CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio,...

16
CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL Etapa formativa del escolasticado “…para ser verdaderos adoradores, debemos alimentarnos de todas las enseñanzas del Evangelio; como, para tener una ciencia clara y práctica del Evangelio, hay que animarla y vivificarla con luces y gracias que provienen de la Eucaristía.” (D.E. Cpt.°XIV). CONTENIDO 1. El Derecho Común: las orientaciones que a nivel eclesial han sido dadas para la formación de futuros sacerdotes y de religiosos sacerdotes. 2. El Derecho Propio: las orientaciones que tiene la Congregación de la Fraternidad Sacerdotal para la etapa del escolasticado.

Transcript of CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio,...

Page 1: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD

SACERDOTAL

Etapa formativa del escolasticado

“…para ser verdaderos adoradores, debemos alimentarnos de todas las enseñanzas del

Evangelio; como, para tener una ciencia clara y práctica del Evangelio, hay que

animarla y vivificarla con luces y gracias que provienen de la Eucaristía.” (D.E.

Cpt.°XIV).

CONTENIDO

1. El Derecho Común: las orientaciones

que a nivel eclesial han sido dadas para

la formación de futuros sacerdotes y de

religiosos sacerdotes.

2. El Derecho Propio: las orientaciones

que tiene la Congregación de la

Fraternidad Sacerdotal para la etapa

del escolasticado.

Page 2: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

EL ESCOLASTICADO DE LA C.F.S.

Los religiosos que después de haber formulado sus primeros votos y previamente han

vivido las etapas formativas del postulantado, de la filosofía y del noviciado; podrán

emprender esta nueva etapa del escolasticado, en la que tendrán la oportunidad de asumir

los estudios teológicos, de vivir ya como religiosos de la Congregación y realizar un

apostolado con una constante preocupación por la ayuda y santificación de los sacerdotes.

1. El Derecho Común: las orientaciones que a nivel eclesial han sido dadas para la

formación de futuros sacerdotes y de religiosos sacerdotes.

En realidad son relativamente pocos los documentos que el Magisterio de la Iglesia ha

ofrecido para orientar la formación de los religiosos que aspiran a las órdenes sagradas del

diaconado y del presbiterado. En cambio son más numerosos los documentos presentados a

los seminarios, sobre todos diocesanos, para el buen desarrollo de la formación de los

seminaristas. Nuestro propósito es acudir a estos dos tipos de fuentes para presentar las

líneas fundamentales que se deben tener en cuenta en una casa formativa, como ésta del

Escolasticado.

1.1.El Concilio Vaticano II en su decreto “Optatam Totius”1 sobre la formación

sacerdotal ofrece algunas líneas generales y algunas acentuaciones que vale la pena

tener en cuenta:

Los Seminarios Mayores son necesarios para la formación sacerdotal. Toda la educación de

los alumnos en ellos debe tender a que se formen verdaderos pastores de almas a ejemplo

de Nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdotes y Pastor, prepárense, por consiguiente,

para el ministerio de la palabra: que entiendan cada vez mejor la palabra revelada de Dios,

que la posean con la meditación y la expresen en su lenguaje y sus costumbres; para el

ministerio del culto y de la santificación: que, orando y celebrando las funciones litúrgicas,

ejerzan la obra de salvación por medio del Sacrificio Eucarístico y los sacramentos; para el

ministerio pastoral: que sepan representar delante de los hombres a Cristo, que, "no vino a

ser servido, sino a servir y dar su vida para redención de muchos" N° 4.

Las disciplinas teológicas han de enseñarse a la luz de la fe y bajo la guía del magisterio de

la Iglesia, de modo que los alumnos deduzcan cuidadosamente la doctrina católica de la

Divina Revelación… Fórmense con diligencia especial los alumnos en el estudio de la

Sagrada Escritura, que debe ser como el alma de toda la teología… Ordénese la teología

dogmática de forma que, ante todo, se propongan los temas bíblicos; expóngase luego a los

alumnos la contribución que los Padres de la Iglesia del Oriente y del Occidente han

1 Concilio Vaticano II. Decreto Optatam Totius. San Pablo. Bogota, 2000. Pgs. 325-339.

Page 3: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

aportado en la fiel transmisión y comprensión de cada una de las verdades de la Revelación,

y la historia posterior del dogma, considerada incluso en relación con la historia general de

la Iglesia; aprendan luego los alumnos a ilustrar los misterios de la salvación, cuanto más

puedan, y comprenderlos más profundamente y observar sus mutuas relaciones por medio

de la especulación, siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás; aprendan también a

reconocerlos presentes y operantes en las acciones litúrgicas y en toda la vida de la Iglesia;

a buscar la solución de los problemas humanos bajo la luz de la Revelación. N° 16.

El afán pastoral, que debe informar enteramente la educación de los alumnos, exige

también que sean instruidos diligentemente en todo lo que se refiere de manera especial al

sagrado ministerio, sobre todo en la catequesis y en la predicación, en el culto litúrgico y en

la administración de los sacramentos, en las obras de caridad, en la obligación de atender a

los que yerran o no creen, y en los demás deberes pastorales N°19.

Por medio de una educación sabiamente ordenada hay que cultivar también en los alumnos

la necesaria madurez humana, la cual se comprueba, sobre todo, en cierta estabilidad de

ánimo, en la facultad de tomar decisiones ponderadas y en el recto modo de juzgar sobre

los acontecimientos y los hombres… Hay que apreciar la disciplina del Seminario no sólo

como defensa eficaz de la vida común y de la caridad, sino como elemento necesario de

toda la formación para adquirir el dominio de sí mismo, para procurar la sólida madurez de

la persona. N°11.

La formación espiritual ha de ir íntimamente unida con la doctrinal y la pastoral, y con la

cooperación, sobre todo, del director espiritual; ha de darse de forma que los alumnos

aprendan a vivir en continua comunicación con el Padre por su Hijo en el Espíritu Santo.

Puesto que han de configurarse por la sagrada ordenación a Cristo Sacerdote,

acostúmbrense a unirse a El, como amigos, en íntimo consorcio de vida. Vivan su misterio

pascual de forma que sepan unificar en el mismo al pueblo que se les ha de confiar.

Enséñeseles a buscar a Cristo en la meditación fiel de la palabra de Dios, en la íntima

comunicación con los sacrosantos misterios de la Iglesia, sobre todo en la Eucaristía y en el

Oficio. N°8.

Los alumnos que, según las leyes santas y firmes de su propio rito, siguen la venerable

tradición del celibato sacerdotal, han de ser educados cuidadosamente para este estado, en

que, renunciando a la sociedad conyugal por el reino de los cielos, se unen al Señor con

amor indiviso y, muy de acuerdo con el Nuevo Testamento… Hay que avisarles de los

peligros que acechan su castidad, sobre todo en la sociedad de estos tiempos; ayudados con

oportunos auxilios divinos y humanos, aprendan a integrar la renuncia del matrimonio de

tal forma que su vida y su trabajo no sólo no reciba menoscabo del celibato, sino más bien

ellos consigan un dominio más profundo del alma y del cuerpo y una madurez más

completa. N°10.

Page 4: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

1.2.Veamos a continuación, algunos apartados de uno de los documentos centrales

sobre la formación hacia el sacerdocio, como es la exhortación apostólica

postsinodal del papa Juan Pablo II. “Pastores Dabo Vobis”2:

«Subió al monte y llamó a los que él quiso: y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que

estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios» (Mc 3,

13-15). «Que estuvieran con él». No es difícil entender el significado de estas palabras,

esto es, «el acompañamiento vocacional» de los apóstoles por parte de Jesús. Después de

haberlos llamado y antes de enviarlos, es más, para poder mandarlos a predicar, Jesús les

pide un «tiempo» de formación, destinado a desarrollar una relación de comunión y de

amistad profundas con Él. Dedica a ellos una catequesis más intensa que al resto de la gente

(cf. Mt 13, 11) y quiere que sean testigos de su oración silenciosa al Padre (cf. Jn 17, 1-26;

Lc 22, 39-45)… Pero el espíritu que debe animarlas y sostenerlas es idéntico: el de

promover al sacerdocio solamente los que han sido llamados y llevarlos debidamente

preparados, esto es, mediante una respuesta consciente y libre que implica a toda la persona

en su adhesión a Jesucristo, que llama a su intimidad de vida y a participar en su misión

salvífica. En este sentido el Seminario en sus diversas formas y, de modo análogo, la casa

de formación de los sacerdotes religiosos, antes que ser un lugar o un espacio material,

debe ser un ambiente espiritual, un itinerario de vida, una atmósfera que favorezca y

asegure un proceso formativo, de manera que el que ha sido llamado por Dios al sacerdocio

pueda llegar a ser, con el sacramento del Orden, una imagen viva de Jesucristo, Cabeza y

Pastor de la Iglesia… La Exhortación trata sobre las diversas dimensiones de la formación,

humana, espiritual, intelectual y pastoral, como también sobre los ambientes y sobre los

responsables de la formación de los candidatos al sacerdocio. N° 42.

La formación humana, fundamento de toda la formación sacerdotal:… los futuros

presbíteros deben cultivar una serie de cualidades humanas necesarias para la formación de

personalidades equilibradas, sólidas y libres, capaces de llevar el peso de las

responsabilidades pastorales. Se hace así necesaria la educación a amar la verdad, la lealtad,

el respeto por la persona, el sentido de la justicia, la fidelidad a la palabra dada, la

verdadera compasión, la coherencia y, en particular, el equilibrio de juicio y de

comportamiento… De particular importancia es la capacidad de relacionarse con los demás,

elemento verdaderamente esencial para quien ha sido llamado a ser responsable de una

comunidad y «hombre de comunión». Esto exige que el sacerdote no sea arrogante ni

polémico, sino afable, hospitalario, sincero en sus palabras y en su corazón, prudente y

discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de

suscitar en todos relaciones leales y fraternas, dispuesto a comprender, perdonar y consolar

(cf. 1 Tim 3, 1-5; Tit 1, 7-9) N°43.

La madurez afectiva supone ser conscientes del puesto central del amor en la existencia

humana. En realidad… Se trata de un amor que compromete a toda la persona, a nivel

físico, psíquico y espiritual, y que se expresa mediante el significado «esponsal» del cuerpo 2 Pastores Dabo Vobis. Exhortación apostólica postsinodal de su santidad Juan Pablo II. Paulinas. Bogotá,

1996 Pgs. 112-156.

Page 5: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

humano, gracias al cual una persona se entrega a otra y la acoge. La educación sexual bien

entendida tiende a la comprensión y realización de esta verdad del amor humano… los

candidatos al sacerdocio necesitan una madurez afectiva que capacite a la prudencia, a la

renuncia a todo lo que pueda ponerla en peligro, a la vigilancia sobre el cuerpo y el espíritu,

a la estima y respeto en las relaciones interpersonales con hombres y mujeres…

Íntimamente relacionada con la formación para la libertad responsable está también la

educación de la conciencia moral; la cual, al requerir desde la intimidad del propio «yo» la

obediencia a las obligaciones morales, descubre el sentido profundo de esa obediencia, a

saber, ser una respuesta consciente y libre —y, por tanto, por amor— a las exigencias de

Dios y de su amor. «La madurez humana del sacerdote —afirman los Padres sinodales—

debe incluir especialmente la formación de su conciencia. N°44.

La formación espiritual: en comunión con Dios y a la búsqueda de Cristo: Según la

revelación y la experiencia cristiana, la formación espiritual posee la originalidad

inconfundible que proviene de la «novedad» evangélica. En efecto, «es obra del Espíritu y

empeña a la persona en su totalidad; introduce en la comunión profunda con Jesucristo,

buen Pastor; conduce a una sumisión de toda la vida al Espíritu, en una actitud filial

respecto al Padre y en una adhesión confiada a la Iglesia. Ella se arraiga en la experiencia

de la cruz para poder llevar, en comunión profunda, a la plenitud del misterio pascual»…

para todo presbítero la formación espiritual constituye el centro vital que unifica y vivifica

su ser sacerdote y su ejercer el sacerdocio… n°45

Se requiere, ante todo, el valor y la exigencia de «vivir íntimamente unidos» a Jesucristo.

La unión con el Señor Jesús, fundada en el Bautismo y alimentada con la Eucaristía, exige

que sea expresada en la vida de cada día, renovándola radicalmente… un segundo gran

valor espiritual: la búsqueda de Jesús. «Enséñeseles a buscar a Cristo»… También en el

ministerio y en la vida sacerdotal deberá continuar esta «búsqueda», pues es inagotable el

misterio de la imitación y participación en la vida de Cristo. Así como también deberá

continuar este «encontrar» al Maestro, para poder mostrarlo a los demás y, mejor aún, para

suscitar en los demás el deseo de buscar al Maestro. Pero esto es realmente posible si se

propone a los demás una «experiencia» de vida, una experiencia que vale la pena

compartir… Pero, ¿qué significa, en la vida espiritual, buscar a Cristo? y ¿dónde

encontrarlo? «Maestro, ¿dónde vives?» El decreto conciliar Optatam totius parece indicar

un triple camino: la meditación fiel de la palabra de Dios, la participación activa en los

sagrados misterios de la Iglesia, el servicio de la caridad a los «más pequeños». Se trata de

tres grandes valores y exigencias que nos delimitan ulteriormente el contenido de la

formación espiritual del candidato al sacerdocio. N° 46.

La formación espiritual comporta también buscar a Cristo en los hombres… En efecto, la

vida espiritual, es vida interior, vida de intimidad con Dios, vida de oración y

contemplación. Pero del encuentro con Dios y con su amor de Padre de todos, nace

precisamente la exigencia indeclinable del encuentro con el prójimo, de la propia entrega a

los demás, en el servicio humilde y desinteresado que Jesús ha propuesto a todos como

programa de vida en el lavatorio de los pies a los apóstoles: «Os he dado ejemplo, para que

también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros» (Jn 13, 15)… Por tanto, el

sacerdote es el hombre de la caridad y está llamado a educar a los demás en la imitación de

Cristo y en el mandamiento nuevo del amor fraterno (cf. Jn 15, 12). Pero esto exige que él

Page 6: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

mismo se deje educar continuamente por el Espíritu en la caridad del Señor. En este

sentido, la preparación al sacerdocio tiene que incluir una seria formación en la caridad, en

particular en el amor preferencial por los «pobres», en los cuales, mediante la fe, descubre

la presencia de Jesús (cf. Mt 25, 40) y en el amor misericordioso por los pecadores. En la

perspectiva de la caridad, que consiste en el don de sí mismo por amor, encuentra su lugar

en la formación espiritual del futuro sacerdote la educación en la obediencia, en el celibato

y en la pobreza. N°49.

Formación intelectual: inteligencia de la fe:… La dedicación al estudio, que ocupa una

buena parte de la vida de quien se prepara al sacerdocio, no es precisamente un elemento

extrínseco y secundario de su crecimiento humano, cristiano, espiritual y vocacional; en

realidad, a través del estudio, sobre todo de la teología, el futuro sacerdote se adhiere a la

palabra de Dios, crece en su vida espiritual y se dispone a realizar su ministerio pastoral.

N°52.

La formación intelectual del futuro sacerdote se basa y se construye sobre todo en el

estudio de la sagrada doctrina y de la teología. El valor y la autenticidad de la formación

teológica dependen del respeto escrupuloso de la naturaleza propia de la teología, que los

Padres sinodales han resumido así: «La verdadera teología proviene de la fe y trata de

conducir a la fe». Ésta es la concepción que constantemente ha enseñado la Iglesia católica

mediante su Magisterio. Ésta es también la línea seguida por los grandes teólogos, que

enriquecieron el pensamiento de la Iglesia católica a través de los siglos… N°53.

La formación teológica es una tarea sumamente compleja y comprometida. Ella debe llevar

al candidato al sacerdocio a poseer una visión completa y unitaria de las verdades reveladas

por Dios en Jesucristo y de la experiencia de fe de la Iglesia; de ahí la doble exigencia de

conocer «todas» las verdades cristianas y conocerlas de manera orgánica, sin hacer

selecciones arbitrarias. Esto exige ayudar al alumno a elaborar una síntesis que sea fruto de

las aportaciones de las diversas disciplinas teológicas, cuyo carácter específico alcanza

auténtico valor sólo en la profunda coordinación de todas ellas.

En su reflexión madura sobre la fe, la teología se mueve en dos direcciones. La primera es

la del estudio de la Palabra de Dios: la palabra escrita en el Libro sagrado, celebrada y

transmitida en la Tradición viva de la Iglesia e interpretada auténticamente por su

Magisterio. De aquí el estudio de la Sagrada Escritura, «la cual debe ser como el alma de

toda la teología»: de los Padres de la Iglesia y de la liturgia, de la historia eclesiástica, de

las declaraciones del Magisterio. La segunda dirección es la del hombre, interlocutor de

Dios: el hombre llamado a «creer», a «vivir» y a «comunicar» a los demás la fides y el

ethos cristiano. De aquí el estudio de la dogmática, de la teología moral, de la teología

espiritual, del derecho canónico y de la teología pastoral… N°54

Un problema ulterior nace de la exigencia —hoy intensamente sentida— de la

evangelización de las culturas y de la inculturación del mensaje de la fe. Es éste un

problema eminentemente pastoral, que debe ser incluido con mayor amplitud y particular

sensibilidad en la formación de los candidatos al sacerdocio N°55

Page 7: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

Siguiendo las enseñanzas y orientaciones del Concilio Vaticano II y las normas de

aplicación de la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis, ha tenido lugar en la Iglesia

una amplia actualización de la enseñanza de las disciplinas filosóficas y, sobre todo,

teológicas en los seminarios. N°56

La formación pastoral: comunicar la caridad de Jesucristo, buen Pastor: Toda la

formación de los candidatos al sacerdocio está orientada a prepararlos de una manera

específica para comunicar la caridad de Cristo, buen Pastor. Por tanto, esta formación, en

sus diversos aspectos, debe tener un carácter esencialmente pastoral… Como cualquier otra

formación, también la formación pastoral se desarrolla mediante la reflexión madura y la

aplicación práctica, y tiene sus raíces profundas en un espíritu que es el soporte y la fuerza

impulsora y de desarrollo de todo… Por tanto, es necesario el estudio de una verdadera y

propia disciplina teológica: la teología pastoral o práctica, que es una reflexión científica

sobre la Iglesia en su vida diaria, con la fuerza del Espíritu, a través de la historia; una

reflexión, sobre la Iglesia como «sacramento universal de salvación»,(180) como signo e

instrumento vivo de la salvación de Jesucristo en la Palabra, en los Sacramentos y en el

servicio de la caridad… El estudio de la teología pastoral debe iluminar la aplicación

práctica mediante la entrega y algunos servicios pastorales, que los candidatos al

sacerdocio deben realizar, de manera progresiva y siempre en armonía con las demás tareas

formativas; se trata de «experiencias» pastorales, que han de confluir en un verdadero

«aprendizaje pastoral», que puede durar incluso algún tiempo y que requiere una

verificación de manera metódica… Mas el estudio y la actividad pastoral se apoyan en una

fuente interior, que la formación deberá custodiar y valorizar: se trata de la comunión cada

vez más profunda con la caridad pastoral de Jesús, la cual, así como ha sido el principio y

fuerza de su acción salvífica, también, gracias a la efusión del Espíritu Santo en el

sacramento del Orden, debe ser principio y fuerza del ministerio del presbítero. N°57

Entendida así, la formación pastoral no puede reducirse a un simple aprendizaje, dirigido a

familiarizarse con una técnica pastoral. El proyecto educativo del seminario se encarga de

una verdadera y propia iniciación en la sensibilidad del pastor, a asumir de manera

consciente y madura sus responsabilidades, en el hábito interior de valorar los problemas y

establecer las prioridades y los medios de solución, fundados siempre en claras

motivaciones de fe y según las exigencias teológicas de la pastoral misma… El conjunto de

estas y de otras actividades pastorales educa al futuro sacerdote a vivir como «servicio» la

propia misión de «autoridad» en la comunidad, alejándose de toda actitud de superioridad o

ejercicio de un poder que no esté siempre y exclusivamente justificado por la caridad

pastoral. N°58

1.3.Analizaremos a continuación algunos apartados de las orientaciones sobre la

formación en los institutos religiosos, promulgado por la Congregación para los

Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica3.

3 Orientaciones sobre la Formación en los Institutos religiosos. Congregación para los Institutos de vida

Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Roma, 1990.

Page 8: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

El fin primordial de la formación es permitir que los candidatos a la vida religiosa y los

jóvenes profesos descubran en primer lugar, asimilen y profundicen después, en qué

consiste la identidad del religioso. Solamente en estas condiciones, la persona consagrada a

Dios se insertará en el mundo como un testimonio significativo, eficaz y fiel… N°6.

La variedad de los institutos religiosos es como « un árbol que se ramifica espléndido y

múltiple en el campo del Señor partiendo de una semilla puesta por Dios ». Por ellos « la

Iglesia muestra de hecho mejor cada día ante fieles infieles a Cristo ya sea entregado a la

contemplación en el monte, ya anunciando el Reino de Dios a las multitudes, o curando a

los enfermos y pacientes y convirtiendo a los pecadores al buen camino, o bendiciendo a

los niños y haciendo bien a todos, siempre, sin embargo, obediente a la voluntad del Padre

que lo envió… No hay pues un modo uniforme de observar los consejos evangélicos, sino

que cada instituto debe definir su propia manera « teniendo en cuenta sus fines y carácter

propios » y esto no solamente en lo que se refiere a la observancia de los consejos

evangélicos sino también en todo lo relacionado con el estilo de vida de sus miembros con

el fin de tender a la perfección de su estado. N°16

La colaboración intercongregacional a nivel de la formación: La primera

responsabilidad de la formación de los religiosos corresponde por derecho a cada instituto y

son los superiores mayores de los institutos, con la ayuda de sus responsables cualificados,

quienes tienen la importante misión de velar por ella. Cada instituto, debe además, según el

derecho, establecer propio programa de formación (ratio). Sin embargo, la necesidad ha

llevado a ciertos institutos, en todos los continentes, a poner en común sus medios de

formación (personal e instituciones) con el fin de colaborar en esta obra tan importante, que

no podían continuar realizando solos. N°98

La formación de los profesos temporales

Lo que prescribe la iglesia: Tratándose de la formación de los profesos temporales, la

Iglesia prescribe que « después de la primera profesión, la formación de todos los

miembros debe continuar en cada instituto, para que vivan con mayor plenitud la vida

propia de éste y cumplan mejor su misión. Por tanto, el derecho propio debe determinar el

plan de esta formación y su duración, atendiendo a las necesidades de la Iglesia y a las

circunstancias de los hombres y de los tiempos, tal como exigen el fin y carácter del

instituto ». « La formación ha de ser sistemática, acomodada a la capacidad de los

miembros, espiritual y apostólica, doctrinal y a la vez práctica, incluyendo también, si es

oportuno, la obtención de los títulos pertinentes, tanto eclesiásticos como civiles. Durante el

tiempo dedicado a esta formación no se confíen a los miembros funciones y trabajos que la

impidan » N°58

Significado y exigencias de esta etapa: La primera profesión inaugura una nueva fase de la

formación que se beneficia del dinamismo y de la estabilidad que nacen de la profesión. Se

trata para el religioso, de recoger los frutos de las etapas precedentes y de continuar su

propio crecimiento humano y espiritual por la práctica animosa de aquello a lo que se ha

comprometido. Mantener el impulso espiritual dado por la etapa precedente es tanto más

necesario cuanto que, en los institutos dedicados al apostolado, el paso a un estilo de vida

más abierto y a actividades muy absorbentes comporta a menudo riesgos de desorientación

Page 9: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

y de aridez. En los institutos dedicados a la contemplación serían más bien de rutina, de

decaimiento y de pereza espiritual. Jesús educó a sus discípulos a través de las crisis que

sufrieron. Por anuncios sucesivos de la Pasión, los preparó a convertirse en discípulos más

auténticos. La pedagogía de esta etapa apunta pues a permitir al joven religioso caminar

verdaderamente a través de toda su experiencia, según una unidad de perspectiva y de vida,

la de su propia vocación en este momento de su existencia, en la perspectiva de la profesión

perpetua. N°59

El contenido y los medios de la formación: El instituto tiene la grave responsabilidad de

prever la organización y la duración de esta fase de la formación y de proveer al joven

religioso de las condiciones favorables para un crecimiento real en la donación al Señor. Le

ofrecerá ante todo una vigorosa comunidad formadora y la presencia de educadores

competentes. Efectivamente en este nivel de la formación y contrariamente a lo que se dijo

a propósito del noviciado (cf. n. 47,f) es preferible una comunidad más numerosa, bien

provista de medios de formación y bien acompañada, que una comunidad pequeña que

corre el riesgo de verse desprovista de verdaderos formadores. Como a lo largo de toda la

vida religiosa, el religioso debe esforzarse en comprender mejor prácticamente la

importancia de la vida comunitaria según la vocación propia del instituto, en aceptar el

realismo de esta vida y en asumir sus condiciones de progreso, en respetar a los otros en su

diferencia y en sentirse responsable en el seno de dicha comunidad. Los superiores

designarán especialmente un responsable de la formación de los profesos temporales, que

prolongue en este nivel y de modo específico la misión del maestro de novicios. Esta

formación durará por lo menos 3 años. N°60

Las proposiciones de programas que van a continuación tienen valor indicativo y

decididamente apuntan alto, dada la necesidad de formar religiosas y religiosos a la altura

de las expectativas y de las necesidades del mundo contemporáneo. Corresponde a los

institutos y a los formadores y formadoras proceder a las adaptaciones que imponen las

personas, los tiempos y los lugares. En el programa de estudios, debe figurar en puesto

importante la teología bíblica, dogmática, espiritual y pastoral y, en particular, la

profundización doctrinal de la vida consagrada y del carisma del instituto. El

establecimiento de este programa y su ejecución deberá respetar la unidad interna de la

enseñanza y la armonización de las diversas disciplinas. Los religiosos deben tener

conciencia de que aprenden un! sola ciencia: la ciencia de la fe y del Evangelio. A este

respecto, se evitará la diversidad y acumulación de disciplinas y cursos. Además, por

respeto a las personas, no se introducirá prematuramente a los religiosos en una

problemática exageradamente crítica, si ellos no han recorrido todavía el camino necesario

para abordarla serenamente. Se tendrá cuidado de dar, de manera adaptada, una

formación filosófica de base que permita adquirir un conocimiento de Dios y una visión

cristiana del mundo en estrecha conexión con las cuestiones debatidas en nuestro tiempo,

que haga resaltar la armonía que existe entre el saber de la razón y el de la fe para la

búsqueda de la única verdad. En estas condiciones, los religiosos se defenderán de las

tentaciones siempre al acecho de un racionalismo crítico por un lado, del pietismo y del

fundamentalismo por otro. N°61

El programa de los estudios teológicos debe estar planificado con equilibrio y las diferentes

partes estarán bien articuladas para que resalte la « jerarquía » de las verdades de la

Page 10: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

doctrina católica en razón de su diferente relación con los fundamentos de la fe cristiana. El

planteamiento de este programa podrá inspirarse, adaptándolas, en las indicaciones dadas

por la Congregación para la Educación Católica para la formación de los candidatos al

ministerio presbiteral, aunque teniendo cuidado de no omitir nada que pueda ayudar a una

buena comprensión eclesial de la fe y de la vida cristiana, historia, liturgia, derecho

canónico, etc. N°61

En fin, la madurez del religioso requiere, en esta etapa, un compromiso apostólico y una

participación progresiva en experiencias eclesiales y sociales, en la línea del carisma de su

instituto y teniendo en cuenta sus aptitudes y aspiraciones personales. Tratándose de estas

experiencias, las religiosas y los religiosos recordarán que ellos no son prioritariamente

agentes pastorales ni en el período de formación inicial ni después, y que su compromiso en

un servicio eclesial y sobre todo social, se tiene que someter necesariamente a criterios de

discernimiento (cf. n. 18). N°62

Aunque los superiores sean designados justamente como « maestros espirituales, según el

proyecto evangélico de su instituto », los religiosos deben tener a su disposición para el

fuero interno, incluso no sacramental, lo que se ha convenido en llamar un director o

consejero espiritual. « Siguiendo la tradición de los primeros padres del desierto y de todos

los grandes fundadores, los institutos religiosos tienen miembros particularmente

cualificados y designados para ayudar a sus hermanos en este campo. Su papel varía según

la etapa alcanzada por el religioso, pero su responsabilidad esencial consiste en el

discernimiento de la acción de Dios, la conducción del religioso en las vías divinas y la

alimentación de la vida con una doctrina sólida y con la práctica de la oración.

Especialmente en las primeras etapas, será necesario evaluar el camino ya recorrido ». Esta

dirección espiritual, que « no podrá ser reemplazada por medios psicopedagógicos », y para

la cual el Concilio reclama una « justa libertad », deberá pues ser « favorecida por la

disponibilidad de personas competentes y cualificadas ». Estas disposiciones, indicadas

especialmente para esta etapa de la formación de los religiosos, sirven para todo el resto de

su vida. En las comunidades religiosas, sobre todo aquellas que reúnen un gran número de

miembros y especialmente allí donde hay profesos temporales, es necesario que al menos

un religioso sea designado oficialmente para el acompañamiento o consejo espiritual de sus

hermanos.N°63

Varios institutos prevén, antes de la profesión perpetua, un período de preparación más

intensa retirándose de las ocupaciones habituales. Esta costumbre merece ser fomentada y

extendida.N°64

Si, como está previsto en el derecho, jóvenes profesos son enviados a estudios por su

superior, « estos estudios serán emprendidos no para una realización mal entendida que

lleve al logro de fines individuales, sino para la satisfacción de las exigencias apostólicas de

la familia religiosa, en armonía con las necesidades de la Iglesia ». El desarrollo de estos

estudios y la preparación de los diplomas han de estar, a juicio de los superiores mayores y

de los responsables de formación, convenientemente armonizados con el resto del programa

previsto para esta etapa formativa. N°65

Page 11: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

Los religiosos candidatos a los ministerios presbiteral y diaconal: Las cuestiones

planteadas por este tipo de religiosos merecen ser expuestas aparte dado su carácter

particular. Son de tres órdenes. Unas miran a la formación a los ministerios como tales;

otras a la especificidad religiosa de los religiosos sacerdotes y diáconos; otras en fin a la

inserción del religioso sacerdote en el presbiterio diocesano. N°101.

La formación: En ciertos institutos, definidos por su derecho propio como clericales, se ha

propuesto a veces dar la misma formación a los hermanos laicos y a los candidatos a la

ordenación. A nivel del noviciado parece incluso exigida una formación común a unos y

otros por el carisma específico del Instituto. Se siguen consecuencias benéficas en cuanto a

la cualidad y a la integridad de la formación doctrinal de los hermanos laicos y en cuanto a

su integración en la comunidad. Pero, en todos los casos, las normas sobre la duración y el

contenido de los estudios preparatorios al ministerio presbiteral deberán ser rigurosamente

observadas y seguidas. N°102

« La formación de los miembros que se preparan a recibir las Ordenes sagradas se rige por

el derecho universal y el plan de estudios propio del instituto ». Además los religiosos

candidatos al ministerio presbiteral se conformarán a las normas de la Ratio fundamentalis

institutionis sacerdotalis y los candidatos al diaconado permanente a las disposiciones

previstas a este efecto por el derecho propio de los institutos. No se recapitulará aquí la

integridad de esta « ratio » cuyas líneas maestras figuran en el derecho canónico. Será

suficiente recordar, para que sean observadas por los superiores mayores, algunas etapas

del « cursus » de formación. N°103

Los estudios de filosofía y de teología llevados a cabo sucesiva o conjuntamente,

comprenderán por lo menos 6 años completos, de modo que 2 años enteros estén

consagrados a las disciplinas filosóficas y 4 años completos a los estudios teológicos. Los

superiores mayores velarán por la observancia de estas disposiciones especialmente cuando

confíen sus religiosos jóvenes a centros inter-congregacionales o a universidades. N°104

Si bien toda la formación de los candidatos al ministerio presbiteral tiende a un fin pastoral,

habrá una formación pastoral propiamente dicha adaptada al fin del instituto. El programa

de esta formación se inspirará en el decreto Optatam totius y, para los religiosos llamados a

trabajar en culturas distintas de la cultura de origen, en el decreto Ad Gentes. N°105

Los religiosos sacerdotes dedicados a la contemplación, monjes u otros, llamados por sus

superiores a ponerse a disposición de los huéspedes para ministerio de la reconciliación o

del consejo espiritual, estarán provistos de una formación pastoral apropiada a este

ministerio. Se conformarán igualmente las orientaciones pastorales de la Iglesia particular

en la cual se encuentran. N°106

Serán observadas todas las condiciones canónicas requeridas para los ordenandos y que se

refieran a ellos, teniendo en cuenta la naturaleza y las obligaciones propias del estado

religioso. N°107

Page 12: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

La especificidad religiosa de los religiosos sacerdotes y diáconos

« Un sacerdote religioso inserto en la pastoral al lado de sacerdotes diocesanos, debería

mostrar claramente en sus actitudes que es religioso». Para que aparezca siempre en el

religioso, sacerdote o diácono, « lo que caracteriza la vida religiosa y a los religiosos, y les

dé una visibilidad », deben cumplirse varias condiciones sobre las que es útil que los

religiosos, candidatos a los ministerios presbiteral y diaconal, se interroguen durante el

tiempo de su formación inicial y de su formación permanente:

- que tengan una percepción clara y convicciones firmes sobre la naturaleza respectiva del

ministerio presbiteral y diaconal que pertenece a la estructura de la Iglesia, y de la vida

religiosa que pertenece a su santidad y a su vida, manteniendo siempre el principio de que

su ministerio pastoral forma parte de la naturaleza de su vida religiosa;

- que beban, para su vida espiritual, en las fuentes del instituto del cual son miembros y

acojan en sí mismos el don que representa este instituto para la Iglesia;

- que den testimonio de una experiencia espiritual personal inspirada en el testimonio y la

enseñanza del fundador;

- que vivan conforme a la regla de vida que se comprometieron a observar;

- que vivan en comunidad según el derecho;

- que estén disponibles y movibles para el servicio de la Iglesia universal, si los superiores

del instituto les llaman a ello.

Si se respetan estas condiciones el religioso sacerdote o diácono logrará armonizar

felizmente estas dos dimensiones de su única vocación.

El lugar del religioso sacerdote dentro del presbiterio diocesano.

La formación del religioso sacerdote debe tener en cuenta su futura inserción en el

presbiterio de una Iglesia particular, sobre todo si debe ejercitar en ella un ministerio, «

teniendo presente sin embargo el carácter propio de cada instituto ». En efecto, « la Iglesia

particular constituye el espacio histórico en el cual una vocación se expresa en la realidad y

realiza su compromiso apostólico ». Los religiosos sacerdotes pueden con todo derecho

considerarla como « la patria de (su propia) vocación ». Los principios fundamentales que

rigen esta inserción fueron dados por el decreto conciliar Creasteis Dominus (nn. 34-35).

Los religiosos sacerdotes son « colaboradores del orden episcopal »; « a decir verdad, en

cierto modo, ellos pertenecen al clero de la diócesis en cuanto participan en el cuidado de

las almas y en las obras de apostolado bajo la autoridad de los Obispos ». A propósito de

esta inserción, Mutuae relationes (nn. 15 a 23) hace resaltar la influencia recíproca entre los

valores universales y particulares. Si se pide a los religiosos « aún perteneciendo a un

instituto de derecho pontificio, sentirse verdaderamente participantes de la familia

diocesana », el derecho canónico les reconoce la autonomía conveniente para que se

Page 13: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

mantenga su carácter universal y misionero. De manera habitual, la situación de un

religioso sacerdote o de un instituto al que el obispo ha confiado una misión o una obra

pastoral en su Iglesia particular, debe regirse por un convenio escrito entre el obispo

diocesano y el superior competente del instituto o del religioso interesado. Lo mismo habría

que decir de un religioso diácono puesto en idéntica situación. N°109.

1.4.De manera sucinta se mencionaran algunos apartados del documento que la

Conferencia Episcopal de Colombia promulgó como normas básicas para la

formación inicial presbiteral en los seminarios4. Podemos encontrar en este

documento el ambiente de la formación de acuerdo al contexto colombiano, así

como los protagonistas de la formación y las dimensiones clásicas de dicha

formación, pero solo mencionaremos algunos párrafos que presentan la importancia

de los seminarios y algunos rasgos esenciales de la formación.

El seminario mayor, como institución de la Iglesia, es una necesidad, propuesta claramente

por el Vaticano II… El Papa ratifica esta necesidad del Seminario, incluso para los

religiosos como “análoga casa de formación”, como un “lugar óptimo de formación…

ambiente normal, incluso material… para la formación de los candidatos al

sacerdocio…”.N°65

Desde el punto de vista formativo, el Seminario y otras modalidades de formación

presbiteral constituyen, ante todo, un proceso de acompañamiento al candidato, un camino

que hacen juntos, formadores y formandos, en orden a un auténtico discernimiento

vocacional. N°66

Una institución con características eclesiales tan definidas inspira su método pedagógico

para poder formar auténticos pastores al estilo de Jesús en los siguientes rasgos específicos:

a) Apostólico, es decir, inspirado en la íntima comunicación de vida de Jesús con los doce

para revivir, en la medida de lo humanamente posible, esta experiencia formativa. b)

Evangélico, es decir, abierto a la escucha de la Palabra de Jesús y dirigido a quienes

integran la comunidad del Seminario, a fin de inspiren toda su vida en los valores

evangélicos: ninguno que no esté evangelizado podrá aspirar a ser evangelizador. c)

Comunitario – Eclesial, ya que el seminario debe constituir una verdadera comunidad

eclesial educativa que permita a sus integrantes una formación en las dimensiones humana,

espiritual, intelectual y pastoral, con miras a que los formandos vayan aprendiendo su

futura pertenencia al Presbiterio, que sepan responder a sus vocación y prepararse para

recibir el Sacramento del Orden y ejercer la misión a él anexa, con sus gracias y

responsabilidades propias. d) Participativo, de modo que involucre todas las

potencialidades de los formadores y formandos en un proyecto educativo, claro y elástico a

la vez, y con unidad de dirección en el que los alumnos son protagonistas de su formación

con responsabilidad. e) Personalizado, con una atención diversificada que evite la

4 Normas Básicas para la formación inicial presbiteral en los seminarios mayores de Colombia. Conferencia

Episcopal de Colombia, Comisión Episcopal para la Pastoral de los ministerios Jerárquicos. Santa fe Bogotá, Julio 9 de 1998. 2° Ed.

Page 14: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

masificación y promueva el cultivo de los propios dones y carismas dentro de un

dinamismo de equilibrio humano. N°67.

2. El Derecho Propio: las orientaciones que a nivel general y partículas la

Congregación a emitido en relación a la formación que de bebe ofrecer a los

profesos en la etapa del escolasticado.

2.1.Constituciones

El fin de este Instituto, dedicado y consagrado al Clero, es honrar y glorificar a Jesús en sus

Sacerdotes, formando adoradores en espíritu y verdad que interceden sin cesar al pie del

Santísimo Sacramento por la santificación de todos los Sacerdotes del mundo, y procurando

para los Sacerdotes del Señor apóstoles celosos e infatigables que se entregan a todas sus

necesidades de cualquier tipo que éstas sean. N°5

Tan alta vocación no puede realizar perfectamente sino con un gran espíritu de amor,

humildad e inmolación; ese mismo espíritu que ha inspirado a Nuestro Señor Jesucristo en

la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio y que le anima todavía sin cesar en el

Santísimo Sacramento, particularmente por sus Sacerdotes. N°8

Nuestra Obra, enteramente consagrada al Sacerdocio de Jesús en el Santísimo Sacramento

y en sus Sacerdotes, exige de nosotros una formación adecuada a nuestra vocación y a

nuestra misión propia de apóstoles de los Sacerdotes. N°172

Siendo la ciencia, después de la piedad, un medio de llegar a Dios, y estando llamados los

miembros de la Congregación por su propia vocación a un ministerio tan elevado como el

que tienen que ejercer cerca del Clero, todos se aplicarán al estudio para la gloria de Dios y

el honor de la Iglesia. Los Padres y futuros Sacerdotes estudiarán las ciencias sagradas, y

los Hermanos adquirirán los conocimientos necesarios a su estado. N° 173

“…Para los futuros Clérigos, el período de compromiso temporal debe extenderse por lo

menos durante tres años; para los Herma- nos, cinco años. Sin embargo, el período de

compromiso temporal puede durar hasta seis años. Pero, si se juzga oportuno, el tiempo de

la Profesión Temporal puede ser prolongado por el Superior General, pero de tal manera

que todo el tiempo durante el cual el religioso está astringido a los votos temporales no

supere los nueve años. No obstante, el religioso, buscando únicamente a Dios desde el

fondo de su corazón, lo deja todo por Jesús, desde el primer paso de su camino, dispuesto a

seguirle como lo único necesario...” N° 154

El Superior General, con el consentimiento de su Consejo, procurará, según las

posibilidades, organizar una o varias casas de estudio donde los escolásticos recibirán la

formación espiritual, doctrinal y pastoral requerida por el religioso Sacerdote de la

Fraternidad Sacerdotal. Allí se prepararán para llegar a ser, a ejemplo de Jesús Maestro,

Sacerdote y Pastor, verdaderos apóstoles cerca de los Sacerdotes. N°174

Page 15: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

Las condiciones requeridas para la fundación y mantenimiento de casas de estudios

preparatorios para el Sacerdocio, son las siguientes: un número suficiente de estudiantes,

profesores debidamente preparados y locales adecuados, y finalmente una “Ratio

Studiorum” aprobada por el Superior General con el consentimiento de su Consejo y

conforme a las normas de la Santa Sede y a la “Sacerdotalis Institutionis Ratio” del país de

la casa de estudios. N°175

Los profesores serán escogidos con cuidado por el Superior General con el parecer de su

Consejo, y formados de antemano para esta importante función. Importa que tengan no sólo

ciencia y talento, sino que sean piadosos, ponderados en su doctrina y prudentes en sus

opiniones. N° 176

Los futuros Sacerdotes profundizarán, según el carácter peculiar de la Congregación, su

vida espiritual, que estará estrechamente vinculada a la formación doctrinal y apostólica.

Debiendo participar un día del único Sacerdocio y del único ministerio de Jesús Sacerdote,

buscarán ante todo llenarse de su espíritu, impregnar su vida del Evangelio y vivir

intensamente de su misterio pascual. N°177

La formación pastoral buscará desarrollar un verdadero espíritu apostólico para el

ministerio en favor de los Sacerdotes. Será dada por la enseñanza de lo que concierne el

santo ministerio: la predicación, el culto litúrgico, la administración de los sacramentos, la

actividad caritativa y, en particular, el arte de dirigir las almas, sobre todo los Sacerdotes y

religiosos. Será completada con una iniciación a la práctica pastoral, en la cual se debe

siempre recordar el predominio de los medios sobrenaturales. N°178

El Superior del escolasticado debe estar dotado de las cualidades requeridas para el Maestro

de Novicios (cf Constituciones, capítulo 44), y ser, además, un hombre de ciencia y estudio.

Él será cuidadosamente preparado para cumplir su función. N°179

Si las condiciones requeridas para la erección o mantenimiento de una casa de estudios no

se pueden cumplir, la comunidad de los futuros Sacerdotes, viviendo en su propia casa para

recibir la formación espiritual y pastoral según el espíritu de la Congregación, recibirá su

formación doctrinal en una casa apta para los estudios eclesiásticos elegida por el Superior

General con el consentimiento de su Consejo. La organización de tal comunidad se

inspirará en lo que se requiere para constituir un escolasticado. N°180

2.2.Reglas Capitulares.

Teniendo siempre en cuenta las investigaciones recientes, se seguirá la doctrina de Santo

Tomás para la filosofía escolástica y el dogma; en la enseñanza de la teología moral, se

inspirará además de las orientaciones del Concilio Vaticano II y de la doctrina de San

Alfonso de Ligorio. N°63

Que en sus predicaciones nuestros religiosos sean sencillos y modestos. Procuren alimentar

su predicación con doctrina, convicción y piedad. No se contenten solamente con hablar al

espíritu, sino esfuércense en tocar los corazones sobre todo. N°64

Page 16: CONGREGACIÓN DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL · discreto, generoso y disponible para el servicio, capaz de ofrecer personalmente y de suscitar en todos relaciones leales y fraternas,

Durante su escolasticado, los futuros Sacerdotes harán períodos de prácticas en una u otra

de nuestras casas para iniciarse en nuestras propias obras y prepararse para la vida

apostólica. N°65

Durante esos períodos de prácticas, los futuros Sacerdotes, aún estando bajo la jurisdicción

del Superior Local, permanecerán bajo la dependencia del Superior del Escolasticado quien

se informará de sus disposiciones y progresos. N°66

Al final del año escolar, el Superior hará una relación detallada al Superior General sobre

cada uno de los futuros Sacerdotes, utilizando, para cada uno de ellos, una hoja por

separado y firmada por él. Reunirá previamente a sus colaboradores para prepararla con

ellos. N°67

Todos los religiosos Sacerdotes de la Congregación dedicarán al estudio, de una manera

habitual, al menos una hora por día. N°68

El Superior General, según las posibilidades, podrá permitir a un religioso, después de un

cierto número de años de Profesión religiosa, seguir cursos de perfeccionamiento en

orientación espiritual. N°69

Si un religioso Hermano solicita emprender estudios para ser Sacerdote, hay que hacerle

saber inmediatamente que la cosa es imposible en la Congregación, invitándolo a estudiar

bien su vocación antes de tomar una decisión. No obstante, el Superior General facilitará a

los Hermanos estudios especia- les para un mejor servicio apostólico. N°70

En cada casa local, el Superior nombrará un bibliotecario que se ocupará de recoger y

clasificar las obras y periódicos. Este se ocupará también de procurar aquellos escritos

útiles para la vida espiritual, para el conocimiento de los acontecimientos de la Iglesia y del

mundo, para la dedicación apostólica y el acrecimiento de la cultura. Se ocupará muy en

particular de conseguir las obras que tratan de Jesús Sacerdote y del Sacerdocio ministerial.

N°71

En cada casa, habrá un archivista que cuide de los documentos útiles para la historia de esa

casa y del Instituto. Recogerá las noticias, narraciones e informaciones escritas u orales

relacionadas con las obras y los religiosos de la casa local, y redactará el diario de la

comunidad. N°72

Por : Pbro. Wilson Adrián Fonseca Ríos, Cfs.