Clij Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil 59

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Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil Apuntes para una historia Clásicos: Fenimore Cooper Entrevista con Carme Solé i Vendrell

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CLIJ

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  • Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil

    Apuntes para una historia Clsicos: Fenimore Cooper Entrevista con Carme Sol i Vendrell

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  • Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil

    5 EDITORIAL

    Feliz perplejidad

    7 ESTUDIO/APUNTES

    PARA UNA HISTORIA Orgenes de la literatura

    anglo-germana Autores Varios

    20 La literatura juvenil en Estados Unidos Jerome Griswold

    26 L'Avens y la literatura

    infantil en Catalua Joan Armangu i Herrero

    32 LA PRACTICA

    Los talleres de la imaginacin Flavia Company

    37 TINTA FRESCA

    Diez mil cigeas Jos Mara Mendiola

    41 AUTORRETRATO

    Pilarn Bays

    SUMARIO

    Apuntes para una historia Clsicos: Fenmore Coopcr Entrevista con Carme Sol i Vendrell 5

    NUESTRA PORTADA Pilarn Bays (Vic, 1941) es una de las

    ms prestigiosas y conocidas ilustradoras y caricaturistas catalanas. Ms de quinientos libros integran su bibliografa particular, sin olvidar los

    carteles, vietas y aleluyas publicados en la prensa, y su inagotable actividad de

    difusin del trabajo del ilustrador en las escuelas de Catalua.

    El estilo de Pilarn Bays, rebosante de humor y optimismo, resulta ya muy

    familiar a generaciones de nios y nias que han crecido viendo sus monigotes

    en libros de texto y de lectura. La portada que ha realizado para este nmero de CLIJ es un buen ejemplo de su buen hacer, y de su contribucin entusiasta al mundo

    de la ilustracin infantil.

    44 ENTREVISTA

    Carme Sol Vendrell, una eleccin artstica Montserrat Castillo

    52 LOS CLASICOS

    Calzas de Cuero, el amigo de los indios Seve Calleja

    58 LA COLECCIN DEL MES Libros de lujo para nios

    Esther Tusquets

    61 LIBROS

    73 LOS MS LEDOS

    79 AGENDA

    82 POR QUE LEER?

    Que lean ellos Javier Fernndez de Castro

  • Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil

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    CLIJ Cuadernos de l i lera lura Infanlil y Juvenil

    Directora Victoria Fernndez Coordinador Fabrcio Caivano Redactora Maite Ricart Secretaria M. ngels Rodrguez Correctora lingstica M a Vinyet Carmona Modolell Diseo grfico Mercedes Ruiz-Larrea Ilustracin portada Pilarn Bays Han colaborado en este nmero: Gabriel Abril, Petra Alcal, Joan Arman-gu, M a del Carmen Baviera, Seve Calleja, Montserrat Castillo, Centro de Documen-tacin de la Biblioteca Infantil Santa Creu (Barcelona), Flavia Company, Rosa M a Daz Melin, Xabier Etxaniz, Javier Fernn-dez de Castro, Marta Garca de la Puerta, Jerome Griswold, Mara Estela Herrero, Maite Lopetegi, Jos Mara Mendiola, Ele-na Pernas, Veljka Ruzicka Kenfel, Esther Tusquets y Celia Vzquez. Edita Editorial Fontalba, S.A. Valencia 359, 6o Ia 08009 Barcelona (Espaa) Tel. (93) 458 55 08 / Fax (93) 458 66 02 Director General Jos Gili Casis Suscripciones Isabel Albareda, Gemma Valls, Marisol Lpez Valencia 359, 6o Ia 08009 Barcelona Tel. (93) 458 55 08 / Fax (93) 458 66 02 Horario: de 9 a 14 h (de lunes a viernes) Publicidad Directora de Publicidad Sofa Seiferheld Valencia 359, 6o Ia Tel. (93) 458 55 08 / Fax (93) 458 66 02 08009 Barcelona Promocin suscripciones Jefes de zona Amparo Alvarez, Luis A. Griffo Distribucin Marco Ibrica, S.A. Tel. (91) 652 42 00 Madrid Fotocomposicin Montserrat Altimira, Marta Casliva, Montse Martn, Joaquim Prat. Impresin Litografa Roses, S.A. Progrs 54-60 (Polgon La Post) Gav (Barcelona) Depsito legal. B-38943-1988 ISSN: 0214-4123 Editorial Fontalba, S.A. 1993 CLIJ no hace necesariamente suyas las opinio-nes y criterios expresados por sus colaboradores. No devolver los originales que no solicite pre-viamente, ni mantendr correspondencia sobre los mismos. El precio para Canarias es el mismo de portada incluida sobretasa area.

    A EL CE

    Esta revista es miembro de ARCE. Asociacin de Revistas Culturales de Espaa.

  • EDITORIAL

    Feliz perplejidad

    r r^

    m s un tpico hablar de la

    crisis editorial. Y como LMM todo tpico que se pre-

    cie, goza de una envidiable bue-na salud. Pero las editoriales si-guen editando libros, los lecto-res leyndolos y los autores insisten en escribirlos. Cierta-mente hemos pasado del editor artesano, un ejemplar que se deca en peligro de extincin, a las empresas que fabrican li-bros. Hemos dejado atrs el tiempo del libro permanente y estamos en la hora del xito anunciado y fugaz. Y seguimos dndole vueltas a la crisis edi-torial. Y nos decimos, ahuecan-do la voz, como para dar un p-same, que la gente no lee, que editar en este pas es llorar o que los libros pronto sern ob-jeto de un culto para iniciados. Y, sin embargo, la realidad nos lleva alegremente la contraria, ante la creciente perplejidad de todos los que en este insensato empeo andamos. Ah est para demostrarlo un feliz acon-tecimiento. Dos editoriales al-canzan, estos das, la redondez contundente de su vigsimo-

    quinto aniversario: Anagrama y Tusquets. Y es para alegrarse, a pesar de que el regocijo se nos mude en perplejidad. Pero, no estbamos en crisis?

    Anagrama y Tusquets, tanto monta, son, es cierto, dos nom-bres propios tras el logotipo. Dos biografas exigentemente

    Victoria Fernndez

    ceidas al libro como empresa y como enamoramiento. Y el resultado de tantos aos de la-borioso hormigueo supone, hoy, un lugar bien ganado bajo este sol de letras. Dos escude-ras editoriales de slido pres-tigio. Dos artesanos que han sa-bido andar al paso del tiempo sin por ello perder el oficio y traicionar la calidad como norte y como riesgo del editor de pura sangre. Atentos al mercado, pero sin encadenarse a l; ha-ciendo libros, pero tambin des-cubriendo autores y alumbran-do para ellos nuevos lectores. Hay una generacin que ha na-cido con el sndrome lector gra-cias, entre otras, a estas dos marcas editoriales. Repasar el fondo de cada una de ellas su-pone asomarse a nuestra propia historia reciente. Y nosotros, que quisiramos inocular en ni-os y jvenes esa bacteria go-zosa que lleva a abrir un libro y otro luego y otro ms, nos unimos al coro de amigos de Tusquets y Anagrama. Perple-jos, s. Pero al menos hoy, ale-gremente perplejos.

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  • Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil

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  • ESTUDIO/APUNTES HISTORIA

    Orgenes de la literatura anglo-germana

    Autores Varios4

    El artculo propone un rpido recorrido por la literatura para nios en Alemania y Gran Bretaa, desde el siglo XV hasta el XIX, si bien no es hasta el XVIII cuando nace la literatura propiamente infantil en estos pases. El desarrollo de esta literatura alemana e inglesa presenta muchos puntos de contacto y mutuas influencias, aunque tambin algunas diferencias. En ambos pases se observa que la literatura infantil a partir del siglo XVIII tiende a separarse de la influencia religiosa, pero mientras que en Alemania, en el XIX, triunfa el movimiento romntico y se produce una explosin de imaginacin y fantasa en las obras para nios, en Gran Bretaa la intencin didctica todava tiene gran peso en la literatura infantil.

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  • ESTUDIO

    P . _ al siglo xix no exista una educacin bsica obligato-

    ria ni en Gran Bretaa ni en Alema-nia, los nios que deseaban leer por placer solan recurrir a los romances, baladas, cuentos populares, fbulas, bestiarios y otras formas de literatu-

    ra popular, es decir, dirigidos al p-blico en general, principalmente adul-to. Los jvenes tomaban parte, por lo tanto, en la literatura adulta. La lec-tura escolar medieval latina no se preocupaba demasiado de la capaci-dad receptora del nio.

    Primeras obras

    sCHoU^

    En el siglo xv aparece en Alema-nia la primera obra destinada di-

    rectamente al nio: Der Seele

    \ Trost (1478), \ una obra que

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    de manera muy sencilla explica en 200 narraciones el sentido de los 10 man-damientos. Mientras en el siglo xv los sacerdotes se dedicaban a editar na-rraciones sacras y fciles de compren-der tambin para los jvenes, el si-glo xvi mostr ms inters por la pedagoga. La reforma de Lutero tra-jo las primeras biblias ilustradas y los primeros catecismos.

    La poca del humanismo produjo algunas obras de los clsicos griegos y romanos. Segn el modelo francs, Jorg Wickramm escribe en 1554 el li-bro escolar alemn de ms xito has-ta entonces: Derjungen Knaben Spie-gel, considerado como la primera novela laica en el idioma alemn. A travs de una especie de espejo, el jo-ven se contempla en el modelo caba-lleresco ideal. Es interesante resaltar que estas ediciones de libros de caba-llera en las que aparecen espejos sur-gen tambin en la literatura inglesa, francesa e italiana.

    Mientras el siglo xvi prestaba slo atencin a la educacin moral, en el siglo XVII, aparte de este fin, se ob-serva el inters por el enriquecimien-to cientfico. En el ao 1658 aparece la obra infantil alemana ms impor-tante de la poca desde el punto de vista cientfico-pedaggico. Se trata de Orbis sensualium Pictus, de Jo-hannes Amos Comenius, traducida al ingls al ao siguiente por Charles Hoole con el ttulo A World of Things Obvious to the Senses. La novedad de este libro consista en la utilizacin de dibujos que facilitaban la adquisicin de conocimientos. Con su obra, Co-menius fij el modelo para un nuevo tipo de libros de enseanza.

    En cuanto a Gran Bretaa, la lite-ratura infantil puritana fue muy de-cisiva en la creacin de la literatura in-fantil inglesa en general, por ser la primera vez que un grupo de escrito-res trabajan pensando en un pblico exclusiva o principalmente infantil. Al considerar la religin como responsa-bilidad de cada persona, que debe preocuparse por conocer la palabra de

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  • BRUDER GRIMM/IL LUDWING RICHTER, HAUSMRCHEN, FRIBURGO: BONTOS VERLAG FREIBURG

    Dios, una serie de escritores puritanos decidieron desde finales del siglo XVII crear libros dirigidos a los nios para supervisar su educacin religiosa. Los libros puritanos principales fueron: Instructions for Children; or The Childand Youth's Delight (1664), de B. Keach; A Token for Children (1672), de J. Janeway; A Book for Boys and Girls (1686), de J. Bunyan, y Divine Songs (1715), de Isaac Watts.

    Los escritores puritanos realizaron asimismo las primeras Biblias o ver-siones de historias bblicas publicadas para nios: Youths Divine Pastime (1691), de N. Crouch, y The Youths Visible Bible, que forma parte del li-bro Nolens Volens (1675), de E. Co-les, y fue una de las primeras versio-nes de la Biblia con ilustraciones.

    Por ltimo, como resultado de la fuerte influencia ejercida por las teo-ras que John Locke expres en Some thoughts Concerning Education (1693), un autor del que slo conoce-mos sus iniciales, J.G., publica A play-bookfor Children (1694), uno de los primeros libros que pretendan entre-tener al mismo tiempo que ensear a leer.

    El siglo XVIII

    El siglo XVIII supone el nacimien-to de una literatura propiamente in-fantil, tanto en Alemania como en Gran Bretaa. No ha desaparecido del todo la funcin didctica, pero lo que prevalece es la preocupacin por

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    adaptar las obras al nio. En este siglo del desarrollo de las ideas peda-ggicas, con Locke, Rousseau, Base-dow..., la dimensin didctico-educa-tiva (transmisin del conocimiento cientfico) corre paralela a la funcin moralizadora. Veremos, adems, que durante esta poca, la literatura infan-til alemana estaba fuertemente influi-da por la literatura infantil britnica.

    La influencia de Locke en la literatura anglo-germana

    Gran Bretaa. Ms influyente que las obras puri-

    tanas anteriormente mencionadas, fue la labor editorial de John Newbery, el primero en especializarse en la publi-cacin de libros infantiles y en hacer-lo con el fin de entretener, adems de instruir. El resultado de esta actividad fue la aparicin en el mercado de una serie de libros con un tono ms suave y alegre que el de otras publicaciones contemporneas, as como el naci-miento del comercio y la industria de la literatura infantil.

    El concepto de literatura que sub-yace en el trabajo de John Newbery est basado claramente en las ideas de John Locke sobre educacin y libros infantiles expuestos en Some Thoughts Concerning Education (1693). Locke defenda la idea de que se debera ofrecer a los nios libros amenos y adaptados a sus capacidades, descar-tando lo sobrenatural para evitar el miedo (estas teoras tuvieron gran re-percusin en el siglo XVIII).

    John Newbery populariz tres g-neros que posteriormente alcanzaron puestos relevantes en el desarrollo de la literatura infantil: la miscelnea (heredada de los antiguos abeceda-rios), la novela y la revista. De hecho, su Lilliputian Magazine (1751-1752) fue la primera revista infantil en len-gua inglesa que se conoce, e inclua versos, canciones, material bblico y narraciones.

    Su primer libro para nios, A Hule Pretty Pocket Book (1744), refleja ya

  • ESTUDIO

    su intencin de instruir deleitando y reconoce la influencia de Locke. Se trata de una miscelnea consistente en un abecedario, poemas sobre juegos y pasatiempos, rimas infantiles, poe-mas absurdos, fbulas, consejos mo-rales, proverbios, etc.

    Alemania. Es indudable la influencia de John

    Newbery en la literatura infantil ale-mana. Segn el modelo ingls, Ch.F. Weisse publica la revista Wochens-chrift zum Besten der Erziehung und der Jugend (1771), con un suplemen-to dedicado exclusivamente a los ni-os. A partir de 1775, empez a edi-tar una revista exclusivamente infantil, el Kinderfreund, que tuvo una amplia acogida entre los menores. La revista comprende conversaciones familiares sobre temas de ciencia, mitologa, his-toria y literatura.

    Todas estas revistas, adems de con-tener artculos cientficos, literarios y mitolgicos, publican tambin narra-ciones que como base ya no tienen te-mas religiosos, sino fondo moral.

    Influencia de Rousseau en la literatura infantil anglo-germana

    La segunda mitad del siglo xvm aporta, con Rousseau y los pedago-gos, nuevos conceptos en educacin. Empieza a despertarse un particular inters por la mente infantil y su evo-lucin. No ha desaparecido la funcin didctico-moralizadora, pero ante to-do se tiene en cuenta la adaptacin de las materias escolares a los nios en sus respectivas etapas y se hace hin-capi en la formacin del carcter del nio.

    Gran Bretaa. En Gran Bretaa hay que destacar,

    sobre todo, la influencia de las obras expuestas por Rousseau en mile (1762). Este tratado de educacin fue traducido al ingls pocos meses des-pus de su aparicin en Francia, y al-canz gran eco en el mundo cultural

    LUGEN DIEGERT, ROBINSON CRUSOE, BERLN MEIDINGER'S JUGENDSCHRIFTEN VERLAG

    de la poca. La influencia mayor fue en Thomas Day, como queda refleja-do en su Standford und Merton (1783-1789), que pretenda ser un li-bro apropiado para aprender a leer y que consistiera en una historia conti-nuada que pudiese formar e interesar al pblico infantil.

    Otro escritor fuertemente influido por Rousseau fue Richard Edgeworth, cuyas ideas sobre educacin estn plasmadas en Practical Education (1780). Su hija, Maria Edgeworth, aunque no de manera tan radical, si-

    gui las teoras rousseaunianas y se transform en lo que algunos consi-deran la primera escritora clsica para nios en lengua inglesa. Tanto ella como su padre defendan la ne-cesidad de historias sencillas y claras, basadas en las propias experiencias de los nios, como por ejemplo las Les-sonsfor Children, de A.L. Barbauld, que adems de su instruccin moral contribuan a crear personas raciona-les e informadas. Defendan el realis-mo y rechazaban lo fantstico, e in-cluso ponan reservas a los libros

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  • donde primaba la aventura, como Ro-binson Crusoe y Gulliver's Travels.

    Maria Edgeworth escribi libros importantes como The Parent's Assis-tant (1796), Moral Tales y Early Les-sons, ambas de 1801. Aunque de gran viveza y caracterizacin realista, su di-dactismo y escasa imaginacin los ha-cen poco atractivos hoy en da.

    Los cuentos morales eran narracio-nes de tipo didctico que formaron el gnero predominante en la literatura infantil inglesa desde mediados del si-glo xvn hasta bien entrado el siglo xix. Eran historias de temtica gene-ralmente domstica y rural, y que mostraban escasos elementos imagi-nativos.

    Una escritora importante dentro del gnero moral fue Sarah Trimmer, re-lacionada con el movimiento de es-cuelas dominicales que empez a te-ner auge a finales del siglo xvm. Su libro infantil ms famoso fue Fabu-lous Histories (1786), conocido ms tarde como The History of the Ro-bins, en el que utiliza personajes ani-males para expresar sus mensajes morales.

    De contenido ms religioso son los libros de Hannah More, tambin com-prometida con el movimiento de es-cuelas dominicales.

    Alemania. Lo mismo que en Gran Bretaa, en

    Alemania tambin se observa que la literatura infantil del siglo xvm tien-de a separarse de la influencia religio-sa, basndose su contenido cada vez ms en los principios morales genera-les. Bajo la influencia de la escritora francesa M.L. de Beaumont, apare-cieron las primeras narraciones mora-les alemanas, tales como Moralische Erzhlungen (1753), de J.P. Miller y Kleines Buch fr Kinder aller Stande (1771), de Basedow.

    En 1779, Johan Heinrich Campe fund la Kleine Kinderbibliothek que, adems de fbulas y poesas, conte-na numerosos cuentos morales. Con esta obra, Campe reafirma su opinin

    de que a los nios de distintas edades corresponden distintas lecturas. En 1779, publica tambin Robinson der Jngere, una adaptacin del Robin-son Crusoe, de D. Defoe, de fondo moralizador y enciclopdico. Con esta obra, Campe se puede considerar el fundador del gnero de novelas de aventuras para jvenes. Sus intencio-nes primordiales eran entretener al joven lector, introducir lecciones ins-tructivas (literarias, domsticas, his-tricas...) y conocimientos sobre his-toria natural. Era su intencin, ade-

    QRIMM'S MARCHEN, NUREMBEHG: VERLAG E. NISTER

    ms, alejar al nio del mundo de fan-tasa buclica y devolverlo al mundo real. A partir de este momento, se pu-blican numerosas obras cuyos moti-vos son descripciones de viajes y aven-turas, primero obras extranjeras traducidas de Cook, de Cooper (Le-derstrumpf), de Marryat (Sigismund Rstig)... y posteriormente novelas alemanas: Die Entdeckung von Amerika.

    Durante el siglo xvm, a pesar de disponer ya de literatura destinada a los nios, stos no dejaron de leer li-

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  • ESTUDIO

    bros para adultos y de este modo se asimil a la literatura infantil dos de las obras ms importantes de la na-rrativa inglesa: Robinson Crusoe (1719), de Daniel Defoe y Gulliver's Travels (1726), de Jonathan Swift. El primero marcara el nacimiento del gnero de aventuras dentro de la lite-ratura infantil y en particular de las robinsonadas tan populares en Ale-mania. En cuanto a Gulliver's Tra-vels, se trata de una stira poltica para adultos que se transform en un clsico de la literatura infantil en ver-siones que incluan el viaje a Lilliput y el de Brobdignag, el pas de los gi-gantes. Esta obra se puede considerar precursora de otras historias fants-ticas que surgieron ms tarde, como las aventuras del Barn Mnchhausen en Alemania y las de Alicia en In-glaterra.

    Para finalizar y a modo de conclu-sin, diremos que la literatura infan-til, tanto inglesa como alemana has-ta 1800, tiene valor como conjunto por su carcter iniciador. Esto es, los escritores del siglo xvm fueron los responsables de dar origen a la litera-tura infantil inglesa, al ser los prime-ros en concebir la necesidad de escri-bir y publicar libros destinados y adecuados a los nios. Prcticamen-te ninguna de las obras infantiles pu-blicadas en este perodo pervive hoy en da, posiblemente por su carcter rudimentario, serio y moralizante. Pero no cabe duda de que lo escrito entonces sent las bases para la apa-ricin de obras y gneros posteriores importantes como las historias de aventuras, las de escuela, las de ani-males, familia (domsticas), la poesa infantil, miscelnea, la revista infan-til y otros.

    El siglo xix

    Gran Bretaa

    Durante la primera mitad del siglo xix, en Gran Bretaa, los cambios

    LEWIS CARROLL, ALICE'S ADVENTURES IN THE WONDERLAND, NEW JERSEY: GRAMERCY BOOKS, 1993

    educativos ms importantes a tener en cuenta eran aquellos que iban dirigi-dos a la enseanza infantil.

    La preocupacin real por el nio empez a tener lugar durante las re-voluciones industrial y social, y tam-bin se comienza a centrar la atencin en el potencial del nio como instru-mento de cambio.

    En 1805, esta preocupacin alcan-zaba el nivel ms alto y fue cuando Jorge III pronunci la siguiente fra-se: Es mi deseo que a todos los ni-os pobres de mis dominios se les en-see a leer la Biblia.

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    Anteriormente, la enseanza de los nios haba sido responsabilidad de los padres, pero este sistema no era efectivo y fallaba sobre todo en las clases ms bajas. La escolarizacin de los nios que trabajaban tena que ser proporcionada desde fuera de sus fa-milias. La primera ola de escolariza-cin para estos nios fue el movimien-to de las escuelas dominicales. La razn de ensear los domingos fue en un principio simplemente porque los nios trabajaban, y eran a menudo los principales soportes econmicos de la familia y por tanto no tenan otro da libre.

    El deseo de ensear a los nios era, sin embargo, religioso en sus orgenes, un aspecto del resurgimiento evang-lico que afect a la sociedad inglesa profundamente durante este perodo y que tuvo lugar a partir de 1780.

    La fuerza del estmulo ofrecido a los nios trabajadores al darles la oportunidad de aprender a leer y a es-cribir fue enorme. Las primeras escue-las dominicales se extendieron rpida-mente por todo el pas, sin embargo, la proporcin de los nios de Gran Bretaa que asistan a estas escuelas dominicales se redujo despus del ao 1880.

    Cuando la educacin elemental obligatoria comenz a desempear al-gunas de las funciones de las escue-las dominicales, se establecieron nue-vos sistemas de escuelas, pero algunas de ellas todava bajo las directrices de la Iglesia.

    En este tiempo, se continuaba es-cribiendo literatura infantil con la in-tencin de proporcionar instruccin moral. Los libros escritos en el siglo xvil todava tenan xito porque de-mostraban que slo aquel elegido por Dios poda salvarse del infierno.

    ste fue un perodo de alta morta-lidad infantil. Todos estos libros fue-ron publicados en los siglos xvm y xix. Por lo tanto, los nios solan leer cuentos morales en los que la muerte era una forma de liberacin del sufri-miento de esta vida.

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  • Charles Dickens es uno de los gran-des escritores de la era victoriana, que ataca la cruel explotacin de los nios. Como smbolo de la tortura de estos nios se erigi un personaje: el pe-queo deshollina-dor que pronto se convirti en bande-ra para todos aque-llos que luchaban contra el antisocial trabajo infantil en las minas y en las fbricas.

    El poeta William Blake pudo haber sido responsable de que este pequeo personaje conquis-tara los corazones de hombres y ni-os. A finales del siglo xvn escribi un pequeo poema en su Songs ofln nocence sobre un pequeo deshollina-dor que al final muere y esto confir-ma su bondad, siendo su muerte el gran premio de ir al cielo.

    Sin embargo, la poesa que lean o que escuchaban los jvenes a princi-pios del siglo xix no era la de Blake, sino que eran los Original Poems for Infant Minds, escritos por diversos j-venes, incluyendo a Ann Jane Taylor. Las hermanas Taylor, aunque con una adecuada moralidad, aadieron dul-zura a estas poesas. Su Twinkle, Twinkle Little Star, incluida en Rhy-mesfor the Nursery, no ha sido sola-mente aprendido de memoria, sino que gust a multitud de nios de mu-chas generaciones.

    No tan ledo, pero a su manera igualmente revolucionario, fue The Butterflys Ball y The grasshooper's feast, de William Roscoe, quien em-pez con un alegre absurdo en un pe-rodo dominado por la moral pu-ritana.

    La gran literatura del absurdo tuvo que esperar la llegada de Edward Lear,

    cuyo Book of Nonsense fue en parte el producto de un sentimiento de fri-volidad no fcilmente explicable en plena poca victoriana, y en parte el resultado de una personalidad neur-tica que encuentra alivio a sus frus-traciones en el mundo incontingente del absurdo y la risa libre de los ni-os. Volviendo a la prosa, vemos que en la segunda mitad del siglo XIX se empezaron a publicar y a leer los li-bros de historias de colegiales: Tom Brown's School Days, de Thomas Hughes (1857); o The Fifth Form at S. Dominic's, de T.R. Reed (1887). En estas novelas, por fin los nios son ruidosos e incluso malos. Un ejemplo de ello es Holiday House (1839), de Catherine Sinclair, libro que hizo his-toria dentro de la novela familiar para nios.

    GRIMM'S MARCHEN, NUREM8ERG- VERLAG E. NISTER

    Esta muestra de diversin tambin se puede ver en Henry Col con su Home Treasury Series, con caracters-ticas de los cuentos de hadas, de las baladas y de las poesas.

    El cuento de hadas empieza a fun-cionar como una reaccin natural a los cuentos morales de la era victoria-na. La imaginacin y la fantasa vie-nen del continente con la publicacin en ingls de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Y en 1846, de los cuentos de hadas personales de Andersen y los cuentos folclricos.

    Inglaterra se estaba preparando para Lewis Carroll. En 1863 apareci The Water Babies, escrito por Char-les Kingsley. El hroe es tambin un deshollinador. Este cuento de hadas debe permanecer como un smbolo del paso del cuento moral a un mun-

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  • ESTUDIO

    do ms luminoso y espacioso. Aunque Kingsley fue muy famoso en su tiem-po, sus trabajos han sobrepasado a sus lectores como textos presentes en la historia literaria.

    Slo dos aos ms tarde, un cate-drtico de matemticas de Oxford, llamado Lewis Carroll, cre una obra maestra: Alice's Adventures in Won-derland.

    Esta obra abri lo que podemos lla-mar, desde una perspectiva limitada, la era dorada de la literatura infantil inglesa.

    La caracterstica de esta era es un nivel literario decisivamente ms alto que el conseguido anteriormente. Aqu es donde encontramos que esta literatura del absurdo britnica no puede ser traducida a otra lengua tan fcilmente como uno pensara. Pode-mos mencionar al escritor e ilustrador Franz Pocci, el primer alemn que es-cribi versos absurdos para los jve-nes, pero este tipo de poesa no tuvo demasiado xito en Alemania.

    Alice's Adventures in Wonderland trabajaba al menos a dos niveles. Para los adultos, era una mezcla extraor-dinaria de invencin, parodia, irona, simbolismo, juego de palabras y alu-sin contempornea. Los nios acep-taron el juego lgico de Carroll tan f-cilmente y de forma tan natural como los nios modernos aceptan los orde-nadores.

    Fue el primer gran libro infantil que no predicaba ni pretenda mejorar la moral de los jvenes lectores. Supuso el triunfo de la literatura del absurdo, inventada por Lear en 1846. La crea-cin de los personajes, ahora habitan-tes permanentes en la imaginacin del nio y del adulto (desde Alicia hasta Mary Poppins, incluyendo a John Sil-ver, Mowgly, Peter Pan, etc.), nos da idea de la rpida evolucin de la lite-ratura infantil britnica y su influen-cia en nosotros.

    Esta literatura se caracteriza por el nacimiento de los ahora llamados g-neros bsicos, que incluye a: las his-torias de colegiales, la novela de gru-

    po y de pandillas, el cuento de aven-turas de chicos, la novela de chicas, los cuentos de animales, etc.

    El movimiento romntico en Alemania

    En Alemania, el panorama del si-glo xix es bastante diferente al del si-glo anterior. El movimiento romnti-

    co barre Alemania y se extiende por la mayora del continente durante los primeros aos del siglo xix. El mo-tivo era recuperar para Alemania su herencia folclrica, la fantasa, el des-cubrimiento de la naturaleza y los mitos.

    La mayora de estos romnticos no escribieron con los nios en mente, pero algunos de sus cuentos ms sen-

    FLORA WHITE, PETER PAN, PALMA DE MALLORCA: J.J. DE OLAETA, 1991

    14 CLIJ64

  • cilios se han convertido en patrimo-nio de los nios alemanes.

    Los cuentos de hadas alemanes

    El romanticismo ha influido en la literatura infantil despertando el inte-rs por la poesa popular (coleccin de Volkspoesie). La introduccin y adaptacin del libro popular al joven lector fue realizada por Gustav Schwab en 1835, con gran xito. Las leyendas populares entran en los libros de texto {Deutsches Lesebuch, de Wackernagel [1842], y Deutsches Sa-genbuch [1953], de Bechstein). La co-leccin ms completa y popular de las leyendas heroicas era Die schnsten Sagen des klassischen Altertums (1838-1840), del ya mencionado Gus-tav Schwab.

    Los hermanos Grimm aportaron una de las mejores colecciones de cuentos populares. Conocan perfec-tamente la literatura popular espao-la, los romances y las sagas escandi-navas. Todo esto les hace sentir inters por los cuentos populares alemanes, donde encontramos figuras-smbolos de toda clase: reyes y princesas, ma-drastras y padres que abandonan a sus hijos, sirvientes, pescadores pobres y pastores, gigantes y enanos. Los p-jaros, las plantas y las piedras hablan y muestran sus sentimientos. Todos ellos simbolizan algo: bondad o mal-dad, envidia, crueldad, felicidad, tris-teza... Estos cuentos representan una eterna lucha entre el bien y el mal, y tienen siempre un final feliz.

    Les caracteriza una gran sencillez expresiva, tono popular y sobre todo la belleza potica. Y esto es precisa-mente lo que atrae al nio romntico que est dispuesto a fantasear e iden-tificarse con sus hroes. Sin embargo, su profundidad y su moral, su simbo-lismo y mitologa ataen a los adul-tos. Su doble fondo de interpretacin hace que se cuestione su inclusin en la literatura infantil. De hecho, estos cuentos recopilados por los hermanos Grimm no estn escritos para los ni-

    os: El libro no est escrito para los nios, aunque si les gusta, tanto me-jor, dicen los autores en la introduc-cin del primer libro. Hay otros escri-tores romnticos, tales como Tieck, Hoffmann o Brentano, que nos intro-ducen en un mundo de poesa fants-tica que normalmente simboliza la ni-

    ez del propio poeta y a travs de la cual se nos ofrece la ms

    profunda filosofa de la vida. Es la poca del flore-cimiento de la poesa ajena

    a cualquier inten-cin pedaggica, pero defensora de lo que hasta ahora

    tanto faltaba en la literatura: la es-ttica.

    Ese tipo de poesa, ya sin ninguna intencin didctica, fomenta la ima-ginacin y la capacidad inventiva del nio lector. Por eso, tambin son im-portantes las ilustraciones en los libros infantiles de la poca. Uno de los li-bros ilustrados ms populares para nios fue el Struwwelpeter, escrito por Hof-fmann, un li-bro ilustrado escrito en poe-sa cmica, pero con inten-

    HEINRICH HOFFMANN. PER STRUWWELPETER. VERLAG WIESBADEN

  • ESTUDIO

    cin moral: un chico desobediente y casi salvaje, acompaado por los sm-bolos de la higiene, tal y como pue-den ser un cepillo, jabn o tijeras.

    Struwwelpeter, de Hoffmann, jun-to a W. Busch y F. Pocci con sus ver-sos para nios, su teatro de tteres y sus dibujos son las contribuciones ms tpicas de Alemania a la literatu-ra infantil alemana correspondiente al nonsense ingls.

    No se debe olvidar que el siglo XIX trae, aparte de libros y nuevos gne-ros, numerosas publicaciones de revis-

    tas y peridicos infantiles: Deutsche Jugendzeitung, de Schneemann; Ju-gendbltter, de Braun; Deutsche Ju-gend, de Lohmeyer. Tambin empie-zan a editarse calendarios y anuales, muchos de ellos, modificados y ela-borados, siguen editndose tambin en la actualidad: Durch die weite Welt, Meine Welt (para nias) y Das neue Universum estn entre los ms populares.

    En los aos 90 del siglo pasado, surgi en Alemania un movimiento li-terario que ha dado una seal impor-

    tante al desarrollo y a la afirmacin cientfica de la li-teratura infantil. Se trata del llama-do Jugendschrif-tenbewegung, el movimiento litera-rio infantil, cuyas fechas ms impor-tantes fueron la fundacin de la

    warte y, en 1896, una crtica de Hein-rich Wolgast, Das Elena unserer Ju-gendliteratur (La miseria de nuestra li-teratura infantil), hasta entonces la ms dura y abierta crtica a la litera-tura y los escritores del siglo XIX. Wolgast foment la pedagoga e inves-tigacin literaria, dio impulsos para la introduccin de la literatura en la en-seanza. Asimismo, desarroll un programa pedaggico literario cuya meta era la educacin artstica a tra-vs de la poesa. Bajo su influencia nacieron organismos de fomento de la literatura infantil. Su tendencia era elevar el libro infantil a una verdade-ra obra artstica.

    La consecuencia ms importante de este movimiento cultural juvenil del siglo XIX es, sin duda, la purificacin de la propia literatura infantil de los elementos didcticos y moralizadores.

    Conclusin

    Como se puede apreciar por lo que se ha dicho, los orgenes de la litera-tura infantil britnica y alemana tie-nen un desarrollo similar hasta el si-glo xix, pero en la mayora de los casos no es literatura escrita con el nio en mente. Toda la literatura in-

    HAROLD JONES, THE WATER BABIES, LONDRES VCTOR GOLLANCZ LTD., 1961

  • fantil tena una funcin pedaggica y tica, sin entretenimiento ni funcin imaginativa. Los escritores slo pre-tendan instruir porque, por medio de la lectura, nadie podra tener un co-nocimiento religioso bueno y profundo.

    Esta situacin cambia completa-mente en el siglo xix, donde la lite-ratura infantil no se desarrolla de la misma manera en Gran Bretaa que en Alemania, debido a razones socio-histricas y culturales.

    En Alemania, el siglo xix es el si-glo del movimiento romntico y es cuando la imaginacin y la fantasa son las principales guas para los es-critores y cuando empieza la educa-cin artstica y esttica de los jvenes.

    Es la poca Dorada de la literatu-ra infantil aunque, curiosamente, la mayora de los libros no fueron escri-tos para nios sino para adultos o para lectores de todas las edades. Es-tos libros para adultos adecuados

    EDWARD LEAR, NONSENSE, LONDRES- PENGUIN BOOKS, 1986.

    cumplen dos condiciones: aunque no parecen haber sido ideados por sus creadores para nios, stos los han le-do porque les ha gustado el argumen-to y su creacin imaginativa. Mien-tras, los adultos descubren en estos libros una profunda mitologa y sim-bolismo.

    Todos estos libros, originariamen-te no escritos para nios, son ahora estrellas permanentes en el firmamen-to de la literatura infantil britnica y alemana. Robinson Crusoe, de Defoe, o Gulliver's Travels, de Swift, la co-leccin de cuentos populares de los hermanos Grimm, la antologa po-tica Des Knaben Wunderhorn, edita-da por Achim von Arnim y Brentano, han influido en la creacin de un nue-vo perodo literario del siglo xx, co-nocido como Neo-irrealismo, con tra-bajos como La Historia interminable, de Michael Ende, o Lord of the rings, de Tolkien entre otros. Son de nuevo libros no escritos directamente a los

    17 CLIJ64

    nios, pero s se incluyen en la litera-tura infantil. Es ms, son libros que gustan (y citemos aqu al mismo Ende) a todos los jvenes entre 7 y 77 aos de edad.

    Por otro lado, en Inglaterra, el si-glo xix puede considerarse como el siglo de lo didctico frente a lo ima-ginativo. Hay una tensin creativa re-sultante de un equilibrio entre dos fuerzas, la de la doctrina religiosa y moral del perodo Victoriano, y la de la imaginacin desde la segunda mi-tad del siglo xix en adelante, que se demuestra en los juegos infantiles, ri-mas, cuentos de hadas, fantasa, his-torias de animales, absurdo y humor.

    Esta literatura creada para entrete-ner se desarroll tardamente en Gran Bretaa, as que podemos observar que el tiempo de desarrollo de una li-teratura diferente vara de Gran Bre-taa a Alemania.

    La imaginacin llega a Gran Bre-taa ms tarde y se desarrolla de ma-nera diferente debido a razones socio-histricas. Alice's Adventures in Won-derland, la primera victoria suprema de la imaginacin, no apareci hasta 1865.

    Un historiador que estudie este mis-mo campo desde un ngulo diferente sealara que los ingleses fueron los primeros en desarrollar no slo una literatura infantil independiente, sino tambin (y esto es muy importante) las instituciones comerciales capaces de mantener esta nueva literatura. Tambin percibira una oscilacin en-tre didctica y entretenimiento, pero lo que quiz le interesara ms es la forma en que la literatura infantil re-fleja durante estos dos siglos la posi-cin del nio en la sociedad como tra-bajador, totalmente diferente de la que tena el nio alemn.

    Este breve resumen histrico de la literatura infantil anglo-germana nos induce inevitablemente a una pregun-ta: por qu las obras anteriores al si-glo xx no escritas ni publicadas direc-tamente a los nios (como Alice's Adventures in Wonderland o Los

  • ESTUDIO

    Los cuentos de hadas alemanes) se consideran hoy da como clsicos de la literatura infantil? Como respues-ta, diremos que a nuestro parecer no hay un lmite estricto que separe al es-critor del lector y, por lo tanto, el l-mite entre la literatura infantil y la li-teratura adulta es bastante ambiguo y es el tiempo el que ha marcado las fronteras entre estas dos categoras, estas dos distintas comunidades. Es decir, los libros que en la antigedad tuvieron mucho xito han sido olvi-dados y nunca se volvieron a leer, a no ser que fuera con un inters en la investigacin de la literatura infantil, y las obras de los autores que se han mantenido con el tiempo y han per-durado para siempre son las que no tienen fronteras estrictas para la ca-pacidad receptiva del lector. Un buen libro infantil puede ser tan interesan-te para el pblico adolescente como para el pblico adulto. La diferencia est en su interpretacin: desde el punto de vista del nio, que disfruta del argumento, y desde el punto de vista del crtico adulto, que detrs del argumento busca un mensaje ms profundo.

    Por lo tanto, parece muy justifica-da la opinin del escritor alemn Mi-chael Ende cuando dice: Alie Poe-sie ist ihrem Wesen nach das Ewig-Kindliche im Menschen, es decir, toda la poesa es la infinita infancia

    g que se puede encontrar en cada hom-H- bre sin tener en cuenta su edad. Este g tipo de escritores comunican su poe-% sa clsica, no a nios de una deter-g minada edad, sino a aquel nio que 1 todo el mundo lleva dentro. Y preci- smente este tipo de libros son los que han perdurado durante aos y siglos | tanto en Alemania como en Inglate-t rra o en cualquier otro pas, y son le-| dos hoy con la misma intensidad que g en su poca. < 5 * Veljka Ruzicka Kenfel es profesora de Lengua < Alemana en la Universidad de Vigo. Celia Vz-c quez Garca, Marta Garca de la Puerta y Ma-E ra Estela Herrero Gonzlez son profesoras de < Ingls en la Universidad de Vigo.

  • Premio

    Rosa Sensat de Pedagoga 1994

    La Asociacin de Maestros Rosa Sensat, en cola-boracin con el Ministerio de Educacin y Cien-cia, Edicions 62 y Celeste Ediciones, convoca su decimotercer Premio Rosa Sensat de Pedagoga, para incentivar el trabajo innovador de maestros y maestras y otros profesionales de la educacin que, individualmente o en grupo, y a partir de un anlisis de la prctica escolar, contribuya a la mejora de la calidad educativa y a la renovacin pedaggica.

    La fecha lmite de envo de originales es el 14 de octubre de 1994. El veredicto se har pblico el mes de diciembre de 1994. La dotacin ser de un milln de pesetas, en concepto de derechos de autor.

    LOS V I D E O S DE R O S A S E N S A T

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  • ESTUDIO/APUNTES HISTORIA

    La literatura juvenil en Estados Unidos

    por Jerome Griswold*

    MICHAEL HAGUE, THE WIZARD OF OZ, NUEVA YORK HOLT. RINEHART AND WINSTON. '982

    Las tendencias generales de la literatura americana juvenil, desde 1800 hasta la dcada de los 60 de este siglo, quedan al descubierto en este artculo que no pretende ser exhaustivo, pero s riguroso. En pocas pginas, el autor nos conduce desde la literatura juvenil basada en historias religiosas o en la moralidad secular, hasta las novelas psicolgicas, sin olvidar los libros de aventuras o los de ficcin sentimental.

    20 CLIJ64

  • xaminar la literatura juvenil de una nacin por medio de

    ^ a un ensayo breve es como mirar todo un pas desde la cima de una montaa. Los rasgos distintos y grandes son visibles, pero los detalles no se aprecian. A pesar de esto, espe-ro que mis generalizaciones permitan a otros ver las tendencias generales en la literatura americana juvenil, y es-pecialmente notar la manera en que ciertos tipos de literatura llegaron a relacionarse con los nios o las nias.

    Ejemplos de la poca americana antes de 1800

    Generalmente, la literatura ameri-cana juvenil del siglo xvm se divide en dos tipos. Durante la primera mi-tad del siglo, los autores bsicamente presentaron la pieta protestante o sea cuentos religiosos sobre la vida y muerte ejemplar de un nio. A Token for the Children ofNew England (Un recuerdo para los nios de Nueva In-glaterra), de Cotton Mather (Boston, 1700), el primer libro publicado en Amrica para los jvenes, consiste en diez biografas, las cuales cuentan la misma historia la de un nio santo que est a punto de morir y cuyas l-timas palabras forman un consejo re-ligioso para los adultos y los nios reunidos alrededor de su cama. Los cuqueros de Filadelfia publicaron un libro, en 1717, con un ttulo que resu-me el gnero A Legacyfor Children; Last Words and Dying Expressions of Hannah Hill, aged 11 years and near three months (Un legado para los ni-

    os; ltimas palabras y expresiones de muerte de Hannah Hill, de la edad de 11 aos y casi tres meses).

    Hacia la mitad del siglo xvm, las ideas del Siglo de las Luces empeza-ron a reformar los libros de los nios americanos, y los padres americanos adoptaron Thoughts Concerning Education (Pensamientos sobre la educacin, 1693), de John Locke, como su manual de crianza. Locke propuso que a los nios se les debe en-sear la tica, mas no la moralidad; y l defiende las fbulas de Esopo en vez de las biografas lacrimosas de los jvenes santos. Este tipo diferente de literatura es evidente en el libro an-nimo A New Giftfor Children (Un re-galo nuevo para los nios, 1750), qui-zs el primer libro americano de cuentos seculares, con los cuentos al estilo de Esopo, sobre nios que son buenos y merecen premios, y los que son horribles y tienen mala suerte. Lo ms notable es el hecho de que la jus-ticia no espera despus de la muerte sino que es inmediata y esopiana: en el libro The Grateful Return (El regre-so agradecido, 1796), cuando Jorge desaira a un nio pobre en la maa-na, no puede compartir el regalo que el nio trae esa misma tarde; Debe-ras recordar le dice su hermano la fbula que leste esta maana so-bre el ratn y el len.

    Una literatura nacional y secular (1800-1865)

    Este desarrollo de la literatura ju-venil, con un nfasis en la moralidad secular, continu durante la primera

    mitad del siglo XIX. En Sunday School Books (Los libros para la es-cuela de domingo), los nios que no asisten a la iglesia por la maana de los domingos son golpeados por un rayo en la tarde; y los que trepan a los rboles para robar manzanas siempre se caen y se rompen los brazos. Anne Scott MacLeod ha observado que la literatura de los Estados Unidos de esta poca trataba en innumerables historias de la tentacin resistida, la ira refrenada, la desobediencia casti-gada, y la paciencia aprendida.

    Un buen ejemplo de este tipo de historia es la biografa The Life of Washington the Great (La vida del Gran Washington), de Person Weems. En el episodio ms famoso de este li-bro, el joven George Washington cor-t el rbol de cerezo favorito de su pap, pero el nio y futuro Presiden-te es laudable, porque cuando su pap

    Davy Crockett.

    21 CLU64

  • ESTUDIO

    Serie de diapositivas sobre La cabana del to Tom.

    le pregunt quin fue el responsable, el joven George no minti. La anc-dota ensea una leccin sobre la rec-titud. Pero lo importante es la susti-tucin de un santo civil en el lugar anteriormente reservado para un nio po y protestante.

    La biografa de George Washing-ton, de Weems, hizo algo nuevo: con-virti la historia americana en algo parecido a la mitologa. Otras obras histricas se hicieron populares tam-bin: The Last ofthe Mohicans (El l-timo mohicano, 1826), The Life of Davy Crockett (La vida de Davy Crockett, 1834), The Green Mountain Boys (Los jvenes de las Montaas Verdes, 1839), y Two Years Befare the Mast (Dos aos al pie de mstil, 1840). De estos cuentos de aventuras nacionales vienen los libros de la ju-ventud masculina apareci, quizs, en las novelas de la serie Oliver Optic (1885 y siguientes), escritas por Wi-lliam Taylor Adams y seguidas por el xito increble de Irving Beadle y com-paa, cuando ellos ofrecieron, en 1860, la ficcin popular en la forma de dime novis (novelas baratas que costaban diez centavos).

    Las novelas para nias se formaron de una manera diferente. Si el libro para nios trataba del campo, el libro para nias trataba del interior de la casa. Si las novelas para nios habla-ban de aventuras, las novelas para ni-as se interesaban en el desarrollo mo-ral. De esta manera, el origen del libro para nias se halla en las historias de la escuela de domingo y, antes, en los

    cuentos de martirio juvenil del siglo xvill. Estos libros, por ejemplo, The Wide, Wide World (El ancho, ancho mundo, 1851), de Susan Warner; n-ele Tom's Cabin (La cabana del To Tom, 1852), de Harriet Beecher Sto-we; The Lamplighter (El candelera, 1854), de Maria Susanna Cummins, y Elsie Dinsmore (1867), de Martha Finley estaban llenos de los episo-dios de sentimientos emocionantes y contricciones lacrimosas.

    La poca de Oro (1865-1914)

    Muchos de los li-bros famosos de la poca de Oro des-criben frecuente-mente cuentos de la familia. De he-cho, Louisa May Alcott una vez pen-s en llamar su no-vela famosa La

    familia pattica, en vez de Little Wo-men (Mujercitas) y este ttulo puede aplicarse a muchos clsicos juveniles de esta poca (incluyendo, por ejem-plo, Hans Brinker, de Mary Mapes Dodge).

    Sin embargo, estas novelas no tra-tan primordialmente de la familia. Su principal asunto es el dominio de las emociones. El nio holands que pone su dedo en el dique agrietado es un smbolo de la resistencia formida-

    Harriet Beecher Stowe.

    CUJ64

  • ble contra las olas de emociones. Los enemigos ntimos de las hermanas March son sus sentimientos (la vani-dad, la ira, la timidez y la envidia).

    Este nfasis en los sentimientos es importante en los libros para nias. Ahora, en vez de luchar contra los pe-cados, las nias combatieron las im-perfecciones personales. En vez de la salvacin espiritual, el tema principal es el desarrollo de la personalidad en Rebecca of Sunnybrook Farm (1903), y Daddy Long-Legs (Papito piernas largas, 1912). Y en vez de mrtires ju-veniles, hay una multitud de mucha-chas enfermas desde Beth March, que muere de escarlata, hasta las nias pa-ralizadas de What Katy Did (Lo que hizo Katy, 1872) y Pollyana (1913).

    En estas pietas avanzadas, la pre-gunta no es si los nios pueden resis-tir la tentacin, sino si ellos van a per-der el optimismo y entregarse al nihi-lismo. The Secret Garden (El jardn secreto, 1911) presenta estas alternati-vas, y su aprobacin de la fuerza de las ideas positivas indica que el autor quera presentar una versin secula-rizada de la religin de la ciencia cris-tiana. Igualmente, detrs del optimis-mo famoso de Pollyana, se encuentra la religin evanglica.

    Si los libros para nias reformaron la historia religiosa, los libros para ni-os la subvertieron. ste fue el pro-psito de Mark Twain cuando escri-bi The Adventures of Tom Sawyer (Las aventuras de Tom Sawyer, 1876) y de otros autores de los bad-boy no-vis (las novelas de los nios malos): The Story of a Bad Boy (La historia de un nio malo, 1870), Peck's Bad Boy (El nio malo de Peck, 1883), y Penrod (1914). Seguramente haba po-cos libros cuyos propsitos fueron en-sear lecciones de conducta por ejemplo, Ragged Dick (Andrajoso Dick, 1868) y Little Lord Fauntleroy (Pequeo Lord Fauntleroy, 1885). Pero los lectores recuerdan Toby Tyler (1881), sobre todo por la diversin en irse de casa para juntarse con el cir-co, y no recuerdan las lecciones de la

    Louis May Alcott.

    contriccin. Realmente, The Adven-tures of Huckleberry Finn (Las aven-turas de Huckleberry Finn, 1885) in-dica que cuando un joven no escucha a su conciencia le ocurre algo bueno.

    En vez de hablar de los sentimien-tos, los libros para nios trataron del primitivismo. El prncipe, en The Prince and the Pauper (El prncipe y el mendigo, 1882), es un gobernante mejor porque ha recibido una educa-cin entre los pobres, y durante su destierro, el mendigo demuestra su nobleza natural porque es del pueblo.

    Otros autores fueron ms lejos con el primitivismo, cuando escribieron cuentos darwinianos e historias de las vidas de los animales: por ejemplo, The Cali of the Wild (La llamada de la selva, 1903) y Tarzan of the Apes (Tarzn de los monos, 1914).

    La literatura americana juvenil del siglo xix se divide, entonces, en dos clases: la ficcin domstica y el cuen-to de aventuras, o sea, bsicamente, el libro para nias y el libro para ni-os. Pero haba una tercera clase, la fantasa. Esta tradicin se hizo ms vi-

  • ESTUDIO

    sible con la publicacin de The Won-derful Wizard o/Oz (El mago de Oz), pero exista antes en los cuentos de ha-das de Frank Stockton, o en los cuen-tos folclricos de Joel Chandler Harris.

    Retrospectivamente, mucha de la fantasa temprana de Norteamrica parece ser en el estilo de los prerrafae-listas. Se ve esto en la importancia de lo visual en las obras de los autores que eran ilustradores tambin (por ejemplo, Palmer Cox y Howard Pyle) y en los temas europeos (por ejemplo, la Inglaterra antigua de Robin Hood y el rey Arturo). Los artistas ameri-canos que hicieron dibujos para los li-bros britnicos (por ejemplo, N.C. Wyeth, para Treasure Island (La isla del tesoro), y Maxfield Parrish, para Dream Days (Das de sueos) insinua-ron la posibilidad de un gnero nue-vo, algo ms que solamente la ilustra-cin de las palabras en la pgina de al lado, un balance de arte y texto en lo que se llama el libro de dibujos.

    Modelos modernos despus de 1914

    As pues, haba tres clases de lite-ratura juvenil en EE.UU. al comien-zo del siglo xx. Un fenmeno moder-no fue la nueva importancia de los libros de dibujos. En los primeros aos, no parecan un gnero nativo. Muchos presentaban personajes ex-tranjeros, haba un cuento de una pa-reja campesina de la Europa Oriental en Millions of Cats (Millones de ga-tos) (1928), una picara de Pars en Ma-deline (1938), y un torero espaol en Fernando (1936). Ms recientemente, el libro de dibujos ha ofrecido un lu-gar nuevo para la poesa juvenil (por ejemplo, Goodnight Moon [Buenas noches luna], de Margaret Wise Brown, y The Ca in the Hat [El gato en el sombrero], de Doctor Seuss), y revelaciones psicolgicas en obras como Where the Wild Things Are (Donde viven los monstruos), de Maurice Sendak, y Sylvester and the

    Magic Pebble (Silvestre y la piedra mgica), de William Steig.

    En las obras de fantasa, la diferen-cia entre la primera y la segunda mi-tad del siglo ha sido grande. En la pri-mera mitad, The Raggedy Ann Stories (Los cuentos de Raggedy Ann), de Johny Gruelle, y Rootabaga Pigeons (Palomas de Rutabaga), de Cari Sandburg, parecan simples compara-das con la fantasa desarrollada y la ficcin cientfica de la segunda mitad del siglo por autores contemporneos como Lloyd Alexandre, Jane Yolen, Eleanor Cameron, y rsula Le Guin. Y entre las dos pocas, algunos de los autores famosos que escriban libros para adultos escribieron tambin fan-tasas para nios: Isaac Bashevis Sin-ger y Russell Hoban, E.B. White, en Charlotte's Web (La telaraa de Car-lota, 1952) y Randall Jarrell, en The Animal Family (La familia animal, 1965).

    Pero lo ms sorprendente del siglo xx ha sido el cambio de las expecta-

    THOMAS BAILEY ALDRICH, THE STORY OF A BAD BOY EDWARD ARDIZZONE, DADDY LONGLEGS. LEICESTER: BROCKHAMPTON PRESS, 1966

  • tivas de gnero por tipo de sexo. Em-pezaron a aparecer libros para nias con temas que antes haban apareci-do solamente en libros para nios. En las obras, como la serie de Little Hou-se (La casa pequea), libros (1923 y siguientes), como Strawbeny Girl (La nia fresa) e Island ofthe Blue Dolp-hins (La isla de los delfines azules), se presentan el campo y las aventuras.

    Hubo un cambio tambin en los li-bros para nios. Se ve de repente en el siglo XX que los nios, por su par-te, tambin, se interesan en la vida psi-colgica. Esto ocurri cuando los autores trataron de los problemas de la adolescencia, desde los cortejos desmaados de William Sylvanus Baxter en Seventeen (Diecisiete) por Tarkington, hasta los humores melan-clicos de Holden Caulfield en Cat-cher in the Rye (Guardin en el cen-teno) por Salinger.

    En resumen, entonces, podemos decir que la literatura juvenil de los Estados Unidos se divide generalmen-te en dos clases. Las historias religio-sas del siglo xvm se convirtieron du-rante el siglo xix en la ficcin sentimental y el libro para nias que trat de la vida en casa y el desarro-llo de la personalidad. Igualmente, las fbulas seculares del siglo xvn se convirtieron durante el siglo xix en la ficcin histrica y el libro para nios que trat de la vida al aire libre y de las aventuras. Pero durante el si-glo XX, esta divisin entre temas ha-ba empezado a desaparecer. Muchos de los libros para nias trataban de aventuras en el campo, y los libros para nios hablaban de la vida psico-lgica.

    Una bibliografa crtica sobre la literatura juvenil en Estados Unidos

    From Rollo to Tom Sawyer (1948), de A.M. Jordn, describe los libros y autores del siglo xix. American Chit-aren Through Their Books (1948), de

    M. Kiefer, discute la crianza del siglo xvm. Peter Parley to Penrod (1956), de J. Blanck, es una lista prominente de los libros de los siglos xix y xx. Early American Children's Books (1966), de A.S.W. Rosenbach. A Cri-tical History of Children 's Literature (1969), de C. Meigs (ed.), es un suma-rio de este tipo de literatura. A Biblio-graphy of American Children's Books Printed Prior to 1821 (1972), de D.A. Welch, es una bibliografa de la pri-mera poca. Mother Was a Lady {191 A), de R.G. Kelly, es un estudio de los peridicos para jvenes que apa-recieron durante la parte final del si-glo XIX. A Moral Tale (1975), de A.S. MacLeod, es un estudio de libros que aparecieron durante la primera parte

    hjts ftb#4

  • ESTUDIO/APUNTES HISTORIA

    L'Avens y la literatura infantil en Catalua

    por Joan Armangue i Herrero"

    La revista L'Avens (1882-1893) tuvo unk/, protagonismo indiscutible en la historia de la cultura catalana contempornea. Desde sus pginas, se consolid y difundi una de las figuras ms emblemticas de aquel difcil perodo literario:

    el escritor e ilustrador Apelles Mestres

    (1854-19361 Sobre sus colaboraciones

    de tipo infantil en L'Avens

    trata el siguiente artculo.

    I \

    V i "

    I 1 APELES MESTRES, L'AVENS, BARCELONA, 1884

    26 CUJ64

  • APELES MESTRES CANS DE FEBRER. L'AVENS. BARCELONA, 29-11-1884

    Casas y J. Meifrn, el 13 de julio de 1881, naca en Bar-

    celona la revista L'Avens (L'Aveng a partir de 1891).' Su historia es com-pleja. Durante el primer ao de vida, la revista, manuscrita, era reproduci-da por medio del velgrafo y se difun-da entre el reducido nmero de fami-liares y amigos de los jvenes redactores. Su primera etapa propia-mente dicha, con forma impresa, se inicia el 1 de enero de 1882 y se cierra en diciembre de 1884. Despus de cua-tro aos de silencio, LAvens (LA) volvi a ver la luz el 15 de enero de 1889, y desapareci definitivamente en diciembre de 1893, coincidiendo con las fiestas modernistas de Sitges y la explosin de la bomba del Liceo, el 9 de noviembre.

    LA, defendiendo desde el primer nmero sus dos objetivos fundamen-tales (progreso y catalanismo), alcan-z un protagonismo indiscutible en la historia de la cultura catalana contem-pornea. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que fue en sus pginas donde empez a utilizarse de manera consciente el trmino modernismo (LA, 15-1-1884). Durante la primera etapa de la revista, este concepto an se identificaba, desde el punto de vista esttico, con el naturalismo; pero a partir de la segunda etapa, se ir abriendo a las corrientes simbolistas que se difundan en Europa.

    Otro aspecto que conviene destacar es la campaa que LA dirigi, a par-tir de septiembre de 1890, a favor de la

    unificacin ortogrfica y la regulari-zacin de la lengua.

    Pero lo que ms nos interesa desta-car ahora es el hecho de que en sus pginas se consolid y difundi una de las figuras ms emblemticas de aquel difcil perodo literario: ApeMes Mestres (1854-1936). Sus colaboracio-nes de tipo infantil con LA y la infor-macin que sobre esta literatura ofre-ce la revista a su pblico son los principales objetos de estudio de nuestro artculo.

    La literatura infantil

    Traducciones al castellano

    Los primeros ar-tculos relativos a la literatura infantil de la seccin Bi-bliografa de LA se refieren a tra-ducciones al caste-llano de narracio-nes maravillosas que, aunque pensa-das originariamen-te para un pblico adulto, el infantil haba hecho suyas. En este sentido, he-mos de referirnos a las traducciones, a cargo de C. Nava-rro y editadas por

    L. Tasso, de las Obras de Erckmann-Chatrian, de los Quentos de Perrault y de las Aventuras del barn de Munchhausen.

    Los crticos de LA no disimulan el tono de censura que, por diversos mo-tivos, dirigen a la iniciativa de L. Tas-so. En efecto, cuando comenta la ver-sin de los Quentos de Perrault (LA, III, pp. 166-167), el articulista escri-be que despus de la castiza traduc-cin del conocido couter (sic) francs hecha con tanto talento y conocimien-to del castellano por el Sr. Coll i Veh,2 el campo queda ya poco me-nos que trillado para los que quieran volver a traducirlo a la misma len-gua. Sutilmente se quita mrito a la traduccin de C. Navarro y se la su-pone literariamente inferior a la de Coll i Veh, aunque reconoce el arti-culista que no nos ha dado tiempo de leer el tomo.

    Ahora bien, esta censura de carc-ter anecdtico se vuelve general cuan-

    do otro articulista hace la resea de las Aventuras del barn de Munch-hausen (LA, VI-1883, p. 206). En esta ocasin, la crtica no ir diri-gida al valor de la traduccin o al de la iniciativa edito-rial, sino a la elec-cin del gnero: Creemos que si [L. Tasso] sigue publicando obras

    por el estilo, el pblico en general so-ar con muchos fantasmas. Opina-mos que le convendra, temporalmen-te, cambiar de literatura.

    Obras originales catalanas

    A partir del mes de abril de 1883, la seccin Bibliografa slo publi-

    car reseas de obras originales catalanas.

    J

    APELES MESTRES, L'AVENS, BARCELONA, 15-111-1884

    27 CLIJ64

  • ESTUDIO

    El primer escritor que tuvo que re-cibir las crticas mordaces de los re-dactores fue el desafortunado J. Roig i Ballesta, autor de Lo llibre de la in-fantesa (El libro de la infancia)3 y Cantars. Por lo que respecta al primer libro, el articulista no se limita a cri-ticar las innumerables faltas de gra-mtica, que hacen del libro un buen modelo de lo que los nios nunca de-beran hacer, sino tambin la forma literaria: Desde luego una de las co-sas en que [los nios] no le deberan imitar si algn da les pasa por la ca-beza ser escritores, es en dedicarle a un poeta un libro como ste que no tiene nada de potico (LA, VI-1883, p. 204).

    El mismo crtico es mucho ms sar-cstico cuando hace la resea de Can-tars (LA, IX-1883, pp. 51-52): limita el nmero de citas para tener con el Sr. Roig un poco de la caridad que l no tiene con el pblico, pues en el es-pacio de unos tres meses le ha dado dos obras en que se resuelve prctica-mente el problema de escribir sin ne-cesidad de ortografa ni de otros mu-chos lujos tan incmodos como poco necesarios. Y le acaba aconsejando que escriba todo lo que quiera para distraerse, pero que no pretenda figu-rar como cultivador de la cultura ca-talana; ms claro, que no imprima lo que escribe.

    Las ltimas referencias en LA a la literatura infantil corresponden a su segunda poca, donde aparecen las re-seas de dos reediciones y una obra original contempornea.

    La primera reedicin es Lo llibre deis ngels (El libro de los ngeles) de F.P. Briz, en su versin bilinge.4 La-mentando la falta de libros en cata-ln dirigidos al pblico infantil (LA, 11-1890, p. 52), el crtico elogia la ini-ciativa del editor, Bastinos,5 por ha-ber reeditado esta obra, un buen li-bro de lectura para los nios.

    Tambin es positiva la resea (LA, III-1892, p. 96) de Lo Trovador Cta-la, de A. Bori i Fontest, del cual se destaca el amor a Catalua que con-

    APELES MESTRES, L'AVENS, BARCELONA, 15-111-1

    Cans de Janer

    La sabateta, la sabatona, la sabateta qu'empresona ton peu galn, ton peu lleuger; 3 aquesta nit d'Epifana, si fos de t, la posara en la finestra del carrer. 6 A mitja nit veurs qu'arriva deis tres Sants Reys la comitiva y'l mes vellet somriu mirant 9 la sabateta, la sabatona, la sabateta qu'empresona ton peu lleuger, ton peu galn. 12 Ja la finestra'1 Rey escala, y ab la joguina que't regala sens fer remor posa afanys 15 en la sabateta, la sabatona, la sabateta qu'empresona tot peu galn, ton peu ayrs. 18 Y si dem tantost llevada surts guaytar, ma ben aymada, has de trobar un cor amant 21 en la sabateta, la sabatona, la sabateta qu'empresona ton peu lleguer qu'estimo tant. 24

    L'Avens, ao III, n 23, 31 de enero de 1884, p. 136

    (Cancin de enero: El zapato, el zapatito,/el zapato que encarcela/tu pie galan-te, tu pie ligero;/esta noche de Epifana,/si fuese de ti, lo pondra/en la ventana de la calle./A media noche vers que llega/de los tres Santos Reyes la comiti-va/y el ms viejo sonre mirando/el zapato, el zapatito,/el zapato que encarce-la/tu pie ligero, tu pie galante./Ya la ventana el Rey escala,/y con el juguete que te regala/sin hacer ruido pone afanoso/en el zapato, el zapatito,/el zapato que encarcela/tu pie galante, tu pie airoso./Y si maana apenas levantada/sa-les a mirar, mi bien amada,/encontrars un corazn amante/en el zapato, el za-patito,/el zapato que encarcela/tu pie ligero que quiero tanto./)

  • tagia y la facilidad de los versos. Pero en medio de la campaa ortogrfica que LA haba conducido, las solucio-nes ortogrficas de Lo Trovador C-tala no podan ser bien acogidas: La idea de este libro es muy loable [...]. La ortografa que, como dice el autor, ha acomodado todo lo posible a la castellana, deshar, desgraciadamen-te, todo el efecto saludable que el li-bro podra tener.

    La ltima resea a la que podemos referirnos es la relativa a la reedicin, debida al biblifilo Bulbena, del Can-coneret ctala, que incluye el Llibre deis bons amonestaments (El libro de las buenas amonestaciones), de An-selm Turmeda, y el Rumiatge del ven-turos pelegr, ab les Cobles de la Mort (Romera del venturoso peregrino, con las Coplas de la Muerte), de Geroni Seugon (LA, 31-V-1891, p. 160). Es bien sabido que no se trata de textos originariamente destinados a los ni-os; ahora bien, el xito del que go-zaron durante siglos entre el pblico infantil (al que le fueron impuestos desde las escuelas) nos ha aconseja-do incluirlos en el presente estudio. Es un hecho que habla en favor de nuestro pueblo escribe el articulis-ta el que estas [obras] se hayan transmitido de generacin en genera-cin en innumerables ediciones, con-servando el mismo lenguaje de quien las escribi.

    Apelles Mestres Apelles Mestres y la literatura infantil (1875-1893)

    ApeMes Mestres colabor por pri-mera vez con LA en junio de 1883, con el idilio Hivern (Invierno) (LA, VI-1883, pp. 202-203). Entre julio de 1883 y diciembre de 1884 public en la revista 26 dibujos, 17 poesas y un cuento. Sus textos aparecieron de ma-nera regular durante los primeros aos de la segunda etapa de la revista, con la cual dej de colaborar en marzo de 1892.

    El inters de ApeMes Mestres hacia lo que l denominaba el micro-cosmos (y ms adelante, con trmi-

    nos no tan aspticos, els menuts o els petits) y la intencionada senci-llez formal de sus versos, otorgan a su

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  • ESTUDIO

    obra un carcter marcadamente inge-nuo, bastante acorde con los gustos del lector infantil. Lo que no quiere decir, evidentemente, que el autor le dedicara al menos de manera expl-cita su produccin literaria.

    Esta simplicidad formal ya estaba presente en los primeros poemarios de Mestres. Avant (Adelante) (1875) con-tiene una seleccin de poesas de Del llibre del cor (Del libro del corazn), definidas como cantares ligeros. In-cluye adems siete fbulas, de las

    que una es una fbula cuento, y una Cans de bressol (Cancin de cuna), dedicada al pequeo Ricard Bartroli y musicada por mi amigo En-re Obiols (pp. 46-48).

    Mestres continu publicando fbu-las en Microcosmos (1876), donde jus-tificaba su inters hacia los pequeos animales escribiendo: Creo que slo la ignorancia puede no ver una inteli-gencia en los actos de un insecto y un universo en una gota de roco (P- VI).

    1SH4 AoDT Y S E T K . M U S K

    I . I T E R A R I o A R T I S T I C I 1 o C 1 E N T I F I C H

    j r n a . v w , I I . - I . I 5 T H u n

    Pero no encontramos las primeras poesas que legtimamente podemos considerar infantiles hasta la publica-cin de las Cansons ilustradas (1879). Se trata de textos muy ingenuos y rt-micos que el autor presenta afirman-do que con ellos no me he propues-to ms que divertir (p. 8). Los temas de algunas de estas canciones, sin em-bargo, indican que el autor no las ha-ba pensado para un pblico infantil. Ahora bien, eso no puede afirmarse categricamente por lo que respecta a las que estn acompaadas de la transcripcin musical: L'ltim rey de Xauxa (El ltimo rey de Jauja), Lo frare mendicant (El fraile mendican-te) y, sobre todo, Cans de noy (Can-cin de nio) y La mor del aucell (La muerte del pjaro), sin transcrip-cin musical pueden ser considera-dos los primeros poemas verdadera-mente infantiles de A. Mestres.

    Colaboraciones infantiles con L'Avens

    A estos textos les siguen dos apare-cidos en LA. El primero es el cuento Los pardals (Los gorriones) {LA, XI-1883, pp. 73-75), un clsico cuen-to de animales, de los que segn el mismo autor hay que leer con un cristal de aumento porque se trata de un cuento microscpico.6 Pol-lo que respecta a la acogida de este tipo de narraciones, a pesar de la de-cidida proteccin de la redaccin de LA, son bastante elocuentes las si-guientes palabras de A. Mestres, es-critas en 1908: En ese tiempo, mi amor por los seres pequeos me vala solamente burlas ms o menos ino-centes, ms o menos sangrientas; hoy da ya se me respeta este amor [...]. He aqu, pues, por qu entonces ni so con publicar estos cuentos. No hace falta decir que esta afirma-cin es falsa, al menos en lo respecti-vo a Los pardals.

    El ltimo texto infantil que quere-mos comentar y que publicamos se-guidamente, respetando la ortografa

    30 CUJ64

  • original, es la primera poesa de un ciclo dedicado a los meses: La Cans de Janer {LA, 31-1-1884, p. 136), la nica del ciclo que puede considerar-se infantil. Efectivamente, aunque la Cans de Febrer contina tratando las efemrides (el Carnaval), a partir del mes de marzo, el ciclo slo observar el paso del tiempo evidenciado en la naturaleza.7 * Joan Armangu i Herrero es Doctor en Filo-loga Catalana y escritor.

    Notas 1. Para el estudio de la revista y del lugar que ocupa en el nacimiento del modernismo cata-ln, vase sobre todo Eduard Valent, El pri-mer modernismo literario cataln y sus funda-mentos ideolgicos, Barcelona: Ariel, 1973, pp. 146-242. 2. El ao 1862, efectivamente, J. Coll i Veh ha-ba publicado en Barcelona, con el ttulo de Cuentos de hadas, su traduccin de los cuen-tos de Perrault. Esta versin haba introduci-do en Catalua la literatura de cuentos mara-villosos inspirados en el folclore. 3. La intencin moralizadora del libro y su es-caso valor literario ya se hacen patentes en la dedicatoria: Quiero contaros, nios y nias que me leis, una multitud de cuentecitos, que me parece os sern agradables por la aficin que a ellos tenis en esa edad tierna de la in-fancia en la cual se os va esculpiendo el cora-zn y el cuerpo. 4. La primera edicin de Lo llibre deis ngels haba sido publicada en la imprenta de Esta-nislau Roca en 1865. Seis aos despus, F.P. Briz an public Lo llibre deis noys (El libro de los chicos) (Barcelona: Lo Porvenir, 1871). 5. La editorial haba sido fundada por Joan Bastinos en 1852 y enseguida se convirti en uno de los ms prestigiosos centros de produccin de libros infantiles. Antoni Bastinos sucedi a su padre en la direccin de esta editorial. 6. Estas palabras proceden del prlogo a los Qentos bosquetans (Cuentos silvestres) (1908), reproducido en la recopilacin Tots els contes (Todos los cuentos) (1948), pp. 11-12, donde se incluy Los pardals. 7. Els mesos (Los meses) fueron publicados posteriormente dentro de Cants ntims (Can-tos ntimos) (1889) y Pom de cansns (Rami-llete de canciones).

    Bibliografa

    Literatura infantil

    Bori y Fontest, A.: Lo Trovador Ctala. Llibre de lectura en vers, destinat ais colegs, de noys y noyas, de Catalunya, Barcelona: Henrich y Ca, 1892.

    Briz, R: Lo llibre deis ngels, es-crit en vers ctala ab diferents metros. Traducci en prosa cas-tellana, Barcelona: Antoni J. Bastinos, 1890.

    Canconeret ctala. Llibre de bons amonestaments, per Fra An-selm Turmeda. Rumiatge del venturos Pelegr, ab les Cobles de la Mort, segons los Ms. y edicions antiges, Barcelona: Pau Riera i Sans, 1891.

    Erckmann-Chatrian: Obras, Bar-celona: Luis Tasso, 1893. Ver-sin castellana de Cecilio Navarro.

    Perrault, Ch.: Quentos, Barcelona:

    Luis Tasso, 1883. Versin caste-llana de Cecilio Navarro.

    Raspe, R.E.: Aventuras del barn de Munchhausen, Barcelona: Luis Tasso, 1883. Versin caste-llana de Cecilio Navarro.

    Roig y Ballesta, J.: Lo llibre de la infantesa, Valls: La Catalana, 1883.

    Apelles Mestres

    Avant, Barcelona: La Renaxensa, 1875. Poesas catalanas.

    Microcosmos. Versos catalans. In-timas y fbulas, Barcelona: La Renaxensa, 1876.

    Cansns ilustradas, acompanyadas algunas d'ellas ab msica auto-grafiada per Joseph Rodoreda, Barcelona: I. Lopes [1879].

    Pom de cansns (Els mesos. Per la maynada. Las horas. Violetas), Barcelona: Selecta, 1948.

    Tots els contes, Barcelona: Selec-ta, 1948.

    APELES MESTRES, L' AVENS, BARCELONA, JULIO 1883,

  • LA PRCTICA

    c talleres de r imaginacin

    por Flavia Company*

    Nios y nias, de Sant Caries de la Rpita (Tarragona), de 9 a 12 aos, han participado este ao en un taller literario dirigido por Flavia Company. Los integrantes de El Club deis Misteris (como se autobautiz el grupo) realizaron distintos ejercicios de escritura, individuales y colectivos, que luego fueron editados. El objetivo del proyecto, resumido en las siguientes pginas, no era otro que educar la imaginacin de estos nios y nias, dotndoles de un conocimiento diferente del trabajo de los escritores.

  • n un pequeo slo por lo que al tamao se refiere

    L ^ M pueblo al sur de Catalu-a privilegiado por su situacin geogrfica y con una poblacin de unos diez mil habitantes, que en ve-rano se incrementa en unas dos mil personas, gracias a ese colectivo flo-tante que forman, fundamentalmen-te, los turistas y los que se marcha-ron, llamado Sant Caries de la Rpita, ha nacido, este mismo ao, en el mes de marzo, una criatura espe-cial: los talleres literarios para nios. El proyecto ha sido engendrado, con toda la ilusin posible, por el regidor de cultura de dicha poblacin, el se-or Miquel Alonso, y la que escribe este artculo. El quirfano en donde ha visto la luz... ha sido el Ayunta-miento en pleno, que se ha volcado con entusiasmo en el apoyo de una ac-tividad que, sin duda alguna, resulta, frente a otras, muy minoritaria y, por tanto y por deduccin, poco rentable. (Parecera que algunos ayuntamientos de ciudades cercanas andan conta-gindose, de momento, las ganas de contar con un espacio similar. Ya es sabido que la pasin por la literatura acta, en algunas ocasiones, con los mismos efectos devastadores que las peores epidemias.) Paralelamente, se ha creado tambin un taller literario para adultos, subvencionado del mis-mo modo por el Ayuntamiento, y di-rigido asimismo por quien firma este artculo.

    No obstante, quienes han dado sen-tido absoluto a todo este proyecto, que en un principio pareca peregri-no, han sido, sin duda alguna, los ni-os. Esos nios que, sin saber exacta-mente a qu, pero con la intuicin de que lo de los cuentos, las historias y los libros poda estar muy bien, se han ido apuntando poco a poco a los talleres. Han ido llegando como quien no quiere la cosa, se han sentado jun-to a los dems que eran quienes les haban dicho que lo de la literatura es-taba super-bien y han asistido, at-nitos, a los innumerables e inacaba-

    bles alumbramientos de su propia imaginacin. Se han sorprendido a s mismos y unos a otros.

    Actividad extraescolar

    La actividad se realiza todos los viernes, a la salida de la escuela, du-rante dos horas de 17.30 a 19.30 y son los propios nios quienes no quieren disfrutar de un pequeo re-

    creo, por lo cual estas dos horas se aprovechan completas, de principio a fin. El espacio donde trabajamos se halla en un edificio que el Ayunta-miento ha rehabilitado para todo tipo de actividades culturales y de recreo. El grupo lo constituyen 10 nios nmero, en mi opinin, lmite, para este tipo de grupos de trabajo, que se renen alrededor de una mesa es-paciosa y cmoda que, si bien no es redonda, hace de tal.

    33 CLIJ64

  • LA PRCTICA

    El proyecto se ha pensado como un curso, que se realizar de modo para-lelo al calendario escolar. Es decir, cada ao, de septiembre a junio. La matrcula estar abierta, cada princi-pio de curso, a la inscripcin de nue-vos nios, para la organizacin de nuevos grupos siempre con un lmi-te en nmero de diez.

    Cada grupo tendr su propio nom-bre, el cual servir para firmar los tra-bajos realizados de forma colectiva que aparecern publicados en la revis-ta del pueblo cada mes. Tambin le publicarn trabajos individuales y, por otra parte, los textos, tanto indi-viduales como colectivos, se editarn, acompaados de las ilustraciones per-tinentes. La publicacin de los traba-

    jos resulta un fuerte estmulo para los nios, que despus ven reflejados sus esfuerzos en papel impreso, y pueden mostrarlo con orgullo a sus padres, maestros, hermanos y compaeros de escuela.

    La aventura de escribir

    El grupo con el que se ha comen-zado a trabajar este ao se ha auto-bautizado El Club deis Misteris, y tienen entre 9 y 12 aos de edad. La mayora son nias, aficionadas a la lectura, pero que no tienen la litera-tura, ni la lengua como asignaturas preferidas. Tampoco pertenecen a un tipo concreto de familia; el abanico es

    amplio y plural. Proceden de distin-tos centros de enseanza, pero las re-laciones entre ellas han sido buenas y fciles desde el principio.

    Los ejercicios que realizamos en el taller son muy diversos, y van desde la creacin colectiva a la individual. Algunos ejemplos de las actividades propuestas y llevadas a cabo son las que se indican a continuacin:

    Escribir un cuento a partir de tres frases dadas, dispuestas en el escrito como: la primera, la de en medio y la ltima respectivamente.

    Tras la lectura de un relato deter-minado, recreacin del mismo por medio de la tergiversacin del argu-mento, de los personajes, del final, et-ctera.

    Me paso el da leyendo. El sistema Jvenes Lectores atrapa de los 6 a los 13 aos, con ttulos para cada ciclo de EGB

    Un sistema que crea el hbito de la lectura gracias a las divertidas actividades sugeridas

    por la fichas Recursos y estrategias para el profesor.

    Cada libro es una invitacin a la aventura y

    cada historia, la forma ms fcil de aprender.

    OVENES LECTORES

    Para jugar a leer

    1 Editorial Juventud *** , !& ' z&>

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  • LA PRCTICA

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  • TINTA FRESCA

    Jos Mara Mendiola

    Siendo un nio muy pequeo, me dije un da que el mundo en el que ha-ba nacido no me gustaba demasiado. No lo entenda. Tampoco entenda a los otros nios. Y mucho menos que a ellos, todava, lograba entender a los adultos. El mundo de los adultos me pareci, en cuanto le ech un vistazo, lo que ahora se llama impresentable. Han pasado montones de aos desde entonces, y ahora escribo novelas, y hasta las publico y todo. Tambin voy a los colegios, y hablo all a los nios. Me hacen preguntas. Las respondo como puedo. Las respondo de inme-diato, para no darme tiempo a elabo-rar mucho la respuesta y engaarles as, inicuamente, con un producto ela-borado y falso. Un da, uno de estos pequeos me pregunt que por qu

    Bibliografa (seleccin)

    Muerte por fusilamiento, Barcelo-na: Destino, 1963.

    La gaviota de la plaza Guipzcoa, Madrid: Alfaguara, 1991.

    Los lmites del lobo, Gijn: Jcar, 1991.

    El cementerio de los ingleses, Bar-celona: Edeb, 1993.

    El palacio de las telaraas, El Mas-nou (Barcelona): Manuel Sal-vat, 1993.

    La momia Regina, Madrid: Ana-ya, 1993.

    Quin cuida los pajaritos?, Ma-drid: Susaeta, 1993.

    empec a escribir. Y yo, de inmedia-to, le dije: Porque el mundo que vea de nio no me gustaba nada, y decid inventar otro nuevo. Esa noche, en la cama, record mi respuesta, y re-flexion: Pero si les he dicho la ver-dad! Por qu el adulto no es capaz

    de construir un mundo que atraiga y enamore a los nios, en lugar de re-pelerles?. Y esto es, me parece, lo que tratamos los escritores al escribir para nios: hacer otro mundo mejor, ms habitable, menos hostil, dotado con ms inocencia y pureza.

  • TINTA FRESCA

    mil cigeas Diez

    14 de marzo, mircoles

    Esta maana explicaban los peri-dicos que diez mil cigeas volaran sobre nuestra ciudad el prximo da diecisiete. He ledo la noticia con cier-to inters, porque ignoraba que las ci-geas hicieran tales cosas. Ignoraba, incluso, que existieran tantas cigeas en el mundo. En sus comentarios, el peridico no era demasiado explcito. Las cigeas venan de frica, y se di-rigan al Norte de Europa. Al parecer, en frica sentan bastante calor, por lo que buscaban un clima ms fresco.

    Me hubiera gustado saber a qu parte del Norte de Europa se dirigan. La noticia, desde luego, no lo deca. Pienso que deban ir a Dinamarca, concretamente a Copenhague. Diez mil cigeas volando sobre Copenha-gue, en un atardecer lleno de grises, tena que ser un espectculo realmente impresionante.

    15 de marzo, jueves Me parece que uno de estos das ir

    a pedir algn trabajo a mi to Alejan-dro. Un trabajo agradable, por su-puesto. Un trabajo casi especial, pa-recido al que tiene mi propio to Alejandro.

    Mi to Alejandro tiene la manera ms bonita de trabajar que hay en el mundo. Se despierta a las diez de la maana, y aparece en su oficina a las once y media. Tiene un empleado muy delgado, con grandes gafas, que

    por Jos Mara Mendiola

    entra en su despacho para informarle de cmo marchan sus valores en la bolsa. To Alejandro se entera de si los valores suben o bajan, y grue suave-mente. Grue siempre, hayan subido o hayan bajado. Me parece que, en el fondo, lo que a l le gusta es gruir, y que las cotizaciones le vienen un poco anchas. A la una del medioda, se marcha a tomar el vermut. Si lla-ma alguien dice, invariablemente, estar en El Metro. El empleado del-gado asiente, con rutina, y to Alejan-dro se va a El Metro, que es una cafe-tera de postn. All toma vermut y aceitunas rellenas. Pero nunca llama nadie para preguntar por l. Una vez estuve en El Metro toda la maana, y nadie llam por telfono para ente-rarse de si estaba o no mi to Ale-jandro.

    Ignoro cmo diablos han podido ponerse de acuerdo tantas cigeas para hacer este viaje. Una decisin de tanta importancia ha debido llevarles mucho tiempo. Lo lgico sera que unas cigeas quisieran venir, y otras no, o que algunas no estuvieran con-formes con la idea del viaje y se que-daran donde estaban. Posiblemente, muchas hayan permanecido en fri-ca. Fastidiadas de calor, pero sin nin-guna gana de hacer tan descomunal viaje. El peridico no lo dice.

    Tampoco imagino cmo se pon-drn de acuerdo para ir a un pas o a otro. El Norte de Europa es muy

    38 CLIJ64

    grande, y pueden dirigirse a sitios muy distintos. Sin embargo, ninguno como Dinamarca. Pienso que la mayora de las cigeas tratarn de llevar a las de-ms a Copenhague. Tiene que ser bo-nito llegar, ver la ciudad desde la al-tura, y saber que se est en Copenhague. Tiene que ser maravillo-samente bonito poder ir a Co-penhague.

    16 de marzo, viernes

    Me he levantado a las siete de la maana. Todo estaba oscuro. He es-tado contemplando a un barrendero municipal que liaba un cigarrillo a la luz de una farola, y despus he ojea-do un peridico atrasado para saber si alguien ofreca un buen empleo. Nadie ofreca nada. He sentido can-sancio, asco y aburrimiento, y me he vuelto a meter en la cama.

    Al medioda, he ido a El Metro, tra-tando de que to Alejandro me invi-tara a un vermut. Al verme, ha grui-do un poco. S que disfruta gruendo, de manera que me he quedado tan tranquilo. Luego, he esperado que me preguntara si quera tomar algo. To Alejandro ha comido siete aceitunas antes de preguntrmelo. Me he bebi-do un vermut y he comido aceitunas rellenas. Cuatro aceitunas, para ser exacto.

    Otra vez hablan los peridicos de

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    PILARN BAYES

    las cigeas. Dicen que jams se han seriamente a las cigeas. Llegarn todo lo que haya que calcular. Lo que visto tantas juntas. Al parecer, en maana a nuestra ciudad. Eso lo sa- no acabo de comprender es cmo han frica deba hacer un calor insopor- ben, segn creo, porque calculan la averiguado que pasarn por nuestra table, sofocante, capaz de preocupar velocidad del vuelo, la distancia, y ciudad. Quiz no lo hagan. Quiz las

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  • TINTA FRESCA

    PILARN BAYES.

    cigeas no tengan un inters especial en ver esta ciudad y den un pequeo rodeo.

    Pienso que no sern tantas como se dice, que posiblemente los periodistas exageran. Diez mil son muchas cige-as. Nadie las puede contar, me pa-rece, de manera que no me creo que sean tantas cigeas. De todas for-mas, es hermoso que se unan y se di-gan: Bien! Aqu, en frica, est ha-ciendo demasiado calor. Lo mejor que podemos hacer es reunimos las diez mil y emigrar. All, por Dinamarca, debe de hacer un clima estupendo. S, tiene que ser hermoso verlas re-montar el vuelo y dirigirse, bajo las nubes, en direccin a Copenhague.

    amanecer, a la luz incierta del ama-necer. Pondr el despertador a las sie-te, y me apostar en la ventana. Nun-ca me perdonara dejar de ver el paso de diez mil cigeas, el maravilloso paso de tantas cigeas reunidas.

    Maana llegarn las cigeas. Ha-cia las primeras horas del da, por su-puesto. Estaba seguro desde el prin-cipio que habran de volar al

    Hoy he estado en la oficina de mi to Alejandro. Llevaba la idea de ha-blarle de mi empleo, pero no lo he he-cho. To Alejandro, hoy, ni se ha fija-do en m. Algo pasaba en los valores de la bolsa que los haca sumamente interesantes. To Alejandro no quita-ba los ojos de las condenadas cotiza-ciones que le proporcionaba su con-denado empleado de gafas.

    Realmente, la cosa no me ha impor-tado mucho. Ya, al llegar, he pensa-do que cualquier otro da podra ser ms apropiado para el asunto del em-pleo. Incluso, quizs, al mismo to Alejandro se le ocurrir afrontar la

    cosa. Puede ser que alguna vez me diga: He pensado colocarte, sobrino. Tengo un empleo para ti, un empleo que te va a gustar bastante. S, es po-sible que alguna vez ocurra esto.

    18 de marzo, domingo

    Ayer pasaron las cigeas. Me levant a las siete, y no quise co-

    rrer el riesgo de lavarme, no fuera que a las cigeas les diera por aparecer de un momento a otro. Estuve miran-do al cielo hasta que me doli el cue-llo de tanto hacerlo. Despus, pens que quiz se rezagaran las cigeas, e imagin algo para esperarlas cmo-damente. Acerqu la cama a la venta-na, y situ la almohada de tal mane-ra que, recostado sobre ella, vea perfectamente el cielo. Ahora, todo se reduca a esperar. Todo se reduca a esperar cmodamente.

    Pero me dorm. Las cigeas pasaron sobre la ciu-

    dad, camino de Dinamarca, y todo el mundo pudo verlas. Todo el mundo, menos yo, pobre tonto que me qued dormido hasta el medioda.

    Cuando supe que las cigeas ha-ban pasado, que yo me haba dormi-do, que fui la nica persona de la ciu-dad que no pudo verlas, que jams tendra ya una ocasin semejante para contemplarlas, y que ahora, ahora, vo-laban con elegancia pensando sin duda en Copenhague, las lgrimas asoma-ron a mis ojos. Pens en dar patadas a las cosas y en pedir un empleo a to Alejandro. Pens en darle una buena patada a to Alejandro, una soberbia patada que