Claretianos - Palabra Misión. 2 Profetas

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    Claretianos - Palabra Misin

    II.- Los profetas.

    Para que el pueblo viva

    http://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/palabra2.html

    Presentacin

    Introduccin a la lectura de los profetas.El carcter proftico de Claret.La congregacin en el posconcilio, un camino proftico?Bibliografa.Tema 1.Bendecir o maldecir el poder. Samuel, Natn y Ajas: Primeros profetas noescritores. 1 S 1-12; 2 S 5-12; 1 R 8-11.Tema 2.Elas y Eliseo: Mi Dios-Yahveh es salvador. 1 R 17-22; 2 R 1-13.Tema 3.Despreocuparse del hermano es apostasa. Am 1-9.

    Tema 4.Dios se desposa con el Pueblo. Os 1-14.Tema 5.La espera de un monarca justo. Is 1.39.Tema 6.Centro y periferia. Mi 1-7.Tema 7.Dilogo imposible con los poderes. Jr 1-6; 21-23; 26-29; 34-45.Tema 8.Cambiar el corazn. Jr 7-20;24-25;30-33;46-52.Tema 9.

    La fuerza del Espritu de Vida. Ez 1-24; 33-37; 47.Tema 10.Recrearse desde el dolor. Is 40-55.Tema 11.La Reconquita futura. Ageo, Zacaras I, Isaas III, Malaquas, Abdas, Joel, yZacaras II. Ag 1-2; Is 56-66; Jl 3-4; Za 9-14.Tema 12.La Palabra y la Misericordia no tienen fronteras. Jons 1-4.

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    http://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/palabra2.htmlhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/PRESENTA.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/INTRDUC.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/CLARET.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/BIBLIOGR.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema01.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema02.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema03.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema04.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema05.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema06.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema07.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema08.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema09.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema10.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema11.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema12.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/palabra2.htmlhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/PRESENTA.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/INTRDUC.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/CLARET.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/BIBLIOGR.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema01.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema02.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema03.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema04.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema05.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema06.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema07.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema08.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema09.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema10.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema11.htmhttp://www.cmfapostolado.org/recursos/pgapostolado/palamisi/html/html2/Tema12.htm
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    PRESENTACIN

    1. CONTINUANDO EL CAMINO DE ESCUCHA DE LA PALABRA

    Hace exactamente un ao que se presentaba a la Congregacin el proyectoPALABRA-MISIN y se ofrecan, al mismo tiempo, a nuestros hermanos unos subsidios

    para ayudar a recorrer el itinerario de lectura vocacional de la Biblia que ste propona.

    El P. General en aquella ocasin hizo una llamada a todos los miembros de laCongregacin a asumir activamente el proyecto, recalcando la importancia de "un procesoque puede hacernos verdaderos oyentes y servidores de la Palabra, los 'ministros idneos'

    que necesita la Nueva Evangelizacin."

    En la PRESENTACIN que acompaaba los materiales del primer ao se explicabanlos objetivos y la metodologa del proyecto. Se ofrecan, incluso, algunas sugerencias para su

    puesta en prctica. No hace falta ahora repetir lo que all se dijo.

    Ahora, despus de un ao de experiencia, podemos compartir la alegra que sentimosal constatar la buena acogida que el proyecto ha encontrado en la mayora de nuestrascomunidades y provincias. Los Claretianos sentamos la necesidad de profundizar en lalectura de la Palabra de Dios. Una lectura que nos ayudase a captar con mayor claridad el

    proyecto de salvacin que Ella nos revela y a ponernos incondicionalmente a su servicio. Unalectura que, conectada con la que hizo de la Biblia nuestro Fundador, nos permitiese

    redescubrir su figura como "servidor de la Palabra". Se trata de una lectura que quiere hacersedesde, en y para la historia del pueblo del que formamos parte, asumiendo sus situaciones,iluminndolas desde el mensaje de la Palabra, dejndonos iluminar por esta historia humana

    para descubrir el verdadero sentido de la Palabra que Dios pronuncia para sus hijos.Finalmente, se plantea como una lectura que pretende provocar una respuesta coherente encada uno de nosotros y en nuestras comunidades. A todo ello, hacen referencia las cuatroclaves que se ofrecen en los subsidios en orden a ayudar el camino de la "lectura vocacional".

    Son numerosas las comunicaciones que han llegado a la Prefectura de Apostoladodesde los gobiernos provinciales y de otros claretianos expresando su gratitud por estainiciativa del Gobierno General.

    Tambin han sido bastantes los que han querido manifestar su opinin sobre algunospuntos de los contenidos de los subsidios o sobre la metodologa de lectura que se hapropuesto a travs de los mismos. Se lo agradecemos de verdad. Algunas de estas sugerenciashan contribuido ya a un mejoramiento de los materiales que se ofrecen para el segundo ao.

    Ha sido importantsimo el trabajo de traduccin de los materiales en orden a quellegasen a toda la Congregacin. Se han publicado en espaol, ingls, francs, italiano, polacoy alemn. Existe el plan de publicarlos tambin en portugus este ao. Hemos de agradecer detodo corazn la colaboracin de algunos hermanos nuestros que han dedicado mucho tiempo

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    y esfuerzo al trabajo de traduccin. Su aportacin al proceso de renovacin de laCongregacin es digna de todo encomio.

    2. EN TORNO A LOS MATERIALES PARA EL SEGUNDO AO

    Al presentar ahora los materiales para el segundo ao, queremos hacer algunasobservaciones que ayuden a comprender mejor su estructura y a usarlos de un modo ms

    provechoso.

    2.1. Perspectiva de lectura de los Profetas

    Tal como se anunci ya en la presentacin del proyecto, durante este segundo ao noscentraremos en la lectura de los Profetas. Lo haremos, en continuidad con nuestra lectura delPentateuco, centrndonos en ese don que Dios nos comunica a travs de su Palabra y de suEspritu: la vida.LOS PROFETAS: PARA QUE EL PUEBLO VIVA ser el lema integrador de

    nuestro recorrido por esta parte de la Biblia.

    2.2. Estructura de los materiales

    Los folletos seguirn bsicamente la misma estructura de los del primer ao.Mantendremos las cuatro claves (bblica, claretiana, situacional y existencial) que nosorientaron en la lectura del Pentateuco. Sin embargo, en cada una de ellas introducimos unas

    pequeas variantes que explicamos a continuacin.

    a) Clave bblica

    Los contenidos de la clave bblica se siguen organizando en los tres niveles:Nivel literario: qu dice el textoNivel histrico: qu deca el texto en ese momentoNivel teolgico: qu nos dice Dios a travs del texto.

    Sin embargo, vamos a alterar el orden para ayudar a captar de un modo ms adecuadoel mensaje de los profetas. La clave bblica se presenta as:

    Nivel histrico: en qu contexto nace la profecaNivel literario: cmo se expresa en ese contextoNivel teolgico: cul es su mensaje permanente.

    b) Clave claretiana

    La referencia a nuestro Fundador es un aspecto fundamental, ya que se trata de haceruna lectura vocacional claretiana de la Biblia (SP. 14,1). Descubrir la resonancia que laPalabra de Dios encontraba en su corazn misionero, percibir cmo en torno a la Palabra seiba configurando su identidad de apstol y profeta es un elemento importante para acercarnoscomo claretianos a esa misma Palabra. Las sugerencias que se daban en cada uno de los temasdel primer ao pretendan ayudarnos en ese trabajo. Seguimos en la misma lnea. Sin embargotambin aqu introducimos algunos cambios:

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    -Folleto Claretiano:

    En lugar de ofrecer el apartado "Resonancias claretianas" en cada uno de lostemas, hemos preferido editar un folleto dedicado especficamente al tema claretianoque ambiente de un modo global la "lectura claretiana" de los profetas. Llevar el

    ttulo de EXPERIENCIA PROFTICA DE CLARET. Se trata de acercarnos a Clareten su condicin de profeta, servidor de la Palabra, y, a travs de esa reflexin,encontrar aquellas claves que nos permitan adentrarnos en una lectura de los profetasdesde nuestra identidad misionera.

    Un folleto claretiano reclamara un apartado que presentase la perspectivaproftica de nuestras Constituciones. No se ha podido ultimar este aspecto. De todosmodos, ser bueno releer el estudio que el P. Manuel Orge public en el primervolumen del comentario a las Constituciones (Manuel Orge, cmf. "Inspiracin yfundamentacin bblica del carisma claretiano", en NUESTRO PROYECTO DEVIDA MISIONERA, vol. I, pgs.187-268). Puede orientarnos significativamente en

    nuestra lectura vocacional de la Biblia.

    Finalmente se ofrecen en ese folleto unas indicaciones con el propsito deayudar a releer el proceso de renovacin que la Congregacin ha vivido en los aosdel posconcilio, tratando de resaltar algunos aspectos de sus documentos o de su vidaque expresan con mayor claridad su empeo por ser fiel a la misin proftica delanuncio de la Palabra en nuestro mundo.

    - Referencia claretiana al final de cada tema:

    Aunque lo fundamental de la "clave claretiana" vendr expuesto en el folletoclaretiano, no renunciamos a poner, al final de cada uno de los temas, unasindicaciones que nos vayan recordando el tipo de lectura de los profetas que estamoshaciendo: vocacional-claretiana. Se trata de unas breves indicaciones que nosremitirn a textos claretianos y congregacionales relacionados con el tema que se

    presenta. Ser necesario, pues, acudir a la lectura y meditacin de los textos que all senos indiquen.

    c) Clave situacional

    Al igual que se haca en los materiales del primer ao, se trata de ubicar nuestra

    lectura dentro de la historia de nuestro mundo. Damos unas pistas que pretenden invitar cadauno y a cada comunidad a tomar renovada conciencia de las caractersticas que marcan lahistoria del momento actual de nuestros pueblos. Hay pistas que tienen ms que ver con elaspecto cultural, otras con el poltico o con el religioso. Se formulan a travs deconstataciones o de preguntas. No queremos dictar ningn camino, menos dar lecciones anadie. Es un toque de atencin sobre una dimensin necesaria para una lectura significativa dela Palabra de Dios hoy: la Palabra ha de iluminar los distintos acontecimientos de la historia

    para que podamos descubrir en los mismos la llamada de Dios; y, al mismo tiempo, laconcreta situacin de nuestros pueblos nos permite descubrir el mensaje que Dios quiere hoytransmitirnos a travs de su Palabra.

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    Una innovacin en relacin a esta clave existencial es que la hemos integrado en el"trabajo personal", desplazndola del "encuentro comunitario" donde aparaca en losmateriales del primer ao. Nos parece que es imprescindible tener ya presente esta dimensinen el trabajo personal sobre el tema. De lo contrario, nos exponemos a una lecturadesencarnada de la Palabra de Dios.

    Insistimos: lo que se apunta en torno a esta clave son pistas, sugerencias. Cada uno ocada comunidad deber buscar aquellos signos, acontecimientos o caractersticas queexpresan con mayor fuerza la situacin concreta de los pueblos con los que comparten la vida,sin olvidar naturalmente aquellos rasgos universales que inciden, positiva o negativamente, enla historia del mundo de hoy.

    Nos daremos cuenta de que las sugerencias o las preguntas que se apuntan en la "clavesituacional" de los diversos temas, a veces, se repiten. No importa: hay temas que se debenretomar repetidamente y reflexionar desde perspectivas distintas. De todos modos, que seacada uno -o la comunidad- el que discierna dentro de qu tema quiere asumir unas

    determinadas sugerencias.Lo mismo vale para lo que se apunta en torno a la "clave existencial".

    d) Clave existencial

    Siguiendo la metodologa del ao anterior, se presentan unas indicaciones que nosinvitan a acoger en nuestra propia vida el mensaje de la Palabra y nos urgen a ir discerniendolos caminos para darle una respuesta ms fiel y generosa. Tambin aqu se trata de

    sugerencias o pistas, no de imposiciones. No se pretende confeccionar un cuestionario al quehaya que responder, sino recordar que nuestra lectura o llega hasta aqu o no se podr llamarclaretiana: sabemos que el Fundador perciba que el texto le hablaba a l y descubra en elmismo su identidad, su vocacin y su misin. Cuando la acogemos verdaderamente en nuestrocorazn, la Palabra se convierte en fuerza poderosa que nos lanza, personal ycomunitariamente, hacia un compromiso misionero ms firme y generoso y nos impulsa avivir la itinerancia misionera.

    Al igual que se hace con la clave situacional, este apartado se ha integrado en el"trabajo personal". Nuestra reflexin y nuestra oracin en torno a los textos bblicos yclaretianos que se nos proponen es el marco ms adecuado para discernir la respuesta que nos

    piden.

    2.3. Trabajo personal y encuentro comunitarioRecordemos que estos dos aspectos son fundamentales para que el proyecto

    PALABRA-MISIN incida verdaderamente en cada uno de nosotros y en nuestrascomunidades. Veamos brevemente cmo estn organizados en los folletos:

    a) Trabajo personal

    Sobre el trabajo personal ya hemos abundado suficientemente en el apartado anterior.Solamente recordar que es la clave para que el itinerario a travs de la Palabra de Dios, en

    peregrinacin claretiana, sea verdaderamente significativo. No se trata de preparar unas

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    lecciones, sino de confrotarnos seriamente con el Seor que nos habla. Adems, de la seriedaddel trabajo personal de cada uno depender la profundidad del encuentro comunitario.

    b) Encuentro comunitario

    Los materiales para el encuentro comunitario, al integrar las claves situacional yexistencial en el apartado de "trabajo personal", han quedado reducidos a una simpleenumeracin de los pasos a dar. La diversidad de situaciones en la Congregacin aconsejadejar un margen ms amplio a la creatividad de nuestras comunidades. El superior de lacomunidad o el encargado de animar cada uno de los temas puede presentar un pequeo guinque ayude a todos a preparar mejor el encuentro comunitario. En cualquier caso, el encuentrocomunitario debera incluir algunos aspectos fundamentales:

    - oracin- compartir lo que hayamos descubierto como ms nuclear del mensaje deltexto bblico: dejar que nos vuelva a hablar la Biblia a travs de la lectura quede ella ha hecho cada uno

    - dialogar sobre aquellos aspectos que nos parezcan ms significativos dentrodel mbito de la clave situacional- discernir las exigencias que surgen de la Palabra para cada uno y para nuestracomunidad y procurar sealar concretamente el modo cmo queremosresponder ms fielmente a las mismas- un momento final de oracin.

    Durante el primer ao se han hecho algunas experiencias interesantes que nos puedenayudar a todos a organizar mejor las reuniones. Por ejemplo, algunas comunidades cercanashan realizado los encuentros conjuntamente consiguiendo con ello una mayor riqueza en elcompartir. Otros han realizado el camino junto con grupos de laicos, lo que les ha permitidoampliar los horizontes de su dilogo. En algunos casos el encargado de preparar el tema harepartido con suficiente anticipacin un guin sealando los puntos sobre los que girara lareunin, lo cual ha ayudado a evitar una dispersin que nos deja luego insatisfechos.

    3. "PALABRA-MISIN" Y EL RITMO DE NUESTRA VIDA

    3.1. Lo fundamental es la Biblia

    Parece obvio, pero es bueno recordarlo. Lo fundamental es la Biblia, no el folleto. Y

    esto tanto para el trabajo personal como para la reunin comunitaria. Por lo tanto nada nosdebe dispensar del contacto sosegado y profundo con el texto bblico y, en su debidaproporcin, con los textos claretianos que se nos sugieren.

    3.2. Una propuesta concreta

    Se nos ha preguntado repetidamente: Cmo conjugar el trabajo a partir del folleto yla oracin a partir del texto bblico? Cmo organizar la labor durante el mes? Lo hemoscomentado con varias comunidades, con algunos, en particular. Por si sirve, presentamos una

    propuesta concreta, fruto de estos dilogos:

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    a) Un primer momento, antes de meternos en la lectura del folleto, debe ser la lecturadel texto bblico que se propone.

    b) En un segundo momento, vendra la relectura del texto con la ayuda del folleto.Exige tiempo y constancia. No se puede acabar seguramente en unos pocos das.

    Aprovechar la gua de lectura que se nos ofrece en la clave bblica: hay que tener antelos ojos la Biblia y el folleto, e ir trasladndose continuamente del uno al otro. Es elmomento de integrar tambin las sugerencias sobre las claves claretiana, situacional yexistencial y hacerlas objeto de nuestra reflexin y estudio.

    c) El tercer momento es el de orar el texto bblico. Despus del trabajo de estudio yreflexin que ha iluminado y motivado, es el momento de situarse reposadamente anteel Seor y pedir que sea su Espritu el que nos ayude a comprender, el que nos reveleel sentido de su Palabra. Es un momento de gratuidad, de escucha atenta y agradecida.Podemos estar seguros de que la Palabra nos va a hablar con acentos nuevos. Hay quedejar que la Palabra nos trabaje: qu me revela, qu me descubre, cmo me llama,

    cmo me hace sentir la presencia de Dios en mi vida y en el mundo, qu oracin mesuscita, cmo me conforta, qu me cuestiona y denuncia, a qu me impele, etc. Todoesto tanto a nivel personal como comunitario.

    Puede ser incluso una ayuda ir anotando en un cuaderno todas estas mociones,estos pequeos o grandes descubrimientos que hacemos de la mano de la Palabra deDios. Es algo secundario, pero que puede ayudar a vivir este itinerario de lecturavocacional de la Palabra de un modo ms significativo y a preparar mejor nuestraaportacin al encuentro comunitario.

    3.3. El tiempo: nuestro gran problema

    Es verdad que estamos todos muy ocupados: se trabaja a tope. Pedir a los claretianosque busquen cada da un tiempo (unos 30 45 minutos) para ir realizando este itinerario

    puede parecer una temeridad. Cada uno deber ver el modo de organizarse. Las circunstanciasnos van a imponer naturalmente sus limitaciones. De todos modos, es algo que est ennuestras manos. Lo que parece importante es integrar PALABRA-MISION en el proyecto

    personal para darle cabida en el ritmo normal de nuestra vida.

    Del mismo modo, ser bueno que la comunidad lo integre en su proyecto comunitario.El da de retiro parece un marco apropiado para el encuentro comunitario: no multipliquemos

    reuniones.

    4. PROGRAMA DE ANIMACIN MISIONERA

    Es un curso bblico o un programa de animacin misionera? Se dijo ya claramente enla presentacin del proyecto: se trata de un proyecto destinado a la cualificacin misionera denuestra vida y misin como servidores de la Palabra. Ser bueno recordar los objetivos, antesde comenzar el itinerario del segundo ao.

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    Entonces, por qu tienen un tono tan acadmico los materiales? Se nos ha hecho estapregunta varias veces. Ante todo hay que afirmar que no existe tal academicismo en lapresentacin de los temas. Se ha procurado dar unas ayudas fundamentales en orden a podercaptar correctamente el mensaje del texto bblico. Se podr, incluso, disentir de los

    planteamientos hermenuticos del folleto, pero el asumir con seriedad este aspecto nos va a

    llevar a una lectura ms profunda de la Palabra de Dios. Y esto es algo que necesitamos.

    No es un "curso bblico", pues ello exigira unos planteamientos muy diversos. Se tratade un camino para irnos conformando, personal y comunitariamente, como oyentes yservidores de la Palabra. Cuando nuestro contacto con la Palabra sea tan vivo y profundo quedesate en nuestros corazones un impulso irresistible que nos lleve a un compromiso msdecidido por el Reino, habremos logrado nuestro objetivo. Entonces, nuestras programacionesmisioneras y pastorales encontrarn los agentes que necesitan para hacerse realidad y eldesplazamiento hacia las fronteras misioneras surgir como una consecuencia lgica denuestra vocacin.

    El contacto con la Palabra nos va a capacitar tambin para un dilogo serio con lasculturas, repetidamente mencionado en el documento del ltimo Captulo general, que est ala base de cualquier proyecto evangelizador.

    5. FRUTO DE LA COLABORACIN

    Una vez ms, ha sido la generosa colaboracin de algunos claretianos la que ha hechoposible crear este instrumento. Hay muchas horas de trabajo y mucho amor a todos losclaretianos en cada una de las colaboraciones: autores de los temas, traductores, editores,distribuidores, etc. El trabajo de todos aquellos que en las provincias y en las comunidadesestn animando el proyecto es igualmente un elemento importantsimo para su incidencia enla vida y misin de la Congregacin.

    Estamos agradecidos a todos aquellos que han colaborado con sus sugerencias, suscrticas, sus indicaciones. Es un trabajo comunitario ste en el que estamos metidos.Esperamos que pueda seguir siendo as.

    Finalmente el agradecimiento a todos y cada uno de los claretianos y seglares que danvida a estos materiales, acogindolos en sus vidas y en sus comunidades.

    Deseamos que esto que os presentamos cumpla los objetivos que nos hemos

    propuesto. Esperamos reencontrarnos de nuevo el ao prximo para ofreceros los folletos quenos guen en nuestra lectura de los Evangelios sinpticos y del libro de los Hechos de losApstoles.

    Roma, 24 de octubre de 1994

    Fiesta de San Antonio M. Claret

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    LOS PROFETAS: PARA QUE EL PUEBLO VIVA

    INTRODUCCIN A LA LECTURA DE LOS PROFETAS

    En tiempos de cordura Hemos llegado al techo

    oficial, ordenada, preferente, de lo posible? No hay otra salida?

    no cabr la aventura, La suma de lo hecho

    ya que, juiciosamente, colmar la medida

    no alentar quimeras el presente de aquello que esperamos de la vida?

    Mario Benedetti

    1. NECESIDAD DE PROSEGUIR

    De la lectura del Pentateuco surge claramente que la propuesta de Dios tiene unafinalidad: la vida del hombre. De ah el ttulo del volumen anterior: "Pentateuco: para que elhombre viva". Sin embargo, todava hoy, junto a hechos esperanzadores para la vida "hay quesealar otros verdaderamente graves y preocupantes, como 'la cultura de la muerte'...Descubrimos la raz comn de estos hechos y situaciones negativas en las actitudes y sistemasegostas de convivencia y organizacin de la sociedad" (SP 1.2).

    Como propuesta de orientacin y gua para responder a las exigencias que nos lanza eltiempo presente desde estas situaciones negativas, los nn. 6 y 13 del citado documento

    capitular sealan una pauta que expresan, respectivamente, con una doble formulacin:"Imitando a Jess, el Profeta" y "nuestro modo de seguir a Jess, Profeta". En lacaracterizacin de ste se indican, por una parte, su condicin de "poderoso en obras y

    palabras" (n.13) y, paralelamente a esta doble realidad, se insiste en la necesidad que tenemos"de convertirnos en signo y expresin de la Palabra de Dios"(n.6).

    El presente volumen pretende acercarse a los Profetas desde esta perspectiva. Su ttulo"PROFETAS: PARA QUE EL PUEBLO VIVA" quiere ser una prolongacin del anterior de"Pentateuco: para que el hombre viva".

    2. LOS LIBROS PROFTICOS

    2.1. Relacin de libros profticos y Pentateuco

    El Pentateuco nos haba hecho llegar hasta el Jordn y nos relataba el largo caminoque culminaba en el don de una tierra. Esta tierra era concebida como una "eutopa", un buenlugar en que el hombre podra satisfacer sus necesidades y alcanzar felicidad y dicha. Sinembargo, la historia que contina revela que esa eutopa se ha convertido en "utopa", unlugar que no existe, al menos para la totalidad del pueblo de Dios. Del hecho que grandessegmentos de la poblacin han sido desposedos de lo que Dios les haba destinado, surge un

    juicio negativo sobre la situacin presente. Por ello, la historia de las vicisitudes del pueblo,

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    relatada en los libros que siguen al Pentateuco, quiere ser un llamado a afianzarse en laconviccin de que el presente puede ir adquiriendo rasgos que lo acerquen al "buen lugar"

    proyectado.

    La misma Biblia se encarga de establecer esta relacin, como puede descubrirse a

    partir de Ml 3,22-24(=4,4-6), versculos finales del "bloque proftico". All se subraya lacondicin mediadora de Moiss: "Acordaos de la Ley de Moiss mi siervo, a quien yo

    prescrib en el Horeb preceptos y normas para todo Israel" ( Ml 3,22). Y con ello, se nosremite al final del Deuteronomio: "no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moiss"(Dt 34,10). Pero, en la lnea de la promesa de un nuevo Moiss (Cf Dt 18,15-19), losversculos que siguen hablan de la funcin de la venida del profeta Elas en orden a laconversin y, de esa forma, la coleccin de los Profetas aparece como continuadora de lamisin de Moiss. Los hroes de esta coleccin (pasando por alto las crticas que algunos deellos dirigieron a la Torah) son entendidos como maestros de fidelidad a la Torah de Moiss.

    De esta forma, despus del Pentateuco en que todo est encaminado a hacer aparecer

    la bondad de la Ley de Dios como proyecto para una recta convivencia entre los hombres, laBiblia nos presenta unos libros que trasmiten una historia en que se nos relata el destino deesa Ley en la vida del pueblo.

    En la profeca, a diferencia de la Ley en que frecuentemente se seala la poca con unindeterminado "en aquel tiempo", se marcan a cada paso fecha, acontecimientos individualesy relacin con los reyes de Israel y con los imperios. La historia que se cuenta es testimoniocalificado de que lo hecho por Dios en favor de Israel hasta la entrada en la tierra (Pentateuco)ha sido deshecho a continuacin.

    2.2. Unidad en los textos profticos

    Pero con los versculos citados ms arriba se realiza tambin, en torno a la la figura deElas, la unin de los mensajes que se nos transmiten a partir de Isaas (Profetas posteriores)con los relatos consignados en los libros que van de Josu a II Reyes (Profetas anteriores): Lamencin del retorno de Elas remite a su subida al cielo relatada en 2 Re 2,1-11.

    Tal vez, el mismo carcter de referencia tenga la repeticin del texto ntegro de 2 Re18,13-20; 19 (salvo 18,14-16) en Is 36,1-38,8; 39,1-8. Si esto es verdad, la repeticin deberaentenderse como una invitacin del redactor final de los Profetas anteriores a consultar lacoleccin de los profetas posteriores que comienzan por Isaas.

    De esta forma se determina la unidad del objeto de nuestra lectura para este ao. Enella a cada paso nos encontraremos con "Profetas", verdaderos protagonistas de esta historia.

    2.3. Extensin de los textos profticos

    En la traduccin griega, esos libros aparecen separados. Los "mensajes" profticos setransmiten al final de todo el Antiguo Testamento, mientras el bloque de libros que van deJosu a II Reyes, junto con los libros de las Crnicas, Esdras y Nehemas, con algunashistorias edificantes (Rut, Tobas, Judit y Ester) y con la historia de la lucha por la

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    independencia del dominio griego en los libros de los Macabeos, integran el voluminosobloque de "Libros Histricos".

    En la Biblia Hebrea, por el contrario, slo la primera secuencia (Josu a II Reyes)aparece en este lugar con el nombre de Profetas anteriores: en ella se relata la historia de la

    conquista de la tierra (Josu), las luchas por el asentamiento definitivo (Jueces), el paso de losjueces a la monarqua, primero con Sal (I Samuel) y luego con David (II Samuel), la historiade la monarqua desde Salomn hasta Josafat en el Sur y hasta el comienzo del reinado deOcozas en el Norte (I Reyes) y desde ese momento hasta la desaparicin de ambos reinos (IIReyes).

    Esa historia se contina con los "Profetas posteriores" en donde encontramosprimeramente tres textos de mensajes de una notable extensin: Isaas, Jeremas y Ezequiel,seguidos de textos breves, unidos para formar el Libro de los Doce Profetas. La sucesin destos parece ordenarse en tres perodos tal como eran concebidos en la mente delcoleccionador: dominacin asiria (Oseas, Joel, Ams, Abdas, Jons, Miqueas), decadencia

    asiria (Nahum, Habacuc, Sofonas) y dominacin persa (Ageo, Zacaras, Malaquas).

    3. QUE ES SER PROFETA?

    Sin embargo, el ttulo Profetas dice bastante poco sobre la naturaleza de estos libros.Ya la forma en que son escritos no es uniforme: mientras en los profetas anteriores las

    palabras de esos personajes parecen perderse en la sucesin de innumerables acontecimientoshistricos, en los profetas posteriores sucede lo contrario. En el primer caso nos encontramoscon un inters manifiesto en transmitir lo que dichos profetas han hecho, en el segundo setransmiten enteros discursos y slo se recurre a la narracin si es indispensable para situaresos discursos en la vida del personaje.

    De ah que sea necesario tratar de determinar mejor la naturaleza del profetismo enorden a explicar mejor el carcter de los textos profticos que hemos de leer. Para ello, se

    procurar descubrir, a partir de los nombres con que se los designa, el significado de sufuncin.

    3.1. El significado del nombre profeta

    3.1.1. Ambigedad de una palabra

    La utilizacin actual del trmino "profeta" lleva las marcas de la ambigedad. En ellenguaje de todos los das se lo emplea para designar la persona que tiene la capacidad deprever acontecimientos futuros. Pero tambin, cada vez se hace ms frecuente emplear elmismo trmino para referirse a miembros de la Iglesia, a laicos o a religiosos de los que seafirma, por ejemplo, en la Carta de marzo de 1990 del Cardenal Hamer a los religiosos deAmrica Latina :"Llamados, pues, a ser profetas en medio del Pueblo de Dios, de acuerdo a la

    peculiaridad de su consagracin y misin" (n.5). Ahora bien, con este segundo tipo delenguaje se sealan actividades que afectan no tanto al futuro cuanto al presente como son"conocimiento de la realidad, una presencia solidaria y el constante movimiento deconversin al mensaje de Cristo" (ibid.n.2).

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    Ya los dos sentidos mencionados eran utilizados en el primitivo vocabulario cristianoen que, por un lado se menciona el cumplimiento de las profecas y, por otro, se habla de

    profetas que anuncian la Palabra de Dios para el momento presente.

    Esta ambigedad estaba ya presente en los orgenes de la palabra griega segn dos

    posibilidades de significado (local o temporal), que puede asumir la preposicin "pro" en ladeterminacin del verbo decir. En su sentido local, que parece ser el ms antiguo, profeta sedice de una persona que habla "delante" de un pblico al que se anuncia, se da noticia o se

    proclama algo. Pero muy pronto se entiende el "pro" muchas veces con el sentido temporal de"antes": palabra de una divinidad que anuncia su voluntad no solamente para el presente sinotambin para el futuro.

    En orden a establecer cul de estos sentidos sea ms apto para expresar el ministeriohistrico de los profetas de Israel es necesario examinar el sentido del vocabulario que usa eltexto hebreo de la Biblia para referirse a estos personajes.

    3.1.2. Los nombres hebreos del "profeta"El trmino profeta usualmente es una traduccin de la palabra hebrea nab'. Dicha

    palabra es de origen extranjero y la opinin ms probable sostiene que se trata de un vocabloderivado del acdico nabu' que tiene el sentido de "el que ha sido llamado", "el que tiene unavocacin". Las formas verbales que del trmino se originan tienen un doble sentido: anunciary enloquecer. En este ltimo sentido frecuentemente se equiparan "hacer el nabi'" y "hacer elloco" (Cf. Jr 29,26; Os.9,7; 2 Re 9,11). En 1 Samuel se atestigua que, en medio de los

    profetas, Sal cae en trance y los que le conocen de toda la vida se sorprenden de verloprofetizando (1 Sam 10,10-11). En 1 Sam 19,20 los emisarios de Sal caen en trance y en 1Sam 18,10 profetizar es sinnimo de delirar. De estos testimonios, por tanto, se puede deducirque existe, en la mentalidad de los contemporneos, una cierta afinidad entre xtasis profticoy locura.

    Este caracter exttico, para el que a veces se ayuda con la msica, posibilita laexistencia de agrupaciones de profetas. Encontramos as, en la Biblia, a "los hijos de profetas"o a "hermanos profetas" que adoptan un estilo de vida arcaico y, por consiguiente, anormal

    para la poca en que viven.

    La exaltacin proftica tiene un marcado carcter religioso. Aunque se trasladan de unlugar a otro con su profetizar, estn ligados a un lugar sagrado: El grupo de profetas que Salencuentra desciende de "los altos". En Ram, donde hay otro alto (1 Sam 9,12.19) y un altar a

    Yav (1 Sam 7,17), reside Samuel. Los "hijos de profetas" establecen su residencia en lugaresde antiguos santuarios: Guilgal (2 Re 4,38), Jeric (2 Re 2,5).

    Por eso aunque el pueblo se burla de sus boatos, reconoce en ellos la presencia delespritu de Yav. Sus manifestaciones extticas aparecen como seales por las que Yav hacever su presencia. En Nm 11, 29 se expresa el deseo de que todo el pueblo pueda profetizar yaque ello es testimonio de la presencia del espritu (ruah) de Yaveh.

    Otro trmino con el que frecuentemente se denomina a los profetas es el de "hombresde Dios". Ellos son consultados en orden a solucionar problemas de salud (1 Re 17,17-18) osobre la manera de recuperar objetos (2 Re 6,6). Tambin pueden hacer aptos para el consumo

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    bebidas o comidas (2 Re 2,19-22; 4,38-41). Para responder a esos problemas esos personajesse expresan, generalmente, por medio de un orculo con el que transmiten rdenes de Yavque deben ser cumplidas. Y en cuanto esas rdenes se refieren al porvenir o indican el cursofuturo de una guerra (2 Re 13,14-19) o de un asedio (2 Re 7,1-2), de la evolucin de unaenfermedad (2 Re 8,8) o pueden indicar el lugar donde se encuentran objetos perdidos (1 Sam

    9,6.10), dichas personas pueden recibir tambin el nombre de "videntes".

    Con tal vocabulario nos hemos acercado a los dos elementos que se a-signan al profetaen el ltimo documento capitular: obras y palabras, signo y palabra.

    4.EL PROFETISMO COMO FENMENO RELIGIOSO

    4.1.Profetismo, fenmeno comn en la historia de las religiones

    Este tipo de fenmenos del profetismo israelita es semejante a fenmenos paralelos

    existentes en muchos pueblos.

    Todo pueblo, a cada paso de su existencia, hace continuas experiencias de que su vidase encuentra amenazada. Ante las mltiples amenazas a la vida, los hombres religiosos de los

    pueblos recurren a Dios buscando su ayuda que les permita triunfar sobre estas amenazas.Para ello, frecuentemente se interrogan sobre la "voluntad de Dios" que pueda indicarles elcamino a seguir en cualquier encrucijada de su existencia. Y en orden a descubrir dichavoluntad, frecuentemente recurren al consejo de un "hombre de Dios".

    Los "hombres de Dios" ocupan un lugar importante en la vida del pueblo. A ellos seacude y ellos responden por un "orculo", palabra de la divinidad.

    La competencia de este consejo abarca una amplia gama de actividades. Puede tratarsede descubrir cmo hacer para solucionar problemas de salud o para encontrar objetos

    perdidos, cmo atender a la insalubridad del agua o cmo hacer para defender un territorio. Lasabidura de las palabras del hombre de Dios lo definen como un "vidente" o un "adivino".

    La misma Biblia es consciente que dichos personajes y los orculos en que expresansus consejo no son exclusivos de Israel. Por ello ya hemos encontrado en la lectura delPentateuco a uno de ellos, a un extranjero de la Mesopotamia: Balaam, hijo de Beor. Estetiene las caractersticas del "baru" de aquella regin: personaje que recibe comunicaciones de

    la divinidad.

    Pero la iluminacin repentina de Balaam que abandona la bsqueda de los augurios(Nm 24,1) lo emparenta con el mahhu, tambin del mbito mesopotmico, portavozautorizado de la diosa Ishtar. Aunque los textos lo describen ligado a los sueos, mensajes ymenes y no hablan expresamente de un fenmeno exttico, el nombre del personaje pareceindicar a un profesional del xtasis ya que muy probablemente derive de un verbo con elsignificado de "delirar" o "desvariar". En el mbito de la Siria-Palestina encontramos tambinla existencia de personas que pronuncian orculos en estado de delirio causado por la danza,

    por heridas o por ingestin de alcohol.

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    Todos estos caracteres las sita entre los elementos no-normales de su sociedad. Porello, aunque se los respeta y se reconoce su actuacin, frecuentemente se los margina. El"profetizar" frecuentemente est ligado a este tipo de fenmenos extticos.

    Esta situacin al margen de la racionalidad de una sociedad los ubica entre los

    representantes del carcter utpico. Ellos sealan un lugar no-existente donde se podrnadquirir bienes an no posedos o donde los bienes que se posean no estarn amenazados.

    Un fenmeno anlogo al de los "pais" (chamanes) del mbito guarantico, que antes ydespus de la conquista espaola, se lanzaban junto con su pueblo a recorrer las grandes

    planicies sudamericanas en bsqueda de una "tierra sin males" con el convencimiento de estarobedeciendo a una orden de la divinidad.

    4.2. Elementos distintivos del profetismo en Israel

    Los elementos comunes arriba asignados a los profetas y sus orculos no explican el

    sentido ms profundo de la actuacin de los profetas israelitas sobre los que habla el textobblico.

    4.2.1. Defensores de la causa de Yav

    Un elemento mucho ms relevante surge del hecho de que son "profetas de Yav". Poreso en nombre de Yav entablan una lucha incesante contra los dioses extranjeros.

    De ah su combate contra los dioses cananeos de la fecundidad, especialmente contralas mltiples advocaciones de Ba'al, seor de la vida en el panten de Canan. Esta lucha semanifiesta en mayor medida en el reino del Norte, particularmente bajo el dominio de ladinasta de Omr pero tambin en pocas posteriores. Frente a esos dioses extraos todo

    profeta lleva, en cierto modo, el nombre de Elas (Yav es mi Dios).

    Cuando los cultos cananeos no representan un peligro, la lucha se desplaza endireccin de los dioses imperiales de asirios y babilnicos.

    4.2.2. Independientes frente al poder

    a) El combate contra todo egosmo y absolutizacin del poder: Este carcter aparecemucho ms extendido en la crtica proftica a la vida social de su poca. Tanto profetas

    anteriores como profetas posteriores son predicadores, anunciadores de orculos que sepresentan como Palabra de Yav, cuya caracterstica ms relevante en los textos transmitidoses su independencia respecto a los intereses de la poltica de los soberanos y de las clasesdirigentes, a pesar de que los reyes israelitas buscaran frecuentemente junto a ellos lalegitimacin de su poder.

    En esta libertad del profeta y de sus orculos respecto al monarca encontramos una delas caractersticas ms distintivas de los profetas de la Biblia, presente an en los que estnms allegados a la corte como Samuel, Natn y Ajas.

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    En esto se establece un criterio de autenticidad proftica frente a otros tipos deprofetas ya que Israel, como los otros pueblos, ha conocido profetas que subordinan susorculos al servicio del rey, profetas cuya nica preocupacin es agradar al monarca (Cf 1 Re22,5-12). Ello es debido a que el ejercicio del poder se concibe ntimamente ligado a ladivinidad y es ejercido en nombre de ella. Estos individuos o grupos, situados lejos de los

    centros de poder, son buscados por los gobernantes en orden a fortalecer el ejercicio de suautoridad. De ah que no puede extraarnos que los testimonios del Oriente Medio Antiguonos los presenten en relacin con reyes, gobernadores y con quienes ejercen el poder (vercuadro).

    Yo soy Zakir, rey de Hamat y de Lu'asch. Yo estaba en la angustia... Ba'al-Shamaim meescuch y me sostuvo. Y yo elev mis manos hacia Ba'al-Shamaim y Ba'al-Shamaim merespondi por mano de los videntes y de los adivinos y me dijo: No temas, pues yo te hehecho rey y yo estar a tu lado y te librar de todos estos reyes que te han puesto asedio.Ba'al-Shamaim me dijo: Yo destruir a todos estos reyes...

    Desde esta caracterstica peculiar se hace necesario que, para entender a los profetas,se deba examinar previamente los cambios producidos por la monarqua en la constitucin deIsrael.

    b) La monarqua durante la poca de los profetas: En 1 Re 5,2-3 se habla de laabundancia en la vida de la corte salomnica: "Los vveres de Salomn eran treinta cargas deflor de harina y sesenta cargas de harina cada da, diez bueyes cebados y veinte bueyes de

    pasto, cien cabezas de ganado menor, aparte los ciervos y gacelas, gamos y aves cebadas". Laopulencia de la corte salomnica est confirmada por los restos de construcciones de la poca.

    Para 1 Re 4,20 esta opulencia tocaba a todos los israelitas y los tributos alcanzaban alos sbditos no-israelitas segn una geografa descrita en 1 Re 5,1: los reinos desde elEufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. Sin embargo el mismotexto bblico habla tambin de la institucin de "gobernadores sobre todo Israel que proveanal rey y a su casa" (1 Re 5,7). Esta economa de opulencia cortesana slo poda mantenersecon una poltica de opresin social. 1 Re 5,27-30 habla de leva y trabajo forzado, aunque 1 Re9,22 los restringe para los sbditos no israelitas. Y en 1 Re 12 se describe el gobierno deSalomn como un "yugo" para sus sbditos (vv. 4.9. 10.11.14).

    Para buscar la aprobacin religiosa, el rey procura el establecimiento del control sobre

    la religin. Esto se realiza con la construccin del Templo. Dios se hace accesible en eltemplo de Jerusaln, y de esa forma es concebido como una divinidad que ha ligado su suertea la suerte de la dinasta.

    La opulencia crea en la sociedad israelita de la poca, como en todas las sociedadesopulentas, una conciencia de autosatisfaccin por los logros nacionales, incluso cuando estoslogros esconden la miseria de la mayora de la poblacin.

    c) La experiencia proftica de Dios: La oposicin a esta situacin surge en el profetade la experiencia de un Dios con rasgos definidos. Ella se expresar en el relato de la teofanade la vocacin inicial, pero tambin en que todos los acontecimientos histricos y tambin

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    csmicos son "signos" de Dios : sequa, hambre, peste, terremoto lo mismo que la guerra o elfin del asedio pueden ser ledos y comprendidos como expresin de la voluntad divina.

    Pero sobre todo, el profeta va a encontrar la Palabra de Dios en la historia de lasrelaciones de Yav con su pueblo. El combate contra los falsos dioses no es diferente de la

    lucha contra los dolos que se esconden bajo el nombre de yahvismo.

    El profeta se convierte as en reinvidicador de la imagen del verdadero Dios y por ellose compromete en la lucha contra el egosmo y la opresin que encierra la opulencia y contrael culto que legitima estas situaciones.

    Para ello el profeta se remite a los rasgos que ha dejado Dios en la historia de susrelaciones con el pueblo. Ya que en ella, el Dios que se ha revelado, ha dejado unos rasgosdefinidos.

    De estos rasgos el profeta rescata, sobre todo, la preocupacin divina por todos los

    integrantes del pueblo y la necesidad de ir conformando cada momento histrico a lasexigencias de la Ley.

    A diferencia de otros pueblos, la conciencia monrquica no puede anular en Israel lasexigencias que aseguren la vida para todo el pueblo conforme al proyecto de Dios. De ah la

    preocupacin que tiene el profeta de recordar a cada paso la situacin de los ms desvalidosen su sociedad. Por ello, incluso cuando el profeta acompaa al monarca, debe indicarle lasexigencias que brotan respecto a aquellas personas en el proyecto divino. El profeta es quienasume la defensa de los derechos sealados a la conciencia por la ley (mosaica o "natural") y,desde ella, puede pronunciar un juicio negativo sobre el presente histrico de la estructuracinde la sociedad (pecado), una sentencia o juicio condenatorio (ryb) que alcanzar al pueblo, ensu historia y en su globalidad, por haberse desentendido de la suerte de sus hermanos msdesprotegidos.

    Desde la confrontacin entre las polticas de la monarqua y el proyecto de Dios seexponen, de este modo, las limitaciones y sobre todo, los males de aqullas.

    Pero esta confrontacin sirve al profeta para pasar a prenunciar la "salvacin" para elpropio momento histrico y los cambios exigidos, ("conversin") para ello. Entre estasexigencias, desde Isaas en adelante, aparecer la necesidad de atender al deshecho social, al"Resto".

    Esta preocupacin de acercar cada momento histrico al ideal del proyecto de Diosmuestra la necesidad de la accin proftica. Sin esta accin proftica, la utopa es fcilmentemanipulable y se convierte en evasin, como en los ejemplos en que anteriormente semostraba cmo el poder saba utilizar los orculos al servicio de sus fines.

    Pero, por otra parte, el profetismo requiere los rasgos definidos del proyecto divino.Sin ellos quedara indefenso para enfrentarse con los males del tiempo presente, incapaz deofrecer una alternativa. No puede disearse el rostro de lo que se espera de una sociedad sinlas notas caractersticas que surgen de un mnimum ya explicitado por el designio salvador deDios para todo el pueblo.

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    5. NECESIDAD DEL DISCERNIMIENTO PROFTICO

    En la medida en que tambin el falso profeta puede designar sus palabras como

    "orculo de Yav", como parte del proyecto de Dios, se hace necesario el discernimientoproftico.

    5.1. El cumplimiento de las profecas

    Un primer criterio elaborado por la Biblia para distinguir entre verdaderos y falsosprofetas es el del cumplimiento de las profecas (Cf.Dt 18, 22). Sin embargo, parece que esteprincipio slo se hace patente para el que es capaz de interpretar las profecas. Jeremas sedistingue de sus contemporneos en que puede constatar el cumplimiento de la profeca deMiqueas (Jer 26,18). Esta incertidumbre nunca podr ser definitivamente eliminada. Por eso,en su poca, slo los primeros cristianos pueden descubrir en la vida de Jess el cumplimiento

    de las profecas.

    Esto tiene origen en el hecho de que la verdad de la palabra proftica es verdad para sutiempo. Para los tiempos que siguen las palabras profticas exigen una nueva adaptacin.

    Por ello es explicable que Oseas (1,4) condene el golpe de estado propiciado porEliseo, que Miqueas (3,12) anuncie, contra Isaas, la ruina de Sin, que Ezequiel (29,17-20),frente la exitosa resistencia de Tiro ante Nabucodonosor en 571, cambie el destinatario delorculo.

    5.2. Adecuacin a la Ley de la Alianza

    De ah se deduce que el principal de los criterios de discernimiento contine siendo laconformidad o no con la Ley de la Alianza. Por consiguiente, quien busca agradar a los

    poderosos, quien utiliza la Palabra segn sus propios intereses, o quien no se compromete afondo con las cosas de Dios, es un falso profeta.

    6. DE LA PALABRA HABLADA A LA PALABRA ESCRITA

    6.1. El decir proftico

    Originariamente, los Profetas son hombres de la Palabra. A diferencia de los primerosextticos del profetismo israelita, el profeta se define por el "orculo de Yav".

    Ms arriba se ha sealado la diferencia que existe entre las formas distintas en que senos transmiten Profetas anteriores y posteriores. Pero, si examinamos ms de cerca el materialtransmitido sobre la actuacin proftica, nos encontramos con el mismo contenido. Tambinlos Profetas "escritores" son predicadores de orculos que despus de un "As dice Yav"continuaban con un breve mensaje concluido con la expresin "orculo de Yav" Por ello, elcalificativo de "escritores" no es del todo exacto. En efecto, si exceptuamos los casos de Is8,1-2 y Hab. 2,2 (un texto muy breve en el primer caso, y un texto del que nada sabemos, en

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    el segundo), una tal actividad aparece atestiguada solamente en la poca de Jeremas (c.36). Yen este texto, el profeta puede escribir de nuevo su mensaje cuando el rollo en que se contienees quemado, seal manifiesta que se trata de un mensaje oral.

    6.2. Distintas redacciones

    Slo en un segundo momento (ms o menos distante en el tiempo), los discpuloscolocan por escrito esos orculos. Sin embargo, el proceso todava no termina: Es evidenteque Is.6,1-9,6 (Libro del Emmanuel) rompe una sucesin ya existente entre los captulos 5 y9, o que Ezequiel 3,22-27; 4,4-8; 24,15-27 y 33,21-22 eran probablemente partes de un nicoorculo original.

    Al final del proceso, bajo el influjo de Ams en quien se encuentran juicios contra lasnaciones preparando el juicio contra Israel, los redactores tienden a adoptar el orden

    siguiente:1) Palabras de Juicio para Israel y Jud;

    2) Palabras de Juicio para las naciones;3) Palabras de salvacin para Israel/Jud.

    De esa forma se modifica el sentido que en Ams tenan las palabras de juicio contralas naciones: en este profeta se colocaba a Israel y a Jud despus de las naciones para indicarsu apostasa que los situaba al mismo nivel que los extranjeros. En la nueva sucesin, entiempos del exilio, la condena de las naciones posibilitaba el paso de las palabras de juicio alas palabras de salvacin.

    7. IMPORTANCIA DE ENTENDER AL PROFETA EN SU CONTEXTO HISTRICO

    Si el profeta hace la traduccin de la utopa en un contexto histrico, para entenderlose hace necesario comprender el momento histrico en que cada uno de ellos vive y acta ylas pocas en que se releyeron sus palabras. De ah la necesidad que tenemos en cada caso deexplicitar la situacin histrica. Ello determina la metodologa adoptada: en el punto de

    partida de la exposicin de cada profeta se presenta primeramente el nivel histrico y slodespus se pasan a examinar el nivel literario y el nivel teolgico.

    8. JUSTIFICACIN DEL ORDEN ELEGIDO

    Por tanto la historia, ms que el orden actual de los libros, es la que determina el lugaren que se trata cada profeta. De ah que el orden elegido corresponder a la sucesin de cinco

    perodos fundamentales de la historia del pueblo.

    Una nica dificultad se presentaba en los casos de Isaas y Jeremas. En Isaas fuerelativamente fcil de superar distribuyendo los tres autores principales de ese libro a lo largode tres pocas distintas. No acontece lo mismo en Jeremas, mucho ms difcil de dividirdesde esa perspectiva. Y, por otra parte, pareca muy poco dedicar un solo encuentro a este

    profeta vista la magnitud de su obra. Por eso se eligi tratar a Jeremas en dos partes,dividiendo el texto en dos mitades (en la que, a grandes lneas, se respetaba el orden del libro)

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    y conectar la primera mitad con el Jeremas histrico (Jeremas A) y la segunda conredactores posteriores (Jeremas B).

    Teniendo esto presente tenemos el siguiente plan de trabajo:

    * El reino unido desde Sal hasta el cisma de Jeroboam I: Samuel, Natn y Ajas(tema 1)

    * El reino del Norte desde Omr hasta su destruccin: Elas y Eliseo (tema 2), Ams(tema 3) y Oseas (tema 4)

    * El reino de Jud desde los ltimos aos del reino del Norte hasta la ruina deJerusaln: Isaas I (tema 5), Miqueas (tema 6) y Jeremas A (tema 7)

    * La poca del destierro: Jeremas B (tema 8), Ezequiel (tema 9) e Isaas II (tema 10)

    * La reconstruccin y el fin de la profeca: Isaas III, Ageo y Zacaras I (tema 11) yJons (tema 12).

    I. CARCTER PROFTICO DE CLARET

    Claret, "profeta"? S. Pero no simplemente, segn una comprensin ms "tradicional"del trmino, como adivino del futuro, aun reconociendo algunas "predicciones" suyas, sobretodo en Cuba y en Madrid, como una forma de proclamar el mensaje.

    Somos conscientes de toda esa inflacin que ha venido dndose sobre el "profetismo",con el consiguiente desplazamiento acerca del sentido que pueda encerrar el trmino"profeta". No es ste el momento de analizar las causas de tal fenmeno de inflacin ydesplazamiento. Digamos, sencillamente, que hoy la idea clave del profetismo parece ser la deacusador, denunciador de los abusos existentes en la sociedad y hasta en la misma Iglesia. Nodeja de ser significativo, dentro de este contexto, que todas las grandes religiones hayantenido y tengan sus "profetas", con una misin "crtica", no pocas veces, contra lasinstituciones del grupo religioso y la ritualizacin en cuanto despersonalizante.

    1. CARCTER PROFTICO DE CLARET

    A Claret se le haba considerado como apstol, misionero, propagandista, etc., pero nocomo profeta. Hoy, en cambio, y muy acertadamente, se acenta en l su carcter "proftico".Subrayemos ya desde el principio cmo tal calificativo tendra, en su caso, un valor nomeramente "adjetivo" -como una forma de actuacin o de conducta- sino "sustantivo". Claret,

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    en efecto, es "profeta" por ser predicador, servidor de la Palabra. Bajo este aspecto, "serprofeta" es su razn de ser, su vocacin, su misin 1.

    Lejos de haber una contraposicin excluyente entre el apstol y el profeta, entreministerio apostlico y ministerio proftico, hay entre lo uno y lo otro una estrecha y profunda

    relacin. Apstol, misionero y profeta no son sino aspectos complementarios de la figura deClaret.

    Acentuar ahora el carcter "proftico" de Claret vale tanto como destacar el hondosignificado bblico de ese adjetivo-sustantivo , que Claret encarna en su persona, vida yministerio. El profeta bblico es, esencialmente, el heraldo del Espritu, el hombre de la

    palabra y de la manifestacin de la presencia de Dios en medio de su pueblo. El profeta es el"pastor" (Ez 34, 1-34). Es el "centinela" (Ez 3,17; 33,2-7). Es, en una palabra, el hombre quese sabe especialmente llamado por Dios para hablar, en su nombre, al pueblo 2.

    En comentario de Claret, la finalidad de la vocacin proftica se describe en Jeremas

    (1,10): arrancar vicios, destruir pecados, edificar y plantar la perfeccin (Aut 288).

    EL profetismo es, esencialmente, anuncio del mensaje, al que puede, en ocasiones, iraneja la denuncia -valiente, pero prudente y caritativa- de los vicios y pecados (Aut 288-290;382; 470ss.; 717; 729-735), como consecuencia de ese ser centinela del pueblo (Aut 119;158). Tal es la lnea seguida por Isaas, Ezequiel, etc. (Aut 215; 217) y por Jesucristo (cf. Jn 8,34).

    Slo dentro de estos parmetros puede entenderse el sentido y alcance del"profetismo" de Claret.

    Pero, con ser lo esencial, no basta lo dicho. Para entender el profetismo de Claret sehan de tener presentes las tres etapas del profetismo: el del AT, el de Jess, el de la Iglesia

    primitiva. Porque, si Claret recurre a los profetas del AT, los conoce y enjuicia a travs deJess y a travs de la Iglesia.

    a)El profetismo del AT , concretamente, est limitado a un tiempo y a unas personas,as como a unos destinatarios. Al hablar de los profetas veterotestamentarios, se ha insistidoms en los aspectos adjetivos -vocacin, formas de recibir el mensaje y de transmitirlo,condiciones personales, destinatarios- que en el elementosustantivo y ms centralizador de su

    profetismo: el mensaje de salvacin. Si pudo ello ser lgico dentro de una mentalidad

    subjetivista de la espiritualidad, hoy se ha de insistir sobre todo en el mensaje o revelacin delplan salvfico. Lo exige as el cambio de centro de la espiritualidad.

    1 Sobre el profetismo de Claret hay, en las "Semanas sacerdotales" de Vic ( 1985, 1988, 1990 ) muy acertadasorientaciones, por ms que no deje de traslucirse en ellas la problemtica ambiental del momento, con las connaturaleslimitaciones que, en el caso concreto, habra tambin que denunciar.

    2 El profeta surge en Israel cuando los reyes y sacerdotes -encargados de transmitir al pueblo el mensaje de Dios- hanperdido su fuerza creativa y su capacidad de abrir nuevos caminos. El profeta mira, s, hacia atrs para presentar el ejemplo-de los antepasados; pero orientando al mismo tiempo la mirada hacia adelante para hacer ver lo que ha de hacerse en elmomento presente, como una manera de dar sentido incesante a la historia en su caminar hacia su plenitud. Tal afirmacin esde gran importancia para la vida espiritual e institucional de la Iglesia y de la vida religiosa, como viene efectivamente a

    atestiguarlo la misma historia. Es en el "hoy" donde se realiza nuestra salvacin y la llamada a decidirse por Dios.

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    b)Jess es el mayor de todos los profetas. De l dice Lucas: "Un profeta ha surgidoentre nosotros" (Lc 7,16). Es el profeta prometido por Dios (Dt 18,15) y al que todos debenescuchar (Mt 17,5). Jess es la Palabra sustantiva, el mensaje del Padre al mundo. Elcontenido de la salvacin representa un igualmente sustantivo avance sobre la etapaveterotestamentaria.

    c) La Iglesia prosigue el profetismo como mensaje de salvacin tal y como quedaplenificado en la figura de Cristo y desde l ha de continuar plenificndose en la historia. LaIglesia no puede limitarse, en su funcin proftica, a recordar simplemente lo que Jess hadicho o ha hecho. La Iglesia es ella misma, en s, proftica; o mejor, es profeca-mensaje parahoy.

    Pues bien, desde estas premisas hay que hablar del profetismo de Claret, y desde ahhabr de ser iluminado. Y ahora s podemos ya ser ms explcitos.

    2. INTERPRETACIN QUE HACE CLARET DE LOS PROFETAS

    Claret se basa en los comentaristas bblicos de su tiempo -Cornelio A Lpide, Tirino,Calmet, etc.-, para quienes todas las profecas del AT se refieren directamente a Cristo y a laIglesia (cf.. A Lpide, Comentaria in quatuor Prophetas maiores, Amberes 1689). Lainterpretacin que, concretamente, hace el citado A Lpide de los libros profticos se muevedentro de la hermenutica del tipo-antitipo. Es la base de una exgesis alegrica, mantenida

    por el mismo Claret, hoy definitivamente desplazada por una exgesis histrico-crtica.

    Esto significa que no podemos hoy interpretar los textos profticos como losinterpretara Claret en su tiempo. Claret es hijo de su tiempo, como lo fueron los antiguos

    profetas del suyo. Incluso, aun centrado en Cristo, tiene Claret-profeta sus limitaciones 3.Porque centrarse en Cristo bajo tal aspecto no significa sino aprender de l a discernir elcontenido y hasta la forma de presentar el mensaje.

    Cul es la conclusin inmediata que de aqu se desprende? Que ni a Claret -ni a laCongregacin claretiana- puede pedrsele que lo diga todo ni que lo sea todo en un momentodado. Su mensaje y su actuacin estn limitados por las circunstancias y situacioneshistricas. Cada pueblo y ambiente exigen su peculiar forma proftica, por muy claro quehaya de tenerse el mensaje salvfico en su globalidad. El carcter proftico de Claret no seexpresa ni se traduce de la misma manera en Catalua como misionero, en Cuba como obispo

    o en Madrid como confesor real. Sin dejar de ser proftica, tampoco la Congregacinclaretiana ha expresado su profetismo de la misma forma, por ejemplo, en Vic, en Thuir, en superodo de expansin por otros continentes. Ni es tampoco idntico el profetismo de laCongregacin en sus diversos organismos. Repetimos: hay que ser profetas en el mbito ycircunstancias histricas, sociales y religiosas en que se encuentran las provincias, las casas ylas personas.

    3 No las tuvo, en cierta manera, el mismsimo Cristo, al proclamar su mensaje en un contexto histrico bien concreto ycon una concreta norma de expresin? No se habrn de interpretar desde esta clave sus palabras: "Tengo otras muchas cosas

    que deciros; pero no sois ahora capaces de comprenderlas"?

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    Slo desde estos presupuestos de base se puede entender, por una parte, a los profetasdel AT -y aun al mismo Cristo- y, por otra, a los de nuestro tiempo. Y dgase lo propiorespecto a Claret o a la Congregacin claretiana.

    3. CRISTOCENTRISMO DE CLARET COMO PROFETA

    Como matizado por su cristocentrismo, de Cristo como profeta habr que partir paradefinir el carcter proftico de Claret.

    Ahora bien, Cristo, el Profeta por excelencia, lo es por su anuncio del mensaje, y nosimplemente por los diversos aspectos que pudieran cualificar tal anuncio.

    Claret es profeta en este mismo sentido. Y slo desde aqu puede ser calificado deprofeta. Es el Cristo "consagrado y enviado" (Jn 10,36), "ungido y enviado a predicar" (Lc4,18) quien se halla en el origen, en el medio y en el trmino de la vocacin misionera de

    Claret (Aut 118). A medida que va identificndose con Cristo, llega Claret a sentir y a vivir eltexto de lsaas 61,1-3, con el que Cristo hace su propia presentacin en la sinagoga de Nazaret(Lc 4,16ss). Claret ha descubierto la plenitud de su misin en la llamada a evangelizar a los

    pobres y a una plena participacin en la misin evangelizadora de Jess.

    Y es que Claret comprende que la relacin del creyente con Cristo no puede reducirsea la intimidad mstica de un interpersonal TU-yo -por importante que sta sea- ni puede

    prescindir de los intereses del Reino en el mundo. Claret se siente atrado, seducido eimpulsado a la imitacin-seguimiento -incluso material- de la imagen evanglica de Jess (cf.Aut 221-222). La vida de Claret gira toda ella en torno al Cristo predicador del Reino, cuyosgestos, palabras y praxis misionera vienen a ser normativas para l.

    Un anlisis ms detenido del Jess-Profeta del Evangelio nos dar la clave decomprensin del profetismo ms caracterstico de Claret.

    4. EL PROFETISMO DE JESS PROYECTA SU LUZ SOBRE CLARET

    Ante todo, no se es profeta por el hecho de aplicarse uno o de que le apliquen otrosunos textos profticos, ni por el hecho de imitar la forma de vivir y de actuar o de predicar delos profetas. Jess es profeta aun antes de ser proclamado tal o de aplicrsele unos textos

    profticos4

    .

    Jess es profeta por su proclamacin del mensaje que Dios quiere comunicar enaquella coyuntura histrica al pueblo. Sin embargo, no deja de ser importante subrayar odilucidar:

    a) el sentido de los textos profticos aplicados a Jess por los evangelistas y demsescritos del NT y en qu sentido lo llaman "profeta";

    4 De hecho, durante su vida, ni le aplicaron textos profticos, ni se pens que en l se cumplan las profecas del AT. Esalabor se iniciar despus de Pentecosts. Es entonces cuando se empieza a escudriar las Escrituras, percatndose de que se lepodan aplicar a Jess textos del AT. Tampoco a Claret, concretamente, se le tuvo por profeta durante su vida, ni se

    consideraron profticas sus actuaciones.

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    b) la imagen de Jess como profeta en los evangelios.

    Desde esta doble dilucidacin es ms fcil establecer una relacin entre los textos quese aplica Claret a s mismo y aquellos que le han sido aplicados por otros, as como el sentidoen que, como consecuencia, puede llamrsele "profeta".

    4.1. Jess-profeta desde los textos bblicos

    Dos han sido los mtodos de acercamiento a Jess-Profeta:a) descubrir cmo en l se cumplen las denominadas profecas mesinicas del AT: lasque se aplica l a s mismo y las que le aplican los dems;

    b) mostrarlo como autntico profeta de su tiempo desde su misin y proclamacin delmensaje salvfico.

    Tendramos, proporcionalmente, ah la clave de acercamiento a Claret- profeta.

    Digamos, simplemente, que los evangelistas pretenden convencerse a s mismos y dara conocer a sus oyentes o lectores que Jess era el Mesas ms que demostrar el sentido de lostextos profticos aplicados a Jess.

    Y, por analgica aplicacin a Claret, digamos tambin que no es lo ms importante lalectura que l hiciera de la Biblia, sino la invitacin a leerla para saber lo que ha de hacerse enun momento determinado y comprometerse a su efectiva realizacin. Claret ley la Biblia

    para vivirla en su coyuntura histrica. La lectura reduccionista que l hiciera de textos ypersonajes no nos sirve hoy. Ya lo hemos subrayado anteriormente. Hoy hemos de leer lostextos bblicos en busca de respuesta a las necesidades y exigencias de nuestro momentohistrico.

    Por su parte -y volviendo la mirada a Jess-Profeta-, los evangelistas presentan suprofetismo bajo diversos ngulos:

    a) Jess, profeta anunciado en Dt 18,15ss;b) Jess, Mesas en quien se cumplen las profecas;c) Jess, anunciador del Reino: es la frmula ms realista y ms explcita de los relatosevanglicos.

    4.2. Jess-Profeta a la luz del Evangelio

    Llama la atencin que nunca o raras veces se autodefina explcitamente Jess comoprofeta (Mt 13,57). Pero no rechaza que le den tal ttulo (Jn 4, 19). Nunca se lo dan tampocolos apstoles y los familiares de Jess, salvo los discpulos de Emas (Lc 24,19-21). Y slouna vez adquiere matiz mesinico el trmino "profeta" (Lc 24,19-24).

    Pens Jess que era profeta? No tenemos base para afirmarlo. Sin embargo, nada seopone a que se atribuyan a Jess los "logia" de Mt 13,57 y de Lc 13,33. No ignoraba Cristo, alsituarse en el mismo plano, la persecucin de que fueron objeto los profetas. Sus milagrosevocan, igualmente, los de los antiguos profetas.

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    Los sinpticos recogen el sentir de los galileos, que ven en Jess a un profeta. Pero nonos dan ninguna definicin teolgica de dicho ttulo. Tambin la muchedumbre o algunosgrupos lo consideran tal. Y los evangelistas se hacen eco de ese sentir. Por lo que no faltanquienes vengan a concluir que Jess era profeta y que ese ttulo pueda considerarse como

    atribuido a Jess ya en su vida pblica.

    Cmo se llega, pues, a la definicin de Jess como Profeta? La respuesta queda yaanteriormente insinuada. Por lo que no vamos a repetir ideas.

    Por referencia a Claret y a su cristocentrismo, no deja de ser justificable esta un pocolarga disquisicin, ya que podemos, igualmente, preguntar: qu importancia tiene el

    profetismo de Claret dentro de su misin evangelizadora? Qu conciencia tuvo l, y tuvieronsus contemporneos, de su carcter proftico? Cmo se llega a la formulacin de la figura ycarcter profticos de Claret?

    Es lo que, como claretianos, ms nos interesa descubrir dentro del ambiente de hoy yde nuestra coyuntura histrica.

    5. EL PROFETISMO DE CLARET

    De entrada, categricamente podemos afirmar que el carcter proftico del ministerioapostlico de Claret hunde sus races en su lectura de la Biblia y en su amor a la misma. Elmismo confiesa haber sido siempre muy aficionado a tal lectura (Aut 113; 151). Una aficinque lo llevaba a recomendar dicha lectura a los sacerdotes 5.

    El P. M. Orge afirma, sin vacilar, que la lectura de la Biblia inspir a Claret al carismamisionero (Cf. NUESTRO PROYECTO DE VIDA MISIONERA, I, Madrid 1989, p.195).Pero el problema est en cmo relacionar tal carisma misionero con el carcter proftico de suactuacin. Y, en orden a la solucin de dicho problema, creemos necesario subrayar los tresvitales presupuestos que Claret presenta como base de su vocacin misionera:

    a) su compasin por los pecadores ante el castigo eterno, que le lleva a amonestarlossobre ese peligro. Claret confiesa que ya a los cinco aos senta tal compasin, la cual,evidentemente, a esa edad no poda ser efecto de una lectura de la Biblia;

    b) su reflexin, que le lleva a cambiar el rumbo de su vida: "De qu le sirve alhombre ganar todo el mundo si pierde su alma?" (Mt 16,26; Aut 68; 93; 113);

    c) el sentirse comprometido en la lucha contra Satans, desde su comprensin deltexto paulino de Efesios 6,12.

    Los textos aducidos por Claret en sus diversos escritos, y condensados en laAutobiograa, muestran, s, su carcter de misionero-apostlico; pero, desde la tradicional

    perspectiva del profetismo, no prueban que Claret sea profeta. En cambio, desde lapresentacin que hemos hecho del profetismo como servicio exclusivo a Dios para hacerllegar su mensaje a los hombres, s tienen una relacin directa con el carcter proftico deClaret.

    5 El P. Manuel Orge ha recogido las citas de las obras en las que Claret recomienda tal lectura de la Biblia (cf. NUESTRO

    PROYECTO DE VIDA MISIONERA,I, Madrid 1989, pp.191.195).

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    6. CARACTERSTICAS FUNDAMENTALES DE SU PROFETISMO

    6.1. La vocacin

    Es lo primero destacable en el profeta: la peculiaridad de su vocacin. Nos ceimosahora a sus dos aspectos ms objetivos.

    a) Experiencia de Dios

    El profetismo tiene siempre su ms honda raz en una no menos honda experiencia deDios, quien llama y enva al profeta como gua de su pueblo. El profeta pasa a ser as para el

    pueblo la voz de Dios: transformado por la Palabra de Dios, el profeta anuncia el mensaje,denuncia, acusa, edifica, consuela y anima (cf.. 1 Cor 14,3), segn los exijan las condicionessocio-polticas o socio-religiosas del pueblo.

    Cmo llegan los profetas a esa experiencia e interpretacin de la accin de Dios?Isaas, por ejemplo, la capta en una visin; Jeremas, tras una larga meditacin; Ezequiel enotra visin. Cada profeta tiene aqu su peculiaridad.

    Ahora bien, cmo llega, ms concretamente, Claret a tal experiencia? Cmo logradescifrar su vocacin proftica?

    Es cierto que la vocacin proftica de Claret puede arrancar -es ella uno de sus rasgoscaractersticos- de la lectura de la Biblia. Y as lo avalan los testimonios del mismo Claret yde quienes han estudiado su personalidad. Pero no estar de ms subrayar que para Claret lalectura de la Escritura era un medio ms entre muchos otros para llegar a la experiencia deDios. Ello no quiere decir que, tratndose de la vocacin proftico-apostlica, no se haya desealar dicha lectura de la Biblia como el gran medio de influencia en Claret. Es ya un buenaval de tal afirmacin ese excepcional amor de Claret a la Biblia, al que ya hemos aludido, yel asiduo recurso a la misma en su predicacin 6.

    Pero lo que ms interesa subrayar es que esa lectura de la Biblia es lectura en elEspritu, es decir, lectura carismtica y actualizadora, que provoca un encuentro vivo con laPalabra viva de Dios. Valgan como ejemplo dos muestras, que sera fcil multiplicar. SobreIsaas 41,8-20 (cf.. Aut 114-118) comenta: "Conoc cmo el Seor me haba llamado sin

    mrito alguno de mi parte, cmo el Seor me sac de tantos apuros, y conoc los grandesenemigos que tendra que vencer, y que tendra que predicar no slo a los pecadores sino a lossencillos del pueblo y aldeas". El texto del mismo Isaas: "Mi gloria no la cedo a nadie" (cf..Is 48,11) despierta en Claret mltiples impresiones: de pobreza (Aut 114), de purificacinmediante las contrariedades, las fatigas, las persecuciones, de disponibilidad para elsufrimiento (EA pp. 618-619). La gloria de Dios y el bien de las almas eran el objeto de suapostolado: que Dios sea amado y servido, que no sea profanado su Nombre (Aut 202; 204;EA p.424).

    6 Hay textos bblicos que tienen una peculiarsima incidencia en Claret. El eco que tales textos despertaran en Claret nos

    lo describe l mismo en la Autobiografa (nn. 101; 114-118).

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    b) Experiencia del hombre

    Es concomitante de la experiencia de Dios. La experiencia que del hombre, de susproblemas y situaciones tiene Claret le hace ver la desorientacin de las gentes: curasguerrilleros, falta de predicadores de la Palabra, guerras, etc. Al pueblo no le era fcil, en tal

    ambiente, captar el mensaje de Dios. Claret se siente, pues, urgido a predicar.

    Y bien merece subrayarse: no es Claret de los que, ante las exigencias, dificultades yriesgos que lleva consigo el ministerio proftico, pierdan calidad o mordiente proftico pordesvo del verdadero profetismo o por unilateral privilegio de algn que otro aspecto puntualde dicho profetismo, que ya sabemos, por todo lo anteriormente dicho, en qu consiste.

    6.2. El profeta, hombre de la Palabra, su servidor y predicador

    Cuando, por el fallo de los cauces institucionales, no hay otro camino para hacer llegaral pueblo la Palabra de Dios, es cuando surge su forma proftica de proclamarla.

    a) Como expresin de la voluntad de Dios, la Palabra implica:

    - anuncio de lo que Dios quiere transmitir, es decir, del mensaje salvfico;- denuncia, cuando as lo reclama dicho mensaje salvfico;Este compromiso puede exigir cambios profundos, con una consiguiente y concreta

    forma de vida por parte del profeta que anuncia y denuncia.

    No hace falta, para ser profeta cristiano, proclamar novedades, ni predeciracontecimientos; ni actuar llamativamente. Basta anunciar, actualizar, urgir el mensaje queDios confa en cada coyuntura histrica, que es lo que hace Claret con su palabra oral oescrita.

    Sin ser tradicionalistas, los profetas estn hondamente arraigados en la Tradicin delpueblo de Dios. No son tampoco unos revolucionarios; pero s valientes en denunciar, cuandoes necesario, las injusticias y violaciones de los derechos humanos. Invitan a una siemprerenovada fidelidad a la Alianza, no slo en su sentido de ortodoxia, sino tambin deortopraxis. Los profetas no pecan ni de verticalismo ni de horizontalismo. Tal vez, por todoello, no llegue el profeta a ser comprendido ni aceptado por sus contemporneos. Se le tiene

    por loco (Os 9,7), como se tuvo por tal a Jess (cf.. Mc 3,21) y a los apstoles. No serigualmente Claret descriptible desde estos parmetros?

    b) Es el predicador de la Palabra verdadero profeta?

    La Iglesia est edificada sobre el fundamento de los apstoles y profetas, siendo Cristosu piedra angular (Ef 2,20). La profeca tiene, pues, dentro del apostolado un puesto y funcinde primer orden. Pablo se ha entendido as mismo no slo como apstol, sino tambin como

    profeta (cf.. Ga 1,15ss; 1 Cor 14,18ss.37; Hch 26,16-18).

    El profeta cristiano ha sido un predicador-evangelizador, cuya misin era,precisamente, edificar la Iglesia. Su palabra estaba dirigida a la comunidad creyente (1 Cor14,22) para instruirla y confirmarla en la fe y alentarla en la tribulacin.

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    Bien, pues, se puede correlacionar el carcter proftico del misionero Claret con su"ser misionero apostlico". Su apostolado es misionero y proftico a la vez, con los rasgoscaractersticos y propios de una y otra faceta. Concretemos, pues, los aspectos relativos oderivados del profetismo de Claret en cuanto contina el de los profetas del AT a travs de

    Cristo.

    c) Evangelizacin y profetismo

    Coinciden ambos en el anuncio. Ahora bien, con el profetismo, y merced a sudimensin de denuncia y compromiso, la evangelizacin termina enriquecindose y hastadiversificndose.

    Ms concretamente, hay formas de evangelizacin que privilegian el "anuncio" yrehuyen el conflicto, a fin de dirigirse a todos, o que subrayan la doctrina como una manera de

    promocionar la "lite" cultural religiosa. Hay otras que privilegian la "denuncia" y el

    "compromiso", sin miedo a los conflictos que puedan derivar de una clara y definida opcin,subrayando ahora la praxis concreta y buscando la renovacin de la sociedad desde la

    perspectiva del pobre. La acentuacin de una u otra forma dependen de diversos factores tantosubjetivos como objetivos. De todos modos, el profeta es aquel que tiene un punto dereferencia claro y una nica finalidad: el anuncio de la Palabra que le ha sido confiada que,con frecuencia, comportar tambin una denuncia, si bien sta no sea, por s sola, la misindel profeta.

    d) Claret apstol-profeta de la Palabra

    Los textos en que Claret se reconoce a s mismo, se inspira y se encuentra con la vivavoz de Dios, son pasajes de vocacin y misin profticas. Desde ellos se siente llamado l aevangelizar, predicar, misionar (cf.. Is 41,8ss; Aut 114-118).

    Dentro de su apostolado Claret se siente, ante todo, identificado con la misinproftica. Lo declara al exponer las motivaciones que lo determinaron en esa direccin.Misionar, evangelizar, no es para Claret simple actividad sobreaadida a su personalidad. Es,ms bien, la expresin ms autntica de su mismo ser, de su identidad. Claret no habla muchode su sacerdocio. Se identifica y se define a s mismo como misionero y apstol. El ideal desu sacerdocio es el de "misionero apostlico": la vocacin ms elevada y espiritualmente ms

    eficaz. En la vivencia de esa vocacin es donde se descubre la identidad de Claret comoprofeta.

    6.3. El profeta, intrprete de los signos de los tiempos

    El lugar del profeta lo es, precisamente, la realidad histrica desde una visinintrpida y penetrante, propia de quien se atreve a ser creativo.

    El profeta es el hombre del presente, comprometido con los cambios y vicisitudes dela historia en todos sus aspectos. Arrancar al profeta de su tiempo es destruirlo como profeta,ya que su misin y razn de ser son, cabalmente, leer los signos de su tiempo. El Dios de los

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    profetas es el Dios de la historia. Con su palabra y con su vida, el profeta est radicalmentecomprometido con el Seor de la historia y con el pueblo peregrino en el tiempo.

    No, el profeta no es ni tiene por qu ser un experto en acontecimientos futuros. Lee elpresente, y comunica el sentido y las interpelaciones de la Palabra de Dios en el momento en

    que vive. Si invita a recordar el pasado, no es para quedarse en l, sino para descubrir en elmismo el significado y la orientacin que se ha de dar al presente.

    Lgico que, en el desempeo de su misin en su concreto ambiente, llegue a asimilarsus tradiciones, sus formas de expresin, sus caractersticas culturales y hasta su lenguaje,

    para mejor anunciar la presencia de Dios y su plan salvfico. pero su profetismo va muchoms all de tales manifestaciones.

    Pensando en Claret, en qu medida estn condicionados por el ambiente en que lviviera el "contenido" y las "formas" de su predicacin? Como los profetas de Israel, comoJess, Claret es hombre de su tiempo y habla a sus contemporneos y para su tiempo. Su

    preocupacin -por ah va su vocacin proftica- fue descubrir las interpelaciones divinas a suscoetneos, as como sus fallos y vacos. Ah reside, por una parte, la fuerza y la limitacin desu profetismo; pero de ah nace, por otra parte, su sentido y su prospectiva de futuro.

    6.4. El profeta, hombre enviado

    a) La misin del profeta

    Es caracterstica peculiar de los profetas el saberse llamados con una misin: liberar alpueblo de la opresin. Es, bajo tal aspecto concreto, algo que destaca sobre todo en losprofetas post-exlicos.

    El profeta surge, s, de entre el pueblo; pero, al supeditar su accin a la obra de Dios,es en realidad el enviado del mismo Dios (cf.. Is 42,19; 44, 26; Ag 1,13; Mal 3,1).Su palabraes la Palabra de Dios, anunciada a los hombres por boca humana. No surge esa palabra de larealidad material o social, sino que est dirigida a dicha realidad. En el fondo, es revelacin deDios, que reclama aceptacin por parte de los hombres.

    b) Claret, "misionero" o "enviado"

    Para Claret es sumamente importante el ser enviado. Qu hay en tal envo de

    permanente y qu se debe a la teologa o a la utilidad de su poca? Como los profetas del AT,como Cristo y los apstoles, Claret desea ser enviado por Dios, "a travs del mandato delPrelado", aade l (Aut 198). Al saberse enviado, se siente -dice- seguro. Y se presenta a smismo como el enviado de Dios y mensajero o pregonero de su Palabra (Aut 199-213). "Estanecesidad de ser enviado me la hizo Dios conocer desde el principio" (Aut 198).

    Desde tal envo, no tena ya miedo ninguno en ir a cualquier poblacin, pordificultades que se presentasen o persecuciones que se promoviesen contra l. Esta concienciade enviado como portavoz de Dios y esta investidura de autoridad -que estn en la base detoda su accin proftica (Aut 117)- le llevan a compararse expresamente con los profetas (cf.."Sermones de misin", I, 27,30).

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    En sintona con los profetas del AT, utiliza frmulas como: "Te digo de parte deDios"; "Dios me ha dado a conocer"; "Dios lo quiere", que responden a las frmulas bblicas:"Orculo del Seor"; "as dice el Seor" (Aut 685; 695).

    c) Enviado a salvar a los hombres

    Nunca el profeta ha tenido como objetivo primero su propia santificacin, ni su propioprovecho. Dios suscita a los profetas para el bien de los dems. Jess, por ejemplo, rehsautilizar sus poderes en provecho propio (Lc 4,3-4; Mt 27,42-43). Fue el pueblo -en losenfermos curados, en los hambrientos saciados, etc.- el beneficiario de tales poderes.

    Sin embargo, el cumplimiento de la misin proftica no deja de ser un elemento desantificacin y realizacin de la persona del propio profeta en sus relaciones consigo mismo,con los dems y con Dios. Asumiendo y cumpliendo en plenitud la vocacin y misinrecibidas de Dios es como llega a vivir el profeta la espiritualidad inherente a tal vocacin y

    misin. Es decir, el profeta se santifica siendo y actuando como profeta, anunciando laPalabra de Dios, con todas las consecuencias a que tal anuncio pueda dar lugar. Como ya enotro lugar hemos dicho, el profeta no puede limitar su espiritualidad a la relacin TU-yo entreDios y l, por mucho que, en los aspectos subjetivos y psicolgicos del profetismo, se hayainsistido en ello.

    El mismo Claret confiesa cmo, una vez pasados los deseos de ser cartujo, no slopensaba en santificarse, sino que "discurra continuamente qu hara y cmo lo hara parasalvar las almas de mis prjimos..."(Aut 113). Su misma oracin lo es ante todo deintercesin, en lo que ve un rasgo distintivo de Moiss, de Elas, Isaas, Jeremas, Ezequiel,Daniel, de Jess y de los apstoles (Aut 263; 663; 219; 434). Es el primer medio de que sevala para hacer fruto. Oraba y promova campaas de oracin intercesora. Con tal prctica dela oracin por el pueblo quiere cumplir Claret esa funcin proftica que, como sacerdote yobispo, le corresponde.

    No hay por qu repetir cmo viene a palparse en su predicacin misionera ese esprituproftico 7.

    6.5. El profeta, hombre del Espritu

    Ungido por el Espritu, el profeta percibe la mas ntima presencia de Dios en la

    creacin y en la historia. Desde Moiss hasta Malaquas, as es como viene identificado todoprofeta. Es el Espritu quien capacita para la misin proftica, en contraposicin al sacerdociooracular o a los profetas clticos, carentes todos ellos de especfica vocacin proftica.

    Los evangelistas explicitan algunos signos con los que confirma Jess su misinproftica (Mc 16,15-20; 2 Cor 12,12). Claret considera como tales signos no slo lascuraciones(Aut 181), sino tambin las predicciones del futuro en los sermones (Aut 528;

    7 En los "Documentos autobiogrficos" (III y VIII) expresa cmo entendi lo que queran decirle los textos de la Biblia,citando los que mayor impacto le causaban: Isaas 41,8-17; 48,10-11; 49,3; Lucas 2,48-49; 9,59; y Ezequiel 3,17-19. Estostextos pasaron a la Autobiografa, menos Lucas 2,49 y 9,59, que, despus de su consagracin episcopal, no considerseguramente necesarios para los misioneros. En cambio aade el de Isaas 61,1. Es sobre todo al final de su vida cuando

    valora este texto y lo vive como una llamada a evangelizar a los pobres.

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    Epistolario Claretiano, I, 1184 y 706). Esa misma finalidad atribuye a otros carismascomplementarios del carisma proftico: discernimiento de espritus y lectura de lasconciencias, como otras tantas manifestaciones del Espritu.

    6.6. El profeta, centinela del pueblo

    Es notorio el impacto que en la vocacin misionera de Claret provocara la funcinproftica de "centinela", de que habla Ezequiel. Las figuras, por ejemplo, del gallo (Jb 38,36;Mc 14,68) y el perro en continua vigilia, da y noche (Is 56,10), suscitan en l esa mismaconciencia (Aut 664-665; 670-673).

    Cita concretamente Claret el texto de Ezequiel (3,16-21), que presenta al profeta comoviga de la casa de Israel. Senta cmo se le decan a l esas mismas palabras (Aut 119). Elviga, dice Cornelio A Lpide, recibe el mandato de anunciar de parte de Dios la muerte a losimpos. "La muerte eterna que se cierne sobre los pecadores es la idea que me ha hecho y mehace trabajar y me har trabajar mientras viva" (Aut 9). "he aqu lo que hago y debo hacer:

    advertir a los pecadores (Aut 207) como centinela (Aut 212). Eso es lo que Claret hizo:recorrer Catalua, Canarias, Cuba, etc., anunciando, advirtiendo, denunciando, hastaexcomulgando como arzobispo de Cuba (Epistolario Claretiano, I, p.693).

    6.7. La comunidad creyente, destinataria de la predicacin

    Claret, como los profetas del AT, supona siempre la fe en quienes le escuchaban (EA423). El mensaje va dirigido al pueblo, en su situacin concreta, con sus instituciones y en susrelaciones con Dios y con los dems miembros del pueblo de Dios: especialmente, pobres,hurfanos, viudas, forasteros.

    La situacin histrico-religiosa, socio-poltico-econmica del pueblo condiciona, s, lapalabra, sus contenidos y sus objetivos. Pero, como proftica, dicha palabra aparece siempreen forma de orculo del Seor: "As habla el Seor...".

    La misin proftica de evangelizar a los pobres no significa reduccin de losdestinatarios a un estamento social, a una parte de la comunidad. Evangelizar a los pobressignifica para Claret, como para los primeros profetas-predicadores cristianos, ver en todoslos hombres su condicin de pobreza y su necesidad de la palabra y accin profticas, deamonestacin, de aliento, de edificacin. Claret se siente enviado a predicar a todos (Aut216), ama a todos (111), si bien se siente especialmente llamado a atender a los pobres (Aut

    562-569), incluso a tenerles una "verdadera devocin" (EA 557).

    7. SUFRIMIENTO Y PROFECA

    Interpret Claret como signos de su misin proftica los sufrimientos, contrariedadesy persecuciones de que fuera objeto? No lo dice claramente. Desde la idea que l tena de los

    profetas, sera negativa la respuesta al interrogante. Pero, dentro del plano en que venimosmovindonos, -y en el que profeca y predicacin misionera se identifican-, la respuesta esque no slo lo entendi, sino que hasta lo vivi.

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