¿Cómo mejorar mi relación con Dios?
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“OREN incesantemente.”
(1 Tesalonicenses 5:17.) “Perseveren en la
oración.” (Romanos 12:12.)
“Dense a conocer sus peticiones a Dios.”
(Filipenses 4:6.)
Si eres cristiano, conocerás muy bien
estos versículos.
Fíjate: puedes hablar con el Todopoderoso a cualquier hora del día, y la Biblia afirma que “él
nos oye” (1 Juan 5:14).
Con todo, tal vez te sea difícil orar. Una situación así podría compararse a
estar ante una puerta cerrada con llave. ¿Qué harías en tal caso? Esta
presentación te ayudará a:
1) identificar los obstáculos que te dificultan orar como si fueran una cerradura,
2) proponerte un objetivo y
3) usar la llave adecuada para “abrir la puerta” y lograr tu objetivo.
Para ello, anota lo que te dificulta hablar con Dios.
En primer lugar, identifiquemos la
“cerradura”.
El siguiente paso es fijarte un objetivo. Marca una de las casillas que aparecen a continuación o
escribe otro objetivo en la última línea.□ Orar más a menudo.□ No decir siempre lo mismo.□ Expresarme con más sentimiento.□ Otro …………………………
¿Cómo abrir la puerta?
La oración es como una puerta que puedes abrir
cuando quieras. Sin embargo, muchas personas admiten que
no la abren con la regularidad o con la
confianza suficientes. Si ese es tu caso, no te
desanimes.
Ya has identificado los obstáculos y te has
propuesto un objetivo. Ahora solo necesitas
una llave que abra esa puerta.
Ya has identificado los obstáculos y te has
propuesto un objetivo. Ahora solo necesitas
una llave que abra esa puerta.
Veamos ciertos obstáculos que
pudieran presentarse y algunos consejos
para superarlos.
La llave• “Vigilen cuidadosamente
que su manera de andar no sea como imprudentes,
sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que
queda, porque los días son inicuos”
• (Efesios 5:15, 16).
Consejos • Fija de antemano
un momento del día para orar.
Es más, ¿qué tal si escribes un
recordatorio como cuando tienes una
cita? “
• “Siempre me distraigo y
tengo la cabeza en todas
partes, menos en lo que
digo.”
Falta de concentración
Consejos Si tu mente divaga con facilidad, procura hacer oraciones más breves.
Con el tiempo mejorarás tu capacidad
de concentración. También te ayudará
orar sobre asuntos que de veras te interesen.
La llave“Meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí
me interesaré intensamente” (Salmo 77:12).
Consejos Si crees que tus
oraciones son rutinarias, escribe cada día algo que
consideres una bendición en tu vida
y dale gracias a Jehová. Al cabo de
una semana le habrás mencionado
siete nuevos asuntos.
Dudas
• “Una vez tuve un problema y pedí ayuda en oración, pero nunca se
solucionó. Al contrario, me llovieron las dificultades. Por eso pensé que si de
todos modos Jehová no me escuchaba, no tenía caso seguir orando.”
“Junto con la tentación también [Jehová] dispondrá la salida para que puedan aguantarla”
(1 Corintios 10:13).
La llave
Sin lugar a dudas, Jehová es el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2). Así que, después de orar
sobre un asunto, procura ver el cuadro completo.
Consejos
En vez de esperar una respuesta en particular,
piensa si ya la has recibido de otra manera. El hecho de
que afrontes la situación como todo un cristiano
demuestra que Jehová ya te ha contestado: no te ha
quitado el problema, pero te ha dado fuerzas para
sobrellevarlo (Filipenses 4:13).
Verguenza
“Me abochorna tan solo pensar en lo que dirían mis compañeros si me vieran orando a la
hora del almuerzo.”
Consejos
Es cierto que pudiéramos dar una buena impresión a quienes nos vean orar
discretamente, pero no hay porqué ofrecer un
espectáculo.
Por ejemplo, Nehemías, un fiel siervo de Dios, hizo
una oración breve y silenciosa delante del rey Artajerjes, y al parecer el
rey ni se dio cuenta (Nehemías 2:1-5).
A veces, tú también podrías orar en público sin
que nadie lo note (Filipenses 4:5).
Baja autoestima
“Jehová sabe muy bien cuáles son mis
problemas. Y si yo ya estoy harta, supongo
que él también. A veces creo que
ni siquiera merezco hablarle.”
Consejos
Busca información sobre 12:6, 7; Juan 6:44; Hebreos 4:16; 6:10 y 2 Pedro 3:9.
Estos versículos te ayudarán a ver que Jehová quiere escucharte y que no tienes que ser un
santo para merecer su atención.
El salmista David, quien pasó muchas angustias, declaró convencido que “Jehová está cerca de los que están quebrantados
de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu” (Salmo 34:18).
Consejos