CONCLUSIONES

La localización de la I.A.A. en los países desarrolladosdependía hasta hace poco tiempo de los condicionantes deri-vados de los sistemas de producción agraria, pero el progresotecnológico ha impulsado el desplazamiento de una parte desus si^bsectores hacia el medio urbano-industrial. El progresoen las infraestructuras de transporte y comunicación y en lastecnologías de transformación y distribución agroalimentariashan sido, entre otros, elementos que han contribuido aimpulsar estos cambios locacionales. Sin embargo, la progresi-va terciarización de la economía determina que en la actuali-dad el factor más influyente de dichos desplazamientos haciael medio urbano sean las economías externas, consideradasen sentido amplio. La accesibilidad a adecuados nudos deinfraestructuras de transporte es juzgada también hoy en díacomo decisiva en el proceso de localización agroindustrial.

No obstante, las zonas de producción primaria continíianimprimiendo ventajas significativas para un buen níimero desubsectores, habitualmente de primera elaboración. Sinembargo, incluso en estos casos, es conveniente la existenciade unos requerimientos mínimos de determinados factoreslocacionales para el funcionamiento adecuado de las empresas.

La bibliografía sobre Economía Agroalimentaria no hacontribuido apenas al estudio del comportamiento espacial

. de la I.A.A. y de su articulación con el desarrollo regional. Enun contexto internacional de integración creciente de las

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economías de los países comunitarios ante el Mercado Unico,así como de estancamiento de la demanda alimentaria, laexpansión de los grandes grupos transnacionales alimenta-rios, que ejercen un control progresivo de la cuota de merca-do, ha determinado una competencia empresarial muy inten-sa en nuestro país. De este modo, se producen apreciablesdesequilibrios estructurales en las pequeñas y medianasempresas agroindustriales españolas. Este proceso está tenien-do particular incidencia en el medio rural, donde una granparte de las industrias son de tamaño bastante reducido y tie-nen unas características estructurales y productivas inadecua-das. A pesar de la existencia de una elevada tasa de desapari-ción de establecimientos, el proteccionismo existente frenteal mercado exterior ha permitido mantener hasta hace algúntiempo la supervivencia de numerosas P.Y.M.E.s agroindus-triales en áreas rurales.

La creciente consolidación de dicho modelo agroalimen-tario determina que las economías de escala de la comerciali-zación tengan una influencia progresiva en la I.A.A. Estoshechos, alentados por el cambio tecnológico y por la necesi-dad cada vez mayor de un determinado umbral de economíasexternas, van a repercutir en que prosigan los cambios en lastendencias de localización agroindustrial. Es decir, en aque-llas actividades donde los sistemas de producción agraria tie-nen todavía una gran influencia sobre su distribución territo-rial, puede continuar quebrándose la concordancia espacialque aún subsiste hoy en día con el sector agrario. Dicho pro-ceso puede determinar que se incline más la balanza hacia losfactores territoriales relacionados genéricamente con las eco-nomías de aglomeración' urbano-industriales, prosiguiendocon mayor fuerza las actuales tendencias de desplazamientogeográfico del conjunto de la I.A.A.

Por otra parte, las conversaciones del G.A.T.T., así como lareforma de la P.A.C. desde una óptica menos proteccionista,están generando también cambios sustanciales en el mapa dela producción agraria. Por tanto, cada vez cobran una mayorimportancia los criterios concurrenciales en los mercadosinternacionales de materias primas agrícolas y de productosagroindustriales de primera transformación. En consecuen-

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cia, este proceso también puede tener efectos inmediatossobre la localización agroindustrial cuando ésta responda ími-camente a la lógica de las ventajas regionales comparativas.

Sin embargo, en contraposición con el inodelo dominan-te, es necesario potenciar alternativas que propicien un desa-rrollo adecuado de canales comerciales de productos de cali-dad y con un cierto grado de diferenciación local. En nuestraopinión, el estrato de pequeñas y medianas industrias disemi-nadas en el medio rural español puede seguir este tipo deestrategia, que requiere la transformación de productos cuyacuota de mercado se aparte claramente de la correspondientea los grandes grupos alimentarios.

Por lo tanto, pensamos que la LA.A puede continuardesempeñando una función importante en el desarrollo localespañol, contribuyendo a la diversificación de sus actividadeseconómicas y generando un cierto nivel de economías deaglomeración. Las actividades de primera transformación,por su especial adaptación a los fenómenos de industrializa-ción rural, pueden servir para facilitar la conexión de las uni-dades de producción agraria con las necesidades del mercadoy para canalizar un cierto proceso de modernización y espe-cialización de las explotaciones.

En estas coordenadas económicas y territoriales, hemosverificado que la literatura que aborda la distribución espacialde la industria, se centra en líneas generales sólo en el análisisde las concentraciones agroindustriales, o bien en modelosdestinados a la selección de una serie de puntos privilegiadosen el eŝpacio para la ubicación de núevas plantas, no tenien-do en cuenta numerosas variables explicativas. El problemafundamental con el que se enfrenta la aplicación de las prin-cipales teorías de localización es la suposición de que el deci-sor es un empresario individual caracterizado por un conoci-miento completo de la información relacionada con la locali-zación industrial, cuando la realidad económica se aleja bas-tante de ese hipotético empresario racional.

El presente trabajo ha tenido como principal finalidadproponer una metodología que integre las fases de análisis ytoma de decisiones de localización agroindustrial, medianteuna óptica de desarrollo regional que aúne los puntos de vista

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público y privado. En consecuencia, hemos adoptado el crite-rio de comenzar aplicando un enfoque procedente de losanálisis empíricos, qŝe utilizan agregados espaciales y sebasan en la situación actual de la localización sectorial; estetipo de investigaciones, más que preocuparse de las hipótesissobre el comportamiento de los agentes económicos, centrasu interés en los mecanismos que definen una realidad con-creta. Por otro lado, desde el punto de vista de la modeliza-ción posterior, hemos estimado más realista plantear el pro-blema en términos de búsqueda de un lugar satisfactorio den-tro de una serie de zonas más o menos restringida.

El estudio de los factores de localización de la I.A.A. y, enparticular, de los subsectores de primera transformación,requiere metodológi•amente un tratamiento específico conrespecto al conjunto del sector industrial; por el hecho deque su comportamiento territorial presenta una serie de ras-gos diferenciales: tiene menores restricciones locacionales yes significativa la influencia de los sistemas agrarios en la ubi-cación de las plantas.

Tampoco ‚a sido frecuente la investigación de los efectosde las implantaciones agroindustriales en el desarrollo regio-nal. A pesar de haber constatado la gran dificultad que supo-ne la evaluación de las consecuencias de la instalación deI.A.A.s en la articulación socioeconómica de los diferentesespacios de una región, hemos pretendido examinar el para-lelismo entre los comportamientos observados de dichosfenómenos.

Nuestro esquema teórico ha tenido como propósito alcan-zar el difícil equilibrio entre los criterios de eficiencia y equi-dad en la articulación espacial de la I.A.A. En este sentido,hemos pretendido enfocar el problema locacional interrela-cionando, además de los aspectos relativos a la estructuraterritorial del sector, los elementos causales correspondientesa los factores de localización, así como las cuestiones relativasa la tipología del desarrollo regional, en su óptica de correc-ción de las disparidades geográficas.

Una de las principales preocupaciones de nuestro trabajoha consistido en contribuir a la definición y discusión de con-ceptos, variables y objetivos a incluir en los análisis y las políti-

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cas de localización agroindiistrial. Los resultados del estudioempírico nos han definido una serie de indicadores sintéticos,que he^nos adoptado como criterios de planificación:

- Localización y estructura territorial de la LA.A.(la):localización y dimensión; relación capital-trabajo; estacionali-dad y eventualidad.

- Factores de localización: disponibilidad en factoresurbano-industriales y agrarios; accesibilidad locacional.

- Tipología del desarrollo regional: desarrollo global;intensificación, modernización y productividad agrárias.

Posteriormente, tras la delimitación de una serie de alter-nativas de política de ordenación agroindustrial, se han espe-cificado una serie de objetivos y restricciones, que definen elmodelo de toma de decisiones l^cacionales.

En lo que respecta a la dc^f i n ic ión de objetivos, calculadosmediante los factores del análisis empírico, hemos tenidocomo propósito emplazar las nuevas inversiones en aquelloslugares que cumplían en la medida de lo posible las siguien-tes características:

- Que la localización se llevara a cabo en los municipiosqué tuvieran la mayor dotación posible en factores de localiza-ción, en una doble vertiente de disponibilidad y accesibilidad.

- Que la toma de decisiones determin;u-a la mayor con-tribución posible a la reducción de los dea^^^liiilibrios regiona-les en materia de desarrollo general y agrario.

En lo que concierne a los resultados de la aplicaeión de lametodología propuesta a nuestro ámbito geográfico y secto-rial, el primero de los tres ejes conceptuales del análisis empí-rico ha tenido como propósito verificar cuáles son los elemen-tos de las variaciones espaciales en la I.A.A. (1 °) de Murcia quemanifiestan una mayor relación con el concepto de localiza-ción, del que se han obtenido las siguientes conclusiones:

- Se cumple la premisa de que la dimensión se comportaen el espacio paralelamente a la localización. Salvo en las ciu-dades de mayor rango, las concentraciones más importantesdel sector suelen coincidir también con una alta especializa-ción agroindustrial de las economías locales.

- Por el contrario, los componentes territoriales del pro-ceso de reconversión estructural, reflejados aquí mediante la

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relación, capital-trabajo, se muestran independientes de losfenómenos locacionales, al menos para el conjunto del mediorural provincial.

- Los hándicaps estructurales del sector, definidosmediante la estacionalidad y la eventualidad, no manifiestantampoco ningún paralelismo espacial con respecto a la locali-zación, salvo en los municipios más pequeños y con un mayornivel de marginación. socioeconómica. Tanto en este casocomo en el referente a la relación capital-trabajo, intuimosque en su explicación existen también componentes de carác-ter subsectorial.

Podemos destacar los siguientes aspectos relacionados conla caracterización de los factores de localización:

- Como elementos explicativos, dos conceptos se com-portan en el espacio de manera independiente entre sí: la dis-ponibilidad de factores de localización en el propio munici-pio y la accesibilidad a los mismos en otras áreas. Se hademostrado que constituyen dos enfoques diferentes y com-plementarios de esta problemática, lo que a la hora de indu-cir la instalación de nuevas industrias puede reflejar un apre-ciable nivel de sustitución entre ambos.

- El concepto de disponibilidad se caracteriza, por una

parte, médiante factores de índole urbano-industrial, en losque prevalece su vinculación conceptual a las economíasexternas: potencial de población y dotación en economías deurbanización y de aglomeración industrial. Por otra parte, sudefinición se complementa incluyendo los factores ligados al

potencial agrario.- La accesibilidad locacional ha sido reflejada en nuestro

análisis como la mayor o menor facilidad para trasladarse des-de un punto de ubicación a los diferentes nudos e infraes-tructuras de transporte de la región, fundamentalmente rela-cionados con la red viaria. Este factor toma también en consi-deración el mayor o menor tiempo empleado en recorrer ladistancia que separa los municipios de los centros de serviciosy de los centros gravitacionales de expedición y mercado deproductos.

- La distribución espacial actual de la LA.A.(la) de Mur-cia tiene un comportamiento paralelo al factor de disponibili-

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dad en el conjunto de factores de localización, pero la vincu-lación causal es mayor con aquellos que tienen un carácteragrario. Por otra parte, se muestra globalmente independien-te de la accesibilidad.

El análisis de los aspectos de la tipología del desarrollo regio-nal que guardan mayor relación con los efectos potencialesde las implantaciones agroindustriales, ha conducido a lossiguientes resultados:

- Se muestran espacialmente independientes entre sídos conceptos que definen básicamente la tipología del desa-rrollo murciano: nivel de desarrollo general y, por otro lado,modernización, intensificación y productividad agrarias.

- Asimismo, la localización de la I.A.A. (la) experimentaglobalmente una ausencia de correlación geográfica con ladistribución territorial de los dos factores mencionados. Noobstante, esto no significa que el crecimiento agrario yagroindustrial no haya contribuido a la expansión del sistemasocioeconómico regional.

- El desarrollo global es definido mediante indicadoresdel nivel de bienestar, de los porcentajes de población ocupa-da en los sectores primario y terciario y de la dinámica demo-gráfica. Sin embargo, no intervienen directamente en sucaracterización, con respecto al conjunto de la región, lasvariables relativas a la especialización industrial y ál grado deutilización de la fuerza de trabajo.

- El concepto de desarrollo agrario aparece delimitadoespacialmente según sus facetas de modernización, intensifi-cación y productividad. No obstante, su grado de variabilidadterritorial es menor que en el caso del desarrollo global, porlo que tiene una menor influencia que otros factores en laobtención de zonas homogéneas, a causa de la generalizacióndel modelo de regadío a una parte considerable de la superfi-cie regional. En la definición de este factor participan el gra-do de mecanización, la dedicación al regadío y la productivi-dad de la tierra; por el contrario, dicho indicador de síntesisno incorpora ni los trasvases intersectoriales de mano de obraagraria ni la estructura del factor tierra.

En lo que respecta a la concreción de las interrelacionesentre los ejes conceptuales mencionados en los diferentes

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espacios regionales, la delimitación de zonas homogéneas nos haofrecido una serie de resultados de gran interés. Existe uncierto paralelismo entre la distribución territorial de la LA.A.(la), los factores de localización y el nivel de desarrollo glo-bal en el ámbito de las mayores aglomeraciones urbanas dela Comunidad y en las áreas desfavorecidas.

Por el contrario, en las categorías de municipios interme-dias tiene lugar el menor grado de correlación entre el com-portamiento espacial de dichos fenómenos: unos niveles deimplantación agroindustrial y unas dotaciones en factores delocalización medios o altos se producen en áreas con gradode desarrollo muy diferentes. Las soluciones del modelo detoma de decisiones demuestran precisamente que es dichoámbito geográfico el que se muestra, en sentido amplio,potencialmente sujeto a la aplicación de una política de loca-lización agroindustrial que integre los principios de eficienciay equidad. Son las áreas que sobrepasan un umbral suficientede factores de localización y en las cuales la implantación denuevas inversiones agroindustriales no contribuye a potenciarlas disparidades regionales.

En este sentido, hemos verificado la factibilidad de elabo-rar un método de localización que tenga la finalidad de pro-mover un desarrollo espacial más equilibrado. Ha sidoexpuesta la posibilidad de combinar objetivos de políticaregional que muestran una alta contraposición entre sí, comohemos demostrado, y obtener una solución de compromisoentre ellos.

En cuanto a la contrastación de las hipótesis planteadasen la Introducción, hemos observado que existe un claroparalelismo entre la distribución territorial de la LA.A. (la)de Murcia y el comportamiento geográfico de determina-dos factores de localización. Sin embargo, un alto nivel deintegración de los subsectores agroalimentarios y asociadosno se traduce siempre en una correspondencia directaentre la distribución espacial de la I.A.A. ( la) y la relativa algrado de desarrollo de las diferentes áreas regionales.

Con respecto a los factores de localización de la LA.A. (la),existe en nuestro caso una mayor vinculación a los sistemasde producción agraria que a los fenómenos de urbanización e

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industrialización. La producción de materias primas constitu-ye un elemento decisivo en la implantación y expansión deunidades de transformación en gran parte del territorioregional. En lo que concierne a los aspectos de accesibilidad,aunque los principales ejes de concentración agroindustrialtambién se ubican en las vías de comunicación más importan-tes, este efecto se complementa a escala macrorregional conla emergencia de un tejido agroindustrial difiiso; por tanto, seconstata una cierta independencia entre ambos fenómenoscuando consideramos el conjunto provincial.

Podemos afirmar la existencia de una aceptable concomitan-cia entre los fenómenos urbano-industriales y los agroalimenta-rios en una parte considerable de la Comunidad. Este procesoha dado lugar a la creación, sobre todo en los níicleos agroal'i-mentarios más dinámicos de la región, de un entorno de econo-mías externas favorable a la génesis de nuevas actividades.

La LA.A. ha contribuido, conjuntamente con el sectoragrario, a una clara expansión del desarrollo local en los núcleosde la Vega del Segura y dicho modelo se ha extendido progre-sivamente a otras zonas, teniendo como mó^^il el regadío. Seconforma así un espacio de relaciones socioeconómicas quevertebra cada vez más el territorio murciano. Sin e^nbargo,determinados municipios, minoritarios desde el punto de vis-ta de su superficie y situados en el estrato de los niveles supe-riores de desarrollo, distorsionan la relación directa entre elnivel de bienestar y la localización agroindustrial, debido aque la expansión económica ha sido impulsada por sectoresno agroalimentarios.

Otro elemento decisivo en la ausencia de correlaciónentre la implantación del modelo agroalimentario dominantey el nivel de desarrollo, se concreta territorialmente en lazona homogénea de preferente aplicación de nuestra políticade ordenación agroindustrial ^. En estas áreas se encuentrarelativamente consolidado el modelo de regadío murciano,pero su economía difiere de la correspondiente a los núcleosagroalimentarios más dinámicos de la región 2. A pesar de

^ Es el grupo C en la delimitación de zonas homogéneas del Capítulo N.z Grupo B.

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existir un aceptable grado de implantación agroindustrial, lamayor excentricidad geográfica y el menor grado de cone-xión con los mercados hasta épocas recientes, han determina-do que no se generaran actividadés en aval que ejercieran elsuficiente liderazgo con respecto a los procesos de comerciali-zación y constituyeran los elementos desencadenantes de unmayor nivel de bienestar.

En definitiva, hemos comprobado que se cumple elsupuesto que concede a las economías externas un papel pri-vilegiado en las tendencias recientes de localización indus-trial. Esta premisa parece verificarse incluso en el caso de lossubsectores de primera transformación agroindustrial, en loscuales se ha demostrado una estrecha relación espacial conlos sistemas agrarios locales, y en un ámbito geográfico comola Región de Murcia, donde se ha afianzado un modelo dedesarrollo agroalimentario con una gran influencia en lascoordenadas estructurales de la economía regional. La conso-lidaçión de determinados fenómenos aglomerativos a ciertaescala se revela como un elemento indispensable, no sólo enlo que concierne a los factores de localización, sino tambiéncon respecto a la difusión territorial de los efectos en el desa-rrollo global.

Por otra parte, no parece confirmarse claramente la dico-tomía locacional de la I.A.A. (la) entre las áreas rurales deproducción agraria y el medio urbano-industrial, puesto queambos tipos de factores son complementarios a la hora deestablecer una red sólida de relaciones interempresarialesentre las explotaciones agrarias, las empresas agroindustria-les, de distribución, de servicios a la producción y las indus-trias auxiliares. No obstante, se ha demostrado que una agri-cultura rica e intensiva ha constituido una condición necesa-ria, pero no suficiente, para que el modelo agroalimentarioregional condujera en todos los espacios afectados a la gene-ralización de un alto nivel de desarrollo socioeconómico.

Por ello, es conveniente impulsar alternativas de industria-lización que permitan contribuir a una mayor articulación delespacio rural. Sin embargo, hemos contrastado la dificultadde generar procesos estables de desarrollo agroalimentarioen las áreas desfavorecidas, pues asistimos a la inexistencia de

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una mínima dotación de factores locacionales. En este senti-do, hay que ser conscientes del estrecho margen existente enel contexto de las políticas de localización agroindustrial,debido a que las coordenadas actuales de la economía euro-pea priman con intensidad creciente los objetivos de eficien-cia y están reforzando las tendencias apuntadas de desplaza-miento geográfico de la LA.A. hacia el medio urbano-indus-trial. Asimismo, advertimos la conveniencia de que los entespúblicos estimulen las experiencias autóctonas sin que elmodelo corresponda a una implantación exógena y ajena alas motivaciones locales. Las actividades a instalar han deencontrarse en consonancia con las potencialidades de apro-vechamiento de los recursos de la zona, tanto en lo que serefiere al factor trabajo como a las iniciativas empresariales, alas materias primas agrarias o a los procesos de transforma-ción con cierto grado de diferenciación local.

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