Ciencia & Trabajo

84
CIENCIA & TRABAJO • AÑO 16 • NÚMERO 49 • ENERO / ABRIL • 2014 www.cienciaytrabajo.cl ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2014 ene-abr; 16 (49) Miopía. La Evidencia de Factores Medioambientales | A6 Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral | 1 Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería | 9 Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo | 17 Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral | 21 La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura | 28 Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo | 38 El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios | 43 Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos, Concepción, Chile | 49 Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores | 56 Ciencia & Trabajo Fundación Científica y Tecnológica

Transcript of Ciencia & Trabajo

Page 1: Ciencia & Trabajo

Cie

nC

ia &

Tr

ab

aj

o •

O 1

6 •

ME

RO

49

• e

ne

ro

/ a

br

iL •

20

14

www.c ienc iaytra ba jo . c lISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2014 ene-abr; 16 (49)

Miopía. La Evidencia de Factores Medioambientales | A6

Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral | 1Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería | 9Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo | 17Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral | 21La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura | 28Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo | 38El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios | 43Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos, Concepción, Chile | 49Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores | 56

Ciencia & Trabajo Fundación

Científica y Tecnológica

Page 2: Ciencia & Trabajo
Page 3: Ciencia & Trabajo

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A1

Destacamos en segundo lugar el trabajo realizado por Paola Gómez, el cual nos inserta en el mundo de la seguridad en minería. Para nadie es un misterio la importancia que tiene la minería en nuestro país, parte importante de nuestro producto interno bruto proviene de esta actividad económica. Y si bien la minería absorbe un porcentaje

menor de la fuerza laboral en Chile, es un rubro en el cual se llevan a cabo iniciativas innova-doras que luego pueden ser implementadas en otros giros económicos. Un ejemplo de esto es la seguridad, en donde uno de los indicadores más importantes es la Tasa de Accidentabilidad, comparativamente es en minería en donde este indicador alcanza los menores índices, prome-diando un 1,57%. En esta misma línea es que en el presente volumen publicamos un trabajo reali-zado en una empresa subcontratista del sector minero en Chile, el objetivo de la investigación fue identificar la relación entre Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral, encontrando interesantes resultados que asocian negativa-mente los factores de riesgo y la satisfacción laboral, es decir, a mayor riesgo psicosocial perci-bido por los trabajadores aumenta la insatisfac-ción por el trabajo realizado. Una vez más, se

pueden obtener importantes conclusiones y cursos de acción para mejorar la satisfacción y el clima organizacional.Un tercer trabajo que destacamos en la presente editorial, es el realizado por el equipo liderado por Lorena Hoffmeister de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Mayor, y financiado por la Fundación Cien-tífica y Tecnológica AChS. En esta investigación, que tiene como obje-tivo estimar la asociación entre factores de riesgo con enfermedades, accidentes y ausentismo laboral en trabajadores formales, se obtienen interesantes resultados que permiten tener indicadores fiables que predicen enfermedades y accidentes laborales, como por ejemplo el sedentarismo y el estado nutricional, pudiendo mejorar la gestión que realizan los prevencionistas en cada una de las empresas de nuestro país. Es con este tipo de investigaciones, serias y de buena calidad, como podemos bajar y mejorar los indicadores de accidentabilidad y de salud de los trabajadores Chilenos, la labor de Ciencia & Trabajo es difundir este conocimiento.

En la búsqueda de seguir siendo un aporte para la comprensión de las diferentes áreas de la Salud Ocupacional y de los factores que influyen en esta, es que en nuestra edición número 49, hemos esco-gido valiosos aportes en investigación con estas temáticas. El primero de estos artículos nos trae al recuerdo el reciente terre-moto de Iquique y Alto Hospicio ocurrido el martes 01 de Abril, pues se enfoca en los efectos del terremoto del 27 F ocurrido en 2010. Sin duda, estos acontecimientos no dejan de ser relevantes, ya que la evidencia demuestra que un fenómeno de esas características impacta todos los ámbitos imaginables; desde el ciuda-dano que vive en la ciudad aquejada por el sismo, hasta cambios en la órbita de la tierra. Por tal razón, se han llevado a cabo numerosas investigaciones en diferentes áreas para deter-minar las consecuencias que se producen a nivel general. Sin embargo, hay pocas investi-gaciones específicas que indaguen las conse-cuencias de los terremotos en un área laboral particular, como en el caso de la Salud, cuyo rubro se ve más afectado producto de la emer-gencia que se vive en la población. De lo ante-rior, tenemos el agrado de publicar una investi-gación de esta índole, la cual fue financiada por la Universidad de Concepción y llevada a cabo por D. Carolina Luego, que investiga las consecuencias del terremoto en personal de salud de la ciudad de Concepción, específicamente determinando la relación entre síntomas de ansiedad y estrés laboral en el profesional de enfer-mería de dos establecimientos hospitalarios de la Provincia de Ñuble y sus respectivos cambios en el ambiente laboral postevento sísmico. Éste es un tema tremendamente atingente para el momento que vive nuestro país, y para las respectivas intervenciones que debieran tener el personal de salud que vive la emergencia no solamente como un ciudadano común y corriente, si no que a la vez como un trabajador que debe ayudar a solucionar y tranqui-lizar a la población en general. Es fundamental tener en cuenta que la salud mental de quienes nos brindan las primeras atenciones, ya sea en un hospital, una clínica o un consultorio, debe encontrarse en un estado óptimo.

Editorial | Ciencia & Trabajo

EdITORIAL

Editorial

Leonardo Varela Valenzuela Editor Jefe

Revista Ciencia & Trabajo

Page 4: Ciencia & Trabajo

A2 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

“C&T, Ciencia & Trabajo” es una publicación trimestral, propiedad de la Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. Derechos Reservados. Todos los textos publicados están protegidos por derecho de autor, conforme a la ley No 17.336 de la República de Chile.

Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite “C&T, Ciencia & Trabajo”, como fuente primaria de publicación.

Ramón Carnicer 163, Piso 5, Anexo C , Providencia - Chile.Teléfono: (56-2) 515 7534 • e-mail: [email protected] • Internet: www.cienciaytrabajo.cl

Imprenta: DONNEBAUM S.A. www.donnebaum.cl

Ciencia & Trabajodirector: Sebastián Reyes G.Editor Jefe: Leonardo VarelaReferencias e Indización: María del Carmen SosaCorrector de Texto: Ramón EspinozaTraducción Inglés/Portugués: César Mirandadiseño Gráfico: Corina Garcíadistribución: Lorena Fuentes P.

CONSEJO EdITORIAL:Presidente del Consejo EditorialPhd Víctor Olivares FaúndezUniversidad de Santiago de Chile.Phd Arie ShiromUniversidad de Tel Aviv, Israel.Phd. Carlos díaz Universidad de Chile, Chile.dra. Catterina Ferrecciodepartamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile.Phd. Christina MaslachUniversidad de California, Berkeley, USA.Phd. dana LoomisEscuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA.dr. Eduardo AlgrantiFUNdACENTRO, Brasil.Phd. Eusebio Rial-González Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, España.Phd. Juan Andrés PucheuPontificia Universidad Católica de Chile, Chile.Phd. Kyle SteenlandEscuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA.dra. Luz ClaudioMount Sinai School of Medicine, USA.Phd. Marisa SalanovaUniversidad Jaume I de Castellón, España.Phd. Marisol ConchaAsociación Chilena de Seguridad, Chile.Ing. Nella MarchettiUniversidad de Chile, Chile.dr. Oscar Nieto Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina.Phd. Pablo Livacic Universidad de Santiago de Chile, Chile.Phd. Pedro R. Gil-MonteUniversidad de Valencia, España.dr. Rubén Torres Organización Panamericana de la Salud, OPS / Organización Mundial de la Salud, OMS, Chile.Phd. Sarah GammageOrganización Internacional del Trabajo, OIT.Phd. Shrikant BangdiwalaEscuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA.Phd. Steven MarkowitzQueens College, USA. Ms. Víctor CórdovaAsociación Chilena de Seguridad, Chile.dr. Luis Mena Mirandadirector de la Escuela de Psicología USACH

Revista Ciencia & Trabajo se encuentra en las siguientes bases de datos:• Dialnet (www.dialnet.com) • EBSCO (www.ebscohost.com) • Latindex (www.latindex.org) • Latindex (catálogo) (www.latindex.org) • LILACS (www.bireme.br) • Ulrich's International Periodicals Directory (www.ulrichsweb.com) • Psicodoc (www.psicodoc.copmadrid.org) • e-revistas (www.erevistas.csic.es) • IMBIOMED (www.imbiomed.com) • SciELO (www.scielo.cl)

AÑO 16 • NÚMERO 49 • ENERO / ABRIL • 2014

ISSN 0718-0306 vers ión impresa ISSN 0718-2449 versión en l ínea

Para revisar y descargar éste y números anteriores de Ciencia & Trabajo en formato PdF, visite www.cienciaytrabajo.cl

Foto

por

tada

: St

ockl

ib ©

Jam

es L

ewis

.

Page 5: Ciencia & Trabajo

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A3

Índice | Ciencia & Trabajo

A1 EditorialA3 ÍndiceA4 En este número

Artículos de DifusiónA6 Sección Ehp Miopía. La Evidencia de Factores Medioambientales

Artículos Originales1 Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral en el Profesional de Enfermería Luengo C, Astudillo A, Contreras S

9 Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería Gómez P, Hernández J, Méndez M

17 Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo Véliz-Rojas L, Valenzuela S, Paravic T

21 Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile Hoffmeister L, Vidal C, Vallebuona C, Ferrer N, Vásquez P, Núñez G

28 La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura Astudillo P, Ibarra C

38 Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo Bonilla L, Plaza D, Soacha G, Riaño-Casallas M

43 El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios del Sector Público Lara J, Pando M

49 Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos en Trabajadores Suministrados de la Ciudad de Concepción, Chile Valencia L, Avendaño C

56 Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores Villarroel E

Índice IndexA1 EditorialA3 IndexA4 In this Issue

Diffusion ArticlesA6 Ehp’s Section Myopia. The Evidence for Environmental Factors

Original Articles1 Relationship Between the Change of Work Environment Caused by 27 February 2010 Seismic Post-Event and the Presence of Anxiety and Stress in Professional Nursing Luengo C, Astudillo A, Contreras S

9 Psychosocial Risk Factors and Job Satisfaction in a Chilean Company Mining Area Gómez P, Hernández J, Méndez M

17 Atypical Jobs in Chile: A Challenge for Occupational Health and Work Nursing Véliz-Rojas L, Valenzuela S, Paravic T

21 Factors Associated with Accidents, Illness and Absenteeism: Analysis of a Cohort of Formal Workers in Chile Hoffmeister L, Vidal C, Vallebuona C, Ferrer N, Vásquez P, Núñez G

28 The Gender Perspective, Challenges for Ergonomics in Chile: A Systematic Literature Review Astudillo P, Ibarra C

38 Telework and its Relationship with Health and Safety at Work Bonilla L, Plaza D, Soacha G, Riaño-Casallas M

43 Mobbing and Symptoms of Stress in Public Sector University Faculty Lara J, Pando M

49 Perceived Job Insecurity and Psychological Discomfort: Evaluation of Two Predictive Models in Supplied Workers of Concepción City, Chile Valencia L, Avendaño C

56 Identification, Analysis and Risk Assessment of Occupational Exposure in Cytostatic Preparation Services of the Providers National Network Villarroel E

Page 6: Ciencia & Trabajo

En este Número

Miopía. La Evidencia de Factores MedioambientalesLa Miopía ha sido una enfermedad que históricamente se ha asociado a trabajos o actividades como el “trabajar de cerca” o “ver de cerca”. En las últimas décadas, entre los jóvenes, esta enfer-medad ha alcanzado proporciones epidémicas especialmente en países asiáticos. Es por esto, que investigadores han alcanzado importantes avances para determinar las causas de esta enfer-medad, llegando a conclusiones sorprendentes.

Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral en el Profesional de EnfermeríaEl presente estudio buscó determinar la relación entre la ansiedad y el estrés laboral en enfermeros de la provincia de Ñuble posterior al Terremoto del 2010. La principal conclusión de la investigación fue que el evento sísmico ocasionó diversas modificaciones en el ambiente laboral de los enfermos, lo que tuvo una asociación significativa con la ansiedad y el estrés

Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la MineríaEl objetivo de esta investigación fue determinar la relación entre Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en trabaja-dores de una empresa subcontratista minera. Los resultados dan cuenta de que existe una relación significativa y negativa entre factores de riesgo y satisfacción laboral, indicando que a mayor riesgo psicosocial percibido menor es la satisfacción laboral.

Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del TrabajoEste artículo analizó las diversas formas de trabajo atípico, tales como el subcontrato o tercerización, el trabajo a domicilio y el teletrabajo. Se llevó a cabo una revisión de literatura consultando a diversas bases de datos. Los autores concluyeron que este tipo de trabajo expone a los trabajadores a un alto grado de vulnerabilidad y que lamentablemente tienen un escaso abordaje en salud.

Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile Se buscó determinar la asociación entre factores de riesgo con enfermedades, accidentes y ausentismo laboral en trabajadores formales. Se analizó una cohorte retrospectiva en base al registro de evaluaciones ocupacionales preventivas y de episodios de acci-dentes y enfermedades laborales (2009-2012). Se concluyó que factores no modificables (sexo y edad), junto con factores modifi-cables, como el sedentarismo y el estado nutricional, contribuyen a eventos laborales no deseados.

La Perspectiva de Género, Desafíos Para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura El objetivo del estudio fue orientar sobre las principales diferencias de género para comprender sus implicancias en actividad de trabajo y cuál ha sido la contribución de la ergonomía a este aspecto. Los autores concluyen que considerar el género fortalece el análisis del trabajo y la ergonomía a su vez enriquece la comprensión sobre la división sexual del trabajo y cómo esta genera diferentes exposi-ciones a los riesgos profesionales.

Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo El propósito del artículo es exponer cuáles han sido los avances en investigación del teletrabajo, particularmente en lo relacionado con la seguridad y salud en el trabajo. Se realizó una revisión sistemática que identificó aspectos como la ampliación del mercado laboral, la flexibi-lidad laboral y la conciliación con la vida familiar, entre otros

El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios del Sector PúblicoEste artículo trata sobre la presencia de los factores psicosociales en el trabajo. Su objetivo fue identificar la presencia e intensidad de la violencia psicológica, el acoso laboral y los factores socio-demográficos laborales en relación al nivel estrés en docentes universitarios. El principal resultado fue que un 87,2% de los investigados manifiesta presencia de violencia psicológica leve.

Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos en Trabajadores Suministrados de la Ciudad de Concepción, Chile El objetivo del estudio fue evaluar dos modelos teóricos sobre la relación entre inseguridad laboral percibida y malestar psicológico en 112 trabajadores suministrados de Concepción. Los resultados indican que los modelos no son aplicables a trabajadores suminis-trados chilenos debido probablemente a diferencias en las situa-ciones de trabajo y a las condiciones estructurantes del empleo suministrado en Chile.

Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de PrestadoresEl objetivo de la investigación identificar, analizar y evaluar el riesgo de exposición ocupacional a citostáticos, en una muestra de instalaciones destinadas a preparación de mezclas destinadas a tratamiento terapéu-tico oncológico. Del total de instalaciones incluidas en el estudio, solo el 7% presenta un nivel de control aceptable Un 36% de las instalaciones evidencia condiciones extremas de exposición laboral.

ARTÍCULOS ORIGINALES

ARTÍCULO dE dIFUSIÓN

A4 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Page 7: Ciencia & Trabajo
Page 8: Ciencia & Trabajo

Environmental Healthp e r s p e c t i v e s

Miopía

La Evidencia de Factores MedioambientalesLa Miopía ha alcanzado proporciones epidémicas en los jóvenes de muchos países asiáticos. Los niños también se han vuelto miopes tempranamente, y la miopía severa es cada vez más común. © Asiaselects/Alamy

Todo el contenido EHP esta accesible a las personas con discapacidad. Una version HTML (Sección 508-compatible) totalmente accesible de este artículo está disponible enhttp://dx.doi.org/10.1289/ehp.122-A12.

Page 9: Ciencia & Trabajo

Hace siglos, dedicados escribas de monasterios o

costureras enclaustradas podrían haber culpado

de pérdida de visión a su tipo particular de “tra-

bajo de cerca”, con enfoque cercano. A finales

del siglo XX, esa culpa se fue ampliando para

incluir “tiempo libre de cerca”, como incontables horas de estudio, sentado

frente a la televisión y, más recientemente, entrecerrando los ojos en mo-

nitores de alta resolución, desde consolas de videojuegos hasta teléfonos

celulares.

Sin embargo, a pesar de los intentos en curso para relacionar estos com-

portamientos cercanos al inicio de la miopía, los investigadores no han

llegado a resultados convincentes. Por otro lado, un conjunto de investiga-

ciones que aumenta rápidamente sobre ciertas poblaciones de Asia oriental

está entregando fuerte evidencia que relaciona los niveles de disminución

de la exposición a la luz al aire libre con una prevalencia de la miopía que

se acerca a proporciones epidémicas.1,2,3

“Mantener a raya la miopía”, destellan coloridos protectores y fondos de

pantalla ofrecidos por la Comisión de Promoción de la Salud de Singapur.

“Ve al aire libre y juega”. La ironía de mensajes parpadeantes en un monitor

de computador para mantener a los niños afuera no la han perdido los in-

vestigadores que han estado haciendo un seguimiento al aumento de la

miopía crónica en las poblaciones de la región.

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A6/A13 A7

ehp | Miopía: La Evidencia de Factores Medioambientales

Page 10: Ciencia & Trabajo

Las autoridades sanitarias de Singapur pusieron en marcha una campaña de sensi-bilización pública en respuesta a un fuerte aumento en las tasas de miopía entre los niños y los jóvenes que fue evidenciada por la milicia del país. El servicio militar es obligatorio en Singapur, y los exámenes de la vista realizados a los reclutas entrantes proporcionan de modo efectivo una evalua-ción en toda la población. A finales de 1990, estos exámenes indicaron una preva-lencia cerca de 80%4; hallazgos compara-bles han sido reportados en otros países asiáticos como Taiwan5 y, más recientemen-te, en Corea del Sur.6

Mientras tanto, muchas partes de Asia oriental han experimentado un desarrollo económico rápido, y se han implementado exigentes regímenes educativos en las últi-mas dos décadas para crear una altamente calificada y dedicada mano de obra para seguir construyendo el impulso de este ma-nejo económico.7,8 Los niños no solo pasan la mayor parte de las horas del día en las aulas, permanecen igualmente secuestrados en sus casas, ya sea terminando las tareas o participan en actividades de ocio que los mantienen pegados a una pantalla u otra.7,8,9

“Me tomó un tiempo darme cuenta de cómo está de distorsionada la experiencia del mundo de un niño en China”, dice Ian Morgan, un investigador de oftalmología australiano que pasa cerca de cinco meses de cada año en Guangzhou estudiando la miopía. “En Guangzhou, el clima es cálido y pegajoso durante casi todo el año, y la gente sale al aire libre por la noche. Pero usted no ve a niños en edad escolar, ya que están en casa haciendo los deberes”, dice.

Este estilo de vida parece cobrar un precio en los ojos jóvenes. Las encuestas de población en Guangzhou, Singapur, y Taiwán apuntan a estas áreas como zonas calientes para los niños que se convierten en miopes tempranamente, con muchos de ellos que son miopes más severamente.4,5,10,11 Sin embargo, aun cuando los factores exac-tos responsables del aumento siguen siendo debatidos y estudiados, un cuerpo creciente de evidencia indica que el tiempo pasado al aire libre es crucial para el sano desarrollo del ojo.

Aunque la miopía es cada vez más fre-cuente en todo el mundo, algunas áreas son más afectadas que otras. Encuestas realiza-

Un ojo normal (arriba) enfoca la luz en la retina, que envía impul-

sos nerviosos al cerebro para su procesamiento. La miopía se

debe a un alargamiento del globo ocular a lo largo de su eje (parte

inferior). Los rayos de luz son entonces enfocados en un punto

por delante de las células fotosensibles de la retina en vez de la

superficie de la retina. Un incremento de 1 mm en la longitud en

un ojo de 25 mm conduce a la miopía moderada, donde los objetos

más de 2 a 3 m de distancia aparecer borrosos. Un aumento de

2 mm pone al individuo en el rango de alta miopía, en la que los

objetos se vuelven borrosos más allá de 20 cm.

© BSIP/Science Source

A8 A6/A13 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Artículo de Difusión | ehp

Page 11: Ciencia & Trabajo

das en Estados Unidos y sobre todo en Australia, por ejemplo, muestran cifras de prevalencia para la población en general, que son consistentemente muy inferiores a las cifras comparables en partes del este y el sudeste de Asia.12, 13

La disparidad de una región específica también aparece afectando principalmente a la generación más joven. Entre las pobla-ciones de adultos de todo el mundo, las ta-sas de prevalencia muestran una menor va-riación a través de los países (aunque se es-pera que futuras encuestas muestren simila-res disparidades en las tasas de adultos como la edad los jóvenes de hoy). Una investiga-ción en datos de las iteraciones de 1999-2004 de la Encuesta de Examinación de Nutri-ción y Salud Nacional (NHANES por su sigla en inglés) estima que la prevalencia de la miopía en EE.UU. puede variar de 33,1% a través de toda la población adulta a menos de 25,1% para estadounidenses de origen mexicano.13 En comparación, un estudio de la miopía en adultos singapurenses, chinos, malayos e indios reportó tasas de 38,7%, 26,2% y 28,0%, respectivamente.12

La miopía puede que no sea un proble-ma de salud tan grave como el cáncer o enfermedades del corazón, pero hay más en juego que una población que carga con los gastos e inconvenientes de hacer frente a los anteojos o lentes de contacto. Los estudios sugieren que la condición puede ser un fac-tor de riesgo para los problemas más graves de los ojos, incluyendo cataratas14 y glauco-ma,15 a pesar de que la relación de la miopía con estos otros problemas todavía no está clara. (Por otra parte, la miopía se asocia negativamente con degeneración macular

relacionada con la edad16). Los jóvenes afec-tados por el grado más grave de miopía muestran algunos otros síntomas, pero los individuos de mediana edad con “alta” (se-vera) miopía exhiben patologías muy seve-ras que afectan la vista.8

¿Una Base En La Genética?La miopía surge de lo que equivale a una pequeña aunque aparentemente importante deformidad física: un alargamiento del glo-bo ocular a lo largo de su eje. La miopía viene en diversos grados, dependiendo de la

extensión de esta distorsión. Según Mor-gan, un aumento de 1 mm en la longitud en un ojo de 25 mm conduce a la miopía mo-derada, donde objetos a más de 2-3 m de distancia parecen borrosos. Un aumento de 2 mm pone al individuo en el rango de miopía alta, en la que los objetos se vuelven borrosos más allá de 20 cm.

“Es muy simple”, explica Donald Mut-ti, miembro del cuerpo docente de la Facul-

tad de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio. “Un ojo miope es un ojo que es demasiado grande para sus pantalones. Es demasiado grande, y sólo tenemos que con-seguir que se ralentice un poco, sin afectar su función. Si realmente entendemos la fi-siología del crecimiento del ojo, probable-mente hay muchas oportunidades para in-fluir en la cadena de eventos que controlan el crecimiento y lo grande que el ojo se pone finalmente”.

En Singapur, China, Corea del Sur y Japón la perspectiva de alcanzar tal com-prensión se ha convertido en algo más que un hito intelectual tentador, sino que senta-ría las bases para las estrategias de interven-ción para hacer frente a las causas de la miopía en lugar de limitarse a corregir sus síntomas. Una gran parte de la literatura de investigación en este campo tiene, por lo tanto, su origen en el este de Asia, donde la discusión pública de la miopía, junto con sus implicaciones sociales y económicas, eclipsa cualquier conversación sobre el tema en el mundo occidental.

En el corazón de esta empresa científica está la distinción entre naturaleza y educa-ción. Las variaciones en la prevalencia de la miopía en las diferentes etnias sugieren una contribución genética de algún tipo. Indi-

cios de esta potencial contribución han ve-nido de estudios como la Evaluación Longi-tudinal Colaborativa de Etnicidad y Error Refractiva (Cleere, en inglés), que incluye-ron a más de 4.000 niños en Estados Uni-dos a partir de cuatro grupos étnicos. Se encontró que los participantes asiáticos e hispanos tienen una mayor prevalencia de la miopía (18,5% y 13,2%, respectivamente) que los niños blancos y negros (6,6% y

ehp | Miopía: La Evidencia de Factores Medioambientales

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A6/A13 A9

Aunque la miopía es cada vez más prevalente en todo el mundo, algunas áreas son más afectadas que otras. Las encuestas realizadas en Australia y el Reino Unido, por ejemplo, dan cifras de prevalencia para la miopía en la población general que son siempre muy inferiores a los resultados de encuestas similares en el Sudeste de Asia. El fuerte aumento también parece afectar principalmente a la generación más joven.

“Un ojo miope es... demasiado grande, y sólo tenemos que conseguir que se ralentice un poco, sin influir en la función. Si realmente entendemos la fisiología del crecimiento del ojo, es probable que haya muchas oportunidades para influir en la cadena de eventos que controlan el crecimiento y el tamaño que el ojo finalmente consigue”.

–Donald MuttiThe Ohio State University

Page 12: Ciencia & Trabajo

4,4%, respectivamente);17 estos son hallaz-gos inusuales ya que ningún otro estudio muestra mayor miopía en niños negros que en niños blancos, y los hispanos en general son menos miopes que los blancos, dice Morgan.

Para Mutti, que formó parte del Grupo de Estudio Cleere, tales datos pueden suge-rir vínculos genéticos para la miopía, pero dicen poco acerca de la naturaleza de esos vínculos y cómo determinan la prevalencia. Se recomienda un examen cuidadoso de las cifras relacionadas con los cambios en la prevalencia, que podrían ser exageradas en las muestras de poblaciones específicas que están siendo influenciados por otros facto-res. De hecho, los cuatro grupos étnicos diferentes en Cleere provenían de cuatro lugares diferentes en tres estados, por lo que las diferencias que se atribuyen a la etnia fácilmente podrían haber venido de los fac-tores ambientales.

El Instituto Nacional del Ojo de EE.UU. (NEI), una rama de los Institutos Nacionales de Salud, llevó a cabo uno de los intentos más sofisticados hasta la fecha para evaluar la prevalencia de la miopía en Esta-dos Unidos. Susan Vitale, epidemióloga NEI —quien también es profesora asociada adjunta de oftalmología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hop-kins—, lideró la comparación de los datos de NHANES desde principios de la década de 1970 y principios de 2000.

NHANES captura muestras nacional-mente representativas de la población de los EE.UU. cada vez que se lleva a cabo. La composición étnica de la población —que ha cambiado en las últimas tres décadas—, la representación asiática e hispana fue mu-cho más limitada en el anterior frente a las encuestas posteriores, por lo que los datos

de estos grupos de población no se incluye-ron en la comparación.

Para complicar las cosas, la metodología para la medición de la miopía también cam-bió con los años. En la década de 1970, las medidas detalladas se tomaron sólo en los participantes con el error refractivo más grave, y aquellos fueron hechos a través de la retinoscopía, una observación manual de cómo las diferentes fortalezas de lentes co-rrectivos afectan los reflejos que rebotan en la retina. En el momento de la segunda en-cuesta se inició en 1999, todos los partici-pantes fueron evaluados con un autorrefrac-tor, un sistema controlado por computador que mide qué tan bien el ojo puede enfocar las imágenes en la retina.

Más de 5.000 personas participaron en NHANES I, realizado en 1971-1972, con la gran mayoría clasificados como negro o blan-co; casi 10.000 personas en la encuesta de 1999-2004 se redujo a estas dos categorías. Surgieron algunos aumentos notables en la

prevalencia de la miopía. En la década de 1970, la tasa fue de sólo el 12% entre los participantes negros de 12-17 años de edad, pero en 2004 esa cifra fue de 31,2%. Del mismo modo, la tasa entre los participantes blancos del mismo grupo de edad se trasladó desde el 25,8% hasta el 34,5%. Las cifras para los participantes en grupos de mayor edad se incrementaron aun más, por lo que el promedio general alcanzó el 33,5% entre los participantes negros y 43,0% entre participantes blancos.18

Estas cifras están muy por debajo de en-cuestas similares en Asia, pero Vitale dice: “Ante esta evidencia, y al ponerla junto a los resultados que las personas estaban viendo en otros países, parecía bastante claro que la prevalencia ha aumentado de hecho”.

Para Mutti, ese aumento plantea pre-guntas sobre el muestreo y el análisis que se hizo con los datos. Alaba a la calidad de los datos de NHANES y el enfoque analítico de la NEI, pero sostiene que el carácter distintivo de los conjuntos de datos que abarcan tres décadas hace que sea difícil llegar a cifras precisas. “Yo acepto que la prevalencia de la miopía no es una cantidad fija”, dice. “No puede haber aumentos en los Estados Unidos, pero mi sentimiento de fondo es que los incrementos no son tan graves si se les ocurre como publicidad”.

Factores MedioambientalesMenos controvertida es la evidencia que su-giere que el tiempo al aire libre protege contra el desarrollo de la miopía.2,19,20,21,22 “A la ma-yoría de los oftalmólogos y los optometristas se le enseñó que la miopía era un (estricta-

Artículo de Difusión | ehp

A10 A6/A13 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Datos de NHANES indican que la prevalencia de la miopía entre los participantes negros de entre 12-17 años aumentó del 12% en la década de 1970 hasta el 31,2% en 2004, y la tasa entre los participantes blancos en el mismo grupo de edad aumentó de 25,8% al 34,5%. “Ante esta evidencia, y poniendo junto con los tipos de resultados que las personas estaban viendo en otros países, al parecer es bastante claro que la prevalencia había aumentado”.

–Susan VitaleInstituto Nacional del Ojo

Un cuerpo creciente de evidencia cita el tiempo pasado al aire libre como crucial para el sano desarrollo del ojo. “A la mayoría de los oftalmólogos y los optometristas se le enseñó que la miopía era (estrictamente) un desorden genético, pero la evidencia está apilada firmemente en contra de esta idea”.

-Ian Morgan Universidad Nacional de Australia

Page 13: Ciencia & Trabajo

Top

to b

otto

m:

Cre

dit

ehp | Nitrógeno Mundial

mente) desorden genético, pero la evidencia se ha amontonado firmemente contra esta idea”, dice Morgan. Señala que el ambicioso trabajo del Consorcio de error de refracción y miopía, que lleva a cabo un meta-análisis de más de 55.000 personas de cuatro conti-nentes, ha explicado sólo una pequeña parte de la variación.23 Por el contrario, dice, el dramático aumento de la prevalencia de la miopía en el este de Asia no pueden deberse a cambios genéticos, sino que debe ser el re-sultado de cambios ambientales y/o sociales.

La obra de Morgan, en cambio, se ha centrado en el papel de la luz ambiental en el desarrollo de la miopía, específicamente el impacto de tiempo dedicado al aire libre.24 Él y sus colegas propusieron que cualquier efecto protector del tiempo al aire libre era más probable que sea mediada por la luz brillante estimulando la liberación del neu-rotransmisor dopamina desde la retina —se sabe que la luz estimula la liberación de do-pamina—, y los fármacos que imitan los efectos de la dopamina reducen el crecimien-to del ojo. Él fue uno de los líderes del influ-yente Estudio de Miopía de Sydney. Como parte de ese estudio, Kathryn Rose, de la Universidad de Sydney, desarrolló un amplio cuestionario para identificar con mayor pre-cisión la cantidad de tiempo que los niños pasan en el interior y al aire libre, y qué tipo de actividades realizan en los dos ámbitos.

Morgan dice que su hipótesis se apoya en trabajos que muestran que los animales para experimentación, criados en condiciones que normalmente llevan a la miopía, con la adi-ción de luces brillantes no se convirtieron en miopes.25,26 Además, los medicamentos que bloquean la dopamina también se han de-mostrado que bloquean el efecto protector de la luz.27

Seang-Mei Saw, una investigadora oftál-mica de la Universidad Nacional de Singa-pur, que lideró el estudio de cohorte de Sin-gapur de los Factores de Riesgo de la miopía, se asoció con Rose para llevar a cabo una comparación de claves de niños de 6 y 7 años de edad, de etnia china que viven en Sydney y Singapur.28 Aunque los dos grupos, presu-miblemente comparten una predisposición genética similar a la miopía, su prevalencia se mide en esta condición contrastada: 3,3% entre los que viven en Sydney, frente al 29,1% para los de Singapur.28 Una comparación de los estilos de vida de los niños reveló que el grupo de Sydney dedica en igual medida, si

ehp | Miopía: La Evidencia de Factores Medioambientales

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A6/A13 A11

Desde 2001, el gobierno de Singapur ha llevado a cabo un programa de

prevención de la miopía de educación pública y el examen de la vista

a partir de la edad preescolar. Otros países asiáticos han tratado con

intervenciones tales como la atropina, colirios y ejercicios oculares

especiales en intentos de evitar o posponer la miopía en los niños, pero

las intervenciones más exitosas hasta el momento están implicadas con

hacer que los niños pasen más tiempo al aire libre.

(En el dibujo dice: Mantén la miopía a raya. Sal a jugar al aire libre) Arriba: © Health Promotion Board, Singapore; abajo: © Mijang Ka/Getty Images

Page 14: Ciencia & Trabajo

no más, al trabajo de cerca que sus homólo-gos de Singapur.

El grupo de Sydney ya había detectado efectos protectores del tiempo al aire libre contra el desarrollo de la miopía mediante un cuestionario detallado. Desde el lado de Singapur, Saw recuerda que estos hallazgos representan un punto de inflexión en su percepción de las influencias ambientales sobre la miopía. Mientras ella y sus colegas estaban buscando activamente condiciones casi de trabajo que podrían tener un efecto en el desarrollo del ojo, los investigadores se sorprendieron por el punto de contraste entre los dos grupos flagrantes: el tiempo pasado al aire libre. “Antes de que hiciéra-mos este estudio, no sabíamos que la dife-rencia principal sería al aire libre”, admite. “Hemos tenido una veintena de preguntas sobre la lectura y la escritura; que sólo tenía una pregunta en el exterior, y la diferencia más notable fue el tiempo al aire libre”.

Se encontró que los niños en Sydney pasaban tiempo al aire libre —fuera del horario escolar— durante un promedio de casi 14 horas cada semana, mientras que los de Singapur, en promedio, sólo 3 horas al aire libre. Saw añade que estudios más de-tallados han sido incapaces de establecer distinciones entre cualquier tipo específico de actividad al aire libre, desde el ejercicio duro hasta descansar bajo el sol. “Esta no es la inversa del trabajo cercano”, enfatiza. “No fue porque estaban pasando más tiem-po al aire libre y menos tiempo en el trabajo cercano. No sabemos exactamente qué acti-vidad protege de la miopía. Pero sí sabemos de los estudios que el tiempo total al aire libre era una protección”.

Los ensayos clínicos apoyan el tiempo al aire libre como una intervención eficaz. Una experiencia piloto en Taiwán informó de una reducción del 50% en nuevos casos de mio-pía simplemente cerrando las puertas del aula durante el recreo de la escuela, lo que impidió a los niños quedarse dentro y trabajar.2 Y en un ensayo más grande en Guangzhou, aña-diendo 45 minutos estructurados de tiempo al aire libre cada día se asoció con una reduc-ción del 25% en nuevos casos de miopía.29 Este estudio también incluyó una campaña de información dirigida a los padres.30

Morgan, uno de los líderes del estudio Guangzhou, dice: “La epidemiología indica que existe una relación dosis que responde a la relación entre el tiempo al aire libre y la

protección, por lo que la expectativa es que si somos capaces de aumentar la cantidad de tiempo al aire libre más cerca de la nor-ma australiana, se lograría una mayor pro-tección”. Él dice que los niños de Australia pasan al aire libre un promedio de 4,5 horas por día, a través de actividades en general y en la escuela, en comparación con alrededor de 1,5 horas por día de los niños en Guang-zhou y Taiwán.

Tomando AccionesLa campaña de Singapur “Ve al aire libre y juega” habla de una creciente aceptación de que la luz exterior es de protección. Taiwán, por otra parte, ha adoptado una respuesta farmacológica; el uso creciente de la atropi-na, un agente que paraliza los músculos del ojo y dilata la pupila. Los partidarios de-fienden su uso como medio de frenar la progresión de la miopía después de haber sido diagnosticada en niños, pero los efec-tos a largo plazo de este tratamiento perma-necen desconocidos.31

Para los niños chinos, Morgan ve el siste-ma educativo como la némesis real de una buena visión, porque instando a los padres para que sus hijos pasen tiempo fuera de casa, no se logrará ningún bien si el trabajo escolar sigue teniendo prioridad sobre la salud. “La elección es entre alentar a la gente a pasar más tiempo al aire libre y ordenando más tiempo al aire libre a través del sistema escolar”, dice Morgan. “En términos generales, Singapur ha optado por la persuasión, pero todo tipo de consideraciones sugieren que hacer más tiempo libre como parte de la educación puede ser más eficaz.”

Con la promoción de la exposición al sol, como medida preventiva, Morgan reco-noce un problema importante que hay que enfrentar: “se sabe que el aumento de tiem-

po al aire libre también tiene el potencial de causar cáncer de piel, un tema del que estoy muy preocupado como australiano”. (Aus-tralia y Nueva Zelanda tienen las tasas de incidencia y mortalidad más altas del mun-do de melanoma cutáneo).32 Aquí, dice, el mecanismo se vuelve importante. Si la pro-tección se confiere por la vitamina D, que se produce en la piel por exposición a la luz ultravioleta (una hipótesis Mutti que se está comprobando33,34), entonces la prevención de la miopía sería incompatible con la pro-tección de la piel. Aunque Morgan señala que los hallazgos en los polluelos indican que tanto la luz del día como la luz indoor ultravioleta libre intensa conferían un efec-to protector.35 Esto, dice, sugiere que la prevención de la miopía depende de la luz visible que actúa a través del ojo.

Aunque se han logrado avances significa-tivos hasta el momento, la importancia de aclarar aun más la relación entre la miopía y el medio ambiente es evidente. “Pero incluso si la prevención exitosa se hace posible, el este de Asia seguirá enfrentándose de cerca en los próximos cien años a una población de adul-tos con alto riesgo de desarrollar la miopía patológica”, dice Morgan. “Un mayor pro-greso en nuestra comprensión de la historia natural de la miopía patológica es, pues, esen-cial, y si bien se han producido algunos avan-ces prometedores en el tratamiento, aún se requieren tratamientos más eficaces”.

Tim Lougheed ha trabajado como escritor freelance en Ottawa Canadá, desde 1991. Antiguo presidente de la Asociación Canadiense de Escritores de la Ciencia, cubre un amplio rango de temas relacionados con la ciencia, tecnolo-gía, medicina y educación.

Artículo Original en Environmental Health Perspectives • vOlumEn 122 | númErO 1 Enero 2014, p. A12–A19.

“[La baja prevalencia de la miopía reportada en niños australianos] no fue porque estaban pasando más tiempo al aire libre y menos tiempo alrededor del trabajo. No sabemos exactamente qué actividad protege de la miopía. Pero sí sabemos a partir de los estudios que el tiempo total al aire libre era protector”.

-Seang-Mei Saw Universidad Nacional de Singapur

A12 A6/A13 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Artículo de Difusión | ehp

Page 15: Ciencia & Trabajo

ehp | Miopía: La Evidencia de Factores Medioambientales

REFERENCIAS1. Morgan I, et al. Miopía. Lancet 379(9827):1739–1748 (2012); http://

dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(12)_60272-4.2. Wu P-C, et al. Actividad al aire libre durante el recreo de

clases reduce la aparición y la progresión de la miopía en los escolares. Oftalmología120 (5):1080–1085 (2013); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2012._11.009.

3. Jones-Jordan L, et al. Tiempo al aire libre, actividad visual y progresión de la miopía en miopes que desarrollan la enfermedad en edad juvenil. Invest Ophthalmol Vis Sci 53(11):7169–7175 (2012); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.11-8336.

4. Wu HM, et al. ¿Explica la educación las diferencias étnicas en la prevalencia de la miopía? Un estudio basado en la población de hombres adultos jóvenes en Singapur. Optom Vis Sci 78(4):234–239 (2001);http://journals.lww.com/optvissci/Fulltext/2001/04000/Does_Education_Explain_Ethnic_Differences_in.12.aspx.

5. LLK Lin, et al. Prevalencia de la miopía en niños en edad escolar de Taiwán: 1983-2000 Ann Acad Med Singapore 33 (1):27 -33 (2004); http://www.annals.edu.sg/pdf200401/V33N1p27.pdf

6. Jung S - K, et al. Prevalencia de la miopía y su asociación con la estatura corporal y el nivel educativo en conscriptos hombres de 19 años de edad en Seúl, Corea del Sur. Invertir Ophthalmol Vis Sci. 53 (9):5579-5583 (2012); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.12-10106 .

7. Lam CS -Y, et al. Prevalencia de la miopía entre los escolares chinos de Hong Kong: cambios en dos décadas. Ophtalmol Physiol Opt 32 (1):17 -24 (2012); http://dx.doi.org/10.1111/j.1475-1313.20 11.00886.x.

8. Morgan I, et al. Miopía. Lancet 379 (9827): 1739-1748 (2012); http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736 (12) 60272-4.

9. Mutti DO, et al. Miopía en padres, trabajo cercano, rendimiento escolar, y error de refracción de los niños. Invest Ophthalmol Vis Sci. 43 (12) :3633-3640 (2002); http://www.iovs.org/content/43/12/3633.long.

10. He M, et al. Error refractivo y la discapacidad visual en los niños urbanos en el sur de China. Invertir Ophthalmol Vis Sci. 45 (3): 793-799 (2004); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.03-1051 .

11. Xiang F, et al. Aumentos en la prevalencia de la disminución de la agudeza visual y miopía en niños chinos de Guangzhou en los últimos 20 años. 27 ojos (12): 1353-1358 (2013); http://dx.doi.org/10.1038/eye.2013.194.

12. Pan C - W, et al. Prevalencia mundial y factores de riesgo para la miopía. Oftálmica Physiol Opt 32 (1): 3 -16 (2012); http://dx.doi.org/10.1111/j.1475-1313.20 11.00884.x.

rhesus. Invertir Ophthalmol Vis Sci. 53 (1): 421 -428 (2012); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.11-8652.

26. He Smith III, et al. Efectos de desenfoque miope local en el desarrollo de refracción en los monos. Optar Vis Sci. 90 (11): 1176-1186 (2013); http://dx.doi.org/10.1097/OPX.0000000000 000038.

27. Ashby RS, Schaeffel F. Efecto de luz brillante sobre la compensación del cristalino en los pollos. Invest Ophthalmol Vis Sci. 51 (10): 5247-5253 (2010); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.09-4689.

28. Rose KA, et al. Miopía, estilo de vida, y la escolarización de los alumnos de etnia china en Singapur y Sydney. Arch Ophthalmol 126 (4): 527 -530 (2008); http://dx.doi.org/10.1001/archopht.126.4 0.527.

29. Morgan IG, et al. Dos resultados del ejercicio de la actividad al aire libre Estudio Longitudinal de Guangzhou (METAS). Abstract 2735 Presentado en: La Asociación para la Investigación en Visión y Oftalmología 2012, Fort Lauderdale, FL, 6-9 mayo 2012. Disponible: http://bit.ly/19V9bUR [entrada 19 de diciembre 2013].

30. Drury VB, et al. Una nueva intervención exterior basada en la comunidad para aumentar la actividad física en niños de Singapur: los resultados de los grupos focales. Ann Acad Med Singapore 42 (5): 225 - 231 (2013); http://www.annals.edu.sg/pdf/42VolNo5May2013/V42N5p225.pdf.

31. Chua W - H, et al. La atropina para el tratamiento de la miopía en la infancia. Oftalmología 113 (12) :2285-2291 (2006); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2006.05,062.

32. Sneyd MJ, Cox B. Una comparación de las tendencias de la mortalidad por melanoma en Nueva Zelanda y Australia: los dos países con la mayor incidencia de melanoma y la mortalidad en el mundo. BMC Cáncer 13:372. (2013); http://dx.doi.org/10.1186/1471-2407-13-3 72.

33. Mutti DO, Marcas AR. Niveles sanguíneos de vitamina D en los adolescentes y adultos jóvenes con miopía. Optom Vis Sci. 88 (3): 377 -382 (2011); http://dx.doi.org/10.1097/OPX.0b013e3182 0b0385.

34. Mutti DO. Tiempo al aire libre y miopía: un caso para la vitamina D? Optometry Times (23 de julio de 2013). Disponible: http://optometrytimes.modernmedicine.com_/optometrytimes/news/time-outdoors-and-m_yopia-case-vitamin-d [consultado el 19 de diciembre 2013].

35. Ashby R, et al. Efecto de la iluminación ambiente en el desarrollo de la miopía privativa en pollos. Invertir Ophthalmol Vis Sci. noviembre 50 (11): 5348 - 5354 (2009); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.09-3419.

13. Vitale S, et al. Prevalencia de error de refracción en los Estados Unidos, 1999-2004. Arch Ophthalmol 126 (8) :1111-1119 (2008); http://dx.doi.org/10.1001/archopht.126.8 0.1111.

14. Leske MC, et al. Estudio caso-control de la catarata. Factores de riesgo de cataratas. Arch Ophthalmol 109 (2): 244 - 251 (1991); http://archopht.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=638914.

15. Marcus MW, et al. La miopía es un factor de riesgo para el glaucoma de ángulo abierto: una revisión sistemática y meta-análisis. Oftalmología 118 (10): 1989 - e2 1994 (2011); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2011. 03,012.

16. Lavanya R, et al. Error refractivo hipermétrope y longitud axial más corta se asocian con degeneración macular relacionada con la edad: El estudio de ojo de Malasia y Singapur. Invest Ophthalmol Vis Sci. 51 (12): 6247-6252 (2010); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.10-5229.

17. Kleinstein RN, et al. Error refractivo y etnicidad en los niños. Arch Ophthalmol 121 (8): 1141 - 1147 (2003); http://dx.doi.org/10.1001/archopht.121.8 0.1141.

18. Vitale S, et al. Prevalencia de error de refracción en los Estados Unidos, 1999-2004. Arch Ophthalmol 127 (12): 1632-1639 (2009); http://dx.doi.org/10.1001/archophthalmol. 2009.303.

19. Jones LA, et al. Historia parental de la miopía, deportes y actividades al aire libre y futuro de la miopía. Invertir Ophthalmol Vis Sci. 48 (8): 3524-3532 (2007); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.06-1118.

20. Sherwin JC, et al. Asociación entre el tiempo que se pasa al aire libre y la miopía en niños y adolescentes. Oftalmología 119 (10): 2141-2151 (2012); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2012. 04,020.

21. Sherwin JC, et al. Asociación entre el tiempo pasado al aire libre y la miopía mediante un nuevo biomarcador de exposición a la luz al aire libre. Invest Ophthalmol Vis Sci. 53 (8) :4363-4370 (2012); http://dx.doi.org/10.1167/iovs.11-8677.

22. Cui D, et al. Efecto de la duración del día en el crecimiento del ojo, progresión de la miopía, y el cambio de la potencia de la córnea en niños miopes. Oftalmología 120 (5) :1074-1079 (2013); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2012. 10.022.

23. Verhoeven VJM, et al. Estudio de replicación y un meta-análisis internacional a gran escala confirma la asociación del locus 15q14 con miopía. El consorcio CREMA. Hum Genet 131 (9): 1467-1480 (2012); http://dx.doi.org/10.1007/s00439-012-117 6-0.

24. Rose KA, et al. Actividad al aire libre reduce la prevalencia de la miopía en niños. Oftalmología 115 (8) :1279-1285 (2008); http://dx.doi.org/10.1016/j.ophtha.2007. 12.019.

25. He Smith III, et al. Efectos protectores de la iluminación ambiente elevada en el desarrollo de la miopía carente de forma en monos

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | A6/A13 A13

Page 16: Ciencia & Trabajo
Page 17: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 1/8 1

ABSTRACTObjective: Determine the relationship between symptoms of anxiety and occupational stress in nursing professionals of two hospitals of the Province of Ñuble with changes in the work environment by seismic post-event. Method: quantitative and correlational study in 64 nurses. The Maslach Burnout Inventory, the Anxiety and Depression Scale of Goldberg and a questionnaire to identify changes in the work environment in seismic post-event, were applied.Results: 56.25% of the subjects had symptoms of anxiety, 59.38% of depression, 84.38% an average stress level. Modification of the physical space was the most stressful change. The change in the quality of supplies used, pathology of user and attention flowchart, associate statistically with the presence of anxiety in nurses.Conclusion: The seismic event caused several changes in the work environment, and those changes can be related to the generation of anxiety in the nursing professional, who is a cornerstone of all health care, therefore, as having good mental health their services will be more effective, efficient and timely, increasing the quality of care to users.

Keywords: ANxIETY SYMPTOMS, CHANGES IN THE WORK ENVI-RONMENT, JOB STRESS, SEISMIC EVENT, NATURAL DISASTER.

Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral en el Profesional de Enfermería RELATIONSHIP BETWEEN THE CHANGE OF WORK ENVIRONMENT CAUSEd BY 27 FEBRUARY 2010 SEISMIC POST-EVENT ANd THE PRESENCE OF ANXIETY ANd STRESS IN PROFESSIONAL NURSING

trabajo3,4, escasez de recursos físicos, materiales y humanos, entre otros.5 Pero sus consecuencias se ven reflejadas en la eficiencia y eficacia de su práctica profesional3,4, pudiendo afectar la calidad de la atención.6

Es bien conocido que los profesionales dedicados al cuidado o asistencia a los demás, como es el caso del personal sanitario, muestran elevados niveles de estrés, motivado principalmente por las características específicas de su trabajo, que implica el contacto continuo con otras personas, desarrollo de actividades asisten-ciales, frustración relativa, etc.7 Autores como Charoy y Rubio se han planteado que ansiedad y estrés pueden ser considerados sinó-nimos, por provocar un mismo tipo de reacción emocional, carac-terizados por una alta activación fisiológica, siendo la ansiedad una reacción emocional de alerta ante una amenaza, una “respuesta emocional que engloba aspectos cognitivos, fisiológicos y motores".8 Y el estrés es un proceso más amplio de adaptación

Correspondencia / Correspondence:Carolina Luengo MartínezAvenida Andrés Bello S/NCasilla 447 Chillán - ChileTel.: 042463089 – 0977048761 e-mail: [email protected]; [email protected]: 11 de diciembre 2013 / Aceptado: 08 Enero 2014.

Carolina Elena Luengo Martínez1, Ángela Astudillo Araya1, Sonia Contreras Contreras1

1. departamento de Enfermería, UNIVERSIdAd dEL BÍO-BÍO Campus Chillán, Chile.

RESUMENObjetivo: Determinar la relación entre síntomas de ansiedad y estrés laboral en el profesional de enfermería de dos establecimientos hospitalarios de la Provincia de Ñuble con los cambios en el ambiente laboral postevento sísmico. Método: Estudio cuantitativo, correlacional, en 64 profesionales de enfermería. Se aplicó el Maslach Burnout Inventory, la escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg y un cuestionario para identificar los cambios en el ambiente laboral postevento sísmico. Resultados: El 56,25% de los sujetos presentó síntomas de ansiedad, un 59,38% de depresión, el 84,38% un nivel medio de estrés. La modificación del espacio físico fue el cambio más estresante. El cambio en la calidad de los insu-mos utilizados, patología de los usuarios y en el flujograma de atención se asocian estadísticamente con la presencia de ansiedad en los profesionales de enfermería. Conclusión: El evento sísmico ocasionó diversas modificaciones en el ambiente laboral, cuyos cambios pueden ser relacionados con la generación de ansiedad en el profesional de enfermería, que es un pilar fundamental de todas las atenciones de salud; por tanto, en la medida que tengan buena salud mental sus prestaciones serán más efectivas, eficaces y opor-tunas, incrementando la calidad en la atención a los usuarios.

(Luengo C, Astudillo A, Contreras S, 2014. Relación Entre los Cam-bios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral en el Pro-fesional de Enfermería. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 1-8).

Palabras clave: SÍNTOMAS DE ANSIEDAD, CAMBIOS EN EL AMBIEN-TE LABORAL, ESTRÉS LABORAL, EVENTO SÍSMICO, DESASTRE NATURAL.

INTROdUCCIÓN

La presencia de estrés y ansiedad en el profesional de una institu-ción de salud no siempre es de origen asistencial o por las exigen-cias del proceso productivo1,2 sino por un desajuste entre el traba-jador, el puesto de trabajo y la propia organización, exceso de

Page 18: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Luengo Carolina et al.

2 1/8 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

al medio.9 Se resalta que la ansiedad es uno de los indicadores de estrés que puede volverse patológico a medida que es más intenso.5

La ansiedad constituye una reacción normal en la vida de toda persona, a bajos niveles es favorable, ya que motiva y aumenta la capacidad de reacciones. Sin embargo, su exceso o una respuesta exagerada ante estímulos es dañino. Las personas pueden predis-ponerse a una salud general deficiente. Por otro lado, la ansiedad persistente e intensa a menudo provoca comportamientos nocivos como comer demasiado o consumir alcohol o drogas que se pueden manifestar en forma de crisis.10,11

Por otro lado, el término estrés ha sido ampliamente definido, generalmente, refiriéndose a tensión nerviosa, emocional o bien como agente causal de dicha tensión.12 El estrés de origen ocupa-cional se debe a la interacción entre múltiples factores de riesgo e incluye aquellos que provienen del ambiente físico, trastornos de las funciones biológicas, el contenido y organización del trabajo, y diversos componentes psicosociales, tanto laborales como extra-laborales.13 Entre estos se ha descrito: el contexto macrosocial y el estrato socioeconómico; el tipo de trabajo; el apoyo social, dentro y fuera del trabajo; los sentimientos de autoestima y de control; tipo de personalidad; la edad y el género.14

Varios estudios han demostrado que las condiciones en que se desempeña un puesto de trabajo, la oportunidad de controlar, la adecuación entre las exigencias del cargo y las capacidades de la persona que lo desempeña, las relaciones interpersonales, la remu-neración y la seguridad física, entre otros, son factores relevantes para el bienestar.13 En el nivel psicosomático, la ansiedad, el estrés en diferentes gradaciones se manifiestan por un grupo de síntomas tales como: fatiga, dolores de cabeza frecuentes, trastornos de sueño, pérdida de peso, dolores musculares, entre otros. En el ámbito conductual se hace presente por ausentismo laboral: inca-pacidad para vivir en forma relajada, superficialidad en el contacto con los demás, comportamientos de alto riesgo. Emocionalmente el individuo comienza a distanciarse como forma de protección del yo, actuando con impaciencia, irritabilidad, incapacidad de concentración10, tensión, frustración, ansiedad, depresión y desin-terés.7

El estrés mantenido y de intensidad elevada en algunos trabaja-dores —entre los que se encuentran los profesionales de la salud médicos y enfermeros— provoca un síndrome denominado estrés laboral, conocido en inglés como “burnout".10

El profesional de enfermería es conocido por estar en alto riesgo de sufrir burnout por la alta carga de trabajo que incluye la inte-racción estresante y emocional con los demás. A pesar del conoci-miento de la relación establecida entre la carga de trabajo y el agotamiento no hay muchos estudios en su impacto.15 Un Estudio que se llevó a cabo en enfermeras de 5 países para determinar las causas de ansiedad y estrés describió la “realización de determi-nadas tareas”, “tipo de pacientes” y la “falta de recursos” como fuentes de estrés y ansiedad en el trabajo.16

Como se expuso anteriormente, la presencia de estrés y ansiedad en el profesional de una institución de salud no siempre es de origen asistencial; el ambiente laboral es un factor evidentemente relacionado con la generación de ambos, el profesional de enfer-mería está diariamente enfrentado a fuentes estresoras, siendo los cambios rápidos no compartidos o de las condiciones de trabajo o de responsabilidades algunos de los principales factores genera-dores de estrés y ansiedad. El verbo cambiar en su expresión más amplia significa “ceder o reemplazar una cosa por otra"; se deno-

mina a la “acción de cambiar o a la modificación que resulta de ello".17 Este concepto se ha extendido al ámbito de las organiza-ciones para referirse a la dinámica de estas. Los eventos de origen telúrico constituyen una realidad frecuente y recurrente en Chile.18 Las consecuencias de estos eventos para la población consisten en producción de lesiones o mortalidad, reper-cusiones psicológicas, pérdidas de tipo material y alteración de los servicios en general.18 Las respuestas de las personas a los aconte-cimientos traumáticos tienen componentes físicos, conductuales y psicológicos19 como: los síntomas vinculados a trastornos depre-sivos y elevados sentimientos de ansiedad19,20 son de los más frecuentes en este tipo de fenómenos.21 Y en la atención de salud, suelen ocurrir desde deficiencias transitorias en la oferta sanitaria, hasta grave déficit de atención ocasionado por pérdidas estructu-rales, no estructurales y de alteraciones organizacionales.18

“El sábado 27 de febrero de 2010 Chile se vio sorprendido por un sismo que alcanzó una magnitud de 8,8 en la escala de Richter que tuvo su epicentro frente a Cobquecura. El devastador temblor fue percibido desde la Región de Antofagasta, ubicada al norte del país, hasta la Región de Los Lagos, 2.200 km al sur, con intensi-dades de Mercalli que fluctuaron entre los II y los Ix grados y afectaron a 13 millones de personas, es decir, aproximadamente al 80% de la población. El terremoto causó un tsunami que dañó fuertemente las localidades del borde costero de la Región del Maule, en el centro del país, y en la Región del Bío-Bío, al sur, constituyéndose en las zonas más dañadas por esta catástrofe".22 Las comunicaciones terrestres y telefónicas se interrumpieron, aislando ciudades y familias. La televisión internacional e internet difundieron la noticia y en pocas horas el desastre se conoció mundialmente. Tal fue la intensidad del sismo que el eje del planeta sufrió un cambio.23

“Por otro lado, 135 hospitales (73% del total del país) presentaron diferentes niveles de daño, 10 de ellos quedaron completamente destruidos y 33, severamente dañados, pero recuperables".23 Los servicios de salud se vieron gravemente afectados en toda la zona centro y sur del país debido a la antigüedad de las edificaciones y la magnitud del sismo. Los hospitales de Curicó, Talca, Chillán fueron evacuados exigiendo trasladar a sus pacientes a otros centros hospitalarios o bien atenderlos en hospitales de campaña, lo que ocasionó importantes cambios logísticos-administrativos en el ambiente laboral en que se desempeña el profesional de enfer-mería como: modificaciones de servicio, de turnos, cambios de jefatura, modificación de horarios, cambios del equipo de trabajo, entre otros. Todo esto para hacer frente a las demandas generadas por la catástrofe. Un desastre produce un cambio o modificación en la capacidad para llevar a cabo algunas de las actividades diarias, provocando una interrupción en los hábitos, roles y rutinas afectando negativamente a la adaptación ocupacional y provo-cando vulnerabilidad tanto individual como colectiva,24 generando desorganizaciones personales y sociales, entre otras25 y pudiéndose convertir en una fuente importante de estrés y ansiedad. Cuando acontecimientos trágicos ocurren, la capacidad habitual de alguien de adaptarse puede ser interrumpida.26 Los desastres naturales, entendidos como cualquier emergencia que sobrepase las capaci-dades de respuesta local, obligando a solicitar apoyo externo27, actúan como agente estresor, sometiendo al aparato psíquico a un conflicto, donde la persona pondrá en juego distintas reacciones que darán lugar a un proceso cognitivo comportamental. Este proceso permitirá que el individuo, en función de sus recursos (materiales, intelectuales, físicos, psíquicos y emocionales), pueda

Page 19: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 en el Profesional de Enfermería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 1/8 3

tener una respuesta más o menos adaptada. Sin embargo, si las capacidades de dar respuesta al agente estresor se ven sobrepa-sadas por el evento de excepción, lo más probable es que la persona padezca de elevados niveles de estrés.28 La OPS también afirma que la catástrofe en sí como todos sus efectos colaterales generan frecuentemente trastornos de ansiedad y síntomas depre-sivos o ansiosos21, dentro de los cuales se encuentra el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y la crisis de angustia o ataque de pánico (CAPA); los trastornos del ánimo como la depresión; los trastornos orgánicos de causa psíquica; el consumo excesivo de alcohol y drogas; y las conductas violentas, como la violencia intrafamiliar.21

Se sabe que al igual que en otros eventos traumáticos (p. e., guerra, secuestros, huracanes) las personas frente a este tipo de fenómenos naturales son expuestas a situaciones que vulneran sus capaci-dades, alterando su salud mental tanto a corto como a largo plazo.21 Inmediatamente después del desastre, respuestas emocio-nales en aquellos directamente afectados por el desastre pueden incluir una ansiedad difusa y en particular una pérdida de sentido de la seguridad.26

En esta perspectiva, diversas investigaciones plantean que frente a la imposibilidad de responder o adaptarse rápidamente a un evento significativo e inesperado, como el terremoto recién pasado, y sus múltiples réplicas procedidas a diversa intensidad, es probable que una persona continúe sintiéndose afectada durante varios meses con posterioridad al evento, e inclusive manifieste signos de estrés, que se expresarían con diferente sintomatología, y en diversos ámbitos tales como el familiar, social y laboral28, los cuales emergen con mayor intensidad varios meses posterior al evento, requiriéndose una atención prolongada, sobre todo cuando se requiere reconstruir hábitats y retomar el curso de la vida.25

Algunos de estos desórdenes mejoran con el paso del tiempo, mientras que otros se mantienen incluso hasta años después de la catástrofe.21 Aunque hoy se sabe que la mayoría de los afectados por un desastre no desarrollará psico-patología, un grupo signifi-cativo lo hará, destacándose estrés, depresión y ansiedad.27

No obstante, según lo señalado por Cohen (2008), es preciso tener en cuenta que la presencia de este tipo de síntomas no implica necesariamente la existencia de una patología y que, al observar y documentar síntomas después de un desastre, estos deberían inter-pretarse como procesos y manifestaciones para adaptarse al estrés post-desastre, más que como enfermedades.21

Desde la perspectiva ocupacional pueden modificar el desempeño ocupacional de forma permanente o temporal, ya que tienen reper-cusiones en el contexto y en el entorno cotidiano de la persona y los patrones de desempeño pueden llegar a interrumpirse por la pérdida de la actividad productiva.24

Dado que las personas necesitan generar recursos económicos para subsistir, el ámbito laboral es ineludible. Ante la imposibilidad de adaptarse gradualmente al trabajo, sumado a la sensación de falta de control, estaría limitada la capacidad de generar alguna estra-tegia planificada de adaptación, por lo que el estrés que percibe la persona debería incrementarse, llegando a influir en la manera de interpretar la realidad. Otros problemas relacionados con el estrés pueden afectar otras dimensiones tales como la satisfacción laboral y el compromiso organizacional.28

Las autoridades nacionales y regionales han avanzado mucho en rehabilitar la infraestructura perdida; se mantendrá una alteración en la atención que se recuperará completamente al menos cuatro años después de la ocurrencia del terremoto.22

A pesar del gran número de investigaciones que evalúan el impacto en la salud mental de las personas después de un desastre natural, la investigación relacionada con los efectos de una catás-trofe natural en los recintos hospitalarios y los cambios del ambiente laboral que esto desencadena es muy escasa, por no decir inexistente y más aun el impacto que esto conlleva en la salud mental de los trabajadores que ahí se desempeñan, como es el caso del profesional de enfermería. De aquí se desprende la relevancia de este estudio, ya que el personal en cuestión es la fuerza de trabajo más representativa de las actividades médicas de los centros de atención de salud.30 Por lo tanto, es esencial que los cuidados de enfermería al cliente con problemas de salud que afectan seriamente su calidad de vida sean administrados por personal de enfermería motivado, capaz de individualizar las nece-sidades de cada cliente sin lesionar su estabilidad psicológica. Los resultados de este estudio permitirán conocer los cambios del ambiente laboral con mayor repercusión en la salud mental de los profesionales de enfermería y por un lado poder desarrollar programas de intervención. Distintas investigaciones internacio-nales evidencian la necesidad de instaurar programas de preven-ción/intervención para los profesionales con estrés y/o ansiedad.31 Por otro lado, saber afrontar de mejor modo situaciones de igual índole, ya que el destino de la organización depende en gran parte de sus recursos humanos, si estos son capaces pueden enfrentar con éxito la competencia y aprovechar al máximo los recursos técnicos y materiales de que se dispone: entonces la organización podrá lograr sus objetivos.Por tanto, el objetivo del presente estudio pretende determinar la relación entre síntomas de ansiedad y estrés laboral en el profe-sional de enfermería de establecimientos hospitalarios de la provincia de Ñuble con los cambios en el ambiente laboral gene-rados postevento sísmico.

MATERIAL Y MéTOdOS

Estudio de carácter cuantitativo, correlacional, de corte trans-versal. Se estudiaron 64 profesionales de enfermería con cargo de “Enfermera/o Clínica/o", de los servicios de Medicina, Cirugía, Urgencia y Pediatría, pertenecientes a dos hospitales de la Provincia de Ñuble, los cuales sufrieron graves daños estructurales que obligaron a realizar una serie de cambios logístico-administra-tivos. Se excluyeron a enfermeros que se encontraban con licencia médica, vacaciones, días administrativos o por no estar en el servicio durante el período de recolección de datos; se excluyeron además a quienes negaron dar su consentimiento, aquellos que se encontraban realizando reemplazos. Se estudiaron variables socio-demográficas, laborales, de salud y los cambios en el ambiente laboral, donde se consideró: cambios de espacio físico (servicio, establecimiento), jefatura/línea de dependencia, equipo de trabajo, dotación de personal, organizacionales (turnos, rutina diaria, flujo-grama de atención), usuario a atender (edad, patología, comple-jidad), insumos-equipamiento. Se elaboró por los investigadores un protocolo de acción o de campo para obtener resultados cohe-rentes entre sí, con bajos niveles de discordancia, con el fin de evitar sesgos en el proceso de recolección de datos, los cuales se obtuvieron a través de la autoaplicación del Maslach Burnout Inventory, creado por Maslash y Jackson en 1981, adaptado y validado por Gil Monte y Peiró en el año 1999, España. A nivel nacional la validación se realizó mediante la investigación de

Page 20: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Luengo Carolina et al.

4 1/8 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

ha reportado cambios que se sucedieron con motivo de la rees-tructuración logística, técnica- administrativa sufrida con ocasión del sismo, se observa que se presentaron cambios estadística-mente no significativos de servicio clínico (22,58%; p = 1,000), de establecimiento (14,75%; p = 1,000), de jefe (33,33%; p = 0,999), de turno (13,11%; p = 1,000), de equipo de trabajo (45,16%; p = 0,8633); de complejidad respecto al usuario a atender (53,13%; p = 0,2398), de rutina de trabajo (42,86%; p = 0,9469), de cantidad de insumos necesarios para atender a los usuarios (45,31%; p = 0,8557), de equipos e insumos (44,44%; p = 0,8958), de dotación del personal de enfermería (39,06%; p = 0,9933), en el tipo de usuario a atender (23,81%; p = 1,000), de tipo de patología (34,38%; p = 0,9998) y cambio en el flujograma de trabajo (44,26%; p = 0,9030).Los cambios observados por los profesionales de enfermería que presentaron una proporción estadísticamente significativa corres-ponden a modificación del espacio de trabajo (78,13; p < 0,001) y calidad de los insumos para la atención del usuario (57,81%; p = 0,0386).Respecto a la cantidad de cambios, el 40,63% de los profesionales de enfermería estudiados presentó menos de 5 cambios, el 42,19% entre 5 y 9 y el 17,19% entre 10 y 14 cambios en comparación al estado anterior al sismo y en referencia de la percepción de los profesionales de enfermería respecto a los cambios que se presen-taron luego del sismo, 12,7% (p = 1,000) percibió que los cambios le favorecieron, y 40% (p = 0,9882), indicó que le perjudicó; por otro lado, el 47,83% (p < 0,001) indicó que el cambio que mayor estrés le produjo fue la modificación en el espacio físico donde trabaja.

Análisis bivariadoSe identifican los factores asociados con síntomas de ansiedad producidos en profesionales de enfermería expuestos a cambios en su ambiente laboral luego del sismo de 27 de febrero de 2010 de 8,8 grados Richter.

La Tabla N° 1 indica que las variables sociodemográficas, laborales y de salud estudiadas son independientes de síntomas ansiosos (todos con valores p > 0,05).

Tabla 1. Síntomas de ansiedad según características generales de los profesionales de enfermería en estudio (n = 64). Características Síntomas de Ansiedad ORGenerales Sí presenta No presenta IC 95% p

Sexo 5 (13,9) 4 (14,3) 0,968 (H/M) 31 (86,1) 24 (85,7) [0,234 – 3,998] 0,964

Edad 27 (75,0) 20 (71,4) 1,200 (20-44/45-60) 9 (25,0) 8 (28,6) [0,394 – 3,656] 0,784

Pareja 25 (69,4) 11 (30,6) 1,263 (sí/no) 18 (64,3) 10 (35,7) [0,442 – 3605] 0,663

ECNT 5 (15,4) 4 (14,8) 1,012 (sí/no) 28 (84,8) 23 (85,2) [0,247 – 4,273] 0,971

Antigüedad 32 (88,9) 21 (75,0) 2,667 (1-20/21-39) 4 (11,1) 7 (25,0) [0,694 – 10,247] 0,144

Años de servicio 30 (83,3) 19 (67,9) 2,36 (1-20/21-39) 6 (16,7) 9 (32,1) [0,726 – 7,724] 0,147

Licencia 9 (25,0) 2 (7,1) 4,333 (sí/no) 27 (75,0) 26 (92,9) [0,854 – 21,986] 0,060

OR=Odds Ratios. IC 95% Intervalo de confianza al 95%. Prueba de asociación de _2.

Jélvez, Ibañes y Olivares “Validez factorial del Maslash Burnout Inventory Human Services (MBI-HSS) en profesionales chilenos".32 El cuestionario consta de 22 ítems que se distribuyen en tres escalas denominadas: agotamiento emocional (9 ítems), realiza-ción personal en el trabajo (8 ítems), y despersonalización (5 ítems). Se empleó la escala de tipo-Likert, indicando la recu-rrencia con la que han experimentado la situación descrita en cada uno de ellos, cuya escala tiene 7 grados que van de 0 (“nunca") a 6 (“todos los días"); la escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg: este cuestionario fue desarrollado en 1988 a partir de una versión modificada de la Psychiatric Assessment Schedule, con la finalidad de lograr una entrevista de corta duración para ser utilizada por médicos no psiquiatras como instrumento de cribaje. La versión en castellano ha sido validada por Montón C. y cols. (1993). La versión castellana ha demostrado su fiabilidad y validez en el ámbito de la atención primaria y tiene una sensi-bilidad (83,1%), especificidad (81,8%) y valor predictivo positivo (95,3%) adecuados.33 Consta de dos escalas, una de ansiedad y otra de depresión, con 9 ítems cada una, todos ellos de respuesta dicotómica (sí/no); se da una puntuación independiente para cada escala, con un punto para cada respuesta afirmativa y un cuestionario para identificar los cambios logísticos y administra-tivos en el ambiente laboral postevento sísmico elaborado por las autoras, validado por prueba piloto y revisión de expertos, el cual consideró las variables expuestas anteriormente. Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de tendencia central. Para probar diferencia de proporciones se aplicó prueba de Z score. El análisis inferencial o bivariado estuvo compuesto por la prueba de asociación chi cuadrado, más el cálculo de Odds-Ratio con 95% de confianza. Se solicitó mediante carta adjunta el consen-timiento de dichos profesionales, conservando anonimato y confidencialidad, respetando la libertad del individuo en cual-quier momento del estudio. Previo a lo anterior se solicitó auto-rización para la aplicación de los instrumentos de investigación a los directores de los hospitales en estudio y a la subdirectora de enfermería o enfermera coordinadora, según el caso de cada establecimiento.

RESULTAdOS

Se estudiaron a 64 profesionales de enfermería de 4 servicios clínicos de dos hospitales de la Provincia de Ñuble, Región del Bío-Bío, ambos establecimientos vinculados a la red asistencial pública de salud del Ministerio de Salud, Chile.

Análisis Exploratorio de DatosLa edad media de los sujetos estudiados es de 37 años, entre 10 a 12 años de servicio y 10 años de antigüedad en el servicio clínico. El 85,94% son mujeres y el 67,19% indicaron no presentar una pareja actual (p < 0,001).El 85% de los profesionales de enfermería señaló no presentar enfermedades crónicas no transmisibles previamente diagnosti-cadas (p < 0,001). El 82,21% señaló no haber presentado licencia médica, de lo que sí presentó fue de tipo psiquiátrica, anatómico-funcional y tipo orgánica. El 56,25 % presentó síntomas de ansiedad y 59,38% (p < 0,05) de depresión; un 84,38% presentó un nivel medio de estrés y un 12,50%, alto (p < 0,001).En relación a la proporción de profesionales de enfermería que

Page 21: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 en el Profesional de Enfermería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 1/8 5

En esta tabla se destaca que el cambio en la calidad de los insumos utilizados (OR = 4,018), patología de los usuarios (OR = 4,116) y en el flujograma de atención (OR = 6,286), se asocian estadística-mente con la presencia de ansiedad en los profesionales de enfer-mería (todos con valores p < 0,05).En relación a la cantidad de cambios, los profesionales de enfermería que contabilizaron entre 0 y 4 cambios con ocasión del sismo, se asocian significativamente con síntomas de ansiedad (OR = 0,288; p = 0,017); no así quienes reportaron entre 5 y 9 cambios (OR = 1,179; p = 0,749) y entre 10 y 14 cambios (OR = 0,920; p = 0,900). Considerando los valores OR, no se observa un gradiente de asocia-ción entre el número de cambios y los síntomas de ansiedad de los profesionales de enfermería en estudio. Los cambios que le han favorecido y perjudicado en su trabajo son independientes de los síntomas de ansiedad (ambos con p > 0,05). El estrés laboral se asocia significativamente con síntomas de ansiedad (p < 0,05); es así que la presencia de estrés aumenta en 4,68 veces el riesgo de presentar síntomas de ansiedad en los profesionales en estudio (IC 95% 1,67-13,546). Dado que la variable estrés laboral se encuentra asociada con ansiedad laboral y pueda modificar el efecto con la asociación de los cambios ocurridos con ocasión del sismo, se considerará como posible factor de confusión en la próxima tabla.

La Tabla 3 señala que la calidad de insumos (OR crudo = 4,018; p < 0,01), patologías de la atención (OR ajustado por estrés laboral = 4,986; p < 0,05) y flujograma de atención (OR crudo = 6,286; p < 0,005) se asocian significativamente con los síntomas de ansiedad. Los profesionales que presentan entre 0 y 4 cambios (OR ajustado por estrés laboral = 0,398; p = 0,097), entre 5 y 9 (OR crudo = 1,179; p = 0,749) y entre 10 y 14 cambios (OR ajustados por estrés laboral = 0,756; p = 0,731), no se asocian significativamente con síntomas de ansiedad.

dISCUSIÓN

El 27 de febrero de 2010, uno de los terremotos más intensos de la historia afectó la zona central de Chile, el cual provocó un tsunami que terminó por devastar las ciudades y localidades costeras. Ambos eventos catastróficos han tenido un efecto concreto no sólo en el medio ambiente físico y social de las personas, sino que también en sus cogniciones, emociones y comportamientos.20

Los hallazgos de este estudio, que apuntan al efecto en la salud mental de los profesionales de enfermería que sufrieron cambios en su ambiente laboral a consecuencia de la catástrofe, confirman dicha situación ya que presentaron síntomas de ansiedad, depresión y estrés laboral en diferentes niveles. Estos resultados concuerdan con la investigación de Jiménez y Cubillos28 donde los trabajadores presentaron un alto nivel de estrés postevento sísmico; con Gaborit en su investigación “Desastres y trauma psicológico", donde se iden-tifican las distintas reacciones que tienen las personas en las dife-rentes fases después del evento traumático, entre las que se destacan reacciones secundarias tales como la depresión, la culpabilidad y la baja autoestima.19 La OPS confirma también estos resultados ya que postula que la catástrofe en sí, como todos sus efectos colaterales, generan frecuentemente trastornos de ansiedad y síntomas depre-sivos o ansiosos.21

Como lo expone Cohen R., en muchas situaciones los profesionales de la salud sobrevivientes son, al mismo tiempo, víctimas del evento y deben regresar a sus responsabilidades de emergencia y ayuda34,

Tabla 2. Síntomas de ansiedad según cambios presentados en su ambiente laboral con ocasión del sismo 8,8° (n = 64). Cambios Post Síntomas de Ansiedad ORSismo en: Sí presenta No presenta IC 95% p

Servicio 10 (28,6) 4 (14,8) 2,300 (sí/no) 25 (71,4) 23 (85,2) [0,633 – 8,359] 0,199Establecimiento 5 (14,7) 4 (14,8) 0,991 (sí/no) 29 (85,3) 23 (85,2) [0,239 – 4,118] 0,990Jefatura 12 (34,3) 9 (32,1) 1,101 (sí/no) 23 (65,7) 19 (67,9) [0,383 – 3,168] 0,858Turno 7 (20,6) 1 (3,7) 6,741 (sí/no) 27 (79,4) 26 (96,3) [0,775 – 58,648] 0,052Equipo de trabajo 18 (51,4) 10 (37,0) 1,800 (sí/no) 17 (48,6) 17 (63,0) [0,46 – 5,014] 0,259Modificación del espacio 30 (83,3) 20 (71,4) 2,000 (sí/no) 6 (16,7) 8 (28,6) [0,602 – 6,642] 0,253Complejidad del usuario 23 (63,9) 11 (39,3) 2,734 (sí/no) 13 (36,1) 17 (60,7) [0,987 – 7,573] 0,050Rutina de trabajo 17 (47,2) 10 (37,0) 1,521 (sí/no) 19 (52,8) 17 (63,0) [0,549 – 4,214] 0,419Calidad de insumos 26 (72,2) 11 (39,3) 4,018 (sí/no) 10 (27,8) 17 (60,7) [1,403 – 11,508] 0,008Cantidad de insumos 19 (52,8) 10 (35,7) 2,012 (sí/no) 17 (47,2) 18 (64,3) [0,731 – 5,539] 0,174Equipos/instrumentos 16 (45,7) 12 (42,9) 1,123 (sí/no) 19 (54,3) 16 (57,1) [0,413 – 3,056] 0,821Personal de enfermería 17 (47,2) 8 (28,6) 2,237 (sí/no) 19 (52,8) 20 (71,4) [0,784 – 6,386] 0,129Usuario a atender 10 (28,6) 5 (17,9) 1,840 (sí/no) 25 (71,4) 23 (82,1) [0,547 – 6,193] 0,321Patología de usuarios 17 (47,2) 5 (17,9) 4,116 (sí/no) 19 (52,8) 23 (82,1) [1,280 – 13,230] 0,014Flujograma de atención 22 (61,1) 5 (20,0) 6,286 (sí/no) 14 (38,9) 20 (80,0) [1,918 – 20,603] 0,001

OR=Odds Ratios. IC 95% Intervalo de confianza al 95%. Prueba de asociación de _2.

Tabla 3. Síntomas de ansiedad de los profesionales de enfermería en estudio según cambios presentados en su ambiente laboral con ocasión del sismo 8,8° considerando el posible efecto del estrés laboral (n = 64).

Cambios Post Síntomas de Ansiedad ORSismo en: Sí presenta No presenta IC 95% p

Calidad de insumos 26 (72,2) 11 (39,3) 4,018 * (sí/no) 10 (27,8) 17 (60,7) [1,403 – 11,508] 0,008Patología de usuarios 17 (47,2) 5 (17,9) 4,986 ** (sí/no) 19 (52,8) 23 (82,1) [1.347-18.450] 0,0135Flujograma de atención 22 (61,1) 5 (20,0) 6,286 * (sí/no) 14 (38,9) 20 (80,0) [1,918 – 20,603] 0,001Entre 0 y 4 cambios 10 (27,8) 16 (57,1) 0,398 ** (sí/no) 26 (72,2) 12 (42,9) [0,133 – 1,197] 0,097Entre 5 y 9 cambios 22 (61,1) 16 (57,1) 1,179 * (sí/no) 14 (38,9) 12 (42,9) [0,383 – 3,615] 0,749Entre 10 y 14 cambios 6 (16,7) 5 (17,9) 0,756 ** (sí/no) 30 (83,3) 23 (82,1) [0,171 – 3,349] 0,731

OR* = Odds Ratios crudos (Stress Laboral no modifica el efecto en más de un 10%)OR** = Odds Ratios ajustado por Stress laboral (Prueba de Mantel-Haenszel de _2, por presentar más de un 10% de diferencia entre la OR cruda y la OR combinada con Stress Laboral).IC 95% = Intervalo de confianza al 95%.

Page 22: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Luengo Carolina et al.

6 1/8 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

encontrándose, como en el caso de esta investigación, con recintos hospitalarios dañados estructuralmente a consecuencia del terremoto y un ambiente laboral muy distinto, organizacional como estructuralmente, al que estaban acostumbrados. Está ampliamente descrito en la literatura que en el ámbito de salud todo profesional de enfermería está expuesto a un grado de estrés y de ansiedad y sus consecuencias se revierten en una práctica profesional inadecuada a las personas que reciben sus cuidados10, lo que aumenta si se le suman factores como el tener que adap-tarse a un ambiente laboral que presenta una serie de cambios, como lo postula Santos (2005).35 En diversas investigaciones se plantea que frente a la imposibilidad de responder o adaptarse rápidamente a un evento significativo e inesperado, como el terre-moto y sus consecuencias, es probable que un ser humano continúe sintiéndose afectado durante varios meses con posterio-ridad al evento e, inclusive, manifieste signos de estrés, que se expresarían con diferente sintomatología, y en diversos ámbitos tales como el familiar, social y laboral.25

La lucha contra la ansiedad y el estrés, cualquiera sea su origen, constituye uno de los grandes empeños que deberán acometer tanto los gobiernos como las estructuras de dirección en los dife-rentes niveles. Las empresas que probablemente tengan más éxitos en el futuro serán las que ayuden a los trabajadores a hacer frente a la ansiedad y estrés y adapten las condiciones y la orga-nización del trabajo a las actitudes humanas. Como se expuso, la profesión de enfermería es una de las ocupaciones más exigentes y estresantes de hoy en día, debido a la cantidad y diversidad de los factores de riesgo asociados con el ambiente de trabajo. Durante un día de trabajo típico, los enfermeros(as) pueden estar expuestos a una amplia gama de factores que generan estrés psicológico y ansiedad36, como lo fueron en esta investigación las modificaciones del ambiente laboral a raíz del sismo grado 8,8 en la escala de Richter, epicentro en la costa norte de la región del Bío-Bío.37

Como se expuso anteriormente, Chile tiene una larga experiencia en terremotos cuyas consecuencias afectan la vida de las personas, la infraestructura y los servicios básicos.34 Pero la restructuración de los establecimientos hospitalarios no sólo fue física sino que también logística, técnica y administrativa, gene-rando cambios de diversa índole en el ambiente laboral desti-nados a hacer frente a la demanda en atención, los que han incidido directamente en la salud física y mental del profesional de enfermería involucrado, entre los cuales se destacan: la modi-ficación del espacio de trabajo (78,13; p < 0,001) que es además el cambio que mayor estrés produjo, y calidad de los insumos para la atención del usuario (57,81%; p = 0,0386). Es importante destacar que el 40% de los sujetos en estudio indicaron que los cambios le perjudicaron; esto puede explicarse porque la anti-güedad laboral que presentan los hace más propensos a la resis-tencia al cambio, ya que están habituados a un sistema y, por otro lado, como plantea Robbins S., puede deberse a la incerti-dumbre, preocupación, temor a lo desconocido, creencia de que el cambio no beneficia a la organización o bien por las pérdidas personales que esto acarrea38; es importante señalar que muchos profesionales de enfermería fueron cambiados de servicio e incluso de establecimiento. Algunas organizaciones tratan todos los cambios como algo que ocurre de manera accidental. Sin embargo, esto constituye un grave problema para encaminar la organización en un entorno tan cambiante. Las actividades de cambio en toda organización deben ser proactivas y con propó-

sito final, o sea, que el cambio debe ser una actividad intencional y orientada a la meta, es decir, un cambio planeado. Los cambios repentinos son generadores de resistencia.38 Las resistencias al cambio no surgen necesariamente en forma estandarizada y pueden llevar a ansiedad y estrés en las personas que lo experi-mentan. Por otro lado, se destaca que el cambio en la calidad de los insumos utilizados, patología de los usuarios y en el flujograma de atención se asocian estadísticamente con la presencia de ansiedad en los profesionales de enfermería (p < 0,05), como lo explica Robbins, hacemos las cosas por hábitos, debemos tomar diariamente muchas decisiones, entonces para sobrellevar esta complejidad dependemos de hábitos o respuestas programadas. Pero cuando tenemos que hacer frente al cambio, esta tendencia a responder de la forma acostumbrada se convierte en una fuente de resistencia38 y justamente las tres variables (insumos, patolo-gías de los usuarios y flujograma de atención) son las que mayor rutinización presentan en los establecimientos hospitalarios.Los resultados de esta investigación reafirman lo descrito por autores como Collel y Pérez1,2, quienes indican que la presencia de estrés y ansiedad en el profesional de una institución de salud no siempre es de origen asistencial o bien por las exigencias del proceso productivo, el ambiente laboral es un factor evidente-mente relacionado con la generación de síntomas de ansiedad, depresión y estrés; el ambiente laboral de las unidades de hospi-talización es uno de los lugares de trabajo más estresante39, siendo la poca rotación, cambio de horario, objetivos poco claros, multi-tarea, demasiada responsabilidad sin incentivos, inseguridad laboral, ausencia de motivación para el crecimiento personal y cambios rápidos no compartidos o de las condiciones de trabajo o de responsabilidades algunos de los principales factores que los generan. Es evidente que los cambios ocasionados por el terre-moto enfrentaron a los sujetos de estudio a condiciones nuevas a las que no estaban acostumbrados. Como lo expone en su estudio el Dr. Schnettler, el personal de salud queda situado tanto en el papel de víctima del desastre, como en el de auxiliador. El personal de salud ha manifestado sensaciones de frustración y cansancio por trabajar en situaciones estresantes, que se prolon-garán a mediano plazo.18

A pesar que el terremoto fue una situación inesperada a la que se hizo frente con diferentes medidas de reestructuración logística-administrativa para absorber las demandas de la población, los cambios deben ser consensuados, en especial cuando permane-cerán por algún tiempo, aunque sea sólo informando a los invo-lucrados e incorporando sus experiencias y opiniones, ya que esto minimiza la resistencia a los mismos. Como esto ocurrió parcialmente, creemos que el profesional de enfermería se vio francamente afectado en su salud mental, por lo que se hace necesario tomar medidas preventivas realizando programas de intervención desde la perspectiva psicológica y, de este modo, contribuir a disminuir las manifestaciones de ansiedad y estrés, y así mejorar la calidad de vida en su trabajo. En todos los programas realizados algunos equipos multidisciplinarios de los servicios de salud con formación en salud mental que actuaron después del desastre20 fueron orientados a la comunidad, pero no al personal de salud. El comprender mejor cómo y a quiénes afecta psicológicamente un desastre socio-natural posibilita la intervención psicosocial de manera oportuna y efectiva19, teniendo en cuenta además que los desastres podrían aumentar en los próximos años, como consecuencia de los cambios climá-

Page 23: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 en el Profesional de Enfermería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 1/8 7

ticos, la sobrepoblación en zonas de riesgo y las acciones terro-ristas. Ello aumenta la importancia de desarrollar estrategias para mitigar sus consecuencias. Como lo afirman otras investigaciones mirando en perspectiva, el desastre del 27 de febrero de 2010 muestra la necesidad de acentuar la reflexión e investigación respecto de los desastres y sus implicaciones desde perspectivas psicosociales.27

Es pertinente mencionar también que existen ciertas limitaciones de este estudio. En primer lugar, el universo fue limitado y debió extenderse no sólo a los profesionales de enfermería sino a todos los integrantes del equipo afectados por los cambios del ambiente laboral. Metodológicamente quizás hubiese sido más apropiado un análisis multivariado por medio de regresiones logísticas para haber establecido un modelo explicativo o predictivo de las varia-

bles en estudio. Por tanto, para futuros estudios se considerará lo descrito anteriormente.

AGRAdECIMIENTOS:

A Miguel Ángel López y Gonzalo Luengo Castañeda por sus aportes en el desarrollo de la investigación y artículo.

Fuente de financiamientoDirección de Investigación Universidad del Bío-Bío

*Presentado en Congreso de Salud Global: Santiago de Chile, enero 2013 (solo una parte de los resultados)

1. Colell BR, Limonero GJ, Otero Md. Actitudes y emociones en estudiantes de enfermería ante la muerte y la enfermedad terminal. Investigación en Salud. 2003;(2):1-13.

2. Pérez AC, Alameda CA, Albeniz LC. La formación práctica en enfermería en la escuela universitaria de enfermería de la comunidad de Madrid. Opinión de alumnos y de los profesionales asistenciales. Un estudio cualitativo con un grupo de discusión. Rev Esp Salud Pública. 2002;76(5):517-530.

3. Blanco G. Estrés Laboral y Salud en las Enfermeras Instrumentistas. RFM(Caracas) [en línea]. 2004[citado 03 jun 2013];27(1):29-35. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798- 04692004000 100006&lng=es.

4. Román HJ. Estrés y Burnout en profesionales de salud de los niveles primarios y secundarios de atención. Rev Cubana Salud Pública. 2003;29(2):103-10.

5. Faria d, Maia M . Ansiedades y sentimientos de los profesionales de enfermería en situaciones de terminalidad en oncología. Rev. Latino-Am. Enfermagem [en línea]. 2007 [citado 03 jun 2013];15(6):1131-1137. Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-11692007000 600012&lng=en. http://dx.doi.org/10.1590/S0104-11692007000600012

6. Adriaenssens J, de Gucht V, Maes S. The Impact of traumatics events on emer-gency room nurses: Fidings from questionnaire survey. Int J Nurs Stud. 2012;49(11):1411-1422.

7. Tomás J, Maynegre M, Pérez M, Alsina M, Granell S. Síndrome de Burnout y riesgo suicida en enfermeras de atención primaria. Enferm Clin. 2010;20 (3):173-178.

8. Sanz SH, Caserío MA, Morante MA, Montero J, de La Cruz CR, Pallás A. Estudio de los niveles de ansiedad en los profesionales de una unidad neonatal. An Pediatr (Barcelona). 2012;77(1):22-27.

9. Flores ME, Troyo R, Valle MA, Vega MA. Ansiedad y estrés en la práctica del personal de enfermería en un hospital de tercer nivel en Guadalajara. Revista electrónica de psicología Iztacala [en línea] 2010 [citado 8 jun 2013];13(1):1-17. disponible en: http://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/prin-cipal.html

10. díaz H, Veliz M, Hernández Y. Evaluación de la ansiedad en profesionales del servicio a pacientes graves de un hospital universitario. Rev Cub Medic Intens Emerg. 2010;9(2) 1758-1763.

11. Sierra JC, Ortega V, Zubeidat I. Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar. Rev Mal-Estar Subj [on line]. 2003 [citado 8 jun 2013]; 3(1):10-59. Disponible en: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid= S1518-61482003000100002&lng=pt&nrm=iso

12. Ribera-domene d, de la Peña E, Reig-Ferrer A, Romá-Ferri MT, Sanz I, Caruana-Vañó A. Estrés laboral y salud en profesionales de enfermería. Estudio empírico en la provincia de Alicante. Alicante: Universidad de Alicante; 1993. 124 p.

13. Herrera R, Cassals M. Algunos factores influyentes en la calidad de vida laboral de enfermería. Rev Cubana Enfermer [en línea]. 2005 [citado 8 jun 2013]; 21(1):1. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_art text&pid=S0864-03192005000100003&lng=es

14. Trucco M, Valenzuela P, Trucco d. Estrés ocupacional en personal de salud. Rev Méd Chile [en línea]. 1999 [citado 8 jun 2013]; 127(12):1453-1461. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-9887199 9001200006&lng=es&nrm=iso

15. Hansen N, Sverke M, Naswall K. Predicting nurse burnout from demands and resources in three acute care hospitals under different forms of ownership: a cross-sectional questionnaire survey. Int J Nurs Stud [on line]. 2009 [cited 2013 Jun 10]: 46:96-107. Disponible en: http://cirrie.buffalo.edu/data-base/101543/

16. Glazer S, Gyurak A. Sources of oocupational stress among nurses in five coun-tries. Int J Intercl Relat. 2008;32(1):49-66.

17. Decs; Descriptores de ciencias de la salud [on line]. Sao Paulo: BIREME-OPS-OMS; 2013[citado 8 jun 2013]. Disponible en: http://decs.bvs.br/E/home-pagee.htm

18. Schenettler d. Efectos del megasismo del 27 de febrero de 2010 en Hospital regional de Talca. Análisis bioético enfocado en la prevención. Rev Chil Salud Pública. 2013;17(1):28-34.

REFERENCIAS

Page 24: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Luengo Carolina et al.

8 1/8 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

19. Gaborit M. desastres y Trauma psicológico. Pensamiento Psicológico. 2006;2(7): 15-39.

20. Sigales S. Catástrofe, víctimas y trastornos: Hacia una definición en psico-logía. Anales de Psicología. 2006;22(1):11-21.

21. Leiva M, Quintana G. Factores Ambientales y Psicosociales Vinculados a Síntomas de Ataque de Pánico después del Terremoto y Tsunami del 27 de Febrero de 2010 en la Zona Central de Chile. Ter psicol [en línea]. 2010 [citado 28 ene 2014];28(2):161-167. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082010000200004& lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-48082010000200004

22. López E, Santana P. El terremoto de 2010 en Chile: respuesta del sistema de salud y de la cooperación internacional. Rev Panam Salud Pública. 2011;30(2)160–166.

23. Reyes H. Chile se pone de pie otra vez. Rev Méd Chile [en línea]. 2010 [citado 30 ene 2014];138(3):267-269. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872010000300001&lng=es. http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872010000300001

24. Souto A, Talavera M, Moruno P. Los desastres naturales desde la perspec-tiva ocupacional. TOG (A Coruña) [en línea]. 2013 [citado 30 ene 2014];10(Supl 8):75-80. Disponible en: www.revistatog.com/suple/num8/desastres.pdf

25. Loubat M, Fernández AM, Morales M. La Experiencia de Peralillo: Una Intervención Psicológica para el Estado de Emergencia. Ter psicol [en línea]. 2010[citado 30 ene 2014];28(2):203-207. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082010000200009&lng= es&tlng=es. 10.4067/S0718-48082010000200009

26. Huggard P. Caring for the Carers: the emotional effects of disasters on health care professionals. Australas J disaster Trauma Stud. 2011;2.

27. Figueroa R, Marín H, Gonzalez M. Apoyo psicológico en desastres: Propuesta de un modelo de atención basado en revisiones sistemáticas y metaanálisis. Rev méd Chile [en línea]. 2010[citado 3 ene 2014]; 138(2):143-151. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872010000200001&

28. Jiménez A, Cubillos R. Estrés percibido y satisfacción laboral después del terre-

moto ocurrido el 27 de Febrero de 2010 en la Zona Centro-Sur de Chile. Ter Psicol. 2010; 28(2):187-192.

29. Cova F, Rincón P. El terremoto y tsunami del 27-F y sus efectos en la salud mental. Ter Psicol [en línea]. 2010 [consultado 30 ene 2014];28(2):179-185. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=78516731006&idp=1&cid=1077666

30. Romo M, Rodríguez N. Traza tu rumbo. Madrid: Lid; 2010.31. Cutshall S, Wentworth L, Wahner-Roedler d, Vincent A, Schmidt J, Loehrer L,

Stephen S, Brent A. Evaluation of Biofeedback-Assisted Meditation Program as a Stress Management Tool for Hospital Nurses: A Pilot Study. EXPLORE: J Sci Healing. 2011; 7(2):110-112.

32. Jélvez C, Ibañez J P, Olivares V. Validez factorial del Maslach Burnout Inventory Human Services (MBI-HSS) en profesionales chilenos. Cienc y trab. 2011;13 [41]: 176-180. Citado 10 mayo 2013. Disponible: http://edu.uamericas.cl/psicologia/files/2011/11/articulo-carolina-jelvez.pdf

33. Montón C, Pérez Echeverría MI, Campos R y cols. Escalas de ansiedad y depre-sión de Goldberg: una guía de entrevista eficaz para la detección del malestar psíquico. Aten Primaria. 1993; 12(6):345-9.

34. Cohen R. Lecciones aprendidas durante desastres naturales: 1970-2007. Rev Perú Med Exp Salud Pública. 2008; 25(1):109-117.

35. Santos JA. Manual: PRANES. El Salvador: Acción Consultores; 2005.36. Blanco G. Estrés Laboral y Salud en las Enfermeras Instrumentistas. RFM [en

línea]. 2004 [consultado 10 jun 2013];27(1):29-35. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-04692004000 100006&lng=es

37. U.S. department of the Interior. Earthquake Hazards Program: 2010 February 27 06:34:14 UTC. [on line]. Virginia: U.S. Geological Survey; 2010. [cited February 06 2013]. Disponible en: http://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eqinthenews/2010/us2010tfan/.

38. Robbins S, Coulter M. Manejo del cambio y la innovación. Cap. XIII. En: Administración. 8ª ed. México: Pearson Educación-Prentice Hall; 2008. p. 313-323.

39. Marriner Tomey A. Gestión y dirección de Enfermería. Madrid: Elsevier- Mosby; 2006. p. 28-50.

REFERENCIAS

Page 25: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 9/16 9

Correspondencia / Correspondence:Ps. Mg. María doris Méndez Facultad de Psicología, Universidad de Talca, Campus Lircay s/n, Talca. Casilla No. 747Talca, ChileTel.: (5671)201664 • Fax: (5671)201510e-mail: [email protected] Recibido: 28 de diciembre 2013 / Aceptado: 01 de Marzo 2014.

Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la MineríaPSYCHOSOCIAL RISK FACTORS ANd JOB SATISFACTION IN A CHILEAN COMPANY MINING AREA

Paola Gómez Rojas1, Julia Hernández Guerrero1, María doris Méndez Campos2

1. Psicóloga, Universidad de Talca.2. Psicóloga, Investigador Programa de Investigación en Calidad de Vida y Ambientes Saludables, Facultad de Psicología, Universidad de Talca.

RESUMENEl objetivo de esta investigación es identificar la relación entre Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en trabajado-res de una empresa subcontratista del sector minero en Chile. Se utilizó el cuestionario SUSESO-ISTAS 21, adaptación a la población chilena y el Cuestionario de Satisfacción Laboral S20/23 (Meliá y Peiró, 1989), aplicados a una muestra de 100 trabajadores. Los resultados dan cuenta de que existe una relación significativa y negativa entre factores de riesgo y satisfacción laboral; en las dimensiones trabajo activo y posibilidades del desarrollo, apoyo social en la empresa y calidad de liderazgo, compensaciones y doble presencia, indicando que a mayor riesgo psicosocial percibido menor es la satisfacción laboral. Para la dimensión trabajo activo y posibilidades de desarrollo, se encontró que operarios/ayudantes poseen un rango de exposición alto y los demás en un rango medio, además de una relación significativa entre la dimensión exigencias psicológicas según la sección donde trabajan.Se discuten las implican del estudio para futuras investigaciones e intervenciones organizacionales.

(Gómez P, Hernández J, Méndez M, 2014. Factores de Riesgo Psico-social y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 9-16).

Palabras clave: FACTORES DE RIESGO PSICOSOCIAL, SATISFACCIóN LABORAL, SUSESO-ISTAS 21, MINERÍA.

ABSTRACTThe objective of this research is to identify wether a relationship exists between Psychosocial Risk factors and Job satisfaction in a subcontractor workers in the mining sector in Chile. Questionnaire was used SUSESO-ISTAS 21, adapted to the Chilean population and the Job Satisfaction Questionnaire S20/23 (Meliá & Peiró, 1989), applied to a sample of 100 workers. The results show that there is a significant negative correlation between risk factors and job satisfaction in active labor dimensions and possibilities of development, social support and quality in the company leadership, compensation and dual presence, indicating that greater psychosocial risk lower perceived job satisfaction. For the dimension active work and development opportunities, it was found that operators/attendants have a high exposure range and the other on a mid-range, others in a meaningful relationship between the psychological demands dimension according to the section where they work.We discuss the study´s implications to future research and organizational interventions.

Key words: PSYCHOSOCIAL RISK FACTORS, JOB SATISFACTION, SUSESO-ISTAS 21, MINING.

trabajar con seguridad y sin riesgos. Sin embargo, las cifras que reflejan los accidentes laborales, las bajas por enfermedad laboral y las incapacidades laborales indican que existen situaciones y condiciones en las que la seguridad del trabajo y la promoción de la salud es más una aspiración que una realidad.1

Las organizaciones, para poder sobrevivir y prosperar en un contexto dinámico donde el cambio económico y social son conti-nuos e incluso donde la crisis económica entra en juego, necesitan tener empleados motivados y sanos, tanto física como psicológica-mente; para conseguirlo, las políticas de recursos humanos deben ser consecuentes con estos valores y con un contexto tan complejo. La evolución de la actividad laboral ha traído consigo una mejora en la calidad de vida de los trabajadores, pero además es respon-sable de una serie de efectos negativos en la salud de estos.2 Acorde a todo lo anterior, las organizaciones modernas están cambiando en una dirección que se basa cada vez más en el cono-cimiento psicológico, la experiencia y el talento, así como en la auto-gestión y la atención a necesidades individuales y colectivas

INTROdUCCIÓN

Los cambios en la relación empresa trabajador han llevado a que sea necesario considerar todos los factores que conforman el mundo laboral dentro de la organización; en los estados modernos se incluye, entre las responsabilidades de las organizaciones, velar por la seguridad, salud e higiene en el trabajo, lo que implica

Page 26: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Rojas Paola et al.

10 9/16 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

de los empleados, de la organización y de la sociedad en general.3 Uno de los cambios más significativos en relación a la compren-sión del trabajo es la consideración de la concepción biopsicosocial de la salud y de la necesidad de que ésta se promueva en los lugares de trabajo.4 Existe un creciente interés en los denominados factores de riesgos psicosociales, a los que están expuestos los trabajadores en el transcurso de su jornada laboral y que tienen su origen en el terreno de la organización del trabajo y, aunque sus consecuencias no son tan evidentes como los accidentes de trabajo y enferme-dades profesionales, no por ello son menos importantes pues se relacionan con aumento de ausentismo, estrés, ansiedad y otros problemas tanto para la organización como para los trabaja-dores.5

Por factores de riesgo psicosocial se entiende: “aquellas condi-ciones que se encuentran presentes en una situación laboral y que están directamente relacionadas con la organización, el contenido del trabajo, y la realización de la tarea”.6

Para la Organización Internacional del Trabajo7, los factores psico-sociales de riesgo son condiciones que conducen al estrés laboral y a otros problemas relativos a la salud y a la seguridad laboral, que comprenden aspectos de trabajo y del entorno del trabajo, como el clima o cultura de la organización, las funciones laborales, las relaciones interpersonales en el trabajo y el diseño y contenido de las tareas (por ejemplo su variedad, significado, alcance, carácter repetitivo, etc.).Cuenca8 representa esta definición gráficamente de la siguiente manera:

A pesar de haber diversas definiciones, la mayoría de los autores muestra un consenso en los elementos que integran los factores de riesgo psicosocial, como son, por un lado, la interacción entre condiciones de trabajo, necesidades y capacidades del trabajador y, por otro lado, el potencial dañino tanto para la salud de los traba-jadores y como para el desarrollo de su trabajo.8 La identificación, valoración y control de los factores de riesgo de origen psicosocial y la planificación de las medidas preventivas correspondientes, conduce a una gestión eficaz de las personas en

la organización, en el sentido de una mejor adecuación a la tarea a desempeñar, al entorno, a la empresa, aportando en la eficacia de la organización, logrando mejor rendimiento, menor ausen-tismo y mayor satisfacción.9

Por lo tanto, los factores psicosociales de riesgo pueden impactar en forma negativa no sólo a los trabajadores, sino también al funciona-miento de la organización, los trabajadores expuestos a este tipo de factores reducen su desempeño, pudiendo comprometer aspectos como la productividad y la imagen de la empresa, entre otros.10 Uno de los mayores problemas actuales derivado de los factores de tipo psicosocial es el estrés.11 Son diversas las investigaciones que han definido, que mientras mayor sea la cantidad de roles que la persona debe desempeñar, mayor será la probabilidad de que sufra estrés, por lo cual afectaría en mayor número a las mujeres, debido a la sobrecarga de roles. La calidad de los roles parece ser un moderador del estrés ocupacional en las carreras profesionales de las mujeres, roles de alta calidad mejoran la salud y amortiguan el estrés.12 Así como, ser soltero, tener estudios superiores o inferiores al puesto, y estar expuesto a factores psicosociales negativos de tipo laboral, son elementos de riesgo para el desarrollo de estrés y burnout.13

Como se señaló, los factores de riesgo psicosocial influyen negati-vamente en el funcionamiento de las organizaciones en los traba-jadores, de ahí la importancia de controlar y gestionar este tipo de riesgos. Una gestión deficiente puede significar altos costos, directos o indirectos para la empresa a consecuencia del aumento del ausentismo, incremento de desvinculaciones voluntarias, baja en la motivación, deterioro de las relaciones laborales y del clima organizacional, amenazas reales de sanciones tanto de tipo civil como administrativas y la consecuente pérdida de reputación que suponen las denuncias y difusión mediática, entre otros.10

Según Villalobos14, los efectos de los factores de riesgo psicosocial en la salud son diversos y dependen tanto de las características de las personas, apreciación de la situación y de los mecanismos de resis-tencia, así como de las características propias del factor de riesgo. Es así como se pueden identificar dos tipos de respuestas ante los factores de riesgo psicosociales: las respuestas de acomodación pasiva, que conducen a una reducción del interés por participar y cambiar la realidad, sumiendo al individuo en un ciclo de empobre-cimiento personal que limita su capacidad de lucha; - las respuestas de estrés, que tienen componentes subjetivos, fisiológicos y motores.En este sentido, Levi7 sostiene que como efecto a los factores psicosociales de riesgo y según los tipos de respuesta mencionados en el párrafo anterior, se pueden ocasionar en el individuo enfer-medades, dolencias o alteraciones, tanto en el plano físico (cefa-leas, migrañas, dolores lumbares, fatiga crónica, trastornos diges-tivos, hipertensión, alteraciones del sueño, etc.), como psicológico (frustración, culpa, irritabilidad, trastornos cognitivos y de la conducta, depresión, agresividad, neurosis, estrés postraumático en caso de violencia e incluso suicidio). Por su parte, Moncada, Llorens, Navarro y Kristensen15 consideran la relación existente entre los factores psicosociales y la salud, indicando que los efectos de la organización del trabajo se mani-fiestan a través de diversos mecanismos emocionales, cognitivos, conductuales y fisiológicos. Otra gran consecuencia de la presencia de factores de riesgos psicosociales son los accidentes de trabajo, generados a través de la presencia de estrés en el trabajo, falta de formación, el exceso de trabajo y tiempo limitado para su ejecución e insatisfacción

Figura 1. Modelo de Factores Psicosociales en el Trabajo, elaborado por Cuenca, 1996.

Medio ambiente de trabajo

Contenido del trabajo

Condiciones de la organización

Capacidades, necesidades y expectativas

Costumbres y cultura

Condiciones personales fuera del trabajo

Rendimiento en el trabajo Salud

Satisfacción en el trabajo

Que pueden influir

Page 27: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 9/16 11

laboral, y la presencia de condiciones físicas de trabajo inade-cuadas.9

Por otra parte, en los últimos años, diversos estudios muestran el efecto negativo sobre la salud de la falta de recompensas y compen-saciones en el trabajo.16 Es así como Siegrist et al7 diseñaron y probaron un modelo similar al de demandas-control, cuyas dimen-siones esenciales son el “esfuerzo” y la “recompensa social”. Siendo las recompensas de tres tipos: económicas a través del salario, la estima (reconocimiento, respeto) y el control del estatus (estabilidad y posibilidad de promoción).17 El modelo asegura que el mayor riesgo para la salud lo constituye la combinación de alto esfuerzo (extrín-seco: representado por altas demandas o condiciones físicas de trabajo deficientes; o intrínsecos: representado por las formas de afrontamiento o altas necesidades personales de control) y bajo refuerzo (estatus laboral bajo, inseguridad laboral y pocas posibili-dades de promoción y desarrollo).18

En un estudio realizado en una muestra de trabajadores indus-triales se probó que un alto esfuerzo combinado con ausencia de recompensas permite predecir un aumento del riesgo de infarto al miocardio que es independiente de los factores de riesgo biomédico.7 La integración de estos modelos (demanda – control – apoyo social y esfuerzo recompensa) ha permitido identificar factores de riesgo psicosocial en el trabajo que se relaciona con el estado de salud de los trabajadores, y han servido de fundamento para el desarrollo de instrumentos que permiten la evaluación de estos.19

Otro estudio que ha abordado la temática de los factores psicoso-ciales de riesgo es el de Juárez20, que identificó los principales factores psicosociales, estrés percibido, estilos de afrontamiento y problemas de salud informados por trabajadores de distintas ocupaciones, tales como administrativos, docentes obreros y enfer-meras, dando cuenta de factores psicosociales frecuentes y especí-ficos en cada grupo ocupacional y otros presentes en todos los grupos ocupacionales. El grupo de las enfermeras fue el que reportó mayores problemas de salud y estrés, encontrando también que el apoyo social en el trabajo es una variable relevante. Ansoleaga y Toro21 llevaron a cabo un estudio sobre factores psicosociales laborales asociados a riesgo de sintomatología depre-siva en trabajadores de una empresa minera, encontrando como resultados la existencia de diferencias en el riesgo de sufrir sinto-matología depresiva entre quienes tienen bajo soporte social comparado con quienes tienen alto soporte, alto desbalance esfuerzo-recompensa comparado con quienes tienen bajo desba-lance, alta demanda psicológica en comparación con quienes tienen baja demanda, estrés elevado comparado con quienes presentan un bajo nivel de estrés y los que consumen más de un psicotrópico comparado con quienes no consumen. Vera, Sepúlveda y Contreras22, estudiaron la relación entre el autorreporte de síntomas físicos y sus correlatos sociodemográficos y psicosociales en trabajadores de la gran minería del cobre, se aplicó un conjunto de instrumentos validados en una muestra de 120 trabajadores varones, en la que los resultados dan cuenta que los trabajadores de menor edad son los que presentan una mayor cantidad de síntomas, insatisfacción con la carga de trabajo, insatisfacción laboral y mayor estrés percibido.Respecto a la satisfacción laboral existen dos perspectivas en rela-ción al concepto; primero, autores que la conciben como un estado emocional, una actitud o una respuesta afectiva frente al trabajo y, segundo, autores que conciben la satisfacción laboral como una comparación entre expectativas, exigencias y beneficios que el

puesto ofrece.23 Desde el primer enfoque está Locke24 que la define como “un estado emocional positivo, o agradable derivado de la valoración que el individuo hace del resultado de su trabajo o sus experiencia con el mismo”, y Bravo et al.25 que entienden la satis-facción laboral como una actitud o conjunto de actitudes desarro-llados por la persona hacia la situación de trabajo.26

En cuanto a las definiciones enmarcadas en la segunda perspectiva tenemos las propuestas por Mumford, Holland y Michalos26, quienes la consideran como el nivel de ajuste que el sujeto expe-rimenta entre sus necesidades, sus expectativas y las prestaciones que otorga la organización.También existen definiciones que integran ambas perspectivas, como es la de Gibson et al.27, que proponen que la satisfacción laboral es una predisposición que los sujetos proyectan acerca de sus funciones laborales y la definen como “la actitud resultado de sus percepciones sobre el trabajo, basadas en factores relativos al ambiente en que se desarrolla el mismo, como es el estilo de direc-ción, las políticas y procedimientos, la satisfacción de los grupos de trabajo, las condiciones laborales y el margen de beneficios”.Según Pérez28, estas características son las que configurarán los umbrales personales de satisfacción o insatisfacción, tal como se puede ver en la Figura 2.

Asimismo, es importante destacar que la satisfacción laboral puede ser un sentimiento de bienestar o actitud generalizado o global, abarcando todos los aspectos o dimensiones del trabajo, por lo que se puede hablar de “satisfacción laboral general”, o este senti-miento de satisfacción o bienestar puede estar referido a alguno de los aspectos o dimensiones del trabajo, por lo que se puede hablar entonces de “satisfacción laboral por dimensiones”.29 Lo anterior implica un modelo compensatorio, de modo que un elevado nivel de satisfacción en una determinada dimensión de trabajo puede compensar deficiencias existentes en otras determinadas esferas del trabajo, de modo que unas dimensiones pueden ser compen-sadas y condicionadas por otras.29

Muchas de las investigaciones sobre satisfacción laboral, en el extranjero como en Chile, tienen relación con profesionales de la salud, ya que el aumento de la satisfacción del profesional incide directamente con la calidad del servicio al optimizar la relación con el paciente y aumentar la calidad de sus cuidados.30

Fernández y Paravic31 comparan los niveles de satisfacción laboral en enfermeras de centros hospitalarios públicos y privados, donde las del sector privado presentan un mayor nivel de satisfacción que aquellas del servicio público. Otras investigaciones32,33 señalan que la satisfacción laboral es un importante predictor de conductas disfuncionales como el ausen-tismo, rotación, accidentabilidad, abandono del trabajo.

Figura 2. Variables que inciden en la satisfacción laboral, extraído de Pérez, 2006.

Circunstancias personales Circunstancias del trabajo

Balance entre lo obtenido y lo esperado

Satisfacción – Insatisfacción

Page 28: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Rojas Paola et al.

12 9/16 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Machuca y Vera34 afirman que en Chile la investigación psicoso-cial sobre la relación entre salud y trabajo en poblaciones ocupa-cionales es escasa, mientras que en el ámbito internacional existe abundante evidencia que da cuenta de esta relación; respecto, como se indicó anteriormente, se ha estudiado la relación entre estrés laboral, enfermedades físicas y desajuste psicológico, la relación entre lugar de trabajo y enfermedades cardiovasculares, entre otros.35,22

En Chile, el alza experimentada en los últimos años por licencias médicas referidas a trastornos mentales y del comportamiento36 evidencia la importancia de considerar esta asociación como un tema de preocupación, siendo las patologías más asociadas a este aumento la depresión, ansiedad y estrés.21

Un estudio acerca de los factores psicosociales que inciden en el estrés laboral muestra que ciertas profesiones, como las relacio-nadas al trabajo en la minería, en las que existen situaciones laborales objetivas con mucha exigencia contextual, son poten-cialmente más estresantes que otras.37 Asimismo, un estudio europeo expone que los trabajadores más castigados por el estrés son los mineros, albañiles y policías.38 Conociendo los datos anteriormente descritos y siendo escasa la investigación a nivel nacional en este tema y en esta población en particular, es que resulta relevante este estudio, a fin de profundizar en el conocimiento de relaciones que puedan existir entre la exposición a factores de riesgo psicosocial y variables como satisfacción laboral, características sociodemográficas y laborales en trabajadores ligados al ámbito de la minería de tipo subterránea. Especialmente, porque este sector productivo es de gran importancia al desarrollo económico del país, además de constituir una actividad que ha llegado a crear su propia cultura y porque, en la medida que se conozcan los elementos psicoso-ciales nocivos para la seguridad y salud se pueden implementar medidas correctivas y preventivas adecuadas al entorno específico del trabajo.21 El objetivo del siguiente estudio es identificar si existe relación entre Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en trabajadores de una empresa subcontratista del sector minero en Chile. Algunas de las hipótesis que se deseaba contrastar eran que existe una relación significativa y negativa entre presencia de factores de riesgo psicosocial y nivel de satisfacción laboral en los trabaja-dores de la muestra; a mayor presencia del factor de riesgo psico-social exigencias psicológicas, menor nivel de satisfacción laboral en los trabajadores de la muestra; a menor presencia del factor de riesgo psicosocial trabajo activo y posibilidades de desarrollo, menor satisfacción laboral en los trabajadores de la muestra; a menor presencia del factor de riesgo psicosocial apoyo social en la empresa y calidad de liderazgo, menor satisfacción laboral en los trabajadores de la muestra; a menor presencia del factor de riesgo psicosocial compensaciones, menor satisfacción laboral en los trabajadores de la muestra; a mayor presencia del factor de riesgo psicosocial doble presencia, menor satisfacción laboral en los trabajadores de la muestra.

MéTOdO

El presente estudio es de tipo correlacional, con un diseño no experimental, transversal. La muestra es de tipo no probabilística; por conveniencia estuvo compuesta por 100 trabajadores de una

empresa subcontratista del sector minero de la sexta región, un 95,9% corresponde a hombres y el 4,1% corresponde a mujeres, la mayoría de ellos se encuentra en un rango de edad de entre 26 y 35 años (35%), seguido por 36 y 45 años (28%), luego los menores de 26 años (23%), entre 46 y 55 años (12%) y finalmente el menor porcentaje está en los mayores de 55 años con un 2% de muestra. En cuanto a las secciones en la que los trabajadores realizan sus funciones, el porcentaje mayor corresponde a SAG 1 y 2 (37,1%), seguido por Chancado Secundario (31,4%), luego Departamento de Prevención de Riesgos (11,4%), UPH (7,1), seguido por Administración (5,7%), Chancado Terciario (4,3%) y finalmente Recursos Humanos (1,4%) .En cuanto al procedimiento, previa aplicación de los instrumentos de medida se remitió una carta de solicitud de estudio al Gerente de la empresa y al jefe de prevención de riesgos de la organiza-ción, solicitando la autorización firmada de ellos junto a un representante de los trabajadores, en la cual se especificaba las características de la investigación a realizar y se garantizaba la absoluta confidencialidad en el tratamiento de los datos. Luego se aplicó una carta de consentimiento informado, el cuestionario sociodemográfico y sociolaboral, el cuestionario de factores de riesgo psicosocial SUSESO ISTAS-21 y el cuestionario de satisfac-ción laboral S20/23. El SUSESO ISTAS 21 evalúa riesgos psicosociales en el trabajo y se basa conceptualmente en la teoría general del estrés, inte-grando las dimensiones de los modelos demanda control-apoyo social de Karasek y Therorell, y esfuerzo recompensa (ERI) de Siegrist.19 Es el resultado de la adaptación, validación y estanda-rización del Método ISTAS 21 – COPSOQ en la población trabaja-dora chilena.39 No se tiene información psicométrica respecto del instrumento adaptado en Chile, por esta razón se hizo el análisis de la confiabilidad del instrumento en esta aplicación obteniendo un alfa de 0,92, lo cual se considera adecuado. El SUSESO ISTAS 21 contiene 115 ítemes, agrupados en 21 subdimensiones psicoso-ciales laborales, agrupadas en 5 grandes dimensiones: 1.- Exigencias psicológicas. 2.- Trabajo activo y posibilidades de desarrollo de habilidades. 3.- Apoyo social en la empresa y calidad de liderazgo. 4.- Compensaciones. 5.- Doble presencia. Los resultados de la evaluación se comparan con los valores de refe-rencia poblacionales, y las puntuaciones expresan la media para cada una de las dimensiones (estandarizados de 0 a 100), donde los puntajes se separan en terciles para cada una de las dimen-siones y subdimensiones, clasificándolos en rangos “bajo”, “medio” y “alto” la exposición a cada uno de los factores de riesgo psicosocial.19

Para evaluar los niveles de Satisfacción Laboral de la muestra se utilizó el cuestionario de Satisfacción Laboral S20/23 de J. L. Meliá y J. M. Peiró.32 El instrumento presenta un valor de alfa que oscila entre 0,76 y 0,89. El cuestionario está compuesto por 23 ítemes tipo likert que van de 1 a 5, contempla 5 factores medibles que permiten evaluar agrupadamente la satisfacción con respecto a 1.- la supervisión, 2.- el ambiente físico laboral, 3.- prestaciones recibidas, 4.- satisfacción intrínseca del trabajo, 5.- participación.Se elaboró también una Pauta de preguntas sobre Antecedentes Sociodemográficos y Laborales, que consignó información sobre sexo, edad, estado civil, cargo, sección, antigüedad laboral, tipo de contrato, escolaridad y horario de trabajo. Esta información fue complementada con los datos de este tipo que recoge el instru-mento SUSESO-ISTAS 21.

Page 29: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 9/16 13

Para el análisis de los datos de este estudio se utilizó el programa estadístico SPSS para Windows versión 15.0, para análisis descriptivos se utilizó la Prueba T y Anova de un factor. Para evaluar la correlación entre factores psicosociales de riesgo laboral y satisfacción laboral se calculó el coeficiente de correla-ción de Pearson entre cada dimensión factores psicosociales de riesgo y sus escalas, con los puntajes totales del instrumento de satisfacción laboral y cada una de sus dimensiones.

RESULTAdOS

Se encuentran diferencias estadísticamente significativas dentro de los grupos en la dimensión trabajo activo y posibilidades de desa-rrollo (F[3] = 8,053, p < 0,05) en la variable cargo. Los cargos jefatura/supervisor (media = 32,60), profesionales (media = 29,65) y administrativos/técnicos (media = 33,63) se ubican en un rango medio de exposición a este factor y quienes se desempeñan como operarios/ayudantes (media = 47,99) se encuentran en un rango de exposición alto.En la Tabla 1 se indica que para la variable sección con respecto al factor de riesgo psicosocial exigencias psicológicas (F[7]= 2,162 p < 0,050), se encontraron diferencias estadísticamente significa-tivas entre las medias de los grupos, por lo que los trabajadores de las secciones; chancado primario (media = 51,07), chancado secun-dario (media = 46,52), chancado terciario (media = 49,94) y depar-tamento de prevención de riesgos (media= 55,54) se encuentran en un rango medio de exposición al factor, mientras que los trabaja-dores que se desempeñan en administración (media = 45,91), recursos humanos (media = 22,67), SAG 1 y 2 (media = 44,45) y UPH (media = 32,71) se encuentran en un rango de baja exposición a este factor, es decir, se encuentran en la situación más benévola para la salud en relación a esta dimensión.Para la variable sección, respecto al factor trabajo activo y posibi-lidades de desarrollo, también existen diferencias estadísticamente significativas al comparar las medias de los grupos (F[7] = 3,62; p < 0,05), por lo tanto se puede observar que los trabajadores que se desempeñan en chancado primario (media = 48,92), chancado secundario (media = 50,44), chancado terciario (media = 55,81), recursos humanos (media = 44,40) y SAG 1 y 2 (media = 46,53) se ubican en un rango de exposición alto a este factor, es decir, están expuestos a la situación más desfavorable para la salud en cuanto a esta dimensión; quienes se desempeñan en el departamento de prevención de riesgos (media = 28,66) y UPH (media = 38,20) están en un rango medio y los trabajadores de la sección administración (media = 25,69) presentan un rango de exposición bajo a este factor, es decir, se encuentran en la situación más benévola para la salud respecto a este factor.Para el factor compensaciones (F[7] = 2,731, p < 0,05) también se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre las medias para la variable sección. Se ubican en un rango de exposi-ción medio a este factor las siguientes secciones: chancado primario (media = 24,44), chancado secundario (media = 37,92), administración (media = 25,11), recursos humanos (media = 35,55), departamento de prevención de riesgos (media = 29,86), SAG 1 y 2 (media = 41,28) y UPH (media = 32,55); mientras que los traba-jadores que se desempeñan en chancado terciario (media = 73,51) están en un rango de exposición alto a este factor.Respecto a la variable Satisfacción Laboral y la variable cargo se encontraron diferencias significativas en todas las dimensiones de la escala, índice general de satisfacción laboral (F[3] = 5,763; p < 0,05), satisfacción intrínseca del trabajo (F[3] = 4,407; p < 0,05), satisfacción con las prestaciones (F[3] = 7,938; p < 0,05), satisfac-ción con el ambiente físico (F[3] = 4,618; p < 0,05), satisfacción con la supervisión (F[3] = 3,095, p < 0,05) y satisfacción con la participación (F[3] = 6,207; p < 0,05). Donde el índice general de satisfacción exhibe las puntuaciones más altas en la muestra, puntuando en el nivel “indiferente”, es en los trabajadores que ocupan cargos de Jefatura/Supervisor, Profesionales y Administrativos, en contraposición con los traba-

Tabla 1.Estadísticos descriptivos y Anova para los factores del Cuestionario de Evaluación de Riesgos Psicosociales en el Trabajo SUSESO-ISTAS 21 en la variable Sección. Sección N Media Desviación típica gl F Sig.Exigencias ChancadoPsicológicas Primario 1 51,07100 . 7 2,162 0,050 Chancado Secundario 22 46,52968 10,375883 Chancado Terciario 3 49,94000 13,403371 Administración 4 45,91475 5,049840 Recursos Humanos 1 22,67800 . departamento de Prevención de Riesgos 8 55,54638 12,660 SAG 1 y 2 (Molienda convencional y flotación) 26 44,45358 14,579 UPH (Unidad de proceso Hidrometalúrgico) 5 32,71380 7,701 Total 70 45,63734 12,997 Trabajo activo Chancado Primario 1 48,92800 . 7 3,628 0,002y posibilidades Chancadode desarrollo Secundario 22 50,44050 16,725764 Chancado Terciario 3 55,81300 11,294536 Administración 4 25,69900 11,030564 Recursos Humanos 1 44,40400 . departamento de Prevención de Riesgos 8 28,66750 8,947451 SAG 1 y 2 (Molienda convencional y flotación) 26 46,53565 13,331835 UPH (Unidad de proceso Hidrometalúrgico) 5 38,20200 10,880570 Total 70 44,33621 15,638905 Compensa- Chancado Primario 1 24,44400 . 7 2,731 0,015ciones Chancado Secundario 22 37,92886 17,983340 Chancado Terciario 3 73,51800 6,946348 Administración 4 26,11075 20,092573 Recursos Humanos 1 35,55500 . departamento de Prevención de Riesgos 8 29,86075 13,212977 SAG 1 y 2 (Molienda convencional y flotación) 26 41,28169 16,782237 UPH (Unidad de proceso Hidrometalúrgico) 5 32,55520 18,813420 Total 70 38,49167 18,359985

Page 30: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Rojas Paola et al.

14 9/16 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

jadores que se desempeñan en cargos Operativos/Ayudantes, quienes obtienen las puntuaciones más bajas en satisfacción laboral puntuando en el nivel “algo insatisfecho”. Como se observa en la Tabla 2, sólo se encontraron diferencias esta-dísticamente significativas entre la variable antigüedad laboral y las dimensiones satisfacción intrínseca del trabajo (F[3] = 3,354; p < 0,05) y satisfacción con las prestaciones (F[3] = 2,941; p < 0,05). En la variable sección se encontraron diferencias significativas en las dimensiones satisfacción con el ambiente físico (F[7] = 6,829; p < 0,05) y satisfacción con la participación (F[7] = 2,474; p < 0,05), además del índice general de la escala (F[7] = 4,381; p < 0,05). En donde el índice de satisfacción general se observa con menores niveles de satisfacción laboral es en los trabajadores de chancado terciario (media = 1,95) quienes muestran un nivel “muy insatis-fecho”, mientras que los trabajadores de la sección administración (media = 5,08) presentaron puntuaciones superiores categorizando en el nivel “algo satisfechos”. En cuanto a la dimensión satisfacción con el ambiente físico los trabajadores de la sección chancado primario (media = 2,00) presentaron los puntajes más bajos, cayendo en el nivel “bastante Insatisfecho”, mientras que los que mostraron puntajes superiores fueron los trabajadores de recursos humanos (media = 5,80) y prevención de riesgos (media = 5,88) que catego-rizan en el nivel “algo satisfecho” y los trabajadores de administra-ción (media = 6,20), quienes se sitúan en un nivel superior “bastante satisfecho”. Finalmente, en la dimensión satisfacción con la partici-pación los trabajadores que mostraron puntajes más bajos son los de la sección chancado terciario (media = 3,67) quienes se situaron en el nivel “algo insatisfechos”, mientras que en el nivel “bastante satis-fecho” se encuentran los trabajadores de administración (media = 6,33) y prevención de riesgos (media = 6,08), siendo estos quienes mostraron los puntajes más altos. En cuanto al análisis de los resultados de la correlación de la satis-facción laboral (evaluado por las 5 escalas del S20/23) con la dimen-sión trabajo activo y posibilidades de desarrollo, se encontraron correlaciones negativas significativas entre las 5 escalas, que son: satisfacción intrínseca del trabajo (r = -0,489, p < 0,05), satisfacción con las prestaciones (r = - 0,527, p < 0,05), satisfacción con el ambiente físico (r = -0,404, p < 0,05), satisfacción con la supervisión (r = -0,381, p < 0,05) y satisfacción con las participación (r = -0,459, p < 0,05), incluyendo el incide general de satisfacción (r = -0,593, p

< 0,05). Por lo tanto, a mayor riesgo psicosocial percibido en el trabajo y posibilidades del desarrollo menor es la satisfacción laboral en los trabajadores en todas las dimensiones de la escala. El análisis de los resultados de la correlación de Pearson entre apoyo social en la empresa y calidad de liderazgo y satisfacción laboral muestra una correlación negativa y significativa entre estas variables (r = -0,661, p < 0,05), con un grado de asociación moderado.De acuerdo al análisis de correlación entre compensaciones y satis-facción laboral, se puede establecer que se da una correlación nega-tiva entre la variable compensación y el índice general de satisfac-ción laboral; esta correlación es estadísticamente significativa y tiene un grado de asociación bajo (r = -0, 317, p < 0,05) Entre doble presencia y satisfacción laboral existe un bajo grado de asociación lineal, negativo y significativo (r = -0,319, p < 0,05).

CONCLUSIÓN Y dISCUSIÓN

Se describió los resultados en las 5 dimensiones del instrumento, donde exigencias psicológicas, apoyo social en la empresa y calidad de liderazgo, compensaciones y doble presencia se encuentran en rango medio de exposición a los factores de riesgo, mientras la dimensión trabajo activo y posibilidades de desarrollo se encuentra en un rango alto de exposición, es decir, los trabajadores en este factor están expuestos a la situación más desfavorable para la salud. Además, se encontró que existe relación significativa entre la dimen-sión Exigencias Psicológicas en cuanto a la sección, en la que el personal de Chancado Primario, Chancado Secundario, Chancado Terciario y Departamento de Prevención de Riesgos perciben una exposición media al factor, considerando que deben esconder emociones, evalúan que el nivel de complejidad y variabilidad y/o el tiempo establecido para realizar las tareas no es el más adecuado, al igual que la formación que requieren para realizar la ocupación. Mientras que en la sección de Administración, Recursos Humanos, SAG 1 y 2 y UPH esta percepción es diferente, ya que consideran que los procesos mencionados anteriormente son adecuados. Lo encon-trado se condice con el modelo inicial Demanda-Control40, donde la condición de mayor riesgo está dada por altas exigencias psicoló-gicas y bajo control de tarea, como es el caso de los trabajadores de niveles jerárquicos bajos.19 Por su parte, la dimensión Trabajo Activo y Posibilidades de Desarrollo obtuvo diferencias estadísticamente significativas en cuanto a las variables cargo y sección. Es así como los trabajadores del cargo Operario/Ayudante consideran que no tienen influencia sobre su trabajo ni en la relación con los compañeros, sienten que su trabajo no es fuente de oportunidades de desarrollo de sus habili-dades y conocimientos, sienten que no tienen influencia sobre los tiempos de descanso, como vacaciones o detenciones temporales; no experimentan sentido del trabajo, es decir, no lo pueden relacionar con otros valores o fines aparte de los puramente instrumentales y no se sienten implicados en la empresa.Asimismo, en relación a la variable sección los trabajadores Chancado Primario, Chancado Secundario, Chancado Terciario, Recursos Humanos, y SAG 1 y 2 comparten la evaluación en rangos altos de exposición al factor de riesgo Trabajo Activo y Posibilidades de Desarrollo, mientras que la sección Administración es la que muestra la condición más favorable para la exposición a este factor.Lo anteriormente expuesto coincide con lo expuesto por Moreno, Llorens y Moncada16, quienes señalan que los trabajadores manuales

Tabla 2.Estadísticos descriptivos y Anova para las dimensiones de la escala de satisfacción laboral en la variable antigüedad laboral. Antigüedad Laboral N Media Desviación típica gl F Sig.Satisfacción de 0 a 6 meses 10 4,80 1,274 3 3,354 0,022intrínseca Más de 6 mesesdel trabajo y hasta 2 años 31 4,08 1,608 Más de 2 años y hasta 5 años 56 4,99 1,112 Más de 5 años y hasta 10 años 3 5,00 1,000 Total 100 4,69 1,345 Satisfacción de 0 a 6 meses 10 3,82 1,318 3 2,941 0,037con las Más de 6 mesesprestaciones y hasta 2 años 31 2,92 1,240 Más de 2 años y hasta 5 años 56 3,80 1,476 Más de 5 años y hasta 10 años 3 4,00 1,778 Total 100 3,53 1,439

Page 31: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 9/16 15

tienen un nivel de control inferior al de trabajadores no manuales; esto se ve reflejado en la muestra pues se pudo establecer que mayo-ritariamente los trabajadores de los cargos Operario/Ayudante y de las secciones productivas (a excepción del área de recursos humanos) como Chancado Primario, Chancado Secundario, Chancado Terciario, SAG 1 y 2, cuyas tareas son principalmente manuales, identifican mayores riesgos en esta área en comparación con los trabajadores del área administrativa. En cuanto a la dimensión Compensaciones, se pudo observar diferen-cias significativas solo a nivel de la sección, siendo los trabajadores de Chancado Terciario quienes no sienten reconocimiento de los superiores y del esfuerzo realizado para desempeñar el trabajo, sintiendo inseguridad con respecto al contrato de trabajo (posibles despidos) e inseguridad en relación a las características mismas del trabajo (por ejemplo, cambios de lugar de trabajo, de turnos, etc.). Esta situación se explica a través del modelo esfuerzo recompensa de Siegrist7, que postula que el estrés laboral se produce porque existe una falta de balance (equilibrio) entre el esfuerzo y la recompensa obtenida, generándose desequilibrio a partir de un elevado esfuerzo, un salario inadecuado y un bajo control sobre el propio estatus ocupación, como puede ser el caso de los trabajadores de Chancado. En cuanto a la satisfacción de los trabajadores con su trabajo, se evidenciaron diferencias significativas a nivel de la variable cargo en todas las dimensiones, incluyendo el índice general de satisfacción, en donde los cargos que presentan los mayores niveles de satisfac-ción laboral son Jefatura/Supervisor, Profesionales y Administrador/Técnico, mientras que los que mostraron niveles más bajos fueron los cargos Operario/Ayudante. Lo anterior es coincidente con lo plan-teado por Sánchez y Muchinsky26 quienes proponen que los empleados con puestos con mayor estatus poseen niveles superiores de satisfacción que los trabajadores en puestos inferiores, debido a una mayor autonomía y posibilidades de liderazgo del puesto de trabajo.En relación a la variable sección, se encuentran diferencias estadísti-camente significativas en dos de las dimensiones de la escala (satis-facción con el ambiente físico y satisfacción con la participación) y en el Índice General, las que son: Satisfacción con el Ambiente Físico y Satisfacción con la Participación, en donde los trabajadores de las secciones Chancado Terciario, Chancado Secundario, Chancado Terciario y SAG 1 y 2 muestran los niveles más bajos de satisfacción; esto quiere decir que los trabajadores de esta sección se sienten a disgusto con el entorno físico y el espacio en el lugar de trabajo, la limpieza, higiene y salubridad, la temperatura, la ventilación y la iluminación. Lo anterior coincide con lo planteado por Muchinsky26 quien dice que todos los aspectos mencionados anteriormente afectan los niveles de satisfacción al ser incómodos y/o peligrosos y al no contar con herramientas e instalaciones adecuadas. Mientras que en relación a la otra dimensión (Satisfacción con la Participación), los trabajadores de Chancado Terciario, Chancado Secundario, Chancado Primario y SAG 1 y 2 están insatisfechos con la participa-

ción en las decisiones ya sea a nivel del grupo de trabajo o de las relacionadas con la tarea a realizar. Mientras que los trabajadores de las secciones Administración y Prevención de Riesgos expresan satis-facción en relación a lo mencionado anteriormente. Esto se condice con lo expuesto por Meliá y Peiró32 quienes plantean que la satisfac-ción con la participación viene dada por la capacidad para decidir aspectos relativos con el trabajo, participación en las decisiones rela-tivas al área de trabajo, grupo de trabajo y a la empresa, situación que no se da para las secciones de Chancado Primario, Secundario y Terciario y SAG 1 y 2 presumiblemente por la naturaleza de sus trabajos. En la relación entre las dos variables del estudio: Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral y sus respectivas dimensiones, se pudo observar que existe una correlación negativa significativa entre ellas. Lo anterior concuerda con las publicaciones encontradas, las que señalan que los factores de riesgo psicosocial influyen en la satisfac-ción laboral en contextos organizacionales en que las condiciones psicosociales, de seguridad y medio ambiente laboral físico implican riesgo para la salud de los trabajadores, como sería el caso del personal que desarrolla su trabajo en algunas áreas de la minería.8,21

Así tambien, el comportamiento de estas variables se pueden explicar a partir de la teoría general del estrés que integra los modelos Demanda-Control-Apoyo Social de Karasek y Theorell41 y Esfuerzo- Recompensa (ERI) de Siegrist42 ya que ambos explican la salud cuando se considera el ambiente psicosocial del trabajo, e identifican el control sobre los contenidos y las condiciones de trabajo, las exigencias psicológicas, el apoyo social, la escasez de recompensas obtenidas a cambio del esfuerzo invertido. Donde el riesgo psicoso-cial se entiende como el desajuste percibido por el trabajador entre los aspectos mencionados anteriormente.15 Lo que explicaría los bajos niveles de satisfacción laboral encontrados sobretodo en los niveles más bajos de la muestra. Una limitación del estudio es la distribución por sexos, estando casi en su totalidad conformada por hombres, representación que es habi-tual en minería, y que sería interesante de abordar en otro estudio. Además, debido a lo extenso del instrumento SUSESO-ISTAS 21 por su alto número de subdimensiones (20), para este estudio se optó por analizar sólo las 5 dimensiones. Se sugiere para futuras investigaciones, abordar el análisis de las subdimensiones, correlacionar con otros indicadores de salud ocupa-cional, como salud mental, y con indicadores de seguridad laboral, como tasa de accidentalibilidad u otros.Se recomienda además la posibilidad de utilizar metodología mixta, agregando levantamientos de información de tipo cualitativo, de esta forma, articulando ambas perspectivas, a fin de lograr un análisis más profundo y detenido de los datos observados. Por último, sería interesante comparar los resultados con otras empresas relacionadas al área de la minería e indagar, por ejemplo, similitudes y diferencias en contextos de extracción a rajo abierto y subterráneo.

1. Peiró JM, Bravo MJ. Factores psicosociales en la prevención de riesgos labo-rales: oportunidades y retos para la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Rev Psicol Trab Organ. 1999; 15(2):137-146.

2. Moreira JM, Alvarez MC. Clima organizacional y estrés en una unidad de alto riesgo.Emergencias. 2002;14: 6-12.

3. Salanova M. Organizaciones saludables, organizaciones resilientes. Gestión Práctica de Riesgos Laborales. 2009; 58:18-23.

4. Peiró JM. El Sistema de Trabajo y sus Implicaciones para la Prevención de los Riesgos Psicosociales en el Trabajo. Univ Psychol. 2004; 3(2):179-186.

REFERENCIAS

Page 32: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Rojas Paola et al.

16 9/16 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

5. Martín M, Vera J, Cano M, Molina C. Nuevos retos de las políticas de salud laboral en las organizaciones de trabajo: una aproximación al estrés laboral y al burnout en clave psicosocial. Revista Temas laborales. 2004; 75:187-211.

6. Meliá JL, Nogareda C, Lahera M, duro A, Peiró JM, Pou R, Salanova, Gracia d, de Bona JM, Bajo JC, Martínez-Losa F. Principios comunes para la evaluación de riesgos psicosociales en la empresa. Perspectivas de Intervención en Riesgos Psicosociales; Evaluación de Riesgos. Barcelona: Foment del Treball Nacional; 2006. p.13-36.

7. Levi L. Factores psicosociales y de organización. En: Sauter L, Murphy L, Hurrel J, Levi L, editores. Enciclopedia de la salud en el trabajo. Vol. 3. Madrid: Ministerio de trabajo y asuntos sociales;1998.

8. Cuenca R. Introducción a los riesgos laborales de naturaleza psicosocial. Madrid: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo; 1996.

9. Grupo de Trabajo de la comisión sobre Factores de Riesgo Psicosocial en el Trabajo del INSL. Procedimiento general de Evaluación de Riesgos Psicosociales. Pamplona: Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra; 2005.

10. Romero A. Control y gestión de los riesgos psicosociales. Gestión práctica de riesgos laborales [en línea] 2005 [consultado 15 mar 2009]; 16:1. Disponible en: http://www.graduados-sociales.com/ArticulosCO/ACO194_3.pdf

11. Salanova M, Grau R, Martínez I. demandas Laborales y Conductas de Afrontamiento: El Rol Modulador de la Autoeficacia Profesional. Psicothema. 2005;17:390-395.

12. Serra J. Los factores psicosociales como nuevos riesgos emergentes en el contexto del mundo globalizado[en línea] 2005 [consultado 27 mar 2010]. Disponible en:http://www.asepeyo.es/apr/apr0301.nsf/ficheros/PSI0510026% 20Factores%20psicosociales%20como%20nuevos%20riesgos%20emer-gentes%20en%20el%20mundo%20globalizado.pdf/$file/PSI0510026%20Factores%20psicosociales%20como%20nuevos%20riesgos%20emer-gentes%20en%20el%20mundo%20globalizado.pdf

13. Aranda C, Pando M, Salazar J, Torres T, Alderete M, Pérez M. Factores psicoso-ciales laborales y síndrome de burnout en médicos del primer nivel de atención. Investigación en Salud. 2004;6:28-34.

14. Villalobos G. Vigilancia epidemiológica de los factores psicosociales. Aproximación conceptual y valorativa. Cienc Trab. 2004;6:197-201.

15. Moncada S, Llorens C, Navarro A, Kristensen T. ISTAS 21: Versión en lengua castellana del cuestionario psicosocial de Copenhague Arch Prev Riesgos Labor[en línea] 2005 [consultado 10 nov 2009];8(1):19-21. Disponible en: http://www.scsmt.cat/pdf/8n1orig1.pdf.

16. Moreno N, Llorens C, Moncada S. Evaluar e intervenir sobre los riesgos psico-sociales: es necesario y posible. La metodología ISTAS21 (CoPsoQ). Barcelona: Comisión Obrera Nacional de Catalunya; 2000.

17. Fumagalli A. Bioeconomía y capitalismo cognitivo. Madrid: Traficantes de sueños; 2010.

18. Hernández, d, Salazar, Gómez, V. Relación entre los aspectos psicosociales del ambiente de trabajo y el riesgo cardiovascular en hombres. Revista Latinoamericana de Psicología. 2004;36:107-123.

19. Saavedra N, Fuentealba C, Perez J. Cuestionario de evaluación de Riesgos Psicosociales en el Trabajo. Santiago: Superintendencia de Seguridad Social; 2009

20. Juárez A. Factores psicosociales, estrés y salud en distintas ocupaciones: un estudio exploratorio. Investigación en salud.2007;9(1):56-64.

21. Ansoleaga J. Factores psicosociales laborales asociados a riesgo de sinto-matología depresiva en trabajadores de una empresa minera. Salud de los Trabajadores 2010;18:7-16.

22. Vera A, Sepúlveda R, Contreras G. Autorreporte de síntomas físicos y correlatos psicosociales en trabajadores de la minería. Cienc Trab. 2006;8:74-78.

23. Sánchez S. diseño de un modelo causal de satisfacción laboral: aplicación en el sector servicios; [tesis de doctorado]. Córdoba: Universidad de Córdoba; 2006.

24. Locke E. The nature and causes of job satisfaction. En: dunnette Md, editors. Handbook of Industrial and Organizational Psychology. Chicago, Rand McNally; 1976.

25. Bravo MJ, Peiró JM, Rodríguez I. Satisfacción laboral. En: Peiró J, Prieto F, editores. Tratado de psicología del trabajo, Vol. 1. La actividad laboral en su contexto. Madrid: Síntesis S.A.; 1996.p. 343-394.

26. Sánchez-Anguita A. Salud Laboral. Autoeficacia, Ansiedad y Satisfacción. Salamanca: Amarú Ediciones; 2006.

27. IBSON J et al. Organizaciones, conducta, estructura y proceso. México: Interamericana, 1985.

28. Pérez J. NTP 394: Satisfacción laboral: escala general de satisfacción [en línea]. Madrid: INSHT; 2006 [consultado 31 oct 2010]. Disponible en: www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/.../NTP/.../ntp_394.pdf.

29. Caballero K. El concepto de "satisfacción en el trabajo" y su proyección en la enseñanza. Profesorado. 2002;6:1-10.

30. Ruzafa M, Madrigal M, Valendrino A, López L. Satisfacción laboral de los profe-sionales de enfermería españoles que trabajan en hospitales ingleses. Gaceta Sanitaria. 2008; 22:434-442.

31. Fernández B, Paravic T. Nivel de satisfacción laboral en enfermeras de hospi-tales públicos y privados de la provincia de Concepción, Chile. Ciencia y Enfermería 2003;2:57-66.

32. Meliá JL, Peiró JM. La medida de la satisfacción laboral en contextos organiza-cionales: El Cuestionario de Satisfacción S20/23. [The measurement of job satisfaction in organizational settings: The S20/23 Job Satisfaction Questionnaire]. Psicologemas.1989; 5:59-74.

33. Chiang M, Salazar C, Núñez A. Clima organizacional y satisfacción laboral en un establecimiento de salud estatal: hospital tipo 1. Universidad del Bío-Bío, Chillán. Theoria. 2007;16: 61-76.

34. Machuca P, Vera A. Cultura organizacional, estilos de dirección. Trabajo en equipo, contenido del puesto de trabajo, satisfacción laboral y factores psico-sociales: un estudio empírico de la calidad de vida laboral en una empresa financiera. [Tesis de magíster de administración]. Santiago: Universidad Diego Portales; 2001.

35. García J, Berríos M. El Significado del Trabajo en Personas con Patrón de Conducta Tipo A. Psicothema. 1999; 11(2):357-366.

36. Chile. SUSESO. Cuestionario para diagnosticar la "salud psíquica" de la empresa [en línea] Santiago: SUSESO; 2009 [consultado 10 nov 2009]. Disponible en http://www.suseso.cl/OpenNews/asp/pagDefault.asp?argInstanciaId=1&argNoticiaId=197&argEdicionId=49

37. Cano A. Factores psicosociales que inciden en el estrés laboral [en línea]. Madrid: SEAS; 2002 [consultado 10 ene 2011]. Disponible en: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:zu9IQMhSml4J:www.ucm.es/info/seas/estres_lab/fact_psicosoc.htm+saisfaccion+laboral+y+factores+psicosociales+mineros&cd=3&hl=es&ct=clnk.

38. El estrés afecta más a mineros, albañiles y policías [en línea]; Eroski Consumer. Vizcaya:Fundación Eroski; 2008 [consultado 19 ene 2011]. Disponible en http://www.consumer.es/web/es/salud/2001/07/15/44605.php.

39. Pérez J. El método de evaluación e intervención psicosocial SUSESO ISTAS 21. Santiago: Emerge Asesores; 2010.

40. KARASEK R. Job demands, job decision latitude, and mental strain: Implications for job redesign. Admin Sci Quart. 1979; 24:285-309.

41. KARASEK R, THEORELL T. Healthy work. Stress, productivity, and the reconstruc-tion of working life. New York: Basic Books; 1990.

42. Siegrist, J. Adverse health effects of high-effort/low-reward conditions. J Occup Health Psychol. 1996; 1(1):27-41.

Referencias ComplementariasAnaya d, Suárez J. Satisfacción laboral de los profesores de educación infantil ,

primaria y secundaria: un estudio de ámbito nacional. Revista de Educación (Madrid) 2007;(344):217-243.

Organización Internacional del Trabajo (OIT). Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo. Vol. 4. Madrid: Ministerio del Trabajo y Asuntos Sociales OSHA; 1998.

Peiró JM. desencadenantes del estrés Laboral. Madrid: Edics. Pirámide; 2000.UGT. Observatorio permanente de riesgos psicosociales. Guía sobre factores y riesgos

psicosociales. Madrid: Comisión Ejecutiva Confederal de UGT; 2006.Vega S. NTP 603: Riesgo psicosocial: el modelo demanda-control-apoyo social (I) [en

línea]. Madrid: INSHT; 2003 [consultado 25 sep 2010]. Disponible en: http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/documentacion/FichasTecnicas/NTP/Ficheros/601a700/ntp_603.pdf.

REFERENCIAS

Page 33: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 17/20 17

De esta forma, el clásico trabajo en serie comienza a disgregarse y surgen diversas formas de trabajo que comienzan a insertarse con más fuerza en el mercado laboral. Algunos factores que han incidido en las transformaciones del trabajo son: el desarrollo de la informática y las diversas tecnologías en los procesos produc-tivos que han posibilitado la producción altamente flexible y variable; el mayor movimiento rotatorio de los vínculos laborales, lo que genera la intermediación laboral, la terciarización del empleo o la existencia de más de un empleador frente a un mismo trabajador; los sistemas de remuneraciones pasan de pagos por jornada de tiempo a remuneraciones por rendimiento y/o vincu-ladas a la rentabilidad de las empresas; el aumento de la partici-pación de la mujer en el mercado laboral, que ha contribuido a transformar el modelo patriarcal en el contexto laboral; los cambios en los estilos de vida y las mayores expectativas de las mujeres de un desarrollo personal y profesional también han generado nuevas dinámicas de empleo.2,3 En relación a lo anterior,

Correspondencia / Correspondence:Lizet Véliz-Rojasdepartamento de Enfermería. Universidad de Concepción, Chile.Villa San Bartolomé, Los Arrecifes #404, La Serena. Chile.e-mail: [email protected]. Recibido: 12 diciembre 2013 / Aceptado: 01 de Febrero 2014

Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del TrabajoATYPICAL JOBS IN CHILE: A CHALLENGE FOR OCCUPATIONAL HEALTH ANd WORK NURSING

Lizet Véliz-Rojas1, Sandra Valenzuela Suazo2, Tatiana Paravic Klijn3

1. Becaria CONICYT, Programa de doctorado en Enfermería. departamento de Enfermería. Universidad de Concepción, Chile. E-mail: [email protected]. 2. departamento de Enfermería. Universidad de Concepción, Chile. E-mail: [email protected]. departamento de Enfermería. Universidad de Concepción, Chile. E-mail: [email protected]

RESUMENObjetivo: El presente artículo se propone analizar las diversas formas de trabajo atípico, tales como el subcontrato o tercerización, el tra-bajo a domicilio y el teletrabajo, los cuales se caracterizan principal-mente por tener una fuerza laboral femenina y representan un tipo de empleo emergente en Chile. Método: Se realizó un método de revisión narrativa consultando a diversas bases de datos, páginas web de organizaciones gubernamen-tales y no gubernamentales, y textos relacionados con la temática.Desarrollo: Se enuncian los diversos factores asociados al desarrollo de este tipo de trabajo. Se analizan algunas formas de trabajos atípi-cos. Finalmente se presentan implicancias para enfermería y algunas estrategias abordadas con enfoque interdisciplinar para favorecer el bienestar de los trabajadores que se desempeñan en tareas atípicas.Conclusiones: Este tipo de trabajo expone a los trabajadores a un alto grado de vulnerabilidad y que lamentablemente tienen un escaso abordaje en salud. Se observa la necesidad de desarrollar investiga-ciones interdisciplinarias que aporten en la implementación de polí-ticas públicas y diversas estrategias que permitan favorecer la salud y el bienestar de los trabajadores atípicos.

(Véliz-Rojas L, Valenzuela S, Paravic T, 2014. Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 17-20).

Palabras clave: ENFERMERÍA DEL TRABAJO, SALUD LABORAL, TRABAJO, EMPLEO ATÍPICO.

ABSTRACTObjective: This article aims to analyze the diverse form of atypical work, such as subcontract or outsourcing, homeworking and tele-working, which is mainly characterized by having a female work-force and represent a type of emergent employment in Chile.Method: It was used a narrative review method by consulting vari-ous databases , web pages from governmental and non-governmen-tal organizations , and texts related to the topic.Development: Various factors associated with the development of this work were stated. Some forms of atypical work are analyzed. Finally, implications for nursing and some strategies addressed with interdisciplinary approach to favor the welfare of workers in atypical tasks are presented.Conclusions: This type of work exposes workers to a high degree of vulnerability and unfortunately they have limited health approach. It is observed the need to develop interdisciplinary research that contributes to the implementation of public policies and different strategies to favor the health and welfare of atypical workers.

Key words: OCCUPATIONAL NURSING, OCCUPATIONAL HEALTH, WORK, ATYPICAL EMPLOYMENT.

INTROdUCCIÓN

El significado de trabajo ha tenido diversas concepciones acorde al contexto histórico-cultural. En la actualidad, la idea de trabajo ha ido en paralelo a los cambios de la globalización que han enfrentado los Estados, la economía y la sociedad en general.1,2

Page 34: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Véliz-Rojas Lizet et al.

18 17/20 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

se puede decir que el modelo clásico de empleo que satisfacía las necesidades del “hombre” proveedor con estabilidad, desarrollo de carrera y salario adecuado para mantener a la familia está actual-mente siendo reemplazado por los trabajadores atípicos que laboran principalmente en trabajos secundarios.2 El presente artículo tiene como propósito conocer las diversas formas de trabajo atípico, analizando sus implicancias para la enfermería laboral y la salud pública. El desarrollo de este artículo se sustentó en lo que la literatura ha descrito sobre este fenómeno, se consultaron diversas bases de datos y textos relacionados con el tema.

dESARROLLO

El trabajo atípico es aquel empleo que se aleja en al menos una característica del trabajo estándar o normal, como: contrato de duración indefinida, un solo empleador y un solo lugar de desem-peño de trabajo, régimen de jornada completa, organización de trabajo rígida, previsión social y protección legal, posibilidad de existencia de sindicato, de ejercer derechos sindicales y negociar colectivamente.4 Es importante diferenciar el trabajo atípico del empleo precario, ya que habitualmente son utilizados como sinónimos. Autores identi-fican cuatro elementos básicos en la determinación de un empleo precario: tiempo de trabajo reducido o gran riesgo en la pérdida del empleo, pocas posibilidades del trabajador de controlar las condiciones de empleo, seguridad social no garantizada, y cuando los ingresos están relacionados con condiciones de pobreza. Acorde a lo anterior, se puede decir que hay ciertas tendencias de empleos atípicos que pueden categorizarse como empleos preca-rios.4-6 El trabajo atípico puede generar tres elementos que implican un riesgo para el trabajador: la inestabilidad, la insegu-ridad y la insuficiencia.3 La inestabilidad, se refiere a que no puede existir un contrato de trabajo de duración indefinida, por tanto, el empleo puede interrumpirse en cualquier momento, lo que afecta la natural necesidad de las personas de proyectar en el tiempo la estabilidad del empleo como soporte económico indispensable para el desarrollo de su vida individual o familiar.3 La inseguridad se relaciona a la falta de protección en materia de seguridad social, en relación al sistema de pensiones y la protección de la salud, al seguro de desempleo o al seguro por accidentes del trabajo y enfer-medades profesionales.3 La insuficiencia se considera como el bajo nivel de los ingresos percibidos para hacer frente a las necesidades materiales de subsistencia del trabajador y de su grupo familiar, ya que los montos percibidos suelen ser inferiores al ingreso mínimo determinado por el ordenamiento jurídico, o bien, discontinuos en el tiempo, lo que va en desmedro de condiciones de ingreso.3 Autores han descrito que en los contratos atípicos, la fuerza de trabajo podría llegar a neutralizar la organización de los trabaja-dores o la formación de sindicatos, dado que este modelo acentúa la individualización, rompiendo con la solidaridad de los/as traba-jadores/as.7

En Chile existen diversas formas de contratación atípicas: Los contratos de duración determinada, la subcontratación, el trabajo a domicilio y el teletrabajo. No todas estas formas de contratación se encuentran incorporadas en un marco legal, lo cual conlleva a la vulnerabilidad de los trabajadores y la posibilidad de caer en un empleo precario. Entre los contratos de duración determinada se encuentran el contrato a plazo fijo y el contrato por obra, faena o servicio. La

principal diferencia entre ambas modalidades de contratación consiste en el momento en el que va a terminar el tipo de trabajo. En ambos contratos es apreciable determinar una naturaleza intrínseca de duración netamente temporal de la relación laboral. En Chile se observan diferencias en el tipo de contrato entre hombres y mujeres. Mientras que los hombres se emplean en las actividades que utilizan con mayor frecuencia el contrato por obra o faena tales como la agricultura, la minería, construcción, entre otras, las mujeres se emplean en actividades que utilizan con mayor porcentaje el contrato a plazo fijo como la educación, la pesca, servicios comunitarios, actividades inmobiliarias, empresariales, de alquiler, entre otras.8 Sin duda este tipo de contrato refleja la división sexual del trabajo. En relación a la subcontratación, esta se refiere a la situación en que una empresa dueña de una obra o faena (empresa usuaria) contrata a otra empresa, denominada contratista, mediante un contrato civil o comercial para que ejecute a su cuenta y riesgo, con sus propios trabajadores, un determinado trabajo o servicio, pudiendo esta última, a su turno, contratar a otra empresa para que lleve a cabo el trabajo o servicio requerido.9,10 Este concepto nos hace visualizar que la relación clásica entre empleador y trabajador se ve intermediada por un tercero, estableciéndose una relación laboral triangular o tercerización. Valenzuela y Reinecke señalan que las mujeres tienden a concentrarse en actividades subcontratadas de bajos niveles de especialización, en condiciones de trabajo desmedradas desde el punto de vista del salario y de la protección de seguridad social, en condiciones riesgosas y desprotegidas desde la perspectiva de la seguridad e higiene. La proporción de mujeres tiende a aumentar conforme se desciende hacia los segmentos inferiores de la pirámide de la subcontratación, y las microempresas tienen una mayor femi-nización.11 En Chile, la ley n° 20.123, que regula la subcontratación, genera un sistema de protección al trabajador en régimen de subcon-tratación, en el cual la empresa usuaria debe actuar con responsabi-lidad solidaria y subsidiaria, es decir, que debe responder a los trabajadores cuando la empresa contratista no cumple con el contrato firmado con sus trabajadores. Además, la empresa usuaria debe adoptar las medidas necesarias para proteger la vida y salud de todos los trabajadores.12 El trabajo a domicilio, según el Convenio n° 177 de la OIT (1996), es aquel trabajo que una persona realiza en su domicilio o en otro local distinto al lugar de trabajo del empleador, a cambio de una remune-ración, con el fin de elaborar un producto o prestar un servicio conforme a las especificaciones del empleador, independientemente de quién proporcione el equipo, los materiales u otros elementos utilizados para ello, a menos que esa persona tenga el grado de auto-nomía y de independencia económica necesario para ser considerada como trabajador independiente en virtud de la legislación nacional o de decisiones judiciales.13 El trabajo a domicilio existe desde los albores del capitalismo14 y se ha caracterizado por tener una fuerza laboral femenina. Las trabajadoras a domicilio son mujeres en edad reproductiva, con hijos pequeños y con restricciones de movilidad territorial.11,15 Si bien este tipo de trabajo pareciera ser apropiado para compatibilizar el trabajo con la vida familiar, presenta una serie de inconvenientes para la trabajadora, tales como: asumir los costos de la producción, obtener contratos informales, disminución de la parti-cipación en organizaciones sindicales y finalmente, puede producirse una difusión entre la separación de la vida familiar y la esfera del trabajo, invisibilizando el trabajo de la mujer, lo cual no contribuye a generar una distribución de tareas domésticas entre los miembros de la familia. Este tipo de trabajo puede provocar estrés y aislamiento de las trabajadoras.8 En Chile, el trabajo a domicilio se reguló por

Page 35: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Trabajos Atípicos en Chile: Un desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 17/20 19

primera vez en 1931 cuando se lo incluyó en el primer código del trabajo.16 Este texto legal contempló disposiciones expresas relativas al trabajo a domicilio, las que consideraban esta prestación como una especie de contrato de trabajo. Esta normativa se mantuvo en vigencia hasta 1981, año en que la ley Nº 18.018 derogó el párrafo que reconocía y regulaba el contrato de trabajo a domicilio y, al mismo tiempo, modificó el decreto de ley N° 2.200, estableciendo que no da origen al contrato de trabajo a domicilio. En 1990 se efectuó una modificación menor en el último decreto de ley que distingue entre “los servicios que se efectúan discontinua o esporádicamente a domicilio que no dan origen al contrato de trabajo” y los que tienen habitualidad expresando que “no hace presumir la existencia de contrato de trabajo los servicios prestados en forma habitual en el propio hogar de las personas que los realizan o en un lugar libre-mente elegido por ellas, sin vigilancia, ni dirección inmediata del que los contrata”. Resultado de esta evolución legislativa es que en la actualidad, Chile no tiene regulación laboral específica del trabajo a domicilio.16

Respecto al teletrabajo, es definida por la OIT como cualquier trabajo efectuado en un lugar donde, lejos de las oficinas o talleres centrales, el trabajador no mantiene contacto personal con sus colegas, pero puede comunicarse con ellos a través de las nuevas tecnologías.17 El teletrabajo se caracteriza por cuatro elementos, a saber: espacialidad, que se refiere a laborar en un lugar distinto de la empresa; uso de TIC´s, es decir, que requiere del uso de la informática y telecomuni-caciones; la habitualidad, en que la forma de trabajo se realiza casi todo el tiempo de la misma forma; y la organización, referente a un nuevo modelo de organización del trabajo debido al uso de tecnolo-gías.17,18 A pesar que el teletrabajo aparece como una nueva forma de organización del trabajo y que presenta algunos aspectos positivos como el bienestar del trabajador, flexibilidad laboral, y un mayor equilibrio entre el trabajo y las obligaciones familiares. También es posible que se deterioren las condiciones de trabajo al provocar, por ejemplo, el aislamiento del trabajador, eliminar sus posibilidades de hacer carrera, imponerle contratos con condiciones menos favora-bles, u obligarle a pasar de la situación de asalariado a la de traba-jador por cuenta propia o independiente sin protección social. En Chile, el teletrabajo es reconocido en el año 2001 a través de la ley N° 19.759 promulgada el año 2001, pero esta ley aún no ha sido regulada. El actual Código del Trabajo no recoge ampliamente esta modalidad de empleo, dejando de lado aspectos tales como la espe-cificación de los tipos de contratos, cantidad de horas de trabajo, prevención de riesgos y accidentes laborales, delitos informáticos, entre otros elementos.19 Lo analizado anteriormente revela, por un lado, que la mayoría de los trabajos atípicos ocasiona inestabilidad laboral que podría repercutir en la economía del hogar. Por otro lado, la salud de los trabajadores puede verse afectada de diversas formas, como por ejemplo problemas de salud mental, una baja calidad de vida, entre otros.20-23 La litera-tura da cuenta que la información estadística e investigaciones sobre los trabajos atípicos en Chile es escasa, lo que puede representar una barrera en el desarrollo de políticas públicas y estrategias que permitan mejorar la calidad de vida y bienestar de los trabajadores atípicos.

Trabajos atípicos y sus implicancias para enfermería del trabajoLa salud laboral se preocupa de la búsqueda del máximo bienestar posible para el trabajador, tanto en la realización del trabajo como las consecuencias de este, en los planos físico, mental y social.24 Al respecto, la enfermería del trabajo tiene como principales obje-

tivos conservar la salud del trabajador, prevenir y otorgar atención a los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y favo-recer la rehabilitación.25 Estos aspectos se encuentran enmarcados dentro de los cuidados de enfermería, desde una perspectiva holís-tica e integral. Los cuidados de enfermería en la salud de los trabajadores adquiere relevancia a nivel internacional, diversos organismos tales como la OMS y la OIT señalan que el derecho fundamental de cada trabajador es recibir los estándares más altos de cuidados de salud en su ámbito de trabajo.26 Tradicionalmente estos cuidados de enfermería se han enfocado en la promoción de la salud, prevención de enfermedades y accidentes en las empresas, en la vigilancia de enfermedades profesionales y accidentabilidad laboral y la atención directa en las unidades de urgencias e intrahospitalaria. Sin embargo, se hace necesario desarrollar estra-tegias de cuidados en enfermería orientadas al actual estado del trabajo que implican las nuevas organizaciones macro y microeco-nómicas. Como se analizó anteriormente, estos trabajadores en general no se encuentran la mayor parte del tiempo en la empresa, ya sea porque su contrato es por un corto periodo, o simplemente porque trabaja en su domicilio. Al respecto surgen algunas dificul-tades en la aplicación de los cuidados de enfermería, tales como: escasos indicadores, insuficientes investigaciones acerca de este fenómeno, y no contar con un grupo cautivo de trabajadores atípicos en la empresa. Las clásicos cuidados de enfermería orien-tados a la higiene y seguridad en el trabajo en una empresa deben comenzar a ampliarse, enfocándose no sólo en el ámbito del trabajo de los trabajadores atípicos, sino que también en los aspectos integrales de la persona que implica lo social, lo ético, lo cultural, entre otros elementos. De acuerdo a lo señalado, para la enfermería del trabajo preocu-parse actualmente por los problemas de salud de los trabajadores implica superar la visión respecto a las formas tradicionales del trabajo, incorporando en los cuidados de enfermería la necesidad de una evaluación que considere las diversas formas de trabajo, poniendo en el tapete estos nuevos fenómenos sociales en torno al trabajo que se abren en la actualidad.

Algunas estrategias para favorecer la salud de los trabaja-dores atípicosSin duda que la elaboración de leyes laborales y políticas públicas resultan esenciales para proteger a los trabajadores atípicos; sin embargo, se hace necesario elaborar estrategias de carácter integral y multidisciplinarias que permitan aportar en el desarrollo de polí-ticas públicas y estrategias que favorezcan directa e indirectamente en la salud y bienestar de estos trabajadores, como por ejemplo: realizar investigaciones interdisciplinarias que permitan comprender y conocer la realidad del fenómeno “trabajo atípico”, que den cuenta de la magnitud, frecuencia e impacto del problema, así como el perfil del trabajador, sus condiciones laborales, calidad de vida, entre otros, y que puedan vincular de manera más clara el efecto de las prácticas empresariales y las políticas económicas neoliberales en la salud de los trabajadores atípicos. También es relevante considerar los factores sociales que se relacionan con este fenómeno, tales como el modelo económico actual, desigualdades sociales, ambiente de trabajo, organizaciones de salud, género, migración, etnia, etc.; fortalecer a los equipos de salud especialistas en el ámbito de la salud de los trabajadores respecto al desarrollo de nuevas habilidades y competencias para que puedan hacer frente a los grupos especiales, como los subcontratistas y los trabajadores a domicilio, para que puedan evaluar y responder a los cambios en

Page 36: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Véliz-Rojas Lizet et al.

20 17/20 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

la tecnología, los sistemas de trabajo y la demografía de la fuerza laboral, para hacer frente, al mismo tiempo, a los riesgos laborales que pueden ocasionar los periodos de latencia en el trabajo y los trabajos transitorios; sensibilizar a la sociedad sobre el trabajo decente y los derechos del trabajador, así como también sobre las leyes contractuales vigentes, entre otros.

CONCLUSIONES

Las nuevas formas de producción y los sistemas de organización del trabajo en las empresas, que pasaron de una producción en serie a una disgregada, han producido cambios en la estabilidad del empleo, la definición de tareas, la intensidad del trabajo, los deberes de los trabajadores, los acuerdos contractuales y las formas de pago, lo cual puede afectar la calidad de vida de las personas. Estos cambios han ido acompañados de una sensibilidad pública que ha puesto en cuestión las transformaciones producidas en la economía y en las empresas, las nuevas modalidades de trabajo y

de las condiciones laborales. Al respecto, los estados no han sido indiferentes y varios han desarrollado marcos legislativos que se enfocan esencialmente en definir y legislar sobre el empleo, las formas de contratación, las responsabilidades de las empresas frente a sus trabajadores y los derechos de los trabajadores. Sin embargo, estos nuevos tipos de trabajo, en general, se desarrollan de manera precaria, inestable, con bajos sueldos, restringiendo las relaciones interpersonales laborales y originando una separación difusa entre la vida familiar y el trabajo, lo que se traduce final-mente en una baja percepción de la calidad de vida por parte de los trabajadores. El marco legislativo constituye un factor clave para la protección de los derechos del trabajador y la mejora en las condiciones de trabajo. Sin embargo, se pueden implementar diversas estrategias desde la salud laboral y la enfermería del trabajo que puedan favo-recer la calidad de vida de los trabajadores, tales como investiga-ciones interdisciplinarias, sensibilización social, capacitaciones y perfeccionamiento en trabajadores atípicos, educación para la salud en las empresas, entre otras.

http://www.ilo.org/ilolex/cgi-lex/convds.pl?C177.14. Tomei M. El trabajo a domicilio en países seleccionados de América latina.

Una visión comparativa. Ginebra: OIT; 1999.15. Chile. Centro de Estudios de la Mujer (CEM). Caracterización del trabajo a

domicilio y mujeres. Santiago: Gobierno de Chile-SENSE; 2003.16. Henríquez H. Riquelme V. Gálvez T. Selamé T. Trabajadores a control remoto.

El trabajo a domicilio. Santiago: Dirección del trabajo; 2001. (Cuaderno de investigación; 9).

17. Morales G, Romanyk K. Una mirada a la figura del teletrabajo. Santiago: Dirección del Trabajo; 2011. (Informe de actualidad laboral; 1).

18. Rubio R. La transformación de los mercados laborales: el teletrabajo y sus alcances para el caso de Santiago, Chile. Rev Geogr Norte Gr. 2010; 45:119-134.

19. Chile. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. Asesoría Técnica Parlamentaria. Teletrabajo: regulación en Chile [on line]. Santiago: Biblioteca del Congreso; 2010 [citado 02 Abr 2012]. Disponible en: http://bloglegal.bcn.cl/content/view/1122299/Teletrabajo-Regulacion-en-Chile.html.

20. Ferrie J, Shipley M, Stansfeld S. Effects of chronic flexible employment and change in job security on self-reported health, minor psychiatry morbidity, physicological measures, and health related behaviours in british civil servants: The Whitehall ll study. J Epidemiol Commun H. 2002;56:450-4.

21. Benavides F, Benach J, diez-Roux A. How do types of employment relate to health indicators? Findings from the second European survey on working conditions. J Epidemiol Commun H. 2000;54:495-501.

22. Quinlan M, Mayhew C, Bhole P. The global expansion of precarious employ-ment, work disorganization and occupational health: a review of recent research. Int J Health Serv. 2001;31(2):335-414.

23. Virtanen M, Kivimäki M, Joensuu M, Virtanen P, Elovainio M, Vahtera J. Temporary employment and health: a review. Int J Epidemiol. 2005; 34:610-22.

24. Parra M. Conceptos básicos en salud laboral. Santiago: OIT; 2003.25. Montelongo M, Galviz I. La importancia y significación de la enfermería

industrial. B Ofic Sanit Panam. 1965:314-322.26. González Caballero Javier. Aplicación de los diagnósticos de enfermería en el

ámbito de la salud laboral: Ejemplos de prescripción enfermera. Med segur trab. 2010;56(221): 328-346.

1. Neffa J. Actividad, trabajo y empleo: algunas reflexiones sobre un tema en debate. Orientación y sociedad. 1999;1(1):127-161.

2. ernandes Ângela Cristina Puzzi, Monteiro Maria Inês. Capacidade para o trabalho entre trabalhadores de um condomínio de empresas de alta tecno-logia. Rev bras enferm. 2006; 59(6):752-756.

3. Caamaño E. Las transformaciones del trabajo, la crisis de la relación laboral normal y el desarrollo del empleo atípico. Rev Derecho (Valdivia). 2005;18(1):25-53.

4. ONU-CEPAL. El trabajo a tiempo parcial en Chile, ¿Constituye empleo precario?; reflexiones desde la perspectiva de género. Santiago: CEPAL; 2000. (Serie mujer y desarrollo).

5. Rodgers G, Rodgers J. Precarius Jobs in labour market regulation. The growth of atypical employment in Western Europe. Geneva: ILO;1989.

6. Guerra P. La precarización en el empleo: Algunas conclusiones y un intento de operacionalización. En: El empleo precario y el empleo atípico; una revi-sión bibliográfica y propuesta para el debate. Santiago: PET; 1994. (Documento de trabajo; 105).

7. Añez C. Las estrategias de flexibilización laboral en las empresas de confec-ción de ropa. Revista de Ciencias Sociales. 2006;12(3):534-562.

8. Chile. dirección del Trabajo. Sexta encuesta laboral ENCLA 2008; informe de resultados [en línea]. Santiago: Dirección del Trabajo; 2009 [citado 04 Abr 2012]. disponible en: http://www.dt.gob.cl/documentacion/1612/articles-95958_archivo_fuente.pdf

9. Ugarte J. Sobre relaciones laborales triangulares: la subcontratación y sumi-nistro de trabajadores. Ius et Praxis. 2006;12(1):11-29.

10. Caamaño E. La ley de subcontratación y la tutela de los derechos fundamentales de los trabajadores de servicios transitorios. Ius et praxis. 2007;13(2):157-194.

11. Valenzuela M, Reinecke G. ¿Más y mejores empleos para las mujeres? La experiencia de los países del Mercosur y Chile. Santiago: OIT; 2000.

12. Chile. Ministerio del Trabajo y previsión social. Ley 20.123: Regula trabajo en régimen de subcontratación, el funcionamiento de las empresas de servicios transitorios y el contrato de trabajo de servicios transitorios [on line]. Santiago: Ministerio del Trabajo y Previsión Social; 2006 [citado 06 Abr 2012]. Disponible en: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=254080.

13. Organización Internacional del Trabajo (OIT). Convenio sobre el trabajo a domicilio. [on line]. Ginebra: OIT; 1996 [citado 04 Abr 2012]. Disponible en:

REFERENCIAS

Page 37: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 21/27 21

Correspondencia / Correspondence:Lorena HoffmeisterEscuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad MayorJosé Toribio Medina 38, Santiago. ChileTel.: (56-2) 23281788e-mail: [email protected] Recibido: 13 de diciembre 2013 / Aceptado: 09 de Enero de 2014

Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en ChileFACTORS ASSOCIATEd WITH ACCIdENTS, ILLNESS ANd ABSENTEEISM: ANALYSIS OF A COHORT OF FORMAL WORKERS IN CHILE

Lorena Hoffmeister1, Carolina Vidal1, Clelia Vallebuona1, Nelly Ferrer2, Pamela Vásquez, MsC1, Gabriela Núñez2

1. Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad Mayor. Santiago, Chile.2. Asociación Chilena de Seguridad, Chile.

RESUMENObjetivo: Estimar la asociación entre factores de riesgo y la ocurren-cia de enfermedades, accidentes y ausentismo laboral en trabajadores formales. Método: Estudio de cohorte retrospectiva usando dos fuen-tes de información: registro de evaluaciones ocupacionales preventi-vas y de episodios de accidentes y enfermedades laborales (2009-2012). Se realizó un análisis descriptivo de variables de salud y de factores de riesgo. Regresiones logísticas para la ocurrencia de enfermedades y accidentes. Se usó una regresión Poisson-cero-inflado para el ausentismo laboral. Resultados: los ≥ 60 años tienen un exceso de riesgo de enfermedad laboral (OR-ajustada 19,18 respecto a ≤ 30 años) y los sedentarios una OR-ajustada 1,75. Los ≤ 30 años tienen una OR-ajustada de 1,38, los que tienen circunferencia de cintura (CC) superior a la recomendada una OR-ajustada de 1,31 y los seden-tarios 1,23 para la probabilidad de accidentes de trabajo. Las mujeres tienen una OR-ajustada 1,99 y CC-superior 1,29 para la probabilidad de accidente de trayecto. Ser mujer (IRR 1,45), tener ≥ 60 años (IRR 2,69), trabajar en actividades inmobiliarias (IRR 2,37) y en explota-ción de minas (IRR 2,38), tienen una probabilidad mayor de más días de ausentismo. Conclusiones: Factores no modificables (sexo y edad), junto con factores modificables, como el sedentarismo y el estado nutricional, contribuyen a eventos laborales no deseados.

(Hoffmeister L, Vidal C, Vallebuona C, Ferrer N, Vásquez P, Núñez G, 2014. Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 21-27).

Palabras clave: SALUD LABORAL, FACTORES DE RIESGO, ACCIDENTES DE TRABAJO, ENFERMEDADES PROFESIONALES, AUSENTISMO LABORAL, ESTUDIO DE COHORTE.

ABSTRACTObjective: To determine the association among lifestyle-related risk factors and the occurrence of occupational diseases, accidents and absenteeism in a cohort of formal workers.Method: A retrospective cohort study was carried out by using two information sources: a registry of preventive occupational evaluations and another registry of episodes of occupational accidents and diseases (2009-2012). A descriptive analysis was performed of health variables and risk factors. Logistic regressions were used to calculate the likeli-hood of occupational accidents and diseases and a zero-inflated Poisson regression was used to model occupational absenteeism.Results: A total of 47.221 workers were included, of which 86,3% were men. The mean follow-up was 1,96 years. Workers aged ≥60 years had an excess risk of occupational diseases, with an OR of 19.18 compared with workers aged ≤30 years, while sedentary workers had an OR of 1,75. The likelihood of occupational accidents was higher in workers younger than 30 years (OR 1,38), those with a waist circumference (WC) higher than recommended (OR 1,31) and those who were seden-tary (OR 1,23). Women had an OR of 1.99 and those with a WC higher than recommended had an OR of 1,29 for the likelihood of a commuting accident to and from work. Female sex (IRR 1,45), age ≥60 years (IRR 2,69), and working in the property sector (IRR 2,37) and in mining (IRR 2,38) conferred a higher probability of absenteeism.Conclusions: Unmodifiable factors (age and sex), as well as modifiable factors, such as sedentariness and nutritional status, contribute to undesired occupational events.

Key words: OCCUPATIONAL HEALTH, RISK FACTORS, WORK ACCIDENTS, OCCUPATIONAL DISEASES, ABSENTEEISM, COHORT STUDY.

INTROdUCCIÓN

Los resultados entregados por la Encuesta Nacional de Salud (ENS 2009-2010)1 y la Encuesta sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de Vida de los Trabajadores y Trabajadoras en Chile

(ENETS 2009-2010)2 muestran preocupantes cifras del estado de salud de la población chilena adulta. Los resultados de la ENETS, encuesta representativa de población trabajadora de 15 o más años de edad, revela que el 72,4% no realizó actividad física durante el último mes, un 38% declaró haber fumado al menos un cigarrillo en este mismo periodo y 4,5% de los trabajadores presenta conductas de bebedor problema.2

En algunos países existe evidencia acerca de la asociación entre factores de riesgo generales vinculados a los estilos de vida y la ocurrencia de accidentes laborales, de enfermedades profesionales y de ausentismo laboral3-5; en Chile no se han encontrado estudios en este ámbito. Sólo se ha evidenciado el estado de salud y factores de riesgo que tiene la población trabajadora en rubros de actividad económica específicos.6,7 Algunos estudios han mostrado que fumar daña seriamente la salud y predice la discapacidad8, la jubilación anticipada9 y las licencias por enfermedad.10 Por otra parte, mantener o aumentar la actividad física moderada se asocia a un mejor estado

Page 38: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Hoffmeister Lorena et al.

22 21/27 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

de salud autopercibida.11 El ausentismo debido a lesiones por acci-dentes laborales o por enfermedades laborales es una problemática creciente. Alrededor de un 5% de la fuerza laboral está ausente en un día de trabajo, aunque estas estimaciones pueden variar entre un 2 y un 10% en función del sector, tipo de trabajo y cultura organiza-cional.12 Un estudio realizado en Chile hace una década mostró que las principales causas de ausentismo laboral se asociaban a proble-máticas respiratorias, luego las osteomusculares y las digestivas.13

Según la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) un ambiente de trabajo saludable es funda-mental, no sólo para lograr la salud de los trabajadores, sino también mejorar la productividad, la motivación, el espíritu de trabajo, la satis-facción y la calidad de vida general.14 Las personas pasan en promedio ocho horas o más en su lugar de trabajo, por lo tanto los lugares donde las personas desempeñan su actividad laboral son espacios claves para promover la salud y prevenir las enfermedades. Las intervenciones de promoción y prevención deben reconocer el efecto combinado de factores sociales, personales, ambientales y de condiciones de empleo y de trabajo que afectan la salud del trabajador. Uno de los pasos para ello es conocer el perfil de salud y de exposición a factores de riesgos laborales y generales de los trabajadores, para contar con información que oriente el diseño y evaluación de intervenciones de salud en los lugares de trabajo. Este estudio tiene como objetivo estimar la asocia-ción entre factores de riesgo asociados a estilos de vida y la situación de salud con respecto a la ocurrencia de accidentes, enfermedades y ausentismo laboral, a partir de una cohorte de trabajadores formales en Chile.

MéTOdOS

Diseño y Población de estudio Se realizó un diseño de cohorte retrospectiva, cuantitativo y analítico. La población de estudio correspondió a trabajadores formales de empresas afiliadas a la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) que contaban, al menos, con una evaluación ocupacional preventiva durante los años 2009-2012.

Fuentes de información Se usaron dos fuentes secundarias de información, ambas son regis-tros administrativos de la ACHS que incluyen información recogida de manera rutinaria a nivel nacional. El primer registro abarca los resultados de las evaluaciones ocupacionales preventivas de salud, evaluación realizada por equipos de médicos, enfermeras y auxiliares de enfermería. Se incluyeron todos los trabajadores que contaban con al menos una evaluación ocupacional preventiva de salud entre los años 2009 y 2012, alcanzando 47.221 trabajadores de 230 empresas. El segundo registro corresponde a los episodios de accidente de trabajo, accidente de trayecto y enfermedad profesional que han sido calificados por la ACHS y que tienen cobertura de seguridad social bajo la ley 16.744.15

Variables de estudio Se incluyó el sexo y la edad del trabajador y la actividad econó-mica de la empresa. Se incluyeron las siguientes variables de salud medidas al momento de la primera evaluación ocupacional preventiva: a) índice de masa corporal o IMC (construido a partir del peso y la talla) agrupado en 5 categorías de riesgo; b) circun-ferencia de cintura, clasificado en función del riesgo cardiovas-cular (hombres ≥ 103 cm, mujeres ≥ 89 cm); c) presión arterial (PA),

se consideró como indicativo de PA elevada a PA sistólica ≥ 140 mm Hg y diastólica ≥ 90 mm Hg; d) glicemia, se clasificó en pre-diabético (entre 100 y 125 mg/dL) y diabético (> 125 mg/dL); d) colesterol, se consideró una situación de riesgo ≥ 200 mg/dL; y, e) registro de antecedentes de salud (enfermedades y factores de riesgo cardiovascular, otras enfermedades y eventos de salud). Se consideraron variables asociadas a factores de riesgos relacionados con estilos de vida: consumo de tabaco y actividad física. Como variables de resultados, se consideró la ocurrencia de accidentes de trabajo, accidentes de trayecto, enfermedades laborales y días de ausentismo laboral asociado a alguno de estos eventos.

Análisis de Resultados Se realizó estadística descriptiva univariada usando distribución de frecuencias para las variables nominales y ordinales. Para las variables continuas, se calcularon estadísticos de resumen: media, desviaciones estándar y percentiles. Se realizaron análisis biva-riados para las variables de resultados, en función del sexo, la edad y la actividad económica de la empresa. Se incluyeron contrastes de hipótesis, evaluándose el cumplimiento de la normalidad de la distribución y de la homoestacidad y se aplicaron pruebas no paramétricas (test de Kruskal-Wallis, test de U-Mann Withney y test de Chi-cuadrado), con un error alfa de 5% para evaluar la significación estadística de la asociación. Posteriormente, se realizaron análisis multivariados para cada uno de los resultados, considerando la población de trabajadores ingresados a la cohorte entre 2009 y 2011, excluyéndose los trabajadores con evaluación de salud ocupacional acontecida durante el año 2012 dado que presentaban un tiempo de seguimiento menor a un año. Para estimar la probabilidad de tener un primer accidente de trabajo, accidente de trayecto o enfermedad laboral, se formularon regre-siones logísticas. Los criterios usados para la selección de las varia-bles a incluir en los modelos fueron: a) dimensiones y variables asociadas conceptualmente a las variables de resultado; b) las varia-bles que en el análisis bivariado mostraron asociación con los resul-tados; c) reducir la multicolinealidad entre los factores (por ejemplo: el IMC está asociado a la circunferencia de cintura); y, d) criterios de número de respuestas y fiabilidad de las variables, valorado a partir de los resultados descriptivos. Para estimar la probabilidad de presentar un mayor número de días de ausentismo laboral por alguno de los eventos considerados (accidentes y enfermedades) se realizó un modelo de regresión de Poisson–cero inflado (ZIP).16 La calidad del ajuste se verificó usando el Test de Vuong, que compara el modelo estándar (Regresión de Poisson) con el modelo que considera que la variable de resultado presenta un exceso de valores 0, que corres-ponde a los trabajadores con algún evento, pero sin días de ausen-tismo. Se utilizó el estadístico R2 Cox-Snell que indica la proporción de variabilidad explicada por el modelo. Los factores incluidos en el modelo fueron los siguientes: sexo, edad categorizada, tipo de evento que generó el ausentismo laboral y la actividad de la empresa agru-pado en 10 categorías. La realización de este estudio contó con la aprobación del Comité de ética Científica del Hospital del Trabajador, Santiago, Chile.

RESULTAdOS

Se incluyó un total 47.221 trabajadores en el estudio (Figura 1). El tiempo medio de seguimiento fue de 1,96 años, con un rango de 0,15 a 3,26 años y una mediana de 2,00 años. En todo el

Page 39: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 21/27 23

Situación de salud de la cohorte de trabajadoresLa media de IMC corresponde a una población con sobrepeso, lo que se condice al observar la circunferencia de cintura, ya que el 25% de la población trabajadora presentaba una circunferencia de cintura de 100 cm o más (Tabla 2). La situación de presión arterial sistólica ubica a los trabajadores en una situación de riesgo. Las lipoproteínas de alta densidad (HDL) se encuentran, en promedio, alteradas, al igual que los triglicéridos que aparecen elevados.17 Con respecto al hábito tabáquico, cerca de un tercio se declaró fumador y un 7,5% declaró haber dejado de fumar recientemente (Figura 2). El porcentaje de no fumadores aumenta con la edad, de 50,4% en los menores de 30 años frente a 77,3% en los mayores de 60 años. Un 18,2% de los trabajadores declaró prac-ticar actividad física, al menos tres veces por semana, existiendo un 46,3% de trabajadores sedentarios (figura 2). La actividad física es más frecuente en trabajadores jóvenes, el 26,5% de los trabajadores hasta 30 años declara tener actividad física al menos tres veces a la semana, comparado con el 15,6% reportado por los mayores de 60 años. Las mujeres practican menos actividad física que los hombres. La mayoría de los trabajadores no registraba antecedentes mórbidos al momento de la primera evaluación de salud ocupacional (Figura 3). Del total de trabajadores, un 4,6% tenía hipertensión arterial, un 2,8% dislipidemia y un 1,7% diabetes mellitus.

Accidentes, enfermedades y ausentismo laboral en la cohorte de trabajadoresDel total de trabajadores incluidos en la cohorte, se encontró que las enfermedades laborales eran más frecuentes entre los trabaja-dores de más de 45 años. No se encontraron diferencias estadís-ticamente significativas entre hombres y mujeres. La asociación bivariada entre la situación de salud al momento de la primera evaluación ocupacional y enfermedad laboral, muestra que entre quienes presentaron una glicemia elevada, clasificados como diabéticos, la proporción de enfermedad laboral fue de 1,3% comparado con un 0,5% de los que presentaron un resultado del test de glicemia normal; esta diferencia es estadísticamente signi-ficativa (valor-p < 0,05). Con respecto a los factores de riesgo asociados a estilos de vida, en el análisis bivariado muestra un

período de estudio se encontró un 0,4% de enfermedades profe-sionales, un 7,5% de accidentes de trabajo y un 2,1% de acci-dentes de trayecto. El 86,3% de los trabajadores evaluados fue hombre, con un 66,3% entre los 31 y 60 años (Tabla 1). La mayor proporción de trabajadores incluidos en esta cohorte provenía de las siguientes ramas económicas: Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; hoteles y restaurantes y administra-ción pública y defensa, planes de seguridad social. Un 63,5% de los trabajadores presentó una única evaluación de salud ocupa-cional en los años de estudio.

Figura 1.Esquema de población de estudio incluida y del primer episodio de accidentes o enfermedades laborales.

Base consolidadan= 47.221

Enfermedades Profesionales 200 (0,4%)

Accidente de trabajo

3.558 (7,5%)

Accidente de trayecto998 (2,1%)

No presenta evento

42.633 (90,2%)

2009: 742010: 812011: 27 2012: 18

2009: 9562010: 1.2532011: 7152012: 634

2009: 2482010: 3252011: 2342012: 191

2009: 7.8252010: 11.6972011: 9.0362012: 14.093

N° de trabajadores con al menos 1 evaluación47.221 (2009-2012)

N° de trabajadores con al menos un episodio

630.188 (2009-2012)

Evaluaciones Ocupacionales74.355 (2009-2012)

Accidentes y/o enfermedades819.346 (2009-2012)

Variable Frecuencia Frecuencia absoluta RelativaSexo Mujer 6 448 13,7%Hombre 40 773 86,3%Total 47 221 100%Edad 16 a 30 años 14 399 30,5%31 a 45 años 20 991 44,5%46 a 60 años 10 286 21,8%Más de 60 años 1 519 3,2%Sin información 26 0,1%Total 47 221 100%Actividad económica empresa Grupo no especificado 687 1,5%Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 11 396 24,1%Administración pública y defensa; planes de seguridad social 7 415 15,7%Agricultura, ganadería, caza, silvicultura 85 0,2%Comercio al por mayor y menor; reparación de vehículo 2 811 6,0%Construcción 5 197 11,0%Enseñanza 438 0,9%Explotación de minas y canteras 1 466 3,1%Hoteles y restaurantes 8 562 18,1%Industrias manufactureras 3 246 6,9%Intermediación financiera 275 0,6%Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y de salud 148 0,3%Servicios sociales y de salud 27 0,1%Suministro de electricidad, gas y agua 1 584 3,4%Transporte, almacenamiento y comunicaciones 3 884 8,2%Total 47 221 100%

Tabla 1.Perfil socio-demográfico de los trabajadores con evaluación ocupacional, 2009-2012.

Variables n Media SD Mínimo Máximo p25 p50 p75Peso(kg) 43 168 78,7 13,5 36 151 70 78 87Talla(m) 43 176 1,7 0,1 1 2,1 1,7 1,7 1,8IMC(kg/m2) 43 168 27,3 4 15,1 94 24,7 27 29,6Circunferencia cintura(cm) 43 176 92,7 11 60 231 86 93 100PAD (mm Hg) 43 176 75,3 10,9 40 148 70 76 81PAS (mmHg) 43 176 123 14,3 70 250 114 121 130Pulso (latido/min) 43 176 68 10,4 40 169 61 67 73Oximetría % 10 011 98,3 1,1 88 100 98 98 99Colesterol Total (mg/dL) 30 438 193,1 39,5 80 471 166 191 217HDL(mg/dL) 30 389 46,4 12,4 18 175 38 44 53TGD(mg/dL) 13 087 165,8 112,1 17 2021 97 140 200Hemoglobina (g/dL) 64 15,6 4,5 4,8 26 14,9 16 16,9Hematocrito % 9 178 15,3 2,6 8 56,6 14,4 15,3 16,1Uremia(mg/dL) 1 120 31,9 8,1 15 60 26 32 36Creatinina (mg/dL) 25 872 0,9 0,2 0,3 2,5 0,8 0,9 1Glicemia(mg/dL) 36 383 91 19,6 40 395 82 88 95

Tabla 2.Variables medidas y estadígrafos respectivos, evaluaciones ocupacionales 2009-2012.

Índice de masa corporal; PAd, presión arterial diastólica; PAS, presión arterial sistó-lica; HdL, lipoproteínas de alta densidad; TGd,triglicéridos.

Page 40: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Hoffmeister Lorena et al.

24 21/27 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

gradiente en la relación entre el factor y la proporción de enfermedad laboral, encontrando que existen diferencias estadísticamente signi-ficativas con respecto a la variable de actividad física, el 0,8% de los trabajadores clasificados como sedentarios presentan enfermedad laboral en comparación con el 0,4% de quienes realizan actividad física tres o más veces por semana. El análisis multivariado (Tabla 4) para la probabilidad de presentar una enfermedad laboral muestra un aumento de la ocurrencia de enfermedades a medida que se pasa a una categoría de edad superior, con una OR de 3,38 para los de 31 a 45 años, de 6,74 en el grupo de 46 a 60 años y de 19,18 en los de 60 o más años de edad; mientras que quienes son sedentarios tienen una OR mayor en comparación con los trabajadores que hacen acti-vidad física al menos tres veces a la semana.

Enfermedad Accidente de trabajo Accidente de trayecto Ausentismo No presenta Presenta Valor-p No presenta Presenta Valor-p No presenta Presenta Valor-p Media (IC 95%) Valor-pSexo Mujer n 4 636 27

0,84

4 266 397

0,17

4 464 199

0,00

4,78

0,49 % 99,4% 0,6% 91,5% 8,5% 95,7% 4,3% (3,26 - 6,31) Hombre n 27 475 155 25 103 2 527 27 022 608 6,63 % 99,4% 0,6% 90,9% 9,1% 97,8% 2,2% (5,90 -7,35)

Total n 32 113 182 29 371 2 924 31 488 807 6,33 % 99,4% 0,6% 90,9% 9,1% 97,5% 2,5% (5,67 - 6,99)

Edad del trabajador Menor o igual a 30 años n 9 417 18 8 542 893 9 209 226 4,80 % 99,8% 0,2% 90,5% 9,5% 97,6% 2,4% (3,83 - 5,76) 31 a 45 años n 14 468 66 13 233 1 301 14 160 374 6,22 % 99,5% 0,5% 0,00 91,0% 9,0% 0,36 97,4% 2,6% 0,859 (5,22 - 5,09) 0,9746 a 60 años n 7 095 71 6 529 637 6 988 178 7,98 % 99,0% 1,0% 91,1% 8,9% 97,5% 2,5% (6,28 - 9,67) Mayor a 60 años n 1 113 27 1 047 93 1 111 29 10,70 % 97,6% 2,4% 91,8% 8,2% 97,5% 2,5% (5,58 - 15,83)

Total n 32 093 182 29 351 2 924 31 468 807 6,33 % 99,4% 0,6% 90,9% 9,1% 97,5% 2,5% (5,67 - 6,99)

Tabla 3.Estadística descriptiva del sexo y edad del trabajador, según presencia de enfermedad, accidentes y media de ausentismo.

Figura 2.Estilos de Vida: distribución porcentual de consumo de tabaco y actividad física, 2009-2012.

Consumo de tabaco

32,6%

7,5%

57,1%

2,8%0%

20%

40%

60%

80%

100%

Fumador Dejó de fumar hacemenos de 6 meses

No fumador Dejó de fumar hacemás de 6 meses

Frecuencia de Actividad Física

22,3%31,4%

46,3%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Al menos 3 veces a lasemana

1 a 2 veces por semana Sedentario

Figura 3.Antecedentes del salud al primera evaluación ocupacional preventiva de salud de los trabajadores.

83,5%7,7%

4,8%2,9%

1,8%1,6%

0,5%0,5%0,4%0,3%0,3%0,3%0,1%0,1%0,1%0,1%0,1%0,0%0,0%0,0%

0,0% 10,0% 20,0% 30,0% 40,0% 50,0% 60,0% 70,0% 80,0% 90,0%Sin Antecedentes

Hipertension Arterial

Diabetes Mellitus

Asma

Enfermedad Renal

Dermatitis

Gota

Epilepsia

Vertigo

Silicosis

Los accidentes de trabajo son levemente más frecuentes en los trabajadores menores de 30 años, aunque las diferencias por edad no son estadísticamente significativas (valor-p 0,36). Tampoco se encontraron diferencias significativas por género (valor-p 0,17). Quienes presentaron inicialmente una situación de obesidad u obesidad mórbida tenían una proporción más alta de accidentes de trabajo, con un 10,3% y 18,1% frente al 8,1% de accidentes en los trabajadores con IMC normal. La asociación entre el IMC y estos eventos es estadísticamente significativa (valor-p < 0,05). En la misma dirección encontramos diferencias en función de las cate-gorías de riesgo asociadas a la circunferencia de cintura, ya que el 10,5% de los trabajadores que presentan una situación de riesgo tienen accidentes de trabajo frente al 8,8% de los trabajadores que no presentaban este riesgo (valor-p < 0,05). Con respecto a los factores de riesgo asociados a los estilos de vida, observamos un gradiente en la exposición al consumo de tabaco, quienes fumaban al momento de la primera evaluación de salud ocupacional tenían una proporción levemente más alta de accidentes de trabajo. Los factores incluidos en los análisis multivarados fueron: a) sexo, b) edad, c) situación de salud al ingreso a la cohorte: glicemia (categorizada en grupos de riesgo), estado nutricional a través de la circunferencia de cintura, presión arterial (categorizada en

Page 41: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 21/27 25

grupos indicativos de riesgo), colesterol total (categorizado con o sin riesgo), d) factores de riesgo asociados a estilos de vida del trabajador incluidos a partir de variables dicotómicas de consumo de tabaco y actividad física. El modelo de enfermedades laborales incluyó la presencia de antecedentes de salud asociados a factores de riesgo y enfermedades cardiovasculares. No se incluyó el consumo excesivo de alcohol debido a que el registro de esta variable era poco fiable. El análisis multivariado nos muestra que la edad es un factor que contribuye de manera independiente a la probabilidad de ocurrencia de un accidente de trabajo, específica-mente, el grupo menores de 30 años de edad tiene una OR de 1,38 comparado con el grupo de mayor edad. También los trabajadores con circunferencia de cintura por sobre lo recomendado tienen una OR de 1,31 comparado con quienes están en la categoría normal.Los trabajadores con presión arterial elevada tienen una OR de 1,17 mostrando una mayor probabilidad de accidentes frente a los trabajadores con presión arterial no elevada y los sedentarios también tienen mayor probabilidad de tener accidentes. Las mujeres tienen una proporción mayor de accidentes de trayecto que sus pares hombres, con un 4,3% y 2,2%, respectivamente, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (valor-p < 0,05). No se observan diferencias estadísticamente significativas en función de la edad. Se encontró asociación entre el estado nutri-cional y la ocurrencia de accidentes de trayecto, quienes presen-taban riesgo relacionado con la circunferencia de cintura tienen una proporción más alta de accidentes de trayecto, con un 3,2% comparado con el 2,4% de los trabajadores que tienen una circun-ferencia de cintura definida como normal. Estas diferencias son estadísticamente significativas (valor-p < 0,05). Con respecto a las categorías de riesgos asociadas al IMC, se observa una proporción levemente superior de accidentes de trayectos entre quienes son clasificados como obesos mórbidos (3,5% sufre accidentes de

Enfermedad laboral Accidente laboral Accidente de trayecto OR Valor-p I.C. 95% para OR OR Valor-p I.C. 95% para OR OR Valor-p I.C. 95% para OR Inferior Superior Inferior Superior Inferior SuperiorSexo: Hombre 1,00 - - - 1,08 0,35 0,92 1,28 1,00 - - -Sexo: Mujer 1,57 0,10 0,92 2,69 1,00 - - - 1,99 0,00 1,57 2,51Edad: Menor de 30 años 1,00 - - - 1,38 0,03 1,03 1,86 1,00 0,99 0,61 1,6531 a 45 años 3,38 0,00 1,51 7,59 1,25 0,12 0,94 1,67 0,87 0,55 0,54 1,3946 a 60 años 6,74 0,00 2,96 15,34 1,24 0,14 0,93 1,65 0,79 0,35 0,49 1,29Mayor de 60 años 19,18 0,00 7,67 47,94 1,00 - - - 1,00 - - -Circunferencia de cintura: Normal 1,00 - - - 1,00 - - - 1,00 - - -Circunferencia de cintura: Mayor al recomendado 0,77 0,26 0,48 1,22 1,31 0,00 1,15 1,49 1,29 0,03 1,03 1,62Presión arterial: Normal 1,00 - - - 1,00 - - - 1,00 - - -Presión arterial: Elevada 0,82 0,45 0,48 1,38 1,17 0,06 1,00 1,37 ,84 0,26 0,61 1,15Glicemia: Normal 1,00 - - - 1,00 - - - 1,00 - - -Glicemia: Pre-diabetico y diabeticos 1,18 0,49 0,74 1,90 1,12 0,17 0,95 1,31 1,10 0,53 0,82 1,46Colesterol total: Normal 1,00 - - - 1,00 1,00 - - -Colesterol total: Elevado 0,91 0,61 0,62 1,32 1,05 0,40 0,94 1,17 1,17 0,11 0,97 1,43No fumador 1,00 - - - 1,00 1,00 - - -Fumador 1,16 0,44 0,79 1,70 0,99 0,85 0,89 1,10 1,01 0,94 0,83 1,22Actividad física 3 veces a la semana 1,00 - - - 1,0 1,00 - - -Sedentario 1,75 0,05 1,00 3,08 1,23 0,00 1,08 1,41 0,91 0,39 0,72 1,13Sin antecedentes cardivasculares 1,00 - - - - - - - - - - -Con antecedentes cardivasculares 1,26 0,35 0,77 2,08 - - - - - - - -

Tabla 4.Modelos de regresión logística para la probabilidad de tener una enfermedad laboral, accidente de trabajo o accidente de trayecto.

trayectos comparado con el 2,6% del total de los trabajadores); sin embargo, las diferencias no son estadísticamente significativas. No se encontraron asociaciones con los factores de riesgo relacionados con estilos de vida. El análisis multivariado (Tabla 4) para la proba-bilidad de tener un accidente de trayecto evidencia que las mujeres tienen una probabilidad mayor para este tipo de eventos compa-rado con trabajadores hombres; la edad no es un factor que contri-buya de manera independiente, pero sí quienes tienen una circun-ferencia de cintura superior a la recomendada tienen mayor riesgo de accidentes de trayecto, con una OR de 1,29 frente a los traba-jadores que tienen una circunferencia de cintura normal.Un 60% de los trabajadores no presentaron días de ausentismo asociados al episodio. La media de días de ausentismo por enfer-medad laboral fue de 4,0 días, de 6,0 días para los accidentes de trabajo y de 9,8 días para los accidentes de trayecto. Por sexo y edad, existen algunas diferencias en el promedio de días de ausentismo, pero no son estadísticamente significativas. El análisis multivariado, incluyendo el tipo de evento (Tabla 5), la edad, el sexo y la actividad económica de la empresa, nos muestra que el sexo tiene un efecto independiente sobre la tasa de ausentismo laboral (en días), con un mayor riesgo entre los hombres. También observamos un efecto independiente de la edad. Considerando la categoría de referencia de actividad económica: enseñanza, vemos que los trabajadores de acti-vidades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; Construcción y Explotación de minas y canteras, tienen una tasa más alta de ausen-tismo, con OR de 2,37; 2,33 y 2,38; respectivamente. El resto de grupos también presentan un aumento de su tasa de ausentismo, pero de menor magnitud, siendo de 1,89 para los trabajadores de hoteles y restaurantes, de 1,81 para transporte, almacenamiento y comunicaciones y de 1,68 para comercio e industrias manufactureras. El tipo de evento no mostró una contribución independiente con el ausentismo laboral.

Page 42: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Hoffmeister Lorena et al.

26 21/27 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

dISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En una cohorte retrospectiva de trabajadores formales encon-tramos que los trabajadores presentaban, al momento de ingresar al puesto de trabajo, una magnitud considerable de factores de riesgo, algunos de los cuales son modificables. El IMC promedio sitúa a este grupo de trabajadores en una categoría de sobrepeso y se aprecia una proporción considerable de colesterol indicativo de riesgo cardiovascular. Cerca de un tercio es fumador y sola-mente uno de cada 5 realiza actividad física al menos tres veces por semana. La medición de presión arterial muestra que la pobla-ción estaría en una situación de riesgo ya que el percentil 75 se encuentra en el valor 130/81 mm Hg.18 A lo largo del período de seguimiento, observamos que uno de cada 10 trabajadores presentó algún evento: accidente de trabajo, accidente de trayecto o enfermedad laboral. Un 0,6% tuvo una enfermedad laboral, un 9,1% un accidente de trabajo y un 2,5% un accidente de trayecto; mientras que la media de días de ausentismo laboral fue de 6,33 por cualquier evento. La probabilidad de tener una enfermedad laboral está explicada por la edad, siendo más probable a más edad. Entre los factores de riesgo modificables encontramos que ser sedentario aumenta la probabilidad de estos eventos. Entre los accidentes de trabajo, la edad, como factor no modificable, contri-buye a la ocurrencia de los mismos, mientras que la circunfe-rencia de cintura y ser sedentario también influyen. El modelo multivariado de los accidentes de trayecto nos muestra que ser mujer y la circunferencia de cintura por sobre lo recomendado son factores explicativos de estos eventos. Los hombres tienen

IRR Valor-p I.C. 95% para IRR Inferior SuperiorSexo: Hombre 1,45 0,00 1,40 1,51Mujer 1,00 - - -Edad: Menor de 30 años 1,00 - - -31 a 45 años 1,34 0,00 1,30 1,3846 a 60 años 1,76 0,00 1,70 1,82Mayor de 60 años 2,69 0,00 2,55 2,85Actividad Económica: Enseñanza 1,00 - - -Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 2,37 0,00 2,13 2,64Administración pública y defensa; planes de seguridad social 1,49 0,00 1,34 1,68Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículo 1,68 0,00 1,5 1,9Construcción 2,33 0,00 2,08 2,61Explotación de minas y canteras 2,38 0,00 2,09 2,7Hoteles y restaurantes 1,89 0,00 1,69 2,12Industrias manufactureras 1,68 0,00 1,49 1,9Actividades de servicio 1,34 0,00 1,17 1,52Suministro de electricidad, gas y agua 1,00 0,98 0,88 1,13Transporte, almacenamiento y comunicaciones 1,81 0,00 1,61 2,01Tipo de evento: Enfermedades Profesionales 1,00 - - -Accidente de trabajo 1,02 0,67 0,93 1,12Accidente de trayecto 1,06 0,19 0,97 1,17

Tabla 5.Modelo de regresión de Poisson-cero inflado para los días de ausen-tismo laboral.

Test de Voung: Z observado =20; valor-p=0,00. R2 Cox-Snell: 0,543Chi2 valor-p= 0,00

una tasa de ausentismo superior a las mujeres, existiendo una relación directa entre la magnitud de la tasa de días de ausentismo y la edad e identificamos diferencias según el tipo de actividad económica de la empresa.Un estudio de salud de los trabajadores de Aragón19 revela resul-tados similares a los nuestros. Otro estudio español en población trabajadora20 evidencia que un 6,2% presentaba hipertensión registrados en nuestra cohorte, excepto para la declaración de diabetes. Una encuesta poblacional realizada en Estados Unidos21 muestra que el 11,3% de los trabajadores informó de una o más lesiones sufridas en el trabajo durante el curso del último año, valor superior a la proporción de accidentes encontrada en nuestro estudio. Sin embargo, este estudio se basó en una encuesta a través de un cuestionario, lo que conlleva diferencias metodo-lógicas con respecto a nuestro estudio. Múltiples estudios indican que las tasas de incidencia de accidentes de trabajo son mayores en los hombres que en las mujeres, en los trabajadores más jóvenes que los de edad avanzada, y en industrias como la cons-trucción, la manufactura y la asistencia sanitaria22, existiendo alguna evidencia de un mayor riesgo de lesiones laborales en población trabajadora obesa comparado con quienes tienen un estado nutricional normal.4 Nuestros resultados son coincidentes en el rol de la edad, el estado nutricional y de ser o no sedentarios, sobre la probabilidad de sufrir un accidente de trabajo. En el caso de los accidentes de trayectos, las mujeres de nuestra población de estudio mostraron un riesgo mayor.Entre las fortalezas de este estudio se encuentra que fue posible seguir de manera retrospectiva y por un tiempo medio de alre-dedor de dos años a un grupo de trabajadores formales, e identi-ficar eventos laborales que son reconocidos y calificados como de naturaleza laboral, junto con los días totales de ausentismos asociados a estos. Los registros corresponden a un universo de 230 empresas distribuidas en distintas regiones del país, y que contaban con una medición de salud ocupacional preventiva que se realiza de manera estandarizada y rutinaria en las empresas incluidas. Las limitaciones del estudio se refieren al uso de registros adminis-trativos que no fueron creados con propósitos de análisis de salud y riesgos; esto explica la ausencia de variables de interés para este tipo de análisis, como clasificaciones estandarizadas de ocupación, historia laboral y de exposición a riesgos laborales, antecedentes de salud y de factores de riesgos generales y de estilos de vida. No se pudo identificar, en el período de seguimiento, la intensidad y duración a la exposición a factores de riesgo o cambios en las condiciones de trabajo que podrían explicar la ocurrencia de eventos laborales no deseados y evitables. Los resultados de este estudio contribuyen a ilustrar la importancia de abordar estrategias de promoción y prevención de salud orien-tadas a abordar la presencia de factores de riesgo generales, como los derivados de la situación nutricional y de la actividad física, que muestran que sí influyen en la ocurrencia de daños a la salud de los trabajadores, junto con la identificación de riesgos diferen-ciales asociados a ser hombre o mujer, y a la edad de los trabaja-dores. En esta dirección, un meta-análisis23 arrojó evidencia moderada de que la promoción de la salud en el trabajo aumenta el bienestar mental (RR 1,38; rango, 1,15 a 1,66), que el ejercicio incrementa el bienestar global (RR 1,25; rango, 1,05 a 1,47) y la habilidad en el trabajo (RR 1,38; rango: 1,15 a 1,66). Las activi-dades destinadas a promover estilos de vida saludables reducen las ausencias por enfermedad laboral (RR 0,80; rango: 0,74 a 0,93).

Page 43: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 21/27 27

AgradecimientosSe agradece la colaboración y disposición de los funcionarios de la Asociación Chilena de Seguridad: Lorena Vallejo, Glinka Zeballos, Jaime Piña, Edinson Ávila; así como de Catalina Méndez y Constanza Zambra de la Universidad Mayor.

Fuente de financiamientoProyecto de investigación financiado por la Fundación Científica y Tecnológica (FUCYT) de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).

1. Chile. Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Salud 2009-2010[en línea]. Santiago de Chile: MINSAL; 2011[citado mar 2014]. Disponible en: https://epi.minsal.cl. 2011.

2. Chile. Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de Vida de Trabajadores y Trabajadoras en Chile (ENETS) 2009. Santiago: MISAL; 2011.

3. Sharma M, Majumdar PK. Occupational lifestyle diseases: An emerging issue. Indian J Occup Environ Med. 2009;13(3):109-12.

4. Chau N, Bourgkard E, Bhattacherjee A, Ravaud JF, Choquet M, Mur JM. Associations of job, living conditions and lifestyle with occupational injury in working population: a population-based study. Int Arch Occup Environ Healt. 2008;81(4):379-89.

5. Haukka E, Ojajarvi A, Takala EP, Viikari-Juntura E, Leino-Arjas P. Physical workload, leisure-time physical activity, obesity and smoking as predictors of multisite musculoskeletal pain. A 2-year prospective study of kitchen workers. Occup Environ Med. 2012;69(7):485-92.

6. Torres A, Paravic T. Morbilidad de la mujer trabajadora, Servicio de Salud de Concepción, Chile. Cienc Enferm. 2005;11(1):73-84.

7. Rocha KB, Muntaner C, González Rodríguez MJ, Baksai PB, Vallebuona C, Borrell C, et al. [Social class, health inequalities, and health-related beha-viors of working people in Chile]. Rev Panam Salud Pública. 2013;33 (5):340-8.

8. Krokstad S, Johnsen R, Westin S. Social determinants of disability pension: a 10-year follow-up of 62 000 people in a Norwegian county population. Int J Epidemiol. 2002;31(6):1183-91.

9. Lund T, Iversen L, Poulsen KB. Work environment factors, health, lifestyle and marital status as predictors of job change and early retirement in physically heavy occupations. Am J Ind Med. 2001;40(2):161-9.

10. Wooden M, Bush R. Smoking cessation and absence from work. Prev Med 1995 Sep;24(5):535-40.

11. Sargent-Cox KA, Anstey KJ, Luszcz MA. Longitudinal change of self-percep-tions of aging and mortality. J Gerontol B Psychol Sci Soc Sci. 2014 Mar;69(2):168-73.

12. Benach J, Muntaner C. Precarious employment and health: developing a research agenda. J Epidemiol Community Health 2007;61(4):276-7.

13. Mesa FR, Kaempffer AM. [Work absenteeism in Chile according to the type of work place]. Rev Med Chile 2004;132(9):1100-8.

14. Organización Panamericana de la Salud. Relatoría: Taller Estrategias de Promoción de la Salud de los trabajadores en América Latina y El Caribe[ en línea]. San José: OPS; 2000 [citado 25 fe 2014]. Disponible en: http://www.who.int/occupational_health/regions/en/oehpromocionsalud.pdf .

15. Ley 16744 de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Laborales[en línea]. Santiago: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile; 2008 [citado: 26 feb 2014]. p 1-35. Available from: URL: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=28650&buscar=16744.

16. Zuur A, Ieno EN, Walker N, Savelier AA, Smith GM. Mixed Effects Models and Extensions in Ecology with R. New York: Springer; 2009.

17. Third Report of the National Cholesterol Education Program (NCEP) Expert Panel on detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Cholesterol in Adults (Adult Treatment Panel III) final report. Circulation. 2002;17;106 (25):3143-421.

18. U.S.department of Health and Human Services National Institutes of Health. The Seventh Report of the Joint National Committe on Prevention, detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure[on line]. Bethesda: NHLBI; 2004. [citado 25 feb 2014]. Disponible en: http://www.nhlbi.nih.gov/guidelines/hypertension/jnc7full.pdf . 2004. 25-2-2014.

19. Casasnovas JA, Alcaide V, Civeira F, Guallar E, Ibanez B, Borreguero JJ, et al. Aragon workers' health study--design and cohort description. BMC Cardiovasc disord. 2012;12:45.

20. Sánchez-Chaparro MA, Román-García J, Calvo-Bonacho E, Gómez-Larios T, Fernández-Meseguer A, Sainz-Gutierrez JC, et al. [Prevalence of cardiovascular risk factors in the Spanish working population]. Rev Esp Cardiol. 2006;59(5):421-30.

21. Smith Td, deJoy dM. Occupational injury in America: An analysis of risk factors using data from the General Social Survey (GSS). J Safety Res. 2012;43(1):67-74.

22. U.S.A. National Institute for Occupational Safety and Health. Worker health chartbook. Washington: NIOS; 2004. (NIOS Report, 146).

23. Kuoppala J, Lamminpaa A, Husman P. Work health promotion, job well-being, and sickness absences--a systematic review and meta-analysis. J Occup Environ Med. 2008;50(11):1216-27.

REFERENCIAS

Page 44: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

28 28/37 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

Correspondencia / Correspondence:Pamela Astudillo CornejoSección Ergonomía, Subdepartamento Salud de los Trabajadoresdepartamento Salud Ocupacional - Instituto de Salud Pública de ChileMarathon 1000, Ñuñoa, Santiago, Chilecódigo postal 7780050Tel.: +56 (2) 57289620e-mail: [email protected] Recibido: 08 de Enero de 2014 / Aceptado: 06 Marzo 2014

La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de LiteraturaTHE GENdER PERSPECTIVE, CHALLENGES FOR ERGONOMICS IN CHILE: A SYSTEMATIC LITERATURE REVIEW

Pamela Astudillo Cornejo1, Carlos Ibarra Villanueva2

1. Ergónoma, Sección de Ergonomía, Subdepartamento de Salud de los Trabajadores, departamento de Salud Ocupacional del Instituto de Salud Pública de Chile.2. Ergónomo Asesor, departamento de Salud Ocupacional, división de Políticas Públicas Saludables y Promoción, Subsecretaria de Salud Pública,

Ministerio de Salud.

RESUMENContexto: Aun cuando la división sexual del trabajo remunerado ha sido examinada en muchos estudios, a veces considerada como la extensión de los roles diferenciados en el ámbito doméstico, el resultado de la jerarquía vertical donde los hombres se encuentran en los puestos superiores, la asociación de los hombres a las máqui-nas (distintas a las de limpieza o la costura) o la división de otras condiciones de trabajo y empleo por género. El género y el sexo rara vez son considerados en la investigación en ergonomía. Metodología: A través de una revisión de los datos publicados en encuestas chilenas con representación nacional, en bases de datos gubernamentales y artículos de ergónomos chilenos publicados en Ergonomics, Ciencia y Trabajo, etc. Objetivo: Este artículo busca orientar sobre las principales diferencias de sexo y género en los hombres y las mujeres para comprender sus implicancias en activi-dad de trabajo en Chile y cuál ha sido la contribución de la ergo-nomía a este aspecto. Conclusiones: El tomar en cuenta el sexo de las trabajadoras/es enriquece el análisis del trabajo y el análisis ergonómico a su vez enriquece la comprensión sobre la división sexual del trabajo y cómo esta genera diferentes exposiciones a los riesgos profesionales para las mujeres y los hombres.

(Astudillo P, Ibarra C, 2014. La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 28-37).

Palabras clave: GÉNERO, SExO, TRABAJO, ERGONOMÍA, CHILE, REVISIóN DE LITERATURA

ABSTRACTContext: Even though the sexual division of paid work has been examined in many studies, sometimes thought of as the extension of differentiated roles in the domestic sphere, the result of a vertical hierarchy where men are found in higher positions, the association of men with machines (other than those used in cleaning or sewing), or a division of other working and employment conditions by gen-der. Gender and sex have rarely been considered in ergonomics research. Methodology: Through a review of published data from Chilean surveys with national representation, from governmental databases and published articles in Ergonomics, Ciencia y Trabajo, etc. Objective: This article aims to guide about the principals differ-ences of sex and gender in men and women to understand the implications of sex and gender for work activity in Chile and what has been the contribution of ergonomics to this issue. Conclusions: Taking into account the sex of women and men workers enriches the analysis of work and the ergonomic analysis in turn enriches the understanding of the sexual division of work and how this generates different exposures to occupational risks for women and men.

Key words: GENDER, SEx, WORK, ERGONOMICS, CHILE, LITERATURE REVIEW

INTROdUCCIÓN

Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto de cooperación internacional “Ergonomics For Health And Sustainable Develop-ment In Chile”, financiado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI), gestado por la Universidad de Quebec en Montreal (UQÀM) y el Instituto de Salud Pública de

Chile. Corresponde a una revisión bibliográfica de artículos y encuestas nacionales con el propósito de describir las diferencias de sexo y de género en los trabajadores/as en Chile y cuál ha sido el aporte de la ergonomía en Chile al conocimiento de estas dife-rencias. Teniendo en cuenta que el análisis ergonómico es proba-blemente una de las herramientas más pujantes utilizada para intervenir en salud y seguridad del trabajo en países de América del Norte y Europa y considerando que la ergonomía es una disci-plina que en Chile ya cuenta con más de 30 años de desarrollo, existiendo formación en nivel de pre- y posgrado en universi-dades.1,2

Aun cuando la división sexual del trabajo remunerado ha sido examinada en muchos estudios, a veces considerada como la extensión de los roles diferenciados al ámbito doméstico, el resul-tado de la jerarquía vertical donde los hombres se encuentran en los puestos superiores, la asociación de los hombres a las máquinas (distintas a las utilizadas en la limpieza o la costura) o la división de otras condiciones de trabajo y empleo por sexo. A pesar de las implicancias de esta división de la actividad laboral y de las inte-

Page 45: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | La Perspectiva de Género, desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 28/37 29

racciones humanas en el lugar de trabajo, el género y el sexo rara vez son considerados en la investigación en ergonomía en Chile y en otras partes del mundo.Cabe mencionar que, conceptualmente, el "sexo" se refiere a la especificidad en las características biológicas de las mujeres y los hombres y el "género", se refiere a los factores sociales asociados con ser hombre o mujer. Sin embargo, en la investigación empírica con las poblaciones de los lugares de trabajo, a menudo resulta difícil distinguir si las diferencias observadas entre hombres y mujeres se deben a factores biológicos o sociales y, más aun, hasta qué punto los factores sociales logran modelar los factores bioló-gicos.3

En Chile, así como en el resto del mundo, la estructura del empleo ha sido marcada por la división sexual del trabajo, en sentido vertical y horizontal en la mayor parte de la industria, notable-mente a causa de la influencia del taylorismo, lo que ha generado patrones de exposición a distintos factores de riesgo en hombres y mujeres de una manera diferenciada. Es por eso que la OIT ha considerado «La equidad de género» dentro de sus principios de trabajo decente para intentar, de cierta manera, corregir la inequidad de género que responde más bien a una construcción social que a factores netamente biológicos. Este trabajo busca entregar pistas de una situación existente en Chile y en el mundo, sobre la cual la ergonomía ya ha situado su interés, prueba de ello es el Comité Técnico de Trabajo y Género de la «International Ergonomics Association» (IEA), el número especial que la revista Ergonomics ha dedicado a este tema el año 20124 o más reciente-mente la revista Laboreal.5

El presente artículo tiene como objetivo describir las diferencias de sexo y de género en los trabajadores/as chilenos y cuál ha sido el aporte de la ergonomía en la comprensión de estas diferencias a través de una revisión y evaluación de la productividad de inves-tigación en la ergonomía chilena y la verificación de la incorpora-ción de la perspectiva de género en las publicaciones.

METOdOLOGÍA

El presente artículo corresponde a una revisión sistemática de literatura que utilizó diferentes fuentes bibliográficas, pero que se centra principalmente en dos búsquedas:Búsqueda de identificación de encuestas y bases de datos guber-namentales: Fue realizada una revisión de las encuestas chilenas más importantes en materia de salud en el trabajo en el último tiempo (ENCLA 2011, ENCAVI 2006, ENETS 2009-2010)6-8, así como las bases de datos de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), los Ministerios de Salud (MINSAL) y del Trabajo (MINTRAB), el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la Super-intendencia de Pensiones, buscando identificar las diferencias de sexo y de género en la salud laboral y condiciones de trabajo de los trabajadores/as chilenos/as.Búsqueda de publicaciones de autores chilenos: fue realizada una revisión sistemática de las publicaciones de ergónomos chilenos en revistas como Ergonomics, Applied Ergonomics, Works, Ciencia y Trabajo entre otras, a través de la búsqueda en bases de datos de Google scholar, Ebsco, Taylor & Francis, SciELO, Medline, PubMed y Sciencedirect, para identificar si las publicaciones que toman en cuenta los aspectos de género en sus estudios o intervenciones y si estos son relevantes para comprender mejor las diferencias de sexo y de género de los trabajadores/as chilenos/as. Las palabras claves

utilizadas en la búsqueda fueron: Ergonomía, género, sexo, trabajo, Chile / Ergonomics, gender, sex, work, Chile.Criterios de inclusión: Artículos de estudios o intervenciones ergonómicas publicadas en revistas de ergonomía y/o salud del trabajo que cuenten con comité de revisión, que describan clara-mente el sexo de la población estudiada y el sector de actividad económica. Criterios de exclusión: Estudios epidemiológicos, revisiones bibliográficas, publicaciones en revistas sin comité de revisión que no describan claramente el sexo de la población estudiada y el sector de actividad económica.La búsqueda fue realizada durante el año 2013 y se centró en las publicaciones realizadas en el período enero 2000 a diciembre 2012. La revisión de cada artículo fue realizada por ambos autores; el procedimiento es detallado en la Figura 1.

RESULTAdOS

Resultados revisión de encuestas y bases de datos gubernamentalesLos datos presentados en la última encuesta de condiciones labo-rales del MINTRAB-INE9 muestran que existe un porcentaje de participación femenina en el empleo formal de un 40,3% compa-rado con la participación masculina, que es del orden del 59,7%, situación que se mantiene aun cuando el nivel de instrucción aumenta. Por otra parte, en la Figura 2 podemos observar que existe una importante brecha en el nivel de ingresos, en todas las categorías utilizadas en la ENETS 2009-20108, siendo mayor el porcentaje de mujeres en el tramo de ingresos más bajos (menos de $133.600), contrariamente a lo que ocurre en el tramo de ingresos más elevado (más de $851.000), donde los hombres son mayoría.Cuando observamos la inserción laboral por tipo de actividad según los datos de la ENCLA 20116, se puede constatar la segmen-tación de las ocupaciones según el género. La mayoría de las mujeres en Chile trabajan en puestos de trabajo que son social-mente considerados como femeninos: en las áreas de servicio

Figura 1.diagrama del procedimiento seguido para selección de las publicaciones.

Artículos excluidos por resumen o repetidos (n=31)

Artículos excluidos por no cumplir con criterios de

inclusión (n=11)

Búsqueda con palabras claves en Español: Ergonomía, género,

sexo, trabajo, Chile

Búsqueda con palabras claves en Ingles: Ergonomics, gender,

sex, work, Chile

Búsqueda en bases de datos:Google scholar, Ebsco, Taylor & Francis,

SciELO, Medline, PubMed y Sciencedirect

Artículos potencialmente relevantes identificados y seleccionados por título para

lectura de resumen (n= 74)

Artículos obtenidos para una evaluación más detallada de la metodología (n= 43)

Artículos incluidos en la revisión sistemática de documento completo (n= 32)

Page 46: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Astudillo Pamela, Ibarra Carlos

30 28/37 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

(64,4%), enseñanza (60%), intermediación financiera (52,1%), hotelería y restaurantes (49,6%) y comercio (40,6%). Al contrario, los empleos masculinos presentan una distribución más hetero-génea en todas las ramas de actividad económica, destacando la minería y la construcción, donde su participación supera el 90%. Con respecto a la morbilidad y mortalidad de origen laboral, no existen antecedentes según sexo en las bases de datos públicas de la SUSESO y del MINSAL. Solo el MINSAL presenta datos de este tipo referentes a las tasas de accidentes del trabajo fatales desde al año 2002 al 2008, siendo la tasa de hombres muy superior a la de mujeres (Figura 3).En cuanto a la percepción de la exposición a factores de riego (Figura 4), según datos de la ENETS 2009-20108, el 97,8% de los hombres refieren exposición a factores de riesgo «ergonómicos», mientras que las mujeres, un 95,1%. En ese contexto, el 67,7% de las mujeres y el 73,3% de los hombres refieren como un factor de riesgo importante el trabajo de pie, así como el 38,9% de las mujeres y el 50,7% de los hombres refieren tener que mantener la vista fija y concentrada. Otro factor de riesgo mencionado ha sido el de trabajo repetitivo en cortos períodos de tiempo con un 27,7% para las mujeres y un 33,5% para los hombres. El trabajo sentado es percibido como un

factor de riesgo para un 30,9% de las mujeres y un 31,7% de los hombres. Con respecto a la manipulación manual de cargas, esta es referida como un factor de riesgo para el 20,8% de los hombres y el 9,2% de las mujeres encuestados/as.Con respecto a la percepción de dolor en la Figura 5, podemos observar que en la ENETS 2009-20108 los trabajadores/as refieren principalmente dolor en las extremidades inferiores con un 38% para los hombres y un 37,8% para las mujeres. Cabe destacar, además, que las mujeres refieren un 22,7% de dolor en las extre-midades superiores con respecto a un 15,4% en los hombres y que la percepción de dolor en la zona lumbar es más elevada en los hombres, con un 17,2% frente a un 8,2% en las mujeres.Respecto a la conciliación trabajo y familia, la ENCAVI 20067 muestra que el 43,5% de las mujeres considera que es la principal responsable del trabajo doméstico, mientras que el 55,1% de los hombres refiere que solo realiza tareas puntuales. Lo que también es observado en la ENETS 2009-20108, donde las mujeres refieren realizar la mayor parte del trabajo doméstico, tendencia que es acentuada cuando la mujer se encuentra en el tramo de ingresos más bajo. Por otra parte, según los datos publicados por la Superintendencia de Pensiones, en lo referente a la calificación de trabajos pesados desde

Figura 2. Nivel de ingresos según sexo. Modificado de ENETS 2009-2010.

15,5%

20,9%

20,1%

28,1%

10,7%

5,2%

32,6%

24,2%

17,2%

16,7%

7,5%

1,9%

0,0% 5,0% 10,0% 15,0% 20,0% 25,0% 30,0% 35,0%

Menos de $133.600

$133.700 a $180.000

$181.000 a $250.000

$251.000 a $450.000

$451.000 a $850.000

$851.000 y masHombre Mujer

Fuente: dEIS MINSAL.

Figura 3. Tasa de mortalidad laboral por accidentes del trabajo.

0

2

4

6

8

10

12

14

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Tasa

por 1

00.00

0 Ocu

pado

s

Ambos sexos Hombres Mujeres

Figura 4. Exposición según tipo de riesgo ergonómico.

Figura 5. Lugar de los dolores provocados por el trabajo según sexo.

Fuente: ENETS 2009-2010.

9,2%

15,3%

4,8%

73,3%

31,7%

50,7%

11,1%

33,5%

20,8%

25,0%

10,3%

67,7%

30,9%

38,9%

7,9%

27,7%

Trabajo de pie

Trabajo sentado

Debe mantener la vista fija y concentrada

Debe sobreesforzar la voz

Realiza movimientos repetitivos en cortos periodos de tiempo

Levanta,traslada o arrastra cargas,personas, animales u otros

Realiza trabajos que lo obligana mantener posturas incomodas

Realiza trabajos en que debe alcanzar herramientas u otros

situados muy altos o muy bajos HombreMujer

8,4% 8,2%

22,7%

37,8%

22,9%

12,5%

17,2%15,4%

38,0%

16,9%

Cuello o espalda Zona lumbar Extr. Superiores Extr. Inferiores No es por trabajo

Mujer Hombre

Fuente: ENETS 2009-2010.

Page 47: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | La Perspectiva de Género, desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 28/37 31

el año 1998 al año 2009, se constató que la calificación de trabajos pesados se ha concentrado en sectores masculinizados como la minería (61%), el transporte, almacenamiento y comunicaciones (18%). Mientras que donde puede haber una mayor participación femenina el porcentaje de calificación es inferior: industria manufac-turera (11%), los servicios (9%) y otros (1%). A lo anterior se agrega que la distribución de los cotizantes beneficiados por calificación de trabajo pesado según sexo —en el período desde el año 1998 al año 2009—, el mayor porcentaje de beneficiarios a nivel nacional corres-ponde a hombres (78,1%) en contraste con las mujeres (21,9%), brecha que aumenta en la medida que la calificación corresponde a las regiones del norte del país donde la actividad minera es más importante, siendo para los cotizantes hombres del orden del 92,8% en la II Región y de 92,9% en la III Región.

Resultados de la revisión sistemática de literaturaRespecto de los hallazgos de la revisión, se puede constatar que la producción de publicaciones de ergónomos chilenos ha ido aumentando sostenidamente; no obstante, cabe señalar que las 32 publicaciones seleccionadas para la revisión correspondieron principalmente a estudios o intervenciones realizadas en trabajos donde predomina el sexo masculino, siendo 15 los estudios en población masculina, 8 en población femenina y 9 los que incluyen ambos sexos (Figura 6).

Cuando se analizó en detalle el contenido de las publicaciones, se tuvo en cuenta si los autores realizaban un análisis según sexo, vale decir, lo inherente a las características biológicas de los sujetos en estudio y luego si existía una consideración en el análisis a los aspectos relacionados al género de la población en estudio, más allá de si los estudios o intervenciones consideraban hombres o mujeres en sus diseños.La Figura 7 muestra que de los estudios realizados en población masculina (15 estudios) en el 100% de los casos no se realizó algún análisis de género para explicar los resultados. Contrariamente, en el caso de los estudios realizados en población femenina (8 estudios) en un 63% de los casos (5 estudios) sí se realizó un análisis de género para explicar los resultados o en la discusión, aun cuando este análisis en la mayoría de los casos era breve. En el caso de los estudios donde la población era mixta (9 estudios), solo en un 22% de los casos (2 estudios) se realizó un análisis de género.

En la Tabla 1 se observan los estudios en sectores masculinizados; se puede constatar que en el sector forestal, el foco principal de las investigaciones ha sido mostrar las exigencias de trabajo físico, carga de trabajo, diseño y organización del combate de incendios forestales10-12, así como el uso de herramientas para talar árboles.13 En el sector industrial se ha concentrado la mayor parte de los estu-dios, los cuales han tenido especial interés en los aspectos relacio-nados al manejo manual de cargas, en lo referente a métodos de

Figura 6. Número de publicaciones según tipo de población bajo estudio.

15

89

0

2

4

6

8

10

12

14

16

Estudios en Hombres Estudios en Mujeres Estudios en AmbosSexos

Nº de

Estu

dios

n = 32

Figura 7. Consideración de análisis de género en las publicaciones según tipo de población bajo estudio.

100%

38%

78%

63%

22%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Estudios en Hombres Estudios en Mujeres Estudios en Ambos Sexos

% d

el to

tal d

e estu

dios p

or ca

tegor

ía

No realiza análisis de género Si realiza análisis de género

Tabla 1.Estudios realizados en poblaciones de trabajo masculinizadas según sector de actividad.Sector Autor(es) Sujeto de estudioForestal Apud E. Exigencias físicas elevadas en el trabajo de bomberos et al 2002 forestales. Apud E diseño de sistemas de organización en incendios et al. 2003 forestales y su relación con la carga de trabajo físico. Chamblás L. Riesgos de accidentes y exigencias en el uso de serruchos et al 2005 trozadores y finger-joint en una Empresa Maderera. Apud E y Analiza en profundidad los factores que influencian la Meyer F. 2011 elevada carga de trabajo físico en bomberos forestales.Industrial Espejo C. Evaluación de un dispositivo técnico-mecánico para et al 2006 manipulación manual de cargas, para disminuir las exigencias músculo-esqueléticas de los operadores. Quiceno L. Implementación de un programa de control y prevención et al 2006 de la incidencia del síndrome de dolor lumbar asociado al manejo manual de cargas. Córdova V. determinar la capacidad de manejo manual de carga en et al 2009 trabajadores chilenos, para determinar pesos máximos aceptables para tareas de levantamiento, a través de aproximación psicofísica. Córdova V. Percepción del peso de una carga en población laboral et al 2010 masculina a través de una aproximación psicofísica. Cerda E. Medidas antropométricas de la mano y fuerzas de prensión et al 2011 en trabajadores para obtener una muestra piloto que permita orientar el diseño y la adquisición de herramientas manuales. Pinto R. determinación de ecuaciones de empuje y arrastre manual et al 2012 de cargas a través de ensayos dinamométricos. Minería Solari G Estudio de la condición física en mineros y su vinculación et al 2010 con la prevalencia de dolor lumbar. Sandoval P. Percepción de los trabajadores en sistemas de turno de 8 y 2011 12 horas en faenas mineras. Oñate E. Antropometría para el diseño de ropa de trabajo y et al 2012 herramientas en minería. Oñate E. y Exigencias físicas, ambientales y carga mental de trabajo Meyer F. 2012 en operador de planta de molibdeno.Servicios Freire J. Carga de trabajo físico en bomberos voluntarios de ciudad. et al 2012

Page 48: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Astudillo Pamela, Ibarra Carlos

32 28/37 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

evaluación, dispositivos técnicos de ayuda14-18 y la antropometría de mano para el diseño de herramientas.19 Otro sector importante es la minería, donde se han descrito las exigencias de trabajo en sistemas de turno20, los trastornos músculo-esqueléticos de espalda21, la carga mental y la antropometría para el diseño de ropa de trabajo.22,23

En el caso de los estudios realizados en poblaciones de trabaja-doras, como se observa en la Tabla 2, es en los sectores de servi-cios donde se han realizado más investigaciones, en Salud24-26, en temas relacionados a la manipulación manual de pacientes y cargas, en algunos casos comparando las exposiciones con el sector industrial. En la industria del salmón, respecto de los efectos en la productividad, calidad y los trastornos músculo-esqueléticos en trabajadoras27 producto del trabajo prolongado de pie, los esfuerzos repetitivos de elevada frecuencia de las extremi-dades superiores, en labores como el despinado y fileteado de salmón. Cabe destacar que solo un estudio aborda el tema del embarazo: en una muestra de 30 mujeres embarazadas laboral-mente activas, estas presentaron en un 56% algún tipo de percep-ción de molestias músculo-esqueléticas, las cuales se asociaban a una elevada carga mental y temporal en las actividades de trabajo que realizaban.28

Por otra parte, la Tabla 3 muestra los estudios realizados en pobla-ciones de trabajadores mixtas. Predominan los estudios en el sector salud, donde se abordan los problemas relacionados al trabajo en sistemas de turnos y la prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos en trabadores/as que realizan manejo manual de pacientes y cargas29,30 y, más recientemente, las exigencias músculo-esqueléticas relacionadas al trabajo de los odontólogos.31

Una serie de otras actividades han sido estudiadas en diferentes sectores como la salmonicultura32, la pesca, específicamente el procesamiento de crustáceos33 y la agricultura34, donde el factor común es el estudio de la exposición a factores de riesgo por trabajo repetitivo, estando los hombres presente al inicio y al final de las líneas de producción, donde se requiere el uso de la fuerza y las mujeres en el medio de la línea donde se requiere rapidez y

minuciosidad para no dañar la materia prima de exportación. Se encontró una publicación que aborda el tema de los riesgos en el trabajo en oficinas en relación a la utilización de computadores y los síntomas de trastornos músculo-esqueléticos35, además de una publicación en el sector de minería que incluye hombres y mujeres, centrándose en los aspectos de la carga de trabajo físico, las exigencias de carga mental y aspectos organizacionales, la antropometría y los factores de riesgo músculo-esqueléticos; no obstante, la población predominante es masculina.

Otro de los aspectos importantes a considerar en ergonomía, sobre todo para el diseño y rediseño de puestos de trabajo, son las bases de datos antropométricos de la población de trabaja-dores/as. En la Figura 8 podemos observar una de las pocas bases de datos antropométricos publicadas oficialmente con datos de hombres y mujeres, correspondiente a 3.765 trabajadores/as chilenos/as.32 Las diferencias observadas entre los percentiles 5 y 95 de los hombres representan 22 cm en estatura y 3,5 cm en el largo de la mano. Mientras que las diferencias entre los valores promedio de los hombres y de las mujeres es solo de 13,9 cm para la estatura y de 1,2 cm para el largo de la mano. Lo anterior muestra que las diferencias entre los percentiles extremos de los hombres son mayores a las diferencias existentes entre los valores comparados para el percentil 5,95 y promedio entre hombres y mujeres.Profundizando en los hallazgos de los estudios de manipulación manual de cargas, el estudio realizado por Córdova et al 2011

Tabla 2.Estudios realizados en poblaciones de trabajo feminizadas según sector de actividad.Sector Autor(es) Sujeto de estudioSalud Pinto, R. Comparación de las exigencias biomecánicas entre et al 2008 diferentes métodos de transferencia en el manejo manual de pacientes a través de electromiografía.Salud, Gutiérrez M. Analiza la prevalencia de los trastornos músculo-esqueléticosRetail, et al 2010 de columna lumbar en trabajadoras de distintos rubros y losAgricultura límites biomecánicos en el manejo de carga y de pacientes.y Servicios Industrial; Córdova V. Comparación de la percepción del peso de una carga enSalud et al 2011 población laboral femenina industrial y salud.Servicios Gutiérrez M. Capacidad de manejo de carga de trabajadoras y regulación et al 2008 de peso máximo de carga humana. Ley Nº 20.001. Gutiérrez M. Capacidad de manejo de carga de trabajadoras. et al 2009 Retail León M. Muestra las exigencias músculo-esqueléticas y de salud 2012 mental en cajeras del retail. Salmoni- Ilardi, J. Analiza la relación entre la productividad, calidad y loscultura 2012 trastornos músculo-esqueléticos en trabajadoras de la industria del salmón.Todos los Rodríguez C. Estima la carga global de trabajo desde el punto de vista desectores et al 2011 la carga mental y la percepción de molestias músculo- esqueléticas en mujeres embarazadas activas laboralmente.

Tabla 3.Estudios realizados en poblaciones de trabajo mixtas según sector de actividad.Sector Autor(es) Sujeto de estudioSalud Córdova V. Estudia el impacto sobre la salud, vida social y rendimiento et al 2006 individual del cuarto turno, determinando si existen diferencias entre el personal que se desempeña en el área pública y privada. Gutiérrez M. Prevalencia de los trastornos músculo-esqueléticos en et al 2010 trabadores/as de centros hospitalarios que realizan manipulación manual de pacientes y caracterización de los factores de riesgo. Vallejos H. Estudia el dolor músculo- esquelético relacionado al trabajo et al 2011 de los odontólogos.Todos Muñoz C. Analiza los factores de riesgo disergonómicos y su relación et al 2012 con el dolor lumbar a través del análisis de las bases de datos de la encuesta nacional ENETS 2009-2010.Salmoni- Apud E. Estudia las condiciones de trabajo en plantas salmoneras, loscultura et al 2003 factores de riesgos músculo-esqueléticos, la organización del trabajo, las herramientas de trabajo y las características antropométricas de los trabajadores/as.Pesca Sáez V. Muestra los factores de riesgos músculo-esqueléticos por et al 2004 trabajo repetitivo y postura de pie en trabajadores/as de una planta procesadora de crustáceos.Agricultura Castellucci, I. Analiza los factores de riesgos músculo-esquelético en et al 2008 trabajadores/as que realizan actividades con trabajo repetitivo, manipulación manual de cargas en un packing de una empresa productora de champiñones.Servicios Muñoz C. Muestra los factores de riesgo presentes en el trabajo en et al 2012 oficinas con la utilización de computadores y su relación con los síntomas músculo-esqueléticos.Minería Apud E. Análisis de varios estudios de caso de 700 centros de trabajo 2012 en minería que incluyen hombres y mujeres respecto de la carga de trabajo físico, exigencias mentales y organizacionales, antropometría y factores de riesgo músculo-esqueléticos

Page 49: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | La Perspectiva de Género, desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 28/37 33

(Tabla 4) muestra que las mujeres del sector salud chileno tienen una percepción de exigencia de la carga manipulada más baja que aquellas mujeres del sector industrial, ya que estas consi-deran como muy pesada una carga de 51 Kg y máxima cuando es mayor a 100 Kg, en comparación a las mujeres del sector industrial, que consideran como muy pesada una carga de 16 Kg y máxima cuando es mayor a 42 Kg. Esto refleja el hecho de que para el mismo sexo la percepción del esfuerzo puede variar nota-blemente, lo que denota las diferencias que se producen al trabajar en un sector masculinizado (industrial) a otro feminizado (salud).

Los mismos autores16, muestran que 27 hombres de una empresa del sector industrial chileno (Tabla 5), tienen una percepción de exigencia de la carga manipulada que es menor, comparativa-mente a las mujeres del mismo sector industrial siendo conside-rada por los hombres una carga de 81,5 Kg como muy pesada, mientras que para las mujeres sobre los 42 Kg.

Diferente es el caso de las mujeres del sector salud que perciben una carga como máxima cuando esta supera los 100 Kg, sobrepa-sando el valor referido por los hombres del sector industrial.

dISCUSIÓN

Esta revisión ha mostrado que más allá de lo que reflejan las escasas estadísticas oficiales en términos de accidentes y enferme-dades, es conocido que en términos generales los hombres presentan mayores tasas de accidentes —y, en especial, de acci-dentes fatales— que las mujeres36; además, los hombres en los países en desarrollo presentan mayor exposición que las mujeres a ruido, vibraciones, ambientes extremos por temperatura, altura geográfica, trabajo en condiciones hiperbáricas en el mar, exposi-ción a químicos tóxicos y manipulación de cargas pesadas, lo que se explica por la división sexual del trabajo. Es por esto que muchas sociedades aceptan la idea de que el hombre puede realizar trabajos más peligrosos.Este estereotipo de género ha afectado, por ejemplo, las investiga-ciones en materia de salud reproductiva en hombres, dado que este tema ha sido visto como un dominio casi exclusivo de las mujeres, despreciando la importancia de la exposición ocupacional de los hombres.37-38 Ahora, uno de los efectos más nefastos que tienen estos estereotipos de género ha sido la invisibilidad de los riesgos en el trabajo de las mujeres tanto para la investigación como para las políticas públicas y la atribución casi sistemática de sus enfer-medades a cuestiones ligadas al sexo, sin profundizar previamente en cuál es la actividad de trabajo y los diversos riesgos que pueden estar presentes, como hemos constatado en esta revisión a pesar de los pocos estudios en sectores feminizados. Uno de los factores relevantes en el contexto de la investigación y el desarrollo de políticas en salud del trabajo es el hecho de que muchas veces se parte del supuesto equivocado de que el trabajo que realizan las mujeres es seguro. Este aspecto ha sido analizado por la investigadora Karen Messing39, para lo cual ella propone como explicación a este problema el círculo vicioso de la investi-gación sobre la salud de las mujeres en los lugares de trabajo (Figura 9). El supuesto de que el trabajo que realizan las mujeres no es riesgoso hace que no se investigue el trabajo que ellas realizan, no se demuestran los riesgos, se produce una falta de incentivo a la investigación, una ausencia de recursos para inves-tigación y, por lo tanto, un desconocimiento de los riesgos.

Figura 8.Características antropométricas de 2030 hombres 1735 mujeres chilenos/as entre 17 y 60 años de edad. Apud E. y cols. 2003.

Estatura (cm)

p5 Promedio p95

Mujeres 144,8 154,9 165

Hombres 157,8 168,8 179,820,2 cm

22 cm

13,9 cm

Largo de la mano (cm)

p5 Promedio p95

Mujeres 15,3 16,7 18,1

Hombres 16,4 18,1 19,92,8 cm

3,5 cm

1,2 cm

Tabla 4.Cantidad de carga para las categorías lingüísticas especificadas que le corresponde un nivel de pertenencia máximo, para mujeres del sector salud e industrial chileno (Córdova et al 2011).Categoría lingüística Sector Industrial (Kg) Sector Salud (Kg)Moderada 5 26Pesada 11 41Muy Pesada 16 51Máxima ›42 ›100

Tabla 5.Cantidad de carga para las categorías lingüísticas especificadas de percepción del esfuerzo en población industrial masculina (Córdova et al 2010).

Nivel Categoría lingüística Media (Kg)1 despreciable 0,82 Muy, muy liviana 2,63 Muy liviana 5,24 Liviana 8,55 Moderada 14,96 Algo pesada 23,37 Pesada 33,98 Muy Pesada 48,29 Muy, muy Pesada 64,810 Máxima 81,5

Figura 9.El circulo vicioso de la investigación sobre la salud de las mujeres en los lugares de trabajo (Messing 1998).

Suposición: El trabajo de las mujeres es seguro

Riesgosdesconocidos

Riesgos nodemostrados

Falta deincentivo a lainvestigación

Ausencia derecursos para

la investigación

Poca investigación

Page 50: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Astudillo Pamela, Ibarra Carlos

34 28/37 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

El impacto de estas suposiciones las encontramos en Chile, por ejemplo, en la tabla de cotización adicional genérica (diferenciada) del DS N° 110/68 del MINTRAB, donde para los sectores servicios y comercio es de 0%, así como en lavanderías y tintorerías es de 0,85%. A diferencia de lo que ocurre por ejemplo en minas y canteras donde la cotización es de 3,4% (la máxima según el decreto). Esto evidentemente representa un incentivo negativo a la prevención de riesgos en estos sectores de actividad, donde trabajan principalmente mujeres, considerando que al partir de un riesgo presunto inexistente no se generan mecanismos por parte de las empresas, las mutualidades y los organismos fiscalizadores, que les incentiven a desarrollar políticas de prevención de riesgos a la salud de trabajadoras y trabajadores en estas actividades. Considerando además que esta cotización genérica influye en el criterio de exigencia para el tiempo de permanencia del experto en prevención de riesgos (en días a la semana) en la empresa, según lo establecido en el art 11 del DS N° 40/69 del MINTRAB. Lo anterior se suma a la falta de reconocimiento de enfermedades profesionales, sobre todo las de origen músculo-esquelético o las de salud mental, que en Chile es evidenciado por la falta de infor-mación oficial al respecto en las bases de datos de acceso público. Por otra parte, es evidente que la conciliación de trabajo y familia afecta mayoritariamente a las mujeres trabajadoras, evidenciando la doble carga de trabajo que ellas tienen9, producto de la cons-trucción social que ha modelado las responsabilidades de la crianza de los hijos y las responsabilidades domésticas más allá del rol reproductivo ligado al sexo. De hecho, la tasa de fecun-didad de las mujeres chilenas laboralmente activas ha caído hasta 1,2 hijos.40 Para ellas es un desafío particular el equilibrio entre la salud en el trabajo y la igualdad profesional41, pero ello no signi-fica que sus problemas de salud no están ligados al trabajo. Por esto es necesario estudiar estos trabajos para conocer los riesgos y ayudar a mejorar las condiciones de trabajo de todos los traba-jadores/as, considerando que el empleador tiene la responsabi-lidad de garantizar que las condiciones de trabajo y empleo permitan una buena conciliación. Su parte concierne a los hora-rios de trabajo, la posibilidad de acceder al teléfono cuando es necesario, las pausas y la posibilidad de volver a casa después del trabajo en un estado físico y mental que permita a la persona estar presente con su familia y sus amigos.42

Otro aspecto importante que reflejó la revisión de las bases de datos gubernamentales son los resultados de la calificación de trabajos pesados por la Ley 19.404, instancia que, por cierto, ha permitido el desarrollo de la ergonomía en Chile. Se debe tener en cuenta que esta ha sido una de las instancias históricas de utili-zación de la ergonomía como un medio de justicia social, dado que los trabajadores/as acceden a través de esta calificación al sistema de jubilación anticipada. No obstante, han sido las mujeres quienes menos han accedido a estos beneficios.En relación a las publicaciones realizadas por ergónomos chilenos y la pregunta sobre cuál ha sido el rol de la ergonomía en el proceso de comprender las diferencias de sexo y género, en términos de salud y seguridad en el trabajo: en general, son pocos los estudios que han considerado aspectos de sexo y género en sus publicaciones. Es importante considerar que la información parcial puede aumentar las inequidades de género en cuanto a las posibilidades de inserción para las mujeres en medios de trabajo tradicionalmente masculinos o bien en las condiciones de trabajo y acceso a la prevención de enfermedades y accidentes, el uso de herramientas manuales o la ropa de trabajo, entre otros. Estos

aspectos son relevantes en el sentido de que existen políticas gubernamentales que buscan aumentar la inserción laboral feme-nina en medios de trabajo no tradicionales para las mujeres, como la minería y la construcción Ej: Programa Mujer Minera, SERNAM 2012, para lo cual los ergónomos serán llamados a identificar estas brechas y ayudar desde el punto de vista técnico a adaptar el trabajo a una población de utilizadores/as que comenzará a ser más variable desde múltiples puntos de vista.Tener en cuenta las características personales de cada trabajador/a tiene sus raíces en la práctica de la ergonomía, considerando: las características antropométricas, las variaciones morfológicas, los efectos de la edad y el envejecimiento, la vuelta al trabajo de las personas con discapacidades funcionales y, evidentemente, el sexo y el género. A menudo se tienen en cuenta las diferencias ligadas al sexo, pero muy poco al género43, como fue evidenciado en esta revisión donde por cierto los análisis de género se asocian principalmente a los estudios en poblaciones feminizadas, contra-riamente a lo que ocurre en las poblaciones de trabajo masculini-zadas. La falta de consideración de los aspectos ligados al sexo y al género de las trabajadoras/es en las investigaciones o interven-ciones que realizan los ergónomos puede explicarse por el hecho de que no es fácil abordar las cuestiones de género en una inter-vención ergonómica, que busca responder a la petición de una empresa cuyo interés en la prevención de riesgos de salud y segu-ridad en el trabajo, a menudo, es nuevo y frágil. Por lo tanto, el interés en las cuestiones de género por lo general es nulo.43 No obstante lo anterior, las publicaciones analizadas en esta revisión han permitido comprender mejor cuáles son las principales difi-cultades que hombres y mujeres deben afrontar en sus lugares de trabajo.Es necesario considerar que una intervención en ergonomía se construye en función del contexto social de la empresa, por lo tanto, es primordial evaluar este contexto (nivel de sensibiliza-ción) y elaborar estrategias de intervención en función de aquello que los actores de la empresa están preparados a entender. Pero también se construye en función del cambio de representación que los actores concernientes en el medio de trabajo tienen sobre la actividad que realizan las trabajadoras/es, lo cual debe repre-sentar un objetivo de la intervención buscado por el ergónomo, para adaptar el trabajo a las personas considerando su variabi-lidad. La sensibilización en la prevención de los riesgos representa ya un tema importante, por lo que la sensibilización a los aspectos de sexo y de género puede parecer difícil en ciertos contextos.43-45

Dado que los hombres y las mujeres están distribuidos de forma diferenciada en los lugares de trabajo a causa de la división sexual del trabajo y los estereotipos de género, como fue consta-tado en esta revisión, ellos presentan exposiciones diferentes a los riesgos aun cuando trabajen en la misma empresa o faena. Es por esto que algunos ergónomos comienzan a preguntarse cuál es la importancia que se debe atribuir al sexo en los estudios ergonó-micos.39,41,42,46-48 Los puestos de trabajo y las actividades varían según el sexo, lo que implica la pertinencia de considerarlo para comprender mejor los modos operatorios, por lo cual la conside-ración del sexo de los trabajadores/as no se reduce solamente a una categoría, sino que esto proporciona una manera de enri-quecer el análisis ergonómico.46

Si no hay un análisis fino de todos los componentes de la acti-vidad de trabajo, los científicos que observan que las trabajadoras y trabajadores no tienen las mismas enfermedades concluirán que se esto se debe a los aspectos hormonales, debilidades asociadas a

Page 51: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | La Perspectiva de Género, desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 28/37 35

un sexo o una tendencia a quejarse. Para el ergónomo, será siempre pertinente tener en cuenta el sexo de los trabajadores/as en diferentes instancias de la intervención.46 Los estudios ergonó-micos pueden aportar una evidencia clara acerca de la necesidad de pasar de los análisis macro (epidemiológicos, sociológicos) a un nivel micro47, donde las asociaciones entre los riesgos y los deter-minantes se hacen visibles más allá de los aspectos ligados al sexo de los trabajadores/as y los estereotipos de género.Dado lo anteriormente descrito, es recomendable realizar estudios de mujeres en sectores masculinizados (construcción, transporte, minería, buceo, etc.) y de hombres en sectores feminizados (servi-cios sanitarios, educacionales, etc.) para documentar dificultades que pueden representar barreras de inserción48, además considerar que en todo contexto, feminizado, masculinizado o mixto, las particularidades de sexo y género están siempre presentes y es importante comprender la variabilidad que esto genera para poder realizar transformaciones sustentables. Comprender la variabi-lidad es necesario respecto de la identificación de la exposición a diferentes factores de riesgo, pero también en cuanto a las rela-ciones funcionales y jerárquicas que se desarrollan en las empresa, reflexionando sobre hasta qué punto las representaciones de los trabajadores/as y empleadores/as corresponden a aspectos de sexo o bien si estas corresponden a estereotipos de género. Otro aspecto importante a considerar en investigaciones e intervenciones futuras es la conciliación de trabajo y familia, respecto de los efectos del trabajo de manera diferenciada para hombres y mujeres.Es recomendable en toda intervención considerar que —al momento de analizar la demanda de intervención—, los hombres y mujeres pueden tener intereses diferentes, aun cuando se trate del mismo trabajo, ellos/as pueden tener problemas de salud dife-rentes en función de las operaciones o los modos operatorios característicos a cada uno, dada sus diferencias biológicas y a la división sexual del trabajo.46-47 Como las mujeres habitualmente están excluidas de los puestos de trabajo donde los peligros son impresionantes y dramáticos (como en el caso de los bomberos), será fácil subestimar sus dificultades y riesgos (como en el caso de la manipulación manual de cargas en mujeres del sector salud). Por lo tanto, en las entrevistas con los supervisores es muy impor-tante preguntar sobre las dificultades para los dos sexos y realizar entrevistas separadas a hombres y mujeres. En las observaciones, deben identificarse los modos operatorios específicos para cada sexo a través de los cuales pueden encontrarse los determinantes. Será importante identificar las habilidades desconocidas que son implementadas por las trabajadoras/es durante las operaciones aparentemente triviales y que no son fácilmente visibles para quienes se aproximan a analizar el trabajo; por ejemplo: en la industria agroalimentaria no es del todo valorado el cómo sacar las espinas de un salmón, cómo seleccionar la uva de mesa, cómo atender un cliente conflictivo. Esto muchas veces es referido en el discurso de la empresa como el valor agregado de la producción de bienes o de servicios, pero a nivel organizacional no es reco-

nocido, por lo tanto, las demandas físicas, mentales y emocio-nales, aparecen menos visibles.Por otra parte, en el análisis de los resultados y en la búsqueda de soluciones será pertinente confrontar ciertos estereotipos de género que pueden obstaculizar la puesta en marcha de solu-ciones, sobre todo en medios de trabajo masculinizados o femini-zados; en este caso es necesario combatir estos estereotipos, para lo cual puede ser pertinente implicar ergónomos de ambos sexos en la presentación de los resultados.46-47

Si la intervención implica realizar formación, puede ser recomen-dable ver con mayor atención aquello que las trabajadoras pueden aprovechar, puesto que frecuentemente se encuentran excluidas de las instancias decisionales en materia de salud y seguridad en el trabajo, como jefaturas, sindicatos, comités de higiene y segu-ridad.46

Finalmente, es importante remarcar el hecho de que en Chile no existe una revista que recopile el trabajo que realizan los ergó-nomos, lo cual sin duda ha representado un límite en este trabajo.

CONCLUSIONES

El tomar en cuenta el sexo de las trabajadoras/es enriquece el análisis del trabajo y el análisis ergonómico a su vez enriquece la comprensión sobre la división sexual del trabajo y cómo esta genera diferentes exposiciones a los riesgos profesionales para las mujeres y los hombres. En Chile, claramente existe una exposición laboral a los riesgos en el trabajo que, en el caso de las mujeres, parece ser más impor-tante que aquella que se conoce y si bien los hombres también se encuentran expuestos, las diferentes situaciones sociales han hecho que al menos sean más considerados en las políticas públicas de prevención de seguridad y salud en el trabajo.Los ergónomos habitualmente toman en cuenta las características de los trabajadores (antropométricas, fisiológicas) en los lugares donde intervienen y, por lo tanto, ayudan a disminuir la discrimi-nación sistemática que sufren las mujeres o los hombres a causa de sus particularidades. Sin embargo, poco se reflexiona sobre las diferencias sociales que pueden afectar la salud laboral de hombres y mujeres de manera diferenciada. Se debe considerar que los ergónomos serán llamados a hacerse cargo de estos aspectos, sobre todo en los denominados riesgos emergentes como los músculo-esqueléticos y los psicosociales.Es importante considerar que las condiciones de trabajo no tienen sexo, por lo tanto, la búsqueda de los determinantes que explican los riesgos y las transformaciones de los lugares de trabajo, sustentadas en la comprensión de la variabilidad de sexo y de género de las trabajadoras/es, puede conducir a los ergónomos a intervenciones que representaran mejoras en las condiciones de trabajo para mujeres y hombres.

Page 52: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Astudillo Pamela, Ibarra Carlos

36 28/37 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

1. Apud E, Meyer F. Ergonomics in Chile. En: Scott PA. Ergonomics in develo-ping regions: Needs and applications.Cap.27. Boca Ratón: CRC Press; 2010.

2. Figueroa ME. La ergonomía en Cile: tres décadas de desarrollo [en línea]. Santiago:Sochergo; [2011] [citado mar 2014]. Dosponible en: http://www.sochergo.cl/portal/articulos/61/libro-30-anos-de-ergonomia-en-chile.html.

3. Habib R, Messing M. Gender, women's work and ergonomics. Ergonomics. 2012;55(2):129-132.

4. Ergonomics. February 2012;55(2).5. Laboreal. 2012;8(1).6. díaz E, Mella P. Inequidades y brechas de género en el empleo; Análisis de

los resultados de la Encuesta Nacional de Coyuntura Laboral ENCLA 2008, Sexta Versión. Santiago: dirección del Trabajo; 2009.

7. Chile. MINSAL. Encuesta Nacional de Calidad de Vida Informe Institucional ENCAVI 2006. Santiago: MINSAL; 2007.

8. Chile. MINSAL. Primera Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de vida de los Trabajadores y Trabajadoras en Chile; Informe Interinstitucional ENETS 2009-2010. Santiago: MINSAL; 2011.

9. Vallebuona C, Hoffmeister L. Encuesta de Calidad de Vida y Salud: Resultados en población trabajadora. I Congreso Chileno de Salud Pública. Santiago: MINSAL; 2007.

10. Apud E, Meyer F, Maureira F. Ergonomía en el Combate de Incendios Forestales. Proyecto Fondef d99I1972. Santiago: Universidad de Concepción-ACHS; 2002.

11. Apud E, Meyer F. La ergonomía como apoyo al diseño de sistemas de orga-nización en incendios forestales. Revista Ação Ergonômica 2003;1(4):21-33.

12. Apud E, Meyer F. Factors influencing the workload of forest fire-fighters in Chile. Work. 2011;38(3):203-209.

13. Chamblás LA, Vargas JP. Estudio Ergonómico en Serruchos Trozadores y Finger-Joint en una Empresa Maderera. Cienc Trab.2005;7(18):140-147.

14. Pinto R, Córdova V, Quinceno L. Ecuaciones de empuje y arrastre ACHS: Relación entre el peso de una carga y la fuerza humana necesaria para moverla. Cienc Trab. 2012; 14(45):228-232.

15. Córdova V, Pinto R, Llambías J, Chávez B. Capacidad de Manejo Manual de Carga de Trabajadores Chilenos: Pesos Máximos Aceptables para Tareas de Levantamiento. Cienc Trab. 2009;11(34):204-210.

16. Córdova V, Troncoso R, Pinto R. Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Masculina Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos Difusos. Cienc Trab.2010;12 (37):370-375.

17. Espejo C, Mallea H, Azagra H.. Evaluación de un Elevador Neumático para Carga de Cabezal en Área de Printer, en una Empresa Productora de Tapas Plásticas en Chile. Cienc Trab. 2006;8(19):21-25.

18. Quinceno L, Celedón A. Implementación de un Programa de Control y Prevención de Síndrome de dolor Lumbar Asociado al Manejo Manual de Cargas en la Planta de Pintura a Base de Agua en la Empresa Sherwin Williams, Santiago. Cienc Trab. 2006;8(19):11-15.

19. Cerda E, Cubillos N, Medina O, Rodríguez C. Estudio Piloto de Medidas Antropométricas de la Mano y Fuerzas de Prensión, Aplicables al diseño de Herramientas Manuales. Cienc Trab. 2011; 13(39):1-5.

20. Sandoval P. Percepción de trabajadores en sistemas de turno de 8 y 12 horas. Cienc. Trab. 2011;13(40):92-101.

21. Solari G, Solari B. Identificación de Variables Relacionadas con la Condición Física para el Control Ergonómico de Factores Humanos Vinculados al Dolor Lumbar. Cienc Trab. 2010;12(38):454-460.

22. Oñate E, Meyer F. Ergonomic study of an operator _s work of a molyb-denum plant. Work. 2012;41(Suppl.1):5950-5955.

23. Oñate E, Meyer F, Espinoza J. On the road toward the development of clothing size standards and safety devices for Chilean workers. Work. 2012;41(Suppl 1):5400-5402.

24. Pinto R, Córdova V, Silvestre R. Estudio de Caso: Comparación biomecánica entre métodos de transferencia en el Manejo Manual de Pacientes. VI Congreso Internacional de Prevención de Riesgos Laborales ORP;14-16 may 2008, Coruña, España. Barcelona: UPC; 2008.

25. Gutiérrez M, Flores C, Monzó J. Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos en Funcionarios de Centros Hospitalarios que Realizan Manejo de Pacientes y Caracterización de Potenciales Factores de Riesgo. Cienc Trab.2010;12(38): 447-453.

26. Córdova V, Troncoso R, Pinto R. Comparación de la Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Femenina: Sector Industrial Versus Sector Salud. Cienc Trab. 2011;13(39):17-23.

27. Ilardi J. Relationship between productivity, quality and musculoskeletal disorder risk among deboning workers in a Chilean salmon industry. Work. 2012;41:5334-5338.

28. Rodríguez C, Gutiérrez L, Cortés M, Cerda E. Estudio de la Carga Global de Trabajo y Percepción de Molestias Músculo-Esqueléticas en Embarazadas Atendidas en la Unidad de Maternidad del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Cienc Trab. 2011;13(39):53-56.

29. Córdova V, Hevia JC, Figueroa A.Trabajo en turnos en el sector de la salud chileno: una comparación entre el sector público y privado. Cienc Trab. 2006;8(21):147-150.

30. Gutiérrez M, Flores C, Monzó J. Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y Pacientes. Cienc Trab. 2010; 12(37):380-385.

31. Vallejos H, Rodríguez S, Quintana S. 2011. dolor Músculo-Esquelético en Alumnos de Postgrado en Rehabilitación Oral de la Facultad de Odontología

REFERENCIAS

El tema ha sido presentado en 2 conferencias bajo el nombre de:1. Equidad de género y ergonomía en Chile: ¿Cuál es el rol del ergónomo? xI Congreso Internacional de Prevención de Riesgos Laborales ORP2013, Santiago de Chile 4 de abril de 2013.2. Género, trabajo femenino y ergonomía en Chile: ¿Cuál es el rol del ergónomo? 8vo Congreso Chileno de Ergonomía y 1ra Jornada de Ergonomía Minera de la Sociedad Chilena de Ergonomía (SOCHERGO), 31 de agosto al 01 de Septiembre 2012, Antofagasta, Chile.

Financiamientos:Este trabajo se presenta en el marco del proyecto de colaboración internacional “Ergonomía para la salud y el desarrollo sustentable en Chile”, financiado por la Agencia Canadiense para el Desa-

rrollo Internacional (ACDI), gestado por la Universidad de Quebec en Montreal (UQÀM) y el Instituto de Salud Pública de Chile.

AGRAdECIMIENTOSNuestros agradecimientos a l’Université du Québec à Montréal (UQÀM) y a la Agence Canadienne de Développement Interna-tional (ACDI) por haber gestado y financiado respectivamente este proyecto de cooperación internacional. Así como al Instituto de Salud Pública de Chile (ISPCH), el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) y la Sociedad Chilena de Ergonomía (SOCHERGO) que cola-boraron con este proyecto en Chile. Agradecemos especialmente a la Dra. Nicole Vézina, Dra. Karen Messing, Dra. Ana María Seifert, Dra. Céline Chatigny de CINBIOSE y a la Dra. Florence Chappert de la ANACT, quienes nos apoyaron en este proceso.

Page 53: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | La Perspectiva de Género, desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 28/37 37

de la Universidad del desarrollo-Concepción. Estudio Piloto. Cienc Trab. 2011;13 (41):158-161.

32. Apud E, Lagos S, Maureira F. Estudio Ergonómico en Plantas Salmoneras de la X Región. Santiago: Dirección del Trabajo de Chile; 2003. (Cuaderno de Investigación; 17).

33. Sáez V, Arriagada C, Marco K, Manríquez O. Prevalencia de lesiones músculo- esqueléticas y factores de riesgo en trabajadores de plantas procesadoras de crustáceos en Chile. Cienc Trab. 2004;6(13):100-110.

34. Castellucci I, Robert P, Viviani CA. Estudio Ergonómico en el área de Packing de una Productora de Champiñones. VI Congreso Internacional de Prevención de Riesgos Laborales ORP;14-16 may 2008, Coruña, España. Barcelona: UPC; 2008.

35. Muñoz C, Vanegas J. Asociación entre puesto de trabajo computacional y síntomas musculoesqueléticos en usuarios frecuentes Med Segur Trab. 2012;58(227):98-106.

36. Messing K, Ostlin P. Gender equality work and health: a review of the evidence. Geneva: World Health Organization-department of Gender, Women and Health; 2006. 54 p.

37. Wang Y. Male reproductive health research needs and research agenda: Asian and Pacific Perspective. Int J Androl. 2000;23(S2):4-7.

38. Varga CA. The forgotten fifty per cent: a review of sexual and reproductive health research and programs focused on boys and young men in sub-Saharan Africa. Afr J Reprod Health. 2001;5(3):175-195.

39. Messing K. La santé des travailleuses. La science est-elle aveugle?. Montréal: Remue-Ménage; 1998.

40. Jeri T. Perfil de las Trabajadoras en Chile. Santiago: departamento de Estudios y Capacitación-Servicio Nacional de la Mujer; 2008. (Documento de Trabajo; 108).

41. Messing K. Santé des femmes au travail et égalité professionnelle: des objectifs conciliables? Travailler. 2009;2(22):43-58.

42 Prévost J, Messing K. Stratégies de conciliation d’un horaire de travail variable avec des responsabilités familiales. Le travail humain. 2001;64(2) :119-143.

43. Vézina N, Tougas G. L’intervention ergonomique et la construction sociale: où se situe la préocupation du sexe/genre? Colloque du CINBIOSE sur le Genre, Santé et Environement. Montreal : CINBIOSE; 2012.

44. St-Vincent M, Vézina N, Bellemare M, denis d, Ledoux E, Imbeau d. L’intervention en ergonomie. Qúebec: éditions MultiMondes; 2011.

45. Brunet R, Presselin J, Viel M, Sée N. Le risque et la parole: construire ensemble une prévention des risques du travail dans l'agriculture et l'industrie. Toulouse : Octarès; 2005.

46. Messing K. La pertinence de tenir compte du sexe des" opérateurs" dans les études ergonomiques: Bilan de recherches. Pistes.1999;1(1):1-12.

47. Messing K. Comprender el trabajo de las mujeres para transformarlo: estudio de varios casos sobre la igualdad y la salud y seguridad en el trabajo. En: Messing K. El trabajo de las mujeres: comprender para trans-formar. Madrid: Los Libros de la Catarata; 2002. pp. 129-266.

48. Habib RR, El-Zein KE, Hojeij S. Hard work at home:musculoskeletal pain among female homemakers. Ergonomics. 2011;55(2):201-211.

Referencias complementarias:Apud E, Meyer F. Ergonomía para la industria minera. Santiago: COdELCO-

Universidad de Concepción; 2009.Apud E. Ergonomics in mining: the Chilean experience. Hum Factors. 2012;54

(6):901-907.Freire J, Meyer F, Apud E. Physical workload during firefighting in Chilean volun-

teers. Work. 2012;41:432-436.Gutiérrez M, Flores C, Chesta A, Jofré N, Brito K, Monzó J. Capacidad de manejo

de carga de trabajadoras y regulación de peso máximo de carga humana. Ley Nº 20.001. Rev Prev Riesgos. 2008;79:24-28.

Gutiérrez M, Flores C, Monzó J. Capacidad de Manejo de Carga de Trabajadoras. Cienc Trab. 2009;11(34):197-203.

León M. Participatory ergonomics among female cashiers from a department store. Work. 2012;41 :2499-2505.

Muñoz C, Vanegas J, Marchetti N. Factores de riesgo ergonómico y su relación con dolor musculoesquelético de columna vertebral: basado en la primera encuesta nacional de condiciones de empleo, equidad, trabajo, salud y calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras en Chile (ENETS) 2009-2010. Med Segur Trab. 2012;58(228):194-204.

Page 54: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

38 38/42 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

fenómeno de desarrollo en la organización del trabajo. La Organización Internacional de Trabajo -OIT- define teletrabajo como: “Una forma de trabajo en la cual: a) el mismo se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando así al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina y, b) la nueva tecno-logía hace posible esta separación facilitando la comunicación”.1

Para el caso colombiano, el teletrabajo se encuentra definido en la Ley 1221 de 2008 como: “Una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o pres-tación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecno-logías de la información y comunicación -TIC- para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio especifico de trabajo”.2

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, es importante hablar sobre la salud y seguridad en el trabajo, la cual, según la OIT, es un principio de protección de los trabajadores respecto de

Correspondencia / Correspondence:Liliana Andrea Bonilla Prieto Carrera 4 N° 22-61, Módulo 16, Oficina 301. Bogotá, Colombia. Tel.: (57-1) 242 70 30 ext. 3680-3688e-mail: [email protected]: 23 de Enero 2014 / Aceptado: 08 de Marzo 2014

Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el TrabajoTELEWORK ANd ITS RELATIONSHIP WITH HEALTH ANd SAFETY AT WORK

Liliana Andrea Bonilla Prieto1, diana Carolina Plaza Rocha2, Gladys Soacha de Cerquera3, y Martha Isabel Riaño-Casallas4

1. Administradora de Empresas, estudiante de la Especialización en Gerencia en Salud Ocupacional, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá–Colombia.2. Fisioterapeuta, estudiante de la Especialización en Gerencia en Salud Ocupacional, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá–Colombia.3. Profesional en Enfermería, estudiante de la Especialización en Gerencia en Salud Ocupacional, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá–Colombia.4. Administradora de Empresas, Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo. Profesora Asociada Especialización en Gerencia en Salud Ocupacional, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá–Colombia.

RESUMENEl teletrabajo es una modalidad laboral que está siendo promovida e implementada en Colombia como estrategia de generación de empleo. Sin embargo, esta forma de flexibilización del trabajo exige que se den unas garantías mínimas en materia de protección a los trabajadores. Por tal razón, el presente artículo busca mostrar cuáles han sido los avances en investigación del teletrabajo, particularmen-te en lo relacionado con la seguridad y salud en el trabajo. Para este propósito se realizó una revisión de estudios en diferentes bases de datos y revistas científicas indexadas. Como resultado se identifica-ron aspectos como la ampliación del mercado laboral, flexibilidad laboral, inclusión de la población en situación de discapacidad a la vida laboral y conciliación con la vida familiar. Sin embargo, se encontró que en cuanto a la salud de los teletrabajadores y sus ries-gos, son las empresas quienes los asumen en la mayoría de los casos. Por otra parte, se observó que falta regulación legal y jurídica para la implementación del teletrabajo en muchos de los países donde se realizaron las investigaciones y estudios. En conclusión, se hace necesario determinar aspectos contractuales, responsabilidades de las empresas, definición de horarios y tiempos de trabajo, condiciones de salud y seguridad, vigilancia, acompañamiento, necesidad de crear capacitaciones específicas para el teletrabajador y las empresas que tengan esta modalidad.

(Bonilla L, Plaza D, Soacha De Cerquera G, Riaño-Casallas M, 2014. Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 38-42).

Palabras claves: TELETRABAJO, SALUD, SEGURIDAD, TECNOLO-GÍAS DE LA INFORMACIóN Y LAS COMUNICACIONES TIC.

ABSTRACTThis article shows the results obtained according to telework and its relation to health and safety, building cataloging objectives studies have been performed to identify the achievements obtained in the different studies and research and categorize them according to the evidence found. In different databases and scientific journals a review of studies and research was conducted, which were related to the main theme. As a result were identified issues such as the expan-sion of the labor market, labor flexibility, inclusion of people with disabilities in working life, family life reconciliation. However, it was found that in terms of the health of teleworkers and their risks are the companies who take in most cases. On the other hand, lack of legal and judicial regulation for the implementation of teleworking in many of the countries where the research and studies conducted. It is necessary to determine contractual, corporate responsibilities, defining work schedules and time, health and safety conditions, monitoring, need for specific training for teleworkers and companies with this modality.

Key words: TELECOMMUTING, HEALTH, SAFETY, INFORMATION TECHNOLOGY AND COMMUNICATIONS ICT.

INTROdUCCIÓN

La innovación en las tecnologías de la información y las comuni-caciones, TIC, ha generado que cada día el teletrabajo sea una herramienta necesaria en la transformación laboral, económica y social a nivel nacional e internacional, convirtiéndose así en un

Page 55: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 38/42 39

ción relacionada con teletrabajo, seguridad y salud. Para realizar la búsqueda se utilizaron palabras claves como: teletrabajo, salud, segu-ridad, tecnologías de la información y telecomunicación (TIC).No obstante, debido a que la información encontrada fue escasa, se optó por buscar otros temas relacionados con el teletrabajo, como por ejemplo las TIC y palabras claves que estaban incluidas dentro de los artículos encontrados, con el fin de filtrar la búsqueda y poder así encontrar más información que se relacionara con la temática que se estaba abordando; de esta manera se lograron encontrar otros estudios e investigaciones que aportaran al tema central de la investigación.Para la selección de artículos se tuvieron en cuenta los siguientes criterios: Estar publicados en revistas y bases de datos indexadas, nacionales como internacionales y que la temática de los estudios e investigaciones estuviese relacionada con el teletrabajo y la seguridad y la salud.Finalmente, se revisaron 41 artículos. En la Tabla 2, se presentan los artículos revisados con sus respectivos autores.

las enfermedades y de los accidentes del trabajo.3 Sin embargo, según estadísticas de la misma OIT, cada año mueren unos dos millones de personas a causa de enfermedades y accidentes del trabajo. Se estima que unos 160 millones de personas sufren enfermedades relacionadas con el trabajo y que cada año se producen unos 270 millones de accidentes laborales mortales y no mortales vinculados con el trabajo.3

Es aquí en donde toma importancia analizar este tema desde la implementación en el contexto del teletrabajo, pues la globalización y la expansión a los nuevos mercados laborales han hecho necesaria la incorporación de nuevas tecnologías y formas de comunicación, generando un impacto en la salud y seguridad en las personas que se desenvuelven en esta forma de organización de trabajo.Con la aparición e inclusión de estos fenómenos, surgen aspectos importantes tales como son las nuevas formas de relaciones labo-rales, organización del trabajo y condiciones de trabajo. Todos estos nuevos procesos generan en los trabajadores nuevos riesgos, que implican la aparición de enfermedades laborales, o el desen-cadenamiento de accidentes de trabajo.Por lo anterior, reviste importancia realizar una revisión de los estudios respecto a la seguridad y salud en el trabajo para teletra-bajadores, que se han adelantado principalmente en países ibero-americanos; esto, con el propósito de conocer los alcances obte-nidos hasta el momento en esta materia, para así poder avanzar a futuro en el diseño de estrategias y propuestas de gestión de la seguridad y salud en el trabajo cuando existe la modalidad de teletrabajo en las empresas.

METOdOLOGÍA

El proceso metodológico que se llevó acabo para la revisión de estudios e investigaciones fue de tipo descriptivo. Para poder establecer el estado de avance en este tema, fue preciso examinar algunas de las investigaciones que se han venido realizando en los diferentes países que han implementado el teletrabajo, y de esta forma conocer el estado en el que se encuentra y su relación con la salud y seguridad de los trabajadores.Las fuentes de información que se utilizaron fueron secundarias, porque se tomaron los estudios e investigaciones encontradas para elaborar una recopilación de estas. Para lo cual se realizó una revisión documental en diferentes bases de datos (Tabla 1) como: Proquest, Ebsco, Academic One File, Scielo, Fuente Académica Premier, Redalyc.org y Google Académico; también se consultaron las bases de datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, Colombia Digital y Gobierno Digital, con el fin de obtener informa-

Tabla 1.Artículos por base de datos.Base de Datos Articulos Google académico 23Scielo 7Fuente Académica Premier 2ProQuest 2Academic One file 1Cairn.info 1Ebsco 1Redalyc.org 1Otras Fuentes 3Total Artículos 41

Tabla 2.Artículos revisados.No. Autores Articulo 1. Kahale Carrillo, d. T. Teletrabajo: Regulación jurídico-laboral2. Balanta, H., del Río, F., Libro blanco del teletrabajo en Colombia. Orduz, R. y Molano Rojas, A. 3. Salanova, M., Cifre, E., El proceso de "Tecnoestrés" y estrategias para y Martín, P. su prevención.4. Minolli, C. B. Teletrabajo y diversidad generacional: Una ampliación de los conceptos de usabilidad y accesibilidad.5. Rubio González, R. La transformación de los mercados laborales: El teletra- bajo y sus alcances para el caso de Santiago, Chile.6. Pérez Sánchez, C. y Teletrabajo y vida cotidiana: Ventajas y dificultades para Gálvez Mozo, A. M. la conciliación de la vida laboral, personal y familiar.7. Madero Gómez, S. M. Predictores de la disposición de trabajadores mexicanos y Flores Zambada, R. a aceptar el teletrabajo.8. Salazar Concha, C. El Teletrabajo Como Aporte a la Inserción Laboral de Personas con discapacidad en Chile: Una Gran Carretera Virtual por Recorrer.9. Bianciotti, R. S. y Necesidad de legislar incentivos fiscales para el fomento Verduzco, d. de la inversión en Tecnologías de la Información y Comunicación Social (TICS) y en capacitación del Teletrabajo como alternativas para la inclusión laboral.10 Castillo Builes, E. A. El teletrabajo, ¿cómo controlar a quien no se ve?11. Saco Barrios, R. El Teletrabajo.12. Tello, C., Olivera, N. Teletrabajo en Argentina ¿Inclusión en la y Proto A. “Sociedad de Control”?13 de Luis Carnicer, P. El teletrabajo como factor de mejora medioambiental. Efectos indirectos en la vida de las mujeres.14. Gareca, M., Verdugo, Salud Ocupacional y Teletrabajo. R., Briones, J. L. y Vera, A.15. Alonzo Frabegart, Teletrabajo Y Salud: Un Nuevo Reto Para La Psicología. M. B. y Cifre Gallego, E. 16. Martinez Sanchez, A. Teletrabajo, flexibilidad de recursos humanos y resultados de la empresa.17. Roca Pulido, J. C. Teletrabajo en España: Estudio empírico de su aplicación en el sector de las tecnologías de información y comunicaciones.18. Caballero Reinoso, Modelo de la medición de las tecnologías de la C. A., Arteta Manrique, información y las Comunicaciones – TIC. M. E., Moreno Escobar, H., López Salgado, A., Rodríguez Sosa, H., Obregón Puyana, J., Suárez Rivera, A., Granados, J. E. y Leguizamón Tinsaba, M. (continúa pag.40)

Page 56: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Bonilla Liliana et al.

40 38/42 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

tigado sobre el teletrabajo y la implementación de esta modalidad laboral es entre 2009-2012. En el país donde más se ha implemen-tado e investigado sobre las condiciones de los teletrabajadores y del teletrabajo mismo ha sido España, y los sectores donde más se ha incluido esta forma de trabajo han sido telecomunicaciones, el educativo y gubernamental.

RESULTAdOS

En los resultados obtenidos durante la revisión de investigaciones sobre teletrabajo y su relación con la seguridad y salud en el trabajo se encontró que en la última década es donde más se ha estudiado sobre el teletrabajo, predominando los estudios entre los años 2009-2012; asimismo, se logró establecer que esta modalidad ha sido adoptada por varios sectores económicos, dentro de los cuales podemos destacar el sector de las telecomunicaciones, el educativo y gubernamental, entre otros. Uno de los países donde más se ha investigado sobre teletrabajo es España, seguido en América Latina por Argentina y Chile; no obstante, Colombia está empezando a estudiar las implicaciones del teletrabajo.Del análisis realizado se identificaron cuatro grandes tópicos: ampliación del mercado laboral, flexibilidad laboral, inclusión de la población en situación de discapacidad a la vida laboral y conciliación de la vida familiar. A continuación se explican cada uno de ellos.En cuanto a la ampliación del mercado laboral, en la revisión se identificaron 20 artículos que mencionaban este fenómeno, con aspectos importantes en cuanto a la ampliación del mercado laboral como el que expresa Rubio González4, quien dice que debe

Una vez encontrados los estudios, se procedió a incluirlos en una matriz elaborada para el análisis de la información, la cual contiene los siguientes elementos: título, año de publicación, edición, autor, base de datos, país, población, sector, objetivos y conclusiones de los estudios e investigaciones; definidos estos elementos, se realizó un análisis con el propósito de encontrar los alcances obtenidos en las investigaciones, del teletrabajo asociados a la seguridad y salud en el trabajo.En tal sentido, se identificó que en los años donde más se ha inves-

No. Autores Articulo 19. Pulido, J. C., López, Impacto del teletrabajo en la dirección y comunicación F. J., Martín, M. A. de las organizaciones del sector TIC.20. Soriano Pinar, I., La creación de valor en los sistemas productivos García Muiña, F. E. y virtuales: Un modelo de análisis. Pelechano Barahona, E. 21. Goytre Boza, J. L. Posibilidades del teletrabajo como medio de empleo de personas con discapacidad. Basado en las experiencias concretas del "Proyecto dISCATEL".22. Marzal, M. A.; Avances en la medición de la sociedad de la información Colmenero, M. J. y desde la perspectiva de la Unión Europea. Jorge, C. 23. Bastidas Cevallos, Análisis del Teletrabajo, como herramienta de contrata- J. C. ción, para mejorar los niveles de empleo en el Ecuador.24. Caamaño Rojo, E El teletrabajo como una alternativa para promover y facilitar la conciliación de responsabilidades laborales y familiares.25. dr. Cárcamo Ulloa, L. Competencias comunicativas y actitud hacia el y Lic. Muñoz Villegas, O. teletrabajo de estudiantes universitarios chilenos.26. Barba, L. El teletrabajo y los profesionales de la información27. de Luis Carnicer, M. P., Análisis del impacto del teletrabajo en el medio Jiménez, M. J. V., ambiente urbano. Sánchez, A. M., y Pérez, M. P. 28. Mañas Rodríguez, Realidad organizacional y teletrabajo. M. A., Muñoz Alba, E., y Pecino Medina, V. 29. Lenguita, P., duhalde, S., Las formas de control laboral en tiempos de la y Villanueva, M. M. teledisponibilidad. Análisis sobre la organización del teletrabajo a domicilio en Argentina30. López Jiménez, d., El estado del teletrabajo en la banca colombiana y sus Fondevila Gascón, J. efectos en la vida familiar. y Sainz, J. 31. di Martino, V. El teletrabajo en América Latina y el Caribe.32. Rodríguez Mejía, M. El teletrabajo en el mundo y Colombia33. Lenguita, P. Las tecnologías del trabajo según la prensa especializada. El caso del teletrabajo.34. Tunal Santiago, G. Reflexiones en torno a los análisis sobre el teletrabajo.35. Vélez Villegas, J. d. El Teletrabajo: Una forma de inclusión de las personas en situación de discapacidad al mundo laboral y la gestión de sus riesgos laborales36. Perez, M., Martinez, A., La adopción del teletrabajo y las tecnologías de la de Luis, P. y Vela, M. J. información: Estudio de relaciones y efectos organizativos.37. Belzunegui Eraso, A. El teletrabajo en España: Implicaciones sobre las condiciones de trabajo.38. Ríos Hurtado, M., Proyecto de implementación en modalidad de teletrabajo Flórez Pineda, J. J. para personas con discapacidad motora “Teledisc@”`. y Rodríguez, L. A. 39. García, R. E., Guevara, Calidad de vida laboral de teletrabajadores, en entornos M. E., y Mella, L. de trabajo que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación en la República dominicana, en el año 2007.40. delgado Paniagua, A. Fundamentos para la Aplicación del Teletrabajo en el Empleo Público de Costa Rica.41. Osio Havriluk, L. El Teletrabajo: Una opción en la era digital.

Tabla 2. (continuación)Artículos revisados.

Tabla 3.Artículos por país.Pais Porcentaje América Latina y el Caribe 2%Argentina 17%Chile 12%Colombia 17%Costa Rica 2%Ecuador 2%España 33%México 2%Unión Europea 5%Perú 2%República Dominicana 2%Venezuela 2%Total 100%

Tabla 4.Artículos por sectores.Sector Porcentaje Gobierno 11%Comercio y Servicios 7%Economía Social 14%Educativo 7%Sanitario (Salud) 5%Forestal o Agrario 2%Telecomunicaciones 20%Varios 34%Total 100%

Page 57: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 38/42 41

ser entendida: “como estrategias empresariales que responden a nuevas modalidades de organización del trabajo y, por otro lado, los fundamentos en que se organizan las conductas espaciales de los teletrabajadores”; de igual manera lo expresan otros autores como Gómez, Castillo Builes, Bianciotti, Barrios, Gareca, Abregat, Sánchez, Pulido, Bastidas Cevallos, Barba, De Luis Carnicer, Mañas Rodríguez, Di Martino, Lenguita, Tunal Santiago, Pérez, Eraso, García, Soriano Pinar, Roca Pulido5-16,1,17-23, quienes muestran en el teletrabajo la alternativa para realizar actividades laborales en diferentes campos de acción.En conclusión, al disponer de las tecnologías de la información y las comunicaciones e implementarlas en la empresa, pueden tener trabajadores realizando sus labores en cualquier parte del espacio geográfico y de esta manera fomentar el crecimiento y desarrollo empresarial.En relación con el segundo aspecto, la flexibilidad laboral, en 17 artículos de los estudios revisados daban la importancia que ha tenido este aspecto dentro de esta modalidad de trabajo; autores como Di Martino, Rubio González, Gómez, Castillo Builes, Bianciotti, Barrios, Sánchez, Pulido, Mañas Rodríguez, Lenguita, Soriano Pinar, Minolli, Tello, Caamaño Rojo, Mejía, Paniagua y Havriluk1,4-8,11,12,16-17,22,24-29 hablan acerca de la autonomía sobre el trabajo y el manejo propio del tiempo de cada teletrabajador. Estas variables se convierten en determinantes por los cuales cada día más trabajadores toman el reto de teletrabajar, ya sea desde su domicilio o cualquier parte del territorio geográfico o en espacios como telecentros, oficinas satélites, call centers, o el “freelance” o auto empleado, que puede trabajar para una o varias empresas cumpliendo tareas puntuales.Asimismo, para las empresas también se genera flexibilidad “para poder realizar nuevas tareas o mejorar las actuales; producto de disponer de personal con mejores competencias, no existentes en la zona. Además, su capacidad de expansión es mayor, permitién-doles adaptarse a las demandas reales del mercado y generar productos o servicios más competitivos” Havriluk.29

El tercer aspecto, correspondiente a la inclusión de la población en situación de discapacidad a la vida laboral, en los diferentes países donde se encontraron investigaciones sobre el teletrabajo, la salud y seguridad, la inserción de la población en situación de discapa-cidad se mostró como uno de los objetivos claves en la implemen-tación del teletrabajo. Seis estudios encontrados en la búsqueda expusieron el valor de incluir a este tipo de población a la vida laboral como Bastidas Cevallos13, que muestra un análisis en cuanto a la contratación en el teletrabajo y Gareca9, que habla sobre la importancia de la salud ocupacional para la implementa-ción en esta modalidad de trabajo.Existen importantes estudios en la inclusión de las personas en situación de discapacidad, con proyectos exclusivos para este tipo de población tales como “Discatel” Goytre Boza31 en España, y “Teledisca” Flórez Pineda33, en Colombia. Asimismo, otros autores como Traveled30 y Villegas32 hablan de la importancia de la inser-ción laboral de esta población, pues la eliminación de barreras físicas, ambientales que se afecten con la movilidad y la distancia, dan acceso a educación, empleo, crecimiento profesional y personal, mejorando la calidad de vida de la población en situación de disca-pacidad, al momento de ingresar en el mercado laboral o profe-sional. Sin embargo, a pesar de ser esta una de las prioridades del teletrabajo, las investigaciones encontradas que tenían como objeto de estudio la población en situación de discapacidad indican que aún es muy lenta la implantación al teletrabajo. Por último, lo relacionado con la conciliación de la vida familiar, se

consultaron los estudios de autores como Barrios, Pérez, García, Caamaño Rojo, Paniagua, Pérez Sánchez, Ulloa y Jiménez.8,19,21,26,28,34-36 En estas investigaciones se trató este tema como parte de las ventajas y desventajas del teletrabajo; sin embargo, muchos de ellos daban la importancia a las mujeres cabezas de familia, que al contar con la distribución de su propio tiempo, ingresan al mercado laboral a través de esta modalidad de trabajo, dando prioridad a su familia, y de esta manera facilitan sus condiciones de vida, la flexibilización de las condiciones laborales, lo que disminuye en cierta medida el impacto entre trabajo y familia.

dISCUSIÓN

A pesar de que se ha investigado sobre este tema y la inclusión de esta modalidad laboral, se observó durante la revisión que aún falta más literatura y más interés de los entes gubernamentales en cuanto a la regulación jurídica, legal y la implementación de medidas de seguridad tanto para el teletrabajo en general como para los teletrabajadores que realizan labores específicas.Sin embargo, pese a la poca información que se tiene sobre el tele-trabajo y su relación con la salud y seguridad, se logró identificar los alcances en la ampliación del mercado laboral, la flexibilidad laboral, la inclusión de la población con discapacidad o con limitaciones físicas a la vida laboral y la conciliación en la vida familiar.También se identificó que en cuanto a la salud de los teletrabaja-dores y a sus riesgos, son las empresas las que los asumen en la mayoría de casos, aunque aún hay aspectos en los cuales los estu-dios son muy pocos para la magnitud de la problemática de los teletrabajadores como, por ejemplo, los problemas que se generan por aislamiento, conductas de adicción al trabajo y demás proble-máticas asociadas al riesgo psicosocial, que si bien en muchas ocasiones no son fáciles de identificar en un trabajador en condi-ciones normales, en un teletrabajador su identificación y trata-miento puede llegar a ser más complejo. Por otra parte, falta dar más importancia a la regulación legal y jurídica para la implementación del teletrabajo; en muchos de los países donde se realizaron las investigaciones y estudios aún no se ha definido el teletrabajo como una relación laboral, evidenciando como el sector empresarial la práctica prima sobre la norma, tal vez, por su necesidad de cambio e innovación.Si se determinara con claridad el marco legal para el teletrabajo, se requeriría establecer aspectos contractuales, responsabilidades de las empresas, definición de horarios y tiempos máximos de trabajo, condiciones de salud y seguridad, la vigilancia y acompa-ñamiento de los trabajadores; asimismo, la necesidad de crear capacitaciones específicas para el teletrabajador en materia de autocuidado de la salud y prevención de riesgos, como también en aspectos inherentes a su labor, autocontrol, manejo del tiempo de trabajo y tiempo libre; a su vez, orientar a las empresas que adopten esta modalidad laboral, a fin de que puedan crear planes y estrategias para el manejo de su personal y control de la salud y la seguridad de sus trabajadores, con el fin de lograr la eficacia al momento de cumplir estos propósitos.

Fuente de financiamiento Este artículo se escribe como parte del desarrollo del proyecto de investigación “Modelo de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo para Teletrabajadores”, coordinado por el programa de Gerencia en Salud Ocupacional de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Page 58: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Bonilla Liliana et al.

42 38/42 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

1. di Martino V. El teletrabajo en América Latina y el Caribe. Proyecto Puesta en Marcha del Teletrabajo. Ginebra: Centro Internacional de Investigaciones para el desarrollo; 2004.

2. Ley No.1221/2008 del 16 de julio de 2008 por la cual se establecen normas para promover y regular el Teletrabajo y se dictan otras disposiciones. diario Oficial. 2008; (47.052).

3. Organización Internacional del Trabajo, OIT [en línea]. Ginebra: OIT: 1996-2014 [citado feb 2014].Programa de Seguridad y salud en el trabajo. Disponible en: http://www.ilo.org/global/topics/safety-and-health-at-work/lang--es/index.htm

4. Rubio R. La transformación de los mercados laborales: el teletrabajo y sus alcances para el caso de Santiago, Chile. Rev Geogr Norte Gd. 2010; (45):119-134.

5. Gómez SM, Zambada RF. Predictores de la disposición de trabajadores mexi-canos a aceptar el teletrabajo. Investigación y Ciencia. 2009;(43):46-52.

6. CASTILLO EA. El teletrabajo, ¿cómo controlar a quien no se ve?7. Bianciotti EA R, Verduzco Ad. Necesidad de legislar incentivos fiscales para

el fomento de la inversión en Tecnologías de la Información y Comunicación Social (TICS) y en capacitación del Teletrabajo como alternativas para la inclusión laboral.

8. Barrios RS. El teletrabajo. Derecho. 2007;(60):325-350.9. Gareca M, Verdugo R, Briones J, Vera A. Salud Ocupacional y Teletrabajo.

Cienc Trab. 2007;9(25):85:88.10. Abregat MB, Gallego EC. Teletrabajo y salud: un nuevo reto para la

Psicología. Papeles del psicólogo. 2002;(83):55-61.11. Sánchez AM, Pérez MP, Carnicer P, Jiménez MJ. Teletrabajo, flexibilidad de

recursos humanos y resultados de la empresa. M@n@gement. 2009;12 (1):52-79.

12. Pulido JC, López FJ, Martín MA. Impacto del teletrabajo en la dirección y comunicación de las organizaciones del sector TIC. Cuadernos de Estudios Empresariales. 2006;16:81-97.

13. Bastidas JC. Análisis del Teletrabajo, como herramienta de contratación, para mejorar los niveles de empleo en el Ecuador [tesis]. Quito: UPS; 2011.

14. Barba L. El teletrabajo y los profesionales de la información. El Profesional de la Información. 2001;10(4): 4-13.

15. de Luis MP, Jiménez MJ, Sánchez AM, Pérez MP. Análisis del impacto del teletrabajo en el medio ambiente urbano. Boletín Económico de ICE: Información Comercial Española. 2003;(2753):23-40.

16. Mañas MA, Muñoz E, Pecino V. Realidad organizacional y teletrabajo. Comunitania: Revista internacional de trabajo social y ciencias sociales. 2012;(4):105-122.

17. Lenguita P. Las tecnologías del trabajo según la prensa especializada: El caso del teletrabajo. Trab soc. 2009;(12):0-0

18. Tunal G. Reflexiones en torno a los análisis sobre el teletrabajo. Trab soc. 2012; (19):0-0.

19. Pérez MP, Sánchez AM, de Luis P, Jiménez M. La adopción del teletrabajo y las tecnologías de la información: estudio de relaciones y efectos organiza-tivos. Revista Economía y Empresa. 2004-2005;(52-53):11-27.

20. ERASO AB. El teletrabajo en España: implicaciones sobre las condiciones de trabajo. Revista universitaria de ciencias del trabajo. 2005;(6):287-296.

21. García RE, Guevara ME, Mella L. Calidad de vida laboral de teletrabajadores, en entornos de trabajo que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación en la República dominicana en el año 2007. Ciencia y sociedad. 2008;33(3):442-461.

22. Soriano I, García FE, Pelechano E. La creación de valor en los sistemas productivos virtuales: un modelo de análisis. Cuadernos de Estudios Empresariales. 2006;(15):127-152.

23. Roca JC. Teletrabajo en España: estudio empírico de su aplicación en el sector de las tecnologías de información y comunicaciones [tesis]. Universidad de Huelva. ProQuest disertaciones y Tesis. 2002:528-528.

24. Minolli C. Teletrabajo y diversidad generacional: Una ampliación de los conceptos de usabilidad y accesibilidad. Buenos Aires: Universidad del CEMA; 2012. (Documentos de Trabajo; 483)

25. Tello C, Olivera N, Proto A. Teletrabajo en Argentina, ¿Inclusión en la “Sociedad de Control”?. Derecho y ciencias sociales. 2010;(3):305-324.

26. Caamaño E. El teletrabajo como una alternativa para promover y facilitar la conciliación de responsabilidades laborales y familiares. Revista de derecho de la PUC de Valparaíso [en línea] 2010 [citado 07 ago 2013];(35):79-105. disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/rdpucv/n35/a03.pdf

27. Mejía MR. El teletrabajo en el mundo y Colombia. Gaceta Laboral. 2007; 13(1):29-42.

28. Paniagua Ad. Fundamentos para la Aplicación del Teletrabajo en el Empleo Público de Costa Rica. San José: dirección General de Servicio Social;[s.f.]. 15 p.

29. Havriluk LO. El Teletrabajo: Una opción en la era digital. Observatorio Laboral. 2010;3(5):93-109.

30. Traveled HT. El Teletrabajo como aporte a la inserción laboral de personas con discapacidad en Chile: Una gran carretera virtual por recorrer. Teletrabajo. 2007;9(25): 89.

31. Goytre JL. Posibilidades del teletrabajo como medio de empleo de personas con discapacidad. Basado en las experiencias concretas del "Proyecto DISCATEL". Boletín del Real Patronato sobre Discapacidad. 2011;(73):4-9.

32. Villegas Jd. El Teletrabajo: una forma de inclusión de las personas en situa-ción de discapacidad al mundo laboral y la gestión de sus riesgos laborales. Revista CES Derecho. 2013;4(1):29-45.

33. Flórez JJ, Ríos M, Rodríguez LA. Proyecto de implementación en modalidad de teletrabajo para personas con discapacidad motora "Teledisc@" [tesis]. Bogotá: Universidad EAN; 2012. 60 p.

34. Pérez C, Gálvez AM. Teletrabajo y vida cotidiana: Ventajas y dificultades para la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. Athenea digital - Revista de pensamiento e investigación social. 2009;(15):57-79.

35. Ulloa LC, Villegas OM. Competencias comunicativas y actitud hacia el tele-trabajo de estudiantes universitarios chilenos. RLCS. 2009;12(64):802-809.

36. Jiménez dF. El estado del teletrabajo en la banca colombiana y sus efectos en la vida familiar. Razón y Palabra. 2009;(70):1-26.

REFERENCIAS

Page 59: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 43/48 43

Correspondencia / Correspondence:Juan Eduardo Lara SotomayorUniversidad Central del Ecuadore-mail: [email protected], [email protected]: 28 de diciembre de 2013 / Aceptado: 07 de Marzo de 2014

El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios del Sector PúblicoMOBBING ANd SYMPTOMS OF STRESS IN PUBLIC SECTOR UNIVERSITY FACULTY

Lara Sotomayor Juan Eduardo1, Manuel Pando Moreno2

1. Instituto de Investigación y Postgrado – Facultad de Psicología, Universidad Central del Ecuador.2. Instituto de Investigación en Salud Ocupacional – Universidad de Guadalajara - México.

RESUMENEste artículo trata sobre la presencia de los factores psicosociales en el trabajo. El objetivo del estudio fue identificar la presencia e inten-sidad de la violencia psicológica, el acoso laboral, los factores socio-demográficos laborales como: género, edad, estado civil, tiempo de dedicación y nivel de formación; y, establecer la relación con los niveles de estrés en docentes universitarios del sector público en Ecuador. Se avaluó a 187 docentes principales de la Universidad Central del Ecuador. Se aplicó el Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo (IVAPT-PANDO), el Inventario de Síntomas de Estrés (ISE) y la encuesta de Factores Socio-demográficos Laborales (ESOLA). Los resultados: un 87,2% de los investigados (163 docentes) manifiesta presencia de violencia psicológica; el 91,9% (172 docentes) indica que la intensidad de la violencia psico-lógica es baja y nula; sobre el Acoso Psicológico (mobbing) 183 docentes (97,8%) sostienen que es nulo o bajo; 4 docentes (2,2%), que es medio y alto; sobre los niveles de estrés, 185 docentes (98,9%) indicaron que el nivel es bajo, 2 docentes (1,1%), que es medio; los síntomas más frecuentes son: dolores de cuello o espalda, explosio-nes de coraje, fatiga y gastritis. No existe asociación estadísticamen-te significativa entre las variables investigadas.

(Sotomayor L, Pando M, 2014. El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios del Sector Público. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 43-48).

Palabras Claves: MOBBING, VIOLENCIA PSICOLóGICA, ESTRÉS, SÍNTOMAS DE ESTRÉS, SALUD LABORAL.

ABSTRACTThis article is about the presence of psychosocial factors at work. The aim of the study was to identify the presence and intensity of psy-chological violence, bullying, socio -demographic factors such as: gender, age, marital status, and time commitment, level of training and establish the relationship with stress levels University Teachers in the public sector in Ecuador. 187 principal teachers of the Central University of Ecuador were evaluated. Inventory Violence and Bullying at Work (IVAPT - Pando), the Stress Symptom Inventory (ISE) and the Survey of Socio-Demographic Factors Labor (ESOLA) were applied. Results: 87.2% of the investigated (163 teachers) manifest presence of psychological violence, 91.9% (172 teachers) indicate that the intensity of psychological violence is low and nil, about Bullying (mobbing) 183 teachers (97.8%) say it is zero or low, 4 teachers (2.2%) is medium and high, about stress levels over 185 teachers (98.9 %) indicated that the level is low, 2 teachers (1.1%) is medium, the most common symptoms are: sore neck or back, out-bursts of anger, fatigue and gastritis. No statistically significant association exists between the variables investigated.

Key words: MOBBING AND PSYCHOLOGICAL VIOLENCE, STRESS, SYMPTOMS OF STRESS, OCCUPATIONAL HEALTH.

venido modificando, con aportaciones tanto teóricas como con estudios empíricos en el mundo del trabajo, que abordan fenó-menos que se perfilan como emergentes, tales como el mobbing y el estrés laboral.El fenómeno del mobbing, entendido básicamente como una forma de abuso psicológico que ocurre en el lugar de trabajo, permaneció invisible durante mucho tiempo.2,3 Sin embargo, desde la década del 80 el estudio del mobbing tomó auge y en la década siguiente es tal el interés sobre el tema que algunos han llegado a denominarlo «el tópico de la investigación de los años 90» en el campo de la psicología de las organizaciones.4

Leymann5 indica que con el mobbing se pretende la destrucción psicológica de la víctima por medio de actuaciones más o menos hostiles que consideradas de forma aislada podrían aparecer anodinas, pero cuya repetición produce efectos muy perjudiciales. El mobbing requiere que se reúnan cuatro características, entre la que se destaca el propósito sobre todas las demás, dado que el propósito es una característica indispensable para la diferencia-ción entre el mobbing y la violencia psicológica generalizada en

Artículo Original

INTROdUCCIÓN

Según Herranz-Bellido y Reig-Ferrer1 los(as) trabajadores(as) sociales —policías, maestros, profesores, enfermeras y otras profe-siones similares— están sometidos a altas exigencias emocionales. Este interés relacionado con la salud en el trabajo no se había dado con la misma intensidad en el caso específico del sector de los servicios, y menos aún en el campo correspondiente a la educación superior; en los últimos años esta tendencia se ha

Page 60: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Lara Juan, Pando Manuel

44 43/48 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

un ambiente laboral; estas características son: 1) existe como una serie de actos violentos, generalmente en lo moral y psicológico, y muy extrañamente de manera física; 2) debe ocurrir con repeti-tividad o continuidad; 3) se aplica con el propósito de perjudicar la integridad de la otra persona, tratando de obtener su salida de la organización; y, 4) que los comportamientos psicológicamente agresivos sean más o menos verificables.6

González de Rivera7 ha propuesto la existencia de una nueva pato-logía y la ha denominado “Síndrome de Acoso”, donde el factor estresante principal son las relaciones interpersonales negativas con los demás miembros del grupo laboral, que no son ni siquiera conflictivas sino, peor aun, decididamente persecutorias. Difiere en eso de las otras formas de estrés, en las que el factor estresante principal es la propia naturaleza del trabajo, que puede carecer de experiencias positivas, con acumulo de aspectos negativos, o ser traumático, peligroso o ansiógeno en sí mismo, o producir tensión por una excesiva carga de responsabilidad sobre otras personas.Peralta8 sostiene que El acoso laboral, mobbing, puede generar síntomas asociados al estrés postraumático, que incapacitan y lesionan psicológicamente a las personas de manera grave. Riquelme9 indica que los efectos del Mobbing, o Acoso Psicológico, para las víctimas pueden ser devastadores desde el punto de vista clínico, dando origen a trastornos de ansiedad generalizada, cuadros de estrés, estados depresivos severos pudiendo llegar en grados extremos hasta el suicidio. Los síntomas más persistentes, incluso en personas que parecen haber superado definitivamente el Síndrome de Acoso, son: a) Recuerdos obsesivos, b) Presión Focalizada del Pensamiento y c) temor al lugar de trabajo y a todo lo que le pueda recordar los acontecimientos estresantes y los conflictos que en él tuvieron lugar. Otro estudio realizado por González de Rivera10 sostiene que —entre las repercusiones clínicas del acoso psicológico y los síndromes crónicos del estrés— el factor estresante principal lo constituyen las relaciones inter-personales negativas con los demás miembros del grupo laboral, que no son ni siquiera conflictivas sino, mucho peor aun, delibe-radamente persecutorias.Bustos11 indica que “…los trabajadores se dieron cuenta solo mucho después de que habían sido víctimas de la violencia en el trabajo, reconocieron que estaban siendo tratados mal, pero no en el momento oportuno, hasta que esta situación se convirtió en insoportable, más aún cuando debían permanecer en el mismo sitio de trabajo que el abusador”. Los estudios realizados en los últimos 10 años sobre mobbing y estrés en el espacio laboral —con su sintomatología— indican que la presencia de la violencia psicológica en el trabajo se encuentra en niveles importantes; así tenemos que, en Colombia, el Ministerio de Trabajo en el año 2004 llevó a cabo un estudio en que se reportó una prevalencia de acoso psicológico del 19,8%. Los sectores económicos más vulnerables fueron el de transporte y telecomunicaciones con una prevalencia de (25,1%), el de salud y educación con (19,7%) y el sector financiero con un (14,6%).12 Herranza-Bellido, Reig-Ferrer y Cabrero García13, realizan un estudio en donde analizan la presencia de mobbing en el profeso-rado universitario; los resultados indican que casi el 22,6% de los profesores se sintió victima de mobbing. Los autores sostienen no haber encontrado diferencias estadísticamente significativas en mobbing debidas a la edad, género o categoría académica de los profesores.En México, Aldrete, Pando, Aranda y Torres14 realizan un estudio en donde buscan determinar la presencia del fenómeno entre

mujeres docentes de un centro universitario. En este estudio parti-ciparon 56 docentes a las que se aplicó el Leyman Inventory of Psycho-Terror (LIPT-60) y la Escala de Evaluación de Apoyo y Contactos Sociales; el estudio hace referencia a la presencia de al menos una estrategia de acoso como mobbing; el 83,6% de las mujeres se calificaron como víctimas. En referencia al grupo de mujeres participantes, las variables de edad y estado civil no mostraron asociación significativa con ninguna de las diferentes mediciones del mobbing, conforme al LIPT-60.Justicia15 presenta un estudio descriptivo realizado con empleados universitarios de dos universidades andaluzas pertenecientes al sector del profesorado y del personal de administración y servi-cios; los resultados indican que el 22,3% de ellos ha sufrido acoso por lo menos una vez durante su experiencia laboral. El porcen-taje desciende hasta el 9,31% al introducir criterios de valoración más restrictivos tales como la frecuencia y la duración. Es impor-tante indicar que el acoso afecta por igual a los grupos analizados y no existen diferencias significativas ante la presencia de este factor; sin embargo, en referencia al sexo existen diferencias estadísticamente significativas, observando que la tasa de victimi-zación en los hombres es de 6,85%, mientras en las mujeres es el 12,77%. En cuanto a la direccionalidad del acoso, se indica que el acoso descendente afecta a un 76,5% de las víctimas; el acoso horizontal afecta a un 56,9% y el acoso descendente afecta al 39,2% de las víctimas.Raya, Herruzo y Pino16 realizaron la medición de los niveles de acoso psicológico en una población de 220 profesores (93 hombres y 127 mujeres) de los centros de educación de la Provincia de Córdova, considerando los factores socio-demográ-ficos y el estudio de las conductas de acoso más frecuentes que se usan. Los resultados indican que son 4 de las 60 conductas de acoso psicológico; los factores socio-demográficos no guardan ninguna relación directa con la presencia de mobbing. Sobre las conductas de acoso psicológico, la comunicación y la reputación personal son las conductas más indicadas de haber sido violen-tadas.Pando17, en el estudio sobre Factores psicosociales y presencia de mobbing en profesores universitarios, con la aplicación IVAPT-PANDO (Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo), detecta 9 posibles casos de Acoso Psicológico, 2 en nivel alto y 7 en nivel medio. Por otro lado hasta un 82% del personal afirma haber recibido alguna forma de violencia psicológica en el trabajo. Desde hace tiempo se sostiene que el estrés es un factor que acompaña el trabajo docente; esto se fundamenta en una revisión de 71 investigaciones realizada (Hiebert y Farber18,por ejemplo, encontraron evidencias para considerar a la docencia como una profesión estresante). Matud19 evalúa el estrés laboral y salud en el profesorado; la muestra estuvo conformada por 223 profesionales de enseñanza (155 mujeres y 68 hombres). Los resultados indican que la insa-tisfacción con el rol y los cambios negativos e incontrolables en la presión laboral, correlacionan con sintomatología de tipo somático, depresiva, de ansiedad e insomnio; y de forma negativa con apoyo social, aunque los coeficientes son bajos. León y Avargues20 realizan el estudio “Evaluación del estrés laboral en personal universitario” mediante la aplicaciòn de 315 encuestas: los resultados indican que le prevalencia del estrés laboral fue alta (13%). La falta de recursos, la sobrecarga de trabajo, el conflicto y la ambigüedad de rol fueron determinantes el momento de analizar la información obtenida.

Page 61: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | El Mobbing y los Síntomas de Estrés en docentes Universitarios del Sector Público

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 43/48 45

Cito el trabajo desarrollado por Cruz, Ovalle y Pando21, cuyo obje-tivo central fue identificar la incidencia de la sintomatología de estrés y mobbing, aportando al estudio de esta problemática con insumos importante como: “Con respecto a la violencia psicoló-gica encontramos 47 académicos —que representan al 88,7% de la muestra de estudio— que sufren o han sufrido este tipo de situa-ciones. Del total de los casos, el 61,7% sostiene que la frecuencia ha sido alta y el 19,2% media y el mismo porcentaje sostiene que la frecuencia ha sido baja. De acuerdo a la intensidad, el 95,7% de ellos manifiestan que la violencia recibida es de baja inten-sidad y únicamente el 4,3% de los académicos manifiesta que ha sido alta.“….De los datos más significativos se encuentra que, del total de los casos, el 63,6% son hombres y el 36,4% son mujeres, obser-vándose que los hombres son más proclives a experimentar síntomas de estrés; con relación a la edad, los casos se concentran en sujetos que están viviendo su tercera o cuarta edad. Los síntomas que tienen mayor incidencia en los académicos son en orden de importancia: dolores de cabeza, dificultades para quedarse dormidos o despertarse durante la noche, irritabilidad o enfurecimiento, dolores abdominales, nerviosismo o ansiedad y fatiga o debilidad”.Pozos, Horta, Delgadillo y Aguilera22 abordan la problemática de la docencia y estrés como riesgo para la salud en odontólogos; para este estudio se definió una población de 90 docentes odontólogos de ambos sexos. Los niveles de estrés crónico que se encontraron fueron: 11 odontólogos (12,2%) de la población total presentaron un nivel alto, 62 (68,8%) presentaron un nivel medio y 17 (18,9%) presentaron un nivel bajo. Las autoras sostienen que estos resultados concuerdan con otros estudios realizados donde se hace referencia a que, si bien el estrés afecta a ambos sexos, el impacto en cada uno es diferente. Con relación a la edad se sabe que a mayor edad se va reduciendo la capacidad de su sistema inmune, mostrando significa-tivamente más estrés y si a ello le agregamos alteraciones en la estabilidad emocional por el estrés vivido a lo largo de varios años, las consecuencias pueden ser lamentables. Necsoi23 hace referencia a la relación del estrés generado por el trabajo y a la satisfacción del Docente Universitario; en el estudio participaron 70 docentes universitarios, encontrándose que existe una relación negativa entre la satisfacción en el trabajo y la presencia del estrés laboral; las mujeres presentaron altos niveles de ansiedad y depresión y bajo nivel de satisfacción.El objetivo de este estudio es identificar la presencia e intensidad de las variables sujetas a estudio, así como la relación con ciertos factores socio-demográficos laborales de los docentes universita-rios del sector público y su incidencia en la salud del docente universitario a través de la presencia de ciertos síntomas propios del estrés.

MATERIAL Y MéTOdO

Este estudio es de tipo relacional, con corte transversal, aplicado a una muestra aleatoria simple conformada por 187 docentes de las seis facultades que forman parte del área de las ciencias de la vida, con nombramiento definitivo y al menos 1 año de anti-güedad en la Institución, con tiempo de dedicación completo, medio tiempo y tiempo parcial. La población total en las seis facultades sujetas a estudio es de 595 docentes; para la definición de la muestra se asumió una prevalencia esperada de 50%, un

margen de error aceptable del 0,05 y un nivel de confidencialidad del 95%, quedando un total de 187 sujetos. Para la selección de sujetos se distribuyó proporcionalmente entre las 6 facultades existentes y se eligieron al azar.

Los instrumentos aplicados a la población sujeto del presente estudio fueron:El IVAPT-PANDO (Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo), creado por Manuel Pando Moreno, que mide la frecuencia e intensidad de la violencia psicológica y la presencia de Acoso Psicológico-Moobing. Este instrumento consta de 22 ítems, de doble respuesta en escala likert, que indica si la persona sufre violencia en el trabajo y si la violencia puede ser calificada como acoso psicológico (Mobbing). Fue validado con un alfa de Cronbach de 0.911 y un 36,5% de varianza explicada para el primer factor.Dentro de esta primera referencia se encuentra la efectuada por una serie de investigadores, quienes con Pando24 la realizaron a través del estudio “Validez y Confiabilidad del Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo (IVAPT-PANDO) en la población mexicana. Dicha muestra estuvo constituida por 307 trabajadores de catorce estados de la República Mexicana y vein-ticuatro giros empresariales diferentes. Tal y como lo señala dicho estudio, los resultados muestran consistencia interna de cuatro factores, con validez relevante y alta confiabilidad.25

Como lo señala Pando24, “estudios previos realizados (Pando, Aranda, Aldrete y Reynaga) con instrumentos como el LIPT-60 muestran una prevalencia excesiva (79,7%) como para poder cali-ficar realmente como acoso laboral, lo que ha obligado a reconsi-derar la utilidad de tal instrumento”. De igual forma señala “consi-deraba necesario revisar los constructos de instrumentos ya existentes como el mencionado LIPT-60 y el inventario CISNEROS, pues se halló que no satisfacen los criterios para determinar confiablemente el acoso laboral”.Para determinar el acoso laboral se requiere de tres elementos mínimos: la presencia de comportamientos violentos de una o varias personas sobre otra(s); que estos comportamientos se presenten de manera continua durante cierto tiempo, y que exista la intenciona-lidad de destrucción psicológica y obtener de esta forma la salida de la organización, o dañar deliberadamente a la persona.25

En el estudio “Aplicación y evaluación psicométrica del test IVAPT-PANDO” realizado por Macías26 en dos centros de atención primaria, se buscaba evaluar las propiedades psicométricas del test IVAPT-PANDO en una muestra piloto constituida por 48 trabajadores de dos centros de salud especializados en atención primaria ubicados en la región metropolitana de Santiago de Chile. Los resultados arrojan una alta confiabilidad total y una adecuada capacidad discriminativa de los ítems.25

El IVAPT-PANDO en su aplicación en Bolivia y Ecuador27 generó los siguientes insumos. Se trató de un estudio transversal, descrip-tivo, con una muestra aleatoria no representativa de la población económicamente activa en Bolivia y Ecuador. Participaron 620 sujetos: 311 bolivianos y 309 ecuatorianos pertenecientes al sector de la economía formal. La estructura factorial del inventario se evaluó mediante la opción del método de componentes princi-pales y rotación varimax para maximizar la independencia entre los factores. En la iteración inicial se obtuvieron seis factores que explican el 62,8% de la varianza. Los valores eigen se encuentran por encima de 0,41; de los resultados se obtuvo un coeficiente de fiabilidad _ = 0,89 alpha de Cronbach.

Page 62: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Lara Juan, Pando Manuel

46 43/48 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

El CUESTIONARIO-ISE (Inventario de Síntomas de Estrés), elabo-rado y validado por Lipp y Guevara, a su vez traducido y adaptado para México por Domínguez, Méndez y Meza28 (1994), mide la intensidad del estrés laboral. El ISE es un instrumento de aplica-ción individual y colectiva de fácil comprensión y rápida califica-ción, con un alfa de Cronbach de 0.94, que nos indica un grado aceptable de confiabilidad.28 Contiene una lista de 42 síntomas psicofisiológicos característicos del estrés crónico, los cuales se califican en una escala tipo Likert de 6 opciones que van desde nunca a siempre. Este instrumento, construido para la investigación del estrés, incluye un modelo de estudio de los factores psicosociales desencadenantes de la respuesta de estrés, los mediadores cognoscitivos y la investiga-ción y registro de respuestas psicofisiológicas que dan cuenta de la activación del sistema nervioso. Considerando que la presencia de síntomas psicofisiológicos puede determinar la presencia de un estrés alto, medio y bajo, sin ser relativo a lo que se presente en un grupo determinado. La forma de calificación del ISE en esta adaptación asigna un valor de 0 a 5 a cada una de las opciones de respuesta. Domínguez y cols.29 validaron el ISE en población mexicana y encontraron un alfa de Cronbach de 0,94; en esta investigación el alfa fue de 0,893.30El instrumento Encuesta de Datos Socio-demográficos Laborales (ESOLA) fue elaborado considerando 2 condiciones establecidas: condiciones socio-demográficas y condiciones laborales de los investigados.Los análisis estadísticos desarrollados son tanto descriptivos como de asociación. Los primeros tuvieron la intención de conocer a la población de estudio y obtener las prevalencias respectivas. Dentro del análisis de tipo descriptivo se obtuvieron frecuencias, porcen-tajes y promedios, mientras que para el análisis de asociación se utilizó la Chi cuadrada (con o sin corrección de Yates), siendo significativa una p < 0,05, y estableciendo el OR (odd ratio), consi-derando presencia de riesgo si el OR es mayor que 1; la unidad no se encuentra en el rango de confianza y la p es < 0,05. El análisis de la información se realizó por medio del programa de cómputo estadístico ExCEL Y SPSS V21, a través de los cuales se analizaron los datos socio-demográficos laborales y se cruzaron los resultados de la presencia e intensidad de la violencia psicológica, la presencia de mobbing y las manifestaciones psicosomáticas generadas por la presencia del estrés.

RESULTAdOS

Los instrumentos indicados se aplicaron a 187 profesores, la edad promedio fue de 52,01 años, con un rango que varió de 26 a 76 años de edad, con una mediana de 52 años y una moda de 60 años; 136 docentes fueron hombres (72,7%) y 51 docentes fueron mujeres (27,3%); en referencia al estado civil, 139 docentes (74,3%) son casados, 21 (11,2%) son solteros, 22 (11,8%) son divorciados, 2 (1,1%) son viudos y 3 (1,6%) tienen unión libre; sobre el nivel de formación, el 95,6% tienen cuarto nivel; sobre el tiempo de dedicación, 107 docentes —que representan el 57,2%— trabajan a tiempo completo, 48 —que representan el 25,7%— trabajan a medio tiempo y 32 docentes —que representan el 17,1%— trabajan a tiempo parcial. Es importante indicar que, sobre la antigüedad, 138 docentes —que representan el 73,8%— indican tener 5 años o más en la Institución. Sobre violencia psicológica en el trabajo, un 87,2% de los inves-tigados (163 docentes) indica que sí existe, mientras que 24

docentes (12,8%) sostienen que no existe este factor. La media de este factor es de 6,58 que, en la escala de presencia de violencia psicológica, se ubica en el nivel alto. En cuanto a la intensidad de la violencia, 172 docentes (91,9%) indican que es baja y nula, 14 (7,6%) indican que es media y 1 docente (0,5%) indica que es alta; la media de este factor es de 10,3 que, en la escala de puntajes sobre intensidad, indica un nivel bajo. Sobre el Acoso Psicológico (mobbing) 183 docentes (97,8%) indican que es nulo o baja, mien-tras 4 docentes (2,2%) indican que es medio y alto.

Los niveles de estrés que presentó la población investigada fueron: 185 docentes (98,9%) indicaron que el nivel es bajo, mientras 2 docentes (1,1%) indicaron que el nivel es medio; los síntomas más frecuentes son:

De los datos más significativos en el análisis de las variables, encontramos que 161 docentes (86,1%) —que han sido sujetos de violencia psicológica— manifiestan un bajo nivel de estrés; 171 docentes (91,4%) —que indican que la intensidad de la violencia psicológica es baja/nula— también indican bajo nivel de estrés, en tanto que 182 docentes (97,3%) indican la no presencia de mobbing, por lo tanto, el nivel de estrés también se ubica en un nivel bajo.En referencia a las variables sociodemográficas y su relación con las variables de violencia psicológica, mobbing y niveles de estrés, los datos que se obtienen indican que no existe una asociación estadística significativa, según el Cuadro 4.

dISCUSIÓN

La presencia de los factores psicosociales en el trabajo en la actualidad ha generado una especial atención por parte de los profesionales encargados de mantener la Salud de los trabaja-dores, quienes, en base a los múltiples estudios realizados sobre todo en violencia y acoso psicológico en el trabajo —como en la presencia de estrés y su sintomatología más frecuente— han logrado generar una real conciencia en los diferentes actores sobre los efectos dañinos que producen en los trabajadores.Los resultados de la investigación arrojan una población con características socio-demográficas laborales comunes a pobla-

Cuadro 1.Presencia–Intensidad de la Violencia Psicológica y Acoso Laboral en docentes Universitarios de Quito–2013.

Presencia Intensidad Mobbing Bajo Medio Nula Media Alta Bajo Medio Alto Alto BajaHombres 12 124 126 10 0 134 1 1 (8,8%) (91,2%) (92,6%) (7,4%) (0%) (98,5%) (0,7%) (0,7%)Mujeres 12 39 46 4 1 49 1 1 (23,5%) (76.,4%) (90,2%) (7,8%) (2%) (96,1%) (2%) (2%)

Cuadro 2.Síntomas frecuentes de estrés en los docentes Universitarios de Quito - 2013.

Síntomas del estrés crónico dolores de cuello o espalda 1,28Explosión de furia 0,88Fatiga 0,87Gastritis 0,85Insomnio 0,84dolor de cabeza 0,81

Page 63: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | El Mobbing y los Síntomas de Estrés en docentes Universitarios del Sector Público

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 43/48 47

ciones de docentes universitarios de otras investigaciones en cuanto se refiere a rangos de edad, nivel de formación, tiempos de dedicación. En el presente estudio no existe una asociación esta-dística significativa entre las variables investigadas y los factores socio-demográficos laborales; similares resultados se obtuvieron en Herranza-Bellido, Reig-Ferrer y Cabrero García1, quienes sostienen no haber encontrado diferencias estadísticamente significativas en mobbing debidas a la edad, género o categoría académica de los profesores. En México, Aldrete, Pando, Aranda y Torres14 realizan un estudio sobre Acoso Psicológico en el Trabajo, en donde las variables de edad y estado civil en las mujeres participantes no mostraron asociación significativa con ninguna de las diferentes mediciones del mobbing. En otro estudio realizado por Raya, Herruzo y Pino16 sobre los niveles de acoso psicológico en una población de 220 profesores (93 hombres y 127 mujeres) se evidenció que los factores socio-demográficos no guardan ninguna relación directa con la presencia de mobbing.El presente estudio aporta con datos sobre la violencia psicológica en el trabajo e indica que un 87,2% de los investigados (163 docentes) manifiesta presencia de violencia psicológica, el 91,9 % de los investigados (172 docentes) indica que la intensidad de la violencia psicológica es baja y nula y solamente 1 docente (0,5%) indica que ha sido alta. Estos resultados tienen similitud con el

estudio realizado por Cruz, Ovalle y Pando21, en académicos mexi-canos, cuyos resultados indican que el 88,7% (47 académicos) han sufrido de violencia psicológica; de acuerdo a la intensidad, el 95,7% de ellos manifiesta que la violencia recibida es de baja intensidad y únicamente el 4,3% de los académicos manifiesta que ha sido alta.Pando17, en el estudio sobre Factores psicosociales y presencia de mobbing en profesores universitarios, indica que hasta un 82% del personal afirma haber recibido alguna forma de Violencia Psicológica en el Trabajo, porcentajes cercanos a los logrados en el presente estudio. Sobre el Acoso Psicológico (mobbing), 183 docentes (97,8%) investigados indican que es nulo o bajo, mien-tras 4 docentes (2,2%) indican que es medio y alto. En Colombia, el Ministerio de Trabajo en el 2004 llevó a cabo un estudio en que se reportó una prevalencia de acoso psicológico del 19,7% para el sector salud y educación. En esta variable existe una diferencia significativa entre los dos estudios analizados; sin embargo, nues-tros datos se acercan más a los resultados obtenidos por Pando17 en el estudio sobre Factores psicosociales y presencia de mobbing en profesores universitarios, en el cual 185 profesores respon-dieron a las encuestas y se encontró que 2 profesores —que repre-sentan el 1,08%— respondieron que el nivel es alto, mientras 7 profesores —que representan el 3,74%— indicaron que el nivel de acoso psicológico es medio, por otro lado hasta un 82% del personal afirma haber recibido alguna forma de Violencia Psicológica en el Trabajo. En otro estudio realizado por Pando27 (2012), los resultados indican que de la población investigada en el Ecuador (309 traba-jadores) del sector industrial y de servicios, 273 trabajadores evaluados —que representan el 88,30%— indican la presencia de violencia psicológica en el trabajo, 254 trabajadores —que repre-sentan el 82,1%— indican que la intensidad es baja o nula, mien-tras que en referencia al Acoso Psicológico, 290 trabajadores —que representan el 93,9%— indican que es bajo, mientras 3 trabajadores (0,9%) indican que se encuentra en un nivel alto.En referencia a los niveles de estrés, el presente estudio sostiene que 185 docentes (98,9%) indicaron que el nivel es bajo, mientras 2 docentes (1,1%) indicaron que es medio; los síntomas más frecuentes son: dolores de cuello o espalda, explosiones de furia, fatiga y gastritis.En el estudio de Pozos, Horta, Delgadillo y Aguilera22, los niveles de estrés crónico que se encontraron entre los odontólogos fueron: 11 (12,2%) de la población total presentaron un nivel alto, 62 (68,8%) presentaron un nivel medio y 17 (18,9%) presentaron un nivel bajo. Las autoras sostienen que estos resultados concuerdan con otros estudios realizados donde se hace referencia a que, si bien el estrés afecta a ambos sexos, el impacto en cada uno es diferente. Con relación a la edad, se sabe que a mayor edad se va reduciendo la capacidad de su sistema inmune, mostrando significativamente más estrés y, si a ello le agregamos alteraciones en la estabilidad emocional por el estrés vivido a lo largo de varios años, las consecuencias pueden ser lamentables. La autora indica que: “La literatura consultada menciona que un nuevo estudio afirma que las personas de menos de 50 años con alta presión en su trabajo tienen un riego 70% mayor de desarrollar enfermedades que aquellos que viven libres de estrés”.En el estudio realizado por Herranz1 se indica que el burnout, o estrés laboral asistencial, es un síndrome psicológico caracteri-zado por agotamiento emocional (CE), despersonalización (DP) e insatisfacción personal con los logros (RP). El estrés laboral asis-

Cuadro 3.Análisis de variables. Niveles de Estrés Investigados Nivel Bajo % Nivel Medio % Casos / Válidos TotalPresencia Alta - Media 161 86,1% 2 1,1% 187 87,2%de Violencia Psicológica Nula 24 12,8% 0 0,0% 12,8%

Intensidad Alta - Media 14 7,5% 1 0,5% 187 8,0%de Violencia Psicológica Nula 171 91,4% 1 0,5% 92,0%

Mobbing / Alta - Media 3 1,6% 1 0,5% 187 2,1%Acoso Laboral Nula 182 97,3% 1 0,5% 97,9%

Cuadro 4.Variables sociodemográficas y su relación con las variables de violencia psicológica, mobbing y niveles de estrés. Presencia VP Intensidad VP Mobbing Síntomas de EstrésEDAD Alta - Nula Alta - Baja - Alta - Nula Bajo Medio Media Media Nula Media / Baja26-45 37 11 1 47 1 47 48 046-76 126 13 14 125 3 136 137 2

Chi-cuadrado de Pearson: 0,015 0,079 0,975 0,403

Presencia VP Intensidad VP Mobbing Síntomas de EstrésESTADO Alta - Nula Alta - Baja - Alta - Nula Bajo MedioCIVIL Media Media Nula Media / BajaCasado 121 18 8 131 2 137 138 1S-V-S-UL 42 6 7 41 2 46 47 1

Chi-cuadrado de Pearson: 0,936 0,052 0,260 0,428

TIEMPO Presencia VP Intensidad VP Mobbing Síntomas de EstrésDE Alta - Nula Alta - Baja - Alta - Nula Bajo MedioDEDICACIÓN Media Media Nula Media / BajaCompleto 100 7 8 99 2 105 106 1MT-Parcial 126 13 7 73 2 78 79 1

Chi-cuadrado de Pearson: 0,003 0,751 0,768 0,836

Presencia VP Intensidad VP Mobbing Síntomas de EstrésFORMA- Alta - Nula Alta - Baja - Alta - Nula Bajo MedioCIÓN Media Media Nula Media / BajaCuarto nivel 158 21 15 164 4 175 177 2Tercer nivel 5 3 0 8 0 8 8 0

Chi-cuadrado de Pearson: 0,033 0,393 0,669 0,764VP=Violencia Psicológica.

Page 64: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Lara Juan, Pando Manuel

48 43/48 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

1. Herranz -Bellido J, Reig-Ferrer A, Cabrero-García J. La presencia de mobbing y sus determinantes laborales en profesores universitarios. Análisis y Modifi-cación de conducta. 2006; 32(142):145-163.

2. Escartín-Solanelles J, Arrieta-Salas C, Rodríguez-Carballeira Á. Mobbing o acoso laboral: revisión de los principales aspectos teórico-metodológicos que dificultan su estudio. Actualidades en Psicología. 2009-2010;(23-24):1-19.

3. Aranda C, Pando M, Torres T, Salazar J, Sánchez JL. Factores psicosociales y patologías laborales en trabajadores de un sistema de transporte público urbano en México. Rev Col Psiquiatr. 2011; 40(2):266-278.

4. Einarsen S, Hoel, H, Zapf d, Cooper C. The Concept of Bullying at work. The European Tradition. In: Einarsen S, Hoel H, Zapf d, Cooper C, editors. Bullying and Emocional Abuse in the Workplace: Internacional Perspectives in research and practice. New York: Taylor & Francis; 2003.

5. Leymann H. Mobbing. La persecution au travail. Paris: du Seuil; 19966. Pando M, Ezqueda B. Temas de Condiciones de Trabajo y Salud Mental. Guada-

lajara: Universidad de Guadalajara; 2007.7. González de Rivera J, Rodríguez-Abuín M. Cuestionario de estrategias de acoso

psicológico: el LIPT-60 (Leymann Inventory of Psychological Terrorization) en versión española. Psiquis. 2003;24(2):59-69.

8. Peralta M. Manifestaciones del Acoso Laboral, mobbing y síntomas asociados al estrés postraumático: estudio de caso. Psicología desde el Caribe [en línea] 2006 [citado 1 dic 2103]; 17:1-26. Disponible en: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?pid=S0123417X2006000100002&script=sci_arttext

9. Riquelme A. Mobbing. Un tipo de violencia en el lugar de trabajo. Ciencias Sociales Online. 2006: 3(2):39-57.

10. González de Rivera J. Acoso Laboral Síntomas Clínicos; Escritores contra el Acoso Laboral [en línea] 2012 [citado el 29 mar 2013].Disponible en: www/acosolaboral.net/gonzalez...joseluis-sintomas-clinicos-acoso-laboral.

11. Bustos E, Caputo M, Aranda S, Messoulam M. Psychological/Moral Workplace Harassment: development of an Inventory in Argentina. Social Medicine. 2012; 6(4):241-245.

12. Martínez E, Agudelo A, Vásquez E. Mobbing, un aspecto a vigilar en los profe-sionales en Colombia. Rev Gerenc Polit Salud. 2010;9(19):41-527.

13. Herranz-Bellido J, Reig-Ferrer A, Cabrero-García J. La prevalencia del estrés laboral asistencial entre los profesores universitarios. Análisis y Modificación de Conducta. 2006; 32(146):743-766.

14. Aldrete M, Pando M, Aranda C,Torres T. Acosos Psicológicos en el Trabajo: ¿Un problema de género?. Enseñanza e Investigación en Psicología. 2006;11(1): 53-63.

15. Justicia F, Benítez J, Fernández E. Caracterización del acoso psicológico en el contexto universitario. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organiza-ciones. 2006; 22(3):293-308.

16. Raya A, Herruzo J, Pino Ma. Acoso Psicológico (mobbing) en el ámbito educa-tivo. Análisis y modificación de la conducta [en línea] 2007 [citado 29 dic 2012]; 33(144): 85-102. Disponible en: http:/rabida.uhu.es/dspce/bistream/handle/10272/5816/Acoso_psicologico_mobbing_en_el_ambito_educativo.pdf?sequence=2.

17. Pando M, Román J, Acosta M. Factores psicosociales de riesgo de trabajo en la empresa. La Habana: Red Iberoamericana de Riesgos Psicosociales Laborales; 2008.

18. Hiebert B, Farber I. Teacher Stress: A Literature Survey with a Few Surprises. Can J Educ.1984;9(1):14-27.

19. Matud M, García M, Matud J. Estrés laboral y salud en el profesorado: un análisis diferencial del género y del tipo de enseñanza. Int J Clin Health Psychol. 2002;2(3):451-465.

20. León R, Avargues L. Evaluación del estrés laboral del personal universitario. MAPFRE Medicina. 2007;18(4): 323-332.

21. Cruz P, Ovalle M, Pando M. Mobbing y Estrés en Académicos de la Univer-sidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Memorias del 2do. Foro de las Américas en Investigación sobre Factores Psicosociales: Estrés y Salud en el trabajo. Guadalajara, Jalisco, 25-28 ago 2008. p.1-9.

22. Pozos R. Análisis comparativo de los niveles de estrés crónico de los Ciru-janos Dentistas que laboran en las Instituciones de Salud Públicas. [Tesis de Doctorado en Psicología de la Salud]. Guadalajara: Universidad de Guada-lajara; 2004.

23. Necsoi dV. Stress and Job satisfaction among University teachers. Interna-tional Conference of Scientific Paper Afases; Brasov, Romania 26-28 may 2011. Brasov: University of Brasov; 2011.

24. Pando M, Aranda C, Preciado L, Franco A, Salazar J. Validez y confiabilidad del inventario y acoso psicológico en el trabajo (IVAPT-PANDO). Enseñanza e Investigación en Psicología. 2006;11(2):319-332.

25. Zapata L, Restrepo C. Propuesta de los elementos a tener en cuenta en la prevención primaria del mobbing o acoso laboral en el contexto organiza-cional. Medellín: Universidad de Buenaventura; 2009.

26. Macías S. Aplicación y evaluación psicométrica del test IVAPT-PANdO en dos centros de atención primaria. Psicología y Salud. 2008;18(2): 247-254.

27. Pando M, Aranda C, Olivares d. Análisis factorial confirmatorio del inven-tario de violencia y acoso psicológico en el trabajo (IVAPT-PANDO) para Bolivia y Ecuador. Liber. 2012;18(1):27-36.

28. Aldrete M, Cruz O. Estrés Laboral y Burnout en docentes de Educación Supe-rior en México. México: UNICACH; 2013.p 82. (Colección Montebello).

29. domínguez T, Méndez M, Meza B. Importancia de la elaboración de instru-mentos en el estudio del estrés. 1er. Coloquio Interno de Investigación: Estrés y Salud. Evaluación y Procedimientos No- Invasivos para su manejo en poblaciones de alto riesgo. México: UNAM; 1994.

30. Morales A. Activación, ansiedad y síntomas de estrés en una muestra de trabajadores. Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Revista científica electrónica de psicología: 2008; 5.

31. Kinman G. Pressure Points: A review of research on stressors and strains in UK academics. Educ Psychol-UK. 2001; 21(4):273-492.

Referencias complementarias:Carrión G, López B, Pando M. Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el

Trabajo. IVAPT-E-R. Barcelona: AEPA; 2007.Pozos R, Torres L, Aguilera V, Acosta F, González P. Stress associated Factors in

Mexican Dentists. Braz Oral Res. 2008; 22(3):223-228.

REFERENCIAS

tencial se midió a través del Maslach Burnout lnventory (MBI) estableciéndose una situación definida por altas puntuaciones en CE y DE, y bajas en RP. Respondieron el cuestionario un total de 331 profesores y los resultados muestran que un reducido porcen-taje de profesores, el 1,8%, experimenta el síndrome de burnout o estrés laboral.Un estudio que llama la atención es el realizado por Kinman31 realizado en Australia con 2609 académicos de 15 universidades,

quienes reportan que el trabajo académico a tiempo completo es más estresante y que ha tenido un incremento de tareas: el 40% de académicos trabaja un exceso de 50 horas por semana; en relación con el perfil de daño, el 41% de los docentes presenta síntomas de estrés; los trastornos del sueño, la ansiedad y la fatiga son manifestaciones de un tercio de los académicos participantes en esta investigación, síntomas que también predominan en los docentes ecuatorianos sujetos de la presente investigación.

Page 65: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 49/55 49

en escenarios altamente competitivos. Aunque diversas, estas formas implican frecuentemente acciones de tercerización, priva-tización y fusiones en combinación con tácticas de reducción de personal y un aumento de la subcontratación, observándose que en común tienden a elevar la preocupación de los trabajadores respecto a su futuro en general y al de su trabajo.3 En Chile, el trabajo suministrado se ha generalizado de modo progresivo, particularmente en la gran y mediana empresa4, incorporado entre enero del 2010 y octubre del 2013 a 295.566 empleados, 103.872 hombres y 191.694 mujeres5, mientras que para el año 2011 la encuesta ENCLA identificaba sólo 98.855.6

En el trabajo suministrado (TS), los trabajadores son contratados por una agencia de empleo temporal (EST) que los envía a desem-peñarse en diferentes organizaciones clientes, generándose una relación laboral “triangular” entre trabajadores, organización usuaria y agencia suministradora. Así, el núcleo del TS está conformado por relaciones múltiples, enlaces débiles entre orga-

Correspondencia / Correspondence:Leonardo Valencia Silvadepartamento de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de ConcepciónBarrio Universitario s/n, Concepción, ChileTel.: 2203947e-mail: [email protected]: 24 Enero 2014 / Aceptado: 13 de Febrero 2014

Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos en Trabajadores Suministrados de la Ciudad de Concepción, ChilePERCEIVEd JOB INSECURITY ANd PSYCHOLOGICAL dISCOMFORT: EVALUATION OF TWO PREdICTIVE MOdELS IN SUPPLIEd WORKERS OF CONCEPCIÓN CITY, CHILE

Leonardo Valencia Silva1, Cecilia Avendaño Bravo2

1. Psicólogo. Magíster en Psicología de la Salud. Egresado postgrado de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción, Chile.2. Psicóloga. doctora en Psicología. Profesora de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción, Chile.

RESUMENEl objetivo del estudio fue evaluar dos modelos teóricos sobre la relación entre inseguridad laboral percibida y malestar psicológico, y sus variables predictoras (sexo, edad, situación de pareja, escolaridad y tipo de contrato), en 112 trabajadores suministrados de Concepción. El estudio es transversal de tipo explicativo. La recolección de los datos fue realizada mediante un muestreo intencionado. Los instru-mentos utilizados fueron el Cuestionario de Salud General de Goldberg y Williams1, una escala de inseguridad laboral percibida cuantitativa y otra cualitativa2 y una encuesta con datos sociodemo-gráficos-laborales. El análisis de las relaciones causales se realizó con el método de Análisis de Ecuación Estructural (SEM). Los resultados indican que los modelos no son aplicables a trabajadores suministra-dos chilenos. Ello podría deberse a diferencias en las situaciones de trabajo y formas de flexibilidad laboral de los participantes, en las condiciones estructurantes del empleo suministrado en Chile, y a la influencia de variables individuales asociadas con la subjetividad de los trabajadores.

(Valencia L, Avendaño C, 2014. Inseguridad Laboral Percibida y Males-tar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos en Trabajado-res Suministrados de la Ciudad de Concepción, Chile. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 49-55).

Palabras claves: INSEGURIDAD LABORAL PERCIBIDA; MALESTAR PSICOLóGICO; TRABAJO SUMINISTRADO; ANÁLISIS DE ECUACIO-NES ESTRUCTURALES.

ABSTRACTThe objective of the study was evaluating two theorical models on relation between perceived job insecurity and psychological discomfort, and their predictive variables (sex, age, marital status, educational level and type of contract), in 112 supplied workers of Concepción. It is a cross sectional and explanatory study. The analysis of causal relationships was made using the method of Structural Equation Modeling (SEM). The results indicate that the models are not applicable on Chilean supplied workers. This could be due to differences in work situations and forms of labor flexibility of the participants, in the structural conditions of employment provided in Chile, and the influence of individual variables associated with the subjectivity of workers.

Key words: PERCEIVED JOB INSECURITY; PSYCHOLOGICAL DISTRESS; WORK PROVIDED; STRUCTURAL EQUATION ANALYSIS.

INTROdUCCIÓN

En las últimas décadas, el contexto de cambios profundos en el mundo del trabajo ha impulsado el desarrollo de diversas formas de reorganización de las empresas, mediante las cuales buscan aumentar su flexibilidad para adaptarse a las nuevas demandas

Page 66: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Valencia Leonardo, Avendaño Cecilia

50 49/55 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

nización cliente y trabajadores, y transiciones en la trayectoria de cada trabajador entre las diferentes organizaciones asignadas.7 Cada asignación a una organización distinta implica un nuevo lugar de trabajo, con diferentes deberes y funciones, otros compa-ñeros de trabajo y supervisores locales, y otra cultura organiza-cional8, viéndose enfrentados a asimilar los procedimientos de la nueva organización, a menudo con falta de apoyo de compañeros y supervisores de trabajo.9 Además, los trabajadores suministrados poseen mayoritariamente bajas calificaciones para las tareas en la actividad principal de la empresa cliente, son destinados princi-palmente a trabajos de baja complejidad y alta inseguridad, reciben salarios más bajos aun cuando ejecuten tareas de trabajo similares a quienes tienen puestos de trabajo permanentes, y tienen menos control sobre el contenido de su trabajo y la dura-ción de la jornada.10 La razón principal de la mayoría de los trabajadores para tomar un TS sería la falta de alternativas de empleo, prefiriendo un empleo estable y esperando una oferta para convertirse en empleado permanente de la organización usuaria.7

Aunque diversos estudios han encontrado factores de riesgo semejantes para el trabajo temporal y otros tipos de empleo, y algunas características del trabajo temporal —como la presión económica— son compartidas con otros trabajadores en situación precaria, investigaciones recientes muestran que algunos riesgos son exclusivos del contexto de TS e implican mayor riesgo de daño a la salud en los trabajadores suministrados o que estos sean más agudos que para otros trabajadores temporales.11 Muchos de estos riesgos estarían asociados con la relación laboral triangular del TS y su falta de regulación, y a que ni la EST ni la organiza-ción cliente aceptan la responsabilidad por la salud y seguridad laboral de los trabajadores. Underhill y Quinlan11 identifican riesgos de desorganización que se extienden a colocaciones inadecuadas, falta de familiaridad con los lugares de trabajo asig-nados y a una fractura de la comunicación.

Inseguridad Laboral Percibida y Malestar PsicológicoA mediados de los 80, la investigación en Psicología comenzó a concebir la inseguridad laboral (IL) como un factor de estrés.12,13 En general los investigadores han definido y operacionalizado la IL desde una perspectiva global que destaca las percepciones de amenaza de la pérdida del empleo o de la existencia del empleo12, pero otros la conceptualizan en términos multidimensionales señalando que no proviene solamente de la amenaza del desem-pleo sino también de la pérdida de ciertas dimensiones valoradas del empleo como la pérdida de oportunidades de promoción, aumento de sueldo u otras características importantes.14 En parti-cular, Sverke et al3 asumen una distinción formulada por Hellgren et al.15 (1999) de dos aspectos de la inseguridad laboral: cuantita-tivo (preocupaciones referidas a la pérdida del trabajo) y cualita-tivo (preocupaciones sobre la pérdida de características valoradas del trabajo), similares a las perspectivas recién señaladas, argu-mentando que podrían ser significativas en la medición pero que aún sería necesario más desarrollo conceptual y empírico para aclarar los aspectos que en definitiva debieran incluirse en los estudios.Todas las perspectivas anteriores comparten la idea que la IL es un fenómeno perceptual subjetivo caracterizado por su carácter anti-cipatorio ante un suceso importante de naturaleza involun-taria.3,12,13,16 Las percepciones de los individuos son vistas como el vínculo entre la situación laboral objetiva y las consecuencias negativas asociadas, y la IL surgiría en la interacción entre carac-

terísticas contextuales y características del individuo que influyen en su interpretación de los factores del ambiente, lo que permitiría entender las diferencias encontradas entre trabajadores.3,16

El hecho que la percepción de IL vaya asociada con reacciones negativas sería predecible tanto porque sus componentes princi-pales son el alto nivel de incertidumbre y la falta de control de las condiciones de trabajo como porque el trabajo cubre necesidades económicas y psicosociales importantes.17 La evidencia muestra que está asociada con reacciones adversas e incluso la posiciona como el factor predictivo más importante de reacciones psicoló-gicas tales como ansiedad, depresión y problemas psicosomáticos en los trabajadores3,18-20, de más sentimientos negativos, malestar y agotamiento en comparación con quienes experimentan segu-ridad en su empleo18, y de una peor autopercepción de salud general.17,21-23 Además, las percepciones de IL tendrían una influencia autónoma y perjudicial para la salud mental24, y cuando se controlan los efectos de otras condiciones estresantes del trabajo, la incertidumbre ante la pérdida del empleo tiene un efecto independiente.25

En conjunto, los hallazgos apoyan la noción que el trabajo en situación de inseguridad tiene efectos psicológicos perjudiciales para las personas y puede traer asociados importantes costos para las organizaciones, pues conduce a la enfermedad.26 La IL resulta disfuncional para el individuo porque afecta su salud, pero también para la organización, puesto que al influir sobre sus acti-tudes y comportamientos acaba repercutiendo sobre la eficacia; en el nivel individual produce falta de satisfacción y de implica-ción laboral a corto plazo, y aumenta la propensión al abandono y disminuye el rendimiento a largo plazo.12,27

Una revisión teórica de Sverke et al3, que incluye los resultados de un meta-análisis de Sverke et al12, propone los siguientes factores sociodemográficos y laborales como influyentes en la vulnerabi-lidad de los trabajadores a la IL percibida: (a) Edad. Los trabaja-dores entre 30 y 40 años responsables de la crianza de hijos experimentan la posibilidad de pérdida de empleo más negativa-mente que aquellos responsables sólo de su propio sustento, y los trabajadores mayores experimentan más inseguridad porque puede resultarles más difícil conseguir un nuevo empleo. (b) Género. Los hombres informan más inseguridad laboral que las mujeres debido a que tradicionalmente tienen asignado el rol de sostén económico de la familia y su identidad estaría más amenazada frente a la posible pérdida del empleo. (c) Estatus socioeconómico. Las personas con bajos ingresos y menor nivel de calificación son más vulnerables a la amenaza de la pérdida del empleo porque son más dependientes de la mantención de su empleo. (d) Tipo de contrato. Quienes tienen contrato indefinido o de tiempo completo informan niveles de inseguridad laboral menores que los trabajadores temporales o de tiempo parcial, lo cual se explicaría por un senti-miento más fuerte de “ser parte” de la organización.Los resultados de un meta-análisis posterior28 replican los hallazgos anteriores sobre el efecto de la IL en la salud para estos factores, pero encontraron que el género no modera las relaciones entre IL y sus consecuencias, atribuyéndolo a que las mujeres están más comprometidas con su trabajo, tienen una movilidad ocupacional comparable con la de los hombres y ocupan a menudo el rol de jefas de hogar, y concluye destacando su impacto negativo y las diferentes maneras en que diversos tipos de empleados sufren y reaccionan.Con base en los antecedentes expuestos, fue diseñado un estudio transversal que tuvo como objetivo probar en trabajadores sumi-nistrados chilenos dos modelos teóricos elaborados para el

Page 67: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de dos Modelos Predictivos en Trabajadores de la Ciudad de Concepción

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 49/55 51

contexto laboral sueco sobre la relación entre ILP y malestar psicológico y sus variables predictoras (uno con ILP cuantitativa y otro con ILP cualitativa), que fueron evaluadas en trabajadores con condiciones flexibles de empleo. Así, estudios realizados con el primer modelo confirmaron que la ILP cuantitativa predice el malestar psicológico.24 Por otra parte, la evidencia parcial prove-niente de otros estudios realizados principalmente en Europa llevó a proponer un segundo modelo que incluye ILP cualitativa como predictora del malestar psicológico3; entre otros, Boya et al2 encontraron que tanto la ILP cuantitativa como cualitativa afectan el bienestar psicológico. Ambos modelos constituyen un avance teórico significativo en la investigación desarrollada en el área al especificar relaciones complejas entre variables antes dispersas, al mismo tiempo que permiten observar dos formas de medir ILP, cuestión metodológica aún pendiente. Si bien en Chile y otros países latinoamericanos no existen estudios previos que aborden específicamente la relación aquí abordada9, a la luz del conocimiento existente se consideró que poner a prueba estos modelos en trabajadores chilenos con empleo flexible en la creciente modalidad de TS permitiría la formulación de hipótesis causales sustentadas empíricamente relevantes sobre esta proble-mática para nuestra realidad.Para la prueba del primer modelo fueron formuladas las siguientes hipótesis: a) La ILP cuantitativa predice el malestar psicológico; y, b) Los antecedentes sociodemográficos (sexo, edad, situación de pareja y escolaridad) y el tipo de contrato predicen la ILP cuanti-tativa y el malestar psicológico. Y para el segundo modelo: a) La ILP cualitativa predice el malestar psicológico; y, b) Los antece-dentes sociodemográficos (sexo, edad, situación de pareja y esco-laridad) y el tipo de contrato predicen la ILP cualitativa y el malestar psicológico.

MATERIAL Y MéTOdOS

ParticipantesLos participantes son 112 trabajadores de EST que desempeñan actividades que requieren un bajo nivel de calificación en el área de los servicios de promoción y ventas, contacto telefónico, aseo, manipulación de alimentos y seguridad en el sector servicios. Las empresas usuarias en que realizan su trabajo son grandes tiendas de retail, centros de llamados, universidades y hospitales. La muestra fue seleccionada en forma intencionada.

InstrumentosLas variables de estudio e instrumentos utilizados para evaluarlas son los siguientes:1. Inseguridad Laboral Percibida: Evaluada con un instrumento elaborado por Boya et al2 que consta de una escala que evalúa inseguridad laboral percibida cuantitativa y otra que evalúa inse-guridad laboral percibida cualitativa. La inseguridad laboral cuan-titativa es medida con 5 ítems basados en elementos desarrollados por Ashford et al29, Hellgren et al15 y De Witte30, y los aspectos cualitativos con 4 ítems basados en una escala de Isaksson et al.31 Los ítems están redactados como afirmaciones y tienen 5 alterna-tivas de respuesta (desde 1 totalmente en desacuerdo hasta 5 totalmente de acuerdo). Una puntuación total elevada corres-ponde a un alto nivel de inseguridad en el empleo. La confiabi-lidad estimada con el coeficiente Alpha de Cronbach es 0,73 para la escala cuantitativa y 0,83 para la escala cualitativa.2 En el análisis de confiabilidad con los datos obtenidos en el presente

estudio, se eliminó un ítem de la escala cuantitativa (ítem 2) y otro de la escala cualitativa (ítem 3) por su baja correlación con los demás elementos. Así, el coeficiente obtenido para la escala cuantitativa es 0,891 y para la escala cualitativa 0,803.2. Malestar psicológico: Se utilizó el Cuestionario de Salud General1 que evalúa la autopercepción del estado de salud mental, en su versión de 30 ítems. Es un cuestionario autoadministrable consistente en un listado de frases en que el respondiente compara un determinado aspecto de su experiencia reciente con su estado habitual. Las alternativas de respuesta son 4 y se puntúan de 0 a 4 puntos. La puntuación total es la suma de las puntuaciones para cada ítem, y una puntuación mayor es indicativa de una percep-ción de peor estado de salud mental. Esta versión ha sido utilizada en Chile desde los años 70 en investigaciones con trabajadores y su consistencia interna estimada con el coeficiente Alpha de Cronbach es 0,90.32

3. Las variables sociodemográficas y laborales consideradas fueron: sexo (0 = hombre, 1 = mujer); edad (rangos 18-24, 25-31, 32-38, 39-45, 46-52, 53-59 y 60 años y más); situación de pareja (0 = sin pareja estable, 1 = con pareja estable); nivel de escola-ridad (0 = bajo, 1 = alto), y tipo de contrato (0 = indefinido, 1 = temporal). Para recabar esta información fue diseñada una encuesta específica.En los modelos de ecuaciones estructurales, las variables latentes inseguridad laboral percibida cuantitativa y cualitativa fueron representadas por los ítems resultantes del análisis de confiabi-lidad del instrumento de Boya et al2 realizado en este estudio. La variable latente malestar psicológico fue representada por cuatro indicadores (ansiedad, depresión, alteraciones del sueño y síntomas físicos), de acuerdo con lo sugerido por Avendaño y Román32, con el propósito de reducir el número de variables observadas. Las variables sociodemográficas y tipo de contrato fueron incluidas en el análisis SEM como variables observadas.

ProcedimientoLa recolección de datos se realizó entre abril y julio de 2012. Para contactar posibles participantes fue utilizada la técnica de bola de nieve con informantes claves. Previo a la aplicación, los parti-cipantes firmaron una carta de consentimiento informado que enfatiza la voluntariedad de su participación y la confidencia-lidad de sus datos personales, y la importancia de responder todos los ítems del instrumento. La aplicación fue en el lugar de trabajo del participante y duró aproximadamente 25 minutos. Este estudio recibió la aprobación de la Comisión Evaluadora del Programa de Magíster en Psicología, Universidad de Concepción.En el análisis descriptivo se utilizaron medidas de tendencia central y dispersión, t de Student y Anova. En el análisis de las relaciones causales se aplicó el método de Análisis de Ecuación Estructural (SEM) del programa AMOS v.18, siguiendo las etapas de especificación, identificación, estimación de parámetros, evaluación de ajuste del modelo, modificación del modelo e inter-pretación de los resultados.33 En el análisis de los modelos se utilizaron los procedimientos de estimación de máxima verosimi-litud, y la calidad se evaluó con los índices de bondad de ajuste sugeridos por Ruiz et al.34 Para la evaluación global del modelo estructural se utilizó la prueba de Chi-cuadrado y la Razón Chi-cuadrado/grados de libertad, considerando como criterio que si Chi-cuadrado tiene una significancia menor o igual a 0,05 el modelo debe rechazarse por no reproducir los datos de la muestra observada.35 Además, fueron utilizados los siguientes índices

Page 68: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Valencia Leonardo, Avendaño Cecilia

52 49/55 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

que para quienes poseen un nivel alto (M = 3,11 y M = 2,44), siendo esta diferencia significativa (F = 3,193, p = 0,045). En cambio, para las variables sexo, edad, situación de pareja y tipo de contrato no hay diferencias significativas.En la escala de inseguridad laboral percibida cualitativa la media del grupo es 10,36 (DE = 3,19). Un 30% de los participantes mani-fiesta un alto nivel de preocupación ante la posibilidad de perder alguna característica valorada de su trabajo (ver Tabla 1). En la variable sexo se observa una diferencia significativa (t = -2,275, p = 0,025), siendo mayor la media de las mujeres que la de los hombres (M = 3,67 y M = 3,22). Las diferencias observadas para las demás variables no son significativas.En la escala de malestar psicológico la media en la puntuación total del grupo estudiado es 64,9 (DE = 19,7). Un 76% de los participantes están ubicados en los niveles de mediano y alto malestar psicológico (ver Tabla 2). La media de las mujeres es mayor que la de los hombres (M = 2,30 y M = 1,86), y esa dife-rencia es significativa (t = -3,931, p = 0,000). También en la variable edad hay diferencias significativas (F = 2,352, p = 0,036), siendo la media del grupo de 53 a 59 años (M = 2,92) más alta que la de los grupos de 39 a 45 (M = 1,84) y de 60 y más años (M = 1,52). Para las demás variables en estudio no existen diferencias significativas en el malestar psicológico.

2. Resultados para el modelo teórico de Hellgren y Sverke24 Este modelo propone que la inseguridad laboral percibida cuanti-tativa predice el malestar psicológico, y que los antecedentes sociodemográficos (sexo, edad, situación de pareja y escolaridad) y el tipo de contrato predicen la inseguridad laboral percibida cuantitativa y el malestar psicológico. En la Tabla 3 pueden obser-varse las medias y covarianzas entre las variables.Los resultados con el índice Chi-cuadrado señalan diferencias significativas entre el modelo estimado y los datos (_2 = 133.814, p = 0,000). Los otros índices de ajuste global muestran de forma general que el modelo tiene un ajuste pobre, puesto que los

complementarios: Raíz del residuo cuadrático promedio de aproximación (RMSEA) que debe tener un valor menor a 0,08; Índice de bondad de ajuste (GFI) e Índice de bondad de ajuste comparativo (CFI), que deben tener valores mayores a 0,95.33 Un modelo tendrá un “buen ajuste” con los datos observados cuando gran parte de sus índices de ajuste cumplen con los criterios de aceptación establecidos y la totalidad de las relaciones que contiene son significativas.35

RESULTAdOS

1. Resultados descriptivosLa muestra está compuesta por 55 hombres y 57 mujeres con una edad media de 34,5 años (DS = 11,6) en un rango de 18 a 64 años. La mayoría son jóvenes de 38 y menos años (69%), con pareja estable (81%), y niveles de escolaridad mediano y alto (36% y 43%). Un 61% tiene contrato de duración indefinida y el 39% restante mantiene alguna forma contractual de tipo temporal, fluctuando entre menos de un año y 13 años de trabajo en la misma EST. La proporción de participantes con contrato indefi-nido es superior en hombres (57%), mientras que con contrato temporal es mayor la proporción de mujeres (64%), diferencias estadísticamente significativas (_2 = 0,201, p = 0,03).En la escala de inseguridad laboral percibida cuantitativa la media de la muestra es 10,97 (DE = 4,61). Un 25% de los participantes presenta un alto nivel de preocupación frente a la posibilidad de perder su fuente laboral (ver Tabla 1). La puntuación media es mayor para los empleados que tienen un nivel de escolaridad bajo

Tabla 1.Puntuaciones en las escalas de inseguridad laboral percibida por niveles, en frecuencias y porcentajes.

Inseguridad Laboral Percibida N %Cuantitativa

Baja 21 19Mediana 63 56Alta 28 25Total 112 100

Cualitativa Baja 34 30Mediana 45 40Alta 33 30Total 112 100

Tabla 2.Puntuaciones en la escala de malestar psicológico por niveles, en frecuen-cias y porcentajes.

Malestar Psicológico N %Bajo 27 24Mediano 57 51Alto 28 25Total 112 100

n = 112 ILK = Inseguridad Laboral Percibida Cuantitativa MP = Malestar Psicológico.

Tabla 3.Matriz de covarianzas con medias y desviaciones estándares de variables observables.Variable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13Sexo 0,252 0,023 0,030 0,005 0,051 0,044 0,038 0,057 0,026 0,112 0,088 0,048 0,196Edad 0,023 20,633 0,066 0,275 0,067 0,397 0,384 0,452 0,297 0,047 0,010 0,060 0,040Sit_pareja 0,030 0,066 0,154 0,027 0,034 0,008 0,012 0,016 0,029 0,036 0,011 0,003 0,009Escolaridad 0,005 0,275 0,027 0,222 0,027 0,130 0,188 0,200 0,079 0,024 0,066 0,054 0,005T_contrato 0,051 0,067 0,034 0,027 0,241 0,050 0,034 0,010 0,047 0,037 0,002 0,015 0,034ILK_1 0,044 0,397 0,008 0,130 0,050 1,701 1,541 10,279 1,047 0,228 0,224 0,133 0,109ILK_3 0,038 0,384 0,012 0,188 0,034 1,541 1,711 10,370 0,974 0,250 0,294 0,219 0,169ILK_4 0,057 0,452 0,016 0,200 0,010 1,279 1,370 20,081 0,869 0,216 0,274 0,196 0,033ILK_5 0,026 0,297 0,029 0,079 0,047 1,047 0,974 0,869 1,564 0,083 0,109 0,047 0,003MP_1 0,112 0,047 0,036 0,024 0,037 0,228 0,250 0,216 0,083 0,512 0,415 0,330 0,430MP_2 0,088 0,010 0,011 0,066 0,002 0,224 0,294 0,274 0,109 0,415 0,533 0,288 0,347MP_3 0,048 0,060 0,003 0,054 0,015 0,133 0,219 0,196 0,047 0,330 0,288 0,470 0,277MP_4 0,196 0,040 0,009 0,005 0,034 0,109 0,169 0,033 0,003 0,430 0,347 0,277 0,679M 0,51 0,292 0,81 0,68 0,39 20,67 20,73 30,13 20,44 20,35 10,79 20,16 20,05dE 0,502 1,623 0,392 0,471 0,491 1,304 1,308 1,443 1,250 0,715 0,730 0,686 0,824

Page 69: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de dos Modelos Predictivos en Trabajadores de la Ciudad de Concepción

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 49/55 53

valores de RMSEA, GFI y CFI están fuera de los límites de acep-tación establecidos. Del conjunto de índices de ajuste revisados sólo la Razón entre Chi-cuadrado y los grados de libertad presenta un valor aceptable (_2/gl = 2.268). Detalles de estos índices se ven en la Tabla 4.En suma, los resultados de la evaluación global del modelo estruc-tural indican que este modelo teórico no tiene un buen ajuste con los datos observados y, por tanto, la configuración de variables que da forma al modelo no predice el malestar psicológico en los trabajadores suministrados chilenos. Las hipótesis derivadas de este modelo se rechazan.La Figura 1 muestra el modelo estructural con sus correspon-dientes estimaciones estandarizadas y las varianzas explicadas para cada variable endógena.

3. Resultados en el modelo teórico modificado por Sverke et al.3 El modelo modificado propone que la inseguridad laboral perci-bida cualitativa predice el malestar psicológico, y que los antece-dentes sociodemográficos (sexo, edad, situación de pareja y escolaridad) y el tipo de contrato predicen la inseguridad laboral percibida cualitativa y el malestar psicológico. La Tabla 5 muestra las medias y covarianzas entre las variables. Los resultados con el índice Chi-cuadrado señalan diferencias significativas entre el modelo estimado y los datos (_2 = 116.957, p = 0,000). Los otros índices de ajuste global muestran en forma general un ajuste pobre del modelo porque los valores de RMSEA, GFI y CFI se encuentran fuera de los límites de aceptación esta-blecidos. En suma, de todos los índices de ajuste revisados sólo la Razón entre Chi-cuadrado y los grados de libertad presenta un valor aceptable (_2/gl = 2.437). La Tabla 6 muestra en detalle los índices para analizar la validez del modelo.Los resultados indican que tampoco este modelo teórico es apli-

cable a los trabajadores suministrados chilenos, puesto que la evaluación global del modelo estructural indica que no tiene un buen ajuste con los datos observados, implicando que la configu-ración de variables que lo constituye no predice el malestar psico-lógico. Lo anterior lleva a rechazar las hipótesis derivadas del modelo teórico modificado.La Figura 2 muestra el modelo estructural con sus correspon-dientes estimaciones estandarizadas y las varianzas explicadas para cada variable endógena.

n = 112

Tabla 4.Resumen de los estadísticos de ajuste del modelo propuesto por Hellgren y Sverke (2003).Modelo _2 gl p _2/gl RMSEA GFI CFIModelo estructural 133,814 59 0,000 2,268 0,301 0,449 0,806Modelo saturado 0,000 0 1,000 1,000Modelo independiente 462,893 78 0,000 5,935 0,594 0,130 0,000

Figura 1.Modelo estructural de la relación entre inseguridad laboral percibida cuan-titativa y malestar psicológico, y sus variables predictoras. Estimaciones estandarizadas para las proporciones de varianza explicada.

Sexo

Edad

Situación depareja

Escolaridad

Tipo de contrato

0,85

d1

b1

A—1

b2

D—1

b3

AS—1

b4

a1

ILK—1

a2

ILK—2

a3

ILK—3

a4

ILK—4

SF—1

d2

d3

d4

d5

c1

c2

ILPCuantitativa

MalestarPsicológico

0,30

0,92

1,00 1,00 0,97 0,93

0,98 0,971,00

1,00

1,00

0,98

0,980,99 0,990,99 0,97

0,00

0,00

0,00

0,00

0,00

-0,02

-0,29

0,250,08

-0,010,85

0,80

-0,18-0,15

-0,32

n = 112 ILK = Inseguridad Laboral Percibida Cuantitativa MP = Malestar Psicológico.

Tabla 5.Matriz de covarianzas con medias y desviaciones estándares de variables observables.Variable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12Sexo 0,252 0,023 0,030 0,005 0,051 0,069 0,132 0,138 0,112 0,088 0,048 0,196Edad 0,023 20,633 0,066 0,275 0,067 0,329 0,120 0,029 0,047 0,010 0,060 0,040Sit_pareja 0,030 0,066 0,154 0,027 0,034 0,054 0,055 0,030 0,036 0,011 0,003 0,009Escolaridad 0,005 0,275 0,027 0,222 0,027 0,030 0,146 0,010 0,024 0,066 0,054 0,005T_contrato 0,051 0,067 0,034 0,027 0,241 0,049 0,041 0,075 0,037 0,002 0,015 0,034ILC_1 0,069 0,329 0,054 0,030 0,049 1,539 0,982 0,763 0,188 0,172 0,081 0,154ILC_2 0,132 0,120 0,055 0,146 0,041 0,982 1,624 0,971 0,306 0,239 0,203 0,220ILC_4 0,138 0,029 0,030 0,010 0,075 0,763 0,971 1,547 0,332 0,287 0,219 0,322MP_1 0,112 0,047 0,036 0,024 0,037 0,188 0,306 0,332 0,512 0,415 0,330 0,430MP_2 0,088 0,010 0,011 0,066 0,002 0,172 0,239 0,287 0,415 0,533 0,288 0,347MP_3 0,048 0,060 0,003 0,054 0,015 0,081 0,203 0,219 0,330 0,288 0,470 0,277MP_4 0,196 0,040 0,009 0,005 0,034 0,154 0,220 0,322 0,430 0,347 0,277 0,679M 0,51 0,292 0,81 0,68 0,39 3,290 3,380 30,70 20,35 10,79 20,16 20,05dE 0,502 1,623 0,392 0,471 0,491 1,241 1,274 1,244 0,715 0,730 0,686 0,824

n = 112

Tabla 6.Resumen de los estadísticos de ajuste del modelo modificado por Sverke et al. (2006).Modelo _2 gl p _2/gl RMSEA GFI CFIModelo estructural 116,957 48 0,000 2,437 0,332 0,455 0,778Modelo saturado 0,000 0 1,000 1,000Modelo independiente 376,629 66 0,000 5,706 0,602 0,124 0,000

Page 70: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Valencia Leonardo, Avendaño Cecilia

54 49/55 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

dISCUSIÓN

Esta investigación tuvo como objetivo probar dos modelos teóricos desarrollados en Suecia sobre la relación entre inseguridad laboral percibida y malestar psicológico, y sus variables predictoras, en trabajadores suministrados chilenos. Los resultados muestran que el modelo teórico referido a la relación entre inseguridad laboral percibida cuantitativa y malestar psicológico, propuesto por Hellgren y Sverke24, no se confirma con trabajadores suminis-trados chilenos. Tampoco se confirma el modelo teórico modifi-cado por Sverke et al3 en que la variable inseguridad laboral percibida cuantitativa es reemplazada por la variable inseguridad laboral percibida cualitativa. Los resultados obtenidos señalan la necesidad de formular otros modelos teóricos que expliquen esta relación en trabajadores suministrados chilenos.Estos resultados podrían deberse a las diferencias en las situa-ciones de trabajo y las formas de flexibilidad laboral de los parti-cipantes en que fueron probados ambos modelos. Hellgren y Sverke formularon el modelo original a partir de trabajadores del retail que atravesaban un proceso de reducción de personal (una forma de flexibilidad cuantitativa del trabajo), mientras en esta investigación los modelos fueron probados en trabajadores sumi-nistrados, lo que supone una transformación cualitativa del sistema productivo de la organización y la relación salarial mediante una estrategia de externalización.10 Algunas variables asociadas con las características específicas de la situación de

trabajo suministrado, como la relación laboral triangular o las asignaciones a distintas empresas usuarias11, podrían afectar la relación entre inseguridad laboral y malestar psicológico.También son relevantes las diferencias en las condiciones estruc-turantes de los contextos laborales específicos, donde variables como el marco legislativo del trabajo suministrado y las caracte-rísticas del mercado laboral juegan un rol determinante. Echeverría et al36 encontraron en Chile que, además del suministro de personal temporal, el suministro de personal permanente está utilizándose para ocupar puestos transitorios de trabajo. La legis-lación chilena no garantiza que el trabajo suministrado sea efec-tivamente de “misiones” temporales, y que no se convierta en una forma habitual de contratación, prohibido internacionalmente porque, generalmente, encubre las verdaderas relaciones de trabajo, incorporando al suministrador como fachada y precari-zando el empleo. Por otra parte, el mercado laboral presenta problemas graves en la calidad del empleo, con marcada tendencia a la informalidad, inestabilidad y desprotección, implicando para los trabajadores una “inserción laboral endeble”; además, el “Índice de Desempleo Integral”, que incluye a los desempleados y subempleados, refleja que el aumento efectivo del subempleo en el país no estaría declarado en las cifras oficiales de desempleo.5,37 En cambio, el mercado laboral sueco presenta más oportunidades de acceder a un empleo más protegido y estable, en particular para las mujeres.38,39

Los resultados obtenidos deben, sin embargo, considerarse a la luz de las limitaciones del presente estudio. Primero, faltan ítems que aludan a las relaciones sociales establecidas en el trabajo3 y a las condiciones específicas del trabajo suministrado en Chile. Segundo, aunque el tamaño de la muestra cumple con el mínimo recomen-dado de ser superior a 10033-35, hay consenso que sobre 200 mejoran las garantías de validez en el análisis SEM. Finalmente, la selección muestral intencionada no permite, por cierto, la representatividad ni la generalización.En el estudio de la relación entre inseguridad laboral percibida y malestar psicológico en trabajadores de EST debieran incorporarse otras variables en el nivel individual que podrían afectar la rela-ción, configurando escenarios laborales “percibidos” diferentes para los trabajadores, como las motivaciones y la voluntariedad para tomar un empleo suministrado.9 Asimismo, examinar varia-bles que podrían ser predictoras o amortiguar los efectos nega-tivos sobre el malestar psicológico tales como empleabilidad y apoyo organizacional21, control percibido en el trabajo40, percep-ción de dependencia al trabajo41, responsabilidad familiar3 y estrategias de afrontamiento del estrés.16 Por último, estudios longitudinales permitirían ver la evolución de los efectos de la inseguridad laboral sobre el malestar psicológico de trabajadores suministrados en su trayectoria laboral.

Esta investigación se realizó en el Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción.

Figura 2.Modelo estructural de la relación entre inseguridad laboral percibida cuali-tativa y malestar psicológico, y sus variables predictoras. Estimaciones estandarizadas para las proporciones de varianza explicada.

Sexo

Edad

Situación depareja

Escolaridad

Tipo de contrato

0,82

d1

b1

A—1

b2

D—1

b3

AS—1

b4

a1

ILK—1

a2

ILK—2

a3

ILK—3

SF—1

d2

d3

d4

d5

c1

c2

ILPCuantitativa

MalestarPsicológico

0,31

0,93

0,95 0,98 0,96

0,990,98

0,97

1,00

1,00

0,98

0,990,99 0,990,99 0,98

0,00

0,00

0,00

0,00

0,00

0,21

-0,11

0,200,82

-0,020,14

0,60

-0,27-0,02

-0,27

Page 71: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de dos Modelos Predictivos en Trabajadores de la Ciudad de Concepción

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 49/55 55

1. Goldberg dP, Williams P. A user’s guide to the general health questionnaire. Windsor: NFER-Nelson; 1988.

2. Boya F, demiral Y, Ergor A, Akvardar Y, de Witte H. Effects of perceived job insecurity on perceived anxiety and depression in nurses. Ind Health. 2008;46: 613-619.

3. Sverke M, Hellgren J, Näswall K. Job insecurity: A literature review. Stockholm: The National Institute for Working Life; 2006.

4. Chile. Dirección del Trabajo. Encuesta laboral 2008[en línea]. Santiago: Dirección del Trabajo; 2008 [citado 7 Ago 2011]. Disponible en: http://www.dt.gob.cl/documentacion/1612/articles-95958_archivo_fuente.pdf.

5. Fundación Sol. Minuta de empleo N°39, Agosto-Octubre 2013[en línea]. Santiago: Fundación Sol; 2013 [citado 2 nov 2013]. Disponible en: http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2011/02/Minuta-Agosto-Octubre-2010.pdf.

6. Chile. Dirección del Trabajo. Encuesta laboral 2011 [en línea]. Santiago: Dirección del Trabajo; 2011. [citado 9 jun 2013]. Disponible en: http://www.dt.gob.cl/documentacion/1612/articles-101347_recurso_1.pdf.

7. Galais N, Moser K. Organizational commitment and the well-being of tempo-rary agency workers: A longitudinal study. Hum Relat. 2009;62(4):589-620.

8. Black N. Temporary agency workers: What are their rights and what are yours? Eng Manage. 2006;16(1):32-33.

9. Martínez G, de Cuyper N, de Witte H. Review of temporary employment in literature: Perspectives for research and development in Latin America. Psykhe. 2010;19(1):61-73.

10. Soto A, Espinoza G, Gómez J. Los aspectos subjetivos de la flexibilidad laboral. En: Soto A, editor. Flexibilidad laboral y subjetividades: Hacia una compren-sión psicosocial del empleo contemporáneo. Santiago: LOM; 2008. p. 1-37.

11. Underhill E, Quinlan M. How precarious employment affects health and safety at work: The case of temporary agency workers. Relat Ind. 2011;66(3):397-421.

12. Sverke M, Hellgren J, Näswall K. No security: A meta-analysis and review of job insecurity and its consequences. J Occup Health Psychol. 2002;7:242-264.

13. Greenhalgh L, Rosenblatt Z. Job insecurity: Toward conceptual clarity. Acad Manage Rev. 1984;3:438–448.

14. Kinnunen U, Feldt T, Mauno S. Job insecurity and self-esteem: Evidence from cross-lagged relations in a 1-year longitudinal sample. Pers Individ differ. 2003;35: 617-632.

15. Hellgren J, Sverke M, Isaksson K. A two-dimensional approach to job insecu-rity: Consequences for employee attitudes and well-being. Eur J Work Organ Psychol. 1999;8:179-195.

16. Cheng T. Revisiting the buffers of job insecurity: Investigating new buffering factors between perceived job insecurity and employee outcomes. Finland: University of Jyväskylä; 2013. (Jyväskylä Studies in Education, Psychology and Social Research; 90).

17. Burgard S, Brand J, House J. Job insecurity and health in the United States. Michigan: Population Studies Center Research; 2006.

18. Clark L. Moderators of the effects of perceived job insecurity: A comparison of temporary and permanent employees (Manuscrito no publicado). Brisbane: Queensland University of Technology; 2005.

19. Strazdins L, d`Souza R, Lim L, Broom d, Rodgers B. Job strain, job insecurity and health: Rethinking the relationship. J Occup Health Psychol. 2004;9:296-305.

20. Kriese P. Job insecurity and self-efficacy in a chemical industry. Programme in Industrial Psychology. (Manuscrito no publicado). Vanderbijlpark: North-West University; 2008.

21. Silla I, de Cuyper N, Gracia F, Peiró J, de Witte H. Job insecurity and well-being: Moderation by employability. J Happiness Stud. 2009;10:739-775.

22. Rocha C, Hause J, McCarter A. The effects of prolonged job insecurity on the psychological well-being of workers. J Sociol Soc Welfare. 2006;33(3):9-2.

23. Lewchuk W, Clarke M, de Wolff A. Working without commitments: Precarious employment and health. Work Employ Soc. 2008;22:387-406.

24. Hellgren J, Sverke M. does job insecurity lead to impair well-being or vice versa?: Estimation of cross-lagged effects using latent variable modelling. J Organ Behav. 2003;24:215-236.

25. Maurier W, Northcott H. Job uncertainty and health status for nurses during restructuring of health care in Alberta. West J Nurs Res. 2000; 22:623-641.

26. Viljoen E. Job insecurity, burnout, job engagement and psychological well-being of workers at a government organization. [Manuscrito no publicado], Gauteng: North-West University-School of Behavioural Sciences; 2004.

27. Chambel M, Fontinha R. Contingencies of contingent employment: Psychological contract, job insecurity and employability of contracted workers. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. 2009;25:207-217.

28. Cheng G, Chan d. Who suffers more from job insecurity?: A meta-analytic review. Appl Psychol. 2008;57:272-303.

29. Ashford S, Lee C, Bobko P. Content, causes and consequences of job insecu-rity: A theory-based measure and substantive test. Acad. Manage J. 1989; 32(4):803-829.

30. de Witte H. Work ethic and job insecurity: measurement and consequences for well-being, satisfaction and performance. In: Bouwen R, de Witte H, Taillieu T, eds. Leuven: Van groep naar gemeenschap; 2000. p.325-350

31. Isackson K, Hellgren J, Pettersson P. Structural transformation in Swedish retailtrade: Follow-up of a reorganization and layoff in KF/KdAB. Stockholm: Stockholm University; 1998. Reports from the department of Psychology; 97.

32. Avendaño C, Román J. Efectos de los roles múltiples en el bienestar psicoló-gico en enfermeras chilenas. Psykhe. 2002;11(2):27-42.

33. Weston R, Gore PA. A brief guide to structural equation modeling. Couns Psychol. 2006;34:719-751.

34. Ruiz MA, Pardo A, San Martín R. Modelos de ecuaciones estructurales. Pap Psicol. 2010;31(1):34-45.

35. Kline RB. Principles and practice of structural equation modeling. 3a ed. New York: The Guilford Press; 2011.

36. Echeverría M, Solís V, Ugarte JL, Uribe-Echeverría V. El otro trabajo: El sumi-nistro de personas en las empresas. Santiago: dirección del Trabajo; 2001.

37. Fundación Sol. Precariedad laboral y modelo productivo en Chile [en línea]. Santiago: Fundación Sol; 2011. [citado 2 nov 2013]. Disponible en: http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2011/12/Ideas-1-Tendencias-del-Trabajo2.pdf.

38. Organización para la Cooperación y el desarrollo Económicos Índice para una vida mejor, Chile [en línea]. Paris: OCDE; 2013a. [citado 3 nov 2013]. disponible en: http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/countries/chile-es/.

39. Organización para la Cooperación y el desarrollo Económicos Índice para una vida mejor, Suecia [en línea]. Paris: OCDE; (2013b). [citado 3 nov 2013]. disponible en: http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/countries/sweden-es/.

40. Schreurs B, Van Emmerik H, Notelaers G, de Witte H. Job insecurity and employee health: The buffering potencial of job control and job self-efficacy. Work Stress. 2010;24(1):56-72.

41. Richter A, Näswall K, Bernhard-Oettel C, Sverke M. Job insecurity and well-being: The moderating role of job dependence. Eur J Work Organ Psychol [on line] 2014 [citado 3 nov 2013]. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/1359432X.2013.805881.

Referencia complementaria:-Echeverría M. Los riesgos laborales de la subcontratación. Santiago: dirección del

Trabajo; 2006.

REFERENCIAS

Page 72: Ciencia & Trabajo

Artículo Original

56 56/64 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

han examinado los efectos fisiológicos relacionados con la expo-sición profesional1-7; sin embargo, ninguno de ellos evidencia la existencia de un indicador biológico, con las condiciones necesa-rias para ser utilizado como herramienta de vigilancia epidemio-lógica que determine una correlación evidente entre exposición y efecto fisiológico, producto de una exposición laboral a este tipo de agentes.Desde el punto de vista preventivo, al no mediar las condiciones mínimas necesarias que eviten el contacto o minimicen la exposi-ción, el trabajador expuesto a tales sustancias, se encuentra bajo una condición de riesgo laboral, cuya extensión en el tiempo, puede generar condiciones que favorezcan el desarrollo de tejido neoplá-sico, haciendo de ésta una posible afección desarrollada de una manera directa por el ejercicio de la profesión o el trabajo, con resultado de incapacidad o muerte. A ello se suma el hecho que tampoco se cuenta con normativa referente a límites de exposición laboral ambiental, condición asociada a la complejidad de control sobre variables relativas a la sensibilidad y especificidad en relación con grados de absorción biológica, sub registros históricos de expo-sición y variabilidad de la exposición, en relación a los medios de control, variedad y características de las sustancias utilizadas;

Correspondencia / Correspondence:Esteban Villarroel CantillanaRamón Carnicer 163, Providencia. Santiago, Chile.Tel.: (02) 25157556e-mail: [email protected]: 17 de Febrero de 2014 / Aceptado: 18 de Marzo de 2014

Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de PrestadoresIdENTIFICATION, ANALYSIS ANd RISK ASSESSMENT OF OCCUPATIONAL EXPOSURE IN CYTOSTATIC PREPARATION SERVICES OF THE PROVIdERS NATIONAL NETWORK

Esteban Villarroel CantillanaIngeniero Civil Bioquímico, Magíster en Salud Pública. Asociación Chilena de Seguridad, Santiago de Chile.

RESUMENSe identifica, analiza y evalúa el riesgo de exposición ocupacional a citostáticos, en una muestra de instalaciones destinadas a prepara-ción de mezclas destinadas a tratamiento terapéutico oncológico, pertenecientes a la Red Nacional de Prestadores autorizados; en rela-ción con el tipo y nivel de infraestructura de control y frecuencia de exposición asociada. Los resultados de la evaluación revelan una gran variedad de situaciones en las que, pese a la existencia de una regulación que define el tipo y caracteristicas de la contención míni-ma necesaria, se observan insuficiencias en el nivel de control observado y consiguiente riesgo al que se expone el personal.Del total de instalaciones incluidas en el estudio, sólo el 7% presenta un nivel de control aceptable y cercano al óptimo esperado, el 43% presenta un nivel de control regular y mejorable a través de correc-ciones menores. En tanto el 50% restante, revela un significativo nivel de insuficiencia; destacando que el 36% de las instalaciones evidencia condiciones extremas de exposición laboral.

(Villarroel E, 2014. Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores. Cienc Trab. Ene-Abr; 16 [49]: 56-64).

Palabras Clave: ExPOSICIóN OCUPACIONAL, CITOSTÁTICO, CITOTóxICO.

ABSTRACTThe risk of occupational exposure to cytostatic was identified, ana-lyzed and evaluated, in a sample of facilities used for preparation of mixtures for oncological therapeutic treatment, belonging to the National Network of Authorized Providers; regarding the type and level of infrastructure of control and frequency of associated expo-sure. The results of the evaluation reveal a great variety of situations where, despite the existence of a regulation that defines the type and characteristics of the minimum containment required, gaps are observed in the observed level of control and consequent risk which personnel is exposed to.From the total number of facilities included in the study, only 7% have a level of control acceptable and close to the optimal that is expected, 43% present a control level that is regular and improvable through minor corrections. Meanwhile, the remaining 50% show a significant level of insufficiency; it is underlined that 36% of facili-ties evidence extreme occupational exposure conditions.

Key words: OCCUPATIONAL ExPOSURE, CYTOSTATIC, CYTOTOxIC.

INTROdUCCIÓN

La manipulación, preparación y administración de drogas citostá-ticas (citotóxicos), por procedimientos asociados a manejo de soluciones (apertura de ampollas, vertido, agitación mecánica, trasvasije, dosificación y descarte), genera una serie de riesgos asociados a la inhalación de aerosoles y posibles contactos directos con la piel debido a derrames y/o salpicaduras. En este sentido, desde que fue reconocido el hecho que la exposición ocupacional a los agentes citados, representa un riesgo para la salud de los trabajadores que los manipulan, una serie de estudios

Page 73: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 56/64 57

las instalaciones, desde un punto de vista integral; lo que incluyó evaluar la infraestructura y contención existente, en relación con la selección de la tecnología, su uso y estado de funcionamiento y la forma en la cual se logra su efecto interactivo (tipo y frecuencia de exposición).

Riesgo de Exposición Ocupacional. Identificación y Análisis del Nivel de ContenciónLa evaluación de la exposición y riesgo asociado, se realizó mediante la aplicación de un algoritmo, estructurado sobre la base del desarrollo de una metodología basada en la aplicación de matrices de verificación que consideran una descripción de las condiciones mínimas de contención que aseguren el control sobre las diferentes tareas que incluyen exposición a los riesgos propios de la manipulación de sustancias citotóxicas. En este sentido, se definió como condición esperada aquella que da cuenta del cumplimiento de todas las características de contención necesa-rias para el control efectivo de la exposición y sus riesgos; cuya comparación con la realidad observada (condición verificada) permitió establecer un valor relativo de control, en relación con el nivel de logro alcanzado. De acuerdo a lo señalado, existirían una serie de condiciones mínimas de contención a considerar dentro del estudio de una actividad o rubro, cuyo análisis requiere agruparlas, en orden a facilitar el procesamiento de las mismas en matrices de verifica-ción, y de esta forma, estableciendo factores de ponderación para cada una y el puntaje correspondiente, en función de la impor-tancia que se les asigna dentro del nivel de contención particular y global que debe considerar el control efectivo de la exposición y sus riesgos; ponderación que permitirá obtener su valor real, R, basado en la existencia de los medios de contención necesarios y representativos del nivel de control o contención global en la instalación. Para obtener lo anterior fue necesario establecer en base a los requisitos normados, recomendados y aplicables al trabajo en estudio, los factores relevantes para su ejecución de manera controlada, que constituirán cada matriz en particular; a cada una de las cuales se les asignó una ponderación de acuerdo a su importancia relativa (Xi) en el contexto global, cuya suma como máximo alcanza el valor 1. Asimismo, cada matriz consideró la desagregación del factor que representa en sus ítem diferenciables más importantes, que permitieron objetivar la evaluación del factor, asignándole puntajes ponderados por su importancia rela-tiva en su aporte al control o contención del factor, situación en la cual el detalle, reconocimiento y verificación de la condición esperada permitió establecer un puntaje por matriz, Mi.Para dicho efecto se consideró la utilización de 7 matrices elabo-radas y destinadas a verificar la existencia y uso de condiciones asociadas a aspectos de ubicación y acceso, características cons-tructivas (sellos y acabados), elementos de control ambiental, medios de contención perimetral, condiciones necesarias y rela-tivas a los servicios de asistencia y apoyo, integridad estructural del nivel de contención y aquel relativo a capacitación y adquisi-ción de competencias de los trabajadores. En este sentido, tal como fuera señalado, el cumplimiento de los requisitos, representa el cumplimiento del nivel de contención y control mínimo nece-sario que demanda el nivel de frecuencia con el cual se expone el trabajador a la actividadDe esta forma, el puntaje obtenido en cada matriz, expresado en forma porcentual, equivale al nivel de cumplimiento de los ítems

variables que en su conjunto limitan la identificación de un indi-cador biológico de exposición. Sin pasar por alto, que dicho criterio apunta a determinar una condición de post contacto, que evalúa el efecto una vez que la exposición ya ha ocurrido; punto de vista que se contrapone a un criterio de carácter preventivo.En razón de lo anterior, resulta razonable la necesidad de deter-minar, mediante la realizacion de un estudio de campo, si las condiciones de control, en una muestra de instalaciones autori-zadas, destinadas a la preparación de citostáticos, corresponden a las mínimas necesarias que demanda el trabajo seguro con este tipo agentes, de acuerdo a los criterios y lineamientos generales establecidos en la normativa referencial reconocida y exigida por el Ministerio de Salud y otros organismos referenciales.8-12 De acuerdo a ello, se establece como hipótesis de trabajo, que las instalaciones autorizadas, destinadas a la preparación de citos-táticos, pertenecientes a los Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores (públicos y/o privados), no poseen el nivel de control mínimo necesario para controlar la exposición laboral asociada a la manipulación segura de este tipo de agentes, correspondiendo el objetivo prin-cipal de la investigación, además de la evaluar la condición de exposición laboral existente en el país, diseñar y aplicar una metodología de evaluación del nivel de exposición laboral, metodología basada en la aplicación de criterios preventivos que permitan asegurar un margen significativo de control sobre el riesgo de exposición.

METOdOLOGÍA dE EVALUACIÓN dEL RIESGO dE EXPOSICIÓN LABORAL

En el marco del desarrollo de la investigación, se invitó a parti-cipar de ésta al conjunto de 43 instalaciones, pertenecientes a la Red Nacional de Prestadores autorizados para realizar dicha acti-vidad por el Ministerio de Salud, ello a través del envío de carta formal dirigida a cada uno de los Directores y/o Representante legal correspondiente, invitación aceptada por 14 de las 43 insti-tuciones autorizadas, representantes del 32% del total, correspon-dientes a clínicas privadas, hospitales públicos y universitarios, institutos y fundaciones, distribuidas en diferentes áreas geográ-ficas del país: 7 en la Región Metropolitana, 4 ubicadas en regiones próximas a ésta (IV, V, VI) y 3 ubicadas en regiones alejadas (VIII, xII y xIV); cuya cobertura de prestación, asociada a tratamiento quimioterapéutico por diagnóstico de cáncer, satis-face las necesidades del 70% de la población nacional. Confirmada la intención de participar del estudio, se procedió a programar y realizar reuniones de trabajo y vista a las instala-ciones destinadas a preparación de citostáticos, a fin de aplicar la herramienta de evaluación diseñada; información con la que se procedió a la elaboración de Informe de evaluación para cada institución, cual da cuenta del estado situacional de la instalación al momento de la visita, en relación con la normativa nacional vigente e internacional atingente, considerando antecedentes respecto de la actividad, agentes de riesgo, su efecto en las personas, descripción de los sistemas de control observados, metodología de evaluación utilizada, resultados de la evaluación aplicada, análisis correspondiente, conclusiones y recomenda-ciones atingentes, en relación a los hallazgos observados.La metodología utilizada, consideró la estructuración de un proce-dimiento de evaluación de las condiciones de funcionamiento de

Page 74: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Villarroel Esteban

58 56/64 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

El índice define tres niveles crecientes de exposición:• Nivel 1, ICC < 1: Corresponde a la preparación y administración

ocasional. • Nivel 2, 1 < ICC < 3: Corresponde a la preparación y adminis-

tración de cantidades moderadas. • Nivel 3, ICC > 3: Corresponde a la preparación y administración

de manera intensiva y rutinaria.

Calificación del Nivel de Riesgo de Exposición Ocupacional Calculado el Índice de contacto citotóxico, se procede a multi-plicar el nivel de exposición asociado al índice de contacto cito-tóxico por el valor escala, correspondiente al rango en el cual se encuentra el valor relativo asociado al nivel de contención exis-tente en la instalación. Esta operación permite obtener un valor referencial en el rango entre 1 y 12, cuya disposición en una matriz como la que se presenta en la tabla N°2, permite correla-cionar el nivel de contención existente, índice de contacto cito-tóxico y nivel de exposición en las condiciones de trabajo obser-vadas. Tabla en la que, además, es posible establecer una escala conceptual, basada en un código de colores, permitiendo, junto a la identificación de una condición de riesgo, establecer la nece-sidad de desarrollar acciones a fin de superar las brechas obser-vadas.

Donde:• El Nivel 1 corresponde al trabajo desarrollado en condiciones de

riesgo bajo, condición laboral representativa de una exposición controlada y no representativa de riesgo de una enfermedad atribuible al ejercicio profesional, derivada de la exposición a agentes citostáticos (citotóxicos).

• El Nivel 2 corresponde al trabajo desarrollado en condiciones de riesgo medio, condición laboral representativa de una actividad cuya realización incluye la presencia del riesgo debido a la falta de una gestión que incluya acciones de control sobre el riesgo y la exposición, condición que pudiera favorecer la existencia de casos de enfermos profesionales. Se requiere de evaluación médica competente para la detección y diagnóstico de posibles efectos en la salud de las personas y el análisis de las falencias existentes, respecto de las matrices de verificación correspon-dientes.

• El Nivel 3 corresponde al trabajo desarrollado en condiciones de riesgo alto, condición laboral en la cual la gestión sobre el riesgo y la exposición es mínima, representando un claro riesgo para la salud de los trabajadores. Se requiere de la inmediata evaluación médica competente para la detección y diagnóstico de posibles efectos en la salud de las personas, junto al análisis e implementación de las falencias existentes, respecto de las matrices de verificación correspondientes.

Tabla 1. Escala según Valor Relativo del Nivel de Contención.

Rango R Escala0,00 - 0,25 40,25 – 0,50 30,50 – 0,75 20,75 – 1,00 1

de cada factor en su correspondiente matriz, que aplicado a la ponderación del factor en la contención global (Xi), permitió obtener el nivel de control aportado. La sumatoria de los valores obtenidos para cada factor y su ponderación respectiva permitió obtener el nivel de contención real global existente, R.Como es de esperar, el valor de R obtenido presenta valores que varían en el rango entre 0 y 1, lo que permite diferenciar tramos en relación con su nivel en relación con una escala como la que se presenta en la tabla Nº1, en la cual el mayor valor de la escala corresponde al rango de valor R obtenido que representa una condición de control o contención más baja y viceversa para el valor menor. En este caso, se considera que una instalación posee un nivel de contención aceptable, cuando su Ri sea mayor o igual a 0,75 (valor escala 1)En el caso en estudio, las matrices de verificación señaladas, consideraron aspectos cualitativos relativos a ubicación y acceso a la instalación, características constructivas, elementos de control ambiental, servicios de apoyo y asistencia, integridad estructural y medios de contención existentes, así como las acciones dirigidas a capacitación y adquisición de competencias realizadas por los trabajadores involucrados. De esta forma el reconocimiento de cada elemento verificador, suma puntaje la matriz respectiva, en relación a una ponderación interna y esta respecto del total, valoración que finalmente asigna un valor numeral característico posible de incluir en alguno de los inter-valos definidos en la tabla N°1.

Riesgo de Exposición Ocupacional asociado a Frecuencia de Exposición.Establecido el valor correspondiente dentro de la escala de la tabla N°1, asociado al nivel de contención existente en la instalación, es necesario establecer el nivel de exposición laboral asociado al contacto con este tipo de agentes, lo que es posible de determinar, mediante el cálculo del denominado Índice de Contacto Citotóxico (ICC), valor que permite estimar la intensidad del contacto como valor indicativo y con un criterio objetivo de los niveles de expo-sición, en relación con la actividad del trabajador, asociada a la extensión de la jornada, número de preparaciones y administra-ciones realizadas en un período definido, de acuerdo a la siguiente expresión, adaptada de la reerencia original ( ).

ICC = NP + NA + NR

NHDonde: ICC: Índice de contacto citotóxico.NP: Número de preparaciones realizadas por una misma persona durante la semana laboral.NA: Número de administraciones realizadas por una misma persona durante la semana laboral.NR: Número de retiros realizadas por una misma persona durante la semana laboral.NH: Número de horas invertidas en la tarea por la persona durante la semana laboral.

Escala, según R Índice Contacto Citotóxico 1 2 3

Tabla 2. Criterio de Calificación del Nivel de Riesgo Trabajadores Expuestos a Agentes Citotóxicos.

4 4 8 12

3 3 6 9

2 2 4 6

1 1 2 3

Nivel de Riesgo 1, riesgo bajo. Nivel de Riesgo 2, riesgo medio. Nivel de Riesgo 3, riesgo alto.

Page 75: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 56/64 59

RESULTAdOS

Riesgo de Exposición Ocupacional. Identificación y Análisis del Nivel de ContenciónDe acuerdo al algoritmo descrito y en base a la aplicación de la herramienta de evaluación señalada, fue posible establecer en cada Unidad, la relación existente entre la condición observada en terreno y aquella óptima esperada, Mi/MEi, resultados que se presentan en la tabla Nº3, donde Ui, identifica a la Unidad perteneciente a la instala-ción, destinada a preparación de citostáticos u otras sustancias con efecto citotóxico. Como se desprende de la tabla Nº3, ninguna de las instalaciones evidenció de aplicación de algún tipo de test que asegure y/o verifique la integridad estructural del nivel de contención existente, que para fines del estudio se detalla en la Matriz Nº6.

Riesgo de Exposición Ocupacional. Nivel de ContenciónDeterminada la relación entre la condición óptima esperada y aquella observada en terreno, mediante aplicación de pondera-ciones internas y relación entre las diferentes matrices, se procedió a determinar en cada caso el nivel de contención global indivi-dual, Ri, correspondiente a cada instalación, cuyo resumen se presenta en la figura Nº2.

Riesgo de Exposición Ocupacional asociado a Frecuencia de Exposición. Nivel de ExposiciónDe acuerdo a la información señalada por cada una las instituciones, en relación al número de preparaciones promedio mensual, número de trabajadores involucrados en tareas de preparación, extensión de la jornada individual y horas asignadas a tareas de preparación, se procedió a determinar el índice de contacto citotóxico, como indi-cador relativo de la frecuencia de exposición a la cual expone el trabajo realizado, cuyo detalle se presenta en la figura Nº3.

Tabla 3. Resultados Valoración entre la realidad observada y esperada, Mi/MEi.Instalaciones destinadas a Área de Preparaciones de la Red Nacional de Prestadores. Relación U1 U2 U3 U4 U5 U6 U7Matriz Ubicación y Acceso a 1 la Instalación M1/ME1 0,68 0,53 0,32 0,63 1,00 1,00 0,68

Matriz Características 2 Constructivas de M2/ME2 0,48 0,37 0,37 0,67 0,67 0,78 0,00 la instalación Matriz Ventilación y 3 Acondicionamiento M3/ME3 0,24 0,29 0,19 0,49 0,84 0,82 0,31 Térmico del Aire Matriz Medios de Contención 4 Perimetral

M4/ME4 0,41 0,63 0,50 0,59 0,92 0,83 0,66

Matriz Servicios de Apoyo 5 y Asistencia M5/ME5 0,46 0,15 0,23 0,46 0,62 1,00 0,46

Matriz Integridad Estructural del 6 Nivel de Contención M6/ME6 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

Matriz Capacitación y adquisición 7 de Competencias M7/ME7 0,91 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00

Relación U8 U9 U10 U11 U12 U13 U14Matriz Ubicación y Acceso a 1 la Instalación M1/ME1 0,16 0,84 1,00 0,84 0,84 0,16 0,84

Matriz Características 2 Constructivas de M2/ME2 0,26 0,19 0,89 0,59 0,48 0,19 0,78 la instalación Matriz Ventilación y 3 Acondicionamiento M3/ME3 0,38 0,22 0,88 0,40 0,31 0,31 0,57 Térmico del Aire Matriz Medios de Contención 4 Perimetral

M4/ME4 0,59 0,64 0,98 0,53 0,76 0,53 0,77

Matriz Servicios de Apoyo 5 y Asistencia M5/ME5 0,23 0,23 0,77 0,46 0,46 0,23 0,46

Matriz Integridad Estructural 6 del Nivel de Contención M6/ME6 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

Matriz Capacitación y adquisición 7 de Competencias M7/ME7 1,00 1,00 0,48 1,00 1,00 1,00 1,00

Figura 2. Cumplimiento del Nivel de Contención Global en Instalaciones destinadas a Preparación de Citotóxicos en la Red Nacional de Prestadores.

Unidad 14

Unidad 13

Unidad 12

Unidad 11

Unidad 10

Unidad 9

Unidad 8

Unidad 7

Unidad 6

Unidad 5

Unidad 4

Unidad 3

Unidad 2

Unidad 1

0,69

0,37

0,54

0,55

0,75

0,80

0,76

0,57

0,38

0,43

0,41

0,44

0,44

0,44

0,00 0,25 0,50 0,75 1,00Rango que define Valor Escala

Nivel de Contención Global

Insta

lacion

es in

cluida

s en

el Es

tudio

Figura 3. determinación Índice de Contacto Citotóxico, ICC, en Instalaciones desti-nadas a Área de Preparaciones de la Red Nacional de Prestadores.

Unidad 14

Unidad 13

Unidad 12

Unidad 11

Unidad 10

Unidad 9

Unidad 8

Unidad 7

Unidad 6

Unidad 5

Unidad 4

Unidad 3

Unidad 2

Unidad 1

3,13

12,50

14,80

0,64

6,15

4,30

10,00

2,67

1,98

5,68

5,56

4,09

2,40

5,97

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

Índice de Contacto Citotóxico

Insta

lacion

es in

cluida

s en

el Es

tudio

Page 76: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Villarroel Esteban

60 56/64 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES

Riesgo de Exposición Ocupacional. Identificación y Análisis del Nivel de Contención GlobalRealizado el algoritmo de cálculo correspondiente, resultado de las ponderaciones internas y entre las diferentes matrices, cuyos valores se resumen en la tabla Nº4 y figura N°4, se observa que sólo 3 de las instalaciones, Unidad 5, Unidad 6 y Unidad 10, representativas del 21% del total, cumplen con un nivel de contención y capacitación suficiente que garantiza el control de la exposición derivada de las tareas que involucran preparación de drogas terapéuticas oncológicas (valor escala 1). En tanto, 4 de las instalaciones (29% del total), presentan un nivel de contención medio superior (valor escala 2). El resto de las instalaciones, 7, representativas del 50% del total, presentan un nivel de contención medio inferior (valor escala 3). No se observan instalaciones con nivel de contención extremo inferior (valor escala 4).De lo que se infiere que, el 78,6% de las instalaciones incluidas en el estudio, no poseen, en relación a los medios existentes, un nivel de infraestructura suficiente para controlar la exposición laboral asociada a la preparación de citostáticos.

Riesgo Exposición Ocupacional asociado a Frecuencia de ExposiciónDe acuerdo a información señalada por cada institución, el índice de contacto citotóxico para los trabajadores que realizan tareas asociadas a preparación de citostáticos, presenta una amplia varia-

ción, la que incluye todos los niveles de riesgo considerados en la definición del mismo. En la tabla Nº5 y figura N°5 se observa que en sólo una de las instalaciones, Unidad 11, correspondiente al 7% del total de la muestra, la combinación entre el número de profe-sionales involucrados de manera directa y horas asignadas a tareas de preparación, representa un nivel de riesgo bajo, asociado a la frecuencia de exposición. En tanto, en el resto de las instalaciones, 93% del total de la muestra, se observa que dicha combinación no es suficiente para controlar el riesgo asociado a frecuencia de exposición, debiendo destacar que de éste valor, el 72% presenta una condición extrema (Nivel 3) y el 21% restante, una condición riesgosa intermedia por este concepto (Nivel 2).

Calificación del Nivel de Riesgo de Exposición OcupacionalCalculado el Índice de Contacto Citotóxico, se procede a multiplicar el nivel de exposición asociado al índice de contacto citotóxico por el valor escala correspondiente al rango en el cual se encuentra el valor relativo asociado al nivel de contención existente en la insta-lación, y de esta forma establecer el Nivel de Riesgo de Exposición Ocupacional al que se exponen los trabajadores, en relación a la contención existente y frecuencia de exposición. El detalle global se presenta en la tabla Nº9 y figura N°7, en las que se observa que en el 93% de las instalaciones existen condiciones de riesgo no contro-ladas, en relación a la combinación entre contención y frecuencia de exposición (50% con riesgo alto y 43% con riesgo medio), y que sólo en el 7% de ellas se observa condiciones de riesgo bajo, en relación

Tabla 6. Valor Escala asociada al resultado de la Evaluación del Nivel de Contención observado.

Contención Global, Ri Valor EscalaUnidad 1 0,44 3Unidad 2 0,44 3Unidad 3 0,38 3Unidad 4 0,57 2Unidad 5 0,76 1Unidad 6 0,80 1Unidad 7 0,44 3Unidad 8 0,41 3Unidad 9 0,43 3Unidad 10 0,75 1Unidad 11 0,55 2Unidad 12 0,54 2Unidad 13 0,38 3Unidad 14 0,69 2

Figura 4. distribución Porcentual Instalaciones.

21%Valor escala 1

29%Valor escala 2

50%Valor escala 3

Tabla 8. Nivel de Riesgo asociado a Frecuencia de Exposición, ICC.

ICCi Nivel de RiesgoUnidad 1 5,97 3Unidad 2 2,40 2Unidad 3 1,98 2Unidad 4 2,67 2Unidad 5 10,00 3Unidad 6 4,30 3Unidad 7 4,09 3Unidad 8 5,56 3Unidad 9 5,68 3Unidad 10 6,15 3Unidad 11 0,64 1Unidad 12 14,80 3Unidad 13 12,50 3Unidad 14 3,13 3

Figura 6. distribución Porcentual ICC en Instalaciones.

21%Nivel 2

7%Nivel 1

72%Nivel 3

Page 77: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 56/64 61

a la existencia y suficiencia de los medios, frecuencia e idoneidad del personal. Lo anterior implica que solo el 7% presenta una condición de exposición laboral controlada y no representativa de riesgo de una enfermedad profesional derivada de la exposición a agentes citostá-ticos (citotóxicos).

CONCLUSIONES GENERALES dEL ESTUdIO

En términos generales, considerando una proyección de los resul-tados, se concluye que:

Determinación del Nivel de Contención GlobalEn relación a la contención global existente, sólo el 21% del total, cumple con un nivel de contención y capacitación suficiente y nece-saria que garantice, por este medio, el control de la exposición deri-vada de las tareas que involucran preparación de drogas terapéuticas oncológicas (Valor Ri, igual o superior a 0,75).

Determinación del Nivel de Exposición asociado a Frecuencia de ExposiciónEn relación a la frecuencia de exposición, en sólo el 7% del total de la muestra, la combinación entre el número de profesionales involu-crados de manera directa y horas asignadas a tareas de preparación, representa un nivel de riesgo bajo (se considera un nivel de riesgo bajo, valores ICCi, menores a 1 y nivel de riesgo alto, valores de ICCi, mayores a 3). En tanto, en el resto de las instalaciones, 93% del total, se observa

que dicha combinación no es suficiente para controlar el riesgo asociado a frecuencia de exposición; destacando que en el 72% de la muestra, se observa una condición de exposición extrema por éste factor (Valor ICCi, igual o superior a 3).

Determinación del Nivel de Riesgo de Exposición Ocupacional a CitostáticosEn relación a la combinación entre contención y frecuencia de expo-sición, se observa que en el 93% de las instalaciones existen condi-ciones de riesgo no controladas. En un 43% de ellas, se observa un nivel de control regular, mejorable a través de correcciones menores, en relación a la regularización de sistemas de control ya existentes, y en el 50% restante, se observa un nivel de insuficiencia importante. Destacando que el 36% de las instalaciones evidencia condiciones extremas de exposición, asociadas a la insuficiencia de medios y alejamiento del nivel óptimo, situación que en algunos casos, ha motivado la contratación del servicio de preparación a terceros y/o cierre temporal. Sólo en el 7% de las instalaciones, se observan condiciones de riesgo bajo, en relación a la existencia y suficiencia de los medios, frecuencia e idoneidad del personal (Unidad 11, Nivel de Riesgo 1).

RECOMENdACIONES

Nivel de Riesgo asociado al Control a Nivel de Infraestructura y CapacitaciónLa condición observada revela que las principales brechas asociadas a contención, se relacionan con insuficiencias en los medios asociados a diseño, instalación u operación de los servicios de apoyo y asistencia (matriz N°5), uso e implementación de sistemas de control aerodinámico, general y localizados (matriz N°3) y aquellos referidos a características constructivas de la instalación termina-ciones, tipo de materiales (matriz N°2) y acabados según solicita-ciones. Por ello, las recomendaciones son aplicables a un porcentaje importante de las instalaciones, en especial aquellas que se encuen-tran en un rango de control medio superior, definido como aquel representativo de niveles de logro entre 50 y 75%. En cuyo caso, las instituciones involucradas deberán considerar mejoras en aquellos ítems de las matrices señaladas, cuya evaluación evidenció no exis-tencia o no apego a la normativa referencial.Destaca la necesidad de priorizar la regularización del funciona-miento de las respectivas cabinas de seguridad biológicas instaladas, según origen, licencia y normativa aplicable, segregación aerodiná-mica respecto de áreas relacionadas, incluyendo implementación y verificación de los medios que aseguren estanqueidad, calidad y cantidad de aire necesario para asegurar el control de la contamina-ción y exposición (matrices N°6 y N°3), así como los medios de respaldo de energía que su funcionamiento requiere, desde el punto de vista de la criticidad de la operación y seguridad de las personas. En este sentido, uno de los hallazgos importantes de considerar, es el hecho que aun cuando existe un conocimiento de la normativa apli-cable, las bases técnicas de licitación que contratan el servicio de verificación del estado de funcionamiento a terceros, no incluyen de manera destacada la necesidad de aplicar los diferentes test que corresponde al tipo y modelo de cabina de seguridad biológica instalada, observando una clara falta de conocimiento del detalle necesario por parte del área administrativa de la Institución, respecto de las necesidades del área de operaciones. A ello se suma el hecho que un análisis del registro histórico de dichas

Tabla 9. Nivel de Riesgo de Exposición Ocupacional. Resumen Resultados.

Valor Escala, Nivel de Exposición, Nivel según, Ri según ICCi de RiesgoUnidad 1 3 3 9Unidad 2 3 2 6Unidad 3 3 2 6Unidad 4 2 2 4Unidad 5 1 3 3Unidad 6 1 3 3Unidad 7 3 3 9Unidad 8 3 3 9Unidad 9 3 3 9Unidad 10 1 3 4Unidad 11 2 1 2Unidad 12 2 3 6Unidad 13 3 3 9Unidad 14 2 3 6

Figura 7. Nivel de Riesgo de Exposición Ocupacional.

7%Nivel riesgo 1

43%Nivel riesgo 2

50%Nivel riesgo 3

Page 78: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Villarroel Esteban

62 56/64 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | Ciencia & Trabajo

bases, revela que por un problema presupuestario, la complejidad de las mismas ha disminuido con el tiempo (mayor número de test, incrementa el valor del servicio) y no se observa la necesaria acción de contratación de una contraparte técnica para verificar alguna de las evaluaciones realizadas. En este contexto, en al menos tres oportunidades, se observó un claro desfase entre la fecha de medición y la fecha de entrega del informe correspon-diente, situación atribuible a la falta de recursos para realizar el pago de la prestación, plazo que en uno de los casos superó los 12 meses, es decir, un total desconocimiento del estado situacional de la instalación por un período de 24 meses. Debiendo destacar que las principales falencias observadas, coin-ciden con los items de mayor criticidad, en el sentido del logro efectivo de la necesaria contención requerida, en particular aque-llos representados por las matrices N°3 y N°2, cuya valoración relativa suma el 45% del total. Por lo anterior, la asignación de los recursos necesarios para su resolución, tendrá directa implicancia en la mejora del nivel de contención observado. En lo que respecta al ítem asociado a capacitación y adquisición de competencias (matriz N°7), aun cuando se observa un nivel importante de logro, se recomienda formalizar la sistematización de un programa de capacitación y contenidos, evaluable y de aplicación periódica, que considere aspectos tecnológicos, procedimentales, seguridad y riesgos ocupacionales asociados. Esto es especialmente necesario al momento de existir modificaciones en la regulación, interpretación y aplicación de la normativa existente y aquella en revisión.

Nivel de Riesgo asociado a Frecuencia de ExposiciónLa condición observada revela la existencia de una amplia variedad de combinaciones entre el número de profesionales involucrados directamente en tareas de preparación y horas asignadas a dicha actividad, generando valores de índice de contacto citotóxico en los diferentes rangos definidos, incluyendo valores significativamente altos, ya que en solo el 28% de las instalaciones se observan ICCi menor a 3. Por ello se recomienda realizar las gestiones administra-tivas necesarias, para disminuir este factor de riesgo, ya sea por la vía de una distribución de carga de trabajo homogénea en el actual número de trabajadores y/o aumento en el número de trabajadores con las competencias necesarias para dicha actividad. Representando una alternativa recomendable, establecer que ningún trabajador deberá estar expuesto a actividades que generen valores de ICCi mayores a 4,5; factor complementario a la condicion de control asociada a que la evaluación de contención y capacitación existente logre valores en el rango superior, Ri > 0,75.

Nivel de Riesgo asociado a la Exposición Ocupacional a CitostáticosEl análisis de situación, evidencia la existencia de importantes brechas a nivel de contención y frecuencia de exposición obser-vada, las que en su conjunto revelan que en el 93% de las instala-ciones existen condiciones de riesgo no controladas, que en la mayoría de los casos se atribuye a la no existencia y/o aplicación de las acciones administrativas necesarias para disminuir el riesgo asociado a frecuencia de exposición, relativas a disminuir el número de preparaciones realizadas, reducir carga de trabajo productiva y/o aumentar el número de trabajadores involucrados ( ). En menor grado, pero no menos importante, un factor coadyu-vante es la ausencia de medios ingenieriles o la necesaria y efec-tiva gestión sobre el funcionamiento de los mismos, en relación a asegurar la suficiencia de éstos para controlar las características

que demanda la calidad del proceso y exposición ocupacional derivada de las tareas realizadas, en particular la parcialidad o no existencia de un programa de mantención preventiva, capaz de verificar de manera organizada y sistemática el cumplimiento de los parámetros operacionales de los diferentes equipos y sistemas de control instalados.En razón de lo anterior, se recomienda estructurar un protocolo de evaluación y/o verificación del estado de funcionamiento de este tipo de instalaciones, el que deberá ser realizado por terceros con experiencia y conocimiento necesarios, que considere aspectos normativos, metodológicos e instrumentales aplicables a las dife-rentes tecnologías implementadas para el control de las diferentes variables operacionales que definen el proceso, así como aquellas que definen el nivel de protección brindada a los trabajadores, en las diferentes áreas que definen una Unidad Centralizada de Preparados Citostáticos, incluyendo la necesaria evaluación perió-dica de la cabina de seguridad biológica instalada, sobre la base de normativa referencial atingente. Este protocolo de evaluación y/o verificación debiera considerar aspectos asociados a: • Determinación de velocidad y flujos de aire movilizados por componentes del sistema de control aerodinámico existente (en condiciones de operación), que debiera incluir:

• Test de uniformidad o velocidad del aire.• Test de integridad o estanqueidad de filtros absolutos.• Test de recuento de partículas (no viables, según familia ISO 14.644).• Test de humo o similar, para demostrar unidireccionalidad del flujo de aire.

• Determinación de renovaciones/hora.• Protección de áreas críticas por medio de diferencial de presión, incluyendo:

• Test de integridad estructural del nivel de contención.• Medición de niveles de iluminación y luminancia.• Medición de niveles de ruido.• Medición de temperatura ambiental.• Medición de humedad relativa.

Nivel de Riesgo en relación al Análisis de las Condiciones Existentesman a la existencia de claras falencias respecto de la infraestrucLa situación observada, junto con ratificar la hipótesis inicial, revela que en el 93% de las instalaciones participantes del estudio existen condiciones de riesgo no controladas, asociadas a una gestión no efectiva del personal, en relación a la dotación actual de trabaja-dores, horas de la jornada destinadas a actividades de preparación y una creciente demanda poblacional por este tipo de prestación; factores que se suman a la existencia de claras falencias respecto de la infraestructura de control capaz de dotar y/o crear las condi-ciones de contención mínimas necesarias; efecto asociado a errores respecto de la selección y mantención de los medios que aseguren la calidad del proceso y control de la exposición, en particular aquellos asociados al estado de funcionamiento de las respectivas cabinas de seguridad biologicas instalñadas; errores interpretativos de la normativa por parte de proveedores, instaladores y terceros que prestan servicios de verificación y falta de control efectivo por parte de la autoridad y terceros responsables de cada Institución.

Proyecto realizado con el financiamiento de la Asociación Chilena de Seguridad, a través de la Fundación Científica y Tecnológica, FUCYT.

Page 79: Ciencia & Trabajo

Artículo Original | Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores

Ciencia & Trabajo | AÑO 16 | NÚMERO 49 | ENERO / ABRIL 2014 | www.cienciaytrabajo.cl | 56/64 63

1. Falck K, Gröhn P, Sorsa M et al. Mutagenicity in urine of nurses handling cytoestatic drugs. Lancet. 1979; 1:1250-1. Letter.

2. P. J. M. Sessink, A. J. M. Verplanke, R. F. M. Herber, R. P. Bos, Occupational exposure to antineoplasic agents and parameters for renal dysfunction. Abstract Volume 69 Issue 3 (1997) pp 215-218.

3. Valanis V, Vollmer W, Labuhn K et al. Occupational exposure to antineoplasic agents and self-reported infertility among nurses and pharmacists. J Occup Environ Med. 1997; 39:574-80.

4. Evelo CTA, Bos RP, Peters JGP, Henderson PT (1986) Urinary cyclophosphamide assay as a method for biological monitoring of occupational exposure to cyclophosphamide. Int Arch Occup Environ Health 58:151-155.

5. Sessink PJM, Cerna M, Rossner P. 1994. Urinary cyclophosphamide excretion and chromosomal aberrations in peripheral blood lymphocytes after occupa-tional exposure to antineoplasic agents. Mut Res. 309:193-199.

6. Ensslin AS, Stoll Y, Pethran A, Pfaller A, Römmelt H, Fruhmann G (1994).Biological monitoring of cyclophosphamide and ifosfamide in urine of hospital personnel occupationally exposed to cytostatic drugs. Occup Environ Med 51:229-233.

7. Kopjar N, Garaj-Vrhovac V. (2001). Application of the alkaline comet assay in human biomonitoring for genotoxicity: a study on Croatian medical personnel handling antineoplasic drugs. Mutagenesis Jan;16(1):71-8.

8. Standard NSF-ANSI 49-2011, International Standard for Biosafety Cabinetry. Biosafety Cabinetry: design, Construction, Performance, and Field Certification. National Sanitation Foundation, 2011.

9. Norma General Técnica N°25, Manipulación de Medicamentos Antineoplásicos en Farmacias de Hospitales. departamento de Asesoría Jurídica del Ministerio de Salud, Chile (1998).

10. Norma General Técnica N°59, Manipulación de Medicamentos Estériles en Farmacias de Hospitales, Ministerio de Salud, Chile (2001).

11. Primary Containment for Biohazards: Selection, Installation and Use of Biological Safety Cabinets, U.S. department of Health and Human Services, Public Health Service, Centers for disease Control and Prevention and National Institute of Health, 2nd Edition, september 2000.

12. OSHA Technical Manual, Controling Occupational Exposure to Hazardous drugs, Occupational Safety & Health Administration (OSHA); january 1999.

13. Protection du Manipulateur, Cytotoxiques: Utilisation Pratique 3ème Éd., Centre National Hospitalier d’Information sur le Médicament, dossier 1998, XIX, 2-3, 16. ISSN 0223.5242.

14. Quality Standard for the Oncology Pharmacy Service with Commentary. QUAPOS Published by the Institute for Applied Healthcare Sciences (IFAHS e.V.) and the German Society of Oncology Pharmacy (DGOP e.V.) as the result of the 11th North German Cytostatics Workshop (NZW), January 2003.

REFERENCIAS

Page 80: Ciencia & Trabajo
Page 81: Ciencia & Trabajo
Page 82: Ciencia & Trabajo
Page 83: Ciencia & Trabajo

insTruCCiones a Los auToresC&T, Ciencia & Trabajo, órgano de difusión de la Fundación Científica

y Tecnológica de la Asociación Chilena de Seguridad, tiene como misión divulgar el conocimiento en las áreas de seguridad e higiene industrial, salud ocupacional, calidad de vida laboral y otras disciplinas asociadas al mundo del trabajo y medio ambiente.

C&T suscribe principalmente al acuerdo sobre Requisitos Uniformes para Preparar los Manuscritos Enviados a Revistas Biomédicas (Estilo Vancouver), elaborado por el Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas (New England Journal of Medicine 1997; 336 : 309-15, actualizados en octubre de 2008, en el sitio web www.icmje.org).

Los artículos científicos que C&T publica deben ser originales. Los autores deben haber participado en el trabajo en grado suficiente para asumir la responsabilidad de su contenido total. No confiere la calidad de autor haber participado en la obtención de fondos, en la recolección de datos, en la supervisión general del grupo de investigación, haber aportado muestras o reclutado pacientes; tampoco se aceptan las “Autorías por cortesía”. Se puede citar un autor corporativo en los ensayos multicéntricos. La totalidad de los integrantes de un equipo, citados como autores, puede indicarse bajo el título o en una nota a pie de página, los que deberán cumplir todos los criterios antes menciona-dos; quienes no los cumplan figurarán, con su autorización, en la sec-ción de Agradecimientos.

Los artículos sobre experimentación en humanos y animales deben ser acompañados de una copia digital de la aprobación del Comité de Ética de la Institución donde se realizó el estudio, de acuerdo a la Declaración de Helsinki de 1975. En el artículo no se deben incluir datos que permitan identificar a los sujetos de estudio.

Los artículos deben ser enviados en formato electrónico (Microsoft Word para PC, o compatible) en Español, Portugués o Inglés. El formato debe ser simple para facilitar la edición del texto e incluir las siguientes secciones;

a. Página inicial a. Título del artículo, que debe ser conciso, no incluir abreviaturas y dar

idea exacta de su contenido. Si el tema ha sido presentado en alguna conferencia, indicarla citando la ciudad y fecha de exposición.

b. Nombre completo de los autores, profesión, grado académico (si corresponde) y afiliación institucional, incluyendo ciudad y país.

c. Departamento e Institución donde se realizó la investigación, si corresponde.

d. Fuente de financiamiento, si la hubo. Declarar eventuales conflictos de interés.

e. Dirección postal, e-mail, fono y fax del autor que se ocupará de la correspondencia relativa a este documento.

b. Página dos • Resumen en idioma original con una extensión máxima de 200

palabras. Debe incluir objetivos, método, resultados, conclusiones principales y ser escrito en estilo impersonal.

• Al final del resumen debe incluir tres a cinco descriptores (palabras claves o keywords) extraídos de la lista de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) (www.bireme.br).

Página tres y siguientes en el siguiente orden • El formato del texto depende del tipo de artículo.

Los artículos científicos son el producto de un trabajo de obser-vación, investigación clínica o experimentación que consta de las siguientes secciones: a) Introducción en la que se presentan las razones que motivaron el estudio y los objetivos del mismo; b) Material y Métodos en la que se describen los elementos y procedimientos utiliza-dos de manera tal que los resultados puedan ser reproducidos por otros investigadores; se debe incluir una descripción suficiente del análisis estadístico; c) Resultados en la que se presentan los hallazgos del estudio; d) Discusión en la que se destacan los aspectos nuevos e importantes del estudio, conclusiones, implicaciones y limitaciones de los resultados. La extensión máxima de este tipo de artículo no debe exceder los 36.000 caracteres (incluyendo los espacios).

Los artículos de revisión son el producto del análisis crítico de la literatura reciente sobre un tópico especial. Este tipo de artículo incluye los puntos de vista del autor sobre el tema. Normalmente este tipo de documento es encargado por C&T a expertos en el tema según planifi-cación editorial. La extensión máxima de estos artículos no debe exceder los 60.000 caracteres (incluyendo los espacios).

La comunicación de Casos, en los que se describen situaciones de interés médico vistos con poca frecuencia (casos clínicos) o situaciones especiales encontradas en la práctica diaria de otros profesionales de la salud ocupacional (investigación de un accidente que ocurre por prime-ra vez, por ejemplo). Este tipo de artículo debe contener dos secciones; en la primera se describe el caso y en la segunda se comentan los hallazgos y se hacen las recomendaciones que correspondan. La

extensión máxima de este tipo de artículo no debe exceder los 20.000 caracteres (incluyendo los espacios).

Los Artículos de Educación son aquéllos que contribuyen a la for-mación integral de los profesionales de Salud Ocupacional. Generalmente son solicitados por el Comité Editorial de C&T. La extensión máxima de ellos es de 60.000 caracteres (incluyendo los espacios).

Los Artículos de Opinión son comunicaciones personales sustenta-das bajo el método científico y con referencias bibliográficas que apoyan las opiniones. La extensión máxima de estos artículos es de 20.000 caracteres (incluyendo los espacios).

• Al final del texto puede incluirse una sección de agradecimientos y, a continuación las Referencias bibliográficas. Es de completa responsa-bilidad de los autores la información entregada en esta área, quienes debieran revisar siempre su listado para confirmar que éstas estén completas, con todos sus elementos y simbología integrantes en orden y verificar su inserción en el texto. En caso contrario, el mate-rial puede ser devuelto para corrección. Las referencias deben ser presentadas e incluidas en el texto según las siguientes indicaciones, basadas en las normas ISO 690:1987 para formato impreso e ISO 690-2 para formato electrónico: todas las referencias deben incluir los siguientes elementos y la puntuación indicada: • Apellido paterno del autor/editor más las iniciales del nombre

(hasta seis autores, separados por coma; si son más de seis agregar “et al” después del sexto) o autor institucional, si corresponde.

• Año de publicación, separado por punto de elemento anterior. • Título completo del artículo, del libro o del capítulo, si corresponde,

separado por punto de elemento anterior. • Título abreviado de la revista, de acuerdo a listado de Biosis o Index

Medicus (ver: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?db= journals), o libro Proceedings, si es el caso, separado por punto de elemento anterior.

• Ciudad/estado/país de publicación, y editor, separando por dos puntos estos elementos y por punto de elemento anterior.

• Números del volumen y páginas inicial y final, separando por dos puntos estos elementos y por punto de elemento anterior.

• Disponibilidad en Internet, si se sabe, separado por punto de ele-mento anterior.

Las referencias se enumeran en el orden en que se las menciona por primera vez en el texto. Identificadas mediante numerales arábigos, colocados al final de la frase o párrafo en que se las alude. Las referen-cias que sean citadas únicamente en las Tablas o en las leyendas de las Figuras, deben numerarse en la secuencia que corresponda a la primera vez que se citen dichas Tablas o Figuras en el texto.

Los resúmenes de presentaciones a Congresos pueden ser citados como referencias sólo cuando fueron publicados en revistas de circulación común. Si se publicaron en “Libros de Resúmenes”, pueden citarse en el texto (entre paréntesis), al final del párrafo pertinente. Se puede incluir como referencias a trabajos que están aceptados por una revista, aún en trámite de publicación; en este caso, se debe anotar la referencia completa, agregando a continuación del nombre abreviado de la revista la expresión “(en prensa)”. Los trabajos enviados a publicación pero todavía no aceptados oficialmente, pueden ser citados en el texto (entre paréntesis) como “observaciones no publicadas” o “sometidas a publi-cación” y no deben alistarse entre las referencias.

Al alistar las referencias, su formato debe ser el siguiente:

Artículos en Revistas: Apellido e inicial del nombre del o los autores. Mencione todos los autores cuando sean seis o menos; si son siete o más, incluya los seis primeros y agregue “et al”. Limite la puntuación a comas que separen los autores entre sí. Sigue el título completo del artículo, en su idioma original. Si elige su traducción al inglés, debe ser la que figuró en la publicación y se enmarca en paréntesis cuadrado. Luego, el nombre de la revista en que apareció, abreviado según el estilo usado por el Index Medicus: año de publicación; volumen de la revista: página inicial y final del artículo.

Ejemplo: “Brunser A, Hoppe A, Cárcamo DA, Lavados PM, Roldán A, Rivas R et al. Validez del Doppler transcraneal en el diagnóstico de muerte encefálica. Rev Med Chile 2010;138: 406-12”.

Capítulos en Libros:Ejemplo: “Rodríguez P. Trasplante pulmonar. En: Rodríguez JC, Undurraga A, Editores, Enfermedades Respiratorias. Santiago, Chile: Editorial Mediterráneo Ltda.; 2004. p. 857-82”.

Artículos en formato electrónico: Citar autores, título del artículo y revista de origen tal como para su publicación en papel, indicando a continuación el sitio electrónico donde se obtuvo la cita y la fecha en que se hizo la consulta. Ejemplo: Cienc Trab 2010; 12 (38): 461-464. Disponible en: wwwcien-ciaytrabajo.cl [Consultado el 14 de enero de 2010].

Para otros tipos de publicaciones, aténgase a los ejemplos dados en los “Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals”. • Páginas complementarias Las Tablas, deben llevar numeración arábica correlativa con título descriptivo breve, por orden de aparición. Cada columna debe tener un encabezamiento corto y abreviado el que puede incluir símbolos para unidades. Separe con líneas horizontales solamente los encabezamien-tos de las columnas y los títulos generales. Las columnas de datos deben separarse por espacios y no por líneas verticales. Al pie de la tabla se debe indicar el significado de cada abreviatura y la simbología del método estadístico empleado. Las tablas deben ser enviadas en el formato original; por ejemplo, si ella se construyó en Microsoft Excel, debe enviarse el archivo que originó la tabla. En el texto del artículo, el autor debe indicar el lugar donde sugiere insertar la tabla.

Figuras o Gráficos deben ser elaboradas en formatos compatibles con Microsoft Excel o PowerPoint. Cada figura o gráfico debe identificarse con números arábicos correlativos. Las leyendas deben facilitar su compren-sión, sin necesidad de recurrir a la lectura del texto. Las figuras o gráficos deben ser enviadas en el formato original al igual que lo señalado para las tablas. En el texto del artículo, el autor debe indicar el lugar donde sugiere insertar las figuras o gráficos. Ilustraciones y fotografías deben ser enviadas en formato electrónico JEPG de alta resolución. De ser necesario, estos archivos deben enviarse en forma separada.

Aspectos Legales La responsabilidad de los conceptos publicados en Ciencia & Trabajo es exclusiva de los autores, no comprometiendo en modo alguno la opinión de la Fundación Científica y Tecnológica ACHS y de Ciencia & Trabajo. Todos los textos publicados están protegidos por Derecho de Autor, con-forme a la Ley No 17.336 de la República de Chile. Se autoriza la publi-cación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en for-mato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite a Ciencia & Trabajo como fuente primaria de publicación. Los autores de artículos científicos deben establecer por escrito que no existen conflictos de interés de ningún tipo que pueda poner en peligro la validez de lo comunicado.

Aspectos Administrativos La recepción del manuscrito será notificada por correo electrónico al primer autor firmante, lo que no implica su aceptación. El Comité Editorial hará una primera evaluación del material y de su cumplimien-to con estas normas. La evaluación del trabajo será realizada por dos o más evaluadores externos a la revista, designados por el comité editorial de C&T. Las observaciones de forma o contenido efectuadas por estos evaluadores serán enviadas a los autores para su consideración. El documento que éstos generen al ser introducidas las modificaciones, será el que se publique. Aquellas observaciones que los autores consi-deren que no es pertinente incorporar al documento, deberán ser comentadas en carta dirigida el editor en jefe de C&T. La versión final del artículo, será de exclusiva responsabilidad de los autores. C&T entregará un ejemplar de la versión impresa del artículo a cada autor. Toda comunicación, tanto de remisión de trabajos como de correspon-dencia a la editorial, debe ser dirigida a:

Leonardo VarelaEditor Jefe Revista Ciencia & Trabajo Ramon Carnicer 163, Piso 5, Anexo C, Providencia, Santiago, Chile Fono: (56-2) 515 7534 e-mail: [email protected]

Declaración de la Responsabilidad de Autoría y Conflicto de Intereses El siguiente documento debe ser firmado por todos los autores del manuscrito y remitido como copia digitalizada. Este documento debe contener lo siguiente: • Título del Manuscrito: • Responsabilidad de Autoría: “Certifico que he contribuido directa-

mente al contenido intelectual de este manuscrito, a la génesis y análisis de sus datos, por lo cual estoy en condiciones de hacerme públicamente responsable de él y acepto que mi nombre figure en la lista de autores”.

• Conflicto de intereses: “Declaro que no existe ningún posible con-flicto de intereses en este manuscrito”. Si existiera, será declarado en este documento y/o explicado en la página del título, al identificar las fuentes de financiamiento.

Page 84: Ciencia & Trabajo

Índice

Cie

nC

ia &

Tr

ab

aj

o •

O 1

6 •

ME

RO

49

• e

ne

ro

/ a

br

iL •

20

14

FundaciónCientífica y

Tecnológica

A1 EditorialA3 ÍndiceA4 En este número

Artículos de DifusiónA6 Sección Ehp Miopía. La Evidencia de Factores Medioambientales

Artículos Originales1 Relación Entre los Cambios del Ambiente Laboral Ocasionados Postevento Sísmico del 27 Febrero 2010 y la Presencia de Ansiedad y Estrés Laboral en el Profesional de Enfermería Luengo C, Astudillo A, Contreras S

9 Factores de Riesgo Psicosocial y Satisfacción Laboral en una Empresa Chilena del Área de la Minería Gómez P, Hernández J, Méndez M

17 Trabajos Atípicos en Chile: Un Desafío para la Salud Laboral y la Enfermería del Trabajo Véliz-Rojas L, Valenzuela S, Paravic T

21 Factores Asociados a Accidentes, Enfermedades y Ausentismo Laboral: Análisis de una Cohorte de Trabajadores Formales en Chile Hoffmeister L, Vidal C, Vallebuona C, Ferrer N, Vásquez P, Núñez G

28 La Perspectiva de Género, Desafíos para la Ergonomía en Chile: Una Revisión Sistemática de Literatura Astudillo P, Ibarra C

38 Teletrabajo y su Relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo Bonilla L, Plaza D, Soacha G, Riaño-Casallas M

43 El Mobbing y los Síntomas de Estrés en Docentes Universitarios del Sector Público Lara J, Pando M

49 Inseguridad Laboral Percibida y Malestar Psicológico: Evaluación de Dos Modelos Predictivos en Trabajadores Suministrados de la Ciudad de Concepción, Chile Valencia L, Avendaño C

56 Identificación, Análisis y Evaluación del Riesgo de Exposición Ocupacional en Servicios de Preparación de Citostáticos de la Red Nacional de Prestadores Villarroel E