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Complutum, 4, 1993: 41-68 EL OCCIDENTE DE LA PENíNSULA IBERICA, PUNTO DE ENCUENTRO ENTRE EL MEDITERRANEO Y EL ATLANTICO A FINES DE LA EDAD DEL BRONCE Marisa Ruiz-Gálvez Friego * RESUMEN—Se plantea la posibilidad de viajes exploratorios desde el Mediterráneo Central al Oc- cidental ya desde el Bronce Tardío, que proporcionaron suficiente información sobre rutas y recursos creando una infraestructura previa que explica la aparente precisión de los establecimientos fenicios del ¡er milenio a. C. Estos viajes actuaron como estímulo para los contactos del Bronce Final entre el Atlán- tico y el Mediterráneo, pero no deben ser entendidos estrictamente como navegaciones precoloniales fe- ntctas. ABSTRACT.—OFI the basis of the archaeological record, the possibility is suggested of exploratory sea voyagesfrom the Centralto the Western Mediterraneanfrom the Later BronzeAgeonwards. These tra veis would have pro vided a good knowledge of u’ae sea routes atid the resources of the ¡berian Penninsula, os well os building a technical and socialframework which helps to explain Ihe clearly accurate location of thefirst Phoenician colonies ofthefirst Millenium b. C. Although such reconnaisance voyages acted os a síimulus for Atíantie/Mediterranean contacts, they should not be understood strictly as Phoenician precolonial travels. PALABRAS CLAVE: Metalurgia prehistórica. Navegación. Sal. Ganado. Revolución agrícola. For- malismo. Substantivismo. KEY woRDs: Prehistoric metallurgy. Navigation. Salt. Cattle. Agrarian revolution. Formalism. Subs- tantivism. 1. INTRODUCCION: UN POCO DE GEOGRAFIA Muhammad-al-ldrisi, geógrafo y viajero del s. XII al servicio deles reyes normandos Roger II y Guillermo 1 dc Sicilia, nos ha regalado una preciosa narración de la formación del Estreche de Gibraltar y de la entrada en comunícación de las aguas del Mar Mediterráneo con las del Océano Atlántico. Cuenta el geógrafo que el Mediterráneo fue en otro tiempo un lago. Ello facilitaba las constantes incursio- nes belicosas de los habitantes de la cesta africana en tierras españolas. A su vez, los españoles respondían atacando las de sus vecinos africanos. Esta situación se mantuve hasta que el Gran Alejandro visitó España y enterado de ella decidió ponerle fin. Para ello hizo ve- nir a renombrados ingenieros y señalando lo que hoy es el Estrecho de Gibraltar que entonces era Cierna firme, mandó medir y comparar el nivel deles des mares, des- cubriendo que el del Atlántico era algo más elevado. Así, los ingenieros construyeron un canal desde Tánger a España y cuando estuvo terminado, se abrió paso a las aguas del Océano que, por efecto del desnivel, avanza- ron penetrando en las del Mediterráneo, inundando mu- chas ciudades costeras, ahogando a sus habitantes y se- parando finalmente ambos Continentes. AI-Idrisi afir- maba haber viste aún con sus propios ojos, los restes de les muros alejandrinos y haber navegado paralele a ellos, alo largo del Estreche (García Mercadal, 1972). Este bello relate viene a uninse a otros no menos fa- mosos, como el de la separación por Hércules de Eu- ropa y Africa, el del Jardín de las Hespérides, el de las Gorgonas que residían en los confines de Occidente, situado en algunas versiones cerca de «la ciudad de Tartessos», y tantos otros que reflejan la idea de Finis Terrae envuelto en la bruma de la leyenda, que para geógrafos y viajeros de la AntigUedad debía represen- tar la Península Ibérica. Hasta la Segunda Guerra - nica (218-201 a. C.), que inicia la conquista romana de la misma, los escritores grecolatinos apenas si conocen la costa meridional y oriental, 1 pepta, y a Codos los pro- cedentes de la Península les denominaban indiscrimi- nadamente iberos, a pesar de que desde el s. VI a. C. en adelante, mercenarios de la costa y del interior de la Península así como de las Baleares, andan metidos en todas las refriegas del Mediterráneo. * Departamento de Prehistoria. Universidad Complutense de Madrid.

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Complutum, 4, 1993:41-68

EL OCCIDENTEDE LA PENíNSULA IBERICA,PUNTODE ENCUENTROENTREEL MEDITERRANEO Y

EL ATLANTICO A FINES DE LA EDAD DEL BRONCE

Marisa Ruiz-GálvezFriego *

RESUMEN—Se plantea la posibilidad de viajes exploratorios desde el Mediterráneo Central al Oc-cidental ya desde el Bronce Tardío, que proporcionaron suficiente información sobre rutas y recursoscreando una infraestructura previa que explica la aparente precisión de los establecimientosfenicios del¡ermilenio a.C. Estos viajes actuaron como estímulo para los contactos del Bronce Final entre el Atlán-ticoy el Mediterráneo, pero no deben ser entendidos estrictamente como navegaciones precoloniales fe-ntctas.

ABSTRACT.—OFI the basis of the archaeological record, the possibility is suggested ofexploratorysea voyagesfrom the Centralto the Western Mediterraneanfrom the Later BronzeAgeonwards. Thesetra veis would have pro vided a good knowledge of u’ae sea routes atid the resources of the ¡berianPenninsula, os well os building a technical and socialframework which helps to explain Ihe clearly accuratelocation ofthefirst Phoenician colonies ofthefirst Millenium b. C. Although such reconnaisance voyagesacted os a síimulus for Atíantie/Mediterranean contacts, they should not be understood strictly asPhoenician precolonial travels.

PALABRAS CLAVE: Metalurgia prehistórica. Navegación. Sal. Ganado. Revolución agrícola. For-malismo. Substantivismo.

KEY woRDs: Prehistoric metallurgy. Navigation. Salt. Cattle. Agrarian revolution. Formalism. Subs-tantivism.

1. INTRODUCCION:UN POCODE GEOGRAFIA

Muhammad-al-ldrisi,geógrafoy viajerodel s. XII alserviciodelesreyesnormandosRogerII y Guillermo1 dc Sicilia, nosharegaladounapreciosanarracióndela formacióndelEstrechedeGibraltary dela entradaen comunícaciónde lasaguasdel Mar Mediterráneocon las del OcéanoAtlántico.

Cuentael geógrafoqueel Mediterráneofueenotrotiempoun lago.Ello facilitabalas constantesincursio-nesbelicosasde los habitantesde la cestaafricanaentierrasespañolas.A su vez, losespañolesrespondíanatacandolas de susvecinosafricanos.Estasituaciónsemantuvehastaqueel Gran Alejandrovisitó Españayenteradode ella decidióponerlefin. Paraello hizo ve-nir a renombradosingenierosy señalandolo quehoy esel Estrechode GibraltarqueentonceseraCiernafirme,mandómediry compararel nivel delesdesmares,des-cubriendoque el del Atlántico era algo máselevado.Así,los ingenierosconstruyeronun canaldesdeTángeraEspañay cuandoestuvoterminado,seabriópasoalasaguasdel Océanoque,por efectodel desnivel,avanza-

ron penetrandoenlasdel Mediterráneo,inundandomu-chasciudadescosteras,ahogandoasushabitantesy se-parandofinalmenteambosContinentes.AI-Idrisi afir-mabahabervisteaúnconsuspropiosojos,losrestesdelesmurosalejandrinosy habernavegadoparaleleaellos,alo largodelEstreche(GarcíaMercadal,1972).

Estebello relatevienea uninsea otrosno menosfa-mosos,comoel de la separaciónpor Hérculesde Eu-ropay Africa, el del Jardíndelas Hespérides,el delasGorgonasqueresidíanen los confinesde Occidente,situadoen algunasversionescercade «la ciudaddeTartessos»,y tantosotrosquereflejanla ideadeFinisTerraeenvueltoen la brumade la leyenda,queparageógrafosy viajerosdela AntigUedaddebíarepresen-tar la PenínsulaIbérica.Hastala SegundaGuerraPó-nica (218-201a. C.),queinicia la conquistaromanadela misma,losescritoresgrecolatinosapenassiconocenla costameridionaly oriental,1 pepta,y a Codoslospro-cedentesde la Penínsulales denominabanindiscrimi-nadamenteiberos,a pesarde quedesdeel s. VI a. C.en adelante,mercenariosde la costay del interiordela Penínsulaasícomo de las Baleares,andanmetidosen todaslas refriegasdel Mediterráneo.

* Departamento dePrehistoria. Universidad Complutensede Madrid.

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Perosi la PenínsulaIbéricasuponíael confín delMundo conocidoparael viajerodeépocaantiguatam-bién,por su posicióngeeestratégica,hasido y aúnes,un crucedeculturas,influenciasy tendenciasmuyva-riadas.El ensayistaSalvadordeMadariaga(1979)de-cía queel rasgofísico característicodeEspaña,era suínaccesibilidad,sucarácterdecastillo.Y enefecto,asíes.Situadaenel extremoSO,deEuropa,laPenínsulaIbéricaposee4.124kmdecesta,másde lamitaddelescuáles,bañadospon el Atlántico. Espues,puenteen-treel OccidenteEuropeoy el OrienteMediterráneoyentreAfrica y Europa,a travésdel dificultosopasedeGibraltar,dondese produceun cambioen el régimendevientosy corrientes.A lavez y atravésdelos pasespirenaicos,difíciles peroquehansido filtro de pobla-ción desdela Prehistoria,secomunicacon el corazónde Europa(fig. 1).

Más del 82 por 100 de la superficietotal de la pe-nínsulaIbéricacorrespondeactualmentea España,quiénCrasSuiza,esel paísdemayoresaltitudesmedias—650 m— y uno de los másmontañososde Europa,con 1/6 desuelesuperandolos 1.000mdc alturay unterritorio quebradoquehacequeseproduzcanen po-ceskilómetrosgrandesdiferenciasdealtitud. Si a ello

añadimosla presencia,en su corazón,de unaelevadaMesetarodeadadecadenasmontañosas,aisladadel li-toral y castigadapor un duro clima continental,contemperaturasinferioresa 00 C en inviernoy porenci-made 400C en verano,secomprendenfácilmenteva-nos rasgosde nuestraHistoria.En primer lugar, laenormedificultad de las comunicacionesinterioresyla importanciapolítica y estratégicadelcontrol de lospuntosque, a travésde les pasesde montaña,de losríos y losvallesfluviales,permitenla circulaciónentrela costay el interior. En segundolugar, la tradicionaltendenciacentrífugade la poblacióny la concentra-ción humanamásdensaenlasáreaslitorales.Y lo quees másimportantepara las ideasquevoy a tratar dedefenderenestetrabajo,el usepreferentepor laspo-blacionescosterasdel mancomo vía de comunicacióny transporte,tendenciaquese continuóhastalagene-ralizacióndel ferrocarril. Y eso,a pesarde quegranpartede la cestaes rectilíneay ofreceescasospuertosy abrigos(fig. 1).

Esteesel casedela cornisacantábrica,dondelases-tribacionesmontañosaslleganhastacl man.Ello con-diciona unacestaescarpaday recta,azotadapon unviolentooleaje,conpecasbahíasy deescasaamplitud.

Fig. 1.—Mapa de los lugares citados en el texto.

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ComoseñalaelgeógrafoAngelCabo(1973:49),no sonlas condicionesmásfavorablesparael desarrollodeunaactividadmarineray sin embargo,la hubo.Aisla-da del interior por la cordilleracantábrica,consuelosácidosde agriculturapocorentablehastala introduc-ción del maízen cl s.xvííí, y unaganaderíaextensiva,laexplotaciónde losrecursosdel manconstituíala uní-carespuesta.En el litoral galaico,lascondicionessonparecidas,perola costaalgo mejor,convalles hundi-dosquehandadolugara la formaciónderías,simila-resa los fiordos noruegos.Y tambiénen la partepor-tuguesa,dondela llanuracosteraseamplía.Porúltimo,ladepresióndel Guadalquivirseabresuavementeha-ciael Atlántico y ofreceel atractivocomplementariode la explotaciónde la sal marina.

Hayqueteneren cuentatambiénquela configura-ción de la desembocaduradel Guadalquivir,comelaconjuntadelesríosTinte y Odiel,—lo queconstituyela Ría de Huelva—,hancambiadoy erandistintasenel momentode las navegacionesmediterráneasa la Pe-nínsula.Segúnloshistoriadoresantiguos,la actualma-risma del Odiel fue mar abierto,transformadopaula-tinamenteen unalaguna,a travésdela cualeraposibleaccederen embarcacioneshacia los puertossituadosenloscerrosdel interior y querealizabanimportantesactividadespesquenas(Diaz 1989:19; Ruiz Mata1990:60). Asimismo, las actualesmarismasdel Gua-dalquivir dondesesitúala reservanaturalde Doñana,estuvieroninundadasy seconocenenla OraMarítimacomo Lacas Licustinus, constituyendo unaampliaba-hía,pocoprofunday muyabiertaal Atlántico,en Cor-no a la cual estánemplazadoslos principalesyaci-mientesCalcolíticosy del BronceFinal/EdaddelHierro. Entreellos,la propiaSevilla (Caro1989: fig. 2y págs.87-89). Otro Canteocurrecon la desemboca-duradel río Guadaletey elpuertodeCádiz, la antiguaGadir (Escacena1985: 39 y ss; Aubet 1987:232 y ss;Cano1989: fig. 3 y pág.89) (fig. 1).

Otros atractivoscomplementariosde la mitadocci-dental de la Penínsulasonen primen lugar (fig. 2), elestarsituadadentrode un circuito denavegaciónna-tural atlántica,constituidopor uno delos ramalesenquesedivide la corrientedel Golfo al cruzarel Atlán-tico que,afavor de les vientosdel Oeste,sedirigeha-cia el Sunbordeandolas cestasde Galicia y Portugalen direccióna Canariasy haciael MediterráneoporGibraltar.Estacorrientesedivide endosa la alturadelesmeridianosdeCeutay Algeciras:unahacia laces-ta españolay otrahacia la africana,lo quepermitena-vegaraprovechandolacorrientehastalaalturadeAr-geliao Cerdeña(Gasulí 1986:199).Y ensegundelugar,que en ella se concentranlas principalesvetasde mi-neral ambicionadasen la AntigUedad(Ruiz-Gálvez1991: fig. 5)

Si,porel contrario,nosdirigimosa la Penínsulades-de el Mediterráneo,de acuerdeconlas corrientes,laruta máslógica seríadesdeSicilia y Cerdeñahacia lacostadel Levanteespañoly Gibraltar(Aubet1987:165y ss. y fig. 28 y 29). Deestemedo(fig. 1), deNE a SE,de Cataluñaal Estrecho,la costaalternativamenteesbaja,abiertay articuladao alta,escarpaday rectilínea.Así, la costaespañolaseinicia con unazonaabiertay

articulada,el Golfo de Rosas,dondesesitúanlas an-tiguascoloniasde Emporion y Rodhe, paravolversedeinmediatoaltay escarpadahastaeldeltadel Ebro.Porello se la conocecon el nombrede«Costa Brava». Es-Co sedebeaque las estribacionesdelas MontañasCa-talanaslleganal bordedel man.A partir deahíy has-Ca la bahíade Almería, la costa,especialmentelalevantina,es másbaja,anchay abierta,con abundan-tes albuferasy lagunasliterales.Esto,junto a la esca-saprecipitacióny fuerteinselación,hapermitidola ex-plotación desalinasdesdela AntigUedad.Desdeelcabede Gataa Gibraltar, la costase vuelveotra vezalta,de perfil rectilíneoy conescasosabrigos,La ra-zón es,nuevamente,la prolongaciónhastala costadelas estribacionesdel SistemaBético. Tal vez por ello,las másantiguasfactoríasfeniciasdesdeAlmeríaaCá-diz, sesituaronen los deltasdelosríos (Cabe1973;Vi-lá Valentí t986;Aubet 1987;256-7).Hayque tenerencuentaque,segúnprospeccionesgeológicasrecientesen la costade la AndalucíaOriental (Arteagaet al.1985),la líneadecostahavariadoapartirdeépocame-dieval,comoconsecuenciade la masivadeforestación.Detal maneraque,enel momentodel establecimien-te de las coloniasfenicias,ríos comeel Guadiarey elGuadarranqueen Cádiz, el Vélez y el Algarrobo enMálaga,el Verde y el Secoen Granadao el Almanzo-ra en Almería, en cuyadesembocaduraseemplazanenclavesfenicioso fenicie-púnicos(hg.1), erannave-gables.Otracesaya seriaintentanel pasodel Estre-cho,Gasulí (1986)señalabaque las factoríasfeniciasqueconocemoshastala fecha,estántodassituadasalEstede Gibraltary no al Oeste,dondesehallanlesri-cos recursosmineralesCartésicosquesupuestamenteoriginan lacolonización.La razón,argumentaestaau-tora,no seríaotraquelasdificultadesdel crucedelEs-trecho,muchomayoresparaquienvienedel Estequeparael que lo crucepor el Oeste(fig. 2).

2. EUROPA EN LA TRANSICIONDEL BRONCE FINALA LA EDAD DEL HIERRO:LA TERCERA REVOLUCION AGRARIA

El períodoCalcolítico/Campaniformey el deBron-ce Final y transicióna la Edaddel Hierro tienenalgoen común.Representansendasetapasde intensifica-ción agrariay en amboscasosello se plasmaenla ge-neralizaciónenEuropadeunaseriede convenciones,reflejadasensimilitudesenla orfebrería,enel equipodel guerreroy en la vajilla de comiday bebidacomu-nitaria. Todasellas señalanel establecimientoen uney otro momento,delazossocialesmásampliosqueha-cende Europaun Continenteabiertoe interconecta-do (Shernatt1987;Ruiz-Gálvezen prensa).

En el Mediterráneo,Chiprepareceocupar,ya des-decís.xííí a. C. hastalos iniciosdel primermilenio a.C.,es decir, hastala llegadade les fenicios, (Ferrare-se et al. 1987;Mattháus1989),el vacíodejadopor losmicénicosen las rutascomercialeshaciael Mediterrá-neoCentral (Shenratty Sherratt1991:375).En ellasCerdeñajuegaunlugardestacado.De acuerdeconlos

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Fig. 2.—Vientos y corrientes en el Atlántico Norte y en el Mediterráneo Occidental durante el mes de agosto, según la USA DefenseMapping Agency, Hidrographie/Topographic Ceníre, Washington DC, 1989. Lectura de la rosa de tos vientos: las flechas indican ladirección desde donde sopla el viento. La longitud de la flecha, medida desde el exterior del círculo, usando la escala adjunto en el ma-pa, da el porcentaje del número total de observaciones en que el viento ha soplado de esa dirección. Si la flecha es muy larga, se indicanuméricamente el porcentaje en el astil. El número de plumas indica la fuerza media del viento en grados Beaufort (escala del Qo 12).La cifra en el centro del círculo indica el porcentaje de días de cal tna.

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Gale(1988;382-3),ello sedeberíamenosa la existen-cia de cobreen la isla, quea su privilegiadaposiciónquele permiteactuarcomo intermediariaen las rutasde navegaciónhaciael estañode la PenínsulaIbérica(ver tambiénPenhallunick1986;80) dadala inexisten-ciadedepósitosdeestañoenel Egeoy la escasezdeca-siteritaen el MediterráneoCentral,salvoen la Tosca-na.El hierroestátambiéndocumentadodesdeel s. xiiia. C. en la isla,por lo quesehaapuntadola posibilidadde quefueraéstajuntoconelestañooccidental,la mer-cancíabuscadaen Cerdeñapon loschipriotas,quienesdesarrollanunapujantemetalurgiadel hierrodesdeels. xli a.C.,no obstantecarecerde mineralizacionesdelmismo en la isla(Vagnetti 1986:360; Vagnetti y LoSehiavo1989:227 y 232; Muhly y Stech 1990:210-11).A cambiode las materiasprimasobtenidasdirecta-menteoponla intermediaciónde lessardos,éstosha-brían recibidonuevatecnología—el hierro y la técni-cade la cenaperdida—,instrumentalparala extraccióny elaboracióndel mineral, y objetosde lujo y de altorangosocial (Lo Schiavoet al. 1985;FerrareseCC al.1987).

Asimismo,enbuenapartede EuropaCentraly Oc-cidental seestánproduciendocambiosreflejadosenmayoresdensidadesde población,en unaocupaciónmáspermanentedel sueloy en unoscontactosa largadistanciamásamplios.Wells (1983: 147 y ss.)señalacómo entre1200-8008.C. seconocenmuchosmáspo-blados y necrópolisen Centroeuropaqueen todo elBronceAntiguo y Medio y cómo estosasentamientosevidencianpon vezprimera,unaprolongadaocupa-ción,generaciónCras generación.

Eso mismopareceocurrir en algunaszonasdel Oc-cidenteAtlántico comoel SurdeInglaterra.Aquí, loscambiosenlasprácticasagrícolas,conducentesa la re-generacióndelessuelosy al asentamientoestableso-bre las parcelasde cultive, pareceninicianseya en lequeencronologíabritánicacorrespondealBronceMe-dio (Barrett et al. 1991:222).Es el momentoen elqueen áreasde Wessexcomo CnanborneChase,comien-zanaaparecerlesasentamientoscercadosy los «ficídlynchets»,quedelimitanel áreacultivada.Estoscam-bios tienensu reflejo tambiénen el paisajefunerario,quepierderelevancia,Barrett (1989: 124),Barrett CCal. (1991:224) y Bradley(1981: 103) los asociana laaparicióndesistemasbilateralespropiosdeagricultu-racomplejadearado.Ello seriafruto de una«revolu-ción agrícola»,a la queno serianajenasleguminosascomo la Vicia faba L., presenteya en estasfechasenel Sur de Inglaterra(Comunicaciónpersonalde Ri-chardBradley,23-Xl-1989).

Todosestoscambios,indicanno sólopoblacionesencrecimiento,sinotambiénsuposibilidaddemantenerseestablesenel suelo.Esoreflejapor ejemplo,la primeraexplotaciónmasivade la sal. Estehecho,con inde-pendenciade su aplicaciónal sectorganaderoo a lametalurgia,hay querelacionarloprincipalmenteconla conservacióny almacenamientode alimentosparael invierno.Y si pecunia deriva depecus —ganadoenlatín— como recordabaShenratt<en prensa),salario—salarium en latín— derivade sal y tampocoesca-sualidad.Es tambiénel casede la difusión hacia Eu-

ropa Centraly Nórdica desdeel Mediterráneo,de laVicia faba L. importantesobretodo,pon sualto valoralimenticio,superioral de otrasleguminosas,a causadesuelevadocontenidoen proteínase hidratosdecan-bono y porqueseadaptamejora los suelosácidosquela mayoríade las leguminosas(Duke 1981: 275-7).Además,la mezcladecerealesy leguminosasposeeal-te valennutritivo. Estaha sidotradicionalmentela die-ta delospobresy aúnenla actualidadseusacomo sus-titutivo de la carneenmuchasáreasdel mediterráneo(RiveraNúñezy Obón deCastro1989:249-253).Jun-Co a ella, otra seriede plantasaltamentenutritivasoresistentesa condicionesclimáticasdunas,comeel mi-jo, el trigo espelta,el guisante,la lentejao ciertasplan-tasoleaginosas,segeneralizano gananimportanciaengranpartede Europa<Zoharyy Hopf 1973:887; Idem.1989;83 y ss;Wells 1984:47;Rigeny Lozeck1982:173;Hopf 1982: 15; Harding1983:22;Idem. 1984;¡73: Idem.1989:174-6;Marinval 1988: 55 y129). Y es ahoratam-bién cuandoseproduceuna renovacióndel utillajeagrariometálico(Harding 1976:513 y ss.),y cuandoengranpartede EuropaSeptentrionaly Noneccidental,segeneralizanlossistemasdeparcelaciónde la tierra,como los lynchets,ficíd systemso celíic fields (Han-ding 1976; Idem 1989).

Ademásdelesnuevoscultígenos,estállegandotam-bién nuevatecnologíadesdeel Mediterráneo.Así, eltrabajode chapametálicay el hierro.Y conellos,nue-vas formasde diferenciaciónsocial y públicaexhibi-ción depoder, muchoantesde las colonizacioneshis-tóricas de griegosy fenicios. Todo ello permitiráestablecenredesde intercambiomásextensas,en lasquela circulacióndel metaljugaráun papelbásiconosólo en el establecimientode pactossociales(Row-lands 1980)y en lacompeticiónpor el prestigio(Brad-ley 1990),sino tambiénen la acumulaciónde riquezaalmacenabley suceptibledeserreconvertidaen las re-desde intercambie(Halsteady OShea1982;Shenratty Sherratt1991:360).Es en estosmomentoscuando,trasel paréntesisposterioral Calcolitico/Campanifon-me, laPenínsulavuelvea integrarseen loscircuitosdeintercambiooeste-europeos.

3. LA PENíNSULA IBERICA A INICIOSDEL BRONCEFINAL

Los Gale(1988) señalaban,comeya se mencienó(vide supra), la demandadeestañocomounadelas ra-zonesdel comerciochipriotahacia Cerdeñay consi-derabanqueel papelde estaisla habríasido el de in-termediarioen la ruta hacia la PenínsulaIbérica. Encierto modopues,habríafuncionadocomo una«co-munidad de paso» (Hirth 1978),en el sentidodequehabríaaprovechadosu situaciónestratégicaen el co-mercioa largadistancia,uniendodesregiones,Chiprey el Mediterráneooriental en generaly la PenínsulaIbérica,con distintatecnologíay organizaciónsocial.Menosclaroresultaen mi opinión, si el estañode Oc-cidentefuedesdeel principio elobjetivoúltimo de lesintereseschipriotasenCerdeña.Puesdeotro lado,losdatosanalíticosde quedisponemos,indican que,sal-

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veen el NO., de la Penínsuladondela actividadme-talúrgica es por otraparteescasamenterelevante,losbroncesdeestañono sondemasiadofrecuentesantesdel último terciodel SegundoMilenio a. C., y unaac-tividad metalúrgicaa escalarelativamenteimportan-te no se producehastael BronceFinal. Es decir, quecon anterioridada esasfechas,el estañede la Penín-sulano seestáexplotandosistemáticamentey ponello,difícilmentepuedeserel objetivoúltimo del comerciochipriotacon Cerdeña(Ruiz-Gálvez,1987;MonteroRuiz 1990).

Es tambiénen el BronceFinal cuandola PenínsulaIbéricava a sufrir transformacionestécnicas,socialesy hastaétnicastranscendentales.Es el momentodelainfiltración a travésde losPirineosde gentesde C.U.hacia el NE.; de la reanudaciónde los intercambiosatlánticosen el Oeste;y de lasprimerasnavegacionesmediterráneashaciala Península,queculminaránconla instalaciónfenicia en el Mediodíaapartir del s. VIIIa. C. La posiciónde partida,no es sinembargola mis-ma en lasdiferentesáreasde aquélla.Mientrasen elSE.y Levantehayevidenciasdehábitatpermanenteeindicios en los enterramientosde categoríassocialesheredadasy de sistemasde filiación bilateral,simila-resa losqueBarretty Bradleyseñalabanenel SurdeInglaterra,aunqueaquíya desdelos iniciosde la Edaddel Bronce(Ruiz-Gálvez,enprensa),el restodela Pe-nínsulareflejaasentamientosmásdiscontinuoso fran-camenteitinerantes(Ruiz-Gálvez,1991).La razóndeestasdiferenciasradicaríaenqueel SE.y Levantepo-seenuna tecnologíaagrariamáseficientequepermitemantenerpoblacionesen crecimientoy conservarlafertilidadde los suelos.Entreellas,el arado(Petensyvon den Driech 1990:75),las leguminosas,el abonadoanimal y posiblementetambiénel policultivo medite-rráneo.En tal sentido,cabeseñalarqueseha sugeri-do el SE. españolcomo uno de los posiblesfocosdedomesticacióndel haba(RiveraeC al. 1988:232).En elrestode la Península,las evidenciasde ocupaciónes-Cable y permanentede los hábitatsy de aumentede-mográfico,no senanterioresal BronceFinal o inclu-so, la Edaddel Hierro (Ruiz-Gálvez,1991).

4. CASOSESTUDIADOS

1. Villena

En tal marcesenosofrecenlosprimerosindiciesdecontactesmicénicosconla PenínsulaIbérica,enla for-ma dedesfragmentoscerámicosdel HeládicoRecienteA/B, de lossiglos XIV-XIiI a.C. procedentesdel yaci-miento cordobésde Montero,en el cursomedio delGuadalquivir(Martin de la Cruz1988 y 1992).

El hallazgoha suscitadode nuevoel viejo temadelas relacionesmediterráneasde El Argar (Martín dela Cruz 1992),tan caroa los investigadoresalemanes(Schubart1976).Essinembangoprematuroenmiopi-nión,volvera talesplanteamientos,puessalvoles frag-mentoscordobeses,los indiciosaportadosno dejandeservagosy problemáticos.PerosobreCodo,porquemásqueenparalelesy semejanzas,tal cuestióndebe-

ría plantearsea partirdel estudiedelas posibilidadesfísicas—infraestructura,conocimientos,mediostéc-nicos—y humanas—estímulos,redessociales—quelopermitieran.Sobretodohabidacuentaquecomeseindicó, la explotacióndel estañopeninsularpareceha-bersido muy limitada antesdel último terciodel Se-gundo Milenio a.C.

Quizáel ejemplo másclaro de le quedigo, lo pro-porcionaeldescubrimientodeAmérica,del queseaca-ba decumplir el V Centenario.AunqueColón busca-ba una ruta máscorta haciaOrientey no el hallazgodeun Continentenuevo,eldescubrimientodeAméri-ca no fue enmodoalguno fruto de la casualidad,sinode la confluenciade unaseriede innovacionestécni-casy de circunstanciaspolíticas,ideológicasy econó-micas.Entrelas primeras:¡ Y La transmisiónde losco-nocimientosastronómicosy científicosgreco-árabesaEuropa,a travésdelas versionesal latíny romance,dela EscueladeTraductoresdeToledo en el siglo xííí ydela Escueladecartografíamallorquinadel sigloxiv,quemejoraronlosconocimientosde astronomía,el usede astrolabiosy esferasarmilaresy la confeccióndemapasde navegación,2.0 La experienciade losmari-nosportuguesessobrevientosy corrientesoceánicas,a raízdel comercioconAfrica y dela conquistade lasislasAzoresa comienzosdel siglo~ 3Y El perfec-cionamientopor los navegantesportugueses,de unbarcodecabotajeoriginariodel NortedeAfrica, la ca-rabela.Estapequeñaembarcación,ligera, marineraymaniobrable,junto a la periciade suspilotos,permi-tió el crucedel cabode BuenaEsperanzapon el por-tuguésBartoloméDiazen 1486;el descubrimientodeAméricaen 1492; la llegadade losportuguesesa Ma-lacaen 1498y la primeravueltaal mundopor elespa-ñol JuanSebastiánElcanoen 1520. Entrelas segun-das: 12 La unificación de España,tras la bodade lareinade Castilla y el reyde Aragóny la capitulaciónel 2 deenerode 1492del reinede Granada,último bas-tióndel IslamenlaPenínsula.2.0 La culminacióndelaReconquistacristianade la Penínsulatrassietesiglosde luchay la unión religiosae ideológicaa la queres-pondeel edictodeexpulsióndelos judíosel 31 deMar-zo de 1492. Este espíritude cruzadaimpregnaaún lamentalidadde la primerageneracióndeconquistado-resdeAméricadel siglo~ 32 El interésde Castilla,tradicionalmenteabiertaal comercioatlántico,porha-cersecon el control de unaruta haciael mercadodeloroafricano,monopolizadopor losportugueses.A talinterésrespondetambién la asunciónde la soberaníade las islasCanariaspor los ReyesCatólicosen 1477(Chandeigne1992;Chaunu1972:SOy Ss; DomínguezOrtiz 1973:54-59; Vernet1978). Es bastanteprobablequeotros navegantesprecedierana Colón (LinderothWallace1991).Peroel auténticodescubrimientodeAméricasólo seprodujo, cuandofue material y hu-manamentefactible. No antes.

De la mismamanera,la navegaciónregularentreambosextremesdel Mediterráneoseprodujocuandoexistierenlosmediesmaterialesy losestímulossocia-lesy económicosparaelley no antes.Es puesposible,queestosfragmentesde cerámicamicénicareflejen,másquenavegacionescomercialesregulares,viajesex-

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a lameseta.por yOcla

yChinchilla

agranad

yaltoonda

Fig. 3.—El tesoro de Villena en relación con su ámbito geogrtificp:* Yacimientos de la edad del Bronce.* Localización de Cabezo Redondo.

Caminos naturales.Según Soler 1987 con adiciones de la autora. Tesoro sin escala.

• Hallazgos de oro.• Salinas.

+++ Vías de trashumancia.

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ploratoriesa la búsquedadenuevosrecursosy nuevosmercades,o incluso,un viaje sin retorne.El asenta-mientoCan precisoy sistemáticode las factoríasfeni-ciasen el SurdeEspañaapartir deisviii a.C., invitaa pensarqueesasexploracionesprecolenialestuvie-renqueexistiry que facilitaron informaciónsuficien-te a les navegantesdel MediterráneoOriental sobreitinerarios, recursosy emplazamientos,muchoantesde quelos feniciosconsideraranla ((aventura»de Oc-cidente(Véaseal respectoAubet 1987:52 y ss.). In-formación Cantehistórica como etnográfica(Kirch1989:82; HeInis1988:66y ss.),coincideenseñalanquela finalidad de muchosviajesa Larga distanciaesad-quirir conocimientoy recogerinformacióny no sólooprincipalmentecomerciar.El propiogeógrafoAI-Idrí-si, con cuyo relatose inicia estearticuloera un «espe-cialista en conocimiento», alserviciodelosreyesdeSi-cilia, quienesle animan a viajar, a fin de obtenerporsu medio informacióny conocimientos.Luzón <1986:74), argumeníaqueno fuesinoainiciosdel PrimerMi-lenio a. C. , cuandoseprodujounainnovaciónde tras-cendentalesconsecuenciaspara la navegaciónde al-turaen el Mediterráneo:la navegaciónastronómicayla orientaciónnocturna del piloto, a partir de las es-trellas.Y ello fue especialmenteimportante,porqueposibilitó a partir de entoncesviajesde ida y vueltaycon ello, recorridosregularesa largasdistanciasy elestablecimientode rutascomerciales. Esto,de acuer-de con Luzón,es lo quehabríapermitidola llegadayestablecimientodelescomerciantesfeniciosy griegos,en las costasdel MediterráneoOccidental.Las nave-gacionesanterioresy en ellas incluye loshallazgosdecerámicamicénicaenItalia, los lingotes«piel de buey»de Cerdeñao les hallazgosprefeniciesde la Penínsu-la Ibérica,habríanconstituidoensu opinión (Ibidém:74 y 77), «viajessin retorno», enlos queno hubo in-tenciónde crearrulascomerciales.Esteviejo argu-mente,sebasaenla tradicióndeleshistoriadoresclá-sicos(Plinio Hisí. Nat.VIL, 570 EstrabónGeog.í), queatribuyena los fenicios la aplicacióndela astronomíaa la navegación.Pero nadapruebaquetalesconoci-mientesno pudieranhaberseadquiridoya antesdelPrimerMilenio at. Schflle(1968(70)>y Aubet(1987:148-150)argumentanpor su parte,que la navegaciónde alturapor el Mediterráneoseríaposibleorientán-desepor puntosfijos, referenciasen tierra firme visi-biesdesdela costa,tal comoaúnhoy lo hacenlespes-cadores,aunquesegúnLuzón(1986: 77), esavisiónperfectade los mentesmáslejanos,se da muypocosdíasperla fuerteevaporaciónsuperficialque formaneblinasy brumas.

Peno,si tales limitacionesparaCa navegaciónexis-tieron hastalos iniciosdel PrimerMilenio a.C.,tam-bién escierto que los hallazgosdel SegundoMilenioa.C.,cadavezmásabundantesen Italia e islasdel Me-diterráneoCentral(Sherratty Sherratt1991),parecendesmentiresecarácterde navegación«de fortuna» yabogarpor el contrario,por algomuchomássistemá-ticey organizadodejoquecreeLuzón.Porello, nemeparecedescabelladoatribuir loshallazgosprefenicios,crecientementefrecuentesen elBronceTardíoy Finalde la PenínsulaIbérica,a viajesexploratoriosa labús-

quedade nuevasrutashaciaOccidente.Elle hubierarequeridoel establecimientodeunainfraestructuradeapoyo,como lo seríapor ejemplo,lacreaciónde unareddepuntosderecalada,en tierra denadieo en tie-rnaamiga,situadosadistanciadeun díadenavegaciónunosdeotrosquepermitieranfondeanal anochecerefectuarreparacionessi ello fueranecesarioy apnovi-sienarse.

Tal vezunafunción de estetipo fuerala quecum-plía Villena (Alicante),enla costalevantinaespañola(fig. 1),y Calvezello sealo queexpliqueel hallazgoenesalocalidad,deun espectaculartesorodecercade10kg, formadopor unavajilla deoncecuencosenoro dedistintostamañosy decoraciones;dosbotellasdeorey tresdeplata;28 brazaletescilindricesy diversosfrag-mentoso piezasde revestimientoenoro,ámbaro hie-rre. El tesoroseencontróen el lugar conocidocomoRambladel Panadero,un antiguocaucesecoutilizadoactualmentecomo gravera,distanteunos6 kni en di-recciónNINE., de la ciudadde Villena. En la pros-pecciónrealizadaconposterioridadasuhallazgoy ex-cavación,no se localizaronestructurasde habitaciónen el entornocon los queéstepudieraponerseen re-lación(Soler1965; Idem 1969;AlmagroGorbea1974;SchUle1976) (fig.3).

Es cierto que el conjuntoparecemásbien un depó-sito defundidor(Perea1991:342y ss.),por la variadaíndoley estadodeconservaciónde suspiezas;algunasa mediohacer,otrasacabadasy en buen usey final-menteotras,rotasy en estadode desecho.Perotam-bién lo esquela semejanzaentresíde cuencosy bo-tellas, invitanaconsiderarloscomopanesdeunaúnicavajilla y seguramentetambién,comepropiedadper-sonal(Gaimster1991: 114), dc un único individuo desexomasculino.Formascomunitaniasdecomiday be-bidasobrevajillasy recipientesdemuydiferentesmor-fologías,sonpropiasdel varónen toda la EuropadelBronceFinal y posiblementevienenasociadasacam-bios en lossistemasagrariosy a la aparicióndesocie-dadespatriarcales(Ruíz-Gálvezenprensa).

He discutidoen un trabajoreciente(Ruiz-Gálvez,en prensa>,el significadodel tesorode Villena en sumancosocíale histórico,por lo queno me extenderéensu análisis.Sóloquierollaman brevementela aten-ción sobretrespuntos,porquepermitendetectarbienlapresenciadirectadenaveganteschipriotasenel Me-diterráneoespañolo bien, la iritenínediaciónsarda.

l.~ Villena reflejacontactosde comerciantesme-diterráneoscon élitesindígenasy la apariciónenellasdefenómenosdeemulación.En sumagníficoestudio,Schiile (1976)señalabaacertadamente,a mi juicio, lafacturaLocal debrazaletesy vajilla. Los primerospo-seenefectivamentetradicióny precedentescronológi-cosen laregión(Ruiz-Gálvezenprensa).En cuantoalavajilla, aunqueestoyde acuerdoconSchille enquetraduceformascerámicaslocales—las de la culturaCogotasí que representael BronceTardíoo pesCar-

‘Tal vez Ca razónfuerano tantoel desconoeiníieotode lanave-gaciónastronómiea,cornola imposibilidaddenavegaroorlasnochesbastaquese desarroli6unsistemade iluminación nocturna, a ce-inienzosrIel Primer Milenio a.C. (GasuIl1986).

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gáricoen la región—, sebasaen unatradición,la delavajilla áurea,queesforáneay oriental(Sherratty She-nratt 1991:360; Ruiz-Gálvezen prensa).Otrosele-mentosdel tesorocomo elámbary el hierro, tampocoparecenserlocales.En cuantoal ámbarquesignifica-tivamenteapareceembutidoenuna láminadeoro, noha sido analizadopor lo quedesconocemossuproce-dencia.Sin embargoel puntogeográficomáscercanoa Villena dondeel ámbarestádocumentadoesCer-deña,dondetambiénesimportado,probablementedeSicilia o del man Tirreno y de tipo Protovilanoviano(Lo Schiavoy Ridgway 1986:396-7).Respectoal hie-rro, tampococreo quesealocal, porqueen un casoalmenos,aparececomo el ámbar,embutidoen unalá-mina de oro.Es decir, que esapreciadopor su rarezay no por suvalorpráctico(Renfrew1986).Porello, de-be seranteriora la primeraexplotacióndel hierroenla Península,documentadaa partir dela primeramI-tad del siglo vIII a.C. en las factoríasfeniciasdeTos-canosy Trayaman(Schubart1985; Niemeyer1985).Nuevamente,esCerdeñael puntogeográficomáscer-canoa Villena en el que el hierroestádocumentado.Y lo estáapartirdel siglo XIII a.C.encontextosdeim-portaciónchipriota (Vagnetti1986:360;Vagnettiy LeSchiavo1989:227 y 232;Muhly y Stech1990:210-211).Porúltimo, el sistemade aplique a basede clavospa-ra servirde rematea otras piezasmetálicasque apa-receen varias de las del tesoro(Perea1991),carecede precedentestécnicosen la Península,perosíseco-noceen Chipredesdeal menosfines del siglo xííí a.C.(Catling1964: 138).

2.0 El tesorocarecedecontextoarqueológicoquefacilite su datación.Porello se hapropuestohabitual-mentesituarloen el siglo vIiI a.C.,asociadoal estable-cimientofenicioenelSurdeEspañay a la introduccióndel hierro. Sehille(1976) por el contrario,descantabacualquierrelaciónde Villena conlos colonosfeniciosy proponíauna fechaaproximadadel siglo x a.C. Peroaúnsin contextoarqueológico,contamosenla actuali-dadconinformaciónsuficienteparaal menostratardesituarVillena entreun margenpost quem y otro antequem. DeacuerdoconMartin de laCruz(1988:89),lascerámicasmicénicasdeMonteroproporcionanunafe-chaposí quem de 1300 a.C. parael BronceTardíodelAlto Guadalquivir.Estafaseestápresenteen el yaci-mientodeCabezoRedondodeVillena,el más impon-Cantey el único extensivamenteexcavadode la zona(Soler1987). Ello nosdaríauna fechapost quern parael tesoro,cuyavajilla traduceformascerámicasdelBronceTardío. Sufechaante quem laproporcionaríanyacimientosde la zonacomo PeñaNegra,cuyosnive-les másantiguossondel BronceFinal, por Cantosince-rámicasCogotasí, y conimportacionesmediterráneasdesdelosmomentosinicialesdesu ocupación—siglosx/íx a.C.—. Pon Canto,el tesorodeVillena deberíasi-Cuarseentrelossiglosxíí¡ a.C.y x a.C.Encualquierca-so,en ámbitoprecolonialantiguo.

3•O Unavajilla comoésta,sóloesexplicableen unacomarcaquecomo lade Villena, reúneunascondicio-nesmuyespeciales(fig.3). En primenlugar,estásitua-daa60kmde la costaactual,lo quesuponeapenasdesdíasdeviaje a lomosdecaballeríay unashorasdevia-

je si fueraposible remontarel río Vinalopó,en cuyocursoalto seencuentraVillena. Hayquetenerencuen-ta ademásquela desembocaduradel río ha ido cam-biando.En la actualidadno llega al mar sino quede-sapareceen la albufera de Elche, una marismapantanosa,enpartehoy desecada,formadacomocon-secuenciade la celmataciónde un golfo marino.Sinembargo,entreel 4000/3500H.P. (Cuencay Walken1975),el Vinalopótodavíadesembocabaenel marenlo que los escritores antiguos llamaban el Sinus Illici-tanus. Es puesposibleque la distanciaala costafueraentoncesmenor(fig. 1).PeroVillena esademásel cen-Cro de un crucedecaminos(fig. 3), quearticulanla co-municacióndesdela costaprimero,con el Alto Gua-dalquivir;segundo,con lazonade pastosdela MesetaSur;y tercero,con la zonaganaderade la serraníadeCuenca,dondeseregistranhallazgosdebrazaletessi-milaresa los del tesorodeVillena.De hechoaúnhoy,el valle del Vinalopó es zonade trashumanciade losganadosquebajana invernardesdelas montañasdeCuencaa la cesta.Penoademás,poseeabundantesre-cursosacuíferosy conCreíavariassalinasen suentor-no, cuyaimportanciaparala ganaderíano esprecisoexplicar.Estasfueronexplotadasdesdela Antiguedady en la EdadMediaeranmonopolioreal(fig. 2).

Todo ello, juntocon la densay continuadaocupa-ción desdeelBronceAntiguo,el frecuentehallazgodetesorillosen oro y plataen unaregiónquecarecederecursosmineralesy la documentaciónen el registrofunerariode posicionessocialesheredadasy no ad-quiridas,justificanel valor estratégicodeVillena y labasedel poderde susélites locales.Estepodríaha-bersevistoincrementadoal inicianselasnavegacionesprecelenialesapartir del BronceTardío, al aumentarla demandade carney susconservantes,pieles,pro-ductoslácteos,Calveztambiénmineralesdel Alto Gua-dalquivir y sobreCodo,un puntode atraquedondefon-dearal anochecer(Ruiz-Gálvez1989: 55; Idem enprensa).

2. Baiaes

Esos«viajes exploratorios» parecen haberseconti-nuadodeformamáso menosregularenlossiglossub-siguientes.Así le parecenindicarla presenciaesporá-dicadefibulassicilianasdetipo «ad occhio» y chipriotas«de arco serpegiante» y fechascentralesdel siglo xí/x

en yacimientostantode la costalevantina(GilMascarelíy Peña1989),comede lacostay del interiordel áreaatlánticadela Península(Blasco1987;daPon-te 1989).Estosúltimoshallazgossonespecialmentein-teresantes,puessu dispersiónpareceindicansu llega-dapon vía costeray por tanto,bien quelas poblacionesatlánticasestánrespondiendoal estimulode los «ex-ploradores»mediterráneos,o bien quelos navegantesmediterráneossonya capacesdeencararconéxito losproblemasdel crucedel Estrecho(Aubet1987;Gassull1986) y de afrontarel océanoabierto.Y yo creoquehay argumentosparadefenderambascosas.

Dela «frecuentación»máso menosasistemáticadela costaportuguesa,espruebael enterramientodeRo9a de Casaldo Meio (Spindlery VeigaFerreira

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1973). De la respuestade las poblacionesindígenasatlánticashay variaspruebas:depósitoscomo el deBaiñeso yacimientoscomo el de PeñaNegra(fig. 1).Pero,vayamospor partes.

Ro9ado Casaldo Meio es un enterramientosingu-lar por variasrazones,Primeroporquecomo ya se haseñalado(Belénet al. 1991;Ruiz-Gálvezy Galán1991),esel únicoenterramientoconocidoenCodoel BronceFinaldel CentredePortugal,enun momentoenel quelo comúna la zonaatlánticaesla escaseze incluso,to-tal ausenciade Cumbasanqueelógicamentereconoci-bles.Segundo,porquela formade la sepultura,unaconstrucciónen falsacúpula,esdiferentecomo yase-ñalaronen su día susexcavadores(Spindler y VeigaFerreira1973),de las del Neolíticoy Edaddel Cobreportuguesasy recuerdamáslas del Egeoy el Medite-rráneoCentralenelBronceFinal. Tercero,porquelosajuaresqueacompañabana las desinhumacionesensu interior, un brochede cinturón,pinzasde depilar,un peinede marfil y una fíbula«ad occhio», sonclara-mentemediterráneos.

Aún admitiendolas fechasáltasde la fíbula sícula,Spindlery Veiga (1973)proponíandatanla tumbaenloss. íx-viií a. C.,porquecasabamejorconelambientecolonial fenicio con la quela creíanrelacionada.Poridénticosmotivos,másrecientemente(Belény Esca-cena1991), aunqueinterpretándolacomoenterra-mientode comerciantesmediterráneos,aceptanestasúltimasfechas.Nadase oponesinembargo,a unada-Caciónmásalta,—s.xí-x a.C.— queno desentonaconel ambientede los castresportuguesesen los quees-tas fíbulasaparecen(Ver da Ponte1989:fig. 1). Re-sultainteresanteseñalarcómo en varioscasos,estándocumentadasen castresdel interior cercanosa vetasdeestaño,comoocurreen losdeSantaLuzia, MondimdaBeiray Baiñes,Codosenel distritodeViseu(fig. 1).Precisamentedel interior deesteúltimo castreproce-deun singulardepósitodefundidorquerepresentaco-mo Cratanéde demostrar,una de las pruebasde la re-acción de las poblacionesindígenas al estímulomediterráneo(fig. 4) (Silva 1986;Silva eC al. 1986).

El depósitoestácompuestopor unaseriedeobjetosde origeny estadode conservaciónheterogéneos.Deentreellos,destacanmuy especialmenteles fragmen-toscorrespondientesauno o másrecipientesconrue-das,variasanillas pertenecientesposiblementea pa-sarriendasy un cincelcompuestopor despiezas,unahoja dehierro y un enmanguetubularde bronce,por-quesonmediterráneos.(fig. 4,1-15).Es interesantese-ñalarel hechode que aquíel objeto de hierro (fig. 4,n.0 t5), recibeun tratamientosingularmentedistintoqueen el tesorode Villena, puesimplica unasignifi-cación seguramentetambiéndiferente.En estecaso,la piezade hierroparecehabersido apreciadapor suvalor práctico—como útil— aunqueacopladaa otra,un cincel tubular en bronce,le quedenotaconoci-mientode su funcionalidadpenoa la vez,quela fami-liarizacióncon elnuevometalesaúnprecaria.Ello de-ja pensaren su llegadapon importacióny la imitacióndesu usoenotrosámbitos,ensartadaen unapiezapa-ra la queaunqueno hayexactosparalelosen la Pe-nínsula,correspondea unamorfologíageneralatlán-

tica. Y permitiríaen principio situar el depósitoconposterioridada Villena peroantesde la explotacióndel hierroenla PenínsulaIbérica,estoes,nuevamen-te en ambienteprecolonial.

Otrapieza de singularimportanciaen el conjunto,es el recipientecon ruedas(fig. 4 nY 1-10),pueses deinspiraciónchipriotaya que tantosumorfologíacomosu decoración,tienenbuenosparalelosencarrosy trí-podesde tal procedencia,aunqueno existenparalelosexactosparaelejemplarportugués(Catling1964:210-11 y Pl 36A y N; Mattháus1985:Tafn.90, 91, 100,105,133n.0 2).Porello, meinclino a pensarque setratemásbien de una imitación. Los recipienteschipriotasconruedassefechanentremediadosdel s. XIII y mediadosdel s. x a. C. y los trípodeshastafechasmásrecientes(Mattháus1985:Taf 133 n.0 2). Aunquelos carrosvo-tivossardosno sonaparentementeanterioresal Pri-merMilenio a.C. (Tanda1986),trípodeschipriotasseconocenenCerdeñadesdefinesdel SegundoMilenioa.C., fabricándoselocalmenteen Cornoa loss. xí-x a.C. (Lo Sciavoet al. 1985:48-51).

TambiénenChipreseencuentranparalelosparaal-gunasde las anillas/pasarriendasde Baiñes (fig. 4 nY11-14.Comparancon Catling1964:262,fig. 23 n.0 5 y 6y Pl. 48 G-I; tambiénMaCCháus1985 Taf. 127 B). Sinembargo,sumorfologíarelativamentesencillaimpideexcluir totalmentesu fabricaciónlocal. De hechodaSilvaseñala(Silva eC al. 1986:75) quehachas,hoces,cuencos,brazaletesy anillas a diferenciade las res-tantespiezas,conservanrebabasvivas y podríanhabersidofundidasinsitu,. Poridénticasrazones,habríaqueconsiderarlocalesloscuencosmetálicosdeBaiñes.Sinembargo,su estadodeconservaciónesfragmentarioeinclusoalguno(fig. 4 a.” 18),muestraevidenciasdeha-bersido reparado.En cualquiercaso,loquesíestácía-ro es quela técnicade fabricaciónsobrechapametá-lica, no tiene precedentesen la región y sí en elMediterráneo.

Los restanteselementosdel depósitoaunque,poroposicióna los anterioresdebensenetiquetadosbajela sigla «atlánticos»,sonasimismomatizables.Porejemplo,hachasy hocessonlocales(fig. 4 n.” 27-38y42-50),no sólo porla presenciaaúnen unasy otrasderebabasvivas,(daSilva eCal. 1986:79) sino porquelosdesCiposde hachassoncorrientesenel Centro-NortedePortugal(Ruiz-Gálvez1991 fig. 6).Las hocestam-pocosonextrañasen la regióny estándocumentadasal menosenotro castredel BronceFinal del NortedePortugal,elde SantaLuzia(daSilva1986:Est.LXXX-VI n.” 12) (fig. 1).Porciento que uno de losdesCiposdehachaspresentesen el depósito,las monofaces,delas quese conservaademásel molde,sólo se conocefueradePortugalenel depósitosardodeMonteSa Id-da (Ruiz-Gálvez1986;mapa2). Los brazaletes(fig. 4n.020-26), conservan,en un casoal menos(daSilva1986:Est. XCIX n.0 5 A), las rebabasde fundición ycorrespondena tiposbien documentadosen el Occi-dentePeninsular(Almagro Gorbea1977: figs, 4-6) yenore,(daSilva 1986: Est. CVIII nY 1-2) enelpropiocastrede Baiñes.Penotambiénse han fabricadolo-calmentelas lanzas(fig. 4 nY 51), porqueaunquenoen el depósito,en el propiocastrede Rabiesse con-

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Fig. 4.—DepósitodeBaióes,segónda Silva, 7986. Sin escalareaL

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servanfragmentosdemoldesde arcillaparala fundi-ción de esteCipo de armas(daSilva 1986:Est. LXX-XIII n.” 10).

El ganchoparala carne(fig. 4 n.” 39-41)ha podidofundirselocalmente,perotambiénha pedidovenirdelexterior con las redesde intercambioatlánticas.Nohaypruebasa favordeunauotraposibilidad.Encual-quiercaso,no esdesconocidoencontextosdeBronceFinaldel OccidentePeninsular(Ruíz-Gálvez1979).Aunquemediterráneoen origen2, el ganchopara lacarneno esdesconocidoen EuropaCentral(Hundt1953) y Occidental(Jockenhóvel1974;Gómezy Pau-treau1988),en contextosde BronceFinal. Me permi-te señalarel hechode que del mismo castreprocedeun asadorarticulado,objetosambosasociadosalcon-sumoritual y comunitariode carne,seguramenteen-Cre hombresaunqueno necesariamentecon los mis-messignificadosqueenel Mediterráneo(Sherrattenprensa).

Desgraciadamente,el depósitoes fruto de un ha-llazgocasualy aunqueseprocediótraséste,ala reali-zacióndeunaexcavaciónenel lugaren que se produ-jo, apenassi deparé la recuperaciónde algunosfragmentoscorrespondientesa piezasdel propio de-pósito,peropocoo nadasobresu contextode deposi-ción.Tampocolas diversascampañasdeexcavaciónenelcastre(daSilva1980;Kalb 1978),hanpermitidoob-tenerunasecuenciaestratigráficaenel mismo.Final-mente, la única dataciónabsolutaprocedentedeBaides,2650±130B.P.,apartir deunamuestrade ma-deradel astildeunadelas lanzasdel yacimiento(Kalb1974/77),es rechazablepor su alta desviaciónestán-dar,por lo quecalibradasesituaríaen un margencro-nológicotanampliocomo1100-410a. C. ~.

El que el carro,el únicoobjetodel depósitoqueporsu origen,significadosocial y ámbitocultural esindu-dablementeforáneo,aparecieradeterioradoy fragmen-tado,pareceindicarsu presenciaen Baióescomo cha-tarray no su apreciacióncomoobjete devalor social oritual. Y cabriarecordaraquí argumentoscomo los deBradley (1985), sobre«intercambio y distancia social».Ello unidoa la ausenciadeexactosparaleloschipriotas,mehacedescartarla hipótesisdequesetratedeun co-merciodeesesigno.Noquedaentoncesotraposibilidadqueconsiderarbien la intermediaciónsardao bien, lapresenciade navegantesde la zonaatlánticade la Pe-nínsulaenel MediterráneoCentro-Occidental.

Ambassolucionessonfactibles,aunqueCenemosac-tualmentemáspruebasdela segundaquede la prime-ra. Estasprocedenno tanto del hallazgode elementosdemetalurgiapeninsularenCerdeña,quelos hay(Ruiz-Gálvez1986),comodela existenciade un fundidor queestáproduciendometalurgiaatlánticaen el asenta-mientode PeñaNegra (Alicante), a mediocaminoen-tre la costaatlánticaportuguesay Cerdeña(fig. 1).

2 En la exposición «ElMundoMicénico., celebrada en Madrid enfebrerode 1992, seexhibió un ganchopara la carneprocedentedeun enterramientoen tholosdeMyrsinocori.Meseniadel H.R. II A.El tipo, esmuy similar alde los másanliguosganchosdel BronceFi-nal deCentrocuropa(Hundt1953).

‘AgradezcoaRamónFábregas,de laUniversidaddeSantiago,laamabilidaddeproporcionarmela fechacalibraday sucomentario.

3. Peña Negra

Tal vezPeñaNegrapuedaayudarnosademásacom-prenderel final de otro importanteasentamientoali-cantino,el de Villena,puesPeñaNegraseasientacer-cadel mismorío queaquel,el Vinalopó,peroensucursobaje,a unaveintenade kmsde la línea de costaactual,peroposiblementemuchomáscencadelmarenelBron-ceFinal. La SierradeCrevillenteenla quesealzaelya-cimiento,dominahoy unaamplia marisma(GonzálezPnats1983:Lám. 1), quedebióseren la Antiguedadpar-te delSinus illicitanus. Estápuesenunaposiciónmuchomásventajosaque Villena parala intermediaciónco-mercialy suocupaciónseinicia probablementeno mu-chedespuésdel final de CabezoRedondode Villena.Prospeccionesrecientes(NavarroMederos1982:láms.1 y 2),parecenindicarel desplazamientode poblaciónhaciaelcursemedio y bajedel Vinalopó,enmomentoscoetáneose inmediatamenteposterioresa CabezoRe-dondedeVillena.Es puesquizála incapacidaddecon-servarelcontrol y el monopoliodeestaimportantear-teria comercial, lo que puedaexplicar el ocasodeVillena, la ocultacióndel tesoroy la pérdidade poderdesu dueño(Ruiz-Gálvez1989:56).

PeñaNegrase inicia, como asentamientode nuevaplanta,en el BronceFinal, puesno hayni siquieraensustasesmásantiguas,auténticascerámicastipo Co-gotas1 del BronceTardío,aunquede acuerdoconsuexcavador(GonzálezPrats1983),algunasformasy de-coracionesseríanherenciay continuaciónde esafaseanterior.Los ocupantesdel asentamientodependenbásicamentede unaeconomíaganadera,en la que losbóvidosocupanun papelfundamentaly desdelos ni-velesde baseestádocumentadala presenciade un co-merciomediterráneo(GonzálezPrats 1990). Estafa-se esdenominadapor su excavador(GonzálezPrats1983),PeñaNegral.La segundafaseo PeñaNegraIIquese produciríasin soluciónde continuidadcon laanterior,vendríarepresentadaponla adopcióndelhie-nro y del Corno del alfarero,en un ambienteorientali-zante, estoes,bajeinfluenciacolonial fenicia.El asen-tamientoaumentade tamañollegandoa abarcarenCorno a las 30 Has.,con amplioscomplejosurbanísti-ces.Susdimensionesy carácterurbanoasícomolasos-pechadainstalaciónen ella de orfebresy alfarerosorientales,inclinan a su excavadora identificarlaconlaciudaddeHerna,descritaenla Ora Marítima deRu-fo FestoAviene(GonzálezPnats1983:273,277;Idem.1990:104).De acuerdocon los materialesimportadoso imitados,similaresa los de los asentamientoscolo-nialesfeniciosde Andalucía,proponeunacronologíaparaPeñaNegraII, a partirdefinesdel s. VIII/iniciesdel víí hastamediadosdel s. vI a. C. en quela ciudadesvíctima desaqueosy destrucciones,delas queya noserecuperará(GonzálezPrats 1983: 180y 277).

Esprecisamentelaocupaciónprevia,delBronceFi-nal, la quenosinteresapon variasrazones.En primerlugar porqueen susnivelesmásrecientesestádocu-mentadoun edificio (fig. 5 n.0 1), cuyasactividadesex-cluyensufuncionalidadcomo vivienda,indicandoponelcontrariosudedicacióna actividadesartesanaleses-pecializadas,como la función y la fabricacióndetelas

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EL OCCIDENTE DE LA PENINSULA IBERICA A FINES DE LA EDAD DEL BRONCE 53

(GonzálezPrats1990:Ruiz-Gálvez1990:337).En se-gundolugar,porqueen recientescampañasde exca-vación(1987),se haconstatadola realizaciónde talesactividades,al menosla fundición,desdelosnivelesdebasey por tanto,desdelos inicies de la ocupacióndelyacimiento(GonzálezPrats1990:106).

El taller de fundición correspondeestratigráfica-menteal nivel másrecientede la Edaddel Bronce,leque GonzálezPrats(1990)denominaPeñaNegra lc.Se trata de un edificio de plantaovaladay zócalo depiedra,con un espaciointerior útil de aproximada-mente16 metroscuadrados.Bajoelpavimento,sepro-dujo el enterramientode un bebéen el ángulomeri-dional y de un ovicáprido sin cabeza, en elseptentrional.¿Simpleenterramientoinfantil o setra-Ca másbiende unaofrendafundacional...?En su inte-nonselocalizóun pequeñohornodefundición,defor-macircular, formadopor un anillo de arcilla de60 cmy un huecointerior de20 cm.Lasevidenciasde activi-dadesmetalúrgicasdentrodel recinto,estaríanapenasseñaladaspor pruebasde alteracióntérmicadel pavi-mente.La coladaserealizabaalparecer,enel exteriorde la edificación,pueses allí dondeseamontonanlesrestosdeescena,demachacadoresy defragmentosdemoldesquedebieronestarhincadosverticalmenteentierra.Ello haríaajuicio deGonzálezPrats(1990:93-94 y 106),compatiblela segundaactividad especiali-zadarealizadaen el recinto.Estafue identificadaenla campañade 1987, al limpiar unaplataformade ar-cilla en el ánguloOestedel mismo,hallándosevariasfusaiolasde huesoy pesasde telar.Los objetosfundi-desen los moldesde arcilla y los restosde fundiciónfueron analizadose identificados(Ruiz-Gálvez1990),comocorrespondientesa espadas,hachas,agujasy lan-zas(fig. 5 n.0 2-36). Estasdesúltimasal menos,clara-mentepertenecientesa metalurgiaatlántica,del Cipoque los arqueólogosfrancesesdenominan Vénat(Coffyn eC al. 1981)por eldepósitoepónimo,y quees-tá bien documentadadesdelas Islas Británicasa Cer-dellaaunquehastala fechasóloen la PenínsulaIbéri-ca hay evidencias de su fabricación. A ellacorrespondentambiénlas lanzasy molde del castredeRabiesy losmoldesdel castreportuguésde Coto Pe-na(daSilva 1986:LXXXIII n.09-10;LXXXIX n.” 9 y14 y pág.29 noCa 128) a los quemereferinémásade-lante fig. 1). Lashachas(fig. 5 n.0 35-36), fundidasenmoldesde arenisca,correspondíanal Cipo de apéndi-ces laterales ya anteriormenteidentificadaenlosnive-les de la Edaddel Hierro (P. N. II), del yacimiento(GonzálezPnats1985).En cuantoala espada(fig. 4 nY2-4), másdudosamente,podríacorresponderal tipoVénat(Ruiz-Gálvez1990).

Losanálisistanto delos restosde los moldesde ar-cilla, comodelas adherenciasmetálicasen lasparedesde aquéllosy de las escoriasy restosde fundiciónre-cogidosdurantela excavación,permitieronreconstruirno sólola técnicadefabricaciónde losmoldesy del co-ladode piezastalescomo lanzasy agujas,sino asímís-mo, temperaturasde coladoy tipos de aleacióndeacuerdocon la naturalezay función de las piezasfun-didas.Porejemplo, las espadassefabricarónen unaaleaciónbinariaal 10 por 100 deSn. Las agujaspor el

contrario,sefundieronusandoaleacionesternarias,enlas queelPb,estásustituyendoparcialmentealSny alCu, probablementeporquepor sufuncionalidadestánsometidasa pocodesgastey puedensoportaraleacio-nesmásblandas(Ruiz-Gálvez1990).Perola conclu-sión másinteresantedelosanálisis,es la evidenciaderefundiciónde chatarra.Así, el materialde refundi-ción resultóenormementeheterogéneo,conrestosdefundición procedentesdealeacionesCernadas,debron-cesbinarios,ricosen plomo o en estaño,resultadodela recuperacióndechatarray restosdefundición,alesquepudoañadirsemineralde cobremachacado.Aun-quese ha especuladocon la posibilidadde queel co-breempleadoparala fundición y refinadode la cha-tarrapudieravenir de la propiasierrade CrevillenteenlaquePeñaNegraseasienta(GonzálezPrats1992),no hayevidenciasde ello y desdeluego,tampocohayestañoo plomo en lazonaqueen general,no destacapor susrecursosminerales.La únicaexplicaciónparala presenciade un Callende fundidor y de indicies deactividadessimilaresdesdelosestratosde base(PeñaNegraLa) (GonzálezPrats1990),essu posiciónde in-termediariaen unaruta marítima haciael estañodelOccidentede la Península(fig. 1).

Ello planteavariosapasionantesinterrogantes,co-moel origendel o delosartesanosqueocupabanel ta-líende PeñaNegra.Suestatusy papeldentrodela co-munidad.Yen un planemásgeneral,en quémodeloeconómicodebiéramosencuadrartalesactividades.

Si comenzamospasandorevistaa nuestrofundidor,metemoquemevoy averobligadaa resucitaren cien-Ca formala figuradelmetalúrgicoitinerantepor la queGondónChildesentíatantapredilección.Perohayva-riasrazonesparaello. En primerlugar, quea pesardelasevidenciasdefundición in situ, suproducciónnoespensabledentrodel contextolocal dePeñaNegra,des-conectadodel ámbitoatlánticoal quetodoslos obje-tos fundidospertenecen,salvo tal vezlas hachasdeapéndices(AlmagroGorbea1987:283; Idem. 1922:364),quesinembargo,parecenhaberseusadomáspro-piamentecomo lingotesde cobre,broncebajeen es-Caño y plomo quecomo auténticosútiles (GonzálezPrats1985). En segundolugar, quea pesarde las di-mensionesy aparenteprosperidaddel lugar,esdifícil-menteimaginableun especialista,siquieraa tiempoparcial,produciendosólo parauna comunidad,la dePeñaNegra,puessusmanufacturasno parecenhaberpenetradoenel SE.peninsular.Penosobretodo,por-quedentrodel contextodelas sociedadesdel BronceFinal europeo,sólo me resultaadmisiblela figura deun especialistaindependienteen el sentidode Brum-fiel y Earle (1987:5).

Hay evidencias,aunqueciertamenteen peciosme-diterráneos,de la presenciade fundidoresentrelosmiembrosde la tripulación.Así, en el de Gelindonya,donde,ademásde lingotes «piel de buey»y otros ob-jetes,se recuperóun equipode fundidor queincluíaun juegodepesasdebalanza,yunquesy piedrasdeafi-lar y otros útiles (Muckelroy1978: 70-71).Otro tantopuededecirse del de Rochelongue(Hugues1965;Beuscaras1971),del queserescataron800k demetalentretortasde cobre,lingotesde estaño,objetosma-

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Fig. 5 a—Núm.1. Taller dcfundidordc PeñaNegra,segúnGonzálezPrais (1992). Núms.2-5. Fragmentosde losmoldesdefundición,segúnRuiz-Gálvez,1990.

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Fig. 5 b.—Núms.6-34.Fragmentosdelosmoldesdefundición,segúnRuiz-Gálvez,1990. Núms.26y27. Vaciadosenyesode los mol-

desnúms.24 y25. Núms.33-36. Machacadorespara mineral?

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56 MARISA RUIZ-GALVEZ FRIEGO

nufacturadosen broncey lo queclaramentehay queconsideranen mi opinión, como un equipo de fundi-dor, consistenteen martilles,buriles,gubiasy hachas,aménde chatarrapararefundicióny rebabasy restosde coladaparasurecuperación(Ruiz-Gálvez1990:338). Como no resultaprobable,salvo queposeyeraninstintossuicidas,queestosmetalúrgicosfundieranenlos barcos,cabepensarquesufunción, ademásde co-operanposiblementedurantela travesíaconlosdemásmiembrosde la tripulación,seríala derecogery reci-clar chatarray venderproductosmanufacturados,Es-tas actividades,aunquefueranrealizadasestacional-mente—duranteel periodoapteparala navegación—,tuvieronque hacerseen tierra firme y hubieranre-queridosiposeyerancarácterregular,unlugarexpro-feseenel que llevarlasa cabo(Tylecote1987:17).

Esoeslo queposiblementeespliqueel tallerdePe-ñaNegra.No la presenciade unfundidorviviendoCe-do el añodentrode la comunidad,sino la llegadaes-tacional,peroregulan,deun metalúrgicoquerecogeyreciclachatarray fundeparalacomunidadindígenaytal vez, para los intermediariossardos.Esto a su vezpermitiríacomprenderel queen el mismoedificio sehubieranrealizadotareastextiles,difícilmentecom-patiblesen contrade la opinión de GonzálezPrats(1990: 94),con las de fundición por el carácterfácil-menteinflamablede las telas,peroquesíhabríanpo-dido tenerlugarsi aquéllatuvieraunafrecuenciame-ramenteestacionaly por Cante ambasno tuvierannecesariamentequecoincidir.

El asentamientode unoscomerciantesy fundidoresatlánticosen un pobladodel SE de la Península,im-plica quepreviamentehubieronde establecersepac-tossocialesquepermitieranelatraqueensucostay larealizaciónde actividadesde intercambio.Estoes loquequizá representenlos brazaletesde tipo Villena(fig. 3), presentesen la zonaatlánticadela Penínsulaapartirdel BronceFinal. Este’tipo de~bnazaletecare-cedeprecedentesen el OccidentePeninsularperosinembargosonbienconocidosenel SE.dela Penínsuladesdeel BroncePleno(AlmagroGorbea1974; Ruiz-Gálvez1989:54-55). La presenciade dichosbrazale-tes en la fachadaatlánticarefleja la lleáadade técni-casy tal veztambién,de mujeresdesdeel SE. de laPenínsula,comopartedeunasalianzasque facilitaronla navegaciónindígenaentreel Atlántico y el Medite-rráneoy el establecimientodepuntosde apoyeen lasredesde inmtercambio(Ruiz-Gálvez1989 y en pren-sa).Es posiblementeéstatambién,la razóndel apa-rentedesplazamientode la poblacióndel áreadel Vi-nalopó(fig. 1), haciapuntosmáscercanosa la costayde la pérdidadel control estratégicode Villena sobrela región.

Másdifícil dedeterminarmeresulta,el origende lapersonao personasquerealizanactividadestextilesenel tallerdePeñaNegra,porqueal contrariodel meta-lúrgico,pocashuellasnoshan llegadodel productofi-nal de su trabajo.Hay sin embargodesrazonesparapensarensuerigenmediterráneoaunquepor ahoramesientaincapazdeprecisansi directamentedel Esteo delCentrodel mismo.La razónprimerala constituyeelpropio registrearqueológicoque señalala realización

de Cal actividaden un áreaespecializaday no dentrodel espaciodoméstico.Elle indicabien queel volumende produccióntextil excedeel de autocensumo,bienque implica una tecnologíae una instalaciónespecial,diferentede la usualen el ámbitolocal, o bienque losfabricantesno pertenecena la comunidaddePeñaNe-gray quepor ello, trabajanen un recintoespecialmen-te habilitadoal efecto.La segundarazónla constituyenlas propiascerámicaspintadasde PeñaNegra1, cuyosmotivosgeométricosenrojo y amarillo,sugierenla re-produccióndetelascostosas(fig. 6 n.” 11-19).

EsteCipo dedecoraciónpintadageométrica,se apli-casiemprea cerámicascuidadas,a molde ponlo gene-ral, y carecedeprecedentesenel contextoindígenaan-tenoral BronceFinal, estoes,enla llamadaculturadeCogotas1, querepresentaun BronceTardíopesCar-gáriceenelSE.y Levantepeninsular.Pruebade la es-casafamiliarizaciónde los indígenascon estatécnicaes a mi juicio, el que la pinturase apliquecon poste-nionidada la coccióndel recipiente(GonzálezPrats1983:71),por lo queresultaespecialmentefrágil.

Estascerámicaspintadasque se conocenen el Le-vantey Mediodíapeninsulardesdeel BronceFinal (fig.6 nY 1-10),y enla Mesetay NE.enla transiciónBron-ce Final/Edaddel Hierro o primera Edaddel Hierro,hansidointerpretadasdemuydiversasmaneras.Paraunos(Santa-Olalla1935),erande origencentroeuro-peoy habíaquerelacionarlasconlas invasionescélti-cas. Paraotros (Almagro Gorbea 1977:459 y ss.),suorigenera dual: Las cerámicasdel Sunparecíanestarrelacionadascon las cerámicasgeométricasmedite-rráneas,mientrasque las del NE. teníansu origenenel mundode los C. U., extremoqueniegaRuiz Zapa-tero en su Césis(1985: 759).Otros,(Fennández-Posse1981:nota65),las consideranindígenasy partedel ba-gaje decorativode las cerámicasCegotas1. Atribu-cionesaorígenesCandiferentessontambiénreflejo dela propiaheterogeneidaddelas mismas.

Todasellaspresentanuna enormevariedadde so-portescerámicos,motivosdecorativosy combinacio-nesde coloresquedifierende unasregionesa otras,Porello y basándemeen el tallentextil de Peña Negra,considerequehay queveren estascerámicasel refle-jo del impactoqueproduceenlas poblacionesindíge-nasde la costapeninsular,la llegadade rices tejidosorientalesen épocaprecelonialy la transmisióndesdeéstade cerámicas—y Cal veztambiéndetejidos—ha-cia el interior,ya en la Edaddel Hierro.

LapresenciaenPeñaNegradesdeles nivelesdeba-se del yacimiento,de cuentasde pastavitrea, ámbar,brazaletesdemarfil, hachasdeapéndiceslaterales,pin-zasdedepilary fíbulasde codo(GonzálezPrats 1983:177 y 1990:90-92), refleja unapresenciade comer-ciantesmediterráneos,cuyasbasesdebieronpactarsecon anterioridad,como le muestranlos elementosorientalesdel tesorode Villena.

5. UNA VIDA DE HEROE

A su vez,PeñaNegraes la clave paracomprenderel carroy el hierredeBailles,asícomoel asadoratlán-

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Fig. 6.—Cerámicaspintadasdel Bronce Final. Núms,1-10. Huelva (AndalucíaOccidental),segúnFernández-Miranda,1986. Núms.11-20:Peña Negra (Alicante, Levanteespañol),segúnGonzálezFra is, ¡983.

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58 MARISA RUIZ-GALVEZ FRIEGO

tice de la tumbachipriotade AmaChus(Karageerghisy Lo Schiave1989).La presenciaen PeñaNegrade unfundidorque fabricalosmismosobjetosqueenloscas-tresatlánticosde Baióesy Coto de Pena(Silva 1986:29,neta128 y 66 y Lám. XXXIII n.” 9 y 10; Silvaet al.1986: EsC. VII 1 y 2) (véasefig. 1), evidenciala exis-tenciade unaruta entreel Atlántico y el Mediterrá-neo,protagonizadapor navegantesdel Occidentedela Península,o por éstosy sardos(Taramelli 1921:19-22,60-3, 79,6.295-8y 36.246, 36.295-8).Su objeti-ve parecehabersido el intercambiede materiaspri-mas,estañode Occidente,chatarray tal vezcobredelMediterráneo,conla queseguramenteseprodujo tam-bién la llegadade nuevatecnología—brazaletesCipoVillena y hierrodel depósitode Baiñes—queprodu-jo distintosgradosde aceptacióny asimilación.

Éstafue másrápidaen el casode la orfebreríaCipoVillena (fig.2), queprontoda lugaraun mestizajeconla típica atlántica,como en el casodel brazaletedeCantonha(Braga,Portugal)(Cardozo1957),y másdi-ficultosaenel casodel hierre,quesóloconla conquistaromanaacabadeimponerseengranpartede la regiónNoroccidental(Ruiz-Gálvezl99l:29Oyss.).Ello jun-te a la ausenciade cerámicaspintadassimilaresa lasdel BronceFinal del Mediodíay Levantepeninsular,sugierenclarasfronterasculturalesy tecnológicasquedenuevoparecenapelara losconceptosdeintercam-bio y distanciasocial deBradley(1985).

Y explica también comoantesdecía,lapresenciadelasadoratlánticoen la tumbade Amathus.Karageorg-bis señalaba(1989: 16) queaunquelos asadoressonfrecuentesen tumbasde épocaChipnio-geemétricaymástardía,el halladoen Amathuscorrespondíaa unCipo desconocidohastala fechaen Chipre,por lo quedebíade Cratansede una importación.Almagro Gor-bea(1990:365),por el contrario,consideraque el asa-dor deAmathusdemuestrael origenoriental y no cen-troeuropeo e atlántico de estos objetos, cuyoselementosdecorativostendríanparalelosen el tesorode Enkemiy en los carrosrituales.

Kanageorghis(1989: 16) sitúalosmaterialesde di-chatumbaen un marceamplio, entreel Chiprio-geo-métrico1(1050-950a. C.) y el Chipnio-geométnicoII(950-850a. C.), razónponíacualcreoquedebenacep-tarseestasúltimasparala tumbay parala deposiciónen ella del asador.Puesconcuerdancon las queGó-mez(1991),basándeseen datosdendrocronelógicosdeyacimientossuizos,proponeparael horizonteatlán-tico de espadasen lenguade carpa(940-750a. C.), alasquemayoritariamenteseasocianlosasadoresy losrestanteselementosmetálicosquedemuestranunaco-mienteentreel Atlántico y el Mediterráneo.Y asi-mismo,casancon dosdatacionesradiocarbónicasde2930±100y 2920±110B.P.4obtenidasparalos mo-mentesinicialesde la ocupacióndel castreportuguésdeCotedaPena(Silva 1986),quefundela mismame-talurgiaVénatqueBaióesy PeñaNegra(Silva 1986:

‘Las fechascorrespondena los anátisisUGRA200 y 201 y equi-valdríana 980±100b. c. y 970±110b. c.Calibradassesituaríanres-pectivamenteentre1420±900B.C. y 1420±841)B.C. Nuevamentede-bo su calibraciónaR. Fábregas.

29 nota 128 y pág. 166 nota266).La primerade estasdatacionesse obtuvosobremuestrasde Vicia faba L.precedentesde un cenchereal exteriorde una casa.Dentro de éstase halló unahoz Tipo Rocanes, típicadel BronceFinalportuguésy queenMonteSaIddaseasociaa unametalurgia«Vénat»,similara la de PeñaNegray loscastresportugueses(Taramelli 1921 figs.19-22,25-42y 60-63;Ruiz-Gálvez1986 mapa2).

Probablementeen contra de Almagre Gorbea(1992), hayamosde entenderel asadorde Amathusdentro de estaruta comercialentreel Atlántico y elMediterráneo,en laquedebieronparticiparcomo in-termediariosnavegantesde distintosorígenesy pro-cedencias.Es muyposiblequeesteasadorhayallega-do desdeel Occidentevía Cerdeña,como regaloparaalguienque no es ajenoa su funcionalidad,peroqueaprecialo exóticode sufacturao morfología.Ello noquierenecesariamentedecirsinembargo,queloscon-textossocialesy significadossimbólicosde suutiliza-ción tengannecesariamentequeserlesmismosen elOccidenteeuropeoy enel Mediterráneo.El contextofunerariodel ejemplardeAmathusestáposiblementerelacionadoconla ideadel banquetefunerarioy la he-noizacióndel difunto. El de losatlánticos,con la ideadel festíncomo elementocompetitivoentremiembrosdel mismogrupodeedado sexo.

Lo interesantedel hallazgochipriotaes que Cal vezésteseala pruebade un comerciqdeestañoocciden-tal haciael Estedel Mediterráneo,con la intermedia-ción de peninsularesy sardos.

6. VULGARES TRAFICANTESY ELEGANTES ARISTOCRATAS

Hayunaúltimacuestión,con la quedeseefinalizareste trabaje.Y esla de enqué modeloeconómicode-heríamosencajarestosdatos.RecientementeSherratt(en prensa),considerabaquesi bienpara la Europadel Neolíticoy dela Edaddel Cobre,un modelosubs-Cantivistaresultabaadmisible,granpartede las Eda-desdel Broncey Hierro europeososcilaríanentrelosmodeloseconómicossubstantivistay formalista.Y ellomeparecerazonable,tal vezporquecomehija del vie-jo y sabioMediterráneo,estoyacostumbradaa la con-vivencia—en ocasionesarmoniosa—,de ambosmo-deloseconómicosen plenoumbral del s. xxí.

Trasplantadaa losFE. UU. en los momentosde sugrandespeguecomo potenciacapitalista,una institu-ción socioeconómicaCan arcaicay tradicionalcomolaCosa Nostra, basadaenlesvínculospersonales,no só-lo no desapareciósine que,desgraciadamente,flore-ció. En ella, el Padrino-l3igMan ejerceun poderab-soluto,por sucarismay capacidadde hacerfavoresasusparientes,realeso ficticios. Favoresque,natural-mente,creanunadeudaquenuncaacabade saldarsey quefomentanloslazosdedependenciapersonal.Sal-ve,claro, queun clan rival lo asesineoque un míem-bno del propio se deshagaa tiros de él y ocupesu lu-gar. Leyendoeste,une secreeríatransportadoconShalinsa Melanesia,perono:apenasunaspecascallesnosseparande Wall Street.

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EL OCCIDENTE DE LA PENíNSULA IBERICA A FINES DE LA EDAD DEL BRONCE 59

De la misma manera,aunquesin mafiosos,yo creopercibir la presenciade ambosmodelosconviviendoen la PenínsulaIbéricaa finalesde la Edad del Bron-cepero,comoseñalabaSherratt(en prensa),eseespí-ritu de empresaes consecuenciade una intervenciónexterior.

Ya en unaocasiónanterior(Ruiz-Gálvez1986),se-llalé cómo las tresregionesqueaparecíanmásclara-menteimplicadasen esetráfico comercialentreelAtlántico y elMediterráneo,el SO. francés,elCentro-Norte de Portugaly Cerdeña,teníanencomúnsupo-siciónestratégicaparaactuarde intermediarias,mu-cho másquesu riquezaen recursosmineros.Esésteelcasodel SO. francésquecarecedemineralesperoqueesunazonade contactoconel áreacentroeuropeadeC.U. (Coffyn 1985: 116). En cuantoaCerdeña,es suposiciónen las rutasde navegación,muchomásquesusrecursosmineros,lo quela haceinteresante,hechoque tambiénresaltanlosGale(1986).Por le queres-pectaa la regiónportuguesa,es cierto quees ricaenestañoy queéseesel recursoquecastrescomo CotodaPenao Baióesparecencontrolar.Sin embargo,losrecursosmásricosen estañoestánen Galicia, no aquí(Ruiz-Gálvez1991:fig. 5). En el casodeloscastrespor-tugueses,Cenemosevidenciasde fundicióny recicladodemetal,perosalvoel depósitode Baióes(Silvaet al.1986),no haygrandeso espectacularesacumulacionesde objetosmetálicoscomo las quecaracterizanotrasregionesatlánticas.Y aunqueal igual queen otrosám-bitos atlánticosno existenenterramientosformalesapartir del BroncePleno , en el Centro-Nortede Por-tugal y desdeel BronceFinal en su mitad Sur (Ruiz-Gálvez1991;Belény Escacena1991),tampocosepro-duceentodoPortugalun sólohallazgodearmasenlasaguas.Y engrietaso fisurasde rocas,sonmuyescasosy anterioresal horizontede las espadasen lenguadecarpa(Ruiz-Gálvez1982:192;idem. 1984:177 n.0 272y 212 n.0 345). El valersocial y emblemáticoqueenotrasregiones(Bradley1990),poseenlas armasy ob-jetesmetálicos,parececederel pasoaquí,a supropiovalordecambiocomomercancía(Renfrew1986;She-rratt enprensa).

El elcasodeCerdeña,los Cres mayoresdepósitosquecontienenobjetosde procedenciaoccidental,esto esMonte Sa Idda, MenteAnnibiu y Forraxi Nioi (Tara-melli 1921;Idem. 1926; Fiorelli 1882),parecenrespon-dena razonesprácticas:acumulacióndechatarrapararefundiciónenlugarde acaparamientoderiqueza.Entodosellos aparecenlingoteseútilesasociablesa fun-dición,refinadoy acabadodepiezasmetálicas.Así lin-gotesde cobre:Monte Sa ldda,Forraxi Nioi y MonteArnibiu; objetosen brutodecolada:MonteArribiu; sie-rrasy tases:Forraxi Nioi; produccioneslocalescomobarcosvotivos y figuras:Fornaxi Nioi y MonteSaIdda;asícomehierro:MonteSa ldday ForraxiNioi. Porello,parecenauténticosdepósitosdechatarrero,enlosquelos objetosreunidosse aprecianpor sumateriaprimay no porsuvalorsocialesimbólico(Ruiz-Gálvez1986:33). De nuevo,su contextodeutilizacióny deposiciónesmuysimilar al de loscastresportugueses.

Ponel contrario,el patrónvisible en el SO. francésesmenosrígidoy concuerdaconel descritoporBrad-

ley (1990):121-6y 144 y ss.)en el BronceFinal Occi-dental,dondelasarmasaparecenaisladamenteen losríos,o fragmentadas,formandopartecon otrosútiles,dedepósitosdecarácterpráctico.Aquí tambiénlosde-pósitosocupanun lugar periféricorespectoa los ha-llazgosen las aguas(Ver Coffyn 1985:Carte10) y ha-bría quevalonartal hechoen relacióncon la ausenciade metalen la regióny suposiciónfronterizaentreelmundoatlánticoy el de C.U.,comolo refleja elcarác-termixto deestosdepósitos(Bradley1990).Lasarmasatlánticasaparecenen las aguas,penoestasmismas,junto con armasy útilesC.U., se almacenanendepó-sitos utilitarios, tendenciaque aumentaconformeavanzamoshaciael interior de la región, lo quecoin-cidiríaconel carácterfronterizode estaúltimay el di-ferentetratamientodearmasy objetossegúncirculendentroo fuerade su ámbitosocial (Bradley1985 y1990:144y ss.).En Cal sentido,un modelesubtantivis-Ca pareceaquímásadecuado.

Si recapitulamosles datesanteriores,leshallazgosde Cerdeñay Portugalparecenajustarsepor el con-tranio,másconlas teoríasformalistasqueconlassubs-Cantivistas.Es la posibilidadde explotarsu inmejora-ble posiciónen las rutas de navegacióny suspropiasmateriasprimas,lo quepareceemergerdel análisisdelos datos:en una palabra,el espíritudeempresay labúsquedadela ganancia.

La explicaciónessinembargodistintaenotrospun-tosdela Península,comoGalicia,elSuroesteo la pro-pia PeñaNegra.

Así, el mayordepósitode broncesdel SO.y de todala PenínsulaIbérica, la Ríade Huelva,presentaunaseriede característicasmuy especialesquepermitencuestionarsucarácterutilitario, decargamentode cha-tarra.En primerlugarel que,salvoun pequeñocincelpropio paratrabajeespecializadocomo la orfebrería,las másde trescientaspiezasque constituyenel depó-sito sontodasarmasofensivaso defensivas,objetosdevestidoy adornoo arnesesde caballo,lo quedenetaun carácterselectivoy aristocráticodel conjunto.Ensegundolugar,el hechode que,aunqueno en el mis-mo lugar queel famosoconjunto,en otros puntesdela Ría se hanproducidodiversoshallazgosmetálicosnotables(Terrero1990),comoel deun cascogriegodeCipo corintio (Albelday Obermaier1931),quetienesumejor parangónen otrocascogriegoarcaico,arrojadoa las aguasdel río Guadalete(fig. 1). Ello parecese-ñalarun papelritual paraestoshallazgosfluvialesy nomeramentesu carácterde cargamentode chatarra(Ruiz-Gálvez1982).Otrascircunstanciashablaríanafavor deestahipótesis,Así, la notableescasezpor nodecirquecasi total ausenciade útiles metálicosen elBronceFinal del SO.peninsular,dondeabundanar-masy pesadosy macizostorquesdeoro, peroescase-anlos instrumentes(ver Ruiz-Gálvez1991: fig. 6). Enúltimo lugar, el carácterbastantehomogéneode lasaleacionesmetálicasdel «depósito»(Ruíz- Gálvez1987) % quepermitepensarquearmasy elementosde

La seriedeanálisisdela RíadeHuelvaserápublicadadentrodelproyectode la CICYT parael estudiodel BronceFinal enel Occí-denlePeninsular, del que soy directora.

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adorno—entreelloscascosy fffiulas de tipo sicilianoy chipriota—sehan fundido enunamismazona.

Esprecisoteneren cuentaquelasarmasde Huelvafuerenextraídascasualmentepor unadraga.El con-junto se ha interpretadogeneralmente,como carga-mentode chatarrade un barcohundido,por el gradodedeterioroquemostrabanensu mayoríalasarmasyporquese dice queel hallazgoseprodujoen un espa-cio relativamentereducido,entrelos7,50y 9,50 m deprofundidady mezcladoconrestosdemaderay de fan-go del río (GómezMoreno1923).No obstante,el tipodedraga«derosario»queale largodevariassemanasfue extrayendolas piezasmetálicas,remueveel lechodel río, pon lo quees imposibledeterminarcon segu-ridad el gradede concentraciónde las mismas,argu-mentosobreel que se ha basadosuinterpretaciónco-mo pecio’.

El Suroestedela PenínsulaIbéricahasido siemprecelebradoen la AntigUedad,por suabundanciaenmí-nenales.En efecto,un cinturónde piritas rico en hie-rro, cobre,plome, platay oro, lo atraviesadesdeelOestede la provinciade Sevilla, hastaPortugal.Sinembargo,la granexplotaciónde las riquezasminerasde la zona,la plataenespecial,no pareceseranteriora la presenciafenicia a partirdel s. VIII a, C. Duranteel BronceFinal,pequeñascomunidadesdeminerosco-mo la de Chinflón (Huelva),explotarenel mineraldecobreenunáreaescasamenteocupaday habitandolospobladosminerosduranteperiodestemporalesbreves(Ruiz Mata 1989:218-222y 232 y ss. Idem. 1990:68).

El florecimiento poblacional(Belény Escacena1992) queen Huelvacomoen el restedel SO.sepro-ducea partir del s. Ix a. C. o algo antes(Ruiz Mata1960:64 y ss.),pudieraestarrelacionadocon unade-mandaexterior y con la posicióncosterade estosya-cimientos,perotal vez no necesariamentecon surI-quezaenminerales,sinoenotrosrecursos,comelasal,abundantedesdeel Estuariodel Tajo al del Guadal-quivir, o susrebañosde bóvidos.

Con estosúltimos y con el control de lasrutasga-naderasy losrecursosimportantesemplazadosalolar-gode las mismas,comepuntosde agua,vadosde ríos,pasosde montaña,zonasde aprovechamientoeconó-mico complementarioetc.parecenestarrelacionadaslas estelasdel BronceFinal del SO. (fig. 7 n.04-13.(Ruiz-GálvezyGalán1991;AlmagroBaschl966).Enellas,elementosdeorigenatlánticocomolas armas,seasocianenocasionesa otrosdetipologíamediterráneacomo carros,espejoso instrumentosmusicales.Pero,mientrasdelesprimerosposeemosevidenciade supre-senciarealen la regióna travésdelos hallazgosenlosríos del SO.,no ocurreasícon lossegundos.EduardoGalán(comunicaciónpersonal),quiénactualmenteseafanapor desentrañarel significadodelas estelasdelSfl, opinaquelarepresentacióndeobjetosdetipolo-gía mediterráneapodríarespondera un fenómenosi-milar al quese produceen el anterupéstreescandina-ve, dondela representaciónde armascuyo origenomateriaprimaesexótica,estantomásfrecuentecuan-

Agradezcoa JuanPereiraquenie Ilaniaralaatenciónsobrelarela-ciónentreeltipo dedragay el gradodeconcentraciónde loshallazgos.

te más infrecuentees el hallazgodeauténticasarmas(Bradley1990: 133).

En un artículoen elquesugeríaquela Ríadebíaen-tendersecomo depósitovotivo y no como pecio,Schauer(1983: 185),proponíaque los objetosorien-talesrepresentadosen las estelasdel SO.,debíanen-Cendenseenel marcede relacionescomercialesdirec-tasentreel Egeoy la PenínsulaIbérica.Estashabríanproducidoun procesode «onientalización»,visible endichasestelasy al queno serianajenosla llegadadeCelasy otros productoscostososcomo peinesy espe-jos, atributos propiosdel hombrede Estadooriental(Ibidem: 194).

El problemade estainterpretaciónnuevamenteesquechocacon la ausenciade auténticosparalelospa-ralos objetosorientalesde las estelas,pueslos pocosqueconocemoscomo elcarrodela necrópolisdela Jo-ya (Huelva),(Garridoy Orta 1978: fig. 60), sonposte-rioresy pertenecenya a un ambientecolonial feniciodela Edaddel Hierre. Esmuyposiblepuesque,comoE. Galánpropone,llegaranmuy pocosauténticosca-rros,espejese instrumentosmusicales,si esqueacasollegaronrealmentey quesu representaciónen las es-telasdel SO.debaentendersedentro de un lenguajesimbólicoe ideológicopropio,másquecomo repro-duccióndeobjetosreales.

En lasportadasde lesedificiosespañolesdel góticotardío,comoen las deotros paiseseuropeos,comien-zana figurandesdefinesdel s. xv, representacionesatamañonaturalde hombresdesnudos,barbados,delangascabellerasy cuerpopeludo,portandoa vecescarjaj y flechas(fig. 7 n.0 1).

Es el impactoquela Erade los Descubrimientosyla llegadadeinformacióndelos viajerosy navegantes,producesobrela poblacióneuropea.Es evidentequeni el artista queesculpióesasfigurasen las portadas,ni la mayoríadel público quelas admirabaa diario,ha-bía visteen realidadtalessalvajes.Sin embargo,suimagense incorpera,porquerespondeiconográfica-mentea un mito ya existenteen la EuropaMedieval,el del buensalvajerecogidoen la «Historia de Ale-jandro».Poridénticasrazones—el impactodelesre-latosd¿viajerosy comerciantescomo MarcoPolo so-bre las riquezasy maravillasdeAsia—, tienelugar laapariciónde larazaamarilla,chinosy mongolesespe-cialmente,(fig. 7 n.” 2), en la iconografíaeuropeadefines de los s. xiv y xx’. Y la generalizaciónde la figu-ra de un tercerReymagonegroen el anteeuropeoapartirdel s. xv, estárelacionadaconlas navegacionesportuguesasa lospuertosde oro y esclavosdel Africanegra(fig. 7 n.0 2) (Azcárate1948;Baltrusaitis1981:172; Helms 1988:Capítulo 6; Reau1957: 240-42; Se-bastián1978: 151).Algo así pudo sucedercon las es-telasdel SO.Los elementosmediterráneospodríannoreproducirobjetosreales,sinorepresentarla incorpo-raciónal lenguajeindígenadel conceptoy atributosdelhombrede Estadooriental, (fig. 7 n.0 3-13) transmiti-desa travésdel comercioconel MediterráneoCentral.

Las estelasdel SO.se concentranespecialmenteendosregiones,Bajo Guadalquivir/Extremaduray ambosAlentejos(fig. 1),de vocaciónganaderay dondeel tí-pico paisajede dehesa existedesdeel 1V.0 Milenio a.C.

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(Stevensony Meere 1988).Estetipo derepresentacio-nestienesu precedentelocal, en estelasantropomor-fas e ídolos-guijarrocon armasdel BroncePleno, (Al-magro Basch 1966; Idem. 1972), especialmentefrecuentesenlasBeinas,Extremaduray Alentejo(fig. 1),zonasdedehesay también,dearraigadatradiciónme-galítica.Las estelasde guerrerodel BronceFinal delSO. parecenpuesrespondera una tradiciónindígena,propiade la zonaoccidentaldela PenínsulaIbérica.

Esen el senodelas poblacionesganaderasdel SO.,comedebemosseguramenteentenderelnuevoaugepo-blacienalqueparecepreducirsea partirdel BronceFi-nal (Belény Escacena1992;Ruiz-Gálvez1991),conec-tadocon la demandaexterna,tanto atlánticacomomediterránea,haciael OccidentedelaPenínsulaIbéri-ca. En estetráfico comercial,la zonadel Bajo Guadal-quivir pudo ofrecerfacilidadesdeatraquey unasllanu-rascosterasricasensal y ganado.Estasriquezashabríanrevalorizadola regióny provocadofenómenosdecom-peticiónsocial (Bradley1982y 1990),alosquerespon-deríanlos hallazgosdearmasenlas aguasy de muchosgrandesy pesadosCorquesocultosentierra (Ruiz-Gál-vez 1982y enprensa).El mejorejemplodeello lo cons-tituye la RíadeHuelvaqueseguramentecomoFlagFen(Petenborough,GranBretaña)(Pnyor1989;Idem.1990;idem. 1991;Pnyeret al. 1986;Bnadley1990),esun lugarritual7. Ello, juntoa la ausenciade enterramientosfor-malesy la presenciadearmasy joyas detipologíaocci-dental,permitiría incluir el SO.peninsulardentrodelakoiné ideológicay cultural de la Europaatlántica(Es-cacena1989;Ruiz-Gálvez1991 y enprensa).

Estaélite ganadera,hermanamenorde los orgullo-sos reyes-señoresde ganadode la épicahomérica,senosmuestracomoconsumidoraderiquezaen actospú-blicosde significaciónsocial.En esesentido,respon-deríaindudablementea un modelosubstantivista.Yen esteconsumopúblico y competitivodeobjetosdeprestigio,entraríanlos elementosmediterráneosre-presentadosen las estelasdel SO. Estos,juntocon te-las de lujo, debieronllegar en pequeñascantidadesala zonacosteradel SO. probablementeno directa-mentedel Egeocomo quiereSchauer(1983),sinoporla intermediaciónde navegantesdel MediterráneoCentral,posiblementesardosentreelles.Sullegadanopareceprovocarun procesode aculturaciónquesólose producirácon el desembarcofísico de mercaderesfenicios y comoquierenalgunos(GonzálezWagner1983;Escacena1989;venRuiz-Gálvez1991:291),conel asentamientode auténticoscolonosagrícolassirio-palestinosen tierrasdel SO. peninsular.Lo quepare-ce producirseesmásbien un fenómenode emulación,por el quetaleselementosmediterráneossonasumí-dose incorporadosa un lenguajeideológicoy de po-derpropios,asociándolosen las estelasa leselemen-tosemblemáticosdel guerreroy a recipientesdelujo.en el casode las cerámicaspintadasquecomo en Pe-ñaNegra,aparecenen los pobladosdel BronceFinaldel SO. (fig. 5 nY 1-10).

‘Estoy muy agradecidaa Richard Bradleypor seflalarmela im-portanciadeun lugarcomo Flag Feny por mostrármelo.Y a su ex-cavador,FrancisPryor,por explicarmeel lugar.

El modelode aristócratasganaderos,consumidoresdemercancíaslujosasproducidaspor artesanosdeorí-genesdiversos,casabienigualmentecon lo observadoen PeñaNegra.Sóloqueel modoenqueéstassecon-sumeny seexhiben,norespondealmismopatrónqueen el áreadel SO. Sencillamente,porqueleshabitan-tesde PeñaNegra,pertenecena un sistemasocioeco-nómicoe ideológicodiferentedelde aquélla.Siel con-trol delosintercambiosa largadistanciay la exhibicióny públicaamortizaciónderiquezajueganunpapelim-portanteen la adquisiciónde podeny de rangosocialen la Europaoccidentaldel BronceFinal (Rowlands1980;Bradley1982; Idem. 1990;Thomas1989),en elSE. de la PenínsulaIbéricahay clarosindicios depo-sicionessocialesheredadasy basadasen la posesióndelos mediosde produccióny no meramenteen sucon-trol, desdeépocaargárica(Ruiz-Gálvezen prensa).Porello, no hayaquíespectacularesacumulacionesderiquezacomoenlosdepósitosatlánticosy por ello, losobjetosexóticosse encuentranencontextosdomésti-cospenosobreCedo,enlosajuaresde la necrópolisdeincineraciónde Les Moneres,pertenecientea la po-blacióndel BronceFinal de PeñaNegra <GonzálezPnats1983 y 1990).

Y quedafinalmenteGalicia,rica enestañopenoquesigueuna trayectoriamuydiferentedela vecina regióndel Centro-Nortede Portugal.Aquí losdatosindicanla perduraciónde un patróndevida móvil, basadoenunaagriculturade rezay enla que la recolecciónjue-ga un importantepapel,hastael BronceFinal. Debi-do a la acidezdelos suelosgallegos,ignoramosel pe-so que la ganaderíapude tener dentro de estaeconomíaitinerante,peroles primerosdatosde hábi-tat permanenteno sonanterioresa la transiciónBron-ceFinal/EdaddelHierro (Ruiz-Gálvez1991).Aunquela ausenciadeenterramientosformalesesabsolutaenla regióna partir del BroncePleno, apenashay indi-ciesdefrecuentacióndecomerciantesatlánticoso me-diterráneospor suscostas.Sólo depósitosde hachasmuyplomadasya en losmomentosfinalesde la Edaddel Bronce,sonindicio de produccióny acumulaciónde metala cientaescala.

La regióngallegaparecehaberquedadomarginadafrenteal Centro-NortedePortugal,deloscircuitosdeintercambioatlánticosdel BronceFinal, posiblemen-te porqueéstaúltima estámejensituadaparaactuarcomointermediariaenlescircuitosdel estañoatlánti-co y del cobre,ganadoy sal del SO. y SE. de la Penín-sulay del MediterráneoCentral.Tal vezporello esensusríos,en especialen ciertostramosde algunosdeellos,comoel Ulla y el Miño, quedebieronposeerunvalor ritual comofronterasimbólicay Cal vez tambiénterritorial, dondese producenlos hallazgosde armas(Ruiz-Gálvez1982; Idem. 1991:291).Su consumodeobjetosde prestigio,metal en estecase,entrapuesdelleno en la ópticasubstantivista.

7. MUERTE Y TRANSFICURACION

A pesardelasdistintasactitudesqueparecenemer-gendelesparticipantesen estecircuito comercialen-

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tre el Atlántico y el Mediterráneo,un modelopurayduramenteformalistanomepareceaceptableantesdela Edaddel Hierrey dela presenciadeestablecimien-tos comercialesmediterráneosenla costadela Penín-sula Ibérica.

Aunquelosmarinesy fundidoresquenavegany tra-fican conchatarray manufacturasparecenhacerloa labúsquedadela ganancia,aprovechandosuposiciónes-tratégicaen Cerdeñao en el Centre-Nortede portu-gal, Sherratt(enprensa)tienerazóncuandodice queles conceptosde la escuelaformal de economíaco-mienzana complementarperosólodeformalimitada,lospropiosde la escuelasubstantivista.

Todavía,el ámbitode circulaciónde objetosy ma-tenasprimas,pareceestarrígidamentegobernadoporvalonessocialesmásque económicos.Así, a pesardela existenciade fíbulas mediterráneasencastrespor-tugueses,y a pesardela presenciadenavegantesatlán-ticosen PeñaNegra.Las Celasorientalesparecenha-ber tenido una escasacirculaciónallá. El carroy losvasosdel depósitode Baióesparecenigualmenteha-berllegadocomo chatarraenvezdeapreciadosponsusignificadosimbólicoo su valor social. En cuantoalhierrodel mismodepósito,la formadeenmanganlore-fleja conocimientode suutilidadprácticaperoa lavez,un intento,seguramentefallido, deincorporarloal sis-tematecnológicopropio.

A pesarde suscontactoscon el Mediterráneo,laspoblacionesdel Centre-NortedePortugalpertenecenesencialmenteal mundosocial e ideológicoatlántico.Suscódigos,conceptosy convencionessobrefestinesy rituales,funerariosy de otrostipos,sonigualesy seexpresande la mismamaneraqueenel restedel mun-do atlántico.

La introduccióndetodosellosesconsecuenciadelaintensificaciónagraria,quedesdela transicióndel Se-gundoal PrimerMilenio a. C.,seestáproduciendoenEuropaCentraly Occidental.Estaintensificaciónagra-ría, queprovocaunaampliaciónde las redessocialesy unamayordemandade materiasprimas,conectadenuevoa la PenínsulaIbérica con la Europaatlánticadespuésdeun largoparéntesis,Crasla transiciónCam-paniforme/Edaddel Bronce,en el queapenasse intu-yencontactosesporádicos.Con estarutacomercial,seintroducenno sóloobjetosy convencionessociales,si-no posiblementetambiénmejorasenlas técnicasagra-rias y nuevoscultigenoscomo ciertas leguminosas.Unos y otrassonresponsablesdel primerasentamien-te establey permanentedelaspoblacionesdel NO. dela PenínsulaIbéricasobrela tierra queocupan(Ruiz-Gálvez1991).

Estasformasde vida se mantendránprácticamenteinalteradasCras lamuertedel sistemadeintercambiosatlánticosy de la Edaddel Broncey sólo con la con-quistaromanase generalizaráauténticamenteel hie-rro entreestaspoblacionesy setrasformarásuecono-mía (Ruiz-Gálvez1991; Idem. enprensa).

Algo similar puededecirsede los ganaderosde lasdehesasdel SO. Entreellos, la llegada,seguramenteno masiva,desdeel Mediterráneo,de ricastelas,deobjetosdelujo y desímbolosdeestatusyjenarquíaso-cial, no pareceproducirun procesode aculturaciónu

oríentalización.Porel contrario,parecenhabersidoincorporadosy en cierto modomanipulados,dentrode un lenguajesimbólicopropio,posiblementepor-quesirvenparareforzar la imágendel príncipegue-rrero-señordeganadoy diferenciarasí mása la élitedel común.

Estossímbolos,sinembargo,seincorporany asociana convenciones,ritualesy prácticas,nuevamenteco-munesal OccidenteAtlántico y usancomosoporteunelemento,—las estelas—que tieneclarosprecedenteslocalescomo vimos(Ruiz-Gálvezy Galán1991).Aquítambieny a pesarde les claroscambiosqueseprodu-cenapartirde la Edaddel Hierro,con el asentamien-to de mercaderesfeniciosy la introduccióndenuevescultigenos,nuevatecnología,nuevasformasde arqui-tecturay nuevosritualesdeenterramiento,algunosau-tores(Escacena1989;Belén y Escacena,1992 b),opi-nan que la población autóctona, conservó suscaracterísticasy convencionesesencialmenteatlánticashastala llegadadelos Romanos.Paraestosautores(vertambiénGonzálezWagner1983),las transformacionesenla economía,formasdevida y ritualesfunerariosqueseapreciana partirdel s. vírí a. C., seríanconsecuen-ciade unaauténticacolonizaciónagrariasirio-palesti-nadela región,dela quelas poblacionesnativasseha-bríanmantenidoal margen(ver tambiénRuiz-Gálvez1991).Así, la esenciaoccidentale indoeuropeade lapoblaciónnativa(Escacena1989)no habríamuerto,sehabríatransfigurado.

PeñaNegra,porel contrario,continúaunaCónicayainiciadaen el BronceFinal. El asentamientocreceapartirdela Edaddel Hierro,adquiriendocaracteristi-casurbanasy en ella parecenasentarseincluso algu-nosartesanosorientales.Ello contrastacon la zonaatlánticaportuguesa,dondealgunosasentamientosco-mo Baiñesdesaparecena raízdel colapsode las redesde intercambioatlánticas,mientrasotros sobreviven,peroconservandohastala llegadade les romanosunaeconomíay unasformasde vidaenraizadasen la Edaddel Bronce (Silva 1986;Ruiz-Gálvez1991). La razóndel contrasteentreuna y otra regiónradicaen queenéstalos primerossíntomasde asentamientoestableyaugepoblacionalsonconsecuenciade unademandacomercialexterna.En el levantede laPenínsulaporelcontrario,sonfactoresdemográficosy unaorganiza-ción agrariamáseficientedesdelos iniciosde la Edaddel Bronce (Ruíz-Gálvez,en prensa),los queactúancomoatractivoparala frecuentacióncomercialdesdeel BronceTardío, de una regiónquecomo la del Vi-nalopó,carecede recursosmineralesapreciables.Yello explica,su transformaciónen ciudaden la Edaddel Hierro.

8. DESDE EL PRINCIPIO AL FIN

1-le defendidoenestetrabajelos siguientespuntes:1.0 La existenciade unasrelacionescomerciales

marítimasentreel Mediterráneoy la PenínsulaIbéri-ca,quese inician en lo queen cronologíadel SE. es-pañol sedenominaBronceTardíoe Postargárico(s.xííí-x a. C.) (Villena, ¿Rosado casal do Meio?).

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2.0 La intensificacióndeesoscontactosatlánti-co/mediterráneosapartirdel BronceFinal (s. x-vííí a.C.) y del aumentede lademandaatlánticahaciala Pe-nínsulaIbérica(Haiñes,Cotoda PenaNegra).

3•a El objetivo de esecomercioparecehabersidofundamentalmenteel metal: estañooccidental,chata-rna, y cobredel MediterráneoCentral;a elle y no a sufuncióncomo útil, parecenresponderlashachasdeapéndicesde PeñaNegra.Juntocon ello, pudieronapreciarseotrosrecursoscomola sal o el ganado,exis-tentesenel SE. y SO. dela PenínsulaIbérica.

4~O El protagonismoindígena,esdecir de nave-gantesdel occidentepeninsulary del Centrodel Me-diterráneo,Cerdeñaen especial,enestetráfico marí-timo.

Es posibleque tesoroscomo el de Villena reflejenun tempranointeréschipriota en explorar,tomandocomo baseCerdeña,el MediterráneoOccidental.Sinembargo,loscasosde Roqado Casaldo Meio, Baiñesy PeñaNegra,parecenhablarmása favor de comer-ciantes«indígenas», entendidoesetérmino enel sen-tido en quelo useenel punto4O Los Shenratt(1991:375) señalanun breveretrocesode lesvínculosentreChipre y Cerdeñahaciael s. xi a. C. ,probablementecoincidiendocon la llegadade inmigrantesgriegosaChipre.Estal vezcon estacircunstanciay con la posi-bilidad de aprovecharun comerciooportunista(She-

rratt y Sherratt1991:373),con la quedebamo~rela-cionaresoscambiosen el protagonismode estasna-vegacionesquecreopercibirdesdelos inicios del Bron-ce Final.

Lasnavegacionesdel BronceTardíoy FinalentreelOccidentede la Penínsulay el MediterráneoCentralfacilitaron conocimientossobrerutas,recorridosy re-cursosqueseguramenteposibilitaronla colonizaciónfenicia del s. VIII a. C.,perono la explican.El modelode relacionescomercialesdel BronceFinales total-mentediferenteal queseapreciadesdela EdaddelHierro. Porello, creoqueM.

5 EugeniaAubet (1987:180-190)tiene razónal cuestionanel carácterdepre-colonizaciónfenicia deestasrelacionesanterioresal s.VIII a. c.

Las innovacionesenconstrucciónnaval,cartografíay cosmografíaposibilitaron el DescubrimientodeAmérica, penosólo unaconjunciónde razonessocio-económicasexplicanporqué fueEspañay nootraspo-tenciasmarítimas,como Portugalo Génova(Chaunu1972: 112),quien lo llevó a cabo.De la misma mane-ra, el mejorconocimientodel MediterráneoOcciden-tal desdefinalesdel SegundoMilenio a. C. y la nave-gaciónastronómicaposibilitarenesacolonización,perolas causasy momentode la mismahay quebus-carlasen el senode la propiasociedadfenicia (Aubet1987:24y ss.)’.

POSTSCRIPTLIM.—En prensaesteartículo,escritoen 1991. aparecenlasactasdel 1.~’ CongresodeArqueologíaPeninsular,dondeAm-brustersostieneel uso de instrumentosrotativosen lafabricaciónde los brazaletesdeVillena,lo queno desentonacon la presenciade nave -

gantesorientalesenel SE.españolenépocaantiguaqueaquísemantiene.

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