Celebremos la batalla de ángamos

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Celebremos la batalla de Ángamos

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Celebremos la batalla de Ángamos

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Al amanecer del miércoles 8 de octubre, las naves de guerra peruanas navegaban con rumbo Norte. A las 3:30, se avistan mutuamente en rumbos opuestos, los buques peruanos ' Huáscar y BAP Unión, al mando del contralmirante Grau, con la 1ª División naval chilena (Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño), al mando del capitán Riveros, que trataban de cerrarles el paso al norte. Identificados los humos por los vigías del Huáscar, Grau ordenó las maniobras evasivas, poniendo proa al oeste y luego, ordenó sucesivamente poner proa al sudoeste y al norte. La BAP Unión botaba, a próposito, gran cantidad de humo, por lo que el Blanco y la Covadonga empezaron a seguirlo, dando tiempo al Huáscar de desplazarse al norte. Recién a las 5:40, Grau identificó a los buques que lo perseguían: el blindado Blanco Encalada, la goleta Covadonga y el carbonero Matías Cousiño y al notar que la distancia, que era de 6 millas, se mantenía o aumentaba, ordenó reducir la velocidad a unos 9 nudos mientras la división de Riveros navegaba entre 7,5 y 9 nudos.

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A las 7:15, los buques peruanos divisaron otros tres humos hacia el noroeste, en la misma dirección hacia donde navegaba la formación peruana: era la 2ª División naval chilena, a una distancia de 22 millas, conformada por el blindado Cochrane, la corbeta O'Higgins y el transporte artillado Loa. Grau ordenó, a las 8.30, aumentar la velocidad, llegando a 10,75 nudos y poner proa al noreste, pero el Cochrane llegó a 12 nudos. Los buques peruanos tenían el paso al este cerrado por la costa, el Noroeste, por la División Latorre y al Sur por la División Riveros, no quedándoles otra opción que forzar rumbo al norte. Comprendiendo que la única posibilidad de escape estaba del lado de la corbeta Unión, mucho más rápida, Grau ordenó que aprovechara su mayor andar y se dirigiese a Arica donde fondearía hasta la madrugada del 9. Ante el escape de la Unión, los buques chilenos O'Higgins y Loa inician su persecución, dada la baja velocidad del O'Higgins este se fue quedando atrás, ordenando al Loa seguír a la corbeta. Este, el Loa, logró en cuatro ocasiones ponerse al costado de la Unión5 y rompiendo fuego sobre esta con la esperanza de que se detuviera a responder y así darle la oportunidad de acortar distancia a la O'Higgins,6 más dada la amplia distancia que separaba a estos dos buques de la O'Higgins, el comandante del Loa, Javier Molina, suspendió la persecución hasta esperar las indicaciones del comandante de la corbeta chilena,7 quien a las 19:00 desestimaría la persecución al ver que la distancia que les llevaba la Unión no lograrían acortarla8 permitiéndole así huir a la Unión gracias a su mayor velocidad.