Cartas a Quien Pretende Enseñar - PAULO FREIRE

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Cartas a quien pretende enseñar paulo freire siglo veintiuno editores

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Reflexión sobre la labor docente

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Cartas a quien pretende ensearpaulo freiresigloveintiunoeditoreseducacintraduccin deSTELLA MASTRANGELOCARTASAQUIEN PRETENDE ENSEARporPAULO FREIREprlogo por ROSA MARA TORRESmsigloveintiunoeditoresm________________________________siglox x ieditores,s.a.dec.v.CERRO DEL AGUA 248,ROMERO DE TERREROS, 04310,MEXICO,D.Fs i g l o x x i e d i t o r e s , s.a.TUCUMAN1621,7N.C 10 5 0A AG,BUENOS AIRES,ARGENTINAsiglo x x ide espaa editores,s.a.MENNDEZPIDAL3B I S .28036 , MADRID , ESPAAportada de mana luisa martnez passargeprimera edicin en espaol,1994 undcima edicin en espaol, 2006 siglo xxi editores, s.a. de c.v. isbn 968-23-1944-7primera edicin en portugus,1993 paulo freireeditora olho dagua so paulo ttulo original: profesora sim:ta nio.cartas a quem ousa ensinarderechos reservados conforme a la leyimpreso y hecho en mxico/printed and made in mexicoNDICEPRLOGO, por ROSA MARA TORRESXINTRODUCCIN1PRIMERAS pal abras:Maestra-ta: la trampa5pri mera CARTA: Ensear-aprender.Lectura del mundo-lectura de la palabra28SEGUNDA CARTA: No permita que el miedoa la dificultad lo paralice43TERCERA CARTA: Vine a hacer el curso demagisterio porque no tuve otra posibilidad52c u ar ta c ar ta:De las cualidades indispensables para el mejor desempeo de las maestras y los maestros progresistas60qui nta car ta:Primer da de clase72sex ta CARTA: De las relaciones entre la educadoray los educandos82spti ma car ta: De hablarle al educando a hablarlea l y con l; de or al educando a ser odo por l94octav a c ar ta: Identidad cultural y educacin103novena car ta:Contexto concreto-contextoterico112[vi i ]d c i m aCARTA:Una vez ms, la cuestin dela disciplina128 l ti mas PALABRAS:Saber y crecer-todo que ver134vi i i NDICEBIBLIOTECASRIA.DEEDUCACIONPUBLICA BISECCIONBRAL.OEENSEANZANOWWAi J U S T O WM r>A Albino Femandes Vital, con quien experimente en la lejana infancia en Recife, en el grupo escolar Mathias de Albuquerque, algunos de los momentos de la prctica educativa discutida en este libro.A Albino, con gran amistad jams herida o lastimada por nada.A J andira Vital, trada al mundo de mi bien querer por Albino.Paulo FreirePREFACIOCuando, en junio de1992, Paulo Freire me pidi escribir elprefacio para unlibro suyo (unlibro que segn me contabaentusiasmadoseencontrabaescribiendoen esos momentos y cuyo ttulo en portugus sera Professora sim, ta nao*), me sent condecorada. No slo por tratarse de un libro de Paulo, sino por tratarse de ste en particular: un libro dirigido a los maestros y, ms especficamente, a las maestras de la escuela regular, no para acusarlos sino para defender su identidad y legitimidad como docentes,noparalisonjearlossinoparadesafiarlos,nopara bajarles orientaciones sino para dialogar con ellos.Que Paulo Freire escriba un libro dirigido expresamente a los maestros no a los educadores de adultos que trabajan en la periferia del aparato escolar sino a los educadores de nios que ensean todos los das en las aulas y que lo haga en estos trminos no apuntndolos con el dedo, nisiquiera solidarizndose con ellos desde afuera, sino interpelndolos desde un nosotros en el que Freire se incluye sorprender sin duda a muchos, seguidores y opositores. Porque muchos, en uno y otro lado, continan viendo en Freire el smbolo de la antiescuela (la crtica a la escuela confundida con su negacin), el antimaestro (la crtica al sistema personificada como crtica al maestro) e incluso la antienseanza (la confusin entre autoritarismo*Maestras,tano.En Brasil los nios de la escuela acostumbran decirle ta a la maestra, como enMxico esto no es as el ttulo original no dira nada, por lo que hemos preferido intitular la edicin en espaol con el subttulo portugus: Cartas a quien pretende ensear. [E.][Xi]xiiROSA MARA TORRESy autoridad, entre manipulacin y ejercicio de la directi- vidad que supone toda relacin pedaggica).Yesque,amenudo,comolmismobiensabey reclama, elFreire que ha circulado de boca en boca y de cita en cita por elmundo esun Freire simplificado, for- mulizado,unilateralizado,estereotipadoapartirdeun conjunto de nociones fijas educacin bancaria, alfabetizacin, educacin de adultos, conscientizacin, dilogo, palabrageneradora yvirtualmentesuspendidoenlos aos 60-70, junto con sus dos primeros libros: La educacincomo prcticadelalibertad (1965) y la Pedagoga del oprimido (1969).Muchos admiradores y crticos, incluso dentro de la propia Amrica Latina, desconocen su trayectoriadurantelosltimos25aos(uncuartode siglo!):su experiencia de trabajo en Europa y frica;su reencuentro con el Brasil despus del largo exilio; su gestin como secretario de Educacin del Municipio de Sao Paulo entre 1989 y1991; su prolfica obra, siempre inacabada, traducida a mltiples idiomas y esparcida por todo el mundo; su continuo aprendizaje y su eterna disposicin para dejarse sorprender por lo nuevo o lo no percibido con anterioridad.Mealegra decalaposibilidaddeprologar este libronosloporsuautorsinoporsuinterlocutor:los maestros, los grandes relegados de la globalizacin educativa y de las polticas educativas contemporneas. En el mismo momento en que declaraciones y acuerdos nacionales einternacionales coinciden enla centralidad dela educacinparaeldesarrolloindividualysocial,enla urgencia deuna transformacineducativa profunda que asegure no slo cantidad sino calidad, y en el papel prota- gnico delosmaestros endichatransformaciny enel logrodedichacalidad,lasituacindelosmaestrosha llegado a un punto intolerablemente bajo,segn reconocelapropiaOrganizacinInternacionaldelTrabajo (OI T).Intolerablementebajosymalossonlossalarios,la calidaddevida,laautoestima,lavaloracinsocial,las condiciones de enseanza, las oportunidades de formacin y perfeccionamiento, el reconocimiento y la investigacin del problema, y los presupuestos destinados a resolverlo para tomar mnimamente viables los ambiciosos objetivos y metas planteados en el discurso educativo de este ltimo decenio del siglo. En realidad, la educacin que algunos avizorancomolaeducacindelsigloXXItelevisin, video, computadoras y aparatos de todo tipo, modalidades adistancia,autodidactismo,enseanzaindividualizada, aprendizaje programado, paquetes multimedia tal parecera no incluir a los maestros y tener reservado para ellos, por el contrario, un proyecto de extincin.La cuestindocente es,en efecto,LAcuestin por excelencia dentro de la problemtica educativa de la poca.Tema-tabdelcualnadiequierehablar,tpicoque ahuyentaelanlisisyeldebate,asuntoquenoparece encajar en ninguna agenda ni presupuesto ni organigrama ni esquema clasificatorio.Las realidades son contundentes y se expresan en escala mundial: pauperizacin y proletarizacin de los maestros,niveleducativoprecariodeampliossectoresdel magisterio en servicio (incluyendo pobres niveles de alfabetizacin y educacin bsica), reduccin de la matrcula ybajasexpectativasymotivacindelosaspirantesal magisterio (ser maestro o maestra como ltimo recurso), ausentismo marcado, abandono de la profesin, creciente incorporacin de maestros empricos o legos, prdida de identidad y legitimidad social del oficio docente, falta de oportunidades de avance y superacin personal, huelgas y paros cada vez ms violentos, frecuentes y prolongados,PREFACIOX iiXIVROSA MARA TORRESlos maestros percibidos como problema (antes que como condicin y recurso) y como el obstculo principal para la renovacin y el avance educativos.Tambin losargumentos se repiten con sorprendente homogeneidad (y son aceptados e internalizados con sorprendente facilidad):no hay dinero para incrementar los salarios;losmaestros tienen detodos modosun horario holgado y trabajan poco; los incrementos salariales (y la capacitacin misma) no han trado consigo los esperados mejores resultados de aprendizaje de los alumnos; la capacitacin en servicio est ms al alcance y rinde ms que la inversin en formacin inicial, aconsejndose en particular las modalidades a distancia; invertir en textos escolares(mejorsiautoinstructivos,entantominimizanla intervencindeldocente)yenlacapacitacindelos maestros en su manejo es ms seguro, barato y fcil que intentarlacomplejavadelareformacurricularola revisin global de las polticas de seleccin, formacin y apoyo docente;una de las maneras de reducir costos (y, eventualmente,incrementarelpresupuestodestinadoa mejorar las condiciones delos maestros) es aumentar el nmero dealumnospor aula,bajoelentendido deque, desde la perspectiva de los alumnos y de sus rendimientos de aprendizaje, no hace diferencia si el grupo es numeroso o numerossimo (da lo mismo nos dicen 30 que 50 u 80 alumnos en una clase).No es ste ellugar para polemizar sobre la discutible validez de estos argumentos.Lo cierto es que crecientementese presentan como verdadesuniversales,cientficamente fundamentadas en estudios y evaluaciones, y que es sobre estas grandes afirmaciones donde estn disendose las grandes polticas y estrategias educativas actualmente en marcha enlos pases en desarrollo. Polticas y estrategias que portan un determinado proyecto de socie-dad, de educacin, de alumno y de maestro, y que es preciso desentraar y discutir. Polticas y estrategias que hablan de protagonismo, profesionalizacin, autonoma docentes, pero que continan de hecho profundizando el perfilsubordinado y subvalorado del oficio docente, condenando a losmaestrosalaenajenacinyalamediocridad,aser ciudadanos de segunda, implementadores de currculos y textos escolares, facilitadores de aprendizajes en cuya definicin y orientacin no participan ni tienen control.ste es el contexto que hace de este pequeo libro tanto ms importante y oportuno.Cuando la confrontacinentre gobiernos y organizacionesmagisterialeshallegadoenmuchospasesaun punto crtico, cuando todos hablan sobre los maestros o a los maestros pero pocos parecen dispuestos a hablar con ellos, alguien tiene que poder construir un puente para un dilogo de t a t, de educador a educador. Quin mejor quePaulo Freire persona ysmbolo,colega yautoridad para hacerlo.ElFreiremaestro dialogaaqu con otros maestros, sin intermediarios, adoptando el lenguaje cercano e informal de la carta, compartiendo sus experiencias personales, ilustrando a travs de ellas el derecho que tiene todo maestro y maestra a ser falible y a equivocarse, a ser hroe y ser humano al mismo tiempo.Cuando lo que prima y tiende a imponerse es una visin estrecha,minimalista e inmediatista de la formacin docente capacitacin, entrenamiento, manual, cursillo, taller,mtodos,tcnicas,recetarios,frmulas,alguien tiene que resucitar el imperativo deuna formacin integral, rigurosa y exigente de los educadores; ir al rescate de suinteligencia,sucreatividadysuexperienciacomo materia prima de su propio proceso educativo; recuperar launidadentreteorayprcticacomoespacioparala reflexin y el perfeccionamiento pedaggicos; volver a losPREFACIOXVxviROSA MARA TORREStemas fundantes, aquellos sin cuya comprensin y revisin caen en terreno estril los mejores textos, los mtodos y tcnicas ms modernos de enseanza. Las diez cartas que componen este libro corresponden a diez de esos temas, temas que han acompaado de manera permanente y recurrente la trayectoria, la obra y la bsqueda de Freir: las fundamentalesdiferenciasentreensear yaprender,las fuentes (y la aceptacin) de la inseguridad y el miedo, la opcin por el magisterio, las cualidades del buen educador, el primer da de clases, la relacin entre educadores y educandos, la diferencia entre hablar al educando y hablar con l,los vnculos entre identidad cultural y educacin as comoentrecontextoconcretoycontextoterico,el tema crtico de la disciplina.Centrados en la lucha por las reivindicaciones econmicas, los maestros y sus organizaciones han dejado erosionarsupropiaformacinycapacitacinpermanente como un derecho y como una condicin fundamental de su ejercicio y valoracin profesionales. En contraste, y en un clima general de cuestionamiento a la unilateralidad y estrechez de las reivindicaciones sindicales, los no-maes- tros y sus organizaciones izan la consigna de la (re)valo- rizacindelosmaestros,despojndolahastadondees posibledesusimplicacioneseconmicas(valorizacin expresada entre otros en salarios y calidad de vida dignos) y sesgndola hacia sus determinantes sociales y afectivos (respeto, legitimidad, reconocimiento, aprecio, gratificacin, autorrealizacin, autoestima).Enestecruce,PauloFreirnosofreceunaentrada diferente para tratar ambos temas (des)profesionaliza- cin y (des)valorizacin al proponemos reflexionar sobre un hecho tan trivial como significativo: el apelativo de ta que, desde hace algunos aos, empezara a sustituir al de profesora o maestra en escuelas, jardines de infantes y^x.A.UhculA-- PREFACIODISECCIONBKALUt" Xyi iIUS1btKHAkP. guarderas de varios pases de Amrica Latina y, en particular, del Brasil.Al poco tiempo de publicarse este libro en portugus, y hallndome en misin de trabajo en el Brasil, me propuse sondearinformalmentelaspercepcionesacercadelta entre las directoras y profesoras de escuelas pblicas que iba visitando en diversos estados. Casi todas dijeron sentirse contentas y halagadas con el trato de ta, asocindolo a cario y confianza por parte de sus alumnos,a mayor proximidad con los padres de familia, a ambiente escolar agradable, distendido, fluido. Mi mencin de un libro de Paulo Freire en el que ste pona en tela de juicio el apelativota,acusndolodecontribuirsubrepticiamentea deslegitimar y desprofesionalizar el papel docente, causabaporlogeneralestupor.Elestuporqueseprovoca cuando se tematiza y pone entre signos de interrogacin el sentido comn, la cotidianeidad, lo dado por obvio, lo que ha pasado ya a formar parte del reino de la ideologa. Porque lo cierto es que la palabra ta, en tanto portadora de imgenes fuertemente vinculadas al mbito de la familia y los afectos, satisface por vas insospechadas la necesidaddelatanansiadavalorizacin(porpartedelos alumnos, los padres, la comunidad), bloqueando la posibilidad de percibir su signo contradictorio, su efecto boo- merang sobre la identidad del educador.Estoesprecisamenteloquehacedelmodernota comodelapstol,elhroe,el jardinero,elgua,el conductor, el ejemplo, la vanguardia, y tantos otros smiles con los que se ha ensalzado convencionalmente el ego docente-unatrampamortal.Esaprofesora-taquese siente apreciada y querida, est aceptando que es su sobrenombre de ta el que evoca afecto, no su nombre y su papel propios de profesora, de maestra. Aceptando la candidez de la ta, acepta de hecho un conjunto designificados yxvi i i ROSA MARA TORRESreglas: las tas dan amor incondicional a sus sobrinos, se sacrifican por ellos, buscan en todo momento la armona familiar, no reclaman ni entran en conflicto en defensa de sus derechos. En ltima instancia, la ta, en principio y por principio, como subraya Freire, no puede hacer huelga.Profesora, s; ta, no, es el mensaje central, sencillo y profundo con el que Paulo Freire se propone llegar a los educadores a travs de este libro. Mensaje sencillo, altamente subversivo. Porque nos hace ver que el ttulo de ta como el de apstol o el de sembrador de semillas o el de forjador de juventudes confunde y adormece, encandila y posterga, y no ha trado de hecho consigo ni mejores salarios ni mayor estatus ni condiciones adecuadas de trabajo ni profesionalizacin ni perspectiva de futuro. Porque nos recuerda que el apelativo de profesora maestra, educadora tiene valor y dignidad por s mismo, y no necesita ni de smiles grandilocuentes ni de apodos ni de disfraces vorgonzantes facilitador,monitor,coordinador,organizador del aprendizaje, gestor pedaggico. Porque, al desenmascarar a la ta y restituir a la profesora su derecho a dar y recibir afecto en tanto profesora, nos permite reconocer que el amor es parte integral de la calidad tanto del educador como de la educacin.ROSA MARA TORRES Nueva York, octubre de1994INTRODUCCINNo s si quien lea este libro ver con facilidad el placer con que lo he escrito.Fueron casi dos meses en los que entregu parte de mis das a su redaccin, la mayor parte en mi escritorio, en nuestra casa, as como en aviones y cuartos de hoteles. Pero no fue slo con placer que escrib estetrabajo.Lo escrib impulsado por unfuertesentimientodecompromisotico-polticoyconunadecidida preocupacin por la comunicacin que anhelo establecer en todos los instantes con sus probables lectores y lectoras.Precisamente porque estoy convencido de que el logro de la comprensindel texto no es tarea exclusiva desu autor sino tambin del lector, durante todo el tiempo en el que lo escrib, me esforc en el ejercicio de desafiar a las lectoras y a los lectores a entregarse a producir tambin su comprensin de mis palabras. Es por eso por lo que hago observaciones y sugerencias, casi con miedo de cansar a los lectores hacindolosutilizar instrumentos como diccionarios y enciclopedias para que no abandonen la lectura del texto por no conocer el significado tcnico de tal o cual palabra.Confo en que ningn lector o lectora dejar de leer este libro en su totalidad simplemente porque le falt decisin para trabajar un poco ms. Que abandone la lectura porque el libro no le agrada, porque el libro no coincide con sus aspiraciones poltico-pedaggicas, es un derecho que tiene. De cualquier manera siempre es bueno leer los textos que defienden posiciones polticas diametralmente opuestas a las nuestras. En primer lugar porque al hacerlo aprendemos[1]2INTRODUCCINasermenossectarios,msradicales,msabiertos;en segundo lugar porque acabamos por descubrir que no slo aprendemos con lo que es diferente de nosotros sino hasta con lo que es nuestro contrario.Recientementetuveunaexperienciaprofundamente significativaenestesentido.Casualmenteconocaun empresario que segn me dijo, riendo al final de nuestra pltica, me vea como una especie de malhechor del Brasil. Reminiscencias de lo que se deca de n\ en algunos peridicos de los aos sesenta.Fueunplacer conocerlo decercu.n 0dira queme convert a sus ideas pero cambi radicalmente mi apreciacin sobre usted, me dijo convincente.Volv a casa contento. De vez en cuando Brasil mejora, a pesar de las recadas que lo aquejan.Comoyahesubrayadoanteriormente,unapreocupacin que no poda dejar de acompasarme durante todo estetiempo enelquemehededicatj0a escribiryleer simultneamenteestelibroeslaqut mecompromete, desdehace mucho,enla lucha enftivor deuna escuela democrtica.Deuna escuela que,al a Vez que contina siendo un tiempo-espacio de produccin de conocimiento enelqueseenseayenelques