Cartas Sobre La Mesa

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Novela de Agatha Christie

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Cartas sobre la mesaSobrecubiertaNoneTags: UnknownUnknownCARTAS SOBRE LA MESAAGATHA CHRISTIEINDICEGUA DEL LECTOR 4ADVERTENCIA DE LA AUTORA 5CAPTULO PRIMERO EL SEOR SHAITANA 6CAPTULO II COMIDA EN CASA DEL SEOR SHAITANA 10CAPTULO III UNA PARTIDA DE BRIDGE 16CAPTULO IV EL PRIMER ASESINO? 22CAPTULO V EL SEGUNDO ASESINO? 29CAPTULO VI EL TERCER ASESINO? 34CAPTULO VII EL CUARTO ASESINO? 38CAPTULO VIII CUL DE ELLOS? 41CAPTULO IX EL DOCTOR ROBERTS 48CAPTULO X EL DOCTOR ROBERTS (CONTINUACIN) 55CAPTULO XI LA SEORA LORRIMER 61CAPTULO XII ANNE MEREDITH 66CAPTULO XIII EL SEGUNDO VISITANTE 71CAPTULO XIV EL TERCER VISITANTE 78CAPTULO XV EL MAYOR DESPARD 84CAPTULO XVI EL TESTIMONIO DE ELSIE BATT 89CAPTULO XVII EL TESTIMONIO DE RHODA DAWES 93CAPTULO XVIII T EN EL ENTREACTO 99CAPTULO XIX DELIBERACIN 104CAPTULO XX EL TESTIMONIO DE LA SEORA LUXMORE 114CAPTULO XXI EL MAYOR DESPARD 119CAPTULO XXII LAS PRUEBAS DE COMBREACE 123CAPTULO XXIII EL TESTIMONIO DE UN PAR DE MEDIAS DE SEDA 125CAPTULO XXIV ELIMINACIN DE TRES ASESINOS? 130CAPTULO XXV LA SEORA LORRIMER HABLA 133CAPTULO XXVI LA VERDAD 136CAPTULO XXVII TESTIGO PRESENCIAL 141CAPTULO XXVIII SUICIDIO 144CAPTULO XXIX ACCIDENTE 151CAPTULO XXX ASESINATO 156CAPTULO XXXI CARTAS SOBRE LA MESA 160GUA DEL LECTOREn un orden alfabtico convencional relacionamosa continuacin los principales personajes queintervienen en esta obraASTWELL: Asistenta de las seoritas Meredith y Dawes.BATT (Elsie): Doncella que fue de la seora Luxmore, viuda de un conocido botnico, supuesto asesinado.BATTLE: Superintendente y uno de los mejores elementos de Scotland Yard.BURGUESS: Agraciada muchacha, secretaria del doctor Roberts.DAWES (Rhoda): Amiga ntima de Meredith, con la cual convive.DESPARD (John): Mayor del ejrcito, joven, alto, distinguido.LORRIMER: Mujer elegante, sexagenaria, inteligente y muy culta.MEREDITH (Anne): Hermosa muchacha de veinte aos, de posicin modesta, que vive a costa de Rhoda Dawes.O'CONNOR: Sargento de polica.OLIVER (Ariadne): Autora de novelas policacas, mujer elegante y furibunda feminista.RACE: Coronel del Servicio Secreto.ROBERTS (Goffrey): Notable doctor y verdadero hombre de mundo.SHAITANA: Hombre enigmtico, rico y que es asesinado en su domicilio.ADVERTENCIA DE LA AUTORAExiste la idea, bastante generalizada, de que una novela policaca tiene cierto parecido a una carrera de caballos, pues como sta, toman la salida un determinado nmero de participantes, igual que hacen los caballos y sus jinetes. Pueden ustedes apostar por el que prefieran. Pero, de comn acuerdo, el favorito suele ser precisamente el opuesto al que lo sera en dichas carreras. En otras palabras: es un personaje completamente extrao a la cuestin. Localicen a quien parezca haber tenido oportunidades de cometer el crimen y, en el noventa por ciento de los casos, habrn acertado.Como no quiero que mis fieles lectores desechen este libro con disgusto, prefiero advertirles de antemano que la novela que van a leer no es de la clase a que antes me refiero. Solamente hay en ella cuatro participantes, cada uno de los cuales, con arreglo a determinadas circunstancias, pudo haber cometido el asesinato. Esto elimina, por fuerza, el factor sorpresa. Sin embargo, puede existir, segn creo, pues cada una de ellas ha delinquido ya y es capaz de realizar nuevos crmenes. Se trata de cuatro caracteres completamente diferentes. El motivo que los impulsa al asesinato es inherente a la forma de ser de cada uno de ellos y, en consecuencia, tambin lo es el mtodo empleado. Por lo tanto, las deducciones que se hagan deben ser totalmente psicolgicas; pero tal cosa no deja de ser interesante, pues una vez que todo est dicho y hecho, es la mente del criminal lo que reviste mayor importancia.Debo decir, como argumento adicional en favor de esta novela, que fue uno de los casos favoritos de Hrcules Poirot. No obstante, su amigo, el capitn Hastings, lo encontr muy insustancial cuando el detective se lo relat. Me agradara saber con quin de los dos estarn de acuerdo mis lectores.Captulo primeroEL SEOR SHAITANAMi apreciado monsieur Poirot!Era una voz suave y acariciadora; una voz usada deliberadamente como instrumento. En ella no haba nada impulsivo e impremeditado. Hrcules Poirot dio media vuelta. Se inclin y estrech ceremoniosamente la mano que le tenda el otro.En los ojos del detective se reflej una expresin extraa. Poda decirse que aquel encuentro casual haba despertado en l una emocin experimentada en raras ocasiones.Mi estimado seor Shaitana dijo.Ambos callaron. Parecan dos duelistas en garde.Alrededor de ellos se arremolinaba, con sosiego, una masa de londinenses lnguidos y bien vestidos. Se oa el murmullo de las voces.Precioso...! Exquisito...!Son divinas, no te parece, querida?Se encontraban en la exposicin de cajas de rap que se celebraba en la Wessex House. El precio de la entrada, una guinea, se destinaba a los hospitales de Londres.Qu agradable verle de nuevo! dijo el seor Shaitana. Escasea el trabajo de colgar o guillotinar a la gente? Decae la actividad del mundo criminal... o va a ocurrir aqu un robo esta misma tarde...? Sera estupendo.Siento decepcionarle, monsieur contest Poirot; pero mi presencia en esta exposicin se debe a motivos puramente particulares.La atencin del seor Shaitana recay, de momento, sobre una Adorable Jovencita que llevaba unos apretados rizos en un lado de su cabeza y tres cucuruchos de paja negra en el otro.Pero, cmo no vino a mi ltima fiesta? pregunt el seor Shaitana. Fue maravillosa! Gran idad de gente habl conmigo. Psmese! Hasta una seora me dijo: Cmo est usted?, Adis gracias; pero la pobre era provinciana, desde luego.Mientras la Adorable Jovencita contestaba adecuadamente a estas razones, Poirot estudi con detenimiento el hirsuto adorno que campeaba sobre el labio superior del seor Shaitana.Era un buen bigote; muy elegante. Tal vez nico bigote que en Londres poda competir con el de monsieur Hrcules Poirot.Pero no es tan exuberante dijo para s mismo. No; no hay duda de que es inferior en todos los aspectos. Tout de mme llama la atencin.Toda la persona del seor Shaitana llamaba la atencin, pues tal era la intencin del propio interesado. Quera que su aspecto fuera lo ms mefistoflico posible. Era alto y delgado, de cara larga y melanclica en la que resaltaban unas cejas fuertemente acentuadas y negras como el azabache. Llevaba un bigote con las puntas engomadas y una perilla negra. Sus ropas eran obras de arte; de correctsimo corte, aunque con cierto aire grotesco.Todo buen ingls, cuando topaba con l, senta un ardiente deseo de darle un puntapi. Y decan para su capote con una singular falta de originalidad: Ah viene ese maldito dago[1] de Shaitana.Las esposas, hijas, hermanos, tas, madres y hasta las abuelas de tales ingleses, si bien variaban las palabras de acuerdo con su propia generacin, solan decir tambin frases parecidas a sta: Ya lo s, querida. Tiene un aspecto algo tremebundo, desde luego. Pero es rico...! Y, da unas fiestas tan magnficas...! Adems, siempre tiene alguna cosa divertida y maliciosa que contarte acerca de la gente.Nadie saba si el seor Shaitana era sudamericano, portugus, griego o de cualquier otra de las nacionalidades despreciadas por los britnicos.Pero tres hechos eran ciertos por completo.Viva lujosamente en un costoso piso de Park Lane.Daba fiestas de todas clases: grandes, pequeas, macabras, respetables y extravagantes.Era un hombre a quien casi todos teman.Esto ltimo era difcil de expresar con palabras concretas. Tal vez era debido a que daba la sensacin de saber muchas cosas ms de las convenientes acerca de todo el mundo. Y a esto una un especial sentido del humor.La gente intua que era mejor no arriesgarse, ofendiendo al seor Shaitana.Aquella tarde, su humor le incitaba a fastidiar al hombre de aspecto ridculo, llamado Hrcules Poirot.De modo que un polica tambin necesita distraerse? observ. Se interesa usted por el arte a una edad demasiado avanzada, monsieur Poirot.El detective sonri.Ya he visto que envi usted tres cajas de rap a la exposicin dijo.El seor Shaitana agit una mano con gesto de excusa.Algunas veces me dedico a comprar bagatelas. Deba usted venir un da por mi casa. Tengo algunas piezas interesantes. Pero no me limito a ningn perodo en particular ni a objetos determinados.Sus gustos son ortodoxos coment Poirot sonriendo.Exactamente.De pronto, los ojos del seor Shaitana brillaron, levant las comisuras de los labios y sus cejas se arquearon.Hasta le puedo ensear varias cosas relacionadas con su profesin, monsieur Poirot anunci.Acaso tiene un Museo negro particular?Bah! el seor Shaitana chasque los dedos con desdn. La taza que utiliz el asesino de Brhton, las herramientas de un clebre ladrn... todo eso son chiquilleras absurdas. Yo no me preocupo por esa basura. Me gusta coleccionar lo mejor de cada caso.Y hablando artsticamente, qu objetos considera usted mejores en el crimen? pregunt Poirot a la espera impaciente de la respuesta.El seor Shaitana se inclin y apoy los dedos sobre el hombro del detective. Contest con acento dramtico y voz sibilante:Los seres humanos que lo cometen, monsieur Poirot.Las cejas de ste se levantaron un poco.Aja! Le he sorprendido exclam el seor Shaitana. Mi estimado amigo, usted y yo consideramos estas cosas desde diferentes puntos de vista. Para usted, el crimen es una mera rutina: un asesinato, una investigacin, una pista y, por ltimo, el descubrimiento del asesino, pues indudablemente usted es un experto en la materia. Pero esas trivialidades no me interesan! No me atraen los ejemplares de poco valor. Y un asesino descubierto es, necesariamente, algo que tiene un defecto. Algo de segunda clase. No; yo considero el asunto desde el punto de vista artstico. Slo colecciono lo mejor!Y qu es lo mejor? pregunt Poirot.El que ha logrado escapar. El que ha tenido xito! El criminal que disfruta de una vida agradable y sobre el cual no se tiene ni la ms mnima sospecha. Debe usted admitir que mi distraccin es muy divertida.Estaba pensando en otra palabra... y no era precisamente divertida.Una idea! exclam Shaitana sin hacer caso de la observacin de Poirot. Una pequea reunia comida para que tenga la oportunidad de conocer mi coleccin! Ha sido una ocurrencia divertida, de veras. No s cmo no pens antes en ella. S... s; eso... exactamente. Dme un poco de tiempo... la prxima semana no podr ser, digamos la siguiente. No tendr ningn compromiso? Qu da podemos elegir?Si es dentro de dos semanas, cualquier da me conviene respondi Poirot inclinndose.Bien... entonces pongamos el viernes. El viernes, da dieciocho. Lo anotar en mi agenda. Desde luego, la idea me satisface enormemente.Pues yo no estoy tan seguro de ello replic Poirot con lentitud. No quiero decir con eso que desprecie su amable invitacin... no; no es eso...Shaitana le interrumpi.Pero ha quedado conmovida su sensibilidad burguesa, verdad? Amigo mo, debe usted desembarazarse de las limitaciones que impone la mentalidad de un polica.Realmente, tengo un concepto absolutamente burgus acerca del asesinato replic el detective.Pero, por qu? Cuando se trate de un asunto estpido, vulgar, sanguinario... s; estoy de acuerdo con usted. Pero el asesinato puede ser un arte! Y el asesino un artista.Lo admito.Entonces, qu? pregunt el seor Shaitana.De todos modos, no deja de ser un asesino.Estoy convencido, monsieur Poirot, de que el hacer una cosa extremadamente bien, constituye en s una justificacin. Usted, dejando a un lado de toda imaginacin, quiere coger el asesino, esposarle, encerrarle en la crcel, y finalmente hacer que le rompan el cuello en las primeras horas de la maana. En mi opinin, un asesino realmente afortunado debiera tener derecho a que el Estado le pagara una pensin, y yo no tendra inconveniente en invitarle a comer.Poirot se encogi de hombros.No soy tan indiferente al arte en el crimen, como usted supone. Puedo sentir admiracin hacia el asesino perfecto... como podra admirar tambin a un tigre... que es una fiera esplndida. Pero lo admirara desde el exterior de la jaula. No entrara en ella, a no ser que mi deber me obligara. Porque, como usted sabe, seor Shaitana, el tigre puede saltar y...Su interlocutor ri.Comprendo. Y el asesino...?Puede matar coment Poirot gravemente.Pero qu alarmista es usted! Entonces, no quiere venir a ver mi coleccin de... tigres?Al contrario. Tendr mucho gusto.Qu intrpido!No me ha entendido usted del todo, seor Shaitana. Con mis palabras quera prevenirle. Quiso hacerme admitir que su idea de coleccionar asesinos era divertida. Le dije que, en lugar de divertida, poda emplear otra palabra. Peligrosa, dira yo. Creo, seor Shaitana, que su distraccin puede serlo.El otro lanz una risotada mefistoflica.Le espero, pues, el da dieciocho; de acuerdo?Poirot hizo una reverencia.Puede usted esperarme ese da. Mille remerciments.Arreglar una pequea reunin dijo Shaitana, como si hablara consigo mismo. No se olvide. A las ocho.Durante unos momentos, Poirot contempl cmo se alejaba.Despus sacudi lentamente la cabeza con aspecto pensativo.Captulo IICOMIDA EN CASA DEL SEOR SHAITANALa puerta del piso que ocupaba el seor Shaitana se abri silenciosamente. Un mayordomo de cabellos grises se apart para que pasara Poirot. Cerr despus con tanto cuidado como abri y ayud eficientemente al invitado a que se despojara del abrigo y sombrero.A quin anuncio, por favor? pregunt con voz baja e inexpresiva.A monsieur Hrcules Poirot.Un rumor de conversaciones se difundi por el vestbulo cuando el mayordomo abri una puerta y anunci:Monsieur Hrcules Poirot.Shaitana se adelant para recibirle, llevando un vaso de jerez en la mano. Iba inmaculadamente vestido, como acostumbraba. Su aspecto mefistoflico haba crecido de punto aquella noche y sus cejas parecan ms acentuadas debido a la expresin burlona que las levantaba.Permtame que le presente... conoce usted a la seora Oliver?La teatralidad que haba en l qued satisfecha al ver el pequeo gesto de sorpresa que hizo Poirot.La seora Ariadne Oliver pasaba por ser una de las principales escritoras de novelas policacas y otros asuntos sensacionales. Escriba de forma amena, aunque no muy gramaticalmente, artculos que aparecan en diversas revistas relacionadas con el crimen y sus problemas. Era tambin una furibunda feminista y cuando algn asesinato famoso ocupaba la atencin de la Prensa, poda darse por sentado que se publicara una entrevista con la seora Oliver, en la que dira: Ah; si una mujer estuviera al frente de Scotland Yard! Crea firmemente en la intuicin femenina.Por lo dems, era una mujer agradable, de mediana edad, que vesta con elegancia, aunque de una forma bastante desaliada. Tena bonitos ojos, hombros erguidos y una gran cantidad de pelo gris, con el que continuamente estaba haciendo experimentos. Unos das su aspecto era altamente intelectual, pues se peinaba con el pelo recogido en un moo sobre la nuca. En otras ocasiones, la seora Oliver apareca de repente con el pelo ondulado, estilo Madonna, o con gran cantidad de rizos revueltos. Aquella noche llevaba flequillo.Con su agradable voz de tono profundo salud a Poirot, a quien ya haba sido presentada anteriormente en una comida literaria.Y al superintendente Battle, conocido de usted sin duda alguna prosigui Shaitana.Un hombre corpulento y macizo, de rudas facciones, se adelant. El superintendente, no slo daba la impresin a quien lo viera de que estaba tallado en madera, sino que se esforzaba en patentizar que la madera en cuestin era de una dureza extraordinaria.Battle tena fama de ser uno de los mejores elementos de Scotland Yard, aunque su aspecto fue siempre estlido y un tanto estpido.Ya conozco a monsieur Poirot dijo.Su rgida cara se distendi en una sonrisa y luego volvi a tomar la apariencia inexpresiva de antes.El coronel Race continu Shaitana.Poirot no haba sido presentado con anterioridad al coronel Race, pero saba algo acerca de l. Era un hombre enigmtico, elegante, profundamente bronceado por el sol y de unos cincuenta aos de edad. Por lo general, poda encontrrsele en cualquier lugar remoto del Imperio... sobre todo si por all se fraguaba algn disturbio. Servicio Secreto es un trmino melodramtico, pero con l se puede describir llanamente y con exactitud la naturaleza y alcance de las actividades del coronel Race.Poirot entendi entonces y valor adecuadamente el significado especial que contenan las intenciones humorsticas de su anfitrin.Los dems invitados se han retrasado dijo el seor Shaitana. Tal vez tenga yo la culpa, pues creo que los cit para las ocho y cuarto.En aquel momento se abri la puerta y el mayordomo anunci:El doctor Roberts.El hombre entr en la habitacin con los modales rpidos que los mdicos utilizan cuando visitan a sus enfermos. Era un individuo jovial, de rostro encarnado y edad mediana. Tena ojos pequeos y brillantes, ciertos indicios de calvicie, tendencia al embonpoint y un aspecto general de mdico bien lavado y desinfectado. Sus maneras eran alegres y resueltas. Daba la sensacin de que los diagnsticos que formulara tenan que ser necesariamente correctos; sus tratamientos agradables y prcticos... quizs un poco de champaa durante la convalecencia. Un hombre de mundo, en todos los aspectos.Espero que no habr llegado tarde dijo el doctor Roberts cordialmente.Estrech la mano del anfitrin y fue presentado a los dems invitados. Pareci particularmente satisfecho de conocer a Battle.Caramba! exclam. Usted es uno de los peces gordos de Scotland Yard, verdad? Muy interesante! Ya s que es mala cosa hacerle hablar de su profesin ahora, pero le advierto que tratar de que lo haga. Posiblemente no sea muy conveniente para un mdico, pero siempre me ha interesado el crimen. No debo confesarlo a mis pacientes nerviosos... Ja, ja!La puerta volvi a abrirse.La seora Lorrimer.Era una mujer elegantemente vestida, de unos sesenta aos. Sus facciones estaban firmemente diseadas; llevaba arreglado con mucho gusto el cabello gris y tena una voz clara e incisiva.Supongo que no me habr retrasado dijo, avanzando hacia el seor Shaitana.Luego salud al doctor Roberts, a quien ya conoca.El mayordomo anunci:El mayor Despard.El recin llegado era un joven alto, delgado y distinguido. Una cicatriz en la sien le desfiguraba algo la cara. Despus que fue presentado gravit naturalmente hacia donde estaba el coronel Race y pronto estuvieron los dos hablando de deportes y comparando sus experiencias en el safari.Por ltima vez se abri la puerta y el mayordomo anunci:La seorita Meredith.Era una muchacha de poco ms de veinte aos. De mediana estatura y aspecto gallardo, unos rizos castaos le caan sobre el cuello y sus ojos eran grandes, aunque un tanto separados. Llevaba la cara empolvada, sin rastro de maquillaje. Hablaba con lentitud y un poco tmidamente.Dios mo! exclam. Soy la ltima?El seor Shaitana se apresur a recibirla con un vaso de jerez y una respuesta adornada y galante. Hizo las presentaciones con mucha formalidad y ceremonia.La seorita Meredith qued por fin al lado de Poirot, bebiendo su vaso de jerez.Nuestro amigo es muy puntilloso observ el detective sonriendo.La muchacha asinti.Desde luego. La gente no se preocupa actualmente de las presentaciones. Se limitan a decir Espero que ya conocer a todos, y te dejan en mitad de la reunin, sin ms aclaraciones.Tanto si conoces a los dems como si no, verdad?Eso es. Algunas veces se siente una confusa... pero creo que el sistema del seor Shaitana infunde mucho ms temor.Titube un momento y luego pregunt:Aqulla es la seora Oliver, la novelista?En aquel momento se oy sobre los dems la voz grave de la aludida, que hablaba con el doctor Roberts.No puede usted ignorar el instinto de una mujer, doctor. Las mujeres conocen esas cosas.Olvidndose de que no iba peinada con el pelo sobre la nuca, trat de alisarlo hacia atrs, pero se lo impidi el flequillo.S; sta es la seora Oliver dijo Poirot.La que escribi Un cadver en la biblioteca?La misma.La seorita Meredith frunci el entrecejo.Y ese hombre de cara de palo... dijo el seor Shaitana que es un superintendente?S; de Scotland Yard.Y usted?Y yo?Le conozco muy bien, monsieur Poirot. Fue usted quien en realidad descubri el misterio de la Gua de ferrocarriles.Me llena usted de confusin, mademoiselle.La seorita Meredith volvi a juntar las cejas.El seor Shaitana... empez a decir, pero call. El seor Shaitana...Poirot coment sosegadamente:Pudiera decirse que est obsesionado por el crimen. Al menos, lo parece. No hay duda de que desea or cmo disputamos entre nosotros. Ya est incitando a la seora Oliver contra el doctor Roberts. Ahora discuten sobre los venenos que no dejan rastro.La joven tembl un poco al decir:Qu hombre tan extravagante!El doctor Roberts?No; el seor Shaitana.Volvi a estremecerse.Hay algo en l que asusta dijo. Nunca se sabe qu cosas considera como divertidas. Pudiera ser... pudiera ser que le gustara la crueldad.Como las caceras de zorras?La seorita Meredith le dirigi una mirada de reproche.Quera decir... Oh! Me refera a la refinada crueldad oriental.Tal vez tenga una mente tortuosa admiti Hrcules Poirot.De atormentador?[2].No, no. Dije tortuosa.De todas formas, creo que no me gusta en absoluto confes la muchacha bajando la voz.No obstante, le gustar la comida asegur Poirot. Tiene un cocinero maravilloso.Ella lo mir con recelo y luego ri.Vaya! Ya veo que tambin es usted humano.Claro que lo soy!Comprndame dijo la seorita Meredith. Es que todas estas celebridades intimidan un poco.Mademoiselle, no debe usted intimidarse... En todo caso, debiera estar fuertemente emocionada. Deba tener listo su libro de autgrafos y la estilogrfica.Pero a m no me interesan los asuntos relacionados con el crimen, ni creo que le interesan a ninguna mujer. Los hombres son los nicos que leen novelas policacas.Hrcules Poirot suspir con afectacin.Ay! murmur. Qu no dara yo ahora por ser un astro cinematogrfico, aunque fuera de pocanitud!El mayordomo abri la puerta de par en par.La comida est servida anunci.El pronstico de Poirot se cumpli ampliamente. La comida fue exquisita y perfecta en sus detalles. Luz suave, maderas pulidas y el centelleo azul del cristal irlands. En la penumbra, sentado en la cabecera de la mesa, el seor Shaitana tena un aspecto ms diablico que nunca.Pidi disculpas con elegancia, sobre el nmero desigual de seoras y caballeros.La seora Lorrimer tom asiento a su derecha y la seora Oliver a la izquierda. La seorita Meredith se sent entre el superintendente Battle y el mayor Despard, y Poirot entre la seora Lorrimer y el doctor Roberts.No vamos a permitir que acapare durante toda la noche a la nica chica bonita que tenemos. Ustedes los franceses no pierden el tiempo, verdad?No lo s. Soy belga contest Poirot.Tanto da por lo que se refiere a las mujeres coment el mdico alegremente.Despus, bajando el tono jocoso y adoptando el profesional, empez a hablar con el coronel Race acerca de los ltimos descubrimientos en el tratamiento de la enfermedad del sueo.La seora Lorrimer se volvi hacia Poirot e inici la conversacin hablando sobre las ltimas obras teatrales estrenadas. Sus juicios eran sensatos, as como las crticas que formul. Derivaron luego al tema de los libros y por fin al de la poltica mundial. Poirot apreci en ella una mujer instruida y muy inteligente.En el lado opuesto de la mesa, la seora Oliver estaba preguntando al mayor Despard si conoca algunos venenos exticos o poco comunes.Pues... el curare dijo l.Eso es vieux jeu, querido amigo! Ha sido empleado centenares de veces. Me refiero a algo completamente nuevo!El mayor contest con sequedad:Las tribus primitivas estn algo chapadas a la antigua. Prefieren utilizar los materiales que sus abuelos y bisabuelos emplearon antes que ellos.Qu aburridos son! dijo la seora Oliver. Yo crea que estaban constantemente haciendo experimentos con hierbajos y cosas parecidas. Qu oportunidad para los exploradores! Cuando volvieran a casa podran matar a todos los tos ricos, con alguna nueva droga de la que nadie oy hablar.Eso debe usted buscarlo en los medios civilizados y no en las selvas coment Despard. En un laboratorio moderno, por ejemplo. Cultivos de grmenes, en apariencia inofensivos, que pueden producir enfermedades artificiales tan mortales como las genuinas.Eso no interesa a mis lectores. Adems, los nombres de esos bichos se prestan a confusin..., estafilococos, estreptococos... Muy complicados para que los escriba correctamente mi secretaria y, de todos modos, resultan algo aburridos, no cree? Qu opina usted, superintendente Battle?En la vida real la gente no se busca tantas complicaciones dijo el interpelado. Generalmente utilizan el arsnico porque es ms eficiente y no resulta difcil de conseguir.Tonteras replic la seora Oliver. Eso lo dice simplemente porque hay una infinidad de crmenes que ustedes, los de Scotland Yard, nunca podrn descubrir. Pero si tuvieran all una mujer...Puede decirse que tenemos...S; esas horribles mujeres polica que llevan un gorro ridculo y molestan a la gente en los parques. Yo me refiero a una mujer que ocupara un alto cargo. Las mujeres saben mucho acerca del crimen.Por regla general, son criminales con mucha suerte dijo el superintendente. No pierden la cabeza y es divertido verlos cmo mantienen con toda desfachatez sus mentiras.El seor Shaitana ri suavemente.El veneno es un arma femenina observ. Deben de existir muchas envenenadoras que nunca fueron descubiertas.Claro que las hay contest la seora Oliver, sirvindose un generoso mousse de foie gras.Un mdico tambin tiene oportunidad de ello prosigui el seor Shaitana con aspecto pensativo.Protesto dijo el doctor Roberts. Cuando envenenamos a nuestros pacientes es por puro accidente ri de buena gana.Pues si yo estuviera decidido a cometer un crimen... El seor Shaitana se detuvo y hubo algo en su pausa que llam la atencin de los dems.Todas las caras se volvieron hacia l.Creo que lo llevara a cabo con la mayor sencillez posible sigui. Siempre existe la posibilidad de que ocurre un accidente... que se dispare un arma sin querer, por ejemplo... o algn accidente de tipo domstico.Se encogi de hombros y cogi su copa de vino.Pero quin soy yo para decir estas cosas... con tantos expertos como hay aqu...?Levant la copa y al beber, la luz del candelabro reflej una mancha roja sobre su cara, el bigote engomado, la perilla y las fantsticas cejas...Hubo un momento de silencio y la seora Oliver dijo:Qu hora marca el reloj? Est pasando un espritu... No tengo los pies cruzados... debe ser un espritu malo!Captulo IIIUNA PARTIDA DE BRIDGECuando los invitados volvieron al saln, encontraron preparada una mesa de bridge. Se sirvi el caf y el seor Shaitana pregunt:Quin juega al bridge? Que yo sepa, la seora Lorrimer y el doctor Roberts. Juega usted, seorita Meredith?S, aunque no muy bien.Excelente. Y el mayor Despard? Bien. Qu les parece si ustedes cuatro jugaran aqu?Menos mal que habr partida dijo la seora Lorrimer en un aparte a Poirot. Soy una de las ms fervientes partidarias del bridge que existen. Es innato en m. No acepto ninguna invitacin si s que no vamos a jugar despus de la comida, pues me duermo irremediablemente. Estoy avergonzada de eso; pero es as.Eligieron las parejas. La seora Lorrimer la form con Anne Meredith y el mayor Despard con el doctor Roberts.Mujeres contra hombres dijo la primera cuando tom asiento y empez a barajar las cartas con manos expertas. Las cartas azules, no le parece, compaera? Soy algo caprichosa.Procuren ganar dijo la seora Oliver poniendo de manifiesto sus tendencias feministas. Demuestren a los hombres que no siempre pueden hacer lo que les d la gana.Las pobrecitas no tienen la menor posibilidad de ello observ el doctor Roberts mientras barajaba el otro paquete de cartas. Creo que le toca dar a usted, seora Lorrimer.El mayor Despard se sent lentamente. Miraba a la seorita Meredith como si acabara de descubrir que era verdaderamente bonita.Corte, por favor dijo la seora Lorrimer con impaciencia.Y el mayor, con un sobresaltado gesto de excusa, cort la baraja que le ofrecan.La seora Lorrimer empez a repartir las cartas con gesto prctico.Tenemos preparada otra mesa en la habitacin contigua dijo el seor Shaitana.Abri una puerta y los cuatro invitados restantes le siguieron hasta un saloncito confortablemente amueblado en el que haba dispuesta otra mesa de bridge.Tendremos que sortearnos dijo el coronel Race.Yo no juego anunci el dueo de la casa moviendo negativamente la cabeza. El bridge no me divierte.Los otros protestaron, manifestando que siendo as, preferan no jugar, pero Shaitana sostuvo con firmeza sus propsitos y, por fin, tomaron asiento. Poirot y la seora Oliver contra Battle y Race.El anfitrin los estuvo observando durante un rato. Sonri mefistoflicamente cuando vio con qu cartas declaraba la seora Oliver un dos sin triunfo y luego pas silenciosamente a la otra habitacin.Encontr a los dems jugadores con las caras serias, embebidos en los lances del juego. La subasta se haca con gran rapidez: Un corazn. Paso. Tres trboles. Tres picos.iamantes. Doblo. Cuatro corazones.El seor Shaitana observ el juego durante un momento, con la cara sonriente.Luego cruz la habitacin y se sent en un gran silln, al lado de la chimenea. En una mesilla contigua tena una bandeja con botellas. El resplandor del fuego se reflejaba en los protectores de cristal colocados ante el hogar.Como siempre fue un perito en el arte de la iluminacin, el seor Shaitana la haba dispuesto de tal forma en aquella estancia, que pareca alumbrada solamente por las llamas del fuego. Una lamparita con pantalla, colocada al lado de su silln, le permita leer si lo deseaba. Discretas luces indirectas daban al saln una luz ms viva sobre la mesa de juego, en torno a la cual seguan oyndose las mismas exclamaciones montonas.Una sin triunfo. Claro y decisivo... La seora Lorrimer.Tres corazones. Una nota agresiva en la voz... el doctor Roberts.Paso. Una voz tranquila... Anne Meredith.Siempre se produca una pausa antes de que hablara Despard. No era la vacilacin del hombre que piensa con lentitud, sino la del que quiere estar seguro antes de hablar.Cuatro corazones.Doblo.Con la cara coloreada por las llamas vacilantes, el seor Shaitana sonri.Y sigui sonriendo, mientras los prpados le temblaban un poco...Aquella fiesta le estaba resultando muy agradable.* * *Cinco diamantes. Game y Rubber dijo el coronel Race. Ha jugado muy bien, compaero se dirigi a Poirot. No cre que pudiera hacerlo. Hemos tenido suerte al no dejarles jugar su pico.No me parece que hubieran variado mucho las cosas replic el superintendente Battle, pues era un hombre de benvola magnanimidad.Haba cantado picos. Su compaera, la seora Oliver, tena ayuda a este palo, pero algo la haba movido a salir con un trbol... y los resultados fueron desastrosos.El coronel Race mir su reloj.Las doce y diez. Jugamos otra?Tendrn que perdonarme dijo el superintendente. Estoy adquiriendo la costumbre de irme temprano a la cama.Yo tambin convino Poirot.El resultado de los cinco rubber jugados durante la velada fue una aplastante victoria para el sexo fuerte. La seora Oliver perdi tres libras y siete chelines. Quien ms gan fue el coronel Race.Aunque jugaba muy mal al bridge, la novelista saba perder deportivamente. Pag sin que le faltara el buen humor.Esta noche me sali todo al revs dijo. Suele ocurrir algunas veces. Ayer, por ejemplo, tuve unas cartas estupendas. Ciento cincuenta honores, tres veces consecutivas.Se levant y recogi su bolso, conteniendo a tiempo el movimiento instintivo de alisarse el pelo hacia la nuca.Supongo que el seor Shaitana estar en la otra habitacin observ.Y seguida por los otros tres, entr en el saln.El dueo de la casa segua sentado al lado del fuego y los jugadores estaban absortos en el curso de la partida.Doblo los cinco trboles deca en aquel momento la seora Lorrimer con su voz fresca e incisiva.Cinco sin triunfo.Doblo.La seora Oliver se dirigi hacia la mesa. Por lo visto, aquella mano prometa ser interesante.El superintendente Battle la acompa.Race fue hacia donde estaba Shaitana y Poirot lo sigui.Nos vamos, Shaitana dijo el coronel.El interpelado no contest. Tena la cabeza inclinada sobre el pecho y pareca haberse dormido. Race dirigi una mirada de extraeza a Poirot y se acerc un poco ms. De pronto, lanz una exclamacin ahogada y se inclin hacia delante. Poirot se coloc inmediatamente a su lado y mir lo que sealaba el coronel... algo que poda ser un botn de camisa... pero que no lo era...El detective se inclin a su vez, tom una de las manos del seor Shaitana y la dej caer. Hizo un signo afirmativo al ver la mirada interrogante de Race y ste levant la voz y llam:Superintendente Battle; un momento, acrquese, por favor.El superintendente se acerc a ellos, mientras la seora Oliver quedaba viendo cmo se jugaban los cinco triunfos, doblados.No obstante su aspecto estlido, Battle era un hombre gil. Levant las cejas y pregunt en voz baja, cuando lleg junto a los otros:Ocurre algo?Con un ademn de cabeza el coronel Race seal la silenciosa figura del silln.En tanto que Battle se inclinaba, Poirot contempl pensativamente la cara del seor Shaitana. Ahora pareca una cara inocente, con la barbilla cada... sin la expresin diablica de antes...Hrcules Poirot sacudi la cabeza.El superintendente se incorpor. Haba examinado, sin tocarle el objeto que pareca un botn de la camisa del seor Shaitana... pero que no lo era. Battle levant tambin la flccida mano y la dej caer.Luego qued rgido, insensible, capaz, marcial... dispuesto a hacerse cargo eficientemente de la situacin.Un momento, por favor dijo.Su voz tena un tono oficial, tan diferente al que haba empleado durante la noche, que se volvieron hacia l todos los que estaban jugando. La mano de Anne Meredith qued sobre el as de picos que iba a recoger del juego del muerto.Siento comunicarles dijo Battle que nuestro anfitrin, el seor Shaitana, ha fallecido.La seora Lorrimer y el doctor Roberts se levantaron. Despard frunci el entrecejo y la seorita Meredith dio un ligero respingo.Est usted seguro?El doctor Roberts, dominado por su instinto profesional, cruz el saln con paso rpido.El superintendente Battle impidi que siguiera avanzando.Un momento, doctor Roberts. Puede decirme, primero, quin entr y sali de la habitacin desde que comenz la velada?Roberts lo mir fijamente.Entr y sali? No le entiendo. Nadie.Battle dirigi la vista hacia el otro lado.Es cierto, seora Lorrimer?Desde luego.Ni el mayordomo ni alguno de los criados?No. El mayordomo trajo esa bandeja cuando nos sentamos a jugar y no ha vuelto desde entonces.El superintendente mir a Despard y ste asinti sin proferir palabra.Anne Meredith, casi sin aliento, asegur:S..., s, eso es.Qu pasa aqu? pregunt Roberts con impaciencia. Deje que le reconozca. Puede haber sido sencillamente un mareo.No ha sido ningn mareo y siento decirles... que nadie deber tocarlo hasta que venga el mdico-forense. El seor Shaitana ha sido asesinado.Asesinado? un suspiro horrorizado e incrdulo lanzado por Anne.Una mirada fija, desconcertada, de Despard.Un agudo Asesinado? de la seora Lorrimer.Un Dios mo! del doctor Roberts.Battle hizo un lento signo afirmativo. Tena en aquel momento el aspecto de un mandarn de porcelana china. Su expresin era desconcertante.Apualado dijo. As ha ocurrido. Le han apualado.Luego formul una pregunta general.Alguno de ustedes se ha levantado de la mesa esta noche?Vio cuatro expresiones vacilantes... confundidas. Miedo... indignacin... congoja... horror; pero nada que le pudiera ayudar.Y bien? dijo.Sigui un momento de silencio, y luego el mayor Despard, que se haba levantado y qued firme como un soldado, con su cara de aspecto sensato vuelta hacia Battle, dijo tranquilamente:Creo que cada uno de nosotros abandon la mesa en varias ocasiones durante la velada; bien para preparar unas copas o para aadir lea al fuego. Yo hice las dos cosas. Cuando me acerqu a la chimenea, Shaitana estaba durmiendo en el silln.Durmiendo?Eso cre... s.Pudo estarlo dijo Battle. O pudo estar ya muerto. Lo averiguaremos dentro de poco. Les ruego que pasen a la habitacin contigua se dirigi a la inmvil figura que segua a su lado. Tal vez querr usted acompaarlos, coronel Race?El coronel hizo seguidamente un rpido gesto de comprensin.De acuerdo, superintendente.Los cuatro jugadores de bridge salieron lentamente por la puerta.La seora Oliver se sent en una silla al otro lado de la habitacin y empez a sollozar calladamente.Battle descolg el receptor del telfono y habl durante unos minutos. Luego se dirigi a los dems:La polica vendr en seguida. La Jefatura ordena que me haga cargo del asunto. El forense llegar dentro de un momento. Qu tiempo dira usted que ha transcurrido desde que lo mataron, monsieur Poirot? Yo opino que ms de una hora.Eso me parece. Es una lstima que no puedo ser uno ms exacto... que pudiera decir: Este hombre muri hace una hora, veinticinco minutos y cuarenta segundos.Battle asinti con aspecto abstrado.Estaba sentado justamente frente al fuego. Eso influye un poco. Sobre una hora... no ms de dos y media; es lo que dir el forense, estoy seguro. Y nadie vio ni oy nada. Es asombroso! Qu albur tan arriesgado ha corrido el asesino! La vctima pudo gritar.Pero no lo hizo. Al criminal no le fall la suerte. Como ha dicho usted, mon ami, fue un asunto muy arriesgado.Tiene usted alguna idea, monsieur Poirot, de cul fue el motivo? Alguna sospecha sobre ello?Poirot contest con lentitud:S; tengo algo que decir al respecto. No le insinu el seor Shaitana la ndole de reunin a que bamos a asistir esta noche?El superintendente Battle lo mir con acentuada curiosidad.No, monsieur Poirot. No me insinu nada. Por qu lo dice?Un timbre son distante y se oy el aldabn de la puerta.Ah estn los nuestros dijo Battle. Ir a abrirles. Ya me contar eso ms tarde. Empecemos ora por el trabajo rutinario.Poirot asinti.El superintendente sali de la habitacin.La seora Oliver continuaba sollozando.Poirot se acerc a la mesa de juego y, sin tocar nada, dio una ojeada a los carnets en que los jugadores anotaron los tantos. Sacudi la cabeza varias veces.Estpido! murmur. Estpido hombrecillo...! Disfrazarse de diablo y tratando de asustar aa gente... Quel enfantillage!Se abri la puerta y entr el forense llevando un maletn en la mano. Le segua el inspector de la divisin, que vena hablando con Battle, y despus entr el fotgrafo. En el vestbulo montaba guardia un agente.Haba empezado la rutina para el esclarecimiento del crimen.Captulo IVEL PRIMER ASESINO?Hrcules Poirot, la seora Oliver, el coronel Race y el superintendente Battle, estaban sentados alrededor de la mesa del comedor.Haba pasado una hora. Se haban llevado el cadver, despus de haber sido examinado y fotografiado. Tambin lleg y se fue un perito en huellas digitales.El superintendente mir a Poirot.Antes de que hagamos pasar a los cuatro sospechosos, necesito or todo lo que me iba a decir antes. Cree usted que la reunin de esta noche tena un doble significado?Con mucho cuidado y lujo de detalles, Poirot relat la conversacin que sostuvo con Shaitana en la Wessex House,Battle frunci los labios y casi lanz un silbido.De modo que ejemplares de museo, eh? Asesinos vivos! Cree usted que se lo dijo en serio? No le estara tomando el pelo?Poirot sacudi la cabeza.No. Lo dijo en serio. Shaitana era un hombre que se preciaba de su actitud mefistoflica ante la vida Tena una gran cantidad de vanidad. Era, adems, un mentecato... por eso ha muerto.Ya lo entiendo dijo el superintendente como si expusiera los pensamientos a medida que se le ocurran. Una reunin de ocho personas y l mismo. Cuatro sabuesos, por decirlo as... y cuatro asesinos!Es imposible! exclam la seora Oliver, Absolutamente imposible. Ninguno de los cuatro puede ser un criminal.Battle hizo lentamente un gesto negativo.No estoy tan seguro de ello, seora Oliver. Los asesinos se parecen en conducta y aspecto a la mayora de la gente. Amables, modestos y de conducta intachable muy a menudo.En ese caso, es el doctor Roberts asegur la novelista con firmeza. Tan pronto como le vi present instintivamente que en l haba algo malo. Mis instintos nunca me engaan.Battle se dirigi al coronel Race.Qu opina usted, seor?El coronel se encogi de hombros. Consider la pregunta como referente a la declaracin de Poirot y no a las sospechas de la seora Oliver.Puede ser dijo. Puede ser. Ello demuestra que Shaitana tena razn, al menos por lo que se refiere a uno de ellos. Al fin y al cabo, pudo sospechar solamente que los cuatro eran asesinos, sin estar seguro de ello por completo. Tal vez acert respecto a los cuatro casos, o a uno solo... En uno de ellos no se equivoc, y su muerte lo prueba.Uno de los cuatro perdi el dominio de sus nervios. No cree usted, monsieur Poirot?El detective asinti.El difunto seor Shaitana tena cierta fama coment. Posea un peligroso sentido del humor y reputacin de ser despiadado. La vctima crey que Shaitana se estaba divirtiendo esta noche, en espera de que llegara el momento en que lo entregara a la polica... a usted! l, o ella, debi pensar que Shaitana tena pruebas fehacientes.Y las tena?Poirot se encogi de hombros.Nunca lo sabremos.El doctor Roberts! repiti la seora Oliver tenazmente. Un hombre muy cordial. Los asesinos lo son a menudo... para disfrazar su verdadera condicin! Si estuviera en su lugar, superintendente, lo arrestara en seguida.Es posible que lo hiciera, si una mujer estuviera al frente de Scotland Yard dijo Battle, mientras un destello brillaba en sus ojos impasibles. Pero ya comprender que, siendo hombres los que se ocupan de ello, debemos tener mucho cuidado. Deberemos ir despacio, sin precipitaciones.Hombres... hombres suspir la novelista, mientras en su pensamiento compona varios artculos periodsticos sobre el particular.Ser mejor que los hagamos pasar ahora dijo el superintendente. No quiero tenerlos esperando demasiado tiempo.El coronel Race hizo un movimiento como si fuera a incorporarse.Si quiere usted que salgamos...Battle dud un instante al ver la elocuente mirada que le dirigi la seora Oliver. Estaba perfectamente enterado de la posicin oficial que ocupaba el coronel Race, y en cuanto a Poirot, haba trabajado con la polica en diversas ocasiones. El nico tanto dudoso era decidir si la novelista poda quedarse. Pero el superintendente era un hombre comprensivo. Record que la seora Oliver haba perdido tres libras y siete chelines y que haba soportado la prdida sin enfadarse.Por m, pueden quedarse todos dijo. Pero no quiero que me interrumpan mir a la seora Oliver. Y no quiero que se haga ninguna referencia a lo que monsieur Poirot nos acaba de contar. Era el secreto de Shaitana y, a todos los efectos, ha muerto con l. Entendido?Perfectamente dijo la seora Oliver.Battle se dirigi hacia la puerta y llam al agente que montaba la guardia en el vestbulo.Vaya al saloncito. Encontrar a Anderson y a los cuatro invitados. Dgale al doctor Roberts que haga el favor de venir.Yo lo hubiera guardado para el final dijo la seora Oliver. Si hubiera sido en una novela, quiero decir aadi como excusndose.La vida real es un poco diferente coment Battle.Ya lo s replic la novelista. En ella todo est muy mal dispuesto.El doctor Roberts entr, amortiguando un tanto la viveza de sus movimientos.Oiga, Battle dijo. Esto es un asunto endiablado! Perdone, seora Oliver, pero es as. Hablando profesionalmente, casi no lo puedo creer. Apualar a un hombre a pocos pasos de otras tres personas... sacudi la cabeza. Cspita! No me hubiera gustado hacerlo! Una ligera sonrisa levant las comisuras de sus labios. Qu es lo que debo hacer o decir para convencerle de que yo no fui?Bueno... podemos considerar el motivo, doctor Roberts.El mdico asinti enfticamente.Esto est claro. No tena ni el ms ligero motivo para desembarazarme del pobre Shaitana. Lo que es ms, no le conoca a fondo. Me diverta, era un tipo muy fantstico. Tena cierto aire oriental. Como es lgico, investigarn detenidamente mis relaciones con l al menos, as lo espero. No soy tonto. Pero no encontrarn nada. No tena ninguna razn para matar a Shaitana y no lo mat.Battle asinti gravemente.Eso est muy bien, doctor Roberts. Investigar ese aspecto, como supone. Usted es un hombre razonable. Y ahora, qu puede decirme acerca de sus otros tres compaeros de juego?Temo que no s muchas cosas de ellos. A Despard y a la seorita Meredith los he conocido esta noche por vez primera. Tena referencias de Despard... le su libro de viajes, que por cierto me pareci un bonito cuento chino.Saba usted que l y Shaitana se conocan?No. Shaitana nunca me habl de l. Como le he dicho, haba odo hablar de Despard, pero no le conoca personalmente. A la seorita Meredith no la haba visto nunca. Sin embargo, conozco a la seora Lorrimer.Qu sabe de ella?Roberts se encogi de hombros.Es viuda. De posicin econmica bastante desahogada. Una mujer inteligente y bien educada... una jugadora muy buena de bridge. Puede decirse que la conoc as... jugando al bridge.Y el seor Shaitana tampoco le habl de ella en ninguna ocasin?No.Hum... no parece que eso nos ayude mucho. Vamos a ver, doctor Roberts: tal vez tendr usted la amabilidad de repasar cuidadosamente su memoria y decirme cuntas veces se levant de la mesa y contarme, de paso, todo lo que pueda recordar acerca de lo que hicieron los dems compaeros de juego.El doctor Roberts tard unos instantes en contestar.Es difcil dijo al fin con franqueza. Poco ms o menos, puedo recordar lo que yo hice. Me levant tres veces... es decir, en las tres ocasiones en que hice de muerto, dej mi asiento y procur ser til. Una de las veces aad lea al fuego. En otra, lleve bebidas a las dos damas. Y en la otra, me serv un whisky con soda.Puede usted acordarse de la hora exacta en que hizo eso?De una manera muy vaga. Creo que empezamos a jugar hacia las nueve y media. Yo dira que una hora despus arregl el fuego. Al cabo de un rato llev las bebidas par las seoras; creo que fue al cabo de las dos manos siguientes. Y seran, quiz, las once y media cuando me serv el whisky... pero todo ello es aproximado. No lo puedo asegurar.La mesita en que estaban las bebidas se hallaba colocada al otro lado del silln que ocupaba el seor Shaitana, verdad?S. Ello quiere decir que pas tres veces muy cerca de l.Y en esas tres ocasiones, cree usted que estaba dormido?Eso cre la primera vez. La segunda no lo mir siquiera. Y en la tercera pens: Cmo duerme el muy bribn! Pero no le mir detenidamente.Muy bien. Y ahora, dgame, cundo se levantaron de la mesa los dems jugadores?El doctor Roberts frunci el ceo.Eso es muy difcil de asegurar... muy difcil. Despart se levant, segn creo, para traer un cenicero. Y luego trajo un vaso de whisky. Eso fue antes de que yo lo hiciera, porque recuerdo que me pregunt si haba bebido y le dije que todava no haba tenido ocasin de ello.Y las seoras?La seora Lorrimer se acerc una vez al fuego para atizarlo. Creo que habl con Shaitana, pero no estoy seguro de ello. Me hallaba yo entonces muy entretenido jugando un triunfo verdaderamente arriesgado.Y la seorita Meredith?Se levant una sola vez. Se puso a mi espalda y dio una ojeada a mis cartas... ramos compaeros en aquel rubber. Luego estuvo mirando las cartas de los dems y dando una vuelta por la habitacin. No s qu es lo que hizo exactamente, pues no prest atencin a ella.Tal como estaban ustedes sentados, no haba ninguna silla encarada directamente a la chimenea? pregunt el superintendente.No. La mesa estaba colocada en posicin oblicua respecto a ella y, adems, entre nosotros y la chimenea haba una vitrina china bastante grande... muy bonita. Desde luego, me doy perfecta cuenta de que pudo ser posible apualar a nuestro viejo amigo. Pero, al fin y al cabo, cuando uno est jugando al bridge no piensa en otra cosa.No mira a su alrededor ni se da cuenta de lo que pasa. La persona que lo hizo tuvo la posibilidad de actuar en una de las ocasiones en que no le corresponda jugar. Y entonces, en ese caso ..En ese caso, sin lugar a dudas, el asesino no jugaba cuando cometi el crimen dijo Battle.De todas formas coment el doctor Roberts, se necesita tener sangre fra para ello. Quin asegura que no mirara nadie precisamente en el momento crtico?S convino el superintendente. Corri un gran riesgo. El motivo debi ser muy fuerte. Me gustara saber cul fue aadi, mintiendo descaradamente.Supongo que ya lo averiguarn asegur Robert. Revisarn sus papeles y dems efectos. Seguramente entre ellos encontrarn una pista.As lo esperamos dijo Battle hoscamente.Dirigi una aguda mirada a su interlocutor.Le quedara muy reconocido, doctor Roberts, si me diera usted su opinin personal... de hombre a hombre.Claro que s.Cul de los tres cree usted que fue?El mdico se encogi de hombros.Eso es fcil. As, de pronto, yo dira que Despard. Es un hombre de nervios bien templados y est acostumbrado a una vida llena de peligros en la que hay que estar dispuesto a obrar con presteza. No hubiera dudado en correr un riesgo. Estimo que las mujeres no tienen nada que ver con este asunto, pues, segn creo, se necesita cierto vigor fsico para ello.No tanto como se imagina. D un vistazo a esto.Obrando con la ligereza de un prestidigitador, Battle sac de pronto un instrumento de metal reluciente, largo y afilado, de cabeza redonda cubierta de piedras preciosas.El doctor Roberts se inclin, cogi aquel objeto y lo examin con el detenimiento de un profesional. Toc la punta y silb.Vaya herramienta!... Vaya herramienta! Un juguete hecho ex profeso para matar. Puede penetrar en cualquier cuerpo con la misma facilidad con que atravesara un trozo de mantequilla. Supongo que lo llevara consigo el asesino.Battle sacudi la cabeza.No dijo. Era propiedad del seor Shaitana. Estaba encima de la mesa situada cerca de la puerta, entre gran cantidad de cachivaches.Entonces, el criminal se aprovech de las circunstancias. Tuvo suerte de encontrar por casualidad un utensilio como ste.Bueno... es una forma de considerar el asunto coment Battle con lentitud.Desde luego; no fue tanta suerte para el pobre Shaitana.No me refera a esto, doctor Roberts. Quera decir que existe otro punto de vista respecto a la cuestin. Me figuro que la vista de este pual despert la idea del asesinato en la mente del criminal.Opina usted que fue una inspiracin momentnea... que el asesinato no fue premeditado? Que concibi la idea una vez estuvo en la casa? Ejem... hay algo que le sugiera esa suposicin?Mir a Battle escrutadoramente.Es solamente una idea dijo el superintendente con aire impasible.Bien; pudo ser as, desde luego asinti Roberts lentamente.Battle tosi para aclararse la garganta.No quiero entretenerle ms, doctor. Muchas gracias por su colaboracin. Har el favor de facilitarme su direccin?Naturalmente. 200 Gloucester Terrace, W. 2. El nmero de mi telfono es, Bayswater 23896.Muchas gracias. Seguramente tendr que verle dentro de poco.Me encantar hablar con usted cuando guste. Espero que la Prensa no dar mucha publicidad al asunto. No quiero que se preocupen mis enfermos nerviosos.El superintendente se volvi hacia Poirot y dijo:Perdone, monsieur Poirot. Si desea hacer usted alguna pregunta, estoy seguro de que el doctor no tendr inconveniente en contestar.Claro que no. No faltaba ms. Soy un gran admirador de usted, monsieur Poirot. Las pequeas clulas grises... el orden y el mtodo. Estoy enterado de todo ello. Presiento que habr usted pensado en hacerme una pregunta verdaderamente intrigante:Hrcules Poirot extendi las manos con un ademn de pura raz latina.No. No. Slo necesito fijar con claridad en mi pensamiento todos los detalles. Por ejemplo, cuntos rubbers jugaron?Tres respondi Roberts rpidamente. bamos a terminar el primer game del cuarto cuando llegaron ustedes.Y quin jug contra quin?En el primero, Despard y yo contra las seoras. Nos dieron un buen vapuleo, por cierto. No pudimos hacer nada, pues no cogimos ninguna carta que valiera la pena. En el segundo, la seorita Meredith y yo, contra Despard y la seora Lorrimer prosigui, y en el tercero, la seora Lorrimer y yo, contra la seorita Meredith y Despard. Sorteamos cada vez, pero sali la cosa de forma que en cada rubber cambiamos de compaero. En el cuarto volv a jugar con la seorita Meredith.Quines ganaron?La seora Lorrimer gan en todos los rubbers. La seorita Meredith gan en el primero y perdi en los dos siguientes. Yo gan un poco y la muchacha y Despard debieron perder algo.Poirot dijo sonriendo:Nuestro buen amigo el superintendente le ha preguntado acerca de su opinin sobre sus compaeros de juego, como probables asesinos. Ahora le ruego que me diga cul es la que ha formado de ellos como jugadores de bridge.La seora Lorrimer es una jugadora de primera categora replic Roberts sin titubear. Apuesto cualquier cosa a que obtiene unos buenos ingresos anuales jugando al bridge. Despard es tambin un buen jugador... lo que yo llamo un jugador cabal... un individuo que sabe emplear la cabeza. A la seorita Meredith se la puede describir como una jugadora muy segura. No comete equivocaciones, pero sus jugadas no revisten brillantez alguna.Y qu opina de usted mismo, doctor?Los ojos de Roberts chispearon.Me gusta cargar la mano un poco, segn dicen. Pero me he dado cuenta de que siempre da buenos resultados.Poirot sonri.El doctor Roberts se levant.Alguna cosa ms? pregunt.El detective hizo un gesto negativo.Bien, entonces, buenas noches. Buenas noches, seora Oliver. Debiera tomar nota de lo que ha ocurrido. Es mucho mejor que esos venenos que no dejan traza, no le parece?El mdico sali de la habitacin, caminando otra vez con su habitual vivacidad.Cuando la puerta se cerr tras l, la seora Oliver coment con sorpresa:Tomar nota...! Tomar nota! Hay que ver la poca inteligencia que tiene la gente. Si quiero, puedo inventarme cada da un asesinato mucho mejor que cualquier crimen real. Nunca me han faltado ideas. Y mis lectores prefieren los venenos que no dejan huella!Captulo VEL SEGUNDO ASESINO?La seora Lorrimer entr en el comedor con el aire de una gran dama. Pareca un poco plida, pero tranquila.Siento mucho tener que molestarla le dijo el superintendente Battle.Debe usted cumplir con su deber respondi ella tranquilamente. Convengo en que es desagradable encontrarse en una situacin como sta, pero el querer eludirla no conduce a nada. Me doy perfecta cuenta de que uno de los cuatro que estbamos en aquella habitacin tiene que ser el culpable. Supongo que no me creer si le digo que yo no soy esa persona.Acept la silla que le ofreca el coronel Race y tom asiento frente al superintendente.Los inteligentes ojos grises de la mujer se fijaron en los del polica. Esper atentamente a que l hablara.Conoca usted a fondo al seor Shaitana? pregunt Battle.No mucho. Me lo presentaron hace algunos aos, pero nunca lo trat ntimamente.Dnde le conoci?En un hotel, en Egipto, el Winter Palace, de Luxor, segn creo recordar.Qu opinin tena de l?La seora Lorrimer se encogi ligeramente de hombros.Lo consideraba, puede decirse as, como una especie de embaucador.Tena usted, y perdone la pregunta, algn motivo para desear su muerte?La mujer pareci divertida.En realidad, superintendente Battle, cree usted que lo admitira si lo hubiera tenido?Debera hacerlo. Una persona inteligente debe estar persuadida de que estas cosas se saben tarde o temprano.La seora Lorrimer inclin pensativamente la cabeza.As es, desde luego. No, superintendente Battle; no tena ningn motivo para desear la muerte del seor Shaitana. Con franqueza, me es indiferente el que est vivo o muerto. Lo consideraba como un poseur algo teatral y algunas veces me irritaba. sta es... o mejor dicho, fue... mi actitud hacia l.Est bien. Y ahora, seora Lorrimer, puede usted decirme algo acerca de sus compaeros de juego?Temo que no. Esta noche conoc por primera vez al mayor Despard y a la seorita Meredith. Ambos parecen ser buenas personas. Al doctor Roberts lo conoca superficialmente. Segn creo, goza de bastante popularidad.Le atiende a usted en el aspecto profesional?No.Podra decirme en cuntas ocasiones se levant usted de la mesa y describir, asimismo, los movimientos de los otros tres?La seora Lorrimer se detuvo a pensar.Supuse que me lo preguntara y he estado recapacitando sobre ello. Me levant una sola vez, cuando haca de muerto. Me acerqu al fuego. El seor Shaitana estaba vivo todava y le hice observar unos instantes lo bonito que resultaba ver un buen fuego de lea.Le contest?S. Me dijo que aborreca los radiadores.Oy alguien ms su conversacin?No lo creo. Baj la voz para no molestar a los que estaban jugando.Con tono seco aadi:Al fin y al cabo, tiene usted mi palabra, tan slo, de que el seor Shaitana estaba vivo y habl conmigo.El superintendente no opuso ninguna objecin y prosigui con sus preguntas metdicas y sosegadas.A qu hora ocurri eso?Haca poco ms de una hora que habamos empezado a jugar.Y qu me dice de los dems?El doctor Roberts me trajo una copa. Se sirvi otra para l... pero eso fue mas tarde. El mayor Despard tambin se levant para beber... alrededor de las once y cuarto, poco ms o menos.Slo se levant una vez?No... creo que dos. Los caballeros estuvieron yendo y viniendo por la habitacin, pero no me di cuenta de lo que hicieron. La seorita Meredith se levant una sola vez y dio la vuelta a la mesa para ver el juego de su compaero.Y no se alej de all?No puedo decrselo. Es posible que lo hiciera.Battle asinti.Todo esto es muy vago refunfu.Lo siento.Una vez ms, el superintendente actu como un prestidigitador y sac el largo y delgado estilete.Quiere usted verlo, seora Lorrimer? pregunt.La mujer lo tom sin inmutarse.Lo haba visto alguna vez?Nunca.Sin embargo, estaba sobre la mesa del saln.No me fij en l.Tal vez se dar cuenta de que con una arma como sta una mujer podra llevar a cabo un asesinato tan fcilmente como un hombre.Supongo que s dijo ella bajando la voz.Se inclin para devolver a Battle el delicado objeto.Pero, as y todo agreg el polica, esa mujer deba estar en un verdadero callejn sin sali. Era muy peligroso el riesgo que deba correr.Aguard un minuto, pero la seora Lorrimer no replic.Sabe usted algo acerca de las relaciones entre los otros tres y el seor Shaitana?Ella sacudi la cabeza.Nada absolutamente.Tendra inconveniente en darme su opinin sobre cul de ellos podra ser el culpable?La mujer se enderez.Me parece muy inconveniente el hacer una cosa as. Y, adems, considero altamente impropia esa tajante pregunta.El superintendente pareci un chiquillo avergonzado, a quien su abuela acababa de reprender.Quiere darme su direccin, por favor? murmur, mientras coga su libro de notas.Ciento once, Cheyne Lane, en Chelsea.Y el nmero de su telfono?Chelsea, 45632.La seora Lorrimer se levant.Quiere hacer alguna pregunta, monsieur Poirot? pregunt Battle precipitadamente.La mujer se detuvo, inclinando ligeramente la cabeza.Sera apropiado el preguntarle, madame, su opinin sobre sus compaeros, no como asesinos en potencia, sino como jugadores de bridge?La seora Lorrimer contest con frialdad:No me opongo a contestar eso, si es que tiene algo que ver con el asunto que nos ocupa; cosa que no veo muy clara.Deje que sea yo quien juzgue tal extremo. Usted conteste, por favor, madame.Con el tono de un adulto que trata de complacer a un nio cargante, la seora Lorrimer replic:El mayor Despard es un jugador muy bueno. El doctor Roberts extrema mucho el juego, pero lo desarrolla brillantemente. La seorita Meredith es una jugadora muy concienzuda, aunque demasiado prudente. Algo ms?Haciendo a su vez un juego de manos, Poirot sac cuatro arrugadas hojas de carnet de bridge.Alguna de estas hojas es suya, madame?Ella las examin.stos son mis nmeros. Es el tanteo del tercer rubber.Y sta?Debe ser del mayor Despard. Va tachando a medida que anota el tanteo.Y esta hoja?De la seorita Meredith. Son del primer rubber.Entonces, sta que no se acab es la del doctor Roberts?S.Muchas gracias, madame. Creo que eso es todo.La mujer se volvi hacia la seora Oliver.Buenas noches, seora Oliver dijo. Buenas noches, coronel Race.Despus, una vez que estrech la mano de los cuatro, sali de la habitacin.Captulo VIEL TERCER ASESINO?No he podido conseguir que se alterara coment Battle. Y, adems, hasta me he sorprendido. Est chapada a la antigua; con muchas consideraciones para los dems, pero arrogante como el propio diablo! No puedo creer que ella lo hiciera, quin sabe! Tiene mucha firmeza. Qu es lo que pretende con esas hojas de carnet, Poirot?El detective las extendi encima de la mesa.Aclaran mucho las cosas, no cree? Qu es lo que necesitamos en este caso? Conocer el carcter de una persona. Y no slo de una, sino de cuatro. Aqu es donde podremos encontrarlo reflejado con ms seguridad... en estos nmeros garrapateados. Esta hoja corresponde al primer rubber... bastante inspido; pronto acab. Los nmeros son pequeos y bien hechos; las sumas y las restas realizadas con cuidado... es de la seorita Meredith. Jugaba con la seora Lorrimer. Tena buenas cartas y ganaron.En sta que sigue, no es tan fcil reconstruir las incidencias del juego, puesto que se ha ido tachando el tanteo. Pero algo nos dice, tal vez, sobre el mayor Despard... un hombre a quien le gusta saber de una ojeada, en un momento dado, la situacin en que se encuentra. Los nmeros son pequeos y con mucho carcter.La hoja siguiente es de la seora Lorrimer; ella y el doctor Roberts contra los otros dos. Fue un combate homrico. Hay nmeros en ambos lados. Por parte del doctor se aprecia tendencia a sobrepujar, y fallaron algunas bazas; si bien, como los dos son jugadores de primera fila, no fallaron muchas. Si los faroles del doctor impulsaban a los otros a jugar fuerte, tenan ocasin de atraparlos doblando. Vean... estas cifras corresponden a bazas falladas, dobles. Una escritura caracterstica: airosa, legible y firme.Y aqu tenemos la ltima hoja... la correspondiente al rubber sin terminar. Como ven, hemos recogido una hoja escrita por cada uno de los jugadores. En sta, los nmeros son bastante extravagnates. Los tanteos no llegaron a la altura del rubber precedente. Ello fue debido, con seguridad, a que el doctor jugaba con la seorita Meredith y sta es una jugadora bastante tmida. Si hubiera lanzado ms faroles, corra el riesgo de que ella jugara con ms timidez todava.Tal vez creern ustedes termin Poirot que las preguntas que hago son tonteras. Pero no lo son. Necesito conocer el carcter de los cuatro jugadores y cuando ven que solamente les pregunto acerca del bridge, todos estn dispuestos a contarme lo que saben.Nunca cre que sus preguntas fueran disparatadas, monsieur Poirot dijo Battle. Ya he tenido ocasin de ver cmo trabaja usted. Cada cual tiene sus mtodos, lo s. Tengo por costumbre que mis inspectores gocen de la libertad en este aspecto. De tal forma, cada uno de ellos tiene ocasin de saber qu mtodo cuadra mejor a sus aptitudes. Pero ser preferible que dejemos esto para otro rato. Haremos que pase la muchacha.Anne Meredith pareca bastante trastornada. Se detuvo en el umbral de la puerta, respirando con dificultad.Los instintos paternales del superintendente Battle se pusieron inmediatamente de manifiesto. Se levant y dispuso una silla para la joven, en ngulo ligeramente diferente, para que no se sentara frente a l.Tome asiento, seorita Meredith, por favor. Vamos, no se alarme. Ya s que todo esto parece algo terrible, pero en realidad no lo es tanto.No creo que haya cosas peores dijo ella con un hilo de voz. Es tan horroroso... tan horroroso... pensar que uno de nosotros... que uno de nosotros...Djeme que sea yo quien haga esas reflexiones dijo Battle con amabilidad. Bien, seorita Meredith, qu le parece si nos diera su direccin antes que nada?Wendon Cottage, en Wallingford.No vive en la ciudad?Paro en mi club durante un par de das.Y cul es su club?El Naval y Militar para seoras.Muy bien. Y ahora, seorita Meredith, conoca mucho al seor Shaitana?No muy bien. Siempre cre que era un hombre temible.Por qu?Pues... porque lo era! Tena una sonrisa espantosa! Y aquella forma de inclinarse sobre una como si fuera a comrsela...Haca mucho tiempo que lo conoca?Cerca de nueve meses. Me lo presentaron en Suiza, mientras practicaba los deportes de invierno.Nunca hubiera credo que le gustaran tales deportes dijo Battle sorprendido.Slo patinaba. Era un patinador estupendo. Haca gran cantidad de figuras y filigranas.S; eso cuadraba mejor con su carcter. Y lo vio muchas veces despus?Pues... bastantes. Me invit a varias reuniones y fiestas que dio. Todas ellas fueron un tanto extravagantes.Pero a usted no le gustaba l?No. Lo consideraba como un hombre escalofriante.Battle pregunt con suavidad:No tena ninguna razn especial para temerle?Una razn especial? Oh, no!Est muy bien. Y hablando de lo que pas esta noche, se levant usted de la mesa en alguna ocasin?No lo creo... Oh, s, una vez. Di la vuelta a la mesa para ver el juego de los otros tres.No se alej de ella durante toda la velada?No.Est usted segura, seorita Meredith?Las mejillas de la muchacha enrojecieron de pronto.No... no. Creo que di una vuelta por la habitacin.Bien. Perdone, seorita Meredith: trate de contarnos la verdad. Ya s que est nerviosa y cuando uno se encuentra as, es capaz de... bueno, de contar lo sucedido como intentaba usted hacerlo. Pero eso no da ningn resultado. Quedamos, pues, en que dio una vuelta por la habitacin. Se dirigi hacia donde estaba el seor Shaitana?La joven guard silencio durante un momento y luego dijo:De verdad... de verdad... no me acuerdo.Est bien; consideraremos que pudo hacerlo. Sabe usted algo acerca de los otros tres?Anne sacudi la cabeza.Nunca los haba visto.Qu opina usted de ellos? Le parece que alguno pudo ser el asesino?No lo puedo creer. No puedo. El mayor Despard no pudo sen Y no creo que fuera el mdico... al fin y al cabo, un mdico puede matar a cualquiera de una manera mucho ms fcil. Una droga... o algo parecido.Entonces, de ser alguien, fue la seorita Lorrimer, verdad?No. Estoy segura de que no lo hizo. Es tan encantadora... y tan amable cuando se juega al bridge con ella. Es una gran jugadora y, sin embargo, no hace que una se ponga nerviosa, ni le reprende por las equivocaciones que cometa.No obstante, dej usted su nombre para el final dijo Battle.Fue slo porque el apualar a una persona no me parece cosa de mujer.Battle volvi a repetir el juego de manos y Anne Meredith inici un movimiento de retroceso.Oh, qu horrible! Debo... cogerlo?Me gustara que lo hiciera.La observ mientras ella coga el estilete con repugnancia. La cara de la muchacha se contrajo, demostrando la aversin que senta.Con esta cosa tan pequea... con esto...Penetra cualquier cosa como si fuera mantequilla coment Battle con tono de satisfaccin. Un nio lo puede hacer.Quiere usted decir... quiere decir... la joven lo mir con ojos abiertos y aterrorizados, que yo pude hacerlo? Pero yo no lo hice. Por qu tena que hacerlo?Eso es precisamente lo que deseamos saber dijo el superintendente. Cul fue el motivo? Por qu alguien quera matar a Shaitana? Era un individuo bastante pintoresco, pero, por lo que s, no era peligroso.Hubo una ligera interrupcin en la respiracin de la muchacha... una repentina elevacin de todo su pecho.No era un chantajista, por ejemplo, ni cosa parecida prosigui Battle. De todas formas, seorita Meredith, no parece ser usted el tipo de joven que esconde gran cantidad de secretos criminales.Por primera vez sonri ella, ganada por su afabilidad.No; desde luego, no los tengo. Ni de stos, ni de otra especie.Entonces, no tiene usted por qu preocuparse. Tal vez tendremos que vernos de nuevo para hacerle unas cuantas preguntas, pero slo ser una cosa rutinaria.Battle se levant.Puede usted marcharse. El guarda le llamar un taxi. Y procure pasar la noche sin dar vueltas en la cama, preocupndose por esto. Tmese un par de aspirinas.La acompa hasta la puerta y cuando volvi, el coronel Race en voz baja y acento divertido dijo:Qu consumado embustero es usted, Battle! Ese aire paternal es insuperable.No poda perder el tiempo con ella, coronel Race. La pobre chica poda estar mortalmente asustada... en cuyo caso obrar de otra forma hubiera sido crueldad. Y no soy, ni nunca fui cruel. O poda ser una actriz consumada, con lo que no hubiramos adelantado un paso, por ms que la interrogramos toda la noche.La seora Oliver suspir y se pas la mano por el flequillo de manera que lo descompuso, dando a su cara un aspecto alegre, como si hubiera tomado una copa de ans.Sepa usted que estoy por creer que lo hizo ella. Suerte que esto no ocurre en una novela. La gente no quiere que la culpable sea una muchacha joven y bonita. De todos modos, creo que ella lo hizo. Qu opina usted, monsieur Poirot?Acabo de hacer un descubrimiento.En las hojas del carnet otra vez?S. La seorita Meredith dio la vuelta a la suya, traz unas lneas y utiliz el dorso.Y qu significa eso?Significa que est acostumbrada a la estrechez, o bien que tiene instintivamente el sentido de la economa.Pues el vestido que lleva es de los caros observ la seora Oliver.Que pase el mayor Despard orden el superintendente Battle.Captulo VIIEL CUARTO ASESINO?El mayor Despard entr en la habitacin con paso rpido y elstico... un paso que hizo que Poirot se acordara de alguien o de algo.Siento mucho haberle hecho esperar todo este tiempo, mayor Despard se excus Battle. Pero quera que las seoras pudieran marcharse cuanto antes.No hace falta que se excuse. Lo comprendo.Tom asiento y mir inquisitivamente al polica.Conoca usted bien al seor Shaitana? pregunt Battle.Lo haba visto en dos ocasiones respondi Despard.Slo en dos?Eso es.Y cules fueron esas ocasiones?Hace cosa de un mes estuvimos comiendo en la misma casa. Entonces me invit a un combinado que daba una semana despus.En este piso?S.Dnde se celebr? En esta habitacin o en el saln?En todas las habitaciones.Vio este pequeo objeto en algn sitio?Battle sac una vez ms el estilete.Los labios del mayor Despard se curvaron ligeramente.No respondi. No tom nota de l para utilizarlo en otra ocasin.No hay necesidad de que se adelante a lo que diga yo, mayor Despard.Le ruego que me perdone. La deduccin era lgica.Hubo un momento de silencio y luego Battle reanud sus preguntas.Tena usted algn motivo para aborrecer al seor Shaitana?Muchos.Eh? El superintendente pareci sobresaltarse.Para aborrecerlo... no para matarlo dijo Despard. No tena el menor deseo de matarlo, pero creo que me hubiera gustado darle un buen puntapi.Por qu quera darle un puntapi, mayor Despard?Porque era uno de esos dagos que lo estn pidiendo a gritos. Cada vez que lo vea senta una comezn extraa en la punta de mi zapato.Sabe usted algo de l...? Que lo desacredite, quiero decir.Iba demasiado bien vestido... llevaba el pelo demasiado largo.., y ola a perfume.Y, sin embargo, acept su invitacin para cenar apunt Battle.Si cenara solamente en las casas cuyo dueo es de mi completo agrado, temo que no saldra mucho de noche, superintendente replic Despard con sequedad.Le gusta a usted la vida de sociedad, pero no la aprueba, verdad? sugiri el otro.Me gusta, pero por perodos cortos. S; me gusta volver de la selva para encontrar habitaciones iluminadas, mujeres vestidas con ropas encantadoras; para comer bien, bailar y rer... pero slo por poco tiempo. Luego, la insinceridad de todo me produce nuseas y quiero marcharme otra vez.Debe ser una vida muy peligrosa la que lleva usted, mayor Despard, recorriendo parajes tan apartados.El joven se encogi de hombros y sonri ligeramente.El seor Shaitana no llevaba una vida peligrosa... y, sin embargo, ha muerto, mientras yo estoy vivo.Puede ser que fuera ms peligrosa de lo que usted cree dijo Battle intencionadamente.Qu quiere decir?El difunto seor Shaitana era una especie de metomentodo.Despard se inclin hacia delante.Quiere dar a entender que se entrometa en la vida de los dems... que descubra...? A qu se refiere?Quiero decir que, tal vez, era un hombre de los que gustan entrometerse en... ejem... bueno... en la vida de las mujeres.Despard se reclin en la silla y lanz una risotada divertida aunque indiferente.No creo que las mujeres tomaron en serio a tal charlatn.Quin cree usted que lo mat, mayor Despard?Pues no lo s. La seorita Meredith no fue. Y no puedo imaginarme a la seora Lorrimer haciendo tal cosa... me recuerda a una de mis tas ms temerosas de Dios. Queda, por lo tanto, el caballero mdico.Puede describirme lo que hicieron usted y sus compaeros durante la velada?Me levant dos veces. Una de ellas para coger un cenicero y atizar el fuego. Y despus para servirme una copa.Recuerda a qu hora fue eso?No puedo decrselo. La primera vez pudo haber sido alrededor de las diez y media y la segunda a las once, pero son meras suposiciones. La seora Lorrimer fue en una ocasin hacia la chimenea y habl con Shaitana. No s si l le contest, pues no prest mucha atencin. No podra jurar si lo hizo o no. La seorita Meredith dio una vuelta por la habitacin, pero no creo que se acercara a la chimenea. Roberts estuvo levantndose continuamente... tres o cuatro veces, por lo menos.Voy a preguntarle algo por cuenta de monsieur Poirot dijo Battle sonriendo. Qu opina usted de los otros tres, como jugadores de bridge?La seorita Meredith es una buena jugadora. Roberts carga la mano ignominiosamente y mereca perder ms de lo que pierde. La seora Lorrimer es una jugadora estupenda.Alguna cosa ms, monsieur Poirot?El detective hizo un gesto negativo.Despard facilit su direccin, en el Hotel Albany, dese buenas noches a todos y sali de la habitacin.Cuando cerr la puerta, Poirot hizo un ligero movimiento.Qu ocurre? pregunt Battle.Nada contest el detective. Se me ha ocurrido que Despard camina como un tigre... s, eso es... elsticamente, con suavidad, como se mueve esa fiera.Hum! refunfu Battle. Bien... mir a sus tres compaeros. Cul de ellos lo hizo?Captulo VIIICUL DE ELLOS?Battle mir a la cara de cada uno de los circunstantes. Slo uno de ellos contest la pregunta. La seora Oliver, siempre dispuesta a dar su parecer, empez a hablar.La muchacha o el mdico.El superintendente mir inquisitivamente a los otros dos. Pero ambos no parecan dispuestos a formalizar ninguna declaracin. Race sacudi la cabeza y Poirot alis cuidadosamente las hojas del carnet.Uno de ellos lo hizo comenz Battle con aspecto pensativo. Uno de ellos est mintiendo descaradamente. Pero, cul? ste no es un asunto fcil... no; no es fcil.Call durante unos momentos y despus dijo:Si hemos de fiarnos de lo que nos han dicho, el mdico cree que Despard es el culpable; Despard cree que lo hizo el mdico; la muchacha piensa que fue la seora Lorrimer... y sta no quiere decir nada. En resumen, ningn indicio que aclare la cuestin.Tal vez no dijo Poirot.Battle le dirigi una rpida mirada.Cree usted que hay algo en lo que nos han contado?Poirot hizo un ademn con la mano.Es el matiz de las declaraciones... nada ms. Nada sobre lo que se puedan sacar definitivas conclusiones.El superintendente continu:Por lo visto, ustedes dos, caballeros, no quieren decir lo que piensan de esto...No existen pruebas dijo Race brevemente.Oh! Hombre! suspir la seora Oliver, como si despreciara tal reserva en una opinin.Examinemos las posibilidades en trminos generales observ Battle.Medit un momento.Yo pondra al mdico en primer lugar dijo al fin. Es un sospechoso bastante plausible. Sabe el punto exacto donde introducir un pual. Pero aparte de ello, no tenemos nada ms contra l. Despus est Despard; un hombre de nervios bien templados. Acostumbrado a tomar decisiones rpidas y a dejar su hogar para acometer empresas peligrosas. La seora Lorrimer? Tambin posee buenos nervios y es una mujer de las que pueden tener un secreto en su vida. Da la impresin de saber lo que son las desgracias. Por una parte, yo dira que es lo que podramos llamar una mujer de buenos principios... una mujer que podra ser directora de un colegio de seoritas. Es difcil imaginrsela apualando a una persona. Realmente, no creo que lo haya hecho ella. Y, por fin, tenemos a la pequea seorita Meredith. No conocemos sus antecedentes. Parece una muchacha corriente, de aspecto atractivo, aunque algo tmida. Pero, como ya he dicho, no sabemos nada ms acerca de ella.Sabemos que Shaitana estaba enterado de que cometi un asesinato observ Poirot.La mscara angelical ocultando el demonio musit la seora Oliver.Nos conduce esto a algn lado, Battle? pregunt el coronel Race.Cree usted que son especulaciones sin ningn valor, seor? En un caso como ste, es natural que se hagan suposiciones.No sera mejor investigar todo lo que se relacione con esa gente?Battle sonri.No se preocupe. Dedicaremos a ello nuestro mejor inters. Creo que usted nos podra ayudar.Claro que s. Cmo?Respecto al mayor Despard. Ha pasado mucho tiempo en el extranjero. En Sudamrica, en el este y sur de frica... tiene usted medios de reunir informacin acerca de ese joven.Race asinti.Oh! exclam la seora Oliver. Tengo un plan. Somos cuatro... cuatro sabuesos, como ha dio usted... y ellos tambin son cuatro. Qu pasara si cada uno de nosotros nos encargramos de uno de ellos? Sigamos nuestra inspiracin. El coronel Race que se encargue del mayor Despard; el superintendente Battle del doctor Roberts; yo me ocupar de Anne Meredith, y monsieur Poirot de la seora Lorrimer. Que cada uno de nosotros siga su propia pista!Battle movi negativamente la cabeza con decisin.No podemos hacer eso, seora Oliver. Tiene que darse cuenta de que esto es un asunto oficial y yo estoy encargado de l. Debo investigar todas las pistas. Me parece muy bien eso de seguir nuestra propia inspiracin. Pero dos de nosotros pueden sentir la misma. El coronel Race no ha dicho que sospechaba del mayor Despard. Y monsieur Poirot tal vez no apueste por la seora Lorrimer.La seora Oliver exhal un suspiro.Era un plan tan estupendo! dijo con pesadumbre. Tan claro!Luego cobr un poco ms de nimo y pregunt:Pero usted no tendr inconveniente en que yo efecte unas cuantas investigaciones por mi cuenta, verdad?No respondi Battle. No puedo oponerme a ello. Despus de haber asistido usted a esta reunin, est en libertad de hacer lo que su curiosidad o inters le sugieran. Pero deseo advertirle, seora Oliver, que ser preferible tenga cuidado.Ser la discrecin en persona dijo la mujer. No se me escapar una palabra acerca de... de nada termin la frase como si le faltara decisin.No creo que el superintendente Battle se refiera a eso precisamente observ Hrcules Poirot. Quiere decir que posiblemente trate usted con una persona que segn suponemos, ha cometido ya dos asesinatos. Una persona, por lo tanto, que no dudar en matar por tercera vez... si lo considera necesario.La seora Oliver lo mir con aspecto pensativo. Luego sonri; con una sonrisa simptica parecida a la de un nio descarado.QUEDA USTED ADVERTIDA cit. Muchas gracias, monsieur Poirot. Tendr cuidado con lo que haga, pero no pienso abandonar este caso.Poirot hizo una ligera reverencia.Permtame que le diga que tiene usted un espritu deportivo, madame.Supongo dijo la seora Oliver irguindose y hablando con los ademanes que empleara en la reunin de un comit feminista que toda la informacin que consigamos se facilitar a los dems... es decir, que nadie guardar para s lo que sepa. Nuestras propias deducciones e impresiones podremos retenerlas, desde luego.El superintendente suspir.Esto no es una intrigante novela de detectives, seora observ.Race intervino.Como es natural, todos los informes deben ser entregados a la polica.Y despus de haber dicho esto, con el tono que empleara al dar una orden en la sala de banderas, aadi, mientras un ligero destello brillaba en sus ojos:Estoy seguro de que jugar limpio, seora Oliver. El guante manchado; las huellas digitales en el vaso de los cepillos de dientes; el fragmento de papel quemado... todo esto lo entregar a Battle.Rase usted dijo la mujer. Pero la intuicin de una mujer...Hizo un vigoroso gesto afirmativo con la cabeza.Race se levant.Har que investiguen todo lo referente a Despard. Se necesitar un poco de tiempo. Puedo hacer algo ms?No lo creo. Muchas gracias, seor. No tiene usted alguna sugerencia qu hacer? Apreciara cualquier cosa que me dijera en este aspecto.Hum! Bueno... yo prestara una especial atencin a los disparos, a los venenos y a los accidentes; pero me parece que ya habr pensado usted en ello.S; ya lo tengo presente, seor.Muy bien, Battle. No necesita que yo le ensee lo que debe hacer. Buenas noches, seora Oliver. Buenas noches, monsieur Poirot.Y haciendo una final inclinacin de cabeza a Battle, el coronel Race sali del comedor.Quin es? pregunt la seora Oliver.Tiene una excelente hoja de servicios en el ejrcito contest Battle. Ha viajado mucho. Habr pocos rincones del mundo que l no conozca.Del Servicio Secreto, supongo contest la mujer. Ya s que no puede usted decrmelo; pero si no fuera as, no le hubieran invitado esta noche. Los cuatro asesinos y los cuatro sabuesos... Scotland Yard, Servicio Secreto, Investigacin Privada y Literatura Policaca. Una idea genial.Poirot sacudi la cabeza.Est usted en un error, madame. Fue una idea estpida. El tigre se alarm y... salt.El tigre? Qu tigre?Al decir tigre, me refiero al asesino exclam Poirot.Battle pregunt bruscamente:Cul es su opinin sobre la mejor lnea de conducta a seguir, monsieur Poirot? Eso por una parte. Tambin me gustara saber qu es lo que piensa respecto a la psicologa de esas cuatro personas. Est usted muy prctico en eso.Poirot, que segua alisando las hojas de carnet, replic: Tiene usted razn..., la psicologa es muy importante. Sabemos qu clase de asesinato se ha cometido y la forma en que se llev a cabo. Si tenemos una persona que, desde el punto de vista psicolgico, no pudo cometer este tipo particular de asesinato, podemos desecharla de nuestros clculos. Tenemos unos pocos antecedentes sobre esas cuatro personas. Hemos sacado nuestra propia impresin sobre ellas y conocemos la lnea de conducta que ha elegido cada cual. Sabemos algo acerca de sus mentalidades y sus caracteres por lo que nos han dicho respecto a sus cualidades como jugadores y por lo que hemos deducido al estudiar su escritura en estas hojas de carnet. Pero por desgracia, no es fcil dar una opinin definida. Este crimen requera audacia y sangre fra... una persona que no dudara en correr un riesgo. Bien; tenemos al doctor Roberts... un farolero... un hombre que confa por completo en sus facultades para salir con bien de cualquier riesgo. Su psicologa encaja perfectamente en este asesinato. Puede decirse entonces que ello elimina automticamente a la seorita Meredith. Es tmida; se asusta de forzar la mano; es cuidadosa, econmica, prudente y carece de seguridad en s misma. La persona menos indicada para dar un golpe temerario y arriesgado. Pero una persona tmida puede matar si est asustada. Una persona nerviosa y asustada llega a la desesperacin y puede revolverse como una rata acorralada. Si la seorita Meredith cometi un crimen en el pasado y crea que el seor Shaitana estaba enterado de ello y dispuesto a entregarla a la justicia, pudo enloquecer de terror... y decidirse a realizar cualquier cosa, sin ningn escrpulo, con tal de salvarse. Tendramos, pues, el mismo resultado, aunque producido por una reaccin diferente... nada de sangre fra ni atrevimiento, sino pnico desesperado.Consideremos despus al mayor Despard. Un hombre fro y de muchos recursos, que no dudara en arriesgarse si lo creyera absolutamente necesario. Pudo pesar los pros y los contras y decidir que exista una posibilidad, aunque leve, a su favor. Es un tipo de hombre que prefiere la accin a la inactividad; que nunca desdear seguir un camino peligroso, si cree que hay una oportunidad razonable de xito. Tenemos finalmente a la seora Lorrimer. Una mujer de cierta edad, pero en plena posesin de su juicio y facultades. Una mujer serena, de cerebro matemtico. Posiblemente tiene el mejor cerebro de los cuatro. Confieso que si la seora Lorrimer cometiera un crimen, yo no dudara de que se trataba de un crimen premeditado. Puedo verla en mi imaginacin planeando un asesinato, despacio y con toda clase de cuidados, asegurndose de que no hay ningn fallo en su proyecto. Por dicho motivo, me parece ella menos sospechosa que los dems. Sin embargo, tiene una personalidad dominadora y cualquier cosa que emprenda la llevar a cabo sin una imperfeccin. Es una mujer eficiente en extremo, sin duda.Hizo una pausa.Como ya ven ustedes, esto no sirve de gran ayuda. No... slo hay un camino que seguir en este crimen. Debemos volver al pasado.Battle suspir.Usted lo ha dicho convino.Segn opinaba el seor Shaitana, cada uno de ellos haba cometido un crimen. Tena pruebas? O eran suposiciones? No podemos decirlo. Me parece difcil que pudiera tener pruebas fehacientes de los cuatro casos...Estoy de acuerdo con usted en eso dijo Battle asintiendo con la cabeza. Sera demasiada coincidencia.Supongo que ocurrira as... Se mencion un asesinato o cierta forma de asesinato y el seor Shaitana sorprendi un gesto extrao en la cara de alguien. Era muy rpido en interpretar la expresin de un rostro. Le divirti hacer un experimento... sondear con mucho tiento en el curso de una conversacin insustancial, al parecer... vigilar cualquier sobresalto, cualquier silencio, cualquier deseo de cambiar de tema... No es difcil hacer una cosa as. Si se sospecha un secreto, nada es tan fcil como confirmar los recelos que se puedan tener. Cada vez que una palabra da en el blanco, se recibe uno de ellos... si se est esperando que ocurra tal cosa.S; sa es una clase de juego que hubiera gustado a nuestro difunto amigo asinti Battle.Podemos conjeturar, por lo tanto, que tal fue el procedimiento utilizado en uno o ms casos. Pudo encontrarse tambin con alguna prueba, e investigar lo sucedido. Pero en un supuesto u otro, dudo que tuviera en su poder los suficientes datos fehacientes como para acudir a la polica.O pudo no haber sido de ese modo dijo Battle. Muy a menudo nos encontramos con asuntos que no parecen claros... sospechamos que ha existido juego sucio, pero no podemos probarlo. De todos modos, el procedimiento a seguir no ofrece dudas. Debemos investigar los antecedentes de esa gente y tomar nota de cuantas muertes puedan tener alguna significacin respecto a ellos. Supongo que se dara cuenta, como ha hecho el coronel, de lo que Shaitana dijo mientras cenbamos.El espritu malo murmur entre dientes la seora Oliver.Se refiri ligeramente a los venenos, a los accidentes, a las oportunidades que puede tener un mdico y a los disparos casuales. No me sorprendera que al pronunciar esas palabras firmara su propia sentencia de muerte.Hizo una pausa verdaderamente desagradable coment la seora Oliver.S dijo Poirot. Aquellas palabras dieron en el blanco; por lo menos, en una persona. Y esa persona crey que Shaitana estaba enterado de mucho ms de lo que saba en realidad. Crey que tales palabras eran el principio del fin... que la reunin era una diversin dramtica organizada por Shaitana, lo cual culminara con un arresto por asesinato. S; como dijo usted, firm su sentencia de muerte cuando hostig a sus invitados con dichas insinuaciones.Hubo un momento de silencio.ste ser un asunto largo suspir Battle. No podemos encontrar en un instante lo que nos interesa... y debemos ser cuidadosos. Ninguno de los cuatro debe sospechar lo que estamos haciendo. Todas nuestras preguntas e investigaciones deben tener la apariencia de que estn relacionadas con este asesinato en particular. No podemos dejar que sospechen que tenemos cierta idea sobre el motivo del crimen. Y lo malo del caso, es que nos vemos obligados a investigar el pasado de cuatro posible asesinos, en vez de uno solo.Poirot objet:Nuestro amigo el seor Shaitana no era infalible. Posiblemente pudo estar equivocado.Respecto a los cuatro?No. Era demasiado inteligente para ello.Entonces pongamos slo en el cincuenta por ciento.Ni an eso. Yo dira que estaba equivocado respecto a uno de los cuatro.Un inocente y tres culpables? Sigue sin gustarme. Lo malo de esto es que aunque lleguemos a saber la verdad, no nos servir de nada. Aunque alguien tirara por la escalera a su ta en 1912, de poco nos valdr saberlo ahora.S, s. De algo nos aprovechar anim Poirot. Usted lo sabe tan bien como yo.Battle asinti lentamente.Ya s a qu se refiere dijo. La misma marca de fbrica.Quiere decir que la primera. vctima fue apualada tambin por un estilete? pregunt con tono de extraeza la seora Oliver.No tanto como eso contest Battle, volvindose hacia ella. Pero no dudo que ser un crimen del mismo tipo. Los detalles podrn ser diferentes, pero su parte esencial ser idntica. Es extrao, pero un criminal se delata siempre por ello.El hombre es un animal de costumbres coment Hrcules Poirot.Pues las mujeres son capaces de variar constantemente. Yo misma, no cometera dos veces seguidas el mismo crimen dijo la seora Oliver.No escribi nunca, por dos veces consecutivas, el mismo argumento? pregunt Battle.El misterio del Loto murmur Poirot. La pista de la gota de cera.Es usted muy listo... s; verdaderamente listo. Porque, desde luego, la trama de esas dos novelas es la misma... aunque nadie se ha dado cuenta de ello. En una se trata del robo de ciertos documentos, durante una reunin familiar del Gabinete; y la otra se refiere a un asesinato ocurrido en el bungalow de un cosechero de caucho, en Borneo.Pero el asunto esencial sobre el que giran ambas historias es el mismo observ Poirot. Uno de sus trucos ms esmerados. El cosechero de caucho prepara su propio asesinato y el ministro organiza el robo de sus propios documentos. Aunque en el ltimo instante aparece una tercera persona que convierte en realidad lo que iba a ser ficcin.Me gust mucho su ltima novela, seora Oliver dijo el superintendente con amabilidad. Aqulla en que todos los comisarios de polica caen heridos simultneamente por los disparos de los otros. Se equivoc usted slo una o dos veces en ciertos detalles de carcter oficial. Ya s que cuida usted mucho de los ms mnimos detalles y por eso me pregunto si...La seora Oliver le interrumpi:Pues se da el caso de que no me importa un comino la exactitud. Quin es exacto en nuestros das? Nadie. Si un periodista escribe que una preciosa muchacha de veintids aos ha muerto porque abri la llave del gas,despus de contemplar el mar por la ventana y de dar un beso de despedida a su setter favorito, llamado Bob, cree usted que alguien organizar un alboroto porque la muchacha tuviera en realidad veintids aos;