CHETILLA, Cajamarca Año 2015 -...

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CHETILLA, Cajamarca Año 2015 Chetilla es un distrito de la Provincia Cajamarca. Todos los días salen unas combis desde la ciudad de Cajamarca desde las 5 de la madrugada-, que por 5 soles dejan a sus pasajeros en Chetilla. Queda a 1 hora y media del paradero y la carretera es una trocha en estado razonable. El pueblo es pequeño y pintoresco, de calles asfaltadas. Solo encontramos un alojamiento: un hotel en construcción, de material noble, bastante bueno. Hay varias bodegas y los colegios, desde inicial a secundaria, están bien implementados. El colegio de Primaria estaba justo en remodelación (se ha aumentado un pabellón). También hay un instituto tecnológico, una parroquia y un gran mercado. Llama la atención, más bien, su precario puesto de salud y sobre todo, que sea el único que hay en el distrito. En Chetilla alrededor del 30% de la población habla en quechua. Aquí también se ven los porongos de leche por todos lados. Las actividades económicas giran alrededor de la agricultura y la ganadería lechera. Chetilla tiene conexión con todos sus caseríos. Las carreteras, más bien, están en muy mal estado. En la capital del distrito hay conexiones domiciliares de agua y desagüe. El agua entubada desde 1975 y el desagüe desde 1990. También señal de televisión y los que pueden tienen cable con 90 canales. La carretera que une Chetilla con Cajamarca existe desde 1990. Hay internet en los colegios, la municipalidad y en la posta médica. También televisión y cable y hay señal de Claro y Movistar. En la capital del distrito hay una central hidroeléctrica que funciona hace 14 años gracias a la iniciativa del profesor (físico-matemático), Antonio Soto, quien hoy tiene el cargo de “Jefe de la Luz” (también ha sido alcalde): “Nos demoramos 6 años en la construcción y gestión pero era algo que teníamos que hacer. Nos cansamos de pedir luz y de que no nos hicieran caso. La municipalidad maneja todo este tema y recolecta alrededor de 7 a 8 mil soles mensuales. La luz les cuesta a los pobladores 6 soles por el consumo de 30 kw. Esta central tiene la capacidad de atender a cerca de cerca de 4,000 usuarios, según Soto. “Atendemos además a 400 familias que no pertenecen al distrito”. Para el mantenimiento de la luz se recurre a la “minga” o al trabajo comunal. En el caserío de Casadencito, presenciamos una reunión entre el señor Soto y los pobladores. Ellos formaron un grupo de voluntarios para revisar el cableado (va por los árboles de pino) pues en esos días hubo muchos terrales y un buen número de cables terminó en el suelo. También, Soto les informó respecto a la necesidad de hacer los trámites en Registros Públicos y conformar una empresa a fin de que sean los mismos pobladores los que administren la central.

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CHETILLA, Cajamarca Año 2015 Chetilla es un distrito de la Provincia Cajamarca. Todos los días salen unas combis desde la ciudad de Cajamarca –desde las 5 de la madrugada-, que por 5 soles dejan a sus pasajeros en Chetilla. Queda a 1 hora y media del paradero y la carretera es una trocha en estado razonable. El pueblo es pequeño y pintoresco, de calles asfaltadas. Solo encontramos un alojamiento: un hotel en construcción, de material noble, bastante bueno. Hay varias bodegas y los colegios, desde inicial a secundaria, están bien implementados. El colegio de Primaria estaba justo en remodelación (se ha aumentado un pabellón). También hay un instituto tecnológico, una parroquia y un gran mercado. Llama la atención, más bien, su precario puesto de salud y sobre todo, que sea el único que hay en el distrito. En Chetilla alrededor del 30% de la población habla en quechua. Aquí también se ven los porongos de leche por todos lados. Las actividades económicas giran alrededor de la agricultura y la ganadería lechera. Chetilla tiene conexión con todos sus caseríos. Las carreteras, más bien, están en muy mal estado. En la capital del distrito hay conexiones domiciliares de agua y desagüe. El agua entubada desde 1975 y el desagüe desde 1990. También señal de televisión y los que pueden tienen cable con 90 canales. La carretera que une Chetilla con Cajamarca existe desde 1990. Hay internet en los colegios, la municipalidad y en la posta médica. También televisión y cable y hay señal de Claro y Movistar. En la capital del distrito hay una central hidroeléctrica que funciona hace 14 años gracias a la iniciativa del profesor (físico-matemático), Antonio Soto, quien hoy tiene el cargo de “Jefe de la Luz” (también ha sido alcalde): “Nos demoramos 6 años en la construcción y gestión pero era algo que teníamos que hacer. Nos cansamos de pedir luz y de que no nos hicieran caso. La municipalidad maneja todo este tema y recolecta alrededor de 7 a 8 mil soles mensuales”. La luz les cuesta a los pobladores 6 soles por el consumo de 30 kw. Esta central tiene la capacidad de atender a cerca de cerca de 4,000 usuarios, según Soto. “Atendemos además a 400 familias que no pertenecen al distrito”. Para el mantenimiento de la luz se recurre a la “minga” o al trabajo comunal. En el caserío de Casadencito, presenciamos una reunión entre el señor Soto y los pobladores. Ellos formaron un grupo de voluntarios para revisar el cableado (va por los árboles de pino) pues en esos días hubo muchos terrales y un buen número de cables terminó en el suelo. También, Soto les informó respecto a la necesidad de hacer los trámites en Registros Públicos y conformar una empresa a fin de que sean los mismos pobladores los que administren la central.

En Chetilla también vimos un interesante número de obras en construcción: algunas casas particulares y la ampliación de la escuela primaria. El caserío Cadena está ubicado a más o menos una hora de Chetilla por un camino de trocha (que existe desde el 2006), los pobladores se encontraban haciendo un trabajo comunal. Aquí, la altura es mucho menor que en otros lugares del distrito. Hay alrededor de 100 familias. La vegetación y el clima son diferentes pues estamos a 2,200 msnm. Cadena mantiene mucho contacto con otro caserío, Chilete, hasta donde se llega por una trocha construida en el 2008. Según nos informaron, la luz la pone tanto la central de Chetilla (desde el 2006) como Hidroandina. Respecto a la agricultura, la actividad más importante, los pobladores señalan que solo los mayores propietarios tienen títulos de propiedad y entre 10 a 12 hectáreas, mientras que la mayoría solo posee una o media hectárea. Se siembra: tara (taya), maíz, frejoles, lentejas y otros granos. “Sobre todo para consumo”. Según ellos, ni la tierra ni el clima son como antes. No tienen agua y han aparecido muchas plagas (como el pulgón o la racha) que les malogran sus cultivos, por lo que requieren del uso de fertilizantes. “Nos gustaría una asesoría técnica y que se realice un análisis de nuestros suelos”, sostienen. Manifiestan que tienen un manantial dividido en dos: agua para consumo humano y para riego. Cuando logran vender sus productos, lo hacen en Magdalena, Chilete y Chetilla. Aquí hay secundaria y primaria (el programa Qali Warma llegó en el 2014) pero no secundaria. La más cercana está en Chilete, más o menos a una hora y media o dos de distancia caminando. Los chicos que van a hacer su secundaria alquilan cuartos y se quedan allí de lunes a viernes. En Cadena hay una serie de baños con wáter (pintados de verde) gestionadas por el alcalde anterior. El problema es que como no hay agua, no funcionan. Los jóvenes que logran ir a la universidad es porque sus padres pueden mandarlos. Actualmente hay 3 jóvenes estudiando en universidades cajamarquinas gracias a Beca 18. Muchos pobladores de Cadena migran hacia otros lugares en busca de trabajo. Se van a la costa o a la selva. Los jornales que les pagan oscilan entre los 35 y 40 soles. El caserío Yuyapuquio se distingue porque todos sus pobladores son adventistas y sus actividades son comunitarias. Aquí encontramos a una jovencita lavando unos porongos de leche en un pequeño manantial. Según ella, su comunidad vende 18 porongos de leche al día, 2 de 50 litros y los demás de 30. En Yuyapuquio hay primaria y secundaria. Ellos se transportan hasta Chetilla caminando (2 a 3 horas) o a caballo (1 hora y media). En el caserío de Cochapampa encontramos al joven Jesús Bazán de 19 años. Lo encontramos cosechando alverja con su madre y otras señoras. Nos dijo que aquí hay más o menos 50 casas y que todos se dedican a la agricultura y ganadería. Siembran papa, oca, olluco, alverja, cebada. “Algunos tienen sus huertas y especialmente siembran repollo”, señala Jesús. Cada poblador tiene su parcela: “no son tan grandes, de media hectárea no más. Además nosotros solo sembramos y cosechamos una vez al año y todo es para consumo. A veces también vendemos en el mercado de Chetilla, los

viernes”. Hasta allí llegan caminando en 30 minutos. Ciertas familias tienen vacas lecheras y según, Jesús, una vaca da 5 litros diarios. A ellos les compran el litro de leche a 60 céntimos. También crían ovejas que cuando crecen las venden, las llevan al mercado o esperan que pasen los negociantes para vendérselas a estos. En Cochapampa no emplean abono ni insecticidas, todo es natural. “Pero la producción –asegura Jesús- no es igual que hace unos años. Muchos creen que la tierra no es la misma”. Asimismo, dice que muchos pobladores se van a trabajar a otros sitios “por necesidad” y que también los contrata la municipalidad cuando hay obras. Tiene luz y agua entubada más o menos desde el 2005 o 2006 pero no hay desagüe. Hay 2 tiendas pequeñas y les llega la señal de Claro y, con menor potencia, la de Movistar. No todos tienen televisor “y hay un solo señor que tiene cable”. La secundaria (bajo el régimen de IEGECOM) se creó hace 7 años (los profesores llegan todos los días de Chetilla), no tienen internet pero sí 5 computadoras. Jesús Bazán está terminando la secundaria y le gustaría estudiar “maquinaria pesada”. Manzano es otro caserío de Chetilla, una pobladora, Lorenza, estaba tejiendo, en telar de cintura, un chal para su uso personal. “Todas las mujeres tejemos en telar de cintura pero no para vender sino para nosotras y nuestros hijos”, señala. “Una madeja de alpaca (teñida) me cuesta entre 3 y 4 soles”. Lorenza nos contó que en Manzano tienen agua desde el año pasado y luz desde hace 8 años. Aquí también hay baños (con wáter) proyecto del anterior alcalde con Foncodes. Ella camina hasta 2 horas para llegar a su chacra, tiene una vaca que da 4 o 5 litros de leche al día y que ella vende a 90 céntimos el litro. Hay inicial y primaria. De Manzano a Chetilla hay una hora caminando, también pasan combis a las 6 de la mañana y 3 de la tarde que cobran 5 soles el pasaje. Lorenza tiene 34 años, una hija de 16 y un hijo de 12. Es beneficiaria de Juntos. En Manzano también encontramos una tienda muy surtida y bien abastecida con una serie de productos, además de frutas (había caña de azúcar), y verduras. La dueña no quiso dar ninguna declaración, ni contarnos cuánto gana. Solo señaló que sus productos se los traen de Cajamarca en camión. En Paltipampa, el caserío más alejado al que fuimos (1 hora y media a través de una trocha en estado calamitoso), hubo una reunión de los pobladores con el alcalde Augusto Iglesias (Frente Regional) con la población. Él informó que, lamentablemente, el cargador frontal y la motoniveladora propiedad de la municipalidad, estaban malogrados. Asimismo, que la ambulancia del Puesto de Salud estaba “parada” porque no funciona. Los pobladores le pidieron al alcalde que los ayude para que su secundaria, actualmente en manos de la municipalidad y la comunidad, se “oficialice”. Ellos están preocupados porque el Ministerio de Educación ya aprobó la construcción de una secundaria en Casadencito –a 3 kilometros de Paltapampa- y no pueden coexistir dos secundarias tan cerca. Rondas Campesinas

Conversamos con el presidente de la ronda de Chetilla, Abraham Herrera (30). Nos explicó que su trabajo es ad honorem y que todos los pobladores son miembros de la ronda (también las mujeres). Nos dijo que no castigan a los delincuentes golpeándolos sino haciéndolos trabajar o ejercitarse (ranas, etc.) Uno de los problemas que tiene este lugar y que está bastante arraigado, es la violencia doméstica. La ronda tiene 13 bases a nivel distrital. Para Abraham, la ronda es muy eficaz pues soluciona conflictos rápidamente. Cuando se les presenta algún caso, primero se envía una notificación al(los) implicado(s). Si luego de esa notificación sigue el conflicto entonces los ronderos toman cartas en el asunto. Herrera es técnico agropecuario graduado del tecnológico de Chetilla y tiene 4 hijos. También conversamos con el presidente de la Ronda de Casadencito, Baltazar Cueva Goday. Él nos comentó lo mismo que el rondero de Chetilla pues actúan en coordinación. Historias de éxito:

Leonardo Castrejón es el dueño del hotel de Chetilla. Él es chetillano pero vive en Lima. Construye el hotel en un terreno heredado por su esposa. Según Castrejón, su padre fue el que impulsó el negocio de los emolientes en Lima y transformó las carretillas en pequeñas fábricas de este producto. Él fue el primero Al parecer, este señor tenía más de una carretilla y le daba trabajo a todos los chetillanos que llegaban a Lima. Leonardo Castrejón tuvo, durante un buen tiempo, una tienda de abarrotes en Lima. Las hermanas de su esposa también tienen negocios: una maneja una pensión de alimentos y la otra una tienda de abarrotes muy surtida. El hermano de estas señoras de apellido Mendoza, fue el que nos hizo la movilidad. Él había trabajado en el serenazgo de Cajamarca durante seis años, mientras que en sus horas libre, de forma privada pues, prestaba el servicio de seguridad a algunos locales públicos (discotecas, pubs, etc.) Gracias al sueldo que ganó se pudo comprar la camioneta. Este señor nos contó que sus padres tenían muchos terrenos en la zona y que inclusive eran dueños del terreno en el que se construyó el municipio. Asimismo nos informó que en Chetilla hay una cooperativa o comunidad del “eucalipto”. Los socios manejan 100 hectáreas de eucaliptos, aprovechan la madera y también reforestan.

En Chetilla también vimos una carpintería con mucha madera. El carpintero, que en esos momentos fabricaba una cómoda, no quiso identificarse ni conversar mucho. Solo dijo que él había aprendido el oficio de su padre y que hacía todo tipo de muebles, puertas y marcos para ventanas. Que todo lo vendía en Chetilla y alrededores.

Tal vez el negocio más exitoso de Chetilla sea la quesería de los esposos María Amalia y Luis Dilas Mendoza. Él participó de un taller para manejar ganado lechero en la Universidad Agraria de La Molina y ella, tomó un taller en el instituto tecnológico de Chetilla, en industrias alimentarias, a fin de aprender a elaborar quesos y otros derivados como yogur y manjar blanco. Actualmente ellos han acondicionado un

cuarto de su casa para realizar esta actividad. Tienen el negocio hace tres años y en principio contrataban a dos jóvenes para que los ayudaran (les pagaban 450 soles mensuales). Ahora trabajan solos. Tienen cuatro vacas y como necesitan más leche, la compran. María Amalia y Luis venden sus productos en una feria anual que se realiza en Chetilla (octubre) y todos los jueves mandan 150 kilos de queso a Lima. Tienen familiares en La Victoria y en Fiori y estos distribuyen sus quesos entre los emolienteros chetillanos. Les falta obtener su registro sanitario. Venden entre 60 y 80 soles diarios y ganan la mitad. Están a punto de comprar una marmita de 7 mil soles para apurar más sus procesos de fabricación de quesos y manjar.

Educación En Cochapampa hay inicial, primaria y secundaria. Esta última, bajo el régimen de IEGECOM se creó hace 7 años (los profesores llegan todos los días de Chetilla), no tienen internet pero sí 5 computadoras. En Paltipampa, donde viven alrededor de 30 familias, conversamos con el presidente de Apafa, Marcelo Yepes. Nos contó que la primaria funciona “desde la época de sus abuelos” y que actualmente cuenta con 20 estudiantes; que la secundaria se abrió en el 2007 y que tiene 54 alumnos, y que inicial –adonde asisten 7 pequeños- recién se inauguró este año. La secundaria la maneja la municipalidad y la comunidad pero ellos quisieran que se independice y que forme parte del Ministerio de Educación. Los profesores asisten de lunes a viernes y se alojan en cuartos que les brinda la comunidad. Llegan de Cajamarca y de Magdalena. Los pobladores de Paltipampa no quieren que se abra una secundaria en Casadencito, que ya cuenta con la aprobación del Ministerio pues eso ocasionaría el cierre de su secundaria. A los colegios de Paltipampa asisten niños de Membrillo, Succhabamba y de el Puquio. Aquí cuentan con Qaly warma pero no tienen Beca 18. Marcelo Yepes dice que la mayoría de los jóvenes se va a otros lados a trabajar (muy pocos a seguir estudios superiores), y que sobre todo emigran a Cajamarca. También, que hay exalumnos que son técnicos agropecuarios que de tanto en tanto llegan a Paltipampa a asesorar a los pobladores en la producción de tara o taya. Los jóvenes de la secundaria tienen 7 computadores pero no internet. “Mi hija es muy aplicada, ella quiere ser ingeniera civil”, dice Yepes. Los pobladores de Casadencito, por su parte, están muy entusiasmados con la idea de tener su propia secundaria. De acuerdo a una pobladora, actualmente los niños tienen que “bajar” hasta Paltipampa para estudiar. “En las mañanas tienen que salir a las 6 y caminar casi dos horas para llegar al colegio. “Por la tarde se demoran más pues el camino no es llano, tienen que subir por la ladera y se tardan hasta cuatro horas en volver”. Salud En la posta de Chetilla encontramos a la obstetra Cynthia Díaz (27). La vimos un día sábado y nos contó que el siguiente lunes llegaría personal nuevo, pues acababan de terminar sus contratos el médico y dos de las enfermeras.

El personal está conformado por 8 personas (1 médico, 2 obstetras, 2 enfermeras y 3 técnicos). Esta es la único centro de salud de todo el distrito. Esto se debe al número de pobladores (menos de 5,000). Atiende a 18 comunidades y en todas estas tiene promotoras de salud. Cynthia considera que la tasa de natalidad en Chetilla ha aumentado, “sobre todo en comunidades como El Manzano, donde la mayoría es adventista” y que también tienen problemas de “embarazos ocultos”: 3 este año (1 de ellos, adolescente). Asimismo nos dijo que había mucho machismo y violencia doméstica. Que en este año dos casos de violencia fueron derivados al Centro de emergencia de la mujer (CEM) de Cajamarca. El alcoholismo igualmente es marcado. Tres personas han muerto de cirrosis hepática en lo que va del año. Dos hombres de 28 años y uno de 29. Se han registrado, además, 8 casos de Leishmaniasis (uta) en las comunidades cercanas a Magdalena. A nivel de toda Cajamarca, la desnutrición crónica es del 32%. En esta posta solo se atienden los partos “rápidos” (también se les conoce como “expulsivos”) La obstetra asegura que no están muy bien abastecidos de todo lo que necesitan: “no tenemos oxigeno, nos faltan medicamente para la hipertensión y necesitamos ampliar algunos ambientes”. Respecto a algunos cambios positivos señaló que la anemia en gestantes ha disminuido y que las mujeres sí toman, sin prejuicios, el sulfato ferroso que la posta les proporciona. Que las enfermedades diarreicas también han disminuido gracias a las Juntas de agua segura (JAS) que cloran el agua en las comunidades y que hay más partos institucionales. “El 95% de las mujeres tienen un parto vertical pues así se sienten más seguras y tranquilas”. Como en todos los distritos visitados, el personal de la posta sale hacia las comunidades por lo menos tres veces al mes. Es decir, se hacen en total 24 visitas. Asimismo hacen campañas de prevención en colegios y en comunidades (planificación familiar, nutrición, higiene, etc.) Esta posta recibe un presupuesto de 1,900 soles para dos meses. Cynthia alquila un cuarto de 90 soles en Chetilla. En Casadencito conversamos con la promotora de salud Beatriz Tanta Guimay. Ella, como muchas otras pobladoras, reciben entrenamiento en las postas para atender algunas emergencias menores (cortes, caídas, etc.) y controlar a las gestantes. Beatriz nos dijo que el programa Juntos les obliga a tener biohuertos y que debido a eso están cambiando los hábitos alimenticios de la familia. Las promotoras de salud tienen todos los números celulares del personal de la posta para poder comunicarse en casos de emergencia. De Casadencito a Chetilla hay una distancia de 3 horas a pie. Programas Sociales Como en los demás distritos rurales de Cajamarca, Chetilla es beneficiaria por todos los programas sociales. El problema es que para cobrar Juntos o Pensión 65 deben trasladarse hasta Cajamarca. Esto les significa un pasaje que oscila entre los 6 y soles por ida y vuelta.