Nextilli hermanas y hermanos,

El Fuego Nuevo fué encendido por segundo año con-secutivo en tierras belgas. Esta vez en la Walonia Fla-menca, en un pequeño poblado en donde mi hermano Michel Red Horse, guardián de una chanupa Lakota custodia su terreno llamado La Piedra que gime, un lu-gar simple y mágico, donde desde hace algunos años el enciende fuegos sagrados y realiza temazcalaes, inipis a la usanza del Camino Rojo.

Al inicio de la hora cósmica 7 hermanas y hermanos (de Francia Fanny, Swan y su hijo ahora solamente un corazoncito, de tierras Mapuches Claudia, de Tenochtitlan nuestra Zihuacoatl Claudia, de Bélgica Michel Red Horse y de Tenochtitlan Federico, quien esto escribe) dimos inicio nuestra ceremonia preparato-ria para solicitar permiso a los guardianes de La Piedra que gime, a la abuelita roca, a los árboles guardianes y al ombligo en la tierra en donde Huehueteotl habría de acompañarnos por la noche.

La Piedra que gime fungió como el altar mismo, la fuerza femenina se manifestó con toda su sutil bel-leza, flores, agua, alimentos, tabaquito, atekokollis, tlapanhuehuetl, minerales, medicina y popochkometl engalanaron la escena.

El día Chicome Malinalli nos marcaba el nahual del día, entre los 7 creamos un mandala en la base del Hue-hueteotl, nutrimos a la Tlalli Tonantzin con semillas de maiz, arroz, frijol, trigo, manzanas, flores, tabaco, xokolatl, arena, minerales y kopalli, manos femeninas y masculinas prepararon nuestra ofrenda al fueguito sagrado que esa noche se nutriría gustoso de tal abun-dancia repleta de amor y reverencia.

Ceremonia de Fuego Nuevo 2009 en Bélgica. Crónica

Poco después llegaría Geneviere una hermanita belga quien ha estado en México antes siguiendo las enseñanzas Toltekas. Le seguirían más hermanas y hermanos, la cita se dió a las 5 de la tarde. Nadie llegó a tiempo, tal como habíamos previsto. La noche había caído y llegarían nuestra hermana tibetana Dolma junto con nuestros hermanos monjes tibetanos Kunchok y Nangdak. A las 9 de la noche habrían de obsequiar a los presentes y al espíritu del fuego sus mantras acom-pañándose de tambores y campanas de tumbaga como parte de una Puja dedicada a la Madre Tierra y al Padre Celestial.

Los lazos entre el Tibet y el Anahuak quedaban una vez más de manifiesto en solidaria hermandad. Esa noche formamos un círculo en donde la palabra fue honrada, el bastón de la palabra pasó de mano en mano, mi turno llegó para explicar a los presentes el porqué de nuestra ceremonia de Fuego Nuevo, en donde el Fuego Nuevo era de todas y todos para todos y todas. Aproveché la ocasión para describir la larga historia de relaciones entre nuestros pueblos tibetanos y mexicanos desde los años 50: Ayokuan, Regina, el Dalai Lama, Rinpoches y Lamas Gelupa nos hacían compañia en tales relatos, la Mujer Dormida ha dado a Luz!!!! Y el 2 de octubre se ha olvidado porque se ha perdonado todo el sufrimiento. Viva la Vida!!!!! Somos Uno con la Fuente Creadora de todo lo que es, fué y será.

Así ya casi al llegar la medianoche sumamos 28 adul-tos y 2 menores. Eramos un número menor este año. El silencio interior era mayor. El Fuego Sagrado apareció en manos de nuestra Zi-huakoatl quien con ayuda de su popoxkometl avivó a Huehueteotl.

Los tlapanhuehuetl y tambores tibetanos se dejaban oir, voces de China, Tibet, Perú, Bélgica, Francia, Repúbli-ca Dominicana, Chile, España y México cantaban con el corazón. Ese mismo fueguito que antes incineráse a nuestros ancestros catares, mexihkas, judíos, tibeta-nos en manos de los opresores hoy en franco perdón y purificación unía nuestros corazones con el corazón de la Tonantzin, con el corazón de las Pléyades, de la Vía Láctea, del Universo entero... una vez más.

Entre los participantes contamos con la presencia de una hermana dominicana quien está en permanente contacto con los hermanos Lakotas de Nuevo México y es guardiana de la chanupa lakota y danzante de la Danza del Sol. Esa noche vino a compartir la chanupa con todos los presentes, mas como una hermana estaba en su luna todo quedó en intención y honorados fuimos todos por ese hecho. de bendición divina.En algún momento les repartimos a los presentes una rama de manzano pra recordarles su conxión con sus ancestros, con sus raíces, pues los ancestros nos

reclaman nuestra conexión conellos, ellos nos necesi-tan, y nosotros a ellos, ellos lo saben pero muchos de nosotros y nosotroas lo ignoramos aún.El manzano fue un árbol sagrado para los Celtas, otrora habitantes de estas latitudes europeas en donde cele-bramos la Ceremonia de Fuego Nuevo, para los celtas el manzano simbolizaba la fertilidad y la sabiduría. Con esa rama cada participante debía quemar al fuego su pasado tortuoso, olvidando su dolor, su ira, sus remordimientos, odios... recordar el pasado es volver a vivirlo. la noche era una de depuración, así con las llamas el perdón se daba en los corazones de cada una de las almas ahí presentes. Yin Ming y Philippe cantarían Abrete Corazón y en desentonado canto todas y todos les seguríamos, luego en prolongado silencio cada quien conversaba con su interior, con el fueguito, con la Gran Consciencia Cósmica.Con la invitación solicité a todos los participantes el traer madera, chocolate, tabaco, semillas y flores para personalmente en gran alegría e intimidad comulgar con Huehueteotl alimentándole, alimentándose el cora-zón. Fueron momentos de profunda comunión, dicha, luz y amor. la vida fue celebrada una vez más. El cielo era uno repleto de estrellas, hacía días cielos nublados y lluviosos cubrían Bélgica, esa noche las Pléyades, Orion, Sirio, Belatrix,Jupiter, marte, Neptuno, la cons-telación del Cisne y millones de estrellas nos cobijaban como diamentes en un cielo de intensa oscuridad.

Primero las mujeres, luego los hombres, uno a uno conforme llegaban los asistentes a La Piedra que gime el Mandala de la dualidad alimentaba a la Tonantzin y a los guardianes del lugar y los 4 rumbos del universo.

Tezcaltlipoka y Ketzalkoartl danzaban en apoteósico encuentro alrededor de Xiuhtekuhtli.

Miles de seres de Luz, elementales, devas o planetas, los llamados Orbes nos acompañaron durante toda la Ceremonia.

Así nacía el Huehueteotl surgiendo del Popoxkopmetl de nuestra Zihuakoatl

A Venus Huehueteotl. In Tlanesi Tonatiuh