Desde Wanda Barcelona, empresa encargada de la decoración del hotel Gat Rooms

Lisboa, queremos manifestar que la imagen felina colocada en el nicho de la fachada

no tiene la intención de ofender ninguna creencia religiosa, ni pretende lucrarse

ilegítimamente a partir de ninguna tradición iconográfica. Pensamos que las imágenes

asociadas a un legado en particular pueden adaptarse a otros contextos, sin que eso

constituya una tergiversación o deformación malintencionada de su sentido original.

En este caso, la adaptación de la iconografía religiosa del catolicismo pasó por uno

de los recursos más utilizados en el Arte y la Literatura de todos los tiempos: la

personalización; es decir, el darle atributos humanos –o, en este caso, sobrehumanos–

a un animal. La intención suele ser la de resaltar un rasgo en particular del personaje

en cuestión: la astucia del zorro, la lealtad canina, la sabiduría del búho… O, por qué

no, el refinamiento y delicadeza de las maneras de un gato.

La iconografía religiosa no es algo cerrado, estático e inalterable; tampoco es

propiedad exclusiva de nadie, por pertenecer a la herencia cultural de la humanidad propiedad exclusiva de nadie, por pertenecer a la herencia cultural de la humanidad

entera. Y puede verse revitalizada por apropiaciones contemporáneas que, lejos de

amenazarla, la enriquecen, abren sus posiblidades y le dan un nuevo aliento.

Los miembros del equipo de Wanda Barcelona queremos ofrecer disculpas a todas

aquellas personas que hayan sentido vulnerada su sensibilidad como creyentes y

practicantes de la fe católica. Asimismo, esperamos que, con el tiempo, todos

aprendan apreciar el valor de esta estatuilla que, desde su pequeño nicho en la

fachada del hotel, hace un aporte anecdótico y decorativo a la vida del barrio. fachada del hotel, hace un aporte anecdótico y decorativo a la vida del barrio.

Barcelona, diciembre 2009