factor de

concentración de tensiones, se han utilizado las relaciones: P/Dm y P/Sm. Donde

P es la profundidad de picadura en µm, Dm es el diámetro medio de la superficie

de la picadura en µm y Sm es el área transversal de la picadura en la superficie

en µm2.

La profundidad de los defectos se mide tomando como referencia la línea

media formada por los picos y valles de la superficie del material, que es línea

cero de referencia.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

99

Según estas expresiones, cuanto mayor sea su valor, más intenso será el efecto

de concentración de tensiones y, por lo tanto, mayor será su influencia sobre la

disminución de la resistencia a la fatiga.

Para evaluar la corrosión sufrida en el material corroído se usó el factor de

picadura, Fp, definido de la forma:

_ _

_

penetración más profundaFp

penetración media=

(3.4)

Este factor representa una medida de la susceptibilidad de los materiales a

corroerse por picadura. Un factor de picadura de 1, representa la corrosión

uniforme. Cuanto más grande sea el factor de picadura, mayor será la

profundidad de picadura. Este factor no es de aplicación en los casos en que la

corrosión por picadura es muy pequeña, porque podríamos obtener valores

próximos a cero o infinito debido al valor del cociente.

3.3.4. Análisis por SEM y EDS

Los estudios realizados por SEM (microscopía electrónica de barrido) se

utilizaron para describir la morfología de las picaduras, así como para el análisis

fractográfico de la fractura por fatiga.

Los análisis por EDS se llevaron a cabo para el estudio de las picaduras. En

particular se trató de caracterizar la superficie, así como las partículas

encontradas dentro de las picaduras, y otras zonas de interés.

Para ambos tipos de análisis las muestras fueron cortadas en una minicortadora

Struers con disco de diamante refrigerado, para poder ser colocadas en el

porta-muestras.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

100

Para el estudio morfológico de las picaduras las dimensiones de las probetas

fueron de 12x10 mm. En caso del estudio fractográfico la sección de las

probetas fue de 12x2 mm.

3.3.5. Análisis por difracción de rayos X

En la tabla 6 se indican las principales condiciones de medida aplicadas para la

adquisición de los difractogramas mediante la técnica de EDX.

Tabla 6. Parámetros del difractómetro de rayos X.

Parámetro Valor

Longitud de onda 1.540596 Å (CuKa1) e 1.544493 Å (CuKa2)

Parámetros de tubo. 40 kV, 30 mA

Intervalo de barrido (2θ) 2-80º

Duración total de barrido 1.1 horas

Monocromador secundario Grafito

Rendija de recepción 0.2 mm

Rendija de monocromador 0.6 mm

3.3.6. Ensayos mecánicos

3.3.6.1. Tracción

Estos ensayos se realizaron siguiendo las indicaciones de la norma americana

ASTM-E8M-92 [110] a temperatura ambiente en control de desplazamiento e

imponiendo una velocidad de movimiento del actuador de posición de

1mm/min. Para la medida de la deformación se empleó un extensómetro

Instron con base de medida 50 mm y un recorrido de +25 mm.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

101

Los ensayos de fatiga se realizaron con el material de referencia y con el

material en sus tres niveles de corrosión. Antes del ensayo las probetas fueron

lavadas por ultrasonidos en agua destilada para eliminar las costras de sales,

aunque no se eliminó la capa de óxidos de las probetas por hacer el ensayo en

las condiciones más próximas a las condiciones de trabajo del material en su

estado real de uso.

Para determinar las propiedades a tracción de los materiales se realizaron dos

ensayos de tracción para cada tipo de probeta y se calculó el valor medio de los

datos obtenidos.

Además de calcular los parámetros asociados a la curva tensión deformación

ingenieril, se calcularon los parámetros P y n que permiten modelizar el

comportamiento mecánico a tracción de los materiales por el ajuste de

Ramberg-Osgood.

Descripción del ajuste de Ramberg-Osgood.

Para el modelizado matemático de la curva tensión deformación se usó la

ecuación de Ramberg Osgood [117], que estima la deformación total como

suma de la deformación elástica por un lado y la plástica por otro:

n

E P

σ σε

= +

(3.5)

El primer término pertenece a la rama elástica de la curva tensión deformación,

y el segundo a la rama plástica. El parámetro E es el módulo de elasticidad

(módulo de Young) y los parámetros P y n son los coeficientes de ajuste de la

rama plástica, que representan el coeficiente de resistencia y de

endurecimiento por deformación, respectivamente.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

102

Para la obtención de las constantes P y n, se procede de la siguiente manera:

Siendo:

n

pP

σε

=

(3.6)

Se calcula el logaritmo neperiano en ambos miembros de la ecuación y se

despeja el término asociado a la tensión.

[ ]ln ln ln ln ln ln

1ln ln ln

σε σ σ

σ ε

= = − = − ⇒

= +

n n P n n PP

Pn

(3.7)

Es decir, que el tramo plástico en escala bilogarítmica puede ser ajustado por

una recta de pendientes 1/n y lnP. De tal forma que n representa el coeficiente

de endurecimiento y P la resistencia a tracción de la nueva curva modelizada.

3.3.6.2. Fatiga

Los estudios de fatiga se realizaron sobre el material de referencia, y sobre los

tres niveles de corrosión. Las probetas fueron lavadas antes de ensayar en

ultrasonidos con agua destilada para eliminar las costras de sales. Además, se

decidió no eliminar la capa de óxido de las probetas con objeto de hacer el

ensayo en las condiciones más próximas a las de trabajo del material en su

estado de uso real.

Los ensayos se realizaron aplicando una onda en control de carga a la

frecuencia de 15 Hz y con razón de carga R de 0.1 (ciclo simétrico de tensión-

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

103

tensión). Este valor de R se eligió con objeto de no provocar el cierre de la grieta

durante el ensayo.

Las probetas fueron amarradas con unas mordazas hidráulicas asegurando el

alineamiento de las mismas con el eje de carga. Las condiciones de temperatura

y humedad fueron las ambientales.

Para cada probeta ensayada se registró el número de ciclos hasta fractura.

Como criterio para la finalización de los ensayos, se consideró la fractura de las

probetas o bien cuando se alcanzara el límite tecnológico el cual se fijó en 2x106

ciclos.

Los niveles de carga ensayados se eligieron de forma que la carga máxima

estuviera en el rango entre el 30% y el 95% del límite elástico, con objeto de

que en los ensayos se mantuvieran el nivel de tensión en la probeta por debajo

del nivel de plastificación, y siempre dentro del régimen elástico. Para cada tipo

de material se ensayó un mínimo de 4 niveles de carga y un mínimo de 3

probetas por cada nivel.

Los resultados de los ensayos de fatiga se dividieron en dos grupos con objeto

de evaluar de forma separada la pendiente de la curva S-N entre 103 y 106 ciclos

y, por otra parte evaluar el límite de fatiga por el método de máxima

verosimilitud descrito en el capítulo de la introducción.

El cálculo estadístico asociado al cálculo del límite de fatiga por el método de

máxima verosimilitud se realizó utilizando el programa informático Matlab. Con

este software la codificación de la formulación resulta extraordinariamente

breve usando los comandos “likelihood” y “fminsearch”. A continuación se

muestra el código utilizado para los cálculos del límite de fatiga en Matlab.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

104

Según la nomenclatura utilizada en esta programación, los datos que se

introducen para cada material son los asociados a los niveles considerados, S, el

número de fallos f y run-outs, r, del nivel S correspondiente. Los resultados son

almacenados en la variable optmusig, donde se recogen los datos de la variable

mu, asociada al límite de fatiga y la variable sigma correspondiente a la

desviación.

Código en Matlab

>> S=data(:,1);

>> f=data(:,2);

>> r=data(:,3);

>> mu=S(fix(length(S)/2));

>> sigma=S(2)-S(1);

>> mu0_sig0=[mu sigma];

>> [optmusig]=fminsearch(@likelihood,mu0_sig0,[],S,f,r)

edit function like.m

function like= likelihood(mu0_sig0,S,f,r)

mu=mu0_sig0(1);

sigma=mu0_sig0(2);

like=-1;

for i=1:length(S);

like=like*(1-normcdf(S(i),mu,sigma)).^r(i).*normcdf(S(i),mu,sigma).^f(i);

end

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

105

3.3.7. Estudio fractográfico

Las superficies fracturadas de las probetas ensayadas a fatiga fueron evaluadas

mediante microscopía electrónica de barrido, realizándose imágenes con las

lentes de 20x, 55x, 200x, 600x y 1700x. La imagen tomada con la lente de 20x es

una imagen general donde se puede apreciar dos zonas distintas, una asociada

con la rotura por fatiga y la otra con una rotura abrupta de crecimiento

inestable de grieta. La imagen tomada con la lente de 55x, se centra en la zona

de rotura por fatiga, la de 600x trata de focalizar el inicio de grieta y la zona

aledaña, y la imagen de 1700x la zona de inicio de grieta.

Las probetas fracturadas por fatiga que se emplearon para el estudio

fractográfico fueron de dos tipos para cada nivel de corrosión. Unas las

ensayadas a fatiga con bajo intervalo de carga, siendo estos: 161, 99, 112 y 68

MPa para material de referencia y corroído uno, dos y tres meses. Y las otras

para alto intervalo de carga de 235 MPa para material de referencia y el

corroído uno y dos meses y 218 MPa para material corroído tres meses.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

106

3.4. DESCRIPCIÓN DE LA MATERIA PRIMA EMPLEADA

3.4.1. Tipo de material

El material de ensayo seleccionado para este trabajo de tesis doctoral es la

aleación AA6082 o AlMgSi1 en estado T6. El término T6 es indicativo de un

tratamiento térmico que comprende los procesos de solubilizacion, templado y

endurecimiento por maduración artificial.

El material fue suministrado por la empresa Alu-Stock. La composición química

facilitada por el fabricante se muestra en la tabla 2. En su composición cabe

destacar la elevada cantidad de manganeso. Este elemento es el que controla la

estructura de grano de la aleación y permite obtener una aleación de elevada

resistencia.

Entre los datos presentados en el capítulo 1, se incluyen las propiedades

mecánicas en tracción de la aleación objeto de estudio, obtenidas de la

bibliografía consultada (tabla 5). Debido a la importancia de los datos referidos

a las propiedades mecánicas en tracción, como los valores de resistencia y

límite elástico, necesarios para el programa de ensayos de fatiga, se ha

preferido realizar la caracterización mecánica monotónica de cada material

para obtener los datos reales que definen el comportamiento de las probetas

disponibles para este trabajo de investigación. También cabe destacar que los

datos que se presentan para fatiga en esa misma tabla corresponden a

resultados obtenidos por otros autores en el ensayo de fatiga en flexión

rotativa, y estos datos no son asimilables a los que pueden obtenerse en el

ensayo de fatiga axial.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

107

Se estudió el material en su estado de recepción que corresponde al

tratamiento térmico T6 (envejecimiento artificial) y el material corroído a tres

edades diferentes: a720 h (1 mes), 1440 h (2 meses) y 2160 h (3 meses).

Para el análisis de las muestras mediante la técnica de microscopía confocal se

utilizó el material corroído a diferentes tiempos sin decapar y decapado.

3.4.2. Nomenclaturas

La nomenclatura elegida para denominar a cada uno de estos materiales es la

siguiente:

• AA 6082-T6 referencia: R

• AA 6082-T6 corroído 1 mes: C1

• AA 6082-T6 corroído 2 mes: C2

• AA 6082-T6 corroído 3 mes: C3

3.4.3. Mecanizado de las probetas

La materia prima utilizada fue suministrada en forma de planchas de 2 mm de

espesor. El material se mecanizó para obtener las probetas de los ensayos de

tracción y fatiga en la forma descrita en la figura 53, según la norma ASTM E-8/E

8M-08.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

108

Figura 53. Esquema de mecanizado de las probetas

En la figura 54 se muestra las probetas utilizadas como material de referencia y

en la figura 55 se indica la orientación en la que fueron mecanizadas con

respecto a la dirección de laminado.

Figura 54. Geometría de las probetas usadas en los ensayos

Figura 55. Orientación del mecanizado en relación con la dirección de

. Esquema de mecanizado de las probetas

das como material de referencia y

se indica la orientación en la que fueron mecanizadas con

de las probetas usadas en los ensayos

en relación con la dirección de laminado.

METODOLOGÍA EXPERIMENTAL

109

En el mecanizado de las probetas se han tenido en cuenta las siguientes

consideraciones:

• Se tuvo el máximo cuidado en la operación de mecanizado, con el objeto de

que el cuello de la probeta estuviera libre de acritud, entallas, o

rugosidades.

• Las probetas fueron obtenidas en zonas representativas y en las condiciones

finales de los tratamientos del material base.

• La orientación de las probetas se eligió de modo que el eje principal de la

probeta fuese paralelo a la dirección de laminación.

• Todas las probetas fueron ensayadas en las mismas condiciones y

dimensiones.

110

111

CAPÍTULO 4

4. RESULTADOS Y

DISCUSIÓN

112

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

113

4.1. RUGOSIDAD

Como se describe en la norma EN ISO 8785 [1], la aparición de picaduras sobre

la superficie del material, entre otros factores, contribuye a aumentar su

rugosidad. Con objeto de reproducir las condiciones de servicio, en primer

lugar, las medidas de rugosidad se determinaron sin eliminar la capa de

productos de corrosión. Posteriormente, se realizaron medidas de rugosidad sin

presencia de compuestos de corrosión para procurar que el factor más

influyente en las medidas de rugosidad correspondiera a la presencia de

picaduras y, de esta manera, procurar que el factor más influyente en las

medidas de rugosidad correspondiera a la presencia de picaduras, de esta

manera se establecerá una relación más directa entre ambos fenómenos.

4.1.1. Parámetros de rugosidad para el material sin decapar

Desde la figura 56 hasta la figura 59 se puede ver la evolución de la superficie

en el material en estado de suministro o referencia (R) y en el material corroído

sin decapar durante uno, dos y tres meses (C1, C2, C3). Se incluyen tanto los

perfiles bidimensionales en sentido transversal (T) como en sentido longitudinal

(L) respecto a la dirección de laminación de la aleación.

En las tablas 7 y 8, se presentan los parámetros de rugosidad (Ra, Rp, Rq, Rt, Rv

y Rz) obtenidos por perfilometría de contacto y microscopía confocal del

material de referencia y el material corroído sin eliminación del óxido en el

sentido transversal (T) y longitudinal de laminación (L), respectivamente.

También, con objeto de poder facilitar la comparación entre todos los

parámetros se han representado mediante diagramas de barras dichos valores

obtenidos, en las figuras 60 y 61 para la perfilometría de contacto y en las

figuras 62 y 63 para la microscopía confocal.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

114

En los datos obtenidos por perfilometría de contacto se observa, en el material

de referencia, mayores valores de los parámetros de rugosidad en la

orientación transversal de laminación que en la longitudinal. Esto es debido a la

existencia de las estrías de laminación. También se comprueba que en el

sentido transversal de laminación existe una velocidad uniforme de aumento de

la rugosidad durante los dos primeros meses de corrosión, para después

estabilizarse durante el tercer mes. En sentido longitudinal de laminación

(figura 61) el principal aumento en los parámetros de rugosidad se registra

durante el primer mes, para posteriormente producirse variaciones menos

significativas. El parámetro Rp incluso presenta una ligera disminución de sus

valores con el tiempo.

Los datos obtenidos por microscopía confocal reflejan una mayor rugosidad en

la dirección transversal de laminación que en la longitudinal. Sin embargo, los

datos en la dirección transversal (figura 62), indican que se produce una ligera

disminución de la rugosidad en las probetas corroídas durante uno y dos meses,

para aumentar de forma importante al cabo del tercer mes. En el sentido

longitudinal se observa que apenas hay diferencias entre la rugosidad de la

probeta sin corroer R y las probetas C1 y C2 (figura 63). En cambio, existe un

importante incremento al cabo del tercer mes, especialmente en los

parámetros Rp, Rt, Rv y Rz.

Comparando los resultados obtenidos por ambas técnicas, la perfilometría de

contacto muestra unas variaciones en los datos muy grandes en los dos

primeros meses de ensayo, mientras que en ese mismo periodo de tiempo no

se apreciaron importantes diferencias en los parámetros determinados por

microscopía confocal. De la misma manera que ocurría con la perfilometría de

contacto, en microscopía confocal.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

115

Figura 56. Material R. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

Figura 57. Material C1. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

Figura 58. Material C2. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

R. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

. Material C1. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

parativa de los perfiles transversal y longitudinal.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

116

Figura 59. Material C3. Comparativa de los perfiles transversal y longitudinal.

Tabla 7. Parámetros de rugosidad en las probetas R, C1, C2 y C3. Orientación T.

Rugosidad en sentido transversal a la dirección de laminación (µm)

R C1 C2 C3

Contacto Confocal Contacto Confocal Contacto Confocal Contacto Confocal

Ra 0.40 0.75 0.65 0.40 1.11 0.41 0.99 0.66

Rp 1.10 2.73 2.13 2.53 3.79 2.88 3.63 4.95

Rq 0,48 0.98 0.83 0.50 1.45 0.55 1.33 0.97

Rt 3.39 5.77 6.56 4.37 12.53 4.94 13.67 10.26

Rv 1.30 2.73 2.31 1.87 3.15 2.06 3.26 5.30

Rz 2.40 4.48 4.44 3.87 6.94 3.22 6.89 6.51

Tabla 8. Parámetros de rugosidad en las probetas R, C1, C2 y C3. Orientación L.

Rugosidad en el sentido de laminación (µm)

R C1 C2 C3

Contacto Confocal Contacto Confocal Contacto Confocal Contacto Confocal

Ra 0.09 0.42 0.84 0.33 0.96 0.38 1.03 0.63

Rp 0.33 2.10 3.71 2.23 3.43 2.80 3.09 10.66

Rq 0.12 0.50 1.13 0.43 1.25 0.52 1.37 1.16

Rt 1.46 3.36 8.83 4.30 10.96 4.77 11.40 17.87

Rv 0.48 1.58 2.47 2.03 2.83 1.97 4.16 7.21

Rz 0.81 2.80 6.18 3.43 6.26 3.88 7.25 10.94

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

117

Figura 60. Comparativa de los parámetros de rugosidad por perfilometría de

contacto. Orientación T.

0

2

4

6

8

10

12

14

16

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

0

2

4

6

8

10

12

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

118

Figura 61. Comparativa de los parámetros de rugosidad por perfilometría de

contacto. Orientación L.

Figura 62. Comparativa de parámetros de rugosidad por microscopía confocal.

Orientación T.

0

2

4

6

8

10

12

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

20

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

119

Figura 63. Comparativa de parámetros de rugosidad por microscopía confocal.

Orientación L.

4.1.2. Parámetros de rugosidad para el material decapado

En la tabla 9 y en la figura 64 se muestran los valores de rugosidad obtenidos

mediante microscopía confocal en la dirección transversal de laminación para el

material de referencia y las probetas C1, C2 y C3 decapadas. En ella se puede

observar que sus diferencias entre sí son más pequeñas que en las probetas sin

decapar. De hecho, salvo en el caso del parámetro Rz, los valores de los

parámetros apenas presentan variaciones significativas entre C1 y C3. Es

notable la disminución de los parámetros Rp, Rt, Rv y Rz con respecto al material

no decapado en el tercer mes de ensayo.

En la dirección longitudinal de laminación (figura 65), la disminución de Rp, Rt, Rv

y Rz con respecto al material sin decapar es aún más acusada. Posteriormente

hay un aumento mayor en los valores de Rp, Rt, Rv y Rz entre C2 y C3, lo que

pone de manifiesto una mayor severidad de corrosión en la probeta C3. El

aumento de rugosidad quedaría atenuado en sentido transversal debido al

suavizado de las estrías de laminación durante el proceso de corrosión, lo que

indica una cierta anisotropía en el proceso de degradación del material.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

120

Tabla 9. Parámetros de rugosidad para material decapado. Orientación T.

Rugosidad en sentido transversal a la dirección de laminación (µm)

R C1 C2 C3

Ra 0.75 0.70 0.80 0.80

Rp 2.73 2.80 2.90 3.00

Rq 0.98 0.90 0.90 1.00

Rt 5.77 6.00 6.10 6.20

Rv 2.73 2.90 3.20 3.30

Rz 4.48 4.70 5.00 5.50

Figura 64. Comparativa de los parámetros de rugosidad. Orientación T.

0

1

2

3

4

5

6

7

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

121

Tabla 10. Parámetros de rugosidad para el material decapado. Orientación L.

Rugosidad en el sentido de laminación (µm)

R C1 C2 C3

Ra 0.42 0.30 0.40 0.40

Rp 2.10 1.40 1.50 3.30

Rq 0.50 0.40 0.40 0.50

Rt 3.36 3.00 3.20 6.20

Rv 1.58 1.60 1.70 2.90

Rz 2.80 2.50 2.60 4.10

Figura 65. Comparativa de los parámetros de rugosidad. Orientación L.

0

1

2

3

4

5

6

7

Ra Rp Rq Rt Rv Rz

(µ(µ (µ(µm

)

R C1 C2 C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

122

4.2. ESTUDIO MICROSCÓPICO DE LA MORFOLOGÍA DE LAS SUPERFICIES

4.2.1. Material de referencia (R)

Tanto la resistencia a la fatiga como el ataque por picaduras de una aleación se

ven influidos de manera considerable por su acabado superficial por lo que es

importante una caracterización inicial del material de partida. En la figura 66 se

puede observar la representación en tres dimensiones del material de

referencia donde se pueden ver perfectamente las estrías de laminación según

la dirección x. En la figura 67 se representa el perfil bidimensional de la

superficie en la dirección transversal a la laminación, es decir, según el eje y. La

anchura media de estas estrías es de 23.5 μm y su profundidad media de 4 μm.

Como se puede ver en las figuras 68 y 69, también se han podido localizar

microgrietas con una profundidad de hasta 10 μm producidas probablemente

durante el proceso de laminación. Estas microgrietas no se distribuyen de

manera uniforme por la superficie, sino que aparecen de manera muy

localizada. Estos defectos pueden constituir zonas anódicas con respecto al

resto del material donde la corrosión por picaduras pueda ser más intensa y por

lo tanto disminuir considerablemente la resistencia a la fatiga del material.

En la figura 69 se tiene una imagen tomada por microscopía confocal de una

microgrieta de tamaño medio, junto con los perfiles bidimensional de la

superficie tomado en la dirección x e y. Estos perfiles se han determinado según

los segmentos 1 y 2 que aparecen en la micrografía. El software del microscopio

tiene la opción de poder desplazar los segmentos a lo largo de la superficie

material, lo que hace posible calcular con exactitud la profundidad del defecto

en un punto particular. En la tabla 11 se muestran los valores promedio de

profundidad (Pm), diámetro del defecto a nivel cero (Dm), superficie a dicho nivel

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

123

(Sm) de las distintas microgrietas observadas, así como las relaciones Pm/Dm y

Pm/Sm que dan una indicación de la severidad media del defecto.

En la figura 70 se muestra el análisis EDS de la superficie de la probeta sin

corroer (R), en donde se aprecia un marcado pico de aluminio, y las señales más

débiles correspondientes al magnesio, silicio y oxígeno. Esto último estaría de

acuerdo con el hecho de que la capa de Al2O3 formada sobre la superficie de la

aleación es muy fina (entre 20 y 100Å), por lo que gran parte de la radiación X

captada por el detector EDS, provienen de capas inferiores a estas, donde el

aluminio no se ha oxidado. En la micrografía SEM de la figura 71 (a), se puede

ver un detalle de la superficie en la que se aprecian defectos de laminación

junto con la distribución homogénea del magnesio (b), aluminio (c) y silicio (d)

sobre su superficie.

En la figura 71 se presenta el mapeo de una zona de la superficie. La zona

elegida se presenta en la imagen (a). En esta imagen se pueden apreciar algunas

microgrietas producidas en el proceso de laminación. Las siguientes imágenes

b), c) y d) indican la distribución homogénea de los elementos Mg, Al y Si.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

124

Figura 66. Imagen 3D del material de referencia

Figura 67. Caracterización de las estrías de laminación

Figura 68. Micrografías de SEM a)

. Imagen 3D del material de referencia.

Caracterización de las estrías de laminación Perfil transversal (T).

a) 1500x, b) 2200x.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

125

Figura 69. Imagen confocal y perfil de una

Tabla 11. Tabla de caracterización de defecto

Figura 70. Material R. Análisis EDS.

Parámetro

Pm (µm)

Dm (µm)

Sm (µm2)

Pm/Dm

Pm/Sm (1/µm)

erfil de una microgrieta de tamaño medio.

defecto en material de referencia, R.

. Material R. Análisis EDS.

R_pmed

8.62

74

400

0.12

0.02

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

126

Figura 71. Material R. a) Imagen SEM de la superficie estudiada. Las imágenes

b), c) y d) muestran la distribución de los elementos: Mg, Al y Si.

de la superficie estudiada. Las imágenes

muestran la distribución de los elementos: Mg, Al y Si.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

127

4.2.2 Material corroído

El ataque estuvo caracterizado por numerosas picaduras superficiales y, en

menor grado, por picaduras mayores. La mayoría de los defectos están

formados por coalescencia de dos o más picaduras, acentuándose este

fenómeno a partir del segundo mes. Para la caracterización morfológica de las

picaduras se han elegido dos picaduras tipo a partir de las observaciones

realizadas por microscopía confocal: la más profunda localizada (picadura máx.)

y otra de tamaño medio (picadura media). Al igual que en las muestras sin

corroer, el programa informático aplicado permite el trazado de perfiles

bidimensionales de la superficie, así como establecer la morfología de la

picadura y sus parámetros dimensionales. La nomenclatura para designar a

estas picaduras se indica en la tabla 12:

Tabla 12. Nomenclatura de las picaduras para cada nivel de corrosión.

Material Picadura Nomenclatura

C1 Picadura máx. C1_pmax

Picadura media C1_pmed

C2 Picadura máx. C2_pmax

Picadura media C2_pmed

C3 Picadura máx. C3_pmax

Picadura media C3_pmed

Mediante la técnica de microscopía confocal se ha podido estudiar la

morfología de las picaduras en diferentes aspectos. Para cada material se

incluyen los datos de área total proyectada (St), superficie media (Sm), diámetro

medio (Dm), volumen total de picadura (Vt), profundidad máxima (Pmax), así

como las relaciones Pmax/Dm y Pmax/Sm.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

128

4.2.2.1. Probetas corroídas durante un mes (C1)

Picadura C1_pmax

En la probeta corroída durante un mes (C1) las picaduras aparecieron de

manera uniforme sobre la superficie de la aleación y se desarrollaron de

manera individual sin apenas coalescencia entre ellas, ni mucha profundidad. Se

escogieron diversas zonas para su observación y evaluación. En la figura 72 a) y

b) se muestran las imágenes digitales en 2D y 3D de la zona correspondiente a

la picadura más profunda detectada (picadura C1_pmax) tomadas mediante

microscopía confocal. La imagen digital está coloreada de tal forma que las

zonas con tonalidad rojo-negro, representan la profundidad máxima. Las zonas

más elevadas aparecen con tonalidades azules-violetas. Sobre la imagen en dos

dimensiones se han superpuesto los segmentos que corresponden al análisis

del perfil de superficie que se muestran en la figura 72 c), a partir de la cual se

obtuvieron los parámetros característicos de la picadura C1_pmax. En la tabla

13 se muestran los resultados obtenidos por microscopía confocal para el perfil

del segmento 2 de la imagen en dos dimensiones, 2D. Su profundidad máxima

es de 39 μm, mientras que los valores Pmax/Dm y Pmax/Sm son 1.29 y 0.02 µm-1

respectivamente.

Analizando los perfiles de la figura 72 c) y según la norma ASTM G 46 se tiene

que las picaduras son principalmente de morfología elíptica, pero no muy

profundas. Sin embargo, es imposible determinar la existencia de morfologías

en las que el crecimiento por debajo de la picadura sea paralelo con respecto a

la superficie (véase figura 13) por la limitación de la propia técnica de

observación.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

129

Figura 72.Picadura C1_pmax. a) Imagen digital 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles para los segmentos 1, 2, 3, 4, 5 y 6.

Tabla 13. Datos de la morfología para la picadura C1_pmax.

Parámetro C1_pmax

St (µm2) 27,500

Sm (µm2) 2,120

Dm (µm) 30.2

Vt (mm3) 0.51*10-3

Pmax (µm) 39

Pmax/Dm 1.29

Pmax/Sm (m-1) 0.02

a) b)

c)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

130

Picadura C1_pmed.A y C1_pmed.B

El segundo estudio morfológico corresponde al tamaño promedio encontrado

sobre la superficie de la aleación. En la figura 73 a) se muestran dos picaduras

muy próximas, una de morfología ancha y abierta (C1_pmed.A) y otra más

estrecha de mayor profundidad (C1_pmed.B). La profundidad máxima de la

primera es 12 µm, mientras que en la segunda se alcanzan los 16 µm. En la

figura 73 c) se presenta el perfil 2D de ambas picaduras para los segmentos 1, 2

y 3 de la figura 73 a). En la tabla 14 se muestran los valores de los parámetros

característicos. Como se puede ver el volumen total de la picadura C1_pmed.A

es casi cien veces mayor que el de C1_pmed.B, sin embargo, los parámetros

Pmax./Dm y Pmax./Sm son considerablemente mayores en C1_pmed.B, lo que

indicaría una mayor concentración de tensiones en el fondo de dicha picadura si

la probeta se somete a tensión.

En las micrografías tomadas por SEM se puede observar una picadura

plenamente desarrollada rodeada de otras picaduras incipientes de pocas

micras de diámetro y profundidad (figura 74 a), así como la coalescencia de dos

picaduras con un diámetro aproximado de 100 μm cada una de ellas (figura 74

b). En la figura 74 c) se observa el interior de una de las picaduras, y en la figura

74 d) se presenta la imagen ampliada de la partícula hallada dentro de la

picadura. En la figura 75 se presenta el análisis por EDS realizado por enfoque

puntual sobre la partícula de 20 µm de la figura 74 d), donde se aprecia el

elevado contenido en Si. La presencia de estas partículas se debe al exceso de Si

en la aleación con respecto al que se necesita estequiométricamente para

formar el compuesto Mg2Si. La distribución elemental de la figura 76 muestra

una alta concentración superficial de Si en el entorno de la picadura (compárese

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

131

con la figura 76 d). Por su parte el O2 y el Mg muestran una señal más débil y

una distribución más homogénea.

Figura 73. Picadura C1_pmed.A y C1_pmed.B. a) Imagen digital 2D, b) imagen

digital 3D, c) Perfiles de los segmentos 1, 2 y 3.

Tabla 14. Datos de la morfología para la picadura C1_pmed.A y C1_pmed.B.

Parámetro C1_pmed.A C1_pmed.B

St (µm2) 30,300 370

Sm (µm2) 30,300 370

Dm (µm) 174 19.2

Vt (mm3) 152*10-6 1.68*10-6

Pmax (µm) 12 16

Pmax/Dm 0.07 0.833

Pmax/Sm (m-1) 4*10-4 0.043

a) b)

c)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

132

Figura 74. Micrografías SEM del material C1. a) 150x,

de partícula analizada por EDS (

Figura 75. Material C1. Análisis EDS de la partícula mostrada en la

Si

del material C1. a) 150x, b) 400x; c) 850x, d) detalle

analizada por EDS (5500x).

partícula mostrada en la figura 74 d).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

133

Figura 76. Material C1. a) Imagen SEM de la zona analizada para el mapeo

(850x). Las imágenes b), c), d), e) muestran la distribución de O

de la zona analizada para el mapeo

(850x). Las imágenes b), c), d), e) muestran la distribución de O2, Mg, Si y Mn.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

134

4.2.3.4. Probetas corroídas durante dos meses (C2)

Picadura C2_pmax

En la figura 77 a) y b) se presentan las imágenes digitales bidimensionales y

tridimensionales de la zona donde se detectó la picadura de mayor profundidad

en el material corroído durante dos meses. Como se puede apreciar la

representación 3D corresponde a una coalescencia de al menos dos picaduras,

en donde el punto más profundo corresponde al punto de intersección de los

segmentos 1 y 2 que se han dibujado en la imagen de dos dimensiones. En la

figura 77 c) se representa el perfil 2D de la superficie para los segmentos 1 (en

gris) y 2 (en rojo) que muestra una picadura relativamente ancha de diámetro

superficial, y estrecha y profunda en la parte inferior. La profundidad máxima es

de 57 μm con un diámetro medio de 60 μm en la parte superior o boca de la

picadura. Nos encontramos ante una picadura de morfología elíptica o

semiesférica según la norma [52].

En la tabla 15 se incluyen los datos topográficos asociados a la picadura

C2_pmax. Comparando esta picadura con la más profunda detectada en las

probetas corroídas durante un mes (C1_pmax), se puede observar que la

superficie media y el diámetro medio han sufrido un considerable aumento. Sin

embargo, el aumento de la profundidad máxima no es tan grande, lo que trae

consigo que las relaciones Pmax/Dm y Pmax/Sm tengan valores menores que en la

picadura máxima estudiada en C1_pmax.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

135

Figura 77. Picadura C2_pmax. a) Imagen digital 2D, b) imagen digital 3D,

perfiles de los segmentos 1 y 2.

Tabla 15. Datos de la morfología para la picadura C2_pmax

Parámetro

St (µm2)

Sm (µm2)

Dm (µm)

Vt (mm3)

Pmax (µm)

Pmax/Dm

Pmax/Sm (m-1)

c)

a)

magen digital 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles de los segmentos 1 y 2.

Datos de la morfología para la picadura C2_pmax.

C2_pmax

38,000

12,600

66

1.81*10-3

57

0.86

0.004

b)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

136

Picadura C2_pmed

La figura 78 representa una imagen típica del ataque de esta probeta. En la

imagen en dos dimensiones 78 a) se observa la coalescencia de varias picaduras

que aparecen coloreadas en rojo y negro. Este tipo de coalescencia se ha

generalizado durante el segundo mes de ataque corrosivo. Como se puede ver

en la imagen en tres dimensiones las picaduras tienen una morfología de tipo

elíptico. En la figura 78 c) se muestra los perfiles de las superficies

correspondientes a los segmentos de la figura 78 a) donde se observa que la

profundidad máxima de las mayores picaduras es muy similar, no superando en

ningún caso las 20 µm.

Los valores medios de los parámetros de las picaduras detectadas en la probeta

C2_pmed se representan en la tabla 16. En la figura 78 c) se puede ver una

profundidad máxima media (Pmax) de 19 μm. En este caso los valores de las

relaciones Pmax/Dm y Pmax/Sm son 1.81 y 0.0152 µm-1, respectivamente. En las

micrografías de la figura 79 a) y b) se observa la morfología típica de dos de las

picaduras en la probeta C2_pmed. en la que se apreciaron partículas de Si e

hidróxidos de aluminio en su interior. En la figura 79 c) se observa la

distribución homogénea de las picaduras sobre la superficie de la probeta.

En la figura 80 se ofrece una imagen de otra picadura de tipo medio en el

material C2 junto con la distribución elemental de oxígeno, aluminio y silicio. Se

puede ver una alta concentración de los dos primeros elementos aunque no es

muy homogénea. Hay zonas donde existe una alta concentración de aluminio

que coincide con una disminución importante de la concentración de oxígeno,

lo que indicaría una discontinuidad en la capa de óxido u hidróxidos de aluminio

en el entorno de la picadura.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

137

Figura 78. Picadura C2_pmed. a) Imagen digital 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles de los segmentos 1, 2, 3, 4 y 5.

Tabla 16. Datos de la morfología para la picadura C2_pmed

Parámetro C2_pmed

St (µm2)

Sm (µm2)

Dm (µm)

Vt (mm3)

Pmax (µm)

Pmax/Dm

Pmax/Sm (m-1)

a)

c)

Picadura C2_pmed. a) Imagen digital 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles de los segmentos 1, 2, 3, 4 y 5.

Datos de la morfología para la picadura C2_pmed.

C2_pmed

198,000

1,250

10.5

4.0*10-3

19

1.81

0.0152

b)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

138

Figura 79. Micrografías SEM del material C2

c)

2. a) 220x; b) 130x y c) 500.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

139

Figura 80. Material C2. a) Imagen SEM analizada por mapeo (850x). Las

imágenes b), c), d), e) muestran la distribución de O

analizada por mapeo (850x). Las

nes b), c), d), e) muestran la distribución de O2, Al, Mn, Si y Cu.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

140

4.2.3.6. Probetas corroídas durante tres meses (C3)

Picadura C3_pmax

En las figura 81 se puede observar la zona de la picadura más profunda

encontrada en la probeta C3_pmax (segmento 1) a la que corresponde una

profundidad máxima de 130 μm. Como se muestra en la tabla 17 se trata de

una picadura muy estrecha y aguda, a la cual correspondería un factor de

concentración de tensiones elevado como se deduce de los altos valores de las

relaciones Pmax/Dm y Pmax/Sm (9.42 y 0.33 µm-1, respectivamente). En la figura 85

podemos ver los perfiles correspondientes a los segmentos 1 y 2, en donde se

observa la morfología de picadura estrecha y aguda.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

141

Figura 81. Picadura C3_pmax. a) Imagen d

perfiles de los segmentos 1 y 2.

Tabla 17. Datos de la morfología para la picadura C3_pmax

Parámetro

St (µm2)

Sm (µm2)

Dm (µm)

Vt (mm3)

Pmax (µm)

Pmax/Dm

Pmax/Sm (m-1)

a)

c)

Picadura C3_pmax. a) Imagen digital 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles de los segmentos 1 y 2.

Datos de la morfología para la picadura C3_pmax.

C3_pmax

1,940

390

13.8

65*10-6

130

9.42

0.33

b)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

142

Picadura C3_pmed

En la figura 82 se presenta la picadura C3_pmed, que alcanza la profundidad

máxima de 82 μm. Los factores Pmax/Dm y Pmax/Sm alcanzan los valores de 7.9 y

0.051 µm-1. En la figura 82 c) se observa el perfil bidimensional de la muestra en

donde se puede apreciar que los valores máximos de profundidad no coinciden

debido a que el punto de intersección se encuentra a distinta longitud con

respecto a origen de medición de los segmentos 1 y 2.

En la figura 83 se muestran las micrografías obtenida por SEM de una picadura

en la muestra C3_pmed. En la imagen a) se observa una zona de coalescencia

de picaduras rodeada de picaduras individuales más incipientes. En la imagen b)

se observa como la zona de coalescencia está formada, al menos, por cuatro

focos de picaduras. Las imágenes c) y d) se pueden ver con mayor nitidez los

productos de corrosión en el interior de los defectos, fundamentalmente

hidróxidos de aluminio.

En la figura 84 se muestra la imagen de una picadura en la cual, como se puede

ver en el análisis EDS (figura 85) se localizaron partículas de silicio junto con

compuestos oxidados de aluminio, así como la presencia de sodio proveniente

de la atmósfera salina utilizada durante el ensayo. En la figura 84 b) se observa

con más detalle una partícula de silicio de aproximadamente 20 µm de

diámetro, que es el tamaño promedio de las partículas de silicio encontradas.

Como se observa en la figura 86, la distribución de los elementos delimita

perfectamente el borde de la picadura y pone de manifiesto la concentración de

silicio y, sobre todo, aluminio sobre la superficie. Aquellas zonas del mapa de

distribución en donde la cantidad de puntos es mayor estarían relacionadas con

la localización de partículas de Si y mayores cantidades de compuestos oxidados

de aluminio.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

143

Figura 82. Picadura C3_pmed. a) Imagen digital en 2D, b) imagen digital 3D, c)

perfiles de los segmentos 1 y 2.

Tabla 18. Datos de la morfología para la picadura C3_pmed.

Parámetro C3_pmed

St (µm2) 1,620

Sm (µm2) 1,620

Dm (µm) 10.4

Vt (mm3) 1.94*10-3

Pmax (µm) 82

Pmax/Dm 7.9

Pmax/Sm (m-1) 0.051

a) b)

c)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

144

Figura 83. Micrografías SEM del material C3. a) 80x; b) 120x; c) 650x; d) 1000x.

Figura 84. Material C3. a) Imagen SEM de picadura (1600x), b) detalle de

partícula analizada por EDS

. Micrografías SEM del material C3. a) 80x; b) 120x; c) 650x; d) 1000x.

de picadura (1600x), b) detalle de

analizada por EDS (2500x).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

145

Figura 85. Material C3. Análisis EDS de la partícula mostrada en la

Figura 86. Material C3. a) Imagen SEM de la zona analizada por mapeo (850x).

Las imágenes b), c), d), e) muestran la distribución de

. Material C3. Análisis EDS de la partícula mostrada en la Figura 84b.

de la zona analizada por mapeo (850x).

nes b), c), d), e) muestran la distribución de Al, O2, Fe, Si.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

146

4.2.3. Comparación de los datos de picaduras y datos de rugosidad

En la tabla 19 se muestra la evolución de los parámetros promedio de picadura

para la aleación de aluminio AA6082-T6. Estas picaduras son el resultado de la

corrosión de la aleación en una cámara de niebla salina durante un periodo de

tres meses.

Los parámetros promedio se determinaron por microscopía confocal para un

área total de la imagen confocal (Sima_conf) de aproximadamente 33 mm2. Para el

cálculo de los valores se tuvieron en cuenta aquellas picaduras con una

profundidad superior a 10 µm, ya que se pretendió hacer un estudio de las

picaduras por corrosión sin tener en cuenta los defectos de laminación,

microgrietas, que como vimos tenían una profundidad máxima de 10 µm.

En esta tabla comparativa se incluyen los datos del número de picaduras

utilizadas en los cálculos promedios Np, el área total la imagen confocal Sima_conf,

el área total de picadura proyectada St , el porcentaje de área total de picadura

proyectada St(%), el área media de picadura Sm, el diámetro medio de picadura

Dm, el volumen de picadura Vt, la densidad de picadura ρp, la profundidad

máxima de picadura Pmax, la profundidad media (Pm), el factor de picadura Fp,

las relaciones Pm/Dm, Pm/Sm, y los valores de (P/D)max, (P/S)max, asociados con la

picadura más profunda.

Se observa cómo los parámetros de picadura aumentan con el tiempo de

corrosión, sobre todo en las probetas C3. El diámetro medio Dm de picadura

apenas ha tenido variación durante los dos primeros meses en las probetas C2.

En cuanto a la densidad de picadura ρp, se triplica cada mes, o, lo que es lo

mismo, existe una velocidad constante de aparición de picaduras sobre la

superficie de la aleación. También existe un aumento de las relaciones Pm/Dm y

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

147

Pm/Sm con el tiempo de corrosión, siendo más acusado el incremento en la

primera de ellas. Un comportamiento similar se observa en el factor de

picadura Fp, estando las variaciones relativas de este parámetro mucho más

cerca de las correspondientes a la relación Pm/Sm que de Pm/Dm. Teniendo en

cuenta que el factor Fp, es igual a uno cuando se produce una corrosión

uniforme del material, existe un alto grado de ataque localizado desde el primer

mes de ensayo (FP = 2.00). Todo esto conlleva que la severidad de las picaduras

aumenta considerablemente a partir del tercer mes de ensayo, lo que

produciría una mayor concentración de tensiones promedio en el fondo de ellas

y por lo tanto una posible disminución de la resistencia a la fatiga del material

como se analizará en la segunda parte de esta tesis. Dentro de estos valores,

desde el punto de vista de las tensiones puntuales, los parámetros a considerar

serían las relaciones (Pm/Dm)max y (Pm/Sm)max, que de acuerdo con la ecuación

(1.10) nos darían la máxima concentración de tensiones en el material. Por otra

parte, los valores de la profundidad máxima de picadura, Pmax tienen que

tenerse en cuenta para la estimación de la máxima tensión de sección neta que

soporta el material, es decir considerando solamente la sección transversal no

agrietada de la probeta.

En la tabla 20 se relacionan varios parámetros de picadura (densidad de

picadura ρ, profundidades máximas Pmax y medias Pmed , el factor de picadura Fp,

y la relación Pm/Sm) con los valores de los parámetros de rugosidad obtenidos

por microscopía confocal para el material decapado, con objeto de establecer

una relación entre ellos. Salvo el parámetro Ra, que se mantiene prácticamente

constante, todos los demás mostraron una disminución de sus valores durante

el primer mes de ensayo. Se observa que los parámetros de rugosidad Rp, Rt, Rv

y Rz experimentan un mayor aumento al tercer mes del ataque corrosivo. Estos

parámetros miden la amplitud pico-valle comprendidos en una determinada

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

148

longitud de muestreo, por lo que estarían influidos por las picaduras de mayor

profundidad encontrados en la medición. Sin embargo, los parámetros de

amplitud que miden los valores medios de ordenada en una determinada

longitud de medida (Ra y Rq), apenas muestran variaciones en sus valores entre

el primer mes de ensayo y el tercero. Aunque en la tabla se reflejan las medidas

aritméticas de los resultados de rugosidad obtenidos en sentido longitudinal y

transversal, la rugosidad experimenta un mayor incremento en la dirección

longitudinal de laminación que en la transversal (véase tablas 9 y 10), lo que

indicaría un cierto carácter anisótropo del ataque corrosivo.

Tabla 19. Comparativa de los datos de picaduras de C1, C2 y C3.

C1 C2 C3

NP 4 15 42

Sima_conf (mm2) 33.39 33.58 33.35

St (μm2) 720 3,060 12,090

St (rel.) (%) 0.00 0.01 0.04

Sm (µm2) 179 204 307

Dm (µm) 11.5 10.7 14.1

Vt (mm3) 2.15*10-6 13.90*10-6 27.90*10-6

ρp (pic./mm2) 0.12 0.44 1.25

Pmax (μm) 39 57 130

Pm (μm) 19.50 26.03 50.00

FP 2.00 2.19 2.60

Pm/Dm 1.69 2.43 3.54

Pm/Sm (µm-1) 0.11 0.127 0.162

Pmax/D 1.29 0.86 9.42

Pmax/S (µm-1) 0.02 0.004 0.33

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

149

Tabla 20. Comparativa de los datos de picaduras con los parámetros de

rugosidad para R, C1, C2 y C3

ρp (pic./mm2)

Pmax (μm)

Pm

(μm) Fp Pm/Dm Ra Rp Rq Rt Rv Rz

R n/a n/a n/a n/a n/a 0.58 2.42 0.74 4.57 2.16 3.64

C1 0.12 39 19.5 2.00 1.69 0.55 2.10 0.65 4.50 2.25 3.60

C2 0.44 57 26.0 2.19 2.43 0.60 2.20 0.65 4.65 2.45 3.80

C3 1.25 130 50.0 2.60 3.54 0.60 3.15 0.75 6.20 3.10 4.80

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

150

4.3 RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS POR XRD

Los resultados de los análisis por XRD fueron similares durante los tres meses

que duraron los ensayos de corrosión. En las figuras 87, 88 y 89, se puede ver

los difractogramas asociados a las muestras, C1, C2 y C3, respectivamente.

Los análisis muestran que la capa de productos de oxidación está formada

principalmente por hidróxidos de aluminio: bayerita α-[Al(OH)3], gibbsita β-

[Al(OH)3] diásporo α-[AlO(OH)]. La bayerita es un compuesto metaestable que

constituye una etapa intermedia entre el hidróxido de aluminio amorfo y la

gibbsita 118[118]. Por su parte, la gibbsita o hidrargilita, de estructura

monoclínica, es otro compuesto común en la corrosión atmosférica de las

aleaciones de aluminio, en especial cuando existen iones alcalinos en el medio.

En todos los difractogramas aparece una reflexión del ángulo 2θ de 41.65º y

21.7º, que coincide con las reflexiones secundarias de la bayerita pero que tiene

una intensidad suficiente como para indicar que pudiera tratarse de otra fase

que no se pudo asignar. Esta reflexión no coincide con ningún óxido o hidróxido

de aluminio de los que se encuentran en la base de datos del equipo disponible,

por lo que serían precisos datos analíticos adicionales para completar la

identificación. También cabe destacar que, en el difractograma correspondiente

a la muestra corroída C3, figura. 89, se obtuvieron unos picos de bayerita a 2θ

con valor de 19° y 40.5°, más intensos que en las otras muestras, lo que indica

el mayor nivel de oxidación de dicha probeta.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

151

Figura 87. Análisis XRD en C1.

Figura 88. Análisis XRD en C2.

. Análisis XRD en C1.

. Análisis XRD en C2.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

152

Figura 89. Análisis XRD en C3.

Figura 90. Comparativa de difractogramas para las probetas C1. C2 y C3.

. Análisis XRD en C3.

Comparativa de difractogramas para las probetas C1. C2 y C3.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

153

4.4. ENSAYOS A TRACCIÓN

4.4.1. Curva tensión-deformación

Para caracterizar el comportamiento mecánico de los materiales en primer

lugar se procedió a realizar los ensayos de tracción y obtener las curvas tensión-

deformación, σ-ε. Las gráficas obtenidas para cada material se presentan en la

figura 91, donde la tensión se presenta en el eje de ordenadas MPa y la

deformación en el eje de abcisas en % tomando como base de medida la “gauge

length” del extensómetro de 50 mm. A partir de estas curvas, se obtuvieron los

valores del límite elástico σo, resistencia a tracción σu y deformación hasta la

rotura εu para cada material. Los valores obtenidos se incluyen en la tabla 21.

Los datos obtenidos para la resistencia y límite elástico del material de

referencia R coinciden con los valores encontrados en la bibliografía (ver tabla

5). Los resultados obtenidos son de 311 MPa para la resistencia a tracción, σu y

275 MPa para el límite elástico, σo. En las probetas corroídas C1 y C2, los datos

de resistencia a tracción σu, y el límite elástico σo no experimentan cambios con

respecto al material de referencia R. En cambio, para las probetas precorroídas

durante 3 meses, C3, se produce una disminución de la resistencia, bajando a

286 MPa, un 8% inferior al valor de referencia R, e igualmente disminuye el

límite elástico hasta los 255 MPa, un 7% menos que en R.

La deformación bajo carga máxima es el parámetro más sensible al proceso de

corrosión. En los datos de la tabla 21 se observa que para el material de

referencia R, εu está en torno al 17%, para C1 es del 15,5% y para C2 y C3 es

aproximadamente del 11%. En el primer mes la reducción en εu es del 9%, en el

segundo mes del 32% y en el tercer mes de corrosión la disminución es del 34%.

Según estos resultados se deduce que a partir del primer mes de corrosión

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

154

comienza a producirse una importante disminución de ductilidad con la

consiguiente pérdida de tenacidad en el material.

Otro de los aspectos interesantes del ensayo de tracción fue definir el valor del

límite elástico para cada material, porque este valor es el máximo que se utiliza

para definir las cargas en fatiga. Es decir, el programa de ensayos de fatiga se

planifica en función de un porcentaje del límite elástico, con objeto de evitar

que las tensiones aplicadas durante los primeros ciclos del ensayo sean

suficientemente altas para producir deformaciones plásticas en el material.

Teniendo en cuenta que para los tres estados R, C1 y C2 los valores del límite

elástico fueron muy similares, con diferencias muy pequeñas que están más

relacionadas con la propia metodología del ensayo que con un cambio real en la

propiedad mecánica del material, el valor que se adoptó para σo en estos casos

fue de 275 MPa y para el estado C3 el valor de σo fue de 255 MPa.

Figura 91. Curvas experimentales σ-ε para los materiales R, C1, C2 y C3.

0

50

100

150

200

250

300

350

0 5 10 15 20

σ(M

Pa)

ε(%)

R

C1

C2

C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

155

Tabla 21. Resultados del ensayo de tracción.

Material σσσσo (MPa) σσσσu (MPa) εεεεu (%)

R 275 311 17.0

C1 271 311 15.5

C2 276 309 11.6

C3 255 286 11.2

4.4.2. Parametrización del comportamiento a tracción

Una vez realizados los ensayos experimentales que permiten definir las curvas

tensión-deformación ingenieril de cada material, se procedió a parametrizar su

comportamiento, hasta el valor de la tensión máxima, según la ecuación de

Ramberg-Osgood. Esta ecuación es la más utilizada para predecir el

comportamiento elastoplástico de metales dúctiles, principalmente en el caso

del aluminio, y consiste básicamente en el ajuste de los curvas experimentales a

una ecuación de tres parámetros (ecuación 3.5), hasta el punto donde se

produce la estricción.

En las gráficas de las figuras 92, 93, 94 y 95 se presentan las curvas

experimentales y las curvas modelizadas por la ecuación de Ramberg Osgood,

para los valores de tensión-deformación de los cuatro tipos de probetas

estudiadas. En todos los casos el ajuste y la gráfica experimental se solapan

perfectamente.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

156

En la tabla 22 se muestran los resultados obtenidos para los parámetros de

ajuste, el módulo de elasticidad E, que modeliza la zona elástica y los valores de

P y n para la rama plástica. El módulo de Young E, en todos los casos, tanto en el

material de referencia R, como en los materiales corroídos C1, C2 y C3, estuvo

en el entorno de los 60-70 GPa, que es el valor estándar para las aleaciones de

aluminio [119]. Es importante tener en cuenta que este parámetro tiene su

origen a nivel subatómico de enlace entre átomos (fuerzas de enlace) por lo que

ni los ensayos de corrosión ni tampoco cualquier tipo de tratamiento térmico es

capaz de producir la variación de este valor de manera significativa en los

materiales cristalinos [120]. Las dispersiones encontradas se asocian más bien al

propio procedimiento de ensayos y a la incertidumbre del proceso de medida.

Para los parámetros que modelizan la rama plástica P y n, se obtienen los

siguientes resultados. El coeficiente de endurecimiento, n que representa la

elevación de la rama inelástica en la curva σ-ε, se mantiene estable en valores

de 25-26. Estas variaciones son relativamente pequeñas y propias de los

ajustes, no estando asociadas a ningún cambio significativo en la respuesta a

tracción. Además los valores encontrados son los esperados para las aleaciones

de aluminio tratables térmicamente de la serie 6xxx, ya que en estos casos el

exponente n, de la ecuación de Ramberg-Osgood, suele ser superior a 20 según

los datos encontrados en la bibliografía consultada [121], [122].

P, que representa el coeficiente de resistencia, se mantiene sin cambios

significativos en los niveles R, C1 y C2. La variación más importante es en el

estado C3, donde la reducción respecto al material R ha sido del 8%. Este

comportamiento es el esperado teniendo en cuenta que el parámetro P está

relacionado con el límite elástico. En algunos modelos [123] se acepta que la

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

157

expresión de Ramberg-Osgood para la rama plástica pueda ser escrita de la

forma:

0.002

n

p

o

σε

σ

=

Donde σο es el límite elástico del 0,2%.

Conforme a esta expresión, y teniendo en cuenta que el coeficiente n es

constante entre los distintos niveles de corrosión, la variación del parámetro P

estaría ligada a los cambios encontrados para el límite elástico.

( )

1/0.002

o

nP

σ= (4.1)

Comprobando los datos, se observa que la desviación entre los datos

experimentales de P y los teóricos, resultado de utilizar la ecuación (4.1), son

del 2% - 3% en para todos los materiales. El margen de diferencia es lo

suficientemente pequeño, por debajo del 5%, para poder considerar que esta

expresión sigue teniendo validez cuando se produce la corrosión del material.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

158

Figura 92. Material R. Curva experimental vs. ajuste de la curva σ- ε.

Figura 93. Material C1. Curva experimental vs. ajuste de la curva σ- ε.

Figura 94. Material C2. Curva experimental vs. ajuste de la curva σ- ε.

0

50

100

150

200

250

300

350

0 2 4 6 8 10 12

σσ σσ(M

pa)

εεεε (%)

R_exp.

R_ajuste

0

50

100

150

200

250

300

350

0 2 4 6 8 10 12

σσ σσ(M

pa)

εεεε (%)

C1_exp.

C1_ajuste

0

50

100

150

200

250

300

350

0 2 4 6 8 10 12

σσ σσ(M

pa)

εεεε (%)

C2_exp.

C2_ajuste

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

159

Figura 95. Material C3. Curva experimental vs. ajuste de la curva σ- ε.

Tabla 22. Resultados de la modelización de las respuestas a tracción.

Material E (GPa) P (MPa) n

R 70.8 343 25

C1 61.0 340 26

C2 60.7 340 26

C3 61.7 317 25

0

50

100

150

200

250

300

350

0 2 4 6 8 10

σσ σσ(M

pa)

εεεε (%)

C3_exp.

C3_ajuste

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

160

4.5 ENSAYOS A FATIGA

4.5.1. Resultados globales de los ensayos de fatiga

En las tablas 23, 24, 25 y 26 se presentan los resultados de los ensayos de fatiga

para las probetas R, C1, C2 y C3 respectivamente. En estas tablas se incluyen los

datos del nivel de ensayo en función del tanto por ciento del límite elástico %σ0

tensión máxima aplicada Smax, rango de tensiones ΔS, y número de ciclos hasta

rotura o 2.106 de ciclos, que ha sido el límite tecnológico Ng utilizado en este

trabajo de investigación N. Los rangos de tensiones ΔS para los materiales R, C1

y C2 se calcularon tomando como límite elástico el valor de 275 MPa, mientras

que para las probetas de tipo C3 se consideró un valor de 255 MPa.

Las tablas están divididas en dos partes de modo que la parte superior son los

datos que se utilizan para trazar la curva S-N ajustada por la ecuación de

Basquin y el grupo de los dos últimos nivel de carga de cada tabla son los datos

utilizadas para el cálculo del límite elástico por el método de probabilidad de

máxima verosimilitud.

El nivel más alto de carga se estableció en el 95%σ0 para evitar la plastificación

del material y el nivel de carga más bajo ensayado está asociado con el nivel

donde todas las probetas ensayadas superan el valor de Ng. Para el material de

referencia R se ensayaron los niveles del 95%, 90%, 80%, 70%, 65% y 55% del

límite elástico. Para el material corroído C1 se hicieron ensayos en los niveles

del 95%, 70%, 55%, 45%, 40% y 35%. Para el material corroído dos meses C2 se

ensayaron los niveles 95%, 70%, 55%, 45%, 40% y 35%, y por último, para las

probetas corroídas durante tres meses C3 se tomaron los niveles 95%, 70%,

55%, 45%, 30% y 27%, respecto al límite elástico

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

161

Para cada nivel se hizo un mínimo de 3 ensayos y el número máximo de ensayos

estuvo en función de la dispersión obtenida en cada caso. En la bibliografía

asociada a la fatiga, uno de los temas más importantes a tener en cuenta es la

dispersión de los resultados, en general se acepta que para un nivel de carga

determinado, la dispersión asociada al número de ciclos hasta la rotura, es

bastante grande, debido a la multitud de variables que influyen en la respuesta

y al proceso intrínseco de la fatiga [124]. En particular, destacar que esta

dispersión es mayor cuanto mayor es el número de ciclos hasta rotura.

Las gráficas asociadas a los datos experimentales obtenidos en los ensayos de

fatiga se presentan en las figuras, 96, 97, 98 y 99. En nuestro caso, se observó

que el material de referencia R tiene la mayor dispersión de todos los estados

analizados, C1, C2 y C3. Esto se debe a la presencia aleatoria de microgrietas en

el material, originadas en el proceso de laminación, como se observó en el

análisis de las superficies de los materiales estudiados. Por este motivo en el

material de referencia R, además de los niveles 95%σ0, 70%σ0, y 55%σ0,

comunes a todos los estados de corrosión, se tomaron niveles intermedios en

zonas de altos niveles de carga, 90%σ0 y 80%σ0 (ver tabla 23) que ayudaron a

graficar con mayor exactitud la curva S-N para el material de referencia.

Además, para el nivel de carga del 65%σ0, utilizado para el cálculo del límite de

fatiga, se realizaron hasta nueve ensayos, con objeto de reducir la dispersión en

el cálculo probabilístico.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

162

Tabla 23. Resultados de fatiga para material de referencia (R)

Referencia ( R )

%σ0 Smax (MPa) ΔS (MPa) N

95% 261 235 75,147

95% 261 235 28,189

95% 261 235 76,510

95% 261 235 71,087

95% 261 235 38,208

95% 261 235 38,119

95% 261 235 39,766

90% 248 223 117,440

90% 248 223 36,326

90% 248 223 66,868

90% 248 223 56,912

90% 248 223 64,475

80% 220 198 152,687

80% 220 198 155,018

80% 220 198 142,995

80% 220 198 138,230

70% 193 174 432,736

70% 193 174 136,290

70% 193 174 630,517

70% 193 174 235,490

70% 193 174 306,431

65% 179 161.1 428,528

65% 179 161.1 2,000,000

65% 179 161.1 136,856

65% 179 161.1 2,000,000

65% 179 161.1 2,000,000

65% 179 161.1 426,471

65% 179 161.1 337,000

65% 179 161.1 314,461

65% 179 161.1 390,022

55% 168 151 2,000,000

55% 168 151 2,000,000

55% 168 151 2,000,000

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

163

Tabla 24. Resultados de fatiga para material corroído un mes (C1)

Corroído un mes ( C1 )

%σ0 Smax (MPa) ΔS (MPa) N

95% 261 235 15,413

95% 261 235 21,007

95% 261 235 25,359

95% 261 235 19,211

70% 193 174 86,838

70% 193 174 88,422

70% 193 174 49,876

70% 193 174 88,234

55% 151 136 143,758

55% 151 136 176,978

55% 151 136 224,354

55% 151 136 157,368

45% 124 112 382,229

45% 124 112 506,417

45% 124 112 464,570

45% 124 112 157,663

45% 124 112 373,791

40% 110 99 254,309

40% 110 99 464,338

40% 110 99 2,000,000

35% 96 86 2,000,000

35% 96 86 2,000,000

35% 96 86 2,000,000

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

164

Tabla 25. Resultados de fatiga para material corroído 2 meses (C2)

Corroído dos meses ( C2 )

%σ0 Smax (MPa) ΔS (MPa) N

95% 261 235 18,663

95% 261 235 24,951

95% 261 235 23,400

95% 261 235 20,760

70% 193 174 78,836

70% 193 174 90,171

70% 193 174 80,250

70% 193 174 70,688

55% 151 136 119,923

55% 151 136 135,622

55% 151 136 146,113

55% 151 136 154,041

45% 124 112 288,215

45% 124 112 266,588

45% 124 112 232,913

45% 124 112 270,550

40% 110 99 607,569

40% 110 99 651,097

40% 110 99 743,236

40% 110 99 318,589

35% 96 86 2,000,000

35% 96 86 2,000,000

35% 96 86 2,000,000

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

165

Tabla 26. Resultados de fatiga para material corroído 3 meses (C3)

Corroído tres meses ( C3 )

%σ0 Smax (MPa) ΔS (MPa) N

95% 242 218 33,715

95% 242 218 28,125

95% 242 218 20,996

95% 242 218 30,227

70% 178 160 70,205

70% 178 160 49,804

70% 178 160 80,262

55% 140 126 205,570

55% 140 126 109,587

55% 140 126 128,887

45% 114 103 214,160

45% 114 103 334,966

45% 114 103 161,059

35% 76 68 696,796

35% 76 68 2,000,000

35% 76 68 2,000,000

27% 69 62 2,000,000

27% 69 62 2,000,000

27% 69 62 2,000,000

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

166

Figura 96. Puntos experimentales de fatiga para el material de referencia, R.

Figura 97. Puntos experimentales de fatiga para el material corroído, C1.

0

50

100

150

200

250

300

1,E+04 1,E+05 1,E+06 1,E+07

ΔS

(MP

a)

N (escala log)

0

50

100

150

200

250

300

1,E+04 1,E+05 1,E+06 1,E+07

ΔS

(MP

a)

N (escala log)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

167

Figura 98. Puntos experimentales de fatiga para el material corroído, C2.

Figura 99. Puntos experimentales de fatiga para el material corroído, C3.

0

50

100

150

200

250

300

1,E+04 1,E+05 1,E+06 1,E+07

ΔS

(MP

a)

N (escala log)

0

50

100

150

200

250

300

1,E+04 1,E+05 1,E+06 1,E+07

ΔS

(MP

a)

N (escala log)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

168

4.5.2. Ajuste de Basquin para las curvas S-N

En las tablas 27, 28, 29 y 30 se presentan los datos utilizados para el cálculo de

la curva S-N de cada material. Los datos que se incluyen en esta tabla son el

nivel de carga ensayada %σ0, rango de tensión aplicada ΔS, el número medio de

ciclos, Nm (promedio de los diferentes ensayos realizados), la desviación

cuadrática media y la desviación expresada en porcentaje respecto a la media.

Para el material de referencia R, podemos ver en la tabla 27 cuatro niveles

(95%σ0, 90%σ0, 80%σ0 y 70%σ0). Estos niveles tan próximos se deben a la gran

dispersión que encontramos en el material en estado sin corroer (R). Se observa

que los valores más altos de desviación se dan para este estado del material con

un valor relativo máximo de 55% en el nivel del 70%σ0.

En las tablas 28 y 29 se incluyen los datos de fatiga de las probetas de tipo C1 y

C2. Se comprueba que en los dos niveles de carga más altos (95%σ0 y 70%σ0) los

números de ciclo promedio fueron muy similares para los dos estados de

corrosión. Para el material C1, al 95%σo se obtuvo un Nm de 20,248, mientras

que para C2 fue de 21,944. De manera similar para C1, al 70%σo el número

medio de ciclos Nm fue de 78,343 y para C2 de 79,986. Además, es importante

notar que habiéndose realizado el mismo número de ensayos en cada caso (4

por nivel), la desviación relativa fue mayor para C1 que para C2, lo que puede

ser indicativo de que para el nivel C1 todavía se mantiene la influencia del

acabado superficial inicial de la superficie afectando a la dispersión de los

resultados en el proceso de fatiga. Para los niveles de carga del 55% σ0 y del

45% σ0 se observa que la tendencia es a disminuir el número de ciclos hasta

rotura en C2 con respecto al material C1.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

169

Para el material corroído tres meses C3, los datos se muestran en la tabla 30. El

valor del límite elástico utilizado fue de 255 MPa, por este motivo, los datos del

rango de tensiones ∆S recogidos en la tabla son inferiores a los mostrados para

los otros materiales. El porcentaje de desviación en todos los niveles es superior

al asociado al material C2, pero hay que tener en cuenta que para C3 se

realizaron 3 ensayos para cada nivel de carga, excepto para el primer nivel que

se hicieron 4.

En la figura 100 se presenta la gráfica S-N que recoge los datos experimentales

promedios de los cuatro tipos de estados de corrosión ensayados, con escala

semilogarítmica para el eje de abscisas. En esta gráfica se puede apreciar como

a medida que el material se va corroyendo las gráficas se van desplazando hacia

la izquierda y hacia abajo del gráfico, indicativo de la pérdida de resistencia a la

fatiga. Lo más destacado en esta gráfica es la importante reducción que se

produce en la resistencia a fatiga cuando la corrosión es de tan sólo 1 mes,

estado C1. Entre el estado C1 y C2 los cambios son más apreciables para alto

número de ciclos, dado que para altos niveles de carga (bajo número de ciclos)

las dos curvas se solapan, en parte debido a la dispersión encontrada en C1 por

la influencia del acabado superficial del proceso de laminación. Para el material

C3 la curva comienza un nivel de tensión inferior porque su límite elástico está

por debajo del resto de los materiales, y ensayar a un nivel superior podría

haber enmascarado el proceso de crecimiento de grietas de fatiga con el

proceso de plastificación.

En la tabla 31 se incluyen los coeficientes del ajuste de Basquin (ecuación 1.20),

resultado de modelizar las curvas S-N de cada uno de los materiales estudiados

(R, C1, C2 y C3). En esta tabla se presenta el coeficiente de resistencia a fatiga,

A, el exponente de Basquin b, y el coeficiente de regresión R2. Para el material

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

170

C2 el coeficiente de regresión es de 0.98, mientras que para el resto es al menos

0.99, lo que es indicativo de que el número de niveles de carga utilizados son

suficientes para una aproximación elevada de la ecuación de Basquin. En

relación al coeficiente A, se obtiene un aumento progresivo con el grado de

corrosión, entre R y C1 se observa el mayor aumento para A, que es del 134% y

para los casos de C1 a C2 y de C2 a C3 el incremento es del 61% y 55%

respectivamente.

Tomando datos de ΔS intermedios, por ejemplo de 200 MPa y 150 MPa, y

conocidos los coeficientes de la ecuación de Basquin es posible comparar la

influencia del nivel de tensión en la vida a fatiga con la evolución del proceso de

corrosión. Los datos obtenidos se presentan en la figura 100. Para el valor de

200 MPa, se calcula que la vida estimada para R es de 141,251 ciclos mientras

que para C1 y C2 baja aproximadamente a 42,000 ciclos lo que supone una

disminución respecto de R de casi un 72%. Para C3, la vida hasta rotura es de

36,108 ciclos que es una una disminución del 74% con respecto a la vida de R y

del 12% respecto a la vida de C1 y C2 que en este rango de tensiones

prácticamente se solapan. Volviendo a hacer la comparativa de la vida a fatiga

para una tensión inferior, cogemos un valor de ΔS igual a 150 MPa. En este

caso, para el material en estado R se obtiene una vida de 882,630 ciclos,

mientras que para C1 y C2 se obtienen respectivamente las vidas de 123,775 y

106,567 ciclos que suponen una disminución frente a R de aproximadamente el

86% para C1 y del 88% para C2. El material en estado C3 tiene una disminución

del 91% respecto de R con una vida de 83,068 ciclos y del 22% respecto a C2. Se

comprueba como existe una disminución clara entre los valores de resistencia a

la fatiga a medida que el material sufre más corrosión, la mayor de las

diferencias encontradas se da entre el material de referencia R y el material

corroído un mes, C1. De hecho, se observa que la corrosión es tan importante

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

171

incluso en los primeros estadios del proceso, que la probeta corroída durante

un mes reduce significativamente la capacidad de carga a fatiga del material.

Por ejemplo, para una vida a fatiga de 130,000 ciclos, se calcula que el material

de referencia tendrá asociada una resistencia a fatiga de 200 MPa, mientras que

si el material ha sufrido un proceso de corrosión durante un mes, la resistencia

a fatiga para ese misma vida se reduce un 30%, hasta un valor aproximado de

150 MPa. Entre los estados de corroído uno y dos meses la diferencia es escasa

y para el material corroído tres meses la disminución en la resistencia será del

37%, es decir, que para alcanzar la misma duración del componente sometido a

cargas cíclicas, será necesario disminuir la carga hasta 130 MPa.

Tabla 27. Resultados promedio de fatiga para altos niveles de carga. R.

%σ0 ΔS

(MPa) Nm

(ciclos) Desviacion

Desviacion (%)

95 235 52,432 20,813 40

90 223 68,404 29,931 44

80 198 147,233 7,945 5

70 174 348,293 191,183 55

Tabla 28. Resultados promedio de fatiga para altos niveles de carga. C1.

%σ0 ΔS (MPa) N medio Desviacion Desviacion

(%)

95 235 20,248 4,129 20

70 174 78,343 18,991 24

55 136 175,615 35,238 20

45 112 376,934 134,688 36

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

172

Tabla 29. Resultados promedio de fatiga para altos niveles de carga. C2.

%σ0 ΔS (MPa) N medio Desviacion Desviacion

(%)

95 235 21,944 2,789 13

70 174 79,986 7,991 10

55 136 138,925 14,744 11

45 112 264,567 23,102 9

Tabla 30. Resultados promedio de fatiga para altos niveles de carga. C3.

%σ0 ΔS (MPa) N medio Desviacion Desviacion

(%)

95 218 28,266 5,367 19

70 160 66,757 15,519 23

55 126 148,015 50,770 34

45 103 236,728 89,123 38

Figura 100. Curvas S-N para las probetas R, C1, C2 y C3.

50

100

150

200

250

300

1,E+04 1,E+05 1,E+06

∆S

(MP

a)

N (escala log)

R

C1

C2

C3

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

173

Tabla 31. Coeficientes del ajuste de Basquin.

Material A b R2

R 1,287 -0.1570 0.999

C1 3,008 -0.2557 0.996

C2 4,846 -0.3002 0.983

C3 7,495 -0.3453 0.997

Figura 101. Variación de la vida a fatiga con el grado de corrosión para dos

niveles de tensión intermedios.

R

C1 C2 C3

R

C1C2

C3

1,E+04

1,E+05

1,E+06

N (e

scal

a lo

g)

200 MPa

150 MPa

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

174

4.5.3. Evaluación del límite de fatiga

La zona sombreada de las tablas 23, 24, 25 y 26 recoge los resultados de los

ensayos de fatiga que han sido utilizados para el cálculo del límite de fatiga por

el método de máxima verosimilitud, para cada uno de los estados de corrosión

objeto de estudio. Los niveles de carga que se han utilizado para este análisis

son los que han producido algún valor del número de ciclos por encima del

límite tecnológico (run-outs), excepto para el caso C2, donde a pesar de la

proximidad de los niveles 40% y 35%, todos los ensayos alcanzaron el límite

tecnológico para el nivel 35% y ninguno para 40%.

Para el material de referencia R, (tabla 23), se ensayaron un número de nueve

probetas para el nivel 65%, debido al grado de dispersión encontrado, como ya

se ha comentado el material en estado de referencia fue el que obtuvo mayor

dispersión de todos. Para el material corroído C1, ver tabla 24, se ensayaron

tres probetas por nivel, 40% y 35%, en el primer nivel se obtuvo un run-out y en

el segundo todos los resultados llegaron al límite tecnológico o run-out. Para el

material corroído C2, ver tabla 25, se ensayaron cuatro probetas para el nivel

40%, en ningún caso se obtuvo el límite tecnológico y tres probetas para el nivel

35% donde en todos los casos se obtuvo run-outs. Para el material corroído C3,

(tabla 26), se hicieron tres ensayos para el nivel 35% donde dos ensayos fueron

run-outs y tres ensayos para el nivel 27% donde los tres fueron run-outs.

En la tabla 32 se presentan los datos introducidos en el programa Matlab, para

el cálculo del límite de fatiga, Se y la desviación estándar asociada ∆ (%). Los

datos introducidos son el nivel de tensión S, y el número de fallos, f, así como

de run-outs, r, asociados a ese nivel.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

175

Tabla 32. Datos de fallos y run-outs en los niveles de alto número de ciclos de

cada material (R, C1, C2 y C3) utilizados para el cálculo de Se.

Material S

(MPa) f r

R 161 6 3

151 0 3

C1 99 2 1

86 0 3

C2 99 4 0

86 0 3

C3 68 2 1

62 0 3

En la tabla 33 se incluyen los resultados del límite de fatiga Se, y la desviación

porcentual (Δ %) obtenidos por el método de máxima verosimilitud, calculados

considerando un nivel de vida tecnológico de 2x10 6 ciclos. El valor obtenido

para el límite de fatiga del material R es de 161 MPa. En el caso del material C1

el límite es de de 98 MPa, lo que supone una reducción en el límite de fatiga del

39%. De igual manera que en el análisis de la resistencia a fatiga, es en esta

primera etapa de la corrosión donde se produce la reducción más acusada en la

respuesta a fatiga. Entre los materiales C1 y C2 la disminución no es tan

acusada, solo de un 4%. Hasta las probetas corroídas durante tres meses, C3

donde vuelve a existir una diferencia significativa del 29% respecto al material

en estado C1 y C2, pasando de los valores de 98, 94 respectivamente a 68 MPa.

La disminución total sufrida entre el material R y C3 fue del 57.4%, esta

evolución se puede ver de manera más visual en la figura 102.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

176

Tabla 33. Límite de fatiga y desviación porcentual de cada material.

Material Se

(MPa)

∆ ∆ ∆ ∆

(%)(%)(%)(%)

R 161 1.55

C1 98 1.47

C2 94 0.21

C3 68 0.76

Figura 102. Comparativa de límites de fatiga y tanto por ciento de disminución

para R, C1, C2 y C3.

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

R C1 C2 C3

38.6%

28.8%

4.3%

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

177

4.5.4. Comparativa de parámetros de picaduras y rugosidad con la fatiga

Para estudiar la correlación entre los resultados de fatiga y las medidas de

rugosidad y morfología de las picaduras, se eligió como parámetro

representativo del comportamiento a fatiga el límite de fatiga Se normalizado

en función del límite elástico del material So (recordar que para los materiales R,

C1, C2 el límite elástico es el mismo 275 MPa y para C3 es de 250 MPa). En

todas las gráficas de este estudio comparativo se ha representado Se/So en el

eje de ordenadas.

En la figura 103 se presenta el parámetro de fatiga Se/So frente a la relación

Pm/Dm (promedio de profundidad/diámetro del defecto a nivel cero) para cada

uno de los 4 materiales, R, C1, C2 y C3. Los datos del material R han sido

tomados de la tabla 11 y para los estados corroídos los incluidos en la tabla 20.

En esta gráfica se observa que todos los datos pueden ser correlacionados por

una curva logarítmica. El coeficiente de correlación es 0,984, lo que indica un

buen ajuste. Considerando sólo los materiales C1, C2 y C3 (figura 104) es posible

correlacionar los datos a través de un ajuste lineal. En este caso el coeficiente

de correlación toma el valor de 0,935. Lo más destacado de este análisis es que

se ha encontrado un factor en la morfología de la picadura, que es Pm/Dm, que

proporciona una muy buena correlación con el límite de fatiga normalizado

Se/So, permitiendo incluso integrar en el ajuste los datos del material de

referencia. Este resultado tiene sentido considerando que la relación Pm/Dm es

indicativa de la concentración de tensiones en el borde de la picadura,

aminorando la capacidad resistente del material a fatiga. El resto de los

parámetros estudiados asociados con la morfología de la picadura no

proporcionan tan buenos ajustes de correlación con la fatiga.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

178

Figura 103. Evolución de Se/So frente a Pm/Dm para R, C1, C2 y C3.

Figura 104. Ajuste lineal de Se/So en función de frente a Pm/Dm para C1, C2 y C3.

y = -0,088ln(x) + 0,3989R² = 0,9836

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

0 1 2 3 4 5 6

S e /

So

Pm/Dm

y = -0,05x + 0,4493R² = 0,9354

0

0,2

0,4

0,6

0 1 2 3 4 5 6

S e /

So

Pm/Dm

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

179

Para analizar la relación entre la rugosidad superficial y el límite de fatiga, se

consideraron los distintos datos disponibles de rugosidad asociados a los

materiales. De esta forma se plantearon tres escenarios:

a) Rugosidad del material sin decapar medida por microscopía confocal.

a.1. Rugosidad longitudinal (R_L)

a.2. Rugosidad transversal (R_T)

a.3. Rugosidad promedio de la longitudinal y transversal (R_L+T)

b) Rugosidad del material decapado medida por microscopía confocal

b.1. Rugosidad longitudinal (R_L)

b.2. Rugosidad transversal (R_L)

b.3. Rugosidad promedio de la longitudinal y transversal (R_L)

c) Rugosidad del material sin decapar medida por perfilometría de contacto.

c.1. Rugosidad longitudinal (R_L)

c.2. Rugosidad transversal (R_L)

c.3. Rugosidad promedio de la longitudinal y transversal (R_L+T)

En los casos (a) y (b), asociados con el estudio de los materiales por microscopía

confocal, se comprobó que no había mucha diferencia en las relaciones de Se/So

y los datos de R_L, R_T y R_L+T, por este motivo se prefirió expresar las

correlaciones en función de la rugosidad promedio, R_L+T. Por otra parte, en

ninguno de los supuestos considerados fue posible correlacionar los cuatro

tipos de materiales (R, C1, C2 y C3). En cambio se obtuvieron buenos resultados

correlacionando los tres niveles de corrosión C1, C2 y C3.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

180

En el caso (c), se comprobó que la mejor correspondencia entre la respuesta a

fatiga y los parámetros de rugosidad se obtenía con las medidas realizadas en el

sentido longitudinal de la laminación. Por este motivo, cuando se establece la

asociación entre la respuesta a fatiga y la rugosidad medida por perfilometría

de contacto se usan los datos de rugosidad longitudinal (R_L).

En las figuras 105, 106 y 107 se presentan las gráficas correspondientes a los

datos de rugosidad que proporcionaron los mejores ajustes para los casos (a),

(b) y (c) presentados anteriormente.

En la figura 105 los datos de rugosidad corresponden al material sin decapar y

los parámetros de rugosidad media están medidos por microscopía confocal.

Los datos de rugosidad que se presentan son Rv, Rp, Rz, Rt. Los coeficientes del

ajuste lineal R2 para Rp, y Rt son del 0,99, y para Rz y Rv de 0,97 y 0,98

respectivamente. En esta gráfica además de comprobar como el límite de fatiga

disminuy con el grado de corrosión, y que además la tendencia es lineal, se

comprueba que las pendientes para Rv, Rp, Rz son similares y ligeramente

inferior la de Rz.

En la figura 106 se presentan los datos de fatiga de cada material Se/So frente a

la rugosidad de los materiales decapados y medidas por microscopía confocal.

Los valores de rugosidad presentados son Rv, Rp, Rz, Rt, con valores del

coeficiente de correlación R2, de 0,994, 0,996, 1, y 0,995, respectivamente. Es

decir, los ajustes son mejores que los obtenidos para el material sin decapar.

También se observa que las rectas de ajuste presentan aproximadamente la

misma pendiente, independientemente del tipo de parámetro de rugosidad

valorado.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

181

Finalmente, en la figura 107 se presentan los resultados obtenidos de la

valoración de las diferentes opciones planteadas en el caso (c). Lo más

importante de esta gráfica es que con perfilometría de contacto ha sido posible

correlacionar los datos de fatiga de los cuatro materiales estudiados (R, C1, C2 y

C3) con los datos de rugosidad. Los parámetros de rugosidad presentados en

esta gráfica Rq, Rv, Rz, Rt, son los que han proporcionado mejores coeficientes de

correlación mediante esta técnica de contacto. (0,984, 0,958, 0,962, 0,979). Es

importante notar que aunque los coeficientes de correlación son inferiores a los

obtenidos por la técnica de confocal, en este caso, la correlación se está

realizando con cuatro puntos, mientras que en con microscopía confocal, fue

imposible establecer un ajuste lineal coherente utilizando los valores de

rugosidad de los materiales corroídos y del material de referencia. Otro aspecto

a destacar en esta gráfica, a diferencia de las gráficas de las figuras 105 y 106 es

que en este caso las pendientes de los ajustes no son paralelas, lo que por otra

parte pone de manifiesto que los parámetros de rugosidad medidos por el

software de análisis del microscopio confocal sigue un patrón de cálculo

diferente del utilizado en la perfilometría de contacto.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

182

Figura 105. Material sin decapar. Técnica de microscopía confocal.

Relación entre Se/So y la rugosidad media. Correlación para C1, C2 y C3.

Figura 106. Material decapado. Técnica de microscopía confocal.

Relación entre Se/So y la rugosidad media. Correlación para C1, C2 y C3.

0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0 2 4 6 8 10 12 14 16

S e /

So

(µm)

Rv Rp Rz Rt

0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0 2 4 6 8

S e /

So

(µm)

Rp Rv Rz Rt

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

183

Figura 107. Material sin decapar. Técnica de contacto.

Relación entre Se/So y la rugosidad longitudinal. Correlación para R, C1, C2 y C3.

0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

0,7

0,8

0 2 4 6 8 10 12 14

S e /

So

(µm)

Rq Rv Rz Rt

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

184

4.6 FRACTOGRAFÍA

Las probetas ensayadas con intervalos de tensión alto (ej. 95%σ0) presentan

una zona de rotura por fatiga menor que las probetas ensayadas a menor

intervalo de tensión. Esto se debe a que la superficie efectiva crítica para la

rotura por crecimiento inestable de grieta es mayor a intervalos altos de

tensión, y a que un aumento en el rango de tensiones, ΔS, implica un aumento

en el incremento del factor de concentración de tensiones, Δk. La relación que

justifica la proporcionalidad entre ΔS y ΔK no es otra que:

K F S aπ∆ = ∆ (4.1)

Donde F es un valor adimensional dependiente de la geometría de la probeta y

de la aplicación de la tensión, y a es la profundidad de la grieta.

Las imágenes tomadas por la técnica del SEM se hicieron a 20x, 55x, 200x y

700x o 1700x dependiendo del caso. En estas imágenes se presenta la zona de

rotura por fatiga y de crecimiento inestable de grieta, así como la zona de

iniciación de grieta que fueron ocasionadas por picaduras de corrosión.

También se pueden observar en las imágenes de más aumento (1700x) como

hay unas cavidades, que pueden ser aquellas en las que se encuentra el

precipitado que da dureza a este tipo de aleación Mg2Si, aunque no fue posible

reconocer este precipitado con los análisis EDS. La distribución de las picaduras

sobre la superficie de las probetas tiene un gran efecto sobre el camino de

propagación de las grietas de fatiga. Hay una relación directa entre el camino

seguido por las grietas de fatiga y la combinación de los parámetros tamaño de

las picaduras, distribución de estas sobre la superficie y los bordes de grano del

material [125].

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

185

Para facilitar la comprensión de las fractografías se ha empleado la siguiente

nomenclatura en las figuras:

Zona A: Zona de crecimiento de grieta inestable

Zona B: Zona de rotura por fatiga

4.6.1 Material de Referencia (R)

4.6.1.1. Probeta ensayada en el nivel 95%σ0

En la imagen SEM de la figura 108 asociada a la fractura 20x para el material R

(probeta A6-R31) ensayado con un rango de tensiones de 235 MPa, se observan

las zonas A y B de fractura por crecimiento inestable de grieta y de fractura por

fatiga respectivamente. En esta fractografía se observa como la zona A es

relativamente grande, entre un 30-40% de la superficie total. En la imagen 55x

de la zona B se puede ver con más detalle las estrías de fatiga y la zona de inicio

de grieta. La imagen 200x de la zona de inicio de grieta nos muestra con más

detalle la picadura que originó la grieta, en este caso no se observa

coalescencia. En la imagen a 1700x podemos ver con claridad las cavidades

relacionadas con el precipitado Mg2Si así como estrías dúctiles propias de los

ensayos de fatiga [126]. Las partículas de precipitado Mg2Si u otras inclusiones

pueden provocar el cambio en el camino de crecimiento de grieta creando así

espacios de estrías de fatiga dúctiles.

4.6.1.2. Probeta ensayada en el nivel 65%s0

En la imagen SEM (figura 109) de la fractura 20x para material R (probeta A6-

R29) ensayado con un rango de tensiones de 161.1 MPa, observamos las zonas

A y B. Aquí se puede ver como la zona B predomina sobre la zona A, siendo esta

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

186

de un 5-10% respecto de la superficie total. Esto se debe a un menor rango de

tensiones aplicado, lo que implica que la superficie efectiva crítica (zona A) para

la rotura frágil será menor que si aplicamos rangos mayores, como en el

apartado anterior. En la imagen 200x de la zona de inicio de grieta podemos ver

las marcas de fatiga dúctil, y unas manchas negras relacionadas con zonas

donde ha comenzado a oxidarse el material. En la imagen 600x de la zona B, se

observa el defecto inicial en la superficie que originó la propagación de la grieta

de fatiga, con una profundidad máxima aproximada de 90 µm. La imagen de

1700x tomada en las proximidades del inicio de grieta se aprecia las cavidades

relacionadas con los precipitados Mg2Si y las marcas de fatiga.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

187

Figura 108. Imagen SEM probeta A6-R31.

Zona B Zona A

a)

c)

Inicio de grieta

. a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x.

Zona B

b)

Cavidades

d)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

188

Figura 109. Imagen SEM A6-R29. a) 20x b) 200x c) 600x d) 1700x

a)

c)

Cavidades

Zona B

Inicio de grieta

Zona A

20x b) 200x c) 600x d) 1700x.

b)

d)

Cavidades

Zona B

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

189

4.6.2 Material corroído 1 mes (C1)

4.6.2.1. Probeta ensayada en el nivel 95%σ0

En la figura 110 se presentan las imágenes SEM de la fractura para material C1

(probeta C13-95) ensayado a un rango de tensiones de 235 MPa. Se aprecian las

zonas A y B. La zona B de fractura por fatiga es de un tamaño inferior,

aproximadamente el 25%, y la zona A ocupa un 75% (figura 109 a). En la imagen

55x de la zona B, se observa el inicio de grieta y las marcas de fatiga dúctil. En la

imagen 200x vemos en detalle la picadura de inicio de grieta en superficie. La

imagen 1700x nos muestra la morfología interna de la picadura con un aspecto

granulado y posibles partículas de silicio o productos de corrosión.

4.6.2.2. Probeta ensayada en el nivel 40%σ0

En la imagen SEM (figura 111) de la fractura 20x para material el material C1

(probeta C7-40(2)), ensayado a un rango de tensiones de 99 MPa, podemos ver

las zonas A y B, así como manchas negras relacionadas con la oxidación de la

superficie (después de cortar la probeta para el análisis SEM). Para la imagen

55x de la zona B, inicio de grieta se aprecian las estrías de laminación y manchas

de corrosión. La imagen 200x de la zona de inicio de grieta nos muestra las

marcas de fatiga y en la imagen 1700x se observa claramente la picadura del

inicio de grieta y su morfología.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

190

Figura 110. Imagen SEM C13-95. a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x

a) b)

c)

Inicio de grieta

Zona B

Zona A

a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x.

d)

b)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

191

Figura 111. Imagen SEM C7-40(2). a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x

a)

c)

Zona A

Inicio de grieta

a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x.

b)

d)

Zona B

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

192

4.6.3 Material corroído 2 meses

4.6.3.1. Probeta ensayada en el nivel 95%σ0

La figura 112 a) muestra la imagen SEM de la fractura 20x para material

corroído C2 (probeta C21-95) ensayado a un rango de tensiones de 235 MPa, se

observa una zona A de aproximadamente 75% del total de la superficie y una

zona B del 25%. En la imagen 55x de la zona B, de inicio de grieta, podemos ver

las marcas de fatiga así como una nucleación de picaduras relacionadas con el

comienzo de la grieta en la superficie. La imagen 200x nos muestra varias

picaduras en la superficie, con un diámetro aproximado de 30 µm. La imagen

600x nos da una visión más clara de la morfología de las picaduras que

originaron la grieta.

4.6.3.2. Probeta C24-45, ensayada al 45% del límite elástico

En la figura 113 se presentan las imágenes SEM de la fractura para material

corroído dos meses (C2) ensayado con un rango de tensiones de 112 MPa. En la

figura 113 a) con aumento 20x se aprecian las zonas A y B con las proporciones

aproximadas de 60% y 40% respectivamente. La imagen 55x de la zona A nos

muestra claramente la picadura superficial donde se inició la fractura por fatiga.

En la imagen 200x se muestra una imagen más clara de esta picadura

superficial, con un diámetro en superficie de 200 µm. En la imagen 600x

podemos ver en detalle la morfología interna de la picadura con una

profundidad de 130 µm y forma elíptica.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

193

Figura 112. Imagen SEM C21-95. a) 20x b) 55x c) 200x d) 600x

a)

Zona A

c)

Inicio de grieta

a) 20x b) 55x c) 200x d) 600x.

b)

Zona B

d)

Inicio de grieta

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

194

Figura 113. Imagen SEM C24-45. a) 20x b) 55x c) 200x d) 600x

a)

c)

Zona B

Inicio de grieta

Zona A

20x b) 55x c) 200x d) 600x.

b)

d)

Zona B

Inicio de grieta

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

195

4.6.4 Material corroído 3 meses

4.6.4.1. Probeta ensayada en el nivel 95%σ0

Las imágenes SEM de la fractura para el material corroído C3 (probeta C34-95)

ensayado con un rango de tensiones de 218 MPa, se observan en la figura 114.

En la imagen 114 a) realizada a 20x se presentan las dos zonas A y B con unas

proporciones aproximadas del 60% y 40% respectivamente. La imagen 55x de la

zona B nos muestra las marcas de fatiga y manchas negras de óxido. En la

imagen 200x de la zona B podemos ver con mayor claridad las marcas de fatiga

y por último en la imagen 600x se observa el perfil de la picadura que originó el

inicio de grieta con un diámetro de 30 µm y una profundidad de 20 µm.

También se observan cavidades relacionadas con el precipitado Mg2Si.

4.6.4.2. Probeta ensayada en el nivel 35%σ0

En la imagen SEM (figura 115 a) de la fractura 20x para material corroído C3

(probeta C31-35) ensayado con un rango de tensiones de 68 MPa se observa

una gran zona B de fractura por fatiga y una zona A pequeña de

aproximadamente un 5% de la superficie total. En la imagen 55x de la zona B

podemos ver con claridad la zona de inicio de grieta en una coalescencia de tres

picaduras. Para la imagen 200x de la zona de inicio de grieta podemos ver las

tres picaduras y su morfología. En la imagen 1700x se puede ver con gran

aumento la morfología de las picaduras y microgrietas originadas por el ensayo

de fatiga así como cavidades del precipitado Mg2Si.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

196

Figura 114. Imagen SEM C34-95. a) 20x b 55x c) 200x d) 600x

a) b)

c)

Zona B Zona A

Inicio de grieta

a) 20x b 55x c) 200x d) 600x.

b)

d)

Inicio de grieta

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

197

Figura 115. Imagen SEM C31-35. a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x

a)

c)

Zona A

Inicio de grieta

Zona B

a) 20x b) 55x c) 200x d) 1700x.

b)

d)

Inicio de grieta

Zona B

198

199

CAPÍTULO 5

5. CONCLUSIONES

200

CONCLUSIONES

201

5.1 CORROSIÓN POR PICADURA

• En el material de referencia R se detectaron microgrietas de laminación que

influyen en los parámetros de rugosidad del material de partida. Se

obtienen mayores valores de rugosidad en la dirección transversal de

laminación que en la longitudinal.

• La capa de productos de corrosión contribuye notablemente al aumento de

la rugosidad superficial al tercer mes de corrosión. Todos los parámetros de

rugosidad, determinados tanto por perfilometría de contacto como por

microscopía confocal, sufren un apreciable aumento en ese tiempo. En los

estados de corrosión más avanzados llena y recubre la mayor parte de las

picaduras. Debido a esto es necesaria su eliminación completa para

caracterizar perfectamente los parámetros de picadura e intentar relacionar

los parámetros de rugosidad de la superficie libre de óxido con la severidad

del ataque por picaduras.

• Los resultados de rugosidad del material sin decapar obtenidos por

perfilometría de contacto no siguen la misma evolución que los

determinados por microscopía confocal. La perfilometría de contacto

muestra unas variaciones en los datos muy grandes en los dos primeros

meses de ensayo, mientras que en ese mismo período de tiempo, no se

apreciaron importantes diferencias en los parámetros determinados por

microscopía confocal.

• En las muestras decapadas el aumento de rugosidad media, determinado

por microscopía confocal, ha sido notable durante el tercer mes de

corrosión. Los parámetros de rugosidad disminuyen en la dirección

transversal de laminación durante los dos primeros meses de corrosión en

CONCLUSIONES

202

cámara de niebla salina y aumenta en sentido longitudinal poniendo de

manifiesto el carácter anisótropo del fenómeno.

• No se ha encontrado una morfología uniforme de las picaduras en las

probetas corroídas. Se observa una coalescencia de picaduras a partir del

primer mes de corrosión, generalizándose a partir del segundo mes.

• El crecimiento de las picaduras en profundidad no es lineal con el tiempo de

corrosión. Para la profundidad máxima entre el material corroído C1 y C2

hay un aumento del 42%. Entre el material corroído C2 y C3 se observa un

aumento del 128%. En el caso de la profundidad media, entre el material C1

C2 hay un aumento del 33%, y entre el material corroído C2 y C3 hay un

aumento del 92%. Estos datos muestran que las picaduras aumentan en

profundidad de manera considerable en el tercer mes de corrosión.

• La severidad de las picaduras aumenta con el tiempo de corrosión, lo que

supone un aumento del factor de concentración de tensiones (Kt) y un

mayor debilitamiento del material. Esto queda manifiesto en las relaciones

Pm/Dm y Pm/Sm, que aumentan un 44% de C1 a C2 y un 46% de C2 a C3.

Pm/Sm, presenta un incremento de un 14% entre C1 y C2 y un 50% de C2 a

C3.

• Durante los ensayos de corrosión se formó una capa muy adherente de

productos de corrosión que cubría toda la superficie de la probeta. Los

análisis por difracción de rayos X mostraron que estaba compuesta por una

mezcla de diversos hidróxidos de aluminio (bayerita, diásporo y gibbsita). El

análisis por EDX determinó la existencia de partículas de Si, provenientes del

exceso estequiométrico de este elemento respecto al Mg para formar

Mg2Si.

CONCLUSIONES

203

5.2 RESPUESTA MECÁNICA

• El primer parámetro de tensión afectado por las picaduras en la superficie

del material es la ductilidad con una pérdida de elongación del 9% en el

primer mes, y del 32% y 35 % en los meses sucesivos.

• En cambio, la resistencia a tracción y el límite elástico no son parámetros

que se vean afectados desde el primer momento por la corrosión en cámara

de ambiente salino. Es a partir del tercer mes, en el estado C3, cuando se

reduce la resistencia a tracción en un 8% y el límite elástico en un 7%.

• El límite de fatiga sufrió una pérdida del 39% entre el material en estado R y

C1 y se estabilizó entre los niveles de corrosión C1 y C2, con una pérdida de

apenas 4%, para volver a bajar considerablemente en el material corroído

C3 con una diferencia del 29%. La pequeña diferencia de pérdida de

resistencia a la fatiga entre el estado de corrosión C1 y C2 se debe a que en

ese tiempo las picaduras han ido creciendo en tamaño, debido a la

coalescencia entre ellas pero no en profundidad. De igual modo, las

relaciones Pm/Dm y Pm/Sm presentan una ligera disminución entre C1 y C2,

mientras que el factor de picadura Fp experimenta un pequeño aumento. Sin

embargo, los tres parámetros sufren un notable incremento para el material

C3.

• Se comprueba que para los cuatro materiales analizados (R, C1, C2 y C3) las

relaciones Pm/Dm se correlacionan perfectamente con los valores del límite

de fatiga (Se/So) mediante un ajuste logarítmico. Relacionando únicamente

los parámetros de picaduras y de fatiga en los tres estados de corrosión C1,

C2 y C3 el ajuste se satisface igualmente, pero en este caso el mejor acuerdo

entre los datos de picadura y de fatiga es por una regresión lineal.

204

205

CAPÍTULO 6

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