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  • Conocimiento comn y conocimientocientfico*Gaston Bachelard

    Epistemolgicamente, y en su desarrollo contemporneo, las ciencias fsicas y qumicas pueden sercaracterizadas como dominios del pensamiento que rompen abiertamente con el conocimientovulgar. Lo que se opone a la comprobacin de tan profunda discontinuidad epistemolgica es quela educacin cientfica, que parece bastar para la cultura general, no se dirige sino a la fsica yqumicas muertas, en el sentido con que se dice que el latn es una lengua muerta. Nada hay enello de peyorativo si lo nico que se quiere sealar es que existe una ciencia viva. El mismoEmile Borel demostr que la mecnica clsica, la mecnica muerta, era una cultura indispensablepara el estudio de las mecnicas contemporneas (relativista, cuntica, ondulatoria). Pero losrudimentos no son ya suficientes para demostrar los caracteres filosficos fundamentales de laciencia. El filsofo debe de tomar conciencia de los nuevos caracteres de la ciencia nueva.

    Creemos pues que las revoluciones cientficas contemporneas permiten hablar, en el estilo de lafilosofa comtiana, de un cuarto perodo, correspondiendo los tres primeros a la Antigedad, EdadMedia y Tiempos Modernos, respectivamente. El cuarto perodo, en la poca contempornea,consuma la ruptura entre conocimiento comn y conocimiento cientfico, entre experiencia comny tcnica cientfica. Por ejemplo, desde el punto de vista del materialismo, el comienzo de esecuarto perodo podra se establecido en el momento en que la materia es designada por suscaracteres elctricos, o ms precisamente, por sus caracteres electrnicos. Pondremos en relieveestos caracteres en nuestro libro sobre la mecnica ondulatoria. Aqu, nuestro propsito es poner demanifiesto el aspecto filosfico de las nuevas tcnicas experimentales.

    El carcter indirecto de las determinaciones de lo real cientfico nos coloca ya en un reinoepistemolgico nuevo. Por ejemplo, en tanto que para un espritu positivista se trataba dedeterminar los pesos atmicos, la tcnica de la balanza muy precisa, sin duda bastaba.Pero cuando en el siglo XX se separan los istopos, resulta necesaria una tcnica indirecta.Es espectroscopio de masa, indispensable para esta tcnica, se funda en la accin de los camposelctricos y magnticos. Comparado con la balanza es un instrumento que bien puede ser calificadode indirecto. La ciencia de Lavoiser, que se funda en el positivismo de la balanza, est en relacincontinua con los aspectos inmediatos de la experiencia usual. No ocurre lo mismo cuando alelectricismo se le agrega el materialismo. Los fenmenos elctricos de los tomos estn ocultos. Espreciso instrumentarlos en un conjunto de aparatos que en la vida comn no tiene significacindirecta. En la qumica de Lavoiser el cloruro de sodio se pesa como en la vida comn se pesa la salde cocina. Las condiciones de precisin cientfica, en la qumica positivista, no hacen ms queacentuar las condiciones de precisin comercial. De una precisin a la otra, no se cambia la idea demedida. Asimismo, si la posicin de la aguja fijada al astil de la balanza es leda con unmicroscopio, no se abandona por ello la idea de un equilibrio, de una identidad de masa, aplicacinmuy simple del principio de identidad, tan sencillamente fundamentalmente para el conocimientocomn. En lo que concierne al espectroscopio de masa, nos hallamos en plena epistemologadiscursiva. Es necesario un largo circuito por la ciencia terica para comprender sus antecedentes.De hecho, los antecedentes son aqu resultados.

    *Texto extrado de Bachelard, Gaston, "Conocimiento comn y conocimiento cientfico", en El racionalismoaplicado, versin castellana de Irene A. Ramos, Buenos Aires, Paids, 1978, pp. 99-13.

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  • Se objetar que para separar el conocimiento comn y el conocimiento cientfico proponemos unadistincin demasiado sutil. Pero es necesario comprender que los matices son aqu filosficamentedecisivos. Se trata nada menos que del primado de la reflexin sobre la percepcin, de lapreparacin noumnica de fenmenos tcnicamente constituido. Las trayectorias que permitenseparar los istopos en el espectroscopio de masa no existen en la naturaleza; hay que producirlostcnicamente. Son teoremas deificados. Tendremos que demostrar que lo que el hombre hace enuna tcnica cientfica del cuarto perodo no existe en la naturaleza y tampoco es una consecuencianatural de fenmenos naturales.

    La audiencia que debera juzgar una ruptura epistemolgica semejante no est, sin duda, biendefinida. Desafortunadamente, la cultura cientfica se halla expuesta al juicio de quienes nuncahicieron el menor esfuerzo por adquirirla. Por lo dems, cmo ingresar en el cuarto estado si anno se ha comprendido la importancia del tercero, el sentido mismo del estado positivista? Dehecho, no hay cultura cientfica sin una realizacin de las obligaciones, del positivismo. Parasuperar al positivismo hay que pasar por l. Nosotros, que queremos determinar las condicionesepistemolgicas del progreso cientfico, debemos de considerar positivo al positivismo, enoposicin al carcter retrgrado de las filosofas de la naturaleza, signadas por la metafsicaidealista, tomando a la palabra retrgrado en su bien determinado sentido comtiano.

    Es pues a partir de la positividad de la experiencia cientfica propio del tercer estado de laepistemologa comtiana que habremos de definir el sentido profundamente instrumental yracionalista de la experiencia cientfica. Veremos que el fenmeno as definido se opone a lascosmolgicas miras de las filosofas de la naturaleza. Tambin aqu descubriremos una oposicincon el conocimiento comn, que gusta de prontas cosmologas.

    Antes de estudiar en detalle ejemplos precisos, debemos volver a sealar que al ocuparnos delesencial progreso del pensamiento cientfico no habremos de decidir sobre los valores morales de laciencia. Nuestro punto de vista no es sino el de la epistemologa. Lo que juzgaremos sern losprogresos de conocimiento. Ahora bien, desde este punto de vista, el progreso es evidente, decisivo.Ha podido decirse que si la nocin de progreso humano se impuso fue precisamente por el carctermanifiesto del progreso de las ciencias, desde el siglo XVIII. En la actualidad las ciencias fsicasnos conducen a dominios nuevos o, lo que es lo mismo, el objeto y sujeto se encuentran, el uno porel otro, en estado de novacin.

    Cules sern las consecuencias humanas, las consecuencias sociales de semejante revolucinepistemolgica? Se trata de un problema que tampoco vamos a considerar. Asimismo, es difcil demedir el alcance psicolgico de tan profundas modificaciones del intelectualismo. El especialintelectualismo que se desarrolla con la forma de un nuevo espritu cientfico se localiza en unaciudad intelectual muy estrecha, muy cerrada. Pero hay ms. En el espritu mismo del investigadorel pensamiento cientfico se separa del pensamiento comn. El investigador termina siendo unhombre provisto de dos comportamientos, y est divisin confunde todas las discusionesfilosficas. Con frecuencia pasa desapercibida, y despus debe de afrontar fciles declaracionesfilosficas sobre la unidad del espritu, sobre la identidad del espritu. Los mismos cientficos,puesto que explican su ciencia a personas que ignoran, puesto que la ensean a alumnos, seesfuerzan por poner en continuidad el conocimiento cientfico y el conocimiento comn.Slo con posterioridad se comprobar que una cultura cientfica ha determinado unareestructuracin del conocimiento, una reforma del ser que conoce. La historia cientfica, cuandoen breve prembulo se la presenta como preparacin de lo nuevo por lo viejo, sobreestima laspruebas de continuidad. En tal atmsfera de confusin psicolgica, siempre ser difcil dar luz a losrasgos especficos del nuevo espritu cientfico. Los tres estado designados por Auguste Comtedejan huellas permanentes en todo espritu. La superposicin de un cuanto estado fragmentario,especial, de escasa profundidad es poco susceptible de intervenir en los valores de la conviccin.

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  • Pero es quizs en una oposicin entre los valores de la cultura y los valores de la conviccin quepodemos determinar mejor la recompensa que cabe esperar del pensamiento cientfico.

    Sea que fuere de esos temas generales, intentaremos traer ejemplos extremadamente simples paramostrar la discontinuidad entre la evolucin rutinaria y la evolucin de la tcnica moderna de basecientfica.

    II

    En primer lugar, mostraremos de qu modo la tcnica que construy la lmpara elctrica de hiloincandescente rompe con todas las tcnicas de iluminacin usadas por la humanidad hasta el sigloXX. En todas las tcnicas antiguas, para iluminar hay que quemar una materia. En la lmpara deEdison, el arte tcnico consiste en impedir que una materia se queme. La tcnica antigua es unatcnica de combustin. La nueva tcnica es una tcnica de no-combustin.Pero para gozar de esta dialctica, qu conocimiento especficamente racional hay que tener de lacombustin! Ya no alcanza ese empirismo de la combustin, que se contentaba con unaclasificacin de las sustancias combustibles, con una valorizacin de los buenos combustibles, conuna divisin entre sustancias susceptibles de mantener la combustin y sustancias impropias deello. Para impedir la combustin hay que haber comprendido que la combustin es unacombinacin, y no el desarrollo de una potencia sustancial. La qumica del oxgeno ha reformadode arriba abajo el conocimiento de las combustiones.

    Por medio de una tcnica de no-combustin Edison crea la ampolla elctrica, la lmpara de vidriocerrado, la lmpara sin tiraje. La funcin de la ampolla no es impedir que las corrientes de aireagiten la lmpara sino conservar el vaco en alrededor del filamento. La lmpara elctrica no tieneen absolutamente ningn carcter constitutivo comn con la lmpara ordinaria. El nico carcterque permite designar a las dos lmparas con la misma palabra es que ambas iluminan la habitacincuando llega la noche. Para acercarlas, para confundirlas, para designarlas, se ha hecho de ellas elobjeto de un conocimiento de la vida comn. Pero esta unidad de fin no es una unidad depensamiento sino para aquel que slo piensa en el fin. Es este fin el que sobrevalora lasdescripciones fenomenolgicas tradicionales del conocimiento. A menudo los filsofos creen darseun objeto dndose su nombre, sin caer en la cuenta de que nombre trae una significacin que slotiene un sentido en un cuerpo de costumbres. He aqu a los hombres. Una vez que se les mostr elobjeto estn satisfechos; eso tiene un nombre, dice Jean de Boschre, en LObscur Paris (Looscuro en Paris), p.63.Pero se nos objetar que al tomar como ejemplo la lmpara elctrica nos hemos colocado en unterreno demasiado favorable a nuestra tesis. Seguramente, se dir, el estudio de fenmenos tannuevos como los fenmenos elctricos poda proporcionar a la tcnica de la iluminacin mediostotalmente nuevos. Pero no es sobre esto que polemizamos. Lo que queremos demostrar es que enla misma ciencia elctrica hay institucin de una tcnica no natural, de una tcnica que no tomasus lecciones en un examen emprico de la naturaleza. Como vamos a sealarlo, no se trata de partirde los fenmenos elctricos tal como se ofrecen al examen inmediato.

    Durante el siglo XVIII, en la ciencia de la electricidad se plantea precisamente una equivalenciasustancial entre los tres principios: fuego, electricidad, luz. Dicho de otro modo, la electricidad estomada segn los caracteres evidentes de la chispa elctrica: la electricidad es fuego y luz. Elfluido elctrico, dice el abate Bertholon, en Llectricit des vgtaux (La electricidad de losvegetales, p.25) es fuego modificado o, lo que viene a ser lo mismo, un fluido anlogo al fuego y laluz. ; pues tiene con ellos grandes relaciones, las de iluminar, brillar, inflamar, y quemar, o fundirciertos cuerpos: fenmenos que prueban que su naturaleza es la del fuego, puesto que sus efectosgenerales son los mismos; pero que es fuego modificado pues difiere de l en muchos aspectos.

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  • No es est una intuicin aislada; volveremos a encontrarla en muchos libros del siglo XVIII1.Unatcnica de iluminacin asociada a semejante concepcin sustancialista de la electricidad buscaratransformar a la electricidad en fuego-luz, transformacin simple en apariencia puesto que con lasdos formas, electricidad y luz, se supona que se trataba del mismo principio material. La explotacin directa de las observaciones, explotacin guiada por intuiciones sustancialistas,slo pedira el aporte de una alimento a esta electricidad fuego-luz (un pabulum, para emplear eltrmino consagrado). As se pondra en accin toda una serie de conceptos utilizados en la vidacomn, en particular el concepto de alimento, profundamente arraigado en el inconsciente. Seexcavara la comprensin de los conceptos naturales, y bajo los fenmenos, tan raros sinembargo, de la electricidad, se hallaran las cualidades profundas, las cualidades elementales: elfuego y la luz.

    Hundido de tal modo en los valores elementales, el conocimiento vulgar no puede evolucionar. Nopuede abandonar su empirismo primero. Se tienen ms respuestas que preguntas. El conocimientovulgar tiene respuestas para todo. Claramente se ve en el ejemplo elegido: si la varilla de resinaslanza chispas al menor frotamiento, es que est llena de fuego. Por qu asombrarse ante estenuevo fenmeno? Acaso desde tiempos inmemoriales no se hacen antorchas con resina? Y esaschispas no son solamente de luz fra, pues sus chispas calientes, que pueden inflamar el agua devida, el agua de fuego. Todas estas observaciones, en el emprico estilo del siglo XVIII, prueban lacontinuidad de la experiencia comn y la experiencia cientfica. El fenmeno que al principio nossorprenda pronto no ser ms que un ejemplo de la circulacin del fuego por toda la naturaleza dela vida misma. Como dice Pott, empleando la docta palabra flogisto pero pensando en la palabravulgar, en la palabra fuego: La extensin de esta sustancia (el flogisto) es tan amplia como eluniverso; se encuentra expandida por toda la naturaleza, aunque en combinaciones muy diferentes.As, no hay intuiciones ms generales que las intuiciones ingenuas. Las intuiciones ingenuas loexplican todo.

    Por otra parte, la fsica natural tiene, por supuesto, su microfsica. Ella misma estima que el fuegolatente est aprisionado en los pequeos alvolos de la materia, como la gota de aceite estencerrada en el pequeo grano de colza. Al quebrar las paredes de alvolos, el frotamiento libera alfuego. Se esta liberacin se generalizara, un fuego visible y constante se encendera sobre la varillade resina frotada por la piel de gato: hay continuidad entre la varilla de resina y la ramacombustible de abeto. Yo considero, agrega Pott, a la materia de fuego contenida en los cuerposde combustibles, al alimento del fuego, como un conjunto de prisioneros encadenados entre s, delos cuales el primero que se libera suelta de inmediato a su vecino, quien a su vez suelta a untercero, y as de seguido

    Tales imgenes que podramos multiplicar muestran claramente qu con facilidad establece susistema el empirismo de observacin y con qu rapidez ese sistema se cierra. Como vemos, talescomo los forman los primeros observadores, los conocimientos elctricos son asociadosrpidamente a una cosmologa de fuego. Y si se hubiera hecho una lmpara elctrica en el sigloXVIII se habra planteado la siguiente cuestin: cmo puede convertirse en fuego manifiesto elfuego elctrico latente? Cmo puede convertirse en luz permanente la luz de la chispa? Preguntasstas que tambin apuntan a una respuesta directa. Ninguna de estas concepciones del Universopuede guiar la tcnica.

    Volvamos pues al examen de la fenomenotcnica. La historia prueba que la tcnica es una tcnicaracional, una tcnica inspirada por las leyes racionales, por leyes algebraicas. Bien se sabe que laley racional que regula los fenmenos de la lmpara elctrica incandescente es la ley de Joule, queobedece a la frmula algebraica:

    1 Vase el libro de Bertholon, en particular, una cita de Pott (p.346), y en otra de La Mtherie (p.348).

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  • W= R I2 t

    W: energa R: resistenciaI: intensidadt: tiempo

    He aqu una exacta relacin de conceptos bien definidos. W se registra en el contador, R I2 t segasta en la lmpara. La organizacin objetiva de los valores es perfecta.

    Desde luego, la cultura abstracta ha cortado el paso a las primeras intuiciones concretas. No se diceya apenas se lo piensa que fuego y luz circulan por el filamento resplandeciente. La explicacintcnica sigue el sentido contrario de la explicacin substancialista. Cuando se quiere determinarmejor los efectos de la resistencia se acude a la frmula:

    slR =

    resistencia del metall: longitud del hilos: seccin del hilo

    y se comprende la necesidad tcnica de tomar un hilo largo y fino para aumentar la resistencia, seadmira la delicadeza del hilo tembloroso bajo sus poternas de vidrio. El factor c onserva sin dudacierta reserva de empirismo. Pero es un empirismo bien enmarcado, racionalmente enmarcado. Porotra parte, contra este empirismo una ciencia ms avanzada podr venir despus a multiplicar susconquistas. Al estar vinculada con una tcnica definida, al trabajar sobre una sustancia bien purificada comoel tungsteno la industria moderna culmina en una suerte de racionalizacin de la materia. Para lafbrica que produce lmparas con filamentos de tungsteno, el factor no implica ya sorpresaemprica alguna. En cierto modo, est materialmente desindividualizado. Si en algo somossensibles a los matices filosficos, no podemos dejar de reconocer el trabajo de racionalizacinpresente en una industria que produce lmparas elctricas en serie.Bien podemos afirmar, pues, que la ampolla elctrica es un objeto del pensamiento cientfico. Aeste ttulo, es para nosotros un ejemplo muy simple pero muy claro de objeto abstracto-concreto.Para comprender su funcionamiento es preciso hacer un rodeo que nos conduzca a un estudio delas relaciones de los fenmenos, es decir, a una ciencia racional, expresada algebraicamente. Es cierto que, segn su temperamento filosfico, cada uno de nosotros podr ver en tal objetoabstracto-concreto ya sea un ejemplo de empirismo compuesto, ya sea un ejemplo de racionalismoaplicado. Pero todos estos modos de la discusin filosfica sobre un ejemplo semejante es muestrade una filosofa dialogada. Desde nuestro punto de vista filosfico, la ampolla elctrica es un bi-objeto. Un sartriano encontrara dos formas de reducirlo a nada . Es posible quebrar la ampollacomo se quiebra un vidrio ordinario. Pero hay un anonadamiento menos brutal, ms insidioso;basta con descomponer un contacto en el casquete y el objeto ha dejado de ser una lmpara. Si laampolla ilumina mal, se le pide a la mucama que le quite el polvo como a los otros objetos de lacasa. Si esto no es suficiente, se le pide al tcnico que verifique los contactos. La utensibilidadtiene aqu dos perspectivas de juicios.

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  • Como es natural si hubisemos elegido un ejemplo ms complicado habramos podido poner enevidencia caracteres racionales ms numerosos, con relaciones matemticas ms complejas. Perocreemos que, en su simplicidad, nuestro ejemplo alcanza para dar lugar a la discusin filosficafundamental entre el realista y el racionalista. Aqu, con toda evidencia, el objeto percibido y elobjeto pensado pertenecen a dos instancias filosficas diferentes. Es posible, pues, describir alobjeto dos veces: una como se lo percibe, otra como se lo piensa. El objeto es aqu fenmeno ynomeno. Y en tanto que nomeno, est abierto a un porvenir de perfeccionamiento que el objetodel conocimiento comn no posee. El nomeno cientfico no es una simple esencia, es un progresodel pensamiento. As se muestra desde sus primeros rasgos, y llama a otros progresos. Por ello,para caracterizar plenamente un objeto que realiza una conquista terica de la ciencia ser precisohablar de nomeno nougnico, de una esencia que engendra pensamientos.

    Ese progreso del pensamiento que es el signo manifiesto de un nomeno cientfico se ha vueltomanifiesto por comparacin con la percepcin del fenmeno. La percepcin de un objeto sepresenta como un signo de significacin en profundidad. Solamente remite a los otros objetospercibidos y se asocia a la percepcin de otros objetos en el plano homogneo de lo percibido.Precisar lo percibido es, simplemente, multiplicar las asociaciones de la percepcin. Por elcontrario, precisar el objeto cientfico es comenzar un relato de nomenalizacin progresiva. Todoobjeto cientfico lleva la marca de un progreso del conocimiento.

    III

    Para mostrar la oposicin entre el conocimiento comn y el conocimiento cientfico podemosevocar las dificultades del conocimiento cientfico para desprenderse de los grandes valores, de losvalores del universo que gobiernan los conocimientos comunes. Como siempre, vayamos a losejemplos.

    Bastar con recorrer los tres tomos de las Exprencies et observations sur diferentes espces dair(Experiencias y observaciones sobre diferentes especies de aire), de Priestley (trad. Gibelin, Paris,1777), para comprender hasta qu punto los juicios de valor perturban la orientacin cientfica. Laoposicin entre aire bueno y aire viciado no puede ofrecer una clasificacin qumica profunda ydurable. Despus de una divisin semejante a cada paso se presentan falsos problemas. Aun cuandoconserve un germen de ideas sanas, el investigador no podr determinar su conocimiento. Amenudo dio Priestley con la idea de que lo vegetales restablecan el buen aire, que la respiracinde los animales haba viciado. Muchas veces dej morir ratones en un aire confinado para que stellevara con seguridad la marca del aire irrespirable. En este aire irrespirable lanz chorros dementa. Y entonces comienzan a determinarse valores. Si la mente mejora el aire infectado por elratn ello se debe a efluvios aromticos? No, es pues ese aire viciado fue tambin perfectamenterestablecido por medio de la planta llamada pan de pjaros, que comnmente se ordena entre lashierbas malas, y cuyo valor no es otra cosa que desagradable. En otras palabras, lo bueno y lomalo entorpecen la bsqueda de los valores del conocimiento objetivo. En realidad, lasexperiencias de Priestley constituyen un conjunto particularmente numeroso de experienciasrelativas a la tabla baconiana de ausencia.

    Al pasar, mencionaremos el hecho notable de que la experiencia moderna de laboratorio trabajemuy poco con la tabla de ausencia. La experiencia cientfica moderna est ya comprometida en lavida objetiva y, como tal, est casi segura de la presencia del fenmeno estudiado. Hasta cuando laexperiencia cientfica procede por s y por no, en una dialctica que parece vacilar entre presenciay ausencia, al menos est segura de la definicin del fenmeno preciso, a propsito del cual seplantean preguntas precisas. Sin duda a esas preguntas precisas la experiencia puede responderles

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  • negativamente. Pero esa respuesta negativa no es verdaderamente absoluta puesto que remite enseguida a una reestructuracin positiva de la experiencia. La negacin experimental, en la fsicamoderna, nada tiene que ver con la negacin de una fsica incoativa, en un pensamientoexperimental que se dispersa en falsos puntos de partida.

    El bien y el mal, atribuidas a las sustancia como designaciones primeras, como designacionesfundamentales, acarrean casi automticamente puntos de vista cosmolgicos muy alejados del nivelde la experiencia particular considerada. As, la comprensin de lo vegetal respecto de lo animal enel restablecimiento del buen aire tiene, para Priestley, una dignidad csmica. La vida vegetal luchacontra todas las malignidades, contra todas las putrefacciones: los efluvios balsmicos estn paracompensar los efluvios ptridos. Los bosque corrigen a los volcanes (vase t.II, p.39). De todosmodos, es preciso detener el mal en la naturaleza (t.I, p. 345): todo aire nocivo debe ser purificadoen la naturaleza.

    En suma, mediante una inversin previa del que ser orden de seguridad de los conocimientoscientficos objetivos, en el siglo XVIII la metodologa precede a la qumica. Para Prestley, si el marest agitado, es para que se disuelvan mejor los aires viciados que han producido las inmensasputrefacciones del universo. Tambin l utiliza la agitacin del agua en un recipiente donde haobtenido los aires a estudiar y, en este sentido, ha hecho observaciones tiles. Pero leyndolo conatencin se siente que, aun cuando no est expresado, hay qu un finalismo activo. La qumicaprecientfica permanece ligada a la cosmologa. Ella mantiene, inclusive en sus estudiosparticulares, los principios de utilidad y de finalismo del conocimiento vulgar.

    Tambin el hecho que los caracteres biolgicos puestos en la base de las investigaciones fsicassean de rasgos generales, como la animalizacin y la vegetalizacin, bloquea o confunde losintentos de objetivacin qumica (vase Priestley, loc. cit., t.II. p.181).

    Cmo podra la una biologa extraviada guiar a una qumica que ha empezado mal?A las generalsimas preguntas sobre la animalizacin y la vegetalizacin suceden las

    puntillosas preguntas de un empirismo que quiere entrar en el detalle de los hechos. Despus dehaber trozado un gallo de Indias, Priestley se pregunta si la carne blanca de pecho dar elmismo aire que la carne negra de la pata. Priestley no percibe ninguna diferencia, Tratadas conespritu de nitro, ambas carnes darn un aire que se asemeja exactamente al aire que yo habaextrado del tendn del carnero (t.II, p.183). En efecto, Priestley haba realizado la experiencia conel tendn de carnero porque su textura, ms slida que la del msculo le haba hecho pensarque el aire que suministraba se acercara ms al de la madera (p.182). No olvidemos que el airefijo deba de dar su nombre al hecho de que se lo haca salir de los cuerpos slidos en los queestaba fijado. El orden de solidez poda por lo tanto sugerir preguntas en relacin directa con losaspectos inmediatos de las sustancias.

    As el conocimiento experimental ligado al conocimiento comn inmediato est tanperturbado por sus rasgos demasiado generales como por sus distinciones demasiado particulares.Hay que esperar del conocimiento que est comprometido, que haya recibido muchasrectificaciones para poder designarlo como conocimiento cientfico. Nuevamente nos hayamos antela misma paradoja: la corriente de pensamiento racionalista no comienza. El pensamientocientfico rectifica, regulariza, normaliza. Es positivo en un ms all de las negaciones pululantesdel tipo que acabamos de recordar con tanta simplicidad. Desde luego, quienes forman susconvicciones sobre el conocimiento comn, quienes ven en las cosas comunes los principios delUniverso no pueden sacar provecho de los valores de compromiso especficos del conocimientocientfico. Nuevamente enfrentamos, pues, la necesidad de la revolucionaria informacin deracionalismo.

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  • IV

    Pero nuestra polmica sobre las relaciones del conocimiento comn y el conocimiento cientficoser quizs ms clara si llegamos a separar netamente el conocimiento cientfico y el conocimientosensible. Para ser precisos, creemos que podremos romper con ese postulado ms o menos explcitoque pretende que todo conocimiento es siempre reductible, en ltimo anlisis, a la sensacin. Nosiempre se nos ocurre que las condiciones de la sntesis no son simtricas a las condiciones delanlisis. Por lo tanto, nos ser preciso atraer la atencin hacia las producciones sintticas delconocimiento y la tcnica cientficos. La dominacin de lo sensible se opone, por un rasgocaracterstico del racionalismo, a la reduccin a lo sensible.

    Dado que la mayora de los filsofos aceptan sin discusin el postulado de que todo conocimientode la realidad ha salido del conocimiento sensible, formulan con frecuencia, como una objecindecisiva contra el conocimiento cientfico, el hecho de que ese conocimiento cientfico no puededar cuenta de la sensacin misma. Filosofas tan diferentes como el bergsonismo y elmeyersonismo estn de acuerdo en est crtica. As, para Meyerson, lo irracional est en la razmisma de conocimiento sensible. Toda la irracionalidad de la construccin de conocimientoscientficos no elimina la irracionalidad de la base sensible. Pensemos que muchas de las tesis quesostienen el irracionalismo de la base se agrupan alrededor de un problema mal planteado.

    Por ejemplo, muy a menudo se objeta la contingencia del nmero de los cinco sentidos. Por qucinco y no ms o menos? As comienzan las utopas: Cmo sera nuestro conocimiento deluniverso si tuviramos, como sexto sentido, el sentido de la orientacin que tienen las palomas?Cmo sera nuestro conocimiento cientfico de la materia si tuviramos el sentido elctrico del peztorpedo? Y si tuviramos menos sentidos? Hubo un filsofo que hasta se pregunt cmo seranuestro conocimiento si slo tuviramos un sentido. As se desenvuelven las utopas de la teorafilosfica del conocimiento en un tiempo en que el conocimiento cientfico multiplica los ejemplosde nuevos conocimientos cientficos, creadores de nuevos tipos de conocimiento.Est extensin de los mtodos, esta multiplicacin de los objetos no atraen la atencin de losfilsofos. Los filsofos creen poder instruirse imaginando situaciones elementales. La nuevaprueba de que al estudiar los orgenes, los filsofos creen poder descubrir creaciones.

    En la polmica contra el racionalismo hasta provoca asombro que en sentido no sea sustituible porotro sentido, lo que sera deseable para una filosofa racionalista de la identidad. Para quienessostienen el irracionalismo es un argumento que la oreja no puede ver, que el ojo no pueda or.Meyerson llega a utilizar este burdo sarcasmo: se nombraron expertos para saber si es cierto que ala luz de las treinta y seis candelas que haba visto al recibir el puetazo en el ojo, un hombrehubiera podido, en la noche ms oscura, reconocer al agresor.

    Pero dejemos de lado los argumentos previos y tratemos de probar el movimiento andando,tratemos de seguir el acto de conocimiento conociendo. Tomaremos un ejemplo lo ms precisoposible, el de la ordenacin de los colores. Vamos a esbozar un paralelo entre los coloresinteligibles y los colores sensibles, estableciendo una distincin que, si se la trabajara, podravolverse tan clara como la distincin de Malebranche entre la extensin inteligible y la extensinsensible. Con este simple ejemplo nos resultar fcil mostrar que la fsica por una parte y labiologa y la psicologa por la otra no plantean los mismos problemas. En verdad, es una simplezahablar de irracionalismo por el hecho de que la racionalidad de un dominio no puede ser puesta entotal coincidencia con la racionalidad de otro dominio. Aceptar esta crtica sera seguir la

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  • inspiracin de un racionalismo absoluto, incondicionado, que por su dogmatismo llama aldogmatismo del irracionalismo contrario. Ms adelante pediremos a nuestros adversarios que noconfundan los gneros y que no exijan justificaciones en la ciencia fsica para las cienciasbiolgica y fsica. Una vez distinguidos los gneros, tendremos que preguntarnos de qu lado elcompromiso es ms profundo, ms activo. Veremos que el compromiso con los colores inteligibleses, de lejos, un compromiso marcado por el progreso humano, un compromiso fundado sobre elporvenir del pensamiento y no sobre el pasado de la sensacin.

    Para llevar a frmulas claras la diferencia de ordenacin de los colores, en fsica por una parte ypor la otra en la biologa y psicologa, podramos decir:

    La ordenacin de los colores en fsica es lineal.La ordenacin de los colores en biologa es circular.

    Fsicamente, la dispersin de los colores por el prisma en la experiencia de Newton da el siguienteorden lineal:

    Violeta, ndigo, azul, verde, amarillo, anaranjado, rojo

    Biolgicamente, un estudio de las sensaciones nos da, por fusiones progresivas, el mismo orden,pero este estudio de las sensaciones nos prescribe tomar un esquema que traduce la vecindad entreel rojo y el violeta. Habr pues que disponer los colores circularmente, como en el esquema de lafigura 1.

    Figura 1.

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  • Inclusive podremos dejar que en el crculo subsistan slo los tres colores fundamentales: azul,amarillo, rojo, puesto que todos los matices del verde pueden obtenerse en una fusin progresivadel azul y el amarillo, y lo mismo para el anaranjado en la mezcla de amarillo y rojo, y lo mismopara el violeta y el ndigo en la mezcla del rojo y el azul.

    Estas simplificaciones desempearon un importante papel en las discusiones del perodo cientfico.Mientras que el estudio cientfico de la ordenacin lineal proporcion el mismo poder deindividualizacin a todos los colores, a todos los matices, la ordenacin circular permiti aislar lostres colores fundamentales atribuyndoles en realismo dominante. Sealemos desde ahora, antes devolver a ello, que lo colores azul, amarillo y rojo no son fundamentales sino para la visin, para elojo humano. Es en el plano biolgico retiniano que los colores fundamentales debern revelar suprivilegio.

    Habr que objetar ahora, con los filsofos, que al no dar cuenta de la vecindad sensible entre elvioleta y el rojo la ciencia fsica se presenta como una abstraccin? O, por el contrario, habrrazn para denunciar como una sobrecarga esa vecindad violeta-rojo totalmente ausente en laordenacin inteligible de los colores?

    Qu ofrecera una fsica que partiera verdaderamente de la ordenacin circular de los colores,asumiendo a esta ordenacin como la ms real, como la ms concreta? Se sabe, por la historia, loque sera una ciencia fsica tal. En efecto, por ese camino encontraramos a las pseudo-fjsicas deGoethe y de Shopenhauer, dos clebre doctrinas que conducen a no comprender los problemas dela fsica aun cuando se acepte discutir esto problemas.

    En este orden circular es imposible hacer entrar al ultravioleta y al infrarrojo, es imposible seguiresa enorme expansin, a la vez inteligible y experimental, que se ha extendido de los rayoshertizianos a los rayos X y a los el ordenamiento esencialmente lineal de las frecuenciasluminosas que especifican los colores. Uno de los mayores descubrimientos de todos lo tiempos la uniformidad de principio de las radiaciones ms diversas en su fenmeno sera inadmisible sinos fundramos en la argolla de la ordenacin sensible de los colores. Hay que introducirse en laciencia contempornea general de las radiaciones para situar correctamente la ciencia particular delas radiaciones luminosas, Es entonces comprensible que el realismo no pueda ser ya atribuido alcaso particular.

    Si ahora se le pide a la ciencia general que explique la vecindad rojo-violeta, tendr derecho alocalizar el problema designndolo como problema netamente biolgico. La ciencia fsica no deberetener ese carcter del conocimiento comn dndolo el estatuto de fenmeno fundamental, defenmeno fsicamente primero. Aqu como en todas partes el espritu cientfico moderno es unareaccin contra la confusin de los gneros, quiere el problema preciso en una problemticadeterminada. De all que el conocimiento comn no est ya habilitado para plantear directamentelas preguntas. Por qu el violeta est cerca del rojo? El conocimiento sensible, el conocimientovulgar, el conocimiento de la tintura y de los colores materializados sobre la paleta, todas esasexperiencias parecen plantear directamente la pregunta. Y la intuicin ntima puede gozar de unvioleta que vira dulcemente hacia el azul o se excita hacia el rojo. Pero tales situaciones no puedenser explicadas cientficamente sino por estudios de qumica retiniana, por reconstruccin de lasorganizaciones pigmentarias. La fisiologa ocular y la psicologa de la sensacin visual estn enjuego. La fsica, en sus determinaciones objetivas, no podra tomar de comienzo este problema.Este problema de qumica, de la fisiologa ocular, no debe desviar la ptica de sus bien definidasinvestigaciones.

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  • A ningn fsico se le ocurrira explicar la sensacin visual por la fsica de las vibraciones. Es unproblema que l remite al bilogo y al psiclogo. Adems el fsico tiene muchas otras cosas quehacer. En particular, se esfuerza por reconstruir los elementos fsicos de la sensacin. En esteaspecto, el pasaje de la fotografa sin color a la fotografa en colores est lleno de enseanzas.

    Es preciso decir que la fotografa en colores evidentemente no est en continuidad con laexperiencia comn? Desde el punto de vista del colorista o del tintorero, es incomprensible. Perohemos perdido la facultad de admirar las bases cientficas de las prodigiosas tcnicas modernas.Quin se acuerda de la poca en que la fotografa en colores era una quimera? Hace menos de unsiglo Louis Figuier an deca que el clis en colores era la piedra filosofal de la fotografa.

    Por lo dems, filosficamente es notable que dos procedimientos fotogrficos muy diferentes hayanresuelto el problema de la fotografa en colores: uno, basndose en cierto modo sobre laordenacin circular de los colores, el otro sobre la ordenacin lineal.

    La ordenacin circular estaba en la base de los pensamientos del poeta Charles Cros, Pomes etproses [Poemas y prosas], ed. Gallimard, p. 225). Las tres especies elementales de los colores son:el rojo, el amarillo, el azul (p.226). Ser pues necesario, piensa Charles Cros, sacar tres pruebasdiferentes y en seguida superponerlas: el ojo har una sntesis grosera pero suficiente de las trespruebas. Cunado no se obtengan ninguno de los tres colores, se tendr el negro; cuando se empleeuno solo, o dos, o tres en proporciones especiales, se tendrn todas las tintas posibles, simples omixtas, incluido el blanco puro (p. 231). En cierto modo el procedimiento actual ofrece una triplereceptividad en la misma placa, contres clases de grnulos sensibles a los colores fundamentales.Como se ve, con una tcnica semejante las condiciones de la visin has sido puestasinmediatamente en las base de las investigaciones.

    De igual modo el segundo procedimiento es ms serenamente objetivo, proporciona unasatisfaccin mayor al espritu cientfico, aunque se haya revelado menos apto para las realizacionesindustriales. Es el procedimiento utilizado por Gabriel Lippmann hace medio siglo. Consiste enregistrar en el espesor mismo de la capa sensible de la placa fotogrfica las interferencias quecorresponden objetivamente a todos los colores, a todos los matices del paisaje fotografiado. Estavez, no hay que considerar ya los colores fundamentales; cada color del mundo objetivo lleva sutrazo particular, segn su propia longitud de onda, a la materia qumica. La variable determinantees la longitud de onda, variable que ubica el color en el orden de los colores del prisma. Al final deuna leccin sobre las interferencias, asist a la proyeccin de varios cliss tomado por Lippmanndurante sus vacaciones: las tomas del bosque de Fontaineblueau an se conservan en mi memoria.Y para m ese recuerdo es ejemplo de una extraa mezcla de placer visual y placer de espritu.Siguiendo la realizacin de una experiencia semejante se siente la presencia del racionalismoaplicado. Tal vez nunca una hiptesis cientfica hay recibido una verificacin tan pertinente, tanminuciosa. Aqu la hiptesis cientfica, en el detalle mismo de las ideas y de las tcnicas seencuentra verificada, se encuentra realizada. Aqu la verificacin es un plan de racionalizacinracional. Cun lejos estamos de esa epistemologa que toma la hiptesis como un andamiajeprovisorio, como un grupo de cmodas suposiciones! Pero, naturalmente, eses complejo depensamientos racionales y de experiencias tcnicas es letra muerta para todo espritu que prefiere lameta al camino, para todo filsofo que de la ciencia slo pretende obtener resultados, sin seguir lavida del progreso de los pensamientos.

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