CINEP / programa por la paz · reVIsTa noche Y nIeBLa n.° 57 Enero - junio de 2018 ISSN 0123-3637...

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PANORAMA DE DERECHOS HUMANOS Y VIOLENCIA POLITICA EN COLOMBIA 57 BANCO DE DATOS DE DERECHOS HUMANOS Y VIOLENCIA POLÍTICA CINEP / programa por la paz Enero- junio de 2018

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  • Panorama de derechos humanos

    Y VIoLencIa PoLITIca en coLomBIa

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  • reVIsTa noche Y nIeBLa n. 57Enero - junio de 2018ISSN 0123-3637

    Centro de Investigacin y Educacin PopularPrograma por la paz (Cinep/PPP)Bogot D.C.Agosto 31 de 2018

    contenido

    Panorama de derechos humanos

    Y VIoLencIa PoLITIca en coLomBIa

    57

    3 Siglas 5 Sntesis del marco conceptual

    adoptado por el banco de datos

    17 Presentacin El paramilitarismo en accin

    43 La crisis social y humanitaria en Norte de Santander: Ccuta y El Catatumbo

    67 En la lucha por los derechos, el Catatumbo no se rinde

    Violaciones a los derechos humanos Infracciones graves al dIhc y

    violencia poltico-social

    89 Enero 137 Febrero 167 Marzo 195 Abril 219 Mayo 247 Junio 271 Actualizaciones 1 297 Actualizaciones 2 315 Listado general de vctimas:

    Semestre Enero-junio de 2018

    356 Consolidado general de vctimas 359 Anexo: Cifras de la

    violencia

    Fotografa de portadaFoto: Archivo Fundacin Progresar. Asentamiento Humano en el municipio de Ccuta (Norte de Santander). Paramilitares asesinan a habitante de la poblacin para imponer control social, econmico y posicionar su autoridad en asentamientos humanos a travs del terror y el miedo que ejercen sobre la comunidad, doblegando su resistencia y orientando la impunidad. Aprovechndose de las comunidades ms vulnerables, tras la falta de oportunidades, garantas en seguridad social y necesidades bsicas insatisfechas se vuelven focos de dominio de los grupos armados. Ccuta (Norte de Santander), 2016.

    Centro de Investigacin y Educacin Popular Programa por la paz (Cinep/PPP)

    Carrera 5 N.33B-02 PBX: (57-1) 2456181 Bogot D.C., Colombia www.cinep.org.co

    Se permite la copia parcial o total de esta obra en cualquier formato, mecnico o digital, siempre y cuando no se modifique el contenido de los textos, se respete y se cite la fuente.

    El contenido de esta publicacin es responsabilidad de sus autores y no compromete a las organizaciones o entidades que la financian

  • Con el apoyo de

  • 3

    siglas ANTHOC Asociacin Nacional de Trabajadores y Empleados de Hospitales, Clnicas, Consultorios y Entidades Dedicadas a Procurar la Salud de la Comunidad

    ASFADDES Asociacin de Familiares de Detenidos DesaparecidosANUC Asociacin Nacional de Usuarios CampesinosACCU Autodefensas Campesinas de Crdoba y UrabACMM Autodefensas Campesinas del Magdalena MedioAUC Autodefensas Unidas de ColombiaAUSAC Autodefensas Unidas de Santander y Sur del CesarCUT Central Unitaria de TrabajadoresCAI Centro de Atencin InmediataCICR Comit Internacional de la Cruz RojaCRC Conferencia de Religiosos de ColombiaCTI Cuerpo Tcnico de Investigacin JudicialDAS Departamento Administrativo de SeguridadDIHC Derecho Internacional Humanitario ConsuetudinarioDIJIN Departamento de Inteligencia Judicial NacionalDH Derechos HumanosDEA Drug Enforcement Administration (Administracin de la Lucha Antidroga) ELN Ejrcito de Liberacin NacionalEPL Ejrcito Popular de LiberacinERP Ejrcito Revolucionario del PuebloERG Ejrcito Revolucionario GuevaristaEcopetrol Empresa Colombiana de PetrleosFecode Federacin Colombiana de EducadoresFURY Frente Urbano de Resistencia YariguesFAC Fuerza Area ColombianaFARC-EP Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejrcito del PuebloFF.AA. Fuerzas ArmadasGAULA Grupo de Accin Unificada para la Libertad PersonalINPEC Instituto Nacional Penitenciario y CarcelarioONU Organizacin de las Naciones UnidasOEA Organizacin de Estados AmericanosONIC Organizacin Nacional Indgena de ColombiaPCC Partido Comunista ColombianoSIJIN Servicio de Inteligencia Judicial NacionalSintraemcali Sindicato de Trabajadores de las Empresas Pblicas de CaliUSO Unin Sindical ObreraEsmad Escuadrn Mvil AntidisturbiosCAP Comandos Armados del Pueblo

  • organizaciones que han contribuido con informacin para este nmero de noche y niebla

    Agencia Prensa RuralAsociacin Campesina del CatatumboAsociacin Campesina del Valle del Ro Cimitarra ACVCAsociacin Cantaclaro-Ecate-Centro del ValleAsociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca ACINAsociacin de Cabildos Indgenas Embera,Wounaan, Kato, Cham y Tule del Choc AsorewaAsociacin de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato AscobaAsociacin de Desplazados Asentados en el Municipio de Barrancabermeja AsodesamubaAsociacin de Institutores del Cauca AsoincaAsociacin Nacional de Ayuda Solidaria AndasAsociacin para la Investigacin y Accin Social, Nomadesc ValleAsociacin para la Promocin Social Alternativa MingaAsociacin Regional de Vctimas del Magdalena Medio AsorvimmBanco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Poltica del QuindoBanco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Poltica Boyac CasanareBanco de Datos de Violencia Poltica y Derechos Humanos Regin CaribeBanco de Datos de Violencia Sociopoltica del Suroriente ColombianoCabildo Mayor Aw de Ricaurte CamawariCentral Unitaria de Trabajadores CUTCentral Unitaria de Trabajadores CUT Valle del CaucaColectivo de Abogados Jos Alvear RestrepoColectivo Sociojurdico Orlando Fals borda OFBComisin Colombiana de JuristasComisin de Interlocucin del Sur de BolvarComisin Intereclesial de Justicia y PazComit Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos CPDHComit Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos ValleComit Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos NarioComit para la Defensa del Agua y del Pramo de SanturbnComunidad de Paz de San Jos de ApartadConsejo Comunitario Mayor de la Asociacin Campesina Integral del Atrato CocomaciaConsejo Comunitario Mayor de la Organizacin Campesina del Alto Atrato CocomopocaCoordinacin Regional del Pacfico Colombiano CRPCCoordinacin Colombia-Europa-Estados UnidosCoordinacin de Consejos Comunitarios y Organizaciones de Base del Pueblo Negro de la Costa Pacfica del Cauca Cococauca

    Corporacin Accin Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueo CahucopanaCorporacin Claretiana Normn Prez BelloCorporacin Colectivo de Abogados Luis Carlos Prez BucaramangaCorporacin Colectivo de Derechos Humanos Tierra de TodosCorporacin Jurdica Libertad CJLCorporacin Justicia y DignidadCorporacin Mesa de Organizaciones de Mujeres de Soacha MOMSCorporacin Nacin-BarrancabermejaCorporacin para Defensa y Promocin de los Derechos Humanos ReiniciarCorporacin para la Vida, la Paz y el Desarrollo Sostenible Vida-PazCentro Nacional de Memoria Histrica CNMH Valle del CaucaInstituto Nacional Sindical-CED-INS ValleCorporacin Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, Credhos BarrancabermejaCorporacin SembrarCorporacin Social para la Asesora y Capacitacin Comunitaria-Cos-PaccDicesis de ApartadDicesis de AraucaDicesis de BuenaventuraDicesis de Istmina TadDicesis de QuibdDicesis de TumacoEspacio de Trabajadores y Trabajadoras de Derechos Humanos BarrancabermejaEquipo Jurdico PueblosFederacin Colombiana de Educadores FecodeFederacin Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria FensuagroFederacin Unitaria de Trabajadores Energticos FuntraenergticaForo Intertnico Solidaridad Choc FischFundacin Comit de Solidaridad con los Presos Polticos FcsppFundacin Comit de Solidaridad con los Presos Polticos Fcspp seccional CaliFundacin Comit Regional de Derechos Humanos Joel Sierra AraucaFundacin de Espacios de Convivencia y Desarrollo Social FundescodesFundacin Territorios por Vida DignaFundacin Guagua Galera de la Memoria Tiberio Fernndez MaflaFundacin Progresar CcutaFundacin SumapazFundacin Universitaria Claretiana-Fucla (Quibd, Choc)Fundacin por la Defensa de los Derechos Humanos y el DIHC del Oriente y Centro de Colombia DHOC

    Fundacin Visin y GestinHumanidad Vigente Corporacin JurdicaInformativo Susurro UISInstituto Popular de Capacitacin IPC MedellnInstituto de Estudios Interculturales PUJ Javeriana CaliMovimiento Nacional de Vctimas de Crmenes de Estado MoviceMovimiento Popular Regional sede FacatativMovimiento Campesino de CajiboMovimiento Nacional de Vctimas de Crmenes de Estado Movice Captulo ValleMovimiento Nacional de Vctimas de Crmenes de Estado Movice Captulo CaldasMovimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo Modep RisaraldaObservatorio de Paz Integral, OPI BarrancabermejaOrganizacin Indgena de Antioquia OIAOrganizacin Regional Indgena del Valle del Cauca OrivacOrganizacin Nacional Indgena de Colombia ONICObservacin y Solidaridad con Arauca ObsarObservatorio Surcolombiano de Derechos Humanos y Violencia ObsurdhParroquia Nuestra Seora del Carmen (Rosucio, Choc)Proceso de Comunidades Negras PCNProfesores Universidad del VallePrograma Somos DefensoresRed de Derechos Humanos Francisco Isaas Cifuentes RedficRostros y Huellas del Sentir Humano GarifunaSindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos SinaltrainalSindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minera y Energtica SintramienergticaSindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia Sintraunicol CaliServicio Jesuita a Refugiados SJR BuenaventuraSindicato Unitario de la Industria de Materiales para la Construccin Sutimac NobsaSindicato de Educadores de CaldasSindicato de Educadores de RisaraldaUnin Sindical Obrera USOUnidad Indgena del Pueblo Aw UnipaUniversidad del ValleUniversidad IcesiUniversidad Central del Valle Uceva TuluVicariato Apostlico de Guapi (Cauca)Vida, Memoria y Dignidad: grupo de familiares de vctimas de crmenes de Estado de Boyac

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    sntesis del marco conceptual adoptado por el banco de datos

    1. Concepto general de violencia poltica

    Se entender por Violencia Poltica aquella ejercida como medio de lucha polticosocial, ya sea con el fin de mantener, modificar, substituir o destruir un modelo de Estado o de sociedad, o tambin para destruir o reprimir a un grupo humano con identidad dentro de la sociedad por su afinidad social, poltica, gremial, tnica, racial, religiosa, cultural o ideolgica, est o no organizado.Tal tipo de violencia puede ser ejercida:

    1. Por agentes del Estado o por particulares que actan con el apoyo, tolerancia o aquies-cencia de las autoridades del Estado y en este caso se tipifica como Violacin de Dere-chos Humanos;

    2. Por grupos insurgentes que combaten contra el Estado o contra el orden social vigente, y en este caso:

    Esa violencia se ajusta a las leyes o costumbres de la guerra y entonces se tipifica como Acciones Blicas,

    Se aparta de las normas que regulan los conflictos armados y entonces se tipifica como Infraccin al Derecho Internacional Humanitario;

    3. Por grupos o personas ajenas al Estado y a la insurgencia, pero impulsados por moti-vaciones ideolgico - polticas que los llevan a actuar en contra de quienes tienen otras posiciones o identidades, o de quienes conforman organizaciones de las antes mencio-nadas. En ocasiones los autores son identificables como ajenos al Estado y a la insur-gencia; en otras, la identidad de los autores no es posible determinarla pero s hay ele-mentos para identificar los mviles. Dado que el elemento identificable en todos estos casos es la motivacin, estos casos se tipifican como Violencia Poltico - Social. Dentro de esta categora se clasifican algunas prcticas de la insurgencia que en estricto sentido no pueden calificarse como infracciones al Derecho Internacional Humanitario, tales como el secuestro y algunas prcticas de limpieza social, pero que se originan en un evidente mvil poltico.

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    2. Concepto de violaciones a los derechos humanos

    Por violacin a los Derechos Humanos debe entenderse toda conducta positiva o ne-gativa mediante la cual un agente directo o indirecto del Estado vulnera, en cualquier persona y en cualquier tiempo, uno de los derechos enunciados y reconocidos por los instrumentos que conforman el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

    Defensora del Pueblo, Algunas Precisiones sobre la Violacin de los Derechos Humanos en Colombia,

    Serie Textos de Divulgacin, No. 2

    Los dos elementos especficos que convierten un acto de violencia cualquiera en una violacin de derechos humanos son, por una parte el autor, y por el otro la materia. Si el autor es un agente directo o indirecto del Estado, y si el derecho violado es alguno de los consagrados en los pactos internacionales de derechos humanos, entonces, el acto de violencia se constituye en una violacin de derechos humanos.

    Si se dan los dos elementos anteriores, los mviles no modifican tal caracterizacin. Por ello, una violacin de derechos humanos puede tener como mvil la persecucin poltica, la intolerancia social o el simple abuso o exceso de autoridad.

    La autora estatal, como elemento determinante para tipificar una violacin de dere-chos humanos, puede darse de varias maneras:

    1. Cuando el acto de violencia es realizado directamente por un Agente del Estado (a este respecto se entiende por Agente del Estado aquel que tiene funciones represivas o de control, o a quien se le ha asignado la proteccin de un derecho) que ejerce una funcin pblica;

    2. Cuando el acto de violencia es realizado por particulares que actan con el apoyo, la anuencia, la aquiescencia o la tolerancia de agentes del Estado;

    3. Cuando el acto de violencia se produce gracias al desconocimiento de los deberes de garanta y proteccin que tiene el Estado respecto a sus ciudadanos.

    Modalidades de violacin de los derechos humanos segn los mviles

    en el supuesto de que la responsabilidad del acto violento resida en el Estado por alguna de las tres causas arriba examinadas y, que por lo tanto, est tipificada una violacin de derechos humanos, sta puede asumir diversas modalidades segn las motivaciones que se infieren en los victimarios:

    Violacin de Derechos Humanos como Persecucin Poltica Este tipo de violacin ocurre ordinariamente en el marco de actividades, encubiertas o no, relacionadas con el mantenimiento del orden pblico o la defensa de las instituciones, razones stas tradi-cionalmente conocidas como razones de Estado.

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    Ordinariamente se aducen estas razones o se pueden fcilmente inferir, como justi-ficacin de actos violentos dirigidos a reprimir la protesta social legtima, a desarticular organizaciones populares o de carcter reivindicatorio o a castigar y reprimir posiciones ideolgicas o polticas contrarias o crticas del statu quo.

    Violacin de Derechos Humanos como Abuso o Exceso de Autoridad Aqu el acto vio-latorio de los Derechos Humanos solo tiene como explicacin un uso de la fuerza despro-porcionado e injustificado en el cumplimiento de las funciones de agentes estatales, o un uso arbitrario e ilegtimo de la fuerza o de la autoridad detentada por los agentes del Estado.

    En estos casos hay que tener en cuenta el artculo 3 del Cdigo de Conducta para Fun-cionarios encargados de hacer cumplir la Ley, aprobado por Resolucin 34/169 de la Asam-blea General de la ONU el 17 de diciembre de 1979. Segn dicho instrumento, el uso de la fuerza, en el cumplimiento de requerimientos legales o judiciales, debe limitarse a los casos en que sea estricta y proporcionalmente necesaria. Es decir, si no hay resistencia, no es le-gtimo usarla; si hay resistencia, solo en la proporcin necesaria para vencer la resistencia.

    Violacin de Derechos Humanos como Manifestacin de Intolerancia Social Esta se presenta cuando por las caractersticas de las vctimas se infiere que el mvil del acto vio-latorio de los derechos humanos, est dirigido a eliminar personas consideradas por sus victimarios como disfuncionales o problemticas para la sociedad, tales como habitantes de la calle, drogadictos, mendigos, prostitutas, homosexuales o delincuentes.

    3. Concepto de violencia poltico - social

    Es aquella ejercida por personas, organizaciones o grupos particulares o no determina-dos, motivados por la lucha en torno al poder poltico o por la intolerancia frente a otras ideologas, razas, etnias, religiones, culturas o sectores sociales, estn o no organizados.

    Tambin se registran como hechos de violencia poltico social algunas prcticas excep-cionales de actores armados no estatales, que no pueden tipificarse como violaciones a los derechos humanos, pues su autores no pertenecen al polo estatal ni paraestatal, ni tampoco como infracciones al Derecho Internacional Humanitario, ya que no estn tipificados all, aunque son indiscutiblemente hechos de violencia determinados por mviles polticos.

    Este conjunto de prcticas se diferencia del anterior en cuanto no se identifica a un au-tor estatal o para - estatal, y por lo tanto no se puede tipificar como violacin de derechos humanos; la mayora de las veces porque los mecanismos de perpetracin de los crme-nes estn amparados por una clandestinidad tal, que no es posible recaudar indicios sobre los autores; otras veces porque se identifica como autores a particulares sin vinculacin alguna con agentes del Estado o al menos sta no es comprobable en ninguna medida.

    Pero en cambio s son perceptibles los mviles polticos o de intolerancia social, ya sea por la intencin explcita del victimario, ya por las caractersticas o actividades de la vctima, ya por los contextos espaciales o temporales, ya por los mtodos utilizados u otras circunstancias.

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    Cabe aclarar que dentro de esta amplia categora de los hechos de violencia poltico so-cial, cuando se habla de acciones de autores no estatales, no se incluyen las acciones de los grupos insurgentes, excepto el secuestro y sus actos de intolerancia social, pues sus dems acciones violentas se tipificarn como infracciones graves al Derecho Internacional Hu-manitario o como acciones legtimas de guerra, denominadas aqu como Acciones Blicas.

    4. Concepto de infracciones graves al derecho internacional humanitario consuetudinario

    Desde 1949, poco despus de la Segunda Guerra Mundial, la mayora de los Estados fue-ron firmando las Convenciones de Ginebra, un conjunto de 4 tratados que se propo-nan regular los conflictos armados para proteger a los heridos, enfermos y nufragos, as como a la poblacin civil y a los prisioneros de guerra en conflictos armados tanto internacionales como nacionales. Esos tratados fueron complementados en 1977 por 2 Protocolos, uno para ser aplicado en conflictos internacionales y otro en los conflictos internos de los Estados. Este conjunto de Convenios, sumado a otros que se haban fir-mado en La Haya a comienzos del siglo XX para regular las guerras, es lo que se ha llamado Derecho Internacional Humanitario.

    Pero a pesar de que toda esta normatividad fue asumida por casi todos los Estados, in-cluso por un nmero mayor (192 Estados hasta 2005) de los que estn integrados a la ONU), las infracciones a esas normas siguieron siendo numerosas; los Protocolos de 1977 (con normas ms concretas) fueron firmados por menos pases y la mayora de los conflictos de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI tenan ms carcter interno en los Estados mientras la normatividad aplicable en ellos (Protocolo 2) era ms precaria. Esto llev a convocar una Conferencia Internacional para buscar mayor proteccin para las vctimas de las guerras, en 1993, la cual termin solicitando al gobierno de Suiza que convocara a un grupo internacional de expertos para explorar mecanismos de mayor respeto al DIHC. Ese grupo de expertos, reunido en 1995, decidi solicitar al Comit Internacional de la Cruz Roja realizar una consulta a expertos de todas las regiones con el fin de identificar las normas aplicables en cualquier tipo de guerra que tuvieran el carcter de derecho con-suetudinario.

    El Derecho Consuetudinario es un derecho reconocido por la costumbre universal, con sustento en la ms amplia gama de legislaciones, sentencias de tribunales internacionales, opiniones de los ms prestigiosos juristas y por lo tanto que no necesita ser aprobado en forma de tratados convencionales por los gobiernos sino que se impone por su fuerza jurdica de reconocimiento universal. El Comit Internacional de la Cruz Roja public esa compilacin de normas de Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario en 2005, en un catlogo de 161 normas. El Banco de Datos asumi las normas all formuladas en 2016, en lugar de la formulacin que haba asumido en 1996 tomndolas de los Convenios de Ginebra de 1949 y de sus Protocolos de 1977.

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    Es cierto que esta formulacin de las normas del DIHCC no resuelve tampoco el escollo mayor que encontramos en la primera redaccin del Marco Conceptual y es la comproba-cin de que muchas categoras, normas y principios del DIHC fueron elaboradas sobre los presupuestos y caractersticas de un conflicto entre fuerzas relativamente equilibradas, como suelen ser los conflictos entre Estados, o sea, los que tienen carcter internacional.

    A diferencia de stos, los conflictos entre fuerzas muy desequilibradas, o enormemen-te desequilibradas, como suelen ser los conflictos entre un poder estatal y un movimiento de oposicin surgido de las capas sociales ms empobrecidas, excluidas o perseguidas, difcilmente pueden plegarse a los parmetros de una guerra regular y recurren ms bien al modelo de Guerra de Guerrillas, que por fuerza mayor no puede ceirse plenamente, por ejemplo, al principio de distincin e identificacin de los combatientes, o a limitar la lucha al combate entre facciones armadas, cuando el objetivo principal es desmontar un modelo de sociedad sustentado en personas y bienes civiles, saboteando progresivamen-te su funcionamiento. Tampoco puede aspirar a financiarse por medios legales, cuando est estigmatizado por toda la institucionalidad vigente.

    Otro factor que dificulta la evaluacin y registro de infracciones graves al DIHC en Colom-bia es el contexto de Guerra Sucia con el cual se confronta necesariamente la Insurgencia.

    Los documentos que dan acceso a la estrategia contrainsurgente del Estado colombia-no desde los aos 60s hasta hoy, revelan que la guerra contra-insurgente del Estado est diseada primordialmente contra la poblacin civil que en sus sentimientos, ideologas o arraigos territoriales pudiera albergar niveles de simpata hacia propuestas de cambio del sistema econmico-poltico. Pero tambin esa estrategia contrainsurgente del Estado est diseada para involucrar en el combate armado a la poblacin civil bajo la forma de auto-defensas o de otros cuerpos paramilitares o auxiliares de la fuerza pblica. Esto dificulta mucho ms la identificacin de las personas protegidas, o de la poblacin civil, o de los no combatientes, segn los parmetros del DIHC y del DIHCC.

    Una dificultad fundamental para la lectura del conflicto colombiano desde los parme-tros del Derecho Humanitario es el desarrollo progresivo del paramilitarismo. Los anli-sis estadsticos muestran claramente que, en las ltimas dcadas, las curvas de responsa-bilidad de la fuerza pblica en violaciones graves a los derechos humanos y en crmenes de guerra solo descienden en la medida en que ascienden las de responsabilidad de los paramilitares.

    Esto ratifica la conviccin apoyada en muchos documentos de que el paramilitarismo fue diseado como estrategia para saltarse los lmites de la guerra, o sea para hacer lo que el DIHC le prohbe hacer a los agentes directos del Estado. Y aunque no se probara que fue diseado para esos propsitos, funciona, de hecho, en esa lgica. Pero si la Parte que rei-vindica el carcter institucional dentro del conflicto, goza de un mecanismo permanente y poderoso para saltarse los lmites de la guerra mediante estratagemas de apariencia legal para ignorar o burlar el Derecho Humanitario es cada vez ms difcil enjuiciar a la parte antiinstitucional por traspasar algunos de esos lmites.

    Sin embargo, aunque la confrontacin entre una Guerra Sucia por parte del Estado, con una Guerra de Guerrillas por parte del polo insurgente, (ambos modelos de guerra

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    irregular) parece ampliar incesantemente el campo de los objetivos militares, el Banco de Datos se esfuerza por aplicar en cuanto sea posible los grandes parmetros del DIHCC, manteniendo las coberturas ms amplias posibles de personas y bienes protegidos, o sea los que no se perciben como actuando dentro de un contexto concreto de hostilidades.

    Las principales dificultades se presentan en la aplicacin del principio de distincin, el que lleva a identificar a las fuerzas beligerantes y a distinguirlas de las no beligerantes, que no deben ser objetivo militar. Sin embargo, los principios de proteccin, de limita-cin y de proporcionalidad, s son aplicables:

    el de proteccin mira a salvar la dignidad humana en toda circunstancia y a proscribir todo sufrimiento innecesario, que no est ligado necesariamente a la obtencin de una ventaja militar sobre el adversario;

    el de limitacin mira a controlar los medios y mtodos de guerra, de modo que no afec-ten a personas ni bienes no relacionados con los objetivos de la guerra y que no causen sufrimientos superfluos;

    el de proporcionalidad mira a emplear la fuerza slo en la medida en que sea necesaria para vencer la fuerza destructora del adversario, sin causar destrozos o sufrimientos innecesarios o superfluos.

    5. Concepto de acciones blicas

    Si bien el Derecho Internacional Humanitario busca fundamentalmente la proteccin del ser humano an en las peores condiciones de confrontacin blica, tambin es cierto que regula aquellas acciones que por acomodarse a las leyes consuetudinarias de la guerra, se consideran legtimas, ya que se apoyan en principios tales como el de la necesidad mili-tar, la ventaja militar y la proporcionalidad. Dichos comportamientos se conocen con el nombre genrico de acciones blicas, expresin que utilizar el Banco de Datos para dar cuenta de aquellos actos ejecutados por los actores del conflicto armado de carcter no internacional que se da en el pas, y que por acomodarse a las normas del ius in bello son acciones legtimas de guerra.

    Pero antes de entrar a precisar los detalles de estas modalidades, conviene hacer al-gunas observaciones generales relacionadas con la manera de registrar dichas acciones. No son pocos, en efecto, los problemas que surgen en relacin con la interpretacin y clasificacin de las acciones blicas.

    Hay que tener cuidado, por ejemplo, de no responsabilizar conjuntamente a los dos polos armados por infracciones que, segn la informacin accesible, tienen como suje-to activo de la accin a un solo polo. Si se registra, por ejemplo, como accin blica, un ataque a un objetivo militar que genera vctimas civiles, hay all un actor armado que es el sujeto activo de la accin, y si hay vctimas civiles, mal podran ser atribuidas a las dos fuerzas en conflicto como responsabilidad compartida.

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    Algo similar ocurre con grupos de categoras frente a las cuales el analista debe decidir si las subsume en una ms amplia y de mayor riqueza descriptiva, o si las presenta como hechos independientes dentro de un mismo caso. Tales son, por ejemplo: incursin y combate; incursin y ataque a objetivo militar; ataque a objetivo militar y emboscada; mina ilcita y ataque indiscriminado.

    Para resolver esta problemtica, resulta interesante acudir a los criterios que establece el derecho penal en torno al concurso de hechos punibles, en donde con una sola accin se violan varias normas, o con varias acciones se puede violar varias veces la misma norma, lo que se expresa en la figura de la consuncin (un tipo penal que queda cubierto por otro de mayor gravedad o de mayor riqueza descriptiva). Se trata de echar mano de la categora que para el caso en cuestin ofrezca mayor riqueza descriptiva. As por ejemplo, frente a los ca-sos en que se presenta una incursin de la guerrilla y en desarrollo de la misma se ocasionan combates, la categora de mayor riqueza descriptiva sera el combate, ya que la incursin es apenas un ingreso rpido que puede ser fugaz y servir solo de preludio al combate. Si se de-sarrollan combates originados a partir de una incursin, las vctimas civiles que resulten en el fuego cruzado son responsabilidad de ambos adversarios. No sera as, si solo se registra la incursin, pues las vctimas seran responsabilidad del sujeto activo de la incursin. En justicia, son las dos fuerzas trabadas en el combate las que producen los efectos.

    En fin, para los propsitos del Banco de Datos, se deben contar tantas acciones bli-cas, cuantas se puedan deducir de la fuente y del nivel de informacin, siempre y cuando no resulten contrarias a los criterios y principios antes consignados y no aparezca ilgica la atribucin de responsabilidad respecto a las vctimas que se generen.

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    NOTA ACLARATORIA:

    El cambio de DIHC a DIHCC en el Marco Conceptual del Banco de Datos de Derechos Hu-manos y Violencia Poltica del Cinep/PPP y sus efectos en el registro de hechos que violan el derecho humanitario y los derechos humanos en Colombia.

    Derecho Internacional Humanitario (DIH), Derecho Internacional Humanitario Con-suetudinario (DIHC) y las nuevas categoras del Marco Conceptual del Banco de Datos Desde 1949, poco despus de la Segunda Guerra Mundial, la mayora de los Estados fue-ron firmando las Convenciones de Ginebra, un conjunto de 4 tratados que se propo-nan regular los conflictos armados para proteger a los heridos, enfermos y nufragos, as como a la poblacin civil y a los prisioneros de guerra en conflictos armados tanto internacionales como nacionales. Esos tratados fueron complementados en 1977 por 2 Protocolos, uno para ser aplicado en conflictos internacionales y otro en los conflictos internos de los Estados. Este conjunto de Convenios, sumado a otros que se haban fir-mado en La Haya a comienzos del siglo XX para regular las guerras, es lo que se ha llamado Derecho Internacional Humanitario.

    Pero a pesar de que toda esta normatividad fue asumida por casi todos los Estados, in-cluso por un nmero mayor (192 Estados hasta 2005) de los que estn integrados a la ONU), las infracciones a esas normas siguieron siendo numerosas; los Protocolos de 1977 (con normas ms concretas) fueron firmados por menos pases y la mayora de los conflictos de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI tenan ms carcter interno en los Estados mientras la normatividad aplicable en ellos (Protocolo 2) era ms precaria. Esto llev a convocar una Conferencia Internacional para buscar mayor proteccin para las vctimas de las guerras, en 1993, la cual termin solicitando al gobierno de Suiza que convocara a un grupo internacional de expertos para explorar mecanismos de mayor respeto al DIHC. Ese grupo de expertos, reunido en 1995, decidi solicitar al Comit Internacional de la Cruz Roja realizar una consulta a expertos de todas las regiones con el fin de identificar las normas aplicables en cualquier tipo de guerra que tuvieran el carcter de derecho consuetudinario.

    El Derecho Consuetudinario es un derecho reconocido por la costumbre universal, con sustento en la ms amplia gama de legislaciones, sentencias de tribunales interna-cionales, opiniones de los ms prestigiosos juristas y por lo tanto que no necesita ser aprobado en forma de tratados convencionales por los gobiernos sino que se impone por su fuerza jurdica de reconocimiento universal. El Comit Internacional de la Cruz Roja public esa compilacin de normas de Derecho Internacional Humanitario Consuetudi-nario en 2005, en un catlogo de 161 normas.

    El Banco de Datos asumi en 2016 las normas all formuladas, a travs de su inclusin en el Marco Conceptual, a cambio de la formulacin que haba asumido en 1996 con base en los Convenios de Ginebra de 1949 y de sus Protocolos de 1977.

    A partir del semestre enero-junio de 2017 (revista Noche y Niebla 55), el Banco de Datos registrar infracciones al derecho humanitario con base en la normatividad y reco-nocimiento universal del DIHCC.

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    La actualizacin del Marco Conceptual realizada por el Banco de Datos supone dos cambios fundamentales, as:

    a. Las relaciones entre el campo de las Violaciones a los Derechos Humanos (DH) y el campo del Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario (DIHC).

    b. Las nuevas categoras del Marco Conceptual en Derechos Humanos (DH), Violencia Poltico- Social (VPS) y Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario (DIHC).

    a. Sobre las relaciones entre los dh y el dihcc:

    En las etapas previas, el Marco Conceptual del Banco de Datos se estructur teniendo muy en cuenta la modalidad especfica de conflicto que se vive en Colombia, donde el conflicto social y el conflicto armado se entrelazan e imbrican profundamente, no slo porque la insurgencia busca el boicot del modelo de sociedad vigente para sustituirlo por otro, sino porque las directrices venidas de los Estados Unidos de Amrica desde los aos 60 (Misin Yarbourough) obligaron a disear una guerra que tuviera a la poblacin civil como blanco de ataque y a la vez como tropa de combate semiclandestina (paramilitaris-mo). Esto ha llevado a difuminar las fronteras entre luchas civiles y luchas armadas, sobre todo porque el nico pretexto de ficticia legalidad que esgrime el Estado para reprimir la protesta y los movimientos legales es la etiqueta que les coloca de fachadas de la insu-rreccin. De all que las violaciones de los derechos humanos hayan sido consideradas forzosamente como actos de guerra del Estado contra una poblacin civil que para su conveniencia ha considerado siempre como subversiva. Esto explica que siempre se ha-yan replicado los casos del buzn de violaciones a los derechos humanos en el buzn de infracciones al DIHC e igualmente a la inversa cuando el agente de estas ltimas se cubre con el poder del Estado11.

    Esto ha llevado, sin embargo, a considerar excepciones cada vez ms frecuentes, en la medida en que movimientos y protestas sociales logran defender su autonoma con el apoyo de entidades internacionales y nacionales y derrotar jurdicamente a un poder judicial tradicionalmente doblegado a las polticas y cosmovisiones obsesivamente con-trainsurgentes del conjunto del Estado.

    1 El Banco de Datos replicaba las siguientes categoras en Derechos Humanos (A) y DIHC (D), as: A10 (D701), A15 (D73), A18 (D706), A12 (D72), A13 (D702), A19 (D77), A102 (D903).

    EN DH, una EJECUCIN EXTRAJUDICIAL POR PERSECUCIN POLTICA (A10) se replicaba en DIHC como HOMICI-DIO INTENCIONAL DE PERSONA PROTEGIDA (D701).

    En DH, una AMENAZA POR PERSECUCIN POLTICA (A15) se replicaba en DIHC como AMENAZA (D73). En DH, una AMENAZA COLECTIVA POR PERSECUCIN POLTICA (A18) se replicaba en DIHC como AMENAZA CO-

    LECTIVA (D706). En DH, un caso de TORTURA POR PERSECUCIN POLTICA (A12) se replicaba en DIHC como TORTURA (D72). En DH, un caso de HERIDA POR PERSECUCIN POLTICA (A13) se replicaba en DIHC como HERIDA INTENCIONAL

    DE PERSONA PROTEGIDA (D702). En DH, un caso de VIOLENCIA SEXUAL POR PERSECIN POLTICA (A19) se replicaba en DIHC como VIOLENCIA

    SEXUAL (D77). En DH, los casos de DESPLAZAMIENTO FORZADO COLECTIVO (A102) replicaban en DIHC como DESPLAMIENTO-

    FORZADO COLECTIVO (D903).

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    Por una parte, no hay duda de que toda infraccin al Derecho Internacional Huma-nitario Consuetudinario por parte de agentes del Estado, constituye simultneamente una violacin del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, sobre todo teniendo en cuenta que la vctima mayoritaria es siempre la poblacin civil. Por ello esos casos, consignados primero en el buzn de infracciones al DIHCC se replicarn enseguida en el buzn de las violaciones a los Derechos Humanos.

    Por otra parte, no todos los casos que sean registrados inicialmente en el buzn de Violaciones a los Derechos Humanos se replicarn en el buzn de infracciones al DIHCC. Solamente aquellos en que aparezca una relacin, no necesariamente real sino tambin de interpretacin falaz, con el conflicto armado, como por ejemplo en los conocidos casos de falsos positivos, de detenidos o procesados bajo acusaciones falsas de rebelin, de desplazamientos colectivos bajo el pretexto de atacar a grupos insurgentes, de amenazas de muerte o atentados en que las vctimas son acusadas de connivencia o apoyo a grupos insurgentes, etc.

    b. Sobre las nuevas categoras del marco conceptual en derechos humanos22 (a), violencia poltico-social (b) y dihcc (d):

    LAS NUEVAS CATEGORAS EN DERECHOS HUMANOS BAJO LOS MOVILES DE PERSECUCINPOLTICA (PP), ABUSO DE AUTORIDAD (AA) e INTOLERANCIA SOCIAL (IS) y SUSCDIGOS RESPECTIVOS: COLECTIVO LESIONADO POR PP (A17). ABORTO FORZADO POR PP (A197). JUDICIALIZACIN ARBITRARIA POR PP (A141). COLECTIVO LESIONADO POR AA (A231). ABORTO FORZADO POR AA (A297). JUDICIALIZACIN ARBITRARIA POR AA (A241). DESPLAZAMIENTO FORZADO COLECTIVO POR AA (A27). COLECTIVO LESIONADO POR IS (A331). ABORTO FORZADO POR IS (A397). JUDICIALIZACIN ARBITRARIA POR IS (A341). DESPLAZAMIENTO FORZADO COLECTIVO POR IS (A34).

    LAS NUEVAS CATEGORAS EN VIOLENCIA POLTICO-SOCIAL (VPS) BAJO LOS MVILES DE PERSE-CUCIN POLTICA (PP) e INTOLERANCIA SOCIAL (IS) y SUS CDIGOS RESPECTIVOS:

    2 A algunas categoras se les cambi el nombre pero conservaron el cdigo. Por ejemplo, en Derechos Huma-nos LESIN FSICA.

    NOMBRE ANTERIOR: HERIDA (Cambia el nombre pero se conserva el cdigo: A13). VER: Marco Conceptual del Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Poltica del Cinep/PPP en: www.nocheyniebla.org

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    COLECTIVO LESIONADO POR PP (B402). COLECTIVO LESIONADO POR IS (B502). VIOLENCIA SEXUAL POR IS (B527).

    LAS NUEVAS CATEGORAS EN DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO CONSUETUDINARIO (DIHC) y SUS CDIGOS RESPECTIVOS: ATACAR o IMPEDIR MISIN RELIGIOSA (D708). ATACAR o IMPEDIR MISIONES DE PAZ (D710). ATACAR o IMPEDIR MISIN INFORMATIVA (D711). ATAQUE a ZONAS HUMANITARIAS (D712). ASUMIR EL MTODO DE GUERRA SIN CUARTEL (D905). IMPEDIR CONVERSACIONES DE PAZ a TRAVS DE MEDIADORES (D713). COLECTIVO LESIONADO COMO CONSECUENCIA DE OTRAS INFRACCIONES AL DIHCC (D705). ESCLAVITUD y TRABAJOS FORZADOS COMO INSTRUMENTOS DE GUERRA (D714). DESAPARICIN FORZADA COMO INSTRUMENTO DE GUERRA (D76). JUDICIALIZACIN ARBITRARIA COMO INSTRUMENTO DE GUERRA (D715). DESCONOCIMIENTO, TRATO IMPROPIO y/0 NEGACIN DE DERECHOS a LOS PRISIONEROS DE

    GUERRA, COMO INSTRUMENTO DE GUERRA (D716). NEGACIN DE ATENCIN y CUIDADOS A PERSONAS PROTEGIDAS ESPECIALMENTE VULNERABLES

    (D717). PROFANACIN y OCULTAMIENTO DE CADVERES COMO INSTRUMENTO DE GUERRA (D718).

    Para ampliar la informacin, consultar el Marco Conceptual del Banco de Datos de Dere-chos Humanos y Violencia Poltica del Centro de Investigacin

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    Presentacin

    Horno crematorio, ubicado en el corregimiento de Juan Fro, municipio Villa del Rosario (Norte de Santander). A inicios del ao 2000, paramilitares del Frente Fronteras del Bloque Catatumbo de las AUC modificaron una vieja estructura que antes era un trapiche, el cual fue convertido en un horno crematorio para sacrificar a las vctimas. Se estima que alrededor de 560 personas fueron desaparecidas y ejecutadas en dicho lugar. Abril 13 de 2018.Archivo Fundacin Progresar.

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    el paramilitarismo en accin

    Una prolongada controversia hace carrera en Colombia desde hace varios aos, sobre la manera de nombrar y caracterizar las organizaciones armadas que por muchos aos se han denominado paramilitares. El problema de los nombres no es secundario, pues en ellos se significa la manera de percibir la esencia y misin de los nombrados.

    Etimolgicamente la partcula griega para indica, por una parte, lo cercano y coad-yuvante, y por otra, lo que se adhiere a una entidad ajena, deformndola. Nos sirven de ejemplos: el personal paramdico para el primer significado y los parsitos para el segundo. El trmino paramilitar ha enfatizado la cercana y coordinacin entre esos grupos y la ins-titucin militar, al tiempo que seala la deformacin jurdica all configurada.a

    Crear cuerpos colaterales y ajenos a la vez a la autntica profesin militar, en cuanto burlan o trascienden sus responsabilidades jurdicas, es un fenmeno que en Colombia se re-monta a los aos 60, cuando se realiz una visita por parte del U.S. Army Special Warfare Center - School for Special Warfare, presidida por el General William Pelham Yarborough, quien dej directrices secretas para los gobernantes colombianos, una de las cuales prescribe:

    seleccionar personal civil y militar con miras a un entrenamiento clandestino en operacio-

    nes de represin para desarrollar una estructura cvico militar (que) se usar para presionar

    cambios sabidos, necesarios para poner en marcha funciones de contra-agentes y contra-propa-

    ganda y, en la medida en que se necesite, impulsar sabotajes y/o actividades terroristas parami-

    litares contra los conocidos simpatizantes del comunismo1.

    Tal directriz se encuadra en los parmetros de la Guerra Fra, en la cual Colombia es pas alineado en el Bloque Hemisfrico Occidental Anticomunista comandado por los Es-tados Unidos, y ha seguido escrupulosamente sus consignas, situacin que muy poco ha cambiado hoy a pesar de las transformaciones mundiales. Vale advertir que en 1962, cuan-do tuvo lugar la Misin Yarborough, no haba en Colombia grupos insurgentes armados, pues las guerrillas liberales se haban desmovilizado desde 1953 y las otras no haban na-cido, lo que evidencia que la estrategia cvico-militar ordenada all, estaba diseada para combatir maneras de pensar o movimientos sociales, identificados todos en estas dcadas de conflicto como ideolgicamente comunistas (trmino intensamente demonizado) y despus como fachadas de las guerrillas (nica manera legal de poderlos judicializar).

    1 El texto est archivado en la casilla 319 de los Archivos de Seguridad Nacional, Biblioteca Kennedy, y est citado por McClintock, Michael, Instruments of Statecraft, Pantheon Boooks, New York, 1992, pg. 222.

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    A partir de la Misin Yarborough se elabora en Colombia una profusa Doctrina Mili-tar que incorpora la vinculacin de grandes capas de civiles a la guerra interna, ya como combatientes auxiliares clandestinos de la fuerza pblica, ya como blancos de la guerra contrainsurgente sin estar armados, en violacin del principio esencial de Distincin del DIHC. El primer Manual de Contraguerrilla redactado en Colombia (EJC J-10, de 1969) con-templaba ya en el organigrama de la fuerza pblica, las Autodefensas, y en general toda la serie de manuales, todos con carcter reservado, asumen el principio de incorporacin de poblaciones civiles a la guerra, como combatientes y como blancos de ataque, contem-porizando con numerosas violaciones de los derechos humanos2

    As pues, desde los aos 60 el paramilitarismo se empez a concebir como parte de la estructura legal de la nacin. El Decreto 3398 de 1965 autoriz entregar a civiles armas privativas del ejrcito y configurar grupos de civiles armados coordinados por el ejrcito (artculos 25 y 33). Slo la multitud de crmenes horrendos perpetrados bajo ese para-guas, escandalizando al mundo entero, llevaron al Presidente Barco y a la Corte Suprema de 1989 a declarar esos artculos inconstitucionales luego de 24 aos de vigencia. Pero el piso legal se reconstruy muy pronto, pues el Presidente Gaviria emiti el Decreto 356/94 que regulaba las empresas privadas de seguridad, acomodndolas a un parmetro paramilitar, piso legal que el Presidente Samper aprovech enseguida para fundar all las Convivir (13 de noviembre de 1994), reconocidas universalmente como la reedicin del paramilitarismo y declaradas constitucionales por la Corte Constitucional (Sentencia C-572/97). Sobre ese nuevo piso legal el Gobernador de Antioquia Uribe Vlez hizo su agosto, fundando convivires a diestra y siniestra para encubrir sus horrores.

    Desde 1962 el accionar paramilitar avanz in crescendo, si bien tena modelos prece-dentes muy cercanos en los Chulavitas y en los Pjaros (aos 40/50), pero su reciclamiento obedeca al auge progresivo de los movimientos sociales: en los 70 los campesinos y los estudiantes junto con los sindicalistas y en los 80 el primer partido legal que naca de la insurgencia: la U.P., coyuntura que les ofreci la oportunidad de refinar sus prcticas de genocidio. El copamiento geogrfico del paramilitarismo avanza en los 80 y los 90 me-diante la configuracin de bloques regionales: el de los hermanos Castao Gil en Crdo-ba, Urab y Choc; el de Carranza en Boyac, Meta, Vichada, Casanare y Guaviare; el del Batalln Brbula y los Ganaderos del Magdalena Medio en Puerto Boyac y el rea de la Brigada XIV; el de la Red Sptima de Inteligencia de la Armada centrado en Barrancaber-meja; el ligado al Cartel de Cali en el Norte del Valle y Antiguo Caldas; el de Villa Sandra en el Putumayo; el del Mayor Lzaro Vergel en el Cesar, etc., bloques que se coordinan y articulan a travs de la Comandancia General de las Fuerzas Militares, como ellos mismos lo confiesan en sus indagatorias, pero sobre todo a raz de los entrenamientos comunes dirigidos por el Coronel Israel Yair Klein y sus oficiales ingleses, israeles y australianos, invitados a Colombia desde las ms altas cpulas del Estado, segn ha confesado el mismo

    2 Cfr. CINEP, Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Poltica, Caso Tipo DEUDA CON LA HUMANI-DAD, 2003, PG. 17 A 22.

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    Klein, luego de lo cual la sigla AUC queda referida a una fuerza coordinada nacionalmente y que en adelante establece relaciones mediadas con el alto mando militar.

    Los horrores de las Convivir no lograron ilegalizarlas, dada la venalidad proverbial de nuestra justicia, pero s lograron que el mundo entero cuestionara al gobierno colom-biano por mantener en sus entraas una fuente generadora de Crmenes de Estado tan monstruosa, sin importarle siquiera su imagen. El gobierno de Uribe Vlez prometi des-movilizarlos y traz su estrategia de Justicia y Paz concomitante con las negociaciones de Santa Fe de Ralito, en todo lo cual hizo derroche de impunidad y de ficcin, pues su Alto Comisionado Luis Carlos Restrepo sigue prfugo de la justicia por lo atrevido de sus falsas desmovilizaciones. De todos modos, Uribe Vlez logr un nuevo nivel de legaliza-cin, sin necesidad de echar mano del estatuto constitucional de las Convivir: cre unas inmensas redes legalizadas de informantes y cooperantes civiles, a los cuales su Ministra de Defensa Marta Luca Ramrez les asign muchos miles de millones en armamentos, y los dficits legales los cubri con los articulados reciclados de los estatutos de las empre-sas privadas de seguridad.

    En los perodos de los dos ltimos gobiernos doblados, se desarrollan intensas cam-paas mediticas para suprimir el trmino paramilitar y cambiarlo por el de Bandas Criminales bajo la sigla BACRIM, al cual se van sumando otras denominaciones como Grupos al Margen de la Ley; Grupos Armados Organizados -GAO-; Organizaciones Criminales, etc., con desesperos no disimulados por remitir todas sus acciones al campo de la delincuencia comn, nominalismo que ofrece como ventajas, primero, la de desligar semnticamente el fenmeno de una institucin estatal de gran importancia en el modelo de Estados dependientes y represivos del hemisferio, y luego, la de facilitar la reubicacin del fenmeno dentro de un estndar comn de violencia contrapuesta a la oficial, que la iguale, la fusione o la homologue con la violencia insurgente de los oprimidos, indistin-cin que facilita a la vez la estigmatizacin de esta ltima, ocultando sus mviles altruistas.

    En sus 56 aos de existencia, el paramilitarismo ha ido configurando un perfil accio-nal que permite identificarlo ms all de los nominalismos. Su ubicacin en el mundo poltico trasciende la institucin militar, sin dejar de tener en cuenta que Colombia es un estado militarizado y represivo en exceso, precisamente por representar en sus ins-tituciones y grandes decisiones a una lite reducida y excluyente que lgicamente slo puede sostenerse con fuertes dosis de violencia. De all que las relaciones entre empre-sariado y paramilitarismo sean ntimas y persistentes desde su primer origen. Tambin hay que tener en cuenta que el Estado colombiano, desde el siglo antepasado, desarroll una ideologa oficial anticomunista, proscribiendo esta ideologa como anticonstitucional en el Acto Legislativo 6 de 1954 y proyectndolo en 13 delitos creados por el Decreto 434 de 1956, remitiendo su conocimiento a la justicia penal militar en Consejos Verbales de Guerra. Pero el cerrero anticomunismo estatal, crecido de la mano con el eclesistico, ha ido sirviendo con el correr de los aos para estigmatizar con l todo movimiento social que surge de las bases oprimidas, mucho ms cuando los movimientos insurgentes que se fueron multiplicando desde mediados de los aos 60 del siglo XX, apelaban a inspiracio-nes ideolgicas comunistas o socialistas. Desde entonces la judicializacin de la protesta

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    social recurre a sindicarla como fachada del comunismo (considerndolo demonaco e ilegal) o como fachada de la insurgencia (lo que vena a ser lo mismo). Perfilado en esas bases el paramilitarismo, se adoba finalmente con los ingredientes de toda organizacin criminal que propende por su propia financiacin lucrativa y dirime con la muerte y la amenaza las infidelidades, las transgresiones de sus territorios y la desobediencia a sus normas y medidas de seguridad, en donde arraiga la persecucin a los denunciantes.

    El perfil histrico del paramilitarismo colombiano lo caracteriza, pues, -abstraccin hecha de sus nombres- como una fuerza que se identifica en su ideologa con la lite empresarial y sus proyecciones en los gobiernos de turno; con la institucin militar de la cual depende en sus entrenamientos, dotaciones, armamentos, asesoras, inteligencia, coordinaciones y proteccin; que exhibe y respira anticomunismo por todos sus poros y ve respirar comunismo en todo movimiento de base, en toda reivindicacin y protesta popular, tratndolo con los trminos demonizantes ms extremos y negndole todo de-recho a existir y a expresarse; que usa y se enorgullece de los smbolos militares, como uniformes, armamentos, rituales e ideologa de exterminio, crueldad y prepotencia; que teje redes de autofinanciacin delictiva incorporando el narcotrfico (el cual protege com-batiendo la sustitucin de cultivos), la extorsin, las vacunas, el comercio de armas, etc. y que castiga fuertemente a sus detractores, como sus denunciantes o comunidades que rechazan por principio la guerra o la presencia en sus espacios de algn actor armado.

    El ejercicio que sigue, tratando de sorprender a los paramilitares en su accionar con-creto en muy diversos rincones del pas, durante el ltimo semestre, nos confirma la per-sistencia del paramilitarismo en todos sus perfiles histricos, por lo cual, an bajo ropajes de nombres encubridores, sigue sin poder ocultar sus rasgos esenciales que reclaman o imponen la denominacin de sus orgenes. Siguen siendo, pues, con plena legitimidad: PARAMILITARES.

    As actuaron en el ltimo semestre (casos ms explcitos, reivindicados por ellos mismos):

    El 2 de enero/18, cuando la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad le haba in-formado al pas y al mundo, incluso con registros flmicos, el atentado perpetrado el 29 de diciembre/17 por 5 paramilitares que venan del casero de San Jos, donde conviven diariamente con una fuerte presencia de ejrcito y polica, y que desde me-diados de diciembre haban revelado su plan de asesinar al representante legal de la Comunidad de Paz y a otros de sus lderes, tratando de darle al acto la apariencia de un atraco o intento de robo, el gobernador de Antioquia LUIS PREZ GUTIRREZ se invent una versin meditica ampliamente difundida por medios masivos, para negar la exis-tencia de paramilitares y para ocultar la evidencia de una coordinacin tan explcita entre militares y paramilitares, afirmando que en el hecho no haban actuado para-militares sino miembros de la misma comunidad de paz, entre ellos su peluquero, quienes quisieron atracar una tienda dentro de su mismo asentamiento ponindose una capucha. As la solidaridad con el accionar paramilitar trascenda la fuerza pblica e involucraba a la cabeza del gobierno departamental.

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    El 2 de enero/18, la integrante del comit ejecutivo de la Federacin de Estudiantes Universitarios -FEU- en el Cauca y de otras organizaciones de derechos humanos, MA-YERLY HURTADO, recibi un mensaje del celular 3127966042 que revela un largo segui-miento por los paramilitares de las AUC y una fuerte amenaza que busca alejarla de todas sus actividades humanitarias y polticas.

    El 3 de enero/18, el desmovilizado de las FARC-EP que se haba integrado a la Zona Ve-redal de Reincorporacin de Monterredondo en Miranda, Cauca, REINALDO CASAMA-CHN, fue asesinado con tiros en la cabeza y el pecho a 400 metros de donde viva, en la vereda Pedregal del corregimiento El Palo de Caloto, Cauca. La fuerza armada que lo elimin no se identific pblicamente pero la coherencia del hecho con los discursos de los paramilitares era inocultable.

    El 3 de enero, bajo la sigla de Autodefensas Gaitanistas de Colombia-AGC, los parami-litares intentaron asesinar en el mismo casco urbano de Riosucio, Choc, a YEISON MOSQUERA, uno de los 25 lderes amenazados del Bajo Atrato, a causa de sus denuncias contra la ofensiva para-empresarial de despojo de tierras. Las AGC en Riosucio actan a la vista de la fuerza pblica en pleno centro del poblado.

    El 3 de enero/18, militares de la Brigada 27 de Selva, desconociendo el Acuerdo de Paz firmado en La Habana, arremetieron en erradicacin violenta de cultivos en la Zona de Reserva Campesina de la Perla Amaznica, en Puerto Ass, Putumayo, mientras grupos paramilitares seguan hostigando a las Comunidades que propenden por erra-dicacin voluntaria y con substitucin.

    El 4 de enero/18 los indgenas Nasa que intentan liberar la Madre Tierra en la hacienda caera Alto de Miraflores de Corinto, Cauca, son atacados por grupos de seguridad privada y trabajadores corteros entrenados en agresin y que llegan a destruir los cultivos de pan coger, pero cuando los indgenas buscan expulsar a esos agentes ar-mados, llega el ejrcito a reforzar a los agresores y lanza rfagas de fusil, gases lacrim-genos y piedras contra los indgenas. Se evidencia nuevamente la alianza de la fuerza pblica con los paramilitares al servicio de los terratenientes y del capital privado.

    El 4 de enero/18, campesinos de Pelaya, Cesar, fueron extorsionados y amenazados por armados paramilitares al servicio de terratenientes y aliados con el poder judicial y organismos de seguridad. YAMIT DAZ fue contactado por telfono para ir a una reu-nin en Pailitas o alternativamente depositar una cuota de 10 millones a favor del lder paramilitar Otoniel en una cuenta de Necocl. Al denunciar esto ante la Personera y el GAULA, estas entidades interceptaron su telfono e inmediatamente fue amenazado de muerte por sapo. A ESA SEPLVEDA el administrador de una finca le entreg una boleta de citacin por conflictos con un predio, lo que Esa cuestion porque no vena de ninguna autoridad competente, recibiendo enseguida mensajes digitales que le hacan falsos sealamientos y amenazas de muerte; al denunciar esto en la Polica y la Fiscala, su hermano fue abordado por civiles armados que llevaban una falsa orden de captura contra Esa. Pocos das despus un Coronel Martnez del Ejrcito se reuni con el Comit de Ganaderos de Pelaya y acusaron al Personero ENER HERNNDEZ y a los campesinos que estn en procesos de recuperacin de tierras, de ser miembros

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    del ELN. Todo esto coincide con el incremento del paramilitarismo y del pie de fuerza militar en la zona, sobre todo del Batalln Energtico y Vial 3, el cual es denunciado por montajes judiciales contra pobladores que resisten al despojo de tierras.

    El 4 de enero/18, unos paramilitares de las AGC ingresaron a la Zona de Biodiversidad de JORGE MERCADO en el terreno del Consejo Comunitario de Pedeguita y Mancilla, y otros a los predios de ALFONSO FALLA y FRANCISCO PREZ, en el territorio colectivo de Curvarad, exigindoles pagos de extorsiones o de lo contrario se llevaran su ganado. A pesar de las denuncias y acciones judiciales, los empresarios ocupantes de mala fe siguen apoyndose en sus grupos paramilitares y la fuerza pblica sigue hacindose ciega y sorda frente al despojo.

    El 5 de enero/18, mensajes de texto desde el celular 3127966042 les llegaron a familia-res y al mismo HUBER BALLESTEROS, lder social y poltico muchas veces amenazado y judicializado por sus ideas, por parte de los paramilitares AUC, quienes anuncian el exterminio de su familia y sus secuaces. Dichas amenazas se repiten el 7 de enero.

    El 9 de enero/18, seis paramilitares con camuflado y armas largas ocuparon las veredas Miramar, La Cristalina, La Linda y El Mariano de San Jos de Apartad, Antioquia, y pretendieron llegar hasta el asentamiento de San Josesito, centro de la Comunidad de Paz, mientras llegaban amenazas desde concentraciones paramilitares en Tierralta, Crdoba, anunciando una venganza contra la Comunidad de Paz por haber inmovili-zado y desarmado a sus compaeros que el 29 de diciembre haban intentado asesinar al Representante Legal y a otros lderes de la Comunidad de Paz.

    El 9 de enero/18, la pareja de lderes que ha acompaado la Zona de Reserva Campe-sina Perla Amaznica, en Putumayo, JANI SILVA y HUGO MIRAMAR, fueron hostigados por un espa en su casa y buscados por cinco personas que llegaron en un bote a pre-guntar por ellos y dispararon sus armas repetidamente, evidenciando su identidad de paramilitares, debiendo los lderes desplazarse a la zona urbana de Puerto Ass.

    El 10 de enero/18, la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad se inform de que los paramilitares que viven en San Jos y conviven con la fuerza pblica que copa el casero, tienen el plan de incinerar el asentamiento de San Josesito, de la Comunidad de Paz, y para ello estn acumulando galones de gasolina.

    El 10 de enero/18 los paramilitares de las AGC le envan un panfleto a ARACELY CAAVE-RAL, militante del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn y quien du-rante 28 aos haba sido sindicalista. En el panfleto la declaran terrorista de las FARC y objetivo militar y se lo envan a la direccin de un hostal coordinado por ella, en el cual se hospedaron un tiempo combatientes indultados de las FARC-EP enviados por el Alto Comisionado para la Paz.

    El 11 de enero/18, en el casero de San Jos, del municipio de Apartad, paramilitares lanzaron nuevas amenazas contra dos lderes de la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad, GERMN GRACIANO y GILDARDO TUBERQUIA, asegurando que los tienen que asesinar porque estorban los planes que el paramilitarismo tiene para la regin.

    El 11 de enero/18, paramilitares llamados Clan del Golfo amenazaron mediante un panfleto a los miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn y

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    les anunciaron volar todas las sedes. Tambin amenazan con retener a los integrantes del Movimiento de Vctimas de Crmenes de Estado y a grupos sindicales.

    El 12 de enero/18, cuando las autoridades del Resguardo Huellas de Caloto, Cauca, regresaban de una reunin, fueron interceptadas por un grupo armado que iba en una camioneta y exigi una reunin entre las autoridades del Cabildo y el grupo armado que trataba de disputarles el control territorial del resguardo.

    El 13 de enero/18, hombres armados identificados como paramilitares, raptaron, tor-turaron y amenazaron a BLANCA NUBIA DAZ en el sur de Bogot. La vctima fue funda-dora del Movimiento de Vctimas de Crmenes de Estado y lleva 16 aos exigiendo esclarecimiento de la desaparicin, violacin y asesinato de su hija, lo que sus victi-marios pretenden impedir.

    El 15 de enero/18 en la sede de la CUT de Cali se recibi un sobre de los paramilitares AGC con amenazas a una amplia gama de organizaciones sociales, sindicales, polti-cas y de derechos humanos, anunciando volar todas sus sedes y asesinar a muchos de sus lderes. All el paramilitarismo reitera su identidad de fuerza opuesta a todo movimiento social alternativo y su arraigo en una ideologa contrainsurgente, antico-munista y militarista. El mismo da un mensaje similar fue dejado en el Consejo Local de Los Comunes, instancia directiva del partido de los desmovilizados de las FARC-EP.

    El 15 de enero/18 los paramilitares de las AGC amenazaron al lder de restitucin de tierras de Llano Rico, Riosucio, Choc, GUILLERMO DAZ. a pesar de tener esquema de proteccin de la UNP; pararon la camioneta para buscarlo y como no iba all le envia-ron un mensaje. Guillermo es uno de los 25 lderes amenazados por los empresarios ocupantes de mala fe que se benefician de las operaciones paramilitares desatadas desde 1996 con apoyo de la Brigada XVII del ejrcito.

    El 16 de enero/18, un integrante de la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad qui-so trasladar a su pequea hija a un hospital ya que estaba muy enferma pero los para-militares que controlan la zona de Mulatos se lo impidieron, pues la mam de la nia reside en esa zona donde nadie puede moverse sin autorizacin de los paramilitares; las razones alegadas por estos, evidencian nimo de venganza contra la Comunidad de Paz por no someterse a su dominio.

    El 17 de enero/18, cuando acompaaban la campaa del candidato de la Fuerza Alter-nativa Revolucionaria del Comn, fruto de los Acuerdos de Paz con las FARC-EP, Wil-mar Cartagena Durango, fueron asesinados en Peque, Antioquia, por paramilitares, los militantes de dicho grupo poltico excombatientes de las FARC-EP, WILMAR ASPRILLA y ANGEL DE JESS MONTOYA. Entre noviembre/16 y enero/17, 54 integrantes de dicho partido han sido asesinados.

    El 18 de enero/18, dos hombres armados en una moto, con la cara y la placa cubiertas, al tpico estilo paramilitar, abordaron a ANDRS SAMUDIO, Coordinador de la Red de Derechos Humanos Francisco Isaas Cifuentes, cerca de la terminal de transportes de Pasto, Nario, y le robaron su computador y documentos de la organizacin.

    El 18 de enero/18, el presidente de la organizacin de derechos humanos CREDHOS de Barrancabermeja, Santander, IVN MADERO, fue abordado por el lder paramilitar

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    Aquaman que opera en la Comuna 1, quien lo conmin a no volverlo a mencionar en sus informes por su bien y el de su familia.

    El 18 de enero/18, hombres armados con fusiles y prendas militares al tpico estilo paramilitar, sacaron de su casa en la vereda Altomira San Pedrito de San Jos de Ur, Crdoba, al lder comunal e integrante de la Asociacin de Zonas de Reserva Campe-sina y de la Marcha Patritica, PLINIO PULGARN, y lo ejecutaron, amenazando tambin a la lideresa DIANA DORADO. El mismo da, en la vereda La Ilusin del mismo municipio fue tambin sacado de su vivienda y ejecutado por armados de las mismas caracters-ticas, el lder campesino que participaba en sustitucin de cultivos y en la Cumbre Agraria Campesina tnica y Popular, ANTONIO MARA VARGAS.

    El 21 de enero/18 en la localidad de Ciudad Bolvar en Bogot, tres encapuchados que se movilizaban en una camioneta negra sin placas y con subametralladoras, le-sionaron y amenazaron a la pobladora LEIDY JOHANNA, acusndola de ser guerrillera y le mostraron fotos de integrantes del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn como objetivos prximos de sus agresiones.

    El 21 de enero/18, un grupo de armados, encapuchados, que portaban armas largas y se identificaron como paramilitares de las AUC, incursionaron en el corregimiento Plateado de Argelia, Cauca, y dispararon indiscriminadamente contra la poblacin que participaba en una fiesta, asesinando a LENIN GMEZ SAMBON, BELN SUREZ TRI-BILLO y CARLOS MUOZ y dejando 4 personas ms, o quizs ms, heridas. Se cree que es un castigo colectivo a una poblacin que ha mostrado resistencia frente a la represin oficial.

    El 22 de enero/18 nuevamente la estructura paramilitar AGC deja un panfleto en varias organizaciones sociales, de derechos humanos y sindicales de Cali, anunciando el exterminio de todos los integrantes de dichas organizaciones, expresando su decisin de construir una madre patria de todos liberndola de vestigios de guerrilleros, co-munistas y milicianos que actan en organizaciones sindicales, sociales, de derechos humanos y de recuperacin de tierras.

    El 22 de enero/18, segn Alerta Temprana de la Defensora, circula en Jamund, Valle, una amenaza contra lderes sociales, de derechos humanos e indgenas, firmada por los paramilitares AGC, quienes tambin estn extorsionando a productores de arroz, finqueros y comerciantes de Timba.

    El 23 de enero/18, varios armados de armas cortas ejecutaron en el barrio Santa Tere-sita de Santander de Quilichao, Cauca, a CRISTIAN CAMILO GUEJIA OCAMPO, de 33 aos, quien adelantaba trabajo poltico en varias comunidades, como lo asegur el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn.

    El 24 de enero/18 hombres armados, considerados como paramilitares del Clan del Golfo, atacaron la sede de campaa del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn, siendo varios de sus militantes lesionados y amenazados, incluyendo una mujer embarazada, y tambin les robaron sus pertenencias

    El 25 de enero/18 los paramilitares de las AGC amenazaron mediante grafitis a miem-bros del Cabildo Nasa de Cerro Tijeras de Surez, Cauca, a su Gobernador EIDER FLOR,

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    a sus defensores de derechos humanos MERALDINO CAVICHE y ENRIQUE GUETIO, como tambin a presidentes de Accin Comunal de las veredas Olivares y Altamira, DANIEL G, y HORACIO C., afirmando que los masacraremos, sapos cabildos.

    El 28 de enero/18, integrantes de una nueva estructura paramilitar que releva a las AGC en la zona, amenaz al reclamante de tierras de Carmen del Darin, JAMES RUIZ, cuyo padre y hermano haban sido asesinados en 2002. Los victimarios le anunciaron que lo van a asesinar a l y a otros 29 lderes en Playa Roja por ser sapos del gobierno contra los empresarios y asegurando que no les devolvern la tierra.

    El 30 de enero/18, dos paramilitares se ocultaron en La Tequera (sembrado de tecas en los linderos del asentamiento de San Josesito) de San Jos de Apartad, donde hi-cieron disparos intimidatorios y luego salieron de all disparando por la carretera, sin ser perseguidos por la cantidad de fuerza pblica que patrulla da y noche el casero de San Jos.

    El 30 de enero/18, paramilitares motorizados ejecutaron a los obreros OMAR RODR-GUEZZ CARRILLO y FREDDY EZEQUIEL INFANTE HERNANDEZ, entre el casero de Puerto Len y el corregimiento de Puerto Arenas, de Norte de Santander. 20 paramilitares de negro haban puesto restricciones a los pobladores en su movilidad impidiendo trabajar a algunos campesinos.

    El 31 de enero/18, hombres armados al puro estilo paramilitar, mientras la Defensora en una Alerta Temprana denuncia la presencia en la zona de la estructura paramilitar Clan del Golfo, sacaron de su casa y ejecutaron a ANTONIO MARA VARGAS MADRID, Tesorero de la Junta Comunal de la vereda La Ilusin y lder del proceso de sustitucin de coca.

    El 3 de febrero/18, paramilitares de las AGC ingresaron en la Zona Humanitaria de Nueva Vida, en el territorio colectivo del Cararica de Riosucio, Choc, y lanzaron amenazas de muerte a los lderes que los denuncian. Desde hace 10 meses, los pa-ramilitares a travs de 3 puntos (espas) controlan el ingreso de civiles a los ros Perancho, Peranchito y Bocas del Limn, intimidando a las mujeres y saqueando los bienes de supervivencia que llevan los integrantes de Consejos Comunitarios y Co-munidades de Autodeterminacin, Vida y Dignidad.

    El 9 de febrero/18, paramilitares de las AGC ejecutaron a DAVID ALEXIS NARVEZ en la vereda Pipiola del corregimiento El Doce de Taraz, Antioquia. La vctima haca parte del Programa Integral de Sustitucin de Cultivos de Uso Ilcito, dentro de la imple-mentacin del Acuerdo de Paz.

    El 10 de febrero/18, paramilitares del Clan del Golfo ejecutaron a VCTOR ALONSO SN-CHEZ MANJARRS en el corregimiento de Puerto Claver de El Bagre, Antioquia. La vc-tima era integrante del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Comn y haca parte del Espacio Territorial de Capacitacin y Reincorporacin Juan Carlos Castae-da, como desmovilizado de las FARC-EP.

    El 15 de febrero/18 la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad le inform a todas sus comunidades en el pas y en el mundo las amenazas sistemticas que ha seguido soportando con posterioridad al 29 de diciembre de 2017, cuando 5 paramilitares que venan del vecino y pequeo casero de San Jos, donde cotidianamente departen con

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    militares y policas que inundan sus pequeas calles, e intentaron asesinar al repre-sentante legal y a otros lderes de la Comunidad de Paz dndole al hecho una aparien-cia de atraco, pero fueron inmovilizados y desarmados por miembros de la Comu-nidad. Llenos de odio por no haber podido consumar el crimen, estos paramilitares pasan continuamente por la carretera entre San Jos y Apartad, con armas visibles y disparando, sin que ningn agente del Estado los controle ni los requise. Sus jefes y reclutadores son ampliamente conocidos: Felipe y Majute, y los activos en el co-rregimiento: Elas Hidalgo, Ricardo David, Esneider Gez, Wilson Ortiz, John Edison Gez, Luis Yair suga, alias Peluso, alias Chimbila. Gozan de la aquiescencia de la Brigada XVII y sus batallones y colaboran en montajes judiciales contra las vctimas. Se sabe que ahora estn empeados en inventar acusaciones contra el Representante Legal de la Comunidad de Paz, GERMN GRACIANO, pues un paramilitar se lo coment a un miembro de la Comunidad, aludiendo a sus colaboraciones con la Fiscala para alimentar un falso relato inventado por el anterior comandante de la Brigada, Coronel Germn Rojas, segn el cual, Germn podra ser identificado con alias Tiro, un gue-rrillero de las FARC-EP no desmovilizado y que hoy hace parte de las disidencias de esa insurgencia. Lo que les importa es poder judicializar a Germn, as sea con calumnias y mentiras que de todas maneras producen efectos judiciales por meses o aos y de-jan huellas en una sociedad tan inconsciente.

    El mismo 15 de febrero/18, uno de los comandantes paramilitares de Apartad alias Majute, convoc a compradores y negociadores de ganado en Currulao, Antioquia, para exigirles que el ganado se compre y se venda con marcas y registros de vacu-nacin pero que todas las transacciones deben hacerse bajo control paramilitar. En dicha reunin, Majute respondi a las acusaciones pblicas de algunos ganaderos por el atentado del 29 de diciembre de 2017 contra la Comunidad de Paz y afirm que ellos no haban tenido nada que ver, lo cual no tena cmo sustentarse cuando en esa reunin estaban varios de los paramilitares que participaron en el atentado, como El Gato (Ricardo David) y Felipe, (comandante de la red de San Jos). De dicha reunin salieron nuevas amenazas contra la vida de los hijos de ERNESTO GUZMN, asesinado por ellos mismos en La Esperanza por no haberles querido vender su finca. Ya uno de los hijos, JUAN DE LA CRUZ, haba sufrido un atentado el ao pasado. Todos estn en la lista para matar.

    El 16 de febrero/18, los paramilitares guilas Negras enviaron correos electrnicos a lderes sociales y representantes de organizaciones sindicales y sociales del depar-tamento del Cauca, en Popayn, anuncindoles que son objetivo militar como tam-bin sus familias y colaboradores, dndoles una semana de plazo para abandonar el departamento si no quieren morir.

    El 22 de febrero/18, la representante de la Mesa de Vctimas de Man, Casanare, OLGA MARA PERILLA BAUTISTA, y presidenta de la filial de la central sindical CGT en Casanare, ha sido acosada por llamadas de amenaza de muerte y conminacin para abandonar la regin si no quiere ser asesinada junto con su familia. El grupo paramilitar se des-plaza en motocicletas de alto cilindraje y ya le incendi los cultivos de su finca, mat

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    a tiros a los perros que la custodiaban y ha disparado rfagas con armas automticas contra su vivienda.

    El 24 de febrero/18, paramilitares del Clan suga envan mensajes amenazantes a travs de una cuenta de Facebook a organizaciones sociales, sindicales y de dere-chos humanos, dndoles plazo para que desaparezcan o los desaparezcan, tanto ellos como sus familias y allegados. Son declaradas objetivo militar organizaciones como: la Marcha Patritica, el Congreso de los Pueblos, la Asociacin de Educadores (ASOINCA), el Consejo Regional Indgena del Cauca (CRIC), la Asociacin de Cabildos Indgenas del Norte del Cauca (ACIN) y 9 lderes y defensores de derechos humanos.

    El 2 de marzo/18 la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad denunci la realiza-cin de una reunin convocada por los paramilitares AGC en la vereda La Unin, re-unin anunciada y denunciada desde el 28 de febrero, pero la fuerza pblica no hizo nada para evitarla sino que lleg cuando ya los paramilitares se haban ido para decir que todo estaba normal y que todo era mentira de la Comunidad. La Comunidad se pregunta por qu el Estado tolera a sabiendas la presencia de tantos paramilitares que conviven con la fuerza pblica y obligan a la poblacin a trabajar para ellos y se des-plazan armados y disparando por la carretera sin que nadie los controle. Ya est clara la manera tpica de apoyarlos por parte de la fuerza pblica: ir al lugar de los hechos muchas horas o das despus, cuando ya los paramilitares han terminado sus reunio-nes y acciones y se han retirado de los espacios, para as poder emitir informes en los cuales afirman que fueron al espacio de la denuncia y no encontraron nada y que por lo tanto la Comunidad se est inventando los hechos.

    El 5 de marzo/18, los trabajadores sindicalizados de la empresa COOLECHERA de Ba-rranquilla, Atlntico, fueron amenazados de muerte y declarados objetivo militar por quien al telfono se identific como vocero del grupo paramilitar.

    El 8 de marzo/18, los paramilitares de las AGC convocaron a campesinos de las veredas Rodoxal, Mulatos y La Hoz de San Jos de Apartad, para presionarlas a arrebatarle la Aldea de Paz (en Mulatos) a la Comunidad de Paz, sitio sagrado que guarda la memoria de la masacre horrenda del 21 de febrero de 2005, perpetrada por militares y paramili-tares. Esos mismos paramilitares han estado construyendo una carretera, sin licencia ni consulta alguna, entre Nuevo Antioquia, Rodoxal y La Hoz y la quieren pasar por fincas de la Comunidad de Paz. Hay una complicidad del Estado con los paramilitares de brazos cados e ignorancia fingida, pues las autoridades del departamento y del municipio dicen no saber nada al respecto.

    El 14 de marzo/18 fue hallado a la entrada del Resguardo indgena de Tez, Cauca, un panfleto con amenazas al Gobernador del Resguardo ALDEMAR FONSECA, a la GUARDIA INDGENA y a DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS, declarndolos objetivo militar, ame-nazas firmadas por los paramilitares guilas Negras.

    El 16 de marzo/18, se recibi informacin de los docentes del corregimiento de Flo-rencia de Saman, Caldas, segn la cual vienen siendo extorsionados por paramili-tares con amenazas de muerte si no colaboran con su causa en la zona, por lo que algunos han decidido pagarles vacunas antes que perder la vida.

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    El 16 de marzo/18 los comerciantes de yuca de Mutat, Antioquia denunciaron que los paramilitares AGC los citaron en el corregimiento de Chontadural para extorsionarlos y que la ausencia de respuesta del gobierno profundiza la crisis porque luego los ame-nazan con matarlos por denunciar.

    El 17 de marzo/18 los paramilitares de las AGC ingresaron a una fiesta en Mulatos Me-dio, vereda de San Jos de Apartad, y aprovecharon para lanzar amenazas ms con-tundentes contra dos miembros de la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad a quienes sealaron como los sapos o denunciantes.

    El 18 de marzo/18 los paramilitares amenazaron a la poblacin de Puerto Santander, Norte de Santander, donde las viviendas fueron marcadas y donde la gente ya tiene que encerrarse temprano por el miedo, ya que las diversas facciones paramilitares (Los Rastrojos y el Clan del Golfo) se disputan el rea metropolitana de Ccuta y tam-bin las trochas de la frontera para el contrabando.

    El 19 de marzo/18, paramilitares que se hacan pasar falsamente como del ELN ingre-saron en el territorio colectivo del Curvarad, del Carmen del Darin, Choc, y abor-daron a los reclamantes de tierras MIGUEL MERCADO y JHONY GUZMN PITO, ordenando a este ltimo abandonar la regin y tratando de inventar un conflicto falso de Miguel con la familia Durango, sus vecinos, cuando el verdadero conflicto es con el empre-sario WILLIAM RAMREZ a quien los paramilitares disfrazados de guerrilleros defendan. Las propiedades de los campesinos, como Miguel, fueron ocupadas por empresarios de mala fe que participan de una estructura criminal desde el desplazamiento forzado causado por paramilitares que actan con la Brigada XVII del ejrcito y que continan obstaculizando la devolucin de la tierra ordenada por la Corte Constitucional. Hace 4 semanas, entre la base militar de Llano Rico y la comunidad de La Nevera, se ha multiplicado la presencia de armados, unos camuflados como guerrilleros o con ca-puchas, controlando los negocios sucios de los empresarios despojadores William Ramrez y Daro Montoya.

    El 20 de marzo/18, tres emisarios de un grupo paramilitar amenazaron a Carlos Cal-dern, dueo de un bar en el barrio Altos de la Florida de Soacha, Cundinamarca, por estar renuente a pagar una vacuna de 50.000,oo que l ya vena pagando; si no la pagaba se tendra que ir del barrio o lo mataban.

    El 25 de marzo/18, el grupo paramilitar Los Caparrapos ejecut en Caucasia, Antio-quia, a dos lderes sociales de Cceres: VCTOR ALFONSO ZABALA, presidente de la junta comunal de la vereda El Rizo y JORGE MIGUEL POLANCO, ambos participantes en el programa de sustitucin de cultivos, pues los paramilitares continan promoviendo y lucrndose del narcotrfico.

    El 26 de marzo/18, 80 paramilitares de las AGC que se movieron por el paraje Costa Azul, entre Llano Rico y Pavarand (Mutat, Antioquia) expresaron que estn mamados de que apenas pasan por una comunidad, ya los estn denunciando ante el gobierno cen-tral. Pero eso mismo muestra la tolerancia o la ineficiencia de la fuerza pblica, pues la denuncia slo sirve para poner ms en riesgo a las vctimas, ya que los paramilitares estn enardecidos contra los denunciantes y prometen matarlos a todos.

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    El 23 de marzo/18, los paramilitares de las AGC convocaron a pobladores de zonas rurales de Tierralta, Crdoba en la vereda Murmullo, donde explicaron las normas de sometimiento de la poblacin civil a ellos. Los pobladores las rechazaron y anuncia-ron que se iban a desplazar pero los paramilitares les dijeron que podan desplazarse pero no denunciar nada de su presencia en la zona, pues seran asesinados.

    El 27 de marzo/18, durante 72 horas 200 paramilitares de las AGC realizaron operacio-nes armadas para movilizarse con provisiones desde Pavarand (Mutat, Antioquia) hasta Curbarad y Jiguamiand (Carmen del Darin, Choc), sin que las instituciones defendieran el derecho a la movilidad y derecho al goce de sus territorios de las co-munidades negras, afromestizas e indgenas. Los armados decan que estaban reto-mando el control territorial.

    El 27 de marzo/18, 80 paramilitares de las AGC forzaron a miembros de Consejos Co-munitarios a una reunin en La Laguna, territorio colectivo del Jiguamiand donde afirmaron que ellos son los que van a restituir las tierras aunque no a los que ven-dieron, pero exigieron que deban dejar tranquilos a los despojadores DARO MONTOYA, WILLIAM RAMREZ y ANTONIO LOPERA porque esa gente trae el desarrollo. Repitieron sus amenazas contra los denunciantes a quienes declararon objetivo militar. Todo esto revela la vulnerabilidad de las comunidades ante la presencia de paramilitares donde hay presencia militar y policial, que asegura la tierra a los despojadores, contra lo ordenado por la Corte Constitucional, pues en 1996 el despojo se acord entre em-presarios y Brigada XVII.

    Desde el 1 de marzo/18 hasta final del mes hay una cronologa aterradora de accio-nes de los paramilitares en su movilidad entre Mutat, Antioquia, y los territorios de Jiguamiand y Curbarad (Carmen del Darin, Choc), armados y con camuflado o algunos de civil pero con armas, deteniendo, intimidando, vejando y amenazando a familias y comunidades negras, indgenas y mestizas que habitan o se movilizan por todo ese territorio. Era evidente su afn de controlar las tierras y amenazar a los recla-mantes, a la vez que legitimar a los empresarios despojadores.

    El 28 de marzo/18 los paramilitares de las AGC retuvieron a dos civiles en cercanas de la finca La Rueda, en Riosucio, Choc, los amarraron de las manos, los golpearon, los amenazaron y se los llevaron a la finca La Esmeralda sin que se sepa su paradero. Esto hace parte de los episodios del copamiento paramilitar en la zona para retomar el control de las tierras.

    El 28 de marzo/18, 20 paramilitares de las AGC en camuflado y con armas largas ingre-saron a la Zona de Biodiversidad El Paraso, del Consejo Menor de Apartadocito, del Carmen del Darin, Choc, entre los cuales hay 2 que tenan vnculos laborales con el empresario de mala fe Antonio Lopera. Las operaciones paramilitares se desarrollan a pocos kilmetros de la base militar de Llano Rico.

    El 28 de marzo/18 en el corregimiento de Pavarand, Mutat, Antioquia, paramilitares de las AGC penetraron en la casa del indgena Enrique Bailarn y se llevaron documen-tos personales, destruyeron objetos y lo amenazaron acusndolo de ser colaborador de la guerrilla.

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    El 30 de marzo/18, cuando integrantes de la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad se desplazaban por las veredas La Esperanza y Mulatos Medio, en el rito del Via-crucis de Viernes Santo, recorriendo los lugares donde muchos miembros de la Comunidad han sido masacrados, encontraron un campamento paramilitar en la finca del Seor Muoz, testimonio flmico que se envi inmediatamente por las redes sociales.

    El 31 de marzo/18 se evidencia la presencia de paramilitares de las AGC en Apartadoci-to, Carmen del Darin, Choc, unos en trajes camuflados, otros de civil, mientras el ejrcito se encontraba a 10 o 20 minutos de all.

    El 1 de abril/18 llegaron a la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad mensajes de los paramilitares asentados en Playa Larga, su asentamiento central, en los cuales se conmina a los lderes de la Comunidad a entrar en contacto con los lderes parami-litares, con el fin de llegar a acuerdos con ellos, o de lo contrario procederan a ase-sinarlos. Ponen como ejemplo el de juntas comunales o de campesinos finqueros de la regin, quienes luego de muchas reticencias, se han visto forzados a negociar con ellos y a someterse a sus directrices y planes para poder vivir tranquilos.

    El 1 de abril, denuncias llegadas de comunidades vecinas de la Represa de Urr, en Crdoba, revelan que el control de la navegacin en la represa durante la noche es cedido por la Infantera de Marina a los paramilitares, prohibiendo todo trnsito de poblacin civil, pero se escucha mucho ruido de motores durante la noche, lo que revela que el narcoparamilitarismo domina el escenario de la represa en la noche con actividades ilcitas. Esto coincide con un dominio total del paramilitarismo sobre la poblacin de las veredas aledaas, lo que ha llevado a muchos pobladores a tomar la decisin de desplazarse.

    Abril de 2018: en la medida en que la Fiscala ha ido respondiendo a entidades interna-cionales que protestan por el atentado del 29 de diciembre/17 contra la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad para asesinar a sus lderes, informa que los paramilitares inmovilizados por miembros de la Comunidad fueron ilegalmente capturados porque les fueron violados sus derechos fundamentales y por tal razn dejados en libertad por el Juez Promiscuo Municipal de Apartad a peticin del Fiscal 97 Seccional, y que la demanda que dichos paramilitares pusieron contra la Comunidad de Paz por secuestro est en trmite bajo el Radicado 05001600784201800001. Es evidente que la violacin de los derechos de los paramilitares, en este caso, es la violacin de su derecho a matar, pues no habra otra lectura.

    El 1 de abril/18, paramilitares de las AGC ingresaron al aserro de Ignacio Loaiza para avanzar a las comunidades de Padad, Ibud y Urada, situacin que se ha vuelto recu-rrente desde marzo anterior.

    El 6 de abril/18 paramilitares se movilizaron hacia el Resguardo Humanitario Ambien-tal So Bia Drua, en la cabecera del ro Choc Tamboral. Se ha rumorado que los pa-ramilitares van a prohibir la pesca y la caza, actividades que son la fuente de sustento de esas comunidades.

    El 11 de abril/18 en el corregimiento de Santa Luisa de Palmira, Valle, aparecieron casas y carros con grafitis pintados con la leyenda: AUC Muerte a Guerrilleros. Los

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    militares le restaron importancia diciendo que eran puestos por jvenes drogadictos, pero la conmocin ha afectado a estudiantes y familias, sobre todo porque han visto en zonas cercanas un carro con hombres armados y a un reconocido paramilitar en zonas cercanas comprando tierras y amedrentando a la poblacin.

    El 12 de abril/18, ingresaron al casero de Llano Rico del Territorio Colectivo de Cur-varad en Carmen del Darin, Choc, varios paramilitares de las AGC con camuflados y armas largas, reunieron la comunidad, advirtieron que van a quedarse, prohibieron circular despus de las 9 p.m., as como usar tatuajes, aretes o cortes de cabello raros; realizan sus operaciones armadas de control a pocos minutos del Batalln de Selva 54.

    El 14 de abril/18, a travs de un panfleto los paramilitares de las AGC amenazaron de muerte a miembros del Resguardo Nasa Kite Kiwe de Timbo, Cauca, entre ellos a JAIR MENDEZ, EDWIN GUETIO y LICINIA COLLAZOS, dndoles un plazo para que abandonen la regin si no quieren que les ocurra lo mismo que a GERSON ACOSTA, Gobernador del Resguardo, asesinado un ao antes.

    El 15 de abril/18, una organizacin de abogados de Santander comunic de fuentes de alta credibilidad un plan para judicializar a lderes sociales y defensores de derechos humanos, impulsada por policas y fiscales quienes presionan a desmovilizados de la insurgencia para que declaren contra esas personas prometindoles entre 800.000 pesos y 20 millones por la fabricacin de testimonios falsos.

    El 27 de abril/18, un grupo de paramilitares de las AGC cop la vereda Arenas Altas de San Jos de Apartad, lugar que han escogido como zona de reclutamiento, como se lo han manifestado a los pobladores.

    El 27 de abril/18 la Comunidad de Paz de San Jos de Apartad transmiti una de-nuncia general de los pobladores del casero de San Jos, segn la cual, los policas presentes en el casero y los paramilitares presentes all mismo, cobran impuestos ilegales a los comerciantes de madera, quedando sometido el gremio a pagar varios impuestos ilegales.

    El 27 de abril/18, las autoridades del Territorio indgena Pueblo Nuevo de Jamund, Valle, reclamaron a militares del Batalln Pichincha del ejrcito por estar ocupando sus espacios, pero los militares los han amenazado diciendo que si ellos se van vendr otro grupo ms verraco que los sacar del territorio; evidente alusin a los paramilita-res, la cual revela una vez ms la coordinacin entre militares y paramilitares.

    El 27 de abril/18 fue raptada y asesinada la presidenta de la Junta Comunal de la vereda Cao Rico de Arauquita, Arauca, reconocida adems por su defensa del territorio, del medio ambiente y de los derechos humanos, siendo madre