Conacyt y el posgrado politicas de evaluación y calidad

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CONACYT Y EL POSGRADO: POLÍTICAS DE EVALUACIÓN Y CALIDAD Clara Martha Adalid y Diez de Urdanivia Profesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura, DCSH, UAM-X L a crisis económica de 1982, la cual se pro- longó por buena parte del sexenio de la ad- ministración de Miguel de la Madrid, des- embocó en una importante reducción del presu- puesto federal que también afectó a la educación superior. A estas presiones internas se suma el interés de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, la UNESCO, y la OCDE para im- pulsar un nuevo modelo de educación, en línea con las exigencias de eficiencia y competitividad provenientes de la llamada globalización econó- mica' que redundaron en diversas críticas a la educación superior y reforzaron la necesidad de emprender acciones de planeación y evaluación integral. Si bien es cierto que la evaluación es una ex- periencia casi generalizada en escala mundial, en nuestro país prácticamente no se realizó sino hasta la década de los ochenta. Actualmente, los procesos de evaluación son más sistemáticos, en particular en el nivel de posgrado. Introducción La evolución reciente del sistema de educación superior ha pasado por tres fases: la primera que se refiere al crecimiento cuantitativo, correspon- de a un periodo de crecimiento acelerado de la matrícula de la educación superior, y al inicio del peor deterioro del financiamiento a las ins- tituciones de educación superior, regulado sin muchas exigencias y sujeto al crecimiento de la inscripción. En una segunda fase, que se inicia ya entra- dos los ochenta, se coloca en primer plano la calidad. Se establece un sistema de planeación como un medio para resolver los problemas que enfrentaba el sistema público de educación su- o Si J3 'y b Ë -3 Z .2 t X £ 87 L. __

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CONACYT Y EL POSGRADO: POLÍTICAS

DE EVALUACIÓN Y CALIDAD

Clara Martha Adalid y Diez de UrdaniviaProfesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura, DCSH, UAM-X

La crisis económica de 1982, la cual se pro-longó por buena parte del sexenio de la ad-ministración de Miguel de la Madrid, des-

embocó en una importante reducción del presu-puesto federal que también afectó a la educaciónsuperior. A estas presiones internas se suma elinterés de organizaciones internacionales comoel Banco Mundial, la UNESCO, y la OCDE para im-pulsar un nuevo modelo de educación, en líneacon las exigencias de eficiencia y competitividadprovenientes de la llamada globalización econó-mica' que redundaron en diversas críticas a laeducación superior y reforzaron la necesidad deemprender acciones de planeación y evaluaciónintegral.

Si bien es cierto que la evaluación es una ex-periencia casi generalizada en escala mundial,en nuestro país prácticamente no se realizó sinohasta la década de los ochenta. Actualmente, los

procesos de evaluación son más sistemáticos, enparticular en el nivel de posgrado.

Introducción

La evolución reciente del sistema de educaciónsuperior ha pasado por tres fases: la primera quese refiere al crecimiento cuantitativo, correspon-de a un periodo de crecimiento acelerado de lamatrícula de la educación superior, y al iniciodel peor deterioro del financiamiento a las ins-tituciones de educación superior, regulado sinmuchas exigencias y sujeto al crecimiento de lainscripción.

En una segunda fase, que se inicia ya entra-dos los ochenta, se coloca en primer plano lacalidad. Se establece un sistema de planeacióncomo un medio para resolver los problemas queenfrentaba el sistema público de educación su-

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perior, y se inicia la primera etapa del procesode evaluación.

En la última, se consideran completamen-te establecidos los sistemas de evaluación y lacompetencia por los recursos está en relacióndirecta con los resultados que cada institucióndemuestre. Así, al señalar el rumbo que deberíatomar la educación superior, durante la adminis-tración del presidente Ernesto Zedillo, se mani-festó que: "Los retos del siglo xxi son: respondercon calidad (cobertura, pertinencia y equidad) alas demandas de la sociedad del conocimiento...y asegurar que ningún aspirante deje de estudiarpor falta de recursos".

Para entender el proceso que dio como resul-tado la formación de un posgrado cuyos objeti-vos eran, entre otros, el fortalecimiento de unaplanta académica y científica lo suficientementepreparada para enfrentar los retos de la globa-lización, es necesario estudiar algunas de lastendencias importantes del sistema de educa-ción superior, que responden, entre otras, a lasrecomendaciones que algunos organismos inter-nacionales, como el Consejo Internacional parael Desarrollo de la Educación (CIDE) y la Organi-zación para la Cooperación y el Desarrollo Eco-nómicos (OCDE), hicieron al gobierno mexicanopara fortalecer las políticas de cambio en el niveleducativo superior.

1

Crecimiento de la matrícula de posgrado, 'en especial la de doctorado

Durante los últimos 25 años, la matrícula delposgrado se ha incrementado en forma impor-tante. Esta tendencia es evidente tanto entre losalumnos y profesores, como en los programasque conforman esta organización, aunque cabedestacar que este crecimiento es notorio en par-ticular en la población del doctorado.

La matrícula de posgrado tuvo un fuerte creci-miento que se inicia a partir de los años ochenta,al pasar de 43 965 alumnos en 1990,- a 1 74 282en el ciclo 2007-2008, lo que equivale a un au-mento de 296% (véase la tabla I). Si los estudiosprevios permiten un acercamiento más general

a los temas de una especialidad, el doctorado seorienta hacia la obtención de un conocimientoque permite comprender y explicar temas u ofre-cer respuestas a problemas específicos dentro deuna ciencia.

Los programas de doctorado tienen el propó-sito de formar individuos del más alto nivel queparticipen en la investigación básica y aplicaday en el desarrollo tecnológico. Los retos son mu-chos y cada vez mayores: la tarea, a largo plazo.Sin embargo, debemos estar conscientes de cuannecesario resulta fortalecer la formación doctoralen el país, para contar con los recursos humanoscapaces de generar los nuevos conocimientosque incentiven la productividad y el bienestar dela población, para ello el sector educativo debecontar con un mayor número de profesores, al-tamente capacitados en la docencia y la investi-gación.

La evolución del doctoradopor área de conocimiento

En los últimos años se ha logrado que el posgra-do, en general, pero en particular el doctorado,haya progresado de manera importante. En losaños noventa se observa un crecimiento gene-ral del doctorado en el país, aunque en númerosabsolutos este avance es todavía muy moderado,pues de 1 344 alumnos en 1990'(3% del total de

Figura 1Porcentaje de egresados de programas de posgrado

por nivel de estudios 2007

! DoctoradoI EspecialidadMaestría

Fuente: Indicadores de Actividades Científicas yTecnológicas, Conacyt, 2007.

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la matrícula en posgrado) pasó a 11 822 en 2004(8.3% del total) y para 2008-' la matrícula ascen-dió a 12 647 (14,31% del total de la poblaciónde posgrado). Este crecimiento es todavía muymodesto si comparamos los datos de egresadosdel doctorado, la maestría y la especialidad,como se muestra en la figura 1,

Los recursos que disminuyen

La crisis económica que afectó al país en losaños ochenta tuvo, entre otras consecuencias,la reducción de dichos recursos. Hasta enton-ces el gasto en educación había sido creciente,y el subsidio a las universidades se otorgaba deacuerdo con el número de estudiantes inscritosreportados por cada institución. Sin embargo,a partir de 1985, en medio de una prolongadacrisis económica, el gasto con respecto al PIB semantuvo por debajo de los tres puntos porcen-tuales hasta 1989, en que alcanzó 3,6%, el va-lor más alto conseguido en las décadas de lossetenta y ochenta. La pauta de asignar recursosconforme a la matrícula se puso en duda y seadoptó el criterio de tomar como base la planta

de profesores de cada institución, y el númerode programas académicos, bibliotecas, laborato-rios, hospitales, etc. (Kent y de Vries, 1996).

Del periodo de la administración de la abun-dancia del presidente López Portillo pasamos aenfrentar una fuerte crisis económica. El gobier-no federal restringió los presupuestos y esto setradujo en una disminución de la matrícula y delsalario académico, contexto en el que las rela-ciones entre el Estado y las instituciones públicasde educación superior comenzaron a cambiar,principalmente en cuanto a la relación entre pla-neación, evaluación y financiamiento público(Acosta, 2000),

Concentración por áreas de conocimiento

Existen fuertes desequilibrios en la composi-ción de la matrícula, pero más significativo esque no se ha logrado reorientar a la poblaciónestudiantil hacia las áreas de conocimiento deciencias exactas y técnicas; pese a que ha sidoun objetivo central en las políticas de educa-ción del país, y hasta la fecha sus resultados soninsuficientes.

Tabla 1

Matrícula de educación superior por niveles y áreas de conocimiento, 1990 y 2007

Arca de conocimiento

Ciencias agropecuarias

Ciencias de la salud

%

Ciencias naturales y exactas

%

Ciencias sociales y administrativas

%

Educación y humanidades

"/«

Ingeniería y tecnología

%

Total

Licenciatura (universitaria y tecnológica)

1990

55,814

5,2

111,136

10.3

28,134

2,6

507,937

47.1

33,635

3,1

341,535

31.7

rO78,191

2007

51,941

2,3

213,646

9.6

44,700

2.0

1 038,850

46,5

137,671

6.2

745,377

33.4

2 232,189

Posgrado

1990

1,116

2.5

12,750

29.0

2,971

6.8

16,522

38

5,273

12.0

5,333

12.1

43,965

2007

2,732

1.5

25,236

14.5

8,376

4.8

80,154

46

38,796

22.2

18,988

1 1

174,282

Total

1990

56,930

5,0

123,886

11

31,205

2.8

524,459

46.7

38,908

3.5

346,868

31

1 122,156

2007

51,754

2.2

226,757

9.8

49,878

2,2

1 '082,596

46,8

163,818

7.0

737,346

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2 312,149

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Fuente: elaboración propia con base en anuarios estadísticos, ANUIES.

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La preferencia por las carreras tradicionales,con predominio de las ciencias sociales y admi-nistrativas, ha sido en detrimento de la deman-da de estudios en ciencias básicas e ingenierías.Como una forma comparativa, en la tabla 1 sepresenta la matrícula escolar de licenciatura yposgrado en 1990 y en el ciclo 2007-2008. Esinteresante observar cómo se mantiene la seme-janza de los porcentajes en ambos niveles deeducación: en 2007, tanto en licenciatura comoen posgrado, las ciencias sociales (administra-ción junto con educación y humanidades) supe-ran 50% de la matrícula: 52.7% en licenciaturay 53.8% en posgrado; contra un 2.0% en licen-ciatura para las ciencias naturales, que asciendea 2.2% en posgrado, y ciencias exactas; lo queindica que las preferencias de los estudiantes nocambian mucho y siguen eligiendo las cienciassociales sobre las naturales y exactas a pesar dela pretensión del cambio en las tendencias.

La calidad y la evaluación

A lo largo de la década de los noventa, las ac-ciones que el gobierno había impulsado paracambiar el Sistema de Educación Superior (prin-cipalmente por el distinto manejo del financia-miento a las universidades públicas), vinculadoal resultado de las actividades académicas, delas instituciones y del personal por medio de laevaluación y sus distintas modalidades, intro-dujo una "nueva actitud que incorporaba valo-res antes considerados ajenos a la academia: laproductividad, la competencia, la eficiencia, laeficacia y la preocupación por los resultados",a partir de las cuales se identificaba el propósitocentral: mejorar la calidad y pertinencia socialde la educación (Mendoza, 2002).

Es así que la evaluación constituyó uno de losinstrumentos centrales del proceso de la moder-nización educativa, sustituyendo en el sitio deimportancia a la planeación. Los instrumentos deevaluación, en México, se han ido constituyen-do mediante acuerdos entre las universidades yel gobierno federal, tal es el caso de los ComitésInterinstitucionales para la Evaluación de la Edu-

cación Superior (CIEES) cuya principal función hasido la de realizar una evaluación diagnóstiea delos programas edueativos, prineipalmente los delieeneiatura. Otro aetor importante en el proeesode la evaluación ha sido el Consejo Nacional deCiencia y Tecnología (Conacyt), que evalúa elposgrado con fines de integración de un padrónnacional de posgrado.

El Consejo Nacionalde Ciencia y Tecnología

Desde la década de los setenta, el Conacyt, ensu Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecno-logía, manifestó su decisión de iniciar la estruc-turación de un sistema de posgrado nacional,cuyas principales características serían las de"posibilitar un trabajo permanente y coordinadoque mantenga vínculos entre la docencia y la in-vestigación". Más adelante este organismo pusoen marcha otros programas como el Sistema Na-cional de Investigadores, el Padrón de Excelen-cia, el Padrón de Fortalecimiento del PosgradoNacional, el Programa Naeional de Posgradosde Calidad, todos orientados a apoyar e impulsarla ealidad del posgrado.

En 1983 el Conacyt elabora el primer Progra-ma de Fortalecimiento del Posgrado Nacional,con los siguientes objetivos: contribuir a mejorarla calidad y ampliar el número de profesores yalumnos de los programas de posgrado; promo-ver el máximo aprovechamiento de la capacidadactual de formación de personal en los centrosnacionales de investigación, principalmente enlos de mayor calidad y productividad; apoyar ladescentralización geográfica gradual del sistemanacional de posgrado y apoyar el mejoramien-to de la infraestructura física de los centros deposgrado, dando prioridad a los programas quepropicien acciones concertadas de dos o másinstituciones.

Si bien en 1984, el Conacyt ya había dado aconocer su primer diagnóstico de los estudios deposgrado en México; en 1987 decidió llevar acabo un segundo análisis en el que se mostrabanlas mayores deficiencias de este nivel de estudios

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en escala nacional. Entre las principales desta-can: los bajos índices de eficiencia terminal (sinconsiderar el tiempo de obtención del grado);los programas con baja matrícula; el escaso nú-mero de investigadores de tiempo completo; laexistencia en el posgrado de plantas académicascon grado de maestro e incluso de licenciatura;la poca experiencia de investigación; la impro-visación de muchos programas; la baja vincula-ción con el sector productivo; el gran númerode programas en la misma disciplina; la centra-lización de programas en el Distrito Eederal y lainfraestructura inadecuada para el desarrollo dela investigación

El Programa Nacional dePosgrados de Calidad

Como parte de los nuevos apoyos establecidospor el gobierno para la formación de recursoshumanos, el Conacyt establece en 1991 el pa-drón de programas de posgrado de excelenciapara ciencia y tecnología con el fin de canalizarrecursos a aquellos programas que cumplierancon los criterios de calidad establecidos por elorganismo.

Este programa clasificaba entonces a los pro-gramas en tres categorías: condicionados, emer-gentes y aprobados, y perseguía entre sus objeti-vos más importantes el garantizar la asignaciónóptima de los recursos mediante el otorgamientode becas solamente a los mejores estudiantes ad-mitidos en los posgrados de excelencia.

Los resultados de la primera evaluación delConacyt, dados a conocer a fines de 1991, se-ñalaron diversos problemas, entre los que semenciona como deficiencia fundamental la he-terogeneidad en la calidad, y la dispersión de losprogramas de estudio, así como la de los profe-sores e investigadores; la rigidez de los progra-mas de estudio, que es un factor que explica labaja eficiencia terminal en el posgrado (Ruiz, R.2004).

Este ejercicio generó un gran descontento,y fue muy criticado entre varios sectores de lacomunidad académica y de investigadores. Se

señaló que en el proceso aplicado, apoyadoprincipalmente en criterios cuantitativos, se ol-vidaron las condiciones en que se desarrollabandiversos posgrados y los rezagos que guardabancon respecto a otros. Se señaló también, la inclu-sión de un gran número de posgrados de cienciasnaturales y exactas y la exclusión de programasligados principalmente a las ciencias sociales yadministrativas, así como la incorporación de unnúmero importante de posgrados de institucio-nes privadas.

La acreditación de programas en el padrón deConacyt tuvo un fuerte impacto entre las Institu-ciones de Educación Superior (ÍES). El solo hechode que este organismo ofreciera becas, princi-palmente a aquellos estudiantes de posgrado quepertenecieran al padrón, incluía un elemento depreocupación para aquellos programas que nohabían logrado su inclusión; la evaluación, porotro lado, imponía un mecanismo de rendiciónde cuentas. Quedaban, sin embargo, algunosproblemas que resolver: la necesidad de crearnuevos programas en áreas estratégicas y forta-lecer los de las entidades y regiones federativaslejos del centro del país; fortalecer los apoyospara la incorporación de nuevos profesores decarrera con posgrado, y apoyar a los docentespara ascender en la escala académica con la ob-tención de nuevos títulos.

En 2001 se inicia el Programa para el For-talecimiento del Posgrado Nacional (PFPN) or-ganizado colectivamente por la SEP, el Conacyty la ANuiES, con el objetivo de incorporar a losposgrados de tipo profesionalizante comprendi-dos por especialidades y maestrías, y a los pro-gramas, en las diferentes áreas de conocimien-to, con cuerpos académicos consolidados, altastasas de graduación, e infraestructura necesariapara su buen funcionamiento.

Desde la primera convocatoria en 2001-2002se reconocen algunos retos a partir de los re-sultados de la evaluación: /) generar políticasinstitucionales para la apertura, operación yfortalecimiento de los programas de posgradode calidad; 2) promover plantas académicassuficientes y/o habilitadas; 3) establecer esque-

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mas eficientes para la selección de estudiantes;4) elevar las tasas de egreso y graduación;5) promover programas más flexibles; 6) estable-cer esquemas eficientes para la atención de alum-nos y el seguimiento de egresados; 7) generar laplaneación consistente para el mejoramiento delos programas de posgrado (Gil, 2005).

También aparece, en la primera convocatoriadel PFPN, la figura del Consejo Nacional de Pos-grado, integrado por diversas entidades de la SEPy el Conacyt, cuyas funciones serán: definir laspolíticas de fomento a la calidad del posgradonacional, que incluyen la conformación de loscomités de evaluación y las reglas para su funcio-namiento, la selección de arbitros, procedimien-tos de seguimiento y de asignación de recursos.

El PFPN nació de una restructuración del Pro-grama de Posgrados de Excelencia y entre susobjetivos están, además de fomentar la mejoray asegurar la buena calidad del posgrado nacio-nal, reconocer los programas consolidados; in-corporar el reconocimiento de buena calidad a

aquellos programas con orientación profesionala nivel de especialidades y maestrías; establecerun esquema para la rendición de cuentas de lasinstituciones, además de ofrecer, a aquellos pro-gramas que logren su registro, apoyos extraor-dinarios, complementarios a los institucionales,para asegurar la calidad demostrada. Se instauracon dos componentes:

• El Padrón Nacional de Posgrado (PNP), quesustituye al Padrón de Excelencia, es elinstrumento para reconocer los posgradoseducativos de buena calidad en los nivelesde maestría y doctorado. Cuenta con la ca-tegoría de Programas Competentes a NivelInternacional y Programas de Alto Nivel.

• El Programa Integral de Fortalecimiento delPosgrado (PIFOP), encargado de mejorar lacalidad de los programas en los niveles deespecialidad, maestría y doctorado para lo-grar su incorporación al Padrón Nacionalde Posgrado en 2006.

Figura 2 ^Evolución histórica del Padrón de Excelencia en el Posgrado:

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1991 1992 1993 1994 1995 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Padrón de Excelencia PFPN J • PNPC

Fuente: COMEPO, Conacyt. \ ' '

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En la actualidad, los niveles del Programa Na-cional de Posgrados de Calidad (PNPC) estable-

cen:

Competencia internacional: programas quetienen colaboraciones en el ámbito interna-cional a través de convenios que incluyenla movilidad de estudiantes y profesores, lacodirección de tesis y proyectos de investi-gación conjuntos.

Consolidado: programas que tienen reco-nocimiento nacional por la pertinencia y latendencia ascendente de sus resultados, enla productividad académica y en la colabo-ración con otros sectores de la sociedad.En desarrollo: programas con una prospec-ción académica positiva, sustentada en elplan de mejora y en las metas factibles dealcanzar en el mediano plazo.Reciente creación: programas que satisfa-cen los criterios y estándares básicos delmarco de referencia del PNPC y que su crea-ción tenga una antigüedad que no excedade cinco años para programas de doctorado

y hasta tres años para maestría y especiali-dad (Conacyt, 2010). Véase la figura 2.

El Sistema Nacionalde Investigadores (SNI)

Uno de los problemas más graves que enfrenta-ba el gobierno en 1983 eran los bajos salarios delos académicos e investigadores que, en su ma-yoría, se ubicaban en las universidades públicas.La imposibilidad de otorgar recursos adiciona-les a todas las universidades se resolvió en partemediante la creación, en 1984, de un organismoconcebido para estimular la productividad y lacalidad de las investigaciones de los académicosde todas las instituciones: el Sistema Nacional deInvestigadores (SNI).

Desde su inicio, el SNI ha sido uno de los prin-cipales instrumentos del gobierno federal paraalentar la permanencia del personal académi-co de carrera en las instituciones de educaciónsuperior y con ello se han visto favorecidas enforma importante las actividades de generacióny aplicación del conocimiento que llevan a cabo

Gráfica 3El Sistema Nacional de Investigadores 1999-2009

1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Fuente: Indicadores de Actividades Científicas y Tecnológicas, Conacyt, México, 2009.

2008 2009

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las instituciones educativas y los centros de in-vestigación en todo el país.

Entre las debilidades señaladas por los dife-rentes diagnósticos del posgrado, está la relativaa que las plantas docentes están conformadaspor académicos con grados de maestro e inclusi-ve de licenciatura y a la poca experiencia en in-vestigación de los primeros. Así, el crecimientodel número de investigadores inscritos en el SNIda cuenta del esfuerzo establecido para contra-rrestar estas deficiencias. Como se observa en lagráfica 3, hasta 2009 han sido otorgadas 1 5 565becas en las distintas clasificaciones, la tasa decrecimiento entre 1999 y 2009 es de 79%.

Los retos

Las políticas de planeación y evaluación a lasque han estado sujetas las universidades públi-cas del país ya han inducido algunos cambios ensu comportamiento. Su interés en el desarrollode los posgrados, su inclusión en el padrón deexcelencia y las becas otorgadas por el Conacyt,han favorecido la consolidación de núcleos deinvestigación fuertes que se sitúan a la par quesus homólogos internacionales.

Sin embargo, todavía quedan muchos puntosen la agenda. A pesar de los logros obtenidos,en cuanto a ciencia y tecnología, factores clavesen el desarrollo de un país, aún estamos lejos dealcanzar un lugar preponderante.

Veamos algunas cifras: para el ciclo escolar2007-2008, el total de alumnos que ingresaronal posgrado fueron 65 340, es decir, 3% de lapoblación de licenciatura, de los que 4.8%(8 376) pertenecen a ciencias naturales y exactasy 11% (18 988) a ingeniería y tecnología, véasegráfica 3.

En la gráfica 4 se muestra la población por nive-les de enseñanza y área de estudio. La poblaciónde posgrado se divide entre los tres niveles deenseñanza (especialidad, maestría y doctorado)como sigue: 21% corresponde a la especialidad,69.4% a la maestría y sólo 9.5% al nivel de doc-torado. Si nos enfocamos en este último nivel deestudios, por ser el de mayor importancia para el

Gráfica 4Matrícula total por área de estudios, posgrado

2007-2008

• Agropecuarias 3í Educación y humanidad

• Administrativas 9 Exactas

• C. de la salud K Ing y tecnología

Fuente: Anuario ANUIES 2008,

desarrollo, tenemos que los porcentajes corres-pondientes a las cinco áreas de conocimientoson como sigue: 3.2% (530 alumnos) correspon-de a las agropecuarias; 8.8% (1 465) a cienciasde la salud; 19% (3 182) a ciencias naturales yexactas; 28.5% (4 764) a sociales y administrati-vas; 23% (3 849) a educación y humanidades y17.4% (2 908) a las ingenierías. Podemos decirque estos porcentajes siguen el mismo patrón decomportamiento que en la licenciatura y los de-más niveles de enseñanza: el valor más alto loocupan las ciencias sociales y las humanidadescon 51.5% en conjunto, aunque las naturales yexactas han venido creciendo, y las ingenieríasmantienen niveles semejantes (véase la tabla 1 ).

Estas cifras muestran problemas estructurales,tanto de la I icenciatura como del posgrado, que nohan podido modificarse mediante la orientaciónhacia carreras de tipo científico como las cien-cias exactas, y un mayor crecimiento en las in-genierías.

La promesa de 1% en el presupuesto paraciencia y tecnología ha venido posponiéndose, yel desarrollo científico tan necesario para el pro-greso económico sigue retrasándose, con todaslas implicaciones que esto conlleva.

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Gráfica 5Matrícula de posgrado por nivel de enseñanza y área de estudio

2007-2008

70 000

60 000

50 000 H

40 000

30 000

20 000

10 000

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Especialidad

Maestría

Doctorado

Fuente: Anuario ANUIES, 2007-2008.

Desde su ereaeión, en 1970, los aumentos dela inversión en eieneia y tecnología se "han ca-racterizado por ser lentos y marginales": comose observa en la gráfica 5, el gasto ejercido enciencia y tecnología, con respecto al PIB, ha osci-lado alrededor de 0.33% en promedio.

México es el país más rezagado en cuanto algasto en investigación con respecto al PIB, entrelas naciones que conforman la OCDE (OCDE, 2008),la cifra ejercida es apenas de 0.46%, por debajono sólo de los países más industrializados, sinode algunos latinoamericanos, como Brasil y Ar-gentina (véase la gráfica 6).

En 2006 el presupuesto ejercido por Cona-cyt, fue de 5 510 728 miles de pesos. Dentrodel gasto federal en ciencia y tecnología se ubicóen 17%, valor similar al ejercido en los últimosaños. Los principales rubros a los que se destinóel gasto fueron los siguientes: 8.4% a servicios;29.2% a proyectos de investigación científica ydesarrollo tecnológico; 30.4% al Programa deBecas-Crédito, y 32% al Sistema Nacional de In-vestigadores (Conacyt, 2008).

El apoyo que a través de Conacyt se ha ofre-cido a los posgrados que cumplen con ciertosestándares de calidad no ha sido suficiente. Lascomparaciones internacionales muestran que,sobre todo a nivel de doctorado, el número deegresados es todavía muy pequeño; para 2007representó, en el nivel de doctorado, apenas12.5% (2101 alumnos). La ciencia brasileña, porejemplo, con un tamaño dos veces mayor al deMéxico, gradúa cinco veces más doctores.''

Este rezago implica que la investigación nocrezca al ritmo deseado: los investigadores exis-tentes, por cada 1 000 de la población económi-ca activa, representan apenas un 1.1, valor muypor debajo de los Estados Unidos, con 9.7, y dealgunos países de América Latina como Argenti-na, con 2.3.

Conclusiones

El desarrollo de la ciencia en el país es un he-cho imprescindible y "el lugar de la ciencia enla sociedad está determinada, en parte al menos.

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Gráfica 6Gasto federal en C y T/PIB

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Conacyt, 2006.

por las fuerzas e instituciones que consciente oinconscientemente determinan otras actitudessociales... la ciencia forma parte de la estructurasocial" (Ziman, 2003).

Cuando nos preguntamos ¿para qué sirve laciencia?, podemos responder de muy variadas

maneras, pero lo cierto es que desempeña diver-sas funciones sociales valiosas que conformanuna sociedad abierta, democrática y plural: en-riquece a la sociedad con conocimiento y, algomuy importante, produce profesionales y exper-tos independientes que ocupan puestos claves en

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Gráfica 7Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental con respecto al PIB 2006

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Fuente: Conacyt, 2006.

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Conacyt y el posgrado: políticas de evaluación y calidad, pp. 87-98

la estructura social, formados en una atmósferade apertura y cambios científicos.

En la Declaración de América Latina y el Ca-ribe, en el décimo aniversario de la ConferenciaMundial sobre la Ciencia se analizaron los pro-gresos y resultados alcanzados durante la últimadécada, para proponer nuevas acciones futurastendentes a cumplir los acuerdos contenidos enlos documentos de conferencias anteriores entrelos que podemos destacar:

la necesidad de un empeño político respecto delas tareas científicas y con miras a la solución delos problemas que se plantean en las relacionesentre la ciencia, la tecnología y la sociedad encada uno de los países de nuestra región, el desa-rrollo en ciencia, tecnología e investigación (CTI)debe ser asumido como una política de Estadoque trascienda a cada gobierno y otras coyuntu-ras político-económicas, y debe ser incorporadoexpresamente en las estrategias de desarrollo. Lossistemas nacionales de CTI de los países de ALCdeberán enfocarse en atender a las necesidadesfundamentales de su población.

En México, el Conacyt es el organismo rectorde la política científica y tecnológica nacional yel papel que ha tenido en el desarrollo de la cien-cia mexicana ha sido determinante. Si hacemosuna comparación con lo que ocurría en este paíshace algunas décadas es innegable su crecimien-to. Sin embargo, los rezagos son importantes: enlo local, todavía es muy reducido el número decientíficos con relación al total de la población,y ia infraestructura de las universidades públicases poco homogénea: algunas universidades tie-nen equipos de investigación de primer mundo,mientras otras presentan atrasos importantes. Encomparaciones internacionales todavía existe unfuerte rezago a pesar de los esfuerzos realizados:en una comparación de investigadores por país,México tiene 39 724 (dato estimado de Cona-cyt), por debajo de Argentina (29 471) y Brasil(86 932), y muy por debajo de los países más in-dustrializados como Estados Unidos, con 1 393523 y Alemania con 270 215.^

Es por tanto indispensable seguir apoyandola inversión en investigación y desarrollo paralograr un crecimiento sostenido y mejorar losíndices en educación, desde el nivel inferior alposgrado, y así egresar profesionales con visio-nes integradoras del conocimiento, capacitadospara analizar las consecuencias sociales y éticasde su práctica profesional.

Notas

' En la era de la globalización las organizacio-nes internacionales han empujado un nuevomodo de racionalidad que considera que elpapel de la universidad es la de una organi-zación bien administrada y eficiente, alejadade la política. En esta línea, la universidadse concibe como una "moderna corporaciónburocrática" dedicada a la producción deprofesionales y a la creación de nuevo cono-cimiento para apoyar el crecimiento econó-mico y el bienestar de la sociedad.

' Anuario Estadístico ANUIFS, 1990.' ídem.•* Anuario estadístico de ANUIES 2007-2008.^ De la Peña José Antonio. Director Adjun-

to de Desarrollo Científico del Conacyt enwww.abcuniversidades.com

'' Anexo estadístico del informe general del es-tado de la ciencia y la tecnología, 2009.

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Clara Martha Adalid y Diez de Urdanivia

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