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ÍNDICE
Tema página
Índice 1
Prólogo 3
1. Ley Natural y Revelación 6
2. El principio de “sola scriptura” 9
3. ¿Cómo fueron escritos los primeros libros de la Biblia? 13
4. La Tradición de la Iglesia y la Biblia 15
5. Mapa religioso de América Latina 17
6. El creciente poder evangélico en América Latina 19
7. Actividad política de pastores protestantes 22
8. Diaconisas 25
9. Diezmo 27
10. El primer rosario de un pastor protestante 31
11. Lo que los protestantes desconocen de la historia 33
12. Para los primeros cristianos Cristo era Rey y María Reina 36
13. El catolicismo es “cristocéntrico” 39
14. La Iglesia: veinte siglos de experiencia 41
15. Religiones unidas 44
Nota del autor: ésta publicación son una serie de artículos complementarios
de otros escritos que se pueden encontrar en temas publicados en:
www.javierordovas.blogspot.com
Concretamente:
- “Católicos y protestantes: manual para conocernos mejor”
- “Itinerario bíblico de pastores protestantes hacia la Iglesia Católica”
Que pueden encontrase en www.free-ebooks.net, buscar Javier
Ordovás
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Prólogo
Católicos y protestantes: entre lo bueno y lo excelente
Carencia espiritual del protestantismo
La Iglesia en reforma permanente
En las últimas décadas se están dando importantes pasos en el proceso de
unidad de los cristianos. Es una irresponsabilidad frente a la humanidad la
falta de unidad entre cristianos. Por encima de nuestras diferencias
doctrinales tenemos un gran campo de acción común para aportar
soluciones a los actuales problemas humanos: defensa del no nacido, de la
familia, del matrimonio, de la paz, contra la trata de personas, la droga, el
comercio de armas y,…sobre todo, del derecho a la libertad religiosa.
Si trabajamos juntos en esos importantes temas, nuestra unidad en otros
aspectos irá avanzando, mientras aportamos bien a la humanidad.
En las polémicas entre católicos y evangélicos “de a pie”, se detecta,
frecuentemente, un gran desconocimiento por ambas partes. En realidad,
como en cualquier otra disciplina. Asombra la enorme ligereza y
superficialidad con la que algunos protestantes defienden sus posturas; el
gran desconocimiento histórico, filosófico, teológico y bíblico de sus
afirmaciones.
Aunque en las bases sociales populares en Latinoamérica se está
produciendo un significativo aumento de distintos grupos protestantes, sin
embargo, en la cúpula de pastores protestantes se está generando el
proceso contrario de conversión hacia el catolicismo. Se trata, sobre todo,
de un proceso de coherencia lógica con su riguroso estudio de la Biblia.
Decenas de pastores, coherentes con su investigación bíblica, han
encontrado un itinerario de camino bíblico hacia la Iglesia Católica.
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Dios proporciona su gracia a través de los Sacramentos y de las vías más
insospechadas para ayudar a todas aquellas personas de buena voluntad que
no conocen su Iglesia. Hay excelentes personas, entre los protestantes, que
están en ese camino porque no han tenido oportunidad de conocer el
correcto; no hay la menor duda de que Dios les ayuda. De la misma manera
que hay pastores protestantes que son meros explotadores de su capacidad
oratoria, de persuasión y manipulación de sentimientos, sobre todo, de
personas sencillas; pastores que están ahí como medio de subsistencia, como
líderes locales de pequeñas comunidades que les mantienen con el diezmo.
Todas esas personas sencillas, con buena voluntad, se están perdiendo la
gran riqueza espiritual de la única Iglesia de Jesucristo. Sus templos están
vacíos, allí no hay nadie, solamente tienen sillas, un atril, una biblia y un
predicador. En realidad, no son templos, son salas de conferencias
bíblicas. No tienen a Jesucristo real y verdaderamente presente en la
Eucaristía.
No tienen muchos de los Sacramentos, ni la autoridad y solidez de 20 siglos
de vida de la Iglesia de Jesucristo. No tienen los miles de modelos de las
vidas de santos que nos enseñan que hay múltiples maneras de imitar a
Jesucristo que, efectivamente, es el único modelo e intercesor; sobre
todo, desconocen el admirable papel de la madre de Jesucristo como
nuestra madre espiritual.
Permanecen anclados en el Antiguo Testamento de la Biblia y desconocen
todos los beneficios que Cristo nos ha ganado con la Nueva Ley, al ignorar la
Iglesia fundada por Él mismo.
Tienen una gran ignorancia de su propia historia; desconocen que su único
enlace con los primeros cristianos, son los 16 siglos de catolicismo en la
Iglesia que Lutero pretendió inicialmente solamente reformar y no
dividir. En esa historia de la Iglesia caminan juntos la santidad y el pecado,
el trigo y la cizaña, la ortodoxia y la herejía. A todos los niveles: desde los
obispos y papas hasta el laico que lleva una vida ordinaria.
Desconocen que muchos católicos estaban reclamando las reformas de la
Iglesia, y no solamente Lutero. No saben que esas reformas, y más de las
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que Lutero reclamaba, se realizaron concienzudamente en el Concilio de
Trento. Ignoran que la Iglesia está en reforma permanente.
No conocen el siguiente texto escrito de Lutero a Zwinglio: «Le asusta a uno
ver cómo donde en un tiempo todo era tranquilidad e imperaba la paz, ahora
hay dondequiera sectas y facciones: una abominación que inspira lástima [...]
Me veo obligado a confesarlo: mi doctrina ha producido muchos escándalos.
Sí; no lo puedo negar; estas cosas frecuentemente me aterran».
Tampoco conocen lo que Lutero le confiaba a su amigo Melanchton: «
¿Cuántos maestros distintos surgirán en el siglo próximo? La confusión
llegará al colmo».
Desconocen que hubo, y hay, otros grandes reformadores que no rompen la
unidad de la Iglesia, sino que la fortalecen: como san Pío V y san Carlos
Borromeo. Los mártires Tomás Moro y Juan Fisher; san Ignacio de Loyola;
los místicos y gigantes espirituales españoles como Teresa de Ávila y Juan
de la Cruz, así como San Felipe Neri, san Pedro Canisio y san Francisco de
Sales.
Tienen grandes lagunas filosóficas como pensar que la Biblia es la única
fuente de conocimiento de la verdad; o errores teológicos como el de la
predestinación que les lleva a consecuencias filosóficas inaceptables que
niegan la responsabilidad y libertad humana.
Desperdician los 20 siglos de doctrina cristiana acumulada con rigor
científico en áreas como la bíblica, teológica, y filosófica. Cabezas brillantes
como los 92 Padres de la Iglesia de los cuatro primeros siglos y los 38
Doctores de la Iglesia posteriores.
No tienen el tesoro de la liturgia para los actos de culto a Dios, acumulada
durante siglos, con fundamentos bíblicos y belleza artística en coros,
instrumentos musicales, escultura, pintura, arquitectura, poesía,
literatura,…
Los protestantes buscan, de un templo a otro, al predicador que mejor se
ajuste a su estilo oratorio, o a su personal interpretación de la Biblia y,…
tienen cientos para elegir.
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1. La ley natural es anterior a la Revelación
No es verdad porque lo dice la Biblia, sino que la Biblia lo dice porque es
verdad.
Dios nos ha dado la inteligencia para que la utilicemos
Aunque parece un tema abstracto y lejano de nuestra vida real, el modo en que se
entienda la ley natural, o ley moral natural, afecta a los fundamentos y acciones de
nuestro día a día.
Con frecuencia los católicos, en nuestras conversaciones empleamos el argumento
de que ¨esto es así porque lo dice la Biblia¨. Lo que es correcto para los que
tenemos la convicción razonada de que la Biblia es Revelada pero, no es aceptable
por los que no tienen esa convicción.
En el diálogo interreligioso o intercultural, tenemos que acudir a otro tipo de
argumentos que se mueven en un terreno común a casi todas las culturas; este es el
ámbito de la ley natural, en la que hay muchas coincidencias entre las culturas
cristianas, orientales y musulmanas.
La ley natural afirma, en sustancia, que las personas y las comunidades humanas son
capaces, a la luz de la razón, de discernir las orientaciones fundamentales de un
actuar moral conforme a la misma naturaleza del sujeto humano y de expresarlas
de manera normativa en forma de preceptos o mandamientos.
Pero el cristianismo no tiene el monopolio de la ley natural. En efecto, basada en la
razón común a todos los hombres, la ley natural es el fundamento de la
colaboración entre todos los hombres de buena voluntad, sean cuales fueran sus
convicciones religiosas.
Antes de que llegara a nosotros la Revelación contenida en el Antiguo y Nuevo
Testamento, los hombres se regían solamente por la ley natural. Nuestra propia
debilidad intelectual y moral hizo que llegara la ayuda de Dios con su Revelación a
través del pueblo de Israel y finalmente por Jesucristo para toda la humanidad.
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Pero Dios, desde la creación, dotó al ser humano de inteligencia suficiente para
conocer las verdades naturales acerca de toda la creación y de las propias
verdades íntimas de la persona. Por tanto, debemos confiar en la capacidad de
nuestra inteligencia para llegar a esos descubrimientos. A veces pretendemos
encontrar una total certeza recurriendo al argumento de autoridad de la Biblia,
olvidando que debemos hacer el esfuerzo intelectual de buscar la verdad,
razonando; aunque agradecemos a Dios que su Revelación nos sirve para confirmar
si nuestros razonamientos van en la línea correcta. Esa es la luz que la fe da a la
razón.
Lutero negaba la existencia de esta ley natural, por eso muchos grupos
protestantes acuden a la Biblia como único argumento de autoridad, con todas las
consecuencias filosóficas y teológicas que tiene este planteamiento.
Un ejemplo de este recurso a la ley natural nos lo da el propio Jesús que cuando
da su respuesta sobre la indisolubilidad del matrimonio, no recurre a las tablas de
la Ley o a la Ley Mosaica. Acude a un principio válido desde siempre: Moisés
permitió el repudio de la mujer, pero “al principio no fue asi” (Mt. 19, 8). El
matrimonio es una unión tal que no debe ser separada por el hombre, porque es algo
que Dios unió, no a través de una ley positiva, sino que lo hizo desde el principio,
en el momento de la creación.
En ese sentido podemos decir que ¨no es verdad porque lo dice la Biblia, sino
que la Biblia lo dice porque es verdad .̈
De la misma manera que los derechos humanos son previos a la Declaración
universal de los derechos del hombre de la ONU en 1948.
Por otro lado, no podemos ignorar que hay muchas personas no cristianas que llegan
al conocimiento y la práctica de las leyes morales naturales sin conocer el
cristianismo, ni la Biblia y, en muchos casos, son ejemplares.
A partir de esto podemos comentar otro aspecto que afecta a la convivencia diaria:
la convergencia entre distintas religiones y culturas.
La Comisión Teológica Internacional del Vaticano publicó un documento en 2008
llamado ¨En busca de una ética universal: nueva perspectiva sobre la ley natural¨
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_con_
cfaith_doc_20090520_legge-naturale_sp.html#
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Este profundo y extenso documento, en el primer capítulo, comienza evocando las
¨convergencias¨ entre las distintas religiones. ¨Sin pretender ser exhaustivo,
indica que estas grandes corrientes sapienciales religiosas y filosóficas atestiguan
la existencia de un patrimonio moral en gran medida común, que constituye la base
para todo diálogo acerca de las cuestiones morales. Además, sugieren, de una
manera o de otra, que este patrimonio explicita un mensaje ético universal
inmanente a la naturaleza de las cosas y que los hombres son capaces de descifrar.
Según la fe cristiana, estas tradiciones sapienciales, a pesar de sus límites e
incluso a pesar de sus errores, captan un reflejo de la sabiduría divina que actúa en
el corazón de los hombres. Requieren atención y respeto…
Atestiguan nada menos que la existencia de un patrimonio de valores morales
comunes a todos los hombres, sea cual sea el modo en que estos valores son
justificados dentro de una particular visión del mundo.
Este orden está impregnado de una sabiduría inmanente. Contiene un mensaje
moral que los hombres son capaces de descifrar.
Pero la sabiduría es también el resultado de una observación sagaz de la
naturaleza y de las costumbres humanas cuyo objetivo es descubrir su
inteligibilidad inmanente…
Al comienzo de la Carta a los Romanos el apóstol Pablo, para manifestar la
necesidad universal de la salvación que trae Cristo, describe la situación religiosa y
moral común a todos los hombres. Afirma la posibilidad de un conocimiento natural
de Dios: ¨Porque lo que de Dios puede conocerse les resulta manifiesto, pues Dios
mismo se lo manifestó. Pues lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son
perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo a través de sus
obras¨ (Rom 1,19s)
Al situar a judíos y gentiles en el mismo plano, san Pablo afirma la existencia de
una ley moral no escrita que se encuentra inscrita en los corazones. Esta ley
permite discernir por uno mismo el bien y el mal¨ (Rom 2,14s).
Una vez más, la fe y la razón se encuentran y se complementan.
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2. El principio protestante “solo Biblia” es contrario a la
razón humana
La verdad es anterior a la Revelación
Cuando Lutero establece el principio de “sola scriptura” pretendía eliminar
la autoridad de la Iglesia Católica como garante de la interpretación de los
textos bíblicos.
El establecimiento de ese principio ha tenido muchas consecuencias, no solo
en distanciamiento de la Iglesia Católica, sino entre los propios grupos
protestantes. La personal y libre interpretación de la Biblia lleva a que cada
persona pueda constituirse en iglesia y que cada iglesia liderada por un
pastor establezca su propia doctrina, llegando así a los miles de diferentes
grupos protestantes autónomos.
Como sabemos, el principio de “sola scriptura” no está fundamentado en la
Biblia y ha sido necesaria la transmisión oral y la Tradición autorizada para
el correcto entendimiento de la Biblia.
(Ver: http://www.catholiceducation.org/es/controversia/objeciones-
protestantes/solamente-la-biblia.html#.WDr5T9UgdZw.facebook)
Pero, no vamos a centrarnos ahora en esos argumentos tan sólidamente ya
tratados, sino en otro aspecto, otro enfoque del problema menos utilizado.
Se trata de que el principio de “sola scriptura” revela una total
desconfianza de la razón, de la inteligencia humana.
Cualquier ser humano tiene acceso a la verdad con el uso de su inteligencia.
La ley natural impresa en la conciencia de todo ser humano le permite
descubrir la verdad sobre sí mismo y sobre todo lo que le rodea, aunque la
inteligencia debilitada por el pecado le dificulta mucho el acceso a la
verdad.
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Un católico juega con ventaja, porque además de emplear la razón para
entender las verdades, descansa en la Iglesia y en la Biblia para alcanzar
certezas pero, no renuncia a su inteligencia.
Veamos un ejemplo. En el entorno en el que me muevo soy testigo,
frecuentemente, de conversaciones y discusiones entre protestantes, sobre
todo evangélicos; se trata de verdaderas “tertulias bíblicas” en las que
personas, normalmente con poca preparación, discuten principios morales,
entablando verdaderas batallas de citas bíblicas, empleando a fondo el
principio de “libre interpretación”, con todo derecho, en su caso, a que cada
uno lo entiende según sus sentimientos, entendimiento y capacitación.
Entre las distintas iglesias evangélicas son frecuentes las diferencias de
interpretación de asuntos “domésticos” que el pastor líder marca en su
dirección. Uno de esos temas, que no es inocuo porque afecta a la vida diaria
de muchas personas, es acerca de la adecuada forma de vestir de las
mujeres. Cada pastor, cada iglesia, busca sus citas bíblicas en apoyo de su
personal opinión. Eso mismo ocurre en las “tertulias bíblicas” populares que
les mencionaba anteriormente y, en el tema de la “forma de vestir y
decorarse de las mujeres”, la tertulia se anima y se acalora. No se pueden
imaginar la cantidad d diferentes textos bíblicos que salen a colación en un
tema tan doméstico.
Cuando escucho esas complicadas discusiones sobre algo tan elemental, me
perdonan si les digo, que admiro a las personas que no son creyentes de
nada, que desconocen la Biblia, pero que con sana inteligencia,
descontaminada, tienen respuestas sublimes en su cabeza y su corazón. Por
ejemplo, en este tema de la “forma de vestir y decorarse de las mujeres”,
tienen la respuesta evidente de que tanto el hombre como la mujer deben
presentarse de forma bella, atractiva pero no provocativa y toca a cada
persona decidir en cada momento que es “provocativo”. La mayoría de las
personas, sin recurrir a una religión o a la Biblia, llegan a esa conclusión.
Millones de personas, sin ninguna formación religiosa, conocen aceptan y
viven la ley natural, alcanzan los principios morales básicos, como son la
mayoría de los diez mandamientos. La Biblia no es el único camino de
conocimiento de la verdad.
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Y este es el punto decisivo: la Ley Natural (me gusta ponerlo con
mayúscula) es anterior a la revelación, es anterior a la Biblia.
La ley natural afirma, en sustancia, que las personas y las comunidades
humanas son capaces, a la luz de la razón, de discernir las orientaciones
fundamentales de un actuar moral conforme a la misma naturaleza del
sujeto humano y de expresarlas de manera normativa en forma de
preceptos o mandamientos.
Antes de que llegara a nosotros la Revelación contenida en el Antiguo y
Nuevo Testamento, los hombres se regían solamente por la ley natural.
Nuestra propia debilidad intelectual y moral hizo necesaria la ayuda de Dios
con su Revelación a través del pueblo de Israel y finalmente por Jesucristo
para toda la humanidad.
Pero Dios, desde la creación, dotó al ser humano de inteligencia
suficiente para conocer las verdades naturales acerca de toda la creación
y de las propias verdades íntimas de la persona.
Por tanto, debemos confiar en la capacidad de nuestra inteligencia para
llegar a esos descubrimientos.
Lutero para mantener el principio de “sola sriptura” tuvo que negar la
existencia de la ley natural, y los protestantes acuden a la Biblia como
único argumento de autoridad, con todas las consecuencias filosóficas y
teológicas que tiene este planteamiento. Algunos protestantes son tan
“bibliocéntricos” que cuando citan un frase de Jesucristo dicen “como dice
la Biblia” en lugar de lo correcto que sería “como dice Jesucristo”. Ya que
es Jesucristo quien da autoridad a la Biblia y no lo contrario.
Un ejemplo de este recurso a la ley natural nos lo da el propio Jesús que, al
dar su respuesta sobre la indisolubilidad del matrimonio, no recurre a las
tablas de la Ley o a la Ley Mosaica.
Acude a un principio válido desde siempre: “Moisés permitió el repudio de la
mujer, pero al principio no fue así” (Mt. 19, 8).
El matrimonio es una unión tal que no debe ser separada por el hombre,
porque es algo que Dios unió, no a través de una ley positiva, sino que lo
hizo desde el principio, en el momento de la creación.
En ese sentido podemos decir que ¨no es verdad porque lo dice la Biblia,
sino que la Biblia lo dice porque es verdad¨.
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Al comienzo de la Carta a los Romanos, el apóstol Pablo, para manifestar la
necesidad universal de la salvación que trae Cristo, describe la situación
religiosa y moral común a todos los hombres.
Afirma la posibilidad de un conocimiento natural de Dios: ¨Porque lo que de
Dios puede conocerse les resulta manifiesto, pues Dios mismo se lo
manifestó. Pues lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son
perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo a través
de sus obras¨ (Rom 1,19s)
Al situar a judíos y gentiles en el mismo plano, san Pablo afirma la existencia
de una ley moral no escrita que se encuentra inscrita en los corazones.
Esta ley permite discernir por uno mismo el bien y el mal¨ (Rom 2,14s).
La Comisión Teológica Internacional del Vaticano publicó un documento en
2008 llamado En busca de una ética universal: nueva perspectiva sobre la ley natural.
Este documento indica que las grandes corrientes sapienciales religiosas y
filosóficas atestiguan la existencia de un patrimonio moral en gran medida
común, que constituye la base para todo diálogo acerca de las cuestiones morales.
Por tanto el acceso a la verdad moral es posible tanto para personas
que conocen la Biblia como las que no la conocen. “Sólo la Biblia” es
incorrecto. Una vez más, la fe y la razón se encuentran y se complementan.
13
3. ¿Cómo fueron escritos los primeros libros de la Biblia?
Los textos de la Biblia empezaron a escribirse en tiempos anteriores a Moisés
(1.200 a. C). Escribir era un arte raro y caro, pues se escribía en tablas de madera,
papiro y pergamino (cuero de carnero).
Moisés fue el primer codificador de las leyes y tradiciones orales y escritas de
Israel. Esas tradiciones fueron creciendo lentamente por otros escritores con el
paso de los siglos, sin que hubiera una catalogación rigurosa de las mismas.
Así se fue formando la literatura sagrada de Israel. Hasta el siglo XVIII d.C. se
admitía que Moisés recibió escrito el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio); pero en los últimos siglos, los estudios más precisos
mostraron que Moisés debe haber sido el autor de toda esta obra.
La postura que la Iglesia católica acepta es la siguiente: El pueblo de Israel, desde
que Dios llamó a Abraham de Ur de los caldeos, fue formando su tradición
histórica y jurídica. Moisés debe haber sido quien hizo la primera codificación de
las Leyes de Israel, por orden de Dios, en el siglo XIII a.C.
Después de Moisés, el bloque de tradiciones fue enriquecido con nuevas leyes
debido a los cambios históricos y sociales de Israel.
A partir de Salomón (972-932), empezó a existir en la corte de los reyes, tanto de
Judá como de Samaria (reino cismático desde 930 a.C.) un grupo de escritores que
velaban por las tradiciones de Israel: eran los escribas y sacerdotes. De su trabajo
surgieron cuatro colecciones narrativas históricas que dieron origen al Pentateuco:
1. Colección o código Yahvista (Y), en el que predomina el nombre Yahve. Tiene
estilo simbolista, dramático y vivo; muestra a Dios muy cerca del hombre. Tiene su
origen en el reino de Judá con Salomón (972-932).
14
2. El código Elohísta (E), predomina el nombre Elohim (=Dios). Fue escrito entre
850 y 750 a.C. en el reino cismático de Samaria. No usa tanto el antropoformismo
(representar a Dios a semejanza del hombre) del código Yahvista. Cuando sucedió
la caída del reino de Samaria, en 722 para los asirios, el código E fue llevado al
reino de Judá, donde se realizó la fusión con el código Y, dando origen a un código
YE.
3. El código (D) Deuteronomio (=repetición de la Ley, en griego). Se cree que
tiene su origen en los santuarios del reino cismático de Samaria (Siquem, Betal,
Da,…) repitiendo la ley que se obedecía antes de la separación de las tribus. Tras la
caída de Samaria (722), este código debió llevarse al reino de Judá, y todo indica
que se guardó en el Templo hasta el reinado de Josías (640-609 a.C.), como se ve
en 2 Rs 22. El código D sufrió modificaciones y su redacción final es del siglo V
a.C., cuando íntegro fue adjuntado a la Torá. En el Deuteronomio se observan cinco
“deuteronomios” (repetición de la ley). La característica marcada del Deuteronomio
es el estilo fuerte que recuerda las exhortaciones y prédicas de los sacerdotes al
pueblo.
4. El código Sacerdotal (P) – probablemente los sacerdotes judíos durante el
exilio de Babilonia (587-537 a.C.) tenían redactadas las tradiciones de Israel para
animar al pueblo en el exilio. Este código contiene datos cronológicos y tablas
genealógicas, ligando el pueblo del exilio a los Patriarcas, para mostrarles que fue
el propio Dios quien escogió a Israel para ser una nación sacerdotal (Ex 19,5s). El
código P enfatiza el Templo, el Arca, el Tabernáculo, el ritual, la Alianza.
Todo indica que en el siglo V a.C., un sacerdote, tal vez Esdras, fundió los
códigos YE y P, colocando como apéndice el código D, formando así el
Pentateuco o la Torá, como la tenemos hoy.
Si no fuera por la Iglesia católica, no existiría la Biblia como la tenemos hoy, con
los 73 libros canónicos, esto es, inspirados por el Espíritu Santo.
Fue con un largo proceso de discernimiento con el que la Iglesia, desde el tiempo
de los Apóstoles, fue haciendo crecer la Biblia, y descubriendo los libros
inspirados. Si crees en el dogma de la infalibilidad de la Iglesia, entonces puedes
creer en la Biblia como Palabra de Dios. Pero si no crees, entonces la Biblia pierde
su infalibilidad, esto es, su ausencia de error.
Tardó algunos siglos que la Iglesia llegara a la forma final de la Biblia. En varios
concilios, algunos regionales y otros universales, la Iglesia estudió el canon de la
15
Biblia, es decir, su índice.
El Catecismo de la Iglesia Católica y el Concilio Vaticano II nos garantizan que “fue
la Tradición apostólica la que hizo a la Iglesia discernir qué escritos debían ser
enumerados en la lista de los Libros Sagrados (DV 8, CIC 120).
Por tanto, sin la Tradición de la Iglesia no tendríamos la Biblia. San Agustín decía:
“No creería en el Evangelio, si no me moviera a ello la autoridad de la Iglesia
Católica” (CIC, 119).
4. La Tradición de la Iglesia escribe y define la Biblia.
Aunque la Biblia sea gratis, todavía es imprescindible la
catequesis oral de la Iglesia, el ministerio de la Palabra.
Cuando se acude a http://www.vatican.va/archive/bible/index_sp.htm, se
puede leer la Biblia en cualquier idioma y, no sólo eso, sino además emplear
una serie de aplicaciones que te permiten de forma, casi inmediata, acudir
a índices, textos, palabras, concordancias y estadísticas, que son
herramientas extraordinariamente poderosas para guiar tu lectura y
profundizar tu comprensión del texto.
Bueno, pues ahora retrocedamos muchos siglos, concretamente al inicio de
la era cristiana:
San Mateo escribió el primer Evangelio siete años después de la Ascensión
de Jesús, dirigido más bien a la comunidad judía.
San Marcos 10 años después para los cristianos de Roma.
16
San Lucas 20 años después, lo que ha investigado y lo dirige a Teófilo.
Y, San Juan 60 años después.
Cristo envió a los Apóstoles a predicar el evangelio por todo el mundo (Mat
28, 18-20), no les encargó escribir ningún libro. (Mar 16,16-16), sino que
fundó su Iglesia, con Pedro como fundamento, para que se “predicara” por
todo el mundo, con la asistencia del Espíritu Santo.
Los Apóstoles no escribían, excepto Mateo y Juan. Toda la transmisión de
la vida y doctrina de Cristo fue oral. Incluso cuando escribieron los
cuatro evangelistas y narraron los Hechos de los Apóstoles y escribieron las
cartas (epístolas de Pablo, Pedro, Judas, Santiago, Juan,…) ignoraban que
estaban redactando el Nuevo Testamento.
En el capítulo 15 de Hechos se narra la controversia que surge entre los
primeros cristianos. Lo que hacen para dilucidar las diferencias no es acudir
a la Biblia, “al libro”, sino a los Apóstoles, a la Iglesia, que se reúne en
Jerusalén (primer concilio) y deciden en el versículo 28: …”Nos ha parecido
al Espíritu Santo y a nosotros…”
Los cristianos para conocer la verdad acudían a la Iglesia; 1 Tim 3, 15:
“…para que así sepas como hay que comportarse en la casa de Dios, que es la
Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”.
Muy pocas personas leían y, menos aún escribían, y solo algunos afortunados
podían acudir a esos textos o a alguna de sus copias que eran manuales y
extraordinariamente caras y escasas.
Además, durante esos primeros siglos circularon muchas falsas versiones de
evangelios y epístolas lo que obligó a que se reunieran en Roma, en el año
382, los Obispos de la Iglesia para definir los 27 textos del Nuevo
Testamento que consideraron auténticos (Además de definir el canon del
Antiguo Testamento).
Por lo tanto, la gente, el pueblo, no leía la Biblia ni ningún libro. La
transmisión de la vida y doctrina de Cristo fue oral hasta el siglo XVI.
Y, así fue hasta 1.531 que se inventó la imprenta, y los libros (no solo la
Biblia) comenzaron a tener difusión y a ser accesibles para muchas
17
personas. Las personas, de cualquier creencia que, entonces y ahora,
pueden leer la Biblia, lo hacen gracias a la transmisión de la Tradición
de La Iglesia.
Desde entonces, hasta la web vaticana de la Biblia, mencionada al principio,
aunque la lectura de libros forma parte de los hábitos culturales, no
podemos decir que, ni siquiera entre los cristianos, haya un hábito arraigado
de leer y conocer la Biblia: todavía es imprescindible la catequesis oral de
la Iglesia, el ministerio de la Palabra, para seguir transmitiendo
fielmente la Tradición de la vida y doctrina de Cristo iniciada por los
Apóstoles y los primeros cristianos.
5. Mapa religioso de América Latina
No hay que olvidar el ¨efecto Espíritu Santo¨
La encuesta realizada recientemente por Pew Research Center ha sido
aprovechada por algunos medios tendenciosos para dar una imagen desmoralizadora
de la situación de la Iglesia Católica en América Latina. Nada más lejos de la
realidad, la Iglesia en América Latina está muy viva y expansiva, lo que parece
molestar a algunos.
La encuesta examina la afiliación, creencias y prácticas religiosas en 18
países de América latina, el Caribe y el territorio norteamericano de Puerto
Rico y se exceptúa Cuba. El estudio incluye más de 30.000 encuestas
realizadas cara a cara en español, portugués y guaraní, entre octubre de 2013 y febrero de 2014.
Cuando se analiza una institución espiritual como la Iglesia desde el punto de vista
cuantitativo, numérico, se comete el grave error de querer medir la acción de Dios,
del Espíritu Santo con criterios cuantitativos. Es imposible medir, cuantificar lo
que Dios hace en las personas y en las sociedades. Es útil realizar encuestas y
cuantificar algunos parámetros pero, sin ignorar que esos datos no son mas que una
visión muy parcial de la vida espiritual que Dios quiere para las personas y las
sociedades.
El gran argumento que emplean los comentaristas de esta encuesta es que en lo 20
últimos años el % de los que se consideran católicos en América Latina ha
descendido desde el 84% al 69%, es decir un 15%, mientras que los grupos
evangélicos, en ese mismo período has ascendido desde el 9% al 19%, es decir, un
10%
18
América latina alberga a más de 425 millones de católicos, aproximadamente 40%
de la población católica mundial. Esta es la distribución por países, según esa
encuesta:
Según estos datos y, con criterios cuantitativos, los católicos podrían sentirse
orgullosos pero, no es eso lo importante sino, que la clave es que los católicos
americanos que fueron evangelizados en los cinco últimos siglos son ahora los que
mantienen la verdadera vitalidad de la Iglesia Universal. Aunque se haya disminuido
19
numéricamente, los católicos latinos están ahora más maduros, coherentes,
capacitados y activos. La labor religiosa y el trabajo social que realiza la Iglesia en
esos países no es cuantificable, la presencia en la opinión pública de Conferencias
Episcopales y Obispos es notable. Su voz es escuchada y los poderes públicos se
ven necesitados a dialogar con la Iglesia Católica y los ciudadanos que representa
en los temas referentes a la ética.
Los medios han querido hablar y cuantificar lo que llaman el ¨efecto Francisco¨,
como si se tratara de algo transitorio y, en eso no se equivocan, porque todos los
Papas son temporales, pero olvidan el ¨efecto Espíritu Santo¨, con todo respeto,
por emplear su misma terminología, que no ha cesado de actuar desde que Cristo
nos lo entregó y seguirá actuando.
6. El creciente poder evangélico en América Latina
A lo largo y ancho de América Latina se puede palpar el poder creciente de
las iglesias evangélicas. En el mundo éstas cuentan con 565 millones de
fieles, de los cuales 107 millones, casi la quinta parte, están en América
Latina y el Caribe. Brasil es un caso especial, con una iglesia evangélica que
ha adquirido una presencia pastoral y económica impresionante con 42 millones de seguidores.
El poder de los evangélicos brasileños hace que no sea raro escuchar en el
centro de algunas ciudades suramericanas como La Paz a telepredicadores
de ese origen prometiendo en portuñol la buena dicha a todos quienes
quieran escucharles. Pero el encuentro con la felicidad divina no es gratuito.
Para llegar a ella hay que subordinarse no sólo a la cultura del esfuerzo
individual, sino también a una poblada agenda de valores morales como el rechazo al aborto, el matrimonio homosexual o la fecundación in vitro.
Sin embargo, estos rígidos valores no se quedan dentro de los templos, ni
siquiera de las comunidades cristianas que los frecuentan. Por el contrario,
las iglesias evangélicas tienen una presencia política cada vez más notable en
20
diversos países de la región. América Central, con Guatemala a la cabeza, es
un ejemplo notable, pero no el único.
En Brasil, la probable candidata del PSB (Partido Socialista Brasileño), tras
la lamentable muerte de Eduardo Campos, es una activa creyente evangélica.
Lo curioso del caso es que Marina Silva va a encabezar ahora, como hizo
cuatro años atrás, una alternativa presentada como progresista pese a sus
creencias religiosas públicamente reconocidas. Para ello ha debido modificar
algunos puntos de su mensaje tradicional, especialmente en aquellas
cuestiones más ligadas a los temas de valores, flexibilizando bastante su posición para poder sintonizar con sus numerosos seguidores.
Por un lado, las iglesias evangélicas están en una pugna importante con el
catolicismo en torno al terreno pastoral, un punto en el que la elección de
Jorge Bergoglio como papa puede resultar fundamental. Por otro lado, su
postura cada vez más militante entra en contradicción con determinados
grupos políticos y sociales partidarios del laicismo y de sociedades
aconfesionales. Esto ocurre en Costa Rica, un país que tradicionalmente se
ufanaba de ser uno de los más seculares e institucionalizados de América Latina.
En los últimos años se ha producido un retroceso notable. El 8 de febrero
de 2010 el obispo costarricense Francisco Ulloa proclamó a Laura Chinchilla
“hija predilecta de la Virgen María” sólo un día después de ganar las
elecciones presidenciales. Cuatro años más tarde, el nuevo presidente Luis
Guillermo Solís Rivera nombró ministro de la Presidencia al obispo luterano
Melvín Jiménez. Si bien éste fue uno de los principales colaboradores del
presidente durante la campaña, la señal enviada a la sociedad costarricense es ajena a la no ingerencia religiosa en la vida pública.
En estos días se está discutiendo el “Proyecto de Ley para la Libertad
Religiosa y de Culto” que ha provocado una agria polémica nacional en torno a los límites de la aconfesionalidad del estado.
El eje del debate está, en que la nueva ley busca “pasar de un estado
uniconfesional a algo mucho más grave, un estado multiconfesional”. Al
invocar a los padres fundadores decimonónicos de una nación laica asegura
que éstos deben estar perplejos frente a la nueva situación y se pregunta
retóricamente cómo “un país puede volverse tan parroquial y tan aldeano,
retroceder tantos pasos en el curso de la historia y sobre todo estar hoy
tan atrapado por la red de intereses de una multitud de iglesias, cultos,
congregaciones y hasta oratorios de garaje, panderetas y micrófonos de
21
altavoz que tienen mareada a nuestra clase política. Y, aparentemente,
secuestrada”.
En buena parte el avance político de las iglesias en Costa Rica ha demostrado ser paralelo al desplome del sistema de partidos tradicionales.
La satanización de la política y de los políticos tradicionales, que en buena
medida se han ganado a pulso, provoca que toda organización o persona
capaz de garantizar un buen número de votantes a una opción determinada
tenga una gran influencia. O dicho de otra manera, que sea capaz de marear
a los políticos. Si las iglesias evangélicas pueden intervenir en la forma en
que lo hacen en la vida política es porque los partidos tradicionales, inclusive
los nuevos, no son capaces de movilizar a sus bases de forma consistente.
Una de las grandes paradojas del llamado “giro a la izquierda” en América
Latina es el atraso en numerosas cuestiones sociales. Tras mucho tiempo y
con mucho esfuerzo han ido avanzando ciertas reivindicaciones, como el
aborto o inclusive el divorcio. En esta situación el peso disuasorio de la
Iglesia Católica también ha sido determinante, como lo fue desde
prácticamente el surgimiento de las repúblicas independientes
latinoamericanas. Una cosa es legalizar la libre actuación de las iglesias en
cualquier sociedad y otra muy diferente abrirles las puertas y ventanas de
la cosa pública para que intenten moldear la realidad en función de sus ideales.
22
7. Actividad política de pastores protestantes en
Latinoamérica
La Iglesia Católica considera que la acción y la presencia política, pertenece a los
laicos que, con libertad y debidamente formados, deben decidir sus propias
opciones políticas y participar activamente.
Recientemente aleteia informaba del caso de dos sacerdotes católicos suspendidos
de sus licencias por intervenir directamente en política.
El Código de Derecho Canónico, en el capítulo referido a las obligaciones y
derechos de los clérigos, afirma que “les está prohibido a los clérigos aceptar
aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de
la potestad civil” (Canon 285, inciso 3).
Además, afirma que “no han de participar activamente en los partidos políticos
ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que según el juicio de la
autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la
Iglesia o la promoción del bien común” (Canon 287, inciso 2).
Aunque este activismo político de pastores protestantes, sobre todo evangélicos,
es común en todos los países de la región, presentamos el caso de varios países
como botón de muestra.
En Brasil, las iglesias evangélicas tienen más poder político y mediático que
nunca
Este año, la Asamblea de Dios, la principal iglesia evangélica pentecostal
del país, celebra su centenario, y tiene mucho que festejar. Si bien Brasil
sigue siendo el mayor país católico del mundo por número de fieles, los
devotos evangélicos crecen cada año; suman ya alrededor de 24 millones, y algunos cálculos estiman que para 2045 serán ya la mitad de la población.
Desde hace unos años, esta influencia se ha trasladado al Congreso de los
Diputados. En las elecciones del pasado octubre, los candidatos evangélicos,
23
pertenecientes a una docena de partidos pero agrupados en la llamada
bancada evangélica, consiguieron tres senadores y 73 diputados, no muy
lejos del Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff
y sus aliados del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Figuran entre ellos obispos, pastores y devotos encuadrados en diferentes siglas políticas. De ellos, 19 diputados siguen a la Asamblea de Dios.
El Frente Parlamentario Evangélico consiguió que resultasen elegidos 22
de los 30 pastores y líderes evangélicos que iban en sus listas; una
proporción muy superior a la del PT, que consiguió la elección de 88 de sus 334 candidatos.
Los evangelistas se recuperaban así del retroceso en los comicios de 2006,
cuando sufrieron el castigo de los electores por su vinculación a escándalos
como el famoso mensalã (esquema de compra de votos en el Congreso) o la
estafa en la adquisición de coches de ambulancias.
Su prioridad es luchar contra el matrimonio gay y el aborto
El Frente Parlamentario Evangélico deja bien clara que su prioridad es
luchar contra "proyectos como la legalización del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el cambio del concepto de familia”
La Iglesia Universal del Reino de Dios es la mejor prueba de ello. Es, junto
con la Asamblea de Dios, la iglesia más influyente en las calles y en el
Parlamento. Su fundador Edir Macedo cuyo poder radica en el imperio
mediático que ha ido construyendo. En 1989 compró la Rede Record, un
canal que estaba cerca de la bancarrota. Ahora es la segunda televisión con
más audiencia del país con un 16 por ciento de mercado, por detrás de la
Rede Globo. Según una investigación de la Folha de Sao Paulo, Macedo tiene además 23 emisoras de televisión, 40 de radio, periódicos y revistas.
Ese enorme poder mediático que ostenta Macedo explica seguramente que
este obispo haya sobrevivido a numerosos escándalos y acusaciones en las
dos últimas décadas. Desde principios de los años noventa se le investigó y
se le llegó a detener por fraude y malversación, pero fue absuelto. A finales
de esa misma década llegó la denuncia de que su red de 2.000 templos en
todo Brasil había ayudado a lavar dinero del cártel de Cali, uno de los grupos de narcotraficantes más poderosos de Colombia.
En Honduras, más de 100 pastores evangélicos decidieron abandonar el
pulpito y su congregación tentados por el “gusanito” de la política y ahora
corren para un cargo de elección popular, lo que es cuestionado hasta por
24
sus propios colegas y van en las planillas de movimientos de los partidos
Nacional, Liberal y Libertad y Refundación.
Uno de los críticos a que los pastores evangélicos participen en política, es el
pastor general de la iglesia Centro Cristiano Internacional (CCI), René Peñalba,
quien cuestionó que esos líderes religiosos les pidan el voto a sus congregaciones y
mucho peor aprovecharse para financiar sus campañas con dinero de los feligreses.
Peñalba también considera que ningún líder religioso debe sugerirle o pedirle
a su congregación por quien debe votar.
En la Iglesia Católica un obispo intentó postularse a la presidencia de
Honduras pero no logró el permiso papal. Es el caso del liberal Luis Santos
de la región occidental hondureña, conocido como el “obispo rojo” y jubilado
de sus funciones eclesiales
En República Dominicana, el pastor Dio Astacio realizó el lanzamiento de su
candidatura a diputado por la provincia Santo Domingo Este, con el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC).
El pastor Ezequiel Molina Rosario, presidente del ministerio "La Batalla de la
Fe" reiteró sus estímulos a los pastores y líderes para empoderar a los
cristianos evangélicos a participar activamente en la política.
Molina Rosario también envió y bendijo al pastor Astacio para que ocupe la
posición que Dios tenga para él en los comicios de 2016, subrayando que
cualquiera que sea la decisión que se tome en dirección a su candidatura, el
apoyo del pueblo evangélico será "abundante y contundente".
En México, nuestro vecino país latino del norte, sin embargo, el artículo
130 de la Constitución mexicana establece que los ministros religiosos no
pueden asociarse con fines políticos, ni realizar propaganda en favor o en contra de ningún candidato, partido o grupo político.
Asimismo, señala que los dirigentes religiosos no podrán manifestarse en
reuniones públicas ni en actos de culto contra las leyes del país o sus instituciones ni agraviar los símbolos nacionales.
El Presidente del Tribunal Constitucional explicó que esta medida es
necesaria debido a la influencia reconocida de los ministros de culto
religioso como líderes de la iglesia en sectores específicos de la comunidad.
25
8. ¿Las mujeres para servir a la Iglesia, tienen que ser
diaconisas?
Papa Francisco: “Las mujeres en la Iglesia deben ser valoradas, no
clericalizadas”.
El tema de las diaconisas saltó a los medios sacando de contexto lo que fue
una conversación y comentario informal del Papa en su reciente reunión con
las superioras religiosas, en la que quien pregunta está planteando la
ampliación de las tareas que ya realizan las religiosas.
El Papa en su respuesta informal dice que puede ser bueno que una comisión
de estudio clarifique si en la Iglesia actual es posible que haya mujeres que
realicen las tareas que en la Iglesia primitiva tenían a su cargo, que en
algunos documentos se mencionan como diaconisas.
Algunos medios extrapolan y exageran conclusiones y la oficina de prensa
del Vaticano, a través de Lombardi, se vio obligado a aclarar: “el Papa no
ha dicho que pretende introducir la ordenación diaconal de las mujeres”
No es un tema nuevo. Ratzinger, cuando era prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, encargó a la Comisión Teológica Internacional un
estudio sobre la evolución del diaconado, en el que, también, se trataba del
ministerio de las diaconisas. El estudio afirma que las “antiguas diaconisas”
no eran asimilables a los diáconos de hoy, y que el diaconado actual forma
parte del sacramento del Orden, que solo pueden recibirlo válidamente los
varones.
Francisco ha resaltado en muchas ocasiones el pel igro de la “clericalización”
de los laicos. Para servir bien a la Iglesia no es necesario ser clérigo.
26
Y, concretamente, con motivo del tema de nombramiento de mujeres
cardenales, explicó: “Las mujeres en la Iglesia deben ser valoradas, no
clericalizadas”. Se trata, por tanto, de revitalizar y valorar, el papel de la
mujer en la Iglesia.
Muchas parroquias se mantienen activas con los fieles y la comunidad
gracias a la incansable labor de las mujeres.
Pero, no es solo eso, el mundo es mucho más grande que las parroquias, las
necesidades espirituales son tales que lo importante es el papel de la mujer
católica (igual que el hombre) en la sociedad para la “Iglesia en salida” que
predica el Papa Francisco.
Hace falta la influencia de las mujeres en el matrimonio, la familia, la
maternidad, la enseñanza, el mundo de la moda, la comunicación, el arte,
la política, la humanización de las prácticas empresariales, en la conciliación
entre trabajo y familia, en las relaciones entre hombre y mujer, y en tantos
otros ámbitos donde la mujer puede llevar esa visión más elevada que aporta
la fe y el punto de vista femenino.
La gran mayoría de las mujeres católicas son laicas y están en el lugar
idóneo para servir la Iglesia, de la misma manera que ya lo hacían las
mujeres de la Iglesia primitiva.
27
9. El diezmo del Antiguo Testamento no es para la Nueva
Ley
La enseñanza del Catecismo sobre la obligación de ayudar a la Iglesia.
El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la
obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las
necesidades materiales de la Iglesia.
La Iglesia enseña la doctrina Paulina sobre la obligación de los fieles de
contribuir generosamente con las necesidades de la Iglesia según sus
posibilidades, pero la manera en que lo hacen no está definida por la ley. La
medida es el amor y la capacidad de cada uno.
Debe quedar claro que, al no precisar una cuota, la Iglesia no exime de la
obligación de contribuir, al contrario, nos enseña que el cristiano debe dar a
la medida de Cristo y por amor a Él, según las necesidades de la Iglesia y
sus propias posibilidades. Dar es una obligación y también un privilegio, un
gozo, porque es parte integral de nuestra vocación de hacer todo para
propagar su Reino de Dios.
El diezmo tal como hoy es enseñado por la mayoría de los grupos
protestantes de dar el 10% del ingreso en dinero no existe en la Biblia.
1.- El diezmo nunca se dio en dinero o moneda sino en frutos y
animales.
Siempre que se habla en la Sagrada Escritura del diezmo es de darlo en
especie, ya sea de fruta o de animales. (Gen 4,3-7; Lev 27,30-32;) y no en
dinero. (Gen 47,13-18).
28
Era exclusivamente de fruto de la tierra o de animales, ni siquiera se
menciona dar algo de la minería, comercio, carpintería, o diversas
ocupaciones profesionales.
En libro de Levítico capítulo 27,30-31 si alguien quería pagar algo en dinero
tenía que pagar el 20% más del valor real del animal o fruto.
Obviamente no era dinero lo que Dios quería. ¿Cuántas veces ha escuchado
usted usar el libro de Malaquías para presionar a dar el 10% cuando en
realidad allí se está hablando de alimento?.
Hay cientos de citas bíblicas donde dice una y otra vez: cosecha y animales.
El enfoque del diezmo era agrícola y ganadero, por todas las partes del
Antiguo Testamento, era comida: Comida para el Levita, comida para el
forastero, comida para la viuda, comida para el huérfano y Dios no cambia
de tema en Malaquías.
2.- El diezmo era para los Levitas, viudas y huérfanos, no para el
pastor.
Servía para el sostenimiento de los Levitas, porque éstos no tenían herencia
en la tierra en común con las otras tribus. (Lev. 27:30-33; Núm. 18:21-32;Dt
14,27-29)). De este fondo, también se tomaban ciertas porciones para
aliviar las necesidades de los extranjeros, los huérfanos, y las viudas. Al
tercer año el diezmo de ese año debía ser entregado directamente en las
aldeas locales, y puesto a disposición, no sólo de los Levitas, sino también de
los "extranjeros, los huérfanos, y las viudas." (Deut. 12:5-7; 14:22-29;
26:12-14).
De hecho, los rabinos judíos actuales no piden el 10% para ellos, porque
conocen perfectamente la Ley y saben que el diezmo en especie era
solamente para los Levitas. El 10% del salario para el jefe, pastor o líder, no
ha existido nunca en la Biblia, excepto por parte de "predicadores o
servidores", que exigen para sí mismos en el nombre de Dios, lo que Dios
nunca ha pedido para Él.
3.- El diezmo (comida y animales) era una Ley para los judíos en el
Antiguo Testamento.
Es por eso que los grupos protestantes que lo exigen tienen que recurrir a
mencionar citas de la Antigua Alianza y sobre todo a Malaquías para poder
29
hacer creer a la gente que es bíblico, pero no mencionan que eso era para el
pueblo de Israel, que fue con el que Dios había hecho esa alianza, y nosotros
no somos judíos, sino cristianos.
Pertenecemos a la Nueva Alianza: "Esta es mi sangre, sangre de la Alianza
nueva y eterna" Lc 22,20; Heb 10,9; Gal 3,23-25 esta es lograda con la
muerte y resurrección de Jesucristo y ahora él es nuestro Señor. Incluso
San Pablo corrige a los que quieren volver a vivir bajo la Ley. (Gal 4,21-
26).
Desafortunadamente algunos por no tener este conocimiento
inconscientemente están mezclando las dos alianzas como si fuera lo
mismo. Unas veces son cristianos y, otras veces, al dar el diezmo son
“mosaicos”. De todas maneras, si alguien quiere darlo porque está en la Ley
de Moisés no debe olvidar que el Apóstol Santiago dice que la Ley era un
todo o nada empaquetado.
A una persona no le era permitido escoger lo qué le gustara de ella, como si
fuera un menú religioso y lo que no, lo dejaba a un lado. No podían elegir qué
guardar y qué rechazar:
"Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha
hecho culpable de todo". (Stgo 2,10)
Si desea seguir la Ley, hay que circuncidarse; guardar el sábado; no comer
sangre; dar el diezmo; no comer pescado sin escamas; apedrear a los que
violan la Ley etc. O todo o nada. Por eso los cristianos en el Nuevo
Testamento nunca dieron ni hablaron del diezmo ni de las otras cosas que
acabamos de mencionar.
4. Ni Jesús ni los Apóstoles pidieron o mandaron pedir el diezmo.
Así como lo está leyendo, en realidad no existe ni una sola cita del Nuevo
Testamento en la que Jesús o alguno de los Apóstoles digan que hay que
pagar el diezmo y menos todavía que eso era el 10% del salario. Ni siquiera
el de los alimentos y animales.
En los Evangelios solamente se menciona tres veces la palabra diezmo y
habla de los fariseos que lo daban (Mt 23,23; Lc 11,42) y por cierto no habla
nada bien de ellos, y en el caso mencionado en Lc 18,12-14 el que daba el
diezmo no salió ni justificado ni bendecido.
30
Las otra veces solo están en la carta a los hebreos y es el que da por única
vez Abrahán a Melquisedec y era parte de un "botín" de guerra. En el
Nuevo Testamento se habla de ayuda, colecta, apoyo, compartir todo lo
que tenían, pero nunca de 10% semanal y en dinero. (Lc 10,3-7; 1 Tim
5,18).
5.- La Iglesia primitiva no cobraba el 10% semanal del salario.
Los historiadores de la iglesia lo dejan muy claro, la comunidad primitiva no
se financió con diezmo de ninguno tipo. El Diccionario Hasting dice de la
Iglesia primitiva:
"Se admite universalmente que el pago de diezmos o décima parte de las
posesiones, para propósitos sagrados no encontró un lugar dentro de la
Iglesia Cristiana durante la época de los apóstoles y sus sucesores
inmediatos".
Igualmente la Iglesia dice en la Nueva Enciclopedia Católica: "La Iglesia
primitiva no tuvo sistema de diezmos... no había ninguna necesidad de
mantenerlo, ni que existiera o fuese reconocido en la Iglesia, sino que los
otros medios parecieron bastar".
Si alguien quiere dar el diezmo por gusto, tradición o decisión propia cada
cual es libre de gastar donde quiera su dinero, pero que nadie le haga creer
cosas que no enseña la Biblia.
Tristemente, hay pastores protestantes que abusan cuando afirman que la
persona que no da el diezmo semanal (10% del salario) roba a Dios y que es
un mandato bíblico para los cristianos. Se trata en realidad de algo falso,
pues ni roba a Dios, ni es un mandato de Jesucristo.
31
10. El primer rosario de un pastor protestante
En abril de 2013 fue muy sonada la conversión al catolicismo del pastor
evangélico, de origen pentecostal, portorriqueño, Fernando Casanova.
Desde entonces se ha convertido en un valioso apologeta del cristianismo
con su asombroso dominio de las rigurosas citas bíblicas y su estilo de
oratoria latina apasionada y con el corazón abierto.
Él mismo relata el lento y doloroso proceso de su conversión de cinco años
de duración, después de muchos años de servicio y prestigio dentro de su
iglesia protestante.
Inicia su proceso con la búsqueda e investigación bíblica de la Iglesia Única
y Unida fundada por Jesucristo, desconcertado ante la continua
proliferación de distintos grupos e iglesias protestantes. Su afán por esta
investigación estaba empujado por la meta de “no ser católico”.
El encuentro en un acto eucarístico católico fue la puntilla final para su
conversión.
Cuando toma la decisión de convertirse al catolicismo lo comunica a su
esposa que, mujer protestante convencida, provoca la separación de la
pareja. El Dr. Casanova se queda sin su esposa y sus tres hijos.
Hombre de matrimonio fiel y familiar, durante varios meses sin ver a su
familia, le cuesta mucho entender cómo Dios permite ese dolor por haber
seguido el camino adecuado.
En sus prédicas narra, con mucho sentimiento, que al entrar en una capilla
para buscar apoyo en Dios ante su dolorosa situación, en una de las bancas
de la iglesia ve un rosario abandonado y entiende que Dios le está pidiendo
que lo rece. Para él, a pesar de que su conversión era firme, por su origen
32
evangélico, el rezo del rosario era algo excesivamente difícil pero se encara
a la Virgen y le dice que está dispuesto a recitar el rosario con dos
peticiones:
- “ Que mi esposa y yo nos reconciliemos”
- “Que mi esposa, mis hijos y yo entremos en comunión plena con la
Iglesia de tu Hijo”
Recité el rosario “torpemente y sin fe, pidiendo perdón a Dios cada diez
avemarías por si eso no le gustaba”
Ese mismo día se reencuentra con su familia y se reconcilia con su esposa.
Y…, justo un año después de este “rosario mal rezado”, en la Catedral de
Puerto Rico, el Dr. Casanova, con su esposa y sus hijos son recibidos en la
Iglesia Católica.
Él mismo se lamenta de no haber conservado ese rosario que, un año antes
se había encontrado en una banca, porque querría tenerlo y que lo
enterraran con él.
33
11. Lo que muchos protestantes desconocen de su
propia historia
¿Para reformar la Iglesia, había que crear miles de iglesias nuevas?
La historia forma parte del patrimonio cultural, no solamente de colectivos,
sino de cada uno de los individuos. Por eso, los latinoamericanos no pueden
ignorar que su cultura e idiosincrasia actual tiene un componente importante
de su origen en la cultura e historia latina (España, Portugal,…). De la misma
manera los norteamericanos no pueden ignorar que en sus raíces está la
cultura de la Europa del norte (Inglaterra, Holanda, Francia,…); los
afroamericanos, además, deben añadir el componente africano que se añade
a la cultura latina o nórdica. La Andalucía española no puede ignorar los casi
ocho siglos de dominación musulmana.
Toda esa historia está en la genética de cada persona: ignorarlo es
desconocer algo innato de la propia personalidad. Ignorar todo eso es
desconocerse a sí mismos.
Pues bien, muchos protestantes tratan de “borrar de un plumazo” 16 siglos
de historia, cultura y teología cristianas, cuando eso, no es sólo
históricamente erróneo, sino culturalmente un suicidio.
Los protestantes, siendo cristianos, no pueden desconocer la historia del
cristianismo, desde su origen Cristo, los Apóstoles y sus sucesores, hasta
finales del siglo XVI.
Cuando Cristo eligió a los doce apóstoles, con Pedro como cabeza, y funda su
única Iglesia, sabía que la luz de la Buena Nueva a toda la tierra no llegaría
en la generación de los propios Apóstoles, sino en tiempos futuros. Por eso
les asegura la asistencia del Espíritu Santo hasta el fin de los tiempos y, por
eso, sabía que los Doce tendrían que nombrar sucesores. Y la Iglesia
34
primitiva, con la autoridad conferida por Cristo, organiza la sucesión de
Pedro y de los demás Apóstoles.
Estos son algunos aspectos que desconocen de 16 siglos de historia del
cristianismo:
- Lutero y sus seguidores no hubieran llegado a conocer el cristianismo
sino fuera por la acción continuada del Espíritu Santo sobre la
Iglesia, los millones de fieles cristianos. Todos esos cristianos, con
sus errores, mantuvieron viva la Biblia y la Iglesia fundada por
Jesucristo, iniciada por los Doce Apóstoles y continuada por sus
sucesores.
- Están afirmando que los Apóstoles y sus inmediatos sucesores se
equivocaron.
- Que la organización y doctrina de la Iglesia, en su primer siglo de
existencia fue un error. Y, mucho más, en los siglos posteriores.
- Que los cristianos de los primeros siglos se equivocaron al
establecer un “canon bíblico” y, sin embargo acertaron los
protestantes 16 siglos después. Aunque la mayoría de los fieles
protestantes ignoran porqué y cuáles son los sietes libros que ellos
eliminaron del canon bíblico.
- Desconocen que los mismos cristianos que organizaron la jerarquía
primitiva de la Iglesia, defendieron y definieron la doctrina de los
dogmas fundamentales, son las generaciones, de varios siglos, que
murieron mártires por mantener su fe frente a las continuas y
crueles persecuciones del Imperio Romano. Muchos de esos dogmas,
sobre todo los que se refieren a la Trinidad y a Jesucristo, son parte
de las creencias protestantes.
- A algunos protestantes les han convencido de que la Iglesia Católica
la fundó el Emperador Constantino, ignorando que Constantino
simplemente se vio obligado a reconocer y dar el derecho de
ciudadanía a una sociedad que ya era, en su mayoría, de todos los
estratos de la sociedad, cristiana; y que la Iglesia era ya, mucho
antes de Constantino, una estructura organizada y con un cuerpo
doctrinal muy sólido.
- Consideran inútil e invalida la investigación bíblica y teológica de 16
siglos de cristianismo. Con miles de católicos santos y de cerebros
35
brillantes; sin ánimo de ofender, mucho más inteligentes y
equilibrados que Martín Lutero. Esos brillantes cristianos conocían las
debilidades humanas de los cristianos y de las autoridades
eclesiásticas de todos los siglos, así como la necesidad de reforma
interna permanente de la Iglesia.
- Ignoran la sabiduría, conocimientos bíblicos y teológicos de mentes
tan sanas y brillantes como: Agustín de Hipona, Basilio de Cesárea,
Clemente Romano, Ignacio de Antioquía, posteriores como Isidoro
de Sevilla, Alberto Magno, Buenaventura, Tomás de Aquino, Teresa
de Ávila, Juan de la Cruz,… Un centenar de Padres de la Iglesia y
más de 30 Doctores de la Iglesia. (Ver Anexo de Padres y Doctores
de la Iglesia).
- Desconocen que dentro de la Iglesia, el Espíritu Santo ha promovido
constantemente carismas muy activos y reformadores a través de
instituciones y órdenes como los Franciscanos, Benedictinos,
Dominicos, Agustinos (a los que pertenecía Lutero), Jesuitas,
Carmelitas,… que han enriquecido la teología y la espiritualidad de la
Iglesia.
- Aunque no admitan la posibilidad de intercesión de los santos, al
menos deberían valorar y considerar su buen ejemplo de vida como
modelos muy distintos de forma de vida cristiana.
- Ignoran que los príncipes europeos de la época apoyaron a Lutero
porque necesitaban oponerse al poder de la Iglesia de Roma y sus
aliados. Por tanto el origen de la Reforma protestante tiene una
fuerte dosis de juego de intereses de poder político, aparte de la
soberbia de Lutero.
- No conocen el siguiente texto escrito de Lutero a Zwinglio: «Le
asusta a uno ver cómo donde en un tiempo todo era tranquilidad e
imperaba la paz, ahora hay dondequiera sectas y facciones: una
abominación que inspira lástima [...] Me veo obligado a confesarlo: mi
doctrina ha producido muchos escándalos. Sí; no lo puedo negar; estas
cosas frecuentemente me aterran».
- Tampoco conocen lo que Lutero le confiaba a su amigo Melanchton: «
¿Cuántos maestros distintos surgirán en el siglo próximo? La
confusión llegará al colmo».
36
- Desconocen que muchos católicos estaban pidiendo profundas
reformas dentro de la Iglesia mucho antes que Lutero. Reformas que
se hicieron de manera acordada en el Concilio de Trento (finalizado
en 1563) y más extensas y profundas de lo que el protestantismo
solicitaba.
- Ignoran que la Iglesia, siendo santa y, a pesar de la asistencia del
Espíritu Santo, está compuesta por hombres y, por tanto necesitó
desde el inicio una reforma permanente, necesitaba reforma en el
siglo XVI y necesita reforma actualmente.
¿El Espíritu Santo abandonó a la Iglesia durante 16 siglos e inició su
acción para crear miles de “nuevas iglesias” todas ellas consideradas
como la “única” Iglesia de Jesucristo?
12. Para los primeros cristianos Cristo es Rey y María
es Reina.
Tardaron años en darse cuenta que su reino es espiritual.
“…el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará
eternamente la casa de Jacob…” Lc. 1,29
La monarquía como sistema de gobierno, estaba enraizada en la historia y
cultura del pueblo hebreo, una sociedad teocrática en la que el Rey
representaba la voluntad divina. Dentro de la jerarquía monárquica se
consideraba reina, primeramente, a la madre del rey.
En los libros de los Reyes siempre se menciona a la madre de cada rey.
37
Es interesante leer el relato (1R, 2-25) en el que Adonías habla con Betsabé,
la madre del rey Salomón para que esta le consiga un favor. “Betsabé se
presentó ante el rey Salomón para hablarle en favor de Adonías. Al verla, el
rey se levantó, se inclinó ante ella y se sentó sobre su trono. Hizo poner
otro trono para la madre del rey y esta se sentó a su derecha”.
Es decir, Salomón concede a su madre Betsabé las consideraciones de una
reina, de la Gran Dama.
Los hebreos esperaban la llegada del rey que heredase el trono de David y
gobernase sobre ellos. El mesías que esperaban era un rey, su madre la
reina. Para los primeros cristianos Cristo es rey.
Por eso, no son de extrañar las palabras del ángel Gabriel a María en la
anunciación en Lc. 1,29: “Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará eternamente la casa
de Jacob y su Reino no tendrá fin”. Es decir anuncia a María que va a ser
madre del Rey esperado y, por tanto, Reina.
Pero llama la atención, en el párrafo anterior, cuando el ángel saluda a
María, y la Virgen “se turbó” ante la presencia del ángel, sus palabras y su
saludo “Dios te salve “,”ave”, destinado a la realeza. Es decir, el ángel
Gabriel está dando a María el trato de reina y, concretamente de Madre del
Rey. “…y consideraba que podía significar este saludo”.
Por eso, a los primeros cristianos, les parece lógico que María intercediera
en las bodas de Caná y consiguiera el primer milagro público de Jesús, a
pesar de “que no había llegado su hora”. Los primeros cristianos entienden
que María utilice la influencia de su realeza, como madre del Rey.
Los primeros cristianos tardaron años en comprender que “Mi reino no es de
este mundo” (Jn. 18,36) y que “Mi Reino está en medio de vosotros” (Lc. 17,
21). Después del milagro de la multiplicación de los panes, ”Jesús conociendo
que estaban dispuesto a llevárselo para hacerle rey, se retiró otra vez al
monte él solo” (Jn. 6,15)
Tardaron en entender que el Reino de los Cielos está en nuestros corazones
y que se establecerá definitivamente al final de los tiempos: “Verán al Hijo
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del Hombre sentado a la derecha del Dios Poderoso y viniendo sobre las
nubes” (Mt. 26, 64).
Necesitaron años para comprender que no era un reino solo para el pueblo
hebreo, sino universal y, además, espiritual.
Los cuatro evangelistas describen la inscripción en la cruz de Jesús, sobre
la que Pilato indica el título, la causa, de la condena de Jesús
Jn. 19-20: “Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo
escrito era: Jesús de Nazaret, el rey de los judíos. Esta inscripción la
leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús
estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego”.
Su Madre, la Reina, estaba al pie de la cruz.
Juan, el discípulo predilecto de Jesús, que recibió a María como Madre al
pie de la Cruz, es el más indicado para entender el reino espiritual de Cristo
y para escribir en Apocalipsis 12: “Una gran señal apareció en el cielo: una
mujer vestida de sol, la luna a sus pies, y sobre su cabeza una corona de
doce estrellas”
Benedicto XVI en un discurso en la fiesta de la Inmaculada Concepción,
comenta acerca de este texto:
“En la visión del Apocalipsis, hay otro detalle: sobre la cabeza de la mujer
vestida de sol hay `una corona de doce estrellas`. Este signo representa a
las doce tribus de Israel y significa que la Virgen María está en el centro
del Pueblo de Dios, de toda la comunión de los santos. Y así esta imagen de
la corona de doce estrellas nos introduce en la segunda gran interpretación
del signo celestial de la «mujer vestida de sol»: además de representar a la
Virgen, este signo simboliza a la Iglesia, la comunidad cristiana de todos los
tiempos. Está encinta, en el sentido de que lleva en su seno a Cristo y lo
debe alumbrar para el mundo: esta es la tribulación de la Iglesia peregrina
en la tierra que, en medio de los consuelos de Dios y las persecuciones del
mundo, debe llevar a Jesús a los hombres”.
Por eso en la oración del rosario, en las letanías, los cristianos invocamos la
realeza de María, imitando a los primeros cristianos:
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Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida sin pecado original
Reina asunta a los Cielos
Reina del Santísimo Rosario
Reina de la familia Reina de la paz
13. El Catolicismo es Cristocéntrico
¿O es bibliocéntrico?
Jesucristo culmina, da total cumplimento a todas las profecías del Antiguo
Testamento. Termina la alianza con el pueblo de Israel (local y temporal) y
Dios inicia una nueva alianza universal (en el espacio y tiempo) con un nuevo
pueblo.
Cristo en la cruz da pleno cumplimiento a todo el Antiguo Testamento y, con
su resurrección, inicia el nuevo pueblo, con una nueva historia cuya primera
andadura se narra en el Nuevo Testamento que está, desde entonces,
escribiéndose, a través de la vida y Tradición de la nueva Iglesia (de la
misma forma que el Antiguo Testamento lo escribió el pueblo hebreo, con su
tradición y por inspiración divina).
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La Revelación se terminó con los Apóstoles y testigos de Cristo pero,
permaneciendo Cristo como Rey del universo y cabeza de su Iglesia viva.
Para ello, sustituye las doce tribus de Israel por los doce apóstoles (que
juzgarán a las doce tribus de Israel) e inicia una nueva promesa, una nueva
ley, basada en los diez mandamientos, las bienaventuranzas y las obras de
misericordia. Instituye esa Iglesia, con Pedro como cabeza, para ejecutar la
Nueva Ley, con la asistencia del Espíritu Santo, a través de los sacramentos.
La Nueva alianza, nueva ley, es universal en espacio y tiempo, sustituye a la
antigua que era local y temporal.
Cristo vino y…se quedó presente en su Iglesia.
Cristo resucitó y se quedó presente entre nosotros a través de la Iglesia,
con la asistencia del Espíritu Santo y de los Sacramentos y, muy
especialmente, con su presencia real, viva, en la Eucaristía.
Sin embargo, para los protestantes, Cristo vino y después de la
resurrección, se fue y no regresará hasta el fin de los tiempos. Por eso
insisten tanto en que “Cristo viene” porque, necesariamente, lo tienen que
extrañar. Sus iglesias están vacías, solo tienen la palabra, la Biblia, les falta
el Cristo vivo.
Por eso la señal de los católicos es la Cruz y, se podría decir, que la
señal de los protestantes es la Biblia. Tienen la palabra pero, no tienen a
Cristo vivo y actual. El catolicismo es “Cristocéntrico” y los protestantes,
en ese sentido, son “bibliocéntricos”.
En alguna ocasión se escucha a protestantes citar palabras de Jesucristo y
decir “lo dice la Biblia”, como argumento de autoridad; cuando quien da
autoridad a la Biblia es el propio Cristo y, por tanto, lo adecuado es
decir “lo dice Cristo”. Pero, esa forma de expresarse es muy indicativa de
como su fe, y su descubrimiento de la verdad, se basan en “el libro”.
Esa presencia y cercanía de Cristo nos hace acudir a su misericordia, ante el
espectáculo de la debilidad histórica de los cristianos y de la nuestra
personal. Reconocemos la presencia de Cristo en la Iglesia a pesar de la
debilidad de los católicos (clero y laicos), gracias a la asistencia del
Espíritu Santo.
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14. La Iglesia fundada por Jesucristo, 20 siglos de
experiencia
Jesucristo edificó la Iglesia para salvar a la humanidad, no para
condenarla.
En la foto de arriba, que hemos visto muchas veces, se encuentra la Sede
del Vaticano, construida sobre los restos de San Pedro, primer Papa elegido
personalmente por Jesucristo: “Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra
ella” (Mt 16,18).
¿Cuál es el secreto de la autoridad de la Iglesia?: mirar constantemente
a su fundador –Jesucristo-, conociendo su prehistoria -el pueblo hebreo- ,
teniendo muy en cuenta a los primeros cristianos y a los propios veinte
siglos de vida, llenos de aciertos y errores y, finalmente,…pensando en las
generaciones futuras.
El patrimonio de sabiduría acumulada
La fe y la moral cristianas, recogidas en el Catecismo, tienen la consistencia
de tantísimos siglos de estudio e investigación metódica de mentes muy
brillantes en áreas como las “lenguas muertas”, exégesis bíblica, teología y
filosofía. Sin olvidar, tampoco, sus valiosas aportaciones en todas las áreas
de conocimiento humano realizadas por hombres de la Iglesia, desde las
matemáticas hasta la astronomía pasando por todas las manifestaciones del
arte.
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Además, la Iglesia ha acumulado una experiencia incalculable por su
presencia activa y protagonista en los grandes acontecimientos de la
historia de la humanidad desde el inicio de la era cristiana, que le convierte
en protagonista, espectadora y juez de los aciertos y errores históricos del
actuar humano y de sí misma. Su multisecular experiencia pastoral la
convierte en la mejor amiga de la debilidad humana. Jesucristo edificó la
Iglesia para salvar a la humanidad, no para condenarla
Acumular más de veinte siglos de conocimientos es un privilegio que
solamente la Iglesia Católica se puede permitir. La Iglesia tiene la
experiencia de los errores de la humanidad y de los propios errores.
Visión de institución divina
Ni siquiera las instituciones más prestigiosas son capaces de acumular el
patrimonio de la propia consciencia histórica. Solamente la Iglesia puede
mirar fuera y verse a sí misma desde los “ojos de Dios”, con una mirada de
institución divina.
¿Por qué se puede permitir el lujo de ir contra corriente de las ideologías
de moda imperantes?: por su carácter duradero y estable (eterno). La
Iglesia no gobierna para un periodo de tiempo, sino desde las generaciones
pasadas y para las generaciones actuales y futuras.
El Papa y el gobierno de la Iglesia no son solamente un Jefe del Estado
Vaticano, sino un “Jefe de la Humanidad” de los tiempos pasados, presentes
y futuros.
Cuando la Iglesia en un Encíclica dice “no al aborto”, claramente está
demostrando que no gobierna “a corto plazo” para contar con el aplauso de
la cultura predominante de la época, sino con visión de futuro en servicio de
una humanidad que parece querer suicidarse. Lo mismo sucede en la firme
defensa del matrimonio y la familia. Los que promueven la “cultura de
género” tienen los días contados pero, la Iglesia no tiene los días -ni los
siglos- contados, y ve los problemas desde mucho más arriba y más lejos en
el pasado y en el futuro, lo que le permite tener la misericordia de decir la
verdad al mundo, por mucho que le duela.
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Las decisiones de la Iglesia no dependen de un período electoral político, ni
de los intereses de mayoría en la junta de propietarios de una entidad, ni de
la cultura dominante en los medios de comunicación social. La Iglesia dice la
verdad “contra viento y marea” de las tormentas de cada momento
histórico, sabiendo que los ataques e insultos que padece por seguir
exponiendo la verdad, por desgracia, son una prueba de que está
defendiendo un buen presente y futuro para los hombres. La Iglesia, antes
que actuar, debe ser luz del mundo, simplemente, exponiendo la verdad de
Jesucristo.
En este contexto se entiende lo que un amigo me comentaba: que “para la
diplomacia de la Iglesia, la prudencia ya es audacia”. Por eso, no es de
extrañar que las representaciones diplomáticas de cada país, se considera
“embajador decano” al representante del Vaticano.
Por todo esto, la Iglesia es la única institución que, con pleno derecho y sin
jactancia alguna, puede autodefinirse como “Una, Santa, Universal y
Apostólica”.
Cuando los cristianos vemos la Basílica de San Pedro, nos sentimos
orgullosos de nuestra Iglesia, dolidos de los errores que hemos cometido y
responsables de la salvación de la humanidad. La imagen de ese bello edificio
nos puede recordar a un aprisco, un corral de ovejas, abierto a todos
los rebaños y ovejas.
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15. El ejemplo de las Religiones Unidas: una
responsabilidad con la humanidad.
Las distintas religiones tienen la obligación moral de curar y dar esperanza a
la humanidad.
Recientemente aleteia comentaba la noticia de la propuesta del ex presidente
israelí Shimón Péres y premio Nobel de la paz en 1944 para la propuesta de la
creación de una ONU de las religiones que actúe como intermediario de paz en el
mundo.
También hemos empezado a observar las primeras manifestaciones de grupos
islámicos en contra del extremismo terrorista islámico y concretamente criticando
las acciones violentas del EI (Estado Islámico) en Irak y Siria. Estas declaraciones,
aunque un poco tardías, indican que el respeto y la tolerancia religiosa continúan
avanzando como cultura común de la humanidad desde las últimas décadas.
El propio Shimón Péres señala el desastre de la diplomacia internacional y el
desgaste de la ONU. Estamos presenciando la lentitud de occidente para actuar,
que ha permitido matanzas y deportaciones masivas a miles de personas en Irak, o
la intervención extranjera en Ucrania, por poner ejemplos recientes.
Estamos presenciando el desprestigio y decadencia de instituciones políticas
internacionales que se iniciaron con tanto optimismo, sobre todo, después de la
tragedia mundial de la segunda guerra.
No se trataría de suplantar, ni de intentar sustituir el papel que esas
organizaciones desempeñan, puesto que son necesarias y, con sus imperfecciones y,
a pesar de su falta de independencia, cumplen un papel que, puede ir mejorando con
el rodar del tiempo, en la medida en que los países emergentes vayan adquiriendo
peso dentro de esas instituciones supranacionales y contrapesando el excesivo
poder del grupo de naciones más poderosas.
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Tampoco el objetivo prioritario de esa Organización de Religiones Unidas, sería el
diálogo interreligioso que ya está abierto y dando pasos y resultados muy
avanzados, no solamente entre las distintas instituciones cristianas sino, también
con los no cristianos.
Ni debería limitarse solamente esta organización a evitar las guerras o promover
la paz, puesto que, por desgracia, los desastres que padece la moderna y avanzada
sociedad actual son muchos más.
Las grandes religiones del mundo tienen la obligación moral de unirse para
denunciar la enorme desigualdad existente entre la extrema riqueza de unos pocos
y la extrema pobreza de muchos millones, no solo en países pobres, sino
desigualdad injusta dentro de los mismos países desarrollados. Y los resultados
concretos de esta situación de millones de personas con hambre, falta de salud y
falta de educación.
Tienen la obligación de unirse para denunciar las distintas formas de esclavitud de
niños trabajando y niños y mujeres prostituidos.
Las grande religiones están moralmente obligadas a unirse, también, para combatir
la lacra mundial del tráfico y consumo de drogas que está minando la salud moral y
física de muchos personas en esta forma de esclavitud moderna.
Deben también unirse para defender el matrimonio y la familia, la igualdad entre
sexos, los derechos de los no nacidos, la protección de los ancianos.
Pero, junto a la fuerza de un materialismo atroz, están floreciendo muchas y
diferentes manifestaciones de cultura religiosa y búsqueda de Dios dentro del
hombre actual.
Las grandes religiones tienen la obligación moral de unirse para establecer un
diálogo extra-religioso en defensa de los derechos humanos en los que todas ellas
coinciden.
Sin ninguna duda esto agilizará, indirectamente, el diálogo interreligioso.
No parece que el problema sea buscar un esquema organizativo y legal, ni de
nombramiento de cargos, o de crear una estructura dentro de esa Unión, sino
simplemente unirse y reunirse para hacer oír su voz, que representa al 90% de la
población mundial, en todos estos temas en los que se atacan los derechos
fundamentales de la persona.
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Ante el desprestigio moral de las instituciones políticas internacionales y la falta
de verdaderos líderes mundiales defensores de los derechos de la persona, las
grandes religiones tienen que ponerse de acuerdo para actuar racional y
responsablemente defendiendo los valores espirituales del ser humano y
protegiendo a los desfavorecidos y excluidos de la sociedad.
Para que las decisiones de esa unión no se queden en meras declaraciones y caigan
en el vacío, deben ser operativas para los seguidores de dichas religiones, que nos
toca tomar un papel más activo.
Si ante tantos problemas de la humanidad las religiones no son capaces de olvidar
sus diferencias y fortalecerse con sus coincidencias, se está dando motivos para
que el hombre pierda su esperanza.
¿Cómo se puede pedir a los países y poderes políticos que se toleren, si las
grandes religiones no dan ejemplo de tolerancia? Las cabezas espirituales del
mundo tienen que saber trabajar unidos y compartir protagonismo religioso para
dar a la humanidad motivos de esperanza.