Clase 4 Salud psíquica & patología: Vamos a continuar ...
Transcript of Clase 4 Salud psíquica & patología: Vamos a continuar ...
Clase 4
Seguimos en la Unidad 1
Salud psíquica & patología:
Vamos a continuar ahora con el tema personalidad y a definir diferentes
conceptos.
Existen teorías como la de personalidad de Carl Rogers y el psicoanálisis que
son personológicas, es decir que tienen en cuenta el desarrollo de la
estructura de personalidad, desde la niñez hasta la edad adulta. Estas teorías
ponen el foco en la estructura del Yo y cómo se ha conformado a lo largo
delas primeras etapas, cuando se estable la conexión entre lo dado o innato y
lo adquirido. Para Rogers ese núcleo del Yo está conformado por La Noción
de Yo, las experiencias y los diferentes grados de congruencia. La fuerza vital
que orienta el organismo humano es la tendencia actualizante.
Para el psicoanálisis el núcleo del Yo está conformado por el aparato
´psíquico: Yo, Ello, Superyo. El yo tiene un aspecto consciente y otro
inconsciente que influye en el Yo mecanismos de defensa mediante. Además,
otra diferencia fundamental con la teoría de Rogers es que la fuerza vital que
orienta al organismo humano se denomina Libido.
Teoría de Rogers y Psicoanálisis son teorías personólogicas porque entienden
que la conducta será el resultado de lo que sucede en el núcleo de la misma,
así podemos entender las diferentes conductas como derivadas de la
estructura psíquica.
No obstante, existen otras teorías de la personalidad que no son
personológicas, sino que basan su estudio solo en la conducta, un ejemplo es
el conductismo. Este movimiento psicológico focaliza su estudio en la
conducta resultante y no se focaliza en el por qué o en el origen de la misma.
Teorías personológicas:
Teoría de la personalidad de Rogers.
Teoría psicoanalítica.
Teorías del desarrollo biológico de la personalidad.
Teorías que se focalizan en la conducta
Conductismo.
Teoría Cognitivo/Conductual.
Rasgo, conducta, carácter
Se denomina RASGO a la unidad de expresión de la personalidad. No
podemos “ver” el núcleo de la personalidad, pero sí podemos evaluar qué
está sucediendo en su interior a través de los rasgos de personalidad.
Los rasgos son numerosos, por lo general un rasgo convive con el rasgo
opuesto, Ejemplo: “ser dulce, amoroso/ ser iracundo, sentir odio; confianza/
desconfianza; ser solitarios/ser sociables; ser extravertido/ ser introvertido.
Los rasgos se ubican en un continuo dimensional que va desde el extremo
saludable hasta el patológico, pasando por grados intermedios. Y veremos
cómo estos rasgos se expresan en el extremo saludable y en el extremo
patológico.
El conjunto de RASGOS, el decir la sumatoria de rasgos se denomina
CARÁCTER, por ejemplo: ser extravertido, simpático, amable, sociable,
empático, son rasgos valorados socialmente que además traen satisfacción
personal, sin embargo, esta persona también puede enojarse, aislarse, sentir
tristeza, pero son rasgos ocasionales, los anteriores son los que se destacan.
La interacción de los rasgos (o el carácter) con el medio ambiente se
denomina conducta. Si el carácter es flexible, permitiendo que el individuo
se ajuste a la realidad circundante, la conducta también lo es.
¿Y qué es la personalidad?
Para Allport la personalidad es el conjunto de sistemas psicofísicos (u
orgánicos) que actuando en forma integrada y dinámica permiten la
adaptación del individuo a las circunstancias vitales.
Para el Manual que reúne todos los trastornos psiquiátricos (DSM) la
personalidad es la forma singular y dinámica de percibir, pensar, sentir y
actuar, que acompaña al individuo durante su vida.
Por lo tanto, la personalidad es la manera que cada uno de
nosotros tenemos de captar el mundo y de darle un sentido propio,
esta transformación que cada uno hace de los datos internos y
externos se denomina subjetividad. La subjetividad no es fija, se
construye y amplía a medida que avanza el desarrollo, y recibe el
influjo constante del mundo circundante. Existen fenómenos
globales que reciben el nombre de subjetividad social, ejemplo: El
miedo y la ansiedad global por la pandemia de coronavirus, pero,
además, cada uno de nosotros percibe, siente y actúa en forma
única frente a la pandemia.
La personalidad también discurre en un continuo que va de la salud
a la patología. Las personalidades saludables (Sistemas abiertos y
semicerrados) se caracterizan por ser más elásticas, con
adaptaciones cambiantes y más asertivas a la hora de dar
respuestas a las situaciones de la vida. las personalidades con
Sistemas Abiertos tienen rasgos opuestos que conviven sin
conflicto, ejemplo: confianza/desconfianza. Puedo confiar en mí
mismo o en los demás, y en otras ocasiones, desconfiar.
No es posible armar una clasificación de las personalidades
saludables con Sistemas Abiertos por el hecho de que sus rasgos
son cambiantes según las circunstancias.
Los Sistemas Semicerrados
Siguiendo en la línea de continuo existen personalidades que
pierdan la movilidad de los sistemas abiertos, concentrándose sus
respuestas en algunos rasgos y dejando otros en niveles inferiores.
Aun así, las personas siguen estando bajo la campana de la salud
porque la perdida de esa dinámica no ocurre en todas las áreas de
vida del individuo y “ser” de esa manera no le impide tener afilados
los mecanismos de adaptación. Estos modos de personalidad se
denominan Estilos o tipos de personalidad y no se consideran
patológicos, solo son formas de ser que tienen algún tipo de
identificación por un conjunto de rasgos que son más estables y
fijos, ejemplo: personalidades que gustan de la soledad (Estilo
solitario), personalidades miedosas (estilo temeroso),
personalidades sociables (estilo expansivo).
Sistemas Cerrados
En el otro extremo de esta línea de continuo encontramos el lado
patológico o los Trastornos de la Personalidad. En estos trastornos
los rasgos expresan un núcleo de la personalidad que debe lidiar
con mecanismos de defensa para que le permita al sujeto cierto
grado de adaptación al medio. Estas personalidades se definen por
el opuesto a la definición de las personalidades sanas. En este caso
la forma de percibir, pensar, sentir y actuar se convierte en un
patrón rígido de conducta que acompaña al sujeto durante toda su
vida, ocasionando sufrimiento para sí y/o para terceros. Quiere
decir esto que los Trastornos de la Personalidad son considerados
patologías por la disfunción en las relaciones interpersonales y el
sufrimiento que esto conlleva, de sí mismo y /o de los demás,
ejemplo, siguiendo con el ejemplo de la desconfianza. El extremo
patológico se denomina Trastorno Paranoide, en este caso, el
sujeto es muy desconfiado y sospecha de todo y de todos, tiene
problemas todas las áreas donde se mueve: trabajo, familia,
amigos, pareja, etc. Todos le hacen daño o están pergeñando
acciones contra su persona, esta sospecha constante lo lleva a ser
controlador, celoso, violento. Las personalidades ubicadas en los
Sistemas Cerrados pueden recibir tratamiento para atenuar sus
rasgos conflictivos, sin embargo, su estructura seguirá estando, con
menos desconfianza, pero sin llegar ser una persona más relajada y
confiada.
PARA AMPLIAR EL TEMA
Sistemas Abiertos, Semicerrados y Cerrados de personalidad.
Parados en la vereda del conjunto, la personalidad será objeto de
estudios mensurables, escalas tabuladas, estadísticas, conclusiones
acertadas, otras erróneas; mitos, nomenclaturas que enlazan el
habla popular con datos pseudo científicos, apreciaciones
generales, etc. En la vereda de la singularidad nos distinguimos
como seres únicos. Este es uno de los aspectos fundamentales de la
personalidad: la singularidad.
Desde este lugar exclusivo el paisaje se tiñe con los colores de
nuestra paleta personal: La subjetividad, fina contextura basal
hecha de historia, de influjos, de pautas, de premios y castigos, de
derroches, malos augurios, de felicidades y de atroces
renunciamientos. En la subjetividad el mundo se convierte en
maravilloso o en una constante amenaza; un desordenado pero
bello vergel o un basural surrealista. La diversidad y el impacto del
mundo en cada uno de nosotros dependerán de los ojos internos
que lo contemplan. Este acto dinámico de “captación”, de “ingreso
de estímulos” es imprescindible para la elaboración de actos,
algunos simples, otros complejos, con el fin de dar respuestas a las
exigencias del entorno o a las necesidades mundo interno.
Pensemos en la base biológica de las respuestas, marcando un nivel
basal de integración al que podríamos llamar: organismo-medio. Si
una célula se ve sometida a un medio salino buscará mecanismos
de para no perder agua (estimula el centro de la sed) y así logrará
llegar al equilibrio u “homeostasis”. Este ejemplo nos remite a un
nivel basal, exclusivamente biológico. Claro que en el hombre las
cosas se complican y aunque existen mecanismos de adaptación no
podemos decir que son las únicas respuestas que podemos dar al
medio. Eso espero también para un futuro. Las condiciones de vida
actuales inducen la aparición de mecanismos cada vez más rígidos,
estereotipados, desprovistos de emociones o con una fugaz carga
de afecto, para hacer frente a las demandas externas.
Acomodarnos a una manera fija y conocida de respuesta
tranquiliza. Desde allí se domina la situación y hasta podemos dar
“cátedra” de cómo adaptarnos al medio. La existencia de
respuestas constantes y severamente adaptativas indica que se ha
producido un “cuello de botella” en la recepción de estímulos. La
diversidad del mundo se reduce a unas pocas cosas, como si
mirásemos por una única ventana y los esfuerzos de ajuste
emergieran por ese estrecho marco. La paleta abandona la
coloratura impresionista, llena de tonalidades y el paisaje se tiñe
con los colores del aburrimiento, del hastío (aunque a veces se
camufle en pretendida esperanza), de angustia y síntomas.
Una teoría de la personalidad debe contemplar entonces: la visión
abstracta o perspectiva nomotética, que nos hermana en ciertos
aspectos comunes a todas las personas: rasgos, motivaciones,
necesidades básicas, tendencias al desarrollo (autorrealización de
Maslow, conatos de Espinoza), tendencias a la actualización de
nuestras potencialidades (Rogers), energía libidinal (Freud),
neurotrofismo, neuroplasticidad (biología), conductas, formación
de roles sociales, etc.; y la visión singular o perspectiva ideogràfica,
reconociendo que cada acto de la vida humana tiene “el estilo”, la
manera personal de captar el mundo y de responder a él.
Integrando ambas perspectivas arribamos a una síntesis que nos
permite comprender al hombre en su integridad, con
características comunes a todos, y otras pautas exclusivamente
personales, tan propias como la historia biológica, psíquica y social
que la ha configurado.
Llamaré Sistemas Abiertos a las Personalidades Saludables, es decir
aquellas en las que prevalece la diversidad de rasgos, otorgándole a
la conducta la dinámica necesaria para afrontar las contingencias
de la vida.
Sistemas Semicerrados: Se diferencian de las anteriores por la
acumulación de rasgos que determinan un Estilo de
funcionamiento. También están incluidos dentro del espectro de la
Personalidad Saludable. La conducta está levemente condicionada
por una trama subjetiva algo más cerrada que en los Sistemas
Abiertos.
Sistemas Cerrados: en el polo opuesto de la salud. Son patológicos
en tanto y en cuanto la rigidez de los rasgos compromete la
conducta. La trama subjetiva (cognoscitiva) deja entrar algunos
estímulos que son interpretados erróneamente, modificando la
cualidad de la percepción. Hay respuestas invariables y sufrimiento
para sí y para terceros. Son denominados Trastornos de la
Personalidad.
SISTEMAS ABIERTOS
LA PERSONALIDAD EN LOS ESTILOS DE FUNCIONAMIENTO
SALUDABLE
Los Sistemas Abiertos subyacen como estructura de la Personalidad
Saludable ¿Qué características la definen?
Para la psicología del comportamiento la “salud psíquica”
dependerá de conductas eficaces que permiten la adaptabilidad del
individuo al medio. Las teorías basadas en la fenomenologìa
tendrán su mirada atenta al saber consiente que tiene el individuo
sobre sí mismo, la interpretación que hace de sus malestares
subjetivos y la capacidad de cambio, la presencia de rasgos flexibles
que lo lleve a una mejor adaptabilidad a las distintas circunstancias
de la vida, amplitud perceptiva, etc. Desde una perspectiva
psicoanalítica el concepto más cercano a la normalidad incluye
personalidades que no tienen severos condicionamientos históricos
(Fijaciones pregenitales), han tramitado más o menos bien las
experiencias infantiles y hacen uso de mecanismos de defensa
como la sublimación (para Fenichel el único positivo ya que canaliza
la emergía en procesos de desarrollo).
Toda definición de la Persona saludable debe contemplar:
La historia del sujeto para comprender la conducta actual.
Apertura perceptual y reflexiva.
Capacidad y dinamismo para la adaptación.
Las relaciones interpersonales
La imagen de sí mismo y la de los demás.
Patrones de afrontamiento y grado para ser asertivo.
Cognición, inteligencia y afectividad.
Libertad sexual versus censura y prejuicios.
Capacidad de introspección y empatía.
Visión democrática de la vida.
Las personalidades que funcionan con Sistemas Abiertos o
Saludables tienen rasgos estables, pero no rígidos; heterogéneos,
variables, con patrones de afrontamiento cambiantes; sufren por
circunstancias adversas, pero no se inhiben ni se regodean en el
sufrimiento, aman sin dependencia, odian sin culpas innecesarias:
aceptan que el amor y el odio son sentimientos humanos, no los
ocultan. Viven las relaciones interpersonales con plenitud, sin
entregarse a las demandas del otro con el único fin de complacerlo.
Promueven la reciprocidad, la intimidad, la soledad si es necesaria,
la solidaridad con conciencia social y no la caridad del desuso. En el
orden sexual se muestran libres de prejuicios, se entregan a la
relación sin perderse de vista: sienten, gozan, redescubren su
cuerpo erógeno; se brindan a si mismos lo mejor y de esta manera
se entregan al otro. Dejan de lado preocupaciones ligadas al
rendimiento, a lo esperado, a las conductas asociadas
rigurosamente al género. La primacía es la del placer.
La Personalidad Saludable es considerada un Sistema Abierto en
constante interacción con el medio. Un fenómeno dinámico que
permite al individuo responder a las distintas circunstancias que le
toca vivir.
Aunque aparente ser la resolución ideal, los Sistemas Abiertos
agilizan y mantienen constante la actualización de las
potencialidades del individuo, a menos que exista una alteración de
base. En el otro polo extremo encontramos Sistemas Cerrados que
funcionan como verdaderas cajas de resonancia, las que además de
interpretar a su modo (estático) los estímulos del medio, los
amplifican provocando malestar; ejemplo una emoción: el miedo.
En la vertiente normal no tendría por qué sobresaltarnos ni alterar
la vida diaria. Podemos salir a la calle, seguir cumpliendo con
nuestras obligaciones, organizar un proyecto sin que sea un factor
condicionante. La aprensión nos protege de una posible amenaza.
La emoción puede acompañarse de síntomas físicos no alarmantes,
breves, no inhibitorios: palpitaciones, sudoración, temblor, etc.
Nada que paralice ni comprometa nuestro accionar.
En el polo de los Sistemas Cerrados el temor es una constante
(Trastorno Evitativo de la personalidad; trastornos de ansiedad,
depresiones, etc.). Los sujetos temerosos reaccionan con horror
ante el mínimo estímulo, con una profunda sensación de fragilidad
y vivencia de desintegración (Ejemplo: la certeza de volverse loco o
de morir al sufrir un ataque de pánico).
Si el miedo produce reacciones tan diferentes en los Sistemas
Abiertos (salud) y en los Sistemas Cerrados (patología), qué
sucederá entonces con emociones-sentimientos más placenteros
como la pasión y el amor.
Un Sistema Abierto se permite experimentar libremente emociones
placenteras. Vive los sentimientos con fruición, sin culpas,
deseando que la experiencia se repita. Es más, busca que la
experiencia se repita. No sufren “ansiedad de separación del
objeto”: no temen a la “probable” pérdida del mismo. Hay
confianza en el otro; no postergan sus intereses personales, no
reclaman innecesariamente; tienen una visión clara del problema e
intentan resolverlo sin atajos ni golpes bajos. No hay actitudes de
venganza ni eternos reproches. No se pierden en el conflicto ni se
dejan arrastrar por emociones descontroladas. Resuelven
satisfactoriamente la vivencia de incertidumbre y se entregan al
conocimiento del otro y de si mismos en un intercambio recíproco y
prometedor. La reiteración de la experiencia puede ser urgente sin
ser impulsiva; medida y cauta sin ser indiferente o despreocupada.
En estas personas el Yo permite la expresión de la energía sexual,
no tiene severas restricciones que se opongan. La función del Yo es
relajada. Las defensas acceden, no reprimen. En términos de
control social las reglas incorporadas sirven de marco cognitivo o de
contexto para definir: el tipo de relación, el respeto, la expresión
emocional, las medidas de cuidado de la salud física y mental, el
grado de compromiso, la información que se dará a conocer, etc. Es
un ajuste necesario, espontáneo, que remite a la naturaleza de ser
seres sociales.
En un Sistema Abierto la vida emocional es congruente con el
sistema de creencias que integran la Noción de Yo (Rogers). No
existen desacuerdos insalvables ni francos desajustes en las
motivaciones, un despliegue constante, uniforme de nuestras
potencialidades más genuinas. El psiquismo tiende a actualizarse
aún en situaciones críticas al elegir estrategias de afrontamiento
más eficaces. Mantener la singularidad es un desafío crucial cuando
los modelos imperantes asignan al avance humano pautas
incoercibles bajo la apariencia de éxito seguro. Si en un Sistema
Abierto hay aceptación y búsqueda, en un Sistema Cerrado hay
frustración e inhibición: un anclaje interno sin más salida que una
espiral de insatisfacción constante y una felicidad inalcanza. En los
Sistemas Abiertos la búsqueda de estabilidad por parte del Yo
admitirá la descarga de la tensión por medio de la sublimación. En
los Sistemas Cerrados la intervención de varios mecanismos
defensivos (represión, negación, formación reactiva,
desplazamiento, etc.) intentarán frenar o transformar a toda costa
la excitación interna.
¿Por qué un sistema se cierra a los cambios, al dinamismo de la
experiencia?
En los primeros años la interacción con el mundo deja su huella
más firme.
La sola idea de imaginar los primeros tiempos de nuestra vida nos
sorprenderá: Hay un conjunto desordenado y extraño de cosas que
se suceden; figuras que se reiteran, objetos, formas, colores,
nombres, propiedades, usos. Tratemos de sentir las primeras
emociones, sentimientos, sensaciones: hambre, saciedad, tensión,
dolor, miedo, angustia; junto a la percepción de extraños objetos,
personas, cuerpos que se alejan, que se acercan, caras, formas
conocidas, desconocidas y las ganas de abrazar o de huir. Hemos
aprendido poco a poco a distinguir lo propio de lo ajeno; a
encasillar en convenciones culturales: de posesión, de pertenencia,
de igualdad, de diferencia. Imaginemos ahora cómo ese impacto
con el mundo pretende dar forma a nuestra personalidad,
descontando que lo propio es sólo una pieza en bruto que merece
recibir el cuidado y los atributos del troquelado social. Algunos
estímulos serán tan fuertes e inquebrantables que cualquier
oposición del niño será vencida y se grabarán a fuego; otros, sin
tanto vigor serán desplazados por la experiencia interna
(organísmica) e incorporados como triunfos que ayudan a la
singularidad. Sin embargo, la sabiduría primigenia comporta
siempre la inevitable renuncia de lo personal en pos de entrar en la
cultura. Sobrevivir es renunciar al amor propio y/o al amor
incestuoso para adoptar las pautas de la socio cultura que incluye el
amor como sentimiento de la dependencia parental. Del juego
entre las experiencias internas u organísmicas y la imposición del
medio (figuras parentales o significativas) resultará la formación de
Sistemas Abiertos, Semicerrados o Cerrados a la experiencia con el
mundo.
Los Sistemas Abiertos están regulados por la selección biológica y
psicológica de los estímulos, acordes con la experiencia que se está
viviendo. Los Semicerrados y Cerrados además de la categorización
y discriminación natural de las afluencias al Sistema Nervioso
Central existen determinantes previos que modifican
sustancialmente la experiencia.
El concepto de Sistema Abierto resalta la experiencia vital y
enriquecedora con el medio: no está sujeto a fijaciones o conflictos
internos, permite el desarrollo humano (sublimación), hay una
percepción más clara y amplia de la realidad.
Por el contrario, los Sistemas Semicerrados y Cerrados mantienen
la tensión a expensas de fuertes y sólidos mecanismos defensivos.
Hay un déficit interno que hay que atender. El psiquismo, en su
desarrollo no pierde de vista las brechas que se han abierto en su
camino (traumas) y va a hacer lo posible para atenuar las
consecuencias. El carácter y el comportamiento estricto o
desorganizado, remite a la falla inicial. La mala economía de
recursos internos retroalimenta el conflicto aumentando el nivel de
excitación.
Estas personalidades recibieron el nombre de Neuróticas (Reich):
Oposición interna por fuerzas antagónicas, consumo de energía
libidinal que mantiene encendido el conflicto, mecanismos de
defensa (sobre todo represión y formación reactiva),
comportamientos estereotipados, carentes de espontaneidad; mala
adaptación al medio, insatisfacción constante, resentimiento,
culpa, ideales alejados de las posibilidades concretas de la persona,
vulnerabilidad para patologías sintomáticas.
Resumiendo:
En uno de los extremos del continuo hallamos los Sistemas Abiertos
(Personalidad Saludable), en la parte media los Sistemas
Semicerrados (Estilos de funcionamiento, también incluidos en el
concepto de Personalidad Saludable) y en el extremo opuesto las
Sistemas Cerrados o Trastornos de la Personalidad.
DEFINICIÓN DE ESTILOS DE PERSONALIDAD:
Son formas de ser más o menos constantes en su apreciación
personal y en la interacción con el medio. La personalidad pierde
parcialmente el dinamismo primigenio y se aviene a cumplir con
recursos conocidos para afrontar las circunstancias vitales. Sin
embargo, los mecanismos de defensa los mantiene permeables al
cambio, abiertos a la experiencia y a encontrar recursos de
superación. Los estilos (Sistemas Semicerrados) estarían dentro de
las Personalidades Saludables.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD:
Patrones rígidos en la forma de percibir, pensar, sentir y
comportarse, que acompañan al sujeto durante toda la vida y
conllevan sufrimiento para sí y o para terceros.
En los TP se ha perdido el dinamismo inicial; los mecanismos de
defensa están actuando en su máxima expresión; la percepción del
mundo se deforma y las conductas son poco asertivas o generan
múltiples conflictos con el medio.
Los rasgos de personalidad son dimensionales:
Sistemas abiertos Sistemas Semicerrados Sistemas Cerrados
(Personalidad sana) (Personalidad sana) (patología)____
Retracción social Estilo solitario Trastorno Esquizoide
Poco convencional Estilo excéntrico Trastorno Esquizotípico
Desconfianza objetiva Estilo Desconfiado Trastorno Paranoide
Sociabilidad Estilo Expansivo Trastorno Histriónico
Aptitudes. Estilo Vanidoso Trastorno Narcisista
Emociones intensas Estilo Inestable Trastorno Borderline
Habilidades sociales Estilo Astuto Trastorno Antisocial
Miedo Estilo Temeroso Trastorno Evitativo