CONCEPTO Y ORIGEN DEL PODER COMO ENERGÍA SOCIAL

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NDICE

Pg.

INTRODUCCIN

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CONCEPTO Y ORIGEN DEL PODER COMO ENERGA SOCIAL

I.

ORIGEN

03

II.

CONCEPTO

05

III.

CARACTERSTICAS

05

IV.

PARADIGMAS

07

V.

TIPOS Y FUENTES DEL PODER

07

VI.

LA VOLUNTAD DE PODER

08

VII.

CONCORDANCIA

OBJETIVA

ENTRE

EL

COMPORTAMIENTO DE LAS PERSONAS Y LA EXIGENCIA O PRESION GRUPAL 10

CONCLUSIONES

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BIBLIOGRAFA

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1

INTRODUCCIN

El poder permite a quien lo tiene imponer su voluntad y a los dems obedecer a sta, de ste modo el poder puede moldear la conducta del ser o los seres como en los casos: pap-hijo, profesor-alumno, patrnobrero, en el que una persona moldea el comportamiento de la otra hasta quedar conforme con la transformacin y el acoplamiento hecho en la otra persona. El comportamiento puede influir de dos formas Inmediata: imponiendo una direccin concreta a la accin, Mediata: configurando el mundo de las personas y determinando los elementos constitutivos de esa misma accin. El cual se logra por la conformacin en el orden social en cuanto a la configuracin de un mundo de realidad en la que se encuentra. En el presente trabajo se explica el origen y concepto del poder como energa social, as como las diversas manifestaciones de poder social observadas a lo largo de la historia

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CONCEPTO Y ORIGEN DEL PODER COMO ENERGA SOCIAL

I.

ORIGENHistricamente se han propuesto varios tipos cooperativos de poder, especialmente desde una perspectiva feminista. Por ejemplo, en 1942, Mary Parker Follet sugiri cambiar el concepto del poder sobre o contra por el poder para o con, fomentado de manera conjunta, un poder coactivo, no coercitivo, como base para nuevas relaciones

sociopolticas. A fines de los aos sesenta, Hanna Arendt defini el poder como la capacidad humana no slo de actuar, sino de hacerlo concertadamente. Advirti que el equiparar el poder con la dominacin resulta en una especie de ceguera frente a la realidad social humana y que nicamente cuando se deja de reducir los asuntos pblicos al negocio de la dominacin aparecern o, mejor dicho, reaparecern en su autntica diversidad. (1969). Jean Baker Miller [1976/1982] escribe que la palabra poder ha adquirido connotaciones que implican ciertos modos de comportamiento ms tpicas del hombre que de la mujer, lo cual la distorsion para mantener una dominacin irracional. Opina que un anlisis del poder desde una perspectiva femenina podra ayudar en su redefinicin, pues las mujeres han ejercido enorme poder en su rol tradicional de fomentar el crecimiento de otros. Este poder consiste en la capacidad de producir cambio mediante un mutuo aumento no disminucin del poder de otros. Sin embargo, el empoderamiento no ha sido tomado en cuenta en la mayora de estudios sobre el poder, pues no se ajusta a las definiciones aceptadas. Kramarae y Treichler [1992] afirman que el trmino poder ha sido conceptualizado como auto-afirmacin

[assertion] y agresin por el hombre y como potenciacin [nurturance] 3

por la mujer. Nancy Hartsock [1983], en su anlisis de la teora feminista del poder, descubre un nfasis en el poder, no como dominacin, sino como habilidad, como una capacidad de la comunidad toda. La mayora del trabajo por reconceptualizar el poder ha sido realizado por autores feministas, que no dejan de ser marginales a las teoras de poder sociopoltico. No obstante, no est sin sus defensores masculinos. Anthony Giddens, por ejemplo, define el poder como capacidad transformativa o la capacidad para lograr resultados, que no necesariamente se relaciona con el conflicto ni es inherentemente opresivo. Muchos tericos, aunque reconocen la existencia del poder como capacidad y lo distinguen del poder como pugna, lo hacen para descartar el primero como irrelevante a los anlisis sociopolticos serios. Karlberg [2004] responde a esto clasificando el poder sobre como un caso particular o subconjunto del poder para o el poder como capacidad, aduciendo no es ms que poder para ejercer control sobre otros. As, lo que interesa es lo que se busca con el poder, si dominar a otros o ayudarlos. Todos los seres humanos y ms los inmersos en una sociedad como la nuestra en la que la injusticia y la violencia son el pan de cada da, buscamos el poder, el poder en relacin con algo o alguien y en nuestro caso especfico, buscamos el poder social; s, por ejemplo pregntese si no le gustara tener la capacidad de ordenar cualquier cosa, lo que quiera a alguien y que esa persona se la conceda, imagnese que pueda pedir desde que le traigan su dulce favorito hasta que por favor le derriben dos torres que le estn como estorbando. Pienso que la respuesta de la mayora sera que si y no con esto que el poder social sea algo malo y que por ende tendramos que negarnos si tuviramos esta oportunidad, solo pienso que es algo indebidamente usado y hasta maltratado. En nuestro mundo y especficamente en nuestro pas, cada vez menos lo que le ocurre al dominado le importa a quien tiene el

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poder y lo domina, facilitando as que el ejercicio del poder sea algo cada vez ms normal.

II.

CONCEPTOEs la capacidad de controlar, modificar o influir en el comportamiento de otra persona, expresa en si mismo una gran potencialidad: hacer que el otro haga lo que yo quiero, cuando lo quiero y como lo quiero. Pensar en el poder social, es pensar en un poder que surge cuando las personas se renen y desaparece cuando se dispersan. El poder social definido como la capacidad de controlar, modificar o influir en el comportamiento de otra persona, expresa en si mismo una gran potencialidad: hacer que el otro haga lo que yo quiero, cuando lo quiero y como lo quiero. David Kipnis muestra un modelo del acto de poder, intenta exponer lo que se detecta en las relaciones sociales: a. La motivacin de poder b. La exigencia de sumisin del otro c. La posesin de recursos d. La regin de Inhibicin e. Los Medios de Influencia f. La respuesta del Otro g. Consecuencias del Detentador

III.

CARACTERSTICASDA EN LAS RELACIONES SOCIALES (CARCTER

3.1 SE

RELACIONAL): El poder se da dondequiera haya relaciones sociales. El poder esta diseminado por toda la escala social.

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No es un objeto, sino una cualidad de alguien (persona o grupo) en relacin con otras personas o grupos. Es un fenmeno social, no individual. Las relaciones sociales: tienen un carcter de oposicin y conflicto (asimetra), es decir, que en la relacin, unos son capaces de imponerse a los otros, al menos en el mbito de esa relacin. Es una relacin desequilibrada respecto de las posesiones de un determinado objeto. Por lo tanto el poder es concreto.

3.2 SE BASA EN LA POSESIN DE RECURSOS (FUNDAMENTO REAL): En la cual existe una relacin de desequilibrio donde las personas o grupos intentan conservar lo que el otro no tiene o posee en menor grado, ya sea cualitativo o cuantitativo. Quienes estn en posesin de los medios fundamentales de produccin, obtienen poder sobre casi todos los tipos de relacin social, poder que no puede ser funcionalmente equilibrado por la posesin de otros recursos de orden intelectual o moral.

3.3 PRODUCE UN EFECTO EN LA MISMA RELACIN SOCIAL (FUNDAMENTO HISTRICO): Es decir crea una relacin de sumisin y obediencia de las personas frente a la autoridad o domino del otro. El poder produce sus efectos tanto sobre el objeto de la relacin como sobre las personas o grupos relacionados (como sumisin, obediencia, autoridad, dominio...).

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IV.

PARADIGMASJurdico: En el cual las instituciones implantan por medio de leyes lo que es permitido, se puede hacer, pensar o actuar o no, hay una relacin de respeto de dominios, se subordina la economa y se recorta el deseo de saber poder producir. El saber produce el poder

Estratgico: El cual es omnipotente y omnipresente, tiene niveles ascendentes desde los ms especficos, hasta los ms generales, como por ejemplo sui generis. El poder produce el saber.

V.

TIPOS Y FUENTES DEL PODEREl poder puede ser detentado u obtenido gracias a:

La fuerza (violencia, coaccin): "el origen de todo poder es la violencia". Segn Max Weber, "el Estado es aquella comunidad humana que ejerce (con xito) el monopolio de la violencia fsica legtima dentro de un determinado territorio"

La persuasin (directa, indirecta, subliminal; por persuasin moral, incluyendo a la religin).

Una

autoridad

delegada

(por

ejemplo,

en

un

proceso

democrtico).

La influencia social o la tradicin; la presuncin de tenencia de unas determinadas habilidades o cualidades, sean stas ciertas o no.

La pertenencia a una determinada clase social. Un carisma personal o colectivo. Una pericia o habilidad (un "saber-hacer"): por ejemplo, el poder del ingeniero que es capaz de disear una mquina.

El conocimiento (ensendolo o no revelndolo, compartido o guardado en secreto) 7

El dinero: control a travs de la propiedad de los medios de produccin, poder financiero, etc.

En las relaciones personales: dominacin/sumisin.

VI. LA VOLUNTAD DE PODERTodos los seres humanos y ms los inmersos en una sociedad como la nuestra en la que la injusticia y la violencia son el pan de cada da, buscamos el poder, el poder en relacin con algo o alguien y en nuestro caso especfico, buscamos el poder social; s, por ejemplo pregntese si no le gustara tener la capacidad de ordenar cualquier cosa, lo que quiera a alguien y que esa persona se la conceda... imagnese que pueda pedir desde que le traigan su dulce favorito hasta que por favor le derriben dos torres que le estn como estorbando..... no lo aprovechara? Pienso que la respuesta de la mayora sera que si y no digo con esto que el poder social sea algo malo y que por ende tendramos que negarnos si tuviramos esta oportunidad, solo pienso que es algo indebidamente usado y hasta maltratado. En nuestro mundo y especficamente en nuestro pas, cada vez menos lo que le ocurre al dominado le importa a quien tiene el poder y lo domina, facilitando as que el ejercicio del poder sea algo cada vez ms normal; adems, como dice Martn Bar: "...cuando la relacin de poder carece de suficiente justificacin moral, uno de los mecanismos ms accesibles para tranquilizar la propia conciencia es la devaluacin de la vctima" Cmo no pensar aqu en las miles de vctimas que pertenecen a la tierra de los excluidos, excluidos del poder, de un poder que es humo porque hoy lo tienes t, maana lo negocio yo y finalmente lo cambia otro, lo cambia tambin por humo, porque la fuerza social que lo sustenta, a veces, muchas veces, tambin se cansa de obedecer. A qu nos lleva entonces el poder social??? A mi modo de ver, el poder social mal encaminado, lleva a una colisin cultural, que bajo 8

aparente armona nos presenta interrogantes tan profundos como Qu hacer con el desafo de la diversidad humana? Y tambin nos responde: no piensen, ya todo est dicho, no es aceptada. Dnde est entonces la necesidad, la utilidad, del poder social? En el vnculo; vnculo entre quien ejerce el poder y el destinatario del mismo; vnculo que hace posible y al mismo tiempo necesita el poder; si los seres humanos no necesitramos establecer vnculos, tal vez la realidad social sera muy diferente... o tal vez no existira. Pienso que la utilidad del poder social reside en que lleva a las personas a crear, muchas veces sin querer o sin darse cuenta, estrechas relaciones que al mismo tiempo van estableciendo diversas formas de poder:

El poder recompensante: Capacidad de recompensar a una persona por cumplir con el comportamiento deseado.

El poder coercitivo: Capacidad para castigar a una persona por dejar de adecuarse.

El poder legtimo: Aceptar a una persona como agente de un orden social establecido.

El poder referente: Respeto o identificacin con una persona o grupo.

El poder experto: Reconocimiento de que otra persona tiene el conocimiento necesario para lograr una meta. (Dennis Coon. Psicologa, exploracin y aplicaciones.)

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VII.

CONCORDANCIA COMPORTAMIENTO

OBJETIVA DE LAS

ENTRE PERSONAS Y

EL LA

EXIGENCIA O PRESION GRUPALEl poder configura el quehacer de personas y grupos como actores sociales: Definiendo lo que hacen o pueden hacer, lo que les es permitido o no, lo bueno y lo malo.

Modelos de reaccin social ante el poder Articulacin del poder Conformismo

Inconformismo Psicopatologa Tensin-frustracin Agrupacin diferencial

Personalidad Grupo Cultura Institucin

"Autoritarismo" Minora/Mayora Rol

Estado de agente Prdida de controles

7.1

EL CONFORMISMO Dos aspectos del conformismo el aspecto externo o conductual y el interno o vivencial. De ah que no sea lo mismo...

Sometimiento externo: Aceptacin pblica y manifiesta de la norma grupal.

Sumisin interna: Acuerdo de la persona con la norma grupal.

Slo se puede hablar de conformismo cuando hay referencia a la norma grupal, no cuando el individuo prescinde de ella. Para juzgar el comportamiento inconformista-conformista hay que analizar:

La situacin social objetiva. La pertenencia a una clase social.

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La conciencia de clase para determinar el grupo de referencia y el criterio normativo que en ese grupo se tiene.

El conformismo, psicosocialmente hablando se puede explicar:

Como razgo de la personalidad. El individuo se hace conformista cuando el sistema social ha sido capaz de inculcar en l la necesidad de coincidir con los objetivos del sistema. Adopta las pautas culturales en las que vive y se somete al poder para adquirir seguridad y aliviar sus dudas. Las personalidades etnocntrica y autoritaria son conformistas por su identificacin plena con los objetivos del sistema. La rigidez mental es otra de sus

caractersticas.

Como producto de la presin grupal. Responde a la necesidad de sentirse parte coherente de un grupo social, sentir que la razn personal es tambin razn social vlida para todos. Responde a la necesidad de ser aprobado por el grupo, es decir responde a la presin del influjo, no del poder:

Si la posesin de recursos es lo que da el poder, lo que posibilita en influjo es un estilo de comportamiento coherente y consistente.

El conformismo siempre supone una comunidad de referencia del "sentido comn"

Como asuncin de un rol social. Los roles y sus estereotipos correspondientes son tan poderosos porque: 1) establecen una coherencia entre el comportamiento y el contexto, 2) adoptarlos, implica incorporar sus exigencias (experimento: representar los estereotipos de presos y guardias) y 3) la accin termina moldeando a las personas. El concepto de rol supone una consistencia o unidad en el comportamiento que de hecho no existe. El rol demanda el conformismo externo, no la sumisin interna.

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Como aceptacin obediente del quehacer rutinario. La proximidad o el aislamiento entre la vctima y el actor ("anonimato"), el contexto social, la uniformidad y la consistencia de las rdenes recibidas; afectan el nivel de obediencia. La esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona viene a considerarse a s misma como un instrumento que ejecuta los deseos de otra persona, y que por lo mismo no se tiene a s misma por la responsable de sus actos. Cuando el individuo se siente como parte de una estructura jerrquica cambia la referencia de control de su propia conciencia, a las normas emandas desde instancias superiores. La persona ya no acta como individuo autnomo sino como parte del sistema social (estado de agente). El "estado de agente" (preparado a travs de la socializacin de familia, trabajo, escuela, iglesia) refuerza la sumisin a la autoridad. La actitud obediente es actualizada en cuanto el individuo percibe la existencia de una autoridad. En la situacin concreta hay factores -personales,

circunstanciales e institucionales- que mantienen el "estado de agente". La institucionalizacin de la obediencia tiende a despojar al individuo de su conciencia de responsabilidad personal. El conformismo puede propiciarse tambin desintegrando

institucionalmente una accin en varios segmentos, cada uno de ellos sin el sentido global.

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7.2

FATALISMO Es un crculo vicioso del conformismo y una actitud bsica ante la vida. Tiene tres componentes:o o o

Afectivos: experiencia de impotencia Cognoscitivos: ideas y valoraciones aprendidos o impuestos Conductuales: mecanismo adaptativo, estrategia de

supervivencia. Es un sndrome actitudinal que le sirve a la misma persona.

Para comprenderlo hay que analizar el proceso histrico-social como se ha configurado. Cumple la funcin de mantener incuestionado el sistema opresivo Es un conformismo logrado sin la intervencin del poder Cuando el sistema establecido es cuestionado (P. Ej. mediante acciones noviolentas) salen a la luz el poder y la violencia ocultas en el funcionamiento "normal" del sistema.

7.3

INCONFORMISMO

7.3.1 Tipos de inconformismo Existen dos tipos de inconformismo:

Normativo: quebrantamiento de normas sociales sin rechazar el sistema

Sistmico: rechazo del sistema

7.3.2 Paradigmas Dos paradigmas tericos -opuestos- explican el inconformismo; aunque ambos presuponen la uniformidad sistmica de valores y normas y parten de diferentes ideas de lo que es el ser humano y la vida social.

Para el paradigma tradicional el inconforme es un delincuente, su falla es una alteracin a las exigencias propias de la vida social 13

y sus actos son "malos" en s mismos. La delincuencia es entendida desde la perspectiva de la ley (la ley es el intrprete del bien y del mal) y la responsabilidad delictiva reside nicamente en la persona.

Para el paradigma modernista el inconforme es un desviado o discrepante social y el quebranto de la ley es un "apartamiento" de la norma grupal, un acto disfuncional, no algo esencialmente malo. La responsabilidad reside tanto en la persona como en el sistema social.

7.3.3 Modelos del inconformismo:

Como producto de la tensin grupal: la falta de adecuacin entre fines socialmente establecidos y medios para conseguirlos, quita valor y fuerza a las normas. Cuatro formas "desviadas": La innovacin (transgrediendo las normas). El ritualismo (ya no se desea lo socialmente establecido). El retraimiento (la persona acude al escapismo rechazando fines y medios establecidos). La rebelda (adems de rechazar se promueve un nuevo sistema de fines y medios).

Como exigencia cultural: cuando la persona no puede conseguir el "status" en la cultura dominante, lo consigue en subculturas delincuentes donde se tiene fcil acceso a los medios ilegtimos. La persona aprende la conducta delictiva en interaccin con otras personas que pertenecen a sus grupos cercanos en donde adems de las habilidades delictivas hay todo un conjunto de motivaciones, actitudes y justificaciones para delinquir en donde las definiciones de los cdigos legales se usan para orientar los motivos en donde se crean nuevas definiciones favorables a la violacin a la ley en asociaciaciones que vara en frecuencia, duracin, prioridad e intensidad.

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Como prdida de control por parte de la sociedad: En algunas personas no se desarrolla la tendencia a actuar contra las normas por: Su apego a los dems. Su comportamiento conformista. Estar involucradas en actividades convencionales que lo

mantienen ocupado. Creer en la validez moral de las reglas sociales.

Una de las lecciones importantes del pensamiento de Marx, hoy ampliamente olvidada por los cientistas polticos modernos, pero que en nuestra opinin conserva an toda su fuerza y vigencia, es la idea de caracterizar a ese nivel de lo poltico humano, y de la poltica en general, en tanto esfera o actividad humana especfica, tan solo como una manifestacin derivada y dependiente, aunque revestida de formas propias y solo aparentemente autnomas, de lo propio social. Es decir, como lo repite muchas veces Marx, que ese nivel de la poltica no es un nivel autosuficiente, pues no contiene en s mismo las premisas de su propia autoexplicacin, con lo cual nos remite siempre, para su adecuada comprensin, a la consideracin de otros niveles de la propia vida social, a las realidades econmicas, o a los grupos y conflictos sociales, o a los movimientos y fuerzas sociales que, necesaria e ineludiblemente, subyacen siempre a esas realidades de lo poltico y de la poltica a todo lo largo de la historia humana. Porque es claro que la poltica, como actividad humana, y desde los lejanos tiempos de la Grecia antigua, no ha tenido nunca ni poda tener nunca un fin en s misma, sino que se constituye desde el origen y hasta hoy, como un mecanismo, o realidad o conjunto de relaciones y de configuraciones humanas, destinado a satisfacer necesidades y a cumplir objetivos que eran y han sido siempre, necesariamente, necesidades y objetivos no-polticos, extrapolticos o externos a esta misma esfera referida. 15

Pues el poder poltico no existe para el poder mismo, y una de las peores perversiones que padecen hoy las sociedades modernas ha sido justamente la de los polticos que creen efectivamente que este poder es un fin en s mismo, autosuficiente, y no un simple medio de otras realidades y dimensiones sociales. Con lo cual, simplemente ignoran la naturaleza esencial misma de eso poltico, que fue, desde Aristteles hasta hoy, slo un nivel derivado y siempre dependiente de lo propio social. Pues si el hombre es un animal poltico, eso slo quiere decir que es un miembro de la polis, es decir de la ciudad y de la comunidad griegas. Por eso la poltica, en su sentido originario y fundamental, es slo la actividad de gestin de los asuntos pblicos o comunes de esa misma comunidad, es decir de los problemas sociales colectivos que enfrenta dicha comunidad. Y an cuando la poltica se vuelve, ms adelante y en las sociedades divididas en clases sociales, una actividad explcita de marginacin de las clases populares, y de lucha por el mantenimiento del monopolio exclusivo de esa gestin de los asuntos pblicos en beneficio de los intereses y del dominio exclusivo de las clases explotadoras y hegemnicas, an en este caso la poltica sigue siendo un simple vehculo de expresin de disputas y de conflictos sociales, que son su ineludible sustancia permanente. Por eso el Estado ser para Marx, entre muchas otras cosas, tambin una simple comunidad ilusoria, y por eso el poder poltico ser siempre definido por el autor de El Capital, slo como una forma derivada, parasitaria y protocolizada, bajo la forma de aparatos e instituciones, del mismo poder social que dimana de la sociedad y de sus relaciones fundamentales. Y por eso tambin, es que Lenin pudo alguna vez decir que la poltica no era otra cosa ms que economa concentrada, mientras que Gramsci replanteaba nuevamente toda la teora poltica y toda la teora de la revolucin, desde su referencia hacia los procesos, una vez ms sociales, de la formacin de los bloques histricos y de la construccin

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de los mismos desde las clases y las fuerzas principales de una sociedad. Entonces, si esta actividad de la poltica es slo esa forma transfigurada y protocolizada del poder social, y tambin de las relaciones sociales y econmicas subyacentes, entonces es lgico que, dentro del claro contexto de la etapa terminal que hoy vive el capitalismo como sistema histrico, y de la crisis global de todas sus estructuras., se d tambin una crisis total de dicha actividad de la poltica moderna, que replantea de pies a cabeza todas sus formas tradicionales y habituales de funcionamiento, al mismo tiempo que transforma en caducas y disfuncionales a varias de sus relaciones y de sus mecanismos ms centrales. Adems, y como un proceso que avanza simultneamente a esta crisis y desestructuracin de todo ese nivel de lo poltico y de la poltica contemporneos, aparecen ya tambin ciertos sntomas que, en virtud de esta situacin de verdadera transicin histrica en curso que hoy vivimos, anuncian y prefiguran desde ahora y por adelantado el resultado final de todo este proceso, anticipando a la vez, en cierta forma, las posibles figuras de una eventual reorganizacin de estas mismas realidades humanas. Algo que, precisamente, da sentido y contenido a esa reivindicacin de otra forma de hacer poltica, enarbolada ahora por los neozapatistas mexicanos en la Otra Campaa. Lo que significa que lo que desde hace tres dcadas vivimos y presenciamos a nivel mundial, no es otra cosa que la verdadera muerte de la poltica en tanto que actividad humana de las sociedades, es decir la extincin definitiva de toda esa esfera de aparatos, instituciones, relaciones y realidades que nacieron hace ms de 2,500 aos, y que en estos tiempos recientes estn llegando ya al momento de su ciclo ltimo y definitivamente terminal. Porque tambin la actividad de la poltica es una ms de las expresiones de la profunda escasez humana que Jean-Paul Sartre, siguiendo a Marx, 17

teoriz tan acertadamente. Y entonces, con el fin de la escasez humana y del reino de la necesidad que le corresponde, y con la extincin de los antagonismos de clase y de las clases sociales mismas, vendr tambin necesariamente la extincin de todo ese reino de lo poltico y de la poltica que, durante milenios y siglos, fue una de las expresiones sesgadas y deformadas, aunque en ese momento necesarias, del propio poder social y de las realidades econmicas y sociales que soportaban a dichas formas de la poltica y de lo poltico humanos. Extincin o muerte de la poltica, que es la que Marx anuncia en su libro de la Miseria de la filosofa, cuando vaticina que, en una sociedad sin clases, las evoluciones sociales ya no revestirn nunca ms la forma de revoluciones polticas. Lo que implica que este complejo proceso del fin histrico de todas estas estructuras de larga duracin, que constituan a la esfera de la poltica y de lo poltico humanos, est sin duda en la base de una crisis mltiple, cuya primera vctima es el propio Estado contemporneo. Pues es evidente que hoy estn en una profunda e irreversible crisis final todas las estructuras estatales del planeta, las que en las tres ltimas dcadas han perdido, en todas partes, una buena dosis de su antigua credibilidad, para dar paso al desarrollo de un antiestatismo un poco difuso, pero muy ampliamente difundido y arraigado en prcticamente todas las naciones del orbe. Y junto a esto, los Estados de todo el planeta se han sumido por igual en la llamada crisis fiscal del Estado contemporneo, a la vez que poco a poco dejan de ser capaces de cumplir sus tradicionales y ms bsicas tareas, las tareas de proveer a sus respectivas poblaciones de los servicios elementales de la salud pblica, la educacin impartida por el Estado, y la mnima seguridad general. Crisis del Estado en todas sus dimensiones, que se acompaa, tambin en todas partes del mundo, de una crisis de legitimidad de la actividad de la poltica en general, la que ahora es vista por la gente comn y corriente, lo mismo en Francia que en Mxico, e igualmente en Rusia, 18

Argentina, Estados Unidos o China, que en Nigeria, Irn, Japn o Brasil, como una actividad nefasta y semicorrupta, casi ineludiblemente vinculada al trfico de influencias y a los manejos sucios y turbios, y plagada de nepotismo, traiciones, acuerdos de cpula al margen de las bases, y oscuros arreglos y alianzas poco honestos y transparentes. Situacin entonces de vasta crisis mundial de la poltica y lo poltico, que anticipa y prefigura esa muerte o extincin final de ambas ahora en curso, y que est en la base del grito de los argentinos cuando reclaman Que se vayan todos!, refirindose justamente a absolutamente todos los miembros que componen a su clase poltica, en general y sin ninguna excepcin, lo mismo que en la sabia consigna neozapatista que reclama que la nica poltica que hoy tiene sentido, es aquella que se basa en el principio de que el que manda, debe de mandar obedeciendo, principio que niega y contradice de raz a toda esa actividad humana de la poltica, tal y como ella ha sido concebida y practicada no slo en los ltimos quinientos aos, sino a lo largo de todo su milenario itinerario. Proceso global de crisis en su conjunto de toda esta esfera de la actividad humana de la poltica, que tambin se expresa, entonces, en el mbito de la relacin entre las masas y los lderes, y en la relacin entre los movimientos sociales y sus dirigencias, provocando que en los ltimos seis o siete lustros se hayan difundido con fuerza y por doquier, no slo esa desconfianza generalizada frente al Estado y frente a los polticos profesionales, de cualquier signo ideolgico que sean, sino tambin el reclamo de construir organizaciones y movimientos con estructuras menos verticales y jerrquicas, estructuras que hasta hoy han concentrado todo el poder de decisin en la cspide de la pirmide, para sustituirlas por estructuras organizativas mucho ms horizontales, ms democrticas, y ms descentralizadas y desconcentradas en cuanto a esa gestin y esa definicin de las decisiones principales a tomar. Crisis de las formas antiguas del liderazgo, y an del liderazgo genuinamente popular, que al expresar la muerte de la poltica hoy en 19

curso, anticipan el proceso necesario en el cual lo social volver a reabsorber a lo poltico, y a sus funciones principales, devolvindole a las fuerzas sociales, a las clases subalternas y a los movimientos populares, la gestin y la conduccin no slo de sus propias luchas y de sus combates actuales, sino ms adelante de sus propios destinos y de todo el conjunto de sus acciones en general. Lo que sin embargo, no debe interpretarse en el absurdo sentido de que haya que tratar de cambiar el mundo sin tomar el poder, ni tampoco en la lgica de que debemos abandonar todo tipo de trabajo poltico o toda actividad poltica posible, sino ms bien en el sentido racional de que debemos asumir con plena conciencia que trabajamos dentro de este contexto especfico, en donde dicha actividad humana de la poltica tradicional est desestructurndose y desmoronndose frente a nuestra propia mirada, y que por lo tanto debemos de actuar dentro de este mismo contexto, con el objetivo de acelerar esa inminente e ineludible muerte de la poltica hoy ya en curso, impulsando desde ahora esa reabsorcin de lo poltico por parte de lo social, a la vez que reivindicamos lo que es en el fondo lo mismo que esa otra forma de hacer poltica defendida por la Otra Campaa, slo tiene sentido en la medida en que sirve a lo social y se subordina a l, es decir en la medida en que el que manda, manda obedeciendo, y en que las decisiones fundamentales son tomadas por las masas y no por los dirigentes, a la vez que estos sirven al movimiento y no se sirven de l, y en que el eje principal de toda estrategia y tctica posibles es el fortalecimiento de dicho movimiento y la conquista real de las demandas populares, y no la bsqueda de puestos polticos, o de ventajas o micropoderes diversos, para los lderes o dirigentes en turno, de esas masas y esos movimientos. Es decir, lo que desde hace varios aos han planteado de distintas maneras los neozapatistas mexicanos, el Movimiento de los Sin Tierra brasileo, los piqueteros y trabajadores argentinos o los indgenas bolivianos, o ecuatorianos, entre otros. Y que ahora vuelven a refrendar los dignos indgenas neozapatistas mexicanos con su inteligente iniciativa de la Otra Campaa, y con su claro reclamo de una 20

radicalmente nueva y distinta Otra poltica, concebida precisamente en este sentido alternativo recin explicado. Y es al interior de este especfico contexto, de lo que hoy es la poltica contempornea, que aqu hemos esbozado de manera muy somera y puntual, que se explica tambin ese desfase recurrente entre los lderes de los movimientos populares y estos mismos movimientos, desfase que trasciende a la inteligencia, a la abnegacin, a la capacidad, a la voluntad, o a la firmeza o claridad de dichos lderes, para expresar ms bien y en un nivel ms profundo, ese proceso hoy en curso mediante el cual las fuerzas, las clases y los movimientos sociales populares se reapropian por distintas vas las funciones que tradicionalmente y hasta ahora haban sido cumplidas por sus lderes. Lo que no es mas que otra manifestacin adicional de esa verdadera crisis de larga duracin de las estructuras centrales de ese mundo de la poltica moderna, de esa real desintegracin definitiva y terminal del referido universo de lo poltico humano, y de su lenta reabsorcin por parte de lo social. Con lo cual, resulta claro que esa dinmica reiterada de desajustes y desencuentros cada vez ms frecuentes entre los movimientos sociales y sus dirigentes, no es mas que la expresin de ese necesario proceso de recuperacin, por parte de las clases subalternas y de las masas populares, de un protagonismo mas directo, mas permanente y mas colectivamente participativo, protagonismo que al eliminar la tradicional delegacin de tareas, decisiones y responsabilidades en los lderes, replantea necesariamente y de una manera total el vnculo interno al movimiento entre su dimensin social y su mbito poltico, y en consecuencia tambin la funcin, el estatuto y la relacin con esos mismos lderes o dirigentes mencionados. Porque el destino de la lucha social, y de la protesta y la resistencia popular, es algo demasiado importante como para delegarlo totalmente en las manos y en las decisiones de esos pocos dirigentes. Y puesto que vivimos ya la lenta agona y muerte de la poltica como actividad humana, por eso ahora las clases subalternas y las masas populares en 21

general reclaman ampliamente un mucho mayor protagonismo directo en la conduccin general y en la marcha misma de sus vastos movimientos sociales, siendo ms vigilantes y ms crticos frente a sus distintos lderes o dirigentes, y expresando ms abiertamente su acuerdo o su desacuerdo respecto de cualquier decisin, o poltica, o postura, o definicin de estos ltimos, que contradiga, pero tambin y por el contrario, que eventualmente exprese adecuadamente y valide y apoye, sus necesidades y exigencias ms vitales y fundamentales.

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CONCLUSIONES

El poder social surge cuando las personas se renen y desaparece

cuando se dispersan, es decir, el verdadero poder del poder social se halla en el vnculo social. Los sistemas sociales estn basados en fuerzas de poder que persiguen intereses, influyendo as en el ser y quehacer de las personas. La voluntad de poder est inmersa en cada ser humano, constituyndose en ocasiones en la nica manera de relacin que lleva consecuentemente a la devaluacin del dominado. El poder social no se posee sino que se ejerce ya que es inherente a toda condicin humana que conlleve en s misma un vnculo social. El poder social es un factor determinante en nuestra vida, desde sus dos

paradigmas; El Jurdico: aquel que es utilizado por los gobernantes de nuestro pas y el cual distribuye los miembros segn su parecer, y El Estratgico: el cual se utiliza en todas las relaciones para encausar aquel que tiene mayor condicin de superioridad. Desde un sistema simple de gobierno como el de nosotros mismos se

ven reflejadas las injusticias que se producen por un mal manejo del poder y como est antes expuesto la manipulacin de los individuos mediante diferentes mecanismos, como la fijacin y rastreo a un lder o modelo perfecto de seguimiento sin un previo racionamiento, ni conciencia de los propios actos, los cuales se adaptan a los modelos predeterminados de vida que se ven en los dems sin tener una identidad individual ni una propia ideologa. Los gobiernos y los partidos polticos normalmente tienen que seguir de

cerca las actividades de la sociedad civil porque saben que en cualquier momento ella puede manifestarse en forma de apoyo o de acusacin, segn corresponda, de acuerdo con la conducta del gobierno o de los partidos aludidos. Esto no significa por s mismo que la sociedad civil tenga una beligerancia poltica permanente, porque los integrantes de esa sociedad pueden pertenecer perfectamente a los partidos y adems estar identificados, cuando est justificado, con el gobierno. Pero 23

prevalece siempre, o debe prevalecer, el concepto de lo que representa el poder civil de esa sociedad. Ese poder, en el momento en que se movilice frente a una emergencia nacional, frente a una crisis poltica, tiene mucho valor. Las cmaras de comercio, los organismos profesionales, las entidades

que aglutinan sectores del pas segn sus actividades, deben funcionar eficientemente de acuerdo con sus propsitos bsicos, as como deben estar en condiciones de defender los intereses nacionales cuando las circunstancias lo requieran. En ciertas situaciones la sociedad civil tiene tanto o ms poder que la sociedad poltica.

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BIBLIOGRAFA

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