Una visión general de inspiración y revelación

Desde el tiempo de los apóstoles hasta el presente, la verdadera Iglesia siempre ha creído que la Biblia está completa. Dios ha dado a Su revelación, y ahora la Escritura está completa. Dios ha hablado. Lo que El dio es completo, eficaz, suficiente, infalible, inerrante y autoritativo. Los intentos de agregar a la Biblia, y las afirmaciones de más revelación de Dios siempre han sido característicos de los herejes y sectarios, y no del verdadero pueblo de Dios.

La opinión de muchas personas sobre la profecía, el don de profecía y la revelación socava la singularidad y la autoridad de la Biblia debido a la falta de comprensión de la visión de Dios para dar a conocer sus secretos (Amos 3.7) en este tiempo. La línea entre aclarar la Escritura o ser inspirado por el Espíritu Santo en alguna revelación, y agregarle algo a ella es de hecho muy delgada. Pero la Escritura no se aclara por escuchar a alguien que piensa que tiene el don de profecía. La Escritura se aclara al ser estudiada cuidadosamente y con diligencia. No hay atajos para interpretar la palabra de Dios con precisión. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así (Hechos 17.11).

Los cristianos no deben jugar rápido y libremente con los temas de la inspiración y la revelación. Una comprensión exacta de las doctrinas es esencial para distinguir entre la voz de Dios y la voz humana. Los hombres que profesaban hablar por Dios, pero que hablaban sus propias opiniones debían ser ejecutados bajo la ley del Antiguo Testamento (Deuteronomio 13.1-5). Los creyentes del Nuevo Testamento son también instados a poner a prueba los espíritus y juzgar todas las supuestas profecías, evitando los falsos profetas y los herejes (1Juan 4.1, 1Corintios 14.29).

La inspiración de la Biblia puede ser definida, como la influencia sobrenatural del Espíritu Santo sobre los escritores bíblicos que hizo que sus escritos fuesen un registro exacto de la revelación de Dios y como resultado de lo cual lo que ellos escribieron es la “Palabra de Dios”. Mientras que la revelación tiene que ver con la comunicación de Dios con los seres humanos, la inspiración tiene que ver con la comunicación entre estos y sus semejantes. La inspiración se hace necesaria a fin de que el mensaje dado por Dios a través de la revelación sea trasmitido sin distorsión, es decir, de manera precisa y confiable.

Es importante tener en cuenta que la Biblia contiene toda la revelación que nos es necesaria para la salvación y para vivir una vida alineada a la cultura del reino. Por ello la Biblia tiene autoridad que fue aceptada universalmente por el mundo. Esta se deriva de su origen sobrenatural. 2Timoteo 3.16 dice: Toda la escritura es inspirada por Dios. Inspirada: theopneustos, exhalada o soplada de Dios. La unión de lo divino con lo humano en la Palabra escrita, representa la unión de lo divino y lo humano en Cristo. Los escritores tuvieron la firme convicción de que eran portavoces de Dios (Josué 1.1; Salmos 217; Isaías 1.11; Jeremías 1.4,7, 9).

No son las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados. La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo con pensamientos bajo la influencia del

Espíritu Santo. La mente y voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios. La iluminación es el ministerio del espíritu Santo por medio del cual el significado de las Escrituras es hecho claro al creyente. Es la obra del Espíritu alumbrando los ojos del corazón. Como resultado de esa obra el creyente conoce mejor a Dios y es confirmado en la esperanza a la cual fue llamado Efesios 1.17-19.

Mediante la iluminación del Espíritu Santo el creyente recibe discernimiento o capacidad de comprensión de la verdad y de la voluntad de Dios. La iluminación es un don, es la iluminación que alumbra al creyente a aceptar el evangelio. Y esta a disposición de todos los fieles.

La revelación tiene que ver con el contenido dado por Dios. Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas (Amos 3.7). La inspiración tiene que ver con el método para registrar y transmitir lo revelado, y la iluminación tiene que ver con la comprensión del significado de lo registrado, es decir, con la clarificación de la revelación escrita. Todos somos iluminados, pero inspirados solo lo fueron los hombres y mujeres de Dios que transmitieron sus mensajes.

La palabra “revelar”, significa: mostrar, manifestar, aclarar, dar a conocer algo que estaba oculto, aquello que no se podía ver, no era de nuestro conocimiento, nunca lo hubiéramos imaginado. Cuando el Señor habla al oído de sus profetas y REVELA SUS PALABRAS, es con un solo objetivo: Que se cumpla su voluntad y su propósito eterno se lleve a cabo. Cuando Dios manifiesta sus secretos y verdades, es para el cumplimiento de sus objetivos, ya que como instrumentos de su voluntad tenemos el deber de discernir en lo revelado por Dios, lo que debemos hacer.

Entendemos la revelación, inspiración, interpretación, aplicación, como componentes proféticos y se hace necesario cumplir con todas sus partes a fin de completar un proceso de comprensión y ver los frutos de la revelación de Dios para un asunto en especial. La revelación saca a luz las cosas que están ocultas, guía a lo por venir y a toda verdad, de manera que las tinieblas no prevalecen más. Nos actualiza en la voluntad y proyectos de Dios. Su palabra se hace un rhema a nuestro corazón. La inspiración

La revelación nos motiva a avanzar y trae las estrategias para hacerlo, nos lleva a una mayor búsqueda del Señor, porque requerimos ampliar la información inicial que hemos recibido, a fin de tener el panorama completo de lo que él quiere que hagamos. Enseguida viene la inspiración como la habilidad para proyectar adecuadamente lo que Dios desea que hablemos y hagamos. La interpretación es la habilidad de discernir adecuadamente la información recibida para que sea aplicada adecuadamente. La oración del apóstol Pablo por la iglesia del Señor naciente en Éfeso, nos manifiesta claramente la necesidad de crecer en revelación, sabiduría y entendimiento a fin de conocerle a él cada día más y manifestar su reino eterno.

Efesios 1.15-20

15. Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos,

16. no ceso de dar gracias por vosotros haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

17. para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de Gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él

18. alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

19. y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.

20. la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales.

La revelación trae luz a nuestro entendimiento, su palabra se hace viva y trae fuego a nuestro espíritu. Nos saca de toda duda y temor, nos lleva por caminos seguros. Cuando analizamos lo que el Espíritu nos da a conocer, entonces descubrimos paso a paso lo que tenemos que hacer y hacia dónde debemos avanzar, nos queda claro cuál es la voluntad de Dios.

Toda revelación nos dirige hacia una interpretación. Interpretar nos lleva a escudriñar más ampliamente su voluntad y ser más diligentes en la obediencia. Estos componentes proféticos son inmensa

Hablando de revelación

Dios revela al oído de los profetas sus secretos, a fin de que el corazón del hombre se alinee a los propósitos eternos de una manera total. Por supuesto que no estamos tratando de tratar de añadir a la Biblia, sino entender asuntos de los planes y diseños de Dios para sus hijos.

1Samuel 9.15-17

15. Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel diciendo:

16. Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí.

17. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste gobernará a mi pueblo.

¿Qué contenía esta revelación que Dios entregó al profeta Samuel?

1. Información que él desconocía completamente antes de ese momento.

2. Día y hora del encuentro con el futuro rey de Israel designado por Dios.

3. Tribu a la que pertenecía el elegido para gobernar al pueblo del Señor.

4. Lo que debía hacer con él, ungirle como “príncipe” y sacarlo del anonimato.

5. Lo que haría este rey, salvaría a Israel de la opresión del pueblo filisteo.

6. Que él había escuchado el “clamor” de su pueblo y había decidido ayudarles.

7. Que su pueblo no sería más sojuzgado por el enemigo, él ya estaba presto.

Esta revelación recibida por el profeta Samuel, contenía buenas noticias. Le llevó a dar varios pasos de fe y obediencia al Señor. Primeramente escuchó con atención lo que Dios le revelaba al oído, en segundo lugar estuvo atento sobre el asunto y ubicó al personaje anunciado en la revelación recibida. En tercer lugar, consideró una estrategia a fin de cumplir con el mandato de Dios y ungir al futuro rey de Israel.

El profeta Samuel fue discreto, el asunto era muy delicado y no podía involucrar absolutamente a nadie para participar lo que Dios le estaba revelando. 18Acercándose, pues, Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente. 19Y Samuel respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón (1Samuel 9.18-19).

Recibir la revelación de Dios y llevarla por el proceso hasta culminar en la ejecución o aplicación de la misma, conlleva prudencia, paciencia, sensibilidad, orden, perseverancia y sobre todo discreción. No podemos comunicar en un momento a todo mundo lo que Dios nos ha revelado, sobre todo si esa revelación implica un asunto delicado o de alta relevancia o cambios. Es aquí donde entra la inspiración, la habilidad para comunicar lo que hemos recibido en el secreto con Dios.

Es importante trabajar en todo el discernimiento o interpretación de la voluntad revelada de Dios y buscar en oración las mejores estrategias que son inspiradas para comunicarlas de la manera mas apropiada y traer la aplicación de lo que Dios esta dando a conocer. Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? (1Samuel 10.1). En este momento viene la culminación del proceso de la revelación recibida y así se cumple con la voluntad expresada del Señor a oídos de su profeta.

Podemos ver que el profeta Samuel, con mucha sabiduría preparó el corazón de Saúl para el momento de su ungimiento. Para Saúl este momento marcó su destino profético, le cambió completamente la vida, nunca hubiera imaginado que fuera el elegido de Dios para ser rey de Israel y aunque se consideraba alguien pequeño, insignificante, no digno, fue posicionada en la silla de autoridad de acuerdo a su destino en esta tierra.

La revelación vino de lo alto al profeta de Dios y este asunto quedo al descubierto, Israel ya tenía rey, en adelante Samuel continuaría ayudando a Saúl a establecer el reino bajo la revelación y estrategias de Dios. Samuel tuvo la inspiración del Espíritu Santo para hacer todo tomado de la mano de Dios y cumplir con la comisión profética.

Para recibir la revelación de lo alto se requiere ser sensibles, estar conectados con el Espíritu Santo, una comunión íntima es indispensable, no sabemos en qué momento él quiere mostrar, revelar, sacar a luz un asunto. ¡Se requiere mantenerse en la línea con Dios, conectarnos y no desconectarnos!

La revelación es progresiva

Frecuentemente nos encontraremos que la revelación es progresiva. Dios no entrega el cien por ciento de la información en una porción, sino que espera que se digiera lo que estamos recibiendo para dar una segunda parte, o muchas más de acuerdo a las circunstancias. De hecho, pueden pasar años para que se tenga todo completo. Es como un rompecabezas que se debe ir armando con cada nueva revelación de parte de Dios. No estará completo hasta que se obtenga la última pieza del mismo, entonces tenemos un panorama más completo de lo que el Señor está revelando y lo que tenemos que hacer.

Dios le reveló a Martín Lutero que “el justo por la fe vivirá” cuando era un joven veinte añero, pero tardo como siete años en poner en práctica esta revelación. ¿Por qué duró tanto tiempo digiriendo esta revelación? ¡Seguramente Martín no tenía todo el rompecabezas completo!

En muchas ocasiones el equipo profético que trabajaba en las campañas de Jesús es tu Respuesta, recibía información para el accionar profético a través de señales o revelaciones; había que ir registrando cada una de ellas, analizarlas, juzgarlas, discernirlas, interpretarlas y finalmente aplicarlas. En algunas ocasiones la información recibida no estaba completa, faltaba una o más piezas claves, así que teníamos que continuar en la búsqueda del secreto de Dios para tener toda la información que requeríamos.

Había que esperar horas o días en oración, ayuno, a fin de recibir la revelación que faltaba para completar el cuadro y avanzar a la aplicación de la estrategia recibida de parte de Dios para el cumplimiento profético y el éxito de la campaña. Recibir la revelación o revelaciones de Dios era crucial, sin ellas, no se lograría ejecutar las acciones proféticas conforme a la estrategia correcta para limpiar los aires y que el evento fuera todo un éxito.

El equipo profético sabía que cualquiera de los integrantes podía ser el vaso que recibiera esas revelaciones que se requerían para tener la información completa del área donde se estaba ejerciendo una autoridad espiritual. Durante el día se intentaba mantener una excelente comunión con el Espíritu Santo y ser sensibles para recibir los secretos de Dios.

Por otro lado, la revelación a veces se retarda de llegar por la actividad satánica. ¡Recuerda el caso Daniel! El enemigo también tiene un papel importante para que las revelaciones de Dios lleguen a nuestro corazón.

Daniel 10.10-13

1. Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.

2. Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.

3. Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.

4. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.

En este caso, Daniel el profeta tuvo que ayunar por 21 días haciendo guerra espiritual para que la revelación llegara hasta su destino. Daniel tuvo que pelear toda una batalla para recibir la información que estaba solicitando del cielo. Desde luego que esto no es nada sencillo, sino que Dios mismo nos motiva a quebrantar el poder del diablo para que los cielos sean abiertos y el cielo se conecte con la tierra.

Estamos hablando acerca de los niveles de revelación profética, desde las impresiones hasta ir al cielo como hicieron Pablo y Juan en el Nuevo Testamento. Generalmente, tiene sentido que cuánto más dramática sea la revelación o más alto sea su nivel, más importante será la misma. Otros parecen creer que cuánto más elevado sea el nivel de revelación, más grande será el ministerio del profeta, pero tal vez no sea así. Nosotros hemos aprendido que el nivel de revelación tiene más relación con la tarea que con la importancia de la revelación misma o el nivel de autoridad del profeta. Por eso, cuando pasamos por épocas en las que no recibimos mucha revelación, especialmente lo que llamamos “revelación de alto nivel”, debemos aprender a contentarnos y aprovechar para adentrarnos más profundamente en la sana verdad bíblica, escudriñando las Escrituras.1

Como muestran claramente las profecías que se refieren al último siglo, las dificultades se incrementarán, y por eso vemos que en Joel 2 y Hechos 2 que en los últimos días aumentará asimismo el nivel de revelación profética, ya que durante estas dificultades necesitamos una guía más clara. Al llegar este aumento de revelación, debemos tener en cuenta una verdad básica de la revelación profética: ésta nunca se da para impartir ni establecer doctrina. Para eso fue escrita la Biblia, y solamente ella tiene este propósito. La raíz de muchas herejías y enseñanzas falsas viene de haber sido recibidas a través de revelaciones proféticas, o más bien, falsas revelaciones proféticas.

La revelación profética es para mostrar la voluntad estratégica o táctica del Señor, pero no para impartir doctrina. La palabra escrita, la Santa Biblia, nuestra doctrina, está terminada, y no vendrán revelaciones de Dios para añadirle ni quitarle nada. Todo el que suponga hacer esto se puede automáticamente considerar falsa profecía, y debemos rechazarlo venga como venga. No cabe duda alguna sobre esto.

Veamos a lo que llamamos niveles más bajos de revelación, empezando por las impresiones. El don de discernimiento opera de manera distinta según la persona. Por ejemplo, Oral Roberts sentía lo que la otra persona estaba padeciendo físicamente cuando le imponía manos sobre la cabeza. Otros pueden simplemente enfocarse en alguien y empezar a sentir cosas. Estos sentimientos o impresiones son revelación. Algunos de los mayores milagros de los tiempos modernos se produjeron así, lo cual nos muestra que incluso el nivel más bajo de revelación puede ser muy importante.

1 Rick Joyner, MorningStar Ministries

Un ejemplo de cómo funcionan las impresiones es cuando el profeta por ejemplo se enfoca en una persona y tal vez sienta que le duele la rodilla, lo cual le indica que la persona tiene un problema de rodilla. Muchas veces así funciona el discernimiento en los ministerios de sanidad. La sanidad física es la forma más sencilla de sanidad, y para operar en el campo de la sanidad emocional o espiritual muchas veces está en funcionamiento “la palabra de ciencia o conocimiento” junto con el discernimiento. Este es el conocimiento de algo que no podíamos saber por medios naturales, tal vez miremos a alguien y empecemos a recordar algo que no hemos vivido nosotros, pero la persona en cuestión sí lo ha hecho. Si mantenemos el enfoque, el Señor nos puede dar una verdad acerca de la situación que puede liberar a la persona de las consecuencias de ese evento.

Estos son solamente un par de modos en que funcionan los dones proféticos en relación a la sanidad, pero se pueden usar además en prácticamente todos los demás ámbitos de la vida. Yo aprendí que me podía enfocar en una iglesia y empezar a percibir cosas tal y como si lo hiciera con un individuo. Entonces aprendí a hacerlo con ciudades, después naciones y negocios con prácticamente cualquier tema de interés o de actividad humana.

Un profeta maduro puede enfocar su don en algo o alguien comenzando a ver en él sobrenaturalmente, pero debemos querer ver solamente aquello que sea útil para la obra del Señor. Los dones del Espíritu no son juguetes para entretenernos, sino herramientas para llevar a cabo la obra del Señor. Esta integridad profética básica, de hacerlo todo en obediencia a Él, abre la puerta a que el Señor nos otorgue más autoridad y revelación.

El modo en que yo sé en qué quiere el Señor que me fije puede venir por medio de dirección profética o por otros dos métodos: 1) Por medio de un amor que aumenta en mi corazón hacia algo, sabiendo que este no es un amor natural que yo tenga, ó 2) Por medio de lo que el Antiguo Testamento denominaba “la carga de la palabra de Jehová” (Zacarías 9.1; 12.1). Es importante que entendamos esto si hemos de mantenernos por el buen camino con nuestros dones.

El río profético esta creciendo el nivel de revelación

Muchos cristianos creen que no podemos comprender los tiempos porque Jesús dijo que nadie sabe la hora cuando Él regresará (Mateo 24.36). Aún cuando esto fuera cierto, podemos conocer los tiempos y, de hecho, debemos hacerlo. El nivel de revelación esta creciendo en la medida que el río profético esta creciendo. Se que muchos no sienten que no es necesaria la revelación porque tenemos la Biblia completa. Estamos hablando de la necesidad de conocer aquellos asuntos de interés personas, o para un negocio, ciudad o nación, donde Dios esta obrando en el tiempo actual.

En la medida que se acerca la venida de nuestro Salvador, Dios esta alienado el corazón de sus hijos para que cumplan su destino profético. Esto incluye congregaciones, ciudades o naciones, donde cada uno debe cumplir con un propósito divino. Es aquí donde la revelación profética se hace mucho mas necesaria. Como hemos visto, la revelación esta ligada a la inspiración como habilidad para escuchar al Espíritu Santo y saber transmitir la revelación de una manera completa y segura. Esto trae la necesidad de la conjugación de los

elementos o componentes proféticos: Revelación, inspiración, interpretación, aplicación.

Ningún profeta debería estar en oscuridad acerca de los tiempos. Debemos tener un compromiso fundamental por conocerlos porque el Señor reprendió severamente a los que podían discernir las señales del clima mejor que las señales de los tiempos (Mateo 16.3). Hoy nuestras noticias están llenas de ejemplos de profecías bíblicas que se cumplieron. Grandes maestros se levantaron en el Cuerpo de Cristo como modernos Apolos en el libro de los Hechos que ayudaron a explicar estas profecías y cómo se cumplieron, fortaleciendo grandemente a los cristianos y ayudándolos a prepararse para los tiempos.

Esto nos debe animar a conquistar nuestro destino y cumplir el propósito divino que Dios puso en nuestras manos. Necesitas la revelación para conocer la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas.

La inspiración y la revelación se complementan mutuamente; están entretejidas. Ambas fueron y son necesarias para el mantenimiento y crecimiento de la Iglesia. La revelación y la inspiración se produjeron cuando los hombres fueron capacitados para ver y escribir los potentes actos y las proféticas palabras de Dios. De modo que el ver y el anotar constituyeron dones milagrosos del Espíritu de Dios en hombres y mentes ardorosos e iluminados. Esto no ha cambiado en absoluto, Dios es el mismo y actúa de igual manera tanto en lo personal como de una forma corporativa, para una persona o para una nación.

Como vemos en Hechos 2.17-18, una cita de Joel 2, una de las grandes señales de los últimos días es el derramamiento del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu es derramado en estos últimos días, el resultado es un incremento en la revelación profética en sueños, visiones y profecías: Sucederá que en los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán. Esto comenzó en el Avivamiento de la calle Azusa hace más de cien años y coincidió con el comienzo del movimiento Sionista para que los judíos volvieran a su tierra en Palestina. En 1948, otra ola del Espíritu comenzó a barrer el mundo y coincidió con el restablecimiento del pueblo judío en Israel. En 1967, otro gran mover del Espíritu barrió el mundo y coincidió con la recuperación de Jerusalén por los judíos, su antigua capital.

Existe una relación estrecha entre lo que ocurre con el Israel físico y el “Israel espiritual”, la Iglesia. Israel es la higuera que el Señor le enseñó a su pueblo que observara para comprender los tiempos. Es como un barómetro de lo que está ocurriendo en las naciones. Todo el mundo es como Israel en muchas maneras, con problemas internos y externos.

Una de las grandes señales de los últimos días es el derramar del Espíritu Santo en una forma sin precedentes, esto resultará en una revelación profética mayor que viene sobre todos los que lo reciban. Esta no es sólo una señal y semejante revelación profética no sólo se entrega para hacer nuestros servicios más interesantes. Necesitamos una mayor claridad y enfoque para una guía profética para estos tiempos. Esta revelación traerá un mayor entendimiento en las

Escrituras, una mayor responsabilidad en la comisión profética, frutos de alta calidad, mayor alineamiento al corazón de Dios.

Hacia finales de 1980 surgieron algunos de los profetas más notables y los dones proféticos espectaculares atrajeron la atención de muchos en el Cuerpo de Cristo por todo el mundo. Por supuesto que muchos no les creyeron y otros se opusieron por varias razones, pero gran parte de la Iglesia se asombró con estos dones notables. Sin embargo, la persecución hacia lo profético fue una de las más severas. Algunos de estos ministerios proféticos lo hicieron bien y otros no tanto, pero sólo Cristo fue perfecto. Por encima de todo, esto resultó en un gran avance para el Cuerpo de Cristo. Aún así, desde ese tiempo parece que hubo un adormecimiento en el poder y la unción profética en general.

Sin embargo, un rayo golpeó a muchos de los que tienen dones proféticos y se volvieron a despertar. Otra ola del Espíritu se está soltando, especialmente en los ministerios con oficio profético. Debido a que estos dones vienen del Señor para comunicarse estratégicamente con el Cuerpo, resultará en un mover junto con los demás ministerios.