SISTEMATIZACIÓN EXPERIENCIA Y EDICIÓN DIGITAL INFORMACIÓN PROYECTO DE REHABILITACIÓN EDIFICIO

UNIÓN OBRERA

PRE ENTREGA PRODUCTO 2 “MEMORIA DE REHABILITACIÓN DEL EDIFICIO DE LA UNIÓN OBRERA DEL CERRO CORDILLERA DE LA

CIUDAD DE VALPARAÍSO”

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Índice

Introducción 3

Reseña histórica de la Población Obrera de La Unión 4

Sistematización de la experiencia de rehabilitación de la Población Obrera de La Unión 10

Antecedentes generales 12

Justificación y objetivos de la sistematización 13

Sistematización de la experiencia de rehabilitación 16

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INTRODUCCIÓN El presente texto tiene por finalidad dar cuenta del avance de elaboración del producto “Memoria de Rehabilitación del Edificio de la Unión Obrera del Cerro Cordillera de la ciudad de Valparaíso” en el marco de la consultoría denominada “Sistematización Experiencia y Edición Digital Información Proyecto de Rehabilitación Edificio de la Población Unión Obrera”. Lo que presentamos inicialmente corresponde a la reseña histórica del Edificio de la Población Obrera de La Unión, desde sus orígenes, hasta la década de 1990, donde se señalan los momentos de mayor importancia, así como las características que se han observado en el edificio en el tiempo. Luego se encuentra la sistematización de la experiencia de rehabilitación del inmueble, destacando lo ejes centrales de tal proceso, así como los actores más relevantes en éste.

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RESEÑA HISTÓRICA DE LA POBLACIÓN OBRERA DE LA UNIÓN. VALPARAÍSO 1898-2007

“Conoce tu aldea y serás universal.” Tolstoi “Era la vida, era su rudeza y eran sus compensaciones.” La sangre y la esperanza Nicomedes Guzmán Hace ciento cincuenta años, una generación después de los acontecimientos que marcaron el fin del dominio español sobre sus colonias americanas, Europa y particularmente Inglaterra asistían a la emergencia del maquinismo y de la era industrial, que vendrían a cambiar decisivamente el aspecto y el funcionamiento de la civilización occidental. El advenimiento de nuevas fuentes de energía como el carbón, la electricidad y más tarde el petróleo, sumados a la aparición de las cadenas de montaje y la serialización de la producción económica comenzaban a dibujar en la fisonomía del viejo mundo los rasgos de nuestro mundo moderno tal y como lo conocemos: un cosmos humano marcado por la impronta de las grandes aglomeraciones urbanas, hecho de acero, vidrio, cemento y velocidad creciente, fruto del desarrollo de nuevos y poderosos medios de transporte y comunicación, entre los que descollaba como símbolo de su empuje el ferrocarril. El crecimiento acelerado de la producción económica desarrollado entonces en las grandes ciudades requería de una fuerza de trabajo permanente que sustentara el inusual dinamismo generado, tan opuesto al milenario ritmo pausado de los ciclos estacionales típicos del trabajo agrícola. El imperativo era producir sin descanso, y la mano de obra necesaria iba a provenir del mundo campesino, que obnubilado por la promesa de mejores condiciones de vida, inicia, en el último tercio del siglo XIX, un éxodo sistemático desde el mundo rural hacia las ciudades donde se localizan los centros de producción, que los emplearán a cambio del pago regular de un salario. Las esperanzas de mejoras en el nivel de vida de estas masas de trabajadores trasplantados no tardan en marchitarse en medio de las condiciones infrahumanas de vida que reinaban en los crecientes cinturones de marginalidad

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que proliferan en torno a las ciudades, y en los cuales la naciente clase obrera urbana había hecho su espacio. La afluencia de la población campesina a los grandes centros industriales manufactureros no se detendrá, y tanto esta como las condiciones que le dieron origen serían exportadas e imitadas en vastas regiones del planeta ligadas a la tradición de la cultura europea o vinculadas a ella por nexos económicos. En los países de América del Sur estas condiciones se reprodujeron con rapidez, merced a la necesidad de sus elites gobernantes de imprimir una dirección clara a los procesos políticos y sociales arrancados de las revoluciones de independencia, y de darle a estos procesos que apuntaban a la igualdad social una base económica sustentable, poniéndose a tono con la tendencias económicas de la época que apuntaban al desarrollo en ciernes de una economía capitalista de alcance planetario. En el último cuarto del siglo XIX Chile se incorporaba también aceleradamente a este proceso de integración a la economía mundial, al tiempo que organizaba la explotación del salitre en el norte grande y que la ciudad de Valparaíso cobraba protagonismo como el principal puerto de la región y como una importante base de operaciones del intercambio comercial de nuestro país con el resto del mundo. A nivel local la ciudad puerto vería aumentar considerablemente su población, alimentada tanto por la incorporación de contingentes de inmigrantes extranjeros vinculados al mundo de los negocios que pasarían a conformar la aristocracia porteña, como por numerosos aventurados venidos de distintos puntos de la geografía nacional, atraídos por la efervescente actividad que allí se desplegaba. En torno al cambio de siglo, se hizo evidente, tanto en nuestro país como en el resto del mundo integrado al capitalismo en marcha, el estado lamentable de postergación y marginalidad en que habían devenido las masas de nueva población urbana acarreada desplazadas por el proceso. Las condiciones de insalubridad, hacinamiento y promiscuidad reinantes en los barrios obreros estimularon la preocupación de las clases dirigentes tanto por la suerte de los involucrados como por la propia, en cuanto el fantasma del comunismo marxista rondaba Europa y se difundía rápida y sigilosamente

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también dondequiera que existiesen las condiciones sociales que su doctrina aspiraba a cambiar. En este contexto, y a tenor de la creciente importancia de la “cuestión social” ya instalada en el debate público, aparecen en Chile las primeras iniciativas para poner remedio a los problemas que aquejaban a la clase obrera, materializadas en principio en los intentos de resolver la acuciante necesidad de viviendas que contaran con las condiciones mínimas para una existencia humana digna. Estas iniciativas provendrían de los sectores acomodados representantes de las dos principales corrientes de pensamiento político en boga por entonces: la masonería laica liberal y el conservadurismo católico. Ambos sectores abordarían el problema desde la perspectiva de la beneficencia, actividad en relación con la cual se venían creando agrupaciones en Chile desde los años treinta de esa centuria. En 1894, Juana Ross de Edwards, acaudalada dama de la sociedad porteña, ligada a la beneficencia católica, adquirió en el populoso cerro de la Cordillera de Valparaíso, sede de numerosas asociaciones sindicales y mutuales obreras, un inmueble singular. Se trataba de edificio atípico de tres pisos hecho de ladrillo, semejante a las antiguas insulae romanas, de aspecto sólido y macizo. Este había sido construido en 1870 por Carlos Lorca, perteneciente a la Logia Masónica de Valparaíso. La adquisición fue hecha por la señora Ross con el objeto de acondicionarla para ser usada como habitación por familias obreras. Para tal propósito se creo también una asociación que se haría cargo de su administración y que sería instituida con el nombre de Sociedad de Orden y Trabajo. Cuatro años más tarde, el 11 de enero de 1989, se inauguraba oficialmente el edificio Población Obrera de la Unión, cuya administración estaría a cargo de un Consejo Directivo bajo la tutela del Obispado de Valparaíso. La singular morfología del edificio, donde el patio central y las instalaciones sanitarias eran de uso común, el carácter popular y organizado de su entorno y la intensidad histórica de esos años, marcados por el cambio y los conflictos sociales, favorecieron entre la comunidad de la población el cultivo de los valores sociales y la forja de un carácter comunitario definido aun cuando el consejo directivo de la población siguió bajo la tutela del Obispado hasta los años cincuenta; no obstante, en el curso de los años treinta la Sociedad de Orden y Trabajo, originalmente encargada de la gestión administrativa del lugar, parece haberse disipado

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paulatinamente. Por entonces y en las décadas del cuarenta y del cincuenta la población viviría sus años dorados, según lo relatan hoy sus vecinos más antiguos. La edificación tenía una torre central en la cual, además de ubicarse los lavaderos y baños comunes, se producía el contacto diario de los moradores. Allí se socializaba mientras los hijos de los inquilinos correteaban y jugaban. Mientras corría la década de los cincuenta los vecinos tuvieron que hacerse cargo de la gestión de los asuntos del edificio tras la muerte del encargado del arriendo y la administración. Por entonces también los vínculos que aun se mantenían con el Obispado y la administración original llegaban a su fin. La tarea no era sencilla pues a la falta de experiencia se sumaban problemas derivados de la antigüedad de la construcción, que para esa época cargaba ya con ochenta años. Una de las faenas más urgentes era la demolición de la torre central, evidentemente deteriorada, que se materializaría el año sesenta, y en cuyo reemplazo se implementaría un sistema de pilones por piso como surtidores de agua, lavadero, desagüe y receptor de aguas servidas, a los que se sumaba la construcción de baños y duchas comunes en el primer piso. A partir de ese momento y en repetidas ocasiones durante los años venideros la comunidad de la población se vería en la necesidad de organizarse para hacer frente a diversos intentos de desalojo y remate del edificio por parte de las autoridades del gobierno local, que invocaban razones relacionadas con el deterioro del edificio. Estas tentativas cohesionaron a la comunidad de la población, cuya directiva, paralelamente, se enteró de la historia del inmueble mientras se ocupaba en llevar a cabo las pesquisas conducentes a la regularización de los títulos de dominio de sus inquilinos. A pesar de ello, en el curso de los años setenta el deterioro del edificio continuó y empezó a afectar algunas estructuras del mismo, de suerte que durante la década siguiente la comunidad de la Población Obrera de la Unión tuvo que soportar con frecuencia la amenaza de remates, los que siempre lograron ser detenidos judicialmente. Pero eso no fue suficiente para anular la tendencia involutiva del nonagenario microcosmos enclavado en el cerro Cordillera. El corte de los servicios básicos se transformó en moneda corriente, el tejido social comunitario acusó los efectos del

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desgaste y la venta de drogas hizo su espacio. Estos factores contribuyeron a minar la reputación de la población, que de tradicional y digno barrio obrero pasó a ser asociada, injustamente casi siempre, a actividades delictivas y a ser vista como un sitio eventualmente peligroso. A fines de la década de los ochenta llega al cerro Cordillera el Taller de Acción Comunitaria, llamado TAC, grupo de acción social articulado a partir de la disolución de una ONG que se encontraba operando en Chile durante los años de la vuelta a la democracia, denominada Centro de Estudios, Asesoría y Capacitación Poblacional (CECAP). Una sus líneas principales de trabajo está centrado en la recuperación de la confianza y fortalecimiento de las organizaciones locales, a través del trabajo comunitario teniendo como actores principales a los niños. Su objetivo de fondo apunta al rescate y la reconstrucción de las relaciones sociales, visible y sistemáticamente deterioradas durante los años precedentes, y la recuperación de la capacidad política de organización comunitaria. La llegada del TAC marca el inicio de otro capítulo en la historia de ´la pobla’, nombre familiar con que se refieren a ella sus moradores. Desde su llegada y durante el curso de los años noventa hasta la fecha las actividades del grupo han hecho frente al desafío de rearticular el tejido social y el sentido de identidad de la comunidad del viejo edificio, que a la sazón se acerca al siglo y medio de existencia, motivando el protagonismo de la generación de recambio, cuyas energías, canalizadas positivamente por el trabajo del taller, han sido invertidas en la toma de conciencia y en la acción efectiva y organizada en pro de la mejora de las condiciones de vida del lugar y de su entorno, dando origen a una nueva generación de líderes comunitarios locales. La apertura de nuevas posibilidades durante los últimos años en el ámbito de la gestión y la disponibilidad de fondos destinados a la restauración de inmuebles históricos en Valparaíso han jugado también un papel importante en traer nuevos aires al viejo lugar. Las iniciativas, en este sentido, se han nutrido del logro de objetivos modestos para pensar en grande y atreverse a tentar metas más ambiciosas. El año 2003 vio gestarse la conformación de la Mesa Técnica para la Rehabilitación del Edificio, instancia de cooperación que une el esfuerzo de los vecinos con el de organismos del aparato público estatal, y cuyo trabajo despunta hoy en el logro y ejemplo que representa la remodelación y reacondicionamiento

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efectivo del edificio. Tras la obtención de los fondos necesarios esto ha sido posible gracias al trabajo organizado y sistemático de toda la comunidad vinculada a la población. Este hecho, sencillo en apariencia, brilla como muestra de inteligencia y espíritu en medio de la imperante e imperativa uniformización de los estilos de vida, por que desafía la vorágine del individualismo rampante que campea en nuestra sociedad mediatizada y desdramatizada y por que rescata valores hoy por hoy extraviados, como la solidaridad y el sentido de pertenencia a una comunidad. Hoy el centenario edificio de La Población Obrera de la Unión muestra otra vez una cara amable y renovada, y se yergue como testimonio de lo que puede conseguir una comunidad cuando auna sus fuerzas en torno a objetivos en los que se reconoce y fortalece. La cuenta y el método de esta modesta victoria de lo humano es el tema del informe que sigue.

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SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE REHABILITACIÓN DE LA POBLACIÓN OBRERA DE LA UNIÓN

Tal y como se mencionó en los párrafos finales del capítulo anterior – capítulo que además permite entender el contexto histórico que enmarca el nacimiento y construcción del edificio - el objetivo central de esta sistematización, es describir los hechos, situaciones y experiencias que forman parte del proceso de rehabilitación experimentado dentro del edificio de la Población Obrera de La Unión (POU). Dicho proceso de rehabilitación, se ha ubicado temporalmente entre los años 1998 y 2007, donde el punto de inicio se asocia con los primeros trabajos realizados por los propios habitantes del inmueble, principalmente, mejoras realizadas en los espacios comunes (baños y escaleras, por ejemplo). Por su parte, el hito que define el cierre de esta sistematización, corresponde a la organización y posterior salida de los habitantes del inmueble, lo cual a su vez, da paso al inicio de los trabajos de rehabilitación de mayor envergadura y complejidad, todo ello durante al año 20071. Para describir esta experiencia de rehabilitación, el análisis se desarrollará contemplando tres ejes o criterios: i) análisis de la experiencia organizativa interna de la POU, ii) proceso de saneamiento jurídico de la población y, iii) gestión de redes y recursos. En primer lugar, se analizarán los procesos de organización interna de los habitantes de la Población Obrera la Unión. Se detallarán algunos hechos y situaciones que dan cuenta de las formas que ha adoptado el proceso de organización, destacando los hitos más importantes y los obstáculos que se fueron sucediendo en el transcurso del tiempo. El segundo eje se enfoca en el proceso de saneamiento jurídico de la propiedad, hito que juega un papel importante en el proceso de rehabilitación del edificio.

1 Los trabajos deben finalizar durante el primer semestre del año 2008, luego de ello, los habitantes volverán a sus respectivos departamentos.

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Finalmente, el tercer eje abordará la gestión de redes y de recursos que posibilitaron el proceso de rehabilitación, dividiendo este análisis en dos períodos. El primero de ellos se desarrolla desde el año 1998-2003, y se caracteriza por la autogestión y la articulación de redes conformadas por actores directos y pertenecientes al cerro, además de la realización de trabajos de reparaciones y mantenciones menores al edificio. El segundo período, comprendido entre el año 2003 y 2007, se caracteriza por una ampliación de las redes hacia nuevas instituciones públicas, llegando incluso a recibir aportes de una institución de cooperación internacional como lo es la Junta de Andalucía. En cuanto a los recursos comprometidos, estos aumentan tanto en los montos comprometidos como también en la complejidad de funcionamiento que estos presentan. De esta forma, se espera que el análisis conjunto de estos elementos, permita entender los procesos y experiencias vividas al interior de la población durante el proceso de rehabilitación, especialmente, entender de qué manera y por qué un grupo de jóvenes habitantes de la Población Obrera de La Unión, logran motivar y generar confianzas, no sólo entre los propias personas que viven dentro de la población, sino que a toda una institucionalidad principalmente de carácter público-estatal, consiguiendo la puesta en marcha y la materialización de un proyecto cuya envergadura difícilmente se puede encontrar en el contexto de la región de Valparaíso, tanto en su sentido y alcance social como en el componente patrimonial que el conjunto arquitectónico representa.

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I. Antecedentes Generales. En la etapa actual del proceso de globalización en la que nos desenvolvemos, donde se puede observar una profundización de las ideologías que sustentan el modelo económico2 ( modelo explicado en sus orígenes por el primer capítulo), los conceptos de sociedad civil, participación ciudadana, identidad y desarrollo local, en definitiva, todo lo que significa el empoderamiento de los habitantes de un país, ciudad o grupo, en lo que respecta a la construcción de futuro, se han posicionado con fuerza tanto en la conciencia colectiva como también en los ámbitos de debate de la institucionalidad nacional e internacional. Dichos conceptos, nacen como repuestas frente a un panorama cada vez menos alentador respecto a los frutos y beneficios que el sistema económico neoliberal puede ofrecer a la comunidad mundial. Por tanto, se podría concluir que este posicionamiento de los temas relacionados con la democratización de los procesos de desarrollo (donde el individuo y su entorno social aparecen como fundamentales), no nace de manera azarosa o producto de una moda instalada. Más bien, es la percepción y constatación de la existencia de experiencias reales y concretas, en diversos espacios geográficos ya sean internacionales o locales, demuestran que cuando las personas son conscientes de sus derechos, se organizan, se educan, participan y son capaces de decidir y trabajar en pos de un mejoramiento de sus condiciones y calidad de vida, los resultados pueden ser exitosos. Al parecer, la combinación de dichos elementos, producen o dan nacimiento a soluciones y respuestas concretas frente a las distintas problemáticas económico sociales que hoy en día enfrenta nuestra sociedad global. Experiencias como el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, en el ámbito internacional, o lo acontecido en la Población Obrera de La Unión en el Cerro 2 Esta profundización de las ideologías económicas liberales puede estar ubicada temporalmente en la década de los años 80, donde debido a los problemas económicos posibles de identificar en gran parte de los países de América Latina, producidos principalmente por el aumento de la deuda externa, las instituciones creadas en el Conferencia de Bretton Woods, Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deciden intervenir las economías latinoamericanas implantando un fuerte y estricto Programa de Ajuste Estructural. Dicho programa de ajuste, obligaba a los países a : disminuir el tamaño de los Estados y de los ámbitos de actuación económica (procesos de privatización y disminución del gasto fiscal), realizar una desregulación del mercado laboral (flexibilidad laboral) , liberalizar del comercio y del mercado financiero. La situación económica y social que actualmente enfrenta América Latina, no puede ser entendida ni analizada sin considerar estos procesos de ajuste estructural llevados a cabo.

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Cordillera de Valparaíso, en el ámbito local, demuestran que cuando confluyen ciertos elementos y factores dinamizadores de cambio social, los resultados que se pueden lograr son de una dimensión que incluso exceden los objetivos que se podrían haber planteados en un comienzo. Ambas experiencias, aunque diferentes en el nivel de envergadura, tienen relación con la problemática de propiedad de la tierra y espacios físicos de vivienda. La presente sistematización, busca destacar y abordar los elementos y conceptos hasta ahora enunciados. Busca entender el cómo y el por qué, un grupo de habitantes que comparten un espacio en común, logran revertir un sin número de condiciones adversas, que abarcan desde condiciones habitacionales deficientes, hasta problemáticas relacionadas, por ejemplo, con la estigmatización de los sectores de bajos ingresos.

II. Justificación y Objetivos de la Sistematización

Al pensar sobre los objetivos de esta sistematización, y sobre todo, reflexionar sobre el por qué es importante llevarla a cabo, aparecen de manera clara una serie de factores y elementos presentes en el procesos de rehabilitación y que tienen que ver de alguna u otra forma con una profundización de la democracia y el desarrollo de nuestro país. Hablar sobre conceptos como democracia y desarrollo, es abordar elementos fundacionales de la vida en sociedad. Es entender cómo, al conjugarse distintos elementos (como por ejemplo empoderamiento de las personas, participación ciudadana, conciencia de ser ciudadanos con derechos y deberes) y colocarlos en pos de lograr mejores niveles y calidad de vida, lo que sucede en definitiva es una utilización de las herramientas que como propia sociedad se han generado, sean estas propias de un grupo determinado o herramientas de carácter público. El proyecto de rehabilitación que han llevado a cabo los habitantes de la población, tiene en su desarrollo una serie de elementos importantes de destacar que

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demuestran la posibilidad de alcanzar objetivos cuando se conjugan los elementos ya descritos. Utilizando las mismas definiciones que ha utilizado la Comisión Bicentenario para destacar los proyectos y experiencias más relevantes de nuestro país, se puede afirmar con toda propiedad que la experiencia de la Población Obrera La Unión de Valparaíso, a lo menos representa lo siguiente: 1.- Es un aporte a la construcción de nuestra identidad, ya que:

Preserva el patrimonio histórico y cultural adscrito al lugar. Preserva el patrimonio histórico y cultural intangible, centrado en la

oralidad, arte y cotidianeidad populares.

2.- Es un aporte a la construcción de un país libre y democrático, ya que:

Promueve valores ciudadanos de libertad y participación; actitudes y prácticas democráticas en la convivencia ciudadana.

Promueve formas o procesos de organización que facilitan la participación ciudadana, como también la representación de la comunidad para ampliar y consolidar los derechos y responsabilidades ciudadanas y la democratización de la sociedad.

3.- Es un aporte a la construcción de un país diverso e integrado, ya que:

Promueve la participación social y el empoderamiento de las comunidades minorizadas o discriminadas. Además promueve la organización para construir demandas, gestión y propuestas por parte de los actores de la diversidad social y cultural.

4.- Es un aporte a la construcción de un país socialmente equitativo, ya que:

Contribuye a la satisfacción de necesidades básicas (vivienda, salud, alimentación). Superando además los principales riesgos a los que personas de escasos recursos son más vulnerables.

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Promueve la igualdad de acceso a las oportunidades y al fortalecimientos de las capacidades para realizarlas.

Promueve la participación y el empoderamiento de la comunidad, al instruir en la autonomía y habilidad para gestionar proyectos propios.

5.- Aporte a la construcción de un país en crecimiento, ya que:

Alinea estratégicamente a los sectores privados (habitantes de la población) y público, para que ambos sectores elaboren visiones, estrategias y planes de acción conjuntos fomentando la confianza y colaboración entre ambos, al mismo tiempo que pone a prueba y distingue las modificaciones necesarias al marco institucional de regulaciones e incentivos de este tipo de iniciativas, lo que mejora las condiciones generales para el crecimiento conjunto.

Es una experiencia que plantea desafíos excepcionales para la creatividad, perseverancia, disposición a asumir riesgos y capacidad para resolver problemas, por parte de sus ejecutores. De esta manera se motiva al resto de las personas que los conocen, transmitiendo la sensación de que es posible acometer empresas ambiciosas y tener éxito.

Estos cinco puntos, de alguna u otra forma permiten dimensionar la importancia de la experiencia vivida en la población, justificando además la sistematización del proyecto. Es así como del análisis anterior, van naciendo de manera implícita, los objetivos que se pretenden alcanzar al realizar esta sistematización. En primer lugar, está el objetivo de comunicar. Más específicamente, de socializar las distintas situaciones que se han enfrentado en este proceso de rehabilitación. Se concluye por lo tanto, que la experiencia es, en si misma, algo importante de registrar y transformar en “conocimiento”. Junto con lo anterior, la sistematización de esta experiencia pretende demostrar a grupos o comunidades, que existen ciertas problemáticas comunes (como por

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ejemplo las relacionadas con la habitabilidad) que pueden ser solucionadas cuando se logra llevar a cabo una experiencia como esta. En definitiva, la difusión de la experiencia puede servir de base para su replicación. Finalmente, se busca motivar y dar a conocer a todos los actores de la institucionalidad pública lo que es posible lograr cuando se pone a disposición de los habitantes de un lugar las herramientas disponibles (en lo que respecta a recursos y apoyo técnico) para apoyar y potenciar procesos de desarrollo. Es decir, se busca demostrar que el estado debe y puede estar presente en la búsqueda de soluciones a problemáticas sociales.

III. Sistematización de la Experiencia de Rehabilitación.

Durante el proceso de rehabilitación, comprendido entre el 1998 y el año 2007, es decir durante toda una década, se van produciendo distintas situaciones y hechos que tienen como punto final la decisión y posterior ejecución de la rehabilitación del edificio, y todo lo que ello implica. Incluida la necesidad de que los habitantes de la población dejaran sus casas para poder llevar a cabo dicho proceso. En este contexto es necesario señalar algunos elementos que, aun siendo anteriores al período definido, permiten entender de mejor forma los distintos caminos y causes que fue tomando la rehabilitación. El trabajo desarrollado por el Taller de Acción Comunitaria del Cerro Cordillera (TAC) es posiblemente uno de los factores que gatilla de manera directa los cambios que se han producido dentro de la población, al mismo tiempo que ha influido en los cambios que se pueden observar en el entorno del cerro. Se puede fechar el año 1989 como el año de inicio de los trabajos del TAC en Cerro Cordillera y su entorno3.

3 La intervención realizada por el TAC en el Cerro Cordillera, es una intervención mucho más compleja y profunda que lo que se pueda señalar en este documento. Sin duda alguna, se trata de un proceso de desarrollo que en si mismo es un proceso que amerita un análisis específico, sobre todo para comprender de buena forma los resultados que hoy se pueden observar dentro del marco de acción del TAC, donde la experiencia de Población Obrera de La Unión es una más, quizás la más importante, de las experiencias donde directa o indirectamente ha participado esta institución. Para mayores de talles ver Evans, Tatiana: Tesis: “Educación popular y construcción social de identidad: interacción entre la población obrera de La Unión y el

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Nuestro país se acercaba a la recuperación de la democracia y el trabajo llevado a cabo por las ONG en muchos lugares y ámbitos, había ganado paulatinamente un espacio en el desarrollo y vida de los barrios donde se ubicaban. Es así como en el Cerro Cordillera comienza funcionar una ONG denominada Centro de Estudios, Asesorías y Capacitación Poblacional (CECAP). El objetivo era “…crear un espacio para la participación comunitaria que fortaleciera las propias capacidades de los pobladores en pro del mejoramiento de su entorno y calidad de vida”4. Dicha manifestación de intenciones, deja claramente esbozados los fundamentos que guiarán el accionar de la institución recién instalada en el cerro. Por su parte, la definición del Cerro Cordillera como espacio físico para desarrollar el trabajo, se sustenta en ciertas características propias del lugar. En primer lugar, aunque se podían evidenciar niveles de pobreza en el sector, no se trataba de una pobreza dura o extrema. En segundo lugar, no se trataba de un cerro con niveles altos de politización. El tercer factor que hizo decidir por la instalación del TAC en el cerro, dice relación con el tejido social existente y una historia e identidad propia. Finalmente, se trataba de un espacio de fácil acceso, al cual se podía llegar caminando desde el plan de Valparaíso y los cerros y barrios aledaños. Todo lo anterior, en definitiva se transforma en un aporte a la reconstrucción de las relaciones sociales en el contexto de la vida de barrio, que durante los 17 años de dictadura fueron permanentemente coartadas y desarraigadas de la sociedad chilena, dejando un legado de miedos e individualismos que hasta hoy se pueden observar en el desarrollo de los procesos sociales de nuestro país. La vuelta de los procesos democráticos a la vida política y social de Chile (1990), trae consigo una reestructuración de las herramientas financieras que la comunidad internacional utiliza para intentar apoyar procesos de desarrollo en los países menos adelantados. El financiamiento ya no sería canalizado por medio de las ONG que funcionaban durante la dictadura, sino que ahora, la relación será directa entre las instituciones donantes y el estado chileno. Taller de Acción Comunitaria (TAC), Valparaíso 1980-2005”. Universidad de Chile, Capítulo 3: El Cruce de Dos Mundos, pág 29-63. Diciembre 2005. 4 En www.taccordillera.portalciudadano.cl

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Es así como la ONG CECAP, producto de esta disminución y posterior eliminación de los aportes recibidos principalmente desde el extranjero, deja de funcionar bajo la forma jurídica de organización no gubernamental pasando a transformarse en el año 1997 en una organización comunitaria (organización funcional). Era el nacimiento del Taller de Acción Comunitaria del Cerro Cordillera (TAC), y el financiamiento sería obtenido principalmente de fondos concursables, trabajo voluntario y el apoyo permanente de las mismas personas del barrio, sin dejar de mencionar el invaluable aporte del grupo de fundadores del taller. Comienza así un trabajo directo con las personas y otros actores presentes en el cerro. Serán los jóvenes y niños y niñas del sector el foco de atención del TAC, logrando involucrar en sus actividades a otros actores del barrio, tales como la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Juntas de Vecinos, Clubes Deportivos, Colegios y Consultorios. Todo ello, conjugado además con la historia y la identidad característica y propia del Cerro Cordillera, comienza a sentar las bases de lo que se podría denominar desarrollo comunitario, dentro del cual, el proceso de rehabilitación de la población es un resultado concreto del trabajo desarrollado por el TAC. El trabajo llevado a cabo por el TAC, según su propia página web, está sustentado en los siguientes fundamentos5: Niños y jóvenes se constituyen en protagonistas de los cambios en sus

sectores. La conciencia ambiental se construye a partir de acciones concretas de

mejoramiento. La asociatividad permite potenciar el trabajo, representar distintos sectores

de la comunidad y sostener la experiencia en el tiempo.

5 En www.taccordillera.portalciudadano.cl

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Nadie sobra, sólo juntos podemos construir una vida mejor. La educación se hace posible en la acción, pues en ella se tejen y construyen

RELACIONES que lo hacen ser permanentes. Paulatinamente, el TAC se comienza a transformar en uno de los espacios de encuentro comunitario más preponderante del sector. Las actividades de recuperación de espacios públicos (entre ellos la quebrada que fue transformada de basural a espacio habitable que hoy utiliza el TAC para su funcionamiento), pinturas de murales, recolección de basuras y otros, van constituyendo un proceso de educación popular, basado principalmente en el aprender haciendo, volviendo cotidiana la experiencia educativa junto con representar para los más pequeños un espacio lúdico y de complicidad, desarrollando en los niños y niñas del cerro una preocupación por las condiciones del entorno, y sobre todo, la demostración palpable de que las herramientas con las que contaban para mejorar sus condiciones de vida eran sus propias manos y motivaciones. En definitiva, se hacen concientes del papel activo que es necesario adoptar cuando se desea realizar un cambio y mejoras en las condiciones y calidad de vida, sean estas personales, como también comunitarias, potenciando además el sentido de identidad que hasta hoy sigue caracterizando a los habitantes del Cerro Cordillera, generando en el ideario social, especialmente en los niños, la idea de que es posible cambiar la realidad. En este contexto, la Población Obrera de La Unión y sus habitantes pasan a formar parte de un trabajo comunitario liderado por TAC. Por un lado, estaban los habitantes de la población, que en su vivir cotidiano enfrentaban las distintas complicaciones y beneficios de la vida en comunidad. El espacio arquitectónico creado, donde su patio interior jugaba un papel central como escenario de esta vida comunitaria, definía en cierta medida el cómo se daban las relaciones. La proximidad de las casas, el uso de baños comunes durante un largo período y los lazos familiares existentes, entre otros elementos, generan relaciones que definen una forma de vivir determinada, donde cohabitaban por un lado los problemas propios de espacios con algún nivel de hacinamiento, y por otro, problemáticas comunes características de nuestra época, especialmente, las

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relacionados con situaciones de pobreza donde las condiciones de habitabilidad aparecen entre las más deficientes: estigmatización, necesidades básicas insatisfechas, delincuencia y drogas. En la primera mitad de la década de los noventa, un grupo de niños y niñas de la población, con edades entre 8-15 años, comienzan a ser actores del trabajo que el TAC estaba desarrollando. Un trabajo que, debido a las edades de los niños y niñas, no lograban comprender de manera consciente. “…En los inicios, no entendía bien de qué se trataba, iba más bien por que los niños de la pobla y del barrio asistían, y sobre todo, porque se pasaba bien o incluso se podía comer.”6 Sólo hoy, al momento de mirar la historia, los ahora jóvenes, han logrado comprender completamente la experiencia de vida en la que han participado y las consecuencias concretas en sus caminos personales. No es difícil por tanto, entender cómo este grupo de niños y niñas, apoyados por el TAC, y con la colaboración de buena parte de los propios habitantes de la POU, comienzan a replicar dentro del edificio el trabajo que venían realizando a nivel del barrio; la limpieza de quebradas, murales y mantención de los espacios comunes comienzan a producirse, esta vez, dentro del edificio. Sin embargo, el inmueble poseía problemas estructurales7 un tanto más complejos, y los trabajos que hasta ese momento habían desarrollado los pobladores, no bastaban. Los principales problemas que presentaba el edificio están bien detallados por el arquitecto Juan Mastrantonio8:

6 Cristian Amaral. Integrante del grupo de niños de la población que participan en el TAC y que luego se transformarán en la Directiva de la pobla. Entrevista en Profundidad N°2. 7 En el producto número 3 de la presente consultoría se abordarán en detalle los conceptos relacionados a los aspectos arquitectónico y estructurales del edificio de la población. 8 -Evans, Tatiana: Tesis: “Educación popular y construcción social de identidad: interacción entre la población obrera de La Unión y el Taller de Acción Comunitaria (TAC), Valparaíso 1980-2005”. Universidad de Chile. Pág 34

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“Se observa un total aplome de la estructura principal, con separación en los encuentros superiores del muro norte con los muros oriente y poniente; grietas debidas a esfuerzos de corte entre las ventanas de los extremos y de los pisos superiores de la fachada de Calle Castillo, entre las ventanas superiores y del extremo oriente de la fachada de Camino Cintura y entre las ventanas superiores y del extremo norte de la fachada de Calle Eyzaguirre.

Respecto de la estructura secundaria y en el lugar destinado originariamente a los servicios higiénicos generales, se produjo un desplome localizado de los pisos dos y tres, debido a la pudrición de los envigados de madera, provocada por la humedad permanente de los mismos recintos debida, muy probablemente, a pérdidas de agua no reparadas. El resto de la misma estructura está en perfectas condiciones, en los muros interiores y en regular estado los muros exteriores.

La estructura metálica y de madera que constituye los accesos está en malas condiciones y requiere de una urgente reparación.

Recomendaciones.

En resumen, el edificio tiene daños estructurales menores y reparables en su estructura principal. Se aconseja un recálculo de la misma, con el objeto de agregar los elementos resistentes a la tracción necesarios para dejar a la estructura bajo las normas actuales. La estructura de tabiquería que permanece en pié está en buenas condiciones y requiere de tratamientos localizados, el sector desplomado es reconstruible tomando las medidas constructivas necesarias para evitar las condiciones de humedad que permitan la pudrición de las maderas. Los pasillos de acceso requieren una reparación urgente, debido al uso. El edificio debe repararse adecuando el diseño a su funcionalidad actual, es necesario y urgente dar una solución distinta a los servicios higiénicos y adecuar el edificio a las normas actuales de seguridad sísmica y contra el fuego.

Se debe aprovechar esta oportunidad para efectuar un desarrollo integral y participativo del conjunto, tanto físico como social, el que por su naturaleza, en cuanto a su antigüedad y concepción arquitectónica, se constituye en una pieza de valor para la ciudad de Valparaíso”

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Todo lo anteriormente descrito, puso de relieve la necesidad y la importancia de la realización de un profundo proceso de rehabilitación, el cual es a su vez es el centro de esta sistematización. Este proceso va desde al año 2003 hasta el año 2007. En este contexto, a continuación se procederá a describir de manera detallada el proceso de rehabilitación, considerando para ellos los tres criterios9 mencionados en el inicio de este documento: i) análisis de la experiencia organizativa interna de la POU, ii) proceso de saneamiento jurídico del inmueble y iii) gestión de redes y recursos.

III.1 Análisis de la Experiencia Organizativa Interna de la Población

Por medio del análisis de la experiencia organizativa de la población se pretende describir las formas de organización interna que se pueden visualizar en el desarrollo de la experiencia. Iniciar el desarrollo de esta sistematización abordando los elementos organizativos internos de la población, responde a lo determinante que es este aspecto en el desarrollo íntegro del proceso de rehabilitación. Lo anterior es importante de destacar, en cuanto es posible identificar una proactividad y empoderamiento comprometido de los responsables y gestores de la experiencia. Si bien es cierto, existieron diversos actores externos que de alguna forma, y en distintas dimensiones, apoyaron y posibilitaron el desarrollo exitoso de todo el proceso de rehabilitación; en un gran porcentaje, dicho éxito, se debe a que la gestación, fundamentación y en muchos casos la ejecución de las tareas y actividades eran lideradas por los directivos de la población. Se puede decir por lo tanto, que este eje es el que en definitiva logra generar los dos ejes posteriores. Es en la descripción de este eje donde se vuelve relevante el trabajo del TAC, ya que es en esa instancia, donde el grupo de jóvenes que ha empujado este proceso

9 Los tres ejes definidos para la presentación de los antecedentes nacen de grupo focal aplicado como herramienta de levantamiento de información. En él participaron pobladores, representante de las instituciones públicas y un profesional vinculado de alguna forma al TAC. Para mayores detalles ver informe “Herramienta 1. Grupo Focal” presente en los anexos.

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adquieren las competencias y herramientas necesarias para llevar a cabo con éxito esta gran empresa. Durante gran parte de la existencia de la población, y con niveles diferentes de éxito, organización y transparencia, ha existido una directiva que se ocupa de los temas comunitarios, tales como el cobro y administración de gastos comunes, reparaciones de espacios de uso colectivo, etc. Tal y como se mencionó en el inicio de este documento, en los inicios, esta labor de administración era efectuada por un Consejo Directivo bajo la tutela del Obispado. Luego, durante los años cincuenta, y posterior a la muerte del encargado de arriendos y administración, y la desvinculación con el Obispado, son los propios habitantes de la población los que llevan a cabo esta labor. A mediados de los años 90, se cruzan y suceden dos procesos que tienen como punto de intersección el funcionamiento interno de la población. Por un lado, niños, niñas y jóvenes de entre 8 y 15 años, habitantes de la POU, comienzan a participar de los trabajos que el TAC llevaba a cabo en el entorno del Cerro Cordillera. Tal y como ya se explicó anteriormente, estos jóvenes comienzan poco a poco a utilizar (casi de manera inconsciente) el espacio generado por sus viviendas, como escenario para poner en práctica los valores y formas de trabajo interiorizadas gracias al trabajo en el TAC. Poco a poco se comenzaron a suceder con mayor frecuencia actividades de reacondicionamiento espacial y ambiental. Por otro lado, y de manera paralela, los dirigentes oficiales y los pobladores adultos llevan a cabo el proceso de administración oficial del edificio. Por diversas razones (desconfianzas internas, desinterés por la mantención de los espacios comunes, serias y profundas limitaciones económicas, problemas en la transparencia en la gestión de los recursos, etc), las distintas directivas enfrentaban cada vez mayores problemáticas para llevar a acabo un trabajo eficiente. El edificio presentaba un continuo deterioro y por otro lado, las limitaciones económicas de una parte de los pobladores no contribuían a hacer fluidas las relaciones internas. En este contexto, desde el año 1996 aproximadamente, se puede visualizar al interior de la población una dirigencia oficial liderada por los adultos y una generación de jóvenes que se comenzaba a preocupar por las condiciones de vida generadas al interior del edificio. Lo anterior no representaba una situación

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conflictiva entre los dirigentes oficiales y el grupo de jóvenes, más bien, se podría decir que existía un espíritu de cooperación. Paulatinamente las distintas acciones que se realizan, especialmente las lideradas por el grupo de jóvenes, inciden en que este grupo vaya ganando un espacio y reconocimiento dentro del colectivo. Sus logros eran concretos y reales, fáciles de constatar y representaban beneficios para toda la comunidad. De esta forma y de manera posterior al logro de algún objetivo, iban naciendo nuevos y cada vez más complejos proyectos, tanto por la complejidad técnica de estos, como también por lo recursos económicos involucrados. A la limpieza de lugares comunes, se fueron sucediendo tareas de mejoras estructurales en baños, pilares, escaleras y techumbre, llegando incluso, en al año 1998, a la rehabilitación de un espacio en desuso como sede social para el funcionamiento del grupo de jóvenes, que por ese tiempo se autodenominaban “Los chicos y chicas de la pobla”. Es importante destacar que hasta ese momento no se contaba con un espacio destinado a la organización interna, y las reuniones de la directiva eran realizadas en las propias casas de los dirigentes. Es en el año 2000 cuando un hecho muy puntual consolida a los jóvenes como actores fundamentales en la vida interna del recinto. Durante este año, y por más de 7 meses, el suministro de agua potable se mantuvo cortado. Nuevamente, y como venía sucediendo desde hace bastante tiempo, diversos factores como por ejemplo los problemas económicos de una parte importante de los pobladores, la despreocupación por el pago de estos servicios de otro segmento, contar con un solo medidor de agua que no permitía prorratear de manera eficiente el consumo, y los desordenes internos propios de la administración - donde incluso se extraviaron dineros que se habían recaudado para regularizar el suministro por medio de un convenio de pago con la empresa proveedora – hacen que la deuda acumulada produzca el corte del suministro. Con el suministro de agua cortado y el dinero del convenio extraviado el clima interno se iba complejizando poco a poco. De manera paralela, el grupo de jóvenes por esos días organizaba una peña folclórica para financiar distintos arreglos a realizar en la población.

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Es así como, en conjunto con la directiva oficial, deciden destinar todos los recursos generados por la peña al pago de la primera cuota de un convenio que se debería firmar con ESVAL. Sin embargo, para realizar la peña era necesario contar con el suministro de agua funcionando. De esta forma, un representante del grupo de jóvenes, además de la directiva oficial y algunos pobladores, acuden a la empresa para plantear la situación y solicitar la regularización del servicio dejando como garantía el dinero que se generaría en la peña, es decir “se empeña la peña”. Todo lo anterior quedó respaldado por un convenio que debió firmar el representante del grupo de jóvenes en el cual se estipulaba que la empresa se comprometía a regularizar el suministro inmediatamente, a cambio del pago de $250.000 por parte de los vecinos con posterioridad al desarrollo de la peña10. De esta forma, y con el suministro de agua regularizado, las responsabilidades del grupo de jóvenes van aumentando hasta transformarse en la directiva oficial del lugar. Así, el pago del consumo mensual, más el pago del convenio generado para amortizar la deuda total, comienza a ser el siguiente problema que debe subsanarse. La situación señalada anteriormente, puede ser visualizada como hito importante que diferencia dos formas y estilos de gestionar la vida comunitaria. Antes de este hecho, coexistían a lo menos dos grupos activos compuestos por los habitantes de la población11. Por un lado, estaban los dirigentes oficiales que se ocupaban de temas relacionados con la administración del edificio en general, y por otro lado, el grupo de jóvenes que se ocupaba de ejecutar las mejoras en el edificio, siempre contando con el apoyo de lo habitantes de la población, como también con el apoyo de personas del entorno del cerro.

10 Peñas, completadas, empanadas, rifas, cuotas, etc, eran las formas más comunes de gestión de recursos internos de la pobla. En el tercer eje se entregarán mayores detalles acerca de las formas de financiamiento. 11 No se consideran los grupos más bien informales existentes al interior de la población, y que tienen que ver más con una relación personal que con un grupo de trabajo que comparte un objetivo determinado, que se reúne periódicamente y posee un plan de trabajo. Bajo esas características, sólo el grupo de jóvenes y la directiva oficial son los únicos grupos posibles de identificar

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Una vez solucionado el problema del agua, dejan de existir dos grupos de trabajo dentro e la población. El grupo de jóvenes se transforma en el equipo directivo. Este equipo estaba conformado por un presidente, un vicepresidente, tesorero y secretario y aunque existían asambleas oficiales, la cercanía que significa vivir en la población hacia de las reuniones de trabajo algo permanente entre los jóvenes. Un elemento central en el estilo de esta nueva generación de dirigentes, es el trabajo orientado siempre en pos de un objetivo claro y específico, los cuales, en su gran mayoría, estaban relacionados con el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad. A continuación se señalan algunos hitos importantes logrados gracias a la organización interna de la POU y a la colaboración de actores del entorno, tales como el TAC, vecinos del Cerro Cordillera e instituciones públicas12. -1998: Rehabilitación de un espacio en desuso transformado en sede comunitaria -1999-2000: Reparación de la techumbre de los espacios comunes. -2001: Remodelación y rehabilitación de espacios comunes. Construcción de diez pilares de hormigón armado en reemplazo de los existentes en el primer nivel. -2001-2002: Remodelación y cambios de pasillos y pilares del segundo y tercer nivel. -2003: Constitución de Mesa Técnica. Inicio del proceso de saneamiento jurídico de la propiedad. Acuerdo organizaciones públicas comprometidas. -2004: Saneamiento jurídico de la propiedad y reparación de techumbre y bajadas de agua, limpieza de puertas interiores y pintura del interior del edificio. -2005: Obtención del Sello Bicentenario.

12 En el eje denominado gestión de redes y recursos se abordarán los aspectos relacionados con los apoyos que fue recibiendo la pobla y que sin lugar a dudas colaboraron en el éxito que hasta este momento experimenta la población.

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-2006: Obtención de subsidios habitacionales. -2007: Inicio de los trabajos de rehabilitación y organización de la salida de los pobladores. Posterior a la salida de los pobladores, y debido a los distintos lugares donde se fue estableciendo cada uno de ellos para enfrentar el proceso de rehabilitación, la organización interna se ha visto un tanto obstaculizada. Sin embargo, no se han dejado de realizar reuniones informativas o asambleas (donde el tema central es conocer la fecha exacta para la entrega del edificio). La configuración de comités que se encargarán de distintos aspectos relacionados con la administración y la redacción de un renovado reglamento interno son herramientas que se han generado para organizar el proceso de retorno y la mantención del edificio. Un último elemento importante a considerar en esta etapa del análisis de la experiencia, es dar cuenta de los principales obstáculos enfrentados por los pobladores y sus representantes para llegar a cumplir el objetivo de rehabilitar el edificio. A continuación se detallan algunos: La desmotivación y desconfianza de un segmento de pobladores, respecto a

la culminación exitosa de la experiencia como también de los representantes. La forma de abordar e intentar salvar este obstáculo se llevo a cabo mediante la ejecución de obras concretas y que representaban beneficios tangibles para los pobladores. Además, se contó con el apoyo de estudiantes universitarios en práctica que realizaron algunos trabajos de contención, especialmente durante el proceso de organización y salida efectiva de los pobladores del edificio.

Problemas de desempleo y bajo nivel de recursos económicos (individuales

y colectivos). Dichos problemas económicos y una serie de otros factores incorporan

dentro de la POU problemáticas relacionadas con el microtráfico.

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Quiebres internos entre los pobladores. Atrasos en el inicio y finalización de los trabajos.

Cierto nivel de rigidez y ralentización burocrática de los procedimientos y

funcionamiento de las instituciones públicas y de las leyes pertinentes.

III.2 Proceso de Saneamiento Jurídico de la Población

En relación al proceso de saneamiento jurídico de la población, es importante señalar que este se inició al parecer – no existen registros oficiales- en la década de los 60, sin presentar resultados positivos y concretos hasta el año 2004, fecha en la cual se le entregan los títulos de dominios a nombre de la organización comunitaria que se generó para llevar a cabo este proceso – organización que con posterioridad se transformará en un comité de vivienda-. En total se asignan 4 títulos de propiedad a nombre de esta organización, bajo la cual recae la comunería en la tenencia del edificio. Lo anterior, significó una de las principales problemáticas que los pobladores y su directiva debieron enfrentar. Existía una desconfianza o incredulidad de un segmento de la población acerca de las posibilidades reales de lograr esta ambicioso objetivo que significaba nada más y nada menos que obtener definitivamente los títulos de propiedad de sus casas. Este proceso es crucial y determinante en lo que respecta al proceso de rehabilitación de la propiedad ya que para poder llevar a cabo la rehabilitación, era totalmente necesario desocupar por un tiempo el edificio. Sin embargo, la poca claridad acerca de la propiedad del edificio hacía imperioso asegurar la propiedad de los inmuebles antes de desocuparlos. Existía el temor entre los habitantes de la POU de perder sus hogares una vez desocupado el inmueble. Los intentos fallidos por lograr la tenencia de la propiedad junto con anteriores intentos de remate de la propiedad hacen de este proceso de saneamiento jurídico un medio para lograr la rehabilitación final.

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Este proceso de saneamiento encuentra a una dirigencia de jóvenes ya empoderada en el desarrollo organizativo dentro de la población y con toda la experiencia acumulada producto de las actividades hasta ese momento implementadas. Es en el año 2003 cuando en conjunto con las demás instituciones públicas relacionadas con el tema hasta ese minuto, esto es, el Ministerios de Bienes Nacionales, Ministerio de Vivienda y Urbanismo, FOSIS, SUBDERE y Gobernación Provincial, se estructura una mesa técnica que tiene por objeto lograr el saneamiento jurídico. Uno de los primeros pasos acordados fue la contratación de un estudio de que analizara las posibilidades de alcanzar los objetivos definidos. Este estudio13 fue elaborado por el arquitecto Rubén Muñoz y financiado por el FOSIS. Los resultados de este estudio sentaron las bases acerca de las posibilidades reales de llevar acabo el saneamiento, como también de las alternativas jurídicas que aparecían como más expeditas. Es en esta fase del proceso donde se comienza a hacer evidente la rigidez en la estructura de la legislación, como también en la interpretación de estas por parte de los actores que conformaban la mesa técnica, contexto en el cual el Ministerio de Bienes Nacionales es quién posee un mayor grado importancia para salvar la situación. El avalúo de la propiedad impedía la utilización de una ley específica para lograr el saneamiento. Junto con ello no existía claridad acerca de los propietarios oficiales del edificio (faltaban hojas de una de las escrituras existentes donde se explicitaba el nombre del dueño oficial), por tanto existían problemáticas relacionada con los posibles herederos del inmueble. Esta situación motivó la directiva de la población a desplegar una estrategia para abordar el complejo escenario y presionar para aumentar la velocidad de los procesos. Primero con la institucionalidad del Ministerio de Bienes Nacionales de la región, y luego, directamente con el nivel central en Santiago. De hecho, se logra

13 Muñoz, Rubén: “Levantamiento Catastral Para el Saneamiento de la Propiedad de la Población Obrera de La Unión”. Informe Final. Valparaíso, Abril de 2003

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reunir por primera vez en una mesa técnica a los profesionales regionales y del nivel central de dicho Ministerio. En dicha mesa se discutieron aspectos técnicos que debían ser zanjados antes de continuar con el proceso. En esto, el trabajo de presión ejercido por la población, el que a su vez era acompañado por muestras reales de trabajos de mejoramiento, todo ello con el objeto de demostrar que existía un interés real de los pobladores por obtener sus títulos de dominio, fue determinante. Finalmente, salvando las distintas problemáticas jurídicas más bien con sentido común y criterio por parte de los profesionales de los organismos públicos, que con un apego estricto a la ley, se logra entregar el título de propiedad del edificio a nombre de una organización funcional que se había formalizado al interior de la comunidad; esta estaba integrada por los dirigentes poblacionales y sería el paso intermedio para lograr definitivamente los títulos de propiedad para cada poblador, hecho que se logró el año 2004, es decir 1 año siete meses después de constituida la mesa técnica y más de cuarenta años desde que se intentó sanear jurídicamente la propiedad por allá en los años 60. Desde el punto de vista jurídico, se estipuló que una vez que los pobladores vuelvan a sus respectivos hogares, no pueden vender dichas propiedades hasta un plazo inferior a 15 años. De esta forma, y con los títulos de dominio en poder de cada poblador, se lograba, por un lado, disminuir los niveles de incertidumbre que representaba dejar el lugar para que se realizaran los trabajos, y además, postular a los subsidios habitacionales del SERVIU.

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III.3 Gestión de Redes y Recursos

Para el análisis de los conceptos desarrollados en este apartado, se definirán dos etapas. La primera etapa, comprendida entre los años 1998 y 2003 y la segunda etapa, comprendida entre los años 2003 y 2007. Tomando como base lo explicado al comienzo del presente documento, en lo relativo con el aumento de los niveles de complejidad de los nuevos objetivos que se iban generando, es posible identificar un proceso similar en la gestión de las redes y los recursos económicos que se comenzaron requerir. En este sentido es posible visualizar que la gestión y generación de redes y de recursos, son acciones que están relacionadas en gran medida. Cuando se obtienen recursos desde instituciones, por ejemplo públicas, se van generando automáticamente relaciones personales entre los actores involucrados, lo que puede terminar con la generación de una red, tal y como ha sucedido en el caso de la población. III.3.1 Primer Período (1998-2003) Este período, que se inicia con los primeros trabajos de limpieza y acondicionamiento de espacios comunes y termina con la generación de la mesa técnica conformada por instituciones públicas y los representantes de los pobladores que tenía como objetivo el saneamiento jurídico de la propiedad, se caracteriza por una generación de redes conformadas por grupos, personas e instancias que se da especialmente dentro del espacio físico correspondiente al barrio. Por su parte, la gestión de recursos estaba basada en un gran porcentaje, en actividades de autogestión.

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Los montos involucrados en cada acción de mejora, estaban determinados por la complejidad de la intervención. Mientras más compleja era la intervención mayor era la cantidad de recursos que se debían generar14.

i) Gestión de Redes

La creación de redes, sean estas formales o informales, aparece como uno de los factores necesarios e importantes al momento de pensar en proyectos exitosos. Durante el primer período definido, las redes en las que participa y se desenvuelven los habitantes de la población y sus representantes, están compuestas por actores pertenecientes al Cerro Cordillera. El TAC aparece como un actor importante al momento de articular redes y generar trabajos colectivos con los demás actores como por ejemplo la parroquia, el club deportivo, la sociedad protectora de obreros, centros de madres, juntas de vecinos y la propia población. Estas redes estaban basadas en la relación cotidiana de los habitantes de un mismo espacio geográfico, que a su vez, compartían y enfrentaban problemáticas similares. No existían demasiadas asimetrías de información o de poder en las relaciones entre los actores. Los beneficios que representa el trabajo en red se pueden ver reflejados en la experiencia de la población, sobre cuando son precisamente personas que integran estas redes las que colaboran en el logro de los objetivos planteados. Son los propios vecinos más próximos del Cerro los que colaboran en los trabajos que caracterizan a este período: la limpieza y arreglos menores en los espacios comunes. En relación a la generación de redes fuera del entorno directo de la población, durante este período se comienza a mantener una relación con el Fondo de Solidaridad e Inversión Social y la Gobernación Provincial de Valparaíso. 14 Por ejemplo, actividades relacionadas con la limpieza de baños, se diferencian, tanto en su complejidad técnica como en la cantidad de recursos requeridos, de tareas como la construcción de pilares de concreto o cambio de techumbre.

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ii) Gestión de Recursos La gestión y generación de recursos durante este período, se basa, en un gran porcentaje, en acciones de autogestión. Peñas folclóricas, venta de platos únicos, completadas, rifas, etc. aparecen como las estrategias más usadas para generar recursos cuyo fin era realizar mejoras en el recinto. En la realización de estos eventos, participan los propios habitantes de la población, produciendo y comercializando (generalmente al interior del edificio) los distintos productos mencionados. Por su parte, son los mismos habitantes y los vecinos del sector, los que asisten a los eventos, y por medio del consumo realizado aportan en este proceso de generación de recursos. Además de estos fondos que nacen a partir de la autogestión, es posible identificar aportes del FOSIS y la Gobernación. Se trataba de recursos que provenían de los programas de empleo, mediante los cuales los propios habitantes de la población eran capacitados en el desarrollo de las mejoras que era necesario efectuar en el espacio, recibiendo además una salario por este trabajo. III.3.2 Segundo Período (2003-2007) Durante este período, se alcanza el punto más alto tanto en el nivel de complejidad técnica como en los niveles de recursos requeridos para lograr los objetivos planteados, siendo el principal el de llevar a cabo un gran proceso de rehabilitación del edificio, donde la generación de redes y de recursos se da con un nivel de complejidad distinta a la anterior. i) Generación de Redes Sin dejar de participar en las redes mencionadas en el período anterior, los ambiciosos objetivos planteados durante este período, entre los cuales destaca el proceso de saneamiento jurídico de la población y la rehabilitación del edificio, traen aparejada una ampliación paulatina de las redes en las cuales se va moviendo la comunidad, especialmente sus dirigentes.

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La relación de los dirigentes con los Ministerios de Bienes Nacionales, de Vivienda, la Subsecretaría de Desarrollo Regional, Municipalidad, Instituciones Internacionales como el BID y la Junta de Andalucía van adquiriendo formas de relación y de participación un tanto más complejas, sobre todo debido a las asimetrías de información y de poder con los nuevos actores. Las oficializaciones de acuerdos, su implementación y desarrollo van acompañados ahora de una serie de documentos, contratos y códigos formales que dan lugar a redes más estructuradas. Un aspecto importante a señalar es la incorporación de la Universidad Católica de Valparaíso a la red de acción relacionada con la población. Estudiantes de la Carrera de Trabajo Social comienzan a realizar prácticas profesionales dentro del recinto. Estos juegan un papel importante en la sistematización de experiencias, levantamiento y clasificación de información primaria y apoyo en la persuasión de los habitantes cuando las relaciones entre ellos y también entre los dirigentes comienzan a ser más compleja una vez que se presentan los primeros problemas relacionados con la salida de los habitantes del recinto. En este aspecto, es importante señalar que desde el punto de vista individual de los dirigentes, como también, desde el punto de vista colectivo, la experiencia de la población comienza a ser conocida a nivel nacional. Es así como el presidente de la directiva es considerado en la lista de los 100 jóvenes líderes de nuestro país elaborada por el diario El Mercurio el año 2005. Por su parte la población es destacada con el mismo año con el sello Bicentenario, que busca relevar y entregar un respaldo oficial desde el Gobierno a proyectos emblemáticos para nuestro país. Ambos hechos, sin lugar a dudas amplían y enriquecen las posibilidades de desarrollo y profundización del proyecto. ii) Gestión de Recursos Tal y como ya se ha mencionado anteriormente, dos son los hitos importantes a destacar durante este período: el proceso de saneamiento jurídico de la población y la rehabilitación del edificio, objetivos que requieren de un nivel importante de recursos económicos para llevarlos a cabo. Los proyectos del FOSIS, entonces,

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comienzan a extenderse por más de tres meses (esa era la duración de los proyectos en las etapas anteriores), elevando además el monto de los recursos traspasados a la población. Para el arreglo de puertas y ventanas se recibió un monto cercano a los 14 millones de pesos. En este sentido las escuelas talleres que el FOSIS llevaba a cabo juegan un papel importante. Por su parte, el costo aproximado de la rehabilitación del edificio, bordea las 577 UF por departamento. Estos recursos fueron articulados por medio de una combinación de fuentes. 332 UF serían aportadas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, por medio de los subsidios habitacionales del SERVIU. De estas 332 UF, 320 se destinarían a vivienda y 12 al equipamiento. 20 UF serían aportadas por cada familia, para ello se siguieron realizando actividades de autogestión. 105 UF por departamento aportó la Junta de Andalucía. La suma de los aportes anteriormente señalados asciende a 457 UF por lo que aún era necesario articular 120 UF por familia. Dicho monto sería aportado por la subdere. Sin embargo, se logra la eliminación del IVA en los costos asociados a la rehabilitación de las casas por lo que el monto total unitario de los departamentos es de 527 UF, debiendo aportar la SUBDERE por medio del PRDUV un total de 73 UF por cada familia. Es importante destacar en este aspecto, que la obtención de estos recursos implicó, tanto para los habitantes de la población como para sus dirigentes, procesos de tramitación de subsidios (FSV) o presentación de proyectos que requirieron de apoyo y del desarrollo de ciertas capacidades necesarias para finalizar con éxito cada una de las respectivas solicitudes. Vuelven a parecer como importantes los apoyos recibidos por profesionales voluntarios generalmente generados por medio del TAC y el apoyo recibido por profesionales de instituciones públicas, entre las cuales se destaca la participación de la Gobernación Provincial de Valparaíso, representada por Cristian Arias.

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Además de los recursos económicos ya mencionados, existe una serie de otros recursos que fueron necesarios articular para llevar a cabo con éxito el proceso de rehabilitación. Los costos relacionados con el arriendo de las viviendas temporales y el traslado hacia las casas donde se ubicaron las familias, en su gran mayoría, fueron asumidos por cada familia. Se debe recordar que el pago de arriendo mensual no era un desembolso incorporado en los presupuestos de cada una de las familias ya que en la población no pagaban arriendo. Lo anterior representa un tema importante a señalar, sobre todo si cualquier retraso en los trabajos, significará una extensión de dicho gasto en los presupuestos familiares.