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    CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

    CASO ATALA RIFFO Y NIAS VS. CHILE

    RESUMEN OFICIAL EMITIDO POR LA CORTE INTERAMERICANA

    DE LA SENTENCIA DE 24 DE FEBRERO DE 2012(FONDO, REPARACIONES Y COSTAS)

    Sntesis

    Los hechos del presente caso se relacionan con el proceso de custodia o tuicin que fueinterpuesto ante los tribunales chilenos por el padre de las nias M., V. y R.1 en contra de laseora Karen Atala Riffo por considerar que su orientacin sexual y su convivencia con unapareja del mismo sexo produciran un dao a las tres nias. En este sentido, la Corte tuvoque resolver, entre otros elementos, la responsabilidad internacional del Estado por elalegado trato discriminatorio y la interferencia arbitraria en la vida privada y familiar quehabra sufrido la seora Atala debido a su orientacin sexual en el proceso judicial queresult en el retiro del cuidado y custodia de sus hijas M., V. y R.. Para estos efectos, laCorte analiz, entre otros, los argumentos expuestos por la sentencia de la Corte Supremay la decisin de tuicin provisoria del Juzgado de Menores de Villarrica.

    De este modo, la Corte Interamericana precis que no desempea funciones de tribunal de

    cuarta instancia, razn por la cual no le corresponda establecer si la madre o el padre delas tres nias ofrecanun mejor hogar para las mismas, valorar prueba para ese propsitoespecfico, o resolver sobre la tuicin de las nias M., V. y R., aspectos que se encuentranfuera del objeto del presente caso.

    En la Sentencia la Corte declar a Chile responsable internacionalmente por habervulnerado: i) el derecho a la igualdad y la no discriminacin consagrado en el artculo 24

    Integrada por los siguientes jueces: Diego Garca-Sayn, Presidente; Manuel E. Ventura Robles,Vicepresidente; Leonardo A. Franco, Juez; Margarette May Macaulay, Jueza; Rhadys Abreu Blondet, Jueza, yAlberto Prez Prez, Juez. El Juez, Eduardo Vio Grossi, de nacionalidad chilena, no particip en el presente caso deconformidad con el artculo 19.1 del Reglamento de la Corte. El Secretario del Tribunal es Pablo SaavedraAlessandri y la Secretaria Adjunta es Emilia Segares Rodrguez.

    1 A solicitud de la Comisin Interamericana y de los representantes, se reserv la identidad de las tres hijasde la seora Karen Atala Riffo, a quienes se identificar con las letras M., V. y R.. Sobre la participacin de lasnias M., V. y R. en el presente caso, una delegacin de la Corte Interamericana realiz una diligencia privada conlas nias M. y R.. Durante la diligencia no estuvieron presentes ninguno de los padres y ninguna de las partes. Apartir de lo manifestado por las nias, la Corte las consider presuntas vctimas en el presente caso. Por otra parte,la nia V. no particip en dicha diligencia por motivos de fuerza mayor. Al respecto, el Tribunal consider que nohallaba ningn elemento para considerar que la nia V. no se encontraba en la misma condicin que sus hermanas.Sin embargo, para efectos de las reparaciones la autoridad nacional competente para la infancia deber constataren forma privada la opinin libre de la nia V. sobre si desea ser considerada parte lesionada.

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    (igualdad ante la ley), en relacin con el artculo 1.1 (obligacin de respeto y garanta) de laConvencin Americana, en perjuicio de Karen Atala Riffo; ii) el derecho a la igualdad y la nodiscriminacin consagrado en el artculo 24 (igualdad ante la ley), en relacin con losartculos 19 (derechos del nio) y 1.1. (obligacin de respeto y garanta) de la ConvencinAmericana, en perjuicio de las nias M., V. y R.; iii) el derecho a la vida privada consagradoen el artculo 11.2 (proteccin a la honra y a la dignidad), en relacin con el artculo 1.1.

    (obligacin de respeto y garanta) de la Convencin Americana, en perjuicio de Karen AtalaRiffo; iv) los artculos 11.2 (proteccin a la honra y a la dignidad) y 17.1 (proteccin a lafamilia), en relacin con el artculo 1.1 (obligacin de respeto y garanta) de la ConvencinAmericana en perjuicio de Karen Atala Riffo y de las nias M., V. y R.; v) el derecho a serodo consagrado en el artculo 8.1 (garantas judiciales), en relacin con los artculos 19(derechos del nio) y 1.1 (obligacin de respeto y garanta) de la Convencin Americana enperjuicio de las nias M., V. y R., y vi) la garanta de imparcialidad consagrada en el artculo8.1 (garantas judiciales), en relacin con el artculo 1.1 (obligacin de respeto y garanta)de la Convencin Americana, respecto a la investigacin disciplinaria, en perjuicio de KarenAtala Riffo. Por otra parte, la Corte declar que el Estado no viol la garanta judicial deimparcialidad consagrada en el artculo 8.1 (garantas judiciales) de la ConvencinAmericana, en relacin con las decisiones de la Corte Suprema de Justicia y el Juzgado deMenores de Villarrica.

    Sntesis de los hechos principales

    En el marco del proceso de tuicin, el Juzgado de Menores de Villarrica adopt, entre otras,dos decisiones. La primera de ellas se concentr en decidir sobre una tuicin provisionalsolicitada por el padre. El 2 de mayo de 2003 dicho Juzgado concedi la tuicin provisionalal padre aunque reconoci que no existan elementos que permitieran presumir causales deinhabilidad legal de la madre. En dicha decisin, el Juzgado motiv la decisin, inter alia,con los siguientes argumentos: i) que [] la demandada haciendo explcita su opcinsexual, convive en el mismo hogar que alberga a sus hijas, con su pareja, [] alterando conella la normalidad de la rutina familiar, privilegiando sus intereses y bienestar personal, porsobre el bienestar emocional y adecuado proceso de socializac in de sus hijas, y ii) que la

    demandada ha privilegiado su bienestar e inters personal por sobre el cumplimiento de surol materno, en condiciones, que pueden afectar el desarrollo posterior de las menores deautos, y de lo cual no cabe sino concluir, que el actor presenta argumentos ms favorablesen pro del inters superior de las nias, argumentos, que en el contexto de una sociedadheterosexuada, y tradicional, cobra[n] gran importancia.

    El 29 de octubre de 2003 el Juzgado de Menores de Villarrica adopt una segunda decisinen la que rechaz la demanda de tuicin considerando que, con base en la prueba existente,haba quedado establecido que la orientacin sexual de la demandada no representaba unimpedimento para desarrollar una maternidad responsable, que no presentaba ningunapatologa psiquitrica que le impidiera ejercer su rol de madre y que no existanindicadores que permitieran presumir la existencia de causales de inhabilidad materna paraasumir el cuidado personal de las menores de edad. Dicha decisin fue apelada. El 30 de

    marzo de 2004 la Corte de Apelaciones de Temuco confirm la Sentencia.

    Posteriormente, el padre de las nias present un recurso de queja contra la Corte deApelaciones de Temuco. El 31 de mayo de 2004 la Cuarta Sala de la Corte Suprema deJusticia de Chile acogi el recurso de queja, concediendo la tuicin definitiva al padre. Endicha sentencia, la Corte Suprema indic que en todas las medidas que le conciernan [a losnios y nias], es primordial atender al inters superior del nio sobre otras consideracionesy derechos relativos a sus progenitores y que puedan hacer necesario separarlo de suspadres. Adems, la Corte Suprema fundament su decisin en los siguientes argumentos:

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    i) se ha prescindido de la prueba testimonial, [] respecto al deterioro experimentado porel entorno social, familiar y educacional en que se desenvuelve la existencia de las menores[de edad], desde que la madre empez a convivir en el hogar con su pareja homosexual y aque las nias podran ser objeto de discriminacin social derivada de este hecho ; ii) eltestimonio de las personas cercanas a las menores [de edad], como son las empleadas de lacasa, hacen referencia a juegos y actitudes de las nias demostrativas de confusin ante la

    sexualidad materna que no han podido menos que percibir en la convivencia en el hogar consu nueva pareja; iii) la seora Atala ha antepuesto sus propios intereses, postergando losde sus hijas, especialmente al iniciar una convivencia con su pareja homosexual en elmismo hogar en que lleva[ba] a efecto la crianza y cuidado de sus hijas separadamente delpadre de stas; iv) la eventual confusin de roles sexuales que puede producrseles por lacarencia en el hogar de un padre de sexo masculino y su reemplazo por otra persona delgnero femenino, configura una situacin de riesgo para el desarrollo integral de lasmenores [de edad] respecto de la cual deben ser protegidas, y v)es evidente que suentorno familiar excepcional se diferencia significativamente del que tienen sus compaerosde colegios y relaciones de la vecindad en que habitan, exponindolas a ser objeto deaislamiento y discriminacin que igualmente afectar a su desarrollo personal. Por tanto, laCorte Suprema consider que las condiciones descritas constituan causa calificada deconformidad con el artculo 225 del Cdigo Civil, para justificar la entrega de la tuicin al

    padre, dado que la situacin actual configuraba un cuadro que irroga el riesgo de daos,los que podran tornarse irreversibles, para los intereses de las menores [de edad], cuyaproteccin debe preferir a toda otra consideracin.

    Por otra parte, el presente caso tambin se relaciona con la investigacin disciplinaria y lavisita extraordinaria que fue llevada en contra de la seora Atala en abril de 2003. Dichainvestigacin fue ordenada por el Pleno de la Corte de Apelaciones de Temuco con el fin deindagar sobredos hechos fundamentales: uno, las publicaciones aparecidas en los diarios

    Las ltimas Noticias [] y La Cuarta [] en las que se ha[ra] referencia al carcter delesbiana que se atribu[a] en dichas publicaciones a la [seora] Atala y el otro,corresponda a la utilizacin de elementos y personal para cumplir diligencias decretadas porel Juez de Menores de Villarrica en la que ella era parte. Respecto a la orientacin sexual de

    la seora Atala el ministro visitador que realiz la visita extraordinaria, concluy en suinforme que la peculiar relacin afectiva [de la seora Atala] ha trascendido el mbitoprivado al aparecer las publicaciones sealadas precedentemente, lo que claramente daa laimagen tanto de la [seora] Atala como del Poder Judic ial y que ello reviste una gravedadque merece ser observada por el [] Tribunalde Apelaciones.

    Como consecuencia de esa visita la Corte de Apelaciones de Temuco formul cargos encontra de la seora Atala por la utilizacin de elementos y personal para cumplir diligenciasdecretadas por el Juez de menores, la utilizacin indebida de un sello del Tribunal y laspublicaciones aparecidas en la prensa que informaron sobre el proceso de tuicin y suorientacin sexual.

    Conclusiones y determinaciones de la Corte

    1. Conclusiones en relacin con las controversias respecto al proceso de tuicin1.1. Igualdad y no discriminacin y la orientacin sexual como categora protegida por

    el artculo 1.1 de la Convencin Americana

    La Corte reiter que el artculo 1.1 de la Convencin es una norma de carcter general cuyocontenido se extiende a todas las disposiciones del tratado, y dispone la obligacin de losEstados Parte de respetar y garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos y libertades

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    all reconocidos sin discriminacin alguna. Es decir, cualquiera sea el origen o la forma queasuma, todo tratamiento que pueda ser considerado discriminatorio respecto del ejercicio decualquiera de los derechos garantizados en la Convencin es per se incompatible con lamisma.

    Adems, respecto al derecho a la igualdad y no discriminacin, la Corte estableci que la

    orientacin sexual y la identidad de gnero son categoras protegidas por la ConvencinAmericana bajo el trmino otra condicin social establecido en el artculo 1.1 de laConvencin. Por ello est proscrita por la Convencin cualquier norma, acto o prcticadiscriminatoria basada en la orientacin sexual de la persona. En consecuencia, ningunanorma, decisin o prctica de derecho interno, sea por parte de autoridades estatales o porparticulares, pueden disminuir o restringir, de modo alguno, los derechos de una persona apartir de su orientacin sexual.

    1.2. El principio del inters superior del nio y las presunciones de riesgoLa Corte Interamericana resalt que el objetivo general de proteger el principio del interssuperior del nio es, en s mismo, un fin legtimo y es, adems, imperioso. En el mismosentido, indic que para asegurar, en la mayor medida posible, la prevalencia del inters

    superior del nio, el prembulo de la Convencin sobre los Derechos del Nio establece queste requiere cuidados especiales, y el artculo 19 de la Convencin Americana seala quedebe recibir medidas especiales de proteccin.

    Igualmente, la Corte Interamericana constat que la determinacin del inters superior delnio, en casos de cuidado y custodia de menores de edad se debe hacer a partir de laevaluacin de los comportamientos parentales especficos y su impacto negativo en elbienestar y desarrollo del nio segn el caso, los daos o riesgos reales y probados, y noespeculativos o imaginarios. Por tanto, no pueden ser admisibles las especulaciones,presunciones, estereotipos o consideraciones generalizadas sobre caractersticas personalesde los padres o preferencias culturales respecto a ciertos conceptos tradicionales de lafamilia.

    La Corte observ que al ser, en abstracto, el inters superior del nio un fin legtimo, lasola referencia al mismo sin probar, en concreto, los riesgos o daos que podran conllevarla orientacin sexual de la madre para las nias, no puede servir de medida idnea para larestriccin de un derecho protegido como el de poder ejercer todos los derechos humanossin discriminacin alguna por la orientacin sexual de la persona. El inters superior del niono puede ser utilizado para amparar la discriminacin en contra de la madre o el padre porla orientacin sexual de cualquiera de ellos. De este modo, el juzgador no puede tomar enconsideracin esta condicin social como elemento para decidir sobre una tuicin o custodia.

    El Tribunal agreg que una determinacin a partir de presunciones infundadas yestereotipadas sobre la capacidad e idoneidad parental de poder garantizar y promover elbienestar y desarrollo del nio no es adecuada para garantizar el fin legtimo de proteger el

    inters superior del nio. La Corte consider que no son admisibles las consideracionesbasadas en estereotipos por la orientacin sexual, es decir, pre-concepciones de losatributos, conductas o caractersticas posedas por las personas homosexuales o el impactoque estos presuntamente puedan tener en las nias y los nios.

    1.2.1. Presunta discriminacin socialLa Corte consider que, para justificar una diferencia de trato y la restriccin de un derecho,no puede servir de sustento jurdico la alegada posibilidad de discriminacin social, probada

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    o no, a la que se podran enfrentar los menores de edad por condiciones de la madre o elpadre. Si bien es cierto que ciertas sociedades pueden ser intolerantes a condiciones comola raza, el sexo, la nacionalidad o la orientacin sexual de una persona, los Estados nopueden utilizar esto como justificacin para perpetuar tratos discriminatorios. Los Estadosestn internacionalmente obligados a adoptar las medidas que fueren necesarias parahacer efectivos los derechos establecidos en la Convencin, como se estipula en el artculo

    2 de dicho instrumento interamericano por lo que deben propender, precisamente, porenfrentar las manifestaciones intolerantes y discriminatorias, con el fin de evitar la exclusino negacin de una determinada condicin.

    El Tribunal constat que, en el marco de las sociedades contemporneas se dan cambiossociales, culturales e institucionales encaminados a desarrollos ms incluyentes de todas lasopciones de vida de sus ciudadanos, lo cual se evidencia en la aceptacin social de parejasinterraciales, las madres o padres solteros o las parejas divorciadas, las cuales en otrosmomentos no haban sido aceptadas por la sociedad. En este sentido, el Derecho y losEstados deben ayudar al avance social, de lo contrario se corre el grave riesgo de legitimary consolidar distintas formas de discriminacin violatorias de los derechos humanos.

    Por otro lado, en cuanto al argumento de que el principio del inters superior del nio puede

    verse afectado por el riesgo de un rechazo por la sociedad, la Corte consider que unposible estigma social debido a la orientacin sexual de la madre o el padre no puedeconsiderarse un daovalido a los efectos de la determinacin del inters superior del nio.Si los jueces que analizan casos como el presente constatan la existencia de discriminacinsocial es totalmente inadmisible legitimar esa discriminacin con el argumento de protegerel inters superior del menor de edad. En el presente caso, el Tribunal resalt que, adems,la seora Atala no tena porque sufrir las consecuencias de que en su comunidadpresuntamente las nias podran haber sido discriminadas debido a su orientacin sexual.

    Por tanto, la Corte concluy que el argumento de la posible discriminacin social no eraadecuado para cumplir con la finalidad declarada de proteger el inters superior de las niasM., V. y R..

    1.2.2.Alegada confusin de rolesFrente a la alegada confusin de roles en las tres nias que podra generar la convivencia dela seora Atala con su pareja, el Tribunal consider que tratndose de la prohibicin dediscriminacin por orientacin sexual, la eventual restriccin de un derecho exige unafundamentacin rigurosa y de mucho peso, invirtindose, adems, la carga de la prueba, loque significa que corresponde a la autoridad demostrar que su decisin no tena unpropsito ni un efecto discriminatorio. En efecto, es el Estado el que tiene la carga de laprueba para mostrar que la decisin judicial objeto del debate se ha basado en la existenciade un dao concreto, especfico y real en el desarrollo de las nias. El Tribunal observ que,en el presente caso, la Corte Suprema de Justicia no fall con base en un anlisis inabstracto del alegado impacto de la orientacin sexual de la madre en el desarrollo de las

    nias, sino que invoc la supuesta existencia de pruebas concretas. Sin embargo, se limiten sus consideraciones a la aplicacin de un test de dao especulativo limitndose a hacerreferencia, respecto al supuesto dao, a la eventual confusin de roles sexuales y la

    situacin de riesgo para el desarrollo de las nias. Por tanto, el Tribunal concluy que laCorte Suprema de Justicia no cumpli con los requisitos de un test estricto de anlisis ysustentacin de un dao concreto y especfico supuestamente sufrido por las tres nias acausa de la convivencia de su madre con una pareja del mismo sexo.

    1.2.3.Alegado privilegio de intereses

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    Respecto al alegado privilegio de los intereses de la seora Atala, la Corte indic que elalcance del derecho a la no discriminacin por orientacin sexual no se limita a la condicinde ser homosexual, en s misma, sino que incluye su expresin y las consecuenciasnecesarias en el proyecto de vida de las personas. La Corte precis que el mbito deproteccin del derecho a la vida privada ha sido interpretado en trminos amplios por los

    tribunales internacionales de derechos humanos, al sealar que ste va ms all delderecho a la privacidad.

    En este sentido, la orientacin sexual de una persona tambin se encuentra ligada alconcepto de libertad y la posibilidad de todo ser humano de auto-determinarse y escogerlibremente las opciones y circunstancias que le dan sentido a su existencia, conforme a suspropias opciones y convicciones. Por lo tanto, [l]a vida afectiva con el cnyuge ocompaera permanente, dentro de la que se encuentran, lgicamente, las relacionessexuales, es uno de los aspectos principales de ese mbito o crculo de la intimidad.

    Al respecto, el Tribunal consider que dentro de la prohibicin de discriminacin pororientacin sexual se deben incluir, como derechos protegidos, las conductas en el ejerciciode la homosexualidad. Adems, si la orientacin sexual es un componente esencial de

    identidad de la persona, no era razonable exigir a la seora Atala que pospusiera suproyecto de vida y de familia. No se puede considerar como reprochable o reprobable

    jurdicamente que la seora Atala haya tomado la decisin de rehacer su vida. Adems, nose encontr probado un dao que haya perjudicado a las tres nias.

    En consecuencia, la Corte consider que exigirle a la madre que condicionara sus opcionesde vida implica utilizar una concepcin tradicional sobre el rol social de las mujeres comomadres, segn la cual se espera socialmente que las mujeres lleven la responsabilidadprincipal en la crianza de sus hijos e hijas y que en pos de esto hubiera debido privilegiar lacrianza de los nios y nias renunciando a un aspecto esencial de su identidad. Por tanto, elTribunal manifest que bajo esta motivacin del supuesto privilegio de los interesespersonales de la seora Atala tampoco se cumpla con el objetivo de proteger el inters

    superior de las tres nias.

    1.2.4.Alegado derecho a una familia normal y tradicionalFinalmente, ante el presunto derecho de las nias de vivir en una familia normal ytradicional, la Corte observ que en la Convencin Americana no se encuentra determinadoun concepto cerrado de familia, ni mucho menos se define y protege slo un modelo

    tradicional de la misma. El concepto de vida familiar no est reducido nicamente almatrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho donde las partes tienen vida encomn por fuera del matrimonio.

    En el presente caso, este Tribunal constat que el lenguaje utilizado por la Corte Supremade Chile relacionado con la supuesta necesidad de las nias de crecer en una familia

    estructurada normalmente y apreciada en su medio social, y no en una familiaexcepcional, reflejaba una percepcin limitada y estereotipada del concepto de familia queno tiene base en la Convencin al no existir un modelo especfico de familia (la familiatradicional).

    1.2.5. ConclusinTeniendo en cuenta todo lo anteriormente reseado, el Tribunal concluy que si bien lasentencia de la Corte Suprema y la decisin de tuicin provisoria pretendan la proteccin

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    del inters superior de las nias M., V. y R., no se prob que la motivacin esgrimida en lasdecisiones fuera adecuada para alcanzar dicho fin, dado que la Corte Suprema de Justicia yel Juzgado de Menores de Villarrica no comprobaron en el caso concreto que la convivenciade la seora Atala con su pareja afect de manera negativa el inters superior de lasmenores de edad y, por el contrario, utilizaron argumentos abstractos, estereotipados y/odiscriminatorios para fundamentar la decisin, por lo que dichas decisiones constituyen un

    trato discriminatorio en contra de la seora Atala que viola los artculos 24 y 1.1 de laConvencin Americana.

    Adems, la Corte Interamericana resalt que las nias y los nios no pueden serdiscriminados en razn de sus propias condiciones y dicha prohibicin se extiende, adems,a las condiciones de sus padres o familiares, como en el presente caso a la orientacinsexual de la madre.

    El Tribunal seal que, al haber tomado como fundamento para su decisin la orientacinsexual de la madre, la decisin de la Corte Suprema discrimin, a su vez, a las tres nias,puesto que tom en cuenta consideraciones que no habra utilizado si el proceso de tuicinhubiera sido entre dos padres heterosexuales. En particular, la Corte reiter que el interssuperior del nio es un criterio rector para la elaboracin de normas y la aplicacin de stas

    en todos los rdenes relativos a la vida del nio.

    Adems, el trato discriminatorio en contra de la madre tuvo repercusin en las nias, puesfue el fundamento para decidir que ellas no continuaran viviendo con ella. De manera quedicha decisin irradi sus efectos al ser ellas separadas de su madre como consecuencia dela orientacin sexual de la misma. Por tanto, la Corte concluy que se vulner el artculo 24,en relacin con los artculos 19 y 1.1. de la Convencin Americana, en perjuicio de las niasM., V. y R..

    1.3. Derecho a la vida privada y vida familiarLa Corte seal que el artculo 11 de la Convencin prohbe toda injerencia arbitraria o

    abusiva en la vida privada de las personas, enunciando diversos mbitos de la misma comola vida privada de sus familias. En ese sentido, el Tribunal sostuvo que el mbito de laprivacidad se caracteriza por quedar exento e inmune a las invasiones o agresionesabusivas o arbitrarias por parte de terceros o de la autoridad pblica. La vida privada es unconcepto amplio que no es susceptible de definiciones exhaustivas y comprende, entre otrosmbitos protegidos, la vida sexual y el derecho a establecer y desarrollar relaciones conotros seres humanos. Es decir, la vida privada incluye la forma en que el individuo se ve a smismo y cmo y cundo decide proyectar a los dems.

    Dado que los tribunales internos tuvieron como referente de peso la orientacin sexual de laseora Atala al momento de decidir sobre la tuicin, expusieron diversos aspectos de suvida privada a lo largo del proceso. El Tribunal observ que la razn esgrimida por dichostribunales para interferir en la esfera de la vida privada de la seora Atala era la misma que

    fue utilizada para el trato discriminatorio, es decir, la proteccin de un alegado interssuperior de las tres nias. La Corte consider que, si bien dicho principio se relaciona inabstracto con un fin legtimo, la medida era inadecuada y desproporcionada para cumplireste fin, por cuanto los tribunales chilenos tendran que haberse limitado a estudiarconductas parentales -que podan ser parte de la vida privada- pero sin efectuar unaexposicin y escrutinio de la orientacin sexual de la seora Atala.

    El Tribunal constat que durante el proceso de tuicin, a partir de una visin estereotipadasobre los alcances de la orientacin sexual de la seora Atala, se gener una injerencia

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    arbitraria en su vida privada, dado que la orientacin sexual es parte de la intimidad de unapersona y no tiene relevancia para analizar aspectos relacionados con la buena o malapaternidad o maternidad. Por tanto, la Corte concluy que el Estado vulner el artculo 11.2,en relacin con el artculo 1.1. de la Convencin Americana, en perjuicio de Karen AtalaRiffo.

    En cuanto al derecho a la proteccin a la vida familiar, la Corte reiter que el artculo 11.2de la Convencin Americana est estrechamente relacionado con el derecho a que seproteja la familia y a vivir en ella, reconocido en el artculo 17 de la Convencin, segn elcual el Estado est obligado no slo a disponer y ejecutar directamente medidas deproteccin de los nios, sino tambin a favorecer, de la manera ms amplia, el desarrollo yla fortaleza del ncleo familiar. El Tribunal seal que diversos rganos de derechoshumanos creados por tratados, han indicado que no existe un modelo nico de familia, porcuanto este puede variar. En el presente caso, la Corte determin que era visible que sehaba constituido un ncleo familiar que, al serlo, estaba protegido por los artculos 11.2 y17.1 de la Convencin Americana, pues exista una convivencia, un contacto frecuente, yuna cercana personal y afectiva entre la seora Atala, su pareja, su hijo mayor y las tresnias. Por tanto, este Tribunal concluy que la separacin de la familia constituida por lamadre, su pareja y las nias, constituy una interferencia arbitraria en el derecho a la vida

    privada y familiar.

    1.4. Garantas judicialesRespecto a la presunta violacin de las garantas judiciales de independencia e imparcialidaden detrimento de la seora Atala, la Corte consider que no se aportaron elementosprobatorios especficos para desvirtuar la presuncin de imparcialidad subjetiva de losjueces y elementos convincentes que permitieran cuestionar la imparcialidad objetiva en lasentencia de la Corte Suprema. De manera, que una interpretacin de las normas delCdigo Civil chileno en forma contraria a la Convencin Americana en materia del ejerciciode la custodia de menores de edad por una persona homosexual no es suficiente, en smisma, para declarar una falta de la imparcialidad objetiva. En consecuencia, la Corte

    consider que el Estado no viol las garantas judiciales reconocidas en el artculo 8.1 de laConvencin en relacin con la decisin de la Corte Suprema de Justicia en el presente caso.

    Por otra parte, la Corte concluy que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia viol elderecho de las nias a ser odas consagrado en el artculo 8.1, en relacin con los artculos19 y 1.1 de la Convencin Americana, ya que la Corte Suprema no haba explicado en susentencia cmo evalu o tom en cuenta las declaraciones y preferencias hechas por lasmenores de edad que constaban en el expediente. En efecto, el Tribunal constat que laCorte Suprema no adopt una decisin en la que se razonara sobre la relevancia atribuidapor dicha Corte a las preferencias de convivencia expresadas por las menores de edad y lasrazones por las cuales se apartaba de la voluntad de las tres nias. Por el contrario, la CorteSuprema se limit a fundamentar su decisin en el supuesto inters superior de las tresmenores de edad pero sin motivar o fundamentar la razn por la que consideraba legtimo

    contradecir la voluntad expresada por las nias durante el proceso de tuicin, teniendo encuenta la interrelacin entre el derecho a participar de los nios y nias y el objetivo decumplir con el principio del inters superior del nio. Por tanto, la Corte concluy que lareferida decisin de la Corte Suprema de Justicia viol el derecho a ser odas de las nias yser debidamente tomadas en cuenta consagrado en el artculo 8.1, en relacin con losartculos 19 y 1.1 de la Convencin Americana en perjuicio de las nias M., V. y R..

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    2. Conclusiones sobre las controversias respecto a la investigacin disciplinariaEn cuanto a los hechos relacionados con la investigacin disciplinaria, la Corte manifestque no observaba relacin alguna entre un deseo de proteger la imagen del poder judicialy la orientacin sexual de la seora Atala, ya que la orientacin sexual o su ejercicio nopueden constituir, bajo ninguna circunstancia, fundamento para llevar a cabo un proceso

    disciplinario, pues no existe relacin alguna entre el correcto desempeo de la laborprofesional de la persona y su orientacin sexual. Por ello, concluy que era discriminatoriauna diferenciacin en una indagacin disciplinaria relacionada con la orientacin sexual. Porello, el Estado vulner el artculo 24 en relacin con el artculo 1.1 de la Convencin, enperjuicio de Karen Atala Riffo.

    Por otra parte, la Corte constat que, si bien la investigacin disciplinaria se inici con unfundamento legal y no termin con una sancin disciplinaria en contra de la seora Atalapor su orientacin sexual, s se indag en forma arbitraria sobre ello lo cual constituye unainterferencia al derecho a la vida privada de la seora Atala, el cual se extenda a su mbitoprofesional. Por lo tanto, el Estado es responsable por la violacin del derecho a la vidaprivada, reconocido en el artculo 11.2 en relacin con el artculo 1.1 de la ConvencinAmericana, en perjuicio de Karen Atala Riffo.

    Respecto a la proteccin de la garanta de imparcialidad subjetiva, la Corte consider queexistieron prejuicios y estereotipos que fueron manifestados en el informe emitido por elministro visitador, que demostraban que quienes realizaron y aprobaron dicho informe nofueron objetivos respecto a este punto y que, por el contrario, dejaron plasmada su posicinpersonal respecto a la orientacin sexual de la seora Atala en un mbito disciplinario en elque no era aceptable ni legtimo un reproche jurdico por este hecho, por lo que seestableci que la visita extraordinaria y la investigacin disciplinaria se realizaron sin laimparcialidad subjetiva necesaria. Por tanto, la Corte concluy que el Estado vulner elartculo 8.1, en relacin con el artculo 1.1 de la Convencin, en perjuicio de Karen AtalaRiffo.

    Reparaciones

    Respecto de las reparaciones, la Corte estableci que su Sentencia constituye per se unaforma de reparacin y, adicionalmente, orden al Estado las siguientes medidas dereparacin: i) brindar la atencin mdica y psicolgica o psiquitrica gratuita y de formainmediata, adecuada y efectiva, a travs de sus instituciones pblicas de saludespecializadas a las vctimas que as lo soliciten; ii) publicar el presente resumen oficial dela Sentencia, por una sola vez, en el Diario Oficial y en un diario de amplia circulacinnacional, y la totalidad de la Sentencia en un sitio web oficial; iii) realizar un acto pblico dereconocimiento de responsabilidad internacional por los hechos del presente caso; iv)continuar implementando, en un plazo razonable, programas y cursos permanentes deeducacin y capacitacin dirigidos a funcionarios pblicos a nivel regional y nacional yparticularmente a funcionarios judiciales de todas las reas y escalafones de la rama

    judicial, y v) pagar determinadas cantidades por concepto de indemnizacin por daomaterial e inmaterial y por el reintegro de costas y gastos, segn corresponda.

    La Corte Interamericana de Derechos Humanos supervisar el cumplimiento ntegro de laSentencia y dar por concluido el caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimientoa lo dispuesto en la Sentencia.