CARTAS DE TOGO -Segunda parte-

Querido amigo español:

Me llamo Emmanuel Atekpé. Tengo 29 años y desearía entrar en contacto con cualquier joven español de aproximadamente mi mis-ma edad para compartir con él las experien-cias de nuestros dos países. He recibido una formación en Sociología en la Universidad de Lomé (Togo), y actualmente estoy empleado en una pequeña ONG (Organización No Gu-bernamental) del lugar con base en Sotou-boua, ciudad situada en la región central del país. Asumo en dicha ONG la función de Agente de Acompañamiento y Seguimiento, y estoy afectado en una de las cuatro zonas como Jefe de Zona.

Mi país, Togo, está situado en África del Oes-te y tiene una superficie de 56.600 km2, con unos 5'5 millones de habitantes. Togo tiene la triste suerte de estar clasificado entre los países más pobres del mundo, sin poder hacer nada para aliviar el sufrimiento de las poblaciones que necesitan hasta el mínimo vital para sobrevivir, mientras vosotros os podéis jactar a diario de ser uno de los países mejor abastecidos del mundo. Algunos paí-ses de los más industrializados del mundo deben su progreso al África que entrega a un precio vil su mano de obra. Las grandes fir-mas, las minas, las plantaciones, son, entre otros, los lugares de trabajo donde son em-pleados los países del tercer mundo, a menu-do en condiciones muy deplorables.

Con razón se imagina a Occidente como el paraíso (el Eldorado), lo que no supone que se haya de presentar los países más pobres del mundo entre los de África como el infier-no. Los turistas que se atreven a poner el pie en nuestra tierra narran cantidad de atroci-dades sobre nuestros países. Escuchándolas, no se oye hablar más que de la miseria, de guerras por un lado y otro que, por otra par-te, organizáis vosotros para saciar vuestros intereses. En el momento en que se esperan de vosotros acciones concretas en favor de los países más pobres, nos hundís más. Pas-áis el tiempo multiplicando las conversacio-

CARTAS DE TOGO

Los países más industr ial izados deben

su progreso a Afr i ca

Sotouboua, 21 de agosto del 2007

nes entre países del G-8, sin hacer luego na-da. El colmo de esta historia es el triste desti-no reservado a nuestros intelectuales que piensan encontrar la salvación entre voso-tros. Asumen, con las manos atadas, funcio-nes como hombres o mujeres del hogar, pa-naderos, sirvientes, guardas, etc., con unos salarios que apenas les permiten pagar sus alquileres y alimentarse. Y por si esto no bas-tara, muchos de esos países repatrían sin condiciones a los expatriados de los países con tantas carencias.

Si vosotros queréis comprender nuestra amargura, pensad que también nosotros queremos comer (cuantitativa y cualitativa-mente), vestir bien, tener medios para cui-darnos, pues sabéis bien que, con ayuda de la pobreza, nuestros países son muy vulnera-bles en todos los planos. Los casos de infec-ción del SIDA/VIH suponen en estos países quizá el mayor porcentaje de infección, y Oc-cidente no hace nada para aliviar las penas de estos millones de habitantes.

Evidentemente no todo es únicamente negro si tenemos que bosquejar un juicio sobre la naturaleza de las relaciones entre vuestros países y nosotros. Os agradecemos los es-fuerzos que se hacen para financiar proyec-tos, y el fracaso de muchos de ellos nos es imputable a nosotros. Sin ser políticos, cons-tatamos tristemente que en nuestros países la mala gestión no permite la continuidad de las actuaciones.

No quisiéramos terminar esta carta sin ex-presar el deseo de que muchos occidentales se acerquen a nuestros países para pasar al menos un semestre, y que puedan así apre-ciar mejor las capacidades, las potencialida-des y, por qué no, el sufrimiento de nuestros países.

No os veréis defraudados, porque en Togo somos conocidos por nuestra legendaria hos-pitalidad.

Con simpatía para vosotros los españoles.

Emmanuel Atekpé

Tomado de www.marianistas.org

CARTAS DE TOGO

Querido hermano:

Permítame en primer lugar felicitarle por su iniciativa, tan digna de alabanza. Que EL SEÑOR, DIOS DE AMOR, DE JUSTICIA Y DE PAZ, inspirador de su iniciativa, por interce-sión de MARÍA, Nuestra Señora del Pilar, se digne bendecirle y colmarle, como también a todos los españoles, de sus múltiples gracias.

La autora de esta carta es una togolesa lla-mada Félicité Gnim-Bèlo NDAKPAZÉ, nacida el 24 de marzo de 1980 en Kara, una ciudad situada al norte de Togo. Soy la segunda y única chica de los cinco hijos de mis padres: tengo un hermano mayor y tres hermanos más jóvenes. Somos una familia cristiana católica practicante. Vivimos con nuestro padre solo, pues perdimos a nuestra madre en octubre del año 2006. Acabo de obtener el diploma de Maestría en Letras y Ciencias Humanas, sección Geografía de la Población, en la Universidad de Kara, donde comencé mis estudios hace cuatro años. Somos la pri-mera promoción de este Universidad nacien-te, por lo que las condiciones de estudio no han sido las mejores. Ahora tengo que en-frentarme al paro, pues hoy es muy difícil encontrar trabajo en mi país, del que hablaré luego; por ello, no tengo medios para prose-guir los estudios del tercer ciclo.

Mi patria, Togo, es un pequeño país, un co-rredor que comparte sus límites con Burkina-Faso al norte, Benín al este Ghana al oeste y el Océano Atlántico al sur. Togo, país de Áfri-ca occidental, tiene una superficie de 56.600 km2, con una población estimada de seis mi-llones de almas (habitantes). Su subsuelo rebosa de riquezas como el fosfato, el oro, el uranio, el hierro,... de modo que una buena explotación y una gestión racional permitir-ían a la mayoría de sus hijos tener una vida decente. Pero, por desgracia, enfrentado a numerosos problemas de gestión y de repar-to de los bienes públicos, Togo está hoy clasi-ficado entre los países subdesarrollados y endeudados, y atraviesa una crisis económi-ca interminable. En Togo el nivel de vida es muy bajo, de modo que las condiciones de vida son penosas. Nos contentamos con lo mínimo y vivimos día a día. La vida diaria está marcada por una extrema pobreza y un sufrimiento acrecentado para más de la mi-tad de sus habitantes. Los funcionarios y los jubilados tienen varios meses de retraso en sus salarios, que el Estado tiene dificultad para pagar. Desde 1990 mi país vive bajo el

La v ida en Togo se haya ser iamente hipotecada

Kara, 22 de agosto del 2007

CARTAS DE TOGO

Si yo fuera española ¿cómo viviría? ¿Cuál sería mi comportamiento? Bueno, estaría abierta a los demás, quienquiera que fuese, pues todos hemos sido creados por el mismo Dios: blancos, negros amarillos o rojos. Me convertiría en artesana de la solidaridad en-tre todos los hombres del universo, predicar-ía la mezcla entre los hombres, el reparto justo y equitativo de los bienes de la tierra. La lucha contra la discriminación racial sería mi divisa. Combatiría por la creación de obras humanitarias en beneficio de los po-bres.

Dicho esto, quiero expresar mi agradeci-miento a los españoles por:

la acogida que reserven entre ellos a los togoleses en el marco de sus estu-dios;

las becas que les concedan para ello; la venida y la instalación de ONGs

españolas a Togo para ayudar a la población a responsabilizarse de sí misma;

todas las acciones en el tema de la lucha contra el SIDA/VIH;

el apadrinamiento de familias pobres para ayudar a los alumnos o estudiantes;

en fin, por todas sus actuaciones de lucha contra la pobreza.

peso de sanciones impuestas por los países de la Unión Europea y está severamente marcado por la opinión internacional a causa de un déficit democrático. En pocas palabras, digan lo que digan nuestros dirigentes, la vi-da en Togo, mi país, se halla seriamente hipotecada.

Nuestros hermanos europeos y, de rebote, los españoles, han alcanzado la cima del de-sarrollo porque lo han querido y buscado. Pero nosotros los africanos no estamos aún al final del túnel a causa de la falta crónica de voluntad por parte de nuestros dirigentes que no buscan sino sus propios intereses en detrimento de la población.

En cuanto a los reproches que podemos haceros, evocaré en primer lugar el descono-cimiento de nuestros países por parte de la mayoría de los europeos: son menos nume-rosos los españoles que saben que existe en África un Estado como el Togo. Luego, algu-nos subestiman aún hoy a los africanos, sim-plemente por el color de su piel. La prueba es lo difícil que resulta para un togolés obte-ner un visado para ir a Europa. Un ejemplo concreto: en julio de 1997 mi papá tenía que ir ahí, a España, concretamente a Liria, para participar en el Encuentro Internacional de las CLM (Comunidades Laicas Marianistas), pero le negaron el visado.

Sin embargo, aparte este aspecto, algunos como usted tienen la voluntad de conocernos y de ayudarnos, sobre todo ayudarnos a salir de la pobreza. Le estamos muy agradecidos y rogamos a DIOS que le sostenga en su labor.

CARTAS DE TOGO

Os dirijo mis saludos fraternales.

Quedo en unión de oración con vosotros. Gracias.

Srta. Félicité N’dakpazé

Tomado de www.marianistas.org

Hermanos de los países desarrollados, cual-quiera que sea la naturaleza de la ayuda que realicéis, exigid siempre cuentas de la ges-tión y de los destinatarios, para estar seguros de que las poblaciones a las que la dirigís se-an siempre las verdaderas beneficiarias; por-que en la mayoría de los casos vuestras ayu-das no llegan a sus destinatarios, sino que aprovechan sólo a los que más poseen.

Por fin, hermanos españoles, seréis bienveni-dos a Togo, tierra de acogida. Así podréis palpar nuestras realidades y estaréis más dispuestos a ser más abiertos y solidarios. Y además, en Togo no existe sólo la miseria: los togoleses son un pueblo muy acogedor, de una hospitalidad legendaria. Nuestro país abunda también en lugares turísticos que os maravillarán inmensamente. (En Togo estar-éis en vuestra casa!

CARTAS DE TOGO

Pues bien, togoleses y españoles, unámonos para construir un mundo mejor, un mundo de Justicia, de Paz y de Amor, porque EL SEÑOR nos lo pide cada día.