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Cine imperial En una película americana. Un joven cientíco de la India descubre que en poco tiempo la corteza terrestre se desplazará en una cantidad determinada de grados, lo que ocasionará que en una parte del planeta los terremotos lo destruyan todo y en la otra parte del planeta, después de los terremotos, los tsunamis expandan los mares y los océanos. T al descubrimiento es un completo secreto para la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra, la gestión del secreto y de las acciones a emprender , como no podía ser de otro modo, queda en manos del gobierno de los EEUU. Como en la vida misma, en manos de EEUU queda siempre, por ejemplo, la decisió n de a qué país se invade y cuándo se le invade. La India, la patria del cientíco al cual se debe el descubrimiento, no aparece en toda la película por ningún lado; lo que es peor, el cientíco indio está allá en su tierra comunicándose por un móvil, en lugar de estar en EEUU, en el puesto de mando. Aún mucho peor , este hombre, junto a su mujer y a su hijo, será abandonado a su suerte, con el agravante que en este caso la suerte sólo tiene un posible destino: la muerte. Por lo visto, hay unos cuarenta países, con sus presidentes al frente, que se han puesto de acuerdo en una determinada resolución; África no aparece por ningún lado, Sudamérica y Centroamérica tampoco, todo lo que sea tercer mundo no cuenta, no tiene ni voz, ni voto. Como en la vida misma, deciden el grupo de los ocho (el G8) o, yendo un poco más lejos, el grupo de los veinte (el G20), y para de contar. Esta es la resolución: algunas personas elegidas de estos países van a viajar hasta China, antes de que ésta se alcanzada por descomunales tsunamis, allí les esperará una nave, el n es preservar la especie. Esta nave es un producto de la ingeniería china; los que van llegando descubren que esta nave es una magníca y futurista arca de Noé. Se hace alusión al hecho de que la construcción de la referida nave ha sido posible gracias a la participación del capital privado. A esto le llamo yo capitalismo utópico: el capital nanciero invierte para perderlo todo. A no ser que estos seres que van a preservar la especie también tengan como tarea preservar el modo de producción capitalista, de manera que la gran mayoría de los que han entrado en la nave se conviertan en deudores vitalicios de los capitalistas que han invertido en la construcción de la misma, en deudores vitalicios del parásito capital nanciero: deuda pública, capitalismo para la eternidad. Vicente Umpiérrez Sánchez Septiembre 2013 

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Cine imperial

En una película americana. Un joven científico de la India descubre que en poco tiempo la

corteza terrestre se desplazará en una cantidad determinada de grados, lo queocasionará que en una parte del planeta los terremotos lo destruyan todo y en la otraparte del planeta, después de los terremotos, los tsunamis expandan los mares y losocéanos. Tal descubrimiento es un completo secreto para la inmensa mayoría de loshabitantes de la Tierra, la gestión del secreto y de las acciones a emprender, como nopodía ser de otro modo, queda en manos del gobierno de los EEUU. Como en la vidamisma, en manos de EEUU queda siempre, por ejemplo, la decisión de a qué país seinvade y cuándo se le invade. La India, la patria del científico al cual se debe eldescubrimiento, no aparece en toda la película por ningún lado; lo que es peor, elcientífico indio está allá en su tierra comunicándose por un móvil, en lugar de estar enEEUU, en el puesto de mando. Aún mucho peor, este hombre, junto a su mujer y a suhijo, será abandonado a su suerte, con el agravante que en este caso la suerte sólo tieneun posible destino: la muerte.Por lo visto, hay unos cuarenta países, con sus presidentes al frente, que se han puestode acuerdo en una determinada resolución; África no aparece por ningún lado,Sudamérica y Centroamérica tampoco, todo lo que sea tercer mundo no cuenta, no tieneni voz, ni voto. Como en la vida misma, deciden el grupo de los ocho (el G8) o, yendo unpoco más lejos, el grupo de los veinte (el G20), y para de contar. Esta es la resolución:algunas personas elegidas de estos países van a viajar hasta China, antes de que ésta sealcanzada por descomunales tsunamis, allí les esperará una nave, el fin es preservar laespecie. Esta nave es un producto de la ingeniería china; los que van llegando descubren

que esta nave es una magnífica y futurista arca de Noé. Se hace alusión al hecho de quela construcción de la referida nave ha sido posible gracias a la participación del capitalprivado. A esto le llamo yo capitalismo utópico: el capital financiero invierte para perderlotodo. A no ser que estos seres que van a preservar la especie también tengan como tareapreservar el modo de producción capitalista, de manera que la gran mayoría de los quehan entrado en la nave se conviertan en deudores vitalicios de los capitalistas que haninvertido en la construcción de la misma, en deudores vitalicios del parásito capitalfinanciero: deuda pública, capitalismo para la eternidad.

Vicente Umpiérrez Sánchez Septiembre 2013