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CELEBRACIÓN DEL 101º ANIVERSARIO
DE LA MUERTE DEL
BEATO CARLOS DE FOUCAULD.
PARROQUIA DE SAN EUGENIO I, PAPA.
BARCELONA, 2 DE DICIEMBRE DE 2017
Presentación de la biografía y la espiritualidad del Hermanito Universal a partir
de las imágenes del “Auca” dibujada y escrita por unos buenos amigos.
Diapositiva 1: Nacimiento e infancia
Carlos de Foucauld nace el 15 de setiembre de 1858 en Estrasburgo. Sus quince primeros
años , tal como lo ve él mismo, transcurren en una familia creyente y practicante. En
general, este período es percibido como el de una infancia desgraciada. Pero no es
exactamente este el recuerdo que él guardaba. Para Carlos, era el período de la felicidad.
Sin embargo, con apenas 6 años de edad pierde a sus padres con pocos meses de
intervalo: primero su madre y luego su padre. Si no habla casi nunca de su padre, guarda en
cambio una imagen muy viva de su madre, a la que considera una santa. Carlos conservará
sobre todo el recuerdo de su abuelo, coronel de Morlet, que les acogerá en su casa a él, y a
su hermana menor Maria. Sin esta educación llena de afecto que se ha considerado
demasiado relajada, ¿hubiera llegado Carlos a ser el hombre libre que fue?
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Diapositiva 2:
A consecuencia de la guerra entre Francia y Prusia, en 1870, el abuelo de Morlet con sus
nietos deja Estrasburgo y se refugia primero a Rennes y después en Berna (Suiza). Así con
doce años Carlos ya había experimentado la muerte de sus padres, la guerra y el éxodo.
Francia pierde la guerra y la familia de Carlos se traslada en 1871 a Nancy. En octubre de
este año Carlos entra en el Liceo en el cuarto curso de una escuela laica y en 1872 recibe la
comunión y la confirmación.
Durante el último año de sus estudios en el Liceo, 1873, aumenta su pensamiento
racionalista. Años mas tarde, en 1901 en una carta a su amigo de aquel tiempo de escuela,
Henry de Castries, le escribe: “Los filósofos están todos en desacuerdo. Durante doce años
no negué ni creí en nada, desconfiando de la búsqueda de la verdad, y sin creer en Dios.
Ninguna evidencia me parecía suficientemente clara”.
El año 1874 pierde completamente la fe. Recordando aquella etapa el mismo Carlos escribe:
“Fui educado cristianamente, pero desde la edad de quince o dieciséis años, perdí
completamente la fe. Las lecturas que leía con tanto interés produjeron este hecho en mí;
no seguía ninguna doctrina filosófica, puesto que ninguna me parecía suficientemente
fundamentada, y me quedaba en la mas completa duda y especialmente lejos de la fe
católica, que con sus dogmas topaba profundamente con la razón.”
Esta pérdida de fe le comportó un malestar interior, como le dice a su prima en una carta: “A
los diecisiete años todo en mí era egoísmo, impiedad, deseo del mal, me sintía
transformado”
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Diapositiva 3:
Cómo tantos hijos de la aristocracia de la época en 1876 el joven Carlos entró en la
academia militar de Saint-Cyr y el año 1878, al poco de la muerte del coronel de Morlet, su
abuelo y tutor, ingresó en la Escuela de Caballería de Saumur. Paralelamente, alcanzada la
mayoría de edad tomó posesión de su cuantiosa herencia.
Había perdido la fe y, a pesar de la disciplina férrea de las academias militares, su vida
tomó un camino de lujo y desorden que le reportaba numerosas amonestaciones de sus
superiores y, además lo dejaba totalmente insatisfecho.
En 1880 marcha a Argelia con su regimiento pero un año después es cesado por indisciplina
y mal comportamiento. No obstante algo estaba cambiando en su interior y con motivo de
una insurrección en la región de Oran pide reingresar en el ejército para servir junto a los
antiguos camaradas y amigos. En este momento se revela y actúa como un compañero y un
mando valiente, fiel y responsable de sus hombres.
Es en estas acciones militares consecuencia de la política colonialista del momento cuando
entra en contacto con el desierto y empieza a interesarse por el Islam para acabar tomando
decisiones que cambiarán totalmente su vida. El año 1882 dejará definitivamente el
ejército y empezará a planear su exploración del Marruecos. Tengamos en cuenta que el
siglo XIX es el siglo de las grandes exploraciones africanas y de la pujanza del colonialismo
europeo en aquellas tierras. Aun así a Carlos no lo mueve el interés político o el económico;
él se quiere rehabilitar ante su familia con un viaje exploratorio de alto riesgo. En aquel
momento Marruecos está totalmente prohibido a los europeos. El informe de este viaje le
reportó la medalla de oro de la Sociedad de Geografía y, lo más importante, el periplo por
Marruecos fue el inicio a tientas de su conversión.
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Diapositiva 4: Camino de la conversión
(Hizo exploración en Marruecos)
Sin embargo, esta exploración no colma el gran vacío que experimentaba Carlos en su
interior. Eso si, recobra su lugar en su entorno, el que había perdido, especialmente a los
ojos de su familia. Con su medalla de oro, se convierte en uno de los exploradores más
célebres, admirado internacionalmente; ante él se abre una gran carrera. Su primer articulo
se titula: “Itinerario por Marruecos”, pero ¿Ha percibido lo que sería su propio itinerario?
Sigue la publicación de su obra Reconnaissance au Maroc. (Descubrimiento de Marruecos).
Pero por emplear la misma palabra, ¿No ha descubierto otra cosa que, de momento, le
supera? Este descubrimiento parece que tuvo lugar en el sur de Marruecos. La vida solitaria,
las dificultades del recorrido, las repetidas amenazas de muerte, todo esto pudo influir, pero
lo que resultó determinante fue sobre todo el encuentro con los creyentes. Hombres, según
dirá él, que vivían “en continua presencia de Dios”, hombres con los que trabó amistad: ¿No
le abrió todo esto a otra dimensión?
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Diapositiva 5:
De febrero a octubre de 1886, alquiló una habitación en París, cerca de la casa de su prima
María de Bondy. Vive pobremente y empieza a leer tanto el Coran como un libro de Bossuet
regalo de su prima: Elevaciones del alma a Dios. Durante el año 1887 se dedica a corregir
su obra Reconocimiento de Marruecos, que se publicó en 1888 y que recibirá el premio de la
Sociedad de Geografía de París. Recordando su experiencia en Marruecos dirá mes tarde
en una carta: “El Islam ha producido un profundo cambio en mí. Ver su fe, como viven en
continua presencia de Dios, me ha hecho entrever que hay cosas mas grandes y
verdaderas que las ocupaciones mundanas”. Poco a poco su desconfianza frente a la fe
cristiana va desapareciendo gracias a las conversaciones con su prima y amistades.
Foucauld se decía: “Si hay personas virtuosas e inteligentes que son cristianas esta fe no
debe de ser absurda”.
El padre Huvelin, vicario de la parroquia de san Agustín de Paris era amigo de la familia.
Empieza a acudir a la Iglesia repitiendo esta plegaria: “Dios mío, si existes, haz que te
conozca”. El 30 de octubre de 1886 Foucauld va a ver al padre Huvelin para hablar de
religión. Huvelin le preguntó si nunca había tenido fe. Él le dice que si, pero que en este
momento era incapaz de creer. Huvelin le dice que para creer hay que tener un corazón
limpio y le invita a confesarse. Una vez recibida la absolución recibió la comunión. Y en una
carta dice también: “Una vez creí en Dios, entendí que no podía hacer otro cosa que vivir
para Él. Mi vocación religiosa nació al mismo tiempo que la fe. ¡Dios es tan grande! Hay
tanta diferencia entre Dios y todo aquello que no lo es”. Bajo la dirección espiritual del padre
Huvelin a finales del año 1888 peregrina a Tierra Santa y en Nazaret dice que quiere ocupar
el último lugar como Jesús. Y al volver decide entrar en la Trapa, y ya como novicio pide ir a
la Trapa del Sagrado Corazón de Cheikhlé cerca de Akbés, la más pobre de la orden en la
actual Siria.
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Diapositiva 6:
La conversión de Carlos es una conversión que le pide imitación. Imitación del Maestro
Jesús. Carlos quedará profundamente marcado por una frase de un sermón del Padre
Huvelin su director espiritual: “Jesús tomó de tal manera el último lugar que nadie se lo pudo
arrebatar.”
Son la busqueda constante del último lugar unida a su anhelo de silencio los que lo llevaran
a entrar como novicio, primero en la trapa de Notre-Dame des Neiges, en el departamento
del Ardeche (Francia) y poco después en la Trapa de Cheiklé en Siria. Será aquí donde
escribirá: “Aquí nosotros somos muy pobres pero somos ricos en comparación con las
pobres gentes del país.” Descubrir esto le provocará una grave crisis. Así pues Akbés no es
el lugar de la pobreza y la donación absolutas parecidas a las de Jesús.
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Diapositiva 7: Anhelar compañeros
Vestido con una túnica blanca, con un corazón y una cruz sobre el pecho, viaja al desierto.
¿Qué es? ¿Monje? ¿Misionero? No es misionero al modo de los demás. ¿Qué oculta bajo el
título de monje? Él está llamado a llevar una vida escondida, oscura, como Jesús en
Nazaret. Para responder a esta llamada se había encerrado en un monasterio, había
intentado vivir en Nazaret. Ahora quiere ser hermano, hermano universal, hermano de todos.
Quiere vivir la vida de la Sagrada Familia. Y por eso busca compañeros. Para atraer
candidatos tiene que proponer una Regla distinta de la de los trapenses, que quiere que sea
más flexible y menos puntillosa. Pero la vida de familia muy sencilla que propone, es la de la
Regla, que contiene prescripciones exteriores aún más minuciosas que las de la Trapa y
que es el vivo reflejo de un temperamento perfeccionista del que no puede deshacerse. Sus
exigencias y su propio horario diarios no podían entusiasmar a los candidatos. ¿Quién
podría reconocerse en el perfil exigido? Así que Carlos se quedará solo.
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Diapositiva 8:
En octubre de 1901 Foucauld se instala en el oasis de Beni-Abbés. Con la ayuda económica
de su prima María compra un terreno y construye una casa y una capilla que enseguida
denomina “Fraternidad”, donde acoge a los pobres y a los visitantes. En una carta dice:
“Tengo de 60 a 100 visitas por día y estoy solo para todos los menesteres”. De entrada
marcará en el terreno una clausura, que posteriormente rebasará para ir a tarritorio tuareg.
El Estado francés había abolido la esclavitud en 1848, pero, a pesar de esto, persistía la
esclavitud. Foucauld para manifestar que estaba en contra compró la libertad de dos
esclavos y empezó a denunciarla. Decía: “No tenemos derecho a ser perros mudos y
centinelas silenciosos: hemos de denunciar cuando vemos el mal”. Poco a poco las
autoridades locales toman medidas y en 1904 suprimen la esclavitud: quién tuviera un
esclavo podía conservarlo, pero ningún esclavo podía cambiar de dueño y, frenta a una
denuncia de abusos, el esclavo podría ser liberado.
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Diapositiva 9:
Siempre llevado por el anhelo del empequeñecimiento personal por imitación de su amado
maestro Jesús, Carlos llega a Tamanrasset el 13 de agosto de 1905 y se instala. Ahora se
encuentra en lo mas profundo del Sahara, el Hoggar,ápaís de tuaregs. Ciertamente, junto al
deseo de encontrar el último lugar, el más pobre junto a los más abandonados, también lo
mueve el impulso de llevar el Evangelio a los tuareg. Hay en él un deseo evangelizador
presidido por el respeto y por el deseo de conocer la lengua y la cultura de aquellas gentes.
Siempre pensando en la futura presencia de misioneros trabajará hasta el agotamiento en la
compilación de un diccionario tuareg-francés y francés-tuareg, en un léxico y en una
compilación de poesías. Sin este trabajo es muy probable que parte de la cultura oral de
aquellos tuareg se hubiese perdido.
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Diapositiva 10: Su muerte
Viernes 1 de diciembre de 1916, Carlos de Foucauld está solo en casa. Al caer la tarde,
unos cincuenta saqueadores rodean silenciosamente la ermita fortificada; alguno que
Foucauld conoce le anuncia la llegada del correo. Carlos entreabre la puerta, lo cogen, lo
atan, piensan tomarlo como rehén. Pero se oye un grito de alerta: llegan dos jinetes
montados en dromedario. Su joven guardián, asustado, dispara sobre él y lo mata.
El día de su muerte Carlos de Foucauld había escrito: “Cuando podemos sufrir y amar,
podemos mucho, podemos lo más que se puede en este mundo: sentimos que sufrimos, no
siempre sentimos que amamos, y es un sufrimiento añadido, pero sabemos que querríamos
amar y querer amar es amar”. Su último mensaje es una llamada a amar y a amar más.
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Diapositiva 11
En el momento de su muerte sólo existía la Unión de hermanos y hermanas del Sagrado
Corazón de Jesús, una asociación de fieles para rogar por la tarea misionera en las
colonias, que contaba en aquel momento con 49 personas. Será gracias a Louis Massignon,
íntimo amigo de Carlos de Foucauld que publicará el Directorio o Regla de vida y al escritor
René Bazin que en los años veinte publicará su biografía, que el movimiento Foucauld
crecerá.
La mas gran difusión vendrá gracias al hermano René Voillaume y la hermanita Madeleine
Hutin, fundadores de los Hermanitos y Hermanitas de Jesús respectivamente.
La fundación de la primera fraternidad de los Hermanitos de Jesús fue en el año 1933 en El
Abiod Sidi Cheij (Argelia) y la fundación de la primera fraternidad de las Hermanitas de
Jesús en el año 1939 en Touggourt (Argelia)
En la actualidad la “Familia espiritual Carlos de Foucauld” incluye a una veintena de grupos
y unos 13.000 miembros extendidos por 89 países.
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Diapositiva 12
Carlos escribió “Mi apostolado es el apostolado de la bondad”. Este es el mensaje
fundamental que nos dejó: Estar presentes entre la gente, como Jesús y su familia en
Nazaret, con sencillez, con proximidad, con respeto, detectando las necesidades y
comprometidos en las soluciones, sobre todo atentos a los más marginales que son aquellos
que la sociedad no quiere ver y esto, para nosotros cristianos, no por filantropía sino por
imitación de nuestro maestro Jesús; cada uno desde su lugar, cada uno con sus talentos.
Llamados por el ejemplo de Carlos de Foucauld y tantos otros imitadores de Cristo, a una
vocación que es transversal, abierta a religiosos y laicos y que hunde las raíces en la
oración y en la adoración a la Eucaristía sin las cuales toda acción carece de la esperanza
imprescindible para seguir trabajando por el Reino de Dios en un contexto marcado por el
beneficio económico, por la competencia y por la deshumanización.
Textos Auca: Esteve Mercè
Dibujos: Quico Montserrat
Explicación Diapositivas: Elsy Vanbergen, Josep Lluís Vázquez, Josep Calvet
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