Comparecencia de Miguel Nadal Segalà ante la Comisión de ... · Leyenda: Transcripción de la...

Comparecencia de Miguel Nadal Segalà ante la Comisión de Asuntos Exteriores sobre

el Proceso de Barcelona y la tercera Presidencia española (12 de marzo de 2002)

Leyenda: Transcripción de la comparecencia del Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miguel Nadal Segalà, el

12 de marzo de 2002 ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, para informar sobre los

planteamientos y objetivos de la Presidencia española de la Unión Europea respecto al Proceso de Barcelona.

Fuente: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. 12.03.2002, n° 448. Madrid.

http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SDocum. p. 14431-14442.

Copyright: (c) Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados - Comisión de Asuntos Exteriores

URL:

http://www.cvce.eu/obj/comparecencia_de_miguel_nadal_segala_ante_la_comision_de_asuntos_exteriores_sobre_el_pr

oceso_de_barcelona_y_la_tercera_presidencia_espanola_12_de_marzo_de_2002-es-0b11366f-3333-4d4f-9a1e-

1bce8512d999.html

Publication date: 14/02/2014

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CORTES GENERALES

DIARIO DE SESIONES DEL

CONGRESO DE LOS DIPUTADOSCOMISIONES

Año 2002 VII Legislatura Núm. 448

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA

Sesión núm. 27

celebrada el martes, 12 de marzo de 2002

Página

ORDEN DEL DÍA:

Comparecencia del señor secretario de Asuntos Exteriores (Nadal Segalà) para informar sobre:

— El Plan de acción para África subsahariana. A petición del Gobierno. (Número de expedien-te 212/000905.) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14432

— Los planteamientos y objetivos de la presidencia española de la Unión Europea respecto alproceso de Barcelona. A petición del Gobierno. (Número de expediente 212/000906.) . . . . . . . 14443

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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de lamañana.

COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIODE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES(NADAL SEGALÀ) PARA INFORMAR SOBRE:

— EL PLAN DE ACCIÓN PARA ÁFRICA SUB-SAHARIANA. A PETICIÓN DEL GOBIER-NO. (Número de expediente 212/000905.)

La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.Recibimos al secretario de Estado de Asuntos Exte-

riores, a quien damos las más sinceras gracias por sudisponibilidad a comparecer esta mañana para explicardos temas. En primer lugar, para informar sobre el Plande acción para África subsahariana y, en segundo lugar,para informar sobre los planteamientos y objetivos dela presidencia española de la Unión Europea respectoal proceso de Barcelona. Ambas comparecencias hansido solicitadas por el Gobierno.

Nos han facilitado una serie de ejemplares del docu-mento en el que se expresa el Plan de acción paraÁfrica subsahariana que están a disposición de SS.SS.

Señor secretario de Estado, tiene la palabra.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUN-TOS EXTERIORES (Nadal Segalá): Muy buenosdías a todas sus señorías.

Comparezco en primer lugar para presentar el Plande acción para África subsahariana para los años 2001y 2002, que fue aprobado por el Gobierno hace ya algu-nos meses y que pretende diseñar la estrategia delGobierno en relación con la región del África subsaha-riana. Como ha dicho la señora presidenta, el Plan estáa disposición de todas SS.SS., también se encuentra enla página web del Ministerio desde hace unos meses yhace unos diez días tuve el honor de presentarlo en elSenado. Dado que SS.SS. disponen del Plan donde serecoge el conjunto de actuaciones, antes de entrar en eldetalle de algunas de esas iniciativas me gustaría expli-car un poco el origen, la filosofía y los principios queestán detrás de este Plan.

El Plan surge literalmente de una reunión que tuvolugar hace ya algún tiempo en Madrid con los embaja-dores de España en la región. Se trata de una región quecomprende unos 48 países —prácticamente una cin-cuentena— en la que España tiene desplegadas 16embajadas residentes, un despliegue relativamenteimportante en comparación con las que podamos teneren otras zonas del mundo. A partir de esa reunión y delos resultados de la misma —quiero recordar que fueuna reunión que duró dos o tres días y en la que se tuvocontactos con esta Comisión de Asuntos Exteriores delCongreso—, se decidió la elaboración de este Plan deacción para la zona; un Plan de acción que en la pers-pectiva de la política exterior se enmarca en esa volun-

tad repetida —y que ha sido expuesta en esta mismaCámara— de ir procediendo a una cierta globalizaciónde nuestra política exterior. Por razones del guión y porla evolución política y económica interna del país,hemos tenido a lo largo de los últimos 25 años un pro-ceso secuencial de proyección exterior en primer lugarhacia Europa y, después, hacia Iberoamérica y el Medi-terráneo. Consideramos que estamos ahora en disposi-ción de tener una mayor presencia y más estructuradaen zonas del mundo en las que prácticamente hastaahora hemos estado ausentes. Este es el caso de Asia,pues también hemos elaborado un Plan estratégico paraAsia y Pacífico que se presentó en esta misma Comi-sión; es el caso de Europa del Este, zona sobre la quetambién se presentó un Plan, y es el caso, con todas lasparticularidades que concurren en el mismo, del Planpara África subsahariana que presento hoy. Por tanto,el plan se enmarca dentro de esta voluntad de tener unamayor presencia en esta zona del mundo, y creo quetodavía tiene más sentido después del 11 de septiem-bre. Después del 11 de septiembre hemos centrado todanuestra atención en Afganistán y en la zona de AsiaCentral, pero creo que todos podemos compartir que elÁfrica subsahariana no puede ser la gran olvidada de laagenda internacional. Los problemas del África subsa-hariana existían antes del 11 de septiembre, existentodavía y hay que articular respuestas a los mismos.

Debo empezar diciendo que el África subsaharianaes una región muy heterogénea y que, por tanto, loscomentarios necesariamente generalistas que yo voy ahacer aquí seguramente en muchos casos no harán jus-ticia a la situación concreta de cada uno de los países,pero sí podemos atisbar grandes tendencias. Al hablarde ella tendemos a enfatizar los aspectos negativos dela situación en la región, y ciertamente esos aspectosabundan. Por ejemplo, el África subsahariana es unazona donde la renta per cápita alcanza apenas los 350dólares por persona y año; estamos hablando, por tanto,de una renta per cápita más o menos de un dólar porpersona y día, como media, justamente en el umbral dela pobreza. Es una zona donde de forma recurrente seproducen calamidades naturales de todo tipo, inunda-ciones, hambrunas o calamidades de otra naturaleza, ydonde los conflictos bélicos están a la orden del día —se calcula que aproximadamente uno de cada cincohabitantes del África subsahariana está afectado porconflictos bélicos— y donde el sida presenta un gradode extensión que en algunos países incluso calificaríade dantesco. Es importante recordar que prácticamentedos tercios del total de la población del mundo afectadapor sida vive en la región, y la región contabiliza ya,hasta la actualidad, más o menos 14 millones de perso-nas muertas por esta enfermedad. Éste es el panorama,la fotografía negativa que se suele enfatizar, que sole-mos ver a diario del África subsahariana.

Sin embargo, frente a esta fotografía en negativo,creo que hay, sobre todo en los últimos años, síntomas

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positivos que conviene recalcar porque son muy impor-tantes; síntomas positivos, síntomas de esperanza, enmuchos ámbitos. En el ámbito político hemos asistidoa cambios interesantes hacia procesos de democratiza-ción en distintos países, por supuesto en Sudáfrica,pero también en países como Ghana, Senegal o Came-rún. También hemos asistido en los últimos años, sobretodo en la segunda mitad de los años noventa, a unafase de cierta mejoría económica. La segunda mitad delos noventa ha sido el período de mayor crecimientodel continente desde los tiempos de la independencia, yese crecimiento ha estado apoyado en un desarrolloprogresivo del sector privado, lo que demuestra un cier-to dinamismo de esos países y de esas sociedades. Tam-bién es cierto que en algunos casos puntuales, porejemplo en Guinea, la mejoría económica ha venido dela mano del descubrimiento de nuevas reservas depetróleo, así como del aumento espectacular que losprecios del petróleo registraron entre los años 1997 y2000, pero lo cierto es que la situación económica hatendido a mejorar un poco, aunque los niveles desdelos que se partía eran, como he dicho, muy bajos.

Sin embargo, lo más importante que ha sucedido enla región en los últimos años, y que es muy esperanza-dor, es la progresiva conciencia de que los problemasdel África subsahariana sólo podrán encontrar una solu-ción si hay, en primer lugar —no de forma exclusivapero sí en primer lugar—, una asunción clara de la res-ponsabilidad que tienen esos países en su propio desa-rrollo político, económico y social. En este sentido,creo que se han dado pasos importantes, pues la con-ciencia sobre la necesidad de actuar y la necesidad deimplicarse ellos mismos se ha extendido por todo elsubcontinente y claramente han florecido lo que yo lla-maría un sentimiento de no resignación y unas ganasde hacer, para, de una forma conjunta todos los paísesde la región, tratar de salir del atolladero en que seencuentran.

En esa línea, ha habido iniciativas importantes, yasea en el ámbito político, reforzando, por ejemplo, laOrganización para la Unidad Africana, que está en fasede transformación en un órgano político de mayor enti-dad, que sería la Unión Africana, o iniciativas de tipoeconómico como las lanzadas por cuatro presidentes deÁfrica, los de Sudáfrica, Nigeria, Argelia y Egipto, parasituar la problemática africana en la parte alta de laagenda internacional, y se ha conseguido que dichaproblemática figure en la agenda de las reuniones delG-8; figuró en la última reunión en Génova y va a figu-rar en la próxima reunión en el oeste de Canadá. Esta-mos en una situación de contrastes, en una situación defondo muy preocupante, pero en una situación donde,de forma tímida pero interesante, se atisban iniciativasen todos los ámbitos que apuntan en una dirección ade-cuada.

El plan que presento hoy aquí recoge, de forma sin-tética, las iniciativas que desde los distintos ámbitos

del Gobierno se van o poner o se están poniendo enmarcha en estos años, en relación al África subsaharia-na. Una primera virtualidad del plan es el hecho de queimplica un esfuerzo de coordinación notable, lo cual,teniendo en cuenta que son múltiples los ministeriosinvolucrados en relación a la política hacia los paísesde África subsahariana, es un activo importante en símismo.

De forma sintética, el plan plantea seis grandes obje-tivos. En primer lugar, se pretende contribuir al logrode la paz y del desarrollo sostenible en la región. Ensegundo lugar, figura la promoción y defensa de losderechos humanos y de la democracia. En tercer lugar,la profundización de las relaciones bilaterales y multi-laterales, partiendo de esa presencia que he menciona-do antes de unas 16 embajadas residentes en la región.En cuarto lugar, la ordenación de los flujos migratorioshacia nuestro país, unos flujos que están siendo cre-cientes en los últimos tiempos. En quinto lugar, la pro-tección de los españoles que se encuentran en la región,y, en sexto lugar, apoyar el fomento de la lengua y de lacultura españolas en la zona. Ésos, de forma genérica,repito, son los seis grandes objetivos del plan y despuésme voy a referir a lo que son iniciativas concretas que,en el marco de estos objetivos, presenta el plan.

Antes de entrar en esas iniciativas concretas, me gus-taría referirme brevemente a lo que llamaría la filosofíaeconómica que subyace en este plan de acción. Esta-mos en un plan de acción donde la parte política es fun-damental; de hecho, si miramos los objetivos que acabode enumerar, vemos que los marcadamente políticosson muy importantes y figuran en primer lugar, por loque estamos ante un plan de contenido evidentementepolítico, pero también estamos ante un plan en el que laparte económica es muy importante y, en el fondo, es laparte más instrumental.

En cuanto a la parcela económica, parte de la filoso-fía de que queremos contribuir al desarrollo de las eco-nomías del África subsahariana; en esa voluntad decontribuir a ese desarrollo, es necesario incidir por dosgrandes vías. En primer lugar, la vía de la cooperación,la vía de la ayuda al desarrollo es importante, una víanecesaria para ayudar tanto a combatir la pobreza enesos países como a propiciar procesos de transforma-ción económica que permitan a esos países competir enla escena internacional. Junto y en paralelo a esa vía decooperación, esa vía de ayuda al desarrollo, considera-mos que es imprescindible, y desde un punto de vistacuantitativo es más importante, la vía de propiciar laincardinación de esos países en los flujos de comercioy en los flujos de inversión internacional, porque cuan-do uno coteja las estadísticas se da cuenta de que laparticipación de estos países en el comercio y en lainversión internacional es escasa y, lo que es máspreocupante, decreciente en muchos casos. Por decirloen otros términos, uno de los grandes problemas, nodigo que sea el único, de estos países en el fondo es que


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han quedado al margen de la globalización, al margendel proceso de integración de las economías mundiales.Había un informe reciente del Banco Mundial queponía de manifiesto que a lo largo de los noventa, aque-llos países que habían sido capaces de integrarse enestos flujos de comercio, en estos flujos de capital anivel internacional, eran los países que más habían cre-cido, países de Asia, pero también países de Iberoamé-rica. En cambio, los países del África subsahariana ymuchos países islámicos, que eran los que habían que-dado al margen de este proceso de integración, eran losque presentaban menores tasas de crecimiento, meno-res tasas de desarrollo económico. Por tanto, pensamosque propiciar esa integración en el proceso de globali-zación es fundamental si queremos que esos países sedesarrollen desde una perspectiva de medio y largoplazo.

Este enfoque, que no es novedoso, es fácil de enten-der, por ejemplo, desde la perspectiva española, contodos los matices, con todas las diferencias que concu-rran en cada caso. Todos podemos convenir en que unode los secretos de la enorme transformación de Españaen las últimas cuatro décadas ha estado precisamenteen la apertura al exterior, en la capacidad de atraerinversiones extranjeras y en el fomento del comerciocomo motor de crecimiento económico. En ese sentido,el plan apoya iniciativas tomadas desde la Comisiónrecientemente, como una iniciativa que responde alnombre de, todo menos armas, en inglés everything byarms, que es una iniciativa que pretende liberalizartotalmente los flujos de comercio entre la UniónEuropea y los países más pobres del mundo, fundamen-talmente los países del África subsahariana, a efectosde propiciar esos flujos comerciales. Es una iniciativaque se puso en marcha en el año 2001, que afecta atodos los bienes básicos producidos por esos países yque únicamente prevé unos períodos de transición paratres productos sensibles, el azúcar, el arroz y los pláta-nos, para los cuales se prevén períodos de transiciónhasta el año 2006 en un caso y 2009 en otro.

Desde esta filosofía y desde esos principios y objeti-vos que he enumerado, ¿cuáles son las acciones con-cretas que plantea el documento que hoy presento? Sonmúltiples. Me voy a referir a aquellas que consideromás importantes. En el ámbito político se plantea unaumento de las visitas bilaterales entre España y lospaíses de la región intentando que esas visitas sean másfrecuentes y, en la medida de lo posible, tengan másnivel del que han tenido en el pasado. En el ámbito eco-nómico se plantean distintas medidas de apoyo a la pre-sencia de nuestras empresas en la zona a través deactuaciones del ICEX, de la firma de acuerdos para laprotección y la promoción recíproca de inversiones. Seplantean iniciativas para mejorar la participación o losretornos que las empresas españolas obtienen de losfondos multilaterales destinados a los países de laregión y se plantean también actuaciones específicas en

el ámbito de la pesca, un sector fundamental para nues-tro país y muy importante en nuestra relación con elÁfrica subsahariana, donde se distingue entre lo queson actuaciones a través de la Unión Europea, en aque-llos casos en los cuales hay acuerdos de la Unión Euro-pea con países de la zona; en otros casos donde no exis-ten esos acuerdos, como podría ser el de Namibia, sepretende continuar apoyando a los armadores españo-les, a las empresas españolas que actúan en esos países.

Un apartado muy importante es del de la coopera-ción al desarrollo. Tenemos una presencia importanteen la zona —después hablaré de cifras— y lo que nosplanteamos es no sólo un mantenimiento, sino una con-solidación importante de los flujos de cooperación, delos flujos de ayuda a los países del África subsahariana.Planteamos que eso se haga desde lo que llamaría elprincipio de concentración, es decir, queremos asegu-rar que la ayuda que dedicamos a esos países esté másconcentrada que en el pasado, más concentrada desdeel punto de vista geográfico y desde el punto de vistasectorial. El Plan director de la cooperación contemplanueve países prioritarios para el África subsahariana yes ahí donde queremos centrar nuestra atención. Esospaíses prioritarios son Guinea Ecuatorial, pero tambiénlos países lusófonos del África subsahariana, tanto losdel Este como los del Oeste, así como alguna acciónpuntual en países como Sudáfrica —en total son nuevelos países prioritarios— y también hay una concentra-ción sectorial en el ámbito de la reducción de la luchacontra la pobreza cubriendo ámbitos como la educa-ción, la sanidad o el desarrollo rural. Quiero decir tam-bién que, en el ámbito de la cooperación, se pretendeimpulsar las asistencias técnicas hacia esos países. Pen-samos que este es un campo muy prometedor en lamedida en que la asistencia técnica es un recurso inte-resante para los países receptores y también es un ins-trumento para propiciar la entrada de empresas españo-las en esos países. Pensemos que España es un país queen los últimos años, como he dicho, se ha transformadomucho, es un país que ha acumulado un conocimientoimportante respecto a la transformación de determina-dos sectores, sea el textil, sea el agrícola o incluso lamodernización, por ejemplo, de las administracionespúblicas. Ese conocimiento lo hemos acumulado, comodigo, a lo largo de los últimos años; por decirlo deforma un tanto simplista, lo tenemos fresco, lo tenemosmuy reciente, y se nos presenta la oportunidad, intere-sante para nosotros y para los países receptores, deexportar, de trasladar ese conocimiento hacia los paísesde la zona. Por tanto, las asistencias técnicas tambiénson un ámbito que pretendemos fomentar.

En el ámbito de la atención consular a españoles, elplan plantea el refuerzo de la red de consulados hono-rarios y también el de la cooperación con Francia paraasistencia consular, en la medida en que Francia es elpaís de Europa con un mayor despliegue diplomáticoen la región. Desde el punto de vista de la gestión de


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los flujos migratorios, que como he dicho antes soncrecientes en los últimos años, las actuaciones queplantea el plan se incardinan plenamente en el PlanGRECO que, bajo los auspicios del Ministerio del Inte-rior, diseña toda la estrategia del Gobierno con relacióna los flujos inmigratorios. Es conocido que esa estrate-gia parte de una visión de largo plazo, en el sentido deque la gestión de los flujos migratorios requiere, en eltiempo, propiciar el desarrollo de los países de origende la población inmigrante, pero también, desde unaperspectiva a corto plazo, es necesario gestionar debi-damente los flujos de inmigrantes que llegan a nuestropaís. En este sentido el plan de acción plantea la firmade acuerdos de readmisión con determinados países dela zona (por ejemplo, ya se ha hecho con Nigeria),como Senagal, Costa de Marfil; también estamos pen-sando en la posibilidad de firmar acuerdo de readmi-sión con Ghana. Quiero decir que la lista de países parala firma de estos acuerdos es abierta y se va adaptandoen función de las necesidades de cada caso.

En cuanto a los fondos que sustentan el plan sonmuy importantes. Estamos hablando de que en losaños 2001 y 2002 se van a dedicar aproximadamen-te 59.000 millones de pesetas por año como ayuda ofi-cial al desarrollo, desde España hacia el África subsa-hariana. Por tanto estamos hablando de unos 120.000millones de pesetas en el período 2001-2002. Esas sonlas cifras de la ayuda total, la multilateral y la bilateral.En el plan hay un desglose, partida por partida, de esaayuda y sobre ello creo que es importante decir variascosas. En primer lugar, que esos 59.000 millones poraño que contempla el plan suponen un aumento muyimportante respecto a los niveles de ayuda de los años1999-2000, en los que la ayuda por año fue de 45.000millones de pesetas aproximadamente; pasamos a unos59.000 millones en el período 2001-2002, lo que signi-fica un aumento del 30 por ciento aproximadamente enestos años respecto a los dos años anteriores. Quieroresaltar también, desde el punto de vista de la composi-ción de esta ayuda oficial al desarrollo, que el planplantea un progresivo equilibrio entre ayuda multilate-ral y bilateral (en los últimos años ha primado la ayudamultilateral, la que hacemos fundamentalmente a tra-vés de la Unión Europea hacia los países de la zona) yque la ayuda bilateral vaya ganando importancia, deforma que vayamos a un escenario donde aproximada-mente la mitad del total de la ayuda sea por la vía mul-tilateral y la otra mitad por la bilateral. Este aumentorelativo y absoluto de la ayuda bilateral se articula en elplan por varios canales. En primer lugar , la ayuda quese canaliza a través de la Agencia Española de Coope-ración Internacional va a aumentar de los 7.000 millo-nes de pesetas anuales a los 8.000 millones de pesetas.En segundo lugar, hay un aumento importante de laayuda que se canalizaría a través de créditos FAD, quepasa de 12.000 millones al año a unos 21.000 millones.En tercer lugar hay también un aumento importante de

las operaciones de condonación de deuda, que pasan enpromedio de unos 1.000 millones de pesetas al año, enel período 1999-2000, a cerca de 4.000 millones en elperíodo 2001-2002. Estas serían a grandes rasgos lascifras que sustentan el plan.

Como resumen diría que estamos ante un plan cuyaelaboración del mismo es ya un reflejo de la voluntadde dar una importancia creciente a la zona; que el planno sólo nos sirve para fijarnos qué objetivos persegui-mos con relación a la región sino que es un ejercicio ensí mismo muy sano para tener una fotografía de aquelloque estamos haciendo en la región. El plan cuenta conuna dotación de recursos importante y permite hacermuchas cosas; por supuesto que siempre cabe pedirmás y el principio de no saciedad, que es un principiofundamental de los economistas se aplica también a lapolítica y en particular a la política de la región delÁfrica subsahariana. Por tanto, con lo que tenemos creoque podemos hacer muchas cosas; lo importante es ase-gurar la continuidad del plan y hacer que poco a poconuestra presencia en la zona vaya siendo más sólida ytener mayor capacidad de incidir en los problemas dela región.

Para terminar, me gustaría hacer mención a la situa-ción política en dos países muy importantes de laregión Zimbawe y la República Democrática delCongo, países que, desde nuestra función de presiden-cia del Consejo de la Unión, estamos siguiendo deforma muy estrecha. En cuanto a Zimbawe es sabidoque ha habido elecciones este fin de semana pasado yque, por causa de las colas que se produjeron el día dela votación, fue extendido el período de voto en un día;a pesar de ello, lo cierto es que ha habido gran cantidadde personas que no han podido ejercer su derecho alvoto. Este problema que sucedió el día de la votaciónse añade a problemas que ha habido en las semanasprevias a la votación en la acreditación en las funcionesde los observadores internacionales; fue expulsado elobservador de la Unión Europea en el mes de febrero,lo que desencadenó la puesta en marcha de sancionespor parte de la Unión; ha habido también problemas deacreditación de medios de comunicación y de periodis-tas y también ha habido problemas en la elaboracióndel censo electoral. La verdad es que todavía no tene-mos todos los elementos, pero con la información deque disponemos ahora mismo es difícil pensar que sehan respetado las reglas mínimas del juego democráti-co y electoral. Esta opinión coincide con la de observa-dores de la organización regional de política de la zona.Por tanto, a espera de las últimas informaciones, demomento sólo podemos hacer un balance pesimista,negativo, sobre cómo se ha ido desarrollando el proce-so electoral en Zimbawe.

Otro país que está también en una situación delicadaes la República Democrática del Congo. Ustedes sabenque el país ha estado azotado por una guerra tremendaa lo largo de los últimos años y donde las cifras de víc-


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timas se cuentan por millones; después del acuerdo deLusaka más o menos se ha entrado en una situación deestabilización, pero pendiente de una solución definiti-va. Está en marcha desde hace unas semanas un diálo-go intercongoleño en Sudáfrica pero, de momento, noestá acabando de funcionar por causa de problemas derepresentatividad de las partes en juego. Además, elproceso está afectado por episodios puntuales de vio-lencia que se repiten de forma recurrente en determina-das zonas del país. Desde la Unión Europea seguimoseste diálogo intercongoleño y lo estamos apoyando lomáximo que podemos. Quiero destacar la labor queestá haciendo el representante especial de la UniónEuropea para ese diálogo que, como digo, trata decontribuir al máximo a que se obtengan resultadospositivos.

No me extiendo más. Como digo, todas las medidascontempladas en relación con el Plan de acción paraÁfrica subsahariana las tienen en el documento que seha repartido. Quedo abierto a cualquier pregunta que sepueda hacer.

La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean fijarsu posición? (Pausa.)

En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Catalán(Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Grau.

El señor GRAU BULDÚ: Quiero agradecerle elinforme que nos ha presentado en esta Comisión. Real-mente es completo, los objetivos están perfectamentedelimitados y, al menos dentro de un contexto lógico,muy bien estructurados para tener una política, un plan-teamiento político respecto a esta área conflictiva.Cuando se habla de esta zona, se mencionan los pro-blemas migratorios y de confrontaciones tribales, apar-te de existir el sentimiento general de que en esta zonahay una explotación económica, que es fuente de mate-rias primas importante y que, debido a la configuraciónsocial, es difícil que estos países puedan llegar a uncontexto mundial en condiciones de igualdad.

Me ha parecido muy oportuna la afirmación de queestos países han quedado fuera de la globalización entanto en cuanto no participan, al menos en condicionesde paridad, del comercio mundial. Si esta es una de laspremisas que tiene el ministerio, le felicito por ello yaque hay que intentar que nuestros interlocutores inter-nacionales tengan una vía de igualdad en las relacioneso que, al menos dentro de las diferencias, puedan ope-rar en condiciones más equiparables los unos con losotros.

Me gustaría conocer con más detalle en esta inter-vención, si fuera posible —después de que el Plan hasido presentado a raíz de un programa del año pasa-do—, si las mejoras consulares han sido importantes, sihay perspectivas de abrir alguna oficina consular más,fruto de estos posibles acuerdos que el señor secretariode Estado nos ha presentado con los países de Ghana,

Nigeria, Senegal y Costa de Marfil. Posiblemente estopermitirá que los flujos migratorios de inmigrantesclandestinos que llegan de esta zona puedan tener untratamiento más equiparable y podamos resolver eldifícil problema que se plantea cuando estos inmigran-tes han cruzado el estrecho de Gibraltar o cuandoalguien se ha situado en las Islas Canarias después depasar el trance de la travesía marítima y se encuentracon que, por nuestra parte, no hay ninguna fórmulapara hallar una vía de entendimiento con el país quesupuestamente nos ha enviado el inmigrante.

Respecto a las coberturas de las empresas españolas,he creído entender que hay una cobertura o, al menos,una ayuda del Instituto de Comercio Exterior. Me gus-taría conocer si esto es competencia de su ministerio odel Ministerio de Economía y si esta cobertura que tie-nen las empresas españolas de los fondos multilateralesy la recuperación de estas inversiones tiene, al mismotiempo, la cobertura de CESCE en cuanto al asegura-miento de determinadas exportaciones y si es posiblemejorar esta cobertura de productos con origen en laUnión Europea.

Usted ha hablado de la República de Zimbawe y delCongo, pero también ha habido recientemente unasituación conflictiva en Angola, donde se ha producidola muerte de un guerrillero rebelde contra el Gobierno.Quisiera saber si esto va a producir algún cambio en lasrelaciones españolas con este país y cuál es la opiniónque tiene el ministerio respecto a si esto conduce haciauna cierta estabilidad en el país en el futuro de cara aencontrar una solución política a esta situación y a quela oposición de la guerrilla al Gobierno tuviera unasolución en el futuro.

Nos ha hablado de las mejoras de cooperación, delos incrementos que van a tener las ayudas del Estadoespañol a estos países y de la importancia de esta parti-cipación, pero ¿cree el Ministerio que estas ayudasestán en consonancia con los incrementos de otros paí-ses de la Unión Europea? ¿Estamos por detrás de elloso nuestra cooperación está realmente a la altura de lamedia de los países europeos?

La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamen-tario Socialista, tiene la palabra el señor Marín.

El señor MARÍN GONZÁLEZ: En primer lugar,quiero agradecerle su presentación de este Plan deacción para África subsahariana. En nombre de migrupo, le digo que lo vamos a estudiar con todo interéspara, eventualmente, sacar nuestras propias conclusio-nes y, en su día, en el caso de que hubiera elementosdel mismo que pensáramos que debieran tener otroenfoque, poder planteárselo en sede parlamentaria.

Hoy me voy a limitar a hacerle algunas considera-ciones de tipo general en el entendido de que he dereconocerle que la presentación que ha hecho nos pare-ce correcta en términos generales. Una parte de su pre-


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sentación, que particularmente me ha resultado bastan-te interesante y que quisiera desarrollar, es lo que ustedllamaba la fotografía negativa en la forma de tratar lostemas africanos o lo que, de una forma más o menosgeneral, se entiende por los problemas de África en laopinión pública y también, en cierta medida, en los dis-cursos políticos que se hacen respecto al futuro y aldestino de este continente.

Es verdad que sobre África predomina una visión entérminos de fotografía negativa, donde los efectosnegativos del continente africano que usted señalaba —subdesarrollo, pandemias, guerras— parece que se hanconvertido en la tarjeta de visita, en la forma de presen-tarse de este continente. Es verdad, sin duda, porque laforma de presentar el dossier africano a través de losmedios de comunicación ha procreado una visión deeste continente que yo calificaría de miserabilista. Pare-ce que todo empieza en una pandemia, todo termina enuna guerra, todo termina en problemas terribles de sub-desarrollo y todo termina en problemas que seguramen-te motivan aspectos muy nobles del ser humano, peroque, en mi opinión, es una forma que genera en ocasio-nes más problemas que posibilidades de futuro. Ustedlleva razón, esta fotografía negativa es cierta y estavisión miserabilista que se da del continente ha termi-nado imponiéndose desde el punto de vista de la ima-gen, con lo que pesa la imagen en el mundo en quevivimos. Tiene usted razón cuando dice que hay oca-siones en que hay muy buenas noticias y muy buenasexperiencias que se están abriendo camino y desafortu-nadamente cuesta mucho explicarlas o venderlas, por-que la otra imagen, la de la miseria, pesa mucho más,como suele ser dramáticamente el caso no sólo hablan-do de África sino también en otros aspectos de la políti-ca de cooperación al desarrollo o simplemente de lapolítica internacional; desafortunadamente se imponelo malo o lo negativo sobre lo positivo o sobre las bue-nas noticias y las buenas experiencias. Esto es verdad ycomparto plenamente la presentación que usted hahecho, pues no todo está perdido, el continente se estáplanteando su propio futuro, ha habido últimamenteiniciativas que dan la sensación de que los dirigentesafricanos están haciendo un esfuerzo notable paratomar en mano —como se dice normalmente— su pro-pio destino, haciendo contrapropuestas que tienen quever con la política, con la gobernabilidad, con la trans-parencia, con la lucha contra la corrupción, con unaeconomía sana, con una mejor gestión, en definitiva,asumir por ellos mismos un tipo de discurso que hacediez años los dirigentes africanos en su mayoría ni seplanteaban porque todavía estaban en el mundo de lainjerencia, en el mundo de la denuncia y de un diálogoNorte-Sur, entre ricos y pobres, que es cierto que tieneun componente de reconocimiento de una deuda histó-rica por parte del Norte. Sin embargo, como usted hadicho muy bien, difícilmente se pueden resolver losproblemas del sur si no es a través de la asunción de

sus propias responsabilidades. En consecuencia, tengoque decirle, señor Nadal, que nos ha gustado su formade presentar las cosas, porque creo que es la correcta,aunque en ocasiones no se entienda.

Si se sigue con la visión miserabilista que se le haimpuesto mediáticamente a este continente, África nopuede ser —y quiero explicar bien nuestro punto devista— un problema estrictamente de buena voluntadde los ciudadanos. África mueve a la generosidad,África mueve a la caridad, África mueve a la solidari-dad tengo que decirle que esto me parece bien y que espositivo que frente a las pandemias se responda, frentea las guerras se responda; que se active lo humanitarioy que se active la ayuda al desarrollo es positivo, peroinsisto —y ahí habría que profundizar en este debatepolítico, ya veremos cómo se refleja en el plan deacción, porque apenas he tenido tiempo de ojearlo—en que si esto es positivo, no puede ser todo. En el tra-tamiento que tenemos que dar al continente africano entérminos políticos y de futuro, la generosidad es impor-tante, la caridad es importante, la solidaridad es impor-tante, es muy positiva, pero no puede ser todo, porquesi no, mucho me temo que será muy difícil poner demanifiesto que hay posibilidades de hacer otras cosas.Sobre esta filosofía de carácter general, quisiera hacerunas reflexiones mucho más precisas respecto a cosasque hay que hacer y que, desafortunadamente, no sehacen.

Cita de Monterrey. Fíjese que ayer todavía, en elseno de la Unión Europea, no hemos sido capaces deponernos de acuerdo para encontrar una posicióncomún para la cumbre de Monterrey, no ha sido posi-ble. Como usted ha dicho muy bien, el problema quetiene África, como lo tiene en general la ayuda al desa-rrollo, es que cada vez se está gastando menos, lascifras son decrecientes y en un momento determinadohabrá que encontrar una solución para llegar por lomenos a un nivel adecuado, porque si no, muchas delas cuestiones que usted ha señalado, desafortunada-mente, van a terminar agravándose. Así pues, quierohacerle llegar nuestra enorme preocupación por elhecho de que ayer todavía el Consejo de Ministros deAsuntos Exteriores no haya sido capaz de ponerse deacuerdo para encontrar una solución para la cumbre deMonterrey. Esto es revelador de que la sensibilidadhacia estos problemas no es la misma.

Usted se ha referido a insertar a estos países en laeconomía internacional, cuestión que sinceramente nocreo que sea la solución, probablemente porque, comousted ha dicho al hacer la presentación, le faltaríanmatices en algunas cosas; eso suele ocurrir cuando sehacen las presentaciones. Sin duda es positivo lo que seha hecho últimamente por la Unión Europea, una viejademanda que se intentó muchas veces y que no sepuedo conseguir, que se ha conseguido ahora, que es elPrograma de todos sin armas. Si se quiere insertar aestos países en el comercio internacional hay que dar-


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les libertad de acceso, pero en mi opinión falta otracosa, y es que no les podemos exigir, como contraparti-da, que ellos también desmantelen. Creo que habría quepreocuparse en términos de comercio internacional, porla reciprocidad: si yo le doy a usted libre acceso, usteda cambio también entra en el sistema general de laOMC y tiene que desmantelar su protección arancela-ria. Muchos de estos países tendrán lo que se llamabaantiguamente industrias nacientes y una industrianaciente forzosamente, si tiene que trabajar en su mer-cado nacional, necesita una cierto grado de protección.No termino de comprender por qué en términos bilate-rales (hablo de Unión Europea, Estados Unidos, de losbloques económicos) se insiste en pedir a estos paísesla reciprocidad cuando muchos de ellos normalmentenecesitarían todavía un largo período en que una ciertaprotección en frontera para proteger sus industrias seríanecesario. Creo que falta todavía esa pata.

Globalización. Termino señalándole la referencia defuturo y a lo mejor por eso, señor Nadal, es útil y perti-nente aceptar lo que se hace en otros foros, como porejemplo, el foro social de Portalegre, lo que se quierehacer próximamente en Barcelona, reflexionar sobrequé otro mundo es posible. El discurso de Mandela ensu despedida en el foro económico de Davos nos pusoa todos los pelos de punta; un dirigente reconocido,premio Nobel, nos dijo: yo sé que la globalización esirreversible, pero no intenten convencerme de que yovoy a encontrar aquí mi salud; siquiera por una lógicade interés y seguridad de ustedes, países desarrollados,no olviden que el 80 por ciento de la población nopuede estar en la exclusión, en términos económicos yen términos de comercio. Usted lo ha dicho. El conti-nente africano apenas representa un punto, es decir, hadecrecido. El total del 80 por ciento de la población —lo vimos en Doha— representa un 4 o un 5 por cientodel comercio mundial, y es el 80 por ciento de los habi-tantes de planeta, mientras que el 20 por ciento restantehemos tenido la fortuna de encontrarnos en una situa-ción política, social, económica desarrollada, democrá-tica, con derechos sociales, acceso a la educación, a lamedicina, a la jubilación. Este es el problema.

Por explicarlo un poco —y ya termino—, ahora afor-tunadamente hablamos de la sociedad de la informa-ción y por eso creo que es pertinente intelectual y polí-ticamente plantearse la gran pregunta de Porto Alegrede qué otro mundo es posible para intentar por lomenos dar una respuesta; admito que no la tengo y letransmito una duda. Afortunadamente ya no hablamosde autopistas de la información, ahora se llama socie-dad de la información, que es una forma de decirlo unpoco más neutra. Recuerdo todavía con estupor, se lodigo con franqueza, cuando aquel presidente Clinton,en una reunión con otros dirigentes que trataba de laglobalización, señalaba que la salud del tercer mundoestaba en distribuir gratuitamente teléfonos móviles.No sé si lo recordará. Ligando las autopistas de la infor-

mación con el problema de la reciprocidad, yo creo quelo esencial es transferir renta y transferir producción,con lo que significa la globalización o esta sociedad dela información, y le haría la siguiente reflexión. Se lesdice que la sociedad de la información, las autopistasde la información es un terreno abierto donde cada unova a encontrar sus oportunidades. Pues piense que enesa sociedad de la información, en esas autopistas de lainformación, un norteamericano va a disputar esa carre-ra por el progreso en un potente Chevrolet de tres litros;un alemán se va a enfrentar a esa autopista de la infor-mación con un Mercedes —probablemente bastanteimpresionante y poderoso—; un francés lo va a hacercon un Renault; un italiano lo hará con un buen Fiat;los españoles incluso nos podemos defender porqueafortunadamente Seat, gracias a la participación alema-na hace buenos productos; pero hay que pensar qué vaa hacer en estas autopistas de la información abiertas atodos un senegalés montado en bicicleta o un señor deBangladesh simplemente corriendo por la autopista conlos pies desnudos. Esto es lo que tenemos y por eso hayque hacer un enorme esfuerzo para comprender quepara hacer un replanteamiento sobre bases nuevas —creo que hay que hacerlo porque la globalización esirreversible— hay que plantearse serias dudas sobre siel mensaje relativo a que estos países van a encontrarsu salud insertándose en la economía internacional, quelo tienen que hacer, o insertándose en la sociedad de lainformación, que lo tienen que hacer, no va a suponersimplemente una carrera que en términos de equilibrioentre los competidores es tan desequilibrada que novayamos a crear una configuración donde apareceránotro tipo de conflictos mucho más agudizados: las pan-demias se entenderán, la inmigraciones se controlaráncada vez peor por muchos acuerdos que hagamos; elmundo funciona de esta manera.

Así pues, señor secretario de Estado, le he hechounas consideraciones de tipo general. La presentación,por resumir, nos parece oportuna; nos gustaría que lapresidencia encontrara una solución para Monterrey;nos parece oportuno que todo lo que sea la libertad deacceso se defienda y se proclame; tengo ciertas dudasde que la libertad de acceso sea sólo lo que necesitanestas gentes; pienso que es pertinente plantearse demanera crítica algunos aspectos de la globalizaciónporque es verdad que ofrece oportunidades pero tam-bién enormes riesgos. El discurso que les hacemos alos africanos y en general al tercer mundo es difícil quelo puedan aceptar, pero en conclusión en todo lo quesea reforzar, ampliar e incorporar el destino y el futurode este continente ustedes contarán con nosotros por-que es una tarea que incluso desde el punto de vista delconcepto de seguridad ahora emergente y cada vez másfuerte en el hemisferio norte nos interesa. Hay quetener la mente abierta para comprender que probable-mente vamos hacia una situación internacional dondela pobreza, la marginación y lo que esto significa sea el


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germen de excesos, fundamentalismos y terrorismos,situaciones que creo tendríamos que reconsiderar desdeel punto de vista del hemisferio norte.

La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Populartiene la palabra el señor Ricomá.

El señor RICOMÁ DE CASTELLARNAU: Enprimer lugar quiero sumarme a las palabras de los otrosportavoces en el sentido de agradecer la comparecenciadel secretario de Estado de Asuntos Exteriores parapresentarnos este plan de acción para África subsaha-riana, tema de evidente interés y preocupación, y enconsecuencia un tema imprescindible para ser discuti-do en el seno de esta Comisión.

He estado escuchando atentamente las intervencio-nes de todos los portavoces que me han precedido en eluso de la palabra y realmente no puedo ocultar mi satis-facción en el aspecto de que en estas cuestiones defondo tan importantes las coincidencias y los consen-sos no son sólo deseables sino necesarios. En conse-cuencia, la visión que se ha hecho desde el ministerio através de su secretario de Estado y también por parte delos portavoces sobre África, sobre las posibilidades deÁfrica, sobre el devenir de África subsahariana, creoque refleja un concepto y una filosofía muy positiva yque, sin ningún tipo de duda —entendiendo el proble-ma— tiene que ayudar a encontrar las soluciones opor-tunas. África está como todos conocemos pero eviden-temente tiene derecho al futuro y tiene suficientesflecos para empezar a tejerlo. África puede ofrecer unaimagen pero la realidad es que esta imagen siempretenemos que orientarla hacia la esperanza. África puedelevantar a nivel de opinión pública un amplio abanicode sentimientos de lástima pero jamás podemos sellarsu devenir enmarcado en este sentimiento. Desgracia-damente África también es muy atractiva para profun-dizar a nivel de comunicación en sus miserias, pero quémejor canal que el de la comunicación para destacarsus potencialidades, sus posibilidades y estas nuevasexpectativas que se abren y que son muchas, para mejo-rar su futuro.

Esta es por encima la filosofía de base que pretendeofrecer el plan de acción y esta es la filosofía que deforma satisfactoria, como he dicho, suscriben todos losportavoces —también el Grupo Parlamentario Popu-lar—, con lo cual entiendo que tenemos bastante terre-no ganado por delante. Realmente es difícil perfilar unaescalera hacia el progreso cuando sus peldaños a niveleconómico, a nivel social y a nivel político están dete-riorados. Es difícil tejer esta escalera hacia el progresocuando la propia población desgraciadamente en unalto porcentaje tiene que preocuparse por el hecho vitalde la supervivencia, tiene que preocuparse por vivir noya al minuto sino al segundo. Esto es así, es algo obje-tivo y tampoco hay que hacer grandes y profundasreflexiones para darse cuenta de la situación que hay,

pero qué situación más fácil que saberlo, asumirlo,entenderlo y aceptarlo para poder ser precisamenteoptimistas, para poder agarrarnos a aquellos aspectosque ha citado el señor Nadal que están abriendo luces,que están situando reflejos a más larga o a más cortadistancia, pero que en definitiva han de ser referenciassobre las que ir trazando este camino que tiene que lle-var al conjunto de países del África subsahariana a unosniveles de progreso y de bienestar más dignos si sequiere aceptar ese término.

Precisamente en esta senda de apoyo, colaboración yde aporte de soluciones se ubica el plan, un plan deacción que por encima de todo y como he especificadoen mi introducción es realista y claramente objetivocon la situación de la zona pero también ambicioso;cito el término ambicioso por lo que de él se desprendeen cuanto a la necesidad de incrementar el grado decolaboración española en el conjunto de la zona, cola-boración desde y para todo nivel; colaboración desde elámbito bilateral en cuestiones vinculadas a necesidadesmás primarias y colaboración en el ámbito multilateraldesde la cantidad importante de estamentos que estántrabajando de forma mancomunada en proyectos paraÁfrica, sobre todo en aquellos proyectos que van diri-gidos a colocar cimientos para poder edificar en la zonay de una vez por todas un edificio de progreso, sólido,consolidado y de desarrollo con garantías presupuesta-rias. España está haciendo su esfuerzo y está siendoconsciente de la necesidad de mantenerlo, potenciarloe incrementarlo. Las cifras en cuanto a ayuda al de-sarrollo que el secretario de Estado ha señalado para elbienio son buena prueba de que existe esta voluntadpolítica, de que existe este deseo por parte del ministe-rio de asumir el compromiso en avocar esfuerzos haciala zona y que evidentemente la dotación de recursos eslo que certifica que se quiere ir más allá de las palabrasque siempre son fáciles de expresar y de plasmar en unpapel. El plan de acción tiene declaración de volunta-des de intereses y una filosofía terriblemente acertada,pero también tiene una base y un apoyo presupuestarioimportante para que sea un plan creíble y para que seaun plan, como en definitiva todos deseamos, que vayaacercando cada vez más a estos países hacia solucio-nes. Se trata de un plan de acción claro en el que lospropios instrumentos que define para abordar la situa-ción son buena prueba del largo camino que hay querecorrer y de la necesidad de actuar a todo nivel, desdeel nivel cero, el nivel de la supervivencia, a base deconseguir más y mejores políticas de desarrollo en elque, repito, España juega una apuesta importante coneste incremento de presupuesto en cuanto a ayuda aldesarrollo, hasta el nivel máximo, nivel diez, que seríael nivel operativo que permita conseguir esta aperturaeconómica, estos flujos comerciales, estos flujos deinversiones de los que el secretario de Estado ha dadobuena cuenta, pasando por el nivel intermedio, llamé-mosle el nivel cinco, que es el de principios, el que


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tiene que favorecer la consolidación de los procesosdemocráticos y la consolidación en cuanto al respeto alos derechos humanos. En este sentido, manifestamosnuestra preocupación por los dos ejemplos más recien-tes que han sufrido pruebas o test electorales y de con-solidación democrática, Zimbawe y Congo, a los quese ha referido el señor secretario de Estado. Evidente-mente es un tema en el que hay que incidir y en el queno debemos desesperar porque estos aspectos de princi-pios son los que garantizan que sobre su base se pue-dan levantar otro tipo de políticas de actuaciones quelleven a esta zona a los niveles de desarrollo que todosqueremos.

Esto requiere grandes dosis de compromiso por partede todo el mundo, compromiso español sobre el que yase ha hablado, y compromiso de la comunidad interna-cional. Si antes hemos dicho que para solucionar unproblema hay que ser consciente de él, ¿quién habríade ser más consciente sino los propios países de lazona? En consecuencia, este compromiso tiene queemanar de la esencia de cada país para que éste se erijaen protagonista de su propio devenir, que sólo lo puedeorientar de forma positiva si es capaz de crear desde suinterior aquellos marcos de paz y de estabilidad quesean capaces de absorber con eficacia todas aquellasiniciativas que desde el compromiso internacional sedirigen en pro de su desarrollo.

España se encuentra en buena posición y predisposi-ción. Se encuentra en buena predisposición dada laexistencia de esta voluntad política (el plan de acciónes una prueba, las palabras del secretario de Estadotambién, y el presupuesto que hay para financiarlo es laprueba definitiva) y dada la relación que tiene Españacon la zona debe favorecer la puesta en práctica de esteplan. España tiene una buena red de representacióndiplomática, España no genera recelos por posiblesactuaciones de épocas coloniales; recordemos quenuestra unión más familiar es con Guinea, con el restode países no existe este vínculo que siempre puedelevantar suspicacias; España además está copresidien-do un grupo de trabajo en el seno de Naciones Unidasencargado de supervisar la aplicación de las recomen-daciones contenidas en el informe sobre las causas delconflicto, la promoción y la paz duradera y un desarro-llo sostenible. España tiene colaboraciones importantesen operaciones de mantenimiento de la paz y estoforma parte de otro aspecto que emana de NacionesUnidas, que son los grupos de amistad, donde Españaforma parte del grupo de amigos de Angola. Esto sinduda tiene que facilitar la colaboración de España conla zona, combinando por un lado la ayuda españolahacia todos estos países, y por otro el mayor conoci-miento de los países en España, a fin y efecto de quedesde España se empiece a ver no tan sólo necesariosino posible y viable la capacidad de actuar económicao comercialmente en la zona.

Se ha hablado, porque es actualidad, sobre Monte-rrey, se ha hablado de los esfuerzos de la reunión deayer, y la propuesta que formalizó el presidente de laComisión, el ministro de Asuntos Exteriores, iba dirigi-da en este sentido. Se está discutiendo, y si estamoshablando de esperanza no vayamos a perderla en elsentido de encontrar una solución que vaya cumpli-mentando estos aspectos. La discusión está abierta y deeste proceso tienen que salir aspectos positivos. El planaborda el bienio 2001-2002, y no sé si el señor secreta-rio de Estado luego nos querrá destacar los aspectosmás importantes que han sucedido a lo largo de esteprimer año de aplicación.

Antes de finalizar mi intervención, no quisiera dejarpasar esta oportunidad para abrir un capítulo de felici-taciones para todas aquellas personas y colectivos quede forma anónima, altruista y ejemplar, están prestandosus servicios profesionales en los países de la zona,muchas veces incluso con riesgo para su propia integri-dad física, y con la única contraprestación de algo queno tiene valor monetario pero que sin discusión es terri-blemente gratificante, como es inyectar sonrisas, inyec-tar felicidad, y expectativas a un colectivo que todossabemos lo está pasando mal. Las organizaciones reli-giosas y las ONG son sin duda un ejemplo de trabajoque merecen el reconocimiento de esta Cámara, almenos así lo entendemos desde el Grupo Popular.

Sin más, quiero reiterar la felicitación por la progra-mación que está haciendo el Ministerio de AsuntosExteriores en cuanto a su política exterior en aquellaszonas de menor influencia con la presentación de losdiferentes planes, el Asia Pacífico, el de países del Estey el del África subsahariana, e invitarles a seguir en estalínea que creemos es la positiva y la que favorece quese haga camino, porque cuando hay movimiento hayposibilidades de hacer cosas positivas.

La señora PRESIDENTA: Para responder a lasintervenciones de los distintos portavoces, tiene la pala-bra el señor secretario de Estado.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUN-TOS EXTERIORES (Nadal Segalá): Muchísimasgracias, señorías, por sus comentarios, yo creo que engeneral muy constructivos. Voy a tratar de responder alas distintas cuestiones que se han planteado.

El señor Grau, del Grupo Catalán (Convergència iUnió), planteaba distintas preguntas. En cuanto a laperspectiva de un reforzamiento de la presencia diplo-mática y consular debo decir que no está previstoaumentar nuestra presencia diplomática en la región.Quiero decir que es una presencia diplomática impor-tante y comparativamente más extensa que la que tene-mos en otras zonas del mundo. He dicho que en laregión tenemos 16 embajadas, una región que com-prende más o menos 500 millones de personas, y puedodecir que, por ejemplo, nuestro despliegue en Asia,


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donde hay unos 3.000 millones de personas, es muyinferior al del África subsahariana; por tanto yo creoque tenemos un despliegue más que suficiente paraafrontar los problemas y para trabajar en los objetivosque nos hemos planteado. Puede que se proceda a unreforzamiento de los consulados honorarios, pero ellose hará caso por caso en función de dos criterios; uno,de las necesidades, y otro también relevante, que esencontrar las personas adecuadas, porque a veces haynecesidades pero no es posible encontrar personas sufi-cientemente cualificadas o que tengan interés claro endesarrollar una tarea de tanta responsabilidad.

También me ha hecho una pregunta relativa a los ins-trumentos financieros que se ponen a disposición de lasempresas para facilitar su presencia en la región. Comohe dicho, esa presencia de forma marginal puede venirde la mano de los fondos destinados a la cooperación aldesarrollo pero lo más importante es que esa presenciapuede y debe venir de la mano tanto de los créditosFAD como de otras líneas de crédito que se puedanponer a disposición en el marco de los protocolosfinancieros que España pueda tener con algunos paísesde la zona. Ésa es la vía que tenemos para propiciarnuestra presencia.

El señor Grau se ha referido también al caso deAngola. La posición de la Unión Europea es una posi-ción muy clara y se ha puesto de manifiesto en unareciente declaración de la Unión. Nosotros pensamosque con la muerte del señor Sabimvi, líder de UNITA,se abre una ventana de oportunidades para la reconci-liación definitiva en Angola y por tanto es necesarioque desde UNITA y también desde el Gobierno, porsupuesto, se hagan todos los esfuerzos para que esareconciliación nacional sea efectiva. En este sentido,pensamos que es necesario trabajar para crear las con-diciones que permitan cumplir el compromiso del pro-pio Gobierno de celebrar elecciones lo antes posible.Se plantea también la cuestión de la ayuda humanita-ria, sobre todo en las zonas del país donde ha habidouna situación de conflicto militar hasta épocas muyrecientes. Pensamos que es necesario asegurar que laayuda humanitaria llegue a la población que ha sufridomás directamente los estragos de esa guerra encubierta.

Finalmente el señor Grau preguntaba sobre las cifrasde cooperación de España en comparación con las de laUnión Europea y la importancia relativa que dentro deesas cifras puedan tener los recursos dedicados alÁfrica subsahariana. Debo decir que no dispongo eneste momento de las cifras comparativas de la ayudaoficial al desarrollo española y la ayuda oficial al desa-rrollo de la Unión Europea, pero si no recuerdo mal elporcentaje que España dedica a la ayuda oficial al desa-rrollo alcanza aproximadamente el 0,23 por ciento delPIB. Creo que la cifra para el conjunto de la Unión essuperior pero no puedo decirle exactamente la canti-dad. En todo caso creo que es relevante decir que ese0,23 por ciento del PIB que he mencionado, está un

poco por encima de la media del conjunto de la OCDE.Creo que este dato es correcto. Es conocido que dentrode lo que es la ayuda oficial al desarrollo de Españaexiste una prioridad muy clara por razones políticasobvias hacia Iberoamérica. Creo que eso responde a uninterés compartido por todo el espectro político delpaís, responde a una lógica histórica muy clara y esohace que en la medida que Iberoamérica tiene un pesorelativo muy importante dentro de lo que es nuestraayuda al desarrollo la parte de África subsahariana,siendo importante pese menos de lo que seguramentepueda pesar en otros países europeos.

El señor Marín ha planteado distintas cuestiones alas que me gustaría referirme brevemente. En relacióncon Monterrey, como ha dicho el señor Ricomá la cues-tión está abierta y no debemos perder la esperanza,pero creo que tampoco debemos perder los términos dereferencia, y los términos de referencia son que hoy díala Unión Europea es el primer donante mundial deayuda al desarrollo y que la Unión Europea aporta másdel 50 por ciento de la ayuda al desarrollo que da elconjunto de la comunidad internacional. Lo que se estádiscutiendo de cara a Monterrey, es si somos capacesde reforzar todavía más ese protagonismo tan impor-tante de la Unión Europea. Creo que puede haber algu-nas divergencias en cuanto a los mensajes a lanzar enMonterrey y los compromisos a adquirir, pero esasdivergencias surgen de la base de un consenso y de unaaportación muy grande de la Unión a la ayuda al desa-rrollo mundial. Debo decir que desde la presidenciaestamos trabajando activamente para tratar de conse-guir un consenso, consenso que no se pudo conseguirayer en Bruselas aunque el propio ministro Fisher reco-noció los esfuerzos de la presidencia por tratar de acer-car posiciones, que esta cuestión llega abierta a Barce-lona y esperamos que sea posible cerrarla en bien detodos.

Ha hecho también un par de observaciones que meparecen importantes y que me gustaría comentar. Unade ellas se refiere a la apertura de mercados, la iniciati-va EVA que también considera positiva, y a la necesi-dad de no exigir reciprocidad. Yo entiendo que la capa-cidad de apertura entre la Unión Europea y los paísesdel África subsahariana varían enormemente. Estamoshablando de dos economías con unas característicasmuy distintas, lo que hace que no podamos aplicarrecetas generales. Lo comparto perfectamente; pero noestoy seguro de que la consecuencia de este razona-miento sea decir que no podemos exigir reciprocidad.Yo creo que podemos convenir en que debemos exigirreciprocidad de otra forma o seguramente con períodostransitorios. Al margen de argumentos como el de laindustria naciente, que es un argumento antiguo y muydiscutible, la experiencia nos demuestra que al final laúnica forma verdadera que tenemos para asegurar lacapacidad de competir de las empresas de esos paísesen la arena internacional es que realmente compitan en


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las mismas condiciones y que no tengan ninguna pro-tección que a largo plazo lo único que hace es distor-sionar y a mi modo de ver debilitar la capacidad decompetir de esas empresas. Por decirlo de algunaforma, el test sobre la competitividad de las empresasen los países de África subsahariana o de Europa estáprecisamente en la apertura y en la necesidad de tenerun competidor en términos económicos al que hacerfrente. Existe la tentación tanto en África subsaharianacomo en otros países —en nuestro país también existióen su momento—, de decir: no podemos abrirnos alexterior hasta que no hayamos conseguido un determi-nado nivel de desarrollo o un determinado nivel decompetitividad. La experiencia de España y de otrospaíses demuestra que ese nivel de competitividad sólose alcanza efectivamente en el momento que se produ-ce la apertura. Por tanto, retrasar esa apertura implicaen el fondo retrasar sine die la capacidad de competir anivel internacional con plenas garantías.

El señor Marín ha hecho también comentarios sobrela globalización y sobre esa expresión que va calandode que es posible otro mundo, que ha estado muy pre-sente por ejemplo en foros como el de Porto Alegre.Puedo compartir plenamente los problemas y las caren-cias a las que nos estamos enfrentando y el hecho deque vivimos en un mundo donde, como usted ha men-cionado, hay entre 2.000 y 3.000 millones de personasque viven en condiciones lamentables, en la medida queviven por debajo del umbral de pobreza. Sin embargono estoy seguro de que podamos vincular esa situacióna fenómenos recientes como la globalización o laexpansión de las tecnologías de la información; las con-diciones de pobreza en gran parte del mundo han existi-do durante muchísimo tiempo y son muy anteriores a laexpansión del fenómeno de la globalización, ya que lasenfermedades, las guerras y las pandemias son práctica-mente consustanciales a la historia del hombre. Franca-mente no considero que el mundo esté hoy en una situa-ción peor de la que estaba hace 10, 20, 30 ó 40 años,seguramente está en una situación mejor. Por tanto,admitiendo que en muchos casos, como usted ha dicho,la globalización no sólo es una oportunidad sino que enalgunos casos puede plantear importantes distorsionespuntuales que hay que corregir —que lo comparto ple-namente—, debemos ser conscientes de que esos pro-blemas han existido siempre y lo que ocurre en la actua-lidad es que por un lado los conocemos mucho mejorque antes, y por otro lado tenemos más recursos y másinstrumentos que antes para hacerles frente. Tambiéncomparto el hecho de que los países desarrollados tie-nen una responsabilidad importante a la hora de hacer-les frente, pero como he dicho antes —y usted tambiénha subrayado en su intervención— los países en vías dedesarrollo, en este caso del África subsahariana, tam-bién tienen su pedazo de responsabilidad.

Para acabar esta discusión que nos podría llevarmucho tiempo, voy a poner el ejemplo de algunos paí-

ses subsaharianos que nos deben hacer reflexionar. Hoyocurre que algunos países subsaharianos que presentanuna situación política, económica, social y desde elpunto de vista del desarrollo más delicada, son precisa-mente los países que potencialmente podrían ser losmás ricos. Es decir, países como Nigeria, Angola o laRepública Democrática del Congo, que son países conun potencial de desarrollo enorme, resulta que sonalgunos de los países que dentro del conjunto del Áfricasubsahariana presentan mayores problemas de todotipo, sociales, económicos y políticos. Esto nos debehacer reflexionar y pensar dónde están las responsabili-dades y dónde hay que actuar de forma preferente.

Quiero terminar sumándome a gran parte de loscomentarios que ha hecho el señor Ricomá. Estamosante un plan que es realista y quiere ser ambicioso en lamedida que pretende hacer más de lo que hasta ahorahemos hecho en la región. Aquí tengo que decirle queestamos en fase de evaluación de lo que se ha realizadoa lo largo del año 2001, que se han hecho muchascosas: En el año 2001 la cooperación se ha desplegadode forma más intensa que en el pasado; ha habidoimportantes acuerdos de condonación de deuda condistintos países, de forma notable con Mozambique; yque por ejemplo con Nigeria se ha llegado a un acuerdode readmisión que está funcionando muy bien y quepuede ser un gran precedente para acuerdos que empe-cemos a negociar con otros países. De todas formas,como he dicho, este plan quiere tener continuidad, unapuesta al día y un control periódico por parte de estaComisión. De hecho el propio plan contempla que deforma anual se comparezca aquí en la Comisión deAsuntos Exteriores para hacer una presentación de laejecución del plan a lo largo del año en curso. Portanto, espero que esta sea una primera sesión de otrasmuchas que vayamos a tener a lo largo de esta legisla-tura.

La señora PRESIDENTA: Señor secretario de Esta-do, agradecemos mucho las explicaciones que nos hafacilitado sobre el plan de acción para África subsaha-riana que el Gobierno ha presentado ante esta Comi-sión, porque no solamente nos ha justificado el porquéde este plan, sus objetivos y la dotación económica,sino que además se ha extendido hasta la última actua-lidad teniendo en cuenta cómo nos podía interesar supunto de vista de las elecciones de Zimbawe o inclusoen las respuestas ha entrado en otros temas que tienenuna relación colateral, pero muy importante en estemomento con la actualidad, como es la próxima cum-bre de Monterrey. Queremos agradecer especialmenteel ofrecimiento una vez más de que este sea un plan quehoy empieza, que va a tener una continuidad y desdeluego que va a tener un seguimiento y un control porparte de esta Comisión, como ha tenido a bien hacer elGobierno, a través de usted, con otros planes que se hanpresentado con anterioridad como fue el plan Asia


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Pacífico, del que no solamente tuvimos la oportunidadde conocerlo en sus orígenes sino que después hubouna comparecencia suya, a petición propia, para expli-carnos el seguimiento de la ejecución de dicho plan alcabo de un año. Agradecemos mucho el ofrecimientoque hace a esta Comisión, le tomamos la palabra paraque el próximo año podamos hacer un balance de cómose va desarrollando este plan y damos por finalizadoeste primer punto del orden del día.

— LOS PLANTEAMIENTOS Y OBJETIVOS DELA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UNIÓNEUROPEA RESPECTO AL PROCESO DEBARCELONA. A PETICIÓN DEL GOBIERNO.(Número de expediente 212/000906.)

La señora PRESIDENTA: Pasamos al segundopunto del orden del día que también hace referencia auna solicitud de comparecencia del propio Gobierno,en este caso para explicar e informar sobre los plantea-mientos y objetivos de la presidencia española de laUnión Europea respecto al proceso de Barcelona.

El señor Nadal tiene la palabra.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUN-TOS EXTERIORES (Nadal Segalá): Comparezco,como se ha dicho, para explicar lo que es el plantea-miento del Gobierno de España, como presidencia delConsejo de la Unión Europea, en relación a la políticaeuromediterránea, al llamado proceso de Barcelona.

Como ustedes bien conocen, el proceso de Barcelo-na arranca en el año 1995 de la conferencia de Barcelo-na. Arranca precisamente bajo presidencia española,impulsado de forma muy clara por el Gobierno de esemomento y es un proceso que comprende a los quincepaíses de la Unión y a doce países mediterráneos, paí-ses que se extienden desde Turquía hasta Marruecos.Por tanto, el proceso de Barcelona no comprende a lospaíses mediterráneos de los Balcanes. Es un procesoque pretende establecer una relación privilegiada entrela Unión Europea y esos países mediterráneos, unarelación que permita establecer una zona de paz y deprosperidad económica en el Mediterráneo.

La verdad es que han pasado siete años desde lapuesta en marcha de ese proceso, y aunque es ciertoque el mismo ha generado algunos resultados y algunasactuaciones importantes también es verdad que existeconsenso en relación al hecho de que el proceso no haestado a la altura de las expectativas que generó en sumomento.

Es cierto, repito, que el proceso ha ido avanzando yha ido obteniendo algunos resultados tangibles, porejemplo en forma de la firma progresiva de los llama-dos acuerdos de asociación, son acuerdos entre laUnión Europea y cada uno de los países del Mediterrá-neo, que como objetivo fundamental persiguen estable-cer una zona de libre comercio para el año 2010 en el

Mediterráneo. Como digo se ha avanzado en la firmade estos acuerdos y hoy día todos ellos están bien enmarcha o bien con la negociación fundamental termi-nada, excepto en el caso de Siria, que esperamos sepueda rubricar el acuerdo antes de que finalice este año.Por tanto, en este ámbito ha habido avances importan-tes. También ha habido avances importantes en elhecho de que en el período 1995/1999 se puso por pri-mera vez en marcha el programa MEDA, que es un pro-grama de la Unión Europea hacia los países del Medi-terráneo, que persigue facilitar la transformacióneconómica, social y en el fondo política de esos países.Es un programa que ha tenido problemas de gestiónmuy importantes. Recuérdese que en los años1995/1999 apenas se desembolsó el 26 por ciento delos fondos disponibles, pero el caso es que el programaestá ahí y que ha sido renovado para los años2000/2006. Esto hace que este partenariado euromedi-terráneo disponga de un instrumento muy importante ymuy potente para conseguir los objetivos que persigue.

Lo más importante que se ha conseguido a lo largode estos años ha sido consolidar el Mediterráneo comouna realidad política, como un área prioritaria deacción por parte de la Unión. Eso en sí mismo es unintangible que me parece fundamental, porque quieredecir que hemos consolidado una referencia políticaque hasta hace muy poco era inexistente o al menos nose reconocía formalmente como tal o no se reconocíade la misma forma en que se reconoce ahora. Sinembargo, frente a estos resultados que se han consegui-do existe la percepción de que en general la conclusióndel balance que cabe hacer de este proceso es que losresultados no han estado a la altura de lo que en sumomento se esperaba. A lo largo de estos años se haacentuado el desequilibrio entre el interés que la Uniónha tenido por muy buenas razones hacia el Este, enrelación al interés que la Unión ha mostrado hacia elMediterráneo. Existe también la percepción de que elproceso de Barcelona, el proceso euromediterráneo noha tenido suficiente capilaridad, es un proceso funda-mentalmente desconocido o poco conocido que no hallegado a los colectivos a los que tenía que llegar, quese ha quedado reducido a un ámbito fundamentalmenteintergubernamental o interadministrativo, y que todoeso se ha visto sazonado por los problemas que he men-cionado antes que ha tenido el programa MEDA en suprimera fase de ejecución.

Lo cierto es que este balance no muy positivo quehay que hacer del proceso de Barcelona, contrasta conel hecho de que existe unanimidad, existe consenso enrelación al hecho de que el proceso de Barcelona, eldesarrollo de la relación euromediterránea es hoy másnecesario que nunca. Si ese proceso, si el desarrollo deesa relación era necesario en el año 1995, en el año2001 el desarrollo de esa relación es todavía más nece-sario que entonces, en primer lugar porque los proble-mas objetivos que pretendía abordar el proceso de Bar-


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celona existen hoy y seguramente existen todavía másagravados en comparación con la situación que tenía-mos en el año 1995.

Creo que aquí debemos ser muy claros y debemosadmitir sin tapujos que lamentablemente hoy el Medi-terráneo es todavía más un mar de división que un marde integración. Es un mar de división desde muchospuntos de vista: desde el punto de vista de los sistemaspolíticos que convergen en el Mediterráneo, desde elpunto de vista de la situación económica del Mediterrá-neo y también desde el punto de vista del poco gradode integración entre las sociedades que hay en el Medi-terráneo.

Sabemos que el Mediterráneo es un mar donde haypresentes multitud de conflictos políticos, por supuestoel de Oriente Medio es el más importante pero no elúnico, y también sabemos que desde el punto de vistaeconómico la situación en el Mediterráneo es muy deli-cada. No quiero darles muchas cifras, pero creo que síhay que mencionar algunas para ilustrar el grado depreocupación, la gravedad de la situación económicaen el Mediterráneo.

Por ejemplo, si tomamos la renta per cápita en lasriberas norte y sur del Mediterráneo, vemos que en lospaíses del norte de África y del este del Mediterráneo,la renta per cápita media anual (si excluimos a paísescomo Malta, Israel o Chipre, que son especificidadesdentro del proceso del Mediterráneo) alcanza aproxi-madamente los 1.500 dólares, eso contrasta con los21.000 o 22.000 dólares por persona y año de renta percápita media en la Unión Europea. Estamos hablando,por tanto, de una diferencia de uno a quince o inclusomás, entre el norte y el sur del Mediterráneo. Lo máspreocupante, y eso no se enfatiza suficientemente, es elhecho de que no estamos ante un proceso de conver-gencia, sino de divergencia, es decir, que las distanciasestán aumentando entre el norte y el sur. Si miramoslas estadísticas veremos que en los últimos siete años,todos los países del sur han perdido terreno en relacióncon la media de la Unión Europea, salvo Túnez; todoslos demás países del sur, desde Turquía hasta Marrue-cos han perdido renta per cápita relativa en compara-ción con la Unión Europea. Ello hace que probable-mente, y no es ninguna exageración, el Mediterráneosea hoy la zona del mundo, la región del mundo dondeen un espacio geográfico más limitado, en un espaciogeográfico más reducido coexistan diferencias de nivelde desarrollo más acentuadas. Ese es un argumentopara la reflexión y también para la preocupación por-que muchos problemas políticos, sociales o económi-cos que subyacen en la relación euromediterránea sederivan de esta enorme brecha que existe entre el nortey el sur. Esta situación en sí misma es muy delicada, ya la hora de valorar la importancia del Mediterráneo yla necesidad de poner en marcha o de reforzar el proce-so de Barcelona, es imprescindible que nos refiramostambién a las consecuencias que el 11 de septiembre ha

tenido para la relación euromediterránea, porque sonunas consecuencias muy importantes en relación conlas cuales todavía no se ha adquirido suficiente gradode conciencia. Me explico. El 11 de septiembre hacambiado muchas cosas, sobre todo ha cambiado nues-tra actitud ante el fenómeno terrorista y nuestra percep-ción de muchos de los problemas que afectaban almundo, antes del 11 de septiembre y que siguen afec-tándole después. No hay duda de eso y la lucha contrael terrorismo se ha erigido en uno de los puntos princi-pales de la agenda internacional, pero cada vez deforma más clara vamos viendo que una de las conse-cuencias más importantes del 11 de septiembre es elhecho de que todos nos vamos dando cuenta de que ladimensión cultural, la dimensión en las relaciones entrepaíses, entre regiones o en las relaciones internaciona-les en general, está deviniendo cada vez más importan-te. Sabíamos ya que el mundo se articulaba entre ricosy pobres, rojos y verdes, norte y sur, pero ahora a todasesas dimensiones tenemos que añadir la dimensión cul-tural como uno de los ejes importantes de relación entrepaíses o entre regiones. Eso hace que tengamos queafrontar también el reto de gestionar esa nueva dimen-sión cultural, esa nueva dimensión y de ahí esa expre-sión a veces demasiado manida, sobre la necesidad deimpulsar el diálogo de civilizaciones. A lo largo de losúltimos seis meses hemos repetido todos la necesidadde asegurar un diálogo apropiado de civilizaciones. Alhablar del diálogo de civilizaciones tendemos a que-darnos ahí y no profundizamos en qué es realmente loque estamos pensando. Cuando hablamos de diálogo ycivilizaciones estamos hablando de un diálogo de pala-bras, pero sobre todo de un diálogo de hechos, de undiálogo de integración, de un diálogo de cooperación,de un diálogo de intercambio y esos son en el fondo losconceptos que subyacen en el proceso de Barcelona. Elproceso de Barcelona trata de propiciar todos esos diá-logos de hechos, la cooperación, la integración, elintercambio en el marco euromediterráneo. Por eso, ala luz del 11 de septiembre, el diálogo euromediterrá-neo, el proceso de Barcelona deviene más importante ymás necesario que nunca. Lo cierto es que después del11 de septiembre de forma ineludible y con una lógicamuy clara, la atención de todos se ha centrado en Afga-nistán, y en general en Asia central. En particular laUnión Europea está teniendo un papel muy destacadoen la zona y muy comprometido, desde todos los pun-tos de vista, desde el punto de vista político, tambiéndesde el punto de vista militar, participando en la ope-ración Libertad duradera y participando de forma casiexclusiva en el despliegue de las fuerzas de seguridaden Kabul y sus alrededores. Estamos hablando de 5.000hombres y la Unión Europea está teniendo también unpapel muy destacado en lo que se refiere a la recons-trucción de Afganistán. Hubo en Tokio en el mes deenero pasado una conferencia de donantes para lareconstrucción de Afganistán, donde el conjunto de la


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comunidad internacional se comprometió a dar 4.500millones de dólares en los próximos cinco años para lareconstrucción de Afganistán, y aproximadamente el50 por ciento fueron contribuciones hechas por paísesde la Unión Europea y por la Comisión Europea; setrata de un compromiso muy claro de la Unión en rela-ción con la reconstrucción de Afganistán, un compro-miso que era cuatro veces superior al compromiso queofreció Japón y seis o siete veces superior al compro-miso financiero que ofrecieron Estados Unidos, porejemplo. Por tanto es una contribución muy generosade la Unión a la reconstrucción de Afganistán, un paísque lo recuerdo tiene 25 millones de habitantes.

El punto al que quiero llegar es que nadie cuestionala presencia importante de la Unión en Afganistán y enAsia central, en general. Sin embargo, todos podemosconvenir también en que la respuesta preferente de laUnión al 11 de septiembre y al diálogo de civilizacio-nes debe darse preferentemente en el Mediterráneo,porque esa es la frontera de civilizaciones, la fronteracultural más próxima que tenemos, es una frontera y noes exagerado decir que esconde unos problemas objeti-vos que no son menos preocupantes que los problemasque esconde una zona tan problemática como Asia cen-tral. El Mediterráneo está atravesando, desde el puntode vista político, desde el punto de vista económico ydesde el punto de vista social, una situación delicadaque exige una respuesta clara por parte de la Unión.Una respuesta que de hecho y en cuanto a filosofía seencuentra escondida o incluida en lo que es el procesode Barcelona. El proceso de Barcelona tiene una visióncorrecta y una ambición adecuada en relación con loque hay que hacer en el Mediterráneo. El problema delproceso de Barcelona ha sido un problema no de obje-tivos, sino de instrumentos; el problema del proceso deBarcelona ha sido un problema de coherencia políticaen el fondo. Ha habido una visión, ha habido una ambi-ción, pero los instrumentos, los medios que se hanpuesto a disposición de esa visión y de esa ambición nohan estado a la altura de las necesidades, sino que hanquedado por detrás. Ese es en el fondo el reto que sobretodo después del 11 de septiembre afrontamos desde laUnión a la hora de plantear nuestra relación con elMediterráneo.

Con relación al Mediterráneo la presidencia españo-la de la Unión llega en el contexto que acabo de expli-car es decir, llega en un momento en que nosotros pen-samos que es urgente hacer ese ejercicio de coherenciade reforzar los instrumentos puestos a disposición delproceso de Barcelona, y sentar también las bases quepermitan a futuro una mejor estructuración de ese pro-ceso. Es un reto complicado en la medida que la res-ponsabilidad que asumimos como presidencia es gran-de. A lo largo de nuestra presidencia van a tener lugartres reuniones de ministros dentro del marco del proce-so de Barcelona. Va a haber una reunión de ministrosde Industria en Málaga, una reunión de ministros de

Comercio en Toledo y finalmente el 22 y 23 de abril vaa haber una reunión de ministros de Asuntos Exterioresen Valencia. Nosotros afrontamos estas reunionesdesde la conciencia de que es necesario, como hedicho, asegurar que el proceso de Barcelona de resulta-dos visibles, es decir, que aquello que nos comprome-temos a hacer efectivamente acaba haciéndose, portanto, afrontamos el proceso de Barcelona desde lanecesidad de conseguir resultados prácticos. En estesentido creo que estamos en la misma línea que laComisión, ya que ésta hace algún tiempo hizo un docu-mento con relación al proceso de Barcelona que se lla-maba time to deliver, el momento de conseguir resulta-dos. Por tanto, este es un primer enfoque con relación anuestra presidencia en el proceso de Barcelona; perotambién somos conscientes de que el mero continuis-mo no sirve y que hay que dar lo que yo llamaría unsalto cualitativo al proceso en cuanto a sus contenidosy estructura. A eso me voy a referir a continuación, enla medida que voy a tratar de hacer un resumen necesa-riamente breve sobre cómo estamos planteando la reu-nión de Valencia de ministros de Asuntos Exterioresque, en el fondo, pretende ser la reunión en la quedesemboquen los resultados de las dos reuniones pre-vias que he mencionado de ministros de Industria y deComercio.

A la hora de dar ese salto cualitativo que planteamospara el proceso de Barcelona pensamos que es necesa-rio incidir en tres ámbitos. En primer lugar, en lo queyo llamaría el ámbito formal, el de la forma. Estamostrabajando para que en la reunión de Valencia seamoscapaces entre todos de aprobar un plan de acción conmedidas concretas que queremos hacer en los próxi-mos meses y en los próximos años. Cuando digo unplan de acción quiero decir fundamentalmente doscosas: primero, que queremos un plan práctico, conresultados, con medidas y con fechas de ejecución.Segundo, y es importante destacarlo, queremos queeste plan sea consensuado. Frente a la práctica que hahabido en las últimas reuniones de ministros de Asun-tos Exteriores en las que ha habido unas conclusionesde la presidencia europea de turno, nosotros hemosoptado por un enfoque, sin duda más arriesgado, que estratar de que el resultado de la reunión sea, en granmedida, un plan de acción pero aprobado por el con-junto de los 27 países que componen el proceso de Bar-celona. Somos conscientes de que es un riesgo, peropensamos que el valor político de ese documento quesalga de Valencia es mucho mayor, si es un documentoasumido por los 27 países socios del proceso de Barce-lona que si es, como hasta ahora, un documento querefleja lo que son las preocupaciones o la interpreta-ción que la presidencia hace de los resultados de la reu-nión de los ministros de Asuntos Exteriores.

En cuanto a la forma estamos haciendo un ejercicio,que admito que es muy delicado, de tratar de separar enla medida de lo posible lo que es el proceso de Barcelo-


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na de lo que es el proceso de paz en Oriente Medio.Todos somos conscientes de que el proceso de paz enOriente Medio ha condicionado y ha contaminadoenormemente el desarrollo del proceso de Barcelona.De hecho el origen del proceso de Barcelona, la confe-rencia del año 1995, tiene lugar en un momento en quese abren expectativas positivas para el proceso de paz yeso facilita el que la reunión tenga lugar y que el proce-so se ponga en marcha; a posteriori, los problemas quehan ido surgiendo en el proceso de paz han ido conta-minando la propia capacidad de desarrollo del procesode Barcelona. Lo cierto es que hoy tenemos las doscosas: el proceso de paz y el proceso de Barcelona.Nosotros, repito, nos proponemos el objetivo de que enValencia tratemos de separar o delimitar los contornosde cada cual al máximo posible. La explicación de porqué queremos hacer esto es muy obvia. En primerlugar, estamos convencidos de que Barcelona no puedetratar por si misma de resolver el proceso de paz, y esoes una obviedad. El proceso de Barcelona nace parahacer del Mediterráneo una zona de paz y prosperidad,pero no nace para tratar de resolver directamente losproblemas políticos que puedan existir en el ámbitomediterráneo, sea el problema de Oriente Medio o seael problema político que pueda existir, por ejemplo,entre Marruecos y Argelia. El proceso de Barcelona noestá pensado para resolver directamente esos proble-mas y sí que está pensado para crear condiciones indi-rectas que faciliten la solución de los mismos, pero nopara solucionarlos directamente. Eso quiere decir quesi, por ejemplo, en el caso del proceso de paz de Orien-te Medio nos empecinamos en poner el proceso de pazen el centro del proceso de Barcelona no vamos a resol-ver el proceso de paz, por supuesto, porque nos faltanactores, como Estados Unidos o muchos actores rele-vantes del mundo árabe y, además, si hacemos ese ejer-cicio de poner el proceso de paz en el centro del proce-so de Barcelona vamos a desperdiciar la ocasión paratrabajar en muchos ámbitos del proceso de Barcelona,que no tienen nada que ver con el proceso de paz y que,en cambio, son de interés para el conjunto de los 27países que forman parte del proceso de Barcelona. Poreso estamos trabajando en estrecho contacto con lospaíses árabes para tratar de hacer ese ejercicio de deli-mitación, no de ignorancia en ningún caso. Por supues-to que en Valencia habrá que hablar del proceso de paz,no hay ninguna duda, pero lo que queremos intentarevitar es que el proceso de paz monopolice las discu-siones en Valencia. Estamos haciendo una labor impor-tante de diálogo con los países árabes. Creo que los paí-ses árabes están entendiendo un poco cuál es lafilosofía del ejercicio que estamos proponiendo y cadavez existe más la percepción de que facilitar el plenodesarrollo del proceso de Barcelona, tratando de acotarla incidencia que tiene el proceso de paz, va en su pro-pio interés. En ese sentido, aunque todavía falta muchotiempo para la reunión de Valencia, puedo decir que

todo apunta a que en Valencia participarán todos losministros de los países árabes, incluidos los ministrosde Asuntos Exteriores de Siria, de Líbano y el de Libiaque no participó, si no recuerdo mal, en Barcelona aun-que sí en la reunión de Marsella.

Un segundo ámbito, aparte del ámbito que yo diríaformal, en el que también queremos incidir es, porsupuesto, el de los contenidos y fondos. Ahí hay variasiniciativas y actuaciones que pretendemos incluir en elplan de acción que he mencionado. No voy a hacerahora referencia a cada una de las actuaciones queestán previstas porque son muchas, aunque sí voy aesbozar rápidamente las que me parecen más importan-tes. Somos conscientes de que en el contexto políticono es posible aprobar la carta de paz y estabilidad, quelleva mucho tiempo encima de la mesa y que, por moti-vos obvios, no puede salir adelante ni tener la luz verdede los 27 socios euromediterráneos, pero sí queremosincluir algún tipo de declaración política en relacióncon los procesos de democratización y de respeto delos derechos humanos en la línea de lo que ya está reco-gido en la declaración de Barcelona. También en elámbito político estamos trabajando para incluir algunadeclaración sobre la lucha contra el terrorismo.

En el contexto económico están previstas distintasactuaciones. Por ejemplo, se contempla que, en princi-pio, los primeros ministros o los jefes de Estado deLíbano y Argelia procedan a firmar formalmente losacuerdos de asociación con la Unión Europea. Está pre-visto también que se apruebe un acuerdo sobre reglasde origen en el campo comercial. Este es un acuerdotécnico pero es muy importante para facilitar el comer-cio, sobre todo entre los países del sur; esa es una delas carencias de las que adolece el proceso de Barcelo-na. El grado de integración comercial sur-sur es muybajo y hay que reforzarlo claramente. En este sentido,en el marco de Valencia también nos proponemos apo-yar la denominada iniciativa de Agadir que surgió elaño pasado y por la cual cuatro países, Marruecos,Túnez, Jordania y Egipto, pretenden constituir un áreade libre comercio entre ellos.

En el tercer pilar del proceso de Barcelona, el ámbi-to social y cultural, quiero referirme a dos iniciativasque me parecen muy importantes. En primer lugar, estáprevisto que en el marco del programa MEDA se pro-duzca la extensión del programa Tempus, que la Comi-sión Europea está gestionando en Europa del Este, alMediterráneo. Este programa es muy importante por-que contempla el intercambio entre universitarios, tantoentre profesores como entre estudiantes. La idea defacilitar intercambios a nivel de universidades ha esta-do desde hace mucho tiempo encima de la mesa y, enprincipio, está previsto que en Valencia, como digo, seponga definitivamente en marcha un programa especí-fico para este tipo de intercambios en el ámbito medite-rráneo. Creo que, aparte de la importancia objetiva quetiene el programa, políticamente también es muy rele-


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vante porque nos permite cubrir esa carencia de capila-ridad a la que me refería al principio de mi interven-ción, que es una carencia muy grave del proceso deBarcelona. Es un proceso poco conocido que debe lle-gar a colectivos a los que ahora no ha tocado, y creoque el programa Tempus nos servirá de forma impor-tante para alcanzar ese objetivo. En la misma líneaesperamos que en Valencia sea posible empezar a poneren marcha las bases para un programa de cooperacióndescentralizada, es decir, un programa de cooperaciónentre las grandes ciudades del Mediterráneo. Creemosque este es un programa que también es importantedesde un punto de vista técnico, en la medida en quelas ciudades tienen muchas experiencias que intercam-biar y muchos aspectos de los que beneficiarse en eseproceso de diálogo e intercambio, pero de nuevo creoque es un programa que políticamente tiene su relevan-cia porque nos permite llegar a un nuevo colectivo —en este caso, el de las ciudades— que en el marcomediterráneo tiene un papel muy notable que jugar.

Asimismo, en Valencia esperamos poder poner enmarcha, en el marco también de MEDA, un programaen relación con el ámbito de la justicia y de los asuntosinternos, un programa de cooperación judicial que seha estado discutiendo durante muchos meses con lospaíses del sur. Hace seis meses parecía que estabamaduro y que se podría aprobar bajo la presidenciabelga, pero no fue posible y después de un trabajo dediálogo y de intercambio de ideas muy importante conlos países del sur hemos conseguido que haya un acuer-do de principio sobre el mismo y que, por lo tanto, sino hay novedades —espero que no—, seamos capacesde ponerlo en marcha en Valencia. Este es un hitoimportante, sobre todo por lo que tiene de señal que lospaíses del sur acepten colaborar y hablar con la UniónEuropea de temas tan delicados como la justicia y losasuntos internos. Considero que demuestra a las clarassu voluntad de comprometerse en el proceso euromedi-terráneo y su percepción de que en ese proceso tienenmucho que ganar. Están dispuestos, pues, a dialogar,colaborar y cooperar en áreas incluso tan sensiblescomo estas. No me extiendo más sobre los contenidosde lo que queremos que sea el plan de acción porque,como he dicho, son muchas las actuaciones que esta-mos contemplando y estas que he mencionado me pare-ce que son las más importantes.

A continuación quiero pasar al tercer ámbito en elcual creo que debemos incidir en la reunión de Valen-cia y que, desde una perspectiva de largo plazo, meparece el más relevante y es el que yo llamaría ámbitoestructural. Si me permiten voy a explicarme un pocoen relación con este ámbito. El proceso de Barcelonaes un proceso, en el fondo, muy ad hoc que, como hedicho, pretende establecer una relación privilegiada conlos países del Mediterráneo que no llegue hasta la inte-gración, pero sí que claramente vaya más allá de larelación que la Unión Europea pueda tener con otras

zonas del mundo, ya sea Asia, África Subsahariana o,incluso, América Latina. El problema es que nadie hadescrito todavía lo que es una relación preferencial, esdecir, que así como la integración es un proceso muyclaro y muy delimitado y que tiene un punto de llegadamuy definido, el proceso euromediterráneo y la cons-trucción de esta relación privilegiada es, en el fondo,un papel en blanco que debemos ir llenando entretodos. A la hora de llenar ese papel en blanco —pordecirlo de una forma un tanto simplista, pero esperoque me entiendan— creo que todos podemos conveniren que no es bueno que el proceso euromediterráneodependa de una forma determinante del interés que lapresidencia de turno tenga en relación a esa cuestión.Uno de los problemas de los que ha adolecido el proce-so euromediterráneo en los últimos años es que ha idofuncionando a impulsos, según el grado de interés quela presidencia europea de turno tenía en el desarrollode esa relación y es necesario actuar sobre bases de unmayor automatismo o sobre bases más estructurales.En este sentido estamos planteando — sabemos que esun tema delicado, pero esperamos obtener algunosresultados— iniciativas que den ese automatismo alproceso y que no le hagan depender de los impulsospolíticos que se le den desde arriba. Estamos plantean-do iniciativas en los tres ámbitos del proceso de Barce-lona, el político, el económico y el social y cultural denuevo. Estas son iniciativas que van en la vía de dotarde estructura a este proceso. ¿ De qué iniciativas esta-mos hablando? En el ámbito político —y esto se reco-ge en la comunicación que ha hecho la Comisión—estamos planteando la posibilidad de que haya contac-tos, como mínimo, anuales entre los directores políti-cos de cada uno de los países, es decir, entre los direc-tores políticos de cada uno de los ministerios deAsuntos Exteriores. En el ámbito político estamosplanteando también la constitución de una asambleaparlamentaria entre el Parlamento Europeo y los distin-tos parlamentos nacionales de los socios del sur. Hacealgunas semanas tuve ocasión de comparecer ante elParlamento Europeo y hubo parlamentarios que plante-aron esa posibilidad. Debo decir que la iniciativa surgiódel propio Parlamento Europeo y se trata de una inicia-tiva que nosotros vemos con muy buenos ojos en lamedida en que tendría un significado político impor-tante y en la medida en que no debemos olvidar que elParlamento Europeo tiene competencias presupuesta-rias importantes dentro de lo que es el funcionamientode la Unión. Por lo tanto, el reforzamiento de esa rela-ción parlamentaria podría ser muy interesante para eldesarrollo del proceso de Barcelona. Nuestra idea esque se constituyese una asamblea parlamentaria quetuviese una estructura parecida a la que ya existe paralos países de la ACP, África, Caribe y Pacífico.

En el ámbito económico es conocido que la presi-dencia española ha planteado una iniciativa muy ambi-ciosa, cual es la constitución de una nueva institución


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que fomente la relación financiera y de desarrollo en elámbito Mediterráneo. Esta es una iniciativa ambiciosa,porque todos sabemos lo difícil que es plantear la cons-titución de nuevas instituciones en el ámbito comunita-rio. Es una iniciativa que está en discusión en el marcodel ECOFIN y que, probablemente, lo va a estar en elmarco del Consejo Europeo. Los resultados de lamisma están todavía por ver, pero esperamos que hayaconsenso para la creación de algún tipo de institución ode un nuevo instrumento dedicado exclusivamente alMediterráneo.

Finalmente, en el ámbito social y cultural, con elobjetivo de articular mejor ese diálogo de civilizacio-nes al que me he referido antes, la propia comunica-ción de la Comisión plantea la creación ex novo de unafundación euromediterránea dedicada a los asuntos cul-turales y educativos. Pensamos que es una iniciativaimportante en la medida en que permitirá estructurarmejor todo aquello que se está haciendo en el ámbitocultural y educativo en el Mediterráneo y que, a futuro,permitirá una actuación más continuada y estructuradade lo que lo está actualmente. Esas serían las distintasiniciativas que, en el ámbito de dotar de continuidad alproceso de Barcelona, estamos planteando.

Acabo esta intervención volviendo un poco al prin-cipio. El proceso de Barcelona afronta momentosimportantes, sobre todo después del 11 de septiembre.Creo en el año 1995 hubo en Barcelona una visión polí-tica que se ha demostrado acertada, pero que tanto enValencia como después es necesario que trabajemospara dotar de mayor contenido a esa visión política. Portanto, en Valencia pretendemos sentar unas bases quenos permitan trabajar en esa dirección.

Muchas gracias, señora presidenta.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señorsecretario de Estado.

En el turno de intervención de los grupos parlamen-tarios tiene la palabra, en primer lugar, el portavozadjunto del Grupo Parlamentario Catalán (Convergèn-cia i Unió), señor Grau.

El señor GRAU BULDÚ: Quiero reiterar mi agra-decimiento al señor Nadal por esta exposición que estáen la línea de calidad y del carácter completo y exhaus-tivo de la anterior y que da una visión muy, muy exactade la posición española respecto a la conferencia deBarcelona y la política Mediterránea. Así que no puedomás que felicitarle, porque no ha obviado ninguno delos temas importantes que corresponden a esta área y,realmente, ha presentado todo un marco de posicionesy valoraciones extraordinariamente positivo. En defini-tiva, entendemos que, en primer lugar, resalta una posi-ción concordante con su papel de promotor de la ideay, además, creo que estamos en posición de poder man-tener el liderazgo de la posición española en este pro-yecto que nació en Barcelona en 1995.

Estamos muy de acuerdo en la poca entidad de losresultados, como ha convenido el señor secretario deEstado, y también en la escasez de los medios puestosa disposición. Estamos más de acuerdo en la idea deque es necesario y absolutamente imprescindible esta-blecer unas bases para el futuro que den contenido yproyección de los resultados en los años venideros.Esta conferencia euromediterránea, que afecta a laUnión Europea y a los 12 Estados del sur, fruto de estadeclaración política de Barcelona, creo que siguevigente y, por lo tanto, debe continuar en la línea depromover que esta área tenga peso político, tanto paralos vecinos del sur como para la Unión Europea. Tam-bién estamos muy de acuerdo en la manifestación queha hecho el señor secretario de Estado sobre que hayque separar el contenido de la política mediterránea dela conflictividad en Oriente Medio y que el centro degravedad del Mediterráneo no está precisamente en laresolución de este problema de Oriente Medio, sinoque son otros actores los que lo pueden resolver, y quelas proyecciones de los resultados de la política delMediterráneo no están centrados en la problemática deesta área.

Nuestro grupo suscribió en un principio la idea decrear un banco mediterráneo y hoy reconsideramosnuestra posición y estamos de acuerdo con el plantea-miento del señor secretario de Estado en el sentido deque hay que crear un instrumento financiero para actuaren esta área que tenga una nueva formulación, absolu-tamente necesaria, pero que, dada la situación financie-ra y económica actual, creo que podríamos pensar enser una filial del Banco Europeo de Inversiones o enuna línea de acción de un programa territorializadosimilar a la que se ha diseñado en los fondos de cohe-sión para poder tramitar el impulso jurídico hacia estospaíses del área mediterránea. Nos ha dicho en su expo-sición, y estamos de acuerdo con ello, que falta la con-figuración del marco jurídico para esta actuación; espe-ramos que sea uno de los objetivos de la próximaconferencia de Valencia. Insistimos en la necesidad depensar en esta situación de diálogo, que no tiene queser continuista, de acuerdo con la situación a que se hallegado desde la constitución de la conferencia de Bar-celona hasta la actualidad. Más bien habría que rehacereste plan, como muy bien nos ha explicado el señorNadal, enmarcando todas las acciones en los fondosestructurales, financieros y de acción social. Nuestrogrupo se mantiene expectante y dispuesto a apoyar esteproyecto desde su lanzamiento.

En otro orden de cosas, entendemos que nuestrasrelaciones coyunturales con Marruecos en estosmomentos no pueden alterar ni tener ninguna influen-cia en las relaciones de la Unión Europea con Marrue-cos, y el señor secretario de Estado lo ha declaradoobvio. No queremos que esta situación provoque untrasvase de los problemas españoles a la Unión Euro-pea, y estamos de acuerdo en que esa diferenciación es


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positiva; realmente, esto no tiene ningún contenido yesperamos que no tenga ninguna repercusión en la con-ferencia que se celebrará en Valencia dentro de unosmeses.

Me gustaría preguntar sobre el forum Euromed, quetampoco está dando los resultados esperados. Comoorganización no gubernamental está recibiendo fondosde la Unión Europea y también del Ministerio de Asun-tos Exteriores. Nuestro grupo solicitó información enel Pleno sobre el funcionamiento y los resultados deesta acción. (La señora vicepresidenta, doña Ludivi-na García Arias, ocupa la presidencia.) Reiteramosla necesidad de tener información sobre este asunto.

Finalmente, repito mi agradecimiento por esta com-parecencia. Creo que está muy en línea con lo plantea-do y expuesto para la presidencia española de la UniónEuropea durante este semestre; plantea una acción muycoherente con las acciones anteriores. Además, nos hadado a conocer una serie de acciones de su ministeriopara coordinar futuras actuaciones con la Unión Euro-pea y con el Parlamento Europeo llenas de sentido ycoherencia, señalando el deseo claro de que el áreamediterránea, que viene siendo zona de conflictos y deconfrontación norte-sur, pueda llegar a ser lugar deentendimiento. Estamos muy de acuerdo con su postu-ra y las prospectivas que ha desarrollado serán apoya-das por nuestro grupo.

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias, doñaLudivina): Tiene la palabra el portavoz del Grupo Par-lamentario Socialista, señor Marín.

El señor MARÍN GONZÁLEZ: Voy a ser muybreve, y espero que no lo entienda como falta de corte-sía o de interés por el tema. Le agradecemos la infor-mación que nos ha suministrado sobre los esfuerzosque está haciendo la presidencia, pero pensamos quehay que trasladar el debate a después de celebrada lareunión de Valencia los días 22 y 23 de abril. Ese seráel momento más oportuno para analizar, a través de susconclusiones, las diferentes variantes que han plantea-do ustedes y, como señalaba a justo término, el esfuer-zo que va a hacer la presidencia para convertir la reu-nión de Valencia en un ejercicio de coherencia;aceptando, eso sí, como usted ha señalado, que se tratade un reto muy complicado. Hasta ahí no tenemos nin-guna dificultad, lo vemos exactamente del mismomodo que lo ven ustedes.

Quisiera confirmarle que compartimos plenamentesu declaración de que las razones que dieron vida o jus-tificaron la conferencia de Barcelona en 1995 son hoymucho más claras, evidentes y acuciantes; no tenemosningún problema con ese análisis. Además, es total-mente cierto que desde 1995 a 2002 han pasado sieteaños y, obviamente, hay muchas cosas que corregir yrevisar para buscar el máximo de posibilidades para elcontenido de esta política mediterránea. Con esta

declaración de principios, señor secretario de Estado,nos daremos cita para después de Valencia y entoncesserá el momento de repasar — si hay que criticar, secriticará, y si hay que felicitar se hará, no se preocu-pe— todas las circunstancias que hayan rodeado la reu-nión de Valencia, sus conclusiones y cómo podemoscoadyuvar todos para encontrar mejores condiciones yfuturo a una política que, desde luego en el caso deEspaña —y también, como usted ha señalado, para todala frontera sur de la Unión Europea—, tiene que consti-tuir una política estructural —es una buena palabra— yfundamental y no sólo para los sureños, entre comillas,sino también para el resto de los Estados miembros.

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias, doñaLudivina): Tiene la palabra el portavoz del Grupo Par-lamentario Popular, señor Arístegui.

El señor ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Señorsecretario de Estado, agradecemos mucho su exhausti-va y prolija comparecencia, que ha señalado no sólo lasluces del proceso euromediterráneo de Barcelona sinotambién las sombras, sombras que, por desgracia —como usted muy bien ha señalado—, no han sido pocasdesde 1995 hasta la fecha. Sin embargo, creo que elbalance es positivo, y no porque haya habido sombrastenemos que descartar la política euromediterráneacomo inútil o innecesaria, sino más bien todo lo contra-rio. En el espíritu de su intervención, y a lo largo detoda ella, se puede ver con toda claridad que abogausted por la política euromediterránea. Y no sólo por-que sea parte de la filosofía de la que participa nuestropaís, sino también porque cree usted —como creemostodos, por las intervenciones que hemos oído— que setrata de una necesidad, necesidad para nuestro país ypara Europa, que debe formar parte de la cultura comúnde la Unión Europea. Hasta ahora, hemos venido vien-do que sólo los Estados miembros ribereños tenían sen-sibilidad euromediterránea. Poco a poco, y gracias atodos los gobiernos democráticos españoles que hanformado parte de la Unión Europea, y eso hay quedecirlo con rotundidad, se ha ido suscitando una preo-cupación euromediterránea entre nuestros socios. Cadavez se ha visto con mayor claridad que la política euro-mediterránea no era un capricho español, francés, ita-liano o griego, sino que era una necesidad absoluta paramantener la paz y la estabilidad en esta región, y tam-bién el progreso y el desarrollo.

Nos encontramos ahora en un momento especial-mente delicado e importante. Se va a celebrar la confe-rencia de Valencia, que supondrá un salto cualitativo,como usted ha dicho muy bien y, además, estamos enpuertas de la culminación de las negociaciones para laampliación de la Unión Europea. Tendremos que sercapaces de inculcar esta cultura euromediterránea anuestros socios del norte y, sobre todo, a aquellos Esta-dos candidatos que no son ribereños del Mediterráneo


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y que ingresarán en breve en la Unión. Es muy impor-tante que les hagamos comprender la importancia deimpulsar la política euromediterránea a raíz del 11 deseptiembre. El 11 de septiembre ha puesto de manifies-to, además de otras muchas cosas, nuestra ceguera, alencontrarnos sorprendidos en un limbo feliz e incons-ciente, pensando que, como habíamos ganado la guerrafría, todo estaba solucionado, sin darnos cuenta de quehabía en el mundo más de 100 conflictos de baja inten-sidad extendidos por todas partes. Sin embargo, el 11de septiembre ha puesto en valor más cosas otra vez:ha puesto en valor lo público, ha puesto en valor lopolítico y ha puesto en valor la política. Esta es unaconclusión no suficientemente subrayada, y vuelve aser una consecuencia de este tema que nos trae aquíhoy, y es que el 11 de septiembre nos ha puesto demanifiesto la necesidad de diálogo, la necesidad detener la mano tendida con nuestros vecinos del sur, deconstruir puentes de diálogo y, sobre todo, la necesidadde tejer una densa red de intereses —en el mejor senti-do del término— que disuada o que difumine el riesgode confrontación o de desencuentro. Por eso, cuandousted hablaba de que el Mediterráneo era ciertamenteuna frontera entre civilizaciones no puedo estar más deacuerdo, lo que tenemos que evitar es que siga siéndo-lo. Hoy lo es, esperemos que en el futuro no lo sea, queesa frontera pase a ser una membrana de interrelación,que el Mediterráneo no sea una especie de lago estancopor medio del cual los europeos recelosos se defiendendel sur, sino un mar realmente de relación, como lo hasido históricamente y como por desgracia lleva yamuchos decenios sin ser.

Ha aludido usted a una de las cuestiones que más mepreocupan políticamente y que más preocupan a nues-tro grupo y creo que a todos los políticos democráticosde Europa, que es el proceso de paz en Oriente próxi-mo y las negativas influencias que el proceso de paz hapodido ejercer sobre el proceso euromediterráneo deBarcelona. Quizá convenga hacer un poco de historiasobre el fracaso del proceso de paz. Se ha dicho quealgunas de las cuestiones tenían que ver con el trocea-miento infinito de las etapas, sin duda; pero nadie hablaya de la banda multilateral del proceso de paz y decómo surgió aquello, la complejidad que tenía, todoslos nuevos canales que día a día iban surgiendo, losdiferentes grupos y comités ad hoc que se iban constru-yendo o diseñando para llevar a cabo una política quecada vez estaba más atomizada, que cada vez teníanmás cucharas en la sopa y que sin duda alguna contri-buyeron a estropearlo.

El proceso de paz ha paralizado, sin duda, muchasveces el desarrollo correcto en los tres cestos de la polí-tica euromediterránea y creo que frente a las pretensio-nes de algunos socios europeos de dividir, incomunicarcompletamente un proceso y otro, lo que tenemos queir buscando es lo que usted ha descrito, que yo me atre-vería a resumir en una influencia discriminatoria, si se

me permite la expresión; es decir, evitar que hayainfluencias negativas sobre el proceso euromediterrá-neo desde el proceso de paz y permitir la entrada a lasinfluencias positivas pero, sobre todo, en el sentidoinverso. Seguimos convencidos de que el proceso euro-mediterráneo, como usted ha dicho, no puede suplantara la extinta, muerta, finiquitada banda multilateral delproceso de paz, al proceso de paz bilateral esperemosque no, esperemos que cualquiera de los planes que haysobre la mesa vea la luz, pero desde luego al parecer labanda multilateral no tiene continuidad ni futuro,muchas de sus iniciativas han visto su última reunión,una de ellas fue en las cumbres económicas MENA,Middle East Northafrica, que eran las cumbres económi-cas del norte de Africa, el Magreb para nosotros, y deOriente próximo, que tenían una finalidad muy concre-ta y que tuvieron sus beneficios en un momento dado.Ahora bien, como no existe esa banda multilateral tam-poco olvidemos los efectos positivos que a nuestro jui-cio puede tener el proceso de Barcelona, la políticaeuromediterránea sobre el proceso de paz. Indudable-mente, una de las cuestiones que se va a plantear y unade las cuestiones que puede producir es la generaciónde medidas de confianza, la generación de confianza engeneral, al ver que se avanza en los tres capítulos, alver cómo se produce el diálogo político, cómo se vaconsolidando esa estructura de la que usted hablaba.

Créame de verdad que su comparecencia es de lasque más satisfacción me ha causado en mucho tiempo.Me ha causado satisfacción porque veo que además deexistir un consenso muy amplio en la Cámara en tornoa esta cuestión hay ideas muy claras, creo que hay ideasmuy claras en el Gobierno en general sobre políticaexterior, sobre la política euromediterránea y que gra-cias a ese impulso, a esa fuerza, a ese convencimientodel Gobierno en esta política estamos siendo capacesde mandar señales muy claras a nuestros socios euro-peos y decirles que la política euromediterránea es muyimportante para nosotros, pero que no sólo lo es paranosotros sino que debe serlo también para ellos.

Usted ha ido desgranando los diferentes capítulos.Me gustaría hacer unos breves comentarios, siemprepositivos, a su intervención. Me gusta mucho la auto-crítica que usted hacía con respecto a la falta de perme-abilidad del proceso y de la política euromediterráneaen ciertos ámbitos. Existen dos planos distintos. Prime-ro, porque las opiniones públicas de los países afecta-dos no tienen conocimiento real de la existencia de lapolítica y si saben que existe no saben cuáles son susbeneficios. Segundo, tampoco hemos sido capaces depenetrar y llegar a los sectores más necesitados. Aquíhay que buscar las culpas compartidas, porque no sóloes nuestra. Decía usted que tan sólo el 26 por ciento deltotal de los fondos comprometidos o identificados porla Unión Europea para este tipo de proyectos y progra-mas han sido usados; sin embargo, también por partede los países receptores se ha producido una falta de


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capacidad para identificar sus necesidades, diseñar pro-yectos y además hacer planes de viabilidad que hicie-ran creíble el proyecto ante las instancias europeas quetenían la responsabilidad de otorgarlo.

Ahora entramos en el período de las prisas; todo elmundo quiere presentar proyectos antes de la caduci-dad de ciertos fondos, todo el mundo quiere presentarsus necesidades, pero faltan, primero, planes de viabili-dad, planes de estudio, diseño serio y, sobre todo, loque falta es capacidad de fiscalización por nuestraparte. Si se pusieran en marcha todos los proyectospendientes no tendríamos la capacidad de fiscalizar elcorrecto desarrollo y el correcto gasto de ese dinero.Por tanto, en efecto, todos tenemos ahí una culpa com-partida, pero todos tenemos que hacer un esfuerzo; a lomejor es que hemos quemado una etapa. En estas cues-tiones, antes que identificar los fondos, que es muyimportante —y la política 70-100 que se diseñó duran-te la presidencia de 1995 fue muy importante, ya queconsistió en convencer a los socios más ricos de laUnión de que nuestros vecinos del sur tenían que tenerpor lo menos el 70 por ciento de los fondos que se ibana enviar hacia el Este, hacia los países candidatos a laampliación—, quizá hubiese sido mejor dar a los paí-ses la capacidad de identificar sus necesidades y dise-ñar sus proyectos.

En todo caso, me voy a centrar en las cuestiones másconcretas a las que usted ha aludido y pasaré de la filo-sofía a lo concreto. Usted hablaba del salto cualitativoque Europa pretende dar en Valencia. Nosotros nos feli-citamos profundamente por ello, creemos que ya erahora. También es triste que hayamos estado casi sieteaños sin ningún tipo de movimiento en la política euro-mediterránea y sólo —usted lo ha dicho de forma muyelegante— se haya avanzado cuando la presidencia deturno ha tenido interés. La última presidencia de turnoque pareció tener interés real o que fue capaz de disiparlas dudas y las desconfianzas de alguna de las partesimplicadas fue la presidencia española de 1995 y vuel-ve a ser la presidencia española de 2002 la que va adarle un impulso nuevo a la política euromediterránea.Me parece muy importante el impulso que se le ha dadoal primer cesto, al cesto político, al capítulo primero;esa estructuración del diálogo político, poner el acentoen el diálogo de civilizaciones, estructurar el diálogopolítico, como usted decía, haciendo que se vean conregularidad los directores políticos, va a dar una flexi-bilidad al diálogo político. Hoy está estructurado entreministros y altos funcionarios y no hay la suficiente fle-xibilidad y capacidad de reacción; los altos funciona-rios son lo que son, no tienen interlocución política nicapacidad de tratar de todos los temas que son impor-tantes o relevantes para una política multidimensionalcomo es la política euromediterránea. Los ministros,obviamente, no pueden verse cada vez que es necesa-rios desbloquear temas ni cada vez que es necesario darlos impulsos políticos.

Por tanto, sin olvidar los aspectos de democratiza-ción y derechos humanos, que son absolutamente esen-ciales, creo que la Unión Europea está teniendo unpapel muy destacado, no sólo porque cuando está nego-ciando acuerdos comerciales o de cooperación estáincluyendo las cláusulas democrática y de derechoshumanos, sino porque en todas sus políticas estáponiendo un acento muy especial en la necesidad desalvaguardar los derechos y libertades fundamentales yde avanzar en el proceso de democratización de los paí-ses que son nuestros socios del sur.

Le felicitamos nuevamente por ese nuevo impulso aeste primer capítulo.

En cuanto al capítulo económico y de cooperación,sabemos de su empeño personal por tratar de lograr enel futuro un banco para la región. Nos parece encomia-ble y queremos animarle a que siga haciéndolo, creo deverdad que es una iniciativa muy buena. Ya sé que ustedtodavía no tiene resultados, por eso no lo puede decircomo lo digo yo, pues al fin y al cabo yo estoy sentadoen este lado de la sala y usted en el otro y eso me per-mite decir ciertas cosas que usted no puede. Sin embar-go, sea cual sea el resultado, ya sea un banco indepen-diente o una rama muy autónoma del Banco Europeode Reconstrucción y Desarrollo, el resultado habrá sidopositivo y habrá significado un salto cualitativo tam-bién en este capítulo y se deberá también al esfuerzo deEspaña y, como digo, a todos los gobiernos democráti-cos que han participado en estas iniciativas. El apoyoque usted y el Gobierno que representa han dado a lazona de libre comercio agrupada en torno al grupo deAgadir es una interesantísima iniciativa que puedesuponer un primer paso para que eso vaya generando ycuajando en otras partes de la región y produzca lassinergias que produce en otros lugares del mundo:nosotros, Europa quiero decir, somos buen ejemplo deello.En cuanto al capítulo social y cultural, tomamosmuy buena nota del inicio del ejercicio de buen gobier-no, justicia y libertad del que nos hablaba. También seha referido en alguna otra ocasión —quizás no enesta— y sabemos de la existencia del plan de acciónhispano-sueco de diálogo de civilizaciones, y tambiénhacemos votos para que por fin vea la luz la fundaciónde diálogo de culturas y civilizaciones.

En efecto —ya para concluir— el problema al queusted ha aludido de falta de impulso por la existenciade distintos grados de interés por parte de las diferentespresidencias tiene que ser superado por medio de unainstitucionalización de la política euromediterránea.No sé cuál será el método o el instrumento que ustedeselijan para lograrlo, lo que no puede ser es que sóloexista política euromediterránea en la víspera de lasconferencias ministeriales, que es lo que ha ocurridohasta ahora. En efecto, ha habido otras, muy notable-mente la de Marsella, pero nadie habla de la conferen-cia ministerial de Malta, que fue un pequeño fracaso; ynadie habla de otras conferencias, ni siquiera las de


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altos funcionarios, que no han tenido los resultadosdeseados. Por lo tanto, cuanto antes diseñemos unaestructura institucional o designemos una persona quelleve dentro de la Unión Europea las responsabilidadeshacia el Mediterráneo evitaremos el problema de lafalta de impulsos, tendremos un impulso continuado ysobre todo lo que vamos a tener es credibilidad antenuestros socios del sur, que es lo que hoy por hoy notiene en grado suficiente la política euromediterránea.

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias, doñaLudivina): Tiene la palabra el señor secretario de Esta-do para responder a las intervenciones de los gruposparlamentarios.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUN-TOS EXTERIORES (Nadal Segalá): Muchísimasgracias a todos los que han intervenido. Tengo pocoque añadir a lo que se ha dicho. De las cosas puntualesque ha mencionado el señor Grau, con relación al foroEuromed el ministro compareció hace apenas unos díasen el Pleno del Congreso para informar sobre el mismoy no hay ninguna novedad. En cuanto a su planteamien-to sobre si la relación con Marruecos iba a condicionarlo que se haga respecto al proceso de Barcelona tengoque decir categóricamente que no debe condicionarlo.

Comparto todo lo que ha dicho el señor Arístegui.La cuestión de la institución financiera está abierta, nosabemos qué es lo que va a pasar al final. Como ustedha dicho, el solo hecho de plantearlo es bueno en símismo porque ha generado un debate que ha resultadoútil y ha hecho que se adquiriera mayor concienciasobre la situación de la región; vamos a ver cómo sedesarrolla. Y el tema de la institucionalización en elfondo es la clave. O somos realmente capaces deestructurar, de ponerle vigas a este proceso o es muydifícil que sólo sobre la base de los impulsos de la pre-sidencia o de los programas concretos que la Comisiónpueda ir empujando en cada ocasión podamos construiresa relación privilegiada que todos queremos. Ha apun-tado usted algunas iniciativas, también en el ámbito dela institucionalización, que van en la misma direcciónen la que estamos trabajando y vamos a ver qué es loque podemos hacer en Valencia.

Para acabar, respetando absolutamente la posicióndel señor Marín no puedo dejar de expresar ciertadecepción en relación a su posición, no tanto por lo queha dicho como por lo que no ha dicho. Entiendo queesta es una comparecencia que se produce antes de lareunión de Valencia para intercambiar ideas, para deba-tir, para que haya sugerencias, para que haya críticas,para que podamos confrontar puntos de vista. Porsupuesto que después de Valencia también podremoshacerlo y entonces tendremos el contraste entre las pro-puestas españolas y lo que realmente ha salido. Yasabemos que el proceso euromediterráneo no es el pro-ceso español, no son las ideas de la presidencia españo-

la, el proceso euromediterráneo no es sólo un procesoa 15, es un proceso a 27 y por lo tanto el tamiz es muyfino y al final lo que sale a veces no es exactamente loque uno quiere que salga. Pero para obtener cosas hayque plantearlas, hay que discutirlas, hay que proponer-las y a mí personalmente me hubiera gustado muchoescuchar cuáles son las propuestas, las ideas, las críti-cas, las sugerencias, en definitiva el planteamiento quesu partido y si me apura de usted personalmente, en lamedida en que ha jugado un papel muy importante enlo que es la construcción de todo el proceso euromedi-terráneo y por lo tanto es una voz clarísimamente auto-rizada en cuanto a opinión personal. Como digo, mehubiese gustado mucho escuchar sus puntos de vista.Respeto absolutamente la posición que ha tomado.Veremos cómo va la reunión de Valencia y las dos ante-riores que habrá en Málaga y en Toledo. Como se hadicho reiteradamente estamos en un proceso complica-do y en un momento especialmente complicado porqueaunque no queramos que la situación de Oriente Mediocontamine el proceso de Barcelona lo cierto es al final,de una forma u otra, siempre lo condiciona, y estasituación de Oriente Medio es más delicada que nunca.Eso hace precisamente que nuestra apuesta no diré quedeba ser más ambiciosa o atrevida que nunca, pero sítrataremos de apuntar en la dirección en la que creemosque hay que ir. Esa es la vocación con la que vamos aValencia y obviamente ahora es imposible predecir loque va a salir pero desde luego es en interés de todos ylo que esperamos es que de Valencia salgan resultadostangibles y puntuales que nos permitan decir que elproceso de Barcelona sigue vivo y que ha adquiridomayor vigor. (El señor Marín González pide la pa-labra.)

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias, doñaLudivina): Sí, creo que el Grupo Parlamentario Socia-lista fue invitado por el secretario de Estado.

El señor MARÍN GONZÁLEZ: Lamento que elseñor secretario de Estado esté decepcionado pero esta-mos actuando así y es un trabajo que nos hemos dado,el de no hostigar en absoluto al Gobierno, crear lamenor dificultad al Gobierno y juzgar el consejo euro-peo de Barcelona después de Barcelona, juzgar el con-sejo europeo de Sevilla después de Sevilla. Es lo queestamos haciendo y es lo que vamos a hacer; y sacar lasconsecuencias finales de la presidencia cuando hay quesacarlas, una vez que esté concluida. No es ni más nimenos que eso.

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias, doñaLudivina): Si el señor Secretario de Estado no tienenada más que decir ni los grupos tampoco, les agradez-co su participación.

Se levanta la sesión.

Era la una del mediodía.


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