CATEQUESIS PREPARATORIAS A LA VISITA “AD LIMINA”

Agentes de Pastoral

Diócesis de Texcoco

DIÓCESIS DE TEXCOCO

CATEQUESIS PREPARATORIAS A LA VISITA “AD LIMINA”

Folleto para Agentes de Pastoral

Responsable de la PublicaciónVicaría Episcopal de Pastoral

© Diócesis de Texcoco, A.R. 2014

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Con esta cita clara el Señor nos pide:

Por eso responderemos a cada petición: “Que todos seamos uno”.

1. Que decidamos compartir la vida con el maestro y lo conozcamos cada vez más.

2. Que nos dejemos modelar por su doctrina (amarlo).3. Que decidamos seguirle, esto es, adherirnos a su perso-

na y a su proyecto salvífico.4. Que decidamos acompañar a nuestro Pastor en esta

preparación por su visita a Roma.5. Que le demos sentido a nuestro trabajo apostólico en la

parroquia y en nuestra Diócesis.6. Que carguemos nuestra cruz y la del otro haciéndonos

corresponsables en la comunión.7. Que seamos dóciles a lo que se nos pide y veraces en

nuestros informes para que el trabajo pastoral que el Señor Obispo presente, sea apegado a nuestra realidad y bendecido por Dios.

4.- ORACIÓN FINAL: Igual que al inicio pero dando gracias por lo que el Espíritu Santo nos ha inspirado para unirnos como Diócesis de Texcoco.

Se sugiere terminar las tres catequesis con un ágape por cada pequeña comunidad o parroquial.

No olvidar el sentido de fiesta por el encuentro que nuestro Obispo, en nombre de toda nuestra amada Diócesis de Texco-co, tendrá con el Santo Padre Francisco.

Texcoco, México a 20 de febrero 2014

Estimados Presbíteros, Diáco-nos, Religiosas, Agentes de Pastoral y Fieles de esta Igle-sia Particular

Su Santidad, el Papa Francisco I, nos ha convocado a todos los Obispos de México para que nos presentemos en Roma el próximo mes de mayo, con el fin de venerar las reliquias de los apóstoles Pedro y Pablo, y de los primeros mártires del Cristianismo en Roma; así mismo para tener un encuentro personal con el Santo Padre y hacerle saber la situación real de nuestra Iglesia Diocesana.

Es finalmente la oportunidad de recibir del Papa observaciones, recomendaciones y estímulo para nuestra vida Diocesana.

Me agrada que los Señores Sacerdotes hayan tenido la iniciati-va de compartir esta gran experiencia con todo el pueblo de Dios, mediante éstas catequesis que apruebo con mucha grati-tud.

Que la Virgen María nos enseñe el mejor camino de perfección para llegar a Jesús.

Soy su servidor y hermano,

Mons. Juan Manuel Mancilla SánchezObispo de Texcoco

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cada Parroquia en particular y la diócesis en lo general, ha hecho por ser discípulos misioneros de Jesús.

3.- Iluminación:

LOS HIJOS DESUNIDOS DEL LABRADOR

Un labrador anciano tenía varios hijos jóvenes que se llevaban mal entre sí, peleaban constantemente.

Un día resolvió darles una lección.

Les llamó y les dijo que le llevaran un manojo de varas. Cumpli-da la orden les dio las varas en manojo y les dijo que las rompie-ran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el manojo y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.

-¡Ahí tienen!- les dijo el padre- Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad. Nunca olviden que en la unión se encuentra la fortaleza.

Después de la lectura “los hijos desunidos”, en grupos se con-testan las siguientes preguntas:

Actividad: En pequeños grupos se comparte y luego se lleva a plenario:

¿Ves a nuestra Iglesia unida?¿Nuestras pequeñas comunidades y grupos pastorales, mani-fiestan signos de comunión con Dios, entre ellos y con la Igle-sia? Da algunos ejemplos.

Actuar:En Jn 17, 21. “Te pido Padre que todos seamos uno, como tú y yo somos uno.”

NOTA: Se sugiere ampliar el mapa al tamaño de un plie-go de papel bond.

B) Cada mapa se mete en un sobre con una tarjeta de indi-caciones:

- La tarjeta del sobre No. 1 dirá: “coloca las piezas de modo que armes el mapa de la diócesis”.

- La tarjeta del sobre No. 2 dirá: “coloca las piezas de modo que no se unan ni coincidan entre sí”.

A continuación se les pregunta:

¿Qué sintieron?¿Qué diferencias encuentras entre un grupo y otro?¿Qué fue más fácil?¿Qué observas de los rompecabezas?

Concluirán que los que no armaron nada estaban desconcerta-dos, fue más fácil, sintieron que perdían el tiempo y la ruta y que no tuvieron que comunicarse para hacer el trabajo.

Los del grupo uno, tardaron más pero se comunicaron, hicieron equipo, se apoyaron, lograron armar el mapa de la diócesis y se emocionaron con el triunfo, se sensibilizaron con el logro obte-nido, se hicieron cercanos y todos disfrutaron los resultados de la tarea.

Lo mismo pasa con nosotros como Iglesia diocesana, si no nos unimos y caminamos obedientes al Pastor, nues-tros esfuerzos serán nulos y por una sola pieza mal pues-ta se rompe la belleza creativa de todo un equipo.

Con esta visita de nuestro Pastor a Roma, todos debe-mos unirnos para hacer un ejercicio consiente de lo que

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ENCUENTRO IPARA AGENTES DE PASTORAL

“LA COMUNIDAD CON DIOS

SUSTENTADA EN LA TRINIDAD”

1.- ORACIÓN INICIAL: POR LA VISITA AD LIMINA

ORACIÓN POR LA VISITA AD LIMINA

Padre bueno y providente, hoy queremos mirar a nuestra Dió-cesis como Tú la vez, valorando cada una de sus realidades, la vida sacramental y religiosa, la vida social y cultural, la vida social y cultural, la vida laical y consagrada; que la visita Ad Limi-na que nuestro Obispo realiza al Romano Pontífice y a la tumba de San Pedro nos una a la Iglesia Universal para caminar como una Única Iglesia que mira con esperanza la instauración del Reino, ayúdanos Padre a no dilatar más su presencia en medio de nosotros, y que Nuestra Madre Santísima, Nuestra Señora de Guadalupe, acompañe nuestro caminar como Iglesia Dioce-sana y unidos a nuestro Obispo construyamos la Iglesia Comu-nión. AMÉN.

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2.- (VER) Breve relato del origen y desarrollo histórico de la visi-ta “Ad Limina Apostolorum”

El animador podrá elegir algunos puntos significativos del desa-rrollo que crea conveniente para su auditorio.

ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO DE LA VISITA “AD LIMINA APOSTOLORUM”

Según la venerada tradición y la prescripción de la ley canónica, los obispos que están al frente de las Iglesias particulares (dió-cesis) realizan en los tiempos establecidos la visita “Ad Limina Apostolorum”, en donde presentan al Romano Pontífice la infor-mación de sus diócesis. Tales visitas constituyen el culmen de las relaciones de los pastores de cada Iglesia particular con el Papa. En este encuentro con sus hermanos en el episcopado, el pontífice trata con ellos los asuntos concernientes al bienestar de las Iglesias y lo relacionado con su función pastoral, además de que los confirma y sostiene en la fe y en la caridad. De tal modo se refuerzan los vínculos de la comunión jerárquica y se evidencian la catolicidad de la Iglesia y la unión del colegio de los obispos. Tales visitas son preparadas con suma diligencia y de modo conveniente: la peregrinación a los sepulcros de los Príncipes de los Apóstoles (Pedro y Pablo), el encuentro con el Sumo Pontífice y los coloquios en los dicasterios de la curia romana. Para este fin, la relación sobre el estado de la diócesis será enviada a la Santa Sede seis meses antes del tiempo fijado para la visita.

La visita “ad Limina Apostolorum” de los obispos, con los tres momentos arriba mencionados, manifiesta la vivencia de la comunión eclesial basada sobre la caridad, porque el ligamen de la comunión en la vida de la Iglesia no permanece en los lími-tes de la esfera invisible y espiritual, ya que no es un vago afec-to o sentimiento, sino una realidad organizada que exige una

ENCUENTRO IIIPARA AGENTES DE PASTORAL

“LA COMUNIÓN ENTRE NOSOTROS

Y EN NUESTRA IGLESIA

DIOCESANA DE TEXCOCO”

1.- ORACIÓN INICIAL: Se recomienda utilizar la misma que se ha venido sugiriendo, pero puede variar si se desea.

2.- Dinámica de activación.

A) Se organizan grupos de acuerdo al número de partici-pantes. Se preparan dos o más rompecabezas con el mapa diocesano. Se recomienda que el número de pie-zas coincida con el número de participantes en cada gru-po, de tal forma que cada uno pueda colocar una pieza del rompecabezas.

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ACTIVIDAD: RAMILLETE ESPIRITUAL

Por equipos anotarán en una hoja de papel bond (papelógrafo) sus aportes y compromisos para la próxima Visita AD LIMINA APOSTOLORUM. Como una demostración de que la comunión la construimos todos juntos y corresponsablemente.

TAREA: Reflexiona y describe con detalle alguna experiencia en la que después de un tiempo prolongado visitaste a un fami-liar/amigo; o bien, comenta qué sentimientos tuviste al recibir a alguien que te visitó después de mucho tiempo de no verlo.

1. Explica con tus propias palabras la frase "visita a la casa de los apóstoles”.

2. ¿Por qué es el Obispo el que realiza la Visita Ad Limina?

3. ¿Qué imagen del Obispo te llama más la atención? ¿Cuál crees que se aplique a tu Obispo?

ORACIÓN FINAL: La misma que al inicio.

forma jurídica siempre animada por la caridad.

La visita “ad limina” como expresión de la solicitud pastoral de todos los obispos unidos al Papa, es un momento de comunión, un intercambio de dones, un crecimiento en la colegialidad.

1. Las visitas “ad Limina Apostolorum” de Orígenes hasta el Concilio de Trento.

En el lenguaje canónico se llama Limina Apostolorum a las tumbas de los beatos apóstoles Pedro y Pablo y por consiguien-te la visita “ad Limina” es la peregrinación que tenía como meta las tumbas de estos apóstoles y la visita que los obispos debe-rían hacer a Roma en determinados periodos de tiempo.

Se podría citar como un precedente de estas visitas la carta a los Gálatas 1, 18-20, en donde San Pablo narra que después de su conversión y en el inicio de su apostolado entre los paganos fue a Jerusalén para consultar a Pedro. Catorce años más tarde realizó una segunda visita.

En los primeros siglos del cristianismo las Iglesias de Oriente y Occidente creían que la Iglesia de Roma ocupaba el primer lugar entre las Iglesias. Este primado se debía a diversos facto-res: la Iglesia de Roma había sido fundada por Pedro y Pablo y en ella estos apóstoles habían dado testimonio de su fe a través del martirio; existía además el sentimiento de su presencia viva en esta ciudad debido a que su tumba se encontraba allí y debi-do a que Roma era la capital y el centro de comunicación del Imperio Romano.

A partir del siglo II era costumbre que los obispos de Italia visi-taran al obispo de Roma cuando se celebraban los concilios pro-vinciales dos veces al año. En el siglo V, el Papa León I insistió en el cuidado de Sicilia enviando cada año a tres obispos a

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Roma para participar en su concilio. San Gregorio Magno (590-604) declaró que aunque en aquel tiempo los obispos sicilianos estaban obligados a visitar Roma cada tres años, en adelante lo harían cada cinco debido a que ellos tenían demasiado trabajo pastoral.

La primera formulación clara sobre la obligación de estas visitas se decide en el concilio romano del 743, presidido por el papa Zacarías. La relación periódica de los obispos con el romano Pontífice, concretamente la visita personal a Roma, es un hecho histórico ya consolidado en tiempos del papa Gregorio VII (1073-1085), quien estableció, en el sínodo romano de 1079, que los obispos antes de su consagración deberían jurar que harían la “visita ad limina” cada año, ya fuera personal o a través de un legado. A este juramento hacía referencia el papa Pascual II (1099-1118) cuando reitera la obligación de la visita de los obispos, que se observaba ya en las regiones lejanas de Roma.

Durante el traslado forzado de la curia pontificia a Aviñón, Fran-cia (1305-1378) se siguieron realizando las visitas “ad limina”, lo que demuestra la importancia concedida a la relación entre el Romano Pontífice y los obispos de toda la Iglesia, independien-temente de la peregrinación a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo.

2. Las visitas “ad Limina Apostolorum” del Concilio de Trento a nuestros días.

El papa Paulo III fue informado (1540) del impedimento de resi-dencia de algunos pastores en su diócesis cuando hacían anualmente la visita “ad limina”, por lo que concede la dispensa de la visita anual.

Durante el Concilio de Trento (1545-1563) los padres concilia-res trataron el asunto: el arzobispo de Rossano presentaba “la

Dinámica de activación:

Materiales: papel periódico, marcadores, cinta canela.

A) En una hoja de papel periódico, a lo ancho, los partici-pantes anotarán el nombre de un apóstol (poner la lista en un cartel por si no los saben), unir los periódicos con cinta canela formando un gran rectángulo.

B) Se les dirá que ese rectángulo es un “barco” y que todos deben caminar por el mar. Pero cuando se diga “mar revuelto”, todos se subirán al barco; los que queden fuera de él, quedarán eliminados. La dinámica se repite varias veces doblando a la mitad el “barco” cada vez, hasta que casi no queden participantes.

C) Hacer que los reflexionar sobre lo que tuvieron que hacer para salvarse todos, y si su estrategia fue ayudar a los más débiles, con ello demostramos que la comunión las construimos juntos y corresponsablemente.

1. ILUMINACIÓN CON LA PALABRA DE DIOS (Gal 1,18) y (Gal 2, 1-2)

a) Para poder entender cómo vivir la comunión con la Igle-sia y con quien es cabeza de ella, miraremos con aten-ción a San Pablo en relación a San Pedro.

b) Lectio Divina: o ¿Qué Dice? o ¿Qué Me Dice? o ¿Qué me hace decir?o ¿A qué me comprometo?

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NOTA METODOLÓGICA: Damos 10 minutos para el trabajo por equipos y nos vamos a plenario para verificar que las ideas del día anterior han quedado claras.

El animador por su parte reforzará las ideas en las que falte cla-ridad

Conclusión del animador:

La visita ad limina apostolorum es un momento muy importan-te no sólo en la vida y misión del obispo, sino también en la vida de fe de quienes, por el bautismo, están vinculados a Jesucris-to, Señor y Salvador de los hombres y pertenecen a una dióce-sis en particular.

La Visita Ad Limina Apostolorum ayuda a comprender la COMUNIÓN eclesial; todos los bautizados pertenecemos a la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica y aún en la diversidad permanecemos en la unidad. Al mismo tiempo, ofre-ce la oportunidad de reflexionar en la COLEGIALIDAD episco-pal, es decir, que la Iglesia, al anunciar hoy el Evangelio con sus Pastores al frente, lo hace con la garantía de continuar con la misión que Jesucristo confió a sus Apóstoles y, por último, mani-fiesta la FRATERNIDAD entre los obispos, signo de la caridad entre los cristianos.

Los católicos de Texcoco ¿qué podemos hacer? Orar y Colabo-rar.

Recemos por nuestro obispo diocesano y por los obispos de México que en mayo de 2014 realizarán la Visita Ad Limina Apos-tolorum. Ayudemos, según nuestras posibilidades, para que esa visita se prepare dignamente y traiga abundancia de bendi-ciones a nuestra Iglesia particular.

visita ad limina” como una de las causas del ausentismo de los obispos de sus sedes episcopales.

Si bien el papa Sixto V (11585-1590) exigió a los prelados obe-diencia al decreto tridentino sobre la residencia en sus propias diócesis, mediante Constitución Apostólica Romanus Pontifex (1585) extiende a todos los obispos de la Iglesia universal la obligación de la “visita ad limina”: “Todos los patriarcas, prima-dos, arzobispos y obispos sin excepción para los cardenales, antes de ser consagrados y de recibir el palio o antes de ser transferidos a otra diócesis, deberían jurar, de acuerdo con esta Constitución Apostólica, de visitar personalmente las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo, para dar cuentas al Romano Pon-tífice sobre su labor pastoral y para recibir de él las instruccio-nes correspondientes”.

Con la Constitución Apostólica Sapienti Consilio del papa Pio X (1908) se confiere competencia jurídica sobre la actividad pastoral de los obispos a la Congregación Consistorial, quien exigió a los obispos de Europa presentar la relación sobre el estado de sus diócesis cada cinco años y a los obispos no euro-peos cada diez años.

La constitución fue insertada en el código de derecho canónico de 1917, posteriormente en el código de 1983 y en la Constitu-ción Apostólica Pastor Bonus del papa Juan Pablo II sobre la curia romana (1988). Los cánones 399 y 400 del actual código de derecho canónico prescriben un ritmo de visita quinquenal, que a veces es más prolongado en la práctica. El papa Pablo VI instauró una nueva práctica en las visitas “ad limina”, al recibir a los obispos en grupo.

3.- (OIR) “La Comunión de los Fieles y de las Iglesias particu-lares en el pueblo de Dios se sustenta en la Comunión con la Trinidad” (D.A. 1ss)

Con la luz del Señor resucitado y con la fuerza del Espíritu San-

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to, Obispos de América nos reunimos en Aparecida, Brasil, para celebrar la V Conferencia General del Episcopado Latinoameri-cano y El Caribe. Lo hemos hecho como pastores que queremos seguir impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia, llama-da a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos ten-gan vida en Él. Lo hacemos en comunión con todas las Iglesias Particulares presentes en América. María, Madre de Jesucristo y de sus discípulos, ha estado muy cerca de nosotros, nos ha acogido, ha cuidado nuestras personas y trabajos, cobijándo-nos, como a Juan Diego y a nuestros pueblos, en el pliegue de su manto, bajo su maternal protección. Le hemos pedido, como madre, perfecta discípula y pedagoga de la evangelización, que nos enseñe a ser hijos en su Hijo y a hacer lo que Él nos diga. (D.A. 1) (Cf. Jn 2, 5)

4.- (Juzgar)Reflexión de los fieles sobre este número del documento de Aparecida con “lluvia de ideas”.

5.-El animador enfatiza las 2 dimensiones de comu-nión.-LA INDIVIDUAL.- Intima Comunión con Dios.

Escucha y Practica de su palabra. La Oración. Los Sacramentos.

-LA COMUNITARIA.- “Ámense los unos a los otros como yo los he Amado”.

“FELIZ EL HOMBRE QUE HONRA AL SEÑOR Y SE COMPLACE EN SUS MANDATOS” (SAL 112.1)

6.- (ACTUAR) Cada uno de los participantes anotará sus compromisos y al realizarlos cada día los ofrecerá por la visita Ad Limina Aposto-lorum.

ENCUENTRO IIPARA AGENTES DE PASTORAL

“LA COMUNIÓN LA CONSTRUIMOS

JUNTOS Y CORRESPONSABLE-

MENTE”Oración Inicial: La de la Visita Ad Limina

Recapitulación del día anterior: Se forman 5 equipos para compartir cada uno una de las siguientes preguntas en relación a lo que leímos en casa puede ser a través del color de gafete, números debajo de sus sillas, números en los gafetes o enume-rarlos del 1 al 5 para hacer los equipos)

1. ¿Qué significa “visita ad limina apostolorum”?2. ¿En que reside la primacía de la Iglesia de Roma?3. ¿Por qué visitan los obispos al Santo Padre?4. ¿Qué significa la colegialidad episcopal?5. ¿Cómo se da la relación de la diócesis de Texcoco con la

Santa Sede?

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7.- CONCLUSIÓN:La regulación canónica de las visitas es el signo de la importan-cia que la Iglesia concede a la relación entre el obispo de Roma y los demás obispos. Una relación que no puede ser solamente espontanea o esporádica, sino regular y ordenada, porque se refiere a la vida de la Iglesia en su dimensión universal y parti-cular.

En este sentido, la “visita ad limina” no es un simple acto jurídi-co-administrativo, protocolar, sino una ocasión de enriqueci-miento, de participación en las esperanzas de la Iglesia, todo en una actitud de escucha bajo la conducción del Espíritu Santo, con el fin de cumplir la misión de Evangelización según las exi-gencias del momento de la historia en donde se encuentra la Iglesia.

Por otra parte, entre visita y visita, la relación entre los obispos y la Santa Sede no se interrumpe: se realiza de otras maneras, como el encuentro de los obispos con los nuncios apostólicos o a través los viajes apostólicos del Papa que son habitualmente de carácter pastoral. Así persiste la relación continua entre los obispos y el Papa, que no es otra que la relación de comunión entre los miembros del colegio episcopal.

8.- Tarea en casa:

a. Reflexiona sobre ¿cómo se manifiesta la comunión en la Diócesis y tu Parroquia?

b. Leer el documento con el que se iniciará el siguiente día:

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LA VISITA AD LIMINA APOSTOLORUM

I. ¿Qué es la Visita Ad Limina Apostolorum?

1.1 Descripción breve desde la etimologíaExaminemos: ad es una preposición latina que significa hacia; el término limina (del latín limen) significa umbral, puerta, morada; y Apostolorum quiere decir, de los Apóstoles. De modo que la frase ad limina Apostolorum puede traducirse por: «po-nerse en camino hacia la casa de los Apóstoles». De inicio pode-mos encontrar elementos muy significativos tales como, pere-grinar, visitar la casa, encontrarse entre hermanos y llegar a un punto común.

La visita de los obispos al Sucesor de Pedro, es decir, al Papa, es una forma de vivir y manifestar la unidad de la Iglesia universal, es un servicio a la comunión. «Tiene un significado preciso: el fortalecimiento de la responsabilidad de cada obispo como sucesores de los Apóstoles y de la comunión jerárquica con el sucesor de Pedro, y la referencia a las tumbas de los santos Pedro y Pablo, pastores y columnas de la Iglesia» (Directorio para la visita ad limina).

1.2 ¿De qué se trata? Contenido Cada cinco o más años, el obispo de una Iglesia particular o Diócesis envía a la Santa Sede abundantes y concretos datos sobre los organismos diocesanos y las tareas pastorales que se realizan en ella: sobre la vida litúrgica y sacramental, sobre la educación católica y la catequesis, sobre el ministerio sacerdo-tal, la vida consagrada y la vida de los laicos, sobre la pastoral familiar, movimientos eclesiales, etc.

9.- ORACIÓN FINAL

Padre bueno y providente, hoy queremos mirar a nuestra dió-cesis como Tú la vez, valorando cada una de sus realidades, la vida sacramental y religiosa, la vida social y cultural, la vida social y cultural, la vida laical y consagrada; que la visita Ad Limi-na que nuestro Obispo realiza al Romano Pontífice y a la tumba de San Pedro nos una a la Iglesia Universal para caminar como una Única Iglesia que mira con esperanza la instauración del Reino, ayúdanos Padre a no dilatar más su presencia en medio de nosotros, y que Nuestra Madre Santísima, Nuestra Señora de Guadalupe, acompañe nuestro caminar como Iglesia Dioce-sana y unidos a nuestro Obispo construyamos la Iglesia Comu-nión. AMÉN.

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3.2 La visita ad liminaEn sus diferentes momentos litúrgicos, pastorales y de fraterno intercambio, la visita ad limina tiene un preciso significado para el obispo: acrecentar su sentido de responsabilidad como Sucesor de los Apóstoles y fortalecer su comunión con el Suce-sor de Pedro. Además, dicha visita constituye un momento importante para la vida de la misma diócesis, la cual, por medio del propio representante (el obispo), consolida los vínculos de fe, de comunión y de disciplina que la unen a la Iglesia de Roma y al entero cuerpo de la Iglesia universal (cfr. Directorio para la visita ad limina, Premisas I y IV). La visita es, por tanto, una manifestación y un medio de comunión entre los obispos y la Cátedra de Pedro. Peregrinar a las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo indica la referencia a la única fe, de la cual ambos dieron testimonio en Roma con su martirio.

En el encuentro con el Papa se realiza, según el principio de catolicidad, una comunicación de dones entre todos los bienes que, por obra del Espíritu, hay en la Iglesia, tanto en el ámbito particular y local como universal (LG, 13). Es por ello que sería reducir y vaciar de contenido la visita si se le concibe sólo como una simple información o rendición de cuentas. El encuentro con Sucesor de Pedro consolida la colegialidad del cuerpo de la Iglesia, por la que se obtiene la unidad en la diversidad. Esto se pone de manifiesto, particularmente, en la Celebración Eucarís-tica de los obispos con el Papa.

Finalmente, el encuentro con los responsables de los Dicaste-rios de la Curia romana fomenta la fraternidad, propicia el con-tacto directo con los problemas que competen a cada organis-mo en orden a la común solicitud pastoral y suscita la confianza mutua para mantenerse informados de las situaciones concre-tas de cada Iglesia particular y brindar así un mejor servicio universal.

Se trata de ofrecer una visión amplia de la diócesis; por ello, previo a la Visita, se hace llegar a la Nunciatura Apostólica del país correspondiente dicha información, que, a su vez, la remite a la Congregación para los Obispos, donde refieren una síntesis del contenido al Santo Padre. Luego, durante los días de la Visi-ta, el Papa recibe a los obispos en un encuentro personal y en grupos. En el encuentro fraterno cada obispo presenta breve-mente el estado de la diócesis, respondiendo a las eventuales preguntas del Papa. También se entrevistan con los responsa-bles de los diversos organismos de la Curia Romana, es decir, Congregaciones, Consejos Pontificios, etc.

1.3 ¿Cómo se realiza? EsquemaLos obispos regularmente siguen el siguiente orden:

Son recibidos individualmente por el Papa en audiencia privada.

Entregan el informe o relación quinquenal sobre el esta-do de sus respectivas diócesis.

Concelebran la Eucaristía con el Santo Padre. Visitan las basílicas de San Pedro en el Vaticano y de San

Pablo Extramuros para venerar las tumbas de los dos Apóstoles.

Se entrevistan con los cardenales, obispos y prelados responsables de los diversos órganos de la Curia Roma-na.

El Papa, finalmente, dirige a los obispos un amplio dis-curso.

II. Elementos teológicos desde la cristología

2.1 El Obispo en el Misterio de CristoDado que en la visita ad limina sólo asisten los obispos, es indis-pensable saber quién es un obispo. Sólo a la luz del misterio de Cristo, Pastor y Obispo de las almas (cfr. 1 Pe 2,25), podemos reflexionar en el ser y que hacer del obispo, en su identidad y misión.

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El obispo es, según imágenes de la Sagrada Escritura y de la Tradición, pastor, pescador, guardián solícito, padre, hermano, amigo, portador de consuelo, servidor, maestro, hombre fuer-te, hombre de fe y de discernimiento, hombre de esperanza y de comunión. Todas estas imágenes siempre remiten a Jesu-cristo, cabeza del Pueblo de Dios.

El obispo es principio y fundamento visible de unidad en la Igle-sia particular que se le confía. Además, en comunión jerárquica con el Papa y con el Colegio Episcopal, el obispo hace posible que la diócesis que preside se inserte en la plena comunión de la única Iglesia de Cristo.

Como maestro de la fe y heraldo de la Palabra; santificador y ministro de la gracia; y pastor que sirve con autoridad, el obispo está llamado a edificar la Iglesia particular en la comunión de todos sus miembros y de éstos con la Iglesia universal, vigilan-do que los dones y ministerios contribuyan a la edificación de los creyentes y a la difusión del Evangelio.

Inclusive, en la ordenación episcopal, el obispo recibe una gra-cia especial que lo sostiene en su entrega por el Reino de Dios, para la salvación de los hombres y en el empeño de construir la historia a través de la Palabra divina.

2.2 El Colegio de los Doce y el Colegio de los ObisposAl inicio de su misión, el Señor Jesús, después de haber orado al Padre, constituyó Doce Apóstoles para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar el Reino de Dios y expulsar a los demo-nios (cfr. LG, 19; Catecismo de la Iglesia Católica, 864).

El mismo Jesús quiso los Doce como un Colegio indiviso con Pedro a la cabeza; ellos llevaron a cabo su misión anunciando el Evangelio y haciendo discípulos a todas las gentes (cfr. Mt 28, 16-20) continuando la misma obra del Resucitado.

Los Apóstoles, con Pedro como Cabeza, son el fundamento de la Iglesia de Cristo; en cuanto arquitectos del nuevo Pueblo de Dios, garantizan su fidelidad a Cristo y a su Evangelio. Enseñan con autoridad, dirigen la comunidad y tutelan su unidad. Así, la apostolicidad de la Iglesia es garantía de fidelidad al Evangelio recibido.

Por tanto, la misión pastoral del Colegio Apostólico perdura en el Colegio episcopal, así como en el Romano Pontífice perdura el oficio del primado petrino. El Concilio Vaticano II enseña que «los obispos han sucedido, por institución divina, a los Apósto-les como Pastores de la Iglesia, de modo que quien los escucha, escucha a Cristo, y quien los desprecia, desprecia a Cristo y a quien lo envío» (LG, 20; cfr. Pastores Gregis, 55).

III. Desde la eclesiología

3.1 Colaboración con la Santa SedeComo consecuencia de la consagración episcopal, de la comu-nión jerárquica y de la pertenencia al Colegio episcopal, y como signo de unión con Jesucristo, el obispo alimenta la comunión de caridad y de obediencia al Romano Pontífice, haciendo suyas sus intenciones, iniciativas y alegrías, promoviendo los mismos sentimientos filiales en los fieles a él encomendados.

Asimismo, según las posibilidades de la diócesis a él confiada, el obispo contribuye a que la Sede Apostólica disponga de los medios que, según las circunstancias, necesita para el debido servicio a la Iglesia universal (Código de Derecho Canónico, c. 1271). Por ejemplo, para cumplir su oficio de presidir en la caridad, la Iglesia Romana requiere que el obispo no descuide la colecta denominada Óbolo de San Pedro; o bien, cuando las posibilidades de la diócesis lo permitan y se le pidan sacerdotes idóneos y preparados, el obispo los ha de poner a disposición de la Santa Sede (cfr. Apostolorum Succesores, 14).