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376 CUADERNOS DE LITERATURA VOL. XIX N.º38 JULIO-DICIEMBRE 2015 ISSN 0122-8102 PÁGS. 376-399 El tiempo de una imagen: el tiempo-con Time of an Image: The Time-With O tempo de uma imagem: o tempo-com Raúl Antelo UNIVERSIDADE FEDERAL DE SANTA CATARINA, BRASIL Profesor en la Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis. Doctor en Literatura por la Universidad de Buenos Aires. Autor de Literatura em Revista (Ática, 1984), Na ilha de Marapatá (Hucitec-INL, 1986), Joao do Rio: o dândi e a especulaçao (Timbre-Taurus, 1989), Parque de diversoes Aníbal Machado (Ed. da UFMG-Ed. da UFSC, 1994), Objecto Textual (Memorial da América Latina, 1997), Algarabía. Discursos de Naçao (Ed. da UFSC, 1998). Correo electrónico: [email protected] Artículo de reflexión Documento accesible en línea desde la siguiente dirección: http://revistas.javeriana.edu.co doi: 10.11144/Javeriana.cl19-38.tdui

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376CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen: el tiempo-con Time of an Image: The Time-WithO tempo de uma imagem: o tempo-comRal AnteloUNI VERSI DADEFEDERAL DESANTACATARI NA, BRASI LProfesor en la Universidade Federal de Santa Catarina, Florianpolis. Doctor en Literatura por la Universidad de Buenos Aires. Autor de Literatura em Revista (tica, 1984), Na ilha de Marapat (Hucitec-INL, 1986), Joao do Rio: o dndi e a especulaao (Timbre-Taurus, 1989), Parque de diversoes Anbal Machado (Ed. da UFMG-Ed. da UFSC, 1994), Objecto Textual (Memorial da Amrica Latina, 1997), Algaraba. Discursos de Naao (Ed. da UFSC, 1998). Correo electrnico: [email protected] Artculo de reexinDocumento accesible en lnea desde la siguiente direccin: http://revistas.javeriana.edu.codoi : 10. 11144/Javer i ana. cl 19- 38. t dui377CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con ResumenPara conceptualizar lo contemporneo es imprescindible comprender que hay en el arte una forma de pensamiento que se ofrece en la forma de no-pensamiento, as como, inversamente, hay un no-pensamiento que alimenta al pensamiento y, en ltima instancia, le conere una potencia peculiar. Ese no-pensamiento el reino de la imagen no es una nada sino un vaco. No es slo ausencia de pensamiento, sino presencia efectiva de lo otro y lo heterogneo; en otras palabras, es equivalencia entre pensamiento y no-pensamiento, es decir, entre logos y mythos. La Modernidad es as no ya negatividad dialctica sino heterologa diseminada.Palabras clave: imagen; ccin; sobrenaturaleza; articioAbstractTo conceptualize the contemporary it is essential to understand that in art there is a line of thought offered as a line of non-thought just like, inversely, there is a non-thought that feeds thought and, ultimately, grants it a particular potency. This non-thought the realm of image is not a nothing, but a void. It is not only the absence of thought, but the effective presence of the otherness and heterogeneity. In other words, it is the equivalent between thought and non-thought, that is, between logos and mythos. In this way, Modernity is no longer dialectic negativity, but disseminated heterology. Keywords: image; ction; beyond nature; articeResumoPara conceitualizar o contemporneo imprescindvel compreender que tem na arte uma forma de pensamento que se oferece sob a forma de no-pensamento, assim como, inversamente, tem um no-pensamento que alimenta o pensamento e, em ltima instancia, outorga-lhe uma potncia peculiar. Esse no-pensamento o reino da imagem no um nada seno um vazio. No apenas ausncia de pensamento, seno presencia efetiva do outro e do heterogneo; em outras palavras, equivalncia entre pensamento e no-pensamento, ou seja, entre logos e mythos. A Modernidade assim no j negatividade dialtica mais heterologia disseminada.Palavras-chave: imagem; co; sobrenatureza; artifcioRECI BI DO: 27DEMAYODE2014. EVALUADO: 14DEJULI ODE2014. DI SPONI BLEENL NEA: 01DEJULI ODE2015 Cmo citar este artculo:Antelo, Ral. El tiempo de una imagen: el tiempo-con. Cuadernos de Literatura 19.38 (2015): 376-399. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.cl19-38.tdui378CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOEsconsensualconsi derarel mundo contemporneo como una c-cin sin autor y sin afuera. En el plano de la crtica, tal conviccin se corresponde con el pasaje de lo orgnico a lo inorgnico, de la obra al texto, y de la accin a lainoperancia.Laimaginacinysusdispositivos(Agamben,Checosundis-positivo?).ArjunAppaduraihamostradoque,lejosdefuncionarcomoocioso pasatiempo para las lites, la imaginacin es un campo organizado de prcticas masivas,osea,unaformadetrabajoculturalmenteorganizada,yellonoslleva areconsiderarladimensinpblicadelasimgenes,decididastantoporlos medioscomoporlasmigracionesdosfenmenosdemasas.Lopblico,tra-dicionalmente fruto de la separacin entre lo privado y lo social, no slo ya no se opone a la imaginacin, digamos as, individual o privada, sino que la consti-tuye, con lo cual es pblico ahora todo aquello que se piensa, simultneamente, fuera y dentro de la acumulacin. Creo reconocer, sin embargo, en lo tocante a imaginarios pblicos y polticas del presente, dos vertientes crticas. Por un lado, la herencia terica de Frankfurt prioriza la cuestin de la autonoma, porque sus mentores, entre ellos Walter Benjamin, estaban preocupados, fundamentalmen-te, con la reproduccin tcnica que afectara a las subjetividades, de all en ms, anestesiadas; pero tambin es innegable que, despus de Foucault, Deleuze y De-rrida, ya no se puede ignorar que al cuestionar el falso movimiento de la historia, lacrticadialcticanodejdereconocertambinquesehallabaellamismaen unteatro.Elnfasispasentoncesarecaernoyaenlareproduccinsinoenla repeticin de valores y formas. Ese es el autntico theatrum philosophicum de la mundializacin(Foucault).Eneseescenariopostautonmicoyanosedebaten formassinofuerzas;esasfuerzassellamanimgenes.Sonenigmasenlosque, de la superposicin (el con) de la tradicin y la ruptura, lo trgico y lo farsesco, surge lo nuevo. El teatro de la repeticin ya no es el teatro de la representacin, as como el movimiento de las imgenes ya no comporta un concepto formal de globalizacin sino el modo en que, bajo su rgimen, se producen los cuerpos.Pensar por imgenesLasimgenesnosonhechos1.Poreso,algunosdeloscrticosdelaautonoma secaracterizanporpensarporimgenes.UnodeellosesGiorgioAgamben, granlectordeBenjamin,quien,antesinclusodeElreinoylagloria(2007),ha 1Franco Rella reitera que le immagini non sono fatti pero tambin nos alerta que no sabemos qu imgenes los jvenes elaboran en relacin a sus experiencias ms ntimas. Ma abbiamo idea delle sue immagini? Abbiamo noi immagini attraverso cui leggere in questo anche fram-mentariamente una qualche storia o un qualche senso? (Rella, 2004 138).379CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con retornado a Aby Warburg y ha constatado, en Mnemosyne, nombre de ese atlante conmemoria(mnemo-syn)quedebasostenerelglobo,unmododeaislarla frmula de expresin, la Pathosformel, de la humanidad occidental. Una de ellas, en particular, la ninfa warburguiana, reposa sintomticamente en la ambigedad estructural de la imagen. Como subraya Agamben: Laninfalimmaginedellimmagine,lacifradellePathosformelnchegli uominisitrasmettonodigenerazioneingenerazioneeacuileganolaloro possibilit di trovarsi o di perdersi, di pensare o di non pensare. Le immagini sono,pertanto,unelementodecisamentestorico;ma,secondoilprincipio benjaminiano per cui si d vita di tutto ci di cui si d storia (e che qui si po-trebbe riformulare nel senso che si d vita di tutto ci di cui si d immagine), esse sono, in qualche modo, vive. (Ninfe)Laninfanospermite,entonces,pensarqueeltiempodelaglobalizacin slopuedeseruntiempo-con,untiempono-cronolgicosinoanacrnico.Lo fundamental de esa peculiar concepcin del tiempo no es tanto la sintona como laco-esencia,lacoexistenciagraciasalacualelanacronismoseredenecomo participacintemporalenlatemporalidad,esdecir,comounahiper-tempora-lizacin,innitaypotencializada,deleventosingular.LostrabajosdeGeorges Didi-Hubermansonunexcelenteejemplodeesaperspectivadeanlisis.Ms recientemente,enSignaturarerum,Agambenseexplayaynosamonesta:la manera menos creativa de leer los despliegues de Mnemosyne consiste en verlos comounrepertorioiconogrcoenquelacuestinseraelorigenyevolucin deuntema.Lomspertinente,sinembargo,esrepararqueningunadeesas imgenesesoriginal,ascomoningunadeellasesrplicaoreproduccinpa-sivadeunamatriz,deloquesededuceserindecidibleelestatutodecreacin yacto,originalyejecucin,yaqueesasimgenessonhbridosdearquetipoy fenmeno. Ogni fotograa loriginale, ogni immagine costituisce larch, , in questo senso, arcaica; ma la ninfa stessa non n arcaica n contemporanea, un indecidibile di diacronia e sincronia, unicit e molteplicit (Signatura rerum. Sul metodo, 2008a 31). Esa imagen, la ninfa, es el paradigma, un esquema vaco, un Ur-fenmeno de la que cada ninfa singular es ejemplo pleno.MuchasvecesGiorgioAgambenhadejadoclaroqueconsideraesaninfa, la imagen, un simple punto de la nada, una nada de nada, un vaco o habladura fabulosa en que el autor, como por lo dems ya anticipar tambin Foucault, no es nada ms que un gesto, una mscara o ausencia, una energa a travs de la cual se derrama, sin cesar, el lenguaje irrefrenable. Es porque la subjetividad ccional cristaliza, provisoriamente, en ese punto de la nada, ya sea como voz del lenguaje, 380CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOya como cuerpo de la imagen, que ese punctum puede, al n y al cabo, anhelar un cuerpo y una carne como soportes provisorios para su intil habladura, antes de sumirse para siempre en el silencio de la historia (Identicacin y desidenti-cacin 87). Con esa concepcin, Agamben retoma ciertas articulaciones entre loarcaicoyloactual,exploradasyaporlaantropologaacomienzosdelsiglo XX. A ese respecto, recordemos, en efecto, que Alfred Mtraux, estudioso de la antropofaga tupi-guaran y de los ritos de sacricio vud, asoci, por ejemplo, lasceremoniasculturalescaptadasenBoliviaentrelosUro-Chipayasauna priorihistrico,comodiraMauss,eldelpotlatchodon.Eneltruequeyenla obligacin creadora de vnculo de esa cultura, muy anterior a la aymar, Mtraux reconoca,juntoasuamigoBataille,unpoderdesingularizacin,unmodode participacin e incluso, anticipndose a los argumentos de Derrida, vea en ellos un pensamiento del ser que eran, en verdad, un pensamiento acerca del tiempo, eldeuntiempo-con.Apartirdeesosconceptos,elmismoMtrauxanalizara en un libro dedicado a la isla de Pascua (1995) unas misteriosas inscripciones en tablas de madera, unos signos parlantes llamados kohau rongorongo, que, durante muchos aos, intrigaron a viajeros y etngrafos; Mtraux concluye, a diferencia de la lectura funcionalista por entonces dominante, que no se trataba, en el caso de esas enigmticas guras, de una autntica escritura y por lo tanto del umbral de la historia para esa cultura, sino de simples frmulas mnemotcnicas que re-cin ms tarde adquiriran valor sagrado para sus usuarios. Mtraux llegaba a ese convencimiento porque, a la manera mimolgica de Mallarm, lea tales inscrip-ciones a partir de una muy precisa concepcin del lenguaje, la de un puro espacio delaccin,ynoveaenluninstrumentodecomunicacinofundacinde comunidad. No hay razn en el lenguaje, hay tan slo juegos de poder.Al igual que los poetas modernos atravesados por el luto y el trauma, M-traux evaluaba el olvido como el autntico ritual de fundacin de una literatura, como si sta buscase, a travs de la amnesia, reanudar los vnculos con el impro-bableorigen,ycomosilapalabramismanodispusiesedeningunaarchpara aanzar sus fundamentos. Si los etngrafos funcionalistas interpretaban esas im-genes, grabadas en las maderas, como una escritura, como un remedio contra la ausencia, la tesis del lenguaje como memoria, propuesta por Mtraux, buscaba en el olvido, sin embargo, dos cosas: ciertamente un remedio, pero tambin un don para la falta de fundamento de la literatura. En la perspectiva autonomista, el mito entrabaenescenaparaquelaprdidadelorigennofueracompletamenteobli-terada y pudiese ser conmemorada como formacin de una literatura en busca, precisamente, de origen. Pero segn la concepcin mnennica o postautomista, aquello que dene a la literatura, al carecer de un marco fundacional inequvoco 381CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con es, por el contrario, la innita oscilacin en su inefabilidad. Tales inscripciones son, como dira Ludmer, realidadccin, y otra no es la consistencia paradojal de la mquina mitolgica.Si para esas culturas el origen de la palabra no constituye en s un problema, ellosedebeaqueellenguajecirculaenellascomounhechodelengua,dela que cada enunciado especco es tan slo un anillo del don, mientras la lengua delaliteratura,encambio,faltasiempreensulugar.LapoesadiceNancy slo tiene lugar a partir del momento en que tiene lugar (Fazer, a poesia 9). Por eso,enrelacinconellenguaje,elartistamodernoseencuentrasiempreenla situacinaporticadetenerquepronunciarunapalabraosostenerunhabla, cuyalengualeescompletamenteajenaoausente.Deallderiva,ensuma,una de las ms agudas paradojas de lo moderno: la de tener que conciliar, en la obra, su contemporaneidad; es decir, su pertenencia a los actos de habla del presente aunque su procedencia se retraiga al ms remoto origen, y ello muestra asimismo quelaobra,auncuandoseainspiradaporelpasadodelalengua,nodejade operar, simultneamente, sobre el recuerdo de su mismo presente2. En ese punto, punto de la nada, se apoya pues Agamben para responder a la pregunta sobre lo contemporneo (2008b).Apartirdeesaparadoja,cabepensarqueenlaliteraturacontempornea hay pensamiento en la forma del no-pensamiento pero, inversamente, hay un no-pensamiento que irriga al pensamiento y, en ltima instancia, le conere a ste una potencia especca. Ese no-pensamiento no es una nada. Es un vaco. No es slo ausencia de pensamiento sino presencia efectiva de su opuesto, es decir, equiva-lencia entre pensamiento y no-pensamiento, entre logos y mythos. En la presencia, a travs de la creacin, ese innito sucede en lo nito. No es una individuacin ni una generacin, mucho menos una produccin o mediacin dialctica. Es nito porquenosaledesadextra,estexcavadoensmismo,porsuretiroqueda lugaralaaberturadondesedisponenlossingularesnitos.Yesesaabertura como nada, que no se ofrece ni se da, sino que es un ser-con, la que conforma la 2En un ensayo sobre el exotismo en Victor Segalen, Agamben seala que toda palabra literaria es extica ya que proviene da unorigine remota; ma per questo stesso motivo (...), la parola letteraria fatalmente abolita, nel senso etimologico del termine, cio: venuta di lontano (ab-oleo).EccoilsensodelgiocodioblioerammemorazionecheSegalenassegnacomeluogo allo scrittore: come per il mimo, del quale Mallarm ci dice che agisce entre la perptration et son avenir: ici, devanant, l remmorant, au futur, au pass, sous une apparence fausse de prsent, cos si pu dire che lo scrittore installe, ainsi, un milieu pur, de ction (Agamben, 1974 161). El ensayo fue recogido en el ltimo libro de Agamben, La potenza del pensiero. Saggi e conferenze. Vicenza: Neri Pozza, 2005. 191-204.382CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOdisposicin del mundo (La creacin del mundo o la mundializacin 82-83). Por tanto,lapotenciadelpensamientosecorrespondeconunaescrituraquenoes slo manifestacin de la palabra, sino retirada o ausencia de ella misma en acto; ex acta, como la poesa. Deca Bataille que el pintor est condenado a complacer y que, por ningn medio, podra convertir a su obra en objeto de aversin. Unespantapjarostienelanalidaddeasustaralospjaros,alejarlosdel campodondeestenclavado,mientrasqueelcuadromsterribleestall para atraer a los visitantes. Un suplicio real tambin puede despertar inters, peroengeneralnopodradecirsequetengaelmismon:estoocurrepor unconjuntoderazones;aunqueenprincipiosusnesdierenpocodelos espantapjaros:alainversadelobjetodearte,seofreceantelavistapara alejardelhorrorqueexpone.Mientrasqueelsupliciadodeloscuadrosya no intenta amonestarnos. El arte nunca se encarga de la tarea del juez. Por s mismo no despierta inters en horror alguno: ni siquiera es imaginable. () Cuandoelhorrorseofrecealatransguracindeunarteautntico,loque est en juego es un placer, un placer fuerte pero placer al n. (Identicacin y desidenticacin 117)3Es decir entonces que la accin del artista contemporneo, presente como ausencia, consiste en hablar y callar al mismo tiempo4 y esa bipolaridad le dene, alndecuentas,unlugareldelsntoma,unacoincidencia,algoquecaecon otra cosa, donde lo relevante no es tanto la cada, el incidente o incidencia, sino el con, la conexin o red que ese abandono suscita. Como sntoma, pues, podramos entonces denir la lectura o com-mentario5 como cada u ocaso del sentido con 3El mismo Bataille es consciente de que el horror fue inimaginable pero no es menos cierto que, en la Edad Media, la imaginera religiosa lo hizo palpable con el inerno, porque, precisamente, el arte no estaba diferenciado de la enseanza, no haba sido autonomizado (Bataille, 2001 117).4La trayectoria de la poesa, en particular la de Oliverio Girondo, es ilustrativa en este punto. TrassuEspantapjaros,dispositivopoticoparaasustaryalejaralosdesprevenidosdeun campodondeestenclavadoydelcualemergennuevasalternativas,elpoetaintentauna palabra de muerte situada en el entre-lugar de verdad y poder de lo nuevo, Interlunio, hasta descubrir que la autntica experiencia se diluye como glosolalia en la masmdula del lenguaje.5En La des-obra como ready-made tuve ocasin de sealar que, a mi juicio, una de las opciones de la crtica del presente consiste en el abandono de la interpretacin en favor del comentario. La interpretacin trabaja con el sentido, pero con un sentido dado, intencionado, original, histrico, adecuadooautntico.Buscajarlo,agotarlo.Quiencomenta,encambio,quierepromoverla integracin de contextos culturales antagnicos, anacrnicos o distpicos, a los cuales les ofrece un puente, un vnculo, un suplemento. El comentario depende, sin duda, de la interpretacin, est subordinado a ella, pero all donde la interpretacin concluye, el comentario inconcluye. El comentario no se puede callar. Lo suyo, como dira Jabs, es comment-taire. Hay, por tanto, una 383CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con otro tiempo o, al mismo tiempo, con otros sentidos6. Symptma, cada, coinciden-cia, acontecimiento fortuito, encuentro llamado al desencuentro, tych (Derrida, Mes chances 1987). Es bueno no perder de vista, llegados a este punto, que la teora de la antro-pofagia ritual o del sacricio vud de Mtraux subyace a varias manifestaciones delosintelectualesdelcrculobataillanoaplicadoslectoresdeNietzsche,tales como la de Roger Herv, ilustrada por imgenes del techcatl (piedra sacricial), reunidas pioneramente por Bernal Daz del Castillo en la Historia verdica de la conquista de la nueva Espaa (Sacrices Humains du Centre-Amrique 205-231); ladeRalphvonKoenigswald,concabezasjbaras(Ttesetcrnes353-358);la deMichelLeirisysusmscarasfnebres(Lecaputmortuumoulafemmede lalchimiste21-26);oladeGeorgesDuthuit(25-39),consucabezamunduruc olosgrabadosdeantropofagiatupinambdeThodoredeBryqueilustranel libro de Andr Thvet, hasta llegar a la atraccin de Bataille por el suplicio chino. Esta escena, franqueada por su analista, el doctor Borel, y que suscita su anlisis de la mutilacin sacricial de Van Gogh es, fundamentalmente, una de sus obras tarea nita de la interpretacin y una tarea innita del comentario. La topologa de la interpreta-cin busca jerarquizar entre lo visible y lo invisible. El comentario, sin embargo, no persigue nada ms all, ms atrs o subyacente a los hechos mismos. Es lateral. Se ofrece como para-deigma. O como una frmula, tal como dira Deleuze a propsito de Bartleby. Pero el concepto mismo de comentario (la forma) se equivale al contenido (la prctica) de su lectura y esa equivalencia entresignicanteysignicado,recordemos,esdenitoriadelprincipiomismodeindiferencia tica. () Ahora bien, comentario viene de comminiscor, imaginar, verbo compuesto de cum y mens, que no es slo mente o razn sino memoria. O sea que comentar es conmemorar. Como memorial,elcomentarioequivalealcuadernodenotas,aldiario,oseaaaquellasanotaciones, realizadas al margen de un texto, que constituyen su marginalia, haciendo que el texto dialogue asconlahistoria.Enesesentidosonautnticoscomentarioslosbalbuceosdelavanguardia latinoamericana, registrados en cuadernos: Cuaderno San Martn, Primeiro caderno do aluno de poesia Oswald de Andrade, los cuadernos de viaje de Oliverio Girondo, sus Calcomanas, meras imgenes de contacto, o las Metamorfosis del dadasta Jacques Edwards, el escritor chileno Joa-qun Edwards Bello. Recordemos, adems, que commentum, en Roma () equivala a ccin, a cosa imaginada, a plano o proyecto. De donde, ante esa concepcin fragmentaria de la obra de arte, nos deparamos, pues, no slo con lo irrepresentable, sino tambin con lo inmemorial. Por lo dems, fue a travs del nominalismo que la vanguardia dadasta intuy que sonidos y contactos eran mejores vehculos que las imgenes para expresar ese intersticio dimensional infraleve. El lenguaje como nueva tactilidad se vuelve entonces herramienta indispensable para captar la plu-ridimensionalidad de la experiencia (Antelo, Ral, La des-obra como ready-made en Premat, Julio (ed.),Quimeras CAHIERS DE LI.RI.CO. n 4, Saint Denis, Universit Paris 8, 2008).6Interpretar o descifrar el texto nos dice Nancy no quiere decir llevar la lectura hacia el sen-tido sino, al contrario, recomponer la cifra de la letra. No signica extraer el signicado de su envoltoriosinodesarrollarlaintriga:explicarperoreplicandoeldesplieguesobresmismo (Nancy, 2006 31-2).384CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOms emblemticas, Las lgrimas de Eros. Son imgenes de acefala. Recordemos asimismo que esa concepcin del corps morcel llevar a Lacan a hablar de tres registros, lo imaginario, lo simblico y lo real, equiparados en jerarqua, y uno de los crticos ms atentos a las profanaciones lacanianas, Roland Barthes, extraer de esa tradicin su teora de la imagen como punctum, es decir, como vaco, como neutro. Que pese a todo estamos ante imgenes pero tambin ante el tiempo (Cfr. Didi-Huberman),yquedeesepuntodelanada,enn,rescatarAgambenla nocin de imagen como phantasmata, un hiato o vaco temporal que dene, en ltimainstancia,losmovimientosdelahistoriacomocreacionesdeunasobre-naturaleza.PrecisamenteenunaversinabandonadadeLapartemaldita,Georges Bataille aborda ese abismo conceptual que, ms tarde, Agamben llamara el reino y la gloria:Elabusoquelosmexicanoshacandelamuertenossitaanteunabismo. Un abismo al que sin duda seguiremos acercndonos siempre, atrados por el horror, pero de momento quiero apartarme de l y no considerar ms que la gloria, que era lo nico que los mexicanos perseguan. Los mexicanos no pe-recan en su propio abismo. En rigor podra decirse que a la llegada de Corts, Mxico se hundi, pero eso slo lleg a suceder un da. Mxico vivi hasta el nal ebrio de gloria. Pero no como en nuestros das: entonces una verdadera tragediayunsentimientodeironaaparecanfuertementemezclados.Para unmexicanolaglorianoestabarelegada,comoparanosotros,noerauna cosa aparte de la vida cotidiana. No era ni ostentosa ni supercial. Muchos de nosotros vemos en la gloria algo superuo, una futilidad. Un mexicano viva posedo por ella del mismo modo que poseemos piernas (sin ms historias), era algo que no se discuta y de donde provena ese sentimiento de profunda ironarespectoalavidahumana(einclusorespectoalosdioses).Lagloria era la nica medida: estaba por encima de cualquier otra posibilidad y adems haca girar todo en torno a ella. El tumulto de las estas, lo mismo que el de lasguerras,tenaunecazpoder,anlogoaldeuncoraznquelate.Pona al hombre y a cada uno de sus actos incluso el ms humilde a la altura del Universo. Esta armona animaba y fecundaba los trabajos del campo. El sen-tido mismo de las cosechas se expresaba en las danzas y los sacricios. Los aztecas, lo mismo que otros pueblos primitivos, se equivocaban al conceder a sus ritos un poder anlogo al de los trabajos agrcolas; no obstante su vida y sus cosechas estaban efectivamente relacionadas con los esplendores del cie-lo. Nada ms lgico que atribuir nes esplndidos a la actividad econmica: el reino de la pura necesidad es ms profundamente hostil a la vida que el horror 385CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con (). Los sacricios ponan en armona al hombre con el universo. La fe en la ecacia de los ritos estaba en su base pero bast para justicarlos con invertir elsentido:losmexicanosnopodanhacerquelanaturalezalessiguiesepero vivan de acuerdo con la naturaleza. (El lmite de lo til 29-30)SobrenaturalezaEnsintonaconesapropuesta,LezamaLimasecuestionaacercadelasobre-naturaleza en uno de sus ltimos ensayos, Conuencias (1968), y all arma que lapenetracindelaimagenenlanaturalezahaengendradolasobrenaturaleza, ocasin en que el mismo Lezama Lima cita una frase de Pascal que, por lo dems, leencantabarepetir7.Habaanticipadoesaideaenunensayode1956,Pascal y la poesa, argumentando la necesidad de restituir la naturaleza perdida, por-que siempre hace falta crear mundos y no recibirlos como algo dado. Como la verdaderanaturalezasehaperdido,dicePascal,todopuedesernaturaleza,y agrega que si la prdida de la naturaleza se debi al pecado, no lo puede ser en el hombre el afn de colocar en el sitio de la naturaleza, despus de la cada, otra naturaleza segregada o elaborada (179). Entre los papeles inditos y manuscritos del escritor cubano, se conservan unas anotaciones para una hipottica conferen-cia acerca de Paradiso (1966) en que constatamos su decisin de ir ms all de la nocin heideggeriana de que el hombre es un ser para la muerte y substituirla por otra, la de que el poeta es el sujeto causa de la resurreccin.Los etruscos ofrecan una palabra misteriosa, el potens, si es posible, a esto se aade el hoc age, hazlo, es decir, si es posible, hazlo. El potens por la imagen hace posible la naturaleza. El potens al actuar en la innitud engendra la ima-gen actuando en la sobrenaturaleza.Para Lezama, por tanto, la poesa es la imagen generando la sobrenaturale-za, as como el poeta es quien toca ese espacio resistente como possibiliter, como posibilidad(Paradiso710).Lapoesa,nosdirNancy,espresenciadotadade presencia (Les Muses 185). En otro ensayo, La dignidad de la poesa, el mismo Lezamadenealpoetacomoguardindelasustanciadeloinexistentecomo possibiliter, lo que explicara que, ya en el perodo de Numa, hubiesen aparecido 7Lavrainaturetantperdue,toutdevientsanature.Commelevritablebientant perdu, tout devient son vritable bien. Es el fragmento 345 de la edicin de Hugh FraserStewartdelosPensamientos(Pascal.Penses.WithanEnglishtranslation, briefnotesandintroductionbyH.F.Stewart.Londres:RoutledgeyKeganPaul, 1950, 188).386CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOentre los etruscos, esos eclcticos importadores simblicos, el pontce, el potens, aqulque,comoGrandville,construyepuentessaturninosconladescomunal fuerza condicional del si fuere posible, de modo que el virgo potens se transforma asenelalumbramientodelainnitaposibilidad.Elcatolicismoposteriorse habra limitado apenas a proponer un pas au-del del anlogo prodigioso y del potencial innito etrusco, con la salvedad de que no se tratara solamente de la resurreccin de un dios, de un virgo potens especco, sino de todo un pueblo en la unanimidad; es decir que sera la resurreccin del pueblo en la imagen como geometradelpensamientodeDios(TratadosenLaHabana397).Desdeese puntodevista,vlidoenelcasolezamianonosloparalaimagensinoparael gender o la escritura, tanto la generacin en las tinieblas como la oikonomia (o en-carnacin entendida como proceso de la potencia) son las dos fuerzas aclamadas por el escritor cubano para salir del binarismo y el biologicismo. En La cantidad hechizada (28) Lezama Lima redunda la idea de que existe un potens conocido en la poesa para que la causalidad acte sobre lo incondicionado; y en La ima-gen histrica, otro de los ensayos de ese volumen, leeremos una reivindicacin delacontingenciaabsoluta,aquelloquepuedenoocurrir,quidquidpotestnon eri, en la medida en que lo imposible, al actuar sobre lo posible, crea un posible que a su vez acta en lo innito, de un modo que Marcel Duchamp, por la pluma de Csar Moro, no dudara en llamar infraleve.Paracorroborarlaimposibilidaddelyo,LezamaLimanosproponela personacomounatercerapersona(Espsito,Terzapersona),lapersonalidad comonadera,esdecir,voluntaddepotenciao,enotraspalabras,voluntadde voluntad, acto eternamente repetido pero no menos revocado y as innitamente potencializado. Entonces toda personalidad es una fuerza y mantiene con todas lasotraspersonalidadesdiferentesrelacionesdefuerza.Perolopropiodela fuerzaesserplural,deallquenosepuedapensarelconictosocialcomoun ejercicio argumentativo racional o dialctico, del mismo modo que no es posible pensar esa fuerza, que es un sujeto, como simple individualidad acotada. El ser es singular-plural, es poder: es una cabeza, es un sujeto, es negatividad (la nada dialtica,elnantfenomenolgico),peroestambinelobjetosobreelcualse ejerce un dominio, en la medida en que la nadera de la personalidad o el rien aceflico le dan nombre a la mera masa annima. La acefalidad, esa nadera, es otro nombre para designar a la cultura. No en vano Lezama Lima registra, en su diario de lecturas, que prefera el concepto de vaco al de nada para traducir la nocindenant,recogidaenPascaloValry.El12denoviembrede1939,por ejemplo, anota:387CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con La nada quedara como la pura negacin, mientras que el vaco sera un error maniesto, bien un error nuestro, por falta de adecuacin a ese vaco, o bien un momentneo error del mundo exterior. Ver el vaco como el error pero no como el enemigo de toda creacin. La nada es el imposible, mientras que el vacopuedesersalvado,penetradoalgndaporlaluz,poralgn:hgase. La nadaslo pasa frente a un espejoque reproducea la nada.El vaco, por el contrario, es el abismo de las primeras pginas de la Biblia. () La nada serauncastigoirredimible;mientrasqueelvacoparecereferirseaqueel conocimientotodavanoesinnito,peropuedesertocadoporlagracia,y entonces. (Diarios 25-26) La sobrenaturaleza como excedente de subsistenciaRetomandoladialcticadelamoyelesclavodesarroladaporHegelenLafe-nomenologadelespritucomolootrodeAmricaLatina(Buck-Morss2005), leemos, en la tesis 40 de La sociedad del espectculo libro que slo una posicin cerradamente autonomista podra calicar de envejecido o parcial, desmedido o sinfundamento(Miceli29-34)queeldesarrollodelasfuerzasproductivas,es decir, la historia real inconsciente, ha construido, segn Guy Debord, las condi-cionesdeexistenciadelosgruposhumanoscomocondicionesdesubsistencia y de expansin de esos mismos factores de determinacin econmica. El sector de la mercanca ha sido, en el interior de esa economa, un surplus de la survie, segnDebord,osea,unexcedentedelasubsistencia;unasobrenaturaleza.La produccindemercancas,queimplicaelcambiodediversosproductosentre productoresindependientesauncuandoafectadaporlaindustria,continu siendo artesanal durante mucho tiempo, contenida en una funcin marginal cuya verdadsinembargopermanecaoculta.Peroalldondeencontrcondiciones socialesdeacumulacinseapodertotalmentedelcontrolsobrelaeconoma, atalpuntoquelamismaeconomasetransformenloquelamercancahaba mostrado ser: un proceso de desarrollo cuantitativo. Un tal despliegue de poder econmico bajo la forma de la mercadera, transformando el trabajo humano en trabajo-mercanca es decir, en salario, desemboc en tamaa abundancia que la cuestin primaria de la subsistencia estaba, sin duda, resuelta, aunque de forma siempre parcial y recurrente, cada vez en un grado de mayor complejidad. El crecimiento econmico liberaba as a las sociedades de la presin natural que les impona su lucha inmediata por la subsistencia, pero no les permita que se liberasen de su liberador. La autonoma de la mercanca se extenda entonces al conjunto de la economa y, a continuacin, Debord agrega un claro retournement 388CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOde la idea de Pascal, idea rescatada tambin por Lezama Lima: la seudonaturaleza en la cual se ha alienado el trabajo humano exiga, por consiguiente, continuar su servicio hasta el innito, pero ese servicio, que slo puede ser abolido por s mismo, obtienelatotalidaddelosesfuerzosydelosproyectossocialmentelcitoscomo sus autnticos y ms completos servidores. La abundancia de mercancas, concluye Debord, no puede ser ms que la subsistencia aumentada. La consecuencia es clara: en la sociedad del espectculo la imagen se ha vuelto ella misma una sobrenaturale-za, de suerte que la economa transforma el mundo pero lo transforma solamente en cuanto mundo de la economa, mundo de la imagen (Debord 37-38).Para contrarrestarla, algunos artistas latinoamericanos, como Julio Le Parc con los laberintos activos del GRAV, asumen el arte-espectculo como inversin delasituacinanterioryactivacindelaparticipacindelespectadorenlos circuitos (Danesi 180-182). En la losofa se da otro tanto. Para Giorgio Agamben, herederodelasposicionesdeDebord,elobjetivodelpensamientonopuede ser,comoloeraparalateoracrtica,uninstanteparaaadirracionalidadal mundo. Al contrario, la racionalizacin productiva es la que nos ha encerrado en el atolladero. Se trata, entonces, de liberar energas incluso las de las imgenes previamente capturadas por los dispositivos biopolticos e incluso bioestticos, pararestituirlasaunposibleusocomn.ParticularmenteenProfanaciones, aunquetambinengranpartedesuobra,GiorgioAgambenactivalapotencia deunconceptocomoeldeprofanacin.Paraellsofoitaliano,enefecto,el capitalismo,llevandoalextremounatendenciapresenteyaenelcristianismo, generaliza y absolutiza, en cada mbito de las actividades humanas, la estructura de la separacin que dene a la religin. Alldondeelsacriciosealabaelpasodeloprofanoalosagradoydelo sagrado a lo profano, ahora hay un nico, multiforme, incesante proceso de separacin,queinvistecadacosa,cadalugar,cadaactividadhumanapara dividirla de s misma y que es completamente indiferente a la censura sacro/profano, divino/humano. En su forma extrema, la religin capitalista realiza la pura forma de la separacin, sin que haya nada que separar. Una profanacin absolutaysinresiduoscoincideahoraconunaconsagracinigualmente vacua e integral. Y como en la mercanca la separacin es inherente a la for-mamismadelobjeto,queseescindeenvalordeusoyvalordecambioy setransformaenunfeticheinaprensible,asahoratodoloqueesactuado, producido y vivido incluso el cuerpo humano, incluso la sexualidad, incluso el lenguaje son divididos de s mismos y desplazados en una esfera separada queyanodenealgunadivisinsustancialyenlacualcadausosevuelve duraderamente imposible. Esta esfera es el consumo. Si, como se ha sugerido, 389CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con llamamos espectculo a la fase extrema del capitalismo que estamos viviendo, en la cual cada cosa es exhibida en su separacin de s misma, entonces espec-tculos y consumo son las dos caras de una nica imposibilidad de usar. Lo que no puede ser usado es, como tal, consignado al consumo o a la exhibicin espectacular. Pero eso signica que profanar se ha vuelto imposible (). Si profanar signica devolver al uso comn lo que fue separado en la esfera de lo sagrado, la religin capitalista en su fase extrema apunta a la creacin de un absolutamente Improfanable. (La potenza del pensiero 106-107)Sintomticamente,LezamaLimaregistraenPlayasdelrbol,conjunto de aforismos, fragmentos desgarrados de su diario que recogen una experiencia interiordelecturafechadaen1955eincluidaenTratadosenLaHabana,algo relevante para este debate. Lezama pondera que, ms importante que religare, lo substantivo es religiosus, el atributo, que l traduce, con Ortega y Gasset, como escrupuloso, celoso, meticuloso. As pues, religioso sera el adversario de la ne-gligencia. Profano, por el contrario, si acatamos esa etimologa, sera el negligente (nec elegere), aquel que no elige, que no separa. A travs de la alternativa negligente de Bartleby, Agamben no slo nos mostrara que no hay religin sin separacin; nos sealara adems el hecho de que toda separacin como la practicada por el capitalismo en su fase de sobrenaturaleza o espectculo contiene o conserva, en s misma, un ncleo genuinamente religioso. El dispositivo que realiza y regula esa separacin entre las esferas es el sacricio y, en ese punto, Agamben retoma y expande el pensamiento de Marcel Mauss y discpulos como Alfred Mtraux o Georges Bataille. Volvamos a ellos8.Enefecto,paralatradicinheterolgicaladiferenciadimensionalentre dosobjetos,objetosidnticos,merosefectosdemecanizacineindustria,en nada artesanales ya que han perdido todo contacto con el hombre, esa diferencia sedenecomotiempo-con,esdecir,almismotiempo,comomitoycomorito. Desde la perspectiva del mito, la diferencia infraleve entre esos dos objetos, esas sobrenaturalezas que no pasan de imgenes, adopta culturalmente el movimiento de una escritura cuya productividad consiste, paradjicamente, no en la conser-vacin sino en el gasto de su valor. Lo que cuenta en ellos es el movimiento entre una y otra imagen, entre una y otra instancia, por lo que el valor de la diferencia reposa en la impronta o huella de su desplazamiento. Ello expresa, de un lado, una religin, un entusiasmo, una identicacin imaginaria de su creador con la 8Retomo aqu ideas ms cabalmente desarrolladas en La acefalidad latinoamericana, ensayo incluido en Crtica acfala 31-47.390CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOtotalidad, pero, simultneamente, maniesta asimismo una profanacin, un valor de expiacin o desinstitucionalizacin a travs de su productor, que as se depara con la clausura de la representacin; es decir, con el lmite de su misma accin, renunciando a la potencia vicaria de su agencia y, en ltima instancia, rechazando elelementosagradoqueanresidaensupoderderepresentacin.Esenese sentido que la diferencia infraleve funciona, en la lgica del artista que se concibe a s mismo como un pequeo dios, alternativamente, como mito y como rito. Pero desde la otra perspectiva, el punto de vista ritual-institucional, se po-dra pensar que el sujeto moderno, concebido a s mismo como un transgresor simbliconato,comoalguienqueexpalosexcesosdelpoderhastaencontrar los de la nuda vita (Agamben, Homo sacer), se dirige ciertamente al Otro, pero a un otro que no es ni un desconocido, ni alguien distante o extico sino una pura alteridad, entendida como un simulacro de lenguaje, a la que pretende integrar en un rito desidealizado. El mito despilfarra lo que la institucin atesora.Comosabemos,Bataillearticulabaensuconceptodepartemalditaelsa-cricio yla heterogeneidad. Enuna delas versionesdesechadasde esteltimo ensayo,admitesugenealogatericaargumentandoquelasociologafrancesa, que siempre dio una gran importancia al estudio y a la interpretacin del sacri-cio, haba solido vincular sus trabajos al concepto de ser social de Mauss. Este concepto, a menudo chocante admite Bataille se vuelve fcilmente admisible si uno reconoce que el ser es algo compuesto. Unclan,unaciudad,unEstado,lomismoquelaspersonas,sonseresque poseenunanicaconciencia.Laideadeunaconcienciacolectivano concuerda con los principios que hacen de la conciencia una entidad moral indivisible. Sin embargo estos principios son poco defendibles. La concien-cianoessindudamsqueuncampodeconcentracin(sic),elcampomal delimitadodeunaconcentracinsiempreinacabadaynuncacerrada:no hace otra cosa ms que reunir aquello que reejan los mltiples espejos de la vida.Msconcretamentetodava,aparececomounamultiplicacindecada reexin que se produce cuando esta reexin, este juego de espejos, pasa de un punto a otro, de este hombre a aqul, lo mismo que de una clula sensible a otra. Es un juego al que no se le ve el nal: siempre hay movimiento, activi-dad, trnsito. El ser, tal y como el hombre lo ha denido considerndose a s mismo como tal, no est nunca presente como el guijarro del ro sino como el ujo de las aguas, o mejor an como el paso de la corriente elctrica. Si existe algunaunidadenlapresenciastaobedeceatorbellinos,acircuitosquese estabilizan y tienden a cerrarse. Yo me hago cargo fcilmente de lo que cambia enmcuandocomunicoconotro,sihablo,siro,simeencuentroperdido 391CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con enunareuninagitada.Yelprimerllegadosehacecargocuandoabrazaa la mujer que ama. Este cambio obedece al paso de una corriente de vida del uno al otro, pero estas transiciones tienen lugar en la mayora de los casos sin formar circuitos estables, como lo son un clan, una ciudad o un Estado. Ahora bien, no hay ningn motivo para hablar del ser salvo que una subsistencia est garantizada en el tiempo, como en el caso de una formacin social que rena a numerosos individuos. (El lmite de lo til 123-124)Por ello, esa paradoja del tiempo-con, es decir, de la conservacin aliada al gasto,lejosdeserexclusivadelaesttica,sediseminafundamentalmenteentre los regmenes polticos contemporneos, cuya hegemona, para perdurar, se apo-ya precisamente en masas excluidas de toda instancia de decisin, a tal punto que esos colectivos faltan en su lugar el lugar del poder al encontrarse disociado del deseo; es solamente un vaco infraleve, al que poco le importa si el administrador esdederechaodeizquierda.Lalgicadelaexclusinincluyentetodolo atraviesa. Se plantea entonces, una vez ms, la cuestin de la comunidad. Si ella es inconfesable (Blanchot) o incluso inoperante (Nancy), si ms an, como tantas vecesdejclaroDerrida,silacomunidadnoesmsqueunconceptoalque debiramos en verdad renunciar, es posible pensar una comunidad plenamente comunitaria? O cabra pensar que la comunidad es tan slo una de las catego-ras de lo impoltico? (Espsito 2006). Alain Badiou dice que no basta con desear lacomunidad,hacefaltapostularla.Potens,hocage.Esacreacin,sinembargo, no logra deshacerse de su ambivalencia constitutiva y, a su juicio podramos reco-nocer, de un lado, enunciados que niegan perentoriamente la equidad y que por su pragmatismo llamaramos enunciados de derecha, as como habra, frente a estos, otros juicios que, deseando la igualdad, adhieren programticamente a ella, congurando una posicin de izquierda (Badiou 121-127). Pero hay slo dos senderos? No parece ser sa la opinin de Agamben. Tal como el an-artista que resguarda la eleccin de la eleccin en el pro-cedimiento estticamente indiferente del ready-made, el autor de Profanaciones optapornooptar.Esnegligente.Profanavaledecir,adhiereytransgrede, converge y diverge. Sabe que aceptando la dicotoma de Badiou caera de algn modoenlateoradelaobradearteelaboradaporBenjaminen1936,consus perentorias opciones por la dualidad metafsica de la realidad material. Al con-trario, si el sacricio (segn Benjamin el sacrifcio del aura), a travs de una serie de minuciosos rituales, sanciona el paso de lo profano a lo sagrado y de la esfera humana a la divina, Agamben tampoco ignora que lo que fue ritualmente separado puedemuybienserrestituidoporelmismoritualalaesferaprofana.Porello 392CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOpostula a la profanacin como aquel contradispositivo encargado de restituir al uso comn aquello que el sacricio haba separado y dividido previamente. Deesemodo,elcapitalismoyelpoderdelasobrenaturaleza,laacumu-lacinylaimagen,parecenextremarlosprocesosseparativosquedenanala religin en el mundo clsico. Si, acatando la propuesta de Agamben, asociamos la genealoga teolgica de los dispositivos que los conecta al paradigma cristiano de la oikonomia, ya sea en la forma de la encarnacin, como quera Lezama Lima, o del gobierno divino del mundo, segn Agamben, se constata que los dispositivos modernos presentan, pese a todo, una diferencia en relacin a los tradicionales, locualvuelvealaprofanacinalgoparticularmenteproblemtico.Enefecto, tododispositivoimplicaunprocesodesubjetivacin,omnesetsingulatim;de locontrario,nopodrafuncionarcomodispositivodegobiernoysereducira a mero ejercicio de violencia. Foucault nos lleg a mostrar que en una sociedad disciplinarialosdispositivospersiguen,atravsdeprcticasydiscursos,de saberesyejercicios,lacreacindecuerposdcilesaunqueenltimainstancia libres, cuerpos que asumen su identidad y su autonoma en cuanto sujetos, en el proceso mismo de su paradojal sujecin a los dispositivos. Complementando esa idea con un concepto tomado de Furio Jesi, Agamben nos dice que el dispositivo es una mquina antropolgica que produce subjetivaciones y slo en esa medida es una mquina de gobierno (Calarco 163-167). Segn el lsofo, aquello que dene a los dispositivos contemporneos no es el hecho de que contribuyan a la produccin de un sujeto, ni siquiera a un proceso que podramos llamar de desubjetivacin. Aunque en la alta modernidad ya exista un momento desubjetivante implcito en todo proceso de subjetivacin, el presente delcapitalismosecaracterizaporelhechodequetantolosprocesosdesubjeti-vacincomolosprocesosdedesubjetivacinsenosmuestranrecprocamente indiferentes, sin dar lugar a la recomposicin de un nuevo sujeto. En la no-verdad de un sujeto, segn Agamben, ya no se encuentra ms su verdad oculta porque, si todo dispositivo corresponde a un determinado proceso de subjetivacin, hoy es absolutamenteimposiblearmarqueelsujetodeldispositivolousedemanera adecuada.Nohaytalmodocorrectoynisiquierahayunanormapreviapara acomodarse a ella. La ley se conoce post factum. La causa es sencilla: las socieda-descontemporneassoncuerposinertesatravesadosporinmensosprocesosde desubjetivacin, que ya no corresponden a ninguna subjetivacin efectiva, de all el eclipse de la poltica, que siempre presupona sujetos e identidades reales, dispues-tos a la accin futura, y ello explica tambin el irresistible triunfo de la oikonomia, o sea, de una pura actividad de gobierno que no busca nada ms all de su misma reproduccin o su puro goce (Signatura rerum 28-35).393CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con VoyouPoco antes de la guerra, el poeta franco-rumano Benjamin Fondane (1898-1944), desaparecido en Auschwitz, sustentaba la tesis de que los poetas modernos haban recurrido, sistemticamente, a procedimientos externos de intensicacin de lo real tales como las drogas, la ascesis, el delirio o incluso la psicosis, para utilizar-los como dispositivos contragubernamentales, de refuerzo de la realidad que se haba vuelto peligrosamente transparente. Queran as encontrar un equivalente a las participaciones afectivas del primitivo y para ello no dudaron en convocar a lo nuevo (Baudelaire), lo desconocido (Rimbaud), el hallazgo (Apollinaire), y por esa misma razn, que es una razn de ser, rompieron ms tarde con el arte-imitacin, inventaronlapatafsica,gemeladelpsicoanlisissegnSollers,y,nalmente, alcanzaron la refutacin, la abstraccin del objeto (Faux Trait desthtique 104). Buena parte de esos recursos fueron utilizados por el mismo Fondane en su ex-periencia de cine experimental. Ahora bien, aun as, deca Fondane, artista muy atrado no slo por el misticismo de Chestov y Berdiaeff sino por el Talmud, esas experiencias extremas del arte occidental no precipitaron grandes cambios de la sensibilidadporqueelartecontinuabapatinando,seguatanvacocomoantes del dadasmo. Saba no tener necesidad y esa ausencia de necesidad era, para el arte, mucho ms nociva y perniciosa que la falta de solidez, reprochada por Platn, o la falta de densidad, achacada por Adorno (Faux Trait desthtique 105).Fondaneinicisulecturapostmodernadelamodernidadapartirdesu libroRimbaud,levoyou(1933),esdecir,Rimbaud,elpillo.Acusandoeluso, enelmismottulodellibro,deunequivalentedelasparticipacionesafectivas delprimitivoatravsdelaparonomasiavoyant,vidente,yvoyou,bandido, Fondane nos revelaba la lgica profanatoria de la contemporaneidad que, no sin paradoja, lo elegira a l como su prxima vctima. Al lmar la nada, su obsesin en los aos de la crisis del capitalismo, Fondane funda mito y rito de la negati-vidad y daba imagen a su techcatl particular, la piedra sacricial de la soberana. Enefecto,voyou,msalldelusohechoporFondanecomoatributodelpoeta sin cualidades, es un trmino que se popularizara ms tarde, en la poltica inter-nacionaldelaGuerraFra(1947-1989).ElconceptodeEtatvoyoudesignaaun Estado-paria, un Estado fuera-de-la-ley. As, segn la poltica externa americana, elRogueStateesunEstadoenrupturadebandoconlasleyesinternacionales, un Estado donde impera el terror, como la Camboya de Pol Pot, en los aos 70. Despus el concepto pas a designar a los Estados aislados del escenario interna-cional; aislados, aunque implicados asimismo en el armamentismo nuclear, hasta ms recientemente en los 80 que se volvieron sinnimo de terrorista, tal es el caso de la Lbia de Kada. Anthony Lake, consejero de seguridad nacional de Clinton, 394CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOpublic en 1994 un ensayo en la revista Foreign Affairs, Backlash States, donde deneaesosEstadoscomoaquellosqueconunainvoluntariametforaben-jaminiananaveganacontrapelodelaHistoria,porqueson,simultneamente, totalitarios y represivos, promueven ideologas radicales cuando no terroristas; se comportan de manera aislada y se pautan, fundamentalmente, por una profunda hostilidad con relacin a Occidente. Noam Chomsky denunci, oportunamente, la exibilidad de ese concepto geopoltico ya que en los ltimos aos las expre-siones rogue o voyou fueron en n substituidas por el eufemista concepto de state of concern,o sea, el Estado problemticon (LAmrique, Etat voyou 4-5). Nadie dudara en atribuir al conjunto de los palestinos el atributo voyou. Enesamismalnea,JacquesDerridadesarrolllaindecibilidaddelcon-cepto en un libro de 2003, Voyous, en el que me voy a detener. Derrida argumenta allquelosnicosquepuedendeclararlaguerraalosEstados-bandidosson aquellosEstadoscuyasoberanalespermiteabusardelasleyes.Dsquilya souverainet,ilyaabusdepouvoiretrogueState.Labusestlaloidelusage, telleestlaloimme,telleestlalogiquedunesouverainetquinepeutrgner quesanspartage(145).Esms:lopropiodelasoberana,podramosdecir,es tender,portiempolimitado,aunequilibrioentrelaspartes,peronolequeda otraalternativaaesasoberanaexcepcionalqueconvertirseellamismaenuna hegemona imperial. User de ce temps, cest dj abuser-comme le fait ici mme le voyou que donc je suis. Il ny a donc que des Etats voyous. En puissance ou en acte. LEtat est voyou (150). Y tamaa indecibilidad entre activo y pasivo, entre ley y fuera de la ley, entre sagrado y profano, slo se explica, segn Derrida, por los rumbos adoptados por la regulacin jurdica internacional tras la Guerra Fra e incluso, de manera ms acentuada, tras el 11 de septiembre9. Qu cambia? Que la ruptura, inmaterial, no viene ms del pasado sino del porvenir; la ruptura, que otros llaman acontecimiento, slo habr existido, como quera Mallarm, cuando hayaocurrido.Esainditasituacinvuelveinviableunaguerrainternacional clsica pues ningn Estado quiere correr el riesgo de declarrsela a los Estados 9Avec les deux tours du World Trade Center, sest visiblement effondr tout le dispositif (logi-que, smantique, rhtorique, juridique, politique) qui rendait utile et signiante la dnonciation somme toute rassurante des Etats voyous. Trs tt aprs leffondrement de lUnion sovitique (effondrement parce quil y a l lune des prmisses, lun des premiers tours de leffondrement des deux tours), ds 1993, Clinton, son arrive au pouvoir, inaugurait en somme la politique dereprsaillesetdesanctioncontrelesEtatsvoyousendclarant,ladressedesNations unies, que son pays ferait lusage qui lui semblerait appropri de larticle exceptionnel (larticle 51) et que, je cite, les Etats-Unis agiront de manire multilatrale si possible, mais de manire unilatrale si ncessaire (Voyous 152).395CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con Unidos,perotampocoestimulalaguerradeguerrillasporquenosetratams deliberarunEstadoocupadooinvadido,comolaArgeliadelmismoDerrida (Nancy,LindependenccedelAlgrie65-70).Porellomismoseimpone,enla situacinactual,abandonarya,porimprocedente,elconceptodeterrorismo, siempreasociadoaguerrasrevolucionarias,coloniales,deindependenciaode partisanos.Lanuevasituacines,claramente,unaprofanacindalasoberana nacional moderna en que crecimos.Parareforzarlarealidad,vueltatransparente,elcarctervoyoudelapol-ticaexternasevuelvereal,perotambininternoy,comoenlasparticipaciones afectivas del primitivo, la cuestin se dirime en el exorcismo del lenguaje. Tal es el sentido de lo real para Lacan y, a su zaga, de la pasin de lo real de Badiou. Es por ello tambin que lo voyou se vuelve un caso el caso Venezuela, el caso Cuba graciasaotrotrmino,caso(nomenosdensoporsusconnotacionesmdicas, psiquitricas o jurdicas), lo cual nos revela, en ltima instancia, que el abandono de la poltica moderna nos conduce a la biopoltica y que sta no pasa, en verdad, detanatopoltica.SinembargoconcluyeDerridalemotvoyoufutenvoy, envoy par le fond, son envoi a une histoire, et comme le mot rogue, il nest pas ternel. Voyou y rogue sobrevivirn a los Etats voyous y a los rogue States que en realidad habrn precedido (155). El tiempo del concepto no sintoniza ya ni con un Estado ni con una acumulacin; es el tiempo de una imagen, es el tiempo-con. Un razonamiento como se nos muestra la relevancia que para el ltimo Derrida adquierelanocindesombraorevenant,quenopasaenrealidaddeunafan-tasaarcaica:lapolticadeterminelvoyou,vaciesesignicanterimbaudiano, loabandon,perolapalabrasobrevivircomofantasmaalaculturaquelaen-gendr.Leer,comodiceLvy-BruhlenLamentalidadprimitiva,escambiar de religin. Leer es recoger el fantasma de otro tiempo que, sin embargo, es un tiempo an por-venir.Vemos,portanto,queunaparticipacinafectivadeloprimitivo,comola quellevaFondane,porejemplo,aexplorarlaexperienciapoticamoderna medianteelrecursodelinstrumentoexistencialnihilistadeLonChestov,nos condujo casi involuntariamente a la experiencia poltica de disociar, de separar, de profanar, los conceptos de soberana y de incondicionalidad de la norma jur-dica. Mal puede hoy da esperarse, entonces, una reconciliacin de la soberana con el discurso del derecho ya que, entre ambas, debiramos hablar no exacta-mente de imperio de la ley sino de una norma que se monta como impostura o comedia del poder.Lavanguardia,comoladeFondane,rompiconlaclausuraontolgica delpoemayconelidealismodelaimagen,refutandolaherenciaplatnicael 396CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399RALANTELOestetismo, la articialidad, el abandono de los valores vitales a travs de una con-secuente exploracin de las potencialidades afectivas: la contingencia, el pathos, la velocidad, lo aleatorio. En el centro del escenario, en vez de la mmesis de la realidad pasamos a tener la mimologa del lenguaje; en vez del poeta legislador, elpoetaprofanador,unMimo,idnticoalngelbenjaminianodelaHistoria. Para ese voyou, el dadaismo haba montado la pantomima csmica de una anar-qua universal cuyo hroe, sin duda, era an Rimbaud. En 1919, Francis Picabia publica el poema Penses sans langage. Pensamentos de pura habla, sin pueblo, pensamientos por-venir. All se lee, por ejemplo:Aucun mystre femme antichambreTu empestes la plisanterieDans le sommeil des persiennes closesgratignes dun regard voyou (41)10Laspersianas,comolaspupilasdeGirondooDrummond,cerradas,he-ridas por una mirada bandida, aislada, neutralizada. Pero a Fondane, no menos aislado o neutralizado, no se le escapaba que no slo en el caso del voyou sino, msampliamente,eneldellenguajecomountodo,hemossidotraicionados por palabras a las que les dimos aliento, simplemente porque longtemps nous avonsprislesmotspourdurel(SignicationdeDada16).Aesasalturas, indudablemente, la teora esttica del voyant, que es la teora vanguardista de la transgresin ante una ley relativamente ja o territorializada, ceda su lugar a la teora poltica del voyou, una cada catastrca que nos revela el vaco, el punto de la nada, la lnea de sombra, ese real singular, contingente y nito que, a travs de la profanacin, se impuso a nuestra consideracin. Pasamos, en suma, del placer al goce, de la naturaleza a la sobrenaturaleza.Bataille vincul el Quetzalcatl con una gura de historieta de los aos 30, losPiedsnickels,alosqueleaatendiendoalanacronismodelasimgenesy asocindolosaunapalabradesprovista desentido,unapalabrasinlengua,una experiencia dad. As argumentaba que si otorgamos al entretenimiento un sen-tidosucientementemejicano,esdecirunaintervencinsiempremsomenos extempornea en los dominios ms serios, el entretenimiento todava puede pare-cer como la nica reduccin del idealismo (Les pieds nickels 215-6). Una lectura caleidoscpica del presente nos revela no exactamente la historia, es decir, lo que pasa en los hechos, sino la historicidad, el umbral de nuestro esquivo presente. 10Traduzco: Ningn misterio mujer antecmara / Empests los cumplidos / Durante el sueo de persianas cerradas / Heridas por una mirada bandida.397CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 376- 399El tiempo de una imagen:el tiempo-con Enesaexplosindelacronologareconocemosunaparticipacintemporalen la temporalidad, una hiper-temporalizacin, innita y potencializada, del evento singular irradiante. Es lo necesario para salir del callejn de la autonoma. Obras citadasAgamben, Giorgio. Lorigine e loblio. Risalire il Nilo. 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