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PREPARACIÓN PARA EL PROCESO DE APRENDIZAJE LECTURA N° 8: CONDUCTAS INTELIGENTES Tomado con fines instruccionales de: Costa, A. (1996) ¿Qué hacen los seres humanos cuando se comportan inteligentemente y cómo pueden serlo aún más? California: Universidad de Sacramento. Cuando enseñamos o aprendemos a pensar, no sólo estamos interesados en cuántas respuestas las personas conocen o conocemos, sino también en saber cómo nos comportamos cuando no sabemos. Las conductas inteligentes se ejecutan en respuesta a preguntas y problemas cuyas respuestas no se conocen inmediatamente. Nos interesa observar cómo el común de la gente produce el conocimiento más que cómo meramente reproduce el conocimiento. El atributo crítico de los seres humanos inteligentes es no sólo tener información, sino saber cómo actuar con ella. Por definición, un problema es cualquier estímulo, pregunta, tarea, fenómeno o discrepancia cuya explicación no se conoce inmediatamente. Por lo tanto, estamos interesados en concentrarnos en la ejecución de las personas bajo aquellas condiciones retadoras que exigen razonamiento estratégico, perspicacia, planificación, perseverancia, creatividad y destreza para resolver un problema complejo.

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Material de apoyo unidad II

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PREPARACIÓN PARA ELPROCESO DE APRENDIZAJE

LECTURA N° 8: CONDUCTAS INTELIGENTES

Tomado con fines instruccionales de:

Costa, A. (1996) ¿Qué hacen los seres humanos cuando se comportan

inteligentemente y cómo pueden serlo aún más? California: Universidad de

Sacramento.

Cuando enseñamos o aprendemos a pensar, no sólo estamos interesados en

cuántas respuestas las personas conocen o conocemos, sino también en saber cómo

nos comportamos cuando no sabemos. Las conductas inteligentes se ejecutan en

respuesta a preguntas y problemas cuyas respuestas no se conocen inmediatamente. Nos

interesa observar cómo el común de la gente produce el conocimiento más que cómo

meramente reproduce el conocimiento. El atributo crítico de los seres humanos

inteligentes es no sólo tener información, sino saber cómo actuar con ella.

Por definición, un problema es cualquier estímulo, pregunta, tarea, fenómeno o

discrepancia cuya explicación no se conoce inmediatamente.

Por lo tanto, estamos interesados en concentrarnos en la ejecución de las personas

bajo aquellas condiciones retadoras que exigen razonamiento estratégico, perspicacia,

planificación, perseverancia, creatividad y destreza para resolver un problema

complejo.

Una forma de recoger evidencias de la ejecución y del crecimiento de la

conducta inteligente es agudizando la observación de niños, jóvenes y adultos. Mientras

ellos interactúan con problemas cotidianos, en sus centros educativos, en sus hogares,

en sus lugares de trabajo; solos y con amigos, podemos recolectar anécdotas y ejemplos

de expresiones escritas y visuales que indican la ejecución crecientemente voluntaria y

espontánea de conducta inteligente.

Estamos comenzando a redefinir lo que significa inteligencia como algo más que

una simple puntuación en una prueba, lo cual de acuerdo con Sternberg (1997), tiene

poca calidad predictiva en cuanto al éxito en la vida futura.

Las conductas inteligentes pueden ser enseñadas, practicadas y aprendidas (Whimbey,

1976 y Perkins, 1995). ¿Qué conductas son propias del solucionador de problemas

eficiente? ¿Qué es exactamente lo que hacen los seres humanos cuando se comportan

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inteligentemente? La investigación sobre el pensamiento efectivo y la conducta

inteligente por Feurstein (1980), Glatthorn y Baron (1985), Sternberg (1985), Ennis

(1985), Goleman (1995) y Perkins (1995) indican que hay algunas características

identificables en los pensadores efectivos. No son necesariamente científicos, artistas,

matemáticos o los ricos quienes muestran estas características. Han sido identificadas en

mecánicos, maestros, empresarios, vendedores y padres exitosos, personas en todas las

esferas de la vida.

Las siguientes son una docena de características de conductas inteligentes que

educadores, políticos y padres, entre otros, pueden observar, aprender y enseñar. Este

listado no está completo. Mientras pensemos y estudiemos más sobre las conductas

inteligentes, descubriremos indicadores adicionales del crecimiento de las habilidades

del pensamiento:

1. Persistencia

Podría definirse como el acto de insistir reiteradamente cuando la solución a un

problema no es aparentemente fácil. Quienes se inician, sin preparación alguna en la

investigación, en la educación o en la política, frecuentemente renuncian angustiados

cuando la respuesta a un problema no se conoce inmediatamente, a veces estrujan sus

notas y las botan diciendo: “no puedo hacer esto”, “es muy difícil”, dan cualquier

respuesta para terminar lo más rápido posible, o peor aún toman decisiones apresuradas

sin medir las posibles consecuencias. Ellos carecen de la habilidad para analizar un

problema, para desarrollar un sistema, estructura o estrategia de ataque al problema.

Las personas persistentes muestran conocimiento en las habilidades de pensar

cuando aumentan el uso de estrategias alternativas de solución de problemas. Ellas

recolectan pruebas para indicar que su estrategia de solución de problemas está

funcionando, y si una estrategia no funciona, saben cómo retroceder e intentar otra.

Ellas tienen métodos sistemáticos de analizar un problema, conociendo las formas de

comenzar, los pasos que deben realizarse, qué datos necesitan ser generados o

recolectados.

2. Manejo de la impulsividad

Con frecuencia, en talleres y mesas de trabajo los participantes sueltan la

primera respuesta que le viene a la mente. A veces gritan una respuesta, comienzan a

trabajar sin comprender completamente las instrucciones, carecen de un plan o

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estrategia organizada para abordar el problema, o hacen juicios de valoración

inmediatos sobre una idea (criticándola o elogiándola) antes de comprenderla

completamente. Ellos pueden tomar la primera sugerencia dada u operar sobre la

primera idea que les viene a la mente, más que considerar las alternativas y

consecuencias de varias posibles instrucciones.

A medida que las personas se tornan menos impulsivas podemos observar cómo

esclarecen sus metas, planifican estrategias alternativas de solución de problemas y

consideran las consecuencias de las acciones antes de comenzar. Disminuyen el ensayo

y error, recolectan mucha información antes de comenzar una tarea, toman tiempo para

reflexionar sobre una respuesta antes de darla, se aseguran de entender las instrucciones

antes de comenzar una tarea y escuchan los diferentes puntos de vista.

3. Escuchar a otros, entender su punto de vista y tener empatía

Algunos psicólogos creen que la posibilidad de escuchar a otra persona, de tener

empatía con ella y de comprender su punto de vista es una de las formas más elevadas

de conducta inteligente.

Escuchar con comprensión y empatía es ser capaz de parafrasear las ideas de otra

persona, detectar indicadores de sus sentimientos o estados emocionales en su lenguaje

oral y corporal, y posteriormente expresar con exactitud los conceptos, emociones y

problemas de otras personas.

Algunas personas en sus interacciones se ríen o desprecian las ideas de otro. Son

incapaces de construir sobre ideas de otras personas, considerar su mérito u operar con

ellas. Sabemos que las personas están mejorando su habilidad de escuchar, cuando

atienden, muestran comprensión y empatizan con sentimientos o ideas de otros ,

parafraseándolas con exactitud, construyendo a partir de ellas, esclareciéndolas o dando

un ejemplo de las mismas.

Cuando pueda decir: “La idea de Pedro es…, pero la idea de Sara es…” o

“Vamos a probar la idea de Cecilia para ver si funciona” o “Permíteme enseñarte como

Gina resolvió el problema.” Estos son algunos elementos que nos permitirán darnos

cuenta que los participantes están escuchando e internalizando las ideas y sentimientos

de otros.

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4. Flexibilidad en el pensamiento

Se refiere a la capacidad para considerar dos puntos de vista alternativos o

manejar varias fuentes de información simultáneamente. Para quienes carecen de esta

habilidad, la manera conocida de resolver un problema parece ser la única. Llegándose a

decidir que el procedimiento conocido es el único correcto. Se está más interesado en

saber si la respuesta es correcta, que en el resto del proceso de búsqueda de la respuesta.

Personas con estas características tienen una necesidad de certeza más que una

inclinación a la duda. Están decididas y se resisten a ser influenciadas, por datos o

razonamientos que contradigan sus creencias. A medida que se tornan más flexibles en

su pensamiento, pueden ser escuchadas expresando o parafraseando los puntos de vista

o la lógica de otras personas. Pueden plantear varias formas de resolver el mismo

problema y evaluar los méritos y consecuencias de dos o más cursos alternativos de

acción.

Cuando tomen decisiones usarán con frecuencia palabras como “quizás”, “por

otra parte”, “si lo miras de otra manera”. A la vez que desarrollan crecientemente un

conjunto de principios morales que gobiernan su propia conducta, también son

susceptibles a cambiar su opinión a la luz de los datos, argumentos y lógica

convenientes. Cuando estas personas trabajan en grupo, con frecuencia tratan de

resolver los conflictos mediante el compromiso, expresando una disposición de

experimentar con la idea de otra persona o tratando de alcanzar consenso.

5. Asombro, capacidad de maravillarse, inquisitividad, curiosidad y disfrute de

resolver problemas: un sentido de eficacia como pensador

“Nunca fui bueno con los juegos de agilidad mental”, “pregúntale a Jorge, él es el

cerebro de esta familia”. Cuando están en la universidad muchas personas no se

matriculan en clases de matemáticas u otra asignatura “difícil” porque perciben el

pensar como trabajo duro y por ende retroceden ante situaciones que exigen demasiado

pensar. Queremos que el mundo en general se mueva no sólo desde una actitud “Yo

puedo” sino también desde y hacia una emoción o sentimiento de “Yo disfruto”.

Deseamos que busquen problemas novedosos para resolverlos por sí mismos.

Que estos problemas sean resueltos con creciente independencia y creatividad. De esta

manera, el aprendizaje voluntario se convertirá en una actitud ante la vida.

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Personas con estas características están en comunión con el mundo a su alrededor.

Reflexionarán sobre las formaciones cambiantes de una nube, se encantarán al abrirse

un capullo de flor, sentirán la simplicidad lógica del orden matemático. Encontrarán

belleza en una puesta de sol, intriga en la geometría de una telaraña y éxtasis en la

iridiscencia de las alas de un colibrí. Verán las congruencias y complejidades de una

fórmula matemática, reconocerán el ordenamiento y la destreza de un cambio químico y

se conectarán con la serenidad de una constelación distante. Su curiosidad se hará más

fuerte a medida que los problemas que encuentren se hagan más complejos.

6. Chequear para exactitud y precisión

Se refiere a la inclinación a reflexionar sobre la exactitud de las acciones y el

orgullo y satisfacción por la labor cumplida. Las personas que no poseen esta habilidad

con frecuencia son descuidadas al entregar la versión final de sus trabajos, no revisan

sus automóviles con regularidad, llegan tarde a las citas, cometen el mismo error

infinitas veces, no disminuyen la velocidad en las esquinas cuando tienen la vía libre,

etc.

Ellos parecen sentir poca inclinación a reflexionar sobre la exactitud de sus

acciones, a contemplar su precisión o a enorgullecerse de sus logros. La prisa en

terminar lo emprendido sobrepasa su deseo de elaboración. Podemos observar en una

persona el crecimiento de esta habilidad, en su deseo de lograr exactitud y precisión,

cuando toman tiempo para chequear sus actividades, al tornarse más conscientes sobre

la importancia de la claridad, la precisión y la perfección. De igual forma, cuando

revisan las reglas por las cuales deben regirse, los modelos y revisiones que deben

seguir y los criterios que deben emplear para confirmar que su producto final se ajusta

exactamente.

7. Metaconocimiento

Es tener conciencia de nuestro propio pensamiento. Algunas personas no tienen

conciencia de sus procesos de pensamiento mientras están pensando. Ellos carecen de

un plan de acción para resolver un problema antes de comenzar, son incapaces de

determinar si su plan está funcionando o si debe ser descartado y emplear otro. Raras

veces evalúan su estrategia para determinar su eficacia o se detienen a considerar si era

posible un abordaje más eficiente.

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Cuando les preguntan “¿Cómo estás resolviendo un problema?” pueden contestar “no lo

sé, sólo lo estoy haciendo”. Son incapaces de descubrir los pasos y secuencias que están

usando antes, durante y después del acto de solución del problema. Ellos no pueden

transformar en palabras las imágenes visuales que ocupan su mente. Raras veces

planean, reflexionan o evalúan la calidad de sus propias habilidades y estrategias de

pensar.

Podemos determinar si se están tornando más conscientes de sus propios pensamientos

si:

a) son capaces de describir lo que pasa en su cabeza cuando piensan;

b) al formularles alguna pregunta, pueden describir qué es lo que saben y qué es lo que

necesitan saber;

c) pueden describir su plan de acción antes de comenzar a resolver un problema;

d) pueden enumerar los pasos y decir dónde está la secuencia de estrategias de solución

de un problema;

e) pueden trazar los caminos y calles ciegas que tomaron en la vía a la solución de un

problema.

Cuando logren tales habilidades, aplicarán el vocabulario cognitivo

correctamente mientras describen su estrategia de pensamiento. Las escucharemos

usando términos tales como: “Tengo una hipótesis…”, “mi teoría es…”, ”cuando

comparo estos puntos de vista…”, “en resumen…”, “lo que necesito saber es…”, o “las

Suposiciones con las cuales estoy trabajando son…”.

8. Cuestionar y plantear problemas

Una de las características distintivas entre los humanos y otras formas de vida es

nuestra inclinación y habilidad para encontrar problemas a resolver. Sin embargo, hay

quienes dependen de otras personas para resolver problemas, encontrar respuestas y

hacer preguntas. No hacen preguntas por temor a parecer ignorantes. Una persona con la

habilidad de cuestionar plantea problemas y hace preguntas, tales como: “¿Qué pruebas

tienes?”, “¿cómo sabes que eso es cierto?” o planteamientos de problemas más

hipotéticos caracterizados por preguntas: “¿Qué crees que pasaría si…?” o “si eso es

cierto, entonces: ¿Qué pudiera pasar si?”. Lo importante es estar alerta y reconocer las

discrepancias y fenómenos en el ambiente y preguntar sobre sus causas.

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9. Recurriendo al conocimiento anterior y aplicándolo a situaciones nuevas

Probablemente la meta máxima de la enseñanza es que el conocimiento

adquirido sea aplicado a nivel general, a situaciones de la vida real y a áreas de

contenido más allá de aquellas en las que se aprendió. Sin embargo, encontraremos, por

ejemplo, que a pesar de que cada vez se es más exigente con el nivel de educación para

contratar personal en cualquier área, cuando nos dirigimos a solicitar una información o

algún servicio en cualquier oficina, la calidad del lenguaje y de las relaciones

interpersonales de las personas que atienden, deja mucho que desear.

Muy frecuentemente se comienza cada nueva tarea como si estuviera siendo

abordada por primera vez. Es como si cada experiencia se encapsulara en un episodio

separado, que no guarda ninguna relación con nada que vino antes o que viene después.

Los seres humanos inteligentes aprenden de la experiencia. Ellos son capaces de

abstraer el significado de una experiencia, transmitirla y aplicarla en una nueva

situación. Se puede observar a las personas crecer en esta habilidad al escucharlos decir:

“Esto me recuerda…”, “esto se resuelve de la misma forma que el primero”, “esto es

igual a la vez que yo”. Explican lo que están haciendo en términos de analogías con

experiencias anteriores o haciendo referencia a ellas. Acuden a su conocimiento

almacenado para resolver o facilitar cada nuevo reto.

10. Precisión del lenguaje y del pensamiento

Se refiere a la descripción de situaciones, personas u objetos de manera tan

precisa que deja lugar a duda con respecto a su cualidad. El lenguaje de algunas

personas es confuso, vago e impreciso. Ellos describen atributos de objetos o eventos

con palabras no específicas tales como: “raro”, “agradable”, “okey”. Los nombres de los

objetos son “peroles”, “bichos” y “cosas”. Sus oraciones se enfatizan con expresiones

como “tú sabes”, “tal cual”, “uhm”.

Podríamos escuchar el uso de nombres vagos y pronombres “ellos me lo

dijeron”, “todos tienen uno”. Los verbos con frecuencia son inespecíficos: “Vamos a

hacerlos”. Los comparativos van sin calificar: “Este refresco es mejor, me gusta más”.

A medida que el lenguaje de estas personas se hace más preciso, les escuchamos

empleando palabras más descriptivas para distinguir atributos. Utilizan nombres

correctos y cuando no se dispone de denominaciones universales, emplean analogías

tales como: “forma de luna creciente” o “igual que una corbata de lacito”.

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Expresan criterios espontáneamente sobre sus juicios de valoración, al describir

por qué piensan que un procedimiento es mejor que otro. Se expresan con oraciones

completas, aportan, voluntariamente, evidencia de apoyo a sus ideas; argumentan,

esclarecen y definen operativamente su terminología. Sus expresiones orales y escritas

se tornan más concisas, descriptivas y coherentes.

11. Uso de todos los sentidos

Toda la información penetra en el cerebro a través de las vías sensoriales: visual, táctil,

kinestésica, auditiva, olfatoria y gustativa. La mayor parte del aprendizaje lingüístico,

cultural y físico se deriva del entorno por la observación o captación efectuada mediante

los sentidos.

Para conocer un vino, éste debe ser bebido y degustado; para conocer un rol, éste

debe desempeñarse; para conocer un juego deportivo, éste debe practicarse; para

conocer una meta, se debe tener una visión de la misma. Aquellas personas cuyas vías

sensoriales están abiertas, alertas y agudas, absorben más información del entorno que

aquellas cuyas vías están marchitas, son inmunes e inconscientes a los estímulos

sensoriales.

Según va madurando, el ser humano concibe y expresa muchas formas de

resolver problemas mediante el uso de los sentidos: haciendo observaciones,

recopilando datos, experimentando, manipulando, escudriñando, identificando

variables, entrevistando, efectuando el desglose de los componentes de un problema,

visualizando, desempeñando roles, ilustrando o construyendo modelos.

En sus expresiones utilizarán una variedad de palabras sensoriales: “Yo siento

que”, “se me eriza la piel cuando…”, “… me deja un mal sabor en la boca”,

“¿entendiste el cuadro?”.

12. Ingenuidad, originalidad, perspicacia, creatividad

No puedo dibujar”, “nunca fui bueno en el arte”, “no puedo cantar ni una sola nota”.

Algunas personas creen que los humanos creativos nacen justamente así; que está en sus

genes y cromosomas. Cada vez es más evidente que la gente tiene la capacidad de

generar productos, soluciones y técnicas ingeniosas, inteligentes, originales y

novedosas, si la habilidad creativa se desarrolla.

Los seres humanos inteligentes son creativos. Con frecuencia tratan de concebir

soluciones a los problemas de maneras diferentes, examinando las posibles alter-nativas

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desde muchos ángulos (pensamiento lateral). Ellos tienden a proyectarse hacia

diferentes roles usando analogías, comenzando con una visión y trabajando hacia atrás,

imaginando que ellos son el objeto bajo consideración.

Las personas creativas se arriesgan, ellas “viven al borde de su competencia”,

probando sus límites (Perkins, 1985). Están motivados más intrínsecamente que

extrínsecamente, trabajando en la tarea por su reto estético más que por sus premios

materiales.

Las personas creativas están abiertas a la crítica. Ellos muestran su producto y

buscan retroalimentación en un esfuerzo creciente por refinar su técnica. Están inquietos

con el estatus quo. Constantemente se esfuerzan por mayor fluidez, elaboración,

novedad, parsimonia, simplicidad, destreza, perfección, belleza, armonía y balance.