Conan Doyle Arthur-El hombre del labio retorcido.pdf

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SIRARTHURCONANDOYLE

EL HOMBRE DEL LABIO

RETORCIDO

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EL HOMBRE DEL LABIO RETORCIDO

Sir Arthur Conan Doyle

Isa Whitney, hermano del difunto Elas Whitney, D. D., director del Colegio de Teologa de San

Jorge, era adicto perdido al opio. Segn tengo entendido, ad!uiri" el h#$ito a causa de una tpica

e%tra&agancia de estudiante' ha$iendo ledo en la uni&ersidad la descripci"n !ue haca De (uincey de

sus ensue)os y sensaciones, ha$a empapado su ta$aco en l#udano con la intenci"n de e%perimentar los

mismos efectos. Descu$ri", como han hecho tantos otros, !ue resulta m#s f#cil ad!uirir el h#$ito !ue

li$rarse de *l, y durante muchos a)os &i&i" escla&o de la droga, inspirando una me+cla de horror y

compasi"n a sus amigos y familiares. Toda&a me parece !ue lo estoy &iendo, con la cara amarillenta y

fofa, los p#rpados cados y las pupilas reducidas a un puntito, encogido en una $utaca y con&ertido en la

ruina y los despoos de un $uen hom$re.

-na noche de unio de //0 son" el tim$re de mi puerta, apro%imadamente a la hora en !ue uno

da el primer $oste+o y echa una mirada al relo. 1e incorpor* en mi asiento, y mi esposa de" su la$or

so$re el rega+o y puso una ligera e%presi"n de desencanto.

23-n paciente4 2dio2. 5as a tener !ue salir.

Solt* un gemido, por!ue aca$a$a de regresar a casa despu*s de un da muy fatigoso.

6mos la puerta !ue se a$ra, unas pocas frases presurosas, y despu*s unos pasos r#pidos

so$re el lin"leo. Se a$ri" de par en par la puerta de nuestro cuarto, y una dama &estida de oscuro y con

un &elo negro entr" en la ha$itaci"n.

27erdonen ustedes !ue &enga tan tarde 2empe+" a decir8 y en ese mismo momento, perdiendo

de repente el dominio de s misma, se a$alan+" corriendo so$re mi esposa, le ech" los $ra+os al cuello y

rompi" a llorar so$re su hom$ro2. 3Ay, tengo un pro$lema tan grande4 2sollo+"2. 39ecesito tanto !ue

alguien me ayude4

237ero si es :ate Whitney4 2dio mi esposa, al+#ndole el &elo2. 3(u* susto me has dado, :ate4

Cuando entraste no tena ni idea de !ui*n eras.

29o sa$a !u* hacer, as !ue me &ine derecho a &erte.

Siempre pasa$a lo mismo. ;a gente !ue tena dificultades acuda a mi muer como los p#aros a

la lu+ de un faro.

2 prefieres !ue mande a James a la cama?

26h, no, no. 9ecesito tam$i*n el conseo y la ayuda del doctor. Se trata de Isa. 9o ha &enido a

casa en dos das. 3Estoy tan preocupada por *l4

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9o era la primera &e+ !ue nos ha$la$a del pro$lema de su marido, a m como doctor, a mi

esposa como &iea amiga y compa)era del colegio. ;a consolamos y reconfortamos lo meor !ue

pudimos. =Sa$a d"nde poda estar su marido? =Era posi$le !ue pudi*ramos hacerle &ol&er con ella?

7or lo &isto, s !ue era posi$le. Sa$a de muy $uena fuente !ue ltimamente, cuando le da$a el

ata!ue, sola acudir a un fumadero de opio situado en el e%tremo oriental de la City.


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su &ecino. En el e%tremo m#s apartado ha$a un pe!ue)o $rasero de car$"n, y a su lado un ta$urete de

madera de tres patas, en el !ue se senta$a un anciano alto y delgado, con la $ar$illa apoyada en los

pu)os y los codos en las rodillas, mirando fiamente el fuego.

Al &erme entrar, un malayo de piel cetrina se me acerc" r#pidamente con una pipa y una porci"n

de droga, indic#ndome una litera li$re.

2racias, no he &enido a !uedarme 2die2.


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1e indic" con un ligero gesto !ue me apro%imara y, al instante, en cuanto &ol&i" de nue&o su rostro hacia

la concurrencia, se hundi" una &e+ m#s en una senilidad decr*pita y $a$eante.

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ya lo he utili+ado antes para mis propios fines, y el $andido del due)o, un antiguo marinero de las Indias

6rientales, ha urado &engarse de m.


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pensamientos, mientras yo, sentado a su lado, me consuma de curiosidad por sa$er en !u* consista

esta nue&a in&estigaci"n !ue pareca estar poniendo a prue$a sus poderes, a pesar de lo cual no me

atre&a a entrometerme en el curso de sus refle%iones. ;le$amos recorridas &arias millas, y

empe+#$amos a entrar en el cintur"n de residencias su$ur$anas, cuando


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;a se)ora St. Clair almor+", se fue a ;ondres, hi+o algunas compras, pas" por la oficina de la compa)a,

recogi" su pa!uete, y e%actamente a las cuatro treinta y cinco i$a caminando por SBandam ;ane camino

de la estaci"n. =1e sigue hasta ahora?

2Est# muy claro.

2(ui+# recuerde usted !ue el lunes hi+o muchsimo calor, y la se)ora St. Clair i$a andando

despacio, mirando por todas partes con la esperan+a de &er un coche de al!uiler, por!ue no le gusta$a el

$arrio en el !ue se encontra$a. 1ientras $aa$a de esta manera por SBandam ;ane, oy" de repente un

grito o una e%clamaci"n y se !ued" helada de espanto al &er a su marido mir#ndola desde la &entana de

un segundo piso y, segn le pareci" a ella, llam#ndola con gestos. ;a &entana esta$a a$ierta y pudo &erle

perfectamente la cara, !ue segn ella pareca terri$lemente agitada. ;e hi+o gestos fren*ticos con las

manos y despu*s desapareci" de la &entana tan repentinamente !ue a la muer le pareci" !ue alguna

fuer+a irresisti$le ha$a tirado de *l por detr#s. -n detalle curioso !ue llam" su femenina atenci"n fue

!ue, aun!ue lle&a$a puesta una especie de cha!ueta oscura, como la !ue &esta al salir de casa, no

tena cuello ni cor$ata.

Con&encida de !ue algo malo le suceda, $a" corriendo los escalones 2pues la casa no era

otra !ue el fumadero de opio en el !ue usted me ha encontrado2 y tras atra&esar a toda &elocidad la

sala delantera, intent" su$ir por las escaleras !ue lle&an al primer piso. 7ero al pie de las escaleras le

sali" al paso ese granua de marinero del !ue le he ha$lado, !ue la o$lig" a retroceder y, con la ayuda de

un dan*s !ue le sir&e de asistente, la ech" a la calle a empuones. 7resa de los temores y dudas m#s

enlo!uecedores, corri" calle a$ao y, por una rara y afortunada casualidad, se encontr" en resno Street

con &arios policas y un inspector !ue se dirigan a sus puestos de ser&icio. El inspector y dos hom$res la

acompa)aron de &uelta al fumadero y, a pesar de la pertina+ resistencia del propietario, se a$rieron pasohasta la ha$itaci"n en la !ue St. Clair fue &isto por ltima &e+. 9o ha$a ni rastro de *l. De hecho, no

encontraron a nadie en todo el piso, con e%cepci"n de un inlido decr*pito de aspecto repugnante.

Tanto *l como el propietario uraron insistentemente !ue en toda la tarde no ha$a entrado nadie en

a!uella ha$itaci"n. Su negati&a era tan firme !ue el inspector empe+" a tener dudas, y casi ha$a llegado

a creer !ue la se)ora St. Clair ha$a &isto &isiones cuando *sta se a$alan+" con un grito so$re una caita

de madera !ue ha$a en la mesa y le&ant" la tapa &iolentamente, deando caer una cascada de ladrillos

de uguete. Era el regalo !ue *l ha$a prometido lle&arle a su hio.

Este descu$rimiento, y la e&idente confusi"n !ue demostr" el inlido, con&encieron al inspector

de !ue se trata$a de un asunto gra&e. Se registraron minuciosamente las ha$itaciones, y todos los

resultados parecan indicar un crimen a$omina$le. ;a ha$itaci"n delantera esta$a amue$lada con

sencille+ como sala de estar, y comunica$a con un pe!ue)o dormitorio !ue da a la parte posterior de uno

de los muelles. Entre el muelle y el dormitorio hay una estrecha frana !ue !ueda en seco durante la

marea $aa, pero !ue durante la marea alta !ueda cu$ierta por metro y medio de agua, por lo menos. ;a

&entana del dormitorio es $astante ancha y se a$re desde a$ao. Al inspeccionarla, se encontraron

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manchas de sangre en el alf*i+ar, y tam$i*n en el suelo de madera se &ean &arias gotas dispersas.

Tiradas detr#s de una cortina en la ha$itaci"n delantera, se encontraron todas las ropas del se)or 9e&ille

St. Clair, a e%cepci"n de su cha!ueta' sus +apatos, sus calcetines, su som$rero y su relo... todo esta$a

all. 9o se &ean se)ales de &iolencia en ninguna de las prendas, ni se encontr" ningn otro rastro del

se)or St. Clair. Al parecer, tenan !ue ha$erlo sacado por la &entana, ya !ue no se pudo encontrar otra

salida, y las ominosas manchas de sangre en la &entana da$an pocas esperan+as de !ue hu$iera podido

sal&arse a nado, por!ue la marea esta$a en su punto m#s alto en el momento de la tragedia.

ahora, ha$lemos de los maleantes !ue parecen directamente implicados en el asunto.

Sa$emos !ue el marinero es un tipo de p*simos antecedentes, pero, segn el relato de la se)ora St.

Clair, se encontra$a al pie de la escalera a los pocos segundos de la desaparici"n de su marido, por lo

!ue difcilmente puede ha$er desempe)ado m#s !ue un papel secundario en el crimen. Se defendi"

alegando a$soluta ignorancia, insistiendo en !ue *l no sa$a nada de las acti&idades de


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2;a se)ora St. Clair se ha$a desmayado al &er la sangre en la &entana, y la polica la lle&" en

coche a su casa, ya !ue su presencia no poda ayudarles en las in&estigaciones. El inspector Harton, !ue

esta$a a cargo del caso, e%amin" muy detenidamente el local, sin encontrar nada !ue arroara alguna lu+

so$re el misterio. Se cometi" un error al no detener inmediatamente a Hoone, ya !ue as dispuso de unos

minutos para comunicarse con su compinche el marinero, pero pronto se puso remedio a esta

e!ui&ocaci"n y Hoone fue detenido y registrado, sin !ue se encontrara nada !ue pudiera incriminarle. Es

cierto !ue ha$a manchas de sangre en la manga derecha de su camisa, pero ense)" su dedo ndice,

!ue tena un corte cerca de la u)a, y e%plic" !ue la sangre proceda de all, a)adiendo !ue poco antes

ha$a estado asomado a la &entana y !ue las manchas o$ser&adas all procedan, sin duda, de la misma

fuente. 9eg" hasta la saciedad ha$er &isto en su &ida al se)or 9e&ille St. Clair, y ur" !ue la presencia de

las ropas en su ha$itaci"n resulta$a tan misteriosa para *l como para la polica. En cuanto a la

declaraci"n de la se)ora St. Clair, !ue afirma$a ha$er &isto a su marido en la &entana, aleg" !ue estara

loca o lo ha$ra so)ado. Se lo lle&aron a comisara entre ruidosas protestas, mientras el inspector se

!ueda$a en la casa, con la esperan+a de !ue la $aamar aportara alguna nue&a pista. as fue, aun!ue lo !ue encontraron en el fango no era lo !ue teman encontrar. ;o !ue apareci"

al retirarse la marea fue la cha!ueta de 9e&ille St. Clair, y no el propio 9e&ille St. Clair. = !u* cree !ue

encontraron en los $olsillos?

29o tengo ni idea.

29o creo !ue pueda adi&inarlo. Todos los $olsillos esta$an repletos de peni!ues y medios

peni!ues' en total, cuatrocientos &eintin peni!ues y doscientos setenta medios peni!ues. 9o es de

e%tra)ar !ue la marea no se la lle&ara. 7ero un cuerpo humano es algo muy diferente.


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2Desde luego, parece facti$le.

2Hien, lo tomaremos como hip"tesis de tra$ao, a falta de otra meor. Como ya le he dicho,

detu&ieron a Hoone y lo lle&aron a comisara, pero no se le pudo encontrar ningn antecedente delicti&o.

Se sa$a desde haca muchos a)os !ue era mendigo profesional, pero parece !ue lle&a$a una &ida

$astante tran!uila e inocente. As est#n las cosas por el momento, y nos hallamos tan leos como alprincipio de la soluci"n de las cuestiones pendientes' !u* haca 9e&ille St. Clair en el fumadero de opio,

!u* le sucedi" all, d"nde est# ahora y !u* tiene !ue &er


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2=9o hay $uenas noticias?

29o hay ninguna noticia.

2=Tampoco malas?

2Tampoco.

2Demos gracias a Dios por eso. 7ero entren. Estar# usted cansado despu*s de tan larga

ornada.

2;e presento a mi amigo el doctor Watson. Su ayuda ha resultado fundamental en &arios de mis

casos y, por una afortunada casualidad, he podido tra*rmelo e incorporarlo a esta in&estigaci"n.

2Encantada de conocerlo 2dio ella, estrech#ndome calurosamente la mano2. Estoy segura

!ue sa$r# disculpar las deficiencias !ue encuentre, teniendo en cuenta la desgracia tan repentina !ue

nos ha ocurrido.

2(uerida se)ora 2die2. Soy un &ieo soldado y, aun!ue no lo fuera, me doy perfecta cuenta

de !ue huelgan las disculpas. 1e sentir* muy satisfecho si puedo resultar de alguna ayuda para usted o

para mi compa)ero a!u presente.

2 ahora, se)or SherlocG


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2El lunes.

2Entonces, se)or


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la solapa la ha pegado, si no me e!ui&oco, una persona !ue ha estado mascando ta$aco. = usted no

tiene ninguna duda de !ue se trata de la letra de su esposo, se)ora?

29inguna. Esto lo escri$i" 9e&ille.

2 lo han echado al correo hoy en ra&esend. Hien, se)ora St. Clair, las nu$es se despean,

aun!ue no me atre&era a decir !ue ha pasado el peligro.

27ero tiene !ue estar &i&o, se)or


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27ero, segn tengo entendido, s"lo lan+" un grito inarticulado.

2En efecto.

2(ue a usted le pareci" una llamada de au%ilio.

2S, por!ue agita$a las manos.

27ero podra ha$erse tratado de un grito de sorpresa. El asom$ro, al &erla de pronto a usted,

podra ha$erle hecho le&antar las manos.

2Es posi$le.

2 a usted le pareci" !ue tira$an de *l desde atr#s.

2Como desapareci" tan $ruscamente...

27udo ha$er saltado hacia atr#s. -sted no &io a nadie m#s en la ha$itaci"n.

29o, pero a!uel hom$re confes" !ue ha$a estado all, y el marinero se encontra$a al pie de laescalera.

2En efecto. Su esposo, por lo !ue usted pudo &er, =lle&a$a puestas sus ropas ha$ituales?

27ero sin cuello. 5i perfectamente su cuello desnudo.

2=


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callado, inm"&il, con la lu+ cayendo so$re sus marcadas y aguile)as facciones. As se encontra$a cuando

me fui a dormir, y as continua$a cuando una s$ita e%clamaci"n suya me despert", y &i !ue la lu+ del sol

ya entra$a en el cuarto. ;a pipa segua entre sus la$ios, el humo segua elendose en &olutas, y una

espesa nie$la de ta$aco llena$a la ha$itaci"n, pero no !ueda$a nada del pa!uete de ta$aco !ue yo

ha$a &isto la noche anterior.

2=Est# despierto, Watson? 2pregunt".

2S.

2=;isto para una e%cursi"n matutina?

2Desde luego.

2Entonces, &stase. An no se ha le&antado nadie, pero s* d"nde duerme el mo+o de cuadras, y

pronto tendremos preparado el coche.

Al ha$lar, se rea para sus adentros, le centellea$an los oos y pareca un hom$re diferente delsom$ro pensador de la noche anterior.

1ientras me &esta, ech* un &ista+o al relo. 9o era de e%tra)ar !ue nadie se hu$iera le&antado

an. Eran las cuatro y &einticinco. Apenas ha$a terminado cuando


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&entana cuando nosotros penetramos por las calles del lado de Surrey. Haamos por Waterloo Hridge

Foad, cru+amos el ro y su$imos a toda &elocidad por Wellington Street, para all torcer $ruscamente a la

derecha y llegar a HoB Street. SherlocG


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2;a tercera de la derecha es la suya 2dio el inspector2. 3A!u est#4 2a$ri" sin hacer ruido un

&entanuco en la parte superior de la puerta y mir" al interior2. Est# dormido 2dio2. 7odr#n &erle

perfectamente.

;os dos aplicamos nuestros oos a la reilla. El detenido esta$a tum$ado con el rostro &uelto hacia

nosotros, sumido en un profundo sue)o, respirando lenta y ruidosamente. Era un hom$re de estaturamediana, &estido toscamente, como corresponda a su oficio, con una camisa de colores !ue asoma$a

por los rotos de su andraosa cha!ueta. Tal como el inspector ha$a dicho, esta$a sucsimo, pero la

por!uera !ue cu$ra su rostro no logra$a ocultar su repulsi&a fealdad. El ancho costur"n de una &iea

cicatri+ le recorra la cara desde el oo a la $ar$illa, y al contraerse ha$a tirado del la$io superior deando

al descu$ierto tres dientes en una perpetua mueca. -nas gre)as de ca$ello roo muy &i&o le caan so$re

los oos y la frente.

2-na preciosidad, =no les parece? 2dio el inspector.

2Desde luego, necesita un la&ado 2contest"


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2De acuerdo 2dio2. ahora, por fa&or, =de !u* se me acusa?

2De la desaparici"n del se)or 9e&ille St... 36h, &amos, no se le puede acusar de eso, a menos

!ue lo presente como un intento de suicidio4 2dio el inspector, sonriendo2. Caram$a, lle&o &eintisiete

a)os en el cuerpo, pero esto se lle&a la palma.

2Si yo soy 9e&ille St. Clair, resulta e&idente !ue no se ha cometido ningn delito y, por lo tanto,

mi detenci"n a!u es ilegal.

29o se ha cometido delito alguno, pero s un tremendo error 2dio


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Creo !ue no !ueda nada por e%plicar. Esta$a decidido a mantener mi disfra+ todo el tiempo !ue

me fuera posi$le, y de ah mi insistencia en no la&arme la cara. Sa$iendo !ue mi esposa estara

terri$lemente preocupada, me !uit* el anillo y se lo pas* al marinero en un momento en !ue ningn

polica me mira$a, unto con una notita apresurada, dici*ndole !ue no de$a temer nada.

2;a nota no lleg" a sus manos hasta ayer 2dio

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